estudio breve sobre el tdah en la didáctica culinaria
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Manuel Miguel González Martínez Correo electrónico:
Manuel Miguel González Martínez
TRABAJO TEÓRICO-PRÁCTICO DE UN CASO
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ÍNDICE
Contenido
Presentación del caso práctico: Alberto
1. Introducción ........................................................................................................................................................................... 3
2. Definición y concepto ............................................................................................................................................................ 4
3. Detección, diagnóstico y comorbilidad ................................................................................................................................ 4
3.1. Características del TDAH ............................................................................................................................................. 4
3.1.1. Comorbilidad o rasgos asociados al TDAH .......................................................................................................... 5
3.2. Sintomatología del TDAH ............................................................................................................................................. 6
3.3. Detección del TDAH....................................................................................................................................................... 7
3.3.1. Evaluación psicopedagógica .................................................................................................................................. 7
3.4. Tipos de TDAH ............................................................................................................................................................... 9
4. Intervención psicoeducativa/psicopedagógica ..................................................................................................................... 9
4.1. Intervención farmacológica ......................................................................................................................................... 10
4.2. Intervención del profesorado ...................................................................................................................................... 11
4.2.1. Respuesta educativa a nivel de aula .................................................................................................................... 11
4.2.1.1. Estrategias de intervención psicoeducativa a nivel de aula....................................................................... 12
4.2.2. Respuesta educativa a nivel individual ............................................................................................................... 13
4.2.2.1. Estrategias de intervención psicoeducativa a nivel individual .................................................................. 13
4.3. Intervención con la familia .......................................................................................................................................... 14
5. Documentación consultada ................................................................................................................................................. 15
5.1. Bibliografía ................................................................................................................................................................... 15
5.2. Webgrafía...................................................................................................................................................................... 15
5.3. Legislación .................................................................................................................................................................... 15
5.3.1. Estatal .................................................................................................................................................................... 15
5.3.2. Autonómica ........................................................................................................................................................... 15
Presentación del caso práctico: Alberto Descripción del historial clínico del sujeto y su contexto de desarrollo.
Alberto nació prematuramente el 12/06/2002, tras un embarazo con complicaciones. A los 5 meses de vida contrajo una infección urinaria y requirió controles
periódicos con analíticas de sangre hasta los 3 años. No aceptó ningún tipo de alimentación salvo leche materna hasta que se incorporó a la Escuela Infantil a los 2 ½ años de
edad. Su peso y talla se ha situado por debajo de la media durante todo su desarrollo. Desde los cuatro años se le realiza seguimiento en el Departamento de Endocrinología
del Hospital XXX y recientemente ha sido remitido a la unidad de Nutrición. Sufre un importante retardo en el crecimiento. Su anatomía y desarrollo óseo corresponde a una
edad de al menos dos años por debajo de su edad cronológica (tiene 12 actualmente).
La aparición y desarrollo del lenguaje fue tardía y lenta. A los tres años pasó por una época de acentuada tartamudez evolutiva.
La familia está formada por los padres y dos hijos, Alberto de 12 años y su hermano pequeño de 9. Ambos padres trabajan fuera de casa. La madre es quien ha
mantenido hasta el momento relación con el colegio y quien acude a las entrevistas a requerimiento de los profesores y la profesional en Orientación educativa del colegio
público de Educación primaria al que acude junto a su hermano.
Resultado de la evaluación psicopedagógica.
Se concluye que Alberto presenta necesidades educativas específicas (no especiales) asociadas a TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad)
leve. Su potencial intelectual se sitúa en la normalidad en función de lo que cabría esperar para su edad. Las mayores dificultades se localizan en la atención, la escritura,
comportamiento disruptivo, con dificultades en las estrategias de aprendizaje y en el área afectivo-emocional y de integración social. Estas dificultades no se explican por el
nivel intelectual, o por una escolarización inadecuada.
Su desfase curricular es significativo. Su nivel de competencia podría corresponder a un niño con rendimiento medio de 5º de Educación Primaria debido a que
presenta sus mayores dificultades en las áreas señaladas anteriormente.
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TDA H
1. Introducción
Es común en nuestros días escuchar con insistencia por parte de los
. docentes, que el TDAH está “de moda”, no atendiéndolo
adecuadamente, por desconocimiento.
Una vez que puesto de manifiesto las particularidades del alumnado con TDAH, tan sólo indicar que
el actual marco legal, La LOMCE, reconoce explícitamente el TDAH como necesidad específica de apoyo
educativo (art.71) y asegura su adaptación. La LOE ya recogía el concepto de equidad para todo el
alumnado (art.1) y el desarrollo de las capacidades y personalidad del alumnado como objetivo (art.2),
independientemente de las condiciones de su diversidad (Ramallo, 2014), haciendo hincapié en el
concepto de “Escuela Inclusiva” (aunque esta idea ya quedaba recogida en la LOGSE).
