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Filosofía y cine ¿de qué se puede hablar?TRANSCRIPT
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Álvaro Murillo Obando Escuela de Filosofía, Universidad de Costa Rica
Ficción: El Sueño y lo Real en el Cine.
Según el Libro: El Cine o el Hombre Imaginario de Edgar Morin.
Se dice que las estructuras del filme son mágicas y responden a las mismas
necesidades que las del sueño: la sesión de cine revela caracteres parahipnóticos
(oscuridad, hechizo por la imagen, relajación, pasividad e impotencia física).
Aquí comienza a darse un elemento muy importante entre el espectador y el filme
el cual es “la proyección – identificación”. Ahora bien con esto podemos decir que
el cine desarrolla algo en nosotros un estado de sueño pero en la vigilia que Morin
diría que “El soñador cree en la realidad absoluta de su sueño absolutamente
irreal” (2001; p. 137). El cine también tiene una realidad exterior al espectador,
dice el autor que hay una materialidad en el filme, aunque sólo sea la impresión
dejada sobre la película. Pero a pesar del significado que tiene el filme en su
sentido semiimaginario y significativo a la representación de su tiempo como es
nuestro siglo, el espectador lo reconoce como irreal. Sabe también que ve una
imagen la cual siente estéticamente.
“El cine es un complejo de realidad y de irrealidad; determina un estado mixto, que
cabalga sobre el estado de vigilia y el sueño” (2001; p. 137). Esto pasa a ser, que
sea más intenso lo que el espectador siente con el cine, en su sueño despierto
vive todo tipo de cosas, como triunfos y riquezas, pero con la no grata sorpresa de
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que seguimos siendo nosotros mismos. Este universo del cine se encuentra ligado
en la percepción objetiva y la conciencia de vigilia.
Lo que tenemos es que las percepciones de la vida real también están llenas de
participaciones afectivas y mágicas, que se presentan en el filme, todo lo que fue
nuestro pensamiento primitivo, las figuras en piedra de hace millones de años, los
cientos de mitos religiosos actualmente los abarca el cine, como forma de ficción.
El sujeto se identifica y la misma proyección a su vez define parte de su
subjetividad.
Sin embargo, en el cine, los procesos “alucinatorios” están más desarrollados que
en la vida práctica, puesto que simples manchas luminosas proyectadas en la
pantalla se desprende una presencia objetiva total (2001; p.138).
Dice Morin Los marcos de la percepción práctica están fijos, pero igualmente
abiertos a lo fantástico tiene todos los caracteres de la realidad objetiva. Por
ejemplo los cazadores primitivos practican los ritos mágicos de caza, pero
realmente cazan. Lo uno no dispensa lo otro, pero lo respalda y lo apadrina (2001;
p. 138). Por esto todo acontecimiento real, abre una ventana a lo irreal; lo irreal
tiene que ver con lo real. Cotidiano y fantástico son la misma cosa de doble cara.
Con esto me refiero que el cine es una especie de resurrección de la visión
primitiva del mundo. Vuelve a encontrar la superstición casi exacta de la
percepción práctica y de la visión mágica. Evoca, permite, tolera lo fantástico y lo
inscribe en lo real.
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En este caso se puede decir que lo irreal está amoldado, determinado,
racionalizado, interiorizado por lo real.
Ahora bien uno de las principales revoluciones que encontramos en el cine es el
filme de ficción, que es el producto tipo del cine, en el cual se abren un dominio en
el que se mezclan y combinan lo verdadero, lo verosímil, lo idealizado, lo
fantasioso y lo increíble.
Con base a estas ideas de Morin las comparo con un ensayo muy interesante que
encontré en un blog que es precisamente relacionado con este autor, sobre el
tema de la ficción y lo imaginario el cual dice:
La realidad que conocemos se ha convertido en una simulación interactiva neuronal. Vivimos en
un mundo imaginario donde ya las personas no nacemos, se nos «cultiva» para ser la fuente de
energía de las máquinas (los otros) que hemos creado desde las promesas miríficas de la
Inteligencia Artificial. Las máquinas (los otros) se han vuelto más poderosas que la especie humana
y han dominado el mundo. ¿No es inquietante sólo el hecho de admitir la posibilidad de que eso
ocurra?
