ficología mexicana

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Breve reseña de la filología mexicana por el Dr. Pedroche.

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Ficologa marina mexicana. Diversidad y Problemtica actual

Mexican marine phycology. Diversity and problems

Francisco F. Pedroche1,2y Abel Sentes G.2

1Depto. Hidrobiologa, UAM-Iztapalapa, Apdo. Postal 55-535, Mxico, D.F. 09340, MEXICO2University Herbarium, Univeristy of California 1001 VLSB # 2465, Berkeley, CA 94720-2465, USA

Pedroche, F. F. y A. Sentes G., 2003. Ficologa marina mexicana. Diversidad y Problemtica actual, Hidrobiolgica 13 (1): 23-32.

RESUMENSe analiza la situacin del inventario de las macroalgas marinas mexicanas en ralacin a las divisiones Chlorophyta, Rhodophyta y a la clase Pheophyceae. La informacin se clasific de acuerdo a los estados o entidades federativas de la Republica Mexicana que poseen costas en el Pacfico o Atlntico. Tambin se discuten las proporciones de gneros, familias y rdenes para las regiones costeras denominadas: Baja California occidental, Golfo de California, Pacfico tropical, Golfo de Mxico y Caribe. Los estados que destacan por su diversidad son: Baja California, en su porcin occidental, Baja California Sur y Sonora en cuanto al Pacfico; Veracruz y Quintana Roo para el Atlntico. Las regiones costeras por su parte muestran una biodiversidad alta en las reas de transicin del Pacfico y en la porcin caribea de la Pennsula de Yucatn. Discutimos algunos de los problemas actuales que caracterizan a esta biodiversidad y la amenaza de las especies invasoras en su integridad.

Palabras clave: Macroalgas marinas, biodiversidad, Pacfico mexicano, Golfo de Mxico y Caribe mexicano.

ABSTRACTAn analysis on marine macroalgal diversity in Mexico was done relating Chlorophyta, Rhodophyta and Phaeophyceae records with coastal Mexican states or geopolitical entities. Also, data were classify in species, genera, family and orders, and percentage of occurrence was evaluated in five different biogeographycal regions called: Western Baja California, Gulf of California, Tropical Pacfic, Gulf of Mxico, and Caribbean. Most diverse states are Baja California in its western side, Baja California Sur, and Sonora in Pacific Mexico, Veracruz and Quintana Roo in Atlantic Ocean. Macroalgae high biodiversity was detected in transitional areas of Pacific Mexico and in the Caribbean area of Yucatn Peninsula. We discuss some inherent problems to this macroalgal biodiversity and threatening issues to it as alien species.

24Pedroche, F. F. y A. Sentes G.Key words: Marine macroalgae, biodiversity, Pacific Mexico, Gulf of Mexico, Caribbean Mexico.

Vol. 13 No. 1 2003INTRODUCCIN

La concertacin de inquietudes, tanto a nivel nacional co- mo internacional, alrededor del significado valioso e importancia de la biodiversidad, en el contexto de la humanidad y la prdida acelerada de esta diversidad viviente, ha reunido esfuerzos al- gunos de ellos concretados en la agenda 2000 (Annimo, 1994a,1994b). En ella y como claramente se expresaba, los objetivos durante los siguientes veinticinco aos seran: a) el descubri- miento del mayor nmero de especies no conocidas antes de que desaparezcan y no se tenga oportunidad de registrarlas; b) el entendimiento de esta biodiversidad a travs de estudios filo- genticos, de clasificacin y monogrficos y c) conocimiento in- tegrado, de amplia difusin, mediante bases de datos y redes de computo internacional, con el objeto de permitir un manejo ms adecuado de toda la riqueza presente sobre el planeta. Sin em- bargo, esta preocupacin parece estar principalmente orientada hacia los bosques tropicales, desiertos y otros ecosistemas te- rrestres y poca importancia se ha puesto en aquellos organis- mos de origen acutico habitantes de lagos, rios y mares (John,1994). Solamente en el caso de las algas, como organismos tpi- camente acuticos, se considera que existen alrededor de 140000 especies por descubrir; a la fecha, las descritas alcanzaran la cifra de 40 000 (Groombridge, 1992), de las cuales entre 6 500 y 7 000 corresponden a especies marinas (Silva, 1992). Sin em- bargo, la estimacin de la diversidad algal ha sido un punto de debate que an continua y que difcilmente ser resuelto (John,1994; Pedroche, 2000; Silva, 1992).

