gabriela patricia gonzález del Ángel · cazar; además de que de él puede aprovecharse todo:...
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APROVECHAMIENTO DEL HUESO DE VENADO
Gabriela Patricia González del Ángel
Licenciatura en Arqueología
Escuela Nacional de Antropología e Historia
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Resumen
El hueso ha sido aprovechado como materia prima desde la prehistoria y hemos
podido apreciar que de éste, el hueso de venado ha tenido especial importancia en
la manufactura de herramientas. Esto es consecuencia de la estructura microscópica
del hueso como tal, pero también se debe a la resistencia particular del tejido óseo
del venado, que es resultado de millones de años de evolución y adaptación, que le
otorgan a sus patas –especialmente— fuerza y resistencia al mismo tiempo que
gracilidad y ligereza.
Consideramos que la amplia utilización del hueso de venado en la elaboración de
instrumentos es resultado de la combinación de características que lo hacen ligero
para su manejo y resistente al impacto y compresión.
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Abstract
Bone has been used as raw material for a long time, since cave men walked on
Earth. We have noticed that of all bone artifacts, most of them have been made out
of deer. This as a consequence of the microscopic structure of bone itself but also
of the particular resistance of deer’s bone tissue, that is the result of millions of
years of evolution and adaptation that have made its legs specially strong and
resistant as well as light and graceful, which are specific qualities of Artiodactyla
order.
We believe that the widespread usage of deer bone in the manufacture of tools is a
consequence of the specific combination of features that make it particularly light
to handle and resistant to impacts and compression too.
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APROVECHAMIENTO DEL HUESO DE VENADO
A lo largo de los años y con el avance en los estudios de huellas de uso y de
manufactura en la arqueología, se han detectado en distintos lugares la presencia de
artefactos elaborados en hueso: desde la prehistoria (Semenov 1981) hasta épocas
más recientes (Beltrán y Espinosa 2003). Debemos señalar que no nos referimos
aquí a los huesos fracturados para extraer su médula como elemento nutritivo, sino
a aquéllos que fueron intervenidos por el ser humano para hacer de ellos
herramientas y adornos; centrando nuestra atención en los objetos no
ornamentales: los utensilios (Figura 1).
Llama mucho nuestra atención que en la mayoría de los trabajos en los que se
reportan herramientas de hueso, éstas sean manufacturadas principalmente a partir
de venado. Hemos notado, que muchos de los artefactos han sido elaborados con
huesos largos y pretendemos ofrecer al lector una posible explicación a este
fenómeno, para lo cual debemos comenzar con detallar la estructura general del
tejido óseo.
El hueso
Los huesos conforman parte del tejido conectivo del cuerpo de los vertebrados; son
estructuras rígidas que sostienen el peso de los órganos blandos al mismo tiempo
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que les brindan protección y proveen el sitio de inserción de músculos, tendones y
ligamentos. Por su morfología se pueden distinguir cuatro tipos: planos, cortos,
irregulares y largos. Los huesos planos, como los de la pelvis o el cráneo, protegen
órganos vitales además de que proporcionan superficies amplias para la inserción
de músculos; los huesos cortos, como los tarsos y carpos, actúan como disipadores
de fuerzas de compresión; los huesos irregulares, como las vértebras, son
resistentes a la compresión y dan rigidez; los huesos largos, como tibia, fémur o
húmero, se caracterizan por presentar dos epífisis y una diáfisis, éstos soportan el
peso del cuerpo y sirven como sistema de palanca para músculos y tendones (Padró
2000: 49).
Todos los huesos están cubiertos por una membrana fibrosa de color blanco
amarillento, de espesor variable y vascularizada llamada periostio, porque recubre
su parte externa (excepto en los sitios de inserción de músculos o tendones). Su
función es la de distribuir los vasos sanguíneos en el tejido óseo, aunque también
participa en la formación y reparación del mismo; su contraparte es el endostio, que
recubre la cavidad medular y tiene características similares (Pérez 2005: 21).
La estructura microscópica del hueso está conformada por osteoblastos que
depositan compuestos de calcio mediante el proceso conocido como osificación;
una vez que depositaron minerales a su alrededor estas células reciben el nombre
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de osteocitos. Se pueden distinguir dos tipos de tejido óseo: compacto y esponjoso.
El hueso compacto tiene por unidad estructural a la osteona, que está formada por
laminillas concéntricas agrupadas alrededor del canal axial –el cual contiene vasos
sanguíneos y tejido conectivo laxo, conjunto que se conoce como sistema de
Havers—. Por otro lado, la unidad estructural del hueso esponjoso es la trabécula,
que está conformada por laminillas desordenadas y rodeadas por espacio medular
(Figura 2). Todo hueso está constituido por una fracción orgánica y otra mineral: la
estructura cristalina o mineral pertenece al grupo de las apatitas (hidroxiapatita
Ca10(PO4)6(OH)2). Cada uno de estos cristales está rodeado por colágeno (en un
90-95 por ciento) y sustancia amorfa fundamental (integrada por
mucopolisacáridos, mucoproteínas y grasas principalmente). Es la fracción
orgánica (colágeno) la que le da al hueso elasticidad y fuerza para soportar altas
tensiones (ídem: 20-21). Estas características son las que han hecho del hueso una
excelente materia prima para la manufactura de diversas herramientas y
ornamentos.
Herramientas de hueso
El hueso ha sido utilizado como materia prima desde el Paleolítico Superior debido
a que posee características que lo hacen sencillo de trabajar, además de que puede
modificarse sin la necesidad de una tecnología muy avanzada (Padró 2000: 48) y
aprovecharse su morfología natural. Para el caso particular de Mesoamérica,
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Solórzano (1976) refiere que en estratos pleistocénicos en los alrededores de
Chapala y Zacoalco, Jalisco, se han encontrado artefactos de hueso trabajado
(percutores manufacturados en metapodiales de venados, caballos y camélidos;
silbatos hechos de falanges de venados y perforadores de huesos de ave). En época
prehispánica el hueso fue empleado en la manufactura de agujas, punzones,
mangos, cuentas y espátulas, así como formas más complejas con motivos
zoomorfos. Inclusive, y como consecuencia de su flexibilidad y dureza particulares,
siguió siendo trabajado durante la Colonia y hasta entrado el siglo diecinueve, en la
elaboración de mangos de paraguas y botones (Beltrán y Espinosa 2003: 32).
Pradilla et, al. (2005) señalan que en Cercado Grande de los Santuarios, Colombia,
muchos huesos de venado fueron utilizados para la elaboración de diversos
instrumentos (alfileres y perforadores principalmente) y que en general se
aprovecharon huesos largos, además de astas y dientes (Figura 3). Por su parte,
Pérez (2005: 25) menciona que en Teotihuacan hay evidencias del uso del
esqueleto humano para la elaboración de artefactos, siendo los huesos largos –
fémur, tibia y húmero— los utilizados con mayor frecuencia; sin embargo, los
venados fueron la fuente principal de provisión de hueso.
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Características del venado: posible explicación
El venado cola blanca (Odocoileus virginianus) pertenece al reino Animalia,
phyllum Chordata, clase Mammalia, orden Artiodactyla, familia Cervidae. Es un
cérvido de tamaño mediano caracterizado por un cuello largo relativamente grueso,
patas largas, hocico alargado y orejas grandes; los machos presentan astas en la
parte superior de la cabeza con una rama principal que se dobla hacia el frente y
alrededor de cinco puntas verticales. Otro dimorfismo sexual es el tamaño de los
individuos, los machos pueden pesar entre 60 y 160 kg y las hembras entre 40 y
105 kg; miden entre 160 y 220 cm de largo y entre 80 y 100 cm de alzada (Figura
4), aunque la talla varía mucho entre subespecies (de las cuales se han reconocido
38 hasta ahora) (Álvarez y Medellín 2005: 1).
Su distribución original incluye Canadá, Estados Unidos (excepto la porción
suroeste), México (excepto la península de Baja California), Centroamérica,
Bolivia, Brasil, Colombia, Venezuela y algunas regiones de Perú (Figura 5). Habita
diversos ecosistemas: bosques templados y tropicales, pastizales templados,
chaparrales, desiertos y matorrales (ídem: 3). Forma grupos de dos a seis
individuos, generalmente constituidos por la hembra y la cría o machos juveniles,
aunque pueden agruparse hasta 15 animales; los machos se caracterizan por ser
solitarios. Son diurnos aunque presentan picos de actividad durante el amanecer y
atardecer (ídem: 4).
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La amplia distribución de la especie junto con sus rasgos particulares –hábitos
diurnos y no formar grupos numerosos— hacen de este animal una presa fácil de
cazar; además de que de él puede aprovecharse todo: carne, piel, grasa y huesos.
Esto contribuye en gran medida a que muchos de los artefactos de hueso que se
encuentran sean de esta especie. Valdría mucho la pena que la industria ósea fuera
estudiada más allá de su tecnología, ya que puede brindar información sobre
abundancia de la fauna, técnicas de caza y reconstrucción ambiental (Mirambell et.
al. 2005: 183). Además de la relativa facilidad para conseguir estos animales,
debemos tomar en cuenta otros factores evolutivos importantes. El venado cola
blanca pertenece al orden Artiodactyla, en el que están incluidos –junto con los
venados— cerdos, camellos, antílopes y bóvidos. Todos ellos se caracterizan por la
estructura de sus patas, que es paraxónica; es decir, su plano de simetría pasa entre
los dedos tres y cuatro, por lo que el peso del animal se apoya sobre todo en esos
dedos. Específicamente para la familia Cervidae (que incluye venados, caribúes,
alces, renos y antes) la pata presenta dos dedos completos y restos incompletos de
los dedos laterales. Las extremidades de los artiodáctilos, en especial las porciones
distales, suelen ser muy largas y delgadas; además el fémur carece de tercer
trocánter, por lo que los músculos glúteos se insertan sobre la tibia. Asimismo, los
músculos intrínsecos de las patas (los que se originan e insertan en éstas) suelen
estar ausentes y los reemplazan unos tendones y ligamentos especializados
(Vaughan 1988: 203). En estos animales se observa un pronunciado alargamiento
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de los segmentos distales: fusión de los carpos y tarsos y perfeccionamiento de la
pata. Este proceso ha ido ocurriendo paulatinamente desde la aparición de los
primeros artiodáctilos en Asia en el Oligoceno y en Norteamérica hacia el Mioceno
(ídem: 207).
El perfeccionamiento de la pata de los integrantes de la familia Cervidae, incluye el
apoyo del peso en dos dedos únicamente, la elongación y fusión de los segmentos
distales, la ausencia de músculo y su remplazo por ligamentos y tendones para
darle mayor agilidad al individuo. Todo esto implica una modificación a nivel
microestructural del hueso, haciéndolo más resistente a la tensión y compresión
durante el desplazamiento del animal y más ligero para proporcionarle agilidad.
Esto redunda en que como materia prima el hueso del venado es ideal para la
manufactura de herramientas, pues éstas serán tan tenaces y livianas como antes de
ser trabajadas.
Consideramos que lo aquí expuesto no es concluyente pues deben hacerse estudios
a nivel microscópico de la estructura del hueso de venado en comparación con el
hueso de otros animales que sirvieron también como materia prima; deberá
analizarse su dureza, tenacidad, ligereza y facilidad para ser trabajado. Sin
embargo, creemos que este trabajo puede representar una guía que nos oriente en
las futuras investigaciones.
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Referencias citadas
Álvarez Romero, J. y R. Medellín
2005 Odocoileus virginianus. Vertebrados superiores exóticos en México:
diversidad, distribución y efectos potenciales. Instituto de Ecología,
Universidad Nacional Autónoma de México, México D. F.
Beltrán Alarcón, Belem y Alfredo Espinosa Villanueva
2003 Objetos manufacturados en hueso y marfil propuesta metodológica, caso
específico Bethlemitas. Tesis de Licenciatura, Escuela Nacional de
Antropología e Historia, México D. F.
Mirambell, Lorena; Fernando Sánchez, Óscar Polaco, María Teresa Olivera y José
Alvarado
2005 Materiales arqueológicos: tecnología y materia prima. Colección Científica
#465, Instituto Nacional de Antropología e Historia, México D. F.
Padró Irizarry, Johanna
2000 Artefactos en asta y hueso: una propuesta metodológica para su estudio a
partir de un ejemplo teotihuacano. Tesis de Maestría, Facultad de Filosofía
12
y Letras-Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional
Autónoma de México, México D. F.
Pérez Roldán, Gilberto
2005 El estudio de la industria de hueso trabajado: Xalla un caso teotihuacano.
Tesis de Licenciatura, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México
D. F.
Pradilla Rueda, Helena, Germán Villate Santander y Francisco Ortiz Gómez
2005 Arqueología del Cercado Grande de los Santuarios. Edición en la Biblioteca
Luis Ángel Arango Virtual, Colombia.
Semenov, S.
1981 Tecnología prehistórica. Serie de Arqueología #6, Akal Universitaria,
Madrid.
Solórzano, Federico
1976 Artefactos prehistóricos de hueso del Occidente de México. Centro
Regional de Occidente, Cuadernos de los Museos, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, México.
13
Vaughan, Terry
1988 Mamíferos. Editorial Interamericana-McGraw Hill, México D. F.
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Títulos de figuras
Figura 1. Punzones de hueso
Figura 2. Estructura del hueso
Figura 3. Tejido compacto de diáfisis de hueso largo
Figura 4. Venado cola blanca (Odocoileus virginianus)
Figura 5. Distribución original del venado cola blanca (Odocoileus virginianus)
15
Figura 1. Punzones de hueso (Tomado de
http://www.museuprehistoriavalencia.es/resources/image/Cat_061_p66_05458_Or
_Punzones_Hueso.jpg)
16
Figura 2. Estructura del hueso (Tomada de http://biologia-
jct.iespana.es/curtis/libro/img/39-6byc.jpg)
17
Figura 3. Tejido compacto de diáfisis de hueso largo (Tomada de
http://arteria.iespana.es/imagenes6/Imagen3.jpg)
18
Figura 4. Venado cola blanca (Odocoileus virginianus) (Tomada de
http://www.billcasselman.com/whitetail_trim.jpg)
19
Figura 5. Distribución original del venado cola blanca (Odocoileus virginianus)
(Tomada de
http://www.iucnredlist.org/apps/redlist/images/range/thumbs/42394.png)
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PORTADORES Y REPRESENTADOS: PECTORALES Y OREJERAS DE
CONCHA COMO FUENTE ICONOGRAFICA.
Indira Ruth Menchaca Vargas
Licenciatura en Arqueología
Escuela �acional de Antropología e Historia
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Dentro de la investigación arqueológica es conocida la importancia que tuvo el
material malacológico para muchas culturas en el mundo por algunas de sus
características como lo son color, dureza, textura pero sobre todo origen, y el caso
de Mesoamérica no es la excepción. Es tan rica la variedad de usos y formas que se
le dieron a la concha, así como tan diversa y compleja la carga simbólica que le fue
atribuida en época prehispánica, vinculada muchas veces a ciertos procesos
biológicos del ser humano como nacimiento y muerte, o aspectos de tipo religioso
como el sacrificio y la asociación con ciertas deidades. Es principalmente esta
última asociación la que se abordará en este texto, a través de la comparación entre
fuentes pictóricas (códices y murales) y algunos pectorales de concha en los que
aparecen representadas deidades en escenas rituales. Por otro lado, retomando lo
que ya otros trabajos ofrecen en el tema, se hará una breve revisión de las deidades
que en representaciones pictóricas aparecen portando pectorales de concha, además
de otros objetos como las orejeras.
ABSTRACT
We know the significance that malacological material had to many cultures in the
world due to its characteristics (color, hardness, texture and sources), the case of
Mesoamerica is no exception. It is such a rich variety of forms and uses that were
given to the shell as so varied and complex was the symbolic meaning attributed to
it in prehispanic times, often linked to certain biological processes of human
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beings as birth and death, or aspects of religious way such as the sacrifice, or
associated with certain deities. It is mainly this last association that delves into it
text, through the comparison of pictorial sources (manuscripts and murals) and
some shell pectorals that certain deities are represented. On the other hand,
considering others researches about this topic, I will make a brief review of the
pictorial representations that shows deities whit shell pectorals and others artifacts.
A Modo de Planteamiento
Gracias a la gama de posibilidades que ofrece la concha para su estudio, el presente
trabajo mostrará de manera breve la variedad de usos y aplicaciones que tuvo
resaltando el valor simbólico que como ornamento se le atribuyo a algunas piezas,
enfocándome principalmente en los pectorales de concha que portan ciertas
deidades del panteón mexica y que aparecen en códices, así como en las que están
representadas en algunos pectorales de procedencia huasteca. Otro objeto de
análisis es un par de orejeras de igual procedencia que poseen una figura en
particular, una cruz al centro (fig. 1a) por medio de la cual se realizará una
comparación iconográfica con el fin de dilucidar un poco más sobre el origen de
éstas, ya que uno de los inconvenientes que presentan la mayoría de los objetos
aquí estudiados es el desconocimiento de su procedencia exacta y solo se sabe que
provienen de la zona Huasteca pero no de qué sitio o zona en particular. Por ende,
pretendo a través del rastreo de ciertos rasgos estilísticos que presentan otros
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elementos de la cultura material Huasteca, asignarles un espacio geográfico en el
cual se pudo haber llevado a cabo su elaboración, es decir el proceso de
manufactura del par de orejeras y quizá también el de algunos de los pectorales
aquí expuestos.
Algunas Generalidades del Material
Los objetos de concha que llegaron hasta nuestros días fueron hechos de materiales
de procedencia marina; sin embargo, los hay también de agua dulce, aunque en
menor medida. Las clases más trabajadas son los pelecípodos que comúnmente
conocemos como conchas, y la clase de los gasterópodos también conocidos como
caracoles (Suárez 2004:13-18). Los procesos por los cuales se obtiene la forma son
dos, manufactura y acabado. En lo que respecta a los pectorales huastecos, algunos
autores coinciden en que están elaborados en caracoles grandes de Fasciolaris o
Strombus gigas (ídem: 27; Beyer 1969:471). Las técnicas de acabado en algunos
fueron esgrafiado y calado, posiblemente estuvieron pintados con bandas azules,
manufacturados mediante percusión y posteriormente desgaste (Suárez, op.cit; 48).
Beyer (op.cit; 482) menciona que se desgastaba sin modificar la curvatura del
caracol, el reverso se pulía y se decoraba realizando el grabado mediante finas
incisiones retirando pequeñas piezas para resaltar la escena plasmada; también
menciona que en los discos (orejeras) hay pequeñas incrustaciones de una piedra
verde azulosa. En cuanto a la elaboración de las orejeras, es probable que se
5
elaborarán en caracoles Strombus o Busycon o de conchas gruesas (Suárez, op.cit;
29). Las orejeras huastecas aquí analizadas poseen perforaciones o algunos
espacios vacíos generados por el desprendimiento de pequeños trozos para resaltar
el diseño de las figuras (fig. 1a), además de las incrustaciones mencionadas.
Variedad de Usos de la Concha
Otros objetos en concha como pulseras, brazaletes, bezotes, etc. eran de uso
ornamental o votivo. Hachas, anzuelos, recipientes diversos, y la trompeta de
caracol, entre otros, fueron de tipo utilitario; además formaron parte de la dieta de
algunas sociedades prehispánicas (ídem: 56-60). Esos son los usos más conocidos,
no obstante, la concha tuvo otras aplicaciones en el aspecto social y en ocasiones su
forma y acabado tenían ciertas implicaciones; Suárez [1974:24] por ejemplo,
menciona que algunos pueblos de Arizona realizaban acuerdos llevando consigo un
tipo de concha específico, o se les vinculaba gracias a éstas, con algún clan.
También se emplearon en la adivinación y a través del intercambio tuvieron un uso
comercial [Suárez 2004:81-83].
Deidades portadoras
Es pertinente tener presente que en determinadas ocasiones las características
físicas que se le atribuyen a una deidad, así como sus particulares atavíos, se
fusionan con los de otra deidad, algunas veces de polo o plano opuesto; dicha
unión no solo queda expresada en la combinación de fuerzas y atributos creadores
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que resultan de esa fusión, sino que además se refleja en la indumentaria y atributos
de ese nuevo numen. El pectoral de concha ehecacózcatl o “joyel del viento” (fig.
1b) es solo uno de ese conjunto de atributos característicos que resultan de la fusión
entre dos deidades: Ehécatl-Quetzalcóatl (fig. 1c). A Quetzalcóatl como dios
creador, bajo este aspecto se le consideraba como barredor de caminos con polvos
y vientos para que los dioses de las lluvias hicieran posteriormente lo suyo
(Séjourné 1984:150-151). Esa llegada de un período de lluvias está ligada
indiscutiblemente a una de las actividades más importantes como fue la agricultura.
Otros atavíos característicos son el gorro cónico, y a manera de mascara bucal un
pico de ave por el cual soplaba y desataba los vientos (Du Solier 1950:22). En los
códices Borgia y Vaticano el caracol presenta un corte transversal que genera 5, 6 ó
7 picos (Spranz 1973:154), otro objeto de concha es la orejera epcololli, exclusiva
también de esta deidad; estos dos últimos elementos pueden simbolizar una
conexión entre viento, agua, fertilidad y crecimiento (Suárez 1993:24). También
aparece con este pectoral Xólot, el hermano gemelo de Quetzalcóatl, cuando se
sincretiza con elementos cósmicos como la estrella vespertina después del viaje por
el inframundo (Suárez 2004:69; Valladares 2000:134). Otro pectoral es el
anáhuatl, con forma circular incisa y calada (Velázquez 2000:166) que en algunos
códices lo porta Tezcatlipoca en casi todas sus advocaciones (Suárez, op.cit; 67), le
siguen Huitzilopochtli, Tlahuizcalpantecutli y eventualmente, Mixcóatl
(Velázquez, op.cit; 167-169).
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El siguiente pectoral es representativo de las deidades ligadas a actividades lúdicas
como la danza, la música, el juego, etcétera, o simplemente es portado por los
músicos (Beyer 1969a:529-532) (fig. 1d); es parte de los atavíos de Ixtliltzin,
Techálotl, Tlahuizcalpantecutli y Huehuecóyotl (Velázquez, op.cit; 152) y es
conocido como oyohualli o copilcozcátl (Suárez, op.cit; 70). El último pectoral es
el que portan deidades como Petecatl, dios del pulque, y Tlazolteotl (fig. 2b),
comedora de inmundicias y diosa del algodón para los mexicas (Beyer 1969:492),
es de forma triangular alargada (fig. 2a) y en los códices no aparece con escenas
grabadas, solo tiene perforaciones y está decorado con franjas de pintura (fig. 2b).
Deidades representadas
Quien más ha realizado estudios interpretativos de las escenas representadas en
pectorales huastecos es Beyer (ídem, 471-526), y en menor medida Ochoa (1984:
41-48), quien los sitúa cronológicamente desde el Clásico Tardío. Zaragoza y
Dávila (1999:138) mencionan que pertenecen al mismo estilo de los murales de
Tamohi, San Luis Potosí (fig. 2c, 2d y 3a). En la interpretación de uno de los
pectorales Beyer (op.cit; 484-492) encuentra representado a Mixcóatl y a
Tlazoltéotl, en resumen, propone un ritual de sacrificio en el que el dios por medio
de un artefacto está atravesando un corazón que sostiene en su mano derecha, del
artefacto sale un líquido que se deposita en una vasija (fig. 3b). Sin embargo, si se
observa detenidamente las formas es posible diferir del autor, y lo que propone
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como un corazón atravesado es más bien el extremo del miembro viril de la deidad
perforado con dicho artefacto, lo que permite suponer un ritual de autosacrificio
quizá vinculado con la fertilidad, puesto que el pectoral posee otros elementos que
permiten proponerlo, como el aspecto femenino en la figura de Tlazoltéotl y la
sangre originada por el ritual como líquido vital y creador. En otro de los
pectorales propone a un dios de la guerra huasteco gracias a algunas de sus armas y
por la manera de someter a un prisionero (fig. 3c). Ochoa (op.cit; 43-46) encuentra
representado en un pectoral proveniente de Tamuín, a Mixcóatl (fig. 3d) y en otro
pectoral propone una escena ritual relacionada con el inframundo en la que
participan dos individuos (fig. 4a).
Algunas implicaciones de las orejeras
Como mencione en un principio, considero que un diseño en un par de orejeras de
concha (fig.1a) ofrece la posibilidad de una comparación icnográfica con otros
elementos de la cultura material Huasteca. Beyer (1969:500-502) las describe y
plantea que forman parte del juego A, el cual incluye también al pectoral antes
mencionado con la escena del dios perforando un corazón según el autor, y
propone que están relacionados los tres objetos por los elementos que tienen en
común. Dichos objetos, así como otros que también analiza, han sido hallados en
montículos sepulcrales de la Huasteca (ídem: 482-483) pero se desconoce el sitio o
9
la región exacta de la que provienen1, sin embargo, la comparación entre elementos
remite a pensar en una zona de origen en particular. La figura cruciforme además
de estar presente en las orejeras de concha (fig. 1a) aparece en algunas escenas de
pectorales y discos de concha huastecos, precisamente como diseño en las orejeras
de los personajes (fig. 4a y 4b).Otras representaciones se pueden encontrar en el
mural de Tamuín, donde aparecen en procesión doce personajes opulentamente
ataviados, de los cuales tres llevan orejeras con el diseño de cruz (fig. 2c, 2d y 3a);
Du Solier (1946: 151-159) y Zaragoza (2003:30-34) por los atributos encontrados,
coinciden en que el personaje en la cuarta posición es Tlazoltéotl, el personaje seis
Mixcóatl y el ocho Quetzalcóatl (fig. 2c, 2d y 3a).
Orejeras con idéntica figura porta la “Apoteosis Huasteca” (fig. 4c) procedente de
Tancuayalab, así como la representación escultórica de El consuelo, Tamuín
denominada “La cabeza doble” (Trejo 1989:66 y 82) la cual en esencia representa
también la vida y la muerte (fig. 4d), al parecer fue desprendida del cuerpo. El
determinar sí esta figura acostumbrada en las orejeras era solo un diseño por gusto
estético o bien, un diseño con cierta carga simbólica en la cosmogonía, o sí
implicaba ambas, no es menester del presente trabajo. No obstante, me parece
importante el recordar que dicha representación frecuentemente está relacionada
con el quincunce (unión de los cuatro puntos cardinales y un centro) aunque a
1 Recordemos que básicamente son partes de cinco estados los que conforman la Huasteca: San
Luis Potosí, Veracruz, Hidalgo, Tamaulipas, Querétaro e incluso una porción de Puebla.
