graziano walter - hitler gano la guerra

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WALTER GRAZIANO Hitler ganó la Guerra ISBN 987566099X Walter Graziano nació en 1960 en la Argentina. Se graduó de economista en la Universidad de Buenos Aires. Hasta 1988 fue funcionario del Banco Central de su país y recibió becas de estudio del gobierno italiano y del Fondo Monetario Internacional para estudiar en Nápoles y Washington DC. Desde 1988 colaboró con medios gráficos y audiovisuales argentinos en forma simultánea a su profesión de consultor económico. En 1990 publicó Historia de dos hiperinflaciones y, en 2001, Las siete plagas de la Argentina, libro que preanunció la debacle económica y política de su país. Desde 2001 Graziano se encuentra abocado a los temas de esta obra, sus antecedentes históricos y cuestiones colaterales.

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Se trata nada menos de quienes antes y durante la Segunda Guerra Mundial financiaron a Hitler para que tomara el poder y se armara, proveyeron de materiales básicos al Tercer Reich, fomentaron el ideario racista del Führer y encaramaron a la maquinaria nazi en Alemania.En este volumen, el lector podrá enterarse de cómo esta poderosa elite, en cuyo núcleo se esconden antiguas sociedades secretas, coloca, desde hace muchísimos años, los presidentes de los Estados Unidos como marionetas y corrompe hasta sus cimientos la base misma de los partidos republicano y demócrata. También verá cómo manipula las democracias del mundo, utiliza las principales universidades norteamericanas y a sus intelectuales generando la ilusión de progreso científico a través de puro ideologismo falso y manipula los medios de comunicación para que las masas y las clases medias no se enteren de lo que realmente ocurre. Bajo esta nueva luz incluso los atentados del 11 de septiembre de 2001 adquieren una lectura diferente.

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WALTER GRAZIANOHitler gan la Guerra

ISBN 987566099XWalter Graziano naci en 1960 en la Argentina. Se gradu de economista en la Universidad de Buenos Aires. Hasta 1988 fue funcionario del Banco Central de su pas y recibi becas de estudio del gobierno italiano y del Fondo Monetario Internacional para estudiar en Npoles y Washington DC. Desde 1988 colabor con medios grficos y audiovisuales argentinos en forma simultnea a su profesin de consultor econmico. En 1990 public Historia de dos hiperinflaciones y, en 2001, Las siete plagas de la Argentina, libro que preanunci la debacle econmica y poltica de su pas. Desde 2001 Graziano se encuentra abocado a los temas de esta obra, sus antecedentes histricos y cuestiones colaterales.No importa que nos odien,

siempre que en la misma medida nos teman.CALIGULAPrlogoApenas comenc a realizar las investigaciones preliminares para escribir este libro, ca en la cuenta de que la vastedad del tema me impona la necesidad de encontrar colaboradores. Por lo tanto, decid contratar a estudiantes y graduados en disciplinas humansticas.Una de las primeras personas que acudieron a las entrevistas de trabajo era una licenciada en historia, recin graduada, con excelentes calificaciones. A travs del dilogo inicial, pude entrever la slida formacin histrica y cultural que posea para este trabajo. Se trataba adems de una persona con otras cualidades: inteligencia y sagacidad.Resolv, entonces, tomarle la real prueba de fuego. Le acerqu una informacin de las muchas que el lector va a encontrar en este libro. La recin graduada comenz a leerla en silencio. Mientras tanto, yo la observaba, y vea cmo se iba sonrojando y los ojos se le entornaban, no s si de furia o de incredulidad. Cuando termin la lectura del texto me mir. Con voz entrecortada, y un poco mareada, defendi lo que hace instantes consideraba un saber poco menos que inexpugnable: "La historia no debe escribirse hasta mucho tiempo despus de que ocurran los acontecimientos", dijo con el tono de una leccin aprendida de memoria.Opt entonces por acercarle ms informacin, ms abundante en datos. Esta vez se puso lvida. Ensay una respuesta menos estructurada, pero an se defenda de lo que bien poda considerar tan horroroso como incongruente con respecto a lo que le haban enseado arios y aos. Ante tal tibia defensa, opt por presentarle ms material. Se rindi, y slo dijo: "Si eso es verdad, ya no s qu pensar".Le expliqu, entonces, que el concepto de que era necesario dejar pasar bastante tiempo antes de escribir la historia era aplicable a la poca en que la tecnologa haca imposible escribirla con buena dosis de rapidez y exactitud. Obviamente Herdoto debi tardar mucho tiempo en juntar el material para su obra. No es de esperar que Suetonio tuviera al alcance de la mano la informacin para escribir la vida de doce csares. Pero ya en nuestros das algo haba comenzado a cambiar: Arnold Toynbee y Paul Johnson estaban escribiendo historia (posiblemente muy sesgada, pero una versin de la historia, al fin) en forma casi simultnea con los propios sucesos. Es comprensible: los medios de comunicacin y el rpido acceso al tipo de informacin que ellos brindan lo hacen posible.Con el rpido desarrollo de la red global, quizs en poco tiempo ms surjan los primeros historiadores que puedan escribir la historia en forma simultnea a la propia sucesin de hechos considerados como histricos. Y hasta incluso sera posible que aparezcan los primeros futurlogos realmente serios. A travs de la red se puede acceder con escaso costo y sin demora a cualquier tipo de informacin, de toda ndole, que cualquier individuo del mundo haya deseado conseguir. Sea verdadera o falsa, se trata de informacin sin ningn tipo de censura directa ni indirecta. Esta ltima es peor an que la primera ya que pasa inadvertida y es ejercida por las lneas editoriales y estrategias de los mega medios de comunicacin.La red no slo ha posibilitado el libre acceso a la informacin. Tambin permite comprar a distancia cualquier libro editado en cualquier lugar del mundo, nuevo o usado, y tenerlo en casa en menos de una semana, sin innecesarias demoras en preguntas por ediciones agotadas en libreras fsicamente lejanas entre s. Tambin permite el acceso a variados resmenes de textos, de todas las tendencias, e incluso a comentarios de lectores anteriores, los que en buena medida pueden ayudar a ganar tiempo. Como siempre me gusta repetir: el tiempo es un bien an mucho ms escaso que el dinero. El dinero puede ir y venir. El tiempo, en cambio, slo va...Gracias a la red, ya estn apareciendo los primeros historiadores online. Y si bien mucha de la informacin que aparece en la red puede ser falsa o inexacta, con frecuencia lo es menos que la que se ha publicado en muchsimos libros, o que la que aparece a diario en los mega medios de comunicacin. La ventaja que nos ofrece la red, sea porque nos brinda informacin directamente, sea porque nos permite un rpido acceso para ubicar y comprar en slo segundos libros que nos podra costar aos conseguir, es la posibilidad de escribir sobre el presente, y conocerlo, con incontables elementos adicionales de informacin.Es posible que esto provoque muy beneficiosos efectos en poco tiempo ms. Es probable que las poblaciones de muchos pases se enteren mucho antes, mientras estn en condiciones de hacer algo al respecto, de tretas de engao colectivo, psicpatas en los ms altos cargos del poder, ambiciosos planes de dominio global, etctera.Este libro no se hubiera podido escribir hace cincuenta aos. Ni siquiera hace diez. La muchacha graduada en historia arriba mencionada habra tenido, en ese caso, razn. Pero hoy las cosas han cambiado. Tenemos acceso a infinitos elementos ms de informacin. Si no los usramos por prejuicios o frases hechas al estilo de que "la historia necesita mucho tiempo para escribirse" le estaramos haciendo el juego a los personajes ms oscuros: los que desean que la realidad se escriba de la manera que ms les conviene. Muchas veces se trata precisamente de los personajes con ms recursos para intentar "borrar" de la memoria colectiva informaciones que pueden llegara comprometerlos. sta es una muy vieja costumbre utilizada por tiranos en todas las pocas. Se cuenta que los ms sanguinarios emperadores romanos tenan historiadores oficiales. stos escriban loas a atroces emperadores y a su accin de gobierno. Slo muchas dcadas ms tarde, cuando ya todos los protagonistas estaban muertos, Tcito y Suetonio pudieron poner las cosas en su lugar y colocar a personajes como Tiberio, Calgula y Nern en el lugar que se merecan: en el panten de los ms siniestros y perversos emperadores que se recuerden. Sin embargo, muchos de los ciudadanos romanos contemporneos de ellos murieron sin saber cuntos de sus males, miserias y hasta sus propias muertes diarias se deban a los propios emperadores y su sistema de censura y manipulacin de la prensa y la historia. En el propio Imperio Romano se tard ms de sesenta aos para que se conocieran acabadamente quines haban sido esos tres emperadores.Que lo mismo no ocurra con nosotros. Gracias a la red, ello ahora es posible. Pero que nos libremos de los problemas depende de nosotros, de una participacin activa. En las prximas pginas comenzar a quedar claro por qu.1. NASH: LA PUNTA DEL OVILLOLa guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza.George Orwell. Teora y prctica del colectivismo oligrquico.Captulo 9. Parte 2.1984.Quin no cree, sin casi ningn cuestionamiento el viejo refrn que asevera que "la historia la escriben los vencedores"? Ms an, se suele repetir esa frase una y otra vez. Sin embargo, en pocas ocasiones se tiene una exacta idea de hasta qu niveles de profundidad esto puede llegar a ser verdad. Existe otra frase famosa, que tambin forma parte del refranero popular. Vale la pena poner ambas en juego dialctico. Se trata de aquel viejo dicho que asegura que "la realidad supera a la ficcin". Si estamos de acuerdo en que ambas aseveraciones generalmente son correctas, no cabe ms remedio que comenzar a pensar que la historia por ms doloroso o no que esto pueda resultar es slo lo que se habra deseado que hubiera ocurrido. O sea, algo alejado de lo que realmente sucedi. Ms an, es slo lo que habran deseado que hubiera acontecido quienes la escribieron, o la escriben, mediante la distorsin de hechos ocurridos en la realidad. Muchas veces les resulta necesario a los vencedores interpretar de forma cambiada los hechos, silenciar espinosas cuestiones ocurridas o, incluso, generar de la nada la historia. Precisamente por eso bien se puede pensar, siguiendo hasta sus ltimas consecuencias el juego dialctico de esas dos verdades populares, que si algo no est escrito en los medios masivos de comunicacin o en abundante bibliografa, y no forma parte del "saber mayoritario", entonces no ocurri, no pas, no es verdad. La versin de un suceso divulgada por los medios masivos de comunicacin es precisamente lo que se conoce como historia.Empec recin a tener una cabal idea de todo esto a raz de un hecho trivial, casual, cotidiano, como fue haber ido al cine a ver una pelcula. El film en cuestin no era otro que Una mente brillante, la obra protagonizada por Russell Crowe, que gan el Oscar a la mejor pelcula del ao 2001, en marzo de 2002. En realidad, se trata de un doble galardn porque la historia narra la vida del matemtico John Nash, quien en 1994 obtuvo el Premio Nbel de Economa por sus descubrimientos acerca de la denominada "Teora de los Juegos".Si bien la pelcula tena caractersticas altamente