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ESPECIES INVASORAS Y SUS EFECTOS EN LAS ANPs DE COMPETENCIA FEDERAL
DIAGNÓSTICO PRELIMINAR
DIRECCIÓN DE ESPECIES PRIORITARIAS PARA LA
CONSERVACIÓN CONANP
DICIEMBRE, 2008
INDICE DE CONTENIDO
1. PRESENTACIÓN………………………………………………………..………..…1
2. INTRODUCCIÓN………………………………………………………..………..….2
3. ANTECEDENTES.……………………………………………………….…………..7 4. ACCIONES EN EL 2008….……...……………………………………..……..…11 4.1 Actividades para detectar vacíos y daños por EI.
Evaluación de ANPs………………………………………….…….………14 4.2 Avances para el logro de los resultados………………………….…….15
4.2.1 Estado que guardan las ANPs: análisis de información procedente de los cuestionarios…………………..…………....17
4.3 Evaluación.....…….……………………...……...……………………….…..21 4. CONSIDERACIONES……………………………………………………………...23 5. ACCIONES FUTURAS…….……………………………..…………………....….28 6. LITERATURA CITADA………………..…….………………………….…….…...30
INDICE DE TABLAS Y FUGURAS
TABLA 1. Lista por grupos de flora y fauna con el número de EI derivada de la Base datos……………….…………….……………………………...16 TABLA 2. Programas de identificación, prevención, control, erradicación y difusión de EI implementados hasta el momento en ANPs…….…..16 TABLA 3. Número de especies invasoras, exóticas y ferales por ANP, reportadas en los cuestionarios enviados….……….……....…...........19
FIGURA 1. Criterios clave para definir las ANPs prioritarias por especies
invasoras………………………….……………….……………………….14 FIGURA 2. Abundancia relativa de grupos, expresada en el porcentaje. Datos provenientes de los cuestionarios…………………………………….18
ANEXOS
ANEXO 1. Especies Invasoras y su Distribución en ANPs. ANEXO 2. Acciones realizadas para la identificación, prevención, control o erradicación de EI en ANPs. ANEXO 3. Mapas de distribución de especies invasoras. Nota: (Estos anexos vienen en otro apartado)
1
PRESENTACIÓN La introducción de especies animales y vegetales más allá de su área de
distribución natural está estrechamente ligada a la historia de la civilización
(Kowarik, 1999). Las variedades de estas especies, incluyendo las no autóctonas,
exóticas e invasoras, se han utilizado desde tiempos remotos para la agricultura, la
pesca, la silvicultura, así como para fines ornamentales y recreativos. No obstante,
la introducción de especies exóticas e invasoras en los ecosistemas ha cobrado a
menudo un elevado precio en términos de pérdida de biodiversidad y daños al
medio ambiente y a los recursos naturales. Así, la introducción de estas especies ha
sido reconocida como una de las más graves amenazas a la salud, bienestar
ecológico, social, cultural y económico. En la actualidad, prácticamente todos los
países deben enfrentar problemas causados por las especies exóticas e invasoras,
por tal motivo es urgente encontrar soluciones a esta problemática, ya que las
amenazas que representan en la conservación de los ecosistemas y su
biodiversidad son cada vez mayores. En este sentido, como parte de los resultados
esperados en el Plan de Trabajo de la CONANP 2007-2012 se han establecido
cinco compromisos por la conservación a fin de lograr la sustentabilidad ambiental
con la participación responsable de todos los actores en una cultura que incluya la
protección, el manejo, el aprovechamiento y la restauración de la riqueza natural del
país. Así, se considera la implementación de la Estrategia de prevención, control y
erradicación frente a especies invasoras (EI) desarrollada e implementada, aplicada
en las áreas protegidas del país contribuyendo con ello al compromiso dos
“Aplicación del Programa de Conservación de Especies en Riesgo”. Como parte de
las actividades primordiales de la Dirección de Especies Prioritarias para la
Conservación de esta Comisión, se elabora el presente diagnóstico el cual permitirá
conocer en términos generales el estado que guardan las Áreas Protegidas de
competencia Federal y otras áreas de México por las EI, finalizando con un
planteamiento general de acciones y líneas a seguir para mitigar sus efectos en los
ecosistemas y la biodiversidad.
2
INTRODUCCIÓN
México figura entre los 17 países considerados megadiversos (Brasil, Indonesia,
Colombia, México, Australia, Madagascar, China, Filipinas, India, Perú, Papua
Nueva Guinea, Ecuador, Estados Unidos, Ecuador, Venezuela, Malasia, Sudáfrica y
República Democrática del Congo) (Mittermeier et al. 1997), ocupando el 4° lugar
con la mayor diversidad biológica del mundo, segundo lugar en número de especies
de reptiles, además 40% de las plantas y 66% los anfibios que están en México son
especies endémicas y la mitad de las especies de pino, 40% de las cactáceas
conocidas y 47% de los encinos del mundo se encuentran en nuestro país. Cuenta
prácticamente con todos los tipos de vegetación conocidos en el planeta y se
presentan casi todos los ecosistemas del mundo (excepto la Tundra) (Valverde et
al., 2005).
En particular, las más de 250 islas e islotes del noroeste mexicano son áreas críticas
para la reproducción de 36 especies de aves marinas, dos de tortugas marinas y
cuatro de pinnípedos. Son hogar de alrededor de 200 vertebrados endémicos y de
más de 110 plantas endémicas (Reich, 1984; Velarde y Anderson, 1993; Tershy y
Breese, 1997; Álvarez-Castañeda y Patton, 1999; Case et al., 2002). Grismer (2002)
en su libro “Amphibians and Reptiles of Baja California including Pacific Islands and
The Islands in the Sea of Cortes”, muestra la importancia de la biodiversidad de
anfibios y reptiles, con abundantes endemismos. Lo mismo hacen con las aves
Arizmendi y Márquez (2000) al presentar “Áreas de Importancia para la
Conservación de las Aves en México” (AICAS), y Álvarez Castañeda y Patton (1999)
con “Mamíferos del Noroeste de México”.
La biodiversidad proporciona beneficios que son evidentes para la sociedad; es el
caso de los llamados servicios ambientales, entre los cuales se encuentran la
purificación del aire y agua, la regulación de los ciclos hidrológicos, el equilibrio de
gases en la atmósfera que determina el clima regional y mundial, la regulación de la
temperatura local del aire, la formación y protección de suelo fértil, la polinización de
3
plantas, entre otros (Convenio sobre la Diversidad Biológica, Secretaría del CDB,
2002; Valverde et al., 2005). En la actualidad, después de la pérdida de hábitat, el
impacto por las EI ha sido identificado como la segunda causa, a nivel global, de la
pérdida de biodiversidad (Vitousek et al., 1996; Leung et al., 2002). Es por ello, que
este tema se ha convertido en prioritario en el contexto de la Convención de
Diversidad Biológica (CDB) de la que México es signatario (IMTA, TNC, Conabio,
AridAmérica, GECI, 2008).
