fantasmagorÍa en obra

72
1

Upload: others

Post on 17-Jul-2022

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: FANTASMAGORÍA EN OBRA

1

Page 2: FANTASMAGORÍA EN OBRA

2

Page 3: FANTASMAGORÍA EN OBRA

3

FANTASMAGORÍA EN OBRA

Procediendo sobre la metamorfosis de Bogotá

Presenta: Carolina Barbosa Hincapié

Asesor: Dedtmar Garcés

Bogotá. 2011

Page 4: FANTASMAGORÍA EN OBRA

4

Page 5: FANTASMAGORÍA EN OBRA

5

Agradezco

A todos los que me aportaron su energía, para desarrollar mi

proyecto.

Page 6: FANTASMAGORÍA EN OBRA

6

Page 7: FANTASMAGORÍA EN OBRA

7

Contenido

1. Primero lo primero 9

2. Antes de las fotografías 11

3. “Abasteciéndome” de fotógrafos 17

4. ¿Cómo fue el proceso? 30

5. Procesando y procediendo en la ciudad 43

6. Bibliografía 71

Page 8: FANTASMAGORÍA EN OBRA

8

Page 9: FANTASMAGORÍA EN OBRA

9

1. Primero lo primero

No creo que exista un método único y apropiado, tanto

teórico como práctico, para escribir sobre un proceso creativo.

No tendría ningún sentido para el quehacer artístico tener un

camino preestablecido, donde no se admita la experimentación

y las variaciones a las que cada uno se enfrenta. A

continuación, quiero hacer una descripción personal de lo que

fue el proceso de construcción de mi proyecto, el cual, como

barco a la deriva, fue encontrando un rumbo hacia su destino,

sin estar determinado por alguna restricción o condición

previa, más allá de lo que la propia experimentación e

investigación me iba arrojando.

Quiero plantear este proyecto desde mi experiencia personal

con la ciudad. ¿Cómo es que la ciudad se convierte en una

parte importante en mi cotidianidad? No se trata sólo de

habitarla, sino de vivirla en su constante metamorfosis, pero a

diferencia de los capullos que se transforman en mariposas, y

uso esta metáfora muy cercana a la idea de “progreso”,

donde la ciudad siempre está en una continua construcción,

modelándose para el futuro que la convertirá en bella y me

llenará de satisfacciones. Sin embargo, para mí, la ciudad se

queda estancada en una crisálida que nunca se rompe,

inundada de polvo producido por los proyectos progresistas

que fallan y la cubren.

Este proyecto pretende por medio de la fotografía hacer de la

ciudad una fantasmagoría, imágenes ilusorias donde los

procesos de producción se ocultan o desaparecen del paisaje

urbano. (Buck-Morss, 1995, p.98) Y tal ciudad no podría ser

otra que Bogotá, ya que es un espacio cargado de

significados, tanto personales como sociales, la capital del

país que “me tocó” habitar. Sin embargo, de toda ella he

escogido el Centro Internacional, lugar que se vuelve

importante para esta investigación, para mi interés personal, y

para la ciudad misma, ya que en él, se encuentra la primera

arquitectura moderna de la nación, que hasta hoy sigue

destacándose.

Page 10: FANTASMAGORÍA EN OBRA

10

Siempre he gozado de una memoria fotográfica privilegiada

para ubicarme. Cuando comienzo a reconocer un territorio,

ya sea urbano o rural, siento la necesidad de estudiar todas

las condiciones físicas que me puedan ayudar a recordarlo.

Sin embargo, históricamente Bogotá ha estado sometida a los

cambios que las épocas y paso del tiempo han produciendo

en ella. Una pequeña parte de la ciudad ha sido el espacio

que he habitado desde que nací. Las transformaciones que

ha sufrido históricamente y que está padeciendo en la

actualidad, en ciertos sectores, han producido más que un

embellecimiento un deterioro arquitectónico, con su

consecuente deterioro de las “relaciones” que han construido

esos espacios. El intento de renovación y de modernización

del territorio, los distintos intereses políticos, económicos y

sociales, han convertido a la ciudad de Bogotá, para mí, en

una gran maqueta donde todo aquello que yo recuerdo y

quiero, no tiene espacio.

Los temas que aborda este texto sobre fotografía, tienen que

ver únicamente con la fotografía análoga.

Page 11: FANTASMAGORÍA EN OBRA

11

2. Antes de las fotografías

La fotografía es parte vital de mi proyecto, y por esto, voy a

relatar de dónde viene mi inclinación hacia ella. Desde mucho

antes de ingresar a la carrera sentía interés por el medio

fotográfico y el video, recuerdo que no me gustaba recibir

alguna pomposa celebración de cumpleaños, por el contrario,

fueron esas las ocasiones en donde obtuve mi primera

cámara de fotografía (cyber-shot) y de video (handycam). Sin

embargo, la experiencia de aquella época, sólo comprendía

imágenes, que se pueden enmarcar bajo las palabras que la

publicidad me daba, tener a la mano los momentos kodak.

Fue sólo hasta el segundo semestre, de mis años

universitarios, cuando me sometieron al aprendizaje de la

fotografía, digo sometieron, porque era una asignatura

obligatoria. Sin embargo, la fotografía no parece ser un

procedimiento muy complejo, pero cuando se inicia su estudio

aparecen un montón de posibilidades para trabajarla y cada

trabajo la convierte en una experiencia nueva.

Mis primeras prácticas universitarias con la fotografía no

resultaron ser muy placenteras, ya que yo no había previsto

la idea de tener que comprar una cámara analógica, y no

conseguí una, sino hasta el siguiente semestre. Entonces, en

ese periodo tuve que depender de la caridad de mis

compañeros, para que me prestasen una. Aunque esta

anécdota parezca ser graciosa y algo sin importancia, esa

experiencia, fue la que provocó que me interesara en

experimentar con objetos fotográficos de baja tecnología o en

otras palabras, precarios. Siempre tuve muy buenos resultados

cuando realizaba ejercicios poco tradicionales en la fotografía

y me permitía experimentar con los materiales. La cámara

oscura, no resulta ser un instrumento gratuito en este

proyecto, ya que hace parte de un objeto de estudio propio,

que he usado en muchos de mis trabajos anteriores.

“Fotografías para olvidar”

Page 12: FANTASMAGORÍA EN OBRA

12

Este es el nombre que lleva la primera propuesta que hice

con la cámara oscura, donde me permití dejar muchas

experiencias al azar. Tome placas fotográficas de cuatro por

cinco pulgadas, en recorridos sin objetivo alguno por la

ciudad. Al tener las imágenes que consideré suficientes,

intenté armar un recorrido, por medio de un texto puramente

metafórico, donde había términos como, memoria, basura,

olvido, desecho; en fin, quería lograr unir estas imágenes

presentándolas en un librito que pareciera diario, ayudándome

del título. El cual, había adaptado de la obra de Pedro Meyer

llamada “fotografío para recordar”, que leí en el texto “El Beso

de Judas” de Joan Fontcuberta, donde el cambio de recordar

por olvidar, generaría una contradicción sobre lo que la

fotografía realmente hace.

El libro diario, fue el resultado de 11 fotografías cada una

con su apunte, el cual surgía con ayuda de la imagen, y

procurando enlazar una con otra, un recorrido. El resultado

fue positivo, no obstante, hoy se que fue un ejercicio, que

aunque interesante, necesitaba un sentido más claro, puesto

que puede llegar a ser confuso, qué tiene que ver la imagen

con el texto que estoy produciendo, y en el resultado se

dieron interpretaciones que quedaron en el aire.

Page 13: FANTASMAGORÍA EN OBRA

13

Page 14: FANTASMAGORÍA EN OBRA

14

“Recuerdo de un olvido”

Es el título, de la siguiente propuesta que hice, en la que

también utilice la cámara oscura. En este debía, por orden

de la asignatura, asignar uno o más referentes a mi trabajo.

Mi primera intención era tomar fotografías de la arquitectura,

tras el hallazgo de la obra de Eugène Atget y los hermanos

Starn. Decidí hacer las fotografías en el barrio La Candelaria

Centro de Bogotá, y usar película de medio formato, cortada

en trozos para insertarla en una cámara oscura, casi de

bolsillo. La intención era hacer fotos de los espacios con la

arquitectura más “vieja” de Bogotá, haciendo referencia a

Atget y sus fotos de la antigua París, y luego intervenir las

copias haciéndolas parecer dobladas, rotas y viejas, como la

hacían los Starn. Para envejecerlas más, decidí utilizar la

técnica de virado sepia y el resultado fue positivo, además de

sentirme más consciente, a diferencia del trabajo anterior, de

los logros que había conseguido. Esta serie consistió en 8

fotografías, tamaño carta, sobre papel fibra.

Quiero resaltar estos dos trabajos, por ser cercanos a lo que

mi proyecto propone, sin embargo, fueron muchos otros los

ejercicios que realicé usando la cámara oscura, pero no

quiero detenerme en ellos, porque precisamente como digo

fueron ejercicios más de experimentación con la herramienta,

que de propuesta o iniciativa creativa. Estas dos propuestas

fotográficas, finalmente me insertaron dentro del tema que

más me interesa, la ciudad. En ellas ésta siempre se

encuentra alterada, deteriorada y con aspecto de resplandor,

como un acto de mi memoria que no quiere olvidar, esos

espacios que conozco.

Ciertamente, debo resaltar la recurrencia en el trabajo con la

ciudad y a la arquitectura, como iniciativas, en mis proyectos.

El resultado del proyecto que propongo me abre de nuevo las

puertas a ese sin fin de experiencias que descubrí que

existían, cuando comencé mis estudios en fotografía; y la

ciudad me ofrece su metamorfosis constante, para no olvidar

que es ella, la que siempre resulta conmoviéndome e

inspirándome.

Page 15: FANTASMAGORÍA EN OBRA

15

Page 16: FANTASMAGORÍA EN OBRA

16

Page 17: FANTASMAGORÍA EN OBRA

17

3. “Abasteciéndome de fotógrafos”

Esta sección tiene por objeto exponer mis reflexiones sobre

algunos fotógrafos que me permitieron pensar la fotografía

como “una forma de ver”, sus apuestas se constituyeron en

los primeros referentes en mi propio proceso. Sin embargo,

vale aclarar que no son los únicos, existen también otros

referentes [secundarios] que irán apareciendo en el texto, del

mismo modo en el que la investigación los requirió.

