frei manuel do cenáculo

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Ana Luísa Janeira (cordenação) CURIOSIDADES DE FREI MANUEL DO CENÁCULO Bispo de Beja e Arcebispo de Évora (1724-1814)

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Page 1: Frei Manuel do Cenáculo

Ana Luísa Janeira (cordenação)

CURIOSIDADESDE FREI MANUEL DO CENÁCULO

Bispo de Bejae

Arcebispo de Évora(1724-1814)

Page 2: Frei Manuel do Cenáculo

índice

PREFÁCIOPedro Andrade

INTRODUÇÃO Celina Lértora Mendoza

O HOMEM DA CICATRIZMiguel Gastão da Cunha

Maria Estela Guedes

CONTEXTUALIZAÇÃODA ORAÇÃO DO MUSEU PACENSE (1791)

Alexandra Nascimento

MUSEUSPÚBLICOS E LITERACIA

Ana Luísa Janeira

A NATURALIA DO MUSEU DE ÉVORAE A HISTÓRIA DAS CIÊNCIAS EM PORTUGAL

Ana Luísa JaneiraAlexandra Nascimento

UM GABINETE DE CURIOSIDADESENTRE O REAL E O IMAGINÁRIO

Ana Luísa JaneiraAlexandra Nascimento

AUTORIA, PROPRIEDADE E «AURA»Ana Luísa Janeira

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Prefácio

Frei Manuel do Cenáculo foi um dos pais fundadores da museologia

Portuguesa. Em particular, as suas colecções contam-se entre as iniciativas que

superaram o arquipélago de fronteira entre o coleccionismo amador e o

coleccionismo científico, no período Iluminista em Portugal.

O estudo sobre este autor e erudito que agora se publica, empreendido sob a

direcção da Prof. Ana Luísa Janeira, enquadra-se no Projecto ‘Literacia Científico-

Tecnológica e Opinião Pública: o caso dos consumidores dos Museus de Ciência’,

que oportunamente recebeu um apoio financeiro por parte da Fundação para a

Ciência e e Tecnologia, desde 2000 a 2005, e obteve o apoio institucional do

Museu de Évora, do Museu da República e Resistência e da Escola Superior de

Educação de Beja. Aí, entre outras questões, foram levantadas interrogações sobre

a museabilidade e a musealização; a natureza da literacia científico-tecnológica; a

exegese dos escritos de Frei Manuel do Cenáculo; a comunicação e a

compreensão públicas da Ciência; e os traços sócio-demográficos dos segmentos

de públicos visitantes dos museus científicos.

Por sua vez, e especificando a problemática em torno de Frei Manuel do

Cenáculo, os diversos autores desenvolvem as temáticas seguintes: Maria Estela

Guedes e Miguel Gastão da Cunha versam sobre a personalidade científica de ‘o

homem da cicatriz’; Alexandra Nascimento comenta o texto fundador Oração do

Museu Pacense; Ana Luísa Janeira interpreta os públicos e a literacia científica e

interpõe a questão da autoria; estas duas últimas autoras interpelam a História das

Ciências e narram o Gabinete de Curiosidades, antepassado dos actuais museus.

Um tal conjunto de textos testemunha uma policromia analítica que sintoniza

com a personalidade prismática de Frei Manuel do Cenáculo, coleccionista

agregador de dados sobre as Ciências Naturais, designadamente no âmbito do

Reino Mineral. Afinal. o coleccionismo oscila entre a Ciência, a Arte e a Técnica

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(Duckworth, 1993). Todos os autores desta obra estão de parabéns, pela qualidade

e ineditismo das suas análises, em especial a sua organizadora, pela fusão de

vontades alcançada, rendendo assim a homenagem necessária à personalidade

global de Frei Manuel do Cenáculo.

Frei Manuel do Cenáculo foi um homem diferente. Ontem como hoje, a

Ciência não se revela apenas um conjunto de descobertas de cientistas que a

produzem, nem se desvela somente enquanto saber prático dos curadores de

museus que a medeiam e traduzem, ou mesmo não se limita à aprendizagem do

conhecimento que as audiências dos museus realizam, quando visitam estes

territórios de cultura e cidadania científica. Para além de tudo isto, o saber científico

circunscreve-se, cada vez mais, como pretexto para a aquisição e crítica de

conhecimento e informação alternativos, por parte de múltiplas comunidades

científicas, mas igualmente por diversos marginalidades sociais e culturais (Silvers,

2003). Uma destas genealogias da alteridade científica encontra-se nos textos que

a seguir se lêem.

Lisboa, 21 de Maio de 2007

Pedro de Andrade

Sociólogo e Coordenador do Projecto ‘Literacia Científico-Tecnológica e

Opinião Pública: o caso dos consumidores dos Museus de Ciência’.

Bibliografia

Duckworth Donald, 1993, Preserving Natural Science Collections: Chronicle of Our

Environmental Heritage, Nat. Inst. Conservation.

Silvers, Robert (ed.), 2003, Hidden Histories of Science, New York Review of Books.

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PRESENTACIÓN

Celina A. Lértora Mendoza

Esta obra compilada por Ana Luisa Janeira, Curiosidades de Frei Manuel do Cenáculo, puede ser considerada también una “curiosidad” ella misma. Y en igual sentido en que sus autores desentrañan este concepto en Fray Manuel y sus emprendimientos. Participa sin duda del género histórico-crítico, con una presentación biográfica del “hombre de la cicatriz”, producto de una chispa en la fragua de su padre (por Miguel Gastão da Cunha y María Estela Guedes); una cuidadosa edición anotada de un discurso muy significativo de Fray Manuel; añade una relectura hermenéutica (a cargo de Alexandra Nascimento) que revisita el texto a la luz de la arqueología-genealogía foucaultiana (idea que, pienso, habría agradado mucho al propio autor); analiza la relación de entre el proyecto de un museo público y “los públicos” posibles y reales (Ana Luisa Janeira) desde la perspectiva metodológica de la historia social de la ciencia, ubicando, finalmente, el valor de los naturalia del Museo de Évora en el desarrollo de la ciencia portuguesa (Janeira y Nascimento).

A esta mirada del especialista en historia institucional de la ciencia sigue otra, no menos interesante, a cargo de Janeira y Nascimento, sugestivamente titulada “Un Gabinete de curiosidades entre lo real y lo imaginario”. Quiero detenerme en este punto, que me parece central en el proyecto inusual que representa este libro. Se trata de una reflexión acerca no sólo acerca de las finalidades explícitas de la tarea organizativa de un museo natural, sino también de todo el imaginario personal y social que rodea al emprendimiento, y que se constituye en una visión antropológica mucho más compleja acerca de ese acto tan específicamente humano que es “coleccionar cosas” (que no sean comida para el futuro, preocupación que sí compartimos con otras especies animales). Creo que el sentido de esta reflexión queda sintetizado en esta breve frase relativa al proyecto de los naturalia de Fray Manuel, a los fines del s. XVIII: “Demasiado tarde para ser sólo... de curiosidades. Demasiado temprano para ser ya... Historia Natural”. Este cruce temporal y cultural, este momento impreciso no sólo en la sociedad, sino y sobre todo en la personalidad de sus agentes privilegiados, como Fray Manuel, es lo que –a mi juicio- ha intrigado a los investigadores y los ha motivado a bucear más profundamente en los documentos, para extraerles un sentido que hoy, tal vez, se nos escapa a primera vista.

En ese amplio periplo que comienza en el Renacimiento y culmina en la consolidación de los Museos Científicos de Historia Natural, ya bien entrado el s. XIX, las colecciones han transitado diversas caracterizaciones, más bien obra de los historiadores que de los artífices mismos. De las primeras “curiosidades” hasta las recolecciones taxonómicas tan detalladas como –y al modo de- la tabla de Mendeleiev, ¿dónde ubicar las colecciones que se exhiben ahora en el Museo de Évora? Pregunta que puede parecer ociosamente erudita, pero que nos remite a otras más inquietantes ¿Qué vemos nosotros ahora en ellas? ¿Desde que interés actual revisitamos este pasado y nos lo apropiamos? ¿Hasta dónde lo respetamos o lo tergiversamos? ¿Qué pasará en el futuro con la interpretación de nuestro presente? Fray Manuel y su especial y simpático anacronismo han sido el hilo conductor de esta obra, que nos regala, al final, una sorpresa.

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No es ocioso recordar que Fray Manuel fue un franciscano ilustrado. Estos dos calificativos son orientadores. En cuanto franciscano, Fray Manuel se hacía cargo de una larga –aunque a veces soterrada- tradición de aprecio por las “cosas naturales”, heredada (o al menos así vista en el imaginario minorita) de un santo fundador que hablaba con las fieras y trataba de “hermanos” al sol y la luna. De hecho, sabemos que los franciscanos se ocuparon, en sus viajes misionales tanto al oriente como al occidente de Europa, por recolectar las rarezas de la naturaleza que recorrían, así como se ocuparon también de describir los caracteres de los pueblos con los que entraron en contacto. Nunca adhirieron al último grito de la moda científica y tal vez por eso su paciente labor no ha sido objeto del debido reconocimiento. Sin embargo, existen (y aguardan interesados en estudiarlos) numerosos documentos, dibujos, mapas, que testimonian este interés franciscano por las cosas naturales. Fray Manuel no hacía sino seguir una tradición que venía bien a su propia personalidad.

Pero además, era un ilustrado, y por tanto, era un fraile ilustrado, un espécimen digno de atenta consideración (añadiría en la lista a Brixia y a Jacquier, por ejemplo, que vivieron y escribieron en la misma época, aunque no llegaron a ostentar los cargos que tuvo Fray Manuel). Tal vez tanto por ser ilustrado como por ser profundamente religioso y respetuoso de la historia de su Orden, es que se propuso su reforma. Es también interesante constatar que todas las numerosas “reformas” franciscanas fueron “revolucionarias” en el sentido más estricto del término: un intento de volver al origen. Sólo que en este caso se trata de un origen re-pensado en un inexcusables momento histórico: el ilustrado, aquel en el que se siente –aunque no se diga, con Kant- que se ha llegado a la “mayoría de la razón”.

Creo que en esa interfase de tradición y prospectiva ilustrada está la explicación de ese carácter “ya no - todavía no” que las autoras detectan en el proyecto de Fray Manuel. Es la misma mixtura que evidencia su propio discurso. Y es, precisamente, lo que lo hace interesante.

Pero he aquí que la obra, casi llegada al final, nos depara una sorpresa: la cuestión de la autoría de las colecciones. Como explica Ana Luisa Janeira, el proyecto consistía en estudiar “los naturalia de Fray Manuel del Cenáculo”. Pero una imprevista duda sobre este posesivo cayó “como una bomba” y los trabajos casi se paralizaron. Uno de los rasgos inusuales de este libro es que pone en manos del lector toda la “cocina” del proyecto, incluyendo un largo cruce de mensajes electrónicos en los que se da cuenta de la duda, se propone retirar trabajos de imprenta, etc. etc. Casi se está leyendo en tiempo real la frenética sucesión de ideas, de cuyo torbellino surge una razonable solución: poner una breve nota aclaratoria y continuar con lo proyectado. Este recurso, obviamente criterio usual de los editores, no es una trivialidad ni una anécdota en el libro. Al menos yo lo leo de otro modo. Creo que detrás de este cruce de mensajes y las alternativas que depara, late un cuestionamiento serio, aunque implícito, a los criterios de investigación histórica que se sitúan exclusivamente en el tema de la autoría real (material) olvidando el “aura” como plásticamente lo señala Janeira. Y esto me parece una especie de anacronismo producto de nuestra mirada presentista.

Hay, en efecto, un preconcepto según el cual era urgente e imprescindible “encontrar medios efectivos de poner el rigor en lo relativo a las publicaciones en prensa, pero no sólo eso” (subrayado mío) y es lo que Janeira busca desactivar. Ese “ser o no ser” de Fray Manuel implicaba

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repensar los criterios con los que se había encarado todo el proyecto y -por qué no- poner incluso en cuestión todo proyecto similar (y son muchos).

Aparecen así, al hilo de los mensajes electrónicos, cuestiones muy relevantes como ¿cuál es el piso mínimo de seguridad histórica para iniciar un proyecto de investigación?; ¿en qué medida ella debe ser reestructurada, o abandonada, si en su transcurso se invalidan en todo o en parte los supuestos iniciales?; ¿Pueden ser corregidos dichos supuestos? No se trata sólo de la cuestión formal, cuya solución permita continuar recibiendo los estipendios obtenidos para el proyecto. Es un asunto epistemológico de relevancia y no se puede pasar por alto. Debemos seguir pensándolo.

Los artífices del proyecto buscaron soluciones iniciales a las preguntas mencionadas antes y un resumen es presentado por Ana Luisa a continuación de la cadena de mensajes. El piso mínimo de seguridad es el reconocimiento de que existió realmente una colección de Fray Manuel. Por lo tanto hay un cierto peso del “ser” sobre el “no-ser” (actual) que justifica investigarla incluso “como si fuera de él”; es decir, que la hipótesis consiste en identificar toda o una buena parte de la colección actual con aquella cuya existencia es cierta. Por consiguiente, incluso una respuesta absolutamente negativa a la segunda pregunta no significa la invalidación de la investigación misma. Añado, además, que en este caso sólo sería una invalidación parcial de la hipótesis, porque habría piezas que no son originales, aunque el deslinde seguro por el momento es muy difícil.

El talante intelectual de la investigación pueden resumirse en dos afirmaciones de Janeira: “No hay acasos en la investigación”; es decir, no puede interpretarse como un (in)fortunio ocasional la duda en la autoría, porque todos los avatares históricos están comprendidos, como in nuce, en el espíritu de la investigación, sólo que el rompecabezas final puede ser diferente al imaginado al comienzo. Segundo, dice Janeira “No hay solipsismo en la investigación”, lo que hay son momentos necesarios de vérselas cara a cara con los problemas históricos, y estos momentos desencadenan “ideas, hipótesis de trabajo, rutinas” en las cuales intervienen varias personas (el equipo) de modo que las ideas que finalmente plasman en una publicación o en un informe son resultado de un trabajo participativo y una seria co-responsabilidad. En este sentido, el libro me parece un ejemplo de honestidad intelectual, individual y colectiva, no sólo porque nos hace partícipes de las “peripecias del héroe”, sino porque exhibe y desentraña los mecanismos de superación de ciertos modelos investigativos atomísticos y fragmentadores.

Y para terminar, tengo el convencimiento de que Fray Manuel hubiera encontrado interesante y “curioso” este libro, y lo hubiera colocado en su propio gabinete de bien ganadas “curiosidades”. Tal vez ya lo hizo, dondequiera que esté en ese universo pluridimensional de sus sueños.

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O HOMEM DA CICATRIZ

Miguel Gastão da Cunha Maria Estela Guedes

Provincial des Réguliers du Tiers Ordre de Saint François, il a, bien que roturier, accédé à l’épiscopat et fini ses jours sur l’un des sièges les plus prestigieux du Portugal. Le savant a vu ses mérites reconnus: membre de l’Académie Royale des Sciences, dès la fondation, il a reçu, en 1812, une consécration éclatante en devenant membre d’honneur. Pourtant, cette réussite apparente dissimule, du moins à notre avis, plusieurs déceptions.Une des premières a été la destruction d’une oeuvre qui lui avait tenu à coeur: l’enseignement dx État.

J. Marcadé

Gostei da ingenuidade do Arcebispo de Évora porque, perguntando-lhe que ferida fora aquela, cuja cicatriz conserva na cara, me respondeu: que fora uma chispa de um ferro em brasa que o pai malhava na bigorna. Ser filho de um homem que trabalha, é ser filho de boa família, etc.

José Agostinho de Macedo"Motim Litterario", T. IV, 1811, pag. 203

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Para aprofundar o nosso conhecimento de Frei Manoel do Cenáculo Vilas Boas (1724-1814), intelectual ligado à Reforma da Ordem dos Franciscanos e, na sequência desta, à da Universidade, empreendemos uma expedição a espaços que ele conheceu muito bem no Alentejo.

Neste contexto pombalino e da viradeira, visitámos museus e bibliotecas por ele fundados em Beja e Évora.

Esta primeira visita destinou-se a abrir caminho para um trabalho de investigação mais extenso, no âmbito das nossas actividades como membros do Centro Interdisciplinar de Ciência, Tecnologia e Sociedade da Universidade de Lisboa, que visa analisar o tipo de relações estabelelecidas por Cenáculo com o Brasil, e mais especialmente com o Convento de Santo António do Rio de Janeiro.

Conheceu e deve ter escolhido o local da sua sepultura, em modesta campa rasa, na sacristia da Igreja do Espírito Santo em Évora, onde hoje funciona a Universidade de Évora. Quando assumiu a arquidiocese, Cenáculo viveu no Paço Episcopal, junto ao Templo de Diana, nos edificios onde hoje funcionam a Biblioteca Pública e o Museu de Évora.

No Museu, além da colecção de arte exposta, visitámos a Naturalia, série de objectos de História Natural, em que se destacam um tatu (talvez Dasypus novemcinctus Linnaeus, 1758), a estabelecer um elo de ligação com o Brasil, um dente de narval (Monodon monoceros), e belas peças de quartzo e calcite. Junto delas vimos também estatuetas chinesas e um conjunto de conchas trabalhadas com motivos religiosos, entre os quais um S. Francisco, que integram a parte da Artificialia do seu antigo museu de História Natural.

Por Artificialia entende-se a transformação de objectos naturais em objectos decorativos. Se bem que não se relacione, tanto quanto sabemos, com o espólio de Cenáculo, a prolongar os conceitos de Naturalia e Artificialia, encontrámos no Museu da Sé uma alusão a relíquias classificadas como Imaginaria, o que nos pareceu ainda mais interessante do que o conceito de artificial.

A visita à Naturalia foi guiada por uma nossa colega do Centro Interdisciplinar de Ciência, Tecnologia e Sociedade da Universidade de Lisboa (CICTSUL), Alexandra Nascimento, que sobre ela faz trabalho de investigação, e pelo historiador e museólogo António Miguel Alegria.

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Passando a outra das suas notáveis fundações, na Biblioteca Pública encontrámos um maço de cartas que estabelecem a desejada relação de Cenáculo com o Rio de Janeiro.

No total da sua correspondência, ainda não completamente classificada, são mais de cinco mil as cartas já indexadas e conhecidas que recebeu de toda a parte do mundo, e de grandes intelectuais de seu tempo, caso de Domingos Vandelli, que com ele compartilhou os incidentes da Reforma do Ensino, os prazeres intelectuais de coleccionador e muito provavelmente a paixão pelo Brasil.

Com grande gentileza, António Miguel Alegria mostrou-nos ainda a cave do museu, onde se encontram obras de pintura que vão ser restauradas e peças arqueológicas.

Joaquim Caetano, director do Museu, informou-nos que, embora exista uma cópia do inventário da colecção de Cenáculo, não é fácil saber qual a sua constituição real, de um lado porque desapareceram peças - como no decurso das invasões francesas, em que Cenáculo desempenhou o seu papel politico, já nos últimos anos de vida, evitando o massacre da população -, de outro lado porque algumas podiam não lhe pertencer; na mesma época, outro frade em Évora mantinha também um gabinete de História Natural, que se pensa estar hoje misturado com a Naturalia.

No gabinete do actual director fomos surpreedidos com o facto de ele nos ter mandado sentar em cadeiras que pertenceram a Cenáculo e de ele mesmo trabalhar ainda à mesa do arcebispo. Foi ali mesmo que, sorrindo com alguma ironia, Frei Manoel do Cenáculo Vilas Boas nos recebeu.

Lisboa, 2001

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CONTEXTUALIZAÇÃODA ORAÇÃO DO MUSEU PACENSE (1791)

Alexandra Nascimento

Como foram delineados vários modelos teóricos e disciplinares para reunir, conservar e apresentar os objectos científicos durante a Modernidade, a investigação preliminar, com vista à montagem1 do Gabinete de Curiosidades Frei Manuel do Cenáculo, previsto para o Museu de Évora, pressupõe uma reflexão crítica sobre as envolvências teóricas e programáticas que foram rodeando as várias maneiras de culturalizar a Natureza, desde a sua parceria artística às formas de visibilidade perante diferentes espectadores, do sábio ao esteta.

