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ADICCIONES (2002), VOL. 14, SUPL. 1 221 Patología familiar y violencia doméstica GARCÍA MÁS, M. P. Socióloga. Vocal de Socidrogalcohol. Enviar correspondencia a: Mary-Pepa García Más. Paseo del Pinar, 43, Bloque 20, 2º derecha. 28230 Madrid. España. Telf. 91 5688626. E-mail: [email protected] RESUMEN Se abordan las relaciones disfuncionales y psicopa- tológicas nacidas como consecuencia de un consumo excesivo de alcohol por alguno de los miembros de la unidad familiar, su incidencia en los malos tratos, incluidos los aspectos referentes a los hijos de alcohó- licos, a través de la literatura científica nacional o inter- nacional y de investigaciones empíricas de carácter descriptivo. En este sentido, los datos publicados rati- fican la relevancia otorgada a la estrecha relación entre el consumo de alcohol y los desajustes familiares independientemente de quien sea el enfermo alcohó- lico. Se constata la existencia de porcentajes muy sig- nificativos de víctimas de malos tratos que atribuyen el consumo abusivo de alcohol de sus parejas, como la causa principal de sus conductas violentas. A pesar de la importancia que reviste la influencia de los antecedentes familiares de alcoholismo y malos tratos en los hijos de alcohólicos con las lógi- cas repercusiones en los factores psicopatológicos, inseguridad, ansiedad y fracaso escolar, las investiga- ciones más recientes reflejan una fuerte controversia sobre las consecuencias hereditarias de la ingesta de bebidas alcohólicas. Las acciones a fomentar en mayor medida, se centran en la capacidad educativa de los padres y el modo de educar, de manera que se refuerce el alcance de los factores de protección de los hijos ante la predisposición genética y mimetismo de la dependencia etílica de alguno de sus progenito- res, defendiendo la transmisión ambiental y educacio- nal en el hecho de beber de su descendencia, y en el retraso de la edad de iniciación. Palabras clave: Familia, alcohol, hijos, alcoholismo, violencia doméstica, prevención. SUMMARY This article approaches the psychopathologist and dysfunctional relations derived from the excessive alcohol consumption by some members of the family, its incidence in the domestic violence, including the aspects related to the children of alcoholics through the national and international scientific literature, as well as descriptive and empiric researches in this field. In this sense, the data published confirm the close relationship existing between alcohol consumption and family disorders, regardless of who is the person suffering alcoholism. Evidence show that a significant percentage of victims of domestic violence associate this kind of conduct of their partners with heavy alcohol consumption. Notwithstanding the fact that the alcoholic and domestic violence family background of the children of an alcoholic is directly associated with potentially serious psychopathologic factors as insecurity, anxiety disorders and failure in school, recent researches show a strong controversy regarding the hereditary consequences that may arise as a result of an excessive alcohol abuse. The measures taken should focus on the parents educational capacity as well as on the way they educate their children, in order to reinforce the children protectionism factors with regard to the genetic predisposition and mimicry of dependency to alcohol of some of their progenitors, defending the environmental and educational transmission in the fact of being brought up in an alcoholic household, and in the retard of the initiation age. Key words: Family, alcohol, children, alcoholism, domestic violence, prevention.

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  • ADICCIONES (2002), VOL. 14, SUPL. 1 221

    Patologa familiar y violencia domstica

    GARCA MS, M. P.

    Sociloga. Vocal de Socidrogalcohol.

    Enviar correspondencia a: Mary-Pepa Garca Ms. Paseo del Pinar, 43, Bloque 20, 2 derecha. 28230 Madrid. Espaa.Telf. 91 5688626. E-mail: [email protected]

    RESUMEN

    Se abordan las relaciones disfuncionales y psicopa-tolgicas nacidas como consecuencia de un consumoexcesivo de alcohol por alguno de los miembros de launidad familiar, su incidencia en los malos tratos,incluidos los aspectos referentes a los hijos de alcoh-licos, a travs de la literatura cientfica nacional o inter-nacional y de investigaciones empricas de carcterdescriptivo. En este sentido, los datos publicados rati-fican la relevancia otorgada a la estrecha relacin entreel consumo de alcohol y los desajustes familiaresindependientemente de quien sea el enfermo alcoh-lico. Se constata la existencia de porcentajes muy sig-nificativos de vctimas de malos tratos que atribuyenel consumo abusivo de alcohol de sus parejas, comola causa principal de sus conductas violentas.

    A pesar de la importancia que reviste la influenciade los antecedentes familiares de alcoholismo ymalos tratos en los hijos de alcohlicos con las lgi-cas repercusiones en los factores psicopatolgicos,inseguridad, ansiedad y fracaso escolar, las investiga-ciones ms recientes reflejan una fuerte controversiasobre las consecuencias hereditarias de la ingesta debebidas alcohlicas. Las acciones a fomentar enmayor medida, se centran en la capacidad educativade los padres y el modo de educar, de manera que serefuerce el alcance de los factores de proteccin delos hijos ante la predisposicin gentica y mimetismode la dependencia etlica de alguno de sus progenito-res, defendiendo la transmisin ambiental y educacio-nal en el hecho de beber de su descendencia, y en elretraso de la edad de iniciacin.

    Palabras clave: Familia, alcohol, hijos, alcoholismo,violencia domstica, prevencin.

    SUMMARY

    This article approaches the psychopathologist anddysfunctional relations derived from the excessivealcohol consumption by some members of the family,its incidence in the domestic violence, including theaspects related to the children of alcoholics throughthe national and international scientific literature, aswell as descriptive and empiric researches in thisfield. In this sense, the data published confirm theclose relationship existing between alcoholconsumption and family disorders, regardless of whois the person suffering alcoholism. Evidence showthat a significant percentage of victims of domesticviolence associate this kind of conduct of theirpartners with heavy alcohol consumption.Notwithstanding the fact that the alcoholic anddomestic violence family background of the childrenof an alcoholic is directly associated with potentiallyserious psychopathologic factors as insecurity,anxiety disorders and failure in school, recentresearches show a strong controversy regarding thehereditary consequences that may arise as a result ofan excessive alcohol abuse. The measures takenshould focus on the parents educational capacity aswell as on the way they educate their children, inorder to reinforce the children protectionism factorswith regard to the genetic predisposition and mimicryof dependency to alcohol of some of theirprogenitors, defending the environmental andeducational transmission in the fact of being broughtup in an alcoholic household, and in the retard of theinitiation age.

    Key words: Family, alcohol, children, alcoholism,domestic violence, prevention.

  • INTRODUCCIN

    Conocer el nivel de evolucin de la pro-blemtica familiar en casos con algnmiembro alcohlico y sus repercusio-nes en la descendencia, as como el grado deincidencia del abuso de alcohol en la violenciadomstica, se ha convertido en la actualidaden una necesidad imprescindible para llevar acabo polticas preventivas sobre la materia.Entran en juego factores de riesgo de ndolecultural, asistencial y jurdico relacionadoscon la conducta de los individuos agresores,al depender el consumo de alcohol no slode la influencia de su entorno social msinmediato, sino tambin de la permisividadsocial del acto de beber y del sistema devalores de la sociedad donde estn inmersos.

    Alrededor del alcohol se han ido creandofalsas creencias que a menudo han facilitadosu consumo. Algunas estn tan arraigadas enla mentalidad general que han pasado a for-mar parte de nuestra cultura popular. La cul-tura del alcohol se transmite en las creenciassociales que se introducen en el proceso desocializacin. Antes de beber ya se tienenunas ideas preconcebidas y estructuradasacerca de sus efectos. En concreto, esperar apriori del alcohol ms efectos positivos quenegativos, va a ser uno de los factores quedesencadenar el inicio de su dependencia.Los tpicos no hacen sino aumentar su con-sumo.