La “memoria” de Bernd y Hilla Becher: “una época que se

acaba”

En el periodo inter-semestral, entre el desarrollo del

anteproyecto y el trabajo definitivo, asistí a un taller de

fotografía que dictó el fotógrafo alemán, Frank Gaudlitz, en la

Universidad Javeriana. Consistió en tres días, donde él

expuso los referentes importantes para su obra, luego su obra

y al final, quiso apreciar el trabajo fotográfico que los

asistentes quisiéramos llevar. Entre los referentes estaba la

obra de los Becher, una pareja de fotógrafos alemanes, de los

cuales yo había visto poco. Gaudlitz empezó a exponerlos

como si con ellos estuviera hablando de mis intereses en el

proyecto.

Lo primero fue hablar de ellos, exponiendo la fotografía, como

la que intenta producir testigos del tiempo de una “época que

se acaba”. Las imágenes de los Becher, eran composiciones

con la misma línea de horizonte, rígida, estática y profunda,

de las distintas estructuras industriales próximas a

desaparecer. Una arquitectura industrial, convertida en

escultura por la fotografía. Gaudlitz utiliza, exactamente, las

siguientes palabras, “para Hilla Becher, la fotografía significa

tomar posesión de un objeto que no se puede llevar consigo”,

es crear el documento que puede trascender más que la

memoria, y evidenciar que esas estructuras importantes, para

una época industrial, ahora abandonadas, existieron.

Es precisamente la búsqueda que mi proyecto propone, la

manera de tomar posesión de lo que está en constante

Page 18: FANTASMAGORÍA EN OBRA

18

cambio, y de aquello que el día de mañana, puede ya no

existir.

Brend y Hilla Becher, Gasometers, Germany, 1983-1992. (Lange, 2007, p.

175)

Page 19: FANTASMAGORÍA EN OBRA

19

Eugène Atget, el “coleccionista” de París.

“Todo cuanto la gran ciudad desechó, todo cuanto perdió,

todo cuanto pisoteó, él lo cataloga y colecciona … aparta

las cosas, lleva a cabo una selección acertada, se porta

como un tacaño con su tesoro y se detiene en los

escombros que entre las mandíbulas de la diosa Industria

adoptarán la forma de cosas útiles y agradables.”

(Baudelaire, citado por Sontag, 2005 p. 116.)

Atget fue un fotógrafo francés, considerado pionero de la

fotografía, y el primero en mi lista de fotógrafos favoritos.

Algunas veces se vuelve más difícil hablar de lo que a uno

más le gusta, porque no sabe cómo explicar, el porqué del

gusto, parece ser algo que sólo pasa. Sin embargo, Atget

hace parte de esta selección de referentes, no sólo por mi

simpatía con su trabajo, sino porque su manera proceder en

la ciudad, me invita a seguir sus pasos1. (Ver p. 58.) Las

imágenes de Atget son consideradas pioneras del

documentalismo, ya que rompen con la monotonía, que en su

época llevaba la fotografía, dedicándose a imitar a la pintura

y haciendo retratos, orientada hacia el purismo.

El momento del día, los espacios, las edificaciones, los

encuadres, en definitiva varias son las condiciones, que Atget

tiene en cuenta, para convertir lugares desechados, en

espacios deseables y hermosos. Es importante aclarar que

Atget está inmerso en la documentación de la ciudad que

sobrevivió, a las reformas del Barón Haussmann, la cual, se

convierte en una “ciudad basura”, deteriorada

arquitectónicamente, abandonada y entregada a un población

marginada. (Buck-Morss, 1995)

“En las fotografías de Atget los cuerpos humanos se han

retirado del espacio fotográfico. Las calles se encuentran

desoladas, como si se tratara de las pruebas contundentes

de algún sumario o inventario para la historia” (Verón

Ospina, 2005. P.132)

Mi elección de la cámara oscura para desarrollar el proyecto,

está produciendo ese inventario para la historia, mis

1 Ver página .58.

Page 20: FANTASMAGORÍA EN OBRA

20

intenciones y argumentos, aunque con términos y experiencias

distintas, son muy parecidas a las de Atget, registrar lo que

se erige rígido y sin movimiento, y sobrevive al avance de la

“renovación” urbana.

Eugène Atget. Un coin, Rue de Seine. Tirage entre, 1924.

Page 21: FANTASMAGORÍA EN OBRA

21

La “modernización” fotográfica de Paul Beer

La obra en Bogotá de este fotógrafo alemán esta inversa en

el momento de los sesentas, cuando surgen las grandes

edificaciones antes no vistas por esta ciudad. El trabajo de

Beer es el complemento que mi proyecto necesitaba como

contextualización, ya que él trabajó en el mismo espacio que

ahora recorro yo. Beer tiene la inmovilidad de sus modelos,

los edificios, que también se inmovilizan ante mí. Documenta

exactamente cómo mi ciudad, Bogotá, sufrió la metamorfosis

de aquella época, para atender a los apuros de la

modernidad. Pero al mismo tiempo, su fotografía evidencia

cómo la forma de ver “la ciudad moderna” requería de un

trabajo enlazado con la fotografía. La obra de Beer es una

“transacción” de la realidad, no es una realidad posible fuera

de la fotografía; la evidencia de ello “salta a la vista” al

percatarse de la corrección, de verticales de la que son

objeto “sus edificios”.

Ahora yo apropio esos “modos de ver” la ciudad, esos

“modelos de modernización”, y habló de la metamorfosis que

sus alrededores están padeciendo hoy. Busco envejecerlos y

deteriorarlos, más de lo real, para detener por un instante esa

carrera de modernización, y dejar testimonio, en mi época, de

los edificios que Beer registró, testificó y vio en su nacimiento.

La importancia de Beer en mi proyecto será más clara a

medida que vaya avanzando mi proceso, él será quien me

ubicará mi propuesta fotográfica.

Page 22: FANTASMAGORÍA EN OBRA

22

Paul Beer, Edificio Banco de Bogotá-carrera 10, calle 14, 1960. (Instituto

Distrital de Patrimonio Cultural, p. 64.)

Page 23: FANTASMAGORÍA EN OBRA

23

Paul Beer, Edificio Banco de Bogotá-carrera 10, calle 14, 1963. (Instituto

Distrital de Patrimonio Cultural, p. 65.)

Page 24: FANTASMAGORÍA EN OBRA

24

La Cali de Fernell Franco

“Cali indudablemente ha sido mi ciudad, el espacio que he

habitado por muchísimos años, el que ha estado vinculado a

mi memoria, y su destrucción deterioro me han afectado

muy hondamente. Eso fue lo que trate de expresar en la

serie demoliciones. En esas fotos quería que se viera la

pérdida total de un proyecto, la falta de consideración con

los hombres y el descontrol absoluto del que está hecho el

continente. Creo que algo como lo que encierran esas

imágenes no sólo está en Cali, sino también en las demás

ciudades de Colombia, en Lima, en Quito, en Sao Paulo o

en Caracas. Aunque de pronto Cali haya sufrido más que

otras ciudades, en la que no importa la historia y en la que

se liquidan continuamente los romanticismos, es algo

extendido por América latina. Los latinoamericanos hemos

vivido una violencia contra la ciudad igual a la que hemos

vivido contra los hombres.

En demoliciones el tema es Cali. Cuando vi juntas todas

las fotos que componen la serie me di cuenta de que lo

que ellas encierran va mucho más allá de Cali, aunque de

todas maneras, esta serie la generó la tristeza que me dado

la destrucción de mi ciudad. Insisto en que todas las

ciudades de América latina tienen de uno u otra manera los

mismos problemas.” (Demoliciones 1990-1995, 2011)

Fernell Franco

Tropecé con Fernell Franco, en el momento en que me

hallaba desarrollando el anteproyecto, en una exposición

temporal que hizo el Museo de Nacional. El día que visité la

exposición, me encontraba haciendo un recorrido, de muchos

que hice, con el objetivo de reconocer la ciudad, espacio con

el que consideraba trabajar, y resultó ser un hecho anticipado

a lo que se enlazó luego con mi proyecto.

Con la obra “demoliciones”, puedo ver que Franco, (1990 –

1995) se interesaba por aquellos espacios, que en su ciudad,

Cali, estaban siendo abandonados o demolidos para dar paso

a lo nuevo, otra vez a lo moderno. Franco es el Beer caleño,

registra el espacio antes de ser edificado con la innovación,

pero Franco no lo “enaltece”, no glorifica la modernización de

Cali, más bien, le da un espacio para que sea pensada

críticamente, para reflexionar sobre ella, sobre el “precio” de

la desaparición de aquella Cali anterior. También registra

Page 25: FANTASMAGORÍA EN OBRA

25

muchos de esos espacios, desalojados y abandonados, donde

al final, no se concluye con lo que se promete. En un

comienzo cito la descripción de la obra, con las palabras que

él mismo utilizó, y considero innecesario el proceder con más

interpretaciones, cuando sus palabras se sienten tan

sumergidas en lo que yo veo, pienso y hago de mi proyecto,

que no quisiera intervenir más allá de lo que ya empieza a

concebirse con claridad.

Técnicamente, Franco, tiene una búsqueda más parecida a la

experimentación de los hermanos Starn. Haciendo uso de los

procesos fotográficos, para explicar sus conceptos, procede

dejando imágenes casi sin el suficiente tiempo de fijado. En

consecuencia, son fotos que con el paso del tiempo van

desapareciendo, insistiendo así, en la desaparición de la

ciudad, borrando físicamente su fotografía.

Fernell Franco, serie Demoliciones, 1990-1995. Exposición Temporal, Museo

Nacional de Colombia, 2011.

Page 26: FANTASMAGORÍA EN OBRA

26

Fernell Franco, serie Demoliciones, 1990-1995. Exposición Temporal, Museo

Nacional de Colombia, 2011.

Page 27: FANTASMAGORÍA EN OBRA

27

Los “medios” y la arquitectura, Beatriz Colomina

“La historia de la arquitectura no es simplemente la historia

de edificios, sino también la historia de lo que pensamos de

ellos: las teorías que construimos sobre ellos, las fotografías

que de ellos tomamos, las conversaciones que provocan.

Las buenas instituciones (publicaciones, museos, escuelas,

etc.) son aquellas que no sólo registran esas conversaciones

o enseñan principios ya establecidos, sino más bien las que

estimulan nuevas conversaciones. La buena arquitectura es

siempre una provocación”

(Colomina, 2006.)

