flora tristán. una mujer sola contra el mundo por luis alberto sánchez

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En la soledad de su habitación, Flora recoge en un cuaderno sus impresiones de Arequipa. Escribe: "Con los ojos fijos en los prodigios que la libertad ha hecho florecer en la América del Norte, se admira uno de ver a la del Sur presa, por tanto tiempo, de las convulsiones políticas, de las guerras civiles y no se presta suficiente atención a la diversidad de climas y a las diferencias morales de los dos pueblos. En la América del Sur, las necesidades son restringidas y fáciles de satisfacer. Las riquezas están también muy desigualmente repartidas y la mendicidad, compañera inseparable del catolicismo español, es casi una profesión. Existían en el Perú, antes de la Independencia, numerosas fortunas hechas en los empleos públicos, en el comercio y, por fin, en la explotación de las minas..."Fuente: SÁNCHEZ, Luis Alberto. Flora Tristán. Una mujer sola contra el mundo

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~ : : ~t 'f~.... ~ ..~ ...J ~ _ : ;PRESENTACIONAunquemenos frecuentadohoy, el gnero bio-grfico de las letras hispanoamericanas tiene un capi-tulo en quienes escribieron en los aos treinta, cuaren-ta ycincuenta del siglo XX. Una historia quecierta-mente se interesa por entender la Historiay averiguarsu sentido, pero a la vez una savia lirica capaz de servirde pretexto a los escritores para realizar un ensayo deficcine intriga acerca del destinode personalidadesheroicase inclusoantiheroicas, trgicas en lo indivi-dual y lo colectivo.Esteesel doblecaso del maestroperuanoLuisAlberto Snchez(verel vol. 135 de Biblioteca Ayacu-cho), quienensuenormeobra decritico, ensayista,pedagogo, politice, novelista ydocente incurritam-bin con pasin en la biografia. Como escritor curiosode los destinos americanos investiga el sino trgico desu paisana, lafamosisima Flora Tristn (1803-1844)aquienla historiauniversal contieneensuscapitulosrelativos a las luchas proletarias ya la emancipacinde la mujer. Una precursora, una veterana -fue con-tempornea de los socialistas cientficos y utpicos deEuropa, asl como coetnea de los libertadores latinoa-mericanos- que en vida posey, justamente, una vidalegendaria. Las enciclopedias de hoy se hacen ecotodaviade una de esas leyendas: la de aparecer comoabanderada del "amor libre".Sin embargo, LuisAlbertoSnchez rescataeneste libro biogrfico el lado trgico de una mujer inte-5ligente yhermosa. Descendiente, por el lado paterno,del peruanoMarianoTristn,denoble cuna yrique-zas, hurfana, pobre, obrera, se sinti siempre ameri-canayen algn momento se hizo llamar "laperuana".Epoca romntica, quehacia intrigante un fsico yunorigen exticos. Por el sueo de Amricay de laherencia que la aguardaba, a los treinta aosviajalPer a reclamar lo suyo, que le fuenegado. Entonces,otravez, volviasentirse unaparia, tal como loregistra en su no menos famoso libro de memorias. Setransforma en esa mujer sola, abandonada, enfrentadaconstantemente al mundo. Luis Alberto Snchez siguesusrastrosantes devenir a Amrica. Paso a pasolaacompaa en su itinerario martimoy portierraschilenasyperuanas. La siguetambinporLondres,por Pars yla provincia francesaenluchacontraunmarido enloquecido, torturada por la separacin de loshijos, abogadadel divorcio, enemigadelapenademuerte, precursora de la unin de los pobres, luchado-ra de los derechos de la mujer.Su itinerarioresultaas doblemente interesantetanto para la historia universal, si la hay, como para lalatinoamericana. Naceen vsperas de la Independen-ciade Iberoamrica, sus padres tratan en BilbaoyPars al atormentado y joven viudo Simn Bolvary deah en adelante se cruzanlos destinos en una curiosaleyenda. Mientras, en la Europa de su regreso partici-pa en tantas luchas sociales ymuere en vsperas de lasagitaciones de la "primavera de los pueblos".Enuno yotroitinerario, una paria,desterrada;parisina para los peruanos, americana para los euro-peos, ytodavamsgrave:la mujer que protagonizaacontecimientos, su triple incertidumbre. Por si fuerapoco, serla abueladePaul Gauguin, quienensuinfancia hizo un viaje a Amrica.Sobrelos librosdela paria, con las noticiasdeIberoamricayEuropa, LuisAlbertoSnchez tejeeltapiz deeste destino deluchas eincomprensiones.6Asegura el autor en el prlogo de la cuarta edicin deesta biografa:El tema de Flora calzaba cabalmente en mi plande hacer una triloga de mujeres extraordinariamentevinculadas entre s: Santa Rosa de Lima, LaPerricholiy Flora. Mi biografa de LaPerricholi la termin en elverano de 1936 y sepublic en el inviernodeesemismo ao. Comenc entonces adocumentarme sobreFlora para lo cual recib la constante yvaliosa colabo-racin de Alfredo Gonzlez Prada, entonces residenteentre Washingtony Pars. El meenviel librodePouch titulado Flora Tristn Savie et sonoeuore.No sehabahechohastaentoncesinvestigacin tanexhaustivasobrela fundadoradelmovimientode laemancipacin de la mujer.Yo era entonces sub-director de la Editorial Erci-llaya partir de 1938 su director. Mi principal tarea erarevisar, ver posibles libros ydisponer su publicacin.Cinq femmes contre le monde (Cinco mujeres contra elmundo); este titulo me son a campanas de alarmas, acencerro de novillo, y poco a poco fuecristalizndosela idea de escribir un libro sobre Flora Tristn. El libroapareci en 1942, esta primera edicin est dedicada ami esposa, Rosa Dergn, y tuvo un apndice bibliogr-ficoen el que figuracomo algo primordial el libro dePouch. El tomo erams bien elegiaco. Yo queraentonces hacer biografa de personajes clebres ame-ricanos dentro de los moldes de Lytton Strachey ydemi admiradoamigoAndr Maurois, ascomoMaryChalasy de Antonio Espino, que haban escrito bellasbiografas para Espasa Calpe de Madrid. Milibronotena nada que ver con la rapsodia histrica ypusoelacento en el frustrado amorde Flora y el CapitnChabri yen la incomprensin y los celos del maridoycuasi asesino de Flora, Chazal.7ARosa Dergan, mi mujer.PRELUDIOANCHOS, PESADOS, LENTOS, vienen y vansobre cu-bierta los pasosdel capitn Chabri. Vienen y van.Anchos, pesados, lentos. Midiendo ansias, a compslento, ancho, pesado, vienen y van. Junto a la bordadel "brick", prendidos de lalechosa escala de laluna, unosojosenormes y negros, entre la luz y lasombra, unos ojos extticos, miran y escuchan.El capitnChabrisiguepaseando: sobresucabeza bruida de calvicie relumbra el plateado ful-gor delanocheazulenca: hombre grueso, macizo,impulsivo; garras de oso, sus manos se alzan impre-catorias de cuandoencuando. Igualquesuspasos,las chupadas nerviosas a la pipa (arrancndole nie-blas, disipando brumas) vienen y van.El"brick"espequeo. Sus doscientastonela-das oscilan sobre las crestas de las olas, ms enarde-cidas desde que los nautas transpusieron el Cabo deHornos, enfrentndose al burln Pacfico. Pequeobarquito para cortas travesas, pero su capitn, Za-caras Chabri -unalmiral, mon vieux!-, conoce amaravillael ddalodepasillos, escalas, escotillas,sentinas y camarotes, el secreto de las estrellas, losardides de los astros, la torva hipocresa de lasmareas, el geolgico acecido de las olas. Sobre ellas,cabalgndolas, tenindolas ceidasal puo, proyec-tansu audacialas doscientastoneladasbravasdelviejo "brick" Le Mexicain.Pero el capitn Chabri, envuelto en la huma-reda de su cachimba y su quiebra sentimental, reta alaluna, sinpoderseliberardesuembrujo. De su11embrujo, ni del otro. Atadova su pensamiento a laexticapasajera de faz atormentada y sensual, quehablacon profundavoz de abismo. Atado a ella, aquientodos -los cinco pasajeros y los tresoficia-les-vivenuncidos sobrelacubiertadel barqui-chuelosaltarn de ondas, buzo de repentinos valleslquidos. Por eso, los pasos capitanes, en esa nochepropiciay, al par, distanciadora, protestanimpa-cientes -vienen y van-, y las chupadasa la pipavieneny van, y enel marlasespumaschisporro-teantes vienen y van, y en el cielo, las nubes algodo-nosasvienen y van, y en el pecho agitado de Flora,los suspiros-comolas nubes, comolaespuma,como el humo, como los pasos- vienen y van.Mademoiselle Flora Tristn sufreya su cent-simotrigsimo segundo da de navegacin sobreel"brick"encabritado. Cientotreinta y dosdassus-pensa entrelosmiserablesrecuerdosdeFrancia ylas millonarias expectativas del Per. Anoche, en unromntico claro de luna, bajo inesperado desmayo,el capitn Chabri "desaboton" -como deca Fer-mn Miota, pasajero peruano-, desaboton su pa-sin por la enigmtica viajera.-Oh, Flora... vous devezmecroire... je suistrop malheureux, si![Pobre amor nufrago!Sbito amor marinero:por lomismo, terco; yella, arribada la"funestaedad", incapaz, ahora que lo desea, incapaz de entre-garse. Chabri, hombrachn de vulgar aspecto, consus treintayseis aos sanotes, sucalva, supasofirme, suvoz sperapara hablar perodulcsimapara el canto -cmointerpretaa Rossini, magomusical de la hora!-, siente su encalladura en aque-lla pasin entrevista haca tiempo. Porque Chabriamaba a Flora de tiempo atrs, desde el primer dade su encuentro enPars, cuandola conoci Mada-me Flora Chazal, y, ms an, desde Burdeos, en quela reencontr MademoiselleFlora Tristn. Al vol-12ver, enunatregua, entre viajey viaje,a su ciudadnatal, asus alegres matelots de Lorient, llevabadentrodel pechouna campanarecin estrenada,anuncio tambin de puerto nuevo. Tornaba despusa Burdeos, desprevenido, y por lo mismo ms pro-tegido por su desamparo, cuando se qued perplejoal hallarse otra vez conMademoiselle Flora. Hastamuy enlo hondo de su almasimple de campesinonavegador, se metieron los ojos alucinantes de Flo-ra. Hastaadentro, aquella efigie andaluza: latezmorena, labocagordezuela, el rostroovalado, lafrente despejada. Hasta adentro:su hablar dictato-rial, suimperiosogesto, suandar lascivo. Hastaadentro... Mas, y anoche?..