    El anlisis de las directrices vertidas en elInforme de la Direccin General V de la Comi-sin Europea expuesto por Garca Barrachina(1), muestra las conclusiones de diversosautores (2) acerca de la existencia de trestipos de conductas que pueden desencade-nar aspectos negativos para el bebedor y sufamilia: la intoxicacin, el consumo excesivoregular y la dependencia en sentido estricto,matizando paralelamente las repercusionesdel consumo de bebidas alcohlicas en dis-tintos pases. As encontramos en los pasesnrdicos, la prevalencia de las intoxicacionesagudas; y el consumo abusivo y prolongadode alcohol, en Francia y Espaa.

    En Espaa, Ortiz Gonzlez (3) realiz en1997 un informe para la Oficina del Defensordel Pueblo en el que se pona de manifiesto,cmo la mitad de las vctimas de malos tra-tos atribuan al alcohol, la causa principal de laviolencia sufrida, seguida por las otras drogaso la combinacin de ambas, a las que se unael carcter violento del agresor, manifestadoen uno de cada diez casos denunciados.

    Resultados que junto a los obtenidos en lainvestigacin Evolucin e intervencin en laviolencia familiar y alcoholismo (4) aplicada amujeres residentes en los centros de acogida(N=354) y a las que acuden a las asociacio-nes de ex alcohlicos rehabilitados (N=185),rompen el estereotipo establecido sobre elbinomio violencia-personalidad agresiva, alpermitir poner de relieve, la existencia de unnmero mayor de parejas de las mujeres vc-timas de malos tratos residentes en los cen-tros de acogida, a quienes se les atribua suconsumo abusivo de alcohol como la causaprincipal de sus conductas violentas. Frente alo anterior, se detect un porcentaje minorita-rio de varones, a quienes por el contrario, seles atribuy la personalidad violenta, como elmotivo de las agresiones hacia sus parejas.

    Aun as, debido a la complejidad de lassituaciones de violencia, existen casos en losque estas conductas se producen en proge-nitores o parejas consuman o no bebidasalcohlicas. Estos datos confirman la presen-cia de cnyuges o compaeros sentimenta-les rehabilitados, es decir, que han dejado debeber; y que mantienen reiteradas conductasviolentas hacia sus mujeres, y en mayormedida, cuando sus convivientes son abste-mios. En estos ex-alcohlicos prevalece sucarcter violento, derivado de patologas psi-quitricas fundamentadas en una marcadafalta de confianza en s mismos y, con menorfrecuencia, en sntomas depresivos o trastor-nos de ansiedad.

    En el caso de admitir la existencia de ante-cedentes de malos tratos o alcoholismo, seconfirma por parte de las mujeres de los doscolectivos entrevistados, el protagonismo dela figura paterna como la persona que en sufamilia de origen beba en exceso, principal-

    Patologa familiar y violencia domstica222

  • mente, en mujeres residentes en los centrosde acogida pertenecientes a cohortes deedad intermedia, de 35 a 45 aos. Cuandohan padecido malos tratos, sus edades osci-lan entre los 25 a 35 aos. Colectivo ste lti-mo que une a la figura de un padre alcohli-co, la presencia de un marido o ex maridocon graves episodios de embriaguez.

    De esta manera queda patente el abuso depoder en el entorno familiar ms prximo dela mujer as como la estrecha relacin entre lapresencia de un padre violento o alcohlico,con la habituacin de conductas agresivas y elconsumo de alcohol, por parte de su pareja enla familia creada. Aunque no en todos loscasos, se refleja un comportamiento similaral del padre, en el marido o compaero.

    La gravedad de los problemas familiares seintensifica cuando se da en el hogar, unadependencia a las bebidas alcohlicas porparte de ambos cnyuges. La mayora deestos casos proceden de las mujeres entre-vistadas en las asociaciones de ex alcohli-cos rehabilitados, quienes apuntan como unode los motivos ms sealados por el que suscnyuges o compaeros iniciaron las conduc-tas violentas, su propio consumo con valorescuantitativos similares a los de sus parejas.

    En este sentido, gracias a los datos publi-cados en la literatura internacional, por Per-manen (5) y Roizen et al (6) entre otros, se hapodido apreciar la relevancia otorgada al con-sumo de alcohol por parte de uno o amboscnyuges como factor de vulnerabilidad rela-cionado con la violencia domstica.

    Estudios de carcter epidemiolgico comolos de Brown (7) y Wetzel (8) sobre la patolo-ga psiquitrica femenina pusieron en eviden-cia, que, en la mayora de los casos, las muje-res de enfermos alcohlicos suelen llegar alconsumo excesivo de bebidas alcohlicascomo modo de afrontar situaciones conflicti-vas y abusos fsicos y psicolgicos. Todo ellounido a la aparicin de trastornos depresivosy de ansiedad, baja estima y sentimientos deculpabilidad por la adiccin de sus parejas. Lamujer del enfermo alcohlico, se encuentrabajo una gran presin psicolgica facilitadorade dichos trastornos por los que segn Bour-

    geois et al (9) utiliza el alcohol como unmedio de control del consumo de su maridoo compaero.

    Este indicador ha sido definido como unode los principales factores de riesgo por pro-fesionales como Lloret Irles (10), que apuntala existencia de multitud de casos en los quela dependencia a las bebidas alcohlicas dealguno de los cnyuges est mediatizada porla conducta del otro, por las actitudes quegenera, por las contingencias que emplea opor las circunstancias que los rodea. En estesentido seala que el alcoholismo, no slodebe ser considerado una enfermedad por elriesgo que supone para quien la padece, sinocomo situacin de conflicto y victimacinpara quienes conviven con el afectado, esen-cialmente, su pareja.

    En Espaa, un trabajo retrospectivo deAvila (11) con mujeres que fueron atendidasen la Unidad de Alcoholismo y Toxicomanasde Salamanca entre 1985 y 1986, pona derelieve cmo entre las manifestaciones clni-cas tanto somticas, familiares y socialesderivadas de un consumo excesivo de alco-hol destacaban las pertenecientes al ambien-te familiar. Era significativo que las mujeresque padecieron deprivacin familiar en lainfancia as como las que estaban casadascon un enfermo mental, presentaran unamayor precocidad en el inicio de la dependen-cia etlica. Adems, las mujeres que poseanpadres con antecedentes psquicos, iniciaronmuy jvenes el consumo de alcohol al igualque las que tenan antecedentes psicopatol-gicos personales y estaban casadas con mari-dos alcohlicos, con ms de la cuarta partede casos relacionados con malos tratos.

    Anlisis epidemiolgicos y revisiones dehistoriales de accidentes y de pacientesingresados en los servicios de urgencia reali-zados por Holt (12) y Permanen (13) coincid-an en sealar un elevado porcentaje de vio-lencia familiar estrechamente relacionada conla dependencia alcohlica.

    De la misma manera, los datos obtenidosde una investigacin de Welleman (14) sobreel alcoholismo femenino permitieron demos-trar que ms de un tercio de alcohlicos en

    Garca Ms, M. P. 223

  • tratamiento opinaban que los conflictos en elmatrimonio representaban uno de los princi-pales problemas que causa la bebida. As seevidencia la estrecha relacin entre la disocia-cin familiar motivada por el consumo de alco-hol con los desajustes conyugales, indepen-dientemente de quien sea el enfermoalcohlico. La incertidumbre y los sntomas deansiedad, son una constante en las relacionesfamiliares, precisamente, por la imprevisibili-dad de la conducta del cnyuge bebedor.

    Los ataques de violencia y agresividad, enun nmero considerable de casos respondena mecanismo de liberacin provocados poruna embriaguez crnica. De acuerdo con estahiptesis, el alcohol debilita los mecanismoscerebrales o facilita las conductas impulsivas,incluidos los malos tratos. En este sentido,Santo Domingo (15), indicaba que la violenciarelacionada con el alcohol se produce en sumayor parte a travs de la patologa psiqui-trica y las alteraciones directas o indirectasque sta produce.

