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GUIA PARAEL ESCRITOR. Cmo escribir correctamente ANONIMO IDIOMA I En un primer acercamiento, llamaremos lxico al conjunto, caudal o sistema de pala bras y voces que componen una lengua; mientras que con el trmino semntica aludiremos al significado o sentido de las palabras. Hablar y escribir con propiedad El vocablo propiedad, segn una de las acepciones que recoge la Real Academia Espaola en su Diccionario de la Lengua Espaola, aparece definido del sigu iente modo: Significado o sentido peculiar y exacto de las voces o frases. Por otra parte, se escucha con cierta frecuencia, refirindose a una persona concr eta, que sabe hablar con propiedad; o, por el contrario, a veces se dice que esa persona no sabe hablar con propiedad. Sea como fuere, lo cierto es que para hablar o escribir con propiedad hay que sa ber seleccionar las palabras adecuadas en cada momento y,

en consecuencia, es preciso conocer su sentido y su significado. De aqu la importancia del Lxico y la Semntica. Como ya hemos dicho el Lxico es el vocabulario , el conjunto de palabras que componen una lengua; mientras que la Semntica estud ia el significado de las palabras. Para hablar con propiedad una lengua, hay que conocer el mayor nmero de palabras y emplearlas con su sentido preciso en cada contexto o situacin. En espaol se cometen incorrecciones lxicas y semnticas, por parte de algunos hablantes cuando, por ejem plo, dicen cocretas en vez de croquetas; dentrfico, en lugar de dentfrico; tortculi s por tortcolis; cuete, aunque la palabra correcta sea cohete... 1

Con cierta frecuencia se cometen incorrecciones lxicas y semnticas en ambientes cultos, que repugnan al instinto lingstico y chocan con el buen sentido del castellano moderno y de todos los tiempos; lo cual revela que en todas las p rofesiones hay personas mal instruidas. Y as, se escuchan vocablos como posiciona miento para referirse a posicin, toma de postura o actitud. Tambin se dice redimensionar, cuando, para referirse a variaciones o cambios en l a dimensin, lo correcto es reajustar, reducir, adecuar o aumentar. A veces, se oy e el barbarismo publicitar, cuando en el idioma espaol las palabras correctas, en este caso, son: anunciar, divulgar, hacer publicidad, hacer propaganda, dar a l a publicidad, publicar... Incorrecciones semnticas En ocasiones, tanto en el habla como en la escritura, se incurre en errores y fa ltas semnticas. As, por ejemplo, se ha popularizado el empleo del verbo coger con el sentido de caber, lo cual constituye un vulgarismo semntico. Ejemplo Incorrecto: El coche nuevo es tan grande que no coge en el garaje. Ejemplo correcto: E coche nuevo es tan grande que no cabe en el garaje. Ejemplo correcto: Ya lleg el taxi, coge tus maletas. Otro tanto sucede con el vocablo especular, que viene a convertirse en trmino soc orrido con harta frecuencia. Y as, en vez de prever, sospechar, calcular, opinar, presumir, conjeturar, creer... se utiliza, exclusivamente, especular. Sin embar go, en espaol, la palabra especular no tiene el sentido que,

errneamente, se le atribuye. No obstante, es admisible el empleo del vocablo especular en construcciones como especular con algo y especular en papel (Manuel Seco, en su Diccionario de duda s y dificultades de la lengua espaola. Tambin la Agencia Efe, en su Manual de espao l urgente). Veamos, pues, la totalidad de significados de la palabra especular en el Diccionario de la Real Academia: especular (1). Transparente, difano. Perteneciente al espejo. especular (2). Registrar, mirar con atencin una cosa para reconocerla y examinarla. Meditar, contemplar, considerar, reflexionar. Comerciar, traficar. Procurar provecho o ganancia fuera del trfico mercantil. 2

Ejemplo incorrecto: Se especula que habr acuerdo entre trabajadores y empresarios. Ejemplo correcto: Se cree que habr acuerdo entre trabajadores y empresarios. Ejemplo correcto: Las especulaciones de los antiguos filsofos han sido provechosas para la ciencia moderna. Ejemplo correcto: Las leyes prohiben la especulacin con los alquileres de pisos y locales. Ejemplo correcto: La hermosa ninfa se miraba en la tersa superficie especular de l lago de aguas transparentes. La incorreccin semntica alcanza, tambin, al vocablo puntual que, en ocasiones, se emplea en el sentido de concreto o de detalle, esto es, opuesto a los trminos global, general, universal... Y as, se habla de asunto puntual, cuando lo correcto es decir asunto concreto. II

La lengua espaola o castellana aparece clasificada por los lingistas en el conjunt o propio de las cuatro lenguas mayores del mundo y, dentro del denominado grupo de lengua materna, ocupa el segundo lugar: es un inestimable patrimonio colectivo que sus hablantes han de valorar y cuidar. Para valorar y cuidar nuestro idioma debemos conocerlo y usarlo correctamente; p or ello, procuraremos siempre que en nuestros mensajes y expresiones no aparezcan trminos impropios, carentes de sentido o incluso extravagantes. La Agencia EFE, en su Manual de espaol urgente, califica de extravagancias lxicas a determinados trminos empleados con profusin -y como si fueran comodines, ya que sus mentores los acoplan a cualquier oracin contexto o frase, lo que indica que n o dicen lo que piensan ni hablan de lo que saben- por personajes pblicos que, des graciadamente, no conocen el valor de las palabras y, en consecuencia, ignoran cmo ordenar y comunicar sus propios pensamientos. En ocasiones, se falta a la norma idiomtica por pereza, es decir, en vez de consu ltar el diccionario cuando se duda sobre la impropiedad o inexistencia de un voc ablo determinado se prefiere repetir ese vocablo. 3

Constituyen claros ejemplos de pereza el empleo reiterativo del verbo realizar, el uso indebido de las locuciones a nivel de o en base a y el abuso de los vocab los posicionamiento y posicionar. Los vocablos posicionamiento y posicionar no e stn registrados en el Diccionario de la Real Academia porque se consideran neolog ismos innecesarios; y ciertamente, as es, pues el Diccionario ya contiene los trmi nos correctos -a los que se quiere emular cuando se emplean los neologismos citados- que deben usarse siempre que el contexto lo requiera; esos trminos, o expresiones, correctos son: actitud, postura, toma de postura, posicin, situar, colocar...

Otra impropiedad lxica, bastante manoseada por los perezosos, es aquella que cons iste en atribuir a la palabra puntual el sentido de concreto o de detalle. Y as, con frecuencia se oye hablar de temas puntuales con el sentido de casos concr etos o casos actuales; como si puntual fuera un trmino equivalente -un sinnimo- a concreto o al vocablo actual. Sealaremos, en cambio, que puntual es un adjetivo q ue significa diligente, pronto, pormenorizado...; y tambin se dice que una person a es puntual porque ha llegado a la hora en punto a una cita. No obstante, quienes emplean errneamente el vocablo puntual se quieren referir, por lo general, a los trminos concreto y actual, lo que constituye una i mpropiedad lxica que conviene evitar. Tambin se encuentra muy extendido el uso del vocablo tema (con el que se alude a la idea central o al asunto de que se trata en una conferencia, discurso, escrit o...), con el significado equivalente a las palabras cuestin, motivo o asunto. El abuso del trmino tema empobrece el lxico de nuestro idioma. En ocasiones, y para no ser tachados de puristas (purista = Extremadamente rigur oso en evitar o censurar toda palabra o giro de origen extranjero), conviene emp lear palabras que, por no tener equivalencia con ninguna otra ya existente, pare cen firmemente instaladas en la lengua, segn el instinto idiomtico, esto es, en ge neral el uso debe prevalecer sobre consideraciones etimolgicas o ante cualesquier a otros criterios. Tal sucede con los vocablos competitividad (capacidad para competir) y privatizar (confiar, o transferir, bienes pblicos al sector privado) que reciente mente han sido aceptados por la Real Academia por considerar que son palabras ne cesarias. Y as, se oye muy a menudo hablar de: competitividad de las empresas, pr ivatizar un servicio, privatizar los transportes, privatizar las empresas defici tarias,... Sin embargo, el vocablo desafortunadamente, por ejemplo, no existe en espaol, aunque los despreciadores del idioma, particularmente ciertos 4

traductores (?) perezosos, lo utilicen en sus escritos con el sentido de infortunadamente, desgraciadamente, desdichadamente... En cuanto al trmino desafortunado, que equivale a sin fortuna, conviene sealar que hoy da se ha generalizado su uso con el significado de no oportuno o de sacertado. Y as, se oye habitualmente decir de un personaje pblico, por ejemplo, q ue estuvo desafortunado en sus declaraciones. III La palabra, entronque lxico de la estructura de la frase, expresa y representa id eas. Mediante las palabras se transmiten los pensamientos y se dota de contenido al mensaje que el hablante transmitir al oyente; luego, las palabras ta

mbin conforman la realidad. Basndonos en la propia experiencia, y en aseveraciones ajenas, podemos afirmar que los hablantes y oyentes del espaol manejan descuidadamente el idioma porque desconocen el valor de las palabras. En consecuencia, conviene evitar las impropiedades lxicas para que la desidia no se apodere del lenguaje, ni la sinra zn domine las ideas o anule los pensamientos, lo cual afectara negativamente a la comunicacin y comprensin de los mensajes con todo lo que ello conlleva: deficiente captacin de la realidad, conocimiento superficial del entorno, conceptos element ales, etctera. Para no dejarse engaar con discursos vacos de contenido, aunque plenos de trminos r imbombantes y de barbarismos que revelan la ignorancia y la pedantera de quienes los pronuncian y los escriben, y aun son una muestra de la a ctitud despreciativa del comunicante hacia su lengua materna y hacia los oyentes , es imprescindible conocer el valor de las palabras. Por tanto, el buen uso de las palabras evitar que se produzcan impropiedades lxica s y enunciados ininteligibles, al mismo tiempo propiciar la transmisin del conteni do cabal de un determinado mensaje. As pues, hay que concluir que el empleo de ba rbarismos innecesarios, el uso de solecismos, la deformacin de voces y el olvido de la norma lingstica en la construccin de giros no contribuyen, de ningn modo, a clarificar el mensaje que se quiere transmitir. Generalmente, los barbarismos son vocablos o giros procedentes de otras lenguas y, en sentido restringido, el barbarismo es sinnimo de extranjerismo. Segn su origen, los extranjerismos se denominan: anglicismos, si provienen del in gls; galicismos, cuando derivan del francs; germanismos, si provienen del alemn; it alianismos, cuando se basan en el italiano; etctera. El diccionario de la Real Ac ademia Espaola, especialmente en su ltima edicin, coincidente 5

con la celebracin del V Centenario, ya recoge un buen nmero de vocablos considerad os extranjerismos. Sin embargo, las voces que provienen del griego -helenismos- o del latn latinismos- tienen un carcter bsico en la formacin del idioma espaol y, por consigui ente, no se consideran barbarismos o extranjerismos. El solecismo es una palabra que, literalmente, significa hablar defectuoso; y se diferencia del barbarismo porque, mientras ste es un error cometido por el emple o de una forma inexistente en la lengua, el solecismo consiste en el mal uso de una forma existente. (Lzaro Carreter, en su "Diccionario de trminos filolgicos"). Expresiones incorrectas y vulgaridades lxicas

