fojas cero 256 - abril 2015

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Abril 2015 • FOJAS CERO Nº 256 • 1 Tirada de esta edición: 10.000 ejemplares ISSN 0327-8824 DNDA Nº 070.636 Año 24 Nº 256 • Abril 2015 Directora Dra. Silvia B. Dopazo Producción Gráfica Mariana Farías Dopazo Corrección Hernán Farías Dopazo Editora Silvia B. Dopazo Impreso en: Güiraldes 2723, San Martín, Telfax: 4713-4398. FOJAS CERO es una pu- blicación de Silvia B. Dopazo. Roma 1429 B1650KJG San Martín, Argentina. Tel. 4753- 4698, [email protected], www.fojas0.com EN ESTE NÚMERO: RREO ENTINO Nº 44 (B) FRANQUEO PAGADO Condenaron a Techint Nos escriben Vía libre a las Pistolas Taser X26 Juancho No (Continúa en página 2) Una deuda sesquicentenaria Debutó el Juicio por Jurados en Buenos Aires En 1853 la Constitución Nacional estableció que debía existir el Juicio por Jurados. Mucha agua corrió bajo los puentes hasta que se plasmó en una realidad. Ahora la Provincia de Buenos Aires lo implementó, y este pasado mes de marzo hizo su debut. Cómo funcionó La Asociación Argentina de Juicio por Jurados recoge en su página de Internet esta primera experiencia como muy auspiciosa. Así la cuenta en una nota fechada el pasado 12 de marzo: Y llegó el día... el primer jurado de la provincia de Buenos Aires arribó a un veredicto: NO CULPABLE Esta tarde, luego de tres jornadas de debate y tras aproximadamente dos horas de deliberación, el primer jurado de la provincia de Buenos Aires arribó a un veredicto: “no culpable”. De esta forma se dio por finalizada la tercera y última de las jornadas que insumió el histórico primer juicio por jurados bonaerense, llevado a cabo en San Martín. El martes 10 por la mañana se llevó a cabo la audiencia de selección de jurados (voir dire) y por la tarde comen- zaron las declaraciones de los testigos, que ocuparon también la jornada del miércoles. Hoy por la mañana se escucharon los alegatos de las partes: la defensora oficial Verónica Jolliffe y la fiscal Ana Armetta, luego el juez Francisco Pont Vergés suministró al jurado las instruc- ciones finales. Inmediatamente, los jurados pasaron a deliberar y, tras aproximadamente dos horas de deliberación, arribaron a un veredicto. Tras ello, el juez reunió nuevamente en audiencia pública y el jurado fue recibido de pie por una sala repleta; los miembros del jurado tomaron asiento en sus lugares y su presidente dio lectura en voz alta a su veredicto: “Nosotros, el jurado, encontramos al acusado no culpable. Algunas reflexiones sobre la expe- riencia, comentadas por los presentes: Se hicieron presentes la totalidad de los 48 ciudadanos convocados el pasado martes para la audiencia de selección de jurados. Los 18 jurados (12 titulares y 6 suplentes) que finalmente integraron el jurado concurrieron con responsabi- lidad y sin problemas cada una de las tres jornadas insumidas por el debate; prestaron especial atención a la prueba y las instrucciones del juez y arribaron a una decisión de calidad. Finalizado el juicio, los miembros del jurado admitieron haber llegado con temores, dudas y desconfianza, pero aseguraron retirarse extremadamente satisfechos y conmovidos por la tarea desarrollada. El juez Pont Vergés llevó a cabo la conducción del debate formidable- mente, respetando y haciendo respetar los estándares de litigio contradictorio ordenados por el sistema acusatorio con jurados de la Provincia e instruyendo con claridad a los jurados. Las litigantes Jolliffe y Armetta, a la vez, desarrollaron su tarea con profesionalismo. Los tres (así como el personal auxiliar que trabajó para hacer esto posible) afrontaron la noble aunque difícil tarea de ser los pioneros del nuevo sistema. De este modo, Buenos Aires ha co- menzado a transitar un nuevo y esperado camino, más democrático y republicano. (fuente: www.juiciosporjurados.org) Como funciona En la Provincia de Buenos Aires se sancionó la Ley que pone en vigencia el juzgamiento a través de jurados po- pulares en septiembre de 2013. Para determinar quiénes serán los ciudadanos que integrarán ese grupo de doce, se seleccionará de un listado sorteado al azar a cincuenta ciudadanos, quienes serán notificados con 30 días de anti- cipación. Esta nómina permanecerá en secreto para evitar que los candidatos puedan ser presionados. La tarea previa de fiscal y defensor, supervisados por un juez del Tribunal es elegir o desechar jurados. De esa nómina original de cincuenta se descartarán a quienes se excusen por razones atendibles y cada parte puede desestimar hasta cuatro miembros sin dar explicaciones. Esta etapa de selección se denomina “voir dire”, que significa “decir la verdad”. Si desechan más de cuatro, quienes lo

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Abril 2015 • FOJAS CERO Nº 256 • 1

Tirada de esta edición: 10.000 ejemplares

ISSN 0327-8824

DNDA Nº 070.636

Año 24 Nº 256 • Abril 2015DirectoraDra. Silvia B. DopazoProducción GráficaMariana Farías DopazoCorrecciónHernán Farías DopazoEditoraSilvia B. DopazoImpreso en: Güiraldes 2723, San Martín, Telfax: 4713-4398.FOJAS CERO es una pu -blica ción de Silvia B. Dopazo. Roma 1429 B1650KJG San Martín, Argentina. Tel. 4753-4698, [email protected], www.fojas0.com

En EstE númEro:CORREOARGENTINO

Suc. Nº 44 (B)

FRAN

QU

EO PAG

ADO

CUEN

TA Nº 7172

Condenaron a Techint

•Nos escriben

•Vía libre

a las Pistolas Taser X26

•Juancho No

(Continúa en página 2)

Una deuda sesquicentenaria

Debutó el Juicio por Jurados en Buenos AiresEn 1853 la Constitución Nacional estableció que debía existir el Juicio por Jurados. Mucha agua corrió bajo los puentes hasta que se plasmó en una realidad. Ahora la Provincia de Buenos Aires lo implementó, y este pasado mes de marzo hizo su debut.

Cómo funcionóLa Asociación Argentina de Juicio

por Jurados recoge en su página de Internet esta primera experiencia como muy auspiciosa.

Así la cuenta en una nota fechada el pasado 12 de marzo:

Y llegó el día... el primer jurado de la provincia de Buenos Aires arribó a un veredicto: NO CULPABLE

Esta tarde, luego de tres jornadas de debate y tras aproximadamente dos horas de deliberación, el primer jurado de la provincia de Buenos Aires arribó a un veredicto: “no culpable”.

De esta forma se dio por finalizada la tercera y última de las jornadas que insumió el histórico primer juicio por jurados bonaerense, llevado a cabo en San Martín.

El martes 10 por la mañana se llevó a cabo la audiencia de selección de jurados (voir dire) y por la tarde comen-zaron las declaraciones de los testigos, que ocuparon también la jornada del miércoles.

Hoy por la mañana se escucharon los alegatos de las partes: la defensora oficial Verónica Jolliffe y la fiscal Ana Armetta, luego el juez Francisco Pont Vergés suministró al jurado las instruc-ciones finales.

Inmediatamente, los jurados pasaron a deliberar y, tras aproximadamente dos horas de deliberación, arribaron a un veredicto.

Tras ello, el juez reunió nuevamente en audiencia pública y el jurado fue recibido de pie por una sala repleta; los miembros del jurado tomaron asiento en sus lugares y su presidente dio lectura en voz alta a su veredicto: “Nosotros, el jurado, encontramos al acusado no culpable”.

Algunas reflexiones sobre la expe-riencia, comentadas por los presentes:

Se hicieron presentes la totalidad de los 48 ciudadanos convocados el pasado martes para la audiencia de selección de jurados.

Los 18 jurados (12 titulares y 6 suplentes) que finalmente integraron el jurado concurrieron con responsabi-lidad y sin problemas cada una de las tres jornadas insumidas por el debate; prestaron especial atención a la prueba y las instrucciones del juez y arribaron a una decisión de calidad.

Finalizado el juicio, los miembros del jurado admitieron haber llegado con temores, dudas y desconfianza, pero aseguraron retirarse extremadamente satisfechos y conmovidos por la tarea desarrollada.