Este pensar é fundamental para circunscrever as exigências de quem está no lugar do público e as especificidades de quem faz parte da equipe, nomeadamente aquando da coexistência entre aquilo que o Criador criou e aquilo que a História construiu, seja pela mão do artífice ou do artista. Na verdade, até meados do século XVIII, encontravam-se lado a lado, dentro de um só espaço, conteúdos que vieram depois a separar-se, afastando o Museu de História Natural do Museu de Arte Antiga. Infelizmente, acrescente-se.

No caso, importa seguir uma metodologia capaz de situar o contexto epistemológico e a origem cultural das expressões que concorreram para a mundialização e popularização dos Três Reinos, incorporando vectores tão diversificados quanto a tendência coleccionista, o desenvolvimento actualizado de técnicas taxonómicas -classificatórias e o surto de viagens filosóficas ou de missões artístico - científicas, envolventes

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Investigação integrada no projecto Literacia científico-tecnológica e opinião pública: o caso dos consumidores dos Museus das Ciências, subsidiado pela Fundação para a Ciência e Tecnologia.

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iniciadas por personalidades especiais, como a deste eminente franciscano.

Pressupõe-se, pois, que o contributo da arqueologia - genealogia conceptual, inspirada em Michel Foucault, irá beneficiar a investigação, ao longo destas fases:

- recuo aos séculos XVII e XVIII, com vista a perceber aspectos também presentes nas intenções atribuídas às colecções beijenses e eborenses, ao longo da correspondência que as descreve;

- definição de um corpus documental que servirá para avaliar como é que se integra em interesses dos sectores cultos, e que servirá ainda para situar espaços, onde o gosto de saber se associa ao prazer, aquando da apresentação de objectos e de fenómenos, como parece acontecer com o gosto cultivado do Bispo de Beja - Arcebispo de Évora;

- reflexão sobre o modo como o Empirismo e o Racionalismo assumiam o estatuto de sistemas globais de pensamento, o que parece relevante nos intuitos pedagógicos associados à instrução do clero alentejano.

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O Museu fundado por Frei Manuel do Cenáculo, em 15 de Março de 1791, estava localizado na Igreja de S. Sisenando, muito próximo do Paço Episcopal, em Beja. Simboliza o espírito de um homem que dedicou toda a sua vida ao coleccionismo, sem obliterar outras facetas não menos importantes da sua personalidade.

Devido ao estatuto social e económico, bem como à sua generosidade, foi-lhe possibilitada a reunião de um espólio museológico, diversificado e rico para a época.

Esta iniciativa reveste-se de um enorme significado para o conhecimento científico e cultural da sociedade portuguesa do final do século XVIII, que já apresentava alguns sinais de mudança.

Destinava-se ao Clero e aos povos da Diocese e continha colecções de Arqueologia, Medalhística, Etnografia e História Natural.

A universalidade dos objectos2 expostos recriava um microcosmo, permitindo uma aproximação com o mundo e com outras culturas.

Tal como é referido na Oração, numa síntese brilhante: «O estudo do Museo he hua disposição para qualquer homem ser completamente Sábio».

ORAÇÃO DO MUSEU

B.P.E., Manizola, Cod. 75, Nº 19

/fl.1/ Dita a 15 de Março de 1791 em Beja com grande aplauzo

2 Para compreender a extensão mundial da proveniência das suas colecções, vejam-se os resumos das cartas publicadas no Catálogo da correspondência dirigida a Fr. Manuel do Cenáculo Villas Boas, seleccionadas pelo Dr. Armando Nobre de Gusmão. Pertencendo às Publicações da Biblioteca Pública e Arquivo Distrital de Évora, elas evidenciam uma rede de colaboradores em várias partes do mundo, os quais angariavam objectos para as suas colecções, desde 1755.

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Oração do Muzeo

Exmo. Rmo. Sr. Magistrado, Protecttores, hospedes etcª.

humanissimos estimaveis estudiozos

Primeiramente, Ouvintes Pacences, eu rogo a Deos Jmmortal para que quanta affeição tiverão vossos antepaçados \cuja memoria hoje honro/ ás Artes, Sciencias, custumes, e Religião no qual vos deixárão feliz, esclarecida, e perpetua lembrança; e por quanto seos immitadores são distinguidos entre os mortaes, no testemunho da Historia, na confição da antiguidade, e na honra da virtude: a mesma humanidade continueis a praticar com a vossa benevolencia na materia que vou a tratar. O que sendo assim, he justo me ouçais discorrer do proveito do estudo da Antiguidade Sagrada e profana, no que se eu disser couza util será conveniente abraçalla; porque falando eu para o vosso bem podeis escolher o que mais vos agradar. Certamente este tempo, Snrs, não só vos falla com a vós que todo o homem deve, e está obrigado a conservar as Memorias que seos antepassádos lhe deixarão cuidadozos, se as quizer conhecer, immitar, e honrar.Eu não venho pois aqui comovervos por meo Discurso, mas instruirvos por exemplos: e eu vos exorto hoje não a sereis (sic) completos sabios, mas a imitar os Varões Jllustres, e espertar nos vossos corações a levantarvos de esfera em esfera e correr a radiante escada da natureza, e dos seculos passados1

Quando se tem por assumpto discursos mundanos em que se não pode louvar mais que o fim, difficultozo he que se não lizonge a vaidade, ou ao menos se não confunda com a virtude, e que sem reparo se não incense o mundo com os perfumes devidos a Deos. Graças a Deos, que hoje me vejo livre destas duvidas e receios. Eu falo de hum espirito abençoado /fl. 1v/ que faz hum continuo preparo para brilhantar a Sagrada Religião. Eu fallo para hum Eclesiastico que deve aparecer no mundo como Lúz que sentelha no quadro da Jgreja, dezejando aperfeiçoar a profição do seo estado na indagação da Antiguidade, e natureza para com maiores conhecimentos illustrar siencias Divinas; pois quanto maior for o trabalho, o premio será mais distincto que a muitos fáz as fadigas \mais amadas que a propria vida/ A vista da natureza, e do ingenho humano, creaturas de Deos Á vista dos Jdolos e Deoses tutelares do Jmperio, de baixo de seos proprios despojos derrubados, a vista de todos os esforços da politica do poder dos cezares de todas as subtilezas da filozofia, de todo o furor das perseguições, a vista de tudo isto, aqui vou arvorar o trofeo da Sagrada Religião. Escutai em quanto eu trabalho em seguir os passos daquelles respeitaveis \Sabios que dignamente ja disserão tudo neste Lugar./

Na lição da antiguidade, Deos Jmmortal que superioridade. Que magnificencia! Que fundamentos para a Historia Sagrada! Que artes! Que conhecimentos das Regiões e Lugares! Que homens! Que artes! Que custumes! Que erudição sagrada e humana! Que imprevistas mudanças da natureza, e dezengano do mundo!Todas estas grandezas se comprehendem no Muzeo, e não direis que o seu estudo he somente o conhecimento da Fizica natural, dos saes, sucos oleozos, pedras, \petrificações/ christaes, Mineraes, Metaes, plantas e todas

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as mais produções maravilhozas da natureza: eu me esqueço de todos estes magnificos objectos, ou milhor eu os ajunto todos hum. O estudo do Museo he estudo de todas as siencias \para conhecermos a Deos e sua Religião, com utilidade nossa,/ donde provem fortes rezões para nos applicarmos a elle.

§

Com effeito, Snrs., que apinhoados conhecimentos me trás a memoria o nome de Muzeo. Elle nas producções da natureza me reprezenta a grandeza de seo Creador. \nos idolos a falcidade do gentilismo, e a verdade da nossa Religião./ Nas Jnscripções profanas, a erudição das lingoas, a historia dos seculos passados, e a noticia da fabula. Nas Sagradas Jnscripções a authoridade e poder de Moyses, as virtorias de Josue, os castigos dos impios, a fraqueza dos Jmperios, a alternativa da fortuna, o abatimento da prezumpção humana, o zelo e intrepidêz dos Martyres, e hum gloriozo argumento contra os delirios da arrogante filozofia, que duvidando das verdades, nega tudo por effeito da propria fraqueza que em si desconhece.

Que bem! Que utilidade Santa! Quantos gozarão desta magestade nas letras! A quem deveremos tantas venturas?..../fl. 2/ Mas para onde me arrebato? para onde?.... \Levantar/

Para que possais entender, que não há eloquencia, ou alta erudição que possa, não digo augmentar ou ornar, mas sim contar a grande multidão de venturas que o Exmo. e Rmo. Sr. Bispo de Beja, Nosso Prelado que Deos guarde, tem conferido a todo Portugal, e prosegue a felicitar a sua Jgreja Pacense.

Por tantos bens se fomos nascidos de nossos Pais e creados por elles; por V. Exa. nascemos Sabios. Se elles nos derão heranças, V. Exa. as animou fazendo-as mais uteis. Se recebemos a natureza prevaricada neste seculo; V. Exa. sempre firme na Tradição Sagrada; nos tem conservado na pureza da Religião: Deos Jmmortal nos deo Lúz, V. Exa. a tem feito brilhar. Muitos mais dotes recebemos do creador que se não fosse as solicitações do amor de V. Exa; careceriamos por certo do uzo dos beneficios Divinos.

Assim util sem interesse, virtuozo sem ostentação, não segue em todas as suas acções outras regras que a sua rectidão; não olha outro fim, que a utilidade publica; não quer outro premio, que a gloria de fazer bem, e dezejar o bem que não pode fazer.

Eu suspendo os seos elogios, e trato da utilidade do estudo do Museo, mostrando-vos como S. Exa. tem excedido a todos pelo por seo zelo; tem triunfado de muitos obstaculos pela modestia; e dos abusos e presumpção so seculo pela vigilancia. Se acazo interromper a ordem do meo Discurso, perdoaime as atracções para hum objecto, que tantas faz em todos.

Eu vou tratando ora do seu zelo, ora do Museo, e quando não possa de tantos cuidados circunstanciaes o Discurso, tocarei seos principios, não por força da minha froixa eloquencia, mas pela verdade que sou obrigado propor vos.

O exemplo das virtudes e profunda erudição de V. Exa. sempre respeitavelmente admirado pelos Estrangeiros, em cujas bocas sagradas de Nações que sabem avaluar verdadeiros mericimentos, primeiro conhecia a V. Exa. do que tivesse a fortuna de o ver; são as mais agigantadas provas com

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que milhor autoriza Portugal a confição das suas dividas eternas. Se isto fosse vaidade, eu lhe deixaria o cuidado de \se/ coroar a propria vaidade. Mas Snrs. deixaime romper neste doce entusiasmo: que grande he a gloria de Portugal ter hum Heroe admirado nas terras extranhas, e que porto no meio da Jgreja como hũa tocha encendida brilha sobre innumeraveis luzeiros? Na verdade será esta Nação nos seos dias sempre envejada; por que assim como os seculos passados não tiverão similhante, por tanto o dezejará a sensivel posteridade. E se enfraquecermos em seos elogios, por mais que prosigão os seculos vindouros sempre lhe faltará mais que dizer de quem principiou por onde os mais acabárão.

V. Exa me ordena que discorra sobre o proveito do estudo do Museo com que liberalmente me honra, e offrece á sua Dioceze edificada com doutrina e cuidados literarios, e ao mesmo tempo me prohibe falar em V. Exa.. Por tanto eu deixarei aos bellos engenhos da gente de letras publicar as elevações do seo espirito. Deixarei às almas grandes que da erudição de V. Exa. fazem as suas delicias, gravar eterna Memoria das generosidades incomparaveis do seo profundo e humano coração. Eu sempre obrigado e distintamente /fl. 2v/ favorecido por V. Exa., por não parecerem curtas minhas expreções; confeço que não podendo alcançar o rapido voo das honras que me fáz, não chego a dizer tudo, se não por meio de hum silencio suspenço, sepultando-me no abysmo das minhas obrigações desde o tempo em que estudei as lingoas orientais no seo collegio de Jesus onde me aliancei com hum juramento sagrado, juramento fiel, acção desconhecida nos encantos humanos, e brilhante depois dos dias da vida. Aqui; Exmo. Sñr, mais dis meo silencio que minhas vozes, e lhe deverá parecer sem duvida maior pelo que calo, que pelas que disse. A posteridade o verá quando o tempo que tudo devóra dilacererar (sic) o veo que as encobre, e quando não restar outro enteresse mais que o da verdade. \Sentar/

Athe qui não falei só de minha cauza, mas tambem em geral que muitos em si tem conhecido, sendo hoje o dia em que esta Luminoza fortuna liberalmente concedida toca todos na abertura de hum estudo que he o agregado de todas.

A antiguidade sagrada a testemunha. \Entre/ os Hebreos que ricos momentos havião, Sñr.! Entremos no templo, e de pois de respeitarmos a Arca da Aliança, sagrado deposito das pedras da Ley escrita com o dedo de Deos no monte Sinai, e junto della admirarmos a Vara de Aron em memoria das rebeliões dos filhos de Jsrael, e o maná do dezerto em testemunho de os alimentar 40 annos: no dezerto voltando a vista a ella se offrecem 48 cidades do uzo dos Levitas enriquecidas de veneraveis monumentos que fazem o respeito de Jsrael para quem seos grandes Reys coroavão tambem o monte Sion com tam famoza Universidade que S. João Chrysostomo chamou (?) Universidade do mundo. Most. tom. 1º. fol. 136 O sacerdote Heli que ensinava os primogenitos dedicados a Deos, Samuel, Helias, Eliseo, que homens, Sñr! Elles tudo sabem, tudo podem; porem a guarda das antiguidades nas suas escóllas provão a verdadeira Religião. Religião Sagrada onde Deos mandou guardar os testemunhos dos seos \antigos/ prodigios. Religião que conservando seos antigos escritos se autoriza na mais avançada antiguidade do mundo. Tanto se empenhava seo zello a favor das letras que toda a Mocidade as estudava da idade de 6 annos nas escóllas que havião em todas as cidades e Provincias.

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E se da Palestina nos transportamos á Grecia que toda esta à immitação daquella hera hum Museo: que magnificencia /fl. 3/ \Sñr/ de escollas de Athenas? Ali a Academia de Platão, o Peripato de Aristoteles, \Palladio, e Odeo/ o Museo Alexandrino que continha em si hum Templo com seo sacerdote, dotado antiguamente de incrivel riqueza, e patrocinado por Cezar e mais Jmperadores, que sendo Barbaros: pelos uteis cuidados da instrução da Republica, durão the hoje seos elogios, que justamente merecerão por acções \Fabricio fol. 658)/ sempre louvadas. Fação embora os Monarcas trofeo do seo poder, gloriem se nas suas vaidades, que o zello da felicidade publica tambem dos Barbaros honra a memoria.

O Museo da Trezena em Roma, o de Octagono em Cpoli (?) onde se mantinhão doze Mestres postos por Constantino Magno: Tudo isto, Sñr, que ouvis dizer = Muzeo = herão escollas geraes que se governavão por Mestres, e encerravão Livrarias com todo o genero de objectos em que se podia estudar. Ali, digo tudo, o milhor livro, todas as memorias dos tempos, todas as preciozidades raras da natureza, e do ingenho das siencias e artes dos homens se guardavão para nelles se aprender o que não convem ignorar.

\Legi pontius fol. 190/ No estudo das raridades dos engenhos não se considerão os metaes, e pedras nuas; mas illustradas com varias figuras, emblemas, symbolos, typos, incripçoes com que a recreação do estudo anda sempre unida. Nada ha mais agradavel do que ver os retratos dos antigos Heroes, contemplar enigmas, conhecer Tropheos, ver as façanhas e louvores deixados aos seculos: e de que nasce a utilidade de com esta lembrança excitarse o dezejo de immitar aquelles, a quem o mundo deve honra, e a posteridade veneração, e a historia o seo esplendor. Estes documentos tam respeitaveis são a testemunha dos tempos, luz da verdade, vida da Lembrança, mestra da prudencia, e correios da antiguidade, que acendem luzes da Historia, e guião para a exacta chronologia. Estes são os nobres motivos, que moverão ao Emperador Carlos 4º. a estimar a antiguidade, e com proprio exemplo ensinar seos vindouros. Os Medicis a quem as letras são eternas devedoras ensinarão a estimar a siencias; qual outro Paulo 2º. que sendo o primeiro instituidor das Academias ou Escóllas geraes, logo na primeira vista conhecia nas Medalhas de quem hera a Jmagem cunhada. Estes preciozos cuidados se extenderão tambem aquella brilhante tocha que apenas se vio logo /fl 3v/ dezapareceo digo, o Sto. Papa Clemente XIV que ajuntou aos seos estudos a gloria de edificar em Roma hum Magnifico Museo continuando por este Pontifice reinante, e enrequecido das milhares estatuas antiguas e ricas peças compradas a todo o custo, onde passei dias \me recreava/ Lendo e vendo antigas Jnscriçoes colocadas pelas suas idades, e imbutidas nas paredes daquella espaçoza casa, que para della se fazer idea, vos basta dizer que he dentro do Vaticano , onde tudo he o milhor o maior, e milhor que ha no mundo!

Ali, Snrs., se vê hum livro aberto escrito em folhas que não roe a traça do papel, nem pode contrariar a penna do Louco Filozofo. Eu não temo ajuntar o incenso iguaes louvores, \cujo/ {cujo} incenso colho do altar da verdade, á Universidade de Turim, corte de El Rey de Sardenha pois do altar da verdade colho todo o incenso que queimo sobre a memoria onde não posso decidir se aquella Universidade honra mais as Jnscrições Gregas antigas que estima dentro dos seos claustros, do que ellas acreditão. Jgual memoria \consagro/ á Universidade de Sena, que como as mais tem sempre

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sua livraria patente, suas raridades publicas, que tanto ellas \em si/ como seos Bibliothecarios, pelo seo belo modo encantão a todos os sabios.

Aqui, permitime, Sñr, que recolha em mim novos alentos para vos reprezentar conferindo o que só S. Exa. tem excedido a muitos ricos Monarcas, e vereis que hinda sem roubar couza algũa da lizonja ficarei devedor á verdade. /fl. 4/ magnificencia no Museo d'Alexandria dotado antiguamente de incrivel riqueza e patrocinada por cezar e mais Emperadores, que sendo Barbaros, pelos uteis cuidados da instrução da Republica, durão lhe hoje seos elogios, que juntamente merecerão por suas acções sempre renovadas. Fação embora os Monarcas tofeo do seo poder, gloriemse nas suas vaidades, que o zello da felicidade publica athe dos Barbaros honra a memoria.

O estudo do Museo he hũa dispozição para qualquer homem ser completamente Sabio. Hũa raridade deve preparar o animo para outra raridade. Hera percizo que o Exmo. Sr. Bispo de Beja, de quem somos fortunados subditos, preparasse hum Museo para ver nascer ingenhos raros deste fecundo paiz. O ceo o destinou para ser o primeiro fundador do que elle foi o primeiro Mestre com grande estudo, e erudição muito profunda.Emfim chega o dia que o Altissimo predestinou do principio do mundo. Aparece em Portugal hum Heroe que só dá passos para honrar os Altares do Eterno, aparece brilhando no tempo da nuvem, como hũa estrella no meio das trevas. Eu busco desde os primeiros dias do mundo hum homem que em Portugal offrecesse hum publico Museo: busco-o entre o Monarcas, entre os Prelados, entre os Nobres e ricos. Porem innutilmente o busco. O Exmo. Sñr. Bispo de Beja he o primeiro que o conhece, e o primeiro que o faz conhecer. Elle he quem primeiro faz com groças despezas transportar das trez partes do mundo desconhecidas curiozidades, busca raridades da natureza nas entranhas da terra, e ajunta toda a antiguidade dos mais remotos seculos, e entre estas fadigas elle he o primeiro que faz ouvir em Portugal estas consolantes palavras. = Eu vos offreço hum rico Museo para que tambem estudeis nelle, meo disvello merece o vosso reconhecimento = Ex aqui aquellas coizas que estavão no meio de vós, e que vós não conhecieis, he hũa lúz de conhecimentos e de saber. Essas pedras quebradas, dinheiros pizados, letras desconhecidas, e peças dezenterradas são preciozos meios que conhecendo-os vós sabereis o muito que se ignora. Que glorioza, Sñrs., que glorioza vos parece aqui a Siencia /fl. 4v/ e amor do nosso Prelado? Que singular privilegio vos parece termos tão preciozos conhecimentos dos quaes muitos carecem? O exceder os nossos antigos, e instruir os prezentes, o ser Prelado e amarnos mais do que Pai? Sim amarnos mais do que Pai. Porque que cousa há tam remota de toda a nossa utilidade que S. Exa. não tenha cuidado em dar e offrecer?

