filosofía y poder, por rubén ríos

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Maquiavelo de alguna manera forma la filosofía política moderna. Ha sido rescatado, pese a su mala fama en su época, a principios del siglo XIX, reconocido como un gran pensador, pese a que el adjetivo “maquiavélico” refiere a una serie de prácticas en el ejercicio del poder que podemos definir como inmorales o crueles incluso. Esto está en Maquiavelo, pero es exagerado hablar en ese sentido de algo “maquiavélico”, relacionado directa y estrictamente con el pensamiento de Maquiavelo, que en realidad, sobre todo se basa en una lectura patrial de Maquiavelo que es la referida a El Príncipe 1 , el texto más conocido. Pero éste es sólo un aspecto él, su pensamiento es mucho más amplio. Yo en esta clase me voy a referir a El Príncipe, pero también me voy a referir a El Príncipe inscripto dentro de lo que yo considero –y se considera- la obra más importante de Maquiavelo, que es “Discursos sobre la primera década de Tito Livio”. En realidad, El Príncipe, está escrito en el momento que Maquiavelo se encuentra redactando los discursos, y los interrumpe para escribir este texto; que es como una especie de anexo o nota al pie, de estos discursos. Con respecto al adjetivo “maquiavélico” que se utiliza para denominar prácticas de ejercicio del poder o prácticas políticas cínicas o manipuladoras –donde el fin justifica los medios-, esto tiene que ver con Maquiavelo de alguna manera. Como la otra frase que generalmente se cita, que no es de Maquiavelo pero se la adjudica, que es “dividir para reinar”, en realidad eso no se encuentra en él. Esa consideración es totalmente extraña en Maquiavelo. 1 El Príncipe (en el original en italiano: Il Príncipe) es un tratado de doctrina política compuesto por Nicolás Maquiavelo en 1513 mientras se encontraba en San Casciano confinado por la acusación de haber conspirado en contra de los Médici. Maquiavelo dedicó la obra a Lorenzo II de Médici, hijo de Pedro II de Medici, con la esperanza de reconquistar el encargo de Secretario de la República, y fue publicada póstumamente en 1532. Se trata sin duda de su obra con más renombre, aquella por la cual ha nacido el sustantivo "maquiavelismo" y el adjetivo "maquiavélico". 1

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Clases sobre Filosofía y poder, en la Facultad Libre de Rosario, a cargo de Rubén Ríos

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Maquiavelo de alguna manera forma la filosofía política moderna. Ha sido rescatado, pese a su mala fama en su época, a principios del siglo XIX, reconocido como un gran pensador, pese a que el adjetivo “maquiavélico” refiere a una serie de prácticas en el ejercicio del poder que podemos definir como inmorales o crueles incluso. Esto está en Maquiavelo, pero es exagerado hablar en ese sentido de algo “maquiavélico”, relacionado directa y estrictamente con el pensamiento de Maquiavelo, que en realidad, sobre todo se basa en una lectura patrial de Maquiavelo que es la referida a El Príncipe1, el texto más conocido. Pero éste es sólo un aspecto él, su pensamiento es mucho más amplio. Yo en esta clase me voy a referir a El Príncipe, pero también me voy a referir a El Príncipe inscripto dentro de lo que yo considero –y se considera- la obra más importante de Maquiavelo, que es “Discursos sobre la primera década de Tito Livio”. En realidad, El Príncipe, está escrito en el momento que Maquiavelo se encuentra redactando los discursos, y los interrumpe para escribir este texto; que es como una especie de anexo o nota al pie, de estos discursos. Con respecto al adjetivo “maquiavélico” que se utiliza para denominar prácticas de ejercicio del poder o prácticas políticas cínicas o manipuladoras –donde el fin justifica los medios-, esto tiene que ver con Maquiavelo de alguna manera. Como la otra frase que generalmente se cita, que no es de Maquiavelo pero se la adjudica, que es “dividir para reinar”, en realidad eso no se encuentra en él. Esa consideración es totalmente extraña en Maquiavelo.

Maquiavelo, junto con La Boétie2, en el siglo XVI son aquellos que piensan la cuestión del poder, por lo menos son los textos que no han llegado de este siglo. Son aquellos que desde distintas perspectivas se hacen cargo de pensar la cuestión y el problema del poder desde un horizonte que no es biológico, es antropológico y, en ese sentido, moderno. Son los primeros pensadores políticos modernos. Maquiavello vive entre 1469 y 1527. En vida ocupó una serie de cargos bastante importantes, como canciller por ejemplo de la república de Florencia, y tuvo a su cargo una serie de responsabilidades, alguna de ellas bastante importante como cuando estuvo a cargo de la defensa de militar de Florencia. Era un pensador de la guerra, hay un texto bastante importante en toda la historia del pensamiento militar que es “El arte de la guerra”. Maquiavello es uno de los primeros que habla de la necesidad de los estados de tener su propia milicia, y no una milicia mercenaria. Es el primero que habla de la superioridad de la infantería por sobre la caballería. Esto proviene de las responsabilidades o de los espacios políticos dentro del Estado que tuvo que ocupar Maquiavelo. Sus textos están escritos después de la experiencia en política. Una experiencia bastante dura porque cuando se restituye el poder de los Médici, y cuando cae la república de Florencia, Maquiavelo es capturado y encarcelado, porque se lo acusa de conspirar contra los Médici. A partir de eso, él se retira a una finca y ahí escribe la mayor parte de su obra, que no solamente es una obra volcada a la cuestión política, sino también ha escrito una obra de teatro bastante importante para la época y se la considera una pieza

1 El Príncipe (en el original en italiano: Il Príncipe) es un tratado de doctrina política compuesto por Nicolás Maquiavelo en 1513 mientras se encontraba en San Casciano confinado por la acusación de haber conspirado en contra de los Médici. Maquiavelo dedicó la obra a Lorenzo II de Médici, hijo de Pedro II de Medici, con la esperanza de reconquistar el encargo de Secretario de la República, y fue publicada póstumamente en 1532. Se trata sin duda de su obra con más renombre, aquella por la cual ha nacido el sustantivo "maquiavelismo" y el adjetivo "maquiavélico".

2 Étienne de La Boétie fue un escritor y político francés nacido en Sarlat el 1 de noviembre de 1530. Se interesa desde muy joven en los autores clásicos griegos y latinos. A los 18 años escribió "Discours de la servitude volontaire ou Contr'un" (Discurso sobre la servidumbre voluntaria o el Contra uno), publicado en 1576

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representativa del Renacimiento, que es La Mandrágora. Es un intelectual bastante diverso, como corresponde a las figuras renacentistas. De todos modos, el núcleo de la obra de Maquiavello es la política, el poder.

