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“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
FICHA DE PROCESO No. 72 - PROYECTO INOCENCIA
NOMBRE DEL CASO El POLVO VERDE
RADICADO INTERNO
NOMBRE DE USUARIO* DANIEL SOSA USMA
PROFESIÓN POLICIA ESCOLARIDAD TECNICO
DELITO TRAFICO, FABRICACION O PORTE DE ESTUPEFACIENTES
CONDENA 9 AÑOS 4 DIAS
PALABRAS CLAVES
FLAGRANCIA
CADENA DE CUSTODIA
DEBIDO PROCESO
SANCION DISCIPLINARIA
INCAUTACION
BREVE EXPOSICIÓN DE LOS HECHOS
PRIMERO: El día 13 de abril de 2007 a las 16:00 horas, en la cafetería y restaurante Florel, ubicado en
la esquina de la carrera 43 (Girardot) con calle 47 (Bombona) de esta ciudad, el policía uniformado
Mario Restrepo Posada, sorprendió al también policía uniformado DANEIL SOSA USMA, sentado en
una mesa con una bolsa gris en la mano, menciona la Fiscalía.
SEGUNDO: Mario Restrepo, Convenció a DANEIL SOSA USMA para que lo acompañara al comando
de la Policía Metropolitana, donde verifico el contenido de la bolsa.
TERCERO: Al verificar el contenido de dicha bolsa, resulto ser una sustancia estupefaciente,
configurada en 2000 gramos de cocaína y sus derivados distribuidos en dos paquetes.
CUARTO: en razón del hallazgo procedió a aprenderlo y lo puso a disposición de la Fiscalía.
QUINTO: Es de anotar que el Policial Mario Restrepo con antelación a los hechos había recibido
información sobre una negociación de estupefacientes (cocaína), en la calle 47 con carrera 43.
RÉGIMEN LEGAL APLICABLE LEY 600 DE 2000
LEY 906 DE 2004 X
PRIMERA INSTANCIA
Problema Jurídico Ratio Decidendi Obiter Dictum
Determinar la
responsabilidad penal
del señor DANEIL SOSA
USMA frente al delito de
Tráfico, Fabricación o
Porte de
Estupefacientes en la
modalidad de llevar
consigo, situación en la
que se identificara el
dolo y sus modalidades.
Considera el despacho
que las versiones de
Mario Restrepo, Jorge
Gómez y Nelson
Velásquez, se deberán
apreciar, teniendo en
cuenta los principios de
la sana critica, por la
naturaleza del objeto
percibido, por su estado
de sanidad de la forma
como tuvieron esa
percepción, por las
circunstancias de
tiempo, modo como lo
Por su parte el despacho
hace un estudio sobre el
dolo y la calidad del agente
en la realización de la
conducta toda vez que aun
siendo consciente de la
conducta no desplego
ningún acto que impidiera su
resultado, haciendo la
diferenciación entre el dolo
directo y el dolo eventual en
el dicho de la voluntad toda
vez que la conducta
realizada y desplegada por
este es consciente y fuera de
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
percibieron, por la
forma como
declararon.
Igualmente menciona
que el procesado era
tan sabedor sobre la
evasión de su lugar de
trabajo, que le
manifestó a su
compañero que le diera
su número de celular
para informarle cuando
tomara nuevamente su
turno, por su parte
menciona que los
testimonios son claros,
diáfanos, contestes y
que demuestran que
DANEIL SOSA USMA no
tenía permiso para
ausentarse de su lugar
de labores, como lo
quiso hacer creer, ante
sus superiores y que
incluso salió una
investigación
disciplinaria, y en la que
se ordenó la destitución,
en este orden de ideas
pues, es claro que dicho
actuar fue llevado a
cabo en ausencia de
causal alguna de
justificación que
pudiera excluir el
procedimiento de la
antijuridicidad del
susodicho
comportamiento por lo
que se hace evidente el
actuar contrario a
derecho a la postre
realizado.
toda duda de su voluntad
para su realización.