Mais illustrado, milhor inclinado que os mais, elle não se considera no grao de huma inutil authoridade vaidoza; mas sem perder o decoro, elle se considéra na caridade Apostolica, Mestre da Jgreja em todo o genero de prestimos ja na atractiva e doce palavra, ja no sabio e erudito Escrito, Logo no exemplo das virtudes, e emfim dando a todos o milhor do seo ter (?).

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Entre tantos vantajozos projectos em que S. Exa. excede a todos os mortaes, prezentemente este me arrebata. Em hum Museo há hũa siencia que encerra todas as outras. Os Sabios a conhecerão mais claramente do que ao commum dos homens he permitido, e com tudo este conhecimento he raro. Os Sabios o respeitão e venerão, inda que não se possão aperfeiçoar. Quanto mais elles estudão, tanto mais dezejão saber. He hum labyrinto de encantos em que a rezão se acha e a alma se illustra, e a Religião triunfa.

S. Exa. he o primeiro para quem esta grandeza deixa de ser grandeza. Este abysmo de variedades em que o espirito humano se dilata e abstrahe, hé hum pequeno passo da sua longa carreira

Vós me prevenis, Srs., ja vosso espirito vos tranporta dentro de hum Museo. Já vos parece \ver Jdolos por que antigamente o Demonio forão oraculo vivo./ ler as antiguas Jnscrições, ver Urnas, ver gigantescos pedaços de colossos cuja perfeição faz saudozo dezejo dos restos que não aparecem, entender Medalhas, e contemplar peças exquizitas na natureza na Arte, admirar as diversas produções da natureza, sua força ligada na perturbação dos monstros, e sua belleza na ordem perfeita.

Já vos parece ver todas as siencias e Artes, mas que espectaculo! Todas estas cousas vos dizem = Estas \são/ as siencias e Artes /fl. 5/ e o objecto do homem Sabio e perfeito. Aqui a origem, e authoridade da Religião, a historia sagrada e profana, os Jmperios, os cuidados e custumes dos homens, suas Artes, o gyro da natureza tudo se faz vizivel: tudo se vê nestas figuras. \aqui os Jdolos múdos estão confeando ser verdade o seo silencio que escrevem os gentios, e christãos depois que Christo nosso Legislador veio ao mundo./ Que conhecimentos! Que dezenganos! Que beneficios! Concebei o que eu não posso explicar. Os pensamentos excedem a expressão.

Hum homem lê hũa Jnscripção Phenicia, ou Grega, conhece um testemunho, e ouve hũa voz que mudamente lhe brada, que alem de ser verdadeira a sua antigua existencia, he aquillo que ha de mais mysteriozo, e occulto nos livros sagrados na ordem humana referida a couzas Divinas

Para mostrar dignamente este ponto me vejo a servirme da minha experiencia.

Sabemos que a lingoa mais antiga e universal do mundo foi a Hebraica, e que na Historia Sagrada se cantão as victorias de Josue, e a possessão da Palestina, e se fala dos Phenicios. Tudo isto confeça o Judeo, concede o Mouro, mas negao o insensato Materialista. Ex aqui por muitos milhares de annos, entre matos pesavão sobre os montes do campo de Ourique, pedras Phenicias, cujo gloriozo descobrimento rezervou o Eterno aos cuidados de S. Exa., e boa satisfação de quem as buscou.

Gloriozos Padrões que feliz o vosso descobrimento! A Divina Providencia vos fez invisiveis á furia de tantas Nações, e perservando-vos do tempo devorador, vos destina ao poder de quem vos bem estimasse, e fizesse ver em Portugal hum dia mais bello que o do triunpho do Conquistador da Azia em Babilonia. Ditozos os que vos entendem! Eu vou respeitar a vossa antiguidade reconhecendo nella muitas verdades da Sagrada Escritura. Ah! aqui descubro a lingoa Santa em diversos caracteres!

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Que vitoria contra o Materialismo presumido! Que immensas Lembranças, e sagradas especies tocão a minha alma! Seria este o paiz de Ophir? Não sem fundamento o presumo. Esta he a obra em que os raios da verdade penetrão mais o discurso. Eu volto á Lingoa Hebraica. Certamente esta lingoa hé aquella que foi unica e universal inda depois da confuzão de Babel; posto que com diversos dialectos a ella semelhantes, e com differentes caracteres. Neceçariamente E por hũa consequencia neceçaria a ella pertencem a Ethyopica e Arabica como ramos /fl. 5v/ da mesma arvore vestidos com \folhas/ diversas folhas. Os descendentes de Chanaan que habitarão depois a Palestina; aquelles de Jactan que povoarão a Arabia; os outros de Heber Pai dos Hebreos e de todo o povo de Deos: estas \Thomassin V Tom. fol. 26/ tres grandes familias, não herão em tudo mais que tres lingoas tam conformes com a dos Chananeos ou Phenicios habitantes da Palestina; que quando por obedecer as ordens do ceo Abraham, Jsaac, e Jacob se forão estabelecer; estes tratarão com elles e foram entendidos sem interprete. Seos nomes, os de suas cidades se conformavão reciprocamente com a lingoa Phenicia, e Hebraica tendo os dirivados com as raizes primitivas.

Logo isto no fundo he a mesma lingoa com diversos Dialectos sem perder sua unidade. He perciozo julgar o mesmo da Arabia que he outro dialecto que com largo tempo se extendeo mais infinita não perdendo a similhança do Hebreo; porque temos nós huma Biblia de puro Hebreo, cuja lingoa se não falou mais de dois mil annos; e ao contrario o Arabe se tem falado mais de outro tanto depois, escrevendo-se nella infinidade de Livros

O que disse da Arabe se deve entender da Syriaca, Chaldaica, e Ethyopica que durando muitos seculos inda se referem ao Hebreo.

E não vemos, Srs, todas estas reflexões autorizadas por hua antiguidade? Porem se com toda esta multidão de noticias eu me tenho demorado, foi talvez em couzas menores do que vou a dizer.

Hera nos primeiros seculos do tempo, quando os Phenicios primeiro que todos principiarão a povoar as costas do mediterraneo navegando os mares de que herão vezinhos. A Africa e a sua Carthago; e Europa e a sua costa de Hespanha lhe devem seos primeiros povoadores, seos nomes dos rios, montes, e terras, que o tempo sempre respeitou com igual fortuna dos seos dinheiros, e pedras que fazem a honra dos dias prezentes. Dias augustos, em que descobrimos armas de bronze dos mesmos Phenicios! Que testemunho mais sincero \autentico/ quando a verdade evidentemente approva!

Mas que necessidade tenho de louvar as cousas antiguas quando de mais perto dellas recebemos influencias puras e luminosas dos primeiros Xéfes que as communicarão athe o dia de hoje em que renovo sua memoria?Taes são, Sñs, as pedras Phenicias onde se contem o que há de mais maravilhozo para formar a historia do principio Legislativo da nossa Nação, e conhecer a origem pura de muitos /fl. 6/ custumes actuaes, divizão das Jurisdições, autoridade e poder dos conselhos, ou camaras nos seos territorios, e o principal cuidado e obrigação que nelles exercião.

Apartai, Srs, de vossos entendimentos aquellas ideas que {que} a Justiça tirana e depravada por ambição se fáz horrorosa, impia, e veneravel.

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Deixai aquelle cruel monstro e aborto vestido de cordeiro, que com pretexto de defender a inocencia, he o seo mais feróz aggressor.

Vede agora a candura da primeira humanidade, a inteireza da sua vigilancia, e o dezapego de se nutrir com as dezordens dos homens. Que humanas intenções! Que páz publica? que segurança! e que efficacia em conservar o socego!

Ex aqui a primeira lingoa do homem hoje nos clama os primeiros juizos e decretos da natureza. A felicidade publica he a primeira Lei-Salus publica prima Lex-sit Lei fundamental que inda o Gentio não renunciou

Sim, com mais provjdencia ella está gravada em hum grande padrão mandado fazer pelo Concelho que prohibe altercar ou bulhar nos ajuntamentos da gente na jurisdição dos seos montes. Ah Srs. não vos parece este o caminho para chegar ao fim que se dezeja? Como se conseguirão o sossego publico sem se precaverem os meios \que o arruinão?/ Respeitaveis Legisladores, vós \praticos/, soubestes conhecer por onde se chegava ao fim do socêgo do homem; prevenistes, as occaziões, e conservastes vossos montes tam graves, que muitas cidades que hoje usurpão o nome de polidas, para bem o merecerem, inda lhe falta imitarvos. Que gente aquella, Sñrs.,! Gente Civil, e cortêz que praticava nos montes, o que hoje se não conhece \muitas vezes/ nos nossos lugares Sagrados Lugares. E se cuidará inda que os primeiros homens herão simples? Não, Sñs., as suas Leis não estavão escondidas, nem se vendião; elles as fazião publicas e eternas nos dias dos Seculos, e todos as vião assim como as vião, tambem sabião ler para as guardar.

Athequi chega o zello dos Legisladores quando só pertendem que o homem seja feliz, e não fazello injustamente Reo de hũa Lei escondida (riscado) embrulhada em sombras. Os primeiros homens mais illustrados, e menos /fl. 6v/ e menos presumidos, mostravão assima a todo o passageiro nas entradas dos respectivos districtos as Leis dos seos territorios. Governos praticos, quanto differia daquelles filozofos que não sabendo arranjar suas cazas querem desgovernar as de todos!A segunda pedra contem outra Lei em que se manda aos que transportão fazenda ajudem a aplanar o caminho do monte. Nella se vê como os Phenicios seriamente cuidavão na publica felicidade zelando os caminhos para a communicação dos homens, o que prosseguirão os Romanos, sem que extorquissem dinheiro dos pobres para outro fim o dinheiro das gentes debaixo de hum pertexto que nunca se cumpre.

Não herão Senhores, estes primeiros homens gende de provar a paciencia nem nos despachos de requirimentos; não pertendião que o aggressor tivesse algum direito de offender, e o agravado o perdesse na propria defeza ou na honrada sociedade humana. Portanto mandavão ali prender Deter logo qualquer criminozo o que hera indigno da \não merecia ter/ liberdade Vede Senhores que antigo he mandarem os Superiores e o obedecerlhe. Envergonhense aquelles delirantes que hoje no mundo [...] o systema de igualdade, e não contentes com a sua sorte envejão a dos mais, pervertendo o respeito da natureza, a veneração as Jerarquias da Jgreja, e republica, o decoro ao mericimento, a estimação as pessoas, a caridade ao proximo, em hũa palabra querem fazer hum mundo filozofico povoado de confusões, e governada por dezordens.

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Entre estas leis eu ajunto outra da humanidade seria que se ve escrita em hũa pedra onde \debaxo da qual havia hum estoque de bronze/\e nella/ se gravou hũa seta e dis que o concelho militar daquelles montes por aquelle sepulchro a hum benemerito Militar Thenham (?). Já he claro que cada concelho \districto/ tinha os seos militares sua tropa para defender e servir promptamente.

Conhecimentos pomposos, especies brilhantes nada falta para nobrecer a antiguidade destas pedras quando outra do primeiro Grego inda \mixto/ com alguns caracteres Phenicios dis que Beja foi cultivada \e povoada/ pelos Assyrios.

Ex aqui hum sabio \autentico/ resto do governo do primeiro genero humano tam Sabio que em padrões publicos gravava as Leis para todos as verem. Leys de estillo tam puro, que os mesmos Romanos o imitarão nas suas 12 Taboas

E que fizerão estes homens que escreverão para sèculos e milhares de annos, se ninguem os entendesse? Não, Srs, o ardor do seo espirito não podia subministrar rasgos mais nobres e magnificos para a posteridade respeitar o maravilhozo modo com que se governarão os primeiros homens no mundo./fl. 7/ \pensamento sonhado/ Eu me honrei thegora honrando a antiguidade, e deixo este seculo á posteridade, e a posteridade neste seculo.

Agora, Srs., demoremosnos naquelles primeiros dias superiores aos que lhes succederão, no ingenho das Artes, na perfeição das Jnscripções, das noticias dos Governos, riqueza e fortuna do paiz, das cerimonias dos Ritos, da precioza Memoria dos Martyres, e da vitoria da Religião. Aqui, Snrs., aqui que notavel traço da antiguidade desta florentissima cidade me contribue materia para hum magnifico quadro se o tempo e as forças do meo ingenho me não faltarem?

Eu falaria de huns homens que nas suas obras verão \antevirão/ de longe os dias de muitos seculos, e que para elles se preparavão com ingenhozas artes. Eu vejo estas ruinas subterraneas que fumegão grandeza na idea, perfeição na arquitectura, riqueza no adorno, em que se pode estudar o uzo das artes, e para recopilar tudo junto: esta Beja inda rica de preciozos monumentos de inscripções, e estatuas, e edificios, e que há muitos mil annos inda não cança em as amostrar. Cidade affortunada que deve toda a sua grandeza ao cuidado com que S Exa. guarda seos restos, em que se admira o passado, e estimasse o descuberto, e dezeja-se o que se não goza. Suas maravilhas interrompem seos elogios. As couzas preciozas se perdem quando se não estimão, e confundem com as despreziveis. Oh quizesse o Ceo que a esta franqueza correspondesse a curiozidade dezenteressada buscando os escondidos despojos.

Beja, não disse couza algũa da tua grandeza sepultada, se algum dia te vir a lúz, então folgue minha alma, se houver quem avance esta barreira.

Porem tempo he ja, Sñrs., de que na lição das Jnscripções não só se \conhece a historia/ se conhece, a verdadeira ortographia de escrever; mas tambem a fabula do Paganismo pela qual se illustrão muitos lugares da Escritura. O nome do Seholo Thamuz em Ezechiel, S. Jeronimo o tira da fabula de Adonis, e da mesma vertem Theodocreto (sic), e S. Cyrillo o

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Capuit. 18 de o texto do Capit. 18 de Jsaias = qui mittit in mare legatos, et in vario papiri super aquas. o que inda no tempo deste ultimo Padre praticavão os Alexandrinos. S. Jeronimo na carta a Magno orador prova que na Escritura há muitos lugares tirados pela noticia dos Gentios. Nomes mo convem Theodoreto nos 10 Livros do Cuidado dos Estudos Gregos, e Euzebio, e Sto. Agostinho nos livros /fl. 7v/ Eu falo aqui de hum verdadeiro Christão que não tem outra guia mais que a Religião, que não segue outras Maximas que as do Evangelho e que seguindo não o seo interesse, mas a sua obrigação, e referindo todas as couzas ao seo principio conserva a Religião pura, e acha a Deos pois o busca por elle mesmo. Se vos lembrares do povo de Jsrael direi com a sagrada Escriptura que não só detestava os Jdolos do Egypto; mas tambem levou o ouro e alfaias por authoridade Divina para o serviço do Deos verdadeiro. Assim não há só na Gentilidade mentiras e fingimentos que devemos detestar; mas tambem artes liberaes para o uzo da verdade, e uteis preceitos morais, em que se achão alguns a respeito de adorar hum só Deos. Estes deve o Cristão recolher para o uzo do Evangelho, como preciozo ouro e prata, não feito por elles, mas depurado dos metaes que a Divina providencia semeou por todas as partes, e que elles injuriozamente abuzão para obsequiar o Demonio.

Que dourada eloquencia em S. Cypriano alma da erudição e Martyr de Christo. Quanta brilha em Lactanceo? Victorino, e Hylario? Moyséz mais antigo \que sendo/ instruido em toda a siencia dos Egypcios \caminhou para a contemplação de Deos/ faz concluir que se não ha de regeitar a externa erudição da Escriptura.

Os tres Mancebos, como refere Daniel, \e elle mesmo/ forao eminentes nas siencias a todos os chaldeos sem deixarem de penetrarão as doutrinas Divinas.

Origenes asim empenha todo o seo zelo na Homil. 2ª do Exod.

Eruditio ista communis rationabilis scientiae omnes instruit, omnes fovet, siquis in ea virilis animi fuerit, et voluit coelestia quae (?) rere, et Divina sectari, veluti medicatus et fotus per ejus modi eruditiones, ad divinorum intelligentiam paratior venit.

Deixo aos estudiosos S. Jeronimo na expozição do filho prodigo, e passando a S. Basilio na expozição de S. Paulo aos Corinthios cap. 8. v. 1. podereis sondar nelle suas intenções./fl. 8/ Jn libris gentilium, veluti in umbris quibus dam et speculis, oculos nostros aliquandiu exercitabimus, eos immitantes qui in gymnasiis se exercent, et manu pede que instructi, postrorodum utilitatem, ex qjus artis disciplina, legitimo certamine reterunt: et nobis quoque proponi certamen maximum arbitrari aportet, et omnibus viribus ad hujus preparationem laborandum.

Por tantos motivos devemos uzar de todos os escritos donde para a edificação do espirito nos provenha utilidade.

A immitação dos tintureiros \como dis hum Sabio/ que com certos preparos compostos dispoem para a cor: assim nós primeiro dispostos com taes exteriores, facilmente entenderemos varias couzas sagradas. Hũa profunda intelligencia faz ver que hinda que não concordemos com os

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gentios a sua noticia muito aproveita; \e ao menos/ poes conferindo-os, se pode distinguir a differença; por que a comparação do inferior para o milhor não he de tam pouco quando muitas vezes as couzas pequenas juntas fazem ornato ás maiores.

Estas reflexões duplicão o ardor da materia ao modo das folhas que ornão os ramos, inda que destes pendão fructas formozas. A mesma \siencia/ alma que he o mais delicado fruto, sendo rodada de \erudição/ siencia exterior, esta como ramos e faz agradavel a vista.

De tudo isto, Srs., conheço que não vos posso dar mais nobres ideas das que vós mesmos tereis formado destes Heroes. Elles abrirão o caminho mostrando-nos a certeza do fim sem se depravarem nas siencias. Como abelhas que utilmente vizitão as flores tirando só dellas o seo melificio, assim devemos uzar do estudo da fabula que nos for proveitoza, rejeitando o innutil, como espinhos das flores que colhemos.

E que util he ler os Escritos dos Gentios para com elles confirmar Santas verdades, e tirar provas dos inimigos a nosso favor? Desta sorte como dis S. Bazilio a Religião Christam se \autoriza/ nas siencias externas, como as vides em diversos esteios. Tal he a Carta de Plinio a Trajano 2; 6. 10. (?) a respeito do carater do christianismo em \onde/ descreve aos Christãos ligados com sacramento para não fazer mal, nem furtos, ou latrocinios, adulterios, perfidias, ou negar suas dividas a seos acredores. Que victoriozo credito dado pela boca da Sagrada \nossa/ Religião tirado da confição escrita por nossos \seos/ inimigos?2 /fl. 8v/ Que admiravel estudo das Jnscripções dos Gentios! Em cada hũa dellas se encontra hũa faisca da rezão natural. Que Luminozas impressões fazem na alma, e que fecundidade nos pensamentos os Epitaphios sepulcraes! Nelles se ve arraiar a Luz da immortalidade da alma, e a existencia da Divindade que lhe prezide. Ali aparece o premio figurado nos campos Elisios, e o suplicio no Tastaro (?), como disse Virgilio.

Haec Manes veniet mihi fama subimos

Ali recalca a expiação e suffragios pela alma do cadaver a quem o respeito natural, o amor mais firma, a gratidão mais reconhecida, e a caridade mais terna \a saudoza/, eternizasão do modo mais grande reciprocas Memorias desde as entranhas athe a face da terra.Já vedes, Srs., brilhar nestas pedras os fundos de Religião unida com os effeitos da natureza mais santa pura.

Zombe Voltaire das sagradas expiações confundindo-as com as dos incircumcizos; que se \estes/ errarão pelas não saber santificar: eu me compadeço mais de hum homem que não se conhecendo, nem vio entre si a Luz que o cercava. Cegueira fatal deste seculo, que athe arruma os espiritos insensatos no triste estado \canto/ de serem criticos dos talentos alheios sem conhecer a fraqueza dos proprios. Fraqueza em tudo desprezivel sem talento para conhecer os talentos provados. Mas deixemos lhe a gloria de quererem por afrontarem \deshonrarem a mesma gloria/

Talvez, Snrs., \§/ cuidareis que está distante o triunfo da Jgreja pelo testemunho dos Martyres? Entremos nos seos retiros, e achallos heis sempre victoriozos. Esses Jmperadores carniceiros, Monarchas Jmpios,

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homens dissolutos tudo maquinarão, nada se lhe escondeo para extinguir o Christianismo. No meio desta presumpção, levantão padrões gravando nelles imaginarias victorias, e consumão seu erro com sacrificios horrendos.

