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ESTRATEGIAS DE DESARROLLO EN AMÉRICA LATINA Y SUS APLICACIONES EN ECUADOR Del desarrollismo al pos-neoliberalismo Fernando Carvajal Aguirre

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ESTRATEGIAS DE DESARROLLO EN AMÉRICA LATINA Y SUS APLICACIONES EN ECUADOR Del desarrollismo al pos-neoliberalismo

Fernando Carvajal Aguirre

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Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales

ESTRATEGIAS DE DESARROLLO EN

AMÉRICA LATINA Y SUS APLICACIONES EN ECUADOR

Del desarrollismo al pos-neoliberalismo

Fernando Carvajal Aguirre

DOCTORADO EN AMÉRICA LATINA EN EL SISTEMA MUNDIAL

Tesis presentada para aspirar al grado de

DOCTOR POR LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE

Director de Tesis:

Dr. Miguel Ángel Mateo

Profesor Titular de Universidad

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Índice

Página

Presentación 5 Introducción 7

PRIMERA PARTE

AUGE Y CRISIS DEL MODELO DE ACUMULACIÓN DEL CAPITALISMO DE POSTGUERRA

Capítulo I La época dorada del capitalismo 25

Capítulo II La globalización en la crisis del capitalismo de postguerra 42

2.1. Globalización y crisis del modelo de acumulación 42 2.2. Elementos y paradojas de la globalización 52

2.3. Incertidumbres y certezas frente a la globalización 61 2.4. Algunas conclusiones 65

Capítulo III Tendencias del capitalismo a inicios del s. XXI 68

SEGUNDA PARTE VISIONES SOBRE EL DESARROLLO

Capítulo IV El desarrollo en la segunda mitad del siglo XX 91

4.1. La visión desarrollista de la CEPAL 93 4.2. La visión del dependentismo 117

Capítulo V Teorías alternativas de desarrollo 131 5.1 El desarrollo humano 132

5.1.1. Sen y la economía del desarrollo 133 5.1.2. Max Neef y el Desarrollo a Escala Humana

5.2. El desarrollo sustentable 143 5.3 La desconexión y el autocentramiento 154

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4

TERCERA PARTE

CRISIS Y DESARROLLO DEL CAPITALISMO ACTUAL Capítulo VI La crisis del 2008 165

La crisis financiera del 2008 167 Perspectivas regionales

Europa 181 China 186

Estados Unidos 191 Tendencias en curso entre los países de mayor

desarrollo 199 Capítulo VII América Latina y la Crisis ojo 211

América Latina ha resistido con sus recursos naturales 213 Las perspectivas de Sur América 235

La integración regional 236 El neodesarrollismo, alternativa de desarrollo 240

El discurso del Buen Vivir, alternativa “al desarrollo” 246

CUARTA PARTE ECUADOR DEL DESARROLLISMO AL POS NEOLIBERALISMO

Capítulo VIII Ecuador una mirada a su desarrollo 1950 – 2006 251 Capítulo IX Ecuador: tres momentos en la Revolución Ciudadana 269

Capítulo X Caída de los precios del petróleo, fin de la bonanza extractivista 295

CONCLUSIONES 317

Siglas 323

Bibliografía citada 326 Bibliografía consultada y no citada 332 Anexos 337

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PRESENTACIÓN:

El trabajo “Estrategias de desarrollo y sus aplicaciones en América Latina y Ecuador,

del estructuralismo al pos-neoliberalismo”, se presenta como tesis para optar a la

titulación en el programa de Doctorado en Ciencias Sociales “América Latina en el

Sistema Mundial”, que la Universidad de Alicante organizó en convenio con la

Universidad de Cuenca.

Con éste pretendo cumplir, aunque muy tarde, parte de una “abultada deuda” que

mantengo con la Universidad de Alicante y con varios de sus docentes e investigadores,

al tiempo de expresar mi gratitud con la Universidad de Cuenca. La organización del

curso de Doctorado con el cuerpo de profesores que en él participaron, fue sin duda uno

de los mejores esfuerzos en la colaboración académica de una universidad europea con

una de América Latina. Mencionar los nombres de algunos de ellos, José María Tortosa,

Johan Galtung, James Petras, Manfred Max Neef, Aníbal Quijano, Goran Therborn,

Paul Litle, Agustín Lao, Alejandro Moreano, pone de manifiesto la calidad del

programa y el esfuerzo de los organizadores. Cuántos de ellos son requeridos, por no

decir disputados, por universidades latinoamericanas y europeas para que participen en

sus programas de postgrado. Junto a ellos están los otros, los que con sus trayectoria

académicas, sus experiencias, sus críticas, con las tareas del día a día, aportaron tanto

como los anteriores. No mencionaré el nombre de ninguno de ellos, porque puede

olvidar alguno y cometería un acto de injusticia que no me lo perdonaría. Entre ellos

están varios docentes de la Universidad de Alicante, de la Complutense, de Murcia y

otros académicos de América Latina. Lo menos que debíamos hacer quienes disfru-

tamos con su presencia, un buen grupo de amigos, la mayor parte docentes de la

Universidad, era hacer un esfuerzo y escribir algo que podamos compartir con nuestros

estudiantes.

Deuda académica en mi caso, que como suele pasar con las deudas externas de nuestros

países, es impagable. La oportunidad para debatir los problemas de América Latina

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desde la perspectiva del sistema mundial, en procura de entender sus múltiples comple-

jidades, fue posible en un momento importante, el agotamiento del neoliberalismo y la

búsqueda de alternativas, el nuevo siglo había empezado. Hoy nos encontramos en otro

momento, posiblemente de frustración y escepticismo en la región al no haberse conso-

lidado los proyectos pos-neoliberales. Ojalá nuestra Universidad de Cuenca, cuente en

un futuro próximo con un programa en Ciencias Sociales de características similares al

que tuvimos, en que se debatan las realidades actuales de América Latina y del país.

Quiero dejar constancia de mi profundo agradecimiento a los amigos docentes de la

Universidad de Alicante por la oportunidad que me brindaron para participar en el

programa, y lo hago en las personas de Miguel Ángel Mateo, quien llevó en sus espal-

das el trabajo mayor en la organización, gestión y seguimiento del mismo, y de Cle-

mente Penalva, que junto a Miguel Ángel, motivaron la presentación de esta tesis, lo

que de ninguna manera los hace responsables de sus falencias y debilidades.

Fernando Carvajal Aguirre

Octubre de 2015

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INTRODUCCIÓN

SENTIDO DEL TRABAJO

La expansión capitalista en las dos décadas subsiguientes a la segunda guerra mundial

provocó un cambio en la modalidad de participación de América Latina en el contexto

internacional, ello a consecuencia de importantes transformaciones productivas que

ensayaron varios de sus países en respuesta a los efectos de la crisis de los años treinta

y por la nueva división internacional del trabajo que exigió el proceso mundial de

acumulación.

Los cambios en el orden económico, social, político y cultural, demandaron a su vez,

una revisión de las concepciones explicativas para permitir la comprensión de las

nuevas realidades. En ese sentido, se dio espacio, entre las décadas de los años cin-

cuenta al setenta, para un creativo esfuerzo teórico encaminado a entender, desde

América Latina, las determinaciones del subdesarrollo y las vías para superarlo.

Preocupaciones similares recorrieron África y Asia, lo que motivó la realización de la

conferencia de Bandung en 1955, que de alguna manera institucionalizó y universalizó

la discusión sobre el desarrollo.

Distintas matrices del pensamiento en la economía alimentaron este debate, allí se

pueden identificar la influencia de concepciones neoclásicas, keynesianas y marxistas,

así como se puede reconocer el impacto del funcionalismo y estructuralismo, que desde

la sociología y la antropología, coadyuvaron a configurar un discurso ideológico, el

desarrollismo, que nos llegó desde el norte a través de instituciones "preocupadas" por

la modernización de nuestros países o por la vía académica.

Un acercamiento a las tesis sobre el desarrollo en América Latina nos lleva a

reflexionar sobre tres corrientes que dominaron el debate hasta los años setenta, la

CEPAL, el marxismo "institucionalizado" y el dependentismo, que incidieron de mane-

ra significativa en la formulación de diversos proyectos políticos y sociales.

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La desaceleración en la producción y el comercio mundial, que se produjo desde 1966,

anunció el advenimiento de una crisis, que lejos de ser coyuntural como se la percibió

entonces, reveló mas bien su carácter estructural, pues marcó el fin de la fase expansiva

de la onda larga iniciada en las postrimerías de la guerra y el inicio de su fase de

declinación. La década de los años setenta para los países centrales y la del ochenta

para la periferia latinoamericana, expresaron el agotamiento del orden de postguerra y

el inicio de una reestructuración del sistema mundial.

En esta nueva fase, el neoliberalismo se posicionó como el pensamiento dominante,

reorientó el desarrollo capitalista en la región latinoamericana en función de las nuevas

necesidades de la economía de los países centrales. Las estrategias sustitutivas de

importaciones, para promover la industrialización, base para una modernización en la

región, fue reemplazada por un modelo aperturista, que desnacionalizó el aparato

productivo, monopolizó la economía e impuso una tendencia hacia la reprimarización.

Tras la primera década del siglo XXI, en que los programas de ajuste estructural

aplicados por los gobiernos, acogiendo las recomendaciones de organismos interna-

cionales como el Banco Mundial y el FMI, evidenciaron sus limitaciones provocando

una suerte de agotamiento de la estrategia y en consecuencia la deslegitimación de los

grupos en el poder, América Latina se encuentra ante un nuevo cambio de rumbo.

La reflexión sobre las distintas estrategias de desarrollo y el examen de sus efectos en

los distintos países de la región, y de manera particular en las realidades micro-

rregionales, han aportado elementos para la formulación de lineamientos de propuestas

alternativas, entendiendo que éstas, lejos de organizarse en torno al crecimiento y

acumulación del capital, se propone el mejoramiento de la calidad de vida de sus

poblaciones, toma en cuenta los límites de la naturaleza y propende, a partir de una

potenciación de las capacidades de las personas y comunidades, a una superación de las

inequidades y desigualdades, poniendo énfasis en los desarrollos locales y las fuerzas

endógenas. Una reconstrucción del discurso del desarrollo que sin duda ha estado

presentes en la región y que a lo largo de la primera década del siglo XXI ha animado

varios de los debates constitucionales y elaboración de planes de desarrollo.

Para Ecuador, esta temporalidad se inicia a mediados de los años cincuenta con el auge

bananero, que cierra a su vez un largo período de inestabilidad política a consecuencia

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de la crisis cacaotera en la segunda década del siglo veinte, y que marca la transición

del agotamiento del orden plutocrático al de una economía, que si bien continúa con la

centralidad en el sector primario exportador, hace serios esfuerzos por una moder-

nización capitalista a través de la planificación de la economía y la modernización

tanto del Estado como de los distintos sectores productivos, con lo que se pretende ma-

terializar las estrategias de la industrialización por vía de la sustitución de importa-

ciones.

Si de 1948 a 1960 Ecuador tuvo un corto período de estabilidad democrático constitu-

cional, durante las décadas del sesenta y setenta se caracterizó por la presencia de

dictaduras militares, que de alguna manera expresaron la falta de hegemonía de alguna

de las fracciones de la clase dominante, más evidente aún cuando se trata de un período

de transición hacia una modernización desarrollista conducida desde el Estado.

El inicio y auge de la extracción y exportación de petróleo permitió apuntalar la indus-

trialización sustitutiva de importaciones, la modernización productiva y reforma de la

estructura agraria, la institucionalización y mejoramiento de la gestión del Estado, la

diversificación del aparato productivo y el afianzamiento de una ideología nacionalista

que acompaña las reformas de la economía y van a permitir un sostenido crecimiento, y

en algunos sentidos, una mejor integración de la población a la "vida nacional".

Este período que se ajusta a las corrientes desarrollistas predominantes en América

Latina se cerró justamente con el advenimiento de los procesos de retorno al régimen

democrático constitucional. Los últimos años de las dictaduras militares, en la mayoría

de los países de la región, habían acumulado grandes deudas con la banca interna-

cional, en medio de la crisis del capitalismo mundial conocida como la de los petrodó-

lares. Los efectos de este agresivo endeudamiento se sintieron con fuerza en los inicios

de la década del ochenta, Ecuador no fue la excepción, se inició uno de los períodos

más complejos para la economía de la regional. Las políticas de ajuste estructural,

estimuladas por el discurso del pensamiento único sobre la globalización, ocuparon el

espacio de las agotadas estrategias keynesianas de la época desarrollista para el predo-

minio de las corrientes neoclásicas y con ello de la estrategia neoliberal en función de

otro modelo de acumulación, caracterizado por el aperturismo, la desregulación, la

concentración de la riqueza, la desactivación de la industrialización y la consecuente

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reprimarización de la economía, la desintegración social y la creciente exclusión de

importantes sectores sociales.

Las décadas de los años ochenta y noventa del siglo pasado y buena parte de la primera

del nuevo siglo, se identifican por la crisis de la deuda, la presión del ajuste a través del

cierre de los programas sociales del Estado, la desregulación que permitió el abuso y

corrupción creciente del sector financiero y grupos empresariales monopólicos vincu-

lados con el régimen, el feriado bancario, la imposición de la dolarización y, los

esfuerzos, ventajosamente sin éxitos, para suscribir tratados de libre comercio.

La transición al nuevo siglo se ve acompañada por una suerte de agotamiento de la

estrategia del ajuste estructural y de potenciación de las acciones de resistencia de

importantes sectores sociales, que desde la emergencia del movimiento indígena de los

años noventa, cuestionaron el neoliberalismo y formularon tesis para la construcción de

una alternativa.

Para Ecuador, como para varios países de la región, la primera década del siglo XXI se

caracterizó por la presencia de nuevos actores sociales y políticos que cambiaron el

espectro de la región. Tras los efectos dramáticos de corrupción, pérdida de soberanía y

transnacionalización de las economías, que afloran como manifestaciones del discurso

del ajuste estructural, varios sectores sociales, de manera dispersa, hicieron denodados

esfuerzos para elaborar propuestas para un desarrollo distinto. En esas elaboraciones es

fácil reconocer la presencia de visiones que cuestionan severamente la ideología del

desarrollo en tanto crecimiento económico, la necesidad de propender a una recupe-

ración de las personas como objetivo del desarrollo, en valorar adecuadamente el

aporte de la naturaleza y entender sus límites, la necesidad de colocar con mayor

énfasis las preocupaciones por la equidad y la igualdad luego de varias décadas de

exclusión; finalmente, poner el acento en que el desarrollo debe potenciar las capaci-

dades locales y nacionales.

La segunda mitad de la primera década del siglo XXI pretendió ser, en medio de la

configuración de un nuevo régimen, el espacio para la construcción de un nuevo

horizonte. Se formuló el Plan del Buen Vivir, mismo que procura ser una superación de

las concepciones convencionales sobre el desarrollo en América Latina, busca consti-

tuirse en un nuevo discurso que supere la visión ideológica que rodea la categoría del

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desarrollo; aspira cambiar, para el caso ecuatoriano, el modelo de acumulación

centrado en el sector primario para aprovechando los recursos de la biodiversidad

"insertarlo de manera inteligente" en la nueva configuración del sistema mundo capita-

lista y consecuentemente en la nueva división internacional del trabajo.

Perspectiva en debate, la correspondencia entre los objetivos de la planificación del

Buen Vivir y las políticas no dejan de evidenciar algunas contradicciones, como tam-

bién se las puede evidenciar entre las políticas del gobierno y los fundamentos del

Buen Vivir.

La discusión sobre la relación entre las teorías del desarrollo y la dinámica del

capitalismo, a partir del enfoque del sistema mundo capitalista motivó la realización de

este trabajo: “Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

Ecuador: del desarrollismo al pos-neoliberalismo”. Interesa, desde una comprensión de

las característica y dinámicas del capitalismo explicar la formulación de diversas

estrategias de desarrollo. De la interrelación de estos dos campos, la dinámica del

capitalismo y las estrategias de desarrollo surgió el objetivo general: Contrastar en el

curso del sistema mundo capitalista, las distintas concepciones sobre el desarrollo y

analizar el impacto de las estrategias de mayor influencia en las realidades de América

Latina y Ecuador.

Para dar cuenta del objetivo propuesto había que recurrir a varios aportes en las

ciencias sociales, la historia, la economía política y la sociología en lo relativo al

desarrollo y la política; como fue necesario echar una mirada al mundo para entender

las particularidades de la región latinoamericana y más específicamente la de Ecuador,

tal como recomendaría una lectura desde la perspectiva del sistema mundo capitalista.

Estuvo presente desde un comienzo el supuesto de que las concepciones de desarrollo,

que temporalmente se configuran en la segunda mitad del siglo XX, tenían el propó-

sito de acoplar, bajo el eufemismo de la modernización, las condiciones de nuestra

reproducción económico-social a los requerimientos de la acumulación del capital a

nivel mundial. Al pasar revista sobre las tendencias del capitalismo en los centros y

contrastarlas con las tendencias de ese mismo capitalismo en las periferias, se puede

percibir que la división internacional del trabajo, las formas de organización de la

reproducción social, y las manifestaciones en la cultura y la política, responden a cierta

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lógica en la reproducción general del capital. Las concepciones dominantes del

desarrollo o responden directamente a esa lógica o terminan siendo funcionales.

En esta perspectiva se entienden los objetivos específicos que se formularon para este

trabajo:

a) Sistematizar y analizar el conocimiento referido a las concepciones sobre el

desarrollo que han tenido mayor influencia en América Latina, desde la segunda

mitad de siglo XX hasta el presente;

b) Evaluar los impactos de las estrategias y políticas de desarrollo en la sociedad

ecuatoriana; y,

c) Examinar la relación entre las propuestas del Plan Nacional del Buen Vivir, sus

objetivos y estrategias con los avances en la gestión del Estado en el período 2009

- 2013.

La dinámica de los acontecimientos en la sociedad ecuatoriana, en los últimos años, en

que considero se fueron abandonando los referentes del Buen Vivir, a partir del año

2014 entra en una situación de compleja incertidumbre provocada por la caída de los

precios del petróleo. Ecuador y otros países de la región, particularmente de Sur

América, durante la última década usufructuaron de altos precios para sus materias

primas y bienes energéticos, ello permitió tener tasas de crecimiento en sus economías

superiores a la de otras regiones y financiar políticas sociales que permitió a sus

gobiernos niveles de legitimidad y estabilidad que fueron tan esquivos en décadas

anteriores. La dinámica del capitalismo mundial con sus frecuentes juegos cíclicos ha

provocado una inversión en la curva de los precios y en varios de estos países; entre

los que están aquellos con gobiernos autodenominados “Progresistas”; en que los ejes

de su acumulación son muy dependientes de los productos primarios de exportación,

se encuentran hoy enfrentados a una severa crisis, al menos en el sentido de que el

gasto público que se convirtió en el elemento dinamizador de sus economías ha

llegado al límite, ha empezado también su curva de descenso.

Esta realidad motivó la inclusión de una lectura y reflexión sobre la crisis provocada

por la caída de los precios del petróleo, sus efectos inmediatos y los que se producirán

en el futuro.

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13

Las hipótesis que se formularon para esta investigación fueron:

• La estrategia sustitutiva de importaciones propuesta por la CEPAL, que se

aplicó en el Ecuador de los años sesenta y setenta, permitió enfrentar la crisis de

la agro-exportación, modernizó el Estado, pero no superó el modelo de acumu-

lación primario exportador, la dependencia del petróleo marcó el desempeño de

la economía interna y la participación del país en el mercado internacional.

• El desempeño de la economía latinoamericana durante las décadas de los años

ochenta y noventa, bajo los programas de ajuste estructural, lejos de atender las

necesidades de la región, contribuye, como otras regiones de la periferia, a la

financiación de la reconversión productiva en los países centrales. Sin embargo,

esta reestructuración productiva no permite remontar la crisis internacional de

la década del setenta, provocando que la crisis mundial, en medio de altibajos,

consolide una tendencia a su profundización.

• Las propuestas de otro desarrollo, elaboradas en el Plan del Buen Vivir, si bien

son pos-neoliberales, se corresponden a una matriz "neodesarrollista". Esto

implica una imbricación de propuestas desarrollistas de los años sesenta y

setenta con algunas aplicaciones pragmáticas en función de una "eficiente e

inteligente inserción productiva" en el sistema mundo capitalista, con las

características que éste se presenta al término de la primera década del siglo

XXI. Ello implica una relación de no correspondencia entre las imágenes de una

ideología de "otro desarrollo" con las propuestas del Plan del Buen Vivir y una

no correspondencia entre esas imágenes y las políticas aplicadas.

El análisis, por la naturaleza de la investigación, es su eje vertebrador. Luego de la

revisión de una amplia bibliografía sobre la dinámica del capitalismo con sus manifes-

taciones en los centros y en las periferias, así como de la extensa literatura sobre el

desarrollo, había que identificar las múltiples interrelaciones. De otra parte, había

necesidad de corroborar algunas tesis con la información secundaria que aportaban en

unos casos los propios autores y en mucho otros había que recurrir a información de

organismos oficiales en el caso de Ecuador, Banco Central, Instituto Nacional de

Estadísticas INEN, de universidades; de centros de investigación y seguimiento de

estos temas como CEPAL, Naciones Unidas, OCDE, OIM, entre muchos otros; de

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instituciones vinculadas con el desarrollo como FMI, Banco Mundial, de organismos

regionales; de centros de información en los que encontramos datos novedosos como

los de Angus Maddisson para la comprensión de los períodos largos en la historia. A

partir de ello, había que proceder en los campos de la reflexión y exposición, desde

una perspectiva crítica, estructural y sistémica, que siendo un punto de vista puede

permitir una mejor compresión de la realidad.

Lectura crítica en el sentido de no aceptar una mirada descriptiva, contemplativa y

pasiva del orden económico, social y político del capitalismo existente. Procurar más

bien una lectura de éste orden que de cuenta de su constitución, estructura que explica

su dinámica interna, percibir sus contradicciones. Esto contribuye a comprender los

procesos de acumulación y reproducción a nivel mundial. Crítica porque si asumimos

que la realidad social no es natural estamos en condiciones de transformarla. Crítica

también en el sentido de estar abiertos a la discusión con las múltiples interpretaciones

que se hacen de la realidad, entendiendo que nuestra percepción no es más que un

punto de vista sobre ella. Marx denominó a su trabajo Crítica de la economía política,

en realidad era un cuestionamiento a las tesis del pensamiento clásico, pero las expli-

caciones sobre la acumulación y reproducción del capital no se podrían entender, en

estricto sentido, sin la crítica de Rosa Luxemburgo a la reproducción, más tarde de

Wallerstein (1989) sobre el “peso social” del proletariado. Si somos capaces de hacer

la crítica a “la crítica” seguro que estaremos caminando.

Una lectura sistémica en el sentido de adscribir a una corriente de pensamiento que

considera que la dinámica del capitalismo no puede ser aprehendida si no es en su

complejidad y en su totalidad. El capitalismo mundial no es la sumatoria de los

capitalismos nacionales, entender las manifestaciones del capitalismo en el ámbito de

lo “nacional” supone entender su funcionamiento y dinámica mundial. En esta direc-

ción asumir que la unidad de análisis del capitalismo es el orden mundial, por ello la

denominación de sistema mundo capitalista. Antonio Aguirre, en la introducción del

libro “La crisis estructural del capitalismo” (Wallerstein, 2007) define cuatro ejes de

esa construcción teórica: el eje histórico crítico referido a la unidad de análisis y a la

estructura jerárquica entre centros, semi-periferia y periferia; el segundo eje referido al

análisis crítico de los principales acontecimientos y proceso del “Largo siglo veinte”;

el tercer eje aborda el estudio más reciente de la historia y los escenarios prospectivos

Page 16: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

15

de la evolución del sistema mundo; y finalmente el cuarto, que aborda la epistemo-

logía crítica que recupera la unidad de la ciencia social.

La lectura desde una perspectiva estructural, se la concibe por las formas de articula-

ción de las distintas expresiones de la sociedad, las relaciones que establecen los seres

humanos en la producción de los bienes materiales, en la distribución, el intercambio y

el consumo; las expresiones simbólicas en la cultura y la ideología; las relaciones de

poder, de dominio y subordinación, son relaciones que tienen un orden de cierta causa-

lidad. No en el sentido de determinaciones unívocas y absolutas, relaciones más bien

complejas. Comprender su movimiento y múltiples lógicas y determinaciones nos per-

miten una mejor comprensión de la realidad, el acercarnos un poco más a la realidad

del capitalismo en su totalidad. Sin esta perspectiva no podría entenderse al capita-

lismo como un sistema mundial.

DOS REFERENCIAS TEORICAS.

En el curso del presente trabajo se aborda la dinámica del capitalismo en distintos

momentos, uno corresponde al período de la II postguerra, la fase A en el esquema de

Kondratiev o fase expansiva; luego se hace una aproximación al largo período de

crisis, que arrancaría iniciada la década de los años setenta, fase B o depresiva,

período en que se analiza la denominada “globalización” y la crisis del 2008.

Exponemos en esta introducción algunos tesis de Wallerstein (1989) en su trabajo

sobre el capitalismo histórico porque las consideramos supuestos necesarios para el

análisis del capitalismo en sus expresiones más particulares. De otra parte, el análisis

de América Latina, para la segunda mitad del siglo XX tiene como supuestos algunas

tesis de Agustín Cueva (1977) contenidas en su libro “Desarrollo del Capitalismo en

América Latina” que también las explicita. Hay que indicar que las perspectivas

teóricas de Wallerstein y Cueva no son similares, sin embargo aportan elementos para

una mejor comprensión de la realidad, desde esa lógica podemos decir que son

convergentes.

Tendencias del capitalismo histórico.

Tendremos como referente para este acercamiento el trabajo de Immanuel Wallerstein,

El Capitalismo Histórico, en que particularmente interesa acercarnos a las interre-

Page 17: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

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laciones entre acumulación, centro-periferia, división internacional del trabajo, las

fases de la dinámica de la reproducción capitalista.

El capitalismo y la incesante acumulación. Para Wallerstein (989), el capitalismo es

un sistema histórico que se inicia hacia finales del siglo XV a partir de las particulares

condiciones europeas, se extiende hasta cubrir todo el globo hacia finales del siglo

XIX, y como sistema mundial se reproduce hasta el presente, bajo una lógica en la que

el capital es usado con el objetivo primordial de su autoexpansión1. Las acumulaciones

pasadas se convierten en capital en la medida en que son destinadas a acumular más

capital. Este propósito exige a su poseedor el establecimiento de cierto tipo de rela-

ciones con otras personas, haciendo de él un capitalista; y cuando la acumulación de

capital se convierte en objetivo primordial, sobre otros objetivos en la sociedad,

estamos en presencia de un sistema capitalista (p. 3).

Para que el valor, reserva acumulada que se presenta en forma monetaria, pueda efec-

tivamente valorizarse, requiere la presencia de otras condiciones históricas: la existen-

cia de fuerza de trabajo en condiciones en que pueda ser utilizada por el productor, y,

una red de distribuidores y consumidores compradores suficientemente mercantiliza-

dos. Así el capitalismo se caracteriza por una tendencia de creciente mercantilización

de los distintos procesos de producción y distribución, en que se conforman complejas

cadenas de mercancías.

En esta estructura, un producto para su elaboración requerirá del resultado de una

cadena previa y a menudo será condición para una nueva. Creándose sucesivas cade-

nas de mercancías que provocan un creciente distanciamiento entre los numerosos

productores y los consumidores finales. La ganancia que el capitalista se propone

alcanzar estará dependiendo de una conflictiva competencia con otros productores

privados que se presentan como rivales por el control de esos diversos encadena-

mientos y sus componentes, disposición ventajosa de la fuerza de trabajo, grado de

monopolización y control de mercados. Hay que destacar en el análisis de Wallerstein

la importancia a la producción de bienes en condiciones no capitalistas que integran

1 Para Marx (1974), el capital, entre las múltiples formulaciones conceptuales, es entendido como un valor que se valoriza. El valor se presenta como sujeto del proceso de valorización. (p. 488)

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partes de los encadenamientos logrando una disminución de costes, ventajas en la

competencia y consecuentemente incrementos en las ganancias.

El mercado como espacio de encuentro de los productores iniciales y los consumidores

finales, es en el capitalismo una pequeña fracción del total de las transacciones, la

mayoría corresponde a intercambios entre productores dentro de las continuas cadenas

de la producción de mercancías, entre los compradores de insumos y vendedores de

productos semielaborados. Allí afecta la conformación de encadenamientos verticales

y horizontales, la presencia de estructuras monopólicas, que de distintas maneras dis-

torsionan los precios como expresión del encuentro de oferta y demanda. Ejemplo de

ello, son las variaciones en los precios de las transacciones intrafirmas para eludir

impuestos nacionales. Los encadenamientos verticales, serían otra de las tendencias en

la dinámica del capitalismo.

Ganancias y acumulación, sus contradicciones. La obtención de mayores ganancias

da lugar a un mayor ritmo en el proceso de acumulación del capital, implica una

disminución de los costes, fenómeno que no favorece a los capitalistas de manera

similar, al contrario, unos serán beneficiados en virtud del perjuicio de otros. Así se

perfila, según Wallerstein (1989) una primera contradicción en términos de que el

interés particular de los capitalistas a menudo contradice el interés colectivo. “...

algunos preferirían incrementar su parte de un margen global menor a aceptar una

parte menor de un margen global mayor” (p. 5). Hay sin embargo una segunda contra-

dicción provocada por la tendencia de los capitalistas privados al disminuir costes en

la compra de la fuerza de trabajo, provocando una reducción de la capacidad

adquisitiva de los salarios y con ello restringiendo el consumo, lo que implica que no

se cierre el proceso de producción, distribución, consumo, y consecuentemente se inte-

rrumpa el proceso de reproducción que garantiza la creciente expansión del capital.

Estas contradicciones las podemos enunciar diciendo que “lo que es racional para los

capitalistas, no era necesariamente racional para los trabajadores... Lo que era racional

para todos los empresarios como grupo colectivo no era necesariamente racional para

un empresario determinado.” (p. 6).

Proletarios y proletarización. La incesante expansión del capital modifica las formas

de producción no capitalistas. Marx, al analizar el proceso de acumulación advierte la

tendencia hacia una creciente proletarización de las sociedades, en medio de una cada

Page 19: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

18

vez más compleja composición orgánica del capital, que se traduce en una dinámica

conformación del mercado de trabajo, con momentos de expansión y contracción de la

demanda de fuerza de trabajo subordinada al ritmo que adquiere la acumulación. Este

movimiento contradictorio del capital, fruto de su propia expansión, regula los mo-

mentos de crecimiento o reducción de los salarios, influye en los incrementos de la

masa de ganancias y al mismo tiempo marca otra tendencia histórica del capitalismo,

que es la reducción de la tasa de ganancia. Wallerstein con mucha propiedad señala

que no hay nada de sorprendente en sostener hoy en día la pertinencia de la tendencia

a la proletarización de la fuerza de trabajo; lo significativamente sorprendente “no es

que haya habido tanta proletarización, sino que haya habido tan poca” y estima que en

el desarrollo de la economía mundo capitalista esa proletarización no cubriría más del

50%. Esa estimación no se sustenta en el estrecho concepto de población activa que

utilizan los gobiernos en sus estadísticas, sino en el conjunto de personas que de

distinta manera participan con sus trabajos en las cadenas de mercancías, que incluye

por tanto el trabajo doméstico y las actividades de personas adultas y preadultas.

Unidades domésticas. La reproducción de la vida de las personas, para Wallerstein

(1989) se da en medio de unidades relativamente estables, unidades domésticas a la

que confluyen los ingresos de cada uno de sus miembros sin importar la forma de

producción a la que se pertenecen. Allí se resuelven las formas para sobrevivir, si los

ingresos se incrementan hay opción para disfrutar de un estilo de vida satisfactorio; y

si los ingresos son mayores aún, hay la posibilidad de participar como capitalistas en

el juego de la acumulación del capital.

En la reproducción de la fuerza de trabajo vale la pena reconocer como tendencia en el

capitalismo, la configuración de unidades domésticas semiproletarias, es decir, que en

el ingreso familiar es significativa la parte de fuentes no asalariadas, esto promueve la

disminución del nivel de los salarios y da ventajas para la acumulación del capital. De

alguna manera, los procesos de creciente proletarización se producirán a pesar de la

voluntad en contra de los empresarios capitalistas individuales, pues esto afecta los

incrementos de las remuneraciones. Estos procesos de proletarización irían acompaña-

dos de una mayor división del trabajo, por género, edad y etnicidad; y una persistente

devaluación del trabajo de la mujer, los niños y adolescentes, personas muy adultas y

definidos grupos étnicos. Sustento también para la definición de trabajo productivo e

improductivo.

Page 20: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

19

Centro y periferia. Son categorías fundamentales en la perspectiva teórica del Siste-

ma Mundial. Las cadenas en la producción de mercancías tendrían una suerte de movi-

miento centrípeto, como lo califica Amin (1988, p.22), de las periferias al centro, en

una cada vez más extendida división del trabajo mundial, en que la localización es

consecuencia de los circuitos de acumulación. En esta configuración centro-periferia,

es sustantiva la determinación de los precios a través de la intervención de la fuerza.

Relación conocida, investigada por Emmanuel (1966) y Amin (1974), que siendo una

práctica antigua, sin embargo adquiere connotaciones específicas en el capitalismo,

como lo dice Wallerstein, ocultando su naturaleza violenta en base a la autonomía

entre la economía y la política, es decir, entre una economía resultante de una cre-

ciente división del trabajo a nivel mundial, con procesos productivos muy integrados

que operan en función de una incesante acumulación, y la política, conformada en

apariencia por Estados soberanos, aislados, autónomos.

Ese intercambio desigual se sostiene en la escasez de un proceso productivo complejo

o en escaseces artificiales impuestas, que en el juego de los precios determina que una

parte de la ganancia de las periferias se transfiera a los centros. Esta relación inequi-

tativa se profundiza a través de los procesos de integración vertical, de suerte que el

control de dos o más eslabones de una cadena de mercancías, hace que una parte

creciente de las ganancias se transfiera a los centros. Estos excedentes, en los centros,

posibilita que se concentren recursos para estimular más aún la mecanización y junto a

ello incrementar la acumulación, como dice Wallerstein (1989) “conseguir ventajas

comparativas adicionales en los productos existentes y crear productos raros con los

que renovar el proceso” (p. 22). Amin (1988) añade, que en estos países la mayor parte

de la fuerza de trabajo forma parte del ejército en activo, mientras que en las periferias

una proporción significativa de la fuerza de trabajo conforma el ejército de reserva, y

en expansión (p 11). Los esfuerzos de industrialización en las periferias no tendrán la

posibilidad de absorber la reserva producida por la economía rural y la informalidad,

dicho de otra manera, no es posible reproducir la experiencia de los países desa-

rrollados que lo hicieron bajo otras condiciones; como tampoco tendrán la opción de

conformar Estados de bienestar. Finalmente, la concentración de capital en los centros,

necesariamente irá acompañada por la constitución de Estados fuertes, las periferias a

su vez, por Estados débiles.

Page 21: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

20

Los ciclos de expansión y estancamiento. La dinámica del capitalismo no es en

ningún caso homogénea y continua. La conformación monopólica y el espíritu compe-

titivo se expresarán una y otra vez en las cadenas de mercancías y en sus eslabones, en

un movimiento contradictorio de expansiones y estancamientos que puede ser perci-

bido a través de la observación empírica. Estos ciclos expresan fluctuaciones con

mucha regularidad, aparecen como algo intrínseco al funcionamiento del sistema. Son

manifestaciones de una liquidación de todo aquello que ya no resulta eficiente para el

proceso de acumulación y de incorporación de nuevos elementos y políticas que den

una nueva dirección, reoriente los recursos, redefina los componentes escasos y con

ello permita una mayor acumulación de capital. Estos procesos de expansión y estan-

camiento, en ciclos de aproximadamente cincuenta años, los denominados ciclos

Kondratiev, expresan los afanes de control de los principales grupos empresariales por

asirse a los eslabones de mayor rentabilidad en las cadenas de mercancías.

El efecto, es una concentración de inversiones que provoca una crisis de “sobrepro-

ducción”, la conmoción y una necesaria reestructuración, relocalización de las empre-

sas y transferencia de capitales de las periferias al centro y de éstos a aquellas. Los

efectos serían: una constante reestructuración geográfica del sistema mundial capita-

lista; el proceso de cambio tecnológico que no se presenta como el motor para los

nuevos procesos de acumulación, sino más bien, como la consecuencia de la dinámica

del capitalismo y de sus procesos de proletarización que tienden a la reducción de la

tasa de ganancia; y finalmente, la necesaria expansión y cooptación de nuevas zonas

geográficas a su funcionamiento incorporando mano de obra a bajo costo.

Premisas para una interpretación de la historia de América Latina.

Las premisas, que se presenta como tesis, para la interpretación del capitalismo en

América Latina y Ecuador se sintetizan a partir de los seis primeros capítulos del libro

de Cueva (1977) El Desarrollo del capitalismo en América Latina.

Tesis 1.- No es porque se cometieron abusos en contra de las naciones no industria-

lizadas que éstas se han vuelto económicamente débiles, es porque eran débiles que se

abusó de ellas. Marini, cit. por Cueva (1977).

Page 22: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

21

No es extraño, como se observará en el análisis del dependentismo que Cueva inicie su

libro con esta referencia a Marini. No es que somos débiles porque abusaron de

nosotros abusaron porque éramos débiles. Hay un orden de causalidad endógeno. El

subdesarrollo es producto del abuso de las burguesías de los Estados más poderosos

sobre las naciones más débiles, se aprovechó de esta condición a la vez que los abusos

se perpetúan se ahonda esa debilidad. La debilidad que se presenta como punto de

partida, no es otra que la situación de América Latina en el período posindependencia,

caracterizado por lo que Stein (1970) denomina la herencia colonial. La incorporación

de América Latina al sistema capitalista mundial según Cueva (1977) se produciría en

el último tercio del siglo XIX. Tesis que contradice la formulación de Wallerstein en

tanto Cueva pone atención en el carácter de las relaciones de producción en América

Latina.

Tesis 2.- El período colonial debe ser entendido como un proceso de “desacumulación

originaria”

La colonización de América, mirada desde la lógica del capitalismo, según Marx

(1974), significó uno de los componentes fundamentales de la acumulación originaria

a nivel mundial. Se provoca una concentración de recursos productivos y de riquezas,

sin precedentes, en el un polo, al tiempo que mirado desde el otro polo, dice Cueva

(1977), lo que tendríamos es un proceso de desacumulación, también sin precedentes.

El excedente económico producido en las colonias no se transforma en capital a su

interior, donde el trabajador es explotado bajo relaciones esclavistas y serviles, sino

que fluye al exterior para convertirse allí sí en capital.

Tesis 3.- La herencia colonial marca el desarrollo de nuestra primera etapa republi-

cana, hasta 1870.

La herencia colonial, entendida como la matriz económica y social que recibimos

luego de tres siglos de dominación, constituye un lastre que acompañó en la formación

de las nuevas naciones. Esta herencia colonial supone desde la perspectiva de Cueva

(1977) un bajo desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción en que

predominan las relaciones esclavistas y feudales. Estas son las debilidades que deter-

minan la vulnerabilidad de América Latina y permite el abuso de los centros. El

subdesarrollo , sostiene Cueva, ni siquiera en esa época puede explicarse como falta de

Page 23: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

22

comercio internacional, o por falta de ayuda técnica o financiera desde el exterior. En

la segunda mitad de s. XIX se dinamiza el comercio, se construyen las vías que faci-

litan el intercambio, aparecen los primeros banco y las inversiones. Se resquebraja el

orden existente y los grupos dominantes locales conciben el progreso como un modo

de vida en el que rige el consumo suntuario en lugar de orientar los beneficios a la

producción.

Tesis 4.- La mayor independencia de las partes y la menor interdependencia econó-

mica, determinan el camino tortuosos hacia la conformación del Estado Nacional.

El Estado Nacional se conforma sobre una específica realidad económica y social,

dentro de un contexto internacional concreto. De ninguna manera se lo puede

entender, según Cueva (1977), como resultado de una “madurez política”. En socie-

dades fragmentadas en que predominan relaciones precapitalistas, es compleja la

integración y formación del mercado interno, que es el soporte del estado nacional. En

las sociedades precapitalistas es mayor la independencia de las partes y menor la

interdependencia económica que en las sociedades capitalistas.

La conformación del Estado Nacional, como proceso de unificación, estará depen-

diendo de la existencia de una burguesía orgánica, de carácter nacional, que se corres-

ponda con la evolución de la economía de cada país en su transición al capitalismo.

Tesis 5.- En la transición a la sociedad capitalista se enfrentan dos corrientes: la reac-

cionaria liberal-oligárquica, que se impone, y, la revolucionaria, que persigue una

mayor democratización, que es derrotada.

Tesis 6.- En los países metropolitanos, la acumulación originaria fue completada y

ampliada por los excedentes que fluían de las colonias y se convertían allí en capital;

mientras en los de América Latina, la acumulación solo responde a posibilidades inter-

nas, las que además se ven disminuidas por la extracción de excedentes debido al

intercambio desigual.

El capitalismo solo es posible cuando se han producido dos precondiciones, la con-

centración de medios de producción y subsistencia en manos de propietarios capi-

talistas, por un lado, y por otro, la existencia de la mano de obra libre, liberada de toda

propiedad. Separación por tanto del trabajador directo de las condiciones materiales de

Page 24: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

23

la producción. Estas precondiciones, para Marx, en su estudio de la acumulación

originaria (1974), se complementan con la expansión de la circulación monetaria.

Mientras en los países metropolitanos se genera un sistema de fabricar fabricantes, en

los nuestros se desarrolla la economía ‘primario exportadora’, complementaria y res-

pondiendo a los requerimientos de aquellos.

Tesis 7.- El desarrollo del capitalismo en América Latina, para Cueva (1977) se inicia

con dos características: a) el no ser fruto de una revolución democrático burguesa, no

se destruyen los cimientos del anterior orden; y, b) surge y se desarrolla bajo los

condicionamientos de la fase imperialista.

La vía oligárquica reaccionaria del desarrollo del capitalismo latinoamericano, respon-

diendo a la división internacional del trabajo, se caracterizó por tener como ejes en su

economía la producción agrícola y minera. Esto provoca una reproducción de las

relaciones dominantes en estos sectores, las serviles y las esclavistas. Se dan proceso

de sobreexplotación de la fuerza de trabajo, del trabajador directo. Extracción de

plusvalor absoluto. En este período la incursión del capital externo no se da solamente

a través de la circulación de mercancías, es creciente la inversión en la producción.

Hasta la tercera década del siglo XX la inversión inglesa es mayor a la estadounidense.

Tesis 8.- El modelo de desarrollo que sigue América Latina estará volcado hacia el

exterior, supone una estructura interna de desequilibrio entre las diferentes ramas de la

producción, con una hipertrofia de las actividades primario-exportadoras y una corre-

lativa atrofia de las actividades destinadas al consumo interno.

La acumulación gravita en torno al sector primario exportador. Los procesos de

industrialización que se operan en algunos países en las primeras décadas del siglo

XX, responden a altibajos del propio modelo de desarrollo.

Organización del texto.

El trabajo consta de cuatro partes. En la Primera se hace una lectura de la confor-

mación, auge y crisis del modelo de acumulación del capitalismo en la segunda post-

guerra y de los intentos, como la estrategia de la globalización, por encontrar otro

orden que haga posible una nueva y sostenida fase expansiva para el capital. Empieza

con un análisis de las características del modelo de acumulación del capitalismo de la

Page 25: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

24

segunda postguerra que por su dinámica e intensidad se la conoce como la época

dorada; a continuación se analiza la crisis del capitalismo de postguerra y los esfuerzos

por construir un orden que lo sustituya a través de la globalización. Finalmente en esta

primera parte, se formulan algunas tendencias del capitalismo a inicios el siglo XXI.

La Parte II se refiere a las concepciones sobre “el desarrollo” que se debaten en Amé-

rica Latina. Se revisa las propuestas del siglo pasado en que predomina el pensamiento

de la CEPAL, visión estructuralista que tiene fuerte incidencia en la política de los

gobiernos de ese período para luego discutir los planteamientos del Dependentismo,

corriente crítica a la CEPAL y de mucha influencia en los movimientos anticapitalistas

de las décadas del sesenta y setenta. En crítica a las políticas del ajuste estructural y en

búsqueda alternativas se generó un interesante debate que tuvo como ejes el Desarrollo

Humano, la Sustentabilidad y el Desarrollo Autocentrado. Propuestas que tienen su

identidad, su construcción propia e implicaciones políticas. Corrientes de pensamiento

que pueden ser convergentes pero se las analiza de manera independiente.

En la Tercera Parte del trabajo, que tiene como objeto el estudio de la crisis del capita-

lismo actual, se aborda las causas que la provocaron y los efectos que produjo, en los

países desarrollados y en América Latina como una de las periferias. Se pone atención

a las manifestaciones del proceso en Europa, Estados Unidos y China; las expresiones

regionales; y, una percepción sobre el comportamiento hacia futuro. Para el caso de

América Latina se hace una lectura general de los efectos de la crisis y el debate sobre

el desarrollo en ese nuevo escenario. Se pone atención al proceso de Sudamérica por la

importancia que tiene UNASUR. Allí se incorpora una discusión sobre el neodesa-

rrollismo y el Buen Vivir como dos corrientes en discusión en la región.

En la Cuarta Parte se toma como objeto de estudio a Ecuador. En uno de los capítulos

se aborda el desarrollo de Ecuador en el período 1950-2006, para pasar revista de la

incidencia del desarrollismo y de las políticas neoliberales en el país. Este capítulo,

parte de este trabajo, fue publicado en el libro El Estado del País. En el otro capítulo

se aborda el período reciente de la Revolución Ciudadana que implica un importante

corte en las perspectivas de desarrollo del país, y se cierra con un diagnóstico de la

crisis petrolera y sus efectos hasta el primer semestre de 2015.

Se cierra el trabajo con un epílogo a manera de conclusión.

Page 26: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

25

PRIMERA PARTE

AUGE Y CRISIS DEL MODELO DE ACUMULACIÓN

DEL CAPITALISMO DE POSTGUERRA

“El capitalismo histórico es un sistema patentemente absurdo. Se acumula capital a fin de acumular más capital. Los capitalistas

son como ratones en una rueda, que corren cada vez más de prisa a fin de correr aún más de prisa. En el proceso, sin duda,

algunas personas viven bien, pero otras viven en la miseria; y

¿cómo de bien, y durante cuánto tiempo, viven los que viven bien?”

Immanuel Wallerstein*

CAPÍTULO I

LA ÉPOCA DORADA DEL CAPITALISMO

Con los Acuerdos de Yalta a los que llegaron Roosevelt, Churchill y Stalin, al término

de la II Guerra Mundial, el mundo quedó repartido en función de los intereses de

Estados Unidos y la Unión Soviética. Europa se divide en dos a partir de la posición

en que quedaron las tropas de occidente y las de la Unión Soviética, a consecuencia de

ello, Alemania quedó partida. Derrotado el nazi-fascismo la contradicción principal

entre norteamericanos y soviéticos, que se presenta como la disyuntiva entre capita-

lismo y socialismo, afloró con toda su fuerza, dando inicio a una nueva condición

* Immanuel Wallerstein; 1983; El Capitalismo Histórico; Siglo XXI, segunda edición 1989, p.31

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26

histórica que fue conocida como la Guerra Fría. Wallerstein sostiene que como parte

de esos acuerdos, a más de la división de intereses territoriales quedó el compromiso

por parte de las dos potencias, de que cada una podía hacer lo que considere pertinente

en sus zona de influencia, sin afectar a la otra, asegurando una absoluta estabilidad

para el territorio europeo; pero cada uno de los pactantes, podía difundir su ideología y

cuestionar la del otro (Wallerstein, 2007). Podemos decir que las intervenciones de la

Unión Soviética en Hungría y Checoslovaquia así como las de Estados Unidos en

Guatemala, Colombia, Cuba en las décadas de la postguerra lo reafirman. Las zonas de

influencia, el reparto, se completó más tarde con la división definitiva de Corea en

1953. Este acuerdo requería un equilibrio militar que hiciese posible su vigencia, el

respeto a lo acordado, permitía que las dos mayores potencias mantengan como señala

Wallerstein (2005), una suerte de “conflicto sumamente estructurado, cuidadosamente

contenido, formal, en el que la URSS actuaba como un agente subimperialista de los

Estados Unidos” (p. 13). Una suerte de equilibrio con subordinación. O como lo carac-

teriza Hobsbawm (1998): “La singularidad de la guerra fría estriba en que, objeti-

vamente hablando, no había ningún peligro inminente de guerra mundial” (p.230).

Palazuelos, (1990) considera que se estructura en la postguerra un sistema bipolar

rígido, que anula las posiciones intermedias. Se provoca una tensión permanente entre

los dos bloques, que hace posible el que se construya un equilibrio estratégico. Se trata

de una política de riesgos calculados que se basan en actitudes de contención y

disuasión. Hubo, sin embargo, situaciones de conflicto que tensaron las relaciones más

allá de lo previsible como fueron los de Corea, entre 1950 y 1953 o la crisis de los

misiles en 1962. Naciones Unidas se convertiría a través de su Consejo de Seguridad

en la mesa de negociación y concertación.

Las dos grandes potencias administraron sus discrepancias en medio de discursos

públicos de aguda confrontación y de múltiples entendimientos bajo la mesa. Ello hizo

posible además, a través del convencimiento, la utilización del miedo al otro, más aún

cuando está de por medio la presencia de armas nucleares, ejercer el dominio sobre sus

respectivas periferias, legitimando la dominación. La Unión Soviética destinó impor-

tantes recursos de su presupuesto a la industria bélica, con severas repercusiones

sociales y políticas, para consolidar su carrera armamentista y liderazgo en el Pacto de

Varsovia, pese a lo que, como se hará evidente décadas más tarde, su capacidad es

limitada frente al poderío militar alcanzado por los Estados Unidos y su presencia en

Page 28: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

27

Europa Occidental a través de la Organización del Tratado del Atlántico Norte

(OTAN).

Experiencias como la de China, Cuba y Vietnam, orientadas a una trasformación

socialista; o la de Argelia hacia un proyecto nacional sólido, en las décadas posteriores

a estos acuerdos, pondrán en evidencia que las periferias, en muchas oportunidades,

desbordaron los acuerdos y pretensiones de Yalta para hacer posible sus luchas antisis-

témicas de transformación del statu quo. Así también, cabe destacar, que las luchas

anticoloniales y de liberación nacional, como las que sucedieron en el África y el Asia,

muchas de ellas con el apoyo de los partidos comunistas, y que representaron golpes

certeros a la secular dominación de las potencias de la Europa Occidental, tenían la

mirada cómplice de la administración estadounidense. Su expansión y consolidación

capitalista en el mundo requería de esos procesos de cambio. No solamente había

interés de los aliados de la Unión Soviética en el mundo de los subdesarrollados, había

también intereses económicos y geopolíticos imperiales de los Estados Unidos de

América (EUA) en juego.

La postguerra significó para el mundo la solución definitiva de la crisis de hegemonía,

que no se había logrado resolver desde la crisis de Gran Bretaña en las postrimerías del

siglo XIX. La derrota de Alemania además de ser derrota del proyecto nazi-fascista,

implicó que la dirección del capitalismo mundial se traslade definitivamente, al otro

lado del Atlántico. Que el poder; que se expresa en los campos militar, político,

productivo, financiero, diplomático, en la generación de nuevos conocimientos; que ya

disponía los EUA, se ponga al servicio de una élite altamente concentrada para

imponer sus condiciones y aspiraciones a las otras potencias de Europa occidental, del

Asia, y pueda administrar a su favor las sensibles relaciones con el mundo del Este.

La economía de los EUA que desde fines del siglo XIX, lideraba los niveles de

productividad, encuentra en la postguerra las mejores condiciones para su expansión.

La Guerra Fría le brinda las protecciones políticas y militares, la capacidad para impo-

ner condiciones, exigir adhesiones y subordinación para un eficaz funcionamiento del

sistema económico. EUA hace sentir su poder hegemónico desde el principio. Como

bien nos lo recuerda Palazuelos, et al.(1990), Truman en su célebre discurso de 1947

identifica al “expansionismo comunista como principal peligro y enemigo de los

E.U.A. y del mundo occidental”. El antagonismo en ese discurso político define las

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28

reglas de juego en las relaciones internacionales entre los Estados. “O están con

nosotros o están con los enemigos” (p.41).

La economía capitalista de la postguerra va a tener una dinámica de expansión sin

precedentes. Si comparamos las tasas de crecimiento anual promedio del Producto

Interno Bruto y el comercio entre 1820 y 1979, a partir de la información registrada

por el economista británico Angus Maddison (2004), podemos observar que entre

1950 y 1973, la tasa de crecimiento de la economía mundial es de 4,9 y del comercio,

7,88; las más altas en la existencia del capitalismo. Cuadro Nº 1.

Si miramos estos indicadores para los países de mayor desarrollo, teniendo como

referencia los mismos períodos, podemos advertir el sostenido crecimiento de Europa,

en particular interesa observar los de Alemania e Italia; y de Japón en el Asia. Los ex

integrantes del Eje. Cuadro Nº 2.

En los datos registrados desde el siglo XIX en el Cuadro Nº. 1, es importante resaltar,

que el crecimiento del período 1950-1973, que es prácticamente del 5% a nivel

mundial; que viene luego del período de entreguerras que es de un virtual estanca-

miento en el que el capitalismo soportó la profunda crisis de 1929; es significati-

vamente superior al período posterior, que está en alrededor del 3%. Ello también se

evidencia en las tasas de crecimiento del comercio mundial. Y si entendemos como

indicador de globalización la relación entre comercio mundial y producción, como lo

entenderían los apologistas del mercado, resulta que ese indicador es significativamen-

te mayor en el período entre 1820-1870 con relación al de 1973-2001.

CUADRO Nº 1

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29

CUADRO Nº2

Respecto al Cuadro Nº 2, hay que destacar que las tasas de crecimiento de las

economías de los distintos países desarrollados en el período 1950-1973 están en

general sobre el 5%, siendo muy altas las de Japón que se ubica en el 9,7%, la de

Alemania que tiene 6%, Italia 5,5%, países que conformaron el Eje en la II GM.

Tomemos en cuenta que se trata de tasas promedio anuales durante casi un cuarto de

siglo. Le siguen en importancia Austria, Francia, Canadá y en un ritmo menor E.U.A.

Esto da cuenta que el proceso de la reconstrucción europea tuvo un dinamismo

impresionante en el período. El menor crecimiento de la economía estadounidense se

explica por las fuertes inversiones realizadas en el exterior, con enormes beneficios,

sea como inversión directa o a través de la ayuda internacional en la reconstrucción.

Su crecimiento del 3,7 en promedio anual, tomando en cuenta el volumen de su

economía, hace posible la generación de grandes masas de valor. Aun así, salvando el

período de entre guerras, en la que la economía de los Estados Unidos crece a un

promedio anual de 2,8%, período en que tiene que remontar la gran depresión, su

ritmo de crecimiento es menor al que experimenta en períodos pasados. Se evidencia

una tendencia de debilitamiento relativo en las tasas de variación del PIB frente a las

Page 31: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

30

otras potencias europeas a las que contribuyó en la recuperación con el Plan Marshall.

Para los países de "mayor desarrollo", Europa, EUA y Japón, las tasas de crecimiento

del producto interno bruto (PIB) promedio anual, que siguen a la época dorada, son las

del período 1973-1979 que son similares a las del período 1870-1913.

Este auge que en términos temporales va desde las postrimerías de la II Guerra

Mundial, digamos 1945, hasta 1967-1973, los “años dorados”, corresponde a la fase A

de la onda larga de expansión capitalista, de la onda Kondrátiev. Es resultado de una

profunda transformación en el modelo de acumulación capitalista. En efecto, cambia la

distribución geográfica de los procesos de producción y el control sobre nuevas

cadenas de mercancías, esto es la división internacional del trabajo; se altera la

organización del trabajo en la producción; se transforman los conglomerados en los

que se concentra monopólicamente la riqueza, la producción y las finanzas; se renue-

van las fuentes de energía y cambian las estructuras de la comercialización; el Estado

pasa a cumplir una participación activa en los procesos de concentración y acumula-

ción del capital así como en la regulación de las políticas públicas; se crea una insti-

tucionalidad internacional dinámica e interventora en la realidad de cada uno de los

Estados; cambian las formas de pensar los procesos en la sociedad.

En la producción, la incorporación de nuevos conocimientos tecnológicos provoca

una multiplicación exponencial de la productividad. Tomemos en cuenta, que durante

el período de guerra, la competencia armamentista produce un conocimiento tecnoló-

gico que no es posible obtenerlo en condiciones normales. Con la limitación de que en

ese período no toda la capacidad tecnológica es posible transferirla a la economía civil.

En consecuencia el período de postguerra implica trasladar a la economía de produc-

ción de mercancías toda una reserva amplia de tecnologías desarrolladas en la Indus-

tria bélica, que implica procedimientos, herramientas, fuentes energéticas, uso de nue-

vos materiales, de nuevas técnicas. La Economía de EUA obtiene enormes ventajas

frente a sus competidores, porque su país no fue territorio de guerra, mantuvo por tan-

to su aparato productivo en óptimas condiciones; a ello se suma, lo que señalamos

anteriormente, las ventajas de productividad en varias ramas de la industria desde el

siglo XIX; y finalmente, había ya incursionado en nuevas formas de organización del

trabajo. Para 1913 la economía de los Estados Unidos ya era la más fuerte del mundo,

Hobsbawm (1998) señala que su producción industrial representaba la tercera parte,

Page 32: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

31

algo menos de lo que en conjunto producían Gran Bretaña, Alemania y Francia; y para

1929 su producción industrial llegaba al 42% cuando la suma de sus competidores dis-

minuía a menos del 28%. En la década del 20 el predominio de la economía estado-

unidense era indiscutible, lo que fue interrumpido con la gran depresión de 1929.

Se trata de producir nuevas mercancías, con nuevos procedimientos, pero además

incorporar cambios en las fuentes de energía. El petróleo, el petróleo barato, se con-

vierte en el recurso impulsor del nuevo sistema productivo, a ello se suma la genera-

lización en el uso de la energía eléctrica. Brinda un gran impulso a la producción los

avances tecnológicos en la petroquímica que hace posible la difusión de los materiales

sintéticos que, por su homogeneidad, a su vez impulsa la producción en serie y en gran

escala. Potencian esa capacidad productiva la incorporación de procedimientos a altas

temperaturas, los métodos de soldadura, el uso de las técnicas magnéticas, electromag-

néticas, la electrónica. Freeman citado por Palazuelos, et al.(1990) señala “De las

innovaciones básicas habidas entre 1800 y 1973, el 35% corresponden a las tres

décadas que median entre 1931 y 1960” (p.49-50). Luego de éste período de incesante

innovación tecnológica se asistiría a lo que se denomina un período de allanamiento

tecnológico.

Entre los efectos de las grandes innovaciones tecnológicas ocurridas durante el período

de la guerra y las dos décadas posteriores caben mencionarse tres que por su impor-

tancia destaca Hobsbawm (1998): el primero, es haber cambiado de manera profunda

la vida cotidiana de las personas, especialmente en los países desarrollados, por haber

masificado el consumo de productos que en el período anterior respondía a un con-

sumo de élites. El mejor ejemplo de entre esos cientos de mercancías es el de la radio,

que podía llegar a los sitios más distantes gracias al uso de los transistores y las pilas

miniaturizadas, los detergentes sintéticos, la televisión, las cintas magnetofónicas,

relojes, hasta más tarde los ordenadores portátiles, el automóvil. El segundo efecto que

advierte Hobsbawm (1998) tiene relación con la complejidad que se establece entre la

innovación y la producción, que implica la mercantilización de la producción de

nuevos conocimientos por una parte, y la disociación temporal por otra. No toda la

innovación tiene la posibilidad de su aplicación productiva inmediata debido a los

costos de recuperación de las innovaciones pasadas. Como que la producción no puede

asimilar el ritmo de la innovación en condiciones en que la producción capitalista

necesita al mismo tiempo incorporar cada vez más tecnología para incrementar la

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32

productividad y con ello acceder a la plusvalía extraordinaria. La necesidad de la

acumulación privada contradice la propia capacidad colectiva de los capitalistas, de

absorber esa innovación. Finalmente, el tercer efecto se refiere a que la acelerada

innovación que se produce en los años cincuenta y sesenta, incorpora de manera inten-

siva el capital y elimina fuerza de trabajo, con la excepción como dice Hobsbawm de

científicos y técnicos altamente calificados. El capital necesita de “mucha gente”, no

tanto como trabajadores asalariados, sino como consumidores. Aquí es pertinente

tomar en cuenta la observación de Wallerstein (1989), indicada en el acápite anterior,

en el sentido de que la proletarización cuantitativamente sea tan restringida. Aquí

también tenemos una evidente diferenciación entre los países desarrollados y los

subdesarrollados, para los años sesenta en los primeros teníamos unos mil científicos e

ingenieros por cada millón de habitantes, mientras en países como Brasil teníamos

250, en la India 130, en Nigeria 30 (Hobsbawm, 1998).

La ampliación del consumo, que se potencia con el incremento de la demanda como

pilar del nuevo pensamiento en la economía, fortalece la producción en gran escala,

altamente automatizada, que promueve también en una creciente mercantilización de

la actividad científica vinculada a la producción. El consumo masivo de bienes que no

corresponden a la categoría de indispensables tiene un incremento también sin prece-

dentes. Este incremento exponencial del consumo es entendible por las políticas de

acercarse al pleno empleo en los países desarrollados, a las políticas de bienestar, al

mejoramiento de las remuneraciones, a la ampliación de la esperanza de vida (17 años

entre fines de los años treinta y fines de los años sesenta), al hecho de la reducción

significativa de los gastos para alimentación dentro de la canasta salarial.

Estos cambios que se operan en la producción no hubiesen sido posibles sin una

transformación de las condiciones de trabajo y las relaciones laborales. La organi-

zación fordista, que ya se había iniciado en los Estados Unidos será generalizada en la

producción capitalista, ello suponía también cambios en las relaciones laborales, en el

sentido de que se afirmen las condiciones de la jornada de trabajo ya institucionaliza-

das en varios países, pero también mejoran las remuneraciones de la mercancía fuerza

de trabajo para potenciar la capacidad de consumo de estos sectores. Ello lleva implí-

cito un nuevo pacto entre el capital y el trabajo para potenciar la acumulación.

En los ámbitos de la circulación y el consumo, que cierran los circuitos para la expan-

Page 34: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

33

sión de la producción, se operan también transformaciones importantes, las redes de

distribución se ven potenciadas con la modernización del transporte terrestre, marítimo

y aéreo, tanto en volumen como en capacidad. Actividad que se complementa con el

desarrollo de las comunicaciones y los nuevos sistemas de financiación. La creciente

monopolización en las empresas de producción, circulación y financiación, van confi-

gurando al nuevo sujeto de la expansión capitalista, las empresas transnacionales. La

industria cultural, los nuevos sistemas de propaganda y modernas redes de distribu-

ción, difunden, educan, cohesionan a los ciudadanos en torno a los nuevos modos de

vida, valores, formas de pensar y de socialización, potencian el consumo exorbitante

de bienes suntuarios que desde los distintos espacios del sistema mundo capitalista,

centros, periferias, semiperiferias, contribuyen a la acumulación de grandes masas de

valor y su concentración en los centros. Ello explica la masificación mundializadas

hasta de la “comida basura” de McDonald, símbolo de la postguerra.

La concentración de capitales en los centros, no solamente es fruto de que en los

países de mayor desarrollo esté a su vez concentrada la producción de las cadenas más

rentables de la economía, es también resultado de que en la postguerra se opera un

crecimiento impresionante de la exportación de capitales, del manejo financiero y la

inversión productiva en las periferias. Esto significa que la división internacional del

trabajo que se estructura potencia la internacionalización del capital productivo y las

finanzas. Este es el núcleo que potencia a las empresas transnacionales (ETN) y la

hegemonía del capital estadounidense. En este contexto se debe entender que la indus-

trialización de las periferias no afecta los ritmos de acumulación de los países

centrales, al contrario, son partes de su engranaje; así como entender que la acumu-

lación solamente puede ser entendida desde una visión de conjunto, de sistema a nivel

mundial. Los procesos de industrialización en las periferias pueden modificar sus

procesos de acumulación primario exportadores dependiendo de la intensidad de los

procesos de industrialización y de sus encadenamientos internos en función de la acu-

mulación, en caso de hacerlo, efectivamente pueden disputar parte de los beneficios a

los centros y retenerlos para su valorización nacional; el no hacerlo, incrementa las

desigualdades entre centros y periferias, que es lo que predominó en la postguerra.

La inversión extranjera directa (IED) que se efectúa en la postguerra, a más de

asegurar la provisión de materias primas, alimentos y fuentes energéticas que lo hacía

desde décadas pasadas, incrementa su participación en la industria manufacturera. La

Page 35: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

34

inversión en ésta última, para la década de los años sesenta representa el 40%. Esto

supone además que la división del trabajo a nivel internacional se hacía más compleja.

Reflejo de esa diversificación y cada vez mayor importancia del sector manufacturero

para la IED, es la expansión del comercio manufacturero entre las grandes potencias,

que se multiplica por diez en los veinte años posteriores a 1953 (Hobsbawm, 1998).

Otro indicador del peso del sector manufacturero en la IED se evidencia en las ventas.

En efecto, para el año de 1971, como lo refiere Palazuelos (1990), de las 60 mayores

empresas por volumen de ventas 16 son de la industria química; 12 de material eléc-

trico; 11 de transporte; 11 de petróleo; 5 de alimentación; 3 de metales básicos; 1 de

conglomerados y 1 de tabaco (p. 142).

CUADRO Nº 3

Cabe destacar que la IED en las periferias se concentra más en el sector extractivo,

mientras que la inversión en la manufactura se concentra mayoritariamente en los

países centrales como puede observarse en el Cuadro Nº 3. Sin embargo de ello, no se

debe subestimar que una cuarta parte de la inversión extranjera en la periferia ya se

orienta al sector manufacturero.

Una de las características destacadas del período de la postguerra es la que se refiere a

las formas que asume el capital en el proceso de concentración y centralización de los

capitales. Paralelo a la gran expansión en volumen y geográfica del capitalismo en los

años de la postguerra, tenemos la gravitante presencia de las empresas transnacionales

ETN que con su compleja estructura diversifican sus inversiones; localizan sus empre-

sas geográficamente en función de abaratar costos de producción y control de merca-

dos; se articulan a redes financieras; invierten en investigación científico tecnológica

para incrementar los niveles de productividad; ejercen fuertes presiones a nivel de los

Estados para beneficiarse de las políticas de control y regulación; adquieren un poder

Page 36: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

35

sobre la economía nacional de las grandes potencias y sobre los organismos interna-

cionales para subordinar las decisiones de los Estados débiles de las periferias.

Las ETN, si bien como estructuras empresariales orientadas a la producción tienen sus

antecedentes en el siglo XIX, su conformación como sujetos del gran capital, como

ahora las conocemos, con redes de filiales muy complejas de estructuración, es un

producto de la postguerra, en medio del auge del capitalismo, su poder es tan grande

que en las relaciones internacionales su peso es mayor al de muchos Estados. Para

tener algunas referencias podemos destacar algunos indicadores aportados por Pala-

zuelos: el capital acumulado de las ETN de los Estados Unidos pasó de 33.000

millones de dólares en 1960 a 86.000 millones de dólares en 1971. En el mismo

período, Japón habría multiplicado por 15 veces sus inversiones en el exterior. Los

ingresos resultantes de las inversiones de los E.U.A. es 5 veces el flujo de esas mismas

inversiones. Naciones Unidas citado por Palazuelos (1990) “Entre 1965 y 1970, la

entrada neta de inversiones extranjeras directas en 43 países subdesarrollados fue el

30% de la salida de ingresos procedentes de las inversiones” (p.140). Esto significaría,

que por cada dólar que ingresa a los países subdesarrollados, las ETN se llevan tres.

Problema a ser reflexionado por quienes reivindican como logro en la economía la

atracción de la inversión extrajera, sin atender sus condicionalidades.

Una imagen del papel gravitante de las ETN en la economía mundial nos proporciona

la presencia de sus filiales tanto en el espacio de los países llamados desarrollados

como en las periferias. En el Cuadro Nº 4 en que se registra los porcentajes de las

filiales de las ETN en 1950, 1957 y 1966, podemos observar la importancia que tienen

Europa Occidental y Canadá para la expansión de estas empresas estadounidenses.

Pues, para esos años, allí se localizan el 56,5%; 52,7% y 57,7% de las filiales. Para el

ámbito de Europa Occidental, en el período de aplicación del Plan Marshall, 1950,

recibía el 30% de las filiales, disminuye ese porcentaje para 1957 que se ubica en el

25,8% y para el año de 1966 se incrementa al 37% de las filiales. Para esos años, los

porcentajes que corresponden a América Latina eran; 27,8%; 29,7% y 23,3%. Sin

duda América Latina es muy importante para los intereses de las ETN estadouniden-

ses, su "patio trasero", pero el peso para los años sesenta ha disminuido con relación a

Europa Occidental, allá se destinan los mejores esfuerzos del capital transnacional. El

Estado de bienestar sin duda amplía los mercados. Hay que tomar nota también de la

poca presencia de filiales de ETN estadounidenses en Japón, para los años indicados

Page 37: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

36

registra los valores de 0,8%; 1,3% y 2,5%, como relativamente es limitada también el

número de filiales en los países periféricos del Asia 7,1%; 7,1%; y 6,9% para los años

en referencia. Esto llama la atención sobre otro tipo de estructuración de los capitales

en esa región, no cabe desconocer en ella la presencia de capitales estadounidenses.

CUADRO Nº 4

En lo político, el cambio más significativo en el escenario europeo, tiene relación con

la consolidación de los regímenes parlamentarios. Estos funcionan con independencia

de las formas de Estado, de suerte que encontraremos monarquías parlamentarias y

gobiernos republicanos presidencialistas o no, en que los parlamentos se conforman en

base al sufragio universal y reconociendo el pluripartidismo. Claro está que tendremos

varias excepciones como son los gobiernos dictatoriales en Grecia, Portugal, España,

que se democratizaron en la década de los años setenta. La revolución de los claveles y

la caída del franquismo llegaron tarde, pero llegaron. Hay que tomar en cuenta que

durante las primeras décadas de la postguerra fueron marcadas las restricciones para la

organización social, especialmente de los trabajadores, así como de las expresiones

políticas vinculadas con el movimiento comunista.

En la relación del Estado con la economía, la propuesta keynesiana que se estructura

en los Estados Unidos frente a la crisis de los años treinta, había consolidado el papel

interventor del Estado. De igual forma, y como es obvio suponer, en Europa, durante

el período de la guerra mundial, el Estado interviene de manera gravitante en la econo-

mía de cada uno de sus países. En el caso particular de Alemania y de los países del

Page 38: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

37

eje nazi-fascista, también contaban con la experiencia de una fuerte intervención del

Estado en la organización de la economía, particularmente en la obra pública y en la

producción de armamento. Finalmente, una de las observaciones positivas que se hace

de la economía soviética por parte de las economías de occidente, durante el período

de la guerra, es el papel de la planificación por parte del Estado. Con estos

antecedentes, los países desarrollados durante la época dorada del capitalismo, afirman

una estrategia de intervención del Estado a través de la política económica para definir

medidas en lo fiscal, en lo monetario, en la fijación del tipo de cambio, regulaciones

que brindan estabilidad en medio de las incertidumbres de la postguerra. En esta

misma perspectiva, Estados Unidos, algunos gobiernos de la socialdemocracia europea

como Suecia, habían impulsado políticas de seguridad social, de estímulo al creci-

miento económico a partir de la intervención en los precios, expansión del gasto públi-

co, obras de infraestructura y políticas que incentivan el consumo por ejemplo a través

de medidas crediticias y de subvención. También se difundieron entre los gobiernos, la

aplicación de políticas anticíclicas para la recuperación económica, basadas en

acuerdos entre los empresarios y los sindicatos, entre el capital y el trabajo. Así, los

Estados en la postguerra tienen una participación muy activa para dinamizar los

procesos de acumulación del capital, construyen infraestructura, carreteras, ferroca-

rriles, aseguran la provisión de servicios de agua potable, electricidad, comuni-

caciones. Realiza importantes inversiones en distintos sectores de los servicios, en

ciertas ramas de la producción y en los servicios considerados estratégicos para los

Estados, en fuentes de energía, la banca, la siderúrgica, seguros, por ejemplo, se

aplican nacionalizaciones. El Estado es protector de los ciudadanos, garantiza la

educación, la seguridad, social, la salud (Palazuelos, et al., 1990).

En el escenario internacional lo más destacado de este período de postguerra son las

luchas anticolonialistas en África y Asia, con las que se superan las relaciones de

sometimiento a los Estados europeos. Estos procesos de descolonización, como lo

sugerimos líneas arriba, son el resultado de varios factores: la presión y lucha de las

poblaciones sometidas; el apoyo de los partidos comunistas articulados desde la Unión

Soviética y de las izquierdas europeas; el consentimiento de la diplomacia estadouni-

dense que veía con buenos ojos esta determinación por las propias necesidades del

capital, su circulación y acumulación mundiales; y, finalmente, la debilidad de los

Estados europeos que no estaban ni en posibilidades de negociación y mucho menos

Page 39: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

38

de canalizar recursos que se los requería para la restauración. Entre los procesos más

destacados por su significado político tenemos las experiencias de India, Irak, Siria,

Líbano, Jordania, Egipto. Estos procesos de descolonización no significaron la supera-

ción del subdesarrollo, se reprodujeron situaciones de subordinación a través de la

dependencia de sus economías y alineamientos a los bloques dominantes; sin embargo

tuvieron una importante trascendencia política por los niveles de democratización

alcanzados. Como bien lo destaca Palazuelos (1990), una de los mejores esfuerzos en

este período para los países que se reconocen del III Mundo fue el acuerdo en la

Conferencia de Bandung en 1955 para impulsar una política de no alineamiento con

los dos bloques fuertes, y que nos referiremos más adelante. Propuesta que ciertamente

será rebasada en la conflictividad de las grandes potencias.

En la institucionalidad internacional, la segunda postguerra tuvo el cuidado de asimilar

las experiencias de la primera postguerra en lo político, lo militar; así como la

necesidad de controles y regulaciones en la economía a partir de la crisis de 1929. De

suerte que en pocos años de terminada la Guerra, quedó conformada una red de institu-

ciones encargada de las relaciones internacionales, en rigor, de relaciones interes-

tatales, tales como Naciones Unidas, con una multiplicidad de organismos que se ocu-

pan de la educación, la cultura, la lucha contra el hambre, el Consejo de Seguridad;

organismos regionales como CEPAL; de desarrollo como el Programa de las Naciones

Unidas para el Desarrollo (PNUD); de temas de la niñez, el Fondo de las Naciones

Unidas para la Infancia (UNICEF), entre tantos otros; Banco Mundial, Fondo Mone-

tario Internacional (FMI), Acuerdo general sobre aranceles aduaneros y comercio

(GAT), Organización Mundial del Comercio (OMC), que conforman las instituciones

“del consenso de Washington”; la OTAN y el Tratado Interamericano de Asistencia

Recíproca (TIAR); algunas de ellas serán directamente influenciadas por la voluntad

de la potencia dominante, en otras, esa voluntad se encuentra de alguna manera

mediatizada. En todo caso es la institucionalidad a través de la cual se ejerce la

hegemonía en el sistema.

Page 40: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

39

CUADRO Nº 5

Esta época dorada para el capitalismo mundial, no significa de manera alguna que los

beneficios sean para todos y mucho menos que el reparto tome en cuenta condiciones

de equidad. Podemos observar en los cuadros Nº 5 y Nº 6 de Maddison, la partici-

pación de las distintas regiones en el producto mundial, en que se consolida la

presencia de los países desarrollados y del PIB per cápita que de mejor manera refleja

la realidad.

Maddison (2004) nos presenta como Occidente la participación de Europa Occidental,

los países de "tradición occidental" y Japón. Deberíamos entender que la participación

de Estados Unidos y Canadá es gravitante en esos países de "tradición occidental". De

acuerdo al Cuadro Nº 5, la participación de Occidente pasa entre 1820 y 1913 del 28%

de la producción mundial al 57%. Duplica su participación como efecto del proceso de

industrialización del siglo XIX. De 1913 a 1950 aumenta 3 puntos porcentuales,

llegando prácticamente al 60%, para 1973 baja al 58,6% y finalmente para el 2001 su

participación es del 52%. En las últimas décadas se marca una evidente tendencia

declinante.

La producción mundial entre 1820 y 1913 se habría cuadruplicado, y aproximadamen-

te, la de Europa Occidental se habría multiplicado por 5,6 veces; la de los países de

Page 41: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

40

tradición Occidental lo habrían hecho por 40 veces; la de Japón por 3,4 y la de

América Latina por 8 veces. Entre 1913 y 1950 la economía mundial se habría

multiplicado por 1,8; la de Europa Occidental por 1,54; la de los países de tradición

occidental (E.U.A.) por 2,8; la de Japón por 2,2 y la de América Latina por 2,55. La

estructura de desigualdades en el sistema capitalista mundial se habría consolidado ya

en el siglo XIX y se profundizan en el siglo XX.

Entre 1973 y 2001 lo más destacado, a más de la declinación de Occidente en la

producción mundial, es el impresionante crecimiento de la región del Asia excluyendo

Japón. Esta región pasa del 16,36% de la producción mundial al 30,87% en el 2001;

mientras América Latina que participaba con el 8,72% en 1973 disminuye al 8,3%.

Esta tendencia se profundizará en la primera década del siglo XXI.

En el Cuadro Nº 6, que refiere la evolución del PIB por habitante, Maddison (2004)

nos expone cómo ha variado la relación del PIB por habitante entre los países de

Occidente y el resto del mundo. Ésta evoluciona para los años 1820, 1870, 1913,1950,

1973 y 2001 es la siguiente: 1,9/1; 3,1/1; 4,3/1; 5,2/1; 6,3/1; y, 6,7/1. Si comparamos

este cuadro con el anterior, no deja de sorprender cómo, a pesar de que disminuye la

participación del PIB de los países de Occidente respecto a la producción mundial

entre 1950 a 1973 y con mayor severidad para el 2001, el PIB per cápita de esos países

con relación al PIB per cápita del resto del mundo en cambio sigue aumentando. Esto

significa de que con los cambios ocurridos en la división internacional del trabajo en

las últimas décadas, las desigualdades se siguen profundizando en favor de los

llamados países "desarrollados".

El PIB per cápita de América Latina con relación al del Asia (excluido Japón) fue

ligeramente mayor a lo largo del siglo XIX; sin embargo para el año 1913 se

diferencia llegando a ser 2,25 veces; para 1950 es 3,95 veces; para 1973 empieza

nuevamente a disminuir esa diferencia ubicándose en 3,6 veces y para el año 2001 se

reduce a 1,78 veces. La reducción entre 1973 y 2001 es muy significativa si se toma

en cuenta la población de los países del Asia del Este que es la gravitante en esta

relación.

Page 42: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

41

CUADRO Nº 6

Se cierra este acápite con una cita de Hobsbawm (1998), el gran historiador del corto

siglo XX, que de manera sintética refleja las preocupaciones que quedan de la época

dorada.

La economía mundial crecía, pues, a un ritmo explosivo. Al llegar a los años sesenta, era evidente que nunca había existido algo semejante. La producción mundial de manufacturas de cuadruplicó entre principios de los años cin-cuenta y principios de los setenta, y, algo todavía más impresionante, el comercio mundial de productos elaborados se multiplicó por diez. ….la producción agrícola mundial también se disparó….

Hubo un efecto secundario de esta extraordinaria explosión que apenas sí recibió atención… la contaminación y el deterioro ecológico. Durante la edad de oro apenas se fijó nadie en ello, salvo los entusiastas de la naturaleza y otros protectores de las rarezas humanas y naturales, porque la ideología del progreso daba por sentado que el creciente dominio de la naturaleza por parte del hombre era la justa medida del avance de la humanidad (p. 264).

Page 43: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

42

CAPÍTULO II

LA GLOBALIZACIÓN EN LA CRISIS DEL CAPITALISMO DE

POSTGUERRA

Este capítulo tiene el propósito de referir los cambios que se producen en el capita-

lismo mundial en los últimos treinta años, proceso conocido como "globalización",

percibir las tendencias en el proceso de acumulación y las posibilidades de la periferia

en la nueva división internacional del trabajo. Asumimos la categoría de globalización

para caracterizar este momento particular del proceso de mundialización del capitalis-

mo, tendencia presente desde sus orígenes. En el capítulo 4 se hace un acercamiento a

la discusión de esta categoría.

2.1 Globalización y crisis del modelo de acumulación

La expansión del orden internacional, que se heredó de la segunda guerra mundial,

disminuyó su ritmo en los últimos años de la década de los sesenta e ingresó a un

período prolongado de declinación durante las décadas siguientes hasta la primera del

siglo XXI, con frecuentes caídas y cortos períodos de recuperación y crecimiento. En

este lapso de tiempo hemos visto desestructurarse el viejo orden a la vez que en forma

lenta, y hasta hoy inacabada, emerge uno nuevo, un proceso que involucra a todo el

orbe y al que se le ha dado el nombre de “globalización”.

Agotamiento de la expansión capitalista de postguerra

El dinamismo del capitalismo de postguerra, como analizamos en el capítulo anterior,

tuvo como eje la economía de los Estados Unidos que supo capitalizar a su favor los

resultados del conflicto bélico. La gran potencia aprovechó adecuadamente la reserva

tecnológica de varias décadas; comandó la reconstrucción de las zonas euroasiáticas

devastadas por la guerra; controló el sistema monetario internacional; puso al servicio

Page 44: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

43

de sus intereses las instituciones crediticias y de regulación financiera que emanaron

de los acuerdos de Bretton Woods; conformó el GATT (actual OMC) para imponer las

políticas en el comercio internacional; reafirmó su dominio en la periferia readecuando

las relaciones de dependencia en función de la transnacionalización de la economía y

de la división internacional del trabajo que a esa estrategia correspondía.

En este período se profundiza la internacionalización del capital al combinarse la

inversión directa y los flujos financieros. Esto hace posible una articulación expansiva

de la producción y los mercados mundiales. Allí se integraron las economías de

Europa Occidental, los procesos de industrialización de América Latina y del Sudeste

Asiático, así como también las economías de las ex-colonias.

La desaceleración en la producción y el comercio mundial, que se advierte desde 1966,

anuncia el advenimiento de una crisis, que lejos de ser coyuntural como se la percibió

entonces, revelará más bien su carácter estructural, pues marca el fin de la fase

expansiva de la onda larga iniciada en las postrimerías de la guerra y el inicio de su

fase de declinación. Varios hechos así lo confirman:

En 1971, para enfrentar el déficit comercial que empieza a registrar la economía de los

Estados Unidos, se opta por devaluar la moneda y, rompiendo los acuerdos internacio-

nales, su gobierno, de manera unilateral, decretó la inconvertibilidad del dólar a oro,

provocando con ello la quiebra del sistema monetario internacional. Más tarde, en

1973, estalla la crisis por el vertiginoso incremento de los precios del petróleo,

principal recurso energético para la producción industrial, y desencadena múltiples

desajustes financieros. Desde entonces se asiste a ciclos de recuperación cada vez más

débiles y a ciclos de recesión pronunciados dentro de la fase de declinación, que bien

lo podemos observar a través de las tasas de crecimiento, y de manera particular en el

grupo del G7, Cuadro Nº 7.

Durante la década de los años setenta, esta tendencia declinante de la producción

capitalista se vio agravada por una sostenida inflación, entre 1973 y 1981, los países

de la OCDE2 registraron tasas que fluctuaron entre el 7% y 13%, inusual en los países

desarrollados y que dieron lugar al fenómeno conocido como la estanflación, categoría

2 OCDE Organización de países para la cooperación y el desarrollo. Se estructura con 34 países de mayor desarrollo, funciona desde 1960.

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44

que describe la evolución de la economía de ese entonces caracterizada por el estan-

camiento con inflación, elemento nuevo en las crisis del capitalismo.

CUADRO Nº 7

Adicionalmente, cabe destacar, que desde la década de los años setenta, particular-

mente desde 1975, se registran tasas de desempleo preocupantes en los países desarro-

llados (Cuadro Nº 8). Si en la fase expansiva sus tasas eran inferiores al 3%, desde

mediados de los setenta y hasta avanzada la primera década del S.XXI, ellas fluctúan

entre el 6% y 10%, presentándose con mayor intensidad en los países europeos.

CUADRO Nº 8

Page 46: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

45

En este proceso de pérdida de dinamismo y posterior declinación de la economía

capitalista de postguerra, se pueden advertir algunos elementos:

• La crisis se genera en los países desarrollados, de manera especial en los Estados

Unidos, se irradia y afecta a todo el sistema capitalista, más aún, su influencia

involucra a los países llamados socialistas, o siguiendo la caracterización de los teó-

ricos del sistema mundial, países con capitalismo de Estado. Sus efectos en los

países y regiones de la periferia se perciben en distintas temporalidades, tienen dife-

rentes grados de profundidad y formas de acuerdo a las relaciones de dependencia

estructuradas y a las modalidades de participación en el mercado mundial, si son o

no productores de petróleo, de la intensidad del comercio con otros países de la

periferia, del grado de industrialización y afirmación de sus mercados internos, del

nivel de endeudamiento externo.

• Lo que origina la crisis sería "el agotamiento del patrón de industrialización y acu-

mulación y desarrollo que surge en la postguerra", basado en la utilización des-

medida del petróleo como fuente de energía barata, en la expansión del comercio,

en el control del sistema monetario y financiero. Las ramas de la gran industria que

se expandieron bajo esas condiciones fueron: automotriz, siderúrgica, metalmecá-

nica, química, petroquímica, alimentaria, farmacéutica y la producción bélica, en

torno a las cuales se consolidó el poder estadounidense (Paz, 1984).

• En consecuencia, también entra en crisis la división internacional del trabajo que

sustenta ese proceso de acumulación, basada en que los países desarrollados que

concentran la producción de bienes de capital y aquellas ramas de la industria que

requieren de altas inversiones y tecnología sofisticada, mientras que los países de la

periferia, al tiempo que continúan con la producción primaria, desarrollan procesos

de industrialización sustitutiva de bienes no duraderos primero, duraderos más tarde

y en algunos casos incluso ramas de una industria pesada.

• En estos procesos de acumulación y división internacional del trabajo, las empre-

sas transnacionales (ETN), forma que asume el proceso de internacionalización del

capital, son el elemento dinámico que organiza el flujo de capitales, la inversión

directa, la transferencia de tecnología y obviamente las que concentran y acumulan

la mejor parte de la plusvalía mundial. La presencia de estas empresas no se limita a

Page 47: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

46

un creciente control de las inversiones en los países desarrollados, sino que

intervienen en áreas productivas de los países de la periferia, rompen el sesgo

nacionalista de los procesos de industrialización sustitutiva e insertan sus econo-

mías activamente en los circuitos de la acumulación mundial.

