exhortación amoris laetitia: una contribución a la
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Exhortación Amoris Laetitia: Una contribución a la pastoral de las parejas casadas en
la parroquia beato Juan Bautista Scalabrini que tienen dificultad de comunicación en
su relación matrimonial
Fulgensius Emanuel Meo, Cs
Trabajo presentado como requisito para optar por el título de Bachiller Eclesiástico
en Teología
Tutora
Mg. Ángela María Sierra González
Pontificia Universidad Javeriana
Facultad de Teología
Bachillerato Eclesiástico en Teología
Bogotá, D.C
2020
2
Agradecimientos
Este trabajo se pudo finalizar, gracias a las personas que me han apoyado a lo largo de este
proceso. Quiero darles mis agradecimientos a todos, por su valiosa ayuda y el
acompañamiento que me han brindado.
En primer lugar, deseo agradecer a Dios por la vida, la bendición e inspiración que he
recibido, durante la elaboración de esta tesis de grado. De igual modo, expreso mi gratitud
a la comunidad Teológica Scalabriniana en Bogotá, quien siempre me ha acompañado
durante la etapa teológica, de manera especial a los formadores: p. Edison Osorio, cs; p.
Mauricio Maifredi, cs; p. Nguyen Van Hoang, cs; y a mis hermanos religiosos en la etapa
formativa.
Gracias al p. Armando Gómez, cs, quien era administrador de la parroquia Beato Juan
Bautista Scalabrini, y quien me permitió realizar la investigación en su área administrativa.
También, agradezco a las cinco parejas casadas de esta parroquia que han colaborado
conmigo en la investigación (Mercedes y Nelson, Flor María y José, María Eugenia y
Adolfo, Ada Lilia y Jesús, Dora y Salvador).
Un reconocimiento a la Pontificia Universidad Javeriana, especialmente a la facultad de
Teología, quien me aportó los conocimientos sobre la teología en los distintos ámbitos; en
especial a todos mis profesores y compañeros, quienes me han compartido sus saberes.
Gracias por las enseñanzas y el testimonio de vida, los cuales me han permitido apreciar
más mi existencia y mi vocación para servir a los migrantes.
Quiero expresar una gratitud muy especial a mi tutora, profesora Angela María Sierra, por
su acompañamiento, apoyo, orientaciones, consejos y suma paciencia en el avance y
evolución para mejorar cada día. De todo corazón, quiero darle infinitas gracias por todos
sus aportes, que Dios la acompañe y la bendiga siempre en todo su servicio, como docente
de la facultad de Teología.
Gratitud fraterna a mis familiares, quienes permanentemente me han acompañado con sus
oraciones, desde el inicio de mi formación. Por último, agradezco a Inés Casas de Ortiz
quien me colaboró en la revisión del escrito, que Dios la bendiga eternamente.
3
Tabla de contenido
Introducción ....................................................................................................................................... 5
1. Planteamiento de problema ...................................................................................................... 6
2. Justificación ............................................................................................................................... 7
3. Hipótesis del trabajo ................................................................................................................. 9
4. Método de investigación .......................................................................................................... 10
Capítulo I: Identificar las situaciones y las causas fundamentales que generan la dificultad de
comunicación, en la vida de las parejas casadas, en la parroquia Beato Juan Bautista
Scalabrini. ........................................................................................................................................ 12
1. Descripción general sobre el contexto del campo de investigación ..................................... 12
1.1. Descripción general sobre la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini .................... 12
1.2. Descripción del contexto actual de las cinco parejas casadas que son protagonistas de
la investigación......................................................................................................................... 13
1.2.1. Biografía general de las cinco parejas ......................................................................... 13
1.2.2. Descripción de la situación política que perciben las parejas de su contexto .......... 14
1.2.3. Situación económica (trabajo, proyecto personal y de pareja) ................................. 16
1.2.4. Vida Religiosa ................................................................................................................ 19
1.2.5. Relación familiares y sociales ....................................................................................... 20
1.2.6. La condición de salud .................................................................................................... 21
1.3. Las causas fundamentales que generan dificultad en la comunicación de la vida de las
parejas casadas en la Parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini. ...................................... 22
1.4. Conclusión………………………………………………………………………………..28
Capítulo II: La comunicación en la vida matrimonial basada en la propuesta del documento
Amoris Laetitia en diálogo con otros teólogos y teólogas. ............................................................. 29
2.1. Descripción general sobre el matrimonio a luz de la Exhortación Amoris Laetitia ........ 29
2.2. Comunicación en la Vida Matrimonial .............................................................................. 34
2.2.1. El Concepto de Comunicación entre Pareja en la Vida Matrimonial ...................... 34
2.2.2. El Problema de comunicación en la vida matrimonial .............................................. 35
2.3. La comunicación entre parejas desde otras disciplinas (desde la perspectiva psicológica
y sociológica) ................................................................................................................................ 37
2.4. La Propuesta del Documento Amoris Laetitia Frente al Problema de Comunicación en
la Vida Matrimonial .................................................................................................................... 41
2.5. El amor de pareja en Amoris Laetitia, como un requisito para llevar adelante la buena
comunicación ............................................................................................................................... 44
4
2.6. Misericordia y Justicia en Amoris Laetitia, Una manera de hacer pastoral con las
parejas en dificultad de comunicación. ..................................................................................... 58
2.7. La vida matrimonial en la perspectiva teológica antes de Amoris Laetitia (desde
Gaudium et Spes y Familiaris consortio) .................................................................................... 62
2.8. Conclusión ............................................................................................................................. 66
Capítulo III: Algunas estrategias que pueden ayudar para la pastoral matrimonial, a las
parejas que tienen dificultad de comunicación en la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini
........................................................................................................................................................... 68
3.1. La Iglesia y su rol en la atención pastoral matrimonial .................................................... 68
3.2. La Iglesia es mediadora de la gracia y del amor de Dios para las parejas en conflicto . 71
3.3. Las estrategias de la pastoral matrimonial que pueden ayudar a parejas que tienen
dificultad de comunicación ......................................................................................................... 73
3.3.1. Formar agentes pastorales que acompañan las parejas en conflictos de manera
integral ..................................................................................................................................... 74
3.3.2. El acompañamiento pastoral a las parejas en conflicto ............................................. 77
3.4. Nuevas maneras para la atención pastoral a las parejas en dificultad de comunicación
....................................................................................................................................................... 91
3.4.1. La Iglesia que acompaña .............................................................................................. 92
3.4.2. La Iglesia que ayuda a discernir .................................................................................. 93
3.4.3. La Iglesia que abre la puerta para que se integren .................................................... 95
3.5. Conclusión ............................................................................................................................. 96
Conclusión ........................................................................................................................................ 98
Bibliografía .................................................................................................................................... 101
5
Introducción
Un matrimonio fiel, feliz y próspero es el sueño de todos cónyuges en la construcción de una
vida familiar. Todas las parejas casadas están dispuestas a hacer lo necesario, para mantener
la integridad de su hogar. Pero en la realidad, muchas familias no logran construir estos
sueños y esperanzas. La incapacidad de solucionar algunos conflictos, causa grandes crisis en
el matrimonio; de hecho, en el mundo de hoy, no pocas parejas deciden vivir separadas o
divorciarse, al no lograr superar las dificultades. Estas complicaciones son causadas
principalmente por la falta de comunicación en la vida matrimonial, entre los esposos. Cuando
no se comunican en el hogar por algún problema, entonces viene la posibilidad de crear una
actitud negativa hacia el otro, y si esto se repite muchas veces, puede traer un impacto
devastador al matrimonio. La comunicación es algo vital en la familia porque “no es solo ser
transmisora de información, sino que, a la vez y a través de ella, se imponen conductas, y en
este sentido es como define la relación”.1 Esto significa que la comunicación que se desarrolla
diariamente ayuda a las parejas a conocerse más y crear los lazos íntimos entre ellos.
Por cierto, la Iglesia tiene un papel importante en dar la atención adecuada para el buen
desarrollo de las familias católicas. Ella, como una prolongación de la misión salvífica de
Cristo, desde el inicio ha puesto su mirada a la vida de las parejas y familias, como uno de los
campos para ejercer el ministerio, dando a conocer el Evangelio y hacerlos partícipes en la
vida misma de Cristo, de acuerdo con el plan de Dios desde el principio de la creación. La
finalidad del matrimonio es el amor mutuo, la entrega total del uno al otro y el apoyarse
recíprocamente para alcanzar la felicidad. De hecho, la Iglesia ofrece una preparación a las
parejas que quieren comprometerse a vivir juntos, para que entiendan la esencia e importancia
del sacramento. Así, se creará un buen ambiente familiar, si cada uno tiene la misma
conciencia y apreciación del significado del matrimonio y del hogar que van a formar, de
modo que ambos tengan el mismo objetivo en la construcción del futuro de la familia.
Sin embargo, frente a la complejidad de la situación de los casados, en este tiempo, se ve que
el acompañamiento prematrimonial no es suficiente para permitirles una buena relación; se
necesita apoyo continuo por parte de la Iglesia, especialmente con aquellas parejas que están
pasando por alguna crisis, incluso aquellas personas que están en una situación “irregular”. Se
requiere una pastoral matrimonial que presente nuevos caminos, o sea nuevas estrategias para
1 Morfa, Prevención de los conflictos de pareja, 126.
6
acompañarlos, que se fundamente en los principios de misericordia y justicia, que permita a
las parejas a buscar la reconciliación, el encuentro, el respeto, la valoración, y la integración
en la Iglesia.
Este trabajo se desarrolla en tres capítulos. A) En el primer capítulo se demuestra el resultado
de la investigación, se presentan las situaciones y las causas fundamentales que generan la
dificultad de comunicación, en la vida de las cinco parejas casadas, en la parroquia Beato Juan
Bautista Scalabrini. B) En el segundo capítulo, se analiza la importancia de comunicación
entre los cónyuges, de acuerdo con la propuesta de Amoris Laetitia y lo que presentan otros
teólogos y teólogas. C) En el tercer capítulo, se introducen algunas estrategias importantes
para la pastoral matrimonial, especialmente a la hora de acompañar a los cónyuges que tienen
dificultad de comunicación.
Este trabajo se desarrolla siguiendo el protocolo de la investigación, como primer paso para
realizar el plan de trabajo. El proyecto muestra la importancia de la investigación, el
planteamiento del problema, la justificación, hipótesis y la metodología.
1. Planteamiento de problema
El matrimonio en la Iglesia Católica se define como una alianza por la cual, el hombre y la
mujer se unen libremente para toda la vida, con el fin de consolidar su relación, procrear y
educar a los hijos. El sacramento es un don para la santificación y la salvación de los
esposos, porque su recíproca pertenencia es representación real, mediante el signo
sacramental, de la misma relación de Cristo con la Iglesia.2 Por consiguiente, el
sacramento del matrimonio es para toda la vida. No obstante, la complejidad de la vida
puede crear una ruptura en la relación, y si no hay acompañamiento por medio de la
pastoral matrimonial, puede ponerse fin a la relación o al matrimonio. Hoy en día el
aumento de los fracasos matrimoniales se ha convertido en un hecho cotidiano que supera
fronteras y culturas.3
Frente a las distintas problemáticas que están viviendo muchas parejas: la indiferencia, la
cultura machista, la violencia intrafamiliar, la carencia económica y otras circunstancias, la
Iglesia a través del sínodo de los Obispos que se realizó en el año 2015, decidió ampliar la
2 Francisco, Amoris Laetitia, 59. 3 Granados, “Amores heridos: misericordia y fidelidad. Las indicaciones pastorales del capítulo VIII de la
exhortación apostólica Amoris Laetitia”, 98.
7
mirada y revivir la consciencia sobre la importancia del matrimonio y la familia. La
exhortación Amoris Laetitia es fruto del sínodo para la pastoral matrimonial y familiar. Es
una propuesta para las familias cristianas, con el fin de orientar a los esposos para valorar
su vida matrimonial y sostener un amor fuerte y lleno de valores como la generosidad, el
compromiso y la fidelidad.4
Según la entrevista hecha a cinco parejas de la Parroquia del Beato Juan Bautista
Scalabrini5, que han recibido el sacramento del matrimonio, dicen que a lo largo de su vida
matrimonial han experimentado la ruptura en su relación, aunque cada pareja experimente
distintas formas de discordia y en distintos niveles de gravedad. El problema que sucede
frecuentemente en estos cónyuges es la falta de diálogo o comunicación que causa
desavenencias en la vida matrimonial y genera mala relación entre ellos.
Frente al problema de la falta de comunicación en la vida diaria, de quienes han recibido el
sacramento del matrimonio, la Iglesia requiere una pastoral familiar que se fundamente en
un diálogo equilibrado entre la fe y la realidad de vida.6 Por ende, la exhortación Amoris
Laetitia presenta una nueva mirada a la pastoral matrimonial que se basa en la misericordia
y la justicia.
La pregunta que surge aquí es ¿En qué contribuye la exhortación Amoris Laetitia a las
estrategias para la pastoral matrimonial de las parejas casadas por la Iglesia en la
parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini que tienen dificultad de comunicación en su
vida matrimonial?
2. Justificación
Esta investigación trata de mostrar la contribución de la exhortación Amoris Laetitia a la
pastoral matrimonial de las parejas que viven el problema de falta de comunicación en su
vida matrimonial. La realidad ha demostrado, que la vida matrimonial de muchas de ellas
ha enfrentado algunas dificultades y no pocas veces terminan en separación, porque no han
logrado resolver los problemas en su relación. Respecto a la investigación con algunas
4 Francisco, 5. 5 Parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini es una parroquia que está ubicada en el barrio Lisboa, localidad
Suba, y pertenece a la diócesis de Engativá. La parroquia fue fundada por los misioneros de San Carlos
Scalabrinianos en el año 1992 para servir a los desplazados que llegaron de distintos Departamentos de
Colombia. 6 Welch, El Sacramento del Matrimonio: Donde el amor humano y divino se encuentran, 537.
8
parejas casadas por la Iglesia, en la parroquia del Beato Juan Bautista Scalabrini, se
encuentra que hay una total actitud de indiferencia, que no se apoyan entre sí por falta de
comunicación, esto genera la crisis en su relación. Esta problemática los ha llevado a una
situación difícil, donde algunos han pensado en terminar su relación. Antes de casarse, los
novios participaron en el curso prematrimonial, como una preparación a la vida de casados,
abordando distintos aspectos (sexualidad conyugal, responsabilidad, administración
familiar, economía doméstica, etc.)7, sin embargo, las pautas que han recibido en la
formación prematrimonial no siempre garantizan que ellos puedan superar los problemas
familiares después de casarse.
El desafío de la Iglesia de hoy es hacer posible la actuación del potencial ministerial de la
familia. Se necesitan nuevos enfoques pastorales, que capaciten a las parejas en problemas,
para tener el acompañamiento continuo.8 Es necesario recuperar el amor mutuo en la vida
matrimonial de estos esposos y trabajar mucho, respecto a la problemática de falta de
comunicación, que experimentan en su relación. Por tal motivo, la Iglesia, debe acercarse a
la realidad de las parejas que están en dificultad y responder a través de las acciones
pastorales enfocadas en el rescate, la reparación y el fortalecimiento de estas familias.9
De hecho, frente a la ruptura entre esposos por la falta de comunicación en su relación, se
necesita una pastoral matrimonial “que abre la puerta a la necesidad de un replanteamiento
de la pastoral para que genere una evangelización realmente nueva, capaz de acompañar a
las personas en su vocación fundamental.”10 Es esencial tener en cuenta, que la familia es
signo privilegiado del misterio de la Iglesia, y únicamente tiene una comunión de vida
como la familiar, fiel y para toda la vida, signo adecuado del misterio de comunión
caritativa que es la Iglesia.11 La pastoral matrimonial ayuda para que las personas aprendan
a construir una comunión y las familias respondan al plan de Dios.
Amoris Laetitia es un aporte importante a la pastoral matrimonial, para ampliar el
horizonte y favorecer una reflexión, la cual debe estar orientada hacia la construcción de
caminos y espacios en la vida matrimonial. El amor en la pareja, no se limita a una teoría,
7 Juan Pablo II, Exhortación Familiaris Consortio, § 66 8 Vidal, “Teología de la Familia”, 50. 9 Álvarez, “MISERICORDIA Y JUSTICIA: Hacia una renovación pastoral de las comunidades parroquiales
en el acompañamiento, el discernimiento y la integración de las familias con “situaciones particulares”, a la
luz de la exhortación apostólica Amoris Laetitia”, 5. 10 Rueda, “La Pastoral del Matrimonio y de la Familia hoy”, 86. 11 Simón, La familia cristiana en la familia de la Iglesia”, 142.
9
sino que va más allá, es la actitud concreta que empieza con una excelente comunicación,
para que se pueda construir una buena relación entre ellos y con la familia.
3. Hipótesis del trabajo
Las dificultades en la vida matrimonial, que suceden en muchas parejas casadas por la
Iglesia, hoy en día, muestran la necesidad de hacer un nuevo planteamiento respecto a
algunas cuestiones doctrinales, morales, espirituales y pastorales. La exhortación
apostólica Amoris Laetitia en el capítulo cuarto, presenta las características del amor
verdadero que son los grandes aportes a la pastoral matrimonial y familiar, los cuales
pueden orientar la reflexión y el diálogo y, a la vez, ofrecer aliento, estímulo y ayuda a las
familias en su entrega y en sus dificultades.12
En Amoris Laetitia también se resalta la perspectiva pastoral, con una atención especial o
preferencial a los cónyuges que tienen problemas serios, como la falta de comunicación,
mediante los procesos de acompañamiento continuo, teniendo en cuenta que la acción
evangelizadora de la Iglesia no se limita a las situaciones de emergencia, sino a la
construcción de las personas y de las comunidades, con todas las ayudas que el Señor nos
ha dejado para que cada uno tenga vida abundante.13
En la actualidad, la pastoral matrimonial y familiar, debería estar en condiciones de
orientar a los matrimonios y a las familias que enfrentan las dificultades en su relación,
proponer y ensayar nuevas estrategias para vivir el amor recíproco en su relación.14 Es
indispensable una pastoral matrimonial que responda a los inconvenientes actuales de las
parejas, especialmente el problema de comunicación, tan frecuente y dañino hoy en día. Y
que este servicio genere una conciencia verdaderamente cristiana, humana y
misericordiosa, que acoja y acompañe sinceramente estas duras realidades. Esta renovación
implicará necesariamente un diálogo interdisciplinar con otras ciencias, así como el trabajo
conjunto de laicos y laicas, religiosos y religiosas y el clero.15
“La familia es el santuario de la vida. Es el lugar donde se vive el principio fundamental de
recibir el amor para aprender a amar, permitiendo la maduración en el proceso que marca
12 Francisco, 73. 13 Miguel, “Amores heridos: misericordia y fidelidad. Las indicaciones pastorales del capítulo VIII de la
Exhortación apostólica Amoris Laetitia”, Scripta Thelogica, 100. 14 Sánchez y Sierra, “El Matrimonio. Ámbito salvífico para la pareja y la familia”, 366-367. 15 Ibid.
10
los tiempos”.16 Por lo tanto, la vida de la familia, en este caso, de las parejas casadas, debe
crecer en la medida en que el amor de caridad impregna la relación entre la pareja que
participa de la fidelidad propia de la misericordia de Cristo. Las relaciones que permiten
crecer como persona y como pareja, deben ser construidas y alimentadas
permanentemente. No hay fórmulas mágicas. Por consiguiente, es muy importante que
cada uno tenga un amplio conocimiento de sus fortalezas y debilidades para que así mismo
estén abiertos a conocer, entender y comprender al otro. Este mutuo conocimiento les
ayudará a tener la capacidad de respetar, aceptar y dar lo mejor de sí. En una relación
constructiva, deben dar los dos, pero también deben aprender a recibir para fortalecer su
unión.17
4. Método de investigación
Para que la investigación pueda alcanzar el objetivo, entonces se necesita el método
concreto que apoya el estudio. Por tanto, la estrategia de trabajo tiene como fundamento la
metodología pastoral latinoamericana, esto es: Ver, Juzgar y Actuar18. En el ámbito de la
Iglesia, esta técnica implica ver la realidad a la luz de la providencia de Dios, juzgar según
el camino de Jesucristo, y actuar desde la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo.19 Es una
metodología para la acción transformadora de los cristianos en sus ambientes,
precisamente para responder a las dificultades que enfrentan en la vida familiar, es una
propuesta de espiritualidad, como corazón de pastoral.20
Este procedimiento, es un camino de espiritualidad en orden a hacer coherente y adulta la
vida cristiana, vivida en comunidad y a construir una comunidad eclesial presente en el
mundo, al servicio del Reino ofrecido como destino y salvación para toda la humanidad. El
documento de Puebla considera el método pastoral latinoamericano (ver, juzgar y actuar)
16 Rueda, 92. 17 Lilia, Mínimos para vivir en pareja, 11-112. 18 El método ver-juzgar-actuar se remonta al método de revisión de vida, surgido en el seno de las propuestas
pastorales de la Juventud Obrera Católica (JOC) que fue animado por P. Joseph Cardijn en la década de los
treinta del siglo XX. Se trataba de una metodología para la acción transformadora de los cristianos en sus
ambientes y para superar el divorcio fe-vida. Una propuesta de la espiritualidad como corazón de la pastoral.
El papa Juan XXIII adoptó este método para el desarrollo de la cuestión social en la encíclica Mater et
Magistra. Castillo, Ponderación teológica del método ver-juzgar-actuar, 1. 19 Ursúa, El método de la teología práctica y su incidencia en América Latina, Medellín 147 / Julio -
Septiembre (2011), 391. 20 Henao, El método Ver, Juzgar y Actuar, spac.org.co/wp-content/uploads/2015/07/EL-METODO-VER-
JUZGAR-ACTUAR.pdf, (consultado el día 2 de marzo 2020).
11
como acción: “Esta realidad exige, pues, conversión personal y cambios profundos de las
estructuras que respondan a legítimas aspiraciones del pueblo hacia una verdadera justicia
social”.21
El método pastoral latinoamericano, es adecuado para la investigación de campo, en la
pastoral matrimonial de estas parejas en conflicto. “Ver”, para este trabajo, será la guía que
permitirá conocer la realidad, o sea tomar conciencia de las situaciones que viven los
esposos que tienen dificultad de comunicación. Se propone analizar los hechos de vida, en
este caso de las cinco parejas, con el fin de descubrir actitudes de pensamiento,
valoraciones y comportamientos. Se buscan las causas y se analizan las consecuencias que
inciden directamente en las parejas.22
“Juzgar”, en esta investigación, permitirá analizar los hechos de la realidad23 de los
cónyuges que tienen dificultad en la comunicación, para descubrir lo que les está
impidiendo tener una buena relación. Este es el momento central de la revisión de vida de
las cinco parejas en su quehacer cotidiano. “En esta etapa se propone tomar posición frente
al hecho analizado, explicitar el sentido que descubre la fe, la experiencia de Dios que
conlleva y las llamadas de conversión que surgen de él”.24 En esta fase se hace una
conexión entre la experiencia de vida de las parejas, con la palabra de Dios, es decir, la
enseñanza de Jesús en el Evangelio, y lo que presenta la exhortación Amoris Laetitia.
Y, por último, siguiendo la metodología latinoamericana, se tendrá en cuenta el “Actuar”,
como aspecto esencial que ayudará a proponer o determinar aquellas actitudes,25 que los
esposos pueden y deben cambiar o transformar en su relación y las acciones que se van a
desarrollar a través del acompañamiento pastoral. En esta etapa, las parejas están invitadas
a realizar el compromiso que los llevará a un cambio positivo, para mejorar la
comunicación y les permitirá crecer y fortalecerse como pareja y como pilares de una
familia. Por tanto, se necesita la acción inmediata por parte de la Iglesia, a través de los
agentes pastorales, para acompañar a los cónyuges que tienen dificultad en la
comunicación.
21 Documento final de la Conferencia General del CELAM (celebrada en Puebla), La evangelización en el
presente y en el futuro de América Latina, Núm. 30. 22 Castillo, 2. 23 Enao, Ibid. 24 Castillo, Ibid. 25 Ibid.
12
Capítulo I: Identificar las situaciones y las causas fundamentales que generan la
dificultad de comunicación, en la vida de las parejas casadas, en la parroquia Beato
Juan Bautista Scalabrini.
1. Descripción general sobre el contexto del campo de investigación
Es muy importante presentar el campo específico donde se realiza la investigación. Por
ende, este primer capítulo expresa el panorama sobre el lugar, las personas (en este caso las
parejas que se involucran en la investigación) y la realidad concreta que sucede tanto en el
lugar, como en la vida de las parejas.
1.1. Descripción general sobre la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini
La parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini es una parroquia periférica, que pertenece a la
diócesis de Engativá, Bogotá. La parroquia está ubicada en el barrio Lisboa, localidad de
Suba, fundada por los misioneros Scalabrinianos en el año 1992, bajo la autorización del
cardenal Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo de la Arquidiócesis de Bogotá; en aquel tiempo,
esta localidad eclesiástica de Suba hacía parte de la Arquidiócesis.26 En los años ochenta
muchas familias desplazadas de varios lugares de Colombia, llegaron a Bogotá por distintas
razones: por la violencia, por la guerra interna o por catástrofes naturales; ellos empezaron
a instalarse en algunas partes de la ciudad y una de ellas fue el barrio Lisboa, Suba.
La llegada de las familias desplazadas a este sector motivó a la arquidiócesis para dar una
atención pastoral. De hecho, frente a esta necesidad, la arquidiócesis pidió a la
Congregación Scalabriniana, cuya misión es el servicio pastoral de los migrantes,
refugiados y desplazados, para trabajar acá. Los sacerdotes pioneros, empezaron a visitar
algunas familias que vivían en casitas chiquitas, para acompañarlas tanto en la parte
espiritual y, dentro de las posibilidades, a nivel económico. En el año 1994 empezaron a
construir el templo para poder ejercer el servicio espiritual, dicha construcción se terminó
en el 2006.27 Ahora la parroquia cuenta con unos 50.000 fieles y, a su alrededor, ya se han
construido tres capillas en tres barrios.
En la actualidad el barrio Lisboa, sigue siendo un lugar receptor para nuevas personas que
llegan; ahora, no sólo colombianas, sino también venezolanas, quienes buscan una
26 Pontín, 100 Aniversario de la Parroquia del Beato Juan Bautista Scalabrini, 10. 27 Ibid.
13
oportunidad de trabajo para poder vivir y seguir adelante. Frente a esta nueva realidad, los
sacerdotes Scalabrinianos que trabajan en esta parroquia, abrieron la puerta para los
migrantes venezolanos, no solamente para desempeñar la parte espiritual, también el apoyo
material. Los sacerdotes hacen una visita a las familias migrantes recién llegadas, para
poder ver la situación y escuchar las necesidades, con el fin de poder realizar el apoyo
material una vez al mes, durante seis meses.28
1.2. Descripción del contexto actual de las cinco parejas casadas que son protagonistas
de la investigación.
Para acercarse a la realidad de vida de las parejas, se necesita conocer primero el contexto
actual de ellas, o sea, la realidad concreta, desde que viven juntos como esposos hasta hoy.
Esta es una puerta de entrada, para entender y aceptar lo que ellos viven en su relación, por
cuanto el contexto afecta de manera sistemática las dinámicas internas de la pareja y la
familia.
1.2.1. Biografía general de las cinco parejas
Cada una de las parejas, que son objeto de esta investigación, tiene su propia historia, la
cual marca su vida presente y tiene su propio contexto de vida. Las parejas han contraído su
matrimonio no solamente por lo civil, sino también por la Iglesia católica y a han vivido
juntos por varios años. A continuación, presentamos la biografía de las cinco parejas:
▪ José Hernando Beltrán Calderón y Ada Lilia Gómez: contrajeron matrimonio en 1994,
el año pasado celebraron las bodas de plata. Esta pareja no tiene hijos y dedica su vida
al trabajo y al servicio de la Iglesia. José Hernando es originario del municipio de
Ubalá, región del Guavio, departamento de Cundinamarca. Ada Lilia es del municipio
de Santa Rosa, departamento de Bolívar, sin embargo, ella fue criada en Bogotá.
▪ José Alcedo Linares Linares y Flor Elva Torres Cristancho: se casaron en el 2004;
tienen dos hijos, un varón y una mujer. José Alcedo es originario del municipio de
28 Según el administrador de la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini Padre Armando Gómez, c.s que uno
de los proyectos de la parroquia es ayudar a las familias bajo de recurso (familias colombianas y venezolanas)
con el mercado una vez al mes durante seis meses. La ayuda se puede extender a otros seis meses de acuerdo
con la situación de la familia.
14
Ubalá, región del Guavio, departamento Cundinamarca, mientras que Flor Elva viene
del municipio de Gámez, departamento de Boyacá.
▪ Nelson Corba Silva y María Mercedes Perilla Salcedo: se casaron en el 2004 en
Boyacá. De su matrimonio nacieron dos hijos, un varón y una mujer. Nelson y
Mercedes son originarios del municipio de Sutatenza, departamento de Boyacá.
▪ Adolfo Bautista Ruiz y María Eugenia Contreras Gómez: se casaron en el 1993: fruto
de este matrimonio nacieron tres hijos, dos varones y una mujer. Adolfo es originario
del municipio de San Gil, departamento de Santander y María Eugenia es del
municipio de Galán, departamento de Santander.
▪ Salvador Suárez Camero y Dora Lucia Burgos: se casaron en el 2006; tienen dos hijos,
un varón y una mujer. Ambos nacieron en La Uvita, Boyacá.