Não se vos figure, Snrs, que a Jgreja estava extinta ou tam pobre como hoje seos filhos ingratos a dezejão fazer. Esta alma casta nunca teve mais certa sua victoria do que no mais cruel perseguição \sanguinolento combate,/ nem será mais rica e opulenta do que a inveja, e ambição tentar saquealla. Ah! ex aqui a abominação no lugar Santo. Qual he o delicto que cometeo nossa May? Acazo he por nos lavar da mancha, recebernos nos seos braços apenas nascemos; ensinarnos a Ley da Salvação, e orar por nossas fortunas e almas, e socorrernos nas \em/ nossas nececidades, a cujas portas então sempre himos bater? Se fosse hum inimigo, hum Jdolatra sobre quem não resplandeceo a luz do Evangelho que fizesse esta affronta o golpe não seria tam sensivel: mas os geradores na Jgreja, /fl. 9/ filhos da adopção, e herdeiros do ceo, e participantes da graça: aquelles a quem Christo fez carne da Sua Carne, ossos dos seos ossos, e Sangue do Seo Sangue, e se os membros para os unir mais inteiramente a si! He possivel que sejão estes os que tentem reduzir a mizeria os Ministros que sempre orão por elles, e são os instrumentos e medianeiros por quem o Sñr. chama a todos para o seo Reyno! Ex aqui o que me fez interromper as persiguiçoes antigas da Jgreja minha cara May, que vou continuar. Depressa o Jmperador Diocleciano Solicita deixar á posteridade hũa eterna Memoria do seo engano gravando a vam gloria de ter extinctos os Cristãos. Este padrão que faz mais honra \ao cristianismo/ do que fez de improperio \vilipendio/, nós o devemos aos Antiquarios, que acrescentarão novo splendor a Religião onde se conhece o que o ceo fez pella Jgreja, e esta por elle. Na verdade o sangue dos Martyres sempre foi semente do Christianismo. E se o tempo, e depravação de doutrinas tentão offuscar verdades Santas, os Antiquarios, como Anjos de Deos deputados para renovar sua gloria, buscão, descobrem, e guardão preciozos momentos tam duraveis como os dias do mundo.

Adoravel expectaculo me offrece o cuidado dos dias de hum Antiquario! Sigamos com effeito os passos que se encaminhão a saber as couzas occultas, e a resplandecer a Religião Sagrada. Vejamos quando esta alma privilegiada na sua carreira entre muitos sepulcros abre hum onde descobre inocentes ossos penetrados de ferros, o vazo com sangue, e os instrumentos da final separação postos aos péz. Elle ve tambem as pedras, reconheceas, e lendo a Memoria, se arrebata com suspiros \prazer/ dá graças ao ceo pelo deixar descobrir hum gloriozo cadaver em que o cheiro da santidade se gosta. Taes dão os sepulcros dos Martyres onde se pode estudar o preço \da vida eterna,/ a decencia e zelo, que honra aos que deixarão estes sagrados depozitos, cujo preço reconhecem os Sabios, e he recompensado por Deos. Eu, Snrs, confirmo este pensamento com o que vi em Roma deste genero de descobrimentos asim da antiguidade sagrada, como profana. Mas não hes tu unica Roma, hũa nova vai edificando S. Exa. nesta cidade de Beja onde ja \dois/ antigos padrões se lem em que se faz piedoza Memoria de Sacerdotes recomendaveis Sacerdotes. Nunca ficarão, Srs., sem satisfação do Ceo tam saudaveis diligencias Ah, Sns., neste paiz onde, sem affetação, direis que podemos beijar o chão, muitas e muitas vezes regado com o sangue de Martyres, que em tantas sanguinolentas

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perseguições o derramarão: quantas destas maravilhas Sagradas terão sido desconhecidas por falta de curioza diligencia?/fl. 9v/ A ignorancia não guarda tudo o que pertence a Jesus Christo, e a Seos Santos, a Seos Altares, e a seos Ministros; os quaes ordinariamente o mundo só estima por qualidades bem fracas, olhando muitas vezes por innuteis, abatendo asim o Sacerdocio de Jesu Christo, e passando assim da pouca estimação do Ministro ao pouco respeito do Ministerio \, e desprezo das couzas Sagradas./

Eu não me atrevo a vista de hum sepulcro, fatal jazigo das cinzas humanas, a face do ceo e da terra Tirar vaidades do seculo, mas sim instrução para os costumes e siencias, dezengano da vida, e gloria à Religião. Nestas curiozas \uteis/ solicitações aparecem monumentos de tal arte e siencia; que quanto mais engenhoza em se occultar, tanto mais os curiozos devem ser attentos em as descobrir.

Eu bem sei que a S. Exa. se deve há muito tempo, o ouvir retumbar com respeito o nome da Antiguidade no Alentejo. As suas diligencias fazem admiração na Europa, e queira Deos que todos se imflamem em a descobrir attentamente sem que os tenhão intereçadas intenções, que com sinistros pretextos soffocão grande honra de Portugal, e esplendor da Religião.

Eu devera tambem tratar da outra parte do estudo do Museo que he a Natureza. Mas depois de S. Exa. ter escrito com a mais alta Sabedoria sobre os estudos Fizicos do seo Reverendo Clero, tenho a honra de repetir compendiozamente a sua \Descobre a cabeça/ a Sabia e Religioza vóz = A natureza tudo fala entre si com consonancia, que bem merece toda ella nossos cuidados. O entendimento nestes assumptos he gloria para Deos, he ruina da ociozidade, Sabedoria que recomenda as pessoas dotadas desta virtude, e utilidade para o publico. Justamente se emprega que ve pela natureza, e respeita a providencia Divina. S. Bazilio dis que hum feno e qualquer herva, pode exercitar toda a alma meditando sobre a arte que a produzio. Os homens Apostolicos tam bem uzão de conhecimentos naturaes para servirem a seos pensamentos de doutrina Religioza = Esta vóz de S. Exa. eu lhe chamo voz prodigioza: vóz que depressa se faz ouvir no meio do fundo do coração humano: vóz formidavel que, fará desmaiar toda a contradição. O estudo das produções /fl. 10/ da natureza depois de ter sido hũa virtude util, passa tambem a ser hum exemplo de zello. Assim se evita a Jgnorancia em huns, e a superstição em outros. O povo groceiro se submerge na ignorancia por que não sabe: os ricos perguiçozos se entregão ao ocio tanto mais livremente quanto menos sabem. Porem o Eccleziastico que conserva o seo esplendor, já não ama couza mais respeitavel que os descobrimentos \da oculta/ verdade. oculta. Pela siencia da Natureza o Eclesiastico se prepara para aparecer no mundo. Ex aqui hum homem cujo coração he o centro do saber. Nelle se vem dois corações unidos, que só a ignorancia sepára. Lembrando do que deve a si mesmo, não se esquece do que deve ao proximo. Os seos dezejos ordenados são a regra da sua conducta; e por que hum util trabalho lizongea seos cuidados; elle se faz autorizado para os fertilizar. Elle produzirá aquelle segredo que está nos Lyrios do campo, que crescem com natural liberdade. No silencio do seo estudo ouve a maravilhoza natureza; nada se demora em lhe aparecer, tudo vem a sua prezença. Que expectaculo! Aqui vejo hum homem zelozo que

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trabalha em entender o que vê, hum amigo da vida que ajuntando em si reflexões de experiencias, avança pela numeroza siencia da vida. Já com hum concelho maduro descobre desconhecidos segredos do bem e do mal. Que falta, Srs,! Se não que vos peça o mesmo que a natureza vos está rogando.

A que alegre narração me conduz naturalmente o meo objecto!A verdade declara-se, e a rezão triunfa. Que maravilha! Quebremse,

quebrense as prizões que hũa afrontoza ignorancia faz olhar com desprezo a siencia da antiguidade Natureza, e Antiguidade Deos Jmmortal! Esqueça-se a minha mão direita que isto escreve, se eu me não lembrar de vos.

Eu bem digo ao creador pelos conhecimentos que alcanço das suas esculturas admirando as graças e enLeios com que tece a Lei da Natureza, e por ella reconheço hum Deos que adoro.

Quanto minha alma me arrebate nos immensos espaços do ceo que me cobre, tanto se abysma admirada no contrahido mais minimo que prizão meos pés. Tudo o mais miudo na sua combinação e contextura me experta a idea de grandeza infinita. Eu bem digo ao Creador pelas suas creaturas admirando as graças e enLeios com que teceo a Natureza, e por ella reconheço a existencia de hum Deos que adoro.

Quando vejo os Jdolos quebrados e mudos, então bemdigo o meo Redentor, e respeitando seos Divinos prodigios os instrumentos da firmeza dos Martyres, os monumentos dos prodigios da Religião, e da confuzão de seos inimigos: /fl. 10v/ de seos inimigos, então por eu não nascer entre Nações cegas, e viver na Jgreja com tam grandes Luzes, agradecido a tantos bens bemdigo o meo Redemptor.

Quando noto nas Jnscrições dos antigos Barbaros a Luz da Divindade, a esperança da vida eterna, a industria das siencias Naturaes, e suas bellas Artes, e virtudes moraes, e tudo isto escutado da natureza que Deos deo ao homem para se justificar: então eu bemdigo ao Eterno por abençoar suas obras que todas mostrão \apregoão/ a gloria de Deos. \Levantado/

A vista de tudo isto eu lhe rendo infinitas graças por tão prodigiozos conhecimentos com que me illustra que confeço dever só á sua piedade. Que incomprehensiveis vossos Decretos! Eu adoro nelles impenetravel providencia, só por este instante que desde a vossa eternidade marcaste no circulo do tempo, para eu vos louvar no prezente.

Logo, Srs., vede se justamente devemos abraçar o estudo onde a instrução do entendimento, o esplendor da doutrina, e o triunfo da Religião tem a conveniencia mais util. Aproveitaivos, Sr., de hũa occazião que a grandeza de S. Exa. vos offrece. A vossa diligencia decidirá a recompensa de hum bem de tanto proveito. Deixai ao espirito levarse aos ultimos conhecimentos, e ver com hum gosto virtuozo aquella historia da antiguidade, descobrir novas verdades, penetrar segredos, e conhecer a industria do engenho humano engenho. Deixai a rezão aplaudirse da sua vitoria, afirmarse nas santas verdades do triunfo da Religião, levantar os seos trofeos sobre os inimigos vencidos. Deixai a creatura conhecer o seo Creador pelas maravilhozas luzes da natureza nos brilhantes dos seos chrystaes, na sua armonia, e naquelles descuidos onde a negligencia mais casual contem maiores admirações onde o mesmo desfigurado he a mais

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engraçada e encantadora figura. Hum descobrimento prodúz mil descobrimentos. Hũa utilidade Lizongea. Hum trabalho recompensa

Sagrado Prelado que na cadeira Apostolica com viva e Evangelica eloquencia consagra disvellos immortais pella instrução da sua Dioceze, V. Exa. purificará os erros do meo Discurso.

Ouvintes Pacenses que experimentais os effei paternais effeitos do seo exacto zelo, entoai canticos de aplauzos já quanto tão bem \para vós/ encaminha suas ideas.

Évora, 2002

Segue-se um parágrafo completamente riscado e de impossível leitura.

Segue-se linha e meia completamente riscada e de impossível leitura.

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MUSEUS PÚBLICOS E LITERACIA3

Ana Luísa Janeira

A exibição para um público empenhado, ou as formas de manipular com habilidade circuitos fúteis, ao associar a demonstração divertida, os salons éclairés e os Gabinetes de Curiosidades, concorreram para uma globalização, com raízes remotas nos Descobrimentos - Renascença e com condições próximas às do Iluminismo - Enciclopedismo, aspectos também muito presentes nas intenções atribuídas às colecções pacenses - eborenses, ao longo da correspondência que as descreve.

As Naturalia servem sectores cultos, alertados para a necessidade de reunir e de mostrar objectos, com o fim de aumentar a curiosidade, a atenção e a expectativa, ou levando sugestões de uma ciência, mesclada de sociabilidade mundana, aos sectores menos esclarecidos das elites sociais. E que servirá ainda para situar espaços e tempos específicos ou não, onde o gosto de saber se associa ao prazer, aquando da apresentação de objectos e de fenómenos, como parece acontecer em Frei Manuel do Cenáculo.

O Empirismo e o Racionalismo assumiam o estatuto de sistemas globais de pensamento, com foros de movimento social de opinião, porquanto contavam com sequazes cientes de que os produtos científicos materializavam um adquirido civilizacional com características dignas de propaganda. Esta propaganda, canalizada para aumentar as condições de adesão e de desenvolvimento das ciências, beneficiava uma cultura mais eficiente e uma felicidade mais real, o

3 Primeira parte de um conjunto que foi publicado inicialmente em htpp://www.triplov.com/ana_luisa/colecções.html, 2003. Por isso, agradece-se ao htpp:// www.triplov.com a autorização para esta publicação remodelada.

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que parece evidente nos intuitos pedagógicos aliados à instrução do clero.

Aspecto integrado na tradição particular do catolicismo que sempre defendeu a importância de uma pedagogia associada ao estudo da Criação, para quem quer enaltecer o Criador. Por outras palavras, esta corrente defende que, numa propedêutica do sentimento religioso, a ligação aos entes naturais constitui uma via excelente na demanda da divindade, como fora vivido pelo criador dos mendicantes, porquanto o mundo cósmico comporta caminhos para a transcendência.

Logo:

- o Museu de Beja destina-se prioritariamente ao clero diocesano;

- do ponto de vista social e apesar de provinciano, este clero faz parte de uma classe que se identifica com a guarda avançada de uma elite;

- elite que não deve esquecer o progresso cientifico;

- também por isso, o clero é um agrupamento de fiéis para os quais o discurso da natureza serve o discurso de fé, do ponto de vista religioso;

- assim sendo, a oração tem uma conotação religiosa que não deixa, por isso, de ser cultural.

A colecção uniu o antes e o depois daquilo que só emerge mais tarde. Pois são os museus das ciências e os museus das artes, como instituições separadas, que acabam com a configuração epistémica que havia originado os gabinetes de curiosidades. Gabinetes de curiosidades que retiravam a sua condição de possibilidade dentro de uma épistémè onde prevalecia a analogia entre a criação divina – na área da História Natural – e a criação humana – no campo das Artes –. Por isso, reuniam lado a lado: seres naturais, objectos

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artísticos e objectos artísticos criados pela acção humana exercida sobre os seres naturais.

Neste horizonte epistemológico, as curiosidades revelavam uma relação entre dois termos: por parte do sujeito – sou curioso, estou curioso, tenho curiosidade –; por parte do objecto – sou curioso, sou curiosidade –.

Relação cuja especificidade comporta o leque de semelhanças e diferenças entre o amador e o profissional.

A colecção como um semióforo de Walter Benjamin. A colecção entre o saber e o domínio do conhecimento científico sobre o saber. A colecção entre a arte e o domínio da produção artística (perda da aura) sobre a arte.

Situação que vai inscrever no urbanismo de Viena uma representação paradigmática ímpar, dado o seu simbolismo: a estátua monumental da Imperatriz Maria Teresa, entre o Museu de História Natural e o Museu de Arte, separando-os. O saber - poder moderno dividindo as águas.

O processo que acabava de nascer, veio a comportar alterações: das museologias do objecto às museologias do visitante, passando pelas museologias do saber.

Logo:

- no princípio, tudo se dirigia para o objecto, enquanto a vitrine o recebia como o seu lugar maior;

- depois foi o conhecimento que mobilizou a montagem, numa imensa preocupação em torno do conhecimento;

- hoje é o visitante que surge como o alvo supremo, convidado a uma intervenção participativa.

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- estas mudanças foram acompanhadas pelos elos que foram intervindo na transformação: uma lógica discursiva (estrutura enunciativa), uma lógica espacial (ordem das coexistências) e uma lógica gestual (configuração das performances).

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A Oração Inaugural4, pronunciada em Beja, a 15 de Março de 1791, constitui um documento - testemunho de primeira grandeza sobre as circunstâncias envolventes e as ideias mobilizadoras, onde emergem as condições de possibilidade de um evento, considerado pivot inaugurante.

O facto do manuscrito não estar assinado favorece o seu lado misterioso e não menos intrigante. O anonimato contribui ainda para qualquer substrato de vox populi, entenda-se representação generalizante das ideias de uma determinada época, pese embora as hipérboles e encómios veiculados por expressões predominantemente apologéticas.

ORAÇÃO INAUGURAL

Como o nome indica trata-se de uma oração. À boa maneira da época havia inícios que mereciam ser assinalados por orações. Isso acontecendo, do religioso ao profano. Tenha-se presente, como as próprias academias sabiam usá-las a contento, como prova a Real Academia das Ciências de Lisboa, sob a pena e a voz de Teodoro de Almeida.

Caso que mostra como os modernos continuam a procurar a sacralização e o aparato das cúrias, apesar de se confessarem abertamente anticlericais. Assim, os tempos modernos propagam uma panóplia de ritos provindos de ciclos eclesiais, convertem-nos em signos ou em espectáculos e motivam sinergias que retiram imagens de origem no baptismo. Que o digam as festas republicanas propagadas pela Revolução Francesa.

Acrescente-se, ainda, que faz parte da categoria de discurso fundador, mais especificamente, discurso fundador pertencente ao género englobante da oratória e à espécie determinante de uma função de tipo institucional. Na verdade, corresponde ao estilo comunicativo erudito, ao procurar colher a

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Oração do Muzeo. Dita a 15 de Março de 1791 em Beja com grande aplauzo, Biblioteca Pública de Évora, Manizola, Cod. 75, Nº 19. Devem-se à Dra. Alexandra Nascimento, ESEB, as diligências para a transcrição desta oração.

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adesão empolgada da assistência por via de maneirismos favoráveis à perceptividade emocionante do ouvir.

Munindo-se, para o efeito, de uma história integradora, onde a singularidade do acontecimento faz elo com cadeias multi-seculares que a precedem, ao mesmo tempo que dispara para garantir a solidez institucional futura.

Contexto que favorece a palavra prolixa e a desmesura das autoridades citadas, ao mesmo tempo que articula labirintos, elaborados aquém e além de sucessões com redundâncias e destinos; as quais recorrem quer a factualidades merecedoras de memória, quer a alusões de somenos importância. A ponto de parecer que o autor não distingue devidamente entre a referência histórica que merece ser perpetuada e a recordação de valor menor, ou até sem qualquer valor.

A sonoridade da voz procura efeitos de apologia, quando discorre sobre os termos do elogio, onde todos se associam conformes, mas que, nem por isso, é considerado supérfluo. Muito pelo contrário. A legitimidade da sua adequação retira sentido, insista-se, da circunstância de estar a ser dito, por forma eloquente, aquilo que todos são unânimes em proclamar, mesmo calados: a excelência da acção religiosa e cultural do Primeiro Bispo de Beja, «util sem interesse, virtuozo sem ostentação»5, é merecedora da mais excelsa homenagem pública.

O apelo à memória que encima o texto reflecte bem um período durante o qual a lembrança, corporalizada em património, instaura uma historicidade com pessoas e factos dignos de serem recordados, de molde a constituírem cabedais de cultura. São exemplo disso os espaços académicos:

«O trabalho com valor digno de ser lembrado, pelo que apresentava no presente e pelo que representava como exemplo(ar) para ser lembrado no futuro, tomou o nome genérico de Memória, pelo que as suas publicações são frequentemente designadas assim.

Além disso, exercitavam-se no Elogio do candidato a sócio ou do sócio falecido. Escolhendo sessões específicas, o colectivo dos académicos vincava os sentimentos de homenagem, complementados por publicações, onde mostrava (re)conhecimento.

Por elas, dizia-se com conhecimento de causa sobre as qualidades dos pares, de quem reconhecia o justificado valor. Paralelamente, difundia (con)tributos, ao reiterar quanto a instituição em particular e a sociedade em geral recebera deles contributos importantes, obrigando-se a tributos públicos. Muitas destas tradições foram perdurando, até hoje.

5 Quando não é assinalada a origem, as citações são da Oração Inaugural. Para não complicar a leitura do texto com mais erudição, não se assinalam as páginas de onde se retiram as citações, pelo que o local concreto de cada uma deve ser aferido na transcrição do manuscrito original, reproduzido anteriormente.

