especial "empresas y comunidad"

14
EDICIÓN ESPECIAL MIÉRCOLES 15 de abril de 2015 Santiago de Chile 4 ENTREVISTA: Jorge Troncoso, director del SEA, explica la impor- tancia del factor ciudadano. La nueva era en la relación entre empresas y sus comunidades Los recientes conflcitos entre los dueños de grandes proyectos y las comunidades, están haciendo repensar la forma en que el sector privado planifica sus inversiones. Hoy no basta con la aprobación ambiental. El visto bueno social es fundamental. ES UNA INICIATIVA CONJUNTA DE 12 EMPATÍA DE LAS GERENCIAS: ¿Qué habilidades debe tener el mediador entre la empresa y la comunidad? 8 LATINOAMÉRICA: Conflictos que han puesto en jaque el desarrollo de negocios en la región. 10 INCLUSIÓN DE PUEBLOS ORIGINARIOS: La influencia del futuro Ministerio Indígena en los proyectos de inversión

Upload: daniel-fajardo

Post on 21-Jul-2016

217 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Edición especial del HUB Sustentabilidad sobre la relación entre empresas y comunidades, especialmente con respecto a los proyectos de inversión.

TRANSCRIPT

Page 1: Especial "Empresas y Comunidad"

EDICIÓN ESPECIALMIÉRCOLES 15 de abril de 2015

Santiago de Chile

4

ENTREVISTA: Jorge Troncoso, director del SEA, explica la impor-tancia del factor ciudadano.

La nueva era en la relación entre empresas y sus comunidades

Los recientes conflcitos entre los dueños de grandes proyectos y las comunidades, están haciendo repensar la forma en que el sector

privado planifica sus inversiones. Hoy no basta con la aprobación ambiental. El visto bueno social es

fundamental.

ES UNA INICIATIVA CONJUNTA DE

12

EMPATÍA DE LAS GERENCIAS: ¿Qué habilidades debe tener el mediador entre la empresa y la comunidad?

8

LATINOAMÉRICA: Conflictos que han puesto en jaque el desarrollo de negocios en la región.

10

INCLUSIÓN DE PUEBLOS ORIGINARIOS: La influencia del futuro Ministerio Indígena en los proyectos de inversión

Page 2: Especial "Empresas y Comunidad"

2 Miércoles 15 de abril de 2015 • www.pulso.clESPECIALES @pulso_tw facebook.com/pulsochile

A NIVEL de la gestión del Es-tado, existen distintas polí-ticas públicas en áreas como

el transporte, agricultura, salud, obras públicas, minería y agua, en-tre otras. Dentro de este marco, también está la política ambien-tal, la que tiene su expresión en un conjunto de instrumentos, que es-tán consagrados en la legislación y una serie de regulaciones.

Una de las características que tie-ne la política ambiental en Chile es que involucra al factor ciudadano y/o la comunidad en sus distintos instrumentos. Dentro de este con-junto, el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) ha lide-rado los temas ambientales. A tal punto que se creó una entidad en-cargada de administrarlo: El Servi-cio de Evaluación Ambiental (SEA)

Desde sus orígenes, incluso en la etapa voluntaria (1994), el SEIA agregó la participación de las co-munidades en los procesos de eva-luación de impacto ambiental. Esto explicaría, en parte, el nivel de con-flictividad que tienen algunos pro-cesos de en su aprobación.

A esta mezcla de factores se le agrega la reciente ratificación de Chile al Convenio 169 de la OIT, que incorpora en los proyectos de inversión la visión, opinión y par-ticipación del mundo indígena.

Reglamentación La Ley Sobre Bases Generales del Medio Ambiente Nº 19.300, esta-blece en el marco de la participación ciudadana lo siguiente en el caso de Estudios de Impacto Ambiental:

El titular del proyecto o activi-

dad debe publicar en el Diario Ofi-cial y en un diario de circulación na-cional o regional, un extracto del Es-tudio de Impacto Ambiental (EIA).

Las personas jurídicas y las per-sonas naturales podrán conocer el contenido del Estudio (EIA), y en-tregar sus observaciones por escri-to ante el SEA.

Una vez publicado el extracto, la ciudadanía dispone de 60 días hábiles para presentar sus observa-ciones.

Mientras dure el período de par-ticipación ciudadana, el SEA esta-blecerá mecanismos que aseguren la participación informada de la comunidad en el proceso de califi-cación de los EIA.

Las observaciones de la comu-nidad serán consideradas (respon-didas) por el SEA (regional), o Direc-ción Ejecutiva (en el caso de un proyecto interregional).

Existe una instancia de recla-mación, donde cualquier persona natural o jurídica que haya realiza-do una observación y que crea que ésta no fue bien considerada (res-pondida), puede presentar un Re-curso de Reclamación.

Las direcciones regionales o el director ejecutivo, según correspon-da, podrán decretar la realización de un proceso de participación ciuda-dana por un plazo de veinte días, en las Declaraciones de Impacto Am-biental (DIA) que se presenten a evaluación y se refieran a proyectos que generen cargas ambientales para las comunidades próximas. Todo ello, siempre que lo soliciten a lo menos dos organizaciones ciu-dadanas con personalidad jurídica.

En este proceso de participa-ción ciudadana las personas jurídi-cas y las personas naturales po-drán conocer el contenido de la DIA y entregar sus respectivasob-servaciones.

Las observaciones que presen-te la comunidad serán considera-das (respondidas) por el SEA o la Di-rección Ejecutiva, en los funda-mentos de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA), la que será notificada a quienes hu-bieren formulado observaciones.

Existe una instancia de reclama-ción, donde cualquier persona natu-ral o jurídica que haya realizado una observación y que crea que ésta no fue bien respondida, puede presen-tar un Recurso de Reclamación den-tro del plazo de 30 días a contar des-de que se le notifica la RCA.P

Cómo funciona el sistema de participación ciudadana

Independiente del aumento de las redes sociales o el empoderamiento de la ciudadanía, existe en Chile una institucionalidad que regula la forma en que las comunidades opinan y hacen sus recomendaciones en los proyectos de inversión.

Una de las características de la política ambiental en Chile es que involucra al factor ciudadano

Una vez que el titular publica oficialmente su proyecto, la comunidad tiene 60 días para dar sus observaciones

FOT

O: A

GE

NC

IAU

NO

Más información de como funciona el SEIA en versión iPad de PULSO y www.pulso.cl.

PULSO EDITORIAL

Historia del SEIA El SEIA como tal, entró en vigencia en nuestro país el 03 de abril de 1997.

Editorial

15.04.15Director: Juan Pablo Larraín Medina Subdirector: Jonás Preller Roldán Representante Legal: Rodrigo Errázuriz R. Editores Jefe: Olga Bustamante, Patricio Poblete y José Tomás Santa María. Editores: Ximena Celedón (mercados), Daniel Fajardo (suplementos), Miriam Leiva (economía), Tomás Martínez (política) Paula Namur (internacional), Juvenal Sepúlveda (gráfico), José Antonio Troncoso (empresas), Gabriela Villalobos (digital). Editado por COPESA S.A. Avda. del Valle 765, of. 401, Huechuraba. Teléfono redacción 22302810. Teléfono comercial 22302820. Impreso en Santiago por Copesa Impresores S.A., quien sólo tiene calidad de impresora. Teléfono de atención a suscriptores 23505646. Declaración de intereses en www.grupocopesa.cl/declaracion

Para que un negocio sea sustentable, debe conside-rar al entorno. Principalmente, al social.

Una nueva forma de concebir los proyectos

PROYECTOS de alta conotación pública como Hidroaysén o Pascua Lama han producido un verdadero remezón en la última década en

Chile. No tanto por los posibles cuestionamientos del impacto al entorno, sino justamente, por el gran alcance de dichos cuestionamientos. Donde los medios informativos, las plataformas tecnológicas y una mayor acceso a opinar y participar por parte de la sociedad, marcó un antes y un después en la forma de concebir y desarrollar desde un pequeño supermercado de barrio, hasta una extracción mine-ra binacional.

