ferro la guerra inevitable

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  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    1/14

    Captulo 3

    LA G U ERRA IN EV ITA BLE

    Autor

    ----1

    V i

    5

    2 . -C - _ 4

    7

    1

    Z,C)

    Titulo Original

    .. . . ._

    Capitulo Pl:a

    Ao. Editorial, Pais

    I Informacin Complementaria

    ( . . .&

    a '

    u l l l r e t -

    I

    b,.., 'I,

    1 % .t

    \isb9-5

    La composicin de las

    caticioneDnos

    revela otro as-

    : , pecto de la guerra de 1914: su

    carcter imperialista;

    da

    cuenta igualmente de algunas de sus

    causas

    Los dos sis-

    ' tem as de a l ianza no fueron , en efecto , fortu i tos; su l-

    gica estaba l igada con el

    desarrollo desigual de

    45 na

    r_

    dones

    y

    con la

    rivalidacl, que era su c onsecuencia.

    En Europa,

    cadi

    n-

    cin haba

    eierririn

    117

    , s u _ b _ e

    :

    gemona.

    A me dos de l s ig lo

    XVI

    fu sp a, en el

    xvii fueron rancia, y despus I glate a quienes ejer-

    cieron la prepon erancia . D espus e a Ikui luan y del

    Imperio comenz una especie de nuevo ciclo Inslrico,

    definido por el

    desarrollo indu.sttial

    de las naciones. In-

    glaterra realiz

    entonces un

    avance excepcional y a me-

    diados del s iglo x ix su potencia era igual a la de todos

    los dems pases reunidos.

    Se advierte, sin embargo, una diferencia con la segun-

    da m itad de nuest ro si lo

    l e k ,

    en la que n o cesa ce cre-

    cer -

    erarance tcnico e os st idois-Unidos: en re lacin

    con elr

    -

    7f67E1

    -ii i--a

    -Orn71

    -

    ui siglo xix, la distancia que

    separa a Gran Bretaa de las otras potencias industriales

    iba reducindose decenio tras decenio; nacan otras na-

    ciones industriales que

    lograron

    crecer, prosperar y no

    dejarse dominar po r Ingla terra . Fueron primero Fran-

    cia y despus Blgica,_ naciones que haban emprendido

    49

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    2/14

    3. La guerra inevitable

    51

    El desafio

    _

    Inglaterra s) senta Amenazada ms que cualquier otra

    ncin

    -

    tior

    -

    e

    -

    sta voluntad de desafo de I lemaruj est imu-

    lada por el orgul lo de un x i to s in igual . D esde 1895,

    Joe Chamberlain sealaba los puntos negros en el

    horizonte. En C hina como en Africa del Sur , Gran Bretaa

    tropezaba en su cam ino con la Alem ania de Guillermo II .

    Despus de 1900, sobre todo, el aumento de la potencia

    naval de A lemania , bajo la inf luencia

    -

    de

    -

    Trpan

    nistas

    -

    -

    C r r t

    -

    6

    .

    r almirante Tirpitz, despertaba vivas in-

    ) quietudes al otro lado del canal de la Mancha. Los

    in-

    gleses quer an m antener a t oda cos t a e l

    T wo powers

    standard

    y construir superacorazados, los

    Dreadnoughts,

    presumiendo que Alemania no podra segui r los , ya que

    el canal de Kiel era demasiado est recho para navos de

    este porte . Pero , sin inmu tarse por esta pugna , los a le-

    ma nes ensanch aron e l canal y const ruyeron, a su vez ,

    superacorazados. En lo sucesivo, la rivalidad anglo-ale-

    mana se convirti en un enfrentamiento pblico que

    corearon y alentaron fa gran

    j7e/Ts7y-Ss

    actualidades

    cinematogrficas.

    La idea de un acue rdo roz, sin duda, Ja4nente de al-

    gunos hom bres de Estado ingleses o a lemanes, pero e l

    movimiento mismo de la Stivil diinperii1lta tanto

    com o el carcter de los h

    -

    m res , empujaban

    -

    j

    los dos

    pases- al antagonismo. Durante los veinte arios que pre-

    cedieron a la guerra , Alemania m anifest m s impaciencia

    y_agresivid3que su rival ; Inglaterra, afianzada y abas-

    tecida ya, era necesariamente conservadora y contempo-

    rizadora, si no abiertamente pacifista, como lo man ifest

    algunos das antes de entrar en la guerra. Suacti ti

    nicamente su voluntad de no modificar una

    Pero

    si

    -

    sa se viese amenazada en

    su rea l idad o en

    -

    ss p osibilidades virtuales, los intereses

    1

    Poltica que aseguraba a Gran Bretaa

    una potencia naval supe-

    rior o igual a

    la de los dos pases que posean la flota ms impor-

    tante despus de la suya.

    -

    50

    arte I. Por qu tuvo lugar la guerra?

    en segund o lugar la carrera industrial; seguidamen te los

    Estados Un idos, Rusia, el Japn y, por fin y sobre todo,

    Alemania.

    La ascensin de Alemania

    (Alemania, una de las ltimas naciones en i lnificarse

    y ponerse en marcha , tuvo q ue adaptar su desarrol lo a

    las necesidades de un m undo qu e se haba organizado

    sin e l la y donde cad a uno tena ya su lugar y su papel

    definido, sus mercados reservados, su materia prima ga-

    rantizada y sus proyectos de futuro elaborados. Para po -

    der resistir la com petencia y para vence rla, la concentra,

    cin fue para Alemania una necesidad an mayor que

    p

    --

    ta los Estados Unidos, y lo mismo ocurri con la coor-

    dinacin de la ciencia y de la industria. Entre 1R110

    1914, gracias a esos im perativos y al tr iunfo del espritu

    Effl

    -

    ocr t ico, Alemania consigui l levar a cabo el sal to

    m s procrgioso que la Historia ha conocido jam s. Pudo

    sentirse orgullosa porque, en ciertos terrenos, baca_ la _ -

    competenda a_ Inglaterra , madre de las naciones indus-

    t r ia les , hasta en su propia casa . S iguiendo e l e jemplo

    franco-ingls, Alemania se con virti, a su vez, a la idea

    de la e_n_ ansin_e_n_ultramar, fuese para la obtencin de

    materias primas a buen precio o para extender sus mer-

    cados. Pero casi todo e l p laneta estaba ya conquistado

    y repartido, y Alemania no poda obtener su lugar bajo

    el sol. Con su enorme_ potencia_econmica concentrada.

    en un terr i torio re la t ivamente pequeo y su camp o de

    expansin estrechamente _ delimitado__por las posiciones

    ya adquir idas por sus r iva les , Alemania no p udo sa t is-

    facer las ext raordinarias necesidades de su cu erpo en

    pleno crecimiento cuando su econom a lleg a ser plena-

    mente com peti t iva; no tuvo la po sibil idad de extender _

    sus zonas de influencia_ ni de conq uistar_nuevos_ M erca-

    dos, ni tena , adem s, una base financiera a la m edida

    de su expansin econmica.

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    3/14

    52

    arte I. Por qu tuvo lugar la guerra?