Se define especie “invasora” a aquella especie exótica, introducida accidental o
intencionalmente fuera de su rango histórico de distribución natural, incluyendo sus
gametos, semillas, huevos o propágulos, con capacidad de colonizar, invadir y
persistir, y cuya introducción y dispersión tiene el potencial de amenazar la
diversidad biológica y causar daños al ambiente, a la economía y a la salud humana
(Convención para la Diversidad Biológica, CDB, 2008; Programa Global sobre
Especies Invasoras, GISP, y la Non-indigenous Aquatic Nuisance Prevention and
Control Act, 1990, EUA). Asimismo, la IUCN (2000) la define como: la especie
exótica que se establece en un ecosistema o hábitat natural o seminatural, es un
agente que induce cambios y amenaza a la diversidad biológica nativa; por su parte
la CONABIO da la siguiente definición: una especie o población exótica agresiva
capaz de sobrevivir, establecerse y reproducirse fuera de su hábitat original
compitiendo fuertemente con las especies locales. Comúnmente son organismos
naturalizados que ocupan hábitats perturbados, aunque las más destructivas
desplazan comunidades locales enteras al expandir su rango. Son especies que
causan daños considerables a la biodiversidad, producción agrícola y salud pública
(CONABIO 2008).
La globalización y el crecimiento de las actividades comerciales y turísticas, aunado
al énfasis dado al libre comercio, facilitan la introducción de especies invasoras y
ofrecen grandes oportunidades para que estas especies se dispersen (Shine et al.,
2000; Aguilar, 2005).
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La introducción, intencional o accidental, de EI puede causar graves daños a los
ecosistemas terrestres y acuáticos, y provocar desequilibrios ecológicos entre las
poblaciones silvestres, cambios en la composición de especies y en la estructura
trófica, desplazamiento de especies nativas de flora y fauna, pérdida de
biodiversidad, modificación del hábitat, reducción de la diversidad genética y
transmisión de una gran variedad de enfermedades como plagas agrícolas y
forestales (Aguilar, 2005; Goldburg y Triplett, 1997; IMTA, TNC, Conabio,
AridAmérica, GECI, 2008). Los alcances y costos de las invasiones biológicas son
enormes, tanto en términos ecológicos como económicos. El costo ecológico lo
constituye la pérdida irrecuperable de especies y la degradación de los ecosistemas,
lo que compromete la integridad ecológica de los sistemas terrestres y acuáticos,
tanto marinos como epicontinentales y representan una amenaza para la salud
pública e inclusive la pérdida de los usos culturales tradicionales de nuestros
recursos naturales (Aguilar, 2005; CONABIO, 2008).
Particularmente, los impactos más evidentes y estudiados globalmente son los
generados por los mamíferos introducidos en ecosistemas insulares, estos
representan una de las causas principales de las extirpaciones y extinciones de aves
y mamíferos nativos y cada nueva introducción ha incrementado el número de
especies hoy extintas (Blackburn et al., 2004). Algunas especies fueron introducidas
en forma intencional, como cabras, ovejas, cerdos y conejos, y también en menor
grado, ganado mayor. En otras ocasiones entran mamíferos pequeños en forma no
intencional, como ratas, ratones o ardillas que llegan en embarcaciones que tocan
tierra en islas. Universalmente se ha señalado que la fauna introducida en general
es responsable de un elevadísimo número de extinciones y de muchos otros
catastróficos daños ambientales en islas (Wilson et al., 1992; Primack, 2002; Veitch
y Clout, 2002; Bolen y Robinson, 2003; Courchamp et al., 2003), tal es el caso de la
extinción de especies de vertebrados como el Petrel de Guadalupe (Oceanodroma
macrodactyla), la Rata endémica de Isla Coronados (Neotoma bunkeri), el Tecolote
Enano (Micrathene whitneyi graysoni), la Matraquita de San Benedicto (Salpinctes
5
obsoletus exsuls) y la Paloma de Socorro (Zenaida graysoni) (Aguirre, 2005; IMTA,
TNC, Conabio, AridAmérica, GECI, 2008), entre otras, así como serias amenazas a
otras poblaciones, como al Albatros de Layssan (Phoebastria immutabilis) y diversas
poblaciones de reptiles y mamíferos endémicos, lo anterior como consecuencia de la
depredación, competencia, destrucción y alteración del hábitat, sobre pastoreo y
daños al suelo que efectúa la fauna introducida (Saunders et al., 1991; Bush, 1996).
Por otra parte, la introducción de las especies acuáticas invasoras ha sido
identificada como uno de los riesgos ambientales más críticos a los que actualmente
se enfrentan las especies nativas, los hábitats acuáticos y la biodiversidad en
general (Hopkins, 2001). Entre los efectos principales de los peces exóticos sobre
los ecosistemas de agua dulce se encuentran la invasión de los nichos ecológicos
de las especies nativas y su desplazamiento por competencia directa por alimento,
el consumo de huevos y larvas, la transmisión de enfermedades y parásitos, la
destrucción de sustratos de anidación, entre otras. Las plantas acuáticas invasoras
pueden causar la desecación de los cuerpos de agua y humedales afectando
drásticamente la ecología de los paisajes y de los ambientes locales, la proliferación
de estas plantas provoca graves problemas de índole económica, ecológica y de
salud. Con las macroalgas, la problemática radica principalmente en la afectación
que puede provocar en el bentos desplazando especies locales (IMTA, TNC,
Conabio, AridAmérica, GECI, 2008) e impidiendo el establecimiento sobre el sustrato
duro de las especies esclerobiontes (principalmente corales, que proveen de hábitat
y refugio para innumerables especies), reduciendo con ello la diversidad de los
ecosistemas.
En el caso de las plantas terrestres, se han observado impactos adversos en
amplias zonas del país; numerosas especies de pastos exóticos han sido
introducidos con el fin de incrementar los rendimientos de la ganadería, lo cierto es
que estas acciones más que aportar beneficios, constituyen una seria amenaza ya
que estas plantas han presentado un comportamiento invasor y actualmente
6
dominan extensos paisajes donde han desplazado a la vegetación nativa generando
regímenes de fuego a los que los ecosistemas no están adaptados, lo que ocasiona
una severa pérdida tanto de biodiversidad como económica.
Actualmente, en el país residen al menos 36 especies (y 10 géneros) de las 100
especies invasoras más dañinas del mundo (IUCN) (Lowe, 2004) y están afectando
a los ecosistemas en todo el territorio nacional. La Comisión Nacional para el
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) cuenta con un listado de
especies exóticas e invasoras elaborado en coordinación con especialistas, a partir
de la literatura y de proyectos apoyados por esa Comisión Nacional. En este listado
se mencionan 657 especies de plantas, 63 de peces, 9 de anfibios y reptiles, 7 de
aves y 15 de mamíferos, 10 de insectos, 34 de crustáceos, 13 de moluscos y 45 de
algas. Sin embargo, esta lista está en constante actualización a medida que se van
detectando y reportando nuevas especies debido a la naturaleza dinámica del
problema de las especies invasoras, a las nuevas introducciones, a los cambios
climáticos y a las limitantes que se tienen en cuestión de monitoreo (Conabio, 2008).