Hace décadas atrás también existían estos conflic-tos, pero claramente, podía pasar mucho tiempo o algo muy impactante para que calara en la fibra so-cial de un país. Por ejemplo, en 1993, Erin Brockovich, una empleada de una oficina jurídica estadouni-dense, lideró una histórica demanda ciudadana con-tra la empresa californiana Pacific Gas and Electric Company (PG & E), ausándola de contaminar el agua potable con cromo hexavalente. Siete años después, Julia Roberts protagonizaría a Brockovich en una pe-lícula que simboliza no sólo cómo una comunidad puede enfrentarse a un proyecto de inversión; sino, cómo el sector privado debía comenzar a considerar a su entorno social en la sustentabilidad del negocio. Si ese evento hubiese pasado en la actualidad, segu-ramente en cosa de horas, todo el mundo se habría enterado de las aguas contaminadas. Miles de usua-rios hubiesen sacado fotografías, enviado comenta-rios y creado páginas especiales paar protestar.

Pero, desde un punto de vista optimista, quizá el problema no habría sido tan grave, debido a la nor-mativa ambiental que existe en muchos países. Pero sobretodo, porque la realidad dice que antes de ha-cer un proyecto, se debe conocer e interactuar con las comunidades en etapas tempranas. No después, cuando el daño ya esta hecho.P

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Page 3: Especial "Empresas y Comunidad"

3www.pulso.cl • Miércoles 15 de abril de 2015 @pulso_tw facebook.com/pulsochile

Page 4: Especial "Empresas y Comunidad"

4 Miércoles 15 de abril de 2015 • www.pulso.clESPECIALES @pulso_tw facebook.com/pulsochile

FACTOR CIUDADANO

“Las empresas lo están incorporando en sus políticas de gestión, como una variable relevante”

NUEVA REGLAMENTACIÓN

“Hoy se han abierto un conjunto de procesos de participación que generan beneficios sociales”

EVOLUCIÓN

“Desde los ‘90, se ha hecho un aprendizaje sobre el desarrollo de los procesos e impacto ambiental”

ENTREVISTA CON DIRECTOR DEL SERVICIO DE EVALUACIÓN AMBIENTAL (SEA)

Jorge Troncoso: “Los proyectos de inversión que no consideran a los ciudadanos, cometen un error”

—Director del SEA explica cómo las empresas han cambiado su foco hacia la participación ciudadana. —Cree además, que un acercamiento temprano a las comunidades agiliza la aprobación de los proyectos.

DANIEL FAJARDO

COMO lo dice su nombre, el Servicio de Evaluación Am-biental (SEA), se preocupa

principalmente de la dimensión medioambiental de los proyectos de inversión, desde el punto de vis-ta del Gobierno. Pero en la prácti-ca, su competencia va más allá. Esto, porque en el reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), el factor comu-nidades y de participación ciuda-dana es uno de los pilares funda-mentales.

Hace un año, Jorge Troncoso, asu-mió como director del SEA. Su prin-cipal desafío fue llevar a la prácti-ca la implementación del nuevo reglamento del SEIA que entró en vigencia a fines del 2013. En ese entonces, declaró que mientras esté a la cabeza de esta entidad, su ob-jetivo es “perfeccionar la evalua-ción de proyectos, otorgando segu-ridad jurídica y técnica tanto a ti-tulares de proyectos como a comunidades y gobiernos locales”.

Troncoso ha trabajado más de 20 años en la temática de gestión am-biental. Entre 1994 y 2000, fue di-rector regional de la Comisión Na-cional del Medio Ambiente (Cona-ma) en la Región de Atacama, zona que ha sido bastante protagonista en términos de proyectos de inver-sión. Más tarde, entre 2002 y 2006, fue jefe del Departamento de Con-trol de la Contaminación de la Co-nama y antes del cargo actual, es-taba como gerente de proyectos en la División Environment & Infraes-tructure de la empresa AMEC Inter-nacional.

¿Casos como Pascua Lama o Hi-droaysén, donde claramente la influencia de las comunidades

fueron protagonistas, han he-cho que las empresas estén más preocupadas de abordar el fac-tor ciudadano? — Desde comienzos de los noven-ta, se ha realizado un aprendizaje en términos del desarrollo de los procesos e impacto ambiental. Pero en particular, de la importancia que tienen las comunidades que están en el territorio donde se pre-tende desarrollar una iniciativa. Hemos aprendido los servicios pú-blicos, la institucionalidad ambien-tal, el mundo empresarial y por cierto, en este proceso, lo han he-cho también las distintas comuni-dades. Hoy asistimos a una situa-ción donde hay un fuerte empode-ramiento de las comunidades en involucrarse en las decisiones de la zonas donde viven, lo que es abso-lutamente beneficioso para el de-sarrollo del país, para los proyectos, los territorios y para la sustentabi-lidad ambiental de los mismos. Pero el aprendizaje ha sido bas-tante fuerte en los últimos años — Efectivamente, hemos tenido algunos proyectos emblemáticos que han impactado. Pero hoy, cla-ramente cualquier proyecto de in-versión que no considera la varia-ble ciudadana o comunitaria co-mete un error. El mundo empresarial también lo está asimi-lando e incorporando en sus polí-ticas de gestión, como una variable relevante dentro de un proyecto. Hace 30 años, el tema de seguridad laboral no era relevante, hoy es fundamental. Hace 20 años, los as-pectos medioambientales tampoco lo eran y hoy son claves. Hoy el tema ciudadano y manejo de comu-nidades está comenzando a tomar la misma importancia que actual-mente tienen la seguridad y el me-dioambiente.

¿De qué forma las empresas pueden prever los conflictos, con este aprendizaje? — Este es un tema que estamos co-menzando a entender y por lo tan-to, está abierto. Si bien al nivel del SEIA existe y está regulado, aún hay mucho que avanzar en esta materia, en cuanto a los titulares de los proyectos. Hay que avanzar ha-cia el convencimiento de incorpo-rar la dimensión ciudadana en los proyectos de inversión. Pero la pre-gunta es: ¿en qué fase del proyec-to me acerco a las comunidades? Si se hace cuando el proyecto ya está en una fase de factibilidad o inge-niería básica, donde ya se hizo una inversión y el proyecto está casi ar-mado, no es lo mismo que en la fase inicial. Creo entonces, que di-cho acercamiento debe ser al prin-cipio. De esta forma, la percepción que tienen las comunidades con respecto a una iniciativa, irá orien-tando en cuanto a las decisiones que se deben tomar. Por ejemplo en el diseño, emplazamiento y carac-terísticas que tendrá el proyecto. ¿Pero hay que evangelizar más aún al respecto? — Claro, porque incorporar la va-riable ciudadana en los proyectos de inversión es algo que ya se está consolidando, pero el tema del cuándo, aún no está resuelto. Según nuestra experiencia, debe ser en etapas tempranas y así se consi-gue la denominada licencia social. Pero como aún no está resuelta la relación de las empresas y sus co-munidades en los proyectos, el con-flicto se traslada al proceso de eva-luación ambiental y lo contamina. Es en ese momento entonces, don-de se produce la judicialización, que hemos visto en varios casos en el último tiempo. ¿Qué herramientas o guías tie-

tratamiento o procedimientos con anterioridad. En la regulación an-terior, no teníamos la posibilidad de incorporar las observaciones que la comunidad realizaba en el infor-me consolidado. Hoy se incorpora como un anexo de este documen-to y el titular se hace cargo de dichas observaciones.