Durante el ao de 1992 se realiz la reunin denominada Simposio sobre Diversidad Biolgica en Mxico, auspiciada por la Sociedad Mexicana de Historia Natural y la Secretara de Educacin Pblica. De este simposio se public un nmero es- pecial de la revista de la propia sociedad y en l apareci una contribucin que trat de dar un panorama, a esa fecha, de la ri- queza de macroalgas marinas y algas de agua dulce presentes en nuestro territorio (Pedroche et al., 1993). Antes, una represen- tacin grfica deline las principales regiones ficolgicas y pro- puso porcentajes de presencia de las diferentes divisiones algales en el territorio mexicano (Pedroche et al., 1992). De ese entonces al da de hoy muchos eventos han sucedido: las con- tribuciones en las cuales se citan registros y nuevos hallazgos se han multiplicado significativamente, el nmero de investiga- dores ficlogos jvenes se ha incrementado, la nomenclatura hasta entonces no considerada con cuidado, ha pasado a for- mar una parte importante en los artculos que se someten y aceptan en revistas mexicanas, los estudios detallados o mono- grficos en ciertos grupos de algas han permitido aclarar nom- bres mal aplicados y profundizar en los problemas de taxonoma y sistemtica que enfrentan estos organismos.

En aquel entonces (Pedroche et al., 1993) y slo para el Pa- cfico mexicano, 94 fuentes bibliogrficas fueron consultadas,

ahora este nmero se ha incrementado en aproximadamente un400%, esto nos da una ligera idea del incremento en el conoci- miento de la diversidad, en trminos de riqueza especfica, con que cuenta nuestro pas en ese litoral (Pedroche y Sentes, 2003; Pedroche et al., 2003). Como consecuencia es necesaria una ac- tualizacin de la visin, que en este momento poseemos, de la diversidad algal en nuestros litorales, pero ms importante an es llamar la atencin sobre los problemas que enfrenta.

A diferencia de los trabajos antes mencionados, este es- crito se restringue ahora slo a las macroalgas marinas, pues actualmente y como se mencionaba arriba, la existencia de fic- logos jvenes trabajando en grupos diversos de agua dulce y fi- toplancton marino hacen que una obra de dimensiones globales sea terreno de la interdisciplina e interinstitucionalidad, sobre- pasando al intencin del presente trabajo.

MTODOS

Una generalizacin del tipo que nos atrevemos a presentar no sera posible sin el respaldo de obras integradoras que repre- sentan aos de trabajo. Para el presente escrito hemos emplea- do como fuentes de informacin los trabajos publicados de Gonzlez-Gonzlez et al. (1996), Dreckmann (1998) y Ortega et al. (2001); as como datos an sin publicar para el Pacfico mexica- no (Pedroche et al. en revisin). Todos los registros ah presen- tados han sido analizados y ordenados geogrficamente de acuerdo a regiones y estados de la Republica Mexicana y taxo- nmicamente en divisiones, rdenes, familias, gneros y espe- cies. En el caso de los Estados de Baja California y Baja California Sur los registros se analizaron de acuerdo a si se en- contraban en la porcin que es baada por el Oceno Pacfico como tal (BCP y BCSP respectivamente) o por las aguas del Gol- fo de California o Mar de Corts (BCG y BCSG). Tambin y con la finalidad de brindar una percepcin biogeogrfica ms que de divisiones polticas se realiz una evaluacin del nmero de es- pecies, gneros, familias y rdenes por reas (Fig. 4). Para ello se consideraron nuevamente aquellas regiones ficolgicas men- cionadas por Pedroche et al. (1992) con algunas modificaciones de lmite propuestas por Daz-Martn y Espinoza-Avalos (2000) para las macroalgas del Caribe mexicano quienes mencionan que el punto ms o menos asignable para separar a la ficoflora del Golfo de Mxico con la del Caribe se encuentra en Cabo Ca- toche, y Arriaga Cabrera et al. (1998) para las provincias coste- ras correspondientes al Pacfico de Mxico desplazando el lmite sur de la regin del Golfo de California a Baha Banderas. Una discusin un poco ms amplia sobre estas regiones se en- cuentra adelante.