• La producción de las transnacionales en países periféricos, desborda en muchos

casos los límites dados por la división internacional del trabajo, se vuelve compe-

titiva a nivel de precios con la producción de los países centrales y es altamente

rentable por el bajo costo de la fuerza de trabajo. Esta situación, si bien contribuye

a generar excedentes en la periferia, que compensan la caída de la tasa de ganancia

en los países centrales, no deja de provocar, en estos, desajustes económicos y

efectos sociales como el incremento del desempleo (Etxzezarreta, 1996).

La presencia significativa del Estado en la economía, propiciada por la política

keynesiana e impulsada por el reordenamiento económico mundial de la postguerra,

motivó y dinamizó la expansión de las ETN. Más tarde, en ese orden mundial, las

políticas keynesianas y la intervención económica del Estado se convirtieron en

trabas para su expansión.

• En la fase expansiva del capitalismo de postguerra, el sector financiero contribuye

dinámicamente en la integración del mercado planetario, sin embargo, en 1975,

inicia un proceso de creciente autonomía, de desacoplamiento respecto al capital

productivo y consecuentemente de la economía real. Fenómeno que siendo común a

los períodos de crisis, en este caso particular ha jugado un papel preponderante en

la captación de excedentes, y para equilibrar los desajustes entre las potencias y

entre éstas y la periferia. La operación del capital financiero, una vez que se

ampliaron los espacios de existencia del capital productivo a nivel mundial (fenó-

meno que corresponde al proceso de concentración) hizo posible el proceso de

centralización de los capitales en los países desarrollados.

• Si bien la crisis llega a todos, no todos sufren por igual. A la fijación de altas tasas

de interés para el cobro de la deuda externa, se sumó el intercambio desigual,

medidas que hicieron posible el traslado de ingentes capitales a los países

desarrollados, lo que permitió no solamente atenuar los efectos de la crisis en esos

Page 48: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

47

países sino avanzar en la reestructuración de su aparato productivo, profundizando

las desigualdades con la periferia y dentro de ésta.

• En el ámbito de los países desarrollados, la crisis tampoco incidió de forma homo-

génea. Sin duda, una de las economías más afectadas fue la de los Estados Unidos,

registró los mayores déficits comercial y de balanza de pagos, su Estado es el más

endeudado, perdió dinamismo en la producción de tecnología, presentó dificultades

en la necesaria reconversión industrial. Frente a ello, Alemania y Japón tuvieron un

proceso sostenido de crecimiento desde los años cincuenta, que de la condición de

derrotados de guerra les transforman nuevamente en potencias económicas, con

fuerte incidencia en sus respectivas regiones. La recuperación de la economía

europea y asiática fue otro factor que afectó la dinámica de la economía de los

Estados Unidos, pues de países receptores de financiamiento y recursos pasaron a la

condición de acreedores e inversores en el país eje de la acumulación3. Alemania y

Japón, sin embargo, no están exentos de dificultades que se han agravado en los

últimos años, que afecta a su condición de contrapartes en la lucha por el predo-

minio en la economía mundial.

Crisis en el orden internacional de postguerra

La crisis económica del capitalismo no vino sola, estuvo acompañada de la crisis del

socialismo real. Los sueños de que la producción soviética igualaría en capacidad a la

producción norteamericana para fines de la década del sesenta, fueron eso, sueños. La

URSS y los países de Europa del Este trastrocaron el proyecto socialista, redujeron su

construcción a una dirección centralizada de la economía, a la estatización de la pro-

piedad y a una visión del pleno empleo que encubría el estancamiento en el desarrollo

de las fuerzas productivas. Lejos de avanzar en procesos de socialización se consolidó

una estructura de poder autoritaria, se estratificó con sensibles desigualdades el reparto

de la riqueza social, se subordinaron cultural y económicamente a occidente. Su

producción, para fines de la década de los sesenta, perdió dinamismo y durante los

setenta y ochenta se encontraba en profunda recesión, a la que sin duda afectó la

3 Entre 1980 y 1988, las inversiones en millones de dólares de EUA en Japón crecieron de 6.200 a 16.900 y en la Comunidad Europea de 80.000 a 126.000; mientras la de Japón en EUA creció de 4.700 a 53.000 y la de la Comunidad Europea en EUA de 50.000 a 193.000. (Ref. Furtado 1990; CEPAL #42).

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48

carrera armamentista. Esta crisis culmina con la caída del muro de Berlín y la

desintegración de la URSS.

La crisis del capitalismo y socialismo de postguerra, a pesar de la recuperación

temporal de la economía estadounidense, es manifestación de una crisis más global,

que tiene relación con lo cultural, con las concepciones de la ciencia, con las diversas

formas de producción del conocimiento y la tecnología, con la política; algunos auto-

res la han caracterizado como una crisis de civilización.

En este período hace crisis el pensamiento dominante de la postguerra. En la economía

el keynesianismo se mostró insuficiente, el control de los procesos cíclicos del

capitalismo por acción del Estado no presentó resultados positivos, el aumento de la

demanda efectiva para reactivar la economía no tuvo eficacia para enfrentar los

desajustes iniciados en los años setenta. A su vez, las corrientes monetaristas y neoli-

berales, que hicieron del Estado de bienestar y del Estado desarrollista los causantes

satánicos de la crisis, no pasaron de constituirse en una ideología de moda, de

dogmatismos simplistas que en la falsa contraposición Estado-mercado, público-

privado, exacerbaron el individualismo y agravaron los problemas lejos de superarlos.

Al término del siglo XX era profundamente cuestionado.

En lo político, el pensamiento liberal que actuó como centro de equilibrio entre el más

rancio conservadurismo y el socialismo, ante la virtual desaparición de uno de los

polos, ha cedido posiciones, son evidentes los renunciamientos políticos e ideológicos

de las fuerzas que en él se reconocen.

La concepción de la ciencia como única forma válida de conocimiento, es

profundamente cuestionada, tanto en su capacidad predictiva como en su desarrollo

acumulativo. La crítica al positivismo tocó las puertas al propio marxismo, en especial

a aquellas corrientes que hacen de las tendencias de la realidad procesos irreductibles.

La crítica al pensamiento dominante de postguerra, se ha convertido en una crítica a la

modernidad, lo que no significa necesariamente su invalidación histórica, pero si un

juicio al predominio racionalista.

Page 50: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

49

De hecho quedó desarticulada la estructura bipolar4 de postguerra y las formas de

construcción de la hegemonía, no sólo por la ausencia de uno de sus polos, la URSS,

sino porque ello significa, al mismo tiempo, la disolución del elemento antitético sobre

el que se estructuró y legitimó el poderío militar y las alianzas estratégicas de los

Estados Unidos. De tal suerte que, junto al derrumbe del “socialismo real” hace crisis

la forma de construcción de la hegemonía por parte de Estados Unidos en el

capitalismo mundial.

De la configuración bipolar se transita a la constitución de un nuevo escenario en que

participan estructuras regionales, donde las relaciones de poder se expresan entre

bloques y entre los países que los lideran: Estados Unidos, Japón y Alemania. La

desarticulación de Europa del Este, -que abrió la expectativa de que el poder militar

vaya cediendo ante la concertación- y la recesión de la economía estadounidense hasta

comienzos de los noventa, creó muchas dudas sobre su capacidad de liderazgo en el

mundo. Sin embargo, durante la última década del siglo pasado, las intervenciones

militares en Irak, los Balcanes, el Plan en Colombia, sumado a un modesto

crecimiento de su economía, le permitió mantener ventajas sobre sus competidores, lo

que aleja cualquier duda sobre su predominio. Así se la percibe a lo largo de la

primera década del nuevo siglo, pero ello no resuelve las dudas sobre el debilitamiento

de su hegemonía por pérdida de liderazgo en la economía mundial; la presencia

gravitante de los sectores financieros especulativos; la mayor autonomía de regiones

históricamente subordinadas a la política internacional; el mayor peso de China y la

presión por redefinir las reglas de juego de la política internacional en el G20.

La globalización en la internacionalización del capital

Siendo consustancial al capitalismo la tendencia a la internacionalización del capital o

a su mundialización, en sus formas de capital productivo, capital mercancía, y capital

dinero, es particular al período de los últimos treinta años, el que los procesos produc-

tivos, la comercialización de las mercancías y los flujos financieros se organicen y

reproduzcan a nivel mundial. Esto es, primero, que se internacionalizan los procesos

productivos logrando abaratar costos de producción al utilizar, maximizando bene- 4 Admitiendo que se trata de una bipolaridad más en la apariencia que en la realidad. Es pertinente la tesis sostenida por Wallerstein y Tortosa en el sentido que lo que realmente funcionó fue un acuerdo entre las dos potencias desde las negociaciones en las postrimerías de la II Guerra Mundial.

Page 51: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

50

ficios, los recursos materiales y no materiales de los distintos países; segundo, que las

mercancías son orientadas a los mercados del mundo entero, bajo pautas de consumo

internacionalizadas; y, tercero, que el movimiento del capital financiero, a más de ali-

mentar la dinámica de la producción y la comercialización, propende a una creciente

autonomía que hace posible una mayor rentabilidad de sus capitales (Etxzezarreta,

1996).

Esta modalidad del proceso de internacionalización implica a su vez que las decisiones

se las toma también en espacios globalizados, siendo sus núcleos las empresas transna-

cionales. Se establece por tanto un sistema económico globalizado, en que se articulan

relaciones entre elementos globalizadores y elementos nacionales afectados por el

sistema económico globalizado.

La globalización propende a una alta concentración de capitales y mercados, para lo

cual se constituyen 'empresas mundiales', que son una suerte de redes que relacionan a

las empresas transnacionales, nacionales y locales, actuando en la industria, el comer-

cio y las finanzas, y que responden a estructuras oligopólicas, entre las cuales se desa-

rrolla el proceso competitivo fundamental que marca el proceso de la acumulación

actual.

Según Barlow, citado por Etxezarreta (1996) más del 25% de la producción mundial

y entre el 80% y 90% del comercio industrial, son controlados por unas doscientas

empresas transnacionales; y de entre las 100 mayores unidades económicas, inclu-

yendo los Estados, 47 son compañías transnacionales, lo que significa que no menos

de 140 países son unidades económicas más débiles que estas empresas. Se estimaba

entonces que no más de 10 de estas redes empresariales controlarían un 80% de la

producción y mercados mundiales.

Para 1995, las 10 empresas más grandes del mundo en computadoras controlaban el

70% del comercio mundial de ese sector, consistente en 334 mil millones de dólares;

en el sector de telecomunicaciones, las 10 empresas más grandes controlaban ya el

86% de los 262 mil millones que representaba el comercio mundial en ese sector; y, en

la industria farmacéutica las 10 industrias más grandes controlaban el 35% de los 297

mil millones que se comercializaban en el mundo (Informe del Desarrollo Humano,

Naciones Unidas, 1999).

Page 52: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

51

Entre 1988 y 1998, en el proceso de constitución de estas grandes redes, el valor total

de las fusiones y adquisiciones pasaron de 21.4 mil millones a 246,7 mil millones para

el sector de computadoras, de 9.3 mil millones a 172.4 mil millones en el sector de

biotecnología y de 6.8 mil millones a 265.8 mil millones en el sector de telecomu-

nicaciones de acuerdo a los datos del Informe del Desarrollo Humano, (1999) (p. 67).

Datos que reflejan la altísima concentración de la riqueza a nivel internacional. Una

mirada al poder de las ETN 30 años antes de que termine el S. XX nos permite

imaginarnos cómo funcionarían al comenzar el S. XXI. Cuadro Nº 9.

CUADRO Nº 9

La operación de estas grandes 'empresas mundiales', que de suyo concentran la pro-

ducción de tecnología5, se sustentan en la disposición mundial de esos conocimientos

tecnológicos, pero la competitividad y localización industrial se decide de acuerdo a

los costos salariales y condiciones del mercado laboral, en especial para los procesos

productivos intensivos en trabajo. Las imposiciones fiscales, las regulaciones ambien-

tales y las facilidades de penetración de sus productos, influyen también en la localiza-

ción de las empresas. Esto explica que junto a la globalización de la tecnología se

desarrolle una competitividad salarial que afecta las condiciones de la fuerza de

5 De hecho las investigaciones tecnológicas que anteriormente se las hacían como inversiones del sector público, ahora han sido privatizadas, dado el alto rendimiento económico que producen. Este proceso de privatización del conocimiento ha sido acompañado de las regulaciones sobre propiedad intelectual por parte de la Organización Mundial del Comercio.

Page 53: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

52

trabajo, que si bien empezó en los países desarrollados, hoy se manifiesta también en

los países periféricos.

La globalización así entendida, que va más allá de la noción de un mercado

globalizado, nos permite entender que en el desarrollo de la crisis del capitalismo de

postguerra, se van estructurando nuevas formas de acumulación, de organización de

los procesos productivos, de división internacional del trabajo y de expresiones de

poder. Es decir, se va constituyendo un nuevo orden internacional.

2.2 Elementos y paradojas de la globalización

Los cambios que se observan en la acumulación mundial, no terminan de configurar

las bases para el surgimiento de una nueva onda expansiva del capital, si es que ésta es

posible, pero se pueden advertir algunas tendencias en el movimiento de una realidad,

que se nos presenta cada vez más compleja y contradictoria.

Los cambios tecnológicos

En las últimas décadas hemos asistido a innovaciones tecnológicas que no pueden ser

entendidas como avances y desarrollos dentro del paradigma que caracterizó a la

producción de postguerra, más bien han obedecido a un cambio de esa estructura

tecnológica, tratándose por tanto de una revolución. Esta ha respondido a la dinámica

del proceso de acumulación en un momento de maduración de sus contradicciones,

tanto de aquellas que surgen entre capitales a consecuencia de la competencia, como

de aquellas existentes entre los actores de la reproducción, el capital y el trabajo.

Revolución tecnológica que ha transformado la organización de los procesos pro-

ductivos, ha incrementado la productividad del trabajo, pero que ha implicado tam-

bién, destrucción de capitales a consecuencia de la temprana obsolescencia de inver-

siones productivas anteriores.

Esta revolución tecnológica, supuso cambios sustantivos en el paradigma dominante

en la producción de postguerra, como veremos en el análisis comparativo de Ossa y

Sagasti y Pérez en el Cuadro Nº 10 citado por Schuldt (1990).

CUADRO Nº 10

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53

El paradigma se afirma en un patrón tecnológico en que la microelectrónica en sus

distintas manifestaciones: robótica, informática, telemática, telecomunicaciones, arte-

factos de hogar; y la información, desempeñan el rol central y articulador de la acumu-

lación, a lo que se integran las nuevas tecnologías de materiales, las biotecnologías, las

novedosas fuentes de energía, la genética (Schuldt, 1990).

En cuanto a la organización de los procesos productivos, a consecuencia de los

cambios tecnológicos, se ha pasado de la producción en masa de inspiración fordista a

la producción flexible. El diseño de la producción, el proceso productivo y la gestión

empresarial son integradas en forma dinámica, lo que propende a la anulación de los

tiempos muertos del proceso de circulación del capital. La maquinaria deja su carácter

unifuncional y asume el multifuncional. El trabajador de las tareas especializadas y

simples pasa a disponer de capacidades polivalentes y multiespecializadas, pasando

consecuentemente del puesto de trabajo específico y único al de 'situación de trabajo'.

Bajo estas condiciones, la competencia se afirma en el terreno de la calidad.

Como efecto de esta revolución, el conocimiento tecnológico se va constituyendo en el

elemento clave de la producción, funciona como un sistema internacionalizado y

explica las modalidades de inserción en la división internacional del trabajo en lugar

de las ventajas comparativas tradicionales. No se podrá perder de vista, sin embargo,

que si las tecnologías tienen una gran difusión mundial a consecuencia del desarrollo

de la informática y las comunicaciones, esta difusión es administrada por los centros

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54

generadores de esas tecnologías, principalmente por las grandes transnacionales que

operan en los países desarrollados.

Cambios en la división internacional del trabajo

En medio de la crisis de los años setenta, caracterizada líneas arriba, se desarrolla una

creciente diferenciación en la periferia, que responde a las variadas políticas y grados

de profundización de los procesos de industrialización. Emergen economías que

logran consolidarse en el decurso de la crisis, obteniendo ventajas sobre otros procesos

de industrialización que arrancaron más temprano.

La producción de manufacturas exportables, que caracteriza a los países inadecua-

damente denominados de reciente industrialización (NICS), les ha permitido creci-

mientos sin precedentes en sus economías. Su “éxito” se basa en la utilización de

modernas tecnologías, disposición de mano de obra abundante y barata, en la

intervención estatal y el ejercicio de políticas económicas variadas, lo que explica la

captación de importantes espacios en el mercado mundial y particularmente en los

países centrales. En la región asiática, a esta dinámica respondieron los denominados

'cuatro tigres': Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Hong-Kong en una primera fase, a

los que se sumaron más tarde Malasia, Tailandia e Indonesia.

En un sentido más amplio, las posibilidades de inserción activa en la economía

globalizada para los países de la periferia, con cierto grado de industrialización y

competitividad internacional, están de acuerdo a la forma en cómo pueden articularse a

las grandes cadenas transnacionalizadas, en que de hecho influyen sus particulares

fortalezas. Siguiendo a Gary Gereffi (1990), al menos hay cuatro opciones: a) el rol de

exportación de productos primarios, que corresponde a la tradicional participación de

la economía latinoamericana, 2/3 partes de las exportaciones provienen de este sector,

y para países como Singapur que procesa y reexporta elaborados de petróleo a los

países de su región; b) el rol de plataformas de exportación para los países en que sus

economías se dinamizan por la producción manufacturera en manos del capital

transnacional, que opera con capital intensivo en fuerza de trabajo, que aprovecha

justamente la disposición barata de esta mercancía, se han creado estructuras favo-

rables para la exportación; c) el rol de subcontratistas, para la producción de empresas

locales de bienes de consumo terminados, que serán comercializados por empresas

Page 56: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

55

transnacionales, muy dinámicas en el sudeste asiático; y, d) el rol de suministro de

componentes que requiere de empresas con uso intensivo en capital y tecnología.

Otra región que alteró la anterior división del trabajo fue Europa del Este, en el caso de

Rusia, luego de la inestabilidad que caracterizó la etapa Yeltsin, con Putin entró en una

línea de recuperación económica con prácticas de fuerte concentración de la riqueza y

aplicación de políticas del Fondo Monetario ya ensayadas en América Latina. Europa

del Este atrajo importantes inversiones de capital en condiciones en que esos nuevos

países disponen de una importante producción agrícola; fuerza de trabajo calificada y

disciplinada; y, una tradición industrial, que les da ventajas en la captación de flujos

financieros frente a otras regiones.

Atención particular merece el proceso de China. Las profundas transformaciones

realizadas desde la década del setenta, en un proceso sostenido en tres etapas,

1978/1984, en que se decide liberar el sistema económico; 1984/1992, en que se des-

plaza el centro de gravedad de las preocupaciones económicas del campo a la ciudad;

y, a partir de 1992, en que se consolida la denominada economía socialista de mer-

cado. Las reformas transforman una sociedad profundamente estatificada en otra en

que coexisten varias formas de propiedad, la estatal, la colectiva, la individual y la

privada extranjera, en medio de un claro predominio de la propiedad pública. China en

el 2000 con una población de 1.262 millones de habitantes, y una extensión territorial

de 9’600.000 Km2; tenía un INB (Ingreso Nacional Bruto), según el Banco Mundial,

de algo más de 1 billón de dólares. La economía de los Estados Unidos representaba

8,4 veces la de China. Para el 2010, China superó los 1.360 millones de habitantes, su

INB es de 5,720 billones de dólares, y la economía de los Estados Unidos representa

2,42 veces la del país asiático. Evolución que se hace más dramática si tomamos en

cuenta la paridad del poder adquisitivo, que se expondrá más adelante (Banco Mun-

dial). China ha pasado a ocupar el segundo lugar en la economía del mundo. A este

panorama cabe añadir que mejoraban las condiciones para satisfacer las necesidades

fundamentales a su población. Su fuerza de trabajo es calificada y disciplinada; existe

relativa cohesión ideológica y una gran identidad alrededor de su cultura milenaria.

Sin embargo, en estos últimos años la inequidad ha crecido con las transformaciones

económicas, se han formado grandes cinturones de miseria y trabajadores en condi-

ciones muy precarias. Su capacidad militar 8% del total mundial, la ubica en tercer

lugar detrás de toda Europa que controla el 20% y de la producción de E.U.A. que

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56

tiene el 48% (Dierckxsen, 2011). Sin duda es una gran potencia cuya incidencia inter-

nacional aumenta, no dejan de tener razón los que la vislumbran como la nación

llamada a constituirse en ‘el otro’ frente al poderío de los Estados Unidos, así lo

piensan también los ideólogos del poder estadounidense. Son sintomáticos los cambios

en las relaciones entre estos dos países; en septiembre del 2000, el Congreso de

Estados Unidos resolvió normalizar los vínculos comerciales con China. En noviem-

bre del 2001, quedó definitivamente resuelto el ingreso de China a la Organización

Mundial del Comercio y las relaciones entre China y Estados Unidos se han profun-

dizado a lo largo de esta primera década del siglo XXI.

En América Latina, finalmente, durante la década de los noventa se profundizan las

diferencias entre sus países. Mientras algunos de ellos lograron cierta recuperación y

crecimiento económico, como fue el caso de Chile, encontramos otros en que los pro-

blemas estructurales se profundizaron, lo que los colocó en una situación de creciente

exclusión. Se efectuaron procesos de integración que resquebrajan la unidad e identi-

dad latinoamericana. México en el Tratado de Libre Comercio; Centro América y el

Caribe en el CARICOM y la Unión Centroamericana; el MERCOSUR y la Comuni-

dad Andina de Naciones en Sur América. Agrupaciones subregionales, que de revisar-

se los presupuestos sobre los que se han constituido, pueden aportar a la superación de

serios problemas derivados de la situación de dependencia y configurar una integra-

ción más activa en el contexto internacional. En la primera década del siglo XXI, a

partir del 2004, la región inicia un período expansivo en su economía que dura hasta el

2012. Se producen importantes cambios políticos que implican una ruptura con las

estrategias neoliberales y en esas condiciones también se provoca un cambio sustanti-

vo en las políticas de integración. La Unión Suramericana de Naciones (UNASUR),

pasa a constituirse en el grupo dinámico de convergencia de los países suramericanos

y desde allí se replantean los cambios de toda la institucionalidad internacional en la

región.

Como tendencia general en los años noventa, siguiendo el ciclo de las medidas de

ajuste estructural, América Latina vivió una línea de desindustrialización, que ha sido

uno de los efectos de la crisis del capitalismo de las últimas décadas. La consecuente

reprimarización, que en esta última década, contradictoriamente, ha sido reforzada por

las estrategias del “nuevo” desarrollo.

Page 58: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

57

El capital financiero conduce la globalización

Mientras se consolidan los cambios hacia un nuevo orden internacional, el capital

financiero capta y centraliza los excedentes. La expansión de los capitales financieros

se explica por el estrangulamiento en la rentabilidad de las actividades productivas y

por la posibilidad de incursionar en actividades especulativas, manifestaciones

asociadas a la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Esta globalización

financiera ha sido posible en virtud de las políticas de desregulación en los espacios

nacionales, el uso de las innovaciones en las telecomunicaciones y la informática, y

por la sofisticación adquirida por las instituciones. El resultado de esto es el desacopla-

miento entre los flujos financieros y la economía real. Para 1998, el comercio de

divisas equivalía a 1 billón 971 mil millones de dólares diarios, mientras el comercio

mundial de bienes y servicios equivalía a 4.5 billones de dólares en el año; esto quiere

decir, que tres días de compra venta de divisas superaba la compara venta de bienes de

todo un año. ¡¡Se llegó al extremo de la irracionalidad!! Ello está en la base de la crisis

que terminó por estallar en el 2008.

El mercado financiero es altamente concentrado, pues ya para 1989 el 67% de las

transacciones en divisas se operaron entre los mercados de Londres, Nueva York y

Tokio, que sube al 71% para 1992, si a estos se suman los mercados de Singapur,

Suiza y Hong-Kong, las cifras suben al 92,5% en 1989 y al 94% para 1992. Respecto a

los principales centros bancarios, los de Europa, Japón y Estados Unidos, absorben en

1992 el 79,3 % de los activos y el 79,8% de los pasivos de las operaciones en moneda

extranjera, el resto corresponde a los bancos del resto del mundo (Etxzezarreta, 1996).

Esta alta concentración privada de las transacciones financieras explica la debilidad de

los Estados en controlarlas.

Conviene reparar en que Japón y Alemania coadyuvaron a sostener la economía

estadounidense en los años noventa ya que contribuyeron a mantener su divisa y

atenuaron los déficits fiscal y comercial. Los bancos japoneses por ejemplo han

llegado a poseer hasta el 40% de los bonos del tesoro de ese país. Para 1996, 9 de los

10 bancos más grandes del mundo eran japoneses. En el nuevo siglo el principal

sostén ha pasado a ser China. Dierckxsen (2011) señala:

"Según el Banco de Basilea, en el año 2009, circulaban en el mundo unos US$ 1.000 trillones de valores, obligaciones y moneda, mientras el producto bruto

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58

mundial supera apenas un poco los US$ 50 trillones, o sea que, en la actualidad, por cada dólar con valor real circulan otros veinte dólares que son capital ficticio y parasitario" (p. 40).

El tubo de escape para esta irracional hipertrofia del capital financiero, que insistimos

es una de las manifestaciones de la estructura del capitalismo, tendrá que estar en este

mismo sector, las burbujas financieras ‘hinchadas’ por las transacciones especulativas,

han llevado al estallido de las bolsas de valores y quiebras bancarias en distintos

países, México en 1995, Malasia e Indonesia en 1997, Rusia en 1998, Brasil 1999,

luego Argentina, Ecuador, la crisis en la bolsa de valores en los centros financieros

más importantes en el 2002 y finalmente las de finales de la primera década del siglo

XXI en Estados Unidos y Europa, con efectos catastróficos para sus poblaciones y con

secuelas para todo el planeta. La estructura regionalizada y mundializada del sistema

financiero, hace que las crisis no sean internas en estos países, los efectos tienen

repercusiones regionales, no son casuísticas, no responden a situaciones aleatorias ni

tampoco son resultado de una lógica de acumulación dentro de las operaciones espe-

culativas internas, responden sí a una lógica de la acumulación mundial. La economía

se revela cada vez más como producto de una acción política de los grandes grupos de

poder. Basta mirar cómo reaccionan organismos como el Fondo Monetario Interna-

cional detrás de cada crisis, cuánto dinero presta, a que intereses, a que plazos, cuáles

son los condicionamientos y, lo más importante, que empresas quiebran, que negocios

se desarticulan y a manos de quienes pasan las acciones de las principales empresas.

Aquí no hay nada fortuito, los ideólogos del libre mercado dirán que falta liberalizar

aún. ¿A dónde más liberalizar el mercado financiero?

Lo cierto es que detrás de las crisis financieras existe una crisis de acumulación del

capital. La incesante innovación tecnológica con la que se pretende superar los niveles

de competencia ha llevado a una situación en que el capital productivo no puede cubrir

los costes de la inversión en capital fijo. Esa dificultad lleva a que el capital se

desplace de la órbita de la producción a la de la financiarización, procesos especula-

tivos en los que el dinero curiosamente genera más y más dinero pero en un divorcio

con la economía real. Capital ficticio que, como sostiene Dierckxsen (2011), se

reproduce en las economías improductivas acrecentando los niveles especulativos,

como las colocaciones indebidas de dineros en hipotecas basura y tras el estallido de

las burbujas por el juego de la banca privada, el inmediato auxilio de los recursos

públicos para protegerla.

Page 60: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

59

La desregulación

Amparados en el discurso ideológico de que el mejor instrumento para la asignación

de recursos es el mercado, se ha trabajado en una agresiva política de desregulación de

la economía, para el efecto han actuado instituciones internacionales encargadas de

gestionar los acuerdos multilaterales, con el propósito de liberalizar la movilidad del

capital y el desarrollo del comercio.

La desregulación en los espacios nacionales en función de una suprema eficiencia del

mercado, fue factible dado la reducción del poder de los trabajadores y por el deterioro

del Estado de bienestar o del estado desarrollista, ello condujo a una creciente privati-

zación de los espacios públicos que ha permitido, de un lado, cubrir los déficit en las

finanzas públicas a consecuencia de la deuda y, de otro, el paso a manos privadas de

empresas de alta rentabilidad.

Al examinar el comportamiento de la inversión extranjera en América Latina, se

observa que entre 1993 y 1998, ésta tiene, aprovechando las medidas para desregular

la economía, un significativo crecimiento. Período en el que las empresas estatales de

producción energética, de servicios como las telefónicas, compañías de seguros,

entidades financieras, empresas extractivas, son adquiridas por las empresas transna-

cionales. Una vez cumplida la fase de privatización de las áreas estratégicas esa

inversión directa cae abruptamente. Otra manifestación de la desregulación constituye

la cadena de crisis bancarias, que en varios países significó una expropiación a los

fondos de los ahorristas a través de los “feriados” que se sumaron a las actividades

especulativas con las tasas de interés.

La regionalización

Con el caminar de la globalización, no deja de ser paradójico, que se configuren y

consoliden espacios regionales alrededor de los principales centros del poder

económico mundial: la Unión Europea bajo el liderazgo de Alemania, el Tratado de

Libre Comercio de Norteamérica en torno a los Estados Unidos y el Asiático con el

predominio primero de Japón y ahora de la China. Estas unidades regionales, que

Page 61: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

60

responden a distintos procesos de conformación, no contradicen, como sostiene

Etxzezarreta (2001), el proceso globalizador. Se trata de una opción política para

consolidar su poder en ese contexto de globalización. Para estos países el reto está en

definir una estrategia que consolide ciertos objetivos del capital transnacional. Desde

esta mirada podemos advertir que la regionalización da respuesta a varios problemas

surgidos en la crisis de postguerra:

♦ la crisis de hegemonía de los Estados Unidos;

♦ la necesidad de enfrentar una competencia más agresiva debido a la dinámica parti-

cipación de los NICS, y hoy BRICS, que impulsan una reestructuración de la produc-

ción, que asegure la provisión de las materias primas y fuerza de trabajo, a bajos

costos, así como la realización de las mercancías; y

♦ la necesidad de retornar, de las medidas liberales de los organismos multilaterales, a

los proteccionismos de los países centrales.

El proteccionismo tiende a consolidar espacios nacionales para conducir una

reestructuración productiva que permita mejorar la capacidad competitiva en el merca-

do globalizado, ser más poderosos en el ámbito global. Esto al mismo tiempo significa

consolidar los mercados internos garantizando la realización productiva regional. Es

evidente, los Estados fuertes se aplican para sí medidas proteccionistas, y a los Estados

débiles, imponen medidas aperturistas. Así fue el camino para América Latina en las

décadas pasadas y lo es ahora para los más débiles en Europa.

Esta configuración regional, alrededor de los tres ejes, Alemania, Japón-China y los

Estados Unidos, con un resuelto predominio, como señalamos arriba, de parte de este

último, es la forma de resolución, por el momento, de la crisis de hegemonía. El

avance en la construcción del nuevo orden mundial, que tiene como sustento un nuevo

paradigma tecnológico y nuevas formas de existencia de la división internacional del

trabajo, irá configurando los elementos constitutivos de la nueva hegemonía y sus

formas de expresión. No está claro aún por dónde camina la reestructuración, es más,

no se ve que camine.

Page 62: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

61

2.3 Incertidumbres y certezas frente a la globalización

Son varias las incertidumbres que surgen en esta fase del capitalismo conocida como

globalización, ello se explica porque durante las últimas décadas la economía de los

países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),

pese a la acción coordinada en la ejecución de políticas económicas, no logra conso-

lidarse, tras la recuperación de los años ochenta, reaparece el fantasma de la inestabili-

dad en los noventa, y en la primera del nuevo siglo crece para sumergirse en la peor

crisis desde la gran depresión. El enfrentamiento a la crisis con las políticas neolibe-

rales no ha logrado éxito, no le ha permitido estructurar un ''nuevo sistema de acumu-

lación" que garantice un crecimiento sostenido y consistente.

La producción no se encuentra en capacidad de responder a las ingentes demandas de

reposición del capital fijo provocadas por la desenfrenada competencia y la revolución

tecnológica, tampoco, a las demandas de participación en los beneficios por parte de

capitalistas, empresas, gobiernos y trabajadores, que compiten entre ellos y con los de

otras regiones. Aumenta el paro y el desempleo, la masa de marginados y pobres en

los países desarrollados es alarmante, y en los países pobres, el deterioro de las

condiciones de vida afecta a miles de millones de personas. Veamos algunos síntomas

de este desconcierto:

• La concentración de la economía. La mundialización de la economía, apoyándose

en la desregulación y en la estructura internacionalizada de la producción, concentra

en los centros el mayor poder económico, especialmente a través de los circuitos

financieros, y aquellos procesos productivos que requieren tecnología de punta. En un

segundo nivel de articulación de las cadenas productivas encontramos a muchos de los

países emergentes o de reciente industrialización. Muchos procesos productivos se han

localizado en estas regiones aprovechando el bajo costo y alta calificación de su fuerza

de trabajo. Pero es importante una mirada hacia finales del siglo XX.

Los países de la OCDE consumen en 1997 el 65% de la energía eléctrica que se

consume en el mundo y sólo los Estados Unidos lo hacen en el 26,4%, es decir, más de

la cuarta parte; los países de la OCDE consumen el 54,17% de la energía comercial

(petróleo), y sólo los EUA lo hacen en el 23,11%. Lo que se corresponde con su

capacidad de producción: del producto bruto mundial, que son 28. 423,5 miles de

Page 63: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

62

millones de dólares en 1998, los países de la OCDE concentran el 80%, sólo los EUA

participa con el 27,8%, Japón con el 14,38% y Alemania con el 7,66%, es decir, las

tres potencias controlan el 49,86 % de la producción en el mundo.

Si tomamos en cuenta otros mecanismos de control de la economía que tienen las

empresas transnacionales con sus subsidiarias y subordinadas en la periferia, es com-

prensible que Estados Unidos, Japón y Alemania, en conjunto, concentren entre el 80

y 90 % del poder económico del planeta; de los 240 billones de dólares de inversión

extranjera japonesa 100 billones se invierten en los Estados Unidos; un tercio de las

exportaciones del Japón se hace a los Estados Unidos. Qué poco cuentan las periferias

en este mundo globalizado, en el que sin embargo la producción se organiza

integrando a todo el mundo y el mercado es planetario (Etxezarreta, 1996).

• Diferenciación y exclusión en la periferia. En otra dirección, las mismas fuerzas de

la globalización, provocan la exclusión creciente de áreas periféricas, de aquellas que

no les son útiles en la reproducción. Varias regiones del África, América Latina, Asia

e incluso de los propios países desarrollados se encuentran en esta tendencia. En la

globalización actúan simultáneamente fuerzas centrípetas y centrífugas, que concen-

tran y expulsan, que globalizan y regionalizan, que amplía mercados y los elitiza. Esa

es su dinámica.

Crece la diferenciación en la periferia, los países de exportación de manufacturas han

tenido un alto crecimiento económico, los otros han perdido espacio en la exportación

primaria y han entrado en una informalización de sus economías.

Esta diferenciación hace que los países de exportación de manufacturas, o de econo-

mías convertidas en plataformas de exportación, impropiamente denominadas como

NICS, se encuentran en una posición bastante distinta a la mayoría de las regiones de

la periferia, tampoco muy cercanas a la de los países desarrollados, de allí que se les

considere como semiperiferias.

• Los nuevos vientos de la inversión productiva. En el último decenio del siglo

pasado la inversión extranjera directa creció significativamente en el mundo, alcanzó

para 1990 la suma de 211.000 millones de dólares. Durante el período 85-90, momen-

to de una relativa recuperación, crece un 30%, mayor al ritmo en que crecen las

exportaciones y el PIB en el mundo (13% y 12%). Desde 1980 hasta 1992, la inver-

Page 64: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

63

sión extranjera directa (IED) se orientó a los países desarrollados, quienes histórica-

mente han sido los países proveedores y receptores de estas inversiones. En esos años

existe una cerrada competencia entre EUA y Japón por el liderazgo en la IED. La ten-

dencia fue declinante para EUA que aún conservaba la primacía, Japón disputaba el

liderazgo, pero ya entraba en su propia crisis.

Entre los países de la periferia, los países del sudeste asiático captaron para fines de

los años ochenta casi el 50% de los flujos de inversión. Desde 1990 hay una recu-

peración significativa de América Latina como receptora de capitales, entre estas dos

regiones se captó las 4/5 partes de las asignaciones para el mundo "en desarrollo".

América Latina entre 1992 y 1993, recibió un promedio de 62.000 millones de dólares

anuales, que significaba el 4,9% del PIB regional, haciendo posible por primera vez

desde 1981, en que se inicia la crisis de la deuda, que se tenga un saldo favorable en la

transferencia neta de flujos financieros. Claro, los receptores de estos recursos son

México, Argentina y Chile. Es importante destacar que ese flujo de inversiones res-

ponde primero a la ejecución de los programas del FMI, segundo, a que buena parte de

esa inversión hizo posible la compra de títulos de deuda y posterior compra de los

activos de las empresas que se privatizaron; y tercero, que sólo sobre esas bases se han

mantenido algunos inversionistas, que en forma altamente concentrada operan en los

países mencionados.

Para 1998, la IED en el mundo es de 637.048 millones de dólares, de los cuales la

participación es: OCDE 76%, S.E.A. y Pacífico, 3,38%, Europa Oriental y la CEI

3,4% y América Latina y el Caribe, 10,25% 6, lo que ratifica la recuperación de ésta

última región en captar la inversión externa.

Esto demuestra que en la década de los noventa, mientras se mantuvo un bajo cre-

cimiento en los países centrales, los capitales se orientan a la periferia, al menos hasta

la crisis de 1997 en el Sudeste asiático, siendo necesario anotar, a) que existe una mar-

cada diferenciación de acuerdo a la participación en la división internacional del traba-

jo; b) que la recepción de capitales no se traduce en nuevas inversiones productivas; y

c) que ello no garantiza una reinserción ventajosa en el mercado mundial.

6 Los datos que se registran en este acápite, correspondiente a los últimos años, corresponden al Informe del Desarrollo Humano de Naciones Unidas; año 2000.

Page 65: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

64

CEPAL (2011), con sus registros sobre la inversión directa en América Latina y el

Caribe, nos muestra que a fines de la primera década del siglo XXI, los países

desarrollados concentran la mitad de la inversión mundial; América Latina accede

apenas a un 10%; y, el Sud Este Asiático percibe el 22,7% (p.30).

• El centro desplaza a la periferia en la producción de alimentos. La globalización

resulta ser una estrategia para impulsar la economía en el mundo en beneficio de los

capitales dirigidos desde y situados en el centro (Etxezarreta, 1996). La periferia

tradicionalmente ha sido la proveedora de alimentos y materias primas básicas y

baratas para la producción en los países centrales que hoy se han convertido en los

principales productores de alimentos de clima templado y de materias primas. Hay que

tomar en cuenta que esta producción es protegida y subvencionada por los Estados

centrales, lo que perjudica a los productores de la periferia. A éstos les queda solamen-

te la producción de productos tropicales y materias primas no renovables.

• La producción de la periferia pierde importancia. Los cambios tecnológicos en la

actual producción requieren un menor consumo de materias primas naturales debido al

uso de materiales sintéticos, la miniaturización y el reciclaje, que provoca la disminu-

ción de las exportaciones desde la periferia. Esto implica una disociación entre la

expansión industrial en el centro y el crecimiento económico en la periferia. Según

Naciones Unidas los precios de las materias primas entre 1970 y 1990 se deterioraron

en un 50%, provocando también una creciente desindustrialización de nuestras econo-

mías.

2.4 Algunas conclusiones

a) El proceso de globalización, forma particular que asume la internacionalización del

capital en la fase depresiva del capitalismo de postguerra, provoca cambios significa-

tivos en la economía mundial: internacionaliza los procesos productivos, expande los

mercados, incorpora las innovaciones de la revolución tecnológica, estructura una

nueva división internacional del trabajo, incrementa la concentración de riqueza en los

Page 66: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

65

centros y profundiza la diferenciación en la periferia, amplía la masa de desocupados y

marginados en centros y periferias, excluye de su dinámica a vastas regiones del

mundo. Aún así, no se ha consolidado un sistema de acumulación que permita lograr

estabilidad y seguridad, la fase de declinación del capitalismo de postguerra no ha

logrado ser remontada.

Los sucesivos estallidos provocados por el curso del capital financiero nos advierte

que aún nos encontramos en un momento de caos, el orden que se estructura en medio

del desorden. Donde todavía no es posible dirigir las fuerzas para superar la crisis,

pero si es factible gestionarla.

Amin, (1998) señala que la crisis, se manifiesta en el hecho de que los beneficios

derivados de la producción no encuentran salidas suficientes en forma de inversiones

lucrativas capaces de desarrollar posteriormente nuevas capacidades productivas. La

gestión de la crisis se propone encontrar salidas para esos beneficios con lo cual se

evitaría su desvalorización.

Y es precisamente esa gestión la que ha permitido la concentración de grandes

recursos en los países centrales a través de las prácticas especulativas, que no son

precisamente las que responden a la lógica del capital en su reproducción.

b) El saldo de este período de gestión de la crisis, en que se priorizaron las políticas de

ajuste estructural, sería una mayor polarización, tal como lo plantea Amin (1998), en

el que lo que diferencia a las sociedades sería la relación entre el ejército en activo y el

ejército de reserva de la fuerza de trabajo. En condiciones, en que para la periferia, la

industrialización no es el camino para superar esa polarización, primero, porque los

niveles de competitividad no le son favorables; y segundo, porque tampoco está en

condiciones de reproducir la estrategia de Europa, del Estado de bienestar que

incentive esa industrialización. Tampoco es factible volver a la experiencia del Estado

desarrollista y la industrialización sustitutiva, porque es una experiencia fracasada,

fundamentalmente por no existir el sujeto social que pueda sostenerla, tal como

plantearemos más adelante, en el análisis de la experiencia de la modernización

Cepalina.

c) Un nuevo tipo de contradicción se habría extendido en la realidad del capitalismo

actual (Amin), por un lado, las fuerzas económicas que gobiernan la acumulación

Page 67: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

66

rebasan las fronteras de los Estados nacionales; por otro, no existe a nivel mundial una

estructura política, social, ideológica y cultural que de coherencia a la gestión del

sistema. Las formas políticas predominantes se han planteado como estrategia la

supresión del segundo polo de la contradicción, el Estado, con la pretensión de que sea

el mercado el encargado de regular, administrar y gestionar la crisis. Esto hace que la

crisis del Estado nacional en los países periféricos haya provocado procesos de

profunda fragmentación social y económica, a la vez que ha resquebrajado la unidad

de las clases dominantes. Una manifestación de esta tendencia tiene relación también

con la descomposición de los partidos políticos dominantes en los distintos países, no

tanto por la desconstitución de la ideología que debe servirles de soporte, cuanto por la

ausencia de proyectos de país, de nación. Cada vez más, son expresiones políticas de

grupos de poder regionales o locales. Manifestaciones políticas que dan cuenta de otro

elemento importante de la globalización, esto es, que ante la desarticulación de los

Estados nacionales se va consolidando una relación directa entre lo local y lo global.

Esta tesis, al parecer, sería contradicha por las experiencias recientes en América

Latina, sin embargo habría que esperar una consolidación de la perspectiva de

desarrollo que ensayan varios gobiernos para saber si en realidad se están provocando

cambios estructurales fundamentales.

d) Esta realidad exige, a países como el nuestro, reflexionar sobre una estrategia de

desarrollo que supere las determinaciones de los pensamientos neoliberal y

neoestructuralista, pues no se trata de insertarse en la globalización de acuerdo a las

tendencias que aquí han sido descritas, que nos exige mayor aperturismo mientras la

lógica en los países centrales avanza por nuevos proteccionismos. No estamos frente a

un camino inexorable, las leyes, marcan tendencias en la realidad, y las reacciones

sociales a estas leyes, son las que marcan la historia. Se trata de construir una

propuesta distinta que vincule a los marginados y excluidos de las periferias y los

centros. A pesar de lo riesgosa de la expresión, hay que construir ‘otra globalización’,

en la que el impresionante desarrollo tecnológico en la microelectrónica, la genética, la

información y las telecomunicaciones contribuyan a solucionar los graves problemas

de pobreza en el mundo y a menguar los desequilibrios del planeta.

Se cierra este capítulo con una información que en algo sintetiza el camino seguido en

estas décadas, Cuadro Nº 11.

Page 68: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

67

CUADRO Nº 11

En términos del ingreso nacional bruto per cápita, se puede observar que a pesar de la

crisis de los años setenta, EUA, Alemania y Japón, que representan a los países de

economías más desarrolladas, hasta los años 90 tienen un ritmo de crecimiento muy

alto, luego se frenan, especialmente Japón que entra en un serio estancamiento. Brasil,

como otro de los países de economías emergentes tiene un crecimiento sostenido en

todo el período a pesar de la crisis de los ochenta. China, siendo parte de ese grupo,

crece a buen ritmo hasta el 90, viene desde muy abajo en términos de PNB/pc, pero

desde el 90 su ritmo es muy acelerado. Ecuador, como otro de tantos países periféricos

con economía muy débil, crece hasta el 80, cae durante los 80, se recupera algo en el

90 y crece en el nuevo milenio. El PIB/pc –que en algo refleja las capacidades

económicas de los Estados y las relaciones de dominio y dependencia– de EUA con

relación al de Ecuador en los años indicados son: 17,4; 9,1; 25,8; 26,2; y 12,3.

Page 69: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

68

CAPÍTULO III

TENDENCIAS DEL CAPITALISMO EN LOS INICIOS DEL

SIGLO XXI

Las “novedades” de la globalización

Una aproximación a las propuestas de Giovanni Arrighi, nos permite una reflexión

sobre el concepto de globalización y su pertinencia para el análisis del capitalismo

contemporáneo. Varios autores han puesto el acento, cuando de caracterizar la globa-

lización se trata, en los cambios tecnológicos y en las dimensiones alcanzadas por el

mercado. Entre los cambios tecnológicos sorprende sin duda la denominada revolu-

ción de la información. Arrighi retomando a Harvey dice “pero la novedad del ferroca-

rril y el telégrafo, el automóvil, la radio, y el teléfono impresionaron igualmente en su

día”. Incluso la “virtualización de la actividad económica” no es tan nueva (Arrighi,

1998). La conexión de los mercados intercontinentales a través de los cables subma-

rinos (1860) causaron efectos profundos en las relaciones de comercio y en la forma-

ción de los precios.

En el terreno del mercado, si se compara 1993 con 1913, se puede observar, siguiendo

a Arrighi (1998), que la inversión extranjera directa en 1913 estuvo por encima del 9%

del producto mundial, apenas superada en 1990. La apertura al comercio exterior, con-

junto de exportaciones e importaciones en proporción del PIB, no resulta tan alta la de

1993 comparada con la de 1913 para la mayor parte de los países llamados desarrolla-

dos exceptuando a los E.U.A.

En lo que sí habría un cambio sustantivo en el comportamiento de la economía, es en

relación a los mercados financieros. Saskia Sassen, citada por Arrighi (1998), señala

que

Page 70: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

69

desde 1980 el valor total de los activos financieros ha aumentado dos veces y media más rápido que el PIB agregado de todas las economías industriales ricas. Y el volumen de negocio en divisas, obligaciones y participaciones de capital ha aumentado cinco veces más rápido (http://inisoc.org/arrighi.htm).

Arrighi (1998) sostendrá que el primero en “globalizarse” y posiblemente el “único

auténtico mercado global” es el mercado de divisas. Las transacciones en divisas

fueron diez veces superiores a las del comercio mundial en 1983; diez años después,

esas transacciones eran sesenta veces mayores.

Para Arrighi (1998), se habría producido un cambio desde un sistema global, como es

el orden del Bretón Woods, jerárquicamente organizado y en buena parte controlado

políticamente por EUA, a otro sistema global más descentralizado y coordinado

mediante el mercado, haciendo que las condiciones financieras del capitalismo sean

más volátiles e inestables. La globalización habría extendido en medio de una intensa

competencia interestatal por la creciente volatilidad del capital y por la subordinación

creciente de la mayoría de los estados a las agencias capitalistas internacionales.

Al dar un sentido relativo a la novedad de los cambios ocurridos en la globalización, y

al mirarlos en el tiempo largo, la posición de Arrighi se aproxima a la lectura de

Wallerstein sobre el capitalismo. Concibe el proceso de “financiarización”; la mayor

competencia interestatal por la movilidad del capital; el rápido cambio tecnológico y

organizacional; y, la inestabilidad económica en que operan los estados nacionales,

como aspectos recurrentes de lo que él denomina los “ciclos sistémicos de acumu-

lación”.

A diferencia de la periodización de Wallerstein que se refiere a los ciclos de aproxima-

damente cincuenta años, Arrighi sostiene que se habrían sucedido cuatro grandes

ciclos sistémicos a lo largo de la historia del capitalismo. Lo importante destacar aquí

de la tesis de Arrighi (1998)7, es que

los períodos caracterizados por una expansión rápida y estable de la producción y el comercio mundial invariablemente terminan en una crisis de sobreacumulación que hace entrar en un período de mayor competencia, expansión financiera, y el fin de estructuras orgánicas sobre las que se había basado la anterior expansión del comercio y la producción (http://inisoc-.org/arrighi.htm).

7 Para Arrighi, esos ciclos se habrían sucedido con el predominio de Génova, Holanda, Gran Bretaña y los Estados Unidos.

Page 71: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

70

Son como el “otoño” que sigue a un importante desarrollo del capitalismo, en que el

líder de la expansión anterior del comercio mundial cosecha su influencia en la acumu-

lación mundial del capital, al tiempo que empieza a ser desplazado ante la emergencia

de un nuevo liderazgo. Podría ser ésta la experiencia que vive hoy Estados Unidos.

Parece indiscutible la presencia hegemónica de los Estados Unidos, tanto en la capaci-

dad para imponer sus condiciones en la economía, cuanto en lo político, lo militar y lo

cultural. Sin embargo, las crecientes operaciones de los mercados financieros como

que se vuelven incontrolables. Desajustes crecientes que desvanecen la creencia de un

mercado global autorregulable, lo que hace incluso indispensable la presencia activa

de los Estados ante la amenaza de un desmoronamiento del sistema mundial. Se trata

de un momento en que el actor hegemónico no puede ya asegurar el desarrollo

ordenado del proceso de integración del comercio mundial, tal como sucedía cuando

estuvo en la cumbre de su poder. Se trata de un momento de declinación de su poder

hegemónico. No se advierte al momento las nuevas vías en que recurrirá la recons-

trucción capitalista. El problema que se plantea es que las olas de expansión finan-

ciera, responden a una doble dinámica, por un lado, una sobreacumulación de capital

que no puede reinvertirse en los canales del comercio y producción, una gran oferta

financiera que se moviliza hacia la especulación prestando y generando endeu-

damiento; y de otra, la competencia entre las unidades territoriales afectadas por la

declinación del comercio y producción que quieren acceder a esos recursos financie-

ros. No se encuentran mecanismos para valorizar esa masa de ganancias en manos de

las agencias capitalistas. Esa impotencia de las empresas capitalistas conduce a buscar

apoyo en los estados, las hace dependientes de estos, así como los estados son depen-

dientes de las empresas. Muchos estados se verán fortalecidos en medio de la

expansión financiera, mientras otros serán debilitados.

Algunas reflexiones sobre la hegemonía

Tras la caída del Muro de Berlín y disolución de la Unión Soviética, el mundo ha sido

testigo de una acelerada expansión del poder militar de los Estados Unidos, se crean

bases en prácticamente todos los rincones del planeta; se interviene para asegurar el

control de recursos naturales básicos y en ocasiones para dar muestras de capacidad

Page 72: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

71

militar; se asume posiciones estratégicas frente a posibles contradictores a su hegemo-

nía en el mediano y largo plazo.

En las últimas tres décadas el comportamiento de los Estados Unidos ha sido por

demás discontinuo, Arrighi (1999) lo refiere como la trayectoria en U. Luego del

período expansivo en la II postguerra y la pérdida de dinamismo que se advierte en la

economía desde 1968, en la década de los años setenta se inicia una situación de pro-

longada crisis y recesión provocada por la derrota en Vietnam y por las dificultades en

el aparato productivo estadounidense que ponen en duda el futuro de su hegemonía.

En los años ochenta se había tocado fondo, mientras es evidente la recuperación de la

economía europea y la del sudeste asiático, ésta última más preocupante, no sólo por

la velocidad del crecimiento japonés, sino porque junto a él despertaba la economía

china; fueron los años de tránsito del discurso de la trilateral de Carter a otro que

apelaba a la alta concentración del poder expresado por Reagan, cerrándose esta

década con la caída del muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética.

CUADRO Nº 12

En los noventa la economía de los Estados Unidos asiste a una acelerada recuperación,

Japón pierde el dinamismo de su economía, pues 1992 marcó el punto de inicio de una

década de crisis, estancamiento y desajustes financieros como los soportados en 1997

y 1998, mientras China continúa creciendo a ritmos muy altos haciendo perder el

sueño a buena parte de los grandes negociantes del primer mundo, que en medio del

desconcierto han preferido compartir negocios. Los indicadores que se registran en el

Cuadro Nº 12, revelan en esa comparación entre 1990 y 2006, en base a los datos de

Page 73: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

72

Maddison (2004), la profundidad de los cambios ocurridos. Solamente llamamos la

atención en la pérdida de participación de EUA en el PIB mundial, y el ascenso de

China. Los otros países referidos y América Latina también disminuyen su

participación.

La última década del siglo pasado y los inicios del siglo XXI se caracterizan por la

decisión de los Estados Unidos de reforzar su poder global. La primera guerra en el

Golfo, la intervención en la guerra de los Balcanes, la guerra de Afganistán, la segunda

guerra en el Golfo, la intervención en Libia junto a la OTAN, las reiteradas amenazas

a Irán, Corea del Norte y Siria, entre muchos otros conflictos de menor impacto pero

de igual importancia, ponen de manifiesto esa tendencia. Sin embargo, esta política

militarista, prepotente, autoritaria, intervencionista, que se coloca por encima de

Naciones Unidas y el derecho internacional, que pretende legitimarse como lucha

contra el terrorismo y por la libertad, puede ser entendida como muestra del declive,

de acción desesperada, o por el contrario, como una muestra del poder alcanzado para

mantener la subordinación de sus más cercanos competidores. Arrighi (1999) decía

que al aproximarse el nuevo milenio, no sólo la fuerza militar, sino la hegemonía

parecían intactas e intocables. Es posible que lejos de acentuar el crecimiento que ima-

ginaban del poder global de Estados Unidos, lleve a un total colapso de lo que queda

de su nuevo orden mundial.

Para Arrighi (1999) estamos en un escenario muy similar al de otras experiencias

históricas en que se realiza el declive de una hegemonía. Estas características son:

a) La recuperación de la riqueza del Estado hegemónico en declive, luego de una

crisis inicial, se basa en la capacidad de voltear ventajosamente la intensa compe-

tencia interestatal por la acumulación de capital móvil obtenido por la mayor

expansión del comercio y de la producción mundial. Su capacidad de reacción

como centro de operaciones del sistema financiero compensa la pérdida de capa-

cidad de competir en los mercados de bienes móviles.

b) Arrighi citado por Fiallo Billini (2001) “La recuperación del poder del estado

hegemónico en declive es el preludio del aumento del desorden mundial y

concluye con la caída de la hegemonía misma.” Arrighi advierte aquí algunas

tendencias que provocan el desorden: el surgimiento de poderes militares que el

Page 74: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

73

Estado hegemónico en declive no logra controlar; el surgimiento de Estados y

grupos sociales que aspiran a acceder a los recursos del sistema en mayor medida a

la voluntad existente en ese orden hegemónico; y, la tendencia del Estado

hegemónico a usar el poder que le queda en transformar la hegemonía de una

forma en que predomina el consenso, a otra basada en el dominio de la coerción.

c) A diferencia de transiciones anteriores, ahora no se advierte síntoma alguno por

parte de otro poder en condiciones de retar militarmente al Estado Hegemónico en

declive. Si bien ello es así, hay otras manifestaciones que deben ser tomadas en

cuenta: el declive del poder mundial de los Estados Unidos en los años setenta se

presenta por la incapacidad de los Estados Unidos, como país hegemónico, en

atender una mejor participación de los países del tercer mundo en los recursos

mundiales. Ello hace que la recuperación posterior de la economía de los Estados

Unidos se dé en medio del cambio de la hegemonía por la imposición de un domi-

nio basado en la explotación. Si en las décadas de los años cincuenta y sesenta, la

coerción iba acompañada de políticas de consenso, organizadas alrededor de la

ideología del desarrollo, en las últimas décadas se da prioridad a la coerción, el

desarrollo ha quedado subordinado a su suerte en los mercados financieros.

En este tránsito de la hegemonía al dominio expuesta por Arrighi (1999) en EUA la

fuerza del declive, se presentan algunas contradicciones de difícil resolución: la

primera se refiere a que el sudeste asiático se ha convertido en un centro de la

acumulación mundial, provocando un desplazamiento en el flujo de capitales desde el

epicentro, pese a la crisis por la que atraviesa Japón por más de una década y pese a la

crisis financiera de los años de 1997 y 1998 en la región, sin embargo ésta tiene un

gran dinamismo y se presenta como un nuevo centro. No se puede perder de vista que

junto a Japón y el sudeste asiático se encuentra China que con su gran expansión, se ha

convertido hoy, en la segunda economía en el mundo y en líder de la región y que

junto a la India, Brasil, Rusia, y Sudáfrica, conforman el grupo de las economías

emergentes BRICS, con poder gravitante en las actuales relaciones interestatales.

La segunda contradicción que surge de esta recuperación del poder de los Estados

Unidos en los años noventa, observada por Arrighi (1999), y que cobra mucha más

visibilidad con la segunda guerra contra Irak, es la dependencia de los medios

militares, no solamente en términos de la subordinación a una cúpula de dirección,

Page 75: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

74

sino además por la subordinación en la economía. La industria militar ha sido factor

importante en la dinámica de los procesos industriales en la economía de los Estados

Unidos, y sin lugar a dudas es el complejo militar más importante del planeta. Esta

supremacía es la única ventaja de la industria estadounidense sobre los mercados

globales, pero es la ventaja que le permite imponer reglas para su mercado “libre”. Los

datos que revela Dierckxsen (2011) sobre el gasto militar para el 2008 son

sintomáticos: E.U.A. destina 711 miles de millones de dólares que corresponde al 48%

del total; Europa lo hace en 289 miles de millones que representan el 20 %; la China

122 miles de millones con el 8% y Rusia 70 miles de millones con el 5% (p.77). Con

el agravante de que el incremento del gasto en armamento, un gasto improductivo,

afecta mucho más en una economía en virtual estancamiento que en una que tiene

índices de crecimiento superior al 8% anual.

La presencia del complejo industrial militar, la prepotencia para intervenir en varios

conflictos como los registrados en los últimos años, no logran legitimidad entre los

estadounidenses. La justificación ante la presencia de la URSS, para cuidar al planeta

de la “influencia comunista”, era aceptada, el que “amenazaba” era otro Estado con

gran capacidad militar; es distinto tener que construir una imagen e identidad del

terrorismo para justificar intervenciones en pequeños países, cuando la mayor parte de

ellos ni siquiera pueden poner en riesgo a ningún otro Estado por sus debilidades y

atraso, mucho menos poner en peligro la seguridad de la principal potencia militar del

mundo: Afganistán, Somalia, Bosnia, Kosovo, Colombia, Corea del Norte, Irak, Irán,

Siria.

Una y otra vez, el gasto impresionante de recursos en equipos sofisticados de bombar-

deo, con una gran capacidad de destrucción de vidas humanas y recursos materiales,

da paso a una segunda fase, en que se requiere la presencia de tropas para tomar el

control de los territorios. Hasta allí funciona muy bien la estrategia de intervención,

una vez conquistado el territorio hay que mantener el control y la ocupación. Una y

otra vez, el imperio fracasa cuando de mantener la ocupación se trata, allí sus estra-

tegias militares no resultan eficaces, en el descontrol se ven forzados a los peores y

detestables procedimientos como los ocurridos en la guerra contra Irak, en medio de

ello, cientos de soldados estadounidenses o de sus aliados son muertos, la guerra

pierde legitimidad, no logran los objetivos políticos y militares, la sensación de fracaso

Page 76: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

75

emerge. ¿Cuánto de ello permitirá identificar a esa maquinaria de la industria militar

como un eje del poder que debe ser sometido a la crítica de la sociedad?

La noción de imperialismo

Para Amin (2004), el capitalismo es un sistema por naturaleza polarizante; se

constituye de centros dominantes y periferias dominadas que en su reproducción, a

consecuencia de la incesante acumulación8 en escala mundial, profundiza esa polariza-

ción. El imperialismo, sería para este autor, la polarización asimétrica entre los centros

y las periferias, de suerte que el sistema mundial, estructurado por las relaciones

capitalistas, habría sido y seguirá siendo imperialista Amin, (2004). Siendo el

imperialismo, una categoría del sistema mundial que expresa la polarización, nos pone

a Amin a distancia con la propuesta de Lenin, para quien el imperialismo es la “fase

superior” del capitalismo; y, de las vertientes postmodernas, que conciben las actuales

relaciones como post imperialistas. De otra parte, para este autor, el imperialismo,

desde sus orígenes en el siglo XIX hasta el fin de la II guerra mundial, se habría

expresado por el conflicto permanente y a menudo violento entre los imperialismos,

sus contradicciones, como expresión de la lucha de clases, han ido modelando la mar-

cha del capitalismo, lo que implica a su vez la no pertinencia de la explicación

sustentada en la sucesión de hegemonías.

La fase iniciada tras la segunda guerra mundial para Amin (2004) habría dado lugar a

la conformación de un imperialismo colectivo, que integra los tres grandes poderes:

Estados Unidos, Europa Occidental y Japón. Es en esa conformación que tendría senti-

do discutir la presencia de la hegemonía de los Estados Unidos. Existe una supremacía

económica, tecnológica y militar (armas nucleares), que luego de la recuperación

económica europea y japonesa y el desarrollo militar soviético, pusieron a su turno en

duda esa hegemonía, centros de poder con fuerte impacto mundial a los que habría que

sumar actualmente la China.

La presencia preponderante de los Estados Unidos en las relaciones internacionales se

sustenta sin duda en su fuerte poderío militar, del monopolio nuclear se pasó a la

constitución de bases militares regadas en todo el planeta mediante las cuales se

ejerció presiones sobre el resto de potencias, lo que fue la URSS, y lo que es China, 8 Que para Amin se explica a través de la “ley del valor mundializada”.

Page 77: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

76

Europa, Medio Oriente. No se trataba, según Amin (2004), solamente de cercar a los

enemigos peligrosos, sino de tener control sobre todo el mundo, “extender la doctrina

Monroe a todo el planeta”. El gobierno económico del mundo, en base a principios del

neoliberalismo se ejerce a través del Grupo de los Ocho y las instituciones a su

servicio, Banco Mundial, OMC y FMI. En lo político, Japón y Europa se fueron

alineando con los Estados Unidos en las distintas guerras que se han desencadenado en

la última década, alineamiento de las potencias que se sustenta en la denominada

alianza Atlántica, subordinando a otra opción que hubiese permitido un cierto

equilibrio de fuerzas como habría sido la presencia de un proyecto Europeo con

autonomía construido sobre otro eje de alianzas a partir de los acuerdos entre Francia,

Alemania y Rusia.

Los acontecimientos últimos a nivel mundial han sido una clara demostración de la

prepotencia militar de los Estados Unidos y de su eje de alianzas con Gran Bretaña, a

la que se suman temporalmente Alemania, Francia, Italia, España, convertido en un

poder militar unipolar, sin embargo, habría que preguntarse si ¿esa prepotencia no es

al mismo tiempo una demostración de debilidad?

Para Amin (2004), el imperialismo colectivo tiene nuevos escenarios y retos. Antes el

poder en la economía se alcanzaba sobre el dominio de los mercados, desde el ámbito

de los Estados Nacionales hacia el mercado mundial; ahora el movimiento sería a la

inversa, el poder en los mercados de los Estados Nacionales sería a consecuencia del

poder y control de los mercados mundiales, esto implica una sólida alianza y

solidaridad entre las grandes transnacionales en lugar de sus enfrentamientos de

antaño. Los Estados Unidos de hecho se constituyen en los guardianes de los intereses

colectivos de estas ETN (Empresas Transnacionales), lo que no implica que no surjan

contradicciones, pues la gran potencia no dejará de buscar y avasallar a sus

competidores. Amin (2004) estima que por estas razones no se pone en riesgo la

alianza atlántica. En cuanto a la capacidad productiva de los Estados Unidos,

coincidiendo con Arrighi, advierte su debilidad frente a sus competidores, no resistiría

en un mercado verdaderamente abierto. En todos los segmentos de la economía Esta-

dos Unidos acumula desventajas, sea en la producción de alta tecnología, en la

industria aeronáutica, como en la producción agraria, la única opción que dispone para

el control de su creciente déficit es la recurrencia a medios extraeconómicos, herra-

mientas que violan los principios del liberalismo que es impuesto a todos sus compe-

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77

tidores. Las ventajas comparativas de los Estados Unidos se restringen a la producción

armamentista que por obvias razones funciona fuera de las “reglas del mercado” y con

fuerte apoyo estatal. “Estados Unidos vive como parásito… El mundo produce, los

Estados Unidos consumen” “La ventaja de los Estados Unidos es la de un depredador

cuyo déficit está cubierto con el aporte de los otros, con su consentimiento o a la

fuerza” (Amin, 2004). Para esta estrategia, las vías para transferir capitales hacia los

Estados Unidos desde Europa, Japón, América Latina, son múltiples, desde la deuda,

imposiciones monetarias, regulaciones económicas, y tantas otras formas de

imposición. Las debilidades que se observan en la capacidad productiva de los Estados

Unidos, no son de naturaleza coyuntural sino estructural.

Otro de los aspectos desequilibrantes en la perspectiva futura del sistema mundial es la

importancia de varios países del sur que consolidan su industrialización, afirmando su

capacidad competitiva con los países centrales. Proceso de industrialización que en la

percepción de Amin, no tendrán la capacidad de absorber la fuerza de trabajo concen-

trada, lo que aumenta las tensiones con los centros por los fenómenos migratorios. La

clase dirigente de los Estados Unidos, para conservar su hegemonía sobre sus competi-

dores europeos y japonés se empeña en el control de los recursos naturales del globo

terráqueo, consolidar el monopolio militar y extender el dominio de la cultura

“anglosajona”, como expresión de la ideología del capitalismo (Amin 2004).

De no ser cierta la tendencia de que el Estado tiende a desaparecer con la mun-

dialización, como ligeramente lo perciben varios “estudiosos de la globalización”,

queda la probabilidad de que muchos Estados, lejos de canalizar sus excedentes hacia

los Estados Unidos, para financiar el déficit de éste, resuelvan orientar esos excedentes

hacia una acumulación nacional o regional. Claro está, esta opción implica cambios

sustantivos en las relaciones de fuerzas entre naciones y sobre todo en las relaciones

de poder entre clases dentro de los Estados. Sin duda esto es posible y probable, en

que lejos de una visión eurocéntrica que concibe el juego del poder mundial a partir de

los grandes centros, las periferias jugarían un papel importante. En esa dirección puede

tener cabida la tesis de Amin de forjar un mundo policéntrico. Mundo policéntrico en

función de una interdependencia negociada. Pasar de la acción a nivel del Estado-

Nación (particularmente en los Estados pequeños y medios), a la organización regional

política y económica, con negociación colectiva entre regiones. Una regionalización

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distinta a la que prevalece como resultado de la modernización polarizada que se

sustenta en un “colonialismo global”.

En esta perspectiva es importante tomar en cuenta la tesis de Polanyi citado por Amin

(1998) que nos alerta en el sentido de que

“la historia no se conforma a partir de leyes infalibles de la pura economía…. Es, por el contrario, el producto de reacciones sociales a los efectos de dichas leyes, que definen a su vez las relaciones sociales del marco dentro del que operan las leyes económicas. Lo que en realidad conforma la historia es la fuerza antisistémica de una negativa eficaz, coherente y organizada a subordinar la sociedad a las necesidades absolutas y unilate-rales de las leyes económicas, más que cualquier lógica inherente a la acumulación de capital” (p. 126).

En contraste con estas opiniones, Petras (2004) sostiene que la economía de los

Estados Unidos tiene que ser evaluada por el peso e importancia de las corporaciones

multinacionales (CMN), pues el 48% de las más grandes son originarias de ese país;

prácticamente duplicando a su inmediato competidor que serían las europeas que

tienen el 28%; si se consideran a las 50 CMN más grandes la concentración es aún

mayor, pues Estados Unidos controla el 66%. Si la observación se hace en términos de

valor, de las 500 CMN más grandes, las de Estados Unidos superan la suma de todas

las otras regiones, con $ 7.445 miles de millones frente a $5.141 miles millones; y

habría que reconocer que las más fuertes en casi todas las áreas de la producción son

de procedencia estadounidenses; ese país cuenta con 23 empresas punteras de entre los

34 grupos industriales. El imperio no estaría en declive, todo lo contrario; “el imperio

económico estadounidense es dominante y está en fase ascendente”. En lo militar tiene

bases instaladas en 120 países, ampliando obviamente su poderío en el mundo, sin

embargo, no se debe encontrar una relación de estrecha vinculación entre el despliegue

de lo militar y la expansión de la economía. En ese sentido, resulta inadecuado para

Petras la noción de un “imperio sobre-extendido” por la presencia de lo militar, no se

puede pasar por alto las complejidades económicas que al interior de la República

provoca esa expansión, pues el gran déficit se incrementa año tras año a consecuencia

de las aventuras militares. (p. 11-19).

Petras (2004) advierte las profundas debilidades de la economía de los Estados

Unidos, pérdida de productividad, impresionante déficit, reducción del consumo, pero

al mismo tiempo señala la fuerte inyección de recursos externos, las utilidades de las

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79

CMN que operan en otros países e incluso los beneficios del lavado de dólares

provenientes de la corrupción en el mundo. Queda la duda de la pertinencia del

análisis de Petras cuando se hace el balance de la situación económica del imperio a

partir de conceder importancia casi exclusiva a la transferencia de valores y minimizar

los límites estructurales a la reproducción de los capitales, a las variaciones en los

indicadores de la productividad y tasa de ganancia. A Petras le parece inadecuadas las

categorías de “centro” y “periferia” para caracterizar las relaciones entre los Estados y

regiones en el capitalismo, como inapropiada le parece la categoría de “hegemonía”

para analizar las relaciones interimperialistas, sin embargo, con su análisis ¿no estaría

cayendo en una visión simplista de la misma caracterización centro-periferia? Queda

la duda, en todo caso es importante su reflexión para una mirada hacia el futuro de los

Estados Unidos, en medio de la contradicción entre el afianzamiento del imperio y la

crisis económica de la República, en un juego en que se impone lo primero como lo

demuestran el proceso de mayor colonización de América Latina con el ALCA. (p. 11-

19).

Claudio Katz (2002), retoma la caracterización del imperialismo como una noción que

pretende explicar las relaciones de dominio de los capitalistas del centro a los pueblos

de las periferias y las relaciones de competencia y conflicto entre las grandes potencias

del capitalismo mundial. La creciente polarización es una manifestación de las

asimetrías centro periferia, provocadas por la transferencia del valor creado en las

periferias hacia los capitalistas del centro; este drenaje de recursos se expresa en lo

político como una pérdida de autonomía de las clases dominantes de las periferias; y

finalmente, la mayor presencia militar por parte del país depositario de la hegemonía.

En el curso de los años noventa, América Latina pasó de una suerte de lenta recu-

peración hacia un nuevo período de estancamiento, en que cobró fuerza la propuesta

de un tratado “neocolonial” como fue el del ALCA. Discurso contradictorio e imposi-

tivo, liberalidad en los mercados desde un polo, proteccionismo desde el otro. La reco-

lonización implicaba un acuerdo de las elites latinoamericanas con los grupos de poder

de los Estados Unidos en base a una mayor dependencia financiera, la entrega de los

recursos naturales y la privatización de los sectores estratégicos de la economía. Era

una propuesta, que a diferencia de la gestada en los años posteriores a la segunda

postguerra, no atendía el mejoramiento y desarrollo de nuestros mercados internos, la

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capacidad productiva y un cambio institucional que se oriente a la “modernización”.

(Katz, 2002)

Katz (2002), desde esta perspectiva, critica las posiciones de Negri y Hardt (El

Imperio) en tanto éstos conciben que la dinámica de las empresas transnacionales

diluyen las fronteras entre el Primer y Tercer Mundo, en que se habría formado una

soberanía imperial que enlaza los intereses de las fracciones dominantes del centro y

las periferias en un mismo sistema de opresión mundial. Esta percepción implicaría

según el, que el mundo haya avanzado en una suerte de homogenización, lo que es

contrastado por la realidad empírica. Lo que tenemos es una mayor polarización a

escala planetaria. Si bien es cierto que se afirman los entendimientos en calidad de

subordinados de las clases dominantes de las periferias, como son ciertos los

fenómenos de creciente periferización en el primer mundo, ello no puede conducirnos

a pensar que hay una tendencia de uniformar los procesos de reproducción, que países

de la periferia pasen a constituirse en centrales, o que países centrales se conviertan en

periferias. El fenómeno de la transnacionalización tampoco homogeniza los procesos

de integración regional; no es lo mismo el proceso de integración que vive Europa y

las pretensiones que se aspiran alcanzar con el ALCA, no es lo mismo un acuerdo

entre los grupos dominantes de varios países que una estrategia de recolonización. Hay

que tener claridad en que los acuerdos y alianzas que puedan establecer los grupos

dominantes de las sociedades periféricas con los grupos dominantes de los centros, no

permiten el acceso a centros de poder a nivel mundial. No existe un poder global para

tal asociación.

Para Katz (2002), la perspectiva para las periferias como América Latina, no puede

llegar de una estrategia capitalista que formule las opciones de la industrialización, la

ampliación del mercado interno o conquistas políticas como una mayor democracia;

no fue posible en el pasado y mucho menos con la actual estructuración del capita-

lismo mundial; no es posible ni deseable por tanto un proyecto que no tiene un sujeto

que lo impulse; por tanto, superar las condiciones del subdesarrollo no requiere sola-

mente una alternativa al liberalismo, sino además de acciones antiimperialistas con la

construcción de una sociedad socialista.

La comprensión de la actual dinámica del capitalismo mundial, supone según Katz

(2002), la superación de teorías que en su momento aportaron una comprensión. La

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complejidad del capitalismo actual no puede ser percibida desde el discurso de la

concurrencia interimperialista, pues ella no explica las razones que inhiben la confron-

tación bélica y no reconoce los avances en la integración de capitales; a su vez, el

enfoque transnacionalista no pone atención a que las rivalidades entre corporaciones

continúan siendo también una expresión de la incidencia de las clases y los estados

nacionales y regionales; la visión superimperialista no toma en cuenta la inexistencia

de situaciones de subordinación entre las economías desarrolladas que puedan ser

equiparadas a las existentes en las periferias. Por ello se requiere de una interpretación

que conjugue la rivalidad, la integración y la hegemonía como instrumentos de com-

prensión de un mundo en que los poderes transnacionalizados se fortalecen en des-

medro de los nacionalizados. “El capital se internacionaliza mientras los viejos estados

nacionales continúan asegurando la reproducción general del sistema” (p.17).

Esta expansión del capitalismo sin embargo tiene límites, más allá de sus contra-

dicciones internas, encontramos las externas a su dinámica, esto es las generadas por

los efectos que provoca. Katz (2002), considera que vivimos una época de protesta

global, de recuperación de la clase obrera y de rebeliones en la periferia. Luego de una

década de atropellos, las relaciones de fuerza comienzan a cambiar, ello abre un nuevo

espacio ideológico que valora las ideas del socialismo. “A medida que se desprestigia

el neoliberalismo el socialismo deja de ser mala palabra y el marxismo ya no es visto

como un pensamiento arcaico” (p.19). Sobre ello propone cuatro desafíos políticos:

1. contribuir a transformar esa crítica embrionaria al capital en una propuesta de eman-

cipación; 2. definir tácticas y estrategias específicas en concordancia con las rei-

vindicaciones nacionales, que pueden ser compartidas por los explotados de las perife-

rias y que suelen no tener significación para los trabajadores de los países centrales; 3.

proponerse estrategias de captura y transformación radical del estado, opción para

abrir un camino de emancipación, que permita avanzar hacia la extinción progresiva

del carácter elitista y opresor del estado; y, 4. identificar cuáles son los agentes de un

proyecto de transformación anticapitalista.

Una mirada con Tortosa sobre los entornos del 11 de septiembre

Tortosa (2003) caracteriza las sociedades actuales a partir de la noción de violencia

estructural, incorporando algunas reflexiones de Galtung. En la búsqueda de herra-

mientas que hagan posible una comprensión de la compleja y difícil situación del

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sistema mundial actual, se sumerge en una reconstrucción de la noción de fascismo

desde Ludovico a Marcuse pasando por Poulantzas, sin dejar de lado las reflexiones

del psicoanálisis de Erich Fromm y los aportes de Talcott Parsons. Su preocupación es

desentrañar el comportamiento de la dirección política de los Estados Unidos y

percibir las implicaciones del debate surgido con su supuesto contradictor, el terroris-

mo de Bin Laden. Tortosa demuestra las tendencias del gobierno de los Estados Uni-

dos como algo presente antes de los acontecimientos del 11 de septiembre, y una vez

ocurrido este hecho, que tiene la calidad de un evento, analiza el discurso ideológico y

político de los dos “jefes” en escena, el segundo Bush y Bin Laden; entre los que

luchan por el bien y la libertad y los que están con el terrorismo; y del otro lado, los

que son creyentes y los que son y están con los infieles. El extremismo utilizado como

mecanismo de adhesión, imposición, o de franco enfrentamiento. No hay posibilidad

de ser neutral.

Según Tortosa (2003) el fascismo es entendido como

una curiosa ideología que desdeña la razón, exalta la voluntad, que inventa un pasado en que los “verdaderos” valores se respetaban y al que hay que volver cueste lo que cueste, que encuentra su apoyo en el resentimiento en general pero, en particular, en las clases medias, que busca un chivo expiatorio externo sobre el que descargar todas sus frustraciones y agresi-vidades, que lo que buscaba no era precisamente una “revolución” sino oponerse a su posibilidad, pero que, sobre todo, representa, junto a otros movimientos y elementos, el fracaso del liberalismo al no poder funcionar sin algunas de las condiciones en las que tendría que basarse (legitimidad.., capacidad de gobernar.., prosperidad…) (p.10).

Tortosa (2003) retoma a Poulantzas en sus viejos trabajos sobre las dictaduras, para

advertir que el fascismo es un caso particular del estado capitalista de excepción, en

que existe una crisis política e ideológica a consecuencia de una crisis de hegemonía;

en que reina la arbitrariedad en lugar del derecho, en que el uso del poder y la propa-

ganda ideológica lleva a un ejercicio ilimitado del poder. Es más, como si Poulantzas

estuviera analizando la realidad de los Estados Unidos en el período de J. W. Bush, su

economía, lo político, lo militar y lo bélico, la violencia en la comunicación y el

control de la población, dice que en los

Estados fascistas… la modificación ideológica de la noción de culpabilidad; la culpabilidad no se aplica ya, en primer lugar, (….) al acto sospechoso, al acto contrario a la ley, sino al enemigo posible. …. a aquel que pudiera tener… la intención de perjudicar al régimen y su salud….”

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En la misma dirección se puede tomar la caracterización de Samir Amin sobre el islam político, una destrucción de todo sentido de democracia” (p.12).

En una sociedad en que las desigualdades son cada vez más profundas, se incrementa

la pobreza, hay crisis económica y las clases medias se comportan como “clases asus-

tadas”.

Tortosa (2003) en el libro Violencias Ocultadas, concluye su audaz y oportuna

reflexión advirtiendo:

“Tal vez no estemos ante un nuevo proyecto de fascistización. Hasta es posi-ble que esos elementos fascistas que se encuentran en la realidad circundante no sean nuevos y hayan estado ahí desde hace mucho tiempo. Lo que sí tengo para mí es que: 1.- los sucesos del 11 de septiembre y siguientes ponen de manifiesto esas tendencias que ya estaban antes; 2.- dan oportunidades para los interesados en acelerarlas para hacerlo; 3.- y que, ahora como a principios del “corto” siglo XX, el riesgo de desaparición que corre la especie humana es muy alto. Porque podría seguir existiendo como especie viva a pesar de las armas de destrucción masiva, pero sin libertad, igualdad y fraternidad es difícil considerarla como humana.” (p.151)

El 11 de septiembre será la gran justificación para ejecutar lo que ya se había progra-

mado, con independencia de que existan o no las armas de destrucción masiva. ¿Qué

entorno está alrededor de esta guerra? Para Tortosa (2003), como otros autores

referidos en este trabajo, Estados Unidos asiste a una profunda crisis. Son varios los

escándalos de grandes transnacionales en que sus ejecutivos son parte del colectivo del

gobierno. Sus indicadores de productividad, desempleo, pobreza son reveladores. A

ello se suma la situación de criminalidad, de hecho es el país con mayor criminalidad.

La administración Bush sin embargo disminuyó los impuestos a los más ricos y

levantó una propuesta de “reactivación” productiva que hace más agudas las

condiciones de desigualdad. Se privatizaron servicios importantes como el control

policial, la electricidad, con los consecuentes perjuicios de efectividad para el acceso a

la mayor parte de la población. Las desigualdades son tan profundas que los salarios

más altos en algunas empresas son 400 veces más que los salarios más bajos, más

irritante que en las periferias más inequitativas. El número de beneficiarios del

subsidio de desempleo aumenta significativamente. Estados Unidos gasta en defensa

más que la suma de los 9 países que le siguen en estos gastos. Tortosa nos ofrece una

amplia imagen de la situación económica, social y política del imperio. Una guerra en

estas condiciones no deja de ser el intento de una distracción perversa para el pueblo

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estadounidense. Recreando a George Orwel, a esta estrategia de distracción la deno-

mina “guerra es paz”.

Tortosa (2003), con el tema ignorancia es fortaleza, analiza el juego de la

comunicación y su manipulación. Allí se han sucedido clisés asombrosos por sus

efectos: “destino manifiesto”, “Dios designó al pueblo norteamericano como nación

elegida para dar inicio a la regeneración del mundo”, “nuestra superioridad moral”, “o

con nosotros o con el terrorismo”, que deben ser entendidos en medio del poder y

control social de los mass media. Finalmente Tortosa juega con el tercer elemento de

la estrategia de los Estados Unidos en el juego de la guerra, “Libertad es esclavitud”.

Aquí se pone de manifiesto documentadamente que la élite estadounidense espera un

acontecimiento que justifique la invasión a Irak. Se requería un ajuste de cuentas con

Arabia Saudita y reivindicar posiciones para Israel, importantes cuotas electorales en

la administración Bush y con un claro perfil político de extrema derecha, allí se venía

formulando desde hace mucho tiempo la tesis de intervención preventiva como una

nueva estrategia que hace visible la posición hegemónica de los Estados Unidos. Son

ellos los que califican la amenaza y la necesidad de intervenir preventivamente antes

de que se consuma tal amenaza. Se destruyen en ello cualquier espacio de actuación de

organismos internacionales como Naciones Unidas. La guerra fue preparada por los

“25 de la cábala” entre los que se cuentan Dick Cheney, y Donald Rumsfeld y quienes

son seguidores del Proyecto para un nuevo siglo estadounidense. Guerra en el Golfo

que según José María Tortosa tendría los siguientes objetivos: 1. Conseguir y

asegurarse una dominación militar mundial incontestada y preferiblemente incon-

testable; 2. Poner a prueba la conducción de una acción preventiva, que permitiría una

interminable “guerra contra el terrorismo” (guerra es paz); y 3. Instaurar un estatuto de

excepción para la potencia americana: sus “servidores” deben escapar a cualquier

legislación internacional. Los acontecimientos posteriores hicieron notar fisuras en la

administración, aún así ganó Bush nuevamente las elecciones, a pesar que las perdió;

fue y es poco probable que otro mundo sea posible en dos o tres décadas, sin embargo,

hay mucho por hacer para que otro mundo que si es posible sea también probable en

décadas más.

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La globalización como categoría

Es importante dejar abierta la discusión sobre la globalización. De hecho con los

autores que hemos trabajado, se formula una crítica a las concepciones neoliberales y

postmodernas que nos presenta a la globalización como un fenómeno nuevo, como

una alternativa a la sociedad que bajo el predominio de lo estatal había hecho crisis,

que había que valorar el papel de la tecnología como orientadora de nuestras relacio-

nes. Desde la visión paradigmática de sistema mundial, se hace notar que la

mundialización, mal denominada globalización, es una tendencia del capitalismo des-

de sus orígenes. Los procesos de acumulación necesariamente requieren una capi-

talización creciente, y ello implica no solamente profundizar las relaciones capitalistas

en el territorio, sino ampliarlas de manera permanente. La mundialización es un proce-

so consolidado desde el siglo XIX. Así hemos entendido y asumido la categoría de

mundialización. Y hemos reservado el término de globalización para dar cuenta de un

momento particular de esa mundialización, que viene tras la crisis de la fase del capi-

talismo de postguerra o de su época dorada. Por ello se corresponde a una tempo-

ralidad en el que el capitalismo intenta revertir su fase de declinación e inaugurar un

nuevo ciclo. Búsqueda que aún está pendiente. Desde la crisis de los años setenta, el

capitalismo mundial no ha logrado un proceso sostenido de recuperación, en ello se

inscribe la reflexión también del deterioro de la hegemonía estadounidense.

En esa discusión, no puede estar ausente la entrada, algo distinta, que sostiene Ulrich

Beck (2001) en el libro ¿Qué es la globalización? No vamos aquí a retomar sus

argumentos, pero sí dejar planteada que su propuesta está orientada a diferenciar las

categorías de globalidad, globalización y globalismo.

Beck (2001) el término, globalidad, hace referencia al grado de integración que las

sociedades han alcanzado, “hace ya bastante tiempo que vivimos en una sociedad

mundial, de manera que las tesis de los espacios cerrados es ficticia. No hay ningún

país ni grupo que pueda vivir al margen de los demás” (p.28). Por ello nos

preguntamos: ¿De qué proyecto de integración al mercado mundial podemos hablar en

el siglo XXI?

El segundo término, globalización, Beck (2001) lo entiende como el proceso mediante

el cual los “Estados nacionales soberanos se entremezclan e imbrican mediante actores

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transnacionales y sus respectivas probabilidades de poder, orientaciones, identidades y

entramados varios”. A través de esas interacciones se da cuenta de las “distintas

lógicas de las globalizaciones ecológica, cultural, económica, política, social que no

son reducibles las unas a las otras… deben resolverse y entenderse en sí mismas y en

mutua interdependencia” (p.29). Para Beck por tanto la globalización tampoco se

refiere a una temporalidad en particular, sino a procesos de construcción de distintos

aspectos interrelacionados de la sociedad, que dan cuenta de su complejidad.

Finalmente, Beck (2001) entiende como globalismo, la concepción “según la cual el

mercado mundial desaloja o sustituye al quehacer político; es decir, la ideología del

dominio del mercado mundial o la ideología del liberalismo”. Ideología que da cuenta

del discurso neoliberal que ha predominado en varios espacios de la vida social y que

ha servido como soporte de las medidas que las fuerzas dominantes de la

transnacionalización han impuesto. Discurso que reduce la multidimensionalidad de

la sociedad a lo económico y en una visión economicista (p. 27).

