fae sutherland - más que palabras

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    MÁS QUE PALABRAS

    Por Fae Sutherland

    Resumen

    Muy tímido, el florista algo torpe Elías ha soñado con Mateo

    “el mecánico caliente de la tienda de al otro lado de la calle”  por

    meses. Cuando finalmente consigue su oportunidad de hablar con él,la respuesta de Mateo, o falta de ella, es suficiente para hacer que

    Elías se prometa no hacer el ridículo de nuevo, por ningún

    cualquier hombre, sin importar lo caliente que sea.

    Pero entonces las flores comienzan a llegar. Cada día, cada una

    con un significado especial, una historia para decirle, un admirador

    secreto que tiene facilidad de palabra, aunque Elías ni siquiera sepaquién es.

    Cuando Elías se encuentra en problemas a altas horas de la

    noche y Mateo viene a su rescate, ¿puede Elías aprender a dejar de

    esperar las palabras bonitas y empezar a escuchar a su corazón en

    su lugar?

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    Capítulo Único Sólo habla con él.

    Era mucho más fácil decirlo que hacerlo. Elías se mordió el

    labio, pasando de un pie a otro, agarrando el bocadillo y el agua

    embotellada y tratando de ignorar al hombre de pie en la fila en

    frente de él.También era más fácil decirlo que hacerlo. No era como si

    Elías lo conociese. Sabia su nombre —Mateo. O eso era lo que el

    parche en el mono decía. Pero todo lo que Elías sabía, aunque

    podría incluso no estar en lo cierto, era que pertenecía al último

    mecánico que había empezado a trabajar en el taller de enfrente.

    Pero fuese así o no, eso no cambiaba el hecho de que Elías

    estaba de pie allí con una batalla interna consigo mismo sobre si o

    no decir hola.

    Si él regresaba a su tienda —situada justo enfrente de la calle

    del taller de Mateo y Kira, su compañera de trabajo y amiga más

    querida, se enteraba de que Elías no le había dicho nada cuando

    había tenido la oportunidad, no lo dejaría vivir tranquilo.

     Así que tomó aire nervioso y levantó vista hacia la parte

    posterior de la cabeza de Mateo.

    —Hola .

    Nada. Elías frunció el ceño, mirando a su alrededor con

    nerviosismo, y luego de vuelta al hombre en frente a él. Se aclaró la

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    garganta, audazmente golpeó ligeramente el brazo de Mateo. Por

    Dios, duro como una roca. Su boca se hizo agua.

    Entonces Mateo se volvió y Elías se quedó mirando fijamente

    un par de ojos negros como la noche, bordeados de negras

    pestañas gruesas, dios le ayudase delineador de ojos negro.

    Negro sobre negro en negro —el hombre era un pecado

    andante y oh, Elías quería algo para confesarle a su sacerdote en la

    misa del domingo.

    Elías tragó saliva y se obligó a mover sus labios para sonreíresperando parecer informal pero probablemente logró algo más

    cercano a una mueca de asco. —Hola.

    Las cejas pesadas se surcaron en un ceño al principio,

    levantándose ligeramente, como si formulase una pregunta. Y fue

     justo entonces que Elías comprendió que no tenía idea de qué decir.

    Ningún tema de conversación surgió en su mente. Por supuesto, sumente estaba un poco confusa gracias al matiz erótico porque

    hombre al que había estado deseando después de meses finalmente

    estaba allí de pie mirándolo. Era aún más hermoso de cerca. Una

    mancha de aceite o grasa de motor marcaba su mejilla, muy

    sombreada en su pescuezo sin afeitar, y por alguna razón la mancha

    hizo que Elías sintiese sus rodillas débiles.Entonces, antes de que Elías pudiera exigirle a su cerebro

    obediencia y decir algo inteligente, el cajero dejó escapar una

    cadena de palabras en un rápido español y Mateo le dio la espalda

    para entregarle sus compras.

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    Elías deseó que la tierra se abriera y se lo tragara. Él estaba

    mortificado. Claramente, el hombre pensaba que era un niño idiota,

    ¿y por qué no iba a hacerlo? Elías ciertamente no había hecho nada

    para demostrarle que tenía una impresión equivocada de él. Dejó

    escapar un suspiro cuando, un minuto más tarde, Mateo tomó su

     bolso y se fue, con apenas una sola mirada hacia atrás a Elías lo que

    podría haberle dado esperanzas, sino fuese por el ceño fruncido en

    el rostro de Mateo, como si Elías fuese un extraterrestre o algo así,

    matando su esperanza como un insecto bajo los pies.Elías suspiró otra vez, entregándole su almuerzo a la cajera.

    Bueno, había ido a por su oportunidad. Cinco minutos más tarde,

    dejó caer su bolsa detrás del mostrador en Una rosa con Cualquier

    otro nombre y se desplomó en el taburete con un profundo suspiro.

    —Bueno, él sabe que existo ahora. La mala noticia es que cree

    que soy un bicho raro y lo haré probablemente correr en otradirección si alguna vez me atrevo a acercarme de nuevo.

    Kira se dio la vuelta de donde estaba reponiendo las

    orquídeas. ¿Te refieres a Mateo?

    Su mirada se dirigió a la ventana frontal y luego de vuelta a

    Elías. —¿Estaba en el mercado?

    Elías rodó los ojos. —Por desgracia para mí, sí.Ella se lanzó hacia el mostrador, apoyándose contra el lado del

    cliente con una mueca. —¡Dímelo todo!

    —No hay nada que contar. Me dijiste que hablara con él. —

    Sólo habla con él, Elías, ¿es muy difícil eso? —Bueno, déjame

    decirte algo, ¡más difícil de lo que piensas! —Elías dejó escapar otro

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    suspiro y dejó caer su frente hasta los brazos cruzados sobre el

    mostrador. —Oh, Dios, fue un desastre.

    Le echó un vistazo a su mejor amiga. —No pude evitarlo.

    Estaba mirándome directamente ,y llevaba un maldito delineador

    de ojos y mi cerebro... ¡puf!

    Kira hizo un sonido simpático. —No puede haber sido tan

    malo. Dímelo todo, vamos.

     Así que Elías lo hizo. Y cuando terminó ella tenía una

    expresión en su cara que era una especie de no “ verbal” —¡Dios mío!. Elías asintió. —¿Ves? Te dije que fue un desastre.

    Kira no lo negó. —Bueno... no fue bueno, eso seguro. Pero el

    desastre podría haber sido peor, exageras las cosas.

    —¡Él sólo me miró! ¡Él no dijo nada! Confía en mí, fue un

    desastre en toda regla. Subestimas mi nivel de fallar en este

    momento.—Bueno, puedes hablar con él de nuevo, Elías. Eso es una

    tontería. —Kira se inclinó contra el mostrador. —No sé por qué

    tienes tantas dificultades para hablar con los chicos. Hablas bien con

    las niñas.

    — Yo no estoy esperando que las chicas se quiten toda la ropa

     y… Kira se acercó y le dio una palmada con la mano en la boca. —

    ¡Ya está bien, demasiada información! No quiero pensar en ti

    teniendo sexo, cariño.

    Elías suspiró mientras dejaba caer la mano. —Sabes, vi una

    camiseta en la tienda el otro día que decía — Amo a los chicos con

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    delineador de ojos — y te juro por Dios que pensé por un segundo

    que podría ser una opción viable para conseguir su interés. —Él

    levantó las cejas. —¿Ves a lo que he llegado? Esto es absurdo. Me

     voy a morir solo.

    Kira se burló con una sonrisa. —Eso no es posible. Eres

    demasiado hermoso, tanto por dentro como por fuera, para que eso

    suceda. Sé que es un hecho que los hombres intentan ligar contigo

    todo el tiempo.

    —Sí. Chicos de fraternidad en las vacaciones de primavera en busca de un poco de sabor latino antes de irse de nuevo a sus vidas

    agradables, homogeneizadas en Bumfuck, Oklahoma. Viejos

    hombres con piel como cuero demasiado bronceados que quieren

    un chico juguete para tener en sus mansiones espeluznantes.

    Elías se estremeció. —No, gracias.