SEGUNDA INSTANCIA
Problema Jurídico Ratio Decidendi Obiter Dictum
Se dispone el tribunal a
resolver el recurso de
apelación interpuesto
por el defensor del señor
SOSA USMA atendiendo
y resolviendo los dos
problemas principales
que plante el apelante
los cuales se resumen en
Reitera la decisión del a
quo toda vez que no
están llamadas a
prosperar las censuras
que sobre la violación al
derecho de defensa
técnica e indebida
valoración probatoria,
fueron elevadas por el
Igualmente hace mención a
que los yerros en la defensa
se deben subsanar en el
momento procesal
adecuado situación que se
desdibuja en el escenario de
la apelación toda vez que se
sustrae del propósito de la
misma, manifestando el
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
la violación al derecho
de defensa técnica e
indebida valoración
probatoria, en primera
instancia realizadas por
el defensor que para
ese entonces hacia sus
veces y segundo lugar
por el juez frente a
situaciones que
generan duda.
señor defensor en
contra de la sentencia y
por lo mismo, será
avalada de manera
integral, bajo los
argumentos que los
testimonios rendidos son
consistentes con los
hechos narrados por
RESTREPO POSADA al
igual que la versión que
rindió LINA PELAEZ fuera
de juicio oral ante la
Fiscalía General de la
Nación, pero que fue
estipulado en audiencia
realizada el día 4 de
agosto de 2010, previo
a la práctica de
pruebas y que fue
incorporada por tanto
al juicio.
Igualmente, en cuanto
a la nulidad invocada
por el apelante en
cuanto a la violación a
la garantía
fundamental de
defensa técnica,
considera la sala que
revisada la actuación a
diferencia de lo
anunciado por el
defensor, que está
precedida de las
ritualidades y garantías
fundamentales
constitucionales
previstas para el debido
proceso y el derecho de
defensa.
tribunal que la apelación
tiene un propósito de
carácter inmediato frente a
fallo del operador judicial
mas no frente a las falencias
acaecidas durante juicio o el
proceso mismo.
Finalmente aduce que no se
puede incoar un error en la
falta de valoración
probatoria sobre as
estipulaciones realizadas por
las partes, Fiscalía y Defensa,
durante el proceso, ni sobre
las estrategias adoptadas
por la defensa durante el
proceso en el momento de
renunciar a los testigos que
sustentaban su teoría.
CASACIÓN
Dispone la Corte a
resolver la admisión de
la demanda interpuesta
por la defensa
Inadmite la demanda
con fundamento en
que la corte aduce y
considera que la
demanda no reúne los
presupuestos de
técnica que permita
disponer su selección,
en la medida que los
cargos propuestos
incumplen os requisitos
formales y materiales
previstos en los artículos
Igualmente aduce que las
instancias para absolver
yerros procesales ya han
pasado y que el
saneamiento de nulidades
igual.
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
183 y 184 inciso 2° de la
Ley 906 de 2004 al dejar
de desarrollarlo
mediante una debida
fundamentación lógica
y jurídica.
INSISTENCIA EN LA
CASACION
Dispone la procuraduría
delegada a resolver la
insistencia sobre la
admisión de la
demanda de casación.
Menciona la
procuradora tercera
delegada para la
casación penal que no
existe mérito para
acudir al mecanismo de
insistencia ante la Sala
de Casación Penal de
la Corte Suprema de
Justicia para que la
demanda sea admitida,
pues menciona la
procuradora que no
observa que la
sentencia de segunda
instancia hubiera
menoscabado
derechos y garantías
fundamentales que
ameriten que la
Honorable Sala de
Casación Penal supere
los defectos de la
demanda para decidir
de fondo.
Igual que la Corte la
Procuradora delegada
menciona los momentos
procesales para incoar
dichas violaciones
aduciendo que no se
encuentran violaciones
frente a la sentencia de
segunda instancia y que no
se encuentra fundamento
para dejar de lado los yerros
técnicos de la demanda
para que la corte decida de
fondo.
N/A
Dentro de los procedimientos jurídicos en el ordenamiento colombiano en todas las
ramas del derecho se debe tener en cuenta un derecho fundamental amparado en la
Constitución Nacional el cual es debido proceso, derecho que debe ampararse y
protegerse en todos los escenarios jurídicos.
Como es sabido, el debido proceso es un derecho constitucional fundamental,
consagrado expresamente en el artículo 29 de la Constitución Política, el cual lo hace
extensivo “a toda clase de actuaciones judiciales y administrativas”. La jurisprudencia
constitucional ha definido el derecho al debido proceso, como el conjunto de garantías
previstas en el ordenamiento jurídico, a través de las cuales se busca la protección del
individuo incurso en una actuación judicial o administrativa, para que durante su trámite
se respeten sus derechos y se logre la aplicación correcta de la justicia.
