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Profesora Eliana Marina Ifrán - Escuela Secundaria Euforión
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Unidad 6
Los romanos El origen de Roma fue una pequeña ciudad- Estado. A partir de entonces, los romanos fueron expandiéndose a lo largo de los siglos
hasta formar un enorme imperio alrededor del mar Mediterráneo. En todo este territorio impusieron sus instituciones de gobierno y
difundieron su lengua (el latín), sus creencias religiosas y sus costumbres. Esta expansión, a su vez, impactó de distintas maneras en
la política, la sociedad y la economía romanas.
Temas: Roma, orígenes históricos. La Monarquía. Diferencias sociales: patricios y plebeyos. La República. Instituciones
republicanas. Guerra y expansión. La aparición del Imperio. Crisis y decadencia del Imperio Romano. La vida en Roma:
sociedad, cultura, arquitectura, religión y legados.
Etapas de la historia de Roma
Los historiadores acostumbran a dividir la historia de Roma en tres grandes períodos:
. Monarquía (753-509 a.C.) Es la etapa en la que Roma fue gobernada por siete reyes. Se inicia con la fundación de la
ciudad y concluye con la supresión de la monarquía.
. República (509-27 a.C.) Durante este período, el Estado romano fue gobernado por un conjunto de magistrados que eran
elegidos por los ciudadanos. Empieza con la instauración de la República y termina con la concentración del poder en
manos de Octavio Augusto.
. Imperio (27 a.C. – 476 d.C.) Es la etapa durante la cual Roma y todos los territorios conquistados en la cuenca del
Mediterráneo fueron gobernados por sucesivas dinastías de emperadores. Finaliza con la caída del Imperio Romano de
Occidente.
SEGÚN CUENTA UNA LEYENDA, COMO LOS PRIMEROS ROMANOS NO TENÍAN MUJERES, SE LAS RAPTARON A LOS SABINOS, UN
PUEBLO VECINO. ESTA PINTURA DEL ARTISTA LOUIS DAVID MUESTRA A LAS SABINAS EVITANDO LA LUCHA ENTRE SUS MARIDOS
Y SUS PADRES Y HERMANOS.
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Los primeros siglos de Roma
Hacia el 1200 a.C., la península itálica estaba poblada por diversos pueblos, como los etruscos y los latinos, que crearon
asentamientos con una producción agrícola sofisticada e importantes adelantos técnicos. Hacia el siglo 700 a.C., llegaron
los griegos, quienes se vincularon con los anteriores pobladores.
Hacia finales del siglo VI a.C., debido al aumento de la población, los latinos de las colinas se expandieron y unieron
dando origen a la ciudad que hoy conocemos como Roma. Sus habitantes, influenciados por los aportes etruscos y
griegos, comenzaron a utilizar la piedra para construir edificios y monumentos y a planificar espacios urbanos. Así surgió
la ciudad- Estado, que los latinos llamaron civitas.
El corazón de Roma era el foro. Este era un espacio abierto, en el centro de la ciudad, con funciones económicas y
políticas. A su alrededor se levantaron los principales edificios públicos, como la sede real o Regia y el palacio del
Senado o Curia. Posteriormente se construyó el templo de la deidad protectora de la ciudad, Júpiter, en el monte
Capitolio. Alrededor del 700 a.C., comenzaron a utilizar la escritura, elaborada a partir del alfabeto griego, que empleaban
con fines comerciales, administrativos y sociales.
PENÍNSULA ITÁLICA HACIA EL SIGLO VIII a.C.
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La monarquía romana
Los historiadores no están de acuerdo acerca de cómo se inició y cuanto duró la monarquía romana. Sabemos que Roma
fue fundada alrededor del 630 a.C. por los latinos, un pueblo indoeuropeo que se estableció en el centro-oeste de Italia.
Tampoco sabemos cuántos reyes gobernaron Roma, y a pesar de que los romanos escribieron su propia historia, lo
hicieron varios siglos después de finalizada la monarquía. De todos modos, suponemos que Roma fue gobernada por
algunos reyes latinos o sabinos y luego por reyes etruscos.
Los reyes latinos establecieron el calendario religioso y organizaron los primeros cultos. Los reyes etruscos, por su parte,
sanearon los pantanos de la zona, levantaron edificios de piedra y construyeron una muralla que rodeaba las siete colinas
que componían su territorio.
Las instituciones de la Monarquía
- Los reyes romanos dirigían el Estado, comandaban el ejército y se desempeñaban como sumos sacerdotes y jueces
supremos. Su cargo era vitalicio, es decir, de por vida, pero no era hereditario. Cuando un rey moría, su sucesor era
elegido por el Senado.
- El Senado, un consejo cuyos cargos eran vitalicios. El senado estaba compuesto íntegramente por patricios, que
eran los propietarios de la tierra y de los rebaños, y eran los únicos que podían ocupar cargos políticos y religiosos. Su
trabajo era asesorar al rey.
- El Comicio Curiado o Asamblea: durante la monarquía, el pueblo estaba dividido en tres tribus y estas, a su vez,
en curias (“reunión de varones”) de las que solo formaban parte los patricios. La reunión de estas curias se denominaba
Comicio Curiado o Asamblea. Tenía funciones variadas, como declarar la guerra, votar las leyes y elegir al rey.