    As mismo, un estudio descriptivo transver-sal realizado por Martn Centeno (16), relativoa conductas violentas y trastornos de perso-nalidad en pacientes alcohlicos, sealaba lafrecuente asociacin a la dependencia etlicaen un 90%, y a la violencia familiar en un81% de los casos. La mitad de la muestrareconoca haber ejercido violencia fsica enalguna ocasin contra algn familiar, con unaprevalencia de trastornos de personalidadasociados de un 20%. As llegamos a la con-clusin de que en la mayora de los pacientesalcohlicos existen conductas violentas cen-tradas en el mbito familiar y que en un 30%de casos stas llegan a ser extremadamenteagresivas. Segn el tipo de violencia, un 27%reconoca la existencia de abusos fsicos fren-te a un 90% de agresiones verbales queinclua la violencia psicolgica con un porcen-taje del 40%. La prevalencia de trastornos depersonalidad asociados constitua el 20%.

    En esta misma lnea de anlisis, Sarausa(17) con datos del Servicio de Violencia Fami-liar del Pas Vasco, apreci cmo las mujeresque asistieron a tratamiento haban sufridoindistintamente agresiones fsicas y psicol-

    gicas en forma de insultos, humillaciones etc,que son en opinin de estos autores mscrueles y negativas, sobre todo, si se tieneen cuenta la duracin de estas conductas, ini-ciadas normalmente en la poca del noviazgoo en el primer ao de matrimonio y que seprolongan en la mayora de las ocasionesdurante ms de cinco aos.

    La relevancia que reviste la violencia psico-lgica ha sido sealada por Luna Maldonado(18), llamando la atencin sobre el hecho deque, actualmente, hay una tendencia a redu-cir el problema de la violencia slo a su formafsica, es decir, a los malos tratos de obra,olvidando que en la mayora de los casos,existe una violencia psquica que puede ejer-cerse, y de hecho se ejerce, de forma previa,y cuya importancia es capital en la gnesis yen el desencadenamiento de las situacioneslmite.

    Ambas aportaciones son coincidentes conlos resultados obtenidos de la encuesta decarcter emprico descriptivo anteriormentemencionada Evaluacin e intervencin en laviolencia familiar y alcoholismo (4), donde sepudo comprobar cmo la violencia fsica seproduca en mayor medida en las mujeresvctimas de malos tratos residentes en elmomento de realizar las entrevistas en loscentros de acogida, y la violencia psicolgica,en las entrevistadas en las asociaciones deex alcohlicos rehabilitados.

    La violencia familiar en el mbito jurdico seha tratado como una manifestacin ms de ladiferencia por gnero en las sentencias delos jueces en juzgados o tribunales. En ellosse solicitan eximentes de responsabilidadtotal o parcial, basadas en la consideracindel agresor como un enfermo con anomalaspsquicas, celopatas o sntomas depresivosrelacionados, en mayor o menor medida, conuna intoxicacin etlica ocasional, habitual ocrnica. Esta indefensin de la vctima o vcti-mas ha provocado sentimientos de fracasoante el sistema judicial en los casos de malostratos. Hay que tener en cuenta que, si bienes cierto que, los efectos negativos derivadosde los malos tratos no se solucionan exclusi-vamente con medidas jurdicas, la violencia

    Patologa familiar y violencia domstica224

  • familiar no puede ser considerada como unfenmeno aislado sino relacionada con otrosfactores de riesgo, entre ellos, la incidenciade los episodios de intoxicacin etlica de susparejas.

    Respecto a este tema, un estudio porme-norizado de carcter epidemiolgico realizadopor Roizen (19) constataba el consumo dealcohol en el momento de la agresin envarones violentos, observando que ademsde otros delitos, un 57% de hombres y un27% de mujeres, estaban implicados enagresiones maritales. Maika, (20) en un an-lisis relativo a la influencia de la ingesta debebidas alcohlicas en el medio judicial,pudieron demostrar que el alcohol se hallabapresente en una quinta parte de la totalidadde los delitos

    Un anlisis de procedimientos judiciales enla provincia de Barcelona realizado por Labar-ta (21) permiti conocer cmo la mitad de losdelitos que atentan contra la vida se cometenen el mbito domstico con una proporcinde hombres que matan a sus parejas de un90%, frente a un 10% de mujeres. Sinembargo, no siempre se asume plenamentela relacin entre el consumo abusivo de alco-hol y los malos tratos, como es el caso de unestudio de Durn (22) denominado Res-puesta Penal a la Violencia Familiar para laAsociacin de Mujeres Juristas Themis queindicaba que el alcoholismo o la drogadiccin,se daba en una de cada cinco agresiones.

    Es cierto, que cientficamente no puedeafirmarse que exista un modelo nico de con-sumo para todos los individuos que incida dela misma manera en el mbito familiar, inclui-dos los malos tratos. El alcohol puede incre-mentar el riesgo de las conductas violentasslo en ciertos sujetos o subpoblaciones,bajo ciertas circunstancias e influenciassociales y culturales, y a su vez, la agresivi-dad y la violencia pueden contribuir al abusodel alcohol.

    Por ello, ante la multiplicidad de los facto-res intervinientes, ningn principio causativoindividual puede interpretarse como vlido. Eldeterioro sufrido por el consumo de alcoholen el proceso de socializacin, puede, a su

    vez, conducir a la variacin de las conductassociales provocando una reaccin excesiva ydesproporcionada a una amenaza percibida.Aun as, no es fcil conocer el nmero defamilias y miembros del hogar que sufrendependencia a las bebidas alcohlicas, debi-do a la tendencia generalizada de ocultacinde los efectos negativos relacionados con elalcoholismo familiar para, segn Garca Barra-china (1), promover en consecuencia, loscambios que puedan darse para que unafamilia considere que representa un proble-ma, unido a las dificultades para recoger unainformacin fiable y rigurosa sobre dicha pro-blemtica.

    Muchos son los profesionales que apuntanla importancia de las variables socio-ambien-tales entre los factores de riesgo, esencial-mente, en lo referente a las alteraciones deconducta y trastornos afectivos. En la dcadade los aos 90, estudios de carcter experi-mental realizados por Bushman (23), Taylor(24) y Pihl (25), confirman estas puntualiza-ciones y ponen de manifiesto que el alcoholincrementa la agresividad y las conductas vio-lentas, asumiendo de igual forma, la influen-cia de los factores personales, sociales yambientales en su aparicin. Una falta decontrol del individuo producido por un consu-mo abusivo de alcohol, segn opinin de Gis-tafson (26), puede provocar impulsos violen-tos, una errnea interpretacin de loshechos y en consecuencia, el riesgo de exis-tir conductas violentas.

    Los resultados ambivalentes obtenidos enlos ltimos aos de otros numerosos estu-dios, llevan a pensar que la intoxicacin etlicade forma aislada no tiene porqu causarnecesariamente violencia. Por ello es precisoabordar otra clase de investigaciones, en lasque los efectos directos del alcohol puedanser comparados con otros factores de ries-go y sus posibles repercusiones sobre lascausas de la agresin debido a que en elfenmeno de la violencia domstica o malostratos, intervienen diversidad de variables yfactores sociales y familiares. Todos ellosinfluyen e inciden de una u otra manera enlos niveles de conducta segn sea el

    Garca Ms, M. P. 225

  • momento y el lugar, las distintas circunstan-cias, la pertenencia a un grupo u otro y lasexpectativas sociales y culturales de cadacontexto social, adems de los efectos quecada individuo piense a priori que le puedeofrecer su consumo.

    INFLUENCIA DEL ALCOHOL EN LA PRO-BLEMTICA FAMILIAR

    Frente la diversidad de conflictos que apa-recen en la relacin familiar, en el anlisis delas repercusiones del alcoholismo, cobra unagran importancia la distincin entre la familiade origen y la creada.

    Una de las caractersticas de la familia deorigen es la difcil separacin entre los efec-tos causados por una posible personalidadanmala o, exclusivamente, por el hbitoalcohlico. En este aspecto, hay que tener encuenta, la tendencia del alcohlico a atribuirsu conducta al ambiente que le rodea y pro-yectar sus conflictos en las dems personaspresentando una gran precocidad de habitua-cin al consumo de bebidas alcohlicas.

