escuelas para la elite, escuelas para los pobres

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    Escuelas para la lite, escuelas para los pobres: El mismo sistema educativo,

    ambientes de socializacin en contraste

    Pedro Abrantes y Maria Luisa Quaresma

    Resumen. El presente artculo est basado en una investigacin en Portugal en dos contextoseducativos: dos escuelas privadas, prestigiosas y caras, y dos escuelas pblicas. Se analizan

    caractersticas comunes y divergentes, informacin obtenida a travs de encuestas, entrevistas,

    anlisis de contenido y observaciones directas. La informacin recolectada es comparada en

    cuatro dimensiones: el trasfondo social, las estrategias organizacionales, los estilos de socializacin

    y los significados de la escuela. Se concluye en que la estrategia para mejorar el xito y la

    integracin escolar es promover relaciones profundas entre los miembros de la comunidad

    educativa, ancladas en diferentes recursos, ideologas, acciones y objetivos.

    Introduccin

    En Portugal se incluyen todos los grupos sociales, pero las tendencias en educacin se

    orientan hacia una fragmentacin de la juventud en diferentes experiencias de socializacin.

    La democratizacin de la escuela no significa el fin de las desigualdades, pero s la

    reconfiguracin de las jerarquas sociales y educacionales. Tanto el nfasis en el pluralismo y la

    libertad de eleccin deben ser examinadas, en combinacin con un incremento en evaluaciones

    estandarizadas y los rankings de escuelas, como una oportunidad y un desafo para la cohesin

    social y los principios de equidad, especialmente en tiempos de recesin econmica.

    En este artculo se busca profundizar en la asimetra dentro del sistema pblico,

    analizando dos tendencias observadas durante la ltima dcada. Por un lado, las escuelas privadashan ampliado su extensin y su visibilidad, mejoradas por los procesos de privatizacin y el

    crecimiento de las dinmicas competitivas en el campo educativo. Por otro lado, las escuelas con

    altos ndices de fracaso y violencia fueron integradas en un programa de intervencin prioritaria

    que provea apoyo temporal, incluyendo nuevos profesionales a los grupos de trabajo, refuerzo

    vocacional y ms cooperacin con una oficina especial de la polica (Escuela Segura).

    Marco terico

    Las escuelas no son concebidas aqu solamente como medios de reproduccin social y

    cultural (Bowles y Gintins, 1976; Bourdieu y Passeron, 1990), sino tambin como sitios de cambio

    social, incluyendo la produccin de nuevos marcos culturales, un cambio en la definicin depersonas educadas, as como la identificacin de los excluidos de tal categora, los ineducables

    (Levinson y Holland, 1996). Ambas teoras no son contradictorias, siempre y cuando uno acepte

    una visin de las escuelas como escenario de mltiples proyectos y superacin de conflictos.

    Algunas observaciones conceptuales son tiles. La socializacin es concebida aqu como la

    participacin perdurable en un contexto social y el simultneo desarrollo de patrones culturales

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    que promuevan tal participacin (Elias, 1991; Dubar, 2000; Lahire, 2005). La cultura escolar es

    definida como una coleccin particular de estos patrones culturales (re)producidos a lo largo del

    tiempo dentro de una institucin especfica. De acuerdo a esto, la estrategia escolar significa la

    totalidad de las polticas desarrolladas por cada institucin para alcanzar sus objetivos (Tyler,

    1998; Santos Guerra, 1994). As, la escuela como un ambiente de socializacin est limitada por

    las polticas educativas y las estrategias de cada institucin, pero est, en ltima instancia, definidapor la interaccin diaria entre el grupo de trabajo, los alumnos y los padres, especialmente por la

    forma en la que interpretan y se apropian de los marcos oficiales.

