esta es mi vida
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Tengo ochenta años, lo cual significa que me queda poco para palmarla. Tengo un par de cosas que decir, no muchas en realidad, así que me dije ¿por qué no? Tengo tanto tiempo libre que me hastía. Y me dio por contar un par de cosas sobre mí. Sí, sé que puede parecer patético pero, bueno, al fin de al cabo, es mi vida, ¿no?TRANSCRIPT
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Esta es mi vida.
Ahora tengo ochenta aos. Nunca pens que llegara a esta edad. A veces he vivido rpido, y otras
muy despacio. Nunca he tenido trmino medio. Supongo que por eso me ha pasado todo lo que me
ha pasado. No soy escritor. Nunca he sabido ponerme contra un papel y expresar cosas. Cundo
coga mi guitarra era otra historia. Hubo un tiempo en que las musas me visitaban de vez en cuando,
pero de eso hace mucho. Era joven y devoraba la vida como un depredador hambriento. Pero ahora
solo me queda ponerme frente a mi table y tratar de contar algunas de las cosas que me han pasado
durante todo ese tiempo. S, es pattico, lo s, pero pensar que pasar por este mundo como una
exhalacin, como un recuerdo que rpidamente se olvidar, me cabrea bastante. Adems, qu otra
cosa podra hacer? Tengo tanto tiempo libre que me hasta. Los pocos amigos que he tenido han sido
ms afortunados que yo y ya han muerto casi todos. Mis "ex" hace tiempo que se han olvidado de m,
y mis dos hijos, Gabri y Valeria, tampoco es que se acuerden mucho, y no se lo reprocho, despus de
todo supongo que es ley de vida, y yo tampoco es que haya sido el mejor padre del mundo. Es una
mierda esto de ser viejo. Lo nico que te queda es esperar que esa cabrona te lleve. Silencio y
soledad, entre palabra y palabra. Recuerdos que golpean duro tu corazn. Cosas que pudieron ser de
otra forma. Tantos errores, tantas equivocaciones. Te duelen los huesos, te duele el alma y solo te
conforta saber que cada da es un da menos.
Los dems dicen que me aislo, pero no me gustan esas reuniones sociales de carcamales que no
saben hacer otra cosa que contar batallitas, quejarse de las dolencias y los males y presumir de unos
hijos que lo nico que han hecho por ti es librarse de ti encerrndote aqu. Bueno, supongo que es la
rueda de la vida. Partes de abajo y mientras vas subiendo te sientes bien, como un cohete, y piensas
que nada ni nadie puede alcanzarte, y crees que la vida es una maravilla y que el mundo es inmenso
y fascinante y todas esas chorradas. Ya cuando llegas a la cima te crees invencible e intocable, y te
parece que vas a devorarla, pero la vida es muy perra y muy cabrona y tiene mucha, mucha
paciencia, y es ella la que te devora ella a ti, y no te das cuenta de que tarde o temprano viene la cada,
la cuesta abajo. Te resistes a pensar en ello. Te engaas. Te excusas. Hasta que se hace inevitable, y
la rueda cae sobre ti y te aplasta. Pasa por encima tuya sin siquiera pestaear. Y cuando ests en ese
punto, y eso siempre llega, antes o despus, te lo aseguro, te lamentas, y recuerdas y aoras y dejas,
poco a poco, o a veces de repente, de tener ganas de vivir. Es lo que toca.
Hay tanto silencio aqu! Hubo un tiempo en que ese silencio me pareci tan estimulante y
necesario... En ese silencio se prolongaban mis pensamientos, y mi guitarra encontraba las notas
necesarias. Era un silencio sanador, reconfortante. Inmerso en l poda or los latidos de mi corazn
y hasta el hipntico "tic tac" de un viejo reloj de pared que sonaba como pasos lejanos que nunca
cesaban en un interminable camino. Pero nada es eterno, y lo que ayer te san hoy te puede matar, y
ahora este mismo silencio me parece ingrato y cruel y desagradable; un silencio en el que todo
muere, hasta ese "eterno" reloj y su "tic tac".
Reconozco que esto es deprimente, pero nunca he sido esa clase de persona. Me refiero a la clase de
persona que le gusta compadecerse de s misma. Supongo que he hecho demasiadas cosas que no
quera hacer y muchas otras que, sin embargo, quera hacerlas, no las he hecho. Pero no puedo
quejarme, he tenido una vida intensa y, sobre todo, he vivido como he querido, casi siempre. Pero
tambin tengo que reconocer que, a medida que han pasado los aos, me he sentido ms aplastado
por el peso de mis errores, y ms ahogado por mis propias responsabilidades. Entre aquel muchacho
inconsciente, inconformista y rebelde y este viejo solitario, introspectivo y cascarrabias, no hay
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sino un paso, un paso nada ms. Somos el mismo, y, sin embargo, era tan diferente de lo que ahora
soy! Es difcil de explicar.
A los cincuenta cambi todo. Fue cuando empec a darme cuenta de que estaba envejeciendo de
verdad. Eso cay sobre m como una inmensa losa. Nunca haba tenido ningn tipo de duda sobre
m mismo, ni siquiera cuando era un muchacho estpido e inexperto. Tambin fue cuando me di
cuenta de que, inevitablemente, el tiempo no se detiene. Y ah estaba yo, sintindome el ser ms
pattico del mundo. Nunca me haba sentido as, y eso me hizo sentirme extrao, como si no fuera
yo mismo. Todos me haban abandonado, o tal vez fuera yo el que me alejara de ellos. No lo s. Mis
antiguos amigos haca tiempo que haban pasado de m tanto como yo de ellos. Mis dos hijos ya
haban volado del nido y no haba nada, o casi nada, que los atara a m y, mi mujer... bueno, mi mujer
se larg unos aos antes de que cumpliera los cincuenta. Creo que ah empez todo, fue el "principio
del fin", el empujoncito final. Es curioso como son las relaciones entre las personas. Lo que en un
principio fue espontneo, natural y fluido, puede llegar a convertirse en algo forzado, spero y
frustrante. Un da te miras al espejo y te das cuenta de que ya no eres el mismo, que te has convertido
en alguien diferente, pero no te queda ms remedio que soportarte. Eso es duro, pero no es lo peor.
Lo peor es saber que ella lo sabe, por su mirada sabes que ella lo sabe. Pero ella tambin sabe que t
sabes que ella tampoco es la misma y no ante lo mismo que antes senta, que poco a poco o de
repente, no tiene nada que ver con esa mujer espontnea, divertida y cabezota que era. Y ambos
eludimos la cuestin porque a ambos nos da miedo enfrentarlo, y la inercia de la costumbre te
empuja hasta cierto punto. Cuando esa inercia se acaba todo se va a la mierda y no puedes hacer
nada por cambiarlo. Vuestras vidas en comn se convierten, de la noche a la maana, en vidas
paralelas; parecen seguir una misma direccin pero lo cierto es que se separan lo suficiente como
para no volver a coincidir en ningn punto del camino.
Es duro sentir que todo tu mundo ha desaparecido tan lentamente que ni te has dado cuenta. Y es
duro tambin reconocer interiormente que tu momento ya ha pasado y que, muy poco a poco
tambin, el devenir innegable de los acontecimientos te llevan hacia el olvido y la desaparicin.
Por que todo esto me parece una ilusin, un sueo? Y, sin embargo, s que es la cruda realidad. Lo
siento todo tan vaco...
Mi relacin con el resto de la humanidad, salvo excepciones, ha sido siempre espinosa. Siempre
he tenido la sensacin de que los dems intentaban inmiscuirse en mi interior. Lo cierto es que me
daban miedo. Me asustaba el sentirme desnudo ante sus miradas, sentirme vaco, como ellos, errante
como ellos. Participar en sus absurdos rituales, en su egosmo gratuito, en su vacuidad desgarradora,
sin pararme a pensar en que soy tan egosta y estoy tan perdido como ellos. Supongo que, dicho as,
puede sonar presuntuoso o incluso miserable. Antes deca todas esas cosas en mis canciones y
sonaba guay. Hay que ver lo que hace la msica. En el fondo, !todos estamos tan perdidos!
Venimos a este mundo a rodar de forma sorprendente, pero no traemos un maldito manual de
instrucciones. Supongo que eso nos ahorrara ms de un disgusto. Los animales, cuando nacen, ya
traen su manual impreso. Saben lo que tienen que hacer, sin hacerse ningn tipo de preguntas
absurdas. Saben hacia dnde tienen que emigrar, y saben dnde desovar. Aunque supongo que,
aunque eso fuese as, tampoco le haramos ni caso. Preferiramos, probablemente, equivocarnos una
y otra vez.
Eso mismo es lo que me ha pasado a mi con mis dos hijos, Gabriel y Valeria. Gabri es de mi
primera pareja,Tatiana, y Valeria de mi actual ex-esposa, Ins. Nunca he sabido como acertar con
ellos. Y cada uno por razones diferentes. Gabri vino cuando yo apenas tena veintin aos. No fue
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deseado. Es ms, fue muy inoportuno. Por ese entonces yo soaba con ser una estrella del rock.
Mis amigos y yo tenamos muchos sueos. Creamos que bamos a comernos el mundo.
Pensbamos que bamos a lograr cosas grandes, que seramos los nuevos "Rolling" o algo as. El
caso es que yo estaba ms tiempo con la banda, ensayado o tocando en bares de carretera que con su
madre, y mucho menos con l. Poco a poco me fui alejando de ellos. No es que le diera la espalda ni
nada parecido pero, a raz de su nacimiento, todo cambi entre su madre y yo. Lo intent. Estuvimos
un tiempo viviendo juntos. Pero no result. Estaba demasiado asustado. Senta que me ahogaba.
