golding julia - el cuarteto de los compañeros 02 - la mirada de la gorgona

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La mirada de la Gorgona

Julia Goldin

Julia GoldinLa mirada de la GorgonaN2 El cuarteto de los compaeros

ndice

4Argumento

5Captulo 1

11Captulo 2

19Captulo 3

28Captulo 4

46Captulo 5

57Captulo 6

66Captulo 7

74Captulo 8

82Captulo 9

94Captulo 10

103Captulo 11

114Captulo 12

122Captulo 13

130Captulo 14

139Captulo 15

152Captulo 16

159Captulo 17

167Captulo 18

175Captulo 19

183Captulo 20

ArgumentoEl bosque de Mallins est en peligro y, con l, el hogar de la ltima gorgona, una criatura mtica capaz de matar con una sola mirada. Slo un puado de gente sabe que todava existe. Col y su madre se encuentran entre los elegidos, y estn decididos a salvar tanto a la criatura como al bosque.Mientras Col trata de encontrar ayuda entre los vecinos, su madre est urdiendo un plan mucho ms letal. Instada por Kullervo, el malfico ser de forma cambiante, est dispuesta a sacrificar a la mejor amiga de Col, Connie, para proteger a la gorgona. Pero, primero, necesita que Col la lleve al refugio de la mtica criatura...

Captulo 1

Color oroConseguirs que nos matemos! grit Connie, que se debata entre el terror y el deleite mientras Col haca que su caballo alado atravesara una nube gris y hmeda en una imponente cada libre.Col volvi la cabeza por encima del hombro para rerse. El casco y las gafas de montar le ahorraban lo peor de aquel mal tiempo.No nos engaars, Connie Lionheart: ests disfrutando cada minuto de tu cabalgada.No! le grit al odo, malhumorada. Ay! Cuidado!El pegaso vir a la izquierda. Zas, zas: los cascos de Skylark tocaron la hierba y ella estuvo a punto de salir despedida de su lomo.Bonito aterrizaje. Connie se desliz hasta el suelo, aliviada.Qu insinas? Ha sido un perfecto picado ateniense, seguido de una vuelta tesalonicense! Los ojos de Col, aquel extrao par, uno verde y otro marrn, echaron chispas buscando los ojos de Connie, espejo de los suyos.Connie acarici el morro de Skylark.Vale, y ahora que estamos aqu, me vas a decir qu ocurre?Se encontraban en la cima de una colina de Dartmoor, bajo el sol del atardecer. Aparte de la hierba que la brisa rizaba, no haba nada en varios kilmetros a la redonda. Todo estaba en silencio, salvo por el siseo del viento en sus odos.Pregntaselo al doctor Brock.Qu? Por qu? Connie estaba completamente confusa. Col sonri maliciosamente. A veces resultaba francamente irritante. T me dirs qu pasa, verdad, Skylark? dijo, recurriendo al pegaso. Pero Skylark sacudi las crines y cambi el peso de pata evasivamente.La nia estaba empezando a enfadarse. Qu sentido tena arrastrarla a los pramos si el doctor Brock estaba a kilmetros de distancia, cmodamente sentado en su confortable jardn de Hescombe?Oh, venga, Col! No puedes haberme trado hasta aqu para nada!Para nada, no, universal dijo una voz a su espalda.Connie se dio la vuelta y ah estaba el doctor Brock, con su pelo rojizo sembrado de canas revuelto. De dnde haba salido? Pareca haber brotado del suelo.Qu hace aqu? pregunt Connie, sorprendida.Tenemos que mostrarte algo especial. Sgueme.El doctor Brock, compaero de los dragones y lder de la seccin local de la Sociedad para la Proteccin de las Criaturas Mticas se gir y gui a Connie, Col y Skylark por un sendero empinado que se alejaba de la cima de la colina. El camino terminaba en un arroyo que discurra discretamente por un suelo pantanoso. Sin inmutarse, el doctor Brock se abri paso por la corriente, chapoteando en el agua que le cubra hasta los tobillos y levantando un fuerte olor gaseoso a su paso. Connie arrug la nariz, pero no dud en seguirle. El riachuelo brotaba de una oscura brecha que fracturaba la ladera. A medida que se iban adentrando en ella, un techo de robles achaparrados y helchos de color verde lima los iba privando de la poca luz del da que an quedaba. Los cascos de Skylark golpeaban la roca, emitiendo ecos contra las paredes rocosas. A Connie se le eriz el vello de la nuca. Cada vez se intensificaba ms la sensacin de una presencia... Haba una criatura, o varias, por all cerca.Me parece que vamos a necesitar un poco de luz, amigos grit el doctor Brock, sacndose una linterna del cinturn. Tengo permiso? El ltimo comentario no iba dirigido a Connie ni a Col, sino a la sombra en forma de dragn que se agazapaba ante el doctor empequeeciendo a los humanos. Seguramente el permiso le fue concedido, porque un haz de luz blanca cobr vida abrindose paso entre las irregulares paredes rocosas.Aqu! exclam el doctor Brock, con voz ronca.Bajo el haz de luz haba otro dragn, algo ms pequeo que el primero, acurrucado en el rincn ms profundo de la hendidura. Yaca en el suelo enroscado de tal modo que tena la cabeza posada sobre la cola. Unos ojos esmeralda los contemplaban fijamente. El flanco del dragn brillaba bajo la luz con los tonos blancuzcos de una castaa pelada. El doctor Brock hizo una solemne reverencia, gesto que copi rpidamente Connie. Col y Skylark retrocedieron, pues saban que era mejor no acercarse a los dragones, ni a ninguna otra criatura mtica, a menos que fuera su especie compaera. El dragn castao levant la cabeza ligeramente y sac la lengua antes de inclinar el morro en respuesta al saludo.Esta es Castanea dijo el doctor Brock a Connie, en voz baja. La pareja de Argot. Acrcate, hay algo que te gustar ver.Connie sigui al doctor cautelosamente por el lecho rocoso hasta llegar al lado de Castanea. Argot cambi la cola de sitio para dejarlos pasar, sin dejar de observarlos con lo que a Connie le pareci una emocin contenida.Vamos grit el doctor Brock, insistiendo para que pasara ante l.Connie se acerc al charco de luz hasta que se hall en el permetro externo del crculo formado por la cola de la dragona. Se pregunt qu esperaban todos que hiciera. Queran que mantuviera un encuentro con Castanea? Que compartiera sus sueos tal como solan hacer los dragones con sus compaeros? Ni el doctor Brock ni la dragona le dieron la menor pista, as que se acerc unos pasos ms y extendi la mano hacia la criatura.Entonces lo escuch: un resuello estridente justo ante ella. Apart la mano rpidamente y mir los ojos relucientes de Castanea. Estaba tan cerca que poda oler el aroma sulfuroso del clido aliento de la dragona en el aire hmedo. Sus prpados se cerraron brevemente sobre los ojos verdes: le haba dado su consentimiento para continuar. As pues, Connie se inclin sobre la cola de Castanea para ver lo que guardaba en el interior del anillo formado por su propio cuerpo. El doctor Brock se puso a su lado y levant la linterna para que iluminara la oscura cavidad. En ella vio una masa intrincada de patas y colas: rojo y marrn y resplandores dorados entre fragmentos de cascarones de un blanco cremoso. Por fin lo entendi: estaba observando el nido de los dragones con su nueva familia.Caray! exclam Connie. Argot agit las alas, ardiendo casi de puro orgullo. Cuntos hay? pregunt, volvindose hacia del doctor Brock.Ah, eso es lo realmente emocionante! respondi l. Puedo? le pregunt a Castanea.La dragona asinti y el doctor Brock, pasando la linterna a Connie, meti las manos en el nido y sac un dragn escarlata, que protest chillando por haber sido apartado del clido lecho de sus hermanos. Con la mano libre sac otro, ste de color chocolate y con una largusima cola. Connie ech un vistazo al nido para contar los que quedaban. Todava haba dos acurrucados: uno rojo rub y el otro...Dorado! exclam Connie, cuando la luz de la linterna enfoc las escamas del dragn ms pequeo de la carnada.Levntalo la anim el doctor Brock. He aqu lo que queramos que vieras.Connie desenrosc con cuidado al dragn dorado y lo levant. El doctor Brock devolvi las dos cras que sostena al nido y sostuvo otra vez la linterna para que ella pudiera acunar al beb dragn entre sus brazos. El pequeo no protest y se acomod contra el pecho de Connie. Era del tamao y el peso de un gatito. La nia le pas el dedo ndice por el cuello y not que el dragoncito se estremeca de placer. Una minscula conexin se haba establecido entre el dragoncito y Connie, la compaera universal, la nica persona viva que poda comunicarse con todas las criaturas. Connie not que sus pensamientos no estaban an formados y se colaban en su mente como una sucesin de feroces necesidades. Quera a su mam. Quera a su pap. Quera a Connie. De repente, como si una cerilla hubiera tocado un cartucho de plvora, Connie not que el fuego se encenda en la tripita de la criatura por primera vez y, de sus minsculas mandbulas, surgieron chispas en forma de afiladas estrellas que le hicieron cosquillas en los dedos. Argot y Castanea ronronearon satisfechos de los rpidos progresos de su cra.Los dragones dorados son raros? susurr Connie.Desde luego que lo son respondi el doctor Brock. Los dragones cada vez tienen menos descendencia y, por tanto, los dragoncitos ya son de por s raros, pero los dorados... El dorado puede permanecer en estado latente durante generaciones y slo nace uno cada milenio. La pequea Argand es la primera que he visto de un dorado tan puro.Castanea parpade con sus enormes ojos verde esmeralda y Connie se dio cuenta de que no deba abusar ms de la paciencia de la madre. Cuando devolvi la pequea a su nido, acarici las cuatro cras y volvi a ponerse en pie.Me siento honrada... Gracias por dejarme ver a vuestra nueva familia dijo Connie, mirando a Argot.Universal, compaera de Argand dijo Argot con una voz que ms bien pareca un soterrado gruido.Yo?Si lo deseas, s aadi el doctor Brock. Argot, Castanea y yo pensamos que... Bueno, pensamos que qu mejor que emparejar a la nica universal del mundo con nuestro nico dragn dorado.* * *

