fernando fernandez font.pdf

53

Upload: akii-lov

Post on 20-Oct-2015

155 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 18

    Fernando Fernndez Font, SJ

    Persona y realidadNotas sobre la antropologa de Zubiri

  • Norma Patio DomnguezDiseo de la coleccin

    Jos Rafael de Regil VlezCoordinador editorial de la coleccin

    Centro de Difusin Universitaria, UIA PueblaCuidado de edicin y composicin tipogrfica

    1a. edicin, Puebla, 2004DR ' Instituto Tecnolgico y de Estudios

    Superiores de Occidente, ACDR ' Universidad Iberoamericana Puebla

    (Comunidad Universitaria Golfo-Centro, AC)DR ' Universidad Iberoamericana Torren

    (Formacin Universitaria y Humanista de la Laguna, AC)DR ' Universidad Iberoamericana Len

    (Promocin de la Cultura y la Educacin Superior del Bajo, AC)DR ' Universidad Iberoamericana Tijuana

    (Promocin y Docencia, AC)DR ' Universidad Iberoamericana Ciudad de Mxico

    Prol. Paseo de la Reforma 880,Col. Lomas de Santa Fe, Delegacin ` lvaro Obregn01210 Mxico, DF

    ISBN 968-7507-96-9

    Impreso y hecho en MxicoPrinted and made in Mexico

    UNIVERSIDAD IBEROAMERICANABIBLIOTECA PADRE PEDRO ARRUPE

    Fernndez Font, FernandoPersona y realidad : notas sobre la antropologa de Zubiri.(Cuadernos de fe y cultura)

    1. Zubiri, Xavier, 1898-1983. 2. Antropologa filosfica.3. Filsofos espaoles - Siglo XX. II. t.

    B 4568 Z82 F47.2004

  • PRESENTACIN ................................................................... 7

    I. XAVIER ZUBIRI, VIDA Y OBRA ..................................... 91. Rasgos biogrficos ....................................................... 92. Biografa intelectual ...................................................... 13Conclusin ......................................................................... 17

    II. BASES EPISTEMOLGICAS DE LAANTROPOLOGA DE ZUBIRI .............................................. 21

    Introduccin ...................................................................... 211. El por qu de la filosofa: Cul es la funcindel pensamiento en la vida humana? Privilegio, lujo,necesidad, obligacin ................................................... 222. Cmo entender la esencia humana?ptica del aborde: la evolucin ....................................... 233. Lo constitutivo de la vida animal:su esquema bsico ............................................................ 244. La aparicin del hombre: la hominizacin ................... 27Conclusin ...................................................................... 32

    III. ALGUNOS RASGOS DE LA ANTROPOLOGADE ZUBIRI: LA REALIDAD HUMANA .............................. 35

    Introduccin ....................................................................... 351. Notas de la realidad humana (sistema de notas) ........ 37

    1.1 La vida .................................................................... 371.2 La animalidad ........................................................... 391.3 La inteligencia ......................................................... 39

    2. Qu es esta sustantividad desde sus notas? ............. 412.1 El cuerpo ................................................................. 422.2 La psij ................................................................... 43

    2.2.1. Tres notas de la psij ......................................... 443. Forma y modo de realidad humana ............................ 45

    3.1 Forma de realidad ...................................................... 463.2 Modo de implantarse en la realidad ............................. 48

    Conclusin ......................................................................... 49

    NDICE

  • El presente cuaderno se publica con ocasin del vigsimo aniversa-rio luctuoso del pensador Xavier Zubiri, brillante filsofo del siglo XX.En este trabajo el doctor Fernando Fernndez introduce a los lecto-res a su estudio.

    En la primera parte nos ofrece una biografa sucinta con los datosfundamentales de la vida del pensador y posteriormente una biogra-fa intelectual, en la cual nos da a conocer por etapas datos impor-tantes que nos ayudan a entender el desarrollo extraordinario delpensamiento del filsofo vasco y donde se explican algunos concep-tos fundamentales del mismo.

    A continuacin se nos presentan las bases epistemolgicas de laantropologa de Zubiri. En esta parte el doctor Fernndez nos intro-duce a las reflexiones de Zubiri sobre el tema de la vida, para ir pocoa poco descubriendo lo constitutivo de la vida animal y justamenteen contraste con sta nos va mostrando en qu consiste la realidadhumana, no slo como espacio de desarrollo de la vida de las per-sonas, sino de modo ms radical, nos presenta al hombre como unanimal de realidad.

    La inteligencia se muestra entonces como la capacidad del hom-bre de cumplir con su vocacin de estar en la realidad, de hacersecargo de ella y de s mismo. La inteligencia no es la facultad quebusca la conceptualizacin del ser, sino la facultad que aprehendela realidad; y no como producto de una reflexin terica fruto de larazn, sino como producto de un hecho absolutamente sencillo: elhecho de sentir.

    PRESENTACIN

  • 8 Fernando Fernndez Font, SJ

    En este trabajo Fernando Fernndez Font nos muestra la origina-lidad y profundidad del pensamiento de Zubiri con toda la claridad ysencillez requerida. Su introduccin al filsofo no slo nos ayuda aentender algunos conceptos fundamentales de su creacin intelec-tual, sino nos anima a acercarnos con inters a este importante pen-sador contemporneo: Desde el anlisis de la inteligencia sentiente,Zubiri ha podido abordar prcticamente todos los grandes temas dela filosofa clsica: desde la materia hasta la libertad, desde la evolu-cin hasta el problema de la voluntad, desde la historia hasta el pro-blema de Dios. Una gran sntesis filosfica que an espera sercomprendida ms exhaustivamente, aplicada a nuevos campos desaber y conducida a nuevos niveles de radicalidad filosfica.

    El consejo editorial de los Cuadernos de Fe y Cultura decide pre-sentar a ustedes este trabajo por ser el pensamiento de Xavier Zubiriuno de los ms significativos del siglo pasado que de alguna mane-ra es el nuestro, y por ser un filsofo que entiende la necesidad dedar respuesta no slo a los diferentes problemas del hombre, comola libertad, la evolucin y el conocimiento humano, sino al problemadel hombre mismo, sin desvincularlo de la bsqueda Dios y de latrascendencia a travs de la fe.

    Sirva, pues, este texto para unirnos en conmemoracin del filso-fo y para darnos ocasin de reflexionar profundamente sobre algu-nas cuestiones humanas de insoslayable consideracin.

    Tanya Arellano GmezCoordinacin editorial Cuadernos de Fe y Cultura

    Verano, 2004

  • I. XAVIER ZUBIRI, VIDA Y OBRA

    Zubiri es uno de los pensadores ms originales de nuestro tiempo.Su filosofa, situada en la senda abierta por Husserl y por Heidegger,desemboca, ms all de la conciencia y de la existencia, en la apre-hensin primordial de realidad. Esto le permite una nueva idea dela inteligencia y una nueva idea de realidad. Es justamente la razde una nueva filosofa. Desde el anlisis de la inteligencia sentiente,Zubiri ha podido abordar prcticamente todos los grandes temas dela filosofa clsica: desde la materia hasta la libertad, desde la evo-lucin hasta el problema de la voluntad, desde la historia hasta elproblema de Dios. Una gran sntesis filosfica que an espera sercomprendida ms exhaustivamente, aplicada a nuevos campos desaber y conducida a nuevos niveles de radicalidad filosfica.

    Veamos ahora dos aspectos de su vida: una biografa sucintaque presente los datos ms fundamentales de su vida y una biogra-fa intelectual que nos permita entender un poco la gestacin yevolucin de su pensamiento. Comencemos por la primera.

    1. Rasgos biogrficos

    Zubiri nace el 4 de diciembre de 1898 en San Sebastin, pas Vascoy muere el 21 de septiembre 1983 en Madrid, a la edad de 84 aos.Hasta los seis aos su lengua fue el vasco o euskera, lo que al decirde Carmen Castro, su futura esposa, le facilitara el aprendizaje dela lengua sumeria.

    A los 17 aos ingresa en el Seminario de Madrid, conociendo asa uno de los profesores que ms le ense el campo de la filosofaen sus primeros aos, Juan Zarageta.

  • 10 Fernando Fernndez Font, SJ

    En 1919 conoce a Ortega y Gasset, cuyo encuentro le resultarespecialmente importante. l le dirigir su tesis doctoral, misma queluego presentara en la Universidad de Madrid en 1921.

    En 1920 se licencia en filosofa en el Instituto Superior de Filoso-fa de la Universidad de Lovaina. Ese mismo ao consigue el docto-rado en Teologa en Roma, a los 21 aos de edad.

    En 1921 se doctora en Filosofa por la Universidad Central deMadrid con la tesis Ensayo de una teora fenomenolgica deljuicio. Ese mismo ao, en septiembre, se ordena de dicono y sequeda a vivir en Madrid. En la universidad madrilea gana la cte-dra de Filosofa en el ao de 1926.

    Entre los aos 1928-1930 consigue un permiso de estudios que lelleva a Friburgo, donde estudia con Husserl y Heidegger. Zubiri asu-me de un modo entusiasta la radicalizacin de la fenomenologa querealiza Heidegger, pero al mismo tiempo permanece crtico ante susideas. La pregunta heideggeriana por el ser a partir de la nada refle-ja, para Zubiri, la pervivencia de ideas filosficas de origen teolgicoque han caracterizado a toda la modernidad. Ms all del ser, dirZubiri, est la realidad aprehendida en el contacto inmediato con lascosas.

    Posteriormente va a Berln, donde asiste a los cursos de NicolaiHartmann y conoce a Einstein, Schrdinger, Max Planck y WernerJaeger. Gran parte de sus esfuerzos en estos aos estn dedicados aestudiar los nuevos avances en la fsica y sus consecuencias para lafilosofa. La nueva fsica de Einstein y de Planck est revolucionan-do el panorama del conocimiento. La evolucin filosfica de Zubirino permanece ajena a estos cambios, sino que los integra en supensamiento. De hecho, Zubiri pensaba que estos cambios en elmundo cientfico, paralelos a otros que por aquel entonces sucedanen el mundo del arte y en toda la cultura, necesitaban un instrumen-tal filosfico completamente nuevo, el cual solamente podra alcanzarsesi los descubrimientos de Husserl y Heidegger eran llevados a unnuevo nivel filosfico.

  • 11Persona y realidad

    Entre 1931 y 1935 ejerce su ctedra de Madrid. En estos aosZubiri elabora algunos de los trabajos ms decisivos para entendersu trayectoria filosfica posterior. Como catedrtico de historia de lafilosofa, emprende una revisin de la historia del pensamiento occi-dental, para problematizar en ella algunos de sus supuestos ms in-veterados. Los grandes conceptos de la filosofa occidental, como lasustancia, el ser o el lgos, comienzan a ser cuestionados.