Con esta cita de Colomina importante arquitecta, dedicada a

la historia de la arquitectura, empiezo inicialmente a indagar,

sobre lo que los edificios, todavía no específicos, simbolizan

en la ciudad. Para un momento inicial de mi proyecto la

lectura que hice de Colomina se acercaba más al estudio de

la casa y de la arquitectura inmersa en el arte, sin embargo,

ella también habla de la arquitectura moderna, como aquella

mas documentada y fotografiada, para convertirse en un

forma de comunicación o publicidad, en aquella “ciudad

moderna” que trabaja en conjunto con la fotografía, como en

el caso de Paul Beer.

Hoy en día los arquitectos asumen como parte del proceso de

diseño de sus “piezas” la “espectacularidad”, sus edificios

deben ser atractivos, llamativos y poseedores de ángulos

fotografiables, para así, poderlos estampar en una revista y

que se destaquen. Esto es lo que podría llamar como,

arquitectura del espectáculo y en un principio mi proyecto se

inclino a reconocer esos espacios que estaban apareciendo,

como construcciones llamativas pero poco funcionales,

maquilladas para el objetivo principal, la foto. Sin embargo,

me gustaba más pensar en la idea que cito, de Colomina,

donde la arquitectura es capaz de provocarme, y con ello,

construir mi propio trabajo, no halagando su maquillaje, sino

produciendo conversaciones en torno a ella y a lo que

significa “ciudad” e “historia”.

Page 28: FANTASMAGORÍA EN OBRA

28

La “mirada” de Walter Benjamin

Constantemente he hablado de ideas relacionadas con el

progreso, y para mí, no existe personaje más relacionado con

mi trabajo que Benjamin. Además de su libro sobre la

fotografía, (2008) la compresión de Benjamin la hice a partir

del libro de Susan Buck-Morss, llamado “Dialéctica de la

mirada Walter Benjamin y el proyecto de los pasajes” (1995),

donde se habla del proyecto “Passagen-Werk” o proyecto de

los pasajes, texto que Benjamin tenía pensado escribir, pero

que no logró, puesto que antes de ello lo sorprendió la

muerte. No obstante, se encuentra un gran tomo de

anotaciones, que hizo Benjamin, todo el material

documentado, por años, para la producción de su texto.

Él habla de estudiar las ruinas clásicas, para con ellas explicar

la transitoriedad de los imperios, encontrar en la ruina, el

avance de las distintas edades históricas de la ciudad.

Benjamin, propone un acercamiento nuevo para proceder en el

terreno de la ciudad. Realizó muchos viajes por distintas

ciudades, sin embargo, en algunas ciudades como Moscú, la

ignorancia del idioma, generaba un abismo entre él y la

comunicación con los individuos de esa ciudad. Así que,

Benjamin propone el experimento de comunicar las ideas e

interpretaciones, sobre una ciudad, a partir del recorrido y

estudio de las calles de esta.

“La modernización de París condenaba al olvido a la historia

borrando su huellas…” “Un criterio para decir si una ciudad

es moderna: la ausencia de monumentos conmemorativos.”

(Buck-Morss, 1995, p. 113.)

La idea del progreso para Benjamin está glorificada, ya que

ese resplandor que enceguece, se propone un futuro

prometedor, se extermina el pasado en el presente, y promete,

casi religiosamente, la salvación. Todo nace lúcido y

hermoso, practicar el culto de la modernidad crea fe en el

futuro y fabrica el paraíso, en la tierra misma. Con el

progreso, no se puede perder más de lo que se va a ganar,

es el propio cielo en mi ciudad. Surgen en este punto, para

Benjamin un término que resulta fundamental para mi trabajo,

Page 29: FANTASMAGORÍA EN OBRA

29

la “fantasmagoría”, término que él explica apropiando y

modificando las declaraciones de Marx sobre este tema.

Para Marx, la fantasmagoría está contenida en aquellos

procesos de producción que están ocultos cuando se nos

presenta una mercancía, todos los objetos que son

comercializados en un estado económico capitalista, borran la

procedencia de esos productos, en otras palabras, uno

compra sin necesidad de una conciencia sobre el proceso

para fabricar el producto que adquiere. (Buck-Morss, 1995, p.

98.)

Benjamin, modifica esta definición añadiendo a ella el valor de

exhibición para una sociedad del espectáculo. La

fantasmagoría no se encuentra en la mercancía, sino en el

momento en que la mercancía es deseada por sus

consumidores. La importancia de la mercancía nace cuando

una cantidad considerable de gente la desea y es cuando se

le llama fantasmagoría, porque debe tratarse de gente que

con seguridad nunca podrá adquirir tal mercancía, por culpa

de sus precios desmedidos. Todo se resume en crea el

“deseo” de poseerla.

El porqué la fantasmagoría es importante para mi proyecto,

comprende una aclaración que será producto del proceso

creativo.

Page 30: FANTASMAGORÍA EN OBRA

30

4. ¿Cómo fue el proceso?

Habiendo aclarado que este proyecto está fundamentado

sobre una experiencia personal, que no se rige por

condiciones metódicas previas, quiero proceder haciendo unas

aclaraciones teóricas, sobre términos importantes para la

comprensión del proceso práctico y que en su mayoría, son

parte de los conocimientos que adquirí mientras realizaba mis

estudios en la carrera.

Cámara oscura y fotografía

Iniciaré hablando sobre la cámara oscura, un dispositivo que

se asocia directamente con la fotografía, pero que no se

remonta sólo a la época en que está aparece. La cámara

oscura, ya era conocida desde los antiguos griegos e incluso

tuvo su mayor desarrollo en el renacimiento con la aparición

de distintas lentes ópticas. (González, 2004, págs. 93, 94) Su uso

se hizo más común, cuando los pintores y dibujantes, se

percataron de que ésta ayudaba a solucionar el problema de

copiar el espacio, que se hacía sólo a través de la

observación. Este dispositivo les ampliaba la posibilidad de

producir imágenes con perspectiva, ya que podían calcar la

imagen desde la proyección. La perspectiva también es un

término importante en mi proyecto, el cual ampliaré más

adelante.

La cámara oscura funciona, como su nombre lo indica,

oscureciendo por completo una habitación o compartimiento y

dejando solo un orificio. Por allí, la luz entra y se proyecta

produciendo una imagen del exterior, invertida en sentido

horizontal y vertical, sobre una superficie plana preferiblemente

clara. (Hedgecoe & Bailey, 1976, pág. 18)

Page 31: FANTASMAGORÍA EN OBRA

31

Grabado de la cámara oscura portátil de Athanasius Kircher, 1946.

(Hedgecoe & Bailey, 1976, pág. 18)

Ciertamente, la cámara oscura era un dispositivo básico y

efectivo, utilizado mayormente por artistas. Sus cambios,

aunque importantes para el objeto, nunca comprometieron su

estado físico de caja oscura con orificio. Podría afirmar, que

eran los ojos mágicos de los artistas, que posiblemente

guardaban con recelo, para no hacer visible la ventaja que

tenían al copiar de la realidad, desde una proyección al

instante, que duraba el tiempo que estuviera el sol.

Las pinturas o los dibujos en ocasiones no ponían en

evidencia el uso de la cámara oscura2, no tengo certeza si

esto era con intención, pero las imágenes de estos artistas no

pueden quedar menospreciadas, sólo por el hecho de usar

una herramienta que técnicamente les hacía el trabajo más

fácil, ya que esto no comprometía la decisión que cada uno

debía tomar en su quehacer como artista.

2 Recomiendo consultar: Bruno,S (2010) Pintura flamenca y holandesa, s.l, Scala;

Puppi, L (1981) La obra pictorica completa de Canaletto, s.l, Noguer.

Page 32: FANTASMAGORÍA EN OBRA

32

En este punto, debo explicar que en mi proyecto, al hacer uso

de la cámara oscura, se está dejando un espacio disponible

al “azar” y a la experimentación, y en cierta medida, no se

está ocultando el dispositivo. Porque a diferencia del dibujo y

de la pintura, la fotografía no puede ocultar que depende de

la máquina y de los procesos físicos-químicos para existir. El

proyecto necesita de la cámara oscura, ya que la imagen que

se logra con ella se asemeja a un “resplandor”, que

“distorsiona” apropósito la realidad, lo cual colabora

directamente con la experiencia que estoy queriendo generar.

Existe una relación entre los ojos y la cámara oscura, ya que

los dos tienen la capacidad de producir las imágenes por

medio de la luz. Sin embargo, la cámara oscura llega a

capturar las imágenes y detenerlas en el tiempo. En la

primera mitad del siglo XIX, cuando aparece por primera vez

la fotografía, puesto que antes se trataba solo de una

proyección. (Hedgecoe & Bailey, 1976, pág. 18)

(Light bulb, 1991. Abelardo Morell)

Page 33: FANTASMAGORÍA EN OBRA

33

Había llegado el momento de dibujar utilizando la luz, pero ya

no como guía, sino como herramienta directa. Tal y como lo

dice Walter Benjamin en el texto llamado, “Sobre la

Fotografía”, haciendo una comparación del surgimiento de la

imprenta, con el de la fotografía:

“Quizá en el caso de la fotografía fuera más obvio que

había llegado el momento de inventarla, y así lo presintieron

varios hombres que perseguían por separado el mismo

objetivo: fijar las imágenes de la camera oscura, que era

conocida al menos desde Leonardo.” (Benjamin, 2008, pág.

21)

Las imágenes que los ojos producen, se almacenan en la

memoria que cada persona tiene. Sin embargo, éstas no

permanecen allí para siempre, nunca serán tal y como en el

instante en que se percibieron por primera vez. Las imágenes

que se quedan en la memoria, hacen parte de una selección

subjetiva, algunas veces, autónoma e inconsciente de cada

persona. Para mí, son imágenes que se están transformado

todo el tiempo, son inexactas, dinámicas, efímeras, intangibles,

virtuales y no se logra poseer el control total y soberano

sobre lo que se quiere recordar de ellas, simplemente por su

fragilidad pueden desaparecer, por el paso del tiempo o por

la capacidad cerebral de cada individuo.

Pareciera que la fotografía quisiera superar todos esos

obstáculos que la memoria tiene para lograr almacenar las

imágenes, surge aparentando ser una prótesis de la memoria.

Es decir, la fotografía pretende hacerse cargo de todas esas

imágenes que la memoria altera y olvida, haciéndolas

perpetúas. Sin embargo, y esto es algo que quiero explicar

con mi proyecto, las fotografías no pueden ser exactas,

estáticas y eternas, la realidad también se vuelve dinámica.

Éstas, en cierto modo son tangibles como objeto, pero

también son selectivas. Las imágenes que produzco, con mi

cámara oscura, suponen “alteraciones”, como si se trátese de

una imagen de la memoria, pueden ser estáticas, como

instante, pero todo lo que ellas reproducen esta en

movimiento, no puede existir un control soberano sobre las

imágenes que hace la cámara oscura.