    . La guerra inevitable

    53

    del pueblo ingls l levaran a Inglaterra a reconsiderar

    su posicin. Es cierto que sus dirigentes consideraron la

    posibilidad de hacer concesiones al expansionismo ale-

    m n, pero incluso si se le concedan a Aleman ia com-

    pensaciones de orden terr i toria l (a cuenta de las colo-

    nias belgas o portuguesa s), esta poltica no garantizaba

    los intereses futuros de Inglaterra, que, inevitablemente,

    se ver a cada vez m s amenazada po r el crecimiento de

    las posibilidades de la potencia alemana.

    As , pues, desde principios

    lo , Gran__Bretaa

    pract ic la pol i t ica del

    ontainmen- (indammung).

    Aban don d efinit ivamente su pol t ica de a islamiento ,

    estrech-1gs 1491 estabkcidos_con F-rancia y---Rusia en-

    tre

    1904 y

    1907

    y consinti igualmente en sacrificios mi-

    litares extremos cuando se vio claro que Alem ania ame-

    nazaba efect ivam ente . su hegemona . H emos vivido:

    demasiado treM

    Fo

    - a

    cu

    ir liCados e -n el fondo del valle

    escrib a unas semanas ms t a rde Lloyd George ,

    blandamente protegidos y demasiado complacientes con

    respecto a nosotros mism os ( . . . ) El des t ino no s eleva

    hoy a cimas q ue habamo s olvidado: el honor , el deber ,

    el patriotismo y, vestido de blanco y resplandeciente, el

    sacrificio, que, fiero, seala co n el dedo en direccin al

    cielo.

    Tal era la leccin q

    s

    ue se desprenda de las peripecias

    de la_po litica internacional de los diez ltimos afos. El

    Kaiser se senta tanto m s i r r itado cuanto q ue, despus

    de hab er visto a los ingleses intentar acercarse a l en

    t i empo de su abuela V ictor ia , se encontraba aho ra con '

    que su s propias tentativas eran rechazadas por la diplo-

    ma cia de Eduardo V II . Esta suscept ibi lidad de orden

    personal vena a aad irse a la l is ta de los m ot ivos de

    queja q ue A lemania tena cont ra Ingla terra y a_ i rr ita r

    su sentimiento nacionalista. Las palabras de Hans Delb-

    rck, pronun ciadas en 1899, seguan s iendo v l idas:

    Querem os convertirnos en una potencia mund ial . . . y no

    podem os retroceder . Podramos prosegui r esta pol t ica

    con Inglaterra o sin Inglaterra;'con ella significa la paz;

    contra e l la supon e la guerra. Pero e l pacifismo d e

    los ingleses, su gusto por la negociacin, enga a los

    dfrigentes a lemanes, qu ienes creyeron qu e eran nica-

    Mente desacuerdos de carcter personal o conjetural los

    que estorbaban la va h acia un acuerdo. E n plena cr i s i s

    de julio de

    1914

    tenan an la certeza de que Inglaterra

    no participara en una guerra europea y, persuadidos de

    que acabar an po r entenderse con los ingleses , mani -

    festaron su so rpresa y su clera cuando supieron, des-

    pus de invadir Blgica, que la Gran Bretaa se decida

    a com bati r contra el los . El himno de el amor bu rlado,

    el canto de odio

    (Hassgesang)

    contra Inglaterra, de

    Emst Lissauer, es testimonio del despecho que sintieron

    los alemanes y su xito fue enorme.

    Qu nos im portan Rusia o los franceses?..., golpe por

    golpe, bota por bota.

    No les amam os, no les odiamos: protegemos el Vstula

    y

    los pasos de Los Vosgos. No sentimos ms que un solo

    odio. Amamos_en-~, odiamos en comn. No tene-

    mos ms que _en enemig&

    Todos lo conocis.

    Todos lo con ocis.

    Agazapado tras el mar grisceo, lleno de envidia, de

    maliat

    - - -

    deTlia :511k,:ds

    iuci,lsepara

    d o = 7

    sotros _por

    aguas ms_espesas que la sang re.

    No tenemos todos ms que un odio.

    No tenemos todos ms que un enemi: Inglaterr .

    En el cu arto de banderas, en la sala de fiestas a bo

    rdo,

    sentados estaban a la hora de comer. Rpido como un

    sablazo, uno de los dos asi la copa para brindar y con

    un golpe seco corno el de un remo, pronunci tres pa-

    labras: JPor el da:D

    >

    A qu in iba el brindis? -

    No haba en todos ms que un odio. En quin pen-

    saban?

    No tenan todos ms que un enemigo: Inglaterra.

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    4/14

    3. La guerra inevitable

    5

    que sepa raban a los dos p ases , y los in tereses del otro

    lado del Rhin se h acan ya presentes hasta en e l inte-

    rior de las fronteras francesas.

    Cierto es que a principios de siglo la Repll~

    n -

    cesa segua desempeando un papel sobresal iente en el

    1 ffarcado financiero y econmiccunu,ndiaJ. Francia es la

    cl jl7gu

    -

    stba de

    -

    rePetirSiCols II.

    -

    Cn el juego de los

    emprst i tos pr ivados y sobre todo de los del Estado

    (que juzgaba m s seguros) , e l ahorro francs iba a se-

    pultarse ms all d e sus fronteras y sobre todo en Ru sia,

    donde el tipo de inters era ms ventajoso. Los bancos

    obraban de concier to con los medios gubernamentales ,

    asegurando as al capital francs una au tntica posicin

    de rbitro, casi una hegemona. Los franceses tropezaban

    rara vez con los ingleses en su cam ino, puesto que stos

    tenan tendencia a suscribir preferentemente los emprs-

    t i tos privados, em itidos sobre todo en Am rica , en los

    Dominions

    o

    en China. Por el contrario, se encontraban

    cada vez m s frecuentemente con los alem anes, quienes,

    como ellos, hacan intervenir al Estado en sus negocios

    en Rusia, en Ru mania, en S ervia, etc. En el plano finan-

    ciero, sin embargo, Aleman ia no tena talla para vencer,

    pero manifestaba su omnipresencia, y hacia

    1910

    -

    1914

    poda observarse en Francia una indudable voluntad de

    contrarrestarla. Los medios dirigentes no tardaron en dar-

    se cuenta de que el capital francs serva muchas veces a

    los pa ses c lientes para hacer compras en A lemania y

    que, p or tanto, este d inero beneficiaba, en cier ta m edi -

    da, a la industria del pas rival; el caso de S ervia era un

    ejemplo de ello.

    De la misma manera,t

    / .Q otro enemigo heredita-

    r io de Alemania , se sent a amenazada a la vez por e l

    tradicional

    Drang nach Osten

    y por la expansin de los

    ps_aleraanes- . En una poca en 'que se era ms

    sensible a la invasin de los objetos que a la penetracin

    de los capitales, los rusos midieron ma l los peligros de

    la colonizacin financiera com o la practicaban los ingle-

    ses, los belgas o los franceses. Y a la inversa, la ubicui-

    dad de las m ercancas alemanas hizo sensib le ante sus

    54

    arte I. Por qu tuvo lugar la guerra?

    Toma a sueldo a todos los pueblos de la tierra.

    Construye fortificaciones con lingotes de oro.

    Cubre con naves y naves la superficie de los mares.

    Haces bien tus clculos, pero no suficientemente.

    Qu nos importan los rusos y los franceses?

    Golpe por golpe y bota por b ota.

    Concluiremos la

    paz

    cualquier da.

    A ti te odiaremos con un odio largo y profundo.