De vuelta a Hescombe a lomos de Skylark, Col y Connie guardaron silencio de comn acuerdo, pensando en lo que haban tenido el privilegio de presenciar.Cunto tardan en crecer los dragones? pregunt Col, al final. Lo sabes?No respondi Connie. Slo s que viven siglos.Esperaba que pudiramos volar juntos, pero me parece que, cuando el dragn dorado pueda despegar, nosotros ya habremos desaparecido.Anda, cllate, Col protest Connie dndole un codazo en las costillas. Le conoca lo suficiente para saber que le gustaba pincharla, y no slo para que no se hiciera ilusiones sobre su condicin especial de compaera universal, sino porque quera dejar clara su posicin de jinete en aquella amistad. Col no dijo nada ms, pero Connie hubiera jurado que sonrea, y eso que no le vea la cara.En aquel momento sobrevolaban el pequeo puerto de pescadores de Hescombe, que esa noche pareca un enorme tablero del juego de serpientes y escaleras con la esquina sureste comida por el mar. Connie mir hacia abajo para ver si reconoca desde all arriba el tejado de su casa, el nmero cinco de Shaker Row.Eh, qu est pasando? pregunt en voz alta.Col mir hacia abajo y vio lo que haba llamado la atencin de Connie: una caravana de luces rojas de frenado cubra desde Hescombe hasta la ciudad cercana de Chartmouth.Qu raro! exclam Col. Igual ha habido un accidente. Vamos a ver qu ha pasado.T crees? Ya sabes... Y si nos ven?Connie dese enseguida no haberlo dicho, porque sinti que el vago inters de Col se haba convertido en una firme determinacin precisamente porque ella haba puesto en duda la oportunidad de su propuesta.No pasar nada respondi Col airadamente, lanzando a Skylark a una nueva carrera.La caravana de luces remontaba la colina que haba a espaldas de Hescombe y prosegua a campo abierto antes de detenerse abruptamente en la linde del bosque de Mallins. Aquel antiguo bosque mgico era la zona forestal ms grande del distrito. Incluso desde all arriba Connie percibi la presencia de miles de criaturas en los rboles y el suelo, criaturas que vivan ocultndose de los humanos. La carretera describa una amplia curva alrededor de sus lmites antes de emprender la empinada bajada hasta Chartmouth. A Connie, el bosque de Mallins le pareca una preciosa isla que peligraba a consecuencia del avance del hombre. Desde su posicin aventajada, por encima de las copas de los rboles, vio las luces de la refinera de Axoil, en el suburbio industrial de Chartmouth, engullendo el horizonte con un molesto resplandor naranja.O sea que era eso! Col seal un punto ante ellos. Han llegado.A la cabeza de la fila de coches, un convoy de viejos y destartalados autobuses y caravanas abandonaba lentamente la carretera para meterse en una zona de picnic del borde del bosque. Uno de los autobuses pareca averiado. Entre los faros vieron pasar figuritas arriba y abajo y escucharon el abucheo furioso de los coches atrapados en la caravana.Quines son? pregunt Connie.Los manifestantes: los ecoguerreros. Han venido por lo de la carretera.Y entonces lo vio claro: se haba llevado a cabo una campaa local de oposicin al plan para construir una nueva carretera que llevara a la refinera de Chartmouth, pero el proyecto haba seguido adelante. Connie estaba furiosa. Haban dado luz verde al permiso de obras para ensanchar la carretera existente y crear un trazado ms recto, talando un buen trozo del bosque de Mallins y dejando por tanto a innumerables animales sin hogar. Connie lo consideraba un triple asesinato y, por lo que pareca, aquellos ecoguerreros tambin.Son miembros de la Sociedad? pregunt Connie a Col, cuando ya se disponan a volver a casa.Col se ri.No. Slo habr uno o dos. Mi padre se relaciona con ellos y dice que aun son ms raros que nosotros.Cuesta creerlo. En el poco tiempo que llevaba en la Sociedad para la Proteccin de las Criaturas Mticas se haba convencido de que la agrupacin contaba con la gente ms rara que haba conocido en la vida.Tendremos que hacerles una visita y juzgarlo por nosotros mismos, no te parece? propuso Col, desviando a Skylark hacia casa.

Captulo 2La familiaCol y Skylark dejaron a Connie en una baha apartada, no demasiado lejos de su casa. Mientras se abra paso por el tramo de arena hmedo que haba dejado la pleamar, sabore la promesa de las vacaciones de verano que le quedaban por delante. Los responsables de la Sociedad para la Proteccin de las Criaturas Mticas, los Administradores, tenan emocionantes planes para su entrenamiento y Connie no vea el momento de empezar. No llevaba ni un ao en la Sociedad y mucho de su trabajo era an un misterio para ella. La Sociedad se haba creado un milenio antes para proteger a las criaturas mticas que quedaban en el mundo ocultando su existencia a los humanos. Slo los que gozaban del don del vnculo con las criaturas mticas podan encontrarse con ellas, y slo tras un estricto voto de silencio para mantener los asuntos de la Sociedad en secreto. Por lo general, los humanos de la Sociedad gozaban de un vnculo con una sola especie de criaturas, pero, muy ocasionalmente, apareca un compaero universal entre ellos, una persona que poda comunicarse con todas las criaturas, es decir, alguien como Connie. Adems, a Connie todava se la consideraba ms nica porque todo el mundo pensaba que el don universal se haba extinguido haca muchos aos. Por esto, y por otros motivos algo menos claros, la tenan por un ser especial y su entrenamiento era de vital importancia para todos.La luna sali de detrs de una nube baando la playa con su luz plateada. Connie se detuvo en una marisma rocosa, cautivada por su misterioso resplandor azul. Un par de plidas anmonas flotaban cerca de la superficie como si de un par de ojos se tratara. Involuntariamente, record por qu la Sociedad tambin la consideraba nica: la acechaba Kullervo, el gran enemigo de la sociedad. La piel de aquella criatura de la forma cambiante conservaba el mismo tono azul marino adoptara la apariencia que adoptara.El corazn se le desboc. Recorri la playa desierta con la mirada. No poda estar all, verdad que no? Acaso no le haba derrotado el ao anterior, despus de que l convenciera a las sirenas para que atacaran el petrolero? Kullervo haba intentado dar el primer paso hacia la dominacin del mundo de los humanos, pero ella le haba derrotado volviendo contra l su propio poder. Connie saba que Kullervo volvera por ella porque necesitaba a un compaero universal para completar su misin. Sin ella para canalizar su enorme poder destructivo de aquella criatura, Kullervo slo poda trabajar a travs de otros seres.Por favor, ahora no murmur Connie. Todava no estoy preparada para ti.Una nube cubri la luna y el agua volvi a su inofensiva negrura. La imaginacin le haba jugado una mala pasada. Kullervo no estaba por all. Seguramente an se estara lamiendo las heridas y podan pasar aos antes de que volviera a la carga. Connie tena tiempo... o eso esperaba. se era el principal motivo por el que los Administradores queran que pasara el verano con criaturas de las cuatro compaas de la Sociedad. Mediante encuentros con diversas bestias de cada grupo (criaturas aladas, criaturas marinas y reptiles, elementales y bpedos y cuadrpedos), pretendan que aprendiera lo suficiente sobre sus poderes como para resistir cualquier nuevo ataque de Kullervo. Si segua ese plan de formacin, estara preparada para enfrentarse a l otra vez.Y ahora tena a Argand. Connie no encontraba palabras para expresar sus sentimientos. Ya se haba hecho a la idea de que, a diferencia de todos los dems humanos de la Sociedad para la Proteccin de las Criaturas Mticas, que estaban vinculados a una criatura que sera su compaera de por vida, su don universal le impedira establecer jams un vnculo con una sola criatura. Como universal, el ser capaz de comunicarse con todas las criaturas le haba acarreado una extraa soledad: amiga de todas pero de ninguna en especial. O al menos de ninguna a la que ella se hubiese ligado voluntariamente... No poda olvidar que Kullervo, la criatura del mundo mtico con poderes ms similares a los suyos, haba afirmado una vez que el lugar de Connie estaba a su lado. A la nia le pareci una buena idea dejar plantado al de la forma cambiante para escoger otro compaero. Aunque el vnculo con un dragn no fuera jams tan fuerte como el que se establecera entre un universal y Kullervo, podra crecer con el tiempo para contrarrestar el ataque de aquel peligroso enemigo.Connie subi los escalones que iban de la playa a Shaker Row, mientras saludaba con la mano a Mew, la gaviota, que volaba en crculos sobre su cabeza. Al llegar arriba, abri la verja del nmero cinco.Se par de golpe. Haba dos extraos sentados ante la puerta, esperando a que llegara alguien.Hola, Connie dijo el hombre mayor, con una calva que pareca una tonsura monacal. Estaba sentado sobre un enorme bal cubierto de pegatinas de todos los pases del mundo.Mmm... Hola respondi ella.Seguramente no te acordars de nosotros continu diciendo el anciano. Eras muy pequea cuando nos vimos por ltima vez.Ah, s?S, debas de tener unos cuatro aos, creo. Soy tu to abuelo, Hugh Lionheart. Y sta es mi hermana Godiva.Connie recordaba vagamente a su padre mencionando a esos parientes de vez en cuando, cada vez que una de sus exticas postales aterrizaba en el felpudo de casa. Segn su padre, estaban retirados y se pasaban la vida de crucero, casi sin pisar tierra firme. Pero, entonces, qu les haba llevado a la puerta de su casa?La ta abuela Godiva miraba fijamente a Connie con una expresin mucho menos amable que la de su hermano. Era una mujer imponente de pelo plateado y pareca de una naturaleza tan espinosa como la corteza de una castaa. Al acercarse a ella, Connie vio que Godiva tambin tena los ojos diferentes, aunque, en su caso, eran de dos tonos distintos de verde.Lo ves, Hugh ? Es tal como Gordon y Beryl teman dijo la ta abuela Godiva a su hermano. Obviamente, Evelyn no ha hecho ni caso de los mensajes. Mira que dejarla ir as vestida por la vida! Qu demonios llevas? Godiva volvi a mirar a Connie, observando el traje de vuelo de piel marrn con los labios apretados. Qu clase de moda es sa?Connie se qued sin habla: no poda explicarle que era el traje para montar dragones.El brutal rugido de una moto evit que tuviera que inventarse una respuesta y los tres se volvieron hacia la calle, donde una motocicleta enorme, con un montn de brillantes accesorios cromados, derrapaba ante la verja levantando la grava sobre la valla. El conductor le dio al gas antes de apagar el motor. La pasajera descendi, se quit el casco y sacudi su melena oscura al viento. El conductor aparc la moto y dio a Evelyn Lionheart un caluroso abrazo. Connie observ impotente cmo su ta, ajena al comit de recepcin que la estaba esperando, besaba al motorista de pelo oscuro para despedirse antes de entrar en el jardn. Tal como haba hecho Connie unos minutos antes, Evelyn se par de golpe. Dijo algo por encima del hombro y el motorista tambin se acerc.Hola, Hugh, Godiva dijo Evelyn, besando la mejilla de su to. A su ta ni siquiera se acerc. Ha pasado mucho tiempo. Ya habis satisfecho vuestras ansias de viajar?No exactamente, cielo dijo Hugh, dndole unos golpecitos cariosos en el brazo.Siento no haber estado aqu para recibiros... Haba un atasco en la carretera de Chartmouth. De hecho, crea que vosotros tambin lo habrais pillado.Hemos venido en tren dijo Hugh. Nuestro barco atrac en Plymouth esta maana.Godiva Lionheart mir a su sobrina. Obviamente consideraba que no estar all para recibirlos concordaba con el comportamiento que acababan de presenciar, es decir, que era un insulto. Ech una mirada envenenada al hombre que permaneca de pie, con el casco bajo el brazo, tras su sobrina. Evelyn malinterpret la mirada (deliberadamente, pens Connie, por el brillo de sus ojos) y se gir para presentarles a su amigo.Ah, ste es Mack Clamworthy.El padre de Col! El seor Clamworthy avanz y, a la luz del porche, Connie le vio la cara de firme mandbula y picaros ojos castaos. Pareca un artista de cine en la presentacin de su pera prima, avanzando con la seguridad de quien conoce el poder de su atractivo fsico. Reconoci ese modo de pavonearse: Col actuaba igual cuando estaba particularmente complacido consigo mismo.Haba odo hablar mucho de Mack y tena dos versiones muy diferentes acerca de cmo era: la de la abuela de Col y la del propio Col. Lo que nunca hubiera pensado era que lo conocera como el hombre que acababa de besar a su ta.El to Hugh le tendi la mano, pero su hermana se la apart de un manotazo.Por todos los santos, Hugh le ladr. Recuerda a qu hemos venido!Mack respondi al desaire volvindose hacia Connie.Hola, Connie. He odo hablar mucho de ti. Es estupendo conocerte al fin. Y dio un firme apretn de manos a la nia. Todo eso que pasaste con Col... Fantstico!Qu es eso exactamente? volvi a ladrar Godiva.Estoy segura de que os habris enterado incluso estando de crucero intervino Evelyn, ponindose entre Mack y su ta. Por aqu Connie es una celebridad, porque en Ao Nuevo evit que se hundiera un petrolero.Ah, s? Godiva no pareca impresionada.Yo no lo saba! Cmo lo hiciste, jovencita? pregunt Hugh. Desbordaba inters.Mis amigos me ayudaron dijo Connie, viendo la expresin de Godiva. Era como si se hubiera tragado una pia cargada de piones.Y salvaron muchas vidas, tambin aadi Evelyn. Pero entramos? Hablaremos ms cmodamente dentro. Sac la llave y abri la puerta principal.Entonces os dejo, vale, Evie? dijo Mack en tono desmayado, captando el mensaje de Godiva, que le deca claramente que no sera bienvenido en la escena familiar que se estaba cociendo. Nos veremos maana a la misma hora.El hombre dio media vuelta y volvi a su moto, con la piel negra de su traje brillando como la de un tiburn a la luz de una linterna. Los Lionheart le vieron alejarse en silencio. El rugido del motor reson en Shaker Row perturbando la paz del respetable vecindario. El derrape del aceleron cuando arranc fue como un ltimo insulto.* * *