-No(ayerfue as), no, Chabri:yo traigolafatalidad conmigo. le suis un porte... malheur. Esteviaje, adems, es un parntesis. No encierra nada, yacaso todo... Usted ignora lo que yo dejo atrs... Y loque yo tengo entre m... Si ustedsupiera... -Cmosuena, engolado, vigoroso, el "yo" en la boca golosa!ycomo el capitn no sabe ms, pues, a causa de suincertidumbre, anchos, lentos, pesados, los pasos demonsieur Chabri vienen y van sobre la cubierta deltestarudo Mexicain.Noche del 16 de agosto de 1833, ha apuntado,meticulosamente, el capitn en su diario.La anota-cin de ese da la inscribi en el libro de bitcora conletra ms grade, mejor dibujada, mejor que de cos-tumbre, igual que la del da del zarpe: r7de abril de1833". Fechasdentrodelascualesseencierrauntrunco epitalamio, una flotante elega.El segundo de a bordo, Luis Briet, coterrneodeChabri, quecomprendelaagona desujefe,menea lacabezadesde lapopa, yecha aandar,disgustado. Alfred David, oficial parisiense, juvenil,lleno de malicia, atisba codiciosoalaesfingedeabordo al ir a su camarote. Fermn Miota, nico de13los pasajeros que recorre la cubierta, contemplareceloso las tinieblas.Laluna asoma inexpresiva. Gruenlas olassordamente. Los pasos vienen y van .Los pasos ya no vienen ni van .Entonces vibra un susurro. David ha interrum-pido la tonada que rompi a cantar desde su cabina.Miotasigue conlos hundidos ojos enlasombra,acaso ensus recuerdos. Briet se sumerge en la evo-cacin, entanto Chabri bebevidounaspalabras,ganoso de ser beleas, pero sentenciadas a nada msque aguijn:-Crame, traigola mala suerte, mon pauvreami... Si yo pudieraamar, loamaraa usted... Noes posible... djeme estarle agradecida hasta lamuerte...Floratieneestanochevozdehojas, deque-branto, de nube, de suspiro, ella tan enrgica yrotunda.Por la tarde otro fue su tono; deca as:-Entremis abuelosfigura unemperador deMxico Y estn SanFrancisco de Borja... Y CsarBorgia Yel papa AlejandroVI... Yo soy... Yonac... Yo quise... Yo acept...Jirn de "yoes" que el viento barre zumbn.Todos atendan a los ojos, no a las palabras.Pero, en lanoche, bajo laluna, alas cientotreintay dos nochesdenavegacin, el orgullodeFlora apenas subsiste:-Mon cher Chabri..., yo soy unaparia... unaperegrina. Tengo miedo a esta tierra... Aese Chile!Aese Per! Aaquel to desconocido! Aqu s yo!...Nunca supe de ellos, y he tragado hambre, Chabri;he tragado hambre con mi madre, con mi hermani-to, y vergenza y odio con Chaza!... No me preguntenada, Chabri, Djeme hablar.Se hansublevadolasremembranzassobreel14puente de Le Mexicain. Flora tiene los ojos dirigidosa lo alto, como en una plegaria.Alolejos unas lucecillas anuncianla tierrachilena:- Maana llegamos a Piedra Blanca; al cabo deunas horas, anclaremos enValparaso-informaBriet al seor Miota.Chabri se acerca a Flora y la besa en la mano.La "paria" se estremece. Y, luego, suavemente, co-mo lohabraprescritoel vizcondeRenato, posalevemente los labios sobre lacabeza escueta delmarino aterido de viaje, de luna y de deseo.Ni Briet ni Miota estn ya sobre el puente.Flora Tristn tiembla de nuevo,se arropa consu gesto y esconde el rostro entre las manos.Musset dicta versos que solamente los dosoyen. PunzantesestrofasdeLamartinealetean entorno. Elvirahaasomado, por error, sobre el martrocado enlago. Chabri arrastra sus pisadas sobrecubierta, hacia la proa, a beber y a besar viento.Flora Tristn ha entrado en Amrica.Nohay ya pasos lentos, anchosy pesados, deelefante, martillando impacientes sobre el puente.Sloyacen por el suelo la atmsfera, recuerdos,ansias, perplejidades, penas, ambiciones, descon-tentos. Rebao ingrvido -e hiriente, sinembar-go- que marcha enronda comolas nubes; rebaoingrvido que viene y va.Al amanecer: PiedraBlanca. Seishoras des-pusla cadenadel ancla chirra enla baha de Val-paraso. Se completaban ciento treinta y tres das deensueo, enla vidahasta ah atormentada y desdeese punto luchadora de Flora Tristn.15CAPITULO 1EL EMIGRADONo...No... EsABSURDO... Absurdo... Mi hermanoPonopuedeseguir all... Harto golpeadoanduvocon eso de acompaar desde los seis aos las andan-zas demi padre... Imaginaos: a esaedad, padrelollevabade Cuzco a Arequipa, de Arequipaa Puno,tras los rastros del rebelde Tupac Amaru Antes desaber bien el espaol, Po hablaba aimara Lo pro-nunciaba erizndose de jotas y de kaes. A las floreslas llamaba kantutas, y hablaba de wifalasy warawa-ras. No. Po vendr a aprender algo ms... Yo sersu tutor. Al fin y al cabo -la voz engolbase aqu-es un Tristn y Moscoso, y yo soy el mayorazgo.Don Mariano, a pesar de su devocin hispani-zante, pronunciaba la ere como egue. Muy nio, sufamilia lo envi a Francia, a estudiar en el Colegio deLa Flche, y desde entonces, si bien habase emanci-pado de la sotana abacial de sus curadores, no logra-ba liberarse de la tutela gentil de los francesesni delas francesas. A menudo solasuspirar entre dien-tes: "[Oh Pars!", y cerraba los ojos como quien ora.Sus interjecciones, sus tacosnoeran los sonorosyredondos usados en Espaa, no: eransapristis yparbleus! NomdeDieu yLa barbe! Cuando, enlaiglesia, balbuceaba el Ave, a menudo mezclabaa lasanglicas frases latinas algunas profanas: NotreMrequi est aux Cieux...Pero, ahora, descifrando la misiva -recintrada por el postilln-, ante unveln lacrimoso,como el que alumbrara aquellanocturna rabieta desu retiro de Madrid, donMariano ahora slotena17memorias y sueos de rever a los suyos, enaquellaArequipa conventual yblanca, ciudadde sillar ylava, y sentir comopresentesa su veraa Jos Do-mingo yJuan Po, sus dos hermanos, ambos metidosen la carrera de las armas, aun sin haber transpuestola etapa del A B C.-Absurdo... Absurdo...Don Jos del Carmen, suamigo indiano, loobservabaatnito. Mariano Tristn y Moscosonoerahombre de arrebatos ni de extremosidades. Pe-ro, no obstante, se le vea perplejo y hasta trmulo:-Juan Poes el menor de nosotros. Y el msarrogante. Tiene ojos de fuego y robustez de atleta.Mi padre lo haba internado comocadete delregi-miento de Soria, que fue de Espaa, ytambinprueba armas en el "Extremadura"... C'est domrna-ge... Detodas maneras, yo lotraeraqu y leharseguir unacarrera. Queseamilitar si quiere,[peroeducado! Turenne era general, matemtico y corte-sano. Cand, guilade los combates y milano enelPalacio. Aqu con la ayuda de Nuestro Seor CarlosIV, algo se har... Amrica, adems, est de moda. Yhaymon Dieu, bier sur!, hay todava hombres com-pasivos... Bah! Que s, que lo ayudarn... A todo unTristn y Moscoso, sapristi!Don JosdelCarmen sesabadememorialatirada. Los Tristn y Moscoso, claro: por los Tristn,el abolengo se entroncaba -as decanal menos-conMoctezuma, el desdichadoemperador azteca.Por losMoscoso, conlosBorjadeAragn. Eneltestero delsaln madrileo de don Mariano se er-gua, plido el color, enlutado el traje, San FranciscodeBorja, el msticomarqusdeLombay. "Nuncaservir a seor que se me pueda morir" era la divisa;pero donMariano, msmundano, prefera servir aseores tangibles aunque perecederos.Ala luz del veln, don Mariano, hermosoejemplarde"espaol americano", comodecaese18traviesoeinsurgentejesuita Vizcardo, sucoterr-neo, rasgvitelay desportillpluma, escribiendobreve y perentorio billete que el galen de ese mesconducira hasta Islay, y de all la posta hasta Are-quipa. Firm, esparci la arenilla, soplcuidadosa-mente; luego, tras dederretirconesmeroel rojolacre, imprimi en la hoja su sello de armas. Pagadala oblea, tir de un cordel haciendo vibrar la campa-nilla, y apareciunalibreaondeantey genuflexa,coronada por blanquecina peluca. La carta parti altrote manso de lacayuna pantorrilla.-Ya est!... Ahora, de verbena, Jos del Car-men, de verbena.-Ala Bombilla, mi seor don Mariano, empe-rador y virrey...La socarroneraera ley endon Josdel Car-men:la toleraba don Mariano.***Sobreel puente del buque, el mozalbete, JuanPo Tristn y Moscoso, siente la tortura del mareo.Ya dejaron atrs el ocano Pacfico. Lejos est Val-paraso, con sus roquedales ysus tentaciones, menosduras, muchomenos!, quelasrocas. Haceunsolesplndido yun mar terrible. Arropado en manta deCastilla yponcho de vicua, Juan Po se aferradesesperadamente a la pasarela.-El Cabo de Hornos, miamito!-balbucea,con gesto desolado, su criado cholo.No hay palabras en la boca del "nio", vctimadel mal de mar.Cuandoentra ensu camarote, Juan Poolvidaechar la habitual mirada al abuelo San Francisco deBorjay al prncipedeEsquilache, virreyy poeta,autor de Npoles recuperada, ambos, inmviles tes-tigos de la serenidad perdida de su chozno.Las olas se alzan ms altas que orgullo deseoritingoindiano. Msaltasquela memoria de19Moctezuma, que el escudo de los Borja, los deEspaa y los de Roma.Olastremendas, Andes de agua verdeazulada,crestas coronadas de espuma,no denieve.Hervorde sal y sol. Ahora es el Atlntico, mar de Lemures,de fenicios, de cartagineses, de anglos, de bucaneros,de lo imprevisto. Po Tritn piensa en Arequipa, suciudadapacibley clara, y enMariano, su hermanoinsosegable, a quien al cabo volver a escuchar.***-Po!-Mariano!Subtenientees yael mozuelorecin venido,pero galonesmilitares cuentan pocopara el cvicoMariano.-Conocers la Corte primero y, luego, a Fran-cia, para instruirte.Dilogointerminable. Relatos delainfanciaandariega. Y de cmo el humano y civilizador Are-che hizo jigote con el salvaje Tupac Amaru.-Irsa Francia, hermano, parainstruirteyaprender muchas cosas!Po inclina la cabeza, mientras siente en elcorazn un soplo helado, como un sobrecogimientodeagona. El primognitoadivina, y agrega comocon desgano:-Despus, si quieres, sers militar de nuevo...Polevanta la cabezay mira sonriendoa Ma-nano...***Hasta el colegio de Sores, en la Francia yainquieta, lleganrumoresalarmantes. Los alumnosms osados suelen devorar en secreto un libro que setitulaEl ContratoSocial. Otros,escondenbajolassbanas un ejemplar de La Pucelle, y, por la noche,leen en voz baja, a los revoltosos, las estrofas travie-sas deciertoherticoescritor, apodado Valtaire,seordeuna ironacorrosiva. Losquevienende20Pars cuentan ancdotaspicantes. Dicenque MaraAnronieta... Refieren que Necker...Cuentan que suhija Madame Stal., Murmuran que Turgot... que laEconoma Poltica. Y quelos ingleses... que La Ri-queza de las Naciones... que AdamSmith... que losfisicratas ... que las Cortes Generales... que el tierstat ... Tontos franceses! Tansimpleytranquilocomo es vivir bajo monopolio absoluto, con monar-caabsoluto yobediencia absoluta... No hay Reycomoel deEspaa porcierto: allnadiehabladesemejantes cosas.Porecibe fisgas y sornas de sus condiscpuloscuandodefiendeel regalismo. "[Los espaolesnopertenecena Europa!""Los espagnols-americainsusan plumas": N'est ce pas vrai, cber Tristn?Que no yque no! Suenan bofetadas. Por el airedanzan bilinges juramentos. Po triunfa casi siem-pre quelas razones pasan del entendimiento a lospuos.-Sauvage... indien sauvage!UnatardeapareceMariano, amablesiempre,pero con una nube en el ceo.-Nos volveremos a Espaa, hermano.En el camino, confiesa al menor, asombrado detan brusca decisin:- Parece que va a estallar unmotn tremendoenPars. Noconvienedejarteaqu. Nadiepodrmedirlo queocurra. Slo el Rey, ciego!, nose dacuenta denada.Versalles es sorda, sordaverdade-ramente, sorda. No deseo que ests en Francia. Esoes todo.-Hay un paisano nuestro en Pars... Por quno le avisamos?-Imposible, es unprfugo de la Inquisicin,PablodeOlavide, peroms tienedelocoquedecuerdo... -ytras una larga pausa-: -Po, creo quedebesreintegrarteal ejrcito delReyNuestro Se-or.21-Hermano, esa ha sido siempre mi aspi-racin.- Tanto mejor. A Dios gracias.Laatmsferaest cargadadepresagios. Notardaenestallarlatormenta. DesdeEspaa escu-chan el eco sorpresivo de la toma de la Bastilla.Marianosuspirdisimuladamente yno dijopalabra durante todala tarde en que la noticia vinohasta Madrid. Por la noche escribilargamente,reflexionando mucho, suspirando no poco. Mor-diendo el cabo de la pluma de ganso. El propio labiotambin, de vez en vez...Popaseaorgullosoanteel espejodedoradamoldura, luciendo su uniforme de los "Guardiaswalones". Pronto partira servirbajolas rdenesdel general Ricardos. Mariano escribe y suspira. Esedadejuliode1789parace quelo hubieraembru-jado. Potiene 23 aos. Mariano hatranspuesto latreintena.***Tiempos de guerra. Publase el aire de blicasfanfarrias. Las cajas acometen el vivo redoble de ladespedida. Poes ya capitn. Mariano andapor losPirineos, y a ratos se asoma a Madrid, entre fiestasyms fiestas. Suardor indianoy sucortesagalaaydanlearendir ms fortalezasdeamorquelasque Po apenas logra cercar a fuerza de caonazos yhecatombes.DonJos del Carmen, el confidente madrileo,andasolo, desorientado, perdido de su compaero.Poco sabe de Mariano. Pero, un da acude a la estan-cia de Po con nervioso gesto.-Po, Mariano se nos casa!-Eh, qu? Con quin? Con la condesa de...?-Nada deeso. Conunaplebeya: conunatalThrese Leisn,-Espaola?-No, de Francia. La conociaqu, en Espaa,22en Bilbao. Ella tambin huy de su patria a causa delaRevolucin. Vino, segn me han dicho, con unaparienta. Nada se sabe de su estirpe.Po ataja la verba de Jos del Carmen:[Para casarse, un Tristn y Moscoso tiene quepedir permiso al Rey!