    Y no renunciarem os a nuestro odio,

    odio en las aguas, odio en la tierra,

    odio del cerebro,

    odio de nuestras manos,

    odio de los martillos y odio de las coronas,

    odio asesino de setenta millones de hombres.

    Aman en comn, odian en comn.

    No tienen todos ms que un enemigo: Inglaterra.

    Los c onflictos secundarios_

    Junto a este antagonismo_pffinlal, se alinearon otros

    conflictos paralefl

    y

    cl'la rffisma naturaleza. As, el que

    se opona a Francia y Alemania, animadas de una ho sti-

    l idad ancestra l . Hacia p r incipios de s iglo , e l resurgir

    econmico de Francia haba recobrado vigor , pero, en

    comparacin con el de Aleman ia o con el de los Estados

    Uniclosa(ostraba seales de cansancio. Como la curva

    tlemogrfic bajaba peligrosamente, Pars no poda ver

    -

    strten

    r la som bra creciente del enemigo hereditario.

    Haba pasado el t iempo en que , para compensar la

    a_deis

    nretW

    querella antigua , la Ale-

    mania de B ismarck a lentaba a Francia a qu e se exten-

    diese en los pases de ultramar. La rivalidad-franco-ale-

    mana se m anifestaba en todo el mundo, desde M arruecos

    al Congo y a la China; se m anifestaba en todos los n i -

    veles: expansin colonial, exportacin de productos, con-

    quista de los m ercados financieros. Desde haca algunos

    arios, la penet racin de los intereses a lemanes en los

    negocios franceses se aada a las cuestiones contenciosas

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    5/14

    56

    arte I. Por qu tuvo lugar la guerra?

    ojos la amenaza que A lemania haca pesar sobre el futuro

    del pas . As , a mediados del s iglo 3ca , Gran Bretaa

    exportaba a Rusia el doble de productos que Alemania ,

    pero en 1913 tres veces menos. Alemania _que--no_con-

    _

    aba en

    1846

    m s que con e l 16 % de la importacior2t

    rusas, alcanz el 32 % en 1896 y el

    -- -

    dti

    -nte

    e l pe r odo 1909-1913 . Copiando e l p rocedimiento de

    Williams en

    Made in Germany,

    el publicista ruso Kuli-

    cher ilustraba as lasin_de productos alemanes en

    Los juguetes, las muecas, los libros de estampas que leen

    vuestros nios vienen de Alemania , e incluso el papel en que se

    imprime la prensa ms patritica. Volved a vuestra casa y en

    cualquier rincn veris objetos

    Made in Germany,

    desde e l piano

    del saln hasta la olla de la co cina.

    Bajad al jardn y en la bomba con que se riegan las flores

    veris escrito

    Made in Germany,

    como en los i mpresos que se

    quedan tirados en el cesto de los papeles. Tiradlos al fuego y

    veris que e l at izador ha s ido soldad o en Alem ania. . . Al volverlo

    a colocar, de un puntapi, hacis caer un bibelot y, al reunir

    los pedazos, veris escrito

    Made in Germany.

    En sum a conc lu a es t e publ i c is t a , cuyo a r t cu lo

    est escr i to a com ienzos de

    1917

    a guerra es una

    oportunidad _para_ el_ comercio,ingls -si- ste s

    -

    abe sacar

    la leccin de s

    -u_fracaso pasado.

    As,

    pu e s , tanto lahis tor ia reciente como la ms le-

    jana daba sentido y cohe rencia a los sistemas de alianzas

    cuya lgica era pertinente: Alem ania contra Gran. Bre-

    traria s_ta_asociada-a-Fraa-

    -

    -;a:R7usia -gracias-a-la

    diploro.acia_de_Delcass.

    Lo m ismo sucedi con e l papel que representaron la

    mayor parte de Yos dems protagonistas de la Gran

    Affitr a-HungrW sobre la cual el juego de la fuejz

    _

    centrifir

    alidades_bac. -sar -la -amenaza

    dunest1lidolesde dentro--

    y

    Turqu . estaban ne-

    - cesar iamente a lp_c_ Lidas_a_A lemania , y , por vez pr imera ,

    la amenaza_xincipal vena de los_eslavos_del_ Sur, soste-

    nidos porl'i

    11112 Para

    Turqua

    segua viniendo de Rusia,

    guerra inevitable

    c.cult:d de Ciencias Sccales

    3. La

    Depto.

    de C:occia Poltica

    57

    donde e l zarismo y e l movim iento paneslavista tenan

    miras declaradas sobre los estrechos. Ah ora bien,

    terra , ant igua p rotectora de Turqua , se encontraba

    el presente asociada con el

    larisffl.

    - - -

    DoItemente

    ame-

    nazado,-

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    6/14

    3. La guerra inevi table

    a Pars; se trat incluso

    de

    constru ir , con dinero ing ls y el

    acuerdo de los servios y de los rusos, un ferrocarril que ira des-

    , de el Adritico hasta el mar Negro. De aadidura, y a falta de

    poder ayudar a la realizacin

    de

    anexiones en el Tirol o a lo

    largo de la costa adrit ica, nadie m ejor que Francia e Inglaterra

    poda satisfacer las ambiciones italianas que empezaban a deda-

    1 rarse abiertamente en Asia Menor. El agotamiento de Turqua,

    el inti l desper tar de los gr iegos y la evoluc in tarda y lenta

    de los es tados de l sur de l Danubio as ignan a la I tal ia mediterr-

    nea un papel y una primaca . Nunca hem os sido ms i ta l ianos

    que aho ra, escriba Alfredo Oriani. El mito de la C uarta Roma

    estaba a punto de nacer.

    Estas ambiciones fueron el objeto de nego ciaciones secretas

    con Pars , Londres y San Petersburgo, al mismo t iempo que con

    Viena y Berl n, y fueron la base de una verdad era invers in de

    las al ianzas . Ital ia se desprende de nosotros como una pera po-

    drida, constataba Guillermo II.

    Cuando estall la crisis de julio de 1914, el Gobierno .de Vienft

    no m antuvo a los nuevos dir igentes i tal ianos al corr iente de sus

    intenciones con respecto a Servia; la Trpl ice acababa de ser re-

    novada, y as Salandra y So nnino s int ieron como una afrenta la

    ac t i tud de sus a l i ados . Pero no por eso es taban meno s d i s -

    puestos a considerar la entrada en guerra de Italia, solucin ines-

    perada al problema de la agitac in social y revolucionaria, par-

    t icu larmente viva en los lt imos me ses, despus de la

    Semana

    Roja

    1

    . Por e l contrario , la mayora de los diputados se mostraba

    dispuesta a escuchar a Giol i t t i, quien tem a que la guerra susc i-

    tase la voluntad de ob tener, gracias a los sacrificios comu nes, la

    igualdad de derechos.

    En TrAlia,

    por tanto , e l problema de la ent rada en la

    guerra se plante de una m anera par t icular , puesto que

    los dir igentes i ta l ianos , po r encima d e sus s impat as

    por un cam po u otro, daban a entender claramente que

    se pondr an ,a l_ ldo_del_ mejor postor . M anifes taban

    atra

    -

    iairr

    te sus apl iciones

    anexionistas,

    revelando as

    el carcter imperja1js 4esu.eJvecin.