Con frecuencia, se emplea errneamente el trmino asequible, en lugar de accesible. Y as, no hay que decir de una persona que es asequible sino que debe e mplearse la palabra correcta, esto es, accesible. Con la palabra asequible desig namos aquello que se puede conseguir o alcanzar; mientras que el trmino accesible significa de fcil acceso o trato. Ejemplos: Este coche no es asequible para noso tros, a causa de su precio excesivo. Nuestro vecino es una persona accesible. Tampoco hay que confundir el vocablo adicin, sinnimo de suma, con adiccin, trmino co n el que se alude al hbito de quienes se dejan dominar por el consumo de estupefacientes. No debe utilizarse la locucin prepositiva al respecto de, sino con respecto de o tambin respecto a. A menudo se emplean errneamente expresiones como una accin a imitar cuando lo correcto es una accin imitable o digna de ser imitada . Constituye tambin un error decir o escribir a celebrar en Roma la prxima semana, pues lo correcto es que se celebrar en Roma la prxima semana. Otro tanto sucede con la locucin por contra, que se emplea errneamente en vez de las expresiones correctas por el contrario, por lo contrari o o al contrario. Algunas veces, los hablantes dudan al emplear correctamente el superlativo fortsi mo y errneamente dicen y escriben fuertsimo. La palabra verstil es un adjetivo que significa voluble e inconstante; es incorre cto, pues, asociarlo al significado de trminos como dctil, capaz, polifactico, etcte ra. 6

A menudo se dice y escribe fuistes, llegastes, vinistes, leistes..., cuando lo c orrecto es fuiste, llegaste, viniste, leiste... En espaol, el adjetivo agresivo s ignifica que provoca, ofende, o ataca. Es una incorreccin lxica, por ejemplo, empl ear el trmino agresivo en vez de vocablos como imaginativo, dinmico, activo, empre ndedor, etctera. Las frases en nuestra escuela de negocios preparamos comerciales agresivos o hay que llevar a cabo una campaa poltica agresiva chocan contra los usos idiomticos del espaol y, en consecuencia, deben enunciarse correctamente; dgase y escrbase, pues, en nuestra escuela de negocios preparamos comerciales

dinmicos, emprendedores, activos... y hay que llevar a cabo una campaa poltica imaginativa, dinmica, activa... A veces se emplea el vocablo nominar incorrectamente; y as, se oye decir que una persona fue nominada para un premio; cuando lo correcto es decir que una persona fue propuesta, presentada, seleccionada.... para un premio. IV El lenguaje es, por as decirlo, la herramienta que manejan de continuo los compon entes de una comunidad de hablantes y, en consecuencia, se halla en continua evo lucin o cambio; no es obra conclusa o acabada: el lenguaje es actividad. El buen uso de la palabra hablada y escrita conlleva cierta complejidad que habr de resolverse en un determinado momento y en un contexto concreto. Luego, el tiempo y el espacio son variables que inciden sobre el lenguaje dndole vida y, a la vez, condicionndole. El significado de las palabras evoluciona, y co bra sentido, con el transcurso del tiempo y dentro de un espacio concreto. El me nsaje cabal convierte a la palabra en garante de la fiabilidad de los contenidos que el emisor desea transmitir al receptor. Mas ambos, palabra y mensaje cabal, estn sujetos a los avatares del contexto en el que se producen, al paso del tiem po y a los cambios y transformaciones que experimenta la propia comunidad de hab lantes. Y as, se habla de un "eje de simultaneidades" o eje horizontal, en donde la accin del tiempo quedara excluida; y de un "eje de sucesiones" o eje vertical, mediante el cual es posible considerar slo una cosa cada vez y en donde s cuenta la accin d el tiempo. Mediante el "eje de simultaneidades" se hace referencia a los aspecto s estticos o sincrnicos de la lengua, a los denominados estados de lengua; mientras que al "eje de sucesiones" se le relacio na con la evolucin o diacrnica de la lengua. En consecuencia, y

definitivamente, habr una lingstica sincrnica y una lingstica diacrnica. La primera se refiere al aspecto esttico de la lengua, estudia un estado de lengua; 7

mientras que la segunda comprende todo lo que se relaciona con los cambios de la lengua, esto es, estudia las fases de evolucin de la lengua. Mensaje cabal De los cambios que se han operado en el significado de las palabras a travs del t iempo se encarga la semntica; mientras que la lexicologa se interesa por el sentid o que, dentro del sistema lxico de una lengua, posee una palabra en un momento co ncreto. La lexicologa, pues, estudia el lxico de una lengua desde una perspectiva esttica, sin tener en cuenta la accin del tiempo sobre las palabras; mientras que la semntica estudia la significacin de las palabras, y se interesa por la evolucin de los vocablos y su cambio de sentido a travs del tiempo; por eso se habla de "c ambios semnticos o cambios de significados". La semntica es, por tanto, una disciplina diacrnica (algunos lingist

as no lo creen as, y hablan de "semntica sincrnica y semntica diacrnica"); mientras q ue la lexicologa estudia el lxico de una lengua desde un punto de vista sincrnico. As pues, cuando el emisor utiliza una palabra con sentido distinto al que le corr esponde falta a la precisin semntica y no transmite un mensaje cabal al receptor. De ah que todo hablante est obligado a conocer el significado de las palabras. Aun que, en ocasiones, esto no resulta fcil, ya que las palabras adquieren un sentido especial en la construccin de una determinada frase polisemia, sinonimia, antonimia, homonimia, metonimia, metfora -, y el significado de ciertos vocablos no es fijo ni absoluto sino que depende de vario s factores: sociales, histricos, lingsticos, emotivos, etctera. Polisemia Una misma palabra puede tener ms de un significado, en cuyo caso nos encontramos con el fenmeno de la polisemia: "planta", "gato", "cabo". Ejemplos de frases con distintos significados de la palabra "planta": "Me duele la planta del pie". "Debes regar la planta que te regal para que no se seque". "La bodega tiene una moderan planta embotelladora". "El campesino planta lpulo en las tierras de regado". "El alcalde inaugur la nueva planta productora de energa". Ejemplos de frases con distintos significados de la palabra "gato": "Hay que levantar el coche con el gato para sustituir la rueda pinchada por la d e repuesto". "Hemos visto un gato monts por el campo". 8

Ejemplos de frases con distintos significados de la palabra "cabo": "Los turistas recorrieron el museo de cabo a rabo". "El cabo orden a los soldados que se pusieran firmes". "Pasaron sus vacaciones cerca del cabo de Peas". "En es te negocio no hay que dejar ningn cabo suelto". Antonimia Se denomina antonimia a la significacin contraria de dos palabras. En la antonimi a se enfrentan conceptos y se marca la oposicin drstica de ideas. Ejemplos: "bueno-malo", "positivo-negativo","comedia-drama","verdadero-

falso","claro-oscuro". Homonimia Cuando dos palabras se pronuncian de idntico modo -aunque difieran en su ortografa -, pero tienen distinto significado, se dice que son homnimas: "ola-hola"; "ojear -hojear";"echo-hecho". Metfora Literalmente, la metfora significa "transposicin". A la metfora tambin se la conside ra una figura retrica mediante la cual se presentan como idnticos dos trminos disti ntos. Por ejemplo, cuando omos la expresin boca de mina entendemos que se nos habla de la entrada de una mina. Lo mismo ocurre con la ex clamacin qu burro eres! referida a una persona; sabemos que quiere decir que esa pe rsona es muy torpe. Metonimia Literalmente, la metonimia significa cambio de nombre. La metonimia est considerada como una figura retrica que se emplea por los hablantes para facilita r la comprensin del mensaje se quiere transmitir al oyente. En la metonimia, la p alabra empleada en un sentido que no es el habitual. Por ejemplo cuando alguien nos dice que nos invita a tomar una copa, en realidad est refirindose al contenido de la copa y no a la propia copa. Y cuando omos que no pa sa ni un alma por la calle, en realidad entendemos que no pasa ninguna persona por la calle. Sinonimia 9

Varias palabras distintas pueden tener el mismo significado, en cuyo caso nos en contramos ante el fenmeno de la sinonimia: "perro-can-sabueso"; "burro-asno-jumen to-pollino"; "trabajo-labor-ocupacin"; "novato-aprendiz-principiante". Ejemplos de frases con trminos sinnimos "El perro ladra". "El can ladra". "El

sabueso ladra". "El burro va cargado". "El asno va cargado". "El jumento va cargado". "El pollin o va cargado". "Acabaron pronto su trabajo". "Acabaron pronto su labor". "Acabaron pronto su oc upacin". "El jefe de taller ensea una nueva tcnica al novato". "El jefe de taller ensea una nueva tcnica al aprendiz". "El jefe de taller ensea una nueva tcnica al principiant e". V "Debemos conocer cmo es nuestro idioma y, de acuerdo con este conocimiento, establecer cmo debemos usarlo. Nuestro idioma es un modo de ser, un a forma de cultura, algo ms que un cdigo de seales, que hoy, tengmoslo presente, se extiende por doce millones de kilmetros cuadrados y que es casi el nico vnculo que une a ms de trescientos millones de seres humanos." (Texto entresacado de la ponencia leda por Pedro Garca Domnguez, fillogo del DEPARTAMENTO DE ESPAOL URGENTE de la Agencia EFE, en la "Fundacin Germn Snchez Ruiprez"). Puesto que pertenecemos a una comunidad de hablantes cuantitativamente respetable -ya se ha dicho que hablan espaol ms de trescientos millones de persona s-, y dado que el aspecto social y el aspecto individual son dos componentes esenciales del lenguaje, tenemos la responsabilidad social y personal de conocer nuestro idioma. Slo conociendo el idioma sabremos manejarlo y, consecuentemente, transmitir nuestras ideas con claridad y comunicar nuestros mensajes con la suficiente transparencia como para ser entend idos y comprendidos. Es obvio, sin embargo, que los profesionales de la palabra hablada y escrita, los periodistas, locutores, presentadores, creativos y public istas, adems de una responsabilidad social, tienen tambin la obligacin moral de usa r correctamente el lenguaje, pues es su herramienta de trabajo y han de manejarl

a con sabidura y justeza para que sus mensajes sean veraces, convincentes y efect ivos y, por consiguiente, merece el mayor de los respetos: "La lengua es un instrumento y, como en todo instrumento, la gradacin de 1 0