    En 1936, a los 37 aos, se casa con Carmen Castro en Roma, trasun proceso eclesistico mediante el que logra conseguir su reduc-cin el estado laical. En Roma tiene oportunidad de estudiar lenguasdel antiguo oriente con el sumerilogo A. Deimel.

    Al estallar la guerra civil en Espaa, Zubiri es vigilado en Romapor la embajada franquista, al parecer por ser vasco y profesor uni-versitario, cosas que ya por separado eran motivo de sospecha parael rgimen. Dada la incomodidad y las presiones existentes en Roma,se traslada junto a su mujer a Pars, viviendo en el Colegio de Espa-a de la Ciudad Universitaria. En Pars tiene ocasin de trabajar conLuis De Broglie en el campo de la fsica y con Benveniste en el de lafilologa. Frecuenta tambin al filsofo Maritain.

    Al acabar la guerra civil vuelve a Espaa, aceptando la ctedrade filosofa en la Universidad de Barcelona al parecer porquequeran alejarlo de Madrid pero rechazando el decanato que leofrecieron. Ejerce en Barcelona durante los aos 1940-1942, puesen este ltimo ao solicit un permiso laboral, especie de renunciavelada dadas las presiones del rgimen.

    Hasta 1944, Zubiri denomina lo vivido hasta ese momento comosu etapa fenomenolgica, la que recoge en el libro Naturaleza, His-toria, Dios como una recopilacin de artculos. A partir de estemomento comienza lo que l denominaba su etapa metafsica, esdecir, su etapa de madurez, en la que aparecern sus libros msoriginales. El primero de ellos, Sobre la Esencia de 1962, marca unhito en la historia del pensamiento filosfico occidental. La filosofaclsica, piensa Zubiri, ha sustantivado y entificado la realidad, al

  • 12 Fernando Fernndez Font, SJ

    tiempo que consecuentemente logificaba la inteleccin. AhoraZubiri propone, frente al lgos antiguo y moderno, la inteligenciasentiente; frente a la sustancia antigua y el sujeto moderno, unanueva idea de la realidad como estructura sustantiva, de la quesurge una nueva visin no subjetual de la persona humana.

    En el ao 1945 comienzan los cursos privados que ofrece ya fue-ra del mbito universitario. Estos cursos durarn hasta el ao 1976,con una interrupcin entre 1954 y 1959. En el ao 1947 se funda enMadrid la Sociedad de Estudios y Publicaciones, presidida por Zubiri.Esta sociedad se convierte en el nuevo foro intelectual en el quepodr exponer y discutir su pensamiento con un grupo creciente dediscpulos, de la talla de Pedro Lan Entralgo o Jos Lpez Aranguren.

    La publicacin de un Homenaje a Xavier Zubiri en el ao 1953seala el comienzo de un reconocimiento pblico; aunque su pensa-miento filosfico permanece prcticamente desconocido. En el ao1970 dos gruesos volmenes recogen un segundo Homenaje aXavier Zubiri, en el que se da cita una gran parte de la inte-lectualidad espaola del momento.

    En 1974, el Seminario Xavier Zubiri inicia la publicacin deRealitas, de la que aparecern tres gruesos tomos en los que lostrabajos de Zubiri y sus discpulos van conociendo la luz pblica. Yla figura de Zubiri comienza a gozar de algunos importantes recono-cimientos pblicos. En 1979 la Repblica Federal de Alemania leconcede la Gran Cruz al Mrito, y en el ao 1980 recibe el doctora-do honoris causa en la Universidad de Deusto (Bilbao). En 1982Zubiri recibe, junto con Severo Ochoa, el premio Ramn y Cajal a lainvestigacin.

    A partir de 1977 Zubiri se consagr a preparar su obra escrita,que hasta ese momento constaba de muy pocos libros, si exceptua-mos los artculos. Particip, eso s, intensamente en el SeminarioZubiri, creado en 1971 por Ignacio Ellacura, Pedro Lan Entralgo yDiego Gracia, entre otros.

  • 13Persona y realidad

    Poco despus de haber publicado su triloga sobre la Inteligenciasentiente, uno de sus libros ms representativos por su originalidade importancia en el mbito de la teora del conocimiento, con el quetodas las preguntas sobre el presunto realismo ingenuo de Zubiriquedaban definitivamente resueltas, y mientras revisaba sus escri-tos filosficos sobre el problema de Dios en vistas a su publicacin,falleca el 21 de septiembre de 1983.

    2. Biografa intelectual

    Mirando a Zubiri desde su biografa intelectual, podemos encontraren l tres etapas relativamente discriminables:

    El nuevo horizonte filosfico o etapa fenomenolgica (1921-1928): Esta poca est dominada por Husserl y el estudio que rea-liza sobre Brentano, escolstico y maestro del primero. Ortega yGasset es quien le siembra esta inquietud.

    Los neotomistas inventaron el realismo crtico que, a los ojos deBrentano, slo fue un hibridismo que no solucion el problema. Talfilosofa result, segn l, ser ms realista en sus intenciones queen otra cosa. El objeto de la filosofa no ha de ser el realismo,sino los fenmenos psquicos de conciencia. Fue el primero en co-menzar a hablar de intencionalidad.

    Para Zubiri, Husserl signific la vuelta de lo psquico a las cosasmismas. Se trat de una Filosofa de las cosas, no slo de unaTeora del Conocimiento. Las cosas se dan en la conciencia; peroantes de explicarlas, est que esas cosas se manifiestan y son fen-meno de una conciencia.

    Husserl pretende una vuelta, ms all de las grandes teoras me-tafsicas antiguas y modernas, a las cosas mismas, para obtener desdeellas los elementos de una filosofa libre de presupuestos no justifi-cados.

  • 14 Fernando Fernndez Font, SJ

    A su juicio, su gran mrito fue haber creado el nuevo horizonte dela filosofa: el fenomenolgico, que determinar las nuevas formasde hacer filosofa para quienes comenzarn a moverse dentro de l.Esto representa la superacin del horizonte anterior, el cristiano y laopcin ms radical de esa vuelta a las cosas que haba planteadola posmodernidad a partir de la muerte de Hegel en 1831. Ni siquie-ra Marx, mucho menos el Positivismo, representan una vuelta tanradical a la realidad como Husserl.

    Husserl qued atrapado por el Idealismo; pero leg a la filosofaposterior este nuevo horizonte del filosofar que puso las condicionespara conseguir lo que buscaba.

    El problema filosfico radical o etapa ontolgica (1931-1944):1. Es el paso de la conciencia pura y la intencionalidad de Husserl,a la Comprensin y presencia de Heidegger. Zubiri busca plan-tearse los problemas filosficos radicales: Qu son las cosas sobrelas que se filosofa? Buscaba una lgica de la realidad.

    Apoyado en Heidegger, afirma que la realidad est en el ser y noen los fenmenos. En 1935 ya hay un anticipo de su propio pensa-miento, una intuicin verdaderamente original. Entender, compren-der es demostrar, especular, conocer el sentido de las cosas; perotambin y quiz mucho ms radicalmente es experimentar. De aqula pregunta clave que manifiesta ya el inicio de una ruta totalmenteoriginal, el nacimiento de una nueva filosofa: Por qu no pensar queen el sentir tenemos ya la experiencia originaria de las cosas?

    La tarea ser entonces describir no los datos de mi conciencia,sino los datos de mi sentir; no las esencias ideales ni el sentido delas cosas, sino las cosas mismas, su realidad. Husserl hablaba dela conciencia pura, Ortega y Gasset de la razn vital, Heideggerde la comprensin del ser. Para Zubiri, ninguno de ellos es el lugarprimigenio de la manifestacin de la realidad. sta se da en el puro ysimple sentir. El pensamiento tiene que conquistar las cosas; pero yaest en ellas desde el sentir. ste nos ofrece lo ms radical de lascosas, aquello que las constituye: la realidad.

  • 15Persona y realidad

    La Estructura de la Filosofa o etapa metafsica (1945-1983):Es la etapa propiamente filosfica y estrictamente suya. Zubiri noacepta la ontologa heideggeriana. No se trata de la comprensindel ser sino de la aprehensin de la realidad sentida en impresin.La diferencia es que en la aprehensin se actualiza no el ser sinotodas las cosas en sus notas, y lo hacen como reales. Lo primerono es el ser sino la realidad. El ser es slo la actualidad de lo real en elmundo en tanto actualizado en la aprehensin. Sin la realidad no ha-bra ser. Lo real es lo que est siendo; no es el ser lo que es real.

    En consecuencia, lo ms radical del hombre no es comprenderel ser ni ser el pastor del ser; sino actualizar la realidad y serun animal de realidades. Por ello, a nivel epistemolgico Zubiriabandona la idea de conciencia y abre el espacio para su Inteligen-cia Sentiente; y a nivel metafsico abandona el ser y centra el cora-zn de su filosofa en la realidad.

    El camino se abre. La ruta ya est trazada. El resto de su vida sededicar a analizar el sentir y lo que ah se actualiza y manifiesta: larealidad. Si la realidad no se hiciera patente en mi sentir, nada sepodra decir de la realidad allende ni, por tanto, calificar su contenidocomo ilusin o irrealidad.

    La realidad en la aprehensin nos remitir a la realidad allen-de la aprehensin; pero no como de lo sospechoso o ilusorio a loverdadero, sino como un movimiento dado ya en la realidad queva de lo aprehendido como real a su estructura profunda allende loreal. Para lo cual, entonces no slo basta la Aprehensin primor-dial sino tambin se necesita el Logos para identificar y nombrar ala cosa, y la Razn para postular su estructura profunda.

    La realidad es la formalidad de las cosas en la aprehensin, y nouna zona de cosas allende la misma. Desde este punto de vista,Zubiri puede afirmar, contra toda la filosofa moderna, que los colo-res son perfectamente reales, porque se actualizan en nuestra apre-hensin visual como algo que es de suyo independiente de nuestraaprehensin. Ahora bien, esto no decide nada sobre lo que los colo-

  • 16 Fernando Fernndez Font, SJ

    res sean allende la aprehensin. Esto es precisamente lo que la ra-zn tiene que investigar.

    Y es que la formalidad de realidad constituye el punto de parti-da de la pregunta por la realidad profunda de las cosas. No se tratade un salto ni de un puente, sino de una profundizacin en la reali-dad. Por eso mismo, Zubiri puede afirmar que la ciencia no es unasimple acumulacin de conceptos construidos para manejar las co-sas. La ciencia es mucho ms: es un ingente esfuerzo deprofundizacin en la realidad ya actualizada en la aprehensin. Sinembargo, la obra de Zubiri sobre la inteligencia no pretende ser unafilosofa de la ciencia, sino un anlisis de la inteleccin humana entodas sus formas, desde las cientficas hasta las artsticas, desde lasms elaboradas hasta las ms cotidianas y banales.