En general, el número de invasiones siempre está subestimado, ya que aquellas
registradas siempre se asocian con megainvasiones (un gran número o una gran
abundancia de especies) y con EI que son obvias por causar daños ecológicos o
económicos inmediatos. A esto, se puede agregar que la falta de registros de
especies invasoras son consecuencia de la falta de estudios biológicos,
biogeográficos y de sistemática (incluyendo la taxonomía), (IMTA, TNC, Conabio,
AridAmérica, GECI, 2008) así como falta de difusión entre las instituciones y
dependencias con la sociedad en general.
En la actualidad se reconoce que una de las mejores acciones para enfrentar el
grave problema de la introducción de EI, es establecer programas de prevención.
Esta acción es más costeable, que cualquier medida de remediación aplicada para
combatir las introducciones a territorio nacional (Shine et al., 2000). Las EI además,
tienen un elevado potencial para afectar los ecosistemas y los servicios ambientales
7
que proporcionan a la sociedad, lo cual dificulta el aprovechamiento sustentable y se
traduce como pérdidas económicas de los recursos naturales (Chornesky et al.,
2005); entre los diversos instrumentos para lograr la restauración ecológica de
ecosistemas sumamente alterados, están el control y la erradicación de especies
introducidas. El control implica mantener a la población problema con baja densidad,
a través de un esfuerzo constante y sostenido a largo plazo. La erradicación busca
la eliminación total de la población y concentra el esfuerzo en un período definido,
sin embargo, después de una erradicación, lo ideal es implementar programas de
monitoreo permanentes, enfocados a prevenir reintroducciones de EI (Aguirre et al.,
2005).
Por lo anterior, resulta imprescindible evitar la introducción y dispersión de EI y
respetar el marco legal y jurídico existente para regular los mecanismos de control y
erradicación, no obstante, la normatividad que actualmente rige las actividades para
la prevención, control, erradicación y manejo de especies invasoras en México es
aún muy limitada a lo que debe sumársele la falta de conciencia general sobre los
impactos, lo que provoca frecuentes “escapes” de las áreas donde se planeaba
confinar a la especie introducida (Aguirre et al., 2005). La formulación de una
infraestructura legal es esencial para viabilizar el trabajo con especies exóticas e
invasoras; asimismo, la falta de legislación específica puede impedir acciones de
prevención, control y erradicación, especialmente en áreas bajo protección legal, de
modo que el desarrollo de marcos regulatorios concretos y exclusivos al tema es
urgente y fundamental (Ziller et al., 2007).
ANTECEDENTES
En 1993, México formó parte del Tratado de Cooperación Ambiental de Norte
América (NAECC, por sus siglas en inglés), cuando se celebró el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLC) entre Canadá, Estados Unidos y México. La
NAAECC estableció la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA) ante las
8
restricciones sanitarias y fitosanitarias que estipula el tratado y para ayudar a las
partes a hacer más eficiente la economía, procurando la protección a la
biodiversidad. En 2003, la CCA creó el Grupo de Trabajo para la Conservación de la
Biodiversidad (GTCB o BCWG, por sus siglas en inglés) y produjo el Plan
Estratégico de Cooperación de América del Norte para la Conservación de la
Biodiversidad, donde se identificó claramente la prioridad de abordar la problemática
de las especies invasoras. En 2001 y 2003, la CCA organizó talleres entre los países
participantes con el fin de fomentar la cooperación para abatir a las especies
acuáticas invasoras, sus esfuerzos fueron orientados a prevenir y estandarizar
procesos de evaluación de riesgo a la biodiversidad por las especies invasoras y su
potencial para afectar los ecosistemas y sus servicios (IMTA, TNC, CONABIO,
AridAmérica, GECI, 2008).
En agosto de 2004, la Universidad de Iowa, la Universidad de Texas y The Nature
Conservancy (TNC) organizaron un taller para definir las acciones necesarias para el
control y erradicación de Arundo donax en Cuatrociénegas. A raíz de ello Pronatura
Noreste inició en 2006 un proyecto financiado por el U.S. Fish & Wildlife Service
(USFWS) para controlar y erradicar esta planta invasora. Asimismo con apoyo del
programa World Wildlife Fund WWF-HSBC, en 2005 y 2006 se realizaron acciones
de erradicación del Cedro Salado (Tamarix ramosissima) a lo largo de 119 Km del
río Bravo, dentro de los límites del APFF Cañón de Santa Elena, Chihuahua, en el
marco de las actividades del Programa de Control de Especies Exóticas en la región
del Big Bend, las cuales abarcan acciones coordinadas en cinco áreas protegidas a
ambos lados de la frontera (IMTA, TNC, CONABIO, AridAmérica, GECI, 2008).
Dentro del marco de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del
Norte (ASPAN), acordada por los mandatarios de Estados Unidos, México y Canadá
en marzo de 2005, se puso en marcha un plan de acción para crear un grupo de
trabajo pertinente al tema de “especies invasoras”. A partir de entonces se han
realizado diversos foros, reuniones, cursos y talleres para tratar la problemática. En
9
ese mismo año se realizó el Foro Binacional de Sensibilización sobre la problemática
de las Especies Invasoras en México y Estados Unidos, haciendo énfasis en
especies acuáticas (IMTA, TNC, CONABIO, AridAmérica, GECI, 2008).
Con la finalidad de recabar información referente a la situación que guardan las EI
en México, la CONABIO realizó una serie de talleres de especies invasoras, en los
cuales se reunió a expertos del sector académico, gubernamental, organizaciones
no gubernamentales y comerciales para identificar los problemas que generan las
especies invasoras acuáticas y terrestres en el país, así como las acciones
necesarias para resolver esta problemática en aspectos relativos a la prevención,
detección temprana, erradicación, manejo y control, difusión y educación, regulación,
normatividad, política, legislación e investigación (IMTA, TNC, CONABIO,
AridAmérica, GECI, 2008).
En febrero de 2006 se llevó a cabo un curso de capacitación denominado “Análisis
de riesgos y puntos críticos de control” (HACCP, por sus siglas en ingles), dirigido a
profesionales y técnicos en el manejo de los recursos naturales, el cual es una
herramienta de manejo que funciona para prevenir la introducción y propagación de
especies exóticas e invasoras, eliminando o reduciendo riesgos en puntos críticos de
control. Este curso fue organizado por diversas instituciones académicas e impartido
por el Centro Nacional de Capacitación sobre la Conservación (Nacional
Conservation Training Center, NCTC) del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los
Estados Unidos (U.S. Fish and Wildlife Service) (IMTA, TNC, CONABIO,
AridAmérica, GECI, 2008).
A su vez, México ha participado en diversos foros de importancia internacional como
el de la Red de Información sobre Especies Invasoras IABIN (I3N); como miembro
del panel de especies invasoras de la Organización Norteamericana de Protección a
las Plantas (NAPPO, por sus siglas en inglés) y la reunión trinacional para discutir la
invasión de los peces diablo.
