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Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
DENNYS NATALIA ROJAS SÁNCHEZ
Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Ciencias Humanas
Bogotá, Colombia
2015
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
DENNYS NATALIA ROJAS SÁNCHEZ
Trabajo de investigación presentado como requisito parcial para optar al título de:
ESPECIALISTA EN ACCIÓN SIN DAÑO Y CONSTRUCCIÓN DE PAZ
Coordinadora de la Especialización
Ph.D. Olga del Pilar Vásquez Cruz
Línea de Investigación:
Acción sin daño
Universidad Nacional de Colombia
Facultad de Ciencias Humanas
Bogotá, Colombia
2015
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
3
Resumen
El presente trabajo apunta a evaluar el acompañamiento psicosocial de las Unidades
Móviles de la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la
Reconciliación, a partir del enfoque de Acción Sin Daño (ASD). Para tal objetivo se contó
con la participación activa de los integrantes de las Unidades Móviles y se empleo una
metodología, basada en la evaluación formativa, que permitió la reflexión y
retroalimentación frente a las acciones emprendidas en el marco del acompañamiento
psicosocial. Para el cumplimiento de este objetivo, se exploraron los principios de la ASD
y el Acompañamiento Psicosocial, el funcionamiento de las Unidades Móviles y el marco
normativo al cual obedecen. La ejecución de los talleres reflexivos logró despertar el
interés de los participantes de ahondar en el enfoque de ASD y de incorporarlo a su
labor.
Palabras clave: Acción Sin Daño, Acompañamiento Psicosocial, Unidades Móviles,
Ayuda Humanitaria Inmediata, Evaluación.
Abstract
This research evaluates the work of "the Mobile Units of the High Council for the Rights of
Victims, Peace and Reconciliation" in From an approach named Do No Harm (ASD for its
acronym in Spanish: "Acción Sin Daño") To this purpose we had an active participation of
members from “Mobile Units” and a methodology based on formative evaluation, these
two factors enabled reflection and feedback of actions undertaken in the context of
psychosocial support. To fulfill our main objective, we explore the principles of ASD and
Psychosocial Support, the operation of Mobile Units and its regulatory framework. The
Operative reflective workshops succeeded in arousing interest of the participants to
explore into the ASD approach and incorporate it in their future work.
Keywords: Do No Harm, Psychosocial Support, the Mobile Units, evaluation,
Humanitarian Immediate Help
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
4
Contenido
Pág.
Resumen………………………………………………………………………………………… 3
Introducción…………………………………………………………………………………….. 5
1. Acción Sin Daño y Acompañamiento Psicosocial ................................................. 8
1.1 Acción Sin Daño .................................................................................................. 8
1.2 Acompañamiento Psicosocial ............................................................................ 11
2. Ley de Víctimas y Ayuda Humanitaria .................................................................. 16
2.1 La atención a víctimas en Bogotá...................................................................... 17
2.1.1 Unidades móviles Alta Consejería para los derechos de las Víctimas, la Paz
y la Reconciliación .................................................................................................... 19
3. Evaluación del componente de acompañamiento psicosocial de las unidades
móviles ........................................................................................................................... 23
3.1 Evaluación formativa ......................................................................................... 23
3.1.1 Matriz de Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y Amenazas DOFA ...... 24
3.1.2 Grupos Focales .......................................................................................... 25
3.1.3 Juego de roles............................................................................................ 26
4. Resultados .............................................................................................................. 27
5. Conclusiones y recomendaciones ........................................................................ 34
Anexo A: Matriz DOFA………………………………………………....................................39
Bibliografía……………………………………………………………………………………….45
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
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5
Introducción
El conflicto armado interno en el que estamos inmersos en Colombia desde hace
varias décadas, ha generado menoscabos en las personas que han sufrido violaciones
relacionadas con las normas internacionales de Derechos Humanos (DDHH), así como
infracciones al Derecho Internacional Humanitario (DIH), lo cual afecta de manera directa
la dignidad, la autonomía, el desarrollo y el goce efectivo de los derechos de estas
personas. Las acciones de los grupos armados han forjado situaciones de alta
vulneración como el desplazamiento forzado, principal hecho victimizante reportado por la
población víctima del conflicto armado (PVCA), además de los otros hechos victimizantes
reconocidos por la Ley 1448 de 2011 a saber: homicidio, secuestro, desaparición forzada,
tortura, delitos contra la libertad y la integridad sexual, amenazas, minas antipersonales,
vinculación de niñas, niños y adolescentes, actos terroristas y abandono o despojo
forzado de tierras.
El contexto colombiano, en el cual aún se mantienen graves violaciones a los
DDHH y al DIH, la ausencia de reconocimiento del daño causado, la estigmatización de
las víctimas, la ineficiencia del sistema de salud, entre otras, obstaculizan el proceso de
reparación tanto en la recuperación de las personas que han sido víctimas como en los
procesos de reconstrucción social.
Asimismo, las instituciones, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y las
agencias de cooperación internacional, pueden llegar a revictimizar o generar más daño a
dicha población, en contravía del enfoque de Acción Sin Daño (ASD), el cual tiene por
objetivo principal generar reflexión y capacidades para brindar un acompañamiento
psicosocial responsable, mitigando los posibles efectos negativos en la intervención, con
unos mínimos éticos (Dignidad, Autonomía, Libertad), que permitan la garantía de los
derechos de los sujetos y la reconstrucción de su proyecto de vida. De acuerdo con lo
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anterior, se vuelve pertinente revisar cómo y en qué medida los diferentes actores
humanitarios están dando respuesta a las obligaciones otorgadas por la Ley de víctimas,
y las necesidades de la PVCA.
Ahora bien, Bogotá, como ente territorial que debe dar cumplimiento a las
medidas de asistencia y atención de la Ley 1448 de 2011, creó la Alta Consejería para
los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación (ACDVPR), para coordinar dicha
atención a las personas que llegan al distrito capital a causa de hechos victimizantes, en
el marco del conflicto armado. Dentro de la atención que brinda la ACDVPR, se
encuentra el otorgamiento de Ayuda Humanitaria Inmediata (AHI) conformada por
alojamiento temporal, alimentación y/o acompañamiento psicosocial. De acuerdo al grado
de vulnerabilidad de las víctimas y el hecho victimizante declarado, se decide qué tipo de
ayuda humanitaria pueden recibir. En los casos de vulnerabilidad acentuada se les brinda
alojamiento temporal en albergue y reciben acompañamiento psicosocial por parte de las
unidades móviles de ACDVPR.
Las Unidades Móviles tienen por objetivo brindar acompañamiento psicosocial a
las personas víctimas en fase de AHI, que son ubicadas en los albergues debido a su
vulnerabilidad acentuada; y por lo tanto, con sus acciones buscan potenciar los recursos
propios de cada familia y generar una articulación de servicios que permitan una
disminución de riesgos en el proceso de inclusión social en Bogotá.
En este orden de ideas, el presente trabajo apunta a evaluar el acompañamiento
psicosocial de las unidades móviles de la ACDVPR a partir del enfoque de ASD,
utilizando una metodología que permita la reflexión y retroalimentación frente a las
acciones emprendidas en el marco del acompañamiento psicosocial. Para el
cumplimiento de este objetivo, se exploran los principios de la ASD y el acompañamiento
psicosocial, el funcionamiento de las unidades móviles y el marco normativo al cual
obedecen.
Se trabajan cuatro secciones. 1) Comienza el documento con el abordaje de los
conceptos de Acción Sin Daño y Acompañamiento Psicosocial, donde se establecen sus
principales elementos, objetivos y pautas para minimizar y/o prevenir el daño que se
pudiesen causar con las intervenciones humanitarias. 2) Luego se exponen las acciones
de la Unidad Móvil de ACDVPR, enmarcadas dentro de la Ayuda Humanitaria Inmediata
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(AHI) determinada por la Ley 1448. Aquí se explica la conformación de la Unidad móvil,
sus funciones y objetivos por perfil profesional. 3) A continuación se explica la propuesta
metodológica usada en este trabajo, la cual está basada en la evaluación formativa, a
través de la implementación de talleres reflexivos para reconocer, desde las prácticas y
sus mismos integrantes, las concepciones que dirigen la acción de los profesionales de la
Unidad Móvil, las acciones de acompañamiento y los aspectos que llegan a intervenir con
ellas1. 4) Posteriormente se presenta la información obtenida de los espacios de reflexión
y se establecen relaciones entre las acciones de la Unidad Móvil, las posibles fuentes de
daño en el acompañamiento, los puntos de vista de los profesionales y las acepciones de
acompañamiento psicosocial y la ASD. Así el ejercicio de evaluación y reflexión sobre las
acciones, fortalece, en sí mismo, el enfoque psicosocial con la incorporación de la mirada
desde la ASD aplicada a la atención de las víctimas.
Durante el proceso se evidencia que a pesar de la existencia de propuestas
conceptuales y lineamientos que orientan el desarrollo de los proyectos de
acompañamiento psicosocial (para el caso de la ACDVPR: enfoques de derechos,
diferencial, psicosocial y transformador)2, el nivel de apropiación por parte de las
organizaciones y sus funcionarios suele ser bastante diverso. Asimismo los resultados de
sus intervenciones se miden de manera cuantitativa, y obedecen a intereses
institucionales y presupuestales antes que a las necesidades de las víctimas, lo que
incide en la mecanización de la atención por parte de los profesionales y acompañantes
humanitarios.
Así, desde este proceso de evaluación se pretendió generar procesos de reflexión
constantes entre los profesionales de la Unidad Móvil a partir de la comprensión desde el
contexto de los sujetos en el marco de los Derechos Humanos, y del continuo monitoreo
de sus acciones para la prevención o disminución del daño, máxime cuando atienden
víctimas que hace muy poco tiempo sufrieron los hechos victimizantes, y requieren
reconstruir la confianza en el otro, en el Estado y sus instituciones, y por supuesto, en sí
mismas.