    Tales aportes de Zubiri nos permiten, entonces, caracterizar sufilosofa como un realismo materialista abierto:

    a. Realismo: contra el idealismo de los filsofos anteriores y de lafilosofa clsica que coloc al lgos por encima del sentir, cuyavuelta a las cosas no fue radical.

    b. Materialista: pues sostiene que todo surge de la materia, graciasa los dinamismos de la realidad. Por ello, la realidad no puedeaprehenderse sino sentientemente.

    c. Abierto: porque no todo se reduce a la materia. En su filosofahay una verdadera apertura a la realidad como formalidad tras-cendental que fundamenta todo lo real.

    Dada la nueva propuesta filosfica de Zubiri, algunos de sus cr-ticos han credo ver en ella una detraccin y desprecio de toda lafilosofa anterior; pero esto no responde a los hechos. Una nuevafilosofa es posible gracias a lo que los predecesores han aportado.l fue maestro de historia de la filosofa, y su manera de concebirlay la forma como la vivi desmienten la crtica anterior. Veamos loque nos dice a este respecto:

  • 17Persona y realidad

    a. Hacer historia de la filosofa no es hacer un recuento objeti-vo de lo que los filsofos anteriores pensaron y dijeron, buscan-do uno mismo quedar al margen de la filosofa que uno presenta.Esto sera una concepcin positivista de la historia. Para Zubiri,hacer historia de la filosofa es entrar en un dilogo con losfilsofos a propsito de aquellas cosas de las que ellos se hicieronproblema. Con los filsofos uno se entiende, aunque no est deacuerdo, nos va a decir.

    b. Y, segundo, ser original es tener un pensamiento propio. Lo cualno significa que la originalidad consista en que todo lo que unodiga sea nuevo. La originalidad consiste en haberse apropiado,hacer propio el pensamiento de otro, de forma que a partir de ahuno pueda entrar en dilogo con los problemas que ahora se pre-sentan y hacer su propia propuesta.

    c. Por ello fue capaz de reconocer el gran aporte de tantos filsofosy de incorporarlos a su universo de reflexin; por ello pudo sercapaz de montarse en el horizonte de la Fenomenologa y, supe-rando a Husserl, plantear que era necesario ir ms all de unateora del conocimiento hacia una filosofa de las cosas.

    Conclusin

    En cuanto Zubiri ofreci un nuevo concepto de lo que es el objetotrascendental de la inteligencia y de su funcin formal, podemosdecir que ofrece una nueva filosofa. No se trata de neo-tomismoo neo-husserlismo. l es inicio de una nueva forma de filosofar.Es uno de los grandes filsofos que nos ha regalado la historia delpensamiento occidental.

    Su filosofa es de tal envergadura y con tal raigambre de realidad,que se ha convertido en un instrumento fundamental en nuestra aproxi-macin a la realidad. Zubiri nos ha dejado bien claro que pensamospara vivir y afrontar el problema radical de la realidad, y no vivimospara pensar. Ellacura, asesinado en el Salvador en 1989 por un go-

  • 18 Fernando Fernndez Font, SJ

    bierno dictatorial, dio testimonio de lo que puede llegar a ser unafilosofa al servicio de las causas populares, de la justicia, de la rea-lidad, del Reino de Dios.

    La irrenunciable vocacin del ser humano, nos dice, es hacersecargo de la realidad, cargar con ella y encargarse de ella. Ayudar-nos a esto, despejar el camino para que podamos caminar por estesendero, fue el sentido profundo y ltimo de su filosofar. El pensa-miento filosfico de Xavier Zubiri representa sin duda la posibilidadpara una vida intelectual a la altura de los tiempos.

    Los libros publicados durante su vida, fueron los siguientes:

    Naturaleza, Historia, Dios (10 ed., 1944 en Editora Nacional/Pedro Lan Entralgo; 100 ed. ya en Alianza, 1994).

    Sobre la esencia (10 ed, 1962 en Soc. E y P; 60 edicin ya enAlianza, 1998).

    Cinco lecciones de filosofa (10 ed., 1963 en Soc. E y P; 100impresin en Alianza, 1997).

    Inteligencia sentiente. *Inteligencia y realidad (Soc. E y P,1980; 50 ed. Alianza/F.XZ.).

    Inteligencia y logos (Soc. E y P/, 1982).

    Inteligencia y razn (Soc. E y P/Alianza, 1983).

    Los publicados despus de su muerte han recogido los cursoszubirianos que fue dando a lo largo de su vida, gracias a la Funda-cin Zubiri.

    El hombre y Dios (Edicin a cargo de Ignacio Ellacura, Soc. E yP, 1984; 60 Alianza/F.XZ, 1998).

    Sobre el hombre (Edicin a cargo de Ignacio Ellacura, Soc. E yP, 1986; Alianza/F.XZ, 1998).

  • 19Persona y realidad

    Estructura dinmica de la realidad (1989, ed. a cargo de DiegoGracia).

    Sobre el sentimiento y la volicin (1992, ed. a cargo de DiegoGracia), que recoge tres grupos de conferencias: Acerca de la vo-luntad, El problema del mal y Reflexiones filosficas sobre loesttico.

    El problema filosfico de la historia de las religiones (1993, acargo de Antonio Gonzlez).

    Los problemas fundamentales de la Metafsica occidental(1994, a cargo de Antonio Pintor Ramos, catedrtico de Historia dela Filosofa moderna y contempornea de la Universidad Pontificiade Salamanca).

    Espacio. Tiempo. Materia (1996, a cargo de Antonio FerrazFayos, catedrtico de Filosofa, Universidad Autnoma de Madrid).

    El problema teologal del hombre: Cristianismo (1997, a cargode Antonio Gonzlez).

    El hombre y la verdad (1999, a cargo de Juan Antonio Nicols).

    Primeros escritos (1921-1926), publicados en 2000, a cargo deAntonio Pintor Ramos.

    Sobre la realidad (2001, a cargo de Jos Antonio Martnez).

    Sobre el problema de la filosofa y otros escritos (1932-1944),publicado en 2002 a cargo de Germn Marqunez Argote.

    Octubre 26 de 2003Len, Guanajuato.

  • Introduccin

    Con sus matices y puntualizaciones, pero es ya tpico comn el queestamos pasando por una poca de Crisis. Crisis de instituciones (nocreemos en la poltica, en el Gobierno, en la Iglesia, en la Familia);crisis de sentido (drogas, alcohol, pornografa, divorcios, anorexia,bulimia, suicidios), crisis de valores (ponemos la vida en lo que novale, la desorientacin y confusin es lo que reina), crisis de Fe (con-fundimos a Dios y a su enviado Jesucristo con la Iglesia: pensamosque es lo mismo experiencia de Dios que experiencia de Iglesia,los mandamientos de Dios y los de la Iglesia. No sabemos en qu o enquin creer: movimientos esotricos, magia, New Age, terapias, cur-sos; en el mismo nivel se encuentra la Gurumai que el Papa o Jesu-cristo). Y la crisis significa desorientacin, desconcierto, prdida.

    Y no se trata de una visin negativista ni exagerada de la exis-tencia humana o de la sociedad; sino realista. Basta abrir los ojos anuestro alrededor, por ms saturados que estemos del tema. Hay unactivismo exacerbado, sntoma de un deseo que no encuentra satis-faccin. Vamos rpido de un sitio a otro, cambiamos de actividad,consumimos; buscamos desesperadamente la felicidad, devoramosimgenes, escenas, emociones La velocidad es algo prioritario:cada vez todo ha de ser ms rpido y ms compacto, ms nuevoporque lo anterior ya no sirve: las computadoras, los aviones, loscoches, la vida Sociedad de consumo, sociedad de desecho.

    Y en esa circunstancia es en la que uno se pregunta: Para qu?Por qu tanta prisa? A dnde vamos? Por qu tanto desperdicioy a la vez tanta necesidad, tanta hambre? Qu buscamos, qu que-

    II. BASES EPISTEMOLGICAS DE LA ANTROPOLOGADE ZUBIRI

  • 22 Fernando Fernndez Font, SJ

    remos? No es fcil contestar. Tenemos muchos quereres; pero cules el ms profundo? Cules son nuestros deseos ms hondos? Ques en serio la felicidad, por dnde podemos o debemos caminar?Qu posibilidades hay para nuestra sociedad?

    Muchas veces, buscamos slo quereres. Los deberes nos asus-tan. No queremos lmites, obligaciones. Pareciera como si del serhumano slo aceptramos el id; como si quisiramos que el yoslo estuviera compuesto por el ello, las pasiones y deseos msprimitivos, y no por el super-yo, los valores e ideales que le dancauce.

    Hoy por hoy no hay paradigmas. Tambin ellos se han cado.Con qu imagen del hombre nos podemos quedar? Qu visinpuede ser fiable para acogernos a ella y as nos ayude a regir lavida?; pues es obvio si es que realmente lo aceptamos que elhombre no puede vivir sin brjula, que lo peor que nos puede pasares dejarnos vivir por la vida misma.

    1. El por qu de la filosofa: Cul es la funcin del pen-samiento en la vida humana? Privilegio, lujo, necesidad,obligacin

    Ortega y Gasset, uno de los grandes filsofos del siglo pasado, sea-la que la condicin anterior en cuanto asumida por el hombre es labase de su posible orientacin. Para l, la condicin metafsica ra-dical del ser humano es la des-orientacin. El hombre ha sido arro-jado al mundo y, a diferencia de los otros animales, el animal humanotiene que construir su propia realidad. Y el paso del estar al ha-cer es lo que abre el espacio de la des-orientacin. Sin embargo,slo quien vive este estado y lo asume desde su propia condicinhumana, es quien se pone en la ruta de la autenticidad. Para nadie esposible orientarse, si antes no se ha encontrado perdido. Slosabe a dnde va, el que se ha experimentado fuera de rumbo, y poreso ha buscado como ms ahnco el camino. El que deambula sujetoa sus ms espontneos impulsos, sabemos que no llegar muy lejos.No es lo mismo ser realmente feliz, que decir que uno es feliz.