emotivas, debido a la mezcla de realidad y fantasa que el guin mostraba acerca de la vida de Nash, un detalle del mismo no poda pasar inadvertido para quienes ejercemos la profesin de economistas. Se trata slo de un detalle, de un instante, de apenas un momento del film en el que el protagonista asevera que descubri, literalmente, que Adam Smith el padre de la economa no tena razn, cuando en el ao 1776 en su obra La riqueza de las naciones esboz su tesis principal y base fundamental de toda la teora econmica moderna de que el mximo nivel de bienestar social se genera cuando cada individuo, en forma egosta, persigue su bienestar individual, y nada ms que ello. En la escena siguiente de la pelcula, el decano de la Universidad de Princeton, Mr. Herlinger, mira azorado los desarrollos matemticos mediante los cuales Nash expone ese razonamiento acerca de Adam Smith y declara que, con ellos, ms de un siglo y medio de teora econmica se desvaneca.Como economista me deba hacer una pregunta: se trataba de una verdad o de una alocada idea del guionista del film? Me puse a investigar, y lo bueno del caso es que se trataba... de una verdad. Ahora bien, lo que llama muy poderosamente la atencin es que estas expresiones vertidas en la pelcula hayan pasado inadvertidas para miles y miles de economistas. Que el pblico corriente, que no pas aos enteros estudiando economa, escuche que alguien descubri que Adam Smith no tena razn en su tesis acerca de la panacea que significaba el individualismo para cualquier tipo de sociedad, puede no llamar la atencin, puede parecer hasta trivial. Pero a un economista no se le puede escapar, si est en una posicin realmente cientfica, la real dimensin de lo que significara la demolicin del individualismo y de la libre competencia como base central de la teora econmica.Es necesario remarcar que Nash descubre que una sociedad maximiza su nivel de bienestar cuando cada uno de sus individuos acciona en favor de su propio bienestar, pero sin perder de vista tambin el de los dems integrantes del grupo. Demuestra cmo un comportamiento puramente individualista puede producir en una sociedad una especie de "ley de la selva" en la que todos los miembros terminan obteniendo menor bienestar del que podran. Con estas premisas, Nash profundiza los descubrimientos de la Teora de los Juegos, descubierta en la dcada del 30 por Von Neumann y Morgestern, generando la posibilidad de mercados con mltiples niveles de equilibrio segn la actitud que tengan los diferentes jugadores, segn haya o no una autoridad externa al juego, segn sea el juego cooperativo o no cooperativo entre los diferentes jugadores. De esta manera, Nash ayuda a generar todo un aparato terico que describe la realidad en forma ms acertada que la teora econmica clsica, y que tiene usos mltiples en economa, poltica, diplomacia y geopoltica, a punto tal que puede explicar e incluir el ms sangriento de todos los juegos: la guerra.Todo esto puede parecer difcil de entender. Pero no lo es. En el fondo, si se lo piensa bien, los descubrimientos de Nash implican una verdad de Perogrullo. Por ejemplo, tomemos el caso del ftbol. Supongamos un equipo en el que todos sus jugadores intentan brillar con luz propia, jugar de delanteros y hacer el gol. Ms que compaeros, sern rivales entre s. Un equipo de esas caractersticas ser presa fcil de cualquier otro que aplique una mnima estrategia lgica: que los once integrantes se ayuden entre s para vencer al rival. Cul cree el lector que ser el equipo ganador? Aun cuando el primer equipo tenga las mejores individualidades, es probable que naufrague y que, incluso hasta individualmente, los miembros del segundo equipo luzcan mejor. Esto, ni ms ni menos, es lo que Nash descubre, en contraposicin a Adam Smith, que sugerira que cada jugador "haga la suya".A pesar de que se trata de un concepto muy bsico, entonces, prcticamente nada de la Teora de los Juegos se ensea en general a los economistas, casi nada hay escrito en otro idioma que no sea el ingls y, obviamente, lo escaso que se ensea en carreras de grado y posgrado se hace sin formular la aclaracin previa de que al trabajar con la Teora de los Juegos se usa un herramental ms sofisticado y aproximado a la realidad que con la teora econmica clsica. A punto tal llega esta distorsin (dudaba ya en un principio si se trataba de una manipulacin) que se silencia que la gran teora de Smith queda en realidad anulada por la falsedad de su hiptesis basal, cosa demostrada por Nash.En la carrera de economa, en la Argentina y en una vasta cantidad de pases, tanto en universidades privadas como en las pblicas, se sigue enseando desde el primer da hasta el ltimo que Adam Smith no slo es el padre de la economa, sino que adems estaba en lo correcto con su hiptesis acerca del individualismo. Los argumentos que se utilizan para explicar que supuestamente tena razn se basan generalmente en desarrollos tericos anteriores al descubrimiento de Nash y en cierta evidencia emprica percibida no sin una alta dosis de arbitrariedad. De ello resulta que se contamina a la teora econmica que debera constituir una ciencia con una visin ideolgica, lo que instituye en ella todo lo contrario de lo que debera ser una ciencia. Muchos de los profesores que da a da ensean economa a sus alumnos ni siquiera han sido informados de que hace ms de medio siglo alguien descubri que el individualismo, lejos de conducir al mejor bienestar de una sociedad, puede producir un grado menor, y muchas veces muy apreciablemente menor, de bienestar general e individual que el que se podra conseguir por otros mtodos de ayuda mutua.Cmo puede explicarse esto, entonces? Cmo es que nos venimos a enterar, a travs de una pelcula, de que el presupuesto bsico, fundamental, de la ciencia econmica es una hiptesis incorrecta? Peor an, los descubrimientos de Nash fueron efectuados a principios de la dcada del 50, hace ya ms de medio siglo, y fueron hechos nada menos que en Princeton, no en algn alejado lugar del planeta, sin conexiones acadmicas con el resto de los economistas, los profesores y los profesionales de la economa y las finanzas, factores que deben aumentar el grado de sorpresa.Cul es el papel que podramos esperar que desarrollen las mentes ms brillantes de una ciencia, si de repente alguien descubre matemticamente que el propio basamento fundamental de esa ciencia es incorrecto? Podra presuponerse que en tal caso todos tendran que frenar los desarrollos de las teoras que vienen sosteniendo o generando, y las ideas sobre las cuales estn trabajando, para ponerse a repensar las bases fundamentales de la teora, admitiendo que en realidad se sabe mucho menos de lo que crea saberse hasta la aparicin del descubrimiento. Se comenzara as a trabajar para dotar de nuevas bases y fundamentos a la ciencia cuya premisa fundamental acaba de desvanecerse. sta sera la lgica, sobre todo si se tiene en cuenta que, en lo relativo a la economa, las conclusiones de una teora, y los consejos que a raz de ella puedan dar los economistas, y las medidas que finalmente encaran los gobiernos y las empresas de hecho alteran la riqueza, el trabajo y la vida diaria de millones y millones de personas. Los efectos sobre la humanidad pueden ser mayores que en otras ciencias. Cuando se hacen recomendaciones econmicas, se est tocando directa o indirectamente el destino de millones de personas, lo que debera imponer el cuidado y la prudencia, no slo en quienes elaboran las polticas econmicas sino tambin en quienes opinan y aconsejan.Por lo tanto, el descubrimiento de Nash acerca de la falsedad de la teora de Adam Smith debera haber puesto en estado de alerta y en emergencia a la comunidad de los economistas en el planeta entero. Ello, por supuesto, no ocurri, en buena medida debido a que slo un reducido ncleo de profesionales de la economa se enter a inicios de los aos '50 de la verdadera profundidad de los descubrimientos de Nash.Puede pensarse, entonces, que un saludable revisionismo sera una verdadera actitud cientfica frente a lo acontecido. Sin embargo, nada de esto ocurri ni ocurre en la economa. Los economistas, no slo en carreras de grado, sino tambin en las de posgrado, tanto en Argentina como en el exterior, no reciben informacin alguna acerca de que la base fundamental de la economa es una hiptesis demostrada incorrecta, nada menos que desde las propias matemticas. Adems de carecer de informacin alguna en ese sentido, se les ensea enormes dosis de teoras y modelos econmicos desarrollados desde la dcada del 50, precisamente cuando ya esa incorreccin se conoca en pequeos e influyentes ncleos acadmicos, los que no slo entronizan la premisa bsica del individualismo smithsoniano, sino que intentan universalizar para todo momento del tiempo y del espacio los desarrollos econmicos clsicos y neoclsicos iniciados por el propio Smith.Quien crea que esto no tiene consecuencias se equivoca gravemente. Habra que preguntarse, por ejemplo, si la propia globalizacin hubiera sido posible, en su actual dimensin, en el caso de que los descubrimientos de Nash hubieran tenido la repercusin que merecan, si los medios de comunicacin los hubieran difundido y si muchos de los economistas considerados ms prestigiosos del mundo, muchas veces financiados por universidades norteamericanas que deben su existencia a grandes empresas del sector privado, no los hubieran dejado "olvidados" en el closet. Si hubiera habido en su debido momento un revisionismo a fondo a partir de los descubrimientos de Nash, quizs hoy tendramos Estados nacionales mucho ms fuertes, reguladores y poderosos de lo que, tras una dcada de globalizacin, resultan.Un punto central que se debe tener en cuenta, que asoci a poco de comenzar a investigar el tema, es que, en forma prcticamente simultnea a los descubrimientos de Nash, dos economistas, Lipsey y Lancaster, descubrieron el denominado "Teorema del Segundo Mejor". Este descubrimiento enuncia que si una economa, debido a las restricciones propias que ocurren en el mundo real, no puede funcionar en el punto ptimo de plena libertad y competencia perfecta para todos sus actores, entonces no se sabe a priori qu nivel de regulaciones e intervenciones estatales necesitar ese pas para funcionar lo mejor posible. En otras palabras, lo que Lipsey y Lancaster descubrieron es que es posible que un pas funcione mejor con una mayor cantidad de restricciones e interferencias estatales, que sin ellas. O sea que bien podra ser necesaria una muy intensa actividad estatal en la economa para que todo funcione mejor. Lo que se pensaba hasta ese momento era que si el ptimo era inalcanzable porque el "mundo real" no es igual al fro mundo de la teora, entonces el punto inmediato mejor para un pas era el de la menor cantidad de restricciones posibles al funcionamiento de plena libertad econmica. Pues bien, Lipsey y Lancaster derrumbaron hace ms de medio siglo ese preconcepto. Como consecuencia directa de ello, reaparecen en el centro de la escena temas como aranceles a la importacin de bienes, subsidios a la exportacin y a determinados sectores sociales, impuestos diferenciales, restricciones al movimiento de capitales, regulaciones financieras, etctera.Al igual que lo ocurrido con la Teora de los Juegos, el Teorema del Segundo Mejor apenas se explica a los economistas en universidades pblicas y privadas. Aun cuando sus implicancias son enormes, generalmente se lo da por sabido en slo una clase, en apenas una media hora, y se pasa a otro