Una reflexión final con Wallerstein y Tortosa

Iniciamos esta primera parte con un acercamiento a la visión teórica del sistema mun-

do capitalista formulada por Immanuel Wallerstein que se ha convertido en una herra-

mienta utilizada por investigadores de diversas latitudes en el análisis de la realidad

contemporánea. Parece prudente que cerremos esta mirada con su hipótesis, sobre el

futuro del sistema mundo capitalista (Wallerstein, 2007).

Wallerstein (2007) considera que la crisis de los años setenta que implica una

inflexión en la economía capitalista de postguerra, al pasar de un período de

expansión, de crecimiento, de una fase A del ciclo Kondratiev, a una período de

depresión, de caída prolongada, a una fase B del ciclo, entraña no solamente un

contexto de caída de la tasa de ganancia y de los ajustes que incorpora el capital para

contrarrestarla. Para revertir la tendencia a la caída de la tasa de ganancia se habría

producido primero, una relocalización de los procesos productivos para disminuir los

costos por la utilización de la fuerza de trabajo, esto es provocar un desplazamiento,

como en otras épocas, de importantes segmentos de las cadenas productivas a las

periferias y semiperiferias; segundo, un traslado de capitales de la producción al sector

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financiero especulativo en busca de ganancias, como los bonos basura, que permita

recuperar pérdidas a consecuencia de la sobreproducción; y finalmente, el incremento

del gasto militar como estrategia anticíclica de inspiración keynesiana. Pero

Wallerstein advierte que a más de la crisis económica se está en presencia de una crisis

política de hegemonía, que tiene relación con la revolución cultural de 1968, con la

derrota del imperio en la guerra de Vietnam. Esto tampoco implica un agotamiento de

las posibilidades del sistema mundo.

Pero hay otros elementos que afectan las estructuras mismas del sistema mundo como

son los referidos a los límites de la naturaleza que advierten la presencia de una crisis

ecológica, con ello el cuestionamiento a una forma de entender la relación de los seres

humanos con la naturaleza y al mismo tiempo el abrir inquietudes respecto a como

enfrentar el agotamiento en perspectiva de ciertos recursos no renovables en la

provisión de energía, situación que necesariamente se vincula a las crisis alimentarias.

Las nuevas condiciones de reproducción de la fuerza de trabajo en centros, periferias y

semiperiferias con los límites históricos de la proletarización y las nuevas formas de

división internacional del trabajo. La necesidad de responder a los cuestionamientos en

los procesos de producción y organización del conocimiento, institucionalizados desde

un paradigma cultural excluyente.

Wallerstein (2007) entiende que el sistema-mundo no está ante una crisis más en su

proceso acumulativo, de reproducción, sino ante una crisis terminal. Bajo esa

apreciación formula la tesis de que entre 1990 y el 2005 se va configurando un

escenario de caos en que finalmente asistimos a una gran “bifurcación” del sistema.

Habría dos posibilidades. “Una es que el sistema-mundo siga funcionando más o

menos como lo ha venido haciendo durante cinco siglos,… como economía-mundo

capitalista, sin duda con los ajustes necesarios a la maquinaria del sistema” que supone

entrar en una nueva fase A del ciclo Kondratiev. La segunda posibilidad parte de

reconocer que muchos de los elementos de la crisis que se expresa en los años setenta

no son reflejo de la fase B del ciclo o del deterioro de la hegemonía; no pueden ser

resueltos por tanto a través del reordenamiento del orden vigente, esto es, de la

globalización o la mundialización, que implica incorporar ajustes a la economía-

mundo. “En este caso, dice Wallerstein, más bien cabría prever la germinación de

una crisis o bifurcación del sistema, que podría manifestarse como un período de caos

del sistema, cuyo resultado sería incierto” (p. 84). Esta hipótesis echa por la borda la

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expectativa desde el lado del capital de que con las profundas trasformaciones de la

tecnología se estarían creando condiciones para una larga vida, de cien, ciento

cincuenta años más al orden social existente. Antonio Aguirre, (2007) en la

introducción a la obra “La crisis estructural del capitalismo” de Wallerstein, al

referirse a la hipótesis planteada de la bifurcación histórica, sostiene que “junto a la

crisis terminal del capitalismo y de todas sus estructuras constitutivas, también [habría

que atender] la urgente tarea de comenzar a construir, inmediatamente y desde ahora,

las posibles alternativas para la definición del nuevo sistema histórico que hoy se

encuentra ya en estado de gestación” (p.33).

Una vez terminada la primera década del siglo XXI, está claro que el capitalismo no

ha iniciado una nueva fase A Kondratiev. La década del noventa transcurrió con alti-

bajos, comenzó el siglo con los desajustes tecnológicos y termina la primera década

con una profunda crisis económica luego del desorden financiero del 2008. Sin dejar

de atender las observaciones de Katz (2002) sobre la hegemonía, conviene seguir a

Tortosa quien advierte que en estos años se han provocado varios cambios en la

estructura del sistema-mundo, entre ellos, se ha profundizado el deterioro de la

economía estadounidense y junto a ello es más evidente la pérdida de hegemonía; los

países emergentes han logrado consolidar sus posiciones en lo económico y lo

político; varios de los países del centro, más allá de que sean el Sur en Europa,

entrarían en un camino que bien puede ser denominado al “subdesarrollo”. El sistema-

mundo es hoy expresión de una acumulación de múltiples crisis, lo que permite

caracterizarlo como un sistema en “crisis general”. Está la crisis económica, la

energética, la alimentaria, la medio-ambiental. Lo cierto es que el capitalismo que se

estructuró tras la culminación de la segunda guerra mundial, luego de la crisis de los

años setenta, ya no existe, como tampoco existe el nuevo orden llamado a sustituirlo.

Las apreciaciones de Tortosa (2012) que van más allá de la tesis de la “sencilla

bifurcación” propuesta por Wallerstein, al menos con relación a la hegemonía consi-

dera que se pueden configurar varias mundos posibles, “un nuevo siglo americano”

que es la aspiración de la derecha de los Estados Unidos, lo que supone una

recuperación de la capacidad de dominio; la sustitución de los Estados Unidos por otra

potencia que puede ser la China; la posibilidad de una gestión compartida

descentralizada y regionalizada con la incorporación de los BRICS; o simplemente el

caos. (Tortosa, Maldesarrollo y mal vivir, pobreza y violencia a escala mundial, 2011)

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Cerramos esta primera parte del trabajo con un cuadro y un gráfico, en base a informa-

ción del Banco Mundial, que nos dejan una mirada del desempeño económico de las

grandes potencias. Claro está, no podemos de ello extraer conclusiones sobre la hege-

monía, el desarrollo, ni el futuro de la crisis. Cuadro Nº 13, Gráfico Nº 1.

CUADRO Nº 13

GRÁFICO Nº 1

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90

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91

SEGUNDA PARTE

VISIONES SOBRE EL DESARROLLO

a diferencia de “desarrollo”, “maldesarrollo” intenta referirse no a un

Buen Vivir que debería buscarse para las personas, sino a la constatación, primero del fracaso del programa del “desarrollo” y, segundo, a la constatación

del Mal Vivir que puede observarse en el funcionamiento del sistema mundial y de sus componentes, desde los Estados nacionales a las comunidades locales.

José María Tortosa9

CAPÍTULO IV

EL DESARROLLO EN LA II MITAD DEL SIGLO XX

Con los proyectos oligárquicos en América Latina (último tercio del siglo XIX y

primeras décadas del siglo XX) se expande la ideología liberal y el pensamiento

positivista, las nociones de progreso y orden hacen de pilares para la construcción de

una forma particular de modernidad, con un capitalismo que conquista la sociedad por

la “vía reaccionaria”10. Los sujetos sociales de este pensamiento y proyecto económico

y político fueron los grupos oligárquicos vinculados al denominado modelo primario

exportador.

9 José María Tortosa, 2011 “Maldesarrollo y Mal vivir” (p.11). 10 Agustín Cueva denomina “vía reaccionaria del desarrollo del capitalismo en América Latina” a la estrategia de lenta transformación de las viejas relaciones serviles y precapitalistas heredadas de la dominación colonial a las formas capitalistas, proceso que recurre en el marco de la configuración imperialista (Cueva, El desarrollo del Capitalismo en América Latina)

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Tras la segunda guerra mundial y en un escenario de profunda expansión del

capitalismo se provoca un cambio en la modalidad de participación de América Latina

en el sistema mundial, ello a consecuencia de importantes transformaciones produc-

tivas que habían ensayado varios de sus países en respuesta a los efectos de la crisis de

los años treinta y por la nueva división internacional del trabajo que exige el proceso

mundial de acumulación. Los cambios en el orden económico, social, político y

cultural, demandan a su vez una revisión de las concepciones explicativas que hagan

posible comprender las nuevas realidades, en ese sentido, se da el espacio entre las

décadas de los años cincuenta al setenta para un creativo esfuerzo teórico encaminado

a entender, desde América Latina, las determinaciones del “subdesarrollo” y las vías

para superarlo. Preocupaciones similares recorren África y Asia, lo que motiva la

realización de la Conferencia de Bandung en 1955, que de alguna manera institucio-

naliza y universaliza una visión desde el Sur en la discusión sobre el desarrollo.

Distintas matrices del pensamiento en la economía alimentaron este debate, allí se

puede identificar la influencia de concepciones neoclásicas, keynesianas y marxistas,

así como se puede reconocer el impacto del funcionalismo y estructuralismo, que

desde la sociología y antropología, coadyuvaron a configurar un discurso ideológico,

el desarrollismo, que nos llegó desde el norte a través de instituciones “preocupadas”

por la modernización de nuestros países, el “Punto Cuarto”, la “Alianza para el Progre-

so” o también por la vía académica.

Un acercamiento a las tesis sobre el desarrollo en América Latina nos lleva

necesariamente a reflexionar sobre tres corrientes que dominaron el debate hasta los

años setenta, la CEPAL, el marxismo ‘institucionalizado’ y el dependentismo, que

influyeron de manera significativa en la formulación de diversos proyectos políticos y

sociales. Esta mirada al pensamiento sobre el desarrollo tiene la pretensión de iden-

tificar los aspectos centrales del debate, advertir la capacidad explicativa y pertinencia

de sus propuestas, lo que debe ser tomado en cuenta a la hora de reflexionar sobre

visiones alternativas de desarrollo para una realidad que se ha transformado de manera

sustantiva en estas décadas, pero que al mismo tiempo, bajo su epidermis, conserva y

reproduce viejos problemas estructurales que marcan las peculiaridades del

capitalismo en la región.

Page 94: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

93

4.1 LA VISIÓN DESARROLLISTA DE LA CEPAL

La afirmación que hizo Heinz Sonntag (1988), en el sentido de que la teoría del

desarrollo elaborada por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) es la

de mayor influencia de las producidas en América Latina, es válida, al menos para la

segunda mitad del siglo XX. CEPAL, organismo de asesoramiento de las Naciones

Unidas para los gobiernos de la región, construyó su propuesta a partir del análisis de

los problemas económicos del desarrollo y subdesarrollo en medio de la relación

centro-periferia. Partió del supuesto de Celso Furtado (1984) de que el desarrollo

económico se expresa en el aumento de bienestar material de las personas reflejado en

el alza del ingreso real por habitante y condicionado por el incremento de la

productividad media de trabajo. Aumento por tanto de la dotación de capital por

hombre ocupado que es posible en virtud del progreso técnico y el aumento progresivo

de la acumulación. Para Ricardo Bielschowsky (1998), la fuerza explicativa de este

cuerpo analítico “... deriva de un fértil cruce entre un método esencialmente histórico e

inductivo... y una referencia abstracto-teórica propia, la teoría estructuralista del

subdesarrollo periférico latinoamericano” (p. 21). De la misma manera, este autor

caracteriza al pensamiento cepalino como un paradigma desarrollista, cuyo principio

normativo hace referencia a “la necesidad de que el Estado contribuya al ordenamiento

del desarrollo económico en las condiciones de la periferia latinoamericana” (p.21).

Los principales ejes en torno a los cuales se construyó la propuesta explicativa y de

intervención fueron: el sistema centro-periferia visto desde un enfoque histórico-

estructural; el deterioro de los términos de intercambio y la inserción internacional; el

progreso técnico, las dificultades estructurales internas para su expansión y relación

con el empleo y distribución de los ingresos; el papel del Estado y las formas de

intervención; y, los procesos de integración regional. Sobre estos elementos analíticos

se construyeron las “ideas fuerzas” que caracterizaron la propuesta de la CEPAL en

sus distintas etapas, la industrialización, las reformas para desbloquear la industria-

lización, la búsqueda de la homogeneización social y productiva, la diversificación de

las exportaciones, el “ajuste con crecimiento” para superar las limitaciones del

endeudamiento externo y la transformación productiva con equidad (Prebisch, 1989).

No cabe la menor duda, al pasar revista a las tesis de esta corriente, que se hace un

seguimiento del pensamiento de Raúl Prebisch, su más destacado ideólogo, sin dejar

Page 95: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

94

por ello de reconocer el aporte de destacados intelectuales como José Medina

Echavarría, Aníbal Pinto, Osvaldo Sunkel, Celso Furtado, Aldo Ferrer, Octavio

Rodríguez, para mencionar algunos de la vieja guardia que enriquecieron ese

paradigma desde distintas disciplinas y que aportaron a su institucionalización. Una

reflexión crítica hacia la reconstrucción conceptual del desarrollo, exige echar una

mirada sobre algunas de las categorías del pensamiento de la CEPAL alrededor de dos

de sus principales propuestas teóricas: el sistema centro periferia y la industrialización

sustitutiva de importaciones.

El sistema centro-periferia

Los cambios en los años treinta

La crisis general del capitalismo de los años treinta, que desordenó el comercio y el

sistema monetario internacional, afectó de manera desigual las economías de los

países de América Latina provocando distintas reacciones. Varios países afirmaron sus

procesos de industrialización incubados en el “modelo” primario exportador; otros lo

iniciaron acompañándolo de reformas agrarias (México) y del sistema político; y,

finalmente, en unos terceros, conservaron la vieja estructura oligárquica (Bambirra,

1978). En todo caso, emergieron nuevos actores en la sociedad que pugnaron por una

modernización. Una incipiente burguesía industrial aspiraba a una identidad propia

dentro de los grupos dominantes, trabajadores que acogían las posiciones políticas e

ideológicas de la clase obrera internacional, capas medias que pretendían mayor

representación en las estructuras estatales y que serían las principales portadoras del

proceso modernizador a través del industrialismo. Esta transición del modelo prima-

rio-exportador, de crecimiento ‘hacia afuera’ al modelo urbano-industrial de

crecimiento ‘hacia-adentro’, se constituye en el objeto de estudio para Prebisch. Para

su comprensión, se apoya en el instrumental metodológico del estructuralismo,

confiriendo importancia a las relaciones históricas, diacrónicas y comparativas, con lo

que se coloca a distancia de la matriz antropológica de esa metodología

(Bielschowsky , 1998).

La crisis del orden mundial, implicó también, como no podía ser de otra manera, una

crisis del pensamiento dominante. El discurso neoclásico, paradigma predominante en

Page 96: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

95

las primeras décadas del siglo XX en la economía, se reveló impotente para explicar la

naturaleza de la crisis y mucho más para recomendar políticas para su superación. El

keynesianismo llegó a ocupar su lugar en las siguientes décadas, su influencia como

paradigma dominante fue evidente, la teoría del desarrollo elaborada por la CEPAL es

una de sus manifestaciones.

Progreso técnico y deterioro de los términos de intercambio

Prebisch, formado en la escuela neoclásica, hizo un seguimiento de las transacciones

en el comercio internacional y particularmente de los precios de intercambio entre los

productos de los países llamados desarrollados y subdesarrollados. Tempranamente

llegó a la conclusión de que en América Latina existe una tendencia al deterioro de los

términos de intercambio. Proceso que se hacía más agudo en los momentos de crisis,

tal como se expresa en los convulsionados años treinta11. Esta observación condujo a

Prebisch a una de las rupturas fundamentales con el pensamiento neoclásico y a

colocar uno de los pilares para la propuesta Cepalina.

La tesis neoclásica del comercio exterior, que se fundamenta en la división del trabajo

a partir de las ventajas comparativas (ricardianas), sostiene que a través de los

procesos de intercambio los beneficios del progreso técnico tienden a repartirse

parejamente entre toda la colectividad, sea por la baja de los precios o por el alza

equivalente de los ingresos (Prebisch, 1989). Sin embargo, demuestra primero, que los

incrementos de productividad en la elaboración de bienes industriales que se localizan

en los centros son mayores a los incrementos de productividad de los bienes primarios

que se localizan en la periferia; segundo, que los precios de los productos indus-

trializados, debido a la mayor productividad, suben en lugar de bajar en comparación

a los precios de los productos primarios; tercero, la difusión del progreso técnico en

los centros tiende a ser homogénea, no así en la periferia; cuarto, la desigual evolución

de las productividades y los ingresos medios entre unos y otros países, corresponde a

una tendencia secular hacia el deterioro de los términos de intercambio en la periferia,

o dicho de otra manera, el poder de compra de bienes industriales de una unidad de

11 Según datos referidos por Octavio Rodríguez (1994), los precios de las materias primas pasan en 1933 a los siguientes porcentajes con relación a los precios de 1929: trigo, 58%; lana, 78%; caucho, 87%; cobre, 71%; café, 59%; algodón, 66%. Argentina, en 1933 habría tenido que exportar un 73% más que lo que hizo en 1929 para acceder a la misma cantidad de bienes importados de ese año.

Page 97: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

96

bienes primarios de exportación se reduce en el transcurso del tiempo12; quinto, los

salarios en la periferia, en los momentos de la fase descendente del ciclo, caen de

manera más severa que en los centros, debido a la menor organización de los

trabajadores y por el exceso de fuerza de trabajo; y sexto, la demanda de los bienes

primarios en los centros es inelástica, mientras la de los bienes industrializados en la

periferia es elástica, con lo cual se afirma una tendencia al desequilibrio estructural del

balance de pagos. Estas consideraciones permitieron concluir según la CEPAL en

1969 citado por Sontag (1987) que “la periferia tiende a transferir parte del fruto de su

progreso técnico a los centros, mientras que estos retienen el suyo propio” (p. 25).

El sistema centro-periferia

Las tesis enunciadas, analizadas en el contexto del proceso histórico latinoamericano,

en que ha predominado el modelo primario exportador, como forma de participar en la

división internacional del trabajo, permitió construir una visión sistémica sobre la

dialéctica entre los centros y las periferias, a partir de allí se formularon las estrategias

para el desarrollo sobre la base de la industrialización y advertir las dificultades

estructurales en la transición de las sociedades primario-exportadoras a las urbano-

industrializadas. Examinemos algunos elementos de esta propuesta tomando como

referencia los trabajos de Celso Furtado (1984) y Octavio Rodríguez (1994).

a) Existen diferencias importantes en las estructuras productivas de los países

centrales y periféricos. Mientras en los primeros tenemos una situación de diversi-

ficación productiva y un grado significativo de homogeneización en la produc-

tividad; en los segundos, encontramos una marcada tendencia a la especialización

productiva y a la reproducción, vale decir “ampliada”, de la heterogeneidad en la

productividad (Ver Cuadro N° 14).

12 Furtado explica el deterioro de los términos de intercambio a través de la expresión Y = Lp . Pp / Li . pi Donde Lp designa la productividad física media del trabajo en la producción de un bien primario; Pp el precio de dicho bien; Li la productividad en la producción de un bien industrial; Pi el precio respectivo; y Y representa la relación entre el ingreso real por persona ocupada en ambas actividades medido en términos de bienes industriales (Furtado, Celso; El sistema centro-periferia, reprod.).

Page 98: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

97

CUADRO Nº 14

Esta situación de “atraso”, caracterizada por la heterogeneidad estructural13, reproduce

la ancestral debilidad de América Latina en sus relaciones con el exterior. Recordemos

que durante la segunda parte del siglo XVIII, con las Reformas Borbónicas, se inició

el proceso de especialización de las economías latinoamericanas, que si bien durante el

siglo XIX les permitió insertarse con dinamismo en el comercio mundial, fue también

el factor de su vulnerabilidad (Halperin Donghi, 1970). Desde entonces, los países de

América Latina pueden ser identificados por el producto de exportación, el país... del

cobre, del salitre, del cacao, de la carne, del café, del estaño, del guano, del añil, del

algodón. A esta debilidad, por la especialización productiva, se sumó la desarticula-

ción interna, en que se modernizan los espacios vinculados al comercio externo, sea en

las economías de enclave o en las que están bajo control nacional, mientras que los

que se orientan a los mercados locales reproducen relaciones serviles, estableciéndose

una situación de subordinación y funcionalización de las estructuras de los segundos

hacia los primeros, fenómeno que explica los tropiezos en las conformaciones

nacionales y la reproducción incesante de relaciones precapitalistas.

13 Concepto acuñado por Aníbal Pinto en los años 60, que más tarde en los años 90, será reformulado por Aníbal Quijano cuando se refiere a la nueva heterogeneidad estructural para referirse a las situaciones de marginalidad y exclusión.

Page 99: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

98

La herencia colonial según Stein & Stein (1980), que afecta nuestra débil realidad, será

profundizada por las sucesivas formas que adquiere la división internacional del

trabajo a fines del siglo XIX y a lo largo del siglo XX. La comprensión de este

componente estructural de la economía latinoamericana14 fue sin duda un aporte para

comprender las condiciones del subdesarrollo, no hacerlo nos puede atrapar en

posiciones circulacionistas que caracterizaron algunos reflexiones por ejemplo en

Gunder Frank en sus esquemas sobre “las metrópolis y los satélites”. La

industrialización “espontánea” que se realiza en América Latina en las primeras

décadas del siglo XX, con una producción de bienes que consume tecnologías

sencillas, reproduce las ancestrales tendencias a la especialización y heterogeneidad

estructural.

b) El “atraso de la estructura productiva” crea desventajas para la generación e incor-

poración del progreso técnico que redunda en una baja productividad del trabajo.

Más allá de las implicaciones que conlleva el caracterizar como situación de “atraso” a

la estructura productiva de América Latina, debido a su especialización y heteroge-

neidad productiva, que dicho sea de paso, acompañan al capitalismo latinoamericano

desde sus orígenes15, hay que reconocer que esa situación provoca desventajas en la

generación e incorporación del progreso técnico.

La participación de América Latina en el comercio mundial, en la fase de crecimiento

hacia afuera, se hace a través de la producción y exportación de productos primarios,

materias primas y bienes alimentarios, mientras importa bienes manufacturados

orientados principalmente al consumo suntuario. Como se indicó anteriormente, allí

estamos ante dos dificultades, a) el progreso técnico se genera e incorpora con mayor

dinamismo y se expande con mayor facilidad en el sector manufacturero que en el

sector primario; b) mientras la demanda de productos manufactureros es altamente

elástica, la de los bienes primarios tiende a ser inelástica. Si las relaciones capitalistas

14 Desde la tradición marxista este proceso será analizado como una lenta transición de la subsunción formal a la subsunción real del trabajo al capital, en que no se genera una economía dual en tanto las relaciones precapitalistas son funcionales a la lenta expansión de las relaciones capitalistas, desvalorizando la fuerza de trabajo y permitiendo una transferencia de valor de las economías “más atrasadas” hacia las “modernas”. 15 Esa caracterización implica una visión desarrollista que supone que en algún momento nos igualaremos y tendremos un capitalismo homogéneo, más bien la heterogeneidad es una peculiaridad inherente al capitalismo latinoamericano.

Page 100: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

99

conquistan los distintos espacios de la producción social, ésta se encadena horizontal y

verticalmente, se diversifica y se hace complementaria, aumenta la competencia, se

impone una tendencia a la homogenización que estimula la generación e incorporación

del progreso técnico y la productividad. De hecho, este no es el caso para América

Latina. Acá tenemos un lento proceso de incorporación del progreso técnico

restringido a los sectores o ramas vinculadas a la economía de exportación; mientras

en las zonas y regiones en que se producen los bienes para la reproducción de la fuerza

de trabajo, observamos por el contrario, un estancamiento de las fuerzas productivas

que determinan un menor crecimiento de la productividad media de trabajo.

c) Sobreabundancia de la fuerza de trabajo, expresión de la heterogeneidad.

Aquellos espacios que se modernizan se convierten en polos de atracción que provo-

can importantes desplazamientos humanos. Pasado ciertos límites de obvia incorpo-

ración debido a la expansión de la demanda, los requerimientos de fuerza de trabajo se

restringen y se forman los excedentes que influyen para disminuir los salarios. Proble-

ma similar se observa en los momentos en que se provocan reformas en las relaciones

en el campo o cuando se incorporan cambios tecnológicos significativos, se expulsa

fuerza de trabajo que el sector moderno de las ciudades no está en posibilidades de

absorber, aumenta la desocupación y sobre todo la subocupación, entendida ésta como

población ocupada en condiciones de baja productividad, las remuneraciones tienden a

la baja con el correspondiente impacto en los precios, convirtiéndose en el factor clave

para la competitividad. El resultado será un evidente deterioro en los términos de inter-

cambio cuando entramos en las relaciones comerciales con el exterior. La

sobreabundancia estructural de la fuerza de trabajo, así entendida, es expresión de la

heterogeneidad y tiene una tendencia a profundizarse16.

16 Si bien podemos advertir las tendencias a la homogeneización y a la heterogeneidad de la productividad en los centros y en las periferias respectivamente, esto no puede llevarnos a concebir mecánicamente la generalización o no de las relaciones capitalistas, primero, porque en América Latina éstas relaciones han copado muchos más espacios de la producción social mientras se profundiza la heterogeneidad; segundo, porque la expansión del capitalismo en su nivel mundial, con la magnitud que la podemos percibir en este momento de mundialización, tampoco implica una correspondiente expansión de esas relaciones. Dicho de otra manera, los procesos de marginalidad y exclusión se expanden no sólo en las periferias, sino también en los centros.

Page 101: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

100

d) Las diferencias salariales entre los centros y las periferias también afectan en el

deterioro de los términos de intercambio.

Como referimos en el acápite anterior, la sobreabundancia estructural de fuerza de

trabajo provoca a su vez una tendencia a mantener bajos los niveles salariales, lo que

marca otra diferenciación con los centros, pues en éstos, las remuneraciones varían

más o menos en referencia a los incrementos en la productividad, lo que es posible

debido a la presión por la menor oferta de fuerza de trabajo y por la capacidad

organizativa y de negociación de los trabajadores17. Mirado por Rodríguez (1994)

“en el largo plazo, esta diferenciación se expresa en un alza de los precios monetarios de los bienes industriales que los centros exportan, más intensa que la correspondiente a los bienes primarios exportados por la periferia. ...esa merma de los precios relativos de las exportaciones de la periferia implica que ésta no puede retener integralmente los beneficios de su progreso técnico, trasladando parte de ellos a los grandes centros” (p. 50).

e) Producto real medio y capacidad de ahorro.

Los desniveles en el crecimiento de la productividad hacen que el producto real medio,

entendido como producto por persona ocupada, sea sustantivamente menor en la

periferia que en los centros. Diferencia que se vuelve más notoria si tomamos en

cuenta que la tasa de crecimiento de la población en la periferia es mayor que la de los

centros. Así, el indicador, producto por habitante, expresa de manera directa la

desigualdad en los polos del sistema centro-periferia.

Bajo estas condiciones, las economías de los países periféricos no están en posibilidad

de controlar el proceso de acumulación, los excedentes fluyen al exterior como

consecuencia del deterioro de los términos de intercambio, haciendo imposible el

necesario ahorro para romper el círculo vicioso, se reproducen las limitaciones en la

generación e incorporación del progreso técnico y el atraso estructural tiende a

perpetuarse.

17 Las políticas Keynesianas en los países del centro, los incrementos sostenidos en la productividad, la expansión de la producción particularmente en la época de oro, la captación de excedentes provenientes de la periferia, brindan las condiciones materiales para poder sostener las políticas del Estado de Bienestar que indudablemente colocan a los asalariados de los centros en condiciones muy distintas a la de los asalariados del sur, allí la posibilidad de los proyectos de concertación o el nuevo pacto social que no son factibles en América Latina.

Page 102: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

101

La sustitución de importaciones, estrategia para la industrialización y el desa-

rrollo

La respuesta necesaria para superar los desequilibrios en las relaciones del sistema

centro-periferia, que provoca el deterioro en los términos de intercambio, bien podía

ser la industrialización sustitutiva de importaciones, ya no como un fenómeno

espontáneo, como de alguna manera sucedía en América Latina con relativa fuerza a

partir de la crisis de los años treinta y durante el conflicto de la segunda guerra

mundial, sino que debía ser el resultado de una programación del desarrollo en que el

Estado tendría una activa participación. Esto implica aceptar que la polarización

centro-periferia en perjuicio de ésta última, no tiene un carácter inexorable, que es

posible su desarrollo mediante la ejecución de adecuadas estrategias y políticas.

Para la CEPAL, la Industrialización sustitutiva de importaciones no pretende consti-

tuirse en un fin por sí misma, es una estrategia que permite conservar los beneficios

del progreso técnico. Si la periferia, dentro del sistema, no tuviera que soportar la

tendencia al deterioro de los términos de intercambio, la industrialización no sería una

necesidad. Es el desequilibrio del sistema lo que convierte a la industrialización en una

necesidad, allí sí imprescindible. Estrategia que requería empezar por procesos

industriales que demanden tecnologías sencillas, para luego avanzar en procesos más

complejos para la producción de bienes de consumo y bienes de capital.

El mayor escollo para la estrategia de industrialización, que quedó advertido en la

dinámica del sistema centro–periferia, es la debilidad en el ahorro interno. La CEPAL

considera que esta limitación debe ser superada con la concurrencia de dos factores, a)

los recursos que se generan con la producción y exportación de los bienes primarios;

y, b) con la participación del ahorro y de empresas de origen extranjero. Estas fuentes

de financiamiento, para hacer posible el desarrollo, requieren de un Estado que no

solamente participe con el aporte en obras de infraestructura en beneficio del proceso

de industrialización, requiere además la elaboración de un marco jurídico, la deter-

minación de prioridades para canalizar el ahorro externo y el nacional. Se hace

indispensable un proyecto para el mediano y largo plazo que permita articular las

políticas coyunturales con los objetivos del cambio técnico, que sea capaz de

establecer controles sobre los capitales de las empresas transnacionales.

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102

Se requiere, de otra parte, de una decidida intervención del Estado para la definición

de políticas proteccionistas. ¿Cómo pueden competir las nacientes industrias en la

periferia con la industria localizada en los centros portadoras de una gran ventaja en

los niveles de productividad? No puede haber otra alternativa que una protección

selectiva, que estimule la producción nacional, que coadyuve a conformar los

mercados internos, que de facilidades para la importación de bienes de capital, que

restrinja la importación de bienes para el consumo suntuario y destine recursos y

oriente la investigación para el desarrollo.

Ante la limitación de los mercados se propone acuerdos preferenciales con la preten-

sión de configurar una estrategia de mercados comunes, que estimulen la producción

de escala, los incrementos de productividad y la diversificación de exportaciones. Se

recomienda la conformación de agrupamientos de estados por regiones teniendo como

horizonte un mercado común latinoamericano, donde no está presente, de ninguna

manera, una visión de desconexión del sistema y mucho menos de autarquía. Es más,

para la reflexión Cepalina, los centros “sólo podían ganar con la industrialización de la

periferia y con una mayor apertura a la importación de productos originados en ella”

(Bielschowsky, 1998).

Es entendible que esta estrategia, que contradice radicalmente varios de los fundamen-

tos de las políticas neoclásicas, tenga reparos provenientes desde las posiciones de los

países desarrollados, éstos no podían concordar con los planteamientos proteccio-

nistas, con los mecanismos de control a sus inversiones, con las propuestas de trata-

mientos preferenciales en las relaciones de comercio. Dificultades que se hacen más

complejas debido al desplazamiento definitivo del centro principal al otro lado del

Atlántico, a los Estados Unidos, y con ello al predominio de políticas bilaterales en las

relaciones entre Estados. Aquello que fue válido en las experiencias de los países

centrales no podía ser aceptado ni era procedente como estrategia para los países de la

periferia.

La CEPAL reconoce que la industrialización avanzada hasta inicios de la década de

los sesenta no había logrado incorporar a la mayoría de la población a los beneficios

de la modernidad y el progreso técnico; superar la vulnerabilidad externa y la depen-

dencia; atender los requerimientos de empleo. De otra parte, los procesos de indus-

trialización, pese a evidenciar tasas de crecimiento relativamente sostenidas (5,8 %

Page 104: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

103

entre 1945 y 1954 y de 5,7% entre 1955 y 1959), no lograba resolver adecuadamente

una estabilidad macroeconómica que consolide dicho proceso (las importaciones para

el primer período en referencia tuvo una expansión del 7,1% mientras para el segundo

se limitó al 2,1%, y al 0,3% entre 1960 y 1964 que afecta particularmente al consumo

productivo).

Al examinar la evolución del pensamiento de la CEPAL, no deja de extrañar que

recién en la década de los años sesenta, lo social concentre la atención de la institu-

ción. No quiere decir que no se haya pensado antes en los seres humanos, el problema

está en que se los piensa como factor de producción para el crecimiento económico en

lugar de pensar en cómo el crecimiento económico puede ayudar a resolver los proble-

mas de los seres humanos. Incluso para esta época, es evidente el papel subordinado

de lo social a lo económico. A más de la dependencia y la heterogeneidad estructural,

como limitantes de la industrialización, se señala el factor de la desigual distribución

de los ingresos. De allí que durante estos años, sean las reformas agraria, educativa,

tributaria, patrimonial, financiera, tecnológica, las que organicen los programas mo-

dernizadores. Una mejor distribución de los recursos genera condiciones favorables

para la incorporación del progreso técnico, por ejemplo en las relaciones en el campo,

a la vez que estimula la productividad y la capacidad para diversificar las exporta-

ciones. El uso productivo del excedente pasa a convertirse en el centro de las reflexio-

nes, para ello se tiene que superar varios escollos: el consumo suntuario; la succión de

los centros; y, la hipertrofia del Estado, cada uno disputando una mejor parte.

En correspondencia, la realidad latinoamericana, durante este período 1965-1973, pasa

por un momento de mayor crecimiento en su economía, 6,7 % anual, se expanden las

exportaciones, 7,1%, se aprovecha la mayor liquidez internacional y aumentan las

importaciones (incremento del 13,5% anual). Más aún, mientras la economía inter-

nacional entra en su fase depresiva, América Latina continúa su crecimiento hasta

1980 con tasas anuales en promedio del 5,1% (Ver cuadro N° 15). Lo que contrastará

con el período posterior al 80 en que América Latina entra primero en una virtual

recesión y luego en un estancamiento.

En esta década de los años setenta, la CEPAL incorpora como tema de sus debates el

referido a los estilos de desarrollo, de alguna manera es el reflejo de la diversidad de

estrategias que los distintos países de la región van asumiendo en respuesta a los

Page 105: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

104

grandes cambios mundiales; de una parte, en el Cono Sur, se afirman las políticas

aperturistas a ultranza; por otra, en México y Brasil se pretende avanzar en dirección

de una diversificación de las exportaciones a partir de consolidar el proceso de indus-

trialización. Estrategia esta última, que si bien se afirma en la bonanza del período

anterior lleva dentro de sí los elementos de su frustración. En efecto, el crecimiento de

los años setenta se da en condiciones en que está trazada una tendencia a la caída de

las exportaciones hacia los centros; y de otra, el factor dinámico de la economía de

estos años fue el fácil acceso a los recursos financieros internacionales, factor que

luego de cumplir una función de potenciación pasa a convertirse en el detonante de la

crisis de los años ochenta. La CEPAL tenía razón, y Prebisch (1989) en particular,

cuando advertía que el crecimiento que iba de la mano de un incremento de los pasivos

en los mercados financieros internacionales era insostenible, como inconveniente, era

apostar a una política de absoluta liberalización de los mercados como se pretendía en

el Cono Sur.

CUADRO Nº 15

Cabe preguntarse, ¿la estrategia de industrialización cumplió sus objetivos? Si no los

cumplió, o los alcanzó parcialmente, ¿cuáles fueron sus limitaciones? ¿Por qué expe-

riencias similares, al menos durante algunas fases en el proceso de industrialización

tuvieron relativo éxito en otras regiones del mundo? ¿Qué objetivos de desarrollo

permitió lograr la industrialización?

Page 106: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

105

A más de las autocríticas de la CEPAL, referidas anteriormente, es necesario advertir

otras limitaciones del proceso pensadas desde dentro y fuera de los promotores de ese

discurso:

Se llevó a efecto un proteccionismo indiscriminado que trajo como consecuencia

la proliferación de empresas ineficientes sin capacidad para competir en los merca-

dos internacionales. Aquí se puede advertir diferencias con otros procesos como

los del Sudeste Asiático, en ellos el apoyo del Estado fue tanto o más intenso que

en América Latina, pero las políticas de subvención en crédito, tasas de interés,

aranceles, recursos energéticos, mercados, infraestructura, impuestos, tuvieron

plazos definidos y exigencias en calidad y productividad. En América Latina, las

burguesías que se constituyeron alrededor del proceso de industrialización no

lograron encarnar el espíritu empresarial en el sentido de emprendedor, es una

clase que permanentemente está apostando a exprimir al Estado recursos para su

beneficio privado. En países como Ecuador, de menor desarrollo económico, esto

es más grave, con la industrialización se genera una burguesía con características

rentistas, que reproduce prácticas de las tradicionales oligarquías, ya no en el

sector primario de exportación sino en el campo de la manufactura. De tal manera

que las denominadas ventajas comparativas vienen determinadas por las bajas

remuneraciones a los trabajadores y por las subvenciones estatales.

No se reparó oportunamente en los efectos de propender a un uso

acrecentado del capital con limitadas opciones de incorporación de fuerza

de trabajo18. El efecto que se provoca es la instalación de un sector

moderno, de limitada absorción de empleo en condiciones de buena

productividad, desconectado del resto del aparato productivo, en su

entorno proliferan actividades de muy baja productividad. La

industrialización, afirma el propio Prebisch (1970), citado por Mires

(1993) en libro El discurso de la miseria o la crisis de la sociología en

América Latina

18 En efecto, en los procesos de industrialización, muchos de ellos pensados en términos de encontrar alternativas de desarrollo, no se repara en el crecimiento desmedido de capital muerto y las limitadas posibilidades que ese capital tiene para incorporar trabajo vivo. Esta desproporción, que normalmente viene como efecto de la búsqueda de competitividad, es mucho mayor con la participación de las empresas transnacionales.

Page 107: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

106

“se desenvuelve en compartimentos estancos y altamente protegidos por

una barrera de elevados aranceles, por restricciones y prohibiciones que

eliminan la competencia exterior y dificultan la penetración del progreso

técnico, así como el buen aprovechamiento de los factores productivos.

Industrialización ineficiente y costosa por la consabida estrechez de los

mercados y el débil acicate de la competencia. Lleva dentro de sí misma

el germen de su propio debilitamiento dinámico, pues se desenvuelve en

un régimen autónomo de costos y de precios que -al no tener contacto

con el mercado internacional-, desalienta las exportaciones de productos

industriales, que son verdaderamente indispensables, como que la

industria necesita salir afuera para desenvolverse hacia dentro en

profundidad” (p. 53).

Hubo insuficiencia en el análisis sobre los actores sociales y políticos por lo que no

se logra identificar a los sujetos potenciadores del proyecto y aquellos que aspiran

a reproducir las anteriores formas de articulación interna y externa. El no valorar

adecuadamente los conflictos de clase, conduce a generar expectativas alrededor

de los grupos vinculados al sector primario exportador, supone que éstos pueden

contribuir con la captación de divisas y canalizarla hacia el proceso de industria-

lización. Esa insuficiencia tampoco permitió caracterizar adecuadamente a la

burguesía que se constituía, entender su comportamiento ajeno a una propuesta

nacional y progresista en el sentido de asumir la industrialización como vía para

transformar la realidad.

Igualmente, se evidencia limitaciones en el análisis del Estado. Pues éste, conce-

bido como un ente por encima de los conflictos e intereses de las clases, que no

permite identificar a sus administradores, no será objeto de cambios sustantivos en

las relaciones de poder, lo cual restringe su capacidad para asumir el protagonismo

que la propuesta suponía. Ello explica la dificultad para estructurar los compo-

nentes políticos del proyecto, es decir la constitución de una alianza antioligár-

quica con la participación de los sectores de la burguesía que se forman alrededor

de la industrialización, los sectores medios y los trabajadores urbanos y rurales.

Este vacío de alguna manera es cubierto con la presencia de movimientos

populistas, con ideologías nacionalistas, que asumen la representación de las clases

y hacen del Estado el motor para ejecutar los programas y proyectos desarrollistas.

Page 108: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

107

El esquema de industrialización, que cuenta entre sus soportes al financiamiento

externo, no repara en la agresiva incursión de las empresas transnacionales, que

sea directamente o en asocio con el empresariado latinoamericano, toman control

no solamente de las nuevas inversiones, sino que absorben para sí buena parte del

aparato industrial construido desde la década de los años treinta con esfuerzo

propio. Lo que se vivió en realidad fue un proceso de desnacionalización creciente

de la economía industrial que manifiesta toda su fuerza desde los años sesenta,

cuando el capitalismo aún vive su época dorada de expansión. Esta realidad, suma-

da al comportamiento de las burguesías latinoamericanas, de escasa propensión a

posiciones nacionalistas, anula las pretensiones de un desarrollo autónomo y

nacional.

Sin duda, el factor que más afectó la sostenibilidad de la estrategia sustitutiva de

importaciones fue el no haber logrado mejorar los sistemas de distribución de la

riqueza social. Esta continuó su tendencia a una desmedida concentración. La

capacidad de consumo, si bien creció, no lo hizo en las proporciones suficientes

para constituir un mercado interno que de dinamismo al proceso de reproducción

del capital. Cabe destacar que la producción sustitutiva estuvo encaminada a

satisfacer las expectativas de consumo de las capas medias y no la de las “grandes

masas”, son esos sectores medios los que se incorporaron al mercado. Las

políticas de integración supraestatal, que en el propio discurso de la CEPAL

cumplen un papel secundario, tampoco fueron asumidas por los gobiernos de

manera decidida, jugaron un papel complementario a las relaciones bilaterales con

los Estados Unidos. Las alianzas de los capitales hacia allá apuntaba la prioridad.

Fue importante el crecimiento del sector industrial en la mayor parte de países de

América Latina y el Caribe. En los países de mayor desarrollo económico, esto es

Argentina, Brasil y México, que ya tenían una tradición manufacturera desde las

primeras décadas del siglo XX y que se potenciaron en el período posterior a la

gran depresión, tuvieron un crecimiento significativo entre 1950 y 1973, en que se

cierra el momento de auge, pasó la producción industrial del 20,4% al 27,4% y

para 1980 pasó a representar el 26,8%. En otros países de mediano desarrollo

industrial entre los que contamos a Colombia, Chile, Perú, Uruguay y Venezuela,

la participación del PIB manufacturero para los mismos años fue de 17,5%; 22,4 y

21,1; y para los países de menor desarrollo económico la participación del PIB

Page 109: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

108

manufacturero fue de 13%; 16,6% y 18,1%: Ecuador se ubica en este grupo y el

crecimiento del PIB industrial es significativo en la década del 70 con el auge

petrolero. La variación en éste del PIB manufacturero para los años en referencia

fueron: 17,6%; 16,9% y 21,6%. (Ver anexos). Es relevante que la industria de los

tres países de mayor desarrollo representaron el 69,9%; 76,1% y 77% del total en

la región, esto quiere decir que el proceso de industrialización si bien modificó la

estructura interna de los países, se concentró básicamente en estos tres países de

mayor desarrollo.

El crecimiento de la Deuda Externa de América Latina durante los años setenta se

convirtió en uno de los factores de mayor vulnerabilidad de su economía. Factor

negativo que ciertamente fue advertido por los funcionarios de la CEPAL pero no

escuchado por la dirigencia de los Estados, mayoritariamente en manos de las dic-

taduras militares, y que se potenció hasta el fin del siglo. En efecto la deuda que se

registró para América Latina y el Caribe en 1970 fue de 32.528 millones de dóla-

res, que representaba el 10,5% del INB; para 1980 fue de 553.642 millones, repre-

sentaba el 20% del INB; en 1990 llega a 1,352 billones, equivalente al 34,1% del

INB; y, finalmente para el año 2000 llega a 2,305 billones representando el 39,4%

del INB19. Para el caso de Ecuador, esos valores son: 364 millones en 1970; 5.997

en 1980; 12.107 en 1990; y, 13.717 en el 2000, lo que representa 22,1%; 52,3%;

132,4% y 94,4% del INB del país. Estos porcentajes son los más altos de la región

y explican la gravedad de la crisis económica por la que pasó el país. Artificio

importante en el juego especulativo de la deuda fue la variación de las tasas de

interés. Si en 1970 esta se encontraba en el 7,9% para 1981 ya se encontraba en

18,9% .

Magnitudes que de por sí reflejan un crecimiento exponencial haciendo que el

pago de su servicio necesariamente lleve a un mayor endeudamiento, política de la

que se beneficiaron los centros especulativos de las finanzas internacionales. Lo

que vivió durante esos años América Latina, subordinada a las políticas del FMI y

Banco Mundial, lo viven ahora los países de la Unión Europea, especialmente de

la zona sur del euro.

19 Valores registrados por V. Urquidi en base a información del Banco Mundial (Urquidi, 2005, 278).

Page 110: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

109

El discurso de la CEPAL, más allá de su identidad latinoamericana y de que

recoge las preocupaciones de la Conferencia de Bandung de 1955, se construye

dentro del paradigma desarrollista propiciado por Röstow tal como lo refiere

Foster Carter citado por Elguea (1989) en su reflexión epistemológica de la

modernización en América Latina. En éste prima la visión evolucionista de la

sociedad orientada al progreso y un determinismo económico. En este paradigma,

a) el desarrollo es un proceso continuo que es posible a partir de la fijación de cier-

tas condiciones para su arranque o despegue; b) en él no se presentan conflictos de

intereses irreconciliables entre países desarrollados y subdesarrollados, es más,

debe haber una armonía estratégica entre ellos, así como tampoco deben presen-

tarse conflictos entre los diferentes grupos sociales, por ello se espera el aporte

espontáneo de los sectores oligárquicos; c) no existe una conexión estructural entre

desarrollo y subdesarrollo, o dicho de otra manera, el deterioro de los términos de

intercambio no es inexorable en las relaciones centro-periferia, una política

adecuada que permita el progreso técnico puede revertir esa tendencia; d) lo

‘moderno’ es preferible a lo ‘tradicional’ el progreso debe superar lo arcaico; y

finalmente, e) el desarrollo significa pertenecer a occidente, a la civilización

(p.31).

Así, el paradigma institucionalizado en la CEPAL se convierte él mismo en el

portador de la modernización, el discurso se vuelve sujeto porque está por encima

de los actores, de las clases, es el peso de su racionalidad, la promesa del progreso.

Otros elementos de este paradigma son el dualismo, no hay una conexión estruc-

tural entre lo moderno y lo atrasado; y, la noción bipolar del desarrollo, en un

extremo la etapa inicial que corresponde a una sociedad tradicional, primitiva, y en

el otro, una sociedad moderna, evolucionada, tránsito que es posible gracias a la

ejecución de una adecuada y gradual modernización.

América Latina y el Sudeste Asiático

La crítica proveniente de la corriente neoliberal a la industrialización con activa parti-

cipación del Estado, como lo propuso la CEPAL, ha puesto énfasis en la deficiente

competitividad alcanzada por el sector productivo; la orientación de las producción

hacia el mercado interno y la poca capacidad para insertarse en el mercado externo; la

perversa intromisión del Estado en la economía; y, el exagerado centralismo. En

Page 111: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

110

contraste a ello, valoriza el camino seguido por el Sudeste Asiático, para lo cual se

estructura un falaz discurso con el que se pretendió vender la imagen de que el éxito

del proceso de industrialización de esa región fue posible por la libertad a las fuerzas

del mercado, al aperturismo y a la orientación exportadora.

Si se examina el recorrido de la industrialización en las dos regiones, América Latina y

el Sudeste Asiático, entre los años 60 y 90, podemos observar que en las dos primeras

comparten ritmos de crecimiento importantes en su economía; América Latina lo hace

en 5,1% y 5%, el Sudeste Asiático en 5,2% y 6,3, no así en la década comprendida

entre los 80 y los 90, América Latina tiene una espectacular caída al 2%

(decrecimiento del PIB/pc.), la década perdida según la CEPAL, mientras el Sudeste

Asiático mantiene su ritmo de crecimiento con 5,3%, que se consolidará hasta la crisis

financiera de 1997. Las exportaciones tienen un comportamiento parecido, durante las

dos primeras décadas, las dos regiones registran crecimientos significativos superiores

al 5% en promedio, luego de los años ochenta, América Latina baja significativa-

mente, salvo Colombia, mientras el Sudeste Asiático aumenta su ritmo.

No está por demás advertir que el crecimiento superior del Sudeste Asiático con

relación a América Latina supone que la inversión y el ahorro sean notoriamente más

altos. La razón inversión /PIB es un 50% mayor en los países del Asia que en los de

América Latina. Las tasas de inversión en aquellos países han sido: 20% entre 1965 y

1973, del 24% entre 1980 y 1985 y desde 1992 supera el 30%, en América Latina ésta

fluctuó entre 13 y 20% en los mismos períodos. En los países asiáticos las tasas de

ahorro son significativamente superiores, lo que los hace menos dependientes del

ahorro externo y menos vulnerables a las crisis financieras, sin que ello implique una

total protección como se demostró en la crisis de 1997.

Una visión comparativa entre los procesos del Sudeste Asiático y América Latina20,

nos permite señalar algunas similitudes y diferencias:

20 Son importantes los trabajos comparativos de los procesos de industrialización entre el Sudeste Asiático y América Latina realizados por Gary Gereffi, Jürgen Schuld, Oscar Ugarteche, Wilma Salgado, el análisis a partir de allí de la crisis financiera. En la misma temática, contamos con los estudios de Pablo Bustelo que nos da una buena imagen de la estructuración interna de esas economías y sus diferencias.

Page 112: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

111

a) En el Sudeste asiático el proceso de industrialización es tan heterogéneo y diverso

como lo es el de América Latina. Hay países que inician la industrialización tem-

pranamente, antes de la crisis del treinta, otros lo hacen en el período

comprendido entre la crisis y la segunda postguerra y, finalmente unos terceros,

han incursionado recientemente. Por ello, es común referirse a procesos de prime-

ra, segunda y tercera generación, entre ellos hay radicales diferencias. Sin embar-

go, entre la industrialización del Sudeste Asiático y la de América Latina hay

determinaciones históricas que las hacen muy diferentes, tal vez la más significa-

tiva se refiere a las características del país dominante en torno a cuya economía se

articulan las periferias. No es lo mismo Estados Unidos que Japón. En el primer

caso, se tiende a reproducir una división del trabajo en que los países

subordinados produzcan bienes primarios, tal como tradicionalmente lo venían

haciendo y en virtud de la disposición de estos recursos, y cuando se incursiona en

la producción de bienes manufacturados, se pretende coparlos con capitales

provenientes de las empresas transnacionales, con esa producción se busca

abastecer los mercados locales y en el mejor de los casos, regionales; en el

segundo caso, los países del Sudeste Asiático, con poca disposición de recursos

naturales, organizaron una economía predominantemente complementaria, con

una división del trabajo en que se comparte la producción de bienes primarios y

manufactureros, tempranamente se avanza en una diversificación de las exporta-

ciones (Gereffi, 1990).

b) En el Sudeste Asiático, a diferencia de América Latina, se logra combinar adecua-

damente una estrategia sustitutiva de importaciones con la sustitutiva de exporta-

ciones y se avanza en los encadenamientos productivos verticales y horizontales.

No es que la CEPAL no haya mirado la importancia de la sustitución de exporta-

ciones o su necesaria diversificación, lo que sucede es que la organización y plani-

ficación del Estado en el Sudeste Asiático tuvo mayor coherencia para proyectar

el proceso en el mediano y largo plazo. La diferencia entre los procesos de indus-

trialización de las dos regiones evaluadas a partir de las experiencias más nota-

bles: Hong Kong, Corea del Sur, Singapur y Taiwán, en el Sudeste asiático, y Mé-

xico, Brasil y Argentina, En América Latina, se dan por la temporalidad en que se

combinan las fases de la industrialización sustitutiva de importaciones primarias y

secundarias con las de exportación de estos mismos subsectores (Cuadro N° 16).

Page 113: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

112

CUADRO N° 16

Las fases de este proceso de industrialización según Gereffi (1990) pueden ser

sintetizados en cinco momentos: 1) Exportación de materias primas (bienes

agrícolas, minerales, petróleo); 2) Industrialización sustitutiva de importaciones

(ISI) primaria, que implica la producción local de bienes de consumo básico

(textiles, calzado, alimentos procesados); 3) ISI secundaria, producción nacional

de bienes de consumo duradero (automóviles y electrodomésticos); intermedios

(petroquímicos y acero); y, bienes de capital (maquinaria pesada) que implica el

uso intensivo de capital y tecnología; 4) Industrialización orientada a las exporta-

ciones (IOE) primarias, que genera la exportación de productos que tienen un gran

componente de mano de obra; y 5) IOE secundaria, producción de bienes de

mayor valor agregado para la exportación, intensivos en trabajo calificado y con

una industria local más desarrollada como partes y componentes electrónicos

(p.219).

Es evidente que las dos regiones parten de un proceso sustitutivo de importaciones

en el nivel primario, como lo han hecho todos los países del mundo que se han

industrializado, salvo el caso de Inglaterra que hizo la revolución industrial, con lo

cual se contradice aquello que la dificultad fue que América Latina orientó su

industrialización al mercado interno mientras que el Sudeste Asiático lo hizo al

exterior. A este respecto, la industrialización de las exportaciones por parte del

Page 114: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

113

Sudeste Asiático en su desarrollo es muy superior a la realizada por los países de

mayor industrialización y de orientación exportadora de América Latina. La

proporción de las exportaciones manufactureras dentro de las exportaciones

globales de bienes para 1992 fluctúa entre el 78% y 92% para los denominados

Tigres y entre el 48% y 73% para los Dragones. La impresionante industrializa-

ción de las exportaciones, que responde a la lógica de los Estados desarrollistas de

la región, se ve fortalecida por la necesidad de Japón de convertir a sus aliados en

plataformas de exportación, en que su aporte tecnológico se combina con una

fuerza de trabajo altamente calificada y barata, logrando altos niveles de com-

petitividad internacional. Mientras tanto, en América Latina, las exportaciones

manufactureras representan el 27% del total de las exportaciones para Argentina y

58% para Brasil. Hay que señalar que en la década de los años ochenta, la

participación de la industria en el PIB de América Latina decrece del 26 % al 24%

así como una disminución del empleo industrial en un 5%, fenómeno de

desindustrialización que se explica por la aplicación de las políticas neoliberales

en ese período.

c) Contrariamente a lo que sostiene el discurso neoliberal, la presencia del Estado en

los procesos de industrialización del Sudeste Asiático es tanto o más profunda que

en América Latina (excepto en el caso de Hong Kong). Es más, allá se afirma una

sólida alianza entre el Estado, los sectores empresariales privados y los trabaja-

dores para fortalecer la economía de las empresas y su función pública. Unos y

otros participan de la programación y planificación, de la definición de metas y el

control, de los incentivos para la investigación tecnológica en función del desa-

rrollo y su incorporación a la producción, y de la educación. El Estado también

asume con responsabilidad estratégica la definición de políticas económicas que le

dieron estabilidad en un marco de profunda flexibilidad.

La fase sustitutiva de importaciones en América Latina fue más temprana, prolon-

gada y populista, recordemos que anteriormente advertimos que los procesos de

industrialización se iniciaron al interior de los propios proyectos oligárquicos, lo

que dificulta la configuración de la burguesía industrial como una clase autónoma.

Será el Estado el que tenga que jugar un papel destacado en este proceso con el

apoyo de las capas medias. En el sudeste Asiático, los sectores terratenientes serán

desarticulados durante la segunda guerra mundial, será el Estado con gran

Page 115: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

114

autonomía el que maneje los recursos que llegan como ayuda, lo que le brinda una

significativa autonomía y capacidad de negociación frente a las clases para

organizar el proceso de industrialización.

d) Respecto a la distribución de los ingresos, o de la riqueza social, también existe

una marcada diferencia; en el Sudeste Asiático, si bien como en toda organización

capitalista existe una alta concentración de los recursos, la distribución es mucho

menos desigual que la que se registra en América Latina. En esta última región, y

para inicios de la década del noventa, el 5% de la población percibe el 25% del

total nacional de los ingresos. En los países del sudeste asiático el 5% de la

población de más altos ingresos, percibe el 16% de los ingresos en promedio y en

los países desarrollados es el 13%. La alta concentración de recursos en América

Latina tiene su contrapunto en el otro extremo, pues el 30% más pobre percibe tan

sólo el 7,5% del ingreso total, menos que en cualquier otra región del mundo. En

el Sudeste Asiático, el 30% de la población más pobre percibe 12,25% de los

ingresos. Expresado a través del índice de Gini, y tomando en cuenta a los países

más igualitarios como España y Finlandia, este indicador se ubica entre el 0,25 y

0,3, los países de mayor desigualdad corresponden a los de América Latina y el

Caribe en que el índice se aproxima a 0,6. Los países de mayor desigualdad en

América Latina son Brasil y Paraguay con 0,59 seguido de Ecuador con 0,57.21

En el cuadro N° 17 podemos observar que América Latina y el Caribe se ha

convertido en la región de mayor inequidad en el mundo, pues el quintil de más

bajos ingresos participa del 4,5% del ingreso total, en el África al sur del Sahara lo

hace en el 5,2% y el Asia oriental y del Pacífico en el 6,9%. En el otro Extremo, el

quintil de mayores ingresos en América Latina y el Caribe participa del 52,9%,

mientras el África al sur del Sahara lo hace en el 52,4% y el Asia del oriente y

Pacífico participa del 44,5%.

21 Datos publicados por el BID a partir de la información proporcionada por Deininger y Squire (1996) que contiene información sobre distribución del ingreso con base a encuestas de hogares para 108 países. Asia sudeste incluye solamente a Hong Kong, Corea, Singapur y Taiwán (Rey de Marulanda & Guzmán, 2003).

Page 116: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

115

CUADRO N° 17

Otro factor importante tiene relación con el financiamiento y la ayuda internacio-

nal. El Sudeste Asiático, tras el conflicto de Corea, se convierte en una región de

alta prioridad para la política estadounidense en medio de la “Guerra Fría”. Allí

está China con su transición al socialismo, Vietnam dividido e intervenido, la

propia Corea, Laos, Camboya, Taiwán. Esto significó no solamente inversión

directa de capitales, sino la entrega de recursos a los distintos gobiernos de la

región en una clara estrategia geopolítica y militar22. América Latina tiene que

esforzarse para acceder a las inversiones y empréstitos de tipo comercial.

e) Entre las dos regiones existen profundas diferencias en cuanto al sistema político,

en la una prevalecen las democracias representativas de corte occidental, en la

otra, formas autoritarias. Formas del dominio político que responden a procesos

22 Gereffi (1990), Corea del Sur y Taiwán no hubieran podido sobrevivir la década de los años cincuenta sin la asistencia de los Estados Unidos. Entre 1951 y 1954 EUA envía a Taiwán 1,5 mil millones de dólares de ayuda económica y 2,5 mil millones de ayuda militar. Corea del Sur recibió de EUA entre 1953 y 1961 2,6 mil millones de dólares en asistencia económica y 1,6 mil millones para gastos militares. Esta ayuda financió un 40% de la inversión fija en Taiwán y 80% en Corea del Sur. Flujos de capital cosignatario fueron usados para comprar un 70% de las importaciones que ingresaron en Corea del Sur, así como para pagar el 90% del déficit del balance comercial en Taiwán (p. 221).

Page 117: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

116

culturales diferentes, que deben ser tomados en cuenta a la hora de definir las

estrategias de desarrollo.

Para concluir

La mayor limitación de la propuesta de la CEPAL se origina en la propia concepción

estructuralista de su pensamiento, al no tomar en cuenta, como se ha sugerido anterior-

mente, el estudio de las relaciones sociales de producción tanto en la caracterización

de la sociedad cuanto en la dinámica del proceso sustitutivo de importaciones. Mucho

menos se intenta una comprensión en la dialéctica entre esas relaciones sociales y el

desarrollo de las fuerzas productivas que se dinamizan con la incorporación del

progreso técnico y las transformaciones en la capacidad productiva de cada uno de los

sectores y en su conjunto. Esas fuerzas productivas, como lo señala Palma (1987)

actúan dentro del marco de generación, de apropiación y de utilización del excedente,

no sólo en lo que corresponde a uno de los polos del sistema centro-periferia, sino

además entre los dos polos.

Finalmente, hay una distinción importante, advertida por la propia CEPAL y que

tendría una connotación ética, entre ‘crecimiento económico’ y ‘desarrollo econó-

mico’. No habría desarrollo si el crecimiento económico no va acompañado de a)

mayor igualdad en la distribución de los beneficios; b) mejoramiento del bienestar

social; c) incremento en las oportunidades de empleo; d) mayor capacidad de control

nacional en la vida económica, social y cultural de un país (Palma, 1987).

Los indicadores económicos y sociales que se observa, avanzada la década del sesenta,

comprueban un crecimiento importante de la economía latinoamericana, al tiempo que

revela que la calidad de vida no mejoró y en muchos casos empeoró, por ejemplo, en

el ejercicio de la democracia.

Page 118: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

117

4.2 LA VISION DEL DEPENDENTISMO23

La ola expansiva del capitalismo de postguerra, en la segunda mitad de la década del

sesenta, llegaba a su fin en medio de la afirmación de la revolución cubana y la

propagación de las luchas de liberación nacional por todo el mundo. La agresiva

penetración de capitales extranjeros, la creciente transnacionalización de la economía

mundial y las deficiencias y limitaciones de las propuestas modernizadoras a través de

la industrialización, echaban por la borda las promesas de ‘progreso’ y desarrollo. Se

desvanecían los sueños por un desarrollo capitalista autónomo propiciado por la

CEPAL, asumido por los movimientos populistas de corte nacionalista y apoyado por

los partidos comunistas. Se frustran las esperanzas de quienes deseaban construir en

América Latina una sociedad a imagen y semejanza de la europea o estadounidense,

como se desalientan aquellos que pretendían un escenario de capitalismo nacional

como antesala para la revolución socialista.

El pensamiento dependentista surge en este contexto histórico-social, como alternativa

a las dos principales corrientes del pensamiento que habían alentado –con obvias

diferencias– ese proceso de modernización: la CEPAL y el marxismo “institucio-

nalizado”. Cuestiona la visión de la historia como progreso que se acumula, el

desarrollo como modernización, los procesos sociales recorriendo un solo camino en

pos de un fin preconcebido. El pensamiento dependentista intenta una reinterpretación

del subdesarrollo, sin provocar una ruptura radical con los supuestos teóricos y

metodológicos de sus antecesores estructuralistas, tanto de la vertiente Cepalina como

de la marxista.

El “marxismo institucionalizado”

El pensamiento marxista incursiona en América Latina en las primeras décadas del

siglo XX, acompaña a los trabajadores en su organización y luchas gremiales y políti-

cas, pero tendrá una notable influencia en los procesos sociales luego de la segunda 23 La reflexión sobre el dependentismo tiene como base el artículo “Dos momentos de Cueva en el debate de las ciencias sociales en América Latina”, presentado por el autor con Ximena Endara en el Seminario Agustín Cueva Dávila, Facultad de Filosofía de la Universidad de Cuenca 1993.

Page 119: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

118

guerra mundial. La corriente dominante hasta los años setenta responde a las interpre-

taciones y línea política de la III Internacional constituida tras la muerte de Lenin en

1924 y que la caracterizamos como la vertiente ‘institucionalizada’.

Partiendo de los presupuestos de que la lucha antiimperialista debía consolidar el

socialismo en un solo país, de que el progreso implica desarrollar al máximo posible

las fuerzas productivas, y del papel determinante de éstas en el curso ascendente de la

historia, el Congreso de los partidos comunistas afiliados a la III Internacional

(COMINTERN) diagnostica la realidad de América Latina en una fase de transición

del feudalismo al capitalismo en condiciones de sometimiento al imperialismo. Bajo

esta interpretación, se entiende el espectro de clases que actúa en la lucha social y

política, que se compondría, en el campo de la dominación, por la burguesía

imperialista, los terratenientes y la burguesía local nacional; mientras que en el campo

de los explotados, por la clase obrera y el campesinado pobre; y, entre unos y otros, la

pequeño-burguesía urbana y rural, comandada por el sector vinculado a los aparatos

del Estado, grupo social que se amplía con los procesos de modernización.

A partir del VIII congreso de la COMINTERN, efectuado en 1928, se plantea como

estrategia para superar las relaciones feudales y enfrentar al imperialismo, la tesis de la

‘revolución democrático-burguesa’, misma que sería posible sobre la base de una

alianza entre los sectores explotados, la pequeño-burguesía y la burguesía nacional,

proceso que permitiría desarrollar la industria, el capitalismo, y generar las bases para

una transición al socialismo24. Había que constituir el sujeto social de la revolución, el

proletariado industrial.

Esta propuesta de los partidos comunistas, o ‘marxismo institucionalizado’, los hace

partícipe de lo que Sonntag (1998) denomina como la “euforia del desarrollo”, similar

a la planteada por la CEPAL. Pues ambas corrientes, a pesar de sus diferencias, ponen

atención en el desarrollo de las fuerzas materiales de la sociedad, la una bajo la noción

de progreso técnico, la otra, con el desarrollo de las fuerzas productivas; conciben un

24 Formulación que traslada mecánicamente la táctica de los frentes populares en la lucha contra el fascismo de Europa a nuestra región, convirtiendo de otra parte la propuesta táctica en planteamiento estratégico.

Page 120: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

119

encadenamiento ‘automático’, vale decir mecánico, entre las modificaciones que se

darían en la estructura económica y la democratización del sistema político.

Si bien la versión ‘institucionalizada’ es predominante dentro de los movimientos de la

izquierda y se constituye en la línea política para los partidos comunistas, se cuenta

con otras interpretaciones como las de Florentín Fernández, Caio Prado Júnior en

Brasil (Bambirra, 1978), Manuel Agustín Aguirre en Ecuador, Julio Antonio Mella en

Cuba, y particularmente, José Carlos Mariátegui en Perú, que desde fuera de la

oficialidad o institucionalización del pensamiento, entre las décadas del treinta al

sesenta, recrean el marxismo con las particularidades de la región, procurando hacer

de la teoría un instrumento para el análisis de la realidad. En esta misma línea

podemos encontrar varias tesis de numerosas organizaciones de la izquierda

latinoamericana, autodefinidas como marxistas y que no comparten las posiciones de

los partidos comunistas, entre ellas varios partidos socialistas y organizaciones que

postulaban las tesis de una revolución proletaria en América Latina, sobre la base de

reconocer la existencia de una sólida alianza entre las burguesías de la región y los

intereses imperialistas.

Lecturas de la realidad latinoamericana como la de Sergio Bagú, a través de categorías

como la de ‘capitalismo colonial’, la de Luis Michelena y Córdova en Venezuela en

los años sesenta citado por Sonntag (1998) o Luis Vitale en Chile, que se inclina por

rescatar la tesis de la heterogeneidad estructural, fueron intentos de interpretación de la

historia desde una óptica marxista que cuestiona el positivismo. Muchos de estos

esfuerzos se verán potenciados luego de la revolución cubana.

En algunos países como en Chile, el ‘marxismo institucionalizado’ logró articular

verdaderos partidos de masas, y en la mayoría dio lugar a la conformación de las

denominadas "vanguardias políticas" en la pequeño burguesía y eventualmente en los

trabajadores. En fin, esta línea institucionalizada del marxismo influía en distintos

grados en la mayor parte de los partidos y movimientos de la izquierda latinoameri-

cana de los años cincuenta al setenta, en las organizaciones gremiales de los traba-

jadores y en las instituciones académicas, siempre apuntalando, con su propio discur-

so, las tesis modernizadoras en América Latina.

Page 121: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

120

El pensamiento dependentista

La vinculación del dependentismo con la CEPAL se da por cuanto asume que el

sistema centro-periferia, o las relaciones externas e internas, es el núcleo problemático

para entender la realidad de América Latina. La ruptura con la CEPAL vendrá dada

por la utilización del instrumental marxista para estudiar la lógica de esa relación.

Este empeño vincula a los dependentistas con herramientas de análisis que el ‘marxis-

mo institucionalizado’ desestimó, el intercambio desigual, el sistema mundial, la rela-

ción entre la economía y la política, la importancia del proceso histórico en la cons-

trucción de las relaciones sociales. Si los cepalinos advierten la tendencia al deterioro

de los términos de intercambio a partir del estudio de la evolución de los precios, los

dependentistas trabajarán esas relaciones de no equivalencia desde la perspectiva del

valor. Si a los Cepalinos les preocupa el uso racional del excedente para incrementar la

reproducción del capital, a los dependentistas les preocupará el proceso de acumula-

ción que hace posible la reproducción ampliada y su concentración en los centros. Si

para los Cepalinos, la subordinación de la periferia puede ser remontada a partir de una

nueva racionalidad económica concertada, para los dependentistas esa subordinación

implica una ruptura que necesariamente cae en el campo de la política. Si para la

CEPAL el desarrollo básicamente responde a determinaciones tecno-productivas, para

los dependentistas tendrá connotaciones históricas. El dependentismo, como caricatu-

riza Mires (1993), vendría a ser la prolongación radicalizada del pensamiento Cepa-

lino.

El distanciamiento con las posiciones del ‘marxismo institucionalizado’ serán obvias,

primero, por utilizar nuevas categorías; segundo, porque se pone el acento en una com-

prensión particular de América Latina, que de hecho contradice la visión universali-

zada desde la óptica europea; y tercero, porque las conclusiones políticas a las que

conduce esta reflexión se distancia de su línea política.

Los dependentistas someterán a juicio las tesis desarrollistas y modernizantes, contra-

dicen la afirmación de que los países hoy subdesarrollados, haciendo lo debido, llega-

rán algún día a ser desarrollados, y mantienen la tesis central, acuñada por Gunder

Frank (1970), de que desarrollo y subdesarrollo son efectos de un único proceso, esto

Page 122: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

121

es, que la existencia de países ricos y desarrollados es en virtud de que otros se

empobrecen y se subdesarrollan.

Para los pensadores de esta corriente, la relación de dependencia que marca el nexo

centro-periferia, tiene que ver no solamente con las condiciones de la estructura de la

vida social, sino también con el cambio y transformación de esas estructuras debido a

los conflictos, movimientos sociales y lucha de clases. En palabras de Cardoso y Fale-

tto, (1973) “la noción de dependencia alude directamente a las condiciones de

existencia y funcionamiento del sistema económico y del sistema político, mostrando

las vinculaciones entre ambos tanto en lo que se refiere al plano interno como al

externo” (p. 24).

La producción teórica y explicativa de la realidad latinoamericana por parte del depen-

dentismo es muy amplia y heterogénea. Los más variados problemas acerca de la

economía, la política, la educación, los medios de comunicación, el urbanismo, la

cultura, el poder, la transición, y muchos otros, han sido abordados en una abundante

literatura. A esta exuberante producción, se suma la influencia política, los pensadores

dependentistas no sólo participan desde espacios institucionales de gestión guberna-

mental o académica, lo hacen también como activos militantes de partidos y movi-

mientos políticos vinculados a las clases subordinadas. El mayor impacto de este

pensamiento se lo puede percibir en el proceso chileno entre los años 1990 y 1993, allí

se concentró la intelectualidad más destacada de las ciencias sociales latinoamericana

identificada con ese debate.

Los supuestos teóricos que organizan el pensamiento dependentista, su núcleo duro,

siguiendo la reflexión de Foster Carter citado por Elguea (1989) serían: a) entre desa-

rrollo y subdesarrollo hay una estrecha conexión; b) el proceso de desarrollo tanto a

nivel nacional como internacional se da en medio de conflictos y choque de intereses;

c) los factores históricos son preponderantes; d) son válidas para el análisis latinoame-

ricano categorías pertenecientes a la teoría marxista, tales como ‘imperialismo’, ‘capi-

talismo’ y ‘modo de producción’; y e) el desarrollo no es el resultado de una evolución

de las condiciones actuales sino una ruptura revolucionaria mediante la instauración

del socialismo (p. 32).

Page 123: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

122

En el pensamiento dependentista, y de acuerdo al grado de influencia de las vertientes

Cepalina o marxista en cada autor, encontramos una gama de posiciones, que de por sí

dificulta cualquier intento de clasificación. Palma (1987) reconstruye el debate del

dependentismo a partir de los supuestos teóricos del marxismo abonados por Marx,

Engels, Lenin, Bujarin, Luxemburgo, relacionados a la caracterización del

imperialismo y las posibilidades del desarrollo económico en las sociedades

capitalistas atrasadas, llega a la conclusión de que no se debe asumir la existencia de

una Teoría de la Dependencia, sino más bien referirse a una Escuela Dependentista, en

que se pueden identificar al menos tres corrientes: a) la dependencia como teoría del

subdesarrollo; b) la ‘dependencia’ como una nueva formulación del análisis de la

CEPAL sobre el desarrollo; y, c) como metodología para el análisis de situaciones

concretas de dependencia.

La taxonomía presentada por Palma (1987), dejando de lado la formulación Cepalina

examinada anteriormente y su apreciación sobre ‘la Teoría’, resulta cercana a la

propuesta por Adrián Sotelo (1996). Obviamente, los elementos de análisis y los

juicios críticos son distintos.

El dependentismo como enfoque

La posición más representativa de esta corriente será sostenida por Cardoso y Faletto

(1973) en el libro “Dependencia y Desarrollo en América Latina”, que será asumida

por aquellos teóricos más cercanos a la influencia Cepalina como Aníbal Pinto,

Osvaldo Sunkel y refrendada por Alan Touraine con las interpretaciones sociológicas

de la teoría accionalista a comienzos de la década del setenta.

Se destaca el valor metodológico del dependentismo que permite aproximaciones al

conocimiento de la realidad. Plantea que el subdesarrollo está determinado por la

modalidad de inserción de la economía en el mercado mundial en que las clases

sociales aparecen como producto de un proceso determinado por las relaciones de

intercambio históricamente constituidas. Para el efecto se elabora una tipología en que

se pone énfasis en las posibilidades de protagonismo de los sectores medios, porta-

dores de la modernización, y en las posibilidades de establecer alianzas con las

oligarquías regionales.

Page 124: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

123

A partir del reconocimiento de que la teoría del imperialismo no se había actualizado

desde la década de los años veinte, esboza una interpretación del desarrollo del capita-

lismo a nivel mundial para llegar a la conclusión de que no existe contraposición entre

la dependencia y las posibilidades de la industrialización. El elemento explicativo da

cuenta de que el capital externo invertido en la periferia ha permitido un significativo

desarrollo de la industria manufacturera, por tanto, la lucha por la industrialización

entendida como una acción antiimperialista perdía sentido. Esta posición permite

formular como tesis central, la posibilidad de un desarrollo capitalista dependiente,

sobre la cual ha vuelto Cardoso (1973) como presidente y con la que se identifica

finalmente Palma (1987). Hay que destacar que este planteamiento implica también un

análisis de las condiciones internas, de las desigualdades y heterogeneidades en cada

uno de nuestros países. Así, el dependentismo entendido como unidad dialéctica de los

factores internos y externos, permite pasar de las formulaciones generales y abstractas

a orientaciones de carácter particular en los procesos económicos, sociales y políticos,

se convierte en una herramienta para proyectar el desarrollo.

El sistema de ‘dominación externa’ reaparece como un fenómeno ‘interno’, como lo

dice Palma (1987)

“No se trata de ver cómo una parte del sistema capitalista mundial está ‘en desarrollo’ y otra en ‘subdesarrollo’, o de ver al imperialismo y a la dependencia como las dos caras de una misma moneda (en la que el mundo desarrollado y dependiente queda reducido a un papel pasivo determinado por el otro) sino que como dicen Cardoso y Faletto, de concebir ‘...la relación entre fuerzas externas e internas como parte de un todo, cuyos vínculos estructurales no están apoyados en meras formas externas de explotación y coerción, sino como arraigados en coincidencias de intereses entre las clases dominantes locales y las internacionales y, por otra parte, desafiados por grupos y clases locales dominados...” (p. 74).

No deja de ser curioso, cómo Cardoso y Faletto (1973), partiendo de una visión del

capitalismo mundial estructurado como un sistema, no privilegie ciertas

contradicciones en su dinámica, el no hacerlo le ha permitido luego de varios años, en

la especificidad de ciertas relaciones externas e internas, sentar las bases para un

modelo de desarrollo que articule el capital transnacional con los capitales internos en

Brasil.

Page 125: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

124

El dependentismo como “teoría”

Los que sostienen el dependentismo como teoría explicativa, están más cercanos o

inscritos en la vertiente marxista, acogen los planteamientos sobre el ‘intercambio

desigual’ y la ‘acumulación mundial’ de Emmanuel (1966) y Amin (1973); las tesis

sobre el ‘sistema mundial’ de I. Wallerstein; la interpretación de la dependencia como

teoría del subdesarrollo en P. Barán, G. Frank, P. Sweezy; y, de varios de ellos, la tesis

de que el desarrollo supone un proceso de autocentramiento.

El eje de esta posición en América Latina la podemos encontrar en “La dialéctica de la

dependencia” de Ruy Mauro Marini (1991); aquí se explica el subdesarrollo a partir de

los procesos de acumulación, concentración y centralización de los capitales, en que

las economías dependientes tienen un bajo nivel de desarrollo de las fuerzas

productivas y condiciones de ‘superexplotación’ de la fuerza de trabajo, dando como

resultado la imposibilidad de un desarrollo capitalista autónomo.

La ‘teoría de la dependencia’ define como su objeto de estudio las formaciones econó-

mico-sociales dependientes a partir de su inserción en la economía capitalista mundial

Sotelo (1996) para lo cual se hace una reconstrucción en tres fases, la colonial, la

postindependencia y el período industrial capitalista. Se examina el ciclo de la repro-

ducción a partir de la configuración del mercado interno que se escinde en dos esferas,

la de consumo de las clases burguesas y sectores medios y la de consumo de las clases

trabajadoras. En el análisis de la producción, se combina las particulares formas de

explotación interna con los mecanismos de transferencia de valor en las relaciones de

intercambio a nivel internacional, para lo cual Marini (1991) elabora la categoría de la

superexplotación del trabajo, que será uno de los aportes teóricos más importantes de

esta corriente.

Los teóricos de la dependencia concentran buena parte de sus esfuerzos en superar el

dualismo estructural, no solamente como una posición crítica y de superación del

pensamiento Cepalino, es que en las tesis originarias de Gunder Frank (1970)y de

algunos intelectuales de esa procedencia, también se advierte esa limitación. El

esquema interpretativo de las relaciones centro-periferia, metrópolis-satélites, o

relaciones externas-internas, como que no logran superar una conceptualización

estática. Alcanzar una explicación dialéctica de esa relación es el reto para los

Page 126: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

125

dependentistas, de alguna manera las propuestas de Marini (1991) en el examen de la

reproducción del sistema a partir de la tesis de la superexplotación cubriría esta

necesidad. De hecho, propuestas como las de Faletto (1986), en que la periferia actúa

como reflejo de la dinámica de los centros no resulta convincente. En estas propuestas

del dependentismo se supera, en buena medida, el condicionamiento de las relaciones

internas a las determinaciones externas. Me parece que Palma (1987) hace un juicio

muy apresurado a este respecto por el afán de validar las posiciones de Cardoso y

Faletto (1973).

La conclusión a la que llegan los teóricos de la dependencia es de que en América

Latina no se dan las condiciones para la constitución de una burguesía nacional

antiimperialista, con lo cual se niega la tesis sostenida por los partidos comunistas de

la revolución democrático burguesa, consecuentemente, también se desmonta la

estrategia de la CEPAL. A este respecto, en lo que sí tiene razón Palma (1987) es en

advertir que esta corriente no sustenta una perspectiva de desarrollo, ésta no sería

posible dentro del capitalismo. Sólo así se entiende la tesis de Theotonio Dos Santos

(1971) en su libro El nuevo carácter de la Dependencia.

El debate marxista en torno a la teoría de la dependencia

El dependentismo, mirado en conjunto, es objeto de crítica por aquellos aspectos teóri-

cos en que es evidente la ambigüedad o falta de claridad conceptual: las relaciones

entre clase y nación, la caracterización de las contradicciones fundamentales en la

sociedad, el nexo entre lo externo y lo interno, la utilización de categorías gestadas en

cuerpos teóricos distintos, que muchas veces pone en riesgo los límites entre lo hetero-

doxo y lo ecléctico.

Es necesario insistir que la teoría de la dependencia, cuya temporalidad se ubica entre

mediados de los años sesenta y media década de los años setenta25, cuya partida de

nacimiento puede encontrarse en los trabajos de Paul Barán de los años cincuenta, en

“El desarrollo del subdesarrollo” de Gunder Frank (1970), o mejor aún, en las “Siete

tesis equivocadas sobre América Latina” de Rodolfo Stavenhagen (1971), en que se

formula una crítica a las tesis desarrollistas sobre el subdesarrollo, es un movimiento 25 De hecho las primeras elaboraciones empiezan en Brasil tras el derrocamiento del gobierno de J. Goulart, mientras que los últimos productos de una acción colectiva aparecen en 1975. El golpe militar en Chile, metralla en mano, desarticuló a esta comunidad de científicos sociales.

Page 127: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

126

al que se incorporan estudiosos de la realidad latinoamericana de la más diversa

procedencia disciplinaria y epistemológica, funcionalistas, desarrollistas,

estructuralistas, marxistas. En su formulación y construcción se fue afirmando una

perspectiva teórica crítica, la marxista, en ruptura con la visión del ‘marxismo

tradicional’ y sin que ello signifique una homogeneidad entre sus principales

intelectuales.

Desde una posición marxista ‘ortodoxa’26, esto es, desde las tesis clásicas del marxis-

mo, se formula una serie de observaciones a esta corriente del pensamiento latinoame-

ricano27, abriendo un importante debate que tuvo validez y trascendencia por la

influencia política en las luchas sociales de los sectores subalternos. Es importante,

para los objetivos del presente trabajo, recuperar esta discusión a partir de dos de sus

principales protagonistas, Agustín Cueva (1974) y Vania Bambirra (1978).

Observaciones críticas de Cueva (1974) a la Teoría de la Dependencia:

a) Reproduce el campo problemático de las concepciones desarrollistas, no en el sen-

tido de proponer un desarrollo del capitalismo autónomo, como los Cepalinos, sino

más bien, en el sentido de expresar una nostalgia por la imposibilidad de ese desa-

rrollo. No es sólo en las respuestas sino en las preguntas que se formulan en que

tiene que expresarse la ruptura de una perspectiva teórica con otra. Bambirra acep-

ta el señalamiento de Cueva y sostiene la validez de formular ese campo proble-

mático como punto de partida. Ello condujo a dar prioridad, por la mayor parte de

los intelectuales dependentistas, al elemento externo sobre lo interno, en la explica-

ción de la reproducción social y a generar una conciencia nacionalista por encima

de las contradicciones de clase. En expresión de Cueva, la Teoría de la

dependencia es una “representación de contornos definidos por la idea de que toda

nuestra historia es deductible de la oposición ‘centro-periferia’, ‘metrópoli-saté-

lite’, ‘capitalismo clásico-capitalismo dependiente’”

26 De manera particular retomamos la crítica de Agustín Cueva en su trabajo “Problemas y perspectivas de la teoría de la dependencia (1974) y las respuestas de Vania Bambirra en su trabajo “Teoría de la dependencia: una anticrítica (1978). 27 Por la naturaleza de este trabajo, pongo atención al debate en relación a las connotaciones políticas vinculadas al desarrollo, dejo de lado la discusión más centrado en la epistemología desde autores como Jorge Larrain (1988) y Salomón Kalmanovitz (1983).

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127

b) La Teoría de la dependencia, implicará una ruptura con la concepción leninista del

imperialismo. Esta crítica contra las tesis de Theotonio Dos Santos, tiene el

propósito de negar la posibilidad de una teoría particular que explique la dinámica

del capitalismo dependiente. Dos Santos (1971) sostiene que la teoría del

imperialismo de Lenin, es pensada desde la lógica de los países hegemónicos,

siendo importante incorporar una reflexión desde los países dominados, en ese

sentido, tal teoría debería reformularse, más aun tomando en cuenta los cambios en

el desarrollo del capitalismo desde 1916 en que Lenin escribió esa obra. Queda la

impresión de que la crítica de Cueva se enredó en la lectura adecuada del texto de

Lenin.

c) La falta de precisión en la relación de lo externo con lo interno en la explicación de

las formaciones sociales. Los teóricos de la dependencia muestran ambigüedad a

ese respecto tal como indicamos anteriormente. Cueva, para quien los procesos se

explican a partir de las contradicciones por la presencia de los modos de produc-

ción, al advertir esta debilidad, no deja de reconocer sin embargo, en los trabajos

de Marini (1991), un adecuado tratamiento de esta relación, en que se explica el

desarrollo de cada formación social a partir de la articulación con otras

formaciones sociales.

d) Una de las principales tesis del dependentismo, precisamente formulada por

Marini (1991), sostiene la existencia de una superexplotación a la fuerza de trabajo

en nuestros países, situación que responde a una dinámica estructural. Tesis

criticada por Cueva y que vincula a Marini con aquellos teóricos que entienden al

capitalismo como un sistema mundial, con una modalidad de acumulación interna-

cional que condiciona a cada una de las economías, lo cual no niega el análisis de

los procesos productivos concretos y sus formas de acumulación en cada uno de

los países.

Cueva (1989) pensando en la dependencia, se preguntará años más tarde

“¿nos encontramos ante un problema estructural o frente a una cuestión meramente coyuntural? Digamos que para ser una coyuntura es demasiado prolongada. Me parece que se trata de un hecho por lo menos tendencial, dadas no tanto las características teóricas (leyes) del modo de producción capitalista, o del capitalismo monopolista de Estado, sino más bien las modalidades concretas de articulación del capitalismo a escala mundial, esto

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128

es, del imperialismo. En este sentido, creo que si algún error podemos detectar en el mencionado texto de Marini a dos décadas de distancia, ese error no radicaría en lo de la superexplotación sino en lo que dice respecto al subimperialismo...” (p.54).

e) Otro de los problemas fundamentales en el debate es, sin duda, la existencia y el

papel de las burguesías nacionales. Cueva critica el hecho de que los teóricos de la

dependencia, por una motivación ultraizquierdista, niegan la existencia de las bur-

guesías nacionales, y con ello no atienden las contradicciones secundarias. Los teó-

ricos de la dependencia, sin embargo, y en ello no tiene razón Cueva, no niegan la

presencia de burguesías nacionales en el sentido de existentes en nuestros países,

lo que sostienen es que esas burguesías no pueden asumir posiciones que contra-

digan las aspiraciones fundamentales de las burguesías de los países hegemónicos,

por su condición de socios menores del capital extranjero y que por tanto están

imposibilitados de apoyar un proyecto de desarrollo nacional autónomo.

