fronteras de la historia 16-1 (2011) final1

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revista de historia colonial latinoamericana

Bogot colombia

E n e ro - j u n i o

2011

ISSN 2027-4688

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Volumen

16-1 2011

HISTORIA rde larevista de historia colonial latinoamericanaEnero-junio 2011 ISSN 2027-4688

FRONTERASrVolumen 16-1 2011

Editor Jorge Augusto Gamboa Mendoza Instituto Colombiano de Antropologa e Historia (icanh) Comit Editorial Diana Bonnett (Universidad de los Andes, Colombia) Jaime Borja (Universidad de los Andes, Colombia) Steinar Sther (Universidad de Oslo, Noruega) Guillermo Sosa (Instituto Colombiano de Antropologa e Historia) Comit Asesor de esta edicin Alejandro Agero (Universidad Nacional de Crdoba, Argentina), Fernando Arrigo Amadori (Universidad Complutense de Madrid), Marcelo de Assis (Universidad Federal de Ro de Janeiro, Brasil), Mara Elena Barral (Universidad Nacional de Lujn, Argentina), Sergio Eduardo Carrera Quezada (Universidad Autnoma Nacional de Mxico), Julio Djenderedjian (Universidad de Buenos Aires, Argentina), Antonio Escobar (Ciesas, Mxico), Margarita Gascn (Conicet, Argentina), Nicole von Germeten (Oregon State University, Estados Unidos), Alicia Gojman Goldberg (Universidad Autnoma de Mxico), Silvia Hamui Sutton (Universidad Nacional Autnoma de Mxico), Francisco Javier Herrera Garca (Universidad de Sevilla, Espaa), ngrid de Jong (Universidad de Buenos Aires, Argentina), Gloria Kok (Universidad de So Paulo, Brasil), Jos Luis Martnez (Universidad de Chile), Carlos Ruiz Medrano (El Colegio de San Luis, Mxico), Lidia R. Nacuzzi (Universidad de Buenos Aires, Argentina), Hctor Noejovich (Pontificia Universidad Catlica del Per), Mara Dolores Palomo Infante (Ciesas-Sureste, Mxico), Silvia Ratto (Conicet, Argentina), Jane M. Rausch (University of Massachusetts-Amherst, Estados Unidos), Francisco Roque de Oliveira (Universidad de Lisboa, Portugal), Renn Silva (Universidad de los Andes, Colombia), Daniela Traffano (Ciesas-Pacfico Sur, Mxico), Laura Vargas Murcia (Museo de Arte Colonial, Colombia), Alejandra Vega (Universidad de Chile), Julio Esteban Vezub (Conicet, Argentina). Asistente editorial Edna Cardozo Instituto Colombiano de Antropologa e Historia, 2011 Calle 12 No. 2-41 Bogot, Colombia Telfonos (571) 561 9400 y 561 9500, exts. 119 y 120. Fax (571) 561 9500, ext. 144 Correo electrnico: [email protected] Pgina web: http://www.icanh.gov.co/frhisto.htm ISSN: 2027-4688

Director General (e) Carlo Emilio Piazzini Coordinador del Grupo de Historia Guillermo Sosa Abella Responsable del rea de Publicaciones Mabel Paola Lpez Jerez Correccin de estilo Gustavo Patio Daz Diseo y diagramacin Claudia Margarita Vlez G. Ilustracin de cubierta Martn de la Cruz. The Badianus Manuscript (Codex Barberini, Latin 241). Vatican Library; an Aztec Herbal of 1552. Ed. Emily Walcott Emmart. Baltimore: The Johns Hopkins University Press, 1940. Plate 68. La revista Fronteras de la Historia est incluida en los siguientes catlogos, directorios especializados y sistemas de indexacin y resumen (Sires): i Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Nacional Autnoma de Mxico (Clase). i Hispanic American Periodicals Index (HAPI). i Historical Abstracts (HA). i ndice Bibliogrfico Nacional-Publindex (IBN-Publindex) de Colciencias (Colombia), en categora B. i International Bibliography of the Social Sciences (IBSS). i Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal (Redalyc), de la Universidad Autnoma del Estado de Mexico. i Sistema regional de informacin en lnea para revistas cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal (Latindex). i Sociological Abstracts (SA).La revista Fronteras de la Historia es una publicacin semestral editada por el Instituto Colombiano de Antropologa e Historia (ICANH) y su objetivo es difundir los resultados de investigaciones recientes en historia colonial latinoamericana y reflexiones tericas y metodolgicas sobre el pasado. Aunque su eje temtico es la historia del perodo colonial, la revista est abierta a las discusiones que articulen esta poca con problemticas de los siglos XIX y XX desde una perspectiva transdisciplinar. Se autoriza la reproduccin sin nimo de lucro de los materiales, citando la fuente. Impreso por Imprenta Nacional de Colombia Bogot, diagonal 22B No. 67-70

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Volumen 16-1

C ontenido7 13 42 74 102 135 152 176 209

A u t o r e s Artculos Mara Jos Afanador Llach: Nombrar y representar: escritura y naturaleza en el Cdice de la Cruz-Badiano, 1552 Andrs Castro Roldn: El Orinoco ilustrado en la Europa dieciochesca Guadalupe Pinzn Ros: William Dampier en el Mar del Sur. Mapas y diarios de viaje ingleses en el reconocimiento del Pacfico novohispano (siglo XVIII) Armando Hernndez SouBeRVIELLE: La jura de la Constitucin de Cdiz en San Luis Potos (1813). Un discurso barroco del poder a travs de la Iconologa de Ripa Mara Teresa Aedo Fuentes: La ambivalencia del discurso inquisitorial: el proceso de Francisco Maldonado de Silva (Chile, siglo XVII) Flvio dos Santos Gomes: Africanos, trfico atlntico y cimarrones en las fronteras entre la Guyana Francesa y la Amrica portuguesa, siglo XVIII Jos Eduardo Rueda Enciso: Alianza y conflicto interracial en los Llanos de Casanare (Virreinato del Nuevo Reino de Granada). El caso del adelantado Juan Francisco Parales, 1795-1806 Francisco Luis Jimnez Abollado y Verenice Cipatli Ramrez Calva: Conflictos por el agua en Tepetitln (Hidalgo, Mxico), siglo XVIII

ReseasMarina Caffiero. La fabrique dun saint lpoque des Lumires [La politica della santit. Nascita di un culto nellet dei Lumi, 1996]. Pars: hss, 2006. 223 pp. Por Renn Silva. Heraclio Bonilla, ed. Indios, negros y mestizos en la Independencia. Bogot: Planeta; Universidad Nacional de Colombia, 2010. 340 pp. Por Robinson Salazar Carreo. Ascensin y Miguel Len-Portilla. Las primeras gramticas del Nuevo Mundo. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 2009. 152 pp. Por Renn Silva. Ana Mara Lorandi. Poder central, poder local. Funcionarios borbnicos en el Tucumn colonial. Un estudio de antropologa poltica. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2008. 230 pp. Por Mara Victoria Mrquez. Adriana Rocher Salas. La disputa por las almas. Las rdenes religiosas en Campeche, siglo XVIII. Mxico: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2010. 470 pp. Por Rodolfo Aguirre. Informacin para el envo de manuscritos y suscripciones

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C ontent

A u t h o r s 7 Articles Mara Jos Afanador Llach: To Name and Represent: Writing and Nature in the Cdice de la Cruz-Badiano, 1552 Andrs Castro Roldn: El Orinoco ilustrado in the Eighteenth Century Europe Guadalupe Pinzn Ros: William Dampier in the South Sea. English Maps and Diaries in the New Spains Pacific Coast Expeditions (18th. Century) Armando Hernndez SouBERVIELLE: Cadiz Constitution Swearing in San Luis Potos (1813). A Baroque Speech About the Power through Ripas Iconologa Mara Teresa Aedo Fuentes: The Inquisition Speechs Ambivalence: The Process of Francisco Maldonado de Silva (Chile, 17th. Century) Flvio dos Santos Gomes: Africans, Atlantic Traffic and cimarrones in the Border Between French Guiana and the Portuguese America, 18th. Century Jos Eduardo Rueda Enciso: Alliance and Interracial Struggle in los Llanos of Casanare (Viceroyalty on New Kingdom of Granada). The Adelantado Juan Francisco Paraless Case, 1795-1806 Francisco Luis Jimnez Abollado y Verenice Cipatli Ramrez Calva: Conflicts for Water in Tepetitln (Hidalgo, Mxico), 18th. Century

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ReviewsMarina Caffiero. La fabrique dun saint lpoque de lumires [la politica della santit. Nascita di un culto nellet dei lumi, 1996]. Pars: Editions de lEhess, 2006. 223 pp. By Renn Silva. Heraclio Bonilla, ed. Indios, negros y mestizos en la Independencia. Bogot: Grupo Editorial Planeta S.A. y Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia-Bogot, 2010. 340 pp. By Robinson Salazar Carreo. Ascensin y Miguel Len-Portilla. Las primeras gramticas del Nuevo Mundo. Mxico: Fondo de Cultura Econmica, 2009. 152 pp. By Renn Silva. Ana Mara Lorandi. Poder central, poder local. Funcionarios borbnicos en el tucumn colonial. Un estudio de antropologa poltica. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2008. 230 pp. By Mara Victoria Mrquez. Adriana Rocher Salas. La disputa por las almas. Las rdenes religiosas en campeche, siglo XVIII. Mxico: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2010. 470 pp. By Rodolfo Aguirre. information on subscriptions and on submitting manuscripts

