guia de pesca surfcasting

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En definición el "surfcasting" es una modalidad de pesca en el mar que se basa en lanzar a largas distancias desde la costa anzuelos con carnadas o cebos naturales unidos mediante una línea de pesca y con la ayuda de un plomo o plomada. Este tipo de pesca es ampliamente practicada por los pescadores deportivos de orilla ya que para ello no es necesario una embarcación y basta conseguir una buen punto pesquero en la orilla de la playa y poseer los equipos, que por sus precios asequibles están al alcance de muchas personas. También puede ser practicada desde acantilados y rompientes, o su variante desde malecones y muelles. Para esto son empleadas cañas muy potentes y largas con carretes generalmente del tipo de tambor fijo que nos permiten realizar largos lanzados así como otros equipos complementarios detallados a continuación. Las cañas La cañas actualmente empleadas para este tipo de pesca suelen ser fabricadas de fibra de carbono por su resistencia y poco peso. Años atrás estas cañas eras construidas con fibra de vidrio, las cuales eran excelentes pero en algunos casos muy pesadas para todo un día de pesca. Los aros, anillas o guías, deberán ser de materiales ligeros y resistentes a la corrosión como oxido de aluminio o materiales cerámicos. Estas cañas están diseñadas para lanzar con las dos manos y existen varios tipos dependiendo de su tamaño, construcción, sitio de pesca y especie a pescar. De acuerdo a su construcción estas cañas pueden ser de tramos desmontables o telescópicas y sus medidas oscilan entre 3,50 y 4,20 metros.

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Surf casting

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  • En definicin el "surfcasting" es una modalidad de pesca en el mar que se basa en lanzar a largas distancias desde la costa anzuelos con carnadas o cebos naturales unidos mediante una lnea de pesca y con la ayuda de un plomo o plomada.

    Este tipo de pesca es ampliamente practicada por los pescadores deportivos de orilla ya que para ello no es necesario una embarcacin y basta conseguir una buen punto pesquero en la orilla de la playa y poseer los equipos, que por sus precios asequibles estn al alcance de muchas personas. Tambin puede ser practicada desde acantilados y rompientes, o su variante desde malecones y muelles.

    Para esto son empleadas caas muy potentes y largas con carretes generalmente del tipo de tambor fijo que nos permiten realizar largos lanzados as como otros equipos complementarios detallados a continuacin.

    Las caas

    La caas actualmente empleadas para este tipo de pesca suelen ser fabricadas de fibra de carbono por su resistencia y poco peso. Aos atrs estas caas eras construidas con fibra de vidrio, las cuales eran excelentes pero en algunos casos muy pesadas para todo un da de pesca. Los aros, anillas o guas, debern ser de materiales ligeros y resistentes a la corrosin como oxido de aluminio o materiales cermicos. Estas caas estn diseadas para lanzar con las dos manos y existen varios tipos dependiendo de su tamao, construccin, sitio de pesca y especie a pescar.

    De acuerdo a su construccin estas caas pueden ser de tramos desmontables o telescpicas y sus medidas oscilan entre 3,50 y 4,20 metros.

  • Algunas caas de tramos enchufables.

    Las primeras pueden estar compuestas hasta por tres piezas de hasta 1,40 metros de largo, cada una que se unen entre si mediante enchufes a presin. Aunque su desventaja radica en la dificultad para su transporte por su tamao, tienen una excelente accin de pesca no igualada por las telescpicas. La ventaja fundamental de las caas de tipo telescpicas est en su versatilidad y fcil transporte.

    Dependiendo del sitio donde pescamos depender directamente el tamao y accin de la caa a utilizar. Si pescamos desde la orilla de la playa son aconsejables el uso de caas largas y potentes, de unos 3,80 a 4,20 metros de largo con una accin de 8 a 10, capaces de lanzar plomadas de hasta 250 gramos a ms de 100 metros de distancia para lograr as superar la lnea de rompiente.

    Si pescamos desde acantilados o rompientes las caas pudiesen ser algo mas cortas para facilitar la maniobra del lance desde nuestro punto de pesca entre las salientes de las piedras.

  • Caas telescpicas.

    Los carretes

    Los carretes generalmente utilizados para la pesca de orilla son los del tipo de tambor fijo que son sencillos de operar, poseen un sistema anti-retroceso y un freno regulable que generalmente est situado en la parte superior de la bobina o tambor, aunque en algunos modelos recientes el mando del freno esta situado en la parte posterior del cuerpo del carrete.