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
La misma jurisprudencia ha expresado, que el respeto al derecho fundamental al
debido proceso, le impone a quien asume la dirección de la actuación judicial o
administrativa, la obligación de observar, en todos sus actos, el procedimiento
previamente establecido en la ley o en los reglamentos, “con el fin de preservar las
garantías -derechos y obligaciones- de quienes se encuentran incursos en una relación
jurídica, en todos aquellos casos en que la actuación conduzca a la creación,
modificación o extinción de un derecho o a la imposición de una sanción".1
En este sentido, el derecho al debido proceso se muestra como desarrollo del principio
de legalidad, pues representa un límite al ejercicio del poder público, y en particular, al
ejercicio del ius puniendi del Estado. En virtud del citado derecho, las autoridades
estatales no podrán actuar en forma omnímoda, sino dentro del marco jurídico definido
democráticamente, respetando las formas propias de cada juicio y asegurando la
efectividad de aquellos mandatos que garantizan a las personas el ejercicio pleno de
sus derechos. Según lo ha destacado este Tribunal, el derecho al debido proceso tiene
como propósito específico “la defensa y preservación del valor material de la justicia, a
través del logro de los fines esenciales del Estado, como la preservación de la
convivencia social y la protección de todas las personas residentes en Colombia en su
vida, honra, bienes y demás derechos y libertades públicas (preámbulo y artículos 1° y
2° de la C.P).
De manera general, hacen parte de las garantías del debido proceso:
a) El derecho a la jurisdicción, que a su vez implica los derechos al libre e igualitario
acceso ante los jueces y autoridades administrativas, a obtener decisiones motivadas,
a impugnar las decisiones ante autoridades de jerarquía superior, y al cumplimiento de
lo decidido en el fallo.
b) El derecho al juez natural, identificado este con el funcionario que tiene la capacidad
o aptitud legal para ejercer jurisdicción en determinado proceso o actuación de
acuerdo con la naturaleza de los hechos, la calidad de las personas y la división del
trabajo establecida por la Constitución y la ley.
1 Corte Constitucional, MP: GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO, Sentencia C – 980 de 2010
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
c) El derecho a la defensa, entendido como el empleo de todos los medios legítimos y
adecuados para ser oído y obtener una decisión favorable. De este derecho hacen
parte, el derecho al tiempo y a los medios adecuados para la preparación de la
defensa; los derechos a la asistencia de un abogado cuando se requiera, a la igualdad
ante la ley procesal, el derecho a la buena fe y a la lealtad de todas las demás personas
que intervienen en el proceso.
d) El derecho a un proceso público, desarrollado dentro de un tiempo razonable, lo cual
exige que el proceso o la actuación no se vea sometido a dilaciones injustificadas o
inexplicables.
e) El derecho a la independencia del juez, que solo tiene efectivo reconocimiento
cuando los servidores públicos a los cuales confía la Constitución la tarea de administrar
justicia, ejercen funciones separadas de aquellas atribuidas al ejecutivo y al legislativo.
f) El derecho a la independencia e imparcialidad del juez o funcionario, quienes siempre
deberán decidir con fundamento en los hechos, de acuerdo con los imperativos del
orden jurídico, sin designios anticipados ni prevenciones, presiones o influencias ilícitas.
Por su parte y en la aplicación del debido proceso se observan las figuras más comunes
dentro de todas las actuaciones judiciales, las cuales son la captura y la flagrancia las
cuales las Altas Cortes las han definido en varias ocasiones.