1 Estos talleres buscaron hacer evidentes los mensajes implícitos en la atención de la unidad móvil, a través
de la reflexión de sus acciones a partir de una matriz DOFA que muestra las generalidades de la Unidad Móvil, y que se llegan a precisar con el uso de las técnicas de grupos focales y juego de roles, que permiten reflexionar en temas y prácticas puntuales desde el enfoque de ASD. 2 ACDVPR (2014) La Atención Psicosocial en el “Modelo Dignificar de Asistencia y Atención a Víctimas” en
los Centros Dignificar. Documento en construcción
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1. Acción Sin Daño y Acompañamiento Psicosocial
1.1 Acción Sin Daño
El enfoque de Acción Sin Daño (ASD) “es una serie de elementos a nivel
metodológico, que surgen de responder a la pregunta ¿Cómo realizar ayuda humanitaria
o cooperación al desarrollo en contextos de conflicto, para que en lugar de nutrir y
exacerbar el conflicto, ayude a los actores locales a retirarse y establecer sistemas
alternativos de resolución de los problemas que causaron el conflicto?” (Anderson, 2009).
El Enfoque de ASD surge de una preocupación ética ante la revisión de experiencias de
ayuda humanitaria y de cooperación, donde se busca reconocer y analizar los daños que
ocasionan las situaciones de conflictos, y prevenir que las acciones humanitarias
incrementen esos efectos, además de tratar de reducirlos.
Los postulados de la ASD parten del principio hipocrático de la medicina de “no
hacer daño”, así se plantean las siguientes obligaciones éticas: a) No producir daño o
mal, b) Prevenir el daño o el mal, c) Remover o retirar lo que esté haciendo un daño o un
mal, y d) Promover lo que hace bien (Rodríguez, 2011, p.127). En consecuencia, el
enfoque de ASD implica mantener una actitud consciente y responsable para trabajar en
y sobre los conflictos, y orientar las decisiones y las acciones hacia el logro de resultados
positivos dirigidos a construir condiciones para reforzar los conectores que afianzan los
procesos de paz (Rodríguez, 2008; p 11).
De acuerdo con lo anterior, la ASD parte de la premisa que ninguna intervención
externa realizada por diferentes actores humanitarios o de desarrollo (internacional,
nacional, público o privado) está exenta de hacer daño a través de sus acciones
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(Anderson, 2009) por lo que muchas de las acciones realizadas en el marco de la ayuda
humanitaria pueden exacerbar conflictos en las personas y la comunidad y/o generar
divisiones, alejándose de su objetivo de socorrer, ayudar o promover el desarrollo y el
bienestar. En consonancia con esta línea de pensamiento, Rodríguez (2010) plantea
algunos principios o pautas de acción para prevenir o reducir los posibles daños3:
Participación y transparencia: Claridad en que se trabaja con las personas y no para
ellas, por lo cual se debe promover la participación; el apoyo brindado debe ser
concertado con las comunidades, estableciendo comunicación transparente y directa
con ellas para apoyarlas en la búsqueda de soluciones consideradas adecuadas y
valiosas por ellas mismos.
Sensibilidad Cultural: Basarse en los principios éticos ante situaciones complejas
para la toma de decisiones, y evitar el despilfarro, el exceso y la ostentación.
Flexibilidad e innovación: Mantener y fomentar actitudes flexibles, discernimiento
claro, y creatividad para responder a los cambios en las situaciones y condiciones.
Contextualización: Conocer y analizar constantemente el contexto de las personas y
dónde se realiza la atención.
Procesos y procedimientos sensibles: Los procesos y procedimientos de las
organizaciones e instituciones deben contar con el presupuesto suficiente, responder
de forma adecuada a los requerimientos importantes y urgentes, contar con la
sistematización de las experiencias e involucrar a organizaciones con propósitos
similares. Además debe contar con una cultura organizacional que promueva el
reconocimiento de errores y daños causados, constante monitoreo para prevenir e
identificar riesgos y daños, y sobre todo, la reflexión constante de las acciones
emprendidas.
La Unidad de Atención y Reparación Integral a Víctimas (UARIV) y la Organización
Internacional para las Migraciones (OIM), desde un enfoque de ASD, plantean que los
daños y el sufrimiento pueden provenir de 3 fuentes:
3 Rodríguez, A. (2010) Modulo 2: El enfoque ético de la Acción Sin Daño. Universidad Nacional de Colombia. Programa de
Iniciativas Universitarias para la Paz y la Convivencia (PIUPC), Bogotá.
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Aquel ocasionado por el conflicto armado; el ocasionado por la revictimización en el proceso de
restauración o la exigibilidad de sus derechos, que se puede generar desde el funcionario como
representante del Estado o cuando las medidas de asistencia se convierten únicamente en
medidas asistencialistas, y aquel que se atribuye a la vulnerabilidad general producida por las
características demográficas individuales (edad, salud, ciclo de vida, género, etnia); la
composición del hogar y el contexto (condiciones higiénicas y ambientales, procesos políticos,
económicos y sociales, y la educación), sin desconocer que estas tres formas de sufrimiento
pueden presentarse simultáneamente en la experiencia de la persona, por lo cual no son
excluyentes entre sí (UARIV, 2014, p. 14).
De lo anterior se infiere que la mirada autorreflexiva acerca de las actuaciones se
establece como una premisa para el trabajo psicosocial en contextos de conflicto, donde
además se identifiquen las dinámicas que responden a causas estructurales y las
derivadas del conflicto. Así, en un contexto tan particular como el colombiano que ha sido
atravesado por un conflicto de larga duración propiciando la naturalización del mismo y
de las dinámicas violentas, anudado a reiteradas emergencias agravadas y causadas por
inequidades sociales; se podría llegar a pensar que cualquier acción que se realice con
intención de ayudar, acompañar, asesorar y ofrecer apoyo a comunidades, familias y
personas, víctimas de los conflictos políticos y sociales, traerá siempre beneficios. Sin
embargo, la realidad es que se puede llegar a causar daños, como generar dependencia
institucional, desempoderar a los sujetos, validar los actos violentos, revictimizar a las
personas, entre otros.
Como se puede ver, la responsabilidad ética que se tiene en la ayuda humanitaria
es bastante alta, pues las consecuencias de las acciones de los diversos agentes pueden
ser generadoras de exacerbación del conflicto y de los daños, o pueden brindar un
espacio dignificador y reparador. En consecuencia, se requiere de gran compromiso
ético, lo cual implica ser competente (preparación inicial y continua), ser eficiente (hacer
bien el trabajo sin desperdicio de recursos), ser diligente (hacer el trabajo con cuidado,
oportunidad y exactitud), y ser responsable (responder ante sí mismo, la
institución/organización y los destinatarios del servicio) (Rodríguez, 2011, p. 129).
La ASD busca hacer explícitos los presupuestos conceptuales, políticos y
metodológicos de los diferentes agentes de ayuda humanitaria y de desarrollo, a fin de
revisar su coherencia ética y las consecuencias de las mismas, dada la necesidad de
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prestar atención y realizar una reflexión profunda acerca de las acciones de las
instituciones y de los mensajes que se trasmiten a las personas.
1.2 Acompañamiento Psicosocial
El Enfoque psicosocial es una forma de entender los comportamientos y las
necesidades de las personas partiendo de sus características particulares en lo
relacionado a su individualidad, a su relación con los demás y a su entorno social,
político, económico y cultural. “El desglose del concepto no implica una división sino la
complementariedad e interdependencia de significados: lo psico que “alude a la
indagación y comprensión de la experiencia humana desde su subjetividad” y lo social
que se refiere a “la dinámica vinculante del sujeto con otros con quienes está en
permanente relación” (Bello, Chaparro, 2011, p. 13).
Este enfoque es relacional pues permite entender a los individuos y colectivos, en
el marco de los múltiples contextos en los que se construyen y reconstruyen las
identidades individuales y colectivas (cultural, político, social, personal y familiar),
enfatizando en su carácter dinámico y transformador, además de reconocer la diversidad
étnica, las diferencias de género y generación, las particularidades culturales/regionales,
y la complejidad de las relaciones que se establecen entre el sujeto y el contexto.
Asimismo, lo psicosocial resalta los aspectos históricos, tanto por el legado de los padres
y la comunidad, como por el recorrido propio del sujeto. Por lo cual, el enfoque
psicosocial se considera integrador, y hace evidente que es necesario abordar al sujeto y
su contexto de desde una visión interdisciplinar, lo cual le inscribe un carácter holístico,
sistémico y dinámico.
En ese orden de ideas, el enfoque psicosocial es la manera como se interpreta la
producción del daño, que se relaciona con la forma como el sujeto es desprovisto de sus
referentes, sus vínculos y sus afectos, debido a que su entorno cotidiano es alterado de
manera abrupta. Esta interpretación, que se distancia de una concepción de limitación o
incapacidad mental de los individuos, compromete el acompañamiento psicosocial con el
reconocimiento de los derechos de las víctimas y promoción de transformaciones
sociales estructurales desde una mayor presencia y responsabilidad del Estado
(Chaparro, 2009).
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En este contexto, cabe aclarar que “las acciones de atención psicosocial deben ser
pensadas como acompañamiento psicosocial, en el cual el profesional interpreta el
escenario en el que trabaja con el fin de facilitar las condiciones para que los sujetos y
sus colectivos sean protagonistas y agentes activos de su propio proceso de cambio; a
diferencia del término de intervención psicosocial que atribuye al agente profesional el
saber válido para modificar aquello que desde su diagnóstico, no corresponde con sus
concepciones de lo que está bien, en un contexto en el cual apenas está de paso durante
el tiempo de su intervención” (Bello, Chaparro, 2011, p. 60).
El acompañamiento psicosocial, entonces, parte del reconocimiento de lo que
representan para el sujeto las relaciones que establece como garantía de supervivencia,
la inserción en el mundo culturalmente regulado e interpretado por el mismo y la
capacidad para desenvolverse en ese mundo, manteniendo o transformando los
preceptos culturales. En este sentido, permite analizar cómo la interacción entre los
diferentes sistemas influye en la experiencia individual, colectiva y en la propia identidad.
De igual forma, reconoce los cambios que se adelantan en pro de la afirmación del
sujeto, contribuyendo a la realización de su dignidad humana. Por lo tanto, el
acompañamiento psicosocial se realiza en situaciones de vulneración de derechos, y
atentados contra la identidad, la dignidad y la autonomía. Este conjunto de acciones
“asume que todas las personas, a raíz de los hechos de violencia política, padecen algún
grado de sufrimiento emocional y reaccionan de manera distinta. Igualmente se considera
que es necesario actuar sobre los grupos sociales para reducir el impacto, y estimularlos
para que ellos participen en acciones de reconstrucción social y reparación integral”
(Millán, Osorio, 2011, p. 26).