habilidades en su uso es muy extensa." (Gregorio Salvador en "Lengua espaola y le nguas de Espaa"). Sobre eufemismos y tabes Sabemos, que la semntica es la parte de la lingstica que se ocupa del significado y la evolucin de las palabras. Adems, se han sealado ya algunas de las causas por las que se han producido los cambios semnticos. Seguidamente, y con objeto de ampliar los conocimientos sobre el lenguaje, descr ibiremos tambin aquellos factores sociales que ms han contribuido al afianzamiento de ciertos cambios semnticos; nos referimos, especialmente, al eufemismo y al ta b. Eufemismo Se produce un eufemismo cuando en determinados contextos y ocasiones los hablantes evitan pronunciar una palabra concreta, porque la consideran soez o ma lsonante o porque va contra los usos y normas sociales, y la sustituyen por otra ms suave o, por as decirlo, ms decorosa. Por ejemplo, habitualmente se utiliza la expresin nuestros mayores en vez de nuestros viejos. Tambin, a menudo se emplea la palabra bao, o servicio, y se evita decir retrete. Es frecuente, adems, or seno en vez de pecho; embarazo en lugar de preez; invidente por ciego. En la jerga poltico-social abundan los eufemismos; y as, en vez de manifestar que se producirn despidos y aumentar el desempleo se oye, por ejemplo, la expresin flex ibilidad del mercado laboral; tambin, en vez de anunciar, pura y simplemente, una subida de precios se dice que habr un reajuste de precios; con frecuencia, los r esponsables de la hacienda pblica hablan de presin fiscal en vez de aumento de los impuestos. En ocasiones se emplea la expresin eufemstica reconversin industrial para referirse al cierre de fbricas e industrias. Tab Literalmente la palabra tab, que es un vocablo polinesio, significa lo sagrado y lo prohibido. Desde el punto de vista lingstico, se considera que una palabra es t ab cuando, por razones sociales o psicolgicas o de otra ndole, no se puede decir. Lzaro Carreter, en su "Diccionario de trminos filolgicos", define el trmino tab del s iguiente modo: "Voz polinesia que, en Lingstica, se utiliza para designar cualquie r palabra que, por motivos religiosos, supersticiosos o de 1 1

ndole social, es evitada por el hablante, el cual debe aludir al concepto mediant e una metfora, una perfrasis (en este sentido son tabes muchos eufemismos) o una deformacin del vocablo propio." Perfrasis En sntesis, la perfrasis es un circunloquio y una digresin, pues consiste en expres ar por medio de un rodeo de palabras algo que se hubiera podido decir de forma ms simple: lengua de Cervantes para referirse al castellano. VI Los estudiosos de la lengua afirman que las palabras y sus significados constituyen un sistema solidario; de ah que el vocabulario de un idioma aparezca dividido en sectores que se denominan campos semnticos. Los campos semnticos estn compuestos por palabras que se relacionan entre s, de tal manera que el significado de cada una de ellas depende de sus relaciones con las dems. Las palabras pertenecientes al mismo campo semntico comparten, pues, una significacin comn y representan una parte de la reali dad que quieren significar. Y as, al campo semntico del concepto temperatura pertenecen las palabras fro, calie nte, templado, tibio, helado... Al campo semntico del concepto tiempo pertenecen las palabras ao, dcada, mes, seman a, da, hora, minuto, segundo... El campo semntico del concepto medida engloba los trminos ancho, largo, alto, prof undo... El campo semntico del concepto lcteo comprende las palabras leche, mantequilla, nata, queso... El campo semntico del concepto espacio abarca los trminos amp lio, angosto... Al campo semntico del concepto parentesco pertenecen las palabras primo, to, sobri no, hermano, padre, madre, abuelo... La palabra 1 2

Todo lo anterior nos lleva a considerar la palabra como unidad de significacin.

Por consiguiente, es cierto que las palabras que se encuentran codificadas en lo s diccionarios tienen diversos significados pero, tambin es verdad que, por s sola s, son neutras y slo adquieren su sentido ms pleno al entrar en la construccin de una frase dicha por un hablante concreto. Las palabras, ya fue dic ho por los clsicos, son las unidades significativas ms pequeas del habla. Las palabras tambin son signos que representan ideas, y su significado ir formndose conforme al uso que los hablantes hagan de ellas. Luego, el verdadero sentido de las palabras se ir fraguando a medida que los hablantes vaya n utilizndolas. Por tanto, el significado de las palabras est sujeto a variaciones y cambios; y la semntica, que estudia la significacin de las palabras, tambin se o cupa de la evolucin de los significados de esas mismas palabras; merced a la semnt ica se pueden conocer las causas del cambio de significacin de las palabras. En el dilogo las palabras alcanzan su sentido expresivo y su valor exclamativo, p ues slo en la viveza del dilogo surge la rplica directa por parte del interlocutor. Al reforzamiento expresivo del dilogo contribuyen el nfasis, la hiprbole, la redun dancia, las reiteraciones, la elipsis... El nfasis Mediante el nfasis, el interlocutor que participa en un dilogo da a entender ms de lo que verdaderamente dice, o tambin quiere hacer comprender lo que no dice. El nf asis implica intensidad y entonacin al articular las frases, y puede ser tan exag eradamente cuidada la pronunciacin del discurso o de la rplica, por parte de un de terminado hablante, que acaso se llegue a la afectacin o a la grandilocuencia: Af ectacin en la expresin, en el tono de la voz o en el gesto. Un ejemplo claro de nfasis lo constituye el siguiente fragmento, entresacado de u na clebre obra de Jacinto Benavente: "por quererla quien la quiere, la llaman la Malquerida." La hiprbole Mediante la hiprbole se exagera el mensaje y su sentido a fin de aumentar o dismi nuir excesivamente la verdad de aquello de que se habla. Ejemplos de hiprbole los encontramos frecuentemente en muchos de los escritos, y dichos, de nuestros autores clsicos y en sentencias y adagios popular es: "y por llanto, el mar profundo" (Salinas). "Hace un siglo que no te veo por estos contornos". "Un milln de gracias". "Te lo he repetido un sinnmero de veces". "Mi amigo es la bondad personificada". 1 3

La redundancia Mediante la redundancia se repiten intilmente conceptos, y palabras, que no son n ecesarios para el mejor conocimiento de un mensaje: Demasa o profusin viciosa de p alabras.

Sin embargo, en ocasiones, el empleo reiterado de algunos vocablos superfluos pu ede conferir fuerza y belleza a una expresin. Ejemplos de redundancias: "Lo vi co n mis propios ojos". "El avin vuela por el aire". "Yo mismo estuve en el lugar de los hechos". A veces, el interlocutor pretende ahorrar al mximo las palabras y omite en su men saje ciertos trminos que considera superfluos; es lo que se llama la ley del meno r esfuerzo. Los lingistas denominan a este fenmeno "braquiloga", trmino que definen del modo siguiente: "Empleo de una expresin corta equivalente a otra ms amplia o c omplicada: me creo honrado (creo que soy honrado)." (Lzaro Carreter, en su "Dicci onario de trminos filolgicos"). Elipsis Similar a la braquiloga, puesto que tambin consiste en un ahorro de palabras, es l a elipsis; un fenmeno que consiste en omitir en la oracin palabras que no son indi spensables para la claridad del sentido; por eso se dice, simplemente, que la el ipsis consiste en la supresin de una o ms palabras. Aunque esta supresin de una o ms palabras no debe alterar el sentido de la frase; por ejemplo, un hablante puede preguntar Qu tal? y el interlocutor sobrentender Qu tal te parece?. VII Las palabras son seales o smbolos con cuyo sentido se identifica una determinada comunidad de hablantes, la cual no slo deber diferenciarlos sino que t ambin ha de tener la capacidad para saber utilizarlos y emplearlos correctamente a fin de conocer, al propio tiempo, tanto los hechos del mundo ext erior como del propio mundo subjetivo. Los signos lingsticos son arbitrarios, esto es, convencionales, y las palabras que forman parte de una lengua siempre estn penetradas de actividad mental; por cons iguiente, la esencia intrnseca de una comunidad de hablantes consiste en desarrol lar la capacidad de comunicarse, objetivo que se logra con las palabras y median te las palabras; y, ya que las palabras representan objetos, muestran hechos o d escriben situaciones y acontecimientos, puede concluirse 1 4

que no hay comunicacin sin contenido ni palabras vacas; luego, el lenguaje es un s istema de signos y, en cuanto que se compone de palabras, es adems una institucin humana que surge de la vida en sociedad; no se puede considerar el lenguaje como

una entidad ideal que evoluciona al margen de la sociedad, ya que el lenguaje n o existe independientemente de quienes piensan y hablan, y su evolucin representa uno de los aspectos del propio proceso de evolucin social; el lenguaje es tambin el instrumento de que se sirve la comunidad de habl antes para expresar los hechos de la realidad: las palabras garantizan la conexin entre el lenguaje y la realidad. Lenguaje, lengua y habla Podra decirse, claramente, que el lenguaje es la facultad comn que tienen todos la s personas para comunicarse y, en cuanto institucin humana, no es inmutable sino que puede cambiar a causa de circunstancias y necesidades diversas o por influencia de otras comunidades. A los distintos modos en que se puede presentar un lenguaje los llamamos lenguas. Y una lengua tendr como funcin p rincipal el servir de nudo de comunicacin entre las distintas personas que la uti lizan, de ah que los cambios que se producen en una lengua respondan a la necesidad de simplificar el proceso de comunicacin entre los miemb ros de una comunidad de hablantes. Pero el lenguaje, adems de asegurar la comunicacin, ejerce tambin otras funciones, a saber: El lenguaje sirve de soporte al pensamiento; de ah que, desde un punto de vista g eneral, pueda afirmarse que el lenguaje de un grupo social concreto determina su modo de pensamiento y su cultura. El lenguaje es una herramienta que el hablant e utiliza para expresarse, para manifestar lo que siente sin preocuparse de las posibles reacciones de los oyentes; en este caso, el hablante encuentra en la le ngua un modo de afirmarse ante s mismo y ante los restantes miembros de la comuni dad de hablantes sin que en realidad sienta la necesidad de comunicar nada sino que, exclusivamente, desea manifestar su estado psquico. El lenguaje cuenta tambin con la denominada funcin esttica; que corresponde principalmente al lenguaje literario -la literatura como arte y el c oncepto de estilo del lenguaje- y, en concreto, se refiere a la funcin que desemp ea una palabra en su contexto. No obstante, y teniendo en cuenta todo lo dicho an teriormente, conviene afirmar que el fin principal, la funcin central, del lengua je es la comunicacin; por lo que el lenguaje comportar una serie de hechos: el son ido, el pensamiento, lo individual, lo social... Lengua 1 5

Se ha dicho, desde una perspectiva psicolgica, que el lenguaje es un sistema de r eflejos y de seales condicionadas: la palabra es una seal y el lenguaje un sistema de seales altamente especializado. Sin embargo, aqu nos interesa el lenguaje desde el punto de vista lingstico y, en t al sentido, diremos que fue el clebre gramtico suizo Ferdinand de Saussure (1857-1913) quien afirm que el lenguaje es la suma de la lengua y el hab la: la lengua pertenece al mbito social mientras que el habla es un hecho individ ual. Lo social (la lengua), y lo individual (el habla) son dos componentes esenc iales del lenguaje. La lengua no debe confundirse con el lenguaje pues, como se ha dicho, es una par te esencial de l. La lengua es el producto social de la institucin humana del leng uaje, esto es, un conjunto de hbitos lingsticos que la sociedad ha elaborado conven cionalmente, y que permite al individuo comprender y hacerse comprender: la leng ua es una institucin social; pero se distingue en muchos rasgos de las dems instit uciones polticas, jurdicas, etc. Para comprender su naturaleza especial, hay que h acer intervenir un nuevo orden de hechos. La lengua es un sistema de signos que expresan ideas y, por tanto, comparable a la escritura, al alfabeto de los sordo mudos, a los ritos simblicos, a las formas de urbanidad, a las seales militares, e tc. Slo que es el ms importante de esos sistemas. (Saussure) Caractersticas de la lengua La lengua no es una elaboracin o funcin del sujeto hablante, sino que es el produc to o la herencia que el hablante recibe de la sociedad a la que pertenece. El hablante, considerado individualmente, no puede crear ni modificar la lengua. La lengua, dado su carcter social, es aprendida. La lengua es, adems, un modelo general y constante que existe en la conciencia de todos los miembros de una comunidad de hablantes concreta: es el s istema que constituye una abstraccin que determina el proceso de comunicacin humana. El habla El habla, como ya se ha dicho anteriormente, es la parte individual del lenguaje . Es un acto individual de la voluntad y de la inteligencia mediante el cual se ll eva a cabo la realizacin concreta de la lengua, en un momento y en un lugar determinados, en cada uno de los miembros de la comunidad lingstica. 1 6

La lengua, por tanto, es un fenmeno social, mientras que el habla es individual, aunque ambas se suponen recprocamente.