Dentro de la captura y la validez constitucional del procedimiento, la Corte
Constitucional hace mención a la captura aduciendo:
“Ni aun acudiendo a una interpretación literal de las expresiones del numeral 1
del artículo 250 superior a saber “medidas necesarias que aseguren la
comparecencia de los imputados al proceso penal” … En efecto dichas
expresiones no están imponiendo que las medidas allí propuestas deban dirigirse
en contra de quien ya haya sido “imputado”, sino para asegurar “…la
comparecencia de los imputados.” El texto constitucional no establece una
condición temporal (a partir de la imputación) sino funcional (para asegurar la
comparecencia de los imputados). Y en ese sentido cuando las circunstancias lo
justifiquen, la captura del indiciado puede ser una medida útil, necesaria y
proporcionada para asegurar su comparecencia como imputado (en sentido
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
estricto de acuerdo con la definición legal establecida en la Ley 906 de 2004) en
un futuro inmediato.”2
Es así como la ley 906/04 sí estableció los motivos por los cuales procede la captura en
la norma procesal vigente, aduciendo que:
“El Juez de garantías está no solamente supeditado para efectos de ordenar la
captura del indiciado, imputado, o acusado a los presupuestos y limites señalados
directamente por el constituyente derivado en el artículo 250 a que se hizo
referencia en los apartes preliminares de esta sentencia- sino que el Legislador en
la Ley 906 de 2004 en armonía con dichos presupuestos y límites reguló
expresamente las circunstancias, motivos y condiciones en que dicha captura
puede ordenarse por el referido Juez de control de garantías instituido –no debe
olvidarse- como el principal garante de los derechos fundamentales de los
indiciados, imputados, acusados o condenados en el proceso penal. Ahora bien,
ha de recordarse que el artículo 126 de la Ley 906 de 2004 señala que el carácter
de parte como imputado se adquiere desde su vinculación a la actuación
mediante la formulación de la imputación o desde la captura , si esta ocurre
primero, lo que indica que en esta materia lo que resulta relevante no es la
denominación de la persona sobre la que recae la medida, sino las finalidades,
motivos y condiciones en que la captura se realiza, aspectos todos en relación con
los cuales como se ha visto existen en la Constitución y en la ley clarísimos derroteros
para el juez de garantías. No puede entonces afirmarse –contrario a lo que señalan
los demandantes- que en la Ley 906 de 2004 se haya omitido regular las
condiciones y motivos por las cuales el indiciado –que con motivo de la captura se
convierte en imputado- puede ser objeto de una medida restrictiva de la libertad
como la captura.”3
Igualmente, la Corte hace mención sobre la no vulneración de la presunción de
inocencia, en el procedimiento de Captura aduciendo el respaldo de la norma
procesal, imperando la presunción de inocencia, exponiéndolo en los términos asi:
“La posibilidad de ordenar la captura del “indiciado” en los términos a que se ha
hecho amplia referencia en esta sentencia no presupone el desconocimiento de
la presunción de inocencia del procesado, pues no debe olvidarse que ésta lo
ampara desde que se inicia el proceso hasta el momento en que el funcionario
2 Corte Constitucional, MP: JUAN CARLOS HENAO PEREZ, Sentencia 239 de 2012 3 Corte Constitucional, MP: JUAN CARLOS HENAO PEREZ, Sentencia C- 479 de 2007
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
judicial lo declara penalmente responsable, por medio de sentencia ejecutoriada.
Al respecto el propio Código de Procedimiento Penal hace mención expresa de
esa circunstancia en los artículos 7 y 149 de Ley 906 de 2004 a los que resulta
pertinente remitirse en este punto dentro del análisis sistemático de las
disposiciones en que se contienen la expresión acusada en el presente proceso.”4
Junto con la captura existe una figura importante dentro de los procedimientos ejercidos
por la fuerza pública y los organismos destinados para la captura, dicha figura es la
flagrancia la cual la Corte se ha expresado en los siguientes términos:
“Sobre la figura de la flagrancia, ha dicho la jurisprudencia de esta Corte que
corresponde a “una situación actual que torna imperiosa la actuación inmediata
de las autoridades [o de los particulares], cuya respuesta pronta y urgente impide
la obtención previa de la orden judicial para allanar y la concurrencia del fiscal
a quien, en las circunstancias anotadas, no podría exigírsele que esté presente,
ya que de tenerse su presencia por obligatoria el aviso que debería cursársele
impediría actuar con la celeridad e inmediatez que las situaciones de flagrancia
requieren, permitiendo, de ese modo, la reprochable culminación de una
conducta delictiva que pudo haber sido suspendida merced a la penetración
oportuna de la autoridad al lugar en donde se desarrollaba(…)”.5
Esta excepción a la reserva judicial de la primera palabra está determinada por la
proximidad viva al hecho delictivo en cuanto tal, lo cual genera una autorización a
quien fuera, particular o autoridad pública, para capturar al que lo comete, lo ha
cometido, o existen ciertas, claras y objetivas razones para creer que así lo es o lo fue.
Lo anterior, de acuerdo a la jurisprudencia de la Sala Penal de la Corte Suprema de
Justicia, donde se ha dicho que la expresión flagrancia viene de “flagrar” que significa
arder, resplandecer, y que, en el campo del derecho penal, se toma en sentido
metafórico, como el hecho que todavía arde o resplandece, es decir que aún es actual.
