francisco de asís
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Francisco de AsísPara otros usos de este término, véase Francisco de Asís (desambiguación).
Francisco de Asís
Representación de San Francisco de Asís, en un fresco de Cimabue en
la Basílica de Asís, se cree que es la imagen más fiel del santo
fundador
Nombre Giovanni di Bernardone
Nacimiento 5 de julio de 1182 1
Asís (Italia)
Fallecimiento 3 de octubre de 1226(44 años)2
Asís (Italia)
Venerado en Iglesia Católica
Canonización 16 de julio de 1228, en Asís, por el papa Gregorio
IX
PrincipalSantuario Basílica de San Francisco de Asís (Italia)
Festividad 4 de octubre 3 4
Atributos estigmas, calavera (en representación no sólo del
rechazo de la vida de placer, sino de la "hermana
muerte",lobo, aves
Patronazgo animales, medio ambiente,comerciantes (en
particular fabricantes de telas, sastres y tejedores),
belenismo, Italia,Filipinas, Quito (Ecuador),ciudad
de Meycauayan,Telchac Pueblo (México)
Francisco de Asís (en italiano Francesco d’Assisi) (* Asís, 5 de julio de 1182 1 – †ibídem, 3 de
octubre de 1226)2 fue un santo italiano, diácono, fundador de la Orden Franciscana y de
una segunda orden conocida como Hermanas Clarisas, ambas surgidas bajo la autoridad de
la Iglesia Católica en la Edad Media, al contrario de otras hermandades —como los cátaros— que
fueron consideradas herejes. De ser hijo de un rico comerciante de la ciudad en su juventud, pasó a
vivir bajo la más estricta pobreza y observancia de los Evangelios. En Egipto, intentó
infructuosamente la conversión demusulmanes al cristianismo.
Su vida religiosa fue austera y simple, por lo que animaba a sus seguidores a hacerlo de igual
manera. Tal forma de vivir no fue aceptada por algunos de los nuevos miembros de la orden
mientras ésta crecía; aún así, Francisco no fue reticente a una reorganización. Es el primer caso
conocido en la historia de estigmatizaciones visibles y externas.5 Fue canonizado por la Iglesia
Católica en 1228, y su festividad se celebra el 4 de octubre.3 4Es conocido también como il poverello
d'Assisi («el pobrecillo de Asís», en italiano).
Contenido
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1 Contexto histórico
2 Infancia y juventud
o 2.1 Francisco ante las autoridades eclesiales
3 Comienzos de la orden
o 3.1 Audiencia ante el Papa para la aprobación de la regla
o 3.2 Rivo Torto
4 Crecimiento y expansión
o 4.1 Concilio de Letrán
o 4.2 Indulgencia en la Porciúncula
o 4.3 Viaje a Oriente
4.3.1 Frente al sultán de Egipto
5 Crisis y reorganización
o 5.1 La tercera orden
o 5.2 La regla definitiva
6 Navidad en Greccio
7 Los estigmas
8 Muerte
9 Personas allegadas a Francisco de Asís
10 Oración y prédica
11 Escritos de Francisco de Asís y primeras biografías
12 La figura de Francisco de Asís en las artes
o 12.1 Florecillas
13 Repercusiones en la actualidad
14 Véase también
15 Notas
16 Bibliografía
o 16.1 Bibliografía adicional (no utilizada directamente en
este artículo)
17 Enlaces externos
[editar]Contexto histórico
Cruz cátara, también cruz deOccitania.
En el siglo XII se concretaron cambios fundamentales en la sociedad de la época: el comienzo de
las Cruzadas, el incremento demográfico y la afluencia del oro, entre otros motivos, influyeron en el
incremento del comercio y el desarrollo de las ciudades. La economía seguía teniendo su base
fundamental en el campo dominado por elmodo de producción feudal, pero los excedentes de su
producción se canalizaban con mayor dinamismo que en la Alta Edad Media. Aunque todavía no se
estaba produciendo una clara transición del feudalismo al capitalismo y los estamentos privilegiados
(nobleza y clero) seguían siendo los dominantes, como lo fueron hasta la Edad Contemporánea, los
burgueses (artesanos, mercaderes, profesionales liberales y hombres de negocios) comenzaban a
tener posibilidades de ascenso social. La Iglesia, protagonista de ese tiempo, también se vio influida
por la nueva riqueza: no eran pocas las críticas a algunos de sus ministros que se preocupaban más
por el crecimiento patrimonial y sus relaciones políticas de conveniencia.
Debido a ello, diversos movimientos religiosos surgieron en rechazo a la creciente opulencia de la
jerarquía eclesiástica en esa época, o se dedicaron a vivir más de acuerdo con los postulados de
una vida pobre y evangélica.6 Algunos de ellos medraron afuera de la institución y vivieron a su
manera; tales movimientos fueron condenados hasta el punto de considerarlos herejes. Los Cátaros,
por ejemplo, predicaban entre otras cosas el rechazo a los sacramentos, las imágenes y
la cruz.7 Otras organizaciones como la creada por San Francisco de Asís y Santo Domingo de
Guzmán, por el contrario, nacieron bajo sumisión a la autoridad católica y fueron conocidas con el
nombre genérico de "los monjes mendicantes". Este movimiento logró que la mayoría de la Iglesia
se alejase de la opulencia, vicio que tornaría en el siglo XIV.