    Carretes de tambor fijo.

    Para el lanzado se deber liberar manualmente el brazo recuperador, el cual tan pronto empecemos a cobrar lnea volver automticamente a su posicin de recuperacin.

    Estos son los carretes mas indicados para lanzar a grandes distancias con lneas de resistencia de hasta 30 libras. Las capacidades de estos carretes

  • estn comprendidas entre 200 metros de nylon de 0,40 mm hasta unos 300 metros de 0,60 mm.

    No se descarta el uso de los robustos carretes de tambor giratorio para esta modalidad de pesca, sobre todo para obtener lances precisos y cortos as como para la pesca de grandes piezas que requieren mucha capacidad de lneas resistentes.

  • La lnea de pesca

    Generalmente se fabrica de monofilamento de nailon, y de acuerdo al tipo de pesca y la especie a pescar su dimetro vara de entre 0,25 mm a 0,60 mm, con resistencias de 6 lb a 40 lb.

    Algunos tipos de lneas diseadas para la pesca en el mar.

    Es aconsejable utilizar lneas de excelente calidad ya que la relacin existente entre su dimetro y resistencia es fundamental para los lances. Una lnea delgada de alta resistencia ir mas lejos con menos esfuerzo que una de inferior calidad con dimetro mayor pero con la misma resistencia. Tambin por experiencia sabemos que las lneas mas delgadas pescan ms que las gruesas, ya que estas ultimas crean suspicacia en los peces. Otro factor que se deber tomar en cuenta es que a mayor dimetro de nailon se incrementara el arrastre de la lnea tanto por la accin de las corrientes como de los vientos, tambin el tipo de fondo donde pescamos influye en el grosor de la lnea a seleccionar, ya que fondos del tipo rocoso nos obligan a utilizar un nailon de mayor dimetro tomando en cuenta el riesgo de enganche.

  • Relacin genrica dimetro/resistencia para lneas de monofilamento de nailon.

    Para una mayor comprensin de la relacin existente entre la resistencia de la lnea y el dimetro se puede consultar la tabla de conversin resistencia/dimetro de una lnea de alta calidad.

    Los anzuelos

    Para esta modalidad de pesca, y segn la especie que se piensa capturar, su tamao vara generalmente entre el # 6 y el # 5/0, y sus modelos o formas son diversos, desde los convencionales de pa simple con punta recta, pasando por los resistentes de punta curva para grandes piezas, hasta llegar a aquellos sofisticados que poseen doble pa para especies muy peleonas y con boca frgil.

    En cuanto al tamao del anzuelo depende de su numeracin, a un numero mayor el anzuelo ser menor hasta llegar a 1, despus se le aadir un cero a la

    numeracin, ejemplo 3/0, 4/0, etc, donde un numero ndice mayor indicara mayor tamao del anzuelo. Para una mejor comprensin de lo anterior se anexa una ilustracin con diferentes tamaos de anzuelos y su numeracin.

  • Las plomadas

    Estas suelen estar diseadas de diferentes

    formas dependiendo del uso que le daremos as como de las condiciones del mar, fondo..., y con pesos que van desde los 90 gramos hasta los 250 gramos o ms. Sus formas ms comunes son de pera, redondas o triangulares. Las dos primeras se emplean generalmente para la pesca en orillas de playas con fondo de arena donde necesitamos lanzar a grandes distancias. Las de formas triangulares o en forma de satlite con ganchos son empleadas cuando pescamos tambin en fondos de arena, pero con mucha corriente, mala mar o fuerte brisa. Para fondos rocosos son utilizadas unas plomadas planas que facilitan el desenganche en caso de un percance con las piedras del fondo.

    Dos tipos de plomo habituales en el "surfcasting".

    El porta caas

    Es un accesorio opcional muy til, sobre todo cuando pescamos en playas con orilla de arena para colocar la caa. Suele estar fabricado de un grueso ngulo de aluminio o acero inoxidable, ste se clava verticalmente en la arena y posee una cavidad para el mango de la caa. Nos ayudara mucho cuando cambiamos o colocamos las carnadas despus de una recogida, cuando esperamos el pique de un pez o simplemente cuando queremos comer o tomar algo.