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Acrescente-se ainda que não deve ter sido sem significado que a árvore enciclopédica das ciências, das artes e dos ofícios, proposta pela Encyclopédie Française, inclua os ramos seguintes: a razão (filosofia), a memória (história) e a imaginação (belas-artes), identificadas com as três divisões do sistema figurado e com os três objectos gerais do conhecimento.

Na verdade, cabe-lhes a honra de serem escolhidas como ramificações primeiras de um tronco comum robusto - o entendimento -.

Paralelamente, é óbvio que concorreu para o ajoeiramento do que merecia ser lembrado, utilizando canais de comunicação tais que os resultados conseguidos, pela dinamização de Diderot e D’Alembert, foram a pedra básica do modelo de globalização, por onde o fim do século XVIII apostou com investimento e muita energia.» 6

Por isso é que não surpreende em nada que a pedagogia latente destaque como são de valorizar todos os meios apostados em «conservar as Memorias», que servem as «Artes, Sciencias, custumes, e Religião» e quem as serve, pois podem equivaler a fontes de mimetismo relativamente a personagens de outrora, dignas de imitação nas suas atitudes.

A que se acrescenta também um outro elemento, sugerindo a época que passa a conhecer os incómodos das teorias fixistas e já se propõe «correr a radiante escada da natureza», associando-se por certo à ideia no ar de uma scala naturae, quando anuncia a descontinuidade que virá minar a crença em espécies adémicas num paraíso imobilizador do que virá a seguir.

Sugerindo igualmente a mudança prosseguida por séculos vindos de trás, onde a exuberância dos Novos Mundos forçaram as estruturas do Velho Continente, exigindo reminiscências perdidas.

PÚBLICO E LITERACIA

«Muzeo = herão escollas geraes que se governavão por Mestres, e encerravão Livrarias com todo o genero de objectos em que se podia estudar. Ali, digo tudo, o milhor livro, todas as memorias dos tempos, todas as preciozidades raras da natureza, e do ingenho das siencias e artes dos homens se guardavão para nelles se aprender o que não convem ignorar.»

6 Ana Luísa Janeira, O lugar da memória na história do conhecimento e na comunidade científica e museológica actual, htpp:// www.triplov.com.

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E que determinam a necessidade de espaços, abertos pelas portas de um conceito inovador - o Museu Moderno.

«Na lição da antiguidade, Deos Jmmortal que superioridade. Que magnificencia! Que fundamentos para a Historia Sagrada! Que artes! Que conhecimentos das Regiões e Lugares! Que homens! Que artes! Que custumes! Que erudição sagrada e humana! Que imprevistas mudanças da natureza, e dezengano do mundo!Todas estas grandezas se comprehendem no Muzeo, e não direis que o seu estudo he somente o conhecimento da Fizica natural, dos saes, sucos oleozos, pedras, \petrificações/ christaes, Mineraes, Metaes, plantas e todas as mais produções maravilhozas da natureza: eu me esqueço de todos estes magnificos objectos, ou milhor eu os ajunto todos hum. O estudo do Museo he estudo de todas as siencias \para conhecermos a Deos e sua Religião, com utilidade nossa,/ donde provem fortes rezões para nos applicarmos a elle.»

É indiscutível que o discurso usa a palavra «Muzeu/Museo».

Se a usa é porque isso tem sentido no seu contexto semântico: quando se recorre a um vocábulo preciso, é porque se quer referir uma realidade precisa, e não outra.

Todavia cabe, no caso, à História e Filosofia das Ciências ir mais longe e medir da sua justeza conceptual. Por outras palavras, cabe-lhe aferir até que ponto a designação se ajusta ao conteúdo, ou se, mesmo que isso aconteça, se a realidade em causa seria coberta pelo termo, como o usamos na actualidade.

Reflexão que até não é difícil, porquanto o próprio texto revela uma mistura de realidades incompatíveis com os espaços do museu moderno.

«Com effeito, Snrs., que apinhoados conhecimentos me trás a memoria o nome de Muzeo. Elle nas producções da natureza me reprezenta a grandeza de seo Creador. \nos idolos a falcidade do gentilismo, e a verdade da nossa Religião./ Nas Jnscripções profanas, a erudição das lingoas, a historia dos seculos passados, e a noticia da fabula. Nas Sagradas Jnscripções a authoridade e poder de Moyses, as virtorias de Josue, os castigos dos impios, a fraqueza dos Jmperios, a alternativa da fortuna, o abatimento da prezumpção humana, o zelo e intrepidêz dos Martyres, e hum gloriozo argumento contra os delirios da arrogante filozofia, que duvidando das verdades, nega tudo por effeito da propria fraqueza que em si desconhece.Que bem! Que utilidade Santa! Quantos gozarão desta magestade nas letras! A quem deveremos tantas venturas?....»

Anote-se, pois, quanto o próprio texto parece apontar para a nossa hipótese de trabalho maior: esta Naturalia é uma entidade mediadora entre o Gabinete de Curiosidades renascentista e o Gabinete de História Natural oitocentista.

Comportando a necessidade de lidar com uma complexidade, síncrese para nós hoje, mas que se apresenta como síntese ao tempo. «o estudo do

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Museo» é útil («utilidade do estudo do Museo») e proveitoso («o proveito do estudo do Museo»).

«O estudo do Museo he hũa dispozição para qualquer homem ser completamente Sabio. Hũa raridade deve preparar o animo para outra raridade. Hera percizo que o Exmo. Sr. Bispo de Beja, de quem somos fortunados subditos, preparasse hum Museo para ver nascer ingenhos raros deste fecundo paiz. O ceo o destinou para ser o primeiro fundador do que elle foi o primeiro Mestre com grande estudo, e erudição muito profunda.Emfim chega o dia que o Altissimo predestinou do principio do mundo. Aparece em Portugal hum Heroe que só dá passos para honrar os Altares do Eterno, aparece brilhando no tempo da nuvem, como hũa estrella no meio das trevas. Eu busco desde os primeiros dias do mundo hum homem que em Portugal offrecesse hum publico Museo: busco-o entre o Monarcas, entre os Prelados, entre os Nobres e ricos. Porem innutilmente o busco. O Exmo. Sñr. Bispo de Beja he o primeiro que o conhece, e o primeiro que o faz conhecer. Elle he quem primeiro faz com groças despezas transportar das trez partes do mundo desconhecidas curiozidades, busca raridades da natureza nas entranhas da terra, e ajunta toda a antiguidade dos mais remotos seculos, e entre estas fadigas elle he o primeiro que faz ouvir em Portugal estas consolantes palavras. = Eu vos offreço hum rico Museo para que tambem estudeis nelle, meo disvello merece o vosso reconhecimento = Ex aqui aquellas coizas que estavão no meio de vós, e que vós não conhecieis, he hũa lúz de conhecimentos e de saber. Essas pedras quebradas, dinheiros pizados, letras desconhecidas, e peças dezenterradas são preciozos meios que conhecendo-os vós sabereis o muito que se ignora. Que glorioza, Sñrs., que glorioza vos parece aqui a Siencia e amor do nosso Prelado? Que singular privilegio vos parece termos tão preciozos conhecimentos dos quaes muitos carecem? O exceder os nossos antigos, e instruir os prezentes, o ser Prelado e amarnos mais do que Pai? Sim amarnos mais do que Pai. Porque que cousa há tam remota de toda a nossa utilidade que S. Exa. não tenha cuidado em dar e offrecer?»

Assim sendo, este espaço pacense recolhe, guarda, armazena, identifica e expõe objectos muito diferentes, das artes às ciências, para «entender Medalhas, e contemplar peças exquizitas na natureza na Arte, admirar as diversas produções da natureza, sua força ligada na perturbação dos monstros, e sua belleza na ordem perfeita.» Fá-lo, na sequência de uma colecta e de uma venda - compra, actuando a uma larga escala mundial. Existe, pois, um intercâmbio - comércio cultural de inscrições, medalhas ou fósseis, que faz parte da rede de saberes - poderes instituídos, onde Frei Manuel do Cenáculo ocupa um lugar de destaque, a nível nacional. Lugar que lhe vem de ser um alto dignitário da Igreja, uma personalidade cimeira da Academia e uma peça fundamental do Governo pombalino. Sendo, de facto ponto de intercepção entre esses três termos, é indiscutível que está capacitado para jogos muito destacados na estrutura portuguesa. Por isso mesmo, é-lhe possível reunir condições para fazer emergir inovações no contexto envolvente, ao mesmo tempo que as orienta para fundações com continuidade futura, muitas delas chegando até hoje.

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Como se trata de um coleccionador culto, munido de sensibilidade histórica e apetrechado financeiramente, pode estabelecer uma relação privilegiada com o Museu, e a partir deste com a sociedade. Na verdade, esta inauguração culmina um processo, onde ressalta a materialização de um estudo pessoal e a preocupação de o transformar num bem social, dado que o «Exmo. Sñr. Bispo de Beja he o primeiro que o conhece, e o primeiro que o faz conhecer».

A dimensão colectiva desta atitude integra-se nas características de outras iniciativas propostas pelo Iluminismo, quer em dinâmicas dirigidas para a conservação do passado, quer na preocupação de generalizar o acesso a esse passado. Nota-se, pois, como que uma responsabilização dos «Sábios», convidados a porem os seus estudos ao serviço dos demais. Aspecto que revela já o dealbar de um destino mais abrangente para o saber.

«Em hum Museo há hũa siencia que encerra todas as outras. Os Sabios a conhecerão mais claramente do que ao commum dos homens he permitido, e com tudo este conhecimento he raro. Os Sabios o respeitão e venerão, inda que não se possão aperfeiçoar. Quanto mais elles estudão, tanto mais dezejão saber. He hum labyrinto de encantos em que a rezão se acha e a alma se illustra, e a Religião triunfa.»

Neste momento, tem significado orientar a descriçãoisa no sentido de averiguar o «labyrinto de encantos», onde se articula «a rezão», «a alma», «a Religião», porquanto passa por aí o caminho para elucidar a definição do público-alvo. Neste particular, Frei Manuel do Cenáculo, intervém na sua qualidade de Bispo e na sua qualidade de Cidadão: o Museu abre as portas para intervir na formação do clero, ou seja, no sentido de contribuir para um clero moderno. Isso acontecendo, porque a alma não pode esquecer a razão, mesmo quando instrumentalizada para a religião. Ou seja, a actividade anímica – nas suas vertentes sensorial, intelectual, volitiva – não pode ser protelada, mesmo quando se desenrola sob a dominância da razão. Todavia, ela não é soberana, mas deve funcionar em prol da religião.

Logo, o Museu Pacense assenta num pressuposto filosófico dominante apetrechado por:

- uma cosmologia analógica = a Criação retrata o Criador, tudo está em todos. Logo, o Museu Pacense aponta ainda para uma literacia museológica precisa que coloca as ciências ao serviço de: - uma pedagogia global = o conhecimento de qualquer ente da História Natural e da Filosofia Natural ajuda à elevação até ao Ser.

Logo, o Museu Pacense postula finalmente que os pastores eclesiais precisam de:

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- uma didáctica específica = a mensagem da Boa Nova requer o contributo adequado de uma catequese, apetrechada por conhecimentos fornecidos pelas Ciências da Natureza.

Se o Clero deve representar uma classe ilustrada, suprema maneira de ser exemplo para o Povo de Deus, cabe-lhe uma literacia multifacetada, conjugando a Cultura e a Natura. É neste contexto que a visibilidade museo - gráfica dos signos, «faz agradavel a vista», contribuindo para um espaço - espectáculo, concorrendo ainda para uma melhor admiração do espectáculo da Criação e tendo como resultado sequente uma adoração mais fundamentada do Criador.

Mas além disso, concretiza-se, mais uma vez aqui, um efeito estratégico que resulta da articulação entre dois papéis maiores vividos pelo Reformador da Ordem dos Franciscanos e pelo Reformador da Universidade de Coimbra. Segundo esta perspectiva, o clero é somente um entre os destinatários que Frei Manuel do Cenáculo incentiva à mudança.

De facto, os pressupostos teóricos que norteiam este Museu contêm pontos culminantes de um projecto de vida vocacionado para a inovação. Por outras palavras, estamos perante conteúdos programáticos inovadores, criados por uma personalidade destacada e actuante. A qual teoriza e actua em favor de um projecto para revitalizar a sociedade. O que quer dizer: modernizar Portugal.

Modernizar Portugal, através de uma intenção predominantemente cultural.

Modernizar Portugal, através de uma intenção cultural, incluindo os «estudos Fizicos», a «siencia da Natureza».

Pontos subjacentes no modo expressivo como termina a Oração Inaugural:

- «Eu devera tambem tratar da outra parte do estudo do Museo que he a Natureza. Mas depois de S. Exa. ter escrito com a mais alta Sabedoria sobre os estudos Fizicos do seo Reverendo Clero, tenho a honra de repetir compendiozamente a sua \Descobre a cabeça/ a Sabia e Religioza vóz = A natureza tudo fala entre si com consonancia, que bem merece toda ella nossos cuidados. O entendimento nestes assumptos he gloria para Deos, he ruina da ociozidade, Sabedoria que recomenda as pessoas dotadas desta virtude, e utilidade para o publico. Justamente se emprega que ve pela natureza, e respeita a providencia Divina. S. Bazilio dis que hum feno e qualquer herva, pode exercitar toda a alma meditando sobre a arte que a produzio. Os homens Apostolicos tam bem uzão de conhecimentos naturaes para servirem a seos pensamentos de doutrina Religioza = Esta vóz de S. Exa. eu lhe chamo voz prodigioza: vóz que depressa se faz ouvir no meio do fundo do coração humano: vóz formidavel que, fará desmaiar toda a contradição. O estudo das produções da natureza depois de ter sido hũa virtude util, passa tambem a ser hum exemplo de zello. Assim se evita a Jgnorancia em huns, e a superstição em outros. O povo groceiro se

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submerge na ignorancia por que não sabe: os ricos perguiçozos se entregão ao ocio tanto mais livremente quanto menos sabem. Porem o Eccleziastico que conserva o seo esplendor, já não ama couza mais respeitavel que os descobrimentos \da oculta/ verdade. oculta. Pela siencia da Natureza o Eclesiastico se prepara para aparecer no mundo. Ex aqui hum homem cujo coração he o centro do saber. Nelle se vem dois corações unidos, que só a ignorancia sepára. Lembrando do que deve a si mesmo, não se esquece do que deve ao proximo. Os seos dezejos ordenados são a regra da sua conducta; e por que hum util trabalho lizongea seos cuidados; elle se faz autorizado para os fertilizar. Elle produzirá aquelle segredo que está nos Lyrios do campo, que crescem com natural liberdade. No silencio do seo estudo ouve a maravilhoza natureza; nada se demora em lhe aparecer, tudo vem a sua prezença. Que expectaculo! Aqui vejo hum homem zelozo que trabalha em entender o que vê, hum amigo da vida que ajuntando em si reflexões de experiencias, avança pela numeroza siencia da vida. Já com hum concelho maduro descobre desconhecidos segredos do bem e do mal. Que falta, Srs,! Se não que vos peça o mesmo que a natureza vos está rogando.A que alegre narração me conduz naturalmente o meo objecto!A verdade declara-se, e a rezão triunfa. Que maravilha! Quebremse, quebrense as prizões que hũa afrontoza ignorancia faz olhar com desprezo a siencia da antiguidade Natureza, e Antiguidade Deos Jmmortal! Esqueça-se a minha mão direita que isto escreve, se eu me não lembrar de vos.Eu bem digo ao creador pelos conhecimentos que alcanço das suas esculturas admirando as graças e enLeios com que tece a Lei da Natureza, e por ella reconheço hum Deos que adoro.»

- «Eu bem digo ao Creador pelas suas creaturas admirando as graças e enLeios com que teceo a Natureza, e por ella reconheço a existencia de hum Deos que adoro.Quando vejo os Jdolos quebrados e mudos, então bemdigo o meo Redentor, e respeitando seos Divinos prodigios os instrumentos da firmeza dos Martyres, os monumentos dos prodigios da Religião, e da confuzão de seos inimigos: de seos inimigos, então por eu não nascer entre Nações cegas, e viver na Jgreja com tam grandes Luzes, agradecido a tantos bens bemdigo o meo Redemptor.Quando noto nas Jnscrições dos antigos Barbaros a Luz da Divindade, a esperança da vida eterna, a industria das siencias Naturaes, e suas bellas Artes, e virtudes moraes, e tudo isto escutado da natureza que Deos deo ao homem para se justificar: então eu bemdigo ao Eterno por abençoar suas obras que todas mostrão \apregoão/ a gloria de Deos. \Levantado/A vista de tudo isto eu lhe rendo infinitas graças por tão prodigiozos conhecimentos com que me illustra que confeço dever só á sua piedade. Que incomprehensiveis vossos Decretos! Eu adoro nelles impenetravel providencia, só por este instante que desde a vossa eternidade marcaste no circulo do tempo, para eu vos louvar no prezente.Logo, Srs., vede se justamente devemos abraçar o estudo onde a instrução do entendimento, o esplendor da doutrina, e o triunfo da Religião tem a conveniencia mais util. Aproveitaivos, Sr., de hũa occazião que a grandeza de S. Exa. vos offrece. A vossa diligencia decidirá a recompensa de hum bem de tanto proveito. Deixai ao espirito levarse aos ultimos conhecimentos,

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e ver com hum gosto virtuozo aquella historia da antiguidade, descobrir novas verdades, penetrar segredos, e conhecer a industria do engenho humano engenho. Deixai a rezão aplaudirse da sua vitoria, afirmarse nas santas verdades do triunfo da Religião, levantar os seos trofeos sobre os inimigos vencidos. Deixai a creatura conhecer o seo Creador pelas maravilhozas luzes da natureza nos brilhantes dos seos chrystaes, na sua armonia, e naquelles descuidos onde a negligencia mais casual contem maiores admirações onde o mesmo desfigurado he a mais engraçada e encantadora figura. Hum descobrimento prodúz mil descobrimentos. Hũa utilidade Lizongea. Hum trabalho recompensa.»

Montemor-o-Novo, 2003

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A NATURALIA DO MUSEU DE ÉVORAE A HISTÓRIA DAS CIÊNCIAS EM PORTUGAL7

Ana Luísa Janeira Alexandra Nascimento

O iluminismo português conta, entre os seus maiores, com o vulto majestoso de Frei Manuel do Cenáculo, bispo de Beja e depois arcebispo de Évora. Um coleccionador singular.

Apesar do Museu de Évora ter tido origem nas colecções de Cenáculo (Pintura, Numismática, Arqueologia, Escultura) a Naturalia, que dizem ter-lhe pertencido, permaneceu até hoje inacessível para o público. No contexto da renovação deste museu, pretende a direcção torná-la pública.

Cabendo-nos a investigação que permitirá integrá-la no conjunto dos objectos museológicos, parece interessante enunciar a importância desta colecção para o conhecimento cultural e científico em Portugal durante o séc. XVIII. Embora incompleto, este património pode revelar a transição entre o coleccionismo ingénuo e o coleccionismo científico, pois, ainda que assente na memória dos Gabinetes de Curiosidades, já denuncia a tendência para uma organização racional dos objectos científicos, com uma expressão próxima do Iluminismo - Enciclopedismo.

7 Desenvolvimento do texto básico da comunicação apresentada no XXI International Congress of History of Science, Cidade do México, 2001. Versão parcelar publicada em Ana Luísa Janeira; Alexandra Nascimento - A colecção Naturalia de Frei Manuel do Cenáculo. "Atalaia-Intermundos", Lisboa, (11-12), 2003, 49-54. Para publicação pelo Centro Simão Mathias de História da Ciência, PUC-SP. Agradece-se à Revista e ao Centro as autorizações para esta publicação.

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Os exemplares que se pensa terem pertencido à Naturalia de Cenáculo são sobretudo do Reino Mineral (minerais, rochas e uma diversificada colecção paleontológica).

Do Reino Animal por razões de conservação, encontramos apenas alguns exemplares, como o tatu, fragmentos de animais superiores, sobretudo peças esqueléticas e conchas de moluscos.

Uma das particularidades da colecção é a quase inexistência de elementos do Reino Vegetal, além de um conjunto de raízes e caules esculpidos em formas humanas, encontramos a maior semente do Reino Vegetal, o Coco-do-mar (Lodoicea maldivica),

Espera-se poder contribuir para um conhecimento mais aprofundado das formas de apresentar e de exibir objectos científicos, desde o desenvolvimento de técnicas classificativas às repercussões dos contextos criados pelas viagens filosóficas, quer na tendência coleccionista, quer na actuação de personalidades especiais, como a de Frei Manuel de Cenáculo.