No obstante, también se ha precisado que este requisito ofrece una cierta graduación
temporal, limitada por una determinada inmediatez a la comisión del delito. En ese
sentido se ha dicho que habrá flagrancia en tres supuestos diferentes:
“el primero, al que se le ha denominado “flagrancia en sentido estricto”, cuando
la persona es sorprendida y aprehendida al momento de cometer el delito; el
4 Corte Constitucional, MP: JUAN CARLOS HENAO PEREZ, Sentencia C - 239 de 2012 5 Ibíd.
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
segundo supuesto, el de la “cuasiflagrancia” cuando la persona es sorprendida o
individualizada al momento de cometer el delito y aprehendida inmediatamente
después por persecución o voces de auxilio de quien presencie el hecho; por último
la “flagrancia inferida” hipótesis en la que la persona no ha sido observada en el
momento de cometer el delito, ni tampoco ha sido perseguida después de realizarlo,
sino que es sorprendida con objetos, instrumentos o huellas de los cuales aparece o
se infiere fundadamente que momentos antes ha cometido un hecho punible o
participado en él.”6
Dentro de los postulados de libertad y flagrancia existe un derecho fundamental
amparado por la Constitución Nacional el cual está consagrado expresamente en la
Carta Política el cual es el derecho a la libertad personal, en lo que respecta a dicho
derecho la Corte se ha pronunciado en cuanto a las garantías que fijan las condiciones
para limitar este derecho fundamental, en lo cual la corte se expresa de la siguiente
forma:
En el artículo 28 C.P. se estructuran como verdaderas reglas constitucionales,
“encaminadas a delimitar de manera estricta la actividad del Estado frente a
esta libertad fundamental”. Así, de acuerdo con ese precepto “nadie puede ser
molestado en su persona o familia, ni reducido a prisión o arresto, ni detenido, ni
su domicilio registrado, sino i) en virtud de mandamiento escrito de autoridad
judicial competente, ii) con las formalidades legales y iii) por motivo previamente
definido en la ley. El texto precisa así mismo que iv) la persona detenida
preventivamente será puesta a disposición del juez competente dentro de las
treinta y seis horas siguientes, para que éste adopte la decisión correspondiente
en el término que establezca la ley, y advierte finalmente que v) en ningún caso
podrá haber detención, prisión ni arresto por deudas, ni penas y medidas de
seguridad imprescriptibles (…)”. Con ello, se fijan límites precisos sobre los motivos
y condiciones en que podrá restringirse el derecho a la libertad, así como las
actuaciones que implican el desconocimiento de dicho derecho. Lo anterior sin
olvidar que la intervención judicial opera “tanto en el momento de disposición a
través de una orden motivada, como en el momento del control de legalidad de
una efectiva privación de la libertad”, con lo cual el juez se convierte en el más
cierto garante de la libertad. Una condición que “se afianza sobre los rasgos de
autonomía e independencia que la Constitución reconoce a sus decisiones
(…)”.7
6 Corte Constitucional, MP: JUAN CARLOS HENAO PEREZ, Sentencia C - 239 de 2012 7 Ibíd.
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
Igualmente dentro de las anteriores actuaciones de captura y flagrancia se identifica
un elemento importante dentro de la labor realizada por el ente acusador, la Fiscalía
General de la Nación, y sus servidores de policía judicial, la anterior hace referencia a la
cadena de custodia, procedimiento establecido en todas las actuaciones judiciales e
investigaciones llevadas a cabo bajo la ley procesal vigente en el ordenamiento
Colombiano, definido igualmente por las Altas Corporaciones en su aplicación,
didáctica e interpretación frente a las dinámicas que ejecutan dicho procedimiento.
La cadena de custodia es un mecanismo que tiene como finalidad demostrar la
autenticidad de los materiales probatorios y la evidencia física8. En este sentido, es
concebida como un conjunto de medidas que tienen como fin preservar la identidad o
integridad de los elementos materiales probatorios o evidencia física y asegurar el poder
demostrativo de la prueba9. La Corte Suprema de Justicia ha definido la cadena de
custodia como “un documento escrito en donde se reflejan las incidencias de una
prueba compuesta por los eslabones de custodia, donde cada uno de estos debe incluir
el momento de la custodia, de quien se recibió la evidencia y a quien le paso, además
de las medidas tomadas para asegurar la integridad de la evidencia y evitar que esta
se altere”10.
De esta manera, el procedimiento a través del cual se aplica la cadena de custodia no
es un fin en sí mismo, sino un medio a través del cual se busca asegurar la autenticidad
del elemento probatorio o la evidencia física en el proceso penal, lo cual en ningún
momento descarta que existan otros mecanismos para lograr esa finalidad11.