Como puede verse, ninguna de las parejas es originaria de Bogotá, llegaron a esta ciudad y
fueron construyendo su proyecto de vida, a partir de las oportunidades que se les iban
presentando, en este nuevo contexto que, con el pasar de los años, han asumido como
propio.
1.2.2. Descripción de la situación política que perciben las parejas de su contexto
Las cinco parejas expresaron su conocimiento político, tanto a nivel internacional como
nacional, de acuerdo con lo que ellos vieron y escucharon.29 La política en sí es muy
buena, es una actividad de los que gobiernan el pueblo, concerniente a la toma de
decisiones para el bien y el desarrollo de los ciudadanos.30 Sin embargo, esta función ha
sido cambiada por algunos que tienen poder, para buscar sus intereses personales, dejando
de lado los intereses del pueblo.
La situación política a nivel mundial ha llegado a una situación crítica, causada por muchos
factores: crisis económica, la corrupción, la guerra, y desastres naturales. El impacto de
todo eso se deja ver en el sufrimiento que experimentan los pobres, que, al no poder superar
esta condición, muchos han decidido abandonar sus lugares de origen para migrar dentro
29 Basada en la respuesta escrita de las parejas a través de una entrevista que se realizó en el día 17 de febrero
2020. 30 Duarte, Definición política, https://www.definicionabc.com/politica/politica.php, (consultado el día 4 de
marzo 2020).
15
del país o fuera de él, en busca de una vida mejor. No obstante, los que tienen poder, parece
que no son capaces de tomar algunas medidas, para mejorar la condición económica de la
población.
Algunos políticos usan la política como un juego, para satisfacer sus ambiciones de tener el
poder, con el objetivo de lograr dominar y buscar beneficios propios.
La corrupción en el organismo gubernamental es uno de los problemas que
desafortunadamente sucede en muchos países. La realidad demuestra que algunas personas
que se sumergen en el campo político solamente quieren aprovechar el poder para aumentar
su propia riqueza, sin llevar a cabo los deberes y responsabilidades en el progreso del
pueblo. El impacto directo es la pobreza y el retraso en el desarrollo. Aquí yace la
injusticia, lo cual causa la desigualdad social. Los políticos corruptos administran el dinero,
que son supuestamente para el desarrollo del pueblo, a su propio interés y al final los que
sufren, son los pobres que no tienen ingreso fijo.
Por otra parte, los avances tecnológicos han traído un cambio muy significativo a nivel
mundial, y el desarrollo de esta tecnología, se ha extendido en varios aspectos de la vida,
los cuales facilitan a los seres humanos, trabajar y comunicarse con mayor facilidad.
Aunque, el aspecto negativo de este desarrollo es el daño que recibe el planeta, la casa
común. La contaminación de la tierra y el aire, han causado el daño y el cambio climático
que afecta a todo el mundo. Hay una llamada por parte de algunos gobernantes y la Iglesia
para cuidar el planeta, pero no hay atención seria frente a esta crisis ambiental por parte del
gobierno en algunos países.
En el contexto de Colombia, país democrático, debería respirarse un sistema político que
favorezca el bienestar del pueblo y que garantice el derecho de los ciudadanos, incluso el
derecho para recibir los beneficios del estado. Sin embargo, esta idea se queda en la utopía
porque hay muchos ciudadanos que no reciben la atención del gobierno. Además, la
situación política en Colombia está pasando por una crisis, que afecta el desarrollo del país
y aumenta la pobreza. La política se ha convertido como en un negocio, donde la mayoría
sólo busca el bien para sí, mas no para el país; donde solamente se avanza en el propio
interés. Las administraciones que han pasado se ven envueltas en actos de corrupción, basta
ver la pérdida de dinero en la inversión de obras comunitarias, beneficiando a unos pocos,
16
los contratistas. Las víctimas de esta situación son los pobres, donde cada día el pobre será
más pobre por falta de justicia e igualdad.
Da la impresión, que el gobierno diera más importancia a temas que no aportan ningún tipo
de beneficio para los ciudadanos, por centrarse en otros aspectos menos importantes. Esta
situación genera una polémica que está experimentando Colombia, donde el pueblo sale a
gritar por falta de atención, pero no se ve una acción directa por parte del gobierno.
La situación política que las parejas han visto y escuchado, tanto a nivel internacional como
nacional, no solamente ofrece conocimiento general para cada uno de ellos, también tiene
el impacto positivo para la familia, precisamente la relación entre esposo y esposa. La
mayoría de las parejas afirman que, en algunas ocasiones, en el tiempo libre, ellos expresan
sus opiniones en torno a la realidad política que está viviendo. Aprovechan el espacio para
expresar y compartir las ideas que ellos tienen, como una forma de reacción frente a la
problemática política. En el momento de conversar, muchas veces tenían el mismo
pensamiento u opinión, sin embargo, no pocas veces las ideas que se expresaron eran
diferentes. Por ejemplo, la opinión del marido estaba en contra de la de la esposa. Cada uno
trataba de explicar sus opiniones, de acuerdo con la realidad política que se entendía.
Las parejas se sienten bien con la conversación sobre el tema político que muchas veces
han abordado. Para ellos, este momento de compartir las propias ideas, la diferencia de
opinión se transforma en una herramienta o ayuda para enriquecer sus conocimientos. Esta
es una manera de comunicarse y este tipo de comunicación les ayuda a entenderse uno al
otro, también para aceptar y respetar la diferencia de cada uno. Aunque, entre las parejas,
hay una que no se interesa por hablar sobre la situación política. El esposo no discute
mucho sobre el problema político del país, mientras que a la esposa sí le interesa hablarlo.
De hecho, ella siempre expresa sus opiniones con los hijos.
1.2.3. Situación económica (trabajo, proyecto personal y de pareja)
La situación económica de las cinco parejas es buena. Ellos no son familias de alto estrato,
sin embargo, ellos tienen casa propia y pueden cubrir las necesidades. La mayoría de las
parejas tienen trabajos estables, solamente tres personas trabajan haciendo oficio
doméstico, por lo tanto, el apoyo de la pareja mantiene una economía estable en la familia.
Los trabajos que tienen ellos son: construcción, guarda de seguridad, empleado de la
17
empresa y empleada doméstica. El trabajo les ayuda para cubrir las necesidades y los gastos
de la familia, incluso los gastos de la educación de sus hijos.
El matrimonio es un proyecto que se lleva a cabo por las parejas, que se comprometen para
vivir juntos y formar una familia. Éste tiene como propósito mejorar, desarrollar o
establecer la relación y el objetivo que la pareja quiere lograr. En todo plan se busca ir más
allá de donde se está, y para lograrlo, se necesita trabajar en equipo, donde cada uno dé lo
mejor de sí. El matrimonio como proyecto de vida, es una experiencia gratificante donde la
esposa y el esposo pueden trabajar para desarrollarse tanto personal como en pareja, para el
bien de su relación y de su hogar. Es muy importante que las parejas, establezcan sus
propósitos y evalúen el avance de lo que se ha hecho.
Las cinco parejas también tienen sus proyectos tanto personal como en pareja, algunos
proyectos los han logrado y otros los están trabajando para poder alcanzarlos.
Proyecto personal:
• Seguir trabajando para lograr una pensión y tener una vida más tranquila con la
pareja
• Dejar de trabajar como una empleada doméstica y poner mi propio negocio.
• Viajar a otros lugares para conocer nuevas culturas, idiomas y personas.
• Descansar del trabajo (por la edad)
Proyecto de pareja:
• Respetarse uno al otro
• Apoyarse en el trabajo
• No juzgarse
• Dialogar para ponerse de acuerdo con las decisiones
• Intentar expresar ideas y sentimientos de lo que están viviendo
• Escuchar al otro
• Realizar un paseo (conocer Tierra Santa)
• Garantizar una buena educación a los hijos
• Tener buena formación espiritual para los hijos
• Gozar de buena salud
• Mantener la relación hasta la muerte
• Tener juntos su propio negocio
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Las cinco parejas dicen que la situación económica y el trabajo, afectan mucho la
comunicación entre ellos. Como esposos, ellos tienen la responsabilidad de la familia, entre
otros, planear y gestionar la economía. Y para organizarla, el esposo y la esposa tienen que
comunicarse y dialogar, con el fin de poder tener un buen soporte económico en el hogar.
Algunas parejas expresan que, al inicio de cada mes, ellos conversan y establecen los gastos
que tendrán durante el mes y al final del mismo, hacen la evaluación. La persona que
maneja la economía del hogar es la esposa, pero siempre en diálogo con el esposo. Además,
muy a menudo, comparten sobre la situación del trabajo, incluso de las dificultades que
cada uno encuentra en su labor. Esta conversación les ayuda a apoyarse mutuamente.
Sin embargo, otros también comentan que, en ocasiones, el problema en la comunicación
fue provocado justamente por situaciones económicas y laborales. La mayoría de las
parejas ganan el salario mínimo, las otras un poquito más. Por lo tanto, la necesidad de la
familia a veces supera el presupuesto que habían planeado para el mes. La base del
problema se centra en el dinero, porque no hay suficiente para los gastos. Este desequilibrio
entre ingreso y gastos genera ansiedad en la pareja, y, desafortunadamente, tienden a
culparse el uno al otro. Además, el inconveniente surge por falta de responsabilidad
económica, algunas veces el esposo no pone atención a los gastos de la familia y la esposa
tiene que trabajar más para cubrir las necesidades.
Otro asunto importante, que también influye negativamente en la comunicación de los
esposos, es el choque entre el proyecto personal y el proyecto de pareja. Las cinco parejas
comentan que, desde el inicio, cuando decidieron formar una familia, ellos empezaron a
planear y dialogar sus proyectos en distintos aspectos, como la parte económica, vivienda,
hijos, educación, paseo, etc. También cada uno planeó sus proyectos personales y entre
ellos compartieron sus sueños.
Algunas de las parejas reconocen que, a veces, se le dio más importancia al proyecto
personal que al de familia o viceversa, de todos modos, un proyecto prevaleció sobre el
otro. Por ejemplo: el esposo quiere comprar una moto, sin embargo, la esposa no está de
acuerdo, porque el dinero que tienen solamente es suficiente para cubrir los gastos
económicos y la educación de los hijos. Esta situación muchas veces genera polémica entre
ellos, llevándolos, en ocasiones, a agresiones verbales, porque el esposo no acepta las
razones que presentó la mujer.
19
1.2.4. Vida Religiosa
En general las cinco parejas profesan la fe católica y la ejercen fielmente, lo demuestran a
través de su participación en las actividades de la Iglesia. Prácticamente, la mayoría
proviene de familias católicas practicantes. Desde pequeños, sus padres les han
proporcionado una buena educación religiosa, de hecho, la mayoría hacía parte de los
distintos grupos parroquiales, cuando eran niños. La fe católica, para ellos, es algo
fundamental: es establecer una relación con Dios y, a la vez, es el camino de la verdad que
les ayuda para construir una vida llena de amor, de solidaridad y de paz.
La fe católica es lo que los anima a compartir con los otros, es decir, sus conocimientos y
experiencia de fe con la comunidad. En la parroquia, la mayoría de las cinco parejas
participan en las actividades espirituales, incluso enseñan catequesis (preparación para la
Primera Comunión y la Confirmación) y algunos son ministros de la Sagrada Comunión.
Asumen estos trabajos voluntariamente y con mucha responsabilidad. Para ellos ser parte
de la comunidad parroquial es algo importante, porque el servicio que prestan es
fundamental para compartir con los demás. Las parejas comentan que el servicio que ellos
están prestando, trae una felicidad muy especial en sus vidas. Aunque ellos no tienen títulos
universitarios en teología, sin embargo, los cursos de ESPAC31 que han tenido y la propia
experiencia de fe, los motivan para compartir con otras personas a través de las clases de
catequesis.
La vida religiosa de cada uno tiene un impacto positivo en su relación como esposos. El
conocimiento en torno a la fe siempre lo comparten en la familia, no solamente entre
esposo y esposa, sino también con los hijos. Entre ellos se apoyan mutuamente y siempre
hay comunicación para el aspecto religioso.
31 ESPAC (Escuela Parroquial de Catequesis): busca formar a los catequistas en su tarea de evangelizadora
dentro de la comunidad parroquial, proporcionándoles una formación catequística orgánica y sistemática.
ESPAC es un servicio patrocinado por la Dirección General de la ESPAC con el ánimo de dar a conocer a la
ESPAC a la aldea global, informar a la comunidad ESPAC, fortalecer el programa de formación catequética y
fomentar la interacción entre los miembros de la comunidad catequística ESPAC y entre estos y todos los
catequistas de Colombia y el mundo. La visión de ESPAC es Formar y ubicar a los catequistas en su tarea
evangelizadora dentro de la comunidad parroquial, proporcionándoles una formación catequística orgánica y
sistemática, de carácter básico, dentro de la modalidad de una Escuela de Catequistas como espacio
particularmente válido para su formación espiritual, doctrinal y apostólica.
http://www.es.catholic.net/op/articulos/2654/cat/231/espac-escuela-parroquial-de-catequistas.html#modal,
(consultado el 6 de marzo 2020).
20
Sin embargo, una pareja comenta que antes se comunicaban y compartían sobre el servicio
en la parroquia; cuando el marido no podía atender la clase de catequesis, la mujer siempre
colaboraba para cubrirlo. Muchas veces discutían sobre los temas religiosos que les
ayudaban para desarrollar sus conocimientos. Pero ahora ya no lo hacen más, porque él no
asumió su responsabilidad seriamente, muchas veces le dejó la tarea a ella, sin ninguna
explicación. De hecho, en este tema religioso, la mujer no quiere trabajar junto con su
marido, prefiere hacerlo sola y decidió que cada uno debe ser responsable de su propio
compromiso. En este aspecto ya no se desarrolla la comunicación entre ellos.
1.2.5. Relación familiares y sociales
La relación familiar es algo importante en la vida de una persona, ya que en ella se nace y
crece y se reciben los valores fundamentales. En la familia, uno empieza a tener vínculos
con cada uno de los miembros que la conforman, tanto con los padres como con los
hermanos. Este vínculo o relación estrecha, tiene un impacto en el afecto entre los
integrantes, que los lleva a una buena relación familiar, donde se cultiva el ambiente
propicio, el apoyo, el diálogo, el respeto, la solidaridad. Aunque, no se descarta la
posibilidad de tener dificultades y posibles rupturas en la relación familiar. Esto puede ser
causado por problemas que surgen entre los integrantes y, si no se toman las buenas
medidas de solución, puede traer serios y graves problemas.
Las cinco parejas siguen manteniendo buenas relaciones familiares, con los padres y con
los hermanos y hermanas. A pesar de que viven en lugares diferentes, ellos los apoyan, y
tienen la buena costumbre de visitarlos en algunas ocasiones, para compartir y mantener las
relaciones afectivas. El apoyo que ellos brindan a sus seres queridos es muy fuerte, tanto
material como espiritual. Al mismo tiempo, las parejas también reciben la colaboración de
sus familiares, por parte de ambos cónyuges; tienen buena comunicación y relación
vivencial. Además, se mantiene el diálogo y la comprensión entre ellos. Prácticamente
tienen una relación cercana con sus familiares y el apoyo es recíproco.
Sin embargo, hay una mujer que por ahora no se lleva bien con algunos de sus hermanos.
Este problema fue causado por la falta de responsabilidad hacia los padres y la herencia.
Ella tiene ocho hermanos, y es la persona que coordina el turno con otros tres de ellos, para
cuidar a sus padres. Pero, los otros cuatro hermanos no colaboran, no obstante, el acuerdo
21
familiar realizado, es decir, que cada uno debía dar la ayuda material a los padres, quienes
ahora se encuentran en mal estado de salud. Es triste constatar, que no llega el apoyo de sus
otros cuatro hermanos, por ende, la persona reclamó, pero no hubo respuesta. Además, los
padres tienen plan para dejarle la herencia a ella únicamente; aunque ella es consciente que,
por ley, la herencia debe ser compartida por igual, pero los otros no piensan que así. Éstas
fueron las razones que provocaron la ruptura en la relación familiar.
En cuanto a la relación social en la comunidad, las parejas muestran que ellos tienen buena
relación con la comunidad. Participan activamente en los trabajos sociales y colaboran en el
desarrollo del sector, a través de su aporte, tanto material como con sus opiniones. Tratan
de mantener la convivencia con las personas de su alrededor y mantienen una actitud de
diálogo y respeto en cuanto al pensar y opinar de los otros.
La mayoría de los esposos expresan que la relación familiar trae una influencia positiva en
su comunicación. A veces en el compartir, ellos resaltan el tema de los familiares, o sea
sobre sus padres y hermanos, se conversa sobre la condición de ellos e incluso de los
problemas por los que ellos están pasando. Cada uno comparte sus observaciones en torno a
la situación de sus seres queridos, lo hacen no solamente para conocer más profundamente
a la familia de su pareja, sino también, sobre todo, como expresión del sentimiento y
atención hacia ella.
Además, generalmente algunos cónyuges visitan a sus familiares en ciertas ocasiones. Pero
antes de hacer esta visita, ellos hacen un plan, dialogan y acuerdan el tiempo más oportuno
para ir al encuentro con ellos. En este aspecto, no toman decisión solos, siempre presentan
la idea y luego discuten para ponerse de acuerdo. Pero uno de los esposos dice, que, en
estos últimos años, ya no hicieron el plan para visitar a los familiares, por algunas razones
especiales, sin embargo, ellos todavía se siguen comunicando a través de los medios que
tienen a su disposición.
1.2.6. La condición de salud
Las cinco parejas expresan distintos estados de salud. Algunos tienen buen estado de salud
y no padecen ninguna enfermedad grave, solamente, a veces, tienen las dolencias comunes
como gripa y dolor de cabeza causado por el cansancio (la carga laboral) y el clima.
Aunque, algunos padecieron quebrantos de salud y fueron sometidos a cirugías. Otros están
22
teniendo el problema y están buscando la mejor forma para tratarla. Las enfermedades que
han tenido antes y algunos aún todavía tienen son:
• Anemia
• Fractura del brazo izquierdo
• Aneurisma
• Fractura en la cabeza que a veces causa el dolor
• Lupus
Afortunadamente, a excepción de una, la mayoría está afiliada a un seguro médico. El cual
los ha ayudado mucho, para hacer un chequeo de salud y han sido atendidos
oportunamente.
La condición de salud es uno de los aspectos importantes en la familia. Las cinco parejas
dicen que ellos siempre se comunican sobre sus dolencias y preocupaciones al respecto, lo
cual les ha permitido demostrarse afecto e interés mutuo Ellos perciben que hay cuidado
recíproco, se acompañan al médico, compran los medicamentos, están pendientes de su
recuperación, hasta que se encuentren completamente aliviados
La condición de salud les ayuda mucho para tener buena comunicación, porque entre ellos
se comparten la situación, y eso refleja el amor profundo entre ellos.
1.3. Las causas fundamentales que generan dificultad en la comunicación de la vida de
las parejas casadas en la Parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini.
a) No expresar palabras cariñosas hacia el otro
Las palabras cariñosas en las relaciones son un tipo de energía necesaria para mantener un
vínculo. Las expresiones de ternura, afecto, agradecimiento, alimentan el amor y podría
tener un efecto en la relación entre esposo y esposa. La falta de palabras cariñosas, muchas
veces, suscita problemas en la vida matrimonial. Una de las parejas cuenta que, en su
relación conyugal, pocas veces el marido dice palabras cariñosas hacia la esposa. La mujer
quisiera que el esposo, de vez en cuando, le expresara sus sentimientos con un te amo, te
quiero, o te adoro. Ella se siente triste porque su vida es rutinaria y siente la necesidad de
sentirse amada. Trata de cumplir bien con los deberes del hogar, los realiza con mucho
cariño: cuidar los hijos, preocuparse por sus actividades escolares, hacer el aseo de la casa,
cocinar y trabajar, entre otros; no obstante, parece que el marido no lo aprecia. Ella no
23
quiere que la elogie por lo que ha hecho, sino que, solamente quiere escuchar algunas
palabras de afecto y que se reconozca su labor.
b) No decir perdón cuando se equivoca
Como todo ser humano, que no es perfecto, el individuo muchas veces se equivoca tanto en
la familia como en el trabajo. En la vida matrimonial, la equivocación en las cosas
pequeñas es algo común que siempre pasa, por ejemplo: uno se olvida las cosas y no las
recuerda, sin embargo, es importante decir “perdón” al otro. Según algunas parejas, el
problema entre esposos se debe a la incapacidad de pedir “perdón” o saber presentar
“disculpas” cuando se equivoca. Disculpas sinceras son expresiones que ayudan a
entenderse entre sí y aprender del error que se ha cometido. Con esas palabras, cada uno
aprende a aceptar la debilidad del otro y a ser mejor.
c) Enojarse fácilmente
Una pequeña falta que se comete en la vida matrimonial, a veces, provoca reacciones
desproporcionadas, respondiendo con ira, generando un mal ambiente al interior de la
pareja. Uno de los matrimonios, narrando sus vivencias, cuenta que varias veces vivió esta
experiencia y hace notar que la comunicación entre ellos se deterioró. Ante los pequeños
errores cometidos por la esposa (por ejemplo: cuando la comida queda cruda, falta o hay
mucha sal en los alimentos, no comprar cosas según lo que el otro quiere) el esposo
respondió con mal genio. Por esta razón, muchas veces, él no quiso hablar con ella,
situación que duró varios días.
d) No hablar francamente cuando hay problema
Algunas parejas cuentan que, en su vida matrimonial, sucedió que alguno no habló
francamente algún problema cometido por el otro, se quedó callado sin decir nada por
algunos días, el ambiente se tornó pesado, hasta cuando se preguntó qué le había pasado.
Esta situación a veces crea confusión dentro del hogar, causa distanciamiento, provoca
incertidumbre y todo por no haber hablado y analizado la falta cometida.
24
e) No hablar a tiempo
Algunas parejas expresaron, que el problema de comunicación sucede con frecuencia en la
familia, porque no se habla a tiempo. Por ejemplo, cuando no alcanzó el presupuesto
mensual, la mujer no le informó al marido oportunamente, sino después de que todo pasó.
La persona que organiza la economía de la casa se indispuso y no habló del problema con
su cónyuge. Esta situación afectó el comportamiento del otro, quien no sabía lo que había
sucedido, se sentía triste y le ocasionó estrés; tanto que a veces no logró dormir, no pudo
trabajar bien y afectó la buena relación con las personas, en el lugar del trabajo.
f) Condicionamientos y valores adquiridos en la familia
La educación que cada uno recibió de su familia se convierte en uno de los factores
determinantes en la relación con otras personas. Se puede decir que el carácter que tiene
una persona también está determinado por las acciones o el comportamiento de los
miembros de la familia. En este caso, el problema que surge tiene que ver con la psicología
del individuo.
Una de las parejas narra que, a veces, la dificultad en la vida matrimonial puede ser causada
por experiencias del pasado, no trabajadas. Una persona que desde pequeña trabajaba y
llevaba la responsabilidad de la familia, por supuesto que tiene su propia manera de pensar
y actuar, muy distinta al otro que no tuvo esa experiencia. Un hombre o una mujer que sabe
organizar el dinero no solamente piensa en los gastos del presente, sino que también tiene
visión para el futuro.
Una esposa expresó, que cuando era joven fue una chica independiente, luchaba para tener
una vida mejor, trabajaba y tenía su propio negocio. La vida le enseñó a ser una persona
independiente y responsable. De hecho, ahora el dinero que gana del trabajo, siempre lo
organiza bien para los gastos de la familia y trata de ahorrar para imprevistos. Sin
embargo, su esposo no tiene esta capacidad, para manejar bien el dinero que recibe. Lo que
gana lo gasta en otras cosas, que no son muy importantes para la familia. Esta diferencia de
pensar muchas veces genera la dificultad de comunicación entre ellos.
25
g) Falta de responsabilidad
Algunos de los cinco matrimonios, muestran que una de las causas que crean dificultad en
la comunicación dentro de su relación, se debe a la falta de responsabilidad. En el proyecto
de pareja, que se está llevando a cabo, tiene como objetivo que cada uno de los esposos se
involucre en las actividades y los trabajos de la casa, por lo tanto, cuando alguno no cumple
la tarea o la suspende sin una razón valedera, la otra persona no acepta está actitud y por
supuesto, provoca malestar y enojo, ocasionando, en la mayoría de los casos, problema de
comunicación y distanciamiento el uno del otro.
h) Imponer la propia opinión sin dialogar
El querer hacer prevalecer la propia opinión, sin respetar o considerar la del otro, deteriora
la comunicación entre los cónyuges y, no pocas veces, crea discordia y contraposiciones.
Por ejemplo: “el esposo quiere comprar una moto, sin embargo, la esposa no está de
acuerdo con la idea, porque ella no ve la necesidad de hacerlo. Además, no hay presupuesto
para comprarla y el dinero que gana solamente alcanza para cubrir los gastos necesarios. A
pesar de todo, el esposo decide imponer su idea sin importarle y sin considerar la opinión
expresada por ella. Al no ser escuchada o por haber sido ignorada en su opinión, la esposa
se siente decepcionada y esa situación genera un problema entre los dos, llevándolos al
silencio (“mutismo”) y, obviamente, a la incomunicación.
i) Temperamento fuerte
Algunos cónyuges expresaron que ellos tienen temperamento fuerte. La opinión diferente
entre ellos a veces ha terminado en agresiones verbales, porque cada uno defendía su
posición como la mejor. Entre ellos, ninguno quiso ceder o calmarse. Se pusieron de
malgenio, se irritaron demasiado y no hubo posibilidad de dialogar porque no se
escucharon. Al final entre los dos no se comunicaron por un lapso de tiempo, durando días,
incluso semanas.
j) Diferentes gustos e intereses por los programas televisivos
Según la experiencia de una pareja, que tiene diferentes deseos de ver programas de
televisión, también causó problema de comunicación entre ellos. Al esposo le gusta ver el
26
partido de fútbol y las noticias, mientras que a la esposa no le gustan esos programas y lo
que le interesa son las novelas y películas románticas. De hecho, a veces se pusieron a
discutir, porque cada uno quería ver lo que le gustaba. La falta del diálogo y entendimiento
mutuo los llevó a una disputa, al final cada uno se calló y no se comunicaron el uno al otro
por varios días.
k) Pasar más tiempo en el trabajo que con la familia
El equilibrio entre la vida familiar y el trabajo es un componente importante que debe ser
una preocupación de cada pareja que tiene trabajo. Es muy básico mantener la relación
entre marido-mujer, e hijos, tomando tiempo para compartir en familia. Departir con la
familia es una expresión de amor con ella, y además es una forma de ayudar a los niños,
haciéndoles sentir y enseñándoles que la familia es lo más importante.
Por lo tanto, preocuparse por el trabajo sin tener en cuenta el tiempo para estar con la
familia, puede crear inconvenientes en la vida doméstica. Eso se ha podido constatar con
una de las parejas de la investigación. El esposo invierte más tiempo en el trabajo que con
la familia. La esposa quiere disfrutar un tiempo, por ejemplo, un fin de semana para estar
juntos con los hijos, pero eso muchas veces no sucede, porque el marido trabaja todo el día,
incluso el fin de semana. Esta situación genera el descontento por parte de la esposa y
deteriora el ambiente familiar.
l) La cultura machista
Una pareja expresó que la dificultad de comunicación en la vida matrimonial también fue
causada por la actitud machista. El marido a veces piensa que él es mejor, es el jefe de la
familia y su mujer está en segundo lugar; él cree que la mujer debe estar bajo el poder del
hombre y es él quien tiene la última palabra. De hecho, varias veces él no escucha lo que su
mujer está hablando y no la tiene en cuenta. Frente a esta situación, la mujer se siente triste
y llega a pensar que su esposo no valora su presencia.
m) Mal uso de los medios de comunicación
Básicamente, el propósito de las redes sociales es el deseo de acortar nuestra distancia,
tiempo y energía para comunicarnos con amigos, parientes y familiares. Pero, muchos no se
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dan cuenta de cuán vastas, grandes y públicas son las redes sociales, por lo que en su lugar
mantiene distante lo cercano y lo lejano, cerca. Las relaciones familiares entre los esposos
también pueden verse afectadas por las redes sociales.32 El buen uso de medios de
comunicación, puede ayudar mucho, pero mal usados y en el momento inapropiado, pueden
causar serios problemas.
Algunas parejas anotaron, que muchas veces el esposo o la esposa, se preocupaba más por
el celular que por compartir con la familia, ignorando al otro o la otra que está hablando.
Uno se sentía mal por no ser escuchado, de hecho, provocó el malestar que terminó en
agresión verbal. Se hicieron adictos al celular, se ocupaban más en estar publicando fotos,
chateando y navegando en la red; este uso excesivo de los medios de comunicación los ha
llevado al desinterés del uno por el otro; aunque estén juntos, viven como si no lo
estuvieran. Esto ciertamente no es bueno para la relación entre marido y mujer. La falta de
comunicación que surge por la desatención entre ellos se convierte en un problema que
afecta la familia. Urge ser conscientes de eso y empezar a remediarlo.
n) No recordar las fechas importantes
Unos cónyuges expresan, que a veces, él o ella, no recuerdan las fechas importantes que
marcan su vida matrimonial, por ejemplo, el día que hicieron la promesa ante Dios y ante el
pueblo de aceptarse uno a otro y ser fieles en las buenas y en las malas. Para algunos son
importantes estos días, no sólo como recuerdo, sino que tienen un significado más profundo
y que a pesar de tantos problemas, esta relación sigue siendo viva y más fuerte. De hecho,
uno quiere celebrarlo, agradecer a Dios por su infinita bendición a su hogar, y también
agradecer a la pareja que fielmente ha estado acompañándolo, hasta este momento. Pero
cuando alguno no recuerda estas celebraciones, genera en su pareja un sentimiento de
decepción, ya que ésta sí le da importancia. Esta situación varias veces ha generado
problema de comunicación entre ellos.