tema. Resulta casi una "rareza" extica insertada en los programas de estudio, una curiosidad a la que no se le suele dar demasiada importancia. Craso error.Un caso tpico es el de la ex Unin Sovitica. Gorbachov en su momento decidi desregular, privatizar y abrir la economa eliminando rpidamente la mayor cantidad de barreras posibles a la libre competencia. No le fue bien. Lejos de progresar rpidamente, la economa rusa cay en una de las peores crisis de su historia. Si se hubieran aplicado los postulados de Lipsey y Lancaster, se habra tenido ms cautela y muy probablemente las cosas no habran salido tan mal.Si combinramos los descubrimientos de Nash, Lipsey y Lancaster, lo que obtendramos es que no puede establecerse a ciencia cierta, y de antemano, qu resulta mejor para un determinado pas, sino que ello depender de una gran cantidad de variables. Por lo tanto, toda universalizacin de recomendaciones econmicas es incorrecta. No se puede dar el mismo consejo econmico (por ejemplo, privatizar o desregular o eliminar el dficit fiscal) para todo pas y en todo momento. Sin embargo, esto es lo que precisamente se ha venido haciendo cada vez con ms intensidad, sobre todo desde los aos '90, cuando, al ritmo de la globalizacin, se han encontrado recetas que se han enseado como universales, como verdades reveladas, que todo pas debe siempre aplicar.Puede resultar extrao, pero probablemente no lo sea: un descubrimiento fundamental que hubiera cambiado la historia de la teora econmica, y hasta hubiera dificultado la aparicin de la globalizacin, no tuvo prcticamente difusin alguna ms que en un muy reducido ncleo de economistas acadmicos residentes en Estados Unidos, por lo que se impuso la ideologa falsa con la que muchos gobiernos, en muchos casos sin saberlo, toman decisiones econmicas. Mientras estas teoras no reciban el grado de atencin adecuada por la profesin de los economistas, por los diseadores de polticas gubernamentales y por la poblacin en general, empezaron a cobrar, en aquel mismo momento, a partir de los aos '50 y '60, una gran difusin en los medios de comunicacin las teoras desarrolladas en la Universidad de Chicago. Nada menos que la misma casa de estudios que haba albergado en su sede al italiano Enrico Fermi con el fin de que desarrollara la bomba atmica financi en materia econmica a Milton Friedman, tambin premio Nobel en Economa, quien comienza a desarrollar en los mismos aos '50 la denominada "Escuela Monetarista". Luego de ms de una dcada de estudios, Friedman y sus seguidores llegan a la conclusin de que la actividad del Estado en la economa debe reducirse a una sola premisa bsica: emitir dinero al mismo ritmo en que la economa est creciendo. O sea, si un determinado pas naturalmente crece al 5% anual, para Friedman, su Banco Central debe emitir moneda a ese mismo ritmo. Si, en cambio, crece naturalmente al 1% anual, debe emitir moneda slo al 1% anual. La lgica intrnseca de este razonamiento es que el dinero sirve como lubricante de la economa real. Por lo tanto, si una economa en forma natural crece muy rpidamente, necesita que el Banco Central de dicho pas genere ms medios de pago que si est estancada. En el fondo, la recomendacin de Milton Friedman es que cada pas mantenga una relacin constante entre cantidad de dinero y PBI. Toda otra poltica econmica estatal es desaconsejada por Friedman.La Escuela Monetarista tuvo un enorme grado de difusin en todo el mundo, aun cuando los bancos centrales de los principales pases desarrollados jams aplicaron los consejos de Friedman, con la sola excepcin de Margaret Thatcher, que, tras un breve perodo de aplicacin de unos cuantos meses de las polticas monetaristas en Inglaterra, necesit ganar una guerra (la de Malvinas) para recuperar la popularidad perdida por los desastrosos resultados de ella, que haban elevado el desempleo en Inglaterra a niveles pocas veces vistos nada menos que el 14%, sin siquiera acabar por ello con la inflacin. Fue el nico y muy breve caso de aplicacin de las recetas de esta escuela en pases desarrollados. Sin embargo, las presiones para que naciones en vas de desarrollo como la Argentina apliquen estas polticas siempre han sido muy fuertes.Cabe aclarar que hay generalmente dos clases de personas para las cuales las frmulas de Friedman han resultado de una atraccin poco menos que irresistible: se trata de tericos en economa en primer lugar, y en segundo, grandes empresarios. Pero ambos, por motivos bien diferentes. Para muchos economistas tericos, la atraccin que producan las teoras de Friedman provenan de la sencillez de su recomendacin: "Emita moneda al ritmo que usted crece". Adems, el carcter universal de esta premisa bsica acercaba, en la mente un tanto"distorsionada" de muchos profesionales en la materia, la economa a las ciencias duras: a la fsica y a la qumica, objetivo que muchos de los economistas ms renombrados del siglo XX han perseguido, en la creencia de que una ciencia es ms seria si logra encontrar frmulas de aplicacin universal al estilo de lo que la ley de gravedad es en la fsica.Milton Friedman pareca proporcionar precisamente eso: una ley de aplicacin universal al campo econmico. Bien podramos discutir si esta quimera, perseguida por muchos economistas, no es en el fondo nada ms que un peligroso reduccionismo, dado que las ciencias sociales no se mueven con los mismos parmetros que las ciencias exactas.Pero no todos quienes fueron atrados por las teoras de Friedman lo hacan por esos motivos: una buena parte del establishment vea en la generacin y en la aplicacin de este tipo de teoras la posibilidad de derrumbar un gran nmero de trabas y regulaciones estatales en muchos pases, pudiendo as ensanchar su base de negocios a zonas del planeta que permanecan ajenas a su actividad. Esto explica el alto perfil que alcanzaron las teoras monetaristas, a pesar de estar fundadas en los incorrectos supuestos de Adam Smith antes mencionados, y su presencia constante en los medios de comunicacin, muchas veces propiedad de ese mismo establishment.El hecho de que el establishment de los pases desarrollados hiciera enormes loas a esas teoras, pero los gobiernos de esos mismos pases desarrollados no aplicaran para s las teoras monetaristas, no fue un obstculo para que muchos de los ms poderosos empresarios presionaran a gobernantes de pases perifricos para que aplicaran las tesis de Milton Friedman. Un tpico caso de ello fue el de la Argentina de la poca de Martnez de Hoz, cuyo gobierno acept las presiones de buena parte del empresariado financiero internacional para producir la poltica econmica de la era militar de Videla Martnez de Hoz(1).(1) En viajes a la Argentina, y en traslados a EE.UU. de Martnez de Hoz, David Rockefeller le habra impartido rdenes en forma personal de los lineamientos bsicos que la economa argentina deba observar. Se trata del mismo personaje que felicit al ex presidente De la Ra por el nombramiento de Domingo Cavallo en el Ministerio de Economa en 2001, expresando a la prensa su beneplcito con la frase: "Cavallo sabe que hay que ajustarse el cinturn".Mientras los descubrimientos de Nash, Lipsey y Lancaster permanecan ocultos para el gran pblico y apenas diseminados entre los propios profesionales en economa, teoras ntegramente basadas en los supuestos bsicos de Adam Smith, y que Nash demostr que se hallaban equivocadas, como la monetarista de Milton Friedman, no slo reciban una enorme difusin en los medios de comunicacin, sino que adems contaban con el beneplcito del establishment, y comenzaban a hacer estragos en pases tomados como laboratorios, todo ello a pesar de que al basarse ntegramente en los presupuestos de Smith, de antemano los principales acadmicos de EE.UU. no podan desconocer que se trataba de teoras econmicas fundadas en supuestos incorrectos, por lo que sus chances iniciales de xito eran casi nulas.Desde los aos '60 hasta la fecha, la Escuela Monetarista y su hija directa, la Escuela de Expectativas Racionales, de Robert Lucas, han ocupado el centro de la escena en universidades, centros de estudio y medios de comunicacin. La Escuela de Expectativas Racionales reduce an ms el papel para el Estado de lo que ya lo haba hecho la Escuela Monetarista. Un pas, segn Lucas, no debe hacer nada ms all de cerrar su presupuesto sin dficit. Si el desempleo es de dos dgitos, no debe hacer nada. Si la gente literalmente se muere de hambre, no debe hacer nada. Un buen ministro para esa escuela debe dejar en "piloto automtico" a la economa de un pas, y slo debe preocuparse de que el gasto pblico est ntegramente financiado con recaudacin de impuestos.Robert Lucas, de profesin ingeniero, tambin en la Universidad de Chicago, tras una dcada de abstrusos clculos matemticos, basados ntegramente en la hiptesis fundamental de Adam Smith, llega a la conclusin de que cualquier pas, en cualquier momento del tiempo, ni siquiera debe emitir dinero al mismo ritmo que crece. De esta manera, hasta la regla de oro de Milton Friedman es abolida por esta escuela cuyo auge intelectual se ubic en la dcada del '80. La hiptesis fundamental de Robert Lucas es que el ser humano posee perfecta racionalidad y toma sus decisiones econmicas sobre la base de ella. Esta hiptesis psicolgica fue duramente criticada, pero Lucas y sus seguidores se escudaron en el razonamiento de que no haca falta que cada uno de los operadores econmicos fuera perfectamente racional, sino que slo era necesario que el promedio de los operadores econmicos se comportara con perfecta racionalidad para que sus teoras fueran vlidas.Esto implica transformar la hiptesis psicolgica de la perfecta racionalidad en una hiptesis sociolgica: se supone que los desvos en la racionalidad humana, en una sociedad, se compensan entre si. Se trata, como se ve, de un supuesto extico, rarsimo, pero a la vez tan central en la teora de Lucas, que si se cae, nada en ella permanece en pie. Es extrao que esto haya ocurrido, sobre todo a la luz de los descubrimientos de otro economista, Gary Becker (Nbel en 1992), quien descubri matemticamente que las preferencias individuales no son agregables (o sea, no puede obtenerse una funcin de preferencias sociales a partir de la adicin de las individuales, dado que estas ltimas no pueden sumarse). Con este descubrimiento Becker lanz un verdadero misil a toda la denominada "teora de la utilidad", que es la base subyacente en las teoras econmicas de Chicago y termina de derrumbar mucho ms que todo el aparato terico de Chicago.A pesar de ello, y como con Nash y Lipsey, los "cientficos" que estaban creando las escuelas de Chicago no parecen haber efectuado acuse de recibo alguno. Para Lucas, todas las sociedades del mundo, en todo momento del tiempo, toman sus decisiones econmicas con perfecta racionalidad. Las decisiones de consumo, ahorro, inversin se hacen, segn Lucas, sabiendo perfectamente bien qu es lo que el gobierno est haciendo en materia econmica. Por lo tanto, para Lucas y su gente, cualquier iniciativa estatal para cambiar el rumbo natural con el que una economa se mueve no slo es intil sino contraproducente. Es as que Lucas y su gente llegaron a la conclusin de que lo mejor que puede hacer todo gobierno del mundo en cualquier momento, en materia econmica, es no realizar nada que no sea mantener el equilibrio fiscal.Es difcil entender cmo puede ser que estas ideas, extraas por cierto, hayan acaparado la atencin de economistas y de los medios de comunicacin de la manera que lo hicieron. En el caso especfico