    En la siguiente entrega seguiremos conversando de esta modalidad, esta vez de las carnadas o cebos utilizados, de cmo armaremos los aparejos para las diferentes especies a pescar, algunos trucos, y de cmo podemos identificar las especies que obtendremos en determinado lugar simplemente observando el tipo de orilla, fondo, claridad del agua, etc.

  • La modalidad de pesca bautizada con el trmino anglosajn de surf casting, cuya traduccin literal vendra a ser algo as como pesca a la rompiente, asimismo conocida, entre otros muchos ms apelativos, como pesca al lanzado pesado o pesca al lance de fondo, resulta ser, sin duda alguna, la ms practicada por ese nutrido colectivo de pescadores que conforman y dan carta de naturaleza a la pesca deportiva desde costa.

    Basta observar cualquier rincn de nuestras costas, cualquier playa, promontorio, roquedo o espign, con esos enjambres de caas dibujadas en el horizonte, y que fijadas en el suelo, altivas y desafiantes, esperan pacientes el ansiado momento de denunciar la picada en forma de nervioso cabeceo, para caer en la cuenta de hasta qu punto esta disciplina deportiva cuenta con pronunciamiento y raigambre tan acusados que la hacen prevalecer, en lo que a nmero de adeptos se refiere, a cualquier otra de las numerosas modalidades de pesca deportiva desde costa que se practican a lo largo y ancho de todo el litoral espaol.

    Un escenario adecuado para la prctica del surf casting: una escollera portuaria. La acumulacin de caas prueba la popularidad de la tcnica.

  • La causa y motivo de contar con tal predicamento, con tal grado de aceptacin, habr que buscarla, entiendo yo, en una cualidad, virtud ms bien dira, que juega en claro favor de la misma: su proverbial polivalencia. En efecto, no existe ningn otro tipo de modalidad de pesca deportiva desde costa que permita, al tiempo, que el pescador pueda escrutar tan amplio territorio o zona de pesca como el que sta le propicia, pues el hecho de que el cebo pueda ser ubicado a voluntad del que maneja la caa, desde la misma lnea de costa hasta ms de un centenar de metros separado de aqulla abre todo un mundo de posibilidades que le son negadas al resto de modalidades condenadas a un campo de accin mucho ms reducido. Sin embargo, y como no poda ser de otro modo, tambin este sistema de pesca cuenta con ciertas servidumbres, entre las que cabe destacar la imposibilidad de aprovecharse de los beneficios que aporta el cebado o macizado del lugar de pesca, sobre todo cuando sta se practica, como viene siendo lo habitual, a distancias tan alejadas de la orilla que resulta vano, por lo intil, realizar tal accin.

  • Mejor cuanto ms lejos?

    Pero, cuidado, que nadie se lleve a engao, pues es fcil caer en el tpico, en la falsa creencia, de que cuanto ms alejado se site el cebo de la lnea de costa, es decir: cuanto mayor profundidad se alcance en la ubicacin de ste; mayores posibilidades existirn de conseguir presas, y de mayor talla. En absoluto esto es as, y conviene advertirlo en favor de los atribulados pescadores noveles que, guiados por esta errnea aseveracin, se obsesionan y empecinan, una y otra vez, con un nico objetivo alcanzar mediante el potente lance los lugares ms distanciados posibles a la lnea de costa como una panacea, nica y exclusiva, para obtener unos buenos resultados en la accin de pesca. Bien lo saben los veteranos pescadores que practican esta modalidad que la cosa no resulta tan fcil, o dicho de otro modo, que un

    potente lanzado no implica necesariamente una mayor posibilidad de picada, muy al contrario puede ocurrir, y de hecho ocurre a menudo, que una mejor seleccin y presentacin de las carnadas y de los bajos de lnea empleados, acompaada de un conocimiento de la orografa submarina de la zona de pesca, de la interpretacin del estado de la mar y de las corrientes y mareas que la puedan afectar en un momento dado, suplen la mediocridad del lance propiciando unas mayores posibilidades de picada.

    Una buena dorada, una de las piezas ms buscadas por los pescadores de las costas martimas espaolas.