Que me estaba metiendo dentro de un traje que me quedaba demasiado estrecho. Pensaba en que eso
me convertiria en algo que no me gustaba. Las responsabilidades propias de un padre de familia no
estaban hechas para m, y me aterrorizaba. Es como si aquello fuera a asesinar todo aquello con lo
cul haba soado. Y romp las cadenas. Me largu. No ocurri nada especial. No discutimos ni me
ofrecieron el contrato de mi vida ni nada parecido. Un da como cualquier otro, cog mi guitarra y le
dije a Tatiana: "lo siento, pero me largo". Ella esperaba que eso ocurriera, tarde o temprano, pero no
por eso fue menos doloroso para ella. S que su corazn salt en pedazos, pero eso no me import
demasiado. Y creo que le doli mucho ms cuando le dije que dejara al nio con sus padres o con
algn familiar y viniera conmigo. Ella se neg y lo nico que supe decirle fue: "no te preocupes,
estaris bien. Te mandar dinero cada vez que pueda". Eso la enfureci, mucho.
No la culpo, ni a l tampoco. S que desde joven, desde que comenz a tener uso de razn, me ha
guardado cierto resentimiento. No es que no quiera verme ni nada de eso, pero cuando lo hace me
mira de forma que me hace recordar cmo son las cosas, cmo la han sido siempre. Tal vez se
parezca a m mas de lo que cree.
En cuanto a mi hija, es otra historia. Tal vez todo lo que no supe darle a Gabri se lo di en exceso a
Valera. Ella ha sido siempre mi princesita, y creo que eso es algo que, al final, se ha vuelto contra m.
Por una parte, he hecho que l estuviera celoso de ella, hasta el punto de apenas tener ninguna
relacin entre ellos. No es curiosa la sicologa humana? Me refiero al hecho de que el que la ha
"cagado" he sido yo, y, sin embargo, es entre ellos que no se llevan. Supongo que ambos proyectan
sobre el otro su frustracin y no solamente hacia m. En fin, sern las contradicciones del ser
humano.
Valeria vivi durante un tiempo en Inglaterra, aunque ahora vive aqu, pero no cerca, vive a unos
cien kilmetros de distancia. Se cas con un escocs y tiene un adorable y dicharachero nio. A
veces me llama y hablamos, de vez en cuando. Ella tiene su propia vida y adems, siempre se pone
de parte de su madre. Qu puedo esperar? Supongo que necesitaba huir de m. A veces uno puede
llegar a convertirse en un lastre, en una carga, para un hijo, un amigo o una esposa. Necesitaba
alejarse de nosotros, de su padre y de su madre, para desarrollarse como persona independiente,
autosuficiente. Ambos, su madre y yo, ramos como el techo que te protege de la lluvia pero que no
te deja ver las estrellas. Bueno, sea como sea, lo cierto es que la echo de menos. Cuando me siento
as de derrotado, no se me ocurre otra cosa que beber, poner a Soundgarden, Nirvana o ZZ Top y
compaderme de m mismo, hasta que esta inoportuna sensacin de soledad e insatisfaccin pase de
largo o, en su defecto, me quede dormido como un beb.
Con Ins, la madre de Valeria, todo fue una especie de montaa rusa sentimental. Una relacin
llena de subidas y bajadas, de momentos inolvidables y aciagos. de alegras y frustraciones. Cuando
nos casamos ya no era ningn nio, y pens que ese chico estpidamente impulsivo y soador ya era
historia. Supongo que buscaba cierta estabilidad. Pero con el paso de los das, las semanas y los
meses, descubr que esa estabilidad me abrumaba, me asustaba, que no la quera. Lo cierto es que no
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puedes cambiar quin eres, ni lo que en realidad eres, a no ser que quieras cambiarlo de verdad, que
haya un verdadero motivo que te haga cambiar. Ese "antiguo yo", el verdadero, por otra parte,
termin por emerger, fue ganndole terreno a mi supuesto "nuevo yo". Ese "nuevo yo" en realidad
no era otra cosa que una imagen mental que yo intentaba proyectar hacia los dems, un reflejo
deteriorado de lo que quera o deba ser, no lo s con certeza. Y eso fue creando fisuras en nuestra
relacin, pequeas fisuras que terminaron por convertirse en grandes heridas. Lo nuestro se fue
apagando muy poco a poco, y yo estaba muy ciego para darme cuenta de ello. Fue ocurriendo
minuto a minuto, hora a hora, da a da, hasta hacer de nosotros dos almas antagonistas, sin ninguna
posibilidad de reconciliacin.
Todo lo que ha sido importante, en mi vida, ha ido alejndose de m poco a poco, o tal vez haya sido
yo el que me he ido alejando de esas cosas, no lo s. Con mis amigos ha ocurrido algo parecido. En
realidad, no es que haya tenido muchos, cinco o seis, a lo sumo, y, a casi todos ellos los conoc en mi
adolescencia, excepto a Jorge, que lo conoc cuando tena unos cuarenta aos ms o menos, supongo
que porque con el paso de los aos, me ha costado mucho ms hacerme accesible a otros y compartir
cosas. En muchos aspectos, su caso es muy parecido al mo. l siempre so con ser escritor, desde
que tuvo uso de razn. Con el paso de los aos y despus de darse muchas veces contra el muro del
fracaso, puso los pies en el suelo y renunci a sus sueos. aunque l prefiere decir que, en realidad,
lo nico que hizo fue "reajustarse a su propio destino". Bueno, con eso no s exactamente lo que
quiere decir, pero supongo que se refiere a algo as como que no dej que su sueo le obsesionara
tanto como para arruinarle la vida. En ese sentido fue mucho ms sensato que yo. Ahora tiene una
familia, una vida, un perro, un trabajo... todo eso a lo cual la gente suele aspirar. Y eso no significa
que haya renunciado a escribir, sigue hacindolo, solo que sus objetivos no son los mismos de antes;
la forma cmo escribe y por qu lo hace. Yo nunca fui capaz de hacer eso. Siempre pens que haba
nacido para la msica, (y el hecho es que sigo pensndolo, a pesar de todo), y que lo dems deba
girar en torno a eso, y hasta cuando trataba de convencerme de que no era as, segua creyndolo. Y,
ahora me doy cuenta de que, en ambos aspectos, en ambos momentos de mi vida, estaba un poco
equivocado y estaba un poco en lo cierto. Cuando era joven y soaba con ser una estrella del rock,
me equivocaba al pensar que eso era lo nico que importaba, y, despus, cuando trat de meterme en
un "traje" que no era el mo, y vivir en un rol ms convencional tambin me equivocaba al tratar de
no ser yo mismo, y al tratar de no hacer aquello que en realidad me apasionaba y me hacia sentir
bien. Uno nunca deja de ser un maldito inexperto, por ms aos que se tenga. Por eso es que "me da
de cara" todos esos viejos que, por el simple hecho de tener una cierta edad, creen que lo saben todo.
En algunos aspectos, es lo mismo que tengas veinte aos que setenta; siempre eres inexperto. La
nica diferencia es que con veinte aos lo sabes y no te importa, y con sesenta o setenta no lo sabes
pero te importa equivocarte. Cuando eres joven te sientes inseguro porque ests consciente de que es
inevitable que cometas muchos errores, pero cuando eres mayor crees que ests de vuelta de todo y
que ya nada puede sorprenderte, y adems crees saber quin eres, y cuando "metes la pata" o la vida
"te pilla en un renuncio", tu ego es demasiado grande para reconocerlo. Siguiendo con Jorge, sigo
guardando una buena relacin con l. Siempre me hablaba de gente como Lord Byron, Jack
Kerouack, Herman Hesse o Federico Garca Lorca, y eso me encantaba. Compartamos
pensamientos, momentos, libros, pelculas, discos... ramos como almas errantes en busca de una
especie de bsqueda de la iluminacin o algo as. En fin, cometas que cruzan sus trayectorias por un
instante y luego se pierden, solitarios, en la oscuridad ms absoluta y eterna.
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Cuando eres viejo, todo es diferente. Supongo que no hay gran cosa que contar. No me va eso de
sentarme en un banco a contar batallitas, o a coger sol en espera de que la muerte me lleve. No
quiero pensar eso porque no quiero morirme, aunque no s bien por qu. En vez de eso prefiero
coger mi guitarra y poneme a tocar o a componer. No me apetece estar compadecindome. A veces
la cojo, me voy al parque de la residencia, y me pongo a tocar. Algunos se paran a escucharme, cosa
que, lo reconozco, me halaga.
Hay noches que me despierto asustado, tembloroso, y entonces me siento en la cama y me pongo
a llorar. Pero despus de un rato me digo: "deja ya de llorar como un mocoso, joder", sin saber bien
a qu me refiero, y eso me ayuda a dejar de llorar, aunque no a dejar de sentirme solo y frustrado,
decepcionado tal vez, y me acuesto y me pongo a pensar en la vida en general, en lo rpido que pasa,
en cmo se me ha escapado de las manos. Supongo que eso es inevitable, ley de vida. Siempre he
ido errante de un lugar a otro, sin saber exactamente dnde ni porqu, y, sobre todo, sin saber cul
era mi sitio en este desconcertante e incompresible, para m, universo.