Otras críticas a los dependentistas tienen más un carácter particular, no por ello menos

importantes, que bien vale la pena señalarlas en función de ajustar cuentas con la

caracterización del desarrollo capitalista en América Latina.

Varios autores dependentistas, entre ellos Gunder Frank (1970) y Luis Vitale (1970),

definieron al proceso histórico latinoamericano como capitalistas desde sus orígenes,

es decir a partir de la conquista española. Tesis criticada por varios autores entre ellos

Cueva y Laclau. El sustento de este planteamiento está en que se entiende al

capitalismo como una economía monetaria y abierta, y al feudalismo, como una

economía de trueque y cerrada. Siendo así, Cueva (1974) dirá con la ironía que le

caracterizaba que “América Latina es capitalista no desde la cuna sino desde su

concepción”. Esta posición de Frank (1970) y Vitale (1970) conocida como circula-

cionista se desprende de una equívoca interpretación de El Capital de Marx.

De otra parte, en las elaboraciones de Gunder Frank (1970) y en los autores que

reciben su influencia, se explica la estructura y dinámica de nuestras sociedades a

partir de una compleja red de relaciones entre las metrópolis y los satélites a nivel

externo y de una reproducción de subsistemas sucesivos en que cada satélite se

convierte en un subcentro a nivel de la periferia. Se diluye en esta lectura de la

realidad las contradicciones que se establecen en la producción, las clases y su

dinámica en la reproducción social. En esta misma temática, Cueva (1974) sostiene,

Page 130: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

129

con mucha razón, que Gunder Frank, lejos de superar el dualismo estructural del

pensamiento desarrollista, hace más bien una inversión, en el sentido de que si el

desarrollismo sostiene que lo atrasado es causa del subdesarrollo, para Frank, sería ‘lo

moderno’, lo más vinculado a la dinámica del capitalismo mundial, el causante del

subdesarrollo.

Se alerta sobre la utilización de una serie de categorías que lejos de contribuir a una

mejor comprensión de los procesos históricos, más bien los vuelven inaccesibles. Se

reemplazan categorías como clase, lucha de clases, fuerzas productivas, relaciones de

producción; por otras como: expansión hacia fuera, colonias de explotación, grupos

tradicionales y modernos. Crítica referida particularmente a Cardoso y Faletto. Si bien

no se puede negar la validez de incorporar categorías de otros programas de

investigación (o de hipótesis de acuerdo a lo sostenido por Lacatos), sin embargo, la

preocupación de Cueva (1974) va orientada a la incorporación de formulaciones

ideológicas al marxismo que lo vuelven un pensamiento ecléctico y disperso.

Sin duda, la Teoría de la dependencia deja muchos cabos sueltos y muchas orienta-

ciones para una reflexión en el siglo XXI, una reconstrucción conceptual sobre el

desarrollo en América Latina no puede ignorar sus aportes. Vale la pena recoger las

opiniones de Cueva (1974), años después, cuando el debate en las ciencias sociales ha

cambiado de terreno y las pasiones se han enfriado. Regresando sobre la ‘vieja caja de

pandora’, como alguna vez la calificó a la Teoría de la dependencia, señala:

“Queremos decir (era el año 1991) ...que nunca pensamos que nuestras críticas de mediados de los años setenta a la teoría de la dependencia, que pretendían ser de izquierda, podrían sumarse involuntariamente al aluvión derechista que se precipitó sobre aquella teoría... se observa una amnesia recurrente respecto al análisis de la dependencia, curiosamente en el momento en que ésta se acentúa; así como una repulsión a mencionar siquiera las determinaciones económicas. No en vano el terreno fue previa-mente abonado por las repetidas críticas al reduccionismo clasista, al dependentismo, y ni se diga al economicismo.” (p.79).

Tal vez por ello, y anticipándose, Marini (1991) sostiene que Cueva estuvo estuvo con

un pie en la teoría de la dependencia y el otro en el endogenismo, y que al final parece

haber superado la limitación que tenía.

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130

¿La teoría de la dependencia ha muerto?

Jorge Larraín (1989),refiere que la supuesta muerte de la teoría de la dependencia,

anunciada y reconocida por estudiosos del desarrollo y académicos latinoamericanos,

presenta otros desafíos no siempre considerados. Señalando que primero, los críticos

más sistemáticos de la teoría de la dependencia siendo marxistas europeos pocas veces

han distinguido entre sus varias corrientes y hacen su análisis desde una posición

ortodoxa o althusseriana que para él resulta equivocado; siendo fundamental su

renuncia a reconocer la existencia de una realidad histórica específica en la situación

de los países periféricos. En segundo lugar, cree necesario señalar que lo mejor de la

teoría de la dependencia fue creado en América Latina como una expresión de su

problemática específica y que, aunque deba ser examinada críticamente, es también

necesario determinar con mayor cuidado y detenimiento si es posible rescatar alguna

contribución importante.

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131

CAPÍTULO V

LAS TEORIAS ALTERNATIVAS DE DESARROLLO

El fracaso de las teorías desarrollistas en América Latina y la periferia, ha motivado la

elaboración de nuevas propuestas estratégicas para enfrentar viejos y nuevos

problemas, viejos como la pobreza, la desigualdad, la falta de productividad, el

intercambio desigual, las insatisfacciones, nuevos como los que se desprenden de las

formas renovadas de reproducción del capital en esta fase de la mundialización como

la fragmentación, la pérdida de identidad, la preminencia de la individualidad, el culto

a lo efímero, los desajustes por las nuevas tecnologías y los niveles de concentración;

así como aquellos que se desprenden por el agotamiento del planeta a consecuencia de

la irracional industrialización y consumo.

Las reflexiones y los nuevos enfoques pretenden superar las visiones deterministas, el

economicismo, la visión que reduce el desarrollo al crecimiento y éste a la disposición

de más bienes materiales, la asimilación de progreso a la capacidad productiva. Los

nuevos enfoques no pretenden incorporar campos de la realidad o del saber, antes

dejados de lado, a las visiones del pasado, se trata de replantear el discurso mismo del

desarrollo. No se trata de nuevos calificativos como humano o sustentable para el

desarrollo, como dice la crítica de los antropólogos del desarrollo, la tarea es la recons-

trucción del concepto del desarrollo, construir nuevas visiones, nuevos paradigmas y

no modelos renovados. Este esfuerzo que necesariamente adquiere un carácter trans-

disciplinario, por su naturaleza tiene que superar el limitado espacio de la economía,

más aún, cuanto ésta dejó de ser pensada como la administración y el gobierno de la

“casa” y se redujo a la crematística.

Estas elaboraciones, de alguna manera recientes, en tanto propuestas para el debate, se

afirman en nociones y formas de pensar de décadas pasadas, muchas de ellas incluso

desde el siglo pasado, pero que han cobrado relevancia por los efectos y consecuencias

de la “globalización” y el predominio de las políticas neoliberales. Es la necesidad de

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132

construir alternativas, a una política que lejos de atender las necesidades de las

personas orienta sus acciones a la mayor producción y concentración de riquezas

materiales, lo que a puesto en debate los esfuerzos por reconstruir la visión del

desarrollo. Siendo así, su estado de formulación se encuentra en la crítica y en la

afirmación de tesis generales, es el momento de construir las hipótesis generales que

alimenten una filosofía del desarrollo.

Tres grandes ejes o campos de reflexión se han ido configurando en este escenario, el

desarrollo humano, el desarrollo sustentable y el autocentramiento, que ponen atención

en recuperar a las personas como sujeto, el advertir los límites de la naturaleza y

generar una nueva forma de organización de la producción, pero donde el esfuerzo

fundamental está en cómo tratar las interrelaciones entre estos distintos componentes

que están interactuando en la realidad, no se trata de sumar enfoques disciplinarios,

sino de construir interpretaciones integradas, transdisciplinarias. Se trata de un

momento de rupturas, entre ellas, la noción de ciencia, su racionalidad, su división, de

las formas de poder que lleva y de la estructuración ideológica de su discurso.

Propuestas con enfoques más particulares, como el desarrollo local, el desarrollo local

sustentable, el enfoque de género, no serán abordados en este espacio, se los entiende

como niveles de mayor concreción de las visiones aquí expuestas, obedecen por tanto

a otro tipo de preocupaciones.

5.1. EL DESARROLLO HUMANO

Las reflexiones sobre el desarrollo humano han adquirido una gran legitimidad, al

punto que buena parte de sus resultados han sido institucionalizada, no solamente por

Naciones Unidas y las ONG de desarrollo que actúan en cada uno de nuestros países,

hoy asume parte de su discurso el Banco Mundial. Es un buen paso se argumenta, hay

apertura y sensibilidad, pero la institucionalización del pensamiento no deja de tener

graves consecuencias, es la forma de castrarlo, de vaciar su contenido, de eliminar el

sentido crítico, de despolitizarlo. Aquí retomaremos dos líneas de pensamiento: a) la

de Amartya Sen, muy sugestiva, creativa, una filosofía en realidad acompañada de

investigaciones concretas e instrumental analítico, haremos un acercamiento a un

aspecto de su propuesta; y, b) la elaborada en América Latina y conocida como

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133

Desarrollo a Escala Humana. Dos propuestas que surgen paralelas, en la misma

temporalidad, a mediados de los años ochenta.

5.1.1. Amartya Sen y la economía del desarrollo

Sen cuestiona la existencia de un orden social que hace imposible el ejercicio de la

libertad de las personas, que inhibe sus capacidades de elección y determina una mala

calidad de vida. Tendencia que contrasta con una real capacidad que tiene la sociedad

mundial con la que podría atender las necesidades de las personas (Sen, 2000).

A partir de las investigaciones sobre las hambrunas en Asia y África, Sen (1999)

descubre que este mal se presenta en antiguos reinos y en sociedades contemporáneas

autoritarias, bajo gobiernos despóticos y dictatoriales, sostenidos por partidos o líderes

intolerantes. Así la existencia de las hambrunas, sólo puede entenderse en relación a la

no vigencia de los derechos políticos y la libertad de expresión. Sostiene que no es

posible una hambruna en un régimen de naturaleza democrática, con partidos políticos

constituidos y organizados en torno a las aspiraciones de los miembros de la sociedad.

Para Sen los derechos políticos están en íntima conexión con las necesidades

económicas. Disociar esos factores de la vida de las sociedades es poner en riesgo las

libertades de las personas.

La democracia está en relación al bienestar, pero Sen (2000) subraya en los valores y

derechos para el individuo, en que la decisión colectiva debe necesariamente

responder y sustentarse en los derechos individuales. No hace culto al individualismo,

trata más bien de recuperar al hombre y la mujer como sujetos del proceso social y el

desarrollo, reafirma y potencia sus valores individuales, su derecho a la elección, a la

diferencia, a escoger su forma de vida. Por ello estudia la distribución de la renta, la

medición de las pobrezas, la búsqueda de alternativas para su declinación, el

desempleo, el hambre , la inanición y las hambrunas. Trabaja la relación entre

Economía y Filosofía a través de la Etica, en que podemos encontrar un acercamiento

con las tesis de la sociología crítica de la Escuela Frankfur, especialmente con

Foucault. La elección social cruza los valores individuales y la decisión colectiva, en

que las preferencias de la sociedad no deben contradecir las preferencias de sus

miembros, allí el sentido de la democracia y también sus limitaciones. Limitaciones

que deben ser adecuadamente superadas para no anular las expresiones de la minoría,

Page 135: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

134

evitar la polarización en dos opciones, así como, la dispersión que dificulta el

escogitamiento.

Sen reafirma como válido el espacio de la economía del desarrollo, sus estrategias y

políticas de industrialización, la acumulación acelerada del capital, la movilización de

la fuerza de trabajo y las formas de enfrentar el subempleo. Valora la participación del

Estado, la necesidad de la planeación y la actuación pública deliberada, instrumentos

que de hecho coadyuvaron al logro de aspiraciones sociales e individuales. El ataque a

la economía del desarrollo que provino del neolibealismo, sostiene Sen, fue planteado

en términos de éxito o fracaso del keynesianismo y el neoliberalismo, como una discu-

sión entre las posibilidades del Mercado y el Estado, a través de una actitud maniquéa

e impúdica, que pretendió asociar los éxitos de los “tigres”, como éxito del Mercado,

y el fracaso de África, Asia y América Latina, como fracaso del la intervención del

Estado.

Sostiene Sen (2000) que más que equivocadas, las tesis de la economía del desarrollo,

fueron insuficientes. Había que crecer económicamente, para ello había que aumentar

la tasa de acumulación y la participación de la industria en el PIB, había que encontrar

alternativas para aprovechar la presencia significativa de la fuerza de trabajo, y esas

estrategias requerían de la activa participación del Estado. Sen (1985) no cae en el

juego antitético entre Estado y Mercado, “si el gobierno de un país en desarrollo,

pobre, quisiera elevar el nivel de salud y esperanza de vida, sería tonto de su parte que

tratara de alcanzar este objetivo mediante la elevación de su ingreso per cápita en lugar

de intentar llegar a estas metas directamente a través de su política pública y de

cambio social” (p.142).

La limitación del desarrollismo se da al no reconocer que el crecimiento no es más que

otro medio para alcanzar ciertos objetivos. No es que el crecimiento no importe, de

hecho importa mucho, pero por los beneficios asociados a él. La misma calidad de

vida, esperanza de vida, salud, educación, se puede observar en países con una amplia

diferencia en los ingresos per cápita. Sen (1985) “No se trata sólo de argumentar que

el crecimiento económico es un medio y no un fin, sino también de sostener que

incluso para algunos fines muy importantes, tampoco es un medio muy eficiente”

(p.142).

Page 136: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

135

Sen (1985) cuestiona la existencia de una relación de correspondencia entre

crecimiento económico, desarrollo económico y bienestar, así como entre crecimiento

económico y calidad de vida.

• Sen y el desarrollo de las capacidades

Sen (1983) crítica a las visiones del desarrollo que se sustentan en el producto

nacional, en el ingreso total y en la oferta agregada, plantea que las categorías a partir

de las cuales hay que pensar el proceso del desarrollo se relacionan a los derechos de

la gente y a las capacidades o posibilidades que estos derechos pueden generar. Critica

por tanto a tres enfoques que han dominado la caracterización de la calidad de vida, la

que se sustenta en las mercancías que posee y usa la gente, la de la “utilidad” métrica

de placer que otorgan los bienes y servicios; y, finalmente la de las “necesidades

básicas” que también se sustenta en indicadores cuantitativos (p. 1116).

Sen (1985) sostiene que el desarrollo debe centrarse en los derechos de la gente y en

las capacidades o posibilidades que esos derechos les generan. “En última instancia,

dice Sen, el proceso de desarrollo económico tiene que preocuparse por lo que la gente

pueda o no pueda hacer”, en que el desarrollo significa emancipación. La vida de las

personas debe ser la preocupación fundamental, la producción y la propiedad

materiales no son más que meros instrumentos para solventar a aquella. El desarrollo

sería el proceso mediante el cual se amplían y profundizan las capacidades humanas;

que se refieren a “las posibilidades que pueda tener de vivir por mucho tiempo; salvar

la mortalidad evitable; estar bien nutridos; ser capaces de leer, de escribir y de

comunicarse; de participar de las hazañas literarias y científicas. Citando a Marx,

‘sustituir el dominio de las circunstancias y el azar sobre el individuo, por el dominio

de los individuos sobre el azar y las circunstancias ”(p. 143).

Sen citado por Schuldt (1998) dice que las capacidades de las personas dependen,

entre otras cosas, del conjunto de bienes que pueda dominar, y el conjunto de bienes

entre los que una persona puede elegir un subconjunto se llama “sus derechos”.

Algunas de las categorías de su análisis son:

Dotaciones. se refiere al conjunto de posesiones o propiedades iniciales con que

cuenta una persona: fuerza de trabajo, tierras , herramientas, bienes, dinero.

Page 137: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

136

Derechos. las personas o familias pueden convertir esas dotaciones en derechos de uso

o dominio, convirtiéndose así en conjunto de canastas de mercancías sobre las que

tienen derecho de uso, se puede llegar a través del autoconsumo o a partir del

intercambio de dotaciones con la naturaleza (producción) o con otras personas

(comercio).

Las realizaciones. tienen que ver con los logros, es decir diferentes condiciones de

vida que pueden ser alcanzadas por las personas.

Las capacidades. son habilidades y potencialidades para alcanzar dichas condiciones

de vida, por tanto habilidades para lograr algo, oportunidades efectivas.

La educación y la salud son determinantes directos de las capacidades humanas. Se

enfatiza en el Hacer y el Ser, que está relacionadas con la libertad, más que en el Tener

de las personas. El bienestar de las personas está en función de las realizaciones.

Las mayores dificultades se relacionan con el hecho de que la mayor parte de la

población mundial no tiene otra dotación que la mercancía fuerza de trabajo, de tal

suerte que sus derechos están dependiendo de la habilidad para encontrar empleo, de la

tasa salarial y de los precios de las mercancías que requiere comprar. Sen (2000)

afirma que lo que nos interesa es, lo que la gente pueda o no pueda hacer, y esto nos

conecta con sus derechos más que con las ofertas y las producciones de la economía.

Las deficiencias de los sistemas de derechos que operan a través de la propiedad y el

intercambio pueden provocar hambrunas incluso en momentos en que la oferta no es

tan dramática. Es decir no dependen de la disponibilidad cuanto de los derechos de las

personas. Estos derechos no operan sólo a través de los mercados; en la experiencia de

los países socialistas, los derechos de las familias dependían y dependen del Estado; y

en las sociedades no socialistas dependen de la seguridad social, en que incluso los

derechos pueden llegar sustancialmente más lejos que el funcionamiento de las fuerzas

del mercado (Sen, 2000).

En esta línea de reflexión, Sen (2000) crítica a la economía tradicional del desarrollo,

que puso más atención a la oferta de bienes que a la propiedad y los derechos. El

ingreso es una base inadecuada para analizar los derechos de una persona, ellos

proporcionan los medios para adquirir cosas y no necesariamente resuelven satisfac-

Page 138: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

137

toriamente su derecho a la educación o a la salud.

Para Sen (1985) habría dos grandes visiones del desarrollo, la centrada en el

crecimiento, en la noción de la opulencia, en que la cultura y los valores no tienen un

lugar fundacional debido a que todo funciona con valores dados, los que están

alrededor de la opulencia económica; y la otra, la centrada en el desarrollo de las

capacidades humanas, que enriquece la libertad real de los involucrados en la

búsqueda de sus propios valores. Las capacidades se refieren a la combinación de

distintas opciones en que uno puede elegir. La pobreza de una vida, en este sentido

dice Sen, no reside en la condición de pobreza material en la que vive la persona, sino

en la falta de una oportunidad real dada tanto por limitaciones sociales como por

circunstancias personales para elegir otras formas de vida.

5.1.2 Manfred Max Neef y el el Desarrollo a Escala Humana (DEH)

Esta formulación fue presentada por Manfred Max Neef, Antonio Elizalde y Martin

Hopenhayn en 1986; el documento tiene la pretensión de constituirse en una filosofía

del desarrollo, a partir de la realidad latinoamericana

Max-Neef et al. (1986) sostiene la propuesta del DEH que es ilusorio pensar en una

estrategia de desarrollo a partir de la expansión de las exportaciones de los productos

primarios, que no es posible tampoco una estrategia sustentada en la diversificación de

las exportaciones manufactureras. Las condiciones internacionales actuales son

adversas por el proteccionismo, la orientación de las inversiones, el agravamiento de

los términos de intercambio, de allí que una nueva concepción tiene que orientarse a la

satisfacción de las necesidades humanas y hacia la generación de una creciente

autodependencia.

Los objetivos que se plantea el Desarrollo a Escala Humana DEH (Max-Neef et al,

1986) son: a) satisfacer las necesidades humanas fundamentales; b) generar niveles

crecientes de autodependen–cia: y, c) Articular orgánicamente a los seres humanos

con la naturaleza. Algunas estrategias propuestas:

a) La base para alcanzar estos objetivos se construye con el protagonismo real de las

personas, privilegiando la diversidad y la autonomía de los espacios en que el prota-

Page 139: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

138

gonismo sea posible; lograr la transformación de la persona-objeto en persona-sujeto

del desarrollo, es entre otras cosas un problema de escala (no hay protagonismo en

sistemas gigantes organizados jerárquicamente de arriba hacia abajo). En esta

dirección el DEH exige una necesaria profundización democrática.

b) Ante la creciente exclusión de los proyectos nacionales homogeneizadores del

Estado-único, una perspectiva política alternativa debe combinar la desconcentración

económica, la descentralización política, el fortalecimiento de las instituciones

democráticas y la autonomía de los movimientos sociales emergentes, hacia un

proyecto que reconozca y afirme la heterogeneidad. Se trata por tanto de un nuevo tipo

de estado y organización social que desarrolle la capacidad de la llamada sociedad

civil, con un orden político representativo de los diversos y heterogéneos sujetos

sociales. Un tipo de desarrollo orientado a fortalecer los espacios locales, las micro-

organizaciones y la multiplicidad de matrices culturales dispersas en la sociedad, exige

a la vez consolidar prácticas que comuniquen, socialicen y rescaten las diversas

identidades colectivas del cuerpo social.

c) Es indispensable en ese proceso ampliar la autonomía nacional y socializar en forma

más equitativa los frutos del desarrollo económico. Para ello el Estado debe definir

nuevos mecanismos que permitan articular a los movimientos sociales atomizados, las

diversas actividades culturales y las estrategias comunitarias que no es posible hacerlo

desde las prácticas homogeneizadoras que caracterizó a los populismos y los nacio-

nalismos. Se trata de combinar participación con heterogeneidad. La propuesta del

DEH es abierta, no prioriza una reflexión sobre el estado, pone atención más bien en lo

que denomina una “democracia de la cotidianidad”, “democracia social”, por cuanto

sostiene que “sólo rescatando la dimensión molecular” de los social (micro-

organizaciones, espacios locales) tiene sentido pensar en las vías posibles de un orden

político sustentado en una cultura democrática.

Desarrollo y necesidades humanas

Una teoría de las necesidades para el desarrollo obedece a una construcción transdis-

ciplinaria. Para el Desarrollo a Escala Humana (1986) las calamidades sociales se

presentan no como problemas específicos sino como problemáticas complejas, que no

pueden ser atendidas desde visiones disciplinarias reduccionistas, “ya no nos queda

Page 140: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

139

ningún hermoso problema particular”, por ejemplo, la mala salud es resultado de la

mala política y la mala economía; los economistas no pueden pretender que su única

preocupación son los problemas económicos, sería una pretensión poco ética. Tres

postulados básicos:

1) El desarrollo se refiere a las personas y no a los objetos. El paradigma tradicional

con indicadores como el Producto Nacional Bruto, para Max-Neef (1986) es un

indicador de crecimiento cuantitativo de los objetos, se requiere ahora indicadores de

crecimiento cualitativo de las personas. “El mejor proceso de desarrollo será el que

permita elevar más la calidad de vida de las personas”. “La calidad de vida dependerá

de las posibilidades que tengan las personas para satisfacer sus necesidades humanas

fundamentales” (p. 25 ss).

Se afirma tradicionalmente que las necesidades humanas son infinitas, que cambian,

que varían de una cultura a otra y que son diferentes de un período histórico a otro. Es

importante ahora diferenciar entre lo que son las necesidades y los satisfactores de esas

necesidades. Las personas son seres con necesidades múltiples e interdependientes.

Las necesidades humanas deben entenderse como un sistema en que las mismas se

interrelacionan e interactúan. En esta propuesta se clasifican las necesidades según

dos categorías, las existenciales y las axiológicas28.

La alimentación y el abrigo no son en sí necesidades, sino satisfactores de la necesidad

de subsistencia; la educación, el estudio, la investigación, son satisfactores de la

necesidad de entendimiento; los sistemas curativos, la prevención, los esquemas de

salud, son satisfactores de la necesidad de protección. No existe una relación

biunívoca entre necesidades y satisfactores. Un satisfactor puede responder a diversas

necesidades, y una necesidad puede requerir de diversos satisfactores. De lo dicho se

desprenden los otros dos postulados.

2) “Las necesidades humanas fundamentales son finitas, pocas y clasificables”.

28 En la matriz de esta propuesta Max-Neef et al (1986), consideran entre las necesidades axiológicas a las siguientes: subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, ocio, creación, identidad y libertad. Entre las necesidades existenciales consideran: ser, tener, hacer y estar (p.26).

Page 141: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

140

3) “Las necesidades humanas fundamentales son las mismas en todas las culturas y en

todos los períodos históricos. Lo que cambia, a través del tiempo y de las culturas, es

la manera o los medios utilizados para la satisfacción de las necesidades”.

Habría que entender entonces que las culturas se diferencian de acuerdo a la elección

de los satisfactores. Cada necesidad puede satisfacerse a niveles e intensidades

distintos y en contextos diferentes, en relación al individuo, al grupo social o al medio

ambiente.

En la construcción teórica se propone revisar el concepto de pobreza que se refiere

exclusivamente a aquellas personas que pueden ser clasificadas por debajo de un

determinado rubro de ingresos por responder a una visión reduccionista, economicista.

Se propone hablar de pobrezas referidas a la no atención adecuada de las necesidades

humanas fundamentales, por ejemplo, pobreza de subsistencias, de protección, de

afecto, de identidad, de entendimiento. Adicionalmente, las pobrezas generan

patologías individuales y colectivas, por ejemplo lo que se provoca con el desempleo,

la deuda externa, las inflaciones altas. Entre esas patologías, por ejemplo, existe el

miedo en sus distintas manifestaciones debido a la violencia, por la exclusión, por la

frustración de proyectos. La atención de esas patologías requiere de la

transdisciplinariedad.

De las necesidades y los satisfactores

Las necesidades revelan el ser de las personas, sea como carencia o como potencia-

lidades, reducirlas a sólo carencias, “falta de algo” es restringirlas a lo fisiológico

(Max-Neef et al, 1986). En la medida en que las necesidades comprometen, motivan y

movilizan a las personas son también potencialidades. Pueden devenir en recursos,

siendo así, no es apropiado hablar de “necesidades que se satisfacen” o que “se

colman”, al ser un proceso dialéctico constituye más bien un movimiento incesante.

“De allí que sea más apropiado hablar de vivir y realizar las necesidades, de vivirlas y

realizarlas de manera continua y renovada” (p.34).

Los satisfactores en cambio, no deben ser entendidos como bienes económicos dispo-

nibles, se refieren a todo aquello que representa formas de ser, de tener, de hacer y de

estar y que contribuyen a la realización de las necesidades humanas, por tanto serán

satisfactores las formas de organización, las estructuras políticas, las prácticas sociales,

Page 142: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

141

las subjetividades, los contextos, los comportamientos y las actitudes. Se propone una

taxonomía de los satisfactores de acuerdo a los efectos que provocan en su aplicación:

destructores, inhibidores, pseudo satisfactores, singulares, sinérgicos, exógenos y

endógenos (Max-Neef et al, 1986).

Max-Neef et al (1986) si el satisfactor es el medio por el cual se expresa una

necesidad, “los bienes en sentido estricto son el medio por el cual el sujeto potencia

los satisfactores para vivir sus necesidades”. “Cuando la forma de producción y

consumo de bienes conduce a erigir los bienes en fines en sí mismos, entonces la

presunta satisfacción de una necesidad empaña las potencialidades de vivirla en toda

su amplitud”(p.35). Se configura entonces una sociedad alienada, cosificada,

embarcada en una carrera productivista sin sentido, la vida se pone al servicio de los

artefactos en lugar de que los artefactos lo estén de la vida. Es necesario desentrañar la

dialéctica entre necesidades, satisfactores y bienes económicos a fin de encontrar

formas organizativas en la sociedad que haga posible que los bienes potencien los

satisfactores para vivir las necesidades sana y plenamente. La atención de las

necesidades no pueden ser relacionadas sólo con bienes y servicios, sino relacionadas

con formas de organización, modelos políticos y valores.

Concebir que existe una relación directa entre necesidades y bienes económicos, en

que las necesidades se expresan a través de la demanda, y ésta a su vez determinada

por las preferencias individuales en relación a los bienes producidos, es reafirmar una

concepción mecanicista, unilateral y productivista en la economía. Es necesario

superar esa visión reivindicando lo subjetivo, más allá de las preferencias respecto a

los objetos y los artefactos.

Considerando los tiempos y ritmos en los procesos, Max-Neef et al (1986) considera

que “las necesidades humanas fundamentales son esenciales, que se relacionan con la

evolución; los satisfactores son formas de ser, tener, hacer y estar, que se relacionan

con estructuras; y los bienes económicos son objetos que se relacionan con

coyunturas” (p. 23).

Hacia un desarrollo autodependiente

Max-Neef et al (1986) en el marco de las condiciones internacionales actuales y de sus

tendencias, el DEH plantea una estrategia de desarrollo nacional autodependiente,

Page 143: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

142

concebida como una interdependencia horizontal y no como un aislamiento por parte

de las naciones, regiones o comunidades locales o culturales. Esta es un propuesta

muy afín a la del autocentramiento, pero centrada más en el espacio de la política.

La autodependencia dice Max-Neef (1986) “entendida como un proceso capaz de

fortalecer la participación en las decisiones, la creatividad social, la autonomía

política, la justa distribución de la riqueza y la tolerancia frente a la diversidad de

identidades. La autodependencia como elemento decisivo en la articulación de los

seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de lo personal con lo social, de lo

micro con lo macro de la autonomía con la planificación y de la sociedad civil con el

Estado” (p.57).

La relación de lo personal con lo social, entendiendo que no es posible un desarrollo

social sin atender las necesidades del individuo, exige superar la visión del individuo

como consumidor o el de disolver al individuo en un arquetipo como el de masas. Si

los procesos de dependencia van de arriba hacia abajo, de lo internacional a lo local;

las relaciones de autodependencia se construyen de abajo hacia arriba y tienen efectos

sinérgicos. Sin embargo, hay que reparar en la importancia de los niveles macros a

condición de que no se reproduzcan relaciones verticales. Existe una relación de

complementariedad entre lo micro y lo macro (Max-Neef et al, 1986).

El espacio natural para potenciar la participación y fortalecer la autodependencia es el

nivel local. Para superar la dispersión de las acciones locales, éstas deben estar

potenciadas por acciones políticas concertadas, lo que se traduce en una planificación

global para las autonomías locales. En el otro polo, no hay que minimizar el papel del

Estado y de las políticas públicas en la ejecución de las tareas de planificación y

asignación de recursos, así como no se debe reducir la organización social y

productiva gestada por la sociedad civil a un estado macrocéfalo (Max-Neef et al,

1986).

Max-Neef (1986). Se trata de superar una racionalidad económica que se sustenta en

la acumulación indiscriminada, en el mejoramiento de los indicadores macroeconó-

micos y en la eficiencia al margen de la satisfacción de las necesidades humanas, por

“otra racionalidad, que se orienta al mejoramiento de la calidad de vida de la pobla-

ción, en el respeto a la diversidad y en la renuncia a convertir a las personas en

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143

instrumento de otras personas y a los países en instrumento de otros países” (p.62).

A manera de síntesis Max-Neef et al (986) nos plantean: “El desarrollo autodepen-

diente permite una satisfacción más completa y armoniosa del sistema total de

necesidades humanas fundamentales. A través de la reducción de la dependencia

económica, la subsistencia se protege mejor, puesto que las fluctuaciones económicas

(recesiones, depresiones, etc.) provocan mayores daños cuando prevalece una estruc-

tura de dependencia centro periferia. Más aún, incentiva la participación y la

creatividad. Estimula y refuerza la identidad cultural a través de un aumento de la

autoconfianza. Por último, las comunidades logran un mejor entendimiento de las tec-

nologías y de los procesos productivos, cuando son capaces de autoadministrarse” (p.

63). En el campo cultural se propone rescatar el arsenal de creatividad, solidaridad, e

iniciativas autogestionarias existentes en el “mundo invisible” de nuestras sociedades

(en realidad son ahora muy visibles) que se han generado en la resistencia a la

exclusión.

5.2. EL DESARROLLO SUSTENTABLE

Si bien el tema ambiental en relación a la economía ha sido estudiado desde el siglo

pasado, la relación entre crecimiento y recursos naturales disponibles como preocu-

pación en las políticas estatales y en la agenda de los organismos internacionales

recién empieza en los años setenta con la presentación del informe Meadows sobre

‘Los límites del crecimiento’. Más adelante, en el foro de las Naciones Unidas se

presenta el Informe “Nuestro Futuro Común” de 1989, más conocido como Informe

Brundtland, mucho más revelador sobre los límites de la naturaleza frente a un

crecimiento irracional de la economía. . La conclusión a la que llegó es que se podrá

crecer hasta 5 o 10 veces para atender las necesidades y superar la pobreza en el

mundo. El mérito fundamental de este documento es el haber convertido el tema de la

sustentabilidad en objetivo mundial. En este trayecto se ha pasado de una posición

estrictamente conservacionista a otra que marca la imposibilidad del crecimiento y

finalmente a sugerir la conveniencia de hacer físicamente ‘sostenible’ el desarrollo

(Goodland et al, 1994).

El mundo de hoy no guarda condiciones de sustentabilidad, para funcionar lo hace con

Page 145: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

144

bienes energéticos como el petróleo y el gas, que son combustibles no renovables, que

proveen el 60% de la energía mundial cuando apenas existen 50 años de reservas ase-

guradas. Investigaciones posteriores de Goodland entre otros, señalan que el problema

es más dramático del lado de las posibilidades del planeta, poniendo énfasis en que

hay que revisar las concepciones mismas del desarrollo. Los aportes de Joan Martínez

Alier y Bob Sutcliff nos ayudan a situar de mejor manera este debate.

El ecosistema global y el subsistema económico. Desde una perspectiva sistémica, el

ecosistema global debe ser entendido como la fuente de todos los elementos materiales

que alimentan al subsistema económico, al tiempo que cumple también la función de

vertedero de todos los desechos. Estas dos funciones, de fuente y vertedero, del eco-

sistema global, se cumplen en condiciones de existir una capacidad limitada de

regeneración y asimilación. Allí se imponen los límites para el funcionamiento del

subsistema económico. El imperativo es por tanto, mantener el tamaño de la economía

dentro de la capacidad del ecosistema (Goodland et al, 1994).

Al ritmo de crecimiento actual –dice Goodland–, es poco probable que la economía

pueda crecer cinco o más veces como sugiere Brundtland. El mundo ya no está vacío,

el subsistema económico es grande con relación a la biosfera y las capacidades de las

fuentes y vertederos están ya sometidas a presión.

De los límites de la fuente a los de vertedero. Los rastros de la economía humana se

los percibe en cualquier punto del planeta. No hay duda de que hemos ensuciado

nuestro nido. Desde 1992 que se presentó el Informe de Roma, las preocupaciones del

crecimiento han pasado de los límites de la fuente a los límites del vertedero, los de la

fuente están en mejores posibilidades de ser sustituidos. Este giro ha permitido que el

problema de la contaminación se ponga en el centro de la investigación, varios

avances se han registrado con resultados positivos como el relacionado con el CFC.

Otros tienen mayor dificultad de ser enfrentados como es el caso de los desechos

producto del uso de los combustibles fósiles. La tecnología trabaja en dirección a la

reducción de estos insumos pero muy poco se ha hecho en relación a los desechos. Lo

cierto es que a los mares van a parar alrededor de 20.000 toneladas de desechos por

año; una quinta parte de la población mundial respira aire más venenoso del que

recomienda la OMS; una generación de niños en México puede quedar

intelectualmente impedida por la contaminación de plomo (Goodland, et al, 1994).

Page 146: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

145

Las evidencias de los límites. Una síntesis a nivel de diagnóstico.

a) En 50 años el mundo estará lleno. Actualmente la economía humana se apropia

del 40% de la producción primaria neta de la fotosíntesis terrestre, al tiempo que

aumentan la desertificación, la pavimentación, la erosión y la contaminación. Si se

duplicara la población del mundo, lo que es probable en 35 años, se utilizará el 80% de

la biomasa, poco después se llegará al 100%, lo que ecológicamente es imposible. El

mundo pasará de estar medio lleno a estar lleno (Goodland et al, 1994).

b) El calentamiento del planeta, debido básicamente a la emisión de dióxido de

carbono CO2 . Mientras la temperatura en el planeta varió 2° en los últimos 10.000

años, entre la década de los 80 de este siglo comparada con la del siglo pasado, hay un

aumento de 0,5°. Esta variación de hecho está vinculada a la industrialización. Se pre-

sume que con el calentamiento del planeta haya empezado el efecto invernadero. La

causa fundamental para el calentamiento sería el uso de los combustibles fósiles:

carbón, petróleo y gas natural. A más del CO2, contribuyen al calentamiento el

metano, CFC y el óxido nitroso. Otra fuente para la emisión de CO2 es la defores-

tación. El precio que pagan los que contaminan al utilizar la atmósfera como vertedero

es nulo. De comprobarse el efecto invernadero, las poblaciones de los estuarios y

zonas del litoral estarán ante un inevitable riesgo. Los combustibles fósiles propor-

cionan el 78% de la energía que se utiliza en los Estados Unidos. Hay posibilidades

científico-tecnológicas para ir sustituyendo los fósiles, fuentes renovables como la

biomasa, energía solar y la energía hídrica. Los japoneses han tenido un crecimiento

del 81% en su PNB en relación a 1973 utilizando la misma cantidad de energía

(Goodland et al, 1994).

c) La destrucción de la capa de ozono. Desde 1974 se ha predicho que la causa

principal es la emisión de gases CFC. Los agujeros que se provocan son altamente

peligrosos, el que se detectó en la Antártida es más grande que la extensión de los

Estados Unidos. Se ha comprobado la relación entre las radiaciones ultravioletas B

que no pasan a través de la capa de ozono y el cáncer a la piel. El millón de toneladas

que aproximadamente se emite cada año necesita alrededor de 10 años para llegar a la

capa de ozono, la destruye y tiene una vida media de entre 100 y 150 años. Los efectos

que por los gases que hoy se bombean a la atmósfera se sentirán después de 10 años.

El 85% de los gases CFC son liberados en el norte (Goodland et al, 1994).

Page 147: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

146

GRAFICO Nº 2

Fuente: Goodland 1994

d) La degradación de la tierra. Esta se expresa en la desertificación, la erosión y la

salinización. El 97% de la alimentación de la humanidad proviene de la tierra, y el

35% de ella está actualmente degradada. Las tasas de formación del suelo son muy

inferiores a las tasas de destrucción. Al exceder los límites de esta fuente ambiental,

los precios de los alimentos tienden a subir, en condiciones en que 1.000 millones de

personas sufre por desnutrición. Debido al déficit de leña, los residuos de cosecha y

estiércol que se utilizaba para la agricultura ahora se los utiliza como combustible, si a

esto se suma la sobreutilización del suelo, se está contribuyendo a la degradación

(Goodland et al, 1994).

e) La destrucción de la biodiversidad. La escala de la economía humana se ha

extendido tanto que ya no hay espacio para muchas especies. El hábitat más rico, la

Page 148: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

147

selva tropical, ha sido destruida en un 55% y la tasa actual sobrepasa los 168.000 Km2

por año. Se presume que el total de especies puede estar entre los 5 y 30 millones, tal

vez más, por ello no se puede determinar la tasa de extinción, pero se estima que 5.000

especies de nuestro banco genético heredado se extinguen de manera irreversible cada

año, es decir, 10.000 veces más rápido que las tasas de extinción prehumanas

(Goodland et al, 1994).

f) El factor poblacional. Muchos pensadores desde Malthus han centrado el problema

de la pobreza en el crecimiento poblacional. Sin embargo, en los países desarrollados

tenemos un exceso de consumo per cápita y un exceso de contaminación, de hecho son

los mayores responsables en sobrepasar los límites de resistencia del planeta. El 20%

más rico del mundo consume el 70% de la energía comercial. Es importante que 30

países han llegado a un crecimiento poblacional CERO. La responsabilidad está

también de los países subdesarrollados, en que se concentra el 77% de la población, en

éstos el crecimiento de la población es mayor al crecimiento de las economías que los

sostienen. De hecho, la pobreza también afecta la sustentabilidad del planeta. Por

tanto, si los países desarrollados cambian su visión de desarrollo sustituyendo lo

cuantitativo por lo cualitativo, estarían liberando insumos y recursos ambientales que a

su vez serían utilizados para el crecimiento en el sur con otra visión del desarrollo. No

se puede seguir el modelo de los combustibles fósiles, basta con imaginarse lo que le

pasaría al planeta si cada uno de los 1.200 millones de chinos dispondría de un

automóvil. Con respecto a la disminución en la tasa de crecimiento poblacional, el

mejoramiento de los niveles de equidad de género en educación, producción y los

distintos espacios de la vida de la comunidad, han propiciado resultados positivos. De

hecho, el control sobre los límites es responsabilidad del norte y del sur (Goodland et

al, 1994).

g) Crecimiento vs. Desarrollo. Si las capacidades de regeneración y asimilación de

fuentes y vertederos están siendo sobrepasadas, quiere decir que efectivamente el

crecimiento del sistema económico en relación al ecosistema mundial se encuentra en

crisis. El problema se plantea entonces, en si la sostenibilidad es posible con un

crecimiento del 3,3% per cápita, como sostiene Mac Neill en el marco Brundtland, o

si se asume la posición de que la sostenibilidad será posible si el crecimiento cuan-

titativo del consumo de recursos se estabiliza y es reemplazado por el desarrollo

Page 149: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

148

cualitativo, manteniendo constante los insumos. Lo segundo contribuye pero no es

suficiente, lo primero no es equitativo y no contribuye a solucionar la pobreza, dejar

que todos crezcan a una tasa del 3,3% del PIB/pc significa que en EUA se aumente el

ingreso en 633 dólares / pc y en la India o China 10 dólares /pc. Después de 10 años el

ingreso pc en EUA habrá crecido a 7.257 dólares/pc mientras en Etiopía habrá subido

a 41dólares /pc (Goodland et al, 1994).

Hay que avanzar en la sustitución de recursos, se puede producir más con menor con–

sumo de energía y materias primas, hay que evitar los consumos dispendiosos, sobre

todo en los países industrializados, hay necesidad de una distribución más equitativa

de los recursos. La lucha contra la pobreza requiere un ajuste en los patrones de

consumo de los países ricos. Las presiones por un desarrollo ecológicamente susten–

table, que implica un desarrollo que satisfaga las necesidades del presente sin compro–

meter las capacidades de las generaciones futuras de atender las suyas, no dejan de

tener puntos de contradicción con las necesidades de un desarrollo que atienda los

problemas urgentes de la pobreza en el sur. Los países desarrollados no son solamente

los principales responsables en la producción de desechos y daños ambientales, sino

además tienen el monopolio del conocimiento, ello exige un cambio drástico en su

compromiso por la sustentabilidad ambiental. El gasto de 1 billón de dólares por año

en la producción de armamento debería tener definitivamente otro destino. El cambio

de un desarrollo cuantitativo por un cualitativo, es sin embargo un problema político

(Goodland et al, 1994).

De lo dicho, si los estudios ambientales ponían énfasis en los límites de las fuentes

(agotamiento del petróleo), ahora lo hacen en los límites de los vertederos (efecto

invernadero, destrucción de la capa de ozono, contaminación de aguas y aire) que son

mucho más severos. Para las corrientes que plantean racionalizar el uso de los recursos

a través de imponer valores monetarios a su uso, resulta que las funciones de vertedero

constituyen mayor propiedad común que las de fuente, este sobreuso es por tanto más

difícil de corregir a través del ajuste del mercado. La propuesta que hacen los

ambientales a este respecto serían: a) acelerar el desarrollo tecnológico para reducir el

contenido de los recursos naturales; y b) aumento sustancial de los impuestos sobre el

consumo de recursos (tal como los impuestos sobre la emisión de carbono o sobre la

partición de minerales), los impuestos deben canalizarse a lo que queremos reducir

(contaminación y explotación) y no a aquello que queremos aumentar (empleo e

Page 150: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

149

ingresos). A medida que se tenga réditos en los impuestos ambientales se pueden

reducir los impuestos sobre los ingresos, especialmente sobre los bajos, pudiendo

llegarse a un impuesto negativo sobre ellos (Goodland et al, 1994).

Herman Daly, nos plantea un tema central en relación a la economía, si la lógica de

esta disciplina ha sostenido que hay que aumentar la productividad del factor más

escaso (el limitante) y tratar de incrementar su oferta, entonces debe procederse a

potenciar la productividad del capital natural y su disponibilidad, en lugar de continuar

incrementando el capital hecho por el hombre y su acumulación, tal como sucedía

cuando éste era el factor limitante. ¿Porqué no se ha percibido que el patrón de escasez

ha cambiado? Puede haber dos explicaciones: a) porque la economía de mundo lleno

no ha sido aceptada, ni siquiera como un reto; y b) el factor limitante no fue

considerado como un elemento complementario. Un supuesto de la economía

neoclásica ha sido que los factores de la producción son sustituibles en gran parte. La

idea de un factor limitante no fue por tanto muy aceptada. Si los factores son sustitutos

más que complementos, entonces no hay factor limitante. La discusión en la teoría fue

planteada entre sustitutividad y complementariedad (Goodland et al, 1994).

Sin embargo, “el capital hecho por el hombre está cada vez más limitada por el

decreciente abastecimiento de capital natural”. El cambio del patrón de escasez, del

capital hecho por el hombre al capital natural, como factor limitante, es entonces

producto de la creciente ampliación de la producción y por impacto cada vez mayor de

la presencia humana.

La relación de complementariedad que existe entre el capital hecho por el hombre y el

capital natural, hace que la acumulación creciente de capital hecho por el hombre

presione sobre las existencias del capital natural para abastecer un flujo creciente de

recursos naturales. Herman Daly en (Goodland, et al., 1994) dice “Cuando este flujo

alcanza un punto que no puede mantenerse por más tiempo, aparece la gran tentación

de abastecer el flujo anual de manera no sostenible liquidando las existencias de

capital natural, y por lo tanto posponiendo el colapso del valor del capital

complementario hecho por el hombre. En la era de la economía del mundo vacío, los

recursos naturales y el capital natural eran mercancías gratuitas. Consecuentemente el

valor del capital hecho por el hombre no estaba bajo la amenaza de escasez de un

factor complementario. En la era de la economía del mundo lleno, esta amenaza es real

Page 151: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

150

se satisface liquidando las existencias de capital natural para mantener temporalmente

el flujo de recursos naturales que sostienen el valor del capital hecho por el hombre.

Ahí radica el problema de la sustentabilidad” (p. 56). Esta reflexión de Daly a más de

centrar el problema entre la economía y la sustentabilidad ambiental, entre el capital

hecho por los hombres y el capital natural, reafirma que la forma de enfrentar los

límites de la naturaleza que han sido sobrepasados por el crecimiento económico, por

una concepción del desarrollo, necesariamente cae en el campo de la política, la

destrucción de capital natural para preservar el capital hecho por los hombres es una

opción que responde a relaciones de fuerza.

La crítica de Martínez Alier

Joan Martínez Alier (1995), examina críticamente el concepto de desarrollo

sustentable, resaltando las limitaciones que los enfoques puramente económicos o

puramente ecologistas tienen. En su obra podemos encontrar una seria crítica a las

concepciones económicas hegemónicas que están presentes incluso en la economía

ecológica. Este andamiaje conceptual impediría una real valoración de los servicios

ambientales de fuente y vertedero que la naturaleza presta, ya que con las categorías

actuales resulta impreciso dar valor a los recursos naturales o medir las externalidades

negativas o hacer cualquier cálculo sobre las necesidades de las generaciones futuras,

dado el interés puramente crematístico de las categorías predominantes en la

economía. Considera también que la ecología per se tampoco puede dar cuenta de la

totalidad de problemas que están asociados con el desarrollo sustentable ya que no

tiene criterios para valorar los efectos negativos o positivos del proceso económico o

para valorar los intercambios económicos implícitos y los conflictos redistributivos

que están en juego. Señala que ni el propio concepto de desarrollo sostenible o

sustentable puede ser utilizado para una política demográfica y ambiental que el

mismo reclama, ya que no es posible aceptar la racionalidad ecológica implícita en el

concepto de capacidad de sustentación29.

29 El concepto de capacidad de sustentación en ecología se refiere a la máxima población de una especie que puede mantenerse indefinidamente en un territorio sin provocar una degradación en la base de recursos que pueda disminuir la población en el futuro. Martínez Alier, Joan; 1995 DE LA ECONOMIA ECOLOGICA AL ECOLOGISMO POPULAR. Icaria; Motevideo, Tercera edición. P 62

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151

Para Martínez Alier (1995), es importante tener en cuenta que los países a los cuales se

pretende aplicar la lógica ecológica de la sustentabilidad son producto de la historia

humana y “la ecología humana es distinta de la ecología de otros animales precisa-

mente porque la especie humana no tiene instrucciones genéticas respecto al consumo

exosomático de energía y materiales y porque la distribución territorial de la especie

humana responde a causas históricas, no puede explicarse biológicamente” (p.64-65).

Para él, las argumentaciones sobre la base de la capacidad de sustentación, la

sustentabilidad y el desarrollo sustentable son ideológicas en su aplicación selectiva y

muchas veces intentan biologizar la desigualdad social.

La siguiente afirmación, resumiría la posición de Martínez Alier (1995) frente al

desarrollo sustentable: “… la imposibilidad de una racionalidad económica que tenga

en cuenta las externalidades y las incertidumbres ecológicas, y la imposibilidad, por

otro lado, de decidir los asuntos humanos, de acuerdo a una planificación racional

puramente ecológica, lleva hacia la politización de la economía. Por tanto, hay que

preguntarse acerca de cuales son las unidades territoriales y los procedimientos de

decisión, una vez caídas las pantallas defensivas de la economía ambiental conven-

cional y de la planificación ecológica” (p.66).

La serie de interrogantes que esta crítica abre, llevan al autor a considerar indis-

pensable el análisis político de las políticas ambientales.

El desarrollo humano sostenible

Existe un conjunto de críticas a las concepciones dominantes del desarrollo

provenientes de lo que Sutcliffe (1995) denomina las críticas del bienestar (desarrollo

humano) y medioambiental (desarrollo sustentable). Dos discursos que trabajan sobre

tres variables, el flujo de recursos físicos utilizados, el PIB y el bienestar. La crítica del

bienestar, que llega a la conclusión de que el actual desarrollo no es deseable,

reflexiona en las relaciones entre el PIB y el bienestar. De su lado, la crítica ambiental,

llega a la conclusión de que el desarrollo no es posible, reflexiona sobre las relaciones

entre recursos físicos y PIB.

Sutcliffe (1995) considera que estas dos líneas críticas, la del bienestar y la

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152

ambientalista comparten algunos elementos:

1. El desarrollo no es ni deseable ni posible, lo uno viene por lo humano y lo segundo

por lo ambiental.

2. Los indicadores como PIB - PNB (ingreso o producto) no dan cuenta del bienestar

humano. Son indicadores con profundas limitaciones que no permiten una lectura

adecuada de la realidad. Un dólar gastado en armamento es similar a un dólar gastado

en medicinas o literatura; valoran de la misma manera un dólar de ingreso de un millo-

nario que el de un pobre. Desde los críticos medioambientales, la contaminación y los

efectos perniciosos de la producción no son restados de las cifras del Ingreso Nacional,

no toman en cuenta las “externalidades negativas” de la contaminación. Estas son

mayores que las positivas, por lo cual el PIB está sobrestimado. Si se corrige la

contaminación por ejemplo, este rubro incrementa el PIB. El coste de la conta-

minación aparece como un beneficio en el PIB, y puede aparecer dos veces. El otro

problema de estos indicadores es entre el valor bruto y el valor neto, los recursos

naturales, capital natural, no aparecen valorados, sólo están los valores del capital

hecho por el hombre.

3. Ambos rechazan la tesis de que el desarrollo implica irse acercando a la situación de

los países llamados desarrollados.

4. El desarrollo es un problema del conjunto de la humanidad, no solamente de los

subdesarrollados.

5. Ambas mantienen la tesis de la distribución equitativa para afrontar el desarrollo, lo

cual es pertinente entre países pobres y países ricos, dentro de cada país y entre el

presente y el futuro.

6. El reconocimiento de que ninguna de las propuestas son nuevas.

Sin embargo son dos propuestas distintas, la una define su lugar en la tesis del

desarrollo humano, la otra en el desarrollo sustentable.

Sutcliffe (1995) juzga que el desarrollo humano puede entenderse como el proceso de

cambio social y econó–mico que tiene el objetivo primordial mejorar el nivel de vida

(quizás en las capacidades) de las personas que sufren privaciones y que considera la

utilidad de otros aspectos por el aporte a esta mejora. Criterio que es inverso a la

Page 154: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

153

tradicional, en que el bienestar es un subproducto del desarrollo.

Desarrollo sostenible, puede definirse como los cambios en las actividades humanas

materiales que disminuyen radicalmente el agotamiento de los recursos no renovables

y de los que no son fácilmente renovables y la contaminación perjudicial para el medio

ambiente, con lo cual se prolonga radicalmente el tiempo durante el cual las nece–

sidades humanas materiales puede satisfacerse (Sutcliffe, 1995) ).

La combinación de estos dos conceptos presentan dificultades al momento de tomar

decisiones, pues hay muchas acciones que pueden contribuir a satisfacer necesidades

humanas que entran en contradicción con la sustentabilidad; otras que son sustentables

pero no ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas; otras que son sustentables

y al mismo tiempo atienden necesidades, que indudablemente deben apoyarse; y,

finalmente, aquellas que deberán definitivamente ser desechadas, que no son susten-

tables ni atienden necesidades humanas. Para las primeras habrá que valorarlas y bus-

car mecanismos de compensación en caso de no encontrarse alternativas. Las dificul-

tades estriban primero en cómo se hacen las valoraciones y segundo cual debe ser la

forma de tomar decisiones. Para la primera dificultad hay que reconocer que se hacen

varios estudios para recomendar indicadores cuantitativos, lo que de por sí ya nos pone

ante ciertos límites, la segunda dificultad debe ser afrontada desde una posición

democrática y participativa por parte de las comunidades implicadas (Sutcliffe, 1995).

Los considerados como marginados en las dos posiciones críticas, es decir los pobres

en el discurso del bienestar y las generaciones futuras en el discurso de los

ambientales, sólo pueden encontrar alternativas desde una posición que combine las

dos estrategias (Sutcliffe, 1995).

“El desarrollo humano, sin atender a la sustentabilidad mejora la distribución en el presente a costa de perjudicar la distribución entre el presente y el futuro (los aún no nacidos subsidian a los pobres). Al mismo tiempo, la sustentabilidad sin desarrollo humano significa mantener los niveles materiales de los privilegiados y reducir los niveles de los pobres perjudicando así la distribución actual (los pobres subsidian a los aún no nacidos y a los ricos)” (s/p)

La posibilidad de conjugar esta estrategia que atiende los pobres y a las generaciones

futuras tiene como condición ineludible la redistribución en el presente. Esto implica

una ruptura con el orden neoliberal existente y con las tendencias dominantes en la

globalización.

Page 155: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

154

5.3. LA DESCONEXIÓN Y EL AUTOCENTRAMIENTO

Las reflexiones del desarrollo humano, del desarrollo sustentable o el intento de

síntesis, el desarrollo humano sostenible, aportan elementos de crítica a las concep-

ciones tradicionales o convencionales del desarrollo, al tiempo que formulan varias

propuestas para la construcción de una visión alternativa, pensadas como orientaciones

generales y abiertas en lugar de pretender las constitución de un nuevo modelo. Las

posibilidades de realización de los objetivos de una y otra, el bienestar humano y la

sustentabilidad, como hemos visto, supone enfrentar el problema de la redistribución

de los recursos, tanto en las relaciones entre los países desarrollados y subdesarro-

llados, como al interior de cada uno de ellos. De alguna manera, volvemos a los temas

planteados en las teorías tradicionales revisadas en este trabajo, las relaciones centro-

periferia, y más particularmente a la teoría dependentista. Se trata de definir una lógica

de articulación distinta entre centros y periferias que posibilite acumulación interna en

estos, condición para alcanzar niveles de equidad en las relaciones externas. Propósito

posible de alcanzarse si se construye el sujeto portador del mismo, un bloque social de

fuerzas al interior de los países periféricos que asuma el supuesto de que la

redistribución como condición para alcanzar equidad en las relaciones internas y

externas son parte de un único proceso.

El acercamiento a este enfoque lo haremos a través de los planteamientos de Samir

Amin (1988) particularmente en “La desconexión” y de Jürgen Schuldt (1995), en

“Repensando el Desarrollo”.

La dinámica del capitalismo, la relación centro periferia

Un punto de partida necesario es caracterizar el desarrollo del capitalismo, en función

de advertir si en este existe una tendencia a la homogeneización o si más bien la

diferencias y heterogeneidades hoy existentes son consustanciales a su reproducción.

Si las diferencias son de carácter cuantitativo y acumulativo o responden a una

naturaleza cualitativa. Si son diferencias cualitativas habría que determinar cuales son,

donde se sitúan, si tienen un carácter permanente o son móviles. Hay situaciones

intermedias, son éstas excepcionales o son parte de las reglas. Si las diferencias son de

carácter cuantitativo, habría entonces que reflexionar sobre si un incremento del ritmo

de crecimiento podría acercar a las regiones más atrasadas a las más avanzadas, una

Page 156: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

155

suerte de reenganche. La toma de posición frente a estas inquietudes de alguna manera

nos ubica en una u otra estrategia.

Amin (1988) Las posiciones del marxismo “institucionalizado”, caracterizado en el

capítulo I y las posiciones endogenistas, sostendrán que: “El modo de producción

capitalista obedece a unas leyes económicas de una potencia determinante y de una

fuerza extraña que tiende a homogeneizar el mundo.” y que “Los atrasos de unos con

respecto a los demás deben ser atribuidos en lo esencial a causas internas de las

diferentes formaciones históricas, es decir, a su dinámica de clases...” (p.25).

Sostener que la tendencia del capitalismo es a la homogeneización y que la hetero-

geneidad es transitoria, significa que el capitalismo vive en transición desde sus

orígenes. Más bien lo que pervive desde los orígenes es la desigualdad.

La crítica a esta visión del desarrollo del capitalismo sostendrá que el sistema capi-

talista no puede ser entendido como una yuxtaposición de formaciones nacionales,

autónomas. En efecto, las estructuras y funciones que le corresponden a cada forma-

ción nacional, a su vez están dependiendo de las estructuras del sistema mundial y de

las fuerzas que se interrelacionan en su dinámica global. Las clases, no solamente se

definen por su situación interna, lo hacen también a partir de su posición en el sistema

en su conjunto. “La dinámica de las formaciones locales no viene determinada

exclusivamente por sus conflictos internos... La distinción fuerzas internas/fuerzas

externas es entonces artificial y reduccionista: todas las fuerzas sociales son internas

desde el momento en que la unidad de análisis es el sistema mundial y no solamente

sus componentes locales”. Visión paradigmática30, del sistema mundo, compartida,

entre otros, por Inmanuel Wallerstein, Gunder Frank, Giovanni Arighi, José María

Tortosa, entre otros (Amin, La desconexión, 1988).

Amin (1988) estos conceptos que sirven de base para la teoría del desarrollo desigual

en el sistema mundial parten de en la siguiente hipótesis: en los “centros, el proceso de

acumulación del capital está guiado principalmente por la dinámica de las relaciones

30 Las hipótesis básicas de este paradigma eran: rechazar las tesis de la ‘evolución etapista’ del discurso de Rostow así como las del marxismo mecanicista; el subdesarrollo no es sinónimo de ‘atraso’, es producto del desarrollo; entre países centrales y periféricos existen semiperiferias; y 4, el desarrollo del Sur implica una ‘ruptura’ con la lógica de la acumulación mundial.

Page 157: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

156

sociales internas, reforzadas por unas relaciones exteriores puestas a su servicio; en las

periferias, el proceso de acumulación del capital se deriva principalmente de la

evolución de los centros, inserta sobre ésta y en cierto modo ‘dependiente’” (p. 26).

Las diferencias que permiten caracterizar a una sociedades de centrales y a otras de

periféricas, no son solamente cuantitativas, sino cualitativas.

La teoría del desarrollo desigual pretende explicar mediante la dinámica del sistema

capitalista en su conjunto la reproducción de las desigualdades de una fase a otra,

insistiendo por tanto en la polarización entendida como la condensación alrededor del

o de los núcleos centrales y de la constitución de una nebulosa de satélites alrededor de

éste o estos núcleos. Desarrollo y subdesarrollo, dos términos descriptivos que son

expresiones vulgarizadas, están orgánicamente vinculados y son “el haz y el envés”

del desarrollo global mundializado. Habrá que explicar el caso de las sociedades

intermedias o ‘semiperiféricas’, si son la excepción a la regla, si están en vías de

convertirse en centros o no (Amin, 1988).

Los centros son productos de la historia, en ellos se ha constituido una hegemonía

burguesa nacional y de un Estado capitalista nacional. Burguesía y Estado burgués son

aquí inseparables. El Estado burgués es nacional cuando controla el proceso de acumu-

lación (Amin, 1988).

Las periferias, son los países y regiones que no controlan a nivel local el proceso de

acumulación, el cual se ve sostenido por presiones exteriores. La existencia formal del

Estado no es sinónimo de Estado capitalista nacional, pues incluso si la burguesía local

controla en buena parte este aparato, no controla el proceso de acumulación (Amin,

1988).

Amin (1988) establece cinco condiciones necesarias para el control del proceso de

acumulación: a) el control de la reproducción de la fuerza de trabajo; b) el control

local de los excedentes económicos; c) el control local del mercado (reservado en gran

medida a la producción nacional) y la capacidad complementaria de ser competitivos

dentro del mercado mundial, al menos de manera selectiva; d) el control local de los

recursos naturales; y, e) el control local de las tecnologías en el sentido en que,

desarrolladas localmente o importadas, estas pueden ser reproducidas rápidamente sin

tener que importar indefinidamente (p. 36).

Page 158: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

157

La constitución histórica del Estado burgués nacional es sinónimo de la formación de

una "economía nacional autocentrada", que no quiere decir autárquica sino que las

relaciones externas se encuentran sometidas a la lógica de la acumulación interna y no

a la inversa (Amin, 1988). En el caso indicado, la construcción autocentrada no es

anticapitalista y menos aún socialista. La conclusión política de la contradicción

centro-periferia, contradicción que es inmanente al sistema capitalista, es que “si la

formación de un Estado nacional burgués y la construcción de una economía capita-

lista autocentrada son imposibles en la periferia, se impone una vía diferente de desa-

rrollo” (p. 36).

Entre lo que distingue a la dinámica de los centros en relación a las periferias desta-

camos: a) la formación y desarrollo autocentrados homogeneizaron progresivamente la

sociedad en los centros capitalistas; b) respecto a la estructura y evolución de la renta,

es mucho más desigual en el tercer mundo y su tendencia es al agravamiento, lo que

no sucede en los centros, tal como hemos referido en varios pasajes de este trabajo; y,

c) desde la fase capitalista que se inicia a fines del siglo pasado y hasta el presente, la

hegemonía de la burguesía se prolonga hasta la clase obrera, el medio en el que se

generaliza el consenso social es la asociación del fordismo como forma dominante de

organización del proceso de trabajo mecanizado (asegurando la producción en masa) y

la política salarial socialdemócrata keynesiana. El consenso no excluye la lucha de

clases, ella se circunscribe a la distribución de los resultados y se aleja del replantea-

miento de la organización global de la sociedad (Amin, 1988).

La expresión de "semiperiferia" que describe a situaciones intermedias que pretenden

un desarrollo capitalista a imagen y semejanza de las sociedades más avanzadas del

sistema, nos pueden conducir a reducir a un mismo modelo dos series de fenómenos

diferentes: la progresiva constitución de los centros a partir de situaciones no perifé-

ricas, y por otro, el tratar de superar la condición de capitalismo periférico (Amin,

1988).

Finalmente, Amin (1988) pregunta ¿si las burguesías no tienen posibilidades de

superar la contradicción centro periferia, se puede sostener que otras alianzas sociales,

populares, serán capaces de hacerlo? La tesis de Amin, es que sí, la forma de hacerlo

es a través de la “desconexión y se inscribe dentro de una problemática que ya no es la

de la simple expansión capitalista, sino, por el contrario, la de una posible transición

Page 159: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

158

hacia otra sociedad (¿socialista?).” (p.40).

La desconexión y el autocentramiento

Amin (1988 “La desconexión puede ser el método de reconstrucción del mundo sobre

la base de un policentrismo verdadero” (p. 6).

a) “La necesidad de la desconexión es el lógico resultado político del carácter desigual

del desarrollo del capitalismo”. No se hace referencia solamente a la desigual distri-

bución de la riqueza entre los distintos países capitalistas reflejada por ejemplo en los

ingresos per cápita, sino que implica una concepción sustentada en la ley del valor y

en la teoría del valor de la fuerza de trabajo y de las consecuentes transferencias de

valor en el sistema mundial31.

b) “La desconexión es una condición para cualquier avance socialista, tanto en el norte

como en el sur”. Se convierte en un supuesto del pensamiento marxista que se corres-

ponde con el carácter desigual del desarrollo del capitalismo.

c) Si bien la desconexión es un supuesto para la construcción del socialismo, aquella

no implica que es una garantía para que la sociedad evolucione hacia un socialismo

definido de antemano. El socialismo siempre será un producto a construirse.

d) La opción por la desconexión corresponde a un debate político. Las presiones de la

economía no son absolutas, salvo para aquellos atrapados en las propias redes de la

alienación capitalista.

Esta propuesta de hecho se diferencia de la posición desarrollista que las burguesías

“radicales”, en América Latina y otras regiones periféricas (Bandung en el 1955), se

plantearon en función de construir un Estado burgués nacional a través de la industria-

lización sustitutiva de importaciones (Amin, 1988).

El desarrollo autocentrado tiene como sentido el control nacional de la acumulación.

No puede ser confundido con una estrategia de desarrollo industrial sustitutiva de

importaciones. Esta última no define el control de la acumulación, no define las

31 En esto está implícita las reflexiones sobre el intercambio desigual de Emmanuel y Samir Amin

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159

alianzas de clase, tampoco precisa si el mercado interno en expansión es el de las

masas populares o el de las capas medias. Para Amin (1988) “la estrategia auto-

centrada no es anticapitalista ya que corresponde al contenido del desarrollo de los

centros”. Pero, “una estrategia de desarrollo de las fuerzas productivas al servicio de

los intereses populares, en una perspectiva socialista o en una experiencia de

desconexión, no puede ser más que autocentrada” (p.49).

Amin (1988) dice la desconexión no es sinónimo de desarrollo autocentrado. Es

condición para un desarrollo autocentrado a partir de una herencia del capitalismo

periférico. Significa una recuperación o conquista de la autonomía para las decisiones

económicas y el control de la acumulación, lo cual demanda desconectarse de los

criterios de racionalidad de quienes gobiernan el sistema mundial. Los criterios de

racionalidad económica deben responder a las condiciones y presiones internas a la

nación. “Si la burguesía –dice S.Amin– es incapaz de “desconectar” nuestras

sociedades y si sólo una alianza popular debe y puede convencerse de que la

desconexión es una necesidad inevitable, para cualquier proyecto de desarrollo

popular, la dinámica social debe llevar a inscribir el proyecto popular en una

perspectiva para la que no hallamos otro calificativo que el de socialista” (p.49).

El dilema planteado para el Tercer Mundo es por tanto entre desconectarse o ajustarse

para el Cuarto Mundo, el de los excluidos, en circunstancias en que el ajuste puede

significarles perecer. La desconexión como cualquier cambio cualitativo radical, es

siempre difícil, aparece como excepcional, como respuesta en un momento de crisis

excepcional. No es posible desconectarse en cualquier momento, en el conjunto de la

periferia (Amin, 1988).

Algunos planteamientos políticos de Amin (1988)

• una desconexión, subordinación de las relaciones externas a la lógica de las

decisiones internas, apartándose de los criterios de la racionalidad capitalista

mundial;

• capacidad política para efectuar reformas sociales profundas en un sentido

igualitario, una desconexión sin reformas tiene pocas posibilidades de realizarse, se

debe ganar la hegemonía política; y,

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160

• una capacidad de absorción y de investigación tecnológica, sin la que no puede

concretarse la autonomía de decisión conquistada, implica una apertura ideológica.

La respuesta ideológica y política al Norte, por parte del Sur, debería girar en torno a

los siguientes planteamientos:

• El fortalecimiento de la unidad del Tercer Mundo, de sus componentes nacionales y

regionales.

• El progreso de la democracia y del respeto a los derechos colectivos, tanto de los

grupos minoritarios (étnicos, religiosos etc.) como de las clases populares. ...La idea

de una unificación por la fuerza, negando las diferencias regionales e imponiendo,

inclusive a las minorías, la homogeneización especialmente lingüística y adminis-

trativa, no corresponde a la realidad del Tercer Mundo contemporáneo. El derecho de

los pueblos y de las naciones a disponer de sí mismos, inclusive el derecho a la

segregación, a de ser atemperado... en beneficio de la constitución de los grandes

Estados “multinacionales”, democráticos y respetuosos de las diferencias." (p.117).

• La concienciación estratégica según la cual los pueblos de la periferia tan sólo

puedan contar con sus propias fuerzas. (p.118)

El autocentramiento para los países andinos

Jürgen Schuldt (1995) en “Repensando el Desarrollo”, asciende con las tesis del

autocentramiento y la desconexión a niveles de mayor concreción, pues trabaja sobre

una realidad concreta, la región andina, y llega a formular un conjunto de tesis a

manera de lineamientos generales para una estrategia autocentrada. El aporte más

significativo de la formulación de Schuldt, es el haber determinado la vía de construc-

ción de esta propuesta, el camino desde lo local y regional, para luego avanzar a lo

nacional, situación que si bien la podemos encontrar en Amin, fue formulada con

cierto temor por sus recelos, por demás justificados, a los procesos de descentra-

lización.

Schuldt (1995) parte de reconocer que las vías extrovertidas de desarrollo, tanto la

neoliberal como la de la Nueva CEPAL, siendo realistas y pragmáticas –pensadas en

el corto plazo–, sin embargo no son viables, dado las restricciones en el mercado mun-

dial y la ausencia de condiciones internas para llevarlas a efecto. Su planteamiento lo

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161

autocalifica como utópico pero posible, y más aún en el mediano plazo. Es signifi-

cativa la ruptura con el pensamiento desarrollista en tanto éste consideró a las hetero-

geneidades estructurales como un obstáculo, mientras para Schuldt, las nuevas hetero-

geneidades estructurales, caracterizadas por Quijano, son el factor dinámico de la

nueva modalidad de acumulación autocentrada.

Schuldt (1995) en ruptura con las propuestas tradicionales, “ya no será la demanda

externa el eje de las conjeturas y esperanzas, sino que la interna ocuparía el rol

principal, desplazando a aquella a un lugar secundario... ya no sería el mercado

internacional, sino la multifacética dinámica sociopolítica interna las que impondrían

las peculiaridades del proceso económico, desde la Política y la Economía domésticas,

en una compleja dinámica entre sujetos sociales, las masas diferenciadas ya no

servirían de ‘insumos’ pasivos del proceso político y de acumulación, sino que se

convertirían en el eje de decisión política y de acción económica” (p.152). Son las

heterogéneas masas, que desde lo local, pasando a lo regional y nacional, las que

construyen su estrategia autocentrada, desde dentro y hacia dentro.

La propuesta de Schuldt (1995): “El desarrollo autocentrado es un proceso geográfica

y políticamente descentralizado de acumulación que, partiendo de decisiones partici-

pativas a escala local-regional al interior de un país, establece paulatinamente las

condiciones para suscitar una dinámica de producción sustentada en la interacción

concordada de actividades dirigidas desde y para el mercado interno, de manera de

configurar dinámicamente el encadenamiento de una producción heterogénea de bie-

nes de consumo sencillos de masas con una producción de medios de producción que

esté a su servicio, sobre la base de un pluralismo tecnológico; desplazando paulatina-

mente a un rol secundario a la demanda y oferta externas (importaciones-exportacio-

nes) y de bienes servicios de lujo, potenciando así el uso de los recursos y capacidades

humanas y materiales –convencionales o no– local-regionales en un contexto “nacio-

nal” y transnacional adverso. Ese proceso, enmarcado en un proyecto político nacio-

nal-popular de base regional, generaría –paulatinamente– un contrapoder en forma de

un frente popular amplio capaz de establecer la Nación en Democracia” (p, 170).

Esta caracterización de Schuldt (1995) de su propuesta autocentrada integra varios

elementos: a) es participativa, espacialmente ubicada en lo local-regional; b) se

organiza la producción de manera concertada y orientada al mercado interno; c) se

Page 163: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

162

encadena la producción privilegiando la producción de medios de producción que

alimentarán la producción de bienes finales, sencillos y para el consumo de masas, en

medio de un pluralismo tecnológico; d) se desplaza paulatinamente las actividades

relacionadas con el mercado externo a una posición secundaria, es decir se trata de

pasar “paulatinamente” del eje extrovertido al eje interno; e) esto implica a su vez

potenciar los recursos y capacidades –convencionales o no– local-regionales; y d) esta

perspectiva se enmarca en una propuesta política de carácter nacional y popular que

desde lo regional construye el contrapoder.

Para hacer viable la propuesta del autocentramiento, que tendría como meta la

“potenciación de las heterogéneas masas, incorporándolas plenamente al quehacer

económico y político, desde el nivel local-regional” Schuldt (1995) plantea algunas

condiciones:

1) La necesidad de una “disociación, colectivamente dirigida, selectiva y temporal del

mercado mundial”, lo que hará posible controlar el proceso de acumulación local-

regional y el desarrollo de las fuerzas productivas. En la medida que esta estrategia

avance y se vaya constituyendo el sujeto nacional popular, esta disociación se

plantearía a nivel nacional. Esta disociación no significa, tal como lo formula Amin,

una autarquía, permitiría un crecimiento endógeno de la productividad, desarrollar

capacidades de transformación económica y política, a la vez que hace posible la

construcción de los sujetos en cuanto se profundicen las libertades individuales, las

autonomías regionales y las identidades culturales. Si bien el proyecto tiende hacia una

disociación nacional respecto del mercado mundial, paralelamente se plantea la

disociación de lo local-regional en relación a lo nacional, en función de que el

desarrollo de las capacidades desde lo local-regional, supere simultáneamente las

desigualdades internas,

2) Una vez que se consoliden las capacidades internas, a través de esta disociación,

que para Schuldt podría tomar una generación, la Economía puede asumir una

participación más dinámica en el mercado internacional, la sociedad habría

desarrollado formas democráticas de convivencia sobre una economía sólida y

consecuentemente estaría en condiciones de enfrentar las tendencias de periferización

provenientes de la dinámica de las economías centrales. Las condiciones de esa

participación vendrían sobre la base de decisiones internas y no por la vía de la impo-

Page 164: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

163

sición de fuerzas externas en alianza con las fracciones internas del gran capital.

3) Un tercer eje en los lineamientos tiene relación con las formas de redistribución de

los recursos y el papel de los mercados. Una propuesta autocentrada necesariamente

tiene que afirmarse en condiciones de mayor equidad, ello permite desarrollar el

mercado interno, las capacidades productivas y la división del trabajo. Schuldt plantea

una línea de redistribución mediante la transferencia de recursos del sector moderno al

tradicional, de lo urbano a lo rural, a través de tributos, subsidios. Hay que tomar en

cuenta dos factores 1) a diferencia de otros procesos autocentrados que se hicieron

“desde arriba”, este es construido desde la base; y, 2) la desigualdad existente en

nuestras sociedades, tal como se verá en el siguiente capítulo son realmente dramá-

ticas. La conformación del mercado interno es una de las claves de la propuesta

autocentrada. Estos mercados obedecen a una configuración histórica que permitió el

concurso de bienes de masas de lo más heterogéneos. La producción de los bienes-

salarios requiere encadenamientos con la producción de bienes intermedios y de bienes

de capital. Este sector de la producción es intensivo en trabajo, utiliza recursos

domésticos y tecnologías propias o adaptadas. De otra parte, la expansión de los

mercados internos, requieren de profundas transformaciones en la estructura de la

propiedad y en las distintas instituciones del estado y la sociedad civil.

4) Otra línea de reflexión está en relación a los sujetos del proceso, al poder y la

temporalidad de la opción. Los resultados de la creciente fragmentación y heteroge-

neidad en los procesos productivos y en la sociedad, se constituyen en los actores de

esta propuesta, esos fragmentos que “son la mayoría estrujada” por las fracciones

capitalistas dominantes, constituyen el potencial político y social de la vía

autocentrada, en ello radica la fuerza de esta propuesta, es precisamente la potencia-

lidad de la heterogeneidad. Allí radica la fuente del poder de las fuerzas que pueden

converger en esta estrategia. Adicionalmente, esta es una estrategia que puede empezar

desde hoy, “es para que mañana –en la transición al socialismo–, se materialice una

formación social con masas preparadas económica y políticamente para enfrentar a

fuerzas minoritarias no democráticas que siempre surgen en las crisis”.

5) En relación a los patrones de consumo y producción. Hay necesidad de castigar el

consumo de bienes prescindibles e incentivar el consumo de masas. Estimular la

producción local-regional y la tradicional frente a la moderna, así se logra cambios en

Page 165: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

164

las tendencias distributivas del ingreso y demanda efectiva. Se logra un entrela-

zamiento dice Schuldt entre lo informal-urbano y lo rural-andino. Los patrones de

producción se basarían en tecnologías “autóctonas” o disponibles y adecuadas, o en

adquisición de las “blandas”. Se trata de una adaptación comunitaria de tecnología en

beneficio de la región.

Finalmente, son muchos los sectores que pueden contribuir a la construcción de la

estrategia. Existe una gran experiencia acumulada en los sectores sociales populares,

un saber que no está siendo potenciado, hay experiencias acumuladas en los trabajos

de las instituciones de desarrollo del Estado, en las Universidades, en las ONG. Se

requiere del esfuerzo de muchos investigadores que pueden enriquecer el

conocimiento de las realidades locales y regionales en función de visibilizar las

potencialidades existentes (Schuldt, 1995) .

Page 166: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

165

TERCERA PARTE

CRISIS Y DESARROLLO EN EL CAPITALISMO ACTUAL

“Me cuesta creer que pueda existir una comunidad libre sin armas críticas que aseguren el mantenimiento de la libertad”….

“Cuando no queden ciudadanos, solo habrá súbditos”.

Rafael Argullol 32

CAPÍTULO VI

LA CRISIS DE 2008

La crisis financiera del 2008

Desde la Gran Depresión en 1929 hasta los años setenta las políticas financieras en los

diversos Estados, y de manera especial en los llamados países desarrollados, se aplica-

ban con reglas de juego medianamente claras para el funcionamiento de sus mercados.

El capitalismo con Reagan en Estados Unidos y Thatcher en Gran Bretaña, terminada

la época dorada, retoma las políticas llamadas neoliberales, entre ellas la referida a la

desregulación financiera que ante el agotamiento del modelo de acumulación centrado

en la producción traslada la dinámica de la economía al eje financiero especulativo.

Pasa del predominio del trabajo productivo en la reproducción social al del trabajo

improductivo. La aplicación de las tecnologías de la información y comunicación en

los mercados financieros contribuyó a su vez a la operación global en tiempo real. Así,

la magia de las tecnologías de la información y comunicación aplicadas al mundo

financiero en condiciones de desregulación de los mercados, establecía el escenario

32 El País, 23 de diciembre de 2012

Page 167: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

166

perfecto para preparar los más sorprendentes y sofisticados fraudes, que no hubiesen

sido posibles sin el concurso de matemáticos, economistas, administradores, políticos,

gobiernos y académicos al servicio de grandes grupos de poder y acumulación, sin

duda los más descompuestos y peor calificados de la sociedad contemporánea.

Los especuladores aprovecharon el éxito de las empresas informáticas y su revaloriza-

ción bursátil para realizar inversiones, crear empresas cuyos índices en el mercado

crecían a ritmos acelerados sin el correspondiente respaldo. La burbuja puntocom que

se fue configurando a lo largo de la última década del siglo pasado, terminó por explo-

tar en el 2001 con una pérdida de alrededor de 5 billones de dólares. Una de las empre-

sas emblemáticas para ese juego especulativo fue Enron que quebró en diciembre de

ese año, a pesar de que pocos meses atrás había obtenido la calificación de solvencia.

López (2012) refiere que lo interesante de esto es que las investigaciones posteriores

demostraron que "los bancos de inversión habían promocionado empresas a sabiendas

de que iban a fracasar, como Excite@home" (p. 93). Los bancos Citi Bank, JP Morgan

y Merrill Linch fueron sancionados con 385 millones de dólares por ayudar a ocultar

el fraude de Enron (Ferguson, 2010). Investigaciones posteriores demostraron que

estas entidades desde tiempo atrás lavaban dinero y realizaban operaciones con

gobiernos descalificados a nivel internacional33. Las empresas en cuestión contaban

con los máximos de valoración otorgados por las agencias calificadoras de riesgo.

Estos bancos, según López, para limpiar su imagen, hicieron una donación por 1.400

millones de dólares para en algo corregir el desastre provocado.

López (2012), ante el agotamiento de este mercado, la especulación financiera se

orientó al mercado hipotecario. La coyuntura no podía ser mejor. Tras los atentados

del 11 de septiembre de 2001 se provocó una sensible disminución del consumo. Para

atenuar la caída de la demanda la Reserva Federal (El Banco Central de los Estados

Unidos) dispuso a la banca una sustantiva disminución de las tasas de interés en sus

créditos y de ésta a los clientes. De 6,5% a inicios del 2001, bajó a 0% en febrero de

2002, manteniéndose por debajo del 2% hasta el 2004 (p. 94).

López (2012), adicionalmente, el sistema financiero había consolidado la utilización

de una serie de instrumentos, instituciones y prácticas. Instrumentos como los 33 Esta como algunas otras informaciones sobre las operaciones financieras que condujeron a la crisis de 2008, son obtenidas del documental Inside Job dirigido por Charles Ferguson.

Page 168: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

167

Derivados que son contratos de compraventa anticipada a su concreción; los Derivados

de Incumplimiento Crediticio CDS (Credit Default Swap), seguros que respaldan las

operaciones de esos derivados; y los préstamos que los bancos los convierten en títulos

financieros, papeles como las acciones o bonos que pueden ser vendidos y comprados

en la Bolsa mediante la creación de Fondos de Titulización o CDOs (Collateralized

Debit Obligation, Obligaciones de Deuda Colateral)", a estos se agregan las permutas

de incumplimiento crediticio. Papeles que en un encadenamiento complejo son

comprados y vendidos en un proceso en que dejan de tener una representación real,

papeles de valor ficticio. Cuenta el sistema con instituciones como los fondos de

inversión que se orientan al diseño de estrategias para la captación de recursos en base

a la compra-venta de títulos, bonos, certificados e inversiones en futuras empresas,

como es el fondo de inversiones Berkshire Hathaway, cuyo promotor es Warren

Buffett, considerado uno de los más influyentes a nivel mundial (p. 45); actúan las

agencias de calificación de riesgos, como Moody`s, Standar & Poors, y Fitch, cuya

participación en la calificación de riesgos de acciones, títulos, certificados, obliga-

ciones, deudas, los hace cómplices del engranaje en las operaciones financieras. Las

“erróneas” calificaciones de riesgo, hay que destacar, no son consideradas delitos, de

suerte que la responsabilidad de estas instituciones en la crisis del 2008 en principio no

podía ser sancionada. No es de extrañar entonces que empresas de fondos de inversión

hayan actuado en connivencia con las empresas calificadoras de riesgos, Warren

Buffett por ejemplo lo hace con Moody´s. A esas instituciones se deben agregar los

bancos, las empresas aseguradoras y los ya enunciados fondos de titulización. Final-

mente, operan prácticas, unas tan viejas heredadas desde la guerra de los tulipanes en

que se hace subir y bajar el precio de las acciones para sorprender a los especuladores

desinformados y concentrar grandes masas de dinero, uno de cuyos mejores ejemplos

es Soros que hizo quebrar la libra esterlina el 16 de septiembre de 1992 (p. 48), como

otras novedosas como las que realizó Goldman Sachs con las hipotecas subprime o la

especulación con los seguros en la deuda de Grecia.

Los bancos comerciales realizan préstamos hipotecarios a personas sin ingresos, sin

trabajo, sin bienes, Ninja (No Income, No Job, no Assets); préstamos que son tituliza-

dos en bancos de inversión y colocados como cualquier título o acción en los fondos

de titulización, creados por los propios bancos, y que son negociados a inversores

diversos con el apoyo de las agencias calificadoras de riesgos, que siempre las valoran

Page 169: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

168

con AAA, y las empresas aseguradoras. La crisis de las hipotecas basura, tiene su raíz

por tanto en el proceso de la titulización.

Entre las principales instituciones de la industria financiera que hicieron posible el

gran fraude se deben mencionar: entre los bancos de inversión: Goldman Sachs, Mor-

gan Stanley, Lehman Brothers (que quiebra el 15 de septiembre de 2008), Merril

Lynch y el Bear Stearns; los conglomerados financieros: Citi Group, JP Morgan; las

empresas de seguros y servicios financieros: AIG, MBIA AMBAC; y finalmente, las

agencias de calificación de riesgos: Moody´s, Standar & Poor´s, y Fitch.

Estas herramientas, entidades y prácticas que se articulan a través de esta sofisticada

estructura de la titulización, hace que los grandes bancos comerciales, bancos de

inversión, empresas calificadoras de riesgo y aseguradoras, curiosamente ganen sobre

la base de la insolvencia de los clientes que acceden a las hipotecas subprime, en un

sistema en que finalmente todo circula sobre la base de la "tramposa" calificación de

riesgo o de solvencia, en condiciones en que la errónea calificación, como ya lo enun-

ciamos, no es objeto de sanción, porque es considerada una “simple opinión". Estruc-

tura que solamente puede funcionar con la complicidad de los organismos de poder y

decisión del Estado en sus más altos niveles, en el caso de los Estados Unidos, de la

Reserva Federal, la Secretaría del Tesoro, el Congreso, las Cortes.

A más de las herramientas, instituciones y prácticas perversas, para cometer fraudes

de la magnitud de los cometidos por las grandes empresas financieras, hacía falta la

presencia de personas con gran influencia vinculadas a los centros de poder y control

del Estado y con personalidades académicas que brinden la legitimidad requerida para

sus operaciones. Los funcionarios o asesores de los bancos comerciales y de inversión,

de las aseguradoras y en muchos casos de las entidades de calificación de riesgos son

los designados por los jefes de Estado o por las autoridades que correspondan para

ocupar los principales centros de decisión de las políticas así como de los organismos

de control de los Estados. Los responsables de la Reserva Federal, del Tesoro, de las

comisiones de control, así como sus principales asesores, provienen de las principales

entidades financieras involucradas como causantes de la crisis, baste mencionar a Alan

Greenspan, Summers, Henry Paulson´s, Frederic Mishkin, Ben Bernanke, que además

se suceden en casi todos los gobiernos, independientemente de si son demócratas o

republicanos, desde la época de Reagan hasta el actual gobierno de Obama. Henry

Page 170: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

169

Paulson, por ejemplo, ex-funcionario de Goldman Sachs, que promueve convenios con

la aseguradora AIG y otra serie de bancos involucrados en la crisis de 2008 fue

designado por Bush como Secretario del Tesoro. Ben Bernanke, otro distinguido

colaborador de esas instituciones por varios años dirige hoy la Reserva Federal.