***Mariano vive suidilio vasco, en Bilbao, frenteal mar. Threse Leisn o Leisney -poco le importala exactitud del patronmico- es en efecto unainmigrada francesa. Dulce de carcter, bella de cuer-po. Mariano arremansa su tormenta en aquella radaimprevistaypropicia. Peroellaaunquemucholeama, tambin mucho ama sl} propia honra.- El Reynote conceder permiso para que tecases con... unarepublicana -bromea entrelgri-mas y sonrisas.-Pues mela pasar sin el Rey!Como el Reyno otorga permiso, se casarn decualquier modo. Ellasentaquenopodavivir enadelante sin l. Toda deshechaensollozos suelerefugiarse en los brazos de su parienta.-Soy muyinfeliz, soy muy infeliz!Los pescadoresasisten complacientesalidiliodel seoritonoble del Per con la linda plebeya dePars de Francia.Pero la emigracin es la emigracin, y los emi-gradostienenunaextraasolidaridady uncdigopropio"PadreRoncelin" ("prtefrancais emigrlui-aussi")los casa una buena maana sin aguardarms el permiso real. Es el otoo de1801, precursorde una era de exaltacin, prdiga en versos, heros-mosy suicidios. Bilbaoprosiguelanzandoredesalfuturo y al ocano. Pero all, en Castilla la Vieja, Po,incapaz de soportar la noticia del para l tan irregu-lar casorio (para l, unsobreviviente de la campaadel Roselln, capitn ahora delosGuardias Walo-nes, oficial del general Ricardosy del condedela23Unin), solicita permiso para regresar al Per.Marianonada le hadicho, entretanto, acerca desumatrimonio. Po tampoco se lo pregunta. El ocanopondr una valla entre el ceudo solar y el sonrientetlamo. Nada interroga Po. Nada confiesa Maria-no. Bilbao fisgonea ycomenta. Threse sonreencantada, ebria de amor. Pronto regresarn aFrancia; yas fue comoen1802abandonaronlasperatierraespaola. Marianovive yacomoundesarraigado: Per, Espaa, Francia, todo le daigual. Amanece dentro de su corazn un ciudadanodelmundo, un prematuro paria. Caracol de su abo-lengo, lleva consigo a cuestas su vanidad y su osada,pero sus ojosy el color de su piel contrastan conlocotidiano.***Hantocado la puerta del bilbanohogar deTristn. Enel umbral, tirandonervioso del llama-dar, estunjovenenteco, pequeo, degrancabe-zota, plido, hundidaslas mejillas. Lafrenteseleaboveda y los ojosle arden. Un mechn nigrrimosurca el desierto de sus frontales. Viste de luto. Perociecoquetamenreel tallede avispa; yla mediapegada a la pierna musculosa, y la hebilla del zapato,y la mano pulida, y el encaje dela manga acusan apersonaje de posicin.Las criada francesa viene a anunciarlo algodesconcertada:-C'est un monsieur qui s'apelle Simon deBolivar... Il dit qsi'! vient de i' Amrique... De -c-motrabaja la lengua dela fmula erizada-Vene-zuela, de Caracs...Mariano Tristn avanza hasta el recibidor,gentil y ceremonioso.Simn de Bolvar le estrechaba las dosmanos,con mpetu irresistible.-Sabaque aqu habitabaun noblecoraznamericano.24En Espaa la vida se ha vuelto peligrosa. Fran-cia, encambio, recobrasutranquilidad. Yaparecemellada la cuchilla de M. Guillotin. Rodaron al cestolascabezas deLuisXVI, deMaraAntonieta, deDantn, de Felipe de Orlens, de madame Rolland,de Robespierre... Quin queda con vida? El tenien-te Bonaparte acecha el poder desdela alcoba de suplanchadora. Hoy uni sudestinoalaviuda delvizconde de Beauharnais, criolla de Martinica, conms historias alegres que nudos haya en las calcetasde las Eumnides de la Plaza de la Grve.Mariano y Threse se hantrasladadoa Pars,desde1802. Dinero no ha de faltar despus de todo.El arzobispodeGranada, parientedeMariano, leenva unapensin de 6.000 francos. Po, otra sumaimportante entintineantes onzasdepreciosome-tal. A Mariano le duele, sin embargo, su inactividad.Por carcter es trabajador, constante, honrado y, alpar, ardoroso.Threse es dulce ysoadora. Imagina ms de loque hace, haciendo mucho; maslleva ya enel senoun hijo, yeso la obliga a fantasear como nunca. Pasalas horas, al sol, absorta encomplicadosarabescosde lana para el que vendr.Afuera, Pars vive das tremantes. Lagentepacficasonre, pensandoque, conBonaparte, re-tornalapaz Capeta. Otros, sinpoder ocultarsusrecelos, repiten en voz baja, amargamente:- Esto es la contrarrevolucin.Fouch lanza por todas partes a sus invisibles ydiligentsimas huestes de esbirros, propalando ex-traordinarias especies. El incendiario de Lyon sabequeesmejor actuardesdelasombra, tratandodehacer olvidar sus extremos.Tayllerandhacomenzadoatejersusdescon-certantes mallas.El general Bonaparte contempla enfurecido aInglaterra. Inglaterra acepta impvida el reto que le25arroja el Corso. Sin que estalle an en todo su fragor,la guerra se proyecta con sus tpicosbagajes.***En medio de aquel tenso ambiente nace, el 7 deabril de 1803, en Pars, el esperado hijo: es una niacon ojos de Tristn y perfil de Leisn.Sus padres la llaman Flore-Celestine- Tbrese-Henriette.-Ha deser muydichosa!-murmuran em-briagados de ternura.-As sea, monsieur Tristn.***"Parto de regreso al Per", ha escritoJuan Poa su hermano mayor.Mariano, meciendo la cuna con una mano, sos-tiene la carta con la otra. Despus de tanta felicidad,no podafaltar una amargura. Sonrisade Flore-Celestine-Threse-Henriette: ya teacibaralanos-talgia de tu padre por el terco to Po. Mariano hastasenta por ste un cariopaterno. Atolondradomuchachoque as selearrancadel lado, abando-nandoa Espaa, donde era posibleira verlo cual-quier da!-Qu vida,seor, quvida! -murmura en-tristecido donMariano.La chiquitina duerme den-trodesu cuna. Afuera, en las calles, ondean ya lasanchas capas y lucen gruesas pieles, confirmatoriasdel otoo. 1803. Nieblas yventolinas. Las hojascrujen enlos senderos de los bosquesbajo las pisa-das. Parques de oro viejo, deramasretorcidas, de-precatorias. Helado otoo. Unahijaqueviene, unhermano que se va, acaso para siempre, para nunca.-Qu vida, seor, qu vida!Afuera se arremolinan rumores y hojassecas.Don Mariano no se despide de su mujer al salir de lacasa. A pesar de la hija y de Threse, la calle Vivien-ne le parece a don Mariano un verdadero destierro.26CAPITULanHLEPETIT BOLIVAR"ESTAESLAHORAPIMPANTEdel buenmozoylaliviana. Por las calles de Madrid llueven coplas,llueven jcaras, llueven claveles, llueven kiries, pu-llas ysarcasmos cuandopasa Carlos IV, orondo,prognato, ventrudo, conborreguil empaque, y, a suvera, MaraLuisa, esplndiday voraz, luciendoelbrazo carnoso, la mirada hambrona entre los prpa-dospapujos;y cerca deste, fachendn, aurisoladoCbermejazo platero de las cumbres, -a cuya luz seespulgalacanalla-"), Godoy, el querido, el jaca-randoso Prncipe de la Paz. Nadie lo oculta, nadie localla. Todoslo dicen, todoslossaben. Los confeso-res,quemascan secretos, y los parlanchines queloseructan. "Ah est l". Pero, Carlos IV se deja acari-ciar por el pincel de Gaya: jinete en caballo vacuno,depecho gordoy cabezachica, y l, arriba, puestoms quemontado, intentando un gesto de domina-dor delmundo.Pero todos los saben...Lasmajas arrullanel aireconsus abanicos yhacen palidecer de envidia a los campanarios con laosadadesusempinadaspeinetasdecarey,y alosaltaresconelencaje desusmantillas, y a lanocheconsusojosdeabismo, y a la selva con sustufos, yaljunco consuscinturas, y al clizcon laredondezdulcemente velada de sus caderas, y con sus tacones,y con su trapo, y consusjotas, y con sus"soles", yconsussaetas, y con su ardenta, y conel oro suavey muerto desu carne violenta y pugnaz. Panderos,crtalos y guitarras, y toreros, y manolas, y duquesas27quese desnudananteel pintorparaser majassingazmoeras,y reinasplebeyascomoMaraLuisa.Jipos ypalmoteos. Viva Madrid, yel Oso, yelMadroo, ylas testas erguidas que ante nadaseinclinan, y la soberbia, y la manzanilla y los boque-rones! ... Pero el Rey, fuerade la postura en el tallerdel artista, apenas logra levantar la doblementecoronada testa... Mara Luisa contina su prodigali-dad, tambin amba: de lecho y cetro. Sonre Godoy,panzn y hermosote. Francisco de Gaya y Lucientesdisparasuscolores. NapolenBonaparte,susam-biciones.Los hombres severos, que ya oyen los ladridosdel riesgo en el mar (en ultramar y aquende el mar);los que como el conde de Aranda ventearon el peli-gro quecaasobrelasAmricas, proponenvana-mente medicinas heroicas... No los escuch Carlos111, volterianoy sutil, y vaa orlosahoraelpobremarido de la reina de Godoy! Y menos cuando stees quien los apaa! Los generales, los coroneles, lostesoreros, los presidentes de Audiencia, los cosm-grafosmayores, losoidoresdel Consejo deIndias,los pilotos mayores, los cronistas reales, a veces losarzobispos, miranpreocupadostodoaquello. Perolostoreros, losmajos, lasduquesas, losfrailes, losbarberos, los maestrescuelas, los confesores, los co-plistas, los rejoneadores, los chamberileros, las pei-nadoras,las bailarinas, los guitarreros, hllanse deplcemes. Comoen el teatroclsico, enfrntansedos cartulas: la fosca versus la reilona. La existen-cia contra la subsistencia.El coronel Po Tristnhabase marchadodeEspaa, sonrojado de la Corte. No pudo ms. Claro,cont muchas estrellas en el cielo antes dellegar aBuenosAires, en donde la memoria de un goberna-dor aloCarlos IV, ablico ytontn -el virreyMelo-, pesabaan sobre lasespaldas deSobre-monte, sureemplazo. DonPo fue designadosu28ayudante. Ya se oa hablar entodalas orillas deinminentes ataques denuevos corsarios. Los ingle-sesamagan con su selva de pataches, fragatas, ber-gantines, corbetas y navos. Espaa, uncida al tronode Napolen, soporta los zarpazos de los atlantes deBritania. Buenos Aires -codiciadapresa- afilalenguas,plumas, espadasy culebrinas,dispuestaadefender la ra de intrusos luteranos.Desde Santa Mara de Buenos Aires, el coroneldon Po sabe que el coronel don Mariano ha prolon-gadoel apellidoenuna hija, yque el "rnnage"Tristn reside en una linda casita llena de flores, lacasita de Vaugirard. Mariano ha encalmado sus das.Acompasalas horasvindolecrecerlosojos, msquela estatura, a Florita, mantoncito de carne rosaentre cintajos y "agueguidos", y regando las plantasde su pequeo jardn. El coronel Tristn, horticul-tor!Cincinato ultramarino, encuentra placer, ya en1804, andandoenchanclos por las veredillas dearenisca, patinando sobre el ripio y cloqueando en-tre barrizales de los parterres de rosas de Francia.Amenudoel pauvrepetit Bolvar, comolla-maba ThreseLeisnaltaciturno y al parruidosoviudo de Teresa de Toro, acuda a respirar paz entrearbustos, y berridos, chezTristn. Ah seestabandon Mariano, su mujer, el sueo de Florita, Bolvary el atrabiliario maestro de ste, don Simn Rodr-guez, hombre de mxima gritada, de epifonemapermanente.Haban coronado Emperador delosfrancesesal petit caporal. Pars entero era una fiesta, distintaa la madrilea. Cierto que Josefina pareca seguir lasequivocadas huellas de la espaola Mara Luisa,pero Napolen tambin cazaba en coto ajeno, ya seaconlasarmasdelaguerra, yaconlasdel amor, yrestableca, conholgura, el equilibrio, sin ms per-juicioqueparalasacramentescalealtadmatrimo-nial. Unmillndefranceseshipaban enlascalles29sus sonoros Vive l'Empereur. Ya no la cocardeblancadelosCapetas, sinolaimperaliciacocardetricolordel imperiopopulary guerrero, lucado-quier. Los vencedores de Areola,los futuros gruo-nesde la Guardia Vieja, sentan queaquelloerasuobra. Conla punta de sus bayonetashaban alzadoenvilo el imperio de ese general, bajito y gordo, demirada fija y paso rpido, queaquella tarde se dis-frazara de romano, para ofrecer su perfil al escultorDavid y legar unamedalla a la posteridad.Eraunambienteheroico, distintoalburleramadrileo. Juntoscomentabanentrelosparterresde Vaugirard, la ceremonia. El pauvre petit Bolivar,plido, cenceo, morda los cantos de un Espritu delas leyesque yaca sobre la mesa, y luego subrayabaconsupequeamanoenguantadadedandyultra-marino las frasesambiciosas y memorables:-Cun tremendo es queunpueblo se arrojeasf, enloquecido, alasplantas deun hombre, sinaveriguar si es un libertador oes un tirano! Losdspotas se incuban de esta manera. Todo Pars, s,todoPars estaba dispuesto a hacerse matar por sunuevo emperador. .. Un milln de almas vitoreaba alhombrecillo, ganador debatallas... Paraleseho-menaje es, sin duda, "el ltimo grado de las aspira-ciones humanas, el supremodeseo ylasupremaaspiracin del hombre". Ah!Qunoofrecera elpueblo americano al hombre quelograra libertarloparasiempredelaopresinenque 10tienensu-mido?