- Comicios centuriados: el antepenúltimo rey, Servio Tulio, decidió llevar a cabo una reforma similar a las de
Solón para granjearse el apoyo popular. De esta manera, creó los comicios centuriados, asambleas que reunían al pueblo
que participaba del ejército en unidades de cien hombres llamadas centurias.
SENADO ROMANO
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El origen de la República
Para reducir el poder de los patricios el rey etrusco Tarquino el Soberbio impulsó una reforma política que daba
participación a los plebeyos en los asuntos de gobierno. Esta medida fue rechazada por los patricios que, en 509 a.C.
derrocaron al rey y expulsaron a los etruscos de la ciudad. Luego de esta rebelión, los romanos establecieron la
República, una forma de gobierno en la cual coexistieron tres grandes poderes:
- Los magistrados, un conjunto de funcionarios que se repartieron los poderes del rey. Sus cargos eran anuales,
electivos, gratuitos y colegiados (desempeñados por más de una persona). Los magistrados más importantes eran los dos
cónsules, que durante un año dirigían el Estado y comandaban el ejército. En caso de que estallara un conflicto entre ellos,
se designaba un dictador, que tenía poderes ilimitados durante un periodo no superior a seis meses. Otros magistrados
son: pretores (encargados de la justicia), ediles (construían edificios y calles), censores (elaboraban el censo de
ciudadanos y bienes), y cuestores (controlaban el cobro de impuestos y administraban la recaudación).
- El Senado, integrado por los jefes de las principales familias patricias. Era la institución suprema de la República
romana, ya que redactaban las leyes, decidían sobre política exterior, aconsejaban a los magistrados y controlaban los
gastos del Estado.
- Los comicios, o Asambleas. En Roma había tres asambleas: la Asamblea de las curias, que perdió poder desde
la monarquía y se ocupaba solo de asuntos religiosos. La Asamblea de las centurias, formada por todos los varones
libres que integraban los ejércitos. Elegían a los cónsules, pretores y censores, y aprobaban las leyes. Por último, la
Asamblea de la plebe, elegía a ediles y cuestores.
MAGISTRADOS ROMANOS
Sociedad romana y conflictos sociales
La sociedad romana estaba dividida en dos grandes grupos. El primero de ellos, el de los patricios, estaba integrado por
los fundadores de Roma y sus descendientes, quienes se reservaban las mejores tierras y los derechos civiles y políticos
(por ejemplo, podían ser elegidos para cargos públicos y manejaban las leyes según sus intereses).
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El otro grupo era el de los plebeyos, y estaba conformado por aquellas personas que se habían incorporado a la ciudad
después de su fundación. Eran campesinos, artesanos o comerciantes, que no tenían derechos civiles ni políticos y a
quienes las leyes no favorecían. Por ejemplo, si no podían devolver una deuda eran esclavizados. Para evitar esta
situación desfavorable, los plebeyos se convertían en clientes de las familias patricias y pasaron a prestarles servicios a
cambio de protección.
SOCIEDAD ROMANA
En la etapa monárquica, los patricios conservaban todos los cargos religiosos, ya que se los consideraba capaces de
descifrar la voluntad de los dioses. En la época republicana fueron adquiriendo paulatinamente privilegios políticos y
todos los cargos del Consulado y del Senado.
Su accionar despótico condujo a la rebelión de los plebeyos. Esto se conoce como secesión plebeya, ya que decidieron
separarse de Roma y no combatir en un momento militar crítico. Los plebeyos crearon la Asamblea de la plebe con
magistrados propios, a quienes declararon personas sagradas e inviolables. Tenían la capacidad de reclamar por los
plebeyos los abusos de los magistrados patricios, garantizando su derecho a la apelación.
En el año 450 a.C., después de varios años de enfrentamientos, patricios y plebeyos acordaron redactar un código legal
para garantizar la igualdad de todos, conocido como Leyes de las XII Tablas, porque fue escrito sobre doce tablillas. Un
año después los cónsules reconocieron las organizaciones plebeyas. Y en 367 a.C. los plebeyos pudieron acceder al
consulado.
La expansión militar y el control del Mediterráneo
Durante los siglos V y IV a.C., los romanos fundaron colonias en la Lacio. Estas contaban con gobiernos independientes y
estaban pobladas por ciudadanos romanos y de otras ciudades. A comienzos del siglo IV a.C., los romanos se expandieron
hacia Etruria y luego hacia el mar Adriático. Hacia el sur, conquistaron a los samnitas y ocuparon los territorios de las
ciudades griegas, derrotando a Tarento, la más poderosa de ellas. Ya para el año 250 a.C., los romanos habían ocupado la
totalidad de las zonas central y sur de Italia.
La continua expansión enfrentó a Roma con Cartago, la otra gran potencia del Mediterráneo occidental, en tres guerras
que se desarrollaron entre los años 264 y 146 a.C. Las guerras púnicas, denominadas porque los romanos llamaban
“púnicos” a los cartagineses y a sus ancestros fenicios, fueron muy sangrientos y obligaron a los romanos a enrolar a gran
cantidad de hombres. Finalmente, los cartagineses fueron derrotados, su ciudad destruida y la región fue convertida en
provincia romana del África.