de la Argentina, pertenecer a la corriente de la Escuela de Expectativas Racionales durante los aos '80 y '90 se transform, directamente, en una moda ineludible para muchos economistas. Cualquier economista que no perteneciera a esta corriente y que abjurara de ella era visto poco menos que como un dinosaurio. Nadie se preguntaba, y es muy raro que as haya ocurrido, cmo puede ser que la teora econmica de todo el planeta estuviera en manos de un ingeniero puesto a esbozar teoras psicolgicas (disciplina alejadsima de la ingeniera), ultra especializado en matemticas. Pero as ocurri. Nadie sabe muy bien, tampoco, de dnde sali el argumento de que el promedio de cualquier sociedad se comporta de manera perfectamente racional. Si nos detenemos a pensar un minuto sobre todo esto, podramos llegar fcilmente a la conclusin de que si estas teoras eran tomadas en serio por muchos de quienes eran considerados los ms idneos profesionales en economa, fue exclusivamente porque se haban elaborado en una universidad considerada muy prestigiosa. Sin el sello de Chicago, las teoras de Lucas probablemente hubieran causado hilaridad y hubieran mandado al ingeniero a construir puentes o edificios, en vez de intentar explicar cmo funciona la economa mundial y la psiquis promedio de toda sociedad. Para Lucas, entonces, si los gobiernos no se meten con la economa, sta logra muy fcilmente el pleno empleo: todo es cuestin de que los gobernantes levanten todo tipo de restricciones a la competencia perfecta y cuiden que no haya dficit fiscal. Nada ms que eso, y en forma mgica, se llega al pleno empleo.Y no slo al pleno empleo, sino tambin a los mejores salarios posibles para toda la masa laboral, de cualquier pas del mundo, en cualquier momento del tiempo. La implicancia de esto es en el fondo grotesca: Lucas nos quiere hacer creer que la tasa de crecimiento demogrfico en cualquier pas iguala, en poco tiempo, la tasa de generacin de empleo. Que es lo mismo que decir que la gente opta por reproducirse al mismo ritmo en que se ponen avisos clasificados en bsqueda de obreros y empleados en los diarios. Como se ve, una verdadera aberracin, de tamao supino, si se tiene en cuenta que adems se transforma esa creencia en postulado universal. No es difcil entender por qu de la mano de Robert Lucas llegamos a una conclusin tan disparatada si consideramos que el ingeniero parte de hiptesis equivocadas tanto porque se basa en el individualismo de Adam Smith, como en hiptesis psicolgicas sui generis.Sin embargo, habra una forma de pensar que Lucas poda tener algo de razn. Ello se da si pensamos la existencia humana con un criterio malthusiano: Thomas Robert Malthus, ensayista ingls del siglo XIX, pensaba que mientras las poblaciones humanas se multiplican en forma geomtrica, las subsistencias lo hacen slo aritmticamente. Por lo tanto, la sobrepoblacin era, para Malthus, el peor peligro que acechaba al planeta. De esta manera, las guerras, las hambrunas o las epidemias eran "sanos" mtodos de corregir el fantasma de la sobrepoblacin. Si bien el tiempo no dio la razn a Malthus, y la poblacin mundial ha crecido increblemente en los ltimos dos siglos. A pesar de ello, el establishment norteamericano es un ferviente creyente de las ideas malthusianas. Baste con sealar que el obsequio que el presidente George Bush le hizo al presidente argentino Kirchner en su visita a Washington DC no fue otro que la principal obra de Malthus, llamada Un ensayo sobre el principio de la poblacin, del ao 1798.El corolario de la teora de Lucas es entonces que en forma universal la tasa de crecimiento demogrfico iguala la tasa degeneracin de empleo. Por lo tanto, dado que la tasa de crecimiento demogrfico no es otra cosa que la tasa de natalidad menos la de mortalidad, si esta ltima es rpidamente variable, y la gente muere a medida que desaparece el empleo, o vive ms si se le ofrece trabajo, podramos ubicarnos casi siempre en una especie de "pleno empleo", segn Lucas. Si se posee una filosofa malthusiana, es por supuesto mucho ms fcil creer en la Escuela de las Expectativas Racionales.Por qu el establishment, la lite norteamericana, es creyente de Malthus, aun cuando la realidad demostr que no estaba en lo correcto? Porque estiman que es slo una cuestin de tiempo, hasta que Malthus est en lo correcto. Como la energa del planeta est basada en recursos no renovables, lo que buena parte del establishment anglonorteamericano cree es que, a medida que el petrleo se agote, Malthus ir teniendo razn. Si no hay energa disponible para transportar los alimentos o para producirlos, una buena parte de la poblacin podra estar destinada a desaparecer. Todo sera cuestin de determinar quienes, y para ello, la lite de negocios norteamericana usa la teora de otro ingls famoso Charles Darwin. Darwin fue el creador de la Teora de la Seleccin Natural. Esta teora predica que las especies ms aptas, que mejor se amoldan al medio, sobreviven y se reproducen, y las menos aptas perecen y se extinguen. Aplicar una combinacin de las principales tesis de Malthus y Darwin a las sociedades implica adoptar una posicin racista, en forma sistemtica.En lo que atae al petrleo, elemento central en esa lnea de pensamiento, muy poca informacin acerca de sus cantidades, distribucin geogrfica e ideas para reemplazarlo se suele divulgar en forma masiva en los medios de comunicacin. Pensar en reemplazar la tecnologa del petrleo por otra, desde el punto de vista econmico, presenta ms de un riesgo que habr que correr. Requiere pensar la situacin que puede desatarse en los mercados financieros con mucha anticipacin, dado que un eventual reemplazante barato del petrleo podra poner en un riesgo elevado la salud financiera de los enormes pulpos petroleros y, por lo tanto, de los mercados financieros en su conjunto. Por otro lado, un reemplazante muy barato y abundante del petrleo podra sacar de forma inmediata de la pobreza a millones de personas.Volviendo a la Escuela de Expectativas Racionales, si bien por obvios motivos ningn pas desarrollado aplic o aplica las tesis de Robert Lucas, Argentina s lo hizo. El llamado "piloto automtico", con el que se movan los ex ministros Cavallo, Fernndez y Machinea, no era otra cosa que la admisin de que el Estado iba a desentenderse de la crisis de empleo que viva la Argentina en los '90, y el mensaje que los argentinos reciban desde los medios de comunicacin, en forma masiva, de parte de autoridades y de economistas presuntamente independientes, era que no haba que hacer nada porque la situacin del empleo se solucionaba sola. No es casual que Robert Lucas visitara la Argentina en 1996, invitado en forma especial por la principal usina de la Escuela de Expectativas Racionales de la Argentina: el CEMA, y hasta conociera al entonces presidente Menem en la quinta presidencial de Olivos, lo que marca hasta qu punto esta verdadera secta de la economa cal hondo en la Argentina.Quien se pregunte por qu en la Argentina estas ideas han tenido mucha ms aplicacin que en otros pases puede encontrar una respuesta al alcance de la mano desde los aos '60, la Argentina padeci crnicamente altas tasas de inflacin, y hasta lleg al exceso de padecer dos cortas hiperinflaciones en 1989. Dado que las teoras desarrolladas en la Universidad de Chicago, tanto la de Friedman como la de Lucas, venan etiquetadas como el ms poderoso antdoto contra la inflacin, los economistas argentinos adoptaron, en general, un sesgo mucho ms pronunciado que sus pares de otros pases del mundo a favor de las teoras de Chicago, sin ejercer el pensamiento crtico, simplemente porque esas ideas venan de Chicago. Muchos de los ms conocidos de nuestros economistas incluso estudiaron all, y luego han diseminado en la Argentina esas ideas. No es casual entonces que desde hace varios aos este pas ostente el raro rcord mundial de desempleo y subempleo, los que, sumados, arrojan durante largos aos guarismos superiores al 30%. Lo curioso del caso es que generalmente se ensea en las universidades de todo el mundo que la Escuela Monetarista surgi como una respuesta a las altas tasas de inflacin que los elevados dficit presupuestarios causaban en vastas partes del planeta. Sin embargo, si se revisa la historia, se observa que en los aos '50 e inicios de los '60 en Estados Unidos prcticamente no haba inflacin y en la gran mayora de los pases desarrollados las tasas de inflacin eran relativamente bajas, de un solo dgito anual. Habra que cuestionar, entonces, el supuesto origen anti-inflacionario de las teoras de Chicago, dado que la inflacin no era un problema en los pases desarrollados en el momento en que estas teoras empezaron a surgir. Queda por ahora en la nebulosa, entonces, la verdadera causa de estas, teoras, precursoras en la realidad de la globalizacin. Cuando se gestaron, la inflacin slo era un problema grave en pases envas de desarrollo. Habr sido acaso un gesto de filantropa del establishment norteamericano haca los pases pobres dedicar tantos recursos a la generacin de "las escuelas de Chicago"?En resumen de cuentas, desde al menos los aos '50, la teora econmica se viene manejando de una manera no slo muy poco profesional sino adems acientfica, casi como si se tratara de la astrologa o de alguna otra disciplina cuyos basamentos fundamentales no pueden explicarse racionalmente. Descubrimientos cientficos de gran envergadura, cuya difusin hubiera podido cambiar la historia de la globalizacin y detener sus peores consecuencias, fueron prolijamente ocultados hasta a los propios economistas, mientras que teoras basadas de antemano en hiptesis probadas matemticamente como falsas fueron diseminadas no solamente entre los profesionales en economa, sino tambin en los medios de comunicacin, y hasta fueron aplicadas en los lugares del mundo en los que ello ha sido posible, donde haba un ambiente receptivo favorable, como en Amrica latina.Se nos haba enseado que el sistema de universidades norteamericano era el ms desarrollado del mundo, que su actitud hacia el conocimiento cientfico era fro e imparcial. Que la ciencia progresaba en estas universidades independientemente depresiones polticas y de conveniencias econmicas y empresariales. Cmo pudo ocurrir esto, entonces? Un detalle no menor que se debe tener en cuenta es que las dos escuelas mencionadas se originaron, desarrollaron y expandieron desde la Universidad de Chicago, recibiendo fuertes dosis de financiamiento de esa casa de estudios. El financiamiento no se detuvo slo en pagar los elevados salarios de los investigadores que desarrollaban las teoras monetaristas y de expectativas racionales en ese recinto acadmico, sino que adems tambin abarc la costosa campaa de difusin de estas ideas en los medios de comunicacin. Es necesario tener en cuenta que, aunque alguien pueda llegar a un descubrimiento tipo "plvora econmica", sin el dinero suficiente para diseminar esa idea en los medios de comunicacin no hay forma alguna de que el conocimiento en cuestin tome estado pblico.Es evidente, entonces, que ha habido poderosos intereses atrs de las teoras de la denominada Escuela de Chicago, que han constituido el basamento para lo que hoy es la globalizacin, aun cuando se trataba, ni ms ni menos, que de un saber falso. Qu intereses estn atrs de la Universidad de Chicago? Pues bien, fue fundada por el magnate petrolero John D. Rockefeller I, creador adems del mayor monopolio petrolfero del mundo: la Standard Oil. Esa casa de estudios superiores ha sido siempre