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veces con ligeras variantes en cuanto a la forma de la cruz. Séjourné (op.cit; 101-
110) considera que simboliza la ley del centro, esa unión o encuentro de los
principios opuestos ── justo lo que representa la apoteosis ── y es conocida
también como la cruz de Quetzalcóatl en su advocación como estrella de la
mañana. En el códice Borgia podemos observar esta ambivalencia, Quetzalcóatl
como dios de la vida y su contraparte Mixcóatl, como dios de la muerte (fig. 5a).
Se observa que el diseño y la orejera en sí guardan relación con elementos que
implican muerte y/o sacrificio, en este caso por los cinco cráneos que rodean la
cruz (fig.1a); la Apoteosis por ejemplo refleja esa armonización o sincretización de
dos opuestos, y porta las orejeras en el lado de la contraparte de la vida; igualmente
para el caso de la cabeza doble. En el mural, las porta precisamente Mixcóatl (fig.
2d), Tlazoltéotl que posee un cráneo como tocado (fig. 2c), y Quetzalcóatl que
aparece con rasgos esqueléticos en su cara y la mandíbula descarnada (fig. 3a).
Comentarios Finales
El rastreo iconográfico permite al menos reducir la gama de posibilidades a cerca
del lugar de origen del par de orejeras, es decir la zona en la que probablemente
fueron manufacturadas. Las representaciones materiales aquí comparadas tienen en
común ciertos rasgos estilísticos típicos de un período (Clásico Terminal-inicios
del Posclásico) además de que su procedencia es de sitios arqueológicos muy
cercanos entre sí: en Tamuín está el mural, de Tancuayalab, es la Apoteosis, de El
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consuelo la doble cabeza y algunos pectorales (fig. 3d).También Zaragoza y Dávila
(1999: 139-143) reportan para Tanquián un pectoral excéntrico en muy mal estado
de conservación. Lo anterior permite proponer esa forma y diseño en orejeras como
características en la Huasteca de la región sureste de San Luis Potosí (fig. 5b).
En general, los elementos analizados (pectorales con y sin representaciones, y
orejeras) muestran que la concha fue uno de los materiales mejor aprovechados, en
donde interactuaron ciertos ámbitos de la vida de algunos pueblos. En los casos
mostrados es posible ver que los objetos de concha están vinculados con aspectos
de tipo religioso, puesto que son portados como rasgo característico del atavío de
ciertos personajes en códices, pintura mural y esculturas.
A pesar de que los pectorales guardan en común la peculiaridad de tener
perforaciones para ser pendidos, claro, además del carácter simbólico que
encierran, aquí se considera que podríamos dividirlos en dos tipos: los que
expresan una escena ritual en la que aparece una o más deidades, como es el caso
de la mayoría de los pectorales huastecos a los cuales se les da un tratamiento más
complejo y “meticuloso”, ya que su elaboración requiere de gran técnica; y
aquellos que básicamente por su forma llevan implícito un importante contenido
simbólico y religioso, a pesar de que carecen de representaciones rituales, como lo
son el ehecacózcatl, el oyohualli o copilcózcatl, el anáhuatl, o simplemente el
pectoral con forma triangular alargada.
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Índice de imágenes
Figura 1a. Dibujo de orejera de concha Huasteca con cruz al centro. Beyer 1969
Figura 1b. Pectoral joyel del viento o “Ehecacózcatl”. MNAH
Figura 1c. Ehécatl-Quetzalcóatl portando el “Ehecacózcatl”. Códice Borgia
Figura 1d. Deidad y músicos portando pectoral de gota, “Oyohualli”. Códice
Borgia
Figura 2a. Pectoral triangular alargado de Pánuco, Veracruz. MNAH
Figura 2b. Diosa Tlazoltéotl portando pectoral triangular alargado. Códice Borgia
Figura 2c. Dibujo del personaje cuatro-Tlazoltéotl, del mural de Tamuín, S.L.P.
Zaragoza 2003
Figura 2d. Dibujo del personaje seis-Mixcóatl, del mural de Tamuín, S.L.P.
Zaragoza 2003
Figura 3a. Dibujo del personaje ocho-Quetzalcóatl, del mural de Tamuín, S.L.P.
Trejo 1989
Figura 3b. Escena ritual de pectoral huasteco entre Tlazoltéotl y Mixcóatl. Beyer
1969
13
Figura 3c. Dibujo de una parte del disco de concha donde aparece el dios huasteco
de la guerra. Beyer 1969
Figura 3d. Dibujo de Pectoral de concha en el que aparece Mixcóatl. Trejo 1989
Figura 4a. Pectoral de concha con escena Relacionada con el inframundo. Ochoa
1984
Figura 4b. Dibujo de disco de concha huasteco con personaje portando orejera con
cruz. Beyer 1969
Figura 4c. Escultura de la Apoteosis Huasteca procedente de Tancuayalab, S.L.P
Trejo 1989
Figura 4d. Escultura de doble cabeza, procedente de El Consuelo, Tamuín, S.L.P
Trejo 1989
Figura 5a. “La vida y la muerte”, Mixcóatl y Quetzalcóatl. Códice Borgia
Figura 5b. Mapa de la región sureste de la Huasteca Potosina. Trejo 1989
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Figura 1a Dibujo de orejera de concha con cruz al centro (Trejo 1989).
Figura 1b Pectoral “Ehecacózcatl” (Museo Nacional de Antropología e Historia).
Figura 1c Ehécatl-Quetzalcóatl portando el “Ehecacózcatl” (Códice Borgia).
Figura 1d Deidad y músicos portando pectoral de gota (Códice Borgia).
15
Figura 2a Pectoral triangular alargado de Pánuco, Veracruz (Museo Nacional de
Antropología e Historia).
Figura 2b Diosa Tlazoltéotl portando pectoral triangular alargado (Códice Borgia).
Figura 2c Dibujo del personaje cuatro-Tlazoltéotl, del mural de Tamuín, S.L.P.
(Zaragoza 2003).
Figura 2d Dibujo del personaje seis-Mixcóatl, del mural de Tamuín, S.L.P.
(Zaragoza 2003).
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Figura 3a Dibujo del personaje ocho-Quetzalcóatl, del mural de Tamuín, S.L.P.
(Trejo 1989).
Figura 3b Escena ritual de pectoral Huasteco entre Tlazoltéotl y Mixcóatl (Beyer
1960).
Figura 3c Dibujo de una parte del disco de concha con dios Huasteco de la Guerra
(Beyer 1969).
Figura 3d Dibujo de pectoral de concha en el que aparece Mixcóatl (Trejo 1989).
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Figura 4a Pectoral de concha con escena relacionada con el inframundo (Ochoa
1984).
Figura 4b Dibujo de disco de concha Huasteco con personaje portando orejera con
cruz (Beyer 1969).
Figura 4c Escultura de la Apoteosis Huasteca procedente de Tancuayalab, S.L.P.
(Trejo 1989).
Figura 4d Escultura de doble cabeza procedente de El Consuelo, Tamuín, S.L.P.
(Trejo 1989).
18
Figura 5a “La vida y la muerte”, Mixcóatl y Quetzalcóatl (Códice Borgia).
Figura 5b Mapa de la región sureste de la Huasteca Potosina (Trejo 1989).
19
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Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, D.F
1993 Algunas implicaciones religiosas del material conquiológico. III Coloquio
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Barbo. IIA-UNAM, México.
2004 Conchas, caracoles y crónicas. Colección Científica, serie arqueología,
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Zaragoza, O. Diana
2003 Tamohi: su pintura mural. Serie Museo de la Cultura Huasteca. Instituto
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21
Zaragoza, O. Diana y Dávila C. Patricio
1999 Un excéntrico pectoral de concha de la Huasteca Potosina. Arqueología 21, segunda época, Enero-Junio. Revista de la Coordinación
Nacional de Arqueología del INAH, México. pp. 137-144
1
EL “CHIMALLI” O ESCUDO MILITAR, EL ARMA DE DEFENSA
PREDILECTA POR LOS ANTIGUOS GUERREROS MEXICANOS. UN
ACERCAMIENTO A LA DISCIPLINA MILITAR PREHISPÁNICA.
ÓSCAR PEÑA GÓMEZ
LICENCIATURA EN ARQUEOLOGÍA
ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
MAYO-2010
2
EL “CHIMALLI” O ESCUDO MILITAR, EL ARMA DE DEFENSA
PREDILECTA POR LOS ANTIGUOS GUERREROS MEXICANOS. UN
ACERCAMIENTO A LA DISCIPLINA MILITAR PREHISPÁNICA.
“Un guerrero debe de aprender a ponerse al alcance, o fuera del alcance, en el punto justo. Es
inútil para un guerrero estar todo el día al alcance sin saberlo, como le es inútil esconderse cuando
todo el mundo sabe que está escondido”.
Carlos Castaneda
La disciplina militar en las sociedades prehispánicas jugó un papel fundamental a
través de prácticamente toda su historia; siendo el “chimalli” un elemento
indispensable para dicha actividad. Es considerado básicamente como un arma de
defensa, por lo que su elaboración y su importancia simbólica son de gran
relevancia. Aunque es una herramienta muy característica de los antiguos
guerreros, y en especial de los tlatoani (gobernantes de los altepetl), puesto que
incluso es representado en la mayoría de los códices que se conservan y que
identifica no sólo la jerarquía del mismo, sino que podría ser considerado como un
aspecto del mismo poder del personaje representado y de la sociedad a la cual
dirige. Son muy limitados los trabajos que se le han dedicado, entre otras cosas,
porque las materias primas utilizadas para su elaboración son de origen perecedero
(material orgánico: piel y plumas, básicamente), y desafortunadamente en México
solo se tiene uno de estos utensilios. Se tiene el registro de que en Europa existen
más de éstos. Aunque no se han podido encontrar por lo menos restos de estos
3
escudos, en las fuentes históricas se pueden ubicar una cantidad considerable de
referencias de los mismos, en especial en el “Códice Mendocino”.
THE "chimalli" OR MILITARY SHIELD, THE WEAPON OF DEFENCE
FAVORED BY ANCIENT MEXICAN WARRIORS. AN APPROACH TO THE
DISCIPLINE MILITARY PREHISPANIC.
“A warrior must learn to be accessible, or out of reach in the right spot. It is useless for a warrior
to be available all day without knowing it, as it is useless to hide when everyone knows that is
hidden”.
Carlos Castaneda
Military discipline in Hispanic societies played a key role across virtually its entire
history, being the "chimalli" an indispensable element for this activity. It is seen
mainly as a defensive weapon, so its design and its symbolic significance are of
great importance. Although it is a very characteristic of ancient warriors, and
especially the tlatoani (rulers of altepetl), since it is even represented in most
codices are preserved and that identifies not only the hierarchy itself, but that could
be considered as an aspect of the power of the character portrayed and the society it
addresses. Very limited works have been dedicated to, inter alia, because the raw
materials used in their production are of perishable (organic material: leather and
feathers, basically), and unfortunately in Mexico only has one of these items. It is
4
the record that in Europe there are more of them. Although not able to find at least
traces of these shields, in the historical sources we can obtain a reference of them
considerable, especially in the "Codex Mendocino."
Sistema de Defensa Militar
En el proceso de construcción del dato arqueológico es necesario tener en
consideración desde un principio que, éste parte del interés particular de cada
investigador; resultando por consecuencia que, los elementos a revisar para ser
analizados van dándose en el proceso mismo de la investigación y la subjetividad
del autor. En este caso en particular, se parte de la reflexión personal sobre la
función social de las armas, en específico dentro de las sociedades prehispánicas.
Éstas en un principio, son creadas por el hombre como una herramienta
indispensable para la sobrevivencia. En el proceso de adaptación y evolución, el ser
humano es considerado uno de los seres vivos más débiles, en cuanto a sus
características físicas y anatómicas, por lo que se vio en la necesidad de subsanar
estas desventajas creando diferentes herramientas de ataque y defensa, esto por no
contar con garras, colmillos y cuernos. Imitando a su medio natural es como el
humano crea las armas, como una extensión anatómica del propio cuerpo.
En el caso particular del “chimalli” es necesario señalar que se le ha clasificado
como un arma básica de defensa, al igual que el “ichcahuipilli” o coraza de algodón
(Cervera 2007). Quien señala en su libro que el mejor trabajo realizado hasta la
5
fecha, en torno al tema de las armas en las culturas mesoamericanas, es el realizado
en 1992 por Ross Hassig con el título de War and Society in Ancient Mesoamerica;
básico para cualquier consulta con respecto a este tema. En un trabajo anterior
(Hassig 1988: 75) señala una primera clasificación; armas ofensivas y defensivas.
En cuanto a las ofensivas hay una subdivisión: armas de larga distancia (el átlatl,
el arco y flecha y la honda), las armas de rango corto de pelea o lucha cuerpo a
cuerpo (la lanza, el macuahuitl y el quauhololli) (Íbidem: 81). Y por último las
armas defensivas (cascos, corazas y escudos). Esta clasificación forma parte de lo
que es conocido como sistema de armamento, concepto que se maneja dentro de las
investigaciones antropológicas.
En cuanto al tema de la clasificación dentro de la disciplina de la Arqueología,
podemos señalar que es una parte fundamental de prácticamente todas las
investigaciones. En términos generales se consideran cuatro elementos básicos para
la interpretación de los artefactos arqueológicos: el morfológico, que determina la
interpretación del objeto a partir de la forma del mismo; el del índice histórico,
caracterizado por la revisión de los aspectos cronológicos; el funcional, que da las
características del artefacto en cuanto a su función y las causas por las que fue
creado; y por último el criterio cultural, el cual nos señala, ubica y específica toda
la interpretación de los artefactos en cuanto a su vinculación multidireccional según
el contexto cultural. Esto según donde se le haya encontrado y donde se le ubique
contextualmente (Cervera 2007: 25).
6
En el caso de las armas se han considerado básicamente los siguientes criterios para
su definición: el morfológico, el funcional y el morfo-funcional, de los cuales se
han derivado las diferentes interpretaciones de su valor cultural dentro del propio
sistema social.
Chimalli (escudo)
Entre las principales características que debía de reunir un chimalli se encuentran
las siguientes: fue concebido como un arma de defensa, la gran placa debe de ser
portátil, fácil de maniobrar y principalmente resistente al ser sometido a un
considerable castigo de armas de medio alcance y calibre. El diseño que imperaba,
principalmente entre los mexicas, era el de la rodela. El objetivo de este era
proteger básicamente la parte media del cuerpo, área donde se ubican los
principales órganos vitales. Eran elaborados de un perímetro completamente
circular y se calcula que su diámetro era de entre los 20 y 75 cm, esto según los
ejemplos originales con los que se cuentan. (Imagen 1)
Desgraciadamente son pocos los ejemplares que se han podido conservar hasta
nuestros días; la mayoría de ellos se les ha ubicado en colecciones de instituciones
y museos de distintos países. Entre ellos se encuentran el ejemplar que tiene bajo
su resguardo el Museum für Völkerkunde de Viena, Austria; y los dos ejemplares
con diseños geométricos en su superficie que están en el Landesmuseum
Würtemberg en Stuttgart (Hassig 1988: 86-87; Cervera 2007)
7
En México existe una réplica en el Museo Nacional de Antropología y una pieza
original conservado en las colecciones del Museo Nacional de Historia del Castillo
de Chapultepec (Cervera 2007:73).
La importancia de esta arma dentro de la indumentaria de los guerreros mexicas,
principalmente, y en la de las demás sociedades prehispánicas es fundamental,
puesto que es un referente simbólico básico para poder tener un acercamiento al
sistema económico, político, social y cultural de las sociedades precolombinas.
Siguiendo a la doctora Anawalt, quien señala que: “el atuendo de los guerreros era
una parte esencial para la distinción de clase y estatus social dentro de la sociedad
mexica” (Anawalt 1981); además tenemos que la vestimenta ha servido no sólo
para cumplir una necesidad básica, la de proteger al cuerpo de las variaciones del
clima y el medio ambiente, el vestido a través de la historia ha sido considerado
como un factor distintivo a nivel simbólico de las diferencias sociales y jerárquicas
básicas, entre otros como han sido la forma de hablar, de arreglarse e incluso de
moverse. Esto puede observarse en los diferentes códices, en especial el
Mendocino. Al respecto Laura Zagoya de la Universidad de las Américas publica
el artículo Análisis de los Trajes de Guerreros y Escudos Representados en el
Códice Mendocino; en este artículo la autora hace una revisión sobre los diferentes
aspectos simbólicos que son representados por la indumentaria de los guerreros
mexicas.
8
Los diferentes autores que han trabajado de forma directa o indirecta el tema de los
chimallis coinciden en términos generales, en adjudicarle un valor simbólico
importante, el cual tiene diferentes niveles de interpretación. Basta hacer una
simple reflexión sobre el papel que aun hoy en día, se le da a los llamados escudos
de armas o familiares. Los cuales tienen un valor simbólico importante como
síntesis de tradición e historia.
En el caso de los chimallis o escudos defensivos de los guerreros prehispánicos,
podemos afirmar que son piezas que cumplen con diferentes funciones. Entre ellas
las de armamento, símbolos que reflejan estatus y poder jerárquico, lo cual nos está
hablando de estratificación social. Dentro de la sociedad mexica, la denominada
nobleza era el grupo que ocupaba los principales puestos de mando dentro de la
milicia. Desde la infancia los mexicas recibían una educación especializada,
enfocada hacia las actividades que en la edad adulta desempeñarían. Los jóvenes,
según la información que se conoce de las diferentes fuentes, eran enviados a los
Calmecac o escuelas militares propias de estos grupos sociales. Donde desde
temprana edad se recibía una instrucción militar, además de otras disciplinas. Al
respecto Zagoya da información importante sobre el tema. Es importante señalar
que existían otras escuelas de instrucción militar y que esta al parecer era impartida
a prácticamente todos los sectores de la población masculina por el simple hecho
de ser un régimen militarista.
9
Un aspecto fundamental de análisis de este trabajo es el relacionado con los
materiales con los que fueron manufacturados los chimalli. Según la información
con la que se cuenta, los chimallis forman en gran medida parte de las
contribuciones o tributos que los diferentes pueblos hacían a Tenochtitlán. Aunque
es sabido que la disciplina militar fue ejercida prácticamente por todos los grupos
culturales, en mayor o menor medida dentro de Mesoamérica; la mayor
información que se tiene es de los mexicas, es decir del periodo postclásico. Sin
embargo, hay muchos registros o alusiones al uso de armas en: estelas mayas,
figurillas de cerámica y piedra, códices, murales, dinteles, etcétera, y estas
aparecen desde el preclásico.
El Sistema de Tributación Mexica
La sociedad mexica alcanzó un gran desarrollo en prácticamente todos los
aspectos. En cuanto al aspecto económico y político, el sistema desarrollado de
tributación regional tuvo grandes beneficios para la metrópoli. Éste se conformaba
por una macro-formación sociopolítica tripartita entre los mexicas-tenochcas y sus
aliados tezcocanos y tlacopanecas, así como un numeroso grupo de unidades más
pequeñas asentadas en un amplio espectro geográfico, lo que permitió el desarrollo
del Imperio Mexica (Zagoya 2000: 15). La complejidad de dicho sistema permitió
y obligó al mismo tiempo crear y manejar una serie de adecuaciones para el manejo
administrativo y recolección de los tributos, así como el registro, su almacenaje y
10
redistribución; en especial los que eran asignados directamente a Tenochtitlán.
Aunque no es tema de este artículo es importante señalarlo, porque gracias a este
sistema es que se obtenían las materias primas para la elaboración de los chimallis.
En especial los que eran creados para los altos mandatarios aztecas, mismos que
eran adornados con bellos plumajes. Mismos que provenían la mayor de las veces
de lugares muy lejanos de la metrópoli, por lo general ubicados en zonas mucho
más tropicales como son las del suroeste mexicano.
A través del tributo se tenía acceso a materias primas, objetos de lujo y productos
alimenticios. Sin embargo, este sistema tributario también tuvo implicación en la
construcción de caminos, obras públicas y templos, incluyendo los trabajos de
mantenimiento de los mismos. Este sistema de tributación era aplicado a
prácticamente todas las poblaciones sometidas y sus habitantes, quienes tenían que
cumplir puntualmente con sus tributos. De lo contrario, se arriesgaban a ser
castigados, llegando incluso a ser sacrificados.
Por lo general, las tributaciones que hacía cada pueblo eran de acuerdo a los
elementos que poseía y a los productos regionales a los que tenían acceso. Paralelo
a este aspecto, está la existencia de monopolios sobre ciertos productos, en especial
los que eran considerados como de lujo. Monopolio entendido como en la
actualidad es conceptualizado, donde un pequeño grupo o región mantiene el
control de un producto o mercancía. Un caso ejemplar es el de la zona del
11
Soconusco, Chiapas; lugar que por su ubicación geográfica representaba el acceso
a productos específicos como: ámbar, pieles de felinos, cacao, bezotes, mantas y
plumas, mismas que eran considerados por los mexicas como artículos de lujo y
por tanto muy preciados. Dentro de estos productos se encuentran las materias
primas con las que se elaboraban los chimalli. Existe información donde se señala
que las plumas eran exigidas a la región del Soconusco para la fabricación de
trajes, rodelas y penachos (Carrasco 1982).
Todo esto formaba parte de la dinámica militar del pueblo mexica para obtener los
recursos que necesitaba la sociedad, en particular las elites gobernante-militar.
Soustelle señala que, “alrededor de la guerra existían muchas ideas míticas y
religiosas”; mediante esta actividad se reafirmaban los mitos de la religión mexica
y sus orígenes. Existían innumerables fiestas donde las jerarquías dominantes eran
el principal participante, la más común de ellas era la participación en el ritual que
estaba estrechamente ligado con las grandes distribuciones de insignias, ya que era
una ocasión importante para que exhibieran su posición privilegiada dentro de la
sociedad. En estas fiestas se hacían sacrificios en masa de prisioneros con el
objetivo simbólico de enarbolar y engrandecer la gran importancia del
derramamiento de sangre y la guerra, en honor de las diferentes deidades.
El traje principal de los guerreros era llamado Ichahuipilli, el cual cubría la parte
superior del cuerpo y en ocasiones también la inferior, era una especie de camisa
12
protectora confeccionada de gruesas fibras de algodón (Zagoya 2000).
Acompañaba a este traje, el chimalli, escudo de madera y algodón cubierto de
plumas y adornos en mosaico o en metal precioso, este elemento defensivo
marcaba según sus adornos la categoría de quien lo portaba (Íbidem). Este tipo de
vestimenta resultaba ser muy efectiva para rechazar golpes de lanza y otras armas
que eran lanzadas desde distancias muy cercanas, esto por el grosor propio de la
prenda.
Estos trajes formaban parte de las tributaciones de los pueblos, la cuota era de un
mínimo de veinte piezas, cuando eran de manufactura sencilla y/o una pieza
cuando se trataba de una pieza muy elaborada por lo general provenía de los
lugares más apartados (Du Solier 1950).
El dato más importante que aporta el Códice Mendocino, respecto a este tema es, la
distribución geográfica del tributo de trajes de guerreros, donde el mayor número
de trajes provenía del valle central. La ubicación y número de trajes tributados se
mencionan a continuación: Tlatelolco 80, Petlatalco 65, Acolhuacan 103,
Cuauhnahuan 08, Huaxtepec 46, Quauhtitlan 62, Axocopan 42, Atotonilco 62,
Hueypochtlan 63, Atotonilco 04, Xilotepec 02, Quahuacan 41, Tollocan 22,
Ocuillan 21, Malinalco-Xocotitlan —, Tlachco 02, Tepequacuilco 22, Ciuhatlan —
, Tlauhpan 02, Tlalcozauhtitlan 01, Quiauhteopan 02, Yohualtepec 01, Chalco 02,
Tepeyacac —, Coaixtlahuacan 02, Coyolapan —, Tlachquiauhco 01, Tochtepec 01,
13
Xoconochco —, Quauhtochco —, Cuetlaxtlan 02, Tlapacoyan 02, Tlatlauhquitepec
02, Tochpan 02, Atlan —, Tziuhcoac 02, Oxitipan — (Zagoya 2000).
Según Zagoya, las razones de estas cantidades es por la facilidad para adquirir los
materiales de mayor calidad y ubicarse en zonas de características tropicales, ricas
en materias primas; tal es el caso de las plumas de quetzal, guacamaya o papagayo
(Aguilera 1985).
Conclusiones Generales
En términos generales, aunque es muy poca la información específica la existente y
los trabajos realizados sobre el tema general de armas y en específico de los
chimallis, el tema es muy complejo e interesante por ser un elemento simbólico
muy generalizado y conocido sobre la cultura mexica. Misma que se autodefine por
la disciplina militar practicada por los aztecas. Sería importante el poder realizar un
trabajo de análisis sobre los emblemas gráficos representados sobre las superficie
de los mismos escudos, los cuales pueden tener un valor importante con referencia
a la cosmovisión indígena y no solo un distintivo jerárquico. Puesto que toda
insignia al fin de cuentas cumple con una función simbólica.
14
Imagen 1: Página del Códice Mendoza con algunos rangos militares aztecas
15
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2000 Análisis de los trajes Guerreros y Escudos representados en el Códice
Mendocino. Actualidades Arqueológicas, Año 5, Núm 24 Octubre-Diciembre,
UNAM. México.
1
UN ACERCAMIENTO A LA MADERA ARQUEOLOGICA: SU
COMPOSICIÓN, REPRESENTACIÓN Y PROBLEMATICAS MÁS COMUNES
Margarita Elizabeth Mancilla Medina
Licenciatura en Arqueología
Escuela Nacional de Antropología e Historia
2
RESUMEN
La madera es una de las materias primas que siempre han estado disponibles en la
naturaleza, al alcance y alrededor de todos y en todos los tiempos.
Desgraciadamente, por la falta de aparición de estos artefactos en los contextos
arqueológicos, ésta se ha estudiado muy poco, dejándola a un lado por no tener un
método adecuado de análisis, además de la carencia de una tipología.
En el presente artículo se presentan las principales características y problemáticas
de este importante material.
Marcando su composición y estructura, sus importancia como material
arqueológico, sus diferentes problemáticas de conservación, y los diferentes
estudios que se le pueden realizar a la madera para poder obtener mayor
información y con esta una interpretación adecuada y más acertada de las
sociedades pasadas e incluyendo las diferentes referencias hechas en códices y
fuentes históricas, marcando sus múltiples usos en la época prehispánica
mesoamericana.
3
ABSTRACT-
Wood is an organic material that has always been available on the nature, scope
and around us in all times.
Unfortunately, the lack of appearance of these artifacts in archaeological contexts
leaves them aside, because an absence of a proper method of analysis and also
because of the lack of a appropriate classification.
This article presents the main characteristics and problems of this important
material.
Indicating its composition and structure, their importance as archaeological
material, the different conservation issues and the various studies which we can
make to the wood to get more information and a proper interpretation of the past
societies, including various references in manuscripts and historical sources,
besides its different uses in prehispanic cultures.