    Los hombres como Mateo, no... Los que no eran una monedade diez centavos por docena. Oh, Miami tenía una buena cuota de

     bellezas cubanas chisporroteantes, pero había algo en Mateo. Él era

    diferente. Tranquilo. Intenso. A Elías no le importaría si nunca le

    decía una palabra, siempre y cuando el hombre usase su boca, que

    era abrumadoramente sexy para cosas mejores.

    —Es verdad. —Kira arrugó la nariz. —Muy bien, así que nodeberías darte por vencido tan fácilmente con Mateo, entonces. Es

    demasiado precioso para dejar que un pequeño incómodo

    momento te ahuyente para siempre.

    —Nunca haré eso otra vez.

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    Kira se rió y se apartó de la encimera. — Ya veremos. Dime eso

    de nuevo la próxima vez que está ahí fuera en medio del día todo

    sudoroso mirando un capó con su aspecto sucio y delicioso.

    Eso era cierto. Elías no podía evitar mirar por la ventana

    cuando eso estaba pasando.

    ¿Clientes? ¿Qué eran esos? Cuando Mateo estaba en frente de

    la tienda con su reluciente piel dorada y camisa pegada por el sudor,

    Elías se olvidaba de todo lo demás. Dejó escapar un suspiro. —No

    es justo.Jesús, muchacho, ¿quién ha dicho que se supone que lo es? —

    Kira le dio una mirada frustrada y negó con la cabeza mientras

    desaparecía en la parte de atrás de la tienda de flores.

    Elías miró por la ventana del frente a la bulliciosa tienda al

    otro lado de la calle y apoyó la barbilla en la mano. ¿Qué sabía ella?

    Ella no había visto la mirada en la cara de Mateo. Nope. Nunca más.

    Elías se quedó mirando la tarjeta en blanco en la mano. En elmostrador había una docena de margaritas soleadas envueltas en

    una cinta brillante, de color amarillo. Levantó la vista hacia el

    repartidor.

    —¿Y no tienes ni idea de quién envió esto? ¿Estás seguro de

    que son para mí?

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    —Eres Elías, se suponía que debía entregarla a esta tienda, así

    que a menos que haya otro Elías trabajando aquí, entonces sí, estoy

    seguro de que son para ti. Pero no. Ni idea de quién las envió. El

    chico se encogió de hombros. Elías lo vio salir, y luego volvió a mirar

    las flores con el ceño fruncido. Eran hermosas, y dulces, y Elías

    amaba las flores simples más que las de cualquier invernadero

    exótico, pero ¿quién se las había enviado?

    Levantó la vista cuando Kira entró por la puerta principal. —

    ¡Hey! ¿Enviaste esto?Ella arqueó las cejas y miró a las flores, moviendo la cabeza. —

    No. ¿A quién se las enviaron?

    — A mí.

    Sus cejas se alzaron esta vez y ella sonrió. —¿En serio? ¿Qué

    dice la tarjeta?

    —Nada. Está en blanco. —Él le entregó la tarjeta.—Huh. —Kira volvió la tarjeta en la mano, y luego la dejó a

    un lado para recoger las flores. —Son bastante bonitas. Sabes que

    las margaritas significan belleza, paciencia y amor leal. —Ella le dio

    un guiño. —Parece que tienes un admirador.

    Elías se mordió los labios, tomando la tarjeta en blanco de

    nuevo. Su estómago se accionó un poco. —Probablemente sólo algúncliente enredadera tratando de meterse en sus pantalones o algo

    así.

    Kira negó con la cabeza. —¿Cómo puede alguien tan joven ser

    tan anti —romanticismo? Sin mencionar que trabajas en una

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    tienda de flores, uno de los últimos bastiones del verdadero

    romance.

    —No soy anti-romanticismo... sólo que no lo he visto nunca en

    la realidad, eso es todo. Hasta que no lo haga… 

    No, voy a seguir creyendo que es algo así como el

    chupacabras... todo mito, sin sustancia.

    Se sentó en el taburete detrás del mostrador, moviéndose para

    enganchar uno de los floreros vacíos de debajo del mostrador. Aun

    así... las flores eran muy bonitas. Él sonrió y desató la delicada cintaalrededor de ellas, colocando suavemente cada una en el florero

    antes de llenarlo cuidadosamente con agua. Elías estableció el

     jarrón junto a la caja registradora, pensando que hubieran sido

    enviadas con segundas intenciones o no, era lo más lindo que un

    hombre había hecho por él. Ahora bien, si sólo supiese quién era el

    hombre...

     Al día siguiente llegó la tarjeta en blanco adjunta a un manojo

    de flores de almendras. Las delicadas flores de color rosa que

    cubrían las ramas delgadas, similares a la vid olían celestial, y Elíascerró los ojos y se inclinó para inhalar profundamente.

    — Almendra floreciente... muy buena opción. Significan

    esperanza. —Kira sonrió y pasó un dedo a la deriva sobre las flores

    frágiles. —Eso es tan romántico.

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    Elías se mordió el labio, sonriendo un poco. —Lo es, ¿no es

    así? —En realidad no quería sentirse aspirado por este conjunto

    misterioso, este oculto admirador, pero era muy difícil evitarlo

    cuando tomaba todas esas opciones hermosas. Primero paciencia,

    ahora esperanza, eso hizo que Elías se preguntase lo que le enviaría

    después. Al igual que su hombre misterioso —si es que era un

    hombre, un pensamiento que se le había ocurrido la noche anterior

    —se comunicaba con él sin decir una palabra. Era algo

    ridículamente romántico, de verdad.Kira se alejó de nuevo y Elías pasó los dedos por las ramas

    delicadas, cerrando los ojos brevemente cuando el dulce aroma de

    las flores frágiles en los tallos flotó hacia arriba. Cuando abrió los

    ojos, vio un poco de movimiento fuera de la ventana que atrajo su

    mirada.

    Mateo.Elías dejó escapar un suspiro y se inclinó hacia delante,

    mirando al otro lado de la calle como Mateo salía del taller con un

    cliente y abría el capó del coche de la chica. Vio cómo el hombre se

    inclinaba sobre el capó abierto, presumiblemente buscando el

    problema, y Elías suspiró. Él era tan absurdamente bien parecido.

    Sus ojos se estrecharon cuando el cliente femenino pareciópensar lo mismo y descaradamente inclinó la cabeza para admirar la

     vista. Elías no era normalmente del tipo celoso, pero podía sentir la

    oleada de posesividad en aumento, y miró hacia otro lado antes de

    que hiciese algo estúpido como acechar por la calle y formar una

     bronca con la tipa. Mateo ni siquiera era suyo. Infierno, desde la

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    debacle en la tienda de comestibles ni se había topado con él. Lo qué

    apestaba, porque el hermoso hombre seguro tenía una mala

    impresión de él.

    Otro movimiento de su mirada por la ventana y Elías se

    encontró atrapado en un par de ojos oscuros que le observaban

    desde el otro lado de la calle. Su corazón latió con fuerza mientras

    se quedaban mirándose el uno al otro, sin moverse, por un puñado

    de segundos de duración. A continuación, un autobús de la ciudad

    retumbó y rompió el contacto visual. Elías suspiró y miró haciaabajo.

    Ugh. Él sólo debería renunciar a él. No iba a pasar, no iba a

    suceder. Mateo probablemente ni siquiera sabía que existía, o, si lo

    hacía, pensaba que era un chico torpe al que no valía la pena ni

    darle la hora del día. Elías se dijo a sí mismo que no importaba, que

    había cientos de hombres igual de buenos, Mateos que lo querríanen un santiamén. Suspiró mientras lanzaba una mirada más por la

     ventana al otro lado de la calle en la que Mateo estaba hablando con

    su cliente. El problema era que Elías no quería a ninguno de esos

    cientos de hombres.

    Quería a Mateo.

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    Jacinto, hiedra y una sola rosa roja. Elías no necesitaba que

    Kira le dijese lo que significaba. Sinceridad, fidelidad y pasión. En

    otras palabras, que su admirador quería a Elías, y sólo Elías.

    Esto era una locura. Elías sabía que no debería prestarle

    ninguna atención a este absurdo, porque ¿quién seguía enviando

    flores anónimas a su intención? Romántico, ese alguien lo era.

