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Experiencia religiosa como pathos: Feuerbach y Kierkegaard

Auyers EmirenaExperiencia religiosa como pathos: Feuerbach y Kierkegaard

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ndice

Introduccin3Feuerbach5Deseo6Naturaleza y conciencia religiosa8Experiencia de la religiosidad como pathos10Kierkegaard12Existencia como pathos13Pathos esttico14Pathos religiosa16Conclusin21Bibliografa22

IntroduccinLa naturaleza de la experiencia religiosa ha sido objeto de numerosos y diversos anlisis a lo largo de la historia de la Filosofa y la Teologa. En el presente trabajo abordaremos las posturas de dos pensadores que, en primera instancia, podran entenderse como opuestas: las de Feuerbach y Kierkegaard. Ambos son reconocidos crticos de la religin de su poca, siendo considerado el primero un representante fundamental del atesmo; y el segundo, un filsofo profundamente cristiano. A pesar de ser categorizados en lneas a primera vista incompatibles, ambos se han ocupado de analizar la conciencia y existencia religiosa del hombre de un modo muy particular. Es a travs de la lectura de sus obras que se manifiestan algunas cuestiones aparentemente similares: puede existir entre Feuerbach, el crtico ateo, y Kierkegaard, el pensador religioso, algn punto en comn respecto de la comprensin que cada uno sostiene de la dimensin religiosa humana?Es el objetivo de nuestro desarrollo esbozar las caractersticas que cada uno presenta respecto de la temtica planteada, atendiendo fundamentalmente a su comprensin de la integridad de la naturaleza humana en relacin a la experiencia religiosa. Realizaremos dicho anlisis para verificar si existe entre ellos una estructura comn, si es posible establecer nexos a travs de sus diferencias reconocidas.La hiptesis a verificar ser que existe de hecho una comprensin comn de la experiencia religiosa entre Feuerbach y Kierkegaard, y que dicho vnculo puede encontrar una expresin adecuada en la nocin de pathos como descripcin de la mencionada dimensin antropolgica. Como se ver, es nuestra intencin atender especialmente al sentido de religiosidad y no a su expresin en la religin positiva.Comenzaremos entonces por exponer la postura de Feuerbach, haciendo hincapi en la parte propositiva de su obra respecto de la religiosidad, y no tanto en la crtica. Analizaremos el concepto de deseo, naturaleza, y la conciencia de dependencia en el hombre como elementos caractersticos de lo que denomina la conciencia religiosa. Luego, abordaremos la misma temtica en Kierkegaard, analizando el concepto de pathos que l utiliza explcitamente- y su relacin con la nocin de existencia que sostiene el filsofo dans. Mencionaremos la crtica al modo de vida que denomina esttico, para comprender mejor en qu consiste la autntica vida religiosa.

FeuerbachHoy, quien dice la verdad es un impertinente, () es inmoral. La verdad en nuestro tiempo es la inmoralidad. () Lo que es moral es la mediocridad porque se para a medio camino de todo, y no va nunca hasta el fondo de las cosas. nota

En el presente trabajo nos interesa sobre todo desarrollar las cuestiones propositivas de Feuerbach con respecto a la religiosidad humana, ms que las crticas vinculadas a la religin positiva. Esto significa una importante puntualizacin en relacin a las afirmaciones y citas en las que haremos hincapi, y si bien mencionaremos varios elementos de dichas crticas, lo haremos con la intencin de describir mejor lo que es la autntica dimensin religiosa del hombre para el autor. Por esta razn, nos basaremos fundamentalmente en su obra La esencia de la religin, si bien tomaremos tambin elementos de La esencia del cristianismo. Entendemos que esta seleccin ser til para ilustrar de manera ms clara cul es la relacin que encontramos con la comprensin que sostiene Kierkegaard del mismo tema. Teniendo en cuenta que la crtica a la religin es fundamental en el pensamiento de Feuerbach, a travs de su anlisis podemos afirmar que para el filsofo, la religiosidad no depende de la religin. Esto nos permite abordar dicho aspecto antropolgico incluso desde un pensador categorizado de manera simplista como ateo. El pensamiento de Feuerbach resulta en extremo interesante, principalmente por una razn: denuncia la mediocridad de las posturas modernamente adecuadas, y por ello, al hacer de su crtica a la religin la base de su pensamiento, no se reduce meramente a sealar algunos aspectos negativos, sino que analiza en profundidad la religin y la religiosidad, en sus relaciones y diferencias. Si bien es reconocido su rechazo general a la religin, especficamente al cristianismo, no lo es tanto el reconocimiento favorable y propositivo que hace respecto de la religiosidad humana. En el prlogo a la segunda edicin de La esencia del cristianismo nota: FEUERBACH, L. La esencia del cristianismo. Trad. J. L. Iglesias, Edit. Trota, 4 edicin. Madrid, 2009. podemos observar una denuncia similar a la de Kierkegaard en relacin al cristianismo y la forma de vivir habitual de la cultura moderna: Yo haba debido, para hacer del cristianismo un objeto digno de pensamiento, omitir el cristianismo del mundo moderno, () disoluto, sin carcter, confortable, literario, afectado y epicreo. () El