  • El sndrome de la distancia

    Tan de Perogrullo resulta esta afirmacin que, en caso contrario, en el supuesto que se diera por buena la regla que a ms potente lance, a mayor fondo conseguido, mayores capturas, bastara con disponer de una embarcacin que nos transportara a esos fondos apetecidos para conseguir pesqueras de escndalo, y ello, tambin lo saben bien los pescadores de embarcacin, no es as ni mucho menos, llegndose a la paradoja de ver en ocasiones que, mientras el pescador de costa lucha y se esfuerza para alcanzar esas distancias "mgicas" de la playa de arena, all por los 150 y ms metros. El pescador de embarcacin se acerca hasta los fondos someros, hasta casi rozar la quilla de su embarcacin con el fondo de arena, en la creencia contraria de que las presas se encuentran ms prximas a la orilla, pareciendo, pues, como si los trminos se encontraran invertidos, como si se hubiera desvirtuado la esencia de cada una de las modalidades de pesca: el pescador de costa emulando en sus afanes al pescador de embarcacin, y ste tratando de imitar al de costa en sus quehaceres.

  • cada especie, su fondo

    Existe, es evidente, una distancia, digamos mnima, en relacin a la pesca desde costa, que para que sta resulte verdaderamente efectiva habr que superar, pues qu duda cabe que no todas las especies se aventuran a visitar fondos tan extremadamente someros como los que se pueden encontrar a apenas unas decenas de metros de la misma orilla de la playa. Ahora bien, una vez superada dicha barrera, en mi modesta opinin, no hay que desdear ningn tipo de posibilidad con respecto a la posible ubicacin de las potenciales presas, ya que, insisto, no necesariamente la mayor marca de la sonda resulta ser el marco ideal para muchas especies en sus expediciones de caza o migraciones en busca de alimento. La existencia de un roquedo sumergido o de un algar a escasa distancia de la orilla de la playa, por ejemplo, se convierten en lugar de encuentro de especies en busca de pequeos invertebrados con los que saciar su apetito y a la vez centro de atraccin para sus especies depredadoras, augurando as mayores posibilidades de captura que no otro lugar ms alejado de la costa, con mayor fondo, pero convertido en un desierto de arena sin ningn atractivo especial para la mayora de las especies que pueblan estos ambientes marinos prximos a la costa.

    Aguardar pacientemente la picada ocupa la mayor parte del tiempo del pescador de surf casting.

    Un buen ejemplo lo constituyen especies tan populares como son el sargo comn y la mojarra, moradores por excelencia del fondo ptreo, somero o no, y que, en consecuencia, nunca habr que buscarlas en el fondo arenoso, por mucha distancia de la orilla, por mucha profundidad, en que ste se site.

  • De ah que anteriormente se citara la importancia, la enorme importancia, que supone conocer, siquiera a grandes rasgos, la orografa submarina que dibuja la zona de pesca elegida, circunstancia sta que resulta fcil de comprobar en aquellas zonas litorales sometidas a la accin de las mareas de cierta entidad y harto complicado y de mucha ms difcil lectura en los lugares donde faltan aqullas, caso del mar Mediterrneo, o, en fin, en donde, en virtud de los pronunciados fondos existentes no se cuenta con la suficiente incidencia visual a esos efectos.

    Las corrientes

    De alguna forma tambin relacionado con la accin de las mareas, encontramos otra fenmeno de vital importancia para el desarrollo de esta modalidad de pesca como son las corrientes marinas imperantes en la zona, y que en virtud de su intensidad, y al margen de que habr que preverlas con respecto al aparejo a utilizar para minimizar su consabida accin de arrastre, pueden actuar como fenmeno capaz de alterar las costumbres de no pocas especies, hasta el extremo de hacer que algunas de ellas muestren una total inactividad al no darse las condiciones naturales y que le son propias para su actividad diaria, y todo lo contrario, augurar una inusitada accin cazadora en relacin a las especies depredadoras que ven en este marco de corrientes intensas, quiz con las aguas tomadas en virtud del arrastre de partculas del fondo que las mismas propician, el momento idneo para, camufladas junto

    al roquedo o el algar, acechar a sus potenciales vctimas.

    Una buena tcnica de lanzado es necesaria para alcanzar las distancias que a veces, no siempre, pide el surf casting.