Para distinguir ms claramente entre lengua y habla diremos que lengua es: social; un vehculo de comunicacin; un cdigo; existe potencialmente; un hecho psicolgico; es permanente. En tanto que el habla es: individual; el uso que se hace del vehculo de comunicacin que es la lengua; es la codificacin de un mensaje segn ese cdigo; es la lengua actualizada; es un hecho psicofsico; es pasajera. Tanto la lengua como el habla tienen dos facetas denominadas significante o expr esin y significado o contenido. Del significante en el plano del habla se ocupa la Fontica. Y del significante en el plano de la lengua se ocupa la Fonologa. Finalmente, del estudio de los signi ficados se ocupa la Semntica. VIII Es cierto que las palabras son combinaciones de sonidos que el hablante emite, m aneja y ordena para transmitir mensajes y, en definitiva, para comunicarse; pero , tambin, las palabras designan ideas cuya entidad real no se corresponde con objeto material alguno. Sucede, que los hablantes hemos aprendido una serie de combinaciones de sonidos -las palabras-, los cuales utilizamos en lugar de los objetos para compo ner aquellos mensajes que deseamos comunicar a nuestros interlocutores. Y as, para citar un ejemplo, cuando el emisor quiere comunicar al receptor el mensaje "casa grande" -que est compuesto por dos palabras- no le ent rega una casa grande sino que le proporciona, emite, unos sonidos determinados: "Icl+lal+lsl+lal + Igl +Irl +lal +Inl +Idl +lel" Estos sonidos -cuya principal caracterstica es su naturaleza auditiva- estn formad

os por signos, es decir, por elementos que representan, o se ponen "en lugar de" , un objeto. Por ejemplo, el objeto "reloj" -instrumento o mquina que sirve para medir el tiempo o dividir el da en horas, minutos y segundos- est 1 7

representado por la palabra o el signo "reloj". Dicho de otro modo, la palabra "reloj" es signo del objeto "reloj". Del mismo modo, cuando, por ejemplo, el receptor escucha la palabra "justicia" enseguida sabe que tal palabra designa la idea de justicia, la cual asocia al si gno balanza; luego, la balanza es signo de la justicia. Por tanto, un determinado estmulo que nos indique algo puede ser un signo lingstico , y mediante el uso de las palabras transformamos los signos o seales en smbolos; por lo que, entre las funciones especficas de las palabras est la de sustituir los sonidos por los smbolos verbales. Al signo lingstico, pues, le corresponde tambin l a misin de relacionar y unir al hablante con los objetos. Por consiguiente, el signo lingstico goza tambin de dos propiedades o caractersticas que, aunque parezca paradjico, se denominan "inmutabilidad" y "mutabilidad": Primeramente, sealaremos que el signo lingstico es inmutable ya que, dada su arbitr ariedad, no cambia a travs del tiempo. Y, adems, porque hace falta una gran cantid ad de signos para crear una lengua; si fueran pocos se podran cambiar fcilmente. T ambin, por la complejidad que encierra el funcionamiento de una lengua y a causa de lo reacia que se muestra la comunidad de hablantes ante determinadas innovaci ones. En segundo lugar, diremos que el signo lingstico es mudable; porque, adems de que s e da una continuidad en el tiempo, puede producirse una alteracin; aunque sta es s iempre relativa, pues en toda alteracin preexiste siempre la materia vieja; y as, es propio del hablante saber "utilizar los signos y crear smbolos, de los que los ms importantes son las palabras, que representan objetos, situaciones y aconteci mientos no presentes en el medio en que se desenvuelve el sujeto. Todas estas po sibilidades humanas estn facilitadas por la posesin de un cerebro y de un sistema nervioso altamente diferenciados". De ah que, para construir un mensaje, haya que seleccionar y combinar correctamente los signos necesarios, lo cual equivale a codificarlo. Por consiguiente, el emisor debe codificar el mensaje que desea transmitir, y el rec eptor tiene que decodificarlo. Y ello es as porque en toda comunicacin hay transmi sin de un mensaje, de un conocimiento, desde un hablante a otro hablante: codificar un mensaje es emplear el cdigo, que el emisor debe conocer, para elegir y combinar de manera adecuada los signos que ha de manejar.

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decodificar un mensaje equivale a entenderlo y localizarlo para as descifrar las combinaciones de sus signos y, en definitiva, comprender su significado. En consecuencia para codificar un mensaje, el emisor realizar las siguientes oper aciones: 1. Elaboracin del concepto que quiera comunicar. 2. Eleccin del sistema de comunicacin que va a utilizar. 3. Codificacin del mensaje. 4. Transmisin del mensaje. Por su parte, el receptor llevar a cabo tambin las siguientes operaciones que, sin embargo, no sern opuestas: 1. Recibir el mensaje 2. Determinar cul es el sistema de comunicacin utilizado. 3. Decodificar el mensaje. 4. Elaborar el concepto transmitido. En la prctica, siempre que el cdigo se domine a la perfeccin, las operaciones descr itas se efectan a gran velocidad y casi simultneamente; en realidad, como todos po demos comprobar dada nuestra condicin de hablantes de una lengua concreta, transcurre muy poco tiempo desde que pensamos un concepto hasta que elaboramos y pronunciamos la frase correspondiente. Para reforzar los argumentos descritos, citaremos a Manuel Alvar, de la Real Aca demia, que, en su libro "El espaol de las dos orillas", dice lo siguiente: "La le ngua, como sistema de signos que es, est inserta dentro de una vida social en la que tiene sentido y sin ella carecera, empezando por el mero hecho de su existenc ia. Comunicar es transmitir y se transmite para que un receptor escuche, y descodifique nuestro mensaje, pues de otro modo el mensaje sera lanzar llamadas a un vaco que no podra recibirlas. Ahora bien, codificar y descodificar supone poseer la clave que permita interpretar los signos que recibimos. Es deci r, el mensaje se transmite en un contexto, que tambin es estrictamente lingstico". 1 9

Por lo dems, y segn las modernas teoras de la informacin, tal transmisin es un fenmeno

bastante complejo, pues el mensaje se define como informacin comunicada. Esta in formacin, a su vez, consta de contenido y forma. Asimismo, al contenido se le denomina tambin estructura profunda; mientras que a la forma se la conoce igualmente como estructura superficial. La estructura profunda se refiere al plano del contenido, y la estructura superfici al equivale al plano de la expresin. Ejemplos: 1. Los peones principiantes atienden las explicaciones del maestro albail. La frase del ejemplo propuesto nos da a entender que un maestro albail est enseando el oficio a quienes van a iniciarse en el difcil arte de la construccin; esta ide a es, pues, la estructura profunda. Idea que tambin puede transmitirse de otros m odos distintos, a saber: 2. Los aprendices atienden las explicaciones del maestro albail. 3.Los ayudantes novatos atienden las explicaciones del maestro albail. 4.Los nuevos contratados escuchan atentamente las explicaciones del maestro albai l. El contenido estructura profunda es la idea que queremos comunicar. La forma o e structura superficial se compone de los elementos materiales portadores de esa i dea. Estas tres ltimas frases tienen idntica estructura profunda -la cual coincide con la estructura profunda de la primera frase-, pues en todas late la misma id ea principal de la primera frase, es decir, se habla de personas que quieren tra bajar, y alcanzar una cualificacin profesional, en el sector de la construccin. Por consiguiente, los tres ejemplos propuestos contienen una idea nica y latente; pero, para comunicar esa idea, el hablante tiene la posibilidad de seleccionar una u otra frase, esto es, puede emplear indistintamente cualquiera de las tres expresiones propuestas, las cuales constituirn la estructura superficial de esas oraciones. En consecuencia, hemos de sealar, por ltimo, que algunos cualificados lingistas contemporneos opinan que las lenguas se diferencian exclusivamente en la estructura superficial. 2

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Por todo ello, podemos concluir que la interpretacin y comprensin de las palabras y de la lengua dependen de la cantidad -es decir, del nmero- y calidad de seales q ue el hablante sea capaz de captar. IX Puesto que el fin ltimo de la lengua es la comunicacin, se hace necesario que los objetos puedan ser nombrados por los hablantes, quienes debern saber, cuando se h allan ante un objeto determinado, cmo nombrarlo para que no exista confusin al describirlo cabalmente pues, en definitiva, la semntica exige e l principio de coherencia lgica entre el concepto manejado por el hablante y el o bjeto que ste tiene ante s. Con los sentimientos, las sensaciones, las percepciones, el dolor..., ocurre lo mismo; y as, cuando el emisor o hablante desea transmitir, por ejemplo, un determ inado estado de nimo tiene que hacerlo siempre conforme al principio de coherenci a semntica pues, de lo contrario, no sera captado el sentido ntimo de su mensaje po r el oyente o receptor. Por consiguiente, y en sentido amplio, puede afirmarse q ue hay ms de una semntica o, dicho de otro modo, los significados de las palabras entraan conceptos plenos de contenido y los mensajes siempre han de ser comunicab les; de lo contrario, podra concluirse que no hay mensaje. El orden de las palabr as -segn fue dicho por los autores clsicos- guarda un estrecho paralelismo con la disposicin de las cosas, de los hechos o de las realidades. Semntica lgica Cuando se considera a la semntica desde una perspectiva lgica nos hallamos ante la denominada semntica lgica, mediante la cual se establece una ilacin o una unin entr e el signo lingustico y la realidad, y tambin se desarrolla el conjunto de reglas que aseguran una exacta y cabal significacin. Dichas reglas, en opinin del prestig ioso y clebre pensador Carnap, "determinan bajo qu condiciones es aplicable un sig no a un objeto o a una situacin, y permiten poner en relacin los signos y las situ aciones que son susceptibles de designar". De todo lo anterior se deduce que la esencia del lenguaje, su propia naturaleza, lleva intrnsica la situacin comunicable. En consecuencia, existir un lenguaje idea l formalizado mediante el cual se logra la definicin exacta de los conceptos; un lenguaje ideal, en definitiva, distinto del lenguaje comn, ordinario o de uso: "Los lmites de mi lenguaje significan los lmites de mi mundo La lgica llena el mund o; los lmites del mundo son tambin sus lmites." (Wittgenstein). Semntica psicolgica