Un segundo elemento novedoso, es que en la adenda (documento complementario), vienen las res-puestas a las demandas ciudada-nas, las que son analizadas por las distintas instituciones públicas que tienen competencia sobre las ma-terias que la comunidad observó. Antes no existía ese mecanismo. ¿Y si las comunidades no están de acuerdo con las respuestas? — Esta el mecanismo del recurso administrativo que puede presen-tar la comunidad si considera que las observaciones no fueron consi-deradas adecuadamente por la Co-misión de Evaluación, o en el caso de los proyectos regionales, por la Comisión Ejecutiva. E incluso, tie-ne la potestad de presentar recur-sos de reclamación ante el Comité de Ministros, en el caso de los Es-tudios de impacto Ambiental; o a la dirección ejecutiva del SEA, en el caso de las Declaraciones de Impac-to Ambiental. La incorporación de la partici-pación ciudadana, preocupa a algunos sectores por la posible demora en la aprobación de los proyectos. — Yo opino todo lo contrario (ríe). En la medida que, en etapas tem-pranas, el titular de un proyecto inicia un proceso de acercamiento y relacionamiento con las comuni-dades, ese proyecto tiene mayor solidez en términos de su acepta-ción. Por lo tanto, tendrá un trámi-te expedito en dicho ítem. P

ne el sector privado para infor-marse sobre estor proceso? — El SEIA es un instrumento abso-lutamente normado. Allí están to-das las etapas por las cuales transi-ta la evaluación ambiental de un proyecto de inversión. Está clarísi-mo. ¿Pero ha habido un cambio, lue-go de la modificación al SEIA el 2013? — Absolutamente. La modificación reglamentaria, ha creado mayores espacios de participación ciudada-na. En el antiguo reglamento no existía este ítem en declaraciones de impacto ambiental. Hoy se han abierto un conjunto de procesos de participación que generan benefi-cios sociales. Y por otro lado, actual-mente los procesos de participa-ción, también han perfeccionado su

FOT

O: A

GE

NC

IAU

NO

Page 5: Especial "Empresas y Comunidad"

5www.pulso.cl • Miércoles 15 de abril de 2015 @pulso_tw facebook.com/pulsochile

Page 6: Especial "Empresas y Comunidad"

6 Miércoles 15 de abril de 2015 • www.pulso.clESPECIALES @pulso_tw facebook.com/pulsochile

Un reportaje de PAULA NÚÑEZ LÓPEZ

PUEDE SER vista como una oportunidad dentro de la es-trategia de crecimiento sos-

tenible de las empresas, de lo con-trario puede convertirse en un ver-dadero dolor de cabeza para los proyectos. Se trata de la relación con las comunidades, que cada día toma más importancia dentro de las compañías, independiente el sector al que se dedique.

“Desde hace al menos unos tres años, en nuestro país, las comuni-dades aparecieron en el ‘mapa de riesgos y oportunidades’ de grandes proyectos de inversión”, dice Igna-cio Larraechea, gerente general de Acción. Lo que coincidiría con la ex-plosión de los conflictos socio am-bientales que han provocado la ju-dicialización. De acuerdo a Larrae-chea, surgen casi como un actor nuevo, como si antes no hubiesen existido. Tal vez, porque no genera-ban tal nivel de ruido, conflictividad o judicialización, como está ocu-rriendo en la actualidad. “Esto da cuenta de un tipo de relación que ha entrado en crisis y, por tanto, re-quiere ser revisada. Las empresas han transitado desde una etapa ini-cial de indiferencia a una de gestión de riesgos, fundamentalmente reac-tiva y ahora comienzan una terce-

ra etapa, basada en la co-creación. Es esta última la que ha permitido destrabar las relaciones de conflic-to permanente y reemplazarlas por una lógica de colaboración en una perspectiva de largo plazo”.

Relaciones Un gerente de sustentabilidad es un cargo crítico en las organizaciones que desarrollan proyectos. “Du-rante los últimos años, las empre-sas se han dado cuenta de la impor-tancia de este rol, considerando que muchos programas dejan de desarrollarse, producto de temas relacionados a la sustentabilidad”, señala Ignacio Brain, senior ma-nager de Michael Page.

Pero a la hora de definir quién ocupará ese cargo, las empresas deben tener algunos parámetros claros. “Dentro de las habilidades que se buscan en un rol como éste, están principalmente las habilida-des blandas, pues es una persona que debe tener en cuenta muchas variables a la hora de la toma de de-cisiones. Son personas con impor-tante conciencia social, que en-tienden las necesidades de las co-munidades y el medio, además de las necesidades de la empresa; y que integra estas variables alineán-dolas a la estrategia corporativa de la compañía”, enfatiza Brain.

De acuerdo a Mariana Merino, di-

¿Cómo vincularse con la comunidad para generar valor?

Vincularse de forma transparente, señalando cuáles serán las consecuencias del proyecto; fomentar la participación temprana en su desarrollo; empoderamiento desde el gobierno corporativo, y que quién dirija el diálogo sea empático, son algunas de las claves a la hora de relacionarse con el entorno al plantear un nuevo desafío empresarial.

Quien lleve las relaciones con las comunidades debe hablar “en fácil”, o sea traducir un lenguaje técnico en algo que sea entendible.

Debe existir un acercamiento a la comunidad desde la etapa germinal del proyecto.

FO

TO

: AR

CH

IVO

CO

PESA

Entre ellas está: empatía, capacidad de escuchar y entender las necesidades de la comunidad.

Desde 2004 hay un despegue significativo en casos socioambien-tales que se judiciali-zan en Chile.

La clave en la gestión socioam-biental parece estar en la incorpo-ración de la comunidad en el desarrollo de proyectos, convir-tiéndola en un aliado estratégico.

Z

91%de las empresas encuestadas con-sidera que el nuevo reglamento del SEIA no es suficiente para minimizar la judicialización de los proyectos, según estudio de PWC.

97% de las compañías considera que el éxito de los proyectos depende en gran medida de la gestión am-biental y social que realicen.

ALGUNOS DATOS rectora del Magíster en Comunica-ción Integrada de la UDD, hay algu-nas características indispensables para quién lleve a cabo la conversa-ción privados-comunidades. “Es clave que las personas encargadas de relacionarse con la comunidad estén dotadas de gran empatía y, lo más importante, que sepan escu-char, porque hay muchos conflictos que quizás pueden arreglarse al pre-guntarle a la comunidad ‘¿usted cómo lo plantearía?’. Al escuchar-los, conviertes a la comunidad en un socio estratégico del proyecto”.

Así mismo, pone de manifiesto que el empoderamiento por parte del gobierno corporativo es suma-mente importante. “Es determi-nante que tenga la posibilidad de generar acuerdo. No sirve que la persona vaya y diga ‘espérenme que debo ir a preguntar y regreso’. Si pasa eso, perderá el respeto de la comunidad”, enfatiza.

Para elegir al nexo con la gente, se debe tener en cuenta que estén ca-pacitadas, “que tengan habilidades de ser buen comunicador; hablar en fácil, o sea, traducir quizás un len-guaje técnico en algo que sea enten-dible para todas las personas en un marco de respeto”, dice Merino.

El manejo de crisis es otro punto importante que este rol debe domi-nar. “Todas las comunidades no son iguales y cada una busca refle-

xionar en distintos puntos, por lo que el gerente de sustentabilidad debe ser una persona capaz de to-mar todos estos puntos de vista, aterrizar las ideas, y lograr que el proyecto se desarrolle de buena manera” dice Brain.

Gobiernos corporativos Pero para que tengan un desarro-llo de manera óptima, señalan que es determinante el conocimiento en la dirección de las compañías.

“Tiene que haber una definición por parte de los gobiernos corpora-tivos de que realmente tiene que existir gran importancia sobre este tema. Debe haber conocimiento real de esta temática y no delegar-la sin relacionarse con el tema. Para permear realmente en la organi-zación tiene que partir de los go-biernos corporativos a los distintos estamentos de la institución”, ma-nifiesta Merino.

Si bien, la relación con comunida-des es un tema que cae usualmen-te en la responsabilidad de geren-cias como asuntos corporativos, comunicaciones o sustentabilidad, “la mirada correcta es la de relación de la empresa con la comunidad. Se trata de relaciones entre grupos humanos, por tanto, todos están involucrados, desde el guardia de seguridad hasta el gerente gene-ral. Lo que sí tiene que hacer la ge-rencia responsable es reunir toda la información posible sobre la vida en cada comunidad para saber qué es importante para ellos, qué es lo que nosotros como empresa debe-mos cuidar en nuestro comporta-miento al llegar a su espacio”, seña-la Ignacio Larraechea.