  • No hay que olvidar, por otro lado, que la accin de las mareas y las corrientes marinas, en virtud de los desplazamientos de grandes masas de agua que provocan, actan como movimientos de arrastre de todo tipo de materias orgnicas susceptibles de servir de alimento para muchas especies, y que dichas materias tienden a acumularse, formando verdaderos depsitos de sedimentos de diferente entidad, en los accidentes orogrficos que van encontrando en su camino, convirtindose as en otro motivo de visita del roquedo sumergido y de toda clase de anfractuosidades que pueda presentar el relieve submarino por parte de especies en busca de fcil pitanza. La dorada y la herrera, por ejemplo, son dos de las especies que gustan de merodear por esas zonas de sedimento en donde las posibilidades de encontrar alimento se multiplican, sin perjuicio, por otro lado, de que estas dos especies en concreto sean tambin visitantes asiduas del fondo arenoso llano y estril.

    Para todos los escenarios

    Advierta el amable lector, que hasta el momento se ha venido hablando supuestamente de la pesca al surf casting desde una playa de arena, es decir, desde un punto de pesca con unos fondos habitualmente muy someros, y si resulta vlida para este escenario la advertencia de que el binomio: mayor profundidad igual a mayor pesca, no necesariamente es admisible, con ms razn se podra trasladar a otros ambientes de pesca tan diferentes de la playa de arena como son los roquedos naturales, acantilados, espigones y escolleras portuarias, o dicho de otro modo, a todos aquellos posibles escenarios en los que al mismo pie del puesto de pesca se dan ya unos fondos de cierta entidad.

  • Pescando desde la playa de arena o incluso tambin desde la de cantos rodados, de perfil bajo, se puede aducir la necesidad, como se ha dicho, de tener que salvar una barrera a causa de la reducida sonda que los fondos inmediatos a donde se sita el pescador presentan, cosa que, evidentemente, no ocurre cuando la accin de pesca se desarrolla desde estos promontorios citados, generalmente, y a excepcin quiz de algunos roquedos naturales y espigones playeros de poca entidad, con acceso directo ya de por s a masas de agua con sondas de diverso valor, pero totalmente aptas para constituirse en el lugar de visita y estada de un buen nmero de especies que despiertan el inters del pescador deportivo.

    No siempre pican las grandes doradas: a menudo no queda otro remedio que conformarse con las humildes mojarras.

  • Los peces del roquedo

    Ser, pues, pescando desde estos puntos, y con ms razn si cabe, cuando convendr desterrar de una vez por todas el consabido tpico del lance potente como nica garanta de picada, ya que, salvo otras circunstancias ajenas o indirectamente relacionadas con la pesca en s, en principio, la dorada, la lubina, la herrera, y ya no digamos el sargo, la mojarra, la salpa y la oblada, por citar unos ejemplos, disponiendo, insisto, de la profundidad de agua necesaria como dispondrn en estos enclaves, ms que buscar fondos alejados de cualquier manifestacin en forma de roquedo submarino, tendern a aproximarse a l, y si ste no existiera, al propio puesto de pesca o a sus inmediaciones, roquedo sumergido al fin, por cuanto que es justamente en estos lugares donde se favorecen dos aspectos tan consustanciales a estas especies como son la alimentacin, en virtud de las materias orgnicas en forma de pequeos invertebrados y sedimentos orgnicos que all se dan cita, y la posibilidad de encontrar cobijo y refugio seguro ante el imprevisto y fulminante ataque de cualquier depredador. Y hablando de depredadores, ser ste un buen ejemplo de demostracin de hasta qu punto la profundidad de agua cobra una importancia marginal en estos escenarios utilizando esta modalidad de pesca, pues es de todos conocido que las anjovas, los palometones, las serviolas, e incluso las lubinas y otros depredores que se aventuran en sus razias o batidas de caza por estas aguas, antes que priorizar el calado de las mismas anteponen la nica circunstancia que en verdad es la impulsora de tal actitud: la existencia de presas potenciales, sea cual fuere el fondo o profundidad de agua a la que se encuentren stas, es decir, que lo mismo pueden aceptar la carnada reposando en el fondo situado justo al pie del acantilado que a cien metros de l, y por ende, la posibilidad de picada ser la misma en ambas ubicaciones, lo que a la postre significa que se puede prescindir perfectamente de la obligatoriedad del lanzado potente, o mejor an, diversificar los "riesgos" de picada, es decir, utilizar, como viene siendo habitual, dos caas para la accin de pesca: una de ellas con su cebo situado a una distancia prxima o relativamente prxima al puesto de pesca y la restante a una mayor distancia,

  • consiguindose as escrutar una mayor zona de pesca. Ese es el quid de la cuestin, como bien saben todos los buenos aficionados a esta modalidad. Lograr, por medio de la distinta ubicacin de ambos cebos, dar con el lugar exacto en donde se encuentra el cardumen de peces y, en consecuencia, donde las picadas se producen con mayor asiduidad, y entonces s, haciendo caso omiso de la profundidad de agua o distancia en que este punto se encuentre, ubicar ambos cebos continuamente en dicho lugar buscando el conseguir la mayor rentabilidad posible a la accin de pesca.