10
Por otra parte, a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas
(CONANP), el Instituto Nacional de Ecología (INE), la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), la CONABIO y el Grupo de Ecología y Conservación
de Islas, A.C. (GECI) se han desarrollado diversos programas de identificación,
monitoreo, control y erradicación de especies invasoras, en diferentes islas de
México. Se han explorado iniciativas que se han triplicado en los últimos cuatro años
e implementado acciones en 57 islas (321 mil Hectáreas de territorio insular)
(Aguirre et al., 2007). Las actividades más recientes de 2003 hasta el 2007 son:
Restauración y Conservación de Isla Guadalupe (erradicación de cabras y estudios
de línea base para gatos), Erradicación de perros; Restauración ecológica en
ecosistemas Insulares del Golfo de California (erradicación de rata negra en las Islas
Farallón de San Ignacio y San Pedro Mártir); Planeación de la Erradicación de fauna
introducida en el Archipiélago Islas Marías (cabra, gato doméstico y rata negra);
Erradicación de cabras (aunque ésta no ha sido concluida) y monitoreo de gatos
ferales en Isla Espíritu Santo, Golfo de California; Control de la población de perro
feral y evaluación de roedores en Islas Cedros y San Benito, Islas del Pacífico de
Baja California. Con estas acciones, las poblaciones de especies nativas
directamente beneficiadas sumaban 106 hasta el año 2007 (Aguirre et al., 2007).
Otro caso exitoso fue la erradicación de la Palomilla del Nopal (Cactoblastis
cactorum) considerada una seria amenaza a la diversidad de especies del género
Opuntia, con presencia confirmada en México en Isla Mujeres y en el Área Natural
Protegida Isla Contoy en el año 2006 y que gracias a la participación de diferentes
instancias gubernamentales SAGARPA, CONABIO, CONANP, CONAFOR así como
de la International Atomic Energy Agency (IAEA) y la FAO fue erradicada
exitosamente de Isla Mujeres, aunque aún falta corroborar la erradicación en otras
zonas del estado de Quintana Roo.
11
ACCIONES EN EL 2008. Derivado de la reunión del Comité Trilateral para la Conservación y
Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre y los Ecosistemas, celebrada en
mayo de 2007 en Québec, Canadá; los representantes del Servicio de Pesca y Vida
Silvestre de Estados Unidos (USFWS) y de la Secretaría de Medio Ambiente y
Recursos Naturales (SEMARNAT) a través de la CONANP iniciaron un esfuerzo de
colaboración para el desarrollo de proyectos de conservación de aves marinas por
medio de la erradicación de especies invasoras en islas de México. Este programa
cuenta con financiamiento proporcionado por el USFWS y, por parte de México,
participa la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y la Comisión
Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad a través de su Fideicomiso
como el mecanismo facilitador para la gestión e implementación de los recursos
financieros y se estableció como prioridad la necesidad de fortalecer y ampliar las
capacidades institucionales para la prospección, planeación, desarrollo de
propuestas e implementación de proyectos de control, erradicación y monitoreo de
EI en Áreas Naturales Protegidas (ANPs) insulares.
Para el desarrollo de las acciones fue elaborado el “Proyecto de colaboración entre
la CONANP-CONABIO-USFWS para el control de Especies Invasoras en Áreas
Naturales Protegidas Insulares de México”, enfocado en la protección de sitios de
anidación de aves marinas en territorios insulares. Uno de los objetivos particulares
de este proyecto fue la realización de un curso-taller de Capacitación en Materia de
Evaluación, Control y Monitoreo de Especies Invasoras en Islas de México, el cual
tuvo lugar en la Cd. de Ensenada, Baja California e Isla Guadalupe del 8 al 12 de
diciembre de 2008, con la finalidad de ampliar de manera significativa las
capacidades teóricas y operativas del personal de la Comisión Nacional de Áreas
Naturales Protegidas, así como del personal de otras áreas de la administración
pública federal relacionadas con el tema de especies invasoras (SEMAR-Armada de
México, Dirección General de Vida Silvestre y Cooperativas pesqueras).
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Otro objetivo establecido por los representantes del USFWS y de la SEMARNAT
como prioridad de conservación incluye las actividades: control de gatos ferales en
Isla Guadalupe y planeación para su Erradicación; Propuesta de Erradicación de
borregos ferales en Isla Socorro, Archipiélago de Revillagigedo y Propuesta de
Restauración Ecológica de Isla Isabel (erradicación de ratas), lo anterior bajo la
dirección de GECI con el apoyo de diferentes instancias gubernamentales
(CONANP, INE, CONABIO, SEMAR, entre otras).
Por otra parte, el proyecto: “Fortalecimiento de la Comisión Nacional de Áreas
Naturales Protegidas mediante mecanismos de innovación y mejora continua” entre
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Comisión
Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), 2008-2012 constituye uno de
los principales acuerdos en el que, entre otras metas, se espera implementar la
“Estrategia de prevención, control y erradicación frente a especies invasoras
aplicada en Áreas Protegidas del país desarrollada e implementada”. En este
proyecto, se proponen realizar diversas actividades tales como el análisis y mapeo
de riesgo, incidencia y afectación de especies invasoras en las ANPs,
establecimiento de lineamientos para la prevención, control y erradicación de
especies invasoras, exóticas y ferales, participación para lograr la consolidación de
un marco regulatorio para protección frente a especies invasoras desarrollado e
implementado en áreas naturales, elaboración de una estrategia de difusión y
educación ambiental dirigido a diversos sectores de la sociedad: comunidades
rurales, sociedad civil, personal que labore en zonas de riesgo por la entrada de
especies invasoras a territorio nacional (como puertos, aeropuertos, aduanas), etc.
señalando la importancia de las especies invasoras, exóticas y ferales y los riesgos
por la presencia de estas especies.
Asimismo, se han dado pasos importantes en el último año, al iniciar el desarrollo de
una Estrategia Nacional para la prevención control y erradicación de especies
invasoras que amenazan la diversidad de México, coordinada por la CONABIO y con
13
la participación de diversas instituciones de gobierno, privadas y académicas.
Es así que, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, a través de la
Dirección de Especies Prioritarias para la Conservación (DEPC), fortalece las
acciones enfocadas a la conservación y recuperación de las poblaciones de
especies en riesgo, al vincularse paralelamente los esfuerzos encaminados a la
prevención, control y erradicación de especies invasoras, exóticas y ferales como
mecanismo para el logro de resultados contundentes. En este sentido, se busca
enfrentar con eficacia las serias amenazas a la biodiversidad, servicios ambientales,
economía y salud humana que las especies invasoras representan en nuestro país,
lo que se verá reflejado en el número de Áreas Naturales Protegidas con programas
de prevención, control y erradicación de especies exóticas invasoras operando de
los que se espera sean 40 para el año 2012.