4
UN ACERCAMIENTO A LA MADERA ARQUEOLÓGICA: COMPOSICIÓN,
REPRESENTACIÓN Y PROBLEMÁTICAS MÁS COMUNES
La madera es una de las materias primas que siempre han estado disponibles en la
naturaleza, al alcance y alrededor de todos y en todos los tiempos. Es por eso que
ésta fue usada desde antes de la Edad de Piedra para la elaboración de armas,
cobijo rudimentario, y en un factor muy importante, como es la creación del fuego.
Posteriormente, con la aparición del sedentarismo se le da un uso más variado,
llegando así hasta la actualidad, donde el uso de este material es para casi todas las
cosas, desde la construcción hasta el arte.
Una de las causas de su utilización es debido a que la madera es mucho más liviana
y blanda en comparación a la piedra, lo que hace más fácil su trabajo. Asimismo es
aprovechada por su propiedad de flotación, para la construcción de canoas como
medio de transporte. No se duda que estas sean las causas de que desde un inicio
existieran hábiles artífices en la elaboración de objetos de madera. Éstos, nos
hablan del entorno, de la pericia y el sentido estético de sus fabricantes. Es por
esto que fue tema para varios cronistas, y referido en diversos códices.
Desgraciadamente, la madera es uno de los materiales que esporádicamente se
encuentran en los contextos arqueológicos debido a tres factores importantes:
primero, es un material orgánico, por lo tanto perecedero. Segundo, el contexto
ambiental en el que se encuentra genera problemas para la conservación:
5
desintegrándola, aunque algunas veces en ambientes específicos, se conservan o
incluso fosilizan. Tercero, en la época del contacto, la destrucción desmesurada de
los artefactos prehispánicos, hizo que, víctima de las llamas, fuera más fácil su
pérdida. Esto, aunado a la falta de cuidado durante la excavación, hace que los
artefactos se pierdan y, con ellos, toda la información que nos podría proporcionar.
Composición
“La madera es un material de tipo orgánico porque está constituido por compuestos
de carbono, hidrogeno y oxigeno” (Alonso 2000:50). Los principales compuestos
componentes de la madera son la celulosa, la lignina y el agua, además de
almidones, gomas, resinas, entre otros.
Otra particularidad importante, a nivel estructural, es su “[…] característica de
expansión y contracción por ganancia o perdida de agua […] llamada,
Higroscopicidad […]” (Alonso 2000:30).
Desde el punto de vista anatómico, la madera es un tejido compuesto, constituido
por más de un tipo celular. Estos tipos son los traqueidas, vasos, fibras y
parénquima xilemático. Éstos se disponen dentro de la planta en dos sistemas:
vertical y horizontal en relación al eje longitudinal del tallo. La intersección de
estos ejes forman los planos de la madera. (Martínez y Sánchez 1985:13)
6
La características más importantes y observables en la madera son el duramen o
corazón, la albura o periferia, los anillos de crecimiento, el contenido de
humedad, la anisotropía (“diferencias en las características físicas y mecánicas del
corte de cada plano de la madera”) (Martínez y Sánchez 1985:46). La figura (que
es el patrón reflejado por el grano), textura, color, lustre, dureza, densidad, rigidez,
elasticidad, acústica, tenacidad, porosidad, conductividad eléctrica, conductividad
calorífica, y durabilidad.
Estas características son de fundamental importancia ya que son base de los
posibles análisis que se le pueden hacer a los artefactos encontrados en el contexto
arqueológico, develándonos así datos importantes.
Importancia como Material Arqueológico
Su importancia radica en que nos da información sobre el avance tecnológico,
social y cultural alcanzado por un grupo humano, además de que nos otorga la
posibilidad de reconstruir el entorno en el que se encontraba, así como el uso que
de los recursos naturales hacían.
Hay que tomar en cuenta tres aspectos fundamentales en el estudio de la madera,
“[…] éstos son el histórico, que le permitirá ahondar en la importancia de una obra
como manifestación a través del tiempo; el tecnológico, que le permitirá conocer
los materiales y las bases técnicas empleadas para la manufactura del bien cultural,
y el aspecto científico que servirá de base para la elección de los materiales y
7
métodos de conservación y restauración apropiados aplicables al bien cultural[…]”
(Martínez y Sánchez 1985:13).
Diferentes Problemáticas y Conservación
Hay que tomar en cuenta que uno de los factores más problemáticos en el ámbito
arqueológico, es una mala excavación, debido a que al no ser tratada de la forma
adecuada o al no ser tomada en cuenta por no ser lítica o cerámica, se ve afectada
para un posterior análisis.
Las posibilidades de conservación, asimismo, dependen directamente del tipo de
circunstancias climáticas en las que se encuentra el material arqueológico; es decir,
en dónde fue depositado el material, aunado al buen manejo de éste antes, durante
y después de su intervención y consolidación.
Tomando en cuenta que la durabilidad de este material se refiere a la “capacidad de
ésta para contrarrestar el ataque de los organismos externos” (Alonso 2000:50).
Dependerá básicamente de la presencia de humedad y de sustancias tóxicas para
los organismos.
Los insectos, así como los hongos, son un factor de riesgo y afectación de la
madera -y por lo tanto de las piezas arqueológicas - incluso lo pueden llevar a la
destrucción casi total del artefacto.
8
Las medidas que se aplican al momento mismo del hallazgo de los artefactos, son
determinantes en la conservación de dichos materiales. Una vez que se localizan
objetos se debe de registrar su condición y aplicar ciertas medidas de
consolidación, así como la recolección de muestras para análisis. Medidas
preventivas, embalaje y transporte deberán ir de acuerdo a la condición de la
fragilidad que presentan. El registro, indicando todo los deterioros del artefacto,
nos marcará las medidas preventivas para su conservación, sirviéndonos como guía
y listado de daños encontrados.
Si el suelo está completamente inundado y sin aire, de forma constante, los
materiales orgánicos se conservan durante largos periodos, al igual que un suelo
completamente seco.
En ocasiones el deterioro causado puede hacer que la madera se desintegre al tratar
de rescatarla por lo que es necesario que se consolide in situ.
Estudio y Análisis Aplicables
En ocasiones el deterioro del material es tal que no es posible aplicar estas técnicas,
pero en la mayoría, pueden hacerse estos estudios:
- Identificación macroscópica: es posible llegar a identificar el nivel taxonómico de
género y especie. Sólo se requiere una pequeña pieza de madera, que permita su
fácil manipulación, una navaja de mano, lupa de aumento 10 X, luz adecuada y
9
literatura apropiada. Se realiza un corte en los tres planos de la madera para
eliminar asperezas y dejar una superficie lisa y apreciar así: canales de resina,
duramen, albura, porosidad, abundancia y distribución de estos, radios, tamaño y
abundancia. Otras características que se pueden considerar son: color, olor, sabor,
grano, lustre, textura, densidad y dureza.
- Identificación microscópica: en el material arqueológico generalmente es posible
establecer fácilmente planos, y encontrar tres tipos de cortes. Examinándola al
microscopio, con muestras lo más pequeñas posibles, cortadas con el bisturí de un
sólo filo y delgado. En esculturas, soportes de pintura, retablos, bastidores, entre
otros artefactos que no se puedan muestrear, se buscarán varios sitios en los que la
madera esté al descubierto y que permitan obtener las tres secciones necesarias
para ser analizadas en el micrótomo o xilotomo, aparato equipado con una cuchilla
y un dispositivo automático que permite obtener cortes en serie y de espesor
constante. (Martínez y Sánchez 1985:70-72)
- Método de carbono 14: para obtener cronología absoluta
- Dendrocronología: los anillos de crecimiento del árbol sirven para medir el
tiempo, inferir las condiciones ambientales del pasado cuando dichos anillos se
formaron. Se examina, presencia o ausencia, regularidad, grosor, calidad de la
madera tardía y temprana, y si presenta transiciones abruptas o graduales.
Referencias en Códices y Fuentes, y Uso en Época Prehispánica
10
Al ser la madera un material que siempre nos ha rodeado, esta ha sido utilizada
ampliamente por los seres humanos desde las épocas más tempranas. Así, su
apropiación era necesaria, para la construcción de diversos objetos utilitarios,
decorativos, ritual y arquitectónicos (Noguera 1958:15).
Esto, se puede encontrar descrito en varias fuentes históricas, relaciones y códices,
que nos hablan elocuentemente del uso que los indígenas hacían de ese material y
de la pericia alcanzada (Saville 1925). Se hallan los nombres y figuras de
talladores, talleres y herramientas para la creación de estos artefactos.
Escasos ejemplares han sobrevivido, tales como:
- Objetos ceremoniales: ídolos, máscaras, pipas, cetros o bastones
ceremoniales (caluac).
- Arquitectura: templos , casas, palacios, estacas , vigas, dinteles, estelas.
- Armas: átlatl
- Instrumentos musicales: huehuetl o tambor vertical, teponaztlis,
- Muebles
- Herramientas
- Castigo corporal: collar de madera (que colgaban en el cuello del culpable),
y jaulas de madera.
Se puede concluir que a falta de un estudio a profundidad del material, no hay
formalmente una tipología para su clasificación y separación a nivel tecnológico, a
pesar de que es necesaria para la categorización y análisis de este material.
11
Referencias citadas
Alonso, Alejandra
2000 Conservación de la madera arqueológica. Conservación in situ de los
materiales arqueológicos México: 49-57
Martínez Borrero, Juan
1991 Talla en madera. Artesanías de América: 100-114.
Martínez, L. C. y F. Sánchez
1985 Materiales arqueológicos de origen orgánico: la madera. Instituto
Nacional de Antropología e Historia. México
Noguera, Eduardo.
1958 Talla prehispánica en madera. Instituto Nacional de Antropología e
Historia. México D.F.
Saville, Marchall H.
1925 The Wood-carver´s art in ancient Mexico. New York
OBJETOS DE MADERA DE LA CUEVA DE LA CANDELARIA, COAHUILA.
Juárez Zepeda Ricardo
Ortega Pérez María Teresa
Licenciatura en Arqueología
Escuela Nacional de Antropología e Historia
Resumen
La Cueva de la Candelaria, Coahuila está ubicada en lo que se conoce como Bolsón
o Valle de las Delicias. El clima desértico de la región ha sido un factor importante
en la conservación de contextos arqueológicos funerarios y los diversos materiales
que en ellos fueron depositados a manera de ofrenda dentro de cuevas mortuorias.
En este trabajo se presenta un recuento detallado de los materiales de madera y una
idea de con qué tecnologías, con qué materias primas fueron elaborados estos
objetos puesto que realizar un análisis de tipo microscópico afectaría de manera
significativa la integridad y sobre todo la conservación de estos artefactos.
Finalmente se apoya lo propuesto por Leticia González Arratia quien al igual que
otros investigadores argumenta que los cazadores-recolectores se destacaban por
utilizar exhaustivamente todo lo que les ofrece su entorno, además de realizar
labores y trabajos de acuerdo a una división universal del trabajo. Estas
características se ven reflejadas en los bultos mortuorios que fueron depositados en
la Cueva de la Candelaria.
Abstract
The Candelaria Cave is located in the Lagoon region, that includes part of the
northeast of the state of Durango and the west of Coahuila state, between which
there is a series of valleys or Bolsones, the most Eastern and important it is the call
Bolsón de las Delicias. The climate in the region is warm and dry, giving him a
desert aspect, with abrupt variations of temperature. The type of vegetation that
exists in the valley corresponds to the desert climate.
These climatic conditions as much turn out to be the determining factor in the
conservation of the mortuary bulks as of the placed devices inside and outside
these. The wood materials are the objects of interest in this article, the different
reclaimed devices from the cave are exposed and it considers what it is created was
the raw material and the technique of manufacture with which these instruments
took place.
Finally the proposal of Leticia Gonzalez Arratia for the hunter-gatherers societies
of the northeast of Coahuila is retaken and supported in this article, since in the
funeral context they are reflected customs and ideas of the societies that placed the
mortuary bulks within the Candelaria Cave.
OBJETOS DE MADERA DE LA CUEVA DE LA CANDELARIA, COAHUILA.
La cueva de la Candelaria se localiza en la comarca Lagunera, que abarca parte del
noreste del estado de Durango y el poniente del de Coahuila, es una región casi
totalmente rodeada de sierras, entre las cuales existen una serie de valles llamados
bolsones, de los tres existentes en la región, el más oriental e importante es el
llamado Valle de las Delicias (Lámina 1). El clima en la región es cálido y seco. El
tipo de vegetación que hay en el valle corresponde al de desierto con matorral de
gobernadora. Para la época que nos interesa, debió ser menos árido gracias a la
presencia de grandes masas de agua como las lagunas de Mayrán, Viesca y otras.
La cueva ubicada en la Sierra de la Candelaria se abre en la ladera noreste por un
orificio de aproximadamente 1 m de diámetro, situado a 1000 msnm (Lámina 2).
En la parte superior, la cueva está formada por una chimenea casi vertical de unos
9 m de altura, la cual se ensancha transversal y verticalmente y se continúa con la
cámara más alta de la cueva (Lámina 2). El piso de la cueva está casi oculto por
materiales de derrumbe y las paredes se encuentran fisuradas.
Aveleyra (1956) indica que si bien la edad terminal que indican estos materiales es
bastante tardía, a juzgar por la asombrosa riqueza de objetos y entierros en la
cueva, así como la presencia de un taller en las cercanías, hablan de una larga
ocupación de la zona, cubriendo un lapso que puede limitarse entre 1000 hasta
1600 d.C. Con posterioridad, se obtuvieron dos fechas de radiocarbono 14
(Aveleyra, 1956); la primera de un fragmento de textil que arroja una edad entre los
años de 1095 a 1315 d.C., y la segunda a partir de una muestra ósea que va de 1100
a 1300 d.C. A partir de estas fechas se puede afirmar casi con certeza que todos los
materiales depositados en la cueva corresponden a población prehispánica.
Los habitantes de esta región depositaban a sus muertos en cuevas junto con una
gran cantidad de objetos que se conservaron hasta la actualidad por la sequedad del
ambiente. A pesar de la acción de los saqueadores y de numerosos derrumbes, fue
posible determinar que la cueva sólo fue utilizada con fines mortuorios y nunca
como habitación (Fotografía 1).
Los bultos funerarios fueron depositados en toda la cueva, sin importar su
orientación (Fotografía 1).Los cadáveres se colocaron en posición flexionada, se
envolvían con mantas de gran tamaño, cosiendo los lugares de unión para que el
contenido no se saliera y se ataban con cuerdas para mantener la posición, dando la
apariencia de una red (Romano 2005). Dentro del envoltorio se incluía los objetos
como prendas de vestir, turbantes, adornos, sandalias y armas, así como cuchillos
con mango de madera y bolsas tejidas que en ocasiones contenían otras más
pequeñas o puntas de proyectil y raspadores. También se localizaron dentro de los
bultos, anteastas, palos curvos con estrías (llamados fending o rabbit sticks),
punzones de hueso y buriles. Por fuera de los bultos, y al parecer sin ningún orden,
se colocaron diversos objetos tales como canastas, cornamentas de venado, coas,
lanzadardos, arcos, flechas, dardos, redes y cunas (Romano 2005). Por debajo de
los bultos mortuorios se pusieron esteras y petates y cuando se colocaba una
segunda capa, es decir otro bulto mortuorio encima de otro, se separaban por medio
de pencas de nopal, hojas de palma y lechuguilla, además de las coas y arcos para
que no se confundieran ni se mezclaran los bultos mortuorios (Fotografía 2).
Para este trabajo en particular, los artefactos de madera son los objetos de nuestro
interés; cabe mencionar que se encuentran en grandes proporciones y sólo los
objetos de fibra los superan en cantidad. Todos estos artefactos son, arcos y flechas
cuyo uso era predominante (Fotografía 3 y 3a), un fragmento de atlatl, "palos
arrojadizos" (fending o rabbit-stick) (Fotografía 4). Todos estos elementos guardan
una fuerte relación con los Basket-Makers del suroeste de los Estados Unidos,
también se encontraron un gran número de coas, que son instrumentos para cavar,
generalmente usados para hacer agujeros en los cuales se plantan semillas
(Fotografia 5). Aveleyra (1956) indica que pueden no estar asociados con prácticas
de cultivo, sino que fueron usados como atizadores para mover brasas, puesto que
algunos tienen los extremos quemados, también se localizaron un gran número de
mangos de cuchillo (Fotografía 6), así como sencillas cunas, armazones de bolsos
(Fotografía 7)y carrizos decorados.
Como es bien sabido, el entorno físico es un factor muy importante en el desarrollo
de las sociedades, ya que este proporciona los recursos necesarios que requiere
cualquier ser humano para su subsistencia como son alimento, vivienda, y la
materia prima necesaria para la elaboración de objetos ceremoniales, ornamentales
e instrumentos de uso cotidiano. Los materiales de madera que se hallaron en la
cueva son muy diversos en cuanto a forma, tamaño y función, pero en lo que se
refiere al tipo de materia prima solo se han identificado dos: el mezquite (Prosopis
laevigata), la inflorescencia de agave que se extrae de la lechuguilla (hechtia
podantha) y el maguey (agave), los cuales abundan en las laderas y en las partes
más elevadas de la Sierra de la Candelaria (González, 1999), en general se
encuentran en varias regiones de México que presentan un clima similar.
Materia prima
La madera es uno de los materiales orgánicos más importantes. La madera es la
parte leñosa de los árboles, la sustancia dura y fibrosa debajo de la corteza. Los
vegetales que presentan madera debido a su estructura celular se dividen en dos
grupos, las gimnospermas y las angiospermas (Monjaras, 1991).
Las gimnospermas cuentan con una estructura simple, no existe diferenciación
celular ya que no hay una distinción de funciones, sus células se encargan de
transportar y retener nutrientes y agua. Las angiospermas son más evolucionadas,
en éstas si existe diferenciación celular, unos tejidos se encargan del sostén y otros
de la conducción de los nutrientes y agua, estos rasgos hacen más o menos
evidentes las características utilizadas para su identificación según sea el caso
(Sánchez, 1978).
Las partes de la madera que se consideran para su identificación son el grano, que
es la posición que presentan las células dentro de ella, el duramen que es la parte
central del tronco y la albura que se ubica en la periferia del tronco. Para observar
estas partes se tienen que realizar tres cortes al tronco: transversal, este se observa
cuando se corta un árbol a la mitad, longitudinal-tangencial que va paralelo a la
corteza y longitudinal-radial que va desde la corteza hacia adentro. La obtención
de la madera como materia prima inicia con la tala del árbol, posteriormente se
pasa al desenrrame para finalmente dejarla secar (Monjaras, 1991). Esto se logra
principalmente de tres formas:
Percusión. Es la obtención de la materia prima mediante golpes puede ser directa o
indirecta.
Desgaste. Quitar parte de la superficie por medio de frotación.
Aserrado. Consiste en dividir un material en dos partes con ayuda de una
herramienta o artefacto con filo ( Monjaras, 1991).
Para identificar técnicas de manufactura y huellas de uso en artefactos de madera se
tiene que mutilar el objeto para analizarlo de manera microscópica. Los expertos
recomiendan un cubo de 1cm cuadrado, lo que dificulta llevar a cabo este tipo de
estudios ya que la técnica es muy agresiva. Esta es una de las principales razones
por las que no se han realizado análisis de este tipo a los objetos de la Cueva de la
Candelaria.
Características del Mezquite
Desde épocas remotas, el mezquite ha constituido un recurso valioso para los
habitantes de zonas áridas, como es el caso de los pueblos nómadas de cazadores
recolectores del norte de México. El mezquite es un árbol o arbusto espinoso
perene, llega a medir hasta 10m de altura, dependiendo de las condiciones del
suelo. Pertenece al grupo de árboles denominado Angiospermas, se caracterizan
por que su madera es dura. Entre sus características físicas se destaca su albura
color amarillo claro que forma un anillo de media pulgada alrededor del duramen
que es de color café rojizo. Su madera es dura, perdurable, de grano cerrado y
toma un brillo muy fino al pulirla aunque es quebradiza y poco flexible pero al
someterla al fuego cambia su estructura lo que le permite adquirir mayor
flexibilidad y resistencia (Sánchez, 1978).
El mezquite se utilizó en épocas pasadas y se sigue utilizando en varias regiones
del país. Su madera sirve muy bien para la construcción de distintos artefactos;
además en sus hojas crecen unos parásitos llamados “cocopaches” que son
comestibles, mientras que sus frutos y sus hojas se usan como forraje. La
lechuguilla y el maguey son plantas que, igual que el mezquite, se aprovechan
como materia prima y como alimento. Se utilizan los quiotes de ambas plantas ya
que al secarse presentan una madera ligera y fibrosa, las hojas de la lechuguilla se
chupan para saciar la sed, a demás al agave se le extraía el corazón para preparar el
“mezquitamal” ( Monjaras, 1991).
Las sociedades nómadas que habitaron la región dedicaban su tiempo a las
actividades de subsistencia, caza y recolección principalmente, elaboración de
instrumentos de trabajo y de diversos objetos. Los objetos elaborados en madera,
puede inferirse a través de su uso que fueron utilizados en tres actividades
principales, según propone Leticia González Arratia (1999), la fabricación de casi
todos los instrumentos de cacería, actividades relacionadas con el fuego -ya sea
para producirlo o manipularlo- y en la manufactura de instrumentos de recolección,
entre otras. De acuerdo con estas categorías podemos agrupar dichos objetos.
Entre los objetos destinados a la caza y guerra tenemos cuchillos enmangados,
palos conejeros, arco, asta, anteasta para punta de proyectil y atlatl. Entre los
instrumentos relacionados con la producción y manipulación del fuego tenemos los
palos con hogares, taladro, pinzas para mover carbones y posiblemente las coas
que se piensa servían para atizar el fuego. Por ultimo tenemos los objetos que
fueron utilizados en la recolección como los palos excavadores, los que sirvieron
de soporte como las astas y anteastas que ciertamente cumplen una doble función,
las cunas que eran utilizadas para facilitar el transporte de los niños y el palo de
telar.
Otro aspecto importante es la relación que existió entre los objetos y los miembros
del grupo. Es decir: ¿Quien los fabricaba? ¿Tanto hombres como mujeres podían
utilizar todos los instrumentos por igual? o ¿Existía algún tipo de restricción en
función del sexo o edad?
Como sabemos en este tipo de sociedades, los hombres eran los encargados de la
cacería y de defender al grupo en caso de un ataque, también es cierto que la dieta
principal de estas personas era a base de las plantas, frutos, semillas y tubérculos
que recolectaban las mujeres y los niños. Cabe aclarar que la división del trabajo no
era rigurosa, pues tanto los hombres participaban en la recolección como las
mujeres en la caza. Considerando lo anterior y Retomando lo propuesto por
González Arratia [1999] se puede decir que los instrumentos relacionados a la caza
y la guerra eran usados principalmente por los hombres. Los instrumentos
asociados a las mujeres, son los que se usaban en la recolección, transporte y
elaboración de textiles. En lo referente a la fabricación de los instrumentos, se
piensa que fueron manufacturados por los hombres.
Lámina 1. Bolsón de las Delicias, Coahuila (Aveleyra, 1954).
Lámina 2. Cueva de la Candelaria y su entrada (Aveleyra, 1954).
Fotografía 1. Bultos mortuorios (Museo Nacional de Antropología e Historia).
Fotografía 2. Colocación del bulto mortuorio con “cuna” encima
(González, 1999).
Fotografía 3. Arcos (González, 1999).
Fotografá 3a Flechas (González, 1999).
Fotografía 4. Palos conejeros (González, 1999).
Fotografía 5. Palos excavadores (González,
1999).
Fotografía 6. Cuchillos de pedernal con mango de
Madera (González, 1999).
Fotografía 7. Bolsa con armazón de madera
(González, 1999).
Referencias
Aveleyra Arroyo de Anda Luis
1956 Los materiales de hueso, asta, cuerno, concha y madera de la Cueva de la
Candelaria, Coahuila, en: Cueva de la Candelaria, México, INAH, memorias del
INAH, vol. 1, no. 1, pp. 109 – 163.
González Arratia Leticia
1999 Museo Regional de Coahuila y la Cueva de la Candelaria, México,
CONACULTA, INAH.
1999 La Arqueología de Coahuila y sus fuentes bibliográficas, México, INAH.
2006 La exploración de Edward Palmer en varias cuevas en Coahuila en el siglo
XIX, México, INAH,
2007 Historia y Etnohistoria del norte de México y la Comarca Lagunera,
México, INAH.
Maldonado Koerdell Manuel
1956 Geografía, Vegetación y Geología en: Cueva de la Candelaria, México,
INAH, memorias del INAH, vol. 1 no. 1, pp. 33 – 54.
Monjaras Morales Antonia
1991 Técnicas de Manufactura en Época Prehispánica, Tesis de Licenciatura,
México, ENAH.
Romano Pacheco Arturo
2005 Los Restos Óseos de la Cueva de la Candelaria, Coahuila. Craneología,
México, CNCA-INAH, pp. 15 – 22.
Sánchez Martínez Fernando
1978 Arqueobotánica: métodos y aplicaciones, Colección Científica no. 63,
México, INAH.
1
MATERIALES ORGANICOS: APROVECHADOS POR LOS PUEBLOS
PREHISPANICOS Y CONTEMPORANEOS PARA LA ELABORACION
DE CESTERIA. UN ESTUDIO ETNOGRAFICODE ENTRE LOS
TARAHUMARAS DE CHIHUAHUA
Salazar Estrada Jeymi Oney
Licenciatura en Arqueología
Materiales Arqueológicos II
Escuela nacional de Antropología e Historia
2
Resumen
El empleo de la cestería antecedió a tiempos prehispánicos, cuyo origen
es asociado al desarrollo de la caza y recolección de frutos y semillas por los
pueblos nómadas, junto con los tejidos de redes, cuerdas y esteras, cubrieron
necesidades básicas de las sociedades en desarrollo. Los tejidos elaborados de
materiales orgánicos, comprenden las evidencias arqueológicas que
manifiestan la forma de aprovechamiento y manipulación del medio
geográfico, y el conocimiento de las propiedades de cada una de las especies
vegetales, utilizadas como materia prima.
La fabricación de la artesanía cestera, ha permanecido hasta la actualidad, en
distintas regiones de México, en función del área geográfica y de las
disposiciones a recursos empleados para la elaboración de objetos cesteros.
Lo que se intentara en el presente ensayo, es un acercamiento al proceso de
elaboración de la cestería en época prehispánica, a través de los estudios
etnográficos de los pueblos indígenas dedicados al oficio. Retomando el
trabajo artesanal de los Tarahumaras de Chihuahua, estableciendo posibles
cambios o continuidad en la manufactura de los tejidos en cestería.