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La expansión de Roma hacia el Oriente chocó con los intereses de los reinos helenísticos. En Grecia, los romanos
convirtieron el reino de Macedonia en una provincia al vencerlo definitivamente en el año 167 a.C. A mediados del siglo
II a.C., ningún reino helenístico podía aspirar a enfrentar a Roma. Para esa misma época, en Occidente, se produjo la
conquista del territorio de Hispania, al que se organizó en dos provincias.
EXPANSIÓN ROMANA
La base de las conquistas romanas fue su poderoso ejército. Al principio estaba conformado por campesinos que debían
abandonar temporalmente sus labores. Sin embargo, en el siglo II a.C., el cónsul Mario inició un proceso de
profesionalización: los soldados comenzaron a servir al Estado por un período de veinte años a cambio de un sueldo
anual. Se entrenaban en los cuarteles y debían hacer duros ejercicios físicos.
El ejército se dividía en legiones de infantería, de cinco mil hombres cada una, y a su vez podían subdividirse en
fracciones más pequeñas, las centurias.
CENTURIAS ROMANAS
Para atacar los romanos usaron letales máquinas de guerra, como catapultas que arrojaban piedras o balistas que
lanzaban flechas gigantes.
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Consecuencias de las conquistas
- Económicas: la población de los territorios anexados fue obligada a pagar tributo. Gracias a los nuevos y
amplios ingresos aumentó el gasto destinado a las obras públicas en Roma y se impuso el reparto de alimentos
entre los sectores más bajos.
- Territoriales: las tierras conquistadas pasaron a formar parte del tesoro romano, en calidad de ager publicus
(tierra pública)
- Sociales: aumentó el número de hombres esclavos. Los soldados y generales se enriquecieron gracias a los
botines, y los gobernadores, a través de la explotación que ejercían sobre los habitantes de las provincias. En
menos de un siglo, Roma pasó de su condición de sociedad campesina a la de la ciudad más rica del
Mediterráneo.
- Culturales: Enormes extensiones de tierra comenzaron entonces a formar parte de la misma unidad política. En
los territorios conquistados, entonces comenzó un proceso de romanización, es decir, se trato de modelar la
forma de vida de esos pueblos según la cultura romana. Por ejemplo, se difundió el latín como lengua común.
Además, los edificios fueron hechos según las pautas romanas.
- Políticas: las autoridades romanas tuvieron la necesidad de crear nuevas formas de gobierno para controlar a las
nuevas tierras y a sus habitantes. Fuera de la península Itálica, los romanos organizaron los territorios en
provincias, con gobernadores enviados desde Roma. El gobernador era la autoridad máxima en una provincia: él
comandaba los ejércitos, recolectaba el tributo y administraba justicia.
Otros territorios se convirtieron en protectorados. Allí se mantenía en el poder a los gobernantes locales pero con
una fuerte presión de romanos para que se adoptaran determinadas medidas.
La construcción de una extensa red de caminos conectó a esas provincias con Roma (de allí el dicho “todos los
caminos conducen a Roma”)
Cambios sociales y las reformas de los hermanos Graco
Una de las mayores consecuencias de la apropiación de nuevas riquezas fue que se volvió mayor la distancia entre los
ricos y los más pobres. Hacia el siglo II a.C. muchos de los campesinos endeudados habían perdido sus tierras, mientras
que los más ricos administraban extensos terrenos (latifundios) trabajados por esclavos. Los sectores empobrecidos, que
ya no tenían tierras para su subsistencia e iban a residir a la ciudad, recibieron el nombre de proletarii o proletarios.
LOS HERMANOS GRACO. CAYO ACONSEJÓ CONCEDER LA CIUDADANÍA A TODOS LOS HABITANTES DE ITALIA, PERO ESTAS Y OTRAS
MEDIDAS FUERON SUSPENDIDAS CON SU ASESINATO
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En este contexto, el tribuno de la plebe Tiberio Graco impulso en 133 a.C. la sanción de una Ley Agraria que dividía las
tierras públicas entre los más humildes. Esta iniciativa, sin embargo, fue resistida por los sectores patricios, que no
querían perder sus privilegios, y mandaron entonces a asesinar a Tiberio.
Su hermano, Cayo Graco, elegido tribuno en 123 a.C., continuó con las iniciativas de Tiberio. También intentó, aunque
sin éxito, impulsar una reforma agraria para repartir las tierras entre los campesinos. Si logró, sin embargo, que se
estableciera el reparto de granos a un precio accesible entre los ciudadanos más pobres.
La crisis de la República
Luego del accionar de los hermanos Graco en las últimas décadas del siglo II a.C., empezaron a formarse entre los
aristócratas dos facciones, es decir, dos grupos opuestos que competían por el poder. Una era la de los optimates, que era
un grupo que defendía los intereses de los más ricos y del Senado, y que por eso era conocido también como partido
senatorial. A ellos se oponían los populares, que buscaban introducir reformas para mejorar la situación de los sectores
más empobrecidos. En cada uno de estos dos grupos se destacaron algunos caudillos militares, que empezaron a tener
cada vez mayor importancia en la política romana. Como los líderes militares eran quienes repartían el botín de guerra,
comenzaron a ganarse el apoyo personal de sus soldados y a formar sus grupos de seguidores.