    En agosto d

    bajo la impresin de la 41

    -

    s

    los

    puebloacybiernos tuvieron _el sentimiento leg-

    .

    imo o no de que entraban en la guerra en

    -

    defensa de

    sus_derechos, de su honor o de su seguridim

    dones anexionistas no afloraron ni durante las semanas

    que

    -

    precedieron a la declaracin de guerra ni durante

    1

    asta razn pes igualmente en otros paises, pero no de una

    manera tan directa.

    58

    arte I. Por qu tuvo lugar la guerra?

    pueblos de Ultramar. Se convirti en el abogado del de-

    recho de los pueblos coloniales a la independencia y sus

    palabras fueron escuchadas gracias al refuerzo de la

    a l ianza turca , hasta por los musu lman es de Rusia , de l

    Imperio br i tnico o de A fr ica del No rte . Los efectos de

    esta propaganda se hicieron sentir, en primer lugar,

    entr las grandes tribus nmadas de Tripolitania, pose-sin entonces i tal iana, y su xito prest una dimensin

    mundial a la nocin del derecho de los pueblos, que

    concebida por europeos haba sido d est inada , primera-

    mente , slo para los europeos. Alemania gan con e l lo

    no pocas simpatas desde el Cucaso al Cairo y a M arra-

    kex, simpatas que ha conservado.

    El caso de. Italia

    El caso de I ta l ia viene a acusar con m s fuerza los trazos dees te e squ ema . La a l ianza co nc lu ida desde hac a m s de ve in te

    aos con Austria y Alemania obedeca, hacia 1900, a los intereses

    de ciertos medios especuladores y expansionistas controlados, en

    parte , por el capita l a lem n. Para much os i ta l ianos esta a lianza

    se justificaba

    en el hecho de qu e Francia e Ingla terra se haban

    atravesado en su camino much as veces , tanto en Tnez como en

    Etiopa ; s in embargo , la asociacin con Austria , la enemiga he-

    reditaria , no era popular , y adems la confabulacin en tre el

    Vaticano, los clericales y la monarqua catlica y conservadora de

    los Habsburgo disuada a una parte de los medios dirigentes de

    esta alianza que, de hecho, haba dado poco resultado. Para

    Giolit t i , presidente del Consejo durante m ucho t iem po, l iberal ,

    y m s bien l igado con los medios alemanes , la adh esin a la Tr-

    pl ice tena un carc ter es tr ic tamente d efensivo y diplomtico; setrataba de mantener a Italia en un sistema de alianzas que hiciese

    de e l la la asociada o la com paera de las grandes potencias ; esa

    adhesin sera e l s igno de su prom ocin al nivel de s tas . Com o

    pareca presuntuoso chocar con las fuerzas , ahora con jugadas , de

    Francia y de Inglaterra, dueas de l M editerrneo y d el abastec i-

    miento en carbn de la industria i ta l iana , bastaba con que L on-

    dres o Pars manifestasen comprensin con respecto a las as-

    piraciones legtimas de Italia por conquistar posiciones en

    Ultramar, para que sta iniciase un paso en direccin a ellas.

    Ital ia , sos tenida d iplomticamente por las potencias occidentales

    en e l confl ic to con Tu rqua de 1911, con ocasin

    de

    la conquis-

    ta de Tripoli tania , tenda a acercarse cada vez m s a

    .

    Londres

    y

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    7/14

    60

    arte I. Por qu tuvo lugar la guerra?

    laque la siguieron. Reaparecieron ms tarde. No as en

    - flia, donde se impuso la necesidad de seducir a la opi

    r .

    _

    nin-

    lara ganar Stradhsiri

    -

    a la idea de una guerra. Los

    nacional istas Ya Erabn

    preiado

    -

    ,Iieo el resto

    de la

    poblacin viva de otros sueos; haba que apartarla de

    ellos, de lo cual se encarg la prensa. Cierto era que la

    expansin poda aportar una solucin al problema de la

    emigracin y que, para todo un sector de los socialistas,

    la guerra era la alumbradora de las verdaderas revolu-

    ciones .

    -4> Se trataba en los Balcanes de la misma guerra? Las

    hQs_tilidadesiiabln

    comenncig a_raucho_antes_dei

    A.tentado de_SarajevG-y. _~.19.ns,despus,de...1a..paz

    cle_Versa1les-1

    . Era otro mundo,(otro conflicto,' que se

    insert en -la

    ,

    Gran--Guerra-

    ;

    pero qu s desarroll a su

    1 = i i r d o

    Y por sus propios medios. Cierto es que la Gran_

    j e r_r_a_ a lac i-en--- los-Balcanes y es leg t imo es taSlecer

    la cadena de hechos que

    lleva de Sarajevo a

    la_Paz_de

    V.ersalles; pero los aselinos_deJrancisco Fernando y

    los que guiaron sus actos lo que premeditaban era lo

    sumo un conflicto-austro;se-rvio, nunca una guerra eu-

    ropea, ni siquiera imaginaban que pudiese existir una

    relacin entre el uno y la otra. Lo cual significa, en

    cierta medida, que partiendo de Sarajevo la guerra mun-

    dial no era inevitable.

    Lo que sigue en pie es que, a comienzos de

    1914,

    las

    redes de ...alianzas-tenan....su-lgica, la rivalidad que las t

    - - -

    opona no era fortuita y que el antao

    on i smo _q ue l evan -

    1

    n

    1913, con ocasin de la primera guerra balcnica, Bulgaria,

    Grecia y Servia asociadas haban vencido a Turqua y se haban

    repartido una parte de Tracia y de Macedonia. Bulgaria haba lle-

    vado el peso de la guerra en su mayor parte y halla ganado las vic-

    torias ms importantes. Pero, juzgando que su lote respectivo era

    Insuficiente, Servia y Bulgaria haban emprendido una segunda guerra

    balcnica incluso antes de que Turqua firmase la paz. Grecia y Ru-

    mania sostenan a Servia, mientras que Turqua reanudaba las hosti-

    lidades contra Bulgaria, asaltada, por tanto, por todos los lados

    a

    la

    vez. Cuando lleg la paz de Bucarest, en 1913, Bulgaria, vencida, no

    conservaba de sus conquistas de 1912 ms que el valle de Strumitza

    y el litoral de Tracia, mientras que sus antiguas aliadas se agran-

    daban con territorios que Bulgaria haba arrebatado a los turcos

    el ario precedente.

    gueira inevitable

    1

    _

    taoa

    a caca nacin frente a su vecina se hunda en su

    pasado ms profundo y perteneca a su conciencia co-

    lect iva .

    As, pues, los contemporneos juzgaban que si bien

    I poda salvaguardarse la paz por un ao o dos todava,

    , . . . . . .

    a guerra era, de todos modos, fatal. De hecho, su idea

    se haba adueado de todos los espritus antes ya de

    estal lar .

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    8/14

    Captulo 4

    L A G U E R R A I M A G I N A R I A

    No cabe du da que la guerra , ta l como fue imaginada,

    es una geiL

    71-a a_ g

    n

    --

    g L a

    Ta Es, s in embargo, Byel .adara_de

    intenciones,-certezascreencias; la guerra que no h a te-

    nido lugar pertenece a la Historia tanto com o su historia

    misma.