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2. Definición y concepto
El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) es un trastorno
neurobiológico crónico de origen de origen poligénico (Orjales, 2012a), que se caracteriza por la presencia
de déficit de atención, Impulsividad y/o hiperactividad excesiva o inapropiada para la edad de quien la
padece como sintomatología; siendo de intensidad variable dependiendo de la edad de desarrollo y
educación recibida hasta el momento (multifactorial), y que crean problemas de adaptación personal,
familiar, social, académica o laboral a quien lo padece, debido a un peor funcionamiento de un cortex
prefrontal más pequeño (FEAADAH, s.f.).
Este trastorno es un cuadro sintomático tremendamente heterogéneo desde el punto de vista clínico y
pronóstico. (Fernández y Calleja, 2006).
3. Detección, diagnóstico y comorbilidad
El TDAH se rodea de cierta controversia debido a las dificultades para comprender el trastorno; ya
que de no diagnosticarse correctamente, puede entenderse únicamente como un reflejo fruto de una mala
educación (Orjales, 2012a). Al no existir pruebas neurológicas o un test psicológico (o batería de ellos)
que pudiesen arrojar resultados concluyentes, su diagnóstico obliga a una valoración clínica
comportamental, según los criterios basados en la sintomatología del Manual de Diagnostico Estadístico
de los Trastornos Mentales DSM-IV-TR (en su cuarta versión revisada actualmente y a las puertas de un
próximo DSM-V) de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) (Orjales, 2012a).
3.1. Características del TDAH
Este trastorno, considerado leve dentro de la problemática conductual, se caracteriza,
fundamentalmente, por la aparición y persistencia
de tres tipos de síntomas claramente diferenciados:
En el caso de Alberto, se han constatado la
presencia o ausencia de alguno de los dos bloques
de síntomas relacionados con la desatención e hiperactividad-impulsividad, tal y como se indica su
valoración psicológica, apreciándose, de hecho, 1.un comportamiento disruptivo (indisciplina),
deficiencias en 2.la atención, 3.la escritura, con 4.dificultades en las estrategias de aprendizaje (Aierbe,
2005) y en el 5.área afectivo-emocional, así como de 6.integración social.
Todas estas características, muchas de ellas normales en cualquier niño de su edad, interfieren en su
proceso de aprendizaje y/o en sus relaciones sociales, presentando una serie de problemas asociados
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(Fundación Privada Adana, 2006) tales como: Problemas de adaptación en la escuela y, por tanto, en el
rendimiento escolar, mayor facilidad a tener accidentes, problemas en las relaciones con los familiares y
amigos, problemas de sueño, problemas emocionales, de los que suelen surgir, además, los de baja
autoestima.
3.1.1. Comorbilidad o rasgos asociados al TDAH
La pérdida de atención y control, debido a la existencia de leves disfunciones neuropsicológicas,
impiden a Alberto enterarse y aprender, que suponen rasgos de inmadurez neuroevolutiva como lentitud
en la adquisición de la psicomotricidad fina o de coordinación general (“Sufre un importante retardo en
el crecimiento” y “su anatomía y desarrollo óseo corresponde a una edad de al menos dos años por
debajo de su edad cronológica”) y la dificultad para inhibir impulsos, pueden ser las causas de no ser
capaz de responder a las demandas escolares (Fundación CADAH, 2012), lo que le provoca el malestar
que exterioriza; ya que “su potencial intelectual se sitúa en la normalidad en función de lo que cabría
esperar para su edad”.
Los trastornos comórbidos que más frecuentemente coexisten con el TDAH son: Trastorno de
conducta (negativista, desafiante y/o disocial), afectivos (Ansiedad y depresión), Trastornos de tics,
trastorno de Gilles de la Tourette, y trastornos asociados al abuso de sustancias tóxicas (Fundación
CADAH, 2012).
La primera alerta quizás pudo haber sido la aparición de su tartamudez temprana a los tres años,
debida a la falta de concentración en algo concreto, que lo lleva a pasar rápidamente de una actividad a
otra. Hemos de tener en cuenta que el TDAH “puede expresarse también con Dispraxia o torpeza motora
del habla (déficit en la expresión de la palabra por una lengua poco coordinada o torpe) (Fundación
CADAH, 2012); aunque hemos de tener en cuenta que entre los 2-3 años, existe escasa agilidad y
velocidad en los movimientos linguales, lo que conduce a la imposibilidad para repetir el mismo
movimiento de la misma forma y a un lenguaje difluente y peculiar.
No obstante, la disfemia, espasmofemia o disfluencia en el habla es habitual en los niños de edades
comprendidas entre 2 y 5 años, mientras están aprendiendo a hablar, puesto que hasta que aprenden a
organizar las palabras y las frases, no disponen de una fluidez total en el habla (Fundación Española de la
Tartamudez, s.f.).