Los enfrentamientos empezaron a agudizarse a principios del siglo I a.C., ya que durante este periodo fueron muy poco
respetadas las instituciones republicanas. En el año 81 a.C. asumió Sila el cargo de dictador, que a pesar de que en teoría
tenía una duración máxima de seis meses, fue extendido a dos años. Después de la muerte de Sila en el 79 a.C., Julio
César, un exitoso general y hábil orador del partido de los populares, fue la figura más importante de la República. En
alianza con el militar Pompeyo y con Creso, un rico hombre de negocios, formó un triunvirato que gobernó entre el 59 y
53 a.C. Sin embargo, en el año 49 a.C. empezó una guerra civil entre César y Pompeyo, que se disputaban el poder, y
terminó con la victoria del primero. Como ves, la política romana se había vuelto cada vez más violenta, y se habían
hecho comunes los asesinatos de los enemigos, tal como ya había ocurrido con Tiberio Graco.
CRASO, POMPEYO Y CÉSAR
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A partir de su victoria, César se proclamó dictador vitalicio y acumuló poderes que lo convertían prácticamente en un rey.
En este contexto, un grupo de senadores preparó una conspiración que culminó con el asesinato de César en el año 44 a.C.
El imperio
Luego de la muerte de Julio César se organizó un segundo triunvirato entre sus partidarios. Octavio (hijo adoptivo de
César), Marco Antonio y Lépido. Sin embargo, se inició una nueva guerra civil entre los dos primeros. Cuando Octavio
resultó vencedor y se quedó como único gobernante, logró una gran concentración del poder. El nuevo cargo que
Octavio asumió en el año 27 a.C. se llamó princeps o príncipe, lo que significa “el primero entre todos los romanos”;
también se dio a sí mismo el nombre de Augusto, que significa “el ilustre”.
AUGUSTO EN ROPAS MILITARES. HEREDERO DE JULIO CÉSAR, QUIEN HABÍA SIDO DIVINIZADO DESPUÉS DE SU MUERTE, SE
CONSIDERÓ A AUGUSTO EL HIJO DE UN DIOS.
Comenzaba así un nuevo período en la historia de Roma: el Imperio, que se extendió hasta el año 476 d.C.
Augusto fue muy importante en la historia de Roma porque dio inicio a una acumulación de poder político que fue
continuada por sus sucesores. Por empezar, asesinó o envió al exilio a los senadores opositores. El senado, ocupado por
sus aliados políticos, empezó a otorgarle poderes que antes detentaban las distintas magistraturas. Así, Augusto obtuvo los
cargos de cónsul, tribuno, censor, pontífice máximo (es decir, la más alta autoridad religiosa) y de imperator, que en
latín significa “comandante de los ejércitos”. Sin embargo, todavía existía en la sociedad romana, un profundo rechazo a
la monarquía que provenía desde los tiempos de la instauración de la República. Por eso, Augusto no se hizo nombrar rey,
y mantuvo en pie las instituciones republicanas, aunque solo formalmente. Es decir, que el Senado y las asambleas
siguieron existiendo, pero a medida que pasaron los años fueron perdiendo importancia. Cada vez tuvo más peso la
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palabra del emperador, ya que solamente él podía tomar las decisiones y dictar las leyes, sin necesidad del voto de los
ciudadanos y los senadores.
Además, se inició un nuevo mecanismo para elegir a los emperadores. Los máximos gobernantes ya no fueron elegidos
por el Senado ni votados en asamblea, sino que el mismo emperador elegía a su sucesor antes de morir (en varias
ocasiones, se trataba de un joven adoptado por el emperador). Se formó así las dinastías, es decir, familias que durante
largos períodos se mantuvieron en el poder. Con Augusto se inició la dinastía Julio-Claudia (27 a.C. a 68 d.C.), llamada
así porque estuvo formada por la unión de dos familias. La siguieron los Flavios (del 69 hasta el 96), los Antoninos (del
96 hasta 192) y los Severos (desde 193 hasta 235).
Una nueva organización imperial
También surgieron cambios en el gobierno de las provincias, que se dividieron en dos tipos: las senatoriales y las
imperiales. Las primeras eran en general las más pacificas y los gobernadores, como en el período republicano, eran
nombrados por el Senado. Las provincias imperiales, en cambio, eran aquellas en las que había más conflictos militares,
en general porque los pueblos conquistados todavía resistían al poder romano. Allí, los gobernadores –llamados legati-
eran nombrados directamente por el emperador.
Por otro lado, ya desde fines de la República, las ciudades de estas provincias incorporadas al territorio romano
comenzaron a organizarse como municipios. Cada uno de ellos repitió en menor escala las instituciones de gobierno de
la ciudad de Roma: tenían su propio senado, que en ese nombre recibía el nombre de Curia, y dos cónsules.
La crisis del siglo III y el Dominado
Luego de un período llamado pax romana, caracterizado por su prosperidad y relativa paz (sobre todo en el siglo II) tuvo
lugar una profunda crisis que duró aproximadamente entre los años 235 y 284. Durante este período, toda la sociedad se
vio empobrecida por el alza de los precios, sobre todo de los alimentos. Por lo tanto, el Estado recaudaba menos y tenía
menos recursos, por ejemplo, para el ejército.