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Autores

M ara Teresa A edo F uentes

Es magster en artes con mencin en literaturas hispnicas, y doctora en literatura latinoamericana por el Departamento de Espaol de la Facultad de Humanidades y Arte de la Universidad de Concepcin, Chile. Actualmente se desempea como directora del Programa Multidisciplinario de Estudios de Gnero (Promeg) de la Universidad de Concepcin. Sus intereses investigativos se han centrado en el estudio de la literatura latinoamericana; especialmente, el perodo colonial y los estudios de gnero. Ha publicado, entre otros: El Inquisidor mayor o historia de unos amores (1852) de Manuel Bilbao. Los plenos derechos de la invencin, en Crtica y creatividad. Acercamientos a la literatura chilena y latinoamericana (2007) y El pirata del Huayas (1855) de Manuel Bilbao: Panpticos en Amrica Latina, en el marco del Proyecto Bicentenario Universidad de Alicante-Universidad de Concepcin, actualmente en prensa.M ara J os A fanador L lach Es politloga de la Universidad de los Andes, Colombia (2004) e historiadora de la misma institucin (2005), con el trabajo titulado Historia natural y poltica: reflexiones en torno a la ciencia ilustrada en las dos primeras dcadas del siglo XIX a travs de la obra de Jorge Tadeo Lozano. Es candidata al doctorado en historia por la Universidad de Texas, Austin, donde hizo su maestra en historia con el trabajo titulado: The Unmaking of Empire: Nature and Politics in the Early Colombian Imagination, 1808-1821. Sus trabajos se enfocan en el estudio de la historia del mundo Atlntico, la historia natural y la historia de las representaciones de la naturaleza; adems, en investigaciones relacionadas con el perodo independentista y el surgimiento de las identidades. Entre sus publicaciones se encuentran: Historia natural y poltica: reflexiones sobre la ciencia ilustrada de comienzos del siglo XIX a travs de la obra de Jorge Tadeo Lozano, en Historia Crtica 34 (2007), y La obra de Jorge Tadeo Lozano: apuntes sobre la ciencia ilustrada y los inicios del proceso de Independencia, Documento ceso 108 (2006).

Vol. 16-1 / 2011 r pp. 7-10 r F ronteras de la Historia

Autores

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Vol. 16-1 / 2011 r pp. 7-10 r F ronteras de la Historia

Autores

A ndrs C astro R oldn

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Es abogado de la Universidad de los Andes (Colombia) y licenciado en filologa espaola de la Universidad de Nantes (Francia), con posgrado en estudios culturales; adems, es doctor en estudios latinoamericanos de la Universidad de Pars III, con una tesis sobre misiones jesuitas en la Orinoqua. En la actualidad se desempea como profesor de la Universidad de Nantes y es miembro del Instituto Francs de las Amricas (IDA) y del Centro de Investigaciones sobre los Conflictos de Interpretacin (Cerci) de la Universidad de Nantes. Su inters investigativo se centra en los procesos de produccin, circulacin y recepcin de escritos de los siglos XVI a XVIII entre la Amrica espaola y Europa.F lviodos

S antos G omes

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Es profesor del Departamento de Historia y del Programa de Posgrados en Arqueologa de la Universidad Federal de Ro de Janeiro (Brasil). Ha realizado estudios comparativos sobre cultura material de la esclavitud en las Amricas. En 2006 su libro A hidra e os pntanos. Quilombos e mocambos no Brasil, secs. XVII-XIX recibi el premio mencin honorfica de Casa de las Amricas, en la categora de ensayo histrico. Ha publicado libros, recopilaciones y artculos en peridicos sobre temas relacionados con la esclavitud, la Amazona, las fronteras y el campesinado afrodescendiente. En 2009 obtuvo la beca John Simon Guggenheim Foundation. Est vinculado al Laboratorio de Antropologa e Historia (LAH) del Museo Nacional de la Universidad Federal de Ro de Janeiro.A rmando H ernndez S Es doctor en humanidades y artes de la Universidad Autnoma de Zacatecas (Mxico). En la actualidad se desempea como profesor investigador del Departamento de Historia de El Colegio de San Luis, Mxico. Entre sus obras estn: Nuestra Seora de Loreto de San Luis Potos (2009); El diseo de las nuevas casas reales de San Luis Potos. Entre lo barroco y lo acadmico, en Fronteras de la Historia 13.2 (2008); Plata

novohispana en la Baslica de San Juan de Dios de Granada, en Afehc 35 (2008); Imgenes de fe en un pueblo de frontera, en Seminario de Historia Mexicana 3.8 (2007); y La iconografa perdida del Sagrario, en Universitarios Potosinos 12 (2005). Ha colaborado como investigador con el Museo Nacional del Prado en la realizacin de El legado Ramn Errazu (2005). Sus reas de investigacin son la historia del arte y la arquitectura en San Luis Potos.F rancisco L uis J imnez A bollado

Es doctor en historia de la Universidad de Sevilla. As mismo, es miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI-Conacyt). Desde 2002 es profesor investigador de tiempo completo en el rea acadmica de Historia y Antropologa de la Universidad Autnoma del Estado de Hidalgo (Mxico), donde realiza investigaciones centradas en el Mxico virreinal. Sus ltimas publicaciones son: Reduccin de indios infieles en la Montaa del Chol: la expedicin del Sargento Mayor Miguel Rodrguez Camilo en 1699, en Estudios de Cultura Maya (2010); Aspiraciones seoriales: encomenderos y caciques indgenas al norte del valle de Mxico, siglo XVI (2009), como editor; y junto con Verenice C. Ramrez Calva, como editores, public Historia colonial en el Estado de Hidalgo (2009).G uadalupe P inzn R os

Es doctora en historia de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, donde se desempea como profesora. Sus proyectos de investigacin estn enfocados en el Pacfico novohispano; especficamente, en las polticas defensivas y el desarrollo portuario durante el siglo XVIII. Entre sus publicaciones ms recientes se encuentran: En pos de nuevos botines. Expediciones inglesas en el Pacfico novohispano (1680-1763), en Estudios de Historia Novohispana 44 (2011); Francisco de la Bodega y Cuadra y los mapas de Acapulco, Paita y Callao (1777-1789), en Mapas de metade do mundo. A cartografia e a construo territorial dos espaos americanos: sculos XVI a XIX / Mapas de la mitad del mundo. La cartografa y la construccin territorial de los espacios americanos: siglos XVI al XIX

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(2010); y Apertura comercial entre los puertos peruanos y San Blas. La propuesta del visitador Antonio de Areche en el pensamiento econmico espaol (1779-1789), en Historia del pensamiento econmico: testimonios, proyectos y polmicas (2009).Verenice C ipatli R amrez C alva

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Es licenciada en etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropologa e Historia, de Mxico. Es tambin maestra y doctora en antropologa social del Colegio de Michoacn, Mxico. Desde 2005 se desempea como profesora investigadora en el rea acadmica de Historia y Antropologa de la Universidad Autnoma del Estado de Hidalgo, Mxico. Imparte diversas ctedras en las licenciaturas de historia de Mxico y antropologa social. Sus principales lneas de investigacin son: nobleza indgena, comercio indgena, uso y control del agua durante el perodo novohispano. Sus publicaciones ms recientes son: Historia colonial en el Estado de Hidalgo (2009), en coedicin con Francisco Luis Jimnez Abollado; Cacicazgo o tlatocayotl? Historia prehispnica de un mayorazgo colonial, en Aspiraciones seoriales: encomenderos y caciques indgenas al norte del valle de Mxico, siglo XVI (2009).J os E duardo R ueda E nciso

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Es antroplogo de la Universidad Nacional de Colombia (1984) y magster en historia andina de la Universidad del Valle (1991). Se ha desempeado como profesor titular de la Escuela Superior de Administracin Pblica (ESAP) y como coordinador del grupo de investigacin histrica sobre problemtica pblica Radicales y ultramontanos. Entre sus ms recientes publicaciones se encuentran: en coautora con Elas Gmez Contreras, La repblica liberal decimonnica en Cundinamarca 1849-1886 (2010); y Jorge Isaacs y Juan Friede, pioneros de la modernidad colombiana, en Los judos en Colombia. Una aproximacin histrica (2011). Tambin public, con el icanh, la obra Juan Friede 1901-1990: vida y obra de un caballero andante en el trpico (2008).

Artculos

ombrar y representar : escritura y naturaleza en el C dice de la C ruz -B adiano , 1552Universidad de Texas, Austin, Estados Unidos

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Mara Jos Afanador [email protected]

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esumen

El presente estudio del Cdice de la Cruz-Badiano busca recontextualizar este documento como un lugar de encuentro entre diferentes sistemas de escritura y conocimiento. El anlisis de la relacin entre la tradicin pictogrfica-glfica y la alfabtica es una forma de aproximarse a las interacciones culturales entre el Viejo Mundo y el Nuevo Mundo, y de obtener informacin sobre historia natural que no se encuentra en los textos en latn dentro de cdice. Este es evidencia de un proceso por el cual diferentes sistemas de conocimiento y expresin coexistieron durante la postconquista. El concepto de hibridacin se utiliza para iluminar los procesos de interaccin cultural presentes en este artefacto colonial del siglo XVI, para as alejarse de ideas recurrentes de contaminacin o imposicin cultural.

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P alabras clave: Cdice de la Cruz-Badiano, escritura, naturaleza, Nueva Espaa,siglo XVI.

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bstract

The present study of the Codice de la Cruz-Badiano recontextualizes this document as a place of encounter between different writing systems and knowledge. The analysis of the relation between the pictographic-glyphic and alphabetical traditions is a way to approach the cultural interactions between the Old and the New World and to provide information about natural history that was not present in the texts in Latin. The codex is evidence of a complex process by which different knowledge and expression systems coexisted during the post conquest period. The concept of hibridity is useful to illuminate the processes of cultural interaction present in this colonial artifact of the 16th century, stepping away from recurrent ideas of cultural contamination or imposition.

