explotación minera en lota y coronel
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Explotación minera en Lota y Coronel
Trabajadores y empresarios en la industria del carbón
En la región costera del golfo de Arauco, emergieron, a mediados del siglo XIX, las ciudades mineras de Lota y Coronel como consecuencia del requerimiento de mano de obra para las labores de extracción de carbón.
Allí se establecieron empresarios tales como Matías Cousiño, Jorge Rojas, Guillermo Délano y Federico Schwager, entre otros.
En 1869, el agotamiento de los mantos subterráneos de Punta de Puchoco obligó a las empresas carboníferas a profundizar las labores y extenderlas para trabajar los mantos submarinos existentes bajo el mar.
Con el paso de los años, y con la habilitación a fines del siglo XIX del ferrocarril entre Concepción y Lebu, se incorporaron a la producción carbonífera nuevos yacimientos ubicados al sur de Lota, como Trongol, Curanilahue y Lebu.
Hasta la primera mitad del siglo XX, la demanda de
carbón se mantuvo medianamente estable, hasta que la generalización del uso
del petróleo y la energía eléctrica en los procesos
industriales y en los ferrocarriles, causó crecientes problemas de demanda a las
empresas carboníferas, los que culminarían con el cierre definitivo de las minas en
1997.
En torno a las minas de Lota y Coronel, surgieron desde mediados del siglo XIX diversas instalaciones industriales sustentadas en el uso intensivo del carbón, como industrias de vidrio, ladrillos refractarios, una fundición de cobre e incluso una industria de elaboración de maderas que aprovechaba las plantaciones forestales realizadas por Luís Cousiño en los alrededores.
En este sentido, los yacimientos carboníferos generaron un importante polo de desarrollo industrial en la región, permitiendo la acumulación de importantes fortunas y el desarrollo de relaciones laborales de tipo capitalista.
Las ciudades de Lota y Coronel no tardaron en convertirse en centros de atracción demográfica para la población campesina de la región.
Si bien el carbón hizo posible la formación de grandes fortunas, la precariedad de las condiciones de vida de los trabajadores fue una constante desde el comienzo de las actividades mineras, lo que a su vez generó una fuerte identidad colectiva entre sus habitantes.
Las condiciones de vida de los obreros carboníferos, dieron paso a un profundo malestar social. Esta situación, unida a la fuerte identidad social de los obreros del carbón, explotó en numerosos conflictos y huelgas, contribuyendo al desarrollo de un sindicalismo obrero de gran arraigo nacional.
Los principales problemas sociales eran la falta de viviendas adecuadas, la proliferación de epidemias y enfermedades profesionales, y la escasez de establecimientos educacionales.
A esto se sumaba el trato inhumano hacia los trabajadores por parte de los mandos superiores y medios, siempre descontentos por la arbitrariedad del sistema de pago, los riesgos en el trabajo y la baja calidad técnica de los obreros.