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Cuando el hablante se encuentra ante la situacin de explicar cmo debe comunicar su mundo anmico e ntimo, cobra sentido la denominada semntica psicolgica; por mor de la cual el emisor o hablante manifiesta lo que ocurre en su espritu. E xiste, pues, un lenguaje que se nutre de los enunciados que aluden a los fenmenos mentales; un lenguaje sobre el pensamiento, el sentimiento, la emocin, la memori a...; un lenguaje que, utilizado definitivamente por el hablante, se convierte e n discurso psicolgico. Este uso que el hablante hace del lenguaje no es social, n i sus mensajes son intencionales o deliberados; no se trata, en fin, de un lengu aje moral.... Decididamente, mediante la semntica psicolgica es posible desvelar, descubrir, interpretar y sacar a la luz el mecanismo psquico que se establece ent re el hablante o emisor y el oyente o receptor. Semntica lingstica Si el hablante tiene que transmitir, mediante el lenguaje articulado, un mensaje cargado de significacin y contenido debe conocer, de modo exhaustivo, la semntica lingustica, que es la que propiamente se ocupa de la significacin de las palabras . Las restantes semnticas, es decir, la semntica lgica y la semntica psicolgica se di ferencian de la semntica lingstica; y a fin de distinguirlas, transcribiremos el si guiente ejemplo: "Imaginmonos en presencia del objeto vaso, ante cuya observacin un hablante dice v aso. Hay en semntica lgica, una coherencia, diramos lgica, entre el concepto vaso y el objeto que tenemos delante. Si el hablante dijera botella, la smntica lgica nos hablara de error a causa de esa transmisin con confusin; la tica nos hablara de menti ra si el hablante ha observado que es vaso pero ha dicho botella con intencin de engaar; la semntica psicolgica indagara las asociaciones mentales que han inducido al hablante a decir botella ante un vaso y las razones psicolgicas de esta falsa visin individual. Li ngsticamente no ha habido ni error ni mentira, sino un funcionamiento de la palabra vaso frente a copa, un funcionamiento de botella fr ante a jarra, garrafa, frasco,... Y, tambin lingsticamente, se tiene en cada una de esas palabras un presupuesto recproco entre significado y significante cuyo conj unto da un contenido en nuestra lengua castellana." (Vidal Lamquiz). Hemos empleado con frecuencia, la expresin lenguaje articulado para referirnos al lenguaje humano; por ello, conviene precisar ms el sentido de esos conceptos y, en consecuencia, de la doble articulacin del lenguaje. Primera articulacin del lenguaje Merced a esta peculiaridad del lenguaje, todo hecho de experiencia que el emisor vaya a transmitir, toda necesidad que se desee hacer conocer a otra 2 2

persona, se analiza en una sucesin de unidades, cada una de ellas dotadas de una forma vocal y de un sentido. Por ejemplo, si sufro dolores de cabeza, y quiero c omunicar esa sensacin de dolor a otra persona, puedo dar un grito, pero el oyente no sabr exactamente qu es lo que me pasa, y adems este acto no basta para hacer una comunicacin lingstica. Sin embargo, si digo: "me duele la cabeza", habr logrado la comunicacin, ya que el oyente sabr perfectame nte lo especfico de mi situacin. Pero, si nos fijamos bien en nuestro ejemplo, observaremos que, en puridad, lo q ue hemos hecho es pronunciar cuatro palabras sucesivas ("me" - "duele" - "la" - "cabeza"), cuatro unidades que podramos encontrar en otro contexto, en el que significasen cosas distintas. Ejemplo: Iba en la "cabeza" de la manifestacin. Tambin, simplemente podemos decir "cabeza". La utilizacin de estas unidades supone una gran economa para la comunicacin, ya que con muchas unidades como estas -"cab eza", "la", "de", "en", duele"...-, ampliamente combinadas, puede un hablante co municar toda su experiencia. Llegados a este punto cabra hacerse una reflexin, la cual consistira en pensar cmo sera posible la comunicacin si cada experiencia, cada situacin, tuviera que ser comunicada separadamente, esto es, por gritos inarticul ados y diferentes. Segunda articulacin del lenguaje El lenguaje humano se organiza o se articula segn una serie de unidades de la pri mera articulacin; asimismo, ha quedado sealado que cada una de esas unidades tiene un sentido y tambin una forma fnica, es decir, un sonido. La palabr a "cabeza", por ejemplo, tiene un sentido: aquello que significa la palabra ("Pa rte superior del cuerpo humano". "Intelecto, talento". "Retrato en escultura o p intura". "Principio o parte extrema de una cosa"...), y una forma fnica: un sonid o. Esta unidad, "cabeza", no la podemos dividir en cuanto a su sentido, ya que no s

ignifica nada, "ca" - "be" - "za", pero s la podemos dividir en cuanto a su funcin . Y as, la unidad "cabeza" podemos dividirla en seis sonidos o unidades de la seg unda articulacin: /c/-/a/-/b/-/e/-/z/-/a/ .Merced a la segunda articulacin del len guaje, la lengua puede limitarse a unas decenas, por as decirlo, de producciones fnicas distintas que se combinan para obtener la forma voclica de la primera artic ulacin. Unidades lingsticas de base Un enunciado como "me duele la cabeza" o una parte de dicho enunciado que tenga sentido se llama signo lingstico. Y todo signo lingstico se compone de 2 3

un significado -un sentido o valor- y de un significante, en virtud del cual se manifiesta el signo. A su vez, el signo lingstico est dividido en unidades de la primera articulacin o mo nemas, cada una de las cuales tiene tambin un significante y un significado. El significante de los monemas aparece dividido, a su vez, en unida des de la segunda articulacin, ya que es el que reviste la forma fnica; esta ltima unidad se denomina fonema. Respecto al monema cabe decir que puede constituir por s mismo un signo lingstico, pero no as el fonema. En el enuncia do del ejemplo que venimos utilizando, tendramos lo siguiente: "Me duele la cabeza"- signo lingstico. Me-duele-la-cabeza- 4 monemas. /M/-/e/-/d/-/u/-/e/-/l/-/e/-/l/-/a/-/c/-/a/-/b/-/e/-/z/-/a/- 15 fonemas; algunos repetidos. Por consiguiente, los sonidos utilizados en el acto de hablar se organizan, en c uanto a su realizacin material, conforme al clsico y conocido esquema siguiente: Lo articulatorio -propio del hablante. Lo acstico

-equivale a las vibraciones del aire. Lo auditivo -propio del oyente. X Mediante el lenguaje, el hablante comunica sus pensamientos al oyente y, al prop io tiempo, el primero aprehende el mensaje contenido en la rplica del segundo: en tre hablante y oyente se establece, pues, una comunicacin dinmica gracias a la capacidad de ambos para usar palabras, formar frases y combi narlas adecuadamente. Aunque hay varios tipos de lenguaje -imitativo o mmico, tctil, gestual, olfativo, visual...- el que corresponde a la facultad del habla, el denominado lenguaje au ditivo, hablado o articulado, es el que interesa a la lingstica o ciencia del leng uaje; de ah que la lingstica se defina tambin como la ciencia del lenguaje articulad o. Adems, al investigar desde diversos puntos de vista, y al aplicar diferentes mtodos, los lingistas han descubierto que existen varias modalidades de esta ciencia del lenguaje; aunque, en sentido estricto, se habla 2 4

de tres lingsticas, a saber: lingstica histrica; lingstica estructural; y lingstica ativa o transformacional.

- Lingstica histrica: mira hacia el pasado de la lengua; se ocupa de la historia y evolucin de la lengua. - Lingstica estructural: estudia el uso diario de la lengua y la describe desde su presente. - Lingstica generativa y transformacional: se interesa por el futuro de la lengua, le importa cmo va a ser la lengua. La denominada Gramtica tradicional que, en sentido amplio, puede considerarse como una especie de prehistoria de la lingstica, por as decirlo, prete nder fijar unas normas de alcance universal, es decir, vlidas para todas las lengua s; y tambin tratar sobre las primeras manifestaciones lingsticas, tales como: - la escritura jeroglfica egipcia; especialmente en cuanto su expresin simblica va evolucionando hasta conformar un cdigo de signos indicadores de significados y sonidos. Y as, sealaremos, por ejemplo, que en las tiras del famoso "Libro de los muertos", y junto a los dibujos que representan escarabajos, se i ntercalan pictogramas que tienen forma de boca, lo cual significa "hablar". Los antiguos egipcios consideraban que la escritura la haba c reado un dios y que luego se la haba donado a los hombres; la misma palabra "jeroglfico" significara literalmente "escritura de los dioses". Generalmente, los pictogramas expresan ideas; pero tambin existen otros signos, denominados fonogr amas, que representan sonidos. - la escritura cuneiforme de la civilizacin sumerio-acadia; los signos grabados, mediante caas afiladas, en numerosas tabletas o planchas de arcilla, llegaban a r epresentar y constituir casi un alfabeto y un extenso vocabulario. A modo de eje mplo ilustrativo, baste citar la gran biblioteca de Nnive, creada por el rey asir io Asurbanipal (nacido hacia el ao 668, antes de nuestra era, y muerto hacia el ao 626), y compuesta por ms de 22.000 planchas de arcilla que trataban de temas diversos, tales como historia, medicina, astronoma, textos merc antiles, gestas y epopeyas. De entre estas ltimas cabe destacar el clebre "Poema de Gilgamesh", considerado como la primera epopeya del mundo, y contenido todo l en doce tabletas de arcilla, de cuyo texto entresacamos el siguiente frag mento. - la escritura ideogrfica de la antigua China; cuyos ideogramas son smbolos que re