An no tiene ni doce aos y la dejas ir a sus anchas a estas horas de la noche! exclam Godiva.Connie estaba con unos amigos muy responsables. Estaba con el doctor Brock. Creo que le recuerdas, no, ta?Con ese chiflado! Todava sigue con sus viejas triquiuelas, no? Pues si sa es tu idea de la responsabilidad...Connie se sent abrazndose las piernas en la oscuridad del pasillo, escuchando los gritos de la cocina. La haban hecho salir y se haban pasado casi media hora as. Se enter de muchas cosas, entre ellas, de que sus padres, que trabajaban en Filipinas, haban dado a Evelyn estrictas instrucciones para limitar el tiempo que Connie pasaba con los miembros de la Sociedad, punto que su ta haba escogido no respetar. Renunciando a poder influir a Evelyn desde tan lejos, sus padres haban apelado a los que consideraban los Lionheart sensatos y les haban rogado que interrumpieran su crucero alrededor del mundo para presentarse por sorpresa a ver qu tejemanejes se traan en Shaker Row. Sin duda, Godiva consideraba que la forma de recibirlos confirmaba sus peores temores.Connie est muy bien aqu. Pregntaselo a su profesor, o a quien quieras replic Evelyn categrica, ignorando los insultos de su ta al doctor Brock.Pero mira su ropa, Evelyn. No vas a decirme que es normal que una nia de su edad vista as... Otra sospecha haba asaltado a Godiva. No la habrs dejado montar con ese tipo de la moto, verdad? No pensars convertirla en uno de esos ngeles del Infierno, no?Evelyn rompi a rer.No seas ridicula.Y t... Por ah con tu novio motero y sin saber lo que se trae Connie entre manos!Connie no se trae nada entre manos, ta. Acabas de conocerla y... Maldita sea, yo la conozco mucho mejor que t!A m no me vengas con maldiciones, Evelyn Lionheart. Qu dira Robin, Dios le tenga en su gloria, si escuchara a su hija utilizando este vocabulario conmigo?Ah, y qu esperas, ta? Me parece que t no te ofreciste para hacerte cargo de ella cuando me la trajeron el ao pasado. Y ahora te presentas aqu y nos tratas a las dos como si furamos delincuentes. Tienes una cara muy dura!No es cara dura... Tengo todo el derecho. Sus padres me han pedido que haga lo necesario para asegurarme de que no corrompes a su hija con toda esa basura de la Sociedad.Es cierto, Evelyn intervino el to Hugh, con una voz plcida que contrastaba con el tono agudo de su hermana. No puedo echarles en cara que quieran asegurarse... Bueno, ya sabes... de que no le pase nada a su hija. Nunca he odo nada bueno de la gente que se mezcla con esa Sociedad tuya... Ms bien todo lo contrario.Le has contado a Connie lo que ocurri? pregunt Godiva. Le has contado que la mitad de mi generacin acab borrada de un plumazo en una misin de la Sociedad? Le has hablado del marido de mi hermana?S, Connie conoce los peligros. La voz de Evelyn volva a ser suave. Si t no le hubieras dado la espalda a todo, ta, ahora podra explicarte por qu ella no puede evitar unirse a la Sociedad. Pero t ya tomaste una determinacin, no es as?S, lo hice... Y nunca me he arrepentido de ello, ni por un segundo.Nunca?No. Todo aquello es agua pasada y pronto Connie tambin podr decir lo mismo. Llmala. Tengo que decirle algo.Tras una pausa Evelyn sac la cabeza por la puerta para llamar a la nia.Espero que lo hayas escuchado todo le susurr, dndole un golpecito en el hombro. Todo ir bien. Yo estar contigo.Godiva, de espaldas al mueble de la cocina, ignoraba deliberadamente la sorprendente coleccin de plumas, conchas y viejas botellas de cristal que Connie y Evelyn haban recogido en sus paseos por los pramos y por la playa. Entre hallazgos comunes, haba unos cuantos objetos raros: un mechn plateado de una cola de unicornio, una pluma negra de Pjaro de la Tormenta, fragmentos de un huevo de dragn y azabache extrado de la tierra por un enano de roca.Connie, tus padres han decidido que ya es hora de poner punto final a toda esta estupidez le anunci Godiva.No entiendo. Connie mir a Evelyn. Su ta estaba blanca como el papel y tena los labios apretados en una fina lnea.Te llevamos con nosotros.No! salt Connie. Y todos sus planes? Y su entrenamiento? Y sus amigos?Reabriremos la vieja casa de Chartmouth.Connie, tus padres estn muy preocupados por ti aadi Hugh, con dulzura, mientras extenda el brazo para tocarle la mano.Y con toda la razn aadi Godiva. No esperaba menos de Gordon. Ha decidido que ya es suficiente.Pero yo no quiero irme. Yo quiero quedarme aqu protest Connie, intentando asimilar con claridad aquel desastroso acontecimiento.No es que no te estn agradecidos, Evelyn aadi Godiva, ignorando las protestas de su sobrina nieta, pero los padres de Connie han admitido que cometieron un error dejndola contigo.Tienes que entender, Evelyn, que una muchachita como Connie es una carga muy pesada para una mujer soltera en tus circunstancias sigui razonando Hugh.Hescombe es lo mejor que me ha pasado en la vida dijo Connie, apelando a la comprensin de su to abuelo. Por favor, no me hagis esto! Not que los dedos de Evelyn se cerraban sobre sus hombros; temblaba de furia.No pensamos alejarte de aqu por completo, slo te llevaremos a Chartmouth. All tenemos una casa muy bonita, demasiado grande para dos vejetes como nosotros explic Hugh.Godiva arque las cejas al escuchar lo de vejetes.Y, por supuesto, nos haremos cargo de su educacin dijo.Vosotros la educaris? salt Evelyn.Enseanza en casa... Eso es. Ojal alguien me hubiera arrancado de todas esas estupideces cuando tena la edad de Connie... No hay que dejar que se convierta en un problema. Hay que enderezarlos de pequeos, eso es lo que creo.De qu quieres arrancarla? De qu demonios hablas, Godiva?Lo que necesita esta nia es una disciplina a la antigua usanza. Esa fue mi salvacin... y tambin ser la suya.Hugh pareca incmodo.No la vamos a arrancar de nada literalmente, Evelyn. Creo que a lo que mi hermana se refiere es a un trato estricto, la magnfica disciplina de la vieja Marina.Es una nia y no uno de tus cadetes, Hugh! exclam Evelyn. No os la llevaris. No lo entendis. Ella no es como los dems y necesita cuidados especiales.Por una vez en la vida, estoy de acuerdo contigo, Evelyn dijo Godiva. Ya es hora de que supere su problema con los animales. T slo le ests dando alas. Sus padres han decidido que Connie tiene que cortar todos sus lazos con esa alocada Sociedad tuya y comportarse como una adolescente normal, con amigos normales.Pero ella no es normal, Godiva! Por qu no puedes enfrentarte a la realidad por una vez en la vida? T has huido de tu propio destino, pero Connie no puede. Tiene unos dones extraordinarios! Necesita la Sociedad y la Sociedad la necesita a ella!Ya ests diciendo estupideces. Le ests negando la oportunidad de vivir una vida normal.Qu hay de positivo en una vida normal si eres... como Connie? Godiva, no eres ms que una extremista corta de miras! T siempre te has conchabado con mi padre en lo que se refiere a la Sociedad y jams te ha importado el dao que pudieras hacerme o hacerle a Sybil. No pienso dejar que le hagas lo mismo a Connie!Deja de decir estupideces, Evelyn replic Godiva, con la voz helada como un tmpano. Olvidas que se trata de la hija de Gordon, no de la tuya, y l me ha dado permiso para tomar las medidas necesarias y salvar a Connie de tus garras. Volvindose hacia Connie aadi: Haz la maleta. Nos vamos.