    En las sociedades contemporneas, los sistemas educativos proveen una socializacin de

    las nuevas generaciones, virtualmente de todos los grupos sociales y mundialmente, en los valores

    dominantes de la modernidad, acentuando la racionalidad individual, el control, la reflexin y la

    confianza en los sistemas abstractos (Giddens, 1991; Beck y Beck-Gernsheim, 2003). Tales

    procesos han ocurrido a travs del establecimiento de materias e instituciones especficas,

    generando una cultura escolarespecfica (Archer, 1979; Goodson, 1993; Vincent, Lahire y Thin,

    1994; Viao Fraga, 2001). La socializacin primaria de los nios de las clases altas en talarbitrariedad cultural los hace ms exitosos en escuela, en promedio, entonces la escuela

    contribuye tambin a legitimar y reforzar la reproduccin de desigualdades sociales (Bourdieu y

    Passeron, 1990). An as, una nueva estructura social ha emergido, por ejemplo, a travs de la

    consolidacin de una nueva clase media, compuesta por profesionales altamente educados, as

    como tambin de la erosin de las fuentes de poder tradicionales. Adems, las escuelas tambin

    preparan el camino para la formacin de la sociabilidad, la solidaridad y las subculturas entre los

    estudiantes, promoviendo un sentido de generacin y de la juventud como una categora social

    particular- a menudo a travs de la resistencia a los poderes dominantes y oficiales (Willis, 1977;

    Furlong y Cartmel, 1998).

    Durante las ltimas dcadas, los sistemas educativos fueron cada vez ms redefinidos por

    las inclinaciones de los mercados (Popkewitz, 1991; Teodoro y Estrela, 2010). La lgica del

    mercado, reemplazando el ideal de la democracia ciudadana por el ideal de la democracia de

    consumo (Van Zanten, 2000: 356), est cercanamente unida a la hegemona neoliberal, cuya

    fuerza en el campo educativo resulta de la congregacin de dos lgicas distintas: la conservadora,

    relacionada a los principios morales, la tradicin y la jerarqua justificando la responsabilidad y el

    derecho de los padres de educar a sus hijos; y la modernista, relacionada a la realidad econmica y

    comercial y su dinmica interna que sirve como modelo para analizar y evaluar el sistema

    educativo (Burke, 2012). En tal escenario de marketizacin educativa (Apple, 2005, p. 285), la

    estandarizacin del currculo y del sistema de evaluacin ha reforzado la clasificacin de alumnos,escuelas y pases (Hursh, 2005; Teodor y Estrela, 2010). La libertad de eleccin de escuelas de los

    alumnos y los padres ha sido mejorada (Barroso, 2006; Colombo, 2011). La lgica de la

    administracin de empresas fue implementada, tanto en escuelas pblicas como privadas (aunque

    con diferente intensidad), con el objetivo de aumentar la eficiencia y la competencia (Gewirtz, Ball

    y Bowe, 1995). Las nuevas tecnologas de vigilancia para alumnos y profesores fueron introducidas

    en las escuelas (Kupchik y Monahan, 2006). Y ha emergido un nuevo cosmopolitismo con el

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    objetivo de socializar a los nios para que sean aprendices para toda la vida, as como ciudadanos

    y trabajadores globales (Popkewitz, 2008). En la actualidad, las escuelas estn encargadas de

    educar a la persona completa debido a una percepcin de dficit de socia bilidad en la sociedad

    contempornea (Tedesco, 2008, p. 34). En la economa global, ganar ventajas competitivas

    requiere una formacin universal e integral, proveyendo a los individuos no solo con habilidades

    tcnicas sino tambin sociales y personales, como el pensamiento crtico, la competenciacomunicativa, la creatividad e iniciativa, el comportamiento positivo y control sobre s mismo, el

    sentido de responsabilidad y cooperacin en el trabajo en equipo y la bsqueda de la excelencia

    (Tedesco, 2008).

    Como las tendencias marketizantes aumentan los problemas de segregacin, desigualdad

    y exclusin, algunas polticas educativas fueron orientadas hacia la inclusin, especialmente a

    travs de programas para mejorar la educacin (y para reforzar el orden social) entre los alumnos

    molestos y en distritos pobres (Power y Sharon, 2001; Abrantes et al, 2013). Siendo la tendencia

    dominante, el neoliberalismo concebido como la reduccin de la propiedad del estado y su

    intervencin en la economa, la expansin de los mercados y el aumento de compaas privadascomo los principales actores econmicos no es un grupo de polticas universal ni unificado

    (Novoa, 2000), ni tampoco es el nico movimiento que afecta a las escuelas en todo el mundo.