El juez Pont Vergés llevó a cabo la conducción del debate formidable-mente, respetando y haciendo respetar los estándares de litigio contradictorio ordenados por el sistema acusatorio con jurados de la Provincia e instruyendo con claridad a los jurados. Las litigantes

Jolliffe y Armetta, a la vez, desarrollaron su tarea con profesionalismo. Los tres (así como el personal auxiliar que trabajó para hacer esto posible) afrontaron la noble aunque difícil tarea de ser los pioneros del nuevo sistema.

De este modo, Buenos Aires ha co-menzado a transitar un nuevo y esperado camino, más democrático y republicano.(fuente: www.juiciosporjurados.org)

Como funciona En la Provincia de Buenos Aires se

sancionó la Ley que pone en vigencia el juzgamiento a través de jurados po-pulares en septiembre de 2013. Para determinar quiénes serán los ciudadanos que integrarán ese grupo de doce, se seleccionará de un listado sorteado al azar a cincuenta ciudadanos, quienes serán notificados con 30 días de anti-cipación. Esta nómina permanecerá en secreto para evitar que los candidatos puedan ser presionados. La tarea previa de fiscal y defensor, supervisados por un juez del Tribunal es elegir o desechar jurados. De esa nómina original de cincuenta se descartarán a quienes se excusen por razones atendibles y cada parte puede desestimar hasta cuatro miembros sin dar explicaciones. Esta etapa de selección se denomina “voir dire”, que significa “decir la verdad”. Si desechan más de cuatro, quienes lo

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Debutó el Juicio…(Viene de página 1)

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* Más de 30 años de experiencia *

hagan deberán argumentar sus motivos.La selección recae en ciudadanos

que tengan entre 21 y 75 años de edad, no pueden ser funcionarios ni miembros de ninguna fuerza de seguridad, ni mi-nistros de un culto religioso, ni quienes ocupen cargos en un partido político, en-tre otras restricciones. Quienes ejerzan el rol de Jurado, de ser monotributistas cobrarán $450 por día, dormirán en su casa, pero con el compromiso de no conversar sobre el tema con nadie.

Los doce miembros del jurado que resulten seleccionados escucharán atentamente el desarrollo de las au-diencias, no pudiendo hacer preguntas. Estas están reservadas al fiscal, al defensor y al juez. Una vez escuchada toda la prueba se reunirán a solas para deliberar y obtener un veredicto, al que deben llegar por mayoría. Cuando se

llega a él, el Presidente del Jurado, ele-gido entre ellos mismos, lo entregará al Juez. El veredicto se reduce a decir si el encausado es culpable o inocente. La quantum de la pena, si hubiera condena, la fijará el juez.

El primer juicioEl hecho que se ventiló en este juicio

ocurrió el 31 de enero de 2014, cuando Germán Armella (30) fue a la casa de su ex pareja, Claudia Barros, situada en la localidad de José León Suárez, donde mantuvo una discusión con Guillermo Barros (28), hermano de la mujer, que terminó cuando recibió un escopetazo.

Tras el disparo, Armella fue llevado al hospital de Boulogne, y murió poco después, en tanto Barros fue detenido dentro de la casa luego de que los tes-tigos llamaran a la Policía.

Fuentes judiciales dijeron a Télam que la pareja se había separado hacía unos meses a causa de constantes

agresiones físicas a las que era sometida Claudia, y que todavía mantenían una relación conflictiva.

La decisiónEl jurado, integrado por un pedicuro,

un ama de casa, cuatro empleados, tres docentes, un científico, un fotógrafo, un técnico del área de salud, dos jubilados y dos comerciantes, escuchó atenta-mente todos los testimonios y pericias correspondientes, y tras dos días de audiencias, estuvo en condiciones de decidir. Pasaron a deliberar, y luego de dos horas de intercambio de opiniones y evaluación de la prueba llegaron a un veredicto unánime.

El acusado es no culpable, manifestó el Presidente del Jurado, uno de los ma-yores que lo integraban. La concurrencia estalló en aplausos y el juez agradeció al jurado su participación. El procesado, tras estar detenido durante poco más de trece meses se fue a su casa.

Sobre el fallo Edesur

Sra. Directora de la Revista Fojas “0” Dra. Silvia Dopazo

De mi consideración:Le hago llegar por este medio mi reco-

nocimiento por la nota en el N° 255 sobre “15 años después del Fallo Edesur”, que me tocó protagonizar siendo Asesor Legal de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires en ese entonces a cargo de la Dra. Alicia Oliveira. Me ha sido muy grato encontrarme con el recordatorio del que fuera un fallo paradigmático y primera acción de clase “criolla”, como yo la llamo,

Nos escriben y cuyas actuaciones y otras referencias están en el libro “El Caso Edesur” de mi autoría (Ed. Universidad de Morón, 2007) cuyo ejemplar les haré llegar. El fallo fue comentado, entre otros por el Dr. Ricardo Lorenzetti, cuyas consideraciones apa-recen en el caso “Halabi” de la Corte, entendiendo que el caso Edesur fue su silencioso precursor, hoy olvidado, salvo los libros especiales sobre la materia. Por tal razón es destacable su nota y demuestra vuestro compromiso con el derecho y la justicia.

Eduardo Jorge Monti([email protected])

R: El agradecimiento vaya para la Asociación de Consumidores PADEC y los Dres. Isabel Novosad y Daniel Parise que nos hicieron llegar la colaboración.

Lectora recuperada

Hola,

Que suerte que los encontré en Facebook.

Ustedes fueron quienes me man-tuvieron informada cuando aún no me había recibido y después de recibida también.

Me acuerdo que mi ex jefe (ya falle-cido) me preguntaba cómo estaba tan aggiornada y yo le decía que era por la información que Fojas Cero brindaba.

Hace 7 años que me vine a vivir a Mar del Plata y la verdad los extraño. Me agradaría si me pueden enviar los ejemplares por mail.

Atte. Dra. Cattani Maceiras

R: Con gusto la incorporamos a la nómina de receptores del Boletín Elec-trónico y recibirá nuestros ejemplares en formato digital.

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Un fallo ejemplar

Condenaron a TechintLos jueces de la Sala V de la Cámara del Trabajo aceptaron la demanda de María Gimena Ingegnieros, que se basó en la Ley de Accidentes de Trabajo vigente en 1977, para exigir un resarcimiento por la desa-parición de su padre.

Publicado en Diario Tiempo Argentino del 22 de marzo de 2015Por Martín Piqué

La Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo condenó a la corporación Techint a pagar una indemnización por el secuestro y la desaparición forzada del obrero mecá-nico Enrique Roberto Ingegnieros (ver foto), quien trabajaba como dibujante técnico en la fábrica Dálmine-Siderca de Campana (hoy rebautizada como Tenaris-Techint, que produce tubos sin costura para la industria petrolera) y que fue secuestrado el 5 de mayo de 1977 en el interior de la planta. Según las declaraciones de los testigos que figuran en la causa, Ingegnieros fue citado a la oficina de personal de la empresa y allí fue detenido por efectivos del Ejército que portaban uniforme. Allí, de acuerdo al voto del camarista y presidente de la Sala, Enrique Arias Gibert, Ingegnieros “fue entregado a unas personas vestidas de civil”, presumiblemente un grupo de tareas que operaba en la zona fabril de Zárate-Campana.

En un fallo dividido –con mayoría de dos votos y un tercero en disidencia parcial– que abrirá muchas expectativas entre los organismos de Derechos Hu-manos y los familiares de las víctimas del genocidio, la Sala V de la Cámara del Trabajo avanzó un paso más en el juzgamiento de la complicidad civil con la dictadura. Sobre todo de las grandes empresas que a mediados de los ‘70 alertaban contra el peligro de la enton-ces llamada “guerrilla industrial”, como la llegó a definir el radical conservador Ricardo Balbín. Uno de los casos em-blemáticos es Techint, la corporación siderúrgica encabezada por Paolo Rocca que con los años mantuvo e incrementó su poder hasta llegar al punto de que hoy se la considera el eje medular de la Aso-ciación Empresaria Argentina (AEA) que le presenta condiciones (programas de gobierno) a los candidatos a presidente. A principios de 1977, Ingegnieros tenía 28 años y realizaba actividad sindical dentro de Dálmine-Siderca. Vivía en la calle Dorrego 588, Campana, donde convivía con su esposa, Irma Pompa, embarazada de tres meses, y con la hija de ambos, María Gimena, quien por entonces tenía un año. Irma fue

secuestrada en ese domicilio el mismo día que su marido, el 5 de mayo. María Gimena Ingegnieros, hoy una médica de 38 años, fue quien inició la demanda contra la empresa en la que trabajaba su padre. Para eso se basó en la ley de accidentes del trabajo que estaba vigente en aquel entonces, la Ley 9688, que en su artículo 1º dejaba en claro la responsabilidad que le cabía al emplea-dor –en este caso Dálmine-Siderca, es decir, Techint– por cualquier accidente o hecho perjudicial que les ocurriera a sus empleados durante el tiempo de trabajo.