tono de la buena sociedad, el tono neutro y sin pasin de ilusiones ni de falsas verdades convencionales, es el tono dominante, el tono normal de este tiempo () en el que se debe dialogar y discutir obligatoriamente. () La apariencia es la esencia de esta poca. Nota. Idem, pg. 34-35.A partir de lo mencionado, se esboza la intencin de Feuerbach como el proyecto de proponer una filosofa diferente y nueva, que sea adecuada al ser del hombre total y real, que alcance la realidad de las cosas mismas y verdaderas sin basarse en la razn abstracta, una filosofa hecha carne y sangre, hecha hombre, es la verdadera filosofa nota Idem, pg. 40. Se ver esto ms adelante, en su propsito de recuperar las causas objetivas de los entes y del hombre, de eliminar las mediaciones tericas, de exaltar la dignidad armnica del hombre. Para responder al objetivo del presente trabajo, planteado en la Introduccin, nos remitiremos a la nocin de pathos como concepto adecuado a la comprensin que Kierkegaard y juzgamos- tambin Feuerbach tienen de la religiosidad. Ambos entienden dicha dimensin antropolgica como algo que le acaece al hombre, que no se produce de una manera determinada, sino que lo padece ontolgicamente. Para analizar esta nocin en Feuerbach, desarrollaremos dos elementos que consideramos primordiales dentro de sus escritos, y que fundamentan nuestra hiptesis de que puede establecerse un vnculo entre las concepciones de religiosidad que sostienen los autores que nos ocupan. Dichos elementos son, por un lado, el anlisis del deseo humano, y por otro, el concepto de naturaleza y la nocin de dependencia. DeseoFeuerbach toma la cuestin del deseo como un importante punto tanto de su crtica como de la parte propositiva de su obra. Entiende que existen en el hombre deseos naturales o inevitables, y es precisamente dentro de esta esfera donde se ubica la relacin del hombre con lo infinito. Es tambin a travs de este concepto que el pensador reconoce la efectiva finitud humana, y apunta a la afirmacin del hombre como bsqueda de sentido. De manera negativa, en el deseo insatisfecho, en la contradiccin entre las esperanzas y la realidad, ve Feuerbach la fuente de la religin positiva. En su obra, el ente Dios en toda la variedad de representaciones- aparece como hiptesis terica que tiene por objetivo resolver la diferencia entre la voluntad y el poder: en el querer, desear, representar, el hombre es ilimitado, libre, todopoderoso: es Dios; pero en el poder, en el alcanzar, en la realidad, es condicionado, dependiente, limitado: es hombre. () El pensar, el querer, es mo; pero aquello que quiero y pienso no es mo, est fuera de m, no depende de m. Nota FEUERBACH, L., La esencia de la religin, Trad. Cuadrado, T., Edit. Pginas de Espuma, 2 edicin. Madrid, 2005. Pg. 57-58. Dado que es precisamente a travs de esta contradiccin que el hombre experimenta que no puede aquello que quiere, busca algo que pueda hacer efectivos los anhelos del corazn. Por ello, afirmar que los dioses son los deseos de los hombres personificados. La crtica de Feuerbach en este punto se centra en el reclamo a que ninguna dificultad o incomprensibilidad que el hombre pueda sufrir le da derecho a convertir su no-saber y su no-poder en un ser supuesto que cubrira el espacio vaco. Otra vez aqu vemos a Dios como la personificacin y objetivacin de la indigencia y la ignorancia. Al referirse especficamente al Dios cristiano Feuerbach toma la nocin de Providencia como la explicitacin de la urgencia humana por superar la fatalidad de los hechos que no cumplen su voluntad: La providencia suspende las leyes de la naturaleza; interrumpe la marcha de la necesidad, el vnculo de hierro que inevitablemente enlaza la consecuencia a la causa nota FEUERBACH, L. La esencia del cristianismo, Op. Cit. Pg. 151. El trasfondo de esta nocin es entonces el deseo salvar los lmites del mundo material y otorgarle a la existencia un valor infinito. Para nuestro pensador, como ya hemos mencionado, este deseo es algo que el hombre padece ontolgicamente: el anhelo de infinito es inevitable. Ahora bien, a travs de la crtica, reconociendo la realidad de este aspecto de la naturaleza humana, plantea tambin una mirada propositiva respecto de este deseo. Para Feuerbach, el deseo de algo presupone la existencia de lo deseado. Entonces, cul es ese infinito? Debe existir una instancia extra-subjetiva dado que ya se ha reconocido la finitud del espritu humano, ste no puede ser el lugar de acogida del infinito- que explique este deseo religioso. La respuesta a este interrogante tendr su desarrollo propio en la siguiente seccin del trabajo, dado que para el filsofo es la Naturaleza la entidad transhumana generadora del impulso religioso. Antes de continuar con este anlisis, es imprescindible sealar que entonces, para Feuerbach, la dimensin religiosa del hombre se manifiesta en esa bsqueda de infinito, en esa necesidad de encontrar un sentido que es intrnseca a su esencia. Respecto de este aspecto antropolgico, vemos cmo lo fundamental es defender la legitimidad de la pregunta religiosa, sin apresurarse en dar una respuesta a travs de la religin positiva: la religiosidad no depende de sta. Ms adelante podremos vincular tambin esta caracterstica con Kierkegaard.