  • 23Persona y realidad

    En su desorientacin radical y en su ingenua conciencia con laque se vive como orientado, el hombre posmoderno, comn y co-rriente, considera a la filosofa como algo semejante a un objetoextraterrestre, con la desventaja que la filosofa ni siquiera es visi-ble. Para l, filosofar es una prdida de tiempo. Y, por ello, se lepresenta como algo extrao, ajeno, lejano. Tenemos estereotipos delfilsofo: personas mayores, de largas barbas, con lenguajes esotri-cos y, ms que todo esto, tratando de comunicar un mensaje quedefinitivamente slo tiene cabida para un pequeo grupo de inicia-dos. Para nuestro mundo, pensar por pensar no tiene caso. Slotiene sentido el pensar tcnico, el utilitario. Lo otro es prdida detiempo. Tenemos ya demasiados libros y poco ha cambiado la hu-manidad. Lo que a sta la arrastra es la tcnica, los negocios, losretos de la ciencia, ante lo cual es ingenuo pensar que un determina-do tipo de filosofa pueda ser capaz de orientar y llevar la vida de unpueblo, la de la humanidad.

    Hasta qu punto el pensamiento filosfico es slo el lujo burgusde unos cuantos, el lujo que se pueden dar los que no tienen quetrabajar? O es slo el modus vivendi de los que comen a costa delos ingenuos, por medio de panfletos por los que comunican los 10consejos fundamentales para cualquier cosa? Ya no ser necesa-rio un pensar profundo para vivir? Ya nada tiene que decirnos elhumanismo? Podemos resignarnos a que nuestro estilo de vida estya totalmente determinado por el modelo del american way of life,para el que no slo no es necesario pensar sino conveniente, dadoque as es ms fcil la manipulacin?

    2. Cmo entender la esencia humana? ptica del aborde:la evolucin

    Contestar las preguntas anteriores implica acercarnos a una ciertaArqueologa del Saber, implica tratar de ver si por medio de la evo-lucin podemos comprender el sentido que tuvo para el hombre laaparicin de la inteligencia. O, en otras palabras, ver qu constituyela esencia de la persona humana, con el fin de poder trascender los

  • 24 Fernando Fernndez Font, SJ

    estrechos marcos culturales en los que toda sociedad se encuentrainmersa y as poder regirnos no por modas sino por la estructuramisma del ser humano. Tal Arqueologa del Saber se convierte en-tonces en la base de una Antropologa Filosfica.

    Esencialmente, la vida se define como control del medio e inter-cambio con l. Mediante esto, el ser vivo asegura la vida. Desde losmicro organismos hasta los animales ms desarrollados, todos po-seen un sistema que los hace capaces de reaccionar a los estmulosdel medio. Es justo lo que se llama la sensibilidad. Mediante ella,puede protegerse de las amenazas del exterior o puede aprovecharlas ofertas que le presenta para sobrevivir. Todos de alguna manerasabemos que hasta la clula ms pequea del organismo reaccionaante la agresin del entorno. Tal capacidad de reaccionar es lo quele permite vivir. La falta de reaccin es lo que lleva a la muerte.Cuando el ser vivo ya no tiene capacidad de defenderse o de nutrir-se, entonces sabemos que la muerte est cerca.

    A travs de los millones de aos en los que la Evolucin fue traba-jando, la sensibilidad de la vida fue pasando por diversos estadios quecomenzando por una senticencia la llevaron hasta la funcincomplejsima del sentir. Todos implican de alguna manera control eintercambio con el medio; pero la forma de hacerlo fue permitiendouna serie de operaciones cada vez ms complejas que elevaron elnivel de vida de los seres vivos hasta niveles insospechados. Es lo quese llama la formalizacin progresiva del ser vivo. La diferencia queexiste entre el rango de acciones de una ameba y la de un chimpanc,pudiera llevarnos a concluir que se trata de dos esquemas totalmentediferentes de sensibilidad; pero no es as. Ambos manifiestan el pro-totipo bsico de operaciones de todo ser vivo. Cul es ese? Veamos.

    3. Lo constitutivo de la vida animal: su esquema bsico

    Segn Piaget, el esquema bsico de la vida es el del estmulo yrespuesta. Y, en esto, para muchos consiste la vida animal. Unanimal es el que reacciona inmediatamente sin necesidad de que

  • 25Persona y realidad

    medie el pensamiento. Es ms, como es obvio ste aqu no tienesentido. El animal no tiene que pensar para vivir. Est equipado deun esquema bsico que se llama Etograma, formado a travs demiles de aos en cada especie, con el que puede responder adecua-damente al medio en el que se encuentra. Ese esquema le ofreceuna gama determinada de respuestas posibles ante las estimulacionesque va a experimentar del medio. Sin tener que ponderar mucho lasrespuestas, simplemente entre las posibles respuestas seleccionaaquella que en ese momento considera que va a ser la ms atinada.Obvio que no siempre tiene xito. Cuntas veces la presa se esca-pa o cuntas no logra hacerlo a pesar de su instinto de conserva-cin? Y, no obstante, no por eso podemos decir que el esquemafall. Siempre hay un margen de error, del que desgraciadamentepende la vida; pero as es. Y a pesar de ese margen, la vida haseguido e incluso podemos decir con mucho mayor eficacia quedespus de la aparicin del hombre.

    Lo anterior supone entonces algo que no siempre hemos maneja-do atinadamente an cuando hayamos hecho algn tipo de observa-cin animal. A pesar del esquema estmulo-respuesta, no existe unautomatismo total en la vida del animal. Entre el estmulo que elmedio provoca (ya sea interior o exterior) y la respuesta, media unaoperacin fundamental que tambin es un elemento constitutivo delsentir humano. El animal tiene un espacio-puente, que Piaget llamala Asimilacin, y que realmente media entre el estmulo y la res-puesta. Gracias a la Asimilacin, a todo animal se le presenta laoportunidad de poder seleccionar la respuesta o el tipo de respues-tas que puede poner ante un estmulo determinado. Un gato, ante laposible presa (el ratn), puede permanecer inmvil, hasta que juzgaoportuno el ataque. Y la misma inmovilidad es ya una respuesta.Quiz en otras circunstancias, dependiendo de un sinnmero de fac-tores, puede atacar antes de lo que nosotros hubisemos podido pre-ver. Por eso no se puede hablar tan mecanicistamente del esquemaestmulo-respuesta como un proceso automtico.

    Otro factor fundamental que interfiere en el proceso de sentiranimal es la acomodacin que el animal realiza para asimilar el

  • 26 Fernando Fernndez Font, SJ

    estmulo desde los esquemas de accin (respuesta) que l mismoha ido construyendo a partir de sus experiencias anteriores. Esta esla base del aprendizaje, de la posibilidad de nuevos conocimientos;pero tambin nos explica por qu el conocimiento es tan lento. Todoestmulo se percibe slo y nicamente si existe el esquema pertinen-te para captarlo a travs de los receptores adecuados. El procesoprogresivo de intercambios con el medio es lo que va creando nue-vos esquemas que permiten ms y mejores acomodaciones y asimi-laciones. Aunque todo dentro de un lmite. No se puede ir ms allde lo que el mismo etograma y el esquema sentiente al que perte-nece, le permiten. Si a una golondrina le impedimos repetidamentehacer su nido donde quiere, entonces, de acuerdo a su etograma,buscar otro sitio con las condiciones necesarias para hacerlo. Nose empear obsesivamente. Tendr la capacidad de dar otra res-puesta. Sin embargo, nunca podr ir ms all de construir sus nidosen sitios semejantes y con los mismos materiales.

    La experimentacin sistemtica con animales puede hacer queellos den de s ms de lo que en condiciones naturales pudierandar. Es justo la base del aprendizaje, como decamos. Lo cual, au-nado a la capacidad de guardar las experiencias vividas (memo-ria), gratificada a travs de la alimentacin, hace que posteriormenteel animal repita lo enseado. Pero siempre dentro del lmite. Podrhacer cosas maravillosas que nos dejarn deslumbrados; pero nuncapodr ir ms all de s mismo, de su propia estructura etogrmica.

    Esto es lo que hace que el animal no tenga que preocuparse porhacerse realidad, por cobrar su personalidad, por llegar a serlo que de alguna forma ya es, por tener que actuar en coherenciacon lo que es. El instinto, que podemos ya comprender como estecomplejo sistema de sentir, lo lleva a poder enfrentar la vida sinmayores complicaciones tericas. El animal se abandona al instin-to, y as es como va haciendo factible su vida, como va abriendolos cauces que necesita para vivir.

    Representado grficamente el sentir animal quedara de la siguien-te forma:

  • 27Persona y realidad

    Aprehensores ([A*]E [A] {Etograma} R)

    [Proceso Sentiente]

    A*= acomodacinE= estmuloA= asimilacinR= respuesta

    4. La aparicin del hombre: la hominizacin

    A pesar del instrumento de navegacin tan perfecto que posee elanimal, sin embargo sus posibilidades siguen siendo muy limitadas.Si pudiramos representar grficamente al animal lo tendramos queponer pegado a su medio. El animal no es un ser del distancia-miento. No tiene la distancia necesaria para inventar respuestasrealmente novedosas a partir de la misma realidad: la suya y la delmedio en el que vive. El animal est pegado a su entorno y porms creativo que pudiera ser, nunca ser capaz de romper el frreocerco de su propio Etograma, a no ser como fruto de la evolucinen un largo perodo de tiempo. Pero ese es otro asunto. Simplemen-te, no tiene perspectiva. No puede ver a distancia; y por eso slo esvida estimlica. Se queda en el estmulo, pero sin poder penetrarsu realidad. El estmulo slo es un signo que lo lleva a responderdesde su etograma. Esto es lo que caracteriza su esencia. El animalslo percibe estmulos o signos de respuesta, con lo que limitadapero eficazmente a su nivel puede ir respondiendo a los requeri-mientos de la vida.

    Qu pasa entonces cuando el hombre aparece? Cada vez setienen ms elementos para conocer cules fueron los procesos quepermitieron la aparicin de esa nueva especie y as se puede trazarcon mayor certeza la trayectoria de los diversos tipos o especies queconstituyeron el eslabn entre el ltimo animal y el hombre, tal cual

  • 28 Fernando Fernndez Font, SJ

    lo conocemos actualmente. A lo largo de todo ese periodo se fueronpotenciando diversos mecanismos sistmicos que permitieron suaparicin. No viene al caso detenernos en todo este conjunto deprocesos, y adems la ciencia no podr pasar de meras hiptesisde trabajo. Sin embargo, hay unos ciertos datos que s nos permiten,cuando menos, tener elementos para comparar los rasgos funda-mentales del sentir antes y despus de la aparicin del hombre. Estonos permitir, en consecuencia, comprender las diferencias entreambos y nos podr ayudar para ofrecer una hiptesis filosfica deaquello que determina especficamente al ser humano.