La cadena de custodia, se refiere entonces a la acreditación o autenticidad de la
evidencia o elemento material probatorio, es decir, a su eficacia, credibilidad o
asignación de mérito probatorio12, por lo cual, lo que se cuestiona cuando no se cumple
8 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia del 21 de febrero de 2007, Radicación:
25920, M.P. Javier de Jesús Zapata Ortiz, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia del
04 de abril de 2009, Radicación: 28628, M.P. José Leónidas Bustos Martínez. 9 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia del 19 de febrero de 2009, Radicación:
30598, M.P. María del Rosario González de Lemos. 10 Ibíd. 11 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal: Sentencia de 27 de junio de 2012, Radicación: 34867,
M.P. José Leonidas Bustos Martínez; Sentencia de 18 de agosto de 2010, Radicación: 33559, M.P. Jorge Luis
Quintero Milanés; Sentencia de 29 de abril de 2015, Radicación: 45469, M.P. Eyder Patiño Cabrera. 12 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal: Sentencia de 23 de mayo de 2006, Radicación:25260,
M.P. Sigifredo Espinosa Pérez; Sentencia de 21 de febrero de 2007, Radicación: 25920, M.P. Javier de Jesús
Zapata Ortiz; Sentencia de 23 de abril de 2008, Radicación: 29416, M.P. Yesid Ramirez Bastidas; Sentencia
de 08 de octubre de 2008, Radicación: 28195, M.P. Julio Enrique Soacha Salamanca; Sentencia de 09 de
junio de 2010, Radicación: 33816, M.P. Julio Enrique Soacha Salamanca; Sentencia de 15 de septiembre de
2010, Radicación: 32361, M.P. José Leonidas Bustos Martínez; Sentencia del 17 de noviembre de 2010,
Radicación: 34940, M.P. Jorge Luis Quintero Milanés; Sentencia de 21 de septiembre de 2011, Radicación:
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
con los requisitos de la cadena de custodia, no es la legalidad de elemento material
probatorio sino su eficacia probatoria13. Al respecto ha señalado la Corte Suprema de
Justicia:
“Impera recordar que los yerros en el curso y respeto de los protocolos derivados
de la denominada cadena de custodia no comportan la exclusión de la prueba,
en cuanto no se trata de un asunto de legalidad del medio de convicción, sino
de valoración y ponderación judicial del mismo, en cuanto puede verse
afectado lo genuino, fidedigno y auténtico del elemento probatorio, de modo
que aún en aquellos casos en los cuales se constate la ruptura efectiva de la
cadena de custodia, no por ello debe automáticamente marginarse la prueba
del acervo probatorio, sino que corresponde al juez verificar hasta qué punto y
en qué medida, ello compromete la acreditación o autenticidad de la evidencia
o elemento probatorio en punto de su credibilidad y potencial persuasivo”14.
Por lo tanto, cuando no se cumplen cabalmente los procedimientos de la cadena de
custodia no se está afectando la legalidad del decreto de la prueba ni de su
incorporación en el juicio, sino su mérito probatorio15.
La cadena de custodia no puede ser tomada como un requisito de legalidad, por lo
tanto, no condiciona la admisibilidad de la prueba, su decreto o práctica. Por lo tanto
32136, M.P. María del Rosario González de Lemos; Sentencia de 5 de agosto de 2014, M.P. Fyder Patiño
Cabrera, Radicación: 43.691; Sentencia de 8 de agosto de 2012, Radicación: 38800, M.P. Julio Enrique
Soacha Salamanca; Sentencia de 10 de diciembre de 2012, Radicación: 40101, M.P. María del Rosario
González Muñoz; Sentencia de 29 de mayo de 2013, Radicación: 39835, M.P. José Luis Barcelo Camacho;
Sentencia de 09 de octubre de 2013, Radicación: 41915, M.P. María del Rosario González Muñoz; Sentencia
del 11 de diciembre de 2013, Radicación: 40629, M.P. Eyder Patiño Cabrera; Sentencia de 12 de noviembre
de 2014, Radicación: 44376, M.P. María del Rosario González Muñoz; Sentencia de 11 de febrero de 2015,
Radicación: 45121, M.P. Eyder Patiño Cabrera. 13 Sentencia de 04 de abril de 2009, Radicación: 28628, M.P. José Leonidas Bustos Martínez ; Sentencia de
09 de junio de 2010, Radicación: 33816, M.P. Julio Enrique Soacha Salamanca; Sentencia de 21 de febrero
de 2007, Radicación: 25920, M.P. Javier de Jesús Zapata Ortiz ; Sentencia de 23 de mayo de 2006,
Radicación: 25260, M.P. Sigilfredo Espinosa Pérez; Sentencia de 23 de abril de 2008, Radicación: 29416, M.P.