Echo de menos a Ins. Me encantaba que se abrazara a m por las noches. Ese calor que desprend
a me haca dormir como un beb. El tacto de su piel era tan reconfortante... Recuerdo cuando hac
amos el amor. Era como si todo, a nuestro alrededor, se detuviese, y slo existiesemos nosotros dos.
Algo tan hermoso, tan espiritual... Cmo puede una misma persona hacerte tan feliz y causarte
tanto dao? Supongo que son las contradicciones del ser humano. S que yo tambin se lo hice a
ella, pero, lo cierto es que nunca quise hacerle dao, aunque eso no me exculpe de nada.
Probablemente no la valor lo suficiente; su compaa, sus ideas, sus virtudes, sus defectos... A
veces las echo de menos. Cuando la lluvia de noviembre moja mi rostro el mundo se transforma en
un lugar silencioso, melanclico, y oigo esa cancin de Gun's and Roses en mi corazn. Fue un gris
y lluvioso da de noviembre cuando la conoc. El agua caa con gotas fras y yo llevaba mi
paraguas y me resguardaba de la lluvia con l. Iba a toda prisa porque tenia que tocar en una especie
de pub. De pronto tropec con ella y casi la tir al suelo. Creo que tambin le hice un poco de dao.
Intent disculparme pero ella se puso echa una fiera. Estaba irritada, molesta. Le ofrec mi
paraguas pero se larg, sin ms. El caso es que ... llego al pub, entro en l, subo al escenario, saludo
a la gente y todo ese rollo, y me pongo a tocar la primera cancin, y, cuando estoy estoy casi termin
ndola, la veo a ella entrar al local con dos chicas ms, dos amigas. Y, es curioso, ambos conectamos
nuestras miradas, nos visualizamos mtuamente, por supuesto, quedndonos sorprendidos. Acto
seguido le vuelvo a pedir disculpas, esta vez en pblico, ante todos los asistentes, y le dedico una
versin del tema "life on mars", una versin acstica, por supuesto. A ella le encanta y me sonre al
terminar de cantarla. Que recuerdos aquellos. La ruptura fue muy dura para m. Lo cierto es que me
daba cuenta de que algo pasaba pero uno a veces da las cosas por sentado y apenas se preocupa por
ello, pensando que no pasa nada, que son rachas que igual vienen que van y que con el tiempo y un
poco de paciencia todo volvera a su lugar. Pero ella no pensaba as. Ella nesitaba saber qu era lo
que iba mal y por qu, y el hecho de no poder obtener respuestas satisfactorias la agobiaba y la
asustaba. As fue hasta que decidi hacer, no s si lo ms fcil, tal vez afirmar eso sea una estpida
frivolidad, pero, al menos, hizo lo ms habitual, "romper la baraja", "sacrificar al perro", "darme la
patada", o como se quiera decir. S que no es la forma ms correcta y tal vez exacta de decirlo, pero
as fue como me sent. Creo que eso va en su naturaleza, me refiero a la de las mujeres. Son ms
temperamentales y radicales en temas del corazn. Tal vez sea porque se entregan ms. O porque no
saben ignorar las dudas y las sensaciones ms contradictorias de su corazn. Yo, sin embargo, he
sido un especialista toda mi vida precisamente en lo contrario. Siempre me he fiado ms de lo que
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he percibido en cada momento que de lo que he credo sentir o lo que he credo que sentan los dem
s. Nunca me han asustado las dudas ni he visto la necesidad de convencerme a m mismo o
convencer a los dems de nada de lo que senta. Nunca he mirado una relacin desde el lado de la
seguridad o la inseguridad que esta me proyectaba. S que es una forma demasiado egosta de ver
las cosas, pero qu se le va a hacer, as soy y as lo he sido siempre. Tambin cabe la posibilidad
de que sea una forma indolente y fcil, por no decir cobarde, de enfrentar la vida, al menos en lo
tocante al aspecto emocional. En fin, sea como sea, es as. Una vez dicho esto, y hablando ahora de
mi "primer amor", Tatiana y yo compartamos el mismo grupo de amigos, la misma pandilla, por as
decirlo, y, en estos casos suele ocurrir que, al final, terminas emparejado con la chica que ms te
gusta o con la que ms le gustas t, para ser ms exactos. Nunca hicimos planes para el futuro ni
creo que sintisemos que haba algo serio y formal entre nosotros. Slo nos divertamos y compart
amos momentos y vivencias. Lo pasbamos bien y nos dejbamos llevar. ramos tan jvenes y
tan inexpertos! Ninguno de los dos senta la necesidad de hacer promesas; tan solo vivamos el d
a a da sin planificar nuestro futuro. Fueron varios aos geniales. Para nosotros, el mundo era una
fruta a la cul incarle el diente. Fue as hasta que decidimos irnos a vivir juntos. S que no supe
estar a la altura. Ahora me doy cuenta de lo enfmero que resulta todo. En aquellos momentos era
como si el mundo girase en torno a nosotros. Cualquier sentimiento, cualquier frustracin, cualquier
alegra, la amplificbamos dentro de nuestros inexpertos y sensitivos corazones, y eso nos haca
pasar de una euforia total a una tristeza profunda e incomprensible, Y, ahora, todo eso me parece un
hermoso espejismo que el tiempo se ha encargado de desvanecer poco a poco, lentamente. Pero
tengo que reconocer que juntos pasamos muy buenos momentos.
Tatiana y yo disfrutbamos de todo lo que nos ofreca la vida, y lo hacamos juntos, pero nunca
hubo ningn tipo de compromiso, al menos eso era lo que yo crea. Ahora me doy cuenta de lo que
debi suponer para ella el que yo diera un paso atrs al quedarse embarazada. Debi de ser muy
duro. Todo su mundo cambi de la noche a la maana cuando Gabriel naci y yo no estuve ah
para sostenerla, para ayudarla, para apoyarla de forma desinteresada. Ahora me arrepiento de tantas
cosas...
Pero lamentarme ya no me sirve para nada. En cierta forma, era como un ciego, y eso me hizo no
slo que yo mismo tropezara y callera, si no que tambin hiciera caer a otros, y en este caso a ella.
En la medida de lo posible he tratado de enmendar mis errores, al menos con mis hijos. Me he
sentado a solas con cada uno de ellos, mirndoles a los ojos, y les he pedido perdn, sin
dramatismos absurdos ni escenas trgicas ni nada por el estilo. Me he desnudado delante de ellos y
he encajado el castigo como un buen boxeador, tanto como mi mandbula ha soportado, y, despus,
cuando he cado noqueado al suelo, no he tratado de darles lstima ni nada parecido, sabiendo que
me mereca todo ese castigo. No he tenido otra alternativa ni he querido otra cosa que soportarlo,
encajarlo. Y, lo cierto, es que an sigo tumbado en la lona, pero siempre trato de levantarme antes de
que termine la cuenta atrs.Todo eso de casarme, tener una familia, sentar la cabeza, y esas cosas,
vino a raz de sufrir la que creo que fue la peor etapa de mi vida, despus de estar seis meses en un
centro de desintoxicacin. Creo que fue eso lo que me hizo pensar en que era el momento de darle
un cambio a esta. Cuando entr all tengo que reconocer que haba tocado fondo, o al menos, estaba
muy cerca de hacerlo. Realmente todo ocurri por un tema de una sentencia. Por ese entonces
llevaba una vida muy desordenada. La polica me haba pillado conduciendo con un alto ndice de
drogas y alcohol en sangre en una de esas tpicas noches locas que estuvieron a punto de arruinar mi
vida y la de otros. Digamos que la frustracin que me produca el hecho de que est no fuera como
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yo deseaba, ni como haba imaginado que sera, me hizo tratar de olvidar esa sensacin de vaco e
insatisfaccin por otros caminos no recomendables.
Poco a poco fui hundindome en ese farragoso mundo hasta que me sent como una autntica
mierda, y eso me hizo reaccionar; eso y el hecho de que el juez considerase la opcin de meterme en
un programa de desintoxicacin. Fue all donde me dije: " to, qu ests haciendo? de verdad que
es esto lo que quieres? Bueno, uno, con frecuencia, cuando le ocurren cosas malas, tiende a pensar
que es el ser ms desgraciado del universo, pero cuando conoces a gente qu est tan jodidaa como
t, e incluso mucho peor, llegas a replantearte muchas cosas. Conoc, por ejemplo, a un hombre al
qu se le muri una hija en un accidente de trfico y eso le hundi en una depresin muy profunda,
la cual le empuj a tomar todo tipo de frmacos, ansiolticos, antidepresivos y dems. Haba otro
que, sin embargo, su mujer le haba engaado y todo acab en divorcio, y, a partir de ah, se haba
"escudado " en el alcohol y eso le haba llevado a la ruina absoluta, en todos los sentidos. Tambin
conoc a otro tipo que, con la crisis y todo eso, perdi su negocio y hasta su casa, y, no siendo capaz
de adaptarse a n estilo de vida ms sencillo y austero, se haba enganchado a varios tipos de drogas,
teniendo que delinquir, prostituirse, y otras cosas, para pagar sus vicios. Todos esos y muchos otros
tenan muchas ms razones que yo para caer en la desesperacin y al menos, algunos, pudieron salir
adelante. Tambin conoc a muchos como yo, gente que, sin ningn tipo de razn aparente ni
motivos para ello haban desperdiciado sus vidas enganchndose a cosas que slo hacen que tu vida
sea un autntico infierno. Despus de todo, qu era lo que a m me haba empujado a esa vida vaca,
desordenada y autodestructiva? An hoy sigo sin saberlo, pero tratando de buscar alguna posible
razn, supongo que fue por algo que tena que ver con mi falta de carcter, mi estupidez o una
absurda creencia de que el mundo estaba contra m y yo era una pobre vctima. No s, a veces uno no
alcanza a comprender nada de nada. Me refiero a lo que pasa dentro de la cabeza de uno mismo.