Naturaleza y conciencia de la dependenciaComo hemos expuesto, Feuerbach plantea la naturaleza como la instancia extra-subjetiva en la que consiste el objeto del deseo religioso. Esto implica una nocin especfica del concepto, que ser detallada por el filsofo con particular empeo en La esencia de la religin. Es evidente el esfuerzo que ste hace por eliminar las mediaciones que considera tericas dentro de la esfera religiosa. Entonces, as como reconoce y afirma la presencia de un deseo y una bsqueda religiosos en el hombre, tambin admite la finitud y la conciencia de dependencia que el mismo padece a lo largo de su existencia. Siendo estos elementos caractersticos de muchas religiones positivas, especialmente presentes en el cristianismo, Feuerbach propone aceptarlos y exaltarlos sin extrapolarlos a una instancia sobrenatural. Es en el ncleo duro de su obra La esencia de la religin y La esencia del cristianismo- donde el filsofo, adems de hacer agudas crticas, propone como hemos indicado- una nueva forma de vivir la dimensin religiosa, hecha de carne y de sangre, para el hombre total y real. Precisamente por ello se preocupa por eliminar las mediaciones tericas y volver al principio y origen de la vida misma, lugar donde puede reconocer el objeto infinito que su corazn quiere; la naturaleza.Al hablar de la naturaleza, el filsofo se refiere de manera general a los objetos y las cosas que el hombre diferencia de s mismo, no a un ente absoluto, separado y mistificado Nota: La definicin se encuentra en una nota al pie en FEUERBACH, L., La esencia de la religin, Op. Cit. Pg. 23. De manera precisa, hace las aclaraciones fundamentales desde el comienzo: El ente distinto e independiente de la esencia humana, o Dios () [es] la naturaleza. Nota Idem, Pg. 23. Prosigue luego en el 2 de La esencia de la religin: El sentimiento de dependencia del hombre es el fundamento de la religin; el objeto de dicho sentimiento () [es] la naturaleza. Nota Idem, Pg. 23. A lo largo de la obra, Feuerbach se encarga de sostener que es precisamente la naturaleza el objeto originario de la religin, tergiversndose luego en otros entes que la imaginacin humana concibe ms amigables y adecuados. Como se ve, es ya manifiesto que Feuerbach, lejos de rechazar la religiosidad humana la concibe, en su forma particular, con mucha estima. Le interesa hablar del hombre que existe real y autnticamente, atendiendo a la complejidad de sus aspectos. Al referirnos a la religiosidad, hablamos entonces de una dimensin antropolgica que el sujeto lleva a cuestas como parte de su naturaleza, que se vincula con la concepcin y la experiencia que tiene de s mismo en su relacin con el mundo y con sus actos. La religin es innata en el hombre () si por religin () lo que se entiende es el sentimiento de dependencia () o la conciencia que tiene el hombre de no existir ni poder existir sin un ente distinto a s, () de no deberse a s mismo su propia existencia. Nota Idem, Pg. 24Esta conciencia de la dependencia la percibe todo hombre que sea atento a las condiciones de posibilidad de su subsistencia: no es suficiente con ningn esfuerzo que l pueda llevar a cabo. De hecho, tomado desde la parte crtica de su obra, Feuerbach entiende que este reconocimiento, sumado al temor por cmo pueda ser el futuro, son dos de las razones centrales por las cuales se instauran las religiones. Al pensar en el futuro, se juegan inminentemente el miedo y la esperanza. Es el tiempo de los dioses, de la posibilidad y la causalidad: no es todava irrevocable, pero tampoco depende de m, es parte de un mundo invisible. El futuro es tambin, entonces, el mundo de los dioses. Existir en el prximo instante? El prximo instante de mi vida depende de mi voluntad o se encuentra en necesaria relacin con el instante presente? No: un innumerable ejrcito de casualidades () pueden en cualquier momento arrancar el instante futuro del presente y cortar este para toda la eternidad. Nota Idem, Pg. 94.Hemos sealado anteriormente que para Feuerbach es necesario remitirse a las causas prximas y reales, a los principios concretos que sostienen y originan la vida, ser ms leales con la experiencia del hombre que con su imaginacin omnipotente. Por ello, propone rehabilitar la nocin de naturaleza en cuanto motor del impulso dinmico que mueve al hombre a buscar la infinitud y la perfeccin. Lo especfico de la naturaleza es ser el fundamento del cual proviene todo lo que es. De hecho, el filsofo plantea que la creencia en la existencia objetiva de Dios deriva del advertir la existencia objetiva de la naturaleza: as fue en las religiones primitivas. Ahora bien, uno est obligado a creer en Dios de momento en que debe aceptar que debe existir un ser cuya existencia preceda y sostenga la propia. Sin embargo, al hablar de este principio, en el pasaje de la naturaleza a otro ente personificado e hipotticamente superior, est el engao que el hombre crea innecesariamente. En La esencia de la religin Feuerbach aade a este desarrollo un elemento interesante: el anlisis del significado del sacrificio. Al respecto, plantea: En el sacrificio se concentra () la esencia de la religin. El fundamento del sacrificio es el sentimiento de dependencia: el miedo, la duda y la incertidumbre en cuanto al futuro; () pero el resultado () es el sentimiento de autoconfianza: el valor, el gozo, la certeza del xito. () En el sacrificio me muestro como siervo de la naturaleza, pero tras el sacrificio me muestro como seor de la naturaleza. El sentimiento de dependencia () [es] causa de la religin; () la superacin de tal dependencia, la libertad respecto a la naturaleza es