    Bueno, sí. Pero en todo su tiempo de trabajo en la tienda de

    flores, Elías pensaba que no había conocido a nadie así. Había

    hombres que legaban en busca de un ramo de flores para conseguirsalir de la caseta del perro, mujeres que querían algo que su madre

    no pudiera criticar, niños adorables comprándole a su madre una

    flor para su cumpleaños. Los hombres por la lujuria, las mujeres en

    duelo por la pérdida de un ser querido, los adolescentes que querían

    impresionar a su primera novia. ¿Pero románticos reales? No, Elías

    no creía que esos existiesen ya. Kira no estaría de acuerdo, y se lodiría, pero existían por lo Elías estaba viendo.

    Pero este hombre, quienquiera que fuese, parecía ser una raza

    aparte. Él escogía sus flores con cuidado, con el pensamiento, y era

    algo... inspirador, de verdad. Y le hacía sentir a Elías especial. Lo

    cual era probablemente una tontería, pero su cinismo no podía

    ganar sobre el poder de las hermosas flores elegidas con tantocuidado sólo para él. Así que Elías las puso en un florero, para así,

    poder llevárselas a casa con él después del trabajo, y pasó su día

    con un rebote en su paso.

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    Pensamientos y guisante de olor. Elías se rió cuando los vio.

    Querían decir amarlo en sus pensamientos y timidez. Por lo tanto,

    su admirador pensaba que la timidez de Elías era un rasgo

    atractivo, ¿verdad? Echó un vistazo por la tienda, asegurándose de

    que nadie lo había visto reír por un ramo de flores. No era justo,

    pensó. Su admirador podía hablar con él, pero Elías no podía hacer

    lo mismo. Quería decirle lo mucho que amaba las flores. Quería

    darle las gracias y, bueno, tal vez algo más. Quería saber quién erael que sentía cosas por él. Elías se había encontrado a sí mismo

    examinando cada cliente más de cerca en esos días. Se preguntaba si

    podía ser el hombre que compraba el ramo de globos para una

    futura mamá. O el hombre mayor con una planta de cactus en

    maceta. Podría ser cualquiera, y se había encontrado poniendo a

    todos los que pasaban por allí por debajo de un microscopio.Ninguno le parecía bien, sin embargo. Elías suspiró.

    —Podría no ser un cliente, lo sabes. —Kira intervino en sus

    pensamientos bruscamente, apoyándose en el mostrador frente a él.

    —¿Qué quieres decir? ¿Quién más podría ser?

    Ella se encogió de hombros. —¿Uno de tus amigos? ¿Alguien

    de tu pasado? ¿Un conocido, tal vez? Quiero decir, mira, timidez,¿verdad? La mayoría de las personas sólo te han visto trabajando.

     Yo no diría que eres tímido con ellos. Eres realmente sólo

    tímido con los hombres que encuentras atractivos.

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    Las cejas de Elías se fruncieron. Eso era cierto. —¿Así que

    crees que tal vez se trata de alguien con quién salí o que conocí en

    un sentido más social?

    Kira se encogió de hombros, inclinándose para oler los

    pensamientos azules. —No sé. Pero vale la pena pensarlo.

    Lo era. Y cuando ella se alejó de nuevo, Elías volvió su mente

    en esa dirección. No sabía quién era, todavía, pero tal vez estaba un

    poco más cerca de saberlo.

    El manojo de tulipanes rojos y amarillos brillantes comenzaba

    a marchitarse un poco en su jarrón. Habían pasado 3 días desde que

    habían llegado, y desde entonces... no habían llegado más .Cuandolos había recibido, su corazón había saltado. Un tulipán rojo era una

    declaración de amor, mientras que amarillo significaba

    perdidamente enamorado. Había una docena de cada uno. Elías

    había estado seguro de que se trataba de la declaración final de su

    admirador, y que se iba a dar a conocer ahora.

    Él había estado en lo cierto en una cosa, los tulipanes eran unadeclaración final. Pero ningún admirador había salido de la nada

    para reclamar la responsabilidad y, si Elías estaba siendo honesto,

    reclamar su corazón también.

     Ahora, días después, estaban marchitándose un poco y era

    deprimente. Cualquiera que hubiera tenido un intenso interés tan

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    repentino en él claramente se había desvanecido, al igual que las

    flores que se estaban decolorando. Aun así, Elías no podía decidirse

    a tirarlos. Así que una vez que hubo apagado todas las luces y estaba

     bajo llave la caja, se llevó el jarrón de tulipanes de la encimera. Él

    podría, al menos, llevarlos a casa y podrían unirse a los demás que se

    secaban en el alféizar de la ventana. Era ridículo, pero Elías no había

    tirado ni uno solo. Dios, se estaba convirtiendo en una colegiala,

    presionando las flores en su maldito diario. Con su bolsa de

    mensajero colgado al hombro, un jarrón de tulipanes abrazadocuidadosamente contra su costado, Elías hurgó un poco con la

    puerta delantera de la tienda mientras sacaba sus llaves para cerrar.

    Se vio obligado a establecer el jarrón en la acera con el fin de tirar de

    la puerta hacia abajo y fijarla en la parte inferior. Asegurada, se

     volvió para recoger sus flores cuando de repente se sintió empujado

    por todas partes. Él se tambaleó hacia atrás, todavía medioagachado, y se dio cuenta de que un par de obviamente hombres

     jóvenes ebrios eran la causa, uno estaba tambaleándose un poco

    demasiado cerca para su comodidad.

    Elías se puso en pie, con el ceño fruncido, y le dio al hombre un

    empujón. —¡Hey! Ten cuidado, ¿por qué? —Su pecho se apretó en

    decepción al ver sus hermosas flores aplastadas por un par demuchachos de la fraternidad. Se metió las llaves de la tienda en su

     bolsillo. El chico que había empujado le dedicó una sonrisa de

    medio lado que, en circunstancias normales probablemente era

    encantadora para los niños y las niñas por igual. Sin embargo, Elías

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    no estaba de humor para turistas ebrios encantadores tratando de

    molestarlo cuando lo único que quería era irse a casa.

    —Hey, venga, no seas así. Estamos listos para tomar una

    copa. Vente con nosotros, —instó. Tenía un acento sureño vago que

    Elías no pudo colocar y no le importaba. Apestaba a cerveza. Elías

    rozó la mano del tipo de su hombro y enganchó su bosa de

    mensajero un poco más alto, sacudiendo la cabeza mientras

    retrocedía un paso. —No esta noche, muchachos. Id a buscar a

    alguien más para ir de fiesta. —Se volvió para irse, el alientoapestoso cuando su brazo fue capturado y se encontró siendo tirado

    hacia atrás y apiñado contra el edificio. Oh, mierda. —Mira, lo digo

    en serio. Ya basta.

    Trató de empujarlos y pasar a través de ellos, pero los dos

    invadían su espacio ahora, su corazón golpeaba frenético. Claro, no

    parecían peligrosos, pero estaban jodidamente bebidos y Elías había visto un montón de veces con rapidez como un borracho amable se

    convertía en un ser agresivo si se le negaba lo que quería.

    —Sólo queremos invitarte a una copa, ¿cuál es el problema?

    —El otro tipo le preguntó, y Elías se centró en mantener la calma. Si

    se asustaba las cosas podían empeorar. Él sólo necesitaba una

    oportunidad para llegar a la esquina, donde había mucho máspeatones y tráfico, a diferencia de la calle donde se encontraba la

    tienda.

    Elías sonrió, con la esperanza de que no se viese lo falsa que

    era la sonrisa. —No hay ningún problema en absoluto, muchachos.

    De hecho, ahora que lo dices... Me encantaría tomar una copa. —

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    Señaló hacia la calle más ocupada a sólo media cuadra de distancia.

    —Conozco a un gran lugar justo allí arriba donde podemos ir...

    Sus rodillas se debilitaron con alivio cuando los dos chicos se

    relajaron, se sonrieron y uno pasó un brazo alrededor de su hombro.

    ¡Bien! Ves, supe en el momento en que te vi que pasaríamos un

     buen rato. Bien, Jake, ¿no te lo dije?