un baluarte de la industria petrolera. Pero el control de una alta casa de estudios como la Universidad de Chicago por s solo no hubiera bastado, en medio de un contexto intelectual muy independiente, para imponer las ideas de Milton Friedman y Robert Lucas de la manera en que se hizo. Si hubiera existido un contexto intelectual realmente independiente, habran aparecido fuertes crticas a los supuestos psicolgicos y sociolgicos que el ingeniero Lucas introduca en sus teoras. Por qu, entonces, el nivel de crticas que recibi la Escuela de Expectativas Racionales no lleg a ser muy importante? Pues bien, la industria petrolera no slo fund la Universidad de Chicago sino que controla, en forma directa o indirecta, al menos a las universidades de Harvard, New York, Columbia y Stanford, y adems est presente en otras muchas universidades. Es usual que muchos de los directivos de estas casas de estudios superiores alternen tareas en empresas petroleras o en instituciones financieras muy relacionadas con dicho sector.Precisamente por eso no debe llamar la atencin tanto que las teoras clsicas de la economa y sus derivadas (Friedman, Lucas, etc.) den prcticamente un trato uniforme a todos los mercados, de todos los bienes, en todos los pases y en todo momento, sin hacer distincin entre ellos. Por qu? Hay bienes que se pueden producir y otros cuya capacidad de produccin es limitada: hay recursos renovables y otros no renovables. Precisamente el petrleo es un recurso no renovable, por lo que su mercado es de caractersticas especiales. A pesar de ello, es una cuestin que escapa al tratamiento que se le da usualmente en la teora econmica: la teora suele tratarlo como si fuera un mercado ms. La cantidad de petrleo que hay en la Tierra es finita y limitada. Ms an si se tiene en cuenta que, al tratarse de la principal fuente de energa utilizada hoy en el planeta, una eventual brusca escasez no podra ser subsanada mediante el uso de otras fuentes de energa, al menos en forma rpida. Por lo tanto, los efectos de lo que ocurre en el mercado petrolero pueden trasladarse con fenomenal rapidez a todos los otros mercados. Pero los defectos de la Escuela de Chicago no se reducen a desconocer esto y a negar los descubrimientos de Nash, Lipsey y Lancaster. Es llamativo el hecho de que el propio producto, de caractersticas particulares, cuya explotacin permiti la fundacin de la propia universidad, y el control de otras tantas, es un bien que no fue tratado en la teora de una manera especial al ser un recurso no renovable, por Friedman y Lucas, quienes tampoco tienen en cuenta que precisamente el petrleo es el bien cuyo mercado ostenta el mayor nivel de cartelizacin del mundo. Paradjicamente, entonces, quienes intentaron ejercer un verdadero oligopolio en el estratgico mercado de la energa fomentaron la creacin y difusin de teoras econmicas basadas en la libre competencia, la ausencia de regulaciones estatales, el paraso del consumidor y la competencia constante entre s de una enorme gama de productores que slo tienen en teora una ganancia exigua que realizar.Ahora comenzaba a quedarme ms claro por qu, y debido a quin es, el principal descubrimiento de Nash haba permanecido bastante oculto y, al mismo tiempo, apareca como un enigma el verdadero estado de situacin del mercado petrolero, sobre todo a la luz de las guerras ocurridas en el siglo XXI.BIBLIOGRAFATeora general econmica:-SMITH, Adam: On the wealth of nations. Londres, 1776.-ROLL, Ene: Historia de las doctrinas econmicas. Fondo de Cultura Econmica,1943.-BLANCHARD, Olivier; PREZ ENRRI, Daniel: Macroeconoma. Teora y poltica econmica con aplicaciones a Amrica latina. Prentice Hall, 2000.-SCHUMPETER, Joseph: Historia del anlisis econmico. Fondo de Cultura Econmica, 1971.-DORNBUSCH, Rudiger; FISCHER, Stanley: Macroeconoma. McGraw HILL,1994.John Nash y Teora de los Juegos:-GOLDSMAN, Akiva: A beautiful mind. The shooting script. Newmarket Press, 2002.-NASAR, Sylvia: A beautiful mind. Touchstone, 1998.-WILLIAMS, J. D.: The complete strategist. Being a primer on The theory of games strategy. Dover Publications, 1986.-SAMUELSON, Larry: Evolutionary games and equilibrium selection. The MIT Press, 1997.-MYERSON, Roger: Carne theory. Analysis on field. Harvard University Press, 1991.-POUNDSTONE, William: Prisoner's dilemma. Anchor Books, 1992.-WEIBULL, Jorgen: Evolutionary game theory. The MIT Press, 1995.-HOFBAUER, Josef; SIGMUND, Karl: Evolutionary games and population dynamics. Cambridge University Press. 1998.-DAVIS, Morton: Game theory. A nontechnical introduction. Dover Publications, 1970.-OSBORNE, Martin; RUBINSTEIN, Ariel: A course in game Theory. The MIT Press, 1994.-GlNTIS, Herbert: Game theory evolving. A problem centered introduction to modeling strategic interaction. Princeton University Press, 2000.-KUHN, Harold: Classics in game theory. Princeton University Press, 1997.-KUHN, Harold; NASAR, Sylvia: The essential John Nash. Princeton University Press, 2002.-FUDENBERG, Drew; LEVINE, David: The Theory of leurning in games. The MIT Press, 1998.Teora del Segundo Mejor:-www.internationalecon.com-www.uchicag.eduTeora de los Juegos:-www.drexel.educlassjhistf.html-www.econ.canterbMy.ac.nzlhisi.htm-www. economics.harvard.edu2. EL PROBLEMA DEL PETRLEOEl mundo se divide en tres categoras de personas: un pequesimo nmero que hace producir los acontecimientos; un grupo un poco ms importante que vigila su ejecucin y asiste a su cumplimiento, y, en fin, una vasta mayora que jams sabr lo que en realidad ha acontecido.Nicholas Murray Butler.Miembro del Council on Foreign Relations.El petrleo no es precisamente un tema cuyo anlisis despierte la pasin de multitudes. Generalmente, se entiende que es un tema para especialistas, demasiado tcnico, con aristas muy econmicas. Por esta causa, la relativamente poca cantidad de material bibliogrfico que surge acerca del mercado energtico mundial suele ser desechada aun por el pblico ms vido de informacin, debido a la aridez del tema. Quiz, cuando concluya este captulo, comience a ser muy diferente la visin del lector en esta materia.Una cosa de la que no tomamos adecuada conciencia es que la vida entera podra ser analizada desde un punto de vista de transformacin de la energa. Cuando comemos, o nos vestimos, o desarrollamos cualquier actividad diaria, no estamos haciendo otra cosa que procesar energa. Cuando, por ejemplo, saboreamos un plato de pastas, lo que estamos comiendo, y por lo tanto lo que refleja su valor monetario, no es otra cosa que la semilla de trigo, ms el trabajo utilizado en todas las etapas de produccin, ms el gasoil que se us para cultivar los campos, ms el petrleo que se emple para trasladar la semilla a la industria molinera, ms el combustible utilizado para transformar eso en harina, ms la cantidad de energa, mayoritariamente concentrada en hidrocarburos, destinada a los procesos de packaging, marketing, distribucin mayorista y minorista. O sea, el componente energtico, en forma de hidrocarburos, es un factor muy relevante dentro del costo total del producto. Si a su vez tenemos en cuenta que los salarios abonados por el trabajo se gastan tambin en consumo de energa, debemos concluir y no es slo una paradoja que la energa mueve al mundo. Similar razonamiento podramos hacer s analizramos, por ejemplo, la salsa de ese plato de pastas sin importar qu elementos estn en ella, el vino, la gaseosa o el agua mineral que estemos consumiendo. La vida es imposible sin energa; la vida urbana se transformara rpidamente en catica si hubiera un corte brusco sin rpido restablecimiento de los flujos energticos. Baste recordar el caos que a veces produce un mero apagn transitorio para tener en cuenta la real dimensin de este tema en caso de que una terica escasez en la fuente del mercado energtico pudiera impedir, entre otras cosas, que los alimentos entren a las ciudades.Hay otra manera de ver este mismo tema: el sistema de precios y salarios de toda sociedad, lo cual implica en sntesis el nivel de bienestar que podemos alcanzar cada uno de nosotros, gira en torno a lo barata o cara, escasa o abundante, que sea la energa que interviene en los procesos productivos. Si volvemos al ejemplo del plato de pastas, ste resultar tanto ms caro cuantas ms dosis de unidades de energa requiera su elaboracin, y cuanto ms escasa y cara sea esa energa.Ahora puede quedar claro, entonces, que al hablar de energa no nos referimos a un mercado ms o a un bien comn y corriente, fcilmente sustituible por otro, sino que hablamos de supervivencia. Si muchas veces no nos ponemos a pensar en estas cuestiones es porque, salvo en contadas ocasiones, no hemos padecido graves problemas para hacernos de la energa necesaria para vivir y consumir los bienes que deseamos. Queda claro, entonces, que no da lo mismo que las fuentes energticas estn basadas en recursos renovables o no renovables. Los recursos no renovables estn destinados a agotarse y, si no dan lugar con el paso del tiempo a otro tipo de recursos que los suplanten, puede comenzar un proceso que no hemos vivido nunca en nuestras vidas: una lucha mucho ms dura por la supervivencia. Jeremy Rifkin menciona muy bien en su obra La economa del hidrgeno que las civilizaciones que no tratan en forma cuidadosa las fuentes y cantidades de energa disponible se extinguen. Si hablamos en trminos de cultura, extinguirse implica una ms rpida o ms lenta muerte masiva.La inteligencia del hombre ha sido capaz de generar asombros cientficos incomparables: se ha llegado a la frmula y la posible manipulacin del genoma humano, hace ms de tres dcadas se lleg a la Luna, nos podemos comunicar en forma instantnea con alguien en otra parte del planeta prcticamente sin costo, y se puede dar la vuelta al mundo en horas cuando hasta hace un par de siglos demandaba meses. A pesar de todo este enorme progreso, la energa con la cual nos movemos, y movemos todos los bienes, es bsicamente la misma que se usaba hace un siglo y medio, es un recurso no renovable, escaso, contaminante y que ha ocasionado terribles guerras, varias de ellas recientes.No ha sido el hombre capaz de crear un sustituto? Dos grandes firmas automotrices estn haciendo ensayos preliminares para que el combustible de sus automviles sea el hidrgeno. De todas maneras, se trata de algo an muy incierto en el tiempo y con escasa o nula programacin estatal en la materia. O sea, no hay planes gubernamentales importantes para fomentar que el petrleo sea reemplazado por un recurso energtico renovable. A mediados del 2003, tras la guerra con Irak, George W. Bush contina dilatando la decisin acerca de la licitacin entre universidades norteamericanas para estudiar en forma hipottica cmo desarrollar la tecnologa del hidrgeno. Por lo tanto, si han sido creados sustitutos de los hidrocarburos fsiles, con buenos resultados, permanecen en el anonimato. No es nada improbable que los enormes intereses que hay detrs del oligopolio mundial petrolero hayan provocado su silenciamiento. Cuando hablamos de monopolio u oligopolio mundial petrolero debemos referirnos ineludiblemente a las empresas derivadas de la antigua Standard Oil, compaa creada luego de la guerra civil norteamericana por el ya mencionado John D. Rockefeller I.Haciendo un poco de historiaRockefeller, en muy poco tiempo, se transform en un tcito monopolista de la industria petrolera norteamericana. Lleg a concentrar en sus manos el 95% de la exploracin, explotacin, distribucin y venta minorista de gasolina en