Del resultado diagnosticado a Alberto, se puede suponer que posiblemente también es posible que
coexista con su TDAH un trastorno de conducta disocial, derivado de su comportamiento disruptivo (al
ser uno de los patrones más relevantes). En casos como el de Alberto, es el trastorno psiquiátrico infantil
más frecuente.
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3.2. Sintomatología del TDAH
El niño, durante sus primeros años de escolaridad, suele ser capaz de concentrarse y trabajar solo,
presenta un pensamiento reflexivo, sabe jugar siguiendo unas normas y trabajar en grupo. En cambio,
Alberto tiene dificultades a la hora de realizar estas actividades: no puede hacer los deberes pues olvida
anotarlos en la agenda, algunos compañeros no quieren jugar con él o en muchos casos es posible que se
encuentre sentado solo al final de la clase.
Así pues, en vista de la situación que rodea a Alberto, y según lo indicado en el Manual Diagnóstico
y Estadístico, cuarta revisión de la Asociación Psiquiátrica Americana DSM-IV-TR (APA, 2002), puesto
que habiéndose apreciado al menos seis de los nueve síntomas de Desatención y/o seis de los nueve de
Hiperactividad-Impulsividad, habiendo aparecido algunos de ellos (“una tartamudez acentuada
evolutiva”) antes de los siete años de edad (“a los tres años”) en más de un ambiente o entorno habituales
de Alberto (hay constancia clínica, familiar, derivada de la información aportada por sus padres y
procedente del entorno educativo a través de la observación del profesorado y por la información aportada
por “la profesional en Orientación educativa del colegio público de Educación primaria al que acude
junto a su hermano”); y teniendo en cuenta que los síntomas no aparecen exclusivamente vinculados a un
trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico y/o mental (p.ej., un
trastorno disociativo o un trastorno de la personalidad en el caso de Alberto, debido a su comportamiento
disruptivo) , se le ha diagnosticado TDAH, al corresponderse con la siguiente sintomatología:
Características o síntomas según el DSM-IV-TR (APA, 2002 y Orjales, 2012)
Déficit de atención (al menos 6 han persistido en los últimos 6 meses)
(Se observa que el posible afectado por el trastorno…)
1. No pone atención a los detalles y comete errores frecuentes por descuido
2. Tiene dificultad para mantener la atención en las tareas y los juegos
3. No parece escuchar lo que se le dice cuando se le habla directamente
4. No sigue las instrucciones, no termina las tareas en la escuela, no termina los “recados”, a pesar de entenderlos
5. Dificultades para organizar sus tareas y actividades
6. Evita o rechaza realizar tareas que le demanden esfuerzo
7. Pierde sus útiles o cosas necesarias para hacer sus actividades obligatorias
8. Se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes
9. Olvidadizo en las actividades de la vida diaria
Hiperactividad-impulsividad (al menos 6 han persistido en los últimos 6 meses) (Se observa que el posible afectado por el trastorno …)
1. Molesta moviendo las manos y los pies mientras está sentado
2. Se levanta del puesto en la clase o en otras situaciones donde debe estar sentado
3. Corretea, trepa... en situaciones inadecuadas
4. Dificultad para relajarse o practicar juegos donde debe permanecer quieto
5. Está continuamente en marcha como si tuviera un motor por dentro
6. Habla excesivamente
7. Contesta o actúa antes de que se terminen de formular las preguntas
8. Tiene dificultad para esperar turnos en los juegos
9. Interrumpe las conversaciones o los juegos de los demás
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Un inciso respecto a la detección: teniendo en cuenta el origen genético del trastorno, su hermano de
9 años es posible que también padezca el trastorno, y puede presentar un perfil de TDAH muy diferente;
con el añadido de que presente una problemática más discreta y pueda pasar desapercibido a la sombra de
su hermano mayor Alberto, algo más problemático (Orjales, 2012a).
No obstante, el psicólogo y/o el médico especialista también tendrán que valorar la presencia o no de
otros trastornos asociados (Mena Pujol, 2006) e intenten evitar su aparición.
3.3. Diagnóstico del TDAH
El diagnóstico temprano por parte de un profesional médico (neurólogo, psiquiatra, psicólogo clínico
o neuropsicólogo) o por un equipo multidisciplinar especializado, ha sido fundamental para que padres y
maestros puedan intervenir adecuadamente durante esta etapa escolar: Alberto de 12 años, acude a un
centro de Primaria junto a su hermano; luego es de suponer que estudia 6º de Primaria.
Sin embargo, el diagnóstico del TDAH es un proceso muy complejo. Al tratarse de un trastorno
dinámico indefinido, va más allá de la simple detección de síntomas de hiperactividad e impulsividad y/o
déficit de atención en un momento puntual del desarrollo del niño. En el caso que nos ocupa, se han
utilizado entrevistas a padres y profesores acerca de conducta Alberto.