    Dentro de la familia creada, los enfermosalcohlicos atribuyen mayoritariamente suhbito a las difciles relaciones en su hogar.Sin embargo, esta afirmacin corresponde aun falso estereotipo, ya que al producirsegeneralmente el alcoholismo de su parejacon anterioridad al matrimonio, en escasasocasiones, la esposa suele ser la causa de laadiccin. Por el contrario, su patologa serams bien de tipo neurtico y precisara trata-miento. Hay que buscar en el propio individuosu falta de adaptacin, que en definitiva, es laque dificulta conseguir el sostenimiento eco-nmico de la familia sin recurrir al alcohol.

    Estudios como los de Steinglass (27) referi-dos a la familia alcohlica desde una orienta-cin sistmica, confirman que el estrs queacompaa al alcoholismo, se extiende deforma uniforme a toda la familia, en lugar delimitarse a la persona que bebe o al cnyugeno alcohlico. De forma paralela, consideranque determinar el grado de esta repercusin

    no es tan simple, al depender bsicamentede dos factores: la pauta del consumo de labebida, y de la vulnerabilidad de la familia.

    Un anlisis pormenorizado realizado porAubrin (28), expona una clasificacin de lapersonalidad de cada uno de los cnyugessegn el rol que ejercen en un ambientedonde se detecta un enfermo alcohlico.Entre ellos defina al denominado cnyugeinductor, quien con distintas estrategias faci-lita la conducta de abuso de alcohol en supareja. Opuesto a este compaero emocionalse encuentra el cnyuge tipo o cnyugecolaborador dispuesto a trabajar con elespecialista para contribuir a la resolucin dela dependencia. A estos aade una definicinde subtipos como el cnyuge condicionado,que representa en la mayora de las ocasio-nes a una mujer, que adopta el papel de justi-ficadora que disculpa, y se adapta a la situa-cin sin plantear crisis o cambios. Tambinexiste el cnyuge inadaptado, cnyugemasoquista o cnyuge beneficiario, defini-do ste ltimo como la persona que no pre-senta oposicin al consumo de alcohol de lapareja, por una serie de motivos personalesque implican un beneficio propio, ya sea ladominacin de la pareja o como medio dealejarlo del funcionamiento familiar.

    Segn Lloret Irles (10) ello quiere decir queel tipo de relaciones que se establecen enuna pareja cuando aparece un problema deadiccin, en este caso el alcoholismo, soncomplejas, aunque dentro de la red de facto-res que conforman la etiologa de una toxico-mana, la familia sea posiblemente uno de lospilares ms importantes.

    Una revisin de publicaciones de literaturacientfica internacional de diferentes autores,recogidas por Gmez Sanabria (29) ha mos-trado desde la teora de la codependencia, lasrepercusiones de la adiccin en cada uno delos miembros de la unidad familiar. En estesentido, Wegscheider-Cruese (30) en 1984afirma que se trata de una enfermedad pri-maria que una vez desencadenada sigue sucurso y afecta a cada miembro de la familiaen cuanto que intentan adaptarse a un siste-

    Patologa familiar y violencia domstica226

  • ma familiar enfermo, cuyo objetivo es prote-ger y facilitar las cosas al adicto.

    Tales repercusiones, fueron asimismo defi-nidas por Subby (31) como un mecanismodesarrollado a partir de una prolongada expo-sicin de la dependencia alcohlica unida aun conjunto de reglas represivas que previe-nen la manifestacin abierta de sentimientosy la discusin directa de los problemas perso-nales e interpersonales. En 1986 Cermack(32) seala un trastorno de personalidad pre-vio padecido por algn o algunos de losmiembros de la familia en interaccin con laadiccin. Se trata de un trastorno facilitadorde la adiccin, provocado y mantenido por laconducta del adicto.

    Gmez Sanabria (29) verifica que la pre-sencia de una persona adicta en el senofamiliar aporta a los dems miembros unconjunto de dificultades que, en el mejor delos casos, conlleva una prdida de calidad devida. De forma paralela, sealan que estadefinicin se suele convertir en un eufemis-mo al constituir la familia, el grupo socialsobre quien recae directamente las conse-cuencias ms negativas, que no slo abarcanaspectos econmicos y sociales, sino que seextiende a los mbitos de la salud psquica yfsica de cada uno de sus miembros no dro-gadictos.

    Ello no significa que desaparezcan las rela-ciones afectivas entre sus miembros. A pesarde la crisis de la familia actual, es un hechodemostrado, que sta representa uno de losvalores afectivos ms preciados por la juven-tud debido a una mayor tolerancia paterna.No obstante, tambin es cierto, que cuandohay un enfermo alcohlico, se deteriora lacalidad de la vida familiar. Por esta razn esfrecuente que se d el fenmeno de la dis-gregacin familiar debida a que el alcohlicojuega un papel determinante al ser la causa,por un lado, de fallos en los dos cnyuges ypor otro, de provocar un rechazo del hogarpor parte de los hijos, as como una actitudantipadre o padres en la adolescencia.

    Actualmente est suficientemente demos-trado que una de las primeras implicacionesnegativas que plantea la presencia de un

    enfermo alcohlico son los desajustes fami-liares. Multitud de trabajos indican las gravesrepercusiones econmicas y laborales deriva-das de la dependencia alcohlica en el mbi-to privado del hogar. Garca Prieto (33) sealaigualmente que el alcoholismo paterno, pro-duce desestructuracin familiar, un bajo nivelsocioeconmico o situaciones de margina-cin.

    Santo Domingo (15), dentro del marcogeneral de la violencia, defina la dependenciaalcohlica en la familia como un elementoperturbador en la relacin de las parejas ydems miembros familiares. Especialmentecuando la dependencia se refiere al cabezade familia, pues acarrea adems de las lgi-cas alteraciones en la dinmica familiar, laprdida del puesto de trabajo o disminucinde la categora laboral.

    En el estudio denominado Evaluacin eintervencin en la violencia familiar y alcoho-lismo, (4) se pudo comprobar como entre losmotivos principales de las agresiones seencuentran los constantes desajustes familia-res. En el caso de un progenitor alcohlicoson debidos a una marcada falta de confianzaen s mismo que conlleva otros factores deriesgo como pueden ser las dificultades eco-nmicas y laborales derivadas de la prdidadel empleo y la desvalorizacin profesional.Este perfil se da en mayor medida, en muje-res de las generaciones ms jvenes residen-tes en los centros de acogida. En estoscasos se observa una estrecha relacin entreel aumento de la edad y la mayor influenciade los factores psicopatolgicos en los que eluso abusivo de alcohol y la salud mental ocu-pan un lugar relevante, con un incrementoparalelo de ese sentimiento de desconfianzahacia s mismos y el nivel de consumo.

    Es en este preciso momento cuando tienelugar la tendencia hacia conductas anmalascausadas por la inmadurez afectiva de loshijos estrechamente relacionada con la degra-dacin general familiar, y descenso del statussocioeconmico y de la calidad de vida, queincluye el nivel cultural y laboral.

    De tal modo que la prctica clnica diariarelacionada con el alcoholismo pone de relie-

    Garca Ms, M. P. 227

  • ve que, en multitud de casos, estas afirma-ciones responden a ideas preconcebidas yprejuicios que se han venido arrastrandodesde los primeros estudios clnicos, ya queel papel de cualquiera de los dos cnyugespuede ser fundamental en el mantenimientodel problema.

    En definitiva, la gran capacidad de la familiacomo contexto social primario del individuose demuestra en publicaciones recientesespaolas. Lloret Irles (10) la define como elelemento central ms importante tanto en lainteraccin como en la prevencin del consu-mo de drogas. Segn este autor dejandoaparte los factores genticos, los procesosde socializacin familiar son importantes alconstituir la base de predisponentes talescomo las actitudes, la personalidad, el auto-concepto, los valores, y en ltima instancia,las habilidades de comunicacin; ya que larelacin entre la familia y el consumo, no selimita a la causalidad ya establecida sino quehay otra vertiente no menos importante quese refiere a la trascendencia de esta patolo-ga en las interacciones familiares y a lasdinmicas relacionales disfuncionales que secrean debido a este problema.