Las afectaciones que se desencadenan a partir de la violencia política y el conflicto
armado, se pueden agrupar en cuatro ámbitos:
…”el ámbito de afectación individual, en el que se reconocen la manera como los
hechos violentos dejan importantes huellas “en las formas como se ven a sí mismos y
a los otros” y, dada esta “nueva realidad” resulta difícil identificarse a sí mismo con lo
que era antes, se configuran unas nuevas narrativas y escenarios emocionales para
moverse en el mundo social. El ámbito de afectación relacional se refiere a los
efectos sociales que producen los hechos violentos tales como detrimento en la
confianza en los otros, pérdida de la previsibilidad del mundo, rompimiento de los
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proyectos colectivos, fractura de los procesos organizativos y quiebres devastadores
en las familias (tanto en su estructura como en su forma de interacción: duelos,
miedo, incertidumbre). El ámbito de derechos, especialmente cuando ha habido
vinculación de agentes del Estado en las violaciones de derechos humanos, se
refiere a la vulneración de la dignidad humana y, con ello, la identidad como sujeto de
derechos (incluye la vulneración de derechos civiles y políticos; y económicos,
sociales y culturales). Finalmente, el ámbito de afectación en las condiciones físicas
hace referencia a que las víctimas del conflicto armado encarnan –desde una
perspectiva eco-social (Krieger, 2001) – las realidades sociopolíticas que les
correspondió vivir, desarrollando formas diferenciales de enfermedad y muerte”
(Arévalo, 2011, p 33).
En consecuencia, puede afirmarse que el acompañamiento psicosocial parte de la
existencia de daño material físico y moral, tangible e intangible, reparable e irreparable,
que debe ser atendido. En respuesta a esto, Bello y Chaparro consideran que los
proyectos de acompañamiento psicosocial y de acción humanitaria deben orientarse por
los siguientes fines (Bello, Chaparro, 2011; p. 48 y 60):
Contribuir a reconstruir la identidad y la dignidad, a partir del reconocimiento de las
personas, de su estatus jurídico, social y subjetivo de víctimas. Asumiendo que esta
es una identidad, entre otras identidades, que puede ser transitoria.
Aportar en el proceso de ganar autonomía, generando condiciones que permitan
asumir el control del presente, tomando decisiones, realizando acciones para incidir
en el curso de sus vidas, y fortaleciendo su capacidad de agencia.
Aportar condiciones que permitan garantizar la seguridad vital, donde se construya
estabilidad a partir de la realización de las acciones de protección del Estado y el
despliegue creativo de los recursos propios (individuales, relacionales, familiares y
comunitarios), así como la activación de los vínculos y soportes sociales e
institucionales.
Identificar y comprender las interpretaciones que los individuos, familias y colectivos
dan a los hechos, las particulares maneras de enfrentarlos y en este sentido, el
significado que ellos tienen para sus vidas.
Favorecer una elaboración de las experiencias (dotarlas de sentido) y potenciar los
recursos internos (individuales, familiares y colectivos) con que disponen quienes han
sido víctimas de este fenómeno.
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Reconstruir los tejidos fragmentados por los efectos de la violencia construyendo
confianza y nuevos vínculos e identidades que logren asumir e incorporar una
memoria histórica de las destrucciones y las pérdidas irremediables, y desde allí,
desarrollar nuevas perspectivas de futuro.
Aportar a la dignificación y el empoderamiento de las víctimas para que a su vez,
éstas presionen e incidan en reivindicaciones y transformaciones políticas,
económicas y sociales.
Teniendo en cuenta los planteamientos de la atención psicosocial y la ASD, Chaparro
(2011, p. 200) hace una reflexión frente a los daños que se pueden profundizar o generar
a partir de las acciones de acompañamiento psicosocial:
La sobredimensión o subestimación del dolor y el sufrimiento: Hace referencia a la
creencia que todo evento violento desencadena en enfermedad mental o estrés
postraumático o también puede referirse a la negación de las capacidades de
afrontamiento, personales y comunitarias, para el manejo de la situación.
La victimización: cuando el sufrimiento resulta útil como fuente de reconocimiento y
retribución, las personas se quedan con la autovalidación del sufrimiento, creando
relaciones de dependencia y asistencialistas.
Invasión de los espacios privados y los ámbitos íntimos: Algunas preguntas intrusivas
pueden desencadenar crisis emocionales que pueden conducir a más daño
emocional y generar desconfianza en el equipo y en el acompañamiento.
Las generalizaciones y estandarizaciones: Se desconoce el contexto y la historia
personal de los sujetos. Se puede imponer la atención por técnica, o por generalizar
frente al grupo poblacional.
Romanticismo cultural: se refiere a la utilización arbitraria de los rituales, los símbolos
y los aspectos significativos de orden espiritual y cultural, aunque algunos puedan
reproducir relaciones de dominación y desigualdad.
La exacerbación y el uso del dolor frente a donantes y financiadores: hace referencia
a mostrar el sufrimiento como herramienta publicitaria para el recaudo de fondos por
parte de las instituciones y reproduciendo esta idea en las víctimas.
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Agotamiento del equipo de acompañamiento: Entiéndase como la necesidad del
cuidado al cuidador, ya que se genera agotamiento físico y emocional en el equipo de
acompañantes.
En síntesis, el acompañamiento psicosocial es un proceso, no una acción puntual,
cuyo objetivo es la comprensión, prevención, atenuación, manejo y gestión de los
impactos y daños emocionales y psicosociales y en general del sufrimiento individual,
familiar y colectivo generado por la violencia política y por violaciones de los derechos
humanos (Millán, Osorio, 2011, 28). Por lo tanto, el acompañamiento psicosocial debe
aportar para romper el ciclo de dependencia e indefensión que se ha creado de manera
intencional por los grupos armados, apoyando el fortalecimiento de recursos individuales,
familiares y comunitarios. En suma, el acompañamiento psicosocial en la Atención
Humanitaria, se consolida en el trabajo de construcción de condiciones personales,
grupales, organizativas, institucionales y políticas favorables para que los propios
afectados puedan transitar de la emergencia a la rehabilitación y al desarrollo, lo cual
resulta indispensable para evitar la postergación de la emergencia y contribuir
negativamente a perpetuar su complejidad (AVRE, 2005: 16).
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2. Ley de Víctimas y Ayuda Humanitaria
La Ley de Víctimas y Restitución de Tierras se estableció a mediados del año 2011
como parte del reconocimiento a la existencia del conflicto armado interno colombiano y
de las víctimas de las violaciones de lesa humanidad. En su artículo 1° establece que “La
presente ley tiene por objeto establecer un conjunto de medidas judiciales,
administrativas, sociales y económicas, individuales y colectivas, en beneficio de las
víctimas de las violaciones contempladas en el artículo 3º de la presente ley, dentro de un
marco de justicia transicional, que posibiliten hacer efectivo el goce de sus derechos a la
verdad, la justicia y la reparación con garantía de no repetición, de modo que se
reconozca su condición de víctimas y se dignifique a través de la materialización de sus
derechos constitucionales” 4
En este reconocimiento que se realiza del conflicto armado interno y de las
violaciones al DIH y a los DDHH, se considera es responsabilidad del Estado construir un
escenario de reparación de las víctimas que les permita mejorar la situación y enfrentar
las consecuencias de la violencia, además de reconocer su responsabilidad y la de los
perpetradores en las violaciones (Martín-Beristain, 2010, p. 40). Por lo cual “se dictan
medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado
interno y se dictan otras disposiciones”5, donde se instaura que las víctimas tienen
derecho a ser reparadas de manera adecuada, diferenciada, transformadora y efectiva
por el daño que han sufrido producto del conflicto armado interno, lo que incluye medidas
de restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición, en
sus dimensiones individual, colectiva, material, moral y simbólica.
En esta norma, las medidas de asistencia y atención (artículo 49) que se
establecen “se entienden por el conjunto integrado de medidas, programas y recursos de
orden político, económico, social, fiscal, entre otros, a cargo del Estado, orientado a
restablecer la vigencia efectiva de los derechos de las víctimas, brindarles condiciones
para llevar una vida digna y garantizar su incorporación a la vida social, económica y
política; y por la acción de dar información, orientación y acompañamiento jurídico y
4 Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. Ley 1448 de 2011. Diario Oficial 48096 de junio 10 de
2011. 5 Ibídem
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psicosocial a la víctima, con miras a facilitar el acceso y cualificar el ejercicio de los
derechos a la verdad, justicia y reparación”6
En este marco se instaura la Ayuda Humanitaria que plantea mecanismos para
socorrer, asistir, proteger y atender las necesidades básicas en condiciones dignas y con
enfoque diferencial en el momento del acontecimiento o cuando se conozca el delito;
aclarando que no todas las víctimas reciben el mismo tipo de ayuda, pues ésta debe
adecuarse según la complejidad de los hechos victimizantes. Continuamente se
evidencia en las declaraciones de la PVCA, la presencia de uno o más hechos
victimizantes, siendo recurrente el desplazamiento forzado, por lo cual se establecen
unas fases de ayuda humanitaria especiales para este flagelo. A saber:
Ayuda Humanitaria Inmediata (AHI): Entregada a aquellas personas que se
encuentran en situación de vulnerabilidad acentuada y requieren de albergue
temporal y asistencia alimentaria. Esta ayuda será proporcionada por la entidad
territorial de nivel municipal receptora y se dará hasta el momento en el cual se
realiza la inscripción en el Registro Único de Víctimas (RUV) (Art 63 – Ley 1448 de
2011).
Ayuda Humanitaria de Emergencia: Entregada por la Unidad Administrativa para la
Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV) de acuerdo con el grado de
necesidad y urgencia respecto de su subsistencia mínima a las personas que ya se
encuentran incluidas en el RUV (Art. 64 – Ley 1448 de 2011)
Ayuda Humanitaria de Transición: Es la ayuda humanitaria que entrega la UARIV y el
ICBF, a la población en situación de desplazamiento forzado incluida en el Registro
Único de Víctimas que aún no cuenta con los elementos necesarios para su
subsistencia mínima, pero cuya situación se considera no presenta las
características de gravedad y urgencia (Art. 65 – Ley 1448 de 2011).