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Keywords: Cdice de la Cruz-Badiano, writing, nature, New Spain, 16th century.

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Mara Jos Afanador Llach

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Cuando el maestro di camera del papa Cassiano dal Pozzo regres de Espaa en 1626 trajo consigo unos manuscritos mexicanos de historia natural1. Despus de visitar en Madrid los jardines de Diego Cortavila y Sanabria, dal Pozzo, boticario del rey Felipe IV, encontr el Libellus de medicinalibus Indorum herbis, un manuscrito maravilloso, con ilustraciones de ms de 180 plantas con sus nombres en nhuatl y una descripcin en latn de sus usos medicinales (Freedberg 62). Dal Pozo hizo una copia del Libellus, mientras que el original fue vendido al cardenal Francesco Barberini, quien lo guard en la Biblioteca Barberini, la cual, a su vez, ms tarde pas a ser parte de la Biblioteca del Vaticano. Este artculo se interesa, precisamente, en el Libellus de medicinalibus Indorum herbis, o Cdice de la Cruz-Badiano, manuscrito producido en 1552 por el mdico indgena Martn de la Cruz y traducido al latn por el traductor nahua Juan Badiano2. Durante el siglo XVI Mxico puede describirse como un lugar de contacto intercultural y de dilogo entre indgenas y colonizadores espaoles. Los textos coloniales y los cdices evidencian los procesos de adaptacin

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Dentro de los manuscritos que Cassiano encontr se encuentran los tratados sobre plantas, animales y minerales mexicanos del naturalista espaol y mdico de la corte Francisco Hernndez, producidos entre 1571 y 1578. Al no estar bien organizados, Felipe II decidi hacer algo al respecto y acudi a su siguiente mdico personal para resolver el problema. Nardo Antonio Recchi, designado en 1582 como el mdico del rey, fue encargado de tomar bajo su cuidado el cultivo de plantas medicinales y de revisar los trabajos de Hernndez para ponerlos en orden. Los miembros de la Academia Linceana en Italia estaban trabajando sobre el llamado Tesoro Mexicano cuando Cassiano llev consigo las transcripciones de Hernndez y otras cosas relevantes, como el Libellus (Freedberg 246).

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En 1552 el hijo del virrey, Francisco de Mendoza, envi el manuscrito en latn a Espaa, donde permaneci, presumiblemente, hasta finales del siglo XVII, cuando fue adquirido por Diego de Cortavila y Sanabria, boticario real de Felipe IV. El siguiente destino del Libellus fue la biblioteca del cardenal italiano Francesco Barberini, donde permaneci hasta 1902, cuando esta pas a ser parte de la Biblioteca del Vaticano. Fue redescubierto en 1929 por el profesor Charles Upson Clark. Finalmente, en 1991 el papa Juan Pablo II devolvi el Libellus a Mxico y ahora hace parte de la biblioteca del Instituto Nacional de Antropologa e Historia de la Ciudad de Mxico. La copia del siglo XVII, que fue hecha en 1626 por Cassiano dal Pozzo, el secretario del cardenal Barberini, ahora se encuentra en la Royal Library, en Windsor (La Cruz, The Badianus).

por los que los indgenas estaban pasando. Estos textos revelan, adems, que en dicho proceso los indgenas no se hallaban, simplemente, sumando nuevas caractersticas a su propio repertorio cultural, sino que, adems, estaban reinterpretando esas caractersticas para hacerlas consistentes con modelos culturales preexistentes (Burkhart 6). El artculo propone hacer una lectura del cdice como una forma, de expresin de lo nahua en un contexto de fuerte influencia europea y como un mecanismo para lidiar con una realidad cambiante. De esta forma las motivaciones de los autores indgenas al producir este herbario y sus contenidos se describen mejor dentro del marco de los procesos de hibridacin que tuvieron lugar en Mxico durante la temprana Colonia3. A partir de la publicacin en facsmil del Cdice de la Cruz-Badiano en 1940 la gran mayora de los investigadores se han concentrado en estudiar el grado en el cual este se halla contaminado por influencias europeas, o en encontrar qu est mdica o botnicamente correcto en el herbario4. Autores como Ortiz de Montellano, Lpez Austin y Jill Furst niegan la validez del Cdice de la Cruz-Badiano como una fuente de informacin indgena sobre medicina. Sin embargo, en la ms reciente evaluacin del mismo, Millie Gimmel establece que el herbario es un ejemplo de biculturalidad, porque tiene caractersticas tanto de la cultura europea como de la cultura nahua (Hacia 277).

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La hibridacin es un concepto que incluye tanto las acciones para acomodarse a las demandas de la sociedad colonial como los efectos materiales de esas acciones, por lo cual resulta ser una respuesta orgnica por parte de grupos e individuos a un ambiente cambiante (Graubart 19-20). La mayora de los autores que han trabajado sobre el cdice se han concentrado en hallar varios vacos de informacin sobre las circunstancias en las que se origin el manuscrito, y han intentado completar el rompecabezas que rodea la produccin del herbario. Como la nica informacin disponible sobre los autores se encuentra en la fuente, hay ciertos detalles que son desconocidos. Por ejemplo, supuestamente, Martn de la Cruz no haca parte del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, pero fue comisionado para prestar su conocimiento sobre remedios y plantas usadas por los nahuas para curar diversas enfermedades del cuerpo y del alma (Emmart; Hassig; A. Lpez; Ortiz, Aztec; Una clasificacin; Somolinos).

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Nombrar y representar: escritura y naturaleza en el Cdice de la Cruz-Badiano, 1552

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Uno de los grandes retos al estudiar documentos del Mxico colonial es descubrir lo que escribir signific en la restructuracin y en la alteracin de la visin del mundo de los nahuas (Gruzinski, The Conquest 2). Las fuentes nahuas de la postconquista no pueden disociarse ni de los sistemas de escritura alfabtica, pictogrfica, etc. y las visiones indgenas o europeas, ni de las circunstancias y debates coloniales. El Cdice de la Cruz-Badiano es considerado la primera exploracin de la naturaleza mexicana en forma visual jams producida en el Nuevo Mundo. Desentraar los procesos de hibridacin o de mestizaje cultural5 a travs del anlisis de los diferentes sistemas de conocimiento y escritura en el cdice es una tarea compleja, que requiere alejarse del paradigma de la contaminacin cultural6. En su estudio sobre los cdices de la postconquista, Serge Gruzinski sostiene que la supremaca de la escritura europea y la erosin y el progresivo abandono del sistema pictogrfico tuvieron lugar durante el proceso de fortalecimiento y estabilizacin de la presencia europea en Mxico, durante la segunda mitad del siglo XVI (The Conquest 35). Tomando el caso del Cdice de la Cruz Badiano, este artculo mostrar que, en vez de un desplazamiento o imposicin de un modo de expresin sobre el otro, existe un proceso complejo por el cual diferentes sistemas de conocimiento y modos de expresin coexistieron, de tal forma que las fronteras entre el uno y el otro se desdibujan. De esta forma el artculo invita a repensar las dicotomas europeo-no europeo, las cuales, ms

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J. M. Lpez Piero utiliza el trmino mestizaje cultural para describir las caractersticas principales de la medicina en Nueva Espaa durante el siglo XVI. Este mestizaje consisti en la confluencia del galenismo que tena lugar en Europa con la medicina amerindia (Fresquet y Lpez 17). El estudio de los nahuas durante el perodo colonial se ha referido, en la mayora de los casos, al anlisis de las evidencias coloniales del pasado prehispnico. Tales investigaciones han sido dominadas por la arqueologa y la antropologa fsica, lingstica y cultural. A partir de esta literatura surge la idea de una contaminacin cultural en las fuentes nahuas, que parecen tener demasiada influencia europea, lo que oscurecera la cultura nahua pura (Aguirre; Horcasitas; Ortiz, Medicina).

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que contribuir a esclarecer la complejidad de los procesos de interaccin cultural de la temprana colonia, oscurecen un anlisis ms matizado del contacto y de la produccin de textos coloniales.

rEl contexto de produccin:

educando a la nobleza indgena

El fraile franciscano Bernandino de Sahagn fund el Real Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco en 1536, como un lugar para educar a los hijos de la nobleza indgena. Su objetivo principal era introducir a los aborgenes al sacerdocio. Aprendan a leer y escribir en nhuatl, en castellano y en latn, adems de lecciones de filosofa, lgica, aritmtica, geometra, astronoma, msica y medicina nativa (La Cruz, The Badianus 18). La administracin colonial buscaba educar a los indios nobles para servir como intermediarios lingsticos y culturales, y as facilitar el proceso de evangelizacin. La temprana Colonia fue testigo de tensiones en torno a las polticas hacia los nativos. Los franciscanos buscaban la supresin del sistema de encomienda, liberar a los indios de todas las formas de servidumbre y administrar el Colegio de Santa Cruz (Zurita 10). Con la certeza de que estos eran una de las diez tribus perdidas de Israel, los franciscanos de Nueva Espaa conceban a los aztecas como personas racionales e inteligentes, cuyas hazaas culturales igualaban aquellas de los griegos y los romanos7.

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Desde el siglo XVI varios autores creyeron que los nativos de Amrica eran una de las diez tribus perdidas de Israel. Dos de las concepciones ms comunes sobre los habitantes del Nuevo Mundo entre los conquistadores fueron las siguientes: que los indios eran adictos a la desocupacin y el vicio, caractersticas que se podan corregir a travs de la conversin y la aceptacin de la fe cristiana y viviendo cerca de los espaoles; y que, aun cuando eran criaturas de Dios, haban permanecido bajo el control del demonio, y que era parte del designio de Dios, a travs de la actividad misionera de la conversin, traer a todos los nativos descubiertos a la fe cristiana (Glacken 361).