    Dependiendo de diferentes contextos geogrficos y momentos histricos, toma diferentes formas

    e intensidades, y tambin est mezclado con otros marcos ideolgicos. Por ejemplo, en algunas

    regiones, los movimientos comunitarios o los grupos profesionales (por ejemplo, docentes) tienen

    un gran poder de resistencia e influencian bastante en la forma en la que la educacin toma forma

    en la prctica (Fernndez Enguita, 2001). Algunos han encontrado evidencias de saturacin del

    modelo estandarizado y neoliberal en las escuelas, al menos en los pases anglosajones,

    observando (y participando) en el desarrollo de nuevos modelos educativos, acentuando la

    participacin de las comunidades y de los padres, los derechos de los nios y su bienestar, ascomo redes de escuelas y profesores expertos (Warren y Mapp, 2011; Hargreaves, 2008). Por

    ejemplo, el alto rendimiento de los estudiantes finlandeses en las pruebas estandarizadas de

    OCDE, en contraste con los obtenidos por los Estados Unidos, Gran Bretaa o Alemania, est

    siendo utilizado por muchos acadmicos y activistas para sustentar el fracaso de las polticas

    educativas basadas en los mercados, los controles y la competencia.

    El objetivo es discutir cmo estas tendencias internacionales de marketizacin e inclusin

    estn afectando dos contextos escolares en contraste en Portugal, as como explorar cmo estos

    cambios pueden estar relacionados con un cambio completo del sistema educativo portugus.

    Algunos observaciones del caso portugus

    El sistema educativo portugus provee un bueno context para analizar estas mltiples

    tendencias. Por un lado, fue inspirado en el modelo francs, y permaneci (oficialmente)

    centralizado y burocrtico, durante el siglo XX, bajo el estricto control de la dictadura, hasta 1974,

    y bajo los principios democrticos y republicanos, despus. An, algunas escuelas privadas fueron

    informalmente protegidas durante el periodo autoritario, para preservar una alianza con algunas

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    elites catlicas e internacionales, y otras para complementar la red pblica insuficiente. Despus

    de la revolucin, la capacidad del estado de controlar una red de escuelas en rpido crecimiento

    fue limitada, especialmente, considerando las demandas de la poblacin, el poder de la unin

    laboral de los docentes y las frecuentes crisis econmicas y polticas.

    Durante las dos ltimas dcadas, dos tendencias principales han cambiado este escenario,con respecto a la educacin privada y pblica. La primera fue expandida, consolidada y

    profesionalizada. De acuerdo a Azevedo, Fonseca y Melo (2007), el sector privado ha

    experimentado tiempos difciles en los aos siguientes a la revolucin portuguesa, bajo la

    amenaza de la ideologa revolucionaria colectiva y anticlerical y de el fantasma de la

    nacionalizacin (Cotovio, 2011). En los aos 80, cuando la tendencia Marxista perdi su fuerza,

    fue reconocida por el Parlamento portugus como una una opcin a la iniciativa educativa del

    estado merecedora de igualdad.

    Mientras tanto, las escuelas pblicas portuguesas tambin han enfrentado nuevos

    desafos: Fueron integradas en agrupamientos de escuelas con autonoma en aumento, en una

    primera etapa, acentuando la construccin de proyectos locales y planes de la comunidad

    educativa, en una segunda etapa, enfatizando el rol del director en definir estrategias, manejar

    los recursos y evaluar los resultados (Barroso, 2006). Los sistemas estandarizados de evaluacin

    han aumentado, as como la presin sobre las escuelas y los docentes para aumentar los puntajes

    de los alumnos, as que se consolid una divisin entre las escuelas pblicas con diferentes

    pblicos, estrategias, climas y logros (Diogo, 2008; Abrantes, 2008; Sebastiao, 2009).