La premisa de Maquiavelo, que no está del todo explicitada en El Príncipe, sí en los discursos, es antropológica. No se trata de una teoría del sujeto, como vamos a encontrar recién dentro de la historia en la filosofía política de Hobbes -toda la introducción al Leviatán de Hobbes3 está precedida por una teoría del sujeto-, pero hay una antropología que funciona como premisa y que regula todo el pensamiento político de Maquiavelo. Es una antropología pesimista porque la imagen, el concepto que tiene Maquiavelo del hombre no es buena. Él piensa que los hombres son seres gobernados o tiranizados por una serie de pasiones. Las que nombra normalmente y que aparecen como pasiones en el juego político y en la vida política son, básicamente, la envidia, el temor, el odio, la ambición, el apetito de riquezas, entre las pasiones más tristes como diría Spinoza4. Hay una ambición que Maquiavelo elogia, que es el apetito de gloria, es una pasión que se ubica por encima de estas otras, y que yo diría que se trata de dos grandes pasiones, una corresponde a los poderosos, que es la ambición de riquezas y de mandar por sobre los demás hombres. La otra pasión, que corresponde más bien al pueblo, como una pasión propia, que es el odio hacia quienes lo oprimen, a quienes les imponen un régimen de tiranía. Pero la base del pensamiento de Maquiavelo es una antropología pesimista. Carl Schmitt5 entiende que una antropología pesimista es la condición necesaria para un pensamiento político absolutista, en la medida que los hombres son malos, mentirosos, crueles, se justifica un poder de gobierno sobre ellos que es despótico o absoluto. Esto que parece evidente hoy, dentro de la historia de la filosofía política llevó dos o tres siglos llegar a esta conclusión, si lo hombres son malos y el gobierno es despótico, quiere decir que aquellos que llevan adelante este gobierno también son hombres, y que son tan malos como aquellos sobre quienes gobiernan. Este descubrimiento está dentro del pensamiento que va a llevar a la Revolución Francesa, este descubrimiento de una antropología pesimista que en realidad funciona como un argumento para el establecimiento de ciertos gobiernos, que aún se prolonga hasta el comienzo de la Ilustración, porque la idea de despotismo ilustrado supone realmente que los hombres son incapaces de abrirse hacia otras instancias racionales si no es por fuerza.

3 Leviatán, o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil, comúnmente llamado Leviatán (en inglés Leviathan) es el libro más conocido del filósofo político inglés Thomas Hobbes, escrito en 1651. El nombre leviathan hace referencia a un monstruo de la Biblia que posee un poder descomunal. En este libro, Hobbes establece su doctrina de derecho moderno como la base de las sociedades y de los gobiernos legítimos.4 Baruch de Spinoza (Ámsterdam, 24 de noviembre de 1632 - La Haya, 21 de febrero de 1677) fue un filósofo holandés, de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz.

5 Carl Schmitt (Plettenberg, Alemania, 1888 - † id., 1985) Jurista de Estado alemán. Adscrito a la escuela del llamado Realismo político. Escribió centrado en el conflicto social como objeto de estudio de la ciencia política, y más concretamente la guerra. Su obra atraviesa los avatares políticos de su país y de Europa a lo largo del siglo XX. Como Heidegger militó en el Partido Nazi (Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes), pero las amenazas de la S. S., que le consideraba un advenedizo, le apartaron del primer plano de la vida pública. Como a Maquiavelo, le ha perseguido una reputación legendaria.

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En Maquiavelo, yo no se si funciona esto como el justificativo o como la razón para que los gobiernos sean ofensivos o tengan sobre los hombres el recurso de imponerse por la fuerza. Para él hay dos grandes maneras de gobernar, una es por las leyes, que es el modo de los hombres, y otra es por la fuerza y es el modo de los animales. En El Príncipe están estas dos dimensiones. Él dice que el Príncipe debe ser una especie de león para enfrentar a los lobos, pero también debe ser un zorro, es decir, deber ser también astuto. Debe moverse en esta ambivalencia, entre las leyes y la fuerza. Para Maquiavelo es preferible el gobierno que está sujeto a leyes, y en este sentido es un republicano. Se ha discutido mucho con respecto a Maquiavelo y cómo aparece ahí el concepto de república y principado, de la democracia y la monarquía. Pero sería conveniente separarlo en dos partes, una es la de El Príncipe que se refiere a una serie de consejos y técnicas para conquistar y mantener el poder de un principado. Y el Maquiavelo de Discursos sobre la primera década de Tito Livio, que refiere en realidad a la república. Había dos Maquiavelo, uno que se dirige al príncipe y partidario de los principados y otro partidario del pueblo y por lo tanto de la república. Se lo puede leer así, pero también se lo puede hacer encontrando entre uno y otro una continuidad. Maquiavelo interrumpe la redacción de los Discursos sobre la primera década de Tito Livio para escribir El Príncipe, y en realidad es como una especie de apéndice o de suplemento a esta obra.

En los discursos es donde aparece esta antropología pesimista, pero se puede registrar claramente en El Príncipe. Cuando en esta obra dice Maquiavelo “el príncipe debe acostumbrarse a ser malo”, esto no sería necesario si los hombres fueran buenos, pero como los hombres son malos, el príncipe debe acostumbrarse a ser malo, a ser cruel. Hay un esbozo de un estado de naturaleza. El estado de naturaleza funciona en la filosofía política desde Hobbes, en realidad aparece ya en Platón, y de alguna manera está esbozado en Maquiavelo aparentemente como un preámbulo de la sociedad política, de la sociedad civil. El estado de naturaleza es el estado donde los hombres viven sin ley, sin un orden político, sin Estado. Esto en Maquiavelo es un comienzo muy breve al comienzo de la historia donde los hombres viven dispersos, hasta que van aumentando en número y eligen al más fuerte para que los proteja. No está claro en Maquiavelo de qué debe protegerlos, sólo lo eligen para que los proteja. Evidentemente, para que los proteja de otros hombres. Es a partir de esta elección que se hace, de un jefe, donde aparecen las primeras nociones de bueno y malo, del bien y del mal, de la justicia y la injusticia. Es a partir de que se establece un jefe por elección de la multitud, de donde surge la justicia y la injusticia. Maquiavelo dice que esto surge porque cuando este jefe es atacado por otros de la propia comunidad o por una comunidad ajena, entonces ahí aparece la posibilidad de que esto se haga con cada uno de los miembros de la multitud. Es bueno aquello que nos protege, y es malo aquello que no. Esto ocurre al principio de la historia para Maquiavelo. Esto se degenera y después los jefes ya no se eligen por consenso o por una determinación espontánea de la comunidad, sino que los jefes surgen por herencia, y allí empiezan los problemas. Como el pueblo no elige al que manda, evoluciona en una tiranía. Con el tiempo esta tiranía es depuesta y se instala una democracia, pero la democracia, y en esto Maquiavelo piensa como los antiguos, tiene un problema que es que prohíbe de su virtud, que es la de desviarse o deformarse en un régimen licencioso donde cada uno hace lo que se le ocurre, y en donde de nuevo se depone un príncipe. Maquiavelo en los Discursos sobre la primera década de Tito Livio se basa en la historia de la Roma de Tito Livio (la primera década son los primeros diez años de Roma, la obra de Tito Livio ha llegado fragmentada hasta nosotros), y trabaja esos años que más o menos van desde los reyes hasta el final de la