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Nombrar y representar: escritura y naturaleza en el Cdice de la Cruz-Badiano, 1552

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Aun cuando el mal haba llevado a los aztecas a la idolatra antes de la llegada de los espaoles, una vez convertidos al cristianismo la gran sociedad azteca podra ser reconstruida sobre principios organizativos precolombinos. Los proponentes principales de estas visiones fueron Bartolom de las Casas, Bernandino de Sahagn y Diego Durn (Duarte 86; Ortiz, Aztec 12). La inauguracin de colegios como el de Santa Cruz de Tlatelolco gener la creacin de una lite letrada y cristianizada que provey a la Iglesia con los medios intelectuales y lingsticos para penetrar ms efectivamente el mundo indgena (Gruzinski, The Conquest 60). De esta forma, al acceder a las artes y a la educacin cristiana, la nobleza india logr un mayor estatus que el de los indios tributarios. Esto es visible en el hecho de que entre 1547 y 1569 los indgenas nahuas administraron el colegio. Tlatelolco se convirti, adems, en centro de investigacin y documentacin de la cultura indgena. A pesar del apoyo del virrey Antonio de Mendoza, el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco tena detractores que se oponan a proveer educacin superior y, por ende, un mayor estatus a los nativos8. Un ejemplo de ello es el caso de Gernimo Lpez, quien despus de visitar el seminario de Tlatelolco escribi a Carlos V lo siguiente, en 1541: La doctrina bueno fue que la sepan; pero el leer y escribir muy daoso como el diablo. Lpez advirti que, adems de ensearles a los indios a leer y escribir, se les estaba enseando la Biblia, la cual distorsionaban y eran incapaces de entender:Dironse tanto a ello e con tanta solicitud, que haba mochacho, y hay de cada da ms, que hablan tan elegante latn como Tulio; [] A lo cual, cuando esto se principiaba, muchas veces en el acuerdo al obispo de Sto. Domingo ante los oidores, yo dije el yerro que era y los daos que se podan seguir en estudiar los indios ciencias, y mayor en dalles la Brivia en poder, y toda la sagrada Escritura que trastornasen y leyesen, en la cual muchos de nuestra Espaa se haban perdido e haban levantado mill herejas por no entender la sagrada Escritura, ni ser dinos, por su malicia e soberbia. (Carta)

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Con la fundacin del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco empez a formarse la primera biblioteca acadmica de las Amricas (Mathes 12-21).

La epidemia de 1545 diezm a gran parte de la poblacin del colegio e incentiv la promocin de la presencia de mdicos indgenas durante los aos subsiguientes9. Martn de la Cruz, un curandero nahua, fue uno de los mdicos trados al colegio despus de la epidemia (Viesca, y Martn 481). En tiempos de epidemias el estudio de la medicina adquiri mayor importancia y los europeos se preocuparon as por conocer las cualidades y los mritos de los remedios extranjeros. La naturaleza indgena comenz a verse como materia digna de estudio, bajo la premisa de que cada regin tendra sus propias enfermedades endmicas, las cuales podran ser curadas nicamente con medicinas nativas (Cooper 42-44). De tal forma, en este contexto de epidemias generalizadas, los cursos de medicina empezaron a formar parte esencial del currculum del colegio. Para 1552 estaba en riesgo de ser cerrado, debido a la influencia de peninsulares como Gernimo Lpez, quienes advertan sobre los peligros de educar a los indios. En un intento por enfrentar la posibilidad de perder el subsidio de la Corona, Francisco de Mendoza, el hijo del virrey, solicit un herbario como regalo al rey Carlos V, para demostrar la utilidad y el mrito del colegio. El curandero ms conocido de Tlatelolco, Martn de la Cruz, fue designado como encargado de preparar el regalo10. Sin embargo, adems de demostrar cun digno era el colegio, otras razones explican el inters del hijo del virrey en este particular regalo. Carlos Viesca Trevio seala que la familia Mendoza tena una relacin cercana con de La Cruz, lo cual le haca confiable para ese trabajo. Adems, Mendoza estaba intentando convencer al rey de que expidiera una licencia para explotar las riquezas medicinales del Nuevo Mundo (y Martn 481). Sin duda, el conocimiento nahua de las hierbas y

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Se calcula que la epidemia de fiebre hemorrgica diezm, aproximadamente, al 80% de la poblacin; en su mayora indgenas. Existe un debate sobre si la epidemia se origin en Mxico o si fue trada de Espaa (Acua-Soto; Caldern y Maguire 733). La existencia de reconocidos mdicos indgenas que practicaron su oficio pblicamente en Mxico a lo largo del siglo XVI ha sido documentada ampliamente (Viesca, Reflexiones).

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los rboles mexicanos eran fundamentales para esta tarea. A pesar de los intentos por mantener los subsidios de la Corona para el colegio, entre 1553 y 1558 fue sostenido gracias a la caridad del virrey Antonio de Mendoza, quien donaba al ao ochocientos pesos de minas para el mismo (Ocaranza 22).

rDos indios nahuas y un herbario europeoDadas las circunstancias tan particulares que rodearon la composicin del cdice, este deba ser muestra de la racionalidad de los indios mexicanos (Viesca, El Cdice 72). En los primeros folios, Martn de la Cruz se excusa por lo insignificante que resulta su posicin de indio y busca indulgencia. Junto con Juan Badiano, introduce ciertos elementos en el herbario, con el fin de demostrar y cumplir con estndares culturales europeos. Como lo seala Ortiz de Montellano, el herbario fue una herramienta para impulsar la visin de que los indios eran humanos y capaces de ser educados y poseer una cultura digna (Aztec 20) . El herbario empieza as:Opsculo acerca de las hierbas medicinales de los Indios. Lo compuso un indio mdico del Colegio de Santa Cruz, que no hizo ningunos estudios profesionales, sino que era experto por puros procedimientos de experiencia. Ao de Cristo Salvador de 1552. (La Cruz, Libellus 13)

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El libro est dedicado a don Francisco de Mendoza hijo de Antonio de Mendoza, primer virrey de Nueva Espaa, por Martn de la Cruz, indigno siervo suyo:Pues no creo que haya otra causa de que con tal insistencia pidas este opsculo acerca de las hierbas y medicinas de los indios, que la de recomendar ante la Sacra Cesrea Catlica y Real Majestad a los indios, aun no siendo de ello merecedores. Ojal este libro nos conciliara gracia a los indios, pobrecillos y miserables somos inferiores a todos los mortales y por esta nuestra pequeez e insignificancia natural, merece indulgencia []. (La Cruz, Libellus 13)

El herbario est organizado por captulos y comienza con las afecciones de la cabeza, los ojos, los odos, la nariz, los dientes y las mejillas; sigue con el pecho y el estmago, y contina con las rodillas y los pies; termina con los captulos del remedio contra el miedo o poquedad de nimo, Algunas seales de la cercana de la muerte, Mente de abdera y, por ltimo, Vejados por el torbellino o el ventarrn (La Cruz, Libellus 13-15). Las enfermedades tratadas en el herbario estn nombradas en latn, de acuerdo con la tradicin de los herbarios medievales y de la poca moderna europea11. La influencia de la Historia Natural de Plinio en varias partes del herbario es notable. El uso en latn de la palabra vomica para furnculos, en el folio 7 v., fue tomado de l (La Cruz, Libellus 16-17). En el folio 19 v., que describe la Medicina para deshechar la saliva reseca, el autor o quizs esto fue obra del traductor escribe:Habr fluencia de saliva y se mitigar la sed excesiva si se toma una bebida hecha de las hierbas silvestres acetosas molidas en agua muy limpia. Ha de agregarse la alectoria, que es una piedra preciosa de apariencia de cristal, del tamao de una haba, sea de las Indias, se de Espaa, y se encuentra en el buche de las aves gallinceas, como lo atestigua tambin Plinio; tambin se agrega un Milano de Indias, y un pichn. Todo lo cual se mezcla con la bebida, que es de hierbas cidas. (La Cruz, Libellus 235)

En el margen del manuscrito original, la cita de Plinio aparece como Lib.37 ca.10. Este es uno de los pocos ejemplos en los cuales hay una traduccin del nombre de una planta del nhuatl al latn. Es el caso de Acetarium silvestris (acedera del monte), que corresponde a la planta quauhtlaxoxocoyolin, la cual est ilustrada arriba del texto, aunque el nombre en la parte de arriba se conserv en nhuatl. Alectorium es el nombre en latn para piedra bezoar, una piedra preciosa que se encuentra en la molleja

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Algunas de las enfermedades que aparecen en el cdice son: disentera, epilepsia, hemorroides, melancola, angina y psora.

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de los gallos y de otras aves, y que sirve para curar varias enfermedades. Aparece en ms de diez folios del herbario12. En varias de las descripciones de enfermedades y remedios el herbario hace referencia al binario caliente-fro. En estudios previos sobre el cdice hay una afirmacin recurrente: que los autores usaron un modelo europeo y basaron sus curas en medicina humoral13; sin embargo, esto es debatible14. En The Natural History of the Soul in Ancient Mexico, Jill Leslie McKeever Furst argumenta que los mexicas y muchos otros grupos indgenas del Nuevo Mundo observaban los cambios en el calor del cuerpo desde el nacimiento y tenan un inters por mantener el balance entre en calor y el fro durante el curso de la vida. Esta tesis sostiene que los espaoles no necesariamente introdujeron la dicotoma de caliente-fro en la prctica mdica de Nueva Espaa15.