Siempre es importante la legitimidad académica para dar muestras de solvencia y de

buenos propósitos en la ejecución de las políticas gubernamentales. Las agencias

financieras involucradas contrataban a destacados académicos de reconocidas univer-

sidades, más allá de su orientación, como las de Harvard y Columbia, para la

realización de estudios, elaboración de “artículos científicos" o de opinión que den la

cobertura requerida. Muchos de ellos incluso eran funcionarios o miembros de los

directorios de esas entidades. Evidente conflicto de intereses que anula la posibilidad

de la crítica de las instituciones académicas.

Según López (2012), las investigaciones que se efectuaron en el 2011 sobre la banca

mundial evidenciaron las prácticas especulativas de los bancos de Estados Unidos,

Gran Bretaña, Japón, España, durante los años 2005 y 2006. Lo cierto es que la

industria financiera, encargada de hacer crecer el dinero, estuvo en auge. Si para 1980

los activos financieros representaban el 35% de la producción real de bienes y

servicios en los países de la OCDE, en el 2004 era alrededor del 138%. Para el 2006,

“la producción mundial equivalía a 47 billones de dólares, los mercados financieros

movían 119 billones y los derivados 473 billones” (p. 69), una relación de más de diez

a uno. El dinero, lejos de canalizarse hacia la producción se dirige a la especulación

financiera y expansión del dinero ficticio. Esto sin duda nos alerta de que detrás de la

crisis de las hipotecas hay un problema mucho más de fondo en la dinámica del

capitalismo.

Entre el 2004 y 2006, siguiendo a Dierckxsens (2011), se canalizó un importante

volumen de préstamos a familias pobres que no tenían rentas suficientes ni plazos

favorables para el reembolso, los créditos subprime, que empezaban con tasas de

interés muy bajas entre el 1 y 2 % y pasados los dos primeros años escalonaban a más

del 15%. La crisis estalla cuando un buen número de deudores encuentra dificultades

para cumplir con sus obligaciones a consecuencia de la subida de las tasas de interés

impuestas por la Reserva Federal (EUA) entre otras razones para financiar los costos

de la guerra contra Irak y Afganistán.

Page 171: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

170

Para marzo de 2007 según López (2012), se habían dejado de pagar unos seiscientos

mil millones de dólares, deudas en el pago de las hipotecas subprime que produjo

algunos efectos: una cadena de desahucios, de 1.200.000 en 2006 a 4.000.000 de

familias en el 2011 en EUA, y se encontraban en trámite otros 4.500.000 procesos; se

paralizan las titulizaciones; y, los bancos de inversión asumen las pérdidas de las que

se encuentran en circulación. En 2007 varios bancos a nivel mundial entran en

problemas: anuncian pérdidas entre otros el HSBC Corporación Bancaria en Hong

Kong y Shangai; en abril se declara la bancarrota del banco de crédito de alto riesgo, el

New Century Financial, caen en bancarrota varios bancos comerciales y de inversión

en EUA y Europa.

La socialización de las pérdidas o un "socialismo para los ricos"

Los bancos centrales inician el socorro a la banca privada mediante la baja en las tasas

de interés, que de hecho implica echar mano a los fondos públicos. Empieza la caída

de las acciones en las principales Bolsas y en EUA se anuncia un primer rescate de

80.000 millones de dólares para recuperar el mercado de hipotecas subprime. Las

aseguradoras no responden por las obligaciones asumidas con los CDOs. En estos

juegos, el Bear Stearns, el quinto banco más importante de inversión es comprado por

el JP Morgan. Según la información de López (2012), dos grandes corporaciones

hipotecarias que tenían dinero de hipotecas basura son nacionalizadas por un valor de

140.000 millones de dólares. Más tarde Merryll Lynch es absorbido por el Bank of

America y Lehman Brothers al no poder ser comprado entra en septiembre de 2008 en

bancarrota, banco que contaba con 613.000 millones en pasivos y 639.000 millones en

activos. Con ello se provoca la caída estrepitosa y generalizada de las acciones en la

Bolsa de valores. Ante el desastre producido E.U.A. compra en 85.000 millones de

dólares el 80% de la aseguradora AIG (American Internacional Group), la más grande

del mundo, en Europa el 85% de las instituciones está asegurada en esta entidad, se

compromete a ésta para que no demande a Goldman Sachs y a otros bancos por fraude

así como exige que se cumpla con los pagos por aseguramiento. La compra de AIG

costó a los contribuyentes un total de 150.000 millones de dólares. Goldman Sachs, se

habría beneficiado por estas operaciones entre 12.900 millones y 14.000 millones de

dólares de los ciudadanos a través de la aseguradora AIG.

Page 172: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

171

En el intento de frenar la hecatombe el gobierno de los EUA invirtió 700.000 millones

de dólares para un rescate generalizado. Se trataba en realidad de comprar los activos

tóxicos, bajo la figura de compra de acciones, para sanear el sistema financiero. Como

en todo rescate el Estado se queda con la deuda y tienen que pagar los ciudadanos. Los

países de Europa miembros del G8: Alemania, Reino Unido, Italia y Francia,

decidieron no seguir la política estadounidense del rescate, pero se comprometieron a:

garantizar los créditos interbancarios, los depósitos de los clientes, a comprar títulos a

los bancos con dificultades para garantizarles liquidez y finalmente, nacionalizar

temporalmente a los bancos con problemas. En este trabajo, por limitaciones de

tiempo y espacio pondremos atención a lo sucedido en EUA que tiene mayor

repercusión en las economías latinoamericanas.

Lo curioso es que luego del rescate, los bancos en problemas invierten en activos de

mayor riesgo. Las operaciones con los productos financieros derivados siguen siendo

predominantes en el sector bancario financiero. Esto implica nuevas burbujas especu-

lativas cada vez más peligrosas en que se expande el capital ficticio, creándose la

ilusión de recuperación y salida cuando en realidad se estaría agravando la crisis.

Dierckxsens (2011), “Los trillones de dólares inyectados por el gobierno

estadounidense, con el fin de evitar una implosión de su sistema financiero han

beneficiado en lo fundamental a este sector” (p.58). No deja de sorprender que varios

miles de millones de dólares provenientes del salvataje se hayan destinado a los

directivos de las instituciones causantes de la gran estafa y desastre. A varios de ellos

se les indemniza con cientos de millones de dólares, que se suman a las monumentales

remuneraciones percibidas, otros valores se destina a los funcionarios menores de esas

entidades. Hank Paulson´s de Woldman Sach recibió como compensación por sus

actividades en el 2005 la suma 31 millones de dólares, el director de Merrill Lynch

entre el 2006 y 2007 recibió 90 millones de dólares, al momento de la quiebra se le

indemnizó con 131 millones de dólares, a los 5 ejecutivos mayores de Lehman

Brothers se les dejó con los más de 1.000 millones de dólares que habían percibido

entre el 2000 y 2007, a Angelo Mozilo se le entregó 470 mil millones de dólares. Los

bancos no canalizaron los recursos del salvataje para la reactivación productiva, de

hecho lo primero que hicieron fue entregar ingentes valores a sus directivos a nombre

de gratificaciones. A parte de ello, los "cuatro mayores bancos han colocado trillones

de dólares en productos derivados” (p58).

Page 173: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

172

En España, en mayo de 2012, se hace una “inyección” al grupo Bankia por 23.500

millones de euros (que incluye un aporte por 4.465 millones iniciales en el 2010), que

se extrae de los ciudadanos, equivale a cuatro años de investigación, a pocos días de

haber anunciado un recorte por 10.000 millones de euros en educación y salud y de

haber incrementado varios impuestos. A un año, en mayo de 2013, se desmoronan las

acciones preferentes del grupo Bankia en la Bolsa, miles de millones de éstas,

pertenecientes a personas de la tercera edad en su mayoría, de los abuelitos de España,

quedan virtualmente evaporadas.

Manfred Max Neef, en una conferencia realizada el 2010 en la Universidad de Alican-

te sostenía que el salvataje llegaba a 17 trillones de dólares (equivalente a los 17 billo-

nes de dólares en nuestro sistema) en favor de los bancos y aseguradoras implicados

en la crisis del 2008, equivalía a un financiamiento que haría posible que el mundo

viviera 600 años sin extrema pobreza. Pues recurre a la información de que la FAO en

Naciones Unidas demanda un presupuesto de 30.000 millones de dólares para atender

a la población en extrema pobreza en ese año (Max Neef, 2013) conferencia: El

mundo en rumbo de colisión en la Universidad Internacional de Andalucía. Masa de

valor que es atendida por los ciudadanos.

Atilio Borón34, politólogo argentino, en 2012 denunció otro de los componentes del

atraco perpetrado en contra de los ciudadanos estadounidenses con la complicidad de

quienes administran la crisis en los Estados Unidos. La Oficina Gubernamental de

Rendición de Cuentas (Government Accountability Office, GAO), agencia indepen-

diente que trabaja para el Congreso de los Estados Unidos, en atención a una petición

del Senado, realiza una auditoría a las cuentas de la Reserva Federal (FED), el Banco

Central de los Estados Unidos, y presenta su informe el 21 de julio de 2011. En éste se

detallan los préstamos secretos conferidos por la Reserva Federal, a las grandes

corporaciones y empresas del sector financiero entre el 1° de diciembre de 2007 y el

21 de julio de 2010. Cuadro Nº 18.

CUADRO Nº 18

34 Atilio Borón, pág web// http://www.atilioboron.com.ar

Page 174: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

173

Lo sorprendente es que la prensa y medios de comunicación dieron poca importancia a

este hecho. Según Atilio Borón (2010) se encontraban eclipsados por los acuerdos

entre Obama y el Congreso, mediante el cual se concedió a Obama la ampliación para

el endeudamiento de los Estados Unidos en algo más de 16,4 billones de dólares, que

superaba en 2 billones al PIB de ese país, a cambio de un duro programa de restric-

ciones en el gasto social. Al parecer, la presión de los bancos y empresas financieras

en los medios, hizo que pase con pocos comentarios el paquete en beneficio de las

empresas financieras.

Page 175: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

174

Ben Bernanke, el Presidente de la FED, habría expresado que “en momentos en que se

temía un default de ese país lo importante era resguardar la credibilidad de la FED y

del sistema monetario estadounidense”. Sanders, un senador de izquierda en el Con-

greso de los Estados Unidos habría manifestado "Esto es un clarísimo caso de socia-

lismo para los ricos y descarnado individualismo tipo “sálvate como puedas” para los

demás”. El informe del GAO deja en evidencia una serie de conflictos de intereses

entre las corporaciones y empresas financieras y los organismos de decisión en la

Reserva Federal FED (Borón, América Latina en movimiento, 2011).

Algunos efectos del salvataje

- Para el 2009 la mayoría de los bancos menores se encontraron en bancarrota.

Según Dierckxsesn habrían quebrado 140 bancos y hasta marzo del 2010 lo ha-

brían hecho 26 bancos más y 702 habrían evidenciado problemas según la Corpo-

ración de Garantías de depósitos (FDIC, citado por el autor).

- Los bancos retornaron a las prácticas especulativas, los Estados quedaron debili-

tados, de manera especial en atención a las políticas sociales y en los estímulos a

la generación de nuevos valores. En el 2009, luego de los salvatajes efectuados a

la banca, se retornó a la economía de casino, según afirma Beinstein citado por

Dierckxsens (2011) en base a información del Banco de Basilea, en el mundo

circulaban valores, obligaciones y monedas por 1.000 trillones de dólares, cuando

el producto interno bruto mundial alcanzaba los 50 trillones de dólares. Es decir,

que por cada dólar de la economía real circulaban 20 dólares de capital ficticio y

parasitario. Estos valores son los productos financieros derivados que se conocen

en los mercados de Wall Street y que tienen la forma de pagarés, deudas (p.40).

Obligaciones, que son los instrumentos en la crisis del 2008 muy bien descritos en

el documental Inside Job.

- Se provocó una disminución de las importaciones a partir del 2008, ello deter-

minó, según Dierckxsens (2011), una tendencia a privilegiar la economía interna.

En E.U.A. entre julio de 2008 y junio de 2009 cayeron las importaciones en un

30%, ello afectó a las economías periféricas lo que propició a su vez, un vuelco

también hacia el mercado interno. En el caso de la China ya se vive este proceso.

Page 176: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

175

En estos países se asume conciencia de que se ha estado subsidiando a los países

centrales.

- El endeudamiento público en billones de dólares para entregar a la banca no

ayudó a la recuperación inmediata, desde fines del 2007 al 2009, la inversión

productiva habría caído en un 24%. Dierckxsens (2011), la élite de la banca

privada tenía mucho poder político y ello hacía posible el salvataje. “Si se expresó

primero como una crisis crediticia e hipotecaria de la banca, rescatada con

enormes deudas asumidas por los Estados, ahora está presente la amenaza de una

bancarrota de los propios gobiernos en los países centrales” (p.21).

- Con la destrucción de la burbuja financiera se destruyó también la economía de

papel, la presión a los tenedores de títulos y la anulación de deudas. Aumentó de

manera significativa el quiebre de empresas, en EUA con la información de

Dierckxsens (2011), de 800 mil en el 2007, se pasó a 1,4 millones en el 2009, un

incremento del 75%.

- Dierckxsens (2011) “Para enfrentar la crisis actual, el endeudamiento oficial crece

sin control en los países desarrollados. En efecto, la deuda gubernamental bruta de

los países centrales alcanzó en 2010 el 106% del PIB, es decir, un 30% más que

antes de la crisis de fines del 2008” (p.50). Estados Unidos, tiene en el 2009 una

deuda, según GEAB No 40, que sobrepasa el 300% del PIB. (citado por

Dierckxsens 2011, 53). Esto se complica si se toma en cuenta que los planes de

reactivación económica que deben asumir los gobiernos necesariamente incre-

menta el déficit público. En situación de recesión el incremento del déficit fiscal y

la acumulación de deuda pública pueden conducir a la quiebra. Obama en E.U.A.

por ejemplo, al terminar el año 2012, trata de equilibrar las finanzas a través de un

incremento de los impuestos a los sectores de mayores ingresos, medida a la que

se opone radicalmente el Partido Republicano.

- Para Estados Unidos el límite del endeudamiento ha sido fijado por el Congreso

en 16,4 billones de dólares, medida con la que se pretende poner límites al gasto.

Se estima que ese límite podía superarse en febrero de 2013. Una opción que han

pensado varios economistas y entre ellos Paul Krugman es la emisión de una

multimillonaria moneda de platino. Para emitir moneda con esa denominación

Page 177: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

176

haría falta en teoría 641 millones de onzas de platino. Sería la moneda del billón

de dólares. De hecho es una de las propuestas que se le ha planteado al presidente

Obama. Para el 21 de enero el gobierno de EUA ha desechado la propuesta, pues

no deja de ser una medida artificiosa para responder a la presión republicana que

pretende disminuir el gasto público y limitar la política social del gobierno demó-

crata de Obama. La situación se vuelve compleja para el gobierno por cuanto para

mediados de febrero corre el riesgo de incumplir los pagos de deuda.

Una mirada sobre la evolución en las grandes economías 2007-2012 Cuadro Nº 19

1. Del 52,13% que representa la economía China con relación a la de EUA en el 2007,

en cinco años, pasó a ser el 74,09 %. Si comparamos el crecimiento promedio anual

del PIB (media aritmética) en los últimos cuatro años EUA y Alemania, que

representan a los países de mayor desarrollo económico, tienen un virtual estanca-

miento 0,2% y 1,3%; la China en el otro extremo, la nueva gran potencia económica

que en perspectiva disputa el liderazgo mundial, tiene un crecimiento de 9,62% en

promedio, pese a la situación de crisis que afectó sus posibilidades; y, finalmente

países de menor capacidad pero que vienen en ascenso, los otros miembros de los

BRICS, Brasil y la Federación Rusa con 5,3% y 5,4% respectivamente.

2. Entre los años 2008 y 2010 son evidentes las restricciones en la economía. Las

importaciones disminuyeron en todos, pero de manera más severa en EUA, así como

es relevante la caída de las exportaciones, con excepción de los EUA y muy sentida en

el caso de China. Estas tendencias son significativas porque más allá de las variaciones

que observamos en la selección de países, el efecto será muy sentido en los países de

menor desarrollo económico, pues si se restringe el volumen de compra para sus

exportaciones, que en algunos casos estuvo acompañado por una disminución en los

precios, el efecto en sus términos de intercambio es más severo. Advertimos también

como tendencia, que en los años inmediatos a la crisis financiera, se debilitó la

participación de la producción industrial como componente del PIB en los distintos

países, recién para el 2012 se va alcanzando los niveles del 2007.

3. Si bien no sorprende que el indicador de la Formación Bruta de Capital Fijo sea más

alto en la China que en el resto de países, lo que se evidencia en su ritmo de

crecimiento, sí sorprende su magnitud, pues más que duplica a la de sus competidores.

Page 178: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

177

CUADRO Nº 19

Page 179: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

178

Esto supondría un ritmo de acumulación sin precedentes que explica a su vez las

restricciones en las condiciones de vida de la mayor parte de su población. Esta

intensa orientación a fortalecer la presencia del capital frente al trabajo se refleja

también en la composición de las exportaciones de productos con alta tecnología sobre

el total de las exportaciones manufactureras, haciendo abstracción de las variaciones

en el período, podemos observar para el 2011, los siguientes valores: China 25,8%;

E.U.A. 18,1%, Japón 17,5%, Alemania 15%, Brasil 9,7% y la Federación Rusa 8%.

4. Cuando observamos el indicador de la participación en el ingreso del 20% de la

población con menores remuneraciones en China éste llega al 4,7%, en un país que

venía de ingresos per cápita ciertamente muy bajos pero en condiciones de menor

inequidad; supera al de Brasil que se acerca al 3%, país que en cambio, viene de

ingresos per cápita más alto pero de mucha inequidad. Lamentablemente esta

información del Banco Mundial no registra la de los otros países. Sin embargo, en

base a la informaciones de NNUU en el Informe sobre el Desarrollo Humano 2013

contamos con el indicador que da cuenta de la relación entre el quintil de mayores

ingresos sobre el quintil de menores ingresos (en base al último cálculo en cada

país), siendo para los países seleccionados los siguientes: EUA 8,4; China 9,6; Brasil

20,6; Alemania 4,3; y la Federación Rusa 7,3. Claro está, el de Brasil es muy alto pero

tiene tendencia a una lenta disminución comparada con años pasados, en cambio en la

China, siendo medio en el grupo, su tendencia es a incrementarse.

5. Con relación a la deuda externa de los países el Banco Mundial no nos informa los

montos de la deuda de los E.U.A Como ya indicamos ésta puede superar el 300% de

su PIB (Dierckxsens, 2011). La información que refiere Eric Toussaint da cuenta de

que la deuda pública de los E.U.A. llegaría a 9,3 billones de dólares, y entre los

principales acreedores a través de títulos estarían: China 1 billón de dólares, seguidos

por Japón 976.000 millones, Europa 2,583 billones, Latinoamérica 265.000 millones,

los paraísos fiscales 664.000 millones entre otros (Toussaint, 2009). En los países

seleccionados y en el período observado, la relación entre la deuda y el Ingreso

Nacional Bruto habría pasado del 5% al 6% en China, del 13% al 18% en Brasil y en

la Federación Rusa habría descendido del 20% al 18% .

6. Respecto a la Inversión Extranjera Directa IED, hay que tomar en cuenta que el

volumen mayor de ésta se destina a los países de mayor capacidad económica. Así

Page 180: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

179

también, en los países económicamente más fuertes (digamos los llamados desarrolla-

dos y los BRICS) esa inversión se destina en un alto porcentaje a la producción

manufacturera; mientras que en los países más débiles (entre los periféricos) la

inversión, cuando llega, lo hace para la obtención de recursos naturales: petróleo,

minerales y otras materias primas. Lo importante destacar aquí no es tanto que países

como Brasil acaparan alrededor del 60% de la IED en América Latina, sino el

impresionante volumen de la IED que se canaliza a EUA, seguida de China. La IED

que llega a EUA en el período referido 2007-2011, es un poco menor a la total de los

otros países observados. Sin embargo, es notoria la disminución de la IED luego de la

crisis del 2007, ésta cae al 41% en el 2009 y se recupera hasta el 75% en el 2011. Esa

declinación contrasta con el incremento de la IED hacia la China. Pues para los años

2010 y 2011 la IED representa el 156% y 141% de la que se efectuaba en el 2007. Las

inversiones externas han fluido de los EUA hacia la China.

PERSPECTIVAS REGIONALES

Europa: de la crisis financiera a la crisis del EURO

Las presiones económicas surgidas por la crisis financiera afectan también al EURO,

entra en escena la crisis del euro en el 2010, sistema monetario que tenía problemas

desde sus orígenes. Vale decir que las causas de la crisis del EURO vienen desde atrás

pero se ven potenciadas con la crisis financiera. Hay una sobrevaloración del EURO

(inició con una paridad al dólar, al poco tiempo su equivalencia fue 1,16 dólares y se

mantiene hoy en alrededor de 1,30 dólares) que perjudica a los países de economías

más débiles, las economías del sur, España, Italia, Grecia, Portugal, de alguna manera

la periferia, mientras se fortalece Alemania, centro del sistema de la eurozona, junto a

otras economías. La línea explicativa de varios analistas apunta a que la autonomía

del Banco Central Europeo respecto a los gobiernos de los distintos Estados no lo es

cuando de responder a los intereses del Bundesbank se trata, la sobrevaloración del

euro perjudica a las exportaciones de los países más débiles que para atender los

crecientes déficit recurren a mayor endeudamiento.

La crisis del Euro, como lo explica Samir Naïr (2013), responde a factores estruc-

turales en la integración misma de la unión monetaria, que da cuenta de un marcado

Page 181: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

180

desequilibrio en la balanza de pagos, unos países, los del norte: Alemania, Países

Bajos y Austria, mientras otros con un evidente déficit, los países del sur.

Desequilibrio de productividades que no se supera en el camino, que tiende a

profundizarse, en la medida en que la eurozona no cuenta con una estructura de

gobierno, una coordinación para definir una política fiscal, productiva y social

compartida.

Samir Naïr (2013) considera que con relación a la supervivencia del euro quedan

planteados cuatro escenarios o estrategias. El primero, que es el liderado por

Alemania, el Banco Central Europeo y la burocracia de Bruselas, consiste en la

imposición de un fuerte régimen de austeridad que provoca en escalas crecientes

reacciones sociales a consecuencia del paro, la restricción salarial, el incremento de

impuestos. Esta la estrategia de la Troika (BCE, FMI, Comisión Europea) cuestionada

desde distintas posiciones, entre las que se incluye la de los premios Nobel de matriz

keynesiana.

Un segundo escenario, dice Naïr (2013), implicaría la evolución de un euro caro a un

euro competitivo, que favorezca las exportaciones de todos los países. Ello como

sostiene el autor requiere de un gobierno económico europeo que defina las políticas

del Banco Central. Alternativa poco probable para ponerla en funcionamiento en un

momento de crisis, más aún cuando Alemania se ve favorecida del desequilibrio en la

balanza de pagos de los otros países.

El tercer escenario supone una “salida organizada” de la eurozona de los países con

problemas de déficit, que de esta manera no estarían obligados a soportar una presión

austera como la que exigen los países del norte.

Finalmente, un último escenario, defendido por Francia, conduciría a una mutación de

la moneda única para ir hacia una moneda “común” que sirva de articuladora de las

monedas nacionales (euro-marco, euro-franco, euro-peseta, etc.). Se tendría un patrón

común que funcionaría como moneda de cambio y de reserva internacional. Esta

estructura permitiría la flexibilidad para que los distintos Estados puedan recuperar su

política monetaria, hacer las devaluaciones o revaluaciones de acuerdo a sus nece-

sidades internas en el marco de un acuerdo en la eurozona.

Page 182: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

181

Lo cierto es que Europa se debate en una situación extremadamente compleja, uno de

sus indicadores más reveladores es la falta de empleo. Según la información del

Eurostat, en la Unión Europea UE, para febrero de 2013, se encuentran 5,7 millones de

jóvenes menores de 25 años desempleados; y dentro de los países del euro, la cifra

alcanza los 3,6 millones. Esto es, en la UE el desempleo o paro alcanza al 23,5% de

los jóvenes y en los países de la moneda única llega a 23,9%. Las cifras más bajas

corresponden a Alemania 7,7%; Austria 8,9% y Holanda 10,4%; mientras en el otro

extremo están Grecia con el 58,4%; España con el 55,7%; Portugal con el 38,2% e

Italia que llega al 37,8%. Las tasas globales de desempleo en estos últimos países son:

Grecia 26,4%; España 26,3%; Portugal 17,5% e Italia 11,6% de la PEA. Esto significa

en el caso de España, y para el mes de febrero, que más de 5 millones de personas

estaban en paro; y, para los últimos días de mayo se habrían superado los 6 millones

de personas. Según las cifras de la OIT, en marzo de 2013 en Europa habían 26 millo-

nes de desempleados, 10 millones más que en el 2007. La gravedad de estas cifras

explica la profunda incertidumbre, desencanto y fastidio de los ciudadanos, lo que

Federico Steinberg35, lo caracteriza como un “bache de pesimismo”. Con el primer

trimestre de 2013, la zona euro completa seis consecutivos en recesión. El PIB en el

área se contrajo en 0,2%, y la deuda externa sigue su crecimiento, para el caso de

España en el primer trimestre de 2013 se incrementó en 39.000 millones de euros, que

la sitúa en 992.828 millones, es decir en el 88,2 % de su PIB36.

Para Steinberg (2013), las capacidades acumuladas por Europa, a través de su sistema

social que ha combinado riqueza y cohesión social, el Estado de Bienestar, le

permitirían remontar la crisis actual sobre la base de que se incorporen reformas

económicas e institucionales necesarias para adaptarse a las nuevas condiciones de la

realidad mundial en que se destacan el peso de las potencias denominadas emergentes

y un entorno “menos occidental y cooperativo”. Los cambios que se operan estarían

redefiniendo los circuitos de las relaciones de comercio, inversión y tecnología; el

reparto del poder a nivel global; la rivalidad por el acceso a los recursos naturales y

energéticos; el envejecimiento de la población mundial y el reparto de la riqueza

dentro de los países (p. 2). Estos cambios se aceleran en el contexto de la crisis en

35 Profesor de Departamento de Análisis Económico en la Complutense e investigador del Real Instituto Elcano. 36 El País, Deuda Inquietante, 16 de junio de 2013, Opinión.

Page 183: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

182

medio de que Europa no logra reaccionar. Al iniciar la primera década del siglo XXI,

la más rezagada era Alemania que tenía que cubrir los costos de la reunificación, ahora

son los países del lado sur, en medio que los pronósticos para el futuro dan cuenta de

una Europa que disminuye sensiblemente su aporte a la economía mundial, pues

participaría con apenas un 5,8% mientras que la zona emergente del Asia lo haría con

un 57,9% y la China con la mitad de esa participación.

La razón de la incertidumbre gravita en torno al hecho de que si Europa, y en especial

la ZE (zona euro) responderá como una sumatoria de pequeñas economías indepen-

dientes, interconectadas comercial y financieramente, que la han caracterizado hasta

hoy o si será capaz de responder como una Unión Monetaria, en que participaría como

una “economía grande”. De actuar en esta segunda opción, problemas como los de

Grecia tendría que ser tratado como un problema interno de la Unión, con valores

como el de solidaridad y no pensando en la rentabilidad de los créditos otorgados. Eso

hace que de la incertidumbre se pase a la desconfianza, el euro tambalea, disminuyen

las inversiones y se incrementan las medidas de austeridad. Por tanto, para Steinberg

(2013), habría que transitar de un acuerdo monetario de cambios fijos a una Unión

Monetaria sostenida por instituciones políticas que dirija la política económica de la

región. “…la actual crisis puede ser tanto el final del euro (y tal vez de la UE) como su

principio” (p. 5). Este planteamiento del autor ha sido parte del debate en la UE desde

que empezó la circulación del euro.

El papel gravitante de los países emergentes, con una China que para el 2016 se con-

vertiría en la primera economía del mundo en términos de paridad de poder de compra,

en un nuevo orden mundial, en que se intensifican las relaciones comerciales entre

estas nuevas potencias, pondría en duda, según el autor, la pertinencia de las categorías

de centro y periferia. En base a información del Banco Mundial la “cuota de los países

en desarrollo en el comercio mundial ha pasado del 30% en 1995 al 45% en el 2010,

sobre todo debido a la rápida expansión del comercio sur-sur… Un tercio de las

inversiones directas en los países emergentes provienen de otros países emergentes”

(Steinberg, 2013, 6). Adicionalmente, estos países tendrían control sobre los dos

tercios de las reservas mundiales de divisas, duplicando lo que disponían hace sólo una

década. Socialmente en los países emergentes y en muchos de los países del sur los

sectores medios han logrado una expansión cuantitativa así como en su capacidad de

consumo, lo que fortalece las tendencias de crecimiento económico interno y mejora

Page 184: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

183

las percepciones sobre calidad de vida para las generaciones venideras. En cambio el

FMI con sus operaciones de “rescate” tiene que localizarse en Europa.

Finalmente hay que señalar que junto a la especulación y atraco de los grupos finan-

cieros que han resquebrajado la cohesión de las sociedades europeas se ha desatado

una serie de fraudes y actos de corrupción a todo nivel. En España se siguen varios

procesos en los que se encuentran comprometidos la familia de la monarquía, los

tesoreros y representantes de los principales partidos políticos, funcionarios de los

gobiernos, deportistas, clubes, agencias de promoción cultural, decenas de escándalos

que minan la credibilidad de una sociedad que se fractura por todos los costados. Con

este telón de fondo ¿cuánto puede lograr el pacto entre “austeristas y estimulistas”,

como los califica Tortosa, o entre los partidarios de las políticas de ajuste y los keyne-

sianos de nuevo cuño para atender la grave crisis de la Europea civilizada? Sí, en las

negociaciones entre el norte y el sur en Europa, se podrán concertar algunas políticas

de regulación y algunos recursos para las pequeñas y empresas, algunos puestos de

trabajo para los jóvenes, pero lo de fondo queda allí, ¿o acaso las fuerzas concurrentes

no son copartícipes de lo que se ha hecho y dejado de hacer en estos últimos años?

José María Tortosa (2012), recreando las caracterizaciones que hacen las instituciones

interestatales nos forma la imagen de que mientras hay países que conforman los

BRICS que estarían incorporándose al grupo de los países “menos adelantados”,

dentro de los “adelantados” varios de éstos, por ejemplo los de la zona sur de la

eurozona serían “países en vías de subdesarrollo”. Estos son países que de acuerdo a

las caracterizaciones que se formulan por parte de los organismos encargados de

cuidar el “buen desempeño de las finanzas de los gobiernos” como el FMI, el Banco

Central Europeo y la comisión de Bruselas, esto es la “troika”, tienen problemas de

endeudamiento, de desmedido gasto público, de déficit comercial, en que se ha

incrementado la percepción ciudadana sobre la corrupción, el crecimiento del

desempleo, etc. Sí, muy parecidos a los países de América Latina de los años ochenta.

Sí, Tortosa advierte bien que hay cambios significativos en la estructura del sistema

mundial que no son producto de la crisis financiera última, que de hecho no estaban en

el mundo que ya no es y que deben ser tomadas en cuenta cuando se trata de percibir

el mundo que está por venir.

Page 185: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

184

La China, presionada a un cambio del modelo de acumulación

Algunos indicadores necesarios37: China pasa de ocupar el puesto décimo en términos

de PIB en la economía mundial en 1990 a ocupar el segundo lugar en el 2010, des-

plazando de éste a Japón. Mientras el promedio anual de crecimiento de China en las

últimas tres décadas (1980-1990; 1990-2000; y 2000-2010) fue de 10,2; 10,6 y 10,8;

E.U.A. lo hizo en 2,9; 3,5; y 1,8; Japón en 4,0; 1,3; 0,9: La India pasó del puesto 12 al

10. China es la primera potencia en exportaciones, ha pasado de un 2,5% en 1993 a un

10,4% en el 2010; E.U.A. ha bajado de un 12,6% a un 8,4%; Japón de un 9,9% a un

5,1%; India sube de un 0,6% a un 1,4%; y, América Latina ha subido de un 4,4% a

5,8%. Es la segunda potencia en importaciones detrás de E.U.A., a más de las materias

primas y productos energéticos adquiere bienes de capital, que se relacionan con el

incremento de su base productiva. En cuanto a población, China actualmente tiene el

19,5% de la población mundial, se prevé que para el 2050 tenga un 13,9%, mientras

que la India que actualmente tiene el 17,8% tendría en el 2050 el 18,3% de la pobla-

ción mundial. Ocupa también el segundo lugar como receptor de inversión extranjera

directa IED detrás de E.U.A. y el tercer lugar como emisor de IED detrás de la Unión

Europea y E.U.A.. La capacidad financiera de China y Japón, medida a través de la

posesión de reservas en divisas, entre el 2001 y 2012, habría pasado de 212.200

millones y 387.700 millones de dólares a 3, 305 billones y 1, 277 billones de dólares.

La China con su sostenido crecimiento en las tres últimas décadas se convirtió en “el

motor” de la economía mundial, hoy tras la crisis, lo seguirá haciendo pero de una

manera más modesta. La disminución de las posibilidades de la exportación, producto

de la recesión en E.E.UU. y Europa, y con ello de la industria que produce para esos

mercados, presiona para una reconversión de su economía hacia el mercado interno,

en condiciones en que también la China fue partícipe de la reducción salarial para

estimular su crecimiento externo. Entre 1980 y el 2005, la participación de los salarios

en el ingreso se redujo en 15% del PIB (Munevar, 2011). Esta caída de la capacidad de

consumo de los hogares tiene ahora que ser revertida para sostener la economía y ese

no es un proceso que se lo recorre en el corto tiempo. Las medidas están orientadas a

la expansión del crédito que ha crecido a tasas superiores al 35% en el 2011, que

37 En base a informaciones del FMI y BM acopiadas por Pablo Bustelo.

Page 186: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

185

provoca efectos el crecimiento de los precios en la propiedad inmobiliaria en un 40%

anual. Claro está, esta dinámica no da garantías para una estabilidad económica.

El futuro cercano para la China en la mirada de Munevar (2011) no es nada

prometedor, todo lo contrario. Este autor considera que con la caída de las expor-

taciones se tiene ya una capacidad sobredimensionada de la industria; la reconversión

al mercado interno va a provocar también un escalonamiento de ese sector. De allí que

el “exceso de capacidad productiva combinada con la caída de demanda por las

exportaciones de China tendrán un impacto sumamente negativo sobre la tasa de creci-

miento económico llevándola a tasas cercanas al 3% en los próximos años38” (p.19).

Un escenario de expansión del crédito, incremento de los precios de los bienes

inmuebles y crecimiento rezagado de las remuneraciones son elementos que pueden

configurar una crisis como las ya sufridas en otras regiones, más aún si va acom-

pañado de una restricción de la inversión extranjera. Estando de acuerdo en que se va a

producir un freno significativo en la economía de la China, parece poco probable, con

los actuales indicadores que pasaremos a exponer, que la caída del crecimiento sea tan

severa como para llegar a porcentajes menores al 6% en un período de tiempo cercano.

Sin embargo, la disminución en el ritmo de crecimiento causa efectos impresionantes

por la magnitud de la economía. En el 2008, sólo por los efectos inmediatos de la

crisis financiera en E.U.A. y Europa, en la China, 20 millones de trabajadores pasaron

a la desocupación, obligando al gobierno a tomar medidas para su protección.

CUADRO Nº 20

En el

38 Munevar basa sus previsiones en “Some Predictions for the Rest o the Decade” disponible en: http://mpettis.com/2011/08/some-predictions-for-the-rest-of-the-decade/

Page 187: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

186

primer trimestre de 2013 la tasa de crecimiento del PIB de China fue del 7,7% frente al

7,8% del igual trimestre del año pasado y del 7,9% del último trimestre de ese año.

Tomemos en consideración que en el 2011 el PIB creció en China a una tasa del 9,3%

que indicamos en el cuadro de páginas anteriores. Bustelo (2013) considera que la

desaceleración de la economía china ha sido “notable” en consideración de que los

analistas preveían un crecimiento del 8% y con ello un aporte a la recuperación de la

economía mundial. Lo cierto es que las previsiones del FMI sobre la recuperación de

la economía mundial quedan en ilusiones. Si seguimos las reflexiones de Bustelo re-

sulta que la tasa de 7,7% en el primer trimestre de 2013, que puede aparecer como

muy buena en tiempos de crisis, no lo es, es la más baja de los últimos trece años y

responde a la baja de las exportaciones hacia la eurozona y a la caída de la inversión

extranjera.

En el Cuadro Nº 20 se puede observar que esa caída en el ritmo de crecimiento del PIB

se da a pesar de que las exportaciones se han recuperado al menos temporalmente,

18,5%, así como la inversión extranjera directa ha dejado de caer. La producción

industrial y los activos fijos mantienen las tendencias del año 2012 y las ventas al por

menor que, como dice Bustelo, reflejan la expansión del consumo, crecieron a menor

ritmo que los trimestres anteriores. Esto indicaría primero, que es evidente una ten-

dencia a reducir el ritmo de crecimiento de la economía; y, segundo, que el desplaza-

miento de los ejes de la economía de la inversión y las exportaciones hacia el consumo

interno aún no se evidencia. Por otros indicadores se advierte el crecimiento de la

inflación que tendría entre uno de sus componentes el aumento de los precios de los

inmuebles que como se observa tiene un crecimiento de 3,7% en lo que va del 2013

luego de haber tenido indicadores negativos durante el 2012 (Bustelo, 2013).

La desaceleración de la economía de China como se ha indicado en varios pasajes de

este trabajo es efecto de la disminución de la demanda externa por la crisis tanto de la

eurozona como de los Estados Unidos, que repercute en el conjunto de la economía

mundial. Eso hace que la dirigencia china tenga que reorientar el proceso de su creci-

miento hacia el mercado interno, lo que supone a su vez, el mejoramiento de la capaci-

dad adquisitiva de los salarios, crecimiento de otro tipo que tendrá también que supe-

rar varios límites como el provocado por el envejecimiento de su población; la capaci-

dad ociosa de sus inversiones de capital; paralelamente la inversión poco productiva

en las empresas orientadas al consumo interno; el grave deterioro ambiental. El cam-

Page 188: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

187

bio de modelo obliga a tomar precauciones y eso incide en la disminución del ritmo de

crecimiento de su PIB. No es posible mantener las tasas de crecimiento entre el 9% y

10%, que ha caracterizado a la China desde hace tres décadas, en las actuales condi-

ciones ello no es sostenible, tendrá que hacerlo entre el 7% y 8%, el gobierno proyecta

un crecimiento del 7,5%, ello obliga a bajar el ritmo de crecimiento en el consumo de

recursos naturales y aumentar la protección del ambiente. Recordar que la destrucción

ambiental es tan severa en China, que este país compra grandes territorios en el África

y ahora en América Latina para su seguridad alimentaria y alternativas energéticas.

En lo interno China deberá sostener la inversión que le permite obtener mayor compe-

titividad, que ya lo hace, pues destina para el 2012 el 2% del PIB a investigación y

desarrollo (I+D), en condiciones en que para mejorar la demanda interna debe incre-

mentar las remuneraciones, sabiendo que ello le resta el factor de competitividad que

ha sido el bajo costo de la fuerza de trabajo. Por un lado requiere ampliar el empleo

que favorece el mercado interno y al mismo tiempo desplazar industrias intensivas en

mano de obra hacia el interior para continuar aprovechando el bajo costo de la fuerza

de trabajo.

Así la China, siguiendo las percepciones de Bustelo (2013), seguirá siendo el motor

principal de la dinámica de la economía mundial pero su influencia será menos

gravitante, de acuerdo a la información del FMI referidas por este autor, entre el 2010

y 2012, China fue responsable del 28% del crecimiento de la economía global,

mientras E.U.A. lo hizo en un 14%, Japón en un 6% y la U. Europea en un 4%. Las

previsiones realizadas en abril de 2013 indican que esas cifras pueden pasar a ser 26%,

21%, -01% y 12% entre el 2013 y 2018. La reducción en el crecimiento de la

economía China y de su aporte a la economía global va a significar también una

reducción en los ritmos de las importaciones de materias primas, recursos energéticos

y metales que afectarían las exportaciones de varios países de América Latina. La

reconversión del modelo de acumulación para que sea más gravitante el consumo

interno exige una mejor redistribución de la riqueza, en un país que ha pasado a ocupar

uno de los primeros lugares en la inequidad en la región.

Los giros que deberá asumir China se los hará bajo la conducción de una nueva diri-

gencia en el Partido Comunista y Asamblea Nacional Popular que viene a reemplazar

a Hu Jintao quien ha estado a la cabeza del proceso desde 2002. En la década de Hu

Page 189: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

188

Jintao se ha consolidado el crecimiento de la economía al punto de haberla convertido

en la segunda potencia mundial, con proyección de pasar al primer lugar en pocos años

más; de ser el motor que dinamiza la economía mundial en un período marcado por la

recesión internacional; de haber potenciado la presencia de lo público en las principa-

les actividades estratégicas (comunicaciones, finanzas, transporte y energía) redirec-

cionando el proceso que en períodos anteriores fueron marcadamente en función del

mercado y lo privado; de dejar el trazado de una perspectiva de desarrollo para los

próximos años privilegiando la participación interna.

Las deudas de la gestión de Jintao, que implican serios riesgos para la sociedad china

tienen relación a la gravedad de las prácticas de corrupción; el limitado avance en

lograr niveles de mayor equidad con el crecimiento económico; los severos problemas

ambientales; las controversias nacionales por las profundas inequidades regionales y

las desigualdades en la distribución de los ingresos. Problemas que se presentan en el

marco de profundos cambios estructurales como es el de tener ahora una población

urbana mayor a la rural con un 30% de ella que no accede a los servicios básicos y en

que los costos de inclusión son sumamente altos. El tema de la democracia en una

sociedad profundamente heterogénea y de partido único será el centro del debate en

los próximos años. Jintao, en la perspectiva del cambio de modelo y de hacer ajustes

necesarios en la calidad el crecimiento posicionó al fin de su mandato la meta de que

para el 2020 la población deba duplicar sus ingresos. Habría que completar esta

imagen de la China con una corta referencia a dos de sus vecinos.

La India con problemas severos. Una desaceleración mucho más sentida que la China

ya se opera en la economía de la India. De tasas de crecimiento que se encontraban en

el 8,4% en el 2010 y 8,4% en el 2011, se pasa a tasas entre el 5,5% y 5,3% en el 2012.

Caen las exportaciones, disminuyen la FBKF y la participación de la industria manu-

facturera, lento crecimiento del consumo y aumento significativo del déficit en la

cuenta corriente. Claro, el ritmo de crecimiento de la India comparado con el de otros

países emergentes es alto, pero su situación económica general es mucho más comple-

ja y difícil. En la India afecta una inflación que está cerca del 10% y la reducción de

las inversiones productivas.

Según Naciones Unidas en su informe de desarrollo humano 2013, Brasil, China e

India en el 2050 aportarán con el 40% de la producción mundial tomada en PPA. Para

Page 190: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

189

el 2020 la producción de los tres países será superior a la de EUA, Canadá, Alemania,

Francia, Italia y Reino Unido juntos.

Japón parecía recuperarse, pero no. Tiene un virtual estancamiento desde 1990 hasta

hoy, sin que hayan tenido momentos de crecimiento significativos. El comportamiento

de la economía de Japón en las últimas décadas es conocido como de la tendencia en

L, a diferencia de la tendencia W que muchos economistas aspiran para la superación

de la crisis en EUA. No es raro según pronostica Dierckxsens, que para los países

desarrollados esté por provocarse esa tendencia en L. El índice de las acciones en el

país asiático en diciembre de 1989, en el momento de su mayor crecimiento, llegó a

38.916 puntos, en 2013 el Nikkei 225 está alrededor de los10.500, es decir en casi la

cuarta parte; el PIB en el tercer cuatrimestre de 2009 estuvo por debajo del alcanzado

en 1992; las torres de departamentos se vendían en ese año, diez veces más bajo el

precio de aquella época. Dos décadas perdidas. (Dierckxsens, 2011).

Estados Unidos, la locomotora de la demanda mundial

Si la China ha sido reconocida en estas últimas décadas como la locomotora de la

oferta mundial, a los Estados Unidos, dice Piqueras, habría que reconocerle como la

locomotora de la demanda. Entre Estados Unidos y China ha funcionado, desde la

última década del siglo pasado y hasta el final de esta primera década del siglo XXI,

una suerte de pacto, Breton Woods II, como lo denomina Piqueras, que ha permitido

que la mayor parte de los recursos financieros del mundo puedan fluir hacia Estados

Unidos, país que a través del crédito y sistemas que incentivan el endeudamiento pri-

vado, así como, el financiamiento del creciente déficit de los gobiernos a través de la

venta de bonos del tesoro, han permitido mantener la demanda. Del otro lado la China,

con fuertes inversiones externas y aprovechando el bajo costo de la fuerza de trabajo,

se ha convertido en la gran factoría para la provisión mundial de mercancías. El

acuerdo consistiría en mantener a través de distintos procedimientos no oficiales y de

manera artificial, un dólar en alto valor a pesar de los desajustes del mercado, y valo-

res bajos para las monedas asiáticas que favorecen las exportaciones (Piqueras, 2013).

Piqueras (2013), quien reflexiona esta suerte de pacto chino-estadounidense, parte de

reconocer que el incremento de las tasas de interés a fines de los años setenta, que

bordeaba el 20% y que tanto afectó a la deuda externa latinoamericana, permitió una

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190

gran afluencia de capitales hacia la primera potencia mundial. El capital que llega a

EUA se canaliza a las grandes corporaciones y a dinamizar el consumo interno a

través del crédito, política que amortigua las restricciones de la política salarial vigente

desde los años setenta, que lo podemos observar como común para los países

desarrollados entre 1980 y 2009 en el Cuadro N° 21, así como la expansión del

endeudamiento de los hogares. Esta creciente demanda explica los ritmos inusuales en

que crecen las exportaciones asiáticas. El déficit comercial de los EUA va en creci-

miento, 2.000 millones en 1971; 28.000 millones en 1981; 430.000 millones en el

2001 y 815.000 millones en el 2007.

Esta dinámica permite a EUA sostener el gran déficit fiscal: 160.000 millones en

2002; 380.000 millones en el 2003; y más de 1 billón de dólares en el 2009 (Piqueras,

2013) sin que se incomode ni el FMI ni ningún otro organismo de regulación interna-

cional; así como una deuda pública que se incrementa de manera acelerada: 390.000

millones de dólares en 1970; 930.000 millones en 1980; 3,2 billones en 1.990; 5,6

billones en el 2000 y 10,9 billones en el 2009. Según Piqueras, “la deuda total estado-

unidense (pública + privada) rondaba en 2009 los 54 billones de dólares. Equivalía

aproximadamente al PIB mundial, y más de 3 veces el PIB estadounidense. El 20% de

la misma es deuda externa” (Piqueras, 2013).

CUADRO N° 21

La dificultad que debe superar la economía estadounidense, presente desde hace algu-

nas décadas, es que los excedentes que obtiene de la producción no los puede reinver-

tir productivamente, generándose sobre-acumulación bajo la forma de dinero que no

puede convertirse en capital, alejándose de la producción y que en calidad de dinero

mercancía entra en los circuitos de la especulación financiera. Se crea con ello grandes

Page 192: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

191

sumas de capital ficticio que en sus reiteradas operaciones financieras provocan crisis

como la que se produjo en el 2008.

Lo más interesante y sugestivo del trabajo de Piqueras, es la hipótesis relacionada con

las discrepancias en el seno de la clase dominante estadounidense que nos ayuda a

entender el entramado de las contradicciones en la reproducción del capital. Sostiene

Piqueras que se han conformado dos bloques importantes: el primero vinculado “al

capital financiero transnacional busca cierto mayor ‘multilateralismo’ en la regulación

del capitalismo mundial decadente (Standard & Poors, Barclays, Rotschild…)”; el

segundo, “sectores que pugnan por una nueva salida imperial norteamericana, el mega-

estado dominador del mundo (Moody’s, Goldman Sachs, Warren Buffet, Rocke-

feller... y la cúpula republicana de EUA.” (Piqueras, 2013). Un juego en que se

mueven posiciones en procura de ciertas regulaciones y las absolutamente liberales,

entre los herederos de Keynes y los de Friedman; o como lo dice José María Tortosa,

entre los estimulistas y los austerianos39.

En medio de ello se produce una emisión monetaria fuera de control, sin el debido

respaldo, ello necesariamente conlleva una pérdida de valor de una moneda que ya

tiene serios problemas, sí bien estimula las exportaciones, lo hace en un marco de

creciente incertidumbre, pues su déficit comercial tiene un carácter estructural muy

complejo. Para Piqueras el sostén del dólar solo es posible a través de la política

armamentista y de intervención, ello garantiza el control petrolero y buena parte de su

comercialización justamente en dólares. Según Egon Von Greyerz, el gran consejero y

analista de los temas financieros en los EUA, en la era de Ben Bernanke como presi-

dente de la Reserva Federal, esto es desde 2006, se ha impreso más dinero que en toda

la historia anterior de los E.U.A. Fenómeno que está relacionado con el endeuda-

miento público federal que ha pasado de 8,4 billones de dólares en el 2006 a 16,8

billones a marzo de 201340; así como el tener que cubrir a los bancos de los E.U.A., al

FMI, a los bancos europeos y de otras plazas por las inversiones de derivados, dinero

sin ningún valor, fenómeno que necesariamente incidirá en un incremento del oro

como fuente de conservación de valor.

39 Tortosa, José María, 15 de mayo de 2013, Diario Información de Alicante. 40 http://goldswitzerland.com/category/egon-von-greyerz-newsletters/

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192

El giro que puede provocar China, entre otros por ejemplo, con su política de acerca-

miento a la Federación Rusa, ponen a los E.U.A. en serias dificultades, como es el

acuerdo de septiembre de 2012 para un intercambio comercial en sus respectivas mo-

nedas, uno de ellos es la entrega de 38.000 millones de metros cúbicos de petróleo a

partir de 2018 a cambio de gas para los próximos 50 años. Acuerdos entre países

emergentes con gran poder militar y económico, hay que entender que la Federación

Rusa se encuentra en un franco proceso de recuperación del espacio en la economía

internacional. De igual manera debe preocupar la gira mundial realizada por el nuevo

presidente de la China al inicio de su gobierno en que se comprometen ingentes

recursos financieros en la adquisición ha futuro de materias primas, inversiones

energéticas, compromisos de merados, colocación de préstamos, entre otros.

El mayor peso que están alcanzando los países emergentes puede traducirse en una

exigencia para que Estados Unidos acepte, dentro de las negociaciones del G20, la pre-

sencia de una moneda de cambio internacional conformada por una canasta de mone-

das de otros países que hoy son gravitantes en los intercambios mundiales. Los

BRICS, con el 43% de la población mundial, habrían resuelto en marzo de 2013 con-

formar un Banco propio que facilitará los intercambios en monedas propias, dejando

de lado al dólar. Otro dato que aporta Piqueras (2013) con relación a ésta pérdida de

influencia estadounidense da cuenta que desde el 2000 al 2013, la participación del

dólar en las reservas internacionales ha caído del 62% al 54%.

Desde lo social, los indicadores de pobreza en los EUA en el 2007 se revelan alarman-

tes, en condiciones en que se destina un porcentaje muy alto de su producción a la

industria de guerra. Se estima en16 millones de personas las que se encuentran bajo el

umbral de pobreza, para ese entonces se consideraba en esas condiciones a los hogares

de cuatro personas con un ingreso anual inferior a 9.903 dólares, o a los individuos

con ingresos inferiores a 5.080 dólares al año. Krugman sostiene que la información

del desempleo que se difunde oficialmente en EUA no está adecuadamente respaldada,

para el 2012 ésta ascendía a 13 millones, frente a los 6,8 millones de 2007, sin

embargo, si se interpreta adecuadamente la información, esta llegaría a 24 millones de

desempleados41, en condiciones en que se produce con un 7% por debajo de la

41 Paul Krugman recoge la información de la Agencia Estadounidense de Estadística Laboral (Krugman 2012, 17)

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193

capacidad, que significa pérdidas acumuladas de alrededor de 3 billones de dólares en

productos que se han dejado de elaborar en el curso de esta última crisis. La depresión

ha significado la reducción de recursos para la educación, a consecuencia de ello

300.000 maestros han ido a la desocupación (Krugman, 2012).

Si el inicio de la recesión de la economía se la puede establecer en septiembre de 2008

con la “evaporación” del Lehman Brothers, para los trabajadores ésta se habría inicia-

do hace 40 años, pues desde allí viene la restricción en sus remuneraciones, pérdidas

de salarios, condiciones de seguridad social, pérdida de esperanzas.

“Entre 1971 y 2007, los salarios por hora en E.U.A. sólo aumentaron en un 4% (No 4% por año, sino 4% en todo el período). Durante esas mismas décadas, la productividad se duplicó esencialmente y aumentó 99%. En otras palabras, la productividad del trabajador promedio aumentó 25 veces más que el salario.”

“En 1976 el 1% de las familias estadounidenses poseía un 19% de la riqueza del país. En el 2000, poseía el 40%. En los mismos años, el 58% de cada dólar de aumento de los ingresos lo percibió ese 1%” (Bárbara Garzón, 2013) 42.

Se acumuló una riqueza impresionante por parte de los grupos de poder y de manera

especial en los vinculados a la Banca. En condiciones en que se expande una pobla-

ción que no puede acceder a recursos para satisfacer adecuadamente sus necesidades.

La salida fue fácil, en lugar de pagar lo que correspondía a los trabajadores, se les

prestó dinero.

“Primero prestaron para cosas de valor: coches, casas, educación univer-sitaria; luego, a través de las tarjetas de crédito, para los gastos diarios del hogar. Como llegamos a comprender después de la catástrofe de 2008, el máximo esquema Ponzi de la era involucraba la combinación y reventa de préstamos hipotecarios a gente que para empezar no podía permitirse una casa. La locura de prestar dinero a gente con salarios estancados o en disminución podrá parecer obvia ahora, pero como muchos castillos de naipes debió de parecer bastante sólida entonces” (Bárbara Garzón, 2013).

En el programa CNBC preguntaron al ex presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, por qué nadie había previsto la llegada de la crisis hipotecaria y dijo a los banqueros:

42 Barbara Garzón,

http://www.tomdispatch.com/post/175685/tomgram%3A.barbara_garzon%2C

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194

“¿Saben? Esto va a terminar mal”. Greenspan respondió: “No es que no ha-yan sabido que los riesgos existían, quiero decir que hablé con ellos. No es que hayan sido tontos. Sabían precisamente lo que estaba sucediendo. La vasta mayoría pensaba que sabía cuando retirarse”. “…acabó colapsando como cualquier otro esquema Ponzi (piramidal), ….la recesión prolongada (para los trabajadores) se convirtió en la Gran Recesión del mundo” (Bárbara Garzón, 2013).

La posición de Katz sobre el declive de los Estados Unidos

Las críticas de Claudio Katz a las tesis que sostienen el debilitamiento de la hegemo-

nía EEUU se sustentan en las observaciones a los siguientes argumentos:

a) Sobre la regresión económica, en el sentido de que EEUU ya no tendría el control

mayoritario de la industria mundial tal como sucedía en la época de la postguerra.

Esta se sustenta en que EEUU tuvo ya un debilitamiento cuando recurrió a la

inconvertibilidad del dólar (1971) y que en estas últimas dos décadas se habría

profundizado su debilitamiento cuando paralelamente ha crecido la China. Las

dificultades se evidencian ante la pérdida de productividad, obsolescencia de la

industria manufacturera y desindustrialización en su economía observada por

Giovanni Arrighi citado por Katz (2011). También se evidencian estas dificultades

a través del creciente déficit comercial, el endeudamiento del Estado, la

expansión de los servicios y pérdida del empleo industrial. Refiere también el

creciente desequilibrio por el sobre-consumo estadounidense que favorece a las

empresas extranjeras (Katz, 2011).

b) El debilitamiento del dólar que implicaría una pérdida de señorazgo de la divisa

es una tendencia irreversible, sería sustituida bien por otra moneda o una canasta

de monedas, tal como lo advierte Wallerstein citado por Katz (2011). En ello se

expresa también la crisis del ordenamiento de la postguerra que ha ido

convirtiendo a EEUU de gran acreedor a principal deudor.

Hay apreciaciones en el sentido de que la crisis de EEUU es más profunda de lo que se

la puede percibir; otras lecturas inducen a que la caída ha sido de alguna manera

postergada con el advenimiento del neoliberalismo que habría permito canalizar

ingentes recursos de las periferias al centro.

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195

Katz (2011) “solo el lugar imperial que mantiene Estados Unidos explica la inusitada absorción de capitales por parte de una economía con altísimo déficit comercial, desequilibrio fiscal, importaciones masivas y alto consumo. Ningún otro país podría sostener esta explosiva mixtura de desajustes” (p. 56).

Katz (2011) sostiene que los parámetros con los que se analiza la economía de los

EEUU no pueden ser los mismos que para el resto de países. Esta economía organiza

la reproducción del capital en todo el mundo, ello hace que no se trata de una

competencia entre países en que se mitran los indicadores económicos, pues EEUU a

más de la presencia mundial en la reproducción del capital dirige el espacio político

militar en el que se subordinan de alguna manera todos los competidores. El

ordenamiento que se heredó del siglo XIX ha sido sustantivamente modificado por las

empresas transnacionales y con mucha profundidad en las últimas décadas con

relación a la internacionalización de los capitales. De suerte que su participación sigue

siendo muy activa en la dinámica de la economía mundial, basta con mirar la

estructuración de las redes financieras. Es que la mundialización de alguna manera ha

modificado las formas y mecanismos del control en los procesos de acumulación. La

expansión de las instituciones bancarias forjó, dice Katz (2011):

“el mercado del euro-dólar que financió la internacionalización de las empresas norteamericanas y especialmente su asociación con las empresas europeas. Esa plaza se convirtió en el principal antecedente de los depósitos desregulados y las transacciones extraterritoriales, que posteriormente forja-ron la mundialización financiera.” (p. 191).

1. En este proceso, la banca estadounidense no solamente fue trasladando hacia

EEUU el control de las operaciones financieras más importantes del planeta, sino

que además fue depurando para sus conveniencias el sistema bancario, muchas

instituciones desaparecieron en el camino, primero en la década de los años

setenta y luego en la del noventa. Wall Street comanda el circuito del mercado

bursátil internacional y la Reserva Federal la circulación global del capital. Los

procedimientos y modelos de la banca mundial como afirma Katz (2011) han sido

impuestos también desde la lógica de la banca estadounidense, con ligeras

modificaciones en la banca europea. “El control sobre las calificadoras, la

supervisión de los fondos buitres, la regulación de los capitales mínimos y las

restricciones al apalancamiento que se dispone en Estados Unidos fijarán la pauta

a seguir en todo el planeta” (p. 191). Así la FED actuaría, dice Katz, como Banco

Central en la crisis del 2008 y 2009, con influencia mundial, e impuso su línea de

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196

reducir las tasas de interés. Japón se sometió a su estrategia y Europa no fue capaz

de marcar diferencias. Con estos elementos apunta la tesis de que no se ha debili-

tado la presencia de los Estados Unidos en las finanzas mundiales, al contrario, su

poder se habría fortalecido. Es parte de la dinámica de la globalización financiera .

2. Con relación a la divisa estadounidense. Se reconoce que el dólar no tiene la

supremacía de los años cincuenta. Pero hay que reconocer también que esa divisa

no ha colapsado durante las cuatro décadas desde que ocurrió la inconvertibilidad,

que supone que la moneda no tiene un respaldo real. Lo cierto es, como lo advier-

ten varios analistas y entre ellos Katz, los financistas del mundo decidieron

proteger sus operaciones a través del mismo dólar, con lo cual se consolidó esta

divisa en medio de la crisis. La política estadounidense juega entre cierta deva-

luación de su moneda para neutralizar el déficit comercial y mantener el flujo de

capitales internacionales. En esto se juegan las relaciones de poder con las otras

economías del mundo. Lo cierto es que en este proceso no existen otras monedas

que pretendan asumir el rol de la divisa estadounidense, el euro se ha debilitado

incluso en su región; el yen da cuenta de una economía en serios problemas y

durante buen tiempo; y el yuan, no logra aún una presencia fuerte en los mercados

internacionales. Katz (2011) caracteriza la disputa entre las distintas potencias

como un proceso en que los rivales de EUA buscan disminuir la supremacía

monetaria, pero en ningún caso “eliminar su gravitación”, todos procuran

mantener sus exportaciones a ese mercado y obviamente defender su moneda, se

aspiraría a la conformación de una “canasta o billetes compartidos”, como los

Derechos Especiales de Giro, cuya viabilidad estará dependiendo del cómo se

conduzca la crisis actual.

3. Sobre el endeudamiento de los Estados Unidos, reconoce lo gravitante de éste,

considerando con él que el déficit comercial pasó de 1,7% en el período 1982-

1997 a 5,6% para el período 2003-2010. Sería sin duda una muestra de pérdida de

presencia frente a sus competidores, sobre todo con los que se encuentran en

ascenso. El comportamiento de las otras potencias se puede ver reflejado en la

actuación de China. A ésta le conviene mantener los mercados estadounidenses

para la llegada de sus excedentes exportables, para ello se ve forzada a renegociar

la deuda que mantiene Estados Unidos. En este sentido, los competidores

apuestan por mantener y sostener al gigante y no apostar por su caída. Afirma

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197

Katz (2011): “A la hora de observar el endeudamiento externo hay que notar no

solo la posición contable adversa de Estados Unidos, sino también la función

movilizadora que tiene ese desbalance sobre el flujo internacional de capitales y

mercancías.” (p.191).

Concluye Katz (2011) su reflexión insistiendo que no es lo mismo analizar ciertos

indicadores como referentes para examinar la situación económica de un país que

hacerlo con aquel país que por la dinámica imperial lo pone como el corazón de la

economía mundial.

Tendencias en curso entre los países de mayor desarrollo económico

- EUA seguirá siendo la única potencia militar. En el 2011 su gasto militar se

equipara a la sumatoria del resto de países en el planeta. En un contexto de debilita-

miento de los organismos internacionales ese desbalance mantendrá la desconfianza

mundial, más aún cuando se advierte que su estrategia de control de las provisiones

petroleras en Medio Oriente le lleva a reforzar su papel en el conflicto con Siria, a

reconstituido su relación con Irán y con todo ello la proximidad hacia la China. Su

perspectiva económica sigue siendo poco alentadora. El debilitamiento de su

hegemonía le obligará a acelerar entendimiento con otros agrupamientos cuyos

poderes se van ampliando.

- La economía será cada vez más multipolar y menos occidentalizada, incluso en el

caso de la desaceleración muy probable que tiene la economía china. Cada vez se

advierten nuevos caminos en la circulación mundial a pesar de la pérdida del

dinamismo de las economías emergentes (BRICS). Hay que destacar la presencia

particular de China no sólo como una potencia comercial sino en su papel de

prestamista, inversora, en que el Estado garantiza y respalda el desempeño de sus

empresas públicas y privadas, más aún China cumple un papel cada vez más

gravitante en la definición de políticas en temas de conflictividad internacional, en

las negociaciones ambientales y en los temas de seguridad.

- En el juego del poder internacional cobran fuerza las potencialidades económicas.

Según Steinberg (2013) se estaría replicando lo de fines del siglo XIX, otro mo-

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198

mento de multipolaridad económica, haciendo que la “lógica liberal cooperativa”

parcialmente sea reemplazada por un “renacer del mercantilismo clásico”, en que se

vincula “el poder económico al poder político y a la seguridad nacional”. Se puede

observar que las políticas para enfrentar la crisis han reforzado los mecanismos de

control nacional en el comercio, las finanzas y de las divisas, se trataría de “promo-

ver el crecimiento propio afectando al vecino”.

- Las disputas por el control de los recursos naturales, mineros, fuentes de agua, ener-

gía, alimentos, no dependen del “libre juego” del mercado sino de instrumentos de

presión como los commodities, la diplomacia, y cuando es necesario de lo militar.

Basta mirar el juego por el control de las tierras y la producción de alimentos en

estos últimos años. Tras de esto, la especulación financiera continuará siendo el

canal de apropiación de los excedentes mundiales. Susan George (2012) estimaba

que el comercio diario de derivados estaba en alrededor de 2,1 billones de dólares y

consideraba que el dinero es el commodity más comercializado cuyas operaciones

de cambio representaban 4 billones de dólares por día. Estos mercados habrían

crecido un 25% luego de la crisis financiera de 2008.43 Similares apreciaciones se

tiene luego de las intervenciones de la troika en la Eurozona.

- Habría una tendencia a consolidar un modelo de capitalismo de Estado, en los paí-

ses emergentes, y muchas prácticas de ese modelo incluso en los países de mayor

desarrollo.

- En los espacios de representación del poder mundial los países emergentes han pre-

sionado en los últimos años por una mayor participación, el G20 es una muestra de

ello, pero todavía es una presencia difusa, su actuación se percibió por ejemplo tras

la crisis de la banca de EUA en el 2008. Organismos llamados a frenar los protec-

cionismos que imponen los países de mayor desarrollo económico, de ordenar el

sistema monetario internacional, de concertar acciones sobre el cambio climático,

deben responder a los nuevos escenarios internacionales, deben reflejar la nueva

estructura del poder mundial, la nueva correlación de fuerzas, es uno de los mayo-

res desafíos del futuro inmediato.

43 Susan George, hace el seguimiento de las operaciones financieras desde hace más de una década, esta información la hace en: Pongamos freno a las corporaciones: ¿Quién? ¿Cómo? y ¿Cuándo? Alai, junio de 2012.

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199

- Uno de los factores importantes que posiciona Steinberg (2013) en la

configuración de las nuevas relaciones en el mundo tiene que ver con los problemas

del envejecimiento de las poblaciones, las desigualdades en la distribución de los

ingresos y en el papel de las nuevas clases medias.

Respecto al envejecimiento hace notar que entre el 2000, el 2025 y el 2050, la

población adulta en los países de mayor desarrollo económico pasará del 14,3% al

21,3% y al 26,8%, en los países de economías emergentes del 5,1% al 8,4% y 14%;

y en los países de menor desarrollo económico del 3,1%, al 3,8% y al 6,3%. El

incremento de la esperanza de vida y la atención a esa población adulta, en las con-

diciones del actual “desarrollo”, crea dificultades por el incremento del gasto en

salud y pensiones, que redundará en un incremento de la deuda pública de los

Estados. En el caso de la China, por su política de control de la natalidad desde

décadas pasadas tendrá un reto incluso mayor, de allí que se afirme que “posible-

mente llegará a ser un país envejecido antes que un país rico”. El otro efecto

esperado es que se consoliden sociedades conservadoras, defensivas, tradicionales,

sin apostar a los retos, a la innovación (Steinberg, 2013).

La otra tendencia que se afirma con absoluta claridad es la mayor desigualdad. En

la observación que se hace sobre el índice de Gini desde 1990 hasta el 2010 en los

países del G20, y salvo en los casos de Brasil y parcialmente de Argentina, Corea,

México en los últimos años, la distribución de la renta ha provocado mayor concen-

tración en los grupos de mayor poder y pobreza en los grupos de menores ingresos.

Las sociedades se polarizan más. Los efectos de la crisis financiera y las políticas

que se ejecutaron para controlarla agudizaron esta polarización. Los trabajadores

menos calificados tienen menos oportunidades y los gobiernos bajan los impuestos

a los grupos de mayor poder y clases medias, con lo cual debilitan la capacidad de

los Estados para atender a los sectores de mayor vulnerabilidad. Se ha puesto en

riesgo el pacto social que ofreció la estabilidad en la segunda postguerra.

Paralelamente, en varios países de menor desarrollo económico y en los emergentes

con altas tasas de crecimiento en los últimos años y con una progresiva redistribu-

ción de la renta, se ha provocado una significativa mejora en la capacidad adquisi-

tiva de los sectores medios, por sobre los 10.000 dólares p/c. Esto se puede

constatar en Asia, América Latina y en varios países del África. Solamente para el

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200

caso de la China, se estima que hasta el 2020 se incorporarán a este segmento

alrededor de 200 millones de personas. Tendencia que alienta el crecimiento de esta

serie de países al pasar una buena parte de la población de condiciones de subsis-

tencia a la de consumidores de bienes industrializados de línea blanca y luego de

vivienda; y que lamentablemente difiere con la de los países altamente desarro-

llados, en los que sus clases medias se hacen menos numerosas y disminuye su

capacidad de consumo.

- Se estima que en el 2010 se llegó al máximo de la oferta petrolera sin llegar a satis-

facer la demanda que sigue creciendo. La consecuencia implica que continuará el

incremento de precios de los hidrocarburos. En América del Norte, con las arenas

bituminosas en Canadá y nuevos grandes yacimientos detectados en EUA se pre-

tende amortiguar esta tendencia, lo cierto es, sin embargo, que la opción de tecnolo-

gías alternativas aún no logran sustituir, en las condiciones en que el capital requie-

re, a los hidrocarburos. A consecuencia de ello, grandes capitales se orientan a la

inversión en tierras y agua en las periferias para propiciar cultivos agro-energéticos.

- El poder de las empresas transnacionales ETN continúa fortaleciéndose. Sussan

George (2012) recogiendo los aportes de varios matemáticos en una investigación

sobre la estructura sistémica de las ETN afirma que de las 43.000 de éstas

contempladas en la base de datos de la OCDE, 737 controlan el 80% del valor total.

Del examen de las interconexiones de las inversiones, préstamos y movimientos de

capital se detecta que 147 ETN controlan el 40% del valor de todas las ETN del

mundo. Y finalmente que de las 50 ETN más grandes, altamente interconectadas, 45

son mega corporaciones financieras, 4 compañías de seguros y 1 fuera de esos

circuitos. Esto nos indica que la fuerza y capacidad del capitalismo en su proceso de

reproducción durante las últimas décadas se concentra en las empresas financieras más

fuertes de entre el conjunto de las ETN, allí está el gran poder económico y político

del mundo actual.

- Finalmente, las discusiones entre los grandes países, los del G8 más los emergentes

BRICS, en quienes se concentra el poder mundial, no establecen los acuerdos mínimo,

y al parecer e el futuro inmediato no lo harán, que regulen las emisiones de gqases

contaminantes y otros factores vinculaados al calentamqiento global,así como no se

arbitran las medidas pertinentes parqa frenar la contaminación y devastación de

Page 202: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

201

recursos fundamentales para la vida del planeta. Foros como el efectuado en Río de

Janeiro, 20+20, culmina con el único acuerdo de volver a reunirse.

- Las percepciones que se han señalado respecto al comportamiento de los Estados en

sus relaciones con otros Estados y otras regiones, dan cuenta de cambios importantes

en la estructura del sistema mundo-capitalista, varios de ellos incubados en la época de

oro del capitalismo de postguerra; otros resultantes de las transformaciones tecnoló-

gicas de las últimas décadas y sus aplicaciones en la producción; otros finalmente

resultantes de la especulación financiera que ha dominado las relaciones económicas y

han dado un sesgo particular al capitalismo de inicios del siglo XXI.

La crisis actual más allá de lo financiero y coyuntural

Son varias las interpretaciones sobre la crisis, en general provienen de las tres vertien-

tes fundamentales de las que se nutre el debate actual en la economía y el desarrollo: la

ortodoxa, que pone énfasis en que la maximización de los beneficios se logran a través

del libre juego del mercado; la estructuralista, que recupera la presencia del Estado en

el desarrollo; y finalmente la procedente de la izquierda, que hace una severa crítica a

los pobres resultados de las políticas de ajuste estructural y a su vez desconfía de las

capacidades y eficacia de las herramientas del Estado. El debate público que se organi-

za alrededor de la gestión que realizan los gobiernos en los centros y las periferias es

dominado por la lectura desde la ortodoxia y la heterodoxia.

Entre “austeristas” y “estimulistas”44

Los neoliberales, con su fuerte raíz dogmática, no ven otra explicación que no sea la

“irresponsabilidad fiscal” de los gobiernos que no reparan en realizar gastos impro-

ductivos y que malgastan los limitados recursos de los Estados. Los pueblos, pensando

en la realidad de Europa y en ciertos grupos sociales de los Estados Unidos, habrían

vivido por encima de sus reales posibilidades. Los ortodoxos olvidan que la expansión

y crecimiento del capitalismo fue precisamente por esa sostenida demanda en los

países de mayor crecimiento económico. Como si fuera un pecado, mejorar el nivel de

44 Tortosa, José María, 15 de mayo de 2013, Diario Información de Alicante.

Page 203: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

202

vida. Lo que es inocultable, es que representantes de esta corriente, que son parte al

mismo tiempo de la dirigencia de la política estadounidense y de la dirigencia de los

bancos y aseguradoras, como Gary Becker y Alan Greenspan, son precisamente los

gestores del apoyo estatal a la banca comprometida con la red de fraudes a propósito

de las hipotecas sin respaldo (Katz, 2010). La fuerte influencia del discurso neoliberal

que ha acompañado el proceso de “globalización” hacía pasar como natural la

imposición de restricciones salariales y sociales para los trabajadores, ahora el ajuste

de cinturones es para toda la sociedad, salvo claro está para los causantes de la crisis, y

ello es presentado como un recurso necesario. Los culpables del desastre son quienes

se endeudaron de manera irresponsable, es decir los miles de familias que aspiraban a

resolver el requerimiento de un piso o una casa para vivienda. “Lamentablemente” los

banqueros se habrían dejado arrastrar por la codicia. Las explicaciones tienden a

sustentarse en comportamientos psicológicos, en fallos en la estructuración técnica de

las cadenas de intermediación financiera. No es parte de su preocupación el que la

crisis tenga que ser asumida por los trabajadores, los desocupados y los desamparados.

Desde los heterodoxos, con Krugman, Stiglitz, Soros, Roubini, a la cabeza, la crisis ha

sido provocado por falta de regulaciones en los Estados y la contracción de la deman-

da propiciada por las políticas de ajuste estructural, tanto en lo que fue el escenario de

América Latina en las décadas pasadas como lo que actualmente ocurre en los países

de los centros. De allí que la respuesta a la crisis financiera necesariamente deberá ser

corregida a través de la recuperación de la demanda privada, la inversión pública. En

esa línea Stiglitz, según Katz, estaría proponiendo la condonación de las hipotecas y la

penalización a los bancos. (Katz, 2011).

Katz considera que “el actual desarreglo neoliberal será enmendado con supervisiones

más estrictas. Pero otra secuencia de mayor desregulación volverá a interrumpir,

cuando el capitalismo necesite recomponer la tasa de beneficio” (Katz, 2011). Con ello

alude al carácter cíclico que tienen las regulaciones y desregulaciones relacionadas con

el sector financiero de acuerdo a la necesidad del capital de compensar la caída de la

tasa de beneficio. Con esta percepción vale la pena poner distancia del debate entre

“austeristas y estimulistas” y acercarnos a algunas de las reflexiones que provienen de

otro espacio, del pensamiento crítico a la vigencia del capitalismo. No es posible en

este trabajo incursionar al complejo debate en el marxismo sobre las crisis.

Page 204: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

203

La crisis mirada desde la crítica de la economía política

Un punto de partida. Munevar considera que durante las últimas tres décadas, el

capitalismo habría entrado en un período de profundas transformaciones de la

economía en los centros y periferias como respuesta general a la caída de la tasa de

ganancia que se habría producido entre los años sesenta y ochenta. Estas

modificaciones a partir del ochenta habrían permitido una sensible disminución de la

participación de los salarios en los ingresos a nivel mundial (Munevar, 2013). El

crecimiento en los Estados Unidos y en Europa se pudo sostener gracias al crédito a

hogares y corporaciones; mientras que, en los países del Sudeste Asiático, la misma

represión salarial fue el factor que hizo posible el crecimiento de las exportaciones a

los países del centro. La crisis del 2008, da cuenta de que se llegó al límite en esa

capacidad de endeudamiento de los hogares. El ritmo de crecimiento de los ingresos

en los hogares iba rezagado con relación al crecimiento de las deudas (como se puede

observar en el gráfico del Anexo M4), que es particularmente fuerte para los casos de

España e Italia dentro de la selección de países. Es decir, la crisis vendría como

resultado de un conjunto de políticas que se vienen gestionando para recuperar la caída

de la tasa de ganancia que se producía entre las décadas del sesenta y ochenta; de otra

parte, haciendo abstracción de las particularidades del proceso, esas políticas

implicaban una reducción de los salarios, y para amortiguar la disminución del

consumo, de la demanda, el sistema operó una creciente ampliación del crédito, lo cual

obviamente tenía que reventar en algún momento.

Para Dierckxsens (2011) la crisis que atraviesa el capitalismo en la primera década del

siglo XXI, no es una crisis que se restringe al espacio de lo crediticio, al conflicto de

las hipotecas, ni siquiera es una crisis cíclica dentro del capitalismo; es una crisis

nueva, “más extensa, profunda, multidimensional y con alcance global.” Sería “una

gran crisis estructural en el marco de una crisis de la civilización” (p. 20). Se trata del

encadenamiento de múltiples crisis, pues convergen la crisis financiera y económica,

la crisis ecológica, la energética y los recursos naturales, la alimentaria; a la que se

suman las crisis en la ideología, la ética, producto de las mismas dificultades

económicas que han servido de base para la estructuración de la civilización actual.

Nos encontraríamos ante un escenario absolutamente complejo, para la humanidad.

Page 205: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

204

En la medida en que el capital real se ha desplazado en los últimos decenios hacia las

periferias y a los países emergentes, hace que los efectos en éstos sean mucho menores

a los que reciben los países centrales. Habría que observar si con el paso de los años

esta situación pervive.

El capital ficticio. El trabajo productivo (que corresponde al sector productivo, a la

economía real) puede manifestarse de manera material, como es la producción de

bienes, valores de uso; como puede revestir una forma no material, la educación, el

transporte, distribución de energía, de agua, comunicaciones, espectáculos. En el caso

de los servicios la producción coincide con el consumo. Hay que destacar que se trata

de creación de “riqueza real no monetaria”. Si no hay la generación de riqueza real no

habría crecimiento real.

En el trabajo productivo se genera valor (y como parte de él el plusvalor que al ser

acumulado se convierte en capital) de acuerdo a la dinámica de las relaciones capita-

listas. El trabajo improductivo no lo hace, sin embargo buena parte de este trabajo im-

productivo es necesario –servicios necesarios– para que el valor o pueda reproducirse,

acumularse o pueda circular. Ejemplo: el seguro contra incendios, ayuda a la conser-

vación de la riqueza. En este caso no se genera un valor, lo que se hace es repartir la

riqueza perdida. Así funcionan los distintos seguros: contra robos, accidentes, desas-

tres naturales, etc. Como lo explica Dierckxsens (2011), el que se obtengan ganancias

en estas actividades, hace que esas inversiones se comporten como un capital, como

que fuesen actividades productivas, debido ello, el predominio de la relación social

dominante. En rigor deberíamos decir que se generan ganancias mas no plusvalía.

Otras actividades improductivas serían las que realizan los abogados, los corredores de

bienes raíces, el comercio, la banca. Son actividades improductivas por su contenido.

Tal como sucede con los casinos, las rifas, los juegos de azar, que pasan riqueza de

unas manos a otras, Así también las bolsas de valores. En esta dimensión también hay

que ubicar el gasto militar de los gobiernos. La producción armamentista puede

producir grandes ganancias, el producto es posible que no se lo use, en ese caso se

evidencia su carácter improductivo, y si se lo usa, puede generar más bien enormes

destrucciones y con ello se elimine riqueza producida. Sería lo que Dierckxsens (2011)

llama un subsector improductivo-destructivo o de capital destructivo. Frente a la actual

crisis, EUA ha decidido incrementar sus gastos para reforzar su complejo industrial

militar y hacer frente a la hegemonía en riesgo.

Page 206: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

205

El capital a interés puede ser fuente del capital ficticio. El dinero, mercancía que hace

posible el intercambio de unas mercancías por otras, tiene como una de sus funciones

el ser unidad de cuenta. Todas las mercancías se transan a través del dinero. Si no se

tiene el dinero, como ocurre normalmente ahora, se recurre al crédito. Se otorga cré-

dito para comprar mercancías e incluso para realizar inversiones, que pueden ser para

actividades productivas o no. Sin embargo, cuando entramos al oscuro mundo de las

acciones las cosas pueden cambiar.

Dierckxsens, (2011) “Las acciones de las empresas constituyen una forma de capital

ficticio por el hecho de que representan una riqueza contada dos veces: una, el valor

del patrimonio de la empresa; otra, el valor de las acciones mismas, cuyo valor se

mueve con frecuencia con independencia del valor del patrimonio de las empresas”

(p. 39). Ambos valores pueden ser utilizados como garantías para créditos bancarios.

Según el autor, gracias a los Holdings, el valor de las empresas pueden ser contados

varias veces. “Una valoración especulativa de las acciones constituye un incremento

del volumen total del capital ficticio existente en la economía… detrás de él no existe

ninguna sustancia real.” (p. 39).

Esa economía especulativa se caracteriza por su disociación con la producción. Sin

embargo, sostener que “el sistema capitalista se ha ido convirtiendo en realidad en un

capitalismo ficticio, cuyas reglas de juego son radicalmente distintas y hasta

antagónicas al clásico capitalismo productivo, esto es, el fundado en la generación y

acumulación de plusvalor”, como lo sostiene Dierckxsens, parece una exageración.

Sin duda hay una suerte de estrangulamiento del capital productivo a manos del capital

ficticio, sin embargo, este sólo puede operar en tanto existe la generación de plusvalía.

El descontrol existente, el caos, sólo se explica por el predominio del capital ficticio

sobre el productivo, en la medida en que aquel se subordine nuevamente al segundo,

esa anomalía de la crisis actual será corregida; sin embargo, la crisis estructural no se

habrá superado. La dificultad está más bien en percibir las cadenas productivas y la

división internacional del trabajo que hacen posible la acumulación mundial de capital

en las nuevas condiciones. La ilusión que ha vivido la economía en estas últimas

décadas es la ilusión de la autonomía del capital financiero en su incesante expansión.

Claro está, al final resulta que el capital ficticio termina haciendo también ganancias

ficticias (Dierckxsens, 2011).

Page 207: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

206

El hecho que desde lo individual, bajo ciertas condiciones, se puede convertir en real

las ganancias ficticias, estimula el proceso y hace posible la configuración de las bur-

bujas especulativas, que finalmente al reventar evidencian la imposibilidad de conver-

tir socialmente esas ganancias ficticias en ganancias reales.

La fábrica que hace “dinero basura”. Una reflexión complementaria a la del capital

ficticio es la del dinero ficticio realizada por un grupo de docentes españoles,

coordinados por Bruno Estrada en el libro “¿Qué hacemos con el poder de crear

dinero? Estados Unidos y la máquina de fabricar dinero”. La tesis propuesta es que

“El capital financiero, con la complicidad de Estados Unidos y de una parte sustancial

del sistema bancario, se dedicó a crear cantidades astronómicas de “dinero basura”

(Estrada, 2013).

En la dinámica del capitalismo hay que tomar en cuenta que EUA al decretar la

inconvertibilidad del dólar en oro en 1971, lo que hacía es liberar al dólar de su corres-

pondiente reserva en oro (35 dólares por onza) se liquidó el acuerdo internacional del

Bretton Woods de mantener un cambio fijo para varias monedas y de hecho se da cur-

so a un dinero ficticio. La medida de Nixon, respaldado por Milton Fredman, se expli-

caba por la necesidad de la economía de los Estados Unidos de sostener financiera-

mente la guerra en Vietnam. Esta ruptura definitiva del patrón oro convierte al dólar en

la moneda de reserva más importante a nivel internacional, situación que no ha

cambiado pese a las dificultades de ésta con la crisis actual. Según Estrada (2013) el

61,5% de las reservas mundiales se hacen en dólares, incluso luego de cinco años de la

crisis financiera iniciada en 2008. Esta libertad para imprimir moneda le ha permitido

a EUA cubrir su alto gasto militar (keynesianismo de derechas) así como, incremen-

tando o disminuyendo la emisión, equilibrar los déficit comerciales y de balanza de

pagos. A la postre, esta estrategia no ha dejado de provocar efectos nocivos a la econo-

mía estadounidense, pues tras un consumismo desenfrenado que le ha llevado a ser el

gran importador de los excedentes mundiales, evidencia una desaceleración industrial.

El haber concentrado su estrategia de acumulación a través de la financiarización de la

economía, que le ha permitido concentrar la plusvalía de la economía del planeta, es al

mismo tiempo la muestra de su debilidad.

Estrada y su equipo sostienen que la crisis actual da cuenta del exorbitante endeuda-

miento privado con una serie de activos cuyos precios han ido cayendo. El sistema

Page 208: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

207

bancario que de manera irresponsable concedió esos créditos se volvió insolvente. Los

sectores privados han entrado en una profunda recesión económica, las familias res-

tringen su gasto, las empresas frenan su producción, destruyen capital, crece el desem-

pleo, disminuyen los ingresos, se frena el gasto público e incrementa la deuda de los

estados. Efectos de una dinámica en que el capital financiero en lugar de ser un medio

que apoya al capital productivo se convierte en un fin en sí mismo. Se crea “dinero

basura” que “ha incrementado la sobreacumulación de capital, gran parte de él basado

en activos (acciones, inmuebles, etc.) que ya no valen lo que sus propietarios dicen que

vale”. Una muestra de ello se refleja en el poder de las ETN que señaladas en el

Cuadro Nº 22.

CUADRO Nº 22

Los autores sostienen que se habría configurado una alianza entre las oligarquías

financieras estadounidenses con el gobierno de Reagan para hacer que la Reserva

Federal fuera cediendo ante a la banca privada el privilegio de crear dinero mundial-

mente aceptado sin limitaciones, bajo la consideración de que las empresas financieras

estadounidenses controlen los procesos de financiación de las empresas transnaciona-

les y con ello mantengan su hegemonía económica.

Una crisis por sobreacumulación. En la línea explicativa de Dierckxsens, Piqueras

aborda el punto nodal, la contradicción interna de la acumulación capitalista, esto es

que el proceso de reproducción del capital, presionado por la competencia provoca un

incesante crecimiento relativo mayor del capital constante con relación al capital

variable, o lo que sería su expresión fenoménica el capital fijo sobre el circulante. Se

inyecta más capital para el uso de tecnologías cada vez más sofisticadas que absorben

menos fuerza de trabajo. Aumenta la composición orgánica, que es también menor

Page 209: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

208

fuerza de trabajo por unidad de capital invertido. Piqueras señala que la consecuencia

es “una sobreacumulación de capital invertido por unidad de valor que se es capaz de

generar” (Piqueras, 2013). A ello hay que añadir que la reducción de la parte variable

del capital hace que disminuya también la producción de plusvalía, pues en buena

parte de la jornada laboral hay que crear un valor orientado a la reposición del valor de

la tecnología que incesantemente se está renovando. Cada vez se hace más difícil en

los cortos tiempos reponer el valor invertido en la nueva tecnología que a su vez sigue

presionada para su renovación. La incesante renovación tecnológica producto de la

competencia conspira con la posibilidad de amortizar su inversión. Esta contradicción

es el núcleo que explica la crisis estructural que afronta el capitalismo mundial. Esa

disminución de la plusvalía generada relacionada con el volumen de los capitales

invertidos a su vez explica la tendencia a la disminución de la tasa de ganancia. Las

políticas de ajuste de las últimas décadas, como indicamos arriba, lo que hizo es

neutralizar los efectos de esa caída, en condiciones en que no ha sido posible un

cambio estructural del capitalismo que le permita, como sucedió en la postguerra, un

repunte para iniciar un nuevo ciclo expansivo. El grave problema para el capital es que

esa estrategia del neoliberalismo se agota, y consecuentemente se hace más difícil su

valorización, hacia futuro se puede jugar una suerte de mixtura entre ese

neoliberalismo y el estructuralismo tal como ocurre en América Latina con el neo-

desarrollismo, la pregunta es ¿hasta cuándo puede durar?