Captulo 3RatiEl taxi dej a los Lionheart a la puerta de una enorme casa cuadrada de Abbey Close, en Chartmouth. Connie levant la vista recorriendo las cuatro plantas hasta el tejado de pizarra que se recortaba contra el cielo nocturno. El edificio pareca un ciudadano orondo y sobrealimentado que siempre hubiera ocupado un lugar privilegiado en la parte antigua de la ciudad y no tuviera ninguna prisa por trasladarse.Aqu la tienes, Connie: sta es la casa de los Lionheart dijo Godiva. Era la primera vez que la oa decir algo que no fuera negativo. Tiene mucho ms que ver con tu familia que todas estas tonteras de la Sociedad: los Lionheart tienen una larga y respetable historia en esta ciudad. Durante siglos fuimos una de las familias de comerciantes ms importantes. Si vas a la abada de ah enfrente, encontrars los nombres de tus parientes grabados en las paredes. Pagamos incluso la vidriera del crucero.Connie puso una muda expresin de inters. En realidad, de no haber estado tan deprimida por tener que dejar Shaker Row, le hubiera gustado saber ms de su familia.La ta Godiva sac una llave y abri la puerta de la verja.Llamaste a la seora Wellborough, Hugh? pregunt.Por supuesto. Me dijo que dejara el lugar en condiciones para nosotros.No lo dudo. Veo que su marido ha mantenido el jardn con pulcritud, tal como le ordenamos. Godiva asinti. El patio estaba inmaculado y los setos perfectamente recortados. Se inclin un poco y sac una regla de su enorme bolso negro para medir el borde. Bien, bien: no pasa de quince centmetros. Perfecto.Sorprendida por el grado de exigencia, Connie carg con su maleta y sigui a Godiva por el camino mientras Hugh tiraba del bal. En el preciso momento en que sus pies tocaron la grava, Connie sinti un escalofro. All haba algo que no iba bien... Algo enfermizo. El jardn pareca atrapado en una camisa de fuerza.Godiva se detuvo en el escaln de la puerta principal, rebuscando entre la oscuridad para dar con la llave correcta. Hugh encendi una luz que ilumin los cristales de la puerta. Estaban decorados con un smbolo muy familiar para Connie.Eh, es el mo! exclam Connie. Qu haca el smbolo de los universales en la puerta?El qu? le pregunt Hugh, que estaba a su lado. Te refieres a esto? Bonito, verdad? Forma parte de nuestro escudo de armas: la estrella de la brjula. Es la prueba de que desciendes de un largo linaje de marineros, como yo, sabes? Y se remang la manga para mostrarle un tatuaje azul marino con la misma forma. Me lo hice en Singapur en 1958. El viejo que me lo hizo casi se cae del taburete cuando le dije lo que quera. Me hizo un montn de preguntas raras. Hugh se frot el antebrazo pensativo. De hecho, de todos mis tatuajes, ste es el que atrae ms el inters de la gente.Sabes qu significa? Connie no pudo evitar preguntarlo.Pues claro. Significa Norte, Sur, Este y Oeste... Seguro que a tu edad ya conoces los puntos cardinales, no?No saba que era el smbolo de la Sociedad para los Compaeros Universales... O se haca muy bien el tonto.Godiva abri la puerta y entr en el vestbulo, donde encendi ms luces. A Connie le impresion la escalera: tena una barandilla negra de hierro forjado y los escalones eran de mrmol blanco. El suelo del vestbulo era de piedra y un jarrn de alabastro con flores secas sobre una mesita tambin de hierro situada ante un enorme espejo era el nico elemento decorativo.Connie arrastr la sensacin de nusea que haba experimentado en el jardn por toda la casa. En casa de los Lionheart haba algo que no iba nada bien... Faltaba algo.Empezaremos las clases pasado maana, Connie le anunci Godiva.Pero si estamos en vacaciones!La ta abuela Godiva levant una ceja y sigui hablando:O sea que te sugiero que dediques el da de maana a hacerte con tu nuevo hogar.No era su hogar, pens Connie con amargura. Se senta como si la hubieran arrancado de raz y la hubieran replantado en la tierra equivocada.Tu dormitorio est al lado del mo, en la primera planta. Te lo ensear ahora para que puedas acomodarte antes de la cena. Querrs cambiarte, claro.Connie se mir los vaqueros.Tengo que hacerlo?Por supuesto. En esta casa no se entra en pantalones en el comedor. Supongo que tendrs algn vestido o falda...Mmm...Godiva hizo un gesto irritado de desaprobacin.Si no encuentras nada apropiado, ya te dejar yo algo. A partir de ahora tendrs que comportarte como una seorita, Connie, y no como un marimacho.No soy ningn marimacho.Godiva resopl, no haba lugar a rplica en ese tema, y subi las escaleras. Hizo una breve pausa ante una puerta y levant la mano, pero no toc la madera pintada de blanco.Esta es mi habitacin. Y sta... Dio unos pasos ms por el pasillo. sta es la tuya.Connie entr por la puerta que Godiva le haba abierto y dej la maleta en el suelo: una estrecha cama de hierro contra una de las paredes, una mesa de metal bajo la ventana y unas perchas sobre un enorme bal de piel como el que el to abuelo Hugh haba arrastrado por el asa. Una atmsfera desoladora, como de celda. Slo el papel pintado descolorido (rosas trepando por un enrejado) suavizaba aquella impresin.Cuelga la ropa en las perchas y deja el resto de tus cosas en el bal dijo Godiva. Pas un dedo por la superficie de la mesa y sonri, complacida de que no hubiese polvo.Muy bien.No me digas muy bien en ese tono resentido, seorita. Me dirs s, ta Godiva.S, ta Godiva.Eso est mejor. Godiva se acerc a su sobrina nieta y le pas por debajo de la barbilla el mismo dedo con el que haba comprobado el polvo. Ya s que, al principio, ser difcil, Connie, pero tienes que creerme, todo esto es para tu bien. Seguramente ley la duda en los ojos de Connie. Me gustara que confiaras en m. S muy bien por lo que ests pasando porque yo pas por lo mismo. El primer paso para recuperarte es reconocer que lo que sientes no es natural, que es como una enfermedad. Si aceptas eso, ya estars en el buen camino para recuperarte. Y ahora, te dejo.Tan pronto como se cerr la puerta, Connie se ech sobre la cama y dio rienda suelta a las lgrimas que haba estado reteniendo. Haba intentado con todas sus fuerzas ser valiente para que Evelyn no notara su angustia mientras haca las maletas en su querida habitacin de la buhardilla de Shaker Row. Pero una vez sola se dej llevar por la desesperacin. Odiaba a su ta abuela, pero haba en ella algo que la intrigaba: obviamente entenda ms sobre la Sociedad de lo que admita. Era casi como si lo supiera.Que la hubieran alejado de la Sociedad ya era bastante malo, pero lo que realmente la asustaba era pensar cmo utilizara Kullervo su aislamiento para aprovecharse de ella. No tena forma alguna de aprender a defenderse de l, y adems estaba su nueva compaera. Tras aceptar ser la compaera de Argand, se haba dado cuenta de que un montn de dificultades la aguardaban. Para complementarse, tendra que verla regularmente y, si no lo haca, ambas sufriran. Establecer un vnculo significaba que uno pasaba a formar parte del otro, y eso era lo que haca realmente especial la relacin entre compaeros. Como universal, poda protagonizar encuentros fugaces con tantas criaturas como quisiera, pero el vnculo de un compaero con un ser mtico en particular era ms fuerte. Era como la diferencia entre la amistad y el matrimonio: ahora, ella y Argand se pertenecan y no deban separarse.Se escucharon unos golpecitos suaves en la puerta.S? Connie se sec las lgrimas con el dorso de la mano.Hugh sac la cabeza por la puerta.He pensado que estaras un poco triste y te he trado un regalo. Le tendi una preciosa caracola. Si te pareces en algo a m, seguro que echars de menos ver el mar mientras ests aqu, pero, por lo menos, con esto podrs escucharlo.Gracias, to Hugh.No se lo digas a nadie, cielo. Y, dejndola sobre la colcha, se fue.* * *

Col estaba en el corral de detrs de la casa, cepillando a Mags, su poni, cuando lleg su abuela. La mujer se inclin sobre la valla para recuperar el aliento, todava aturdida por las noticias que le haba trado Evelyn. Col silbaba bajito, ajeno, como siempre que estaba junto a su poni castao de ocho aos, a cuanto le rodeaba. La seora Clamworthy no quera molestarlo, pero aquello no poda esperar.Col?El nio levant la cabeza y dej de cepillar, sorprendido de que su abuela estuviera tan cerca.Qu pasa, abuela?Es Connie.No se trata de Kullervo, verdad? pregunt Col inmediatamente. El nombre le dej un sabor amargo en la boca.No, cario, pero es casi igual de malo.Col dej caer el cepillo.Cuntame.Se han llevado a Connie... Lejos de Evelyn, de la Sociedad y de todo lo dems. La seora Clamworthy pareca a punto de llorar. Le temblaba la mano apoyada en la valla.Pero quin?Sus padres han enviado a sus tos abuelos. Y ahora que Godiva Lionheart ha puesto sus zarpas sobre Connie, no quiero ni pensar lo que puede pasar.Y se ha ido sin despedirse? Col no se lo poda creer. El da antes haban estado hablando de pasar las vacaciones de verano juntos... Haban hecho planes.No tena opcin. Cuando llegaron anoche se la llevaron a Chartmouth, a esa casa que tienen. Ninguno de nosotros puede verla.Mags frot los belfos contra Col reclamando su atencin y el chico le acarici distradamente.Pero no pueden hacer eso! Y su entrenamiento? Y Kullervo?Eso es precisamente lo que hemos pensado todos. Tu padre dice que no le hicieron ni caso cuando dej a Evelyn en su casa ayer por la noche. Godiva se opone radicalmente a todo lo relacionado con la Sociedad.Una nueva sospecha se apoder de Col.Qu haca pap con Evelyn, abuela?La seora Clamworthy se ruboriz ligeramente.Eso es cosa suya, Col, no nuestra. Pero, venga, corre, quiero que le lleves un mensaje a Mack de mi parte. An no sabe cmo acab la cosa ayer.* * *

Mags sali de la carretera y aceler para meterse con su jinete en el bosque de Mallins. A pesar de ser portadores de malas noticias, Col no pudo evitar disfrutar un poco. A ambos les encantaba cabalgar entre los rboles. Estaban deseando galopar juntos por los rincones del bosque: bajo el verde follaje de las hayas; en los oscuros y misteriosos tneles de robles con las bellotas crujiendo bajo los cascos de Mags; entre las columnas de los plateados abedules, sobre el suelo arenoso... Y adems de las distintas variedades de rboles estaban los cambios que experimentaba el bosque con las estaciones. Durante un paseo Col y Mags podan rozar los verdes brotes recin nacidos en primavera, mientras que en el siguiente trotaban bajo las temblorosas hojas del verano, se sumergan en las profundidades del cobrizo otoo o atravesaban como espectros el esqueltico invierno. Los aos recorriendo el bosque de Mallins haban enseado a Col a trotar y a saltar, a trepar a los rboles y a construir madrigueras... Para l, siempre haba sido un magnfico terreno de juegos. Aunque crea conocer bien el bosque, segua teniendo la sensacin de que era un lugar misterioso y lleno de verdadera vida salvaje. Notaba que el bosque estaba vivo gracias a las criaturas que se escondan en sus rboles y en su suelo. Connie sola decir que rebosaba vida. Si hubiera estado con l, le hubiera dicho con qu criaturas se cruzaba. Hizo parar a Mags y mir a su alrededor. Aquello era lo que queran talar y cubrir de asfalto, sacrificando el ltimo resto de los grandes bosques que haban cubierto aquella zona. Senta la prdida con un dolor casi fsico.A quin iba a beneficiar aquello?, pregunt en hosco silencio a los rboles. Claro, la planta de Axoil podra hacer llegar sus camiones cisterna mucho ms rpido a la autopista. Col tambin haba odo que los conductores que usaban habitualmente la carretera se quejaban de lo mucho que se tardaba en llegar a Chartmouth.Pero en qu lugar podremos escapar de los coches, si lo asfaltan todo?, se pregunt el nio.Los rboles se agitaron, como si secundaran sus sentimientos.Mack Clamworthy estaba sentado ante una tienda de campaa y tena la moto aparcada bajo un sicmoro. El bosque de Mallins empezaba a llenarse de campamentos de todo tipo: haba desde tiendas como la de Mack hasta caravanas con nios, perros y sillas plegables azarosamente distribuidas a su alrededor. Un poco ms all, dos hombres vestidos con ropa de algodn muy llamativa se haban encaramado a la copa de un rbol para atar a las ramas ristras de campanillas que sonaban agitadas por el viento. Los martillazos distantes eran de quienes construan casas en los rboles.Mags entr en el claro y se par al lado de la hoguera.Ah, hola, hijo dijo Mack, bostezando y frotndose perezosamente la barbilla sin afeitar. Vienes a unirte a nosotros, verdad? Ya hemos empezado a dar faena a la polica para sacarnos de aqu... Cuantos ms seamos, ms reiremos.Col no le contest, pero se ape de Mags y dej que el animal se alejara a pacer.Has odo lo de Connie? pregunt a su padre.No, qu ha pasado? Lo dijo sin demasiado inters, mientras atizaba el fuego con una rama.Se la han arrebatado a Evelyn... Y su familia se niega a dejar que tenga nada que ver con la Sociedad.Mack mir sorprendido a su hijo, pero sigui amontonando los troncos.Qu vergenza!Es ms que una vergenza... Es un desastre. Y Kullervo? Cmo vamos a protegerla si ninguno de nosotros puede acercarse a ella?Mack arque las cejas.Menudo lo. Supongo que Evie estar muy triste.No tanto como Connie. Col hizo una pausa. Vas a contarme qu sucedi anoche? le pregunt, sentndose al lado de Mack, sobre un cubo boca abajo.Nada... Yo no he tenido nada que ver con esto. No cruc ni dos palabras con ellos. Evie me dijo que su familia la haba estado pinchando con el tema de Connie.Col frot las suelas de sus deportivas contra las hojas del suelo, bajando la mirada.Y de qu va eso de Evelyn y t, pap?Mack se puso de pie y se desperez.Vivac... Nada ms dijo el hombre, volviendo a bostezar.Pap...Es una amiga... Hace aos que la conozco. Mira, Col, estoy seguro de que el doctor Brock y los dems pensarn en algo para ayudar a Connie. T, de momento, olvdate de eso: no puedes hacer nada. Por qu no me acompaas y as te presento a los dems para que te distraigas un poco? S dnde nos servirn un t calentito. Sigeme.Col sigui a Mack de muy mal humor. Que lo olvidara, le haba dicho su padre. Pero cmo iba a olvidarlo? Mack pareca siempre tan seguro de s mismo, tan grande... Siempre dominando cualquier espacio, cualquier reunin, apartando los obstculos como si no existieran. Col saba que no podra crecer bajo la larga sombra que su padre proyectaba. Siempre le haba parecido genial que Mack estuviera por ah viajando constantemente y dejara a Hescombe tranquilo. Pero eso era antes de que empezara a salir con Evelyn Lionheart y Col no estaba seguro de que le gustara la perspectiva de verle ms a menudo.Mack se par ante un viejo autobs blanco decorado con un arco iris. Llam a la puerta y les abri una mujer de mirada salvaje y tupida cabellera pelirroja.Eres t, Mack! exclam, aliviada. Pensaba que sera de nuevo la polica.No, Siobhan, slo soy yo... Y esta vez he trado a mi hijo.Col sali de detrs de su padre y mir a la mujer con inters: le pareci un rayo de energa roja en medio de aquella verde calma arbrea.Es de los raros dijo Siobhan, con admiracin y con las manos en sus anchas caderas. Tiene los ojos como pocos, pero parece que los nicos que hablamos de eso ltimamente somos los irlandeses...Col mir a su padre para saber si la mujer conoca la Sociedad y Mack cabece ligeramente antes de contestar:S, raro, verdad?Gracias, pap, pens Col con amargura.Me preguntaba si Rati querra conocerle: deben de tener la misma edad sigui Mack.Siobhan grit a todo pulmn por encima del hombro hacia el oscuro vientre del autobs:Rati! Rati! Dnde ests, pedazo de nada bueno?Un plido rostro desgreado con aspecto de acabar de levantarse de la cama emergi de la oscuridad. Era un nio delgado y nervudo con el pelo castao claro. Entornaba los ojos soolientos para protegerse de la claridad de la maana. Tena la nariz pecosa, la cara alargada y las orejas rojas prominentes.Cmo se llama tu hijo? pregunt la irlandesa, empujando a Rati hacia delante.Col dijo Mack, dando una fuerte palmada en la espalda a su retoo.Bueno, Col dijo la mujer, ste es Sean, pero todo el mundo le llama Rati por nuestro apellido, Ratcliff, sabes?Col y Rati se miraron con cautela, como dos perros que no se conocen, hasta que Col sonri y Rati le devolvi un amago de sonrisa.Y qu, Mack? Querrs un t, no? dijo Siobhan, hacindose a un lado. Vosotros dos ya os podis ir por ah, pero no demasiado lejos. Y no te metas en ms los, Rati!Mam! protest el chico.No te creas que no s qu te traes entre manos... Que no nac ayer.Rati se calz unas botas de goma y salt del autobs.Vamos dijo, haciendo un gesto desenfadado a Col. Vamos a ver las casas de los rboles.Col sigui los pasos del muchacho intentando dar con un tema de conversacin que no fuera demasiado comprometido. Ftbol? Sera seguidor de algn club un nio que viva en un autobs? No tena pinta de serlo. Deseando que su primera conversacin fuera un xito, Col se pregunt qu podan tener en comn.Rati se par de repente y extendi un brazo para que Col se detuviera. Col se par. A qu estaba jugando Rati? Pero, entonces, vio la razn de aquella parada. Estaban en medio de una arboleda de hayas, con un tendal de claras hojas verdes sobre sus cabezas y una alfombra cobriza de hojas secas a sus pies. Ms all, en el claro, un ciervo tena la pata delantera derecha delicadamente levantada, como una bailarina ante su barra de ejercicios. Los dos nios mantuvieron la mirada clavada en los lquidos ojos marrones del animal, sin atreverse apenas a respirar. La brisa agit las hojas de los rboles y el ciervo desapareci con dos saltos.Me gusta este bosque dijo Rati, echando a andar de nuevo.Y a m. Col corri para caminar a su lado. Oye, Rati, si te gustan los animales, te gustara montar a mi poni?