3
Abstract
The use of pre-Hispanic times predated basketry, whose origin is associated
with the development of hunting and gathering fruits and seeds by nomadic
peoples, along with the tissues of nets, ropes and mats, covered the basic needs
of developing societies. The fabrics made of organic materials, comprising the
archaeological evidence that show how the use and manipulation of the
geographical environment, and knowledge of the properties of each plant
species used as raw material.
The manufacture of handicrafts basketmaker has remained to this day, in
different regions of Mexico, depending on the geographic area and the
provisions of resources used for the manufacture of basketry objects.
What is attempted in this essay, is an approach to the process of basketry in
prehispanic times, through ethnographic studies of indigenous peoples engaged
in trade. Returning to the craftsmanship of the Tarahumara of Chihuahua,
establishing possible changes or continuity in the manufacture of woven
baskets.
.
4
MATERIALES ORGANICOS: APROVECHADOS POR LOS PUEBLOS
PREHISPANICOS Y CONTEMPORANEOS PARA LA ELABORACION
DE CESTERIA. UN ESTUDIO ETNOGRAFICODE ENTRE LOS
TARAHUMARAS DE CHIHUAHUA
Los tejidos recuperados de contextos arqueológicos son escasos, por
estar elaborados de fibras vegetales. Uno de los factores que contribuyen al
deterioro de los materiales, es la inestabilidad del medio ambiente en que son
depositados. Así también los hongos y bacterias son agentes destructores de los
mismos. 1
Los registros que se tienen de este tipo de material, proceden de cuevas secas ya
que estos sitios presentan condiciones idóneas para la conservación del
material textil. Otra forma de conservar los materiales es su asociación con
objetos de cobre, los productos de corrosión actúan como agentes
esterilizadores, evitando la destrucción de los objetos elaborados con fibras
orgánicas. En el norte de México, se han localizado restos de fibras que
provienen de cuevas localizadas en los estados de Sonora, Chihuahua,
Coahuila y Durango. Son escasos los materiales encontrados en las cuevas del
estado de Guerrero. Existen evidencias en las cuevas del Valle de Tehuacan,
1 Mastache de Escobar, Alba Guadalupe. Técnicas prehispánicas del tejido. INAH. México
1971. Pág. 9.
5
Puebla, en cuevas de la Mixteca Alta, Oaxaca, y procedentes del estado de
Chiapas.2
Los diversos tipos de objetos elaborados con fibras de origen orgánico, tiene
diversas características en cuanto a su técnica de elaboración, como también el
tipo de materia prima utilizada. La elaboración de tejidos parte de dos variantes
artesanales; en una primera clasificación se encuentran los textiles, la materia
prima se obtiene de cualquier fibra suave de origen vegetal (lino u algodón) o
animal como lo es la lana, la alpaca y la seda. El uso que se le da a este tipo de
fibras es para la fabricación de vestimenta. La manufactura de textiles requiere
un dispositivo de tensión o telar. En época prehispánica, en ocasiones se
agregaban plumas o pelo de conejo como elementos ornamentales.
De la segunda clasificación deriva la elaboración de la cestería, introduciendo
fibras duras como el agave, el carrizo, el junco, bejuco, y hojas muy flexibles
como el pasto y la palma. Con el aprovechamiento de este tipo de fibras se
logra el trabajo manual de cierto tipo de recipientes u objetos planos, cuyo uso
es para contener, almacenar y el traslado de mercancías o semillas.
Preparación de la fibra
No se conoce con exactitud, cual fue el tratamiento previo que se les dio a las
materias primas, antes de iniciar el tejido en época prehispánica, pero sea
2 Ibidem., 1971.Pág.
6
propuesto que el procesamiento es similar al trabajo realizado en la actualidad
por los grupos indígenas. Actualmente los procesos a los que son sometidos las
fibras antes de comenzar con la elaboración del tejido, difieren en cuanto a la
materia prima que se va utilizar. Algunas se limpian y se trabajan verdes como
el sotol, el pino, en algunos casos la palma, ramas y hojas del sauce. Para otro
tipo de materias primas se limpian para eliminar la corteza, se hierven, y se
dejan secar.
Técnicas para el tejido
Haciendo referencia a la clasificación propuesta por J.M Adovasio
(1977), sobre las técnicas de tejido, retomada por Catalina Rodríguez
Lazcano3, existen tres técnicas de tejido y variantes dentro de estas, para la
elaboración de cestería, estás son:
El cosido en espiral o enrollado en espiral, una de las técnicas más antiguas.
Se compone de dos elementos; el horizontal (elemento pasivo) que se refiere a
la base que forma la espiral de donde se va enrollando, y el vertical (elemento
activo) levantamiento desde la base que sigue la espiral hasta llegar a la punta
del tejido, el soporte de la cestería se mantiene a partir de las puntas unidas a la
base. En la actualidad este tipo de técnica se utiliza fundamentalmente para
3 Cortés Ruiz, Efraín. Rodríguez Lascano Catalina. Tejedores de la Naturaleza. La cestería en
cinco regiones de México., Colección Divulgación .México, 1999. Pág. 24.
7
elaborar canastas, bolsas y sobrero de guano, como materia prima utilizada, en
la región maya de las Tierras Bajas. En el norte de México esta técnica es
empleada para elaborar recipientes, que permiten ser utilizados como
contenedores de líquidos. Las fibras sufren procesos de hinchazón al contacto
con el agua, comprimiendo los espacios que quedan del tejido, haciéndolas
impermeables. Esta técnica es primordialmente desarrollada por los seris de
Sonora, la cestería corita, esta representada en la elaboración de cestos que son
capaces de medir hasta metro y medio, el tejido es están apretado y cerrado, que
permite la contener y trasladar líquidos.
El tejido o entretejido es una forma más de producir cestería, se realiza
entrecruzando dos o más elementos activos de forma perpendicular. La trama
y urdimbre que se utilizan para la manufactura de textiles, se emplean para
elaborar objetos como recipientes, morrales y petates. Utilizando materias
primas de carácter dúctil como el guano, jacinto y espadilla, principalmente.
Dentro de esta técnica se encuentra el trenzado que es una variante de la misma,
se realiza cruzando dos o más tiras de listones en dos direcciones, con el fin de
tejer tiras largas de grosor medio, que se puedan coser un tejido mayor para dar
mayor longitud que permita ser moldeable y resistente. La elaboración de
sombreros, son una forma que ejemplifica la aplicación de esta técnica.
8
Un tercer tejido es el que se practica en la elaboración de textiles, y se conoce
como tejido enlazado o torcido. Se realiza con dos hilos de trama; el primer
hilo pasa por un hilo de urdimbre, el segundo hilo pasa por atrás y luego por
arriba del primero enfrente del tejido. Las fibras utilizadas son muy flexibles.
Dentro de esta categoría pertenecen los objetos de cordelería, elaborados con
uno o varios hilos.
La combinación de ambas técnicas mencionadas, da la variación en las piezas
elaboradas. José Herrera en su articulo titulado; Cestería. Fibras Duras y
Vegetales, menciona que cualquier objeto de cestería consta de tres partes: la
pared, el centro y la orilla. En algunas ocasiones la pared, es la parte
mayoritaria de la pieza.
El acabado y decoración de los productos en cestería, responden al uso
destinado para cada objeto elaborado. A nivel doméstico, de trabajo (en
campo), religioso, juguetes, de indumentaria y adorno personal. No todos los
productos de cestería presentan decoración, de acuerdo al uso requerido es su
diseño y decoración.
PRODUCCION CESTERA DE LA SIERRA TARAHUMARA
La comunidad tarahumara o rarámuri ocupa una gran extensión de montañas y
barrancas de la Sierra Madre Occidental, abarcando los distritos de Guerrero,
9
Rayón, Arteaga, Benito Juárez, Andrés del Río e Hidalgo del Estado de
Chihuahua.4
La evidencia arqueológica (Kennedy, 1978) muestra, en la región tarahumara,
la existencia de una cultura canastera desde 1000 años antes de nuestra era .
Esta fase cestera en la actual Sierra Tarahumara fue influencia de la cultura de
los indios pueblo, localizados en el denominado Gran Suroeste
Norteamericano; en ella se desarrollaron prácticas de caza, recolección y una
agricultura incipiente del maíz (Cortés y Rodríguez 1999).
Las materias primas empleadas para la producción cestera se obtienen, de las
especies vegetales desarrolladas en la región, tales como las agujas de pino, el
sotol y la palma. En épocas recientes se han introducido fibras externas a la
región.
Existen dos tipos de tejidos para elaborar cestería tarahumara; el tejido
enrollado, el cual ha ido desapareciendo entre la etnia raramburi, y el tejido
entrecruzado, que se conserva aún en la manufactura de cestos redondos y
petates. Este tipo de tejido es el más característico para la elaboración de cestas
tarahumaras.5
Dentro de la cestería raramburi, existen tres formas características de los
objetos que se elaboran; los cestos hechos del amole (yucca decipiens) como
4 Gutiérrez G. Donaciano y Gutiérrez Tripp, Josefina. Los Tarahumares. CCEMNA. México
1992. Pág. 11.
5 Ibídem., 1999. Pág. 159-160.
10
materia prima utilizada, las canastillas confeccionadas con pino (okoko) y los
canastos de asa de fibras del carrizo(baka), este tipo de objetos es de reciente
introducción.6
Fig. 17
Elaboran los warito (cesto pequeño) y wares (cestos) de hoja de pino y/u
hoja de pino con sotol, con o sin tapa, en forma triangular, cuadrada, cilíndrica,
como nidos de cestos, con boca lisa o en estrella. Las piezas más grandes son
petacas y cestos elaborados con sotol o palmilla. Los tamaños varían desde
miniaturas de 2.5 cm hasta los 60 cm. Los acabados de los productos cesteros se
logran con la aplicación de cambios en el tejido, con hoja sencilla y hoja doble,
y mezclando los tonos de la fibras, recientemente, con el tenido en color negro
de algunas fibras. Las herramientas de trabajo que utilizan los raramburis para
realizar el tejido, son principalmente las manos y dientes, los cuchillos o
machetes se utilizan para la obtención de la materia prima. Siendo herramientas
6 Ibídem., 1999.
7 Cesto. Catálogo de las colecciones etnográficas del Museo Nacional de Antropología,
CNCA/INAH/MNA, México, 1992.
11
sencillas y que se tienen al alcancé, la cestería tiene la cualidad de ser una
artesanía que se elabora en su totalidad de forma manual.8
Las petacas, cestos y wares son de uso doméstico y han servido para guardar
diversos objetos, incluyendo granos de maíz; los curanderos utilizan los
rectangulares para guardar hojas, semillas y otros remedios tradicionales.
Los cambios en la manufactura y acabado de cestos raramburis, están asociados
a los procesos de comercialización. En épocas recientes se han introducido
nuevas formas de canastos con asa y otro tipo de fibras ajenas a la región,
como el carrizo. Los procesos tradicionales de elaboración cestera entre los
tarahumaras, se ha visto influenciado por las exigencias de los objetos
elaborados para uso comercial, asociado a la búsqueda ingresos que produce la
elaboración de estos objetos.
8 Bennet, Wendell C., y Robert Zingg, Los tarahumares, Instituto Nacional Indigenista, México,
1978. http://museonorawa.com/content/category/1/5/26/
12
Conclusiones
Es difícil establecer los procesos de manufactura de la cestería
prehispánica, sobretodo si hablamos del uso de materias primas de origen
orgánico para su elaboración. En la actualidad los estudios etnográficos de las
regiones de México que distan de este oficio, enriquecen los procesos
tradicionales de la manufactura de la cestería.
La producción cestera es una tradición artesanal, desde tiempos prehispánicos.
Los cambios en la manufactura se asocian a las técnicas desarrolladas en la
actualidad para mejora de los mismos. Las materias primas empleadas son
aprovechadas de los recursos y medios geográficos desarrollados en la región
de trabajo, en algunos casos la materia prima es externa a la región.
Los cambios y permanencias en el proceso de manufactura de la cestería
prehispánica a la actual, se ven reflejados en el uso de los objetos elaborados.
13
Bibliografía
Cortés Ruiz, Efraín. y C. Rodríguez Lascano.
1999. Tejedores de la Naturaleza. La cestería en cinco regiones de
México, Colección Divulgación, México pp. 157 a 162.
Weitlaner Jonson I.
1977. Los textiles de la cueva de la candelaria, Coahuila,
Colección Científica, Nº 51, México.
Mastache de Escobar, A G.
1971. Técnicas prehispánicas del tejido. INAH. México pp. 142.
Gutiérrez G, D. y Gutiérrez Tripp, J.
1992. Los Tarahumares. CCEMNA. México. pp. 264.
Mirambell, L. Sánchez, F, y otros.
…Materiales Arqueológicos: Tecnología y Materia Prima. Colección
Científica. México pp131 a 175.
Bennet Wendell, C. y Robert Zingg,
14
1978. Los tarahumares, Instituto Nacional Indigenista. México.
http://museonorawa.com/content/category/1/5/26/
15
Índice
Resumen………………………………………………………2
Abstrae………………………………………………………..3
Materiales Orgánicos: aprovechados por los pueblos prehispánicos y
contemporáneos para la elaboración de la cestería. Un estudio
etnográfico entre los Tara humaras de Chihuahua……………4
Preparación de la fibra………………………………………...5
Técnicas para el tejido…………………………………………6
Producción cestera de la Sierra Tara humara………………….8
Conclusiones…………………………………………………..12
Bibliografía…………………………………………………….13
1
HACIA UNA PROPUESTA DE ESTUDIO DEL BAJAREQUE DE TETELES DE
SANTO NOMBRE
Edsel Rafael Robles Martínez
Licenciatura en arqueología
Escuela Nacional de Antropología e Historia
2
Resumen
Este trabajo es un análisis sobre qué datos pueden ser obtenidos del estudio del
bajareque, partiendo de una serie de reflexiones sobre su proceso de manufactura.
Éste es un elemento abundante en el contexto arqueológico; sin embargo, existen
pocos trabajos acerca de dicho material en general y no existen trabajos previos
sobre el mismo en el ámbito arqueológico, por ello considero que puede ser un buen
indicador de clases sociales y del ambiente.
En cuanto al entorno físico se verá reflejado tanto en la información arqueobotánica
que puede arrojar, como las condiciones necesarias para su conservación, las cuales
considero que en Teteles de Santo Nombre son las ideales; aun cuando el material es
aparentemente bastante frágil.
En la parte final se plantean varias actividades a futuro para hacer un estudio
detallado del bajareque, que incluye la creación de una tipología y la determinación
de la fase histórica a la que pertenece, que espero nos permitan observar cambios y
continuidades, tanto en el clima, la vegetación y el sistema constructivo.
3
Abstract
In this paper I begin with the idea that bajareque is linked with lower social classes,
this paper is an analysis of the data that can be obtained from the study of bajareque,
based on a series of reflections on its manufacturing process. This is an abundant
element in archeological context, however there are just a few papers about this
matter. In archaeology there are not appropriate analyses about bajareque yet.
I think this element is a very important one because of it can give valuable
information about social classes and environment. Especially about vegetation and
climate.
Finally I propose a series of futures activities in the future, to make a detailed study
of bajareque which includes the creation of a typology and the determination of the
historical phase which it belongs to .I hope this will let us observe the change and
continuity in climate, vegetation and building systems.
4
EL BAJAREQUE DE TETELES DE SANTO NOMBRE
El material al cual se hace referencia en este artículo es el bajareque obtenido como
parte de los elementos arqueológicos que se recolectaron en campo durante las
prácticas de recorrido 2009-b, efectuadas en el sitio de Teteles de Santo Nombre,
dentro del municipio de Tlacotepec Puebla(en la parte central del estado muy
próximo a Tehuacán) y bajo la asesoría y dirección del doctor Blas Castellón Huerta
dentro del marco del proyecto arqueológico que se desarrolla en dicho sitio
arqueológico.
Los motivos que me llevaron a proponer este tema es que no existen trabajos previos
sobre el mismo en el ámbito arqueológico, y considero que puede ser un buen
indicador de clases sociales y de medio ambiente por la información arqueobotánica
que puede arrojar, así como las condiciones necesarias para su conservación, las
cuales considero que en Teteles de Santo Nombre convergen de manera ideal para ser
recuperado aun cuando es bastante frágil.
Desarrollo de la Investigación.
Después de revisar la bibliografía arqueológica y arquitectónica no encontré más que
algunas menciones sobre el bajareque, pero ningún trabajo tipológico o que haya
efectuado análisis. Considero que es pertinente empezar por definir qué es el
bajareque y cuál su proceso de manufactura para poder entender la importancia del
5
material y saber qué información es posible recabar del mismo y cuál sería la mejor
aproximación metodológica para su estudio.
La descripción más aproximada del material de estudio es la siguiente: “El bajareque
se encuentra en varias y diferentes regiones del país, en la costa del pacífico se llama
bajareque, en la huasteca enjarre, en el golfo embarro y en la península yucateca
paklúm[…]. El bajareque consiste fundamentalmente de una hilera de horcones
hincados en el suelo con separación de 1m, que forman la pared. Entre estos soportes,
se coloca un entramado de varas entretejidas que después se rellenan con un
aplanado de barro […] algunas veces mezclado con paja seca para darle mayor
consistencia” (Moya 1988:59). Esto permite saber que la parte de la construcción
donde se puede encontrar el bajareque es en las paredes de las construcciones
indígenas; sin embargo, no solo es empleado en contexto habitacional ya que: “Los
cuezcomates del área central de Puebla. Generalmente se construyen de bajareque, el
techo puede ser de madera y teja o palma” (Barbosa 1978:34).
El bajareque ocupa una categoría especial ya que no puede separarse tajantemente en
inorgánico u orgánico. Debido a que su estructura está constituida por elementos
vegetales cubiertos por arcilla.
Una vez definido lo que es el bajareque abordaré el proceso constructivo, las
reflexiones en torno a esto fueron guiadas por la arqueóloga Tamara Cruz.
6
Estructura. Se genera un esqueleto o soporte, de materiales orgánicos (maderas,
otates o cactáceas) que pueden formar una doble malla para dar mayor estabilidad. En
este caso si recurrimos al planteamiento de Emily MacClung (1981:45) “Los
materiales empleados en la construcción de su vivienda reflejan tanto su nivel
tecnológico, como el conocimiento que posee de su medio ambiente”, se puede inferir
que las viviendas fueron construidas con materiales propios de la región.
“El clima define los requerimientos de protección, como continente de lo humano
[…]. Así una vivienda en el desierto, por frágil que parezca combate las fuertes
tolvaneras, vientos e irradiación solar […]. Los recursos naturales determinan los
materiales de que se disponen para edificar […]. Las viviendas construidas con los
minerales y vegetales que la rodean, se integran al paisaje sin oponerse a la
naturaleza” (Prieto 1978:118).
Embarro. A la palizada previa que se ha construido se le adhiere una capa formada
de lodo y pasto, el lodo debe de ser arcilloso en su mayor porcentaje, debido a la
gran plasticidad y adhesividad de las partículas, para rellenar el espacio de la malla y
contrarrestar el impacto del viento y la lluvia. La selección del banco de material
exige una especialización incipiente sobre el comportamiento y el lugar ideal para la
extracción del mismo.
La necesidad de agregarle pasto al lodo es para generar la flexibilidad y adhesividad
precisa, para que la arcilla logre fijarse a la empalizada y no se quede en las manos
7
del trabajador. Esta mezcla arcillosa es colocada sobre el esqueleto orgánico en
capas finas, por lógica para contrarrestar el efecto de la gravedad, ya que si se ponen
plastas muy gruesas, estás tenderían a colapsarse. El grosor del bajareque estaría
relacionado con la cantidad de capas superpuestas.
Aunque no todos los bajareques son sometidos al proceso de cocción, en el caso de
los que son sometidos al fuego, el pasto funciona como desgrasante lo que baja la
temperatura de cocción y reduce la cantidad de material combustible empleado.
Cocción. Este punto es conflictivo debido a que no se han realizado análisis sobre
bajareque en los sitios donde este material es recuperado y existen diversas posturas
acerca de si el bajareque es sometido a cocción o no.
En caso de cocerse los dos lados del muro y la cocción alcanzara una temperatura
mayor a 300°c (ver Cuadro 1) en el cual la materia orgánica se volatiliza, tendríamos
el espacio poroso dejado por los restos vegetales empleados. Ésta sería la base para
detectar los elementos vegetales ocupados.
Sin embargo hay quienes proponen que los restos quemados de bajareque que
proceden de los sitios arqueológicos son productos de incendios, que destruyeron el
sitio; por ejemplo el producto de eventos como el que cita Pablo Escalante Gonzalbo
(2006) en la destrucción de Teotihuacán. Se espera que las investigaciones futuras
den luz sobre si se efectuaba la cocción controlada intencionalmente o si fueron
producto de incendios descontrolados.
8
Acabado de superficie. Finalmente, esta capa puede estar presente o no, pero puede
ser un indicador para esclarecer el punto anterior, partiendo de la ley de
superposición estratigráfica que dice que “los niveles superiores son más recientes
y los inferiores más antiguo” Harris (1991:52). Por lo tanto si la capa anterior
presenta cocción, podemos decir que la quema es intencionada y controlada; si la
acción del fuego está marcada por encima del acabado de superficie, podemos hablar
de una quema posterior que puede ser causada por distintos factores que se pueden
esclarecer en relación a los demás elementos encontrados en el mismo contexto. (ver
figuras 2 y 3) El acabado de superficie correspondería al pintado sobre cal que igual
que en la cerámica se efectúa poscocción.
Acerca de cómo eran los acabados de superficie nos da una idea Valeria Prieto
(1978:47): “Los acabados eran a base de aplanados de barro, y arcillas o estucos...
Las pinturas eran en su mayoría de cal y pigmentos naturales”. Ella misma en el texto
menciona que la vivienda indígena se apoyaba en las ideas que fueran tomadas con
más peso por los toltecas de que “hacer una casa era hacer vivir la arcilla porque
ropas y casa eran vistas como más piel y más rostros del hombre. Y que la casa
refleja el espíritu de sus habitantes” (Idem: 47).
Las ventajas que representa una casa de bajareque son:
Aislante: igual que el adobe, protege los interiores del frío del invierno y del
calor del verano, por lo que lo prefieren en los climas extremosos.
9
Bajos costos: se toman todos los materiales del entorno cercano, es fácil de
construir y la pueden realizar los miembros de la unidad familiar.
Impermeabilidad: en caso de que el cocido sea una constante se agregaría la
ventaja de una alta impermeabilidad en época de lluvias.
La Conservación del Bajareque.
Colin Renfrew (1998) dice que la arcilla cocida como en la cerámica y los ladrillos
de barro cocido y el adobe es casi indestructible en caso de haber sido correctamente
elaborados. Los suelos ácidos pueden deteriorar la superficie de la arcilla. Además
pueden volverse frágiles en medios húmedos. Esto toma relevancia debido a que el
bajareque es un derivado de la arcilla.
El bajareque en caso de ser cocido es bastante poroso debido a su proceso de
manufactura anteriormente comentado. En el caso específico de Teteles el clima es
semiárido con lluvias escasas, lo que reduce la velocidad de destrucción de los
materiales y que permite la recuperación del bajareque.
Información Arqueológica Contenida Actualmente, el único producto de la
investigación efectuada es un mapa de distribución, en el que se representa la
ausencia y presencia del bajareque en el área de recorrido (ver Figura 4). en él se nota
la ausencia de bajareque cerca de la parte central de Teteles, y hacia la periferia del
sitio la presencia del material va en aumento. Por lo que pudiera afirmarse que en el
caso de Teteles el bajareque estuvo asociado a las clases sociales bajas.
10
Actividades Futuras
El estudio y análisis del bajareque aún está en sus primeras etapas, espero poder dar a
conocer los resultados de mi investigación en escritos posteriores una vez cubiertos
los distintos objetivos que aquí presento:
Hacer una tipología; el formato para la clasificación del material, aún no está
definido pero considerará aspectos de proceso de manufactura, materias primas
y acabados de superficie.
Identificar tipos de arcillas y plantas ocupadas. La arcilla mediante petrografía
para determinar si son primarias o secundarias (si evolucionaron in situ o si se
trata de sedimentos) para ubicar los bancos del material. Las plantas por medio de
la identificación de la impresión textil con microscopía de 40 aumentos.
Finalmente. Vincular los restos de bajareque, con una etapa histórica (Preclásico,
Clásico y Posclásico) en base a la cerámica encontrada en el mismo contexto.
Analizar si existen cambios en el proceso de manufactura durante el desarrollo
histórico del sitio, al mismo tiempo comparar los cambios o continuidades en el
ambiente del mismo, primero con la vegetación actual y durante los distintos
momentos históricos.
Agradecimientos. Al doctor Blas Román Castellón por el acceso al material. A la
arqueóloga Tamara Cruz por su valiosa ayuda para que pudiera comprender el
material, y las reflexiones en torno al proceso de manufactura.
11
Bibliografía
Barbosa, M.
1978 Tecnología regional en Puebla y Tlaxcala, Ediciones del IV centenario,
Editorial Universidad Autónoma de Puebla.
Escalante, G. P.
2006 La vida urbana en el periodo Clásico Mesoamericano. Teotihuacán hacia el
año 600 d.c. en Historia de la Vida Cotidiana en México editado por Pablo
Escalante Gonzalbo, pp. 41 -98: tomo 1, Colegio de México, Fondo de
Cultura Económica.
Fournier, G. P.
1990 Evidencias arqueológicas de la importación de cerámica en México, con
base en los materiales del ex convento de San jerónimo. Instituto Nacional
de Antropología e Historia. Colección Científica. Serie arqueología Núm.
213. México
Harris, E C.
1991 Principios De Estratigrafía Arqueológica. Editorial Crítica. Barcelona
España.
MacClung, Emily
1981 El hombre y su medio ambiente, Instituto de Investigaciones Antropológicas;
Universidad Nacional Autónoma de México, México.
12
Moya Rubio, V. José
1988 La vivienda indígena de México y del mundo. Universidad Nacional
Autónoma de México.
Prieto, V.
1978 Vivienda campesina en México. Secretaría de Asentamientos Humanos y
Obras Públicas, México.
Renfrew, C. y B. Paul
1998 Arqueología. Teorías, métodos y práctica. Editorial Akal. Madrid, España.
13
Lista de figuras que integran este artículo
Figura 1 Cuadro de los cambios físicos y químicos de la cerámica durante la cocción
Figura 2 Vista de perfil de un fragmento de bajareque.