Los anlisis han contemplado a los tres grandes grupos de macroalgas marinas: Chlorophyta o algas verdes, Phaeophy- ceae o algas cafs y Rhodophyta, algas rojas. Debido a que en-

26Pedroche, F. F. y A. Sentes G.

tre las Cianobacterias an se debaten muchas de las denomina- ciones en casi todos los rangos taxonmicos, estas no fueron in- corporadas. En esta tarea se eliminaron los eptetos que aparecieron en varias ocasiones resultado de ser sinnimos ho- motpicos o heterotpicos, tambin se depuraron algunos nom- bres mal aplicados y no se incluyeron los registros dudosos. Enfatizemos que los nombres, en cualquier rango taxonmico, son opiniones taxonmicas y que su apreciacin vara con el tiempo y los mtodos empleados para su reconocimiento. Inclu- so el nivel natural de especie representa en muchas de las ve- ces una idealizacin y no una realidad biolgica como ya hemos

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BCGBCP BCS P

BCSG SON SIN NAY JAL COL MICH GRO OAX CHIS I.REVapuntado en su momento (Pedroche et al., 1993). Slo estudios detallados de filogenia nos darn, en un futuro, luz sobre este asunto.

SITUACIN DE LA FICOFLORA MARINA MEXICANA

En un excelente trabajo realizado hace 30 aos y aunque fuera del contexto de las propuestas de la agenda 2000, Dixon (1970) aplic parte de las ideas de Dixon y Heywood y de Turril para discutir las fases por las que debera pasar todo pas para completar su conocimiento ficolgico. De est manera, cuatro etapas fueron consideradas: 1) pionera o alfa en la que se inclu- yen la identificacin y conocimiento de los organismos basados en datos morfolgicos y de herbario, con informacin limitada de presencia y distribucin; 2) consolidacin, en sta se eliminan los caracteres o informacin "arbitraria" o "superflua" resultando la mayora de las veces en una reduccin de nombres a sinon- mia; 3) biosistemtica, fase que incorpora fuentes informacin fuera de la taxonoma clsica como citologa, qumica, ultraes- tructura, entre otras y 4) enciclopdica, etapa de integracin e interrelacin que pretende llegar a una clasificacin natural in- corporando todos los posibles caracteres y datos "relevantes" de los organismos presentes en cierta regin geogrfica.

Si consideramos como marco de referencia estas conside- raciones: En qu fase, podramos decir, se encuentra Mxico? Independientemente de la historia ficolgica, ms o menos lar- ga, que posee nuestro pas y de la publicacin de varios estudios regionales o monogrficos recientes (ver Ortega et al., 2001; Pe- droche y Sentes, 2003; Pedroche et al., 2003). an persisten reas con lagunas en el conocimiento de las macroalgas mari- nas en ambos litorales o bien en algunos grupos taxonmicos. Para ilustrar esta situacin baste ver las figuras 1-3 que propor- cionan los nmeros absolutos de las especies registradas a la fecha por estados de la Republica Mexicana y los porcentajes de especies mencionadas por Division o Clase algal tambin pa- ra estas entidades federativas.

Por ejemplo, en el Pacfico tres estados tienen ms de 300 especies: Baja California en su porcin occidental, Baja Califor-

Rhodophyta 452 320 171 277 255 109 136 118 84 67 103 135 18 65Phaeophyceae 97 73 38 62 54 14 28 41 23 26 24 29 7 25Chlorophyta 63 51 36 80 52 30 49 40 28 32 30 58 15 34

Figura 1. Nmero de especies por grupo taxonmico y entidad federativa para el Pacfico de Mxico.

nia Sur y Sonora, mientras que el resto posee en promedio 160 especies. Destaca por su pobreza el Estado de Chiapas con s- lo 40 registros, los cuales han sido incorporados en aos recien- tes, pues hasta 1992 no haba estudios en esa parte del territorio (Pedroche et al., 1993). Comparativamente hace 10 aos los es- tados con menor nmero de especies eran Sinaloa (15), Oaxaca (41) y en menor proporcin Nayarit (48) y Jalisco (48), a la fecha el conocimeinto de estos ha aumentado considerablemente (Fig.3). Por lo que respecta al Atlntico, Tabasco es el Estado con menor diversidad algal seguido por mucho por Tampico (Fig. 3). Un panorama similar se aprecia si se comparan los datos de1992 con los actuales. Estas diferencias pueden reflejar estudios intensivos heterogneos, capacidad relativa de los estudiosos para tomar decisiones y asignar nombres correctos, caracters- ticas propias en la fisiografa o ecologia de las costas en cada Estado o incluso una historia evolutiva particular por grupo taxo- nmico o por regin geogrfica.

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TAMPVERTABCAMPYUCQRRhodophyta871775105120230Phaeophyceae25511265360Chlorophyta34940651101630%

Figura 2. Nmero de especies por grupo taxonmico y entidad federativa para el Atlntico de Mxico.