Page 34: FANTASMAGORÍA EN OBRA

34

Es allí, donde el azar se vuelve importante, ya que la máquina

condiciona los valores de luz, el tamaño de los objetos, las

distancias de uno al otro, en general tiene sus propias

normas. Para poder hacer las imágenes que quería, el

proceso práctico debía convertirse en un experimento de

prueba y error, así con ello, llegar a conocer las condiciones

del dispositivo propio. Poder romper un poco con el azar y

lograr que mis propias manos intervinieran en el proyecto y

no en lo que la máquina dispusiera.

Cuando hablo de intervenir, me refiero a encuadres,

iluminación y a la escogencia de los elementos que deseaba

en la imagen, estos son objetivos que sólo se logran cuando

uno es consciente de la herramienta que está usando, puesto

que la cámara oscura, a diferencia de las cámaras

convencionales posteriores, no tiene un visor o un

pentaprisma, que permita alguna forma de visualización previa

del objeto a fotografiar. Además, si se usan trozos

individuales de película, se debe adoptar estrategias, para que

al momento de instalarlas en la cámara, cosa que se hace en

total oscuridad, no queden torcidas e invertidas.

La interpretación que hago sobre el surgimiento de la

fotografía, como una extensión de la memoria, no pretende

condicionar que la fotografía haya aparecido con ese objetivo,

sino que se trata de un síntoma que llegó después. No creo

que en el nacimiento de está, hayan existido más objetivos,

que el que recalqué con Benjamín, el de fijar las imágenes de

la cámara oscura, además de la importancia del momento

histórico que la descubre, una época de revolución industrial.

Tampoco quiero plantear algún tipo de rivalidad entre la

fotografía y la pintura, puesto que yo considero, que la

primera surge y se convierte en un “apoyo” para la segunda,

y aunque la fotografía haya adoptado la independencia

completa, la pintura, en muchas ocasiones, aun se vale de la

otra para ser.

El comienzo de la fotografía no se le atribuye a un solo

creador, existe una larga lista de físicos, químicos y científicos

que propiciaron su aparición. Además, no se determinó con

exactitud, quién hizo la primera fotografía, ya que fueron

Page 35: FANTASMAGORÍA EN OBRA

35

varias imágenes, hechas por distintos personajes, en países

diferentes y casi en el mismo periodo de tiempo. Los

avances químicos permitieron utilizar materiales fotosensibles,

tales como las sales de plata, para hacer la imagen, teniendo

este resultado se necesitaba algo que permitiera fijar el

material, y así detener la sensibilidad tras haber capturado un

momento de luz. Wedwood, Niépce, Daguerre y Talbot, son

los pioneros más reconocidos históricamente por lograr figar

el material fotosensible y capturar las imágenes de la cámara

oscura. (Hedgecoe & Bailey, 1976, pág. 24)

La cámara oscura, queda ahora convertida en una cámara

fotográfica, comienza a fabricar imágenes deteniendo el

tiempo de la luz y haciendo impresiones, casi más exactas

que la pintura o el dibujo de los objetos reales. Es evidente

que aunque la fotografía no logra superar la fragilidad que

tienen las imágenes de la memoria, si ayuda a estimularla y

genera un documento, que puede existir por mucho más

tiempo de lo que existe el propio pensamiento, pero con la

posibilidad tangible de transformar “ese” pensamiento.

“Los procedimientos basados en la cámara y en otros

aparatos similares posteriores amplían el radio de la

mémoire volontaire; hacen fijar, mediante el aparato y

siempre que se quiera, un suceso en su imagen y en su

sonido. Se convierten así en logros esenciales de una

sociedad en la que el ejercicio de las cosas se atrofia.” (Benjamin, 2008, pág. 145)

La fotografía convierte la memoria personal o local en una

colectiva, Parafraseando a Benjamin, quiero resaltar la

importancia de producir una memoria colectiva, a partir de la

inserción de la reproductibilidad de imágenes. (1935) Mi

proyecto, nace como resultado de una experiencia personal

que busca por medio de la fotografía, generar una experiencia

colectiva.

Para concluir, quisiera hablar sobre las variables de luz que

afectan el resultado de una fotografía, pero sólo quiero

nombrar tres de ellas, quizás las fundamentales y las más

Page 36: FANTASMAGORÍA EN OBRA

36

importantes en los primeros años de la fotografía. En primer

lugar está la apertura del diafragma, que en la cámara

oscura, o estenopéica como también se le conoce, tiene que

ver con el diámetro que tenga el orificio por donde entra la

luz, también llamado estenopo. Éste controla la cantidad de

luz que entra a la cámara, según las dimensiones de su

diámetro, permite que la película sensible que esté a dentro

se queme con la suficiente cantidad de luz que necesita. La

segunda variable es la sensibilidad, ésta tiene que ver con el

tipo de material fotosensible que se utilice para hacer la

fotografía y así se determina qué tanta definición va tener la

imagen resultante.

Por último, la tercera variable, es el tiempo de exposición. La

apertura del diafragma y la sensibilidad del material donde se

imprime la foto, determinan el tiempo que se debe dejar en

exposición para obtener la imagen. En la primera fotografía

de Niépce, el sol aparece a los dos lados de la imagen, esto

ocurrió porque esta fotografía tomó 8 horas de tiempo de

exposición. De nuevo, sucede algo similar con el daguerrotipo

que toma Daguerre en la ciudad de Paris, donde una calle

transcurrida por carruajes y personas, queda totalmente vacía,

debido al tiempo que tardó la toma, dejando sólo el registro

de los objetos completamente inmóviles.

Vista desde la ventana de Le Gras, Niépce, 1826-7. (Hedgecoe & Bailey,

1976, págs. 20)

Page 37: FANTASMAGORÍA EN OBRA

37

Boulevar du Temple, París, Daguerrotipo, Daguerre, 1838-9 (Hedgecoe &

Bailey, 1976, págs. 20)

Sin embargo, los avances llegaron muy rápido, la sensibilidad

de las películas se amplió, se logró conseguir mayor

definición, con la posibilidad de reproducción. Los

daguerrotipos, aunque para la época en que se hicieron

contenían alta nitidez en las imágenes, eran piezas únicas que

no podían ser copiadas, además de ser muy costosas. Las

nuevas invenciones permitieron el surgimiento de cámaras con

velocidades de obturación más rápidas y la aparición de

imágenes instantáneas. Mi proyecto está insertado bajo el

amparo de las imágenes fotográficas que aún tenían largos

tiempos de exposición. El tiempo es importante para poder

explicar la inexistencia de movimiento o acciones en mis

fotografías, ya que es la larga duración la que se encarga de

eliminarlos.

Page 38: FANTASMAGORÍA EN OBRA

38

La historia de la ciudad

Continuando con las aclaraciones que propuse al principio,

quisiera disponer un corto espacio para hablar de la ciudad,

un territorio que termina siendo indispensable para mi

proyecto. Siempre he habitado en la ciudad, nací, crecí y

vivo, en ella. Me refiero a Bogotá. Esta ciudad, no es sólo

una más de Colombia, sino que se trata de la capital, y creo

que por ello, se considera como la ciudad ejemplo para las

demás, o en ciertos aspectos es la que tiene que innovar por

ser una de las más importantes para el país. Las ciudades

en general son territorios que surgieron como salida de

supervivencia humana, tal y como lo dice, el profesor de

Historia de la Universidad Javeriana, Germán Mejía Pavony,

(2000, mayo, p. 281.) la ciudad es una de las creaciones más

solidas y perdurables de las sociedades humanas, ya que su

importancia nace en congregarse para vivir con la

participación de otros.

Ciertamente, las ciudades han cambiado de aspecto con el

paso de las épocas, pero esas transformaciones no han

afectado lo que es la ciudad en sí. Mejía Pavony, usa una

expresión en su artículo sobre la historia urbana (2000, mayo,

p. 282.), que adoptaré para explicar la importancia de la

ciudad en mi proyecto, y así dar paso al siguiente punto que

lo complementaría; la expresión de la ciudad como espacio

construido. Éste comprende la característica más importante

de las ciudades, estar construidas y por ello ser duraderas.

Ya que la naturaleza humana se ha sometido a cambios

constantes, las ciudades son expuestas a transformaciones

impactantes producto de renovaciones, pero nunca estos

cambios acabarían con la ciudad misma, porque la

construcción sobre la ciudad, sea efectiva o no, generará aún

ciudad.

Mejía Pavony (2000, mayo, p. 283.) también se refiere al

término preservar, al exponer que se debe pensar en éste

cuando se está poniendo en riesgo la perdurabilidad de la

ciudad, es decir, que si los cambios no están generando una

ciudad futura, sino por el contrario, están activando la

destrucción de ésta, se debe detener su avance. Mi proyecto

Page 39: FANTASMAGORÍA EN OBRA

39

se instala en la región del espacio construido, donde se

exhibe recurrentemente grandes e importantes edificaciones,

pero también, a su vez, hablo de la zona en construcción

que aparece trazada en cada fotografía, exponiendo esos

cambios de los que hablaba antes. El porqué de la

importancia de las edificaciones, quiero explicarla con las

siguientes palabras.

“El patrimonio urbano es el testimonio del modo como una

sociedad especifica, y por comparación todas, ha hecho de

un logro de humanidad algo que le es particular y que

como tal, entonces le permite seguir hacia el futuro. En

otras palabras, preservar es cambiar con sentido, porque lo

que se valora como bueno es guía que traza la ruta a lo

humano.” (Mejía, 2000, mayo, p. 283.)

Seguramente los grandes edificios del sector del Centro

Internacional de Bogotá, quienes son protagonistas importantes

del proyecto, en su mayoría no hacen parte del patrimonio

urbano de la ciudad, aún así, para mí, es como si lo fueran.

Quitarle este sector a la ciudad sería exterminar cientos de

acontecimientos históricos, sociales, políticos, económicos, en

fin, se acabaría con ese logro de la humanidad que habitó en

Bogotá, y a colmo de sonar apocalíptica, sería, algo así como

la muerte de la ciudad.

Arquitectura y fotografía

El espacio construido, comprende el espacio arquitectónico,

convirtiéndose éste en el objeto protagonista de mi

experimentación con la ciudad. En este punto quiero vincular

la fotografía con la arquitectura, ya que es eso lo que mi

proyecto desarrolla en la práctica. La arquitectura moderna,

ha sido siempre objeto de culto fotográfico, quizás sea unas

de las estructuras de las ciudades, con más imágenes en la

base de datos de la historia de la humanidad.