[editar]Infancia y juventud
Nació bajo el nombre de Giovanni. Sus padres fueron Pedro Bernardone dei Moriconi y Donna Pica
Bourlemont, provenzal; tuvo al menos un hermano más, de nombre Angelo.8 Su padre era un
próspero comerciante de telas que formaba parte de la burguesía de Asís y que viajaba
constantemente a Francia a las ferias locales. Entre algunas versiones, fue la afición a esta tierra
por lo que su padre lo apodó después como Francesco o el francesito; también es probable que el
pequeño fuera conocido más adelante de este modo por su afición a la lengua francesa y los cantos
de los trovadores.9
Francisco recibió la educación regular de la época, en la que aprendió latín. De joven se caracterizó
por su vida despreocupada: no tenía reparos en hacer gastos cuando andaba en compañía de sus
amigos, en sus correrías periódicas, ni en dar pródigas limosnas;10como cualquier hijo de un
potentado tenía ambiciones de ser exitoso.
En sus años juveniles la ciudad ya estaba envuelta en conflictos para reclamar su autonomía
del Sacro Imperio. En 1197 lograron quitarse la autoridad germánica, pero desde 1201 se
enfrascaron en otra guerra contra Perugia, apoyada por los nobles desterrados de Asís. En la batalla
de Ponte San Giovanni, en noviembre de 1202, Francisco fue hecho prisionero y estuvo cautivo por
lo menos un año.11
Desde 1198 el pontificado se hallaba en conflicto con el Imperio, y Francisco formó parte de la
armada papal bajo las órdenes deGualterio de Brienne contra los germanos.12
Estatua de San Francisco en Asís que lo representa regresando a la ciudad tras abandonar la guerra.
La renuncia a los bienes terrenales, según Giotto.
De acuerdo con los relatos, fue en un viaje a Apulia (1205)12 mientras marchaba a pelear, cuando
durante la noche escuchó una voz que le recomendaba regresar a Asís. Así lo hizo y volvió ante la
sorpresa de quienes lo vieron, siempre jovial pero envuelto ahora en meditaciones solitarias.
Empezó a mostrar una conducta de desapego a lo terrenal. Un día en que se mostró en un estado
de quietud y paz sus amigos le preguntaron si estaba pensando en casarse, a lo que él
respondió: Estais en lo correcto, pienso casarme, y la mujer con la que pienso comprometerme es
tan noble, tan rica, tan buena, que ninguno de vosotros visteis otra igual.13 Hasta ese momento
todavía no sabía él mismo exactamente el camino que había de tomar de ahí en adelante; fue
después de reflexiones y oraciones que supo que la dama a quien se refería era la Pobreza.
El punto culminante de su transformación se dio cuando convivió con los leprosos, a quienes tiempo
antes le parecía extremadamente amargo mirar.14 Se dedicó después a la reconstrucción de
la capilla de San Damián. Según los relatos, lo hizo después de haber visto alcrucifijo de esta iglesia
decirle: Francisco, vete y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas.15 Entonces decidió
vender el caballo y las mercancías de su padre en Foligno, regresó a San Damián con lo ganado y
se lo ofreció al sacerdote, pero este lo rechazó.
Su padre, al darse cuenta de la conducta de su hijo, fue enojado en su búsqueda, pero Francisco
estaba escondido y no lo halló. Un mes después fue él mismo el que decidió encarar a su padre. En
el camino a su casa, las personas con que se encontró lo recibieron mal y, creyéndolo un lunático, le
lanzaron piedras y lodo.
[editar]Francisco ante las autoridades eclesiales
Su padre lo reprendió severamente, tanto que lo encadenó y lo encerró en un calabozo.16 Al
ausentarse el airado padre por los negocios, la madre lo libró de las cadenas. Cuando regresó, fue
ella quien recibió las reprimendas del señor de la casa, y fue otra vez en búsqueda del muchacho
a San Damián, pero Francisco se plantó con calma y le reafirmó que enfrentaría cualquier cosa por
amor a Cristo. Pedro Bernardone, más preocupado por lo perdido de su patrimonio,16 acudió a las
autoridades civiles a forzarlo a presentarse, pero el joven rehusó hacerlo con el argumento de no
pertenecer ya a la jurisdicción civil, por lo que las autoridades dejaron el caso en manos de la
Iglesia.
Francisco se sometió al llamado de la autoridad eclesial. Ante el requerimiento de devolver el dinero
frente a su padre y al obispo de Asís, de nombre Guido, no sólo lo hizo, sino que se despojó de
todas sus vestimentas ante los jueces, proclamando a Dios desde ese momento como su verdadero
Padre. Ante esto, el obispo lo abrazó y le envolvió con su manto.17
[editar]Comienzos de la orden
Porciúncula.
No se sabe con certeza cuántas iglesias en ruinas o deterioradas reconstruyó; entre ellas, a la que
más estima tenía era la capilla de la Porciúncula (“la partecita”, llamada así porque estaba junto a
una construcción mayor).
Allí fue donde recibió la revelación definitiva de su misión, probablemente el 24 de
febrero de1208,18 cuando escuchó estas palabras del evangelio: No lleven monedero, ni bolsón, ni
sandalias, ni se detengan a visitar a conocidos... (Lc., 10).19 Así, cambió su afán de reconstruir las
iglesias por la vida austera y la prédica del Evangelio. Después de someterse a las burlas de
quienes lo veían vestido casi de trapos, ahora su mensaje era escuchado con atención, y al
contrario de otros grupos reformadores de la época, el suyo no era un mensaje de descalificaciones
ni anatemas.
