gil - comunicación e intención - 2010

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ACTOS FALLIDOS, ENUNCIADOS ENGAÑOSOS Y COMUNICACIÓN INTENCIONAL José María Gil Universidad Nacional de Mar del Plata-CONICET Resumen Para la pragmática filosófico-cognitiva, de tradición griceana, los actos fallidos o los enunciados engañosos (como una falsa promesa) no son, estrictamente, casos de comunicación verbal (Grice 1967, Sperber & Wilson 1995). Esta idea acerca la comunicación acaso les resulte algo extraña a quienes no son lingüistas, pero desde luego tiene mucho sentido cuando se ve el modo en la pragmática griceana concibe no sólo la intención del hablante sino también el reconocimiento de esa intención por parte del oyente. Sin embargo, es posible pensar que esta tradición pragmática termina siendo muy estrecha por dos razones fundamentales: 1. Deja de lado manifestaciones verbales que, además ser interesantes en sí mismas, son también muy comunes en la interacción lingüística cotidiana. 2. De manera especial, esas manifestaciones verbales son muy valiosas para entender la estructura del sistema lingüístico y semológico de un individuo. Estos cuestionamientos a la pragmática filosófico-cognitiva se respaldan en el enfoque adoptado por la lingüística neurocognitiva (Lamb 1999, 2004, 2005, 2006). Esta teoría parece dar un marco propicio para el estudio de toda manifestación verbal, mucho más allá de la intención del hablante y de su reconocimiento. Palabras claves: Pragmática – intención – Grice – relevancia – actos fallidos – engaños – lingüística neurocognitiva – redes relacionales Abstract In the terms of Cognitive-Philosophical Pragmatics (which belongs to Gricean tradition), Freudian slips or misleading contributions (like a dishonest promise) are not instances of genuine communication (Grice 1967, Sperber and Wilson 1995). This idea about communication could be considered rather odd by those who are not linguists, but it has a lot of sense when one takes into account the definition of the speaker’s intention and the importance of the recognition of that intention by the speaker. However, it is possible to suggest that Gricean Pragmatics turns to have a narrow vision of verbal communication because of two fundamental reasons: 1. It discards verbal productions which are not only interesting in themselves, but also very frequent in everyday linguistic interaction. 2. Particularly, those verbal productions are highly valuable to understand the structure of the linguistic and semological systems of an individual. The two precedeing criticisms to Cognitive-Philosophical pragmatics are supported by neurocognitive linguistics (Lamb 1999, 2004, 2005, 2006). This theory seems to provide a propitious frame for the study of all types of verbal productions, much beyond the speaker’s intention and its recognition. Palabras claves Pragmatics– intention – Grice – relevance – Freudian slips – mislead – neurocognitive linguistics – relational networks

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  • ACTOS FALLIDOS, ENUNCIADOS ENGAOSOS Y COMUNICACIN INTENCIONAL

    Jos Mara Gil

    Universidad Nacional de Mar del Plata-CONICET

    Resumen

    Para la pragmtica filosfico-cognitiva, de tradicin griceana, los actos fallidos o los enunciados engaosos (como una falsa promesa) no son, estrictamente, casos de comunicacin verbal (Grice 1967, Sperber & Wilson 1995). Esta idea acerca la comunicacin acaso les resulte algo extraa a quienes no son lingistas, pero desde luego tiene mucho sentido cuando se ve el modo en la pragmtica griceana concibe no slo la intencin del hablante sino tambin el reconocimiento de esa intencin por parte del oyente.

    Sin embargo, es posible pensar que esta tradicin pragmtica termina siendo muy estrecha por dos razones fundamentales:

    1. Deja de lado manifestaciones verbales que, adems ser interesantes en s mismas, son tambin muy comunes en la interaccin lingstica cotidiana.

    2. De manera especial, esas manifestaciones verbales son muy valiosas para entender la estructura del sistema lingstico y semolgico de un individuo.

    Estos cuestionamientos a la pragmtica filosfico-cognitiva se respaldan en el enfoque adoptado por la lingstica neurocognitiva (Lamb 1999, 2004, 2005, 2006). Esta teora parece dar un marco propicio para el estudio de toda manifestacin verbal, mucho ms all de la intencin del hablante y de su reconocimiento.

    Palabras claves: Pragmtica intencin Grice relevancia actos fallidos engaos lingstica neurocognitiva redes relacionales

    Abstract

    In the terms of Cognitive-Philosophical Pragmatics (which belongs to Gricean tradition), Freudian slips or misleading contributions (like a dishonest promise) are not instances of genuine communication (Grice 1967, Sperber and Wilson 1995). This idea about communication could be considered rather odd by those who are not linguists, but it has a lot of sense when one takes into account the definition of the speakers intention and the importance of the recognition of that intention by the speaker.

    However, it is possible to suggest that Gricean Pragmatics turns to have a narrow vision of verbal communication because of two fundamental reasons:

    1. It discards verbal productions which are not only interesting in themselves, but also very frequent in everyday linguistic interaction.

    2. Particularly, those verbal productions are highly valuable to understand the structure of the linguistic and semological systems of an individual.