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En el herbario la piedra bezoar se utiliza para estimular la saliva; en un enema para aliviar el dolor del abdomen; para la disentera; para la diarrea; para el calor excesivo en el cuerpo; para la fatiga; para la epilepsia; y, en una pocin, para los ltimos ritos de los agonizantes (La Cruz, The Badianus 32, 52-54, 70, 79, 94 y 116). As como en el herbario medieval italiano Tractatus de herbis (c. 1300), el Cdice de la Cruz-Badiano presenta evidencia de la teora humoral. El origen de la teora humoral en medicina se remonta al legado de Galeno y su influyente doctrina sobre los humores, que est basada en los escritos de Hipcrates, pero se deriva originalmente del sistema de Aristteles de los cuatro elementos que componen el universo: tierra, agua, aire y fuego. De acuerdo con esta teora, cada elemento es el resultado de la accin de las cualidades elementales: una activa y otra pasiva; la tierra es fra y seca; el agua, fra y hmeda; el aire, caliente y hmedo; y el fuego, caliente y seco. Todos los seres vivos contienen estos elementos, y en el cuerpo humano estn representados los cuatro humores. Una persona es saludable cuando los humores estn perfectamente balanceados. En un ser humano de constitucin normal la preponderancia de uno de sus humores determina su complexin o temperamento: melanclico, flemtico, optimista o colrico (Collins y Raphael 6-9). Desde el trabajo de Emmart todas las revisiones del Cdice de la Cruz-Badiano han argumentado que la teora humoral europea tiene una influencia notoria en la fuente. Lpez Austin sugiere que el gran nmero de fenmenos clasificados como calientes o fros va ms all de cualquier divisin similar de las teoras humorales europeas; este autor indica que las personas de Amrica estaban mucho ms a gusto con esas distinciones y estaban interesadas en extenderlas, pues tal dicotoma era, bsicamente, propia, en vez de haber sido

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En un anlisis sobre el pensamiento nahua respecto al cosmos, el cuerpo y la naturaleza, Lpez Austin muestra que este pueblo americano tena una concepcin dual de la realidad en los binarios fro-caliente, arriba-abajo, luz-oscuridad y muerte-vida (59). Seala, adems, que los mexicas y muchos otros grupos indgenas del Nuevo Mundo observaban cambios en el cuerpo desde el nacimiento, y que, probablemente, saban por experiencia sobre diferentes instancias en las cuales, por ejemplo, un nio que se mantena fro no lograba crecer y, finalmente, mora16. La dicotoma caliente-fro se halla estrechamente relacionada con el tonalli. Este es para los nahuas la fuerza que da vitalidad, calor y coraje, y que permite el crecimiento. Su inters en el tonalli como temperatura sugiere que antes de la llegada de los espaoles al Nuevo Mundo los pueblos indgenas nahuas haban observado los efectos de los cambios en el calor del cuerpo, y haban intentado balancear el fuego interno con ceremonias; probablemente, con comida, acciones rituales y hierbas medicinales (Lvi-Strauss 124). La existencia de tres fluidos vitales que se distribuan en la cabeza (tonalli), el corazn (teyolia) y el hgado (ihiyotl) era central en la cosmologa nahua. Estos eran centros animsticos que hacan posible la existencia humana. Los nahuas tenan una visin del cuerpo que tenda a comparar los diferentes rdenes taxonmicos y a homologar procesos sociales y naturales. Buscaban la regularidad en el universo, su total congruencia

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introducida por los espaoles (Lpez 75-123). Messer cree que el razonamiento sobre lo que es fro o caliente depende no de la transferencia de una clasificacin abstracta de la teora humoral, sino de siglos de experimentacin con comidas, hierbas y procedimientos nativos del Nuevo Mundo (Foster; Messer). La teora de los estructuralistas tempranos de que estructuras duales como esta son constitutivas del pensamiento humano se encuentra en el estudio de Lvi-Strauss sobre los indios de Suramrica e Indonesia. l muestra que estas sociedades tenan estructuras sociales binarias en coexistencia con estructuras asimtricas. Dicotomas tales como este-oeste, sol-luna y tierra-agua se encontraban en dichas sociedades. Lvi-Strauss afirma que no se debe acudir a perspectivas totalizantes para aceptar que la dicotoma caliente-fro pudo haber sido lo suficientemente comn en el pensamiento humano como para asumir que haban sido hispanizadas (102, 132-163).

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y orden (Lvi-Strauss 171). El herbario haca eco de tal comprensin del cuerpo humano; de ah su inters en brindar varios ejemplos del binario caliente-fro. En el folio 18 v., Calor de la garganta, aparece un remedio que se describe a continuacin: refrescan el calor de la garganta las hojas de teamoxtli musgo de la piedra, tlahnextli planta reluciente, molida en agua juntamente con el tallo de la juincia llamada tolpatlactli. Millie Gimmel da varios ejemplos de remedios para ajustar el tonalli y otras fuerzas vitales. Por ejemplo, argumenta que en el folio 44 r. se presenta el tratamiento del calor excesivo y que este calor no era el entendido por los espaoles, sino que era el calor del tonalli conocido por los mexicas (Hacia 279). De esta forma, a la luz del debate sobre los orgenes de la teora humoral, no es posible atribuir a la cultura europea o a la nahua la autora del binario caliente-fro en el herbario. En la seccin final del cdice, Juan Badiano insiste en su inferioridad de cara a la tarea que emprendi:Yo te ruego una y otra vez, excelentsimo lector mo, que veas con buenos ojos lo que haya puesto de trabajo en mi pobre traduccin de este opsculo herbario []. Has de tener sabido que yo, en preparar esta obra he impendido algunas horas prolongadas, y eso no para hacer alarde de ingenio, que a la verdad es casi nulo, sino por pura obediencia a que estoy con mucha justicia obligado para con el eximio sacerdote y rector de esta casa de Santiago, apstol y amartelado patrono de los espaoles. Quiero decir, para con el P. de la orden de S. Francisco, fray Jacobo de Grado, l fue quien puso sobre mis hombros tal cometido. (La Cruz, Libellus 89 y The Badianus 325)

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Martn de la Cruz y Juan Badiano son modestos sobre su trabajo en el cdice; sin embargo, logran unir conocimientos locales y europeos. Comunican y asimilan expresiones de insuficiencia y de falsa modestia, propias de los escritos de la Europa moderna. Esta convencin refleja la asimilacin de caractersticas europeas, al tiempo que se mantienen tradiciones nahuas de automenosprecio; sin embargo, en este caso, as como sucede en el de las teoras humorales, no es posible rastrear los lmites exactos entre la falsa modestia y el automenosprecio europeo y nahua. Los lmites entre lo europeo y lo nahua se desdibujan constantemente.

Figura 1. Azcapanyxhua tlaholpahtli, huihuitzyocochizxihuitl.Fuente: La Cruz, The Badianus, placas 20 y 47.

Figura 2. Nonochton azcapanyxua, cochizxihuitl, folio 13 v., folio 28.r.Fuente: La Cruz, The Badianus, placas 20 y 47.

Figura 3. Temahuiztiliquauitl, tlapalcacauatl, texcalamacoztli, couaxocotl, yztacquauitl, teoezquauitl, huitzquauitl, folio 38r.Fuente: La Cruz, The Badianus, placa 68.

Figura 4. Glifo de Mxico-Tenochtitlan.Fuente: La Cruz, The Badianus, placas 68 y 90.

Figura 5. Tlatonochtli, Cdice de la Cruz Badiano, Cdice Mendoza, folio 49v.Fuente: La Cruz, The Badianus, placas 68 y 90.

Figura 6. Xiuhhamolli Planta de Jabn, folio 9 r.Fuente: La Cruz, The Badianus, placa 11.

rLa hibridacin y el nhuatl alfabticoLa transformacin del nhuatl en un lenguaje alfabtico funciona como una ventana hacia los procesos de hibridacin cultural del siglo XVI en Tlatelolco. La etimologa nhuatl ofrece un orden para el mundo natural, al mismo tiempo que las convenciones pictogrficas usadas para simbolizar cierta clasificacin evidencian una estrategia pictogrfica nahua para representar la naturaleza. Sin embargo, el nhuatl alfabtico emerge durante la postconquista en un espacio colonizado que permiti un ejercicio de sistematizacin de la naturaleza a travs de la transposicin del nhuatl hablado al nhuatl alfabtico (Palmeri 190). Es importante recordar que el mundo natural europeo fue moldeado por un sistema de clasificacin escrito, subdividido en categoras, de acuerdo con un orden preciso y jerrquico. Un concepto til para iluminar los procesos de interaccin cultural y lingstica en el cdice es el de hibridacin. Hibridacin es una construccin terica que se origin en la biologa y la botnica, y que se empez a usar en el mbito del lenguaje y de la reproduccin. Bakhtin ha evaluado el uso de hibridacin en un sentido filolgico. Lo concibe como un modelo lingstico que delinea la manera como el lenguaje puede contener dos conciencias lingsticas distintas. Bakhtin distingue entre dos tipos de hibridacin. Por una parte, la orgnica, para la cual se utiliza el trmino creolizacin, o el francs mtissage, y alude al proceso imperceptible por el cual dos o ms culturas se fusionan en un nuevo modo. Y, por otra parte, la hibridacin intencional, como aquella que ha sido politizada y es contestataria. La hibridacin intencional establece diferentes puntos de vista contrarios dentro de una estructura conflictiva. La hibridacin orgnica tiende hacia la fusin, mientras que la hibridacin intencional posibilita una actividad contestataria. En general, mientras que la hibridacin denota una fusin tambin describe una articulacin dialctica (Young 4-18, 20 y 22).