Respecto a cómo relacionarse con la comunidad, Merino dice que es muy importante que exista un acer-camiento desde la etapa germinal del proyecto, no cuando está todo estructurado y la comunidad no tiene un rol relevante en su desarro-llo; mantener a la comunidad infor-mada y transparentar al máximo las etapas del proyecto y sus even-tuales consecuencias positivas y negativas. P

No sirve que la persona vaya y diga: “voy a ir a preguntar y regreso”, por que perderá el respeto de la comunidad.

Desde hace un tiempo, las comunidades aparecieron en el mapa de riesgos y oportunidades.

Page 7: Especial "Empresas y Comunidad"

7www.pulso.cl • Miércoles 15 de abril de 2015 @pulso_tw facebook.com/pulsochile

Page 8: Especial "Empresas y Comunidad"

@pulso_tw facebook.com/pulsochile@pulso_tw facebook.com/pulsochile 9www.pulso.cl • Miércoles 15 de abril de 2015 ESPECIALES8 Miércoles 15 de abril de 2015 • www.pulso.clESPECIALES

Un reportaje de PAULA NÚÑEZ LÓPEZ

CON UNA VARIEDAD de re-cursos naturales, América Latina es una región donde

la actividad primaria ha sido foco de negocios a través de la historia. Sin embargo, a partir de la década de los 90, este mismo hecho ha es-tado sujeto a conflictos. Conflictos que cada vez escalan más a la judi-cialización, sobre todo consideran-do que muchas veces se ven invo-lucrados recursos que destacan por ser estratégicos para los países, pero también para su gente, como es el caso del petróleo, agua, mine-rales y gas.

Este aumento en la conflictivi-dad en América Latina empezó a generar una cantidad relevante de proyectos que han sido paralizados, o bien un desarrollo mucho más lento. Además de provocar un in-cremento considerable de los cos-tos para estos. “En efecto, durante los 90 pero incluso en la actualidad en diversas regiones, se considera-ba que los proyectos mineros, ener-géticos o productivos, por el he-cho de generar empleos y actividad económica eran beneficiosos para las comunidades locales. Pero los hechos han demostrado que esto sólo es verdad si los proyectos se di-señan con la intención de aportar a un desarrollo sustentable”, seña-la Raúl O’Ryan, director del diplo-mado Gestión Sustentable de las Organizaciones de la UAI.

De acuerdo al atlas Ejolt (’Envi-ronmental Justice Organisations, Liabilities and Trade’), herramien-ta que recoge los conflictos so-

cioambientales en el mundo, Lati-noamérica presenta el mayor nú-mero de casos documentados, con 339. De ellos, 35 pertenecen a Chi-le, uno de los países con mayor tasa de conflicto junto a Argentina con 36; Perú con 33; y Brasil con 64. De acuerdo al mapa de conflictos, en América del Sur, predominan los problemas a partir de la explotación minera y por la construcción de infraestructura para la extracción. Mientras que en nuestro país des-tacan conflictos como Alto Maipo, Caserones, Los Pelambres y Pas-cua Lama, entre otros.

De acuerdo al académico de la UAI, una de las razones por las que este tipo de conflictos se con-cibe es porque “hay una comuni-dad crecientemente informada y conectada, que no es invitada a in-volucrarse en el diseño de los pro-yectos que la afectan, que ha per-dido la confianza en que los estos efectivamente cumplan con los impactos prometidos, y no reco-noce al Estado como un garante de sus derechos, prefiere evitar el de-sarrollo de los proyectos. Para ello se buscan vías de oposición di-versas, una de las cuales es apro-vechar los propios mecanismos que da la ley, lo que lleva a la ju-dicialización”.

Así mismo, hay muchas constitu-ciones en el mundo, más de 60, en que se garantiza el derecho a vivir en un ambiente libre de contami-nación, un valor que se leía como muy bueno, en la práctica ha gene-rado que muchos proyectos termi-nen en tribunales dado que se con-traponen las ideas de una empre-sa con los derechos de las personas.

Conflictos que han puesto en jaque el desarrollo de negocios en América Latina

Desacuerdos en el manejo de recursos pesqueros, conservación de humedales, externalidades negativas de procesos industriales, explotación excesiva de recursos naturales y menoscabo a tradiciones de pueblos originarios son algunos de los temas que tienen a Latinoamérica como el continente con mayor cantidad de discrepancias, según el Atlas Ejolt.

Hay una comunidad crecientemente informada y conectada, que no es invitada a involucrarse.

Cerca de 60 constituciones en el mundo garantizan el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación.

Más información de casos en América Latina en versión iPad de PULSO y www.pulso.cl.

PULSO EDITORIAL

Los acuíferos son determinantes para la mantención en el tiem-po del entorno.

Ejolt: El desarrollo de este mapa de justicia ambiental es apoya-do por la Comisión Europea.

Rol social: A pesar de los ingresos que se generan en el departamento de La Guajira, la tasa de indigencia es una de las más altas.

Proyecto Conga Uno de los casos más relevantes en Perú es el proyecto minero Con-ga, ejecutado por la empresa Yana-cocha. En marzo de 2011, la mine-ra presentó el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto Minas Conga que comprendía una em-bergadura de 25.000 hectáreas y una extracción de cobre cercana a las 90 mil toneladas y entre 13 y 22 toneladas anuales de oro.

Con el fin de sacar el oro, se des-truirían las lagunas más grandes de la zona. Entre ellas la Chailluagón y El Perol. A cambio de ello, la mi-nera compensaría con cuatro reser-vorios o represas. Para extraer la gran cantidad de rocas que tienen el oro, primero se tiene que retirar la vegetación y el suelo orgánico que almacenan el agua; por lo tan-to, la esponja hídrica o colchón acuífero desaparecería, además de las lagunas y gran parte del ecosis-tema en que están situadas.

Con una inversión cercana a los US$4.800 millones, en octubre de 2011, nueve piezas de maquinaria

volucradas en el área del proyecto. No obstante, diversos sectores se alzaron en contra del proyecto por-que generaría un importante im-pacto ambiental en el río, incluyen-do escasez de agua para algunas zo-nas, en el departamento más árido del país, La Guajira. Además, au-mentaría la cantidad de sólidos en suspensión, reducirá el hábitat acuá-tico, sin contar que resentiría cultu-ralmente a las comunidades indíge-nas Wayú, pues su identidad se for-jó en torno al río. Se estima que este proyecto podría afectar la vida de 100 mil personas.

El desarrollo de un proyecto como éste presenta un gran reto pues La Guajira, es una de las zonas del país que mayor recurso energético al-berga, en el caso del carbón tiene el 56,5% de las reservas probadas na-cionales. Es decir, 3.728 millones de toneladas y en el caso del gas, el 43,4% de las reservas probadas na-cionales, con una producción dia-ria de aproximadamente 400 millo-nes de pies cúbicos, además de la infraestructura para la generación de energía eólica.

Además, se da en un marco en que La Guajira es una de las zonas del país con mayor déficit hídrico, debido a su régimen de lluvia y a la alta tasas de evapotranspiración.

Institucionalidad Uno de los aspectos fundamentales para hacer frente a este tipo de con-

El proyecto Conga sentó un precedente en el desarrollo de negocios ligados a la explotación en Perú.

La experiencia internacional muestra que para ser exitosos se requiere incorporar a las comunidades en los proyectos.

42%de los conflictos relacionados a mi-nería se produce una vez que el pro-yecto ya está en operación, según “Conflict translates enviromental and social risk into business costs”.

US$4.800 mill.

339

fue la inversión en La Conga. Las obras fueron paralizadas en 2011 y al día de hoy se trabaja para reactivar la faena.

casos en Latinoamérica documen-tó el Atlas de justicia medioambien-tal Ejolt, donde Brasil tiene 64 con-flictos, mientras que nuestro país está dentro del top 5 con 35.