    El pescador y sus circunstancias

    Anteriormente se ha hecho referencia a unas circunstancias ajenas o indirectamente relacionadas con la accin de pesca en s, pero que sin embargo pueden, en un momento determinado, modificar sustancialmente lo dicho hasta el momento. Se me ocurre, por ejemplo, el hecho de que el pescador, conocedor del fondo existente, de la accin de las corrientes y mareas, y, en fin, provisto de un buen equipo de pesca y de los cebos adecuados al momento y las especies que se pretenden capturar, de pronto se encuentra de bruces con una draga en plena accin de dragado en el radio de accin de su caa, o con que se ha producido esta operacin recientemente. Tambin pienso en el momento de la entrada de las barcas de pesca profesionales que vuelven de faenar y que tambin pasan en su deambular por un punto dentro del radio de accin de la caa en cuestin, o, en fin, con que recientemente se han instalado unas canalizaciones submarinas justo en el lugar de pesca habitual y del mismo modo a tiro de caa. En principio, estas circunstancias no dejan de constituirse en un inconveniente, pues qu duda cabe que el atribulado pescador ve modificado sustancialmente el medio por l tan bien conocido. Sin embargo, el aficionado curtido en estas lides puede sacar buen beneficio de las mismas, a poco que tenga en cuenta que el lugar donde la draga deposita las materias extradas al mar se convierte en un verdadero vivero de especies atradas por toda suerte de gusanos, moluscos, etc., que acompaan a la materia ptrea, fango o arena arrancada por aqulla del fondo marino.

  • Un saliente rocoso es un buen lugar para intentar la pesca de los grandes depredadores de aguas abiertas.

    Asimismo, una vez finalizada la operacin de dragado, el fondo ptreo que se dibuja acta, por los motivos aludidos y por los restos de materia orgnica que en l queda depositada, como polo de atraccin para no pocas especies. Algo similar ocurrir con las supuestas tuberas o canalizaciones, que si es cierto se convertirn en un lugar donde fcilmente podrn quedar trabados los anzuelos, no lo es menos que el pescador que asuma este riesgo contar con un marco idneo para capturar un buen nmero de especies que vern en ellas las mismas ventajas que le proporciona el roquedo sumergido. La entrada a puerto de las barcas profesionales de pesca genera siempre cierto "trastorno" al pescador, pues, al margen del movimiento de aguas que stas producen suele ser frecuente que junto con ellas, o mejor dicho detrs de ellas, viajen distintas clases de especies depredadoras persiguiendo los restos de pescado de desecho que por la borda van arrojando sus tripulantes.

    Y digo que genera cierto trastorno, por cuanto que el que ansa la captura de depredadores ve en esta irrupcin de navos el momento idneo para que se produzcan las picadas, y por el contrario, el que pretende la captura de otras especies no depredadoras teme que la sbita aparicin de anjovas o palometones haga huir despavoridas a doradas y herreras, amn del peligro que supone el perder el aparejo si una de esas embarcaciones se cruza con la lnea de la caa.

  • La importancia que reviste la perfecta ejecucin del lanzado en esta modalidad de pesca, tanto por lo que concierne al hecho de poder ubicar el cebo en el lugar exacto donde confiamos se van a producir las picadas, como el dotar a dicha sesin de lance de la suficiente potencia para alcanzar el pretendido objetivo, implican que el equipo de pesca a utilizar, adems de resultar aquilatado a las caractersticas propias de cada pescador, deber ser tan ligero, cmodo y manejable como sea posible, convirtindose, de algn modo, en un apndice de la propia masa fsica del pescador, en una articulacin o extensin mecnica perfectamente sincronizada con ste en lo que respecta a movimientos y prestaciones.