    The two precedeing criticisms to Cognitive-Philosophical pragmatics are supported by neurocognitive linguistics (Lamb 1999, 2004, 2005, 2006). This theory seems to provide a propitious frame for the study of all types of verbal productions, much beyond the speakers intention and its recognition.

    Palabras claves

    Pragmatics intention Grice relevance Freudian slips mislead neurocognitive linguistics relational networks

  • Actos fallidos, enunciados engaosos y comunicacin intencional

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    Introduccin

    La idea misma de intencin en pragmtica lingstica viene discutindose hace por lo menos una dcada. Por ejemplo, Jeff Verschueren reclam un retorno pragmtico al anlisis del significado en toda su complejidad para dar cuenta de las fuerzas que participan en la produccin y la interpretacin lingsticas (1999: 48).

    As, en el mbito de la pragmtica europea continental (es decir, no britnica) la intencin se ha interpretado como un concepto especfico de ciertas culturas (Danziger 2006, Duranti 2006, Richland 2006). En esta lnea de investigacin, Arundale (2008) cree que la intencin griceana no es definitoria de la comunicacin verbal y Nmeth T. (2008) seala que puede transmitirse informacin sin que se cumpla la intencin comunicativa.

    Tambin dentro de la pragmtica anglosajona ha habido debates ardorosos sobre el papel de la intencin del hablante en el proceso comunicativo, los cuales ponen de manifiesto que cada vez hay ms dudas sobre la importancia de la intencin (Davis 1998, 2007, 2008; Gibbs 1999, 2001; Green 2007, 2008; Jaszczolt 2005, 2006; Keysar 2007; Saul 2001; Thompson 2008).

    En un nmero reciente de Intercultural Pragmatics, dedicado a la intencin, Michael Haugh (2008: 102) escribe que, a pesar de que hay ya una suficiente (si no abrumadora) evidencia en contra de la intencin griceana como ncleo fundamental de la teora pragmtica, todava nos falta una caracterizacin de los procesos cognitivos que subyacen a las interacciones verbales.

    En el contexto de este debate actual sobre la importancia intencin, se espera que trabajo cuente como la defensa de dos tesis, a saber:

    1. La intencin no es constitutiva de la interaccin verbal: En muchos casos, como en los actos fallidos o en los enunciados engaosos, el oyente efecta interpretaciones que no tienen que ver con la intencin comunicativa (Sperber y Wilson 1995, 2005) o el significado del hablante (Grice 1957, 1967, 1982, 1989).

    2. Los procesos cognitivos que subyacen a la interaccin puede caracterizarse en trminos de la lingstica neurocognitiva y de la teora de redes relacionales (Lamb 1999, 2004).

    La primera tesis coincide con la lnea general de los trabajos donde se cuestiona preeminencia de la intencin griceana. La segunda puede considerarse ms novedosa o promisoria para los ulteriores estudios sobre el uso del lenguaje.

    1. Un ejemplo de acto fallido: explicacin pragmtica y explicacin neurocognitiva

    1.1. Un acto fallido

    Hace varios aos, en una reunin de padres de un colegio religioso de Mar del Plata, se anunci que la profesora de Matemtica estara ausente por dos semanas debido a un viaje de estudios. Alguien propuso que en esas dos semanas no se diera Matemtica y que los alumnos compensaran luego los temas de la asignatura. Uno de los pocos padres

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    varones que haban asistido a la reunin manifest que no estaba de acuerdo y dijo lo siguiente:

    (1) Hay que contratar una prostituta

    Este enunciado constituye un caso tpico de lapsus linguae: la palabra elegida fue prostituta en lugar de sustituta. La prueba de que se trat de un lapsus es que el pap que emiti (1) se mostr visiblemente sorprendido y hasta avergonzado cuando las dems personas se rieron espontnea y sonoramente y, sobre todo, despus de que alguien le sealara su lapsus.

    Tambin puede interpretarse que el ejemplo es, en trminos generales, un caso de acto fallido en los conocidos trminos de Freud. Dicho toscamente, el enunciado (1) pone de manifiesto algn pensamiento inconsciente del hablante, es decir, el hablante hizo manifiesto un pensamiento sin (y acaso en contra de) la intencin de haber manifestado ese pensamiento. En otras palabras, el padre de la reunin hizo manifiesto sin intencin que en su sistema semolgico (es decir, en el sistema cognitivo donde estn representados los significados) haba alguna representacin sobre prostitutas y, tambin, sobre sexo.

    1.2. Explicaciones de la pragmtica filosfico-cognitiva

    La pragmtica filosfico-cognitiva, que tambin podra denominarse pragmtica griceana o aun pragmtica anglosajona, es una prestigiosa y fecunda lnea de investigacin, tanto en filosofa del lenguaje como en lingstica. Constituye sin duda una de las mainstreams de los estudios del uso del lenguaje. La primera parte de su denominacin alude al origen de la corriente, que se remonta por lo menos a las propuestas de Grice (1957, 1967), y aun, un poco antes, a las de Austin (1962), y acaso tambin a las de Strawson (1950) y Wittgenstein (1954). Hoy en da, el atributo cognitivo se refiere a la voluntad de efectuar un estudio emprico de los procesos mentales que hacen posibles la produccin y la comprensin de los enunciados, una inquietud que tambin estaba por lo menos sugerida en los trabajos fundacionales de Grice. En este contexto, Sperber y Wilson (2005) sugieren que las diversas tendencias dentro de la pragmtica filosfico-cognitiva se erigen sobre la base de dos hiptesis griceanas:

    1. El significado del hablante es una intencin mutuamente manifiesta. Para su realizacin, el significado del hablante (que necesita adems del significado de la oracin) slo se concreta cuando el oyente lo reconoce.