ALGUNOS DATOS

b ¿Qué ha pasado? A partir de los 90, se ha producido una ma-yor judicialización de proyectos en la región.

b ¿Por qué ha pasado? Mayor información de la ciudadanía, involucración de medioambien-talistas, diferencias en la visión de uso de suelo, externalidades negativas como la polución, son algunas de las causas.

b ¿Qué consecuencias tiene? Comunidades que se sienten ex-cluidas de los procesos y que se vuelven reactivas al desarrollo de proyectos que los afecta.

b ¿Cómo me puede afectar? Un proyecto que contempla a las co-munidades a través de sus pro-cesos, suele tener mayor éxito, pues se encuentra con un aliado estratégico que se siente parte del crecimiento del negocio.

P

flictos parece ser el fortalecimien-to institucional.

De acuerdo a Sebastián Miller, economista investigador senior del BID, los conflictossocioambienta-les se dan a partir de tres puntos: “Quién controla un recurso natural, conflictos medioambientales o por diferencia de intereses. Con ello me refiero a la diferencia de visio-nes que puede haber, por ejemplo, en torno al uso de suelo. Quizás para la empresa es valioso para ex-plotar minerales, pero para un gru-po étnico puede tener aspectos idiosincráticos relevantes” .

La realidad internacional muestra que para ser exitosos se requiere in-corporar a las comunidades en los proyectos desde que se decide que se desarrollará un proyecto, antes de definirlo o precisar su ubicación y ta-maño. “También es fundamental que los proyectos de mayor enverga-dura sean parte de una visión estra-tégica en cuanto a desarrollo de la re-gión en que se insertan. Se requiere además que las en muchos casos las comunidades deben ser legítimos socios de los proyectos, yendo más allá de la mitigación y compensa-ción”, enfatiza O’Ryan. P

pesada fueron quemadas, lo que dio inicio a la manifestación en con-tra de este mega proyecto, a lo que posteriormente se suman protes-tas de pobladores; ministros via-jando a la zona de conflicto; un paro regional en contra del proyecto mi-nero; la intervención del Presiden-te Humala; suspención temporal de obras; estado de emergencia en cuatro provincias; salen del gabine-te los ministros de Ambiente, Ener-gía y Minas. En febrero de 2012 se realiza la marcha del Agua en que luego de 14 días llegan caminando a Lima; se hace un peritaje al infor-me de impacto ambiental; en julio de ese año 4 manifestantes mueren en enfrentamientos con la policía. Todo esto dio como resultado la pa-ralización de obras que al día de hoy no se retoman.

Muchos sostienen que este caso ha marcado un antes y un después en la forma en que se deben enfren-tar los conflictos socioambienta-les en el mundo de la minería.

Rodrigo Subiabre, vicepresiden-te de optimización de activos de

Anglo American Chile señala que los conflictos socioambientales en la región “se deben a que en los úl-timos diez años ha existido una vi-sión de corto plazo, donde se bus-ca un desempeño eficaz, pero no eficiente y no sustentable. Se ha dado por conseguir volumen a cual-quier costo. Sin embargo, el cami-no que se debe seguir es de un tra-bajo integrado, comprendiendo a la sociedad, las comunidades”.

Desviación del río Ranchería En Colombia, uno de los conflictos socioambientales se dio como pro-ducto de la eventual desviación del río Ranchería, en La Guajira al nor-te del país. Basados en su plan de ex-pansión, la empresa El Cerrejón pro-puso la desviación del río en dos tramos localizados entre los muni-cipios de Barrancas y Hato Nuevo puesto que, según estudios explora-torios de la compañía, en dichos segmentos se localiza un importan-te volumen del mineral que le ayu-darán a elevar su volumen de extrac-ción, logrando con ello un incre-mento de las reservas totales de carbón extraíble en un 64%. A raíz de eso, la multinancional hace una petición ante el ministerio del Inte-rior para iniciar el proceso de con-sulta previa con las comunidades in-

El Amazonas es fuente permanente de conflicto entre las comunidades y los proyectos de inversión, principalmente forestales.

Muchos proyectos de inversión han puesto en conflicto a países latinoamericanos con naciones desarrolladas.

Page 9: Especial "Empresas y Comunidad"

10 Miércoles 15 de abril de 2015 • www.pulso.clESPECIALES @pulso_tw facebook.com/pulsochile

DANIEL FAJARDO

REPRESENTANTES de los pueblos Aymara, Quechua, Atacameño, Colla, Rapa

Nui, Diaguita, Mapuche, Yagan y Kawéskar le dieron al Gobierno el “vamos” con la idea de crear un Mi-nisterio de Pueblos Indígenas, a principios de este año.

Con la aprobación de estas et-nias originarias, el Gobierno ace-leró el ingreso del proyecto de ley respectivo, para así, poder con-cretar una iniciativa que lleva va-rios años de evaluaciones y dis-cusiones. Proceso que se aceleró cuando nuestro país se acogió al convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, OIT (ver recuadro).

Finalmente, en marzo de este año, se cerró la “consulta indígena”

convocada por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) y se definió que la nueva entidad se llamaría “Ministerio de las Cultu-ras, las Artes y el Patrimonio”

“Ésta es la mejor prueba de que queremos que la nueva institucio-nalidad sea un espacio donde con-vivan y coexistan las distintas cul-turas presentes en nuestro país”, dijo la ministra de Cultura, Clau-dia Barattini, quien lideró las dos jornadas de cierre, durante la se-gunda quincena de marzo.

Al proyecto, se le agregó además la creación de un Consejo Asesor de Pueblos Originarios, que esta-rán representados todos los pue-blos indígenas y será parte de la unidad técnica a cargo de materias indígenas y en todas aquellos te-mas en que se requiera su opinión.

Ya entrado abril, el proyecto fue ingresado al Congreso para su aprobación.

Institucionalidad fuerte ¿Cuál será el peso específico de este ministerio en la aprobación de los proyectos de inversión? Según el Servicio de Evaluación Ambien-tal (SEA), un 69% del total de pro-cesos de consultas finalizadas, en desarrollo y proyectadas corres-ponde a proyectos del sector ener-gético. La minería abarca un 25% y la industria de celulosa y embal-ses de ríos, un 6%. Por otro lado, el sur de Chile concentra el 44% de consultas indígenas y el norte, el 37%. Sólo un 6% de las consultas son interregionales.

Actualmente el proceso de con-sulta indígena en los proyectos de inversión se realiza por medio del reglamento del Servicio de Eva-luación de Impacto Ambiental (SEIA). Lo más posible es que esta instancia se traspase desde al SEA, hacia la nueva entidad. “Por el mo-mento, nuestro foco central es lle-var de la mejor forma posible este proceso cuando corresponda”, co-menta Jorge Troncoso, director del SEA.

Por eso, la primera etapa, una vez en funcionamiento, será esta-blecer una institucionalidad fuer-te. “Actualmente, la Conadi (Cor-poración Nacional de Desarrollo Indígena) no tiene presencia en todas las regiones y en varias de ellas, posee uno o dos funciona-rios, lo que impide dar solución a los distintos problemas de los pueblos indígenas”, indica María Fernanda Villegas, ministra de De-sarrollo Social, quien agrega ade-más que la Conadi carece de las fa-cultades de tener sus propias ini-ciativas legislativas

Rodrigo Benítez, ex subsecreta-rio del Medio Ambiente y actual Socio en Baker & McKenzie, co-menta que la diferencia podría darse con relación al organismo que se va a pronunciar respecto a los proyectos. “Se ha dicho que seguirá siendo la Conadi para al-gunas cosas, pero aún no se sabe con certeza. Lo importante es que sea una sola entidad, no varias, porque eso sí que significaría una mayor judicialización y para-lización de los proyectos”, dice Benítez

Pero este abogado estima que lo que no sería razonable es extraer la consulta indígena del SEA para llevarla a un nuevo procedimien-to. “Eso sería un completo error, porque se está dando mayor buro-cracia a los temas administrati-vos. No tendría mucha lógica en

La influencia del futuro Ministerio Indígena en los proyectos de inversión

Un 69% del total de procesos de consultas finalizadas, en desarrollo y proyectadas corresponde a proyectos del sector energético. Por esto, lo que suceda con el futuro Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio” es clave.