“Todo empleador será responsable de los accidentes ocurridos a sus em-pleados u obreros durante el tiempo de prestación de los servicios, ya sea por el hecho o en ocasión del trabajo, o por caso fortuito, o fuerza mayor inherente al mismo”, dice textualmente el primer artículo de la Ley 9688. A lo largo de la causa, que se inició en el año 2008 bajo la carátula “Ingegnieros, María Gimena c/ Techint SA Compañía Técnica Inter-nacional s/accidente-ley especial”, se presentaron testigos que reflejaron la oscura actuación de los propietarios, gerentes y empleados jerárquicos de Siderca tras el golpe de Estado de 1976. Los testigos relataron que la fábrica de Campana realizó un trabajo en conjunto con los grupos de tareas de la dictadura para identificar a los obreros considera-dos “peligrosos”.

“Había gente con ropa de Dálmine que eran militares que trabajaban para los militares, y que llevaban y traían los comentarios que se hacían en el comedor sobre cuestiones gremiales y políticas”, declaró uno de los testigos. Otra de las declaraciones testimoniales expuso que en las instalaciones de Dálmine-Siderca actuaron grupos de tareas que detuvie-ron y se llevaron de la fábrica a varios trabajadores previamente identificados.

El fallo del 27 de febrero de la Sala V de la Cámara del Trabajo se redactó a partir de los votos de Arias Gibert y de Luis Raffaghelli. El voto en disidencia, de Oscar Zas, consideró que antes de fijar sentencia era necesaria una medida probatoria: librar un oficio al Juzgado Federal Nº 2 de San Martín para que

informe sobre la existencia y el estado de las causas penales abiertas por el se-cuestro y la desaparición de Ingegnieros. Sus pares desecharon ese pedido y con-sideraron que la medida probatoria era “inconducente”. Los abogados ligados al ámbito de los DD HH que accedieron al fallo consideran que solicitar una dili-gencia de ese tipo podría haber causado, como único efecto concreto, el paso del tiempo: se trataba, lisa y llanamente, de una medida dilatoria.

Reconocido camarista del trabajo, Arias Gibert cobró notoriedad en 2001, cuando falló en contra del descuento del 13% a empleados estatales y jubilados que había ordenado Patricia Bullrich, en-tonces ministra de Trabajo de la Alianza.

En el fallo condenatorio de Techint –que podría ser recurrido a través de un recurso extraordinario, lo cual llevaría el caso hasta la Corte Suprema– Arias Gi-bert cita a Ricardo Lorenzetti, al filósofo alemán Fiedrich Nietzsche y analiza con palabras muy fuertes las consecuencias jurídicas de la complicidad empresarial con la dictadura. “La utilización de los métodos impetrados por el Terrorismo de Estado en provecho de las organizacio-nes empresarias que obtuvieron pingües beneficios implica la complicidad de las mismas en el delito de genocidio.

Reitero, que la mayoría absoluta de los detenidos-desaparecidos del período iniciado en 1976 fueron traba-jadores, muchos de ellos con inserción sindical. En tal sentido, los beneficiarios de las políticas de genocidio, como la implementación de las políticas de con-centración, trabajo esclavo o exterminio, deben responder por las consecuencias civiles de sus actos”, estableció en los considerandos de la sentencia.

El fallo también contiene un elemento incriminatorio muy duro contra Dálmine-Siderca (hoy Techint). Ya recuperada la democracia, y una vez constituida la Conadep, la empresa contestó un re-querimiento de la comisión que presidía Ernesto Sábato sobre la historia laboral y el destino del obrero mecánico, esposo de Irma y padre de María Gimena. En la sentencia se afirma que Siderca, en un ejercicio de cinismo y mentira difícil de dimensionar, le contestó a la Conadep que el señor Ingegnieros “ingresó a la empresa el día 10 de marzo de 1971 y renunció el 21 de mayo de 1973”.

NdeR: Quienes quieran tener el fallo completo, que no se encuentra firme pues existe la instancia de la Corte Supre-ma a través de un recurso extraordinario, pueden solicitarlo a [email protected] poniendo en el asunto: 256-FalloTechint

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¿Picana legal?

Vía libre a las Pistolas Taser X26El Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires, por ma-yoría, resolvió que es facultativo del Gobierno de la Ciudad implemen-tar el uso de pistolas Taser X26 por parte de la Policía Metropolitana.

La acciónEl Subsecretario de Promoción de

Derechos Humanos de la Nación, Car-los Pisoni, interpuso acción de amparo contra el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para que se impida el uso de las Taser X26, por parte de las fuerzas de seguridad del gobierno local, por consistir estas un elemento de tortura. Como medida cautelar, solicitó que se ordenara la suspensión de la utilización de tales armas que ya fueron adquiri-das por el demandado para la Policía Metropolitana, hasta tanto se resuelva el fondo del amparo.

El GCBA contestó demanda y solicitó su rechazo (fs. 265/272). Cuestionó la legitimación del actor, la existencia de caso y el trámite de la acción por la vía del juicio de amparo. Señaló que no se plantean actos manifiestamente ilegítimos, y que el actor cuestionaba la oportunidad, mérito o conveniencia de una política pública que competía al Poder Ejecutivo fijar. Agregó que el RENAR considera que las pistolas Taser X26 son armas de uso civil “no letales”.

1ra. InstanciaLa jueza de grado hizo lugar a la

demanda y ordenó al GCBA que se abstuviera de usar las armas Taser X26. También dejó sin efecto los actos admi-nistrativos “… que se hayan dictado a tales fines, tendientes a la adquisición de las mismas”.

El Gobierno de la Ciudad interpuso recurso de apelación.

CámaraLa Sala I de la Cámara de Apelacio-

nes en lo Contencioso Administrativo y Tributario recibió a las partes en audien-cia quienes expusieron y mantuvieron sus posiciones, además de ordenar y producir medidas para mejor proveer.

La sentencia de Cámara examinó los agravios referidos a la falta de legitima-ción del actor (punto 7), la aptitud de la vía del amparo (puntos 8 y 9), definió el marco normativo que consideró aplicable (punto 10) y revisó los cuestionamientos contra el fondo de la decisión (puntos 11

a 13), para concluir en el rechazo de la apelación del GCBA, con costas.

ApelaciónEl Gobierno de la Ciudad planteó

recurso de inconstitucionalidad. Afirmó que la sentencia de Segunda Instancia, al confirmar la de Primera Instancia en cuanto admitió encauzar por amparo la demanda planteada por quien carecía de “un interés legítimo, propio, personal y no conjetural”, afectaba el derecho de defensa en juicio de la Ciudad. Tam-bién planteó que la decisión vulneraba competencias propias y exclusivas de la Administración en materia de seguridad pública y, con ello, el principio republica-no de división de poderes. Agregó que el fallo era igualmente arbitrario.

Fiscalía General AdjuntaEn su dictamen, la Fiscalía General

Adjunta propició que se hiciera lugar al recurso y se revocara la sentencia impugnada, ya que “…el actor carece de legitimación procesal para iniciar esta acción.”

El fallo del Superior TribunalEl primer juez que consideró el re-

curso fue el Dr. Luis Francisco Lozano. Reseña que “…según el relato de Cáma-ra, que no viene discutido, el Sr. Pisoni solicitó que ‘…se impidiese la utilización de armas ‘no letales’ Taser X26, por parte de las fuerzas de seguridad del gobierno local (Policía Metropolitana), por considerarlas elementos de tortura’” (cf. fs. 860vuelta).

Destacó que en el “…ámbito inter-nacional se había advertido acerca de la peligrosidad que comporta su uso sobre las personas, especialmente si padecían enfermedades cardíacas” (cf. fs. 861); y fundó la acción, centralmente, en las observaciones del Comité contra la tortura de Naciones Unidas y en los informes de la organización Amnistía Internacional.