    Algunos programas educativos influyentes fueron desarrollados como paquetes de

    apoyo a los que las escuelas debieran aplicar (muchas de ellas presionadas, especialmente si

    presentan bajos puntajes o problemas de violencia). Las escuelas pueden elaborar un proyecto,

    ajustado al contexto local, para postularse para recibir apoyo financiero y tcnico, as como

    tambin servicios legales.

    En el 2001, las escuelas privadas estuvieron en el ojo de la tormenta como nunca antes.

    Un peridico portugus public un controvertido listado de escuelas basado en el desempeo

    acadmico de los estudiantes en examinaciones internacionales, donde las escuelas privadas

    estaban mejores posicionadas que las pblicas. Cada ao, desde entonces, las evaluaciones

    escolares se publican, permitiendo a los padres y docentes comparar los desempeos de las

    escuelas. Esto contribuye a una percepcin social de una cualitativa y falsa dicotoma entre las

    escuelas pblicas y las privadas. Adems, incidentes triviales de indisciplina que ocurrieron en

    escuelas pblicas fueron exagerados y distorsionados y se convirtieron en foco de controversia enlos medios, contribuyendo a reforzar la representacin negativa del sector pblico.

    Sin embargo, las escuelas privadas no son para nada homogneas. De hecho, algunas

    escuelas privadas portuguesas religiosas, laicas o internacionales- son un refugio para la gente

    rica y la elite, quienes pagan una alta cuota para garantizar la distincin y la reproduccin social

    asegurada por la calidad educativa y la selectividad social. Cada ao, estas escuelas aparecen en lo

    ms alto del ranking. Por otro lado, otras escuelas privadas estn entre las peores posiciones las

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    que reciben alumnos en situaciones de desventaja y que presentan una diversidad cultural similar

    a la de las escuelas pblicas.

    Las disparidades en los resultados acadmicos entre estas escuelas privadas portuguesas

    no permiten establecer una relacin unvoca entre la privatizacin y un mejor aprendizaje.

    Tenemos buenas razones para creer que el status socio-econmico de los padres yparticularmente el capital social y cultural juegan un rol importante en estas disparidades.

    Cuando las escuelas pblicas, con recursos materiales y humanos, estn perdiendo

    alumnos y, en la misma ciudad, las escuelas privadas bajo contrato de asociacin estn

    aumentando su nmero de clases y estn imponiendo a sus docentes salarios bajos, horas de

    trabajo excesivas y contratos flexibles, hay una slida razn para repensar los riesgos de la

    transformacin de la educacin como un bien pblico en un servicio privado.

    En el presente artculo, nos proponemos discutir cmo las tendencias mencionadas arriba

    (descentralizacin, evaluaciones nacionales, consolidacin de las escuelas privadas, y polticas

    territoriales de compensacin) estn afectando las experiencias de socializacin en los sistemaseducativos portugueses. En particular, queremos probar si hay una fragmentacin de estas

    experiencias, de acuerdo a las clases sociales, mediadas por recursos organizacionales especficos,

    culturas y estrategias.

    Diseo metodolgico

    Basados en la tipologa de los modos de socializacin de Lahire (2005), seleccionamos

    cuatro principales indicadores para estudiar los ambientes sociales de las escuelas: (1) el

    trasfondo social de los alumnos, comparando datos de cuestionarios; (2) la estrategia

    organizacional, utilizando datos de documentacin escolar y entrevistas con los directivos; (3)

    estilos de socializacin, explorando la cultura escolar especialmente los patrones relacionales

    entre los docentes, alumnos y padres, a travs de investigacin de campo y entrevistas; y (4)

    significados de la escuela, analizando los discursos de los estudiantes, particularmente en los

    grupos de enfoque.

    Las escuelas de lite

    El estudio de caso en las escuelas de elite fue llevado a cabo en dos escuelas privadas

    prestigiosas con presencia de alumnos pertenecientes a familias de clases altas. Sus padres estn

    altamente educados y son empleados en reas prestigiosas, como empresarios o profesionales.

    Entre ellos encontramos miembros de las elites polticas, econmicas y culturales de Portugal.