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república. Son todos pensadores de la antigüedad y todos los filósofos de la antigüedad que han llegado hasta ese momento, sobre todo la política de Aristóteles. Para Maquiavelo, como para Platón y Aristóteles hay tres tipos de gobierno, el de la monarquía, la aristocracia y la democracia. Cada uno de éstos lleva al otro, la descomposición de la monarquía lleva a la aristocracia, la descomposición de la aristocracia lleva a la democracia, y la desintegración de esta última lleva a la monarquía, es un círculo. Los romanos lo que hacen es primero establecer una monarquía, reyes (Rómulo), después se introduce la aristocracia donde los reyes son remplazados por los cónsules, y después como consecuencia de una serie de conflictos se agrega como institución a la república Romana6 los tribunos populares. Para Maquiavelo Roma logra dominar los tres tipos de gobiernos.

La república Romana para Maquiavelo aparece como un modelo de organización política, del gobierno de una sociedad. Uno de los méritos que encuentra en el modo en que se desarrolla la república es el enfrentamiento entre el senado, la nobleza, y los plebeyos. En realidad, dice Maquiavelo, este conflicto hace que la república romana vaya desarrollando una serie de leyes que tienden a poner un límite a la ambición de los poderosos. Esta muy claro en él esto, desde el punto de vista de las pasiones, si pensamos los afectos y pasiones como base del pensamiento político. Los poderosos, los ricos, los nobles son ambiciosos y ambicionan mandar sobre el pueblo, dice en el pueblo, o sobre la plebe, en los Discursos. Mientras los poderosos tienen el único interés de conservar e incrementar sus riquezas y hacerse obedecer, el pueblo sólo tiene un interés de no ser oprimido. El enfrentamiento que se produce en la república Romana entre la plebe y la nobleza, para Maquiavelo es la razón por la cual la república romana logra desarrollar toda una serie de leyes que logran que la plebe no sea oprimida y que los poderosos no puedan llevar adelante todos sus deseos de dominación.

La república Romana cae por una ley agraria que logran imponer los tribunos de la plebe en el senado. Lo que hace esta ley es limitar las posesiones de tierras que estaban en manos de la aristocracia, y además determinar que las nuevas posesiones que se adquieran en una conquista deban ser distribuidas equitativamente entre los ciudadanos de Roma. Esto es lo que lleva al final de la república, lleva a la tiranía. De este conflicto surge Julio César7 como aquel que se coloca por encima de este conflicto y termina con la república, con la libertad. Siempre sucede lo mismo, dice Maquiavelo, una república termina por alguna razón siempre, por la ambición de los poderosos o por la excesiva necesidad de libertad del pueblo. Pero Maquiavelo coincide en que la ambición de los poderosos había llevado al desmoronamiento de la república, aunque la lucha de la plebe había logrado demorar este final de la república. Hay un conflicto político-social entre los ricos y el pueblo que no se resuelve si no mediante una república que responda a leyes, donde todos se sometan a ellas. Esto en Maquiavelo es como parte de la condición humana; es parte de la condición humana para él las pasiones, la ambición y 6 La República romana fue un periodo de la historia de Roma caracterizado por el régimen republicano como forma de gobierno, que se extiende desde el 510 a. C., cuando se puso fin a la monarquía con la expulsión del último rey, Lucio Tarquino el Soberbio, hasta el 27 a. C., fecha en que tuvo su inicio el Imperio. La República Romana consolidó su poder en el centro de Italia durante elsiglo V a. C. y en los siglos IV y III a. C. se impuso como potencia dominante de la península Itálica sometiendo a los demás pueblos de la región y enfrentándose a las polis griegas del sur.7 Cayo Julio César (Latín: Gaius Iulius Caesar;1 Roma, 13 de julio de 100 a. C.2 - Ibídem, 15 de marzo de 44 a. C.) fue uno de los más destacados líderes militar y político de la era tardorrepublicana.

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también el odio, como pasión propia del pueblo ante quienes quieren oprimirlo. Siempre ha habido para Maquiavelo hombres que mandan a otros, siempre ha sido así y seguirá siendo. Esto porque los hombres son malos, y los hombres virtuosos, si los hay, son pocos. Como son malos, de ahí proviene la necesidad de leyes. Las leyes hacen que los hombres sean buenos, sin éstas lo hombres quedan sometidos a sus propias pasiones, a sus propios apetitos. De aquí la necesidad de una república. Pero en este aprendizaje que hace Maquiavelo de la antigüedad, donde lo que ha ocurrido en la antigüedad sigue ocurriendo, lo que pasa es que se han cambiado los escenarios, las provincias, dice. Pero la virtud se encuentra en la antigüedad como difícilmente se encuentra ahora, dice, porque ya se estaba volviendo viejo y éstos consideraban que las épocas anteriores eran más virtuosas que las actuales. En relación a los antiguos, lo que ocurre en su época es que no hay virtud.