En conclusión, la parte actora fun-dó su demanda en la peligrosidad que sostiene conlleva el uso del Pistola Taser X26 y en la Convención contra la Tortura

y otros Tratos o Penas Crueles, Inhu-manos o Degradantes, que entiende se vería conculcada con la utilización de la mencionada arma por parte de la Policía.

Luego de extensas consideraciones teóricas, concluyó su voto diciendo: “Por ello, y lo concordantemente dictaminado por la Fiscal General Adjunta, voto por revocar la sentencia de fs. 859/867 y re-chazar la demanda. Costas por su orden (cf. el art. 14 de la CCBA).”

A continuación se expidió la Dra. Ines Weimberg en los siguientes términos:

“En virtud de la mencionada doctri-na, adelanto que en autos corresponde hacer lugar al recurso interpuesto. Ello así dado que advierto que los agravios de la parte actora se fundan en meras especulaciones y pronósticos futuros res-pecto de la posible afectación a derechos constitucionales, que no alcanzan, por lo conjetural, para configurar un “caso” en los términos descriptos en los párrafos precedentes.

En efecto, en su escrito inicial esgrime que ‘el uso de armas Taser puede resultar riesgoso para la vida de las personas que se vean sometidas a su aplicación, así como también pueden afectar potencial-mente su salud e integridad física’ (fs. 11 —el resaltado me pertenece—). Del mismo modo, la sentencia de Cámara se funda también en un pronóstico es-peculativo de un posible uso abusivo de las armas Taser por parte de la Policía Metropolitana, sin respaldo probatorio en las constancias de la causa y sin exponer razones concretas y circunstanciadas que lo justifiquen.”

Los jueces José Osvaldo Casás y Ana María Conde a su turno se ex-pidieron en igual sentido, al sostener: “Compartimos, en lo sustancial, los argumentos que en sentido concordante desarrollan los jueces Luis Francisco Lozano e Inés M. Weinberg, para quienes lo conjetural e hipotético de los planteos que se formulan en autos se traducen en la inexistencia de un caso, causa o controversia que justifique la intervención del Poder Judicial de Ciudad. Por ello, en honor a la brevedad, adherimos a tales consideraciones y a la solución que suscriben nuestros aludidos colegas”.

En última instancia emitió su voto en disidencia la Dra. Alicia Ruiz, quien dijo:

“…. Anticipo mi decisión en el sentido de rechazar el recurso de inconstitu-cionalidad que interpusiera el GCBA (873/891 vuelta) y que fue concedido, parcialmente, por la Sala II de la CCAyT (fs. 912/913 vuelta), toda vez que su fundamentación no alcanza a poner en crisis la sentencia recurrida ni introduce una cuestión constitucional.”

“…A mi juicio, el reclamo formulado

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en autos se enmarca en los términos del artículo 14 de la CCBA.

De acuerdo con la norma aludida, ‘están legitimados para [interponer acción de amparo] cualquier habitante y las personas jurídicas defensoras de derechos o intereses colectivos, cuando la acción se ejerza contra alguna forma de discriminación, o en los casos en que se vean afectados derechos o intereses colectivos, como la protección del am-biente, del trabajo y la seguridad social, del patrimonio cultural e histórico de la Ciudad, de la competencia, del usuario o del consumidor…”.

Como se ve, el artículo 14 de la CCBA consagra una legitimación amplia que —sin excluir supuestos— se adecua al carácter y al propósito de la acción pre-vista; que realiza tanto el fin preventivo como el inhibitorio propios de la función jurisdiccional y no se agota en su dimen-sión represiva —conforme mi voto en “T.S. c/ GCBA s/ amparo”, expediente n° 715, resolución del 26/12/2000—.

En línea con lo expuesto, el objeto del presente amparo consiste en que ‘…se impida la utilización de las de armas denominadas ‘no letales’ Taser X26, por parte de las fuerzas de seguridad del Gobierno local, específicamente por parte de la Policía Metropolitana,

por consistir las mismas un elemento de tortura…’ (fs. 1).

El actor, en su demanda, afirmó que ‘la utilización de armas, caracterizadas por diferentes organismos de derechos humanos como dispositivos de tortura, por parte de los agentes de la Policía Metropolitana, [lo] (…) interpela como ser humano, como habitante de la [C]iudad’ (fs. 2); y agregó: ‘la utilización que aquí se denuncia y que se pretende evitar afecta directamente los intereses

de cualquier persona que puede verse sometida a las fuerzas de seguridad de la Ciudad’ (fs. 2)”.

Con este fallo de la mayoría, el Gobierno de la Ciudad recibió el aval de la instancia máxima, para utilizar las pistolas eléctricas.

NdeR: Quienes quieran tener el fallo completo pueden solicitarlo por e-mail a [email protected] poniendo en el asunto 256-PistolasTaser

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Chiche Gelblung condenado

Deberá indemnizar a un ex fiscal con 30 mil pesosEs por la difusión de un audio en 1996 donde el ex fiscal Norberto Quantín conversa con su colega José María Campagnoli y hacen comentarios racistas. La Corte Suprema de Justicia desestimó un último recurso presentado por la defensa del periodista y confirmó una sentencia de la Cámara Civil que lo condenó.

Con la vuelta a la actividad en tribu-nales, el periodista Samuel “Chiche” Gel-blung se enteró de que deberá indemnizar por daño moral con 30 mil pesos al ex fiscal Norberto Quantín por haber difundido un audio. En 1996 divulgó una conversación telefónica entre Quantín y el fiscal José María Campagnoli, donde agraviaban a integrantes de un tribunal y realizaban comentarios denigrantes contra judíos, armenios y negros. La Corte Suprema de Justicia desestimó un último recurso presentado por la defensa del periodista y confirmó una sentencia de la Cámara Civil que lo condenó.

El fallo fue firmado el 31 de diciembre del año pasado, aunque notificado esta semana, por los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Higthon de Nolasco, Carlos Fayt y Juan Maqueda. El tribunal desestimó el recurso del abogado de Gelblung, Héctor Sirkin, por errores de presentación, y de esta manera dejó firme una sentencia de

la sala D de la Cámara Civil que condenó al periodista a indemnizar al ex fiscal.

El caso se remonta a 1996 cuando Gelblung tenía un programa de radio junto a Guillermo Cherasny en Radio Libertad. En una de sus emisiones en el programa se difundieron audios de una conversación telefónica entre Quantín y Campagnoli (ambos conocidos por aquellos años como “los Centauros”) y que llevó a los periodistas a calificarlo de “antisemita” y “nazi”. En la grabación hacen chistes sobre judíos, armenios y “negritos”, tratándose de “general” y “comandante”.

Cherasny dijo en aquella emisión ra-dial que “Quantín pertenecí a a la extrema derecha”, que “parecí a que habí a cambia-do”; “es sabido que era un nazi confeso y conocido”, que “tiene antecedentes nazis” y que “por el 84 habí a gente que decí a que era nazi”, dijo aquella tarde en el programa. Gelblung asintió: “…el antisemitismo no se cura…terrible…lapidario”.

Esto no le gustó al ex fiscal –que renunció en 2007- y le inició acciones legales a Gelblung, Cherasny y a dos ex diputados radicales, Jorge Benedetti y Elíseo Roselló, acusados de ser quienes difundieron aquellos audios. En un trámite de una causa que se llevó dos sentencias de salas de la Cámara Civil, una anterior de la sala F, y una de la sala D en 2013 (esta última es la que apela Gelblung) y que terminó en un primer momento en la condena de todos los involucrados por 130 mil pesos de indemnización a Quantin.

Diversos recursos se presentaron ante el máximo tribunal del país con finales diferentes. Cherasny fue quien llevó mejor suerte porque en 2012 la Corte revocó la sentencia en su contra basada en la libertad de expresión al sostener que “es mejor para la vida democrática tolerar ese exceso que caer en el contrario” y sus dichos sobre el fiscal habían sido “muy generales” y no le imputaban “ningún hecho ilícito concreto al fiscal”. Lo mis-mo pasó con Benedetti, la Corte revocó parcialmente su sentencia, y después la Cámara Civil, la sala D, en rechazó las demanadas contra Cherasny y Benedetti.

“La información propagada ha sido veraz y fiel, reconocida por el propio actor en su demanda”, se defendió Gelblung en el expediente pero el final de su historia no fue el mismo. Con el rechazo del re-curso de la Corte Suprema se confirmó su sentencia y deberá indemnizar al ex fiscal con 30 mil pesos por daño moral.