EE.UU. Siempre pens que el negocio petrolero deba estar integrado en forma vertical, o sea, una misma firma debe controlar todas las etapas de produccin. Y que la clave del negocio en s mismo era tener bajo su rbita el proceso de distribucin, por lo que lleg a obtener un acuerdo con importantes descuentos con los ferrocarriles que controlaba JP Morgan, acuerdo que result a la postre ruinoso para todos sus competidores, a los que uno a uno fue desplazando del mercado, muchas veces mediante la aplicacin de mtodos semicompulsivos o compulsivos. Ese accionar empresarial, carente de preceptos morales, o de cdigos, era comn en la decena de empresarios que comenz a controlar la economa norteamericana tras la muerte de Abraham Lincoln. Se trataba de empresarios profundamente odiados por la poblacin en su conjunto, por lo que ya en aquella poca fueron bautizados The Robber Barons (Los Barones Ladrones), expresin que qued a travs de los tiempos, y con la cual an hoy muchos los recuerdan, a pesar de la accin de una cantidad de bigrafos a sueldo que, con el transcurso de las dcadas, la falta de conocimientos reales de historia del pueblo norteamericano y el paso de las generaciones, ahora intentan mostrar un pasado mucho ms rosa. Por ejemplo, en su voluminosa biografa de John D. Rockefeller I, el historiador oficial con que hoy cuenta la lite norteamericana, Ron Chernow, titula la biografa de John D. Rockefeller I con el nombre de Titn, y lo representa como un personaje ambivalente. En cuanto a biografas, es necesario mencionar que aquellas que citaban con ms detalle algunos de los actos de crueldad y barbarie atribuidos al clan han desaparecido casi por completo del mercado bibliogrfico, al punto que han cado en el olvido episodios tales como la masacre de Ludlow, cuando gente propia de Rockefeller en 1913 mat a mujeres y nios por plegarse a una huelga de la Colorado Oiland Fuel, empresa propiedad de esa familia. Incluso las recientes biografas para televisin que realizaron tanto History Channel como PBS muestran a Rockefeller, el primer billonario del mundo, casi como un altruista, un poeta, cuando el saber popular recuerda que sus asesores le recomendaban darle algunas monedas a los nios pobres cuando haba fotgrafos cerca, lo que no se le ocurra al propio empresario, cuya mxima ambicin en la vida, adems de juntar dinero y poder, fue llegar a cumplir 100 aos, de lo que estuvo muy cerca, al morir en 1937 a los 98 aos de edad.El odio popular a los Robber Barons era en aquellas pocas enorme. Se trataba cada vez ms de una casta monopolista en sus diferentes actividades, de un verdadero equipo que se ayudaba solidariamente entre s, cuyos vstagos se casaban entre s a fin de que no se diseminaran las fortunas familiares. Si bien un siglo antes Adam Smith haba comenzado a idear la tesis del individualismo como base de la competencia perfecta, quienes detentaban el poder econmico en Estados Unidos a fines del siglo XIX constituan en realidad una verdadera corporacin. Tan corporativo y concentrado era el poder econmico que en 1890 el gobierno norteamericano se vio en la obligacin de dictar la llamada "Ley Sherman", legislacin antitrust, que tard 21 aos en ser aplicada para el caso del petrleo. Recin en 1911 se ordena la divisin de la Standard Oil, que pasa as a fracturarse en una serie de empresas ms pequeas estaduales, pero que siguieron durante muchsimo tiempo constituyendo un monopolio en las sombras debido a una conjuncin de factores. En primer lugar, el clan Rockefeller recibi un porcentaje de acciones de cada una; en segundo lugar, las particulares condiciones de la Bolsa norteamericana, donde el capital accionario est singularmente atomizado, hacen que con una pequea fraccin del total de las acciones se pueda controlar toda la empresa, sus polticas comerciales y financieras, y hasta el nombramiento de los directores. Los propios bancos relacionados desde fines del siglo XIX con el clan Rockefeller facilitaron que la desmonopolizacin haya sido slo un intento vano: una ley presuntamente cumplida, tras la cual hay un monopolio en las sombras. Este proceso se agudiza cuando comienza a proliferar una inmensa gama de fondos de pensin e inversin, en los que la poblacin norteamericana coloca sus ahorros y los fondos para su jubilacin. Estas entidades, muy relacionadas con los bancos, han invertido ingentes cantidades de fondos en comprar an ms acciones de estas empresas. Como estos fondos de inversin y pensin en muchos casos son propiedad de los bancos de la lite norteamericana, o estn relacionados con ellos, sta ha encontrado una "pcima mgica" no slo para seguir controlando lo que antes eran monopolios dirigidos de manera unipersonal sino para ejercer su dominio sobre muchos otros sectores a los que no hubiera podido acceder si no se hubiera dado esta singular forma de estructura financiera que existe an hoy en WallStreet. Poseyendo el 5 o 10% de una empresa, y administrando otra parte, aun cuando no sea de fondos propios sino con los ahorros de la gente invertidos en bancos y fondos de pensin e inversin, se puede controlar totalmente un mercado tan estratgico como el energtico.El caso del clan Rockefeller es quizs el principal emblema, pero no el nico. Durante buena parte del siglo XX, el monopolio petrolero anglonorteamericano fue rebautizado como "The Seven Sisters" (Las Siete Hermanas). Pero el proceso de gran concentracin del capital vivido en la dcada del 90 ha hecho que se dejaran de guardar las apariencias y las empresas petroleras volvieran a fusionarse. De seguir a este ritmo, ya poco faltara para volver a la primitiva Standard Oil. En efecto, la familia Rockefeller controla los conglomerados petrolferas Exxon Mobil, Chevron Gulf Texaco y Amoco British Petroleum. Tambin le corresponde, por ejemplo, y entre muchos otros intereses petrolferos en el resto del mundo, una proporcin muy importante en el petrleo que Repsol posee en la Argentina dado que Aznar vendi en 1997 acciones de Repsol en la Bolsa de Madrid y fueron compradas nada menos que por el Chase Manhattan Bank.(1) Este banco, tambin controlado por la familia Rockefeller, adquiri recientemente al JP Morgan, al Chemical Bank y al Manufacturers Hannover. Desde hace tiempo, la misma familia tambin controla al Citibank e influye decisivamente en el Bank of America. En realidad, hay una gama de negocios que sigue oligopolizada en las sombras en Estados Unidos, a pesar de la legislacin en la materia. Es necesario volver a remarcar que el capitalismo en su versin norteamericana produjo un enorme auge de cotizaciones en la Bolsa de todo tipo de empresas. Con una muy pequea proporcin del capital accionario de ellas y de los fondos de inversin o pensin que luego invierten una enorme parte de lo que recaudan en las mismas acciones cotizantes, una pequea lite influye decisivamente en las polticas de las mega empresas de esos sectores. Ello ocurre ms visiblemente en los negocios de banca y finanzas, petrleo y energa, laboratorios y salud, educacin y universidades. Todas estas ramas de la produccin estn relacionadas entre s a travs de los clanes elitistas controlantes de los sectores en bloque. No se trata de un esquema cerrado en s mismo sino con derivados a otros sectores de la actividad como, por ejemplo, la industria de armamentos. Debe tenerse en cuenta que en el oligopolio mundial energtico tambin tiene una vital influencia la empresa Royal Dutch Shell, en parte propiedad de las coronas britnica y holandesa, y financiada en buena medida por la familia Rothschild, antigua financista europea de varias coronas reales, sobre todo a la hora de financiar guerras. Se caracterizaba por auxiliar financieramente a la vez, a los dos bandos. (1) Algo similar ocurri con Telefnica de Espaa. Las acciones vendidas en la Bolsa de Madrid por el Estado Espaol fueron compradas en forma mayoritaria por bancos estadounidenses muy relacionados con el dan que controla el petrleo norteamericano.1 La industria farmacutica trabaja, tal como lo hace la petroqumica, con derivados directos del petrleo. El crudo se sola vender en pueblos y ciudades norteamericanos mezclado y enfrascado como "remedio milagroso" para gran cantidad de males, como el cncer, antes de 1860. William Rockefeller, padre del fundador de la Standard Oil, se dedicaba a esa actividad.Segn abundante informacin, esta misma familia tambin es la prestamista original de los Rockefeller y de todo el desarrollo petrolfero, ferroviario y bancario en Estados Unidos, a travs de las familias Morgan (banca y ferrocarriles), Harriman (ferrocarriles y altas finanzas) y Rockefeller (petrleo y banca). Los ferrocarriles no eran un negocio de transporte ms en el siglo XIX. No haba transporte areo, no exista el transporte de carga por carreteras, no haba red de autopistas. Tan slo una de las pocas empresas ferroviarias en Estados Unidos rivalizaba con el propio gobierno federal en cantidad de obreros empleados. Ello significa que haber controlado cuasi monoplicamente ferrocarriles, petrleo y bancos implicaba controlar el real poder en Estados Unidos. Resulta llamativo, entonces, que la familia Rothschild, en la reciente biografa oficial escrita por Nial Ferguson en dos tomos, en Oxford, intente mostrarse a s misma como en decadencia desde mediados del siglo XIX, precisamente por no haberse podido instalar como banca en Estados Unidos, y perder el control de la situacin cuando Nueva York comienza a rivalizar con Londres como centro financiero mundial. Ello se da de bruces con el control que dicho grupo econmico ejerca por medio de la financiacin sobre los tres principales negocios de Estados Unidos. Sin embargo, esa voluntad propia de aparecer cada vez ms en el anonimato va de la mano con el hecho de que el clan Rothschild slo presta en la actualidad su apellido a bancos de inversin singularmente pequeos.Energa y PoderAunque existen algunas otras grandes empresas en el mercado petrolfero mundial, generalmente se trata de compaas estatales de pases sin petrleo, como el caso de la ENI (Italia) o Total Fina Elf (Francia). En el caso de varios pases rabes, el petrleo ha quedado en manos de un monopolio rabe norteamericano (Arameo), cuyo control al menos comparte el clan Rockefeller. Arabia Saudita posee ms de un quinto de las reservas mundiales de petrleo que quedan en el planeta. Actualmente, en el mercado petrolfero mundial, las compaas estatales tienden a ir concentrando una proporcin cada vez ms importante en las fases ms primarias de la produccin, o sea, en la exploracin, extraccin y a veces refinacin del petrleo. Por su parte, las mega empresas privadas anglonorteamericanas quedan con una proporcin cada vez ms importante en las etapas finales de la produccin (distribucin y venta minorista). Si esta tendencia que se agudiza al ritmo de la propia extincin del petrleo norteamericano y en aguas inglesas siguiera, las empresas privadas anglonorteamericanas perderan una buena cuota del poder real que les otorga el haberse constituido desde hace ms de un siglo como un verdadero monopolio en las sombras, dado que no contaran casi con petrleo propio, sino que dependeran de la buena voluntad de empresas petroleras estatales, reales dueas de yacimientos. Si nos detenemos a pensar un poco en este punto, se observa que la decisin de ir a Irak e invadirlo contra viento y marea es una decisin estratgica con miras a estar donde est el petrleo, a manejarlo y extraerlo como si fuera propio, y a no depender de la buena voluntad