Fue al salir del centro de desintoxicacin, y el verme obligado a hacer tareas sociales, lo que me
hizo tratar de apartarme de mi vida anterior, eso y que ya estaba cansado de toda esa mierda. Fue
entonces cuando conoc a Ins, bueno, un poco despus de eso. Nos casamos, tuvimos nuestra casita,
nuestro perro, y, con el tiempo, nuestra hija Valeria. Esa maravillosa y absurda estabilidad dur unos
cinco aos. Durante ese tiempo me sent ms o menos cmodo en esa vida. Pero despus de eso,
comenc a cambiar de nuevo. Digamos que comenc a echar de menos algunas cosas de mi antigua
vida. Sobre todo la msica y la libertad de hacer lo que me diera la gana . Ese siempre haba sido mi
sueo, y no entenda porqu tena que renunciar a l. Ins tampoco entenda por qu eso estaba
empezando a ocupar el lugar ms importante en mi vida.
Fue como caer en los mismos errores pero de forma diferente. Invert mucho de nuestro dinero
tratando de labrarme una carrera dentro del mundo de la msica. Pero a la gente no le interesaba un
tipo que canta paranoias internas con una guitarra. Tal vez en otros tiempos hubiera tenido ms xito.
En fin, eso fue abriendo una brecha entre Ins y yo, incluso entre Valeria y yo. Dej un par de
trabajos, perd mucho dinero... Y sobre todo la frustracin que eso me produca, y que ya no ahogaba
bebiendo, fumando, o colocndome; ahora lo haca sufriendo continuos cambios de humor, teniendo
mal carcter, hacindome insoportable, en ocasiones, en muchas ocasiones. Aquello fue
prolongndose por varios aos, hasta que no lo soportamos ms, y acabamos por hacernos dao. Y
todo para qu?
Aunque esa no fue ni la primera desilusin ni la nica que he sufrido. En realidad la mayor
decepcin de mi vida no tuvo que ver con ningn tema amoroso. Tena diecisis aos cuando conoc
a Raymond. Era un chico solitario y tmido. Buen estudiante, pero algo excntrico y manitico. No
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fue "amor a primera vista", por decirlo de alguna forma. Estuvimos un ao en la misma clase y ni
siquiera me di cuenta de que exista. l iba a lo suyo, y yo tambin. En el Instituto tena mis amigos,
y, desde luego, l no estaba en ese grupo. Mis amigos eran gente qu le gustaba la fiesta, pasarlo
bien, y divertirse, a veces a costa de los dems. En general, eran gente muy previsible, y, me
atrevera incluso a decir que simple y casquivana. Un da vinieron los Kinks a tocar a la ciudad, y
por supuesto fui a verlos. Y me lo encontr all, en el concierto. Lo cierto es que nunca haba
imaginado que a Raymond pudiese gustarle grupos como los Kinks. Recuerdo que hubo bronca en
el local, que era un bareto de poca clase, y escapamos indemnes por los "pelos." Tampoco
imaginaba que l tocara la guitarra. A partir de ah nos hicimos buenos amigos. Quedbamos
muchas veces para tocar juntos. Tocaba de manera aceptable pero yo tengo que reconocer que era
realmente malo, al menos al principio. Por supuesto, con el paso de los aos dej de ser malo y
Raymond mejor muchsimo tambin. Siempre cambibamos impresiones sobre este o aquel disco,
sobre grupos de msica nuevos o antiguos, sobre pelculas o libros, etctera. Un da nos dio por
hacer una versin de la cancin "Making time" de los Creations, y nos gust tanto la experiencia que,
a partir de ah, comenzamos a plantearnos la posibilidad de formar un grupo para hacer versiones y
tocar de vez en cuando por ah. A los dos nos apasionaba la msica, y ambos tenamos el sueo de
llegar a ser estrellas de rock. As que comenzamos a buscar a alguien que nos acompaar en la
banda, preferentemente un baterista, y estuvimos unos seis meses en ello, por increble que parezca.
En un principio creamos que no nos llevara ms de un par de semanas, a lo sumo un mes, pero lo
cierto es que fue ms complicado de lo que esperbamos. A veces porque no nos gustaban lo que
veamos, otras porque tenan ideas diferentes a las nuestras, o porque no estaban dispuestos a
comprometerse del todo, y muchas veces porque nuestros caminos musicales eran diferentes. Por
fin encontramos a "manos rpidas", o "MR", cmo le llambamos. Fue en unas jornadas culturales
el barrio en las que nos invitaron a tocar Raymond y a m. Estuvimos haciendo versiones de The
Who, Small Faces, los Stones, los Beatles, les Yardbirds, y algunos ms. Al terminar la actuacin l
se acerc a nosotros y nos dijo que era el que necesitbamos, y que el metera ms "caa" a nuestras
canciones. Bueno, lo cierto es que lo conocamos de la Facultad pero no sabamos que tocara la
batera, y, lo primero que pensamos fue que era otro pirado de esos que apenas saban llevar el
comps de una cancin y que quera engancharse a nosotros. Por quitrnoslo un poco de encima le
dijimos que viniera el siguiente da por la tarde al garaje del Raymond para hacer una prueba. l nos
contest qu porqu no bamos a su casa, porque para nosotros era ms fcil trasladar nuestras
guitarras que para l llevar su batera, pero nosotros, que bamos en plan de "enterados" le dijimos
que no, que no podamos salir de nuestro agujero porque entonces la magia podra esfumarse. Bueno,
lo que ocurri fue que el siguiente da, a eso de las seis, estbamos en el garaje tomndonos unas
cervezas, ni siquiera tocbamos, slo hablamos, y de repente, en la puerta de acero, "pum, pum,
pum", alguien toc con determinacin. Ambos, Raymond y yo, nos miramos sorprendidos, y fui a
abrir. Cual no fue nuestra sorpresa al ver que era "MR" con una caja y un bombo colgados de la
espalda y un par de baquetas en las manos, y con cara de estar algo cansado, por supuesto. Le
hicimos pasar y le invitamos a una cerveza, estuvimos hablando un poco de msica, hasta que
mont su mini batera.
- Tengo un par de cosas ms- nos dijo a forma de explicacin,- pero no poda traerlo todo.
- Vale, toca algo entonces.- Le dije yo.
Lo cierto es que nos quedamos realmente sorprendido por la velocidad y la contundencia de su
golpeo. Era casi como ver a Keith Moon, el de los Who. Con ese par de cosas haca maravillas. Y
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por eso le pusimos "MR", de manos rpidas, aunque en realidad se llamaba Miguel Roberto.
Al principio fuimos nosotros tres, un tro a la vieja usanza. Guitarra, bajo y batera. Ah fue
cuando empezamos a componer nuestros temas. Generalmente hacamos versiones de otros grupos
y de vez en cuando, metamos alguna cancin original, compuesta por Raymond o por m, o por
ambos. A los dos nos gustaba componer. Era un primer paso. Y "MR" no slo captaba nuestras ideas
si no que adems mejoraba nuestras canciones. Ciertamente tena una forma muy personal de
tocar la batera. A partir de ah comenzamos a grabar nuestras canciones en cintas de cassette, a
hacer maquetas. A veces tocbamos en fiestas y bares. Nos divertamos y vivamos nuestro sueo.
Yo dej los estudios. Mi madre se enfad mucho, pero les dije que eso era lo que haba, que no
quera pasarme varios aos pegado a los libros ni esclavizado estudiando ni nada de eso. Ella y mi
padrastro, por supuesto, no lo entendieron. A partir de ah Tatiana y yo comenzamos a vivir juntos.
Fue como si, de repente, rompiera con mi vida anterior, con mi familia, con mis estudios . . . No fue
fcil para ellos, lo reconozco, y ellos tampoco me lo pusieron fcil a m, pero no me import que se
enfadaran o no les pareciera bien. En el caso del Raymond fue parecido, slo que l estudiaba en la
universidad a distancia, y tena flexibilidad en cuanto a horarios y forma de estudiar. Lo de "MR"
diferente. l pasaba totalmente de sus padres y ellos creo que estaban un poco hartos de l y su
actitud. Algn tiempo despus Raymond conoci a Lucas, que tocaba teclados y guitarra. A l le
gustaba mucho la psicodelia, as que aport un toque extico y alucingeno a nuestra banda, que por
cierto, antes de su incorporacin convinimos en llamarla "Los Intrusos", pero al poco tiempo
despus de que l entrara le quisimos dar un nuevo impulso y la llamamos "Los Invasores".