    2. Al inferir el significado del hablante, el oyente sigue la expectativa de que las contribuciones verbales son consistentes con ciertas normas racionales, (por ejemplo, con las estipuladas en las mximas conversacionales del Principio Cooperativo o con el Principio Comunicativo de Relevancia).

    Para la tradicin griceana, entonces, la comunicacin verbal es bsicamente un proceso en el cual el hablante hace manifiestas sus intenciones y el oyente tiene que reconocer esas intenciones. Si el oyente es capaz de inferir dichas intenciones, entonces la comunicacin habr sido exitosa. Por lo tanto, una de las tareas primordiales de la pragmtica es dar cuenta de la capacidad cognitiva para establecer inferencias que puedan reconocer el significado del hablante.

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    De este modo, Stephen Levinson (2006a, 2006b) realza la intencin en trminos de Grice en el estudio de la comunicacin verbal y llega a sugerir lo siguiente: (i) la capacidad en torno a las intenciones griceanas es lo que hace posible la comunicacin verbal ms all de un reducido y esttico conjunto de seales (2006a: 87); (ii) el ncleo de la comunicacin verbal es la atribucin de intenciones: el mecanismo de interaccin humano tiene que se capaz de inferir los objetivos que pudieron haber motivado la conducta verbal (2006b: 48).

    Ahora bien, con todo el hincapi que hace en la intencin del hablante, qu puede decirnos la pragmtica cognitivo-filosfica del ejemplo (1)? Me animo sugerir que en los trminos tradicionales de Grice puede decir poco, o quiz nada. Los que estbamos en aquella reunin interpretamos que el padre que dijo (1) transmiti informacin que no haba querido transmitir, concretamente, sobre una prostituta. E, insisto, los que estbamos all interpretamos eso: algo que el hablante no tuvo la intencin de hacer manifiesto. De este modo, la intencin del hablante no es aqu una gua para entender lo que el hablante dijo.

    Sin embargo, la solucin, desde el punto de vista de Grice, sera bastante simple: El enunciado (1) no es un caso de comunicacin, precisamente porque el hablante no tuvo la intencin de decir nada acerca de una prostituta

    En efecto, segn Grice, comunicarse adecuadamente es ser cooperativo. Y para ser cooperativo, el hablante tiene que haber cumplido con las cuatro mximas del Principio Cooperativo: dar la cantidad de informacin necesaria (Cantidad), ser sincero (Calidad), pertinente (Relacin) y dar la informacin de una forma comprensible (Modo). Para ser cooperativo, adems, el hablante tiene que haber tenido la intencin de decir lo que l precisamente quera que fuera el punto de partida de la inferencia del oyente. Pero si se interpreta la informacin de la prostituta, entonces el hablante del ejemplo no fue cooperativo en trminos de Grice: Lo que transmiti acerca de la necesidad de contratar una prostituta no fue su intencin, es decir, precisamente no fue lo que l quera como punto de partida para la interpretacin del oyente. Por lo tanto, el hablante que dijo (1), para Grice, no se comunic. Tenemos, as, un panorama algo curioso: Una teora que quiere estudiar el lenguaje en uso excluye de su panorama manifestaciones lingsticas muy comunes y hasta interesantes, como los lapsus linguae.

    La situacin es algo ms sutil, aunque no muy distinta, en el caso de la teora de la relevancia (Sperber y Wilson 1995), una corriente filosfico-cognitiva que merece especial atencin debido a sus aportes, su vigencia y su amplia difusin entre los estudiosos del lenguaje en uso. Esta teora ha trascendido la labor pionera de Grice. Por ejemplo, en la teora de la relevancia se sostiene que tanto la comunicacin explcita como la implcita son de naturaleza ostensivo-inferencial. Para Grice, la inferencia le corresponda a la faceta implcita. Sin embargo, la comunicacin (verbal y no verbal) sigue concibindose, dentro de este marco, como la transmisin y el reconocimiento de intenciones. El Principio de Relevancia tiene dos facetas, una de las cuales se refiere a los procesos cognitivos en general y la otra a la comunicacin. Es la segunda faceta la que nos interesa en principio porque en ella resulta imprescindible la idea misma de intencin.

    Principio cognitivo de relevancia: Los procesos cognitivos de los seres humanos buscan la mayor relevancia posible.

    Principio comunicativo de relevancia: Todo acto de comunicacin abiertamente manifiesto conlleva la presuncin de relevancia ptima.