32 Dwi K., Mengapa Media Sosial Berbahaya bagi Hubungan Rumah Tangga? (Por qué las redes sociales son
peligrosas para la relación familiar), https://jurnalapps.co.id/mengapa-media-sosial-berbahaya-bagi-
hubungan-rumah-tangga-12438, (consultado el 10 de marzo 2020).
28
1.4. Conclusión
Relación matrimonial es un vínculo entre dos individuos que se comprometen para vivir
juntos (en este caso como marido y mujer). Ser una pareja casada, significa que se necesita
cooperación para vivir la vida familiar y tomar las decisiones en el hogar. Algo básico e
importante para construir una buena relación en la familia, es la comunicación. Este es un
aspecto esencial, si se desea construir un hogar sano y armonioso. Si la comunicación se ve
obstaculizada, por supuesto, existe el riesgo de causar disputas debido a malentendidos o
falta de comprensión. Muchas veces la comunicación en la familia no siempre funciona
bien. Con frecuencia la esposa y el marido descubren desajustes de comunicación, por lo
que surgen algunos problemas, que se viven a lo largo del camino. Este conflicto también
puede suceder, en cuanto a la forma de comunicarse, la cual no es muy apropiada o no es
buena.
Basada en el resultado de la investigación con las cinco parejas de la parroquia Beato Juan
Bautista Scalabrini, puede decirse que la mayoría de ellas, muchas veces han tenido
problema de comunicación. Sin embargo, eso no significa que ellos no tengan el deseo y la
voluntad necesarios, para construir o formar una buena comunicación. Cada uno trata de
hacer lo mejor para mantener el buen ambiente de diálogo, pero a veces surgen los
problemas que traen el impacto negativo en la relación.
Además, se nota que, generalmente, el problema de comunicación generado en la vida
matrimonial de las cinco parejas se debió a diferentes causas, a saber: no pedir perdón, no
expresar palabras cariñosas, falta de responsabilidad, temperamento fuerte, etc. La causa
fundamental de la dificultad de comunicación entre esposos se encuentra en la carencia de
apertura mutua y compresión recíproca. El resultado de la investigación muestra, que
algunos no expresaron francamente la dificultad hacia el otro, tanto en la parte económica
como en la parte social, se quedaron callados y al final no se hablaron. Por otra parte,
algunos no pusieron atención en el momento que el otro hablaba o, simplemente, no
pusieron en práctica los acuerdos pactados, al contrario, se hacía lo que cada uno quería, la
consecuencia es la ira y luego la incomunicación por varios días.
29
Capítulo II: La comunicación en la vida matrimonial basada en la propuesta del
documento Amoris Laetitia en diálogo con otros teólogos y teólogas.
2.1. Descripción general sobre el matrimonio a luz de la Exhortación Amoris Laetitia
El concepto de matrimonio que presenta el documento Amoris Laetitia, está arraigado a la
comprensión del matrimonio que presenta el libro de Génesis en el Antiguo Testamento y
también en el Nuevo Testamento. Al inicio de la creación, Dios creó todas las cosas durante
seis días y por último “creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios los
creó, macho y hembra los creó” (Gen. 1,27). Este pasaje muestra, que Dios desde la
creación, ha establecido el matrimonio entre varón y mujer, ambos son imagen suya. “Se
preserva la trascendencia de Dios, pero, puesto que es al mismo tiempo el creador, la
fecundidad de la pareja humana es imagen viva y eficaz, signo visible del acto creador”
(AL, 10). Esta unión formada por dos seres humanos que son distintos de naturaleza, sin
embargo, son iguales porque son imagen de Dios.
Por naturaleza, por creación, la humanidad se diferencia en hombre y mujer. Ambos
iguales en su ser humano: ambos son Adán, del que se dice en singular “lo creó”. Ambos
son humanos a su modo perfectamente diferenciado; de ellos se dice en plural “los
creó”. Ambos complementarios, en cuerpo y espíritu, para la compañía y la fecundidad:
“Dios los bendijo”. Ambos en unidad imagen de Dios. Ningún elemento se debe sustraer
a esta realidad: la dualidad, la unidad, el ser creado, el ser imagen de Dios en el universo
creado.33
Como imagen de Dios, marido y mujer tiene la misma dignidad y estatus, y no es que el
otro es más poderoso que la otra, “…hueso de mis hueso y carne de mi carne” (Gen 2,23),
los ha puesto Dios para que puedan vivir juntos en el ambiente recíproco. Dijo Dios
también, “voy a hacerle una ayuda adecuada” (Gen 2,18), esa ayuda adecuada, que quiso
Dios, es la persona que puede acompañar al otro, en este caso al hombre. El contexto de
este relato muestra que el hombre también entra en éxtasis con el deseo de encontrar una
criatura igualita a él. La mujer que creó Dios es lo que el hombre deseaba tener como
acompañante, que viviera en la plena comunión.34 Una ayuda adecuada es la persona que
está al frente, que está al mismo nivel, que es igual a él. Esto indica que la presencia de un
hombre y una mujer que se unen mediante el matrimonio tiene un objetivo básico:
33 Vargas, El Matrimonio Camino de Santidad, 36. 34 Téllez Villamil, La Espiritualidad Conyugal en Perspectiva Latinoamericana: a la Luz de la Magisterio
Conciliar y Pontificio más Reciente, 138.
30
complementarse, y éste debe ser fundamentado en la voluntad de amarse mutuamente y
estar dispuestos a sacrificarse, de dar y de recibir. Además, el marido debe tener la actitud
de respetar a la mujer ya que ella es el don más grande que Dios ha otorgado al hombre,
para que sea su compañera y ayudante en la vida.
Dios creó la mujer mediante el hombre: “Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo
sueño sobre el hombre, que se durmió. Le quitó una de las costillas y rellenó el vació con
carne. De la costilla que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó
ante el hombre” (Gen 2,21-22). Este relato a veces se interpreta mal, muchos han pensado
que la mujer debe someterse al hombre, o sea al marido, de este modo se justificaba la
superioridad del hombre. Esta mentalidad ha generado una cultura machista en la sociedad.
Estos versículos muestran que la mujer fue creada por Dios mediante el hombre, lo cual no
significa que la mujer sea un ser de segunda clase o inferior al hombre, lo que es central en
este acto de creación es la igualdad. “Hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será
llamada mujer…” (Gen. 2,23), en sentido relacional se entiende como ser del ser. “Es una
expresión que conlleva el sentido de la totalidad del ser humano”.35 Por lo tanto tiene un
significado muy profundo, aunque la mujer tenga distintas características físicas, ella
presenta la misma personalidad que posee el hombre.36
En el mensaje del relato, también se enfatiza la voluntad para darse al otro y la
disponibilidad de perder algo valioso, para obtener una compañera de vida equivalente. La
mujer es partner o el aliado natural del hombre, quien posee la misma dignidad, tiene la
misma habilidad para hacer algo igual al hombre, y la capacidad de amar y ser amada.
Además, Dios llevó la mujer ante el hombre, esto significa que no es la propia voluntad del
hombre que sale a buscar la mujer, sino la voluntad e iniciativa de Dios, para reunir hombre
y mujer, juntos como pareja. Por lo tanto, ser pareja (marido y mujer) es una vocación y
una llamada de Dios para amarse mutuamente.37
Varón y mujer son iguales en su dignidad de personas y, a la vez, distintos: su condición
sexuada –masculina o femenina- es condición de la persona entera, que da lugar a dos
modos diversos, igualmente originarios, de ser persona humana. Esa diversidad los hace
complementarios: entre todas las criaturas vivientes solo el varón y la mujer se
35 Botero, La Conciencia de Pareja a la Comunicación Interpersonal, 58. 36 Ibid., 141. 37 Surip, Perkawinan dalam Kitab Suici Perjanjian Lama (El Matrimonio en el Antiguo Testamento), 22,
https://www.neliti.com/publications/282690/perkawinan-dalam-kitab-suci-perjanjian-lama, (consultado el 6
de abril 2020).
31
reconocen como ayuda adecuada el uno para el otro en cuanto personas (CEC, 1605):
como otro yo a quien es posible amar. En virtud de esa complementariedad natural, la
atracción espontánea entre varón y mujer puede convertirse, por obra de su entrega
mutua, en una unión tan profunda que hace de los dos “una sola carne”, y por tanto es
indivisible y exige fidelidad exclusiva y perpetua. Esa unión lleva aparejada la bendición
divina de la fecundidad, como promesa y como misión conjunta del varón y la mujer
hechos una sola carne por su elección y entrega recíproca (Mulieris dignitatem).38
El matrimonio que presenta el Antiguo Testamento tiene la característica de creación, no
solamente como parte del relato (de la creación), sino que también fue establecido o hecho
por Dios. Esto significa que el matrimonio es un acto que viene de Dios. Es la voluntad de
Dios unir un hombre y una mujer para ser acompañante y entregarse mutuamente. “El
amor, la fidelidad, la alianza y la ternura se ofrecen al hombre y a la mujer como llamadas y
signos de un amor, de una fidelidad, de una alianza y de una ternura que la historia toda de
Israel relata y enseña a confesar como proveniente del mismo Dios”.39
El matrimonio que se ha establecido en el libro de Génesis fue resaltado nuevamente por
Jesús en el Nuevo Testamento. Jesús presentó su enseñanza sobre la relación conyugal,
como una respuesta frente a la costumbre de los judíos, en aquel tiempo, que permitían el
divorcio. Lo que hizo Jesús fue devolver el significado original del matrimonio, o sea lo
que Dios había planeado desde el inicio de la creación; dijo Jesús a los fariseos: “Moisés os
permitió repudiar a vuestras mujeres a causa de vuestra cerrazón de mente. Pero al
principio no fue así. Pues bien, os digo que quien repudie a su mujer no por fornicación y
se case con otra comete adulterio” (Mt. 19,8-9). Jesús quiere mostrar, que el divorcio que
se daba en el pueblo de Israel no estaba permitido por el creador, es por la avaricia que
tenían los hombres israelitas que se sentían insatisfechos con sus mujeres. Jesús quiere
enfatizar que el matrimonio no es un juego donde uno puede divorciarse de su mujer en
cualquier momento y por cualquier motivo, es decir, cuando no la quiere más. El
matrimonio es un don de Dios40, es voluntad de Dios que un hombre y una mujer se unan y
sean felices. Por otra parte, Jesús también defiende la dignidad de las mujeres judías,
quienes eran consideradas como seres de segunda clase. Jesús quiere mostrar que las
mujeres igualmente tienen su dignidad como los hombres y no son personas menos
38 Vargas, 37-38. 39 Fuchs, Deseo y Ternura: Fuentes e historia de una ética cristiana de la sexualidad y del matrimonio, 63. 40 Francisco, § 62.
32
importantes. Dios creó mujer y hombre según su imagen (Gen. 2,27), de hecho, tienen la
misma dignidad, aunque su naturaleza es distinta.
La respuesta que ha dado Jesús frente al matrimonio es un paso básico para la vivencia
entre hombre y mujer. Jesús elevó la dignidad, la unidad e indisolubilidad originaria del
matrimonio que, en aquel tiempo, no estaba siendo considerado por los judíos.41 El
derecho canónico de la Iglesia católica en el número 1055 §1 afirma: “La alianza
matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la
vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y
educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento
entre bautizados”. El matrimonio cristiano, no es sólo una convivencia entre un hombre y
una mujer que se quieren. Es mucho más que eso. Es un sacramento, es decir que el
matrimonio entre dos personas bautizadas es sagrado, porque esta unión es voluntad de
Dios, querida por Dios y bendecida por Él mismo. En otras palabras, se trata de compartir
un proyecto de vida para alcanzar la felicidad en su relación. El papa Francisco dice “El
sacramento del matrimonio es un don para la santificación y la salvación de los esposos,
porque su recíproca pertenencia es representación real, mediante el signo sacramental, de la
misma relación de Cristo con la Iglesia” (AL 72).
Jesús restauró el pensamiento y la costumbre de los Israelitas sobre el matrimonio y frente a
eso, Él exige un cambio de mentalidad respecto al modo de ver la esencia del matrimonio y
pide cumplimiento, en el ideal del amor en la vida matrimonial, entre los cónyuges que
desde el principio ha sido establecido por Dios.42 “El amor es posible, y nosotros podemos
ponerlo en práctica porque hemos sido creados a imagen de Dios. Vivir el amor y, así,
llevar la luz de Dios al mundo”.43 Como imagen de Dios, hombre y mujer tienen la
capacidad de amarse mutuamente, y llevar a cabo el compromiso de ser fieles el uno al otro
por toda la vida. Al respecto Vargas afirma:
El pasaje fundamental de los evangelios (Mt 19, 1-12; Mc 10, 1-12) no ha de ser
interpretado como una “ley”, sino como una proclamación profética de la realidad
profunda del amor humano y la posibilidad de llevarlo a esa plenitud dentro de la fe
cristiana. “El matrimonio tiene una meta: amar a Cristo en el cónyuge”.44
41 Vargas, 40. 42 Ibid. 43 Benedicto XVI. Encíclica Deus Caritas Est, n. 39. 44 Vargas, Óp. Cit.
33
La venida del Reino de Dios, realizada en Jesús, hace posible vivir el matrimonio como
gracia, don gratuito de Dios y no se ve como un dato natural con sus leyes humanas, tal
como le pasó a Moisés con el pueblo de Israel.45 A través del matrimonio, Dios manifiesta
su amor y lo convierte en un medio de salvación. Entonces, en el matrimonio, una pareja
casada está llamada a ser feliz y perfeccionarse ante Dios. “De Cristo, mediante la Iglesia,
el matrimonio y la familia reciben la gracia necesaria para testimoniar el amor de Dios y
vivir la vida de comunión” (AL 63).
Por otra parte, Jesús también dice “Lo que Dios unió no lo separe el hombre” (Mt. 19,6).
Lo que quiere Jesús es el matrimonio indisoluble, lo que Dios ha planeado desde el inicio.
De hecho, el divorcio no está en sintonía con el plan divino, “Pues yo odio el repudio, dice
Yahvé Dios de Israel, y al que encubre con su vestido la violencia, dice Yahvé Sebaot.
Guardad, pues, vuestro espíritu y no cometáis tal traición” (Mlq 2,16). En la vida
matrimonial, al hombre y a la mujer no les está permitido separarse, porque lo que se les
pide es amor y fidelidad sin límite hacia el otro. El divorcio, en lugar de traer paz, trae
mayor amargura y dolor, destrozando también la felicidad que merecen los hijos.
El divorcio es una ofensa grave a la ley natural. Pretende romper el contrato, aceptado
libremente por los esposos, de vivir juntos hasta la muerte. El divorcio atenta contra la
Alianza de salvación de la cual el matrimonio sacramental es un signo. El hecho de
contraer una nueva unión, aunque reconocida por la ley civil, aumenta la gravedad de la
ruptura: el cónyuge casado de nuevo se halla entonces en situación de adulterio público
y permanente. El divorcio adquiere también su carácter inmoral a causa del desorden que
introduce en la célula familiar y en la sociedad. Este desorden entraña daños graves: para
el cónyuge, que se ve abandonado; para los hijos, traumatizados por la separación de los
padres, y a menudo viviendo en tensión a causa de sus padres; por su efecto contagioso,
que hace de él una verdadera plaga social.46
Para proteger las parejas del divorcio o de la posibilidad de separarse, es necesario un buen
acompañamiento, a través de la pastoral matrimonial, que ayude a los cónyuges a preparase
a vivir sólidamente en comunión, aún en medio de las dificultades. Por esto, este trabajo ha
elegido como tema la comunicación, la cual abarca muchos aspectos, que las parejas deben
asumir si quieren permanecer unidas. En la familia, la comunicación es el factor
fundamental que mantiene viva la relación conyugal y familiar; por lo tanto, es importante
ahondar en este aspecto, para que tanto el esposo como la esposa, tengan una sana y
fecunda armonía en su hogar.
45 Fuchs, 68. 46 Juan Pablo II, Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2384-2385.
34
2.2. Comunicación en la Vida Matrimonial
2.2.1. El Concepto de Comunicación entre Pareja en la Vida Matrimonial
La comunicación se entiende como un proceso de intercambio del mensaje tanto verbal
como no verbal entre dos personas o más.47 Partimos del presupuesto, que la
comunicación es siempre un encuentro entre personas, un salir de sí para ir al encuentro del
otro, de forma que uno se experimente compartiendo su vida con la del otro, porque la
comunicación de cada uno, enriquece la comunicación del otro, lo que conduce, de alguna
manera, a la felicidad mutua, a través de una relación recíproca.48 La relación que permite
crecer como persona y como pareja, debe ser construida y alimentada. No hay fórmulas
mágicas. Por ende, es muy importante que la pareja tenga un adecuado conocimiento
personal de sí y del otro. Y, a partir de eso, puedan encontrar herramientas que fortalezcan
la capacidad de respetarse, aceptarse y darse mutuamente. Es una relación constructiva, en
la pareja, cada uno debe dar lo mejor de sí y, al mismo tiempo, también deben aprender a
recibir. 49
La comunicación entre pareja es la clave importante para el bienestar de una relación,
consiste en saber hablar, preguntar, responder, escuchar, discutir, asentir, negociar, o sea
compartir la vida cotidiana, expresar y conocer los pensamientos, reflexiones e
interpretaciones sobre cualquier cuestión que pueda plantearse.50 En la misma línea Alonso
expresa que:
La comunicación es el ingrediente fundamental de toda relación, y con mayor razón en
la vida de pareja, no nada más para mantener el vínculo entre los cónyuges, sino con el
tiempo es lo que verdaderamente une a los individuos en el transcurso de la vida, es
mediante ella como se van fundiendo las almas dentro de un marco de respeto, libertad,
cariño y aprecio.51
Entre los cónyuges la comunicación es una de las bases fundamentales que les ayuda para
construir la relación auténtica. El amor verdadero es lo que les empuja para tener esta
47 ¿Qué es la comunicación? ¿Cuáles son sus elementos? https://apuntesparaestudiar.com/lengua-y-
literatura/%C2%BFque-es-la-comunicacion-%C2%BFcuales-son-sus-elementos/ 48 Bética, La Comunicación en el Matrimonio, https://www.ciudadredonda.org/articulo/la-comunicacion-en-
el-matrimonio 49 Lilia, Mínimos para vivir en pareja, 11-112. 50 Bonillo, Comunicación en pareja: cómo hacer de ella el vínculo más duradero: consejos para mejorar tu
comunicación en pareja, https://www.areahumana.es/comunicacion-en-pareja/, (consultado el 15 de abril
2020). 51 Alonso, La importancia de la comunicación en el matrimonio y los hijos, https://hoy.com.do/la-
importancia-de-la-comunicacion-en-el-matrimonio-y-los-hijos/, (consultado el 17 de abril 2020).
35
habilidad de abrirse el uno al otro, tener la libertad de expresar el propio sentimiento a la
pareja, sin miedo ni preocupación. Esta comunicación debe nacer de una confianza sin
límite, para que haya una relación de verdad y transparencia.
Por lo tanto, lo que se necesita en esta relación es una comunicación auténtica, para ello se
requiere la capacidad de hablar francamente y escuchar atentamente al otro, en el momento
del compartir las ideas. Hablar no solamente por hablar, sin sentido o sin contenido, sino
verdaderamente, creando espacios para compartir mutuamente, abriendo cada uno su
corazón y desde ahí, incluir al otro en todo lo que le corresponde, implicarlo en lo que ha
conformado su propio ser.52 Uno de los objetivos en la vida de pareja es compartir los
aspectos más íntimos con el fin de establecer un fuerte lazo de unión. Por consiguiente, la
clave básica es tener buena comunicación entre pareja. Una buena comunicación fortalece
una relación de pareja y cuando esto se da, la comunicación mejora, estableciéndose un
círculo virtuoso que mejora la calidad de vida.
De lo contrario, la falta de comunicación impide construir una buena relación matrimonial.
Muchos matrimonios han enfrentado serias disputas por falta de comunicación entre ellos.
Esta situación, si no se resuelve con humildad y comprensión, puede afectar negativamente
a los esposos. El siguiente tema que se abordará, habla específicamente de las dificultades
que se presentan en la vida matrimonial, por falta de una buena comunicación.
2.2.2. El Problema de comunicación en la vida matrimonial
La falta de buena comunicación es uno de los enemigos en la vida matrimonial,
desafortunadamente esta situación se da con frecuencia en la vida de muchos esposos. Se
convierte en una de las dificultades domésticas más populares entre los cónyuges. Cuando
esta situación no se soluciona bien, puede generar otros problemas que, posiblemente,
puede llevar al caos en la vida matrimonial. Russek en su artículo sobre “Bases de Una
Buena Comunicación” dice:
La mayoría de los problemas de pareja surgen por una mala comunicación o por la
falta de ésta, no se escuchan realmente uno al otro o se dejan de hablar adecuadamente,
es decir, se atacan, insultan, humillan, y gritan. También puede suceder que eviten la
comunicación como una manera de castigar al otro, ignorándolo, pero después se
vuelve una costumbre que sólo crea una gran distancia entre ellos. Uno de los
problemas en la comunicación en la relación de pareja es que, por temor a iniciar un
52 Ibid.
36
conflicto, nos quedemos callados con nuestra molestia, permitiendo que ésta vaya
creciendo cada vez más, hasta que explotemos y la expresemos de una manera
inadecuada y destructiva.53
Puede ser que el problema de comunicación sea provocado por la situación que se vive, por
ejemplo, el estrés del trabajo, la situación de los hijos y otras tantas dificultades que se
presentan en la vida cotidiana; sin embargo, lo que está detrás de esas razones es la falta de
apertura al otro. Felipe Hernández añadió: “si uno de los miembros no tiene la suficiente
empatía y no es capaz de entender al otro, o si no tiene la capacidad de expresar sus
opiniones de manera asertiva, difícilmente puede funcionar una relación y puede terminar
en fracaso matrimonial”.54 La actitud de no preguntar cuando no se entiende, o no se
escucha claramente cuando el otro expresa algo, tanto verbal como corporal, también puede
generar conflicto, porque lo que uno quiere no es bien entendido por el otro.
Esta realidad muestra, que el problema de la comunicación entre pareja no es causado sólo
por factores externos, sino también por factores internos, o sea por la incapacidad de la
persona para asumir las bases principales de la comunicación en la vida matrimonial, es
decir la apertura, el respeto, la paciencia, la empatía y la tolerancia.
La ausencia de una buena comunicación, en el fondo, se debe, posiblemente, por todo
aquello que sucede dentro de la persona, es decir, situaciones psicológicas aún no resultas
y, por lo tanto, impide que la persona se abra al otro. Por ejemplo, la experiencia traumática
que ha tenido a lo largo de su vida causa una indisponibilidad de comunicarse libremente
con el otro, incluso con la propia pareja. Si dentro de la persona, no surge la voluntad de
buscar una mejor manera para salir de esta dificultad, posiblemente puede crear el conflicto
familiar, y esa es una señal de que no hay madurez en la relación. De ahí que se hace
necesario, un acompañamiento que involucre la espiritualidad y la comunicación, porque el
encuentro con Dios ayuda a la persona para reconocer profundamente su ser y le permite
reconocer la presencia del otro. Este proceso motiva al sujeto a salir de sí y encontrar su paz
interior, porque cuando uno se reconcilia consigo mismo goza de paz interior y eso
posibilita a la persona aceptar al otro y comunicarse con él libremente.
53 Russek, La Comunicación en la Pareja, http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/comunicacion-
pareja.html, (consultado el 18 de abril 2020). 54 Esteban, Relevancia procesal del fracaso de las relaciones interpersonales en el matrimonio, 707.
37
De hecho, los problemas de comunicación, que suceden en la vida matrimonial, en
ocasiones, tienen sus raíces en la inmadurez psicológica de la persona. El aspecto
psicológico, en el matrimonio, entendido como la unión libre de dos personas, adquiere
gran importancia en el proceso de vida de cada uno de los cónyuges, ya que tiene que ver
con la parte afectiva y el desarrollo de las emociones. Además, como seres sociales, las
dificultades de comunicación en la vida de los esposos también tienen que ver con el
ambiente social, porque la sociedad presenta distintas situaciones que afectan la relación
entre los esposos. Por lo tanto, la pastoral matrimonial debe formar las parejas en la
importancia de la comunicación, desde la perspectiva psicológica y sociológica con miras a
una buena armonía en la relación conyugal.
2.3. La comunicación entre parejas desde otras disciplinas (desde la perspectiva
psicológica y sociológica)
El esposo y esposa son las personas principales que forman la familia y luego se amplía con
la presencia de los hijos. En el hogar, los cónyuges establecen la regulación económica,
reglas o normas internas, la comunicación interpersonal y su relación afectiva. En este
espacio, se encuentra el verdadero agente activo del desarrollo social, célula en la cual se
crea y consolida la democracia; donde se solucionan o acentúan las crisis sociales y donde
la mayoría de las personas encuentran el afecto y especialmente la seguridad. La necesidad
de vivir en familia que tiene el ser humano se acrecienta ante el carácter eminentemente
psicológico durante todo el proceso en el cual crece y deviene la personalidad, tanto la
relación entre marido y mujer, como los padres con sus hijos.55
La psicología en la comunicación entre marido y mujer, en la vida familiar, juega un papel
muy importante en el desarrollo y crecimiento de los miembros del hogar. Pero, en primer
lugar, hay que entender que la comunicación es uno de los factores principales para lograr
el bienestar de los esposos. Por lo tanto, en su relación, ellos deben tener en cuenta la
importancia de poseer las formas correctas de comunicación, para que puedan fomentar la
creación de una buena relación y un sentido de comprensión mutua. No se puede negar que
la comunicación tiene un puesto privilegiado en la familia, y este garantiza la continuidad
de una relación armoniosa.
55 González, La familia. Una Mirada desde la Psicología,
http://www.medisur.sld.cu/index.php/medisur/article/view/402/319, (consultado el 20 de abril 2020).
38
La comunicación en pareja es la clave para el bienestar de una relación, ya que hace que
cada uno conozca lo significativo que es para el otro. No se da por hecho nada, sino que
cualquier tema, por superfluo o difícil que parezca de comunicar, se comparte con el otro.
Cada matrimonio tiene sus propias reglas emocionales, su propio estilo, diferente y
especial. Mariola Bonillo que es una psicóloga experta en terapia de pareja, dice al
respecto:
El lenguaje doméstico en la comunicación en pareja implica que fluya la expresión
emocional de los sentimientos, anhelos, deseos, intenciones, para que se comprenda
el afecto y la importancia que tiene para cada uno lo que se dice y lo que se expresa.
Esto es lo que llamamos empatía, es decir, la capacidad de darse cuenta de qué está
sintiendo el otro y compartir sus sentimientos: Cuando estás alegre, me alegro;
cuando te sientes triste, me entristezco. Somos compañeros no competidores, lo que
uno siente el otro lo comprende y siente. Cooperamos, nos apoyamos, nos
consolamos, gozamos, etc., compartimos la vida a nivel emocional. Las emociones
más importantes en una relación de pareja son los sentimientos de aprecio mutuo.
Te valoro y me valoras, te haces querer y sé que me quieres, de consuelo, gozo y
alegría.56
La expresión de sentimiento debe ser escuchada por el otro o la otra en la vida matrimonial.
Escuchar y comprender el sentimiento del otro, es una forma para tener una relación
saludable, también puede crear relaciones flexibles, democráticas y armoniosas abriendo
canales de comunicación bidireccionales. Y lo más importante, puede convertirse en un
pilar sólido para que su pareja pueda expresar el sentimiento e incluso los problemas. El
psicólogo Bernabé Tierno opina a propósito:
Al escuchar, atendemos al otro y creamos un espacio fundamental para que la
comunicación sea educada. Escuchamos con empatía, optando por ponernos en su
lugar, sin juzgar, sin que se sienta presionado… Es importante que encuentre en
nosotros a alguien que escucha y no que interroga.57
El estudio psicológico de comunicación entre esposos, considerado como un sistema
dinámico de relaciones interpersonales, es influenciado también por factores internos y
externos, que pueden traer beneficio, pero, también problema. Los factores internos que
benefician la comunicación, por ejemplo: dedicar un momento para hablar, para tratar cada
tema en concreto; dejar hablar y escuchar; expresar las opiniones respetando los turnos;
acoger las emociones; reconocer lo positivo de lo que el otro plantea y decirle cómo se
siente con aquello que no le gusta; buscar juntos soluciones al hecho presente; respetar las
56 Bonilla, Ibid. 57 Tierno, Psicología Practica de la Vida Cotidiana, 82.
39
decisiones tomadas; aprender a pedir perdón y a saber aceptar las disculpas.58 Los factores
internos que traen el impacto negativo en la comunicación son por ejemplo: actitud pasivo-
agresiva; no saber escuchar; problemas de ira; críticas negativas; ignorar a la pareja; actitud
testaruda; enfocarse únicamente en sí mismo.59
Los factores externos también tienen impacto tanto positivo como negativo en la
comunicación de pareja. El nuevo conocimiento en torno a la relación en el hogar, que uno
aprende de la sociedad, o sea de la experiencia de los otros cónyuges, puede generar el
impacto positivo en la comunicación de los esposos, pero para eso se necesita la apertura y
la voluntad. Pero, por otra parte, también puede afectar negativamente si no hay un buen
entendimiento en la comunicación, por ejemplo, el llevar los problemas del trabajo al
hogar, el dedicar más tiempo a los amigos que a la familia, la crisis económica, etc.