En unos meses sus discípulos eran once: Bernardo de Quintavalle, Pedro Catani, Gil, Morico,
Bárbaro, Sabatino, Bernardo Vigilante, Juan de San Constanzo, Angelo Tancredo, Felipe y Giovanni
de la Capella.20
Bajo la pobreza que Francisco predicaba y pedía, los frailes hacían sus labores diarias atendiendo
leprosos, empleándose en faenas humildes para los monasterios y casas particulares, y trabajando
para granjeros. Pero las necesidades cotidianas hacían la colecta de limosna inevitable, labor que
Francisco alentaba con alegría por haber elegido el camino de la pobreza. Comenzó también la
expansión del mensaje evangélico, y para ello los estimuló a viajar de dos en dos.21
[editar]Audiencia ante el Papa para la aprobación de la regla
Francisco de Asís en la pintura de Francisco Zurbarán.
Hacia abril o mayo de 1209,22 Francisco se decidió a presentarse ante el papa Inocencio III, para
que le aprobara la primera regla de la Orden. Con ese fin, él y sus acompañantes emprendieron el
viaje a Roma.
Fue bajo la intervención del obispo Guido de Asís como pudo tener audiencia con el Papa. Éste y
ciertos cardenales objetaban el programa franciscano por el peligro de crear otra organización
nueva, debido a los movimientos anticlericales de la época y a la falta de una mínima base material
de la orden; pero bajo la influencia del cardenal Juan de San Pablo y su apoyo, Francisco pudo
tener una nueva audiencia para que se considerara la aprobación de su hermandad de pobres.
El Papa por fin aprobó la regla verbalmente, al convencerse de que la ayuda de un hombre como
Francisco reforzaría la imagen de la Iglesia con su prédica y su práctica del Evangelio. No se conoce
el contenido de esta primera regla.23 Fue por esta época (seis años después de su conversión
según Celano)24 cuando fundó, junto a Clara de Asís, la llamada segunda orden.
[editar]Rivo Torto
Camino de vuelta a Asís, él y sus acompañantes se ubicaron en un lugar llamado Rivo Torto, donde
consolidaron sus principios de vivir en la pobreza, conviviendo entre los campesinos locales y
atendiendo a leprosos; desde entonces se hacían llamar a sí mismos Hermanos Menores o Frailes
Menores (el nombre fundacional de la congregación es Ordinis Fratrorum Minorum, abreviado
O.F.M.).
Después de la estadía en Rivo Torto, buscó una sede para su orden; para ello pidió la ayuda del
obispo Guido, pero no consiguió respuesta favorable. Fue un abad benedictino del Monte
Subasio quien le ofreció la capilla de la Porciúncula y un terreno adyacente (propiamente la
partecita, la porcioncita). Francisco aceptó, pero no como un regalo, sino que pagaba como renta
canastas con peces.25
[editar]Crecimiento y expansión
Francisco dando un sermón a las aves según fresco en la Basílica dedicada al santo.
Dentro del ánimo de la época de los viajes hacia el Este, hizo un intento de ir a Siria para la
expansión del Evangelio en la tierra de los llamados «infieles». Esto sucedió probablemente a
finales del año 1212 y nuevamente dos años más tarde, pero ambas empresas se frustraron.26
Antes de 1215 el número de frailes se había incrementado, no sólo en Italia sino en el sur
deFrancia y en los reinos de España. Viajaban los franciscanos de dos en dos y convivían con la
gente común; además, establecían ermitas en las afueras de las ciudades.27
[editar]Concilio de Letrán
Durante el Concilio de Letrán de 1215, la organización adquirió un fuerte estatus legal; en ese año
se decretó que toda nueva orden debía adoptar la Regla de San Benito o la de San Agustín. Para
los Frailes Menores no hubo necesidad de esto, por haber sido aceptados seis años antes (aunque
de palabra y no oficialmente). En este concilio el Papa Inocencio III tomó la letra Taucomo símbolo
de conversión y señal de la cruz;28 de ahí en adelante el poverello fue devoto de este símbolo.29
En esa época, el cardenal Hugolino les ofreció a él y a Domingo de Guzmán la posibilidad de formar
cardenales de las filas de sus órdenes. Francisco, según las crónicas de Tomás de Celano, acorde
con sus principios respondió: «Eminencia: mis hermanos son llamados frailes menores, y ellos no
intentan convertirse en mayores. Su vocación les enseña a permanecer siempre en condición
humilde. Mantenedlos así, aún en contra de su voluntad, si Vuestra Eminencia los considera útiles
para la Iglesia. Y nunca, os lo ruego, les permitáis convertirse en prelados.»30
[editar]Indulgencia en la Porciúncula
Bajo el pontificado de Honorio III en 1216, se promovió la indulgencia plenaria a favor de todo aquel
que visitara la iglesia de Santa María de los Ángeles de Porciúncula. Obtuvo Francisco esa gracia
del Papa para que la peregrinación se realizara una vez al año, pero bajo fuerte oposición, puesto
que pocos lugares podían disfrutar de tan alto privilegio.31
Desde el año 1217 32 organizó capítulos en el que los Frailes Menores se reunían para intercambiar
experiencias; para la organización apropiada de los territorios en que los frailes se habían
dispersado, organizó también provincias de evangelización.33
[editar]Viaje a Oriente
Captura de Damieta durante las cruzadas.
Hacia el capítulo de 1219, la orden tuvo sus primeras disensiones respecto de las normas de
pobreza dictadas por Francisco. Algunos persuadieron alcardenal Hugolino para que hablara con él,
a fin de que la orden fuera dirigida por hermanos «más sabios»34 y de acuerdo con reglas como la
de San Benito, a lo que el poverello se opuso recalcando la forma de vida de humildad y
simplicidad.34 La innovación que brotó de este encuentro fue la organización de misiones a las
llamadas «tierras paganas».