¿Qué quiere decir Maquiavelo con virtud? En él está muy claramente explicado, porque en realidad es todo el fundamento de El Príncipe y del sujeto político. Maquiavelo menciona que hasta bien entrado el imperio en Roma había pobreza, pero era una pobreza que no impedía asumir determinados cargos de mando u honoríficos. Los romanos estaban más preocupados por servir a la patria, de alcanzar la gloria, que dedicarse a la acumulación de riquezas. Por eso dice Maquiavelo que lo mejor que le puede pasar a una ciudad es ser pobre, que todos sean más o menos pobres. Esto es lo que ha hecho grande, dice, a la república Romana. A esto llama virtud Maquiavello, y en realidad es la única virtud que hace posible que el príncipe y la república se mantengan como tal. La virtud en el principado es la única alternativa que tiene el príncipe de mantenerse y conservar su poder de mando y gobierno sobre los hombres. Virtud quieres decir deseo de gloria en Maquiavelo, más allá de la muerte. Y es algo que ha desaparecido desde la iglesia. Maquiavelo no está en contra de la religión, está en contra de la iglesia católica por un motivo estrictamente político, que es que la iglesia Católica no ha logrado unir a Italia. No ha sido lo suficientemente poderosa para unir a Italia, pero sí para impedir su unión. Esa una de las razones prácticas por la que Maquiavelo es un enemigo de la Iglesia, y la otra es una razón moral política. Según Maquiavelo, lo que ha hecho la religión cristiana es llevar a que los hombres se desinteresen de la gloria que un hombre puede alcanzar en este mundo, para interesarse más por una gloria en otro mundo. Hay una especie de desvalorización por parte de la práctica de la religión cristiana que lleva a que los hombres se desinteresen por la vida política, social y comunitaria, y se interesen más por una vida de salvación del alma, de rasgos individualistas, que se desentiende de la vida conflictiva que implica una serie de riesgos, que es la vida política. En cambio, dice, en la antigüedad, los hombres estaban más dedicados a convertirse en beatos sociales. Se santificaba a hombres que habían logrado una gloria mundana, grandes líderes o generales. Estos hombres eran beatificados, alcanzaban una gloria mundana. Esto hacía que los hombres quisieran alcanzar esta gloria en vida, que después se prolongaba en la muerte. Esto es lo que ha desaparecido para Maquiavelo.

A pesar de esto, Maquiavelo no está en contra de la religión como tal, porque es muy difícil gobernar sin la religión, y esto lo dice muy claramente cuando habla del período monárquico en Roma. En esto se refiere a Numa8 que como tuvo que gobernar sobre un pueblo muy cruel y como las leyes no alcanzaban, para Maquiavelo las leyes a veces no 8 Numa Pompilio (715 a. C. – 676 ó 672 a. C.) fue el segundo rey de Roma, sucediendo a Rómulo. Se casó con Tacia, hija del rey sabino Tito Tacio. Se sabe muy poco de este rey, y todas las noticias nos llegan a través de una biografía escrita por Plutarco (c. 46–125), escritor griego.

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alcanzan para que los hombres respeten el poder político y el orden social, tuvo que recurrir a medios extraordinarios, y allí aparece la necesidad de la religión. Por esto, la religión en Maquiavelo viene a suplir y a reforzar las leyes. Si los hombres por determinados excesos de sus pasiones no pueden respetar las leyes y el orden social que el príncipe establece para su gobierno, la religión debe introducir el temor a Dios. Entonces las leyes son respetadas no por ellas mismas sino porque es Dios quien determina que estas leyes sean respetadas. Por lo tanto, el problema de Maquiavelo es con el modo en que ha devenido la religión cristiana, que ha hecho que los hombres privilegien una vida más bien privada, en detrimento de una vida pública. Ahora, la religión en Maquiavelo es un instrumento de gobierno, a tal punto que no es necesario que el príncipe o los gobernantes tengan creencias religiosas. Basta con que la religión cumpla con la función de que el pueblo respete el poder del príncipe. Esto se puede entender como un medio, la religión, que justifica el fin, que los hombres vivan bajo leyes. Pero no se trata de cualquier fin, la religión como medio no apunta a cualquier fin, apunta a un fin supremo que es el de conseguir que los hombres respeten las leyes, porque de otra manera no lo harían.

¿A quién se dirige Maquiavelo todo el tiempo, tanto en El Príncipe como en los Discursos sobre la primera década de Tito Livio? Se dirige a aquellos que están en posición o voluntad de mando sobre los hombres. El gobierno para Maquiavelo es simple, gobernar a los hombres significa evitar que los hombres consideren la posibilidad de que el príncipe no los gobierne, o porque los beneficia o porque les entrega mediante una serie de recursos una vida beneficiosa para el pueblo, por lo tanto éste considera que no es conveniente enfrentarse a este príncipe, o hacer de tal manera que el pueblo, sin que el príncipe lo beneficie, vea posibilidad alguna de desplazarlo. Eso es gobernar. Se gobierna beneficiando a los hombres o anulándolos, no hay término medio. Esto está muy explícitamente en El Príncipe, porque son una serie tecnologías de gobierno, entendido como el poder de mando sobre hombres que tiene como consecuencia la obediencia de los gobernados. Si es posible, de acuerdo a leyes. La vida bajo la sujeción de las leyes es superior a la vida social bajo la fuerza. En El Príncipe hay toda una serie de consejos y técnicas para conquistar y mantenerse en el poder de gobierno. Hay dos grandes vías por las cuales se llega a un principado. Una es por virtud y otra es por fortuna. Maquiavelo en El Príncipe no se ocupa, y acá está el rasgo de modernidad, de los principados que se reciben por herencia. Se ocupa de los principados que han sido obtenidos por conquista, sea militar, o porque el príncipe ha sido designado por un grupo de ciudadanos. La vía de acceso ya sea por la conquista o por la elección de los ciudadanos, o por el crimen que también es una posibilidad, pero eso no es ni fortuna ni virtud. Lo que le interesa a Maquiavelo son estas dos grandes vías, la fortuna y la virtud. Quien llega por virtud, por el apoyo de los ciudadanos, lo obtiene muy difícilmente, el poder que se obtiene por virtud se consigue con muchas dificultades, pero después se mantiene más fácilmente. Mientras que el poder que se obtiene por fortuna se adquiere más fácilmente pero después conservarlo es muy difícil. De ahí las páginas que le dedica Maquiavelo a César Borgia9 en El Príncipe, a quien conoció personalmente cuando era canciller de Florencia. César Borgia aparece en El

9 César Borgia (de nombre original Cèsar Borja, italianizó su apellido — en italiano, Cesare Borgia) fue duque, príncipe, conde, condottiero, gonfaloniere, obispo de Pamplona, con 16 años, arzobispo de Valencia, con 19 años, capitán general del ejército del Vaticano y cardenal con casi 20 años de edad, durante el Renacimiento. Investido además como Duque en Francia con unos 23 años de edad, este hispano-italiano, perteneciente a la familia de los Borgia, había nacido en Roma el 13 de septiembre de 1475, y fue muerto en batalla en Viana, Navarra, el 12 de marzo de 1507, a los 31 años de edad.