Paralelamente, estas fueron décadas de una marcada inestabilidad política, en las que ningún emperador lograba
mantenerse en el poder durante mucho tiempo. Muchos de ellos fueron destituidos e incluso asesinados. A esto se
sumaron las rebeliones de algunos ejércitos provinciales, así como también varios levantamientos de esclavos y
campesinos. La suma de estos problemas creó un escenario muy complicado, y la paz que había logrado construir Roma
podía derrumbarse rápidamente. Sin embargo, el Imperio logró mantenerse en pie casi dos siglos más.
De todas formas, la crisis fue una advertencia que eran necesarios cambios importantes. Estos fueron introducidos por el
emperador Diocleciano, quien asumió en el 285. Se iniciaba así la etapa del Bajo Imperio, también conocido como
Dominado. ¿Por qué? Porque Diocleciano se proclamó dominus (señor o dueño), un déspota que ejercía el poder absoluto
sobre la vida y los bienes de sus súbditos.
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DIOCLECIANO
Para adquirir mayor control sobre el territorio y asegurar el cobro del tributo, Diocleciano fortaleció el ejército y la
burocracia imperial. Además, estableció nuevas divisiones territoriales, ya que era claro que el imperio se había vuelto
demasiado difícil de gobernar. Entonces, dividió a las provincias existentes y separó al Imperio romano en dos partes, una
oriental y otra occidental. Además, estableció la tetrarquía (gobierno de cuatro). Esto significaba que cada parte del
imperio tenía un emperador con el título de Augusto, que era asistido por un coemperador, con el título de César.
PERSECUCIÓN A LOS CRISTIANOS
El sucesor de Diocleciano, Constantino, volvió a unificar el imperio y trasladó la capital a la ciudad de Constantinopla,
en la actual Turquía. Su gobierno también fue muy importante para el cristianismo porque permitió la libertad de cultos.
Posteriormente, el emperador Teodosio dividió nuevamente el imperio entre sus hijos en el 395. A partir de entonces,
quedaron establecidos un Imperio Romano de Occidente, con la capital en Roma, y un Imperio Romano de Oriente,
con Constantinopla como cabecera. Teodosio también estableció al cristianismo como religión oficial del imperio.
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La caída de Roma
A partir de la década de 370, el Imperio nuevamente entró en una crisis, esta vez provocada por la presión sobre las
fronteras de imperio de los “bárbaros”. El principal punto de conflicto militar ya desde el siglo anterior era el límite
norte, en la frontera de los ríos Rin y Danubio. A partir del siglo IV, los pueblos germánicos de estas tierras comenzaron
a trasladarse hacia el interior de las fronteras romanas y eso multiplicó las luchas.
CONFLICTO CON LOS GERMANOS
El imperio comenzó a perder control sobre sus provincias y, en el año 476, el joven emperador Rómulo Augústulo fue
depuesto por un germano llamado Odoacro. Con esto, el largo proceso de decadencia del Imperio llegó a su fin: el
Imperio Romano de Occidente había desaparecido.
CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE
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La vida en Roma
Al igual que los antiguos griegos, los romanos también dejaron una importante herencia cultural que influye hasta el día
de hoy en Occidente. Por ejemplo, su lengua (el latín) es la base de muchas otras que se hablan en la actualidad. Lo
mismo ocurre en materia de Derecho y Arquitectura.
FRESCO DE LA VILLA DE LOS MISTERIOS, EN POMPEYA, QUE ILUSTRA UN BANQUETE
La sociedad romana
Los romanos vivían en una sociedad patriarcal: todos los aspectos de su organización política, económica, religiosa y
social estaban basados en la idea de autoridad y liderazgo masculinos. Así, los maridos tenían predominio sobre sus
esposas y primaba la línea paterna sobre la materna.
La base de la organización social de los romanos era la familia, aunque no como la concebimos nosotros hoy en día. La
familia romana no estaba compuesta solo por familiares directos sino también por todos los que vivían bajo el mismo
techo. El pater familias o padre de familia era el dueño de la propiedad familiar y tenía autoridad sobre todos los
habitantes de la casa, lo que incluía a los clientes y esclavos.
El matrimonio de las familias patricias no se concretaba por amor, sino que era un acuerdo comercial. De este modo se
sellaban alianzas políticas y económicas entre ellas. Con el matrimonio, la mujer pasaba a estar bajo la potestad de pater
familias del grupo familiar al que se incorporaba. En caso de divorcio, que no era muy frecuente y solo se concedía si lo
solicitaba el marido, la mujer volvía de depender de su antiguo pater familias.
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Era común que varias generaciones vivieran bajo el mismo techo, por lo que incluso los hijos varones debían subordinarse
al pater familias. A medida que pasaba los primeros años de la República, este poder comenzó a debilitarse: las mujeres
lograron mayor independencia y los hijos, mayor libertar para elegir con quien casarse.
Las mujeres romanas
A pesar de que, desde el punto de vista legal, la mujer romana estaba sometida a la autoridad de su padre o marido, tenía
mayor libertad que otras mujeres de la Antigüedad, ya que podían asistir a espectáculos o actos oficiales con su marido y
tenían una vida social propia. Sin embargo, no podían votar, ni presentarse a cargos, ni tener propiedades. Las mujeres
romanas solían casarse entre los doce y los quince años con hombres que, generalmente, eran mayores que ellas. Su
principal rol era tener hijos, educarlos hasta los siete años y cuidar de la casa. De hecho, si una mujer no podía o no
deseaba ser madre, su marido podía divorciarse de ella.