    Morfolgicamente, podemos sealar que hubo una expansin dela masa cerebral y un proceso de corticalizacin en el cerebro huma-no: aparece una nueva membrana que, recubriendo el cerebro, per-mite a ese nuevo ser especializarse en sus intercambios con el exterior.Estos elementos no son muchos pero nos hacen posible intentar ex-plicarnos, en consecuencia, cul fue la nueva funcin que provoc laaparicin de esta especie sobre la tierra. Es decir, nos permite elabo-rar una hiptesis filosfica de la esencia de este nuevo ser.

    Filosficamente, se trata justamente del proceso dehominizacin.1 La aparicin del hombre surge dentro de una lneahomnima con la especie anterior. Tambin esta nueva realidad es-tar compuesta de elementos fsico-qumicos y de procesossentientes; aunque sin duda se da la aparicin de un plus que es elque habr que determinar y explicar. La vida tambin le ser esen-cial, y l tendr que nutrirse del medio y defenderse de l. Pero hayalgo radicalmente diferente. Y es lo que, en filosofa, se llama laRuptura de la signitividad: es el brinco que constituye a la nuevarealidad que es el ser humano, y que consiste en el proceso dehiperformalizacin. Realmente entre el animal y la persona humanase da una ruptura, se da un salto cualitativo, pero que es fruto estric-

    1 Este proceso es distinto al de humanizacin. ste supone la aparicin ya del serhumano, y consiste en que el hombre desarrolle sus potencialidades y se humani-ce, tenga un crecimiento acorde con su realidad.

  • 29Persona y realidad

    to de la evolucin. La filosofa medieval no se hizo problema de esteasunto, pues ni siquiera pensaba en trminos evolutivos. Simplemen-te el hombre aparece porque Dios lo crea infundindole el alma. Lateologa tridentina luch denodadamente contra la evolucin. Y laconciliar intent solucionar el problema afirmando que la aparicindel hombre era simultanea a la donacin del Alma por Dios. Lafilosofa prescinde del problema. No puede llegar a tanto, y tampocopuede acudir fcilmente a Dios para explicar lo que es un requeri-miento de la misma realidad que intenta explicar. Qu caracteriza,pues, la aparicin del hombre?

    Tcnicamente, al proceso por el cual el animal va enfrentando sumedio con sus acciones, se le llama formalizacin. Se trata de darforma, de alguna manera, a los estmulos desordenados y mltiplesque los receptores animales perciben. El animal no va a responder atodos los estmulos que percibe, sino slo a aquellos que poseen ma-yor significacin para el problema fundamental de su vida. Y esteproceso por el que los estmulos se hacen relevantes es lo que sellama formalizacin. Este proceso complejo se disuelve en variasoperaciones, con el fin de dar respuesta al estmulo. Es decir, el ani-mal posee varias funciones. Por ejemplo, tiene conciencia con la queconecta los estmulos con sus esquemas a fin de responder, se sientea s mismo, aprende, programa sus respuestas, controla el medio,objetiva, memoriza, etc. Pero todas estas operaciones son factibles,pues a la base est el proceso de formalizacin: la capacidad animalde dar forma al estmulo; es decir, de convertirlo en signo de res-puesta. Si el estmulo nunca fuera para el animal un signo de res-puesta, simplemente se morira. Puesto que lo es, entonces puedereaccionar y, as, aprender, memorizar, programar, objetivar, sentirse.

    Pues bien, la aparicin de la nueva especie animal implica la rup-tura de este modo de sentir. No implica que el hombre ya no sienta.El hombre sigue siendo animal. Lo que pasa es que ahora la nuevaespecie va a sentir de forma diferente. Y esto es lo maravilloso,pues al mismo tiempo que nos plantea un reto ms difcil para expli-car lo que se est queriendo decir, tambin nos permite no romper launidad radical con todas las especies anteriores y, en una palabra,

  • 30 Fernando Fernndez Font, SJ

    con toda la realidad. El hombre no es ms que un momento ms dela creacin. Hay una unidad radical que no se rompe con su apari-cin sobre la tierra. La misma materia, por evolucin, es la que mis-teriosamente da algo que no tena. En el caso del animal, ste es untrozo de materia sintiendo. Lo mismo sucede con el hombre: es untrozo de materia que est realizando una funcin hasta ahora inditaen el mundo. No se trata de un espritu que ha venido a invadir latierra constituyendo una realidad inintegrable. Para nada. El ser hu-mano, y todas sus capacidades, son parte constitutiva de este mun-do; l tambin es fruto de la evolucin.

    No es fcil explicar. No estuvimos como observadores en el mo-mento de ese brinco de la Evolucin, de forma que hubiramos podi-do elaborar una teora comprobada. Pero lo que s podemos decir esque el hombre no rompe la continuidad con la evolucin anterior. Cier-tamente hay un brinco; pero dentro de ella y explicable por ella, sinnecesidad de meter ah una intervencin mgica o divina. El hombresigue sintiendo con el mismo esquema bsico de toda la vida animal.Las invariantes funcionales, como las llama Piaget, tambin cons-tituyen la esencia del sentir humano, pues sigue siendo animal. Enesto la filosofa no se ha peleado y todos coinciden que el hombre nodeja de ser animal, por ms facultades y posibilidades que tenga so-bre los otros seres de los cuales evolucion. Los adjetivos son los quelo distinguen. Desde la Antigedad se ha dicho del hombre que espoltico, racional, pensante, prxico, social, cultural, lgico, etctera.

    En consecuencia, podemos ya ver en directo el problema de serhombre. Contestar a la pregunta no consiste en averiguar lo que es suespritu o su alma. Lo interesante de la cuestin es que nuestra dife-rencia con el animal es algo anterior a lo que se ha dado por llamar elespritu o conocimiento o pensar. La diferencia est en el mis-mo sentir. He aqu lo central de nuestra cuestin, aunque aparente-mente pueda, en un primer momento, desconcertarnos o desanimarnos.

    Piaget afirma que la aparicin del hombre sucede cuando en elesquema animal se presenta la descomposicin del Etograma; esdecir, de lo ms instintivo del sentir animal. Permanecen los conoci-

  • 31Persona y realidad

    mientos lgico-matemticos, los fsico-experimentales; pero no losprogramas heredados de conducta, base del instinto y del comporta-miento animal.

    Sin embargo, para Zubiri el problema es anterior: hay una disolu-cin de los programas heredados, pues en el mismo hecho del sentiranimal se presenta un nuevo modo de sentir. La unidad estructuraldel estmulo se rompe; la fuerza con la que se impone como signo derespuesta, se desvanece; y entonces, y slo entonces, aparece larealidad. Este nuevo ser es capaz de sentir realidad. Qu significaesto? Que la forma como el estmulo se le presenta al hombre ya noes como signo que le obligue a una respuesta. Ahora se le presentacomo realidad. Es decir, como algo que en s mismo es real, quetiene una estructura y un significado, y que por ello el hombre puededetenerse ah, antes de responder, y descubrir ahora s mediante sulogos y la razn su estructura profunda que lo constituye y, enton-ces, responder plenariamente desde su racionalidad. El hombre en-tonces, siente, pero ya no estmulos, sino realidad, estmulos reales.Por eso es un animal del distanciamiento y por eso no est pegadoal medio, sino suelto-de, libre.

    Todo el cambio radical que propicia la Evolucin consiste, pues,no slo en la descomposicin del instinto, sino en algo mucho msradical: la forma de aprehender los estmulos. Al sentir realidad, en-tonces este nuevo ser se ve obligado a utilizar logos, a pensar, aponderar todas las posibles respuestas, a elegir la mejor. Y respectoa l mismo, ya no tiene un etograma que lo determine en su realiza-cin. Ahora tiene la realidad, y con ella tendr que descubrir qu esaquello que ms le puede ayudar a realizarse. Su camino no estmarcado, sino por la realidad. Nada ms, y nada menos. Este proce-so es el que se llama la hiperformalizacin. El animal humanoformaliza, pero en hiper; es decir, ms all de la forma como lohace el animal anterior que lo origin. Su vida ya no es en signosobjetivos, sino en la realidad. Todas las funciones que tena encomn con los animales anteriores, ahora dan un salto cualitativo: elhombre se conciencia como realidad, programa desde las estructu-ras profundas de la realidad.

  • 32 Fernando Fernndez Font, SJ

    Y con esto aparece la libertad, la posibilidad de entregarse al otrocomo realidad y eso es justo el amor, aparece la obra de arte, lacreacin, el compromiso; aunque tambin, fruto de esta libertad,aparece la posibilidad de la muerte, de la destruccin, del egosmo,de lo irracional, etc. Y esto es lo grave de esta nueva criatura. Ni laevolucin ni esta nueva especie estn ya aseguradas por un instintoque garantiza la vida. Al ser libres, esa misma libertad puede volver-se contra l mismo y ser el origen de su destruccin, como ha pasa-do hasta nuestros das. No se habr equivocado la evolucin? Nonos habr dotado de un instrumento que en lugar de ayudar a desa-rrollarnos nos va a destruir? Esa pregunta queda abierta.

    Conclusin

    Tal sentir humano o sentir de realidad es lo que constituye ydefine su inteligencia. Inteligir es estar en la realidad, aunquean no se tengan develadas las estructuras profundas de la realidadque estamos aprehendiendo. En el hombre, sentir es inteligir y vice-versa. El hombre siente realidad o intelige la realidad sintiendo. Assentir es nada ms, pero tambin nada menos, que realizar la opera-cin fundamental que nos permite estar en la realidad. Inteligiendo,sintiendo, es como el hombre se coloca en la realidad.

    Ahora bien, de aqu es de donde surge la esencia humana: elhombre ya no es un animal racional, poltico, social, etc. Lo es, perono es lo que radicalmente lo define: el ser humano puede ser todo loanterior porque antes es un animal de realidad.

    La caracterstica del ser humano es entonces la inteligencia, perono como logos o razn. Sino como algo previo: como la capacidad deestar en la realidad, y sta es su vocacin y aquello que lo constitu-ye: la esencia del hombre est en saber estar en la realidad, consisteen hacerse cargo de ella y de s mismo; y su realizacin estar esvivir de cara a lo real.

  • 33Persona y realidad

    Entonces, qu es el hombre? El hombre es un animal de realida-des.

    Junio 30 de 2003Len, Guanajuato.

  • Introduccin

    Hablar de antropologa filosfica supone de alguna manera los pun-tales que ofrecen tanto la Teora de la Realidad o antigua Metafsicacomo la Teora de la Inteligencia. No podemos saber qu es el hom-bre si no es habiendo reflexionado previamente sobre lo que es suinteligencia y el objeto para el que ella est hecha.