Las medidas que desde el capital se están imponiendo en los países centrales para

amortiguar la crisis no son para nada novedosas, es más, los resultados terminarán por

agudizar las contradicciones señaladas. Piqueras (2013) las agrupa de la siguiente

manera:

1) Las orientadas a aumentar la explotación de la fuerza de trabajo, vía extensión

de la jornada de trabajo, desde incremento de horas hasta de años para poder

jubilarse; como las intensivas, a través del uso de nuevas tecnologías. Aquí hay

que tener en cuenta la incorporación impresionante de la fuerza de trabajo de

China en condiciones muy ventajosas al capital, como la disminución de las

remuneraciones, que observamos en el cuadro M 4 de los anexos, y de los

beneficios en el Estado de Bienestar.

Page 210: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

209

2) El incremento de impuestos indirectos, que afecta a trabajadores y sectores de

menores ingresos al tiempo que disminuyen los impuestos directos, que favorece

a quienes concentran la riqueza a nombre de incentivar la inversión.

3) Reducir los servicios y gastos sociales para el conjunto de la población.

4) Apropiación privada de los bienes públicos

5) Reducción del capital destinado a la inversión productiva. (Piqueras,2013)

La “crisis de madurez” del ciclo postindustrial. Enrique Gil Calvo, sociólogo espa-

ñol, sostiene que para el paradigma económico dominante, la crisis aparece como

resultado de una contingencia imprevista, “emergida por generación espontánea de la

mano invisible del mercado, que rompió el equilibrio general del sistema. Y desde

entonces los mercados han quedado colapsados por un desequilibrio sistémico

autosostenido... entrando en un bucle sinfín” (Calvo, 2012). Se retrata la aparente

ingenuidad del pensamiento dominante, a partir de lo cual habría simplemente que

formular algunos correctivos que bien pueden ser originados en los mismos

responsables del negocio financiero especulativo que han dirigido las políticas en los

últimos años, o bien de aquellos que proponen un mayor control desde el estado.

La propuesta de Enrique Gil Calvo consiste en señalar que en la década de los años

setenta se asistió a la crisis del “ciclo productivo de industrialización fordista” y se ini-

ció el ciclo de acumulación financiera. Este “ciclo postindustrial centrado en el mer-

cado financiero” es el que se encontraría hoy en crisis, que en una analogía con los

ciclos vitales humanos, se la entendería como la “crisis de los 40”. Una “crisis de

madurez” que implica la inflexión hacia el declive. Esta reflexión nos coloca también

en una lectura de la crisis en el marco de ciclos largos en el proceso de acumulación

del capital, y en que la crisis del 2008 sería una expresión del curso que tomó el

predominio de la financiarización iniciada en los setenta, que se habría saturado ya en

el período de cambio de siglo, entrando en “crisis recurrentes” una vez que se ha

cruzado “el umbral de la madurez”. De suerte que nos encontraríamos en una fase de

declinación de la alternativa que encontró el capital luego de la crisis de la industriali-

zación de postguerra. Una crisis que golpea a toda Europa y de manera particular al

euro. La crisis responde de alguna manera, a la forma “improvisada” con la que se

Page 211: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

210

abordó el acuerdo de Maastricht que dejó pendientes los desajustes monetarios genera-

dos en los años setenta. La crisis inmobiliaria que se nos presenta como desajuste del

presente siglo tendría sus antecedentes en las décadas pasadas.

La reflexión de Enrique Gil Calvo (2012) nos plantea una mirada más compleja e

integral sobre la crisis. Más allá de la crisis del ciclo de financiarización en que ha

entrado el capitalismo desde los años setenta. Y es que esa crisis no viene sola. Allí

convergen otros aspectos claves de la estructura social. Estarían en crisis también, en

esta lectura sistémica, las formas institucionalizadas en que existe la Unión Europea;

las formas de la “gobernanza estatal”, cuya burocracia ha sido permeada por la

creciente privatización mercantil; el modelo de democracia representativa cuya base

política habría perdido legitimidad; así como, la formación de la opinión pública tras

la “agonía de la prensa escrita”. Estos elementos de la sociedad postindustrial se

encontrarían en su “crisis de madurez”.

Más complejo y difícil para una España que en los años setenta había iniciado una fase

de democracia que generó muchas expectativas, que ahora evidencia sus límites ante

los severos cambios que provoca la crisis y en que predominan las estrategias que

favorecen a los mismos sectores vinculados a la financiarización. Pues quedan en la

incertidumbre el Estado de Bienestar, las visiones autonomistas para el desarrollo, los

desajustes en la enseñanza pública y los efectos en una juventud calificada sin posibili-

dades de vivienda, empleo y remuneración. Una sociedad en que una vez más se re-

vierten los ciclos migratorios.

Page 212: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

211

CAPITULO VII

AMERICA LATINA Y LA CRISIS

El reordenamiento del sistema-mundial tiene efectos políticos, sociales, culturales y

militares, manifestaciones de ello son las importantes movilizaciones de los pueblos

árabes que se iniciaron hace tres años y se han reanudado ahora; las movilizaciones de

los jóvenes con título, pero sin empleo, sin casa y sin subsidio en Europa; el 15-M en

España, los indignados en Grecia e Israel, los “disturbios” británicos, el agotamiento

del sistema de partidos políticos, del Estado de bienestar y de formas del ejercicio de

la democracia en occidente porque sencillamente ya no responden a las aspiraciones

de los ciudadanos; la incorporación de amplios sectores sociales en varios países

emergentes a la condición de “clases medias” con capacidad de consumo que coexis-

ten junto a conglomerados de trabajadores precarios que laboran para empresas relo-

calizadas, que en conjunto hacen posible la reproducción del capital; las interven-

ciones militares para captar el control directo sobre regiones que aún son depositarias

de importantes reservas energéticas como Medio Oriente; es un escenario distinto al de

hace pocas décadas pero inestable, en que no se reconoce la presencia de una estruc-

tura que anuncie la superación de la incertidumbre.

En ese escenario también se han advertido modificaciones importantes en la región

latinoamericana, la llegada de gobiernos “progresistas” o de la “nueva izquierda”, con

ellos también un “nuevo desarrollismo” que impulsa procesos de redistribución de los

ingresos sin afectar en lo fundamental las formas de propiedad y acumulación, en que

no solamente se reafirma la tendencia primario exportadora, forma tradicional de parti-

cipación en la división internacional del trabajo, sino que se apuesta por la ampliación

de la extracción y exportación de los bienes de la naturaleza. Es que ahora es

indispensable incrementar la disponibilidad de recursos en manos de los Estados para

sustentar las políticas sociales, la mayor capacidad de consumo de los sectores medios

y por el rol que los Estados han pasado a cumplir en los procesos de reproducción del

Page 213: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

212

capital en asocio con la empresa privada. Estrategia que sin embargo contradice el dis-

curso ampliamente aceptado y posicionado en la región como es el de un “desarrollo

humano y sustentable” que respeta la naturaleza, y con mayor razón, el discurso “alter-

nativo al desarrollo” como supone ser el del “Buen Vivir”. De tal manera que, tanto

los gobiernos que reivindican una estrategia sustentada en las posibilidades del merca-

do, los “neoliberales”, como los de la “nueva izquierda”, “neodesarrollistas y hetero-

doxos” convergen en exprimir las posibilidades extractivas, los unos por los buenos

precios en los mercados internacionales que mejoran directamente sus posibilidades de

acumulación; los otros porque hay que financiar el gasto social represado durante

varias décadas, financiar obras de “interés público” y porque “no es justo seguir siendo

pobres sentados en el saco de oro”.

También se evidencian cambios en las luchas sociales y composición de los movi-

mientos sociales. El movimiento estudiantil en Chile como catalizador de las dificul-

tades de la población en la satisfacción de necesidades fundamentales como es la edu-

cación y salud; las salidas de los ciudadanos nuevamente con las cacerolas vacías en

Buenos Aires Argentina, que sufren los efectos de la inflación y el abuso de grupos

empresariales de reciente formación; la resistencia de indígenas para proteger zonas de

reserva ecológica en Bolivia; las protestas de pueblos que defienden el agua y resisten

a las intervenciones de empresas transnacionales mineras en Perú, Colombia, Ecuador;

así como las recientes movilizaciones en Río de Janeiro y otras ciudades brasileñas en

las que su población tuvo que aprovechar la expectativa de la “Copa de Confede-

raciones” para denunciar los atropellos de que han sido víctimas por una cadena de

desalojos, arbitrariedades y abusos de poder a pretexto de mejorar la estructura depor-

tiva y turística de ese país en función de la próxima copa mundial de fútbol, en que los

ciudadanos reivindican el derecho a sus espacios de vivienda y de vida, en que se les

reconozca el derecho a usufructuar de las relaciones construidas con sus vecinos que

no pueden ser destruidas en función del “progreso”, al tiempo que exigen que se ponga

un alto a las prácticas de corrupción que se han permeado en el sistema político brasi-

leño. Estas son expresiones que anuncian nuevos comportamientos de los movimien-

tos sociales, tal como sucede en otras regiones del planeta, para demandar viejas y

nuevas reivindicaciones, que indican que ya no es suficiente reducir la pobreza y la

indigencia manteniendo a los pueblos un poquito por arriba de la línea roja a través de

subvenciones estatales, que no es suficiente redistribuir los ingresos, que es necesario

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213

reparar en otras libertades individuales y colectivas, en la necesidad de reformas

estructurales que resuelvan el acceso a los bienes de producción y que se orienten a

cambiar la naturaleza de las formas de acumulación.

América Latina ha resistido con sus recursos naturales

En las periferias los efectos de la crisis se presentan de manera distinta. De hecho lo

que pasó América Latina en los años ochenta no pasa ahora. Habría que entender que

la actual gran crisis tiene como epicentros a Europa y Estados Unidos, con fuertes

impactos en la economía mundial. Cuando el epicentro de la crisis estuvo en América

Latina, ésta tuvo impactos internacionales bastante menores y de los que sacaron

provecho los países centrales.

Previo a echar un vistazo por la región Latinoamericana, es bueno repasar algunos

indicadores de concentración para el 2007 referidos por Eric Toussaint y Damien

Millet (2009) 45

- De acuerdo a datos de 2006, el 77% de la población está en el tercer mundo, pro-

duce el 19% del PIB mundial, con un PIB p/c de 1.520 dólares. El 16 % de la

población mundial se encuentra en los países ricos, aportan el 76% de la produc-

ción mundial y tienen un PIB p/c de 28.600 dólares. Los países de Europa central

y oriental más Turquía y Asia central, cuentan con el 7% de la población, aportan

el 5% del PIB mundial y tienen un PIB p/c de 2.700 dólares.

- La renta de las 500 personas más ricas del planeta es mayor que los ingresos tota-

les de 416 millones de personas más pobres. En el 2005, 2.600 millones de perso-

nas viven con menos de $ 2 al día y 1.400 millones de personas viven con menos

de $1,25 por día.

- Para atender los servicios sociales esenciales (educación primaria, sanidad, agua,

saneamiento) se requieren 80.000 millones de dólares por año durante 10 años.

Pero, los ricos son más ricos y numerosos. En el 2001 habían 497 multimillo-

45 Eric Toussaint y Damien Millet, Las cifras de la deuda 2009, ALAI América Latina en Movimiento, publicó el 2 de febrero de 2009.

Page 215: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

214

narios (con más de 1.000 millones) con un patrimonio de 1,5 billones de dólares.

En el 2007 habían 1.125 con un patrimonio acumulado de 4,4 billones de dólares.

Sólo con un impuesto del 2% sobre esos patrimonios, que equivaldrían a 88.000

millones de dólares, se podría cubrir las necesidades fundamentales de toda la

población que hoy no lo hace en el mundo. Si se toma en cuenta un impuesto del

0,002% a los millonarios que son alrededor de 10,1 millones también podría

cubrirse esos requerimientos.

- La FAO anunció en el 2009 la existencia de 1.020 millones de personas viviendo

con hambre en el mundo, de ellos 53 millones se encuentran en América Latina y

el Caribe, información de Dierckxsens (CEPAL, 2011). Mientras que, a

consecuencia del estilo de vida en occidente, el 20% de la población mundial

consume el 80 % de los recursos naturales.

La crisis que se inicia como financiera a mediados del 2007 repercute en la economía

real; ya para el 2008 se constata el cierre de muchas entidades bancarias de crédito, se

liquidan empresas, se provoca una mayor concentración de los activos; y, lo que es

más grave, a consecuencia de los procesos de socialización de las pérdidas y los

salvatajes ejecutados por los gobiernos en los países centrales, se estrangula lo que

quedaba del Estado de bienestar. Sus efectos se van a sentir de manera inmediata en

las relaciones de intercambio con las periferias, disminuyen en éstas las exportaciones

y consecuentemente la producción. En América Latina la CEPAL registra para el

2009 una caída del PIB en 1,9% y del 3% en el PIB p/c. Los impactos mayores se

recibieron en el segundo semestre de 2008 y en el primer semestre de 2009. En el

caso de las exportaciones la caída en el 2009 fue de 22,6%, más por la disminución de

valor (14%) que por el volumen (9%), el impacto mayor se da en la exportación

petrolera. La caída de las exportaciones del 2009 en una proporción tan severa vuelve

a ocurrir desde 1937. Las importaciones también caen en un 24,5%, que afecta al

consumo personal pero sobre todo a la capacidad productiva en la región, en ésta la

disminución es más significativa por el volumen (16%) que por los precios (9%) y su

caída por la severidad es comparable con la de 1931. Cabe destacar que las exporta-

ciones de América Latina logran recuperarse en el segundo semestre por el incremen-

Page 216: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

215

to de las importaciones desde la China, obviamente de materias primas, petróleo,

metales, en condiciones en que todo el resto del mundo restringía sus compras46.

Pasado los primeros impactos de la crisis del 2008 y mirando el desempeño de las

distintas regiones se puede observar que en general las periferias han soportado de

mejor manera la última crisis. Al margen del crecimiento de China que sigue siendo

sorprendente, el crecimiento de los países en desarrollo, entre los que se cuenta

América Latina es sustantivamente superior a la mundial, mientras por el otro lado, la

Euro Zona, Japón y en menor medida Estados Unidos, tienen tasas que reflejan las

dificultades que soportan, tal como lo muestra el Cuadro N° 23

CUADRO N° 23

La capacidad de reacción que han demostrado América Latina y ciertas regiones en el

Sur, se explica porque el capital productivo en las últimas décadas se desplaza a las

periferias mientras que en los centros se concentró el negocio del capital ficticio espe-

culativo; así como el que entre periferias y semiperiferias se hayan generado nuevos

circuitos comerciales y de complementariedad productiva. Si bien esto ha significado

que se canalicen ingentes recursos hacia los centros por transferencias de las ETN, sin

embargo, una vez provocada la crisis, las periferias han encontrado mejores condicio-

nes para resistir. La caída de la producción en los centros conlleva la caída del empleo,

las remuneraciones y las prestaciones sociales, las medidas de ajuste y las restriccio-

nes, con lo que a la depresión y recesión económicas se suma el pésimo estado de

ánimo. La disminución de la demanda provoca la disminución de las exportaciones de

los países periféricos y esto conlleva a poner más atención en los procesos internos de

46 Información de CEPAL, El Comercio Internacional en América Latina y el Caribe en 2009.

Page 217: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

216

cada uno de los países y regiones, un estímulo para las propuestas endógenas y el

mejoramiento de los mercados internos. Sin embargo, no se puede perder de vista que

las reacciones en las periferias también son tan diversas como heterogéneas.

Una década de crecimiento económico. Si echamos una mirada al comportamiento

de América Latina desde inicios del siglo XXI, podemos observar que luego del ma-

lestar de los primeros años, en que aún se sufrió por los resultados de las políticas pri-

vatizadoras y aperturistas, por los onerosos salvatajes en beneficio de la banca fraudu-

lenta que aprovechó la desregulación financiera, así como, por las consecuencias de la

crisis de la “burbuja puntocom”, que también tuvo como epicentro a los países llama-

dos desarrollados, la región encontró un escenario que le ha permitido resultados

positivos en varios ámbitos como lo podremos observar.

Se constata en el cuadro N° 24 que el crecimiento de América Latina entre el 2004 y

2007 es sostenido y alto, un promedio anual de 5,1%, empieza la caída en el 2008, los

analistas bien pueden decir que se tiene un quinquenio favorable. En el 2009 se tiene

una fuerte caída pasando a valores negativos y desde el 2010 tenemos una recupera-

ción que si bien no logra el nivel de los años precedentes (4,4% de promedio anual

incluyendo la proyección para el 2013) es buena considerando la crisis de los países

centrales. Países que estuvieron por encima del crecimiento medio como Panamá,

Colombia, Perú, Uruguay, Costa Rica, mantienen luego de la crisis esa condición;

otros como Venezuela, Argentina, Cuba, han perdido algo de dinamismo; Chile, Boli-

via, Nicaragua que estuvieron algo por debajo de la media en los primeros años, hoy la

superan; Brasil y México se mantienen un poco por debajo de la media, antes como

después de la crisis, claro está que el volumen de su producción es mucho mayor a la

de los demás países y consecuentemente sus efectos modifican de manera sensible los

promedios regionales. Ecuador, solamente en los años 2006, 2007 y 2010 tiene varia-

ciones por debajo de la media (CEPAL, 2013).

Para el 2012, los países que tuvieron una tasa de crecimiento muy por encima de la

media de América Latina (3%) fueron en su orden: Panamá 10,7%; Perú 6,2%; Chile

5,6% y Venezuela 5,6% que está en recuperación luego de severas caídas en el 2009 y

2010; Nicaragua y Bolivia 5,2%; y, Ecuador 4,8% mientras entre los países con un

crecimiento muy bajo se encuentran: Paraguay -1,2%; Brasil 0,9%; El Salvador 1,6%;

Argentina 1,9%. La conclusión a la que se puede llegar es que en general a la región le

Page 218: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

217

ha ido bien independientemente de las estrategias de desarrollo que hayan optado los

distintos gobiernos.

CUADRO N° 24

La observación de las variaciones en el crecimiento de la economía en los distintos

países nos permite constatar su desempeño productivo interno haciendo abstracción de

su población; como indicador económico tiene más sentido si miramos su variación en

términos per cápita, sea con el PIB o con el INB, dependiendo de si en la dinámica de

su economía tienen preponderancia factores como el endeudamiento externo. Hay que

observar comparativamente esos desempeños entre los países para advertir el cómo

han influido los factores internacionales en la región. Finalmente, no es posible, desde

la perspectiva del desarrollo omitir indicadores sociales relativos a las condiciones de

desigualdad, de distribución de los ingresos y la riqueza nacional, del acceso a salud y

educación, a la satisfacción de otras necesidades fundamentales.

Page 219: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

218

Si observamos las tasas de crecimiento de la economía de América Latina en el largo

plazo, esto es entre 1950 y 2008 y en base a la información de CEPAL, constatamos

que en el período anterior a la denominada “década perdida” las tasas de Ingreso Na-

cional Bruto per cápita (INB/pc) son significativamente superiores a las que vienen

luego de dicha década. Las variaciones porcentuales medias anuales del INB/pc para

la región fueron: en la década del cincuenta 2,40; en la década del sesenta 2,97; en la

del setenta 3,85; en la década perdida del ochenta -0,83; en la década del noventa 1,58

y en la primera década del nuevo siglo, sin tomar en cuenta el período de la crisis

financiera (esto es hasta el 2008) 1,94. Con esta información celebran victorias los

herederos del desarrollismo, de hecho el crecimiento en las décadas de influencia de la

CEPAL resultan más exitosas que las del posterior neoliberalismo. Sin embargo hay

que tener cautela, no se puede perder de vista primero que a nivel internacional el

sistema mundial ha entrado en una prolongada crisis; segundo, el severo endeuda-

miento en la década de los años setenta, la de más alto crecimiento en la región como

lo indican las cifras referidas, se dan en el período desarrollista e influirán de manera

determinante en la profunda crisis de los años ochenta, tampoco se puede dejar de lado

que varias experiencias de crecimiento económico exitoso se las hizo con la restricción

total de libertades como fueron las aplicadas en países gobernados por dictaduras auto-

ritarias; asimismo, los neoliberales no pueden reivindicar como éxito las tasas de

crecimiento de la década del noventa, pues resultan pírricas si se toma en cuenta que

se venía de una caída profunda y además que varios países con economías débiles

como Ecuador, Paraguay y Uruguay en América del Sur seguían con tasas negativas.

También hay que tener cautela en la mirada comparativa de las dos últimas décadas,

cierto es que en la primer década del siglo XXI han mejorado los indicadores econó-

micos y sociales en conjunto con respecto a la última década del siglo pasado, pero de

los veinte países de la región, en términos de INB/pc 11 países han mejorado su tasa

de crecimiento promedio anual mientras 9 de ellos las han empeorado, ellos son: Ar-

gentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Haití, México y Repú-

blica Dominicana. (Ver anexo AL E 5). Hay que poner atención en el modo de crecer

en la economía y en las formas de reducir la pobreza.

Se debilita la industria. En la mirada de largo plazo, hay que reparar en que de la

producción total de América Latina tres países, con mayor potencial industrial, con-

centran alrededor de las 3/4 partes del PIB en la región y con variaciones internas

Page 220: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

219

significativas (Ver anexo AL E 2). Para 1950 Argentina el país de mayor potencial

económico aportaba con el 30,2%, Brasil lo hacía con el 21,2% y México con el 21%,

en conjunto tenían el 72,4% de la producción regional. Para el 2008, Argentina aporta

con el 14,6%, Brasil con el 31,4% y México con el 28,2%, en total los tres países

representan el 74,2% de la economía latinoamericana. Un segundo grupo de países con

un aporte mediano a la producción regional lo conforman: Venezuela con el 6%,

Colombia con el 5%, Chile con el 3,9%, y Perú con el 3,1%. El resto de países aporta

mucho menos del 2%, Ecuador lo hace con el 0,9%. Esta mirada es importante para no

sobredimensionar las experiencias particulares que puede tener un grupo de países

cuando se trata de percibir las tendencias en la región.

Es importante destacar que desde 1980 hasta finales de la primera década del nuevo

siglo y a diferencia de lo que fue la experiencia entre 1950 y 1980, la industria manu-

facturera pierde peso como componente en el PIB. En efecto, para los años 1950, 1973

y 1980 el aporte de la industria manufacturera al PIB en A.L. fue 19%, 25,4% y 25%.

Luego con las políticas neoliberales, disminuye el aporte de la industria manufacturera

al PIB de América Latina y el Caribe, para 1990 y 2000 los datos registran: 17,5% y

17%; y con los cambios en el nuevo siglo se sigue a la baja, tenemos para el 2010,

15,2%, si bien se incluye al Caribe en estos últimos años, su peso en el cálculo regio-

nal no afecta la tendencia.

En una mirada por países como la que observamos en el Cuadro N° 25 se constata que

la producción manufacturera en países que tienen una tradición de industrialización

como Brasil y Argentina en América del Sur se ha debilitado de manera sensible,

tendencia que es más severa en países de menor tradición manufacturera como

Venezuela, Colombia y Chile.

Con la información del Anuario Estadístico 2012 de la CEPAL, estudio más detallado

del mismo período, la industria manufacturera pasó del 17% del PIB total en el 2004 al

12,8% en el 2011, descenso persistente que llega a 4,2 puntos de diferencia que es

muy significativo. Se evidencia una tendencia de debilitamiento de la industria o de

desindustrialización en la región. Tendencia que contradice el discurso de la “moderni-

zación desarrollista”.

Page 221: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

220

CUADRO N° 25

Expansión comercial. La participación de los países llamados desarrollados en las

exportaciones mundiales disminuye en los últimos veinte y cinco años mientras se

incrementa la participación de los países emergentes y de varios de las periferias del

sur. Esto significa que las tasas de crecimiento de las exportaciones de los países

llamados desarrollados son relativamente muy bajas comparadas con las de los BRICS

y las periferias. Esta tendencia se afirma en la última década47, las exportaciones de

América Latina entre el 2004 y el 2011 se han multiplicado por 2,27 veces, mientras

que las importaciones lo han hecho en 2,4 veces, en condiciones en que el comercio

intrarregional en la ALADI y el comercio con los BRICS y otros países asiáticos se ha

incrementado de manera sostenida. El comercio con ALADI tiene especial impor-

tancia porque permite un intercambio de bienes manufacturados en mejores proporcio-

nes, mientras con los BRICS y asiáticos se afirma la participación de América Latina

como exportadora de bienes primarios. Otra característica general es, que en la última

década han mejorado los términos de intercambio, con relación al 2005 que se toma

como año de referencia, este indicador se encuentra para el 2012 en 131,5%.

Para el 2011, CEPAL registra que las exportaciones de América Latina y el Caribe al

mundo alcanzaron 1,06 billones de dólares, con un crecimiento del 23% con relación

al año anterior; mientras que sus importaciones sumaron 1,01 billones, con lo que se

mantenía un cierto superávit que caracteriza a estos últimos años. Es importante

destacar que en las relaciones que se tiene con China y otros países del Sudeste

47 El crecimiento de las exportaciones de América Latina en la última década tiene una tasa de 5,4% media anual, mientras que el PIB lo hace a 3,6%. CEPAL, 2013, Comercio internacional y desarrollo inclusivo, 41.

Page 222: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

221

Asiático, se produce un déficit significativo, que es compensado en el comercio con

los E.U.A., con quien se mantiene un superávit, mientras que con Europa se repite un

estancado equilibrio. Se estima que las exportaciones en el 2012 terminaron con un

crecimiento del 4% y las importaciones con un 3%, considerando que el segundo

semestre fue menos dinámico. Esto advierte limitaciones en la expansión del comercio

internacional para América Latina y el Caribe.

Con relación a los bienes y servicios que exportan los países miembros de la Asocia-

ción Latinoamericana de Integración ALADI48, entre el 2004 y 2011 los productos

primarios pasaron del 46,2% de las exportaciones totales al 60,9%; las exportaciones

primarias de la Comunidad Andina pasaron de 76,1% a 87,3%; y, las del MERCOSUR

de 54,1% a 67,1%. Se consolida en la región de manera clara el papel de exportadores

de bienes primarios en la división internacional del trabajo DIT, papel que se suponía

era uno de los retos a ser remontados con la modernización de América Latina desde el

predominio de las concepciones de la CEPAL a medianos del siglo pasado. Los países

de mayor dependencia de los productos primarios en sus exportaciones son: Venezuela

y Bolivia con el 95,5%; Nicaragua 95%; Ecuador con el 92%; le siguen Perú,

Paraguay y Chile con el 89,3%. El país con menor dependencia de los bienes

primarios en sus exportaciones es México, que se explica por su articulación en el

TLC de Norteamérica que lo convierte en una suerte de factoría de los capitales esta-

dounidenses; y, los países del MERCOSUR, Argentina que tiene 68,5% y Brasil

66,2%. Las exportaciones de bienes manufacturados en consecuencia son absoluta-

mente reducidas para buena parte de los países de la región, en especial para los países

andinos, Bolivia, Ecuador, Perú, mientras es algo significativa en los países de mayor

crecimiento económico relativo. Es evidente el proceso de reprimarización en la

región49. En esta alternativa primario exportadora que aún caracteriza a buena parte del

capitalismo latinoamericano se reproduce y en perspectiva se amplía la explotación

minera no artesanal, que se encuentra en manos de ETN, aporta alrededor del 6% del

48 La información de estos indicadores se obtiene del Anuario Estadístico de América Latina 2012 de la CEPAL. 49 CEPAL, Comercio Internacional y desarrollo inclusivo, 2013 b, 59. (CEPAL, Anuario Estadístico de América Latina , 2012) (CEPAL, Comercio Internacional y desarrollo inclusivo, 2012)

http://www.cepal.org/publicaciones/xml/4/49724/ComercioInternacionalyDesarrolloInclusivo.

Page 223: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

222

PIB, absorbe menos del 1% de la fuerza de trabajo ocupada y provoca múltiples

conflictos laborales y ambientales.

Los principales productos de exportación de los países andinos son: petróleo, oro,

derivados de petróleo; cobre; carbón; gas natural; café, plátano; cobre refinado; mine-

rales de zinc; harinas de carne y pescado; titanio, vanadio y molibdeno; y flores. Sin

duda un conjunto de productos que explica la profunda vulnerabilidad del comercio

exterior de la subregión. En los países del MERCOSUR (incluyendo Bolivia y Chile)

esta tendencia se encuentra matizada por las exportaciones que implican un mayor va-

lor agregado a la producción primaria y por las exportaciones de algunos bienes manu-

facturados de relieve, entre los principales diez productos de mayor exportación están:

hierro, cobre refinado, soya, petróleos crudos, oleaginosas procesadas, concentrados

de cobre, derivados de petróleo, azúcares de remolacha y caña, automotores, café,

carne, aves, madera, aceite de soya.

Cabe destacar, que otra vieja meta de las estrategias de desarrollo económico en

nuestra región desde el nacimiento de la CEPAL y repetida por los discursos desarro-

llistas y modernizadores hasta hoy, es la diversificación de las exportaciones. Durante

la última década, sea porque la región se encuentre estimulada en las exportaciones

primarias, por el mejoramiento de los precios o por el incremento de su demanda, sea

porque se reproducen las concepciones “neoliberales”, o porque sencillamente el dis-

curso sobre una estrategia de desarrollo alternativa aún sea solamente discurso, lo

cierto es que en lugar de avanzar en una diversificación de nuestras exportaciones, más

bien tenemos una mayor concentración, en que los países del área andina son los que

tradicionalmente tienen mayores dificultades. En efecto, el país con menor diversifi-

cación en la región es Venezuela y le sigue Ecuador50, con el agravante de que entre el

2000 y 2010 sus indicadores dan cuenta de mayor concentración. Los países de la

región más diversificados son Argentina, Brasil, Panamá y Uruguay.

En las estrategias de acumulación económica de los distintos países los ingresos por

exportaciones una vez más es la herramienta más sensible y protegida por los

gobiernos, de ella dependen los niveles de legitimación política de los gobiernos y el 50 CEPAL para informar sobre el grado de concentración y diversificación de las exportaciones utiliza el indicador de Herfindahl-Hirschman. Para los casos de Venezuela y Ecuador estos son: año 2000, 0,42 y 0,23 y para el año 2010, 0,50 y 0,28. (Comercio internacional y desarrollo inclusivo, 2013, p.56).

Page 224: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

223

avance en objetivos sociales como son la reducción de la pobreza y el mejoramiento

en la distribución de los ingresos. Ello explica también la dedicación prioritaria de

varios gobiernos a la firma de convenios y tratados comerciales con socios

extrarregionales. Desde el 2010, hasta avanzado el 2013, más de la mitad del comercio

latinoamericano se hace en base a esos tratados y convenios con EUA, Europa y el

Sudeste Asiático (CEPAL, 2013).

El importante crecimiento económico por efecto del aumento de las exportaciones

implica a su vez el incremento del empleo y los ingresos laborales, según la CEPAL

este factor ha incidido de manera más importante en la disminución de la pobreza que

las correcciones en las políticas de redistribución, salvo los casos de Brasil y Venezue-

la en que éstas últimas fueron más gravitantes.

Inversión Extranjera Directa (IED). La presencia de la IED es tema de polémica en

el debate latinoamericano, hay quienes apuestan por su presencia como alternativa al

débil ahorro nacional y por considerar que es la opción para mejorar los niveles de

producción y productividad. Los más entusiastas en esta perspectiva son los sectores

empresariales y grupos de poder nacionales que aspiran a asociarse con esas inversio-

nes de mediano y largo plazo o tienen la expectativa de convertirse en subcontratistas

en algunas etapas de la cadena productiva que se oferta. Del otro lado, hay una profun-

da desconfianza porque la presencia de la IED se hace efectiva, en la mayoría de los

casos, a través de ETN que extraen ingentes recursos cuya mayor parte son trans-

feridos como utilidades a los países de origen, que resultan ser los de mayor desarrollo

económico en el mundo o en la región, sin que se efectúe una reinversión productiva

en los países en los que se han asentado, como de alguna manera existía en el pasado,

con las regulaciones del Pacto Andino. Los beneficios de las ETN en América Latina

y el Caribe en el transcurso de la última década se han multiplicado por cinco, al pasar

de 20.425 millones de dólares en el 2002 a 113.067 millones en el 2011. Estas uti-

lidades registradas como renta de inversión extranjera directa se remiten en un 55% a

las empresas matrices. Las rentas obtenidas por la IED entre el 2006 y 2011 es

aproximadamente de 92.000 millones de dólares, que equivale al 92% de la IED en el

mismo período, es decir que ya para el 2012 los beneficios superaban a la inversión

efectuada. La IED tampoco ha sido una alternativa para ampliar la oferta de empleo; se

localizan de manera preferente en el sector primario extractivo, cuando no en los

servicios, y con frecuencia irrespetan las regulaciones del trabajo y las normas

Page 225: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

224

ambientales definidas por los Estados; no se cumple la expectativa de transferencia de

tecnología; y finalmente, cuando aparecen ofertas con mayor flexibilidad en las regu-

laciones laborales y ambientales en otros países y regiones, migran sin reparar en los

perjuicios que dejan, en los países que las acogieron, por sus abruptas salidas.

La proporción de IED que se canaliza hacia América Latina y el Caribe ha tenido

altibajos de acuerdo a las variaciones en la división internacional del trabajo, en aten-

ción a las necesidades e intereses de las grandes ETN y de los países de mayor desa-

rrollo económico, de la flexibilidad que demuestran las periferias para captar esas

inversiones y finalmente del tamaño de sus mercados y cualificación de su fuerza labo-

ral. Para 1970 las periferias captaban el 25% de la IED mundial, para el 2007 lo hacían

1/3. Pero entre el 2007 y el 2011, luego de la crisis se tiene un crecimiento sostenido

del 29,1% al 44%. El momento más alto en la captación de IED. En Asia y el Pacífico

se ha pasado del 13,3% al 22,7%; en América Latina y el Caribe lo hace del 5,9% al

10,2%; en los centros financieros del Caribe del 2,7% al 4,2%; en África del 3,2% al

3,6%; en Oriente Medio del 4% al 3,3%. En la Comunidad de Estados Independientes

la IED ha variado del 4,6% al 6,1% (CEPAL, Anuario estadístico 2012). Estos

porcentajes de por sí indican las prioridades regionales desde la óptica del capital. El

año de mayor IED para América Latina sería el 2011 que asciende a 125.344 millones

de dólares, de los cuales 67.690 millones de dólares se lo hace en Brasil, que equivale

al 55,13% del total en la región; luego un grupo de países conformado por México,

Argentina, Chile, Colombia y Perú, captan el 32,38%; dejando la diferencia para el

resto de los 14 países, en que tienen una cuota algo importante los países centroa-

mericanos. Ecuador recibe 584,6 millones, es el tercer año por su monto desde el

2004, lo que da cuenta del limitado monto que percibe el país por este concepto. (Ver

anexos ALE Nº 13 -14). En cuanto a la transferencia neta de capitales que fue negativa

y con altos porcentajes del PIB en la década del ochenta, que en los noventa tendió a

equilibrarse y se hizo positiva, en la última década entre el 2003 y el 2012 ha tenido

variaciones, seis de los diez años ha sido negativa, constatándose que la tendencia se

hace positiva tras la crisis del 2008.

La deuda externa ya no tiene la presión de décadas pasadas. No ha dejado de crecer

desde la década del sesenta, solamente la deuda pública era 5.896 millones en 1960;

15.760 millones en 1970; 27.626 millones en 1973; 130.422 millones en 1980;

327.447 millones en 1990 y 394.867 millones en el 2000. Esa deuda con relación al

Page 226: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

225

PIB en la región representaba el 5,4%; 9,9%; 11,7%; 18,4%; 31,1% y 20,7%. Entre

1973 y 1990 fue un crecimiento desproporcionado, injustificable desde los intereses de

América Latina, ilegítimo desde los procedimientos legales, que respondía a los

intereses de los sectores financieros de los países desarrollados, tal como sucede hoy

con la deuda de esos mismos países. El caso más notorio, incluso paradigmático, para

entender la lógica de esos años, es el de Ecuador, país petrolero que inició sus

exportaciones en 1973, que por tanto contaba con ingentes recursos como en ninguna

otra época de su historia. Sin embargo, el país se endeudó, el monto creció entre 1973

y 1990 en forma tan desmedida que llega a representar el 108% de su PIB.

La deuda externa total que en el 2004 representaba 34,3% del PIB de América Latina,

en el 2010 esa deuda representa el 19,5% del PIB. Los países con mayor porcentaje de

deuda sobre el PIB son: Nicaragua (46%); El Salvador (45,3); Panamá (39,3%);

Uruguay (36,7%); Argentina (34,7%) y Chile (34%). Para el resto de países, cuyas

deudas están en alrededor del 20% del PIB, el endeudamiento no ejerce mayores

presiones en su economía, más allá de que es mucho menor a la de varios países de

alto desarrollo económico y que lo hemos registrado más arriba.

En base a un estudio de aproximación realizado por Shicheng, (2012) en el artículo de

opinión “Diálogo Interamericano sobre financiamiento chino en América Latina”,

estima que los créditos de China en la región entre el 2005 y 2011 llega a 75 mil millo-

nes de dólares, 2/3 de los cuales están vinculados a la adquisición de petróleo y

localizados en Venezuela, Brasil, Argentina y Ecuador. El ritmo de crecimiento de los

créditos chinos iría de menos de 1.000 millones anuales hasta el 2008 a más de 18.000

millones anales en el 2009 y 37.000 millones en el 2010. Créditos que superan los

montos del Banco Mundial, BID y EXIMBANK norteamericanos juntos. En la región

hay países que mantienen sus créditos con las instituciones tradicionales, otros que

combinan entre ellas y las fuentes chinas, que serían los casos de Argentina y Brasil, y

unos terceros, Ecuador y Venezuela que solamente apuestan por los créditos de China.

Como síntesis de esta aproximación al desempeño económico de América Latina en la

última década, se puede señalar que el reordenamiento de la economía mundial que se

efectuó con la llamada “globalización” y que potenció la presencia de los “países

emergentes”, los BRICS, y bajo su liderazgo, y en especial del de China, los países

“en desarrollo” están a punto de convertirse en los mayores productores y exporta-

Page 227: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

226

dores mundiales; una suerte de alianza entre periferias y las nuevas semiperiferias,

relegando a un segundo plano a los países de alto desarrollo económico, proceso que

se profundizó con la crisis financiera del 2007-2008, de la que EUA ha tenido una leve

recuperación, la Unión Europea no supera su recesión y una economía japonesa que

no termina de poner punto final a las tres décadas de estancamiento.

América Latina, y en particular Sudamérica, ha reorientado parte de sus relaciones

comerciales, financieras y de inversión para dar mayor atención a las relaciones con

los países que integran los BRICS, a los otros países del sudeste asiático y a la

promoción de los procesos regionales de integración. Lamentablemente, en ese giro se

reafirma su condición de región exportadora de bienes primarios, de materias primas y

bienes energéticos, con limitado valor agregado. Es evidente la menor participación de

la producción manufacturera en la canasta de exportación. El capitalismo mundial se

reestructuró de una parte por la expansión de sus mercados con la disolución de la

Unión Soviética y la reinserción al mercado capitalista de la República Popular China;

y por otra, por la creciente debilidad y pérdida de hegemonía de los Estados Unidos, el

estancamiento de Europea y el peso alcanzado por los países emergentes; en ese nuevo

escenario América Latina ha obtenido ventajas económicas. Como que le ha ido bien

haciendo lo de siempre, en las nuevas condiciones del capitalismo mundial o en las

nuevas condiciones de existencia del imperio.

Disminución sin prisa de la pobreza y la desigualdad

Los movimientos sociales en América Latina, en resistencia a un cuarto de siglo de

políticas restrictivas y de exclusión, tuvieron la oportunidad de tomar la iniciativa en

su enfrentamiento al capital transnacional cuando acordaron una respuesta colectiva

para impedir que varios de nuestros Estados suscriban los Tratados de Libre Comercio

con los EUA Estos convenios afectaban a los sectores más vulnerables de nuestras

economías; imponían un régimen de subordinación a los intereses de EUA y sus ETN;

y, reafirmaban las reglas de juego de una estructuración internacional inspirada en los

esquemas del “neoliberalismo” y las políticas de las instituciones del denominado con-

senso de Washington. La resistencia a la firma de estos tratados se vincula con otras

acciones como la condena a las políticas armamentistas del Plan Colombia, la presen-

cia de bases militares como la de Manta en Ecuador, las respuestas a los feriados

bancarios con los que varios gobiernos cubrieron con fondos de los ciudadanos los

Page 228: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

227

fraudes de las instituciones financieras en varios países, la denuncia de múltiples actos

de corrupción vinculados a los procesos de privatización de las empresas públicas. Se

configura una plataforma que unifica las aspiraciones de varios sectores de la socie-

dad, potencia sus capacidades de respuesta, se configura un escenario regional que

impulsa un sentimiento de cambio. Este escenario se complementa con el agotamiento

de los programas de ajuste estructural, la reducción de las posibilidades de consumo a

que fueron sometidas sus poblaciones frena la circulación del capital y hacen más

difícil su reproducción en medio de las nuevas condiciones en que funciona la

economía mundial signada por las dificultades de los países de mayor desarrollo

económico. Entrado el nuevo siglo, América Latina, y en especial la parte de Sudamé-

rica, sería el territorio para nuevas experiencias que pretenden dar la vuelta a la página

del neoliberalismo y a la subordinación a la política estadounidense.

Se abre un período en la región en que ningún gobierno que aspire a tener condiciones

mínimas de estabilidad puede abstraerse de impulsar políticas públicas orientadas a

disminuir las condiciones de pobreza e inequidad y a desarrollar acciones que contra-

rresten los efectos de exclusión, fragmentación y desregulación que propiciaron las

políticas del neoliberalismo en las décadas pasadas.

Así, tras la inestabilidad que generó la polarización social de las políticas de ajuste

estructural, surgen gobiernos con mayor legitimidad, unos apoyados por los movi-

mientos sociales que resistieron al neoliberalismo, otros que bajo el signo de la efi-

ciencia y la libertad insisten en políticas aperturistas, pero ninguno puede dejar de

observar las nuevas condicionalidades del contexto histórico, más aún cuando cambió

la correlación de fuerzas en los Estados Unidos con el triunfo de los Demócratas sobre

los Republicanos, que si bien no ha significado cambios trascendentes en la política

exterior se ha creado una variante en la imagen del imperio, Obama no es Bush.

Con esas premisas era posible esperar para esta última década un mejor desempeño de

América Latina en la reducción de la pobreza y la desigualdad. Pondremos énfasis en

los países de Sudamérica por la posibilidad de hacer comparaciones en el proceso de

integración en UNASUR.

Entre 1980 y 1990, la pobreza e indigencia en América Latina tuvo el mayor

crecimiento que se registra en el último medio siglo. La pobreza se expandió de 136

Page 229: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

228

millones de personas a 204 millones, la indigencia aumentó de 62 millones a 95 mi-

llones, esto significó que del 40,5% de personas que se encontraban en pobreza se

pasó al 48,4% y del 18,6% en condición de indigencia se pasó al 22,6%. Entre 1990 y

2002 disminuyó el ritmo de crecimiento, el porcentaje de pobres pasó al 43,9% y de

indigencia al 19,3%, sin embargo en valores absolutos aún se incrementan los pobres

a 225 millones y los indigentes a 99 millones. Este es el resultado más visible de los

efectos sociales de las políticas de ajuste estructural. En el 2002 cambia la tendencia y

empieza el ciclo de reducción efectiva de la pobreza e indigencia, los primeros años,

hasta el 2006 a ritmos significativos, luego a partir del 2007 a tasas cada vez menores.

Para el 2005 las personas en condición de pobreza e indigencia eran 209 millones y

81 millones; en el 2009 habían 184 millones de pobres y 73 millones de indigentes,

que representaban el 32,8% y 13% respectivamente. Para el 2012 las estimaciones de

la CEPAL dan cuenta de 167 millones de personas en pobreza y 66 millones en

indigencia, que corresponden al 28,8% y 11,4% de la población total. Hay un punto

de inflexión en el 2002 que marca un cambio en la tendencia para las condiciones

sociales en América Latina.51

En Sudamérica entre el 2001 y 2002 los países con mayor porcentaje de pobres

eran: Bolivia 62,4%; Paraguay 61%; Perú 54,7%; le siguen Colombia 49,7%; Ecuador

49%; y Venezuela 48,6%. Luego están Brasil con 37,5% y Argentina con 34,9%. Los

países con menos pobres eran Chile con 20,2% y Uruguay con 15,4%. Para el 2011

se ha operado una disminución importante de la pobreza, los países que han tenido un

mayor ritmo de reducción son; Argentina, Perú y Bolivia (con más de 20 puntos); le

siguen Venezuela, Brasil, Ecuador y Colombia (entre 15,5 y 19) puntos; Finalmente

se encuentran Paraguay, Chile y Uruguay (con menos de 10 puntos). De suerte que

para el fin del período que examinamos los países con mayor porcentaje de pobres

serían: Paraguay con el 49,6% muy por encima del resto de países, le seguiría Bolivia

alrededor del 40%; bordeando el 30% estarían Colombia, Ecuador, Venezuela; le

siguen Perú con 27,8%; Brasil con 20,9% y bastante menos Chile, Uruguay y Argen-

tina52. La misma tendencia se observa en cuanto a la población en condiciones de

51 CEPAL, Panorama social de América Latina y el Caribe, varios años. 52(CEPAL, Panorama social de América Latina y El Caribe, 2012) CEPAL: Panorama Social de América Latina y el Caribe 2012, p.14. (Anexo AL S 1)

Page 230: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

229

indigencia, muy alta en Paraguay y Bolivia (alrededor del 20%), menor para Vene-

zuela, Colombia y Ecuador (alrededor del 10%).

Naciones Unidas, para brindar una imagen del progreso del índice de desarrollo

humano (IDH) a nivel mundial, establece 6 regiones en que agrupa a la mayor parte

de países, pero deja a algunos como los de E.U.A. y Canadá al margen. Estas regiones

son: Estados Árabes; Asia Oriental y el Pacífico; Europa y Asia Central; América

Latina y el Caribe; Asia Meridional; y, África Subsahariana. De estas regiones, detrás

de Europa y Asia Central, América Latina y el Caribe es la región con mayor IDH, ya

para el año ochenta como para el noventa. En la década del ochenta, las regiones de

menor crecimiento en el IDH son África Subsahariana, seguida por Europa y Asia

Central y Luego América Latina y el Caribe. En la década del noventa las de menor

crecimiento del IDH fueron Europa y Asia Central, África Subsahariana y América

Latina y el Caribe. Pero, curiosamente, entre el 2000 y el 2012, la región en que

menos creció el IDH es América Latina y el Caribe. Sigue ocupando el segundo lugar

en tanto índice, incluso más cercano al de Europa y Asia, pero el ritmo en que ha

crecido en la última década es el más bajo. (Naciones Unidas, Informe de Desarrollo

Humano, 2013).

CUADRO N° 26

Entre los países de América del Sur, tal como observamos en el Cuadro Nº 26

Venezuela y Ecuador son los países que alcanzaron un mejor promedio de creci-

miento anual del IDH, entre el 2000 y 2010 sus tasas fueron de 1,17% y 0,89%; y si

Page 231: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

230

miramos entre el 2000 y el 2012, las tasas promedio anuales de crecimiento fueron de

1,03% y 0,79%. Esto significa que para los dos países la variación en el índice entre el

2010 y 2012 es más modesto que el registrado en los años anteriores, es una tendencia

para todos los países de la región y tiene relación con la subida de los precios de los

alimentos. Los países que tendrían una menor tasa de crecimiento en el IDH serían

Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay. Los tres primeros no tienen problema porque

sus índices son aceptables, no así el caso de Paraguay. Cabe indicar que a diferencia

de los informes anteriores, Naciones Unidas desde el Informe de Desarrollo Humano

correspondiente al año 2013 ha incorporado una categoría para la clasificación de

índice, por ello Chile y Argentina aparecen ahora como países de desarrollo muy alto,

Bolivia y Paraguay son considerados de desarrollo medio; el resto se ubican en la

categoría de desarrollo alto.

La reducción de la pobreza puede ser efecto en lo fundamental de dos factores. El

uno es debido al crecimiento de la economía que implica la incorporación de nueva

fuerza de trabajo a los procesos productivos y con ello el incremento del ingreso a los

hogares. El segundo es resultado de variaciones en la distribución de los ingresos, sea

por incrementos en las remuneraciones a los trabajadores o por transferencias mone-

tarias del Estado a los sectores de mayores necesidades insatisfechas, a la población

en condiciones de pobreza o extrema pobreza, en estas dos opciones que pueden com-

plementarse se actúa en función de una redistribución. Si este segundo proceso afecta-

ra la concentración de la propiedad, por ejemplo con una reforma agraria, la redistri-

bución tendría efectos estructurales provocando importantes modificaciones en el cor-

to y largo plazo en función de una mayor equidad e igualdad en la sociedad. Se debe

considerar que el 52% de la población rural se encuentra en situación de pobreza y el

30% en condiciones de indigencia, habida cuenta que no se trata de población en

desocupación sino de empleos de baja productividad y precariedad (Anexo AL S 4).

El Panorama Social de América Latina, presenta algunos resultados de su estudio

respecto a la incidencia del crecimiento de la economía y de la distribución de los

ingresos en la disminución de la pobreza en América Latina, CEPAL (2011), ver

anexos AL S 2 y AL E 10.Refiriéndonos a los casos de Sudamérica se puede observar

que entre el 2002-2008 y 2002-2010, sin incluir a Bolivia, efectivamente los países

que más redujeron la pobreza fueron Argentina, Perú y Venezuela (36,8; 23,4 y 20,8

puntos porcentuales), le siguen Brasil, Ecuador y Colombia (11,7; 11,9 y 9,9 puntos

Page 232: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

231

porcentuales). Pero lo que se trata de destacar aquí, es que de estos países, en los

casos de Venezuela y Brasil, la disminución de la pobreza se debe en un 55% y 54% a

factores de distribución; en cambio, en los casos de Colombia, Argentina, Ecuador y

Perú, el factor que más incide en la disminución de la pobreza es el crecimiento de la

economía 83%; 80%; 78% respectivamente. Adicionalmente se observa que mientras

Brasil, Venezuela, y en menor medida Colombia, en el transcurso de la década, le

ponen más fuerza al factor distributivo (suben 10 puntos), países como Ecuador hace

que el factor de mayor incidencia sea el crecimiento de la economía (sube 3 puntos).

Esto significa que la reducción de la pobreza tenga mejores garantías de estabilidad en

el primer caso que en el segundo, habida cuenta de que como analizamos en la

sección anterior, el crecimiento de la economía depende en su mayor parte de la

producción y exportación de bienes primarios que no deja de ser un componente con

mayor vulnerabilidad en el orden internacional. Respecto a procesos de redistribución

más estructural de la riqueza, es poco lo que se ha avanzado durante esta década en

América Latina.

La mayor dificultad y reto para América Latina sigue siendo la profunda desigual-

dad interna, no sólo que sigue siendo la región más desigual, sino que no se avanza lo

suficiente en reducirla. Con los datos más recientes publicados en Panorama Social de

América Latina 2012 (ver anexo AL S 3) , y con información sobre 18 países, el 10%

más rico de la población recibe el 32% de los ingresos; mientras el 40% de la pobla-

ción accede al 15%. Los países con mayor concentración siguen siendo Brasil, Chile,

Colombia, Guatemala, Honduras, Paraguay y República Dominicana, en los que el

ingreso del 10% más rico está alrededor del 40%, mientras que el 40% de los más

pobres reciben entre el 11% y 15%. Con similar acceso de los más pobres pero con

menor concentración en el decil de los más ricos estarían Bolivia, Costa Rica y Pana-

má. Otro grupo de países en que estrían Argentina, Ecuador, El Salvador, México,

Nicaragua y Perú, el acceso del 40% de los más pobres recibirían entre el 16% y 17%;

mientras el 10 % más rico recibe alrededor del 30%. Los países con menor

concentración serían Uruguay y Venezuela en los que el 10% más rico accede entre el

20% y 23% en una proporción algo similar a del 40% de los más pobres. Otro

indicador que contribuye a una apreciación sobre la concentración del ingreso y la

desigual distribución de los ingresos es la relación entre el 20% más rico sobre el 20%

Page 233: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

232

más pobre que lo podemos mirar en el Cuadro N° 26 en base a información de

Naciones Unidas con resultados similares a los indicados.

Esta lectura de la inequitativa distribución de los ingresos en América Latina se

complementa con la evolución del índice de Gini por países que podemos observar en

el Anexo AL S 5, (Anuarios estadísticos 2012, 70). Para el 2010 los países con menor

desigualdad serían en su orden: Venezuela, Uruguay, Perú, El Salvador, México,

Costa Rica y Ecuador; los países que han disminuido en mayor proporción el índice

durante la última década son: Venezuela, El Salvador, Perú, Brasil, México. Según la

información de Naciones Unidas que adjuntamos en el Cuadro N° 26 con el índice de

Gini a 2013 las posiciones en Sudamérica serían en el siguiente orden desde el menos

inequitativo, Argentina (que habrá que confirmar la pertinencia de los datos por el

salto brusco que se menciona), Venezuela, Uruguay, Perú, Ecuador, Chile, Paraguay,

Brasil, Colombia y Bolivia. Durante la década de los años noventa casi la totalidad de

los países de América Latina experimentó un crecimiento del índice de Gini, es decir

aumentó la desigualdad, mientras que desde el 2002 hasta el 2008, esa tendencia se

revirtió, en casi todos los países disminuyó el índice de Gini, esto es, mejoró la distri-

bución de los ingresos, sin embargo, entre el 2008 y 2010 en Ecuador, Panamá y Re-

pública Dominicana el índice volvió a incrementarse, pudo haber afectado el incre-

mento de los precios internacionales de los alimentos, pero anuncia debilidades en las

políticas redistributivas en el orden nacional (ver anexo AL S 6). América Latina

continúa a la cabeza de la polarización social, tiene un coeficiente de Gini promedio

de 51,6 para el 2010 muy superior a la media mundial que se encuentra en 39,5.

El gasto social que invierten los gobiernos de América Latina y el Caribe en

educación, salud, vivienda y seguridad, se viene incrementando a un ritmo modesto

en las últimas décadas. El promedio ponderado del gasto social como porcentaje del

PIB pasó de 11,3% en 1990-91 a 14,6% en 2000-01; subió a 16,1% en el 2006-07; y

finalmente a 17,9% para el 2008-09. Los países que más inversión realizan (para el

año 2008-09) en lo social son: Cuba 40,7%, Argentina, Brasil y Uruguay sobre el

25%; luego está un grupo de países entre los que tenemos a Costa Rica, Bolivia,

Venezuela, Chile, que para ese año destinaban entre el 15 y 20%. Entre 10 y 15% lo

hacían Colombia, El Salvador, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua. El resto no

superaba el mínimo de 10% para el gasto social. No deja de ser preocupante los datos

de CEPAL (2012) “Entre 2009 y 2010, sólo el Ecuador, Guatemala, el Perú, la

Page 234: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

233

República Dominicana y Trinidad y Tobago registraban gastos sociales con valores

inferiores al 10% de sus respectivos PIB” (p.40). Sin duda en el caso de Ecuador el

incremento para el gasto social ha sido importante en estos últimos años, pero las

tasas de variación aún son poco significativas si se las compara con el esfuerzo que

han realizado otros países latinoamericanos y con mayor razón si se tiene en

consideración la grave irresponsabilidad de gobiernos anteriores que mantuvieron

represadas las inversiones sociales. (Ver cuadros Anexos AL S 7 y 8).

Entre 1990 y 2009, el gasto social en América Latina ha tenido un crecimiento de 6,6

puntos porcentuales, los períodos de mayor incremento han sido los comprendidos

entre los años 1991-1995 y entre 2007-2009. Mientras en educación se incrementa 1,8

puntos porcentuales; 1,0 en salud; 0,4 en vivienda; en seguridad se incrementa 3,5%.

Para el año 2008-2009 el gasto público social en América Latina fue del 17,9% del

PIB (promedio ponderado), esto significó un gasto per cápita de 981 dólares como

promedio (dólares del 2005); ese gasto social representó para ese año 2009 el 62,2%

del gasto público total (porcentaje que ha venido en aumento desde los años 90). Del

gasto social realizado en ese año, en educación se ha invertido el 4,9% del PIB; en

salud, el 3,7%; en seguridad y asistencia social 7,9% y en vivienda el 1,6%. Estos

serían los promedios ponderados en cada uno de los rubros del gasto social.

El gasto per cápita en valor permite tener una mejor apreciación, si dejamos de lado

gastos muy altos como el de Cuba (1.946 dólares p/c) y el de los países Centroameri-

canos y del Caribe, y nos concentramos en Sudamérica, los países de menor gasto

social p/c son: Paraguay (133 dólares), Bolivia (211 dólares) y Ecuador (261 dólares);

mientras Argentina (1.493 dólares), Uruguay(1.434 dólares), Brasil (1.371 dólares),

Chile (1.213 dólares) están por encima de los mil dólares p/c. En posiciones interme-

dias se encuentran Colombia (520 dólares), Perú (332 dólares). No se registra el gasto

de Venezuela (pero debe bordear los 800 dólares). (CEPAL, Panorama Social de

América Latina y El Caribe, 2011).

Otro indicador social importante para América Latina, vinculado a su estabilidad

económica se relaciona con la disminución del desempleo, particularmente del desem-

pleo abierto. Haciendo abstracción de diferencias metodológicas para cada uno de los

países debido a la discrecionalidad por ejemplo en determinar la edad para el trabajo,

Page 235: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

234

se advierte que entre el 2008 y 2012, siguiendo el Balance Económico actualizado

2012 de la CEPAL53, se reduce de manera significativa el desempleo en los países

sudamericanos al tiempo que no necesariamente aumenta la tasa de ocupación.

Ecuador es el país en Sudamérica con más baja tasa de desempleo 4,2%, pero al

mismo tiempo es el país con más baja tasa de ocupación 53,2%. Esto significa que se

amplía la población en condiciones de subempleo, sería el país con mayor subempleo,

forma en que estadísticamente se traslapan parte del desempleo, el trabajo precario y

actividades de muy baja productividad. En consecuencia, es necesario tener en cuenta

paralelamente la información sobre la distribución de la población económicamente

activa, la misma CEPAL, en el Informe del Panorama Social de 2011, nos

proporciona los porcentajes de la PEA que laboran “por cuenta propia y familiares no

remunerados” que tiene valores para el entorno del 2010 de 58,5% en Bolivia; 51,5%

en Perú; 48,8% en Colombia; 41,8% en Ecuador; 40% en Venezuela. Estos

indicadores contribuyen al momento de buscar explicaciones estructurales a las

profundas desigualdades sociales.

El mejoramiento en los indicadores sociales de reducción de pobreza y desigualdad en

el contexto de esta última década, no ha sido patrimonio de los países que siguen las

políticas heterodoxas, mucho menos, de quienes siguen las ortodoxas.

A manera de resumen sobre la situación social de América Latina se expone en el

Cuadro N° 27 varios aspectos de la información de Naciones Unidas sobre el

Desarrollo Humano, a más del índice, la variación de posiciones que tienen los países

de acuerdo a esos índices, el INB/pc, la corrección que corresponde por la desigual-

dad, los recursos que se destinan para educación y salud expresados en porcentajes del

PIB y formas de expresar la desigualdad a través de la relación entre el 20% de

mayores ingresos sobre el 20% de menores ingresos y por medio del índice de Gini.

53 Balance Económico Actualizado de América Latina y el Caribe 2012, abril de 2013, p.23 anexo.

Page 236: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

235

CUADRO N° 27

Las perspectivas de Suramérica

La economía mundial avanzado el 2013 no presenta síntomas claros de recuperación,

se estima que su crecimiento anual estará en alrededor del 3,3%. En los países de la

Eurozona se realizan intensas negociaciones para que se afronte de manera compartida

los costos de la recesión, que Alemania, beneficiaria de las políticas financieras

desregularizadas, asuma parte de los costos de la crisis que hasta hoy se los han

Page 237: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

236

endosado a los países de Sur, España, Italia, Grecia, Portugal, a nombre del sobreen-

deudamiento. España que ha sobrepasado, en julio de 2013, los 27 millones de desem-

pleados tiene, junto a sus vecinos, pocas esperanzas ante los anuncios de reactivación

que se pueda lograr con el financiamiento para programas para las PYMES y el

empleo juvenil. En todo caso los pronósticos son negativos -0,5% para la variación del

PIB en la Eurozona. EUA tampoco tiene una recuperación sostenida, con caída de la

demanda, sin reactivación del sector industrial, mayor control sobre el sector

financiero, se estima su crecimiento en el 2,3%. Japón continuará con su estancamien-

to de largo plazo y China, que a medida que pasan los meses se anuncian pequeñas

bajas en los pronósticos de evolución del PIB, estaría posiblemente por debajo del

7,5% del PIB que anunciaron sus gobernantes, no deja de representar un freno

importante para la economía mundial.

En esas condiciones América del Sur debe enfrentar un escenario para nada alentador,

su tasa de crecimiento se proyecta en el 3,4%. La pregunta que corresponde es: ¿Desde

qué perspectiva se proyecta América del Sur? Al menos habría que mencionar dos

aspectos: la integración y las estrategias de desarrollo.

1. La integración regional.

En los últimos años, con el impulso de los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador,

los países de Sudamérica conforman UNASUR, espacio de integración regional que

pretende, de una parte, ir más allá de lo que ha sido la experiencia de integración eco-

nómica del Mercosur, y de otra, dar salida a otra larga experiencia que ha perdido su

vitalidad como es la Comunidad Andina de Naciones. Se juntan como dice Katz el

regionalismo latinoamericano impulsado por Brasil y Argentina y las posiciones pro-

estadounidenses afirmadas en los países andinos, Colombia, Perú y Chile a través de

los TLC. UNASUR avanza en dos ritmos, las reuniones con un carácter más político y

simbólico, el de las proclamas y acuerdos, en que se da atención a problemas coyun-

turales, que son frecuentes; y aquel en que se definen las políticas de integración para

las relaciones en la economía, lo social, lo cultural. En esta segunda, los acuerdos

toman su tiempo, el ritmo de alguna manera lo establece el Estado más fuerte, Brasil.

El Banco del Sur, la moneda única, el Fondo de Estabilización, son programas que

Page 238: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

237

deben entenderse como prioritarios dado la magnitud de la crisis; sin embargo, este

proceso de integración a su vez se cruza con la incorporación de Brasil, Argentina y

México en el grupo de los 20 (G20), espacio en que Brasil tiene un papel gravitante

por su liderazgo en la región. Los problemas en este terreno son que América del Sur

no logra articular una política que le dé mayor autonomía financiera, a pesar de los

recursos económicos que ingresan por los superávit comerciales en la última década y

que deben estar en alrededor de 600 mil millones de dólares; la moneda única se

mantiene como unidad de cuenta para las transacciones comerciales entre Ecuador,

Bolivia y Venezuela; el Fondo de Salvamento puede terminar por entregar recursos

para atender las necesidades de la banca europea. Brasil, que maneja entre el 50 y el

60% de las reservas, es quien definirá la orientación a seguir.

Hay que poner atención en las contradicciones políticas y la voluntad para concretar

acuerdos entre los países de la región para prever la fuerza que puede tener UNASUR

en el presente período. Están los países miembros del ALBA cuya presencia se ha

debilitado tras el fallecimiento del ex presidente Chávez, más por la falta de cohesión

alrededor de una propuesta que identifique sus intereses que por la ausencia de un lí-

der que lo sustituya. El difuso discurso antiimperialista, que se reduce a una ambigua

posición antiestadounidense, no es suficiente y mucho menos se sostiene en el tiempo;

luego están las posiciones de los países más identificados con las políticas aperturistas

y privatizadoras, muy vinculados a las iniciativas de la política comercial, económica,

y política estadounidense en la región, no se suman a las proclamas y retórica boliva-

riana y juegan con mucho pragmatismo con los socios; y finalmente, Brasil, en su

condición de potencia emergente en el mundo, procede con más cautela en el juego

diplomático con las potencias tradicionales y en lo regional hace respetar su peso

económico al definir los ritmos en la aplicación de los acuerdos, de otra parte juega de

mediador entre las posiciones del ALBA y los países aperturistas del Pacífico. Argen-

tina y Uruguay no pierden la perspectiva, participan entendiendo el liderazgo de

Brasil.

Hay que procurar entendimientos para las políticas financieras, comerciales, producti-

vas, energéticas, ambientales y culturales, pero también hay que definir estrategias pa-

ra el campo de la seguridad. Punto de la agenda de UNASUR será la definición de

políticas para enfrentar el fenómeno del narcotráfico, los graves efectos sociales por la

violencia y los desajustes económicos por el lavado de activos, entre muchos otros

Page 239: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

238

problemas, exigen acometer acciones conjuntas para enfrentar a estas “lumpen-bur-

guesías”, a desentrañar sus relaciones con la economía y la institucionalidad formales.

China y la integración Suramericana

El 2015 se inició con algunos hechos que tendrán incidencia en la dinámica de

UNASUR: a) el inicio de conversaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y

Cuba para reiniciar relaciones diplomáticas luego de medio siglo de su rompimiento; y

la incorporación de Cuba al Foro de las Américas; b) las dificultades económicas a

conscuencia de la caída de los precios del petróleo desde el segundo semestre de 2014,

así como de otros productos primarios, que repercute en las condiciones sociales y

políticas de los países, la situación más compleja es en Venezuela; c) medidas de

protección como las que adoptó Ecuador al establecer salvaguardias para compensar

devaluaciones monetarias en los países vecinos debilitan las ya disminuidas relaciones

en la CAN, la generalización de estas salvaguardias, afectará otros relaciones y

acuerdos comerciales; d) la disminución del ritmo de crecimiento de China que será

más severo en el 2015 de lo que fue el 2014 y el estancamiento de la Unión Europea,

el otro importante destinatario de las exportaciones, mantendrá la tendencia de precios

bajos para las materias primas sudamericanas; hechos y realidades que más allá de lo

positivo que es el reintegro de Cuba al Foro de las Américas, configuran un escenario

no ventajoso para consolidar el proceso de UNASUR.

La gravitante presencia de China en Sur América al tiempo que diversifica nuestras

relaciones comerciales contribuye a limitar la injerencia económica de EUA en la

región, lo que de hecho es positivo. Sin embargo, las relaciones con China significan

también la subordinación a una potencia económica que ha reconstituido relaciones

capitalistas bajo severas formas de explotación -dentro de un proyecto de “capitalismo

de Estado” o de “socialismo de mercado”, cuya denominación no viene al caso deba-

tirla aquí-; que reproduce una división internacional del trabajo que nos coloca como

periferia productora de materias primas y recursos naturales, reproduciendo nuestra

histórica debilidad y sometimiento, aportando desde esa condición al proceso de

acumulación de capitales en los países de mayor desarrollo en que se incluyen los

BRICS, ver Gráfico No 2 Los proyectos que impulsa UNASUR, las inversiones

que se proyectan en sus países y que contarán con el apoyo financiero de China, sí

contribuirán al proceso de integración en la región, pero están pensados desde la lógica

de acumulación del nuevo poder dominante.

Page 240: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

239

GRÁFICO No 2

Los procesos de integración están en función de las estrategias de desarrollo de los

países involucrados. Una integración pensada desde el neodesarrollismo que hace del

extractivismo el eje de la producción y contribuye con el procesamiento de materias

primas para abastecer las necesidades de la industria en los viejos y nuevos centros de

la acumualción mundial, ni propicia el desarrollo nacional y mucho menos genera

alternativas al desarrollo, lo que hace es modernizar las economías de las periferias

para acoplarlas de manera subordinadas a las nuevas necesidades de acumulación de

las grandes empresas transnacionales. La retórica con la que se construyen los proce-

sos de integración corren el riesgo de quedarse en retórica vacua, quedando atrás de lo

que formuló la CEPAL de los años cincuenta, que al menos pretendió superar en

nuestros países la condición de países primario exportadores en su fase oligárquica.

El entramado de múltiples proyectos de integración subregional que se yuxtaponen de

manera compleja en Sur América tenderá a sintetizarse en la construcción de

UNASUR y a través de ella en la CELAC. Si bien hay discrepancias ideológicas y

políticas en los discursos de los distintos gobiernos, estas son cada vez más formales,

comparten y en mucho las estrategias de desarrollo, ello sin duda mejora las

condiciones para un avance institucional de la integración más allá de los aspecrtos

simbólicos.

Page 241: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

240

2. El neodesarrollismo, alternativa de desarrollo

En la región se afirma la tendencia primario exportadora. Junto a la exportación de

productos alimentarios y de materias primas se expande el sector petrolero y minero,

éste con intensa participación del capital transnacional. Se consolida, como hemos

señalado páginas arriba, un modelo extractivista para la exportación y pierde prioridad

la producción para el mercado interno. Esta tendencia se explica por el aumento de los

precios de los productos básicos a consecuencia de los mecanismos especulativos de

compras a futuro con los bancos de inversión; a la utilización de productos del agro

como biocombustibles (12% de la producción mundial de maíz se destina para etanol)

y el incremento de la demanda de China en combustibles, alimentos y materias

primas. Lo cierto es que las commodities y el extractivismo producen efectos econó-

micos, sociales y ecológicos nocivos para los pueblos y la región. La mayor presencia

de ETN y la economía extractivista impulsan un modelo que concentra recursos y

consecuentemente atrofia las posibilidades de la producción manufacturera, restringe

la oferta de empleo y en particular del empleo generador de valor. Estrategia que entra

en franca contradicción con el discurso de defensa de la naturaleza, de la procura de

seguridad alimentaria y de superación de las tradicionales formas de dependencia con

los centros. La minería a cielo abierto, la destrucción de bosques y diversidad para

brindar grandes extensiones para el monocultivo de exportación en que se utilizan

semillas modificadas genéticamente y abonos tóxicos, la explotación de hidrocarburos

en zonas de reserva y de fragilidad ecológica, la destrucción de sistemas en que se

localizan fuentes de agua para el consumo humano, son entre tantos otros efectos de

este extractivismo.

La opción de reprimarizar las exportaciones y la economía para aprovechar los pre-

cios de oportunidad de alimentos, materias primas y recursos energéticos, que deman-

da el capital a nivel internacional y en particular de su actual centro motriz, China y el

Sudeste Asiático, se lo puede entender desde las políticas neoliberales, pero ¿cómo

entenderlo en los países cuyos gobiernos pretenden construir un desarrollo distinto, en

un momento pos-neoliberal?.

La alternativa al discurso y propuesta neoliberal tenía como núcleo ciertamente la

recuperación del Estado como instrumento de regulación e intervención en la eco-

nomía, base sobre la que habría de gestionar un proceso que permita la incorporación

Page 242: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

241

de diversos sectores excluidos; superar la polarización en la distribución de los ingre-

sos; enfrentar el creciente fraccionamiento resultante de las concepciones individua-

listas y localistas del mensaje neoliberal; modificar la condición de las personas de

consumidoras a ciudadanas. Una estrategia de desarrollo endógena, sostenible, demo-

crática y equitativa, que permita potenciar las capacidades de las personas y los terri-

torios, en una propuesta orientada a superar la dicotomía entre el Estado y el mercado,

haciendo que la sociedad se reconozca como un actor que junto a aquellos impulse un

proceso de satisfacción y desarrollo de las necesidades humanas. Para varios, incluso

se trataba no solamente de buscar una alternativa de desarrollo, sino una alternativa

“al desarrollo”, una superación de la cultura de occidente en la relación entre seres

humanos y naturaleza mediada por el “progreso técnico” en el discurso desarrollista

de la CEPAL o de las fuerzas productivas en el pensamiento marxista, en todo caso un

cuestionamiento radical a la noción de “progreso”.

Iniciada la segunda década del siglo XXI este discurso no se ha traducido en políticas

que en su aplicación permitan cumplir los objetivos previstos. Es más, el discurso se

lo debate en círculos cada vez más reducidos relegados para la crítica y la resistencia.

Sudamérica es un escenario en el que se han operado cambios políticos importantes,

pero cuando miramos las opciones de desarrollo o bien se replican las políticas

neoliberales con algunas variantes o alternativamente se proponen iniciar una fase

“post-neoliberal”, para lo que se ha echado mano a varios instrumentos del viejo desa-

rrollismo a los que, con criterio absolutamente pragmático, se incorporan medidas del

mismo recetario neoliberal, en nombre de la eficiencia, la eficacia, el progreso y la

modernidad. De tal manera que junto a la ortodoxia renovada se ha emprendido en

una nueva heterodoxia, el neodesarrollismo.

Esta visión se construye a partir de las experiencias de Brasil, Argentina y en alguna

manera de Uruguay. Amplia presencia del Estado; medidas que contribuyen a una

expansión del sector industrial en base a un discurso que contrapone la producción

frente a la especulación financiera; sustitución de importaciones y diversificación de

exportaciones; políticas de redistribución en base a transferencias del fisco a los secto-

res más vulnerables de la sociedad; algunas correcciones a las políticas tributarias en

el sentido de mejorar la recaudación directa; contraposición a los tratados de libre

comercio y a la subordinación a las grandes potencias en las políticas de comercio e

inversión. El objetivo que se pretende es la conformación de un empresariado fuerte,

Page 243: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

242

que se consolide a nivel regional, una burguesía latinoamericana que dispute el con-

trol de los procesos de acumulación a las empresas transnacionales venidas de fuera.

Apuestan en la dirección de un capitalismo multipolar que tendría en América Latina

uno de sus centros, en esa óptica habría que percibir los debates y acuerdos en

UNASUR.

En ese esquema se requiere mejorar las condiciones de vida de sectores que deben

configurar un mercado interno, ampliar la capacidad de consumo. Incrementos en las

remuneraciones de los trabajadores formales, crédito para el consumo sin poner en

riesgo el sistema financiero, control de la inflación, mejora de los servicios, moderni-

zación de la infraestructura vial y comunicaciones. Pero al mismo tiempo hay que

garantizar y ampliar la capacidad de acumulación de los sectores empresariales, así

como hay que construir nuevos grupos a través de la gestión e inversión del Estado.

Es un proyecto que se estructura sobre la alianza entre los grupos empresariales y las

clases medias, al tiempo que se mantiene el control de los sectores subordinados a

través de las políticas clientelares y programas asistenciales. Se establecen alianzas

con grupos tradicionales de poder en base a mutuas concesiones y sin intermedia-

ciones como las representaciones corporativas o los medios de comunicación. En este

proyecto no hay cabida para reformas estructurales que impliquen una drástica des-

concentración de la riqueza, ni siquiera una radical reforma tributaria como base para

la redistribución de los ingresos. Se trata de una propuesta “etapista” que anuncia una

mayor equidad e igualdad en tanto se vayan cumpliendo ciertos objetivos, los necesa-

rios enlaces entre la incorporación de las nuevas tecnologías, base del “progreso

técnico”, y la “madurez”, “modernización” que irían logrando los diversos actores de

la “nueva” sociedad.

En las condiciones en que se ha dinamizado la economía latinoamericana en esta últi-

ma década determina que los sectores dinámicos de la acumulación no sean precisa-

mente los empresarios manufactureros, sino los vinculados al sector primario de

exportación, y el Estado ha reforzado a esos protagonistas, en torno a ellos ha

consolidado a varios grupos de poder, incluso dando forma a una alianza entre empre-

sas transnacionales de matriz “latinoamericana” y el Estado, en que se afirma también

la imbricación de intereses entre lo productivo y lo financiero, dejando para el

discurso la supuesta oposición de intereses, es que en la dinámica de la reproducción

del capital esos intereses confluyen, se potencian, justamente como capital financiero.

Page 244: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

243

Ello explica la conformación de grupos empresariales conocidos como las “bolibur-

guesías” en Venezuela, Brasil, Argentina, como explica también que el debate sobre

el socialismo del siglo XXI, al que se le concedía atención en los sectores de la

izquierda cercanos a los gobiernos “progresistas” en los alrededores del 2005, haya

pasado a un segundo o tercer plano. El neodesarrollismo propuesto, para muchos de

ellos era asumido como una fase en la construcción de ese socialismo, en el camino

como que ha cobrado autonomía propia, se ha convertido en una suerte de nebulosa

de la que aparecen fortalecidos viejos y nuevos grupos empresariales. El gran proble-

ma es que ese proyecto una vez más no tiene sujeto, una burguesía “nacional” y

nacionalista, y al sujeto no se lo puede construir desde el escritorio de la tecnocracia,

la propuesta tiene las mismas limitaciones del desarrollismo del siglo pasado. Sí, es y

ha sido posible disminuir los indicadores de pobreza y desigualdad, mejorar las remu-

neraciones de los trabajadores formales, atender aspiraciones impostergables para

muchos sectores excluidos, atenuar muchas efectos creados por el neoliberalismo en

su aplicación por más de un cuarto de siglo, pero no quedan resueltos los viejos pro-

blemas de la explotación, la pobreza, la concentración de la riqueza.

Ese neodesarrollismo, atrapado en la lógica del crecimiento de la exportación primaria

y la repetición de viejas formas de dependencia, no deja de evidenciar sus debilidades,

que se harán más notorias cuando se sientan los efectos de los frenos en Oriente, eso

se traduce en menos recursos para repartir en los programas de asistencia. Argentina

luego de la crisis tuvo un decrecimiento de su economía en 1,9%, se recupera con

fuerza en los años 2010 y 2011 con tasas de 9,2% y 8,9% y para el 2012 nuevamente

cae, crece en 1,9% (ver Anexo AL E 3.1). Arrancó el 2013 con una inflación que

promovió las movilizaciones de los sectores de menores ingresos con sus cacerolas,

migran los capitales y asusta el desequilibrio fiscal. El discurso oficial pone énfasis en

el buen manejo de la economía a diferencia de las posiciones neoliberales de los

países del Sur de Europa. Los ciudadanos miran para Chile, Perú y Colombia y

consideran que esa explicación no es satisfactoria.

Brasil ha incrementado su dependencia de la producción y exportación de soja, su

industria hace años motor de la economía hoy no crece; los agronegocios representan

el 34% del PIB, absorben el 37% del empleo y generan el 43% de las exportaciones;

son los primeros exportadores de cárnicos vacunos y avícolas, los segundos

exportadores detrás de E.U.A. en soja, China es su principal comprador de estos

Page 245: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

244

productos. Sus programas sociales que brindaron legitimación en el gobierno de Lula,

ahora evidencian los límites con Rousseff, decenas de millones de pobladores en

pobreza han salido a las calles en Río de Janeiro y Sao Paulo en junio de 2013 para

demandar atención a sus necesidades básicas, no se quiere más edificios grandes para

mostrar la modernidad urbana, se quiere más vivienda popular en las favelas, no se

quiere más complejos turísticos sino más educación, se quiere menos corrupción,

menos violencia y más transparencia, más equidad. Los sectores sociales cuestionan

la alianza entre el Estado y las grandes empresas de intervención internacional.

Venezuela, en el contexto de la sucesión presidencial tras la muerte del expresidente

Chávez, también hizo evidente sus debilidades, la presencia de nuevos grupos de

poder empresarial cuyos procesos de acumulación están vinculados a la gestión del

gobierno y reclaman para sí mayores cuotas de poder; la profunda dependencia de la

economía a la producción y exportación petrolera; la caída de la producción industrial

para abastecer necesidades primarias de su población, más aún cuando se trata de la

exportación; la vulnerabilidad en su comercio exterior y las cadenas de distribución

que dificulta resolver la provisión de alimentos y artículos cotidianos de consumo

masivo.

Lo de fondo, como señala Víctor Álvarez (2013) ministro de energía y ex directivo de

PDVSA en el gobierno de Hugo Chávez (Katz, Contrasentidos del neodesarrollismo,

2012) (Katz, Manifestaciones de la crisis en mérica latina y las paradojas del

neodesarrollismo aregentino, 2013)54, sustentado en cifras oficiales, tras varios años

de Revolución Bolivariana, Venezuela tiene una economía más rentista, más

capitalista y más explotadora, por lo que tiene el urgente reto de introducir cambios en

una perspectiva anticapitalista.

Los neo-liberales y neo-desarrollistas poco se diferencian con relación a las políticas

asistenciales. No se trata de mejorar los ingresos para que la población supere la línea

de pobreza y se mantenga en una franja de vulnerabilidad, hay que definir reformas

estructurales para eliminar la pobreza y superar las desigualdades. Tras las formas de

subempleo y en muchos casos del empleo familiar a cuenta propia se encubren formas

de precarización que deben ser superadas de manera drástica, esa precariedad queda

54 http://www.aporrea.org/actualidad/n227614.html

Page 246: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

245

encubierta, amortiguada temporalmente con las políticas asistenciales de los gobier-

nos. Katz nos refiere un corto inventario de los programas de los gobiernos en

América Latina, “en Argentina, dice, rige la asignación universal (0,40% del PIB), en

Brasil la Bolsa Familia (0,47%), en México el programa Oportunidades (0,51%), en

Bolivia el Bono Juancito Pinto (0,33%), en Venezuela las Misiones (0,45%), en

Ecuador el Bono de Desarrollo Humano (1,17%), en Chile el Plan Solidario (0,11%),

en Colombia la Iniciativa Familiar (0,39%) y en Perú el proyecto Juntos (0,14%)”

(Katz, Claudio, 2013). Seguro que en varios países los programas se multiplican, y de

acuerdo a la conflictividad social se incrementa el porcentaje sobre el presupuesto o

sobre el PIB, dependiendo de la naturaleza del gobierno, esto es si es neo-desarrollista

o neo-liberal, seguramente difieren las fuentes de financiamiento que los alimentan,

diferencias de matices. Por lo general ni los unos ni los otros afectan severamente en

los impuestos directos.

Finalmente cabe preguntarse: ¿hay opción para una tercera propuesta, que sea antica-

pitalista? Todo parece indicar que en el corto plazo tendremos la reproducción de esas

dos estrategias, los límites a estas vendrían por la crisis ambiental y por los efectos

sociales a consecuencia del reordenamiento de la economía mundial. La posibilidad

de una alternativa popular y anticapitalista, necesariamente deberá estructurarse sobre

la base al menos de tres ejes: una crítica radical a las formas de producción y acumu-

lación que se sustentan en relaciones de explotación del capital sobre el trabajo; una

crítica radical a los procesos productivistas que amenazan de manera creciente la vida

del planeta; y, una crítica radical a las formas autoritarias de ejercicio del poder que

restringen la capacidad de construcción de ciudadanía, que en la región se las puede

constatar con independencia de la opción de desarrollo que el país haya optado.

3. El discurso del Buen Vivir, alternativa “al desarrollo”

El Buen Vivir no es una propuesta alternativa “de desarrollo”, aspira a constituirse en

una alternativa “al desarrollo”, sobre la base de reivindicar una relación de los seres

humanos con la naturaleza sin que medie una acción de dominación de aquellos sobre

ésta, tal como se la concibe en el pensamiento moderno. Esto significa no identificarse

Page 247: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

246

con la idea de “progreso” ni aceptar a ésta como sustento del desarrollo, en conse-

cuencia no se comparte la visión presente en la mayoría de discursos de la modernidad

que terminan por reducir el desarrollo a crecimiento económico, la satisfacción de las

necesidades a la disposición de bienes mercancías y el ejercicio de la vida cotidiana a

la expansión sin límites del consumismo.

El Buen Vivir es una construcción colectiva a partir del reconocimiento de la

diversidad y la pluralidad, un debate que recorre varios foros en Sudamérica pero que

tiene especial atención en Bolivia y Ecuador por la presencia de la población indígena

que aporta otras lecturas sobre la realidad así como otras visiones sobre su dinámica.

Gudynas (2012), uno de los investigadores que sigue de cerca la discusión y debate

advierte que el Buen Vivir es utilizado de distintas maneras y para distintos propósitos.

Unos hacen un “uso genérico” del concepto, sea para señalar una crítica al

pensamiento moderno sobre el desarrollo, sea como membrete para algunas acciones

de los gobiernos progresistas que han constitucionalizado este discurso, Bolivia y

Ecuador; sea como eslogan al que se le ha vaciado su contenido inicial. Otros hacen,

según Gudynas, un “uso restringido” de la categoría para señalar críticas más precisas

al desarrollo capitalista contemporáneo, proponiendo alternativas que corresponden a

la propia modernidad, como las “inspiradas en la tradición socialista”. Se trataría de

una utilización del Buen Vivir desde posturas políticas occidentales como la del

“biosocialismo republicano” que sustenta por ejemplo René Ramírez55. Finalmente

habría un “uso sustantivo”, que pretende ser una crítica y superación al desarrollo, que

se estructura y construye a partir de la conjugación de algunas posiciones occidentales

y otras provenientes de los saberes indígenas. En esta tercera opción, “si bien se puede

tomar algunos elementos propios de las corrientes políticas modernas, no se

identifican con ellas” y en consecuencia no se puede admitir un “socialismo del Buen

Vivir. “Este es el uso que corresponde al debate original del Buen Vivir, y es el que

mejor refleja su devenir histórico” (p.75).

Gudynas (2012) sostiene que en el debate sobre “desarrollos alternativos” no se

habrían puesto “en discusión ideas básicas que sostienen el desarrollo, tales como el

progreso lineal, su base material, su expresión en el crecimiento económico, la 55 René Ramírez ex Secretario de Planificación (SENPLADES) del Gobierno de Rafael Correa, Ecuador 2010.

Page 248: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

247

apropiación de la Naturaleza como canasta de recursos, y por lo tanto, concebirla

como nítidamente separada de la sociedad…” Esto es desconocer o echar por la borda

importantes debates que se realizan desde los años ochenta en América Latina, o

pensar justo como a quienes se critica del “uso restringido”, que la historia empieza

con su aporte al Buen Vivir. Lo que acá interesa, una vez marcada la cancha por el

propio Gudynas, es retomar su sistematización de las tesis centrales sobre el Buen

Vivir (p. 75).

Esta construcción, que al decir de Gudynas (2012), se coloca más allá de las

tradiciones políticas de la Modernidad recoge un conjunto de críticas y alternativas

post-capitalistas y post-socialistas, y se las puede condensar en los siguientes plantea-

mientos:

1. La crítica al desarrollo “apunta a sus bases ideológicas y culturales”, problematiza

los modos de entender el bienestar, “denuncia la forma bajo la cual se manipula la Na-

turaleza”. Es una crítica en el sentido que lo hace Escobar sobre el postdesarrollo56.