111 87BC 0 400 km

BCS

SON

SIN

QRoo453

TAMPS146

TAB6

CAMP196

21

Pacfico

NAY JAL COL

CHISMICH

TAMPS

GRO

Atlntico

VER TAB OAX CHIS

YUC CAMP

QRoo

VER322

YUC283

GRO157MICH125COL135

JAL199

NAY213

OAX 40222

Is. REV.124

BCP612

BCSP444

del Atlntico alcanza un 60%. Recordemos que el litoral oriental de Mxico es menos diverso (727 spp.) que el occidental (1 100 spp.). Al analizar la figura 4, se detecta un contraste en cuanto a los nmeros de gneros por regin, as la regin V registra 43 g- neros de Chlorophyta y 20 de Phaeophyceae en contraposicinSIN153

BCG245

SON361

BCSG419

a la regin I que muestra 25 y 58, respectivamente; esto sencilla- mente nos indica que ciertos grupos o taxa se encuentran adap- tados y han radiado diferencialmente en regmenes diferentesFigura 3. Nmero de especies totales por entidad federativa para el Pacfico y Atlntico mexicanos. Las reas obscuras indican Estados con ms de 300 especies.

Un recurso importante para resolver estas dudas son los estudios monogrficos, de integracin y anlisis que se han em- pezado a generar y que han permitido que aspectos de lo que Di- xon denominaba parte de las fases de consolidacin, biosistemtica y enciclopdica se aprecien. Recientemente pa- ra el Pacfico de Mxico se ha estimado que existen alrededor de 1 100 nombres actuales de los 1809 registrados (Pedroche y Sentes, 2003). Por lo que concierne al Atlntico 1117 nombres habin sido mencionados en algn momento y se estima que hay slo 727 taxa actualmente reconocidos (Ortega et al., 2001). Esto indica que entre un 30-35% de los nombres eran sinnimos o nombres mal aplicados para el Oceno Atlntico mientras que para el Pacfico el valor asciende a 40%.

Por lo que respecta a las regiones ficolgicas analizadas (Tabla 1), se puede observar un escenario diferente en compara- cin a los nmeros absolutos por entidad federativa o Estado, detectndose que la regin I (Baja California Occidental) es la que ms riqueza especfica tiene (742 spp.), con un 67% del total de especies registradas para el Pacfico mexicano, mientras que la regin V (Caribe Mexicano) cuenta slo con 438 especies, pe- ro que en porcentaje con respecto al nmero total de especies

ya sean tropicales o templados. Una situacin semejante se ex- presa en la categoria familiar, por ejemplo, se observa que la re- gin V tiene 17, 9 y 24 familias de cada una de las categoras algales, mientras que la regin I manifiesta 14 familias de Chlo- rophyta, 23 de Phaeophyceae y 41 de Rhodophyta.

Pero, estas categoras taxonmicas corresponden a cla- dos filogenticos? De ser as, estos valores pueden sugerir reas de proteccin o conservacin, de manejo y explotacin. Regiones con varias familias y gneros deben ser ponderadas con respecto a regiones con menor nmero de estos taxa, inde- pendientemente de los nmeros especficos.

Tabla 1. Datos comparativos entre las regiones ficolgicas enfati- zando el total de especies por regin y su porcentaje del total re- gistrado en cada litoral.

Regin ficolgica Taxa registrados Porcentaje del total de especies por litoralOceno Pacfico

Oceno AtlnticoIV. Golfo de Mxico45262.1%V. Mar Caribe Mexicano43860.2%I. Baja California Occidental 742 67.5% II. Golfo de California 669 60.8% III. Pacfico Tropical Mexicano 444 40.3%

Figura 4. Especies y categoras supraespecficas por grupo y regin ficolgica. BCP = Baja California Occidental, GC = Golfo de California, PT = Pacfico Tropical, GM = Golfo de Mxico, CM = Caribe mexicano, Chloro = Chlorophyta, Phaeo = Phacoplyceae, Rhodo = Rhodophyta

