Estudios de intercambio en la Universidad de Yamagata

Nombre : Karina Horna

Universidad：Universidad Nacional Moyor de San Marcos

Perìodo de estudios ：Abril-Julio, 2016.

Decidir viajar fuera del país es al inicio un tanto difícil, pues no sabes con lo que enfrentarás o como será tu vida en un país extranjero.

Para mi ir a Japón significó no sólo salir de mi país o dejar a mi familia; sino también adaptarme a un nuevo estilo de vida, a nuevas costumbres; entre ellas la de hacer una reverencia cada vez al saludar o despedirme de alguien, usar los palitos, quitarme los zapatos al ingresar a una casa o restaurante, sumado a esto que fue un panorama nuevo en cuanto a orden, limpieza y respeto.

Cabe destacar la amabilidad de los japoneses, haciéndote sentir muy confortable, siempre con una sonrisa y dispuestos a ayudarte y claro el otro aspecto es la seguridad ya que en este país es increíble.

Dependiendo a la fecha que uno venga a Japón irá viviendo experiencias únicas en cuanto a los festivales, celebraciones, templos y danza tradicional.

La comida es rica y variada, que va mucho más allá del tan conocido sushi, aunque pasados los 3 meses ya se siente nostalgia por la comida natal o la comida de mamá.

La Universidad de Yamagata, se encuentra en la cuidad del mismo nombre, es una ciudad maravillosa y me gustó mucho explorarla. No es una ciudad enorme, pero tampoco es lo suficientemente pequeño para ser un pueblo; pero claro es una ciudad muy tranquila.

Ser un estudiante de intercambio de hecho fue una experiencia en sí misma. Al principio estaba un poco asustada. Las lecciones fueron algo difícil de entender, pero me divirtió aprender el arte de la caligrafía japonesa y de aprender sobre la cultura japonesa. La experiencia que uno puede obtener es increíble puesto que en los cursos que tomé no sólo estudias con alumnos japoneses, sino que te encuentras con alumnos de muchos otros países. Esto implica compartir entre nosotros y aprender las costumbres japonesas, pero a la vez también aprender más sobre las costumbres y vivencias de los países de los que ellos vienen.

Y ya en lo referente al curso relacionado con mi carrera, tomé el curso de antropología cultural, en el cual aprendí muchas nuevas cosas, las que me han servido para ampliar mi panorama profesional. Al mismo tiempo tuve la oportunidad de participar en unas excavaciones arqueológicas, lo que me ayudo a conocer un poco más la arqueología japonesa.

Quiero expresar que estas situaciones con cambios radicales no son fáciles de llevar para nadie, pero a medida que sea posible valen mucho la pena. A pesar de la dificultad de vivir en un país extranjero como Japón, sirve como una oportunidad de crecimiento personal.