Para el logro de esta meta, será necesario instaurar los programas de prevención,
control y erradicación de especies exóticas invasoras primeramente en aquellas
ANPs o sitios más afectados por estas especies. Así, primero deberán detectarse los
impactos más relevantes ocasionados por las especies exóticas invasoras y
posteriormente dirigir esfuerzos para mitigar sus efectos. Los criterios clave para
definir ANPs prioritarias por especies invasoras son:
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Fig. 1 Criterios clave para definir ANPs prioritarias por especies invasoras.
Actividades para detectar vacíos de información referentes a la presencia de
EI. Evaluación de ANPs:
1) Análisis de bases de datos, recopilación de material proveniente de diversos
proyectos realizados en México, análisis de información científica y bibliográfica
disponible.
2) Elaboración y actualización constante de una base de datos con el listado de
especies consideradas exóticas e invasoras y las ANPs donde se distribuyen.
3) Elaboración de mapas de distribución de EI para detectar puntos rojos de
concentración de especies invasoras y verificar si hay información previa sobre los
daños ocasionados por estas especies al ecosistema.
4) Elaboración de una base de datos con las ANPs en las que se han realizado
acciones de identificación, prevención, control y erradicación de especies invasoras,
15
casos exitosos y que actualmente están en operación, así como casos de ANPs en
las cuales aún no se han implementado estas acciones.
5) Análisis de información adicional derivada de Encuestas o cuestionarios dirigidos
a cada ANP, para reconocer necesidades y particularidades de cada área, de tal
manera que se establezcan acciones para reducir las poblaciones de especies
exóticas invasoras y ferales.
6) Implementación de la metodología “Análisis de riesgos y puntos críticos de
control” (HACCP, por sus siglas en ingles), como herramienta de manejo para
prevenir la introducción y propagación de especies exóticas e invasoras, eliminando
o reduciendo riesgos en puntos críticos de control.
Avances para el logro de las metas
Aproximadamente en la segunda mitad del año 2008, se inició la elaboración de dos
bases de datos de especies invasoras en ANPs. La primera contiene información
referente a las especies invasoras, exóticas y ferales presentes en cada ANP; la
información hasta ahora registrada derivó de las siguientes fuentes:
a) Programas de manejo.
b) Lista de especies invasoras de áreas MAB (que son ANPs) elaborada por
CONABIO en coordinación con la CONANP.
c) Especies provenientes de información recopilada de cuestionarios enviados
(junio de 2008) a la dirección de cada ANP.
d) Información de proyectos realizados por diversas instituciones e información
del SNIB (Sistema Nacional de Información Biológica)/CONABIO.
e) Artículos de divulgación científica sobre EI.
La base de datos contiene información del nombre de la especie y su distribución en
ANPs (Anexo 1). Las especies se clasificaron por grupos (tabla 1); ésta contiene la
información del número total de EI por grupos registradas hasta el momento.
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Tabla 1. Lista por grupos con el número de EI derivada de la base de datos.
Grupos No. de Especies Invasoras
Plantas
Peces
Mamíferos
Invertebrados
Reptiles
Aves
Anfibios
Protistas
464
42
23
21
9
10
4
11
TOTAL 584
La segunda base de datos corresponde a las acciones o actividades realizadas para
la identificación, prevención, control o erradicación de EI en las ANPs; ésta incluye
información de los cuestionarios enviados a cada ANP así como información
recopilada de proyectos registrados y artículos de divulgación científica (Anexo 2);
datos referentes al tipo de acción (identificación y prevención, control, erradicación, y
educación y difusión) en las ANPs y quienes las han llevado a cabo. La información
resumida de esta base de datos, se presenta en la tabla 2. Tabla 2. Programas de identificación, prevención, control, erradicación y difusión de EI implementados hasta el momento en ANPs.
PROGRAMAS No.
No. DE ANPs o áreas de conservación, incluidas las Islas del Pacífico y Golfo de California
No. -Identificación y prevención -Control -Erradicación
9
27
49
-Continentales -Islas Nota: éstas puede tener más de 1 programa operando ya que en algunos casos se implementaron acciones de erradicación para diversas especies en la misma ANP.
19
32
TOTAL 85 TOTAL 51
17
Para la elaboración de los mapas de distribución de especies invasoras, fueron
solicitados a la CONABIO los registros con la ubicación exacta mediante
coordenadas geográficas de las EI presentes en 164 ANPs de competencia federal
en el país (actualmente 166). La información proporcionada fue la siguiente:
EI
Registros totales 9394
Especies 502
Infraespecies 160
La información fue clasificada por grupos para la elaboración de 6 mapas de
distribución (Anexo 3); los cuales complementan la información registrada y
contribuyen en la determinación de áreas prioritarias que presentan en mayor grado
la problemática de EI. Es importante mencionar que esta base de datos derivó de
información de proyectos que la CONABIO ha apoyado por lo que de ninguna
manera se considera una lista completa y requiere de trabajo de campo
complementario para validar el listado (puede haber sinonimias o determinaciones
no actualizadas).
Referente al cuestionario enviado a cada ANP, su aplicación tuvo la finalidad de
obtener información adicional y necesaria para realizar un inventario sobre especies
invasoras, exóticas y ferales en ANPs y sus impactos sobra la biodiversidad, sin
embargo, fue contestado sólo por algunas ANPs. De tal modo que tampoco
constituye un listado completo de las especies.
Estado que guardan las ANPs: análisis de información procedente de los
cuestionarios.
Se recibieron 39 cuestionarios, cada uno correspondiente a una ANP; de éstos, 38
reportaron la presencia de al menos una EI, excepto la Reserva de la Biosfera (RB)
Isla San Pedro Mártir en la región Noroeste y Alto Golfo de California en la que la
especie Rattus rattus (rata negra) fue erradicada de la Isla en el 2007. De los
cuestionarios se obtuvieron 204 especies invasoras, sin embargo la lista actualizada
18
(Anexo 1) tiene hasta el momento 584 registros que incluye las EI obtenidas de otras
fuentes. A su vez la lista de EI se dividió por grupos: plantas, mamíferos, peces,
aves, invertebrados, anfibios, reptiles y protistas; el número total de especies por
grupo fue expresada como abundancia relativa en la figura 2.
Aves, 4.5
Peces, 9
Mamíferos, 9
Reptiles, 0Protistas, 0Inverteb, 4
Anfibios, 1.5
Plantas, 72
Figura 2. Abundancia relativa de grupos, expresada en porcentaje. Datos provenientes de los cuestionarios.
En ésta se pudo distinguir la dominancia del grupo “plantas” respecto a los otros
grupos, lo que podría sugerir que el mayor problema de EI en las ANPs es derivado
de la presencia de este grupo, no obstante se requiere analizar otras variables
relacionadas como la frecuencia de cada especie en las ANPs y el grado de
afectación o daño a la biodiversidad, a la economía o salud humana para poder
afirmar lo anterior; sin embargo, la abundancia relativa es una variable que al
interactuar sinérgicamente con otras puede proveer de información relevante para
diagnosticar el estado de las ANPs.