Captulo 4CassandraA ltima hora de la tarde son el timbre de la verja. Connie vio desde su ventana que su ta abuela, que haba estado todo el da arrancando de manera implacable las flores que sobresalan de los mrgenes de los arriates, corra a ver quin era. Regres al cabo de unos minutos con dos nias. Las preceda con las llaves de la casa en la mano, como el carcelero que escolta a los visitantes hasta la celda del preso. A Connie se le levant el nimo de golpe: eran Jane y Anneena, sus mejores amigas de la escuela. Baj las escaleras corriendo, saltando los escalones de dos en dos, para reunirse con ellas en el recibidor.Me alegro tanto de veros! exclam Connie.Y nosotras de verte a ti. Anneena abraz a Connie y le lanz por encima del hombro una significativa mirada a Godiva mientras preguntaba: Qu ocurre?Ah, pues sta es mi ta abuela. Ta Godiva, stas son Anneena Nuruddin y Jane Benedict.Jovencita Godiva mir incisivamente a Anneena, tienes algo que ver con la Sociedad?La qu? Se refiere a esa cosa de Connie?Godiva asinti.No, no, no tengo nada que ver con eso.Y t? pregunt Godiva, volvindose hacia Jane.Yo tampoco dijo Jane, que, al notar la penetrante mirada de Godiva clavada en ella dej que su media melena le cayera sobre la cara para esconderse tmidamente tras ella.Bien, entonces estoy encantada de conoceros, chicas. Tal como os contar Connie, se han producido algunos cambios en su vida, pero vosotras podis continuar siendo sus amigas.Vaya... gracias dijo Anneena, preguntndose qu derecho tena Godiva a elegir a los amigos de Connie.Supongo que querris salir al jardn, no? propuso Godiva, animndolas a hacerlo como si tratara de deshacerse del alboroto que haban formado en su vestbulo.Tranquila, las subir a mi habitacin repuso Connie.Connie an no haba cerrado la puerta cuando Anneena estall:Col nos ha dicho que le han quitado tu custodia a Evelyn.S, eso es.Porqu?Mis padres estaban preocupados por m. Quieren que mis tos abuelos intenten hacerme normal.Anneena reprimi una carcajada.Normal? Qu tiene de malo como eres?Connie se encogi de hombros, aunque su silencio deca a gritos que estaba totalmente de acuerdo con el quid de la cuestin.Jane, que examinaba la caracola, le pregunt:Entonces, vas a vivir aqu? Por cunto tiempo?No lo s.Si sigues aqu en septiembre, estars cerca del instituto de Chartmouth.Mi ta pretende que estudie en casa.Ests de broma, verdad? terci Anneena.No.Y quiere que seas normal? Pues vaya.Se hizo un silencio incmodo en el que Connie se mordi el labio para no llorar. Anneena y Jane intercambiaron una mirada rpida y, acto seguido, rodearon a Connie en un abrazo.Vosotras dos tenis que salvarme. No puedo ver a Col ni a ninguno de los dems, as que todo depende de vosotras.Pues claro, Connie. Anneena le dio un apretn. Tengo una idea. Por qu no nos ayudas a montar el festival de Hescombe? Este ao lo organiza mi padre. Si dices que s, tendrs un montn de oportunidades para salir de aqu con nosotras.Suena genial admiti Connie, sentndose en la cama al lado de su amiga. Con Anneena, todo pareca fcil. El futuro ya no se le antojaba tan desolador.Este ao el festival ser todo un acontecimiento. Yo dira que va a ser de tu estilo. Y vendrn los Krafted.Quines?Anneena levant los ojos al techo.S, mujer, el grupo de msica, el que lleva tres semanas en el nmero uno.Jane apoy su mano en el brazo de Connie.No te preocupes, yo tampoco los conoca.Es que ninguna de las dos escucha la radio? No pasan ni cinco minutos sin que pongan una de sus canciones.No ests exagerando un poco, Annie? se quej Jane.Bueno, s, pero es para que os hagis una idea. Es la primera vez que conseguimos traer al festival de msica un grupo puntero. Y habr un montn ms de grupos... Ser estupendo.Y por qu van a venir? pregunt Connie, con curiosidad. Haba odo hablar del festival, que no era ni mucho menos tan importante como el de Glastonbury u otros conciertos de verano.Por lo de la campaa. No te has dado cuenta de que la nueva carretera tiene que pasar justo por los terrenos que se utilizan para el festival? El batera de los Krafted es de Chartmouth y est totalmente en contra de la carretera. Vamos a utilizar el festival para intentar detener la sangrienta tala del bosque.Siempre tan moderada, verdad? susurr Jane, irnicamente.Anneena la ignor.Las entradas se vendieron nada ms ponerse a la venta por Internet.Y cmo puedo ayudar yo? pregunt Connie. Se le empezaba a contagiar el entusiasmo de Anneena. Quiz pudiera ser de alguna utilidad. Quera salvar el bosque desesperadamente y tal vez de aquel modo lo lograran.Bueno, se suele inaugurar con un desfile de carnaval. Todava no hemos escogido el tema de este ao, pero suele haber animales: caballos y todo eso. Nos podras ayudar a mantenerlos bajo control.Estis hablando con la persona adecuada.Eso me pareca. Quieres que le pida permiso a tu ta abuela o prefieres hacerlo t?Me parece que ser mejor que lo hagas t... A ti se te dan mejor esas cosas.Qu cosas?Lo de hacer bailar a la gente a su son, Annie: t eres para la gente lo que Connie es para los animales le aclar Jane.Anneena sonri con orgullo.Gracias. Bueno, pues me la camelar por ti. Cules son sus puntos dbiles?No creo que tenga ninguno respondi Connie, pero reflexion un momento. Le encantan el trabajo duro y el orden.Vale, pues insistir en que ser una labor de esclavos montar todo el tinglado.No te preocupes, Connie, tu ta abuela no tiene nada que hacer contra ella la tranquiliz Jane mientras Anneena desapareca por las escaleras. An nadie ha conseguido que se rinda. Casi me da pena tu ta...La batalla fue ms dura de lo que Jane haba predicho. Godiva slo accedi a que Connie participara en el montaje del festival con la condicin de que lo hiciera en casa y bajo su vigilancia. Lo de salir a hacer trabajo de campo quedaba absolutamente descartado.Anneena, con aire pensativo, se morda la punta de una de sus largas trenzas negras mientras informaba a sus amigas del resultado de su primer asalto.Tu ta abuela es bastante rara, Connie, Cuando le habl de que vinieras al bosque de Mallins, reaccion casi como si le hubiera dicho una palabrota. Ha sido amable hasta ese momento... Creo que hasta la tena convencida, pero de repente se ha echado atrs y me ha dicho que no permitira que te acercaras ni a un milln de kilmetros de ese lugar, que no lo soporta y que, cuanto antes lo talen, mejor.No puede ser! exclam Connie, ultrajada. Godiva nunca le haba gustado, pero ahora tena una buena razn para detestarla. Cmo poda alguien querer que talaran todos esos rboles?Pues s. De todos modos, por lo menos ha accedido a dejarnos venir a verte de vez en cuando.Connie se tap la cara con las manos.Esto es una pesadilla.Podemos hacer algo? pregunt Jane. Has hablado con tus padres?S... Dicen que tengo que probar el rgimen que me imponga mi ta abuela como mnimo unos meses y que no espere que sea fcil.Fantstico replic Anneena, con voz hueca.Gracias por intentarlo.An no me ha vencido. Esperemos que la prxima vez tenga ms suerte.* * *