El proyecto incluye además la creación de un Consejo Asesor de Pueblos Originarios.

Actualmente el proceso de consulta indígena se realiza por medio del reglamento del SEIA.

FOT

O P

RE

SID

EN

CIA

SEIA: Instrumento que introduce la dimensión ambiental en el diseño y la ejecución de los proyectos.

bbb El Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sobre Pueblos In-dígenas y Tribales en Países In-dependientes, es un tratado in-ternacional adoptado en Gine-bra, el 27 de junio de 1989, siendo ratificado por nuestro país en septiembre del año 2008, entrando en vigencia el 15 de septiembre del año 2009. Dicho convenio establece el deber para el Estado de Chile

de consultar las medidas legis-lativas y administrativas sus-ceptibles de afectar directa-mente a los pueblos origina-rios, estableciendo procedimientos apropiados de consulta a los pueblos interesa-dos, de buena fe y con la finali-dad de llegar a un acuerdo o lo-grar el consentimiento acerca de las medidas propuestas. Este convenio, regula además , las materias relacionadas con

la costumbre y derecho con-suetudinario de los pueblos originarios, establece ciertos principios acerca del uso y transferencia de las tierras in-dígenas y recursos naturales, junto con su traslado o relocali-zación. Finalmente, se refiere a la conservación de su cultura y a las medidas que permitan ga-rantizar una educación en to-dos los niveles, entre otras ma-terias.

¿De qué se trata el Convenio 169 de la OIT?

b ¿Qué ha pasado? El Gobierno envió al Congreso el proyecto de Ley que crea el futuro “Ministe-rio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio”.

b ¿Por qué ha pasado? Luego de una aspiración de varios años y un proceso de consulta indígena de más de siete meses, las diver-sas etnias originarias, se pusie-ron de acuerdo con el Gobierno sobre la nueva entidad.

b ¿Qué consecuencias tiene? Entre varios temas, la nueva ins-titución sería clave en la aproba-ción de los proyectos de inver-sión, generando una consulta previa.

b ¿Cómo me puede afectar? Está aún por verse el real peso de este ministerio en los proyectos de inversión. La idea es que se agilice lo que ya existe.

P

cuanto a recursos y personal”, dice Benítez.

Perfil del ministro Si se logra concretar el ministerio en los próximos años, sería un ver-dadero hito, considerando que en 1992 fue la primera vez que los pueblos indígenas plantearon la necesidad de su creación, en la cumbre del cerro Ñielol (Región de la Araucanía).

Por esto, es que es tan clave su rol en cuanto a los proyectos de inver-sión. “Una vez conformado, lo más urgente sería hacerse cargo de las consultas indígenas que están en proceso. Pero sobre todo, proveer los recursos financieros o los me-dios para que las comunidades puedan defenderse o entender los problemas de impacto ambiental, con gente que se los explique, que tengan una real participación. En definitiva, la primera necesidad es hacerse cargo de que las consul-tas indígenas se hagan conforme a los estándares internacionales”, indica Lorenzo Soto, abogado y doctor en Derecho Ambiental.

Otra duda que surge de inmedia-to es si el jefe de esta posible car-tera debe o no pertenecer a un pueblo indígena. Según Soto, más que este factor, lo importante es la empatía que tenga con las etnias. “Es fundamental que quien lo di-rija, al igual que sus funcionarios, tenga una mirada indigenista, en vez de una productivista. O sea, que posean una vocación por de-fender los derechos indígenas”, concluye el abogado. P

Durante el proceso de consulta, se realizaron más de 500 encuentros territoriales. Sin embargo, aún hay comunidades que no están conformes.

ZEl jefe de esta cartera debería ser alguien con acercamiento y empatía con las diferentes etnias originarias.

Page 10: Especial "Empresas y Comunidad"

11www.pulso.cl • Miércoles 15 de abril de 2015 @pulso_tw facebook.com/pulsochile

Page 11: Especial "Empresas y Comunidad"

12 Miércoles 15 de abril de 2015 • www.pulso.clESPECIALES @pulso_tw facebook.com/pulsochile

FOT

O: A

GE

NC

IAU

NO

Un reportaje de PAULA NÚÑEZ LÓPEZ

EN EL CONTEXTO del lanza-miento de la Agenda de Ener-gía del Gobierno en mayo de

2014, el Ministerio de Energía anun-ció el ingreso de una serie de proyec-tos de ley. Entre ellos, el de Asocia-tividad. En ese entonces, se dio én-fasis al “Proceso de Planificación Participativa para la Política Ener-gética de largo plazo” denominado Energía 2050. Si bien este proyecto está siendo redactado y se descono-ce su versión definitiva,hay tras-cendidos que establecen que podría sentar precedente para aquellos pro-

El posible modelo de compartir la propiedad entre empresa y comunidad

Si bien, una de las promesas del Gobierno en período electoral consistía en dar a los actores sociales la relevancia que ellos esperaban, involucrándose lo más posible en el desarrollo de los negocios, la Ley de Asociatividad aún no es una realidad en nuestro país, pero cuenta con ejemplos en el mundo que la convertirían en una opción viable para fortalecer la puesta en marcha iniciativas de gran envergadura.

Uno de los casos emblemáticos es el proyecto hidroeléctrico de Bahia de James Bay en Quebec frente a las comunidades Cree.

Replicar el modelo el modelo estadounidense de cooperativas eléctricas es una de las alternativas.

La ley de Autogobierno Indígena en EEUU partió en los 70 cuando tenían un PIB similar al que tiene hoy Chile.

yectos en que los costos de genera-ción están siendo sufridos y pagados por las comunidades locales.

El número de proyectos de inver-sión en sectores de recursos natu-rales ha aumentado con gran fuer-za entre 2006 y 2014 como respues-ta al aumento en el precio de commodities, lo que ha implicado también una mayor demanda por energíaque se ha reflejado. “Este mayor número de proyectos se ha enfrentado a creciente oposición de comunidades locales debido a di-versos factores que operan por si so-los o de manera conjunta: debilidad del Estado en cumplir con regula-ciones ambientales o carencias de

las mismas, una débil implementa-ción por parte del Estado del Con-venio 169 que ha llevado a una ju-dicialización de proyectos de inver-sión y normativas creando una nueva jurisprudencia lenta en tri-bunales, bajos beneficios locales de los proyectos versus sus costos ambientales, y mayor empodera-miento de las comunidades indíge-nas”, señala Enrique Calfucura, do-cente del departamento de Econo-mía de la Universidad Diego Portales. Él da como otro factor la existencia de conflictos y malas ex-periencias previas, pues éstas tam-bién han condicionado la respues-ta negativa de las comunidades a proyectos de inversión.

Experiencia en el mundo En países como Canadá y EEUU, los pueblos indígenas tienen imple-mentados gobiernos tribales que en forma individual o conjunta han enfrentado y/o negociado con el Estado grandes proyectos de inver-sión, como es el caso del megapro-yecto hidroeléctrico de Bahia de James Bay en Quebec frente a las co-munidades Cree, también llamada Paix des Braves. Ahí la ley de aso-ciatividad se concibe como un me-canismo que “genera un marco fle-xible a través del cual comunidades locales indígenas y no indígenas pueden hacer un proyecto propio, a pesar de que la compañía asume el financiamiento, la construcción y la operación del proyecto. El tra-bajo de diseño y las medidas para minimizar los impactos negativos y maximizar los resultados positivos son llevadas a cabo en consulta con las comunidades locales”.

Hoy en nuestro país se vislumbran varios caminos para compartir la propiedad de centrales eléctricas con las comunidades. Entre ellos está el replicar el modelo de cooperativas eléctricas tal como funciona en Esta-dos Unidos. Esta alternativa plantea que el sistema eléctrico se desarrolla sin fines de lucro. Otro camino hace

referencia a que las empresas que generen más de 20 MW den aportes económicos con el objetivo de fi-nanciar proyectos que las comunida-des decidan implementar.