Figura 3 Vista frontal de un fragmento de bajareque
Figura 4 Mapa de distribución del bajareque en Teteles de Santo Nombre
14
CAMBIOS FÍSICOS -QUÍMICOS EN LA COCCIÓN DE MATERIALES CERÁMICOS
HORNEADO
°C BIZCOCHO BARNIZ 1400 Se vitrifica la porcelana
de pasta dura
Au
men
ta la viscosid
ad d
e los
barn
ices
1300 Vitrificación de arcillas secundarias
1200 Vitrificación de la mayoría de las arcillas rojas
1100 La mayoría de los barnices suaves se funden
Cristalizació
n d
e b
arnices
1000 Se disocian la mayoría de los carbonatos
900
800 Sinterización Sinterización , los barnices comienzan a hacerse rígidos
700
600 La arcilla se convierte en cerámica
Inversiones del cuarzo(573°c)
Ran
go d
e craqu
elamien
to d
el
barn
iz
Ran
go d
e craqu
elamien
to d
e la p
asta
500
400
300 La mayoría de las materias orgánicos se consumen
Inversiones de cristobalita(220°c)
200 Desaparece el agua absorbida
100 Toda el agua libre se evapora. Secado de la arcilla
0 CALENTAMIENTO HORNEADO ENFRIAMIENTO Figura 5 Cuadro de los cambios físicos y químicos de la cerámica durante la cocción,
tomado del libro de Patricia Fournier(1990: 154) que nos permite visualizar, a que
temperatura se consumen los materiales orgánicos, y a que temperatura se alcanza la
vitrificación de las arcillas dependiendo de su tipo
15
Figura 6 Vista de perfil de un fragmento de bajareque. Que permite observar las
distintas capas que lo integran, de abajo hacia arriba, vemos el espacio poroso dejado
por los elementos vegetales, después una capa de arcilla vitrificada y finalmente una
capa muy delgadita como testigo de la presencia de un acabado de superficie. Foto
tomada por Edsel Rafael Robles Martínez.
16
Figura 7 Vista frontal de un fragmento de bajareque. Que presenta en la superficie, arcilla vitrificada, foto tomada por Edsel Rafael Robles Martínez.
17
Figura 8 Mapa de distribución del bajareque en Teteles de Santo Nombre. Se puede
observar que cerca del are que tiene el rótulo de Teteles, existe una ausencia de picos, lo
cual indica la ausencia de bajareque, y conforme se va distanciando de el área central
las irregularidades en el mapa empiezan a dominar en la imagen lo que indica una
mayor cantidad de bajareque, con lo cual podemos sustentar la idea de que el
bajareque estuvo vinculado a clases sociales bajas. Mapa elaborado en Surfer por Edsel
Rafael Robles Martínez
1
EESSCCUUEELLAA NNAACCIIOONNAALL DDEE AANNTTRROOPPOOLLOOGGÍÍAA EE HHIISSTTOORRIIAA
MATERIALES ARQUEOLÓGICOS III
ARQLGO. GILBERTO PÉREZ ROLDÁN P. A. ESTÍBALIZ AGUAYO ORTIZ
LA CONSERVACIÓN Y UTILIZACIÓN DE MATERIALES ORGÁNICOS
EL PAPEL UN CASO DE ESTUDIO
RAFAEL HUITRON RANGEL
2
CONSERVATION AND UTILIZATION OF ORGANIC MATERIALS
PAPER, A STUDY CASE
The purpose of this work is to expose the origin and use of paper as well as the
conservation of it in an archeological context. This document will be guided through a
channel based on the recompilation of historic information which can be put into
contrast thanks to the archeological studies, which under their particular techniques,
have been able to execute a comparison of archeological supported historic sources.
This information is without a doubt, the result of different investigations performed
through time and which merge today in this document. The results of such
investigations have been extracted from different sources, which tried, on their own
time, to resolve different questions through diverse theory analysis. Now a days, the
results of those antique investigations can be proven right or wrong thanks to the
archeological methodology.
3
LA CONSERVACIÓN Y UTILIZACIÓN DE MATERIALES ORGÁNICOS
EL PAPEL UN CASO DE ESTUDIO
El propósito fundamental de este trabajo es dar a conocer el origen y uso del papel así
como la conservación de éste en contextos arqueológicos, el cual será guiado a través
de un canal que se fundamenta en la recopilación de información histórica la cual puede
ser contrastada gracias a los estudios arqueológicos que en su particular técnica han
permitido realizar un análisis de fuentes históricas soportadas arqueológicamente, esta
información es sin duda el resultado de diferentes investigaciones que se han realizadas
en el transcurso del tiempo y que hoy se fusionaran en este documento, los resultados de
esas investigaciones han sido extraídas de diferentes fuentes que en su tiempo
pretendieron contestar diferentes preguntas a través de diversos planteamiento teóricos,
hoy los resultados de esas antiguas investigaciones pueden ser falseados gracias a la
metodología arqueológica.
4
LA CONSERVACIÓN Y UTILIZACIÓN DE MATERIALES ORGÁNICOS
EL PAPEL UN CASO DE ESTUDIO
Es evidente que la naturaleza orgánica del compuesto que permite obtener la materia
prima que trabajada de cierta forma nos permite obtener un producto como es el papel,
no solo es el conocido árbol de amate sino que los grupos prehispánicos debieron deber
utilizado una gran variedad de recursos forestales que les sirvieron para producir este
recurso, sin embargo este producto es frágil debido a su composición, existen muchos
factores que deterioran el papel, tanto físicos, químicos y biológicos de los cuales
podríamos mencionar a los hongos, bacterias, exposición a la luz, roedores etc. Pues son
los agentes principales que influyen en la transformación de la materia orgánica en
hidrógeno, sin embargo tal y como sucede con otros materiales pueden existir cierto
tipo de contextos que tengan las condiciones adecuadas que pudieran permitir una
aislamiento total que genera una extraordinaria conservación, este tipo de aislamiento
difícilmente se puede dar, pues los cambios bruscos de temperatura son factores que
pueden destruir el material orgánico, solo en ciertos lugares y por condiciones
difícilmente de predecir es posible que hoy la arqueología pueda contar con algunas
muestras que por azares del destino se encuentran aún conservadas y que hoy son
nuestro tema de estudio.
Para poder abordar nuestro caso de estudio es necesario que antes veamos un poco de
los diferentes procesos que se llevan acabo para la explotación de esta industria, así
como las técnicas necesarias de elaboración y algunos de los usos que se le han dado en
algunos lugares de México y sobre todo en Mesoamerica.
5
El papel
Al buscar una definición que nos permitiera acércanos al conocimiento de este material
encontramos que, el papel es un producto de fibras vegetales tratadas mecánica o
químicamente que son afieltradas, es decir, unidas entre sí después de un amplio
proceso industrial que contempla varias etapas en su producción.
Así mismo nos dimos a la tarea de buscar enunciados que abrieran un amplio horizonte
en el cual pudiéramos vislumbrar todo el abanico de procesos que coexisten alrededor
este producto tan importante en el México prehispánico por lo cual citaremos que, un
especialista en el tema del papel es Hans Lenz quien afirma tener noticias de que los
mayas manufacturaban papel unos 500 ó 1000 años antes de nuestra era, pero no precisa
la época en que el papel amate se comenzó a usar en Mesoamérica. El autor asegura que
el papel se producía en vastas regiones como las de Yucatán, Chiapas, Veracruz, las
Huastecas, Oaxaca y partes de Guerrero, Morelos y del Valle de México, (Lenz 1973).
Afirma también que los pueblos de Anahuac consumían papel en grandes cantidades, lo
que se demuestra con la nómina de tributos de Moctezuma códice mendocino, en la que
aparecen poblaciones tributarias que debían entregar miles de rollos anualmente.
Entre los pueblos de Mesoamérica los principales usos del papel fueron para elaborar
libros en forma de biombo, que conocemos como “códices”, y como vestido, en lugar
de las pieles de animales, aunque después fue sustituido por los tejidos de ixtle y
algodón. Como indumentaria o accesorio tuvo una importante variante destinada a los
diferentes usos rituales.
6
Fr. Bernardino de Sahagún afirma, al hablar de la fiesta del sol en el signo nahui ollín:
“Cuando la noche siguiente a la media noche habían de comenzar a hacer sus oficios:
antes un poco de la medianoche, diéronle sus aderezos al que se llamaba Tecuciztécatl;
diéronle un plumaje llamado aztacómitl, y una jaqueta de lienzo; y al buboso que se
llamaba Nanahuatzin tocárosle la cabeza con papel, que se llamaba amazontli, y
pusiéronle una estola de papel y un maxtli de papel; y llegada la media noche, todos los
dioses se pusieron en rededor del hogar que se llama teotexcalli: En este lugar ardió el
fuego cuatro días”.
Para poder entender lo anterior es necesario saber que el papel indígena de nombre
amate existe en dos variedades de nombre amate. Es muy conocida la producción de la
comunidad otomí de San Pablito, municipio de Pahuatlán, en la sierra norte del estado
de Puebla. Sin embargo hemos de consignar el papel de amate elaborado
exclusivamente para usos rituales en la comunidad otomí de Texcatepec y sobre todo las
comunidades nahuas del cerro de Postectitla, zona de Chicontepec, en el estado de
Veracruz.
Uno de los tipos de papel amate, se produce con la corteza de la mora y que brinda un
color blanquecino, y el de la higuera silvestre del que se obtiene el papel oscuro; la
intensidad del color del papel depende de la edad del árbol, mientras más viejo más
oscuro. La corteza se recoge de preferencia durante la primavera y cuando la luna está
“tierna”, lo que facilita el trabajo y daña menos a los árboles, los hombres recogen la
Corteza y las mujeres fabrican el papel.
7
La corteza se hierve en agua con ceniza, o en agua de nixtamal, y cuando las fibras
están suaves se enjuagan en agua limpia y se conservan en una batea con agua,
el papel se hace en una tabla de madera en la que se extiende una capa de fibras que son
golpeadas con una piedra para fusionarlas. Entre los nahuas de Chicontepec se usan
otates de maíz quemados al fuego en lugar de las piedras, las tablas con las fibras
húmedas se ponen a secar al sol y una vez secas se desprender fácilmente las hojas de
papel.
El papel blanco se considera como “bueno”, ya que se utiliza como amuleto para
invocar protección, mientras que el papel oscuro se usa para la magia negra. En el grupo
social solamente el brujo o el curandero tienen el poder y la habilidad para oficiar estos
asuntos, ya que su conocimiento de las propiedades medicinales de muchas plantas,
contribuye al éxito en las curaciones.
El mundo indígena está llena de espíritus con los que el hombre tiene que vivir en
armonía, por eso les brinda ofrendas con papel de amate recortado para tener salud,
prosperidad o buenas cosechas. El “Señor de la Noche”, el “Señor del Relámpago”, el
“Señor del Monte” entre otros, se recortan en papel de amate. Los “Espíritus” de las
semillas: el “Espíritu del Mango”, el “Espíritu del Plátano”, el “Espíritu del Jitomate” y
de cuanto producto se siembra de cuyos brazos y piernas brotan los frutos que
representan, se recortan en papel considerado ritual y que por tener funciones mágicas,
no se hace con fines artísticos, pero sus diseños muestran una capacidad asombrosa de
estilización y síntesis.
8
Como pudimos percibir lo anterior nos permite observar evidentemente que es posible
que todos esos materiales que fueron mencionados y que conforman la estructura
principal para la elaboración del papel, así como la técnica de producción sobre todo en
los tiempos de sus inicios ú orígenes, será el medio por el cual podremos inferir que es
totalmente factible que el papel, este articulo que tiene como una diversidad de
funciones y que por mencionar alguna, le permite primordialmente recibir por medio de
alguna impresión o simplemente plasmado algún tipo de comunicación, pues según sus
creencias era capas de llegar como indumentaria o articulo incrustado en un mensaje
dirigido a los dioses.
Evidentemente si vemos los orígenes de la utilización del papel en cualquier sociedad
nos daremos cuenta, de que el papel a través de una de sus funciones fue el medio por
de comunicación, esto es posible a través de la impresión de algún tipo de ideografía o
algún tipo de escritura arcaica, la cual fue interpretada en un contexto bien conocido
por el grupo social al que se le dirigía.
Nuestra investigación se encuentra centralizada específicamente en Mesoamerica,
donde como ya se menciono, existe evidencia de la utilización del papel y que entre
algunas de sus funciones es la de que se uso como algún medio de comunicación o que
sirvió para elaborar alguna decoración que se destinaría a cumplir la función de
indumentaria en alguna deidad prehispánica.
Esto sin duda abre un abanico de preguntas que iremos analizando en el transcurso de
esta investigación, pero antes veamos pues algunas referencias textuales que nos ayuden
a dar volumen a este interesante hecho, el padre Sahagún es sin duda uno de los
9
primeros informantes que redacta algo de los usos que se le dieron a el papel en el
México prehispánico el cual nos comenta los siguiente.
“Capitulo Veintiuno XXI, que habla de muchos dioses imaginarios a los cuales todos
llamaban tlaloques… …Todos los montes eminentes, especialmente donde se arman
nublados para llover, imaginaban que eran dioses, y a cada uno de ellos hacina su
imagen de ellos; …Los que hacían ponianles dientes de pepitas de calabaza, y las
ponían en lugar de sus ojos unos frijoles negros que son tan grandes como habas,
aunque no de la misma hechura, y llamados oyocotli; en los demás atavíos poníanselos
según la imagen con que los imaginaban y pintaban, al dios del viento como
Quetzalcoatl; al agua, como a la diosa del agua; a la lluvia, como el dios de la lluvia, y
a los otros montes según las imágenes con que los pinta; después de hechas las
imágenes ofrecían les papel de lo que ellos hacían, y era que un pliego de papel le
echaban muchas gotas de la goma que se llama ulli, derretido; hecho esto colgaban al
cuello de la imagen el papel, de manera que le cubría desde los pechos abajo, y con el
remate de abajo arpaban el papel; también ponían estos mismo papeles goteados con ulli
y colgados de unos cordeles delante de las mismas imágenes de manera que los papeles
estaban asidos los unos de los otros y meneábalos el aíre porque estaban los cordeles en
que estaban los papeles colgados atados a las puntas de unos varales, (Sahagún en
Garibay 1999).” Ver figura No. 001.
Ahora bien después de analizar como es posible elaborar un compuesto del cual después
ponerlo al sol se podrá obtener un lienzo, y que éste como una de sus funciones será que
podrá recibir algún tipo de impresión con alguna intención comunicativa o bien que
puede ser utilizado como material para confeccionar algún tipo de vestimenta para
10
alguno de los dioses que es el caso prehispánico, tratemos de comprobar por medio de
los investigaciones la evidencia de este hecho. Ver imagen 001.
La Ofrenda 102
En las diferentes investigaciones que se han realizado en el proyecto Templo Mayor-
INAH, mencionan que se iniciaron en el año 1978, los avances en las investigaciones
propiciaron la necesidad de vincular los estudios del Templo Mayor con los del área que
antiguamente fuera el recinto ceremonial mexica, aclaran que el proyecto abarca buena
parte del Centro Histórico de la ciudad de México. Otro organismo que participo fue el
Programa de Arqueología Urbana (PAU), para el estudio área fue dividida en siete
bloques. En los trabajos de este programa, coordinado por el profesor Eduardo Matus
Moctezuma desde mayo de 1991, se han efectuado diferentes investigaciones sobre
aspectos arqueológicos, históricos y contemporáneos, para así analizar el proceso
cultural que experimento esa área a lo largo de siete siglos de ocupación constante.
Así mismo mencionan que los trabajos que se realizaron en la casa conocida como las
ajaracas (Republica de Guatemala 38) y en la llamada las campanas (Republica de
Argentina num. 6) ambas en el centro Histórico de la ciudad de México, corresponden a
ese proyecto y se enmarcan en lo que conocemos como salvamento arqueológico. Ante
el consejo de Arqueología del INAH se presentaron un proyecto de exploración para
dejar expuestas al publico las escalinatas de acceso de lo que fue la sexta etapa
constructiva del templo Mayor e investigar los elementos presentes frente a ellas.
11
De los diferentes hallazgos que produjo la excavación, se detectaron dos importantes
fases constructivas ubicadas entre la sexta y la última, es decir la que conocieron los
conquistadores españoles. En esos contextos se localizaron siete ofrendas (todas del
lado del Templo de Tláloc) en las que se continuó la numeración de las de las
encontradas en el Templo Mayor, esto es, de la 101 a la 107; si bien cada una tiene su
particularidad e importancia, destaca entre ellas la numero 102.
Aclaran que los contextos prehispánicos se localizan desde profundidades que van de
los 80 a los 155 cm. Estos contextos se retiraron por niveles marcados por un firme de
argamasa, es evidente que no están a gran profundidad y coinciden con el inicio del
peralte de los escalones de la sexta etapa del Templo Mayor, cuando localizaron la
ofrenda 101, intuyeron que abajo podría haber otra, ya que se tenía el antecedente de
que en esta misma disposición y a menos de un metro de distancia, hacia el sur, se
habían encontrado las ofrendas 99 y 100, las ofrendas 99 y 100 estaban del lado sur
corresponde al templo de Huitzilopochtli, y las 101 y 102 de lado norte que corresponde
a Tlaloc, en el sexto nivel de la excavación se detecto una piedra laja de 70 por 50 cm
que servia de tapa a la ofrenda 102, la cual estaba depositada en una caja formada por
sillares de piedra de tezontle careados, esta se encontraba en el nivel siete, era un relleno
de argamasa conformado por cal y arena, con piedras de tezontle grandes;
extremadamente dura, lo cual permitió la conservación de los materiales orgánicos, a tal
grado, que durante el proceso de excavación se registraron y recolectaron hojas de
plantas que todavía conservan su color verde; incluso se observaba en ellas las
vellosidad que las cubre y conservan aún su color característico.
12
Indican que gracias a esto era de esperarse que también los materiales de la ofrenda 102
tuvieran un buen grado de preservación, ya que se observó que después de depositar la
tapa se selló con el mismo tipo de argamasa en toda su periferia.
Ahora bien es claro que lo que se encontraría en dicha ofrenda prometía ser algo
bastante interesante, en primera instancia nos mencionan que el estado de conservación
de los materiales al momento de destapar la ofrenda era extraordinario, se procuró
definir los elementos a la vista; algunos estaban sobre las paredes de la caja, ya que no
fue posible depositarlos en el interior, incluso sobre parte de algunos de ellos había
argamasa. En los costados norte y sur había representaciones de Tlaloc elaboradas con
bandas de Papel Amate decorado con cordones del mismo material, dispuestos
concéntricamente. Llevaban una máscara miniatura de madera y sobre ésta un tocado
con adornos de cordones y conos también de papel. Ver imagen número 002.
Cada una de las representaciones tenia adherida una jarra miniatura de madera con asa
de vara y dos ojeras típicas de las ollas tlaloc, así como tres canutos de hilo azul,
además de un bastón de mando (vara) al que se le añadieron conos con yauhtli o pericón
en su interior. Todo esto envolvía unos ramos de mezquite, así mismo en los costados y
sobre las paredes este y oeste de la caja había unas bolsas de papel que contenían
espinas de maguey, en cada uno de los cuatro vértices de la caja sobre las paredes había
cuatro bolsita del papel con copal, también se encontró una figurilla del dios Tlaloc,
sobre de ella había un tocado elaborado de papel amate conformado por dos grandes
moños plegados, bandas, conos y adornos de cordones también de papel y acomodados
concéntricamente, otro de los objetos que fueron encontrados es una tela con hileras de
nudos, en los que en algún tiempo se amarraron plumas de ave. En tres lados de la tela
13
había hilos a manera de barbas, con colores blanco y azul claro intercalados; con el
extremos in barbas estaba adherida una banda de papel amate delgado.
Al retirar todos los elementos debajo de todo lo anterior había más papel con diseños en
forma de ocho y con siete canutos de hilo de color azul; al levantarlo, se observo que
tenía pegada tela con diseños geométricos. En el laboratorio previamente
acondicionado para crear un ambiente parecido al de la caja de la ofrenda se procedió a
extender la tela y se determino que se trataba de una especie de chaleco elaborado con
algodón y que tenia diseños hechos a base de círculos y líneas entrelazadas, remataba en
la parte inferior con barbas de un hilo más grueso. El papel se encontraba en la parte
inferior con barbas de un hilo más grueso.
Otra forma que indican que tenia de uso que tiene el papel, fue que se encontraba
adherido a manera de peo y en los diseños de ochos había empotrados racimos de
yauhtli, que fueron colocados cuando la hierba estaba en flor y conservaba en posición
sus pétalos, Sobre el papel había resto de piel de un jaguar que fue depositado
desollado.
En el siguiente nivel de la ofrenda se observo un conjunto de caracoles oliva trabajados
y cascabeles de cobre, a este mismo nivel también se encontró una ajorca o brazalete,
estaba elaborada en papel y con algodón en el interior a manera de forro; llevaba e los
extremos un cordón para ajustarlo al brazo. También se localizo un conjunto de bolsas
de papel, que fueron recolectadas en el bloque, para lo cual se retiro la pared oeste de la
caja. En el laboratorio se separaron se vio que estaban pegadas a manera de biombo y
que en su interior contenía copal y semilla; son seis y cada una de ellas presenta diseños
14
de una personaje con parálisis facial. En los extremos llevaba un bastón de mando
representado mediante una vara que tiene adheridos unos conos con racimos de youhtli
empotrados; al centro de cada una se ve una especie de banda en la que va empotrada un
fisga. Todas las bolsas tenían copal en su interior y en la parte superior trasera
mostraban un moño, también elaborado de papel.
Debajo de todo lo anterior informan que se recuperó un elemento hecho con varas,
papel y tela, uno de cuyos extremos o base es cuadrado y el otro circular; las varas se
hunden en el centro, lo cual semeja un reloj de arena, (Barrera 2001).
Conclusiones.
Gracias a los esporádicos contextos que permitieron que se dieran las condiciones
adecuadas para que se pediera conservar la materia orgánica, hoy podemos comprobar
por medio de varias evidencias tangibles, que es posible que cada una de las ofrendas
que se han realizado en diferentes ceremonias que en su apariencia pudieran ser
religiosas y que sin duda llevan una sobrecarga extremadamente política, pudieran estar
configuradas por medio ese tipo de celulosa orgánica que conforma la composición del
papel y que por su carácter orgánico difícilmente puede ser apreciado en un contexto
arqueológico, pero que sin duda bien pudiera estar ahí presente en cierto tipo de
ceremonias por llamarles de algún modo y que jugo un rol de suma importancia dentro
de dichos rituales, como vimos en las citas anteriores este material esta presente de
diferentes formas, pues bien lo podemos encontrar como utensilio o bien lo
encontramos como indumentaria, así mismo pudimos percibir que se encuentra en cada
uno de los diferentes niveles de deposición de la ofrenda y viene a ser un elemento
indispensable para el evento, esto vendría a arrojar la información suficiente para inferir
15
que otros usos se le dieron a este tipo de industria papelera y que bien pudiera esta
compitiendo con otras poblaciones del mundo pues es posible que la producción de este
material pudiera estar siendo procesado de una manera paralela en Mesoamerica con el
resto del mundo, cabria realizar futuras investigaciones que nos permitieran dar la
oportunidad de estudiar muestras de material que nos pudieran dar la oportunidad de
distinguir alguna característica que deje el papel después de su descomposición y con
esto poder ofrecer a cada una de las investigaciones sí el papel estuvo presente en sus
contextos, es evidente que las herramientas que se encuentren asociadas directamente
con esta industria juegan un rol de suma importancia que dará la pauta a la distinción de
formas productivas del papel.
16
En la imagen numero 001, podemos observar como una persona va despegando los
pliegos de papel que se elaboraron sobre unas planchas las cuales previamente fueron
puestas al sol para su secado.
Imagen Número 002.
En la imagen numero 002, podemos observar varios trozos de papel que tiene como
adorno la escultura.
17
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1
TEXTILES DEL IMPERIO CHIMÚ: U�A PROYECCIÓ� DE LA
I�TERACCIÓ� E�TRE LA CULTURA VISUAL Y LOS PROCESOS
PRODUCTIVOS
Diana Osiris Ramírez Toro
Nadia Ivette Sosa Martínez
Licenciatura en Arqueología
Escuela Nacional de Antropología e Historia
2
RESUME�
En la costa norte del Perú, hacia el 900 d.C. se consolidó la cultura Chimú,
continuando con la tradición cultural emprendida por la sociedad Moche. Sin
embargo, los Chimú marcaron en el tiempo una etapa diferenciada al resto de las
culturas preincaicas a través de la comunicación visual utilizada en el diseño de sus
textiles, comenzando una masiva producción de los mismos claramente planificada
y reflejada en una jerarquización social interna. Las técnicas, las materias primas y
los diseños empleados en la manufactura de sus textiles contribuyeron a la exitosa
producción masiva de estos; de esta forma jugó un papel protagónico en la
estabilidad de su economía al servir como proveedor a la demanda de la élite
incaica.
ABSTRACT
On the north coast of Perú, to the 900 d.C. was consolidated Chimu cultura,
continuing the cultural tradition begun by the Moche society. However, the Chimu
in time marked a distinct stage the rest of the pre-Inca cultures through visual
communication used in the design of their textiles, starting a massive production of
the same clearly planned and reflected in an internal social hierarchy. Techniques,
raw materials and designs used in the manufacture of textiles contributed to the
successful mass production of these; in this way played a role in the stability of its
economy by serving as a supplier to the demand of the Inca elite.
3
LA CULTURA CHIMÚ: U� IMPERIO TEXTIL
La cultura Chimú o “reino de Chimor” cuya capital es Chan Chan, se asentó
aproximadamente entre los años 900 a.C. a 1450 d.C. en la Costa Norte del actual
Perú (figura 1), que colinda actualmente con la ciudad de Trujillo. Los Chimú re-
ocuparon el área que hasta el 500 d.C. había sido habitada por la cultura Moche
(Murra 1970: 160-161).
La cultura Chimú tuvo un papel importante siendo la mayor proveedora de textiles
para el ya formado Imperio Incaico, debido a que los exclusivos diseños de
motivos en los textiles fueron muy demandados por la élite inca. Esto sirvió a los
Chimú como base para su organización económica, ya que la calidad y las técnicas
presentes en los textiles requerían mano de obra y tiempo dedicados especialmente
a la manufactura de estos.
Uno de los principales rasgos de la cultura Chimú –compartido por el resto de la
tradición andina de la que forma parte– es el énfasis en la comunicación visual,
llegando incluso a reemplazar el desarrollo de la escritura como actualmente se
conoce (Brugnoli 1996:9).
El presente artículo tiene como objetivo primordial la difusión de la industria textil
Chimú y del proceso socioeconómico en el cual se encontraba inmersa, además de
4
las transformaciones visuales que de ello resultaron, más allá del ámbito simbólico-
religioso. Por lo cual, también nos parece relevante mencionar las técnicas y el tipo
de materias primas utilizadas por los Chimú para lograr la configuración de los
tejidos, cuya estética visual fue objeto de una alta demanda en su producción.