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    Segn la teora de la relevancia los individuos procesan supuestos: representaciones del mundo real con formas proposicionales que un individuo considera verdaderas o probablemente verdaderas, como por ejemplo Buenos Aires es la capital de Argentina. En el sistema cognitivo de un individuo, un determinado supuesto es relevante si su procesamiento requiere menos esfuerzo que el efecto cognitivo obtenido, lo cual redunda en un beneficio concreto: un mayor (y quiz mejor) conocimiento del mundo. El esfuerzo de procesamiento est definido por el costo de las inferencias, es decir, las operaciones lgicas que permiten relacionar los supuestos que funcionan como premisas o conclusiones.

    Por su parte, la presuncin de relevancia ptima del principio comunicativo de relevancia no slo establece que el enunciado emitido por un hablante es lo bastante relevante como para que el oyente lo interprete, sino que tambin establece que es el enunciado ms relevante que resulta compatible con las intenciones del hablante. En otras palabras, la presuncin de relevancia establece que el hablante dijo lo que dijo porque es lo ms al caso que pudo haber dicho, de lo contrario habra elegido otro mensaje. Por lo tanto, la comprensin heurstica de enunciados regida por la bsqueda de la relevancia tambin se ve fuertemente determinada por la intencin del hablante. Esto es, el oyente tendr que seguir el camino de menor esfuerzo para interpretar un enunciado: tendr que resolver ambigedades e imprecisiones referenciales, tendr que ir ms all del significado semntico o explcito, tendr que proveer supuestos contextuales, tendr que computar explicaturas e implicaturas. Al final, el oyente terminar su trabajo inferencial cuando satisfaga sus expectativas de relevancia, las cuales se basan en la intencin que hablante hizo mutuamente manifiesta.

    Me inclino a pensar, otra vez, que el enunciado (1) queda fuera de este panorama: El significado que se asocia a la necesidad de contratar una prostituta no es lo que el hablante quiso hacer mutuamente manifiesto. Por lo tanto, no es la que gua de un proceso inferencial regido por el principio de relevancia.

    Segn Sperber (1994), un oyente verdaderamente sofisticado supone que su hablante puede no ser eficaz o caritativo, sino que intenta parecerlo. Al seguir el camino del menor esfuerzo en la computacin de los efectos cognitivos, este oyente sofisticado no debera detenerse en la primera interpretacin que es lo bastante relevante, ni tampoco en la primera interpretacin que el hablante pudiera haber pensado como lo bastante relevante para el oyente. El oyente que es de verdad sofisticado, segn Sperber (1994: 16), tendra que finalizar su proceso interpretativo en la primera interpretacin que el hablante pudiera haber pensado que parecera relevante para el oyente. Sin embargo, sobre la base de ejemplos como (1), podemos preguntarnos lo siguiente: no puede un oyente verdaderamente sofisticado hacer inferencias sobre los significados que el hablante hizo manifiestos sin haber tenido intencin de hacerlos manifiestos? Preguntado de otro modo, el oyente saca conclusiones que el hablante no tuvo la intencin de comunicar? Si la respuesta es afirmativa, entonces, reconocer la intencin del hablante es apenas uno de los varios procesos cognitivos involucrados en la comprensin verbal.

    Debe reconocerse que Sperber y Wilson han enfatizado que la pragmtica no debera ocuparse nada ms que de la recuperacin del conjunto de enunciados intencionadamente transmitidos por el hablante (1995: 201). Por ejemplo, los efectos poticos en la comprensin verbal pueden definirse como implicaturas muy dbiles que son en mayor medida responsabilidad del oyente (y no del hablante). En este sentido Sperber y Wilson (2005: 370) tambin han afirmado que buena parte de la

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    comunicacin humana es dbil en este sentido y que una teora pragmtica debera explicar este hecho, antes que idealizarlo y dejarlo de lado.

    Esta hiptesis sobre la importancia de la comunicacin dbil parece disminuir la fuerza de la intencin griceana. Pero tambin parece llevarnos a una incompatibilidad con el Principio Comunicativo de Relevancia. Veamos cmo esta hiptesis entra en incompatibilidad con supuestos fundamentales de la teora.

    a. El principio Comunicativo de Relevancia establece que todo enunciado conlleva la garanta de relevancia ptima.

    b. Dicha garanta hace que el oyente trate de identificar cul fue la intencin del hablante (con el fin de que el oyente obtenga un efecto cognitivo).

    PERO:

    c. hay enunciados cuyos efectos cognitivos no dependen de la identificacin de la intencin del hablante.

    La idea de efecto potico es razonable y atractiva, porque permite dar cuenta de las actividades inferenciales que se despliegan independientemente de la intencin del hablante. Sin embargo, esa misma idea parece refutar una hiptesis bsica de esta teora filosfico-cognitiva: Hay interpretaciones que no son consistentes con la intencin del hablante y, por ello, con el Principio Comunicativo de Relevancia, segn el cual todo enunciado se procesa en virtud de la necesidad de identificar la intencin del hablante.

    Sugiero pues las siguientes conclusiones para este apartado:

    1. Sperber y Wilson estn en lo correcto cuando sugieren que una teora pragmtica tendra que explicar y no descartar la comunicacin dbil, es decir, los significados evocados no intencionadamente por el hablante pero reconocidos por el oyente.