    RELACIONES PARENTALES Y SU INCI-DENCIA EN LOS HIJOS DE ALCOHLI-COS: REACCIN ANTE LOS MALOS TRA-TOS.

    Es un hecho admitido internacionalmenteque a lo largo de los aos se ha venido expe-rimentando una evolucin significativa acercade las repercusiones del consumo de alcoholen la problemtica familiar, donde tradicional-mente, se ha considerado a los hijos de alco-hlicos como un grupo de alto riesgo para eldesarrollo del alcoholismo. Los varones quemuestran episodios de embriaguez habitualsuelen ser nios que han vivido en unambiente familiar con relaciones disfunciona-les o psicopatolgicas nacidas como conse-cuencia de un consumo de alcohol por algu-no de sus miembros.

    En este sentido, a pesar de asumir que losantecedentes familiares de malos tratos yalcoholismo en la familia de origen no debenser considerados como el nico factor deriesgo de futuras conductas adictivas y vio-lentas en la edad adulta, en numerososcasos, las estructuras familiares en las quepredominan las relaciones de abuso de podery la presencia de un progenitor alcohlico,convierten a la mujer y los hijos en grupos deriesgo. Existen mltiples hechos que ponenen evidencia la estrecha relacin entre la vio-lencia domstica y el uso abusivo de bebidasalcohlicas, y las lgicas repercusiones en lossntomas psicopatolgicos de los hijos.

    Un gran nmero de jvenes presentan unuso abusivo de alcohol desde edades muytempranas. Se trata de un aspecto normal-mente asociado a una baja autoestima, pro-blemas familiares, actitudes permisivas hacialas drogas, consumo precoz de alcohol ytabaco, escasa participacin en el grupo deiguales, predisposicin negativa hacia las nor-mas sociales y falta de proyectos vitales,entre otros muchos factores de riesgo.

    La influencia de los antecedentes familia-res derivados de un progenitor alcohlico hasido recogida de forma constante por profe-sionales de reconocido prestigio en la mate-ria. En 1970 Bogani (34) observ la existen-cia de un 50% de hijos residiendo en Valenciaque beba vino, revelando que la presencia deun padre o padres alcohlicos, poda derivaren modificaciones y anomalas en la persona-lidad del nio/a, convirtindoles en bebedo-res incipientes.

    Alba Chica (35) puso de relieve en 1982cmo la presencia de un padre alcohlico enel hogar, converta al nio en asustadizo,temeroso ante sus reacciones, con compor-tamientos incapaces de interpretar, debido aque dentro del normal desarrollo del nio esimportante la imagen que se vaya formandodel padre. La anomala de su comportamien-to le va configurando en su personalidad sen-sacin de inseguridad y ansiedad debido a laausencia de modelos de aprendizaje. Estainmadurez permanente le puede llevar a unposible alcoholismo, no por factores heredita-

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  • rios, sino por la transmisin ambiental e imi-tacin de la conducta de los bebedores.

    Segn estimaciones del socilogo JavierElzo, (36) basadas en los resultados de laencuesta El consumo de drogas en laescuela se puso de relieve que un 9% dejvenes adolescentes eran bebedores excesi-vos, principalmente, los fines de semana,pudindose ratificar, del total de la muestra,un 25% de alcoholismo correspondiente ahijos de alcohlicos. Entre las zonas geogrfi-cas donde se aplicaron las entrevistas, seapreci en jvenes de Baracaldo que un 10%haba tenido que recibir asistencia mdica,destacndose entre los diagnsticos aplica-dos, sntomas depresivos, trastornos deansiedad, problemas conductuales y deaprendizaje.

    Prez Galvez (37) a finales de la dcada delos aos 80 demuestra igualmente la existen-cia de una evidente patologa familiar, en elcaso de existir antecedentes alcohlicos obebedores excesivos, cobrando una especialrelevancia el alcoholismo infantil y juvenil cau-sado por los mecanismos de identificacin.La dependencia etlica de nios y jvenes enmayor o en menor medida es detectada porLlopis Llcer y Camarena (38) tambin en esapoca al comprobar entre ellos, un ndice del40% de antecedentes alcohlicos paternos.

    Garcia Barrachina (1) en su informe sobrepases europeos indica que entre los malostratos que pueden padecer los hijos en unambiente familiar con uno o dos progenitoresalcohlicos, en Holanda un 17% de los abu-sos en nios era producido por el consumoexcesivo de alcohol y este porcentaje ascen-da a un 30% entre los que se encontrabanbajo la tutela de Proteccin de Menores. Loscasos de abusos y abandono de los hijos cau-sados por la dependencia alcohlica, alcanza-ban en Noruega un 60% y en Italia un 50%.En Espaa, en un estudio de Miller (39) publi-cado en 1982 acerca de los efectos perjudi-ciales del alcoholismo en la familia, los abu-sos y abandono de los hijos, descenda a un30%.

    El anlisis de las repercusiones del alcoho-lismo paterno en los hijos permite matizar las

    diferentes secuelas en su vida cotidiana. Poruna parte, alteraciones de comportamiento,stress y sntomas de ansiedad segn Bour-geois (9). Fracaso escolar sealado por FlorezLozano (40) y Alba Chica (35), as como unamayor predisposicin al consumo de alcoholen su vida de adultos apuntada por Daz Hur-tado et al (41). Garca Ms (4) destaca laimportancia de conocer el nivel de reaccinde los hijos ante las frecuentes conductasviolentas hacia la figura materna.

    Brown (7) en un estudio dirigido a analizarla relacin entre los problemas derivados delalcoholismo y la disociacin familiar produci-da por este consumo, en ambientes con unalto desarrollo de dependencia etlica, sealaa este respecto que debido a los cambiosexperimentados en el rol de la pareja, el cn-yuge no alcohlico suele asumir todas lasresponsabilidades, incluso, en algunos casos,ese rol, es desempeado por algn hijo, nor-malmente el primognito.

    Diversos autores entre los que se encuen-tran Bailly et al (42), en un estudio sobre losfactores de vulnerabilidad en las familias dealcohlicos detectaron un 53% de hijos conproblemas de dependencia etlica y un 20%de madres patolgicas frente a un 36% dehijos con ambos progenitores alcohlicos. Seda una mayor incidencia cuando existen ante-cedentes alcohlicos en los dos padres,sobre todo, en los primognitos consumido-res de bebidas alcohlicas. En este caso,Lisansky-Goldberg (43) aaden a los primeroshijos, los intermedios.

    Respecto a esta cuestin existen teorasdefensoras de la familia nuclear frente a lasque abogan por un elevado nmero de hijosque provocara una excesiva competencia y elaumento de las conductas autoritarias, la pr-dida del control parental as como la disminu-cin de la atencin a los hijos.

    Los mismos mecanismos de identificacinanteriormente mencionados fueron detecta-dos en la encuesta sobre Evaluacin e inter-vencin en la violencia familiar y alcoholismo(4) cuyas entrevistas se realizaron en los cen-tros de acogida y en las asociaciones de exalcohlicos rehabilitados. Un 41% de resi-

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  • dentes en centros de acogida para mujeresmaltratadas haba vivido en un ambientefamiliar desestructurado. A pesar de negarinicialmente la existencia de antecedentes demalos tratos y alcoholismo en su familia deorigen, posteriormente admitan la existenciade una mala comunicacin parental, especial-mente, las pertenecientes a las generacionesms jvenes, entre 20 a 35 aos, frente a un56% de mujeres con ms de 45, que por elcontrario, podan recordar relaciones afecti-vas. La percepcin de las relaciones en lafamilia de origen por parte de las mujeresque acudan a las asociaciones de ex alcoh-licos era positiva en un 76% y descenda sen-siblemente quien la recordaba mala, en un13% indiferente, en un 36%.