    De nada sirve un esplndido equipo de pesca de surf casting, cuando entre el mismo y el pescador que va a utilizarlo no existe esa qumica, esa ntima comunin o simbiosis que permite la total soltura y, comodidad del que maneja la caa en virtud del perfecto acople que se da entre dicho equipo y las caractersticas fsicas del pescador en cuestin. De lo que se desprende que no existe para la prctica del surf casting una medida ideal o estndar en cuanto a longitud de caa, dureza y dems prestaciones de sta, muy al contrario, debe ser el propio pescador el que, insisto, en atencin a sus propias peculiaridades y, cmo no, por supuesto tambin en funcin de la entidad de las presas que se pretendan capturar, el que se decida finalmente por tal o cual caa, sin perjuicio de que la misma. como viene siendo habitual, vendr a oscilar entre los, ms menos, 4'5 metros de longitud.

  • Lneas especificas

    Si las caractersticas del carrete v, en mayor medida si cabe, las de la caa, cobran singular importancia en lo que a esta modalidad de pesca se refiere, qu decir de la lnea a utilizar. toda pez que, como ya se apunt, el dimetro de la misma, que es como decir la entidad de las presas que se pretenden capturar, condicionar a los dos anteriores. As, por ejemplo, si para pescar, en las condiciones adecuadas se entiende. el palometn o la anjova crecida, se precisar de un dimetro de lnea mnimo de 0,50 milmetros o de 0,55 milmetros, respectivamente, sin embargo, para la pesca de la dorada pequea y de la herrera. por citar otros dos ejemplos de especies de menor entidad en cuanto a peso y potencia de nado, el dimetro mnimo de monofilamento se podr reducir hasta prcticamente los 0,14 milmetros e incluso, ya nicamente para la herrera, los 0,11 0,10 milmetros, siempre y cuando exista una necesidad perentoria de ubicar el cebo a una notable distancia de la orilla, o sea, cuando se precise del concurso de un potente lance. Esa enorme diferencia de dimetros requeridos para ambas situaciones, amn de la diferente capacidad de lnea que se precisar para hacer frente al palometn, con tamaos que pueden superar en ocasiones los 30 kilos de peso, por un lado, y a la "humilde" herrera, por el otro, hacen que ms que hablar de una supuesta caa y carrete vlidos para sendos cometidos haya que hablar de caas y carretes distintos y especializados cada uno de ellos en los cometidos para los que han sido concebidos y diseados.

    Los entrantes rocosos donde rompen las olas, con fondos mixtos de arena y roca, son lugares ideales para peces como el sargo o la lubina.

  • La caa de surf casting

    Resulta evidente. que una caa destinada para a pesca de la herrera. por ejemplo no ser vlida para intentar la captura de palometones, corvinas, serviolas o anjovas crecidas, y viceversa. En el primer caso primar sobre todo su extrema sensibilidad y adecuado nervio como sinnimos de capacidad de lanzar y de transmitir al que maneja la caa aspectos que, sin embargo, se convertirn poco menos que en marginales para el segundo caso, en el que prevalecer 1a potencia, entendida como una capacidad de respuesta en un momento dado, sobre los dems aspectos o prestaciones que puedan venir asociadas a la misma.

    El carrete

    Del mismo modo que no puede hablarse de una caa ideal, de un estndar en este tipo de aparejo, tampoco se puede pretender, en lo que a carretes concierne, hallar la perfeccin, o mejor dicho, el carrete perfecto, el que todo lo abarca, para esta modalidad de pesca, pues, como ocurriera con el caso anterior, la entidad de las presas a capturar condicionar en gran medida el dimetro de la lnea a utilizar y con l las caractersticas en cuanto a tamao y capacidad del carrete ms apropiado. Ni siquiera el hecho de disponer de varias bobinas, cargadas con nailon de distinto dimetro cada una de ellas, ser suficiente para atender tal circunstancia, ya que las necesidades que plantea la pesca de los grandes depredadores son tan diametralmente opuestas a las que exige la pesca de otras especies de mucha menor entidad que, por lo general y si se pretende pescar en las condiciones adecuadas, ni el ms verstil de los carretes puede hacer frente a tal nmero de exigencias.