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Há mais de um século, os Museus de História Natural, possuídos de uma inteligibilidade e de uma racionalidade espácio-temporal próprias, definiram-se como entidades distantes dos Museus de Arte. Não obstante isso, em tempos anteriores estas duas realidades estiveram reunidas num microcosmos único, sob o nome bonito de Gabinete de Curiosidades.

Na verdade, a pletora de objectos que começaram a afluir à Europa a partir dos Descobrimentos integra-se numa configuração epistémico-estética favorável a um tipo de coleccionismo, onde surge a mentalidade de um senhor culto, de tipo novo. Trata-se de um cristão rico, garboso dos seus feitos por armas ou pela perícia nas finanças, que continua a temer a Deus, mas com poucos preconceitos veiculados ao catolicismo tradicional institucionalizado. Porque começa a estar mais enebriado pela volúpia do Paraíso na terra e se amedronta menos com o Inferno, sente-se atraído, obviamente, pelas coisas do mundo, que o cercam e de que se cerca.

Mesmo quando é um alto dignitário da Igreja ou membro do clero regular, a atitude por detrás da sua actuação implica sempre a valorização do mundo terreno. Terreno de que se vislumbra uma função em si e por si, independente de um mero tempo de passagem para a Eternidade.

Mais adiante, aparece uma outra personalidade com púrpuras e carmins, de que muita pintura a óleo exalta a pose. Não tem nada em comum com o suserano feudal. Diga-se, antes, que vive seduzido pelo que é de César, acabando moldado pelo Príncipe de Maquiavel.

Contemporâneo ou descendente dos mecenas renascentistas, mas sempre prefigurante dos intelectuais enciclopédicos, já não deseja atingir fama por um acúmulo de entes criados pelo Artista Supremo, por artistas e artífices. Está longe de se restringir na sua pesquisa a um qualquer conjunto de tapeçarias guardadas num Musée de Cluny, a certo arquivo conventual com pergaminhos iluminados e a uma biblioteca com livros da rosa sob capa medieva. O que faz, pelo contrário, é prosseguir uma sequência de gestos profanos, marcadamente obsessivos: procura, adquire, guarda, mantém e conserva objectos, porque lhe dão prazer e lhe aumentam o saber. Felizmente não separa o saber do prazer, nuance que lhe dá um charme muito especial. Por isso é que a compra de um novo exemplar pode corresponder a formas de investimento sem mais, mas não deixa de ser orientada por critérios ligados ao valor do gosto sobre o valor do mercado, nos casos mais significativos.

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Sendo assim, a cultura vigente tem de inventar uma espacialidade nova, ao organizar um espaço sem precedentes para todo este material. Porque desde o Museum na cidade de Alexandria, nada se lhe iguala, nem em extensão (quantidade) nem em qualidade (profundidade), os Gabinetes de Curiosidades ocupam o lugar que consagra o volume adaptado ou edificado de raiz, construído para acolher o património espiritual e material europeu, acrescentando-lhes a riqueza sem fim chegada de fora. Depois do século XV - por via do Reino do Sião, de muitos outras terras lendárias como as de Prestes João, e muito especialmente do Novo Mundo - essa riqueza chega a todo o momento, sem parar de desembarcar com japonesices, chinesices. E tudo vem para todo o sempre.

De facto, por muito que tivesse acumulado tesouros desde gregos e troianos, nunca o gesto de entesouramento do Velho Mundo teria podido atingir semelhantes proporções, sem a pilhagem havida, e a haver, pelo interior dos outros continentes. - Para além do eurocentrismo e do seu logocentrismo, a curiosidade europeia teria tido, seguramente, razões para ficar mais limitada, se não for a invasão de curiosidades diferentes, espantosas e indescritíveis.

A(s) curiosidade(s) exige(m) uma particularidade muito especial: o nunca ouvido e o nunca visto. Exigem ainda uma situação: a surpresa deverá ter um valor acrescentado, seja, a virtualidade de obrigar o sujeito a surpreender-se tanto mais, quanto mais conheça. Assim, será importante que o conhecimento não consiga diminuir, mas aumentar e diversificar, a capacidade de me sentir curioso não saciado pelo que sei em face do que me espanta. A par disso, a Filosofia nasce do espanto, dizem, e uns tanto vivem-no nas entranhas.

FREI MANUEL DO CENÁCULO (1724-1814) MARCAS DA SUA IMPORTÂNCIAPERFIL DO COLECCIONADOR

Figura multifacetada8 de grande importância na cultura portuguesa:

- Eclesiástico - Político

Ingressa na ordem Franciscana de que foi eleito Provincial (1768).Ocupa o lugar de deputado Ordinário da Real Mesa Censória.É empossado como Bispo de Beja (1770).Depois é sagrado Arcebispo de Évora (1802).

8 Para a descrição da vida e definição desta personalidade baseamo-nos essencialmente na obra de Francisco da Gama Caeiro - Frei Manuel do Cenáculo: aspectos da sua actuação filosófica. Lisboa, Instituto de Alta Cultura, 1959.

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Assume o papel de promotor do desenvolvimento económico das regiões agrícolas mais atrasadas

- Pedagogo - Reformador - Filósofo - Historiador

Doutoramento em Teologia pela Universidade de Coimbra (1749).É preceptor do Príncipe da Beira, D. José (1770).Participa na reforma da Universidade (1772).Promove a renovação dos estudos eclesiásticos. Preside à Junta da Providência Literária (organismo consultivo e impulsionador da reforma do ensino).Presidente ainda à Junta de Subsídio Literário.Cria academias e escolas.Organiza e cria bibliotecas e museus, instituições a que faz muitas doações e aos quais lega objectos preciosos das suas colecções particulares, bem como livros, com destaque para certas raridades bibliográficas.Desenvolve actividades como arqueólogo, reunindo um espólio riquíssimo. Além de se revelar um humanista, arqueólogo e bibliófilo, cultiva ainda a Numismática e a PaleografiaDedica-se ao Árabe, Siríaco, e Aramaico.Estuda Teologia, Exegese, Hermenêutica e Liturgia.

Deve-se-lhe, finalmente, a criação do Museu Cenáculo Pacense9 (1791), primeiro museu público em Portugal, no qual reúne colecções de Arqueologia, Escultura, Etnografia e História Natural. Como é óbvio, trata-se de algo notável para a época e o tema que nos ocupam.

CONTEXTOS SÓCIO-POLÍTICOS E CULTURAIS AS VIAGENS FILOSÓFICAS E AS MISSÕES CIENTÍFICAS

O Iluminismo, o Enciclopedismo e o Racionalismo, tendências e escolas dominantes no século XVIII, assumem-se como estruturas globais de conhecimento, onde o desejo de ruptura com as fontes tradicionais de pensamento conflui para um estado de questionamento intelectual.

Na verdade, cada um destes sistemas exerce uma actuação ideológica tendendo para uma mundivisão avassaladora. Às quais cabe questionar as diferentes facetas da mentalidade passadista, ao mesmo tempo que publicita a razão e a ciência, erguidas a um sucesso totalizante.

Assim sendo, a configuração epistémica é enriquecida pelos avanços mais surpreendentes do espírito humano, ao conquistar um aliado ímpar no progresso científico.

9 Ibidem, 109

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Neste caso, o progresso requer classificação e ordem, taxonomias e quadros. Da sistemática botânica de Carl Linnaeus à nomenclatura química de Antoine-Laurent Lavoisier. O primado da ordem abarca a ordem enquanto marcha, entendida como génese e processo (níveis histórico e psicológico) e a ordem enquanto combinatória, concebida como quadro e estrutura (níveis lógico e gnosiológico). Aqui, o destaque vai para a Matemática.

Assinale-se como a adesão de Cenáculo ao Matematismo é exemplificativa disto, notória, pois estende o domínio da Matemática à Filosofia e à Teologia, considerando-a ainda indispensável ao estudo das ciências, enquanto critério de verdade.

Gesto, entre muitos dos seus, muito ao gosto do século: «na sua globalidade, o pensamento setecentista acordou um lugar especial ao conceito de ordem. Na verdade, as figuras (filosóficas, científicas, artísticas) que emergem estão sempre associadas a ideias relacionadas com marcha ou combinatória, dado que: há necessidade de expressar a sucessão, o encadeamento e hierarquias entre dados sensoriais ou imagens; e é preciso exprimir o sistema, a subordina-ção e a classe entre seres vivos. Por isso, os Enciclopedistas dão a conhecer as cadeias entre acontecimentos passados e os mecanismos perceptivos que condicionam o nosso relacionamento com o mundo exterior. Por isso, os Naturalistas enchem as suas descrições e análises com frequentes pormenores, visando estabelecer regras e dependências entre estruturas lógicas e processos de conhecimento, no interior dos três reinos. Neste contexto, o primado da Metafísica dos factos e relações materiais (Francis Bacon, John Locke, Abbé de Condillac) sobre a Metafísica do espirito e causas últimas (René Descartes, Gottfried Wilhelm Leibniz), por um lado, e o primado da Gnosiologia sensualista e empirista em desfavor do essencialismo e racionalismo, por outro, condicionam um sistema epistemológico, onde a repre-sentação inclui regularidades precisas entre a ordem do conhecer (observação) e a ordem do ser (fenómeno), entre a ordem do sentir (sensação) e a ordem do pensar (indução)».

No caso português, a estes termos da configuração epistémica junta-se a marca de um quarto termo, o Ecletismo, a que fica tão desgraçadamente vinculada a Universidade de Coimbra Reformada (1772). Com efeito, esta tendência, bastante simplificadora e simplista, limitou o alcance teórico do projecto do Marquês de Pombal, muito empenhado na reforma do ensino universitário, mas sem a visão metafísica e gnosiológica necessárias: o modelo programático de António Genovesi é muito pobre, pelo que a modernidade científica transmitida pelos novos Estatutos fica sem qualquer suporte filosófico consistente, à altura do sonho. Tal era o medo justificado da Neo-Escolástica, que foi deitada fora a importância indelével da teoria científica por causa do medo inspirado na especulação. Facto que foi marcando a formação dos cientistas portugueses por muitos e desvairados tempos (será que a maioria já se libertou condignamente?).

A actuação de Sebastião José de Carvalho e Melo (Primeiro-Ministro de D. José entre 1750-1777) favorece a abertura de Portugal a naturalistas estrangeiros, como o italiano Domingos Vandelli, que se correspondia já em

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Itália com Carl Linnaeus, e a quem se deve a primeira regência das cadeiras de História Natural e de Química na Universidade de Coimbra, bem como a primeira direcção do Real Jardim Botânico do Paço de Nossa Senhora da Ajuda, em Lisboa.

A propósito, sabe-se que Frei Manuel do Cenáculo se vai encontrando com Vandelli, para trabalharem na reforma da Universidade. Mais ainda, sabe-se que outros naturalistas mantêm ligações a Cenáculo, como José Francisco Correia da Serra e Félix Avelar Brotero.

O final do século XVIII marca ainda um período de particular interesse para a vida científica em Portugal, não só pela fundação da Real Academia das Ciências de Lisboa, como pelo surto das viagens filosóficas e das missões científicas, que trouxeram um enorme contributo para o conhecimento da História Natural dos Três Reinos, nomeadamente em termos dos territórios coloniais, como acontece nos seguintes casos:

Alexandre Rodrigues Ferreira - viagem filosófica à Amazónia, Mato Grosso e Cuiabá (1783-1792).

Manuel Galvão da Silva - comissão para estudar as produções naturais de Moçambique.

João da Silva Feijó - expedição colonial às Ilhas de Cabo Verde.

Angelo Donati – missão para o reconhecimento científico de Angola.

Joaquim José da Silva - missão para Angola onde se manteve deste 1783 a 1808, acumulando o propósito cientifico com cargo de Secretário do Governo.

Esta sequência de exemplos merece uma reflexão de fundo que vai encontrar a questão dos espaços requeridos pelo conhecimento moderno e pelos seus agentes. Na verdade, ciências e cientistas são actividades e actantes inovadores, emergindo em estruturas teóricas e experimentais sem precedentes; ou seja antes deles não havia nada de totalmente igual, em termos de pessoas, de coisas ou de ideias. Não surpreende, pois, que precisem de espacialidades novas. Como pensar é habitar, os novos pensamentos precisam de habitar em novas construções; algumas retomando certas precedências anteriores.

Os novos espaços de produção – Teatros Anatómicos, Laboratórios de Química, Gabinetes de História Natural, Jardins Botânicos – nascem como construções planificadas para servir o conhecimento científico, sendo muitas vezes integradas em instituições maiores, como as Universidades e as Academias. O facto de servirem as diferentes disciplinas, cada uma com a sua particularidade, faz com que tenham de materializar determinadas regras epistémicas, pelo que reproduzem modelos arquitectónicos que vão continuar a manter características básicas, ao longo dos tempos.

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Todavia, os mecanismos da globalização em termos das Descobertas espalhadas pelo mundo não vão permitir que as ciências fiquem limitadas às paredes de edifícios. Muito pelo contrário. Exigem e favorecem uma outra realidade espacial que vai fazer história – as viagens filosóficas e as missões científicas. Quer isto dizer que vão impor gestos pelos quais as ciências abraçam o mundo.

Claro que a ideologia colonialista está presente. Claro que há muita espionagem, pirataria e pilhagem à mistura. Claro que estes viajantes sofrem imensas ignomínias, provenientes de variadas forças, frequentemente dos poderes centrais. Não obstante tudo isto, a forma de penetrar pelo desconhecido corresponde a uma atitude europeia bem definida, onde se conjugam o querer-conhecer e o querer-mandar, com muita aventura e ganância de permeio.

Mesmo antes da Geografia ter começado, estas deslocações identificam-se literalmente a uma escrita da terra. Ou seja, os naturalistas partem à procura de caracteres, indícios e sinais que lhes permitam (d)escrever conteúdos, relevos, contornos e tudo o mais, aquém das barreiras disciplinares ou dos tabiques impostos pelas especialidades posteriores. A cosmovisão é ampla, e por isso determinante da actividade classificatória, onde a História Natural atinge êxitos, quando consegue desenvolver os seus centros de estudo.

Capaz de integrar todo o género de seres, o esforço sistemático exerce-se, aproximando ou afastando os exemplares endógenos ou exóticos, no meio de querelas sobre critérios classificativos, mas, sem deixar, por isso, de ser eficaz. Para tal, muito concorre o feliz encontro entre a palavra e o traço. Na verdade, o desenho vem colmatar e corroborar aquilo que a descrição deixa menos saliente, ou não chega a exprimir. Em casos mais requintados, a aguarela ultrapassa tudo. É que a côr possibilita uma densidade volumétrica que ajuda a perspectivar o corpo, ao dar maior profundidade. Por isso afasta o sombreado sem mais.

Destaque-se ainda quanto a luxúria das criaturas naturais, nascida por acção divina, encontrou sequazes fervorosos entre membros regulares da hierarquia cristã portuguesa, enviados para territórios longínquos, onde acabam por desenvolver um trabalho notável, meritório do título de missionários ao quadrado – missão religiosa e missão científica:

Frei José Maria Conceição Veloso – luso-brasileiro, dedicou-se à História Natural, particularmente à Botânica.

Padre João Loureiro – chegado à China em 1735, permaneceu longos anos na Cochinchina.

Neste sentido, a acção de Frei Manuel do Cenáculo, em prol da recolha, armazenamento e manutenção museológica dos Três Reinos, pode ser considerada uma retaguarda muito válida. Na verdade, cabe-lhe desenvolver

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esforços para dinamizar interesses favoráveis na metrópole, quer no sentido de acolher dignamente os espécimes e os estudos chegados do ultramar, quer no sentido de preparar uma elite católica, com competência para conhecer e louvar a Deus, através do saber, e com performance para estruturar, pelo país, eventos formativos e instituições informativas condignas.

Além disso, não se pode esquecer que, quando este franciscano pugna pelo amor à Natureza, incluindo a necessidade do clero ser culto também neste particular, não faz mais que retomar, cinco séculos depois, o discurso fundador da própria ordem dos mendicantes. De facto, São Francisco de Assis terá sido um dos primeiros a exaltar os muitos «irmãos» que descobria entre o lobo e a lua, isso numa altura em que o Ocidente não ligava muito ao mundo exterior, quase reduzido a território político, e enquanto não chegara ainda Francesco Petrarca para cantar literariamente a paisagem.

Esta observação de cariz arqueológico e genealógico serve para assinalar ainda como a cultura católica, apesar de maniqueísta no que respeita a matéria, carne ou corpo, foi acolhendo uma certa receptividade ao mundo natural, até porque a lógica da analogia, destacava o «tudo em todos» de onde o Criador saía omnipresente nas suas criaturas. Serve ainda para mostrar o modo como o Arcebispo de Évora soube interpretar com inteligência, e certo saber-viver, a regra monástica que justificava o seu hábito, estigmado pelo ideal de pobreza.

A COLECÇÃO

O Museu de Évora, um dos maiores museus portugueses de Arte Antiga, teve a sua origem nas colecções de Frei Manuel do Cenáculo (Pintura, Numismática, Arqueologia, Escultura).

Dotadas de uma multitude de objectos, a Pintura, Escultura, Arqueologia, Numismática, Etnografia, História Natural encontram-se lado-a-lado, na origem. Um só espaço, revelando uma tendência que remota aos séculos XVI e XVII. Também por isso, a exigir uma reflexão crítica sobre os vários modelos teóricos e disciplinares, usados para reunir e mostrar os objectos científicos.

Apesar dessa unidade indiscutível, a Naturalia que lhe é atribuída permaneceu inacessível para o público, até hoje. Refira-se, no entanto, que muitos dos seus elementos faziam parte do Museu Cenáculo Pacense, em Beja (1791), e que seriam trazidos para Évora, depois da nomeação como Arcebispo.

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A invisibilidade a que foi condenada, no meio de caves e sótãos do esquecimento, é reveladora de como se tem estado arredado daquela unidade epistémica-estética que constituía um grande enriquecimento, em tempos idos.

De facto, a separação, muitas vezes o divórcio, entre Ciência e Arte, a que nos fomos condenando pela Modernidade dentro, ergueu muros de vergonha, também por aqui.

- Naturalia

Os objectos que se julga terem pertencido à Naturalia de Cenáculo constituem um conjunto fragmentário, bastante incompleto, depois de terem sobrevivido a episódios como o do saque de Évora pelas tropas do General Loison, durante o período das invasões francesas (1808).

Do Reino Animal, por razões de conservação, encontramos essencialmente peças esqueléticas e conchas de moluscos.

Contudo na correspondência recebida por Cenáculo é feita alusão à aquisição de variadas espécies de animais, nomeadamente de Lepidópteros, que a teriam enriquecido e que comprovam bem, só por si mesmo, o valor científico desta colecção.

Outra das particularidades é a quase inexistência de elementos do Reino Vegetal, encontramos apenas a maior semente do Reino Vegetal, o Coco-do-mar (Lodoicea maldivica).

A atribuição de um herbário a esta Naturalia tem levantado numerosas questões, pelo que subsistem sérias dúvidas, a pedir uma investigação aprofundada.

- Artificialia

Pertencendo a esta categoria, encontram-se os objectos criados pelo Homem:

. expositor de madeiras exóticas dentro duma caixa;

. esculturas de animais e pessoas em marfim (modelos reduzidos) - cabeça de javali, ancião;

. pinturas religiosas em conchas de bivalves;

. raízes e caules esculpidos em formas humanas;

. medalhas e moedas – Numismática;

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. obras de Arte - pinturas, esculturas.

OBJECTIVOS FINAIS

Pode prever-se que o processo global deste projecto de investigação consiga:

- contribuir para o estudo da História das Ciências em Portugal, dando a conhecer formas de actuação de um coleccionador muito especial, figura cimeira do nosso universo setecentista.

- definir um corpus documental que servirá para avaliar se estas colecções de História Natural faziam parte do quotidiano de sectores alertados e seduzidos pela «mania» de reunir e de mostrar curiosidades. Que serviriam para aumentar a atenção e as expectativas do público culto, ou para levar sugestões de uma ciência mesclada de sociabilidade mudana, aos sectores menos esclarecidos das elites sociais.

- situar espaços e tempos, onde o gosto de saber se associa ao prazer, aquando da apresentação de fenómenos e de objectos científicos, como parece acontecer com a vivência intelectual deste franciscano erudito.