la finalidad de la religin. Nota Idem, Pg. 57.Hemos visto entonces cmo Feuerbach, lejos de renegar de la religiosidad humana, intenta proponer otro punto al cual dirigir las preguntas por el sentido y el origen, un punto concreto y real. Vivir religiosamente consistira entonces en una constante tensin en la relacin del hombre con el mundo. Cuidar este aspecto de manera genuina no implica una bsqueda de lo sobrenatural sino, precisamente, una reivindicacin de lo que de hecho existe, que se trasluce en una atencin a la naturaleza y un vnculo amoroso con el resto de la humanidad. sta es la dimensin divina del hombre. Experiencia de la religiosidad como un pathosNos encontramos frente a una apertura a la consideracin de una religiosidad autntica y no-mediada, que se establece sobre la defensa de la legitimidad de las preguntas fundamentales y la incesante bsqueda de sentido, a travs del reconocimiento de la dependencia originaria que el hombre experimenta en la fragilidad de su existencia, dependencia que se determina en una multiplicidad de variables que pueden resumirse en dos elementos: la naturaleza en la definicin que hemos sealado ms arriba- y el resto de la humanidad. Hemos desarrollado los dos aspectos que, consideramos, constituyen el fundamento por el cual podemos decir que para Feuerbach la vivencia de la dimensin religiosa en el hombre se experimenta como un pathos, esto es, un padecer que le acaece en su existencia, y que es inherente a su naturaleza. Esta caracterstica la encontramos, en primer lugar, en la presencia del deseo y la bsqueda de un infinito, que para nuestro pensador es propia de la esencia humana y el motor de su actuar cotidiano. En segundo lugar, hemos mencionado esta conciencia que tiene el hombre del hecho de que su vida depende de otra-cosa que la precede y la sostiene: no se dio la vida a s mismo, y no es capaz de sostenerla ms all del instante presente. En este caso, el hombre padece el haber recibido de algo-otro esta vida que tiene. Aqu entra en juego la nocin de naturaleza, que para Feuerbach representa la respuesta ms honesta a la hora de buscar el principio que genera la vida, la causa por la cual todo se origina. Para Feuerbach, entonces, es innegable la realidad de la fragilidad del ser humano, que no es capaz de proclamar su autonoma, que no puede hacerse a s mismo ni por un momento. Reconocer esto es la conciencia de la dependencia-, al mismo tiempo que se acepta la bsqueda constante de sentido, es justamente la dimensin religiosa, que el hombre no puede elegir, sino que debe aceptar. La cuestin de la religiosidad remite directamente a la de la experiencia de una vida autnticamente humana. Respecto de esto, es til sealar la primera cita a la que hicimos alusin en esta seccin del trabajo referida a Feuerbach: el problema del vivir actual es la naturalidad con la que el hombre se acomoda en la mediocridadEn todo caso, la crtica de Feuerbach apunta fundamentalmente a la institucionalizacin del cristianismo, en cuanto postura tibia y cmoda del burgus intelectual moderno. Si bien no profundizaremos en esta cuestin, uno de los aspectos que el filsofo ms reprocha a la religin positiva es la pretensin que plantea de establecer un vnculo cognoscitivo con el Absoluto, una interpretacin teolgica del infinito que busca. Tambin en este punto podemos reconocer una estructura comn con la crtica que desarrollar Kierkegaard. Pero el pensador alemn deja intacto incluso subraya- el sentido religioso del hombre.

KierkegaardIntentaremos ahora esbozar algunas caractersticas de lo que Kierkegaard ha escrito respecto de la religiosidad humana, entendida esta como un estar-afectado del hombre por lo infinito e incondicionado. Es importante advertir que no es nuestra intencin agotar la cuestin en un anlisis general, ya que dicho propsito, adems de exceder los lmites del presente trabajo, es contrario a la manera propia con la que este pensador present sus obras. Por ello, antes de comenzar es necesario aclarar que es una particularidad del filsofo que nos ocupa la exposicin de un pensamiento complejo y, en especial, esencialmente humano, que se ha negado con el paso del tiempo a ser catalogado como teora sistemtica. Su obra se interesa ms por interpelar al lector que por ofrecerle una doctrina a aceptar o rechazar. En relacin al tema que nos atae, podemos decir que el filsofo dans intenta por sobre todas las cosas reclamar al hombre a ser serio con su existencia. Por esa razn, consideramos que el mismo simpatizara con la cita de Feuerbach que encabeza nuestro trabajo. Kierkegaard quiere que nosotros mismos vivamos y seamos las preguntas que plantea. La crtica al pseudocristianismo moderno como lo llama Feuerbach- la encontramos en Kierkegaard expresada de forma rotunda, como una verdad incmoda. En lo que sigue, y para responder al objetivo que nos hemos propuesto, desarrollaremos de qu modo presenta la posibilidad de una autntica existencia religiosa. Su objecin a lo que culturalmente se entiende por religiosidad es reconocida; a la vez que su propuesta, para quien tenga el valor de vivir de manera genuina su esencia humana, es severa e implica un trabajo permanente. Veremos cmo este pensador utiliza explcitamente la nocin de pathos para referirse, no slo a la experiencia religiosa, sino a la existencia total del hombre. Intentaremos, desde esta cuestin, establecer el vnculo con la concepcin que Feuerbach tiene de esta misma dimensin antropolgica, con la intencin de verificar la hiptesis de que es posible encontrar una base comn en la comprensin de la religiosidad humana como un estar-afectado por el