El procedimiento idóneo para establecer el diagnóstico de Alberto comprende una serie de
mecanismos instaurados (Mena Pujol, 2006):
• Valoración psicológica de los últimos 6 meses; tiempo suficiente como para poder valorar que
Alberto muestra un desarrollo atípico (cronicidad de los síntomas) y detectar la existencia de posibles
trastornos comórbidos, que permitan establecer las capacidades y limitaciones del niño;
• Valoración médica basada en el historial médico de Alberto, para descartar o confirmar otras
enfermedades que pudieran explicar la sintomatología que presenta (diagnóstico diferencial).
• Valoración psicopedagógica teniendo en cuenta las conclusiones obtenidas a partir de las
entrevistas llevadas a cabo por “la profesional en Orientación educativa del colegio público de Educación
primaria al que acude Alberto”, con el fin de saber si existe fracaso escolar (y/o preverlo en su caso).
3.3.1. Evaluación psicopedagógica
Constatándose que los síntomas no remiten con las medidas educativas habituales y que el grado de
desadaptación que padece no es debido a la exigencia educativa (curso en el que está, la personalidad del
docente que imparte las clases, disciplina escolar del centro…) ni a mecanismos de compensación externa
(dedicación extrema de horas de estudio) ni interna (habilidades cognitivas destacadas que pueden estar
compensando déficits en otras áreas, ya que en el caso de Alberto, “Estas dificultades no se explican por
el nivel intelectual, o por una escolarización inadecuada”), las pruebas básicas para efectuar la valoración
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Test y cuestionarios destinados a la evaluación del caso de Alberto
• Entrevista clínica
• Observación directa
• Escalas de conducta en general (BASC de Reynolds y Kamphaus)
• Evaluación de sintomatología TDAH con criterios DSM-IV (S-NAP-IV)
• Escalas de conducta TDAH (EDAH de Farré y Narbona. Esca1a Escolar de Conners-Revlsaoa de Conners).
• Escalas de evaluación de aptitudes: WPPSI WISC-IV y WISC.R (Historietas, laberintos y Rompecabezas).
• CPT-II/KCPT Test de Atención Continua de Conners
• Test de atención en realidad virtual, AULA (Nesplora)
• CSAT: Test de Atención Sostenida en la Infancia {Servera y Llabrés)
• 02: Test de Atención (Brickemkamp y Zillmer)
• EMIC: Escala Magallanes de impulsividad (Servera y Llabrés)
• Pruebas psicopedagógicas de Aprendizajes instrumentales (CANALS)
• Batería de evaluación de los procesos lectores revisada (PROLEC·R de Cuestes, Rodríguez, Ruano y Arribas) y PROLEC-SE (PROLEC-SE de Rames y Cuetos)
• Batería para la evaluación de los procesos de escritura (PROESC de Cuetos, Ramos y Ruano)
• CMAS-R: Ansiedad infantil (Reynolds y Richmond)
• STAXl.NA: Inventario de expresión ira estado-Rasgo (Barrio, Spielberg y Alμja)
• BAS: Batería de socialización 1, 2 y 3 (Silva y Martorell)
• Cuestionario de estrategias sociales (Díaz Aguado)
• Pruebas proyectivas
psicopedagógica y poder establecer unas conclusiones y unas medidas a adoptar, tanto dentro como fuera
de del aula, han debido ser las siguientes:
Entrevista con el profesor-tutor de Alberto
Se ha realizado, seguramente, con el fin de concretar el nivel académico, social y
emocional de Alberto y orientar al tutor sobre el desarrollo del alumno dentro del aula.
Entrevista con la familia de Alberto
En este caso, es posible que se haya realizado con el fin de conocer la estructura familiar,
los de límites y normas del entorno, y/o el nivel y el tipo de comunicación entre los diferentes
miembros.
Observación-entrevista con Alberto.
Con el fin de valorar el nivel de problemática conductual de Alberto, conocer la opinión
de Alberto ante el centro y su familia, y si su actitud y manera de expresarse tienen y/o
mantienen un nivel adecuado y correcto a su edad, es habitual realizar una serie de
intervenciones de este tipo.
Análisis de informes médicos de Alberto
Para efectuar una buena evaluación, se ha debido de tener en cuenta el informe clínico
realizado, su historia clínica y las conclusiones establecidas, estableciéndose contacto con el
profesional clínico encargado del caso.
Análisis de las composiciones escritas de Alberto
Mediante el análisis de los escritos efectuados por Alberto, se han podido observar sus
carencias, llegando a la conclusión sobre la posibilidad de aplicar algunas de las pruebas o
test específicos, con el fin de evaluar detenidamente la sintomatología observada en Alberto.
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No obstante, se debe de tener en cuenta que la utilización de cuestionarios no debe suplir nunca a la
entrevistas.
Análisis del expediente académico de Alberto
Este análisis se procede a comprobar si ha habido alguna incidencia a lo largo de su etapa
escolar, con el fin de descartar si la conducta de Alberto es debida a algún otro trastorno de
conducta diferente al TDAH.