    Elías no dijo nada en contrario, fingió reír llevándolos hacia la

    esquina. Miró hacia atrás, no estaba muy seguro de por qué, y

    estuvo contento de haberlo hecho porque apenas tuvo un segundopara reaccionar cuando, de la maldita nada, un desenfoque que se

    parecía sospechosamente a Mateo salió volando por la acera hacia

    ellos.

    Elías consiguió moverse unos dos metros con los chicos de la

    fraternidad borrachos, y le tomó unos segundos procesar que era, de

    hecho, Mateo interponiéndose entre él y ellos, el mono suelto hastala cintura, brazos con músculos relucientes, pareciéndose mucho a

    todos los superhéroes con los que Elías siempre había fantaseado.

    —Largaos. Tenéis exactamente cinco segundos antes de que

    pierda mi preocupación por la policía os arranque la cabeza y os la

    meta en el culo.

    Elías no tenía ni idea de lo que Mateo estaba diciendo — era laprimera vez que oía la voz de hombre pero joder sonaba sexy. Y

    heroico. Y sexy, ¿había mencionado sexy? Porque maldita sea lo era

    —Hey, idiota, sólo íbamos a...

    Se pensaron mejor lo de explicarse cuando Mateo gruñó —

    ¡Oh cielos Dios!, realmente él no sólo gruñó sino que dio un paso

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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     Más que Palabras Fae Sutherland

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    hacia ellos. Al cabo de unos segundos, la calle estaba desierta, salvo

    por él y Mateo. Elías se apoyó contra la pared y jadeó, mirando en

    shock aturdido como Mateo se volvía hacia él.

    Sus ojos se estrecharon fuertemente alineados, y dio un paso

    adelante. —¿Estas bien? —Su voz estaba mezclada con la

    preocupación y aunque no hablaba español, Elías pilló la idea.

    Él asintió con la cabeza. —Estoy bien. ¿Estás...? ¿Qué estás

    haciendo aquí? —¿ Mateo sólo había pasado por allí justo cuando

    Elías estaba cerrando sus puertas? ¿Había visto lo que estabapasando y había ido corriendo, preocupado tal vez? Oh hombre,

    estaba inventándose historias en su cabeza ahora. Lo más probable

    es que Mateo solo estuviera en el lugar correcto y el momento

    adecuado. Por suerte para Elías. —Gracias, estoy bien sin embargo.

    Probablemente tengas que irte.

    La expresión de preocupación de Mateo no cambió y Elías sedio cuenta de que el otro hombre no le comprendía mejor de lo

    que Elías lo entendía a él. Así que cuando Mateo dio un paso hacia

    adelante, su grande mano encrespándose en el hombro de Elías,

    trató de no leer demasiado en él. Mateo simplemente no se había

    dado cuenta de que estaba bien, eso era todo.

    — Ven conmigo. Debes sentarte. —El otro hombre hizo ungesto hacia la tienda y Elías vaciló sólo un segundo antes de asentir.

    —Claro. Debo recoger todo el vidrio, de todos modos. —Lo

    último que quería era que Kira llegase por la mañana y se

    encontrara el jarrón roto y pisoteado de Elías. Tendría un ataque al

    corazón y pensaría que algo terrible había sucedido.

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    Suspiró un poco cuando regresaron a la tienda y vio el estado

    de sus flores hermosas. —Oh, cielos. —Se agachó y cogió uno de los

    humillados tulipanes rojos hacia arriba, apretándolo contra su

    pecho pero sólo se vino abajo, los pétalos revoloteando hasta el

    suelo. —Se han arruinado.

    Mateo apareció a su lado, se agachó, sus ojos oscuros fijos en la

    cara de Elías. Elías le dirigió una tímida sonrisa y se encogió de

    hombros.

    —Fueron un regalo », explicó, a pesar de que sabía que Mateono podía entenderlo. Trató de hacerle entender, agachándose para

    recoger un par más y luego apretándolos contra su corazón,

    mirando a los ojos de Mateo. El otro hombre sonrió entonces, una

    expresión que aún no había visto en Mateo, y Elías pensó que podía

    ser derribado con una de esas flores aplastadas. Realmente debería

    ser ilegal que un solo hombre fuera tan impresionante y hermoso.—Te gustaran. Me preocupaba que pensaras que eran una

    tontería, Pero tu amiga estaba segura de que no, —Mateo dijo, su

     voz suave.

    Elías daría cualquier cosa por ser capaz de entender lo que

    estaba diciendo. ¿Por qué no le prestó atención en la escuela

    secundaria al español? Se dio la vuelta y abrió la puerta,empujándola hacia arriba lo suficiente para abrir la puerta de la

    tienda y abrirla. —Quédate aquí —dijo, haciendo un gesto con las

    manos. — Voy a por una escoba para limpiar esto.

    Mateo asintió y Elías fue muy consciente del hecho de que

    Mateo no le quitaba sus ojos de encima mientras se apresuraba a

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    coger la escoba y el cesto de la basura. Era desconcertante, pero en

    una muy buena manera. Elías regresó y Mateo cogió el recogedor,

    manteniéndola para que Elías pudiera barrer los fragmentos de

     vidrio y las flores en ruinas y los depositara en él. Elías se detuvo a

    mitad de la tarea, mirando hacia abajo a Mateo.

    —¿Por qué eres tan bueno conmigo? Nunca te has fijado

    antes. Parecía seguro hacer la pregunta, ya que Mateo no lo podía

    entender. Debía de haber pillado algo en el tono o la expresión de

    Elías, sin embargo, porque el otro hombre se enderezó, sus pobladascejas unidas sobre sus penetrantes ojos oscuros, haciéndolo aún

    más exótico e intenso con el khol. Elías nunca había salido con un

    hombre que llevase maquillaje, pero en un hombre como Mateo...

    no había nada femenino. De alguna manera se agregaba a la esencia

    de sexo que Mateo parecía usar como una capa.

    —¿Son las flores? —Mateo preguntó, de pie tan cerca queElías podía oler claramente el aroma del taller de coches aferrado

    a él. Había algo increíblemente sexy sobre ese olor. A aceite de

    motor, sudor, todo un día de sol, todo combinado para hacer que

    Elías sintiese las rodillas débiles. — Yo te daré más flores, cielito. Te

     voy a dar un campo de ellas. Dios, todo lo que estaba diciendo, Elías

    no tenía que entenderlo para saber que le gustaba. De hecho, él se veía en apuros para no desmayarse en los brazos del hombre.

     Aquellos musculosos, brazos fuertes, ligeramente manchados de

    suciedad.

    —Me gustaría poder entenderte, —Elías susurró buscando en

    su rostro. —No tienes ni idea de cuánto tiempo he querido estar

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    tan cerca de ti. Era como si el idioma como una barrera le diese a

    Elías una libertad que su timidez nunca le había permitido antes. Él

    podía decir lo que pensaba, lo que sentía, porque Mateo no podía

    reírse o rechazarlo. Era liberador. Vigorizante.

    Sacudió los pensamientos embriagadores fuera y le dio una

    sonrisa tímida a Mateo, señalando el desorden. —Debemos terminar

    de limpiar, —dijo.

    Un minuto más tarde, la papelera estaba llena de flores de

    Elías y él se agachó de nuevo en la tienda para guardarlo todo.Cuando salió por la parte posterior, Mateo estaba dentro, la puerta

    se cerró detrás de él. Elías le dio una sonrisa tímida.

    —No tienes que quedarte. Estoy bien, de verdad.

    Probablemente voy a llamar a un taxi y esperar en el interior. —No

    es que él pensara que los borrachos fueran a regresar, pero estaba

    un poco tembloroso, aún. Elías se metió las manos en los bolsillos.—Gracias, Mateo. Por todo.

    —Sabes mi nombre, Elías. No estaba seguro de que lo

    supieses.

    —Sabes mi nombre, —Elías suspiró. —Me preguntaba si lo

    sabrías.

    Era extraño, pero muy cómodo, la forma en que estaban allí, apocos metros además, en la tienda a oscuras, sin poder hablar ni

    siquiera el uno al otro. Y sin idea de lo que el otro estaba diciendo.