presentan conceptos. 2 5

- la lengua snscrita o vdica, de los antiguos hindes; por cuanto constituye el prim er ensayo de sistematizacin de una lengua que, entre otros aspectos sobresalientes, destaca por su fonologa, morfologa y sintaxis. - la lengua hebrea, cuyos documentos histricos, por ejemplo la Biblia, contienen numerosas referencias al conocimiento lingstico mediante la introduccin de etimologas y la aparicin del bilingismo o el plurilingismo a causa de las relaciones con otros pueblos. - la invencin del alfabeto y el perfeccionamiento de la escritura que los fenicio s, fieles a su espritu mercantil y comercial, legan a la humanidad; y cuya inmediata consecuencia ser la eliminacin de los antiguos ideogramas y la consiguie nte introduccin de la economa y el pragmatismo lingstico. - los textos griegos que versarn especficamente sobre aspectos concretos de la len gua; adems de que se lleva a cabo el perfeccionamiento del alfabeto de manera que el nombre de una letra repita el sonido que representa: alfabeto, palabra forma da con las dos primeras letras griegas "alfa" y "beta"; y que tambin equivale al abecedario, trmino proveniente de las letras "a", "b", "c" y "d". No obstante, los griegos se preguntan, sobre todo, por el origen y la natur aleza del lenguaje. As, dos grandes pensadores griegos expondrn sus puntos de vist a opuestos: Platn, por un lado, defiende la adecuacin natural entre la palabra y e l objeto por ella designado; mientras que Aristteles, por el contrario, es firme partidario de la inadecuacin entre la palabra y el objeto que sta designa: Pero, eso s, con que una vez algo haya sido puesto por escrito, las palabras rued an por doquier, igual entre los entendidos que como entre aquellos a los que no les importa en absoluto, sin saber distinguir a quines conviene hablar y a quines no. Y si son maltratadas o vituperadas injustamente necesitan siempre la ayuda del padre, ya que ellas solas no son capaces de defenderse ni d e ayudarse a s mismas. (Fragmento del Fedro, de Platn; citado por Emilio Lled en su obra "El surco del tiempo"). - la aportacin de los rabes a la lengua tendr connotaciones religiosas derivadas de la obligacin de recitar correctamente el Corn, su libro sagrado. La peculiaridad de la escritura rabe es que carece de vocales, aunque oralmente si se pronuncian. - la poca medieval destaca por sus reflexiones lingsticas, y por el empleo de la le ngua en el desvelamiento de las especulaciones filosficas: Gramtica especulativa. 2

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Surge en el medievo el nominalismo: las palabras nicamente son los nombres de las cosas. Aparece tambin la teora de una lengua universal con una gramtica comn a todas las le nguas. Alfonso X el Sabio crea la escuela de traductores de Toledo, en donde se realiza un trabajo en equipo y se manejan la lengua latina, la rabe y la romance; precursora, esta ltima, de la lengua castellana. -la poca del Renacimiento supondr una renovacin de los estudios gramaticales. La movilidad geogrfica, el resurgir de nuevas nacionalidades, el auge del humanis mo, el conocimiento de otras lenguas y la invencin de la imprenta, son todos fact ores que contribuyen a la decisiva diferenciacin entre letras y sonidos. El humanismo fue un movimiento intelectual desarrollado en Europa durante los si glos XIV y XV que, rompiendo las tradiciones escolsticas medievales y exaltando en su totalidad las cualidades propias de la naturaleza humana, preten da descubrir al hombre y dar un sentido racional a la vida tomando como maestros a los griegos clsicos y latinos, cuyas obras exhum y estudi con entusiasmo. Surgen en Espaa las figuras de Antonio de Nebrija, Juan de Valds, Gonzalo Correas, Sebastin de Covarrubias y Francisco Snchez de las Brozas, El Brocense. Antonio de Nebrija, con su Gramtica castellana, editada en 1492, se propone unifi car y fijar la lengua castellana, ya que sanciona los empleos correctos e incorr ectos de la lengua con un criterio lgico y desde la autoridad que le confiere la proteccin de los Reyes Catlicos. Puesto que Nebrija era un latinista, en un primer acercamiento podramos decir que se propuso aplicar al castellano los preceptos de la propia gramtica latina pero , basado en el conocimiento de los grandes autores clsicos, quiso establecer preceptos y normas tericas que rigieran los fenmenos lingsticos. Juan de Valds, sucesor de Nebrija, contribuye con su obra "Dilogo de la lengua" (h acia 1535) al perfeccionamiento de la lengua castellana e, "impulsado por el afn de reglamentar usos, formula normas arbitrarias; pero la mayora de 2 7

las que da son exactos, y tiene un sentido muy certero de los usos preferibles e

n los casos de duda." (Lapesa, en "Historia de la lengua espaola") Gonzalo Correa s destaca por su deseo de armonizar la escritura con la pronunciacin, aunque para ello sea necesario reformar la ortografa; sin embargo, e l maestro Correas es ms conocido por su clebre Vocabulario de refranes. Sebastin de Covarrubias sobresale por ser el autor del interesante libro titulado Tesoro de la lengua castellana o espaola; se trata de un diccionario que recoge ideas inditas y costumbres curiosas que se exponen de forma sencilla al definir l as palabras. Francisco Snchez de las Brozas, El Brocense, defendi el uso del caste llano frente al latn; y destac por su obra Minerva (1587), considerada como la pri mera gramtica general europea, en la cual expone puntos de vista coincidentes con las modernas teoras sobre el lenguaje. En general, esta Gramtica antigua se ocupa ba especialmente de la lengua escrita y era sobre todo un instrumento de enseanza del buen uso del lenguaje. XI El lenguaje no es una creacin definitiva, ya que se encuentra en continua evolucin y, en consecuencia, las lenguas no deben ser sometidas a una norma invariable y fija, a una ley vlida para todas las gramticas; puesto que lo propio de la lengua , su atractivo, es la diversidad, no ha de considerarse encomiable la postura de l purista que prefiere encerrar la lengua en el cofre de las normas antes que verla libre y utilizada con soltura por los hablantes. El dinamismo y el cambio de las ideas y del pensamiento conlleva, tambin, la evol ucin del lenguaje; y as, la denominada Gramtica tradicional se convertir en la antes ala de los estudios normativos del lenguaje. El aspecto formal y el afn por logra r la pureza de la lengua culminarn en el establecimiento de escuelas y academias que representarn un claro avance en el campo de la Gramtica histrica, cuya metodologa intentar clasificar las diferentes lenguas y expl icar su origen comn. Este movimiento lingstico culminar en la gramtica comparada que, en Espaa, ser asumida por la escuela del gran fillogo Ramn Menndez Pidal (1869-1968), quien plasm sus teoras lingsticas en su clebre libro titulado Manual de Gramtica Histrica Espaola, y que dest ac por sus estudios sobre el origen del espaol y sus investigaciones sobre los tex tos primitivos.

Surgen, tambin, las teoras empiristas, cuyo representante ms cualificado ser el pens ador ingls Francis Bacon, quien distinguir dos clases de gramtica: la literaria o n ormativa, y la gramtica filosfica. 2 8

A la gramtica normativa le preocupar el uso correcto de la lengua y su fijacin que, junto al afn por seleccionar los autores ms representativos de la literatura de c ada poca, constituirn los principales criterios de seleccin de las diversas acepcio nes. En este contexto histrico, caracterizado por la preocupacin que se concede al leng uaje y su dinamismo y evolucin, tiene lugar, en los inicios del siglo XVIII, la f undacin de la Real Academia Espaola, cuyo lema "limpia, fija y da esplendor" expresa con claridad los fines de tan loable, y necesaria, institucin. La Real Academia publica el prestigioso "Diccionario de Autoridades" que se ir ed itando a lo largo de trece aos, de 1726 a 1739, y destacar por su preocupacin lexicogrfica, ya que cada palabra incorporada a este diccionario ir ava lada por citas entresacadas de los escritos de los ms cualificados autores. Ms tarde, la Real Academia tambin publicar un libro sobre ortografa, que era otra de las preocupaciones de los gramticos del siglo XVIII; y, ya a finales de ese mism o siglo, la Real Academia saca a la luz su clebre Gramtica, en donde primarn los aspectos normativos de la lengua. Tambin edit la Real Academia el Quijote, en 1780; y el Fuero Juzgo, en 1815. En un esfuerzo de adaptacin, la pro sa espaola del siglo XVIII sacrific la pompa a la claridad; ya que no posee grande s cualidades estticas, adquiri una sencillez de tono moderno que constituye su may or atractivo. (Rafael Lapesa, en "Historia de la lengua espaola"). Dentro de la corriente de la gramtica filosfica tambin hay que citar al prestigioso pensador ingls John Locke quien, en su clebre libro titulado Ensayo sobre el cono cimiento humano, llega a delimitar el sentido de los trminos palabra y objeto, y a establecer una relacin no unvoca entre la palabra y l a idea: Siendo toda persona consciente de que piensa, y siendo las ideas que estn en su mente aquello en que, cuando piensa, se ocupa, est fuera de toda duda que la persona tiene en su mente muchas ideas, como son las expresadas por estos trmi nos: blandura, dureza, dulzura, pensamiento, movimiento, elefante, ejrcito, embri aguez y otras. Lo primero que hay que inquirir, pues, sobre ellas es: cmo llega l a persona a tener esas ideas. La Escuela de Port-Royal Este movimiento, que aboga por el predominio de la lgica en la gramtica, surge por influencia de las teoras del pensador francs Descartes, y no tiene en cuenta la e xperiencia para deducir las categoras gramaticales; por el contrario, la Escuela de Port-Royal introduce, y defiende, la teora mediante la cual las categoras grama ticales se basan en un principio lgico y formal. Los problemas 2

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del lenguaje, por consiguiente, hay que abordarlos desde una perspectiva formal y lgica; y el lenguaje debe caracterizarse por la claridad y la belleza. La escue la de Port-Royal editar tambin, en la segunda mitad del siglo XVII, una gramtica ra zonada con la que se pretende abarcar todas las generalidades del lenguaje. Las letras ya empiezan a considerarse grafemas, esto es, caracteres o signos, y tambin sonidos diferenciados. En morfologa se llega a concluir que con el adjetivo se designa a los accidentes (el accidente se caracteriza por su dependencia de la sustancia), mientras que el nombre o sustantivo denota sustancia (lo propio de la sustancia es la diferenciacin, y tambin la autonoma). Y, mediante el verbo, los hablantes pueden afirmar y juzgar. La morfologa es una parte de la lingstica que considera los hechos del lenguaje des de el punto de vista de la forma; es decir, en un primer acercamiento, puede afirmarse que la morfologa gramatical estudia la forma de las palabras. No obstante, actualmente existe la tendencia -por parte de la mayora d e los lingistas- a considerar juntas la forma y la funcin gramatical, en cuyo caso se habla de morfosintaxis. Para algunos cualificados pensadores el lenguaje es idntico a la poesa y, puesto q ue la poesa es imaginacin, resultar, entonces, que los fenmenos fundamentales del le nguaje, y el lenguaje mismo, no son obviamente algo lgico, formal o predecible; luego, los representantes de la antigua escuela de Po rt-Royal, partidarios de abordar los hechos del lenguaje desde el punto de vista de la lgica, tenan nicamente razn en aquella poca y en aquel contexto. Por tanto, y definitivamente, el lenguaje se considera hoy como un fenm eno social que se basa en la facultad humana de comunicarse mediante signos oral es o escritos. Origen del lenguaje Cuando se habla del origen del lenguaje suele decirse, en primer lugar, que este asunto constituye un problema: el problema del origen del lenguaje, dicen mucho s estudiosos del tema. Es bien cierto que ya los antiguos pensadores griegos se plantearon el origen de l lenguaje. Y as, ya se preguntaba Platn, en su obra el Cratilo, si las palabras p ueden llevarnos al conocimiento de las cosas. Y Aristteles, que fue discpulo de Pl atn, aseguraba que el lenguaje era producto de una convencin humana. Con el tiempo, y siguiendo el relato del Gnesis, se afirmar que el lenguaje fue re velado por Dios a los hombres y mujeres que poblaban la tierra; tal sera la denom inada teora sobrenatural del lenguaje. 3 0