OCUPACIONES FEMENINAS
Debido a que la mortalidad infantil era muy alta, las mujeres pasaban gran parte de su vida embarazadas a espera de que
alguno de sus hijos sobreviviera; muchas morían durante el parto.
La educación en Roma
En la Roma republicana, las niñas patricias no iban a la escuela, sino que se quedaban en sus casas aprendiendo el trabajo
doméstico. Sin embargo, más tarde comenzaron a ingresar en el sistema educativo, como sus hermanos varones.
También los niños y niñas plebeyos asistían a la escuela, siempre que su trabajo no fuera necesario para mantener a su
familia.
Tanto niñas como niños asistían primero a la escuela elemental, donde aprendían a leer y escribir, y posteriormente a la
escuela superior, la escuela de gramática, donde aprendían acerca de los autores griegos y latinos.
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EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS ROMANOS
La educación de los niños romanos comenzaba a los siete años y la estancia en el colegio se prolongaba desde el alba
hasta el atardecer, con solo un recreo para el almuerzo y un día de descanso en la semana. Hasta los doce años las clases
eran mixtas, pero a partir de la escuela superior se separaban por sexos; a esta edad eran pocos los niños y niñas plebeyos
que seguían estudiando: prácticamente solo concurrían los hijos de las familias pudientes. A los catorce años las niñas ya
eran consideradas adultas y, por lo tanto, debían volver a casa para ayudar a la madre en las tareas domésticas. Los niños
patricios, en cambio, seguían en la escuela hasta los diecisiete años, edad en la que accedían a la carrera política o al
ejército.
Los esclavos
La esclavitud fue algo muy común en toda la historia romana. Las leyes consideraban a los esclavos como objetos y no
como personas, por lo que podían ser comprados y vendidos, y sus dueños podían disponer libremente del trabajo y de la
vida del esclavo. Además de comprarlos y venderlos, podían cederlos o legarlos en un testamento. La condición de
esclavos era hereditaria, es decir, los hijos de los esclavos se convertían en esclavos al nacer.
Escapar resultaba muy difícil, ya que a los más rebeldes se les colocaba un collar identificatorio que no podían quitarse y,
en caso de que lograran huir, se ofrecía una recompensa a quien lo devolviera a su amo. De todos modos, un esclavo podía
llegar a conseguir la libertad mediante un pago de dinero al amo (comprar su libertad), o bien porque el amo decidía
concederle la emancipación. A estos esclavos se los llamaba libertos.
Los esclavos no solo realizaban tareas domésticas. En las ciudades eran sirvientes, artesanos o entraba en las escuelas de
gladiadores. Si sabían leer y escribir, eran empleados como maestros de los hijos de las familias adineradas, o como
secretarios y contadores en oficinas. En el campo trabajaban en las villas o latifundios (grandes extensiones de tierra),
pero lo peor era el trabajo en las minas o como remeros de las embarcaciones romanas.
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ESCLAVOS ROMANOS
En la antigua Roma, la captura de una gran cantidad de prisioneros de guerra al finalizar cada campaña militar posibilitó
el aumento del trabajo esclavo. Así, hacia el siglo II a.C., el esclavismo se había transformado en el modo de producción
predominante.
La apropiación de la naturaleza y la transformación
del espacio
En el siglo II el Imperio alcanzó su máxima expansión. Como otras sociedades, los romanos organizaron los espacios
terrestres y marítimos basándose en relaciones de poder y de producción.
Roma pudo ejercer el control de parte del territorio europeo a partir de la construcción de ciudades y obras de
infraestructura de gran magnitud: puentes, carreteras y caminos, puertos fluviales y marítimos, para comunicarse con
facilidad; cloacas, alcantarillas y acueductos, para mejorar la vida de sus pobladores; enclaves militares y murallas, para
asegurar las fronteras.
Pero también organizó los espacios productivos aprovechando los recursos y tradiciones artesanales de cada zona.
Así, en el espacio dominado por Roma, se crearon circuitos de circulación e intercambio por los que se desplazaban los
productos, las personas y las ideas.
RUTAS COMERCIALES Y PRODUCTOS
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El corazón del imperio
La civilización romana se caracterizó por el grado de urbanización. De hecho, los romanos se destacaron por la
fundación y planificación de ciudades. La mayoría de estas tenían un trazado geométrico tomado de modelos de
campamentos militares. Sin embargo, a medida que aumentaba su población, Roma fue creciendo sin un plan urbano.
Foros y calles
Hacia fines de la República había en Roma un solo foro. Era el lugar donde se desarrollaba la vida religiosa y política: las
campañas electorales, los desfiles triunfales de los generales que volvía victoriosos de la guerra, las procesiones religiosas,
etc. También solían hallarse allí los templos más importantes, la casa del pontífice máximo (jefe de la religión romana) y
el edificio donde se reunía el Senado.
FORO ROMANO, HOY
En el siglo IV Roma llegó a tener quince foros construidos por los distintos emperadores. A medida que el poder se fue
concentrado en el emperador, los foros permanecieron como centros sociales y comerciales, rodeados de templos,
basílicas y tiendas.
Grandes constructores e ingenieros
Los romanos fueron excelentes constructores y por eso sus edificios eran muy sólidos. Ello se debía, en parte, a que
estaban construidos con dos nuevos materiales: cemento y hormigón.