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En el marco del modelo de la hibridacin se puede considerar el caso del Cdice de la Cruz-Badiano, pero no necesariamente implicando un estructura conflictiva. Se trata, ms bien, de la coexistencia de dos visiones de mundo y sistemas de escritura. El hecho de que los autores del cdice nombren las plantas en nhuatl da cuenta de esta coexistencia donde la idea de una hibridacin orgnica toma forma. La palabra tlacuiloliztli en nhuatl significa escribir y pintar. Los sistemas de escritura en el cdice concebidos en una concepcin amplia que considera tanto los verbales como los no verbales de comunicacin grfica componen un conjunto de elementos que mantiene y comunica conocimiento; es decir, que presenta las ideas (Hill y Mignolo). El nhuatl es una lengua aglutinante donde las palabras y las frases estn compuestas por la unin de prefijos, races y sufijos. El anlisis de los nombres de las plantas en el cdice es til por el hecho de que las caractersticas del nhuatl hacen esencialmente descriptiva la composicin de palabras (Lpez 31). En un contexto caracterizado por una visin europea dominante, la bsqueda de principios taxonmicos nahuas es posible nicamente a travs de un anlisis lingstico y, aunque en menor medida, de un anlisis pictogrfico (Palmeri 214). En el anlisis de los nombres en nhuatl contenidos en el herbario, ngel Mara Garibay identifica seis palabras en nhuatl que sirven como prefijos para clasificar plantas (La Cruz, Libellus 223). De acuerdo con este estudio etimolgico existen patrones lingsticos que expresan un orden en la naturaleza. A esta lista se le adicion el prefijo atl, que indica la ecologa acutica de las plantas. Los prefijos principales y sus significados se encuentran en la tabla 117.

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En sus observaciones generales sobre el sentido etimolgico de las palabras en nhuatl en el cdice, ngel Garibay identifica algunos de los prefijos que sirvieron para clasificar las plantas (Garibay 223).

Palabras Cuahuitl, tepetl, tel Tlalli Xihuitl Teotl Tlaco Tlacatl, tecutli, pilli Alt18

Abreviacin Cuah, tepe, te Tlal xiuh Teo Tlaco Tlaca, tecu, pil At, a

SignificadoPlanta que crece en el cerro o regin montaosa La que crece en la llanura o en el interior de la tierra Planta herbcea Divino, pero es para indicar la planta fina o legtima Cercana o pariente de la que se le designa con el nombre que sigue Planta digna de reyes y seores, o sea de calidad mejor que las otras que el nombre designa Planta que crece en o cerca al agua

Tabla 1. Lista de prefijos contenidos en los nombres de las plantas en nhuatl en el Cdice de la CruzBadiano.Fuente: Garabay.

Adems de la descripcin lingstica que se encuentra en los prefijos en nhuatl, los significados de los nombres contienen informacin sobre cada planta. Los nombres describen las propiedades y los usos medicinales; las caractersticas descriptivas, como el ecosistema en el que crece la planta, el color de la planta y el color de la tierra; las caractersticas morfolgicas, como el olor, el sabor, los efectos que causan las plantas, su relacin con ciertos animales o su relacin con algn elemento sagrado o deidad19. La funcin descriptiva del nhuatl en el cdice es posible gracias a un proceso de hibridacin, aquel por el cual el nhuatl se convierte en lenguaje alfabtico. En los casos en los cuales la ecologa de la planta no se especifica en el nombre en nhuatl o en la ilustracin , por ejemplo, en Medicina con que se mitiga el dolor de garganta, en el folio 19 r. los autores aclaran dentro del texto en latn el tipo de terreno en el que se encuentra esta planta:

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De acuerdo con Horacio Carochi, la palabra atl significa agua.

Algunos de los ejemplos de los nombres de las plantas y sus significados son los siguientes: huitzquilitli hierba comestible espinosa; tetlahuitl piedra roja; tlayapaloni tinte para ennegrecer o, ms bien, para dar color morado; chipahuacxihuitl hierba grasosa; matlalxochitl flor azul; azcapanyxhua hierba medicinal de la basura; ohuaxocoyolin agrillo del tallo; cochizxihuitl hierba del sueo; huitiuitzyocochizxihuitl hierba del sueo espinosa; yztacapahti medicina blanca; atzitzicaztli ortiga acutica; y teonochtli tuna fina; real, dicen a veces.

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Se adormece el dolor de garganta, si se mete el dedo a la boca y se aplica con l, sobando suavemente la parte enferma, el jugo de las hierbitas tlanexti y teoiztaquilitl, que se cran en lugares pedregosos, que se ha molido antes con piedra pmez y tierra blanca y se han mixturado con miel. (La Cruz, Libellus 31)

Un ejemplo adicional est en el f. 27 r.: Contra el dolor en el pecho, las hierbas telahuitl, teoiztaquilitl, que nace sobre las piedras, junto con piedra tlacalhuatzin, piedra pmez y tierra blanca (La Cruz, Libellus 41). Los autores hicieron uso de los recursos lingsticos tanto del nhuatl como del latn, al igual que de representaciones visuales en el cdice, para nombrar y representar el mundo natural. Otros trabajos han intentado mostrar la existencia de una taxonoma natural nahua a travs del estudio del bien conocido Cdice Florentino. Ortiz de Montellano argumenta que, al parecer, los nahuas desarrollaron un extenso y acertado sistema taxonmico jerrquico. Las plantas se diferencian lingsticamente mediante el uso de caractersticas descriptivas. El autor afirma que este sistema taxonmico descriptivo existi doscientos aos antes del nacimiento de Carlos Linneo, lo cual resalta los logros de la cultura nahua (Aztec 34-37). Adicionalmente, los botanistas europeos del siglo XVII intentaron identificar o, por lo menos, relacionar nuevas especies algunas de ellas contenidas en el trabajo del mdico Francisco Hernndez y en el Cdice de la Cruz-Badiano con aquellas estudiadas por las autoridades antiguas, como Dioscrides, Teofrasto y Plinio. A este respecto, ms de quinientas plantas nombradas en el Cdice de la CruzBadiano y las tres mil plantas en el trabajo de Hernndez significaron una contribucin enorme que la terminologa botnica europea no pudo integrar. Hernndez mismo enfrent este problema y, en consecuencia, recurri al nhuatl con el fin de encontrar terminologa para su trabajo (Lpez y Pardo). Los autores del cdice debieron enfrentarse a un problema similar, y solo en pocas ocasiones dieron con la traduccin al latn de los nombres de las plantas o las piedras mexicanas (Fresquet y Lpez 18). En el caso de Hernndez, el uso del nhuatl alfabtico da cuenta de un proceso de doble va por el cual naturalistas europeos integraron

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elementos del repertorio cultural y de los saberes nahuas en sus propias historias naturales. El aprendizaje de latn por parte de los nahuas implic la introduccin de un nuevo sistema de conocimiento y de pensamiento, y el proceso de convertir el nhuatl en un lenguaje alfabtico hace de este un artefacto hbrido. En otras palabras, la conversin del nhuatl en un lenguaje alfabtico y su funcionalidad en un herbario de tipo europeo reflejan una hibridacin intencional. Ello se evidencia en el hecho de que en el cdice se mantuvieron estos nombres en nhuatl, y por la facilidad con la cual los nahuas de los crculos nobles se adaptaron a los estndares culturales europeos, sin que ello significara entrar en conflicto con estos, sino, ms bien, apropindolos para su beneficio. En varios folios, como en el 32 r., sobre la cura para la Frialdad abdominal; en el 41r., o Remedio contra la sangre negra; en el 49 r., Remedio contra la purulencia ya agusanada; o en el 61 r., Siriasis, hay referencias al vino nativo, nuestro vino, vino indio, octli, y vino nativo dulce. Estas referencias aluden al pulque, la bebida alcohlica nativa extrada del maguey. La conexin semntica entre el pulque como vino ejemplifica la capacidad de asimilacin de artefactos culturales y lingsticos de Europa por parte de los nahuas al asociar su propio pulque con el latn vino Indico. Lo mismo ocurre con varios nombres de animales del Nuevo Mundo usados para preparar algunos remedios que aparecen nombrados en latn como animales europeos conocidos. Algunos ejemplos son hormigas, palomas, guilas, gansos, halcones, bhos, cuervos, gallos, perros, zorros, leones, ratones, etc. Alrededor de la mitad de los nombres de animales permanecen en nhuatl. Es decir, la construccin del cdice como un artefacto hbrido lo hace receptor de sentidos igualmente descifrables, tanto en un contexto europeo como en uno nahua. Sin embargo, al ser un regalo para el rey de Espaa, el manuscrito aparenta congraciarse con los estndares europeos para este tipo de textos, aun cuando en niveles detallados de anlisis, como hemos visto, no es tan fcil atribuir una naturaleza exclusivamente nahua o europea a sus contenidos.