Unos das despus, Col y Rati yacan sobre la hierba crecida de un claro del bosque observando el trabajo de un pjaro carpintero en el tronco de un castao cercano, con incontables hojas en forma de mano abierta y centenares de bolitas verde plido. Cada vez que soplaba la brisa en el claro, las manos verdes suban y bajaban como en una ola de aplausos. Col pens que era casi como si el bosque de Mallins estuviera celebrando aquel precioso da de verano.Mira cmo trabaja! exclam Col con admiracin. El pico del pjaro golpeaba el tronco a tanta velocidad que su cabeza era un borrn.S, me recuerda un poco a mi padre con la banda de heavy metal coment Rati. Se le va a hacer polvo el cerebro, no crees? Mi madre siempre dice que pap no ha estado del todo bien desde que empez con la banda.Col rompi a rer y Rati le devolvi una sonrisa de oreja a oreja. Despus, pas a Rati los prismticos y se tumb boca arriba para observar el cielo azul y las formas que iban tomando las nubes: una cara, un barco, un halcn... Los pjaros revoloteaban por todas partes, cazando insectos.Eh, ah hay algo que vale la pena mirar dijo Rati con repentina emocin.Qu? pregunt Col, que volvi de golpe a la realidad para ver a Rati mirando hacia el claro con los binoculares.Caramba! Mira eso!Trae! Djamelos! Agarr los prismticos y los enfoc hacia donde Rati haba estado mirando. All haba alguien con un vestido blanco, una mujer de melena larga y dorada que le caa en tirabuzones sobre los hombros. Col solt los binoculares como si le hubieran quemado las manos.Qu pasa? le pregunt Rati, frotndose la nariz con el dorso de la mano. Se ha ido?No, no es eso.Entonces, qu pasa?Slo que... Bueno, es que es mi madre, sabes? Lo dijo con ms agresividad de lo que pretenda.Bueno, pues tendrs que ir a decirle hola, no? le sugiri Rati, recogiendo los prismticos. Sin embargo, observ extraado que Col no se mova, sin entender que la sola visin de su madre provocaba en su amigo una sensacin de confusin y miedo a la vez. Tendrs que correr.Col asinti e inici una carrera desmaada hacia su madre, como si las piernas no acabaran de decidirse a avanzar. La mujer se haba arrodillado. El pelo le caa como una gruesa cortina por delante de la cara y aporreaba el suelo con los puos como si fuera un tambor.Qu haces? le pregunt Col.Llamo a las serpientes respondi ella con la misma voz ronca que siempre haca temblar a Col, y volvi sus inolvidables ojos azules hacia su hijo. Hola, Coln.Mmm... Ah... Hola, mam dijo l, incmodo.La mujer se levant de la hierba con un fluido movimiento y se acerc a l, lo agarr de los hombros y le mir directamente a la cara.Has crecido afirm con mucho orgullo. Te has enfrentado al peligro y has dominado tu miedo.Col hubiera preferido un saludo ms ordinario, pero estaba contento de que, finalmente, su madre se fijara en l por lo que era.Gracias dijo l, apartndose. Ella sigui mirndole a la cara, haciendo que su hijo sintiera que se le retorcan las entraas, como si hubiera convocado a las serpientes en su interior. Intent distraerla: Por qu llamas a las serpientes? No te parece que ahora esto es un lugar demasiado concurrido y que hacerlo atenta contra las normas de la Sociedad y todo eso?Su madre era compaera de las gorgonas, las criaturas con cabellera de serpientes, y Col no poda dejar de pensar que Rati la haba visto en accin.Ja! Solt una risotada irnica. Cundo he cumplido yo las normas?Cierto, pens Col.Pero qu haces aqu? pregunt. Sin duda, no era para verle a l.Unirme a la protesta. Este bosque es el ltimo hogar de las gorgonas del sur de Inglaterra. Es el lugar al que han regresado durante siglos para engendrar a sus pequeos. Si desaparece, el pelo de la gorgona desaparecer... y ella morir. Col trag saliva y mir por encima del hombro: no saba que las gorgonas rondaran por aquellos bosques y, por descontado, no le apeteca nada la idea de encontrarse con una en ese preciso momento.Oh, eso es terrible... repuso en voz baja. Y dnde estn ahora?Slo queda una y la tengo muy bien escondida le contest su madre. Si alguno de los que protestan o de los que construyen la carretera la viera correra un grave peligro.S pens Col, por no hablar del peligro que correra el desafortunado que viera los ojos de la gorgona, que tiene el poder de convertir en piedra a los seres vivos. Pero estaba convencido de que eso, a su madre, le traa sin cuidado.Pap est aqu, lo sabas? le pregunt Col mientras ella volva hacia el campamento, con su larga falda blanca barriendo los helechos y arrastrando docenas de erizos. No le contest, pero por el gesto altivo de su barbilla Col intuy que no le gustaba la noticia.Col la sigui hasta una autocaravana de un verde plido aparcada al final de la zona de picnic.Ser mejor que no entres dijo su madre. Esprame aqu... Tengo algo para ti.La mujer se esfum en el interior de la autocaravana. Col oy voces e intent no imaginarse con quin estaba hablando. Se sent en un banco y se pas las manos por el pelo: se senta fatal, como cuando tena cinco aos y an viva con su madre. Odiaba admitirlo: le tena miedo, pero, en parte, se senta atrado hacia ella como si estuviera atado a una cuerda de la que la mujer poda tirar a su capricho. Lo peor de todo era que no crea que su madre fuera consciente de la fascinacin que ejerca sobre l: no pintaba demasiado en la vida de aquella mujer, tan implicada en su condicin de compaera de la gorgona, y seguramente ella tampoco crea que pintara demasiado en la de su hijo.Eh, Col! oy gritar el muchacho a su espalda. Por fin te encuentro. Te estaba buscando. Tu abuela te quiere en casa a las seis.Col se dio la vuelta, horrorizado, consciente de que tena slo unos segundos para evitar la catstrofe. Su padre avanzaba tambalendose entre los rboles, apartndose el pelo negro de los ojos y desentumecindose los miembros perezosamente.Gracias. Ya nos veremos, entonces grit Col en respuesta, despidindose con la mano como si fuera a marcharse.Espera! Mack corra para llegar a su lado. Te llevar en moto. Esta noche voy a salir.Con Evelyn, por supuesto, pens Col cambiando de rumbo y corriendo hacia su padre para apartarlo de all. No quera que aquella informacin sonara en el claro, especialmente estando su madre tan cerca.Bien... La voz de Col se desvaneci, porque el desastre estaba servido. Su madre haba reaparecido en la puerta de la autocaravana con un paquete en la mano. Se haba quedado helada en el primer escaln, con una mirada tan ptrea como la de las gorgonas, aunque, afortunadamente para Mack, sin el poder de matar.Hola, Cassie dijo Mack al verla all.Cassandra replic ella, cortante.As que has decidido unirte a la protesta sigui Mack, en un esforzado intento de mantener una conversacin corts. Tendra que haberme imaginado que vendras.A ti no me uno en nada! dispar ella. Jams volvera a cometer ese error.El insulto hizo que Mack diera un respingo.Ya. No lo hiciste ni cuando estbamos casados! Estabas demasiado ocupada rebuscando por ah a tus serpientes, te acuerdas? Una manera curiosa de celebrar tu luna de miel.Para m no fue una luna de miel, creme! Para ti, s, claro... Con el resbaladizo abrazo de tu amiguito tentacular! Vamos a las Bahamas, dijiste. Entonces era tan inocentona! Tendra que haberme dado cuenta de que lo que te interesaba era el Kraken, y no las playas.O sea que estabas celosa! grit Mack, triunfal.Col ech un vistazo furtivo a su alrededor: la discusin estaba atrayendo la atencin de los campistas y empezaba a congregarse un grupito. Col vio a Rati y a su familia saliendo de su autobs y se pregunt si podra escabullirse antes de que le vieran.Celosa? Celosa de ti? Ja! De ti, rastrero de poca monta que slo te engrandeces cuando te montas en ese ridculo montn de lata!Y t... Vbora manipuladora!Col se encoga como para esquivar los disparos verbales que intercambiaban sobre su cabeza. El ltimo insulto de Mack hizo que un hombre corpulento con la cabeza afeitada se separara del grupo.Te est molestando, preciosa? pregunt a Cassandra.Como si ella necesitara ayuda, pens Col.Siempre me molesta respondi Cassandra astutamente, pero me las puedo apaar sola, gracias aadi, dedicndole una hermosa sonrisa. Y el hombre se plant al pie de los escalones como guardaespaldas voluntario.Con la esperanza de que la confrontacin los distrajera lo suficiente, Col trat de escabullirse, pero su padre lo agarr del cuello de la camisa.No te vayas, Col! No dejes que la vergenza que te da tu madre te obligue a marcharte! grit Mack.Col not que los ojos de los presentes se clavaban en l. Hubiese querido que se lo tragara la tierra.Vergenza de m! chill Cassandra, bajando disparada para sujetar por el brazo a Col. Por suerte, ha heredado la valenta de su madre y no la debilidad de los Clamworthy.Te engaas de nuevo, Cassie: el muchacho se parece a m. Pregntaselo!Casi sin aliento, volvieron sus feroces miradas hacia Col. En ese momento Col hubiese deseado encontrarse en cualquier punto del planeta menos all.Pues, si queris que os diga la verdad, no quiero ser como ninguno de los dos! estall, librndose de las manos de sus padres y, dando media vuelta, empez a correr tan rpido como pudo hacia Hescombe... Hacia cualquier lugar donde no estuvieran ellos.Cuando los pulmones le dolieron tanto que ya no poda seguir corriendo, se agach al borde del camino, jadeando. Ojal hubiera podido seguir corriendo eternamente y dejarlos atrs para no tener que volver a verlos jams. Los ojos le ardan, pero ya era lo bastante mayor como para malgastar lgrimas con sus padres. Furioso por su debilidad, se sec las mejillas y sigui bajando la colina a paso lento.El rugido de una moto le previno de la llegada de su padre, pero se encontraba aprisionado entre los bordes empinados de la carretera, as que no le quedaba otra que seguir andando como si no hubiera visto ni odo nada. La moto derrap para detenerse ante l, que tuvo que detenerse.Mack se levant la visera del casco.Toma! Le tendi un paquete envuelto en papel marrn. Tu madre quiere que tengas esto.Col tom el paquete de mala gana, sorprendido de que su padre hubiera aceptado un encargo de Cassandra. Se le ocurri entonces que, con su repentina escapada, quizs haba logrado cortar el fuego cruzado por primera vez en su vida.Sube le pidi Mack, palmeando el asiento trasero de su moto. Queda mucho para llegar a casa. Y le dio el casco de repuesto.Col vacil. Iniciar una pelea no tena ningn sentido. Adems, aunque nunca lo reconociera ante su padre, prefera ir en moto... Odiaba caminar. Finalmente, acept el casco.* * *