Desde el punto de vista psicológico, la comunicación constante en la vida matrimonial es
algo básico y la única manera para llevar adelante la relación. Ambos deben tener la
disposición permanente, para la discusión tolerante con el otro, independientemente del
cambio en las actitudes e intereses. Los esposos deben tener en cuenta, la importancia del
diálogo frecuente y aplicarlo convenientemente en todos los problemas y diferencias de
opinión, al igual que conservar en toda circunstancia una disposición a la adaptación mutua
o a la modificación de puntos de vista propios, en favor de la opinión del otro.60 Vivir como
pareja es un continuo proceso, de hecho, se necesita una ininterrumpida comunicación con
el fin de resolver en común, las dificultades y encontrar la armonía.
La comunicación entre los cónyuges, en la vida matrimonial, también debe verse desde el
punto de vista de la sociología. La familia es parte de la sociedad y no puede separarse,
porque ella está dentro de este sistema, es un producto de él y reflejo de su cultura. Por
consiguiente, es una institución básica de la sociedad. Un aspecto que tiene una gran
influencia en la vida familiar es la comunicación.
La comunicación es un elemento fundamental y básico de la interacción social, es el
mecanismo que ha hecho posible la existencia de lo que se llama sociedad. Es el principio
básico de la organización social, y como tal, es requisito indispensable para las relaciones
58 Bonillo, Ibid. 59 Carillo, Falta de comunicación en la pareja: 8 maneras en las que se expresa: Diferentes formas en las que
la falta de comunicación en una relación de pareja desgasta el vínculo,
https://psicologiaymente.com/pareja/falta-de-comunicacion-pareja, (consultado el 6 de mayo 2020). 60 Correll, Psicología de las relaciones humanas, 284.
40
sociales. Todo ello pone de manifiesto que la comunicación, antes que nada, es un proceso
social articulado en torno al fenómeno del compartir, de poner en común, de vincular.61 A
través de este sistema, los seres humanos que forman la sociedad pueden expresar su ser, su
existencia y su sentimiento.
El amor y las relaciones de pareja son una construcción social, modelada según los usos y
las costumbres sociales de un momento histórico explícito, siempre alusivo a la pertenencia
de la persona a un grupo social y a lo que dicho grupo define en sus discursos y prácticas.
Es importante resaltar, que la comunicación como actividad humana, favorece la
supervivencia y moviliza la vinculación afectiva. La sociología fenomenológica62 expresa
que los individuos son actores fundamentales que garantiza la comunicación en la sociedad.
El individuo es un actor social que reproduce su contexto social a partir de sus
interacciones cotidianas. La reflexión se centra en las relaciones intersubjetivas,
bajo el ángulo de la interacción, y se otorga un rol relevante a los elementos de
negociación y de comunicación en la construcción social de los contextos de
sentido. Abordar la interacción desde la sociología fenomenológica implica hablar
de la relación entre el yo y el otro. Esta relación dialéctica no se inscribe en la
reflexión de corte más antropológico de construcción de las identidades y las
alteridades, sino que más bien se toma como punto de partida para la construcción
social de la realidad.63
El vínculo entre marido y mujer en la familia se fundamenta en una relación entre yo y el
otro que se construye basada en el amor. “El otro en este sentido ya no es alguien fuera de
mí, sino una persona que es parte de mi vida y el diálogo que construimos no se queda en la
parte superficial, va más allá, toca los sentimientos de cada uno”. El enfoque principal en
este marco es la interacción entre individuos, entre los esposos. Este proceso de interacción
que ocurre en la comunicación, entre dos personas o más, permite modificar el
comportamiento de las personas involucradas. Entonces "los individuos aprenden a
interactuar efectivamente a través de la toma de roles y juegan un papel (role playing)”.64
61 García, La interacción y la comunicación desde los enfoques de la psicología social y la sociología
fenomenológica. Breve exploración teórica, 46. 62 La sociología fenomenológica está basada en la filosofía de Husserl (1954) y en el método de comprensión
(verstehen) de Max Weber (1978). El debate general gira en torno a cómo se puede lograr el conocimiento, y
su aparición debe sustentarse en la comprensión de la fenomenología como instancia de aproximación
metodológica a lo cotidiano. Ibid., 50. 63 Ibid. 64 Rustina, Keluarga dalam kajian sosiolagi (Familia desde el punto de vista sociología), 304,
https://www.neliti.com/id/publications/114514/keluarga-dalam-kajian-sosiologi, (consultado el 12 de mayo
2020).
41
Esta capacidad de interactuar o de comunicar entre marido y mujer, les ayuda para
establecer la intimidad y la cercanía entre sí.
Situaciones actuales, como los avances técnicos, la supremacía del “yo” o del
individualismo y la incapacidad de adquirir compromisos “para siempre”, confunden y
desestabilizan las relaciones de pareja y familiares, impidiéndoles encontrar espacios de
comunicación, que les permitan solucionar los conflictos cotidianos por medio del perdón y
la reconciliación; llevándolos, muchas veces, al rompimiento de la relación. El pontífice
Francisco, entiende muy bien las crisis que enfrentan las parejas hoy en día, de hecho, a
través de la exhortación Amoris Laetitia, el papa quiere invitar a las familias cristianas a
apreciar los dones del matrimonio y a perseverar en el amor, fortalecido por los valores de
generosidad, compromiso, fidelidad y verdad.
2.4. La Propuesta del Documento Amoris Laetitia Frente al Problema de
Comunicación en la Vida Matrimonial
El papa Francisco desde el inicio de su pontificado, ha puesto su interés a los problemas
que están pasando en la vida matrimonial y familiar. De hecho, propuso una consulta
general a toda la Iglesia sobre el tema de la familia y luego lo ha presentado como base de
reflexión, en dos sínodos de los obispos que se realizaron en 2014 (extraordinario) y 2015
(ordinario). El resultado de lo que se había analizado en estos dos sínodos, fue presentado
en la exhortación apostólica Amoris Laetitia (La Alegría del Amor). Esta importante
exhortación, la presentó oficialmente el día 8 de abril 2016, en el año jubilar de la
misericordia65.
Para realizar este Sínodo, el papa no solamente invitó a los obispos, también tuvo presente
a algunos fieles laicos, quienes, a través de sus experiencias en la vida matrimonial, han
ayudado a los padres sinodales, para reflexionar los problemas que realmente suceden en
muchos hogares. Este método permitió a los miembros del sínodo, construir un nuevo
horizonte que les ayude a ver los problemas en la vida familiar de otra forma, o sea desde el
punto de vista del amor y la misericordia. Además, el escuchar estas situaciones, posibilitó
a la asamblea sentir y ver la esperanza de muchas parejas y la necesidad de muchas familias
hoy, precisamente aquellas que están enfrentando las dificultades en su relación.
65 Inició el 8 de diciembre de 2015 y concluyó el 20 de noviembre de 2016, para celebrar el quincuagésimo
aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II.
42
La familia enfrenta varios grandes retos en esta era moderna. Los desafíos externos tienen
diversas formas, como el medio ambiente, el trabajo, la cultura comunitaria, etc. Si bien los
desafíos internos también varían, como las necesidades, desarrollo personal de cada
miembro de la familia, educación infantil, necesidades de entretenimiento, etc. Las
experiencias y retos familiares incluyen cambios rápidos, cada vez más complejos e
individualistas, como resultado de la disminución de la comunicación familiar.
Materialismo y narcisismo de la cultura moderna, bloquean el amor y la entrega de uno
mismo. Las parejas a veces se sienten inseguras, dudosas y luchan por encontrar formas de
desarrollarse.
A través de esta exhortación, el papa Francisco invita a las parejas a preservar la
misericordia de Dios, apreciar el don del matrimonio que Dios ha instituido, perseverar en
el amor que debe ser reforzado por los valores de la generosidad, el compromiso, la lealtad
y la paciencia. De hecho, la gran verdad que se subrayó durante el Sínodo es: “el
matrimonio indisoluble, feliz y fiel, para siempre, abierto sin condiciones a la prole, es
bello y posible, y será siempre en la Iglesia uno de sus tesoros más grandes”.66
Amoris Laetitia hace una llamada a la Iglesia universal, para poner la mirada hacia la
realidad de las familias, de las parejas que se encuentran en dificultad, tanto casadas como
en unión libre. El primer servicio que la Iglesia debe ejercer es a la familia, ya que ella es la
Iglesia doméstica67, base donde se ejerce el amor mutuo entre esposo y esposa y también,
es el seno donde los hijos alimentan sus primeros conocimientos, tanto en la educación de
fe, como en la realidad social. La unidad entre los esposos está determinada por la relación
que construyen e influye en el crecimiento de la personalidad de los hijos, como también
en gran medida, por la educación que reciben de sus padres.
El concepto que la Iglesia tiene de la familia tiene que ver con el lugar donde Dios ha
puesto su morada y donde dos personas (hombre y mujer) que Dios unió, a través del
matrimonio, viven juntos en una unión plena. Sin embargo, los problemas de la vida que
66 Vito Pinto, Matrimonio y familia en el camino sinodal del papa Francisco, 26. 67 El concilio vaticano II (1963-1965) había tocado el tema sobre matrimonio y familia, considera la familia
como Iglesia doméstica. Hizo reflexiones teológicas sobre la familia. Los estudios se han realizado desde
diferentes áreas como por ejemplo la sacramental, la moral, la pastoral, la bíblica, el derecho canónico, etc. A
partir de la constitución Lumen Gentium se pueden desprender cuatro claves teológicas, desde las cuales
realizar una lectura eclesiológica de la familia como iglesia doméstica, bajo el principio formulado por Pablo
VI cuando expresaba que «en cada familia cristiana, deberían reflejarse los diversos aspectos de la Iglesia
entera» (Pablo VI, 1975: 71).
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surgen en el camino, a veces, traen dificultad en la relación y, en ocasiones, pone en peligro
el matrimonio. La Iglesia, como cuerpo visible de Cristo en el mundo, debe tomar medidas
para apoyar a las parejas, a mantener su relación, especialmente los matrimonios que están
en dificultad. Lo que la Iglesia ha hecho, hace y debe seguir haciendo, es caminar con ellas
y sentir el problema que están viviendo. La Iglesia no puede juzgar lo que está sucediendo,
más bien debe acompañar con amor y misericordia, mostrando el rostro amoroso de Dios,
hacia ellos.
El papa Francisco da un paso más al profundizar en una aproximación al matrimonio y
a la familia no ya desde lo alto, sino desde abajo, con una mirada amorosa de la
realidad, que abraza también todos los gozos y las pasiones del hombre, para mostrar la
apertura a lo que Dios quiere realizar como su imagen en el matrimonio y la familia, tal
como recuerda al afirmar que el objetivo de Amoris Laetitia es precisamente “orientar
la reflexión, el diálogo o la praxis pastoral y, a la vez, ofrecer aliento, estímulo y ayuda
a las familias en su entrega y en sus dificultades” (AL 4).68
El pontífice quiso invitar a todos, para reflexionar y hacer ver que el desafío y la ruptura en
la vida matrimonial de muchas parejas, no son hechos que generen el juzgamiento o
condenación, más bien son situaciones que posibilitan tener una mirada más humana. El
Sínodo hace que la humanidad pueda mirar a todas las familias, con ojos de bondad, amor,
en la comunicación de un evangelio que debe impregnar la vida de todo creyente, buscando
siempre revitalizar a la Iglesia, para que se den respuestas concretas y significativas, que
ayuden a cambiar las actitudes de rechazo y exclusión, por medio del actuar misericordioso
y justo de los miembros de la comunidad. Dice el papa Francisco “Ya no es sólo la hora de
las antítesis, es hora de actuar, de iniciar aquella obra de justicia y de misericordia esperada
desde hace mucho tiempo, reordenada en la práctica pastoral y canónica”.69
Por otra parte, es fundamental resaltar la importancia del amor en la vida matrimonial. El
amor es lo que empuja a las parejas para aceptarse uno a otro incondicionalmente, es lo que
hace que un hombre y una mujer se unan en el matrimonio, permite que las parejas se
acepten y se apoyen en las buenas y en las malas. La fuerza del amor sin límite permite y
garantiza la unidad en la familia, si esto falta, se puede llegar a desenlaces dolorosos en la
vida de la pareja. Sobre este aspecto, el papa Francisco enfatiza la primacía del amor entre
esposos, para poder llevar adelante la vida matrimonial.
68 Pié-Ninot, Guía de Lectura e interpretación de Amoris Laetitia, 10. 69 Vito Pinto, 59.
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2.5. El amor de pareja en Amoris Laetitia, como un requisito para llevar adelante la
buena comunicación
La unión entre un hombre y una mujer que se comprometen para vivir juntos en las buenas
y en las malas, entregándose uno al otro, es un compromiso que se construye y se
fundamenta en el amor. De hecho, es imposible hablar del matrimonio y la relación
interpersonal sin hacer una referencia al amor. En sí el amor es la columna fundamental que
sostiene la relación incondicional en la pareja, es la raíz que provee y alimenta el árbol de la
unidad.
El amor que posibilita a un hombre y una mujer para estar juntos no es sólo un sentimiento,
más que eso, es un regalo de Dios, es un don que Dios ha puesto en el corazón de cada ser
humano. “Y este amor que Dios bendice es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra
común del cuidado de la creación”.70 La característica de ser imagen de Dios, hace capaz al
hombre y a la mujer para amar y expresar este amor mutuamente a través de la unión en el
matrimonio. La sana, profunda y transparente comunicación entre esposo y esposa, es
reflejo del amor que se profesan. Además, dicho amor implica una responsabilidad total,
porque ésta es una opción de vida que los dos han tomado con libertad y plena conciencia.
Por lo tanto, debe ser probado en hechos reales, a través de palabras y acciones concretas,
es decir, se construye diariamente; importante que haya buena voluntad para aprender,
mejorar y hacer crecer la relación.
El Papa Francisco, en el capítulo IV del documento Amoris Laetitia presenta un tema de
suma importancia: “el amor en el matrimonio”. Se subyace la esencialidad del amor
conyugal, mediante una profunda explicación desde el himno de la caridad de San Pablo,
dirigida a los Corintios, como frutos que produce el amor sincero. Según san Pablo, estas
son las características de este amor verdadero:
El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no hace alarde, no es
arrogante, no obra con dureza, o busca su propio interés, no se irrita, no lleva cuenta del
mal, no se alegra de injusticia, sino que goza con la verdad, todo lo disculpa, todo lo
cree, todo lo espera, todo los soporta (1 Co 13,4-7).71
70 Catecismo de la Iglesia Católica (C.I.C), § 1604. 71 Francisco, § 90.
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Ciertamente este himno de la caridad muestra la grandeza y la autenticidad del amor que se
debe realizar en la relación conyugal. Es una descripción clara de lo que el amor debe y no
debe hacer, es una explicación de la verdadera naturaleza del amor. A través de este bello
himno, el Papa Francisco quiere señalar que el amor verdadero, hace posible la buena
comunicación en la vida matrimonial.
San Pablo compuso este himno, al haber escuchado las graves situaciones que estaban
pasando los cónyuges en la comunidad de Corinto (de acuerdo con la reflexión del
contexto) había conflictos, desunión, desvaloración, separación, etc. Por medio de este
cántico, el autor quiere recordar a los corintios y a todas las familias cristianas, que los
cónyuges deben amarse, como Cristo ama a su iglesia, que se sigue entregando por ella
incondicionalmente y mantiene la unidad perfecta. De hecho, “La caridad conyugal, es el
amor que une a los esposos, santificado, enriquecido e iluminado por la gracia del
sacramento del matrimonio. Es una unión afectiva, espiritual y oblativa, pero que recoge en
sí la ternura, la amistad y la pasión erótica” (AL. 120).
La comunicación afectiva entre pareja es algo fundamental para tener una relación exitosa,
por lo tanto, para alcanzar esta meta se requiere la disponibilidad de ambos lados, es el
amor que impulsa a tener la apertura, para compartir y dialogar. El himno de la caridad de
San Pablo muestra las características del amor que potencia a tener una comunicación
saludable, y el papa Francisco hace una llamada a todas las parejas para que la vivan.
➢ Paciencia
“El amor es paciente”. La paciencia se describe como capacidad que posee un sujeto
para tolerar, atravesar o soportar una determinada situación sin experimentar
nerviosismo, ni perder la calma. Para poder tener una relación armoniosa en la vida
matrimonial, se necesita la paciencia. Las dificultades y problemas que se encuentran a
lo largo del camino no necesariamente deben ser respondidas con rabia o agresividad,
esto solamente complica más el ambiente. Al contrario, debe responderse con calma, con
delicadeza, para no generar una acción negativa y proferir agravios hacia la persona que
se ama. La paciencia es ver positivamente una situación negativa, o sea, tratar de
solucionar las cosas mediante una comunicación mutua. Por consiguiente, es importante
recordar que la paciencia “no es dejar que nos maltraten continuamente, o tolerar
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agresiones físicas, o permitir que nos traten como objetos”72, eso ya no es una expresión
de amor, más bien es acto de violencia doméstica, porque no hay respeto a la dignidad
de la persona. “Esta paciencia se afianza cuando reconozco que el otro también tiene
derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es… Incluso cuando se actúa en modo
diferente a lo que yo desearía” (AL. 92). La calma es la mejor opción para entender una
difícil situación y facilita tener una buena comunicación.
➢ Actitud de servicio
“Amor es servicio”. Amar a otra persona implica hacer algo bueno para ella. “En todo
texto se ve, que Pablo quiere insistir en que el amor no es únicamente un sentimiento,
sino que se debe entender en el sentido que tiene el verbo “amar” en hebreo: es “hacer el
bien” (AL. 94). En la vida matrimonial, el amor entre los esposos, no se limita al
sentimiento, por el contrario, va más allá, se debe expresar en actos de servicio, obras
concretas. Tener siempre el ambiente de una comunicación agradable, el entendimiento
mutuo es parte del servicio del uno hacia el otro. Los cónyuges están invitados a vivir
este amor y encarnarlo en sus acciones, este servicio incondicional, lo hace recíproco
mediante una buena comunicación. “Así puede mostrar toda su fecundidad, y nos
permite experimentar la felicidad de dar, la nobleza de donarse abundantemente, sin
medir, sin reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir”.73
➢ Sanando la envidia
“El amor no tiene envidia”. La envidia es un mal sentimiento, que puede suceder entre
los esposos en la vida matrimonial y eso pasa, cuando uno piensa que no es justo que
uno de los miembros de la pareja sea mejor, por ejemplo: la esposa gana más que el
esposo, si él no acepta la realidad con humildad, entonces el sentimiento que surge es la
envidia. “Cuando uno de los cónyuges no reconoce los éxitos, el esfuerzo o la
inteligencia del otro, se vuelve crítico, receloso, compite por demostrar que es mejor,
genera división y conflictos”.74 Por ende, cuando los esposos fundamentan su relación
72 Francisco, § 92. 73 Ibid. § 94. 74 Fortaleciendo matrimonios, la envidia, http://fortaleciendomatrimonios.blogspot.com/2010/10/la-envidia-
destruye-hogares.html, (consultado en 3 de junio 2020).
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en el amor sincero, no habrá envidia, porque hay entendimiento y aceptación, sin
importar el título, el trabajo o el salario que se gane. El amor permite sanar la envidia
mediante la comunicación continua y equilibrada. Cuando los cónyuges comparten,
hablan y se entienden uno al otro, entonces no existe la crítica y el juicio que puede
dañar la relación, porque, “en el amor no hay lugar para sentir malestar por el bien del
otro,75… al contrario, el amor nos lleva a una sentida valoración de cada ser humano,
reconociendo su derecho a la felicidad” (AL. 96).
➢ Sin hacer alarde ni agrandarse
“El amor no hace alarde”. Una de las virtudes que debe vivir la pareja en su vida
matrimonial es la humildad, ésta se logra, si cada uno cultiva la sencillez y no la
arrogancia, que pretende mostrar sus cualidades sin importar el otro. Los esposos jamás
encontrarán la paz y felicidad en el hogar, si alguno subestima al otro o no valora las
cualidades de su pareja. Esta actitud solamente puede llevar al conflicto. De hecho, “la
actitud de humildad aparece aquí, como algo que es parte del amor, porque para poder
comprender, disculpar o servir a los demás de corazón, es indispensable sanar el orgullo
y cultivar la humildad” (AL. 98). Además, esta actitud favorece a los cónyuges para
tener el diálogo saludable, que aprecia la presencia y la idea del otro.
➢ Amabilidad
“El amor es amable y no es arrogante”. En la vida matrimonial, muchas veces se
encuentran problemas por distintas razones, sin embargo, esto no significa que se
comuniquen y actúen con rudeza, o maltratando al otro. Cada uno debe aprender a ser
amable en su relación y no sólo exigir al otro, de modo que puedan llegar a ponerse de
acuerdo, sin tener que llegar a una discusión. “Una mirada amable permite que no nos
detengamos tanto en sus límites, y así podamos tolerarnos y unirnos en un proyecto
común, aunque seamos diferentes” (AL. 100). La amabilidad permite a cada uno tener la
capacidad de apreciar la diferencia y la tendencia de buscar la solución mediante el
diálogo. Además, ser amable significa apoyar siempre al otro con palabras que animen y
75 Francisco, § 95.
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edifiquen sin humillar: “El que ama es capaz de decir palabras de aliento, que
reconfortan, que fortalezcan, que consuelan y que estimulan”.76
➢ Desprendimiento
“El amor no busca su propio interés”. Los cónyuges deben tener en cuenta que en la vida
matrimonial no se busca el propio interés, porque lo que gobierna es el amor mutuo,
darse el uno al otro sin ninguna limitación y sin egos. “No os encerréis en vuestros
intereses, sino buscad todo el interés de los demás” (Flp 2,4).77 Esto quiere decir, que en
la relación conyugal lo que se busca es el interés de la pareja, y para eso se requiere la
disponibilidad y el sacrificio incondicional. El carácter de desprendimiento, que no
busca su propia necesidad, ayuda a las parejas a llevar adelante la buena comunicación,
porque no hay intereses personales que impidan la relación. Es necesario que cada uno,
deje de lado el egoísmo, para poder compartir y aceptar libremente al otro, porque la
vida matrimonial no es una oportunidad para buscar el beneficio propio, sino el del otro.
➢ Sin violencia interior
“El amor no busca la violencia”. La familia es un lugar de paz y de amor, de hecho, los
matrimonios, tienen la responsabilidad de crear un ambiente de tranquilidad y armonía,
lejos de la violencia. El problema, posiblemente, se tendrá en la vida diaria, pero
responder a éste con agresividad y violencia, no es la salida para resolverlo, al contrario,
puede provocar la crisis de relación entre los cónyuges. Es necesario evitar siempre la
reacción agresiva, porque “se trata de una violencia interna, de una irritación no
manifiesta que nos coloca a la defensiva ante los otros, como si fueran enemigos
molestos que hay que evitar” (AL. 103). Aquí se necesita la comunicación, el diálogo y
la capacidad de escucharse el uno al otro para poder poner fin a la situación. El papa
Francisco invita a las familias a construir la paz: “nunca hay que terminar el día sin
hacer las paces en la familia…Solo un pequeño gesto, algo pequeño y vuelve la armonía
familiar” (AL. 104).
76 Ibid., § 100. 77 Ibid., § 101.
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➢ Perdón
“El amor es perdonar”. Un aspecto importante que debe cultivarse en la familia es
“siempre decir perdón” cuando hay alguna equivocación, conflicto, mal entendido,
cuando se dicen palabras que lastiman a la pareja, o se usa el tono de voz que puede
molestar al otro, etc. El perdón es una expresión que muestra la sinceridad de un
reconocimiento, por quien se ha comportado mal, y eso ayuda a la reconciliación y
posibilita a las parejas a evitar la tendencia de buscar culpables. De hecho, es esencial
tener “un perdón que se fundamenta en una actitud positiva, que intenta comprender la
debilidad ajena y trata de buscarle excusa a la otra persona, como Jesús cuando dijo:
Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34).78 Sin embargo, el perdón
que se requiere aquí no es solamente una expresión superficial, sino que viene del
sentimiento profundo que se demuestra a través de las acciones reales y sinceras.
➢ Alegrarse con los demás
“El amor es alegre”. La relación que viven los esposos tiene como objetivo principal
traer la alegría y no la tristeza. La capacidad de aceptar al otro ayuda a las parejas a vivir
la vida matrimonial en armonía, porque en esta unión se complementan. Ya no se ve la
deficiencia, más bien el deseo de perfeccionarse mutuamente. En esta unión los
cónyuges deben regocijarse por la presencia de cada uno, porque Dios ha puesto a su
lado la persona adecuada, la cual debe ser amada incondicionalmente. Esta es la fuente
de alegría, porque “cuando una persona que ama puede hacer el bien al otro, o cuando ve
que al otro le va bien en la vida, lo vive con alegría, y de ese modo da gloria a Dios,
porque Dios ama al que da con alegría, (2 Cor 9,7)”.79
➢ Disculpa todo
“El amor disculpa todo”. Los cónyuges deben asumir esta característica y vivirla
diariamente. Para poder alcanzarla en plenitud, lo que debe hacerse es negar la tendencia
del ego y vivir la misericordia en su corazón. Este es el amor que Jesús mismo ha
mostrado, deja al lado su propio ego y muestra su infinita misericordia a la humanidad.
78 Ibid., § 105. 79 Ibid., § 110.
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Aquí la preferencia es el otro y no a sí mismo. En la vida matrimonial ya no hay interés
personal y lo que se tienen son intereses comunes como pareja, mostrar la igualdad en la
relación. “Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro, intentan
mostrar el lado bueno del cónyuge, más allá de su debilidades y errores. Pero no es sólo
un gesto externo, sino que brota de una actitud interna” (AL. 113). Aquí la intimidad es
más importante que las debilidades y habilita a la familia a disculpar todo. “El amor
convive con la imperfección, la disculpa, y sabe guardar silencio ante los límites del ser
amado”.80
➢ Confía
“El amor es confiar”. Una relación matrimonial que se fundamenta en el amor verdadero
suscita en cada uno la confianza y ésta hace posible una relación de libertad. Esta
característica es muy importante para que los cónyuges la practiquen, porque se hace
libre, no domina ni se pretende poseer al otro. La confianza implica, la capacidad de
pensar sobre las necesidades del otro y tomar decisiones respetando las opiniones de la
pareja, sin obedecer a su propio ego. El amor se torna egoísta, cuando no se basa en la
confianza. El amor es fuerte y fácilmente puede quedar atrapado, si no se tienen en
cuenta los sentimientos del cónyuge, debido a que se está muy centrado en sí mismo. La
confianza es la base de toda relación sólida, al mismo tiempo, hace posible superar todos
los cambios y los conflictos que puedan suceder en el hogar. “Una familia donde reina
una básica y cariñosa confianza, y donde siempre se vuelve a confiar, a pesar de todo,
permite que brote la verdadera identidad de sus miembros, y hace que espontáneamente
se rechacen el engaño, la falsedad o la mentira” (AL. 115). Cuando dos personas
confían entre sí, los altibajos del afecto no serán un obstáculo, porque se está seguro del
poder de la relación.
➢ Espera
“El amor es esperar”. La vida matrimonial, a veces no sale según lo que se esperaba, por
causa de la actitud de la pareja o los conflictos que los cónyuges encuentran a lo largo de
su vida. Sin embargo, no hay que perder la esperanza, que un día todas las
80 Ibid., § 113.
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preocupaciones y problemas se van a terminar, y va a dominar la alegría. “Siempre
espera que sea posible una maduración, un sorpresivo brote de belleza, que las
potencialidades más ocultas de su ser germinen algún día” (AL. 116). Por tanto, esta
espera no es pasiva, pero debe mostrarse con algunas actitudes, que ayuden al otro a
encontrar el mejor camino o la conversión a través del diálogo y el compartir. Este es un
proceso importante, que puede ayudar a llevar adelante la vida de la familia.
➢ Soporta todo
“El amor es soportar todo”. La alegría y la prosperidad en el hogar, es la meta principal
que cada pareja quiere alcanzar, pero eso no significa que, para llegar a ese nivel, se
deba tener una relación sin conflictos. A veces las crisis, que suceden en la familia,
ayudan a madurar la relación entre marido y mujer. Como Jesús y sus discípulos, que
soportaron el rechazo y el sufrimiento, al final tuvieron la victoria y la salvación; los
cónyuges también deben tener el espíritu de soportar cualquier dificultad que sucede en
la vida familiar. El papa Francisco dice al respecto: “es mantenerse firme en medio de
un ambiente hostil. No consiste sólo en tolerar algunas cosas molestas, sino en algo más
amplio: una resistencia dinámica y constante, capaz de superar cualquier desafío” (AL.
118). Soportar todo no significa rendirse siempre a la situación, sin realizar algunas
acciones para mejorar, sino buscar el camino para incentivar la calidad de la relación.
Los esposos que viven este soportar tienen tiempo para compartir, corregir, orientar y
guiarse el uno al otro, porque “el amor no se deja dominar por el rencor, el desprecio
hacia las personas, el deseo de lastimar o de cobrarse algo” (AL. 119).