En la tabla 3 se muestra el número de EI en 35 ANPs (de 39), excepto la RB Isla
San Pedro Mártir y las áreas protegidas Parque Nacional (PN) Arrecifes de Xcalak,
19
Área de Protección de Flora y Fauna (APFF) Bala´an Ka´ax, y PN Arrecifes de
Cozumel, éstas tres últimas de la Región Península de Yucatán y Caribe Mexicano
de las cuales no se cuenta con registros oficiales o estudios de presencia de
especies invasoras, exóticas y ferales.
Tabla 3. No. de especies invasoras, exóticas y ferales por ANP, reportadas en los cuestionarios enviados.
ANP
No. Especies Exóticas e Invasoras ANP
No. Especies Exóticas e Invasoras
RB Pinacate y Gran Desierto de Altar 39 PN Izta-Popo 7
PN Cañón del Sumidero 32 APFF Nahá 7 APFF Islas del Golfo de California (Sin) 29 APFF Metzabok 6
RNF y RFA Ajos Bavispe 19 PN Isla Contoy 6
APRN Cuenca Hidrográfica Río Necaxa 18 RPC Sierra
Tarahumara 5
PN Archipiélago Espíritu Santo 17 PN Arrecife Alacranes 4
RB Mapimí 15 APFF Islas del Golfo de California (Son) 4
APFF Sierra de Álamos Río Cuchujaqui 15 Santuario Playa de
Escobilla 4
PN Constitución de 1857 15 RB Banco Chinchorro 3
RB Isla Guadalupe 13 RB Yum Balam 3 PN Palenque 12 RB Sierra Gorda 2
RB Sian ka´an 11 PN Cumbres de Majalca 2
PN Pico de Orizaba 11 RB Los Petenes 2
PN Sistema Arrecifal Veracruzano 11
PN Costa Occidental de Isla Mujeres, Punta Can Cún y Punta Nizúc
2
RB La Sepultura 8 RB Ría Celestún 2
RB El Vizcaíno 8 APFF Otoch Ma’ax Yetel Kooh 1
RB Ría Lagartos 7 PN Arrecife de Puerto Morelos 1
RB El Ocote 7
20
Para detectar patrones de distribución de las EI, se analizó la base de datos del
Anexo 1 y se buscaron relaciones entre las áreas por el grado de similitud entre la
composición de EI en cada ANP. Dos grandes grupos de ANPs fueron reconocidos,
el primero formado por ANPs principalmente de la Región Península de Yucatán y
Caribe Mexicano y la Región Frontera Sur, Istmo y Pacífico Sur. El segundo grupo
estuvo formado por ANPs de las Regiones Norte y Sierra Madre Occidental y la
Región Noroeste y Alto Golfo de California, en las que se registró un alto número de
especies de plantas como malezas, pastos y hierbas exóticas, lo cual se debe a que
estas especies son propias de ambientes áridos y semiáridos, encontrándose en
mayor proporción en regiones secas y en altitudes desde el nivel del mar hasta los
2,000 metros (Bogdan, 1997; Desert Museum, 2008; Sciencedaily, 2008) como es el
caso de estas regiones y que por la fenología de los ecosistemas son ampliamente
cultivadas para su uso en ganadería extensiva, lo que a su vez incrementa sus
oportunidades de dispersión (Chambers y Hawkins, 2002).
No obstante, hubo EI que tuvieron un amplio rango de distribución, al encontrarse
tanto en la parte norte como en la parte sur del país, siendo las principales: Ratón
Doméstico (Mus musculus), Gato (Felis catus), Vaca (Bos taurus), Perro (Canis
familiaris), Rata Negra (Rattus rattus), Gallo (Gallus gallus), Cabra (Capra hircus),
Casuarina (Cassuarina equisetifolia), Zacate Buffel (Pennisetum ciliaris) y Zacate
Johnson (Sorghum halepense).
Con este marco de referencia es posible establecer acciones de control y
erradicación en áreas geográficas pequeñas donde la distribución de las EI es
restringida o pensar en acciones más determinantes que requieren de un mayor
esfuerzo para controlar y/o erradicar aquellas que se distribuyen ampliamente en las
ANPs de México.
21
Evaluación
● Del análisis de la base de datos de EI y su distribución en ANPs (con hasta ahora
584 registros) y del análisis de los mapas de distribución, se confirmó la presencia
en México de 66 especies (anexo 3) invasoras consideradas de alto impacto para la
biodiversidad. Algunos de los criterios utilizados para determinar EI de alto impacto
fueron:
-Tener atributos suficientes para ser considerada con el calificativo de “Especie
Invasora” con base en definiciones de la Convención para la Diversidad Biológica
(CDB), 2008 el Programa Global sobre Especies Invasoras (GISP), y la Non-
indigenous Aquatic Nuisance Prevention and Control Act, 1990, EUA.
-Que se desarrolle en ambientes naturales.
-Que provoque alteraciones en los hábitats y ecosistemas en áreas naturales en el
corto y/o mediano plazo.
-Que adicionalmente a su impacto ecológico, tenga un efecto adverso sobre
actividades socioeconómicas y/o culturales, así como repercusiones a la salud en
poblaciones humanas.
-Que sea viable la erradicación, contención o mitigación (IMTA, TNC, Conabio,
AridAmérica, GECI, 2008).
-Que tengan un amplio rango de distribución en las ANPs del país.
● A pesar de que las plantas son el grupo más numeroso en la base de datos (471
registros de EI en ANPs), son una minoría las especies consideradas de alto
impacto sobre las especies nativas, ecosistemas, economía y salud de poblaciones
humanas; por el contrario, en el grupo de las 66 EI consideradas de alto impacto con
presencia confirmada en ANPs, se identificaron especies pertenecientes a varios
grupos, entre los que se encuentran: mamíferos, principalmente especies ferales;
peces como los Plecostomos (8 especies), Carpas (Cyprinus spp.) y Tilapias
(Oreochromys spp.); anfibios como el Sapo Gigante (Bufo marinus); aves como el
Zanate mexicano (Quiscalus mexicanus), Paloma Doméstica (Columba livia) y
22
Gorrión Casero (Passer domesticus), invertebrados como la Palomilla del Nopal
(Cactoblastis cactorum) y Abeja Africana (Apis mellifera) algas marinas como la
Caulerpa (Caulerpa spp.) y plantas como Casuarina (Casuarina equisetifolia),
Zacate Buffel (Pennisetum ciliare), Cedro Salado (Tamarix ramosissima), Carrizo
Gigante (Arundo donax), Zacate Johnson (Sorghum halepense) y Jacinto de agua
(Eichhornia crassipes), por mencionar algunos ejemplos.
● En los últimos años ha habido avances importantes en cuanto a la implementación
de acciones de prevención, control y erradicación de EI en las ANPs; sin embargo,
la mayoría de las acciones de erradicación han sido para especies de fauna feral
concentrándose casi la totalidad del esfuerzo en las Islas del Pacífico Norte y Golfo
de California y siendo la mayoría de ellos casos de erradicaciones exitosas; casos
exitosos en ANPs continentales también han sido exitosos; no obstante en algunos
casos, los programas han tenido que suspender algunas de sus actividades de
control o erradicación de poblaciones principalmente por falta de presupuesto (p. ej.