Las primeras imágenes, que se registraron históricamente de

la fotografía, tenían que ver en su mayoría con la

arquitectura, son de hecho calles, perspectivas de edificios, ya

que los tiempos prolongados, en la exposición, usando las

Page 40: FANTASMAGORÍA EN OBRA

40

primeras cámaras estenopéicas, necesitaban de la inmovilidad

de los espacios construidos, para lograr registrar imagen. Pero

la fotografía, se fue adaptando a lo que el hombre exigió de

ella y termino convertida en un objeto de lucro, que buscaba

manifestar, la clase ostentosa a la que pertenecía, su

poseedor. Se redujo a temas, como los de retratos familiares

y la apropiación de las experiencias pictóricas, encuadrando y

usando las mismas condiciones formales, que la pintura

“realista”.

En la historia de la fotografía, esa es una época oscurantista,

que aunque produce muchas imágenes, hermosas para mi

gusto, la limita como medio. Cuando la fotografía regresa a

la documentación y se libera de toda atadura con la pintura,

es cuando retoma la idea de registrar de nuevo los sucesos

cotidianos de la ciudad, las estructuras y a veces hechos no

tan comunes, por ejemplo las manipulaciones o

interpretaciones, semejantes a las de Rodchenko (Lanvrentiev,

1995).

Por otra parte, quiero aclarar un término enunciado antes

importante en la relación de la arquitectura y la fotografía,

además de evidente en las fotografías de mi proyecto. Para

el dibujo y la pintura, el uso matemático de la “perspectiva”

era fundamental, disponiendo el espacio para dar la sensación

de realidad en la propuesta bidimensional. La fotografía, por

ser el registro automático de la cámara oscura, comparte los

principios matemáticos de las dos anteriores técnicas, sobre la

perspectiva, creando la “ilusión” de una imagen

verdaderamente real.

“Cualquier desviación del eje óptico de la cámara con

respecto al centro de motivo (tanto en el sentido vertical

como en el horizontal) resulta en una vista en perspectiva,

con una mayor o menor ilusión de profundidad; a mayor

tangencia con respecto a la fachada del edificio, mayor fuga

y mayor sensación de espacio.” (González, 2004, p. 95.)

Este proyecto es un ejemplo claro de porqué la imagen

fotográfica es tan ilusoria, tal como las demás imágenes

bidimensionales, ya que la distorsión y la exageración de la

perspectiva, es una de las principales características de las

Page 41: FANTASMAGORÍA EN OBRA

41

fotografías que aparecen en la cámara oscura, al manipular su

distancia focal. Es decir, el resultado puede llegar a ser más

exagerado, o por el contrario, provocar un acercamiento plano

de la imagen, simplemente con modificar la profundidad de la

cámara oscura, que es la que determina la distancia focal. El

dibujo arquitectónico, que antes hacía uso de las proyecciones

para facilitar, los trazos en perspectiva, ahora es remplazado,

por el producto que gesto, su antiguo proyector.

Page 42: FANTASMAGORÍA EN OBRA

42

Page 43: FANTASMAGORÍA EN OBRA

43

5. Procesando y procediendo en la ciudad.

Anteproyecto

Considero que para entender mi propuesta, es preciso primero

revisar algunos preliminares de esta, o aun el modo en el

cual se “procesó”, cómo se fueron dando las cosas, cómo fue

mi proceso de indagación.

Inicialmente, decidí hacer un recorrido por lo que se denomina

espacio público: “conjunto de inmuebles públicos y los

elementos arquitectónicos y naturales de los inmuebles

privados destinados por su naturaleza, por su uso o

afectación, a la satisfacción de necesidades urbanas colectivas

que trascienden, por lo tanto, los límites de los intereses

privados de los habitantes” (Ley 9 de 1989 y Decreto

1504/98 Artículo 2), esta es la definición que convierte, el

espacio público, en “objeto vendible”; sin embargo, existe la

definición de Rosalind Deutsche que estará más acorde con lo

que se desarrollará como parte de mi reflexión: “El espacio

público, siguiendo la argumentación de Lefort, es el espacio

social donde, dada la ausencia de fundamentos, el significado

y la unidad de lo social son negociados: al mismo tiempo que

se constituyen se ponen en riesgo.” (Blanco et al., 2001, p.

295.) Aclarando este término, el trabajo con el espacio público

trataba de buscar reconocer en él, alguna situación

inesperada o problemática que me permitiera pensarlo, aun

entenderlo como precisamente esa “situación inesperada” que

le constituye cotidianamente. Los primeros acercamientos que

tuve con el proyecto consistían en realizar alguna intervención

en el espacio. Sin embargo, no quería realizar convocatorias

o “depender” de un grupo de personas y tampoco se trataba

de tomar riesgos, para mí, innecesarios en el espacio que

considero más inseguro, la calle. Así que decidí abordar el

espacio desde una experiencia más individual.

Mi primer intento de intervenir el espacio público fue adoptar

un dispositivo que había identificado en él, se trataba de los

volantes. Empecé a recibir todos los volantes que me

ofrecían en la calle y con base a ellos diseñé uno, que luego,

los entregué en el sector de la séptima con calle 26.

Page 44: FANTASMAGORÍA EN OBRA

44

Page 45: FANTASMAGORÍA EN OBRA

45

Concluí de esa experiencia que elementos como los volantes

eran muy volátiles y que aunque existen mecanismos para que

el volante desencadene alguna acción masiva, no hacía parte

de lo que personalmente quería del proyecto final, ya que me

veía perdiendo casi por completo el rumbo de la acción.

Esto me hizo entender, que debía buscar qué tipo de acciones

individuales, en la calle, habían generado alguna propuesta

llamativa y critica de éste. Comprendí que para trabajar el

espacio público, las cosas deben tornarse muy estridentes, ya

que el flujo y el movimiento acelerado de la ciudad, no

permite tiempo para detenerse ante los detalles.

Por ello, mi búsqueda se encaminó hacia la obra de Krzysztof

Wodiczko, “Hiroshima Projection” o “Tijuana Projection”, son

dos ejemplos de las muchas proyecciones que él ha hecho.

Intenta acabar con el silencio de las victimas de distintas

marginaciones según el contexto, haciendo uso del espacio

público, donde son muy importantes los significados de esos

lugares que se elige para cada proyección, ésta es una breve

interpretación de lo que representa su trabajo para mí. Al

estudiar la obra de Wodiczko entendí, que mi interés especial

en la ciudad tenía que ver principalmente con la arquitectura,

lo que simboliza y significa para la ciudad y para mí, que mi

forma de trabajar no tenía que ver precisamente con el

acercamiento a poblaciones marginadas, aunque eso sea lo

más importante en la obra de él, después de todo no se

trataba de copiar su obra, sino de encontrar el detonante que

necesitaba la mía.

Pensando en los significados de los espacios, decidí elaborar

unos videos cuyo punto de vista era la posición de cualquier

usuario de Transmilenio, el sistema de transporte público

masivo de Bogotá, ¿la razón? Es una ruta que uso

frecuentemente, y con todo el tiempo que paso allí me he

percatado de las transformaciones que le ha propiciado a la

ciudad. Mi primer recorrido fue por la calle 80, entre Av.

Ciudad de Cali y una estación llamada Granja-carrera77 y

luego por la Av. Caracas, desde la calle 26 hasta el Portal

Tunal. El recorrido inicial, tenía que ver, con registrar la

cantidad de lotes vacios, que existen en ese tramo, ya que

durante la ampliación de la calle 80, se expropiaron muchas

Page 46: FANTASMAGORÍA EN OBRA

46

propiedades, y quedaron espacios, muy pequeños para la

construcción, que supongo fueron abandonados y ahora se

encargan de contener grafitis y publicidad de los comercios

aledaños. El recorrido siguiente, sólo fue producto de un día

libre, en el que, decidí continuar el camino, hasta donde el

trayecto del bus terminara.

Llegué a conocer un sector que no había visto antes y a

constatar que realmente la ciudad es igual, en todos sus

sectores, el aspecto que tienen los horizontes, que se marcan

por las calles donde pasó la línea del Transmilenio, es el

mismo en todos los espacios. Teniendo los clips, comencé a

experimentar haciendo una mezcla de los videos,

proyectándolos como un recorrido al tiempo, pero de distintos

espacios, buscando hacer una imagen panorámica con ellos.

Sinceramente, este fue un experimento que sólo buscaba

homogenizar la línea del horizonte, que como ya dije, es igual

en todos los sectores.

Page 47: FANTASMAGORÍA EN OBRA

47

Me convertí en una paranoica en la ciudad, reaccionaba a

todo lo que veía en ella, fue así como empecé a sentir el

sonido, algo que no se ve pero que siempre está presente.

Para esos días, se presentaba la exposición individual de la

sexta edición del Premio Luis Caballero, en la Galería SantaFé,

de la obra “Murmullos” de Mauricio Bejarano. Una instalación

de sonido, donde el espectador entra a una habitación

iluminada con una luz muy tenue, y se encuentra con muchos

sonidos al tiempo, aproximadamente 80 parlantes de distintos

tamaños, colgados del techo a distintas alturas del piso,

producen esos sonidos, que a pesar de ser particular en cada

parlante ninguno silencia al otro, y crean realmente un

murmullo, que al cerrar los ojos, hacen que uno se sumerja

en un océano de imágenes de la ciudad y su naturaleza.

Fue una experiencia importante ver que alguien ya trabajaba

con el sonido y además el de la ciudad. Comencé así, a

capturar mi propio sonido, escogiendo un sector que pareciera

nunca silenciarse: la Plaza de San Victorino, haciendo un

recorrido por el costado sur de la plaza, subiendo por una

calle que conducía a la carrera 10ª y al pasarla llegué hasta

la esquina que conduce a la Plaza Simón Bolívar, allí me

detuve.

Page 48: FANTASMAGORÍA EN OBRA

48

Mauricio Bejarano, Murmullos, 2011, Galería SantaFé, Bogotá.

Teniendo todos esos hallazgos y experimentos, fusioné los

videos y el sonido pretendiendo lograr algo distinto, entre un

video del recorrido en bus y el sonido de una zona comercial

muy ruidosa de Bogotá. Era el momento de presentar mis

prácticas, mis antecedentes y los referentes al jurado de mi

socialización, así que hice mi presentación y expuse todo lo

que ya comente anteriormente. Recibí buenos comentarios

acerca de las prácticas que había hecho, sin embargo, hubo

una observación en específico la que me hizo analizar de

nuevo los planteamientos, se manifestó: que aunque se veían

cosas interesantes y posibilidades, no me podían percibir

como la realizadora de esos experimentos, ya que parecía

que me ocultara en ellos sin mostrarme.