Para o efeito, parte-se da hipótese de trabalho que esta colecção permite destacar duas realidades maiores:

- transição entre o coleccionismo ingénuo e o coleccionismo científico, potencializador das riquezas provenientes do Novo Mundo e do Oriente;

- investimento na instrução, acompanhado pela difusão da cultura, incluindo o desejo constante de actualização do clero e das classes populares.

Hipótese de trabalho que, depois de comprovada, permitirá concluir quanto esta colecção apresenta características pertencentes à memória dos Gabinetes de Curiosidade e representa a tendência para uma organização racional própria dos Gabinetes de História Natural, segundo uma expressão muito próxima do Iluminismo - Enciclopedismo.

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REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS

De Frei Manuel do Cenáculo

- CENÁCULO, Manuel do, Excertos do "Diário de Fr. Manuel do Cenáculo Vilas Boas”. Lisboa, Sep. Rev. Biblioteca Nacional, 1982.

- CENÁCULO, Manuel do, Memoria descriptiva do assalto, entrada e saque da cidade de Evora pelos francezes,em 1808, impressa a expensas do Municipio, em gratidão e lembrança do Arcebispo D. Frei Manuel de Cenáculo Villas Boas. Évora, Minerva Eborense, 1887.

- VILLAS BOAS, Manuel do Cenáculo, [Diário inédito de D. Frei Manuel do Cenáculo Villas Boas] , cópia parcial deste ms., texto fotocopiado, Lisboa, Biblioteca Nacional, sd..

Sobre Frei Manuel do Cenáculo

- CAEIRO, Francisco da Gama, Concepções da historiografia setecentista na obra de Frei Manuel do Cenáculo. Lisboa, s.edit., 1977.

- CAEIRO, Francisco da Gama, Frei Manuel do Cenáculo: aspectos da sua actuação filosófica. Lisboa, Instituto de Alta Cultura, 1959.

- GUSMÃO, Armando Nobre de, Catálogo da correspondência dirigida a Fr. Manuel do Cenáculo Vilas-Boas. Évora, Minerva Comercial, 1944.

- MACHADO, José Alberto Simões Gomes, Um colecccionador português do século das luzes: D. Frei Manuel do Cenáculo Vilas-Boas, Arcebispo de Évora. Évora, Ciência e Vida, 1987.

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Sobre a época

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Montemor-o-Novo/Évora, 2003

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UM GABINETE DE CURIOSIDADES

ENTRE O REAL E O IMAGINÁRIO10

Ana Luísa JaneiraAlexandra Nascimento

No Museu de Évora existem actualmente vários objectos naturais que têm sido atribuídos à Naturalia de Frei Manuel do Cenáculo. Em pior ou melhor estado.

Dada a importância do coleccionador em questão, não custa a crer que o conjunto tenha sido bem maior. Para explicação dos extravios e perdas, aludem-se calamidades ou fogos frequentemente evocados noutros casos, como as muito referidas Invasões Francesas e um incêndio.

Quanto à notaridade do conjunto das colecções (sendo a arqueológica a mais importante) são conhecidos relatos de estrangeiros que as contemplaram e delas falaram. Conhecem-se também, e ignoram-se ainda mais, muitas outras coisas em torno destas curiosidades.

Estamos, pois, perante uma realidade histórica que nos motiva para uma descrição - reflexão, com vista a um público, conjugando o real e o imaginário.

10

?

Publicado parcialmente em Ana Luísa Janeira; Alexandra Nascimento, O Gabinete de Curiosidades Frei Manuel de Cenáculo: uma museografia para o público entre o real e o imaginário. "Atalaia-Intermundos", Lisboa, (11-12), 2003, 125-136. Destinado a ser publicado na colecção Estúdios de Historia Social de las Ciencias Químicas e Biológicas, sob direcção da Professora Patrícia Aceves Pastrana, Universidad Autónoma Metropolitana – Unidad Xochimilco, México D.C.. Agradecem-se as autorizações para esta publicação.

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Comecemos pelos documentos que provam como os espécimes foram reunidos e mostrados para desfrute de olhares curiosos ou de espíritos conhecedores.

Na avultada correspondência que Cenáculo manteve ao longo de toda a sua vida, é possível verificar uma constante procura de objectos para as suas colecções, incluindo os objectos de História Natural, conforme se pode verificar nos resumos das cartas recebidas11.

11

? «Carta do Barão de Hupsch de Loutzen, de Colónia, em que lhe solicita a troca de objectos de História Natural. Oferecia vários minerais da baixa Alemanha, insectos, medalhas romanas, etc., em troca de elementos representativos da fauna e da flora, principalmente da Índia e da América. Interessavam-lhe também curiosidades chinesas, turcas e árabes. No caso de Cenáculo não querer entrar nessas trocas, vendia-lhe os referidos objectos, que lhe oferecia por preço em conta.

Colónia, 17 de Julho de1771»

Armando Nobre de Gusmão, Catálogo da correspondência dirigida a Fr. Manuel do Cenáculo Vilas-Boas. vol. 1, Évora, Publicações da Biblioteca Pública e Arquivo Distrital de Évora, 1944, 93.

«Carta de José Sanches de Brito, em que lhe comunica que lhe mandou uma carta por intermédio de Fr. Luís de Castelo Branco e que, até à data, não obteve resposta. Agradece-lhe ter mandado a sua casa a Padre Paulo Clemente Gago, e que, pelo mesmo senhor, lhe envia alguns exemplares de História Natural e, numa caixa, uma lâmina do Calvário, debuxo de Rafael, feito em marfim. Em P.S. envia-lhe cumprimentos de D. Luísa e de seus filhos.

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Por sua vez, Leite de Vasconcelos alude à Oração Inaugural12, proferida na abertura do Museu Pacense. Como verificámos, este discurso refere explicitamente, e até frequentemente, espécimes naturais.

REAL

12

Lisboa, 18 de Setembro de1782»

Armando Nobre de Gusmão, Catálogo da correspondência dirigida a Fr. Manuel do Cenáculo Vilas-Boas, vol.4, Évora, Publicações da Biblioteca Pública e Arquivo Distrital de Évora, 1947, 131.

«Carta de Manuel Domingues, Provedor-mor da Fazenda Real, em que lhe comunica achar-se nos Estados da Índia e Moçambique, há 41 anos. Pede-lhe interceda junto de Sua Magestade para que o seu filho Dionísio Manuel Viegas de Brito, seja confirmado no posto de capitão de 2.ª companhia da Expedição que partiu para Mombaça.Comunica-lhe que Fr. José de Jesus Maria Ribeiro lhe falara de certas conchas e brincos, que havia por aquela costa, e dissera serem para Cenáculo.Moçambique, 17 de Agosto de1769»

Armando Nobre de Gusmão, Catálogo da correspondência dirigida a Fr.Manuel do Cenáculo Vilas-Boas. vol.5, Évora, Publicações da Biblioteca Pública e Arquivo Distrital de Évora, 1948, 57.

? Início desta Oração Inaugural: “Dita a 15 de Março de 1791 em Beja com grande aplauzoOração do Muzeo

Exmo. Rmo. Sr. Magistrado, Protecttores, hospedes etcª.humanissimos estimaveis estudiozos Primeiramente, Ouvintes Pacences, eu rogo a Deos Jmmortal para que

quanta affeição tiverão vossos antepaçados \cuja memoria hoje honro/ ás Artes, Sciencias, custumes, e Religião no qual vos deixárão feliz, esclarecida, e perpetua lembrança; e por quanto seos immitadores são distinguidos entre os mortaes, no testemunho da Historia, na confição da antiguidade, e na honra da virtude: a mesma humanidade continueis a praticar com a vossa benevolencia na materia que vou a tratar. O que sendo assim, he justo me ouçais discorrer do proveito do estudo da Antiguidade Sagrada e profana, no que se eu disser couza util será conveniente abraçalla; porque falando eu para o vosso bem podeis escolher o que mais vos agradar. Certamente este tempo, Snrs, não só vos falla com a vós que todo o homem deve, e está obrigado a conservar as Memorias que seos antepassádos lhe deixarão cuidadozos, se as quizer conhecer, immitar, e honrar.Eu não venho pois aqui comovervos por meo Discurso, mas instruirvos por exemplos: e eu vos exorto hoje não a sereis (sic) completos sabios, mas a imitar os Varões Jllustres, e espertar nos vossos corações a levantarvos de esfera em esfera e correr a radiante escada da natureza, e dos seculos passados”

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Se o Museu foi inaugurado e se manteve aberto, seria porque se destinava a poder ser visitado por quem o desejasse. Claro que à época (e ainda por muitas épocas posteriores), só uma elite estava sensibilizada para entrar e para usufruir destes ambientes.

Ambientes que, no caso português, já podiam ser gozados, por exemplo, nos anexos científicos do Palácio Real de Nossa Senhora da Ajuda13, em Lisboa, e da Universidade de Coimbra14, depois de 1772.

Na verdade, quem faria parte dessa elite teria um perfil psicológico e cultural, capacitado para prever o que procurava ali dentro, e também para saborear o que iria encontrar. Evidentemente que a empatia seria mais directa e fácil do que aquela que se experimentava com um binóculo de Astronomia, uma máquina de Física ou de uma balança da Química.

Na verdade, os Três Reinos da História Natural são constituídos por exemplares que sempre se mostram privilegiados para o encantamento visual. Por isso, até o observador com menos sensibilidade não ficaria indiferente a uma borboleta exótica, planta multicolor ou mineral raro. Na sequência deste raciocínio, percebe-se que eles pudessem ter efeitos rápidos junto de mais pessoas do que as que acompanhavam as demonstrações do Padre Teodoro de Almeida15.

Apesar da espectacularidade de certos fenómenos físicos, ao fazerem estremecer les dames des salons, os fenómenos naturais retiravam fascínio de uma espontaneidade que não precisava, ou precisava muito menos, de ser mediatizada. Eram pois, mais facilmente sentidos e compreendidos.

Biblioteca Pública de Évora, Manizola, Cod. 75, Nº 1913

? Residência da família real portuguesa a partir do Reinado de D. Maria I.

14 A Universidade de Coimbra foi fundada em 1290. Sendo a primeira escola universitária portuguesa é também uma das mais antigas da Europa. Segundo a bula papal podiam ser ensinadas todas as faculdades, com excepção da Teologia. As primeiras a constituírem-se foram as faculdades de Artes, de Leis, de Cânones e de Medicina. No século XVIII dá-se uma profunda reforma da Universidade dinamizada por Marquês de Pombal, Primeiro-Ministro na época. A Universidade Reformada visava a modernização de Portugal através de um ensino superior influenciado pelas ideias iluministas. Frei Manuel do Cenáculo teve uma intervenção destacada neste processo. 15

? O Padre Teodoro de Almeida nasceu em Lisboa em 1722 tendo falecido na mesma cidade em 1804. Pertencia à Congregação do Oratório e chegou a estar exilado em França. Iluminista escreveu um compêndio enciclopédico apoiado nas ciências experimentais, A Recreação Filosófica, publicado em dez volumes. Escreveu também outras obras de cunho filosófico e espiritual, que lhe deram notoriedade.

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A memória institucional de alguns evoca ainda uma outra intencionalidade ligada à constituição dessa colecção: a educação do clero. A qual se traduziria na vontade concretizada do antigo provincial dos franciscanos, no sentido de usar o conhecimento natural ao serviço da sua acção de reformador das estruturas eclesiais.

Aspecto integrado na tradição particular do catolicismo que sempre defendeu a importância de uma pedagogia associada ao estudo da Criação, para quem quer enaltecer o Criador. Por outras palavras, esta corrente defende que, numa propedêutica do sentimento religioso, a ligação aos entes naturais constitui uma via excelente na demanda da divindade, como era vivido pelo fundador dos mendicantes, porquanto o mundo cósmico comporta caminhos para a transcendência, e como continuaram a defender o Frère Marie-Victorin, no Québec, e Pierre Teilhard de Chardin, em França, no século passado.

Francisco da Gama Caeiro16 insiste nas influências marcadamente bebidas em Joacchim de Fiore. Sabendo-se quanto este defendia uma relação harmoniosa com a Natureza, onde louvar a Deus passava pelo apreço das criaturas, estamos perante mais um dos fundamentos para esta atitude intelectual do primeiro Bispo de Beja e depois Arcebispo de Évora.

Paralelamente, integrava-se também na tendência que se sentia obrigada a intervir para que a modernidade científica fosse conhecida pela elite, no caso os padres diocesanos.

Os exemplares teriam sido reunidos com fins pedagógicos e didácticos, num contexto pelo qual os finais do século XVIII anunciavam formas muito incipientes de cultura artística e cultura científica, de divulgação artística e divulgação científica.

Não sendo certo, é provável que o conjunto das colecções tivesse constituído um espaço organizado à maneira dos gabinetes de curiosidades. Se assim tiver sido, pode supor-se que houvesse um conjunto mais vasto, constituído por uma Naturalia, uma Artificialia17 e uma Mirabilia, que corresponderiam a uma mesma, e sempre relevada, intencionalidade de base, representando indivíduos diversificados entre si, mas unidos por fins semelhantes: a

16 A obra de Francisco da Gama Caeiro, Frei Manuel do Cenáculo: aspectos da sua actuação filosófica. Lisboa, Instituto de Alta Cultura, 1959, serviu de base para a definição e a descrição desta personalidade.17

? Outra categoria de objectos que integra a colecção do Museu de Évora são os objectos criados pelo Homem e que constituem a Artificialia: os instrumentos científicos (quadrante solar, bússola, globo terrestre, globo celeste); instrumentos de óptica; expositor de madeiras (xiloteca); esculturas de animais e pessoas em marfim (modelos reduzidos); pinturas religiosas em conchas de bivalves; raízes e caules esculpidos em formas humanas; medalhas e moedas (numismática); pinturas; esculturas e objectos de arqueologia.

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ordenação intelectual de objectos, resultantes da criatividade divina ou humana realizada por artífice ou artista, presidia à organização do todo.

Os gabinetes de curiosidades com sabor renascentista exprimiam, a nível da espacialidade construída, termos e relações característicos da configuração epistémica que possibilitou personalidades como Leonardo da Vinci. Na verdade, este italiano, como essa realidade intelectual e arquitectónica, concretizavam o expoente máximo de um humanismo sem tabiques, onde a arte e a ciência caminhavam a par e se interligavam entre si, num optimismo muito especial.

A época era marcadamente envolvente, ou seja, aquém das especialidades afectas a um mundo espartilhado por disciplinas estanques. Mas, repare-se, isto não significa uma época interdisciplinar, no sentido actual.

Na verdade, o Renascimento correspondeu a um tempo muito rico de encontros entre homens e saberes, vocacionados para descobertas inauditas e investimentos entrecruzados do otium ao «neg - otium». Entre um trivium - quadrivium escolásticos e a maioria das ciências modernas ainda por nascer, era um tempo permeável a misturas interessantes.

Assim, as síncreses permitiam que um mesmo gosto aproximasse sanguínias e animais exóticos, dentro e fora de um mesmo homem.

Assim, as síncreses juntavam realidades museológicas hoje muito distantes, como um quadro de pintura e uma página de herbário.

A possibilidade deste procedimento epistémico resultava ainda de um estado de espírito particular. Afastada a omnipresença impositiva de uma mundividência escolástica que queria explicar tudo, o mecenas sentia-se vocacionado para proteger os aventureiros do conhecimento, ao perscrutarem o céu com um binóculo ou a percorrem a senda naturalista por campos penosos; protegia ainda quem procurava e traçava as leis da perspectiva ou esculpia um nu arrojado.

Os produtos – encomendas, compras ou ofertas – iam para um espaço próprio dentro do palácio, o espaço para guardar a colecção, ou, nos casos mais ambiciosos, o gabinete de curiosidades, um lugar recém-nascido para a cultura. As gravuras remanescentes permitem concluir que estas espacialidades se assemelhavam de outras existentes à época, do armário à botica, segundo a dimensão.

IMAGINÁRIO

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Com o tempo, o Gabinete de Curiosidades foi-se modificando, facetado pelas exigências do conhecimento ou da moda vigente.

O mercado dos colectores e dos produtos aumentou.

Os anos passaram, o coleccionador deixou de ser diletante e passou a evocar a Ciência, como campo do saber e como estabelecimento.

Foi assim que nasceu o Gabinete de História Natural, lá pelo século XVIII.

Logo a Naturalia de Frei Manuel do Cenáculo ter-se-á construído dentro de uma complexidade um tanto deslocada:

Demasiado tarde para ser só … de curiosidades.Demasiado incipiente para já ser … de História Natural.

Facto que aguça mais a investigação entre o real e o imaginário. Facto que exige um símbolo para dar uma visibilidade explícita e apelativa junto do público que visitará o Museu de Évora, depois de renovado.

Para já, explique-se o significado deste Gabinete dentro de um museu com peças de Arqueologia, de Numismática e de Pintura, nomeadamente.

Se a ideia é mostrar o conjunto da colecção, não há muito a ser justificado, senão a intenção de dar visibilidade ao todo, fazendo-o girar em torno de um vulto maior da cultura portuguesa, o seu fundador.

Mas se a ideia passar ainda por favorecer uma maior diversificação do público-alvo, é indiscutível que a componente de História Natural poderá trazer ao museu mais jovens e adultos interessados pelo conhecimento científico. Além disso, habilitará este museu alentejano com a memória actualizada de um conjunto invulgar.

Para corresponder às exigências da densidade requerida pela situação, e tirar dela o maior proveito para a História das Ciências em Portugal, recorre-se a um artifício epistemológico, rico em carga simbólica, demonstrando a necessidade de se colocar

Uma mesa de trabalho, cheia de auxiliares operativos e operacionais:espécimes, lupa, lápis, globo, livros

Como efeito, considera-se fundamental que numa das salas, o visitante seja levado a associar curiosidade consequente e trabalho. Historicamente quem levou a sua curiosidade até ao fim teve de trabalhar para a saciar. Hoje em dia, quem o quiser continuar a fazer não poderá proceder de outro modo.

Será, pois, importante, que o público, mesmo vagueando ociosamente pelas salas, seja confrontado com o conceito de trabalho.

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As ciências não caem do céu.

Precisam de agentes capazes de estudo, esforço, disciplina, organização, dedicação, reconhecimento. Precisam de espaços de produção preparados para o exercício da observação e comparação. Por isso, conjugando as vertentes, precisam de instituições específicas. Ora acontece que os Gabinetes de Curiosidades pertencem à arqueologia de instituições tão importantes para as Ciências da Natureza, como o são os Museus de História Natural, e à genealogia dos seus cultores por excelência, os naturalistas.

Estes cultores concretizam a sua actividade dominante unindo, por vezes, dois prazeres maiores: o prazer de colectar no espaço aberto do campo e o prazer de observar-comparar no espaço fechado de uma sala museológica.

Requerendo sensibilidades diferentes, que nem sempre coexistem na mesma pessoa – a separação entre elas tende a aumentar do século XVIII para o século XIX – as duas práticas escalonam os extremos de um horizonte epistemológico, o qual integra também o olhar, ver, desenhar, verbos conjugados a partir da fisiologia externa do ser vivo.

Passemos a uma outra questão não menos importante, quer na teoria museológica, quer na prática museográfica.

Como este Gabinete – não só inclui objectos de natureza diversificada, mas também vai ser integrado num museu com dominâncias em Arqueologia, Numismática e Pintura – importa ter consciência que os objectos naturais devem ser tratados e apresentados, segundo as suas especificidades e diferenças.

Com isto queremos dizer que consideramos legítimo acrescentar à colecção o que foi dela, e dela deve continuar a fazer parte, usando para isso de resultados da investigação que justifiquem intervenções baseadas em fontes. Isto é, parece-nos legítimo procurar reconstituir um conjunto, o mais próximo do primitivo.

Na verdade, estes objectos, diferentemente dos objectos artísticos, vivem e sobrevivem sem dependerem estritamente do conceito de original.

Assim, queremos ainda dizer que, sempre que for melhor, se deverá substituir um ser em mau estado de conservação por um equivalente natural em bom estado ou por uma réplica. Para evitar equívocos, o público será sempre informado deste procedimento.

Caso contrário, a opção por outra forma de fazer reflectiria uma atitude conceptual confundindo, indevidamente, o ser natural adulterado com uma relíquia.

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Montemor-o-Novo/Évora, 2003

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AUTORIA, PROPRIEDADE E «AURA»

Ana Luísa Janeira

Em Novembro de 2003, a Alexandra Nascimento tomou conhecimento que a Direcção do Museu de Évora, com base num documento recentemente descoberto, suspeitava que a Naturalia atribuída a Frei Manuel do Cenáculo não era dele.