    Los ar t culos y l ibros sobre la guerra futura abundan

    ya a partir de 1880. I. F. Clarke ha con tado m s de cin-

    cuenta qu e tan pronto per tenecen a l cam po de la f ic-

    cin com o a l de la previsin est r ic tam ente mi l i ta r . En

    cualquier caso, e l l imite entre un gnero y otro no es

    siempre perceptible porque las ilusiones sobre la guerra

    que se avecinaba fueron compart idas igualmente por

    t o d o s _ . _

    La

    guerra fn

    La guerra-ficcin se desarroll repentinamente en G ran

    Bretaa t ras e l xi to de

    La Batalla de Dorking,

    duran-

    te los a rios 1880. En lo sucesivo , los semanarios y los

    peridicos ilustrados com o

    Black and White

    imaginaron

    todos_ los conflictos en los que pudiera ser mezclado el

    pas.

    The Battle of Boulogne y How John Bull lost

    London

    evocaban , antes de 1900, la hiptes is de una

    62

    4. La guerra imaginaria 3

    guerra con Francia; era el eco de Facho da. En la poca

    de la Entente Cordiale

    y la carrera de los a rmam entos

    navales,

    The great naval War y The capture of London

    i lustran un confl icto con la m arina alemana Kriegsma-

    rine), y

    a estas publicaciones s iguen otras mu chas . Los

    relatos alemanes fueron ms raros, pero Francia produjo

    una abundante l i teratura_1;l ier=a que refleja fielmente

    los vi ra jes de la diploma cia . Hasta 1904 se presenta a

    los alemanes y a los ingleses, tanto asociados como aisla-

    dos, en conflicto con Francia y con Rusia. Pero despus

    de esa fecha la guerra no t iene lugar ms q ue con A le-

    mania;

    La bataille de la Wovre, La dbacle de l'Alle-

    magne dans la prochaine guerre, La fin de Prusse et le

    dmembrement de l'Allemagne

    (1913) , nos ofrecen las

    peripecias de estos

    combates.

    Los_ingleses

    ignaginan.,fcilraente_nue, srrLsorpren-

    dido

    invadidos y derrotados. M s de veinte publicacio-

    nes i lustran este tema al cua l confiere actualidad el pro-

    yecto de un tnel ba jo e l canal de la M ancha , y, en ge-

    neral , su l i teratura refleja la sorda inqu ietud que siente

    el pas por el porveni r . Mientras que los alemanes , con-

    fiados , se m olestan menos en imaginar lo, los franceses

    suean con la revancha y la esperan con impaciencia .

    Ellos son siemp re los victoriosos. Los escri tores mili ta-

    res no se ocultan , como el capi tn Danri t (anagrama de

    Auguste Driant , yerno del genera l Boulanger , muerto

    en Ver ln en 1916 ) , que dedica su obra La guerre de

    dernain a

    su propio regimiento en estos trminos: Con-

    t igo hub iera querido part ir para la Gran Guerra , la que

    todos esperam os y que tanto tarda . Para entretener la

    espera, he soado esta guerra santa en que venceremos.

    (1891).

    Todas estas obras dan u na descr ipcin precisa de los

    comb a tes de l maana q ue nada t i enen que ver con l a

    realidad que va a seguir. . i .as nanas inventadas por los

    ensayistas o por los escritores militares reproducen m a-

    niobras de la poca np olenica en las que la Infantera

    ataca a la carga en

    filas

    apretadas, la Cabalra es quien

    d -cid

    edla suerte de la batallaYfse_gana en un da.

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    9/14

    64

    arte

    I

    Por qu tuvo lugar la guerra?

    ?

    La guerra imaginaria

    5

    Se di r a una com pet ic in ent re equipos deport ivos en

    la que toman parte los pantalones-rojos, los

    feldgrau,

    el

    verde de los italianos. Inglaterra suprime el color, y

    siempre con un a idea de adelanto inventa el caqui,

    pero no prepara ms qu e algunas decenas de millares de

    uniformes.

    En suma, la ilusin es general y a excepcin del ex-

    t ravagante H. G . Wel ls , de l dibujante Albert Robida

    y del terico ruso Ivan Stan islovich Bloch,

    nadie pens

    n que a guerra que se avecinaba haba de ser

    ,

    la guerra

    de la era industrial, que causara millones de muertos y

    que

    movilizara a las naciones

    enteras.

    Las obras sobre la guerra eran tan numerosas a par-

    tir de 1906, qu e dieron lugar a un a literatura secundaria,

    la de la sensata armada de los cr t icos , que em pezaban

    a interrogarse gravemente sobre fenmeno tal cuando es-

    tall la guerra.

    tura_guerm nicamente los

    espritus

    retardados podan

    imaginar

    que la guerra durara m s de una_ estacin, por-

    que con el servicio la eventuali-

    dad de la conscripcin en Ingla terra ) , l a vida del pa s

    quedara totalmente pertutbada y la situacin no podra

    durar mucho.

    As , pues, prevaleca la idea de que u na guerra mo-

    derna tena que ser necesariamente corta, lo que exp lica

    3)

    los planes de los m il itares y da cuenta de

    sus

    concep-

    ciones.

    iii

    emania no imagina una guerra contra Inglaterra

    _

    En sus

    Memorias,

    escritas en 1960, el almirante Rae-

    der, bajo cuyo mando estuvo la flota nazi, indica que en

    1914 e l Estado M ayor a lemnneI1f

    j

    andeerra

    cont

    a

    -

    Grani

    IFer7

    n a

    y

    -l

    ismo testigo informa de que

    tampo co haba previsto ningn plan para sustentar la

    marcha de un ejrcito alemn contra Francia.

    Ignoraba

    todo del Plan Schlieffen

    1 .

    A pesar de las apariencias,

    este rasgo refuerza ms que invalida el precedente; la

    ausencia de coordinacin entre el Estado Myor Naval

    y

    el Ejrcito

    de Tierra no

    es inverosmil.

    A la inversa, es

    sorprendente que no h ubiese s ido previs ta ninguna ope-

    racin naval al Oeste. Quiere decir esto que el Estado

    M ayor General pensaba vencer antes de que l legase un

    cuerpo ingls a l cont inente , o

    significaba que

    para la

    marina alemana no exista en el horizonte ningn con-_

    flicto

    cori

    Inglaterra? Es verdad

    -

    que c iertos medios

    atacados del complejo de Co penhague teman que el

    Alm irantazgo ingls reiterase el golpe de

    1802

    con un

    bom bardeo preventivo de la flota alemana en el mar del

    Norte, pero lo crean verdaderamente? La otra hiptesis

    nos l levar a lejos ; confi rmara que los arm amentos na-

    vales tenan en Alemania como o bjeto ltimo no la gue-

    rra , s ino una negociacin que se impondra de este m odo

    1 Vase p .

    7 0 .

    a

    Los espritus estaban preparados, pero cm o enfoca-

    ban la prueba los responsables?

    Lo mismo que los autores de guerra-ficcin,

    los ele-

    mentos

    responsables no asociaban la guerra con los pro-

    gresos e

    la revolucin industrial. En Alemania , haca

    el f inal de

    1912,

    el secretario de Estado Delbrck no

    reconoca ningn valor prctico al proyecto de creacin

    de un Estado Mayor Econmico que hubiera podido mo-

    vilizar y reglamentar la actividad d e las fbricas del Rh ur.