ALGUNOS DE LOS PROBLEMAS

Naturaleza de los organismos. Las algas son organismos relativamente sencillos, con niveles de organizacin hasta cier- to punto fciles de reconocer, pero en muchas de las ocasiones con un bajo nmero de caracteres empleados para su descrip- cin y caracterizacin. Esto aunado a que como grupo no natu- ral se incluyen varios grupos monofilticos, con grados diferenciales de evolucin desde su origen. Una de las conse- cuencias de estos diversos caminos evolutivos es la gran plasti- cidad morfolgica que hace dificil, en ciertos momentos, distinguir estadios morfolgicos discretos de un mosaico de gra- dientes en forma. Esto ha traido como resultado la denominacin de diversas categorias infraespecficas, como es el caso del g- nero Caulerpa con 12 variedades o formas en el Pacfico mexi- cano y 43 para el Atlntico, tambin de Mxico. Este fenmeno se encuentra de igual manera a nivel de especie y en el pasado tenamos para cada variacin morfolgica una especie diferen- te, ejemplo de ello lo encontramos en una clorofita: el gnero Codium que en su momento y gracias a las interpretaciones deEl segundo aspecto de la naturaleza biolgica de las algas que abordaremos se refiere a las estrategias reproductivas ma- nifestadas por los diferentes grupos, con la insercin de fases iso y heteromrficas en historias de vida bi o trifsicas que han confundido hasta al ficlogo ms experimentado. Slo baste re- cordar la existencia de Halicystis ovalis (Lyngbye) Areschoug y Derbesia marina (Lyngbye) Solier, como dos representantes de la ficoflora mexicana cuando una es el estadio esporoftico de la otra, dos nombres en una lista florstica que corresponden en realidad a una sola especie.

Las propiedades arriba mencionadas son un ejemplo del abanico de condiciones particulares del grupo, que deben ser to- madas en cuenta al evaluar la diversidad de estos organismos. Por consecuencia, los estudios en ficologa deben ser a largo pla- zo tanto en grupos como en localidades, permitiendo slo de esta manera el reconocimiento de los diferentes estadios de vida invo- lucrados en las historias vitales o de las manifestaciones multiples de una morfologa aparentemente estable. En ocasiones la esta- cionalidad determina la aparicin o desaparicin de floras y por lo

Setchell y Gardner (Setchell y Gardner, 1924) se describieron 11especies de este taxon para el Golfo de California, para las 3 que actualmente se reconocen (Pedroche et al., 2002). Estos son s- lo dos ejemplos de los tantos presentes en nuestra flora.

tanto su manifiestacin en tiempos y espacios diferentes.

Tropicalidad vs diversidad. Es comunmente reconocido que en casi todos los grupos de organismos el nmero de espe- cies aumenta conforme su distribucin alcanza las regiones tro-

picales, con contadas excepciones, entre ellas las algas (Lning,1990). El mencionado fenmeno lo podemos apreciar en el litoral de Pacifico en donde la mayoria de las especies se encuentran en las zonas de transicin entre aguas frias, templadas o subtro- picales (fig. 4). Otra historia es el Golfo de Mxico que como po- demos apreciar presenta una diversidad especifica similar entre la region norte (IV) con 452 especies y la sureste (V) con 438 (ta- bla 1). En estos casos dos razones pueden explicar la situacin: falta de estudio en muchas reas particulares o bien que las la- titudes tropicales pueden ser regiones inhspitas para las algas (Bolton, 1994). A estos argumentos podramos sumar la falta de conocimiento en la biologa de muchos de los grupos de algas marinas los cuales podran poseer, de acuerdo a su caracters- tica tropical, tallas muy pequeas que pasan desapercibidas en estudios de orden general, historias vitales con fases muy cor- tas y restringidas a microhabitats muy especficos, y pastoreo excesivo por parte de los herbvoros, entre otras. Caractersticas apreciadas desde hace tiempo por algunos ficlogos tropicales y que deben ser foco de estudios especficos (Gonzlez Gonz- lez, 1993; Len Alvarez y Gonzlez Gonzlez, 1993; Len Tejera y Gonzlez Gonzlez, 1993; Rodrguez Vargas et al., 1993; Serviere Zaragoza et al., 1993).

Islas Revillagigedo, aunque consideradas dentro de la por- cin tropical presentan elementos compartidos con la regin templada, subtropical como lo demuestran registros tpicos de aguas templadas o fras como Cladophoropsis membranacea (Hofman Bang ex C. Agardh) Brgesen, Dictyosphaeria australis Setchell, Ostreobium quekettii Bornet et Flahault, entre las Chlo- rophyta; Feldmannia irregularis (Ktzing) G. Hamel, Macrocystis pyrifera (Linnaeus) C. Agardh, Sargassum palmeri Grunow como parte de las Pheophyceae y Halymenia actinophysa Howe y Lit- hophyllum grumosum (Foslie) Foslie por mencionar algunos en- tre las Rhodophyta. De acuerdo a Len Tejera et al. (1996) el 34% de la flora de este archipilago tiene afinidad con zonas templa- das del Pacfico mexicano, por lo que podra considerarse ms como una zona de transicin que como un rea estrictamente tropical.