Hoy debemos decir que el lenguaje y la sociedad humana son desarrollos paralelos (Vidal Lamquiz). Sin embargo, hay principalmente tres teoras sobre el origen del lenguaje, a saber : Teora del origen activo; Teora del origen imitativo; y Teora del origen social. Teora del origen activo: tambin se la conoce como teora del lenguaje natural, puest o que su defensores afirman que el lenguaje surge espontneamente, esto es, a caus a de las exclamaciones y los gritos emitidos por los humanos al expresar sus sen timientos y comunicar sus sensaciones. Teora del origen imitativo: puesto que el lenguaje natural lleva implcita la caren cia de significacin intencional es seguro que no puede provenir de aqu el lenguaje sino que, por el contrario, debe tener su origen en acciones o hechos plenos de connotaciones simblicas. Y as, el lenguaje se originara por mor del instinto de im itacin; el hombre primitivo tenda a reproducir el mundo exterior y, por ejemplo, s i oa cantar a un pjaro quera emular su sonido para nombrarlo: a cada impresin recibi da del exterior le correspondera una determinada expresin. Teora del origen social: los defensores de esta teora afirman que el lenguaje es, sobre todo, un producto que surge de la relacin entre los miembros de un grupo de terminado: la evolucin del lenguaje sera paralela a la evolucin de la sociedad. Sin embargo, est claro que el origen del lenguaje no es de tipo lingstico y, aunque se llegara a reconstruir un nico idioma primitivo, no por eso se llegara a diluci dar el origen del lenguaje. Por tanto, hay que decir que el lenguaje surgi cuando coincidieron ciertas condiciones psicolgicas y sociales; por tanto, el da en que los humanos sintieron la necesidad de comunicarse entre s surgi el lenguaje, y su asuncin por la comunidad de hablantes adquiri consistencia cuando el cerebro human o estuvo suficientemente desarrollado: El lenguaje existe como un artefacto en e l mundo externo -siendo un conjunto de smbolos en combinaciones admisibles- y com o la incorporacin cerebral de esos smbolos y de los principios que determinan sus combinaciones. Para representar el lenguaje utiliza el cerebro la misma maquinaria de la que se sirv e para representar cualquier otra entidad A medida que los neurlogos vayan conoci endo mejor la base neural de las representaciones cerebrales de los objetos exte rnos, de los sucesos y de sus relaciones, irn profundizando en la representacin de l lenguaje en el cerebro y cmo funcionan los mecanismos que conectan a ambos. (An tonio Damasio y Hanna Damasio, en la revista "Investigacin y Ciencia" del mes de noviembre de 1992). 3 1

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La lengua de una determinada comunidad de hablantes tiene mucho de institucin social; por consiguiente, evolucionar al tiempo que lo hace la propia s ociedad, y tambin se adaptar a las necesidades de la colectividad gracias al uso q ue de ella hacen los hablantes; de ah que una lengua, cuanto ms til resulte a sus hablantes tanto ms viva y dinmica ser. La estructura del lenguaje permanecer fija en una determinada comunidad de hablan tes mientras no cambien los hbitos de pensamiento de esa colectividad: el lenguaj e no es una especie de ente ideal que subsista fuera o al margen de la propia co munidad de hablantes que lo usa y emplea. En consecuencia, toda lengua estar sujeta a los avatares y cambios producidos en la propia comunidad de hablantes que la ha hecho suya. Pero, dada la complejidad de las diversas lenguas, hay que concluir que sus comp onentes no evolucionan de modo simultneo; y as, a la hora de producirse transforma ciones y cambios en el lenguaje existirn ciertas diferencias entre vocabulario, f ontica y morfologa o morfosintaxis. De las transformaciones en el vocabulario, se ocuparn la semntica y la lexicologa; y tambin la lexicografa. La semntica, recordmoslo, estudiaba la significa cin y la evolucin de las palabras, su punto de vista era diacrnico; mientras que la lexicologa se ocupaba del significado concreto de las palabras en un momento det erminado, su perspectiva era sincrnica. La lexicorafa, en cambio, tiene como objet ivo la elaboracin razonada o cientfica de los diccionarios; la lexicografa es, por as decirlo, el arte de componer diccionarios. El tesoro de trminos lxicos que una lengua contiene est recogido en los diccionario s. Diccionarios normativos El Diccionario de la Real Academia, y que ha sido publicado con el ttulo de Dicci onario de la Lengua Espaola, es un diccionario normativo, pues las palabras que se recogen en l tienen la indicacin de palabras de uso correcto. Algunas de las palabras que recogen los diccionarios normativos sern

consideradas, actualmente, como arcaicas y slo aparecen en textos histricos y lite rarios; adems, y desde un punto de vista exhaustivo, los diccionarios normativos tambin incorporan otros vocablos de alcance universal, y que son utilizados habit ualmente por toda la comunidad de hablantes. Para seleccionar las palabras que v an a entrar a formar parte del acervo comn del idioma espaol, la Real Academia recurre a las fuentes literarias, pero tambin sigue el cr iterio de uso, esto es, registra los vocablos que han sido empleados durante 3 2

un largo periodo de tiempo por los hablantes y, por consiguiente, han sido sanci onados por el uso. En cambio, algunas palabras de utilizacin reciente no son inco rporadas al diccionario normativo porque, con cierta frecuencia, son trminos que se ponen de moda, por as decirlo y, pasado un tiempo, la propia comunidad de habl antes deja de usarlos. Diccionarios de uso En los denominados diccionarios de uso se da entrada a gran cantidad de palabras que se usan en la comunidad de hablantes con bastante frecuencia, y sin tener en cuenta las normas acadmicas. En espaol, los diccionarios de uso ms conoci dos son el de Mara Moliner y el de Martn Alonso. Recientemente, tambin se han editado prestigiosos diccionarios que podramos llamar de uso, pues recogen trminos que en la comunidad de hablantes del espaol se utili zan con profusin. Acaso el ms completo de entre estos diccionarios sea el "VOX", editado con el ttul o de Diccionario actual de la Lengua Espaola, en cuyo prlogo, escrito por Manuel A lvar, se puede leer lo siguiente: "Con el fin de atender las necesidades de sus usuarios, de reflejar de la manera ms fiel posible el estado actual de nuestra le ngua, y de no aumentar demasiado el volumen de la obra, se han suprimido voces y acepciones anticuadas, por ms que todava permanezcan entre sus pginas bastantes con poca frecuencia de uso. Por el contrario, se han i ncorporado voces nuevas y significados que no constaban en el diccionarios del que parte ste, con la pretensin de reflejar de la forma ms fiel po sible el espaol de nuestros das, de poner en manos de cualquier persona culta el c audal lxico con el que, por una razn u otra, puede encontrase. Con esta misma fina lidad han permanecido los artculos y acepciones de uso geogrfico restringido los artculos y acepciones de uso geogrfico restringido, con m uy leves modificaciones y alguna incorporacin nueva. Por el contrario, se han rev isado de una manera sistemtica algunos grupos de palabras como los nombres de las aves, plantas, de mamferos, de peces, de insectos, en la intencin de proporcionar definiciones modernas y acordes con los cambios que se h an producido en esos dominios. El lxico procedente de las ciencias y de las tcnica s se ha visto incrementado con no pocos elementos, algunos de ellos de la mxima a ctualidad. El interior de los artculos apenas ha sido modificado sino para correg ir errores, actualizar contenidos, o para introducir los nuevos significados. No

obstante, el espacio dedicado a la etimologa s se ha visto alterado -especialment e en las palabras compuestas- pues han sido revisados y actualizados los prefijo s y elementos compositivos. Tambin se han alterado las referencias a los modelos de la conjugacin verbal irregular, como consecuencia de la elaboracin de un nuevo cuadro de irregularidades que facilite al usuario la consulta y el conocimiento de su propia lengua." 3 3

A este grupo tambin pertenece el Diccionario esencial de la Lengua Espaola, public ado por la editorial Santillana. Diccionarios ideolgicos En estos diccionarios se ordenan los trminos atendiendo a su significado; y as, lo s vocablos se agrupan en torno a las ideas que expresan, y no conforme al criter io morfolgico que usualmente se emplea en los restantes diccionarios. Para confeccionar un diccionario ideolgico es necesario que, previamente, el auto r delimite la serie de conceptos que van a ser tenidos en cuenta por su afinidad y semejanza (sinnimos) o por su oposicin y diferencia (antnimos o contrarios). No obstante, hay que advertir que resulta ciertamente difcil establecer semejanzas e ntre trminos, ya que, en puridad, a cada vocablo, segn el contexto en que se halle , le corresponde un slo significado. Igualmente, es muy poco frecuente que dos voces se contrapongan totalmente pues, dado que no ha de considerarse la palabra aislada en el caso que nos ocupa, res ultar que todo vocablo har referencia a un significado concreto y determinado. En cierto modo, y desde un punto de vista extremo, puede afirmarse que acaso la sinonimia y la antonimia puras no se dan ms que en contados casos y ms bien se tra ta, la mayora de las veces, de convenciones o acuerdos tcitos establecidos y acept ados en la comunidad de hablantes. El diccionario ideolgico ms completo y prestigioso en espaol es el de Julio Casares , el cual lleva por ttulo Diccionario ideolgico de la Lengua Espaola. Diccionarios etimolgicos Estos diccionarios se interesan por las palabras desde una perspectiva histrica y , en razn de su evolucin, recogen y registran los vocablos. El ms conocido de entre los diccionarios etimolgicos es el de Juan Corominas, que est publicado con el ttulo de Diccionario critico, etimolgico , de la Lengua Castellan a. Tambin conviene mencionar el Diccionario etimolgico espaol e hispnico, de Vicente Garca de Diego. Por lo dems, es obvio que existen otros muchos diccionarios especializados y mono grficos, los cuales tratan de materias muy diversas y recogen distintas terminolo gas: profesionales, jergas, hablas regionales... Es muy importante consultar los diccionarios, pues en ellos se encuentra el ms va lioso patrimonio, constituido por todo el vocabulario de una lengua, que ha ido 3