-Seor Bolvar, seor Bolvar... Eso es predi-car la insurreccin... Aliarse a los ingleses...- Y por quno, si la insurreccin es10 nicocapaz de colocarnos en el lugar que merecemos?Don Mariano Tristn, coronel de S.M. el Rey deEspaa, mene la cabeza desagradado.-Comprendo -dijo-oYamehabandichoque es usted francmasn... que est usted afiliado a30unaasociacin fundada por su paisano Miranda... ala "Gran Logia Americana", no es as?Bolvarasinticonla cabeza. Enuninstantehaba olvidadosuamistadyvea al frente aunantagonista.Repiqueteaban ensus odoslas frasesdel juramentodelaLogia, redactadotambinporFrancisco de Miranda: "Nunca reconocers por Go-bierno legtimode tu patria sino aquel que seaelegidoporlalibre y espontneavoluntaddelospueblos; siendo el sistema republicano el ms adap-table al gobierno de Amrica, propenders porcuantosmediosestn a tusalcancesa quelos pue-blos se decidan por l".Rompiendoel silencio, oyseunchasquiditoenla cuna,y FloraTristn Leisnanunci consusberridos yestornudos que se avecinaba el anochecer.Sobreeljardn esparcaseahora elvioleta del cre-psculo. Una vez adentro, al amor delhogar, Th-rese Leisn aventur unapregunta picaresca que lebailaba en la lengua haca muchas semanas...-Pardon,M. Bolivar, mais... on dit ... on dit ...que vous avez des grand succsavec... certainesjeunes tilles...Se evapor de Monsieur Bolivar la adustez delfrancmasn empeado en libertar a un Continente.Sus rasgosse distendieron. La barbilla voluntariosase diluy ensonrisas. Desde las cuencas profundaschispearon de malicialos ojosnegrsimos. Sabaseque el joven viudo frecuentaba garitos yprostbulos,cafs y salones de toda ndole, casas dudosas y mesasdejuego. Susdedos afilados acariciabannaipes ydesgarraban encajes. Sus ojos brujos contemplabanespasmos yenvites. Templetes desugloriaeranboudoirs y clubs. Vibraban impacientes sus naricesanteelolor a carneperfumaday anteelequvocobrillo de las fichasde marfil.Tahures y cortesanasalternabanconprceresynaturalistas, ensusin-quietudes. Nin de Lencls y Rousseau; Washing-31ton y tarambanas, colmaban de visiones las nochesdel espectro tropical. Cuando no, acuda a la Logia asaturarse de aventurera. Y junto a l, exorcizndo-lo, valet dePlutarcoy de Juan Jacobo, don SimnRodrguez, el maestro de las sinrazones.Pero, tambin, sola tropezar con hombresgraves, yrozarse con ellos. Noyael impetuosoMiranda, sino el penetrante Humboldt, que acababade regresar de Amrica. El barn correga a la saznsus Voyages aI'Amrique Equinoxial su Ensayopolticosobre Nueva EspaayotrosobreCuba;pero, por sobre la majestuosa estampa de los Andes,porsobrelaimborrablevisindel Anhuac, ven-ciendolas indagaciones sesudas que Hans Wolf-gang von Goethe le haba sugerido ysolicitado,mecanse enlas conversaciones delbarn Alexan-der von Humboldt algunas incitantes figuras feme-ninas, y, ms acusada que todas, la de una mexicana,la gera Rodrguez, triguea de tez y rubia de pelo,en cuyo embrujo qued por mucho tiempo prendidala severidad cientfica del seor barn tudesco.La casa deVaugirard escuchtambinlasdi-gresionesanalticasdel amigodeGoethe, atajadasde cuando en cuando por las imprecaciones delpauvrepetit Bolivar, y porlosinacabablessolilo-quios de Simn Rodrguez. Entre aquella caterva deenloquecidos, bajo la ternura domstica de ThreseLeisn y junto a la chafada soberbia del coronel donMariano, aprendia balbucearsusprimeraspala-bras Flora Tristn.***Trafalgar!"Quecadaunocumpla consude-ber". - C'est unsalaud ce Nelson!-gruanlosfranceses bonapartistas.Fouch desplegaba mayor vigilancia que nuncapara acallar rumores.1805. El Emperador haba puesto la mirada en32Espaa, pero los ingleses le haban roto el espinazoa la flotapeninsular.Desde Santa Mara de Buenos Aires, desdeArequipa y desde Granada, seguan llegando maci-zos doblones, doradas peluconas a los Tristn.-Correo!... Correo!La casadeVaugirardsehaca ms jardn quenunca ante la mgica palabra.-Correo!... Correo!Pero don Mariano no sonri esa vez...-QuJest-ee quJilpasse, Marian?-Oh, nada, nada Threse!-Pas possible... dit moi... dit done...Mariano capitul. Tendi el peridico a su mu-jer por sobre la cuna de Florita: ..... Los buquesingleses detienen naves espaolas... Un galen quevena de la Amrica espaola pillado por... Muchosvalores desaparecidos... Figuran entre ellos ... 20.000francos para don Mariano Tristn y Moscoso, resi-dente en Pars..."-Mon Dieu, MarianlTeresa se quedmirando fijamentelanefastahoja. El coronel don Mariano daba vueltas, con lasmanos a laespalda, en tornode lacuna. Estabaperplejo. Se detuvo. Se rasc la oreja. Mir los rbo-les, el cielo, asuhija. Volviapasearse, siemprerascndoseuna oreja. Teresamecalacuna. Floradormitaba, ajena a aquella catstrofe. Don Marianodecidiimitar a Flora. Se encogi de hombros:-Ante todo, nodecirnada al Per A qu?Pedir otra remesa... Para eso hay cmo .Sigui caminando por el jardn. Ahora conlasmanos en los bolsillos, a grandes zancadas.Para disimular, Teresa bes a raudales a lachiquilla dormilona. Era en primavera.***-Godoy nos arrastra al desastre!-Cmopuedes decir eso, Mariano? Godoy33est con Francia...-Pero no con Espaa...-Oh la... la... Es 10 mismo.'Q, 1I-1 ue va a ser o....Esamisma tarde llegel pauvre petu Bolvarhechoun jacobinoal rojovivo, furentecontraelEmperador y su poltica. Simn Rodrguez 10 escu-chaba con los ojos, ms que con los odos.ThreseLeisnpatriticamenteabandoneljardn llevndose a su hija en brazos.-Dable de crole!Mientras donMariano, RodrguezyBolvarpaseaban porel jardn,esteltimoarrancabama-quinalmente, furiosamente, las flores que se ponanalalcancedesusmanos, arrojndolasa la vera delsenderillo. Tristn10observabasonrientey silen-cioso. Depronto, leechunbrazoalhombroy ledijo en son de broma:-"Bolvar, coja las flores y la fruta que quiera;pero, por Dios, noarrase contodas las plantas porel mero placer de destruir"...- "Oh, perdncoronel -repusoBolvar in-mutado-; yo creoquelamariposa esmsfcil deestabilizarse que yo; no bien quiebro el tallo de unaflor, ya sta no me gusta y busco otra".-No es tan mala tctica para las mujeres, peroser esa la doctrina francmasnica?Bolvar detuvouna res puesta atrevida en lamisma punta de sus labios.Das despusBolvar y su maestro Rodrguezpartan hacia Italia.***-Las desgracias no vienen solas!-As es, coronel as es...Unanueva desventura flagelabaa Tristn. LaMinerva, barcomuy marinero, haba naufragado:con l zozobraron otros 6.000francos quele envia-ban a don Mariano.34La vida sehaca difcil. Hija devarnacauda-lado, lapobreFloraTristnsobrellevaba, sinem-bargo, unaniezatormentada. Ynoerasloeso.ThreseLeisndisponaseadar unnuevohijoaMarianoTristn. Notardarayaennacer el her-mano de Flora.Entretanto, Po, tambin, afrontaba acbaresen Buenos Aires. Los ingleses haban roto hostilida-des contralas colonias espaolas de ultramar. ElRio de la Plata se erizaba de expectativas y temores.Ah, cobarde virreyzuelo Sobremonte!Asomaron enlontananza losvelerosingleses.Bajoel cieloail cambiaronsaludos, polvorazosybaloteos. Ah, cobarde virreyzuelo Sobremonte! Noesperaba siquiera un azar bobo: se evada, hurtaba elcuerpo yel nima a la sobrecarga de presagiosfunestos ... Pum, pum, pum... Beresford, al frente desusaguerridos marinos, pona planta en la ciudad yse la apropiaba.Felizmente, el francsLiniers con-greg a soldados y pueblo, y se enfrent al britnico.Venciendo sus escrpulos disciplinarios, donPoacudi, plido y decidido, ante Liniers:-Ala orden, seor: por Espaa y por el Rey.Liniers mirlo, sonredo: Por el Rey?Dijeramejor por Espaa a secas! Qu laya de monarca eraesecornudo CarlosIVo esevapuleado prncipe deAsturias, Fernando, gordoyabacial?Peronodijonada: dictunaorden. PoTristnpartiacum-plirla.Santa Mara de Buenos Aires rechaz a Beres-ford. Liniersseembriagdevtoresporlasestre-chascallejasdel puerto, sobreel rochato, oleagi-noso, denso, inmvil.-Mi hermano dar que decir -comentorgullosarnenreMarianoal recibir noticias de ul-tramar.YanoibaBolvar a la calle Vaugirard. Conta-banqueenItaliahabaformuladounestridentey35cncavo juramento en la cima del Monte Sacro; queenseguida haba vueltoaVenezuela acultivar larevolucin para sus tierras. El inquieto Francisco deMiranda habase marchado aquel mismo ao de1806 a bordo del Leander para levantar una revolu-cin en Tierra Firme, contando con el apoyo de Pitty laslogias francmasnicas. Notardabaenprodu-cirse un conflictoen Portugal, yel Regenteylajoven infanta Carlota Joaquina emprendan la tra-vesaprocelosadel Atlntico, enbuscaderefugio,en su luee colonial del Brasil...Flora iba a cumplir cinco aos. A su lado, frun-cido el hociquito oliendo a leche, dorma unnuevoTristn y Leisn, el primer varn.Haba pobreza en el hogar del emigrado. Escu-dos, s, pero dorados a fuegoen el testero de la sala,en algunos muebles entre conventuales y palatinos,no en los bolsillos. Don Mariano suspiraba a menu-do desde su jardn. Mustibanse y florecan los rose-dales, creca yse achicaba la sombra, vena ysealejaba el sol, y la lluvia filtraba su llanto, entre lashojas, osimplementesuspendasullorosobrelatierra seca. Don Mariano no tena noticias, ni reme-sas. Mejor an: ni remesasni noticias. Los herma-nosmenores, embarcados en pendencias guerreras,olvidaban queel mayorazgolanguidecaensuhu-milde retiro, en su faubourg de Pars.i Volver! Para animarse al viaje, Threse habaledoalgunos relatos encendidos: el Abate Prevost,Bernardinode Sto Pierre, el ahoraanatematizadovizcondedeChateaubriand... Algunavez, bajolostilos, hastasuspir en silencio por Ren. OsurgiAtala tremante, ysollozaron trmulos los Nat-chez... Volver! Mas, nodecanque acababandeejecutar enel Cuzco, cercadela ciudad de los Tris-tn, a un visionario rebelde? No andaban revueltoslosamericanosdeTierraFirme?No escapaba yaBuenos Aires a la tutela del Rey de Espaa?No se36hablabade laconspiracinde un tal Moreno, deseguro uninsurgentehirsutoconfaldellndeplu-ms? Oh, no, no! Threse Leisnapretabacontrasus pechos a los dos hijos, y sacudala cabeza vehe-mente ante la posibilidad de viajar hasta Amrica...DonMarianonoinsista. Dejaba errar porsusla-biosuna sonrisa plida, y tarareaba airesmuytris-tes, con una meloda lacerante, montona y palabrasininteligibles... Urpi, Urpi, sonco sa... ayayay/...Florita traduca ensu idioma estropajoso al francsmaterno:-Ma petite colombe, ma petite colombe... tuas vol mon petit coeur...Urpi,soncosa... Ladrn decorazones, el re-cuerdo; la nostalgia, capona'.Peroya no era posible ni siquiera agonizarapaciblemente:Haestalladoun motnenAranjuez... Godoyquierederribar al prncipedeAsturias, que essuenemigo... Carlosnoapoya asuhijo, enMadrid .Napolenha invitadoapadreehijoaBayona .Godoy y Mara Luisa apoyan al Emperador... CarlosIVhaabdicadolacoronaenfavordel prncipedeAsturias... El prncipe se llama ahora FernandoVII... Fernando VII cede el trono a Napolen.Napolen encomienda Espaa a su hermano Jos .Las tropas francesas son abaleadas por los campesi-nos espaoles... Murat haasesinadoamillaresdeespaoles... Espaahierveensangre... Espaare-vienta en barricadas... Espaa... Espaa... Espaa...yel eco cavabamshondos abismos anden-tro del pecho de Don Mariano.Para colmode infortunios, su hermanoPosegua guerreando en Buenos Aires contra los ingle-ses, comandados ahora por Whitelock, y derrotadosdenuevoporLiniersy Alzaga. Suotrohermano,don Domingo, tambin estaba de combate.Don Mariano hizo un esfuerzo sobre su orgullo37patricio: pidi prestados 2.800 francosa su suegra,y, enfermo de miseria y melancolas, se apag calla-damente, dejando a sus dos hijos con la expectativade defender su nombre y ser algn da millonarios.