Entonces, qu vamos a hacer con Connie? pregunt el doctor Brock a los miembros de la Sociedad que se haban reunido en la cocina de la seora Clamworthy. La lmpara del techo baaba con su tenue luz la mesa de madera, alrededor de la cual se sentaban doce angustiados parroquianos.Jane y Anneena fueron a verla dijo Col. Dicen que es como una prisin. Esa vieja bruja no dejar salir a Connie.Pues entonces tendremos que entrar nosotros dijo el seor Masterson, un granjero de la zona, propietario de las tierras donde se desarrollaban muchas de las actividades secretas de la Sociedad.Ya lo hemos intentado dijo la abuela de Col. Acto seguido, se levant, se acerc al fregadero y dej correr el agua del grifo sobre sus dedos. Los dems, que notaron un cambio sutil en la atmsfera de la cocina, guardaron silencio. El agua se arremolin alrededor de las manos de la anciana y fue tomando la forma de uno de sus duendes acuticos hasta que la criatura se plant en el fregadero, ondeando como una tela de seda transparente. La seora Clamworthy cerr los ojos y tarare una suave meloda. Los otros miembros de la Sociedad esperaron respetuosamente a que el encuentro terminara.Nunca la haba visto hacer eso susurr Evelyn a Col.Ni yo admiti Col.Por fin la seora Clamworthy rompi su vnculo con el duende acutico y dej que se colara por el desage. Luego, sonri a Col y a Evelyn y pregunt:Quin dice que los perros viejos no aprenden trucos nuevos? De hecho, ha sido idea de Issoon. No le gusta demasiado, pero ahora que me estoy haciendo mayor dice que har el esfuerzo de venir a verme a casa ms a menudo.Qu tena que decirte, Lavinia? pregunt el doctor Brock.No hay manera de ver a Connie. El jardn es impracticable: no hay estanques ni fuentes. No hay acceso a la red de caeras. Mir por la ventana su propio jardn, lleno de riachuelos y estanques. La observan tal como les pidieron los Administradores, pero tiene que ser desde lejos.Pero todos sabemos que no hay bastante con observarla dijo el doctor Brock. Tambin hay que pensar en su entrenamiento. Los Administradores han insistido mucho en que no debemos interrumpirlo. Al igual que nosotros, han odo rumores de que Kullervo se ha reorganizado y que vuelve a tener a varias criaturas de su parte. Un grupo entero de banshees ha desaparecido hace poco y creemos que se le han unido. Tenemos que llegar hasta Connie antes de que lo haga Kullervo o alguno de sus seguidores.Eso est muy bien, Francis dijo Evelyn, irritada por la mencin de la desercin de algunas de las hadas de su especie compaera, pero acaso se han ofrecido los Administradores para enfrentarse a mi ta? A m me peg una patada en el trasero cuando lo intent, as que no confo en que ellos se las apaen mucho mejor.El doctor Brock arque las cejas.Sabemos que Godiva es un caso muy especial. Mucho me equivoco o incluso negar haberlos visto.La conoce? le pregunt Col. Hubiera jurado que el doctor Brock se ruborizaba.S, una vez fuimos amigos. Era una muchacha muy bonita, cuando era joven.Entonces, quiz podra hablar con ella.No! respondi el doctor, cortante. Eso nos hara ms mal que bien. No, creo que deberamos intentar otra cosa. Hugh todava vive con ella?Evelyn asinti.Pero me temo que es ella quien lleva los pantalones.No esperaba menos, pero tengo una idea para sacar a Connie de la casa. Slo tenemos que jugar bien nuestras cartas.* * *

La ta Godiva ojeaba el folleto del curriculum nacional que haba conseguido en la delegacin de Educacin.A qu hemos llegado? murmur. Clases de ciudadana... Qu demonios es eso?Connie, sentada en silencio al escritorio que haban instalado para ella en el antiguo cuarto de los nios, haca rodar entre los dedos una vieja pluma estilogrfica. Godiva no permita el uso de lpices en su clase.Bueno, eso nos lo podemos saltar, no? anunci Godiva tras tomar una decisin y dejar a un lado el folleto. De lo que se trata es de curarte de la Sociedad. Lo que una mente joven como la tuya necesita es una dieta a base de gramtica y aritmtica, aderezada con una pizca de hechos cientficos. Empezaremos con una hora de sumas, una hora de redaccin y una hora de latn.Latn?Por supuesto, es una materia perfecta para adquirir rigor intelectual. Por la tarde, ciencias y tareas domsticas.Es una broma, no? tante Connie con una cierta esperanza, que la cara de su ta abuela desminti.No he hablado ms en serio en toda mi vida. Sufres alucinaciones, Connie, y no me cabe duda de que oyes y ves cosas, animada por esos chalados de la Sociedad. Si te aplicas, estas materias te harn recuperar el sentido.La estilogrfica manch de tinta los dedos de Connie.No soy ninguna ilusa, ta.Permteme que discrepe. Y, si te llevara al mdico, te dira lo mismo. Lo que te parece sentir durante esas reuniones de la Sociedad no es real: es una especie de histeria colectiva. Yo, al principio, tampoco me di cuenta, pero ahora veo que la Sociedad es un culto especialmente pernicioso que lava el cerebro a todos sus miembros. Dragones y caballos voladores... Fjate t! Sin duda, utilizan sustancias prohibidas para inducir esas alucinaciones tan tremendas.T tambin formaste parte de la Sociedad, verdad? le pregunt Connie pausadamente. El misterioso comportamiento de su ta abuela empezaba a cobrar sentido.Godiva se plant ante la ventana y mir afuera. Su silencio pareci confirmar las sospechas de Connie.Cul es tu especie compaera?Godiva se gir de golpe, furiosa.Yo no tengo especies compaeras... Ni t tampoco. Cuanto antes te des cuenta de que te han engaado, Connie, mejor. Mi tarea es hacerte ver la verdad... Y lo har aunque muera en el intento! Respiraba con dificultad y se le haban escapado algunas greas del moo tirante. Llevndose las manos a la cabeza para reparar los daos, continu: Abre el libro por la pgina uno y empieza a resolver las sumas que encontrars hasta que yo te diga que pares. Quiero que pienses en nmeros... En nada ms que en nmeros.* * *

La maana estaba tocando a su fin cuando son el timbre. Ya voy yo! exclam Connie, levantndose de la silla, desesperada por respirar un poco de aire fresco.No, t no irs a ninguna parte, jovencita. Ir yo. Nunca se sabe quin puede aparecer por aqu replic Godiva.Cuando hubo salido, Connie se acerc a la ventana. Llova mucho. Vio que Hugh haba llegado a la puerta antes que su hermana y conduca a dos personas hacia la casa bajo un enorme paraguas verde: un indio americano de avanzada edad y pelo canoso y una nia con unas trenzas muy gruesas. Connie se acerc de puntillas al rellano para escuchar.Qu quieren? pregunt Godiva a Hugh, mientras ste sacuda el paraguas en el ltimo escaln.Hola, seorita Lionheart dijo una voz muy familiar. Soy amigo de Connie. Tengo entendido que est pasando el verano aqu y me preguntaba si le gustara conocer a mi nieta Antonia.Godiva abri la puerta de par en par. Horace Little permaneca en el porche, empapado por la lluvia, junto a una nia de brillantes ojos castaos. El compaero de los selkies y su nieta haban ido a visitarla.Godiva arrug la nariz, suspicaz.De qu conoce a mi sobrina nieta, caballero? Es usted uno de esos de la Sociedad de Hescombe?Horace sonri, encantado de poder responder sin mentir demasiado.No, no, yo soy de Londres. De vez en cuando vengo hasta aqu para navegar.Le gusta navegar? pregunt Hugh, exultante.Es mi gran pasin. Estuve en la Marina.Yo tambin! En qu barco? Sin duda, Hugh estaba dispuesto a mantener una larga conversacin sobre temas navales.Godiva dedic a su hermano una sonrisa indulgente y Connie pens: Pues s que tiene un punto dbil: Hugh.Bueno, entonces ms vale que le dejes pasar. Puede entrar por la cocina dijo Godiva, observando los charcos de agua que se haban formado en el suelo de piedra pulida.Sin acabar de creerse la suerte que haba tenido, Connie baj corriendo las escaleras.Seor Lttle, qu alegra que haya venido!Horace le dio unos golpecitos en el hombro y la mir a la cara para comprobar si todo iba bien. Ella le respondi con una breve sonrisa.Y, bien, Connie, cmo ests? le pregunt en voz alta.Bien respondi ella, preguntndose cundo se percatara Godiva de que uno de los miembros de aquella prohibida Sociedad se haba colado en su terreno.Y, bien, seor Little, quiere pasar a secarse a la cocina? le pregunt Hugh. Est calado hasta los huesos.Bah... Qu ms da un poco de humedad? Estoy acostumbrado.Bueno, pues una taza de t...Eso no me importara. Connie, por qu no le enseas la casa a Antonia? Parece un lugar muy interesante dijo, asintiendo hacia las cristaleras de la puerta principal.La puedes llevar a tu habitacin intervino Godiva, algo enfadada. Ya retomaremos luego la leccin.Connie llev a Antonia a su habitacin.Eh, esto es genial! exclam la nia, admirando los psteres de animales, desde unicornios hasta delfines y gaviotas. Connie los haba colgado para quitarle austeridad al dormitorio. Antonia se sent en el borde de la cama y mir directamente a Connie, con el rostro ansioso y atento, como una nutria a la espera de accin. Qu se siente siendo una universal?Connie sinti una gran oleada de alivio: al menos tena a alguien con quien hablar despus de tantos das fingiendo ser normal.Es increble. Supongo que ms o menos como cuando tienes tu primer encuentro, pero repetido infinitamente. Connie se apoy en el borde de la mesa de metal y sonri, recordando las criaturas a las que haba conocido a lo largo de aquel ao.El abuelo estaba muy preocupado por ti... Todos lo estn. El doctor Brock nos pidi que intentramos colarnos porque tu ta abuela no nos conoce. Pens que tal vez el abuelo conseguira ablandarlos para que te dejaran salir con nosotros un rato.Espero que lo consiga. Mi ta piensa que la Sociedad es una especie de culto satnico... Est intentando curarme. Si sospechara que tu abuelo es uno de sus miembros seguro que ahora no estara sentado en su cocina.Antonia oje un lbum de fotos que Connie tena sobre la cama y vio instantneas de Hescombe, de Col, de Anneena y de Jane. Se detuvo a contemplar una imagen de Scark encima de su guindola preferida. Connie not un pinchazo de dolor: era su nica foto de la gaviota. Se la haba hecho antes de que Kullervo lo machacara hasta la muerte por intentar ayudarla.No tiene muchas posibilidades de curarte, verdad? No puedo ni imaginarme que mi familia quisiera apartarme de todo esto aadi Antonia. Estuvieron encantados cuando descubrieron que era compaera de los duendes de la madera, porque ninguno de mis hermanos haba heredado el don.A Connie le interesaba el tema, porque an no conoca a ninguna familia, aparte de la suya, algunos de cuyos miembros no compartieran el don.Y eso no ha causado problemas familiares?Oh, no respondi Antonia, sonriendo. No conoces a mis hermanos. Les importa un comino lo que hago o dejo de hacer. Ellos tienen su propia vida: ftbol, msica... Ya sabes... Simplemente piensan que eso de que yo vaya con la Sociedad. Vamos, que me va al pelo.Y hay muchos duendes de la madera en la ciudad? Debe de ser difcil ser compaera de esta especie en Londres.No es tan difcil como crees. Cada rbol es como un mundo propio. Incluso en Brixton puedes encontrar duendes en los jardines de las casas y en los parques.Me encantara conocer a alguno. Cmo son?Son... Pero Antonia se call, la mir y se ri. No, no te lo voy a decir. T eres la compaera universal: puedes tener un encuentro con ellos. Para qu quieres informacin de segunda mano? Y mir por la ventana. Aunque aqu no podr ser. No hay ni un rbol a la vista, eh?Connie se acerc a la ventana y observ el jardn estril. Eso era: no haba en l nada silvestre que permitiera la vida de ninguna criatura. Seguramente por eso se haba sentido tan dbil los ltimos das... Haban cortado su vnculo con el mundo natural.Connie dijo Antonia, interrumpiendo el hilo de sus pensamientos, el abuelo me ha contado lo que ocurri el ao pasado... Lo que pas entre t y Kullervo. Puedo preguntarte cmo es?Connie tena los puos apoyados en el alfizar de la ventana y se le pusieron los nudillos blancos.Es que he odo hablar tanto de l... Mam y pap siempre hablaban de Kullervo, pero a m jams me ha parecido real. Cuando me dijeron que habas tenido un encuentro con l, no me lo poda creer. Ni siquiera alcanzo a imaginarme cmo ser...Connie se gir para mirar a Antonia. El rostro vido de la compaera de los duendes de la madera estaba sediento de informacin. No estara as si lo hubiera visto con sus propios ojos, pens Connie.La alegre expresin de Antonia desapareci de su rostro.Lo siento. He sido una estpida. Seguro que no quieres hablar de ello.No, no pasa nada dijo Connie con un suspiro. No puedo culparte por tus ansias de saber. Baj la mirada a la moqueta. No se parece a ninguna criatura que haya conocido. Es oscuro... como el mar. Cuando ests con l, te sientes como un barco que se hace aicos contra las rocas. Lo nico que sabes es que te odia por lo que eres... pero que a la vez te necesita.Antonia not un escalofro.Eres muy valiente, Connie. Vivir sabiendo que podra atraparte de nuevo en cualquier momento... Yo estara muerta de miedo.Y lo estoy, pero qu remedio me queda? No puedo evitar ser una universal por mucho miedo que tenga.Supongo que no, pero sigo pensando que eres muy valiente.Por acuerdo tcito, las nias estuvieron un ratito charlando de temas ms superficiales y luego bajaron a la cocina. El to Hugh y el abuelo Little charlaban distendidamente, reviviendo su juventud en alta mar.Horace se meti la mano en el bolsillo de la chaqueta.Aqu tengo algo que podra interesaros tanto a ti como a Connie, Hugh. Mi antiguo comandante me ha regalado unas entradas gratis para la feria nutica de Olympia. Os gustara acompaarnos?A Hugh se le ilumin la cara, pero se acord de su hermana y se le borr la sonrisa.No s, Horace...Nosotros volvemos a Londres maana. Podrais venir con nosotros en tren. Al fin y al cabo, Connie est de vacaciones.Hugh mir a Connie.Te gustara ir, cielo ?S, por favor.Se pas la lengua por los dientes unos instantes, mirando vidamente las entradas.Ver qu puedo hacer. Un viajecito a Londres no nos hara ningn mal, verdad? Le dir a mi hermana que estaras a salvo de las corrompidas influencias de Hescombe.Pero, to, no estoy segura de que... empez Connie. No le gustaba tener que mentirle. Si tena que enfrentarse a Godiva, por lo menos mereca saber la verdad.Al fin y al cabo la interrumpi Hugh, guiando el ojo a Horace, slo me dijo que no quera que tuvieras nada que ver con la gente de la Sociedad de Hescombe. Horace es de Brixton, y eso ya es harina de otro costal...* * *