El amor sincero es la clave fundamental para mantener el matrimonio. Obviamente el amor
entendido como fuerza de voluntad, entrega, sacrificio, renuncia de sí para ir al encuentro
del otro; no basta decirle al otro, aunque no sobra, “te amo”, esa expresión debe
transformarse o ir acompañada de acciones concretas; la palabra, por sí sola, no es la
esencia del amor. El amor mutuo, que se vive en pareja, debería nacer de lo más íntimo de
cada uno, permitiendo, de este modo, crear vínculos profundos de unidad. “De ahí que sea
tan importante para la realización de la pareja, la verdadera comunión no sólo de los
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cuerpos sino de los proyectos de vida que la pareja desarrolla juntos”.81 Para alcanzar las
metas propuestas es absolutamente fundamental, como base vital, la comunicación entre los
cónyuges.
Dentro de la comunicación, existen algunos aspectos importantes que los esposos deben
tener presente, para obtener buenos resultados en la relación conyugal y familiar, a saber:
❖ Valores
En la familia los esposos deben constituir los valores domésticos, que ayudan a mantener la
relación entre sí y la armonía en el hogar. Dice el papa Francisco: “la familia es la primera
escuela de los valores humanos, en la que se aprende el buen uso de la libertad, … es el
ámbito de la socialización primaria, porque es el primer lugar donde se aprende a colocarse
frente al otro, a escuchar, a compartir, a soportar, a respetar, a ayudar, a convivir”.82 Los
valores familiares son el conjunto de creencias, principios, costumbres, relaciones
respetuosas y demostraciones de afecto que se transmiten por medio de las generaciones.83
La única manera para vivir los valores y transmitirlos a los hijos es a través de la
comunicación, tanto verbal como corporal.
Dentro de los tantísimos valores familiares que deberían transmitir y vivir las parejas en el
núcleo familiar, se podrían destacar, a modo de ejemplo, los siguientes: la empatía, la
humildad, la autoestima, el compromiso, la gratitud, el optimismo, la amistad, la felicidad,
la voluntad, la paciencia84, la sencillez, el perdón, etc. Ejercer los valores, trae el impacto
positivo para el bien de los miembros de la familia, fortalecen los lazos de unión, respeto y
confianza. Además, lo que uno aprende y practica en la familia, se refleja en la relación que
se tiene con la sociedad y en el entorno en el cual se vive (la comunidad, la escuela, trabajo,
barrio, etc.). Una persona honesta, amable, que sabe respetar y colaborar en el hogar, se
convierte en un buen ciudadano.
81 Sierra, Unidad conyugal esperanza para la Familia, 1. 82 Francisco, § 274, 276. 83 "Valores familiares", en: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/valores-
familiares/, (consultado el 11 de agosto de 2020). 84 Monteserín, Los valores para transmitir en la familia, https://www.hacerfamilia.com/actualidad/noticia-
familia-transmisora-valores-20121204120651.html, (consultado en el 11 de agosto de 2020).
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❖ Sexualidad
La sexualidad en la comunicación juega un papel muy importante, de hecho, “no hay
sexualidad sin lenguaje”85. Cada ser humano tiene la capacidad de comunicarse a través de
su cuerpo, o sea, no verbal, y el movimiento o señal que sale del cuerpo hace parte de la
sexualidad humana. En consecuencia, “la comunicación no se limita a las palabras, sino que
pasa por el tacto y por los sentidos, se abre un camino de aprendizaje de sexualidad
positiva, fuente única de vida y realización”.86 En la vida matrimonial la sexualidad implica
la intimidad que se construye entre los cónyuges, tanto la intimidad sexual como el
movimiento corporal que se muestran entre ellos, incluso la comunicación verbal que se
expresan diariamente.
“Todo eso lleva a descubrir que la sexualidad es significante, algo más que genitalidad,
es la expresión continua y permanente de la construcción de un proyecto de vida en
común donde no se limita a simples actos aislados de una relación, sino que se abre a
la comunicación fructífera y fecunda que da como resultado una comunidad sólida y
duradera.”87
La vida conyugal no puede apartarse de la sexualidad, porque este es un aspecto importante
que apoya el crecimiento del amor y la intimidad de la relación. Por ejemplo, el
movimiento corporal (los ojos, la boca, las manos, etc.) que se muestra constantemente,
transmite el mensaje que las parejas entienden. Para ello es necesario un proceso de
aprendizaje, para captar el significado del símbolo, de modo que los esposos puedan
prosperar en su relación. “El amor y la comunicación propia de la sexualidad se dignifican,
cuando entra a participar del campo de la significación y lleva a reafirmar el carácter
integral de la persona humana”.88 Por otra parte, es básico tener en cuenta, que la familia es
el lugar donde los hijos aprenden, de hecho, los padres tienen la responsabilidad de enseñar
y mostrar el amor y la comunicación propia de la sexualidad, para que ellos puedan crecer
sanamente en este aspecto.
❖ Economía
La economía es uno de los elementos esenciales en la familia, da estabilidad y bienestar en
el hogar. Caso contrario, la inestabilidad o la falta de programación económica, podrían
85 Fuchs, 29. 86 Sierra, 2. 87 Ibid., 3. 88 Ibid.
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causar conflicto. En el primer capítulo, se abordó el tema de la economía de las cinco
familias, que hacen parte de la investigación, el resultado mostró que económicamente
todas están bien. Aunque no todos tienen trabajo, pero lo que gana el esposo o la esposa y
algún otro ingreso, ayuda a mantener la familia. La dificultad que encuentran algunas
parejas, en este aspecto, es el no saber calcular el presupuesto, ni asumir la responsabilidad
económica en el hogar, los gastos no siempre coinciden con las entradas y, por esta razón,
el dinero, a veces, es insuficiente.
Una vez más, aquí entra en juego la comunicación de los cónyuges; es importante planear
juntos y llegar a mutuos acuerdos de entendimiento; para esto, se requieren espacios para
compartir, abiertos a escuchar las ideas y sugerencias del otro. El tiempo para compartir
debe ser usado adecuadamente, evitando el hablar por hablar, sin sentido, pensando siempre
en el beneficio y el buen desarrollo del hogar. Es importante compartir en pareja sobre las
responsabilidades en la casa, porque la familia no es de una persona, sino de los dos, no es
justo dejar la carga económica del hogar solo a uno de ellos.
❖ Educación de los Hijos
La educación de los hijos también es una de las partes básicas en la familia. El crecimiento
de la personalidad de los hijos depende no solamente del ambiente de la sociedad, sino, y
fundamentalmente, de la educación que los padres les brindan. Por consiguiente, los
esposos deben hacer la planeación sobre la educación doméstica a través de la
comunicación. Así como en la responsabilidad económica, el esposo y la esposa tienen la
obligación de educar a los niños tanto con las palabras como con las actitudes, es un
compromiso de ambas personas y no solo de una, porque, cuando los dos padres se
responsabilizan de la educación de sus hijos, en la misma medida los hijos pueden aprender
más y dar un impacto positivo a sus comportamientos.89 Por ejemplo, dar un beso o un
abrazo a los niños después de llegar del trabajo, involucrarlos en el compartir,
acompañarlos en el estudio, ayudarlos cuando tienen dificultad, repartir las tareas del hogar
( limpieza de la casa, arreglar el jardín, ocuparse de la mascota). Además, los padres están
obligados a enseñar a sus hijos sobre la sexualidad, convirtiendo el hogar en la escuela de la
89 Belbo, Papá y mamá, aliados en la educación de los hijos, https://www.serpadres.es/familia/tiempo-
libre/articulo/papa-y-mama-aliados-en-la-educacion-de-los-hijos, (consultado el 18 de agosto de 2020).
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sexualidad.90 Este proceso ayuda a los hijos para protegerse de la influencia de la sociedad
que les ofrece los placeres biológicos y si no hay una buena educación o un adecuado
control, puede causar serios daños.
❖ Proyecto personal y de pareja.
Las parejas normalmente, antes de formar la familia, siempre elaboran un proyecto de lo
que van a hacer en el futuro en distintos aspectos. Lo mismo ocurre con las cinco parejas,
contaron que ellos antes de casarse, hicieron los proyectos tanto personal como de pareja
sobre el trabajo, la casa, los hijos, etc. Algunos de estos se han logrado y otros los están
trabajando de común acuerdo como también los nuevos planes que surgen. Sin embargo,
algunos encontraron dificultades (o fracasaron) en su realización, no porque los dos
fallaran, sino porque uno de ellos no tomó en serio la responsabilidad y el involucrarse en
los planes que se habían propuesto juntos.
Los cónyuges en su vida matrimonial deben tener en cuenta sus metas porque eso ayuda a
llevar adelante la relación y, de este modo, lograr el bienestar de la familia. Así que, es
imprescindible la comunicación constante entre los esposos, para hablar de sus proyectos
personales y comunes, evaluarlos y planear unos nuevos, porque sin la comunicación es
difícil lograr los sueños del hogar. Aparte de la comunicación, se necesita la
responsabilidad de los cónyuges, o sea, tener en cuenta que los dos comparten el
compromiso en el hogar y no sólo uno. Porque si ambos sienten que tienen una obligación
en la familia, entonces surge la voluntad de compartir y apoyarse mutuamente en la
realización de los proyectos.
❖ Vida religiosa
La vida religiosa o espiritual es “un estilo o forma de vivir según las exigencias cristianas,
la cual es ‘la vida en Cristo’, que se acepta por la fe, se expresa por el amor y en
esperanza”.91 Basada en la experiencia de vida religiosa que viven las cinco parejas, puede
decirse, que cada una vive su fe católica fielmente, tanto a nivel personal como familiar, e
incluso dentro de la comunidad eclesial, a través de la participación en las actividades
90 Sierra, 2. 91 Téllez Villamil, 326.
56
pastorales. Para ellos, la fe no solamente es asunto personal, sino que va más allá de los
intereses de la familia, de hecho, los esposos siempre tienen el espacio para compartir sobre
la fe, por ejemplo, compartir la propia experiencia de fe y hacer la oración juntos. Además,
transmiten la fe a sus hijos desde la temprana edad, enseñan sobre la fe católica (la doctrina,
oraciones, incluso los valores cristianos).
Es importante que, en la familia, los esposos vivan su fe y la pongan en práctica
constantemente; de este modo, las parejas se ayudan a mantener su relación y la armonía en
el hogar. Esto puede suceder, si el esposo y la esposa tienen una fe firme en Jesús y siguen
sus enseñanzas con sinceridad. Por lo tanto, para poder vivir fielmente la fe en el hogar se
necesita la participación activa de los cónyuges como principales pilares de la familia,
además, deben comunicarse y ponerse de acuerdo en los aspectos más importantes para
poder llevar una sana vida espiritual, tanto entre ellos como con sus hijos.
❖ Relación familiar y social
De acuerdo con lo que expresaron las cinco parejas, cada una de ellas mantiene buenas
relaciones familiares, no solamente en el hogar, sino también con los padres y hermanos,
que viven en distintos lugares. Sólo hay una persona, que no se la lleva bien con sus
hermanos, todas las demás tienen buen vínculo con sus padres y hermanos, se comunican
semanalmente y se visitan con alguna frecuencia. De la misma manera, las cinco parejas
también participan activamente en la comunidad y apoyan en el desarrollo del sector.
Entre los esposos, es esencial tener un momento para expresar el sentimiento y la atención a
sus familiares, con el fin de conocerlas más profundamente y construir lazos de hermandad.
Además, las buenas relaciones familiares, son una parte importante para construir los
vínculos familiares fuertes y saludables; estas fuertes relaciones familiares crecen desde el
amor, la comunicación, la seguridad y la conexión.92 Es importante que los cónyuges
hablen de la realidad de sus seres queridos y puedan llegar a mutuos acuerdos para dar una
mano, si las circunstancias lo permiten, a aquellos seres queridos que están pasando por
situaciones difíciles y particulares. Mantener las buenas relaciones familiares, crea una
relación armoniosa y da un fuerte sentido de pertenencia. Puede ser que este vínculo se
92 Colores Rivas, La importancia de las buenas relaciones familiares,
https://www.coloresrivas.com/guarderias-rivas/buenas-relaciones-familiares-como-construirlas#, (consultado
el 20 de agosto 2020).
57
rompa por algunas razones o conflictos, pero es importante tener siempre la iniciativa de ir
a la raíz del problema y tener la esperanza de una reconciliación.
❖ La salud
La condición de salud de cada miembro de la familia es algo esencial. Cuando ellos gozan
de buena salud, todos se alegran, pero si alguno tiene algún problema, esto produce
preocupación, tristeza y, a veces, depresiones, no solamente a la persona enferma, sino
también a toda la familia. De hecho, la atención y el cuidado de la salud es prioridad en el
hogar y no puede dejarse de lado este aspecto básico. Las cinco parejas manifiestan sus
condiciones de salud, algunos gozan de buena salud, pero otros, tienen algunas
enfermedades, y continúan con el tratamiento, con la esperanza de una pronta recuperación.
En la vida matrimonial es muy importante la transparencia entre esposo y esposa, es decir,
los esposos deben comunicar y expresar con franqueza todos los asuntos familiares, incluso
la situación de salud. Además, la pareja debe tener delicada sensibilidad frente al estado de
la salud, tanto la propia como de la otra persona, ya que el cuidado de la salud no es asunto
personal, sino de ambos, y eso es parte de la expresión del amor sincero, hacia el otro,
porque el verdadero amor consiste estar siempre presente “en la salud y en la enfermedad”.
Para poder tener una relación armoniosa entre los cónyuges y un buen ambiente familiar, se
requiere buena voluntad y esfuerzo para asumir los valores familiares, además, sinceridad
para implementarlos en la vida cotidiana. Sin embargo, los inconvenientes que muchos
esposos encuentran a lo largo de los años se deben a la incapacidad de hablar claramente
con la pareja, como consecuencia esto crean conflictos en la relación y en el hogar. Frente a
esta necesidad, la pastoral matrimonial puede brindar a las parejas un acompañamiento
adecuado que permita descubrir la raíz del problema y ayudar a redescubrir la presencia de
Dios en la vida matrimonial. En este campo pastoral, se requiere la misericordia y la
justicia, que es justamente lo que presenta el Papa Francisco, en la exhortación Amoris
Laetitia: que ellos encuentren a Dios y sientan Su infinito amor.
58
2.6. Misericordia y Justicia en Amoris Laetitia, Una manera de hacer pastoral con las
parejas en dificultad de comunicación.
La familia es la base y el objetivo de la evangelización, porque es un lugar donde la fe
cristiana se demuestra a través del amor de los cónyuges y la entrega recíproca. Además, es
un sitio donde un ser humano nace, crece y aprende los valores cristianos y sociales, que le
sirven para poder integrarse propiamente en la sociedad. La realidad muestra, que muchas
parejas casadas en todo el mundo han encontrado distintas dificultades en su relación, que
no pocas traen la amenaza al matrimonio y muchas han perdido la unión matrimonial, por
no haber logrado resolver las situaciones difíciles.
Una de las características más importante para la pastoral matrimonial, que presenta el
documento la Alegría del Amor, es la misericordia. El papa Francisco enfatiza este punto,
porque él se da cuenta, que muchas veces los agentes pastorales, tomaron decisiones que
excluyeron a las parejas casadas en problemas. También la historia de la pastoral ha
mostrado que “a veces nuestro modo de presentar las convicciones cristianas, y la forma de
tratar a las personas, han ayudado a provocar lo que hoy lamentamos, por lo cual nos
corresponde una saludable reacción de autocrítica” (AL. 36). Esta situación ocurrió, porque
muchos han pensado que el matrimonio debe ser perfecto y condenaron las parejas que se
divorciaron.
Otras veces, hemos presentado una ideal teológica del matrimonio demasiado
abstracto, casi artificiosamente construido, lejano de la situación concreta y de las
posibilidades efectivas de las familias reales. Esta idealización excesiva, sobre todo
cuando no hemos despertado la confianza en la gracia, no ha hecho que el matrimonio
sea más deseable y atractivo, sino todo lo contrario”.93
La Iglesia continúa la misión de Cristo, mostrar la imagen de Dios al mundo. Esto significa
que debe asumir las características de Jesús y vivirlas a través del servicio al pueblo de
Dios. Reflejar las enseñanzas de Cristo y testimoniar su amor infinito, son las tareas
fundamentales de la Iglesia en su evangelización. La misericordia era una característica
fuerte que tenía Jesús durante su misión en el mundo, lo ha mostrado a través de su acción
concreta: sanando los enfermos, acogiendo a los pecadores y los que no hacían parte del
pueblo, por ejemplo (a las viudas). El papa Francisco enfatiza este aspecto, señala que este
debe ser el rostro de la Iglesia, acoger a las parejas que están en situación especial, con
sencillez, con vigor y caridad.
93 Ibid., § 36.
59
La vida de la Iglesia se basa en el amor y la gracia de Dios, debe hacer posible que esos
rostros penetren los corazones de las parejas en dificultad, a través del acompañamiento
continuo, para que ellos sientan atención y acogida. Se necesita la voz de la Iglesia, que
anuncia las palabras de verdad y que traen la esperanza y la caridad en el corazón de cada
familia. Dice el papa Francisco:
En las difíciles situaciones que viven las personas más necesitadas, la Iglesia debe
tener un especial cuidado para comprender, consolar, integrar, evitando imponerles una
serie de normas como si fueran una roca, con lo cual se consigue el afecto de hacer que
se sienta juzgadas y abandonadas precisamente por esa Madre que está llamada a
acercarles la misericordia de Dios. En ese modo, en lugar de ofrecer la fuerza sanadora
de la gracia y la luz del Evangelio, algunos quieren adoctrinarlo, convertirlo en piedras
muertas para lanzarlas contra los demás.94
Aquí el documento Amoris Laetitia, enfoca su mirada en el rostro misericordioso de Cristo
y hace una llamada a toda la Iglesia universal, para reflexionar su actitud frente a las
problemáticas de las parejas casadas. Con las respuestas de los agentes pastorales, quienes
muchas veces excluyeron a las parejas con problemas especiales; el documento presenta su
reflexión más profunda y va más allá, mostrar y reflejar el carácter misericordioso de Dios,
que el evangelio anuncia gozosamente. Jesús había dicho: “Sed misericordiosos, como
vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no
seréis condenados; absolved y seréis absueltos” (Lc 6, 36-37). Traer el rostro
misericordioso de Cristo, significa atraer a la esperanza que, a pesar de las dificultadas que
están pasando, hay fuerza para seguir adelante y restaurar la vida, el apoyo que se les ofrece
ayuda a encontrar la vivencia plena del amor.
La justicia es el tema que no solamente se habla en esta época, sino desde muchos siglos
atrás e incluso en la Sagrada Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se
rescata mucho esta idea. Hay varias definiciones de justicia, según los ámbitos o áreas más
específicas, por ejemplo, en los ámbitos filosófico, político, judicial, etc. Cada definición
está de acuerdo con el contexto o campo particular en el cual se desarrolla. Aunque, hay
muchas comprensiones en torno a esta palabra, generalmente se entiende la justicia como
“la virtud de dar a cada cual lo que corresponde. Esto, puede utilizarse teniendo en cuenta
94 Ibid., § 49.
60
las limitaciones de la justicia como poder o bien, estableciendo lo equitativo en base a lo
razonable”.95 El Pontificio Consejo “Justicia y Paz” dice:
La justicia es un valor que acompaña al ejercicio de la correspondiente virtud moral
cardinal. Según su formulación más clásica, «consiste en la constante y firme voluntad
de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido». Desde el punto de vista subjetivo, la
justicia se traduce en la actitud determinada por la voluntad de reconocer al otro como
persona, mientras que, desde el punto de vista objetivo, constituye el criterio
determinante de la moralidad en el ámbito intersubjetivo y social.96
El término justicia, siempre se dirige al cumplimiento de las leyes o normas que gobiernan
y regularizan las vivencias de las personas, con el objetivo de alcanzar tranquilidad. Sin
embargo, muchos limitan la justicia solamente en cumplir esas reglas y normas sociales y
no les interesa lo esencial, ésta va más allá, la justicia tiene que ver con otros aspectos,
como la igualdad, la equidad, el derecho y el bien común. Así, puede entenderse, que este
término no solamente se aplica en el tribunal, si no más que eso, es el germen que permite y
posibilita la igualdad de las personas en distintos aspectos para lograr el bien común en la
sociedad.
La justicia es muy importante en la vida de la sociedad, es un elemento fundamental que
ayuda a los seres humanos para construir buenas relaciones, la armonía y la paz. Aunque,
este aspecto está dentro del ser humano, por naturaleza, la realidad demuestra que la ley
garantiza la justicia, o sea, practican la justicia por temer a las leyes y no por la conciencia
personal. Por esta razón, la Iglesia promueve la justicia de acuerdo con la enseñanza de
Cristo, la cual se enfoca en el valor de un ser humano, su dignidad y sus derechos, dados
por Dios. “La justicia, en efecto, no es una simple convención humana, porque lo que es
«justo» no está determinado originariamente por la ley, sino por la identidad profunda del
ser humano”.97 Esta esencia cristiana, posibilita un estilo de vida que favorece la
solidaridad, el amor y la igualdad.
La exhortación Amoris laetitia resalta sobre el tema de la justicia, en la pastoral
matrimonial, especialmente con las parejas que enfrentan las situaciones delicadas, por
ejemplo, el problema del divorcio. La realidad muestra que hay muchos casos de parejas
divorciadas, que se excluyen de la Iglesia, por haber cometido el acto que no está de
95 Raffino, Concepto de Justicia, https://concepto.de/justicia/#ixzz6PpaipMok, (consultado el 19 de junio
2020). 96 Pontificio Consejo Justicia y Paz. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. § 201. 97 Ibid., § 202.
61
acuerdo con el principio de la vida cristiana. Además, no han sido pocos los que han
recibido el rechazo por parte de los fieles e incluso de los agentes pastorales, por cometer el
error. Por esta situación muchos han tomado la decisión de alejarse de la presencia de Dios
y de la Iglesia.
Es por esto, que el papa Francisco a través de este documento, presenta el espíritu del
Evangelio que anima a buscar las parejas que están en el mal camino, que están perdidas y
que están en situación dolorosa, para acogerlas y devolverlas al seno de la Iglesia. Jesús
durante su ministerio, siempre buscaba las ovejas pérdidas, sin importar el pecado que se
había cometido, el amor y la misericordia de Cristo los capacita para recibir el perdón y la
reconciliación. Este es el camino de la Iglesia, siempre buscar a sus hijos que no están en el
camino recto y con brazos abiertos, recibirlos nuevamente.
La exhortación hace una llamada a todos los agentes pastorales, para acercarse a las
familias que están en las situaciones irregulares, con el fin de acompañarlas con paciencia y
amor, investigar los problemas que causaron la ruptura, sin tener que culpar a nadie y
tampoco mostrar la actitud de juzgarlos.
Iluminada por la mirada de Jesucristo, mira con amor a quienes participan en su vida
de modo incompleto, reconociendo que la gracia de Dios también obra en sus vidas,
dándoles la valentía para hacer el bien, para hacerse cargo con amor el uno del otro y
estar al servicio de la comunidad en la que viven y trabajan. La Iglesia debe acompañar
con atención y cuidado a sus hijos más frágiles, marcados por el amor, heridos y
extraviados, dándoles de nuevo confianza y esperanza, como la luz del faro de un
puerto o de una antorcha llevada en medio de la gente, para iluminar a quienes han
perdido el rumbo o se encuentran en medio de la tempestad. No olvidemos que, a
menudo, la tarea de la Iglesia se asemeja a la de un hospital de campaña.98
La exhortación motiva a los agentes pastorales, para que recuerden, que todas las parejas
que están en la condición irregular también son hijos de Dios sin importar la gravedad del
hecho. Lo que debe verse, es el valor de cada uno como criatura de Dios y tiene derecho
para volver a Él, porque la misericordia y el perdón de Dios son para toda la humanidad sin
excepción. El acompañamiento que se realiza es para llevar a esas personas a la comunidad
eclesial y vivir en una comunión plena.
La Iglesia siempre ha mostrado su atención a la vida matrimonial y familiar, como un
servicio apostólico. Esta pastoral tiene el objetivo de llevar el Evangelio a las familias,
hacer presente a Jesús en el corazón de las parejas. El matrimonio es parte del plan de Dios
98 Francisco, § 291.
62
y desde el principio, la unión entre un hombre y una mujer se confirma a través del
sacramento. Esto demuestra que Dios mismo ha determinado esta unión, por lo tanto, el
matrimonio es santo, eterno e indisoluble. Por ende, la Iglesia trata de hacer presente este
plan de Dios a través de las encíclicas, documentos y exhortación como una invitación a las
parejas cristianas, para fundamentar su relación en Cristo, que es el amor fiel.
2.7. La vida matrimonial en la perspectiva teológica antes de Amoris Laetitia (desde
Gaudium et Spes y Familiaris consortio)
La familia para la Iglesia es el campo pastoral importante y fundamental, lo cual ayuda a
las parejas para mantener vivo el amor conyugal y superar las dificultades de acuerdo con
las enseñanzas de Cristo. La Iglesia ha mostrado su atención al servicio de las familias a
través de los documentos y las exhortaciones que se han publicado para responder y brindar
el mejor apostolado a los esposos, de acuerdo con sus propias situaciones. El papa Juan
Pablo II dice: “En efecto, es a las familias de nuestro tiempo a las que la Iglesia debe llevar
el inmutable y siempre nuevo Evangelio de Jesucristo; y son a su vez las familias,
implicadas en las presentes condiciones del mundo, las que están llamadas a acoger y a
vivir el proyecto de Dios sobre ellas.”.99
La Iglesia por medio de los documentos sobre el matrimonio y familia, trata de destacar la
esencialidad del matrimonio, según lo que Dios ha instituido desde el inicio en el Antiguo
Testamento y ha sido reafirmado nuevamente por Jesús en el Nuevo Testamento. Cristo
instituyó la sacramentalidad del matrimonio porque en sí es sagrado, Dios que une un
hombre y una mujer, era parte de su plan, de hecho, es obra de Dios. Por ende, el Mesías
hizo una llamada a los seres humanos que ninguno puede actuar en contra al plan de Dios, o
sea, a la unión conyugal que Él ha hecho. La constitución pastoral Gaudium et Spes100
afirma:
Fundada por el Creador y en posesión de sus propias leyes, la íntima comunidad
conyugal de vida y amor se establece sobre la alianza de los cónyuges, es decir, sobre su
99 Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, http://www.vatican.va/content/john-paul-
ii/es/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_19811122_familiaris-consortio.html, § 4 (consultado el 21
de junio 2020). 100 El Concilio Vaticano II, llevado a cabo en los años 1963-1965 en Roma, tuvo como finalidad el
"aggiornamento" o puesta al día de la Iglesia, renovando lo viejo, revisando el fondo y la forma de su acción,
en un diálogo de la Iglesia con el mundo moderno. Dentro los tantos temas tratados, uno de los asuntos fue
acerca de la dignidad del matrimonio y la familia en el mundo actual, este tema se describe en la constitución
pastoral Gaudium et Spes.
63
consentimiento personal e irrevocable. Así, del acto humano por el cual los esposos se
dan y se reciben mutuamente, nace, aun ante la sociedad, una institución confirmada por
la ley divina. Este vínculo sagrado, en atención al bien tanto de los esposos y de la prole
como de la sociedad, no depende de la decisión humana. Pues es el mismo Dios el autor
del matrimonio, al cual ha dotado con bienes y fines varios, todo lo cual es de suma
importancia para la continuación del género humano, para el provecho personal de cada
miembro de la familia y su suerte eterna, para la dignidad, estabilidad, paz y prosperidad
de la misma familia y de toda la sociedad humana.101
Como una pequeña institución, establecida por Dios, los esposos cristianos deben
fundamentar sus relaciones en Dios, Él mismo es ejemplo de amor y fidelidad infinita,
mostrado a través de la relación de Cristo con la Iglesia (Ef. 5,25). El matrimonio no es sólo
un conjunto de derechos y obligaciones, sino una entrega mutua e incondicional de dos
personas que buscan su perfeccionamiento y realización en una “comunidad conyugal y
familiar”.102
Gaudium et Spes dice, el matrimonio no viene presentado como una consagración propia y
verdadera, sino como algo ligado al carácter sacramental, es decir, se trata de “iluminar y
fortalecer a los cristianos y a todos los hombres, que se esfuerzan por garantizar y promover
la intrínseca dignidad del estado matrimonial y su valor eximio” (GS, 47). Porque en el
concepto cristiano, el matrimonio no es el resultado del esfuerzo humano, sino la voluntad
de Dios que se ha determinado desde el principio. Por eso, la Iglesia pide y exhorta a las
parejas casadas a asumir y vivir en la vida cotidiana, la alianza o el compromiso, que
habían declarado ante Dios y el pueblo, para estar juntos en las buenas y en las malas.