Yesid Ramírez Bastidas; Sentencia de 08 de octubre de 2008, Radicación: 28195, M.P. Julio Enrique Soacha
Salamanca; Sentencia de 09 de junio de 2010 Radicación: 33816, M.P. Julio Enrique Soacha Salamanca;
Sentencia de 15 de septiembre de 2010, Radicación: 32361, M.P. José Leonidas Bustos Martínez ; Sentencia
de 17 de noviembre de 2010, Radicación: 34940, M.P. Jorge Luis Quintero Milanés; Sentencia de 23 de mayo
de 2012, Radicación: 35565, M.P. Luis Guillermo Salazar Olero; Sentencia de 10 de diciembre de 2012,
Radicación: 40101, M.P. María del Rosario González Muñoz ; Sentencia de 12 de noviembre de 2014,
Radicación: 44376, M.P. María del Rosario González Muñoz ; Sentencia de 11 de febrero de 2015,
Radicación: 45121, M.P. Eyder Patiño Cabrera. 14 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia del 08 de octubre de 2008, Radicación:
28195, M.P. Julio Enrique Soacha Salamanca. 15 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal: Sentencia de 21 de septiembre de 2011, Radicación:
32136, M.P. María del R osario González de Lemos; Sentencia de 27 de febrero de 2013, Radicación:
4643, M.P. Gustavo Enrique Malo Fernández; Sentencia de 04 de junio de 2013, Radicación: 41000, M.P.
María del Rosario González Muñoz; Sentencia de 11 de febrero de 2015, Radicación: 45121, M.P. Eyder Patiño
Cabrera.
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
cuando hay un incumplimiento de los requisitos de la cadena de custodia la prueba no
deviene ilegal, sino que esta debe ser cuestionada en su mérito o fuerza de convicción16.
En conclusión, en caso de ruptura de la cadena de custodia el funcionario judicial les
debe otorgar un mérito menguado pero jamás su declaratoria de ilegalidad o ilicitud
con fundamento en la regla de exclusión17:
“el demandante cuando presente una demanda de casación por este motivo,
debe probar no solo que el proceso de cadena de custodia no se cumplió, sino
que la autenticidad del elemento no se probó por otros medios y además que
existen motivos razonables para pensar que la prueba no es genuina o que pudo
ser alterada”.18
Es así que este tema se considera tan relevante que se observa la consagración
constitucional y legal de este procedimiento, es entonces como la cadena de custodia
es medio de autenticación de la prueba propio del sistema acusatorio cuya
consagración inicial en Colombia se realizó en el Acto legislativo 02 de 2003. En este
sentido, el proyecto inicial de acto legislativo presentado ante el Congreso de la
República contempló el deber de la Fiscalía de asegurar los elementos materiales
probatorios, garantizando la cadena de custodia:
“2. El Fiscal deberá, en el ejercicio de la función investigativa, descubrir la prueba
necesaria o suficiente, teniendo en cuenta y aplicando la cadena de custodia
de las evidencias materiales, para presentarlas y practicarlas por ante el juez
competente acusando al procesado para que se le llame a juicio público y oral.
Promueve, amparado y autorizado por la Constitución, su función requirente de
la acusación acorde a la prueba necesaria, a la prueba útil, idónea, legal,
pertinente y suficiente para que se convoque a audiencia o causa
eminentemente pública y necesariamente oral”19.
Por lo anterior, desde el proyecto inicial este deber consistía en “Asegurar los elementos
materiales probatorios, garantizando la cadena de custodia mientras se ejerce su
16 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia de 27 de febrero de 2013, Radicación:
40643, M.P. Gustavo Enrique Malo Fernández. 17 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia del 5 de agosto de 2014, Radicación:
43691, M.P Eyder Patiño Cabrera. 18 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Sentencia del 18 de agosto de 2010, Radicación:
33559, M.P Jorge Luis Quintero Milanés. 19 Proyecto de Acto Legislativo 237 de 2002 Cámara. por el cual se modifican los artículos 234, 235, 250 y 251
de la Constitución Política. Gaceta del Congreso 134 del 26 de abril de 2002.