Connie, el to Hugh, Horace y Antonia estaban en la estacin de Paddington, plantados ante el mapa del metro.Volver a comprobar las entradas dijo Horace, y se llev la mano a la frente. Antonia sonri y tir del brazo de Connie. Ser posible? Debo de estar perdiendo el juicio... Tendra que haber ledo la letra pequea. La oferta es slo para veteranos de la Marina... Una presentacin exclusiva.Hugh arrastr los pies miserablemente.Bueno, pues supongo que tendremos que ver cundo sale el prximo tren de regreso.No seas tonto, to, ahora que estamos aqu, tienes que ir dijo Connie, segura de que aquello estaba planeado desde el principio.S, s, es culpa ma, querido colega. Por qu no sigues t hasta Olympia y yo dejar a las nias en la biblioteca de Antonia? All estarn seguras y podemos ir a recogerlas por la tarde.En una biblioteca, dices? se extra el to Hugh. Qu clase de biblioteca?Pues una con libros respondi Horace, sonriendo. Saba lo que estaba pasando por la cabeza de su colega.Y all no le pasar nada?Qu crees que puede pasarle en una biblioteca, Hugh?Hugh se rasc la barbilla, dividido entre su deseo de alegrarse la vista con los barcos y su deber de proteger a Connie de las influencias de la Sociedad.Me prometes que te quedars all y que no hars ninguna de tus alocadas expediciones, Connie?Por supuesto, to Hugh.Qu haris todo el da?Pues, leer, supongo.Mmm... Vale. Espero que cumplas tu palabra. Y no le digas a mi hermana que te has alejado de mi vista.No lo har.Redimido de su responsabilidad, Hugh clav el dedo en el mapa del metro.Ah est Olympia. Nos veremos all, Horace.* * *

Adonde vamos? pregunt Connie alegremente mientras escapaba con Horace y Antonia hacia la lnea de Bakerloo.A Charing Cross respondi Horace.

A Charing Cross? Eso est en el centro mismo de la ciudad, no? Por qu vamos ah?Bueno empez Horace, echando un vistazo por encima del hombro para asegurarse de que nadie le oa, cuando los Administradores supieron que no ibas a poder seguir con las prcticas, decidieron que tendras que intentar prepararte aprendiendo teora. Por eso te vamos a llevar al cuartel general de la Sociedad... Hay algo excepcional all que tendras que ver.Bajaron del metro en Charing Cross y Horace hizo subir a las nias por las escaleras mecnicas y pasar entre el gento que bajaba a Trafalgar Square. Una bandada de palomas percibi la llegada de Connie y vol hacia ella desde el parque. Las aves trazaron espirales en el cielo y formaron sobre Connie una columna que nada tena que envidiar a la de Nelson. La nia levant la cabeza, asinti en respuesta al saludo de las palomas y sacudi la mano para que se dispersaran antes de que la gente se fijara en ellas. Horace y Antonia no dijeron nada pero intercambiaron una sonrisa. Horace recuper el ritmo de su paso y llev a las nias bordeando una enorme iglesia con un impresionante prtico hasta el bullicio cargado de humo del Strand antes de que el resto de la fauna de Londres decidiera celebrar la llegada de Connie con extravagantes actuaciones. Llevaban cinco minutos andando cuando el viejo se meti en un callejn que se abra entre dos tiendas y entraron en un mundo muy diferente al de la transitada calle Strand: un remanso donde perduraba el recuerdo de la antigua Londres. Los edificios estaban tan cerca entre s que el asfalto a sus pies quedaba sumido en una profunda sombra, fra y tenebrosa.Horace dobl enseguida a la izquierda y abri una puerta ornamentada que Connie ni siquiera habra visto si l no se la hubiese mostrado.Por aqu dijo, animando a Connie a pasar bajo una arcada que daba a un soleado patio adoquinado.Y all, ante ellos, se alzaba un elegante edificio tan antiguo que sus muros haban adquirido el color de la cebada madura. La luz se reflejaba en las ventanas con parteluz dispuestas simtricamente en tres plantas alrededor del patio porticado. A Connie el edificio le pareci un hbrido de iglesia y palacete.Lo coronaba una linterna rematada con una veleta en forma de brjula.Aqu estamos anunci Horace. He aqu el cuartel general de la Sociedad para la Proteccin de las Criaturas Mticas.

Captulo 5La serpienteConnie jams haba pisado un lugar como aqul. Pareca muy misterioso y muy antiguo. Vacil, como si dudara de que la dejaran entrar. No pareca la clase de lugar donde acogen a los nios con los brazos abiertos. Pero Horace ya estaba atravesando el suelo adoquinado y Antonia le dio un empujoncito.Vamos. Todo ir bien le dijo. Yo tambin me sent as la primera vez.Animada por Antonia, Connie dej atrs sus dudas y sigui a Horace. Levant los ojos hacia el tejado. Grgolas en forma de duende acutico soportaban los canalones con la boca abierta para escupir el agua como si cantaran lluvia. Mientras atravesaba el patio se percat de que sobre cada ventana haba un friso con representaciones de distintas criaturas: centauros que luchaban con pegasos; dragones que volaban fuera del alcance de la enredada masa tentacular del Kraken; sirenas que cantaban en las rocas mientras los grifos describan crculos en el cielo; enanos de roca golpeando un yunque mientras un gigante del tiempo hinchaba los fuelles... Eran como anuncios esculpidos en los que todo el mundo poda ver el secreto objetivo de la Sociedad, aunque de un modo que slo sus miembros entendan.Connie se detuvo ante la magnfica pareja de dragones de piedra tumbados en la entrada enseando los dientes a los intrusos. Eran de granito pulido verde oscuro y aproximadamente la mitad de grandes que los de verdad. A la nia le hubiera gustado quedarse ms rato junto a ellos, pero Horace la hizo pasar al interior, donde enseguida capt la imagen de una brjula en el rosetn del portal y not un cosquilleo de emocin: era su smbolo. Sin duda, ella perteneca a aquel lugar.Estaban en un vestbulo con el suelo de mrmol. Un techo abovedado remataba las dos plantas del edificio, creando un espacio con el mismo eco y el respetuoso silencio de una catedral. La expresin embobada de Connie, que tena los ojos abiertos como platos, hizo sonrer a Antonia.Es alucinante! dijo Connie en un susurro.A que s? repuso Antonia.Lo ha visto alguien que no pertenezca a la Sociedad?Por supuesto resopl Antonia, no se puede esconder un edificio as en pleno centro de Londres! Pero a los que vienen, se les dice que es un club slo para socios y se les despide. El abuelo dice que hay clubes privados por todas partes y que, por eso, nadie se sorprende.Mientras las nias hablaban, Horace los haba inscrito a los tres en el registro del portero de guardia.Vamos, tenemos luz verde dijo alegremente.Cuando pasaron por delante de la garita del portero, Connie vio que el hombre haba dejado el peridico a un lado y los estaba mirando fijamente... Bueno, que la miraba a ella. Subi corriendo por la alfombra roja que cubra la escalinata.En el primer piso se encontraron de frente con unas puertas de bano en las que unas letras doradas anunciaban la biblioteca. Horace empuj suavemente la puerta de la derecha, la abri y se apart para dejar pasar a las nias.Se encontraban en una enorme sala circular completamente forrada de libros. En el centro, el mostrador redondo de los bibliotecarios reciba la plida luz del sol que se colaba por la linterna que coronaba el centro de la cpula del techo. La luz se esparca por las filas de mesas, dispuestas como los radios de una rueda. La sala estaba dividida en cuatro por unos tabiques de madera bastante bajos, con dos filas de escritorios en cada segmento. El trozo de techo abovedado que quedaba sobre cada uno de ellos no dejaba lugar a dudas sobre a qu compaa perteneca. Al norte, un mural de criaturas de los cuatro elementos bailando una alborotada danza: la Compaa de los Cuatro Elementos. Al este, un montn de criaturas volando alrededor del smbolo central de las dos alas: la Compaa de las Criaturas Aladas. Al sur, criaturas marinas jugando entre las olas mientras los dragones vomitaban llamas en el cielo: la Compaa de los Reptiles y las Criaturas Marinas. Al oeste, bpedos y cuadrpedos que desfilaban por un jardn cuajado de flores: la Compaa de las Criaturas Bpedas y Cuadrpedas. El ambiente ola intensamente a cera de abeja y polvo de libros.Horace gui a las nias por el reluciente suelo de madera hasta el mostrador de los bibliotecarios. Un hombre delgado de pelo blanco bastante escaso con las gafas apoyadas sobre la punta de la nariz mir a las chicas con curiosidad.Seor Little, qu puedo hacer hoy por usted? pregunt el bibliotecario con voz aflautada, mirando a Horace con sus ojos acuosos. Me temo que todava no le he encontrado Las selkies de las Hbridas.No, hoy no vengo por eso, seor Dove. Quiero que registre a una nueva lectora.Ah, s? Y a cul de estas dos seoritas? El seor Dove sonri dulcemente a Antonia y a Connie mientras abra sobre el mostrador un gran libro de registro con las pginas de cuatro colores: verde, marrn, naranja y azul.Mi nieta Antonia ya tiene su pase de Elemental respondi Horace, posando orgullosamente la mano sobre el hombro de Antonia. La nueva lectora es Connie Lionheart. Creo que los Administradores han enviado al bibliotecario titular una carta en su nombre.El seor Dove ni siquiera vacil antes de cerrar el registro con un sonoro golpe y apartarlo. Acto seguido se sac una minscula llave de plata del bolsillo del chaleco, extrajo una vieja caja de madera del armario que tena a su espalda, la abri con la llavecita y sac de ella un delgado libro negro.El registro de universales explic. Habamos olvidado dnde estaba, as que la carta de los Administradores nos puso histricos, como comprender... Empuj el libro por encima del mostrador hacia Connie y le dio a la chica una enorme estilogrfica con la