Los comienzos fueron duros. Demasiadas decepciones, demasiadas negativas, demasiados
errores. Comenzamos a hartarnos de ser un grupo de galas, fiestas y baruchos. Queramos algo
ms. As que nos propusimos tocar slo temas compuestos por nosotros. Eso desencaden una
especie de "crisis" interna. Aunque tenamos ideas muy coincidentes, cada uno tena criterios
propios de por dnde deba ir al grupo y, bueno, al final, llegamos a la conclusin de que nadie deba
imponer sus ideas a la de los dems, sino dejar todas que todas esas ideas se fusionasen y de ello
saliese lo que tuviera que salir. As estuvimos por un ao ms o menos, moldeando nuestro sonido,
intentando imprimir una personalidad propia a nuestra msica. Y poco a poco lo fuimos
consiguiendo. Logramos mejorar, adaptarnos mejor entre nosotros, componer cada vez mejores
temas, y al tercer ao ocurri algo importante en nuestra carrera musical. Ya para ese entonces
Tatiana estaba embarazada y ya habamos comenzado a distanciarnos, aunque ms correcto sera
decir que yo haba comenzado a distanciarme de ella. La banda se present al festival rock de
bandas de la ciudad, y ganamos el concurso. Tengo que decir que aquello fue espectacular para
nosotros. Tocamos muy bien, con mucha energa, nuestro nuevo repertorio de canciones, y lo
consegumos. Aquello fue una pasada. Eso nos dio una publicidad y una popularidad increble. Nos
dio tambin la oportunidad de grabar con una pequea compaa independiente y la ocasin de tocar
en muchos lugares, entre ellos en varios festivales de rock. Incluso tocamos en un par de pases
como Portugal, Francia o Escocia. Nuestra carrera comenzaba a despegar y eso nos hizo estar
eufricos. Todo iba a las mil maravillas. Ese era nuestro sueo. Y por fin pareca que lo bamos
consiguiendo. As pasaron un par de aos, aos llenos de actividad frentica, de conciertos, de viajar
a muchos lugares, de tocar aqu all, y ese tipo de cosas. Entonces una multinacional de la msica
nos ofreci un contrato. Aquello s que fue un subidn genial. Supona dar el salto de una escena
"independiente" , un tanto elitista y limitada, a un escaparate ms amplio y, dicho sea de paso,
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probablemente mucho ms remunerado. Fueron como luces de colores flotando en nuestras cabezas.
Todos nos emborrachamos de nuestras propias fantasas. Pero, yo, al ver las condiciones del
contrato, comenc a sentir una cierta incertidumbre. Aquel pedazo de papel me pareci abusivo. Era
como darles a esos desconocidos el control de nuestras vidas . En ese momento no saba definirlo,
pero pensaba que nos iba todo muy bien cmo estbamos y que aquello poda desviarnos de nuestro
verdadero objetivo, que era hacer la msica que nos gustaba, no la de ser estrellas mediticas de la
msica. As que nos reunimos antes de tomar la decisin final, y les hice saber a los dems cul era
mi punto de vista. Les dije que ahora tenamos la libertad de elegir; la forma de tocar, la de
componer nuestro repertorio, lo que siempre habamos querido hacer. Firmar ese contrato era como
ponerse "un collar y una cadena", no seramos libres sino todo lo contrario, estaramos "en poder" de
ellos y no podramos hacer lo que nos diera la gana. Ellos y sus equipos de marketing marcaran
nuestro rumbo y nuestro camino. Hipotecariamos a nuestra banda. Despus de todo, yo quera
hacerme rico pero no a costa de traicionarme a m mismo o a la banda. Pero no sirvi de nada.
Raymond y Lucas estaban locos por firmar. En sus ojos slo brillaba el reflejo de sus egos, vindose
como las nuevas estrellas de la msica. "MR" estaba confuso en cuanto a ello pero era influenciable.
As que, despus de hablarlo mucho, hicimos una pequea votacin. Fueron dos votos a favor y uno
en contra y una abstencin. Intent por todos los medios convencer a nuestro baterista para que
equilibrara las cosas, pero no quiso pronunciarse en favor de uno ni de otro, en una especie de
decisin salomnica. Entonces fuimos a la discogrfica a firmar. Para m aquello fue cmo vender el
alma al diablo. Al principio todo era euforia y promesas. Comenzamos a gestionar nuestro primer
lbum con la discogrfica, pero a los jefazos haba algo que no terminaba por convencerles. Los
dems estaban como borrachos, como flotando en una nube. Para m era algo diferente. Y no
conseguimos cuadrar un buen sonido, la energa se dispersaba entre nosotros. Lo cierto es que haba
cierta tensin en el ambiente. Reconozco que tuve parte de culpa en eso, pero me enfadaba el hecho
de comprobar cmo el resto del grupo se dejaba manipular por aquellos tipos que no tenan ni idea
de msica, solo de grficos y de nmeros, y que no nos conocan, y lo nico que les interesaba era
hacer negocio con nosotros. Sea como fuere, tuvo sus consecuencias. De pronto, un da, nos
reunieron y nos dijeron que no queran que yo continuar en el grupo. Fue una especie de ultimtum,
tenan que sacarme del grupo si queran seguir adelante con la grabacin del disco. Por lo visto yo
no encajaba bien en lo que ellos pretendan, o tal vez era que me haba convertido en un autntico
incordio. Adems creo que pensaban que no era lo suficientemente bueno tocando la guitarra.
Cuando aquel tipo sentado en su despacho nos lo dijo hubo un silencio desgarrador. Para m fue
como un autntico puetazo a la mandbula. Todos nos quedamos mudos y nos miramos entre
nosotros. Nos cost un rato reaccionar y asimilar la situacin. Para m el golpe no fue tanto que esos
chupatintas que no tenan ni puetera idea de msica no me quisieran en el grupo, sino que mis
amigos, aquellos con los que llevaba ya ms de tres aos tocando, con los que haba compartido
tantas cosas, con los que haba luchado por hacer realidad nuestros sueos, no dijesen nada en mi
favor, no fuesen capaces de defenderme delante de ellos, o decir o hacer algo. Tan slo se miraron
con incredulidad y me miraron a m con resignacin, y entonces Raymond dijo que debamos
hablarlo en privado. Reconozco que me puse hecho una furia. Me enfad bastante y les dije a esos
malditos ejecutivos un par de cosas nada agradables, y uno de ellos se limit a decirnos: "lo siento,
es lo que hay chicos, lo toman o lo dejan". As que sal de all muy enfadado y el resto del grupo
sali tras de m, tratando de tranquilizarme. Sali como si estuviera posedo, hacia la parte trasera,
hasta un callejn sin salida que haba en la parte de atrs del estudio de grabacin, y all hicimos
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nuestra improvisada reunin, y nuestras deliberaciones, las cuales recuerdo como si hubiese pasado
ayer mismo:
- Esos tipos slo quieren un par de tontos que bailen al son de los tambores, exprimirnos hasta que
no les interesmos ms o consigan a otros a quienes exprimir! No os dais cuenta ? No ves lo que
intentan?- les dije una vez que logr serenarme un poco.- Esto es una mierda! Tanto tiempo juntos y
ahora esto. Raymond T y yo formamos esta banda! No nos preocupaba el dinero ni la fama, slo
queramos hacer msica, la msica que nos gusta, y pasarlo bien. No podis hacerme esto ! No
podis dejarme afuera ! Despus de todo lo que hemos pasado juntos no podis hacerlo!- me dirig
a todos, uno a uno, tratando de hacerles ver ni frustracin.- Si firmis ese contrato perderis vuestra
libertad, vuestra identidad. Ahora soy yo, y despus qu? Queris que unos estpidos como esos
os digan lo que debis hacer y lo que debis tocar? lo que debis poneros? Lo que debis o no
hacer sobre un escenario? Joder! Tened las agallas de hacerlo!- Ellos me miraban, y no podan
evitar hacerlo sintindose culpables.- No puedo creer que mis propios amigos me hagan esto!
Porque ya lo habis decidido verdad? En el fondo de vuestras mentes lo habis decidido ya.
Despus de todo, quin soy yo sino un pringado ms?- Reconozco que estaba muy, muy dolido.
- Est bien to, clmate!- me dijo Raymond.- Tienes que entenderlo. Este era nuestro sueo. T,
mejor que nadie, debes entenderlo. Puede ser la oportunidad de nuestras vidas ... No seas egosta,
joder!
- As que yo soy el egosta ! Yo!- Eso me enfureci tanto que me lanc contra l y le un puetazo,
pero Raymond no tuvo tiempo de responder a mi ataque porque los dems nos cayeron encima y nos
separaron. - Vete a la mierda to!- me grit muy enfadado mientras que "MR" y Lucas trataron de
calmarnos a los dos.- Est bien! Est bien!- Continu Raymond mientras se echaba mano al
pmulo, que comenz a inflamrsele levemente,- la nica solucin es votarlo. Decidmoslo entre
todos.
- Est bien, votad!- dije despechado.- Pero s lo que pensis, no hace falta que votis, ya s qu
prefers dejarme fuera qu perder el contrato de vuestras vidas. Est bien! Ahora soy yo el que se
va! No quiero estar con gente que se vende por tan poco!- Entonces me di la vuelta y me dispuse
a largarme, pero unos pasos ms adelante volv a girarme para decirles una ltima cosa: "yo nunca
os hubiera dejado en la estacada, a ninguno de ustedes".