    Aristteles supuso que la Inteligencia era una facultad cuya esenciaconsista formalmente en razonar y que aquello para lo que estabaconstituida era para llegar al ser como el concepto ms univer-sal, al cual se poda acceder precisamente a travs de la abstrac-cin, por medio de la afirmacin o el juicio.

    A diferencia de Platn, para Aristteles los sentidos ya no eranmera ocasin para poder llegar al verdadero mundo, al de las Ideas.Los sentidos eran una verdadera causa, la material, que ofreca lamateria prima, las imgenes concretas y particulares a travs de lascuales la inteligencia pudiera encontrar las formas universales queconstituan la verdadera realidad de la cosa. Encontrar eso, era en-contrar el ser de la realidad. De ah que la inteligencia fuera lafacultad del ser y su estructura formal fuera la razn, el poderconceptuar el ser de las cosas a travs del razonamiento.

    Lo anterior entonces nos trasluce, de alguna manera, la concep-cin del hombre que ofreci Aristteles: el hombre es un animalracional. Obvio, que tambin es un ser poltico, y que puede sertodo lo dems que constituye su realidad. Pero lo esencial, lo que lodefine es justamente lo racional, y lo que constituye la realidad

    III. ALGUNOS RASGOS DE LA ANTROPOLOGA DEZUBIRI: LA REALIDAD HUMANA

  • 36 Fernando Fernndez Font, SJ

    ms profunda de todas las cosas es un concepto, todo lo verdaderoque se quiera, pero un concepto: el del ser, obtenido a travs de unarazn que es capaz de captar lo universal en lo particular, lo inte-ligible en lo sensible, la forma universal en la materia prima de-terminada.

    Para Zubiri, el supuesto que est detrs de su concepcinantropolgica es esencialmente diverso al de Aristteles. La inteli-gencia no es la facultad que busca la conceptuacin del ser, sino lafacultad que aprehende la realidad; y no como producto de unareflexin terica fruto de la razn, sino como producto de un hechoabsolutamente sencillo: el hecho del sentir. En otros trminos, la in-teligencia est hecha para sentir, esa es su estructura formal; y suobjeto al que se dirige es la realidad. El mero hecho de sentir es elque nos coloca en lo ms radical del Mundo, en lo trascendental: larealidad misma.

    De aqu, entonces, que lo esencial y aquello que nos constituye yse vuelve el norte de nuestra vida, no va a ser el ser verdadero, unser como concepto universal, una razn, un conjunto de verdades olo que se quiera, sino simple y llanamente la realidad, la estructuraprofunda que posee cada cosa y que la hace ser lo que es. Algofsico-real, y no terico-conceptual.

    Lo anterior nos permite, en consecuencia, acercarnos a la defini-cin de hombre que ofrece Zubiri: el hombre es un animal (porqueposee la estructura del sentir) de realidad (pues es lo que constitu-ye su inteligencia y a donde ella se dirige). Esa inteligencia sentienteque lo caracteriza nos obliga a concebirlo, pues, como un animal derealidades; como un ser que con slo sentir aprehende la estructu-ra trascendental de todo lo real: la realidad misma. La formalidaddel sentir, la forma como el hombre siente es lo que lo distinguede los animales.

    La diferencia es, entonces, notable: mientras que para Aristteles,lo ms fundamental de la vida es su aspecto racional, sus conceptosuniversales; para Zubiri es la realidad, las estructuras fsicas que

  • 37Persona y realidad

    constituyen todo lo que existe. El logos, la palabra, el concep-to, a final de cuentas no puede ser sino algo posterior a lo real.Porque el hombre es real, por eso puede pensar; porque al sentir setopa con la realidad, entonces puede intentar conceptuarla, sabercul es su realidad profunda y expresarla en conceptos o dar razo-nes de ella; pero no antes. En este sentido, se piensa para vivir; nose vive para pensar. Lo que nos constituye es saber estar en larealidad, y no saber pensar la realidad. Aparentemente es lo mismo,pero al diferencia es abismal. Esta fue la reaccin que laPosmodernidad tuvo contra la Modernidad racionalista. Hay quevolver al sentir, pues ah se encuentra la vida. Si por nuestras venascorre slo la delgada sabia de la razn segn la afirmacin deDilthey, entonces terminaremos por destruir al hombre.

    Este marco nos permite acercarnos ya a la propuesta antropolgicade Zubiri, y desmenuzarla de alguna manera. Comencemos por lasnotas que constituyen la realidad humana.

    1. Notas de la realidad humana (sistema de notas)

    1.1 La vida

    Zubiri parte de lo ms bsico del ser humano: la Vida. Y no sloporque es algo real del hombre, sino porque no surgimos por gene-racin espontnea. Evolutivamente aparecemos en continuidad conlas especies que nos precedieron y estamos constituidos de los mis-mos elementos fisico-qumicos mediante los cuales apareci eso quellamamos vida. Hay una verdadera continuidad y, por tanto, una realunidad con los modos de realidad que la precedieron. A diferenciade las realidades anteriores, la vida sigue siendo un trozo de mate-ria; pero un trozo que siente, que vive, que ejerce funcionesque hasta entonces no haban aparecido sobre el mundo.

    Bsicamente se trata del sistema de notas por el que decimos quealgo est vivo. Y el estar vivo implica todo un conjunto de me-

  • 38 Fernando Fernndez Font, SJ

    canismos que permiten que ese ser posea una cierta independen-cia con el medio y pueda ejercer un control especfico sobre l.Slo as es como puede asegurar su vida.

    Pero estos momentos, la independencia y el control, expresanalgo ms radical: que el viviente en sus acciones acta no slo porlas notas que posee, sino tambin en orden al sistema que constitu-yen. El mineral, si es radioactivo, acta por las notas que lo constitu-yen, pero ninguna accin est ordenada a la totalidad de su sistemaen cuanto tal. Simplemente acta y ya. Su accin es meramentetransitiva; no recae sobre s mismo como mineral.

    En cambio, la situacin de la vida es totalmente diferente: el vi-viente acta sobre las cosas o sobre s por y para ser cada vez msun s mismo. Es decir, justamente para mantener su vida. Si norealiza ese intercambio con el medio, simplemente muere, desapare-ce. Lo cual nos permite, entonces, referirnos a la viviente como unauts, como un s mismo, sabiendo que nada tiene que ver estocon el momento tan posterior en la evolucin que llamamos re-flexin, como un volver sobre s mismo. Nos referimos a algo pre-vio: al momento de constitucin del s mismo, del auts. Sin vida,sin este primer momento, jams se podra llegar a la conciencia, alproceso de volver racionalmente sobre s mismo.

    El auts es modo de actuar, es la ndole del viviente, lo que loconstituye formalmente. Ahora bien, hay que caer en la cuenta de laexistencia de grados en la vida. Una clula ni es ni puede ser unauts de la misma manera como lo es un hombre o un animal msdesarrollado. Pero ella fue la primera sntesis de materia que logrun s mismo todo lo rudimentario que se quiera, pero un s mismo:percibe y reacciona ante la estimulacin, la siente de alguna mane-ra. Su transformacin, en el proceso evolutivo, ser lo que permitaque aparezcan sntesis de vida cada vez ms complicadas en toda laescala animal, hasta la aparicin del ser humano.

  • 39Persona y realidad

    1.2 La animalidad

    Pero el hombre no slo es un viviente. Est animado, es un vi-viente animal. La transformacin de la vida, ha despejado aqu lafuncin del sentir. Y sentir es justo la posibilidad de tener impre-siones; de reaccionar a un estmulo, porque se ha podido aprehen-der. Y esto es lo formalmente esencial del animal: siente los estmulosy reacciona ante ellos. Es impresionado estimlicamente por elmundo exterior o interior, y por eso es capaz de reaccionar.

    Ahora bien, la impresin est constituida por dos momentos: elprimero es la afeccin (el viviente reacciona, porque algo le afecta)y el segundo es la alteridad (el que la afeccin lo remite a eso algootro que le afect). As, la impresin nos hace sentir impresivamentelo otro.

    En el caso del animal, la formalidad o manera de sentir lo otro escomo estmulo. Es decir, el animal siente el estmulo slo como unsigno de respuesta. Lo otro, el calor que afecta y as estimula alanimal, lo siente como algo que pertenece slo a la respuesta que da,y no a una realidad en y por s misma. Por ello, no es slo un est-mulo, sino que es algo que el animal lo aprehende sloestimlicamente. Por eso, una vez pasada la estimulacin y reali-zada la respuesta, no queda nada del estmulo en y por s mismo.

    1.3 La inteligencia

    Adems de la vida y la capacidad de sentir, el hombre tiene unatercera nota: La inteligencia. No se trata de la capacidad posteriorque luego va a tener de concebir, juzgar, razonar, pensar. Estas ope-raciones sern fundamentales, pero no definen lo que es el ser hu-mano. Lo ms radical es su capacidad de aprehender esos estmuloscomo realidades, segn son algo en y por s mismos.

    Al igual que el animal, el hombre siente en impresin. Es decir, esafectado por lo estmulos que le llegan. La diferencia est en que

  • 40 Fernando Fernndez Font, SJ

    para el animal el estmulo no es ms que eso: un estmulo, algo que leobliga a reaccionar. En cambio, para el hombre el estmulo lo sienteya desde el momento que entra en contacto con su inteligencia,como una realidad estimulante, como algo real que tiene su propiaestructura, y que por eso le afecta. Entonces, ya no est obligadoa responder tomando nicamente en cuenta el proceso de respues-ta, sino que puede detenerse en el estmulo y, descubriendo previa-mente la estructura de esa realidad aprehendida, responderadecuadamente. Este es el espacio que permite la aparicin de lalibertad. El hombre es un animal del distanciamiento. No est pega-do, sino suelto del estmulo. Puede ver la realidad distancia-damente,y entonces hacerse una idea y responder adecuadamente, para sers mismo.

    El hombre siente que la cosa es real, y por eso puede lanzarse aidear qu sea y luego a responder de acuerdo con la comprensinque de ella haya tenido. Lo primero que pasa es que se topa con loreal. Y esto es lo maravilloso: el encuentro con la realidad es ante-rior a los conceptos. El hombre est ya en la realidad antes de pen-sarla. La filosofa anterior afirm que primero haba que pensar,razonar, para luego poder estar en el ser verdadero de las cosas.Para Zubiri es al revs. Nos topamos con el objeto trascendental dela metafsica slo por el hecho de sentir.