hecho de ser, esencialmente, bsqueda de, y pregunta por el sentido. Comenzaremos entonces, sealando una breve frase que condensa gran parte de la provocacin que Kierkegaard nos presenta: El pathos no es cuestin de cantar alabanzas y celebrar o componer himnos, sino existir uno mismo nota KIERKEGAARD, S., Post scriptum no cientfico y definitivo a Migajas Filosficas, Trad. Teira, J. y Legarreta, N., Edit. Sgueme. Salamanca, 2010.Existencia como pathosPara introducirnos en esta nocin de existencia, cabe describir primero qu entiende nuestro filsofo por pathos. Si bien l mismo se refiere este concepto como el estado de padecer, de estar-afectado, en su obra adquiere una peculiaridad que lo distingue particularmente: dicho estado, lejos de convertir al sujeto en ente pasivo, lo afecta con-movindolo, constituye un reclamo que genera accin, y que supone en la vida concreta la raz de un modo de estar en el mundo y relacionarse con las cosas. Por otro lado, otra nota distintiva de la comprensin que Kierkegaard tiene del pathos es que lo que el hombre padece existencialmente es una apelacin que no proviene de un otro externo, sino de l: est en su propia naturaleza, resulta del sentimiento que se tiene de s mismo, y que es generado, como veremos, por su bsqueda constante de sentido, de infinito. Este estado afectivo constituye una instancia que, para Kierkegaard, est en m pero yo no elijo. Es ms: yo no lo elijo, y sin embargo me insta a actuar de una cierta manera. Por tanto, determina mi modo de existir sin que yo pueda evitarlo. Es la provocacin constante que soy para m mismo. Veremos luego con ms detalle cmo se manifiesta esto en los distintos modos de vida estadios- que el filsofo dans analiza. Sin embargo, en este punto es importante destacar que independientemente de que cada individuo decide atender o no a la apelacin de su autntica condicin humana esto es, su condicin de espritu-, lo que se plantea es que todos experimentamos este padecimiento, e intentamos resolverlo de una manera u otra. Al avanzar con el desarrollo se revelar cun irnica es la expresin resolver respecto de esta condicin nuestra.Es pertinente sealar aqu la cercana que esta comprensin de la naturaleza humana presenta respecto de lo que hemos desarrollado anteriormente de Feuerbach, ya que para ste la conciencia religiosa del hombre se manifiesta precisamente en la pregunta indeleble por el sentido, y el reconocimiento del deseo de infinito inherente a su esencia.El modo en el que el hombre se relaciona consigo mismo esto es, con esta apelacin propia a la que debe responder- a partir de su entorno finito, define el tipo de existencia que lleva. En Kierkegaard, las opciones representan los diferentes estadios de la subjetividad, el esttico, el tico y el religioso. No desarrollaremos aqu de modo detallado sus caractersticas, sino que nos remitiremos a las nociones y relaciones de pathos esttico y pathos religioso, para intentar comprender en qu consiste la autntica religiosidad y qu significa para nuestro filsofo ser un hombre religioso.

Pathos estticoEl esteta es el hombre que se relaciona de modo inmediato con su entorno finito. Este es un tipo de relacin negativo en cuanto a que, al no tomarse en serio a s mismo esto es, a la complejidad de su propia naturaleza, que implica su condicin de espritu finito que quiere el infinito-, no busca transformarse a travs de sus decisiones, sino complacer sus deseos fugaces. Ahora bien, decir que el esteta no se toma en serio significa que no reconoce en su naturaleza la tensin a un telos absoluto, por lo cual, frente a este anhelo de lo eterno, el mundo y las cosas, que representan objetos y fines relativos, se convierten para l precisamente en absolutos. Dada la naturaleza finita del entorno, este tipo de existencia es la que finalmente no se decide por nada, sino que es la pura posibilidad que requiere constante innovacin: cada objeto, cada fin, se agota en un cierto punto, y entonces aburre al sujeto sometido a la inmediatez.Un aspecto importante respecto del vnculo que el hombre entabla con las cosas, es que se trata de una relacin ideal, no real. El esteta vive empeado en alcanzar su plena satisfaccin a travs de un objeto finito, por lo que puede decirse que no le interesa lo que el objeto es en s en todo caso, si as fuera, debera reconocerlo en su finitud- sino la imagen que tiene de la cosa. En el fondo, no se relaciona con lo-otro, sino con la idea que tiene de lo-otro. La relacin se rompe en cuanto la realidad de la contingencia se impone y quiebra la ilusin de cumplimiento que movilizaba al sujeto; ese es el momento de abandonar el objeto para buscar otro. El vnculo no se sustenta en ningn tipo de compromiso con lo-otro ni con la naturaleza genuina del hombre, ni es capaz de generar ningn proyecto tendiente al futuro: busca la complacencia del ahora mismo.Kierkegaard plantea que es precisamente a travs de la dinmica que el esteta debe seguir la bsqueda constante de un nuevo objeto que satisfaga lo que el anterior no- que se encuentra la posibilidad de elegirse a s mismo. A pesar del intento de quedarse en vnculos inmediatos, a cada cambio de objeto el sujeto reconoce la finitud de su entorno, toma conciencia de que el fin al que tenda no le satisface, y desespera. La desesperacin es la posibilidad de un cambio de estado, de una renovacin en el modo de relacin del hombre con las cosas, porque en cuanto tiene algo, debe confesarse a s mismo que no es lo que esperaba y que est decepcionado. Esta situacin hace que el esteta reconozca que, en definitiva, no tiene nada ms all de lo inmediato. Veremos en la siguiente