-Hija ma -fueron sus ltimas palabras-,te queda Po!...Po, y la casita de Vaugirard... ydos hijos.Eraen1808. Hervor dela guerra enEspaa.Los peninsulares resistan heroicamente a los fran-ceses de Murat. Pepe Botellas recibastiras, balasy... VIno.-"Hija ma, te queda Po!"Seis meses despus de la muerte de don Maria-no, el gobierno francs expropi la casa de Vaugi-rardamadameLeisn- Tristn, porser propiedadde unsbdito espaol... y Francia estaba en guerraconEspaa. MadameTristn, sinembargo, pagreligiosamente asumadre los 2.800francos queadeudaba -estupenda herencia- su marido.Qu esperar?-"Hija ma, te queda Po".Una, dos, cinco, seis, veintecartasal Per, aBuenosAires, enbuscadePo. Nunca, jams, unarespuesta. Interceptadas? Desdeadas? Quinsabe! Pero el hambre, ahora s, el hambre morda lasentraas del ayer alegre mnage Tristn-Leisn.Viajeros de Amrica le dijeron que Poestabaen el Per. Que l ysu hermano Domingo abaleabana los patriotas americanos, en nombre del Rey. QueBolvar abandon la agricultura desde 1810, y hall-baselanzadoala guerra. QueMirandahabasidoapresado, en un lugar denominado Puerto Cabello yque el pauvre petit Bolvar diriga en Venezuela unaespantosa guerra a muerte...Lejanos relatos. Mientrastanto, abandonado,triste, silencioso, pobre nioenfermo, alos diezaos de edad, mora el hijo de don Mariano Tristn.Llena de angustia, Threse Leisnresolvi ir a pe-38learse conla vida enPars.Erael ao1818. Yanoreinabael Corso, sinounreyburguesote... Enunpen de Santa Elena agonizaba el Emperador. Elpauvre petit Bolivarapellidbaseahora"el liber-tador".Threse Leisn con su nica hija se precipit ala ciudad. Los catorce aosde Flora Tristn irguie-ron su esplendidez no bien las menudas plantas desu duea pisaron las desiguales baldosas de las callesde Pars.-"Hija ma, te queda Po".39CAPITULO IIIELCASAMIENTO DE FLORAFLORAESCUCHADISTRAIDAsuleccincotidiana.Vaa cumplir los quinceaos. El sol delcampohaacentuado el tono mate de su cutis. La miseria haceresaltar mssu palidez. Conla pubertad, se le hanahondadolasojeras. Y, tras las pestaas negras,largas y arqueadas, languidecen unos ojazos prontosa la exaltacin, o al desmayo. Teresa mira, preocu-pada,a esta hija de belleza inquietante y de carctercaprichoso y agresivo. Entreambasnoexisten se-cretos. Lamuertedel padre, primero; ladel her-manito, despus; la miseria subsiguiente; la adoles-cenciaprecozdelahija, hanreducidodistancias.Teresa es la hermana mayor de Flora; Flora, lahermanamenordeTeresa. Comopararomperlaltima valla, la del vocativo, Flora llama a su madremuy amistosamente: Minette. No cabe ms compa-erismo. La amistad entre Minette y Flora les per-mite sobrellevar con cierto sosiego la dura prueba aque viven sometidas por la dilatada esperanza en elto Po. Los das se suceden cargados de sorpresas ypresagios. Ayer, alregresar el Petit Caporal desudestierrodelaislade Elba, parecicomoque elguilatornara a dominar a Europa. Hoyes el des-moronamiento de Waterloo, con su Grouchy extra-viado, su Blcher oportuno y el definitivo merde deCambronne. Ya ces la guerra de Francia con Espa-a, pero el Estado, sea el de Pars o cualquier otro,no corrige yerros. La casa de Vaugirard permanecefueradelregazo de los Tristn-Leisn. Luis XVIII,quehatornado del exilio, "sin olvidar ni aprender40nada", slohaperdidomemoriadelas deudas deltrono.Intiles las cartas al to Po, por entonces obs-tinadorealista, enemigodel pauvrepetit Bolivar.Intil la esperanza enel Capeta quenorestaa lasheridasabiertaspor el Corso. Intil la cesacindehostilidadesconEspaay el regresoal poderdel"deseado" Fernando VII. Ni dinero, ni devolucin,ni casa. Nada ms que recuerdos, retratos, pergami-nos, y la belleza cada vez ms perturbadora de FloraTristn Leisn.-Minette... No me gusta lagramtica... Laortografa no sirve de nada... Seme acaba la pacien-cia!... Minette, je n'peus paslAl hablar as, resplandece Flora, ms linda quenunca.Cuando pasa por la calle, no hayquien novuelvala caraparamirarla. Y ellalo sabe, lo sabebien, y ora benvola, oracoqueta, oraapacible, res-ponde alos mohines, sonrisas yarrumacos, confruncimiento de cejas. Su imaginacin vuela... vuelaynotorna. Cadada naceun nuevo sueoensufantasa. Minette la escucha acariciando esos buclespardos, esos pesados y blandos tirabuzones olientesa nardo y a mujer... Florale cuenta sus ilusiones sinvoz de embrujo. Se las cuenta con voz de realizacio-nes, demando. Vibransuspalabrascomoclarina-das, rnetlicarnente. Apunta en ellas el genio irrefu-tablede los Tristn y Moscoso -l'empereur Moc-tezuma, lePapa Borgia, Saint FranciscodeBorj,voussavez... Hayciertoimperioevidenteenesosojos profundos. Los largos crespos azotan, perento-rios, aire y espalda cuando la voz expide sus manda-tos.Porque mandatos son sus deseosy sus ruegos.Ordenessiempre, hastacuandoagrega, maquinal-mente, un S'il vous plait ... Minette admira la perso-nalidad de Flora, tan dulce a la vista, tan spera alodo. Tras de la mirada soadora, arde un alma41inquisitorial: TeresadeAvila, rediviva, santaalajineta, hacedorams queespectadora: FloraTris-tn, a los quince aos, tambin vive sin vivir en si ymuere porque no muere.Apesar desus aprietoseconmicos, ThreseLeisnha tratadodeque suhijarecibaesmeradaeducacin. Difcil empeo. Flora aprende slo aque-llo que se le antoja a ella, no a sus maestros. Intuitivay sensible, las palabras se le entran por el odo,consu msica, no con sus grafismos. Su insurgenciacontra el mundo empieza con su rebelda contra lasreglas gramaticales. Lafrula del magisterruedavencida cuando se enfrenta a la fantasa alerta de laadolescente quetiene en sus venas sangre de incas,de aztecas, de italianos, de franceses, de espaoles...Threse Leisn, quealgosabe de esta rara genealo-ga, dejacaerlos prpados ante el espectro de Ma-litzin y la llaga que persuadi al marqus de Lombaypara goce de la bienaventuranza.-Flora, petite Flora... coute...-Minette... jene peus pas...C;a me dgoute...Ca medgoute: laortografay el amor, y lavida,porquefrescaestlatumba desuhermano. Alosdiez aos se march, sin duda, rumbo al cielo. Pobrevstago de viejo hogar abolengado y trunco.Flora tiene yaquince aos. Threse Leisn,acompaada por ella y con su pena, se matricula enel ambientedePars. VanahabitarenlacalledeFouarre.***Hampones y prostitutas, tahures y proxenetas,asesinosrapabolsas, baratijeros, mercaderes de p-jaros, prestidigitadores ambulantes, conspiradores,prfugos, aprendices de ladrones, Rinconetes dePars, brujas, cabrones, salteadores, bandidos, men-digos, tuertos de ningnojo, mancos de ningunamano, cojos de ninguna pierna, muertos de hambre,actrices de capa cada, exorcizadores, gentes de rom-42pey raja, pingajoshumanos, desechos del arroyo,expresidiarios, acechante carne de crcel, cardumende estafadores, sayones, enredistas, fulleros: he ahtu vecindario, orgullosa Flora de Tristn-Moscoso yLeisn, beldad extica de quince aos, hija del bene-mritocoronel don Marianoy deladulcey bellaTeresa,nieta de emperadores y santos, de oidores,generales, reyes de armas, vecinaahora de reyes debarajacapona. Lacallede Fouarrees una ruellesrdida, ubicada enunode los msviejosquartiersdel Pars postnapolenico. Cerca abre sus lvidasfauces la Plaza de Mauberge enla rive gauche. Y allado la de Pontoise. Vecino discurre el Sena oleagi-noso, en ese puntocuajadode tinieblas. Por ahserpentea la decrpita Rue duChat qui-pche, consufigurncrispante y emblemtico;larueZacha-rias, nido de bandoleros y engaatontos; la rue Ga-lande,estadio de atracadores. Por esosescondrijostransita vergonzante la "rnre Mlaga", gorda, ba-bosa, chupando unnegro cigarro de hoja, recuerdode su pasado fulgor de reina del tablado en Espaa...ypor ah luce Flora su juventud en capullo,su talleesbelto, sus bucles castaos, sutez de capul, suorgullo de desvencijada aristocracia, ms empinadapor tanto.-Oh, la petite espagnole... qu'elle est folie.-Benditaseatumadre!-barbotaunchis-pero rezagado en Pars.Floratransitaerguida, desdeosa. Susquinceaosson eso mismo: quinceaos. Nada ms. Nadamenos. Quince aos de incitacin y de ansia. Quin-ce aos!Ahora alguien ronda la casita de la rue deFouarre. Alguien que pide clemencia a los ojos de lajovenzuela. Ella fra, calculadora -hielo entre tantofuego-, mira, mide, considera, niega.-No, Minette... yo no me casarcon ese ton-to... Yo quiero otrom ~ r i d o . Yohesoado... -hay43complacencia, no rubor, enel rostro morenodeFlorita.Sus sueos seconcretanen expectativas ca-bales.Quince aos ... Ella no es ddivapara cualquierlimosnero de amor o de carne. Quince aosmesti-zos; y el porvenir ante s, sonrindole. Y el espejosonrindole, como el porvenir.Quince aos ...Flora Tristnsehaenamorado,sinembargo.Pero, habitaen la calle Fouarre! "El jovenporquien yo experiment este sentimiento lo merecabajo todos los aspectos; pero, como no tena un almafuerte, prefirimorir antesquedesobedecer asupadre, que, enla crueldad desu orgullo, mehabarechazado".Quinceaos pimpantes, yrechazadapor unpadrecalculador y soberbio. NoviadelaruelledeFouarre: noviade esa calle de pendones y rameras,de asesinosy zascandiles, de azotacalles y perdula-rios. Torvo destinoel suyo! Flora Tristnmordiesa noche la almohada hasta hacerse sangre. No seoyeron sollozos; tan slounrasguo intermitente,unresoplar ahogado, y cuando cestodoriesgo deaudiencia, cuando Teresa se hubo dormido y sona-ron rtmicamente sus ronquidos, en la alcoba fraynegra se escuch primero un estertor, luego ungemido, y despus un llanto desesperado: el orgullode FloraTristnllora a lgrima viva suprimerfracaso, su primera humillacin.Enmediodetantaangustia, consuelodemildesvelos, Threse piensa en las ltimas palabras deMariano:-"No temas nada, hijama: te queda Po".PeroPo sigue sin contestar ningunadelasveinte y tantas cartas que vuelan hacia el Per. PeroPo alasazncombatecontralospatriotas, ysemuere de rabiaporque el pauvre petit Bolivar gana44batallas, tras el xodo fatdico de1811; porque SanMartn ha cado, hecho una tromba sobre Chile, y yarinde a los realistas jactanciosos, en Chacabuco, bajoun cielo de ail, sobre un campo de zafiro; en Maip,junto a unro de esmeralda y sobre la tierra novia.-Ton oncle... Sapristi!... Lo que ese Po quierees ignorar queestuvimos casados tu padre y yo. Elnunca crey ennuestro matrimonio, le cochon...pero le vaya quitar las dudas.Teresa escribe a Bilbao. Ah vieron florecer suidilio, ah eranconocidosel coronel donMarianoTristnyMoscoso, ysuesposa, "mi seoradoaTeresa", segn decan los castizos; o "Madarne Th-rese", segn los pitirringos afrancesados.No tardan las respuestas. Los bilbanos recuer-danbienasus antiguos huspedes. Ciertoseor"Adn", del puerto, firma en unin de diezvecinosunacta notarial atestiguando la efectividad del ma-trimonioentreel finadodonMarianoyMadameThrese.Consemejante documentoensupoder, pudosoar Flora que el padre de su amado arriara velas.Fugaz ilusin quinceaera:-Tu, hijomo, t casarte, y con una bastarda...Oh non,jamais!Flora volvi a morder la almohada en silencioy sus ojos centellearon, presagios de inapelable tor-menta.Novia dela ruelle deFouarre, la hija dedonMariano Trisrnl"Nunca servir a Seor que se mepueda morir", decala divisa del abuelo SanFran-ciscode Borja. -Pero, ycuandoese Seor nosfalta?, pens Flora sbitamente cavilosa.En espera de un milagro de "aquel Seor", tuvoque salir en busca de trabajo. Felizmente, lo hall encasa de Andr Chazal.