    Teniendo en cuenta los datos de la encues-ta sobre Los padres y madres ante el consu-mo de alcohol en los jvenes realizada en1998 por la Confederacin Espaola de Aso-ciaciones de Padres de Alumnos, CEAPA(44), el consumo de algn tipo de bebidaalcohlica en los hogares es admitido por un67% de los entrevistados, as como fuera delos mismos por un 73% de los padres ymadres. En aqullos hogares donde existadependencia al alcohol, un 29% de los hijoslo consuman en casa con una media de edadde inicio de 17 aos. No obstante, tres decada diez adolescentes se iniciaron antes delos 15 aos. En el conjunto de los hogaresentrevistados se puso de manifiesto la perte-nencia a ambientes con un alto grado de inte-gracin cultural y social del acto de beber.

    En Espaa, las aportaciones de AlarcnPalacios (45) vienen a confirmar la presenciaen los nios de problemas de aprendizaje, ali-mentacin, falta de sueo, rendimiento esco-lar y ansiedad as como conductas depresi-vas, fobias, manifestaciones psicosomticas,bajos coeficientes de inteligencia e ndicesaltos de neuroticismo. Podemos afirmar quefue una de las primeras profesionales espe-cialista en alcoholismo que llam la atencina finales de la dcada de los aos 80 sobre lainexistencia de programas de atencin queincluyeran a nios y adolescentes. En susestudios pona en evidencia la existencia de

    un 55% de hijos de alcohlicos que, a su vez,presentaba problemas con el alcohol y unapredisposicin mayor hacia la morbilidad psi-quitrica que los hijos de padres no alcohli-cos. En este sentido el Observatorio Europeode Drogas y las Toxicomanas (46) destaca unprograma sueco denominado Humlan (el abe-jorro) basado en la teora que compara a lafamilia con un sistema operativo, de talmanera, que si un miembro de la familia cam-bia, este cambio, afecta a todos los miem-bros familiares, especialmente, a los hijos,manifestando cmo la sociedad y la familiase contemplan bajo un mismo prisma deinterrelacin de responsabilidades en la edu-cacin de los hijos y en el proceso de sociali-zacin.

    Estos resultados fueron muy similares alos obtenidos de un estudio retrospectivo deAnda y colaboradores (47), en el que se con-firmaba la asociacin entre experienciasinfantiles adversas tales como abusos verba-les, fsicos, sexuales, madre maltratada,enfermedades mentales en el hogar, separa-cin de los padres; y el consumo de alcohol yotras drogas. Es significativo que el hbito defumar o el abuso de alcohol de los padres nointerviniera en esta relacin y se apoyara, portanto, ms en la necesidad de dirigir susesfuerzos a las interacciones familiares, queen la toxicomana de los padres.

    Resulta evidente que la mayora de los tras-tornos de los hijos, tiene en mayor o menormedida, una relacin directa o indirecta conel consumo excesivo de bebidas alcohlicasde sus progenitores.

    Debido al progresivo aumento del alcoho-lismo femenino, el sndrome alcohlico fetalse convierte en un acuciante problema desalud pblica cuando se produce el abusocontinuado de alcohol, de difcil deteccinporque el sentimiento de culpa induce a suocultamiento. Dobkin (48) destaca los efec-tos del uso abusivo de alcohol en el embara-zo que, entre otras muchas consecuencias,provoca un menor peso al nacer y un mayorriesgo de muerte post-parto. A ello se unenlas dificultades con las que los hijos debenenfrentarse entre las que destacan la lentitud

    Patologa familiar y violencia domstica230

  • de ideacin, la falta de retencin y de un ade-cuado desarrollo intelectual, los bajos coefi-cientes de inteligencia, el alto ndice de fraca-so escolar por la rigidez de nuestro sistemaeducativo y la disciplina intelectual exigida,as como el retraso en el desarrollo fsico ycognitivo, trastornos neurolgicos y malfor-maciones faciales, y un mayor riesgo de sufrirdiscapacidades en el aprendizaje y otras alte-raciones de la conducta. El Royal College ofObstetricians & Gynecologists (49) en unapublicacin de 1996 considera, no obstante,que no todos los trastornos son fciles dedetectar en el momento del nacimiento yaque pueden confundirse con otros problemasde salud. Por otra parte, se ha demostrado lafacilidad de estos nios para sentirse heridospor la crtica de otros, el bloqueo de su emo-tividad y el aumento de su susceptibilidadante terceros.

    El Observatorio Europeo de Drogas y lasToxicomanas (50) en anlisis realizados alargo plazo en casos de nios expuestos alabuso de sustancias ilegales en fase intraute-rina indicaba que sus efectos sobre el des-arrollo de los nios, tiene una duracin relati-vamente breve, hasta los 7 aos de edad, yson reversibles, sin presentar predisposicinalguna posterior al abuso de dichas sustan-cias contrariamente a las consecuencias delabuso prenatal de alcohol.

    Actualmente, existe cada vez una mayorcontroversia sobre las consecuencias heredi-tarias de la ingesta de bebidas alcohlicas.Numerosos autores apuntan la gran significa-cin de las variables socioambientales comofactores de riesgo entre las que cobran unaespecial relevancia la permisividad social, lapublicidad, la apologa del alcohol vertida enlos medios de comunicacin y la facilidad desu adquisicin por su bajo nivel de costo.Insistimos por tanto, que en el momentoactual, no sera correcto seguir asociando deforma directa el alcoholismo paterno con losdiferentes trastornos en los hijos de alcohli-cos. Podemos concluir junto con Burk (51)que no todos los nios de padres alcohlicosestn predispuestos a padecer esta clase detrastornos.

    En el Programa Alfil (41), desarrolladodesde 1997 y realizado simultneamente enocho centros de atencin de drogodependen-cias en Espaa se demostr que no todoslos hijos de padres alcohlicos sufren nece-sariamente graves repercusiones fsicas ypsquicas que precisen atencin teraputica.Igualmente se llega a la conclusin de lanecesidad de ser extremadamente cautos ycuidadosos evitando el fcil etiquetado queviene a perpetuar el estigma social que tradi-cionalmente rodea a los enfermos alcohli-cos, y sobre todo, el alarmismo que provocaeste tema en la sociedad.

    Teniendo en cuenta globalmente las inves-tigaciones internacionales ms recientes res-pecto al punto anterior, en una primera lectu-ra presentan un panorama contradictorio.Aun as, no dejan de reflejar que no debe pre-suponerse que las drogodependencias con-llevan automticamente una disminucin dela capacidad de ejercer adecuadamente lasfunciones parentales o que el desarrollo delos nios resulta necesariamente afectado deforma desfavorable por la drogadiccin paren-tal, causa de bloqueo de su emotividad.

    Universalmente est aceptado el protago-nismo de la familia de origen como clulasocializadora al incidir en la personalidad delos hijos mediante un sistema de valoresestablecido, en los que la relacin con la figu-ra paterna o materna por la identificacinparental, es uno de los factores ms signifi-cativos para su desarrollo. Superar esas defi-ciencias socializadoras constituye el papeleducativo principal de la familia y la escuela,siendo conscientes de que el uso abusivo dealcohol dificulta el pleno desarrollo de loshijos. La capacidad de evitar el alcohol y otrassustancias, no est slo en la cantidad deinformacin sino tambin en una educacindirigida a alcanzar un nivel adecuado de auto-noma personal, madurez crtica e intelectual,capacidad afectiva y autoestima.

    Por ltimo, la literatura cientfica poneespecial nfasis y aade un punto ms dereflexin en la necesidad de conocer hastaqu punto los padres se han ocupado de loshijos cuando estos tenan dificultades o han

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  • estado cerca de ellos, logrando ser adultoscercanos y positivos. Es evidente que la edu-cacin tiene como meta conseguir que no seproduzca el consumo abusivo de bebidasalcohlicas o, al menos, conseguir la reduc-cin de sus posibles efectos perjudiciales y elretraso de la edad de inicio.

    En este punto, el protagonismo de la fami-lia en la educacin ante el alcohol y otras dro-gas, resulta fundamental por ejercer comomediadora entre la cultura escolar y su entor-no social. Hay que tener presente que es elprimer grupo de referencia unido al de losamigos y, por tanto, elemento primario desocializacin del nio que viene indefenso, alcarecer de referencia de otros modelos deconducta. Por ello, interesa analizar dentro dela familia alcohlica de origen, la causa del ini-cio del consumo.