    En julio de 1914, el secretario de Estado para las Finan-

    zas se negaba a co mp rar las provisiones de tr igo alma-

    cenadas en R ot t e rdam porque los c iv i l es no t en an

    que m ezclarse en la s i tuacin que prevalecer a en caso

    de guerra : eso era cuest in de los mi l i ta res.

    En Francia, como en Alemania o en los dems pases,

    los m ilitares

    pensaban ms en el nmero de hombres

    susceptibles

    de ser movilizados, y aun

    en su equipo, que

    en las nuevas caractersticas

    que

    pudiese_

    adqu irir la fu-

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    10/14

    66

    arte I. Por qu tuvo lugar la guerra?

    a Inglaterra, lo cual arroja una luz espec ial sobre la po-

    l t ica de Bethm ann-H ol lweg du rante la cris is es t ival

    de 1914.

    Por su lado, los ingleses se preparaban desde 1911 a

    la eventualidad de un d esembarco en las costas de Jutlan-

    dia. Posteriormente decidieron aproximar su cuerpo ex-

    pedicionario al prob able frente de los ejrcitos principa-

    les , es tableciendo pr imero un punto de f ijacin en Am -

    - beres y enlazando despus con la ext rema izquierda de

    los franceses, cerca de Maubeuge. Ellos saban que haran

    la guerra en caso necesario, pero saban tambin que los

    alemanes no lo crean? En cualquier caso, .p_ acifistscie

    palabra establecan _ planes ofensivos , a l menos con tra

    Alemania , tan s igni ficat ivos com o los sueo s de sus l i -

    teratos y ms realistas que los del adversario, que se haca

    grandes ilusiones acerca de los sentimientos qu e 'abriga-

    ban con respecto a l los m edios responsables . Bien es

    verdad que en Gran Bretaa las fuerzas armadas estaban

    al servicio del

    business,

    mientras que en Alemania eran

    las herederas de u na larga tradicin rural.

    * * *

    Cm o imaginan los franceses la futura guerra

    Abramos un manual de

    Ejercicios y problemas

    plantea-

    dos en las escuelas m ilitares francesas entre 1890 y 1914.

    Cu les son los temas de reflexin? La evolucin es sen-

    sible de una edic in a o t ra . Hasta 1906 son num erosos

    los ejercicios que se refieren a la rplica en caso d e un

    desembarco ingls en el pas de Caux; de spus de esta

    fecha desaparecen , y despus de 1912 desaparecen a su

    vez los que apu ntan a r echaza r un a t aque i t a l iano en

    Bizerta o en los Alpes . Ya no hay m s que u n enemigo

    imaginable: el alemn.

    Pero hay que constatar otra cosa. Antao, Bonaparte,

    en la Escuela de Brienne , haca sus ejercicios sobre ma-

    pas de Alem ania del Sur, de los Pases Bajos o de Italia.

    4. La guerra imaginar i a

    7

    Un siglo m s ta rde , todos los problemas tc t icos sesi-

    tan en Champ aa, en Borgoa o en el Franco-andado.

    No se l e ocur r e a nadie que se pueda co mba t i r en t e -

    rri torio enem igo, salvo en Alsacia-Lorena; el ho rizonte

    francs no llega ms all del Rhin.

    El otro rasgo caracterstico es sabido . Al en terarse del

    proyec to ing ls de desem barca r en e l cont inente sus

    t ropas m etropoli tanas y los contingentes coloniales , un

    estratega francs comenta: Los ingleses razonan como si

    la campaa hubiese de durar aos enteros. Este conce to

    " no tiene ms

    _ que un defecto: lleva un siglo de retraso.

    La certeza de todos es de que se trata de una guerra cor-

    ta ; aunqu e Ki tchener , Gal l ieni y

    hasta Joffre han

    mos-

    trado a veces su escepticismo, nunca han sacado las con-

    secuencias, porque com parten la creencia general de sus

    camaradas, compaeros o enemigos.

    La idea comn es q ue la guerra se acabar tras una o

    dos grandes ba tallas; por tanto, los estrategas se dividen

    esencialmente en cuanto a la m anera de ganarlas: frentes

    estrechos o a largados; a taque en orden l igero o codo

    con codo; artillera pesada o de campa a; utilidad o m u-

    t i lickd de la

    la cua l fue fina lmente juz-

    gada de inu tilizable tanto por los franceses como p or los

    alemanes, ganados a la idea de un orden diluido.

    E n

    La Revancbe,

    Henry Contamine observa que en

    Francia los med ios mili tares juzgan, a diferencia de los

    hom bres polticos, que la situacin general de Francia es

    m s g ra ve , despus de 1906 , que l o e ra a n t e s , pues la

    alianza inglesa carece de inters militar inmediato, mien-

    t ras que la de los rusos ha p erdido valor despus de las

    derrotas de M anchuria .

    Adem s, re la t ivamente a su r iva l a lemn; e l e jrc ito

    francs es menos fuerte, en esta fecha, que lo era diez

    aos antes . As , pues, en 1911 los mi l i ta res son m enos

    optimistas que antao y desde luego no lo son tanto

    como los diplom ticos. Pero la gran cuestin se centra so-

    bre la utilizacin de los reservistas y la amplitud o la natu-

    raleza de la contraofensiva, dos problemas que van asocia-

    dos. Joffre ha explicado muy bien la em ocin que pudo

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    11/14

    68

    arte 1. Por qu tuvo lugar la guerra?

    . La guerra imaginar ia

    9

    causar e l proyecto de adscripcin de un regimiento de

    reserva a cada regimiento activo.

    Para poder comprender la emocin que una proposicin tal

    poda entonces susc i tar es necesario referirse a la mental idad po-

    ltica de aquella poca, pues por extrao que parezca esa cuestin

    de las reservas se haba con vert ido en una cuest in pol t ica.

    Por una parte, los partidos de la derecha sostenan que el

    ejrcito activo era la nica fuerza verdadera sobre la q ue poda

    descansar la defensa de la patria ; se declaraban hosti les a l prin-

    cip io de la nacin en arm as, en el que vean el princip io de un

    posible ejrcito de m ilicianos; no p ermitan que s considerase

    e l emp leo de re se rv is ta s m s qu e co m o u n a ad ido , necesa r io ,

    a l e jrcito en t iempo de paz para q ue ste pudiese a lcanzar sus

    efectivos de guerra ; y , convencidos de q ue sta sera corta , no

    consentan en contar ms q ue con este ejrcito activo que cons-

    t i tu an en p ilar de todo el edificio nacional . D e aqu q ue ningn

    sacrificio destinado a reforzarlo pareciese demasiado grande. Ne-

    gaban a las formaciones d e reserva la so lidez y la apti tud nece-

    sarias para part ic ipar en operaciones de gu erra propiamente di-

    chas , en razn d e su m ediocre encuadramiento, y de la necesidad

    en que n os veamos en echar man o de todos los reservis tas y, por

    co ns igu ien te , de ho m bres de edad re la tivamen te avanzada ; no

    vean posible el empleo de estas fuerzas m s que en faenas se-

    cundarias y despus de sometidas a un entrenamiento previo.