de empresas estatales y lderes nacionales. En suma, a la necesidad de conservar el poder que otorga el tener como propias las escasas fuentes de energa no renovables que hoy resultan fundamentales para la vida humana y, sobre todo, para la vida urbana.Controlar la energa es tener el poder. Si el ms importante recurso energtico es escaso y no renovable, como el petrleo y el gas, quienes manejen ese bien tienen el poder. Si las principales fuentes de energa se basaran en recursos renovables y hay que tener en cuenta que toda la materia es fuente potencial de energa, ningn minsculo grupo podra tener el poder, porque las decisiones humanas de consumo bien podran independizarse mucho ms de la necesidad de trabajar. O sea, la necesidad de trabajar para vivir en el mundo contemporneo se debe, en muy buena medida, a que al ser el petrleo un bien escaso, y por lo tanto oneroso, hace mucho ms costosos los bienes que consumimos usualmente.Cul es, entonces, a la luz de la guerra en Irak y de la ocupacin de Afganistn, la verdadera situacin del mercado petrolero? Es el petrleo abundante o escaso? Urge su reemplazo o tenemos tiempo? En Internet se puede acceder con facilidad al sitio oficial de la International Energy Agency. Dicho sitio proporciona abundante informacin. Si bien no hay datos por empresa, si hay datos de produccin, consumo, reservas, precios, etc., tanto de petrleo como de gas natural. Las conclusiones ms importantes que se pueden extraer son las siguientes:Hacia el 2002, quedaban reservas de petrleo compatibles con el consumo actual mundial para 35 aos. (Si bien al actual ritmo de produccin se podra extraer petrleo durante ms de 80 aos en Arabia Saudita y durante ms de 110 aos en Irak, ambos pases debern multiplicar en el muy corto plazo su produccin para compensar la extincin de pozos petroleros en Estados Unidos, Inglaterra, Rusia y Mxico. De ah que haya petrleo en el mundo para slo 35 aos en los niveles actuales de consumo.) Es necesario mencionar que, a esta altura, ya prcticamente todo el planeta ha sido explorado, quedando algunas dudas an sobre el potencial que podran tener un sector de la costa de Groenlandia, el Congo y la cuenca del Nger (pas al cual el presidente George W. Bush y la CA acusaron en su momento de vender uranio a Saddam Hussein, acusacin que se comprob falsa).El 70% de todas las reservas mundiales de petrleo se encuentra concentrado en el Golfo Prsico; Arabia Saudita, Irak, Kuwait, Emiratos rabes Unidos e Irn. En el plazo de una dcada, ms del 80% del petrleo mundial estara en esa regin. Otro 10% del petrleo mundial tambin se encuentra en pases musulmanes como Libia, Nigeria e Indonesia. Hoy, el 80% de petrleo del mundo est en manos musulmanas, y ese porcentaje tiende a subir con el paso del tiempo. Dado que el petrleo comenz a utilizarse como fuente energtica en Estados Unidos luego de la Guerra Civil, y en aquella poca slo se lo conoca en forma abundante dentro de Estados Unidos y en Rusia, estratgicamente resultaba no slo cmodo sino tambin sumamente viable comenzar a basar la energa en hidrocarburos fsiles. El combustible saud slo vio la luz en 1938. Y fue, con el paso de las dcadas, que el mundo se llev la sorpresa de que estaba concentrado mayoritariamente en torno del Golfo Prsico. Entonces puede comenzar a quedar un poco ms claro el porqu de la frecuente propaganda contra pases de origen musulmn, dado que el intento de basar la energa del planeta en un recurso escaso, que se encontrara sobre todo en el subsuelo estadounidense, naufrag a medida que se iban secando los pozos petrolferos de Texas, cosa que comenz a ocurrir hacia los aos '60, y se iban descubriendo cada vez ms yacimientos gigantescos en pases rabes (lo que termin de ocurrir en los aos '80).Muy cerca del techoEstados Unidos toc el techo de su produccin anual de petrleo en el ao 1970, con algo menos de 10 billones de barriles anuales de crudo. Hoy apenas si puede producir 5 billones de barriles por ao. Ello, a pesar de que se ha incorporado la un tanto decepcionante en cuanto a su magnitud cuenca petrolfera de Alaska al mercado. Todo esto al costo de comenzar a generar un preocupante problema ambiental, y aunque se han desarrollado y aplicado nuevas tecnologas extractivas, las que, por ejemplo, introducen gas a presin en la roca de los yacimientos para virtualmente "secar" las rocas de petrleo y aumentar la posibilidad extractiva de pozos vecinos, incrementando de forma importarte el recupero de la inversin en los pozos. A pesar deque estas cifras indican una realidad energtica preocupante al menos dentro de los propios Estados Unidos, el gobierno de George W. Bush muestra una gran lentitud en las tareas preliminares previstas para licitar entre las universidades norteamericanas algunos fondos para el estudio de tecnologas masivas qu reemplacen al petrleo. Esa pereza se contrapone a la enorme rapidez con la cual el mismo gobierno decidi efectuar la licitacin de las obras petrolferas por desarrollarse en Irak, que gan antes de la propia cada de Bagdad y Basora una filial de la empresa Halliburton (Kellogg), la que fue hasta hace poco dirigida por el propio vicepresidente norteamericano, Dick Cheney. Desde ese ao 1970, cuando Estados Unidos alcanz el denominado "techo de produccin anual", sta no ha cesado de declinar, como lo indican las cifras antes comentadas. El descenso ha sido particularmente mayor en los aos '90 y en el inicio de este siglo, ya que a lo largo de una dcada cay casi 20%. Hacia 1950, Estados Unidos produca prcticamente el 100% del petrleo que consuma y era el primer productor mundial. Importaba algo de petrleo, pero tambin exportaba. Hoy, Estados Unidos no llega a producir 45% del petrleo que consume. Sigue siendo el primer consumidor mundial, con casi un cuarto del consumo de todo el planeta. Se calcula que, al actual ritmo de produccin, el petrleo norteamericano se extinguir en el ao 2010. Peor an es la situacin en Inglaterra: los pozos descubiertos en el Mar del Norte, cuya propiedad comparten Inglaterra y Noruega, sobre los que se lleg a pensar en su momento que eran mucho ms grandes, han resultado menos abundantes que lo previsto, y se calcula que Inglaterra se quedar sin petrleo aproximadamente en el ao 2006. Fuera de los pases musulmanes, el petrleo es an abundante slo en Venezuela (recordar el intento de golpe contra Chvez efectuado por sectores empresariales muy relacionados con el establishment petrolero de Estados Unidos y la CA) y algunas de las ex repblicas de la URSS. En mucha menor medida en China, Libia y Mxico. Y... en ningn lado ms.Desde mediados de la prxima dcada, el petrleo estar entonces tan concentrado en tan pocas manos, y tan escaso resultar en Estados Unidos, que ello puede ayudar a explicar la verdadera naturaleza de las guerras que hemos visto en el siglo XXI. La decisin hasta el momento ha sido no slo ir tras el petrleo, sino tambin seguir frreamente con la tecnologa de ese combustible. Hemos mencionado que las cifras oficiales indican que hay reservas mundiales para 35 aos. Ello puede generar una falsa idea: que hay por lo menos tres dcadas de tiempo antes de que se produzca una grave crisis energtica; que todo es cuestin de encontrar mtodos pacficos de solucin a los conflictos, de manera tal que el comercio de petrleo del Golfo Prsico a Occidente y Japn se realice en forma fluida evitndose las fricciones que hubo con los talibanes (Afganistn, por su particular enclave, es importante para el paso de gasoductos) y con Irak. De esa manera, si nos guiamos por las cifras oficiales de la International Energy Agency, an hay cierto tiempo no mucho, pero tres dcadas es un plazo apreciable, y las tensiones blicas de inicios de este siglo bien podran ceder si se diera con la gente indicada para gobernar los pases. O sea, si los conflictos entre Estados Unidos y el mundo musulmn los resuelve otra clase dirigente, distinta de la que hoy est sentada en la Casa Blanca y en varios pases musulmanes. Si seguimos por esta lnea de pensamiento, debemos limitarnos a calcular cul sera la real magnitud del dficit estructural adicional en las balanzas de pagos de Estados Unidos e Inglaterra, producido por el hecho de tener que importar todo el petrleo que an producen en su propio territorio, pero nada ms que eso. Ello requerira de un mayor "ajuste de cinturn" de las poblaciones de ambos pases, pero nada del otro mundo, nada que no se haya ya visto en el pasado en cuanto a ajuste recesivo. Despus de todo, el 55% del petrleo que consume Estados Unidos que es importado representa entre 1 y 1, 5% de su PBI, segn la cotizacin del barril. Es decir, el impacto de dejar de producir petrleo, importando el restante 45% que hoy an produce internamente Estados Unidos, equivaldra a cerca de otro 11,5% de su PBI, si se soluciona el conflicto a travs del comercio internacional. Si bien hoy, en pleno 2003, Estados Unidos tiene un muy abultado dficit de balanza de pagos del orden de 5,2% de su PBI, un dficit adicional de 11,5% lo colocara en las puertas de una recesin ms pronunciada que la que ha venido evidenciando desde el ao 2000, y quizs en la necesidad de una ms apreciable cada del dlar, Pero no se tratara de nada imposible de manejar. A todas estas conclusiones se puede llegar, entonces, si se atan lo suficiente los cabos sueltos a partir de las cifras oficiales de la International Energy Agency.Pero lamentablemente estaramos frente a un espejismo, mucho ms grande an que los que se suelen padecer en los desiertos bajo los cuales se encuentra el petrleo.Ocurre que el petrleo no es como el agua o el aire, ni como el dinero. No se puede extraer al ritmo que se desea ni se encuentra en forma uniforme ni es siempre de la misma calidad. Por empezar, en las reservas suelen figurar petrleos especialmente pesados, que suelen ser de mucho ms bajo valor energtico y caros de procesar, petrleo que an hoy no se sabe procesar bien por su bajo valor energtico y econmico. Hay incluso tipos de petrleo que an hoy no poseen valor econmico, y otros ubicados en zonas de muy difcil acceso, cuya explotacin seria tan cara que slo tendra sentido con un precio mundial del crudo compatible con cerca de 80 dlares el barril a valores del presente, actualizados por la tasa de inflacin en Estados Unidos, al que se lleg durante la segunda crisis petrolera mundial a raz del conflicto entre Estados Unidos e Irn en 1979. Esto implica que un porcentaje indeterminado pero apreciable de las cifras oficiales es petrleo que est en las estadsticas pero no en la realidad.En segundo lugar, y en forma an mucho ms importante, hay que tener en cuenta que el petrleo no va a empezar a faltar desde el ao en que tericamente se extinga (alrededor del 2035 2040), sino desde cuando se alcance lo que se denomina "techo mundial de produccin". El "techo mundial de produccin" es la mxima cantidad posible de petrleo que se puede producir en un ao y depende de las caractersticas geolgicas de los pozos, del tipo de crudo, de la tecnologa extractiva que se use. etc.,etc. En el mundo, todava nos encontramos en la fase ascendente de produccin mundial del crudo. Medir su disponibilidad por la cantidad de aos de reservas existentes implicara aplicar un clculo lineal de posibilidades de extraccin. O sea, significa pensar que todos los aos se puede extraer la misma cantidad y un poco ms. La realidad es diferente. Existe primero un perodo ascendente, de produccin ao tras ao superior, causado por el hecho de que van entrando al