Entonces “Yo” investigando y experimentando

Lo que yo estaba viendo del trabajo que estaba presentado,

no era lo que el trabajo estaba mostrando. Esto me hizo

recapitular sobre lo que ya había hecho, comencé a buscar

Page 49: FANTASMAGORÍA EN OBRA

49

las correcciones de lo que no estaba quedando claro, porque

se estaba perdiendo mi intento por hacer imágenes, a través

de las cuales pudiese experimentar e invitar a experimentar

sensaciones o reflexiones. Debía revisar mi proceso e intentar

identificar cuáles eran las cosas que realmente me

interesaban. Tras tal reflexión, volví sobre ciertas experiencias

previas —acuñadas a lo largo de mis años de formación— en

las que se evidenciaba mi interés en la experimentación con

objetos precarios, para producir imágenes. Cuando hablo de

objetos precarios me refiero a lo que se puede fabricar con

los materiales que se tiene a la mano en casa, sin necesidad

de hacer grandes inversiones económicas en ellos, pero que a

su vez por esa misma precariedad pueden llegar a ser muy

frágiles.

Quizás se trata de la influencia de la televisión y sus

programas sobre, constrúyalo usted mismo, o simplemente me

gusta la sorpresa que puede generar, el fabricar un objeto del

reciclaje y que cobre un valor útil o estético para los que

creían era basura. No tengo con exactitud la respuesta al

porqué siento tanto gusto por los objetos precarios, pero creo

que todo tiene que ver con su fabricación, puesto que son lo

suficientemente flexibles para manipularlos y convertirlos en lo

que uno quiera de ellos, y lo importante de todo esto, es

que no se está perdiendo dinero al experimentar y no obtener

resultado con ellos.

Así que decidí comenzar a construir objetos que proyectaran

luz, con cajas, bombillos, pequeños papeles, lupas, en fin

distintos materiales, que me permitieran probar hasta qué

punto las imágenes eran posibles con esta clase de

dispositivos caseros. También, probé trabajar con otro medio

que me atraía, los estados del agua, liquida, hielo y vapor,

haciendo un registro en video de lo que resultaba. Durante

este periodo de experimentación, tropecé con “the sound of

ice melting” de Paul Kos, un artista conceptual, quien en

cierta medida me incentivó a seguir mi camino de la

investigación a partir de la observación casi científica de los

fenómenos que ocurrían en la experimentación. Esa obra de

Kos de nuevo hacia una alusión al sonido que también me

interesaba trabajar, desde lo desarrollado en el anteproyecto,

Page 50: FANTASMAGORÍA EN OBRA

50

consiste en un bloque de hielo, rodeado con una seria de

micrófonos que intentan registrar el sonido que hace el hilo al

derretirse.

The sound of ice melting, Paul Kos.

Page 51: FANTASMAGORÍA EN OBRA

51

La mayoría de piezas artísticas que pude ver de Kos,

resultaban ser una combinación de efectos físicos que

transmitían ideas claras, donde parecía que hacia magia y

provocaba sorpresas inesperadas. Él explica en una entrevista,

que todo consiste en estar al tanto de los accidentes a

diario, éstos puede llegar a ser más interesantes que tener

todo controlado y claro, todos los movimientos que uno

empieza a realizar se concentran en el accidente que un

conjunto de formas produce. Con la palabra accidente, se

refiere él, a los sucesos no previstos que ocurren al juntar

dos o más objetos. La obra “Guadalupe bell”, da cuenta del

truco y la sorpresa, a los que me refería, consiste en una

campana que al momento de hacerla sonar provoca una

proyección de la imagen de la virgen de Guadalupe.

Guadalupe bell, 1989. Paul Kos

Page 52: FANTASMAGORÍA EN OBRA

52

“Equilibre IV”, es otra obra, donde Kos, pone una escoba de

paja parada, sobre la punta del mango pone un alambre

extendido que hace equilibrio, a un extremo con una campana

y al otro con una vela encendida. Esta clase de experimentos

y resultados, me hicieron reflexionar sobre, no tener que

esperar un suceso extraordinario sino simplemente guiarme

por lo que los objetos y sus relaciones me iban sugiriendo,

los “accidentes”.

Por otra parte, paralelo a mi investigación empírica, tenía claro

que la ciudad, en específico Bogotá, era la protagonista de

mis reflexiones, independiente de la técnica o intervención que

realizara. Siguiendo con esto, hacia recorridos por los

sectores Bogotanos que personalmente me atraían, de cierto

modo intenté preguntarle a la ciudad qué era eso que se me

ofrecía y me hacía desear de la cotidianidad como un espacio

de trabajo. Qué era lo que ya, la ciudad en su diario

devenir, me entregaba como algo que me cautivaba. Por

entonces decidí visitar: la candelaria, la séptima desde la calle

72 hasta la plaza de Bolívar, la calle 19 desde la carrera 3

hacia la plaza de Paloquemao, el eje ambiental. No sé qué

tanta validez tenga, pero para mí, eran importantes estos

lugares, sólo por mi gusto personal y por mi cotidianidad en

muchos de ellos, lo que me permitía, ver la mayoría, casi a

diario. Ya fuera en carro, bus o caminando, siempre estaba

al tanto de ver la ciudad con insistencia, así fuese desde el

recorrido hacia mi casa, que queda en el sector de Engativá,

lejos de los lugares que me interesaban, pero con una vista

amplia hacia ellos. Por lo tanto, comienzo a buscar

documentación que me hable de este sector de la ciudad, de

su urbanismo, sociedad, historia y hasta anécdotas de

personajes bogotanos.

La “imagen fantasmal” y la fotografía

Es así, como encuentro una historia muy particular y que

despierta extrañamente en mí, una obsesión sobre lo que

técnicamente podría lograr. Sin embargo, antes de hablar de

esta anécdota, he de aclarar que mis experimentos con luz y

el resultado de las imágenes que obtuve, me remitieron a lo

Page 53: FANTASMAGORÍA EN OBRA

53

espectral o fantasmal, ya que aparecían unas imágenes

manchas, no muy definidas pero interesantes.

Inicialmente como ya he destacado anteriormente, con

materiales precarios comencé a fabricar mis objetos de luz.

Comencé con un cilindro de cartón, los que quedan luego de

que se acaba las toallas de la cocina, le puse un bombillo a

un extremo, una lupa al otro y en el centro lo corte y le puse

una diapositiva con un trozo de papel pergamino. Al

oscurecer por completo la habitación donde estaba, esperaba

una proyección que pudiera capturar con la cámara de fotos

o video. Sin embargo, la proyección no fue muy efectiva y no

se veía claramente la imagen, había que conocer la, desde

antes para entender que era lo que se mostraba, de hecho

así se me hizo evidente que la imagen es, precisamente algo

que es, sólo en la medida en que “es reconocida”.

Page 54: FANTASMAGORÍA EN OBRA

54

Este dispositivo se desintegró muy fácil ya que ese cartón no

es muy resistente, así que decidí hace otro con una caja ya

armada y más fuerte, pero el resultado de la imagen fue el

mismo. La idea de las proyecciones también surgió de un

proyecto que realice para un trabajo final, donde se concluía

el estudio del dibujo, en el cual recolecte los tarros metálicos

de la comida enlatada y construí con ellos una serie de

proyectores, donde la luz, filtrada con imágenes producía un

dibujo.

Retomando, hice el experimento a la inversa, cambiando la

dinámica a ver qué imagen obtenía, no proyectando sino

haciendo una caja de luz para la diapositiva con una lentilla

distinta por donde verla.

Esto dio como resultado una percepción distinta, no intentaba

proyectar la imagen, sino que la estaba iluminando, para que

no se perdiera en la penumbra.

Page 55: FANTASMAGORÍA EN OBRA

55

Las conclusiones a la que llegué luego de hacer varios

intentos con distintas ideas, fueron, que el trabajo con el

agua y sus estados físicos, no había salido como yo

esperaba, prefería el trabajo con imágenes iluminadas o

proyecciones. Además volvió hacerse evidente que las

imágenes tenían una apariencia fantasmal, esto me recordó, el

aspecto de las primeras fotografías, cuando aun las imágenes

no eran nítidas y tenían ese matiz fantasmagórico. Cuando

encontré tal relación con la fotografía, un campo que yo ya

conocía y había trabajado antes, me percaté que debía tener

en cuenta mí cámara oscura y empezar la experimentación

con ella, teniendo como objetivo lograr esas imágenes

fantasmales, pero con mejor definición que las hasta hora

logradas.

La cámara oscura, consistía en usar tres cajas de cartón, una

dentro de la otra, forradas en negro, con una lámina de

Page 56: FANTASMAGORÍA EN OBRA

56

aluminio en un lado, por donde está el estenopo y utilizar

material fotosensible, como película kodak lith, papel o película

de fotografía. Empecé entonces una cacería por esas

imágenes y surgió un término muy interesante, la producción

de Fantasmas.

Continuando, con la historia anecdótica y su relación con lo

que técnicamente había redescubierto, quise buscar la mayor

parte de textos que me hablaran de fantasmas y Bogotá. Leí

acerca de todas las historias coloniales sobre fantasmas en la

candelaria, relatos que me parecieron más que cómicos muy

moralizantes, si se piensa en la época de la colonia, donde el

pecado, los castigos, controlar por medio del ejercicio del

miedo, eran temas comunes. También, encontré otro texto

que hablaban de los fantasmas, haciendo referencia a la tierra

y los antiguos pobladores indígenas, de quienes es evidente

su extinción en el territorio de la sabana, donde esta Bogotá.

Entre todos los relatos, mitos, un libro de leyendas para niños

con un título muy curioso, “los fantasmas que no espanto la

luz eléctrica”3, y por último, encontré un artículo acerca de

Stella Monsalve Gaitán.