    Por lo que sabía, Mateo le podría estar llamando estúpido por

    meterse en esa situación con los chicos de la fraternidad. Él no lo

    creía así, sin embargo. Había algo muy suave en los ojos de Mateo.

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    Elías debería haberse sentido intimidado, pensó, por su fuerza, su

    poderosa presencia, por la forma en que había estado a punto de

    rasgar a esos tipos. En cambio, nunca se había sentido más seguro.

    Era tan tranquilo. La tienda oscura vacía, la calle fuera ,era

    como el mundo contuviese el aliento. Elías se dio cuenta de que

    estaba conteniendo el aliento, también, cuando su pecho comenzó a

    arder. Suspiró pesadamente, mordiéndose el labio inferior y en el

    espacio de un latido Mateo ya no estaba al otro lado de la habitación,

    estaba allí, tirando de Elías contra él y, dulce Jesús, besándolohasta dejarlo sin sentido.

    Elías pensó que podría haber hecho algo indigno como soltar

    un chillido, pero unos instantes después se olvidó de todo cuando la

    lengua de Mateo estaba barriendo en su boca y oh dios, él sabía aún

    mejor de lo que Elías había imaginado. Especias y calor y exótico,

    Elías colocó sus brazos alrededor de los hombros del otro hombre yse sujetó de él como si de eso dependiera su vida. Se preguntó

    distraídamente si había sido golpeado en la cabeza por los chicos de

    la fraternidad, porque esto era exactamente igual, juntos, tres de sus

    sueños favoritos. Bueno, excepto por que no podía entender ni una

    palabra de lo que le decía la estrella de sus fantasías más calientes.

    Pero eso no era para nada un factor decisivo. Elías no tenía ningúnproblema con dejar que la boca de Mateo hablase con él de otras

    maneras. Dios, estaba mareado, y para cuando el beso se rompió

     brevemente, su cabeza estaba girando.

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    —Hueles a lilas, —Mateo murmuró, con una mano ahuecando

    la mejilla de Elías, la otra rozando a lo largo de su espalda. —Quiero

    que mi cama huela como tú.

    Elías simplemente le sonrió a él, presionándome más cerca. —

     A lo que tú dijiste, yo sólo digo sí —susurró antes de pulsar

    audazmente su boca en la de Mateo. Él consiguió exactamente lo

    que había esperado cuando el otro hombre se hizo cargo el beso y lo

    siguiente que Elías supo fue que era derribado al suelo. Oh dios.

    Eso era en serio sexy... nunca sería capaz de mirar la tiendaexactamente de la misma manera.

    —Mateo, espera, — jadeó mientras el beso se rompía de nuevo

     y el otro hombre fuerte deslizaba sus manos por su pecho, dejándolo

    estremeciéndose a su paso. —No podemos... aquí... —¿Por qué no

    podemos…? Su mente buscó una respuesta, pero la razón se hizo

    añicos en el segundo en que las manos de Mateo se deslizaron bajola camisa y piel tocó piel. Elías de repente quería el mismo placer y

    se agachó para tirar de la camiseta de Mateo y sacársela por la

    cabeza, sus labios se aferraron el uno al otro, la respiración jadeante.

    Dios, tenía un cuerpo perfecto. Elías gimió y empujó a Mateo

    colocándolo sobre su espalda, a horcajadas sobre él ahora. Se sentó,

    mirando hacia él. Él nunca había tocado a ninguna persona que separeciera a Mateo. No había ni una pizca suave en él, en ninguna

    parte, pensó mientras balanceaba sus caderas y su polla se frotaba

    contra la de Mateo.

    —Eres hermoso, —dijo con voz entrecortada, con las manos

    extendidas sobre el ancho pecho del otro hombre. No era uno de

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    mirando a Elías como si fuese un ángel caído del Cielo. Nunca

    nadie lo había mirado de esa manera antes.

    — Amorcito, —suspiró, con una mano acariciando el lado de la

    cara de Elías. Amorcito. Había algo en esa palabra que hizo que

    Elías quisiera desesperadamente saber lo que significaba. Hizo que

    su corazón se acelerase, sólo por la forma en que Mateo lo dijo. Su

    expresión debió darle alguna pista, porque Mateo sonrió suavemente

     y tomó la mano de Elías. Mateo la apretó contra su pecho, la mirada

    fija en Elías.— Amorcito... —Entonces Mateo apretó la mano contra el

    pecho de Elías, repitiendo la palabra. Elías se sintió mareado con

    las implicaciones. Seguramente lo entendió mal. Se mordió el

    labio, sintiéndose ridículo por preguntarlo siquiera. Aún así

    preguntó —Um... ¿quieres decir amor?

    Sonaba como amor, incluso Elías conocía lo que esosignificaba. ¿Pero eso no era francés?

    La sonrisa de Mateo fue brillante. —Sí, Amor. Amorcito —, y

    sujetó los dedos cerrándolos juntos.

    El corazón de Elías se tropezó consigo mismo. —¿Pequeño

    amor? ¿Eso es lo que significa? ¿Pequeño? Dios, Mateo era más

    encantador y sin hablar una palabra de inglés adecuado quecualquier hombre que Elías hubiese conocido. Estaba devastando

    rápidamente cualquier y toda resistencia que Elías pudiera tener. Lo

    cual, teniendo en cuenta que estaba a horcajadas sobre las caderas

    del hombre, sus pollas duras separadas sólo por un par de capas de

    tela, no era mucho. Amor. ¿Podía significar eso? Sólo pensar que

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    podría era tonto, Elías lo sabía .Pero era muy difícil estudiar la

    hermosa cara de Mateo y pensar que estaba mintiendo, que podría

    estar diciendo eso sólo para llegar a alguna parte. Elías no lo creía,

    sin embargo. Mateo no tenía necesidad de tejer bonitas mentiras

    para conseguir lo que quería. Infierno, Elías todavía estaba

    sorprendido de que Mateo lo quisiera .Todo era demasiado como

    para pensar, sus hormonas ardían fuera de control y lo que más

    deseaba era hacer frente al hombre que tenía ahí debajo justo detrás

    del mostrador y tomarlo mientras pudiera .Y así lo hizo.Sin pensarlo dos o tres veces, antes de que sus inseguridades y

    su a veces dolorosa timidez se apoderasen de él, Elías se inclinó

    hacia delante, empujando a Mateo sobre su espalda de nuevo y lo

     besó. Realmente lo besó, no sólo le ofreció sus labios dejando que

    Mateo hiciese el trabajo.

    No, esta vez Elías conducía el autobús y estaba tomando todotipo de giros locos con movimiento de izquierda a derecha. Mateo

     volvió a gruñir, dios, era tan sexy — y sus grandes manos ahuecaron

    el culo de Elías, apretando y amasando a través de sus pantalones

     vaqueros.

    Nunca había querido tanto estar desnudo. Ni siquiera podía

    imaginar cómo se sentirían esas manos en su culo desnudo. Pero,oh, él quería saberlo. Ahora bien, si pudiera averiguar cómo pedirle

    educadamente al hombre debajo de él, que no hablaba Inglés, que se

    quitara la ropa… 

    —Mateo —, se lamentó, sus caderas rodeando con frustración

    tensa. —Por favor. Su boca jadeó contra del otro hombre,

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    tembloroso. Él nunca había hecho nada como esto antes, pero no le

    importaba. Si alguna vez hubo un tiempo para olvidarse de las reglas

     y restricciones, este lo era. Podía no conseguir otra oportunidad y

    Elías no iba a permitir que ésta se le escapase. No sabía si Mateo le

    entendió o no, si el otro hombre Reconoció las palabras o si fue sólo

    el tono de súplica, no le importó. Fuese lo que fuese, Elías consiguió

    exactamente lo que quería que Mateo le diese la vuelta y tomase el

    control del beso.