3.4. Tipos de TDAH
Según los criterios del DSM-IV (APA, 2002) los tipos de TDAH son:
Inatento: predomina la dificultad de atención.
Impulsivo-hiperactivo: predomina la dificultad en el auto-control.
Combinado: presenta síntomas de inatención, de impulsividad y de Hiperactividad.
En función de estos criterios, y de la sintomatología diagnosticada a Alberto, su TDAH parece ser de
tipo combinado.
4. Intervención psicoeducativa/psicopedagógica
De lo reseñado con anterioridad (Orjales, 2012b), se puede deducir que no corresponde ni al
orientador escolar ni al profesorado realizar ni la valoración psicológica, ni el diagnóstico de un trastorno
tan complicado como el TDAH, por muy formado que esté en el trastorno o por mucha intuición educativa
y años de experiencia que tenga a sus espaldas y por mucho conocimiento que tenga del alumno. En el
caso de niños ya diagnosticados como Alberto, es más útil, por tanto, centrarse en el tipo intervención
educativa a efectuar en función de lo diagnosticado (Orjales, 2012b).
Sin embargo, el papel del profesor-tutor en el diagnóstico de TDAH resulta imprescindible: al pasar
mucho tiempo con ellos y tener la referencia de los otros niños de misma clase y edad, puede y debe
aportar toda aquella información que ayude a los especialistas (Orjales, 2012b).
En un caso como el de Alberto, que parece presentar una patología comórbida y suele ser conveniente
una intervención mixta (intervención multimodal) con tratamiento conductual y farmacológico (Pascual-
Castroviejo, 2001).
El tratamiento conductual debe facilitar que la relación entre padres y profesores sea continuada y
fluida; ya que debe llevarse a cabo en tres ambientes muy relacionados entre sí:
a) En el colegio, prestando la atención que requiere Alberto sin descuidar a los demás
(adaptando reglas y normas de comportamiento a sus posibilidades), utilizando en el aula de
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la metodología de modificación de conducta adecuada, según indicaciones proporcionadas
por el profesional en orientación educativa.
b) En casa, como extensión de las actividades, los deberes se convertirían en un refuerzo del
aprendizaje, ayudando a Alberto en el orden en la realización de las tareas y con libros y
material escolar a utilizar.
c) En la familia, proporcionándole un ambiente tranquilo y coherente, observando unas pocas,
pero muy claramente explícitas, normas de disciplina.
4.1. Intervención farmacológica
Los niños con TDAH tienen un desequilibrio químico de los neurotransmisores Dopamina y
Noradrenalina (sustancias químicas del cerebro). Por ello, suelen tomar medicamentos (recetados por un
médico especialista), que tienen como principios activos las anfetaminas, con el fin de evitar los desajustes
del funcionamiento cerebral (lóbulo frontal y las áreas prefrontales principalmente). “Cuando los efectos
con estos fármacos no son los deseados, se suelen utilizar antidepresivos tricíclicos, como el “Bupropion”
o los inhibidores selectivos de recaptación de serotonina” (Orjales, 2012a).
Las dosis varían en función del grado en que se presenta el síndrome, el peso corporal y la tolerancia
(que en caso de ser nula, hay que descartarla).
Parece apropiado que en el caso de Alberto, donde “su anatomía y desarrollo óseo corresponde a
una edad de al menos dos años por debajo de su edad cronológica (tiene 12 actualmente)”, y “las
dificultades” de su TDAH Combinado “se localizan en la atención, la escritura, comportamiento
disruptivo, con dificultades en las estrategias de aprendizaje y en el área afectivo-emocional y de
integración social”, sea quizás lo más apropiado como primera opción sea la toma de Metilfenidato
(MPH) (Rubifén en dosis cortas y Medikinet y Concerta en dosis de liberación sostenida); ya que (l)
mejora el estado de alerta (mantiene la atención focalizada), (2) reduce la fatiga cuando la tarea es
prolongada, (3) mejora el rendimiento en las tareas puesto que tiene un efecto positivo sobre la memoria
de trabajo, (4) reduce la hiperactividad motriz y (5) reduce la impulsividad cognitiva y comportamental
(Orjales, 2012a). Suele tener un efecto a corto plazo (3-6 horas); debido a ello, las tomas se realizan al
principio de la jornada, antes de salir de casa para ir al centro escolar y únicamente los días de clase, por
tener sus efectos una clara incidencia sobre la atención y concentración. Solamente en determinados casos,
a veces, es también conveniente realizar alguna que otra toma al mediodía.