seccin la importancia que tiene para Kierkegaard la experiencia del sufrimiento como verificacin de la autenticidad de la religiosidad del hombre. Respecto del estadio esttico, hablamos de la desesperacin, que puede transformarse en un nuevo punto de partida para el sujeto, en la posibilidad de comprender la insatisfaccin existencial, constitutiva. Sin embargo, el paso a una nueva forma de relacionarse con lo-otro es una eleccin, y se renueva en cada una de las decisiones futuras: Cuando llega, el percibe la desgracia pero no comprende el sufrimiento. La persona inmediata nunca llega a un acuerdo con la desgracia, () no se vuelve dialctico consigo mismo. () La desgracia es como un paso estrecho en el camino de la inmediatez. Ahora est presente, () pero () su visin de la vida debe imaginar () que () desaparecer porque es algo forneo. Si no cesa, se desespera, y finaliza as la inmediatez y la transicin a otro modo de entender la desgracia se hace posible, es decir, a comprender el sufrimiento. Nota: Idem, pgs. 423-424.El reconocimiento de ese sufrimiento como insatisfaccin estructural es propio del hombre que vive el pathos religioso. Desarrollaremos ahora sucintamente en qu consiste, para qu reclama Kierkegaard cuando llama al hombre a vivir la autntica religiosidad.

Pathos religiosoHabamos dicho que el tipo de existencia que lleva un hombre se juega en el modo en el que se relaciona consigo mismo con su exigencia- a travs de la relacin con las cosas. Reconocer la insatisfaccin del estadio esttico significa ser consciente de que la naturaleza humana es tensin hacia un telos no-finito, hacia un fin Absoluto. Ahora bien, para Kierkegaard, percatarse de esto debe transformar la vida entera del sujeto, que ya no puede conformarse con los bienes relativos que lo rodean. El filsofo afirma esto de manera radical, y plantea que subjetivamente cada uno puede darse cuenta, en cada decisin, cual es el fin de todos sus movimientos, cual es el bien por el que vale la pena dar la vida: Slo necesita fijarse en su propia existencia; as lo sabe. Si para l no est absolutamente transformada su existencia, entonces no se est relacionando con una salvacin eterna; si hay algo a lo que no est dispuesto a renunciar por ello, entonces no se est relacionando con una salvacin eterna. nota KIERKEGAARD, S., Idem, pg. 386. Esta conciencia implica riesgo y renuncia, pues significa reconocer la insatisfaccin que esconde cada telos relativo. Esto no significa que el hombre debe rechazar su vida terrena, sino vivir y relacionarse con estos objetos finitos y ser desgraciados porque no le cumplen. Este sufrimiento es precisamente el pathos religioso, porque el sujeto no conoce su fin Absoluto, y sin embargo padece el hecho de que la busca en cada paso de su camino, lo espera porque es lo nico que puede corresponderle. El cambio en el modo de relacin con las cosas, entonces, radica en que el hombre reconoce en cada decisin que nada de lo que logre en su vida podr colmar la exigencia que surge de s mismo. El hombre religioso, a diferencia del esteta, no es esclavo de sus deseos fugaces y sus xitos, porque estos se convierten precisamente en fines relativos. Este sujeto debe ser capaz de vivir con mayor libertad cada situacin y cada eleccin: Es sin duda ms dichoso estar ah donde todos somos pequeos () que ser el hombre ms importante del mundo y vivir esclavo de los resultados, tanto si llegan como se esperaba como si no; ah donde el resultado es cero e infinitamente menor que incluso el nfimo en el reino de los cielos nota KIERKEGAARD, S., Idem, pgs. 390-391.Para comprender mejor cmo este pathos religioso transforma la vida del hombre, resultar til un ejemplo del mismo Kierkegaard: El matrimonio sigue siendo una broma, una broma que debe ser tomada con la mxima seriedad, excepto que la seriedad no es inherente al matrimonio en s, sino que es reflejo de la relacin absoluta del esposo con el telos absoluto y de la absoluta relacin de la esposa con el telos absoluto nota KIERKEGAARD, S., Idem, pgs. 444-445. El matrimonio es aqu un ejemplo de fin relativo, en qu sentido podemos entenderlo como una broma? Porque, como hemos dicho, la conciencia de la necesidad del Absoluto convierte todo el entorno en relativo. Sin embargo, por ello la relacin con lo-otro se hace ms seria, permite que el hombre se relacione realmente con lo-otro, y abandone el plano ideal: al reconocer la contingencia de los objetos, se vincula con su verdadera naturaleza finita y no con la imagen que tena de ellos.Por otro lado, la relacin con dicho telos absoluto es en Kierkegaard otra cuestin compleja, incluso paradjica. Al descubrir que en mi condicin de espritu, mi tensin no se agotar nunca en su relacin con el mundo, el hombre sufre pasin por el infinito que no encuentra en lo finito. Dnde se encuentra? No lo sabemos, slo sabemos que lo buscamos y que no podemos dejar esa exigencia de lado, por tanto, la padecemos. El sujeto religioso persigue algo que se escapa de sus manos a cada decisin que toma, a cada relacin que establece; a su vez estas relaciones slo incrementan el reconocimiento de la insatisfaccin.Se trata de una incertidumbre existencial, que objetivamente se revela en el hecho de que no podemos demostrar con evidencia que ese absoluto existe. No sabemos qu es lo que estamos esperando, pero no podemos no esperarlo. Es una posibilidad y un riesgo eternos, vivir religiosamente es vivir en la incertidumbre, con la confianza de que el pathos es padecimiento de ese absoluto posible. En este punto Kierkegaard se relaciona con Feuerbach, en cuanto a que se rehsa a considerar la