    2. Pero la pragmtica filosfico-cognitiva no puede explicar los significados evocados no intencionadamente por el hablante sin caer en contradiccin con sus principios fundamentales, como el Principio Cooperativo o el Principio Comunicativo de Relevancia.

    3. Para estudiar casos como (1) se requiere de un enfoque distinto de la pragmtica filosfico-cognitiva. De eso se trata el apartado que viene a continuacin.

    1.3. Explicacin neurocognitiva

    Los que en aquella reunin omos al papa que emiti el enunciado (1), de algn modo inferimos que l estaba pensando inconscientemente en sexo cuando dijo prostituta en lugar de sustituta. El significado del hablante de Grice o la intencin comunicativa de Sperber y Wilson no cumplen ningn papel en esta interpretacin, aparentemente legtima o atendible. Digamos que los oyentes de esa reunin siguieron su propio

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    camino interpretativo, libres de la intencin del hablante, tal como lo pusieron de manifiesto las carcajadas y la incomodidad del padre despus de que se le sealara su lapsus. No hubo explicaturas o implicaturas en el proceso interpretativo, porque las inferencias no se basaron en el significado del hablante.

    Los que ocurri es que los oyentes simplemente interpretaron que se haban activado ciertas conexiones lxicas y semnticas en el sistema lingstico y semolgico del hablante. En efecto, a diferencia de la pragmtica griceana, la lingstica neurocognitiva se interesa especialmente por los casos de lapsus linguae y llega a considerarlos claves para entender cmo se organiza y funciona el sistema cognitivo de un individuo (Lamb 1999: 181, 2004: 243). La eleccin de un lexema como prostituta en lugar de otro como sustituta se explica en funcin del hecho general de que el sistema lingstico y el sistema semlogico de un individuo tienen la forma de una red relacional. En la eleccin concreta de prostituta se dan conexiones semnticas, lxicas y fonolgicas.

    Los lapsus linguae son particularmente ilustrativos para entender que el sistema lingstico de un individuo es en efecto una red relacional. En el sistema lingstico del padre que dijo (1), el nodo/la nexin correspondiente a prostituta se activ con ms fuerza que el de sustituta simplemente porque recibi mas activacin desde el sistema semntico, donde, en el momento que el hablante dijo (1), la activacin del significado PROSTITUTA era ms fuerte que la del significado SUSTITUTA. La asociacin entre ambos lexemas se ve favorecida por las conexiones con las slabas /ti/, /tu/ y /ta/, que envan tambin su activacin a ambos lexemas. La activacin en el nivel semntico y en el nivel fonolgico explica que el lexema suplente (menos marcado que sustituta) no haya sido elegido.

    Las relaciones descriptas en el prrafo anterior parecen fciles de concebir si se supone que el sistema cognitivo de un individuo (el cual incluye al sistema lingstico) tiene la forma de una red relacional. La lingstica neurocognitiva se respalda en la teora redes de relacionales, segn la cual, como se ha dicho, el sistema cognitivo de un individuo es una red de relaciones, donde la informacin reside en la conectividad (Lamb 1999, 2004). Teora de redes relacionales podra incluso ser otro rtulo para la misma teora designada por lingstica neurocognitiva.

    En este contexto, se sugiere que las conexiones de excitacin en el sistema neurocognitivo tienen fuerzas variables y que tambin son bidireccionales (Lamb 2005: 170), por ejemplo, pueden ir del significado a la fonologa, y viceversa. Obsrvese la representacin de estos aspectos en la Figura 1, donde tambin pueden considerarse fundamentos del sistema de notacin de la teora de redes relacionales.

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    Figura 1: Conexiones en el sistema lingstico y en el sistema semolgico del individuo que emiti Hay que contratar una prostituta.

    Los significados, que son parte del sistema semolgico, se representan con crculos y sus rtulos estn en MAYUSCULAS. Las unidades del sistema lingstico, como los lexemas y las slabas, tienen rtulos en bastardilla. Es caracterstico de la teora de redes relacionales que los significados se representen en la parte superior y que se vaya hacia abajo hasta llegar a los aspectos fonolgicos y fonticos, que por cierto no se representan aqu. Los tringulos se usan para representar relaciones Y, es decir, relaciones donde estn presentes todos los elementos. En este caso, es claro que el lexema sustituta est integrado por la secuencia una secuencia de slabas que incluye a /ti/, /tu/ y /ta/. Las figuras que semejan corchetes se usan para representar relaciones O, es decir, relaciones donde se opta por una de las alternativas. En este caso, es claro que las silabas /ti/, /tu/ y /ta/ forman parte de los lexemas sustituta y prostituta, y tambin de muchos otros (por eso en la Figura 1 salen lneas que quedan interrumpidas). Los crculos representan, como se ha dicho, los nodos semnticos de manera muy general.