Despus de eso estuve un tiempo sin hablar con ninguno de ellos. Con el primero que lo hice fue
con "MR". l me llam un mes ms tarde y me pidi disculpas y, bueno, digamos que reanudamos
nuestra amistad. Con Lucas estuve cinco aos sin hablar hasta que lo vi por casualidad en la playa y
hablamos un poco. A Raymond no lo vi ni habl con l en 15 aos. Fue en el funeral de "MR". Se
haba matado en un accidente de circulacin. Por lo visto, unos aos atrs, haba entrado en un
proceso autodestructivo muy parecido al mo. Se haba enganchado a las drogas y haba sufrido una
vida desordenada y catica. l no tuvo la suerte que yo tuve. No s los pormenores de su accidente,
pero, realmente qu importa eso? El caso es que falleci. Pues, cmo iba diciendo, nos vimos all y
cruzamos nuestras miradas por unos cinco o seis interminables y tensos segundos. Despus de eso
nos dimos la mano y nos saludamos con cierta cordialidad, dejando atrs todo eso que nos haba
enfrentado en el pasado y que nos hizo romper una bonita amistad. Pero lo cierto es que no lo he
vuelto a ver ms ni he mantenido ningn tipo de contacto con l. En cuanto al grupo despus de mi
marcha, la discogrfica meti un nuevo guitarra en la formacin, un tipo que no conozco ni conoca,
y grabaron su primer disco: "la verdad que esconde el silencio". Curioso ttulo no? No s si tena
algo que ver con lo que nos ocurri. Al principio no quise orlo, excepto un par de canciones que
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sonaron en la radio, pues mi rabia me impeda hacerlo. Con el paso del tiempo lo hice, y
honradamente, tengo que decir que no me gust. Era diferente a lo que hacamos nosotros, un
sonido mucho ms edulcorado, comercial y meldico . Letras demasiado superfluas y generales.
Incluso la forma de tocar de "MR" era distinta, no aporreaba sus tambores como sola hacerlo, era
un golpeo muy acompasado y comedido. La discogrfica mont un gran aparato logstico tras ellos
y vendieron un nmero considerable de discos. Hicieron algunas giras, pero nunca fui a verlos en
directo. No quera ver en lo que se haban convertido ni tampoco me gustaba atormentarme
gratuitamente. Sacaron un par de discos ms, pero se fueron apagando poco a poco. Lejos de los
grandes grupos que todos admiramos como los Rolling, los Kinks, o los Who, trataron de parecerse
a esos grupos tan artificiosos cmo pasajeros de finales de los sesenta de los que nadie se acuerda ya.
Y, ms tarde, me di cuenta que no necesitaba demostrar nada a nadie, ni siquiera a m mismo, ni
tampoco ser una estrella de la msica ni un dolo de masas ni nada por el estilo. Lo nico que
necesitaba era estar en contacto con ella, hacer mis propias canciones, expresar lo que senta con mi
guitarra, de forma sencilla y directa, expresar todo aquello que surga a travs de m, hablar sobre lo
que me haba pasado en el transcurso de mi vida. Necesitaba sacar todas esas frustraciones pero de
una forma sosegada y serena, y, para eso slo necesitaba mi guitarra y un rincn donde cantar. La
nica pega era que haba aprendido a aceptar mis derrotar y mis fracasos pero no a darme cuenta de
qu era lo que deba ser lo ms importante en mi vida y eso me hizo hacerle dao a casi toda esa
gente que, de una forma u otra, me importaba y me quera y que estuvo cerca de m.
Mucho antes de que ocurriera todo eso, recuerdo que yo era un nio ingenuo e impulsivo. Nac en
un pequeo pueblo y all pas los primeros ocho aos de mi vida. Mi padre era el sepulturero del
nico cementerio que haba. Lo recuerdo como un hombre distante, de carcter inestable, de
mentalidad cerrada y que le gustaba beber. Era de esos que deca que este pas necesitaba otro
Franco y ese tipo de cosas. Algo spero y emocionamente inestable. A menudo se montaba sus
propias paranoias sobre mi madre o sobre cualquier otra cosa, sobre todo cuando estaba borracho.
Cuando beba, y lo haca a menudo, se volva susceptible y agresivo, sobre todo con mi madre y a
veces tambin conmigo, no en el sentido de golpearnos pero se volva muy desagradable y estupido.
Eso me hizo crecer en un ambiente familiar inestable y, muchas veces, tenso, y eso me hizo tambin
ser un nio distante, triste y desconfiado. Recuerdo que me la pasaba siempre en la calle jugando al
ftbol o pelendome con algn que otro nio. Era un gamberrillo. All, en el pueblo, no haban
demasiadas cosas para divertirse. Era un lugar apartado y tranquilo, y m me daba la impresin de
que all el tiempo se haba detenido o algo as, porque siempre veas a la misma gente, ocurran las
mismas cosas y todo se repeta con demasiada asiduidad. La gente era de estrato muy humilde y
tena sus propios mecanismos de interaccin social. Funcionaba mucho el boca a boca, y, el
principal pasatiempo de los vecinos, era sacarle los "trapos sucios" a los dems, cuando estos no
estuvieran presente, por supuesto. Mi madre era una mujer muy acostumbrada a asumir su rol de
esposa sufrida y que adems tena algn tipo de problema de autoestima o algo as. Sus mecanismos
de defensa eran varios. Lo mismo hablaba por los codos que se aislaba dentro de s misma y era poco
comunicativa. Poda estar frentica o poda no tener ganas de nada. A menudo se senta agobiada y
la mujer ms desgraciada del mundo. Ese era mi ambiente familiar.
Me gustaba estar en la calle con mis amigos. Con ellos me senta tranquilo y a gusto. Hablbamos
de chicas o de ftbol, y hacamos alguna que otra gamberrada inocente. Con ellos prob el vino y
el tabaco, aunque con esas edades no me gustaron en absoluto. En aquel tiempo la vida era simple y
sencilla. Para m se limitaba a ir al colegio, jugar con mis amigos, y tratar que Rosita, una nia
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pecosa del barrio, se fijar en m. Al menos eso me serva para no darme demasiada cuenta de los
malos rollos de mi viejo, de los trabes psicolgicos de mi madre, ni de lo insulsa e incongruente que
era la vida en el pueblo. El mundo era muy diferente a cmo lo es ahora. Tan slo haban dos
cadenas de televisin, no existan los mviles ni las tables ni nada de eso, y la sola idea de quedarnos
en casa a jugar nos horrorizaba. Mi mundo se reduca a un par de kilmetros a la redonda. Nac unos
un poco despus de que terminara la guerra civil y llegu a conocer sus efectos. S que algunos
marcharon al frente y muchos no volvieron. Fueron tiempos de escasez e incertidumbre. A pesar de
eso recuerdo que era feliz, ms o menos. No es que me gustara mi vida ni las historias que ocurran
en mi casa, pero bueno, era lo que conoca, y haba llegado a acostumbrarme a todo eso. Y, por otra
parte, era demasiado pequeo para darme cuenta de algunas de esas cosas.
De vez en cuando venan algunos de mis tos a visitarnos o nosotros bamos a visitar a mis abuelos
maternos, a los paternos no porque vivan en el pueblo, cerca de nosotros, y, cuando eso ocurra, la
tendencia natural de las cosas pareca cambiar por unos das. Pero lo cierto es que eso no ocurra
muy a menudo. As transcurri mi vida hasta los ocho aos, en aquel pequeo pueblo y en aquella
pequea casa, de los cuales me evada mentalmente. Pero en mayo del cincuenta y tres me cambi la
vida. Como ya he dicho, el ambiente famiar era enrarecido, inestable, y eso fue creando una brecha
muy profunda entre mis padres. Adems mi padre cada vez beba ms y se haca ms insoportable.
Mi madre se senta cada vez ms agobiada por su situacin y ms harta de todo eso, as que, un da,
aprovechando que mi viejo estaba celebrando no s qu con sus amigos de taberna, hizo una maleta,
llam a una de mis tas, y nos largamos de all a toda mecha. Mi tia, su hermana, nos llev a la
ciudad y all pasamos la noche, en una pensin. Creo que esa fue la noche ms angustiosa que mi
madre ha vivido, porque supongo que tena miedo de que mi padre apareciera de repente y la
encontrar all o algo as, por eso estuvo toda la noche muy nerviosa y creo que apenas pudo pegar
ojo, pero supongo que mi padre no se habra dado cuenta de lo que pasaba hasta la maana siguiente,
cuando se despert de lo que supongo fue una de esas tremendas resacas y mi madre no estaba all
para prepararle un caf. Lo cierto es que, al da siguiente, muy tempranito, nos fuimos a la terminal
de autobuses, y cogimos uno haca la capital. No fue si no hasta que eso ocurri que la vi
tranquilizarse. Qu fue lo que desencaden esa repentina accin? No lo supe entonces y sigo sin
saberlo an ahora. Ella nunca me quiso hablar de ello. Un par de veces le he preguntado sobre ello
pero nunca ha querido decirme nada concreto al respecto, as que no volv a preguntarle. No s si lo
tena planeado desde haca algn tiempo o hubo algo que lo desencaden; si fue por todos esos aos
de insatisfaccin, o por algn episodio puntual y concreto o si fue por alguna infidelidad o por algn
tipo de malos tratos. lo cierto es que, a partir de ah, todo cambi para m, digamos que se abri una
nueva etapa. Pasamos varios aos de mucha escasez. En aquellos tiempos, una mujer sola con un
nio no era algo muy popular. A pesar de estar en la gran ciudad, la mentalidad de la gente era
generalmente retrgrada y cerrada en ese aspecto. Que una mujer se separara de su marido no estaba
bien visto socialmente, y si a eso le aadimos un nio pequeo, el estigma social era mucho mayor.