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Príncipe como el paradigma del príncipe por fortuna, era hijo del papa Alejandro VI, había obtenido el principado por fortuna, le había sido concedido por el pontífice. Por eso mismo, mantenerse en el ejercicio de mando del gobierno a Borgia le era extremadamente difícil. Para Maquiavelo aparece como aquel príncipe que hace todo lo que debe hacer por fortuna. Son conocidas las crueldades de César Borgia, quien no economiza en crueldades para mantenerse en el gobierno. Manda asesinar enemigos, envenena adversarios, engaña, soborna. Para Maquiavelo esto es lo que debe hacer un príncipe por fortuna, y en esto hay también alguna virtud, en este ejercicio sistemático de la crueldad. La situación en la que se encuentra cualquier príncipe, ya sea el que llega por conquista o aquel que ha sido elegido por sus ciudadanos, es la de poseer muchos enemigos, por la posición en la que se encuentra. Tiene por enemigos a los poderosos, si ha sido elegido por el pueblo, y al pueblo, si fue elegido por los poderosos. También tiene por enemigos a los poderosos si ha sido elegido por los poderosos, porque como los poderosos lo que quieren es mandar, lo más natural es que piensen reemplazarlo por otro que tenga más capacidad para gobernar a los hombres. El pueblo, en ese caso, es siempre más confiable, dice Maquiavelo, porque como lo que quiere es que no lo opriman, y si el príncipe logra que confíen en él, o que no le teman o que lo amen, siempre va a encontrar un resguardo en el pueblo con respecto a los poderosos. En este caso, hay dos maneras de ofender al pueblo, a los hombres, una es despojarlos de sus bienes, otra es fastidiarlos o molestarlos con sus mujeres, son las dos cosas que el pueblo no quiere.

Una de las primeras actitudes de un príncipe, para Maquiavelo, es la de ser cruel. Debe aprender a ser cruel porque como está rodeado de malos no puede ser bueno. Si es bueno su principado tiene vida efímera. Los hombres son malos, viles, llevados por pasiones oscuras, y el príncipe si quiere mantenerse en el gobierno debe aprender a ser cruel. De modo que, si ha remplazado a una dinastía, la primera medida que tiene que tomar es extinguir a la dinastía, que fue lo que hizo Cesar Borgia. De manera que no haya ningún miembro de la dinastía anterior que quiera recuperar el principado. Luego, depende esto de la situación que pretende el príncipe, qué es lo que quiere, si se trata de una república o un principado. Si quiere un imperio o una ciudad, satisfacerse con lo que tiene. Pero esto depende de las circunstancias. En el caso de una república, que es lo que quiere Maquiavelo, el príncipe se encuentra en una situación extremadamente dificultosa, porque no hay nada más peligroso, más difícil de llevar a cabo, más riesgoso y más complejo que establecer nuevas leyes. En realidad, el príncipe republicano que tiene como proyecto una reforma del principado, es decir, establecer nuevas leyes, es aquel que afronta el mayor desafío y el mayor riesgo. Primero por el lado del pueblo, porque si bien quiere que no lo opriman, se acostumbra fácilmente a eso y no quiere que se cambien las cosas. Entre lo malo conocido y lo bueno por conocer prefieren lo primero. Después están los poderosos, todos aquellos a quienes las leyes beneficiaban. Hay allí una doble pinza que condiciona al príncipe. Por otro lado, si el príncipe ocupa un gobierno en una sociedad donde no hay igualdad es muy difícil una república, casi imposible para Maquiavelo. En cambio, en una ciudad o principado donde hay igualdad es allí donde una república se puede implantar. Pero tanto en una situación como el príncipe de inmediato debe ser cruel, porque debe abolir un orden determinado, y este orden está encarnado por determinados hombres. Por lo cual, debe hacerlo cruelmente y muy rápidamente, porque el riesgo de que esta crueldad se extienda en demasía es que los hombres le van a temer, y después del temor lo que viene es el odio. Esto es lo que

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debe evitar el príncipe a toda costa, hacerse odiar. Si no es posible que te amen, entonces que te teman, pero no que te odien, dice Maquiavelo.

Intervalo

Para Maquiavello es evidente que los hombres están sometidos a toda una serie de pasiones. Yo me refería al principio a Carl Schmitt, quien dice que la antropología pesimista ha sido utilizada por el absolutismo, por los gobiernos absolutistas. En realidad, lo que registraría este pesimismo antropológico es una cualidad no esencial de los hombres, sino de la política. Con esto quiero decir que el pesimismo de Maquiavelo se basa en el estudio de la historia y en la experiencia que el tiene como hombre político. Con esto, existe un conflicto político en las sociedades humanas y en torno a este conflicto político se desatan todo tipo de pasiones. En términos schmitteanos se trataría de la política entendida como enemistad. Todo el campo político estaría atravesado por un conflicto, por una enemistad, por una diferencia. Es la misma diferencia que se podría establecer, como dice Negri o Spinoza, entre el poder que instituye a una sociedad, que constituye al Estado y a la posibilidad de gobierno, y el poder constituido. Allí también aparece esta diferencia que abarca al campo político.

En Maquiavelo, el conflicto central es entre los poderosos y el pueblo. En Roma, entre la aristocracia y la plebe. En su época, entre los ricos y los poderosos, aquellos que tienen riquezas o ejércitos, y aquellos que padecen y se enfrentan a este orden, pero siempre se trata de un conflicto, de una diferencia que no se puede saldar si no es a partir de Maquiavelo de instituir una república. Es esto lo que cierto estudioso llama el momento maquiavelista por excelencia, esta definición implícita que hace Maquiavelo que define el campo político como un campo de conflictos, donde los hombres no son buenos y malos como tales, de una manera ontológica, lo son de acuerdo a las circunstancias. Maquiavelo observa que a lo largo de la historia, y hace la salvedad de que muy difícilmente haya desaparecido la mayor parte del saber de la antigüedad, en la vida política y en las relaciones sociales todo está determinado y recorrido por un conflicto. De hecho, el príncipe es un árbitro en este enfrentamiento, debe ser lo suficientemente astuto e inteligente como para colocarse de mediador entre el pueblo y los poderosos. Debe mantener la confianza de los poderosos y al mismo tiempo beneficiar al pueblo, debe mantener ese equilibrio. Por supuesto, es más de confiar, para Maquiavelo, el pueblo porque están acostumbrados a obedecer y no tiene ningún otro interés más que no ser oprimido. La salvaguardia de la anarquía del príncipe es el pueblo. Si la plebe odia al príncipe no hay fortaleza ni arma alguna que pueda defenderlo de los poderosos o de una agresión externa. De todos modos, hay en El Príncipe una tendencia hacia la república, y el hecho que repite muchas veces Maquiavelo es que no hay principado que pueda sostenerse sin armas. Éstas, defienden las leyes, no hay leyes que se defiendan a sí mismas. Pero estas armas deben estar en manos de los ciudadanos del principado, es decir, de milicias. Se supone que si hay soldados, están reclutados del pueblo, por lo tanto el príncipe no es odiado por el pueblo porque de lo contrario los soldados se revelarían. De los veintiséis emperadores romanos, dieciséis fueron asesinados por su propia guardia, dice Maquiavelo. Solamente hay diez, con la excepción de uno, que terminaron su vida natural porque fueron hombres virtuosos. Es el caso de, por ejemplo, Marco Aurelio10 y de otros que 10 Marco Aurelio Antonino Augusto2 (apodado "El Sabio") (26 de abril de 1213 – 17 de marzo de 180) fue emperador del Imperio Romano desde el año 161 hasta el año de su muerte en 180. Fue el último de los llamados Cinco Buenos Emperadores y es considerado como una de las figuras más representativas de