    Ambas escuelas aceptan alumnos con trasfondos similares, objetivos, expectativas y

    estrategias. Ambas buscan desarrollar a la persona completa y desafiar a los alumnos para que

    alcancen su mximo potencial, manteniendo altos niveles de desempeo y reputacin. Sin

    embargo, tienen distintas personalidades obviamente relacionadas a diferentes tradiciones y

    filosofas: una de ellas es religiosa y dirigida por la Congregacin Jesutica Portuguesa; la otra es

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    laica y es dirigida por una familia reconocida social y polticamente que jug un rol crucial en

    contra del fascismo portugus y en la consolidacin de la democracia.

    La escuela religiosa intenta socializar a sus alumnos en tres dimensiones reconocidas como

    esenciales para el crecimiento juvenil: la personal, construyendo una personalidad idiosincrtica,

    autnoma y responsable; la social, promoviendo el contacto de los nios con la realidad social y ladiversidad, desarrollando su sentido de pertenencia a una sociedad y educndolos en la

    importancia de la participacin cvica y social; y la religiosa, transmitiendo valores catlicos y

    ayudando a los alumnos a desarrollar su vida espiritual.

    La escuela laica tambin define tres dimensiones formativas principales: la humana,

    preocupndose por la autonoma de los alumnos, su autoestima y creatividad; la acadmica, con

    respecto a la transmisin del legado cultura, lingstico y cientfico; la cvica, promoviendo el

    desarrollo de la ciudadana individual y colectiva y el compromiso cvico. Es ms consciente de la

    dimensin cultural de la educacin, una de las prioridades desde su fundacin.

    Estas escuelas privadas comparten una concepcin de la educacin holstica, acentuandoque su misin es proveer a los nios con un desarrollo armnico de todas las dimensiones del ser

    humano. Directivos, docentes y padres son unnimes: el proyecto de formacin integral es la

    caracterstica distintiva de estas escuelas y la clave para entender el xito de los alumnos, y son

    escpticos sobre la capacidad del sector pblico de asegurar no solo la instruccin, sino la

    educacin que requieren para sus hijos. De acuerdo a algunos padres, las escuelas pblicas no

    tienen un ncleo de valores coherente, haciendo difcil la unificacin de todos los miembros de la

    comunidad alrededor de un ideal comn. Para estas familias la eleccin de una buena escuela es

    una prioridad, especficamente porque es un recurso para mantener su identidad de clase y

    posicin social. En lnea con una ideologa meritocrtica que justifica sus propios privilegios, los

    padres creen que los ganadores van a ser los que han asistido a las mejores escuelas.

    Ser elegido para ensear en estas escuelas selectivas y prestigiosas es fuente de orgullo, como un

    docente dijo, mencionando la misin de alto nivel que tiene:

    Ellos no son individuos superiores a los dems; ellos no son ms que individuos

    que van a tener, en un futuro, una responsabilidad ms grande que sern forzados

    a asumir (escuela laica, 34 aos).

    Al trabajar en una profunda armona con la socializacin de las familias, estas escuelas

    ayudan a los herederos a aceptar su herencia que debe ser aceptada porque no se adquiere

    por smosis- y a prepararlos para desarrollar el indispensable trabajo individual de apropiacindel legado familiar (Nogueira, 2004).

    El juego de expectativas es muy importante en la educacin. La caracterstica ms

    importante de lo que todo educador debe ser es demandar ms y ms de nosotros

    mismos y de nuestros alumnos, siempre siguiendo la lgica de aprender a servir.

    (Director de la escuela secundaria religiosa).

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    Los profesores quieren lo mejor de sus alumnos, porque saben que tienen altos

    rendimientos y quieren estimularnos; quieren apoyar a sus alumnos (alumno,

    escuela laica, 17 aos).

    As como los equipos de trabajo de las escuelas, las familias educan a sus hijos en estos

    principios ticos de excelencia y esfuerzo, transmitiendo la idea de que asistir a las escuelasprivadas que solo aceptan la crme de la crme puede ser una experiencia difcil, estresante, y a

    veces frustrante con la que tienen que lidiar, en este momento, para estar preparados para

    asumir, en el futuro, posiciones de poder econmico, social, poltico y simblico.