A mi madre se le haca difcil encontrar y sobre todo mantener un trabajo. Pudimos ir escapando
gracias a la ayuda de algunos familiares y a que mi madre haba ahorrado algo de dinero. Gracias a
eso pudimos sobrevivir, no sin pasar penurias. Adems de eso, y por si esto fuera poco, estaba el
temor a que mi padre nos encontrara, aunque no lleg a hacerlo. Tengo que reconocer que lo pas
bastante mal, porque adems de lo mencionado, otros nios eran crueles conmigo y se burlaban de
m por esa misma razn. En ms de una ocasin me pegaron. No me dejaban en paz. Me hacan la
vida realmente imposible. As fue hasta los 12 aos, cuando me hice amigo de otro nio marginado,
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esta vez porque era gitano y los otros tambin lo rechazaban, aunque no se atrevan a burlarse de l
tan abiertamente cmo hacan conmigo, porque era agresivo, y tena un hermano mayor. Yo, sin
embargo, hasta ese entonces, era el palurdo de pueblo, el nio sin padre, el tontito del campo, y por
eso estuvieron casi dos aos descargando sus frustraciones conmigo a base de bien, hasta que Ferni,
como le llamaban, y yo, nos hicimos amigos y les dimos a tres de los que siempre nos daban la vara,
una autntica paliza . Ferni pinch a uno de ellos en el brazo y yo le di con un palo a los otros dos.
No resultaron daados seriamente, pero s lo suficiente como para llegar a la conclusin de que era
mejor no meterse con nosotros. En ese intervalo tengo que decir que, cuando tena 11 aos, nos
enteramos de que mi padre haba muerto en un accidente con una motocicleta. Por lo visto estaba
borracho, no haba perdido esa costumbre, y se mat al caer por un barranco. Un familiar de mi
madre nos lo comunic, y entonces tuvimos que volver al pueblo por un tiempo. Una vez all, mi
madre pudo conocer muchos detalles sobre la muerte de mi padre y otros asuntos y yo, comenzaba a
ser consciente de algunas cosas de las que antes no me daba cuenta por ser muy pequeo. Tambin
llegamos a conocer que mi padre nos haba estado buscando durante un ao ms o menos, e incluso
que estuvo en la capital, pero al no lograr encontrarnos, desisti de hacerlo. Sin mi madre, que era la
que llevaba y mantena sobre sus hombros el peso del hogar, mi padre no hizo otra cosa que trabajar
y beber, y eso le hizo entrar en una espiral de desgracias qu le fue deteriorando, y antes del
accidente mortal, tuvo un par de accidentes menores, hasta que ocurri lo que todo el mundo tema.
En el pueblo, en especial mis abuelos, culpaban a mi madre de lo ocurrido. Eso hizo qu tanto mi
madre como yo nos sintieramos extraos en nuestro propio pueblo y que lo pasramos mal alli. Slo
haca un poco ms de tres aos que nos habamos largado y era como si hubieran sido treinta aos.
Era curioso sentir como en la ciudad nos miraban mal por una razn y en nuestro propio pueblo nos
miraban mal por otra. Cosas de la vida supongo. All apenas pasamos un mes, lo suficiente para
vender la casa, y volver a la capital. Ese fue un momento de inflexin en nuestras vidas. En la gran
ciudad lo habamos pasado realmente mal. Mi madre se haba dedicado a limpiar casas por un
msero sueldo y vender cosas en mercadillos, y a veces, apenas tenamos y para comer. El hecho de
contar ahora con un dinero extra y de que mi madre un ao despus, se casar con un relojero diez
aos mayor que ella, nos dio cierta estabilidad econmica y social. Lo cierto es que a m, al principio,
me cost aceptarlo, posiblemente porque pensaba que todos los hombres eran como mi padre, y no
quera pasar por ello otra vez, y menos con alguien que no era mi padre, pero, a medida que fue
pasando el tiempo y fui conocindole, me di cuenta de que no era un mal hombre, qu quera a mi
madre y que le dara una buena vida, una vida que nunca haba tenido, y que se mereca, pues haban
sido unos dieciocho aos de pesares y penurias. Bueno, mucho antes de eso, cuando volv a mi casa,
a la capital, despus de lo de la muerte de mi padre, no volv a ver a Ferni, pues fue como si se lo
hubiera tragado la tierra. Fue un tiempo despus que supe que sus padres haban emigrado a otro
lugar, en el intervalo de tiempo que estuve en el pueblo. Tengo que reconocer que en el poco tiempo
que nos conocimos llegu a tomarle mucho aprecio. Unos treinta aos ms tarde, en uno de los bares
en los que acte, se present un hombre obeso y de carcter desenfadado, con una guapa chica
morena, y cul fue mi sorpresa cuando l mismo se present como Fernando, mi amigo Ferni de la
infancia. Despus me cont que sus padres decidieron dedicarse a la venta ambulante y que, desde
ese entonces, haban estado emigrando con cierta asiduidad. Me cont tambin que haba tenido
problemas con la justicia y varias veces haba acabado en la crcel cumpliendo pequeas condenas
por hurtos menores y ese tipo de cosas pero a raz de la muerte de su padre, y el hecho de tener que
hacerse cargo del negocio familiar y de tener que sacar al resto de la familia para adelante, le hizo
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madurar, recapacitar, dejar malas amistades y alejarse de todo tipo de malos rollos. Despus se cas
y tuvo una preciosa hija, y bueno, viva una vida modesta pero era feliz. Me alegr mucho saber de
l y hasta hace poco mantuvimos el contacto, pero muri hace dos aos de cncer. Era un buen tipo
y un buen amigo.
Hablando de otra cosa y volviendo a mi adolescencia de nuevo, me vi seducido por toda la cultura
pop britnica. Por ese entonces yo era un adolescente rebelde y revoltoso al cual le interesaba mucho
la msica. Fue al or el rif de "satisfaction", cuando supe por primera vez lo que quera hacer en la
vida. Quera tocar la guitarra y hacer msica de ese estilo, ser una estrella cmo era Keith Richard o
Pete Townsend. No s si fue la ms pura casualidad o cosa del destino, pero, cuando tena 15 aos
mi padrastro y mi madre me regalaron una guitarra acstica la cul no dejaba de aporrear da y
noche. Y cuando no tocaba la guitarra me dedicaba a salir con mis amigos " modernos" y a pelearme
con los viejos rockeros. Recuerdo de esos aos que, aparte de ser un ingenuo nio qu jugaba a ser
rebelde, me costaba comunicarme con los dems de manera fluida. Tambin recuerdo que la
relacin con mi madre se fue deteriorando poco a poco. Yo pensaba, en ese entonces, que ella haba
puesto en mi lugar a su marido y eso me haca sentirme frustrado y enfadado. A veces la hice sufrir
con mis actitudes, mis palabras y mis acciones, pero bueno, a veces, cuando uno es tan joven e
inexperto, est ciego ante muchas cosas de un modo infantil e inmaduro. Yo, por eso entonces, slo
pensaba en divertirme con mis amigos. Fiestas, peleas, msica, chicas, alcohol, y lo que no era
alcohol. Cosas de la juventud, supongo. Como creo que escrib al principio de esta especie de
resumido, inconexo y, por supuesto no cronolgico diario, comenc a rodearme de gente casquivana
que no pensaba en otra cosa que en burlarse de todo y destruir sus vidas poco a poco. Eso era algo
que a m me seduca. Gracias a Tatiana y a mis sueos de ser una estrella de la msica, pude alejarme
de ellos poco a poco. Muchos no acabaron bien. Algunos terminaron en reformatorios, en la calle, y
muchos de accidentes de diversa ndole. Adems me influy lo que ocurri una noche. Habamos
ido al viejo "a tope yey", que era un lugar un tanto cutre y siniestro donde solan tocar bandas y
ponan pop britnico, soul, rythm and blues, y msica de ese tipo, y siempre estaba lleno de
modernos de toda la ciudad y de ciudades cercanas. All pas muchas noches oyendo a gente como
los Kinks, Small Faces, The Who, Sam Cooke, etc... Y all sola tener una amplia vida social,
conocer a mucha gente, beber, bailar, y tambin colocarme con pastillas o con hierba, y una vez que
cog un colocn de esos que te suben la euforia hasta cotas insospechadas, y te crees invencible,
capaz de cualquier cosa, fuimos a un local que haba unas cuatro calles ms arriba llamado "50's
viejas glorias", donde solan reunirse los rockers, para armar un poco de jaleo o algo as. El caso es
que fuimos un grupo de unas quince lambrettas. Antes de llegar al local pillamos a un grupo de tres
motos rockers en una esquina y les dimos una buena tunda. Eso fue el aperitivo. Despus
continuamos hasta el local, y planeamos no pararnos all sino pasar a toda velocidad por delante de
la entrada, tocando el claxon, insultando y esa clase de estupideces. Primero nos adelantamos un
grupo de siete u ocho motos. Yo no tena, asi que me mont con uno de los colegas. Entonces
pasamosun primer grupo tocando el claxon y haciendo jaleo y salieron un grupo de rockers, a
retarnos y esa clase de cosas. Entonces el segundo grupo apareci de repente, y llevaban ccteles
molotov en las manos, y los lanzaron hacia el local y a los tipos que haban salido de l. Uno de stos
alcanz a uno, y se le prendi fuego en el pantaln. Recuerdo cmo gritaba el chico, mientras
algunos de los nuestros se rean, pero a m, aquello me pareci demencial, excesivo, absurdo, pero
no gracioso. Gracias a que sus amigos aplacaron el fuego con sus chaquetas de cuero evitaron que el
tipo ardiera de mitad para abajo. La fachada del local tambin se prendi en llamas pero este fue
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sofocado rpidamente. Despus de eso por supuesto nos largamos. Yo estuve por un tiempo muy
nervioso. Saba que eso no iba a quedar as. La polica vino a mi casa, me llev a comisara y me
tom declaracin. Algunos de mis amigos, que estuvieron implicados en el suceso y otros que no,
recibieron fuertes palizas de algunos rockers. Yo me libre de eso, por suerte. Me condenaron a pagar
una multa y a realizar algunas horas de Servicios Sociales. Tiempo despus me enter de que el
chico haba sufrido quemaduras de segundo grado en parte de las piernas. Supongo que lo pasara
mal, muy mal, pero tambin supongo que podra haber sido peor, para l, y para la gente del local.