    El sentir del hombre nos coloca primero en la realidad de las co-sas y luego nos lanza a idear lo que ese estmulo sea y cmo respon-der ante l. As, lo que nos constituye radicalmente es el sentir, no elpensar; no la razn, sino la sensibilidad. Ambas son fundamentales,pero la anterioridad de una sobre la otra va a evitar que concibamosal hombre como prioritariamente racional y que le demos a lo inte-lectual una preeminencia sobre la vida, sobre el sentir, sobre la inte-ligencia.

    En una frmula sinttica, podemos entonces decir que la inteli-gencia humana es sentiente o que el sentir del hombre es inteligente.Estrictamente son dos potencias en una sola facultad. Ambas notasel sentir y el inteligir potencian a la inteligencia facultndola

  • 41Persona y realidad

    para que realice su operacin, y as pueda el hombre responder ade-cuadamente al problema de la vida. Al sentir intelige y al inteligirsiente; y esto es justo lo que nos pone en la realidad: es el acto mssencillo, pero el ms radical del ser humano. Veamos ahora lo que esla sustantividad humana desde sus notas.

    2. Qu es esta sustantividad desde sus Notas?

    Los tres tipos de notas mencionados anteriormente en su unidadconstituyen el Sistema de la sustantividad humana. El hombre esun sistema. Y es sistema, porque est compuesto por notas en unaunidad respectiva. La unidad de la realidad no viene dada por unaidea o una forma sustancial que configure a una materia prima inde-terminada, al modo Aristotlico; sino porque cada nota slo puedeser lo que es estando vertida a las dems. Es como si se tratara deun rompecabezas. Ninguna nota por s misma constituye realidad.Cada una es slo un momento de las dems; las est exigiendo parapoder ser lo que es. La unidad entonces es justo eso que hace quecada nota sea lo que es, desde las otras, para que as la cosa puedaser real. La unidad es, pues, un momento fsico, real, de cada cosa.

    Entonces, toda cosa real es una sustantividad. Es algo sustantivoque se sostiene por s mismo, justo por la unidad de sus notas. Nohay nada de fuera que la configure. Por eso no es tampoco unasustancia, como quera Aristteles. La idea de sustancia hace pen-sar en algo que est por debajo de los accidentes, dndoles dealguna forma realidad en la medida en que estn adheridos a aque-lla. Para Zubiri, no hay nada por debajo de: slo existen notasreales que, por estar vertidas unas hacia las otras, tienen realidad.

    Pues bien, el carcter peculiar de la sustantividad humana es quea su vez ella misma abarca dos subsistemas parciales que la consti-tuyen. Son sistemas, pues cada uno posee una serie de notas que loestructuran y determinan en lo que es; pero por s mismos cada unono alcanza a ser sistema total, pues no puede constituir la totalidadde la realidad de la que es sistema. Sera insuficiente por s mismo

  • 42 Fernando Fernndez Font, SJ

    para ser realidad. En este sentido, slo se trata de sub-sistemas o desistemas parciales que slo en su unidad respectiva pueden ser rea-les. Estos son el cuerpo y la psij. Echmosle un rpido vistazo.

    2.1 El Cuerpo

    Por principio de cuentas, el cuerpo es un sistema de notas fsico-qumicas. Es lo que de alguna manera podramos llamar materia,aunque por su constitucin sistemtica el cuerpo no se reduce apura materia. No podemos establecer una ecuacin entre cuerpoy materia. Esta materia, con sus notas y elementos que la constitu-yen, tiene una posicin funcional precisa. Es lo que nos permite ha-blar de que el cuerpo es un organismo; es un todo orgnico yorganizado. Cada nota tiene una posicin y una funcin que estnrealizando un papel perfectamente determinado, en funcin de latotalidad del cuerpo.

    Adems, el cuerpo no es slo organismo sino tambin principiode solidaridad. Las notas no slo son unas de otras, sino queforman una verdadera compago (compaginacin). Es decir, unaestructura cuya fuerza y solidez le viene de que cada nota est ver-tida solidariamente a las otras ofreciendo lo que es y recibiendo de laotra lo necesario para que pueda constituirse como tal. Cada nota secompleta con la otra. Por eso son solidarias y as es como el Cuerpoes capaz de formar una unidad real y perfectamente constituida,consistente, gracias a esta interdependencia.

    Pero ms abajo de todo esto hay un momento ms radical: es laactualidad del hombre en el Universo. Las notas organizadas ysolidarias constituyen la funcin somtica del Cuerpo: el que stesea actual en la realidad; el que se haga presente en el Cosmos yen el Mundo como cosa real. Porque realmente el cuerpo es algo,puede ocupar un lugar en el mundo.

    El Cuerpo es entonces la unidad intrnseca de estos tres momen-tos: organismo, solidaridad y actualidad, siendo el ms radical el lti-

  • 43Persona y realidad

    mo. Es algo ms concreto que una materia simple; podramos de-cir que es materia corprea, pero nunca por oposicin al espri-tu. Pasemos ahora al otro subsistema: la psij.

    2.2 La Psij

    Comenzamos afirmando que la psij no es espritu, como tampococuerpo es materia. Pero, adems, tampoco es alma:2 esta con-cepcin supone una entidad sustancial que habita dentro delcuerpo. La psij no es sustancia, como algo por debajo del cuer-po que lo pudiera sostener. No es una entidad autnoma, cuyos ac-cidentes fueran los elementos fsico-qumicos que constituyen elcuerpo. No existen sustancias y accidentes sino estructuras com-puestas de notas.

    Por eso, necesariamente no puede ser un sistema en y por smismo, pues si as fuera sera otra realidad. Habra dos realidadesen una sola cosa; y esto no es posible: la psij slo es el otrosubsistema parcial que termina por constituir el sistema total de lasustantividad humana.

    Es verdad que tiene caracteres irreductibles al sistema corpreo;pero de la misma forma que ste los tiene con respecto a aqul.Incluso se puede decir que en muchos aspectos la psij domina alcuerpo; pero nunca lo ser como algo independiente y autnomo.Por eso, el hombre no tiene psij y organismo, sino que es una unidadpsico-orgnica. Separados ninguno tiene sustantividad. La psij esde este organismo y el organismo es de esta psij. La psij es desdes misma, orgnica; y el organismo es desde s mismo, psquico.

    Se trata por consiguiente de una unidad nica, estructural y siste-mtica que constituye a la sustantividad humana. No se trata de unestado dentro de otro estado, sino de dos momentos fundamentales

    2 El problema del alma es una cuestin teolgica, de otra ndole, que no tocadirectamente a este tipo de reflexin filosfica que estamos presentando.

  • 44 Fernando Fernndez Font, SJ

    de una sola sustantividad. La separacin o destruccin de cualquie-ra de los dos no slo implica la muerte de la sustantividad, sino ladesaparicin de los mismos subsistemas, pues ninguno de ellos esautosuficiente por s mismo para continuar siendo real si se separadel otro; ninguno posee una sustantividad plenaria.

    2.2.1 Tres notas de la PsijPensar en la actividad humana, nos acerca igualmente a la unidadradical del ser humano y nos coloca en aquello que constituye supsij. El hombre acta en funcin del todo y desde l. La actividadque realiza le pertenece a la sustantividad entera. As, la realidad delhombre es un sistema en que cada nota es de las dems, constitu-yendo una unidad coherencial primaria en la que consiste la sustan-tividad.

    Ahora bien, esta unidad as constituida est modulada por lo quevimos anteriormente, por la formalidad de realidad. Ella es la quehace que esta nueva sustantividad fruto de la evolucin, sea real-mente humana y constituya el mbito en el que se despliegan losactos humanos. En este contexto, entonces se pueden reformularlas tres potencias que tradicionalmente se utilizaban para determinarlas actividades propiamente humanas. Son las notas constitutivas dela psij:

    La inteligencia no ser ms la facultad de la razn, sino la de larealidad. Como tal, no es para razonar sino para colocar al hom-bre en la realidad.

    El sentimiento no es slo estado de nimo, sino manera de sentir-se en la realidad como realidad.

    Y la voluntad no es la respuesta estimlica a la afeccin, sino latendencia a situarse de otra manera en la realidad. No es slotendencia y apetito, sino opcin. Se quiere un modo de estar enla realidad, que es en lo que consiste la volicin.

  • 45Persona y realidad

    Todas, pues, constituyen la esencia de la Psij, cuya unidad activaZubiri la expresa como la Voluntad de Verdad Real. Este trmi-no, lleno de contenido y extremadamente fecundo, expresa el ca-mino de realizacin humana. El hombre tiene una tendencia quelo lleva a optar. Quiralo o no, la realidad le obliga a decidir laforma como quiere estar en esa misma realidad. El no optar estambin una opcin. Pero slo si opta desde la verdad real de laestructura de las cosas, si toma la vida en las manos encarandoverdaderamente lo real, entonces podr realizarse en plenitud. Elriesgo es quedarse en la Voluntad de Ideas. Es decir, quedarseen los conceptos e intentar armar desde ellos su propia vida. Es loque coloquialmente se dice como vivir del rollo, que slo traslu-ce la vida vaca de quien as vive.

    En conclusin, lo anterior nos muestra cmo nuestra propiaanimalidad ha sido reestructurada por la psij. No tenemos unapsij dentro de una sensibilidad animal; sino que somos una psijanimal o una animalidad psquica. La unidad procesual del animalse ha transformado en humana, pero sin ser algo yuxtapuesto. Launidad animal es un momento intrnseco y formal de la unidadhumana. Por tanto, lo humano en cuanto tal es en s mismo formaly constitutivamente animal. El hombre es un animal que se en-frenta con la realidad animalmente. Pero como es inteligente, lohace desde al realidad. Por eso es un animal de realidades. Estaes la esencia de la sustantividad humana.

    Lo anterior nos aboca al ltimo tema: el de la forma y modo derealidad del ser humano.

    3. Forma y modo de realidad humana

    Por el Sistema de notas, el hombre es animal de realidades. Y altener notas que lo constituyen en algo real, entonces manifiesta unaestructura ms radical que hace que tenga una forma y un modode realidad, un modo de implantarse en ella.

  • 46 Fernando Fernndez Font, SJ

    Pero adems, esta realidad humana, de acuerdo a su forma ymodo, se hace actual en el mundo, adquiere un ser: es la maneracomo est en el mundo en forma histrica y concreta. Veremos enprimer lugar su forma y modo de realidad.

    3.1 Forma de realidad

    Por sus propiedades fsico-qumicas algo se constituye en cosa real.La cuestin es la forma de realidad que esa cosa tiene, la cual sedescubre por la manera como son suyas las notas que posee. En elmundo nos encontramos que slo hay tres formas de realidad:

    En primer lugar estn las cosas materiales: las notas son de lacosa slo por ser de-suyo de ella. Las notas le pertenecen de-suyo a la cosa, porque entre s, justamente por su versin y solidari-dad, constituyen un sistema que hace que la tal cosa sea real.