Otra directriz apunta a entregar parte de las ventas o utilidades , lo que haría más sencillo su recaudación.

La creación de un tercero como fa-cilitador es otra alternativa. La idea es que exista mediadores para que no se r eadicalicen los diálogos.

Dos aspectos del Convenio 169 se refieren a la participación de los be-neficios de proyectos de inversión de las comunidades afectadas y la compensación por daños genera-dos por proyectos de inversión. Uno de los países que lo hizo fue EEUU, que implementó la ley de Autogobierno Indígena en los 70 cuando su PIB per cápita era cer-cano a los US$20.000, similar al que hoy tiene Chile. “Por lo mismo, las propuestas de la Comisión de Descentralización debieran ser consideradas para su implemen-tación por las autoridades”, enfati-za Calfucura.P

b ¿Qué ha pasado? La ley de asociatividad estaría pronta a entrar al Congreso.

b ¿Por qué ha pasado? En paí-ses como Estados Unidos o Ca-nadá ha significado un desarro-llo importante para las comuni-dades tanto indígenas como no indígenas.

b ¿Qué consecuencias tiene? Una mayor integración de los gru-pos en el desarrollo de proyectos.

P

Page 12: Especial "Empresas y Comunidad"

13www.pulso.cl • Miércoles 15 de abril de 2015 @pulso_tw facebook.com/pulsochile

Page 13: Especial "Empresas y Comunidad"

@pulso_tw facebook.com/pulsochile@pulso_tw facebook.com/pulsochile 15www.pulso.cl • Miércoles 15 de abril de 2015 ESPECIALES14 Miércoles 15 de abril de 2015 • www.pulso.clESPECIALES

Un reportaje de DANIEL FAJARDO CABELLO

EN el verano de 2009, un gru-po de amigos fue de viaje a Punta de Choros, a 115 kilóme-

tros al norte de la ciudad de La Se-rena. Durante su estadía vieron una serie de carteles que decían: “Salve-mos Punta de Choros”. Residentes y turistas solicitaban apoyo para evitar la construcción de la termoe-léctrica de Barrancones. Quedaron tan impactados por la posibilidad de que destruyeran el medioambiente del lugar, que decidieron hacer algo al respecto, planificando durante varios meses los pasos a seguir para llevar la protesta local a toda la opi-nión pública del país.

Al principio, el conflicto era desco-nocido fuera de la comunidad. Pero gracias a una estrategia de marke-ting que envidaría cualquier campa-ña publicitaria, lograron que se hi-ciera conocida en Chile y el mundo. Acto seguido, presionaron a los can-didatos a la presidencia de ese en-tonces, a que se comprometieran con la causa.

Meses después, debido a la pre-sión social y de los medios, al Presi-dente Sebastián Piñera no le quedó más que prohibir la construcción de Barrancones.

Este es un buen ejemplo de cómo un conflicto local, que influye a una comunidad en particular, logra tras-cender hacia otras regiones, gra-cias, en gran parte, a una fuerte es-trategia de marketing y participa-ción ciudadana.

Claramente, las redes sociales y medios de comunicación son un factor diferenciador con respecto a cómo se daban estos procesos en el siglo pasado. “Rápidamente enten-dimos que para concientizar a la población, internet y, específica-

mente las redes sociales, eran el ca-mino ideal. Nos dimos cuenta de la importancia de los líderes de opi-nión, especialmente en Twitter y cómo había que comunicarse con ellos”, comenta Ladislao Palma, pu-blicista y líder de la campaña “Sal-vemos Punta de Choros”.

Punto de inflexión En este aspecto, quizá uno de los proyectos fracasados más emble-máticos en los últimos años ha sido Hidroaysén. Si bien la idea tiene más de sesenta años, el megapro-yecto de construir cinco represas en la Patagonia estuvo desde 2007, rodeado de una fuerte polémica por el posible daño a la zona. Patagonia Sin Represas, se construyó en un amplificador mundial de las deman-das de la comunidad local de la Re-gión de Aysén.

En un hecho histórico, en junio de 2014 el Comité de Ministros de-cidió por unanimidad revocar los permisos ambientales a esta inicia-tiva, dejando sin efecto la Resolución de Calificación Ambiental del pro-yecto, que había sido otorgada en mayo de 2011 por la Corema de Aysén. La iniciativa suponía una inversión inicial de US$3.200 millo-nes para producir una media anual de 18.430 GW por hora.

Lo interesante que uno de los fac-tores decidores para el rechazo fue-ron las 2.000 observaciones plan-teadas por las comunidades locales y grupos ambientalistas. “Las ma-terias que se han abordado y que son parte fundamental en el pronun-ciamiento del Comité de Ministros tienen que ver básicamente con la inexistencia de un plan de relocali-zación como medida de compen-sación para un impacto significati-vo declarado por el propio titular Hi-droAysén”, comentó en ese

Cómo las comunidades amplifican su descontento

Las redes sociales, los medios de comunciación y una buena estrategia de difusión han logrado que ciertos conflictos locales se amplifiquen a toda la sociedad. Hidroaysén, Pascua Lama y Barrancones -dentro de sus propias dimensiones- son ejemplos que han hecho que las empresas repiensen la forma de comunicarse y relacionarse con su entorno.

entonces Pablo Badenier, ministro del Medio Ambiente.

Durante los siete años que duró el conflicto, nadie podía desconocer la importante campaña que realiza-ron varios movimientos ciudada-nos, liderados en un principio por Patagonia Sin Represas, que logró re-unir más de 80 organizaciones a la causa. Definitivamente, la historia de HidroAysén marcó un antes y un después con respecto a la im-portancia social de los proyectos.

Alto Maipo y Punta Alcalde, son también dos claros ejemplos recien-tes de cómo la ciudadanía está sien-do un factor de mucha influencia en los proyectos energéticos e hidroe-léctricos en general. De hecho, el año pasado el Ministerio de Energía creó una unidad especial de diálo-go con las comunidades y participa-ción social, que antes no existía.

La experiencia del oro Otro proyecto emblemático, pero en el área minera, es Pascua Lama, que ha sido sometido a uno de los procesos de aprobación más riguro-sos desde que opera la actual insti-tucionalidad ambiental en Chile.

La idea del proyecto de extracción de oro en la Región de Atacama, surgió en los noventa, pero en 2001 las autoridades chilenas aprobaron el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que presentó la empresa Ba-rrick Gold. Luego de varios años en que se comenzó a realizar las pri-meas inversiones, explotó el con-flicto entre la compañía y la comu-nidad, el que se amplificó al resto de Chile y Argentina. En 2013, Barrick tuvo que paralizar la construcción al no conseguir los permisos ambien-tales y le fue interpuesta una multa de US$ 16 millones.

A lo largo de todo el conflicto, nue-vamente la fuerte campaña ciuda-

4.500Es la altura sobre el nivel del mar que se encuentra ubicado el lugar donde se pretende construir Pas-cua Lama.

1.000.000

2.000

Fueron las visitas que logró en 7 días en Youtube el video “Chao Pescao”, de la campaña “Salve-mos Punta de Choros”.

Es la cantidad de observaciones planteadas por las comunidades locales y grupos ambientalistas al proyecto de Hidroaysén. Este do-cumento habría sido un factor clave a la hora de rechazar el pro-yecto.

BASE DE DATOS

b ¿Qué ha pasado? En los últi-mos diez años hemos sido testi-gos de un fuerte factor ciudada-no en los grandes proyectos de inversión.

b ¿Por qué ha pasado? Básica-mente por una población con mayor acceso a la información y debido a las redes sociales, que logran una difusión más rápida y masiva.

b ¿Qué consecuencias tiene? Las empresas están comenzando a entender la importancia no sólo de la comunidad, sino tam-bién del peso de la sociedad a la hora de pensar en los proyectos de inversión

b ¿Cómo afecta sus inversio-nes? Las compañías están inclu-yendo proyectos de relaciona-miento y comunicaciones más cercano con su entorno.

P

FO

TO

: AG

EN

CIA

UN

O

dana por pararlo fue un pilar de la opisición. Si bien comenzó en comu-nidades locales, rápidamente se vi-ralizó a nivel internacional.