    Elías nunca se había considerado excesivamente sumiso, perocuando Mateo le tomó las muñecas y las clavó en el suelo, su

    corazón se aceleró y su polla amenazó con estallar en ese mismo

    momento, sin ni siquiera un solo toque. Por supuesto, ¿quién

    necesitaba toques cuando el hombre más sexy del mundo se

    encontraba entre sus muslos, meciendo las caderas contra Elías

    hasta que apenas podía pensar?Él gimió en el beso, moviéndose contra Mateo, tratando de

    demostrar que sabía lo que estaba haciendo, que quería esto tanto

    que le dolía. Elías quería que Mateo terminase esa noche igual de

    aturdido y asombrado como sabía que él iba a estarlo .El beso se

    rompió y Elías jadeó mientras Mateo le soltaba las muñecas, las

    manos deslizándose entre ellos para tirar de los pantalones vaqueros abiertos de Elías, mientras que la boca de Mateo creaba

    una devastadora magia en el cuello, justo en un lugar que le hacía

    retorcerse y temblar.

    —Oh, Dios mío... Mateo, por favor date prisa... —, le dijo.

    Mateo no tenía ya sus manos sujetas, pero Elías mantuvo las manos

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    donde el otro hombre las había puesto, justo por encima de la

    cabeza. Lo podía tocar de otras maneras, sin embargo.

     Arqueándose contra Mateo, piel contra piel frotándose. Una pierna

    se deslizó contra la cadera elegante de Mateo. Se sentía

    increíblemente bien, y tan increíblemente mal al mismo tiempo. Y

    entonces Mateo tiró de los jeans de Elías y comenzó a empujarlos

    con su ropa interior hacia abajo y el corazón de Elías golpeó duro.

    Iba a suceder. Mateo le iba a joder ahí. Oh, Dios, era tan malo, y

    Elías sabía que debía probablemente detenerlo, por lo menosllevarlo a su casa para hacer esto, pero no se atrevió. No quería. No

    era la forma en que había fantaseado estar con Mateo por primera

     vez, pero maldita sea era aún mejor.

    Elías se estremeció, se inclinó hacia atrás cuando la lengua de

    Mateo se arrastró hasta el costado de su cuello y una palma áspera

    se cerró alrededor de la polla de Elías. Sus caderas se resistieron,olvidándose de mantener las manos en alto y moviéndolas para

    agarrarse a los hombros fuertes de Mateo. Cristo todo se sentía tan

     bien. Elías esperaba como el infierno recordar esto, cada pequeña

    sensación, porque tenía la sensación de que Mateo estaba a punto

    de arruinarlo para todos los demás hombres.

    —Por favor —gimió, arqueándose.—Dilo de nuevo, amorcito, —Mateo susurró a su vez, su boca

    en el oído de Elías. —Me encanta oír esa palabra de ti.

    Elías se estremeció. Si Mateo seguía lanzando la palabra —

    amor—en sus frases, Elías iba a empezar a creer cosas ridículas,

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    exactamente, que el otro hombre realmente estaba diciendo lo que

    sentía.

    —Deja de hacer eso —murmuró, volviendo la cabeza para

    capturar sus labios y silenciando a Mateo por un segundo antes de

    romper el beso y encontrarse con sus ojos oscuros. — Vas a

    hacerme creer cosas que no debería. No me digas mentiras, incluso

    si no puedo entenderlas.

    Mateo frunció el ceño, con la mano en la polla de Elías

    retardando su agarre, acariciándolo con propósito.—¿ Que he hecho mal? Tus ojos están tristes.

    Elías sonrió y se arqueó contra él. —¿Quién sabía que no ser

    capaz de comunicarse sería una maldición ? —Eso no era cierto,

    tampoco. Pensó que se comunicaban bien. Sobre todo cuando al

    segundo siguiente Mateo se inclinó y acarició suavemente sus labios

    mientras que la mano del otro hombre soltaba la polla de Elías y unlargo dedo se remontaba frotándose contra su entrada. Oh Jesús.

    Todo él se fundió, piernas extendiéndose, caderas elevándose, todo

    lo que podía hacer para ofrecerse a sí mismo mejor. Nunca había

    deseado a nadie tanto deseaba a Mateo.

    Pero Mateo no se apresuró. Sus besos fueron lentos y suaves,

    sus toques posesivos y abrasadores, pero sin prisa. Le hizo parecerque esto no era un polvo rápido, en su lugar le dio seducción. Hizo

    que Elías se sintiese mareado y se encontrase queriendo lo

    mismo. Sus movimientos se hicieron menos frenéticos, y cuando

    Mateo levantó la cabeza y sus ojos se encontraron, era como si ellos

    entendiesen cada palabra que ninguno de ellos decía.

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    Mateo sondeó un dedo en contra de la entrada de Elías y luego

    le dio a Elías una mirada interrogadora. —¿Tienes lubricante?

    Elías frunció el ceño. —¿Qué?

    Mateo se rió entre dientes, mirando hacia abajo y luego de

     vuelta a la mirada de Elías, levantando su mano frotando los dedos.

    —¿Lubricante?

    Una bombilla se encendió y las mejillas de Elías ardieron. —

    ¡Ohh! Um... mierda. —¿Qué podría utilizar? Oh! —Espera, ya lo sé.

    Déjame. —Él empujó los hombros de Mateo ligeramente y se pusoen pie. Podía sentir los ojos de Mateo, todo intensos y con hambre,

    por lo que se lanzó hacia el mostrador y se inclinó para coger una

    pequeña botella de loción. Se volvió y la sostuvo en alto con una

    sonrisa. —¿Sí?

    Mateo pareció entender eso y se agachó para comenzar a

    abrirse los botones restantes para quitarse su mono. ¡Oh Dios ¡.Mantuvo una mano extendida y Elías se sonrojó más

     brillantemente cuando fue y tomó la mano, permitiendo que Mateo

    le tirase hacia abajo en el suelo junto a él.

    Mateo no rompió la mirada, guiando la mano de Elías abajo

    mientras la mano libre de Mateo se acercaba a la nuca de su cuello y

    tiraba de Elías para darle un beso. Lo cual fue ideal, ya que en elsegundo siguiente, él tenía su mano en el interior del mono abierto

    de Mateo y los dedos envueltos alrededor de su pene y Elías podría

    no haberlo hecho si hubiera tenido esos intensos exóticos ojos,

    oscuros en él, mientras que él lo hacía.

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    Oh señor, su polla. Dura y retorciéndose en su mano... era

     jodidamente impresionante y la boca de Elías regó al mismo tiempo

    que se preguntaba si tal vez era demasiado impresionante. Decidió

    que no había tal cosa y se fundió en un beso de Mateo mientras

    comenzaba a acariciarlo. Sabía a especias y calor y Elías mataría

    por pasarse una semana besándose con este hombre y descifrar

    exactamente qué sabores específicos Mateo le hacía imaginar.

    Sabores en mente, Elías rompió bruscamente el beso y decidió

    que si esta iba a ser su única oportunidad con el hombre de sussueños, haría que no la olvidase nunca y olvidaría su timidez. Se

    empujaría a través de ella, eso era todo. Tenía la intención de darle

    a Mateo una experiencia que no olvidaría. Así que Elías ignoró los

    pterodáctilos disfrazados de mariposas en su estómago y se deslizó

    hacia abajo, mirando a Mateo mientras elevaba sus dedos fuera de

    la cintura de su mono y tiraba de él junto con su ropa interior haciaabajo. Su mirada se desvió hacia abajo vacilante con el estómago

    apretado, duro.

    Era apenas un virgen, la mayor parte de las experiencias de

    Elías habían sido restringidas a hombres que él conocía bien,

    dormitorios y luces apagadas. Al igual que la gente civilizada.

    Mateo,... dios, era cualquier cosa menos eso y a Elías le encantaba.Sin embargo, estar cara a cara con la más polla hermosa que había

     visto en su vida era un poco más de lo que Elías había preparado

    para esa noche y le tomó un segundo armarse de valor.

    Mateo no lo apresuró, sus dedos acariciaban la nuca de su

    cuello, y cuando Elías levantó la vista, sus ojos eran suaves y sus

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    labios llenos estaban curvados en una sonrisa suave. Los nervios se

    calmaron en proporción directa a la mirada del paciente, y de

    repente Elías no quería necesitar que alguien fuese paciente con él

     y su timidez. Quería ser sexy, quería escandalizar a su amante —

    aunque sólo fuese por esa noche.

     Así que se movió más bajo, tirando del resto de la ropa de

    Mateo hasta que yacía allí desnudo y simplemente... impresionante.