2.1 La atención a víctimas en Bogotá
Para el caso del Distrito Capital, con la promulgación de la Ley 1448 de 2011, se
creó la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación
6 ibídem
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
18
(ACDVPR), donde se plantea un modelo de atención dignificador de las víctimas
nombrado Modelo Dignificar. Éste parte del hecho de que las graves violaciones a los
DDHH e infracciones al DIH que han sufrido las víctimas, afectan su salud física, mental y
psicosocial, por lo que las atenciones desde las diferentes áreas de la ACDVPR
(Asistencia y Atención, Participación, Reparación, Memoria Histórica, Comunicación y
Política pública) o desde los programas de las entidades del Sistema Nacional de
Atención y Reparación Integral a Víctimas (SNARIV), deben tener un sentido reparador,
debe buscar mitigar y superar la afectación a la dignidad de las víctimas y no solamente a
crear condiciones de bienestar mediante la garantía de sus derechos.
El área de Asistencia y Atención de la ACDVPR, cuenta con 7 Centros Dignificar,
ubicados en zonas de fácil acceso y donde se identifica existencia de Población Víctima
del Conflicto Armado (PVCA): Suba, Chapinero, Rafael Uribe Uribe, Ciudad Bolívar,
Bosa, Sevillana y Kennedy; más dos puntos de atención ubicados en Terminal de
Transportes y Mártires. Estos centros reúnen las instituciones competentes en la
asistencia y atención a las víctimas, siendo la ACDVPR el ente articulador y coordinador
de la política pública de atención y reparación a las víctimas en el Distrito Capital. Esta
área tiene por objetivo contribuir al restablecimiento de los derechos fundamentales de
las personas víctimas del conflicto armado, identificando sus necesidades (económicas,
sociales, psicológicas, de seguridad, etc.) y articulando con las entidades distritales y
nacionales competentes en la atención o presentes en los territorios, para la satisfacción
de las mismas. Para dicho proceso, se establecieron 3 procedimientos: Orientación en
oferta social y rutas de derechos o atención, Otorgamiento de AHI y Acompañamiento
psicosocial y jurídico (ACDVPR, 2014).
En consecuencia, la atención psicosocial realizada por equipos interdisciplinares de
la ACVDPR está ligada al proceso reparador, el cual puede iniciar o materializarse en
ayudas humanitarias: atención en salud, rehabilitación física y mental, atención jurídica,
entrega de restos, etc. Por ello, sus acciones contemplan la atención individual, familiar y
grupal (modelo sistémico), extendiéndose a todas las fases de atención humanitaria
(inmediata, emergencia o transitoria), como en los procesos reparadores a cargo de las
diferentes entidades del SNARIV (ACDVPR, 2014, p. 4).
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
19
Como se relacionaba al comienzo del capítulo, la entrega de la Ayuda Humanitaria
Inmediata (sobre la cual tiene la competencia el ente territorial receptor de las víctimas)
apunta a solventar “las necesidades de riesgo o grado de vulnerabilidad de los afectados
con el fin de brindar soporte humanitario, trato respetuoso e imparcial, asegurando
condiciones de dignidad e integridad física, psicológica y moral de la familia”7, y es
otorgada en los Centros Dignificar o por la Unidad Móvil de ACVDPR, a las personas que
recientemente han sufrido los hechos victimizantes y se encuentran en estado de
vulnerabilidad acentuada, siendo efectiva en asistencia alimentaria, alojamiento temporal
y/o acompañamiento psicosocial.
2.1.1 Unidades móviles Alta Consejería para los derechos de las
Víctimas, la Paz y la Reconciliación
Dentro del área de Asistencia y Atención de la ACDVPR, se cuenta con una
estrategia creada en 2014, llamada Unidades Móviles, que busca brindar
acompañamiento psicosocial a las personas que se encuentran en fase de Ayuda
Humanitaria Inmediata (AHI) y que debido a su vulnerabilidad acentuada son albergadas
en los alojamientos temporales de la ACDVPR. Aunque las Unidades Móviles realizan los
3 procedimientos establecidos por la ACDVPR, la estrategia de éstas apunta a realizar un
acompañamiento psicosocial más cercano y eficiente con las personas en alojamiento
temporal, realizando acciones en las dimensiones individual, familiar y comunitaria.
Igualmente el acompañamiento psicosocial incluye acciones clínico terapéuticas, de
trabajo comunitario y de sensibilización y apoyo social (Bello, Chaparro, 2010; p. 61).
Aunque el protocolo de atención para las Unidades Móviles aún se encuentra en
construcción, se establece que éstas deben facilitar herramientas para el afrontamiento,
la estabilización emocional, y la afirmación de derechos; además de activación de redes
sociales de apoyo, y de sensibilización a población no víctima frente a la responsabilidad
social y los procesos de inclusión de las personas víctimas8.
7 Ley de víctimas y restitución de tierras, Ministerio del Interior y de Justicia (2011). Decreto reglamentario
4800 de 2011, “por el cual se reglamenta la ley 1448 de 2011 y se dictan otras disposiciones”, Articulo II enfoque humanitario 8 ACDVPR (2014) Protocolo para la actuación psicosocial. Orientaciones Unidades Móviles de la ACDVPR
(2014 (Documento en construcción)
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
20
Las Unidades Móviles (UM) son dos equipos conformados por promotores
psicosociales y profesionales en Psicología, Trabajo Social y Derecho, con experiencia
en el acompañamiento psicosocial y trabajo comunitario, quienes a través de sus
acciones, extienden la orientación y el acompañamiento de los Centros Dignificar a las
localidades y alojamientos temporales.
El área de Psicología tiene por objetivo la mitigación del sufrimiento, la
estabilización emocional y el fortalecimiento de recursos individuales y relaciones
familiares; el área de Trabajo Social propende por la activación y fortalecimiento de redes
en sus diversos niveles (primario, secundario, terciario); el área de Derecho realiza
promoción de derechos y orientación y apoyo a acciones de restitución de derechos
principalmente en lo referente a niños, niñas y adolescentes; y los Promotores
Psicosociales se destacan en la sensibilización a la población receptora y la
georeferenciación en Bogotá.
Las Unidades Móviles tienen cuatro (4) campos de acción:
Otorgamiento de AHI:
El procedimiento comienza con una entrevista al declarante de los hechos
victimizantes con la cual se realiza la caracterización familiar y la valoración para el
otorgamiento de la AHI, previa declaración de los hechos victimizantes ante el Ministerio
Público. En la valoración para el otorgamiento de la AHI se tiene en cuenta la relación de
tiempo, modo y lugar de los hechos victimizantes y el grado de vulnerabilidad del sistema
familiar. Si se determina la existencia de condiciones de vulnerabilidad acentuada, se
otorga alojamiento temporal y alimentación (Albergue), o alguno de los componentes por
separado. Si se determina que la familia no se encuentra en vulnerabilidad acentuada o
no cumple con los criterios, se realizará articulación y/o remisión a otras instituciones
como Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) u Organizaciones No
Gubernamentales (ONG).
Acompañamiento Psicosocial:
Durante la estadía en alguno de los siete (7) alojamientos temporales de la
ACDVPR, las familias tienen varios encuentros con los profesionales de la UM, los cuales
pueden ser individuales, familiares o grupales.
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
21
Para dar inicio al acompañamiento, se explica de manera detallada la competencia
de la ACDVPR en la entrega de la AHI y la ruta de atención por parte de ACDVPR y
UARIV, y se realiza una entrevista semiestructurada para la identificación de las
necesidades psicosociales de la familia. Una vez realizada la entrevista, el profesional de
la UM, retroalimenta a la familia, sensibiliza frente a sus necesidades identificadas y el
contexto bogotano, y se establece de manera conjunta el Plan Integral de Atención (PIA)
para los primeros pasos en la estabilización en Bogotá y la reconstrucción del proyecto
de vida. En la herramienta del PIA se establecen objetivos a corto plazo en diferentes
áreas de derechos (salud, educación, vivienda, trabajo, seguridad) propendiendo por la
inclusión social, la capacidad de agencia y la autonomía familiar. Este acompañamiento
psicosocial puede durar entre uno (1) y cuatro (4) meses dependiendo del caso.
Dentro del acompañamiento psicosocial, las unidades móviles también realizan
talleres relacionados con pedagogía en derechos, rutas de atención por hecho
victimizante y contextualización de Ley 1448, pautas de crianza, expresión y manejo
emocional, mecanismos de afrontamiento, reconocimiento de potencialidades y
capacidades, convivencia y respuesta no violenta, entre otros.
Este acompañamiento psicosocial se finaliza teniendo en cuenta los siguientes
criterios: cumplimiento de metas del PIA, pérdida de contacto con las víctimas,
incumplimiento de compromisos al PIA por parte de las víctimas, cambio de municipio de
residencia de las víctimas, decisión voluntaria de las víctimas, o por No Inclusión en el
Registro Único de Victimas (RUV), según valoración de la UARIV.
Componente Comunitario:
Hace relación a las actividades que se realizan en torno a la sensibilización de población
no víctima con respecto al conflicto armado. Esta sensibilización se realiza con
instituciones dando a conocer la ruta de atención de la ACDVPR, y con la comunidad
receptora en las localidades de Bogotá, donde llegan a asentarse las victimas
beneficiarias de la AHI.
Contingencias y Otros Eventos:
Las UM también brindan apoyo psicosocial en los eventos considerados como
emergencias entre los que se encuentran la recepción de desplazamientos masivos,
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
22
acciones de vías de hecho por parte de víctimas, atención a casos considerados
prioritarios por problemas de seguridad por pertenencia a organizaciones de víctimas, y
demás que requieran un equipo psicosocial para la atención de víctimas en horas no
laborales de los Centros Dignificar. Igualmente las UM apoyan procesos desarrollados
por las otras áreas de la ACDVPR que requieran de apoyo psicosocial, en procesos de
reparación y participación, como jornadas de oferta laboral y actividades de preparación a
declarantes de violencia sexual en el marco del conflicto armado y sus procesos
ancestrales de sanación.
De esta manera se busca restablecer la integridad emocional de las personas y de sus
redes sociales, a través de un proceso de atención interdisciplinaria e intersectorial que
aporte herramientas a los individuos para la recuperación de su capacidad de
afrontamiento de situaciones adversas y reconstrucción de proyecto de vida.9
9 Atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno Proyecto de
Presupuesto 2013. Alcaldía Mayor de Bogotá Secretaría Distrital de Hacienda Dirección Distrital de
Presupuesto. Bogotá
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
23
3. Evaluación del componente de acompañamiento psicosocial de las unidades móviles
Para la evaluación del acompañamiento psicosocial realizado por las Unidades
Móviles, se construyó una evaluación formativa a partir de técnicas de recolección y
análisis de información como matriz DOFA, grupos focales y juegos de roles. Con esta
evaluación se buscó identificar y reconocer prácticas que podrían o no, llegar a generar
daño en las víctimas.