    A partir de este enfoque, los padres seconvierten en agentes preventivos al poderincidir en los factores que dependen de laoferta de consumo y actuar como miembrosdel grupo social pero, primordialmente, en loreferente a la prevencin del inicio del consu-mo de alcohol de sus hijos a travs de suintervencin en el ambiente familiar dondevan a ser los mximos protagonistas.

    Por todo ello, las acciones a fomentar enmayor medida se centran en la capacidadeducativa de los padres y en el modo de edu-car, de manera que se refuerce el alcance delos factores de proteccin de los hijos ante lapredisposicin gentica y mimetismo de ladependencia etlica de alguno de sus progeni-tores.

    Autores como Bourgeois et al (9) y Wilson(52), en relacin con lo anterior afirman queuna forma relevante de malos tratos a loshijos puede ser la existencia de una insufi-ciencia afectiva y educativa, mediante elabandono, las escasas actividades conjuntas,ausencia real o virtual de uno de los progeni-tores que conlleva serios problemas de iden-tificacin del nio y adolescente.

    En lneas generales, la preocupacin demuchos padres respecto a la influencia que elconsumo de alcohol tiene en los jvenes en

    general, se hace patente en la encuesta reali-zada por la Confederacin Espaola de Aso-ciaciones de Padres de Alumnos (44) en1998. Este trabajo seala un 83% de padresque piensan que el consumo abusivo de alco-hol afecta a un nmero elevado de jvenesespaoles, con consecuencias negativas enun 95%. Entre ellas se indican los accidentesde trfico y de salud o el cambio de carctery el descenso del rendimiento en los estu-dios con un alto ndice de fracaso escolar.

    En el momento de valorar las responsabili-dades resulta revelador que los padres entre-vistados por la Confederacin Espaola deAsociaciones de Padres de Alumnos (44),consideraran como responsables en primerlugar, a los propios padres junto a la familia, lapublicidad de bebidas alcohlicas en losmedios de comunicacin, detenindose en laforma en que actualmente ocupan su ocio ytiempo libre los jvenes as como los intere-ses econmicos derivados de la venta dealcohol. Un 15% que reconoca el consumode alcohol de sus hijos, pona de manifiestola existencia de algn tipo de sntomas quepudiera estar relacionado con el alcohol, prin-cipalmente cambios de humor, irritabilidad,apata, trastornos fsicos, embriaguez y con-ductas violentas.

    A ello se une la trascendencia de la educa-cin parental en la prevencin del alcoholis-mo. El anlisis de la literatura cientfica inter-nacional publicada por el ObservatorioEuropeo de Drogas y las Toxicomanas (53) en1999 permite conocer los resultados obteni-dos de estudios sobre la problemtica fami-liar y las drogodependencias, esencialmenteel realizado en 1992 por el IFT de Munich,donde se muestra cmo los estilos parenta-les de educacin de los hijos revisten unagran importancia en lo que se refiere a lacapacidad de los nios para adquirir las apti-tudes que determinaran, segn vayan hacin-dose mayores, que consuman abusivamenteo no determinadas drogas. Sobre todo, norecibir una atencin parental adecuada niexperiencias que favorezcan el desarrolloafectivo, puede producir una falta de confian-za en s mismos, incapacidad para llegar a

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  • mantener unas relaciones sanas y discapaci-dad afectiva.

    Datos obtenidos de la fuente anterior (53)nos sitan en los antecedentes de la situa-cin de EEUU con un estudio realizado porHall y Zigler (54 ), cuyo objetivo estaba dirigi-do a demostrar el valor a largo plazo de estetipo de enfoques, llamando la atencin sobrela consideracin de los nios como entes ais-lados, sin tener suficientemente en cuentauna gran variedad de factores, como el fun-cionamiento de la familia, el estilo de educa-cin parental el desarrollo social y cognosciti-vo de los nios, y los indicadores de aptitudsocial. La mayora de los programas no sebasan en el conocimiento de los factores deriesgo y resistencia asociados con comporta-mientos socialmente ineptos ni sobre elpapel de la familia como agente primario desocializacin.

    Estos mismos aspectos han sido tratadospor Burkhart (55) quien considera que dichadiscapacidad afectiva viene determinada poruna falta de sensibilidad y atencin parentaladecuada, desfavorable para el desarrollosatisfactorio del nio.

    Burkhart (55) cita a Wakschlag y Hans (56 ),quienes en 1999 indicaban que en un periodode observacin que abarca desde el nacimien-to a los 10 aos, la falta de respuesta emocio-nal de la madre hacia el nio durante la infan-cia y su desarrollo posterior, traa comoconsecuencia, trastornos de comportamientoderivados en muchas ocasiones del uso abu-sivo de alcohol por parte de ambos cnyuges.Por lo tanto, dichos consumos pueden por ssolos ser considerados como predictores delabuso de drogas, en las que el alcohol ocupaun lugar importante en la adolescencia. Elcontrol de las variables sociales confirmantambin la existencia de una fuerte relacinentre la situacin socioeconmica familiardeprimida, el comportamiento antisocialparental o variables personales. Los efectosduraderos del comportamiento y sensibilidadmaternales en los primeros aos puedenexplicarse por la etapa de desarrollo en quese produce y por los cambios psicobiolgicoscondicionados por las influencias que ejerce

    el entorno en edades tempranas como elestrs psicosocial y las perturbaciones inter-activas

    Aunque nuestros datos no se refieren aaspectos relacionados con la prevencin, tra-tamiento y la reinsercin, que se encuentrandesarrollados en otro captulo de la Monogra-fa cabe sealar aqu que las medidas preven-tivas destinadas a mejorar la educacin de loshijos deberan iniciarse lo antes posible, entrelos cinco a ocho aos, contrariamente a lo quesucede en la prctica. A pesar de ello, desdemuy recientemente existe unanimidad de cri-terios dirigidos a poner de manifiesto la nece-sidad de formular cualquier medida al respec-to con gran precaucin debido a que todavason escasos los estudios que han descubiertoestas relaciones causales.

    Numerosas fuentes consultadas inciden enla necesidad de abordar la educacin sobrelas drogas desde edades muy tempranas, alconsiderar, que actualmente tiene lugar relati-vamente tarde, a adolescentes en educacinsecundaria. Por otra parte, la mayora de lasintervenciones a nivel familiar tienen por obje-to interacciones sistmicas a nivel general, sinresponder a fines especficos destinados aldesarrollo de los hijos, especialmente, los demenor edad, ni a la mejora de los conocimien-tos y capacidad de los padres para educar asus hijos en la primera infancia.

    Wakschlag y Hans (56) estiman destacableque dentro del abordaje familiar se hayademostrado el valor de la teora de sistemasen los diferentes campos de las cienciashumanas, ligados de la misma manera a ladependencia de alcohol y otras sustanciasindicando que el objetivo de la terapia sist-mica, trata de remover una situacin menosestabilizada considerndola fundamental parainterpretar una serie de tensiones y quejasde la familia, sobre todo, cuando el enfermoquiere recuperar su rol. Igualmente sealanla motivacin del individuo en la curacin yevaluacin de la significacin del sistemafamiliar, laboral y terapetico, como funda-mentales para la reestructuracin del enfer-mo alcohlico y su entorno ms inmediato.

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  • En el mbito de la psicologa y psiquiatra,es un hecho incuestionable la relacin entrela presencia de violencia fsica y psicolgicaen el hogar, y conflictos conyugales, con ellgico cuestionamiento de una de las normasms bsicas de la familia como es la transmi-sin de un sistema de valores y pautas deconducta. Esta situacin genera, en muchasocasiones, la consiguiente constitucin de loshijos como agentes protectores de la figuramaterna, debido a la indefensin de sta antelas conductas violentas del progenitor.

    Numerosos estudios especializados en lamateria entre los que destacamos el realiza-do por Corsi (57) ponen de manifiesto que losvarones que presentan episodios de violenciasuelen haber sido nios maltratados o, almenos, han presenciado reiteradamenteacciones violentas de su padre hacia la figuramaterna. Esta ltima circunstancia se daigualmente en las mujeres maltratadas.