    Debe hacerse hincapi en lo siguiente: Los rtulos en maysculas o bastardillas no son parte del sistema cognitivo de un individuo. La lingstica neurocognitiva propone, segn la idea de Hjelmslev (y aun segn la de valor de Saussure) que en el sistema lingstico no hay objetos, sino relaciones (o diferencias). En el sistema lingstico de un individuo no hay un almacn de slabas o lexemas, sino que hay nodos/nexiones que se corresponden con lo que representamos como slabas o lexemas. Y esos nodos/esas nexiones se erigen como tales a partir de su relacin con los/las dems. Los rtulos de las figuras son convenientes para la interpretacin, del mismo modo que los carteles de una ruta. Pero as como los carteles no son parte constitutiva de una ruta, los rtulos no son parte de los senderos del sistema lingstico y del sistema semolgico.

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    En la Figura 1 se trazaron lneas ms anchas para destacar qu nodos y qu senderos recibieron mayor activacin. La excitacin proveniente de los nodos semnticos SEXO y PROSTITUTA tuvo ms fuerza que la proveniente de los nodos COLEGIO, SUPLENTE y SUSTITUTA. Esto es as porque, en el momento de emitir el enunciado, los nodos correspondientes a SEXO y PROSTITUTA estaban siendo activados en el sistema semolgico del individuo. Obsrvese tambin que se habla del sistema de un individuo y en un momento determinado: En efecto, la lingstica neurocognitiva se ocupa del sistema cognitivo individual, que siempre es nico e irrepetible. Adems, es un sistema en cambio permanente, cuyo poder creativo cambia de forma constante, de un da para el otro.

    En conclusin, podra decirse que la Figura 1 muestra que en el sistema cognitivo del hablante ciertos significados fueron activados ms fuertemente que los significados evocados en la conversacin. Esto permite explicar por qu el hablante eligi prostituta en lugar de sustituta o suplente.

    Viene al caso sealar que la lingstica neurocognitiva se propone cumplir con tres requisitos fundamentales de plausibilidad (Lamb 1999: 293-294):

    (i) Plausibilidad operativa: la teora debe ofrecer una caracterizacin de cmo el sistema lingstico puede funcionar en tiempo real para producir y comprender el habla.

    (ii) Plausibilidad de desarrollo: la teora debe ir de la mano con una descripcin plausible de cmo el nio puede aprender el sistema lingstico que se propone.

    (iii) Plausibilidad neurolgica: la teora tiene que ser compatible con lo que se sabe del cerebro en virtud de la neurologa y la neurociencia. En este sentido, los nodos de las redes relacionales se implementan como minicolumnas corticales y las lneas como fibras conectivas y conexiones de larga distancia (Lamb 2005). En efecto, las redes relacionales se presentan como descripciones parciales de cualquier aspecto del sistema lingstico o del sistema semolgico del cerebro de un individuo.

    En este sentido, tambin es muy importante sealar que la existencia neurolgica no implica la ubicacin en lugares especficos del cerebro. Por ejemplo, el significado intencional y el significado no intencional (y, tal vez, el significado consciente y el significado inconsciente) tienen existencia neurolgica como funciones neurocognitivas. Por ejemplo, en la Figura 1, el significado no intencional (o parte de l al menos) es el que se destaca por medio del trazo ms ancho: son los nodos y conexiones que de hecho se activaron y que hicieron posible la emisin del enunciado (1). El significado no intencional es neurolgicamente real, no como un lugar especfico, sino como una funcin que se realiza en la estructura lingstica y semolgica del individuo.

    Tenemos entonces que los significados no intencionales y aun los significados inconscientes pueden interpretarse como estructuras neurocognitivas reales, concretamente como la activacin de conexiones que involucran conexiones fonolgicas, lxicas y semnticas. Mucho de esto ya ha sido sugerido en anlisis relacionales de lapsus linguae y de juegos de palabras no intencionados (Dell 1979; Dell and Reich 1977, 1980a, 1980b; Reich 1985; Lamb 1999, 2004, 2005). Parece tambin que esta lnea de anlisis podra brindarle sustento emprico a la investigacin

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    psicoanaltica de los actos fallidos y de los significados inconscientes que se ponen de manifiesto en los enunciados de los individuos.

    1.4. Brevsimo balance

    Por un lado, para la pragmtica filosfico-cognitiva, un acto fallido no constituye un caso de comunicacin verbal. Por el otro, la lingstica neurocognitiva entiende que un acto fallido no slo es un caso genuino de comunicacin verbal, sino que adems resulta sumamente til para entender el sistema lingstico y semolgico de un individuo.

    2. Un ejemplo de enunciado engaoso: explicacin pragmtica y explicacin neurocognitiva

    2.1. Un enunciado engaoso

    Nuestros sistemas lingsticos y cognitivos son capaces de producir y entender enunciados que evocan significados muy diversos. A veces, el hablante transmite o evoca esos significados de forma intencional, con manifestabilidad mutua, para usar una expresin de Sperber y Wilson. Este es un tema fundamental de la pragmtica filosfico-cognitiva.

    Sin embargo, otros significados claramente identificables no son transmitidos o evocados intencionalmente, por ejemplo los que se analizaron antes a propsito de un lapsus linguae interpretado como acto fallido.