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conservaron su gobierno hasta la muerte. Entonces, virtud aquí en Maquiavelo, pese a todas las indicaciones técnicas que hace referencia para conservar el poder, es el sostenimiento del príncipe.

Hay ejemplos de aquellas cualidades que debe tener un príncipe. El príncipe debe ser austero, dice Maquiavelo. Si no puede serlo debe simularlo, pero, ¿por qué se necesita la virtud ahí? Es evidente que entre simular la austeridad y ser austero casi no hay diferencia. El príncipe debe ser valiente, si no lo es debe simular serlo, pero prácticamente no existe ninguna diferencia entre serlo y simularlo. Para eso hace falta la virtud que tiene una raíz que remite a virilidad. El príncipe debe ser virtuoso en ese sentido, debe tener espíritu. Ahora, Maquiavelo es mucho más amplio e interesante de lo que yo aquí les transmito y sin duda alguna, tiene una simpatía con la república, pero no se engaña, piensa que una república no se puede implantar en cualquier situación y en cualquier sociedad. Hay una serie de advertencia en El Príncipe de lo que éste no debe hacer, y si lo hace, que es por ejemplo el de cambiar las leyes, implica un gran riesgo, y si así lo decide debe saber que no puede ser bueno y que para llevar adelante este tipo de política debe ser cruel y astuto. Fíjense ustedes que toda la tradición platónica que se continúa en la edad moderna por ejemplo con Tomás Moro, donde en realidad se parte de una sociedad ideal que se busca realizar, el análisis que hace Maquiavelo de la sociedad y las relaciones políticas pasa por esta marca irreducible de una diferencia política. Pero hay un punto en él que es el de concebir al campo político como campo de dominación, donde hay un grupo de hombres que usan el Estado como una técnica de gobierno sobre los hombres, de dominio sobre éstos, la otra palabra que utiliza Maquiavelo para hablar de principado es dominio. Se puede dominar beneficiando a los hombres, donde éstos no piensan en rebelarse frente a ese orden, y la otra manera es neutralizarlos, anular a los hombres. Pero, y es importante remarcarlo, la única manera de gobernar es beneficiando al pueblo.

No hay principado para Maquiavelo que sea eterno. En la antigüedad el principado de mayor duración fue Esparta, que duró ochocientos años, como república, pero porque un hubo un gran hombre, que fue Licurgo11, que creó las leyes justas que todos los hombres aceptaban, el pueblo y la aristocracia. Aquí aparece este concepto en Maquiavelo donde el gobernar es imprimir cierto grado de dominación. En el siglo XVI, un poco después de la publicación sus textos, que fueron publicados todos después de su muerte, Étienne de La Boétie, amigo de Montaigne12, a los dieciocho años escribió un texto que se llama “El discurso sobre la servidumbre voluntaria”. Es un texto que tuvo, hasta llegar hasta nosotros, una serie de avatares, fue utilizado por los calvinistas13

por ejemplo, desapareció durante muchísimo tiempo, fue deformado. La Boétie muere muy joven, y Montaigne, que tenía una copia de ese texto, no quiso publicarlo porque

la filosofía estoica.

11 Licurgo (griego antiguo Λυκοῦργος Lykoûrgos; 700 a. C.?–630 a. C.) fue un legendario legislador de Esparta, el cual estableció la reforma militarista de la sociedad espartana de acuerdo con el Oráculo de Delfos. Todas las leyes y la constitución de Esparta se atribuyen a Licurgo. Según la tradición, fue de estirpe real y regente de Esparta.12 Michel Eyquem de Montaigne o más simplemente Michel de Montaigne (nacido en Burdeos el 28 de febrero de 1533 en el château de Montaigne en Saint-Michel-de-Montaigne, Dordogne, muerto el 13 de septiembre de 1592) fue un filósofo, escritor, humanista, moralista y político francés del Renacimiento, autor de los Ensayos, y creador del género literario conocido en la época moderna como ensayo.

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en ese momento lo estaban utilizando los calvinistas en el marco de las guerras religiosas. Montaigne tenía miedo de que lo asocien con el Calvinismo y además a su amigo La Boétie.

Hay una influencia Laboétiana que podemos seguir en Spinoza en el “Tratado teológico-político”, que es toda una crítica muy argumentada y muy bien desarrollada contra la teología política. Lo que va mostrando Spinoza es cómo por medio de la religión se gobierna a los hombres. Otra marca Laboétiana está en Jean Paul Marat14, cuando éste menciona que el pueblo forja sus propias cadenas. ¿Cuál es la pregunta central sobre “El discurso sobre la servidumbre voluntaria”, que no termina de responder La Boétie? Todo gira en torno a por qué los hombres en vez de luchar por su libertad, luchan por su servidumbre. O, de otra manera, por qué los hombres en ves de desear su libertad, desean la servidumbre. De una forma más amplia, La Boétie se pregunta acerca de por qué los hombres se dejan someter o por qué existe el Estado. Existieron, y aún existen, sociedades sin Estado. Es evidente, dice, que si uno está obligado a obedecer y a servir a un amo en una situación en donde se está en debilidad de fuerzas, uno no está obligado a servir, pero lo hace por temor. Pero cuando millones de hombres aceptan el estado de servidumbre que le impone un hombre o un grupo de ellos, eso no es cobardía, es una vergüenza dice La Boétie. Lo inquieta que los hombres que nacieron libres acepten la servidumbre. Esta relación señor-siervo, se establece dentro del pensamiento hegeliano como la lucha de las conciencias contrapuestas. Hay una lucha por reconocimiento entre los hombres, donde cada conciencia solamente puede constituirse como tal en la medida que es reconocida por otra conciencia como conciencia. Lo que ocurre en la relación señor-siervo es que hay una conciencia que reconoce, que es la del esclavo, y hay una conciencia que es reconocida y no reconoce, la del señor. El drama del señor, dice Hegel15, es que su conciencia es reconocida por una que no es igual a la suya. Pero esto, y acá hay toda una teoría del concepto sobre el estado de esclavitud, sucede porque el esclavo no pone en riesgo su propia vida, por lo tanto acepta para, salvarse de la muerte, vivir en estado de servidumbre. Por eso para Hegel, la historia está del lado del esclavo porque esta negatividad de la muerte está aplicada al trabajo. Mientras que el amo disfruta del producto del trabajo, el esclavo a esta negatividad, que tendría que estar dirigida al amo, la enfoca en la naturaleza. O sea, en Hegel hay una explicación de por qué se acéptale estado de servidumbre, se lo hace