PN Cañón del Sumidero, RB Sian Ka´an), y en otros son los problemas de carácter
político, legales y jurídicos los que interrumpen la continuidad de las acciones (p. ej.
Islas del Golfo de California y del Mar de Cortés) y en el último de los casos algunos
programas han sido infructuosos por falta de personal y equipo (p. ej. el caso de la
erradicación del zanate mexicano en el PN Isla Contoy).
● La mayoría de los programas de prevención, control y erradicación de EI han sido
implementados en ANPs de regiones del Norte del país: Región Península de Baja
California y Pacífico Norte, Región Noreste y Alto Golfo de California y Región
Noroeste y Sierra Madre Oriental y en segundo término en ANPs del Sur de México:
Región Península de Yucatán y Caribe Mexicano. Fue evidente la falta de
programas de identificación, prevención, control y erradicación en ANPs de regiones
centrales del país tales como la Región Occidente y Pacífico Centro y la Región
Centro y Eje Neovolcánico.
23
CONSIDERACIONES Recientemente, The Nature Conservancy, ha hecho una revisión de actividades en
materia de prevención y control de especies invasoras en Mesoamérica y la región
del Caribe (MARC) , en el marco de la de la 9ª Conferencia de las Partes (COP-9) y
la Convención de Diversidad Biológica (CBD); el impacto de las especies invasoras
en MARC, en México y el mundo, sugiere la implementación de acciones
inmediatas, para la mitigación de los efectos de dichas especies, ya que han
impactado seriamente a las poblaciones humanas, flora y fauna endémica, así como
a la producción agrícola, biodiversidad y servicios ambientales (March et al., 2008).
Para la región de Norte América, el Smithsonian Environmental Research Center, ha
reportado 550 especies marinas invasoras, en contraste un estudio de CABI
(Caribbean and Latin America Office) reporta 118 especies marinas, no nativas,
potencialmente invasoras en el Caribe, encontrando que los puertos son la mejor vía
de introducción (March et al., 2008) , lo cual es muy alarmante si consideramos que
México tiene al menos 16 Administraciones Portuarias Integrales (APIS) distribuidas
en todo el país y que son de importancia internacional por el intercambio comercial.
Cada año se vierten aproximadamente diez mil millones de toneladas de lastre y
dependiendo de su tamaño y utilización, un barco puede cargar entre varios
centenares y más de cien mil toneladas de lastre; asimismo, se estima que todos los
días se transportan en los lastres unas 3000 especies diferentes (Shine et al., 2000).
Muchos tipos de bacterias, plantas y animales pueden sobrevivir de forma viable en
el agua y sedimentos de lastre, aún tras varios meses de viaje; por consiguiente, la
posterior descarga en las aguas de los puertos da lugar al establecimiento de
organismos acuáticos y agentes patógenos dañinos, poniendo en riesgo la
biodiversidad marina y los ecosistemas, deteriorando irremediablemente el medio
marino y causando pérdidas económicas incuantificables. Entre los diversos
ejemplos de especies exóticas introducidas a través del lastre se encuentra el
24
Mejillón Estriado Europeo (Dreissena polymorpha), el cual debe ser de gran
preocupación para nuestro país, pues se expande de manera acelerada en Norte y
Sudamérica con riesgo de que invada México, ya que además de afectar la
biodiversidad dulceacuícola, provoca pérdidas multimillonarias por afectar
instalaciones de riego y de generación hidroeléctrica pues se adhiere a todo tipo de
superficies sumergidas, como tuberías, buques, boyas e incluso a conchas de otros
bivalvos (IMTA, TNC, Conabio, AridAmérica, GECI, 2008).
Otro caso, lo constituye el alga Caulerpa taxifolia, que alcanzó nuestro país al ser
introducida en las aguas de lastre de los buques. En la actualidad esta alga
constituye un serio problema ambiental, ya que crece rápidamente y tiene una gran
capacidad de reproducción, además de alta resistencia a medios muy diversos.
Aunque esta especie fue controlada en el 2000, sigue siendo una amenaza latente
por su atributo de especie altamente invasora. Asimismo, encontramos en las aguas
de lastre especies de dinoflagelados, los cuales pueden vivir tanto en aguas dulces
como saladas; estos producen potentes toxinas que se acumulan en peces y
moluscos (marea roja) afectando con ello la salud humana.
Del mismo modo la acuacultura en México es un tema inquietante, pues constituye
altos riesgos de introducción de especies invasoras en los ambientes acuáticos por
el cultivo de especies exóticas. Los problemas derivados en este sector se han
vuelto más urgentes debido a su rápido crecimiento en los últimos años; por ejemplo
en el estado de Florida se han invertido siete millones de dólares para reparar los
daños de erosión causados por especies de peces de la familia Loricariidae,
conocidos comúnmente como “plecos”. En México, en la presa de Infiernillo,
localizada entre los estados de Guerrero y Michoacán, estos peces causan pérdidas
por cerca de 1.5 millones de dólares al año (IMTA, TNC, Conabio, AridAmérica,
GECI, 2008). Además, estos peces han sido dispersados (introducciones
intencionales) en ecosistemas acuáticos epicontinentales como la Cuenca del Río
Grijalva, en Villa Hermosa, la laguna Paraíso en Chiapas, la laguna del Carmen en
25
el Golfo de México, y en cuerpos de agua en Mazatlán, entre otros (Mendoza, com.
pers.).
Otras especies de alto impacto a la biodiversidad de peces nativos fueron
introducidas para cultivo y consumo local como la tilapia y la carpa común, las
cuales se adaptaron bien al cultivo en estanques. De las especies de tilapia que han
sido introducidas, la gran mayoría se cultiva en los cuerpos de agua naturales y al
reproducirse con éxito han sido consideradas como un componente importante de
las reservas pesqueras obtenidas a través de la acuicultura. Sin embargo, la
introducción de tilapias con este fin, y que por alguna razón se han escapado de los
sitios de cautiverio, han amenazado, y prácticamente eliminado a muchas de las
especies de peces nativos de esos lugares (Vázquez, 2002). Si bien no se ha hecho
aún una evaluación a profundidad del impacto ambiental sobre los ecosistemas de
estos peces introducidos, si se reconoce, que el crecimiento de la acuacultura ha
jugado un papel notable al incrementarse su importancia económica y social como
oferta alimenticia y generación de empleos, lo cual hace más difícil el control y
manejo de estas especies.
Un caso serio es el del Pez León (Pterois volitans) pues se ha reportado su
presencia en el Golfo de México, frente a Cancún (Hare y Whitfield, 2003) y en
Cozumel en el Caribe Mexicano. Esta especie venenosa, originaria del Pacífico
Oeste y Oceanía es muy popular entre los acuaristas y es una de las 10 especies
importadas más valiosas en los Estados Unidos (Balboa, 2003). Su presencia frente
a las costas de Estados Unidos y de México es probablemente el resultado de
escapes, accidentales o intencionales (Ruiz-Carus et al., 2006). Debido a que las
características de la región son parecidas a las que se encuentran en su área de
distribución nativa, es posible que esta especie ya esté establecida y
reproduciéndose en la zona (Cohen, 2004) (CONABIO 2008). Así, considerando el
número de ANPs que incluyen ambientes acuáticos, y la creciente producción de
estas especies introducidas utilizadas con diversos fines: fuente de alimento local,
26
control de vegetación acuática, mascotas en estanques, repoblación de cuerpos de
agua dulce, diversificación de actividades rurales relacionadas con la acuacultura,
entre otras, se podría esperar que estas especies generen impactos ambientales y
económicos muy severos e irreversibles.