Esta historia de encuentros y de-sencuentros logró un cambio en la forma en que esta minera se está relacionado con su comunidad. Ac-tualmente, empleados de la compa-ñía realizan constantes reuniones y encuentros con los habitantes de la zona.

Las intenciones de esta firma, de origen canadiense, es ingresar nue-vamente el proyecto al SEIA a me-diados de años. Esta vez, con todo lo aprendido, principalmente en cuan-to a saber cómo relacionarse con la comunidad. P

FOT

O: H

ER

NA

N C

ON

TR

ER

AS

Punto de Vista

UNO de los temas más com-plejos de definir cuándo se deciden estrategias de rela-

cionamiento con comunidades, tiene que ver con el rol del Estado, empresa, comunidades y ONGs. frente a la evaluación de un pro-yecto ¿Cuál es la responsabilidad del Estado? ¿Corresponde que las empresas financien escuelas y hos-pitales como parte del “relaciona-miento”? ¿Cuál es el rol de las ONGs. como “intermediarios” de la comunidad? Esta definición de ro-les resulta crucial en temas de rela-cionamiento comunitario. A conti-nuación, presento una serie de principios que pueden servir de guía para un efectivo proceso con las comunidades:

1. Todos los actores han de tener presente que el SEIA como instru-mento de gestión ambiental, dado su carácter sitio-específico, no es un instrumento idóneo para resol-ver cuestiones de localización de proyectos, ya que ella ya viene dada y estudiada en el Estudio de Impac-to Ambiental (EIA). Por otra parte, no cualquier tipo de medidas socia-les pueden ser discutidas en el SEIA, sino solamente aquellas que tengan que ver con los impactos del respectivo proyecto.

2. La “participación anticipada de la comunidad” (previa al SEIA), es voluntaria y ha de organizarse por parte de la empresa desde un punto de vista especialmente informati-vo. Es importante entender que ella no reemplaza la participación ciu-dadana real ni la consulta indígena, las cuales han de realizarse durante la evaluación ambiental. Con todo, esta “participación anticipada” de acuerdo a la ley, obliga al titular a informar en su EIA si fueron acor-dadas medidas de compensación o mitigación, las cuales no son vincu-lantes para la calificación ambien-tal del proyecto.

3. Si bien son las empresas las que preparan los EIA, es responsabili-dad del Estado conducir dicho pro-ceso con su Participación Ciudada-na y Consulta Indígena. El rol del Estado es insustituible y es una obligación legal. Con todo, el Esta-do puede solicitar al Titular su co-

Definiendo el rol del Estado y de los privados

en el relacionamiento comunitario

—por RICARDO IRARRÁZABAL—

Hay que evitar tratar con terceras personas (abogados) que se autodenominan representantes de las comunidades (cuestión que muchas veces es falsa)”.

“La ‘participación anticipada de la comunidad’ se debe organizar por parte de la empresa, desde un punto de vista especialmente informativo”.

laboración. Todo lo anterior es rele-vante, ya que podría existir la ten-tación de llevar adelante una eva-luación ambiental paralela, exigida por las comunidades, con consulto-res independientes. Esto último, además de no producir efectos jurí-dicos, distorsiona al SEIA y la neu-tralidad del Estado como conduc-tor del proceso, ya que éste ha de dar garantías a ambas partes, em-presas y comunidades, y si éstas úl-timas requieren estudios o explica-ciones adicionales, es rol del Esta-do, no de las empresas, asumir los costos que ello signifique. Por tan-to, es altamente desaconsejable que las empresas faciliten fondos a las comunidades para estas evalua-ciones “paralelas”.

4. El rol de las ONGs. puede ser valioso como eventuales interme-diarios, pero requiere de un ex-haustivo análisis de la representati-vidad que ellas tendrían de las co-munidades afectadas. Por otra parte, hay que evitar tratar con ter-ceras personas (abogados) que se autodenominan representantes de las comunidades (cuestión que mu-chas veces es falsa), pero que en realidad persiguen comisiones e instrumentalizar la discusión y lle-varla a una judicialización. P

Profesor Derecho UC y socio Arteaga Gorziglia Abogados.

Punto de Vista

DURANTE los últimos años, las empresas han realizado cam-bios en sus estrategias de inver-

sión social y comunitaria, donde se han alejado de la filantropía pura y han emprendido nuevos caminos que permiten agregar valor a la sociedad y realizar iniciativas que generen bene-ficios compartidos en el ámbito finan-ciero, social y ambiental.

En la actualidad, las compañías de-ben alinear sus estrategias de Respon-sabilidad Social Empresarial (RSE) con los objetivos del negocio. Las em-presas pueden utilizar su dinero, sus productos y las habilidades de sus em-pleados para combatir algunos de los problemas más grandes que enfrenta la sociedad como: la pobreza, la adap-tación al cambio climático y el acceso limitado a los cuidados de salud; edu-cación; agua potable, alimentos, etc.

Una clara estrategia de inversión so-cial permite a las compañías enfocar sus acciones de manera más eficaz, esto con la finalidad de maximizar el impacto social. Las organizaciones han descubierto que desarrollar bue-nas prácticas de gobierno corporativo, ayudan a hacer más eficiente, ética y transparente su gestión de RSE. No se trata de continuar con las acciones de filantropía, sino de desarrollar com-promisos –a largo plazo- con grupos de interés.

La inversión social también puede crear oportunidades importantes para los negocios, incluyendo la posibili-dad de permitir a las compañías cum-plir con los requisitos de ley, asegurar una licencia social para operar, mejo-

Medir la inversión social: un desafío real

para las empresas

—por LORENA HERRERA—

“Una clara estrategia de inversión social permite a las compañías enfocar sus acciones de manera más eficaz.”

La mayoría de las compañías se concentra en medir las contribuciones económicas, pero pocas reportan el impacto de su gestión de RSE.”

rar su reputación, atraer personal ca-pacitado, incrementar el nivel de com-promiso de la fuerza laboral y desarro-llar productos y mercados nuevos.

Los reportes de las 100 compañías más grandes del mundo y sus funda-ciones determinaron que las empre-sas invierten el equivalente a 2,5% de las ganancias (libres de impuesto) en programas sociales. El estudio titula-do: “El valor de la inversión social” de KPMG, refleja que la mayoría de las compañías se concentra en medir y reportar las contribuciones económi-cas, donaciones de productos y activi-dades de voluntariado; pero pocas re-portan el impacto de su gestión de RSE. Todas las compañías investiga-das discutieron sus datos de entrada y salida, lo cual refleja la necesidad por hacer seguimiento a las contribu-ciones realizadas y obtener resulta-dos inmediatos.

También se refleja que la mayoría de las empresas poseen estrategias de in-versión dispersas. En promedio, cada organización invierte en cinco áreas sociales diferentes, lo que sugiere que no tienen un enfoque bien definido. El análisis revela que 79% de las organi-zaciones discute sus estrategias de in-versión social, pero sólo 32% reporta una estrategia detallada. Según el es-tudio, las compañías farmacéuticas son las más estratégicas, pues invier-ten en el área más relevante para su negocio: la salud.

El punto de partida para la evalua-ción de un programa de inversión so-cial es la “teoría del cambio”. Este marco ampliamente utilizado ayuda a las compañías a comprender cuáles son las contribuciones que se hacen a cada programa y el cambio (o el im-pacto) resultante.

El proceso de medir y reportar el im-pacto social puede ser complejo. Sin embargo, las empresas están enfocan-do sus esfuerzos y dando los primeros pasos para medir los impactos de su inversión social en el tiempo. En tanto se logre perfeccionar los mecanismos de medición de la gestión de responsa-bilidad social, las empresas podrán ser más eficientes y responderán a las ne-cesidades de la comunidad. P

Gerente de Sostenibilidad y Cambio Climático de KPMG Chile.

Page 14: Especial "Empresas y Comunidad"

16 Miércoles 15 de abril de 2015 • www.pulso.cl@pulso_tw facebook.com/pulsochile