    Tratamos de mostrarle que la actitud relajada es una de las ms grandes

    tentaciones de la sociedad moderna: la idea de que todo es fcil y rpido de

    obtener, que el xito es alcanzado en solo un paso l tiene que entender que la

    vida es una maratn difcily que alcanzar el conocimiento de verdad, inclusive si

    es con notas bajas, es lo que importa (madre, escuela religiosa, 42 aos).

    Estar o no estar a gusto con las actividades del aula no es tan importante como prepararsepara el futuro

    Te preguntas si me gustan las clases? Dira que no. Las clases son la mejor forma

    de entrar a la universidad y al mercado laboral (alumno, escuela religiosa, 17

    aos).

    Tambin es fomentado el sentido de pertenencia, a travs de atencin personalizada a los

    alumnos, quienes son vistos como individuos con una personalidad idiosincrtica, un trasfondo

    familiar y un grupo de experiencias de vida.

    Las escuelas pblicas en las reas pobres

    Fueron seleccionados dos casos y, para asegurar el anonimato, decidimos llamarlos el

    contexto amarillo y el contexto azul. Aunque diferentes en muchos aspectos, ambos casos

    reflejan las conexiones ntimas entre la inestabilidad escolar, la tensin y la depresin con la

    segregacin urbana, la concentracin de problemas sociales y la estigmatizacin de algunos

    territorios (Warren, 2005; Anyon, 2005).

    El contexto amarillo incluye tres escuelas y est localizado en un barrio excluido del borde

    sur, con algunas caractersticas de un gueto. Era una tierra de ninguna parte, difcilmente

    accesible, donde mucha gente construy casas ilegalmente, en los 70 y los 80, parcialmente

    reemplazadas por planes de vivienda en los 90. Las escuelas son nuevas, la infraestructura edilicia

    y el equipamiento son adecuados, y el ndice de alumnos/profesionales es menor que el promedio

    nacional. Sin embargo, la mayora de los alumnos viven en condiciones de pobreza. La repitencia

    afectaba a ms de 1/5 de los alumnos cada ao y los ndices de abandono eran altos.

    El contexto azul est compuesto por ocho escuelas y presenta una situacin distinta. Era

    un rea rural en los suburbios del oeste de Lisboa, hasta que fue ocupado por muchas familias

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    volviendo de frica luego de la independencia de las colonias (1974-75). La condicin promedio de

    los alumnos no es de tanta pobreza, pero hay conflictos y exclusin, dada la gran desigualdad

    social y la diversidad cultural, as como la falta de planeamiento urbano.

    En este contexto las escuelas estn deterioradas, superpobladas y trabajan con pocos

    asistentes, por eso la inseguridad es una queja comn entre los docentes, alumnos y padres. Lospadres con ventajas sociales tienden a evitar este contexto, visto en peligro. En contraste, las

    familias pobres no son aceptadas en otros contextos escolares o sus ingresos y tiempos nos les

    permiten llevar a sus hijos a escuelas en otros distritos.

    Como se observa en las entrevistas y a travs de las charlas formales con docentes y

    estudiantes, la socializacin en ambos contextos est dominada por un sentido de carencia y por

    una nocin compartida de estar localizados en una escuela y un contexto de frontera. An as,

    hay algunas diferencias. En el contexto amarillo, tal nocin est asociada a un territorio sumergido

    en la pobreza y la exclusin, por eso no muchos alumnos no tienen ninguna perspectiva de futuro.

    La mayora de los docentes justifican los bajos rendimientos acadmicos y los problemas de

    violencia con la pobreza y la desestructuracin de las familias de los estudiantes (el caso de las

    familias gitanas es el ms evidente). En el contexto azul, tal indiferencia est ms que nada

    conectada con las pobres condiciones de escolarizacin. Muchos docentes critican a la sociedad

    contempornea, al Ministerio de Educacin, y/o al consejo escolar, para explicar los puntajes

    acadmicos y los patrones de violencia.