Biodiversidad algal, regiones biogeogrficas y regiones prioritarias. Es generalmente aceptado que un factor muy im- portante en la distribucin horizontal de las macroalgas, y de otro tipo de organimos marinos, es la temperatura, que junto con la salinidad forman una mancuerna determinante en la presen- cia o ausencia de las especies a lo largo de los litorales. Estos factores ligados a la abundancia/presencia/ausencia especfica son los elementos para conformar las regiones denominadas, biogeogrficas. Actualmente la biogeografa est incorporando mtodos e informacin nueva para esta tarea, como ejemplo po- demos citar las aproximaciones filogenticas (Avise, 2000; Humphries y Parenti, 1999; Nelson y Platnick, 1981) o los mtodos no convencionales como la termogeografia a travs del tiempo

(Adey y Steneck, 2001). En el presente trabajo el Pacfico ha sido sectorizado slo en tres grandes regiones: Pacifico de Baja Ca- lifornia, Golfo de California y Pacfico Tropical mexicano; sin em- bargo, simplemente la regin occidental de Baja puede ser caracterizada en pequeas subregiones como lo ha apuntado Casas Valdez et al. (2000) y desde hace aos Dawson haba en- fatizado la importancia de las surgencias en la modificacin y presencia de floras a lo largo de la pennsula de Baja California (Dawson, 1945, 1950, 1951, 1954). Aparentemente lo ms impor- tante en esta porcin del litoral es que la ficoflora templada o c- lido templada se limita a Baha Magdalena, por lo que porcin sur de Baja California Occidental es una zona posiblemente de transicin con varios elementos tropicales y los lmites de esta regin deben ser reestudiados con detenimiento empleando qui- zs los puntos de inicio y puntos de terminacin de distribucio- nes especficas (DeCew, datos no publicados). El Golfo de California, aunque tambin puede ser subdividido en subregio- nes (Espinoza Avalos, 1993) representa un panorama completa- mente distinto al Pacifico de Baja California. Sus intervalos de marea tan amplios en la regin norte y la tasa alta de insolacin hacen que la ficoflora se limite principalmente a las zona infra- mareal, condicin que tambin se presenta en al sur de esta costa por una zona intermareal estrecha y con poco oleaje.

Por su parte el Pacfico tropical mexicano considerado co- mo tal desde Baha Banderas (Nayarit-Jalisco) hasta la frontera sureste mexicana se ha caracterizado por una ficoflora pobre en numero de especies y en grupos supraespecficos principalmen- te entre las Phaeophyceae y las Rhodophyta (ver fig. 4). Las ra- zones parecen ser multiples, desde la existencia de acantilados, sustratos inestables en sus playas de cantos rodados, alta inso- lacin, pastoreo intenso y algunas que otras descargas fluviales importantes, no obstante tambin posee sus elementos endmi- cos (Codium giraffa Silva) y cierta afinidad con la flora Indopac- fica (Dermonema virens Pedroche y Avila).

En lo que respecta al Atlntico mexicano, conformado por el Golfo de Mxico (desde Tamaulipas hasta Yucatn) y el Cari- be mexicano (Quintana Roo), presenta condiciones tropicales en el contexto ambiental (Lning, 1990). En este sentido Earle (1972) seala que la mayora de las algas de la regin mexicana son tropicales con afinidades del Caribe y con una amplia distribu- cin y tolerancia a variaciones en la temperatura. Adems pre- cisa que el sustrato marca 2 grandes zonas de manifestacin algal, una zona que abarca los estados de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco con sustrato arenoso-limoso, mientras que Campe- che, Yucatn y Quintana Roo con un sustrato calcareo (arrecifes coralinos). Por otra parte Briggs (1974) menciona que Cabo Rojo ubicado al sur de Tampico, Tamps., es el punto que divide 2 pro- vincias: la tropical hacia el sur (Provincia Caribea) y la subtro- pical hacia el norte (Provincia Caroliniana), por tanto se infiere

que Tamaulipas es una zona de transicin entre floras tropicales y templadas (Ortega et al., 2001). An con estas sectorizaciones en zonas o provincias se requieren de estudios ms detallados en el campo para comprobar los posibles lmites de las manifes- taciones algales. Sin embargo, comparado con el Pacfico, los nmeros especficos son bajos (tabla 1).