2. La crítica al concepto de calidad de vida. Para las culturas kichwa, desde el sumak

kawsay, se plantea “la vida en plenitud”, que supone una interacción entre la exis-

tencia humana y la naturaleza, entendiendo la existencia humana siempre a partir de la

comunidad. Desde la perspectiva de los aymara en Bolivia, se plantea “una buena

vida”, que “solo es posible en un contexto comunitario y ambiental”, y este a su vez en

un territorio y en la comunidad del ayllu.

3. Entender el ambiente natural como sujeto de derechos, que incluye las especies

vivas, el conjunto de éstas, y los elementos inanimados del entorno en que viven y se

reproducen esas especies. Planteamiento recogido en la Constitución del Ecuador, pre-

sentado como exceso o novelería por la oficialidad y por críticos de la Constitución en

esta materia. Se trata de una propuesta biocéntrica, que “reconoce valores intrínsecos a

la Naturaleza”. Aquí explícitamente hay una ruptura con las concepciones antropocén-

tricas de las visiones convencionales que presentan la naturaleza y la sociedad como

dos polos de una relación en que los humanos tiene que apropiarse de ella, mediante el

trabajo, para satisfacer sus necesidades, esta sí una visión moderna. Esta “dualidad”

no estaría en la propuesta alternativa al desarrollo; la sociedad, la comunidad, los seres 56 Se refiere al trabajo de Arturo Escobar “La invención del Tercer Mundo” 1996.

Page 249: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

248

humanos están contenidos en la naturaleza. Gudynas reconoce que desde la propia

Modernidad se han hecho críticas al antropocentrismo.

4. La construcción del Buen Vivir como propuesta descansa en la diversidad de

saberes, de entendimientos y sensibilidades. No existen saberes privilegiados. Conver-

gen vertientes indígenas y no indígenas. Se supera la racionalidad instrumental y la

creencia de que la ciencia y la técnica de por sí son los medios para alcanzar el desa-

rrollo. El Buen Vivir es campo para las vivencias y los afectos.

5. Otras formulaciones tienen relación con la crítica al utilitarismo; al peso de las

valoraciones económicas para la toma de decisiones, dejando de lado aspectos cultura-

les, estéticos, religiosos, de la Naturaleza. Tesis que “…coloca al Buen Vivir más allá

de, por ejemplo, el socialismo tradicional, en tanto éste en su reivindicación del valor

de uso, sigue dentro del marco antropocéntrico (lo que explica una de las razones por

las cuales el Buen Vivir es una postura post-socialista).

Estas tesis sí son alternativas al desarrollo, pero no son tan nuevas como supone

Gudynas ni suponen una ruptura radical con las propuestas de la Modernidad.

La mejor imagen de la construcción del Buen Vivir como propuesta es la de un espa-

cio de convergencia de distintas culturas entre las que se pueden enunciar las del

“suma qamaña” de origen aymara; la del “sumak kawsay” de los kichwa; otras defini-

ciones similares de grupos étnicos y comunidades en varios territorios de la región;

propuestas provenientes de distintos colectivos sociales que han formulado críticas a

las concepciones capitalistas del desarrollo desde décadas pasadas; colectivos diversos

que han formulado críticas a las políticas de irrespeto a la naturaleza y a tantas formas

de dominación en la sociedad actual. Parte de ese proceso serán quienes conciben que

están formulando una propuesta más allá de la Modernidad o desde una perspectiva de

radicalización de la Modernidad. Es sin duda un posicionamiento político en tanto

formula una posición de crítica a las formas de dominación existentes en la realidad.

El Buen Vivir debe ser entendido por tanto como una visión integradora de las accio-

nes de los seres humanos, la sociedad, las comunidades en su interacción con la natu-

raleza, en tanto visión obedece a valores que atraviesan el conjunto de actividades en

la reproducción social, lo económico, lo cultural, lo social, el conocimiento; no se trata

de instrumentos operativos o conjunto de herramientas como sucede con las concep-

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249

ciones tradicionales o convencionales. De hecho en esta propuesta pueden convergen

planteamientos formuladas desde el desarrollo a escala humana, del autocentramiento,

del policentrismo, de la sostenibilidad, del ecologismo popular, entre tantos otros.

Esta perspectiva entra en conflicto con una estrategia que predomina en Sudamérica,

tanto en los gobiernos “progresistas” como en los “neoliberales”, en cuanto la recu-

rrencia al extractivismo, a la valoración de lo producción primaria, minas, petróleo,

monoproducción para los biocombustibles; a las políticas de reducción de la pobreza

en base a bonos, subvenciones y otras transferencias, sin afectar las bases estructurales

de un capitalismo depredador y reproductor de formas de explotación y exclusión; y a

formas de gobierno que restringen la participación ciudadana a partir de un exacerbado

presidencialismo, prácticas clientelares y recurrencia a modalidades plebiscitarias que

desdibujan el sentido de la democracia y la convierten en un arma para arrinconar las

expresiones de los sectores sociales organizados. Se crea un abismo entre los gobier-

nos y los movimientos sociales que en buena medida fueron el soporte de su ascenso.

Esta ruptura no es provocada por los movimientos sociales que han perdido el rumbo

en medio del laberinto, sino más bien por los gobiernos “progresistas”, que han

escogido el camino de hacer concesiones a sus aliados, el capital transnacional soporte

y beneficiarios de las concesiones; de los prestamistas financieros internacionales y de

los nuevos grupos de poder que se han beneficiado de la obra pública.

Desde la otra orilla, desde el pensamiento oficial que según Gudynas se hace el “uso

restringido” del Buen Vivir, se construye la noción de “Socialismo del Buen Vivir”,

esa es incluso la denominación del Plan de Desarrollo para el período 2013-2017 que

SENPLADES ha elaborado bajo la dirección de Fander Falconí57.

“El horizonte político de la Revolución Ciudadana es el Socialismo del Buen Vivir. Este articula la lucha por la justicia, la igualdad y la abolición de los privilegios, con la construcción de una sociedad que respete la diversidad y la naturaleza.”

“…. El primer paso es resolver el acceso a bienes, oportunidades y condicionalidades que garanticen –al individuo, a la colectividad y a las generaciones futuras– una vida digna sin perjudicar a la naturaleza.”

“…. Un Estado plurinacional y popular que proteja los intereses de las mayorías, con capacidad de gobernar y modificar la dominación capitalista; y construir una organización popular que impida el dominio de los intereses particulares.”

57 Fander Falconí . Primer Secretario de Planificación del Gobierno de Rafael Correa. luego fue Ministro de Relaciones Exteriores y hoy nuevamente se desempeña como Secretario Nacional de SENPLADES

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250

“El socialismo del Buen Vivir cuestiona el patrón de acumulación hegemónico, es decir la forma neoliberal de producir, crecer y distribuir. Proponemos la transición hacia una sociedad en la que la vida sea el bien supremo. Afirmamos la supremacía del trabajo –fin mismo de la producción y base para desplegar el talento– sobre el capital. En el trabajo nos reconocemos como seres sociales y como actores creativos, en ejercicio de derechos y libertades.”

(p. 15)

La propuesta política propone una articulación entre el discurso por la justicia, la

igualdad y abolición de privilegios con el respeto a la diversidad y la naturaleza. El

acceso a bienes, oportunidades para que se garantice a los individuos, a la colectividad

y a las generaciones futuras vida digna sin perjudicar a la naturaleza. Es en realidad un

discurso que corresponde a las posiciones de la socialdemocracia que mantienen sensi-

bilidad frente a la crisis ambiental, más allá de su contradicción de fondo con la

minería a cielo abierto y el extractivismo. Esta apreciación queda mucho más explícita

cuando en este informe se sostiene que el proyecto se propone un Estado plurinacional

y popular, con capacidad para gobernar y modificar la dominación capitalista; y cons-

truir una organización popular que evite el dominio de los intereses particulares.

Gobernar y modificar la dominación capitalista, no se proponen combatirla, eliminarla,

superarla. En esa misma perspectiva está la noción del privilegio del trabajo sobre el

capital, cuando una perspectiva socialista en realidad se propone es la superación de la

relación capital-trabajo. Finalmente, no es necesario que construyan una organización

popular que impida el dominio de los intereses particulares, es suficiente con que

respeten a las existentes y las dejen crecer (SENPLADES, 2013).

CUARTA PARTE

ECUADOR DEL DESARROLLISMO AL POS-

NEOLIBERALISMO

“Encuentro bastante extraño que el redescubrimiento de Marx lo han generado los hombres de negocios, ya que no hay izquierda.

“Desde la crisis de los 90, son los hombres de negocios quienes empezaron a hablar en términos de decir “Bueno Marx predijo esta

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251

globalización y podemos pensar que el capitalismo está planteado como una serie de crisis.”

Eric Hobsbawm58

CAPÍTULO VIII

ECUADOR: UNA MIRADA A SU DESARROLLO 1950-2006

EL PERÍODO DESARROLLISTA DE 1950 A 1980

El boom bananero

Ecuador inicia la segunda mitad del siglo XX con el auge en la producción y expor-

tación bananera, con el que consolida su tradicional modelo primario exportador. Con

él se pretende superar un largo período de estancamiento, que se inicia en los años

veinte, con la caída de las exportaciones del cacao, que continúa en los años treinta por

los efectos de la gran depresión internacional de 1929, y que no logra ser remontado

hasta muy avanzada la década del cuarenta.

El auge de la economía bananera se dinamiza en medio de un ambiente institucional

distinto. Se acepta la planificación como instrumento para un crecimiento ordenado,

una mayor intervención del Estado para armonizar los intereses de los grupos de poder

en juego, y se recurre con frecuencia a la ideología del desarrollo elaborada por la

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) e inspirada en el

keynesianismo, como factor de cohesión de las pugnas sociales. Se intenta un reaco-

modo de las fuerzas políticas y sociales dominantes en pos de un nuevo proyecto de

país. En efecto, funciona un tácito acuerdo entre los sectores oligárquicos tradicio-

nales, los grupos emergentes de una burguesía vinculada a la actividad industrial y los

sectores medios urbanos, acuerdo orientado a una modernización de la producción y la

sociedad a través del proyecto regional de la industrialización por sustitución de

importaciones.

Con la producción y exportación bananera se provocan importantes cambios en la 58 Entrevista a Eric Hobsbawm por las BBC Mundo el 20 de octubre de 2008

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252

economía ecuatoriana: se amplía la frontera agrícola, especialmente en la Costa; se

multiplican las relaciones salariales; se propicia la pequeña y mediana propiedad para

la producción de la fruta; se realizan importantes obras de infraestructura vial y

portuaria que fortalecen el proceso de integración nacional; crecen varias ciudades

pequeñas e intermedias, Machala, Quevedo, Santo Domingo; se incrementa el crédito;

se incentiva el mercado interno y se produce un importante movimiento migratorio de

la Sierra a la Costa.59 La gran empresa, extranjera y nacional, si bien adquiere algunas

grandes propiedades para la producción, se concentra en la comercialización de la

fruta, logra su control monopólico, y por esa vía accede a la mayor parte de la renta

generada. Entre la United Fruit y la Standar Fruit, empresas estadounidenses, y la

Exportadora Bananera Noboa, empresa nacional, concentran más del 50% de las

exportaciones, y no más de ocho empresas controlan el 90% (Acosta, 2006).

El crecimiento de las exportaciones del banano ecuatoriano, como el de otros

productos primarios de la región, fue posible porque ocurre en medio de la fase

expansiva del capitalismo internacional de posguerra que genera una creciente deman-

da. A ello se suma, en el caso de nuestro país, la oportunidad de sustituir la producción

centroamericana del banano, cuyas grandes plantaciones, en manos de empresas

transnacionales como las mismas United Fruit y Standar Fruit, habían sido afectadas

por enfermedades como el mal de Panamá y la sigatoka amarilla (Larrea, 2006). En

esa coyuntura, juegan un papel destacado la Junta Nacional de Planificación, fundada

en 1954, y el Banco Nacional de Fomento que canaliza el ahorro nacional para la

inversión en este sector de la economía.

El boom del banano tuvo un buen comienzo en el Gobierno de Galo Plaza Lasso

(1948-1952), por la fuerte inversión pública pactada con las transnacionales y las

facilidades de crédito a los productores. A fines de la década del cincuenta, se

desaceleran las exportaciones a consecuencia de la caída de los precios debido a la

sobreoferta de la fruta, pues para ese entonces las plantaciones centroamericanas se

habían recuperado, y avanzada la década del sesenta, esta tendencia declinante se

agrava por efecto del agotamiento de la fase expansiva del capitalismo internacional

59 La población en la Costa pasó del 40,6% en 1950 al 47% en 1962, y a 49% en 1974 (Larrea, 2006: p.71).

Page 254: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

253

que provoca el deterioro de los términos de intercambio para las exportaciones

primarias de América Latina. La balanza comercial en el país se hace negativa, los

tradicionales problemas de la economía ecuatoriana nuevamente se ponen a flor de

piel y a la espera de un nuevo boom, que llega en los años setenta con el “oro negro”.

Las exportaciones crecieron de 63,1 millones de dólares en 1950 a 102,56 millones en

1960, y a 199,07 millones en 197160; mientras las importaciones pasaron de 41,33

millones en 1950 a 115,18 en 1960, y a 340,1 en 1971, haciendo que la balanza

comercial sea positiva solamente hasta 1956; luego, será negativa hasta la llegada del

petróleo. Esto da cuenta de los límites del modelo de acumulación centrado en la

agroexportación.

El paisaje de la Costa ecuatoriana se transformó radicalmente con la expansión de la

producción bananera. Larrea (2006) registra que “hacia 1948 la mayor parte de la

región estaba cubierta por bosques naturales, y el desarrollo vial era sumamente redu-

cido. Hacia 1951, la CEPAL (El desarrollo económico de Ecuador, 1954) estimaba un

área sembrada de banano de 45.000 hectáreas, que ascendieron a 142.270 en 1954, a

190.361 en 1964, y a 214.592 en 1968” (2006: 64). Sin duda, un crecimiento acelerado

de la economía agrícola ecuatoriana tuvo su contraparte: destruyó los bosques

húmedos y secos de la Costa.

La producción bananera en la Costa se complementa con la producción y exportación

de cacao y café, y la producción de otros bienes para el consumo nacional como arroz,

carne, azúcar. En las plantaciones, que de manera preponderante eran medianas y

pequeñas, se consolidan relaciones salariales. En la Sierra, en cambio, se reproduce la

estructura de la hacienda, el huasipungo y las relaciones precarias; su producción de

cereales, papa, hortalizas, lácteos estaba destinada al mercado interno. Los bajos

costos de la producción de alimentos permitía abaratar la reproducción de la fuerza de

trabajo a nivel nacional y con ello ganar competitividad para las exportaciones. De

hecho, las remuneraciones de los trabajadores de las plantaciones ecuatorianas estaban

por debajo de la de los trabajadores centroamericanos. A estas actividades económicas

se suman la comercial y financiera que captan importantes valores de la riqueza

generada. En las ciudades, los sectores medios encuentran opciones de empleo gracias

60 Información del Banco Central, publicada por Alberto Acosta (2006).

Page 255: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

254

a la ampliación de la burocracia estatal, así como otros sectores encuentran oportuni-

dades laborales por la creciente obra pública.

La “estabilidad” de la economía ecuatoriana en este período propició también la

“estabilidad” política. Como antecedente, si se hace un recorrido desde 1925, año de la

Revolución Juliana, hasta 1948, entre presidentes electos democráticamente, encarga-

dos del poder y jefes supremos o dictadores, el país soportó 23 Gobiernos, un prome-

dio de uno por año manifestación evidente de la crisis de hegemonía que dominaba el

escenario político nacional (Llerena, 2006). En contraste con ello, se generó un

proceso organizativo de los sectores subalternos como el campesinado, los trabaja-

dores y los estudiantes universitarios agrupados en la FEI, las centrales sindicales y la

FEUE respectivamente, que participaron de manera gravitante en algunas coyunturas,

como en La Gloriosa de 1945. En el período de la estabilidad, le suceden al presidente

Galo Plaza: Velasco Ibarra (1952-1956), que por única ocasión, en sus cinco períodos,

culmina su Gobierno, y Camilo Ponce Enríquez (1956-1960), en cuyo régimen se

enciende una vez más la conflictividad social y política que se pone de manifiesto en

1959, cuando se reprime con violencia una protesta popular en Guayaquil que deja un

saldo de cientos de muertos. El acuerdo de los sectores dominantes, que se expresa en

los Gobiernos de un liberal entregado a los intereses de las empresas estadounidenses,

de un populista de la derecha oligárquica y un socialcristiano que renueva la imagen

del sector conservador tradicional, había llegado a su fin. Termina el auge bananero, se

agota el acuerdo oligárquico, fenece el período de la estabilidad política.

En la década del sesenta, tras los cortos Gobiernos de Velasco Ibarra y Arosemena

Monroy, la Junta Militar que gobierna el país entre 1963 y 1967 propone, en el marco

de un régimen dictatorial y represivo, un programa desarrollista que contempla

medidas proteccionistas para la industria, reforma agraria, modernización urbana,

continuar con la vialidad y el fortalecimiento de las instituciones del Estado. Por

supuesto, esta dictadura surge como un eslabón en las estrategias anticomunistas

acordadas entre los sectores militares de la región y el Departamento de Estado de

Estados Unidos, como una respuesta al triunfo de la Revolución cubana, y para hacer

frente a la emergencia de varios proyectos insurgentes en Latinoamérica. Por su

naturaleza, este Gobierno no estuvo en posibilidades de armar una alianza con los

sectores de la sociedad interesados en un proyecto desarrollista o un programa

reformista. La dictadura nació, creció y murió en la más absoluta soledad; ni la oligar-

Page 256: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

255

quía, ni las burguesías emergentes, ni los sectores medios, y mucho menos los

trabajadores y campesinos podían respaldarla.

Sin embargo de ello, medidas como la reforma agraria, que pretendía modernizar la

estructura productiva para satisfacer las necesidades del capitalismo ecuatoriano,

tuvieron cierta aplicación; de hecho, tierras en manos de la asistencia social y la Iglesia

fueron revertidas a varias comunidades campesinas. Se inicia la entrega de huasipun-

gos, se extienden las relaciones salariales y empieza una lenta transformación de las

tradicionales haciendas en empresas, como las ganaderas o algunas agrícolas mecani-

zadas en los valles. Estos procesos fortalecen los flujos migratorios de trabajadores

hacia las ciudades. Los cambios de la estructura agraria a partir de la ley de 1964

tuvieron limitada influencia en el régimen de tenencia de la tierra, más aún si se

considera que las comunidades indígenas y los exhuasipungueros fueron confinados a

las tierras más altas y menos productivas. Los cambios en el agro se complementan

con una agresiva política de colonización en el Oriente, mediante la cual se desactivan

conflictos sociales por el acceso a la tierra, y constituyen, además, una salida a las

crisis de sequía en varias provincias de la Sierra y la Costa.

La región centro sur de la Sierra, conformada por Cañar y Azuay, durante las décadas

de los años cincuenta y sesenta vive un proceso distinto. En estas provincias de

tradicional especialización en las actividades artesanales, la producción y exportación

del sombrero de paja toquilla se convierte en el vehículo de integración al comercio

internacional, y en el eje en torno al cual se dinamiza la economía regional. Sin

embargo, estas actividades entran en una severa crisis por la caída de los precios

internacionales del sombrero, con lo cual se desarticulan los principales mecanismos

de acumulación para el sector empresarial y, al mismo tiempo, de reproducción de la

vida familiar en la población rural. La crisis del sombrero de paja toquilla marca una

tendencia distinta a la que vivió la Costa ecuatoriana, pues impulsa un proceso

emigratorio importante, primero a nivel interno con las estrategias de colonización al

Oriente y la vinculación a la producción estacionaria de la Costa, y más tarde, hacia el

exterior. Allí encontramos a los emigrantes pioneros que construyeron las primeras

rutas y caminos subrepticios para llegar a Nueva York o Chicago, que tejieron las

primeras redes, que abrieron posibilidades para el empleo y crearon lenguajes y cana-

les de comunicación en sociedades culturalmente extrañas, poco tolerantes cuando no

hostiles. Migración a la que se suma otra corriente que, desde otras provincias del país,

Page 257: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

256

se dirige a Venezuela, Canadá y los propios Estados Unidos, atraída por el crecimiento

de sus economías.

El boom petrolero

En la década de los años setenta, el proyecto desarrollista encuentra mejores

posibilidades materiales para su realización; sin embargo, el sujeto social y político

encargado de su conducción no termina de configurarse. Ello explica que luego de los

Gobiernos interinos de Clemente Yerovi y Otto Arosemena; de los Gobiernos de

Velasco que asume su quinta presidencia tras las elecciones de 1968 y como dictador

desde 1970, sean nuevamente las Fuerzas Armadas, a través del general Rodríguez

Lara, quienes se encarguen de dirigir los destinos del país desde 1972, en un momento

en que se inicia la exportación petrolera que aporta ingentes recursos para la gestión

del país. Ciertamente, un proyecto desarrollista como el que se impone en la región no

podía ser liderado por la vieja oligarquía; tampoco se contaba con una burguesía que

se haya consolidado como clase y esté dispuesta a romper su tradicional subordinación

a los círculos oligárquicos. Los militares, una vez más, llenaron el vacío.

La dictadura militar, con su Plan de desarrollo nacionalista y revolucionario 1973-

1977, se propuso utilizar los excedentes de la exportación petrolera para transformar la

estructura productiva nacional; impulsar un plan de industrialización sustitutiva de

importaciones; diversificar la producción nacional; ampliar el mercado interno; forta-

lecer los procesos de integración regional, particularmente en el espacio andino, y mo-

dernizar la estructura del Estado. Un programa de Gobierno que correspondía a una

ideología que ya se había regado en el país. La dictadura dicta una segunda Ley de

Reforma Agraria en 1973 para ejecutar varias políticas orientadas a desconcentrar la

propiedad de la tierra, y aplica otros decretos ejecutivos (como el 1001 de la dictadura

velasquista) para atender aspiraciones de las cooperativas campesinas organizadas en

la Costa.

Algunos indicadores señalados por Larrea (2006) dan cuenta de la dependencia de la

economía ecuatoriana respecto al recurso petrolero, que a su vez pone de manifiesto su

vulnerabilidad. Las exportaciones petroleras crecen de manera acelerada de 199

millones de dólares en 1971 a 1.124 millones en 1974, y alcanzan 2.481 millones en

1980. Cifras que toman en cuenta el incremento de los precios de 2,4 dólares el barril a

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257

13,4 y luego a 35,2 dólares para los mismos años, es decir, que en una década se

incrementan más de diez veces. El petróleo ha contribuido, en promedio, con el 47%

de las exportaciones del país entre 1972 y 2003; las rentas petroleras han significado

un 45% de los ingresos del Estado entre 1987 y 1996, y el 33% entre 1997 y 2003. La

política petrolera, al menos en el período de Rodríguez Lara, tiene un corte

nacionalista: hizo posible la participación en el cártel de la Organización de Países

Exportadores de Petróleo (OPEP), la conformación de la Corporación Estatal Petrolera

Ecuatoriana (CEPE), la construcción de la Refinería Estatal en Esmeraldas y la

constitución de Flota Petrolera Ecuatoriana (FLOPEC).

En la década del setenta, la industria tiene un crecimiento importante gracias a las

políticas proteccionistas, el crédito y las subvenciones del Estado. Su tasa de

crecimiento tiene un promedio de 9,1%, que contrasta con el decrecimiento en el orden

de 0,7% en el período 1982-1990, y la leve recuperación del 1,9% en la siguiente

década. Tras el período desarrollista, las políticas de ajuste estructural iniciadas en

1982 provocan una virtual desindustrialización.

En Ecuador, como en varios países de la región, esta industrialización tuvo varias

limitaciones, entre otras: a) haber conferido mucha atención a la inversión en capital

fijo y desatender la expectativa de empleo; b) mantener bajas remuneraciones a los

trabajadores; c) depender del mercado externo en la provisión de insumos para la

producción (Larrea sostiene que en un 80%); d) sostener una débil articulación con

otros sectores de la economía; e) reproducir una apertura indiscriminada al capital

transnacional, a pesar de las regulaciones del Acuerdo de Cartagena, y f) consolidar

una estructura monopólica.

La dictadura de Rodríguez Lara cumple con buena parte de su programa: avanza en la

aplicación de la reforma agraria en la Sierra, entrega tierras a las cooperativas

arroceras en la Costa, amplía la frontera agrícola en el Oriente con los procesos de

colonización; canaliza importantes inversiones para la infraestructura de generación

hidroeléctrica, y cumple con los acuerdos en función de la integración regional andina.

Esas políticas se complementan con otras acciones reformistas para mejorar y

diversificar la producción y distribución, y así potenciar el mercado interno, como la

presencia de la Empresa Nacional de Almacenamiento y Comercialización (ENAC), la

Empresa Nacional de Productos Vitales (EMPROVIT), la empresa de fertilizantes, la

Page 259: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

258

construcción de silos. No hay avances importantes en la redistribución de los ingresos

en favor de los más necesitados; es más, los sectores de más bajos ingresos dismi-

nuyeron su participación en el ingreso nacional61. Y es que la estrategia de desarrollo

que se impulsa en el país, de manera similar a lo que ocurre en otros países de la

región, hace que este “modelo” sustitutivo de importaciones permita un mejoramiento

en la calidad de vida de los sectores medios. Sin duda, los más beneficiados del

proceso son esos emergentes sectores empresariales estructurados monopólicamente y,

tras de ellos, las viejas oligarquías que se modernizan para acoplarse al nuevo modelo

de acumulación de capital.

El tránsito de la dictadura de Rodríguez Lara a la del triunvirato marca el fin de la

fugaz aplicación del modelo desarrollista en Ecuador. Si bien hemos considerado el

año 1982 como el punto de inflexión entre el desarrollismo y la vigencia de las

políticas de ajuste estructural, hay que reconocer que desde 1977 se inicia una política

para desarmar la estrategia Cepalina.

La época dorada de la posguerra concluye a fines de los sesenta. Estados Unidos

enfrenta un grave déficit en la balanza de pagos. Sin respetar acuerdos internacionales,

dispone en 1971 la inconvertibilidad del dólar. Terminado el primer lustro de la

década del setenta, la economía internacional se sumerge en una prolongada crisis. Esa

crisis económica y la crisis militar en Medio Oriente explican el vertiginoso incre-

mento de los precios del petróleo que beneficia a la economía ecuatoriana, como

explica también la circulación de grandes volúmenes de dólares por Latinoamérica,

que incentivan el irresponsable endeudamiento de los Gobiernos y del empresariado

privado. Esta crisis marca el final del predominio del pensamiento desarrollista y su

sustitución por un nuevo paradigma: el monetarista, que da sentido a los programas del

ajuste estructural.

No es extraño, por tanto, que con el triunvirato militar, en la segunda mitad de la

década del setenta, se cambie la legislación agraria; se supriman las políticas

proteccionistas para la industria; se incursione en un agresivo endeudamiento exter-

no62; se resquebrajen las posiciones nacionalistas del período anterior; se reprima de

61 La participación de los trabajadores a través de los sueldos y salarios que fue del 54% del valor agregado en 1960, cae al 33% en 1970 y al 30% en 1975 (Pacheco, 19, 169) 62 Para 1975 la deuda externa se ubica en 512,7 millones de dólares, 12% del PIB; para 1979 en

Page 260: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

259

manera severa al movimiento sindical y campesino; se forje un ambiente de violencia

en el país, testimonio de lo cual fue la masacre perpetrada contra los trabajadores en el

ingenio azucarero Aztra y el asesinato del dirigente del Frente Radical Alfarista,

Abdón Calderón Muñoz. Las fuerzas sociales y políticas del país presionan a la

dictadura para recuperar el orden democrático constitucional. Se prepara un plebiscito

para escoger una constitución de entre dos proyectos, y luego se organiza el proceso

electoral en que compiten por la hegemonía los tradicionales grupos oligárquicos

provenientes del viejo modelo de acumulación primario exportador, modernizado en

las décadas de los años sesenta y setenta, y los nuevos sectores empresariales

formados en la época desarrollista, muchos de ellos con orígenes en la oligarquía

terrateniente serrana. La ideología dominante, sin duda, acompaña a estos últimos; el

poder, sin embargo, corría a favor de los primeros. Luego de una corta transición, la

vieja y experimentada oligarquía, de mano del Partido Social Cristiano, recupera el

poder para ejercerlo por varias décadas, incluso con la presencia de Gobiernos

socialdemócratas y democratacristianos de por medio.

Con la muerte de Jaime Roldós, en 1981, se diluye el programa reformista, e irónica-

mente, con la gestión presidencial de Osvaldo Hurtado, fenece el discurso desarro-

llista; se cierra el período 1950-1982 con una economía que ha crecido seis veces, a

una tasa promedio del 5,8%; entran galopantes los programas de ajuste estructural. La

Constitución de 1978 vino a ser la expresión normativa de lo ya vivido, y entra en

contradicción con lo que estaba por construirse, el proyecto reconocido socialmente

como neoliberal.

El período neoliberal de 1980 a 2006

La globalización neoliberal

La crisis de 1973-1975, caracterizada como una crisis de sobreproducción, se genera

en los países centrales y da lugar a una larga depresión de la economía mundial. Se

pone de manifiesto el agotamiento del patrón de industrialización que había dinami-

zado la economía desde los años cuarenta y su división internacional del trabajo. Se

3.554,1 millones, que representa el 38% del PIB, y para 1982 en 6.632,8 millones, es decir, el 50% del PIB.

Page 261: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

260

crean las condiciones para la quinta revolución científico-técnica que servirá de

soporte para la reestructuración productiva del capital y la posibilidad de emprender en

una nueva onda larga. Las empresas transnacionales, que desde los años setenta asu-

mían de manera creciente el control de las actividades productivas, el comercio, la

producción de conocimientos, los servicios y en especial el sector financiero, son las

llamadas a dirigir esta reestructuración productiva, núcleo vertebrador de esta fase de

la mundialización.

En la década de los años ochenta, Estados Unidos y Gran Bretaña, liderando a las

grandes potencias mundiales, ejecutan medidas orientadas a la recuperación de la

hegemonía, estrategia que acompaña a la reestructuración del capital. Se aplican las

nuevas tecnologías de la información y comunicación, la microelectrónica, la genética,

la robótica, para relanzar la producción capitalista mundial.

Sin embargo, los esfuerzos fueron insuficientes; los resultados obtenidos a lo largo de

esa década dejan más frustraciones que éxitos. Si el producto interno bruto per cápita

PIB/pc para la economía mundial en la década de los sesenta había crecido a un pro-

medio superior al 3%; si en la década del setenta, en que se inicia la crisis, lo había

hecho a un ritmo del 2%; en los años ochenta, apenas creció a un promedio algo

superior al 1%, y en la última década del siglo pasado, llegó a un 1,3% (CEPAL, 2003).

La opción de reestructurar el aparato productivo en los centros requería una alta cen-

tralización de los capitales para su financiamiento. Ello provocó un acelerado retorno

de las masas de valor que en la década anterior se habían dispersado hacia las perife-

rias como ofertas crediticias de bajo rendimiento. Este retorno va acompañado de una

elevación sin precedentes de las tasas de interés, que desencadena “la crisis de la deu-

da”, que hasta el presente asfixia las posibilidades de desarrollo en las periferias. Los

organismos internacionales del Bretton Woods se convierten en los instrumentos de

presión encargados de elaborar, negociar e imponer los programas de ajuste que hacen

posible trasladar los recursos de las periferias a los centros. Según Acosta (2006), en-

tre 1980 y 1990, América Latina realizó transferencias netas de capital hacia los países

desarrollados por un valor de 228 mil millones de dólares, sobre todo a los acreedores

de Estados Unidos. Esto significa que en esa década se hace un pago neto de 228 mil

millones de dólares; lo curioso es que la deuda que estuvo en 1980 en 222 mil

millones, con nuevos créditos y por la magia de las tasas de interés, escala a 442 mil

Page 262: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

261

millones para 1990. Para el caso del Ecuador, señala este autor, entre 1980 y 2000 el

país “pagó por concepto de capital e intereses 75.908,2 millones de dólares, y en el

mismo lapso recibió como nuevos desembolsos 65.678,8 millones: transferencia neta

negativa de 10.229,4 millones, a pesar de lo cual la deuda creció en 6.931,7 millones,

pues pasó de 6.633 a 13.564,5 millones en el período mencionado” (p. 156).

Si tomamos en cuenta que en la mayoría de los países de América Latina, siguiendo

las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus cartas de inten-

ción, se hizo lo que en Ecuador ejecutó el presidente Hurtado a través de la

“sucretización”, esto es, trasladar buena parte de la deuda privada al Estado para que

sea cubierta con los recursos de la sociedad, tendremos que los trabajadores y pueblos

de América Latina terminan financiando la reestructuración productiva de los países

desarrollados.

Como toda gran crisis, ésta pone en el banquillo de los acusados al pensamiento

dominante anterior, el keynesiano, y sobre su interpelación pretende legitimar a uno

nuevo, llamado a sustituirlo, más allá de que “lo nuevo” termine siendo un maquillaje

de algo extraído del baúl de la historia. En torno a ese pensamiento de matriz

neoclásica se configuran los programas de ajuste estructural con el propósito de lograr

la estabilidad macroeconómica, convertida en el gran objetivo y razón de ser de las

economías y los Estados. La aplicación del programa se hace en distintas fases; en una

primera, se procura la liberalización de los mercados internos, el aperturismo, la

privatización de los bienes públicos y la flexibilización laboral, atendidas en la década

de los años ochenta; en una segunda, lo relacionado a las políticas públicas focalizadas

para atender a la población en extrema pobreza y que se aplican de manera preferente

en la década del noventa, y finalmente, en una tercera, las reformas institucionales

—como en la administración de justicia o en la organización territorial a través de la

descentralización— que corresponden al recetario de inicios del nuevo siglo.

Los efectos del ajuste

En el país, las políticas de ajuste estructural, acompañadas de la ideología neoliberal,

han dominado el curso del capitalismo desde 1982 hasta el primer lustro de la década

de 2000. Han sido parte de este proyecto los Gobiernos de Hurtado, Febres Cordero,

Borja y Durán Ballén (con el que se cierra el período de estabilidad “democrática”).

Page 263: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

262

Luego, los Gobiernos del período de la inestabilidad, que se inicia con la elección de

Bucaram en 1996 y su caída a los pocos meses, a quien le siguen Alarcón, Mahuad

(también elegido y derrocado), Noboa, Gutiérrez (elegido y derrocado), y Palacio que

cierra el período, sin incluir algunos otros fugaces personajes que se encargaron del

poder por algunas horas. Han llegado al Gobierno todos los partidos políticos de la

derecha y el centro que han sido fuertes en sus estructuras organizativas, en influencia

electoral o en presencia ideológica; en efecto, han estado la democracia cristiana, la

socialdemocracia, los socialcristianos, los conservadores, los populistas de centro

derecha, así como los inorgánicos que “oportunamente” aprovechan los desajustes que

se presentan a la hora de establecer los acuerdos entre los grupos dominantes. En este

período, la hegemonía corrió a favor de la fracción oligárquica de la Costa que, desde

la función Ejecutiva o Legislativa, impuso las reglas de juego para el ejercicio del

poder, la manera de gestionar la crisis y el reparto de la riqueza, sea con Gobiernos

directamente controlados por sus estructuras políticas o con Gobiernos de la oposición

ideológica como el de la Izquierda Democrática.

Los planes económicos del cuarto de siglo neoliberal se ejecutan en medio de dos

tendencias; por un lado, la reinserción subordinada a la economía internacional y, por

otro, la exclusión creciente de importantes sectores de la sociedad que no se acoplan a

esa dinámica. Por el lado de la reinserción: a) se opera una reconversión productiva de

carácter regresiva, esto es, se reprimariza la economía con la que participa el país en el

comercio internacional; b) se incrementa la vulnerabilidad de la economía en sus rela-

ciones externas, pues los productos primarios, de manera especial los recursos ener-

géticos como el petróleo, entran en una fase de severa inestabilidad en sus precios, con

lo que se agudiza, además, el deterioro de los términos de intercambio; c) se debilita el

mercado interno y con ello el tejido productivo nacional; d) se incentiva la concentra-

ción económica en torno al polo de vinculación externa, generando allí un fuerte nexo

local-global que restringe la intervención del Estado nacional; fortalece las tendencias

autonomistas y las políticas que desde lo local se orientan a subordinar al resto de la

sociedad, de manera particular a los espacios que contribuyen a la reproducción de la

fuerza de trabajo.

Desde el lado de la exclusión encontramos a importantes sectores de la sociedad con

bajos ingresos y restricciones para participar en la órbita del consumo de bienes y

servicios. Su aparato productivo tiene pocas oportunidades para mejorar su produc-

Page 264: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

263

tividad y participar con ventaja en los mercados internacionales. Aquí se encuentran

empresas artesanales y pequeñas y medianas industrias con dificultades para acceder al

crédito y asistencia técnica; su producción se orienta al mercado interno, que debe

enfrentar los límites por la creciente pauperización.

Si bien en los sectores integrados en la dinámica de la globalización predominan las

relaciones salariales, no es menos cierto que estas se precarizan a partir de meca-

nismos como la tercerización, la falta de protección social y los bajos salarios. En los

sectores excluidos, a pesar de que encontramos relaciones salariales, se expanden las

actividades a cuenta propia. Los nexos de parentesco y relaciones comunitarias se

convierten en fuertes inyecciones para la reproducción de la vida familiar.

Las políticas de concentración de la riqueza se expresan con claridad en los

indicadores del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). Para la población

urbana, entre 1990 y 2000, los nueve deciles de la población ven restringir sus ingre-

sos, mientras el decil de mayores ingresos ve incrementar los suyos, al pasar del 35,4

al 45,3%. El 50% de la población que en 1990 accedía al 20% de los ingresos, para el

año 2000 solamente llega al 15,3%, y el 20% más pobre que en 1990 accedía al 4,9%,

en 2000 llega al 3,3%.63 En una mirada comparativa para la región latinoamericana,

Ecuador es el único país, en un estudio sobre 21 países, cuyo gasto social como por-

centaje del PIB entre 1990 y 2003 disminuye. Entre 2002 y 2003, América Latina des-

tina en promedio el 13,1% de su PIB a gasto social, Ecuador apenas llega al 5,7%; qué

decir cuando Uruguay y Argentina destinan el 20,9 y el 19,4%, o Cuba que lo hace en

un 29,2%. El gasto social per cápita para ese período en Ecuador es de 76 dólares,

cuando el promedio para esos 21 países de América Latina es de 481 dólares. Nos

disputamos con Honduras, Guatemala y Nicaragua los últimos lugares en atender las

necesidades humanas fundamentales. Los efectos sociales se expresan en un

incremento sensible de los niveles de pobreza e indigencia, se polariza más la

sociedad, y crecen los niveles de violencia e inseguridad. Con el pasar de los años, el

ajuste estructural provoca un creciente desajuste en las formas de representación polí-

tica que se manifiesta en la inestabilidad, la crisis de los partidos políticos, el peso cre-

ciente de las formas populistas y clientelares. Paralelamente tenemos la conformación

63 INEC, Encuestas urbanas de empleo y desempleo. Distribución del ingreso per cápita de los hogares urbanos según nivel socioeconómico 1990-2000.

Page 265: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

264

de nuevos movimientos sociales encargados de canalizar las aspiraciones de los secto-

res subalternos de la sociedad.

Neoliberalismo y migración

La reproducción de la vida familiar en una época de crisis, necesariamente, está

vinculada con los fenómenos de la movilidad humana. Desde la década del ochenta se

observa un crecimiento de la tendencia emigratoria en el país, sobre todo hacia

Estados Unidos. En los años noventa, a esa tendencia se suma la emigración hacia

Europa. Pero a finales de esta década, entre 1998 y 2000 se provoca una virtual

estampida hacia España y se mantienen los ritmos migratorios hacia Estados Unidos.

Esta explosión migratoria se relaciona con los efectos de la crisis económica de 1997,

en que el precio del petróleo había descendido hasta siete dólares por barril, la crisis

productiva a consecuencia del fenómeno de El Niño, y especialmente por los efectos

de las políticas de ajuste estructural que condujeron al estancamiento económico, a la

mayor desigualdad en la distribución de la renta y, finalmente, al esquema de la

dolarización, medida que supuso una fuerte devaluación. Se estima que la población

emigrante entre 1998 y 2000 pudo llegar al millón de personas, que representan el

20% de la población económicamente activa, con fuertes impactos económicos y

sociales internos, habida cuenta de que el mayor flujo corresponde a jóvenes y

mujeres. Se estima también que para 2005, la población emigrada llegaría a los dos

millones quinientos mil. Esto significa que para el comportamiento de la economía

ecuatoriana, la presencia de las remesas, junto a la exportación petrolera, se ha

convertido en uno de los componentes sensibles para el sustento de la dolarización.

Presencia de nuevos movimientos sociales

La lucha por la tierra, que caracterizó al movimiento campesino-indígena durante las

décadas de los años cincuenta, sesenta y setenta, da un giro importante en la década

del ochenta. Se transita a una acción que procura romper el régimen de exclusión que

la sociedad y el Estado han ejercido sobre la población indígena desde la época

colonial. El levantamiento indígena de 1990 marca un hito en la historia del país; es el

hecho más trascendente de los últimos 25 años, interpela los comportamientos racistas,

autoritarios, excluyentes, de intolerancia étnica y cultural de una sociedad que se

construía de espaldas a uno de sus más significativos integrantes.

Page 266: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

265

Este movimiento levantó la tesis de la plurinacionalidad, desarrolló expresiones

simbólicas que le permitieron consolidar su identidad interna, y realizó múltiples

acciones que le confirieron una fuerte autoridad moral y política en el país. En 1996

construyó su representación política a través del movimiento Pachakutik, con una

agenda que le permitió constituirse en la voz de los sectores excluidos, empobrecidos

y marginados por el neoliberalismo en Ecuador.

El movimiento indígena agrupado en la CONAIE, durante los años noventa, se

convierte en la organización social más importante, no solamente de los indígenas sino

de toda la sociedad. Esa representación le permite jugar un papel destacado en la

escena política nacional tras los cuestionamientos a los Gobiernos de Bucaram,

Mahuad, en la alianza y ruptura con Lucio Gutiérrez. De alguna manera, le toma la

posta al movimiento sindical y a las organizaciones de los sectores medios que durante

las décadas de los setenta y ochenta cumplieron una activa participación de resistencia

a las medidas anti-obreras de la dictadura militar, primero, y a las políticas concentra-

doras del neoliberalismo, más tarde.

Con la emergencia del movimiento indígena, temas como la plurinacionalidad, la

diversidad cultural, las identidades, la descentralización y autonomía territorial, el

extractivismo, el agua, la minería, el derecho indígena, la consulta previa, han pasado

a ser debates fundamentales para las estrategias de vida de las colectividades.

El nuevo Gobierno y sus retos

Con la elección de Rafael Correa como presidente, se abre un nuevo momento en la

historia. Se cierra el período de inestabilidad política que caracterizó al país entre 1996

y 2006; se da inicio a otro ordenamiento jurídico y constitucional, nuevas reglas de

juego que toman en cuenta la crisis de representación de los partidos y movimientos

políticos. La nueva Constitución, aprobada en 2008, recoge varias de las expectativas

planteadas por los diversos movimientos sociales, equidad de género, demandas

ambientalistas, propuestas de seguridad social para distintos sectores de la población,

aspiraciones culturales, reivindicaciones territoriales, reformas en los sistemas de salud

y educación, vigencia de un nuevo sistema de justicia y participación. La amplitud y

diversidad de enfoques, así como la urgencia, que motivaron la discusión en la

Constituyente, explican también algunas de sus falencias. En todo caso, en torno a este

Page 267: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

266

proceso se presentó un interesante debate nacional.

El Gobierno de Correa surge como expresión de la crítica al pasado neoliberal. Tiene

como reto, por tanto, armar una estrategia de desarrollo alternativa, que responda a las

expectativas de tantas demandas acumuladas por la sociedad tras un cuarto de siglo de

neoliberalismo, en condiciones en que el Gobierno no dispone de una estructura

política que le facilite el proceso de conducción; es más, que no siente su necesidad.

Además, no cuenta con los mecanismos que le permitan construir alianzas adecuadas

con los sectores sociales interesados en profundizar un proceso de construcción

democrática, y son cada vez más limitadas las opciones para construir una sólida

fuerza social y política que protagonice los cambios que el país requiere. Y es que no

se trata de maquillar lo experimentado durante las décadas pasadas, sino de

transformaciones que tienen un carácter estructural frente a la propiedad, a la

producción de conocimientos, la superación de formas extractivistas y primarias en la

economía, el fortalecimiento del mercado interno y la diversificación de la producción;

de un régimen de tenencia de la tierra más equitativo, del apoyo a la economía social y

solidaria fundamental para la reproducción de la vida familiar, del mejoramiento de los

servicios públicos en salud y educación. Cambios que los ecuatorianos están a la

expectativa de que puedan emprenderse.

A las dificultades políticas por los desencuentros entre los movimientos sociales y el

Gobierno, se suman los efectos de una severa crisis internacional, comparable a la de

1929, que tiene su epicentro nuevamente en los países desarrollados, y que por

distintas vías afecta a la economía del país. Ecuador debe afrontar la volatilidad en los

precios del petróleo, la caída de las exportaciones de los productos primarios, y

nuevamente el deterioro de sus términos de intercambio, el encarecimiento de las

importaciones, las restricciones del crédito y, de manera sensible, la caída de las

remesas de nuestros compatriotas.

En efecto, las remesas en el año 2007 llegan a 2.861,1 millones de dólares, y caen en

el año 2008 a 2.478,7 millones de dólares, cuando se asiste a la crisis de las hipotecas

tanto en Estados Unidos como en España. En el año 2009, cuando la crisis afecta otros

sectores de la economía y aumenta el desempleo, las remesas nuevamente caen a un

valor de 2.146 millones de dólares. Esto significa más de 700 millones de dólares de

diferencia con 2007 (FLACSO, 2009). Sin embargo, hay que indicar que el mayor

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267

impacto, al menos en este período de la crisis (que aún está lejos de ser remontada por

el capitalismo internacional) ya pasó, pues en 2009 la tendencia en los últimos meses

es a mejorar la remisión de las remesas, sobre todo desde España, país que

curiosamente tiene mayores dificultades.

Sin duda, no se puede dejar de mencionar que la migración tiene ahora mayores

dificultades debido al comportamiento que asumen varios de los países del mundo

desarrollado para frenar el ingreso de la población en condiciones de irregularidad. Las

medidas adoptadas por la Unión Europea y por varias regiones en Estados Unidos

dejan un ambiente de absoluta intranquilidad para los legítimos procesos de movilidad

humana en esta primera década del siglo XXI. La racionalidad del capital, una vez

más, contradice los más elementales derechos de las personas y sus expectativas por

una vida mejor.

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268

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269

CAPITULO IX

ECUADOR: TRES MOMENTOS EN LA "REVOLUCIÓN

CIUDADANA”

1. De los orígenes a la Asamblea Constituyente

El período entre 2007-2009 fue un momento de transición. Ecuador, como varios

países de la región, asistió en los primeros años del nuevo siglo al agotamiento de las

políticas de corte neoliberal que se aplicaron desde la década de los años ochenta. El

gobierno de Rafael Correa emergió como expresión de los distintos sectores sociales

que resistieron a las políticas del ajuste estructural, a las imposiciones de las institu-

ciones financieras y del comercio internacionales y a las formas de dominación impe-

rial cuyas manifestaciones más visibles fueron el Plan Colombia, el TLC y la Base de

Manta.

Alianza PAIS64 y Correa acogieron e hicieron suyos desde la campaña electoral del

2006 el discurso que diversos sectores sociales populares, particularmente del movi-

miento indígena y sectores medios, lo venían construyendo, por una nueva visión de

desarrollo o de algo distinto al desarrollo, por un proyecto de democratización y por la

conformación de una nueva institucionalidad. La construcción del "Sumak Kausay",

traducido como "El Buen Vivir", que tiene similitudes con las propuestas del Suma

Qamaña del movimiento indígena boliviano, junto a otras elaboraciones en la región

como la del socialismo del siglo XXI y el de la revolución ciudadana, se convirtió en

"el nuevo discurso oficial” que expone las tesis centrales para transitar en el post-neo-

liberalismo.

64 Alianza PAIS, Pueblo Altivo y Soberano. Se hace abstracción de la utilización de Alianza, Movimiento o Movimiento de movimientos, caracterizaciones de los propios dirigentes de PAIS.

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270

El Plan de desarrollo 2007-2010, que la Secretaria nacional de Planificación y

Desarrollo (SENPLADES) lo denominó “Planificación para la Revolución

Ciudadana", pone atención en las cinco revoluciones: 1) la constitucional y

democrática; 2) la ética; 3) la económica y productiva; 4) la social; y 5) por la dig-

nidad, la soberanía y la integración latinoamericana. Es un plan para la transición, en

que se expone, a partir del "nuevo discurso" el imaginario de la meta a la que se quiere

llegar. No es extraño que en la formulación de la primera política de este instrumento

planificador se señale: "impulsar la economía social y solidaria, generar empleo pro-

ductivo digno y reconocer el trabajo en todos sus ámbitos". La formulación de ésta

tesis define la dirección de lo que se quería hacer, la construcción de una economía

que guarde concordancia con los objetivos formulados en el Buen Vivir. Esto suponía,

como lo expone el Plan, cambiar el modelo de acumulación primario exportador que

tradicionalmente ha mantenido el Ecuador por otro a construirse colectivamente, que

propicie la producción industrial local, desarrolle las capacidades endógenas, que de

impulso a los servicios eco-turísticos y ambientales. Sin embargo, la economía popular

y solidaria, y de manera particular su componente productivo que debía convertirse en

la columna vertebral de este otro sistema social y solidario, será a lo largo de la Revo-

lución Ciudadana, absolutamente marginal.

Las medidas de contenido popular que adoptó el gobierno en los primeros meses, su

relación directa con los electores y su capacidad de comunicación, generaron una gran

expectativa social y una acumulación de fuerzas que permitieron a PAIS y al presi-

dente Correa ir con una fuerza arrolladora a cumplir la meta para este primer período,

la realización de la Asamblea Constituyente con “plenos poderes” y la aprobación de

la nueva carta mediante consulta popular. Esto requirió que se desarticule el Congreso

recientemente elegido, y con ello, la representación de las fuerzas políticas resultantes

de las elecciones nacionales del 200665. La correlación de fuerzas en el país cambió de

manera abrupta en favor del gobierno y ello se reflejó en la composición de la

Asamblea Constituyente.

La elaboración de la Constitución se efectuó en medio de una importante movilización

de diversos sectores de la sociedad que tuvieron la oportunidad de debatir propuestas,

65 PAIS en las elecciones de 2006 resolvió no presentar candidatos al Congreso para restarle legitimidad y hacer propaganda por la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

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271

sugerir textos, ser recibidos y en algunas oportunidades ser escuchados. Ello permitió

que en la formulación constitucional se profundice en la sección de derechos indivi-

duales y colectivos con relación a la constitución de 1998; se incorporó los derechos

de la naturaleza con la que se dio forma a una visión que propicia una relación armó-

nica con la naturaleza; se integró en el texto constitucional los elementos económicos,

sociales, culturales, éticos, que sirvan de fundamento a las políticas para un desarrollo

que supere tanto lo realizado por el neoliberalismo como de otras experiencias del

pasado que no han hecho posible el buen vivir en la sociedad ecuatoriana. Valores y

principios como reciprocidad, solidaridad, equidad social y de género, participación,

potenciación de las capacidades, seguridad alimentaria, identidad, se repetirán no

pocas veces en ese discurso; se acogieron las tesis de la plurinacionalidad y la inter-

culturalidad.

Al tiempo que se amplían derechos y garantías para los ciudadanos y las comunidades

y se formulan los supuestos para la construcción de un desarrollo alternativo, se deba-

tieron los aspectos relativos a la estructura del Estado y los mecanismos que permi-

tirían una creciente democratización de la sociedad. Debate que se proponía superar

dos concepciones que la historia las presenta como equívocas en la relación del Estado

con el mercado en la construcción social. Se trataba de no replicar modelos organiza-

dos a partir de un excesivo peso del Estado presente en las experiencias del socialismo

real y de ciertos proyectos populistas del pasado de América Latina, como no se podría

replicar, la primacía del mercado, por los negativos resultados sociales en la reciente

aplicación del neoliberalismo en la región. Estado y mercado, se decía, deberán ser

gobernados por la sociedad, tanto Estado cuanto haga falta, tanto mercado cuanto

potencie iniciativas productivas, la capacidad de gobernarlos por la sociedad requiere

el fortalecimiento de la ciudadanía, más participación, más democracia.

La trilogía Estado, sociedad, mercado, sus interrelaciones, como una superación del

falso dilema Estado-mercado es un debate apenas iniciado en la sociedad latinoameri-

cana luego de las experiencias del neoliberalismo. Sostener por parte de la izquierda

que el Estado se ha debilitado, porque el neoliberalismo redujo su capacidad regulato-

ria y el patrimonio, es sin duda una imprecisión; de allí, que las acciones para recu-

perar la presencia del Estado pueda concebirse como una política anti y post-neolibe-

ral, es comprensible, pero es un error considerarla como el signo de una política de

izquierda anticapitalista. De otra parte, son evidentes las limitaciones en la formula-

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272

ción de propuestas que hagan posible materializar en la “institucionalidad del poder”

las perspectivas de la interculturalidad, la plurinacionalidad y la soberanía. La parte

orgánica consolidó una estructura presidencialista, se propuso “institucionalizar” la

participación ciudadana, como si eso fuese posible, y restó capacidades a las represen-

taciones políticas. Estas limitaciones en la estructuración del poder condujo a un

estrechamiento de las libertades de opinión, organización y resistencia de los ciuda-

danos y la dispersión de la representación política.

El espacio de la Asamblea Constituyente permitió no solamente la exposición de pro-

puestas de las principales corrientes políticas en el escenario nacional, de aquellas que

habían usufructuado del poder en las últimas décadas y de aquellas que pugnaban por

sustituirlas, sino que evidenció paralelamente las contradicciones y debilidades dentro

de éstas últimas. La falta de unidad ideológica y política en Alianza PAIS se expresó

en el cambio de dirección en la conducción de la Asamblea. Más allá de si se

reprogramaban los tiempos para la elaboración del texto constitucional, lo que germina

en su interior son discrepancias fundamentales en torno a las concepciones sobre el

desarrollo, la democracia, la plurinacionalidad, la interculturalidad, la interrelación

entre las distintas funciones del Estado.

La nueva institucionalidad del Estado asentada en un presidencialismo fuerte, fue el

objetivo central de esta coyuntura, que se complementa con la configuración de una

base social de apoyo electoral con capacidad de movilización. Esta base social fue

posible constituirla a partir de la aplicación de las políticas de subsidios, de incremento

al bono de desarrollo humano a los sectores más empobrecidos; y por la respuesta a

demandas políticas de importante significado simbólico para los sectores medios: el

cierre de la Base de Manta, la prioridad para América Latina en las relaciones interna-

cionales, la recuperación para el Estado de parte importante de la renta petrolera y, la

renegociación de la deuda externa anulando el componente calificado como ilegítimo.

Para ese entonces se pone en evidencia el carácter que debe asumir su organización

partidaria. En Alianza País no se permite avanzar en la construcción de una estructura

partidaria, con elementos programáticos y definiciones ideológicas que orienten el

quehacer de su militancia. Se trata de un movimiento amorfo, heterogéneo, con una

estructura de dirección jerárquica, altamente concentrada en la voluntad de su líder.

Los equipos en los distintos niveles de dirección son como los funcionarios, de libre

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273

remoción de acuerdo a las necesidades y requerimientos también del líder, que es al

mismo tiempo el presidente de la república. Características de PAIS que las encon-

tramos en los movimientos populistas y caudillistas de mediados del siglo XX en

América Latina. -

2. Tras la segunda elección, Correa concreta su proyecto político (2009-2013).

Luego del proceso electoral de abril de 2009 en el marco de la nueva constitución, el

presidente Correa inicia el período de gestión hasta el 2013 en condiciones en que se

ha consolidado su liderazgo. Las contradicciones internas en Alianza PAIS, fruto de su

heterogénea composición, se resuelven de manera administrativa y ejecutiva por el

propio presidente. De hecho, en el curso de éste período, las posiciones progresistas y

en muchos casos más democráticas ceden terreno a las posiciones más conservadoras.

La integración y continua movilidad en su gabinete ministerial refleja una estructura

de representación que define la intencionalidad del gobierno. A representantes de sec-

tores vinculados al empresariado, sea al tradicional o al de reciente conformación, y a

fuerzas políticas de la “partidocracia” de derechas o de centro, se les designa para los

ministerios que tendrán relación con la gran inversión pública, petróleo, energía, trans-

porte y obras públicas, ambiente, compras públicas, telecomunicaciones, desarrollo

urbano y vivienda, producción, turismo; a funcionarios provenientes de una práctica

en la izquierda, con ONG(s) o con organizaciones sociales se les encargará los minis-

terios relacionados con la inclusión económica y social, las relaciones laborales, la

educación, la relación con los movimientos sociales, la seguridad, la secretaría de

migrantes y en un comienzo incluso las relaciones con los militares a través del

ministerio de Defensa. Si bien él, el líder, toma las decisiones trascendentes en todos

los ámbitos, qué mejor que los negocios sean administrados por quienes serán puentes

con los sectores empresariales con los que el gobierno desea mantener relaciones; qué

mejor que las relaciones políticas de acercamientos y distanciamientos con los gremios

y sectores sociales sean administradas por “cuadros” cercanos a esos mismos espacios.

La economía, la comunicación, el control, el manejo administrativo y jurídico cotidia-

no, se lo hace con un equipo concentrado que ha tenido permanencia a lo largo de los

gobiernos del presidente Correa, compuesto por funcionarios vinculados a grupos de

poder, a gobiernos de la “partidocracia”, y en pocos casos con dirigentes que proyec-

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274

ten una imagen de “progresismo”. Los cuadros operativos para varias de estas funcio-

nes resultan ser muy poco calificados. Una estructura burocrática dispersa, en que la

falta de coherencia ideológica y política en la mayoría de los funcionarios es cubierta

por un discurso tecnocrático que se alimenta desde la planificación y en la incesante

repetición de los mensajes semanales que presenta su líder.

Para este segundo período el gobierno coloca de manera explícita su propuesta para la

economía y para el ejercicio del poder. En esta gestión se evidencia una no corres-

pondencia entre el proyecto que se ejecuta y el discurso inicial, entre lo que se hace y

la retórica que pervive, pues buena parte de los mensajes originarios se han archivado,

como el del socialismo del s. XXI; mientras otros, como la eficiencia, el orden, la

disciplina cobran vitalidad. En lugar del cambio del régimen de acumulación se

empieza a plantear el cambio de la matriz productiva (Ospina, 2011).

En el ejercicio del poder, lo que aparecía en un comienzo como exabruptos del presi-

dente, se manifiesta más tarde de manera recurrente y termina siendo una práctica coti-

diana de autoritarismo66 y prepotencia, al extremo de que la propia Constitución se le

presenta como un texto plagado de impertinencias garantistas.

Se configura un régimen autoritario con una alta concentración de poder, se incide en

las decisiones de las otras funciones del Estado. Proceso que ha sido posible con la uti-

lización de la "democracia plebiscitaria" y el control en la designación de funcionarios

a través del “Consejo de Participación Ciudadana y Control Social”. "¿Quieren que

meta las manos en la justicia?" Aunque sólo haya sido con una apretada mayoría de

los votos válidos, el electorado dijo que sí. Ello resume lo que se hace y lo que se

puede hacer en nombre de la libre expresión democrática de los electores. Esto es posi-

ble porque se ha configurado una base social que se reconoce en un discurso mesiá-

nico, que admite una violencia verbal para castigar a los grupos que se han aprovecha-

do de la ingenuidad popular, que acepta la utilización abusiva de los medios de comu-

nicación “pública” para mantener una propaganda de exaltación del líder y su régimen.

66 Se asume, el autoritarismo como una práctica política en oposición a lo democrático; un régimen en que el ejecutivo (más allá de los límites de un régimen presidencialista) irrespeta la autonomía de las otras funciones del Estado; que se legitima en torno a un orden jerárquico determinado por el voto mayoritario en elecciones; utiliza la movilización de ciertos sectores de la sociedad como mecanismo de presión política.

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275

De allí que no le ha resultado difícil al gobierno construir "falsos contradictores", la

prensa, ciertos periodistas, algunos políticos carentes de representación y legitimidad,

para posicionar un discurso agresivo, descalificador e imponer un ambiente de incerti-

dumbre en la sociedad. Con esos mismos propósitos no ha tenido reparos en la

utilización de los cuestionables episodios que se dieron en torno a la insubordinación

policial del 30 de septiembre, que terminaron con varios muertos y heridos y que fue

calificado por el gobierno como un intento de “golpe de estado”. El gobierno, su

equipo de comunicación y su incidencia en las otras funciones del Estado han hecho lo

necesario para generar el ambiente de miedo a través de la persecución judicial, me-

diática, de la inseguridad en el empleo. Ha sido tan eficaz la política de amedrenta-

miento que ha conseguido silenciar a las propias universidades que históricamente

fueron trincheras de resistencia a prácticas autoritarias, y que en esta ocasión de

“forma tibia” hicieron escuchar su voz en defensa de su autonomía y reclamaron de

manera unilateral recursos para el funcionamiento de sus centros. Lo que se ha

conseguido con esa política es: primero, desarticular, desprestigiar y dividir a los

movimientos sociales y grupos organizados en el campo de lo popular. Segundo,

mantener a los servidores públicos, a la burocracia del Estado, como un manto protec-

tor, se le ha ensanchado, tiene mejores remuneraciones, se le ha disciplinado, y es

objeto de movilización en cada ocasión en que el gobierno es interpelado por los

sectores sociales populares. Tercero, subordinar a grupos de poder tradicionales al

tiempo que consolida a los nuevos beneficiarios de la obra pública del régimen, en

especial en vías y obras de infraestructura energética; del auge de la comercialización

y la construcción privadas; de la expectativa de los proyectos mineros. Son los

mayores beneficiarios del modelo de acumulación, y desde tras del escenario,

contribuyen a la estabilización.

Se ha consolidado la base social y política de Alianza PAIS, en que funciona una es-

tructura jerárquica sin opción a la discrepancia y con cierta capacidad de movilización.

Se ha configurado detrás de ese signo una alianza policlasista, están sectores populares

del campesinado, trabajadores, indígenas, pobladores pobres suburbanos, sectores me-

dios, grupos empresariales de baja, media y altos niveles de concentración económica;

es la base social y política del correismo. Si la crisis política anterior resquebrajó los

canales de representación de las fuerzas dominantes, Correa logra afirmar su presencia

en nombre de la estabilidad y el progreso de todos, se trata de un proyecto bonapartista

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276

que no pone en riesgo los intereses de los grupos de poder, que ante la ausencia de

dominio de una de sus fracciones, Correa asume el papel de árbitro con capacidad de

imponer las reglas de juego.

La polarización y confrontación del discurso del presidente Correa con los medios de

comunicación y la partidocracia termina siendo una trampa, un cebo para la distrac-

ción. Varios medios de comunicación han dejado de ser expresión de los intereses de

ciertos grupos de poder, primero porque la actual normativa prohíbe a los bancos tener

propiedad de medios; segundo porque el gobierno a los medios intervenidos en lugar

de configurarlos como medios públicos los ha convertido en sus medios; y, tercero,

porque buena parte de los grupos de poder que mantenían el control de esos medios o

han sido disueltos o están en relación con el gobierno. De otra parte, los partidos

políticos como expresión de corrientes ideológicas en la política, desde hace ya

muchos años, dejaron de serlo, fue una de las “tareas” del neoliberalismo. La

partidocracia, a la que combate el gobierno en sus informes semanales, ha sido

reducida a pocas expresiones, casi todos los partidos han sido borrados del registro

electoral. Los grupos de poder, que en el pasado tuvieron acuerdos con el socialcris-

tianismo, el populismo bucaramista, o la socialdemocracia, ahora los tienen con el

gobierno de Rafael Correa. En Alianza PAIS se expresan también los intereses de

grupos medios representados por profesionales, estudiantes, burócratas y algunos

gremios con mucho poder como el de los transportistas.

El presidente Correa con su política económica y su estilo autoritario ha logrado desar-

ticular las expresiones políticas y sociales discrepantes en el país. Los mayores con-

flictos en este período se presentaron con la Unión Nacional de Educadores UNE por

las formas de evaluación a los docentes y la aplicación a éste colectivo de la Ley de

Servicio Civil y Carrera Administrativa; y con la Confederación Nacional de

Indígenas del Ecuador (CONAIE) por los desacuerdos con la Ley de aguas y la

minería. De esa desarticulación emerge Creando Oportunidades (CREO), organización

que se ubica en el espectro de la derecha política, cuestiona las prácticas prepotentes y

autoritarias del gobierno más que proponer un proyecto político alternativo. El

presidente la reconoció como una "oposición seria y responsable" y complementaron

sus adláteres señalaron que "No hay espacio para los oportunistas, los demagogos, los

populistas ni para los infantiles". Se van alejando de las posiciones originarias a

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277

nombre de un pragmatismo que les permita luchar contra la pobreza y las

desigualdades sin afectar a los sectores ricos como dice el presidente de la república67.

En este período tiene importancia la presión sobre las empresas extranjeras que contro-

lan la producción petrolera y las comunicaciones. El gobierno acompañado de un

discurso nacionalista forzó una negociación que permitió al Estado ampliar sus ingre-

sos e impulsar políticas en la región orientadas a lograr cierta autonomía financiera

que contrarreste la tradicional presión de los organismos multilaterales de crédito. Esta

línea nacionalista se vio fortalecida con la renegociación de la deuda externa que desde

el 2008 se orientó a desconocer parte de ella por ser “ilegítima”. Con el pragmatismo

que caracteriza al gobierno, se recompró Bonos Global 2012 y 2030 por un valor de

USD 900 millones cuando en el mercado se negociaban a un precio nominal de USD

2.300 millones. Un ahorro de 1.200 millones de dólares y a la par se reconoció la

deuda de los Bonos Global 2015.

A esta postura nacionalista le acompaña una explícita posición de fortalecer la presen-

cia del Estado en la economía, no solamente en el ámbito de la regulación y control

sino de una activa participación del Estado con inversiones a través de empresas públi-

cas. Esta mayor presencia del Estado en “el desarrollo” es una de las estrategia pro–

puestas por SENPLADES en el Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013, que

permitirá transitar, en un plazo de 16 a 20 años, del tradicional modelo de acumulación

primario exportador a la construcción de la sociedad del bio-conocimiento y de servi-

cios eco-turísticos comunitarios (SENPLADES, 2009, 96); transición que se efectuará

cumpliendo las metas de cuatro etapas, estrategia que tiene como supuesto a la bio-

diversidad como elemento del capital natural.

El discurso del Buen Vivir está acompañado de otros discursos, del nacionalista, del

estatista, del desarrollista68. Discursos que tienen sus antecedentes en las luchas demo-

cráticas de América Latina por su pasado colonial y neocolonial y en la resistencia a la

presencia del capital transnacional; en las propuestas desarrollistas de los años cin-

67 “…estamos haciendo mejor las cosas con el mismo modelo de acumulación, antes que cambiarlo, porque no es nuestro deseo perjudicar a los ricos, pero sí es nuestra intención tener una sociedad más justa y equitativa”. Entrevista a Rafael Correa por Orlando Pérez en el telégrafo el 15 de enero de 2012. 68 Se consideran varias reflexiones de los análisis de coyuntura que elabora Pablo Ospina Peralta del Comité Ecuménico de Proyectos. (Ospina, 2010)

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278

cuenta que con la gravitante intervención del Estado en la economía se aspiraba a

superar la matriz agroexportadora y llegar a la industrialización mediante la sustitución

de importaciones; en la visión de avanzar por etapas o el culto al “progreso técnico”

para ponerlo en lenguaje de la CEPAL; y lo que es de mayor preocupación, la no

correspondencia entre la “coherencia técnica de los planificadores” y el movimiento de

las contradicciones en la realidad política, económica, social, cultural, no

correspondencia entre la tecnocracia y la realidad que hace que los objetivos y metas

para cada período se vayan postergando una y otra vez. Discursos de otra parte que no

siempre resultan complementarios en la racionalidad.

Al gobierno de R. Correa se le acusa de autoritario, prepotente y de haber subordinado

a las otras funciones del Estado. Uno de los puntos de discusión tiene relación con la

conformación del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS). Se

señaló al comentar algunos resultados de la Asamblea Constituyente que una de sus

graves limitaciones, desde una perspectiva democrática, es el que se haya aprobado

una forma de institucionalizar la participación ciudadana, ésta por principio debe man-

tenerse al margen de la estructura del Estado para conservar su independencia, ejercer

el derecho a la crítica, a la veeduría, a la denuncia, conservar su heterogeneidad y

diversidad.

La participación ciudadana no puede ser homogeneizada y mucho menos sometida al

ejercicio del poder. Este Consejo, conformado por siete miembros principales y siete

suplentes designados por concurso de méritos y oposición entre candidatos de la

ciudadanía y las organizaciones sociales, en base a un concurso reglado por el Consejo

Nacional Electoral, tiene la atribución de designar al Procurador General del Estado, a

los Superintendentes, al Defensor del Pueblo, a la autoridad de la Defensoría Pública,

al Fiscal General del Estado, al Contralor del Estado, a los miembros del Consejo

Nacional Electoral, al Contencioso Electoral, al Consejo de la Judicatura (Constitución

del 2008) designaciones que se hacen a través de comisiones. El resto de funciones

del Consejo que se señalan en los acápites del 1 al 9 del art. 208 son solamente decla-

rativas. No es un Consejo para propiciar la participación de los ciudadanos y estimu-

larlos al control social de lo que se hace en el ejercicio del poder, todo lo contrario, es

para anular el ejercicio de la democracia representativa y la democracia directa.

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279

El gobierno de R. Correa tomó el control del Consejo de Participación Ciudadana. El

primero de ellos respondió en su integración a Alianza PAIS y otras fuerzas aliadas; en

el segundo Consejo todos sus integrantes son personas vinculadas a Alianza PAIS.

Esto explica que Jueces de las Cortez, Fiscales, Procuradores, Superintendentes,

Defensores del Pueblo y demás sean funcionarios absolutamente dependientes de las

decisiones del Ejecutivo. No se fiscalizan las acciones del Gobierno ni en la Asamblea

Nacional, ni por parte de la Contraloría General del Estado, ni por las Superinten-

dencias. Y si un grupo de ciudadano se organiza para opinar sobre algún negocio

obscuro inmediatamente será acallado, descalificado, y amenazado para que se someta

a la justicia. El Consejo Nacional Electoral (CNE) organiza el proceso de selección de

los integrantes del CPCCS; éstos designan, luego de los respectivos concursos, a los

integrantes del CNE, el círculo se cierra. Que en estos procesos surgen discrepancias

entre los candidatos, desde luego que sí, sobre todo en sus momentos finales,

responden a desacuerdos entre los grupos de PAIS que pugnan por colocar una

pequeña cuota de poder, que en algún momento les será útil.

La otra medida que abona para un ejercicio autoritario tiene relación con la Consulta

Popular efectuada el 7 de mayo de 2011. Luego de la insubordinación de la Policía

Nacional el 30 de septiembre, y dando respuesta a una campaña organizada desde la

derecha sobre el tema de la inseguridad ciudadana, tal como ocurre en otros países de

la región, el Presidente Correa organiza una consulta popular con la que nuevamente

juega en el escenario electoral. La consulta se realiza para responder a diez preguntas,

unas fundamentales que implican reformas constitucionales y otras de trámite que

contribuían al posicionamiento del elector. El gobierno toma el problema de la insegu-

ridad y adopta la posición de la derecha en la región, endurecimiento de penas, ampliar

los tiempos para la detención preventiva, tesis que de alguna manera habían sido

acogidas mayoritariamente por la población luego de una agresiva campaña desde la

derecha y más tarde desde el gobierno. Luego está la prohibición de que las entidades

financieras y las empresas de comunicación privadas puedan tener acciones en otras

empresas fuera de su estricto campo de operación, tesis acogida por la ciudadanía, se

mantenía en su memoria el feriado bancario y el comportamiento de los medios de

comunicación y en especial de la televisión.

En tercer lugar se plantea el tema sustantivo de la Consulta, autorizar la conformación

de un Consejo Temporal de la Judicatura integrado por tres miembros; delegados del

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280

Ejecutivo, la Legislatura y el Consejo de Participación Ciudadana. Consejo que se

encargaría de reestructurar la Función Judicial. “Permítanme meter las manos en la

Justicia”. Y así se hizo. En la Consulta Popular ganó el Presidente Correa, pero estuvo

lejos de alcanzar el número de votos que se había propuesto. En la pregunta para

reformar la Justicia si bien tiene mayoría de los votos válidos, está a distancia de tener

la mayoría de los votantes. Hoy se tiene un aparato de Justicia subordinado a las

decisiones del Ejecutivo a través del Consejo de la Judicatura. Ningún Juez pude fallar

contra el Estado.

Si a la conformación del Consejo de Participación Ciudadana y a la reestructuración de

la Justicia se suman la aprobación de Leyes en que el veto presidencial irrespetó

acuerdos entre la Asamblea Nacional con otros actores como en el caso de la Ley de

Educación Superior, la Ley de Aguas, en la discusión del proyecto de Ley de

Comunicación, la Ley del Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y

Descentralización (COOTAD), o incluso la Ley de Servicio Público que motivó la

amenaza del Presidente de ir a la “muerte cruzada” (nueva elección de Asambleístas) y

propició la insubordinación policial del 30 de septiembre de 2010; y si a eso se suma

también la detención y enjuiciamiento a decenas de dirigentes de organizaciones

sociales, de estudiantes de colegios que expresan su malestar, de jóvenes acusados de

terrorismo por participar en movilizaciones, o personas encarceladas y enjuiciadas por

hacer una “mala seña” al Presidente, explican el carácter autoritario e intolerante de un

gobierno que llegó en nombre de la Revolución Ciudadana y que lo que menos admite

es la participación de los ciudadanos.

Ese creciente autoritarismo, la intolerancia, la concentración de poder y la derechiza-

ción en varios temas como se evidencia en la discusión del código penal, varias de las

organizaciones sociales y políticas de izquierda que apoyaron la reelección de Rafael

Correa en el 2009 o mantenían una apoyo crítico se distanciaron, sustentaron sus

diferencias y pasaron a conformar una oposición desde la izquierda. Allí se encuentran

el Movimiento Popular Democrático MPD, el Movimiento Ruptura de los 25, un

sector del Partido Socialista, la CONAIE, el gremio de los maestros, el Frente Unitario

de los Trabajadores y varios integrantes de PAIS que participaron en funciones de

gobierno, ex asambleístas constituyentes y ex integrantes de la Asamblea Nacional.

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281

En lo económico, como resultado de la gestión del gobierno en el período 2007-2013

se pueden advertir algunos resultados:69

- El crecimiento de la economía fue moderadamente alto e irregular, bordeó el 4% en

promedio anual y fue irregular por su alta dependencia del mercado mundial. La crisis

del 2008-2009 causó severos efectos, su variación para el 2009 cayó al 0,6% y la

recuperación solo llegó en el 2011 en que se creció al 8%. Si en un inicio ayudó la

caída del dólar, el incremento de los precios de las materias primas como el petróleo y

la baja de las tasas de interés, con la crisis se restringieron las exportaciones,

disminuyeron los precios de las materias primas y cayó el envío de remesas por la

migración. Para el 2012 se creció en 4,5%.

- El crecimiento de la economía tuvo como soporte el aumento de la capacidad de

consumo de los ecuatorianos, fruto de los incrementos en el Bono de Desarrollo

Humano, en las remuneraciones70, por el empleo en la burocracia del Estado y por la

importante inversión pública que permitieron disminuir el desempleo. Ese consumo de

los hogares viene en crecimiento y equivale en 2011 al 68,2% del PIB de ese año. Es

importante también resaltar el rubro de Formación Bruta de Capital Fijo, que equivale

al 30% del PIB, entendiendo que ese rubro se destina básicamente por el sector

público, que demuestra la poca inversión del sector privado.

- Las exportaciones petroleras representaron un 14% del PIB, siguen siendo gravitan-

tes, entre el 2009 y 2012 pasó de representar el 50,2% al 57,7%, con un ligero incre-

mento en su volumen (alrededor de los 500.000 barriles diarios). Los ingresos por pe-

tróleo a pesar de su buen precio (el más alto se registra en el 2012), no permiten equili-

brar la balanza comercial. Si bien se ha incrementado la exportación de bienes no

petroleros, su ritmo es mucho menor al de las importaciones (para el mismo período se

ha pasado de 11.758 millones de dólares a 18.600 millones). Esto provoca que el

déficit en la balanza comercial se convierta en el principal dolor de cabeza de las

autoridades económicas. Sin embargo hay que destacar que la importación de materias

69 La información estadística de este acápite es obtenida de organismos oficiales estatales como Banco Central, INEC, caso contrario se cita la fuente. 70 El ingreso familiar promedio pasó de cubrir el 66% de la canasta básica en el 2006 al 92,43% (Machado Decio, 2012)

Page 283: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

282

primas y bienes de capital incrementan su participación e importancia con relación al

de bienes de consumo.

- La participación de la industria manufacturera tiene un virtual estancamiento y se

mantiene en alrededor del 14%, algo menor al peso de la actividad del comercio al por

mayor y menor. En cambio, los sectores que en estos años han tenido un sensible

dinamismo son la producción de suministros de electricidad, que tiene importancia por

la producción hidroeléctrica y la disminución del consumo de derivados de petróleo en

las empresas térmicas; la construcción y la obra pública; la intermediación financiera.

- Tomando en cuenta la importancia de la actividad comercial en la economía nacio-

nal, no deja de preocupar la muy alta concentración del mercado. Según el Censo

Nacional Económico de 2010 citado en Análisis de Coyuntura de FLACSO (2011) "el

10% de las empresas del país realiza casi el 96% de las ventas totales y si tomamos el

1% de las empresas, realizan el 86% de las mismas. Los principales grupos

económicos del país (75 según el SRI), en 2003 tenían ingresos que representaban el

32% del PIB, en 2010 sus ingresos habían subido a casi el 44%" (Para el 2007, esos

ingresos correspondía al 39,8%).

- De acuerdo al informe del Banco Central (2013) la desocupación es 4,6 (7% en el

2007); subocupación 45% (52% 2007) 48,4% ocupados plenos (BCE, 2013/03). Como

se señaló en la evaluación sobre los indicadores de América del Sur, Ecuador es el país

en este período con más baja desocupación, pero al mismo tiempo, con la menor tasa

de ocupación.

- Población urbana en condiciones de pobreza 17,7% (22% en sep. 2007 y 15,3% en

marzo de 2012).

- Coeficiente de Gini 0,45 a marzo de 2013 (0,50 en sep. 2007).

- La Cuenta Corriente (Remesas recibidas, Renta y servicios, y Balanza de bienes)

tiene un déficit de 238,4 millones de dólares en el 2011. En el 2006 tenía un saldo

favorable de 1.758,4 dólares y el peor momento fue en el 2010 en que el déficit pasó

los 1.500 millones de dólares.

Page 284: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

283

- Las remesas se ubicaron en 1.672 millones en 2011. En el 2006 ingresaron 2.927

millones y el momento más bajo fue en 2010 en que ingresaron 2.591 millones. Las

procedentes de E.U.A. son ligeramente mayores a las de España.

- IED en el 2012 fue de 578 millones de dólares, en 2011 se ubicó en 640 millones; los

momentos más bajos fueron en 2007 y 2010 con 160 millones. El punto mayor en

2008 en que llegó a 1.056 millones. Para el 2011, Colombia recibió 13.234 millones y

Perú 7.659 millones. La parte fuerte de la IED en A. L. se dirigen a Brasil que se lleva

66.660 millones, el 43,8%, le siguen México, Chile. La IED fundamental en Brasil y

México se dirigen a la industria manufacturera, mientras en el resto de países se orien-

tan a la explotación de recursos naturales. La procedencia de la IED entre 2006-2011 a

Ecuador: México (1284 millones) Panamá, España, China (324 millones), Venezuela

(80,94 millones). Se destina a minas y a la industria manufacturera.

-Deuda externa. Para el 2012, la deuda total es de 15.823 millones, la deuda pública

10.871 millones y la privada 4.951 millones. En el 2006, la deuda total era 17.099

millones, la pública 10.215 millones y la privada 6.884 millones.

Con lo dicho se puede afirmar que si bien hay una importante inversión pública para

obras de infraestructura en vías, para la reconversión en la producción de energía

eléctrica, en obras para el procesamiento de derivados de petróleo, la estructura

productiva del país se mantiene. Esto supone que la sustitución de importaciones a las

que se refiere el discurso oficial estaría dirigido casi exclusivamente a la provisión de

derivados de petróleo, y que en consecuencia todavía no se materializa. La impor-

tación de bienes no logra ser equilibrada con un crecimiento de las exportaciones, es

más, en condiciones en que el sector privado no realiza inversiones importantes. Ello

explica la nueva posición del Presidente, en contradicción con su discurso anterior, al

salir a Europa en búsqueda de inversión extranjera directa, de avanzar en la suscrip-

ción del tratado de comercio y de protección a las inversiones.

La inversión en el sector minero, que es la gran apuesta del gobierno, aún tendrá que

esperar, mucho más para obtener los ingresos que le permitan potenciar el cambio en

la matriz productiva y en el modelo de acumulación. Mientras tanto sigue siendo

importante la entrada de remesas y la mantención de diversos subsidios al gas de con-

sumo doméstico, a las gasolinas y a la energía.

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284

3,- El tercer mandato de Correa: Estado y régimen de acumulación.

En las elecciones del 17 de febrero de 2013 Rafael Correa y Alianza PAIS ganan con

amplia mayoría la presidencia (57%) y la representación a la Asamblea Nacional. La

modificación en el sistemas de reparto de escaños permitió a PAIS obtener las dos ter-

ceras partes con la que puede cursar todos los proyectos de Ley que considere nece-

sarios. Con 58% de los votos asume el 73% de los escaños en el país; o con el 56,5%

de los votos en la Provincia del Azuay, tomó el 100% de la representación. A poco

tiempo de conocidos los resultados el Presidente anunció que propondría cambios a la

Constitución para permitir el ingreso de transgénicos; evitar los abusos en las “accio-

nes de protección” por el hipergarantismo existente; la necesidad de resolver el tema

de la explotación en el ITT, las negociaciones para un acuerdo comercial con la Unión

Europea.

La correlación de fuerzas al interior del régimen da cuenta de la consolidación de los

sectores más vinculados a los emergentes grupos de poder, la presencia de Jorge Glass

Espinel en la vicepresidencia y la estructura del gabinete ministerial lo confirman,

también es indicativo la menor presencia de la izquierda, que es necesaria para atender

la conflictividad social y política.

Iniciado en mayo el tercer período, la Asamblea aprobó las Reformas a la Ley de

Minería para facilitar los contratos y hacer más atractivas las inversiones de las empre-

sas transnacionales al tiempo de hacer muy cuestionables concesiones a las empresas

existentes en el país; la Ley de Comunicación que se venía debatiendo desde meses

atrás; las reformas al Código de la Función Judicial; la Ley de la Función de Transpa-

rencia; La Ley de incentivos para el sector productivo; el Código Integral Penal entre

otras (Ospina, 2013). De este paquete legislativo la Ley de Comunicación y El Código

integral penal ponen de manifiesto los lineamientos a seguir. Inmediatamente luego de

aprobada la Ley de Comunicación se estructuraron el Consejo de Regulación y la

Superintendencia de Comunicación (SUPERCOM), organismos y funcionarios que

han sido punta de lanza en el atropello a las libertades de opinión, difusión e

información, en los primeros dos años de gestión la SUPERCOM sancionó a 198

medios, un 18% del total. El Código Orgánico Integral Penal (COIP) que se aprobó en

enero de 2014, responde a las concepciones que sostienen que el endurecimiento de

penas, la acumulación de penas y la mayor tipificación de delitos tienden a disuadir su

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285

cometimiento y disminuir la criminalidad. Se incrementan, entre muchas otras, las

penas por usura, robo, hurto, por injurias a la bandera y símbolos patrios, así como

otros delitos relacionados al desorden público como el cierre de vías, la rebelión, son

más discrecionales y se incrementan las penas. Figuras que se podrán usar contra

manifestantes que expresan su descontento público cuando no han sido autorizados o

cuando se provocan destrozos (Ospina, 2013). La acumulación de penas puede llegar

con esta nueva legislación hasta cuarenta años. El otro signo de por dónde caminarían

gobierno y Asamblea fue la autorización para la explotación petrolera del bloque 43 de

la Amazonía en el Parque Nacional del ITT (Ishpingo, Tambococha, Tiputini). El

gobierno, acogiendo la tesis de varias organizaciones ecologistas y sociales, presentó a

nivel internacional la propuesta de dejar el petróleo bajo tierra para preservar la vida

de los pueblos tagaeri y taromenane, que existen en aislamiento voluntario, así como

preservar una de las zonas más biodiversas del planeta, a cambio de recibir recursos

económicos en compensación por defender la vida del planeta. La propuesta concitó

la solidaridad y apoyo de ecologistas, ambientalistas, varios gobiernos de distintas

orientaciones ideológicas, de izquierdistas a nivel internacional. Ante la falta de

respuesta del mundo desarrollado en agosto de 2013 el presidente Correa anuncia que

la explotación del petróleo va. De una propuesta “revolucionaria y emblemática del

pos desarrollismo” se transita a una medida de agresión más del neo-desarrollismo,

con los costos políticos externos que ello entrañó. En octubre de ese año 2013 la

Asamblea concede al presidente la autorización para emprender la intervención en el

Parque Nacional Yasuní y en mayo de 2014 el Ministerio del Ambiente entrega las

licencias para el inicio de los trabajos de explotación. Fue lamentable que uno de los

dirigentes indígenas de mayor prestigio en la resistencia a la explotación petrolera en

la Amazonía, Carlos Viteri, siendo militante de PAIS y presidente de la Comisión de

Biodiversidad haya suscrito el informe para aprobación del Pleno de la Asamblea71.

Y es que los parlamentarios de PAIS no pueden disentir en público con las decisiones

del Presidente, en caso de hacerlo, como ocurrió con tres asambleístas mujeres que

consideraron adecuado la despenalización del aborto en casos de violación, por no

coincidir con lo que piensa el Presidente fueron sancionadas con silencio por varios

71 Fernando Villavicencio, activista e investigador sobre temas de la explotación petrolera denunció en el canal Ecuavisa el 13 de octubre de 2015, que la resolución que adoptó la Asamblea Nacional se sustentó en un informe falso respecto a las reservas en el Yasuní.

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286

meses, sustituidas temporalmente por sus suplentes y obligadas a retractarse. Si esto

ocurre casa adentro en PAIS qué puede pasar fuera de PAIS, en la sociedad, en rela-

ción con el poder. Hay contradicciones importantes al interior del grupo de asam-

bleístas de PAIS, se las pudo percibir en los trámites de las distintas Leyes COIP, en la

autorización a la explotación del Yasuní, en la Ley de Comunicación. ¿Qué sucederá

cuando se trate la suscripción de los tratados de comercio con la Unión Europea?