circuito productivo ms yacimientos que los que se van "secando." Luego se alcanza el "techo mundial de produccin", y sta se estanca cerca de esa cifra durante un perodo breve de algunos aos. Finalmente, comienza un perodo de produccin declinante ao tras ao, originado por el hecho de que ya no pueden agregarse a la produccin nuevos yacimientos al mismo ritmo al cual van saliendo de circulacin y agotndose muchos de ellos, ya secos. Hoy el planeta ha ingresado en la ltima parte de la curva ascendente del ciclo de produccin del petrleo. Al "techo mundial de produccin" an no se ha llegado. Cunto falta para alcanzarlo es un dato clave para la economa del mundo entero. El "techo de produccin" s ha sido alcanzado, por ejemplo, en pases como en Estados Unidos. Hemos mencionado que el "techo de produccin norteamericano" se toc en el ao 1970, y debe recordarse muy especialmente que en 1973 se produjo una de las dos crisis energticas mundiales ms graves de que se tengan noticias, cuando la historia oficial indica que Arabia Saudita produjo un embargo petrolero a los pases occidentales que ayudaron a Israel a ganarla guerra de ese ao. En aquellos aos '70 eran frecuentes las colas en las estaciones de servicio, el racionamiento de combustibles y la inflacin descontrolada en muchos pases a consecuencia de las subas de precios de los hidrocarburos evidenciadas en todo el mundo como consecuencia de la desaceleracin inevitable que se produjo en la produccin de crudo norteamericana, factor que en realidad jug un papel preponderante en la triplicacin de los precios del crudo a inicios de los aos '70.A partir del momento en que se toque el "techo de produccin" mundial, se va a evidenciar una serie consecutiva de bruscas escaseces de petrleo. El mundo habr alcanzado su mximo ritmo de produccin mundial, a partir de cuyo momento, ao tras ao, habr cada vez menos petrleo disponible para alimentar a cada vez ms habitantes de la Tierra y a economas que pugnarn por seguir creciendo a un ritmo superior al 2% anual, mnimo umbral considerado aceptable, lo que sera inalcanzable para todos los pases en forma conjunta en un mundo en el que cada da habra menos petrleo. De esta manera, el planeta se encuentra frente a una disyuntiva que debe solucionarse por alguna de estas tres vas, o una combinacin de las mismas, de aqu a cierto tiempo:

a) una importante reduccin en la tasa decrecimiento demogrfica a escala global y presumiblemente una declinacin de la cantidad de habitantes en la Tierra;

b) una muy profunda recesin a escala global que produzca una reduccin apreciable en el nivel de vida de la poblacin global como promedio;

c) el abandono gradual pero acelerado de la tecnologa del petrleo. En trminos econmicos, esa serie de crisis internacionales se verificara mediante subas bruscas e imprevistas en la cotizacin del petrleo y/o con la aparicin de nuevas guerras, que slo alguien muy ingenuo puede creer que casualmente se siten cerca de donde existen grandes yacimientos de hidrocarburos, o en las zonas de su paso. Para dar una idea de la magnitud del problema frente al cual estamos, es necesario mencionar que hoy en da ms de 85% de toda la energa mundial proviene de hidrocarburos fsiles. Slo 7% tiene su origen en la energa hidroelctrica, y en porcentajes menores an las dems fuentes. Esto implica que no va a ser posible reemplazar los hidrocarburos fsiles con fuentes energticas hoy existentes, sino que se deber generar una tecnologa alternativa.Otro espejismo que suele aparecer comnmente es el relativo a la posibilidad de utilizar carbn como recurso energtico reemplazando al petrleo y al gas natural. El carbn es bastante ms abundante que ambos. Estados Unidos posee carbn para 300 aos en su actual nivel de consumo. En el mundo, cifras comparables pueden obtenerse para muchos pases. Sin embargo, si el consumo de carbn se acelerara para reemplazar al gas y al petrleo, la cantidad de reservas se reducira dramticamente. Rifkin calcula que con tan slo un crecimiento anual de 4% en el consumo anual de carbn, las reservas norteamericanas slo alcanzaran para 65 aos. Adems, el carbn posee muchos inconvenientes: no es fcil extraer de l combustibles lquidos, y es muy costoso. Por lo tanto, no es un sustituto apto del petrleo y del gas natural. Adicionalmente, hay que tener en cuenta que el carbn es un hidrocarburo "sucio", muy contaminante, difcil de cargar y transportar.Pues bien entonces, lo importante, lo central, es determinar cul ser el ao en el que se produzca el "techo mundial de produccin". A partir de ese momento, despertaremos del largo sueo que hemos venido viviendo y nos daremos cuenta de que la energa es un bien mucho ms escaso que el espejismo de abundancia que hoy nos parece, adems de que comenzarn a cobrar otro significado las guerras del siglo XXI. Una buena cantidad de los porqus a brutales episodios hoy incomprensibles para muchos adquirir su verdadera perspectiva si no comienza a acelerarse el cambio tecnolgico, cosa que va precisamente en direccin opuesta a los intereses del oligopolio petrolero mundial. Si se encuentra un recurso energtico renovable y barato para reemplazar al petrleo, los enormes pulpos petroleros enfrentaran una extincin muy acelerada.El "techo mundial de produccin" es, entonces, el dato crucial que es necesario tener en el anlisis porque marca el lmite entre una produccin en alza y una que comienza a ser declinante. La cantidad de aos de reservas, que hemos dicho que son 35, parte del supuesto de que se puede producir petrleo en forma constante, y ya hemos explicado que no es as. La determinacin de ese ao es un clculo que slo los gelogos pueden efectuar basndose en sus estudios sobre los pozos en todo el planeta. Los gelogos estn divididos entre "optimistas" y "pesimistas". En el caso de lo evidenciado ya en Estados Unidos en 1970, la batalla la ganaron los "pesimistas". Peor an, triunf el ms pesimista, dado que el consenso hablaba de una imposibilidad de que la produccin tocara su techo en 1970, cosa que ocurri y gener una gran crisis slo tres aos ms tarde. En el caso del mundo, los "optimistas" esperan que el "techo mundial de produccin" sea alcanzado entre el 2014 y el 2018. En ningn caso esperan que se alcance despus del ao 2020. Los "pesimistas" esperan que el "techo mundial de produccin" se alcance hacia el ao 2010 y algunos de ellos esperan que ello ocurra en el 2004.Una buena parte de la aparente aceleracin que ha tenido la historia en el comienzo de este milenio, con la aparicin de sucesos inditos anteriormente, se debe precisamente a los datos anteriores. Ocurre que en los aos '90 comenz a hacerse evidente que parte de las reservas oficiales de petrleo que quedaban en los estados de la ex URSS y los pases rabes en general estaban sobredimensionadas en las estadsticas, probablemente ex profeso, dado que los pozos petrolferos servan como garanta para prstamos bancarios, lo que en algunos casos motiv una intencin de "inflar" artificialmente el contenido de los yacimientos. Es como si hubiramos subido la ladera de una montaa empinada, en forma esforzada, slo para caer en la cuenta, una vez en la cima, de que la ladera que habr que transitar de aqu en ms, hacia abajo, es mucho ms empinada, y por lo tanto riesgosa, de lo que se pens.Mirando para otro ladoA partir de estos clculos surgen varios interrogantes. El primero de ellos es por qu el gobierno norteamericano no aconseja a su poblador ahorrar el mximo posible de petrleo. Cuando en el ao 1973 se produjo la crisis petrolera, en buena medida gestada por las empresas multinacionales estadounidenses y britnicas, de la que luego se acus slo a los pases rabes, el gobierno de Nixon aconsejaba en los medios de comunicacin el ahorro de combustibles. Se trataba slo de una crisis temporaria hasta que tcnicamente fluyera mayor cantidad de petrleo del Golfo Prsico, para reemplazar el que comenzaba a escasear en Estados Unidos y, aunque la solucin era slo una cuestin de tiempo, el gobierno cumpla con el deber de guiar a la poblacin en lo que pareca ser una necesidad perentoria: ahorrar energa.Hoy, en cambio, tras la invasin al segundo pas con ms reservas de petrleo del mundo: Irak, y con el planeta ya muy cerca de su lmite de capacidad productiva de petrleo, ninguna voz del gobierno norteamericano se alza para aconsejar el ahorro de energa. Mucho ms llamativo resulta esto si se tiene en cuenta que el actual gobierno estadounidense ha sido prcticamente copado por la industria petrolera. El presidente George W. Bush dirigi o form varias empresas: Arbusto Energy, Bush Energy, Spectrum 7, Harken. Su padre fue cofundador de la polmica empresa Zapata Oil, luego dividida en Zapata Oil y Zapata Offshore(3). La mxima asesora en materia de seguridad(3) Zapata Offshore, empresa presuntamente relacionada en forma directa con la operacin frustrada de invasin a Cuba de inicios de los '60, conocida como Baha de los Cochinos, y cuyo nombre de cdigo interno de la CA no por casualidad habra sido "Operacin Viva Zapata".del gobierno de Bush, Condoleezza Rice, jefa del National Security Council (NSC), tambin proviene de la industria petrolera, ms especficamente de Chevron.El caso del actual vicepresidente y ex ministro de Defensa del padre de Bush, Dick Cheney, es todava ms llamativo. Durante los '90 dirigi la empresa Halliburton, principal proveedora mundial de insumos al sector petrolero. Hizo jugosos negocios vendiendo abundante material por miles de millones de dlares a Saddam Hussein para que ste se preparara en su afn de triplicar la oferta de crudo iraqu. El problema que luego se suscit es que Saddam Hussein decidi excluir a las empresas norteamericanas y britnicas del proceso de concesin de los pozos iraques, basando su estrategia en contratar sobre todo petroleras estatales de Europa continental. Si Saddam hubiese logrado ese objetivo, dado que el petrleo se est agotando en Estados Unidos y en Inglaterra en forma simultnea, la declinacin en el volumen de negocios de las petroleras anglosajonas las hubiera condenado a un brutal achique. Habra un mayor dominio del mercado por parte de las empresas estatales de petrleo.De todas formas, no puede pensarse que el establishment petrolero norteamericano haya sido tomado por sorpresa por la estrategia de Saddam Hussein, dado que la invasin a Irak comenz a planearse a ms tardar en 1997, a travs de un reducido ncleo de intelectuales y hombres de accin del Pentgono, entre los cuales se encuentran Paul Wolfowitz, Richard Perle y otros, junto a Francis Fukuyama. El thinktank se llama "Project for the New American Century". Ese ncleo de gente, que evidentemente no se reuni por casualidad y que representa el ala ms fantica del pensamiento conservador norteamericano, es en realidad una especie de desprendimiento del omnipresente pero siempre misterioso y secretivo Council on Foreign Relations (CFR), para algunos el verdadero gobierno en las sombras en Estados Unidos. Esto hace pensar que el establishment petrolero norteamericano le venda material petrolero a Saddam con objeto de que se fuera construyendo infraestructura a fin de aumentar la produccin, al mismo tiempo que planificaba su futuro derrocamiento. Cabe recordar que mientras esto ocurra, los medios de comunicacin difundan la noticia de que el jefe de inspectores de armas, en aquel entonces en Irak, Scott Ritter, declaraba que el rgimen de Hussein no slo no tena armas de destruccin masiva sino que no estaba siquiera en condiciones de generarlas.No sl