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rNombrar y representar la naturalezaEn distintos momentos varias culturas de Mesoamrica y de los Andes de Suramrica escribieron con jeroglficos, ilustraciones y signos abstractos, y combinaron, en diferentes grados, elementos de las tres (Hill y Mignolo 17). Como se seal antes, desde la Conquista los escritos nahuas experimentaron un proceso de incorporacin de sistemas europeos de escritura. El alfabeto y la pintura renacentista tuvieron un impacto sobre la sociedad nahua. En el herbario coexisten elementos del modo de expresin pictogrfico de los nahuas con las convenciones artsticas de Europa. Las ilustraciones del cdice representan la naturaleza mexicana en imgenes. Esto debi de ser particularmente til para los europeos, quienes no podan entender los nombres de las plantas en nhuatl. Fijar la naturaleza en representaciones visuales de historia natural es una de las maneras como los estudiosos de la naturaleza profundizan su propia experiencia y la expanden (Ogilvie 210-211). En el caso del herbario, al no incluir una descripcin detallada de las plantas nombradas y dibujadas, las ilustraciones y los nombres se convierten en fundamentales para que los lectores puedan extraer informacin del cdice sobre la naturaleza del Nuevo Mundo. Anlisis previos sobre el herbario sealan la similitud de estas ilustraciones con herbarios medievales o europeos de la poca moderna20. En trminos de las influencias ideolgicas nativas y europeas, Debra Hassig intent desentraar los principios generales subyacentes en la comisin de los herbarios mexicanos. Hassig argumenta que las ilustraciones deben ser consideradas ms estereotpicamente que naturalsticamente representadas, y se deben distinguir las tradiciones europeas de las nativas (35).

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Varios autores han sealado la similitud entre el cdice y herbarios europeos de la misma poca. Somolinos dArdois (185) considera el herbario mexicano dentro de un grupo de herbarios medievales, como el Hortus sanitatis, de John von Kaub.

Las ilustraciones del cdice no son exactas ni realistas, en comparacin con el esfuerzo de los europeos del siglo XVII de asegurar que imgenes hechas con exactitud (icons) de aquellas materias [plantas] fueran presentadas a sus lectores (Ogilvie 198). Los autores del cdice estn demostrando su dominio sobre las propiedades curativas de las plantas mexicanas y sobre los modos de expresin europeos. Serge Gruzinski afirma que los pintores indgenas fueron capaces de transmitir la realidad colonial que descubran y responder a la demanda de los espaoles permaneciendo fieles a su arte, pues supieron modificar su instrumento y desarrollar su potencial (La colonizacin 41). El herbario contiene 184 dibujos de plantas en los cuales pueden ser identificados ciertos patrones y convenciones visuales. El primer patrn general es que el fondo de cada imagen es plano y sin color. En la mayora de las ilustraciones no hay evidencia de una tercera dimensin, pero en algunas pocas est sugerida. El tamao de las plantas es uniforme y el nmero de ellas en cada folio est entre una y cuatro, excepto en los folios 38 r., 38 v. y 39 r., que contienen entre siete y once plantas cada uno, junto con el nombre en nhuatl en cada una de ellas. Cada parte de las plantas est dibujada sin mucho detalle, si se las compara con otras ilustraciones europeas del mismo perodo. Se pueden apreciar en esas imgenes las partes de la planta: el tallo, las flores, las hojas, las espinas y las races. Estas ltimas, en casi todas las ilustraciones, estn pintadas con considerable detalle, dan informacin sobre el tipo de terreno en el que se encuentra la planta21. En varias ilustraciones las races estn encapsuladas, como en una roca; es decir, en un pictograma circular, que en muchos casos representa el glifo nahua para piedra: tetl (f. 38 v., figuras 3, 4, 5, 6 y 7). En trminos botnicos se podran describir las ilustraciones como inexactas, debido a la falta de detalle. Sin embargo, si se comparan estos dibujos con otras representaciones nahuas21

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En comparacin con las ilustraciones del Cdice Florentino, los dibujos de las races juegan un papel central en las representaciones del Libellus. La seccin dedicada a historia natural en el Cdice Florentino tiene muchos rboles y plantas dibujados sin las races y sin demasiados detalles.

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de la naturaleza, como los glifos toponmicos en la cartografa del siglo XVI, se puede afirmar que las ilustraciones del herbario tienen una intencin naturalista (Mundy). De acuerdo con Emmart, el Cdice de la Cruz-Badiano excede a otros manuscritos aztecas en cuanto a la gran variedad de colores (34). Estos, en las ilustraciones, son muy brillantes, lo cual hace de este un documento visualmente atractivo. Hassig (34) afirma que, si bien muy llamativos, los colores en el cdice no siempre reflejan los que se encuentran en la naturaleza (ver, por ejemplo, la fig. 3). Serge Gruzinski sostiene que la confrontacin entre el uso indgena del color y las imgenes monocromticas en los impresos europeos revela cmo los indios absorbieron y se adaptaron a un nuevo orden visual (Images 70). El uso de colores en el herbario puede pensarse como parte de una tradicin nahua rica en ellos, y tambin, como evidencia de la intencionalidad de los autores que produjeron el herbario: hacerlo visualmente atractivo para el rey, en un intento por preservar sus privilegios como parte de la nobleza indgena. En el folio 13 v. (fig. 1) la ilustracin acompaa la descripcin en latn del remedio para la prdida o interrupcin del sueo. La primera hierba de la ilustracin (de izquierda a derecha) es Azcapanyxhua tlaholpahtli, que significa hierba medicinal de la basura que brota en los hormigueros. La ilustracin de la planta expresa la relacin con su ecosistema, al mostrar un grupo de hormigas debajo de la raz de la planta; ello es una representacin literal del entorno natural en el que esta crece. Las hormigas no se identifican con glifos especficos, y es importante notar que la inclusin de un parsito asociado debajo de una planta era popular en los herbarios europeos (Hassig 34). En el nombre en nhuatl y en la ilustracin hallamos informacin sobre la ecologa de la planta. De igual forma, en el tratamiento contra el dolor del corazn (f. 28 r.) se utiliza la hierba nonochton, lo cual significa: que nace cerca a los hormigueros. El nombre que aparece sobre la ilustracin es nonochton azcapanyxua, que significa pequeos nopales que brotan en los hormigueros. La ilustracin contiene en la races de la planta varias hormigas. La relacin entre el nombre de esta

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y lo que significa es evidente, y aparece representada literalmente en la ilustracin (fig. 2). La segunda planta en la fig. 1 es Huihuitzyocochizxihuitl, o hierba del sueo espinosa. El nombre nos da una pista sobre las propiedades de las plantas, al igual que sobre una de sus caractersticas morfolgicas: las espinas. En la denominacin del sueo encontramos informacin sobre sus efectos narcticos. Cuando volvemos a la ilustracin vemos las flores, las vainas y las espinas. La ltima planta en este folio es Cochizxihuitl, que significa hierba del sueo. En la raz de la planta se observa una roca azul. El detalle del color que aparece constantemente en las ilustraciones hace referencia a la ecologa en la cual crece la planta. Como el azul aparece solamente en el centro de la raz, puede significar que la planta crece en tierra hmeda. El sufijo xihuitl significa que es herbcea. En el folio 52 r. se describe cmo se cura el que ha sido vejado por el torbellino o el ventarrn. Este caso presenta una particularidad de la cultura nahua, pues los indgenas relacionan un torbellino de viento con enfermedad. Emmart afirma que ac se expresa la idea de la enfermedad penetrando el cuerpo por medio de la inhalacin, y que la enfermedad fue causada por el viento (306). Tambin argumenta que esta enfermedad est asociada al dios Quetzalcoatl. El nombre de una de las plantas para curar esta dolencia es quauhyayaual, del prefijo qua o cuah, lo cual significa que crece en regiones montaosas. El sufijo yayaul significa rodete, rodar, que junto con el prefijo significa rodete de monte. El nombre nos da informacin de la topografa donde la planta se encuentra y establece una relacin con la enfermedad, al ser el torbellino y el rodete ideas similares. Uno de los elementos recurrentes en las ilustraciones es el glifo nahua para piedra tetl, el cual funciona como ideograma para indicar la tierra rocosa donde la planta crece. En el folio 38r. (fig. 3) que contiene siete ilustraciones sin descripcin alguna cinco de las siete plantas representadas (3, 4, 5, 6 y 7) tienen el glifo tetl en la raz. Est dibujado con contornos gruesos, semejantes a las ilustraciones de la preconquista

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y algunos cdices de la postconquista, y sugiere una tercera dimensin. Sin embargo, en la mayora de las ilustraciones este trazo grueso pierde consistencia y se expresa un tipo de contorno ms occidental (fig. 3). La planta llamada couaxocotl (f. 38 v., fig. 3) es representada como un rbol de tres ramas con dos serpientes que suben por cada uno de sus lados y se comen los frutos. El nombre couaxocotl significa fruto de la serpiente y en este caso la ilustracin representa literalmente el nombre de la planta en nhuatl. Otras representaciones de la naturaleza en la escritura nahua tienen el tetl bajo cierto rbol, y ello alude a un glifo toponmico. En otros cdices, como el Mendoza y el Florentino, el rbol del nopal sobre el glifo de la piedra (tetl) representa el glifo del altepetl de Tenochtitln (fig. 4)22. El significado de este glifo es lugar del nopal sobre la piedra. En el Cdice de la Cruz-Badiano el nopal aparece nombrado como tlatonochtli. El prefijo tla significa que la planta crece en las llanuras o en el interior de la tierra, traduce literalmente nopal plantado (fig. 5). La ilustracin del nopal en el herbario, en comparacin con el glifo de Tenochtitln, contiene informacin ms detallada sobre la planta, como las flores y los frutos. El dibujo representa una imagen realsticamente ilustrada. El glifo para agua tambin aparece en el cdice en el folio 9.r. El tratamiento para la cada del pelo utiliza una hierba llamada xiuhhamolli planta de jabn. Aparece representada con el glifo del agua bajo las races (fig. 6). En varios anlisis sobre cartografa indgena del siglo XVI, Serge Gruzinski encontr que el color y el dibujo del agua son el smbolo de Chalchiuhtlicue, la diosa acutica, la Seora de las Corrientes de agua (La colonizacin 50). A pesar de la informacin disponible en el herbario, no es posible concederle carcter sagrado a la planta. Siguiendo el orden nahua en el herbario, de describir las plantas etimolgica