Finalmente, se expondrán las conclusiones a las cuales hemos llegado mediante el
análisis de la estructura de la producción artesanal, haciendo hincapié en la
importancia de la cultura Chimú como una de las grandes sociedades que logró una
organización económica claramente esquematizada mediante la manufactura de
textiles.
Características tecnológicas de los textiles
Tipos de hilos y tintes utilizados por los Chimú. Los hilos con los cuales se
elaboraban los textiles Chimú eran de origen tanto vegetal como animal
(específicamente camélidos). A pesar de que en las zonas costeras del Perú
prehispánico predominó el uso de la Fourcroya1 como fibra (Bird 1973: 14), se
utilizó el algodón como fuente principal para la elaboración de hilos (O’Neale y
Kroeber 1930).
1 Se trata de un cactus con hojas delgadas, de las cuales se extraían las fibras.
5
También se hizo uso de la lana proveniente de algunos camélidos como la alpaca, a
la cual se le aplicaban tintes como el aliso (Bixa orellana) y la chilca (Baccharis
latifolia) para dotarle de tonos marrones y amarillos2; pero asimismo eran
empleados en general tintes de colores azules y encarnados provenientes de la
planta del indigo y la cochinilla respectivamente, aunque previamente los tejidos
eran tratados a base de mordientes constituidos por silicatos u óxidos de hierro
(Leicht 1963: 105).
Técnicas de manufactura. Las técnicas empleadas en los textiles más elaborados,
consisten en el cruce de los hilos de dos elementos: la urdimbre y la trama (figura
2), o bien en la combinación de los hilos de un mismo elemento y su sujeción por
los del otro. Dependiendo de la combinación de las dos técnicas anteriores, derivan
otras tres: gasa, tela y reps.
“En la gasa son visibles los hilos de los elementos urdimbre y trama (figura
3); y su principal cualidad es el efecto estético, su mayor defecto es la
fragilidad. Su realización está protagonizada por los hilos de la trama, que al
ser tensados, obligan a los de la urdimbre a entrecruzarse. El principio de
paralelismo seguido por los hilos de la urdimbre en las técnicas de tela y
2 Estos datos forman parte del resultado del proyecto denominado “Arte textil y Ecología”, que
tiene como objetivo el análisis y difusión de los elementos iconográficos florísticos y faunísticos
que el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (MNAAHP) presenta en
su colección de textiles prehispánicos (http://textiles.perucultural.org.pe).
6
reps, en la gasa no se cumple.
En la técnica de la tela se combinan los hilos de la trama con los de la
urdimbre siendo visibles los hilos de los dos elementos. La superficie del
tejido así creado puede ser continua o discontinua (figura 4), es decir,
cerrada o abierta, diferenciándose la primera de la segunda en que en ésta
existen espacios en blanco junto a los puntos donde se cruzan los hilos de
los dos elementos.
Reps, es la técnica en la que se combinan los hilos de la trama con los de la
urdimbre siendo visibles únicamente los de un elemento, pues los del otro
resultan totalmente cubiertos por los del elemento aparente” (Ramos: 1976:
20, 21).
Atributos Visuales. El pueblo Chimú fue el gran heredero de una impresionante
tradición artística desarrollada en el Valle de Moche desde los tiempos de la cultura
Chavín hasta los Mochica; sin embargo, a pesar de que sus obras reflejan en gran
parte este legado, existen en ellas atributos visuales que las caracterizan como
únicas y las dotan de un estilo propio, éstos son los atributos de simplicidad,
montaje, simetría, proyección y transparencia (Gallardo 2004).
La simplicidad fue aplicada por los artesanos Chimú para representar claramente
con elementos simples sus modelos iconográficos (figura 5); el montaje era la
unión de partes independientes para conformar una misma pieza (figura 6), es
7
decir, un mismo concepto visual; ligado a ello se encuentra el atributo de simetría
(figura 7), el cual era empleado para contrarrestar los efectos de pseudosimetría
resultantes del montaje a través de las técnicas de reflexión especular, rotación y
traslación3. La proyección en los tejidos se conseguía dando efectos de contraste
entre la figura y el fondo, para dotar de bidimensionalidad y tridimensionalidad a la
imagen (figura 8); finalmente, quizá la característica más destacada fue la
transparencia, técnica que permitía apreciar los diseños y al mismo tiempo observar
a través de la tela.
Discusión
En los apartados anteriores nos hemos limitado a tratar de mostrar sintetizadamente
el amplio y variado ámbito tecnológico dentro del cual se desarrollo el arte textil
Chimú; sin embargo, más allá de las representaciones iconográficas resultantes de
los ya mencionados procesos tecnológicos que puedan ser objeto de estudio, aquí
lo que se pretende analizar es la relación existente entre la producción textil y otras
esferas de la vida Chimú, como son la organización económica y la ideología
imperante en las más altas esferas del poder del Imperio Chimú.
3 En la reflexión especular la unión de las partes era empleada a modo de eje de simetría para
trazar la mitad de una imagen y respecto a ella trazar su complemento; la rotación es el efecto de
girar una imagen en media vuelta o en un tercio de vuelta para volver a visualizar la misma
imagen. En tanto que la traslación determina la distribución de los diseños dentro de la pieza o
tela (Wallace 1973).
8
En cuanto a la cuestión económica, nos basaremos en lo propuesto por Gallardo
(2004), quién plantea que al mismo tiempo que el Imperio Chimú vivía su mayor
etapa expansiva se dio un incremento en la demanda de la producción artesanal
mismo que favoreció a este sector de la sociedad, por lo cual los artesanos
desarrollaron métodos de producción en serie y en masa.
Pero a diferencia de las producciones metalúrgica y cerámica que emplearon el uso
de moldes para incrementar la producción en masa, el arte textil se vio limitado al
no contar con la tecnología necesaria para producir más de una pieza al mismo
tiempo; pero ello se resolvió incrementando la mano de obra y utilizando el método
de ensamblaje o montado, siendo entonces no uno sino varios los artesanos que
confeccionaban una misma prenda, por ende este método conllevo a una
especialización en los procesos productivos del textil. Fue tan exitosa la producción
artesanal que, a diferencia de otros estados con una estructura económica basada en
la agricultura, la propia economía de la capital del Imperio Chimú, Chan Chan,
dependía de la manufactura (Topic 1990).
Sumado a esto, hubo una estimulación para favorecer el sector artesanal por parte
del estrato social dominante. La burocracia proporcionaba a los artesanos la
materia prima que se requería para la producción de los tejidos solicitados. Sin
embargo, la élite Inca era el mayor consumidor de tejidos dentro del sector social,
una de las utilidades más recurrentes que los Incas daban a los tejidos fue como
9
reservas de prendas para proveer a los ejércitos cuando estuvieran en días de
batalla. Fue así como al llegar los conquistadores europeos se encontraron con una
gran cantidad de almacenes en distintas fronteras incaicas, y varias prendas de
manufactura Chimú fueron conservadas por los mismos españoles (Murra, 1970).
Conclusiones
Lo anteriormente expuesto no trata de negar el sentido simbólico de los textiles,
sino más bien resalta el hecho de que los diseños, los tipos de textiles y las técnicas
de manufactura respondían a factores económicos e ideológicos más que a
elementos de la cosmovisión Chimú, puesto que “El hombre moderno, dotado de
un intelecto racional, debe tener en cuenta que el arte primitivo nunca quiso ser
meramente simbólico; no necesitaba tener esta pretensión, porque lo era en su
esencia más intima y profunda” (Leicht 1963: 96). Lo anterior significa que no era
la cosmovisión Chimú lo que determinaba los elementos iconográficos (y por ende
las técnicas de manufactura) presentes en los textiles, sino más bien tales elementos
fueron el resultado de las innovaciones tecnológicas implementadas en la industria
textil para incrementar la producción artesanal como una respuesta a la presión que
ejercía la creciente demanda de productos textiles.
Adentrándonos en la cuestión del incremento de los procesos productivos,
consideramos que para conseguir dicho objetivo el Imperio debió articular un
10
sistema de un gran nivel organizativo que le permitiera controlar y soportar una
estructura de tal escala como lo fue el sector artesanal, que se constituyó en una
institución en sí misma, siendo tal el caso que incluso dicho sector contaba con
recintos (cerca de las ciudadelas de Chan Chan) destinados específicamente a esta
actividad y separados de los conjuntos reservados a la producción de alimentos
(Topic 1990).
Considerando todos los factores aquí expuestos, proponemos que el hecho mismo
de que la producción artesanal fuera la base económica del Imperio Chimú no fue
un acontecimiento azaroso que simplemente respondió a una necesidad o
problemática surgida en un momento determinado. Se trató de todo lo contrario, el
nivel organizativo que implicó y el éxito económico conseguido nos sugiere que se
trato de un evento resultante de la planeación y estructuración premedita de la
economía Chimú; es decir, la estructura económica no se construyó al paso de las
eventualidades presentadas, ésta fue planeada concibiendo a la producción
artesanal como la opción más adecuada para sustentar el modo de vida de esta
sociedad.
11
I�DÍCE DE IMÁGE�ES
Imagen 1
Mapa del Imperio Chimú.
Perú Indígena y Virreinal. Museu Nacional d’Art de Catalunya editores. Pág. 155.
SEACEX, Barcelona, 2004.
Imagen 2
a) Trama y Urdimbre. (Harcourt 2002: 8. Ver bibliografía).
b) Tejido en Gasa. (Harcourt 2002: 51. Ver bibliografía).
Imagen 3
a) Tapiz estandarte chimú. Museo Chileno de Arte Precolombino, código 0408.
http://www.precolombino.cl/mods/coleccion/piezas_cultura.php?id=39
b) Tapiz con representaciones de pelícanos. Museo Chileno de Arte Precolombino,
código 0406.
http://www.precolombino.cl/mods/coleccion/piezas_cultura.php?id=39
12
Imagen 4
a) Camisa “Unku”. Museo Chileno de Arte Precolombino, código 1150.
http://www.precolombino.cl/mods/coleccion/piezas_cultura.php?id=39
b) Mural camisa con mangas. Museo Chileno de Arte Precolombino, código 2626.
http://www.precolombino.cl/mods/coleccion/piezas_cultura.php?id=39
Imagen 5
Vestuario ceremonial chimú. Museo Chileno de Arte Precolombino, código 960,
961, 962.
http://www.precolombino.cl/mods/coleccion/piezas_cultura.php?id=39
13
IMAGE� 1
14
IMAGE� 2
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TEXTILES EN EL ESTADO DE GUERRERO
Mónica Quiñones Mejía
Licenciatura en Arqueología
Escuela Nacional de Antropología e Historia
Resumen
La mayor parte de tejidos arqueológicos preservados proceden de cuevas secas,
debido a que esos sitios presentan excelentes condiciones para la preservación de
material orgánico, también numerosos fragmentos de tejido se han conservado por
su asociación con objetos de cobre, pues los productos de corrosión del cobre
actúan como agentes esterilizadores a causa de su acción fungicida y bactericida,
evitando la destrucción del material orgánico directamente en contacto con el.los
tejidos prehispánicos de Guerrero conocidos hasta ahora, exhiben una tradición
textil muy desarrollada desde el punto de vista tecnológico. Hasta hace pocos años,
los únicos sitios conocidos por sus restos textiles eran Campo Morado y las Cuevas
de Atzcala, en el rio Mezcala. Posteriormente, con los hallazgos de Infiernillo,
Mexiquito, Teloloapan, Oxtotitlan, y los ejemplares procedentes de la región de
Chilapa (2002:443-444). Básicamente me centrare en la región de Infiernillo que se
ubica en la cuenca del rio Balsas.
Summary
Most preserved archaeological textiles come from dry caves, because these sites
have excellent conditions for the preservation of organic material, also numerous
tissue fragments have been preserved by their association with objects of copper, as
copper corrosion products act as sterilizing agents because of their fungicidal and
bactericidal action, avoiding the destruction of organic material directly in contact
with Guerrero. The Pre-hispanic textiles known to date, exhibit a highly developed
textile tradition from the technological point of view. Hasta hace pocos años, los
únicos sitios conocidos por sus restos textiles eran Campo Morado y las Cuevas.
Until recently, the only places known for their textile remains were Campo Morado
and Atzcala caves in the river Mezcala. Subsequently, the findings of Infiernillo
Mexiquito, Teloloapan, Oxtotitlan, and the samples from the region of Chilapa.
Basically I will focus on Infiernillo region that is located in the Balsas River Basin.
TEXTILES EN EL ESTADO DE GUERRERO
En la cuenca del rio Balsas fueron obtenidos numerosos fragmentos de tejido
asociado a entierros y conservados por encontrarse en contacto con objetos de
cobre; estos tejidos estaban asociados a orejeras de cobre ubicadas junto al cráneo,
lo que sugiere que pueden corresponder a tocados, aunque puede tratarse también
de otras prendas o de mantas de carácter funerario, se trata de 36 fragmentos que
han permitido conocer la tecnología textil; el elemento para poder situar
cronológicamente estos materiales es su asociación con el cobre, gracias a esto
puede situarse tentativamente en un periodo posterior al año 900 d.C que es la
fecha general establecida para la aparición de la metalurgia en el área de
Mesoamérica (Weitlaner y Mastache 2002:453). Señala Lorenzo que debe tenerse
en cuenta que existen algunos indicios de que en esa región la metalurgia pudiera
ser anterior a esa fecha, se tiene la información de fechamiento por C-14 (1220
d.C) de una de las piezas (1964:31). Todos los tejidos fueron elaborados con fibras
de algodón tanto los hilos de la trama1 como los de la urdimbre
2, se emplearon por
lo menos dos variedades distintas: algodón blanco y algodón café este último
empleado con fines decorativos, hubo solo un ejemplar en el que fueron empleados
1 Conjunto de hilos (horizontales) que, cruzados y enlazados con los de la urdimbre, forman una
tela (1986:45).
2 Estambre o pie después de urdido. Conjunto de hilos que se colocan en el telar paralelamente
unos a otros para formar una tela (1986:46).
dos tipos de fibras, algodón para la urdimbre y la trama y haces de fibras duras sin
hilar3 del genero Agave, para el diseño; en todos los ejemplares analizados, los
hilos de la urdimbre y de trama están formados por un solo cabo, casi todos los
ejemplares presentan torsión Z en los hilos de la urdimbre, trama y diseño, solo hay
una pieza con diseño brocado4 formado por hilos con torsión final S; la variedad de
los ligamentos5 registrados en la colección de infiernillo es muy grande, pues solo
hubo 36 fragmentos y hubo seis técnicas diferentes, además de las técnicas
superestructurales de brocado y bordado6 (2002:454). La forma de entrelace
predominante en estos materiales es una variante de tejido sencillo conocido como
taletòn7, de 36 piezas analizadas 17 tienen este ligamento (Figura.1 y 4, 2002:
466,469).
3 Reducir a hilo la lana, el algodón, la seda, etc. (1986:44).
4 Tela entretejida con oro y plata, de modo que el metal forme en la haz flores o dibujos briscados.
Tejido de hilo fuerte o delgado, de seda, algodón, lana o fibras artificiales, con dibujos de distinto
color que el del fondo. En la haz: cara del paño o de cualquier tela y de otras cosas, y
especialmente la opuesta al envés (1986:43).
5 Acción y efecto de unir, enlazar o atar (1986:44).
6 Adornar una tela o piel con bordadura, labor (adorno tejido o hecho a mano, en la tela) de aguja
en relieve (1986:43).
7 Tejidos muy cerrados y de aspecto compacto, donde predominan los hilos de la urdimbre sobre
los de la trama, cubriéndolos y produciendo el efecto de “cara de urdimbre” (2002:454).
Algunos ejemplares presentan un diseño de franjas de urdimbre de distinto color al
resto del tejido, este diseño se logra organizando desde la operación de urdido8 los
hilos de colores que conformaran las franjas, lo cual implica una técnica de urdido
bastante desarrollada. Dos ejemplares presentan además de este tipo de franjas,
otras con ligamento de labrado de urdimbre también conocido con el nombre de
damasco9 (Figura.2 , 2002: 467), se tienen tres ejemplares de tela doble, dos de
esos fragmentos están muy bien conservados y de no ser por el hecho que proceden
de dos estructuras arquitectónicas diferentes, se diría que forman parte de la misma
pieza, pues son exactamente iguales; están formados por dos tejidos superpuestos
que presentan el mismo diseño en ambas caras pero lo que en una es de color rojo
en la otra es blanco: los tejidos se unen en las zonas de cambio de color del diseño,
generalmente el ligamento individual de cada uno de los tejidos que forman una
tela doble es tafetán, pero en este caso hay una ligera variante, las áreas de color
rojo son de tafetán y las áreas blancas taletòn: con trama doble y urdimbre sencilla;
la técnica de manufactura de tela doble (Figura.3 2002:468) es muy compleja, ya
que se requiere de dos series de urdimbre, dos lanzaderas y varios lizos, siendo
necesario además un gran dominio de la técnica de tejido (2002:455).
8 Preparar los hilos en la urdimbre para pasarlos al telar (1986:46).
9 Tela de seda, lana, etc., con dibujos formados por el tejido (1986:43).
Solo hubo una pieza brocada, se trata de un ejemplar formado por cuatro
fragmentos muy bien conservados, cuyo ligamento básico es tafetán, tiene un
diseño brocado que cubre casi totalmente el tejido de base, los hilos de esta pieza
son diferentes al resto de los ejemplares de la colección, pues los hilos del tejido
básico son mucho mas delgados y presentan una mayor torsión que los hilos del
diseño, formados por dos cabos con torsión individual muy ligera y torsión final en
S (Figura.5 2002:469), los colores que aparecen en el tejido son tres: rojo, café y
verde, el análisis químico revelo que al igual que el huipil de Chilapa el color rojo
fue obtenido de un pigmento de hierro, probablemente hematita, esto no debe
extrañar pues aunque pareciera que los colorantes orgánicos por su solubilidad en
agua, resultarían mas adecuados para ser usados como tintes, ya que pueden
penetrar fácilmente en las fibras, también puede lograrse que los pigmentos sean
absorbidos por las fibras mediante procedimientos especiales, en este caso
posiblemente por medio de un álcali agregado a una solución que contenía el ion
férrico (2002 : 455).
El color verdoso de los tejidos se produjo por la fijación de la malaquita, que es un
producto de alteración del cobre, procedente de los objetos con que estuvieron en
contacto los tejidos y que fueron los que permitieron su conservación, las pruebas
realizadas en las fibras de color café indicaron que no se utilizo ningún material
colorante para teñirlas, y que se trata del color natural del algodón, es decir el
algodón coyuchi o café , en la matricula de tributos se señala que en guerrero, los
pueblos de tierra caliente, relativamente cercanos al área de donde proceden los
tejidos, tributaban algodón café, y en la actualidad los amuzgos de la región de
Xochistlahuaca cultiven algodón coyuchi, que utilizan con frecuencia en diversas
prendas de su indumentaria: huipiles y camisas de hombre etc. (2002:456).
Referencias
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efectuados en el vaso de la presa de El infiernillo, Guerrero y
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Antropología e Historia, México, D.F. pp.453-469
El Textil Mexicano: Línea y color
1986 Museo Rufino Tamayo, Paseo de la Reforma y Gandhi, p. 43-46
Indicé de imágenes
Figura 1. Presa del infiernillo, río Balsas. Pieza con ligamentos de esterilla
de hilos gruesos (2002:406).
Figura 2. Presa del infiernillo, río Balsa. Ejemplos de diseño labrado de
urdimbre también llamado damasco; en estos ejemplares también se
utilizaron hilos rojos y blancos del diseño (2002: 467).
Figura 3. Dos ejemplares de tela doble registrados proceden del sitio B68 y
estaban asociados a un entierro con objetos de cobre (2002:468).
Figura 4. Presa del infiernillo, río Balsas. Fragmento con diseño bordado. El
tejido básico tiene ligamentos de taletòn; los hilos del diseño son de color
café (2002: 469).
Figura 5. Presa del infiernillo, río Balsas. Tela brocada cuyo ligamento
básico es tafetán (2002: 469).
0
ALGUNAS CONSIDERACIONES PARA EL ESTUDIO DE ARTEFACTOS DE METAL EN LA
AMERICA MEDIA
Hazael Alvarado Hernández
Licenciatura en Arqueología
Escuela Nacional de Antropología e Historia
1
RESUMEN
El estudio de la industria metalúrgica prehispánica cuenta con múltiples enfoques
y líneas de estudio; sin embargo, existen elementos que no es posible dejar de lado
si es que se quiere profundizar o esgrimir nuevas propuestas. Por ello, dentro de
cada proyecto de investigación es necesario que el investigador defina sus propios
modelos de estudio (el curso que quiere que su investigación siga) o retome de
otros investigadores lo que considere de utilidad para el propio.
En el presente trabajo desarrollo algunos puntos que considero de interés para el
cometido de lo anteriormente mencionado.
2
ABSTRACT
The study of the Prehispanic metallurgical industry count with multiple approaches
and lines of study. However, there are still some issues that can’t be left aside if
one wishes to deepen or pronounce new ideas or proposals. For that reason, within
each project of investigation is necessary for each investigator to define his own
model of study (the course that one wants the investigation to follow) or design a
new one by taking from different studies what one considers of utility for the own.
In the present work I development some points of interest for the assignment
previously mentioned.
3
Introducción
El propósito de este trabajo es esgrimir algunas ideas para el estudio de la
industria metalúrgica prehispánica que, como se sabe, no se encuentra tan estudiada
o reportada con la misma frecuencia como la cerámica, lítica, e incluso la concha o
la industria de hueso. Para efectos de este trabajo he considerado los siguientes
puntos ―en mi opinión claves o medulares― y a su vez considerados para otros
trabajos por distintos investigadores: delimitación del área de estudio, contexto,
aspectos técnicos o formales del material bajo estudio, e interpretación y atribución
de significado
Delimitación del Área de Estudio
La metalurgia en el Nuevo Mundo, aunque conocida, no se desarrolló de la misma
manera en sus diferentes focos culturales. De acuerdo con Grinberg (1996) uno de
estos fue la región de los Grandes Lagos de Norteamérica alrededor del 2000 a.C.
con la explotación de cobre nativo. Siguiendo a esta autora, otra metalurgia
independiente comenzó en Perú alrededor de 1200 a.C., aunque de acuerdo con
Hosler (2005) esta podría ubicarse alrededor del 1500 a.C. en las tierras altas de
Perú, en Colombia alrededor de 500-200 a.C., y en Centroamérica entre 200-300
d.C. En el caso de la América media el desarrollo de esta tecnología ha sido
propuesto por la citada autora entre el 600 y el 700 d.C. en el Occidente de México,
probablemente en la zona del Bajo Balsas de acuerdo con González Crespo (1979).
4
Este primer punto debe hacernos comprender que el territorio que ocuparon las
culturas prehispánicas, que para efectos de este trabajo consideraremos como la
América media, fue un área vasta y llena de contrastes en todos los sentidos.
Aunque gran parte de su historia se desarrolló con una tecnología esencialmente de
la edad de piedra, hubo desde épocas muy tempranas una comunicación intensa
entre sus diversas regiones; ya fuera a través del comercio, la guerra, o artículos de
lujo, se formó una ideología que hasta cierto punto podríamos considerar común,
“con versiones regionales y locales” (Kent Reilly, citado en Schele: 1995). Sin
embargo, el estudio de la metalurgia debe llevarnos un paso más adelante para ver
a éste territorio no como uno aislado, sobre todo porque hoy en día parece quedar
evidenciado el contacto de éste con algunas partes de Centro y Sudamérica. La
forma como se dieron estos contactos así como su cronología aún está a discusión;
sin embargo, es muy posible que éstos se dieran durante un largo periodo de
tiempo1.
Por otro lado, aunque es “necesario mucho más trabajo de investigación para
poder definir, si es que existen, regiones manufactureras propiamente dichas y
regiones compradoras de productos metalúrgicos” (Grinberg:1996), conocer la
región a la que pertenece el sitio especifico de estudio así como las zonas y
depósitos geológicos con las que contaron las antiguas culturas prehispánicas debe
1 Pulido Méndez (2006) nos remite a fuentes históricas muy interesantes que confirman éstos
contactos, así como a los trabajos de Cabrera (1986, 1988) y Mϋller (1979) que abordan cuestiones
similares.
5
ser considerado si es que posteriormente se quiere realizar inferencias sobre la
procedencia de la materia prima. Más importante aún es determinar, de los
“metales nativos y minerales metalíferos existentes, cuáles fueron usados por los
antiguos metalurgistas” (Hosler: 2005).
Finalmente tenemos el sitio, entendido como el lugar en donde se recuperó el
artefacto o conjunto de éstos. No será lo mismo encontrar artefactos de metal en un
sitio considerado de primer orden o que cuente con cierta hegemonía a nivel
regional, que otro considerado provincial, lo que en parte repercutirá en el tipo de
artefacto, frecuencia, así como contexto en el que sea localizado.
Contexto
En este punto me refiero principalmente a la forma como es recuperada la
información en campo, pero principalmente a su registro, ya que de esto dependerá
que se pueda reconocer un contexto especifico, asignársele una cronología, así
como una interpretación.
Aunque la forma de registro en campo dependerá del proyecto o arqueólogo
responsable, he considerado al respecto lo mencionado Gamboa y Vélez (2009)
sobre la información que como mínimo debería ser incluida:
[…] En relación al primero el principal objetivo debe ser documentar la composición
estratigráfica [siendo] a partir de ello y en relación con ella como se pueden registrar las
otras dos categorías definidas (piezas y muestras) (Joukowsky 1980: 156). La
documentación de estas últimas, por muy preciso que sea, incluso aunque se tome su
6
posición tridimensional exacta, carece de todo valor si no se hace en relación y con
referencia a su posición estratigráfica en el sitio.
[…] En cuanto a los materiales arqueológicos […] no se puede comprender un objeto sin
su relación con el contexto previamente recuperado […] la información estratigráfica.
[…] La tercera clase de información que puede registrarse en una intervención
arqueológica son las muestras [estas] no existen en sí mismas, ni preexisten a una
intervención arqueológica, como las piezas o, en gran medida, las UE; es el arqueólogo el
que decide dónde, cómo, y por qué recoger una muestra, qué forma darle, cómo extraerla,
almacenarla, y qué destino final darle.”
Lo mencionado anteriormente es muy importante, ya que como se sabe, no será lo
mismo encontrar un artefacto de metal, o conjunto de éstos, en un relleno
constructivo, dentro de una ofrenda, asociado a una estructura administrativa o
religiosa, unidad habitacional, o como parte de un ajuar funerario. Sin embargo,
ante todo se necesita de registros confiables, ya que ―siguiendo a los citados
autores― el tradicionalismo ha originado una separación, donde unos excavan,
otros analizan y otros publican.