    Elías había visto un montón de hombres desnudos antes, un

    montón de hermosos hombres desnudos, incluso. Pero Mateo era...especial. No tenía que ver con los músculos o los ojos bonitos ni

    nada físico. Era algo que estaba muy dentro de Elías desde que

    había puesto por primera vez sus ojos sobre él. No había ninguna

    manera de explicar realmente que, simplemente era así. Y de repente

    lo supo. Mateo le había enviado las flores. Todas esas hermosas

    flores, que le hablaban de la única manera que Mateo podía.Porque... ¡oh Dios mío!. La cabeza de Elías de repente se dio cuenta

    de otra cosa... Mateo no lo había desairado ese día en el

    supermercado. ¡Sólo no lo había entendido! Así que había

    encontrado otra manera de hablarle a Elías, para decirle cómo se

    sentía. Oh dios, Elías pensó que podría hacer algo estúpido como

    llorar, le ardían los ojos cuando extendió la mano y acarició elrostro de Mateo en sus manos.

    —Me gustaría que me pudieras entender —susurró,

    inclinándose para dar un beso en el estómago a Mateo. —Me

    gustaría poder decirte que creo que Te amo. —Era una tontería,

    pero no le importaba. Si era honesto consigo mismo, había estado

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    cayendo por ese hombre desde hacía mucho tiempo. Saber que

    Mateo le regresaba esos sentimientos, aunque fuese un poco, fue el

    único empujón que necesitaba para dar vueltas sobre el borde. —Te

    diría que creo que eres perfecto. Que no necesitabas flores ni ser mi

    admirador secreto. Todo lo que tenías que hacer era decir hola.

    Mateo deslizó sus manos hacia abajo, ahuecando el culo y para

    Elías, el toque fue muy íntimo. Y sin embargo, no fue suficiente. No

    lo suficiente. Apoyó las manos en Elías los hombros de Mateo,

    estaban arqueando sus caderas de nuevo en esas manos fuertes.Manos ásperas, todo escalofriante y delicioso en su piel. Él nunca

    había sido tocado por nadie como Mateo y estaba descubriendo que

    se trataba de un tipo especial de erotismo, la forma en que las

    ásperas yemas de los dedos de Mateo se sentían contra la tierna piel

    de su culo, más aún cuando el otro hombre llegó más abajo y

    acarició con un dedo su entrada.Oh Dios, se sentía bien. Elías se estremeció y se inclinó para

    hundir su rostro en el cuello de Mateo, jadeando suavemente. — Vas

    a matarme, o por lo menos arruinarme para cualquier otro hombre.

     Algo le decía que si Mateo pudiera entenderlo, pensaría que

    eso estaba perfectamente bien para él. Era tan... alfa. Elías tuvo el

    loco deseo de preguntarle si planeaba arrastrarlo a su cuevadespués. A Elías no le importaría en lo más mínimo.

    Entonces Mateo rodó, estirando a Elia por debajo de él una

     vez más y el corazón de Elías se aceleró. Había algo diferente en los

    ojos oscuros de Mateo, una especie de... posesividad. Le contaba a

    Elías en términos muy claros, idioma o no, que Elías le pertenecía.

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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     Más que Palabras Fae Sutherland

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     Y que Mateo no iba a dejar que Elías se alejase de él más tarde. Dios,

    como querría. No ser una casualidad.

    —Por favor —susurró Elías. —No te detengas.

    Mateo no dijo nada, pero eso no importaba. A Elías por una

     vez no le importaba, no necesitaba palabras bonitas y promesas

    sensuales y que nunca parecían durar a la luz del día. Mateo no

    hacia ninguna promesa, pero Elías las sentía de todos modos. Cada

    toque de su mano era como si el hombre estuviera diciendo —Mío.

    Eres mío. No voy a dejarte ir. Yo te protegeré. —Eran estúpidasfantasías, estaba seguro, pero en el fondo... se preguntó si tal vez

    había más. Tal vez no era tonto. Quizás.

    ¿Después de todo, Mateo lo había protegido, no lo había

    hecho? Se había apresurado a rescatarlo y aunque Elías

    probablemente podría haber manejado a los chicos de la fraternidad

    por su cuenta, no había tenido que hacerlo. Mateo había estado allí. Y las flores. Cada una había querido decir cosas que indicaban algo

    más que lujuria. Amor, la pasión, promesas de siempre, incluso. Por

    lo tanto, ¿ era muy insensato por parte de Elías esperar que todo

    fuera cierto? Él no lo creía así. ¿Quién no tenía esperanza?

    —Si me lo pidieras, —murmuró, arqueándose hacia Mateo, —

    Te daría cualquier cosa que quisieras. Elías abrió los ojos y le sonrióal otro hombre. —Soy tuyo desde ahora mismo.

    —Lo que estás diciendo, amorcito, he aquí mi respuesta. Lo

    que estás prometiendo, lo acepto y te doy lo mismo a cambio.

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    Los labios de Elías se curvaron, las palabras suaves, el tono

    tierno suave envolviéndose alrededor de él como una manta

    caliente. Él no necesita saber el significado exacto para entenderlo.

     Asintió con la cabeza, levantándola para rozar sus labios

    contra los de Mateo. —Sí.

    Mateo tenía la loción en la mano, y el corazón de Elías corrió.

     Ahora. Oh, estaba sucediendo ahora y estaba desgarrándose entre

    el deseo de meterle prisa a Mateo y las ganas de hacerlo lento que

    durase lo máximo, para que lo recordase perfectamente al siguientedía, mes, año. Para siempre. Pero los pensamientos eran una

    pérdida de tiempo cuando la mano de Mateo se movía entre ellos

    para deslizar dos dedos resbaladizos contra la entrada de Elías,

    frotando la hendidura de su culo. Elías solo podía pensar en

    respirar, Mateo lo había despojado de cualquier capacidad para

    pensar con la caricia de sus ásperas, calientes yemas de dedosresbaladizos.

    —Oh Jesús, —Elías gimió, agachándose para agarrarse la

    parte de atrás de su propio muslo, tirando de su pierna hacia arriba y

    hacia fuera y dándole a Mateo un mejor acceso. Estaba delicioso, y

    Elías no podía dejar de moverse. Con las caderas crispándose,

    la mano libre se hundió en el pelo de Mateo, los labios jadeantescuando uno, luego otro dedo se hundió en su interior. —Sssí —

    siseó, arqueándose. Mateo tenía una mirada de intensa

    concentración y una intensa satisfacción en su hermoso rostro.

    Como si supiera exactamente lo bueno que era y cómo le gustaba a

    Elías. Bueno, no era como si Elías lo mantuviera en secreto, con

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    todos esos gemidos retorciéndose y levantando las caderas para

    conseguir que sus dedos fuesen aún más profundamente. Y luego

    estaba la mendicidad.

    —Por favor, por favor, por favor —coreando al ritmo de los

    lentos movimientos de los dedos de Mateo dentro y fuera,

    extendiéndolo. Elías quería gritar que estaba listo, que había sido

    preparado, pero no lo hizo porque tenía la sensación de que no tenía

    nada que ver con la preparación y que todo lo que quería Mateo era

     verlo ponerse un poco loco. Era deliciosamente erótico, sus miradasse encontraron, dejando que Mateo viera todo lo que estaba

    sintiendo. Elías era del tipo de ocultar por lo general lo que podía de

    sus amantes. Se sentía demasiado vulnerable, demasiado desnudo,

    demasiado expuesto y eso le hacía querer ocultarse .No de Mateo.