A veces, en la vida, la idea no está en sintonía con la realidad, o sea, lo que uno quiere y
sueña, no lo logra realizar en la vida concreta. Esta situación también sucede en la vida
matrimonial, la realidad muestra que hay muchas parejas, familias que están pasando
momentos difíciles en su relación, causados por distintas razones. La exhortación
Familiaris Consortio103 afirma:
101 Institución Pastoral Gaudium et Spes,
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651207_gaudium-
et-spes_sp.html, n. 48, (consultado el 22 de junio 2020). 102 Varga, 69. 103 Familiaris consortio (en latín: "La comunidad de la familia", con el subtítulo, en traducción española
Sobre la misión de la familia cristiana en el mundo actual), es una exhortación apostólica post-sinodal escrita
por el papa San Juan Pablo II y promulgada el 22 de noviembre de 1981. El documento describe la posición
de la Iglesia católica sobre el significado y rol del matrimonio y la familia, y destaca algunos retos a la hora
de alcanzar ese ideal. Se refiere al matrimonio como: "uno de los deberes más preciosos y urgentes de las
parejas cristianas de nuestro tiempo”, puesto que "el matrimonio es el fundamento de la comunidad más
amplia de la familia, ya que la institución misma del matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la
64
La familia, en los tiempos modernos, ha sufrido quizá como ninguna otra institución, la
acometida de las transformaciones amplias, profundas y rápidas de la sociedad y de la
cultura. Muchas familias viven esta situación permaneciendo fieles a los valores que
constituyen el fundamento de la institución familiar. Otras, se sienten inciertas y
desanimadas de cara a su cometido, e incluso en estado de duda o de ignorancia
respecto al significado último y a la verdad de la vida conyugal y familiar. Otras, en
fin, a causa de diferentes situaciones de injusticia se ven impedidas para realizar sus
derechos fundamentales.104
Dado que los conflictos y dificultades en la familia pueden poner en peligro el matrimonio,
entonces, la Iglesia debe ofrecer el apoyo a través del acompañamiento continuo a los
cónyuges. La colaboración que involucra el asunto espiritual y social en la pastoral
matrimonial ciertamente ayuda a las parejas para que ellos puedan reconocer los valores del
matrimonio y vivirlos fielmente en la vida cotidiana, buscar la verdad en la relación y
libremente llevar a cabo los proyectos de familia. “La Iglesia, con su discernimiento
evangélico, se une a ellos, poniendo a disposición su propio servicio a la verdad, libertad y
dignidad de todo hombre y mujer”, (FC. 4).
El Concilio Vaticano II reconoce su responsabilidad frente a la vida de las parejas, porque
“el bienestar de la persona y de la sociedad humana y cristiana, está estrechamente ligado a
la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar” (GS, 47). De hecho, la Iglesia está
llamada a seguir el ejemplo de Cristo Jesús, quien salía al encuentro de las personas,
manifestando su sensibilidad con las realidades de la sociedad; siguiendo el ejemplo del
Maestro, la Iglesia debe salir al encuentro de las familias que son iglesias domésticas.
Llevar el mensaje de Cristo a las familias, anunciando que el matrimonio tiene su dignidad
y es un don otorgado por Dios. Además, Cristo permanece con las parejas para que ellos,
con su mutua entrega, se amen con perpetua fidelidad, como Él mismo amó a la Iglesia y se
entregó por ella.105
El matrimonio es el lugar donde el hombre y la mujer, muestran la totalidad del amor que
se lleva como una donación plena del uno hacia el otro, “es decir, el pacto de amor
conyugal o elección consciente y libre, con la que el hombre y la mujer aceptan la
comunidad íntima de vida y amor, querida por Dios mismo, que sólo bajo esta luz
procreación y educación de la prole, en la que encuentran su coronación".
https://es.wikipedia.org/wiki/Familiaris_consortio, (consultado el 21 de junio 2020). 104 Juan Pablo II, § 1. 105 Vargas, 68.
65
manifiesta su verdadero significado” (FC. § 11). Esto significa que el matrimonio no es un
experimento, ni se trata de un contrato. El matrimonio cristiano es un pacto, con el cual un
hombre y una mujer se comprometen ante Dios. Debido a este compromiso de amor, el
esposo y la esposa comparten la vida recíprocamente, no sólo en el aspecto sexual, sino
también emocional, intelectual, relacional, etc. Cuando un hombre y una mujer se
convierten en una sola carne en una institución matrimonial, no hay algo personal, sino en
común. De hecho, hay que formarse, prepararse para asumir el compromiso y alimentar el
amor, que no es otra cosa que salir de sí, para ir al encuentro del otro.
El papa Juan Pablo II, subrayó la importancia del amor entre los cónyuges en la vida
matrimonial, “la familia, fundada y vivificada por el amor, es una comunidad de personas.
Su primer cometido es el de vivir fielmente a la realidad de la comunión con el empeño
constante de desarrollar una auténtica comunidad de persona” (FC. § 18). El amor
incondicional y sincero, es el corazón que mantiene viva la relación y nutre la comunión
entre los esposos e incluso con los hijos. Este espíritu de amor y de comunión, posibilita a
las parejas para tener la apertura que los anima a compartir la vida.
Esta comunión conyugal hunde sus raíces en el complemento natural que existe entre
el hombre y la mujer y se alimenta mediante la voluntad personal de los esposos de
compartir todo su proyecto de vida, lo que tienen y lo que son; por esto tal comunión
es el fruto y el signo de una exigencia profundamente humana. Pero, en Cristo Señor,
Dios asume esta exigencia humana, la confirma, la purifica y la eleva conduciéndola a
perfección con el sacramento del matrimonio: el Espíritu Santo infundido en la
celebración sacramental ofrece a los esposos cristianos el don de una comunión nueva
de amor, que es imagen viva y real de la singularísima unidad que hace de la Iglesia el
indivisible Cuerpo místico del Señor Jesús.106
Los matrimonios cristianos, están llamados para seguir el camino de Dios, mediante la
fidelidad en el amor recíproco, deben sostenerse mutuamente en la gracia, a lo largo de toda
la vida e inculcar la doctrina cristiana y las virtudes evangélicas a los hijos, amorosamente
recibidos de Dios. De esta manera, ofrecen a todos, el ejemplo de un incansable y generoso
amor, contribuyen al establecimiento de la fraternidad en la caridad y se constituyen en
testigos y colaboradores de la fecundidad de la madre Iglesia, como símbolo y participación
de aquel amor con que Cristo amó a su Esposa y se entregó a Sí mismo por ella.107 El
matrimonio debe llevarse a cabo en armonía, de común acuerdo, con amor, confiar el uno
106 Juan Pablo II, § 19. 107 Ibid.
66
en el otro y confiar en la gracia de Dios. Debe tener la actitud de respetar y recordar el
propósito de Dios en el matrimonio.
2.8. Conclusión
La Iglesia desde el inicio de su ministerio, siempre ha enfatizado en la sacramentalidad del
matrimonio, siguiendo la enseñanza de Jesús. Es sagrado porque el matrimonio es un don
de Dios, Él mismo ha querido unir al hombre y a la mujer, de hecho, esta unidad es
indisoluble y para siempre. Sin embargo, esta unión no lleva automáticamente la pareja a
vivir en perfección, se necesita un proceso para lograr el bienestar familiar. El punto básico
para una buena relación en familia es la comunicación, porque sin ella, el hogar no
funciona bien. Por eso vemos como muchas parejas enfrentan conflictos en su relación
después del matrimonio. Los problemas que se dan en la familia, tanto internos como
externos, son causados por la falta de comunicación entre los esposos.
Las cinco parejas, que fueron investigadas, revelaron sus propias experiencias, y admitieron
que la falta de entendimiento, la irresponsabilidad en la familia, la falta de cariño, la actitud
machista, y otros tantos aspectos que afectan la relación en la pareja y en la familia, tienen
su origen, en gran parte, por falta de una buena comunicación.
Frente a esta realidad, el Papa Francisco hace una llamada a toda la Iglesia universal, para
dar atención a la pastoral matrimonial. La exhortación Amoris Laetitia invita a los pastores
y agentes pastorales, a ser sensibles a las situaciones difíciles que se dan en la vida de las
parejas. El pontífice invita a acompañarlos con el amor de Cristo, ayudándolos con
sinceridad, para que puedan encontrar el buen camino en la construcción de la relación.
Además, se enfatiza, que el acompañamiento debe mostrar el rostro de Dios, que es
misericordia y justicia, por lo tanto, evitar el juicio y la crítica.
La relación entre los cónyuges se fundamenta en el amor incondicional, éste es el manantial
que alimenta la intimidad entre esposo y esposa. El Papa Francisco una vez más, destaca la
esencialidad del amor conyugal, el amor no solamente es palabra y tampoco debe quedarse
en algo simbólico, el amor es un acto concreto. El verdadero amor entre pareja se
manifiesta en la unidad y la fidelidad en cualquier situación. A través del himno de la
caridad de San Pablo, la exhortación Amoris Laetitia, quiere mostrar los frutos del amor
sincero que deben vivir los cónyuges en su vida cotidiana. El amor ilimitado de Cristo por
67
su pueblo es ejemplo real para todas las familias, donde reine la fidelidad, la entrega y el
perdón sin límites.
68
Capítulo III: Algunas estrategias que pueden ayudar para la pastoral matrimonial, a
las parejas que tienen dificultad de comunicación en la parroquia Beato Juan Bautista
Scalabrini
En este capítulo se realiza el planteamiento de las estrategias que pueden ayudar para la
pastoral matrimonial, específicamente a las parejas casadas que se encuentran en conflicto.
En el primer capítulo, se identificaron las causas fundamentales que generan la dificultad de
comunicación, en la relación conyugal de las cinco parejas casadas por la Iglesia, que hacen
parte de la investigación. Estas parejas son representantes de muchas otras, que enfrentan
inconvenientes en el hogar. Esta problemática de comunicación se ve como algo común y
normal en la vida matrimonial, sin embargo, puede convertirse en un desastre y peligro, si
entre ellos no desarrollan el espíritu del diálogo y la reconciliación. Frente a esta realidad,
se necesita la intervención por parte de la Iglesia, que apoye a los cónyuges para mejorar la
relación y puedan seguir adelante. Por tal razón y con base en las experiencias de estas
cinco parejas casadas, en la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini, vemos que se
necesitan nuevas estrategias para la atención a los casados que están en desacuerdo; los
agentes pastorales deben presentar nuevos horizontes, para el acompañamiento que ejercen.
3.1. La Iglesia y su rol en la atención pastoral matrimonial
La única misión de la Iglesia es continuar la obra de Jesús, es decir, la evangelización, o
sea, proclamar la buena nueva a todos los seres humanos. Como una institución religiosa
que promueve las enseñanzas de Cristo, la Iglesia debe esforzarse para la realización de los
valores de Dios en la sociedad. Una de las tareas que la Iglesia realiza desde el inicio de su
servicio al pueblo, es la atención a la vida matrimonial de las parejas, porque la Iglesia está
llamada acompañar con ternura de madre y claridad de maestra, en la fidelidad a la
misericordiosa de Cristo.108
En el trabajo que la Iglesia brinda, especialmente a aquellas parejas que enfrentan
conflictos en su relación, se necesita la comprensión, el apoyo y el acompañamiento
permanente. El papa Francisco hizo una llamada a toda la Iglesia universal para hacer una
profunda renovación en este campo pastoral. Lo que quiere resaltar aquí, es el cambio de
108 Austrias, En la salud y en la enfermedad, pastoral y derecho al servicio del matrimonio”, 11.
69
estilo o la manera de hacer pastoral; no a la pasividad, o a la crítica, o a juzgar, sino más
bien “liberar en nosotros las energías de la esperanza traduciéndolas en sueños proféticos,
acciones transformadoras e imaginación de la caridad”, (AL 57). Por consiguiente, lo que
debe hacerse es acercarse a las familias en dificultad, acompañarlas con ternura, orientarlas
y buscar su bien. El pontífice dice: “por eso la Iglesia, cuando se encuentra con estas
realidades de parejas heridas, llora y sufre ante todo con ellas; se acerca con el aceite del
consuelo, para calmar y sanar; quiere cargar sobre sí misma el dolor que encuentra”.109 Se
enfatiza así en una iglesia que camina con las familias y vive con ellas, esto es, siente el
dolor que ellos tienen y les trae la esperanza y la gracia de Dios.
Esta misión es una de las principales tareas de la Iglesia, porque tiene la convicción de que
toda la humanidad está llamada a la perfección. El Concilio Vaticano II en la constitución
dogmática Lumen Gentium, destaca sobre la universal vocación a la santidad en la Iglesia.
“El divino Maestro y Modelo de toda perfección predicó a todos y a cada uno de sus
discípulos, cualquiera que fuese su condición, la santidad de vida de la que Él es iniciador y
consumador: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre Celestial es perfecto»
(Mt 5, 48)”, (LG 40). Esta llamada a la perfección es también para todos los cónyuges,
tanto los que están enfrentando conflicto, como para los divorciados y casados de nuevo;110
Ciertamente para lograrlo, se necesita la intervención por parte de la Iglesia, que guíe a los
esposos por el camino de Cristo; de esa manera, ellos pueden encontrar la verdadera
voluntad de Dios en su relación, y desde ahí, surge la sinceridad de corazón para
reconciliarse y vivir los valores cristianos en la vida cotidiana.
Frente a la situación de muchos casados en esta época, cada vez más compleja, la Iglesia
tiene el desafío de dar el testimonio del amor y la ternura de Dios, como una luz que
muestra el camino para llegar a la libertad y la perfección. La Iglesia representa la figura
del “padre misericordioso” en la parábola el hijo pródigo, por ejemplo, (Lc 15,11-32):
“aquel padre salió al encuentro del hijo que creía muerto, lo abraza, lo besa, y lo restablece
109 Papa Francisco, Ser aceite de consuelo para las parejas heridas, (El Papa se ha dirigido este sábado a los
participantes en el curso de formación para la protección del matrimonio y la atención pastoral de las parejas
heridas, organizado por la Rota Romana). Vatican News, 30 de noviembre 2019,
https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2019-11/papa-francisco-iglesia-ser-aceite-consuelo-parejas-
heridas.html, (consultado el 27 de agosto 2020). 110 Giraldo, La perfección cristiana de la pareja humana. ¿Tienen acceso a ella las uniones irregulares?,
Revista de estudio e investigación-Instituto Teológico de Murcia, Vol. XXIII (2007):287-307, 288.
70
en la dignidad de hijo de familia (vestido nuevo, anillo, sandalias y una gran fiesta)”.111
Esta es una manera de entender cómo las parejas que están en conflicto y en una situación
grave, por algunas razones, necesitan la atención especial por parte de la Iglesia, que trae el
rostro misericordioso de Cristo.
La ayuda de la Iglesia a la familia y, de modo especial, a las familias en dificultad
constituye, pues, un camino en el que se requieren “opciones pastorales valientes”.
Calificar la pastoral, que designa la actividad de la Iglesia en tanto continuadora de la
obra de salvación realizada por Cristo, de valiente, parece indicar con otras palabras lo
que el Papa define como lo propio de una “Iglesia en salida”, que bien puede auto
comprenderse como un “hospital de campaña”.112
Ahora bien, la misión de la Iglesia aquí, no solamente se refiere a la institución o a los
pastores y religiosos, sino a toda la Iglesia Universal, esto significa que la comunidad
también tiene la responsabilidad de participar en el servicio pastoral, en este caso la
pastoral matrimonial. El papa Francisco invita a las comunidades parroquiales, a salir de sí
mismas y poner sus miradas a las situaciones que suceden alrededor, participar de la mejor
manera, para el bien de todos. Además, ofreciendo instrumentos para una reforma, incluso
estructural, orientada a un estilo de comunión y de colaboración, de encuentro y de
cercanía, de misericordia y de solicitud por el anuncio del Evangelio.113 La comunidad
parroquial desempeña un papel específico en la pastoral familiar, por ser el lugar más
cercano a las familias concretas, que puede conocer más directamente sus necesidades y por
ello prestar una atención mucho más eficiente y eficaz.
La Iglesia es la representante de Cristo en la tierra, su misión no se concentra solamente en
la predicación del evangelio, sino también como mediadora de la gracia y del amor de Dios
a su pueblo. De hecho, la Iglesia está llamada a llevar este regalo gratuito de Dios a todos
los cristianos, incluso a las familias que pasan dificultades en su relación, porque todos
están llamados a la santidad.
111 Giraldo, 298. 112 Austrias, 12. 113 Síntesis del boletín, Instrucción La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión
evangelizadora de la Iglesia a cargo de la Congregación para el Clero. La conversión pastoral, de la
comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia, núm. 2,
https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2020/07/20/inst.html, (consultado el 28 de
agosto 2020).
71
3.2. La Iglesia es mediadora de la gracia y del amor de Dios para las parejas en
conflicto
Las parejas cristianas están llamadas a la primacía de la gracia y del amor de Dios. Esto es
importante, porque los esposos a través del Sacramento del Matrimonio reciben la
bendición de Dios, asumen la invitación de amarse mutuamente, como Cristo ama a su
pueblo. Mediante este sacramento, los cónyuges toman parte de la misión de Dios en el
mundo, ser Iglesias pequeñas en sus hogares, vivir reflejando el Cristo diariamente. Sin
embargo, la participación de la Iglesia es sumamente importante en la vida de las familias,
como mediadora de la gracia y del amor de Dios, especialmente para aquellas que están
enfrentando problemas. En cuanto a la gracia, el Catecismo de la Iglesia Católica dice:
Nuestra justificación es obra de la gracia de Dios. La gracia es el favor, el auxilio
gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios (cf Jn
1, 12-18), hijos adoptivos (cf Rm 8, 14-17), partícipes de la naturaleza divina (cf 2 P 1,
3-4), de la vida eterna (cf Jn 17, 3). La gracia es una participación en la vida de Dios.
Nos introduce en la intimidad de la vida trinitaria: por el Bautismo el cristiano
participa de la gracia de Cristo, Cabeza de su Cuerpo. Como “hijo adoptivo” puede
ahora llamar “Padre” a Dios, en unión con el Hijo único. Recibe la vida del Espíritu
que le infunde la caridad y que forma la Iglesia.114
Las familias cristianas formadas por dos personas casadas están invitadas a participar en la
vida de Dios, ser sus hijos e hijas, disfrutar de la gracia. Este don gratuito de Dios necesita
la respuesta por parte de la humanidad, en este caso de los cónyuges, que han hecho una
consagración para vivir en la unidad.
Estos hogares necesitan el apoyo de la Iglesia y viceversa, porque la Iglesia no puede llevar
a cabo su misión sin la participación del pueblo, compuesto por las diferentes familias. Dice
el papa Francisco: “La Iglesia es familia de familias, constantemente enriquecida por la
vida de todas las Iglesias domésticas”115, porque los esposos, hijos y las personas por el
amor, forman el hogar, construyen la unión entre ellos como discípulos de Dios”.
Frente a los conflictos de los esposos, que generan la dificultad de comunicación entre
ellos, la Iglesia no puede cerrar sus ojos a lo que está pasando. Como la parábola de la
oveja perdida “¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las
noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra?” (Lc
15,4), eso es lo que debe hacer la Iglesia, ir y buscar a las parejas que se sienten perdidas,
114 Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), § 1996 y § 1997. 115 Francisco, § 87.
72
porque necesitan la presencia de ella, para traer la esperanza y armonía al hogar. En este
servicio, los agentes pastorales que representan a la Iglesia no pueden convertirse en jueces
de las situaciones difíciles que viven algunos esposos, colocándoles obstáculos o
impedimentos que imposibilitan la participación e integración; al contrario, es importante
que la palabra y la acción que les orienten, reflejen el amor, la misericordia y el perdón de
Dios. La gracia de Dios otorga la gran bendición a cada ser humano, porque Él ofrece, el
perdón, la reconciliación y la esperanza.
Como institución religiosa, que representa la presencia de Cristo Jesús en el mundo, la
Iglesia está llamada a seguir los pasos del Salvador, imitar sus características e
implementarlas en el servicio al pueblo de Dios. En la pastoral matrimonial, la Iglesia por
medio de los ministros o agentes pastorales, debe agotar todos los esfuerzos en el servicio,
para exhortarlos a vivir e implementar este amor en las parejas que tienen conflictos en su
relación, a aquellos que han dejado su compromiso matrimonial, y están en una situación
“irregular” (divorciado y vuelto a casar). Ser el signo del amor de Dios para quienes se
encuentran en dificultad, les ayuda a reconocer el perdón de Dios, a reconciliarse con Él y a
integrarse con la Iglesia.
En el servicio matrimonial, el acompañamiento no es únicamente con palabras, porque el
amor es más que teoría, es acción concreta; es suma importante que el amor florece en cada
una de las palabras y acciones que se muestran. Dice el papa Francisco, “el amor que no
crece comienza a correr riesgos, y sólo podemos crecer respondiendo a la gracia divina con
más actos de amor, con actos de cariño más frecuentes, más intensos, más generosos, más
tiernos, más alegres”.116 Ir al encuentro con las familias, ver la condición y escuchar su
situación, desde ahí se puede buscar junto con ellas, una mejor manera para salir de su
difícil realidad. “La Iglesia quiere llegar a las familias con humilde comprensión, y su
deseo es acompañar a cada una y a todas las familias para que puedan descubrir la mejor
forma de superar las dificultades que se encuentran en su camino”.117
La situación de muchos casados hoy se vuelve cada vez más complicada, las dificultades
que son causadas por distintas razones afectan directamente la relación y pueden llegar a
dañar la comunicación entre ellos. Esto se torna peligroso para la vida matrimonial, si no
116 Ibid., § 134. 117 Ibid., § 200.
73
encuentran el buen camino que los lleve a analizar, perdonar y lograr una reconciliación. La
realidad muestra que aun muchas parejas casadas por la Iglesia han tomado la decisión de
terminar el matrimonio, al no superar los conflictos en el hogar. Frente a este panorama, la
Iglesia debe desarrollar, mediante el servicio pastoral, unas buenas estrategias que
posibiliten a los esposos a encontrar las motivaciones para seguir adelante con una nueva
vida, con un amor fuerte, capaz de enfrentar los desafíos que el mundo les presente en el
camino.
3.3. Las estrategias de la pastoral matrimonial que pueden ayudar a parejas que
tienen dificultad de comunicación
Los dos sínodos que se realizaron en 2014 y 2015118 no sólo hablaron sobre las dificultades
de las parejas en esta época, sino también destacaron la necesidad de desarrollar nuevos
caminos pastorales, que permitan a los cónyuges que están en dificultad o en la situación
“irregular”, encontrar el camino correcto y reconozcan la infinita gracia de Dios. Además,
“los caminos pastorales sugeridos permiten afirmar que las parejas en situación irregular
pueden tener acceso a la perfección cristiana”.119 Para lograrlo, es necesario que los agentes
pastorales acojan con amor y libertad las normas y los principios de la Iglesia, que sirven
para orientar a las familias a reconocer la voluntad de Dios.
El conflicto y la separación que sucede en la vida matrimonial, básicamente van en contra
del plan de Dios, porque la unión conyugal es un don de Dios que no puede separarse. Sin
embargo, “Él consciente la fragilidad de muchos de sus hijos”120, por ende, la Iglesia como
representante de Cristo tiene la responsabilidad de cuidar a sus fieles, mirar y acoger con
amor a las parejas que están en el mal camino. Dice el Papa Francisco:
La Iglesia debe acompañar con atención y cuidado a sus hijos más frágiles, marcados
por el amor herido y extraviado, dándoles de nuevo confianza y esperanza, como la luz
118 La III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de Obispos, convocada por el papa Francisco bajo el
lema «Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización», se desarrolló en la Ciudad
del Vaticano entre el 5 y el 19 de octubre de 2014. Se le conoce como Sínodo extraordinario de obispos sobre
la familia. Luego en el año 2015 convocó la XIV Asamblea General Ordinaria del sínodo de obispos, que
trató un tema similar (familia). Recién al finalizar ese otro sínodo el papa presentó una exhortación apostólica
postsinodal conclusiva sobre el tema: Amoris Laetitia. Mittiusi, Estudios y Notas sobre el Sínodo
Extraordinario de la Familia, 183-184. 119 Giraldo, 305. 120 Francisco, 291.
74
del faro de un puerto o de una antorcha llevada en medio de la gente, para iluminar a
quienes han perdido el rumbo o se encuentran en medio de la tempestad.121
Algo fundamental e imprescindible, que debe tomar la Iglesia para poder realizar la pastoral
matrimonial con estas parejas, son las buenas estrategias, que ciertamente van a posibilitar
a los agentes pastorales, a tener un servicio que realmente responda a la situación y
necesidad que ellos esperan. Por lo tanto, para poder realizar un real acompañamiento, los
ministros pastorales deben tener un amplio conocimiento, tanto sobre la realidad de las
parejas en conflicto, como del Sacramento del Matrimonio. La Iglesia les brindará una
estricta y completa formación al respecto. Esto les permitirá tener la capacidad para
ayudarlos de manera eficaz, eficiente y con espíritu de amor cristiano.
3.3.1. Formar agentes pastorales que acompañan las parejas en conflictos de manera
integral
La pastoral matrimonial es uno de los servicios que la Iglesia sigue realizando como una
forma de evangelizar; llevar el evangelio de Cristo a todas las familias cristianas, es
importante para propagar el mensaje de la esperanza a los cónyuges, quienes encuentran
inconvenientes en su relación matrimonial, como dice el papa Francisco “salir al encuentro,
buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos. Vive
un deseo inagotable de brindar misericordia, fruto de haber experimentado la infinita
misericordia del Padre y su fuerza difusiva”.122
Para ejercer los ministerios, la Iglesia necesita personas de buena voluntad que estén
dispuestas para ofrecer su tiempo al servicio del prójimo. Los sacerdotes, diáconos,
religiosos y religiosas son las personas que dedican su vida para servir a los demás, a través
de las actividades pastorales. Sin embargo, no puede dejar de lado el rol de los laicos en el
servicio pastoral. La Iglesia necesita la participación de los laicos para la evangelización,
porque todos los cristianos que han recibido el bautismo tienen la responsabilidad de
involucrarse en el servicio a los demás.
El Concilio Vaticano II, en la Constitución Dogmática Lumen Gentium, destaca la
importancia del papel de los laicos en la Iglesia. Es bueno señalar que los hombres y
121 Ibid. 122 Francisco, La exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, § 24.
75
mujeres cristianos hacen parte del cuerpo de Cristo, de hecho, ellos también están llamados
a participar en la misión de la Iglesia.
Con el nombre de laicos se designan aquí todos los fieles cristianos, a excepción de los
miembros del orden sagrado y los del estado religioso aprobado por la Iglesia. Es decir,
los fieles que, en cuanto incorporados a Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de
Dios y hechos partícipes, a su modo, de la función sacerdotal, profética y real de
Cristo, ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la
parte que a ellos corresponde. Allí están llamados por Dios, para que, desempeñando
su propia profesión guiados por el espíritu evangélico, contribuyan a la santificación
del mundo como desde dentro, a modo de fermento. Y así hagan manifiesto a Cristo
ante los demás, primordialmente mediante el testimonio de su vida, por la irradiación
de la fe, la esperanza y la caridad.123
Los Padres del Concilio Vaticano II recordaron a los laicos, recibir una formación adecuada
para su misión en la Iglesia y en el mundo; ésta debe ser realista y eficaz para equipar al
laico en su servicio a los demás. El objetivo es llegar a ser laicos que se conviertan en
testigos de Cristo en la familia y en la sociedad. Por lo tanto, son enviados especialmente
para llevar la esperanza al mundo y transformarlo según la voluntad de Dios. Los agentes
pastorales, tanto los religiosos como laicos, están invitados a asumir la instrucción antes de
hundirse en el ministerio. Este aprendizaje es sumamente importante, porque les ayuda para
que realicen bien el servicio y lo asuman con un sentido crítico y racional, no queda por
fuera del campo de la pastoral.
Uno de los aspectos básicos de este estudio, es lo referente a la pastoral matrimonial, Éste
es muy útil, porque se convierte como una guía que los posibilita a tocar la realidad. La
capacitación que se realiza en este campo es la formación integral, no se enfoca solamente
en la parte espiritual o en la parte sacramental, sino también en forma interdisciplinar,
porque los conflictos de comunicación que ocurren en las familias son de diferente índole;
es en gran parte debido a la situación social, crisis económica, problema en la intimidad,
problema psicológico, educación de los hijos, etc.
La exhortación Amoris Laetitia destaca la importancia y la necesidad de una formación
integral para el acompañamiento a las parejas en dificultad por parte de los agentes
pastorales, señala el documento “junto con una pastoral específicamente orientada a las
familias, se nos plantea la necesidad de una formación más adecuada de los presbíteros, los
123 Concilio Vaticano II, Constitución Dogmática Lumen Gentium, § 31.
76
diáconos, los religiosos y las religiosas, los catequistas y otros agentes pastorales”.124 El
sínodo resaltó este punto porque hay una preocupación donde muchos ministros laicos,
incluso los ministros consagrados (sacerdotes y religiosos) no tenían el conocimiento
suficiente para enfrentar las complejas situaciones de muchos cónyuges. Esta carencia,
ciertamente puede traer un impacto negativo al servicio pastoral, la incapacidad de brindar
el mejor apoyo para las familias en problemas. Además, la falta del conocimiento
interdisciplinar puede llevar a los agentes pastorales a centrarse solamente en la parte
espiritual, la cual posiblemente no es la raíz del conflicto.