No obstante, se ha de tener en cuenta que en el caso de un niño como Alberto que presenta tallas
mínimas o por debajo de los índices de normalidad, posiblemente sea necesario revisar el tipo y la dosis
de medicación, aplicando medidas específicas como un estudio su alimentación, etc. (Fundación CADAH,
2012). En todo caso, hay que tener una segunda opción: La Atomoxetina. Su efecto dura todo el día y
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puede administrarse en una sola toma por la mañana, no presentando problema alguno en caso de abuso,
y su efecto se mantiene constante entre las
tomas, evitando los “altibajos” que
supondría el olvido de una toma.
4.2. Intervención del profesorado
Por una parte, se cumplimentará por
parte del profesorado los cuestionarios de
conducta que le faciliten los especialistas,
registrando si aparecen mejoras o no en el
rendimiento académico, en el
comportamiento y en las relaciones con sus compañeros; ya que su información puede ser de gran utilidad
a la hora de valorar la efectividad del tratamiento farmacológico (o la necesidad de ajustar la dosis o en la
aparición de posibles efectos secundarios tales como, irritabilidad, dolor de cabeza, náuseas, etc, que
permita trasladar posteriormente la información a los padres, con el fin de que establezcan las medidas
correctoras. Para ello, es recomendable seguir las siguientes pautas:
1) Que cada profesor lo realice por separado, especificando desde cuándo conoce al niño y qué
asignatura le imparte (puesto que es normal que el comportamiento difiera con cada profesor y asignatura:
la valoración media no interesa), 2) tratando de ser objetivo (evitando las opiniones, y 3) especificando si
la información proporcionada refleja el comportamiento habitual de todo el trimestre, o si se trata de un
cambio comportamental reciente, bien espontáneo, bien debido a la influencia de la medicación
(Fundación CADAH, 2012). Si es posible, se proporcionará también información de otros adultos que
tienen contacto con el niño (el cuidador del patio, del comedor, de la ruta escolar o de personal del centro
que tenga contacto frecuentemente con el niño), con el fin de poder constatar su evolución al tratamiento.
4.2.1. Respuesta educativa a nivel de aula
Pero como la mayoría de los cuestionarios sólo informan de la frecuencia e intensidad de los síntomas
pero no refieren el grado de desadaptación, será importante que el profesor, además, agregue una
descripción de ejemplos y observaciones que reflejen a su criterio: En el caso de Alberto, síntomas
relacionados con el TDAH diagnosticado (ejemplos de desatención, hiperactividad/hipoactividad, trabajo
o pensamiento lento, desorganización, problemas de inhibición de emociones positivas o negativas,
impulsividad comportamental y cognitiva, olvidos frecuentes, inmadurez en la percepción de las
consecuencias de sus actos, desajuste emocional y/o social); además de incluir ejemplos del trabajo del
niño (fichas, muestras de escritura con y sin supervisión, exámenes con errores típicos, dictados, etc.).
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Será el especialista el que relacione toda la información y considere relevantes uno u otro dato (Orjales,
2012b).
4.2.1.1. Estrategias de intervención psicoeducativa a nivel de aula
Aceptar la inmadurez del trastorno: Dejar que este niño actúe de forma más inmadura (es
un niño o niña con mayor necesidad de moverse) en la organización de la clase (al no ser
capaz de calibrar sus acciones, se le debe de corregir solamente las más impulsivas) (Orjales,
2012b).
De igual forma, si Alberto no trabaja, falta al respeto o se porta mal en clase, las medidas de
control deberán darse en el colegio y el responsable de ponerlas o quitarlas deberá ser el centro
y/o el profesorado afectado. Si como docentes no se sabe abordar el TDAH en el aula, es
preferible pedir asesoramiento a la profesional en orientación educativa.
Flexibilidad en las acciones educativas: Con el fin de evitar tensiones, es preferible eliminar
los deberes los puentes, vacaciones cortas o fiestas especiales, a todos los niños de la clase
(Orjales, 2012b).
Sesiones y acciones colectivas: Es recomendable realizar una sesión para toda la clase en la
que se pongan en común estrategias efectivas que faciliten la organización en el estudio:
Nombrar un “delegado y subdelegado de deberes” (asignando este último papel al niño con
TDAH) encargado de anotar en la pizarra o en un papel en la puerta los deberes programados.
Adaptar el curriculo a las necesidades de Alberto, tanto significativamente (), como no
significativamente (preferiblemente). Con el fin de evitar que el resto de niños de la clase
“noten” la diferencia para con Alberto, se pueden implantar ciertas simples y sutiles pautas:
Utilizar papel con pauta en lugar de cuadritos con todos aquellos niños que tienen
problemas perceptivos y de grafía.
Permitir que no copien los enunciados de los problemas a todos aquellos que se agotan
o que copian mal.
Implantar en clase el uso de cuadernos para cada materia, para evitar que pierdan las
hojas sueltas (planificar y llevar un orden incide en la atención).