Un punto de inflexión política en el terreno que prefiere el Presidente. Grupos de

jóvenes ambientalistas en el país se organizaron con el propósito de solicitar una

consulta popular sobre si se debe autorizar o no la explotación petrolera en el Yasuní.

Se realizó una campaña nacional y recogieron las firmas que supuestamente eran

suficientes para que se proceda a la convocatoria. Como lo había previsto la mayoría

de las organizaciones sociales y populares en el país, el Consejo Nacional Electoral no

calificó las firmas que la Ley exige y en consecuencia NO autorizó la convocatoria.

Los médicos que expresaron su desacuerdo con el gobierno y los asambleístas por la

forma en cómo se procedió en los diálogos para definir acuerdos en lo relacionado a

los delitos por mala práctica médica y otros temas de conflicto en el Código Orgánico

Integral Penal, terminaron involucrados en múltiples acciones de protesta social. El

reiterado comportamiento del gobierno en contra de los medios de comunicación; el

acoso a periodistas como al caricaturista Bonil; los juicios a jóvenes colegiales que

expresaban su descontento; la grosera manipulación en los concurso para integrar las

Cortes cuestionada incluso por veedores externos invitados por el propio gobierno; la

intervención del gobierno para dividir a las organizaciones sociales; el irrespeto del

presidente a las normas electorales; entre muchas otras razones, provocó que el 23 de

febrero de 2014, en el terreno que tanto le gusta al presidente librar sus batallas, el de

las elecciones, PAIS haya tenido su primera gran derrota.

Se trataba de elecciones convocadas para designar autoridades de los Gobierno

Autónomos Descentralizados. En las 9 ciudades de mayor número de pobladores del

país, entre ellas desde luego Quito, Guayaquil, Cuenca, Manta, se pronuncian de

manera contundente en contra de los candidatos del gobierno más que a favor de los

que triunfaron. Fue un voto de castigo contra el autoritarismo y la prepotencia, en

defensa del Yasuní y la democracia. Si el presidente Correa fue el gran protagonista de

la campaña electoral a nivel nacional, la derrota fue su derrota y junto a él de quienes

han mantenido una posición obsecuente como la del alcalde Barrera en Quito, que no

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287

pudo colocarse a tono con las demandas ciudadanas, no sólo en las reclamaciones por

la gestión de la urbe, sino y de manera preponderante, en lo que tiene relación con la

exigencia de respeto a las libertades y derechos de los ciudadanos.

La imagen de caudillo imbatible que ostentaba R. Correa hasta ese entonces, empieza

a desdibujarse. Hizo muchos esfuerzos el presidente para transmitir el mensaje de que

si bien han perdido las alcaldías en varias ciudades siguen siendo mayoría y que han

ganado las elecciones porque tienen mucho más alcaldes. Como ha sido costumbre en

situaciones parecidos inculpó la derrota a algunos de los dirigentes e inmediatamente

reestructuró la dirección de PAIS.

Los resultados de las elecciones de febrero de 2014 cambiaron el escenario político.

Alianza PAIS posiciona el tema de la reelección indefinida como única opción para

mantener el control del poder en las elecciones de 2017, no cuenta en sus filas con otro

candidato que les garantice un triunfo electoral y la unidad del movimiento, quien

estaría en mejores posibilidades sería el ex vicepresidente Lenin Moreno; tampoco se

sienten muy bien representados con candidatos de fuerzas cercanas como las del par-

tido AVANZA que tuvo buena votación en dichas elecciones. Junto al tema de la

reelección, que requiere reforma constitucional, el presidente incorporó otras reformas

constitucionales que afectan derechos ciudadanos y colectivos y algunas modifica-

ciones legales de menor trascendencia, insistiendo en que la Constitución garantista de

Montecristi debe ser corregida. Haciendo uso del control sobre la Corte Constitucional

se permitió que las reformas a la Constitución se tramiten en la Asamblea Nacional

como enmiendas constitucionales. El conjunto de organizaciones sociales críticas al

gobierno y los partidos y movimientos a la izquierda y derecha del gobierno, han exi-

gido la convocatoria a consulta popular. Haciendo uso del control sobre el Consejo

Nacional Electoral, se niegas el curso a todas las iniciativas encaminadas a solicitar la

consulta popular.

Cerradas las puertas para una nueva competencia en el terreno de lo electoral, a no ser

las elecciones que se realizarían en el 2017, las organizaciones sociales con sus

propias reivindicaciones han organizados importantes movilizaciones en septiembre y

el 19 de noviembre del 2014; y, durante el 2015 el 19 de marzo; un gran desfile el 1 de

mayo; el paro nacional, marcha indígena y gran movilización el 13 de agosto y el 15

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288

de septiembre. Acciones que tienen entre sus demandas el archivo de las enmiendas

con las que la Asamblea Nacional pretende reformar la constitución.

Las reformas a la constitución en curso son: limitaciones a los gobiernos autónomos

descentralizados para realizar consultas populares en los temas que consideren perti-

nentes; permitir que las fuerzas armadas puedan participar en tareas de seguridad inter-

na; convertir a la comunicación que es un derecho en un servicio público, con lo que

se pondría a la constitución en concordancia con la Ley aprobada en la Asamblea y

proceder a un mayor control de los medios; eliminar el derecho que tienen los

trabajadores públicos a estar amparados por el código del trabajo y pasarlos a depender

de la Ley Orgánica de Servicio Público, con lo que se restringen una serie de derechos

hoy reconocidos como el de sindicalización, de huelga, de contratación colectiva entre

otros; la reelección indefinida para todas las dignidades de elección popular, tema

central de las enmiendas, en la constitución dice que pueden ser reelegidos por una

sola vez; se propone restringir las competencias de la Contraloría General del Estado;

se cambian competencias entre los gobiernos autónomos descentralizados y el gobier-

no central, entre otras.

En otra dimensión del proyecto político, relacionado con la inversión pública, se pone

énfasis en los cambios de la matriz energética y se trabaja en la propuesta del cambio

de la matriz productiva. Aquí se condensa la apuesta del proyecto de R. Correa, la gran

inversión pública, los grandes contratos. En torno a este movimiento se definen sus

principales estrategias, sus aliados, sus intereses. No solamente se trata de la pavi-

mentación y asfalto de las vías; de la construcción de escuelas, colegios y hospitales;

de escuelas, colegios y ciudades del milenio; de las amplias construcciones en las

4.200 hectáreas en Yachay, la ciudad del conocimiento y la universidad que sería el

corazón de la nueva matriz productiva; está la rehabilitación de la refinería de

Esmeraldas, el proyecto estancado de la refinería del Pacífico en Manabí, la avanzada

construcción de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, las otras hidroeléctricas como

Sopladora, Minas San Francisco, Toachi Pilatón, Delsitanisagua, Manduriacu, Quijos,

Mazar Dudas; los proyectos termoeléctricos en Esmeraldas, Guangopolo, Machala,;

los proyectos hídricos en Cañar, Naranjal Chone. Muchos de estos proyectos tienen

avances importantes en su construcción, otros con atrasos no justificados, otros

estancados por falta de financiamiento. Casi todos los proyectos se construyen con

empresas de China, y cuentan con financiamiento de China y cuando no son de China,

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289

como en Yachay, son de Corea, o son empresas como Odebrech que ha sembrado

dudas por sus prácticas de corrupción en nuestro país y en la región. Contratos

cerrados, que no están sometidos al escrutinio público y de lo único que al momento se

tiene certeza es que no se han realizado con la transparencia prometida.

Modernización y bonapartismo.- Más allá de la pertinencia de cada una de las obras

en cuestión, de las modalidades de contratación, de si se cumplen los plazos y compro-

misos en su contratación, se puede asumir que éstas responden a una visión moder-

nizadora de la economía nacional; Se trata de la producción de vías, proyectos hídri-

cos, proyectos hidroeléctricos, ciertos centros de educación, puertos y aeropuertos,

mega obras que sin duda contribuirán a un mejor desempeño de la economía ecuato-

riana. ¿De cuál economía? De aquella economía que se fortalecerá con los acuerdos de

libre comercio con Europa; de las que se beneficiará con la alianza público privada

que se negocia entre septiembre y octubre de 2015 y que contará con una Ley que la

respalda; de las empresas que han crecido y se han consolidado durante estos años de

la Revolución Ciudadana mediante la contratación pública, de las grandes cadenas de

comercialización que monopolizan el mercado de abastos a la población; la economía

de las empresas petroleras y empresas mineras; de las empresas que han concentrado

tierras para el negocio de las agro-industrias apetecidas en el mercado internacional.

No se está pensando en la economía llamada a sustituir el modelo primario exportador

que se sostuvo en el primer Plan de Desarrollo, el del Buen Vivir, a los inicios de la

Revolución Ciudadana, o en cómo potenciar las economías sociales y populares; se

está pensando en los grandes capitales, en los agro-negocios, en los agro-combustibles,

en el extractivismo de los nuevos grupos de poder, que solo pueden hacerlo en asocio

con los tradicionales grupos de la acumulación primario-exportadora. Se trata por

tanto de una modernización sin cambio del modelo de acumulación, se trata de una

modernización del modelo primario exportador, de acoplarse a los nuevos requeri-

mientos de la circulación y acumulación del capital transnacional a nivel mundial.

Si se mira en conjunto la política y la economía durante los ochos años de gobierno de

la Revolución Ciudadana, se puede concluir que la disputa no resuelta entre las frac-

ciones de la tradicional oligarquía, como los sectores vinculados a la gestión financiera

en Guayaquil y la Costa, a la agro-exportación, la agroindustria, la comercialización

externa, de una parte; y de otra, fracciones de una burguesía más reciente, a la que se

pertenecen grupos financieros territorialmente asentados en Quito y la Sierra, floricul-

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290

tores, construcción, industria, comercialización interna, turismo, es una disputa latente.

Ninguna de las fracciones ha logrado recomponer su hegemonía, ello explica la

profunda inestabilidad desde 1996 a 2006; si bien el neoliberalismo favoreció a los

sectores más vinculados con la oligarquía tradicional, la prolongada crisis económica

que se arrastra desde los años 80 no les ha permitido consolidarse. Las fracciones más

modernas de la burguesía ni siquiera en el período de Borja pudieron potenciarse, en

ese gobierno las políticas de ajuste fueron dominantes.

Rafael Correa asumió la presidencia en medio de esa crisis de hegemonía de las clases

dominantes y en circunstancias en que los movimientos sociales y populares, liderados

por el movimiento indígena, que tuvo manifestaciones de contrapoder entre 1990 y el

2000, se encontraba también para el 2005 - 2006, en condiciones de debilidad política

y organizativa. El triunfo de la Revolución Ciudadana se produce en ese escenario,

Rafael Correa lidera un movimiento sin sujeto político, los sectores subalternos no

están en condiciones de sostener una auto-representación, lo que existía era un imagi-

nario que era la condensación de los sueños y aspiraciones del movimiento indígena y

popular construido en sus luchas y levantamientos. Rafael Correa el líder carismático

de una amorfa alianza social, que acoge ese imaginario, tendría que cumplir lo que las

particulares condiciones de la lucha de clases le determinaba para ese entonces, la

configuración de un Estado bonapartista/cesarista. Estado bonapartista que no respon-

de solamente a una transición por el agotamiento del proyecto neoliberal y la nece-

sidad de configurar una propuesta pos-neoliberal, sea alrededor del imaginario del

Buen Vivir o de un proyecto neo-desarrollista de carácter más pragmático. De hecho

se trata de una transición de más largo plazo que afecta no tanto a políticas económicas

cuanto a los ejes de la acumulación y la reproducción social. Correa, desde fuera de

esa disputa, en representación de los dominados con escaso poder, asume el papel de

árbitro, de mediador en las disputas entre las fracciones dominantes, en que tiene la

opción de jugar a partir de una extensión de la autonomía del Estado, de esa autonomía

relativa del Estado frente a la sociedad y frente a la lucha política de las clases.

En teoría, siguiendo las tesis de Poulantzas, Muñoz (2014) señala que se habría

configurado un Estado de excepción, no tanto porque se haya estado ante una situación

de ruptura del orden social, cuanto por el hecho que se requería reestructurar la hege-

monía, no solamente en términos de las relaciones de dominio entre las fracciones de

la clase dominante, sino también en función de un discurso, de una ideología que

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291

legitime las nuevas formas del dominación. Estado de excepción que en lo fundamen-

tal habría desarrollado una de las características señaladas por Populantzas, la de

modificar “el sistema jurídico, que ya no regula stricto sensu, pues es la arbitrariedad

la que predomina, constituyéndose en un factor estratégico para reorganizar la hege-

monía. El derecho por lo tanto ya no pone límites al poder, todo está articulado a la

intervención estatal…” (p. 153). Ausencia de límites que permite el juego de la

intervención estatal ante la ausencia de hegemonía al tiempo de reprimir la emergencia

de los movimientos populares.

Allí se entiende el proyecto modernizante de Rafael Correa y la Revolución Ciudada-

na, en que se han administrado las tensiones entre los distintos grupos y fracciones, en

que el líder carismático haciendo uso de esa autonomía que le concede el Estado

bonapartista ha desplegado iniciativas y procedimientos autoritarios, para subordinar,

someter a las fuerzas que se resisten a sus designios. Como sucede en muchas expe-

riencias de los gobiernos bonapartistas populistas, el líder y su entorno se convierten

en expresión de los nuevos grupos de poder o de los viejos transformados, en todo

caso beneficiarios sobre todo de la contratación en la obra pública, ya no solamente

cumplen la función de árbitros.

Con respecto al carácter modernizador del proyecto de Correa. La realización de mega

obras son siempre saludadas por el capital; el ampliar la capacidad de consumo de la

población, convirtiéndola en la principal palanca del crecimiento de la economía; el

haber modernizado las estructuras del Estado con el uso de las nuevas tecnologías de

la información y comunicación, son intervenciones que se presentan como favorables

para todos, para la masa sin distingos de clase en que se refuerza la imagen del Estado

como encarnación del Pueblo-nación, detrás de ellas está el beneficio para el gran

capital. Pero hay un conjunto de reformas jurídicas, decretos y proyectos encaminados

a fortalecer directamente el carácter capitalista del Estado. El código de la producción,

las reformas laborales, el retiro de obligaciones del Estado con la seguridad social, la

centralización de las funciones del Estado, la socialización de los costos de mante-

nimiento y reproducción de la fuerza de trabajo; las políticas de subvenciones y

subsidios, el fortalecimiento de los aparatos de seguridad entre otros.

Aquella frase del presidente Correa en la entrevista concedida a El Telégrafo en enero

de 2012 citada por Alberto Acosta (2014) “Básicamente estamos haciendo mejor las

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292

cosas con el mismo modelo de acumulación, antes que cambiarlo, porque no es

nuestro deseo perjudicar a los ricos, pero sí es nuestra intención tener una sociedad

más justa y equitativa” (p.13) es una expresión pensada que define lo que se va a hacer

y que obviamente no guarda correspondencia ni con el programa inicial de Alianza

PAIS, ni con el Plan del Buen Vivir, ni con las tesis que proponían una necesaria

redistribución más equitativa de la riqueza para mejorar las condiciones de vida de la

población y como elemento potenciador de las capacidades productivas en otra visión

distinta al desarrollo para hacer posible el Buen Vivir.

A los ocho años de gobierno tenemos una mayor concentración de la riqueza y una

mayor monopolización de las actividades productivas, del comercio y los servicios.

Los 50 mayores grupos económicos tuvieron ingreso por 32,36 miles de millones de

dólares y tributaron alrededor de 639 millones de dólares. De entre éstos, los 10

grupos mayores obtuvieron el 47,49% del total de ingresos y contribuyeron el 63,18%

de los impuestos.

Entre las empresas que tuvieron mayor rentabilidad según estudio de Gachet y Carrión

(Muñoz et al. 2014), se ubican las extractivas las telecomunicaciones y las de la

construcción. Para el 2013 las que tuvieron un mayor incremento en las ganancias son

las transnacionales Schlumberger, Andes Petroleum, Halliburton, y dentro de las

nacionales las de la construcción, Panavial, Hidalgo-Hidalgo y Herdoiza Crespo, que

crecen entre el 559% y el 98% con relación al año anterior. Las “manufacturas del

sector automotriz, como Omnibus BB y General Motor del Ecuador y exportadoras de

productos alimenticios primarios (Industria Pesquera Santa Piscila, exportadoras de

camarón) entre las empresas más rentables”. Esos sectores dan cuenta de los

beneficios resultantes de las inversiones públicas en construcción y en redes viales.

Desde el Estado se facilita los procesos de concentración y acumulación de esos

grupos económicos, así como de las empresas productoras de cemento, materiales y

servicios vinculados a estos proyectos. Los otros grandes beneficiarios de esas

políticas son los sectores financieros (p. 127).

El milagro de la economía ecuatoriana que sostiene la oficialidad se sustenta en la

mayor capacidad de consumo de la clase media, consumo que no es satisfecho con una

mayor oferta de la producción nacional lo que inevitablemente conduce a un incre-

mento de las importaciones de bienes de consumo con la consecuente salida de

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293

divisas. Esta limitación se complica por la importación de combustibles, productos

químicos básicos para la agricultura, por la importación de maquinaria e insumos para

los diversos sectores de la industria, que da cuenta de la profunda dependencia externa

de nuestra economía.

La estructura productiva del país se mantiene en las mismas condiciones que se tenía a

inicios del presente siglo en cuanto participación de los distintos sectores.

Según Gachet y Carrión (Muñoz et al. 2014) el crédito de sector privado se incrementó

de 10.000 millones en el 2007 a 26.000 millones en el 2013, más que se duplicó;

concentra el 80% del crédito nacional. De ese crédito se destina a las actividades del

comercio el 55% en el año 2005 y para el año 2013 se destina el 64%. En cambio para

el microcrédito se pasa del 9,3% al 6% en el sistema financiero nacional. Las ciudades

de Quito y Guayaquil concentran el 71,7% del volumen del crédito. Quito, Guayaquil

y Cuenca concentran el 68% del crédito al consumo. Ello explica que las

importaciones hayan crecido de 17,5 mil millones en el 2008 a 25,9 mil millones en

2013. (p. 51-128).

El destino de las exportaciones se mantiene, pese al reiterado discurso de la diver-

sificación sostenido por el gobierno, y con relación al mercado de la región, este se ha

debilitado con excepción de Chile. La dependencia al mercado de EUA se incrementa,

es destino del 59% de las exportaciones petroleras y del 27,54% de las no petroleras;

como referencia en las exportaciones petroleras le sigue Chile con el 14,8% y en las no

petroleras Colombia con el 7,55%. De las exportaciones del país en el 2007, el 74,28%

fueron productos primarios y el 25,72 % productos industrializados; para el 2014, el

83,47% son primarios y el 16,53% son industrializados (Banco Central, 2015). Quiere

decir que en cuanto a las exportaciones se ha profundizado nuestra dependencia

primario exportadora.

De lo expuesto se puede concluir que se reproduce de manera más profunda la matriz

primario exportadora como modelo de acumulación y reproducción del capital en la

economía ecuatoriana, con una extensión del sesgo extractivista por la explotación

petrolera y la minería. Esta última convertida en la apuesta mayor del gobierno que

supuestamente atraerá recursos para financiar el cambio de la matriz productiva en que

estaría empeñado el gobierno y para lo que propone el acuerdo entre el sector público

Page 295: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

294

y privado. La significativa inversión pública realizada por el Estado en estos ocho

años y la modernización a la que nos referimos en párrafos anteriores no han generado

las condiciones necesarias para incursionar en una estrategia distinta en el modelo de

acumulación y reproducción en la sociedad ecuatoriana, situación compleja por el

nuevo escenario que se plantea para el país con la caída de los precios del petróleo.

Page 296: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

295

CAPITULO X

CAÍDA DE LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO, FIN DE LA

BONANZA EXTRACTIVISTA

La economía ecuatoriana, de manera similar a lo que ocurrió en la mayoría de los países

de Sur América, tuvo un crecimiento sostenido durante la década pasada gracias a los

buenos precios de las materias primas y los bienes energéticos. Los precios de los

metales y de los productos agrícolas empezaron un descenso en el 2011, ello afectó la

economía de varios países de la región, sin embargo los precios de los bienes

energéticos mantenían cierta estabilidad.

Esa tendencia se revierte en el segundo semestre de 2014. EUA amplió el volumen de la

explotación petrolera, incrementó sus reservas y propició una sobreoferta en el mercado.

Más tarde, Arabia Saudita y otros países de Oriente Medio de la OPEP, en su competen-

cia con los países que han iniciado la explotación de los hidrocarburos de esquistos y en

aguas profundas como Estados Unidos, Canadá y Brasil, decidieron también

incrementar la extracción y exportación petrolera lo que provocó un mayor desajuste en

el mercado y la consecuente caída de los precios. Uno de los objetivo implícito de esta

estrategia se consiguió, desplazar del mercado la explotación de esos nuevos recursos

energéticos. El costo de extracción de un barril de petróleo con tecnologías como el

fracking (fracturación hidráulica) se encuentra entre 60 y 80 dólares, mientras que con

los métodos tradicionales está alrededor de los 20 dólares. Este comportamiento hace

pensar que el precio del crudo puede estabilizarse en los próximos meses entre los 65 y

70 dólares, siempre dependiendo de otras variables internacionales como la

reintegración de Irán al mercado petrolero, las tensiones entre Rusia y Occidente, la

conflictividad en Medio Oriente.

Page 297: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

296

De otra parte China72, en función de su equilibrio, debe ajustar la economía mediante

una contracción en los ritmos de crecimiento, el simple anuncio contribuyó a la caída de

los precios. Cabe recordar que para el 2014 el PIB de China creció al 7,4% y proyecta

para el 2015 un 7,0% mientras en los años anteriores al 2011 lo hacía sobre el 9%. Para

el 2015 Estados Unidos tiene proyectado un crecimiento del 2,8%; la Zona Euro 1,6%;

y la Federación Rusa -3% de acuerdo a proyecciones de Naciones Unidas a mayo de

2015 (CEPAL, 2015), crecimiento modesto del 2,8% para la economía mundial que

anticipa un estancamiento en la demanda de hidrocarburos.

El gobierno ecuatoriano proyectó para el 2015 un crecimiento del PIB73 sobre el 4% y

presentó la proforma presupuestaria en 36.317 millones de dólares, un crecimiento de

5,8% respecto al año anterior, con un precio estimado del barril de petróleo de USD

79,7 e inversiones por USD 8.116 millones. Los principales ingresos para sostener ese

presupuesto serían USD 15.566 millones por tributos y USD 3.087 millones por

ingresos petroleros. Consta en la proforma un déficit de USD 5.369 millones y la

necesidad de buscar financiamiento por USD 8.806 millones (para cubrir el déficit,

amortizaciones de deuda pública por USD 3.090 millones y otros pasivos), de los cuales

USD 7.200 millones se lo haría mediante endeudamiento externo.74 Esta proforma

presupuestaria no dejó de generar inquietudes, primero porque estimó el precio del

barril de petróleo en USD 79,7 en medio de un contexto adverso como el referido en

párrafos anteriores, a lo que se suma que el precio del petróleo ecuatoriano tiene un

castigo en promedio de 10 dólares por debajo del precio del WTI; segundo, porque el

presupuesto tendría un crecimiento del 5,8% mientras estima que el PIB crecería en algo

más del 4%; y tercero, no deja de preocupar el tamaño del déficit sobre el 5% que junto

a otras obligaciones del Estado debe ser cubierto con financiamiento externo en

condiciones en que se dificultan estas operaciones a nivel internacional, tanto por la

expectativa de la subida de intereses en EUA como por el incremento del “riesgo país”

para Ecuador.

72 China para el 2015 es el principal comprador de petróleo con 7,4 millones de barriles diarios que los requiere para sostener una economía que ocupa el segundo lugar en su capacidad productiva y la primera en el comercio mundial. Para el 2014 tiene un superávit comercial de 382.349 millones de dólares (Banco Mundial, mayo 2015). Tras la caída de los precios, China incrementó la importación de petróleo para acumularlo. 73 La información de indicadores económicos y sociales son extraídos de instituciones oficiales del Estado, en caso contrario se indicará la fuente. 74 Información publicada en la edición de Diario El Universo de 2015/11/04.

Page 298: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

297

A la caída de los precios del petróleo que afecta a la economía ecuatoriana se suma la

apreciación del dólar, que viene del 2014 y se profundiza en el 2015, de acuerdo a la

CEPAL (2015) “el euro se depreció frente al dólar casi un 30% en el período

comprendido entre 2014 y los primeros cuatro meses de 2015, en tanto el yen se

depreció un 13% solamente en los ocho meses comprendidos desde … octubre de 2014

hasta mayo de 2015” (p. 29). En el ámbito regional la depreciación de las monedas de

los distintos países es severa, entre agosto del 2014 y agosto del 2015 tenemos: el peso

colombiano un 36%, el sol peruano 12%, el real brasileño 35%, el peso mexicano 15%,

entre otras, lo que dificulta las posibilidades para las exportaciones ecuatorianas por su

sistema de la dolarización y hace más deficitaria la balanza comercial.75

En valores nominales el PIB de Ecuador pasó de USD 51.007 millones de dólares en el

2007 a USD 100.917 millones en el 2014. Mirado desde los ingresos, la participación de

las remuneraciones pasó del 31,6% del PIB al 37,3%; el excedente bruto de explotación

disminuyó del 63% del PIB en el 2007 al 57% en el 2014. Esto significa en términos

generales que se operó una redistribución progresiva entre trabajo y capital en la

sociedad. Mirado el PIB desde el gasto, el consumo final de los hogares disminuyó del

64% del PIB al 58%; el consumo final del gobierno general se incrementó del 11% del

PIB al 14%. Es evidente que el incremento en la participación de las remuneraciones si

bien tiene un componente en la mejora de los salarios sobre todo tiene relación con la

ampliación del aparato burocrático y la mayor participación del Estado en la economía.

Finalmente, la FBKF pasó del 20,7% al 27,6%. Con el auge de los precios del petróleo

entre el 2007 y 2014 habrían ingresado al Estado ecuatoriano, descontando el costo por

la importación de combustibles, unos 57.000 millones de dólares, ingreso mayor al

recibido en los 35 años anteriores desde que empezó la explotación petrolera (sin ajustar

por la inflación)76. Esto ha permitido realizar obras de infraestructura vial, proyectos

hidroeléctricos, hidrológicos, ampliar la infraestructura en salud, educación, que

explican el cambio en la FBKF.

Las dificultades económicas se manifiestan iniciado el 2015, el noveno año del gobierno

más largo en la vida republicana de Ecuador, el de Rafael Correa y la Revolución

75http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150818_economia_america_latina_devaluacion_dolar_colombia_ng 76 Estimación que hace Walter Spurrier analista de la economía ecuatoriana y editorialista de El Comercio. (El Comercio 2015/04/05)

Page 299: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

298

Ciudadana. En efecto, en enero de 2015 se tenía un precio por debajo de los USD 40

para el barril de petróleo ecuatoriano, lo que anunciaba que se requeriría financiar más

de los 8.806 millones de dólares para cubrir el déficit. Hay que señalar que para ese

entonces Ecuador había utilizado los USD 1.500 millones de los fondos de petróleo que

se habían acumulado en el pasado para solventar los efectos de la crisis entre el 2008 y

2009; ha efectuado una emisión de bonos soberanos por 2000 millones de dólares en

junio del 2014, CEPAL (2015) recién iniciada la caída de los precios del petróleo; y,

solicitó un crédito por USD 400 millones de dólares a Goldman Sachs poniendo en

prenda las reservas de oro que quedaban en el Banco Central77. Recordemos que

Goldman Sachs es uno de los grandes bancos cuestionados por su desempeño en la

crisis financiera de 2008.

Entre los primeros ajustes que realiza el gobierno para enfrentar las dificultades del

2015 encontramos: el anuncio en enero de un recorte presupuestario por 1.420 millones

de dólares, 840 millones a inversión y 580 millones a gasto corriente; aplicación de un

arancel de 21% a las importaciones desde Colombia y del 7% a las provenientes de

Perú; y, reducción de cuotas para la importación de vehículos. De los recorridos interna-

cionales para conseguir financiamiento consiguió el ofrecimiento de China por USD

7.500 millones, 4.000 millones serían para inversiones en el 2015, USD 1.500 de ellos

de libre disponibilidad, el resto para proyectos a construirse con empresas de China78.

En un segundo momento, desde el 11 de marzo de 2015, el gobierno puso en vigencia

salvaguardias generales por balanza de pagos por un período de 15 meses para la impor-

tación de alrededor de 2.800 productos; el 19 de marzo colocó bonos soberanos por

USD 750 millones a tasas de interés de 10,5% y plazo de 5 años, condiciones que poco

tiempo atrás hubiesen sido consideradas como inaceptables. A fines de marzo el

gobierno hace ajustes a sus proyecciones y afirma que la economía crecerá este año al

3,8%. En abril se puso en vigencia una amnistía tributaria que condonó multas e

intereses por el pago de deudas tributarias, lo que permitió un ingreso de 972 millones

de dólares al fisco. 79El 7 de mayo el presidente anunció que llegarán dos créditos, uno

77 Como se registra en el boletín de prensa del Banco Central del Ecuador de la fecha: http://www.bce.fin.ec/index.php/boletines-de-prensa-archivo/item/661-el-oro-ecuatoriano-al-servicio-de-su-gente 78¡Este año entrarán USD 4000 millones en créditos chinos!. Declaración de Patricio Rivera en Diario El comercio.com de2015/01/9. 79 Información en Diario El Comercio 2015/09/15.

Page 300: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

299

de China y otros de Tailandia, cada uno por 500 millones de dólares con lo que se

cerraría el programa de financiamiento para enfrentar la caída de los precios de petróleo.

El 14 de mayo el gobierno hace una nueva emisión de bonos por USD 750 millones a

una tasa de 8,5% de interés ante los atrasos de los créditos ofertados por China y el 31

de julio de 2015 Petroecuador hace una venta anticipada de petróleo por USD 2.500

millones a la firma PTT International Trading de Tailandia. El 19 de agosto anuncia

otro recorte presupuestario por USD 800 millones.

Otras medidas relacionadas a estos ajustes, más allá de que el gobierno sostenga que

obedecen a una racionalidad en la gestión de los recursos son: a) la eliminación de la

obligatoriedad del Estado de cubrir el 40% a las pensiones de jubilación del Instituto

Ecuatoriano de Seguridad Social IESS, con lo que el gobierno en el 2015 no cubre un

valor de 1.100 millones de dólares según CEPAL 2015, citado por Vela (2015, p.20); b)

el límite de 24 salarios básicos unificados al beneficio del 15% de las utilidades de los

trabajadores de las empresas, estas dos medidas se incluyen en las reformas al Código

del Trabajo y la Seguridad Social contempladas en la Ley de Justicia Laboral y

reconocimiento del Trabajo en el Hogar; c) recortes al IESS en salud por USD 1749

millones; y d) el paso al Banco del Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social (BIES),

de acuerdo a reforma que se aprobó en noviembre de 2014, de los fondos previsionales

que distintos grupos de trabajadores y empleados de más de cincuenta instituciones

públicas así como del gremio de los maestros conformaron en décadas pasadas para

mejorar las jubilaciones y la cesantía.

Una mirada del desempeño de la economía ecuatoriana al término del primer semestre

de 2015 nos permitirá hacer algunas conjeturas hacia el futuro.

Evolución de la economía, primer semestre de 2015.

Vale la pena empezar por una revisión de la balanza comercial por su fuerte incidencia

en la balanza de pagos y de manera particular interesa observar el comportamiento de

las exportaciones petroleras, de ese rubro depende en buena parte la disposición de

divisas en la economía y por su contribución en el financiamiento del presupuesto del

Estado.

1.- Evolución de la balanza comercial. La balanza comercial que en el primer semes-

tre de 2014 fue positiva en USD 684 millones pasó en el 2015 a ser negativa en USD

Page 301: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

300

1.217 millones. Es decir USD 1.900 millones menos. Esta balanza comercial, en la

estructura de la economía ecuatoriana, refleja las dificultades. Cuadro No 28

CUADRO No 28

Observaciones:

- Las exportaciones petroleras en el primer semestre del 2015 incrementaron su

volumen en 600 mil TM respecto al primer semestre del 2014, a pesar de ello el país

recibió USD 3.416 millones menos, reducción del 47%. Esto se explica por la caída

de los precios de un promedio de 96,4 d/b en el primer semestre del 2014 a 48 d/b en

el del 2015. La balanza comercial petrolera, exportaciones de crudo menos importa-

ciones de combustibles y lubricantes, pasó de un superávit de USD 4.033 millones a

uno de USD 1.599 millones, USD 2.434 millones menos. Hay que recordar que el

gobierno de manera extraña fijó en USD 79,7 el precio del barril de petróleo cuando

muchos analistas a nivel nacional e internacional anticipaban la caída de los precios.

En agosto de 2015 el barril del crudo ecuatoriano se vende a 30 dólares cuando el

punto de equilibrio fiscal80 se encuentra en USD 39 como lo indicó el presidente

80 Punto de equilibrio bajo el cual el Estado no recibe ingresos sino que debe pagar a las empresas contratantes, el valor incluye costos de producción; la tarifa que se paga a las empresas privadas, en promedio unos USD 33p/b por los contratos de prestación de servicios; costos de transporte entre otros.

Page 302: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

301

Correa en declaraciones del 29 de agosto de 2015. Se vende petróleo a menos de lo

que cuesta su extracción (incluyendo algunos gastos operativos).

- Las exportaciones no petroleras disminuyeron USD 184 millones (-3%). De estos

productos los tradicionales (banano, cacao y elaborados, café y elaborados, camarón,

atún, pescado) han tenido un crecimiento de 1,8% y su peso en las exportaciones no

petroleras ha pasado del 50,5% al 53,0%; los no tradicionales (flores, enlatado de

pescado, productos mineros) tienen una caída del 7,9% y su participación en las

exportaciones no petroleras ha disminuido del 49,5% al 47%. Entre las primeras ha

mejorado el precio del banano en las segundas ha disminuido el del pescado

enlatado.

- La participación del petróleo en las exportaciones durante el primer semestre pasó

del 54% en el 2014 al 39% en el 2015, por la caída de sus precios; mientras las no

petroleras pasaron del 46% al 61%. De estas exportaciones no petroleras el 60% se

integra por banano, camarón, flores y pescado enlatado. A estos le siguen cacao, pro-

ductos mineros, atún. La evidente composición primaria de nuestras exportaciones

refleja la estructura productiva tradicional que no se ha modificado durante el nuevo

siglo y menos aún desde el 2007, y que explica la vulnerabilidad de la economía

ecuatoriana.

- Las importaciones se han reducido un 13%, esto es USD 1.700 millones. Si en el

primer semestre del 2014 se importaron USD 12.743 millones, en el del 2015 fueron

11.043 millones. Preocupa la reducción en el ingreso de materias primas (6%) y

bienes de capital (8%) porque afecta la producción, en conjunto pasan de USD 7.084

millones a USD 6.584, son significativas las caídas en insumos para la industria y en

materiales para la construcción. La reducción en la importación de bienes de

consumo es del 8,8%, al pasar de USD 2.420 millones a USD 2.207 millones, con lo

que se consigue parcialmente el objetivo de las salvaguardias. En la disminución de

las importaciones se destaca también el segmento de combustibles y lubricantes que

pasa de USD 3.207 millones en el primer semestre del 2014 a USD 2.225 millones

en el 2015, reducción del 30% que se explica también por la disminución de los

precios del petróleo, pues en TM en el 2015 se importó un 5,2% más que en el 2014.

Es importante destacar que con la disminución del precio del petróleo también

disminuye el subsidio a los combustibles, pues vendemos crudo y compramos

derivados. Entre enero y junio de 2014 el subsidio total fue de USD 2.005 millones y

Page 303: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

302

en el primer semestre de 2015 fue de USD 1.071 millones. De estos subsidios, el

51% es para diesel, el 36% para gasolina y 13% para el gas licuado de petróleo.

Subsidio que en mayor proporción beneficia a los transportistas y a los sectores

medios de la sociedad.

2- Otros indicadores macroeconómicos. En las estadísticas fiscales del Banco Central

los ingresos petroleros al presupuesto del gobierno central pasaron de USD 1.437 millo-

nes en el primer semestre del 2014 a 200 millones en igual período del 2015, siete veces

menor. La caída de los precios sí afecta la situación fiscal y explica el anuncio del presi-

dente en los últimos días del mes de septiembre de que la economía en el 2015 puede

crecer muy poco o incluso decrecer.

Las dificultades son evidentes, al revisar las cuentas de las operaciones del sector no

financiero y al comparar algunos indicadores entre el 2007 y el 2014. Respecto a los

ingresos, la participación petrolera ha pasado del 6,5% al 10,8% mientras la de los

tributos del 10,9% al 14,4%; dicho de otra manera, los ingresos petroleros se han

multiplicado por 3,3 mientras los no petroleros lo han hecho en 2,5. Esto último es posi-

tivo pero no suficiente, seguimos siendo muy dependientes del petróleo. Los ingresos

totales se han multiplicado por 2,9 mientras los gastos corrientes lo han hecho por 3,2

en los ocho años, los sueldos en 2,6. La FBKF se ha multiplicado por 5 en el gobierno

central, demuestra la inversión en obra pública, y por 1,8 la de los gobiernos

seccionales, se evidencia la tendencia centralista de la gestión política del gobierno.

En el balance presentado por el Banco Central del Ecuador el 30 de septiembre de 2015

sobre la evolución del PIB en el segundo trimestre, información que llega con retraso y

confirma la sospecha de muchos, la tasa de crecimiento del PIB durante los dos

primeros trimestres era negativa, tasas a precios constantes del 2007 comparadas con el

trimestre inmediatamente anterior (GRAFICO No 3) que coloca al país en un escenario

de recesión de no revertirse en lo inmediato algunos indicadores 81.

81http://contenido.bce.fin.ec/documentos/PublicacionesNotas/Catalogo/CuentasNacionales/cnt63/CTASTRIM92.xlsx

Page 304: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

303

GRAFICO No 3

El gobierno hace difusión de las tasas de crecimiento del 3,2% y del 1% que corres-

ponden a los dos primeros trimestres de 2015, pero esas son las tasas interanuales (t/t-4),

con relación al mismo trimestre del año 2014, y no da a conocer las relativas al trimestre

inmediato anterior (t/t-1) -0,1% y -0,3%, declinación que como se observa en el gráfico

obedece a una tendencia desde el tercer trimestre de 2014. Caen también para el

segundo trimestre con relación al primero en el 2015, el consumo final de los hogares (-

0,5), la FBKF (-1,4), las exportaciones (-0,8) y las importaciones (-1,9). Solo se

incrementa el consumo final del gobierno (1,3).

En el período enero junio de 2015, en el sector público no financiero SPNF, se generó

un déficit de USD 575 millones, mientras en el mismo período del 2014 se había gene-

rado un superávit de USD 792 millones (Banco Central 2015). USD 1.367 millones

menos.

3.- Deuda Pública, banca e inversión extranjera directa. Con la misma información

del Banco Central, a junio de 2015 se registra una deuda externa de USD 20.038

millones y una deuda interna de USD 12.240 millones. Una deuda pública total de USD

32.278 millones que equivale al 32,3% del PIB82. En el 2010, la deuda externa pública

82 De acuerdo a la Constitución, la Deuda Pública no puede superar el 40% del PIB. En la contabilidad del Banco Central, las ventas anticipadas de petróleo no constan como deuda

Page 305: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

304

fue USD 8.673 millones y la interna USD 4.665 millones, en total la deuda pública

representaba el 19,2% del PIB. De lo dicho, la deuda externa pública se expandió 2,3

veces entre 2010 y 2014. Entre diciembre de 2013 y julio de 2015, según Moreno

(2015)esto es en apenas año y medio el gobierno ha contratado USD 10.000 millones de

dólares (p.42).

El que la deuda pública represente el 32,3% del PIB no es un dato que debe alarmar por

sí mismo cuanto por su significado en la economía real. De hecho varias economías

europeas, la de Japón y la propia de EUA tienen porcentajes de deuda sobre el PIB

mucho mayores respecto a la producción nacional. Preocupa porque el gobierno, a más

de haber recibido ingentes recursos por la exportación petrolera endeuda al país, tal

como ocurrió en la segunda mitad de la década del setenta, a nombre de financiar

grandes obras de infraestructura. Preocupa porque lejos del discurso del “cambio de la

matriz productiva” difundido reiteradamente por el gobierno, y que hubiese merecido

orientaciones, iniciativas y acuerdos con la sociedad, se mantiene una estructura

productiva primaria que apuesta por la extracción minera y petrolera, poco diver-

sificada, monopolizada, con limitados niveles de productividad, con una industria

manufacturera estancada; una economía que ha expandido el consumo en dependencia

del gasto público, y obviamente, cuando esta se contrae, como que todo tiende a

paralizarse, la empresa no reacciona, el desempleo y subempleo se reactivan. Y

preocupa también porque tiende a imponerse una lógica perversa que el país ya la vivió,

como no se tomaron las precauciones para enfrentar con producción una eventual baja

de los precios del crudo, y como hay que cubrir el déficit y cumplir con los pagos de la

deuda anterior, entonces hay que nuevamente endeudarse. Y se recibe dinero fresco

adelantado por petróleo, y si bajan los precios como sucede ahora, hay que extraer más

petróleo para cubrir los compromisos. No se puede acostumbrar a una sociedad a gastar

mucho más de lo que se tiene. Esta dinámica, en las actuales condiciones internacio-

nales, lleva a contratar deuda en condiciones onerosas, con tasas de interés entre el 7,5%

y 10% como ha sucedido recientemente o llevar a situaciones insostenibles o poco

cómodas como recurrir “con la cabeza abajo a las redes del FMI”.

Las necesidades de financiamiento para cubrir el hueco que deja la caída de los precios

del petróleo, el déficit del presupuesto y el pago de obligaciones de deuda externa en el

externa. De consolidarse las gestiones efectuadas al término del 2015 se estaría cerca de los límites impuestos.

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305

presente año no era menos de USD 13.000 millones según Abelardo Pachano (2015)83

algo se ha conseguido, pero aún harían falta unos USD 7.000 millones. Según Pachano

el gobierno debería hacer un recorte del gasto del 10% del PIB, es decir de USD 10.000

millones. Las dificultades para conseguir nuevo financiamiento en el exterior se reflejan

en el indicador de “riesgo país” que se ubica en 1.361 puntos al 24 de septiembre de

2015. Calificación que coloca a Ecuador en el segundo lugar más alto de la región

detrás de Venezuela que tiene 3.089 puntos para esta misma fecha.84

La Banca, sector que ha gozado de estabilidad en el curso de la dolarización se ha

beneficiado por la alta rentabilidad en sus operaciones de los últimos años. Ha jugado el

papel de buen aliado del gobierno en su política económica en medio de frecuentes

acusaciones de voracidad desmedida por parte del presidente del gobierno. En el 2014

las utilidades de la banca fueron USD 335 millones, crecieron 25% con relación a las

del 2013. Esa banca, beneficiaria del esquema consumista de los últimos años, entra en

el 2015 en desaceleración, pues “Los depósitos de los bancos privados, sociedades

financieras, mutualistas, cooperativas, tarjetas de crédito y el Banco Nacional de

Fomento cayeron 4,7% entre enero y junio del presente año” según el Banco Central.85

Esta declinación es síntoma de menor liquidez en la economía, si el crédito se expandía

al 15%, avanzado el primer semestre del 2015 lo hace al 10% anual.

La inversión extranjera directa IED en el 2014 mantiene un pequeño incremento con

relación a años anteriores llegando a USD 766 millones. El total de IED en Ecuador

entre el 2008 y 2014 suma USD 4.258 millones, a Perú llegó USD 58.298 millones y a

Colombia USD 86.970 millones. Quiere decir que en ese período a Ecuador llegó 14

veces menos que a Perú y 20 veces menos que a Colombia. El problema con la IED es

hacia qué sectores se dirige, si se incorpora tecnología, si ofrece fuentes de empleo para

trabajadores calificados y no calificados y en qué condiciones, su encadenamiento con

otros sectores de la economía, el porcentaje de los beneficios que se reinvierten en la

economía del país. Atraer inversión extranjera para profundizar la matriz primario

exportadora no puede ser el horizonte para el país y la región. Brasil que recibe más del

83 Abelardo Pachano, ex Presidente del Banco Central 1988-1990, Gerente de Produbanco, analista económico de El Comercio. 84 De acuerdo al índice que construye el JP Morgan la información para el 24 de sept. de 2015 en http://www.ambito.com/economia/mercados/riesgo-pais/ Para 15 de diciembre de 2014 el riesgo país se encuentraba en 1010 puntos. 85 Información referida en Diario El Comercio de 2015/07/24.

Page 307: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

306

60% de la IED destina entre el 70% y 90% a servicios y producción manufacturera.

Colombia en cambio destina alrededor del 55% a la producción minera. Otros países de

Sur América con fuerte IED son Chile y Argentina. En Ecuador el 33% de la IED se

destina a la explotación de minas y canteras, 16,7% a la industria manufacturera, 15% al

transporte y un 13% al comercio.

Se entiende que para el 2015 la IED va a incrementarse, el gobierno realiza esfuerzos

para concretar los proyectos mineros e inversiones petroleras. En septiembre de 2015

anuncia que se han suscrito 33 contratos de inversión por USD 2.040 millones. Uno

solo, con el consorcio Shushufindi, que labora en la extracción petrolera, compromete el

59% de esa inversión. Otro de los contratos se firma con la empresa Casacra del grupo

Gloria de Perú, que tiene algunos socios ecuatorianos, que compra el 62% de las

acciones de la empresa Unión Cementera Nacional UCEM del Estado con una inversión

de 230 millones de dólares. El gobierno aspira que la inversión llegue a USD 7.000

millones. El grupo Gloria adquirió en septiembre de 2011 el 70% de la empresa

azucarera EQ2 del Estado en USD 134 millones, 10% en efectivo y el resto en 15 años

con crédito de la CFN (Corporación Financiera Nacional también del Estado

ecuatoriano), curiosa venta, el Estado le presta dinero al grupo Gloria de Perú para que

éste le compre al Estado un emblemático ingenio azucarero86. Quien dirigía esa institu-

ción financiera del Estado era Pedro Delgado87, quien se encuentra prófugo de la

justicia, no por esta operación, sí por otros actos fraudulentos.

Se pone en marcha un programa de privatización de empresas públicas con nuevas

estrategias, distintas a la de décadas pasadas, el gobierno las denomina “alianza público-

privada” para enfrentar la crisis. Con fecha 28 de septiembre de 2015 se presenta a la

Asamblea Nacional el proyecto “económico urgente” de “Ley Orgánica de Incentivos

para Asociaciones Público-Privadas y la Inversión Extranjera”, con la que el Estado

delega al sector privado la “provisión de bienes, obras y servicios bajo su competencia”.

Los empresarios privados podrán realizar obras nuevas, trabajar en las existentes,

construir viviendas de interés social. Se ofrece al sector privado incentivos para invertir

en obra pública garantizándole la gestión, eliminación del impuesto del 5% a la salida

de divisas para la consecución de crédito externo, exenciones en el cobro del impuesto a

la renta y al IVA, supresión de otros tributos al comercio exterior. Proyecto que tiene el 86 http://www.elcomercio.com/actualidad/negocios/grupo-peruano-gloria-compro-70.html 87 Primo del Presidente de la República.

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307

beneplácito de las cámaras de la producción y que con algunos ajustes y consenso puede

materializar el acuerdo económico, social y político entre el gobierno y los sectores

empresariales para enfrentar la crisis.

La simple denominación del proyecto hubiese puesto los “pelos de punta” a muchos

funcionarios del gobierno años atrás. Hay sin embargo que superar algunos retos, uno es

cómo incrementar la inversión privada en una economía en que la inversión pública que

era del 25% del total pasó a ser el 50% y que de pronto ya no está, y parte de la

inversión privada que de una manera u otra fue desplazada y satanizada de pronto debe

retornar, ésta para hacerlo exige ciertas garantías y condiciones políticas, el retiro

definitivo de los proyectos de Ley de herencias y plusvalía y retiro de las “enmiendas a

la Constitución” remitidos por el presidente Correa a la Asamblea; el otro, es que se

tendrá que revertir la tendencia a la salida de capitales. Si se toman las cifras del

Sistema de Rentas Internas respecto al impuesto del 5% a la salida de divisas ISD entre

el 2012 y 2014 se puede observar que ha emigrado del país más de USD 70.000

millones de dólares como concluye una investigación de la Facultad de Ciencias

Económicas y Administrativas de la Universidad de Cuenca, (Méndez, 2015), buena

parte de esos valores no retornaron al país. ¿Quienes sacan el dinero del país? De

acuerdo a la investigación de García y Carrión (Muñoz 2014), se estima en USD 2.500

millones el valor que han sacado del país los diez grupos económicos con mayores

ingresos, valor que no incluye las utilidades porque ellas están exentas del pago del

impuesto a la salida de divisas. Esas transferencias están encabezadas por Almacenes

Juan Eljuri (NEOHUNDAY) y por Genera Motor (OMNIBUS BB). La ministra coordi-

nadora de la Producción Nataly Cely, en entrevista a la revista Vistazo señala que “de

los 1.950 millones de dólares firmados en contratos de inversión 1.473 millones son

extranjeros” (Cavagnaro 2015). Hay que tener presente que esa falta de entusiasmo,

cuando del capital se trata, se consigue con ofertas de mayor rentabilidad.

4.- Gasto Público.- El gasto público con relación al PIB, según las estadísticas fiscales

del Banco Central, fue de 24% en el 2007 y llegó a 44% en el 2014, dentro de ellos los

gastos corrientes pasaron de 17,6% a 28,8% del PIB y los gastos de capital de 6,6% a

15,3% del PIB. Esta expansión de los gastos del sector público no financiero con

relación al PIB es posible porque se incrementaron de manera sustantiva los ingresos,

tanto en el rubro de petróleo cuanto por los tributos. Si el PIB en términos nominales

Page 309: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

308

pasó de USD 51 mil millones en el 2007 a USD 101 mil millones en el 2014, los

sueldos del gobierno central pasaron de USD 2.914 millones a USD 8.359 millones;

esto es, en valores nominales el PIB se multiplicó por 2 y el gasto en sueldos para el

personal del gobierno central se multiplicó por 2,9. Los cambios en la estructura

orgánica del Estado, que se formularon en la Constitución del 2008, dio lugar a un

incremento de la burocracia, pues a más de las tradicionales funciones: Ejecutivo,

Legislativo, Judicial y Electoral, se crearon el Tribunal Contencioso Electoral que tiene

90 empleados y el Consejo de Participación Ciudadana. Pero por iniciativa de la

Presidencia de la República, el número de ministerios que en el 2005 era de 14, en el

2014 lo integran 28, a lo que se suman otros 10 que tienen el rango de ministros, según

Moreno en revista Vistazo No. 1153.

Entre el 2007 y 2014 ingresaron al Sector Público USD 219.347 millones de dólares,

72.543 millones por petróleo y 146.804 millones por impuestos, tasas y contribuciones.;

el gobierno central realizó gastos en los ocho años por USD 145.205 millones.

En la proforma presupuestaria del 2015 constan USD 8.700 millones para pago de

remuneraciones al personal, cuyo número estaría cerca del medio millón, se habría

incrementado alrededor de 120.000 desde el 2007 según el Presidente de la Asociación

de Servidores Públicos.

Cuando desde distintos sectores se propone una racionalización del gasto público, más

aún en un período de ajustes en los ingresos al Estado, no se está pensando en una

reducción de los gastos en educación y salud, sino en una desproporcionada burocracia

que no solamente tiene efectos negativos en la aplicación del presupuesto sino además

en la abigarrada tramitología.

La desaceleración de la economía complica los débiles avances sociales. La desa-

celeración que coloca al país al borde de la recesión repercute de manera inmediata en

el mercado laboral, según los datos del Banco Central el empleo adecuado88 en junio de

2015 estuvo en 45,9% de la PEA (7,43 millones de personas), cuando en junio de 2014

estuvo en 48,8%, variación del 3% en un año. Esta disminución se concentra en las

ciudades, en particular en Quito y Cuenca, e incide en mayor proporción en las mujeres.

88 Se utiliza la nueva nomenclatura que introdujo el INEC en octubre de 2014 para el mercado laboral. (INEC, 2015/06).

Page 310: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

309

Las ramas de actividad más afectadas son: comercio, construcción e industria manufac-

turera.

El empleo inadecuado que en junio de 2014 se encontraba en 46,3% de la PEA subió

2,8 puntos y se encuentra en junio de 2015 en 49,1%; y, el desempleo se ubica en 4,5%

dos décimas por debajo del registrado en el 2014. Una vez más, las mujeres son las más

afectadas. En síntesis, el 46% de la PEA está con empleo adecuado; el 54% se

encuentran inadecuadamente ocupada o subempleada o desocupada.

La pobreza por ingresos a nivel nacional pasó de 24,53% en junio de 2014 a 22,01% en

junio de 2015; la pobreza rural pasó de 41,69% a 38,05% y la pobreza urbana de

16,30% a 14,44% en los mismos períodos. La pobreza extrema varió de 8,04% a 7,36%

a nivel nacional entre junio de 2014 y junio de 2015; la rural lo hizo de 16,04% a

14,86%; y la urbana pasó de 4,20% a 3,8%. En el Gráfico No 4, del Banco Central, con

resultados a diciembre de cada año, nos muestra la tendencia de reducción de la

pobreza; se puede observar que la disminución de la pobreza se da con mayor intensidad

entre el 2000 y 2007 que entre el 2007 y 2013, en el primer período se disminuyen 27,7

puntos en el segundo 14,2.

GRAFICO No 4

Page 311: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

310

Si se toma en cuenta que la pobreza por ingresos en junio de 2013 registra 23,69% y la

pobreza extrema 8,51%, significa que los indicadores de pobreza y extrema pobreza en

Ecuador se encuentran de alguna manera estancados desde el 2013.

De manera similar, si comparamos los indicadores de desigualdad por ingresos de

acuerdo al índice de Gini a junio en los tres últimos años tenemos: 0,463; 0,486 y 0,458.

En el 2014 se habría incrementado y en el 2015 nuevamente habría bajado. Tiene razón

el Presidente Correa cuando señala que el índice de Gini en Ecuador en estos últimos

años es uno de los más bajos en América Latina y en especial en Sur América (menor

desigualdad) pero lo es desde comienzos del siglo XXI y no solamente luego del 2007.

CEPAL (2014) en su estudio Panorama Social en América Latina, Gráfico No 5, se

constata que la reducción de la desigualdad en Venezuela, Ecuador y Paraguay, entre

los países de Sur América, fue mucho mayor en el período 2002 al 2008 que del 2008 al

2013, a diferencia de otros países como Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil en que la

desigualdad se redujo de manera más intensa en el segundo período. Información que

nos advierte que los importantes recursos que ingresaron al país por la explotación

petrolera desde el 2007 en adelante no precisamente han abonado por un desarrollo más

equitativo en Ecuador.

GRAFICO No 5.

Page 312: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

311

En Ecuador en estos últimos años se ha incrementado la inversión en Educación y

Salud, ello es positivo, se discute entre los distintos actores de la sociedad la eficiencia

de esa inversión; sin embargo hasta el 2013, de acuerdo al mismo informe de CEPAL

referido, Perú y Ecuador en Sur América son los únicos países cuyos presupuestos para

el gasto público social no llegan al 10% del PIB.

En los estudios de disminución de la pobreza es importante destacar el factor más influ-

yente, el incremento de los ingresos o la distribución de los ingresos; de hecho el

segundo tiene un carácter más estructural. En los últimos años, desde el 2008 al 2013, se

observa que en el espacio de Sur América, en Ecuador y Paraguay incida de manera

preponderante el factor de crecimiento sobre el de distribución; y en el período 2012-

2013 incluso indicadores regresivos en la distribución para Venezuela y Ecuador, lo que

tiende a restar eficacia al factor de incremento de los ingresos.

Entre el 2011 y el 2013 la participación del 40% de la población con menores ingresos

respecto a los ingresos totales haya decrecido del 18,5% al 17,5%; el siguiente grupo del

30%, de ingresos medios, de igual manera ha disminuido su participación al pasar de

26,3% al 25,3%; el grupo del 20% siguiente, de ingresos altos, también ha bajado su

participación del 28,4% al 26,3%; y finalmente, solo el 10% más rico de la población ha

ha visto incrementar su participación del 26,5% de los ingresos totales al 30,9%. La

relación entre el decil de más altos ingresos sobre el 40% de más bajos ingresos ha pasa-

do del 9,7% al 11,2%. Se ha operado una evidente concentración de la riqueza.

Una disminución de la participación del 40% de la población de más bajos ingresos y un

incremento de la participación del 10% de la población de más altos ingreso en el

período comprendido entre el 2011 y 2013, que son los últimos que reporta la CEPAL,

lo observamos también en Venezuela, Uruguay, y de manera más severa en Paraguay.

Concentración y acumulación.- Si el ingreso en el 10% de la población más rica se ha

incrementado, mientras en el resto de la población ha decrecido, es porque en ese

segmento un pequeño grupo ha logrado niveles de concentración muy altos. Si

tuviésemos estudios en la línea de Thomas Picketty, con seguridad se determinaría que

la parte más intensa, atañe a un grupo no mayor del 1% de la población. El estudio de la

Universidad Central, García y Carrión (en Muñoz, 2014), retomando cifras de la

Superintendencia de control de Poder de Mercado, señalan que en el 75% de los

establecimientos el reparto de los ingresos se lo hace con un índice de Gini mayor al

Page 313: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

312

0,67; que el 44% de las ramas de actividad económica están altamente concentradas y

que en el 35% de los sectores altamente concentrados se tiene la capacidad de

distorsionar el mercado. Muestra de ello es que el 44% de los ingresos por ventas se

concentra en el 0,2% de establecimientos. Las ramas de la actividad económica de

mayor atención por los 10 grupos de mayor poder son el comercio de alimentos y

automotores, la industria manufacturera y las financieras, grupos que incursionan de

manera simultánea en diversas actividades. Por ejemplo La Favorita, la mayor cadena

de comercialización de víveres “obtiene el 93% de sus ingresos en siete empresas de

tipo comercial, pero controla 4 empresas relacionadas con la industria manufacturera

(Fleixplast, Profasa, Maxipan, Agropesa) e incluso una empresa dedicada a la

transmisión eléctrica (Enermax) e inmobiliarias (Invede). Otro grupo de mucho poder es

Eljuri, percibe su mayores ingreso el las 23 empresas de comercialización: Juan Eljuri,

Quito Motors, Neohundai y Metrocar, entre otras; participa en la industria manufac-

turera como en Aymesa,Indumot, Ecuatoriana de Cerámicas, Rialto, Italpisos, entre

muchas otras, con gran poder monopólico. En la industria manufacturera 16 grupos

tiene el mayor control y entre ellos se destacan General Motors y Pronaca. Son muestras

de la alta concentración monopólica.

¿Estamos en un escenario de crisis?

Y si lo estamos ¿Qué es lo que está en crisis?

1.- Dos preguntas necesarias para un momento como éste, octubre de 2015. La caída de

los precios del petróleo tienen dos efectos fundamentales. El primero, se provoca una

disminución de las divisas que ingresan al país lo que no permite sostener las importa-

ciones de bienes de producción y materias primas que requiere la industria y bienes de

consumo que no se producen en el país. El segundo es que disminuyen los ingresos para

financiar el presupuesto del Estado del 2015 que ya tiene un déficit de alrededor de

7.000 millones de dólares. Esta situación se hace más difícil por el cambio en la

modalidad de los contratos (de participación a los de prestación de servicios) con las

petroleras privadas, que resultaban bondadosos con los precios altos e inconvenientes

con los precios bajos, en muchos casos se explota petróleo a pérdida. Falta de previsión,

igual que en la fijación del precio del barril del petróleo en el presupuesto del 2015. Al

parecer solo el gobierno y los asambleístas de PAIS no conocían que los precios estaban

a la baja y que no sería por poco tiempo.

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313

2.- La falta de recursos hace que se paralicen varias de las grandes obras que ejecuta el

gobierno, se provocan atrasos en el pago de contratos y necesariamente el gobierno

deberá efectuar un severo ajuste en las empresas públicas y en la burocracia. De hecho

ya se ha inciado en Petroecuador con el despido de personal y se ha dispuesto que pase

a manos privadas parte de la estructura de distribución de los combustibles de esa

empresa. Se producirá un incremento de los indicadores de desempelo y de empelo ina-

decuado. Los encadenamientos de pequeñas unidades de producción, comercialización

y servicios alrededor de estas paralizaciones multiplicará los efectos negativos en

sectores de menores ingresos.

3.- El FMI y CEPAL en los primeros días de octubre anuncian que las economías en la

región tendrá un crecimiento de -0,3% en el 2015, los casos más dramáticos son los de

Venezuela que tendrá una caída de -10% y Brasil de -3%. Ecuador tendrá una caída de

-0,6%. Esta contracción repercute también en los ingresos al Estado por la disminución

de impuestos, tanto por el Impuesto al Valor Agregado (IVA) como en el Impuesto a la

Renta (I.R.) Es sensible la caída en el ritmo de la industria de la construcción y de otras

unidades de producción para la exportación.

4.- Ecuador tiene una calificación de riesgo país de 1386 puntos al 15 de octubre de

2015, indicador que refleja las dificultaddes que tendrá el país para la consecución de

créditos en condiciones adecuadas. El país tiene una deuda pública que se aproxima al

límite que le permite la Constitución (40%) y que resulta muy onerosa dada la estructura

productiva y la baja de los precios del petróleo, que no se superarán en el corto plazo.

De otra parte, Ecuador tiene comprometida la extracción y venta de petróleo por su

venta anticipada a China y Tailandia.

5.- Si el ahorro improductivo de recursos no era una política adecuada en el pasado,

tampoco el gasto dispendioso de los recursos públicos lo es. Que no se tenga ahorro

improductivo de recursos no significa que no se disponga de reserva para afrontar situa-

ciones adversas. Sí, se debió incluso incrementar la inversión en educación y salud, así

como en proyectos importantes de infraestructura, pero no se justifican ni el exceso

burocrático ni muchas mega obras. Gasto e inversiones que debieron ser sometidos a un

abierto debate sobre su pertinencia y a una contraloría social transparente en su ejecu-

ción, lamentablemente no ha existido ni lo uno ni lo otro. El índice sobre percepción de

la corrupción IPC pone a Ecuador entre los más corruptos en Sur América, pasamos del

Page 315: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

314

puesto 102 al 110 entre el 2013 y 201489 y nos encontramos solamente por delante de

Venezuela que está en el puesto 161, uno de los más corruptos del planeta. De allí que

es pertinente que desde las organizaciones sociales se haya conformado una Comisión

Ciudadana. El gobierno en lugar de empezar por enjuiciarlos debería saludar la

iniciativa.

6.- La apreciación del dólar en la magnitud que se ha producido crea una dificultad adi-

cional a la economía dolarizada y dependiente de Ecuador. Igual que en el caso de los

precios del petrolero sus niveles se determinan en el mercado mundial, sobre ello poco

se puede hacer. Por ello el país pierde competitividad en sus exportaciones y tienden a

crecer las importaciones, disminuyen las que pagan impuestos en los controles, por las

salvaguardias, y se incrementan las que ingresan por los pasos no autorizados. El resul-

tado es una fuga importante de divisas que hace más complejo el panorama, amenazan-

do la estabilidad de la dolarización.

Estamos sin duda ante un escenario de crisis. El modelo económico extractivista, con

los buenos precios de las materias primas y recursos energéticos, incentivó una econo-

mía que tiene como ejes dinamizadores el gasto y la inversión pública, con ello mayor

capacidad de consumo de los sectores medios, empleo, recuperación parcial de los sala-

rios, bono de desarrollo humano y subsidios a los combustibles, disminución de la

pobreza y parcialmente de las desigualdades sin que se haya afectado la estructura

distributiva de los ingresos. Hay sectores del empresariado medio y grande que ha

cuestionado la preponderancia de lo estatal, pero se ha subordinado en medio del

conflicto.

Patrón de acumulación absolutamente dependiente de los recursos que ingresan por la

explotación y exportación del petróleo y que esperan incrementarlos con la explotación

y exportación minera. Quienes se han beneficiado de ese modelo han sido las grandes

empresas, varias ETN y otras nacionales vinculadas a la obra pública contratada desde

el gobierno central. Se benefician también las empresas productoras de insumos para

esa obra pública; las telefónicas; el gran empresariado del comercio que ha respondido

al incremento del consumo; los importadores, ensambladores y comerciantes de

automotores; el sector bancario y financiero nacional. La disposición de una suma de 89 Datos de los estudios de percepción que hace la Organización para la Transparencia Internacional con seguimiento en 174 países.

Page 316: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

315

valores equivalente a USD 237.585 millones, como ingresos al Sector Público No

Financiero y de USD 136.280 millones al gobierno central (B.C.E. 2015), en estos ocho

y medio años, como nunca antes en la historia nacional, ha permitido ciertamente

contentar a muchos, y de manera especial, a la sensible clase media.

Con la caída de los precios y la apreciación del dólar, así como por las medidas adop-

tadas, los afectados también son muchos. Comerciantes, industriales, productores para

la exportción, productores paara el mercado interno que utilizan insumos importados,

empresarios vinculados a la construcción privada y a la obra pública, sienten en lo

inmediato las consecuencias. Los sectores medios se incomodarán por no poder realizar

algunos sueños del desorbitante consumismo pero sí tendrán que afrontar la dismi-

nución del empleo público y privado. Por dejar el Estado de cumplir sus obligaciones

con el Seguro Social se afectará hacia futuro los jubilados y en el presente se restrin-

girán los servicios a los afiliados. En los grupos de menores ingresos también afectará la

contracción del mercado laboral. Sin duda, los que más sentirán el frenazo en el corto

tiempo serán los sectores medios y ello tendrá costos políticos para el gobierno.

Esto explica que entre enero y agosto de 2015 la aprobación de la gestión del presidente

haya caído del 60% al 52%, la desaprobación haya pasado del 34% al 42%; la credi-

bilidad haya bajado del 53% al 47%, mientras que los que no le creen ha pasado del

40% al 49%; los que aprueban la actitud y forma de ser del presidente ha pasado del

46% al 38%, mientras los que desaprueban su actitud y forma de ser, han pasado del

49% al 57%90. Comparado con otras realidades de América Latina son indicadores

altos, sin embargo denotan una clara tendencia de deterioro.

¿Esto significa una crisis del proyecto del Buen Vivir? Si se asume que el Buen Vivir es

la estrategia de desarrollo del gobierno de la Revolución Ciudada, habría que admitir

que como estrategia ha fracasado y que está en una crisis de la que dificilmente podrá

recuperarse. Sin embargo, el Plan de Desarrollo del Buen Vivir, que aprobó el gobierno,

si bien fue una construcción tecnocrática que pudo haber tenido buenas intenciones, no

dejó de ser un canto a la vida. Las políticas seguidas por el gobierno, y de manera más

explícita desde el segundo mandato, no guardan correspondencia ni con la nueva

Constitución del 2008 y menos con los lineamientos del Plan del Buen Vivir. Si en el 90 Información del Centro de Estudios y Datos (CEDATOS) 09/2015 http://www.cedatos.com.ec/

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316

curso de estos años el gobierno incorporó la expectativa de la minería como fuente para

financiar el desarrollo; decidió explotar el Yasuní; y más tarde, concentró su discurso en

el cambio de la matriz productiva y los acuerdos comerciales en diálogo con el sector

empresariado, era de esperarse que el patrón de acumulación y las principales formas de

distribución de la riqueza se mantengan en las mismas o peores condiciones que en el

2007. De hecho, los niveles de concentración de la riqueza así lo confirman.

Lamentablemente no se ha caminado en la dirección que nos hubiese permitido superar

las condiciones del Mal Vivir.

La crisis del modelo primario exportador, que ha tenido como eje el gasto y la inversión

pública, encontrará como alternativa, dada la estructura y correlación de fuerzas en la

sociedad, lo que ya está propiciando el gobierno de la Revolución Ciudadana, la

privatización de algunos activos del Estado; el asocio entre la empresa pública y el

empresariado privado para gestionar varios sectores de la economía que han sido mono-

polizados por el Estado; incremento de la deuda externa; y la transferencia de algunos

costos a los sectores de menores ingresos. En consecuencia, se continuará con el patrón

de acumulación primario exportador, se mantendrá el extractivismo con presencia más

activa del capital transnacional y nacional privado. Los viejos grupos de poder, que se

han fortalecido en estos ocho años y medio, necesariamente tendrán que compartir con

los de reciente formación. Así como sectores del empresariado que han sido

subordinados en medio de la discrepancia con el modelo estatista, hoy exigen ciertas

concesiones y garantías para ser parte de los acuerdos. ¿Que van a estar?, sí van a estar.

La modernización avanza, se pondrá más énfasis en lo privado que en lo público, habrá

mayor concentración de la riqueza, se afianza la estructura monopólica del capitalismo

en Ecuador y se incrementarán los conflictos sociales.

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317

CONCLUSIONES

En América Latina, y con mayor razón en Sur América, la presencia de nuevos actores

sociales y políticos en espacios de decisión del Estado, a inicios del siglo XXI, alentó la

esperanza de superar una fase de desarrollo que estuvo marcada por el predominio de

las políticas de ajuste estructural, que a más de provocar incrementos en los niveles de

pobreza, polarización en la distribución de los ingresos y concentración de riqueza;

restringieron la aplicación de políticas públicas, funciones de regulación y niveles de

institucionalización del Estado, cuyo efectos también fueron la extensión de las prác-

ticas de corrupción y arbitrariedad en la sociedad. Desde una perspectiva de más largo

plazo el neoliberalismo contribuyó a la reproducción y predominio de la actividad

primario exportadora, como patrón de acumulación en la economía regional. Dinámica

que respondió de manera pasiva, subordinada, a los intereses de las grandes corpo-

raciones, a las instituciones financieras e intereses de los Estados centrales en lo interna-

cional.

Los nuevos actores en los escenarios de ejercicio del poder, que acceden en represen-

tación de las fuerzas sociales que resistieron al neoliberalismo cuando éste aún era

fuerte, acogieron e hicieron suya, la crítica y la construcción colectiva de un discurso

que pretendía ser alternativo a las tradicionales estrategias de desarrollo e incluso

alternativo al desarrollo. Este intento para superar el “mal desarrollo y mal vivir”, como

las define Tortosa, suponía cuestionar las bases culturales, las relaciones de poder,

concebir de manera distinta la interacción de los seres humanos con la naturaleza,

recuperar los valores comunitarios, de solidaridad y cooperación en la reproducción de

la vida colectiva. Esta construcción tenía dos vertientes, la una de crítica desde dentro

de la modernidad, que se expresa en la formulación de propuestas alternativas de desa-

rrollo como son los aportes de los discursos del desarrollo humano, del desarrollo

sustentable, de la búsqueda de otras formas de organizar la economía potenciando las

capacidades endógenas de la sociedad, de los territorios, con formas de distribución

equitativas no solamente de los bienes resultantes de la producción sino de los medios

para obtenerlos, que recupere las diversidades culturales y sus expresiones en todas las

prácticas de la sociedad; y la otra vertiente, la de la crítica a la modernidad desde los

otros discursos, de aquellas otras miradas que responden a otras culturas, a otras formas

Page 319: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

318

de organización de la producción, del tiempo, de las relaciones sociales, de las

interacciones entre las comunidades y la naturaleza, de la justicia, de las necesidades y

valores.

En Ecuador, en el segundo quinquenio de la primera década, con la llegada de la revo-

lución ciudadana al gobierno, esos esfuerzos por elaborar una propuesta distinta, dife-

rente a lo que se había hecho en el pasado, en superación por tanto a las concepciones

desarrollistas de mediados del siglo pasado y de las denominadas neoliberales, se

plasmaron en los planes de desarrollo, de los cuales nos referiremos al del 2009-2013

porque allí se marcan los supuestos puntos de ruptura.

El Plan del Buen Vivir (SENPLADES 2009) propone una transformación revolucio-

naria hacia el Buen Vivir. En el marco de un nuevo régimen de desarrollo que supone

una “articulación organizada, sostenible y dinámica del sistema económico, político,

socio-cultural y ambiental, y en que cual se garantiza la reproducción de la vida con un

horizonte intergeneracional, es el centro y la finalidad de la acción estatal y social”

(p.94). Para alcanzar ese objetivo se propone una “estrategia nacional endógena y sos-

tenible … con una inserción estratégica y soberana en el mundo” (p.94-95). En ese

marco, la planificación, la tributación, el crédito “buscan superar el modelo primario

exportador, democratizar el acceso a los medios de producción, crear condiciones para

incrementar y generar empleo de calidad. El Plan advierte que salir de manera inmediata

de ese modelo será imposible, hay que avanzar de manera “progresiva y racional”.

El Plan de SENPLADES (2009) reconoce a la biodiversidad como la mayor ventaja

comparativa y la mejor ventaja competitiva es saber aprovecharla, “a través de su

conservación y de la construcción de industrias propias relativas a la bio y nano

tecnologías… la estrategia está orientada a construir en el mediano y largo plazo una

sociedad del bio-conocimiento y de servicios eco-turísticos comunitarios” (p.95).

Durante estos períodos se propenderá a “satisfacer las necesidades básicas de la

población en los territorios a través de procesos de generación de riqueza que resulten

sostenibles en el tiempo”.

La propuesta de SENPLADES (2009) para cambiar el horizonte ha sido pensada para

ejecutarse entre16 o 20 años, en cuatro fases, la primera de transición “en términos de

acumulación en el sentido de dependencia de los bienes primarios para sostener la eco-

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319

nomía; no así, en términos de redistribución, considerada como el centro del cambio en

este período y en general de la estrategia en su conjunto”. Y continúa, que a través de

una sustitución selectiva de importaciones (petroquímica; bioenergía y biocombustibles;

metalmecánica; biomedicina; farmacéutica y genéricos; bioquímica; hardware y

software y servicios ambientales), impulso al turismo e inversión pública se sentarían

las bases para la industria nacional y cambios en la matriz energética. Entre las priori-

dades señala la desagregación tecnológica, la cualificación de profesionales en el exte-

rior (bio-disciplinas y ciencias básicas) y el ecoturismo comunitario. También tendrán

prioridad lo relativo a proyectos generadores de empleo, las iniciativas para la economía

social y solidaria y la seguridad alimentaria. En la segunda fase, el peso de la industria

nacional será mucho mayor; como se avanzará en el eco-turismo comunitario; inte-

rrelación entre empresa, universidad e institutos para inversión en investigación. La

tercera fase llegaría a la diversificación de exportaciones, la industria nacional tendría

un peso equivalente al del sector primario. Finalmente en la cuarta fase se tendría el

despegue de los bio-servicios.

Esta es la columna vertebral del Plan, en realidad la preocupación es el cambio del eje

de acumulación de la economía y en ese proceso se atienden aspiraciones que coadyu-

van a mejorar las condiciones de vida de la población y su acercamiento al buen vivir.

La primera estrategia que se enuncia para la primera fase hace relación a la democra-

tización en el acceso a los medios de producción que no solamente es una opción para

mejorar la producción sino también para el Buen Vivir .

El Plan de desarrollo incorporó en su discurso muchos elementos procedentes de los

imaginarios de distintos actores de la sociedad y diversos enfoques. La propuesta se

organizó en torno al Buen Vivir que fue parcialmente asumida por el gobierno central y

hábilmente abandonada. El discurso y práctica del gobierno, como se ha expresado en la

revisión del proceso ecuatoriano, en lugar de apuntalar y estimular los valores del Buen

Vivir asumidos desde la sociedad, que se enuncian por ejemplo en la propuesta del

desarrollo a escala humana, más bien se los contrapone, limita, descalifica: negando en

la práctica la participación, anulando los derechos de opinión, crítica, disenso, reunión,

organización, movilización, resistencia; el respeto a la naturaleza, la igualdad. No se ha

incorporado en la acción del gobierno y el Estado el eje de la pluriculturalidad, se

reincide en nombre del “progreso” en prácticas de exclusión cultural en el campo de la

educación y la salud.

Page 321: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

320

La acción del gobierno durante estos años ha impulsado la inversión pública orien-

tada a grandes obras para el cambio de la matriz energética, infraestructura vial, proyec-

tos hídricos, puertos, aeropuertos, esto se traduce en mejorar la productividad sistémica.

Inversión pública posible por los buenos precios del petróleo que ha permitido mayores

ingresos al Estado. Se entiende que esa mejor productividad sistémica debe favorecer la

inversión privada y comunitaria de distintos sectores de la sociedad, sin embargo esa

inversión durante estos años ha sido limitada, los más beneficiados son los contratistas

de las obras. Esta disposición de recursos sin embargo no se ha canalizado para atender

el otro objetivo importante de la primera fase del Plan del Buen Vivir relativo a pro-

piciar un proceso selectivo de importaciones que permita sentar las bases para el cambio

del eje de acumulación. Se ha iniciado el noveno año de gobierno y la estructura del

aparato productivo ecuatoriano está en las mismas condiciones que se tuvo al inicio del

gobierno de la revolución ciudadana. La inversión en turismo para fortalecer proyectos

comunitarios es poco significativa.

El otro aspecto que el Plan insiste en su primera etapa es el relativo a la redistribu-

ción que sería el centro del cambio en el período. Como se observó en el análisis del

gobierno, y de manera particular en el relativo a la crisis por lo precios del petróleo, la

disminución de la pobreza y la disminución de los indicadores de desigualdad, han sido

poco alentadores, más aún si se piensa en los ingentes recursos que ha dispuesto el

Estado y el gobierno central. La disminución de la pobreza y la desigualdad se dieron

con mayor intensidad en el período 2002-2008 que en el período 2008-2014. Más

compleja es esta debilidad si se toma en cuenta que la disminución de la pobreza se da

por el ingreso de mayores recursos que por medidas de redistribución. Desde esta

constatación es evidente que el objetivo del Plan de desarrollo del Buen Vivir no se

correspondió con la acción del gobierno.

La disminución de los precios del petróleo a partir de mediados del 2014 y la apre-

ciación del dólar, que afectan de manera severa la economía del 2015, han llevado al

gobierno ha adoptar medidas para menguar los efectos. Muchas de estas medidas tienen

efectos negativos en las producción y otras afectan las condiciones de vida y seguridad

de sectores pobres de la sociedad. Los niveles de desempleo y subempleo tendrá una

tendencia al crecimiento por las dificultades de los sectores productivos de mediana y

pequeña escala.

Page 322: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

321

La caída de los precios del petróleo, que se traduce en una caída del PIB para el año

en curso, devela la profunda dependencia de la economía nacional sobre este recurso.

Tal como sucedía en el 2007 y en los años anteriores. El problema no es la caída del

PIB, como no es la perversa determinación de lo externo sobre lo interno, el problema

está en que la economía ecuatoriana reproduce el mismo patrón de acumulación pri-

mario-exportador, poniendo incluso mayor peso a la extracción de recursos naturales

con relación a gobiernos anteriores. La diferencia está en que con el actual gobierno se

incrementa la inversión pública y el gasto público. Los beneficiarios siguen siendo

pequeños grupos empresariales que obtienen ganancias de la rentabilidad de la obra

pública y de otros sectores como el financiero y el comercial que aprovechan el incre-

mento de la capacidad de consumo de los sectores medios. En ello se ha incrementado

la concentración monopólica. La economía social y solidaria que aparece como una de

las prioridades en la primera fase del Plan sigue siendo absolutamente marginal, como

lo es también la inversión orientada al ecoturismo. De estas prioridades el gobierno sí

cumple con el Plan de Desarrollo en lo referido a la inversión para la calificación de

futuros profesionales en ciencias básicas y en bio-disciplinas. Inversión que no precisa-

mente obedece a una propuesta debidamente debatida en función de las necesidades del

país y del curso de la educación superior.

La experiencia de Ecuador con la caída de los precios de los bienes primarios, la

comparten otros países de la región con las debidas particularidades, sobre todo aquellos

países que han hecho de la explotación y exportación de los recursos de la naturaleza y

del gasto público los elementos de organización y reproducción de la economía. La dis-

minución de los ingresos significa paralización de inversiones públicas importantes,

menor empleo en el sector privado y en el aparato burocrático del Estado, disminución

del consumo. Esta realidad resquebraja los niveles de aceptación y legitimidad de los

gobiernos que aún disponen de ellas, así como hace más difícil la situación de otros que

por efectos de la corrupción han tenido ya un serio desgaste.

El eje vertebrador del discurso del Plan de desarrollo del Buen Vivir tiene compo-

nentes de una visión desarrollista, la estructura de etapas o fases y sus encadenamientos,

la carga del Estado como eje organizador y articulador de todos los programas econó-

micos, sociales, políticos, culturales; el sesgo productivista y culto a la tecnología como

la imagen de progreso y el factor gravitante de la transformación; el tratamiento a la

naturaleza como la mayor ventaja comparativa y de su conocimiento como la mejor

Page 323: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

322

ventaja competitiva sobre la que se debe actuar; el protagonismo de los sectores medios

y su capacidad de consumo como el elemento dinamizador de la transformación y mo-

dernización del Estado y la sociedad; el posicionar valores como el orden, la disciplina

la homogeneización.

El discurso del “Buen Vivir” enriquecido con expresiones como el “distribuir produ-

ciendo” y “producir re-distribuyendo” como que “sobra” cuando en agosto del 2013 el

gobierno decide explotar los pozos petroleros del ITT en la reserva del Yasuní; cuando

se propuso y consiguió reformas para intervenir en la justicia; cuando se formulan

reformas constitucionales para restringir derechos; o cuando se atropella la vida o auto-

nomía de las organizaciones sociales y populares. El discurso del “Buen Vivir” queda

reducido a una retórica, vaciado de los contenidos socio-ambientales originarios, queda

reducido a instrumento de publicidad.

Parafraseando a Tortosa, en una evaluación sintética se puede decir: desde el

bienestar, hay menos pobreza, menos hambre, menos desigualdad, reducciones alcan-

zadas más porque se ha dispuesto de mayores recursos que por transformaciones estruc-

turales; desde la libertad, existe menos democracia, restricción de derechos, miedo;

desde la identidad, no se han consolidado las propuestas de la pluriculturalidad, se pro-

pende a la homogeneización, el imperio de una verdad que es la verdad del poder; y, en

el plano de la seguridad, se extienden nuevas formas de violencia para el control y disci-

plina, con procedimientos más sofisticadas, modernas y eficientes. En suma, se refuerza

el Mal Vivir.

La estrategia de desarrollo que ha impulsado Ecuador en éstos años no se corres-

ponde con lo deseado por varios sectores de la sociedad que miraron con expectativa la

opción de otro futuro con las ideas del Buen Vivir. Si el discurso del Buen Vivir se

redujo a retórica; si la modernización inspirada en tesis más bien desarrollistas sobre-

dimensiona el poder del Estado sobre la sociedad al tiempo que permite la concen-

tración; y el extractivismo se convierte en el eje del patrón de acumulación, estamos

ante una estrategia neo-desarrollista, que pasa a integrar el campo del Mal Desarrollo.

SIGLAS

AIG American Internacional Group

ALADI Asociación latinoamericana de integración

Page 324: Estrategias de desarrollo en América Latina y sus aplicaciones en

323

ALBA Alianza bolivariana para los pueblos de nuestra América

ALCA Área de libre comercio

AMBAC financial group

BCE Banco Central del Ecuador

BRICS economía de países emergentes (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica)

CARICOM Comunidad del Caribe

CDO creación de fondos de titulación

CDS Derivados del incumplimiento crediticio

CEI Comunidad de Estados independiente

CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe

CEPE Corporación estatal petrolera ecuatoriana

CMN Corporaciones multinacionales

CNBC Consumer News and Business Channel

COMINTERN Congreso de los partidos comunistas afiliados a la III internacional

DIT División Internacional del Trabajo

EMPROVIT Empresa nacional de productos vitales

ENAC Empresa nacional de almacenamiento y comercialización

ETN Empresas Transnacionales

FAO Organización para la alimentación y la agricultura

FBKF Formación bruta del capital fijo

FDIC Corporación de garantías de depósitos

FED Sistema de reserva federal

FEI federación ecuatoriano de indios, hoy CONAIE

FEUE Federación de estudiantes universitarios del Ecuador

FLOPEC Flota petrolera ecuatoriana

FMI Fondo Monetario Internacional

G20 Grupo de los 20

G8 grupo de los 8

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324

GAAT General Agreement on Tariff and Trade

GAO Oficina gubernamental de rendición de cuentas

GEAB Global eurpoe anticipation bolletin

HSBC Corporación Bancaria de Hong Kong y Shangai

IAEN Instituto de Altos Estudios Nacionales

IDH Índice de desarrollo humano

IED Inversión Extranjera Directa

INB Ingreso Nacional Bruto

INEC Instituto nacional de estadísticas y censos

IOE Industrialización orientada a las exportaciones

ISI Industrialización sustitutiva de importaciones

MBIA Municipal bond insurance association

MERCOSUR Mercado común del sur

MERCOSUR Mercado común del sur

NICS Países de reciente industrialización

NNUU Naciones unidas

OCDE Organización para la cooperación y el desarrollo económico

OIT Organización internacional del trabajo

OMC Organización Mundial del Comercio

OPEP Organización de países exportadores de petróleo

OTAN Organización del Tratado del Atlántico Norte

pc Per capita

PEA Población económicamente activa

PIB Producto Interno Bruto

PNB Producto Nacional Bruto

PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

PPA Paridad de poder adquisitivo

SEA Servicio de evaluación ambiental

SRI Servicio de rentas internas

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325

TIAR Tratado Internacional de Asistencia recíproca

TLC Tratado de libre comercio

UE Unión Europea

UNASUR Unión Suramericana de Naciones

UNICEF Fondo de as Naciones Unidas para la Infancia

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A N E X O S

ESTRATEGIAS DE DESARROLLO EN AMÉRICA LATINA

Y SUS APLICACIONES EN ECUADOR

Del desarrollismo al pos-neoliberalismo

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M 1

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M 2

CEPAL, Balance preliminar de las economías de A.L. y C 2011

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M 3

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M 4

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INDICADORES MACROECONÓMICOS DE CHINA 1980-2009

M 5

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AL E 1 AL E 2

INDICADORES MACROECONÓMICOS

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AL E 3 1

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AL E 3 2 AMERICA LATINA. VARIAIÓN DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO 2008-2012

BALNCE ECONÓMICO ACTUALIZADO DE LA ECONOMÍA DE AMÉRICA LATINA 2012, 2013 ANEXO.

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AL E 4

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AL E 9

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CEPAL, Balance Económico Actualizado de América Latina y Caribe 2012, Anexo; 2013

AL E 10 1

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353 CEPAL, 2012, Cambio estructural para la igualdad, síntesis p48

AL E 10 2

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AL E 11

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CEPAL: Balance preliminar de la economía de América Latina y el Caribe 2012, 81

AL E 14

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AL E 15

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AL E 16

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AL E 17

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AL S 1

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AL S 2

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363 CEPAL, Panorama Social de América Latina y el Caribe 2012

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AL S 4

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AL S 5

CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y le Caribe 2012

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AL S 6

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CEPAL, Panorama Social de América Latina y el Caribe 2012, 41

AL S 8

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CEPAL, PANORAMA SOCIAL DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 2011

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CEPAL, PANORAMA SOCIAL DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 2011

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CEPAL, PANORAMA SOCIAL DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 2011

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