En un primer momento, los edificios se cubrían con techos planos, de madera o piedra, pero después comenzaron a
extender el uso de arcos, la bóveda y la cúpula, que les permitía cubrir espacios más amplios.
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Los romanos decoraban los muros con frescos y cubrían los suelos con mosaicos, elaborados con pequeñas piezas que se
incrustaban en yeso fresco.
Las grandes obras arquitectónicas tenían una utilidad práctica, es decir, se construían para satisfacer alguna necesidad de
la población, como los acueductos, o servían para el esparcimiento, como los circos, anfiteatros y teatros. Los edificios
solían ser monumentales para demostrar el poder del Estado.
BÓVEDA ROMANA
Además de los edificios públicos, construyeron monumentos conmemorativos que servían para recordar hechos
importantes y grandes victorias: los arcos de triunfo y las columnas conmemorativas.
ARCO DE CONSTANTINO
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Mientras que la producción artística de los griegos intentó reflejar su idea de la belleza, la de los romanos se esforzó por
representar la realidad. Por tal motivo, es común encontrar representaciones pictóricas o esculturas con motivos de la
vida cotidiana, la naturaleza, retratos, imágenes de dioses o escenas mitológicas.
ESCULTURA ROMANA, SIGLO I
Dentro de la escultura, el elemento puramente romano era el busto, que trataba de reproducir fielmente al original, ya se
tratara de personajes públicos o privados. Los romanos también trabajaron el bajorrelieve en edificios públicos,
monumentos conmemorativos o estelas funerarias.
La religión de los romanos
Durante la época monárquica y republicana, los romanos fueron muy tolerantes con los dioses y los cultos de las
civilizaciones extranjeras. Los pueblos que más influencia ejercieron sobre su religión fueron los griegos y los etruscos.
La religión era muy importante en la vida de los romanos. En un principio, los romanos fueron animistas, es decir que sus
creencias giraban en torno a los fenómenos naturales. Sin embargo, a partir del contacto con los etruscos (que ya habían
incorporado muchos elementos griegos) comenzaron a atribuirles aspectos y pasiones humanas a las primitivas
divinidades y a rendirles cultos en templos, en lugar de hacerlo al aire libre, tal como era su costumbre.
Los romanos tenían tres tipos de culto: los populares, los oficiales y los privados o domésticos. El primero de ellos era
realizado por las clases populares, al aire libre, en honor a divinidades agrarias. Por lo general, se sacrificaba a un animal
y después se lo consumía. El culto oficial se llevaba a cabo en los templos y se realizaba con la participación de
sacerdotes. En tiempos imperiales, este culto incluía la adoración al emperador. El culto doméstico, por su parte, era el
que se realizaba en los hogares, bajo la dirección del pater familias.
Los principales dioses, de origen indoeuropeo, eran Júpiter (dios del cielo) y Marte (dios de la guerra). Cada familia
tenía sus propias divinidades: los lares (protegían la casa), los penates (protegían las provisiones) y los manes (almas de
los familiares difuntos). Eran venerados en altares familiares.
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Cuando los etruscos conquistaron Roma, impusieron el antropomorfismo y el culto a Juno (diosa de la luz) y Minerva
(diosa de la razón y de las artes). Luego de la conquista de Grecia, se introdujo en Roma el culto a los dioses del Olimpo
aunque asimilados a las divinidades romanas. Solo Apolo quedó sin ser identificado con algún dios romano, por lo cual
conservó el nombre y las características griegas.
DIOSES GRIEGOS ASIMILADOS A LAS DIVINIDADES ROMANAS
Este proceso de asimilación culminó con la conquista de los reinos helenísticos, cuando comenzaron a penetrar en Roma
el culto a divinidades orientales, como Osiris, Mitra y Cibeles. Estos, a diferencia del romano, eran más espirituales y
ofrecían al ser humano una esperanza para después de la muerte.
El cristianismo
Durante el gobierno de Tiberio I, en Palestina, Jesús de Nazaret, un judío de origen muy humilde, predicó una doctrina
monoteísta que sostenía la fraternidad y la igualdad de todos los hombres ante un único dios, la caridad y el amor al
prójimo, condenaba la violencia y ofrecía la promesa de la resurrección, de la vida eterna después de la muerte para todos
los justos y desposeídos.
El hecho de que Jesús se presentó a sí mismo como el mesías, el enviado de Dios, que liberaría a los judíos de la opresión
en la que vivían, lo volvió sospechoso ante los ojos de los gobernantes y sacerdotes locales que en el año 33 exigieron su
ejecución al gobernador Poncio Pilato.
Poco después de su ejecución, sus seguidores, los apóstoles, aseguraron que Jesús había resucitado y predicaron su
doctrina en las costas del Mediterráneo oriental. La nueva religión, el cristianismo, predicado en griego y en latín, se
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difundió rápidamente sobre los sectores urbanos más humildes del imperio. En el campo se continuó manteniendo la
religión politeísta. Para los cristianos las personas que conservaban el antiguo credo eran paganas.
Las diferencias entre la nueva creencia y las autoridades imperiales eran principalmente políticas, ya que los cristianos no
respectaban los fundamentos del poder imperial. No participaban en las ceremonias del culto oficial en las que adoraban al
emperador como un dios y se le juraba fidelidad, consideraban a los esclavos y los hombres libres iguales ante Dios,
condenaban la guerra y no querían entrar en los ejércitos. Por eso, en los primeros tres siglos del imperio el cristianismo
sufrió feroces persecuciones.