13 El calvinismo (a veces llamado tradición Reformada, la fe Reformada o teología Reformada) es un sistema teológico cristiano y una actitud hacia la vida cristiana que pone el énfasis en la autoridad de Dios sobre todas las cosas. Esta vertiente del Cristianismo Protestante fue desarrollada por Juan Calvino (reformador religioso francés del siglo XVI).14 Jean-Paul Marat (Boudry, Suiza, 24 de mayo de 1743 – París, 13 de julio de 1793) fue un científico y médico francés de padre sardo y madre suiza que realizó gran parte de su carrera en el Reino Unido, pero que resulta más conocido como activista, periodista y político durante la Revolución Francesa.

15 Georg Wilhelm Friedrich Hegel (Stuttgart, 27 de agosto de 1770 – Berlín, 14 de noviembre de 1831), filósofo alemán nacido en Stuttgart, Württemberg, recibió su formación en el Tübinger Stift (seminario de la Iglesia Protestante en Württemberg), donde trabó amistad con el futuro filósofo Friedrich Schelling y el poeta Friedrich Hölderlin. Le fascinaron las obras de Platón, Aristóteles, Descartes, Spinoza, Kant, Rousseau, así como la Revolución francesa, la cual acabó rechazando cuando ella cayó en manos del terror jacobino. Se le considera el último de los Más Grandes Metafisicos. Murió víctima de una epidemia de cólera, que hizo estragos durante el verano y el otoño de 1831.

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en la medida en que se salva la vida. En Hobbes16 esto aparece como un contrato que surge de la guerra. En la guerra hay un vencedor y un vencido. Este último se esclaviza por contrato al vencedor para que le perdone la vida. Mientras que aquel que pactó se esa manera sirva al señor, éste no lo asesina. Ahora, si el siervo se rebela, el señor recupera el derecho de matarlo. Esta pregunta que se hace La Boétie, en Hegel está respondida de esta manera, se acepta el estado de servidumbre para no poner en riesgo la vida.

En La Boétie esto no es suficiente porque en realidad la voluntad de servidumbre, para él, se establece entre una multitud de hombres que aceptan voluntariamente el estado de servidumbre y una instancia en la que hay uno solo o unos pocos que gobiernan. Por lo tanto, no existiría esta relación donde el siervo para recuperar su libertad pondría en riesgo su vida, aceptaría el riesgo de morir. Esto no sucede así en La Boétie. Se pregunta por qué los hombres van a la guerra, en vez de enfrentarse al amo, aquel que los gobierna y somete, aceptan ir a la guerra para defenderlo, y prefieren morir en la guerra antes de enfrentarse al uno. Entonces, cómo es esto posible, millones de hombres, dice, aceptan el estado de servidumbre que está impuesto por un poder, donde bastaría no obedecerle, rebelarse, no darle nada al uno. Con no darle nada, el príncipe caería. Tampoco es bastante complicado para La Boétie ser libre, basta con desearlo. Sin embargo, los hombres no desean la libertad, desean ser gobernados. La tesis de La Boétie no es que el príncipe origina la dominación, no empieza con él, se corresponde con la voluntad del pueblo de ser sometido, encadenado. Esto, evidentemente, es en consecuencia de la concepción que él tiene del hombre como ser libre, porque el desear o no la libertad es un acto de libertad. ¿Cómo ha ocurrido que los hombres obedezcan a un príncipe? Y en esto hay remisiones que La Boétie hace sobre todo a El Príncipe de Maquiavelo, porque también para él hay tres tipos de gobierno, monarquía, aristocracia y democracia, pero todas quieren someter al pueblo. Tanto lo reyes, como los aristócratas, como los Estados populares están interesados solamente en someter a los hombres. Pero lo hombres quieren la sumisión. Una respuesta que da La Boétie a esta incógnita es que al principio, los hombres se someten por la fuerza, pero después estos hombres que aceptan servir a otro por la fuerza y que recuerdan la libertad, al morir y dejar paso a nuevas generaciones, éstos que ya nacen en estado de servidumbre, como no saben lo que es la libertad, viven en ese estado sin saberlo. No puede ser, dice, que los hombres acepten ese estado sin ser engañados. No saben que son esclavos porque nunca han vivido en un estado que no sea ese. En la medida que nacen como esclavos y son educados como tales, desean vivir de esa manera. Esta es una de las consecuencias para La Boétie del estado de servidumbre, en ese estado los hombres se hacen temerosos. Si hubo hombres que lucharon por su libertad hasta morir, hay otros que prefieren vivir en servidumbre. Y además, los príncipes lo que hacen es presentarse hacia el pueblo investidos de ciertos poderes, que generalmente son religiosos. Los reyes de Egipto se presentaban de noche ante el pueblo vestidos de una manera estrafalaria, como un animal, y se adjudicaban a sí mismos ciertos poderes sobrenaturales. En realidad, dice, todos los reyes se adjudican a sí mismo poderes sobrenaturales. Es una manera que tiene el príncipe de impresionar al pueblo y justificar su dominación.

16 Thomas Hobbes (5 de abril de 1588 — 4 de diciembre de 1679), fue un filósofo inglés, cuya obra Leviatán (1651) estableció la fundación de la mayor parte de la filosofía política occidental. Es el teórico por excelencia del absolutismo político.