Fuente: Infojus Noticias

Alimentos especiales

Más allá de los 21 añosUn fallo reciente del Tribunal de Familia de General Roca, hizo lugar a la demanda para que se extienda la provisión de alimentos por parte de la madre a una hija mayor de edad, para que pueda terminar sus estudios.

Entre los fundamentos que sustenta-ron jurídicamente el fallo, el Tribunal señaló que era deseable que estos conflictos no llegaran a dirimirse en la Justicia, sino en el seno de la familia. Además, señaló que cuando las partes no llegaran a un avenimiento, y en pos del interés del hijo, la Justicia debe intervenir.

En la especie, se trata de una hija que reside en General Roca y estudia en el Profesorado de Nivel Inicial (Jardín de Infantes) en la Facultad de Ciencias de la Educación de Cipolletti. Al llegar a la mayoría de edad, su madre, quien venía prestando alimentos, judicialmente los suspendió.

A la hija le falta el último año de su carrera y los horarios que debe cumplir en el Profesorado le impiden trabajar para sufragar los gastos mínimos de viaje y manutención, por lo que de no obtener estos alimentos extraordinarios, deberá

interrumpir su carrera.Al respecto, el fallo sostiene que: “No

puede desconocerse que la responsabili-dad de los padres, respecto de sus hijos, en la satisfacción de las necesidades ali-mentarias es, sin lugar a dudas, de origen legal y moral. Sin perjuicio de la edad de la actora, quien alcanzó la mayoría de edad, normas que emanan de los Trata-dos de Derechos Humanos con jerarquía constitucional incorporados en virtud del art. 75, inc. 22 de nuestra Carta Magna, establecen la protección de los derechos que aquí se peticionan, entre ellos el art. 25.1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y art. 11.1 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

8.-El Nuevo Código Civil y Comercial en su art. 663, establece una suerte de prórroga automática de la cuota alimentaria para garantizar su continuidad a los hijos

mayores de edad que prosigan estudiando con regularidad. Específicamente el art. 663 prevé: Hijo mayor que se capacita. La obligación de los progenitores de proveer recursos al hijo subsiste hasta que éste alcance la edad de veinticinco (25) años, si la prosecución de estudios o preparación profesional de un arte u oficio, le impide proveerse de medios necesarios para sostenerse independientemente.

9.-Para la fijación del monto de la pensión alimentaria no es indispensable la demostración exacta, mediante prue-ba directa, de la capacidad económica del obligado, ya que para su apreciación bastan las presunciones que den una idea aproximada de dicho caudal, adquiriendo vital importancia la prueba indiciaria de los gastos realizados cuando concurre la imposibilidad de acreditar en forma cierta los ingresos del alimentante”.

El nuevo Código Civil y Comercial que entrará a regir en agosto ya empieza a ser tenido en cuenta por la jurisprudencia para atribuir derechos y en este caso especial las circunstancias fácticas se ajustan al caso previsto en el art. 663 del nuevo cuerpo legal.

NdeR: Quienes quieran tener el fallo com-pleto lo pueden solicitar a [email protected] poniendo en el Asunto 256-AlimentosMayor.

Abril 2015 • FOJAS CERO Nº 256 • 9

De la biblioteca de Fojas CeroCivil

Código

(Continúa en página 10)

CATHEDRA JURIDICALavalle 1280 - Tel. 4382-4780 / 4381-6780 - (1048) Bs. As.

[email protected] - www.cathedrajuridica.com.ar

Los principios de la Carta de la OUN: su incidencia en el derecho internacionalJorge R. J. Mariño FagesEdición 2015 - 452 páginas

Manual de Derecho Penal.Parte GeneralMario C. Tarrío

Gonzalo A. Tarrío SuárezEdición 2015 - 418 páginas

DERECHO Y PERSONA. Carlos Fernández Sessarego. Prólogo de Ricardo D. Rabinovich. 5ª edición actualizada y ampliada. 264 páginas. ISBN 978-987-706-045-4. Astrea.

En esta quinta edición, el maestro Fernández Sessarego amplía y actualiza una obra emblemática para el mundo jurídico. En ella aborda la persona como eje de indagación jurídica; pero también avanza en el análisis del derecho en calidad de enclave de cada proyecto de vida singular.

Estudia conceptos jurídicos fun-damentales para la teoría general del derecho, el derecho constitucional y el derecho privado, tales como: la clasi-ficación del derecho, la propiedad y el abuso de derecho, la naturaleza de la persona, la autonomía de la voluntad, la capacidad, la teoría de los actos jurídicos y reformula las teorías de la responsabilidad civil. Así, sobre todos estos supuestos y haciendo gala de‘ rigor científico, consistencia y creatividad, el autor sustenta, además, su tesis sobre el daño al proyecto de Vida, en tanto daño a la libertad fenoménica o daño moral. Para ello se Vale del marco de indagación de las teorías jurídicas tridimensionales, del paradigma filosófico de la compleji-dad y del pluralismo cultural. Al tiempo que recurre a dictámenes y decisiones en materia de derechos humanos de la OEA, como herramientas probatorias.

En suma, un clásico. Un libro que, por su inteligencia y claridad metodológica, nos coloca rápidamente en el corazón de los planteos sobre la persona y el derecho, en los cuales aún es necesario trabajar.

NUEVO CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA.

Indice temático. Fundamentos del proyecto. Cuadro explicativo de las modificaciones. Aspectos valorativos y principios preliminares.

Edición Febrero 2015. 704 páginas. $ 280.- Incluye CD-ROM. Tribunales Ediciones.

Criminalística

PATOLOGÍA FORENSE. Carlos Ale-jandro Flores. Edición Febrero 2015. 330 páginas. $ 500.- Incluye CD-ROM. Tribunales Ediciones.

Para Médicos, Jueces, Fiscales, Abogados, Policías y Criminalistas. Tanatología. Lesionología. Asfixiología. Autopsia. Lugar del hecho. Laboratorio forense. Lesiones por arma de fuego. Arma blanca. Ahorcadura y estrangu-lación. Con fotos a todo color.

Todas las soluciones prácticas para resolver sus complejidades, y se complementa con imágenes, gráficos y fotografías a todo color de los temas tratados. En sus páginas se abordan las causas, los mecanismos y las maneras de la muerte violenta.

Podrá acceder a conocimientos e información actualizada, así como a la valiosa y aquilatada experiencia

Prologado por los Dres. Osvaldo H. Raffo y Luis A. Kvitko.

profesional del autor vivenciada en los escenarios criminales y en las salas de obducciones. No cabe duda de que será de gran utilidad no sólo para los espe-cialistas, sino también para numerosos profesionales interesados en el tema, entre los que se cuentan jueces, fiscales, abogados en general, médicos, policías y criminalistas.

Mediación

MEDIACIÓN EN MATERIA PENAL. Teresa M. Del Val. 3ª edición. 436 páginas. Cathedra Jurídica.

Primera parte. ¿Qué es? ¿Cómo se hace? ¿Para qué sirve? Justicia restaurativa. El conflicto penal. ¿Quiénes y cómo intervienen en una gestión de mediación? La victima como género, ofendido o reclamante como especie. Victimario como género, ofensor o reclamado como especie.

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(Viene de página 9)De la biblioteca… Penal

Medicina Legal

CERTIFICADOS MÉDICOS ORDI-NARIOS. Rodolfo Pedro Arancibia. Edición Febrero 2015. 208 páginas. $ 300.- Tribunales Ediciones.

Perspectiva médico legal y ética. Identidad de la verdad científica que los sustentan. Responsabilidad profesional. Valor jurídico como documento. Ejemplos de la práctica profesional. Jurisprudencia legal.

Prologado por los Prof. Dr. Luis Alberto Kvitko y Fernando Verdú Pascual.

Información con doctrina, modelos y jurisprudencia, tanto en lo laboral, civil y penal, que sin duda va a ayudar a los profesionales a reflexionar sobre el notable y esencial significado que tiene estampar la firma en uno de esos certificados.

Segunda parte. ¿La mediación pre-viene el delito?

Tercera parte. Mediación efectuada por mediadores policiales.

Cuarta parte. Propuesta de Reforma al Código Penal para legalizar la Media-ción en materia penal en forma igualitaria para todo el país.

Quinta parte. Casos reales gestio-nados, relatados por sus mediadores.