3.1 Evaluación formativa
La evaluación formativa permite “realizar mediciones de los efectos en diversos
momentos del desarrollo del programa, bien sea durante el diagnóstico, la formulación, la
implementación o la ejecución, permitiendo que los resultados o experiencias logradas
hasta entonces sean utilizados en modificaciones o reorientaciones del mismo” (Correa,
2002, p. 321). Usualmente, es aplicada durante la fase de ejecución de un programa o
proyecto, dado que da lugar a retroalimentación y a una modificación simultánea de la
ejecución, generando mejoramiento continuo del programa.
Para el presente trabajo, se realizó la evaluación en fase de ejecución de la
estrategia de Unidades Móviles. Es importante resaltar que este tipo de evaluación
propende por la participación de los diferentes actores del programa que se va a evaluar,
lo cual es un eje fundamental para la Acción Sin Daño, y que su carácter de reciprocidad,
permite establecer un proceso educativo en el que aprenden tanto los evaluadores
(técnicos) como los evaluados (actores sociales) (Correa, 2002, p.323).
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
24
Las características que señala el Ministerio de Salud de Colombia (1978, p.77),
acerca de la evaluación formativa, consignadas a continuación, permiten comprender el
por qué de su pertinencia metodológica:
“Es un componente esencial de la planificación; mide y controla los desempeños y
alcances logrados con la programación, dirección y ejecución de los servicios; es
continua e integral; permite estudiar la eficiencia y eficacia de un servicio; implica una
autoevaluación; cumple una función retroalimentadora dentro del desarrollo de un
programa; brinda una información general del universo evaluado; ofrece registros
sistemáticos durante su ejecución; minimiza el desfase entre identificación de
problemas y toma de decisiones; no representa costos adicionales mayores”.
Para la evaluación de las UM se partió del reconocimiento detallado de sus
acciones, realizado por sus mismos integrantes, a través de una matriz DOFA para que
luego de examinar las debilidades y amenazas en su labor. Luego las acciones se
contrastaron con las pautas para prevención del daño propuestas por Rodríguez (2011)
desde el enfoque de ASD. Posteriormente, se realizó un taller de reflexión frente a las
actitudes en la atención, con la técnica de juego de roles.
Durante las actividades planteadas se contó con la participación de los diez (10)
integrantes de las UM: dos (2) abogados, dos (2) psicólogas, dos (2) trabajadoras
sociales, tres (3) promotores psicosociales y una (1) coordinadora de la UM.
3.1.1 Matriz de Debilidades, Oportunidades, Fortalezas y
Amenazas DOFA
Como herramienta introductoria se recurre a la matriz DOFA, que en palabras de
Pineda (2009) se describe como:
“un instrumento metodológico que sirve para identificar acciones viables
mediante el cruce de variables, en el supuesto de que las acciones estratégicas
deben ser ante todo acciones posibles y que la factibilidad se debe encontrar en la
realidad misma del sistema. En otras palabras, por ejemplo la posibilidad de superar
una debilidad que impide el logro del propósito, solo se la dará la existencia de
fortalezas y oportunidades que lo permitan. El instrumento también permite la
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
25
identificación de acciones que potencien entre sí a los factores positivos” (Pineda,
2009).
En este caso, se les planteó a los integrantes de cada UM realizar la
identificación de las debilidades y fortalezas dentro del acompañamiento
psicosocial, y luego establecer las oportunidades y amenazas que pueden llegar a
afectar o potenciar su accionar. A partir de dicha identificación se generó un
espacio para la socialización y la reflexión del acompañamiento psicosocial
realizado, obteniendo conclusiones y relaciones entre los diversos aspectos
mencionados.
3.1.2 Grupos Focales
Por medio de los grupos focales se puede “obtener información rápida que posibilita
dar respuesta a corto plazo a las urgentes necesidades sociales que se investigan y, al
mismo tiempo responder de manera rigurosa a las exigencias del método científico”
(Bonilla y Rodríguez, 1997; p.102)
El grupo focal no busca una representatividad estadística, sino que intenta delimitar
los espacios de la interacción social que se organizan más o menos homogéneamente,
en torno a una experiencia compartida y valorada por las personas que hacen parte de
ella (Bonilla, Rodríguez, 1997; p.105), tal como ocurre en la actividad planteada con las
UM.
Para el desarrollo del grupo focal de las UM se construyeron una serie de
preguntas orientadoras a partir de las pautas para la prevención del daño desde el
enfoque de ASD: participación, contextualización, procesos y procedimientos sensibles,
sensibilidad cultural y flexibilidad e innovación, estableciendo subniveles para cada pauta.
Dichas preguntas permitieron generar el debate y evidenciar las diferentes posturas de
los participantes respecto a cada ítem a analizar. Igualmente, esta técnica se utilizó para
establecer la relación de las acciones emprendidas por los profesionales con los objetivos
planteados desde la labor de las UM.
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
26
3.1.3 Juego de roles
La técnica Juego de roles hacen parte de las técnicas de investigación cualitativa,
donde se representa una situación o problema real, proporcionado elementos concretos
para el análisis o discusión de un tema. En estos juegos cada participante asume un
papel o un rol tratando de desempeñarlo como sería en la vida real. Tienen como
finalidad el aprendizaje desde la experiencia, la reflexión desde la observación, la
expresión de problemas o percepciones con el ingrediente de lo lúdico, hecho que facilita
el análisis más allá de lo personal (Tropenbos, 2009), logrando que se involucren,
comprometan y reflexionen sobre los roles que adoptan y la historia que representan.
Para el desarrollo de la actividad se escoge un escenario donde cada perfil
profesional representa el modo en que realiza la atención a víctimas del conflicto armado
en fase de AHI. El ejercicio pretendía exponer a los participantes a situaciones que tienen
posibilidad de ocurrir en cualquiera de las etapas del acompañamiento psicosocial.
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
27
4. Resultados
Para la presentación de los resultados se propone hacer un análisis que tenga en
cuenta el accionar de las UM a partir de la ASD y el acompañamiento psicosocial, donde
no solamente se presentan las respuestas a los instrumentos utilizados sino también
parte de las reflexiones realizadas en cada sesión.
La aplicación de los diferentes instrumentos permitió ir de la identificación de los
aspectos más generales del acompañamiento psicosocial, a través de la aplicación de la
matriz DOFA, pasar al cuestionamiento de conceptos y procedimientos relevantes en
cuanto a generación del daño (por medio del grupo focal), y finalizar con el análisis de la
operacionalización de las acciones en el juego de roles. Cada uno de ellos aportó
diferentes elementos para el análisis del accionar de las UM frente a la ASD.
DOFA
De la aplicación del DOFA (Anexo 1) se lograron identificar como debilidades el
proceso de gestión documental por falta de capacitación y personal destinado al mismo,
lo que generó gasto de tiempos adicionales que pudieron ser destinados a espacios de
acompañamiento a las víctimas. Al igual que con la gestión documental, el otorgamiento
de AHI limitó el tiempo de dedicación al acompañamiento psicosocial. También se
encontró como debilidad la falta de análisis de los procesos emocionales implicados en
la relación con la víctima, por parte del profesional que hace el acompañamiento.
Como oportunidad se reconocen los espacios de autocuidado y de capacitación
constantes. Sin embargo consideran que las actividades de autocuidado no han sido
efectivas. Autocríticamente refirieron que, en lo relacionado a las capacitaciones, muchas
eran adecuadas y pertinentes, pero el equipo no se apropió de las temáticas trabajadas.
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
28
También manifestaron la necesidad de fortalecer las capacitaciones en la Ley 1448 y sus
decretos reglamentarios, de ahondar en los procedimientos del área de asistencia y
atención, y de fortalecer la articulación en lo local y con la institucionalidad.
Es notoria la dedicación y vocación con la que cuenta el equipo de las UM, por lo
que realizan su labor con agrado y disposición. Sin embargo, la falta para establecer
límites a su disponibilidad es una amenaza y una debilidad en la medida que genera
agotamiento físico y psicológico, y en el ámbito interpersonal ha significado perjuicios en
su vida personal, familiar y profesional, ya que no cuentan con la energía ni el tiempo
suficiente para las otras áreas de su vida: “ya mi esposo está que me echa porque
cuando llego a la casa estoy muy cansada y no quiero que ni me miré”, “el niño se me
está saliendo de las manos, pero con tanta emergencia no puedo estar pendiente”, “ya no
tengo amigos”10. Igualmente resaltan las pocas posibilidades para hacer carrera en la
institución, entorpeciendo su realización profesional: “se nos acabará el contrato sin que
nos den el ‘chance’ de pasar a planta temporal”.
El equipo reconoce como elemento importante para el acompañamiento psicosocial, el
trabajo en equipo, pues éste posibilita un trabajo interdisciplinar que permite ampliar las
perspectivas de análisis de los casos que acompañan. No obstante, se enfatiza en la
necesidad de contar con un espacio permanente de estudio interdisciplinario para el
análisis y seguimientos de casos: “es importante que todos sepamos del caso, yo a veces
no sé qué decirles”. Las UM se asumen como una familia, percibiendo lazos fuertes y
fraternos entre sus integrantes y que no sólo se reflejan en la camaradería de equipo de
trabajo sino que se complementan desde el ámbito personal
Por otra parte, existe una fortaleza manifiesta por el equipo, en cuanto al
reconocimiento que obtienen por parte las familias que han acompañado, las cuales
resaltan la amabilidad y calidez en el trato: “todos nos dicen que nosotros sí los
escuchamos, y que prefieren que los atendamos nosotros y no los de los centros”, en
contraposición con la ACDVPR quién en ocasiones ha llegado a demeritar el accionar de
las UM. Al respecto ellos manifiestan: “Me sentí muy mal cuando en la reunión la
coordinadora nos dijo que no estábamos haciendo nada, que nuestro trabajo no se veía,
y uno acá, matándose todos los días”, “A mí me molesta que en los centros estén
10
Respuestas de profesionales de la Unidad Móvil.
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
29
diciendo que no hacemos nada, como ellos están detrás del escritorio no se dan cuenta”.