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acumulndose a travs de los tiempos, y que la comunidad de hablantes ha manejado a fin de comunicarse en distintos contextos histricos. Esta comunicacin, cuya eficacia depende de la adecuada seleccin de las palabras, as como de la fluidez verbal que el hablante, en un contexto concreto, sea capaz de dem ostrar, ser tanto ms precisa cuanto mayor sea el grado de conocimiento que dicho hablante tiene de su lengua y, muy particularmente, del s ignificado de las palabras que conforman su vocabulario. En consecuencia, y basndonos en el criterio de uso del lxico de una lengua, cabe h ablar de tres niveles, a saber: primeramente del nivel del hablante cuando acta sl o como emisor que quiere comunicar sus ideas, en cuyo caso su vocabulario es cuantitativo y se caracteriza por el nmero de trminos (vocabulario bsico) que emplea y domina; en segundo lugar citaremos el nivel de g rupo lingstico, que estar constituido por el lxico especfico de una determinada cienc ia y de una tcnica concretas, en donde es obligatorio que el hablante posea el su ficiente grado de formacin como para saber utilizar, y comprender, los trminos exi gibles en ese contexto cientfico o tcnico; y por ltimo, est el nivel de la propia le ngua, en donde ya no existe propiamente un vocabulario sino un lxico, es decir, e l lxico de la lengua que, en definitiva, no es otro que el diccionario. XIII Los clsicos griegos llamaban paradojas a las expresiones o razonamientos que se a partaban de la norma y de la comn opinin, y que eran debidas a la ambigedad del lenguaje y a la contradiccin que ello implicaba. Y los autores latin os decan que a esas paradojas haba que llamarlas cosas que maravillan, pues en ell as se propongan expresiones que sorprenden por su complejo y contradictorio contenido. Fue Cicern -quien afirmaba que la vida humana debe regirse por la razn- el autor l atino que acu para las paradojas la expresin "cosas que maravillan" pues, segn deca, constitua un hecho extraordinario que la ambigedad del lenguaje pud iera dar lugar a opiniones, verdaderas o falsas, con las que se propona la unin de ideas aparentemente contrarias. Literalmente, la palabra paradoja, que es un trmino derivado del griego para-doxa , significa contrario a la opinin. Sin embargo, y como ya ha quedado dicho, desde el punto de vista de los autores latinos, las paradojas son cosas que maravilla n. Estudiosos de todos los tiempos se han interesado por las paradojas y las han cl asificado conforme a distintos criterios y de diversos modos. Mas, desde el 3

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punto de vista lingstico, las paradojas surgen cuando en el uso del lenguaje se co ncede prioridad al elemento formal y se relegan los valores semnticos y el signif icado de los trminos de que se compone una expresin o un mensaje. Y as, se ha hablado de paradojas verdaderas (o verdicas), falsas (o falsdicas) y an tinomias: cuando la idea contenida en la expresin expuesta es falsa, se trata de una paradoja falsa; pero, si la idea contenida en la expresin expuesta es verdade ra, nos hallamos ante una paradoja verdadera; y, finalmente, cuando se trata de una idea resultante de la contradiccin entre dos proposiciones, estamos ante una paradoja contradictoria. Tambin las paradojas lgicas o paradojas matemticas (paradoja del mayor nmero ordinal ; paradoja del mayor nmero cardinal; teora de los tipos, enunciada por Russell...) han sido objeto de anlisis por parte de los estudiosos a travs de los tiempos. As mismo, se ha hablado de paradojas existenciales, que guardan relacin con las de nominadas verdades profundas, y de paradojas psicolgicas, que equivalen a las llamadas verdades de sentido comn. Sin embargo, en nuestro caso, las paradojas que ms nos interesan son las conocida s como paradojas semnticas, pues su planteamiento se expone mediante palabras y expresiones con sus correspondientes estructuras superficial y profunda, en donde se pone de manifiesto el dominio y manejo de le nguaje, y en donde las soluciones a las paradojas propuestas se basan en la deno minada teora de los lenguajes y de los metalenguajes. Al metalenguaje tambin se le llama lenguaje-objeto; y as, habr metalenguaje siempre que podamos expresar por m edio del lenguaje lo que se contiene en el propio lenguaje. De entre las paradojas semnticas ms conocidas destacaremos las siguientes: Paradoj a del mentiroso La paradoja del mentiroso aparece ya enunciada y expuesta hace ms de dos mil aos y , desde entonces ac, ha sufrido diversas modificaciones; en consecuencia, actualmente, se conocen tres versiones distintas, a saber: 1 versin: - Supongamos que una persona dice: "Yo miento" . Argumentacin: 3 6

Si la expresin Yo miento es verdadera, entonces la persona que la dice no miente y, por consiguiente, Yo miento ser una afirmacin falsa. Pero, si la expresin Yo miento es falsa, entonces la persona que la dice miente, por lo que la frase Yo miento ser verdadera. 2 versin: - Imaginemos que una persona afirma lo siguiente: "Lo que digo no es verdad". Argumentacin: Si la frase Lo que digo no es verdad es verdadera, entonces Lo que digo no es ve rdad es una expresin falsa. Pero, si la frase Lo que digo no es verdad es falsa, entonces Lo que digo no es verdad es una expresin verdadera. 3 versin: Es la debida al pensador cretense Epimnides, por eso se la conoce con el nombre d e paradoja de Epimnides o paradoja de El cretense. - En esta paradoja, Epimnides, que es cretense, dice lo siguiente: Todos los cret enses mienten. Argumentacin: Si la afirmacin Todos los cretenses mienten es verdadera, entonces Epimnides, que es cretense, es un mentiroso; por consiguiente, la expresin Todos l os cretenses mienten ser falsa. Pero, si la expresin Todos los cretenses mienten es falsa, entonces no todos los cretenses son mentirosos y, en consecuencia, Epimnides, que es cretense, puede qu e no sea mentiroso; por consiguiente, la expresin Todos los cretenses mienten pue de ser verdadera. Hay otras paradojas basadas en la de Epimnides, una la expone Cervantes en El Qui jote (2 parte, captulo LI), y trata de un hombre que debe confesar ante cuatro jue ces por qu quiere pasar el puente que stos custodian por orden del dueo de esos con tornos, es decir, del ro del puente y del seoro: "Si alguno pasare por este puente de una parte a otra, ha de jurar primero adnde y a qu 3 7

va; y si jurase verdad, djenle pasar; y si dijere mentira, muera por ello ahorcad o en la horca que all se muestra, sin remisin alguna". Sabida esta ley y la riguro sa condicin de ella, pasaban muchos, y luego en lo que juraban se echaba de ver que decan verdad, y los jueces los dejaban pasar libremente.

Sucedi, pues, que tomando juramento a un hombre, jur y dijo que por el juramento que haca, que iba a morir en aquella horca que all estaba, y no a otra c osa. Repararon los jueces en el juramento, y dijeron: "Si a este hombre le dejam os pasar libremente, minti en su juramento, y, conforme a la ley debe morir; y si le ahorcamos, l jur que iba a morir en aquella horca, y, habiendo jurado verdad, por la misma ley debe ser libre." La otra paradoja, tambin basada en la de Epimnides, es la conocida como paradoja d e El hombre condenado a ser fusilado, la cual est recogida en el Diccionario de F ilosofa de Ferrater Mora, en donde se dice lo siguiente: Un juez condena un Lunes a un acusado a ser fusilado cualquier da de la semana que termina el siguiente Sb ado siempre que el reo no pueda saber con un da de antelacin si va ser efectivamen te fusilado; caso de saberlo le ser condonada la pena capital. El abogado razona con el reo y lo convence de que la sentencia no puede ejecutarse. En efecto, no puede ser fusilado el Sbado siguiente, porque al llegar el Viernes el reo sabra qu e iba a ser fusilado el Sbado, nico da de la semana que queda. El Sbado queda, pues, excluido. No puede ser fusilado el Viernes, porque al llega r el Jueves el reo sabra que iba a ser fusilado el Viernes, nico da que, excluido e l Sbado, le queda a la semana. El Viernes queda, pues, excluido. No puede ser fus ilado el Jueves, etc., etc. Y sin embargo, el hecho es que s i se propone que la pena sea cumplida el reo va a ser fusilado cualquier da de la semana por ejemplo, el Mircoles, sin que el reo pueda saberlo con un da de antelacin. Paradoja del abogado que pierde el juicio o lo gana Tambin mencionaremos la histrica y clebre paradoja del letrado que, antes de gradua rse y obtener su ttulo para ejercer la profesin de abogado, recibe clases de un pr estigioso catedrtico de derecho; ambos acuerdan que el futuro abogado pagar esas e nseanzas cuando gane el primer juicio. Pasa el tiempo y el alumno ya es abogado, pero an no ha participado en juicio alguno ni tampoco ha pagado a su antiguo prof esor aquellas clases que le sirvieron para sacar uno de los primeros nmeros de su profesin. En consecuencia, el profesor, viendo que su alumno no le paga, decide denunciarle; y, entonces, el a lumno le argumenta del siguiente modo: "O pierdo el juicio o lo gano. Si lo gano no tendr que pagarte, pues as lo habr decidido el juez. Y si lo pierdo tampoco te pagar, puesto que, en virtud de nuestro acuerdo, slo debo pagarte cuando gane el p rimer juicio". Pero el profesor replica al alumno, y le argumenta lo 3 8

siguiente: "O pierdes el juicio o lo ganas. Si lo pierdes tendrs que pagarme, por que as lo habr dictaminado el juez. Y si lo ganas tambin tienes que pagarme pues, e n cumplimiento de nuestro acuerdo, debes pagarme cuando ganes el primer juicio". XIV Mediante el coloquio y el dilogo, el hablante puede transmitir sus ideas y comuni car cualesquiera mensajes al receptor. Y tambin, quienes participan en un coloqui o, pueden compartir sus pensamientos, discrepar, coincidir y, en suma, conocer a los restantes interlocutores. Desde este punto de vista, el coloquio ha sido co

nsiderado como un mtodo eficaz para la prctica de la tolerancia y como una escuela del comportamiento. Se ha hablado del concepto comunicacin y frecuentemente se ha descrito su signifi cado concreto: esquema de la comunicacin, teora de la comunicacin, finalidad de la comunicacin, comunicacin por medio del coloquio... En este caso, vamos a ocuparnos precisamente de llenar de contenido este ltimo enunciado que hemos titulado comunicacin por medio del coloquio. En un primer acercamiento, diremos que el coloquio es una garanta de comunicacin, pues el trmino coloquio equivale a conversar y conferenciar. El dicci onario de la Real Academia define el coloquio, en su primera acepcin, como la con ferencia o pltica entre dos o ms personas; y en su segunda acepcin, considera al coloquio como una composicin literaria, prosaica o potica, en forma de dilogo. La comunicacin mediante el coloquio exige unos determinados supuestos o requisitos previos. En primer lugar, como ya ha quedado dicho, y ms concretamente al hablar del origen del lenguaje, precisamente fue gracias a la c omunicacin por lo que surgi el mensaje. Luego, en definitiva, el fin principal del lenguaje no es otro ms que la comunicacin, y para que haya comunicacin es necesari o que se lleve a cabo la emisin de un mensaje y que, a su vez, ese mensaje sea re cibido por un interlocutor distinto de quien ha enviado el mensaje. En consecuencia, el coloquio surge de la combinacin entre el mensaje que enva el h ablante al oyente y la respuesta que el receptor se ver obligado a elaborar para replicar a su interlocutor. Por consiguiente, habr coloquio cuando haya transmisin de un mensaje y siempre que dicho mensaje est cargado de contenido; pues, podra s uceder que un interlocutor emit