En 1219 se embarcó hacia el oriente, pasando por Chipre, San Juan de Acre yDamieta en el delta
del Nilo, donde los cruzados estaban bajo la orden del duque Leopoldo VI de Austria. Allí, Francisco
los previno de que había sido alertado por Dios de que no realizaran ningún ataque; ante sus
palabras, los soldados se burlaron de él. El resultado de la siguiente batalla fue un desastre para los
cruzados.35 Continuó su estadía y el aprecio hacia su persona crecía, incluso
algunos caballerosabandonaron las armas para convertirse en frailes menores.36
[editar]Frente al sultán de Egipto
Tomó como misión la conversión de los musulmanes. Para ello se acompañó del hermano Illuminato
para adentrarse en esas tierras; al encontrarse con los primeros soldados sarracenos fue golpeado,
pero inmediatamente pidió ser llevado ante el Sultán, que entonces era al-Malik al-Kamil.
Según las crónicas de Buenaventura, el poverello, en su afán de convertirlo al cristianismo, invitó a
los ministros religiosos musulmanes a entrar con él en una gran fogata, para así demostrar qué
religión era la verdadera; los mulás rehuyeron la propuesta. Francisco ofreció entrar solo y retó al
Sultán a que, si salía ileso, se convertiría al cristianismo e incitaría a su pueblo a hacerlo; el príncipe
rechazó también esa posibilidad. Al final, sus pretensiones se frustraron.37 Tiempo después obtuvo
del sultán al-Mu'azzam de Damasco, hermano de al-Malik, permiso sólo para visitar Siria y Tierra
Santa.38
[editar]Crisis y reorganización
La orden, durante su ausencia, sufrió una crisis: hubo disensiones, falta de organización y
desacuerdos con la ruda vida diaria. El rumor de la muerte de Francisco en el Oriente dio pie a
implantar reformas, entre ellas ciertas medidas disciplinarias, ayunos e incluso la institución de una
casa de estudio en Bolonia; muchos consideraron estos cambios contrarios a la idea original del
fundador. Enterado de estos sucesos, Francisco fue ante el Papa Honorio III y le rogó que designara
al cardenal Hugolino para reorganizar la orden.39
La nuevas disposiciones tuvieron un nuevo Ministro General, Elias Bombarone, y una nueva regla, la
de 1221 (Regla no bulada) que entre otros temas trató el año de noviciado, la prohibición del
vagabundeo y de la desobediencia ante órdenes contrarias a los principios franciscanos.40
[editar]La tercera orden
Ante el incremento de las vocaciones y el peligro de inclusión de gente de dudosa vocación
espiritual, nació la llamada Tercera Orden, para permitir a hombres y mujeres laicos vivir una vida
franciscana. Obtuvo su estatus legal en 1221 también con la ayuda del cardenal Hugolino. Es en
posteriores escritos como se rescata su contenido, porque el original se perdió. Consistía de trece
capítulos en los que se reglamentaba la santificación personal de los terciarios, su vida social y la
organización de la nueva fraternidad.41
Bajo influencia nuevamente de este cardenal, la orden reabrió el convento de Bolonia para el
estudio, a pesar de la convicción de Francisco de la primacía de la oración y la prédica de los
Evangelios por sobre la educación formal.42
[editar]La regla definitiva
La regla definitiva
Bajo la insistencia de ministros de la orden, fue obligado a redactar una nueva regla, ya que ciertos
opositores a la entonces vigente consideraban que le faltaba consistencia y definición, y que eso le
impedía obtener una definitiva aprobación del Papado. Nuevamente aceptó las exigencias. Para ello
se retiró dos veces a la ermita de Fonte Colombo cerca deRieti, a redactar una definitiva regla bajo
ayuno y oración.43 El 29 de noviembre de 1223, con otra participación del cardenal Hugolino, la regla
tuvo su forma definitiva44 y fue aprobada por el Papa Honorio III.
[editar]Navidad en Greccio
Terminada la labor de aprobación de la regla definitiva, Francisco decidió retornar a Umbría. Debido
a la cercanía de la Navidad, a la que él tenía especial aprecio, quiso celebrarla de manera particular
ese año de 1223; para ello convidó a un noble de la ciudad de Greccio, de nombre Juan, a festejar
el nacimiento de Jesucristo en una loma rodeada de árboles y llena de cuevas de un terreno de su
propiedad.
Pretendió que la celebración se asemejara lo más posible a la natividad de Jesús, y montó un
pesebre con animales y heno; pobladores y frailes de los alrededores acudieron a la misa en
procesión. Allí el poverello asistió como diácono y predicó un sermón. Aunque no fue la primera
celebración de este tipo, es considerada un importante evento religioso, una fiesta única.45
[editar]Los estigmas
La estigmatización según un fresco en la Basílica de San Francisco.
Francisco asistió en junio de 1224 a lo que fue su último capítulo general de la orden. Hacia
principios de agosto resolvió hacer un viaje a un lugar aislado llamado Monte Alvernia, a unos 160
kilómetros al norte de Asís; escogió para este viaje a algunos de sus compañeros: León, Angelo,
Illuminato, Rufino y Masseo, a quien el poverello puso al mando del grupo.
Estando en la cima, fue visitado por el conde Orlando, quien llevaba provisiones a los hermanos.
Francisco le pidió construirle una cabaña a manera de celda, donde después se aisló. La oración
ocupó un lugar central en la vida de Francisco; para ello buscaba la vida eremítica, el silencio y
soledad interior. Reforzaba sus plegarias postrándose, ayunando, e incluso, gesticulando.