TÉCNICA ESTATAL. Perspectivas del Estado de Derecho y el estado de excepción. Günter Frankenberg. Prólogo de Edgardo A. Donna. Co-lección Autores de Derecho Penal dirigida por Edgardo Alberto Donna. 392 páginas. ISBN 978-987-30-0459-9. Rubinzal-Culzoni Editores.

“Es, quizás, aparentemente extraño que este estupendo libro del profesor Frankenberg, de la Universidad de Fráncfort y amigo, sobre la técnica del poder figure en una colección dedicada al Derecho Penal bajo mi dirección.

De la primera a la última página el Derecho Penal —además de otros temas, más amplios- aparece expli-cado de manera tal que debería ser de lectura por los especialistas. De Hobbes a Locke, pasando por Kant y Hegel, se constata que ellos han hecho Derecho Penal, quizás mucho más fino que los propios penalistas, y en esto el Profesor Frankenberg demuestra ser un especialista.

Desde esta óptica, hasta tomar a Carl Schmitt como un autor en serio, cuyo Leviatán es una obra a tener en cuenta, aparecen autores actuales que de una forma u otra han tomado estas ideas, o en la opción Hobbes-Locke, se han decidido por el primero, sin que algunos penalistas se hayan enterado.

No quiero entrar en detalle sobre el estado de excepción, tan caro al Derecho Penal, pero basta decir que esta posición puede explicar algunas cuestiones que los estudiosos de la disciplina hemos debatidos, por ahí sin fundamento: El Derecho Penal del riesgo, la doble velocidad, el llamado Derecho Penal del enemigo, el terro-rismo y hasta el tortura, todo lo cual se encuentra en la excepción, son explicados en este libro.

Pero este estado de excepción juega para ambos extremos, y aparece también el Derecho natural, el cual sigue vigente de diversas formas en las universidades argentinas, por sobre el Derecho racional o el mismo Estado de Derecho.

De este libro, y quizás el autor no me siga en esta idea, he sacado del contexto de la lectura que las teorías de la prevención, especial o general, tienen su respaldo en Hobbes y Schmitt, y son en cierto sentido totalitarías, aunque reciban el aplauso de la ciencia actual.

No parecen existir, pues, inocentes en este tipo de Estado, desde Hitler a Stalin, pero, sí es posible que nos alien-te a no seguir ignorando sus efectos.

Estimado lector, sólo pretendía decir que este libro sale a luz gracias a la ayuda generosa del Goethe-Institut, como lo fue con el Tratado de Maurach, Zipf y Góssel, o el Derecho Penal de Naucke, entre otros, sin la cual no hu-biera podido verse en nuestro idioma español.

Y también a nuestro discípulo y ami-go Pablo Lucero que ha trabajado más de lo posible, porque junto con este libro colabora en nuestras revistas.”

(Prólogo de Edgardo Alberto Donna)

LA COMPETENCIA PENAL. Paulina Albrecht y José Luis Amadeo. Ter-cera edición actualizada y ampliada – Febrero 2015. 308 páginas. $ 400.- Tribunales Ediciones.

Cuestiones de competencia. Com-petencia territorial. Conexidad. Com-petencia federal. Exclusión de la competencia federal en la Capital Federal. Competencia originaria de la corte. Penal-económico. Automotores. Menores. Modelos de escritos. Justicia Contravencional de la Ciudad de Bue-nos Aires.

Abril 2015 • FOJAS CERO Nº 256 • 11

1968 - 2014

DERECHOTarjetas de débito y crédito

Planes de pagoLunes a viernes de 9 a 19,30 hs.

Sábados de 9 a 13 hs.CON SU COMPRA

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(Continúa en página 12)

Procesal Penal

CÓDIGO PROCESAL PENAL DE LA NA-CIÓN. Ley 27.063. Aprobación. Anexo I. Código Procesal Penal de la Nación. I. Parte General. II. Procedimientos. Anexo II. Anexo II.I. Ministerio Público Fiscal de la Nación. Anexo II.II. Ministe-rio Público de la Defensa de la Nación. Decreto 2321/14. Promulgación de la ley 27.063. 184 páginas. ISBN 978-987-745-002-6. Ad-Hoc.

“Desde mediados de la década de los ochenta se ha puesto en marcha, de la mano de los procesos de transición democrática con los matices que cada proceso tuvo a nivel nacional, una revisión integral de los sistemas de administración de justicia penal marcado en gran medida por las propuestas contenidas en el Códi-go Procesal Modelo para Iberoamérica del año 1986 (‘Código Maier’), dando lugar a un inédito proceso de reformas judiciales. Una sintética cronología podría partir con Guatemala en 1992, Costa Rica en 1996, Venezuela y Paraguay en 1998, Bolivia y Honduras en 1999, Chile y Ecuador en el año 2000, Nicaragua en el año 2001, República Dominicana en 2002, Perú y Colombia en 2004, Panamá en 2008.

Además de los problemas de funcio-namiento, todos los sistemas judiciales se caracterizaban por mantener una enorme distancia, cuando no una frontal contradic-ción, con los programas constitucionales vigentes desde inicios del siglo XIX, que marcaban con incuestionable claridad que los sistemas de corte acusatorio eran aquellos que mejor respondían al diseño de derechos y garantías establecidos. Más contemporáneamente, el desarrollo del derecho internacional de los derechos humanos ha consolidado esa relación entre proceso respetuoso de los dere-chos humanos y regímenes acusatorios, claro está, como requisito mínimo pero no autosuficiente para el establecimiento de sistemas judiciales compatibles con las obligaciones asumidas internacional-mente por los Estados.

Nuestro país, a nivel nacional, también tuvo su capítulo en esas discusiones. Entre 1986 y 1992 se produjo un amplio debate a nivel de la justicia nacional que tuvo un resultado, cuanto menos, tímido en relación con la entidad de los cambios propuestos y asumidos en otras latitudes puesto que, a diferencia de aquellos

procesos que al menos normativamente emprendieron un cambio paradigmático al mudar de sistemas inquisitivos a acu-satorios formales, el legislador nacional optó por una fórmula mixta, plasmada en la ley 23.984 sancionada el 21 de agosto de 1991 y puesto en vigencia poco más de un año después (‘Código Levene’) y que adoptaba tarde con matices menores el régimen procesal penal que la provincia de Córdoba había adoptado en 1940 y que, precisamente, aquella provincia dejaba atrás en 1991.

A partir de entonces en las provincias argentinas, en ese mismo momento y a tono con lo que señalábamos arriba para Latinoamérica, se desencadenaron procesos de reforma y mudanza de los sistemas procesales penales hacia el acusatorio. Un primer grupo de procesos provinciales, más en línea con lo que se l.lamó la primera generación de reformas

fueron junto con Córdoba, los proce-sos de Tucumán en el mismo año, luego las provincias de Buenos Aires, Chaco, Mendoza y Catamarca, en 1998 y 1999, respectivamente. En esa misma línea aún se encuentra el CPP de Catamarca aprobado en el año 2003.

Luego los procesos de reforma del sistema de justicia penal se fueron tor-nando más sofisticados. Se enfatizó en las agendas de implementación y la ne-cesidad de reforzar en el diseño normativo aspectos claves para asegurar la oralidad, dinamizar las investigaciones previendo procedimientos especializados, ajustar el régimen de medidas cautelares además de novedosos avances normativos en lo atinente a la regulación de la acción y sus formas de extinción, entre otros aspectos.

Algunos de el los innovaron significativamente —sobre todo respecto de los procesos que se desencadenaron una década antes, en las reglas de orga-nización judicial, retomando el camino señalado por las propuestas de organiza-ción judicial del Dr. Julio Maier a mediados de los ochenta—, la reestructuración

completa de los procesos judiciales con especial atención en la transformación de los modos de trabajo que las distintas agencias se daban de cara al cambio y en la introducción de distintos mecanismos de participación popular a través de la instalación del juicio por jurados. A nivel local, con Chubut (2006) como experiencia faro, podemos mencionar los casos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2007), La Pampa (2006), Santa Fe (2007), Entre Ríos (2009), Santiago del Estero (2009), Ju-juy (2009), Salta (2011) y Neuquén (2011).

En todos esos años, volviendo al con-texto nacional, aquel sistema mixto que había ‘nacido viejo y caduco’ fue sometido a sucesivas reformas, contradictorias, par-ciales e incluso los criterios interpretativas fueron modificándose a partir de fallos de la Corte que propiciaban el fortaleci-miento de los componentes acusatorios en la mixtura normativa del CPPN sin que hubiera impactos significativos.