***Andr Chazal es un hombre mediocre. Para los45negociosno le faltaojode lince y ni para el amor,garra de milano. Pero no cata sutilezas, y el amor ylos negocios fluyen siemprepor los canales msfinos, porla vadeloimponderable, deloimpre-visto. De dnde viene Chazal? Segn cierta versinintencionada, l no es sinoawine merchant 01Bordeaux,named Chazal. Pero hay mejores genea-logistas que deslindan el linaje. Andr Chazal, a lasazn pintor y litgrafo, dueo de untaller de lito-grafa, es hermano menor de Antaine Chazal, jovenartista, nacidoen 1793, cuatroaos antes quesuhermano Andr.Andr Chazal cuenta entonces veintitrs aos;Flora, diecisiete. Promedia1820, y de Santa Elenallegan noticias alarmantes sobrela salud del Corso.LaSanta Alianza logra su mximo podero. El pauvrepetit Bolivar acaba de ganar unabatalla l has, laNouvelle Grnade, Boyac, on dit ...Chazal haba instalado en esos das un taller degrabado y litografa. Flora se contrata como obrera.Lasmanos largas yfinas deMUe. Tristntomancontacto con herramientas yenseres encallecedores.Cmo duele el tiempo en el taller. Cmo hieren lasmiradasdeChaza!. Perohayqueacatar al jefe; yFlora, cuyo rostroesahoralargoy perfecto; cuyotalleesdelgadoy cimbreo; cuya tezesmorena ytersa; cuyosojos estncargadosdearrobo; Floraobserva con curiosidad primero, con temor despuscon inters ms tarde, que el maitre busca sus pala-bras, las escucha y las acata, mendiga sus sonrisas ylas obtiene, demanda sus favoresy los espera.Porlasnoches, despusdelasdiezhorasdelabor, Chazal acompaa a Flora hasta la rue deFouarre.Juntosatraviesanentreprostitutasy hampo-nes, dialogando disparmente: l, enceguecido y tr-mulo; ella, serena y arrogante.En lasalade los Tristn-Leisnapenas hay46unascuantasbutacas. Chazal obtiene, porderechode pretendiente salvador, la prerrogativa de ocuparlabergre en donde sueletejerrecuerdosy calcetaMadame Threse.- Es tu gran oportunidad, Florita.-Mais non, Minette,mais non!...Pero Flora dice que no con el labio, y mide el siconlainteligencia. Tanjoven y carga ya sobresushombros que piden ternuras, la muerte de su padre,desuhermano, desusilusiones,desuprimerno-viazgo, desunombre legtimo, de su vidaa campoabierto, desujuego adolescente,trocado en adultolaboreo. Son muchos cadveres para un corazn tanjoven. Flora piensa y calcula.-Estsloca, Florita, Andresungrantipo.Trabaja, te ama.-Mais non, Minette, mais non...Pero Flora dice que no con el labio, y mide el sicon la inteligencia.Andr se arrastra a lospies desu obrera. Ellasuele rechazarlo con dureza. Los amigos, quesabenestas cuitas, aconsejan al litgrafo:-Ests chiflado. Esa chiquilla es irascible...calculadora Serturuina. Tedesprecia... Secreehija de Dios Por ltimo, es espaola!Chazal no oye a nadie sino a su deseo.-Ests loca, Florita... -balbuce MadameThrese.- Mais non, Minette, mais non...Pero el tiempo se pone de parte de Chazal. Eltiempo y la miseria de las Tristn. La madre insisteenqueella acepteel matrimonio. Florasiguemi-diendosudestino, su miseria, suansia de amor.Ahora yacambia cartas. Ciertoque las de Floravienen plagadas de faltas de ortografa, pero empa-padas de unfuror msque sentimiento, queaturde.El3 de enero de 1821, Chazal bebems de la cuentaenla cantina dela rue du Chat qui pcbe, mientras47relee una carta escrita con caracteres largos yvolun tariosos:"Mira, quierollegar aser tumujer perfecta;dicen que no podr. Quiero darte tanta felicidad queolvides todo el mal que te he causado. Quisieratratar a mi madre como quisiera ser tratada por mishijos".Minettenosabecmohablade ellala petitefolteFloralCentelleaba el ltigo de la pasin sobre su car-ne prieta. No, amando o no, eraimposible prolon-gar la teora de besos, de suspiros. No! Chazal,quin sabe, peroella -sangrede Borgia-, no.Sobre el lecho retorci unatarde su orgullo, y al finirguise triunfante la vencida. Chazal,sorprendidode una victoria inesperada, mirbala, ahora, 'en ver-dad, vencedora. Minettenosospechnadacuandolos vio llegartanjuntos, pero enel gesto deFloraalgo nuevo germinaba, y algo mora, con sonrojos yojeras, a media luz, a plena vida.Promediabaenerode1821.Nevabaimplaca-blemente sobre las calles de Pars.El 12, Chazal recibaintempestivamente tam-bin-todolesorprenda- una cartaquemantecomo una hoguera:"Te dir, amado mo que hubiese preferido quenohubierallegadoestanochequedeseabatanto,pues siento terribles dolores, sobre todo cuandocamino; creo que me ser imposible tomar unaleccin de baile: ese el lado malo; pero, qumomentos msfelices! Toda la nochenohehechootra cosa que pensar enti. Estaba siempre contigo;enfin, slote tenaati enlanaturaleza. Adis,amigo de mi corazn; enla maana, cuandose meaquiet el corazn, te buscaba con los ojos, mi bocabuscabala tuya, misbrazos trataban de estrechartecontra mi pecho, contra este pechoque slo haconocido el placer por ti..."48Chazal palideca trmulo. Cerr los ojospala-deando la frase: "sur ce seinqui n'a connu le plaisirque par toi".***Chazal estdecidido areconocer aMadameThrese como suegra. La litografa se viste de fiesta.Todas las obreras sabenque maitreChazal va acasarse con la camarada Flora.El3 de febrero de 1821 comparecen los noviosante el Ayuntamiento deldistrito XIde Pars, y secasan civilmente.Ninguno de los doshahablado de unirse antela Iglesia.49CAPITULO IVPRIMERA PEREGRINACIONDE UNA PARIA- UN CASTILLO EN EspAA... Nues tro escudo nobi-liario... Papcontabaque supadretenadiez milindios a su servicio, en el Per Es una tierra lejana,millonaria... "ValeunPer" ; mi casa, la casademisabuelos! ... Castillos de los incas, de robusta pie-dra ... Sabes t quin era el Inca? ...Flora Chazal soaba despierta. La maternidadincipiente nimbaba su frente de austera realeza.Corran losmeses chatos, desprovistos de obstcu-los. Pista lisa para entrenar mimos. Andr inclinabala cabezaante su dicha. Del fondo de ellaamanecaunapenaindita. MadameChazal agonizabadul-cemente, mientras el primer nieto anunciaba su anremotallegada. Alacabeceradesumadre, Andraguardaba resignadamente la voluntad de Dios. Flo-ra, embriagada porlasprimerasnieblasdel otooparisiense, frente a los rboles amarillentos, acudaa la plumaparaconsolara sumarido: "El cielotequita a tu madre, pero te da una amiga que te ama yte amar hasta la muerte"."[Hasta la muerte!".Chazal suspira y menea la cabeza escptico. Elsabe ya que enFlora arde unfuegoextrao, que esefuego loconsumirtodo, supropioardor prime-ramente.Septiembre de1821. Chazal contina sentadojunto a la cama de su madre moribunda. Flora sigueasomada a la orilla de su maternidad, ante su pluma,50reguerodetinta, empecinadaenborronearpape-lotes...A veceslee peridicos. Unoanuncia que en elpen solitario de Santa Elena sehaextinguido lavidadel petit Caporal. Solo, antesufiel Bertrand,consulealsimo Montholon y suminucioso Anto-marchi, ha expirado el Corso, vctima propiciatoriade Inglaterra, personificada en Hudson Lowe.Una gaceta atrae el relmpago de aquellosojos: LeProuest maintenant une Republique...Qu?Y toPo, tan partidario del Rey?Flora leevorazmente. El28 dejulio, segn el corresponsal, elgeneral Jos de SanMartn proclam la emancipa-cinperuana, recibi muchos aplausos y le besaronmuchas mujeres. La gaceta dice ms: "Bolivar -elpauvre petitBolivar!, suspira Threse entornandolosojos- ha ganado la batallade Carabobo, enTierra Firme, y es dueo de Colombia". Sobre el toPo nadie dice nada. Se habr vuelto patriota?-No, nunca... Mariano mehacontado queesmuy orgulloso... Pero republicano, jams...Flora dispara sus proyectos por el aire, se hun-de placentera en sus ensueos. Castillos, virrei-natos, riquezas; pero Chazalla llama, con desapaci-ble voz:-Florette, este botn de la casaca...Ah, si ellafuera virreina o gobernadora, mar-quesa o siquiera azafata de Su Majestad... El espejole dice quenole falta derecho. Su escudo herldicotambin. Pero, la ortografa, y el carcter, y...-Florette, no tengo la ropa limpia?[Diantredemarido! Chazal noseha metidoan enla chupa, anda en pantuflas, rengueandoligeramente a causa de un golpe que se diera ayer ensu tenducho. Flora regresa a sus espejismos. Si ellavieraaBolvar, nodicenqueestangalante, tansensual, tanpoderosoyque laqueratanto? Ellapodra ser libertadora... Dominar un mundo...51-Florette, ha venido el carnicero?Noms, noms!Flora desatasumutismoyarroja a la cabeza de Chazallo msinverecundo delfrasero aprendido en la ruelle de Fouarre. Chazallamira, conunzapato en la mano,incapaz demedirtanta indignacin. Esa noche, los Chazal-Tristnduermen apartados, cada cual enunextremo de lacama. Flora amanece hirsuta. Chazal, perplejo toda-va.***Cuatro aos de alternativas, de risas y truenos,defurias y paces. Reinadelitografa, duquesadebarriopobre; como que apenas pagan, allhacia1824, seiscientosfrancos anuales por undeparta-mentoenla estrechacallejadeFosssenSto Ger-main des Prs.Hay dos hijos en el hogar sin treguas. Tempes-tades y berridos; la vida es un ritmo intermitente deira y tedio.- Debiera de haberlo sabido -rezonga Flora,herida, al ver que Chazal gana poco ycarece defineza.La ama, s, con ternura de padre yexasperacinde amante. Pero ella necesita amplitud, boato, liber-tad. S, eso es: libertad. Su imaginacin forja brillan-tes leyendas ysuntuosos proyectos. El romanti-cismo dicta sus rdenes en esos das. Apuestos jve-nes, ojerososcomoManfredo, plidoscomoChat-terton, discretean con las nias de retorcidos buclesy empinadas crinolinas. Ahora llegala nueva de lamuertede Lord Byron. Era cojocomo Belcebyhermoso como un ngel. Tan hermoso o ms, quinsabe, que Shelley. Tan hermoso y tan heroico comoel ngel de sus sueos. EraDon Juan redivivo. Erasu novio del alma. Aquel 1824, que para Florasignificabatantaexperienciaempozada, rompaaandarconlatrgicanueva: "ByronhamuertoenMissolonghi", sollozaronhermosas y cancioneros.52Florallortambin, aterida, sobreun retratodelbello y diablico Georges Gordon, cuyos versos, sinembargo, no haba ledonunca.Ahorallega lanoticiadel triunfodeBolvar.Unarpiday violentacampaa: junn, Ayacucho,dos batallas y una nuevarepblica. Ahora, al fin,Flota ley el nombre detoPo. Enel momento dela derrota, los espaolesrecalcitranteslonombra-ron virrey del Per. Bajo el atuendo de su grandezanonata, Po hubodehacer laentregadel PeralPer mismo.- Es unpas que progresa... -comentaba Mi-nette.(C'est monpays, lepays demesamours, demes anctres, suspir bajito Flora).Per!Palabra bruja, sortilegio csmico, hechi-zo geogrfico, leyenda viva.Per! Ay, y este marido prosaico, y esta san-gre romntica, y esta angustia, y esta ambicin!***Flora no secura yade sus dos hijos. Chazaltampoco se ocupa de su casa. Ella suea y arma cisco.El respondeconpalabrotas, y juega. Recorre gari-tos pierde sus escasas ganancias. Threseejercenuevamenteeldulceoficiodemadre. Dossonlosnietos, dos son los hijos, por tanto.- T eres unintil, unsinvergenza -eructala linda boca de Flora.-Teresuna loca, una bandida -replicaelhoscolabio de Chazal.