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El altepetl es una entidad tnico-poltica con una organizacin modular o celular, comn a otras esferas de la sociedad nahua (Lockhart, The Nahuas 14).

o pictogrficamente, el glifo del agua atl indica que la planta crece cerca de corrientes de agua (La Cruz, The Badianus 215). Podramos especular acerca del propsito del material pictogrfico y la forma como es utilizado por los autores del cdice. Es fundamentalmente cognitivo o esttico? (Pasztory 11). Debido a la intencin del herbario de ser un regalo para conseguir la favorabilidad del rey, podramos afirmar que la parte esttica jug un papel importante en la produccin de las ilustraciones. La belleza de los dibujos es innegable, y el uso extensivo de colores (fig. 3) para representar la naturaleza supera otras representaciones de la poca, como el Cdice Florentino o el trabajo de Francisco Hernndez. Sin embargo, hay elementos pictogrficos de la tradicin nahua, como los glifos, tal como se mostr en la seccin sobre los nombres, que transmiten aspectos descriptivos, como la ecologa de las plantas. En otras palabras, tanto la funcin cognitiva como la esttica juegan un papel central en el cdice. El estilo de pintura, los patrones de los nombres en nhuatl alfabtico, los remedios descritos en latn y la dicotoma fro-calor hacen que el cdice se caracterice por ser un artefacto hbrido. El nico elemento nahua en el anlisis pictogrfico que se puede caracterizar con certeza como tal son los glifos. El herbario de tipo europeo tal como ha sido analizado por varios estudiosos aparece, entonces, como un artefacto que reviste mayor complejidad y al cual tiene ms sentido leerlo con el lente de la hibridacin, frente a la dificultad de trazar fronteras claras entre una cultura y la otra. Los sistemas de escritura y de conocimiento son producto de un proceso de hibridacin propio del contexto colonial que se hace evidente en el cdice. Los elementos de la cultura nahua y la tradicin europea en el cdice crean un espacio hbrido, en el cual las fronteras entre uno y otro son difusas. Aun cuando la intencin de los autores fuera cumplir con estndares europeos, la cultura nahua se mezcla con la cultura colonial, lo que denota una articulacin dialctica. La pregunta en este punto es si la hibridacin es intencional o no intencional; en otras palabras, es deliberado el estilo hbrido que se ha intentado caracterizar a travs de este artculo? Es el estilo hbrido una prueba de la conciencia que tienen los nahuas de su audiencia?

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rConclusinPara 1550, dentro del contexto del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco exista un ambiente en el cual las tradiciones mdicas europeas y nahuas podan coexistir sin que una se impusiera sobre la otra. Gimmel reconsidera el cdice para mostrar la importancia de encontrar un texto puro de medicina indgena dentro de l. Apartndonos de la idea de pureza, pero siguiendo la tesis de Gimmel, en el mbito de los sistemas de escritura esta coexistencia le permiti permanecer a un sistema nahua para ordenar la naturaleza, al nombrar las plantas en nhuatl alfabtico sin que esto entrara en conflicto con la naturaleza europeizada de los contenidos, el uso de latn y las representaciones visuales de las plantas. En este sentido, si es o no una fuente colonial pura o contaminada no es relevante para entender cmo la lite nahua experiment y le dio sentido al mundo que emergi con el contacto (Hacia 277). El reto es descubrir la forma como diferentes escrituras y formas de conocimiento se mezclan, como evidencia de un proceso cultural por el cual los indgenas nahuas asimilaron caractersticas de la cultura europea y las utilizaron para su propio beneficio. Sin embargo, los modos de expresin y cosmologas nahuas no desaparecieron con la adopcin del nhuatl alfabtico. La tradicin contina como parte inherente del cdice por la capacidad de los autores de ajustarse a los sistemas de escritura y pintura trados por los espaoles y de incorporar la visin nahua23. Nombrar la naturaleza en nhuatl y cumplir con los estndares europeos hace de Juan Badiano y Martn de la Cruz portadores de una doble conciencia que da cuenta de la naturaleza dinmica del proceso de hibridacin del siglo XVI en Tlatelolco. En muchos casos las fronteras entre una cosmologa y sistema de escritura se borran, y la bsqueda de pureza o contaminacin en los

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Lockhart seala cmo los indios que vivieron durante el primer siglo de la Conquista se adaptaron muy fcilmente a las tcnicas de escritura tradas por los espaoles. Tambin valora la supervivencia de la cultura nahua y la persistencia de su organizacin social y cultural.

cdices coloniales es una tarea que simplifica y oscurece las complejidades del encuentro cultural24. Los autores del cdice demuestran su dominio y conocimiento sobre las plantas mexicanas y sus propiedades curativas, y, tambin, sus formas de entender la naturaleza a travs de modos de expresin nahua, en combinacin con tradiciones y sistemas de escritura europeos. Es en el dilogo entre estos dos elementos como Martn de la Cruz y Juan Badiano negociaron su posicin en la sociedad colonial, ajustndose a estndares europeos y haciendo que sus cosmologas y modos de expresin funcionaran en ese contexto.

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Gruzinski asevera que los indios de Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco dieron la impresin de ser testigos privilegiados que intentaron dominar entre 1550 y 1580 ambos espacios culturales (La colonizacin 66).

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El Orinoco ilustradoen la

Europa

dieciochesca

Andrs Castro [email protected]

Universidad de Nantes, Francia

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esumen

El presente artculo estudia el fenmeno de la lectura en la Europa del siglo XVIII, a partir del caso del Orinoco ilustrado (1741-1745), del jesuita espaol Jos Gumilla. Se trata de una primera contribucin al estudio de la recepcin y la circulacin de esta obra, a travs de las mltiples lecturas que de Gumilla hicieron sus contemporneos en Espaa, Francia y los Pases Bajos. El objetivo es poner esta obra en el contexto de su poca, tanto desde el punto de vista literario como de la historia de las ideas, y subrayar cmo la ambigedad de la produccin y la recepcin del libro tienen mucho que ver con el proceso histrico de la Ilustracin, tan complejo como la obra misma.

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Palabras clave: Jos Gumilla, jesuitas, Ilustracin, siglo XVIII, historia de la ciencia.

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bstract

This article studies the reading process phenomenon during the European Enlightenment through the case study of El Orinoco ilustrado (1741-1745), written by Jos Gumilla, a Jesuit from the Kingdom of New Granada. It is the first contribution to the study of reception and circulation of the work of this Spanish missionary by means of the multiple interpretations of contemporary readers in Spain, France and the Netherlands. The main objective of this paper is to understand the book in the context of its time, from a literary point of view as well as from the standpoint of history of ideas. It also underlines how the ambiguity of the reception process, definitely as ambiguous as the work itself, is related to the historical progress of the Enlightenment.

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Key words: Jos Gumilla, Jesuits, Enlightenment, history of science.

El Orinoco ilustrado es una de las obras literarias ms curiosas del siglo XVIII americano. Su autor, el jesuita Jos Gumilla (1686-1750), fue enviado a los 29 aos como misionero a la Orinoqua, donde permaneci 23 largos aos en medio de las penurias propias de una misin difcil, sorteando todas las dificultades de un territorio que an hoy puede parecernos inhspito y que por entonces era ms que desconocido, no solo para los neogranadinos, sino tambin para los europeos, quienes ignoraban todo sobre su historia y su geografa. Curtido en estas experiencias, el misionero es enviado al Viejo Mundo en 1738 a representar su provincia americana. Durante los cinco aos de su permanencia all, Gumilla descubre el mundo ilustrado y escribe lo que, al contacto con la erudicin eclesistica, con la efervescencia de los salones y con el rigor intelectual de las academias, sera El Orinoco ilustrado. Desde 1741, ao de su primera edicin, este libro se convirti en una referencia obligada de gegrafos y cientficos para esta parte de Amrica, y suscit la curiosidad no solamente del pblico culto, sino tambin la de filsofos y acadmicos de toda la Europa ilustrada. En un principio la intencin del autor fue misionera y poltica: dejar un testimonio de su experiencia que sirviera como punto de partida a futuras generaciones de misioneros y dar a conocer la potencialidad de las riquezas de este nuevo ro para futuros proyectos de colonizacin. Pero poco a poco el contacto con la Ilustracin fue generando en el autor nuevas preguntas que, sumadas a su intencin inicial, transformaron su obra, dndole un carcter ms heterogneo. Fue as como El Orinoco ilustrado mezcl cuestiones que hoy por hoy nos parecen completamente contradictorias: la elegancia literaria del ensayo renacentista con la retrica seca de la disertacin cientfica; la lgica teolgica con el empirismo cientfico; la ternura apostlica con la descripcin etnogrfica; la maravilla de lo inexplicable con la explicacin razonada de los fenmenos naturales. Todo esto aparece en Gumilla como en una especie de Summa del Orinoco que merece muchas lecturas atentas para entender a cabalidad la riqueza de su contenido. Muchos acadmicos han estudiado el carcter cientfico y literario de la obra dentro del contexto poltico e histrico de la poca. Este artculo presenta una primera contribucin

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al estudio de su recepcin y su circulacin en el mundo erudito y literario de la Europa ilustrada. Al hacer esto mi objetivo es explicar cmo la ambigedad del proceso de recepcin de la obra tiene mucho que ver con el de su produccin, surgida de dos experiencias (el Orinoco colonial y la Europa ilustrada), cuya convergencia resulta tan ambigua y compleja como la obra misma. Miremos, pues, quines leen a Gumilla y de qu manera lo hacen. Teniendo en cuenta los hbitos de lectura de la poca, los medios de circulacin de los textos, las posturas ideolgicas y polticas de cada tipo de lector y los lugares de divulgacin de la obra, nos h