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
contradicción”, redacción que se conservó durante todos los debates, a lo cual
simplemente se agregó en el Informe de Ponencia para Segundo Debate al Proyecto
de Acto Legislativo 012 de 2002 Senado, 237 de 2002 Cámara la expresión:
“En caso de requerirse medidas adicionales que impliquen afectación de
derechos fundamentales, deberá obtenerse la respectiva autorización por parte
del juez que ejerza las funciones de control de garantías para poder proceder a
ello”, con el objeto de permitir la práctica de diligencias anticipadas20.
En este sentido, la cadena de custodia responde a la función investigativa del ente
acusador, y entiende su importancia dentro del proceso penal, ya que lo que pretende
es permitirle al fiscal custodiar la prueba necesaria, útil e idónea que considere que sea
conveniente llevar ante el juez en el juicio21.
Posteriormente el legislador colombiano ha regulado de manera especial lo
relacionado con la cadena de custodia en el Código de Procedimiento Penal y
posteriormente la Fiscalía General de la Nación la ha regulado mediante las
resoluciones 1890 de 2000, 2869 de 2006, 06394 de 2004 y 02770 de 2005.
Adicionalmente el parágrafo del articulo 254 faculta al Fiscal General de la Nación para
reglamentar lo relacionado con el diseño, aplicación y control del sistema de cadena
de custodia, de acuerdo con los avances científicos, técnicos y artísticos, en virtud de
lo cual se han expedido las resoluciones 1890 de 2000, 2869 de 2006, 06394 de 2004 y
02770 de 2005.22
Así mismo, el Código de Procedimiento Penal también se refiere a la cadena de
custodia en el capítulo dedicado a los elementos materiales probatorios, evidencia
física e información23, en el cual señala que los elementos materiales probatorios y la
evidencia física son auténticos cuando han sido detectados, fijados, recogidos y
embalados técnicamente, y sometidos a las reglas de cadena de custodia, agregando
que “la demostración de la autenticidad de los elementos materiales probatorios y
evidencia física no sometidos a cadena de custodia, estará a cargo de la parte que los
presente”.24
20 Ibíd. 21 Óp. cít. 22 Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, Sentencia de 5 de agosto de 2009,
Radicación: 31898, M.P. Jorge Luis Quintero Milanés. 23 Capitulo Único del título II del libro segundo de la Ley 906 de 2004. 24 Artículo 277 de la Ley 906 de 2004.
“Debemos comprender que no podemos escapar del dolor común,
y que nuestra única justificación, si hay alguna, es hablar, mientras
Podamos, en nombre de los que no pueden.”
Albert Camus
En tal sentido, no todos los elementos materiales probatorios están sometidos a cadena
de custodia, sino que deben diferenciarse dos supuestos diversos: (i) la autenticidad de
los elementos materiales probatorios o la evidencia física sometidos a la cadena de
custodia, para lo cual la Fiscalía cuenta con un Manual de Procedimiento de Cadena
de Custodia y (ii) aquellos elementos o evidencia física con los cuales cuentan las
partes y por ende, su autenticidad se puede garantizar a través de otros sistemas25
De esta manera, la posibilidad de que existan otros medios de autenticación de las
pruebas en ningún momento afecta el numeral 3º del artículo 250 de la Constitución,
sino que permite que en casos en los cuales no se haya podido garantizar la cadena de
custodia se empleen otros medios de autenticación distintos aunque con un menor valor
probatorio debe ser acreditado en cada caso concreto, al respecto cabe recordar que
el método de cadena de custodia fue introducido por el sistema acusatorio, pero la
verificación de la autenticidad de las pruebas ya existía en nuestro ordenamiento
jurídico, por lo cual si bien este método es más eficaz no es el único para acreditar la
autenticidad de las pruebas.
En este sentido, el análisis de si se aplicó la cadena de custodia u otro medio idóneo
para la verificación de la autenticidad de los elementos materiales probatorios o la
evidencia física hace parte del derecho a que se evalúen por el juzgador las pruebas
incorporadas al proceso, en virtud del cual, el juez luego de un completo y exhaustivo
análisis, deberá decidir en cada caso en concreto el mérito probatorio que le asigna a
las mismas.
En consecuencia, el inciso 2º del artículo 277 de la Ley 906 de 2004 en ningún momento
elimina ni limita el deber de la Fiscalía de asegurar la cadena de custodia de los
elementos materiales probatorios que recaude consagrado en el artículo 250 de la
Constitución, el cual sigue existiendo y su incumplimiento puede tener consecuencias
penales y disciplinarias.
Equipo Proyecto Inocencia
Consultorio Jurídico
Universidad Manuela Beltrán
25 Corte Constitucional, MP: JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB, Sentencia C - 496 de 2015