    En este contexto, podemos preguntarnos qu ocurre con las interacciones en las que el oyente cree que el hablante lo est engaando. No se trata de una situacin rara. Todos nos hemos visto involucrados en situaciones de este tipo, por ejemplo (al menos en mi caso) cuando escucho las propuestas de un poltico. En Nuestro pobre individualismo, de 1946, Borges sugiere que, a diferencia de los europeos y los norteamericanos, los argentinos descreemos de las circunstancias y desconfiamos visceralmente de quienes gobiernan. He sentido cierto consuelo de tonto cuando me enter de que en Estados Unidos cuentan este chiste:

    (2) Cmo se sabe que un poltico miente? Si movi los labios.

    Parece entonces que la falta de fe en los polticos no es patrimonio exclusivo de los desconfiados argentinos y latinoamericanos. Pero lo importante aqu es que, con polticos o con quien sea, muchas veces un oyente percibe un enunciado al que le atribuye un significado engaoso. En otras palabras, muchas veces un oyente cree que su hablante le est mintiendo, y aun as la interaccin verbal puede seguir.

    Ya que estamos con los polticos, hagamos referencia a un ejemplo muy conocido. En Argentina mucha gente debe recordar las palabras con las que Carlos Sal Menem cerraba sus acalorados discursos de campaa, hace ya ms de dos dcadas:

    (3) Sganme! No los voy a defraudar!

    Cuando o esas palabras por primera vez, en enero de 1989, cre que Menem estaba mintiendo. Los hechos posteriores, quiz, confirmaron mi desconfianza. Pero lo

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    importante aqu es la siguiente pregunta: le interesa a la lingstica que el oyente crea que le estn mintiendo?

    2.2. Explicaciones de la pragmtica filosfico-cognitivo: una respuesta expeditiva

    La pregunta planteada al final del ltimo prrafo puede contestarse con bastante precisin en trminos de Grice. Para el pionero de la teora ostensivo-inferencial de la comunicacin, un engao constituye una clausura del Principio Cooperativo, y por ello le interesa relativamente poco al estudio de la conversacin. Quien miente pasa por alto de forma callada y no ostensiva (Grice 1967: 725) alguna de las mximas conversacionales, por ejemplo la de Calidad, diciendo algo que sabe falso. De este modo, un enunciado engaoso (aun cuando el oyente no se d cuenta de ese engao) no constituye un caso de comunicacin verbal. Por lo tanto, de algn modo, los engaos quedan excluidos como objeto de estudio. No pertenecen a la conversacin racional, que est regida por el Principio Cooperativo y sus mximas. Me inclino a pensar que la teora de la relevancia tiene que brindar una respuesta anloga: Si el hablante miente, sencillamente no se est comunicando: No ha elegido el enunciado ms relevante que podra (y debera) haber elegido. En efecto, para Sperber y Wilson (1995, 2005), comunicarse es que el hablante haga mutuamente manifiesto para el hablante y para el oyente que el hablante ha tenido la intencin de hacer manifiesto un supuesto o conjunto de supuestos. Parece que un engao contradice la idea misma de intencin comunicativa.

    La pragmtica filosfico-cognitiva tiene como objetivo fundamental dar cuenta de la comunicacin verbal. Es un punto dbil que tenga que excluir casos muy frecuentes de interacciones verbales (aunque el motivo sea que no ha habido intencin de transmitir la informacin que nos interesa por parte del hablante). En sntesis, no parece arriesgado sugerir que, para la pragmtica filosfico-cognitiva, los engaos no constituyen casos de comunicacin verbal.

    2.3. Explicacin neurocognitiva

    Para la lingstica neurocognitiva, la interaccin verbal y la interaccin cognitiva en general incluyen muchsimos ms aspectos que la transmisin premeditada e intencional de informacin. En este sentido, el aprendizaje y el uso del sistema lingstico (as como el aprendizaje y el uso de otros de otros sistemas cognitivos) son procesos continuos de construccin de nodos (o nexiones) y de interconexiones entre esos nodos. A lo largo de nuestra vida estamos comprometidos con ese proceso y con el intento (explcito o implcito, consciente o inconsciente) de influir en la construccin de nodos/nexiones y conexiones en los sistemas cognitivos de nuestros congneres (Lamb 2004: 438). La teora de redes relacionales permite describir y explicar un fenmeno muy comn y corriente en la vida cotidiana: un hablante dice algo y su oyente piensa que el hablante le est mintiendo. Para la pragmtica filosfico-cognitiva, en cambio, esto es un hecho perifrico o indigno de mayor estudio, porque el hablante no se ha comportado con la racionalidad exigida por el principio cooperativo o el principio de relevancia. La Figura 2 propone dos redes relacionales. En (a) se caracteriza lo que el hablante, Carlos

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    Menem, quera que sus oyentes creyeran. En (b) se representa lo que muchos oyentes, como yo mismo, pensamos de las palabras de Menem.