-Te juegas el dinero de tus hijos y te bebes suporvenir.-Te arrastras...- Tearrastrar yo...Prostitutaella, Flora? No; Chazal nopuedepretender eso. Y sin embargo...-Yoquieroser una mujer libre... Nopuedovivir eneste encierro. Me asfixio. Soy peor queuna53esclava. (Yen suseno sehincha el germen deunanueva vida).Libre! Lailusinde todoel tiempo. Libre!Libre en el amor, en lavida, en lamuerte, en elsueo, en el andar. Libre. Pero, podr ser libre unamujer enmedio de tanto prejuicio amontonado?***El conde Claudia Enrique de Saint-Simon,apuesto an, y muypulido, se acercaa los sesenta ycincoaos yalamuerte. Blanqui yEnfantin, susdiscpulos predilectos, propagan las consoladorasdoctrinas del socialismo ad usum del seor conde.Socialismo?Flora haledo, por aquellos das,unlibro en cuyasideas nopudo penetrar del todo,pero alguien se las elogi tanto quesu vanidad -ysudescontento- vencieronescollos de tiempoydes inteligencia para allegarse a la comprensin:Teorade los cuatro movimientos, por M. CharlesFourier. .. (-Viveel seor Fourier?-S, desdeluego, es unhombrerelativamente joven, cincuen-tn... -Oh, cmo quisiera conocerlo!).Fourierhaca laalabanzadel instinto -esloquemsse grab en la mente de Flora-, mientrasque Saint-Simon... Mas, qu valan las ideas ante laapostura yla leyenda del seor conde Enrique?Descendiente de Carlomagno-Flora loera delemperador Moctezuma-, compaero de Lafayettey seguido de su penacho en la guerra por la indepen-denciade los Estados Unidos, Saint-Simonhabaproclamadola necesidadde abrir un canal enelIstmodePanam -remembranzade Goethe-yde establecer una sociedad msjusta...-Eso es el socialismo?-Eso...Saint-Simon, reducido a la estrechez econ-mica despus de una vida fastuosa, haba escritomucho. S. El mundo giraba en torno de la riqueza;staconstituael nerviodelahistoria. Ycomola54riqueza empezaba a serhijade la industria, el inte-rsdelcondeenalteca a unanueva clase:la indus-trial,msimportante ya quela nobleza y el clero..,Porcierto... Porcierto... Florarecordabaenaquel1825, al saberelfallecimientodel seor conde, unescndalo pblico de seisaosantes, cuando Saint-Simon public La parbola. La propiedad era lcita,siempre que no se originara en la usurpacin, comola feudal, ni fueraeterna:su condicin bsicadebaser evolutiva ysustentarse en el trabajo... En eltrabajoy enlacapacidad(Florasubrayabaambaspalabras). Los discpulos, ahora que Saint-Simon sehaba ido para siempre, propagaban conmayor de-nuedo las ideas del maestro. Yerantanbrillan-temente expuestas quemadame Chazal vibr bajola magiade susescritos y discursos... Ellatambinera una "liberal" y "amante del progreso", Ya dista-ba de ser una "posesora", adicta a la estraficacin, nitampoco erauna "obrera", devota de la igualdad.Las invocaciones de Saint-Simon en El nuevocristianismo, ltima obra delapstol, susimpreca-ciones a los ricos -ato Po, por tanto-, su consejofinal:"Unas en nombre del cristianismo y cumplidlosdeberesque incumbenalospoderosos. Sabedquestelesmandaconsagrartodas susfuerzas alacrecentamiento ms rpido posible de la dichasocial de los pueblos",- todo eso lo llevaba vibran-do, invivito en su seno, Flora Chazal.. "Cumplid losdeberes que incumben a los poderosos"... "Unos"..."La dicha social de los pueblos"...Enfantin, vigoroso orador detreinta aos; loshermanos Perire, audaces y elegantes; el imagina-tivo ingenieroFernandodeLesseps; el dinmicoBuchez;Saint-Armand Bazard, el lgico:cun dis-tintoeraeste mundoal en que ella habavividohasta entonces! Abajo los blasones, abajo la heren-cia! Enadelante habra que pensar de otra manera,s: y libertadsobretodo! ... Floraescuchabaapre-55tando sus labios dispares -fino el uno, gordezueloel otro- mientras escuchaba leer las clidas perora-ciones de unamujer, joven an y ya emancipada deprejuicios, cierta Aurora Dupin, vida, sensual y fea,esposa de un escritor mediocre: Jules Sandeau.***Flora tiene dos hijos: Ernesto, el menor, cuentaapenas un ao, yya la madre luce de nuevo combadoel vientre, heraldodeotramaternidad. Los senosconservan su elstica firmeza, los ojossu lnguidomirar. Perovieneotrohijo, ynohaycastillos deEspaa, ni coronas de Mxico, ni pesos fuertes delPer.Chazal y Chazal, siempre mediocre. El gritopreside la coyunda: grito herido de rabia, de impo-tencia, de despecho...- Vaya pasar unos das en lo de Minette... Quelosniostomenairepuro... Parsleshacedao...A ndr, au revoir...Au revoir! "El cielo te quita a tu madre, pero teda unaamiga que te ama y te amar hasta la muer-te" ... -leeChazal en un amarillentomanojodeviejas cartas de amor. Agoniza 1825: la muertetambin vive en vida, no slo en muerte exacta.En Daumartin, donde habita su nodriza, Floracoloca a uno de sus hijos. Al otro, en Saint-Germain.Nace Aline, latercera. Pero Floranoregresaa suhogar. Minette, abuela afanosaytierna, vuelve aejercer de madre. Minette, la sacrificada de siempre,noviaeneterna espera, madre eneterna angustia,abuelaeneternodolor. Florahuyedesumarido.Chazal, desesperado al verse solo, tambin se fugade su casa, dejando tan slo rastros de deudas y msdeudas. Por ahora no busca a la huidiza. Se entregaal desenfreno, al desenfrenado alcohol, a la desen-frenada pena.Flora se introduce en Pars, resuelta a ser libre,a trabajar, a hallarse a s misma. Sus ojos maravillo-sos le abren todas las puertas; pero su impaciencia y56suarrogancia lascierranluego. Seempleacomocolorista; luego, trabajatras el escaparatedeunaconfitera. Nada la satisface. Enseguida trata de sermodista. Por fin, despus de un ao de ensayosfallidos, que amontonan sobre ella dolores y decep-ciones, se contrata para servir como damade com-paa a una familia inglesa, y sale de Francia rumboa la soberbia isla del carbn y el hierro.Al otro ladodel Canal de laMancha cundistinto el tono de la vida toda! Un pas de accin, dearrogancia, donde, entre nieblas y hollines, fermen-tan nuevas ideas sociales. Inglaterra marchaalacabeza del movimiento fabril. Sus obreros tratan deajustar suritmoal dela ,mquina. Toms Hardyinquieta a Europa con su "Sociedad de Correspon-denciadeLondres". Robert Owen hademostrado,con escuetas cifras, el desequilibrio del maquinismoindustrial. Ahora ya no escribe,sinoque fundado-quiera, enInglaterra y enAmrica, colonias colec-tivistas, ensayos de economa dirigida, tanteos paraun reparto justiciero de la riqueza del globo...Flora, estupefacta, asiste amtines, debates,desfiles y represiones. Hyde Park brinda csped a laoratoriay alamor. Enrpidasy altas diligencias,tiradas por hermosos corceles, transita la gente, sintropiezos, porlos caminos, mercedal invento vialdel ingeniero escocs Mac Adam, yel paisaje resbalaa travs de la ventanilla de los carrujes a la invero-smil velocidad de siete millas por hora... Los espri-tus se agitan con la revolucin creada por la mqui-na avapor. En el aspecto religiosoreina hondaexpectacin a causa del pastor Wesley, que hafun-dadoel metodismo. Manchester, ncleolaborista,alcanza ya a los cien mil habitantes. Liverpool no leanda a la zaga. La aldea muere -no ms Vaugirard,ni Daumartin- y se oye mucho una palabra despec-tiva que trepapor lamdulade Flora ylahacesuspirar sin saber por qu: sentimental Cese estado57de alma que hace de la tristeza un lujo, yde lasimpata un fin antes que un medio") ...Sentirnental.; Industria... Liberalismo... Ma-quinismo... Velocidad... Comunismo... Socialismo...yel amor batindole enlos pulsos, y ellangor deltrpico pesndole sobre los prpados carnosos. Y elseno desafiando al amor. Y el despecho envigilia...Oh, qu tormenta interna, qu tempestad indoma-ble! Durante dos aosFlora oculta su vida - pros-titutaquiz, viajera, entretenida, obrera-,enesa"Isla de las Almas Perdidas", donde Byron yShelley,poetas malditos, sinembargo, recibenhomenajesdetiernaadmiracin. Ellatambinhacesu"viajesentimental"a travsdesmisma. Sinmadre, sinhijos, sinnombre, sinmarido: pariaautnticaya,antesala de su propio destino.Caer algnda, como es justo, laherenciapaterna entresusmanos?Le handichoqueeltoPo es millonario. Que su abuela casi de cien aos vaa morir. QueChazal ruedadetabernaentaberna,ahogandoen vino suabandono... Florareaccionaviolentamente. No han adormecido sus mpetus lasbrumaslondinenses. Comoproyectadoporunre-sorte aparece su nombre enlos tribunales de Pars:ha demandado a su esposo por separacin de bienes.Error de tctica. El 3 demayode1828 el Tribunaldel Sena falla: no ha lugar. Florase muerde loslabios, heridanuevamente porla adversidad. "Noha lugar". Chazal, segn dice la sentencia, carece demediosdesubsistencia, noposeebienalguno; sehalla, pues, bajo la tutela de la piedad legal.Los hijosdesparramados, todo unhogar aven-tado al acaso.Minette, la pobre Minette, acusa su triple an-gustia de viuda suspirosa, de madre desgraciada y deabuela triste, sin ventura.Oh, si algndaFlorapudieravengarsedelTribunal, de Chazal, de la pobreza que agrilleta, de58los prejuicios que corroen, de la vida que esclaviza!Pero para eso se requiere poder, s, poder...***Aquel hombre la mira mansa, pero firme-mente. Porsusmaneras, entrebruscas ytmidas,parece un marino anclado. No es joven, pero deste-lla ingenuidad. La pensin amueblada en que habi-tan carece de lujo; eso mismo facilita la familiaridadentre los inquilinos.-Tristn? Qu raro! No es un apellido fran-cs, aunque lo parece.-No, no es de Francia...- Yoacabo de llegar delPer... Ah hecono-cido una familia Tristn. Son sumamente ricos.Flora, conturbada, palidece.-Flora Tristn de Chazal, Y su marido, rna-dame?-Muri. Soyviuda. -Florano se turba almedirse con la mirada abierta del marino.-MellamoZacharieChabri, madame: ma-rino, de Lorient, capitn de un buque... Para servirlacuando guste.-Muchas gracias, seor. Viaja a menudo?- Es mi vida. Ahora llego del Per.-es bonito ese pas?-Mucho. Las mujeres se parecen a usted, rna-dame. Tienen ojosenormesy pies muychicos. Sucolor escomoel suyo, morenoyrosado. Hablancomo un canto. Cuando pasan por las calles repique-teanlos tacones comouna marchamilitar. Usanmantos que no dejan ver sino un ojo; pero, perdn,madame!, lo dejan adivinar todo...Per!Palabra mgica! Vocablode sortilegio,cbala viva!Chabri cuenta prodigios de los Tristn. Nadieles aventaja en riqueza, pocos en seoro.