En ese lugar, León fue testigo de los actos de su soledad: lamentos por el futuro de la orden y
estados de éxtasis. Al saber que era espiado, decidió irse a un sitio más apartado en una saliente de
montaña. En la fiesta de la Asunción Francisco decidió hacer un ayuno de cuarenta días.
Por órdenes del poverello, León lo visitaba dos veces para llevarle pan y agua. Según los relatos
que recogieron los testimonios de León, éste fue testigo de la aproximación y alejamiento de una
bola de fuego que bajaba del cielo; por este prodigio, Francisco le comentó que algo grande estaría
por ocurrir.46 Le hizo abrir tres veces el misal para encontrar respuesta, y las tres veces se abrió en
la historia de la Pasión de Jesús.
Probablemente el 14 de septiembre de 1224,46 oró para recibir dos gracias antes de morir: Sentir la
pasión de Jesús, y una enfermedad larga con una muerte dolorosa. Después de intensas oraciones,
entonces en un transe profundo —según relato de San Buenaventura47— el mismo Nazareno se le
presentó, crucificado, rodeado por seis alas angélicas, y le imprimió las señales de la crucifixión en
las manos, los pies y el costado; posteriormente, sus hermanos vieron los estigmas de Francisco,
que él conservó por el resto de su vida.48 Sin embargo, Francisco -al igual que otros santos
estigmatizados- hizo todo lo posible para ocultarlos a la vista de los demás por considerarse indigno,
no del dolor que sentía, sino de ser portador de las señales de la Pasión de Jesús.49 Por eso, fue
desde entonces con las manos metidas entre las mangas del hábito, y con los pies cubiertos por
medias y zapatos.
[editar]Muerte
Basílica de San Francisco.
Retornó a la Porciúncula acompañado sólo por León; en su camino hubo muestras de veneración al
estigmatizado, aparentemente su acompañante hacía saber a todos acerca del prodigio.50 Mientras
tanto, su salud —que desde mucho tiempo antes nunca fue buena del todo— empeoraba: El
sangrado de sus heridas lo hacía sufrir constantemente. En el verano de 1225 pasó un tiempo en
San Damián bajo el cuidado de sus allegados.
Fue durante esta temporada cuando compuso el Cántico del Hermano Sol, que hizo también cantar
a sus compañeros.51 Se encaminó luego a Rieti, rodeado del entusiasmo popular por tocarlo o
arrancar algún pedacito del pobrísimo sayo que vestía, y se instaló en el palacio del obispo.
Después se hospedó en Fonte Colombo, donde fue sometido a tratamiento médico, que incluyó
cauterizar con un hierro ardiente la zona desde la oreja hasta la altura de la ceja de uno de sus ojos;
según los relatos, Francisco no sintió dolor al «platicar» con el fuego para que no lo dañara.52 Otro
intento para ser tratado por renombrados médicos fue hecho en Siena, sin buen resultado.
Deseó volver a la Porciúncula a pasar sus últimos días. Arribó a Asís y fue llevado al palacio del
obispo y resguardado por hombres armados, puesto que la localidad estaba en estado de
guerra.53 En su lecho escribió su Testamento.14 En sus últimos momentos entonó nuevamente
su Cántico al Hermano Sol —al que agregó un nuevo verso dedicado a la hermana Muerte— junto a
Angelo y León.54
La tumba de Francisco en Asís
De acuerdo con su último deseo, fue encaminado a la Porciúncula, donde se estableció en una
cabaña cercana a la capilla. Murió el 3 de octubre de 1226 a la edad de 43.
Así relata San Buenaventura la verificación de las llagas de Francisco después de su muerte:
"Al emigrar de este mundo, el bienaventurado Francisco dejó impresas en su cuerpo las señales de la
pasión de Cristo. Se veían en aquellos dichosos miembros unos clavos de su misma carne, fabricados
maravillosamente por el poder divino y tan connaturales a ella, que, si se les presionaba por una parte, al
momento sobresalían por la otra, como si fueran nervios duros y de una sola pieza. Apareció también muy
visible en su cuerpo la llaga del costado, semejante a la del costado herido del Salvador. El aspecto de los
clavos era negro, parecido al hierro; mas la herida del costado era rojiza y formaba, por la contracción de
la carne, una especie de círculo, presentándose a la vista como una rosa bellísima. El resto de su cuerpo,
que antes, tanto por la enfermedad como por su modo natural de ser, era de color moreno, brillaba ahora
con una blancura extraordinaria. Los miembros de su cuerpo se mostraban al tacto tan blandos y flexibles,
que parecían haber vuelto a ser tiernos como los de la infancia. Tan pronto como se tuvo noticia del
tránsito del bienaventurado Padre y se divulgó la fama del milagro de la estigmatización, el pueblo en
masa acudió en seguida al lugar para ver con sus propios ojos aquel portento, que disipara toda duda de
sus mentes y colmara de gozo sus corazones afectados por el dolor. Muchos ciudadanos de Asís fueron
admitidos para contemplar y besar las sagradas llagas. Uno de ellos llamado Jerónimo, caballero culto y
prudente además de famoso y célebre, como dudase de estas sagradas llagas, siendo incrédulo como
Tomás, movió con mucho fervor y audacia los clavos y con sus propias manos tocó las manos, los pies y
el costado del Santo en presencia de los hermanos y de otros ciudadanos; y resultó que, a medida que
iba palpando aquellas señales auténticas de las llagas de Cristo, amputaba de su corazón y del corazón
de todos la más leve herida de duda. Por lo cual desde entonces se convirtió, entre otros, en un testigo
cualificado de esta verdad conocida con tanta certeza, y la confirmó bajo juramento poniendo las manos
sobre los libros sagrados."55
San Buenaventura, Leyenda Mayor de San Francisco 15,4
Al día siguiente, el cortejo fúnebre se encaminó hacia San Damiano y después a San Giorgio, donde
fue sepultado.56 Fue canonizado el 16 de julio de 1228. Sus restos se encuentran en la Basílica de
San Francisco en Asís.57
[editar]Personas allegadas a Francisco de Asís
Clara de Asís.