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Entonces, para La Boétie, los hombres en vez de luchar por su libertad luchan por su servidumbre por costumbre, y después por educación. Pero deja sin responder por qué hay una primera generación de hombres que aceptan eso. No es cierto, dice, que todo principado se sostiene en las armas. A partir de seis hombres que se acercan al príncipe y son dominados por él, estos seis llaman a su vez a sesenta hombres a los que dominan, y estos sesenta dominan sobre seiscientos, y estos últimos lo hacen sobre seis mil. A tal punto se expande el círculo de dominación que en última instancia, a un gran porcentaje de los hombres les conviene someterse o tienen tantas razones para someterse como para desear la libertad. No es que el príncipe impone sobre los hombres por la fuerza el gobierno, el pueblo se pliega a los círculos concéntricos de la dominación y lo acepta. Participa y a la vez acepta esta dominación, porque la estructura que tienen estos círculos de sometimiento es que aquellos que dominan a su vez son dominados, no hay un puro dominador. Para La Boétie el poder de dominación es una red cuya principal figura es la de este dominador dominado. Como todo esto funciona así, el lugar del príncipe, de donde emanaría la dominación, está vacío o eventualmente puede estarlo. Como es el pueblo quien quiere el sometimiento, el lugar del príncipe puede ser ocupado por cualquiera, es el lugar del príncipe que se corresponde con la voluntad de servidumbre. Es al revés de la representación de Maquiavelo, es decir, el príncipe está ubicado en la cúspide de una serie de relaciones políticas y sociales y allí debe operar de manera eficaz. Pero ya vimos que en Maquiavelo los enemigos del príncipe son los poderosos que quieren dominar, no el pueblo. En La Boétie sería a la inversa, el príncipe es una consecuencia de la voluntad de servidumbre del pueblo.

Ahora, por qué los hombres en vez de querer ser libres desean la servidumbre es un enigma antropológico no resuelto en La Boétie. Puede responder a cómo se prolonga este estado, pero no puede decir por qué los hombres prefieren vivir como esclavos a morir con honor, no puede decirlo. No prefieren morir con honor, con gloria en términos de Maquiavelo y también de La Boétie, porque para él los hombres que viven en estado de servidumbre están enajenados de su propia naturaleza, como el hombre es un ser libre aquellos que se resignan a la esclavitud y lo quieren, están enajenados de sí mismos. Esa voluntad de libertad la podemos ver en algunos animales que no pueden vivir en cautiverio. En cambio los hombres se someten voluntariamente, por temor a la muerte. En La boétie no hay justificación. Puede haber temor a la muerte cuando uno está en una batalla, en una situación de debilidad, entonces allí por cobardía los hombres no luchan hasta la muerte. Pero no en una situación de la relación que establece un uno sobre una multitud de hombres. Esta pregunta que se hace La Boétie es la que inaugura la pregunta por la dominación. Marx tiene una respuesta para esto, Spinoza también, Hobbes también.

Esto que desarrolla La Boétie ya está presente en esa posición que tiene el pueblo en Maquiavelo, como sujeto político pasivo. Un sujeto político que está definido en Maquiavelo por la negativa. Hay una especie de desplazamiento que produce La Boétie con respecto al pensamiento de Maquiavelo, y hay que recordar que los dos piensan en un lapso de tiempo de veinticinco años, y es que no es el príncipe malo o bueno quien domina sobre los hombres, sino por el contrario es la voluntad de servidumbre de los hombres que llama a un príncipe. Es lo que ocurre cuando Marx habla del estado de enajenación del obrero, allí la enajenación aparece como extrañamiento con respecto al objeto de su trabajo, a su trabajo y con respecto a sí mismo. Como este obrero está enajenado, el trabajo está vivido como una cosa exterior y ajena y el producto del

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trabajo está también vivido como una cosa ajena, exterior y hostil. Entonces, si no es de él ese producto del trabajo, ¿de quién es? Es de otro, del capitalista. Lo mismo sucedería con La Boétie en cuanto esta enajenación que saca a los hombres de su propia libertad. La misma pregunta se hace Spinoza en el Tratado teológico-político, por qué los hombres en vez de luchar por su libertad luchan por su servidumbre. La respuesta que da Spinoza es que esto se debe a que los hombres creen en una teología que ha sido generada por los hombres, discute tanto con el antiguo testamento como con respecto a la lectura del nuevo testamento. Spinoza cuestiona a los profetas, a Moisés, a las distintas figuras políticas y por supuesto, a las distintas figuras políticas del cristianismo. Esto, en última instancia, lleva a que esta pregunta no tenga una respuesta definitiva. Esta pregunta que se hace La Boétie a los dieciocho años es la pregunta de la dominación y ha sido respondida de varias maneras. Marx lo hace de una manera, Spinoza de otra, Freud lo hace de cierta manera. Se puede entender esto como una especie de fatalismo de la condición humana o como un fenómeno histórico que tiene su propio proceso histórico-político. Pero esta pregunta sigue teniendo vigencia.

La problemática de esta pregunta es que no dice lo que es la libertad, no aparece, La Boétie no es un filósofo de la libertad, es un filósofo político del estado de servidumbre, pero no hay un concepto de lo que es la libertad. En Hobbes tiene un concepto la libertad, Maquiavelo también tiene un concepto de lo que es la libertad, para él hay una libertad que es imposible que es que cada uno haga lo que quiere. La libertad siempre es para Maquiavelo en relación a leyes porque impiden la tiranía. Toda libertad posible está regulada por leyes. Para Hobbes, que es de la tradición liberal, la libertad es negativa, es aquello que puede hacer un sujeto donde la ley no interviene, es decir, un sujeto es libre donde la ley no ha escrito nada. Con Locke sucede una cosa parecida, se es libre en el marco de ciertas leyes. La Boétie deja el interrogante y deja como un problema a pensar el concepto de libertad. De todos modos, para él, hay un modo de relacionarse en los hombres que promete la libertad que es la amistad. Como Maquiavelo se dirige siempre al príncipe, su interlocutor es el príncipe. El interlocutor de La Boétie son los amigos, hay una apelación a éstos. La amistad entre los hombres es lo opuesto de la tiranía y del despotismo, porque la amistad tiene por requisito la igualdad, es decir, un príncipe no tiene amigos, tiene aliados, cómplices. Alguien que manda no puede tener amigos porque lo que funda la amistad, es la relación de igualdad. Siempre hay hombres, dice, que se niegan al estado de servidumbre. Lo que en La Boétie aparece como una paradoja es que la voluntad de servidumbre es producto de que el hombre es un ser libre, y como tal puede elegir entre la libertad y la servidumbre.

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