relacin con el infinito como una relacin cognoscitiva, como si el hombre pudiese apresar con palabras en qu consiste, y quedarse cmodo con una certeza que ha logrado. No, esto es precisamente el punto al cual el filsofo dans dirige sus ms agudas crticas.Por otro lado, esta misma incertidumbre se revela subjetivamente en el sufrimiento por la propia debilidad y el pecado: nunca puedo estar seguro de que tengo fe, de que me relaciono de manera adecuada apasionada- con el telos absoluto. En cuanto el hombre cree llevar una vida autnticamente religiosa, porque ya sabe en qu consiste, en ese preciso momento ha dejado de padecer su condicin esencialmente incierta.En este sentido, para Kierkegaard la fe consiste en una esperanza abierta: uno est siempre incierto de lo que espera, pero sabiendo que es algo ms que lo que ya encontr, que lo que ya gan. Pensar de este modo la fe implica comprender que vivir de manera religiosa es, precisamente, vivir siempre en tensin, buscar el absoluto que quiero en cada una de mis decisiones, con la constante duda de que este infinito exista, y de que algn da llegar a l. De esta manera lo expresa el filsofo: La fe es la incertidumbre objetiva en el escndalo de lo absurdo. () La fe no debe quedar satisfecha con la incomprensibilidad, porque la relacin hacia o la repulsin desde lo incomprensible, el absurdo, es la expresin de la pasin de la fe nota KIERKEGAARD, S., Idem, pgs. 591-592. Ser autnticamente religioso es un absurdo, porque no puede nunca comprobarse que aquello en lo que espero es efectivamente real, y para m. Por ello, no puede ser un estado de la persona, uno no se convierte en un punto determinado en un legtimo cristiano, uno debe decidir y aceptar el pathos religioso a cada momento, y sufrir por el hecho de que no lo comprende, no lo aprehende.Podemos decir entonces que la autenticidad de la experiencia religiosa se define subjetivamente, esto es, no depende de ninguna accin externa. No est determinada por la relacin que el hombre establezca con las cosas, sino por el modo con el que se vincula con ellas. Atendiendo a las crticas de Kierkegaard, tampoco est verdaderamente influida por lo que culturalmente se entiende por un buen cristiano, una persona que participe de ciertos gestos, acepte determinados dogmas y repita las palabras adecuadas. Slo cada uno, de manera individual, puede saber si a cada paso reconoce su condicin de indigente que espera en el Absoluto que no conoce: ser cristiano se define no por el qu del cristianismo, sino por el cmo. nota KIERKEGAARD, S., Idem, pg. 591 Dado entonces que la religiosidad se define en lo ms ntimo de la subjetividad, Kierkegaard se encarga de criticar el invento cmodo de las mediaciones para llegar a la salvacin eterna, como si fuera un bien al que se puede acceder a travs de ciertas condiciones que uno va logrando a lo largo de su vida mediaciones, que pueden ser muchas, ms o menos verosmiles, como las que hemos mencionado antes: gestos, dogmas, palabras-. El filsofo demuestra una extraordinaria sensibilidad al reconocer que es propio de la naturaleza humana buscar mediaciones, intentar llegar a lo que ms se anhela, asegurarse una certeza que le de paz. Por eso, luego de la crtica, dice con sinceridad La mediacin, debo decirlo, es un glorioso invento; parece como si hubiera surgido de mi propio corazn nota KIERKEGAARD, S., Idem, pg. 387.Para concluir con el desarrollo de lo que significa la autntica religiosidad humana para Kierkegaard, cabe mencionar la cuestin del sufrimiento como un elemento importante dentro de la experiencia del pathos. Dios habita en un corazn roto y arrepentido, esto no es una expresin de algo accidental () sino () [el] significado esencial del sufrimiento de la relacin con Dios. () Si el orador religioso no est cmodo y habituado a la esfera de lo religioso, entiende las palabras del siguiente modo: la desgracia viene de afuera y aplasta el corazn de un hombre; entonces comienza la relacin con Dios, y entonces, s, poco a poco la persona religiosa se vuelve alegre nota KIERKEGAARD, S., Idem, pg. 435.El filsofo es insistente en este punto: si el estar en constante bsqueda de un bien infinito al que nunca llega es inherente a la naturaleza humana, entonces tambin debe ser propio de ella el padecer esta condicin que no elige pero que no puede desatender. Este padecimiento no es precisamente pasivo: el hombre sufre no encontrar lo que le cumple detrs de ninguna de sus acciones y decisiones. Por ello, el sufrimiento es parte esencial de la experiencia religiosa, esto es, del reconocer precisamente la relatividad de todo lo que el sujeto puede realizar para satisfacerse. Este padecimiento hace que se manifieste una positividad: si lo percibo, es porque la bsqueda no se agota. Quien no sufre, es porque se ha conformado. Por otro lado, en la cita anterior queda claro el aspecto que consideramos ms interesante de su concepcin de sufrimiento: ste no depende de las circunstancias ni de los infortunios; no se sufre por el Absoluto, sino por uno mismo; y el hecho de existir religiosamente esto es: vivir tomndose en serio la naturaleza ms propia- no le ahorra al hombre su padecer, sino que subraya su insatisfaccin, su condicin ms especfica. Y quien no comprende que el estadio religioso se trata de existir de modo autntico, cree ingenuamente que Dios llega para alegrar al hombre: El pathos existencial esencial se relaciona con existir esencialmente, y existir esencialmente es interioridad, y la accin de la interioridad es el sufrimiento, porque el individuo es incapaz de transformarse a s mismo nota KIERKEGAARD, S., Idem, pg. 423.