    Los part idos de izquierda , por el contrario , no conceban m s

    so luc i n que la nac i n en a rmas y no adm i t an e l se rvi c io m i -

    l i tar largo , s ino que precon izaban la frmula de unos m eses de

    ins truccin dest inados a formar al soldado-c iudadano l lam ado a

    fi las en el mom ento de la guerra . Y se recordaban las discusio-

    nes levantadas por Jaurs con ocasin de la publicacin de su

    clebre libro

    L'Arme Nouvelle.

    El problema d e la naturaleza de las operaciones estaba

    l igado con lo antedicho , ya q ue su so luc in dependa

    de cm o se juzgase e l va lor de los ' so ldados de la Re-

    pblica. Los militares pensaban, desde haca mucho, q ue,

    en caso de confl icto, haba que perm anecer a la expec-

    ta t iva , q ue a l Im perio a lemn corresponda la ofensiva

    inmedia ta y preconcebida y a la Repbl ica francesa la

    espera y la maniobra . Este po stulado se asentaba sobre

    una conviccin muy simp le: que una repblica es inca-

    paz de apres t a rse t an r p idamente com o un im per io .

    Todo e l lo segua e l esp r i tu de los p lanes p reparados

    desde 1875 , pe ro con los aos tom

    un carcter ms

    categrico, observa H. Contam ine. De

    -

    este modo se fue

    retrasando el p lazo del contraataque y se decidi agru-

    par a las fuerzas francesas lejos de las fronteras, ha cia

    el interior, para ' poder distribuir las m s fcilmente en los

    lugares y plazas del ataque escogido por el enemigo. En

    resumen, se pens m s en ganar la guerra en las or i llas

    del Mame que en llevarla tras el Rhin.

    Sin embargo, despus de 1906, las lecciones de la gue-

    rra ruso-japonesa convir t ieron las m entes a la idea d

    la ofensiva, y -el nomb re del _coronel Grandm aison est

    asociado con este cambio: Hay que prepararse y pre-

    parar a los denls cultivando con pasin, y hasta el ms

    nf imo deta l le de la ins truccin, todo lo que l leve la

    marca por pequea que s ta sea de l esp r itu ofen-

    sivo . Llevmoslo ha sta e l exceso y quiz no sea su fi -

    ciente.

    En realidad no se trataba tanto d e adelantarse al fue-

    go .com o de no d ejar la iniciativa del ataque al adversa-

    r io. No debem os contar ni con nuestras reservas, ni con

    nuestros aliados, ni con nuestros esclavos, escriba otro

    terico. En 1913 afirmaba el presidente Fallires: Es-

    tamos decididos a m archar di rectamente hacia e l ene-

    migo , s in reservas m entales ; la ofensiva conviene a l

    temperamento de nuestros soldados . Y contaba con la

    aprobacin del socialista Paul Boncour: Cuando o mos

    decir que nuestro ejrcito. . . ha vuelto a nociones de es-

    trategia y de tctica m s ofensivas, lo consideramos tan-

    to menos inconveniente cuanto que creemos que esa pos-

    tura es a la vez una verdad m il ita r y una verdad fran-cesa . En e l reglamento de 1913 no estaba previsto e l

    combate en retirada.

    Joffre, generalsimo desde el ario 1911, no era hosti l

    a las nuevas concepciones, pero stas exigan muchos

    hombres y la oposicin parlamentaria, alentada por Jaurs,

    permaneca suspicaz; los recuerdos de B oulanger y de la

    cuestin Drey-us estaban todava vivos. Los medios de

    izquierda preconizaban la guerra defensiva , l levada a

    cabo por grandes m asas y ut i lizando lo mejor posible

    las reservas. Llenos de recuerdos de la historia de la Re-

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

    12/14

    70

    arte I. Por qu tuvo lugar la guerra?

    volucin francesa y de guerras de defensa nacional, ol-

    vidaban qu e la curva dem ogrfica francesa ceda peligro-

    samente, que el contingente disminua todos los afros y

    que la ley del nmero jugara cada ve z ms en favor de

    Alemania.

    En enero de

    1913,

    una ley sometida al Reichstag pe-

    da e l aum ento de los efect ivos y e l m ejoramiento delma teria l . El lo dio a l Estado M ayor francs la ocasin

    esperada pa ra aume ntar la duracin del servicio m ilitar

    de dos arios a tres. La oposicin protest, pero dej

    hacer , y as , a pesar de ser su poblacin casi dos veces

    menor, Francia podra poner en l nea , en caso de con-

    flicto, efectivos que s lo seran inferiores a los del ad-

    ve rsa r io en un 2 0 %. Los nuevos p l a nes de m ovi li za -

    c in tuvieron en cuenta esas nuev as posibi l idades. El

    mando francs esperaba que en lo sucesivo podra pre-

    parar la contraofensiva de la victoria y al mismo tiempo

    atacar sin esperar la l legada de los ingleses o la ayu da

    de los rusos lentos en movi l izarse y que haban pro-

    metido atacar al decimocuarto da de la movilizacin ,

    y sin contar tampoco con la resistencia de los belgas, cu-

    yas simpatas eran dudosas. Esta fue la variante del

    Plan XVI.

    El general Joffre ha exp uesto con claridad las hipte-

    sis que l imaginaba en vsperas de la guerra.

    Un ataque por el f rente Epinal-Toul era la hiptesis menos

    verosmil porque no tena m uy en cuenta la eventual in terven-

    cin de los ingleses y enredaba a la masa p rincipal de los a le--

    manes a travs de los macizos bastante difciles del Alto Mosela;

    por aadidura, explicaba m al el esfuerzo material que stos haban

    concentrado desde haca varios aos sobre la regin del norte de

    Trveris y el desarro llo extraordinario de la

    Moselstellung.

    En cambio, las restantes hiptesis que suponan el desembarco

    hacia el Eifel de fuerzas importantes destinadas a caer sobre el

    ala izquierda francesa a travs de B lgica, justificaban am pliamen-

    te los enormes gastos invertidos desde ha ca diez aos en desarro-

    llar el grupo Th ionville-Metz.

    As, pues, el estudio de l presunto papel de la regin fortificada

    Metz-Thionville nos llevaba a considerar como verosmil la vio-

    lacin de Blgica.

    4. La guerra imaginar i a

    1

    El problem a se haba planteado varias veces; ni Pars

    ni Londres estaban seguros de las simpatas del Go bierno

    de Bruselas , y como el mando francs est imaba que los

    a lemanes no pasaran e l M osa , todo e l mundo se incl i-

    naba a creer q ue los belgas se contentaran con un si -

    mulacro de defensa y que despus se pondran del lado

    del m s fuer te . La idea de una ofensiva preventiva en

    terri torio belga fue evocada en consejo d e m inistros y

    despus rechazada. El Plan XV II, que sigui, organiz la

    concentracin de ta l manera que el a la derecha pu diese

    atacar

    en

    Lorena y el ala izquierda dirigirse al encuen-

    t ro de un e jrc i to a lem n qu e pasase la frontera belga .

    Sin em bargo, la amp l itud de este mov imiento eventua l

    de los aleman es se sabra bastante tarde; hasta el ltimo

    mom ento Joffre ignor cmo se em plearan las unidades

    alemanas, as como el nmero de las reservas que utiliz

    el a l to mando.

    El problema de los dos frentes para los alemanes

    A su vez, los alemanes se planteaban desde haca cua-

    renta dios el mismo y nico problema: a qu adversario

    atacar primero en caso d e coaliccin franco-rusa, y en el

    otro frente cu l habra de ser la porcin de ejrci to qu e

    convena mantener com o cobertura . Ni s iquiera se ' con-

    sideraba la posibilidad de la doble ofensiva.