Es importante resaltar, que en obras integradoras recien- tes (Groombridge y Jenkins, 2002) tres de estas cinco reas arri- ba mencionadas son consideradas como regiones de endemismo considerable y con un riesgo alto de perder su bio- diversidad, y aunque estas reas estn basadas en peces de arrecife, corales, moluscos y langostas, tambin en el caso de las algas vemos que son regiones muy importantes por sus n- meros especficos y supraespecficos. Estas reas son el Pacfi- co de Baja California, el Golfo de California y el Mar Caribe, regiones que como hemos visto coinciden para la ficoflora. En cuanto al endemismo de sus integrantes, un 26% del total de la diversidad de algas marinas del Pacfico de Mxico es endmi- ca (18 especies de algas verdes, 34 de pardas y 233 de rojas). Destacan por esta condicin la porcin occidental de Baja Cali- fornia y el Golfo de California, posteriormente I. Guadalupe y las Revillagigedo. En el Atlntico hasta el momento no hay datos o registros de especies endmicas en cuanto a algas se refiere, an as se han hecho esfuerzos estableciendo Reservas y Par- que marinos, tanto en el Golfo de Mxico como en el Caribe me- xicano, a nivel continental e insular, lo cual ayuda a conservar nuestra amenazada flora algal.

En un gran esfuerzo la Comisin Nacional para el Conoci- miento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) propuso 70 reas prioritarias (43 para el Pacfico y 27 para el Atlntico) conside- rando criterios de alta biodiversidad, uso por sectores y ausen- cia de informacin (Arriaga Cabrera et al., 1998). Dentro de estas reas se consideran aquellas amenazadas en su diversidad por uso o explotacin de los recursos debido a la intervencin hu- mana Algunas de ellas corresponden a las zonas de alta diver- sidad ficolgica? Desafortunadamente a la fecha no poseemos la informacin analizada a detalle para dar respuesta a esta pre- gunta pero es un hecho que esfuerzos orientados en este senti- do enriquecern el trabajo iniciado por la CONABIO.

Especies invasoras. Un aspecto que preocupa de sobre- manera actualmente es el referente a la perdida de biodiversi- dad debido a varias causas entre ellas, la mano del hombre que altera y sobreexplota causando la extincin de las especies. En lo que concierne a las macroalgas no existen datos documenta- dos de la desaparicin de especies de nuestros litorales, ms bien lo que se ha mencionado en algunos trabajos florsticos es no haber encontrado especies que alguien en el pasado habia registrado, pero en la mayora de los casos esto se debe a iden- tificaciones errneas y no necesariamente a la extincin de ta-

xa. Solo seguimientos detallados a largo plazo y fundados en identificaciones certeras nos darn luz sobre este asunto. Sin embargo, un elemento que definitivamente est documentado y que a la larga trae el desplazamiento de poblaciones locales, es la invasin por especies forneas. Un buen ejemplo es Sargas- sum muticum (Yendo) Fensholt, especie nativa de Japn y que desde los aos 70 se ha instalado en las costas del Pacfico de Mxico y que poco a poco ha ido ganando terreno en la Penn- sula de Baja California (Aguilar Rosas y Aguilar Rosas, 1993), otra alga tambin de la clase Phaeophyceae de reciente ingre- sin a Mxico y de origen nipn como en el caso anterior es Cu- tleria cylindrica Okamura cuyo primer registro data de los aos90 (Aguilar Rosas, 1994). Aparentemente estas especies no des- plazan a la flora nativa pero estudios ms detallados son nece- sarios.

Dos especies de algas verdes que son consideradas male- zas y que se encuentran muy cercanas a nuestras fronteras son Codium fragile ssp. tomentosoides (van Goor) Silva, probable- mente traida con embarques de ostiones de Japn, se ha insta- lado en aguas californianas (Silva, 1979) y representa una amenaza para la ficoflora mexicana y aunque es habitante de aguas tranquilas su invasin en bahas puede provocar la modi- ficacin de la flora al ocupar reas extensas de la zona mesoma- real. Por lo que respecta a esta especie afortunadamente se ha establecido un monitoreo en las costas de Ensenada para deter- tar su migracin (Aguilar Rosas com. pers.). El segundo ejemplo es Caulerpa taxifolia (Vahl) C. Agardh, alga de origen caribeo invadi por primera vez el Mediterrneo en los aos 80 y ahora es una plaga incontrolable, inclusive se le conoce como el alga asesina (Meinesz, 1999). Recientemente durante el ao 2000 fue detectada en algunas lagunas de San Diego, California, USA po- siblemente arrojada por algn acuarista y ahora se expande ha- cia el sur (Silva com. pers.). Esta alga forma mantos extensos y desplaza a la flora nativa. Ejemplos como los anteriores deben ser detectados y monitoreados en los aos por venir.