    En la escuela, nos gustara tener ms cosas, por ejemplo, una sala de computacin, para

    acceder a internet durante el tiempo libre, una sala de msica donde podamos tocar sin molestar

    a las otras clases, una buena biblioteca, una sala con juegos y pelculas, un gimnasio cerrado para

    hacer deportes cuanto est lloviendo. (Alumno, contexto azul, 10 aos).

    De acuerdo a la encuesta, en ambos casos, la mayora de los padres reconocen el trabajo

    de los equipos y los profesores, asociando los resultados bajos de sus hijos a la falta de estudio o la

    inhabilidad de entender algunas materias. Ambos contextos desarrollaron algunas estrategias

    organizacionales durante los ltimos aos para atacar los problemas. Implementaron sistemas

    pedaggicos para reforzar los patrones de aprendizaje, especialmente en matemtica y portugus.

    Los datos oficiales muestran que estas estrategias generaron ambientes escolares ms

    regularizados, reduciendo los niveles de ausentismo y violencia. Mientras que en el contexto azul,

    una mejora en los niveles acadmicos es tambin evidente; no es el caso del amarillo. Aun as, se

    debera considerar que algunos de esos estudiantes que hoy fallan en las examinacionesnacionales habran abandonado antes, en un pasado reciente.

    Por lo tanto, las escuelas en estos contextos son cada vez ms concebidas como espacios

    de inclusin, seguridad y sociabilidad, dada la falta de otros lugares (seguros) para los jvenes de

    estas comunidades. Represin, retencin y sanciones tienden a ser reemplazadas por

    procedimientos suaves, como seguimiento individual, apoyo y orientacin. Hay, sin embargo,

    una sensacin dominante de que el xito acadmico no debe esperarse en estos contextos.

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    Conclusiones

    A pesar de que la diversidad fue encontrada en todos los contextos, subrayando que cada

    escuela es una combinacin nica de mltiples factores, las escuelas analizadas reflejan

    desigualdades educativas. Por un lado estn las escuelas privadas selectivas restringidas a familias

    con altos capitales econmicos, culturales y sociales que creen que estas escuelas proveen unaeducacin superior; por otro lado, las escuelas localizadas en las reas ms pobres, restringidas a

    familias marginadas socialmente y con pocos recursos. Cada una genera un circuito escolar

    especfico con su tica contextualizada, as como recursos particulares (asimtricos),

    experiencias y oportunidades.

    En las primeras hay un proyecto de socializacin total para proveer a las elites con

    educacin multidimensional. Los alumnos estn orientados al futuro y comparten grandes

    expectativas con respecto a sus carreras acadmicas. En las segundas hay un proyecto parcial de

    socializacin, donde la mayora de los alumnos estn orientados al presente y no hacen una

    inversin real en su carrera acadmica ni comparten expectativas para el futuro.

    A pesar de las brechas entre estos dos sectores educativos, ambos creen en las

    potencialidades de una estrategia integrativa para mejorar el aprendizaje y el xito: las escuelas de

    elite lo desarrollan a travs de la diseminacin del ideal de segunda familia, y las otras escuelas a

    travs de proyectos artsticos, colaboracin con instituciones locales y apoyo individual.

    En los cuatro casos, hay una doble preocupacin, con respecto a: (a) la mejora de los

    patrones de aprendizaje, especialmente en matemtica y lengua portuguesa, para mejorar los pun

    tajes en los rankings nacionales; (b) la integracin social de los alumnos, a travs de un sentido de

    bienestar y la incorporacin de virtudes morales. En ambos casos, el currculo nacional est

    naturalizado y tomado como algo no significativo, interesante ni contextualizado. Mientras en lasescuelas privadas la cantidad de recursos permite orientar estas estrategias hacia un sentido de

    distincin compartido por todos los agentes de la escuela, incluyendo mecanismos para excluir a

    los que no lo comparten, en las escuelas pblicas los ciclos de carencias y las inestabilidades

    estructurales contribuyen a un escenario donde tal orientacin es solo compartida por algunos

    miembros, y las estrategias organizacionales estn orientadas hacia la inclusin y la seguridad.