La Iglesia, como madre, debe procurar una formación para todos los agentes pastorales, no
sólo enfocada en el campo espiritual y de la teología, sino también debe ofrecerlo de
manera integral para que pueda aportar a las diferentes dimensiones de la persona. Dice el
papa Francisco:
Las respuestas a las consultas también expresan con insistencia la necesidad de la
formación de agentes laicos de pastoral familiar con ayuda de psicopedagogos,
médicos de familia, médicos comunitarios, asistentes sociales, abogados de minoridad
y familia, con apertura a recibir los aportes de la psicología, la sociología, la sexología,
e incluso el counseling. Los profesionales, en especial quienes tienen experiencia de
acompañamiento, ayudan a encarnar las propuestas pastorales en las situaciones reales
y en las inquietudes concretas de las familias. Una buena capacitación pastoral es
importante «sobre todo a la vista de las situaciones particulares de emergencia
derivadas de los casos de violencia doméstica y el abuso sexual».125
Es bueno tener en cuenta el importante valor de la formación para la pastoral matrimonial,
porque los conflictos familiares que genera el problema de la comunicación deben ser
examinados y considerados desde la raíz, por ende, el asesoramiento que se les brinde debe
tener el impacto positivo, que ayude a las parejas en dificultad a encontrar el buen camino
para mejorar su relación. Los ministros pastorales también deben establecer nuevas
posturas eficaces, que contribuyan a fortalecer la relación de las parejas en conflicto. Otro
de los aspectos básicos, es tener en cuenta el momento propicio y el ambiente adecuado,
para realizar el asesoramiento a quienes presentan dificultad de comunicación; esto
permitirá tener una buena conversación sincera, amable y espontánea, entre los ministros y
las parejas en torno al problema.
124 Francisco, Exhortación Amoris Laetitia, § 202. 125 Ibid. § 204.
77
3.3.2. El acompañamiento pastoral a las parejas en conflicto
La formación es algo esencial para los sacerdotes y ministros laicos que se dedican a la
atención pastoral matrimonial. No puede negarse, que el conocimiento adquirido en la
capacitación se convierte en la base fundamental para el acompañamiento. No obstante, los
agentes pastorales no pueden dejar de lado, el aplicar las técnicas o métodos más adecuados
y los temas importantes para alcanzar los resultados esperados. Las buenas prácticas que se
usen en este servicio ciertamente ayudan a los ministros a lograr un ambiente de empatía y
entrar en la situación que están enfrentando las parejas para entender lo que sucede. Por
otra parte, también les permiten generar la propia confianza, para expresar libremente sus
problemas o crisis matrimonial y confiar en que los agentes pastorales, pueden traerles la
esperanza y liberarlos de esta condición, que tal vez, como una “espina en la carne”, les
genera dolor, desesperanza, pesimismo y estrés.
a. Escuchar atentamente el problema
El acompañamiento a estas parejas requiere la actitud de una buena escucha por parte de los
agentes pastorales. Tener la capacidad de escuchar atentamente, es uno de los requisitos
que debe cumplirse y hacerlo con sinceridad a la hora de acompañar. El escuchar con
atención a los esposos, permite que ellos se sientan aceptados, comprendidos y apreciados;
sin sentirse agobiados o juzgados por lo que está sucediendo en su relación. Esta actitud
puede verse como una entrada para sacar a la superficie la raíz del conflicto, y esto ayuda a
las parejas para ver lo que realmente sucede y les permite encontrar el camino adecuado
para la reconciliación, eso debe brotar de la propia conciencia.
Escuchar se define como prestar atención de lo que se oye, pero no se limita a oír, también
atender y entender de lo que se escucha; aquí se exige la voluntad, la atención y la
disposición para recibir el mensaje.126 Escuchar y oír son dos verbos que se refieren a la
actividad de recibir el mensaje verbalmente, sin embargo, esos dos verbos tienen ciertas
diferencias, pues no son lo mismo. La palabra oír se entiende como una actividad de
“percibir un sonido, lo cual requiere el funcionamiento del sentido del oído y el sistema
126 Bayón, oír, escuchar, atender, https://www.eoi.es/blogs/fernandobayon/2014/08/12/oir-escuchar-atender/,
(consultado el 3 de septiembre 2020).
78
auditivo para interpretar de qué se trata”.127 Aquí lo que se necesita es la capacidad
fisiológica de recibir el estímulo que sale de algún sonido, y no requiere la comprensión de
aquello que se transmite. Mientras que la palabra escuchar, va más allá del oír, es una
actividad de “prestar atención a un sonido y requiere el funcionamiento de los auditivos”128,
pero también se exige la atención y la voluntad por parte del oyente, para poder comprender
el mensaje que se transmite y muchas veces generar una respuesta.
Para poder ejercer bien la pastoral matrimonial, especialmente con aquellas parejas
especiales, los ministros de este campo pastoral necesitan una auténtica capacidad de
escucha. Por consiguiente, no pueden limitarse solamente a oír, necesitan “escuchar con la
mirada, con el cuerpo y con la respiración”129, porque de esta manera les permite entender,
comprender y sentir la dificultad de los esposos. Escuchar atentamente es lo que se requiere
en este acompañamiento, porque favorece la oportunidad para entender mejor lo que ellas
sienten y posibilita el construir una verdadera confianza por ambas partes. Fernando Bayón
explica que escuchar atentamente es:
Representa ante todo prestar atención y concentrarse en aquello que se escucha.
También requiere voluntad de seguir el razonamiento de lo que se está oyendo. El
receptor no hace más que eso: escuchar, atender y comprender. En este tipo de escucha
se descarta la interacción y sobre todo el juicio sobre aquello que se está
transmitiendo.130
Saber escuchar, ayuda a la familia que habla a sentirse respetada, acogida. Además,
mientras se escucha, se va creando un espacio de interrelación, un puente emocional de
conexión entre el ministro pastoral y los esposos. Una buena escucha ofrece la posibilidad a
los cónyuges que están hablando, de comunicar y expresar sus pensamientos, sus
emociones, sus sentimientos, su dolor, su preocupación, etc. La actitud de escucha ayuda a
los ministros para dejar de lado sus pensamientos o ideas y poner atención sólo en lo que
los esposos expresan, enfocarse en sus necesidades, esto los hace sentirse aceptados,
reconocidos y estimados.
A través de una buena escucha y la conversación sincera, se puede desarrollar una
atmósfera de entendimiento, comprensión, apertura y confianza mutua; condición
127 Segura, oír y escuchar, https://www.diferenciador.com/diferencia-entre-oir-y-escuchar/ (consultado el 3 de
septiembre 20120). 128 Ibid. 129 Chouza, La importancia de saber escuchar, http://albertochouza.com/la-importancia-de-saber-escuchar/,
(consultado el 3 de septiembre 2020). 130 Bayón, Ibid.
79
importante en el proceso de acompañamiento. Esto facilita a los ministros el comprender
mejor el problema y proceder a realizar la orientación más conveniente para que logren
superar la situación. Además, la escucha es el proceso de acercamiento para que los
acompañantes tengan la posibilidad de manejar la situación y se adapten a la condición de
la pareja y detecten la raíz del conflicto.
b. No juzgar y tampoco criticar a las parejas que están en conflicto
Un aspecto importante que los agentes pastorales deben tener en cuenta, en su servicio a las
parejas en problema, es el de no juzgar y criticar; dice el pontífice Francisco: “También nos
impide a juzgar con dureza a quienes viven en condiciones de mucha fragilidad” (AL. 325).
Esta actitud se fundamenta en Cristo mismo, que servía con amor y misericordia a los
enfermos y a los pecadores. Él nunca señaló o juzgó a nadie durante su ministerio, pero con
amor salía a buscar a las ovejas perdidas y a dirigirlas al buen camino. Este es el mensaje
que Cristo quiere comunicar a la humanidad, responde a este amor de Dios y transmite al
prójimo, como Él lo ha vivido, particularmente a aquellas personas que están en necesidad
y que sufren por algunas circunstancias de la vida.
La historia del pasado y probablemente hasta el momento, muestra la exigencia y rigidez
por parte de algunos agentes pastorales (sacerdotes, religiosos y laicos ministros) que dan la
prioridad a las normas sobre la misericordia. Exigen el cumplimiento estricto de la
normatividad y condenan a los esposos que no viven bien su compromiso matrimonial, los
excluyen de la comunidad y les prohíben participar en las actividades religiosas. Esta
realidad, ciertamente, es inconsistente con el mensaje del amor que la Iglesia anuncia, el
cual se refleja en el perdón y la misericordia sin límites. Las normas o leyes son
importantes para el bien de los cristianos, pues regula la vida de los creyentes para
acercarse más a Dios y vivir de acuerdo con la voluntad del creador; sin embargo, es
necesario que las personas asuman las normas que están presentes en la Iglesia, desde la
libertad y el amor, y no porque las obligan a hacerlo.
La ley tiene un papel muy importante, pero eso no es lo único y tampoco es lo principal de
la vida humana, dijo Jesús: "No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he
venido a abolir, sino a dar cumplimiento" (Mt 5,17). El cumplimiento a que se refiere aquí
el mismo Jesús es el amor y la misericordia. Esto debe entenderse en la Iglesia, como las
80
normas no son para separar a las personas a tener una relación con Dios, sino que deben
ayudar para llevarlas al Todopoderoso; pero la enseñanza de Jesús es ir más allá de las
reglas, es algo más profundo, esto es el perdón y la misericordia. Esta actitud rompe las
barreras y permite a los pecadores recibir la gracia de Dios y participar en la unión con Él.
Jesús afirma que de ahora en adelante la regla de vida de sus discípulos deberá ser la
que da el primado a la misericordia, como Él mismo testimonia compartiendo la mesa
con los pecadores. La misericordia, una vez más, se revela como dimensión
fundamental de la misión de Jesús… Jesús, en cambio, va más allá de la ley; su
compartir con aquellos que la ley consideraba pecadores permite comprender hasta
dónde llega su misericordia… No es la observancia de la ley lo que salva, sino la fe en
Jesucristo, que con su muerte y resurrección trae la salvación junto con la misericordia
que justifica. La justicia de Dios se convierte ahora en liberación para cuantos están
oprimidos por la esclavitud del pecado y sus consecuencias. La justicia de Dios es su
perdón.131
En esto se fundamenta el principio de la pastoral matrimonial: amor y misericordia y no en
criticar y juzgar. Los ministros que muestran una actitud negativa de señalar el error o la
equivocación de los matrimonios ciertamente no entienden bien el mensaje del Evangelio,
solamente se enfocan en las reglas establecidas y exigen su cumplimiento. Esta postura
obviamente no ayuda a las parejas que están en dificultad, a encontrar una esperanza para
reconciliarse tanto entre ellos mismos, como con la Iglesia; lo que se produce es un
alejamiento de Dios y de la Iglesia. Además, suscita en ellos una imagen equivocada sobre
Dios y la Iglesia que es condenar, castigar y no perdonar; por su puesto, esta no refleja la
enseñanza de Cristo y su rostro misericordioso.
Por lo tanto, se necesita una nueva visión de hacer la pastoral matrimonial, la actitud que se
requiere en el momento del acompañamiento, no es condenar o juzgar ni tampoco excluir,
más bien es escuchar, entender, orientar y darles una esperanza para encontrarse con Dios.
Del mismo modo, el papa Francisco motiva a todos los agentes pastorales para llevar el
rostro amoroso y misericordioso de Cristo a los esposos en conflicto, siendo la luz que
guíen a quienes se han equivocado y ayuden a encontrar el camino verdadero, la vía de la
reconciliación y de la unidad.
La presencia de los ministros debe reflejar la imagen de Cristo, quien, con su ternura y
amor verdadero, acoge a los pecadores y les da esperanza a vivir una nueva vida. Aquí la
131 Francisco, Bula de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia “Misericordiae Vultus” §
20.
81
misericordia es el punto clave para la pastoral matrimonial, porque ésta permite al
acompañante, el ponerse en la situación de las parejas y tener la capacidad de identificarse
con ellas. Esto posibilita a ambas partes, el crear un espacio de comunicación de corazón a
corazón, que los lleve a comprender la situación por la que están atravesando.
c. Presentar la esencia del sacramento del matrimonio y del amor
Otro aspecto que el equipo de la pastoral matrimonial debe tener en cuenta, durante el
acompañamiento a estos esposos, es explicar sobre el sacramento del matrimonio. Por
cierto, que antes del matrimonio, los novios han recibido el curso prematrimonial y uno de
los temas tratados es el sacramento del Matrimonio. Sin embargo, es importante que los
agentes pastorales retomen el tema con los cónyuges que reciben la asesoría. Esto no es
para solucionar directamente el problema, sino para que ellos tengan en cuenta la esencia
del sacramento del Matrimonio, lo respeten y entiendan el por qué la Iglesia le da un gran
valor e importancia, ya que se trata de un sacramento.
Para que estos ministros, les puedan explicar bien sobre el sacramento del Matrimonio, se
necesita una profundización sobre el mismo, bajo la guía del párroco o de un teólogo. Se
exige una comprensión no sólo de las enseñanzas de la Iglesia, sino también las líneas
fundamentales que presenta la Sagrada Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamento, porque en ellas, está la base de la enseñanza de este sacramento. Es importante
que los ministros tengan este conocimiento, porque esto ayuda a tener en cuenta que el
matrimonio no solo es un acuerdo de una mujer y un hombre para vivir juntos, sino también
es un don que viene de Dios, o sea que es Dios quien los une.
El matrimonio entre dos personas bautizadas es una celebración de la fe que les permite
estar abiertos a la gracia para los cónyuges, y éste es un don que los santifica, que les
perfecciona el amor y la unión entre ellos. Un matrimonio inseparable, significa la
presencia de Dios en una relación única, ésta se vuelve sagrada y especial. Esta relación
anima al matrimonio a convertirse en signo y medio de la presencia de Dios. Por medio del
matrimonio, los esposos pueden construir una buena comunicación con Dios, es decir,
amándose unos a otros, honrándose y respetándose mutuamente, es así cómo dignifican y
muestran que representan la intimidad con Dios. El derecho canónico (1055) dice:
§1 La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un
consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los
82
cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Señor a la
dignidad de sacramento entre bautizados. §2. Por tanto, entre bautizados, no puede
haber contrato matrimonial válido que no sea por eso mismo sacramento.132
El sacramento del Matrimonio, que simboliza la unión de Dios en la vida de los cónyuges,
es una fuente de fuerza para que ambos construyan su relación y su hogar en el amor
sincero. Los esposos deben ser fieles uno al otro y vivir el compromiso matrimonial, el cual
consiste en amarse recíprocamente todos los días y compartir su cotidianidad, y eso implica
también la voluntad de cultivar y mantener la relación amorosa.133
Por otra parte, los agentes pastorales que acompañan a estas parejas también deben explicar
sobre los propósitos y las características del matrimonio católico. Los propósitos del
matrimonio son construir juntos el amor hacia la felicidad y la prosperidad; la descendencia
y la educación de los hijos; un medio para expresar el amor humano natural y el deseo
sexual; además tiene otros objetivos, por ejemplo, el bienestar familiar, garantías de
protección y seguridad de vida, armonía familiar, salud, etc.
La Iglesia muestra que no se puede hablar de la relación conyugal sin el amor. El amor es
un sentimiento fundamental y básico en la vida matrimonial, que une al hombre y la mujer
en un vínculo. El amor sincero permite a marido y mujer a entregarse, a comprenderse a
compartir, a servir, a perdonar, a ayudar, a apoyarse sin límite y condición.
El principio interior, la fuerza permanente y la meta última de tal cometido es el amor:
así como sin el amor la familia no es una comunidad de personas, así también sin el
amor la familia no puede vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de personas.
Cuanto he escrito en la encíclica Redemptor hominis encuentra su originalidad y
aplicación privilegiada precisamente en la familia en cuanto tal: «El hombre no puede
vivir sin amor. Permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada
de sentido, si no le es revelado el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo
experimenta y no lo hace propio, si no participa en él vivamente».134
El matrimonio católico no es sólo el matrimonio en sí, sino que también tiene un profundo
significado por lo que él simboliza. Así como Cristo amó a la iglesia, los esposos deben
amar a sus esposas. Como Cristo ama a la iglesia, es digno de la iglesia ser fiel a Cristo. El
amor que Jesús expresó a la humanidad (la Iglesia) es el amor misericordioso. Este es el
amor humilde y servicial, y Jesús lo ha demostrado a través de su entrega total hasta la
132 Código Derecho Canónico, § 1055. 133 Mazadiego y Garcés, El amor medido por la Escala Triangular de Sternberg, 3. 134 Juan Pablo II, Familiaris Consortio, § 18.
83
cruz.135 Basada en el amor de Dios, entonces, “la institución matrimonial cristiana debe
demostrar este amor misericordia, o de otra manera, el amor entendido como entrega de
servicio humilde hasta el final (incondicional)”136. Por lo tanto, si un esposo ama a su
esposa, es necesario que la esposa sea leal a su esposo y viceversa, en una obediencia
mutua y continua hasta la muerte. Este amor incondicional que refleja la presencia de
Cristo no sólo une a los cónyuges, sino que va más allá, pues trae una responsabilidad de
servicio de ambas partes, como es la edificación de un solo cuerpo en el matrimonio (Ef.
4,12).
El matrimonio católico que simboliza el amor de Cristo es lo que anima a las parejas
casadas a seguir viviendo su vida matrimonial. La valoración de la vida del matrimonio,
como reflejo de la asociación de Cristo con la Iglesia, puede verse en las siguientes
características del matrimonio: monogamia, indisoluble, dispuesto a la descendencia y
convertido en una iglesia doméstica. Como un sacramento, el matrimonio entre dos
personas bautizadas debe revelar la presencia de Dios. Dice el P. Gustavo Baena,
“Sacramento quiere decir que un ser humano revela la divinidad en sus comportamientos.
Esto es, que los sacramentos no son cosas, son personas que transparentan la
divinidad…”137. Por consiguiente, el sacramento del matrimonio es el signo de la presencia
de la divinidad, del Cristo Salvador. Aquí, los esposos que han hecho el compromiso en el
altar están invitados a vivir la vida sacramental, eso significa hacer presente los
sacramentos en su diario vivir
En la vida sacramental que ellos pueden ejercer en su matrimonio, vemos tres sacramentos:
Primero es la reconciliación138: significa tener el espíritu del perdón por parte de ambos, o
sea, tener la humildad de pedir perdón cuando se comete un error y la capacidad de
perdonar al otro, si es necesario. Segundo es la Eucaristía139: la participación en la
celebración Eucarística permite a los cónyuges nutrir su relación de la palabra y del cuerpo
de Cristo. En la Eucaristía está presente el amor infinito de Cristo, quien se entregó a sí
mismo para la salvación de la humanidad. Este es el manantial del amor para todas las
135 Baena, La Iglesia Doméstica: Fundamentos de una espiritualidad familiar según la Teología de Efesios V,
21-33, 33. 136 Ibid. 137 Baena, La Vida Sacramental, 9. 138 Ibid., 34. 139 Ibid., 26.
84
parejas, para que se amen mutuamente, así como Cristo ama. Tercero es la unción de los
enfermos140; los seres humanos somos frágiles, por eso los cónyuges van a encontrar la
enfermedad a lo largo del camino. De hecho, este sacramento ayuda a fortalecer no solo a la
persona que está en la condición de debilidad, sino a los dos, porque el amor supera todas
las enfermedades y las dificultades.
El amor sincero es el amor que acepta a la pareja como es, con todas las actitudes, acciones,
cualidades, defectos y será una de sus grandes ventajas. Eso es lo que se llama amor
verdadero, amor profundo y cariño, que hará soportable todos los defectos que tengan. En
el amor es necesario hacer un sacrificio, se busca siempre el bien del ser amado; la actitud
de acoger y comprender al otro no es solo un aspecto externo, sino también una mirada
integral. Las carencias de su pareja debe considerarlas como su fuerza, eliminando todo el
ego que hay en su enfado y recordando las fortalezas y el objetivo que los une. El amor
sincero y el cariño superarán las faltas cometidas; permitirán verlas con cabeza fría y buscar
la forma de remediarlas. Eso es lo que se entiende como el verdadero significado del amor.
d. Involucrar los expertos de otras disciplinas en la pastoral matrimonial (psicólogo,
educación familiar, economista, médico)
La Iglesia desde el Concilio Vaticano II ha hablado sobre el papel de los laicos en el
ministerio de la Iglesia, por medio de la constitución dogmática Lumen Gentium. Gracias a
este documento, se abrió un nuevo horizonte para involucrar a los seglares en distintas
pastorales; porque la Iglesia no pertenece sólo a los clérigos, religiosos y religiosas, sino a
todas las personas quienes, desde el bautismo, hacen parte activa como miembros de la
Iglesia, de ahí que cada uno tiene el derecho y deber de tomar parte en la misión de Cristo.
Se necesita una cooperación entre los clérigos y laicos, para ejercer el ministerio pastoral,
precisamente en el servicio al pueblo de Dios. La presencia de los agentes pastorales laicos
en prestar ayuda es sumamente importante para acompañar a las familias, porque en ellos
existe la disposición, el testimonio, la idoneidad.
Las parroquias como Iglesias locales tienen la responsabilidad de ejercer pastoral
matrimonial, acompañamiento prematrimonial y post matrimonial, especialmente a las
parejas que están en conflicto. En este campo de pastoral, los sacerdotes, deben incluir a los
140 Ibid., 41.
85
laicos en el servicio. Este ministerio no es suficiente solo con el acompañamiento espiritual,
éste es importante, pero no es lo único; se necesitan otros conocimientos relacionados con
diferentes aspectos, que están involucrados con los problemas que suceden entre los
esposos y que dan la posibilidad de superar la situación. Los laicos tienen la ventaja de
prestar su servicio junto a los conocimientos de otras ciencias. El papa Francisco dice:
También los estudios eclesiásticos, en el espíritu de una Iglesia «en salida», están
llamados a dotarse de centros especializados que profundicen en el diálogo con los
diversos ámbitos científicos. La investigación compartida y convergente entre
especialistas de diversas disciplinas constituye un servicio cualificado al Pueblo de
Dios y, en particular, al Magisterio, así como un apoyo a la misión de la Iglesia que
está llamada a anunciar la Buena Nueva de Cristo a todos, dialogando con las
diferentes ciencias al servicio de una cada vez más profunda penetración y aplicación
de la verdad en la vida personal y social.141
Aquí, el pontífice hace un llamado a la Iglesia en general, para dialogar con otras
disciplinas y hacerlos partícipes del servicio de la Iglesia, para el bien del pueblo de Dios.
Por lo tanto, es bien importante, involucrar a los laicos especialistas en algunas disciplinas,
que son útiles para la pastoral matrimonial, quienes realmente pueden responder a la
necesidad de las parejas; por ejemplo, en el equipo se pueden incluir: un psicólogo familiar,
un experto en educación familiar, un conocedor de la economía del hogar y un médico que
hable sobre educación sexual. Esto es esencial porque son personas que tienen experiencia
directa con la realidad, no solo en la parte espiritual, sino también la parte moral,
psicológica, sexual, orientación familiar, etc. Este trabajo interdisciplinar, da la posibilidad
para que los acompañantes puedan sacar a la superficie, elementos diferentes del problema
y les permita dialogar y dar algunos consejos adecuados, que ayuden para mejorar la
relación de los esposos en el hogar.
La exhortación Amoris Laetitia, también destaca la necesidad de tener agentes pastorales
interdisciplinares (§ 204), quienes ofrecen los distintos aspectos en relación con la vida de
la familia, con el objetivo de tener un buen acompañamiento a quienes enfrentan
dificultades en su relación. La intervención de estos expertos también brinda una esperanza
a los cónyuges, para autoevaluarse y corregirse, asumiendo su responsabilidad y cambiando
los aspectos que dañan su vida matrimonial. Esta manera de hacer pastoral ayuda a
encarnar las nuevas propuestas pastorales, que tocan la necesidad real de ellos.
141 Francisco, Constitución Apostólica Veritatis Gaudium, § 5.
86
Este trabajo que los orientadores brindan a las parejas en conflicto, por sus problemas en la
comunicación, es necesario que lo ejerzan con amor, voluntad, sinceridad y libertad; no
deben considerarlo como una obligación. El papel de los acompañantes es motivarlos para
que ellos puedan seguir las sugerencias dadas y aprovechar esos momentos de encuentro,
como una oportunidad de crecimiento en su relación.
e. Promover la importancia de comunicación en la familia
La comunicación es un aspecto fundamental en la familia, principalmente entre esposo y
esposa, porque a través de interactuar constantemente se puede crear un ambiente de amor,
armonía, confianza, cercanía y el conocimiento mutuo. La comunicación que se vive en el
hogar permite no sólo entender lo que se expresa a través de la palabra o el gesto, también
posibilita a las parejas a tener un vínculo o lazos del amor más profundo. De hecho, este
aspecto es uno de los requisitos más importantes y no puede faltar en la relación
matrimonial. La buena comunicación entre esposos también ayuda a desarrollar la
intimidad, porque la apertura en la relación que se manifiesta a través del compartir y el
diálogo recíproco y continuo, es una forma para vivir plenamente la intimidad en la
relación. Dice el Psiquiatra-Psicoterapeuta José Díaz Morfa:
Un aspecto fundamental también para una relación de pareja satisfactoria es el
crecimiento en la intimidad. Para crear un puente al otro, es decir para crear un
vínculo, esto incluye el arriesgarse a mostrar vulnerabilidad, o sea, romper nuestras
propias defensas. También incluye la creación de una comunicación clara, la
confrontación de las diferencias; esto expresado en un nivel más inmediato implica, el
aprendizaje en habilidades de negociación y el establecer unas reglas personales
específicas para el desarrollo de esta intimidad.142
Por consiguiente, los agentes pastorales deben tener en cuenta la importancia de promover
la comunicación entre la pareja como parte básica del programa de acompañamiento. Los
ministros deben conocer que los conflictos en la familia afectan la comunicación y eso
influye negativamente en la relación conyugal; por ejemplo, si los esposos no hablan entre
sí, cada uno hace sus cosas sin consultar al otro, no hay momentos de compartir, no se
prestan atención, no se expresan las palabras o gestos cariñosos, etc. eso los va distanciando
más y más. Los acompañantes orientadores, pueden mostrar que realmente la comunicación
es algo esencial, que no puede dejarse de lado en la familia; aunque suceda un mal
142 Díaz Morfa, Prevención de los conflictos de pareja, 36.
87
entendimiento u otros conflictos en el hogar, la comunicación debe continuar, porque ésta
es la única manera como los esposos pueden aclarar el problema y buscar la solución para
poner fin a la situación. Además. “permite la renovación del vínculo amoroso y por tanto la
superación de la crisis y la continuidad de la relación de la pareja”.143
La comunicación tanto verbal como no verbal, juega un papel importante en la vida
familiar, porque el esposo y la esposa se pueden conocer uno al otro, solo a través del
interactuar, y ésta también determina la continuidad de la vida de las parejas. Unos
cónyuges que le dan importancia a la comunicación organizan el tiempo para dialogar y
compartir, escucharse el uno al otro, ya que esto les posibilita desarrollar una buena
relación y es un lazo de unión entre ellos, además, les garantiza mantener un buen
matrimonio; al contrario, cuando no se vive la buena comunicación en la familia, entonces
es muy difícil llevar adelante la vida matrimonial. La exhortación Amoris Laetitia también
destaca que “al valorar más la comunicación personal entre los esposos, se contribuye a
humanizar toda la convivencia familiar”144.
La asesoría que se les brinda es el momento oportuno para promover la importancia de
comunicación en el hogar y es una forma para apoyarlos a desarrollar el amor
incondicional. Para poder construir una familia, cada uno de los cónyuges, debe ser capaz
de unir y respetar opiniones diferentes, por lo que se necesita un entendimiento mutuo, un
ajuste y una comunicación profunda. Una persona que decide contraer matrimonio debe
tener un propósito; el mismo objetivo debe ser realmente compartido y asumido por la
pareja y deben trabajar para lograrlo juntos. El hecho de que los objetivos no sean los
mismos entre marido y mujer, será una fuente de problemas en la familia.
El matrimonio como forma de relación interpersonal, se enfrenta a una red de
comunicación que se desarrolla de manera permanente y continua, para eso, se requiere una
comunicación de alta calidad, para que tanto el marido como la mujer, puedan expresarse
libremente. Los diversos tipos de personalidades y los varios niveles de comunicación tanto
superficiales como profundos del corazón y los sentimientos, influyen notablemente en la
calidad de la comunicación y afectará la relación entre ellos. Hay muchos problemas en el
143 Ibid., 130. 144 Francisco, Amoris Laetitia, § 32.
88
hogar, que ocurren debido a la ausencia o falta de comunicación de calidad entre los
esposos.
f. Fortalecer la espiritualidad conyugal
La espiritualidad conyugal es el pilar principal, para la construcción de una familia feliz. La
esencia de un sentido de espiritualidad es el poder de la sumisión y la obediencia a Dios, es
decir, la necesidad de depender únicamente de Dios y la creencia de que todos los pasos de
la vida no pueden separarse de la intervención de Él. Con esta espiritualidad, toda la
dinámica y atmósfera de la vida en la familia traerán una sensación de tranquilidad,
seguridad y paz en el alma, de cada miembro de la familia. Gracias al sacramento del
matrimonio, el esposo y la esposa cumplen con sus obligaciones como integrantes de la
familia, están imbuidos del espíritu de Cristo, que llena su vida familiar de fe, esperanza y
amor. Hablar de espiritualidad conyugal, significa que estamos hablando de la religiosidad
del matrimonio mismo, que no es sólo una institución mundana, sino una institución
espiritual porque es la voluntad de Dios mismo. Esto es “la forma como la pareja responde
a la vocación o llamada que Dios le hace por la Iglesia, en las circunstancias cotidianas de
su propia vida conyugal y familiar”.145 La pareja formada por dos bautizados que han
celebrado su matrimonio sacramental, están llamados a realizarse de acuerdo con el modelo
de Cristo, inspirados por su ejemplo y su palabra.