CONCLUSIONES

Podramos decir que Mxico ya no se encuentra como otros pases, incluyendo algunos considerados como desarrolla- dos (Huisman et al., 1998), en la fase primaria de exploracin y de "descubrimiento" en cuanto a ficologa marina se refiere, cuando menos en un panorama generalizado. En este sentido, nos atre- veramos a decir que los ficlogos marinos mexicanos han aban- donado los estudios inventariales de orden general y se tienden a concentrar en el trabajo de inventario fino y monogrfico en grupos poco conocidos que abarcan gneros como es el caso de Codium en las Chlorophyta (Pedroche, et al., 2002), o bien Amphi- roa (Riosmena Rodrguez y Beltrones, 1996), Gracilaria (Dreck- mann, 2002), Polysiphonia (Sentes, 1995) o Laurencia (Sentes y

Fujii, 2002) en las Rhodophyta. A nivel de Familia, Sphacelaria- ceae (Mendoza Gonzlez et al., 2000), Ralfsiaceae (Len Alvarez y Gonzlez Gonzlez, 1993), Laminariaceae (Aguilar Rosas, L. et al., 1993), Dictyotaceae (Mateo-Cid et al., 2000) y Fucaceae (Agui- lar Rosas, R. et al., 2002), han sido tratadas en las Phaeophyceae y las Corallinaceae (Mendoza Gonzlez y Mateo Cid, 1992; Rios- mena-Rodrguez y Woelkerling, 2000) y las Gelideaceae (Rodr- guez Vargas et al., 1993) en las Rhodophyta. Falta sin embargo iniciar el estudio de grupos tan comunes y complicados taxon- micamente como las Ulvales o Bryopsidales en las Chlorophyta; Ectocarpales entre las Phaephyceae o bien las Acrochaetiales o algunas familias del orden Ceramiales entre las Rhodophyta. Es- tos trabajos afrontan el elemento crucial de la definicin de los taxa como unidades de trabajo, eliminando en muchas ocasiones los errores de determinacin y su perpetuacin trayendo como consecuencia una percepcin inadecuada de la realidad ficol- gica de nuestro pas.

El panorama acerca de las categoras taxonmicas por en- cima del nivel de especie, como elementos del discurso de la biodiversidad, se presenta en un contexto de artificialidad ya que no constituyen agrupaciones naturales (De Queiroz y Gaut- hier, 1994); sin embargo, analizarlas como un complemento a la diversidad especfica, permite integrar una aproximacin dife- rente a las regiones ficolgicas y su posible empleo en el mbi- to de la utilizacin y conservacin de los recuros algales. Esto en espera de un esquema a nivel supraespecfico que refleje las re- laciones evolutivas entre los componentes de una flora y su comprensin para fines de manejo, conservacin y recupera- cin ecolgicas.

En este trabajo slo hemos esbozado algunos de los pro- blemas que podran ser prioritarios en el estudio de las macroal- gas marinas mexicanas. El nmero de especies mencionadas podra incrementarse notablemente conforme se atienda a am- bientes y regiones poco estudiadas; sin embargo, estos estudios deben tener en cuenta algunos requisitos como: considerar pla- zos adecuados, por lo general largos, para obtener la informa- cin real de los fenmenos que se presentan, estos lapsos incluyen el monitoreo de regiones clave para detectar prdida, modificacin o invasin de especies.

Las acciones mencionadas requieren por su parte de la formacin integral de recursos humanos profesionales y alta- mente capacitados, con entrenamiento en campo y laboratorio, la coordinacin de instituciones y la optimacin de fuentes de fi- nanciamiento que redituen en infraestrutura bibliogrfica, bases de datos y equipo de laboratorio. La cooperacin entre ficlogos de diversas reas geogrficas en proyectos de magnitud permi- tir la deteccin de la biodiversidad, su modificacin a lo largo del tiempo y la evaluacin de los daos a la misma, acciones de

recuperacin ecolgica y propuestas de conservacin y mane- jo. Finalmente una red de difusin y publicacin de resultados permitir que la apreciacin de la biodiversidad sea ms real que el panorama a la fecha elucidado.

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Recibido: 5 de junio de 2002.

Aceptado: 25 de noviembre de 2002.