La experiencia de la religiosidad consiste, por tanto, en una tensin siempre renovada, en una exigencia inagotable, que el hombre padece y sufre. Al mismo tiempo reconoce que es precisamente este modo de vida el que determina su relacin con lo-otro y consigo mismo. Es importante volver sobre el aspecto inaprehensible del Absoluto que se busca: nuestro vnculo con l no puede nunca ser cognoscitivo, no se puede caer en la pretensin de determinar qu es eso que deseo, cul es la respuesta a mi pregunta ms fundamental. El hombre no puede saberlo. Por tanto, la obra de Kierkegaard, como ya hemos mencionado al comienzo del desarrollo, se encarga especialmente de insistir en la tensin religiosa, de interpelar al lector a que se haga pregunta l mismo; en definitiva, de describir esta experiencia religiosa como un pathos. Kierkegaard hace una hermosa descripcin de ella:Cualquier persona enamorada lo sabe; significa que el tiempo aqu es un tiempo para estar enamorado. En lo referente al telos relativo, parte del tiempo es un tiempo para estar enamorado, y luego llega el momento de la certeza. Pero como la salvacin eterna tiene un mayor rango que una pequea seorita, s, incluso que una reina () el tiempo de estar enamorado se [vuelve] () ms extenso; pero no, no ms extenso, porque la salvacin eterna no es algo mayor en rango que una reina, sino que es el telos absoluto; pero entonces () todo el tiempo, la existencia, es el tiempo de estar enamorado nota KIERKEGAARD, S., Idem, pg. 389.Podemos entonces afirmar que, tanto en Feuerbach como en Kierkegaard, la experiencia religiosa como pathos consiste en una bsqueda constante, siempre renovada, de un sentido integral de la existencia. Nuestra condicin humana, el ser espritu, nos llama a relacionarnos absolutamente con un fin absoluto, a aceptar nuestra exigencia de infinito que ninguna cosa finita puede satisfacer. El padecimiento es precisamente el sentimiento de que ninguna eleccin, ninguna accin, ningn objeto puede llenar el Absoluto que buscamos. En ambos pensadores, la pasin religiosa se manifiesta en este deseo y esta tensin, y no en la respuesta positiva que se le pueda dar.

ConclusinHemos descrito sucintamente la nocin que Feuerbach sostiene de la religiosidad, analizndola a partir de determinados conceptos que el mismo pensador utiliza para definir su postura. Esta exposicin nos permiti relacionar su planteo con el concepto de pathos que, entendemos, resulta adecuado para describir la experiencia religiosa en el hombre. Luego hemos procurado un anlisis de la postura que Kierkegaard sostiene de la misma cuestin, de su comprensin de la existencia toda como un pathos, y de cmo se configura, a partir de esta lnea, la vida especficamente religiosaLuego de ambos desarrollos, consideramos que hemos logrado cumplir nuestro objetivo de explicitar los posibles nexos entre dos pensadores a primera vista incompatibles. A su vez, entendemos que, a travs del desarrollo, ha sido posible verificar nuestra hiptesis de que tanto en Feuerbach como en Kierkegaard se puede encontrar un ncleo de comprensin comn respecto de la experiencia religiosa, y que tal es adecuadamente expresado en la nocin de pathos. Por ello, damos por finalizado el presente trabajo, sin pretensiones de haber agotado la cuestin, ni de haber resumido en esta corta extensin la riqueza de la obra de los filsofos que nos han ocupado.

BibliografaFEUERBACH, L. La esencia del cristianismo. Trad. J. L. Iglesias, Edit. Trota, 4 edicin. Madrid, 2009FEUERBACH, L., La esencia de la religin, Trad. Cuadrado, T., Edit. Pginas de Espuma, 2 edicin. Madrid, 2005.KIERKEGAARD, S., Post scriptum no cientfico y definitivo a Migajas Filosficas, Trad. Teira, J. y Legarreta, N., Edit. Sgueme. Salamanca, 2010.GARRIDO MATURANO, A., "El Reino de los Cielos y el parque de diversiones. La esencia del pathos religioso y su relacin con el esttico el pensamiento de Sren Kierkegaard" en http://www.sorenkierkegaard.com.ar/index2.php?clave=trabajo&idtrabajo=66&clavebot=jornadask (lt. Visita 18/07/2013)FAZIO FERNNDEZ, M., Un sendero en el bosque, Edit. De la Universidad Catlica Argentina, Buenos Aires, 2007.

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