Quizás, no suena como una gran revelación pronunciar su

nombre, porque no fue una figura pública muy nombrada,

aunque, a mi parecer se destacó en las cosas que hizo de su

vida. Stellita, como era conocida, fue una abogada de la

Universidad Externado, que luego de desempeñar algunos

cargos públicos, decidió entregarse por completo a su

localidad, La Candelaria, encargándose de la protección de la

arquitectura y los monumentos de ese sector. (Hernández,

julio-septiembre 2008, p. 43) Sin embargo, lo que quiero

destacar es, ¿Qué relación tenia ella con los fantasmas?, y la

respuesta es, mucha, ya que ella se dedicaba a dar visitas

guiadas en La Candelaria, para contar precisamente los

relatos sobre los fantasmas de esa época colonial en ese

lugar, nadie más que ella sabía exactamente donde se

aparecía cada personaje de esas historias macabras. El

archivo de Bogotá hizo una convocatoria en 2008, para hacer

una colección llamada Memorias de la Ciudad, donde se 3 GONZÁLEZ, ALIRIO. Los fantasmas que no espanto la luz eléctrica. Editorial Sistemas &

Computadores. Bucaramanga. 1988.

Page 57: FANTASMAGORÍA EN OBRA

57

buscaba contar las historia de la ciudad desde el testimonio

cotidiano de quienes la habían vivido, Stellita paso su

propuesta que fue aceptada, de hacer un libro contando las

historia de los fantasmas, que fue llamado “Fantasmas en la

Candelaria”.

Quisiera destacar el hallazgo de un personaje como Stellita,

no por lo curiosa que puede ser su historia, sino porque

gracias a lo que leí de ella, me di cuenta de cómo llenar de

contenido esas imágenes fantasmales que estaba creando, es

decir me di cuenta que mis fotografías, no sólo eran

estéticamente atractivas, en ellas se ve el tiempo y algo muy

importante, la arquitectura, esa que Stellita protegía como el

campo de sus fantasmas, si destruyeran la esquina donde se

parece alguno de ellos, que sería de esa historia inscrita en la

ciudad misma. Esa era su estrategia para proteger algo que

ella juzgaba convenientemente como patrimonial, por ello me

sentí identificada, para ella como para mí, una ciudad debe

conservar su historia, su posibilidad de ser leída de modos

personales, distintos a los del embellecimiento en su

arquitectura, sin que por eso una destruya a la otra.

Fotografía y Ciudad

De nuevo, retrocedí sobre mis pasos buscando en la fotografía

todo aquello que me interesaba. No debía cegarme y tenía

que reconocer que todo el trabajo anterior que había hecho

sobre fotografía tenía que ver con la arquitectura, ya fuera de

la ciudad o del campo. Durante mis años de estudio, curse

una asignatura que consistía en estudiar la fotografía desde la

biografía de los fotógrafos, en el periodo que estuve viendo

esa materia, adopte la costumbre de ir por lo menos una vez

a la semana a la biblioteca de la universidad, sólo para mirar

libros de fotografía. Fue así, como empecé reconocer que

tipo de fotografía me gustaban más, las afinidades de un

fotógrafo con otro, y además aprendí a respetar cualquier

propuesta fotográfica que hubiera, así no me gustase. En ese

momento entendí que los pioneros y los de reportería eran

mis favoritos, y de hecho el trabajo final de esa asignatura la

Page 58: FANTASMAGORÍA EN OBRA

58

hice basándome sobre la obra del que más me gustaba sobre

todos, Eugène Atget.

La obra de Atget se desarrolla en la segunda década del

siglo XX, fue un hombre con muchos problemas económicos,

así que, para realizar su trabajo de simple documentalista,

como él lo llamaba, tenía que caminar diariamente por las

calles de la ciudad de París. Es por esto que, sus fotografías

tienen que ver con todos esos recorridos que hizo durante su

vida, los cuales no sólo comprendían los lugares típicos de

París, ya que muchas de sus fotografías están hechas en

rincones no tan conocidos, donde se muestra esa ciudad que

el Barón Haussmann no alcanzó a destruir. No la París

convencional, con aquellas calles amplias y bulevares “de

postal” mostrando lo ostentoso de su clase burguesa, sino

con estrechos pasadizos, suelos aun empedrados y edificios

solitarios, con apariencia de abandono.

Es allí, cuando recuerdo lo importante que es para mí, el

conservar varias miradas, varias edades, de la ciudad en su

arquitectura, puesto que la ciudad, así como yo, ha cambiado

pero en ella, como en mi nada ha desaparecido por completo,

sino que “todo” lo que ha sido de algún modo “vuelve a

aparecer” como una especie de fantasma; por ello creo que la

arquitectura, o los planes urbanísticos deben respetar los

espacios, no creyendo que la modernización se trata de

aplastar todo lo que ya se ha hecho viejo. No creo que

progresar sea destruir lo que está para volver a construir

encima, y esperar que en cincuenta años alguien tenga una

mejor idea y vuelva a destruir.

Page 59: FANTASMAGORÍA EN OBRA

59

Eugène Atget, Rue Der Ursins, París, 1900.

Page 60: FANTASMAGORÍA EN OBRA

60

Eugéne Atget, París.

Page 61: FANTASMAGORÍA EN OBRA

61

Las fotografías de Atget, se vuelven importantes en mi

proyecto, ya que para mí, dan una fuerte lección sobre lo que

significa mirar la ciudad, de lo que es posible al mirar la

ciudad, no sólo ver que Bogotá está siendo destruida

vialmente, a favor de la modernización, sino ver lo que sucede

con su arquitectura, como se deteriora y se vuelve más frágil

junto con las formas en las que de experimenta el espacio,

vista así tales renovaciones nos hacen más frágiles y no más

modernos y me refiero a que las renovaciones la hacen sentir

“diferente”, los nuevos proyectos más que engalanarla nos la

hacen extraña, difícil de manejar, la hacen distante y a esa

“distancia”, creo, es a lo que llamamos “nuevo y bueno”:

moderno.

Cuando en realidad, si pensamos en varias de las

edificaciones, que hoy se preparan para caer al piso, o como

el sector de la Av. Caracas, desde la calle 76 hasta que

termina, que parece traído de una guerra, estos fueron lugares

hermosos cuando surgieron, pero nadie los quiso mantener

así, poco a poco los interese se vuelcan hacia otros sectores

y se intenta desmejorar los antiguos para así poder justificar

su destrucción. Todos estos síntomas los empecé a ver,

mientras intentaba entender la ciudad y el porqué de ese

aspecto depresivo que tiene, no se trata solo del clima frío,

se trata del abandono a la que fue sometida, por cuestiones

políticas, sociales, económicas, por lo que fuera, Bogotá se

convirtió en esa maqueta que mencione antes donde todos

quieren experimentar cual sería la mejor inversión, pero son

pocos los que quieren recuperar lo que ya existe.

Para este punto de mi investigación, empecé a ser consciente

que mi proyecto no trataba de hablar de Bogotá como

“ciudad entera”, porque eran solo ciertos sectores, que había

recorrido desde el anteproyecto, los que me interesaban, se

trataba de una experiencia, que como toda experiencia, es

siempre fragmentaria, del mismo modo en que funciona la

fotografía, como una posibilidad, entre tantas otras, de

presentar una realidad, así como la obra de Atget. Me instalé

en un lugar específico e intenté plantear exactamente cuál

sería mi mirada de la ciudad. Fue precisamente otro

fotógrafo el que me ayudo a encontrar ese lugar especifico,

Page 62: FANTASMAGORÍA EN OBRA

62

Paul Beer. Él fue un fotógrafo alemán, que vivió en Colombia

desde la primera década del siglo XX, se destacó como

fotógrafo de arquitectura, y fue así como término siendo el

encargado de hacer los registros, de los procesos de

construcción, de los edificios surgidos entre los años 50 y 60.

En las fotografías de Beer, se encuentra ese instante de una

época donde la ciudad se transformó, para dar espacio a la

construcción de los grandes edificios que superaban los veinte

y treinta pisos. Bogotá antes de esto, no conocía estructuras

tan altas, en las fotografías de Beer se ve, como

progresivamente iban apareciendo esos esqueletos metálicos, y

se iban levantando, para mí, como una especie de

monumentos religiosos omnipresentes. Lo digo de esta

manera, porque Beer exhibe, con gran talento, como era el

tamaño reducido en altura del resto de la ciudad y uno es

consciente que también lo era en extensión, por esto me

refiero a, que estas estructuras casi que se veían desde

cualquier punto de la ciudad, con omnipresencia. Desde el

momento en que empecé a ver a Beer, no sólo en sus

fotografías, sino en la ciudad, entendí que el lugar de mi

elección sería, lo que se conoce como Centro Internacional de

Bogotá, lugar ubicado en los barrios, San Diego, San Martín y

para mí, parte de La Macarena, Las Nieves y La Alameda, por

donde está la carrera décima. Este lugar lo escojo, por un

gusto personal, por lo simbólico que es para la ciudad, ya

que contiene no sólo una de las primeras imágenes de

arquitectura moderna financiera, importante, sino que además,

su arquitectura continua siendo, hoy en día, una que se

destaca a nivel nacional.

Inicie con la captura de mis fotografías con cámara oscura,

no tenía que encontrarme con un lugar nuevo, porque este

sector ya lo conocía muy bien, quizá lo nuevo sería mi

mirada. Aunque, eso era lo que yo creía, puesto que

teniendo las fotografías de Beer en mente, pude ver, lo que

no había visto antes. Ya existe otra época instalada en ese

sitio, los edificios de Beer, como los llamé, siguen ahí, pero

tal y como sucede en la naturaleza, existen unos nuevos que

intentan crecer tanto como los otros, asemejándose a los

árboles. Los edificios de las residencias Tequendama ahora

Page 63: FANTASMAGORÍA EN OBRA

63

parecen pequeños arbustos y el edificio Centro de las

Américas, hoy llamado Torre Davivienda, aunque sigue

destacándose por su altura, se encuentra rodeado por

edificios semejantes a enredaderas.

Paul Beer, Centro internacional de Bogotá, 1966.

Page 64: FANTASMAGORÍA EN OBRA

64

Paul Beer, Edificio Centro de las Américas, Bogotá. 1965.

Page 65: FANTASMAGORÍA EN OBRA

65

Se convirtió en una experiencia reveladora, caminar por todos

los sectores buscando las fotografías de Beer —era como

intentar ser Atget, pero buscando “el lugar” de Beer—, la

altura y los ángulos que él uso para tomarlas, no es la misma

que uno tiene cuando va por la cera, el resultado es estar

caminando por un laberinto y mirando hacia arriba entre las

calles estrechas, para comprobar si es ahí donde está, el

edificio de Beer. La experiencia se complementó cuando me

di cuenta que en el transcurso de tres o cuatro días, las

intervenciones en las vías, transformaban por completo el

panorama y la forma de transitarlo, tanto los corredores

viales, como los senderos peatonales cambiaban

constantemente según se iba avanzando en la destrucción

vial, para la construcción de una nueva. Fue como abrir y

cerrar los ojos, y me encontré con un enorme hueco frente a

las residencias Tequendama, con que el puente de la calle 26

con carrera 10 ya había sido cambiado y próximamente se

intervendría el de la carrera 7. Todo estaba cambiando a una

velocidad descontrolada, es como si experimentara la

sensación de una especie en vía de extinción a la que le

estaban destruyendo su territorio, se trataba de una carrera

contra las máquinas y los obreros, para detenerlos en su

paso destructivo, pero esa detención debía ser en el tiempo.