    El gran M ol tke pensaba , despus de su v ic tori a de

    _187 0, que h abra que atacar en pr imer lugar a los fran-

    ceses; pero de 1879 a 1 891 el a l to m ando pens , por el

    contrario, que sera mejor dirigirse al Este. Sin embar-

    go , de 1891 a 1914 S chl ieffen y Bernardhi volvieron a

    la estrategia de M oltke, no ya al derecho de p inal, sino

    a la violacin del ter r itor io belga . Gua rdaban e l Este

    una de cena de d ivis iones y el apoyo de l ejrci to aus-

    t r aco; a lemanes y aust r acos teman un avance del ad-

    versario en direccin a Bohemia, cuyas poblaciones se

    levantaran al acercarse los rusos. Pero se esperaba que

    Francia sera vencida en menos de dos meses, que era el

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

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    arte I. Por qu tuvo lugar la guerra?

    . La guerra imaginaria

    3

    As, pues, nad ie se interrogaba ya sobre el principio o

    la eventualidad de la guerra, sobre la mane ra de vencer,

    sino sobre su oportunidad. Qu era mejor, que estallase

    ahora o m s tarde? En los m edios d i rigentes alemanes ,

    donde-se, descartaba _ralid'

    e

    - d

    - -

    de

    - -

    u

    li

    interve

    -

    c i s z i n- -

    de-

    I f i -

    glaterrala idea de una luerra preventiva contra

    -

    Francia

    y Ittiaia

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    esp r i tu de todos;

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    -

    s'tria

    los crculos

    -

    militares:1/1

    -

    El

    Estado M ayor francs conoca es te memorndum ,

    e a crisis estival de 1914;Conrad

    - -

    v

    ond

    r

    f

    pero subest imaba quiz la impo rtancia del mo vimiento

    onfiaba a Moltke que,

    -

    su

    -

    modo de ve r , t odo a p l a -

    zamiento dism inua las probabilidades de xito. El Es-

    el ala derecha alemana porqu e pensaba que una am ena-

    za alemana sob re Am beres estimulara el espritu de re- ado M ayor alemn no pensaba de d is tin ta manera , por-

    que e l ejrcito ruso estaba creciendo y su fue rza resul-

    is tencia de los belgas (y no se equivo c) y precipi-

    tara irresistible. Por su lado, Joffre estimaba que la

    ar a la entrada de los ingleses en la guerra: dos p re-

    visiones que se realizaron.

    ituacin era menos mala que tres arios antes; para

    _D elcass, principal artfice de la Triple Alianza, no h aba

    de ello:

    ido nunca m ejor . Abel Ferry nos ha dejado test imonio

    plazo necesario para la movilizacin y el despliegue del

    ejrcito ruso, y crean po der prevenir as esta amen aza.

    Otra innovacin precon izada por Schlieffen consista

    en reforzar el a la derecha del ejrci to qu e haba de pe-

    netrar en territorio belga y que tendra la misin de ocu -

    par A mb eres y desbordar y rod ear a l e jrc ito francs,

    plan que M oltke II adopt con circunspeccin. En cual-

    quier caso, el nuevo jefe del ejrcito alem n y su conse-

    jero Ludendorff no desesperaban de tener a su lado a l

    e jrc ito belga y no saban todava si hab ran de pasar

    de Lieja . He aqu e l informe de M oltke del 13 de marzo

    de

    1913:

    Hay que habituar a l pueblo a lemn deca el au tor a pensar

    que una guerra ofensiva por nuestra parte es una necesidad para

    combatir las provocaciones del adversario . Hay que l levar las

    cu es t io nes de t a l m anera qu e , ba jo l a p eno sa im p res in de a r -

    mam entos poderosos, de sacrificios considerables y

    de

    una situa-

    cin poltica tensa, se considere como una liberacin el desenca-

    denamiento de la guerra, y hay q ue preparar s ta desde e l punto

    de vis ta econmico, pero s in despertar la desconfianza de nues-

    tros financieros.

    Estos son los deberes que incu mben a nuestro ejrcito y que

    exigen un efec t ivo e levado. Si nos , ataca e l enem igo, o s i qu ere-

    mos dom ar le , ha remos como nues t ros hermanos de hace una

    centuria : e l guila provocada emprend er el vuelo , apresar a l

    enemigo en sus apre tadas garras y lo volver inofensivo. Recor-

    daremos entonces que las provincias de l ant iguo Imperio alemn

    el co ndado de Bo rgo a y u na bu ena p a r te de Lo rena es t n

    todava en manos de los francos y que mil lares de hermanos ale-

    manes de las provincias bl t icas gimen bajo e l yugo es lavo. De-

    volver a Alemania lo que an tao posea es cuestin nacional .

    la

    -

    ltalidrde

    la guerra

    En los lt imos arios se haba acelerado la carrera de

    los arm amentos acrecentiaki la_nerviosid ld am bier if y -

    reando una especie de

    obsesin. . . sol :t ia . ,

    guerra,. que se

    avecinaba. En

    Autre avant-gu erre,

    Brbara Tuchman re-

    cuerda un incidente significa tivo con ocasin de la es-

    tancia en Alemania del circo Barnum:

    Al enterarse e l Kaiser de la rapidez con que es te c irco cargaba

    los trenes que lo transportaban, envi oficia les que observasen

    sus mtodos. Las gentes del c irco , en lugar de cargar separada-

    mente cada vagn por e l costado, reunan todos los vagones por

    medio de un camino de c irculac in cont inua, lo que permit a car-

    gar e l t ren por un extremo y

    .

    de una sola vez. Gracias a es te pro-

    cedimiento llenaban tres trenes de veintids vagones en una

    hora . Es ta tcn i ca fue adop tada r p i damente para aum enta r la

    velocidad de la movilizacin, cosa que deseaban apasionadamente.

    Los observadores enviados por e l Kaiser observaron tambin las

    cocinas rodantes que u ti l izaba el c irco y retuvieron la idea para

    usarla en el ejrcito.

    jai

  • 7/25/2019 Ferro La Guerra Inevitable

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    arte I. Por qu tuvo lugar la guerra?

    El 30 de julio vi de repente que el enanito iba creciendo , igua-

    l ndo se a Bismarck . ( . . . ) Me hab l , co n su imp lacab le lgica ,

    de la idea f i ja para la qu e haba vivido y, en un resumen imp re-

    sionante , record toda su obra y expuso sus medios de accin:

    el e jrc i to francs fuertemente organizado y todo un s is tema de

    alianzas.

    Y aparecieron an te m la a l ianza inglesa y la a l ianza franco-

    rusa , contadas con el tono de un enam orado , y el esfuerzo for-

    midable de un h omb re que ha vivido su obje t ivo. ( .. . ) Alemania

    no poda vivir en el mundo qu e es te hom bre le haba hecho , de-

    masiado es trecho para su crec imiento, y entonces comp rend por

    primera vez que, despus de B ismarck, nadie haba tenido una

    influencia igual a la de este hombrecillo sobre los acontecimien-

    tos de Europa. Y a no era m inis tro , pero las redes es taban tendi-

    das y Alemania acuda a e l las como un gran m oscn zumba nte .