De manera reflexiva, el equipo de las UM reconoció que algunas veces no pueden
brindar un acompañamiento psicosocial oportuno, adecuado y sin daño, debido a
directrices de los altos mandos en los que ordenan atención preferencial a casos
diferentes a los que se tiene por objetivo: “no me parece justo que tengamos que correr a
atender los que remiten desde la oficina de la alta consejera, les dediquemos casi una
semana, y dejemos abandonados a los del albergue”.
De igual modo, manifiestan que es muy importante para la coherencia de las
actividades del equipo que exista la figura de coordinación, pues ésta orienta de forma
clara al equipo, organizando las acciones y procedimientos de la Atención Humanitaria
Inmediata, y se presta como apoyo técnico para el acompañamiento psicosocial:
“definitivamente desde que llego esta coordinadora, hemos cambiado mucho, ya
sabemos qué se debe y no se debe hacer, y nos sentimos respaldados”. Pese a ello se
menciona un déficit de autonomía para las decisiones que se deben tomar in situ, lo cual
es contradictorio: “a veces no confían en el criterio de uno”, “¿pero yo como no iba a
tomar decisiones sola si era la 1 am?”, “con tanto cambio, toca es preguntar todo”.
Como amenaza se identificó que a los promotores se les asignaron tareas que no
correspondían a sus obligaciones contractuales y que, poco a poco, fueron tomando el
lugar de actividades de su pertinencia, igual o más importantes dentro del ejercicio del
acompañamiento psicosocial: “nos dedicamos a ser agentes inmobiliarios”, “como voy a
hacer el mapeo si me la paso es haciendo visitas domiciliarias”.
Grupos focales
Para el análisis desde la ASD, se tomaron los aspectos de las pautas para
disminuir el riesgo de daño propuestos por Rodríguez (2011): participación, procesos y
procedimientos sensibles, contextualización, sensibilidad cultural e innovación y
flexibilidad. Los resultados presentados están ejemplificados con expresiones de los
participantes de los grupos focales.
Para el eje de participación se indagó acerca de la promoción de la participación y
los espacios para la misma. El equipo consideró relevante la participación de las víctimas
en la formulación de los programas de atención, mas no en su ejecución, dado que las
victimas al ser facilitadores o acompañantes en la atención terminan comprometiéndose
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
30
emocionalmente de manera profunda, pues les genera una actualización de los hechos
victimizantes padecidos en su vida “las compañeras víctimas que tuvimos se ‘tocaban’
mucho con las historias”, “ellas se sentían muy mal por tener que decirles que no iba más
la ayuda” . Con referencia a los espacios se resaltó la participación en los organismos
establecidos por la Ley de Víctimas, como las mesas de participación; sin embargo
destacan que estos espacios, al ser considerados de representatividad, son acaparados
por los líderes y la información no suele fluir a las bases de las organizaciones. Algunos
de los participantes sugirieron que más allá de los espacios establecidos para las
víctimas, éstas deberían ser sujetos activos de cualquier espacio de participación
ciudadana “todos los ciudadanos tenemos derecho a la participación”. Al cuestionar sobre
la forma cómo se promueve la participación, se evidenció que no hay promoción de ésta,
porque se desconoce el proceso de vinculación a las mesas y de espacios alternos a
esta: “la verdad más allá de las mesas no sé a dónde orientarlos”. Adicionalmente,
sugirieron que no se realiza la promoción de los espacios de participación, ya que dada la
situación de urgencia, se busca satisfacer las necesidades básicas vitales: “para eso está
el área de participación de la ACDVPR, ellos son los que dan las rutas después de la
inclusión”.
Frente a la transparencia en la información se manifestó que se trata de brindar
una información veraz, pero se llegan a generar falsas expectativas relacionadas con el
acceso a servicios o el tiempo para su vinculación, dada la falta de capacidad de
respuesta de la oferta social: “se le crean falsas expectativas: por ejemplo, se les indica
que se garantizan cupos en todas las instituciones, pero la oferta institucional no cubre
todo y los profesionales de la móvil lo sabemos”. En contraste, se reconoció que la
información relacionada con la AHI es totalmente transparente toda vez que las acciones
de las móviles están enmarcadas en ésta.
Con relación al conocimiento sobre el contexto de procedencia de las víctimas, el
equipo advirtió que su principal fuente de información son las mismas víctimas en el
momento de la atención, o los medios masivos de comunicación que brindan
generalidades o estereotipos de algunos de estos lugares expulsores. Adicionalmente
reconocieron que les falta información acerca de los contextos de las zonas de mayor
influencia de los grupos armados y sus prácticas de violencia. Por otra parte, el contexto
receptor es presentado a las víctimas desde la importancia de la adaptación a las
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
31
dinámicas de la metrópoli bogotana, marcada por estilos de relación basados en la
desconfianza, inseguridad y posibles fuentes de nuevos daños por presencia de grupos
armados. Además el equipo manifestó que brindaba información relacionada con la
cotidianidad de la ciudad, tendiendo a recaer en el estereotipo de señalar a los bogotanos
como “fríos y desconfiados” o que “todo queda lejos”. Se resaltó que las orientaciones
apuntan a generalidades obviando aspectos de relevancia como el funcionamiento del
transporte público y la ubicación de las instituciones culturales y deportivas.
Manteniendo la relación de los contextos, tanto expulsor como receptor, se les
preguntó si adaptaban su atención basados en este aspecto, ante lo cual indicaron que
se privilegiaba el tipo de hecho victimizante o características referentes a condición de
discapacidad y ciclo vital: “yo adapto mi atención según la historia de vida, no si
pertenece a alguna etnia”, “hacerlo así es un poco injusto porque ¿quién protege a los
campesinos?”. La discusión llevó a pensar que el enfoque diferencial hace parte de una
atención preferencial: “acá lo que hay es una fila preferencial”, “se siente el resentimiento
de los afros, pero no se les atiende diferente”.
En el tercer eje relacionado con los procesos y procedimientos sensibles, se apuntó
a identificar los daños que pueden causar con sus acciones (por acción u omisión)
durante el acompañamiento. El equipo manifestó que debido a contingencias
presupuestales de la ACDVPR, se ha ubicado a las víctimas en la medida de alojamiento
temporal, en modalidad de arriendo, en zonas de riesgo psicosocial “¿con $150.000
dónde se consigue una pieza?, pues arriba en Ciudad Bolívar”. También se afirmó que el
presupuesto no es adecuado reflejándose en la falta de vehículos para realizar
acompañamiento y seguimiento, tanto en las localidades como en los albergues; tampoco
se cuenta con suficientes profesionales para garantizar la cobertura, dada la falla en la
proyección de víctimas que serían acogidas por el distrito “somos la móvil sin móvil, por
eso no se puede casi hacer trabajo en localidades”, “una sola camioneta no alcanzaba
para todo, y ahora que no la tenemos, peor”.
Otro daño que reconocen es el que se genera al crear falsas expectativas y posible
dependencia institucional al manifestarles a las víctimas la continuidad del
acompañamiento por un periodo prolongado de tiempo cuando egresen de los albergues,
aún cuando se sabe que la sobrecarga laboral no lo permite. En cuanto a los
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
32
seguimientos en los albergues, refirieron que se procura realizar con cada sistema
familiar por lo menos un encuentro semanal.
Con referencia a la supervisión y monitoreo de las acciones de las UM, el equipo
manifestó la incoherencia respecto a la medición de resultados del acompañamiento
psicosocial a través de reuniones de equipo, el cronograma de actividades y el número
de registros ingresados en el sistema de atención, aún cuando el propósito de las UM
apunta a la calidad de la atención: “qué miedo el año pasado cuando nos dijeron que iban
a cerrar la móvil porque no atendíamos como un centro (número de personas)”.
Dentro de los principios éticos en sus acciones, el equipo hizo referencia a unos
mínimos de buen trato, como la disposición, calidez humana y empatía con la que
cuentan todos los integrantes del equipo en sus atenciones: “es sorprendente como nos
felicitan porque nosotros les hablamos bien”.
En lo concerniente a la flexibilidad e innovación, señalaron que en el año que lleva
la estrategia de las UM, han tenido que adaptarse a múltiples cambios en procedimientos,
coordinaciones y rotación de personal, sin modificar la calidad de la atención, y
relacionaron la creatividad con ir más allá en el apoyo a los procesos de atención en
salud: “¿adaptarse a 6 coordinadores en 6 meses? somos unos duros”, “somos los
únicos que los acompañamos hasta a las citas médicas”. Agregaron que la necesidad de
atención a gran variedad de eventos les ha permitido ganar en capacidad de respuesta
con eficiencia y eficacia: “con tantas cosas que han pasado, ya sabemos qué hacer hasta
en tomas de los albergues o de la Plaza de Bolívar”.
Juego de Roles
El juego de roles permitió la identificación de factores causantes de daño
adicionales a los planteados anteriormente, relacionados con la manera de abordar a las
víctimas y generar el proceso de empatía, entre los que se encuentran:
Uso inadecuado de tono de voz: Aunque la mayoría maneja un tono de voz adecuado
en las atenciones, se realizó la observación sobre todo a los abogados.
No adecuación del lenguaje al contexto en que se realiza la atención y al de la
víctima, cayendo en el excesivo uso de términos técnicos: Se resaltó el acierto de
hablar de manera coloquial, sin embargo se enfatiza que se debe usar ciertos
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
33
términos como derecho de petición, acompañamiento psicosocial, sustitución de
medida, notificación de inclusión, etc., para que las víctimas introyecten los conceptos
relacionados con las funciones de la unidad móvil y con los trámites que van a tener
que realizar con otras instituciones.
Uso de contacto físico como herramienta de empatía desconociendo el leguaje no
verbal de la víctima: Se enfatizó en los juegos de roles en la lectura de las posturas
como de protección, inhibición, apertura, donde la persona se sienta acogida mas no
invadida.
Falta de encuadre desde los perfiles profesionales haciendo énfasis en que su
atención hace parte del acompañamiento psicosocial que brinda la ACDVPR, para
lograr que la víctima la reconozca como parte de su proceso de reparación: Se
identificó que muchas víctimas no relacionan los encuentros de la unidad móvil como
un componente de la ayuda humanitaria, por lo que llegan a manifestar que la
Alcaldía solo les ha dado hospedaje.
Caer en el asesoramiento en campos que no son de su experticia: Debido a
dinámicas en la atención, la psicóloga a veces debe dar orientaciones jurídicas, o el
promotor psicosocial realizar visitas domiciliarias.