No obstante aquel primer paso del año

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(Viene de página 11)De la biblioteca…

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1992, con la instauración de la oralidad para la etapa de juicio, se mantuvo intacta la impronta inquisitiva consolidada cen-tenariamente bajo la vigencia del antiguo Código de Procedimientos en Materia Penal sancionado en el año 1888 y puesto en vigencia en 1889 (‘Código Obarrio’) y con ella sus problemas estructurales: el predominio de un trámite escrito, alta-mente ritualista, con una muy deficitaria protección de derechos y garantías fundamentales, con confusión de roles y responsabilidades, con altísimos niveles de delegación policial e ineficacia para la persecución de casos de criminalidad compleja, un excesivo tiempo para la tramitación de los procesos y un distor-sionado uso de las medidas cautelares, entre muchas otras cuestiones profusa-mente diagnosticadas, todas sustentando altísimos niveles de impunidad.

Así, indisimulable el funcionamiento deficitario y consolidados los consensos gastados en los procesos de cambio aludidos más arriba, a partir del año 2004 vuelven a instalarse propuestas concre-tas de discusión a nivel federal para el impulso de la reforma del sistema de justicia penal. En ese año, basado en el Anteproyecto de Código Procesal Penal para la Nación elaborado por el INECIP, un grupo de diputados de distintos es-pacios políticos —entre otros, María del Carmen Falbo, Jorge Rivas, Margarita Stolbizer- presentó un proyecto (expte. 2589-D-04). Ese proyecto no avanzó en el trámite parlamentario aunque luego fue presentado un nuevo proyecto que lo tomó como referencia (expte. 4050-D-2010) y llevaba la firma de los entonces diputados Albrieu, Barrandeguy, Rossi, Stolbizer, Vega y Aguad, todos integrantes de la Comisión de Asuntos Penales de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

Un año después, en el ámbito del Mi-

nisterio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación se constituyó en el año 2005 el ‘Grupo de trabajo para efectuar los estudios preparatorias de la reforma procesal penal’,5 primer antecedente de la ‘Comisión asesora para la reforma de la legislación procesal penal’ creada por dec. PEN 115/07 5 e integrada por representa-ciones de todos los poderes del Estado y académicos que bajo la coordinación del Dr. Alberto Beraldi desarrolló un antepro-yecto de CPPN y leyes complementarias. Aquellos trabajos no alcanzaron estado parlamentario.

Llegamos así a octubre de 2014 mo-mento en el que el Poder Ejecutivo nacional envía el proyecto finalmente aprobado unas semanas después mediante en la ley 27.063, abriendo así un nuevo esce-nario de cambio que establece una gran oportunidad para poner el sistema de justicia penal de la Nación en sintonía con los sistemas locales. No es una cuestión menor, en la medida en que la eficacia de la persecución federal de delitos de-pende de ingenierías institucionales de coordinación y acuerdos que, a su vez, reclaman herramientas comunes y puntos de encuentro para que sean posibles. Dispositivos procesales comunes es un requisito indispensable.

En este punto, no puede sino enten-derse como una buena noticia la disposi-ción a modificar esas reglas básicas que constituye un primer paso necesario. Este nuevo sistema ‘deja atrás la ya insopor-table incompatibilidad constitucional que ostenta el sistema vigente, fijado desde hace más de un siglo en una concepción inquisitiva. Esa ideología, instalada hace más de un siglo, no claudicó ante la re-forma parcial de 1992, a la que abdujo en poco tiempo, como se correspondía con la añeja practica de los operadores del sistema, que respondían naturalmente a una concepción conservadora, corpora-tiva, que funcionaba como apéndice del poder real (condición que conserva aún).”

(De la Introducción)

JUICIO POR JURADOS. Héctor M. Granillo Fernández. Prólogo de Angela Ester Ledesma. 264 páginas. ISBN 978-987-30-0420-9. Rubinzal-Culzoni Editores.

“El profesor Héctor Granillo Fernández me ha conferido el privilegio de prologar su obra El juicio por jurados y la forma republicana de gobierno, es un desafío que enfrento con honda esperanza y confianza en el nuevo tiempo que se avecina.

La República Argentina vive hoy un momento particular de su historia insti-tucional, la justicia profesional está en la mira de la ciudadanía y no es comprendida por gran parte de la población. Los juicios mediáticos y los intentos de hacer justicia por mano propia nos imponen realizar un análisis crítico. ¿Cuál es la razón de las desinteligencias? ¿El por qué de los desencuentros? O mejor dicho, ¿dónde y cuándo nos podemos encontrar? Los jue-ces trabajamos generalmente en silencio y no hemos aprendido a comunicar la tarea que realizamos, al menos no es nuestra práctica corriente; las decisiones siguen siendo en gran medida entendidas sólo por algunos, ya sea por la dificultad en el lenguaje, el excesivo tecnicismo o por su forma de transmisión.

La habilitación estatal para imponer condenas, salvo la experiencia del esca-binado cordobés, está en forma exclusiva a cargo de jueces técnicos. La necesidad de crear un puente de comunicación o un lugar de encuentro entre la ciudadanía y la justicia es cada día más imperiosa. El juicio por jurados aparece entonces como un espacio para compartir y para colabo-rar unos con otros en la construcción de decisiones, en particular cuando se trate de casos trascedentes o de alto impacto.

Esta opción, que implica un cambio copernicano en la forma de hacer justicia, no es por sí sola la panacea, ni genera transparencia, comprensión y legitimidad de las decisiones, sin una vision omni-comprensiva y unívoca. Significa un modo diferente de hacer justicia, responde a una lógica opuesta a la inquisitorial heredada de la colonia, opción claramente consa-grada en la Constitución Nacional (arts. 24, 75, inc. 12 y 118) desde 1853.

Este modelo, claramente opuesto al que consolidó nuestra cultura, representa una forma distinta de hacer la investiga-ción, requiere de una clara estrategia del caso en manos del acusador, con un fuerte tinte adversarial desde sus inicios, donde la defensa también desarrolle estrategias propias para la refutación, proceso en el que los jueces no podrán decidir sino a partir de las pruebas producidas en su presencia, conforme las pretensiones argumentadas y presupuestos de hecho

Abril 2015 • FOJAS CERO Nº 256 • 13

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acreditados. De ésta forma se garanti-zará una decisión de calidad, racional y personalizada.

Esta modalidad de juzgamiento tam-bién permite una reacción más rápida de la justicia frente a los nuevos conflictos y un mayor reconocimiento de derechos. Esto es, la adecuación permanente de la justicia a las necesidades y reclamos que la ciudadanía le presenta. En ese escenario jueces técnicos y legos colaborarán en la misma tarea y comprenderán los unos los intereses de los otros sin barreras, por aquello que Plutarco dice en Vidas paralelas: “Solón acordó a todos los ciu-dadanos el derecho de acusar para que se acostumbraran a sentirse y dolerse unos por otros como miembros de un mismo cuerpo’ (citado tanto por Alfredo Vélez Mariconde como por Jorge Vázquez Rossi). Es decir, esa distancia que hoy suelen sentir algunos sectores sociales se acortará y los unos comprenderán las razones, los límites y los alcances de las decisiones de los otros. Sin lugar a dudas ésta modalidad de participación propiciará una mayor construcción de ciudadanía.

El profesor y activo abogado Granillo Fernández es un hombre con honda convicción republicana y democrática y en éste libro desarrolla un tema que lo desvela desde hace años; en 1997 organizó aquél inolvidable Congreso Internacional de Juicio por Jurados en Materia Penal (La Plata, 4 al 6 de septiem-bre); recientemente y como presidente de la Asociación Argentina de Juicio por Jurados, fue uno de los impulsores del Primer Congreso Nacional sobre Juicio por Jurados (Resistencia, Chaco, 24 al 25 de octubre). Su preocupación desde hace tanto tiempo lo identifica con quienes en nuestro país trabajan incesantemente por la adecuación del modelo de enjui-ciamiento penal a los valores básicos que estatuye la Carta Magna.

Con un lenguaje llano y accesible, la obra muestra precisamente lo que significa la integración de la justicia con ciudadanos, racionalidad y simplicidad en la decisión, claridad en la dirección del debate y en las instrucciones del juez téc-nico y transparencia plena en la decisión.