SARCÓFAGO DEL SIGLO IV CON ESCENAS DE LA VIDA DE JESÚS
El emperador Constantino, que advirtió la difusión de la nueva religión, decidió tolerarla para fortalecer la unidad del
Imperio. Con este fin, permitió la libertad de culto por medio de Edicto de Milán del año 313. Los cristianos, entonces,
pudieron levantar edificios para su culto, ocupar cargos públicos y recuperar bienes confiscados.
El emperador Teodosio, en 391, estableció el cristianismo como única religión permitida en el imperio y condenó el
paganismo. Con esto se llegó a la oficialización del cristianismo.
El legado de Roma
La cultura occidental es heredera y deudora de la romana. A comienzos de la Edad Media, el latín fue la lengua oficial de
la mayoría de los Estados en los que se fragmentó el Imperio romano de Occidente, además de ser el utilizado por la
Iglesia Católica, que también calcó la administración del imperio para su propio funcionamiento.
Por otra parte, el derecho romano les sirvió de base a los sistemas jurídicos de los Estados surgidos luego de las
invasiones de los siglos IV y V y, más tarde, a los de los Estados europeos de fines de la Edad Media. Además, las
instituciones de la República inspiraron a muchos políticos desde el siglo XV en adelante.
También los estilos arquitectónicos y artísticos romanos fueron recreados por los artistas posteriores.
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TEATRO ROMANO EN LA CIUDAD DE MÉRIDA, ESPAÑA
El latín y la literatura
En todos los territorios controlados por Roma se impuso la cultura romana, incluido su idioma, que pasó a ser un elemento
de unificación más. El latín fue la base de varios idiomas actuales, como el español y el italiano, entre otros. Las lenguas
derivadas del latín se denominan lenguas romances.
En cuanto a las primeras manifestaciones literarias, fueron de carácter oral. Cuando Roma comenzó a utilizar el lenguaje
escrito, la literatura griega ya contaba con una fuerte tradición. Por este motivo, los temas, los géneros, la manera de
escribir y los personajes provenían de la tradición griega.
La literatura clásica estaba dividida en diversos géneros literarios, con una fuerte distinción entre ellos: cada uno tenía
sus propias convenciones y no había libertad para escribir de cualquier forma, ya que había que adaptarse a las reglas del
género. Los tres mayores eran la lírica, la épica y la dramática. Todos escritos en prosas, incluyendo las novelas, la
filosofía y tratados sobre distintos temas. Si bien la mayoría de los géneros fueron adoptados de los griegos, los romanos
crearon la sátira, cuyo rasgo principal era la crítica.
El Derecho romano
Los romanos demostraron tener una fuerte vocación por el Derecho, disciplina concebida como reguladora de la conducta
y las relaciones sociales. El Derecho romano es un conjunto de normas que incluyen todas las leyes, escritas y no escritas,
acumuladas a lo largo de la historia romana.
Entre los aportes más sobresalientes podemos mencionar el Derecho público, que regía las relaciones entre el Estado y
los ciudadanos, así como obligaciones y derechos. También desarrollaron el Derecho privado, que regula la relación
entre los cónyuges, padres e hijos, acreedores y deudores, y entre propietarios y arrendatarios. Además impulsaron el
Derecho internacional, que mediaba las relaciones con otros pueblos, y establecieron prácticas y procedimientos para
entablar juicios y demandas, y para juzgar y dictar sentencia.
El Derecho fue un elemento de unificación, ya que todos los pueblos conquistados vivían bajo las mismas leyes. Hoy en
día, los códigos de leyes contienen preceptos tomados de las leyes y teorías romanas.
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Bibliografía
-AA VV: “Ciencias Sociales 1. Santillana en línea”. Editorial Santillana, 1° edición, CABA, 2014.
-AA VV: “Activados. Ciencias Sociales 1. Maravillas del mundo: Sociedades y espacios geográficos en la actualidad.
Historia de las civilizaciones de la Edad Antigua y el mundo feudal”, Puerto de Palos, 1° edición, CABA, 2015.
-AA VV: “Ciencias Sociales 7”, Kapelusz, 1° edición, CABA, 2012.
-AA VV: “Ciencias Sociales 1 ES”, Estrada, 1° edición, San Isidro, 2010.
-Cristófori, A y Zappettini, Ma. C. (coords.): “Ciencias Sociales 1 De los comienzos de la historia y la geografía humanas
hasta el fin de la Edad Media”, Editorial Aique, 1° edición, CABA, 2009.
- Páginas web.
Páginas web para visitar
Roma
Obligatoria:
- La Antigua Roma I: la fundación de Roma, sociedad y economía: https://www.youtube.com/watch?v=GI1FOR1zO0s
- La Antigua Roma II: Monarquía, República y crisis, de Rómulo a Julio César:
https://www.youtube.com/watch?v=F9ZZnLIFr-Y
- La Antigua Roma III: las guerras civiles, el Imperio y el legado romano: https://www.youtube.com/watch?v=Mh9ou4TBP5c
- El Imperio Romano en 10 minutos (remasterizado): https://www.youtube.com/watch?v=UF_yHrFP1Ls