    Sin embargo, existe cierta controversia alrespecto. Los resultados obtenidos de unanlisis sobre el perfil y el establecimiento depatologas de los agresores por Echebura yCorral (58), muestran posturas contrarias a lateora anterior. A pesar de haber obtenido unporcentaje del 36% de varones agresoresque haban sido vctimas, a su vez, de malostratos en su niez, no se produca un nmeroelevado de casos en los que se diera unarelacin directamente proporcional entreambas situaciones, por lo que se puede llegara la conclusin de que los antecedentesinmediatos de la vida de los adultos, desem-pean un papel ms relevante que los ante-cedentes remotos de la infancia.

    A tenor de lo anterior, Garcia Barrachina, (1)afirma que a pesar de que la dependencia delalcohol pueda influir negativamente en la vidafamiliar y en el bebedor, no tiene porqu sernecesariamente as para los hijos, si no llegaa perturbar las relaciones familiares. Los hijosno viven del mismo modo las alteraciones dela vida familiar con un padre violento o alco-hlico, ya que de acuerdo con su edad debenarbitrar diversas reacciones y estrategias, afin de adaptarse a las conductas de violencia.

    Estas consideraciones suscitaron interspor conocer en la investigacin relacionadacon la Evaluacin e intervencin en la violen-cia familiar y alcoholismo (4), las reaccionesde los hijos de ambos colectivos de mujeresante la situacin de violencia sufrida por lafigura materna. Se pudo comprobar la exis-tencia de sentimientos de miedo frente aotro tipo de respuestas, esencialmente, enlos hijos de las mujeres vctimas de violenciadomstica que en el momento de realizar lasentrevistadas residan en los centros de aco-gida. Se da una estrecha relacin entre elascenso de la edad de las madres y elaumento del deseo de proteccin por partede los hijos.

    Entre las entrevistadas en las asociacionesde ex alcohlicos rehabilitados se pudoapreciar que a medida que ascenda su nivelsocioeconmico aumentaba el rechazo de loshijos hacia el padre agresor. Y en el caso con-trario, se manifestaba una mayor proteccinhacia la madre o una mayor tolerancia haciael padre, en funcin de su situacin econmi-ca, laboral o de salud ms precaria, bien porpadecer incapacidad laboral transitoria o per-manente o carecer de empleo. En estoscasos, se hace patente en toda su dimen-sin, la presencia de violencia psicolgica porparte de los progenitores que se mantienentodo el da en el hogar a causa de las enfer-medades que padecen. A pesar de la escasaexistencia en estos casos de violencia fsica,los hijos sienten y sufren una mayor indefen-sin de la madre e incluso, incertidumbre ymiedo por desconocer la reaccin que debe-ran adoptar ellos mismos.

    DISCUSIN

    A nivel general, podemos afirma la influen-cia del alcohol como causa principal de la vio-lencia domstica tanto derivada de un padrealcohlico como de la pareja, y la existenciade situaciones de abusos de poder en elentorno familiar ms prximo. No obstante,la experiencia clnica relacionada con el alco-

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  • holismo apunta el valor del papel desempe-ado por cualquiera de los dos cnyugesalcohlicos debido a que, en multitud decasos, las mujeres de los enfermos alcohli-cos se inician en el consumo de bebidas alco-hlicas como un medio de ayuda para afron-tar las situaciones conflictivas de pareja.

    Queda demostrado que el alcoholismo noslo debe ser considerado como una enfer-medad sino tambin como una situacin deconflicto y victimacin para quienes convivencon el sujeto alcohlico, esencialmente lapareja. La incertidumbre y los sntomas deansiedad, son una constante en la vida de lasmujeres maltratadas.

    Se llega a la conclusin de que, en un ele-vado nmero de casos, los efectos del alco-hol en el cerebro provocan deseos de agre-sin derivados de la falta de confianza en smismos que conducen a los alcohlicos aproferir amenazas y desvalorizaciones perso-nales as como a infringir un trato vejatorioque no pueden considerarse abusos fsicos.Cabe destacar el alcance de la violencia psi-colgica a pesar de que, actualmente, setiende a reducir el problema nicamente a losmalos tratos fsicos.

    En el mbito jurdico, se observa un senti-miento de indefensin y fracaso ante el siste-ma judicial en los casos de malos tratos,debido a las sentencias injustas de los juecesen los juzgados y tribunales, donde solicitaneximentes de responsabilidad total o parcialpara los enfermos alcohlicos. Aunque lasconsecuencias negativas derivadas de losmalos tratos no se solucionan exclusivamen-te con medidas jurdicas, si es cierto, que laviolencia domstica no puede ser considera-da como un fenmeno aislado sino unido aotros factores de riesgo.

    En este sentido, cobran cada da mayorrelevancia las variables socioambientalesentre los distintos factores de riesgo, sobretodo, en lo que se refiere a las alteracionesconductuales y los trastornos afectivos, yaque el deterioro producido por el consumode alcohol en el proceso de socializacinpuede, a su vez, conducir a la variacin de lasconductas sociales.

    Los resultados expuestos demuestran eldeterioro de la calidad de vida causado porlos desajustes familiares y las graves reper-cusiones econmicas y laborales derivadasde la dependencia etlica en la dinmica fami-liar, que no abarca nicamente aspectos eco-nmicos y sociales, sino que se extiende alos mbitos de la salud psquica y fsica encada uno de los miembros no alcohlicos.

    Los procesos de socializacin constituyenla base fundamental para el aprendizaje deactitudes, valores y habilidades de comunica-cin, frente a las relaciones disfuncionalesque se crean debido al consumo excesivo dealcohol en la problemtica familiar.

    Tradicionalmente se ha considerado a loshijos de padres alcohlicos como un grupo dealto riesgo de desarrollo del alcoholismo. Enel caso de existir antecedentes alcohlicos obebedores excesivos, se desencadena unaclara patologa familiar por lo que, precisa-mente, en esos casos adquiere mayor alcan-ce el alcoholismo infantil y juvenil, favorecidopor los mecanismos de identificacin.

    El consumo de alcohol a edades muy tem-pranas se fundamenta en la presencia de unabaja estima, problemas familiares, actitudespermisivas frente a las drogas as como lafalta de proyectos vitales, entre otros muchosfactores de riesgo.

    Conviene sealar que ciertas teoras indi-can que los hijos de alcohlicos pueden llegara sufrir en mayor medida trastornos fsicos,cognitivos, psicolgicos y neurolgicos, debi-do a los efectos del alcohol consumido poralguno de sus progenitores, principalmente,cuando el padre es el miembro alcohlico.

    No obstante, existe actualmente unaabierta crtica de los modelos tradicionalesrelacionados con la influencia de los factoresgenticos que generan una creciente contro-versia sobre las consecuencias hereditariasde la ingesta de bebidas alcohlicas, ya que,contrariamente a los anteriores, defiende latransmisin ambiental y educacional en elhecho de beber en los hijos de alcohlicos.

    Por tanto, ya no sera correcto seguir aso-ciando de forma directa el alcoholismo pater-

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  • no a los diferentes trastornos en los hijos dealcohlicos. Por el contrario, hoy en da, sevalora como una de las formas ms significa-tivas de malos tratos a los hijos, la insuficien-cia afectiva y educativa de los padres, ascomo la trascendencia de la educacinparental en la prevencin del alcoholismo.

    En concreto, no debe asumirse que la dro-godependencia conlleve automticamenteuna disminucin de la capacidad de ejerceradecuadamente las funciones parentales, oque el desarrollo de los nios resulte necesa-riamente afectado por la drogadiccin de susprogenitores.

    Por todo ello, las acciones a fomentar enmayor medida se centran en la capacidadeducativa de los padres y en el modo de edu-car, de manera que se refuercen los factoresde proteccin de los hijos ante la predisposi-cin gentica y el mimetismo de la depen-dencia etlica de alguno de sus progenitores.

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