Clara de Asís. Tuvo como modelo de su conversión a Francisco y lo siguió. Juntos organizaron a la
Segunda Orden Franciscana o hermanas clarisas. Francisco puso confianza en sus consejos.58
Jacoba de Settesoli. De ascendencia noble romana, y de carácter viril y enérgico, abrazó la vida
religiosa al quedar viuda. Al igual que Clara, fue muy apreciada por Francisco.59
Masseo de Marignano. Dedicado a la guardia de las instalaciones.60
Angelo Tarlati. Un militar que dejó las armas para entrar a la orden.61
Junípero. Llamado por Clara el Juglar de Dios; de personalidad jovial, divertida y
pintoresca.62Según los relatos, Francisco dijo alguna vez: «Mis hermanos, si sólo tuviera un bosque
lleno de Juníperos…».63 Murió en 1258.
Bernardo de Quintavalle. De los primeros seguidores de Francisco. Murió entre 1240 y1246.64
Gil. Uno de los más devotos seguidores de la práctica franciscana; realizó viajes
a Roma,Compostela y Tierra Santa. Murió en 1262.65
Rufino. Primo de Clara de Asís, de ascendencia noble. De carácter tímido y temeroso de hablar en
público; junto a León y Angelo, protagonista de la Leyenda de los tres Hermanos.66
León. Muy cercano a la vida del poverello como su confesor y secretario.67 Testigo de los momentos
previos a la estigmatización de Francisco. Luego de recibir los estigmas, Francisco le obsequió la
famosa "Bendición a fray León".
Antonio de Lisboa. Llamado por Francisco "mi obispo". De gran erudición y facilidad de palabra.
Fue proclamado Doctor de la Iglesiaen 1945.68
[editar]Oración y prédica
Al no ser sacerdote, en vez de dar doctrina, practicaba una predicación exhortativa, esto es, incitaba
a la conversión y a vivir una vida evangélica; predicaba también con el ejemplo, con su estilo de vida
aliada a la pobreza. Su manera de predicar era por medio delaudas, o alabanzas, con el objetivo de
llamar la atención de los hombres a honrar al Ser Supremo.69
Según Tomás Celano:
Cuando, estando en público, se sentía de pronto afectado por visitas del Señor, para no estar ni entonces
fuera de la celda hacía de su manto una celdilla… Siempre encontraba la manera de ocultarse a la mirada
de los presentes…hasta el punto de orar entre muchos sin que lo advirtieran en la estrechez de la nave.70
[editar]Escritos de Francisco de Asís y primeras biografías
Bendición a fray León
Entre los escritos reconocidos de Francisco de Asís están:71
Cántico de las criaturas
Alabanzas en todas las horas
Carta a toda la orden
Bendición a fray León
La verdadera alegría
Carta a las autoridades, etc.
Primeras biografías, con fechas probables de autoría:72
Leyenda primera (Legenda Prima), de Tomás Celano (1228–1230).
Espejo de perfección (Speculum Perfectionis), de autor desconocido.
Leyenda segunda (Legenda Secunda), de Tomás Celano (1247).
Leyenda mayor de San Francisco (Legenda Maior), de San Buenaventura (1263).
Leyenda de los tres compañeros (Legenda Trium Sociorum) (1270–1300).
[editar]La figura de Francisco de Asís en las artes
Pintura de Luis Tristán del siglo XVII, en el museo del Louvre.
San Francisco, óleo de Murillo.
La figura del poverello ha sido objeto de las artes, a manera de ejemplo:
En artes plásticas:
Frescos en la Basílica de San Francisco en Asís.
Francisco de Zurbarán dedicó parte de su obra.
Ilustraciones de Joan Miró al Cántico del hermano sol.73
En ópera:
Saint Francois d'Assise de Olivier Messiaen 74
En Cine:73
Il Poverello d'Assisi (1911), de Enrico Guazzoni.
Fratefrancesco (1927), de G. Cesare Antamoro.
"San Francisco de Asís"(1944) de Alberto Gout (México)
Francisco, juglar de Dios (1959), de Roberto Rossellini.
"El niño y el lobo"(1965) de José A.Nieves
"Francisco de Asís"(1966) de Liliana Cavani
Hermano Sol, Hermana Luna (1972), de Franco Zeffirelli.
Francesco (1989), de Liliana Cavani.
En Literatura y poesía:73
San Francisco de Asís, G. K. Chesterton.
San Francisco de Asís, Emilia Pardo Bazán.
El pobre de Asís, Nikos Kazantzakis.
La segunda vida de Francisco de Asís, José Saramago.
Lirio Franciscano, Ramón María del Valle Inclán.
A San Francisco de Asís , Torquato Tasso.
Los motivos del lobo , Rubén Darío.
Relato del beso al leproso, Juana de Ibarbourou.
Laudas, Jacopone da Todi.
La Divina Comedia (El Paraíso, Canto XII), Dante Alighieri.
[editar]Florecillas
Estatua de jardín de San Francisco de Asís.