Lo cual en el ensayo se responde con afirmaciones a Matrix, Blade Runner e
Inteligencia Artificial. Seguidamente y dice:
Del horizonte sin futuro que dibuja Matrix o desde los replicantes angustiados de Blade Runner
hasta Inteligencia Artificial (Steven Spielberg, 2000) hay todo un giro copernicano en la concepción
de los otros. Situada en un mañana cercano y en un mundo degradado por las continuas
agresiones al medio ambiente, se nos dibuja un panorama desolador para la humanidad: en un
clima caótico tras el deshielo de los cascos polares, millones de personas mueren de hambre
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mientras que una selecta minoría goza de un nivel de vida nunca conocido hasta entonces. Los
robots, libres de las pasiones y necesidades fisiológicas de los seres humanos, serían un elemento
esencial en la estructura económica de la sociedad y en la vida cotidiana ya que liberaban a las
personas de toda tarea profesional o doméstica. Sin embargo, aquellos androides equipados con
circuitos de conducta inteligente van a ser ahora más perfectos: tendrán capacidad de amar y
serán, si cabe, parte de nosotros.
Volviendo a Morin podemos afirmar:
El flujo de participación en el cine que arrastra a las formas si no puede corroerlas,
dispone al menos de la elección de los objetos para idealizar o miserabilizar la
realidad.
Esto se encuentra en la universalidad del filme de ficción., el cual para Morin, no
es la realidad, o más bien su realidad ficticia no es otra que la irrealidad imaginaria
(2001; p. 147). Por esto cada tipo de ficción puede definirse según la libertad y
virulencia de las proyecciones – identificaciones imaginarias con respecto a lo
real.
Se construyen complejos de ficción, que determinan necesidades diversas según
las épocas de la vida, de la sociedad, de las clases sociales, etc. Y con una gran
línea de fuerza cultural, en lo cual se racionaliza lo fantástico para transformarlo en
fantasía o novelesco.
El cine es como una especie de gran matriz arquetípica que contiene en potencia
embrio-genética todas las visiones del mundo. Y claramente lo podemos ver en el
recorrido de la filosofía desde los presocráticos, pasando por Platón, hasta
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Descartes y podríamos seguir. Estos filósofos, trataron el mundo de las
apariencias, rechazaron lo sensorial, inventaron un mundo ideal a parte del
sensible. El complejo de la realidad en el cine de esta manera se ha presentado
en obras como Matrix, Abre los Ojos, El Último Gran Héroe. En las cuales esta
necesidad de creer y a la vez no aceptar un mundo de sueño y lo que creemos
como realidad es sólo una ilusión, crea una crisis con la cual nos identificamos y
con la cual el cine proyecta parte de nuestra conciencia.
Según Morin Entre todas las posibles estéticas y visiones del mundo, los filmes
eligen y determinan las que están determinadas por las necesidades humanas
actuales. Se desprende una visión dominante, un complejo preponderante de lo
irreal y de lo real. La antropología nos lleva insensiblemente a la historia.
Vemos como el filme es ese momento en el que se unen dos psiquismos: El
incorporado en la película y el del espectador.
Entonces el cine pasaría a ser por así decirlo una especie de espíritu – máquina, o
de máquina de pensar, imitador y hermano rival de la inteligencia. El cual no tiene
piernas, cuerpo ni cabeza, pero en el momento en que el haz luminoso vibra sobre
la pantalla, se pone en acción una máquina humana.
Es un verdadero robot de lo imaginario, el cine “imagina por mí, imagina en mi
lugar y al mismo tiempo fuera de mí, con una imaginación más intensa y precisa.
Desarrolla un sueño consciente organizado en todos los aspectos.
Como ya había mencionado un tema a resaltar es la proyección – identificación.
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En ese caso la proyección sería un proceso universal y multiforme. Nuestras
necesidades, aspiraciones, deseos, obsesiones, temores, se proyectan en el vacío
no solamente en sueños e imaginaciones, sino sobre todas las cosas y seres.
En el caso de la identificación, el sujeto, en lugar de proyectarse en el mundo,
absorbe el mundo en él. La identificación “incorpora en el yo el ambiente que lo
rodea” y lo integra afectivamente. La identificación con otro puede incluir en
posesión del sujeto por la presencia extraña de un animal, de un brujo, o de un
Dios.
Referencias Bibliográficas:
Morin, E. (2001). El Cine o el Hombre Imaginario. Barcelona, España: Ediciones Paidós Ibérica. S. A.
Correa, R., & Guzmán, M. (n.d.). LA CONSTRUCCIÓN DE LA ALTERIDAD. In El cine como estrategia didáctica . Retrieved November 29, 2014, from http://cinedidactica.blogspot.com/
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