EVITAR LA TRIANGULACIÓNCuando una pareja se divorcia- o mantiene una relación frágil e inestable,

puede inmiscuir en su conflicto a una tercera parte inocente: el hijo. Para evitar esta maniobra que tiene consecuencias nefastas para el desarrollo emocional del niño, los progenitores deben dejar a un lado la frustración y recordar que una parte fundamental de su labor es proteger al pequeño de conflictos que no le son propios.

En muchas ocasiones cuando la pareja tiene problemas y terminan separándose, tendemos a ver la realidad solo desde nuestro punto de vista y no pensamos que esto puede llegar a influir a más personas, en especial a nuestros hijos.

Cuando una pareja se separa siempre buscamos culpables de la separación para poner al niño de la parte del padre o de la madre, pero de lo que no se dan cuenta estos padres es de que, además de hacer sentir al niño mal por la situación de un padre diciendo cosas malas de su madre, también hacen que el niño pueda llegar a dificultar de forma importante su desarrollo emocional.

En esto consiste la triangulación ya que la pareja le involucra en sus problemas y uno de los progenitores intenta ganarse su cariño, en contra del otro progenitor.

En nuestra vida diaria podemos encontrar amigos o casos particulares en los que se produce la triangulación dentro de una familia.

Los padres no deben permitir que ocurran esas situaciones, por lo que deben mantener al margen a sus hijos de los problemas que se produzcan entre la pareja y dedicarse a hacer que su hijo aprenda diversos valores en su vida, que sepa desenvolverse en la sociedad en la que se encuentra y lo más importante de todo, que sea feliz junto a su familia.

La clave está en mostrarles nuestro amor incondicional sin entrar en reproches con el otro progenitor.