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
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5. Conclusiones y recomendaciones
Teniendo en cuenta que los resultados obtenidos apuntan a establecer una relación
comprensiva del accionar de las UM con respecto a la ASD, se puede concluir que:
Primero, no se debería hablar de un acompañamiento psicosocial desvinculado de la
ASD ya que son éstos elementos metodológicos los que permiten que el
acompañamiento sea efectivo, adecuado y pertinente para lograr generar un
restablecimiento de la dignidad de las personas víctimas del conflicto armado. Segundo,
la reflexión sobre el acompañamiento psicosocial, debe permitir hacer conciencia del
efecto, que por acción u omisión, tiene la intervención de los profesionales en la
generación del daño. Ésta debe darse de manera constante durante el tiempo que se
mantenga el contacto con las víctimas. Dadas las obligaciones éticas planteadas en los
principios de la ASD se hace necesario el reconocimiento y la eliminación de posibles
fuentes de daño como las identificadas en los resultados presentados en el capítulo
anterior.
El análisis en el que profundizaron los entrevistados, se centró en las atenciones
individuales, por lo que queda en duda si las atenciones colectivas no generan daño o si
están asociadas a las reportadas en la atención individual. Al respecto, se evidencia que
las acciones colectivas no son reconocidas como vitales en la atención, aunque éstas
faciliten desde el acompañamiento psicosocial el reconocimiento de experiencias
similares en otras personas, aportando a la confianza y desculpabilización.
Aunque en el ejercicio de recolección de información y análisis de las acciones se
lograron identificar varias fuentes de daños de diferentes naturalezas, dándose la
respectiva reflexión y discusión, falta ahondar en los mensajes implícitos en las
respuestas dadas por los equipos de las UM.
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
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Es así que la falta de comprensión y de conocimiento del fenómeno del conflicto
armado puede generar que las acciones de las UM sean inocuas frente al proceso de
reparación de las víctimas. Por tanto, si las UM pertenecen al Estado, es su obligación
que las atenciones generen garantía de derechos y no sean vistas como un simple apoyo
a personas víctimas de violencia. El reconocimiento del conflicto armado y de las
violaciones a los DDHH y al DIH, no sólo fue una gran conquista en lo referente a la
garantía de derechos, sino que también tiene unas implicaciones en la psique de las
personas, pues les permite encontrar un responsable de las afectaciones y daños
sufridos. En esta lectura del conflicto armado y de la Ley 1448, se debe precisar que el
acompañamiento psicosocial debe apuntar a promover en las personas víctimas, un
papel activo como sujetos políticos y sociales en la exigencia de sus derechos, en la
reconstrucción y reivindicación de la memoria histórica y en su recuperación emocional
(AVRE, 2010).
En este mismo sentido, también es importante el reconocimiento de las razones a
partir de las cuales surge el enfoque diferencial, con el cual se busca visibilizar la
acentuación sistemática de la violencia y violaciones de los DDHH a grupos considerados
histórica y culturalmente discriminados y sometidos. Así, el enfoque diferencial no puede
limitarse a brindar un trato preferencial dada la subvaloración por supuestas
incapacidades con respecto a ciclo vital o condición de discapacidad, sino que debe
incluir una comprensión de “las relaciones entre pobreza y discriminación, las
concepciones más amplias de territorio, el continuum de violencias contra las mujeres,
entre muchas otras concepciones y categorías de carácter político y metodológico, que
representan aportes clave para los análisis de contexto y problemáticas a intervenir en el
desarrollo, la construcción de paz y la asistencia humanitaria, capaces de prevenir
mayores daños” (Montealegre, Urrego, 2010).
Hay algunas actividades que realizan los integrantes de la Unidad Móvil sin tener
claro cuál es el objetivo reparador de la misma, ni a qué área del derecho apunta a
restituir, como cuando no se reconoce que la construcción conjunta del PIA se constituye
como un espacio de afirmación del derecho a la participación de las víctimas, lo que
puede llevar a dudar que se estén propendiendo por procesos efectivos en la generación
de autonomía y capacidad de agencia. Al respecto Sen resalta “una persona es libre de
hacer y alcanzar en la búsqueda de la realización de las metas o los valores que esa
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
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persona considere como importantes”11 , y desde este punto de vista actuar libremente y
ejercer la capacidad de elegir son elementos que tienden a garantizar bienestar.
En el mismo sentido, al no promoverse la participación de las víctimas, se limita
que reconozcan la misma como herramienta para la garantía y restitución de sus
derechos, siendo necesario su establecimiento desde el primer contacto con la víctima.
Por ejemplo, en los espacios de reflexión después de la realización de los talleres, se
propuso la participación de las víctimas como veedores de la atención apropiándose de
los procesos de las instituciones, las obligaciones planteadas por la ley y las demandas
de las víctimas.
Se evidenció un conflicto ético en los integrantes de las UM, porque consideran que
el objetivo del acompañamiento psicosocial, en ocasiones entra en tensión con los
intereses de la institución y con algunos de sus procedimientos, dado que algunos de los
requerimientos que se hacen a los profesionales en cuanto a la atención, apuntan más al
beneficio de la institución que a la satisfacción de las necesidades de las víctimas:
“¿cómo mandar a las personas a arriendo, si Cruz Roja no está entregando kit
habitacional? ¿Qué duerman en el piso?”. Aunque la ACDVPR trata de responder a los
diferentes componentes de la AHI expuestos en la Ley 1448, prioriza los procedimientos
por falta de una adecuada planeación presupuestal, que genera daño a las víctimas,
quienes perciben como agentes del mismo a los profesionales de las UM, lo cual a su vez
genera desconfianza frente a las intervenciones que éstas puedan ofrecer. Ahora bien, si
no se logra subsanar esta situación, las UM no podrán hacer que la víctima establezca
nuevos vínculos de confianza con el Estado, con las instituciones y con otras personas.
Igualmente la ayuda humanitaria está estandarizada en medida de alojamientos
temporales, que no cuentan con enfoque diferencial, ni en las dinámicas internas ni en lo
relacionado con la alimentación. Es por esto que dentro del acompañamiento psicosocial
se refuerza el egreso de los albergues a medidas de arriendo, donde las familias sean
más autónomas en cuando a prácticas familiares y culturales, y pueda ser más efectiva la
activación de redes de apoyo con otras instituciones, iglesias y ONG’s.
11
Sen, Amartya. Citado en el artículo revista latinoamericana de desarrollo humano – PNUD.
“Agencia y empoderamiento en la medición de la pobreza”. En: http://www.ophi.org.uk/wp-
content/uploads/Agencia.pdf?79d835
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
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El equipo de la unidad móvil también planteó que entre sus funciones está la
extensión del acompañamiento psicosocial a las familias una vez egresan de los
alojamientos temporales, pero esta extensión se ha visto significativamente limitada dada
la alta demanda de personas en los albergues, la falta de recursos como vehículo y
teléfonos, y la atención a emergencias y/o contingencias. El acompañamiento psicosocial
como proceso, implica una permanencia en el tiempo; sin embargo, el contexto
colombiano rara vez lo permite, e incluso llega a generar más daños y tensiones a las
víctimas, pues la información de continuidad es brindada durante la estadía en el
albergue, generando en las víctimas un parte de tranquilidad pues “no se van a sentir
desamparados”, pero dichas acciones no se pueden lograr con mucha frecuencia. Debido
a que el acompañamiento psicosocial no es prolongado, no se alcanzan a lograr influir en
lo profundo de los procesos de la superación de la victimización, la reelaboración de los
hechos, el despliegue de las capacidades de agencia de los individuos, la regeneración
de la confianza y el restablecimiento del tejido social.
Aunque son múltiples las bondades de adoptar una mirada reflexiva y autocrítica de
la acción con base en la comprensión del contexto, son también muchos los retos y
desafíos que una propuesta así plantea a la labor de organizaciones y equipos de
trabajo. No es fácil guardar coherencia entre principios, decisiones y acciones; tampoco
lo es armonizar los diferentes niveles de una organización en torno a los mismos
principios de trabajo o gestionar recursos para dichos fines (Vásquez, 2011, p. 115).
Así, el planteamiento y la ejecución de la metodología, logró despertar el interés de
los participantes hacia la reflexión de los principios de la ASD con el fin de incorporarlo a
su labor, y aunque se coincidió en un mismo reto ‘la dificultad de mantener la coherencia
entre el trabajo y las prácticas organizacionales’, se lograron cuestionamientos
significativos frente a las actitudes de los profesionales, la importancia de conocer el
contexto expulsor y las prácticas culturales de las personas, y una mayor conciencia y
capacidad de autoobservación, pues en las primeras sesiones las UM hacían referencia
sólo a hechos externos (locus de control externo). No obstante, se manifestó que el estar
pensándose cada acción genera ansiedad y desgaste energético, pues a veces no se
sienten lo suficientemente hábiles para sortear las barreras institucionales y a la vez
brindar un atención sin daño, o que busque una dignificación efectiva de los sujetos.
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una
visión desde la ASD
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Es importante mantener y fortalecer la experticia desarrollada por los integrantes de
las UM dada su capacidad de respuesta y la reflexión generada a partir de la ASD lo que
se espera que repercuta en la mejora, día a día, del acompañamiento psicosocial. Por lo
cual es pertinente la implementación de talleres de formación que efectivamente
modifiquen las acciones que generan daño.
Finalmente, dado el análisis realizado en la presente evaluación, se evidencia la
necesidad de creación de una herramienta institucional que permita evaluar el carácter
cualitativo, en el proceso de acompañamiento psicosocial de las UM, que dé cuenta de la
calidad de la atención mas no del número de atenciones realizadas. Igualmente, los
proyectos de desarrollo y asistencia humanitaria al plantear objetivos dirigidos a mejorar
la calidad de vida y a aportar al bienestar de las comunidades, deben indagar por las
demandas propias de la comunidad o su concepción de bienestar, y averiguar por la
concepción de daño para la comunidad. Por ende, es importante contar con la percepción
de las víctimas que han recibido el acompañamiento de las UM para la evaluación de
éste.
A. Anexo: Matriz DOFA
FORTALEZAS DEBILIDADES
1. Facilitadores para el acceso a la oferta distrital y nacional; 2. Experiencia, enriquecernos como personas y
profesionalmente; 3. Relaciones interpersonales, lo cual permite desarrollar la capacidad de comunicación como
equipo; 4. Aprendizaje, intercambio de saberes en lo profesional (lenguaje técnico), interinstitucionalidad; 5.