Me parece que esto último debe considerarse únicamente como una medida
preventiva, y a manera de horizonte de expectativas.
Aspectos Formales y Técnicos del Material Bajo Estudio
No es posible dejar de lado este tipo de aspectos sobre todo cuando la finalidad de
la investigación es realizar inferencias sobre el simbolismo o significación que tuvo
el metal, o artefactos realizados con éste, para las culturas que los produjeron.
7
Por aspectos formales me refiero a los rubros bajo los cuales puede ser clasificado
y ordenado el material arqueológico. “La regularidad con la que aparecen ciertos
artefactos, y dado que cada uno de ellos sintetiza un grupo de caracteres
significativos, conducen a individualizar una cultura o fase cultural en tiempo y en
espacio. Un objeto, un artefacto, no podrá ser atribuido a ningún tipo si éste no
presenta un número determinado de características elementales distintas”
(Brezillon: 1978, citado en Lorenzo y Mirambell: 1974, 2). Esto debe llevarnos a
considerar que, de manera similar a como se le ha aplicado a la cerámica o lítica,
enmarcar a los artefactos de nuestro interés en alguna clasificación, tipología, o
universo nos permite no sólo manejar de manera más sistemática grandes
cantidades de información, sino observar si existen correlaciones entre un objeto y
su distribución, forma, acabado, función, o técnica de manufactura.
En el caso del metal, aunque las colecciones por sitio pueden no ser tan
numerosas como las líticas o cerámicas, cuando se le ve en una escala mucho
mayor ―digamos, el Occidente de México― está claro que el panorama se
complica. Afortunadamente, desde la primera mitad del siglo XX han surgido
propuestas clasificatorias para estos materiales. Según pude constatar una de las
más completas es la de Pendergast (1962, Figuras 1 y 2) que, a pesar de no ser
precisamente reciente, es retomada o aumentada en mayor o menor medida por
autores posteriores.
8
Por otro lado, el estudio detallado de las técnicas de manufactura2, o metalúrgicas
(Cuadro 1), además de contemplar al artefacto en sí o a través de las fuentes
documentales3 (Cuadro 2), no sólo resulta más tardado, sino también escapa a la
formación del arqueólogo y lo obliga a volver la mirada a las ciencias exactas. De
esta forma los análisis nucleares y convencionales son herramientas bastante útiles
para resolver problemas “como son el conocer la composición elemental de un
artefacto, así como determinar si se crearon aleaciones intencionales, como pueden
ser tumbagas y pretumbagas; si se cuenta con un porcentaje bien definido para la
coloración de una pieza, (bronces arsenicales y estañosos); conocer si realizaron
soldaduras en los anillos de suspensión, si hay influencias de otras culturas en
cuanto a diseños se refiere, entre otras preguntas” (Méndez: 2003, 7 y 8).
Tampoco hay que dejar de lado lo que ya se conoce sobre esta industria en Centro
y Sudamérica, ya que es en esas regiones en donde la metalurgia alcanzó un mayor
desarrollo y complejidad técnica “y aunque no hay evidencia de que todas las
técnicas alcanzadas aquí hayan venido ya logradas de aquellas regiones, si hay
muchos datos que permiten sostener la teoría de que hubo una fuerte influencia,
2 De acuerdo con Méndez (2003: 7 y 8), entre las que se encuentran referidas en las fuentes y
constatadas a nivel arqueológico tenemos: el martillado, repujado por percusión, repujado por
presión, grabado, recortado, remachado, fundición, vaciado en molde abierto, cera perdida, dorado,
con polvo de oro, lamina de oro, aparición de dorado o Mise en Couleur; soldadura (autógena y
ordinaria), unión de metales, y aleaciones. Aunque cabe mencionar que estas pueden combinarse en
un sólo objeto, y no todas fueron empleadas en las regiones.
3 Las fuentes dependerán según sea el caso, pero debido a su escasez para el estudio de esta
industria me parecen de importancia las que han empleado Hosler (2005), Méndez (2003), y
Grinberg (1996) para el estudio de la metalurgia y minería prehispánicas.
9
cuando menos en ciertas zonas como Michoacán, Guerrero y Oaxaca” (Méndez:
2003, 7 y 8). Por último, como es bien sabido, todo intento de realizar
interdisciplina, en este caso mediante la incorporación de las ciencias exactas al
estudio de los materiales arqueológicos, sólo nos llevará hasta cierto punto, desde
el cual corresponde al arqueólogo intentar responder de qué forma impactó esta
tecnología en las sociedades prehispánicas, en la sociedad, religión, organización
política, etcétera.
Interpretación y Atribución de Significado
En esta última consideración revisare cuestiones sobre simbolismos o atribución
de significado, que por lo general suelen ser algunos de los más interesantes y
complicados. Es en última instancia a lo que debemos intentar llegar en los
estudios a través de los materiales arqueológicos.
Aunque está claro que la América media contó con su propio devenir histórico,
siempre es importante reflexionar sobre la importancia de la metalurgia y sus
derivados. Estamos hablando no sólo de un avance tecnológico sustancial, sino de
un poder de suma importancia conferido (en épocas tempranas) a un individuo o
conjunto de éstos. En este sentido me parece de suma importancia la reflexión de
Cyril Stanley Smith (1977) acerca del lugar que tuvo el metalista en la escala
social; cómo era visto en su comunidad. Además, la habilidad aparentemente
divina de alterar la naturaleza real de la materia, tenida en alta estima por provenir
de la madre tierra.
10
Aunque su trabajo alude a aspectos típicamente occidentales, una cuestión de la
que pude percatarme es que la mayoría de los trabajos sobre metalurgia
prehispánica, aunque abordan cuestiones de índole simbólica y religiosa han dejado
un poco de lado ―desde mi punto de vista― aspectos más sociales como los
referidos arriba, y no porque así lo quisieran los investigadores, sino porque
ciertamente la información al respecto es la mayoría de las veces fragmentaria si no
es que nula. Uno de los mejores intentos al respecto lo representan los trabajos de
Dorothy Hosler.
Quizá para abordar cuestiones relativas al orden de lo religioso, social, o
simbólico4 los arqueólogos tengan que dar un paso atrás, y no en un sentido de
retroceso, sino regresar a los clásicos: Foucault (2008), Eliade (1983), Geertz
(2005), Barthes (1964), sólo por mencionar algunos. Por supuesto no tal cual, sino
lo que los hizo trascender: sus métodos, sus propuestas, enfoques. No porque exista
una incapacidad de crear verdaderas propuestas ―aspecto que representaría más
que un reto― sino para dejar de lado algunos tradicionalismos. Hay que intentar
trascender la inocente repetición de citas de Sahagún; interpretar lo arqueológico a
partir de las fuentes, más bien ¿sería posible a través de lo arqueológico interpretar
a éstas? (Roberto Flores: 2010, clase de Semiótica general).
4 Este tema se complejiza más si tomamos en cuenta que “en el sentido restringido, el
funcionamiento simbólico constituye un tipo particular de lo semiótico (Haidar: 1997),
considerando a este último como “la ciencia que estudia los sistemas de signos: lenguas, códigos,
señalaciones, etc.” (Guiraud: 1994).
11
Por extraño que pueda parecer, considero que teniendo trabajos tan completos una
alternativa es retomarlos, sobre todo los huecos que éstos han dejado e intentar,
como lo propone Gándara (1997), responder interrogantes de tipo “por qué”. Más
aun, cuando logremos hacerlo siempre será posible cuestionar la respuesta,
preguntar el porqué del porqué, formando una “cadena explicativa” que permita el
avance del conocimiento y, por ende, muestre lo fértiles que aún son éstos temas.
Sin duda alguna esta parte es la más difícil del quehacer arqueológico, lo único
que intento hacer es darle un matiz diferente a este aspecto; no es mi intención
desacreditar a las fuentes históricas y etnohistóricas, simplemente mostrar que este
tipo de interpretaciones o conclusiones dependerán en buena medida no sólo del
arqueólogo, sino de la tradición bajo la cual haya sido formado o fuertemente
influenciado. Por último, sólo quiero agregar que podría optarse más bien por una
arqueología de los trabajos ya realizados.
Conclusión
Es más que evidente que dejé algunas cuestiones sin mayor profundizamiento o
un tanto de lado, principalmente, por el espacio con el que aquí contaba.
Seguramente la importancia que le atribuirán los distintos investigadores a los
puntos aquí tratados fluctuaran entre ellos, simplemente estos fueron algunos que
he considerado de importancia. De igual forma espero haber sido lo
suficientemente claro al respecto.
12
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16
Indice de figuras y cuadros
Figura 1. Tipologia de agujas, pinzas, y punzones englobados bajo la
categoria de objetos utilitarios. ………………………………………………. pp.7
Figura 2. Tipología de cascabeles propuesta por Pendergast. ………............. pp.7
Cuadro 1. Técnicas de manufactura conocidas en la América media. ................pp.8
Cuadro 2. Algunas fuentes para el estudio de la minería y metalurgia
prehispánicas. ………………………………………………………………... pp.8
17
Figura 1. Tipologia de agujas, pinzas, y punzones bajo la
categoria de objetos utilitarios. Fuente: Pendergast,1962.
18
Figura 2. Tipología de cascabeles.
Fuente, Pendergast: 1962.
19
Cuadro 1. Técnicas de manufactura.
1) Martillado Realizado a través de una roca o martillo para adelgazar el
material y darle plasticidad.
2) Repujado
por percusión
Se trazaba el contorno deseado en una lámina de metal delgada,
posteriormente calentada, y después golpeada con un cincel de
piedra sobre un trozo de madera suave o piel.
3) Repujado
por presión
Con un punzón de hueso o piedra de punta roma se marcaba la
línea de dibujo que lo hacía aparecer resaltado por el lado opuesto.
4) Grabado Técnica mencionada a través de las fuentes, probablemente
confundida con el repujado, ya que al parecer no se usó en la
América Media.
5) Recortado Técnica no clarificada en las fuentes. En Centroamérica y
Sudamérica se obtenía con un implemento cortante como un
cincel de piedra.
6) Remachado Propuesto por Pendergast (1962) a raíz del hallazgo en la zona de
Cuicuilco, D.F., de una placa de cobre con clavos del mismo
metal.
7) Fundición Llevado a cabo en una cazuela o en hornos u hornillas de barro
mezclando carbón y el mineral/es (oro, plata, cobre, plomo y
estaño). Se realizaba dos o tres veces para obtener el metal con la
pureza deseada.
8) Vaciado en
molde abierto
Únicamente sugerido debido al hallazgo de un “molde” de
cerámica presuntamente usado para ello.
9) Cera
perdida
Los cascabeles y figuras huecas confirman esta técnica. Se pulía y
abrillantaba el objeto para resaltar el color de la pieza.
10) Dorado o
tumbaga
Una vez calentado el objeto a una temperatura no menor de 850°,
se recubría con una aleación de cobre y oro con un porcentaje de
80% del último metal. Posteriormente se alisaba o bruñía. De esta
técnica se derivaban las siguientes: con polvo de oro, lamina de
oro, y aparición de dorado o Mise en Couleur.
11) Soldadura En esencia, se trata de unir dos objetos de metal (del mismo
mineral o no) a través del calor. Se puede dividir en autógena y
ordinaria.
12) Unión de
metales
Objetos hechos con dos metales diferentes. Ambas partes se
realizan por separado mediante la cera perdida. Posteriormente
son fundidas dando la apariencia de una sola manufactura para
todo el objeto.
20
Cuadro 2. Algunas fuentes para el estudio de la minería y metalurgia
prehispánicas.
*Fuentes
históricas
y etnohistóricas
- Cartas de Relación, Hernán Cortes.
- Relaciones geográficas del siglo XVI: Michoacán.
- Relación de Michoacán, Fray Gerónimo de Alcalá.
- Códice Florentino, Fray Bernardino de Sahagún.
- Historia de las cosas de Nueva España, Fray Bernardino de
Sahagún.
- Historia verdadera de la conquista de la Nueva España,
Bernal Díaz del Castillo.
*Trabajos
modernos
-P.R. Hendrich “Datos sobre la técnica minera Prehispánica en
el México Antiguo” (1940).
-A. Langenscheidt “Bosquejo de la minera prehispánica de
México” (1985).
-José Carrasco Franco “Trabajos y Excavaciones
Arqueológicas, Minería Prehispánica en la Sierra de
Querétaro” (1970).
-Alejandro Pastrana La explotación azteca de obsidiana en la
Sierra de las Navajas (1998).
-Joaquín L. Alatriste “Minería y metalurgia entre los aztecas”
(1895).
ESCUELA NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
TEMA:
EL HACHA PURÉPECHA: COMENTARIOS SOBRE LA METALURGÍA EN LA ZONA DE MICHOACÁN EN EL SIGLO XVI
MATERIA:
MATERIALES ARQUEOLOGICOS III
CATEDRÁTICO:
GILBERTO PEREZ ROLDAN
ALUMNOS: JOSÉ ANTONIO LÓPEZ RIVERA
JANETTE LINARES FUENTES
LICENCIATURA: ARQUEOLOGÍA
MATRICULAS: 200706703 200706803
MÉXICO, DISTRITO FEDERAL A 22 DE FEBRERO DE 2010
Resumen
En el presente trabajo se trata de abordar el tema de la metalurgia en el estado de Michoacán durante el siglo XVI, para esto en primer lugar, veremos las propuestas entorno al surgimiento de esta técnica en esta región, además del uso que se le dio como un instrumento de diferenciación social entre la elite purépecha y el resto de la población, por medio de su explotación, enajenación y la distribución de este. Para terminar con algunos comentarios sobre el empleo de un instrumento en particular, en este caso el hacha, durante las contiendas contra las incursiones mexicas y si fue o no la principal razón del fracaso de estas campañas expansionistas.
Abstract In this work we try to aboard the metallurgy theme in Michoacan state on the century XVI, for this, we will see the proposal about the development of this technique in these region, the use that this was as a instrument of social differentiation between the purepecha elite and the rest of the population, using his exploitation, and distribution of these technique. To finish with some commentaries about the used of this instrument in particular the axe, in the fights versus the mexicas incursions, and if these was the principal failure for this expansionist fights.
La metalurgia en el México prehispánico Cuando los europeos incursionaron en los territorios que actualmente comprenden el territorio nacional y que posteriormente conquistaron, dieron cuenta de las costumbres y las actividades de las poblaciones autóctonas, una de ellas fue el trabajo de los metales que efectuaban las sociedades prehispánicas. Ejemplo de ello son los que encontramos en las fuentes aportadas por los frailes historiadores que, a través de sus informantes, obtuvieron información sobre los procesos involucrados en la elaboración de objetos hechos con metales. La arqueología también ha aportado datos sobre el alcance que tuvieron los artesanos que trabajaban los metales; solo por señalar algunos ejemplos señalaremos los objetos encontrados por Alfonso Caso en la tumba VII de Monte Alban o también los procedentes del Cenote Sagrado de Chichen Itzá. Es claro que diversos grupos del México prehispánico emplearon la metalurgia para la producción de diversos objetos pero de estos, los purépechas fueron quienes tuvieron un uso mucho más amplio, tanto en herramientas fabricadas como en técnicas empleados para trabajarlos. Como se ha dicho con anterioridad, nuestro objetivo es reflexionar sobre lo que se ha planteado y dicho sobre la metalurgia en esta zona, para finalizar, ubicando esta actividad en un contexto más social y no meramente quedarnos en un aspecto técnico.
Los purépechas como grupo social Consideramos que antes de adentrarnos de lleno en el tema de la explotación de metales en el territorio de Michoacán en la época pre contacto europeo, tenemos que hacer un paréntesis para establecer de una manera clara y breve al lector algunos datos sobre el grupo social del que tratamos de hablar. A pesar que al momento de la llegada de los españoles a sus dominios los purépechas contaban con un aparato administrativo y social que rivalizaba con el de los mexicas, las investigaciones en torno a ellos se encuentran muy rezagadas en comparación al grupo tenochca. A nivel de fuentes históricas, en comparación a las de la Cuenca de México, las de la región purépecha no sobrevivieron de manera amplia a las requisas de la Inquisición o la destrucción efectuada por Nuño de Guzmán en sus campañas por toda la región occidental del actual territorio nacional1. De las pocas fuentes que sobrevivieron a esto, se encuentra la “Relación de Michoacán” que trata sobre las costumbres y las instituciones que había antes de la llegada de los españoles a la región. Se sabe que antes del establecimiento del denominado “Imperio tarasco” hubo diversos grupos étnicos que habitaban en la región (López Austin 1981, Pollard 1995, Relación de Michoacán 2008) entre los que se encontraban nahuas, otomíes, matlatzincas y demás grupos sociales que contaban con diversos modos de vida2, que respondían a las particularidades del entorno donde habitaban. Con la llegada de los grupos chichimecas, de los cuales los purépechas formaban parte, en opinión de algunos autores, ocurrió una competencia por los recursos de la zona lacustre (Pollard op cit), que terminó con la alianza y victoria de los grupos de modo de vida lacustre y
1 También tenemos que agregar el casi nulo interés por parte de los investigadores de estudiar a los grupos que no eran nahuas 2 Entendemos por modo de vida, las especialidades de la organización técnica y social con el medio ambiente que lo
rodea, junto con la interacción entre diversos grupos sociales (Bate 1998: 65)
los grupos chichimecas sobre las demás etnias (Relación de Michoacán op cit). Al igual que otros procesos de imposición, los grupos vencedores establecieron mecanismos de explotación sobre los demás grupos sociales a través de mecanismos ideológicos y sociales, siendo establecido el linaje de los Uacusechas (águilas) como los dirigentes. Una vez establecido este nuevo orden social, el grupo purépecha paso de una estructura tribal a una sociedad de corte clasista3 la cual comenzó una serie de expediciones militares que tenían como objetivo, la apropiación de recursos tanto de subsistencia como de artículos exóticos para la elite en el poder (Weigand 1996: 287). Esta expansión llevo a los purépechas hasta los actuales estados de Guerrero, partes del Jalisco y Colima. Dentro del estado de Michoacán, las incursiones se concentraron en las zonas tropicales y zonas de la sierra para la explotación de sus recursos y control de rutas comerciales (Lameiras 1985, Lameiras 1996: 114). A pesar de la heterogeneidad que formaba parte de esta estructura social, los purépechas establecieron un gobierno tan centralizado, que no había ninguna decisión que no fuera tomada por el Cazonci; este a su vez, nombraba a cuatro dirigentes que tenía a su cargo las provincias en base a los puntos cardinales, en el orden ideológicos los sacerdotes se encargaban de la realización de los servicios del culto, mientras que los militares tenían como función la vigilancia de las fronteras y el orden dentro de los dominios ya controlados. Incluso la explotación de ciertos recursos entre las comunidades tenían que ser tratados desde los centros administrativos de Tzintzuntzan, Cuitzeo y Pazcuaro. En cuanto a su relación con los distintos grupos étnicos, los purépechas optaron por dejarlos de manera independiente, ocuparse de sus actividades económicas y sociales pero con el compromiso, en el caso de otomíes y matlatzincas, de ocuparse de vigilar las fronteras (Lameiras op cit: 93). Fuera de sus dominios, los purépechas enfrentaron a los señoríos establecidos en Jalisco y Colima (Weigand 1996), pero su mayor conflicto fue el que ocurrió contra el expansionismo mexica. Para el momento en que los españoles llegaron a sus dominios, los purépechas ya habían consolidado su condición como sociedad clasista.
La metalurgia como parte de la economía purépecha. La gran diversidad de recursos que explotaba la sociedad purépecha se debía a que esta estaba asentada en diversos ecosistemas (Challenger 1998: 278-281) de estos recursos, el cobre y otros metales que fueron utilizados en la elaboración de objetos, se convirtieron rápidamente en un elemento importante en la economía purépecha. La presencia de importantes yacimientos de cobre y demás metales se debe a que se pueden encontrar tanto en la Sierra Madre del Sur como en la Sierra Madre Occidental (Challenger op cit: 270) cuerpos montañosos que recorren el área de desarrollo del grupo purépecha. Dorothy Hosler, establece que la explotación de metales en época prehispánica se puede dividir en dos periodos:
3 En este caso, dividida por dos clases antagónicas y producto del devenir histórico de las sociedades, donde un sector (explotadores) enajenan los excedentes de producción y disponen de su distribución, se encuentra exentos de las actividades de subsistencia desempeñando funciones administrativas y religiosas. Mientras que el otro grupo (explotados) es el encargado de realizar las actividades de subsistencia. De acuerdo con Montané, incluso dentro de los explotados existen individuos que son explotadores pero obedeciendo lo indicado por los que ostentan el poder, ejemplo de ello los capataces. (Montané 1980).
El primero (600-800 a 1200 d. C) es el comienzo del uso de metales en el Occidente de México, empleo de los minerales nativos sin aleaciones, manejo de diversas técnicas de elaboración (Hosler 1997a: 35-36), todo esto bajo el supuesto de que esta tecnología fue traída a través de rutas marítimas desde la región andina (Hosler 1997b).
En el segundo (a partir de 1200 d. C) los instrumentos de metal se han diversificado, al igual que las técnicas y aleaciones para elaborarlos; en este periodo Hosler considera que los orfebres del Occidente alcanzaron su mayor apogeo antes del contacto europeo (Hosler op cit: 36-37).
Sin embargo no coincidimos con ella al considerar que el desarrollo de la metalurgia en esta región se debe a contactos con la región andina. Como base para esta hipótesis, la autora utiliza un criterio morfológico para decir que por la similitud entre objetos y que en Perú se tiene un uso de metales más tempranos que en México. Otro dato que utiliza a favor del supuesto origen andino de la metalurgia, es que en análisis realizados a objetos en ambas regiones, arrojó una similar concentración de elementos utilizados en la reducción de los metales empleados para elaborar dichos objetos. Otros autores (Torres Montes y Franco Velázquez 1996) han apoyado lo planteado por Hosler considerando que las hipótesis que consideran el desarrollo de la metalurgia en el área purépecha como un desarrollo autóctono, deben más a razones “nacionalistas” que a argumentos con base científicas. En nuestra opinión, en efecto, el surgimiento del uso de metales en el México prehispánico es un desarrollo autóctono, producto de la explotación de los recursos por parte de las sociedades prehispánicas durante su desarrollo histórico. Es un poco ingenuo por parte de los autores que apoyan la “ayuda externa” que a través del amplio y constante conocimiento de cómo explotar los recursos que tenían a su disposición dichas sociedades, no contaran con las “aptitudes” para desarrollar los mecanismos necesarios para utilizar este recurso y que durante este proceso, las formas en que se obtenía y las formas en que era empleado se diversificarían hasta producir una amplia variedad de instrumentos.
La cadena operativa Como otro cualquier proceso económico de toda sociedad, la producción de instrumentos de metal, implica estrategias de cómo se extraerá el mineral del subsuelo, los instrumentos para hacerlo, pero lo más importante, un acercamiento a las relaciones sociales de producción4 que obviamente se modificaron cuando los purépechas obtuvieron el control de la región lacustre y conformaron una sociedad clasista. El primer metal utilizado por los purépechas fue el cobre “nativo5” sin embargo esta materia prima a pesar de contar con una dureza mayor que los instrumentos líticos, necesitaba un constante mantenimiento, sin embargo los purépechas solventaron esto con el empleo de aleaciones del cobre nativo con otros minerales, como es el caso del estaño; resultado de esa aleación es el bronce. Otras aleaciones empleadas eran cobre-oro, bronce arsenical, cobre-zinc
4 En breves términos, los mecanismos de cómo se organizan los grupos sociales para producir sus instrumentos de trabajo, subsistencia y como estos son distribuidos entre los miembros del grupo, además de establecer el acceso a ellos (propiedad). 5 El cobre nativo es la denominación que se le da al mineral al que no se le ha agregado otro elemento para formar
una aleación
(latón), cobre-antimonio, tumbaga (cobre-plata-oro), cobre-plata (Langenscheidt 1997, Torres Montes y Franco Velázquez 1996, Hosler 1997a 1997b 2000, Maldonado s/n, Grinberg s/n, Grinberg y Franco Velázquez 2000, Palacios 2001, Salas et al 2000). Una vez localizado el yacimiento, su explotación se llevaba a cabo en campamentos cercanos, donde los trabajadores encargados de la extracción, habitaban durante la época de extracción del mineral (Hosler 2004). Por cuestión de espacio y comodidad, resumiremos los procesos empleados para la producción de objetos de metal.
Extracción: La extracción en un principio se realizaba a cielo abierto o los yacimientos como los placeres6, donde por transporte de los elementos, el mineral se agrupaba. Posteriormente cuando estos lugares se agotaron, la extracción dio paso al uso de sistemas de galerías.
Pulverización: Una vez extraído el mineral, este se pulverizaba con el uso de metates para separar el mineral requerido de los que lo conforman naturalmente; el pulverizado a su vez tenía como objetivo la de reducir el tamaño del mineral extraído a cantidades que puedan ser transportadas a los lugares de elaboración de objetos. Este paso se realizaba muchas veces cerca de las minas.
Reducción: Una vez en el taller, el metal era introducido en hornos o crisoles, en donde se les sometía a calor para empezar este proceso. La reducción es el proceso donde se eliminan las impurezas presentes en los metales a través de quitarlos manualmente con un instrumento de madera o de cerámica. Por no contar con fuelles como en el Viejo Mundo para aumentar la temperatura de los hornos, los orfebres prehispánicos utilizaba la fuerza de sus pulmones a través de sopladores de cerámica.
Fundición: Después de retirar las impurezas, el metal era nuevamente expuesto al calor hasta alcanzar su punto de fusión volviéndose liquido, ya en este estado podía ser vertido en un molde para darle una forma de acuerdo a las necesidades de los orfebres.
Aleaciones: Las aleaciones consiste en agregar otro elemento mineral (léase oro, estaño, plata, etc.) para darle una mayor dureza a las herramientas hechas con metal. Esto garantizaba que las herramientas tengan una durabilidad mayor; las aleaciones también en algunos casos servían para decoración.
Elaboración del objeto: En este proceso entran diversas técnicas de manufactura, dependiendo del objeto que se deseaba hacer: los cascabeles eran elaborados a través de la cera perdida7, las hachas podían ser fabricadas a través del martillado en frio o caliente8; mientras que las puntas de proyectil a través de moldes.