En fin, despus de eso fui apartndome poco a poco de ellos, gracias sobre todo a Tatiana y a la
guitarra que me haban regalado. Y bsicamente, despus de eso vino todo lo que he ya he contado.
Me refiero a lo de conocer a Raymond, la relacin que mantuve con Tatiana, a formar la banda, y
dems.
Todas estas cosas son ancdotas de mi vida, ni siquiera son toda mi vida. Si tuviera que tratar de
contarla, como una especie de biografa o algo as, tendra que rellenar muchas ms pginas, y
seguro que sera tediosa y aburrida. Lo que aqu he contado son pequeos recuerdos de lo que para
m es lo ms importante y significativo de mi vida. Tal vez las cosas qu me han hecho ser quien
soy, lo que ms recuerdo de m mismo, mis vivencias ms arraigadas e interiorizadas, las que ms
me han marcado, las que recuerdo con mayor nitidez. Hay gente que se pone a contarte su vida y lo
hace con todo lujo de detalles, y ponindolo todo en su sitio exacto. Otros, desde jvenes,
comenzaron a anotar todas sus vivencias en sus diarios personales, y as, cuando te cuentan algn
episodio de su vida, lo hacen como si lo hubieran vivido ayer, pero yo no soy de esa clase de
personas. Siempre he sido catico, desorganizado e intuitivo. Soy del grupo de los que prefieren
sentir que la vida le desborda a raudales, como quien trata de atrapar una ola y se monta sobre ella,
sabiendo que hay toneladas de agua por debajo y por encima de l, en vez de esos que tratan de
controlarla y dosificarla, como si la vida fuera una cantimplora que llevan a una excursin. Lo cierto
es que a m, la vida, se me ha escapado como el agua entre las manos, por eso me resulta imposible
resumirla toda en unas pocas pginas. Me acuerdo de ser un mocoso qu jugaba al ftbol en la plaza
del pueblo, y, de repente estar, por ejemplo, en la final de un concurso de rock, y de sbito tener dos
hijos y, otra vez, de repente, estar ingresado en esta residencia, con mi guitarra, mi soledad, y toda
esa vida ya consumida y prcticamente agotada.
Quedan cosas en el tintero? Por supuesto que quedan. Por ejemplo no he hablado de mis
problemas de prstata, de la operacin de corazn que me hicieron hace unos nueve aos, de las
secuelas de mis vicios de juventud, de la soledad de vivir aqu, y de tantas otras cosas, pero no me
apeteca escribir sobre eso porque no me gusta tratar de darme lstima a mi mismo ni mucho menos
a nadie que, por la ms pura de las casualidades, puede estar leyendo estas pginas. Despus de todo,
A quin le interesa un viejo quejndose de sus achaques?
Mi vida aqu es, bueno, como unas vacaciones al este del Edn. Vale, quizs exagero un poco, pero
tiene sus momentos buenos, sus momentos menos buenos, sus momentos divertidos y sobre todo
sus momentos aburridos y tediosos. No me quejo, al menos no lo hago demasiado. Por las maanas
me levanto y desayuno. Siempre hablas algo con alguien, comentas algo del tiempo, de la comida,
de fulanito o menganito, en fin, ese tipo de cosas. Despus, a media maana, tenemos diversas
actividades. A veces hacemos un poco de ejercicio; ejercicio suave, por supuesto. Hay que tener a
los viejos en forma. Despus de eso, puedes ponerte a leer, a jugar a las cartas, al domin, a la
petanca, o lo que quieras, hasta la hora del almuerzo. Despus de almorzar descansas un poco, ves la
tele, o paseas por los jardines un rato. Yo suelo ponerme en un banco del jardn a tocar un poco la
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guitarra, y bueno, generalmente tengo pblico; otros residentes como yo, gente que va a visitarlos, o
simplemente gente que siente que la nostalgia le rasca el alma; supongo que para eso sirve la msica,
para gritar o para susurrar cmo se siente uno por dentro. Y, bueno, por las noches cenamos
tempranito y suelo ver algo, una pelcula, un partido, una serie, y despus, en medio de la soledad de
la noche me dedico a pensar y ahora a escribir este breve e incoherente resumen de mi vida.
A veces viene gente a verme, muy de vez en cuando. Es increble que uno haya estado navegando
en este mundo por tantos aos y que apenas necesite los dedos de una mano para contar a sus amigos.
De vez en cuando hablo con Jorge, pero con Raymond y con Lucas no suelo hacerlo. Mis hijos me
llaman de vez en cuando tambin. Gabriel lo suele hacer una vez al mes y Valeria al menos una vez
a la semana. l vive lejos de aqu as que le resulta difcil venir, y no le culpo de que no tenga
demasiado apego hacia m, la culpa es ma. Valeria suele venir de vez en cuando, una vez al mes ms
o menos, cuando lo hace pasamos el da juntos. Eso cuando est aqu porque, a veces, viaja a
Escocia. Este mes, por ejemplo, no pudo venir por que se fue para all y, bueno, me qued muy triste.
Ella tiene un chico de quince aos y una nia de once. Tienen locura conmigo y a m me encanta
pasar el da con ellos. Siempre estoy deseando que Valeria me llame para hablar con mis nietos y,
sobre todo que los traiga con ella cuando viene a visitarme. Pero a menudo cuando estoy con ellos,
no puedo evitar emocionarme y los miro a los dos y veo a mis hijos cuando eran pequeos, a Gabri
y a Valeria, y me doy cuenta de todo lo que me he perdido, de todo lo que he dejado escapar. Cmo
pude ser tan estpido? Cmo pude estar tan ciego? Cmo he dejado que mi vida se escurra entre
mis manos corriendo tras el viento? O tal vez sea que con la edad me he vuelto ms sentimental o
qu s yo.
Ins, a veces, me llama. En momentos muy puntuales. En navidades, en mi cumpleaos... pero
hace unos siete aos que no la veo. No estara mal poder sentarme con ella tranquilamente y hablar
de nosotros, pedirle perdn por algunas cosas. Creo que lo har; antes de dejar este contradictorio
mundo creo que lo har, o tal vez ya ni siquiera tenga la oportunidad de hacerlo.
Con Tatiana mantengo tambin contacto. Con ella habl sobre nosotros y sobre mis errores, y pude
pedirle perdn por todo aquello que hice mal, por darle de lado cuando ms me necesitaba. Desde
hace algunos aos hemos mantenido un tipo de relacin cordial. A veces nos hablamos e incluso, un
par de veces, me ha visitado. Se qued viuda hace nueve aos y, aparte de Gabri, tiene dos hijas ms.
Lo cierto es que es una viejecita encantadora. Creo que ya he mencionado que Gabri tiene un hijo
que tiene treinta y pico aos, pero apenas mantengo contacto con l; nunca ha sentido mucho apego
por m.
La vida me ha enseado algunas cosas. Me ha enseado que hay cosas que uno da por sentado y
que son fciles de perder, pero que, cuando eso ocurre, sientes un gran vaco y un gran dolor dentro
de ti y aunque quieras recuperarlas, son casi imposibles de recuperar. Hay cosas, situaciones,
circunstancias, que se convierten en una especie de crculo vicioso. Siempre me he sentido solo,
muy solo, me he aislado de los dems, pero, a la vez, nunca he dejado que nadie traspase "mis
defensas", lo cual me ha hecho vivir en una autntica espiral de soledad. Me ha enseado que est
bien ir tras tus sueos, pero no a cualquier precio, no a costa de sacrificar cualquier cosa. Tambin
me ha enseado que todo resulta efmero, que el mundo sigue girando a pesar de qu te pueda
ocurrir a ti lo mejor o lo peor, que a veces somos demasiado orgullosos para reconocer que nos
hemos equivocado, y que hay cosas que nos parecen importantes y qu slo son un espejismo
pasajero, como el humo que se disipa poco a poco. Lo miserables qu podemos llegar a ser, lo
estpidos que somos. Que uno no puede huir para siempre de sus propios fantasmas y sus propios
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miedos porque stos siempre estarn contigo, persiguindote y acosndote. Que uno es ms fuerte
de lo que piensa cuando crees qu eres dbil, y ms frgil de lo que crees cuando piensas que eres
fuerte. Me ha enseado que el tren que se pierde ya no vuelve a pasar y que a veces uno pierde
ganando y gana perdiendo. En fin, habra tantas reflexiones qu hacer... y cada uno debe llegar a sus
propias conclusiones. Porque, para bien o para mal mal, en nuestra naturaleza est el hecho de no
aprender de los errores de los dems, slo de los nuestros, y a veces ni de los nuestros aprendemos.
Bueno, ya no s qu ms contar, y siento que estoy llegando al fin de este deshilvanado repaso de
mi vida. No quiero ponerme melodramtico, pero no s lo que me queda de vida, tal vez con un poco
suerte, veinte aos ms? Quin sabe? Si es as tal vez vuelva a escribir sobre las cosas aburridas
que me hayan pasado, aunque a nadie le interese pero, despus de todo, qu ms me da?