“Fantasmagoría”, ciudad y fotografía…

Recapitulando, las imágenes iniciales me habían llevado a

pensar en fantasmas, por lo que había resuelto usar la

fotografía como medio, el estudio de los fotógrafos y la

ciudad, me ayudaron a establecerme en un sector de Bogotá.

Ahora no quedaba más que mirar, que tomar las fotografías,

realizar todos los procesos químicos y experimentales de

laboratorio, esperando los resultados finales.

Sin embargo, las cosas no concluyeron así, al tener las

primeras imágenes y tomando como base las que ya había

trabajo antes en La Candelaria, en el proyecto que tenía que

ver con Atget, que comente antes, tenía que profundizar más

sobre lo que significaba este proyecto con estas fotografías.

Page 66: FANTASMAGORÍA EN OBRA

66

Hice muchas de las tomas en la mañana, ya que en Bogotá

acostumbra a llover en las tardes, todas las veces realizaba

distintos recorridos, pero en la mayoría prefería pasar por el

parque de la independencia, donde era fácil cambiar placas y

mirar las condiciones de luz. Además, por las obras hubo un

cambio en el tránsito de los carros y en ese parque los

sonidos son bastante particulares, a lo lejos se percibe el

ruido del tránsito de la carrera 10 y 13, en un plano

intermedio y con tonos muy graves, lo que hace que el

sonido viaje más lejos, se escuchan los golpes de la

maquinaria sobre la calle 26 mientras trabajan, y por instantes

se puede oír el rose de las hojas de los árboles, cuando el

viento las mueve y el canto de los que comúnmente llaman

copetones, un especie de pajarito muy típico de esta ciudad.

Es en ese momento cuando uno siente que deja de estar en

el centro de una ciudad, que acostumbra ser ruidosa.

Por todo eso me gusta pasar por el parque de la

independencia, y precisamente allí, donde tome la foto que

hizo que este proyecto no concluyera en lo que ya tenía, sino

que adoptara una interpretación propia y consciente de lo que

estaba realizando conceptualmente.

Page 67: FANTASMAGORÍA EN OBRA

67

Page 68: FANTASMAGORÍA EN OBRA

68

Esta fotografía, que hace parte de la serie que contiene el

proyecto, está tomada a las diez de la mañana, con

aproximadamente cinco segundos de exposición, película kodak

lith, con la cámara oscura y además tiene ese tono sepia,

porque la sometí al proceso de virado, para ver como era el

resultado. Sentí que no me equivocaba, al producir mi

ciudad fantasma con el uso de esta técnica, era evidente que

todo lo que estaba en movimiento iba a desaparecer y los

edificios adquirían ese aspecto de abandono, tal y como las

imágenes de Atget, pero al mismo tiempo como parecen ser

en realidad, una aparición, una apariencia.

Ahora si podría hablar de fantasmagoría, término que Marx

había utilizado, “para referirse a la apariencia engañosa de las

mercancías como fetiches en el mercado, ”(Buck-Morss, 1995,

p. 98.) es decir el valor de uso, definido como, el obrero que

produce el objeto y el tiempo que tarda, no se ve cuando el

producto obtiene el valor de cambio, aquel que se adjudica

para ser vendido. Un ejemplo sería, si yo compro un carro,

pago un valor monetario por él, pero no se cual fue el

proceso para que este carro exista, a eso es lo Marx llama

fantasmagoría, al ocultamiento del proceso de producción de

la mercancía. Walter Benjamín (1995) también habla de la

fantasmagoría, pero para él, está, no es el valor de uso, sino

un tercer valor que llama valor representacional o de

exhibición. Donde, la fantasmagoría se produce, en el

momento que los objetos se ponen en vitrinas y se vuelven

deseables para las multitudes que no podrían comprarlo, en

ejemplo sería, si yo con un sueldo mínimo en Colombia, deseo

un carro de marca Ferrari.

Es importante explicar estas interpretaciones de fantasmagoría,

ya que hacen parte de lo que mi fotografía procesa como

indagación. La imagen esta suprimiendo todo valor de uso de

la ciudad, es decir el proceso de construcción y existencia de

una ciudad que se encuentra en su devenir: personas, buses,

la transformación del cielo, del horizonte, del suelo, en

general el movimiento de todo lo que vitalmente habita en

ella, de todo lo que la hace vital.

Page 69: FANTASMAGORÍA EN OBRA

69

Lo que produce mi proyecto es una ciudad, donde solo la

arquitectura es visible, y esta se levanta solitaria y

monumental, parece que todo en ese espacio se hubiera

detenido. O solo fuera “arquitectura”, es como si la ciudad

solo fuera arquitectura, tal cual como parecen pensarla los

planes de renovación urbana, como un gran plan de ingeniería

social, en donde precisamente “lo social” es solo un efecto de

un modo hegemónico de pensar la ciudad. Para mí, la

sensación del parque de la independencia de sentirse en otro

lugar, producto del sonido, es lo que la fotografía está

produciendo en mi proyecto, en el tiempo de captura que

transcurre, en un lugar de la ciudad sumergido en una eterna

metamorfosis.

Mí [a]puesta en escena

Mi proyecto no concluye así, es tan sólo una ventana que se

abre sobre en un proceso de construcción de fantasmagoría,

donde la ciudad queda únicamente identificada por la

arquitectura, todo movimiento en ella se detiene, y lo más

importante es que desaparece. No se trata del instante

decisivo de Cartier-Bresson, porque no se está congelando

ninguna acción, se está convirtiendo en perpetuo, un espacio,

sometido actualmente a la transformación. Sin intervención

violenta o física, más que con el arma de la cámara y la

fotografía, intento frenar esa fantasmagórica imagen del

progreso en mi ciudad y los intentos inútiles de

modernización. Me estoy negando a dejarme cegar por el

resplandor del futuro, para querer vivir mi presente y a través

de la imagen fotográfica, conservarlo en el pasado. Sin

embargo, no quiero hacer del presente lo que el disponga, es

por esto que lo manipulo y lo distorsiono, convirtiéndolo en lo

que realmente es, para mí, un ruina, próxima a desaparecer.

El montaje de las fotografías, está compuesto de unas cajas

de luz, que se iluminan desde atrás, para poder ver las

imágenes. Considero que su disposición en el espacio debe

ser, desordenada y aleatoria, como una respuesta personal,

opuesta a la idea del museo moderno-contemporáneo, de

espacios inmaculados. Mi experiencia personal, aunque en

Page 70: FANTASMAGORÍA EN OBRA

70

marcada en las fotografías, no se condujo bajo métodos

rígidos, así que para mí es importante que la exposición de

estas fotografías, no sea controlada por cuestiones canonícas,

más allá de lo que las intervenciones plásticas lo requieran.

Cada fotografía y luz, tiene su propia lectura, aunque

cobijadas bajo el mismo tema y concepto, ya propuesto, son

independiente una de la otra, esto lo expongo para explicar,

porqué su disposición puede desordenada y no generar

confusión.

Por último, se requiere de un espacio, previamente adecuado,

donde la luz sea escasa, para que las fotografías que están

iluminadas, con apariencia tenue de luz de vela, puedan ser

apreciadas de la manera como exige mi propuesta de

montaje. No aclaro la cantidad de fotos que llevara esta

serie, porque no quiero condicionar el fin de este proceso, las

transformaciones en la ciudad no se cesarán. Como la

ciudad, que siempre produce ciudad, planteo la idea de un

proceso que puede desarrollar más proceso. Es decir, al

igual que el proyecto de los pasajes, éste proyecto puede

continuar su desarrollo, al generar cada día una reflexión

nueva, sobre los conocimientos que seguiré adquiriendo, a

partir de la observación de un sin número de fenómenos que

pueden ocurrir en la ciudad.

Page 71: FANTASMAGORÍA EN OBRA

71

5. Bibliografía

Badger, G, (2001), Eugène Atget, s.l., Phaidon Press

Benjamin, W. (2008), Sobre la fotografía, Valencia, Pre-textos.

Buck-Morss, S, (1995), Dialéctica de la mirada Walter Benjamin el

proyecto de lo pasajes, Madrid, Visor.

Colombia, Instituto Distrital de Cultura y Turismo, (2005), Paul Beer.

Metamorfosis de una ciudad, Bogotá, Alcaldía Mayor de

Bogotá.

Colombia, Instituto Distrital de Cultura y Turismo, (2009), Paul Beer,

Bogotá, La Silueta.

Colomina, B, (2006), Domesticidad en Guerra, Barcelona, Actar

Deutsche, R, (1996), Agorafobia, en Blanco, P y Carrillo, J,

(comps), Modos de Hacer: Arte critico, Esfera Pública y

acción directa, 2001, Salamanca, Universidad Salamanca,

pp. 289-356.

Franco, F, (2011), “Demoliciones” [en línea], disponible en: http://fernellfranco.org/galeria.html , recuperado: 14 de

octubre de 2011.

González, L, (2004), Tecnica e imagen: la fotografia de arquitectura

como concepto, Barcelona, Gustavo Gili

Hedgecoe, J., & Bailey, A (1976). El libro de la fotografía creativa:

fundamentos de la creatividad y técnica fotográfica, Madrid,

Hermann Blume

Page 72: FANTASMAGORÍA EN OBRA

72

Hernández, D, (julio-septiembre 2008), La sombra de Stellita

Monsalve, en Revista Directo Bogotá, núm 22, pp. 40-43.

Lange, S, (2007), Brend and Hilla Becher Life Ande Work, London,

The mit Press

Lavrentiev, A, (1995), Alexander Rodchenko photography 1924-1954,

s.l., Könemann

Mejía, G, (mayo 2000), La historia urbana y la valoración del

patrimonio urbano, en Revista Javeriana, vol. 134, núm

664, pp. 281-285.

Sontag, S, (2005), Sobre la Fotografia, s.l., Aguilar-Altea-Taurus-

Alfaguara, S.A.

Verón, A,(2005), Walter Benjamin pensador de la ciudad : usos y

recepciones en América Latina, Pereira, Universidad

Tecnología de Pereira, Maestría en Comunicación Educativa.