Até que ponto, a descoberta de uma autoria falsa, com componentes de desvalorização, ou suspeitas sobre a atribuição de uma propriedade de origem, podem equivaler a uma «perda de aura»18?

Apesar de à data da conclusão do projecto da FCT não ser possível adiantar mais nada, parece esclarecedor incluir a sequência de reflexões e a dinânica desenvolvida relativamente à urgência de encontrar meios efectivos de repor o rigor, no que respeitava as publicações no prelo.

18 Walter Benjamin, L’œuvre d’art à l’époque de sa reproduction mécanisée (1936). In “Ecrits français”. Paris, Gallimard, 1991, 180.

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From: Ana Luisa Janeira To: Patricia Aceves ; Ana Goldfarb ; Ana Goldfarb Sent: Sunday, November 09, 2003 8:30 AMSubject: URGENTEsuspenderpublicaçao

olá Como vão estas amigas? ESPERO QUE BEM.A Alexandra Nascimento tomou conhecimento que a Direcção do Museu de Évora, com base num documento recém-descoberto, suspeita que a Naturalia atribuída a Frei Manuel do Cenáculo não seja dele. Como não temos meios imediatos de confirmar ou infirmar esta suspeita, AGRADEÇO QUE SUSPENDAM OS ARTIGOS QUE VOS TINHA ENVIADO PARA PUBLICAÇÃO.Como devem imaginar estou desolada, lamento a complicação para vocês, MAS NÃO VEJO OUTRO CAMINHO.O MEU SAUDAR AMIGOAna Luísa Janeira (FCUL)

----- Original Message ----- From: Ana Luisa Janeira To: Pedro Andrade Cc: Alexandra Nascimento Sent: Monday, November 10, 2003 2:57 AMSubject: Fw: URGENTEsuspenderpublicaçao

TERCEIRA VIAComo continuo sem eco vosso, aqui vai de novoO MEU SAUDARAna Luísa Janeira (FCUL) olá Pedro

Como vais? ESPERO QUE BEM.A Alexandra tomou conhecimento que se suspeita que a Naturalia atribuída a Frei Manuel do Cenáculo não seja dele, com base num documento recém-descoberto.Como não temos meios imediatos de confirmar ou infirmar esta suspeita, AGRADEÇO QUE SUSPENDAS OS ARTIGOS ENVIADOS PARA PUBLICAÇÃO na ATALAIA - INTERMUNDOS.Lamento a complicação, MAS NÃO VEJO OUTRO CAMINHO.O MEU SAUDAR AMIGOAna Luísa Janeira (FCUL)

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----- Original Message ----- From: Ana Luisa Janeira To: Alexandra Nascimento Sent: Thursday, November 20, 2003 6:55 PMSubject: artigoCesimaBrasil

olá Com o que sabes de momento verifica. por favor, se continua a se rigoroso o que vai no ATTACH- o que tirares põe a azul, o que acrescentares põe a vermelhoNOTAPENSA BEMpara continuarmos a falar de NATURALIA DE FMC - precisamos de ter a certeza que a colecção que está no ME lhe pertenceu toda. De contrário, o que há de facto é uma  NATURALIA DO ME, que possui objectos da NATURALIA DE FMC + outros objectos O MEU SAUDARAna Luísa Janeira (FCUL)

----- Original Message ----- From: Estela Guedes To: Ana Luisa Janeira Sent: Friday, November 21, 2003 11:49 AMSubject: Re: naturalia

Ana Luísa, nada está superado. Onde está o catálogo da Naturalia e o registo de compra, entrada ou permuta dos exemplares?BjsE.

----- Original Message ----- From: Estela Guedes To: Ana Luisa Janeira Sent: Friday, November 21, 2003 12:00 AMSubject: Re: colecçoes

Aí vai, Ana Luísa. Espero que amanhã o TriploV seja uma surpresa. Vou fazer editorial sobre o livro do Nico acerca do Alex na Amazónia e aproveitar

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para falar do caso Cenáculo: tinha-me esquecido: eu tb falei da naturalia, no artigo com Miguel Gastão, e se calhar noutros sítios, não me lembro. juntando à artificialia, creioBeijosEstela

----- Original Message ----- From: "Patricia Elena Aceves Pastrana" <[email protected]>To: "Ana Luisa Janeira" <[email protected]>Sent: Friday, November 21, 2003 1:53 PMSubject: Re: artigo

Querida Ana Luisa:

Lamento comunicarte que la edición del libro está muy avanzada y no es posible retirar tu artículo. Me gustaría saber si has confirmado tus temores sobre un posible error en el autor del documento. Estoy muy contenta en Grenoble, ha hecho muy buen clima y el paisaje de los Alpes resulta maravilloso, además los colegas franceses han sido muy amables. Recibe un abrazo y un beso de mi partePatricia 

----- Original Message ----- From: Ana Luisa Janeira To: Lilian Pereira Martins ; Helena Beltran Sent: Friday, November 21, 2003 1:59 PMSubject: artigo

olá amigas É com alegria que vos informo que, depois de consultados especialistas +inseridas alterações,  o artigo em attach poderá ser publicado. MUDANÇAS FEITAS ASSINALADAS A COR.O MEU SAUDARAna Luísa Janeira (FCUL)

----- Original Message ----- From: Alex Nascimento To: Ana Luisa Janeira

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Sent: Friday, November 21, 2003 12:00 PMSubject: Re: artigoCesimaBrasil Olá Ana Luísa Eu acho que as dúvidas são mais que as certezas, mas também existem certezas e a procura da verdade será sempre o grande objectivo desta investigação.A nota está em cor-de-rosa.Um beijinho Xana

Nota - «No decurso de investigações recentes sobre a origem das colecções do Museu de Évora tem-se levantado a suspeita de que alguns objectos de História Natural existentes actualmente no Museu não possam ser atribuídos à Naturalia de Frei Manuel do Cenáculo, mas, sim, a posteriores coleccionadores. Contudo, não restam dúvidas de que no passado existiu uma colecção de História Natural pertença de Cenáculo». Assina: Alexandra Nascimento, Évora, 21.11.2003.

----- Original Message ----- From: Pedro Andrade To: 'Ana Luisa Janeira' Sent: Friday, November 21, 2003 7:22 PMSubject: RE: naturalia

Olá Ana Luísa

Tudo bem, excepto o que não está? Enquanto a suspeição existir, claro que é preciso ter cuidado com as afirmações de paternidade (ou maternidade) dessas fontes. Como dizias ao telefone, agora a Naturalia insere-se numa hipótese negativa à Popper, em termos do seu teste: nunca se pode confirmar, só se pode infirmar. Entretanto, uma hipótese em geral, mesmo aquelas que são temporariamente confirmadas fora da esfera epistemológica do Popper, é isso mesmo: uma conjectura que contém uma afirmação provisória. Aliás, dando a volta ao Popper, mesmo a negação de uma hipótese pode ser provisória. Assim sendo - hipótese em perigo de infirmação ou em vias de corroboração temporária - o que é certo é que numa pesquisa esta indefinição é aceitável, desde

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que explicada, ora em termos de amostragem das fontes, ora em termos de crítica externa ou interna da documentação. O José Augusto também é da opinião de que se pode esclarecer esta situação quando quiserem, por exemplo com uma nota no próximo número da Atalaia.BeijinhosPedro

----- Original Message ----- From: "Ana Luisa Janeira" <[email protected]>To: "Alba Morales" <[email protected]>; "Patricia Elena Aceves Pastrana" <[email protected]>Sent: Friday, November 21, 2003 9:47 PMSubject: Re: artigo

Querida Patrícia

Fico feliz por vos saber bem em Grenoble. É uma cidade muito simpática! Muito obrigada pela resposta.Patrícia e AlbaSERIA MUITO BOM QUE COLOCASSEM ESTA NOTA NO FIM DO ARTIGONo decurso de investigações muito recentes sobre origem das colecções do Museu de Évoratem-se levantado a suspeita de que alguns objectos de História Natural existentes actualmente no Museu não possam ser atribuídos à Naturalia de Cenáculo, mas, sim, a posteriores coleccionadores.Contudo, não restam dúvidas de que no passado existiu uma colecção de História Natural pertença de Frei Manuel do Cenáculo. Alexandra Nascimento, Évora, 21.11.2003.muchas graciasO MEU SAUDAR para VOCÊSAna Luísa Janeira (FCUL)

----- Original Message ----- From: Lilian Al-Chueyr Pereira Martins To: Ana Luisa Janeira Sent: Thursday, November 27, 2003 10:16 AMSubject: Re: artigo

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Prezada Ana Luísa,

Tudo bem? Que bom que tudo deu certo com seu artigo. Tomaremos as providências.Um abraço, Lilian.

«Mas não imaginemos que o "ser ou não ser" se esgota nos nomes ou que os nomes careçam de valor. O verbo também declina a autoria e a propriedade. A colecção de objectos que se considera terem constituído um gabinete de curiosidades do século XVIII, conhecida por "Naturalia" e conservada no Museu de Évora (Veja no TriploV, o dossier "Cenáculo", com artigos de Ana Luísa Janeira, Alexandra Nascimento, e um meu e de Miguel Gastão da Cunha, "O homem da cicatriz"), é ou não de Frei Manuel do Cenáculo? "No decurso de investigações recentes sobre a origem das colecções do Museu de Évora tem-se levantado a suspeita de que alguns objectos de História Natural existentes actualmente no Museu não possam ser atribuídos à Naturalia de Cenáculo, mas, sim, a posteriores coleccionadores. Contudo, não restam dúvidas de que no passado existiu uma colecção de História Natural pertença de Frei Manuel do Cenáculo" - informa por email Ana Luísa Janeira.

É pouco o "ser" para suportar um projecto de investigação, a menos que a investigação comece por averiguar tudo o que diz respeito ao ser ou não ser. Era necessário o catálogo dos objectos pertencentes a Cenáculo. Sendo um dos homens da reforma pombalina, amigo de Vandelli, conhecia decerto Alexandre Rodrigues Ferreira e era plausível que objectos oriundos do Brasil, talvez coligidos pelo explorador da Amazónia, se encontrassem na "Naturalia". Mas não será a "Naturalia" uma "Artificialia"?

O que há de verdadeiro na documentação relativa a Alexandre Rodrigues Ferreira? Parte dela já desapareceu, no incêndio da Faculdade de Ciências, outra parte desse mesmo lote sobreviveu às chamas. A parte desaparecida pode em parte ser consultada na obra de Simon (Wiiliam J. Simon - "Scientific Expeditions in the Portuguese Overseas Territories (1783-1808)", Instituto de Investigação Científica Tropical, Lisboa, 1983), mas terá Simon transcrito com zelo suficientemente filantrópico todas as gralhas? A tendência geral é para emendar e ignorar as propriedades medicinais do "sic"... Outro objecto profusamente gralhado é a pedra de cobre, da mesma época (Dossier "A Pedra de Cobre", publicado no vol. II de "Discursos e Práticas Alquímicas", Hugin Editores, Lisboa, 2002. Em linha no TriploV: http://triplov.com/coloquio_02), e Cenáculo conheceu-a muito bem. O que para mim há de mais significativo em Cenáculo são estes dois factos: diz-se que tinha uma cicatriz, portanto é um homem gralhado (marcado); e o outro é o de a mais substancial história da sua relação com espanhóis e franceses, no curso das Invasões Francesas, contada por ele em diário, ter sido publicada num jornal que conheço da investigação sobre Francisco Newton, O Conimbricense, propriedade de um carbonário, jornal que é uma das fontes primárias para o conhecimento das sociedades secretas em Portugal.

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No meio da documentação dispersa de e sobre Alexandre Rodrigues Ferreira, que inclui quantidade considerável de imagens e objectos, e alusões várias de terceiros a esse episódio histórico que já não se pode suportar como desculpa para nada - as pilhagens dos franceses durante as invasões napoleónicas - pouco deve ser verdadeiro. Não se pode suportar como desculpa para o que não existe, porque o episódio deve ser estudado, com apoio nas gralhas, e isso ainda não foi feito. Ora sabemos que, com invasores à porta, o mais natural gesto é o de esconder os bens, e Vandelli fez isso no Gabinete da Ajuda (Domingos Vandelli & Agostinho de Macedo: a propaganda anti-maçónica. Em Linha no TriploV). Quem nos garante que a "Naturalia" exposta aos enviados de Napoleão não foi trocada por uma "Artificialia"?»19

Não há acasos na investigação. O que parece haver, sim, é um estado de espírito, cujas peças se atraem, e se harmonizam, numa confluência, com incidência no destino que acaba por fazer o puzzle. Arquitectura que é comandada, e onde se é comandado, pela chamada, à falta de melhor, inspiração.

Não há solipsismo na investigação. O que parece haver são momentos necessários e iniludíveis de uma vivência interior intensa, quase obsessiva, com os problemas ou as questões. Os quais são precedidos e desencadeiam sequências de ideias, hipóteses de trabalho, rotinas e a intervenção de várias gentes, com espaços e tempos diversificados numa rede, onde o fenómeno da equipa tem o seu lugar e o seu papel.

Não foi por acaso que a inteligência operativa do texto da Estela Guedes me assegurou que, com anos de trabalho em comum20, tínhamos equipe, («conjunto de pessoas unidas na realização de uma tarefa comum»21) Seja, a capacidade de qualquer ser capaz de se substituir ao outro, quando necessário.

Ou seja, ainda, a demonstração viva de uma cadeia de rigor no trabalho e na co-responsabilidade22.

19 Maria Estela Guedes, Nem todas as aves são pássaros. http://www.triplov.com /editorial/nico -aves.

20

O Centro Interdisciplinar de Ciência, Tecnologia e Sociedade da Universidade de Lisboa (CICTSUL) fará dez anos em Junho de 2005. 21

? ACADEMIA DAS CIÊNCIAS DE LISBOA, Dicionário da Língua Portuguesa Contemporânea. Lisboa, Academia das Ciências de Lisboa e Verbo, 2001. 22

? A Red de Intercambios para la Historia y la Epistemologia de las Ciencias Químicas e Biológicas (RIHECQB) – a que pertencem as colegas brasileiras e mexicanas

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Não foi por acaso, por certo, que este projecto de investigação foi germinando, ao lado de uma actividade paralela: a leitura continuada e motivadora de Walter Benjamin; incluindo, nomeadamente, o gosto de repensar uma das suas confissões, por demais densa e muito provavelmente um tanto repartida: a investigação como saída para uma frustração.

Por outras palavras, a «investigação abstracta, visando a própria Colecção»23, por falta de força e de coragem «para (…) refazer uma colecção»24, outrora inebriante e perdida.

A lucidez deste reconhecimento condensa uma memória, uma nostalgia e uma sublimação, diria Freud.

Ao mesmo tempo que faz transparecer a vivência intelectualizada do que significa o «hic et hunc»25. O qual envolve e adensa determinados objectos. Trata-se, com efeito, de uma dimensão particular da identidade. Que, quando se perde, se pode perder para sempre.

Até que ponto o direito de autoria e a atribuição de propriedade fazem parte dessa «aura»26?

Até que ponto, a descoberta de uma autoria falsa, com componentes de desvalorização, ou suspeitas sobre a atribuição de uma propriedade de origem, podem equivaler a uma «perda de aura»27?

referidas – já tem dez anos de trabalho em comum. Foi criada em 1992, por Patrícia Aceves Pastrana, coordenadora (Universidad Autónoma Metropolitana – Unidad Xochimilco, México), Ana Luísa  Janeira (Universidade de Lisboa, Portugal), Ana Maria Alfonso-Goldfarb (PUC – São Paulo, Brasil) e Celina Lértora Mendonza (CONICET – Argentina), vivamente empenhadas em incrementar o intercâmbio entre investigadores em História da Ciência, actuando em diversas áreas e oriundos de diferentes regiões, nomeadamente a América Latina e a Península Ibérica.

23 Walter Benjamin, Deux lettres au sujet de Le Regard de Georges Salles (1940). In “Ecrits français”, Paris, Gallimard, 1991, 418.24

? Walter Benjamin, Deux lettres au sujet de Le Regard de Georges Salles (1940). In “Ecrits français”, Paris, Gallimard, 1991, 418.

25 Walter Benjamin, L’œuvre d’art à l’époque de sa reproduction mécanisée (1936). In “Ecrits français”. Paris, Gallimard, 1991, 180.

26 Walter Benjamin, L’œuvre d’art à l’époque de sa reproduction mécanisée (1936). In “Ecrits français”. Paris, Gallimard, 1991, 146-248.

27 Walter Benjamin, L’œuvre d’art à l’époque de sa reproduction mécanisée (1936). In “Ecrits français”. Paris, Gallimard, 1991, 180.

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Havia necessidade urgente de encontrar meios efectivos de repor o rigor, no que respeitava as publicações no prelo, mas não só.

Na verdade, ultrapassado o primeiro impacto, embaraçante e até obsessivo, surgia esta interrogação:

até que ponto esta nota

– «tem-se levantado a suspeita de que alguns objectos de História Natural existentes actualmente no Museu não possam ser atribuídos à Naturalia de Frei Manuel do Cenáculo, mas, sim, a posteriores coleccionadores» –

alterava tudo, pouco ou nada?

Aspecto que surgia ainda como mais complexo, pelo facto do projecto assumir a arqueologia - genealogia de Michel Foucault como orientação metodológica de fundo. Logo, a concepção de um sujeito entendido como lugar emergente entre termos e relações entre termos, as celebradas épistémès. Onde ser autor, incluindo de um discurso fundador, é tão-só preencher um espaço possível no interior da configuração epistémica envolvente.

A sensação imediata foi de que algo mudou. Mas, como aproveitar este facto positivamente, no contexto das tentativas e dos riscos popperianos?Como teorizar, então, com base nas primeiras e mais imediatas sensações?

Primeiro ponto:

– a partir de agora, e até prova em contrário, a Naturalia que existe no Museu de Évora não é identificável com a Naturalia «de» Frei Manuel do Cenáculo –.

Segundo ponto: - a partir de agora o que há, com propriedade, é a Naturalia «do» Museu de Évora - .

Se por um lado, o seu valor material vale por si, permanecendo inalterado e à margem de qualquer infirmação - desde que surgiu a suspeita, como infirmar a atribuição de propriedade a cada um, e a todos, dos exemplares? Por outro lado, perdeu aquilo que lhe dava uma unicidade única, não reprodutível. Uma «autenticidade»28 (autor, «autor - ia», «autor - idade», autenticidade), enfim.

28 Walter Benjamin, L’œuvre d’art à l’époque de sa reproduction mécanisée (1936). In “Ecrits français”. Paris, Gallimard, 1991, 186.

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Perdeu aquilo que, também segundo Benjamin, «tem a sua base no ritual»29, num certo cerimonial fora das «ocasiões de se expor»30.

Assim sendo, há um empobrecimento qualquer, enquanto se vão esvanecendo as imagens remanescentes que sempre tinham acompanhado o tempo de investigação, ao invocarem o proprietário - Frei Manuel do Cenáculo - encomendando os espécimes, afagando-os, estudando-lhes as formas, dispondo as peças cuidadosamente em cima de uma mesa. Olhando-as orgulhoso, de longe ou de perto. Tratando-se de um coleccionador significativo, no contexto português do século XVIII, perdem-se, igualmente, as relações de enquadramento com as demais colecções museográficas (Pintura, Escultura, Arqueologia, Numismática); perdem-se, finalmente, referenciais da mentalidade intelectual, dos ambientes humanos, e dos ritos da sociedade envolvente. O conjunto - será que se pode continuar a falar de colecção? ou de restos de uma colecção? - tem menos brilho. Não é, aliás, isso mesmo que se quer transmitir quando se diz que perdeu a aura31?

Montemor-o-Novo, 2004.

29 Walter Benjamin, L’œuvre d’art à l’époque de sa reproduction mécanisée (1936). In “Ecrits français”. Paris, Gallimard, 1991, 184.

30 Walter Benjamin, L’œuvre d’art à l’époque de sa reproduction mécanisée (1936). In “Ecrits français”. Paris, Gallimard, 1991, 186.

31 Curiosamente, percebe-se que esta perda de adensamento está a tocar mais os investigadores das «Humanidades» do que os das «Ciências». Na verdade, a primeira matriz formativa está mais marcada pela «volumetria do nome e do tempo», da Cultura e da História.

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