Los Fioretti —de autor anónimo— son una recopilación de hechos de Francisco, de algunos de los
frailes que lo acompañaban y deSan Antonio de Padua. Escritas en la segunda mitad del siglo
XIVno constituyen una biografía sino una exaltación de las virtudes delpoverello y de su vida simple
para edificación del lector.75
Por ejemplo, en la historia de Cómo Francisco libró de un lobo feroz a la ciudad de Gubio,
el poverello fue a buscar a la fiera que atacaba a los habitantes de la localidad. Logró hacer un
pacto con él al «convencerlo» de no seguir sus fechorías a cambio que los pobladores le darían el
sustento que necesitaba. La bestia puso una pata delantera sobre la mano de Francisco en señal de
asentimiento. Logró convivir con la gente y murió dos años después de viejo.
Otros: Cómo San Francisco fue a convertir al sultán de Babilonia, Cómo un joven regaló unas
tórtolas a San Francisco…, Cómo San Francisco sanó a un leproso de alma y cuerpo, etc.
Estampilla de laRFA sobre Francisco de Asís.
Tradicionalmente contiene 53 capítulos; a través del tiempo se agregaron otros relatos que tienen
como protagonistas a los frailes Junípero y Gil. De éste último hay unos denominados «Doctrina y
dichos». Otros narran la estigmatización del santo católico.76
[editar]Repercusiones en la actualidad
Francisco ha quedado como aquél que, en su espíritu de pobreza y desprendimiento,
probablemente más se pareció a Jesús en la historia de la cristiandad. El "Pobre de Asís" sigue
conmoviendo por su capacidad infinita de reconciliación con todo y con todos, respetado no sólo
por creyentes de todas las religiones, sino también por no creyentes. Es, quizás, el santo más
ecuménico, razón por la cual se realizaron encuentros interreligiosos mundiales en Asís, la
"ciudad de Francisco".
Por su devoción a los animales como criaturas de Dios, ha sido abrazado por la cultura
del escultismo particularmente por la relación hacia los lobos. Es el patrono de los veterinarios y
de los forestales (Ingenieros de Montes, Ingenieros Técnicos Forestales, Agentes y Guardas
Forestales, y otros cuerpos similares) y, por extensión, de los movimientos ecologistas que
empeñan sus esfuerzos en el cuidado de la naturaleza y del ambiente.
El mundo cristiano está lleno de iglesias y de altares dedicados a él y por él su nombre,
antes bastante raro, se hizo habitual en toda Europa. Pío XII lo proclamó, con Catalina de
Siena, patrono de Italia el 18 de junio de 1939.77 Tiene numerosos epónimos de ciudades o
localidades (la ciudad de San Francisco en los Estados Unidos, por ejemplo).
Aunque algunos sostienen que la creación del pesebre es anterior a Francisco, fue sin
dudas él quien popularizó el Nacimiento o escena del nacimiento de Jesús. Al entrar a rezar en
la ermita de Greccio en la Navidad de 1223, Francisco sintió el deseo de representar en vivo el
nacimiento del Niño Jesús, y ese hecho fue decisivo en la universalización de esa tradición. En
1986, a petición de las asociaciones belenistas de todo el mundo, el Papa Juan Pablo II
proclamó patrono universal del "Belenismo" a San Francisco de Asís.
Francisco no fue el creador de la Oración de la paz de san Francisco («Señor, hazme un
instrumento de tu paz...»), poema francés publicado en 1912 y atribuido al fraile italiano desde
1916 hasta fines del siglo XX.
En virtud de la devota peregrinación de San Francisco a Oriente, y de su voluntad de
reconciliar a todos los hombres, los franciscanos son custodios de los Santos Lugares. La
presencia franciscana en Tierra Santa, que con diversas vicisitudes se ha mantenido siempre,
adquirió estabilidad y carácter oficial de parte de la Iglesia en 1342, año en que el papa
Clemente VI promulgó dos Bulas: la «Gratias agimus» y la «Nuper carissimae», en las que
encomendó a la Orden Franciscana la "custodia de los Santos Lugares". Cuando, en 1992, se
cumplieron los 650 años de tales Bulas, Juan Pablo II envió al Ministro General de la Orden un
mensaje de felicitación a la vez que de exhortación a perseverar en el encargo recibido de la
Iglesia.
Cristo de San Damián.
[editar]Véase también
Cordón de San Francisco
Crucifijo
Sayal
Estigma (milagro)
Cristo de San Damián
Tau franciscana
SAN FRANCISCOY EL LOBO DE GUBBIO [1]
En el tiempo en que San Francisco moraba en la ciudad de Gubbio, apareció en la comarca un grandísimo lobo, terrible y feroz, que no sólo devoraba los animales, sino también a los hombres; hasta el punto de que tenía aterrorizados a todos los habitantes, porque muchas veces se acercaba a la ciudad. Todos iban armados cuando salían de la ciudad, como si fueran a la guerra; y aun así, quien topaba con él estando solo no podía defenderse. Era tal el terror, que nadie se aventuraba a salir de la ciudad.
San Francisco, movido a compasión de la gente del pueblo, quiso salir a enfrentarse con el lobo, desatendiendo los consejos de los habitantes, que querían a todo trance disuadirle. Y, haciendo la señal de la cruz, salió fuera del pueblo con sus compañeros, puesta en Dios toda su confianza. Como los compañeros vacilaran en seguir adelante, San Francisco se encaminó resueltamente hacia el lugar donde estaba el lobo. Cuando he aquí que, a la vista de muchos de los habitantes, que habían seguido en gran número para ver este milagro, el lobo avanzó al encuentro de San Francisco con la boca abierta; acercándose a él, San Francisco le hizo la señal de la cruz, lo llamó a sí y le dijo:
— ¡Ven aquí, hermano lobo! Yo te mando, de parte de Cristo, que no hagas daño ni a mí ni a nadie.