Muchos hogares, hoy en día, no viven la espiritualidad conyugal después del matrimonio y
algunos no le dan mucha importancia a este aspecto. Bien, la Iglesia no obliga ni exige a
nadie para seguir sus enseñanzas, lo que hace es invitar a todos los esposos a vivir su fe
fielmente en Cristo y a desarrollar la intimidad con Dios. Posiblemente los conflictos que
suceden en el hogar pueden ser causados por falta de una espiritualidad conyugal, aquellos
que no fundamentan su vida matrimonial en Cristo, fácilmente caen más en problemas,
porque Cristo es el camino que muestra el significado del amor conyugal y Él es el modelo
del amor incondicional. No quiere decir que las parejas que practican su fe no encuentren
dificultades en su relación; ellos pueden vivir su fe, pero es seguro que, si la tienen y ponen
en práctica, encontrarán más fácilmente mecanismos para superar los inconvenientes. Sin
145 Gómez B, Espiritualidad Conyugal y Familiar (Elementos de reflexión), p. 3,
http://pastoralfamiliarmedellin.co/assets/upload/escritos/documentos/20554.pdf, (consultado el 30 de
septiembre de 2020).
89
embargo, lo que se quiere enfatizar es cómo cuando la pareja tiene a Jesús como columna
de su relación, entonces va a hacer presente siempre el amor en el hogar, a pesar de los
muchos conflictos que hay en el diario vivir.
Las parejas cristianas están invitadas para fortalecer su espiritualidad conyugal, como una
manera de vivir una íntima relación con Cristo, quien es el ejemplo del amor auténtico. Los
padres sinodales hacen una llamada a las Iglesias locales, para ofrecer el acompañamiento
en la parte espiritual familiar, después del matrimonio. Aquí se pide la intervención de los
agentes pastorales, para motivar a los cónyuges a desarrollar esta espiritualidad en el hogar.
Cuando los esposos viven una espiritualidad profunda, se convierte en una manantial que
nutre la relación entre la pareja, que suscita la armonía, el entendimiento, la comprensión,
el diálogo y la paz. Esto, por supuesto, trae un impacto positivo en la vida familiar, el
bienestar y la felicidad de todos. La exhortación Amoris Laetitia anota que, para fortalecer
la espiritualidad familiar, se necesita una vida de oración y la participación en la Eucaristía,
porque esa es la única vía para tener la intimidad con Cristo.
Es preciso resaltar la importancia de la espiritualidad familiar, de la oración y de la
participación en la Eucaristía dominical, y alentar a los cónyuges a reunirse
regularmente para que crezca la vida espiritual y la solidaridad en las exigencias
concretas de la vida. Liturgias, prácticas de devoción y Eucaristías celebradas para las
familias, sobre todo en el aniversario del matrimonio, se citaron como ocasiones vitales
para favorecer la evangelización mediante la familia».146
Esa intimidad con Dios que desarrollan los esposos a través de los actos de fe los motiva a
vivir la espiritualidad conyugal en el hogar, eso se refleja en su relación; este amor divino
apoya y permite madurar la comunión conyugal.
Vivir la espiritualidad conyugal en el hogar, significa hacer presente el rostro de Cristo no
sólo en la familia, sino también en la relación entre los dos, como esposo y esposa. Cuando
los esposos tienen la cercanía con Dios, seguramente la relación interpersonal entre los dos
también será más cercana y habrá más intimidad, porque ambos están en el amor y la gracia
de Dios. Para construir una familia armoniosa, la unión con Dios es uno de los elementos
básicos y se logra con la práctica de las actividades espirituales.
Por otra parte, la presencia de Jesús en el hogar se convierte en el acompañante que camina
junto con la familia y experimenta las situaciones que ella enfrenta, en la tristeza, en el
dolor y en la alegría. Cuando Cristo habita y permanece en la familia, en el corazón de cada
146 Francisco, § 123.
90
miembro, entonces hay amor y esperanza, aunque estén en una tribulación. El papa
Francisco refiere:
Si la familia logra concentrarse en Cristo, él unifica e ilumina toda la vida familiar. Los
dolores y las angustias se experimentan en comunión con la cruz del Señor, y el abrazo
con él permite sobrellevar los peores momentos. En los días amargos de la familia hay
una unión con Jesús abandonado que puede evitar una ruptura. Las familias alcanzan
poco a poco, «con la gracia del Espíritu Santo, su santidad a través de la vida
matrimonial, participando también en el misterio de la cruz de Cristo, que transforma
las dificultades y sufrimientos en una ofrenda de amor».147
De modo que, para que las parejas puedan construir una familia que fundamente su vida en
Jesús y desarrollen la espiritualidad conyugal, se necesita el apoyo por parte de la Iglesia.
La pastoral matrimonial es la manera cómo los párrocos y los laicos, que hacen parte de
este servicio, pueden realizar el acompañamiento espiritual y motiven a las parejas para
tener una unión auténtica con Dios.
g. Promover la importancia del aspecto celebrativo en la relación matrimonial
El amor es la base fundamental de una relación entre un hombre y una mujer, que les
permite a los dos seres humanos, el aceptarse mutuamente y ser capaces de comprometerse
a vivir juntos a través del matrimonio. El amor entre los cónyuges es bendecido por Dios,
porque fue sellado por el sacramento, en la celebración matrimonial. Por lo tanto, las
parejas están llamadas a vivir este amor todos los días, en cualquier situación, en las buenas
o en las malas, en el éxito o en el fracaso. Para llegar a esta relación amorosa y permanente,
se necesita una renovación diaria del amor, o sea, alimentar este sentimiento a fin de que
crezca y perdure.
Con el fin de que el marido y la mujer puedan mantener este amor ilimitado en su relación,
se necesitan los espacios, donde ellos puedan refrescar o renovar su relación. Esto no es
algo de menor importancia, más bien es esencial que las parejas puedan retomar la energía
para alimentar el vínculo del amor y desarrollar su vida matrimonial. No pocos
matrimonios tienen una relación fría o frágil, precisamente porque no han tenido tiempo
juntos, sólo se han enfocado en el trabajo, desatendiendo su vida conyugal. Frente a esta
realidad, la Iglesia por medio de los agentes pastorales, puede promover en los esposos, la
inclusión de momentos celebrativos, en sus proyectos. Aquí se refiere a algunos espacios
147 Ibid., § 317.
91
donde el esposo y la esposa puedan estar juntos y compartir sus sentimientos “para que la
relación se fortalezca y logre la vitalidad que tal vez la rutina ha ido apagando”148.
El pasar tiempo juntos es muy importante para la continuidad del matrimonio y para su
felicidad. Estos momentos, donde los dos pueden disfrutar tiempo solos, es una oportunidad
maravillosa para pasar el tiempo libre; por ejemplo, para divertirse, cenar juntos o
simplemente tener una intimidad. Cuando estén solos, los cónyuges pueden realizar algunas
cosas, desde escucharse el uno al otro, compartir sentimientos más profundos o realizar
actividades que les gusten.149 Sin embargo, para poder desarrollar este proyecto se necesita
un acuerdo de ambas partes, de hecho, aquí se presentan algunos consejos útiles:
➢ Hacer el compromiso juntos. Aquí los cónyuges pueden reunirse y dialogar sobre la
importancia del matrimonio y la necesidad de desarrollar la intimidad.
➢ Luego, dialogar para ponerse de acuerdo sobre el tiempo que disfrutarán los dos.
Después de que haya un compromiso mutuo, deben programar un horario cada una o
dos semanas, de acuerdo con sus labores y compromisos de trabajo.
➢ Discutir lo que deseen realizar. Pueden hacerlo fuera o en la casa. Este espacio es
únicamente para hablar de sus sentimientos, sus expectativas y necesidades; no para
tratar sobre las tareas del hogar, ni hablar de trabajo, ni tampoco sobre la economía de
la casa.
3.4. Nuevas maneras para la atención pastoral a las parejas en dificultad de
comunicación
El capítulo octavo de la exhortación Amoris Laetitia presenta tres nuevas etapas que la
Iglesia debe asumir y acoger con más esfuerzo, particularmente para las personas y parejas
que, por algunas circunstancias, no fueron capaces de seguir las normas establecidas por el
magisterio de la Iglesia. Por la situación irregular, por ejemplo, el divorcio, viven
separados, se vuelven a casar, algunos se sienten indignos para integrarse a la Iglesia,
porque habían cometido un pecado. Para algunas personas, esta problemática la vieron
como la razón para alejarse o excluirse de la Iglesia. Por otra parte, el concepto que tiene la
148 Pérez, La importancia de compartir tiempo juntos, http://www.lavidaenfamilia.com/la-importancia-de-
compartir-tiempo-juntos/, (consultado el 28 de octubre 2020). 149 Rumondor, Waktu Berdua ¿Pentingkah? (Tiempo de estar solos ¿Es importante?),
https://psychology.binus.ac.id/2015/02/20/waktu-berdua-pentingkah/, (consultado el 28 de octubre 2020).
92
sociedad sobre el divorcio, el cual se ve como una enfermedad social, obliga a las personas
o a la familia, a vivir retirada de la sociedad.
Por tal razón, el papa Francisco a través de este capítulo, quiere presentar la importancia de
comprender el mensaje fundamental del Evangelio, respecto a la misericordia y el amor en
la evangelización del reino de Dios. Precisamente, se establece como la base esencial en
este proceso de renovación y transformación, que se necesita en la pastoral matrimonial en
toda la Iglesia, en particular, con aquellas personas que se encuentran en situación irregular.
Es básico tener una postura que se afiance en el mensaje evangélico, el espíritu de Cristo,
que es la misericordia. La Iglesia que lleva este rostro a toda la humanidad, a los miembros
que están perdidos, que los acoge con amor y ternura, sin juzgar, ni criticar y tampoco los
excluye de la comunidad.
3.4.1. La Iglesia que acompaña
La exhortación Amoris Laetitia presenta nuevos caminos para la pastoral matrimonial y uno
de ellos es el acompañamiento continuo a los cónyuges. Es el factor principal que la Iglesia
debe realizar y desarrollar en su servicio a las parejas después del matrimonio, y enfocar
más la atención hacia aquellas que están viviendo un conflicto. Como madre, la Iglesia no
puede dejar que sus hijos sufran una situación delicada y esperar que se acerquen, al
contrario, debe salir a buscarlos, a los que están perdidos en cualquier sitio, debe acercarse
a las parejas en dificultad, conocer su situación y escuchar atentamente lo que ellos
cuentan, porque es así cómo se sienten aceptados. Esto es a lo cual el papa Francisco invita,
a la “Iglesia en salida”, que siempre estén atentos a la situación de los esposos y traer la
esperanza a aquellos que están frustrados y no encuentran la solución.
«la Iglesia debe acompañar con atención y cuidado a sus hijos más frágiles, marcados
por el amor herido y extraviado, dándoles de nuevo confianza y esperanza, como la luz
del faro de un puerto o de una antorcha llevada en medio de la gente para iluminar a
quienes han perdido el rumbo o se encuentran en medio de la tempestad».150
Ellos necesitan acompañantes que los escuchen con amor y ternura, que los comprendan,
los consuelen y que les demuestren una postura humilde, sin discriminación; como la
actitud misericordiosa de Jesús frente a los débiles, a los pecadores y a los que fueron
rechazados por el pueblo, Él los acompañó y dirigió al buen camino. “Hay que acoger y
150 Ibid., § 291.
93
valorar especialmente el dolor de quienes han sufrido injustamente la separación, el
divorcio o el abandono, o bien, se han visto obligados a romper la convivencia por los
maltratos del cónyuge”.151 La Iglesia está invitada a involucrarse en la situación real de la
pareja, sin importar la gravedad del problema, porque lo que se necesita aquí, es la voluntad
y el amor para ayudar al prójimo que sufre.
El acompañamiento que la Iglesia les brinde no sólo permite a las parejas comprender el
significado fundamental del amor y del matrimonio, también posibilita a los agentes
pastorales y a la comunidad, para tener la sensibilidad de amar y de valorar la presencia de
estas familias, puesto que ellos también son hijos de Dios. Esta actitud ciertamente es la
que se necesita y es lo principal en el acompañamiento, porque con esto los esposos, que
están en conflicto, se sienten acogidos, valorados y amados. Además, la Iglesia debe tener
conciencia de dedicar plenamente este servicio, para el bien de los cónyuges, ya que ésta es
la esencia de la misión cristiana.
La Iglesia en salida debe ser sensible a la necesidad de sus miembros, sin tener que mirar la
situación o el trasfondo de la vida de cada miembro. Es una Iglesia que mira con ojos de
amor, a aquellas vidas que atraviesan o han sobrellevado por mucho tiempo circunstancias,
que les impiden desarrollar la vocación, misión y servicio a la que todo cristiano está
llamado. Los ministros que acompañen deben transmitir la belleza del amor de Dios,
porque eso genera paz, felicidad, alegría y se fomenta el espíritu cristiano en cada pareja.
3.4.2. La Iglesia que ayuda a discernir
En la pastoral matrimonial, la Iglesia está llamada a acompañar a estas parejas para hacer
un discernimiento. Lo que se refiere aquí, es la necesidad de una orientación o un apoyo,
para que ellas den una mirada atrás, analicen y vean cuál es el fondo del conflicto; es así
como tendrán la posibilidad de encontrar el camino de acuerdo con la palabra de Dios. “El
discernimiento consiste en asistirlas a evaluar las opciones que tienen con respecto al
matrimonio, a la luz del ideal del Evangelio; ayudarlas a encontrar la manera de crecer
hacia este ideal, y a encontrar maneras de integrarse a la comunidad de la iglesia”.152 Para
151 Ibid., § 242. 152 Villegas, Discernimiento pastoral en los matrimonios irregulares según Amoris Laetitia: Lectura desde el
punto de vista de la espiritualidad,
94
que este discernimiento dé sus frutos, se necesita la disponibilidad por parte de los
cónyuges para dejarse orientar por los acompañantes, durante el proceso de asesoría. Sin
embargo, aquí se necesita el respeto por la libertad de cada una de las parejas, sin
convertirse en una obligación, o sea que cada uno tenga la libertad de decidir lo que es
bueno y mejor para su vida y su relación.
Los presbíteros tienen la tarea de «acompañar a las personas interesadas en el camino
del discernimiento de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia y las orientaciones del
Obispo. En este proceso será útil hacer un examen de conciencia, a través de
momentos de reflexión y arrepentimiento… Se trata de un itinerario de
acompañamiento y de discernimiento que «orienta a estos fieles a la toma de
conciencia de su situación ante Dios… Dado que en la misma ley no hay gradualidad,
este discernimiento no podrá jamás prescindir de las exigencias de verdad y de caridad
del Evangelio propuesto por la Iglesia. Para que esto suceda, deben garantizarse las
condiciones necesarias de humildad, reserva, amor a la Iglesia y a su enseñanza, en la
búsqueda sincera de la voluntad de Dios y con el deseo de alcanzar una respuesta a ella
más perfecta».153
Los agentes pastorales y la comunidad deben tener el amor y la sensibilidad para acoger a
las parejas, para guiarlos con mucha delicadeza y paciencia, para que ellas puedan discernir
interiormente y encontrar esta esperanza de mejoramiento. La atención que les brinden
debe surgir de la voluntad y el querer el bien de los demás, esto quiere decir, tener el
sacrificio y la disponibilidad del tiempo y del esfuerzo en acompañarlos. Se exige la
totalidad en este servicio, porque en el amor y la misericordia no hay límite; como Cristo se
ofreció y se entregó totalmente para el servicio de los seres humanos, sin hacer distinción
alguna; esto es la amplitud del amor misericordioso de Dios, que privilegia la dignidad de
la humanidad, incluso la dignidad del matrimonio. Los cónyuges que fundamentan su
discernimiento en la palabra de Dios logran, más fácilmente, encontrar una esperanza para
reconciliarse con ellos mismos, con la comunidad y con Dios.
La Iglesia debe tomar las medidas, que respondan eficazmente a la necesidad de sus
miembros que están pasando los momentos difíciles. Por lo tanto, se necesita una
renovación en el servicio, no sólo desarrollar la parte del conocimiento del matrimonio,
sino también la manera de tratar a las parejas a la hora de acompañarlas, qué las puede
http://www.intams.org/website/intams/assets/files/bestanden_PDF/232Villegas_ES.pdf, (consultado el 6 de
octubre 2020). 153 Francisco, § 300.
95
motivar tanto a ellas como a los acompañantes, para discernir la situación, de acuerdo con
la realidad concreta.
3.4.3. La Iglesia que abre la puerta para que se integren
El integrarse es otro aspecto importante que la Iglesia debe tener en cuenta, en el
seguimiento a los matrimonios en conflicto, especialmente para las personas que se
divorciaron y se han vuelto a casar. No se puede negar, que hay muchos hombres y mujeres
que han dejado la Iglesia debido al divorcio o porque viven separados, al no poder
solucionar los problemas que se les presentaron en el matrimonio. Una de las razones que
tiene la mayoría de ellos, es el pensamiento conservativo de muchos consagrados y laicos,
quienes consideran el divorcio como un gran pecado, o sea que aquellos que se divorciaron
y se volvieron a casar lo han cometido, porque han traicionado los votos matrimoniales que
hicieron ante Dios y la comunidad. Por eso, no les es lícito participar en actividades de la
iglesia. Es necesario mirar las causas que llevaron a la separación, hacer una investigación
de lo que sucedió y no generalizar que las personas que cometieron este acto no son dignas
y no pueden entrar a la Iglesia.
Esto no quiere decir que el divorcio sea un acto tolerable por la Iglesia, al contrario, el
matrimonio católico tiene carácter de indisolubilidad y es para toda la vida. La separación
va contra la voluntad de Dios. Sin embargo, los pastores y la comunidad no pueden juzgar y
excluir a las parejas divorciadas. La Iglesia debe mirar la situación concreta, acercar a esas
personas y dialogar con ellas, ver la razón principal que causó el divorcio, porque todo esto
tiene sus causas muy especiales, que los llevaron a tomar esa difícil decisión. Tampoco
debe aislarse a quienes vuelven a casarse, porque, de todos modos, ellos también son hijos
de Dios y miembros de la Iglesia de Cristo.
Aquí el pontífice pide a toda la Iglesia, abrir su puerta a las parejas divorciadas y a aquellos
que se han vuelto a casar (civilmente) a través de una pastoral matrimonial y familiar. La
comunidad tampoco puede prohibir a esas personas que vuelvan a su seno, porque la
misericordia de Jesús es más grande y poderosa que el pecado. Como una institución que
continúa la misión de Cristo, la Iglesia debe mostrar la actitud misericordiosa y la
capacidad de amar, de perdonar y más bien de orientar a quienes han cometido el error.
96
Se trata de integrar a todos, se debe ayudar a cada uno a encontrar su propia manera de
participar en la comunidad eclesial, para que se sienta objeto de una misericordia
«inmerecida, incondicional y gratuita». Nadie puede ser condenado para siempre,
porque esa no es la lógica del Evangelio.154
Por esta razón, los sacerdotes y la comunidad deben buscar a las personas que se han
divorciado y se han vuelto a casar, para que se integren nuevamente a la Iglesia. Esto es
importante para que ellos no se sientan abandonados por la comunidad, más bien
comprendidos, acogidos y aceptados. Por lo tanto, “A las personas divorciadas que viven en
nueva unión, es importante hacerles sentir que son parte de la Iglesia, que «no están
excomulgadas» y no son tratadas como tales, porque siempre integran la comunión
eclesial”.155
Sin embargo, se necesita y se exige un buen acompañamiento que ayude a esas personas a
discernir seriamente, antes de involucrarse en las actividades de la Iglesia. Además, los
agentes pastorales deben tener una actitud de respeto, para que puedan crear el ambiente de
armonía, de diálogo y de entendimiento mutuo. También, tratar de evitar las palabras y
actitudes que puedan crear la discriminación y traer la herida interior de las personas que
acompañan.
3.5. Conclusión
El matrimonio entre un hombre y una mujer es el don del creador. Es Dios quien une a
estas dos criaturas en el sacramento. La Iglesia, que representa a Cristo en el mundo, tiene
la función de acompañarlos para que comprendan la esencia del amor y el significado del
matrimonio cristiano, a través de una adecuada preparación prematrimonial. Esta relación
amorosa se confirma con el sacramento del matrimonio, que es dado por Dios y por la
Iglesia, en este caso por la mano del sacerdote. Sin embargo, el matrimonio está construido
por dos seres humanos, que todos los días están luchando para seguir adelante,
manteniendo el amor mutuo, en medio de tantas dificultades y ofertas engañosas del
mundo.
Los conflictos que se encuentran en el hogar, a lo largo del camino, son unas realidades de
las cuales no se pueden escapar. Esas problemáticas a veces son causadas por la situación
154 Ibid., § 297. 155 Ibid., § 234.
97
interna en la familia, o por otras circunstancias externas. Sin embargo, todo eso afecta
gravemente la comunicación entre el esposo y la esposa. Los desafíos que se encuentren
pueden ayudar a los cónyuges para madurar su relación, si los enfrentan juntos con amor y
paciencia y mantienen el diálogo y la escucha mutuamente. Por otra parte, la incapacidad
de manejar la situación, la falta de entendimiento e incluso la falta de diálogo entre ellos,
puede convertirse en un gran problema que lleve a la familia al caos, y amenace la vida
matrimonial. De hecho, los sacerdotes, religiosos y los ministros laicos, no pueden
quedarse mirando indiferentes las graves problemáticas que suceden en muchas familias. Al
contrario, la Iglesia debe ser sensible a la necesidad de esas parejas, que de verdad
necesitan el apoyo y la ayuda a través de la pastoral matrimonial
La Iglesia debe estar orgullosa porque hay tantas parejas que se aman y son fieles a sus
votos matrimoniales, a pesar de todo tipo de problemas que se encuentran en el hogar y en
su relación. Pero desafortunadamente, hay muchas otras que, por diferentes motivos, no
fueron capaces de llevar adelante su vida matrimonial, se divorciaron y se casaron
nuevamente con otros. Algunos se sienten heridos por la experiencia dolorosa en su vida de
pareja y luego dejaron la Iglesia, mientras otros, fueron rechazados por la comunidad por el
acto que cometieron y también se alejaron.
Por esta razón la Iglesia debe abrir sus puertas a las personas en la condición “irregular”,
para que se integren a la Iglesia y por medio de la asesoría, se les ayude a analizar y
discernir a la luz del Evangelio. Esto debe hacerse porque todos somos hijos e hijas de
Dios, a pesar de las graves acciones que se cometan, todavía siguen siendo hijos de Dios.
Pero se necesitan personas que los guíen y orienten en su caminar; reflejen el rostro
amoroso y misericordioso de Cristo, y que no consideren este servicio como una obligación
o como un trabajo que tienen que hacer, sino como una llamada de Dios, para acompañar
con amor y ternura al prójimo que sufre.
98
Conclusiones
Hoy en día muchas parejas casadas enfrentan diversos conflictos en su vida matrimonial,
para la mayoría traen el impacto negativo en su relación, por falta de apertura y de
comprensión. Algunas, aprenden de las dificultades para mejorar su relación y mediante un
buen diálogo, acrecientan su actitud de respeto, de valorarse y de colaborarse mutuamente.
Mientras otras, no son capaces de buscar la manera de sortear los inconvenientes y ponen
en peligro su vida de esposos. Esta situación es provocada por distintos factores tanto
internos como externos. La problemática aquí no es por cuántos problemas se puedan
encontrar en el camino y la gravedad que eso conlleva, sino básicamente la falta de
desarrollar una buena comunicación entre los cónyuges. La investigación que involucró a
cinco parejas casadas, de la parroquia Beato Juan Bautista Scalabrini, en la localidad de
Suba, concluyó que la mayoría de ellos aceptaban, cómo esos problemas que suceden en
sus relaciones y en sus hogares, fueron causados especialmente por falta de comunicación.
No tienen un buen diálogo permanente, no hay un compartir en la familia, además, falta de
escucha, de comprender y entender al otro.
Cuando se presentan estos desacuerdos, no se comunican francamente, se quedan callados y
dejan así, sin decir ni aclarar nada; al final el otro no sabe lo que está pasando y sólo se nota
que la situación es un poco tensa. Otro factor que causa el problema es la falta de
responsabilidad en la familia, por ejemplo, la esposa se siente frustrada porque el esposo no
asume seriamente su responsabilidad en el hogar y le deja toda la carga a ella. Estos son
apenas dos casos concretos, que motivan la dificultad de comunicación entre cónyuges en
la familia. Esta anomalía, si sucede uno o dos veces puede tolerarse, pero cuando se repite
muchas veces, llega a convertirse en un gran conflicto que trae la infelicidad y el
rompimiento en la relación matrimonial.
La complejidad de las situaciones de muchos cónyuges, hoy en día, se convierte en un
desafío para la Iglesia, cómo responder a la necesidad de las parejas de acuerdo con el
mensaje del Evangelio; descubrir y encarnar en la vida matrimonial, la palabra liberadora
del Salvador. Se necesita la atención y la intervención urgente para trabajar en su
orientación. El apoyo que se les brinde debe responder directamente a la problemática que
están enfrentando los cónyuges, de hecho, no se enfoca solo en el acompañamiento
espiritual, sino también ver otros aspectos que son importantes para el bien de la vida de los
99
esposos. Por ende, es indispensable la participación de los agentes pastorales y el responder
a este servicio, como una manera de contribuir a sanar las fragilidades de muchas familias.
El papa Francisco a través de la exhortación apostólica Amoris Laetitia (La Alegría del
Amor) hace una llamada a toda la Iglesia universal, para responder a los distintos
problemas que suceden en muchos hogares, especialmente con las parejas que están en una
situación particular. Los pastores deben ser sensibles a las realidades de los cónyuges de
hoy, realizar un trabajo más concreto a través del manejo oportuno y continuo. Esto es
fundamental, porque la esencia de la Iglesia es ser signo del Reino de Dios en el mundo,
por lo tanto, debe mostrar el rostro más humano y misericordioso en su labor, con el fin de
que ellos encuentren el mejor camino para mejorar.
El pontífice también invita a los agentes pastorales, a convertir la Iglesia en un “hospital de
campaña” donde acepta a las personas que tienen heridas buscando el amor, la
misericordia, y el perdón de Dios. Eso significa, la necesidad de llevar a estas personas
dolidas al encuentro con Cristo, ellos buscan una cercanía con Él, porque trae la sanación y
convierte la tristeza en la alegría. Esta es la forma de proceder de la pastoral matrimonial,
no condenarlos, sino acompañarlos con el corazón lleno de ternura para que ellos
encuentren la reconciliación consigo mismo, con el otro y con Dios y así los lleve a la paz
interior y a sentir la alegría de la vida.
Para que la pastoral matrimonial pueda realmente responder a las dificultades de los
cónyuges hoy, encontramos cómo la exhortación Amoris Laetitia promueve a los agentes
pastorales, tanto sacerdotes como laicos, a tener una preparación completa y adecuada antes
de comprometerse en el campo pastoral. De ahí la importancia de tener una formación
integral, no solo en la parte espiritual, sino también tener conocimientos de otras disciplinas
que tienen que ver directamente con la relación de los cónyuges y su vida familiar. Debe
estar orientado a que la asistencia que se brinde esté acorde con los problemas que viven las
parejas y las necesidades de las familias, porque no todos los conflictos en el hogar se
resuelven solo con el apoyo espiritual, ya que enfrentan circunstancias de diferente índole.
La ausencia de una buena comunicación de muchas parejas casadas, generalmente causada
por el error que se ha cometido, ya sea de carácter psicológico, económico, sexual,
educación de los hijos, etc., requiere que el servicio aborde esos temas para que la asesoría
100
se realice de acuerdo con el objetivo, entonces los agentes pastorales deben tener el
conocimiento suficiente sobre la vida familiar y sus diferentes aspectos y problemas.
Viendo la importancia de la familia como una Iglesia doméstica, y entendiendo las
expectativas de la Iglesia para la familia, así como los desafíos en la vida de los cónyuges y
problemas familiares, es necesario tener una estrategia de servicio en este campo de la
pastoral. De hecho, la pastoral matrimonial con estas parejas debe tener un buen manejo
que permita a los agentes pastorales a realizar una eficiente labor para el logro de los
objetivos, no sólo por parte de la Iglesia, sino lógicamente, por parte de los cónyuges. Todo
eso se obtiene únicamente, cuando los ministros pastorales fundamentan sus acciones en la
actitud de Cristo, quien promueve el bien y la dignidad del ser humano.
Además, suscita en la vida de los cónyuges, el espíritu de ayuda, de apoyo mutuo, de
entendimiento y comprensión para que crezcan en el amor y desarrollen el bien común en
pro de la familia. Se sabe que no sólo uno de ellos, el marido o la mujer es responsable en
el hogar, sino que ambos son indispensables y complemento esencial para su crecimiento y
estabilidad. La obligación del esposo y la esposa, de desarrollar el amor mutuo en la
familia debe comenzar por ellos mismos, al aceptar sus debilidades y cualidades para que
puedan tener una comunicación saludable, gratificante, enriquecedora y la proyecten
permanentemente en su vida familiar. La madurez de una familia se verá, entonces, a través
de la actitud y la calidad de comunicación que demuestren en la interacción de su vida
cotidiana.
Este trabajo trata de resaltar la dificultad de comunicación en la vida de los cónyuges y
presenta las estrategias que los pueden ayudar, a través de la pastoral matrimonial. Sin
embargo, en esta misma área, se puede desarrollar la investigación desde otras perspectivas,
por ejemplo: la importancia de la educación sexual en la familia; el desarrollo de la
comunicación en la familia; la educación cristiana en la familia basada en las propuestas de
los documentos de la Iglesia; la influencia del entorno familiar en la personalidad de los
hijos; y el papel de la iglesia en el tratamiento de la violencia doméstica.
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