    Mateo le había tendido en el suelo de la tienda desnudo. Estaba

    preparándolo para follárselo y Elías no sentía ni un ápice de vergüenza. Aunque fuera completamente inapropiado, no

    importaba porque se sentía jodidamente bien. Todo sobre él se

    sentía bien, y Elías no quería ocultarle nada a este hombre. Sintió,

    en cambio, la imperiosa necesidad de soltar todos sus secretos y

    miedos y dudas en las manos de Mateo. Casi podía escuchar esa voz

    sensual susurrándole que lo hiciera.Entonces los dedos de Mateo se fueron, y Elías jadeó en voz

     baja a la espera, observando como Mateo se levantaba sobre sus

    rodillas, tomaba su mono, sacaba un condón de su cartera y lo

    abría. No había vergüenza en el hombre, su pene estaba

     balanceándose con orgullo entre sus fuertes muslos, la longitud del

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    mismo gruesa y dura, la punta roja y resbaladiza. Dios, eso le hizo

    la boca agua a Elías y él no pudo resistirse a sentarse de forma

    rápida y por un segundo doblarse para tomar la longitud caliente de

    la polla de Mateo en su boca, soltándola luego con un alto, obsceno,

    perversamente sexy “pop”. Le sonrió a su amante y se recostó sobre

    los codos, las caderas elevándose y el corazón golpeando. —

    Fóllame, —dijo, capturando con sus dientes el labio inferior.

    Mateo lo oyó alto y claro, y al instante siguiente estaba en él,

    empujándolo de nuevo al piso, con la pierna de Elías sobre su brazopara difundirla ampliamente y poco a poco, inexorablemente,

    empujando en su interior.

    Oh dios, era grande. O tal vez sólo se sentía de esa manera,

    porque habían pasado meses desde que Elías había estado con

    alguien. De cualquier manera, se sentía estirado hasta el límite, pero

    incluso la quemadura se sentía bien. Se estremeció, sus brazosdeslizándose por los hombros de Mateo, los dedos cavando en su

    espalda fuerte. —Maldita sea, sí... joder, más, Mateo, — jadeó,

    arqueándose.

    —Dios mío, Elías... no te muevas, me vas a matar... mierda...

    Hubo un sonido frenético y arenoso en las palabras que

    hicieron que Elías sonriese. Apretó en respuesta y dejó escapar unarisa áspera cuando Mateo soltó una sarta de maldiciones que eran

    comprensibles en cualquier idioma. —Me alegra saber que no soy el

    único que perdió su maldita mente, — bromeó Elías, sin aliento.

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    Mateo lo miró fijamente, con los ojos oscuros y se estrechó

    contra él, era una mirada tan intensa que hizo que el corazón de

    Elías diese un vuelco. —¿Quieres jugar, cielito?

    Preguntó Mateo, un levantamiento de cejas en un desafío sin

    palabras. —Ni siquiera conoces las reglas.

     Y antes de que Elías pudiera preguntarse lo que había dicho,

    Mateo había capturado su boca y sus caderas se quebraron,

    conduciéndolo total y profundamente dentro en un empuje y oh

    dios, ¿quién necesitaba palabras o función cerebral cuando habíaesto? La locura y la desesperación y la necesidad, arañando por

    salir, exigiendo alivio y la única persona que podía satisfacerlo

    estaban allí, besándolo como si su vida dependiera de ello.

    Él levantó sus caderas, sólo para que Mateo rizara su mano

    debajo de su culo levantándolo más cerca, instando a Elías a

    coincidir con su ritmo profundo, lento. Oh, se sentía bien.Escalofríos corrieron a través de él, y Elías apenas podía respirar a

    través de los besos que Mateo le daba. El oxígeno estaba

    sobrevalorado de todos modos. Él gimió, gritando cuando

    finalmente el beso se rompió y Mateo deslizó su boca a lo largo de

    su cuello, los dientes raspando, la lengua calmando, dejando

    estremecimientos de placer a su paso.—Por favor, por favor... maldito dios santo, Mateo, —Elías

     jadeó, apretándose a su alrededor.

    —Más rápido, maldita sea, más rápido, por favor.

    No sabía si Mateo entendió sus palabras o su lenguaje

    corporal, pero de cualquier forma su amante le dio lo que pedía, sus

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    caderas moviéndose duramente, más rápido, delicioso y la fricción

    fue suficiente para hacer estallar su mente. Elías se dejó ir,

     jadeando gemidos, la cabeza inclinada hacia atrás, ambas manos

    hundidas en el lío sedoso del pelo de Mateo.

    Nunca había sentido algo así. Se sentía salvaje, fuera de

    control, completamente desinhibido. ¿El tímido Elías? Se había ido.

    En su lugar estaba un Elías sin sentido, retorciéndose debajo de un

    casi desconocido y pidiendo más, más, más. Era el paraíso. Y un

    delicioso infierno al mismo tiempo. Elías seria condenado si teníaque confesarse ese domingo, después de todo.

    Pareció seguir y seguir para siempre, sus cuerpos resbaladizos

    por el sudor y el deseo mutuo, la necesidad frenética. Pero antes de

    que Elías estuviera listo para que se acabase, pudo sentir a su

    cuerpo traicionarlo, su palpitante polla más y más dura, se

    estremeció profundamente. Él gimió y movió una mano entre ellospara envolverla alrededor de su polla.

    Mateo inmediatamente se empujó sobre los codos, mirando

    hacia abajo entre ellos, su oscura mirada fija en los ojos de Elías

    acariciándose a sí mismo al ritmo de sus embestidas.

    —Dios, —Mateo se atragantó, sus labios se abrieron con los

    ojos calientes.Elías nunca se había sentido tan poderoso como en ese

    momento, con Mateo mirándolo con una expresión asombrada en el

    rostro. Más audaz que nunca, Elías le dio a Mateo un espectáculo,

    acariciando ,apretando, arqueándose, con el pulgar frotando la

    cabeza pulida y luego, con una sonrisa maliciosa a su amante,

  • 8/18/2019 Fae Sutherland - Más que Palabras

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    moviendo el pulgar resbaladizo hasta su boca para lamerlo

    limpiándolo. El gemido estremecido que consiguió por eso hizo que

     valiese la pena el rubor ardiente que no pudo evitar.

    Mateo, por favor... tan cerca, por favor — jadeó, acariciándose

    más rápido, dándole a Mateo un guiño tratando de explicarle que

    él estaba allí, que iba a correrse.

    No tenía por qué haberse molestado, porque Mateo dejó

    escapar un maldito gruñido mientras aceleraba sus embestidas,

    chocando contra él con tanta fuerza que Elías pensó que sedeslizarían a lo largo la madera, robó el aliento de Elías y si no

    hubiera estado a punto de correrse antes, seguro que lo hubiese

    estado en ese momento.

    — Ahora, cielito, Ahora... Elías, joder... —Mateo gimió,

    apretando los ojos con el rostro rojo por el esfuerzo. Tan pronto

    como Mateo dejó escapar un grito de finalización, el propio orgasmode Elías se disparó a través de él, arrancándole un grito y

    arqueándose cuando su polla tembló y se sacudió en la mano,

    derramándose en el pecho y el estómago.

    Largos momentos pasaron y no se movieron, ni hablaron,

    demasiado ocupados tratando de recordar cómo respirar y cómo

    hacer funcionar sus extremidades. Mateo se movió primero y Elíasdejó escapar un suave sonido de pérdida cuando su amante salió de

    él.

    Oyó el chasquido cuando Mateo se quitó el condón y luego los

     brazos del otro hombre estaban alrededor de él, tirando de él cerca.

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     Y cualquier preocupación que pudiera haber tratado de

    escabullirse de vuelta en él, preocupaciones porque Mateo lo

    dejaría, las cosas serían muy incómodas, había conseguido lo que

     buscaba y ahora se iría... esas preocupaciones no tuvieron nada a lo

    que aferrarse y se deslizaron lejos, inofensivas. Elías sonrió y se

    acurrucó en los fuertes brazos de Mateo, jadeando todavía, el olor

    del otro hombre mezclándose con el olor del sexo y de las flores. Lo

    que fuese a pasar ahora, a Elías no le preocupaba. Por una vez en su

     vida, simplemente se relajó y respiro tranquilo. Él no necesitabapalabras bonitas y promesas románticas, no ahora mismo. No de

    Mateo.

     Y cuando Mateo se acercó y sacó un pequeño girasol del

    mostrador, apoyándolo contra la mejilla de Elías brevemente y

    dándole una hermosa sonrisa... Elías se dio cuenta de que Mateo no

    necesitaba palabras para hacer promesas. Y cuando Elías le devolvióla sonrisa y se movió a tomar la flor ofrecida, supo que Mateo había

    comprendido exactamente lo que le estaba diciendo.

    Fin

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