¡Cosa admirable! Apenas trazó la cruz San Francisco, el terrible lobo cerró la boca, dejó de correr y, obedeciendo la orden, se acercó mansamente, como un cordero, y se echó a los pies de San Francisco. Entonces, San Francisco le habló en estos términos:
— Hermano lobo, tú estás haciendo daño en esta comarca, has causado grandísimos males maltratando y matando las criaturas de Dios sin su permiso; y no te has contentado con matar y devorar las bestias, sino que has tenido el atrevimiento de dar muerte y causar daño a los hombres, hechos a imagen de Dios. Por todo ello has merecido la horca como ladrón y homicida malvado. Toda la gente grita y murmura contra ti y toda la ciudad es enemiga tuya. Pero yo quiero, hermano lobo, hacer las paces entre ti y ellos, de manera que tú no les ofendas en adelante, y ellos te perdonen toda ofensa pasada, y dejen de perseguirte hombres y perros.
Ante estas palabras, el lobo, con el movimiento del cuerpo, de la cola y de las orejas y bajando la cabeza, manifestaba aceptar y querer cumplir lo que decía San Francisco. Díjole entonces San Francisco:
— Hermano lobo, puesto que estás de acuerdo en sellar y mantener esta paz, yo te prometo hacer que la gente de la ciudad te proporcione continuamente lo que necesitas mientras vivas, de modo que no pases ya hambre; porque sé muy bien que por hambre has hecho el mal que has hecho. Pero, una vez que yo te haya conseguido este favor, quiero, hermano lobo, que tú me prometas que no harás daño ya a ningún hombre del mundo y a ningún animal. ¿Me lo prometes?
El lobo, inclinando la cabeza, dio a entender claramente que lo prometía. San
Francisco le dijo:
— Hermano lobo, quiero que me des fe de esta promesa, para que yo pueda fiarme de ti plenamente.
Tendióle San Francisco la mano para recibir la fe, y el lobo levantó la pata delantera y la puso mansamente sobre la mano de San Francisco, dándole la señal de fe que le pedía. Luego le dijo San Francisco:
— Hermano lobo, te mando, en nombre de Jesucristo, que vengas ahora conmigo sin temor alguno; vamos a concluir esta paz en el nombre de Dios.
El lobo, obediente, marchó con él como manso cordero, en medio del asombro de los habitantes. Corrió rápidamente la noticia por toda la ciudad; y todos, grandes y pequeños, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, fueron acudiendo a la plaza para ver el lobo con San Francisco. Cuando todo el pueblo se hubo reunido, San Francisco se levantó y les predicó, diciéndoles, entre otras cosas, cómo Dios permite tales calamidades por causa de los pecados; y que es mucho más de temer el fuego del infierno, que ha de durar eternamente para los condenados, que no la ferocidad de un lobo, que sólo puede matar el cuerpo; y si la boca de un pequeño animal infunde tanto miedo y terror a tanta gente, cuánto más de temer no será la boca del infierno.
— Volveos, pues, a Dios, carísimos, y haced penitencia de vuestros pecados, y Dios os librará del lobo al presente y del fuego infernal en el futuro.
Terminado el sermón, dijo San Francisco:
— Escuchad, hermanos míos: el hermano lobo, que está aquí ante vosotros, me ha prometido y dado su fe de hacer paces con vosotros y de no dañaros en adelante en cosa alguna si vosotros os comprometéis a darle cada día lo que necesita. Yo salgo fiador por él de que cumplirá fielmente por su parte el acuerdo de paz.
Entonces, todo el pueblo, a una voz, prometió alimentarlo continuamente. Y San Francisco dijo al lobo delante de todos:
— Y tú, hermano lobo, ¿me prometes cumplir para con ellos el acuerdo de paz, es decir, que no harás daño ni a los hombres, ni a los animales, ni a criatura alguna? El lobo se arrodilló y bajó la cabeza, manifestando con gestos mansos del cuerpo, de la cola y de las orejas, en la forma que podía, su voluntad de cumplir todas las condiciones del acuerdo.
Añadió San Francisco:
— Hermano lobo, quiero que así como me has dado fe de esta promesa fuera de las puertas de la ciudad, vuelvas ahora a darme fe delante de todo el pueblo de que yo no quedaré engañado en la palabra que he dado en nombre tuyo. Entonces, el lobo, alzando la pata derecha, la puso en la mano de San Francisco. Este acto y los otros que se han referido produjeron tanta admiración y alegría en todo el pueblo, así por la devoción del Santo como por la novedad del milagro y por la paz con el lobo, que todos comenzaron a clamar al cielo, alabando y bendiciendo a Dios por haberles enviado a San Francisco, el cual, por sus méritos, los había librado de la boca de la bestia feroz.
El lobo siguió viviendo dos años en Gubbio; entraba mansamente en las casas
de puerta en puerta, sin causar mal a nadie y sin recibirlo de ninguno. La gente lo alimentaba cortésmente, y, aunque iba así por la ciudad y por las casas, nunca le ladraban los perros. Por fin, al cabo de dos años, el hermano lobo murió de viejo; los habitantes lo sintieron mucho, ya que, al verlo andar tan manso por la ciudad, les traía a la memoria la virtud y la santidad de San Francisco.