-Debieraustedser parientedeellos, mada-me: no se arrepentiran de tenerla a usted por hija...59Flora hasta se ruboriza de curiosidad, pero node timidez.Esa noche arde el veln hasta tarde en la alcobade Flora Chazal. "Hija ma, te quedaPo". Thresenunca olvid la frase de Mariano. Ser posiblealgunavezaquel ensueo?Floraempeosamentetrata de no cometer faltasortogrficas en la dilatadamisiva que dirige ahmismo a to Po; pone enelloel contenidompetudesus veintisis aos deses-perados:"Yo no deseo, seor, que la noticia de los infor-tunios, cuyos rasgos he bosquejado tan dbilmente,sirva para que usted descubra msdetalles. El almade usted, tan sensible al recuerdo de su hermano que10 amaba a usted como 'a un hijo', sufrira demasia-do si midiera la distancia quehay entre mi suerte yla que debi tener la hija de Mariano... Yo espero-agrega tcticamente-, yo espero justicia ybondad".Justiciaybondad! Libertadypoder, seraloexacto. Pero, podrahablarconms franquezaaaquel tolejano, embriagado de blasones y de olvi-dos, quenorespondijams a las mltiples cartasde la pobre Minette?Si to Poquiere informes, que los pida a Bol-var, al Libertador: l se los dar. (Flora sonre de suastuciaal escribiraquello, sinsaber queelpauvrepetit Bolivar, escapando a unatentado criminal y alataque persistente de sus enemigos, prepara ahorasualmaparael ltimodolor: suostracismodelapatria).Lacre, fuego, oblea, arena y postilln. [Hechoest! Al Per!Alamaanasiguiente, Chabrinoreconoce,en aquel rostrogravee iluminado, alacrispadaviajeradelanocheanterior. LafantasadeFloraTristnhatendidoel vuelo. Azoresaleteanensutorno. Halconero mayor ser el que fije ensu puoa aquel gerifalte enloquecido.60CAPITULO VUN CORAZON A VIVO FUEGOLA REVOLUCINSE HAPUESTO ENMARCHA... S, larevolucin. Hasta cundo, Carlos X, hasta cundo?Bien estaba que contra Napolen irguieras tu pro-sapia, tus tradiciones. Ya sepultaron al Corso y a suinmensa ilusin; y Mara Luisa, la viuda aleve, lanzaal mundo hijos de ministros y validos en su efmeroreinoparmesano. Larevolucinest en marcha.Pars est vibrante como en los tiempos de la Con-vencin. Las ventanas vomitan sillones, sofs, cujas,maderos, piedras. Enlasesquinas, barricadas. Losdormitorioshan mudado de ubicacin: a las esqui-nas. "Ah vienen los coraceros: Egalit, Fraternit,Libert!" Ilusos. Aquellofue el ensalmo de la viejarevolucin. Ya nadieteje calceta al pie de la guillo-tina. Asoman los fusiles, los sables. Paf, paf., Vivela France!... Los saintsimonianos tambin arengan alasmasas. Agilesy taimados, tejensusmallas lospolitiqueros. Jos Fouch luce ahora media de seda,casaqun dorado, espada de similar...Pim, parn, pum... Empezla batalla. Pif, paf.Pedradas, silletazos, garrotazos...FloraTristn contempla atnita el espectcu-lo. Sola? No, por cierto. Pero sin sus hijos, s, puesMinette los tiene en su poder.Floraaguarda, de nuevo esperanzada, unares-puesta del to Po. Chabri le dio seasinconfundi-bles para localizarlo en Arequi pa. Afuera,en tanto,se desbocan piafantes corceles.El pueblo prosiguesuinsurgencia... Egalit, Libert. Ay!, si ellapu-diera ... Pre Enfantin la seduce con su ardor... Y se61lanzara a la borrasca si no le mordiera el corazn elrecuerdo de sus hijosausentes y el temor a Chazal,ciego de rabia y celos...VanaexpectativaladeFlora. Nuncallegalaansiadarespuestadel Per. Hapasadoya unao.Flora sigue atada a su esperanza indiana y uncidaalyugo de su matrimonio conChazal. Los reacciona-rios triunfantes han abolido el matrimonio civil y eldivorcio. Qu hacer entonces? Chazal se sientecadada ms infeliz. Sehundeen el vicio. Bebe,amenaza, persigue, llora...Chazal, hombredecantina! Quinlodira?Intil todo!Reanudar, jams! No, nopuedeser. Clausu-rse definitivamente el captulo conyugal. Slo que-da el problema de los hijos. Slo eso...Pim, pam, pum. Los reaccionarios pregonan suvictoria. Abajolarevolucin! Abajoeldesorden!Vive le rai!...***-Ahora nos las pagarn esos miserables ma-sones! ... Ahora les cobraremos el asesinato del du-que de Berry, hijo de nuestro seor Carlos X!...[Cierto!Ahoraal cabodediezaos, loestnpagando. Entonces Carlos era slo conde de Artois:hoyes el soberano.Encarnacin de la venganza, no titube en con-ceder ayuda armada al desptico Fernando de Espa-a. Hizoaprobar una leypara indemnizar alospropietarios lesionados por la Revolucin France-sa; establecitremendas penascontralossacrle-gios; la enseanza pas de nuevo a manos del clero;la Iglesia era la aliada de la reaccin. Slo fracas endos propsitos: nopudo restablecer la primogeni-tura ni abolir la libertad de prensa.Florahaseguidopasoa pasolatormenta. ElMinisterio Polignac ataca los ltimos reductos de lasoberanadel pueblo, que laCmaradefiende el62histrico18 demarzo. CarlosXdisuelve el Parla-mento, pero las elecciones siguientes favorecen a laoposicin. Ciego de ira, el Rey vuelvea convocar aelecciones yarremetecontralaprensa. El gordoburgus Thiers, los periodistas y el pueblo protes-tanfrenticos. Entoncesfueronlos fusilazos y pe-dreas en los arrabales de Pars. Impotente paraimponerse por la fuerza, Carlos X huye a Inglaterra.Asciende al trono el duque de Orlens, bajo el ttulode Luis Felipe. El Estado llanoha vencido. La bur-guesa -oh prdica de Saint-Simon!- se halla deplcemes. Como consecuencia, el ministerio Guizotdecreta unamayor democratizacin del voto, redu-ciendo la tasa que deban pagar los candidatos.***-Madame Flora Tristn?(Se inicia el otoo. Noviembre de1830. Caende los rboles millares de doradas hojas. Sobre Parsflotanlas nieblas precursoras. Montparnasse vistede gris). Ante el llamado, Flora vibra de inquietud:- Yo soy, yo soy madame Tristn.-Elsobreesgrueso, pesado. TienesellodelPer. To Po? Pero, ser posible?Es l. Al fin, es l. La cartarefleja unasobriacordialidad. S, claro, ya el libertador Bolvar habacontado que Mariano tena una hija en Francia, perola fortuna de Mariano estaba agotada. Natural-mente quela amaran comoa hija, perola abuela,que a la sazn cuenta noventa y nueve aos, dispusoya de sus propios bienes y apenas si ha concedido aFloraunlegadito de tresmil pesosfuertes enplatacontante. ToPo es sumamente corts: "Yole doya usted, de muy buen grado, el ttulo de mi sobrinaquerida, y agregara a eso el de hija". Por de prontoaade a la misiva dos mil quinientos francos. Floralos recibemurmurando protestas y stiras. Tantodinero de que hablChabri, y, por todo, a ella que63esdesusangrey estdesamparada, dos mil qui-nientos francosy tresmil pesosfuertes de la abue-la?No hay nada ms que esperar de los tos ultra-marinos. Debe resignarse asusuertedeparia, avivirsinhijos,sinmarido, sindivorcio, sindinero,sin padre... Si tuviera lgrimas, Flora habra lloradodesconsoladamente.Asomael aode1831. Floranotitubea. Lasmaletas! Suvehemencia, yal barco. LaMancha.Southampton. Londres. De nuevo, niebla, maquina-rias, humo. Tal vez, libertad y olvido.Encuentra la atmsfera de Londres tan cargadacomoladePars. El Reydespojadel derechodesufragioa los pequeosburgos. Se incubaacelera-damente unmovimiento insurreccional. La peque-a burguesa ve despedazadas sus ilusionesde pre-dominio.***Agosto de 1831. Ultimas calores del espantosoverano parisiense. Andr Chazal, demacrado, tem-bloroso, acaba desaber queMinettehabita enBelAir, cerca de Arpajn, y que, en ella, tiene a uno delos pequeuelos. Chazal emprende resueltamente elrescate de su hijo. Se taima, acecha, atisba. Ya est!Ernesto, de ms de ocho aos, vive con la duea deuna casadepensinen aquella ciudad. CercadeMinettevivesuhermano, el comandanteLeisn.Fortuna para Flora! Chazal requiere a Teresa, insis-te, urge por que le devuelvan a su hijo.Flora entanto regresa de Inglaterra, cada vezms entregada a sus estudios ycampaas. Cuando lecomunican las pretensiones de su marido, resuelveafrontarlo personalmente. La casa del comandanteLeisn servirdepalenqueparaquediscutanlosterribles esposos. Flora exigeque Chazal firme unescritodiciendoquel laharepudiado. Chazal seniega. Es, sinembargo, aqulla, condicin sine qua64nonparaqueAndrobtengaaunodesus hijos.Flora, vehemente, amenazaasumarido. Chazal,exacerbado, esgrimelos puos contra sumujer. Ycun lindaestla francesacriollaenmedio desurabia! Despiden chispas los ojazoslangorosos. Lasmanos, unpocoms pragmticas, despidenmue-bles y cubiertos. Chazal responde conunsilletazo.Flora le dispara con un plato. El comandante Leisnimpreca. La pobre Minettesolloza. Fierocombatepor el divorcio y por la prole. Pero el comandante yMinette, queconocen demasiadoa Flora, piensanquetodoesohuele acomediams omenosbienurdida.Por esosdas, la situacinpoltica deFranciavara sensiblemente. Luis Felipe escucha ms a Gui-zot, gordoyastutoconsejerodel rechonchoReyburgus. "[Nada de extremismo! Nada de fervoresdesmedidos! Que no truenen de nuevolos caones.Que no lluevan de nuevolas piedras. Sosiego, Ma-jestad, sosiego!" Pordepronto,el catolicismonoserreligin oficial del Estado, aunque elReyseaferviente catlico... y los ministros se hagan crucesen privado...-Yanoes el catolicismoreligin oficial delEstado!-Entonces tendremos divorcio! -exclamaFlora, transfigurada.Chazalla escucha despectivo y socarrn. A casade M. Leisn ha idoel litgrafoparasignar unacuerdocon su mujer. S; le entregarn a Ernesto,pero l debefirmar uncompromiso de separacindecuerposque, cuandolleguelaocasinlegal, seconvertir en divorcio.Chazal mira inquisitivo a Flora y se encoge dehombros: "cuando llegue la ocasin". [Bahl.,Ha quedado establecido que en Bel Air mismo,el grabador recibaa su hijoenpresencia devarios65amigos yel alcalde. En seguida, alas ochodelamaana, partiraPars. Dos horasdespusFloraemprender idntico camino.Flora besa a Ernesto. Chazal saluda ceremonio-samente. Sube al carruaje. Flora los mira alejarse. Elpequeo de ocho aosagitala manita inocente. Unpuovigorosolo cogey lomete dentro delcoche.Teln final. Final?Minette toma del brazo a Flora. Son las diez dela maana. Juntas madre e hija, enderezan sus pasosal paradero de diligencias. Flora besa framente a sumadre. Minette se siente acongojada:- Yana me quieres, ma petite?Cruza el rostro de Ernestito entre las dos muje-res. All... Flora se recobra y dice:-Bien; ya olvid todo:s, te quiero.Ruedael carruajeentrenubes depolvoy derecuerdos. LbregoreingresoenPars. LaRuedeProvarres. Entre cascabeles y relinchos se detienenlos corceles. El postilln anuncia el lugar a los pasa-jeros. Flora empua su hatillo.Adelanta el piea laestribera. Est plida, demacrada, cubierta de polvodelcamino. Alguienle empua conbrusquedad lamano con un tirn violento, y oye tan slo:-Garce!... Putaine!... Maudite!... Dmon!...Mechante!... Poule!...Ah! Est ah. Chazal, demudado, comoborra-cho, la increpa echando espuma por los labios. Flo-ra, ms plidaan porquehace tres das que noprueba bocado,logra desasirse y se escabulle entrelos grupos. Asus talones prosigue la oprobiosaretahila:-Garce/... Putaine/... Maudite/... Dmon/...Mechante!... Poute!...Minette muere desde aquel da para Flora. Unaamarra menos. Le queda slo Aline.***Chazal iniciatenazmente la cacera de su hija.66Flora huyedespavoridaconella, Aline, sultimoamor sobre la tierra. Pars la atrae con su ddalodecalles y su ambiente de liberacin. Ha odo decir queah conocer a unamujer excepcional quetambinharoto con su pasado, conlos prejuicios, y luchaabrazo partido defendiendo su autonoma y la de sushijos: se llama Aurora Dupin. Junto a ella se renenlos artistas, los revolucionarios. Ahoir hablar desu amada Espaa a hombres de la talla de PrsperoMerime, deTheophileGautier, deVctorHugo,jvenes maduros escritores cubiertos ya de gloria...Pero ante todohay que ocultar a Aline. Flora,llena de congoja, escapa de Pars al saber que Chazalseencuentrade nuevo sobresupista. Vaga porprovincias. Por oscuroscaminos, por ciudadesmsoscuras anquelossenderosvecinales. El destinoinicia su acometida a fondo. Herona de unatrage-diashakespiriana, Flora recorreFrancia, llevandoconsigo a la pequea Aline. Das torvos. La duquesade Berry trata de ganar la corona real para su vsta-go, el duquede Burdeos, y conspira desenfrenada-mente. Distribuyeddivas. Armaemboscadas. LaVende se pronuncia por ella como antao porCadoudal. Luis Felipe se defiende. La polica, astutay alerta, acecha por todoslos recodosel paso de laduquesa, que al fin es detenida enNantes. Pero, enel entretanto, no hay mujer libre de sospecha. Floraseve asaltadatres veces, ytres veces recobra lalibertad:sus cabellos negros la salvaguardan mejorquesusdocumentos. Alinese estremesedeterrorjunto a su madre perseguida.yel destino llamndola desde otro mundo. ElPer: esa es su meta. Ese es su eplogo. Ahest lafortuna.Flora' corre, trata de perderse entre unddalode callejas y gentezuelas.Chazal vocifera trasella:- Polica, polica.67Qu castigotremendo!Enla calle de Servan-don, la fugitiva, creyndose libre, se detiene un in