    En segundo lugar est la vida: aqu las notas no slo son de lacosa, son suyas, sino que le pertenecen por el sistematismo de suestructura. La vida posee notas que son suyas, pero adems vivirconsiste en la posesin de tales notas. Por eso es una auts. A tra-vs de sus acciones, el ser vivo se posee. Sus acciones recaen sobrel, y as asegura la vida. El animal es la forma superior de vida y poreso se puede considerar que es un cuasi-auts.

    La tercera forma es la del hombre: aqu no slo se posee por susacciones, sino que es formalmente suyo, porque la forma como seposee es aprehendindose como realidad. Es justo lo que Zubiri lla-ma personeidad: el hombre se posee reduplicativamente, porquese posee como realidad. Acte o no acte, el hombre es formal-mente suyo, por el carcter de realidad que lo constituye. Desdeaqu, entonces, personalidad es la forma concreta como ese autsse va haciendo suyo; es el resultado de las acciones que el hombreva realizando a lo largo de su vida y lo modulan.

    Personeidad es lo que caracteriza el tipo de realidad que es elhombre; personalidad es el resultado histrico de la forma como

  • 47Persona y realidad

    ese hombre en concreto se ha ido poseyendo a travs de las accio-nes que ha realizado en la vida.

    Dando un paso ms, la personalidad, al ser el resultado de laforma como cada hombre se ha posedo, podemos decir que es lamanera como la persona es actual en el mundo. A esa actualidad enel mundo se le llama yo. El Yo es, pues, actualidad mundanal: laforma concreta como una persona desde su personalidad se hacepresente en el mundo, se presenta ante los dems y ante el resto dela realidad. El yo jams se reduce a una mera figura psicolgica.

    Lo anterior nos hace, tambin, comprender de manera diferentela forma como la filosofa tradicin entenda al hombre: para ella, loesencial era ser sujeto. Sin embargo, lo caracterstico de la vidahumana no consiste en ser sujeto de sus acciones, sino en serpersona. Porque el hombre se posee, puede ser sujeto de sus accio-nes; pero no al revs. Lo radical de la persona no es, pues, ser sujetode actos sino ser suyo, poseerse. Y esto no es cuestin de psicologasino de la ms pura metafsica o anlisis de la realidad humana.

    Por eso, cuando el embrin humano adquiere la inteligencia den-tro de los primeros tres meses de vida, se puede afirmar con todarazn que ya es persona, que su forma radical de realidad es lapersoneidad; y esto, aunque an no sea sujeto ni pueda realizaractos personales. Ms an, ya desde entonces comienza a aparecersu personalidad, pues es capaz de recibir aunque sea pasivamentelos efectos de los estmulos reales a los que se ve sometido por elhecho de estar ya en el mundo.

    Recogiendo lo anterior, podemos concluir diciendo que mientrasla personeidad es siempre la misma, la personalidad se va configu-rando a lo largo de toda la vida hasta que llega la muerte. Desde suforma de realidad, entonces, el hombre es persona, es animal per-sonal.

  • 48 Fernando Fernndez Font, SJ

    3.2 Modo de implantarse en la realidad

    El modo como un viviente se implanta en el cosmos es con indepen-dencia y control sobre el medio. As, su modo de implantacin esformar parte de la realidad.

    Pero en el hombre hay ms que mera independencia frente almedio de su vida. Porque su realidad es propia frente a toda realidadposible o divina, su realidad en cuanto suya tendr un modo peculiarde implantacin o independencia: el estar suelto de las cosas rea-les. Su implantacin en la realidad no es formar parte de ella, sinoser suyo como realidad frente a toda realidad.

    Su modo de realidad, entonces, es ser un ab-soluto relativo. Esab-soluto, porque es suyo frente a toda realidad posible; porqueest suelto de toda realidad. Pero es relativo, porque slo puede serab-soluto estando frente-a la misma realidad. Su carcter de ab-soluto es algo cobrado: cada accin que realiza lo va haciendo abso-luto, pero tambin lo va ligando a la realidad.

    As, en la ms modesta accin, el hombre no slo realiza unaserie de actos personales, sino que en cada uno de ellos, la personava definiendo precisa y concretamente el modo como quiere que surealidad sea relativamente absoluta.

    En las formas ms modestas de enfrentamiento con lo real, elhombre va cobrando su relativo ser absoluto; pues en cada cosa seposee a s mismo. Cada cosa con la que el hombre se relaciona le vaimponiendo un modo de autoposesin; va configurando su realidad,y en esto consiste la vida: en irla construyendo desde las formas derealidad que sus acciones le van entregando.

    De aqu surge la gravedad de la vida que constituye uno de losestados ms fundamentales de la persona: su inquietud permanen-te. La vida nos obliga a definirnos ante ella para construir nuestroser relativamente absoluto. Pero esto produce inquietud, pues nuncasabemos bien cules son las acciones ms acertadas con las que

  • 49Persona y realidad

    podemos construir la vida. Cada instante de nuestra vida hemos dedecidir la forma de estar en el mundo que queremos, para as cons-tituirnos en nuestra absolutez. Pero nada nos garantiza que no nosequivoquemos. No es fcil descubrir la estructura de cada cosa realy mirar cmo, al tomar decisiones frente a ella, nos va a ir configu-rando nuestro ser-relativamente-absoluto.

    La libertad es justo la distancia que tenemos entre la realidad ynosotros. El problema es perderla; es decidir sin conocer bien laforma de realidad que vamos a adquirir en cada una de nuestrasdecisiones y acciones. En esto consiste ser hombre: en ir constru-yendo nuestro ser personal desde aquellas realidades que nos ayu-dan a adquirir nuestro ser relativamente absoluto.

    Conclusin

    Podemos decir que atendiendo a las notas que lo constituyen, lehombre es un animal de realidades: la vida, el sentir y la inteligenciason las notas que lo constituyen.

    Pero tal constitucin no consiste en que cada una de las notas seaplenaria en y por s misma: cada una est construida desde las de-ms. Por eso el hombre es realmente una unidad estructural, y nouna sustancia. Ms all de sus notas o cualidades o accidentes, nohay nada. No hay un sustrato que le sostenga sus accidentes. Nadahay ms all de las cualidades, de las notas, de las caractersticasque nos constituyen.

    Por eso nuestra animalidad est ella misma constituida desde elpsiquismo humano. Ni siquiera tenemos animalidad psquica, sinoque somos realidades psico-orgnicas.

    Y como lo caracterstico del ser humano es su vida en la reali-dad, entonces las notas de su psij tambin se reformulan: no slosentimos cualidades, sino nos sentimos en la realidad; no slointeligimos ideas sino aprehendemos realidad; y no slo queremos elbien, sino optamos por la mejor forma de estar en la realidad.

  • 50 Fernando Fernndez Font, SJ

    Es lo que implica la Voluntad de verdad real: el deseo profundode orientar y construir la vida desde la realidad y no desde lo quecreemos o nos imaginamos que es la realidad; es el deseo radical deno vivir para las ideas, de no vivir para pensar, sino de utilizar loindispensable el logos, las ideas, slo en la medida en que nos ayu-den a saber estar verdaderamente en la realidad.

    Lo anterior nos brinda, entonces, la forma y modo de realidad delhombre: en cuanto a su forma, es persona: la nica realidad en elmundo que es capaz de poseerse como realidad. Esto es lo que locaracteriza y define.

    Pero su modo de realidad, nos habla de su modo de implantarseen el mundo. Este no es como el del resto de las cosas reales: laintegracin. La figura de implantacin del hombre es la distancia. Elhombre es el animal del distanciamiento; por eso es relativamenteabsoluto. Su inteligencia le ha permitido estar suelto-de lo dems;aunque esto slo sea relativo, pero lo suficiente para que aparezcaesa caracterstica que tanto define al hombre y lo hace constituirsepor encima de las dems realidades: la libertad. Ser libre, entonces,consiste en poder estar suelto de la realidad. Aunque su soltura searelativa; pues slo puede ser libre frente a la misma realidad. Larealidad es mayor, es ms que el hombre.

    Gracias, pues, a toda esta estructura, el hombre es el nico ani-mal que puede hacerse cargo de la realidad, encargarse de ella ycargar con ella. Esta es nuestra tarea, es el reto ms definitivo yfundamental del ser humano: Seremos capaces de hacerlo? La res-puesta la tenemos en las manos.

    Junio 30 de 2003Len, Guanajuato.

  • Ttulos de la coleccin:

    1. Jos Mara Mardones,Hacia dnde va la religin? Postmodernidad y postsecularizacin

    2. Gerardo Anaya Duarte, SJ,Religin y ciencia: Todava en conflicto?

    3. Mauricio Beuchot Puente, OP,Los derechos humanos y su fundamentacin filosfica

    4. Jos Rafael de Regil Vlez,Sin Dios y sin el HombreAproximacin a la indiferencia religiosa

    5. Jos Francisco Gmez Hinojosa,La dimensin social de la religinNotas para su recuperacin en Mxico

    6. Antonio Blanch, SJ,Lo esttico y lo religioso:Cotejo de experiencias y expresiones

    7. Eduardo Lpez Azpitarte, SJ,La tica cristiana: fe o razn?Discusiones en torno a su fundamento

    8. Juan Plazaola Artola, SJ,Esttica y vida cristiana

    9. Miguel ` ngel Snchez Carrin,La Nueva EraSacralizacin de lo profano o profanacin de lo sagrado?

    10. Fernando Menndez Gonzlez,En la Grieta de la RocaProblemas ticos contemporneos en la gestinde las organizaciones

  • 11. Jos Mara Mardones,Nueva EspiritualidadSociedad Moderna y Cristianismo

    12. Benito Balam,Hacia una Nueva Conciencia Pluricultural de la tica

    13. Eduardo Lpez Azpitarte, SJ,Hacia un nuevo rostro de la moral cristiana

    14. Cristianisme i Justicia,El tercer milenio como desafo para la Iglesia

    15. Sergio Inestrosa,La Religin como Mediadora del Sentido de la Vida

    16. Gonzalo Balderas Vega, OP,Filosofa y ReliginUna hermenutica desde la crisis de la racionalidad moderna

    17. David Fernndez Dvalos, SJ,Educacin y Derechos Humanos

  • Este libro se termin de imprimiren septiembre de 2004 en Siena Editores,

    Calle Jade 4305, colonia Villa Posadas,Puebla, Pue. En su composicin tipogrficase utilizaron tipos de la familia Times New

    Roman de 9, 10, 11 y 12 puntos. La edicin consta de 1 500 ejemplares

    ms sobrantes para reposicin.