En este libro se hace un minucioso desarrollo de la temática implicada, co-mienza por las bases constitucionales, la habilitación de las legislaturas provinciales para instituir el jurado, el aseguramiento de una justicia de participación igualitaria, las distintas modalidades de participación popular en el sistema de justicia, integra-ción del jurado, instrucciones, delibera-ción, el veredicto, la cesura del juicio y la impugnación, así como el valor que cada una de las etapas de juzgamiento, de este modo, en sí misma encierra. Dicho análisis

eminentemente constitucional y práctico se entrelaza con la secuencia histórica, donde no se escatiman esfuerzos para destacar los vaivenes de nuestra historia procesal y la obra de grandes maestros como Tomás Jofre’. A ello se suma el análisis comparado en América Latina y los desafíos de la implementación que hoy enfrentan las Provincias de Buenos Aires y Neuquén. La frase con la que se cierra de alguna manera la obra pinta de cuerpo entero a su autor: ‘La sociedad se va interesando a medida que se va infor-mando y empieza a conocer, a participar y a exigir. En esa actitud, en ese camino hacia la instauración del juicio por jurados, indudablemente, se avizora al soberano’.

tos, como mujeres y hombres medios de la sociedad, de los acontecimientos que nos circundan y no están ni más ni menos expuestos unos que otros. ¿Acaso los jueces no pueden ser influenciados por distintos formadores de opinión? Ésta es una realidad innegable que como integran-tes del estamento judicial no podemos desconocer.

La obra se completa con las Manifes-taciones concretas en pro del juicio por jurados en la Argentina y glosa la normativa vigente en la República, comenzando por el anexo con la Constitución Nacional y continuando con las leyes provinciales, ley 8658, reformada por la ley 9182, de la Provincia de Córdoba que regula el juicio bajo la forma escabinada; ley 2784 de la Provincia del Neuquén, y ley 14.543 de la Provincia de Buenos Aires, estas dos últimas que regulan el modelo de jurado clásico y cuya vigencia se prevé para principios de 2014.

Este libro, sin lugar a dudas, aparece en un momento oportuno para dar luz a la interpretación normativa, recrea la com-prensión del antiguo y renovado instituto del jurado, que registra venerable antece-dente en la antigua Grecia y hoy vuelve a florecer vigoroso y renovado en una so-ciedad ansiosa por participar y consolidar a diario su soberanía. El protagonismo del pueblo en el juzgamiento de los delitos, mediante un proceso respetuoso de los estándares del debido proceso, constituye también una garantía de justicia, facilita la transparencia, procura mayor confianza y refuerza los valores democráticos del Estado de Derecho.”

(Prólogo de Angela Ester Ledesma)

Pero la tarea no sería completa si no se hubiera tratado la reciente Ley 14.543 de Juicio por Jurados bonaerense, su valor y sus debilidades. El comentario que glosa precisa con detalle las razones que llevaron al legislador a adecuar el Código Procesal de la provincia. Critica la posibilidad de renuncia del imputado a la integración del tribunal con jurados. Con toda razón censura el artículo 342 bis, en la medida que posibilita la incorporación de actua-ciones por lectura, práctica totalmente reñida con la esencia misma del instituto. Con precisión hace lo propio con el artículo 371 quáter, que a nuestro criterio es uno de los dos más discutibles de la nueva normativa, el ‘jurado estancado’. La otra advertencia esencial responde al segun-do yerro importante de dicha normativa, referido al desafortunado artículo 375 bis, cuando posibilita la anulación del ‘juicio’ del jurado por parte del juez técnico, por entender que no se corresponde con la prueba producida, norma ésta que repre-senta un resabio de la tradicional cultura inquisitorial y es absolutamente contraria a la génesis de la institución, la soberanía del tribunal popular.

Coincidimos también en orden a la ca-pacidad del pueblo para integrar tribunales bajo la dirección de un juez profesional, por cuanto los jurados como los jueces técnicos tienen los mismos conocimien-

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Abril 2015 • FOJAS CERO Nº 256 • 15

Dialoguitos en el foro

por el Dr. Juancho No¿Homicidio o suicidio?

GENTE DE DERECHO1992

Todos los sábados de 11:00 a 13:00por AM 1190 Radio América

Por internet:http://www.1190america.com/

Apuré el paso rumbo a La Giralda para tomarme un cafecito antes de empezar con la rutina pero, a pesar de que es muy temprano, las chicas me ganaron de mano y ya estaban apoltronadas allí.

-Hola chicas, ¡qué madrugadoras!- dije mientras me acomodaba frente a ellas.

-¡Que tal Juancho!- me respondió Juanita con una sonrisa de bienvenida.

-¿En qué andan?- pregunté para engancharme en la charla.

-¡Y, el tema inevitable de cada día! Estamos comentando las novedades en el Caso Nisman- me respondió Patricia.

-Sí, parece inevitable, porque las novedades se suceden por minuto- respondí.

-A mí me da la impresión que Arroyo Salgado, en defensa de sus hijas, sigue luchando para que se decrete homicidio. Eso se vio desde el principio.

-Mirá, si fue homicidio, lo que ella va a obtener son algunos millones de dólares en seguros- señalé.

-Y algo más. Dicen que está preparan-do una demanda civil millonaria contra el Estado Nacional por no haberlo cuidado en el ejercicio de su tarea- contó Juanita.

-Lo que yo no entiendo es si hay una sola autopsia, cómo puede haber con-clusiones tan disímiles entre un bando y el otro- dije.

-Mirá, a Raffo lo conozco porque atendía a mi papá en mi barrio y es un tipo muy sencillo, pero no se si a esta altura de su vida no sucumbirá ante una buena oferta. Yo no me olvido que Raffo negó las torturas en La Plata que eran más que evidentes en los años de plomo- explicó Patricia.

-¿Vos crees que un tipo con tanto prestigio se va a arriesgar a torcer la verdad en procura de un objetivo eco-nómico?- preguntó asombrada Juanita.

-El objetivo de instalar la versión “ho-micidio” lo están logrando, apoyados por algunos medios y políticos que lo dan por hecho, mas los fiscales del 18F- respondí.

-Pero del otro lado está Mariano Castex, que tiene tanto prestigio como el Cuerpo Médico Forense, y como Raffo- agregó Patricia.

-De todas maneras, el escándalo mayúsculo se pinchó. El 18F fueron trescientos mil a la marcha, el 18M fue-ron apenas cincuenta y ya hay pocos que pregonen “yo soy Nisman”, porque lo quisieron construir como un mártir y

en realidad era un hombre de carne y hueso con virtudes y defectos- reflexionó Juanita.

-Creo que lo que más demolió la idea de héroe fue que Lagomarsino declarara que le reintegraba la mitad de su sueldo y se sospechara de otras contratadas por la Unidad Fiscal AMIA. Creo que ni la cantidad de minas que le aparecieron minó más la imagen de héroe que eso. El hecho de que tuviera cuentas no de-claradas en el extranjero, propiedades en Uruguay vaya a saber a nombre de quién, más los valores que había en la Caja fuerte de la casa, que se lo llevó la madre y lo que retiró de otras Cajas de seguridad sin declarar, fueron confor-mando un perfil “non sancto” que borró un poco la figura de mártir que habían querido crear- enumeré.

-Es que estuvo diez años al frente de una sóla causa y lo que terminó pariendo fue una denuncia por encubrimiento que resultó disparatada y sobre el atentado en sí no avanzó nada- dijo Juanita.

-Él se lo había dicho a la hija antes

de volver de Euro-pa: “vas a escu-char co-sas de tu padre que nunca te hubieras imaginado”- añadió Patricia.

-De entrada la ex mujer quiso llevar la causa al fuero Federal, donde ella se siente más cómoda y tiene amigos, se puso a la fiscal Viviana Fein en contra y a la Dra. Palmaghini más o menos. No le dio el pinet para manipular la causa y redobló la apuesta al ir contra Lago-marsino. Por eso fue lo de adelantar la hora de la muerte para que lo sitúe al informático en la escena del crimen, pero creo que tantas horas de diferencia entre unos y otros no es posible. Veremos qué dice la Junta Médica que se va a celebrar- razonó Juanita.

-Y ahora que la Cámara confirmó el fallo de Rafecas, el ídolo se cae a peda-citos y todo fue en vano- agregué y me despedí llamado por mi deber.

16 • FOJAS CERO Nº 256 • Abril 2015

CORREOARGENTINO

Suc. Nº 44 (B)

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