Una vez terminado el objeto en cuestión era distribuido entre los diversos estratos sociales; como mencionamos en el resumen, la elite gobernante acaparó la producción de estos
6 Depósitos en los afluentes de los rios
7 Este procedimiento consiste en realizar un molde con la forma a obtener, posteriormente se vertía cera en el molde para después depositar el metal fundido; hecho esto el metal reemplazaba la cera y se obtendrá el objeto. (Maldonado op cit, Grinberg op cit) 8 Como si nombre lo dice, consiste en darle forma a un lingote a través de la aplicación de fuerza mecánica, la diferencia radica en que el martillado en frio no implica aplicarle calor al lingote, mientras que con la aplicación de calor se busca utilizar una cualidad del metal (maleabilidad) para poder facilitar su manejo, a este proceso de le llama forja
objetos, primero restringiendo la explotación del mineral, a través de establecer que los yacimientos eran propiedad del cazonci y su uso tenía que ser autorizado por este, bajo amenaza de muerte si no se respetaba esto. Entre algunos de los objetos elaborados y que constituyeron un claro marcador de estatus social se encuentra:
Cascabeles de cobre: Los cascabeles de cobre, en especial, fueron distribuidos de manera amplia por las redes de intercambio entre el Suroeste de EUA y toda el área que comprende Mesoamérica (Weigand op cit: 299). En el contexto purépecha, los cascabeles eran utilizados por la clase sacerdotal para actividades de carácter “ritual” por ser apreciados por sus cualidades sonoras (Maldonado s/n, Hosler 1994).
“Pinzas para depilar”: Estos artefactos, únicos en su morfología, fueron un importante elemento en la indumentaria de los sacerdotes como marcador de posición social; muestra de ello es la representación del petámuti (sumo sacerdote) en la Relación de Michoacán.
Hachas: Las hachas, según este mismo documento, formaban parte del arsenal empleado en las campañas bélicas emprendidas por los purépechas ya sea de carácter ofensivo como defensivo, sin embargo, consideramos que este elemento no era tan difundido entre los miembros del grupo guerrero y era reservado para los individuos de estatus elevado o con capacidad de mando.
Objetos ornamentales: Por último, los objetos ornamentales, tales como las orejeras o bezotes, eran utilizados para como objetos asociados con el grupo en el poder, de acuerdo a las fuentes los bezotes eran otorgados a los funcionarios encargados de la administración por el propio cazonci y su remoción, automáticamente despojaba al funcionario de sus privilegios (Pollard 2004: 125).
En cuanto al consumo, los purépechas fueron el grupo social con un mayor uso de instrumentos de metal durante el periodo prehispánico, no solamente en el plano ornamental, sino también en el funcional, produciendo anzuelos, puntas para instrumentos de plantación, agujas, etc. Sin embargo por ser un producto acaparado por el grupo en el poder, consideramos que este, podía destinar la cantidad de instrumentos que ponía a disposición de los grupos productores en cantidades que a ellos les convenía. Una vez que nos ocupamos de la producción de estos objetos, toca el turno de los encargados de extraerlos y elaborarlos. El primer grupo, tenía como función la de sacar del subsuelo el mineral, formaba parte del grupo de productores que conformaban el grueso de la población del estado purépecha, no estaban separados completamente de la producción de alimentos, sino que intercalaban los periodos en los que participaban en estas actividades. Por otro lado, los artesanos ya no formaban parte de las actividades de subsistencia, sino que eran mantenidos por las elites, para que pudieran ser empleados a tiempo completo en la elaboración de los instrumentos empleados por el grupo dominante; a pesar de ser sometidos por los dirigentes, los artesanos pueden ser diferenciados de los encargados de la extracción, porque además de poseer su fuerza de trabajo, también tienen conocimientos previos de cómo tiene que ser trabajado la materia prima y de cómo se tiene que trabajar para obtener las formas deseadas.
El objeto en cuestión: El hacha purépecha. Ya que esbozamos al grupo social que lo elaboró, además de los procesos y relaciones de producción que estaban involucrados en la explotación de este recurso, ahora pasaremos a hablar el tema de este trabajo. El hacha es un instrumento que a través de una acción contundente realiza cortes a la materia prima que se desee trabajar. Las hachas han sido una de las primeras herramientas empleadas por el hombre, siendo estas de materiales líticos y en algunos casos estos fueron sustituidos por los metales. En un contexto domestico, el uso de este tipo de instrumento, representaba una ventaja frente a los artefactos líticos, ya que a diferencia de estos, los instrumentos elaborados en metal pueden conservar sus filos un mayor tiempo; cuando estos se pierden pueden ser recuperados fácilmente e incluso si el objeto pierde totalmente su funcionalidad, la pieza puede ser fundida otra vez y obtener de nuevo las propiedades de la pieza original. En el ámbito bélico, es un instrumento que ocupa un mantenimiento menos frecuente como es el caso de los que emplean materiales líticos; también la dureza de un hacha de metal es mayor al de un que emplea obsidiana o pedernal, cualidad muy indispensable si tratamos de inutilizar el escudo del contrincante, causarle una herida considerable o la muerte. Sin embargo algunos investigadores opinan lo contrario; Hosler considera que las hachas, por ser realizadas por martillado “en frio” no contaban con la dureza y el filo para ser efectiva en combate (citado en Cervera 2007: 38). Nuestra opinión es que el hacha realizada por martillado en frio conserva una dureza necesaria como para ser empleada como arma y seguir teniendo un filo adecuado para fines bélicos, si en algún caso el arma pierde el filo, a nuestro parecer es obvio que los guerreros contaban con herramientas (véase piedras para afilar) para darle mantenimiento a las armas en las campañas. La mayor prueba del armamento y al grupo purépecha, lo constituyo las incursiones de los mexicas durante los gobiernos de Ahuitzotl y Axayacatl; de acuerdo a las crónicas los tenochcas avanzaron en el interior del territorio purépecha, ocupando diversas poblaciones hasta ser derrotados y ser perseguidos en su retirada hasta el actual Estado de México. Sin embargo no consideramos que el instrumento en si no ganó solo la guerra, sino que se debió a diversos factores entre los que destacan:
Centralización del gobierno: Un gobierno tan centralizado como el purépecha no podía haber existido sin mecanismos coercitivos tanto sociales como ideológicos, como para mantener la unidad entre los grupos étnicos que componían su estado y presentar un frente contra las agresiones externas.
Empleo de “auxiliares”: Los grupos otomíes y matlatzincas que habitaban los límites del territorio purépecha desempeñaron un papel fundamental en detener y posteriormente en vigilar las fronteras de los ataques mexicas. De acuerdo a Pollard, la ayuda prestada por estos grupos, fue un motivo para los aztecas se desquitaran con los grupos de la misma filiación que habitaban el valle de Toluca durante su retirada de Michoacan.
Conocimiento del terreno y movimientos del enemigo: Una ventaja con la que contaban los purépechas era su amplio conocimiento del terreno por donde
los invasores mexicas se desplazaban, esto les permitía saber hacia dónde se dirigían e incluso rodear o anticiparse a sus movimientos. Se ha hablado mucho del papel de los comerciantes como “espías” entre los aztecas, podemos considerar que realizaban un papel similar entre los purépechas.
Experiencia contra este tipo de arma: Los aztecas enfrentaron armas de metal cuando se adentraron en la región huasteca, de acuerdo al códice de Xicotepec (Stresser-Pean 2006) los huastecos tenían entre su arsenal hachas de cobre y sin embargo no pudieron repeler la invasión mexica.
Si el arma en si fuera la que hubiera otorgado alguna ventaja militar para los purépechas en su expansión a tal punto de ser invencibles, esto mismo hubiera ocurrido en sus campañas en el occidente de su territorio donde nunca pudieron conseguir un control de toda la zona e incluso fueron derrotados (Weigand 1994).
Consideraciones finales En cuanto a la metalurgia en el México prehispánico, falta mucho por hablarse y discutirse. Por cuestiones de tiempo y espacio lamentablemente no podemos abundar demasiado en el tema, sin embargo consideramos que su desarrollo sigue siendo abordado como un mero difusionismo con base en la morfología y la composición química de los instrumentos. Si la composición química entre los instrumentos de distintas áreas culturales es similar, no se refiere a la presencia individuos o influencia de una región en otra, sino a nuestro parecer a que se necesitaban cantidades similares durante la elaboración del instrumento y esto es tomado como evidencia irrefutable del contacto cuando se trata de un paralelismo producto del desarrollo histórico de estas sociedades. Ya en un plano más particular y que es el tema a tratar en este trabajo es que el hacha de metal y todos los instrumentos elaborados en esta materia prima fueron el resultado de la explotación de los recursos naturales de la región de Michoacán en tiempos prehispánicos. Los diversos procedimientos que surgieron para trabajarlo, fueron producto de la observación y conocimiento de cómo se comportaba la materia prima, esto para obtener instrumentos de acuerdo a las necesidades de los individuos y de las actividades que estos realizaban. En lo social, los instrumentos de metal en la sociedad purépecha eran una parte importante, ya sea en las actividades cotidianas de subsistencia, pero también como un mecanismo de diferenciación social entre los explotados y explotadores. Ahora, en el plano bélico, los instrumentos por si solos no ganan las batallas. Hemos visto que los purépechas contaban con mecanismos sociales e ideológicos para coercionar a los grupos que componían su estructura social y así plantear una respuesta efectiva contra las incursiones mexicas. Por último, el desarrollo de la metalurgia en Occidente no debe ser visto como un equivalente de la edad del Bronce del Viejo Mundo (Salas et al 2000). Emplear esquemas realizados para explicar fenómenos particularares de la realidad de un tiempo y lugares determinados, no tienen que ser usados para generalizar casos ajenos como son los procesos sociales ocurridos en el continente americano antes del contacto europeo. Esto genera dos cosas que son nocivas para la arqueología en general: caer en el etnocentrismo y en una ceguera teórica con su consecuente empirismo rampante en palabras
de Felipe Bate, justificado porque la teoría no es arqueológica ya que no ensucia las botas ni abre brechas en la selva. Si no hacemos un ejercicio teórico y una evaluación critica de los datos empíricos estamos destinados a no explicar los procesos del pasado de las sociedades que estudiamos y seguir de meros emisarios de los “expertos” en el tema.
Bibliografía Armillas, Pedro 1954 “Fortificaciones mesoamericanas”, Antiquity, Número 96, pp. 77-86, Newbury, Inglaterra. Bate, Luis Felipe 1998 “El proceso de investigación en arqueología”, Critica, Barcelona. Challenger, Antony
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Investigaciones Científicas, Ediciones Polifemo, Madrid. Duran, Fray Diego 1984 “Historia de las indias de Nueva España”, Porrúa, México. Grinberg, Dora s/n “Tecnicas minero-metalúrgicas en Mesoamerica” Grinberg, Dora y Francisca Franco Velázquez
2000 “Cascabeles especiales procedentes del cenote sagrado de Chichén Itzá, Yucatán”
Hosler, Dorothy 1994 “The sounds and colors of power: The sacred metallurgical technology of Ancient West Mexico”, Cambridge, The MIT Press. 1997a “La tecnología de la metalurgia sagrada del occidente de México”, Arqueología Mexicana, Número 27, Editorial Raíces, México 1997b “Los orígenes andinos de la metalurgia del occidente de México”, Ponencia presentada en el 49 Congreso Internacional de Americanistas, Quito Ecuador.
Langenscheidt, Adolphus
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López Austin, Alfredo 1981 “Tarascos y mexicas”, SEP/80, Fondo de Cultura Económica. Maldonado, Blanca s/n “Análisis tecnológico de la metalurgia prehispánica de Michoacán: Etnografía y Experimentación” Palacios, Tulio 2001 “Metalurgia prehispánica de Sudamerica”, Comisión Nacional de Energía Atomica Pollard, Helen 1995 “Estudio del surgimiento del Estado tarasco: investigaciones recientes”, Arqueología del Occidente y Norte de México, El colegio de Michoacán, México.
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EL VIDRIO COMO MATERIAL ARQUEOLÓGICO
Ana Laura Chacón Rosas
Nadia Ahide León Guzmán
Licenciatura en Arqueología
Escuela Nacional de Antropología e Historia
1
Resumen
Aunque el vidrio es un material arqueológico de gran importancia dada la
información que puede aportar en cuanto a procesos productivos, técnicas de
manufactura y temporalidad de fabricación, no ha sido estudiado con la
relevancia que amerita en la arqueología mexicana.
El presente artículo es una reflexión sobre el análisis arqueológico del vidrio.
Partimos del problema de la escasez de investigaciones al respecto, y
presentamos algunas notas relativas a la forma en que ha sido estudiado en la
arqueología mexicana; nos centramos en los enfoques utilizados y las
metodologías propuestas, y apuntamos algunas consideraciones en relación con
la manera en que creemos debe ser estudiado.
2
Abstract
The glass is a very useful archaeological material because let us learn about the
production, manufacturing techniques and history of glassworking, however it
has not been properly studied by the Mexican archaeologists.
In this paper we are going to discuss about the study of the glass from an
archaeological standpoint. We analyze the methodology and approaches has
been used to study this material by Mexican archaeology. This analysis allow
us to propose some new methods for his study.
3
EL VIDRIO COMO MATERIAL ARQUEOLÓGICO
El vidrio en la arqueología
Al hablar del vidrio en la arqueología debemos considerar que lo hay en su
forma natural y artificial. El vidrio natural es aquel producto del vulcanismo; su
carácter vítreo depende de la velocidad de enfriamiento de la lava, el caso de la
obsidiana es un claro ejemplo. El tipo de procesos físicos que enfrenta como
materia incandescente expulsada de la tierra repercuten directamente en su
composición química y en el acomodo irregular de sus partículas. Esto es lo que
hace a un material vítreo y, a su vez, le otorga su característica principal: la
fractura concoidal (ausente en los materiales cristalinos cuyas partículas siguen
un acomodo de acuerdo con un patrón geométrico). Este material básico para la
sociedad prehispánica tuvo diversas funciones pero no se produjo nunca por
dicha sociedad.
El vidrio artificial, en el cual nos enfocaremos en este artículo, es aquel
elaborado por el ser humano. La técnica fue conocida por la sociedad oriental y
occidental mucho tiempo antes de la colonización de América. Algunos atañen
su origen a Egipto y otros a Mesopotamia, desde luego esto tiene base en los
vestigios arqueológicos encontrados en estos lugares y en el registro histórico
4
de su producción, entre otros (Eduardo Ambrosio, comunicación personal
2010).
Al ser este material un objeto cotidiano, asumido como moderno y ligado al
período histórico ha “padecido” por mucho tiempo la indiferencia del
arqueólogo. Quizá esta sea una de las razones por las cuales los primeros
estudios sobre su origen e importancia en el devenir humano se hicieron desde
la óptica histórica (López 2000:24, citado en ella).
Conocido desde la antigüedad, el trabajo del vidrio ha sufrido un desarrollo
tecnológico significativo que, por fortuna, se encuentra relativamente bien
documentado, por lo que podemos saber la temporalidad correspondiente a la
implementación de las diferentes técnicas de manufactura involucradas en su
producción. Esto se traduce en una fuente importante de información para la
ubicación temporal relativa de los contextos en que se presenta este material
arqueológico, así como para la inferencia de diversos procesos sociales
relacionados con su fabricación, uso y distribución.
Pese a lo anterior, los estudios sobre el vidrio en México son particularmente
escasos, aún cuando éste cuenta con un registro histórico-funcional más puntual
que muchos de los materiales trabajados de manera cotidiana por la
arqueología. Además, aunque en muchas investigaciones arqueológicas se ha
recuperado o registrado material vítreo, éste no posee una metodología propia
de análisis.
De manera que tenemos un material de suma importancia que ha sido
prácticamente olvidado en las investigaciones arqueológicas. Enseguida
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veremos de qué manera se ha trabajado el vidrio en la arqueología mexicana a
partir de los escasos ejemplos que provee la literatura correspondiente.
Investigaciones en torno al vidrio
En primera instancia, nos interesa destacar el tipo de contextos en los que el
vidrio es encontrado con más regularidad; se trata de contextos históricos
principalmente urbanos (Eduardo Ambrosio, comunicación personal 2010). Por
ello, en las grandes ciudades como Puebla, Monterrey y la Ciudad de México es
donde se focalizan las investigaciones más importantes sobre este material, si
bien para fines de este escrito sólo señalaremos las realizadas en Puebla y la
Ciudad de México.
La presencia del vidrio artificial en América es resultado del sometimiento de
ésta por España; es decir, el vidrio fue introducido en la época colonial cuando
ya poseía una tradición productiva antigua. Se cuenta con registros históricos de
su manufactura en la Nueva España (López 2004:36) que contienen datos
relativos al tipo de materia prima requerida, las ordenanzas provenientes de la
corona y la calidad para su importación. Con base en lo anterior se ha obtenido
información sobre el principal centro productivo, Puebla, y la competencia que
los objetos ahí producidos establecieron con los de procedencia veneciana.
Lo anterior ha determinado que el estudio del vidrio en México se haya llevado
a cabo a partir de una vertiente de la arqueología que se ha denominado
Arqueología Histórica. Es claro que para ésta toda la gama de archivos
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históricos que contiene información sobre el uso y producción de este material
es de gran importancia, aún cuando el enfoque sea netamente arqueológico.
Entre los estudios efectuados desde la arqueología histórica se encuentran las
investigaciones provenientes de trabajos realizados en el centro de la Ciudad de
México, como El antiguo estanco de tabaco, el ex Convento de la Encarnación
y el ex Convento Hospitalario Betlemitas. Es menester de este apartado dar una
perspectiva, a grandes rasgos, de los objetivos que se mantuvieron en estas
investigaciones en relación con el estudio del vidrio.
En el caso de El antiguo estanco de tabaco y el ex Convento de la Encarnación
el primer objetivo era destacar las características de este material para
justificarlo como material arqueológico y que “pudiera ser considerado como
material diagnóstico dentro de los trabajos de investigación arqueológica para el
periodo Novohispano, del México independiente y contemporáneo” (López
2004:22); destacar su importancia social en el viejo mundo, determinar las
formas más comunes que se elaboraban con vidrio en la Nueva España y sus
respectivas técnicas de manufactura para localizar los principales centros
productores. También destaca su interés en plantear a este material como
indicador de áreas de actividad y proponer una tipología basada en técnicas de
manufactura y materia prima.
Por otra parte, el ex Convento de Betlemitas es un proyecto que comenzó en la
década de 1990, y ha tenido una trayectoria de interés en la investigación de
materiales de vidrio. Debido a la reutilización del edificio en diferentes
ocasiones se han podido encontrar fragmentos y piezas diversas en cuanto a su
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utilidad. De manera más particular, se ha trabajado también en una tipología
para botellas pertenecientes a un periodo en el que las secciones del edificio
eran rentadas para comercio. En este caso las botellas pertenecen a una cantina
porfiriana (Nieto 1996).
Mención aparte merece el trabajo realizado por Almaguer y Arteaga (2010)
quienes se interesaron por el desarrollo de una metodología de análisis y
conservación a partir de la cual pudiera estudiarse cualquier material de vidrio.
Cabe señalar que no se enfocaron en el análisis de una colección en particular
sino en la creación de una forma analítica que sirviera como base para su
estudio en general. Las autoras llaman la atención sobre la casi nula existencia
de análisis acerca del vidrio en la arqueología mexicana y, sobre todo, de la
carencia de una metodología básica para el registro y clasificación de los
materiales arqueológicos de vidrio. Consideran el trabajo de Nieto (1996) como
un acierto; sin embargo, señalan sus limitados alcances al estar dedicado sólo al
estudio de las botellas. Precisamente, lo que buscan con su propuesta es
subsanar este problema al desarrollar una metodología que pueda seguirse sin
importar la forma, función o grado de conservación de los fragmentos u objetos
de vidrio con que se cuente.
En el siguiente apartado detallaremos la propuesta de las autoras, baste por
ahora mencionar la importancia de su trabajo, que constituye el primer esfuerzo
verdaderamente integral por hacer del vidrio uno más de los materiales con los
que el arqueólogo trabaja de manera regular.
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Metodologías empleadas para el estudio de este material en los contextos
arqueológicos presentados
A continuación se describirán, a grandes rasgos, las metodologías utilizadas en
las propuestas tipológicas para vidrio en las investigaciones mencionadas.
En el caso de El Estanco de Tabaco y el ex Convento de la Encarnación se
tomaron en cuenta estudios previos para separar el vidrio según su técnica de
manufactura, es decir, en vidrio soplado y vidrio moldeado. Posteriormente se
identificaron atributos con base en la técnica de manufactura, decoración, forma
y uso. Además se incluyó el sistema tipo-variedad que abarca aspectos como
familia, grupo, tipo y variedad, primeramente utilizado en la arqueología para la
clasificación cerámica (López 2000).
Por otra parte, en el ex Convento Betlemitas se distinguió primero que las
formas en este contexto fueron contenedores de líquidos, con base en ello se
identificó el tipo de líquido contenido. Esta propuesta tipológica únicamente se
enfocó en el estudio de botellas y frascos que contuvieron bebidas alcohólicas
(Nieto 1996:67). El autor propone llamar grupo genérico al tipo vidrio; hace
distinción de su carácter potásico o sódico y su función general; después se
define la funcionalidad particular de los tipos identificados en el primer paso
con base en sus características de transparencia, translucidez y opacidad. Otro
criterio es el acabado de superficie que está constituido por técnicas de esmeril,
punta, molde, ácido, arena, sello, serigrafía y pintado. Considera la procedencia
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nacional y extranjera, la manufactura por soplado, molde y trenzado, y su
terminación en frío o caliente.
Almaguer y Arteaga (2010) presentan una propuesta que contempla todo el
proceso de trabajo del vidrio arqueológico desde su recuperación hasta su
almacenaje. Brindan algunas recomendaciones acerca del lavado, manejo y
embalaje del material. Pero de manera concreta lo que proponen es un formato
para la catalogación de materiales de vidrio, en el cual, además de los datos
relativos al proyecto y contexto de excavación, se considera un número
importante de atributos englobados en los siguientes rubros: forma, medidas,
función, métodos de elaboración, daños, presencia de materia orgánica, color,
técnicas decorativas, origen probable de producción y manufactura de la pieza,
cronología tentativa, fotografías y dibujos. Destaca la atención que prestan a la
conservación de los materiales y el énfasis que hacen acerca de la utilización de
sofisticados métodos de análisis para determinar composición, procedencia y
restos de materia orgánica. Asimismo, brindan particular importancia al registro
de las técnicas decorativas, pues encuentran en ellas una importante fuente de
información en relación con el lugar de producción de los objetos.
Discusión
Los trabajos en torno al vidrio han sido reducidos y poseen un enfoque
particular, relativo a los objetivos de los proyectos en los que se establecieron.
No se ha planteado una clasificación para el vidrio en general. En primera
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instancia la propuesta de Nieto se acerca un poco a lo que podríamos considerar
una catalogación funcional por las categorías que utiliza para su clasificación;
sin embargo, la reducción de formas y por ende de la función de los objetos
analizados no permiten un referente de amplio espectro para este material.
Por otra parte, el trabajo de López no toma nunca como antecedente a Nieto,
cuya obra es anterior y consideramos que esto ocasionó la mezcla que la autora
hace respecto de la técnica de manufactura del vidrio y la tipología empleada
para la clasificación cerámica. Si bien la mayoría de los materiales
arqueológicos tienen una tipología en orden taxonómico, creemos que no todas
las categorías empleadas en la catalogación cerámica pueden ser coincidentes
para el vidrio.
Aunque el trabajo de Almaguer y Arteaga (2010) representa el mayor esfuerzo
de desarrollo de una metodología para el análisis del vidrio en general,
consideramos que sólo resuelve los problemas relativos al registro de este tipo
de materiales, pues deriva en la propuesta de un formato de catalogación. Por
supuesto, la elaboración de un catálogo implica un primer nivel de análisis y,
en ese sentido, la labor de estas investigadoras resulta en un avance
significativo; sin embargo, nos parece que hace falta ir más allá de la
compilación de información. Es necesario llegar al ordenamiento y clasificación
de la misma. Por supuesto, este hecho es reconocido por las autoras, quienes en
todo momento hacen énfasis en el carácter básico de su propuesta.
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Consideraciones finales
Hemos podido observar como el vidrio en tanto material arqueológico digno de
ser estudiado ha sido relegado en la arqueología mexicana; no obstante, en lo
relativo a su análisis y registro se han dado ya los primeros pasos. Los trabajos
arriba señalados han establecido ciertas bases para que próximas
investigaciones desarrollen una metodología de estudio pertinente para este
material. Partimos de la idea de que el vidrio necesita una clasificación basada
en sus cualidades propias, a través de la cual se pueda dar cuenta de sus
atributos más significativos y pueda explotarse todo el potencial que como
medio de aproximación a los grupos humanos pretéritos posee. Consideramos
que, al igual que otros materiales arqueológicos como la cerámica o la lítica, el
vidrio es susceptible de ser analizado a partir de una tipología, como la manera
más efectiva para ordenar y manejar grandes cantidades de información.
Aunado a lo anterior, es comprensible que se tomen como referentes las
metodologías usadas para la clasificación de otros materiales arqueológicos,
llámese concha, lítica o cerámica. Sin embargo, creemos que si han de tomarse
categorías de otras tipologías debe hacerse con cuidado, siempre que sea
verdaderamente pertinente, y nunca debe tomarse la tipología en su totalidad,
puesto que se trata de materiales cuyas cualidades son distintas, por lo que los
atributos que pueden ser considerados como significativos también difieren.
Por otra parte, el conocimiento de todo el espectro que el vidrio como material
susceptible de investigación arqueológica proyecta podría ser base para la
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creación de una nueva metodología. Sugerimos que se utilicen las nuevas
herramientas que la tecnología nos brinda, no sólo en cuanto a análisis fiscos y
químicos que otorgan información particular de gran importancia, sino también
en cuanto a análisis estadísticos competentes para poder afianzar nuevas
propuestas de estudio del material arqueológico. En ese sentido, una forma de
análisis alternativa a la clasificación tipológica emplearía la estadística para
distinguir datos significativos dentro de grandes cúmulos de información, como
los catálogos propuestos por Almaguer y Arteaga (2010).
Sirva lo escrito hasta ahora para llamar la atención sobre la importancia del
vidrio arqueológico, que merece ser considerado en futuras investigaciones a
partir de las cuales se avance en la construcción de una tipología propia para
este material.
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Referencias
Almaguer Rosales, G., y G. Arteaga Márquez
2010 El vidrio arqueológico: una propuesta metodológica de análisis y
conservación. Tesis de licenciatura, Escuela Nacional de Antropología e
Historia, INAH, México.
López Ignacio, A. P.
2000 El vidrio como elemento arqueológico en dos lugares de la Ciudad de
México (Antiguo Estanco de Tabaco y ex Convento de la Encarnación). Tesis
de licenciatura, Escuela Nacional de Antropología e Historia, INAH, México.
Nieto Estrada, E. J.
1996 Reconstrucción de una cantina porfiriana en el ex Convento
Hospitalario de Betlehemitas: una propuesta metodológica de análisis para
botellas de vidrio. Tesis de licenciatura, Escuela Nacional de Antropología e
Historia, INAH, México.
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