El caso de la Palomilla del Nopal (Cactoblastis cactorum) sigue siendo
extremadamente alarmante, pues aunque ya se documentó la erradicación en Isla
Mujeres y está por confirmarse en Isla Contoy, su impacto sobre la ecología de las
zonas áridas sería realmente devastador. El peligro de C. cactorum en nuestro país
radica en el hecho de que albergamos la mayor diversidad de especies de Opuntia
en el mundo, varias de las cuales pudieran ser hospederos de esta palomilla, tal y
como se ha documentado para un amplio número de especies. En nuestro país
existen 83 especies de opuntias, entre las que se encuentran los nopales, de las
cuales 53 son endémicas de nuestro país y de acuerdo con reportes recientes 19 de
ellas tienen el potencial de ser dañadas. Las rutas más probables de ingreso son por
migración desde Florida (donde se ha reportado desde 1989) al norte del país, o por
el Caribe (CONABIO, 2008). De entrar en México, afectaría seriamente la economía,
ya que las poblaciones humanas dependen fuertemente del aprovechamiento del
nopal, eso sin mencionar las consecuencias sobre los valores tradicionales
culturales y pérdida de valor paisajístico y de biodiversidad de los ecosistemas de
las cuales forma parte. Por lo anterior resulta necesario continuar implementando
medidas de prevención de entrada y alerta temprana, participando activamente
mediante convenios de cooperación con países vecinos como Estados Unidos y del
Caribe en donde se encuentra establecida, y en los que han sido implementadas
costosas acciones para evitar que continúe su dispersión (IMTA, TNC, Conabio,
AridAmérica, GECI, 2008).
No menos importante, es el fomento del uso de especies de plantas invasoras en la
producción de biocombustibles. Las semillas de las plantas exóticas, son
ampliamente dispersadas en diferentes ambientes por aves, pequeños mamíferos,
27
e inclusive el hombre; lo anterior provoca que el control de estas especies sea muy
difícil o prácticamente imposible, lo cual pudiera estar relacionado con el hecho de
que en México, el mayor número de EI pertenece a este grupo.
Introducir cultivos destinados a la fabricación de combustibles, hará que especies y
semillas que antes no se encontraban en esos ecosistemas estén presentes, lo que
supone un riesgo de invasión por parte de especies exóticas, con lo que se espera
que el costo (traducido en términos ecológicos y económicos) será mayor que el
beneficio que se pudieran obtener. No obstante, el uso de biocombustibles en
México se ve como una oportunidad para reducir las emisiones de dióxido de
carbono y la dependencia por parte de combustibles fósiles por lo que, para el
desarrollo de estas técnicas sería conveniente implementar mecanismos en los que
se solicite que las especies exóticas utilizadas para la elaboración de
biocombustibles cumplan con diversos criterios ambientales como son: que las
especies utilizadas sean de baja capacidad de invasividad, que cuenten con
certificados de origen y con garantías de pureza de las semillas, entre otras. La
utilización de criterios puede hacer que el uso de biocombustibles no se convierta
en un potencial problema ambiental. Entre las EI cultivadas en otros países y que
actualmente se encuentran distribuidas en diversas ANPs de México están: Arundo
donax, Cocos nucífera, Panicum spp., Prosopis spp. y Sorghum halepense, por
mencionar sólo algunos ejemplos, sin embargo hay más de 20 plantas exóticas que
se utilizan para este fin (Barney et al., 2008).
Conclusión General El manejo efectivo de las especies exóticas e invasoras requiere un esfuerzo
coordinado a nivel nacional que involucre todas las instancias de gobierno para el
establecimiento de marcos legales y políticas públicas, incluyendo esfuerzos de
educación y capacitación que alcancen los niveles técnicos y se extiendan al sector
privado y la sociedad civil.
28
ACCIONES FUTURAS -Iniciar acciones de identificación de EI y de prevención de entrada en ANPs de las
regiones del centro del país que aún no cuentan con ellas.
-Mantener en constante actualización la base de datos para conocer las especies
invasoras y su distribución.
-Determinar las necesidades, prioridades e identificar vacíos de información
referentes a la presencia de EI.
-Contar con un acervo de información científica sólida.
-Hacer uso de lo recopilado para poder informar e implementar acciones.
-Elaborar una página o sitio web como medio de difusión y recopilación de
información referente al tema de las especies invasoras que pueda ser consultado
por el público en general y especialistas que deseen colaborar aportando
información de calidad.
-Dar seguimiento y en la medida de lo posible apoyo financiero a los programas ya
establecidos en las regiones del norte y sur del país.
-Crear mecanismos de coordinación con instituciones académicas, dependencias
gubernamentales de los tres niveles, ONGs, para coordinar los programas
nacionales.
-Realizar acciones de difusión y educación a todos los sectores (educación básica,
sociedad en general, academia, gobierno de los tres niveles y comunidades locales),
a fin de promover la toma de conciencia de las amenazas que provocan las especies
exóticas invasoras a la biodiversidad y a los bienes y servicios que ofrecen los
ecosistemas.
-Aumentar la cooperación entre los diversos sectores, incluido el sector privado, que
podrían ser vías o vectores para la transmisión involuntaria de especies exóticas e
invasoras, con el fin de mejorar la prevención, detección temprana, control y
erradicación de estas especies.
-Facilitar la participación de los grupos interesados en particular las comunidades
locales y el sector privado, así como gobierno federal, estatal y municipal en las
29
estrategias y planes de acción nacionales y en las decisiones relativas al empleo de
especies exóticas que pudieran ser invasoras (como por ejemplo las malezas
utilizadas en la elaboración de biocombustibles).
-Promover en coordinación con otras instancias de gobierno acciones de vigilancia
permanente y eficiente en los puntos de entrada con mayor tráfico de turismo y
comercio, evaluar los riesgos ecológicos que causan las especies invasoras y
establecer una mayor participación y compromiso de las partes interesadas y un
mejor uso de los recursos nativos.
-Implementar acciones que incluya la participación de representantes que colaboran
en la formulación de políticas a todos los niveles de gobierno y en el sector privado;
los funcionarios de cuarentena, aduanas y otros funcionarios de frontera y el público
en general.
-Colaborar con los socios comerciales y los países limítrofes, y otros países, según
corresponda, para hacer frente a las amenazas que plantean las especies exóticas e
invasoras a la diversidad biológica en los ecosistemas transfronterizos, a las
especies migratorias y para afrontar cuestiones de interés común.
30
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