    Figura 2: Produccin e interpretacin de lo que el oyente consider un enunciado engaoso por parte de Menem (1989)

    En (b) se representa un elemento de bloqueo por medio de una lnea que corta la conexin entre los conceptos MENEM y NEGACIN. Estas conexiones inhibitorias tambin son propiedad de los nodos/las nexiones de las redes relacionales y de las columnas corticales (Lamb 2005: 170). Obsrvese tambin que puede hacerse una diferencia precisa entre los sistemas neurocognitivos del hablante y del oyente. En conclusin, el tratamiento de un enunciado engaoso no resulta un fenmeno perifrico o extrao para la lingstica neurocognitiva. Por el contrario, cuando un oyente juzga que un enunciado es engaoso, est dando pistas acerca de la organizacin de su sistema lingstico y de su sistema semolgico y tambin acerca de las suposiciones que hace sobre el sistema lingstico y el sistema semolgico del hablante. En este sentido, la teora de redes relacionales muestra cun necesario es un enfoque cognitivo para estudiar todo tipo de interaccin verbal, incluso las interacciones que son descartadas por la pragmtica filosfico-cognitiva.

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    2.4. Brevsimo balance

    Para la pragmtica filosfico-cognitiva, un enunciado engaoso (o considerado engaoso por el oyente) no es un caso de comunicacin verbal.

    Para la lingstica neurocognitiva, en cambio, el engao (o la suposicin de un engao) no slo es parte del proceso comunicativo, sino que (al igual que los lapsus linguae) permite efectuar valiosas inferencias acerca del sistema de conocimiento de un individuo.

    3. Conclusiones

    Se espera que los esfuerzos argumentativos de este trabajo sirvan para respaldar las siguientes ideas:

    1. La pragmtica filosfico-cognitiva superpuso, de forma inconveniente, la idea de comunicacin con transmisin intencional de significados (y, tambin, con el reconocimiento de esta transmisin intencional).

    2. Los actos fallidos y los enunciados engaosos dan lugar a interpretaciones por parte del oyente que no guardan relacin con la intencin del hablante. Pero los actos fallidos y los enunciados engaosos son manifestaciones verbales y, como tales, no deben descartarse de antemano como objeto de estudio de la lingstica.

    3. Los actos fallidos y los enunciados engaosos son adems muy tiles para entender la estructura del sistema lingstico y del sistema semolgico de hablantes y oyentes concretos.

    4. Austin (1962) mostr que la filosofa del lenguaje haba cado en la falacia descriptiva por concentrarse exclusivamente en el valor de verdad de los enunciados. Hoy puede sugerirse que la pragmtica filosfico-cognitiva ha cado en la falacia intencional, es decir, en la tesis falsa de que la intencin es el eje de la interaccin verbal. A causa esta falacia, asumida implcitamente, se dejan de lado enunciados que son valiosos para la lingstica.

    5. Podra sugerirse que los actos fallidos o los enunciados engaosos no son casos de comunicacin porque no responden al principio cooperativo o porque no se reconoce en ellos la intencin comunicativa del hablante. Pero esto es as porque la pragmtica filosfico-cognitiva sobredimension la importancia de la intencin y termin asumiendo que la intencin es ncleo de la produccin y la comprensin verbal. De este modo, si se plantea que las contribuciones no intencionadas como los actos fallidos o los enunciados engaosos no son casos de comunicacin, entonces se lo excluye sin problemas del mbito de la pragmtica lingstica. Pero esta maniobra es algo decepcionante, porque cualquier teora puede salvarse si se dejan de lado fenmenos inconvenientes.

    6. No debemos enfrascarnos en un debate terminolgico. Importa relativamente poco si usamos el rtulo comunicacin para comunicacin intencional o para interaccin verbal en general. Lo importante es que los intercambios

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    verbales y la interpretacin de enunciados no se reducen a la transmisin intencionada de informacin y a su reconocimiento.

    7. La pragmtica filosfico-cognitiva es, desde luego, una corriente que ha hecho aportes notables para la comprensin del uso del lenguaje. Sin embargo, es posible sugerir que dentro de esta corriente debera admitirse que la intencin comunicativa no es el ncleo de la interaccin verbal. De admitir esto, como de algn modo reclaman Sperber y Wilson (2005: 370), la teora pragmtica podr explicar los significados dbiles transmitidos no intencionadamente por el hablante pero reconocidos por el oyente.

    8. Parece que la lingstica neurocognitiva provee un marco apropiado para el estudio de todas las manifestaciones verbales.

    9. Si la pragmtica filosfico-cognitiva modifica su idea de la comunicacin verbal, podr ser compatible con la lingstica neurocognitiva. En efecto, el Principio Cognitivo de Relevancia sugiere que los seres humanos buscamos ampliar nuestro entorno cognitivo y el Principio Comunicativo de Relevancia que buscamos modificar el entorno cognitivo de los otros. Esto es prcticamente una parfrasis de la idea de comunicacin en trminos de Lamb: Los seres humanos estamos comprometidos en los procesos permanentes de construir nexiones y conexiones y de influir en nuestros congneres. Pensar, hablar, entender lo que los otros dicen, son tareas estrechamente relacionadas. Cualquier teora lingstica que se precie de cientfica debe dar cuenta de este aspecto fundamental de nuestros procesos cognitivos.

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