Uso de autoinstrucciones en el aula como metodología: Adoptar las autoinstrucciones de
Meichenbaum adaptado por la Dra. Orjales (de su tesis del 2007) como método reflexivo, va
a beneficiar a todos los compañeros de Alberto. Para diseñar las sesiones y seleccionar el
material sobre el que ejemplificar su aplicación se pueden tomar como referencia las primeras
sesiones descritas del programa que aparece en el libro “Programas de intervención cognitivo-
comportamental en niños con TDAH”, de Orjales y Polaino-Lorente (2008).
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4.2.1. Respuesta educativa a nivel individual
La confirmación del diagnóstico aportará al profesorado mayor seguridad, le ayudará a ajustar sus
expectativas (como ajustar los deberes para flexibilizarlos y adaptarlos mejor a las necesidades y
posibilidades de Alberto), ya que al colaborar con el programa de intervención que el terapeuta del niño
diseñe, recibirá asesoramiento y apoyo para problemas concretos. Si además, Alberto responde al
tratamiento farmacológico, se aliviarán tensiones en las relaciones (Aierbe, 2005) con el profesorado: este
contexto se traducirá en mejoras más rápidas en el aula (Orjales, 2012b).
No obstante, es importante que cuando el alumno muestre resultados positivos tras la administración
del fármaco, el profesorado no se lo atribuya, reforzando su buena conducta o buen rendimiento evitando
frases como: "se nota que hoy te has acordado de tomar la pastilla" o "que bien trabajas cuando tomas la
pastilla" (Fundación CADAH, 2012).
4.2.2.1. Estrategias de intervención psicoeducativa a nivel individual
Entrenándole para el cambio; en lugar de “exigirle un cambio” de conducta. Para ello,
existen métodos y estrategias; como utilizar la agenda de Alberto como un instrumento de
recuerdo (no de castigo), para ir corriendo olvidos acerca de los materiales a usar en el proceso
de enseñanza-aprendizaje; dejarle utilizar lápices o bolígrafos que se borran); tener fotocopias
de los temas en casa como refuerzo o material de escritura duplicado; ofrecerle más
oportunidades en la entrega de trabajos realizados; pero que se olvidó llevar; etc. Se trata pues,
de reforzar así su esfuerzo de forma constante, apoyándolo y haciendo más visibles sus
mejoras (como por ejemplo, buscando que destaque de sus compañeros mediante
exposiciones un tema de su interés que coincida con el común, por ejemplo) (Orjales, 2012b).
Haciendo hincapié en la corrección de sus dificultades: Para la reeducación de la ortografía
tendremos en cuenta los siguientes principios:
1. Repetición la escritura de palabras o frases que incluyan palabras frecuentes,
trabajando listas cerradas de palabras (aproximadamente 25 palabras cada vez),
lo que permitirá a Alberto definir metas y una percepción de que está progresando.
2. Selección previa de palabras desconocidas para Alberto o que escriba mal, lo que
le va a permitir centrarse en objetivos concretos, ahorrándole tiempo y esfuerzo
(el niño con TDAH no puede realizar dictados de 50 palabras de las que desconoce
sólo cuatro).
3. Refuerzo de la memoria visual. Se trata de que Alberto grabe visualmente cómo
se escribe un gran número de palabras haciendo que no dependa tanto de
mecanismos atencionales, como sucedería si basásemos la enseñanza de la
ortografía en la utilización de reglas ortográficas; aunque se utilicen como un
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apoyo secundario, recordándole al niño su uso con la esperanza de que le ayuden
a generalizar el aprendizaje.
4. Retroalimentación de las mejoras conseguidas como medida de refuerzo del
aprendizaje, procediendo a hacer dictados de los grupos de palabras aprendidos,
con el fin de que se haga más visible su mejoría.
Para ello se puede utilizar el listado de palabras frecuentes que aparece en el libro La disortografía, de
Rodríguez Jorrín (2001) (Orjales, 2012b).Como apoyo visual resulta de gran ayuda el material de la
Editorial Yalde ideado por Manuel Sanjuán (www.editorialyalde.com). Este autor ha ideado un método
basado en la utilización de dibujos para ayudar al niño a memorizar “la letra problema”, haciendo que la
asocie a su significado.
En cuanto a sus dificultades de comportamiento, una estrategia a seguir bien podría ser sentarlo en las
primeras mesas, enviándolo cuando esté fuera de control a un lugar predeterminado (no traumático),
carente de estímulos y por un corto periodo de tiempo (minuto por año).
Exigiéndole en la medida de sus posibilidades y partiendo de su situación: (“Su nivel de
competencia podría corresponder a un niño con rendimiento medio de 5º de Educación
Primaria”) en lo concerniente a la planificación del estudio, teniendo en cuenta el tiempo (su
trabajo es más lento), y ajustando éste a los objetivos (supervisión constante para terminar a
tiempo y estrategias de recuerdo para no olvidar los materiales, apuntar los deberes y respetar
las fechas de entrega.