Vocación, gusto y deseo por lo que hacemos que enriquece y satisface lo profesional y lo personal; 6.
Compromiso, "no tenemos un horario". Con las personas más que con la institucionalidad; 7. Equipo organizado,
directrices claras que han venido mejorando y nos han enseñado a trabajar con la población víctima; 8.
Coordinación de equipo; 9. Trabajo interdisciplinar desde la atención, nos permite analizar y plantear estrategias
sino hacemos un trabajo individual; 10. ¡Equipo profesional, diferentes disciplinas en un mismo aro para buscar
un objetivo común; 11. Trabajo integral, clave para el acompañamiento bio-psicosocial, conociendo la
cotidianidad desde el contexto; 12. Equipo, trabajo de manera conjunta para cumplir un mismo objetivo.
"Esencia". Todas las personas van hacia un mismo objetivo. Articulación interdisciplinar; 13. Familia:
construcción de vínculos a través de los tiempos que se comparten que van de 8 a 10 horas diarias o más,
también lo personal y familiar se pone en común a través del vehículo. Comunicación, buenas relaciones,
compañerismo, hay tropiezos que se van solucionando, el interés es en beneficio de la comunidad. 14. Objetivo
común, acompañamiento a la población víctima. 15. Individuo, interactuamos con el individuo a través de este
entramos a trabajar con lo grupal y es bidireccional
1. Falta de organización documental. 2. Poco conocimiento frente a los diferentes procesos y
procedimientos de otras áreas. 3. Falta de límites en la relación funcionario- población, atravesado por
la sensibilidad y la confianza sin objetivos para la atención. 4. Fraternización con la población,
vinculación emocional, trato personal con la población. 5. Acceso a localidades en horas de la tarde y
de la noche. 6. poco conocimiento de la ley, que afecta las decisiones en casos específicos. 7.
Desorganización de los tiempos de trabajo. 8. Cantidad de actividades no implícitas en los
procedimientos. 9. No cumplimiento de los cronogramas establecidos. 10. Crear prejuicios en la
atención. 11. No desarrollar un proceso de gestión de caso con la familia, teniendo en cuenta las cuatro
fases principales (apertura-construcción PIA-desarrollo-cierre). 12. Inadecuada comunicación y
articulación. 13. trabajo con desamor. 14. No tenemos capacidad profesional para la cantidad de
población que se acompaña. 15. mas capacitación sobre ley o atención y acompañamiento psicosocial y
jurídica a la población víctima. 16. Desorganización de archivos. 17. Pocas herramientas.
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una visión desde la ASD
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OPORTUNIDADES AMENAZAS
1. Oferta Distrital para el acceso a derechos. 2. Articulación con programas Distritales en desarrollo. 3.
Reconocimiento de las familias del acompañamiento. 4. Construcción de redes en la comunidad. 5. Familias
satisfechas con la atención. 6. En el trabajo de campo, aprender a servir con humildad a las personas víctima. 7.
Trabajar con diferentes disciplinas. 8. Trabajar con enfoque diferencial.
Acceso a localidades en horas de la tarde y de la noche. 2. Programas no funcionales (se enruta a las
personas y no tienen continuidad con las instituciones. 3. Falta de límites en la relación funcionario-
población, atravesado por la sensibilidad y la confianza sin objetivos para la atención. 4. Fraternización
con la población, vinculación emocional, trato personal con la población. 5. Las capacitaciones no
responden a las necesidades reales del equipo y del entorno. 6. Pocos recursos logísticos y humanos.
3. Inseguridad en territorios (horarios, lugares). 7. Trabajo para la comunidad que se encuentra en
proceso de cambio, pueden verlo positivo o negativo de acuerdo a las necesidades. 8. Carga emocional
que puede afectar al equipo o personas. 9. Tener diferentes actividades que no permiten continuar con
el acompañamiento. 10. Desarticulación institucional. 11. Capacitaciones escasas. 11. Falta fortalecer en
procesos de formación en la ley. 12. Cansancio laboral. 13. Inseguridad en el trabajo y toma de
decisiones. 14. Cualificación de variables de medición (indicadores)
FACTORES INTERNOS
FACTORES EXTERNOS
LISTA FORTALEZAS LISTA DEBILIDADES
F1. Principios éticos y morales. D1. No tener administrativo para la Unidad móvil
F2. Intercambio de estrategias y saberes D2. Hacer juicios de valor anticipados que llevan a que se
pierda el objetivo de la atención
F3. Planeación de actividades D3. Actividades no programadas alteran el cronograma
F4. Capacidad técnica y profesional, fortalecido por medio de
procesos de formación y capacitación
D4. Afectación emocional
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una visión desde la ASD
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LISTA DE OPORTUNIDADES F-O D-O
O1. Construcción de redes en la comunidad E1. Desarrollar un plan operativo que permita medir el trabajo de
la Unidad Móvil cuantitativamente y cualitativamente
E1. Organización administrativa de la Unidad Móvil, lo cual
permitirá ejecutar acciones programadas
O2. Oferta Distrital y Nacional
E2. Generar espacios de trabajo en comunidad para orientar a
las personas víctimas del conflicto armado en la oferta Distrital y
Nacional
E2. Reconocimiento de las familias por encima de los juicios de
valor
O3. Reconocimiento de las familias del acompañamiento
psicosocial
LISTA DE AMENAZAS F-A D-A
A1. Capacitación con contenidos acordes a las necesidades del
equipo
E1. Planear las actividades de manera interdisciplinar para la
atención psicosocial, la articulación para la oferta Distrital y
Nacional
E1. Organización administrativa de la Unidad Móvil, lo cual
permitirá ejecutar acciones programadas
A2. Poca articulación con lo local, reconocer enlaces
E2. Reconocimiento de las familias por encima de los juicios de
valor
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una visión desde la ASD
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FORTALEZAS DEBILIDADES
1. Acompañamiento desde el quipo interdisciplinar en el territorio (localidades albergues; a través de
talleres, visitas regulares de seguimiento y verificación de condiciones habitacionales, asesorías en lo
local, gestión de casos. 2. Atención de contención al recibir con calidez, escucha activa, sensación de
protección "las personas sienten que si hay una luz en esta oscuridad", permitir a otro expresarse y
sensibilizar en el territorio la recepción de las víctimas. 3. Visitas domiciliarias, labor para la
verificación de las condiciones habitacionales y seguimientos a núcleos familiares PIA. 4.
Convivencia, sensibilización frente a los derechos del otro en condición de vulnerabilidad, comprensión
por parte del equipo de los mínimos de convivencia en la medida de alojamiento temporal. 5. Todas
las personas que se atienden están en el marco del conflicto armado. 6. Apoyo, gestión del caso. 7.
Asesoría, contextualizarlos cuando estén en lo local, dependiendo de las necesidades, asesoría en
AHI
1. Pocas reuniones de equipo para lo técnico. 2. Vínculos no saludables con las víctimas,
promueve dependencia y resistencia. 3. El otorgamiento de la ayuda humanitaria inmediata
afecta cumplir con el acompañamiento psicosocial (procedimiento que realizamos se explica a
la familia cuales son las competencias y alcances de la AHI y competencia de las entidades.
4. Sobrecarga laboral por poco recurso humano y por carga administrativa. 5.
Desconocimiento del contexto por tanto no se hace acompañamiento con enfoque diferencial.
OPORTUNIDADES AMENAZAS
1. Capacitaciones. 2. Autocuidado. 1. Sobrecarga laboral por poco recurso humano y por carga administrativa. 2. Diferencias entre
objetivos institucionales y de atención psicosocial. 3. Burnout (pocas posibilidades de hacer
carrera, distanciamiento de la familia, poco autocuidado). 4. Poco reconocimiento de la labor
por parte de las directivas de la ACDVPR
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una visión desde la ASD
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LISTA FORTALEZAS LISTA DEBILIDADES
FACTORES INTERNOS
FACTORES EXTERNOS
F1. Acompañamiento desde el quipo interdisciplinar en el
territorio (localidades albergues; a través de talleres, visitas
regulares de seguimiento y verificación de condiciones
habitacionales, asesorías en lo local, gestión de casos.
D1. Pocas reuniones de equipo para lo técnico
F2. Atención de contención al recibir con calidez, escucha activa,
sensación de protección "las personas sienten que si hay una luz
en esta oscuridad", permitir a otro expresarse y sensibilizar en el
territorio la recepción de las víctimas.
D 2. Vínculos no saludables con las víctimas, promueve
dependencia y resistencia.
F3. Estrategias de acompañamiento extramurales
D3. El otorgamiento de la ayuda humanitaria inmediata afecta
cumplir con el acompañamiento psicosocial (procedimiento que
realizamos se explica a la familia cuales son las competencias
y alcances de la AHI y competencia de las entidades).
D4. Sobrecarga laboral por poco recurso humano y por carga
administrativa.
D5. Desconocimiento del contexto por tanto no se hace
acompañamiento con enfoque diferencial.
Evaluación del acompañamiento psicosocial de las Unidades Móviles de atención a Víctimas en AHI – Una visión desde la ASD
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LISTA DE OPORTUNIDADES F-O D-O
O1. Capacitaciones. E1. Factores de protección de los profesionales que permitan
brindar atención con calidad y con enfoque de acción sin daño
E1. Capacitación para la construcción de conceptos al momento
de realizar solicitud de otorgamiento de las medidas al registrar
en SIVIC
O2. Autocuidado.
LISTA DE AMENAZAS F-A D-A
A1. Sobrecarga laboral por poco recurso humano y por carga
administrativa.
E1. Diseñar un plan operativo que permita un acompañamiento
en el territorio (localidades, albergues) con calidad, mejorando
así las condiciones de trabajo de la unidad móvil
E1. Potenciar las reuniones de equipo con el fin de hacer un
acompañamiento técnico y operativo, que permitan evaluar e
identificar factores de riesgo vínculos no saludables además de
establecer la línea técnica para establecer la articulación del
trabajo en lo local.
A2. Diferencias entre objetivos institucionales y de atención
psicosocial.
E2. Sensibilizar a la ACVPR frente a los objetivos de la Unidad
móvil y su misión en el acompañamiento psicosocial
E2. Diseñar un plan de capacitación que priorice lo
concerniente al otorgamiento de la AHÍ al equipo de la unidad
móvil
A3. Burnout (pocas posibilidades de hacer carrera,
distanciamiento de la familia, poco autocuidado).
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