4.2. Intervención con la familia
Creyendo en lo que nos dicen los padres y trabajando en coordinación con ellos desde el principio,
es posible tomar medidas para adelantarse a los posibles problemas. Para ello, se pueden llevar las
siguientes intervenciones:
Terapia de aprendizaje y clases de nivelación: Como Alberto tiene problemas en la
expresión escrita, preparar los exámenes oralmente en casa no garantiza un buen trabajo en
exámenes de desarrollo. Debemos plantear entonces, entrenarlos en hacer exámenes escritos,
pidiendo a los padres un balance de cómo realizan los deberes en casa (realizando un registro
de tiempo y rendimiento si necesitáramos tener información más objetiva) con el fin de ajustar
los deberes en función de las necesidades de Alberto (quizá deba quedar exento de deberes el
día que asiste a terapia o a logopedia, o que sea necesario fijar un día o un tiempo fijo para
recuperar la ortografía o mejorar la comprensión lectora) (Orjales, 2012b). Por otro lado,
proporcionar información sobre los niños que se relacionan con él dentro del aula, con el fin
de que sigan con esa relación fuera del aula, puede ayudar a mejorar su estado emocional.
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5. Documentación consultada
5.1. Bibliografía:
Aierbe Barandiaran, A. (2005). Intervención psicopedagógica en los trastornos de desarrollo. Málaga: Ediciones Aljibe.
American Psychiatric Association1 (APA) (2002). DSM-IV-TR; Manual diagnóstico de los trastornos mentales (4a ed.) (pp. 97-
107). Revisado. Barcelona: Masson.
Brioso, A. (2006). Diversas explicaciones sobre cómo se produce el desarrollo psicológico, en P. Sierra y A. Brioso, Psicología
del desarrollo. Madrid: Sanz y Torres.
Fernández Jáen, A., y Calleja Pérez, B. (2006). Trastorno por deficit de atencion y o hiperactividad (TDAH). Abordaje
multidisiplinar. Paidós.
Orjales, I. (2012a). Trastorno por Déficit de atención con hiperactividad (TDAH): Impacto evolutivo e intervención. En A. Brioso
(Ed.), Alteraciones del desarrollo y discapacidad: Trastornos del desarrollo (pp.93-146). Madrid: Sanz y Torres. UNED.
Pascual-Castroviejo, I. (2001) Guía práctica diagnóstica y terapéutica. Síndrome de déficit de atención con hiperactividad.
Barcelona: César Viguera editor.
Ramallo Cuesta, Julia (2014). Tema 1. Evolución histórica del sistema educativo actual [Material de clase]. Procesos y contextos
educativos. COFPYD. UNED, centro asociado de Asturias.
Inspección Educativa. Consejería de Educación y Ciencia. (2008). Manual de atención al alumnado con necesidades específicas
de apoyo educativo derivadas de trastornos graves de conducta. Sevilla: Junta de Andalucía, Consejería de Educación y Ciencia.
5.2. Webgrafía:
FEAADAH, (s.f.). Sobre el TDAH / Causas. En Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e
Hiperactividad (FEAADAH). Recuperado el 14 de Enero de 2015, de http://www.feaadah.org/es/sobre-el-tdah/causas.htm
Fundación CADAH (2012). TDAH en el aula: Guía para docentes. Recuperado el 14 de Enero de 2015, de
http://www.fundacioncadah.org/web/doc/index.html?id_doc=46
Fundación Española de la Tartamudez (s.f.). La tartamudez. Recuperado el 14 de Enero de 2015, de
http://www.fundacionttm.org/la-tartamudez/#
Orjales, I (2012b). Claves para prevenir el fracaso escolar en niños con TDAH . En Fundación Tomás Pascual y Pilar Gómez-
Cuétara (Instituto Tomás Pascual Sanz) (Comps.), TDAH: origen y desarrollo (pp. 99-121). Madrid: IMC. Recuperado el 14 de Enero de
2015, de http://www.institutotomaspascualsanz.com/descargas/formacion/publi/Libro_TDAH.pdf
Mena Pujol, B., Nicolau Palou, R., Salat Foix, L., Tort Almeida, P., Romero y Roca, B. (2006). El alumno con TDAH. Guía
práctica para educadores. Fundación Privada ADANA. Madrid: Mayo Ediciones. Recuperado el 15 de Enero de 2015, de
http://www.fundacionadana.org/sites/default/files/LIBRO_ALUMNO_TDAH_(11)_indd_1.pdf
5.3. Legislación:
5.3.1. Estatal
Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE).
Ley Orgánica 1/1990, de 3 de octubre, General del Sistema Educativo (LOGSE)
Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE).
5.3.2. Autonómica
Instrucciones del 20 de abril del 2012, de la Dirección General de Participación e Innovación Educativa de la Consejería de
Educación de la Junta de Andalucía, para la detección e intervención educativa con el alumnado con problemas o trastornos de conducta y
con trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad.
1 En adelante, APA.