  • En la eleccin del carrete jugar un papel destacado, ms que las caractersticas fsicas del pescador, las propias preferencias personales en relacin a aspectos tan fundamentales como puedan ser su ligereza con respecto al peso; su ratio, es decir, la capacidad de cobrar o recoger lnea por cada vuelta de manivela; la suavidad en la accin de recogida de lnea, auspiciada por la calidad de los engranajes internos y los rodamientos a bolas de que disponga; su tamao, versatilidad y accesorios que incorpore, y muy especialmente el nmero de bobinas intercambiables con las que se comercializa; el diseo ergonmico, los materiales de construccin y los acabados exteriores garantizando una buena estanqueidad y resistencia a la corrosin; y, cmo no, el sistema de frenado y su accionamiento y graduacin. Caracterstica ya comn a un buen nmero de carretes es la posibilidad de eliminar el molesto balanceo lateral que se produce durante la accin de recoger lnea, y que obliga al pescador, entre otras cosas, a realizar un mayor esfuerzo durante la misma. Una aguja o gua hilos provisto de rodamiento siempre ayudar a suavizar la ya mencionada accin de recuperar lnea, y un mecanismo de rpida y total liberacin del freno en un momento determinado ayudar a solventar situaciones comprometidas, como aqulla en la que la presa, situada ya a poca distancia del pescador, de pronto se revuelve con fuerza poniendo en peligro la integridad fsica del bajo de lnea.

    Una dorada en el salabre. Las doradas, por la dura batalla que presenta y por la calidad de su carne, son tal vez la presa cumbre de la pesca al surf casting.

  • Accesorios imprescindibles

    Esta especializacin, lejos de limitarse a caas, carretes y lneas, afecta tambin, como no poda ser de otro modo, a unos elementos de tanta importancia como puedan ser los plomos y, sobre todo, los bajos de lnea. Los primeros, generalmente con diseos aerodinmicos al objeto de ofrecer la menor resistencia posible al aire durante su trayectoria, se comercializan adoptando muy distintas formas y acabados: desde los clsicos en forma de pera, a los planos, pasando por los redondos, ovalados, fusiformes y un largo etctera. En principio, la forma que finalmente adopte el plomo cobra importancia, ms que por el hecho en s de ofrecer la menor resistencia posible al aire, por la capacidad de rendir los efectos deseados con respecto a la naturaleza del fondo donde quedar depositado, o dicho de otro modo, evitar que el aparejo sea arrastrado a capricho de la corriente y, en la medida de lo posible, tambin que el plomo en cuestin quede enrocado o trabado en el fondo.

  • As, por ejemplo, el plomo adecuado para un fondo de arena o fango ser diferente al que resulta idneo para un fondo de piedra, del mismo modo que jugar un papel preponderante en la eleccin del tamao y del peso del plomo finalmente a utilizar el estado que presenten las aguas en cuanto a oleaje, corrientes y mareas, como asimismo las caractersticas de la caa en s y el grosor de la lnea de la que se va a hacer uso. Los plomos planos, hoy en franca decadencia, siempre se han mostrado muy adecuados para los fondos de arena o fangosos. Para la playa de canto. rodados o fondos de guijarros nada como el plomo redondo. Para fondos de piedra suelen resultar muy adecuados los que imitan la forma de pera y, sobre todo, los redondos en forma alargada provistos de un tubo de plstico en su parte superior y que

    acta como verdadero mecanismo que evita que ste quede trabado entre las oquedades y recovecos submarinos. El plomo provisto de garras ser apto para fondos ptreos sometidos a intensas corrientes submarinas en los que quedar trabado, como si de un ancla se tratara, hasta que, en virtud de la fuerza de arrastre ejercida por la presin de la caa que maneja el pescador, las garras metlicas se abrirn liberndolo de dichas masas ptreas.

    Por otro lado, resulta evidente tambin que en funcin del grosor de la lnea con que se equipe el carrete, as como de las caractersticas

    Las lombrices marinas, de diversas especies, son el cebo por excelencia para este tipo de pesca.

  • propias de la caa en cuanto a dureza, nervio y flexibilidad, e incluso tambin del tamao o forma del cebo que se vaya a utilizar, el plomo requerido, o mejor sera decir el peso del plomo requerido, variar sustancialmente.

    En lneas generales se podra fijar el siguiente paralelismo: a mayor grosor de lnea mayor peso de plomo para alcanzar una misma distancia, de igual modo que a mayor dureza de la caa tambin mayor peso de plomo en el mismo sentido, y as tambin, a mayor volumen de cebo mayor peso de plomo. De lo que se desprende que la prctica de la pesca de surf casting o lanzado de fondo enfocada a la captura de la serviola, por poner un ejemplo, sujeta a la utilizacin de unos dimetros mnimos de monofilamento de 0'60 milmetros, y en la que cobran protagonismo cebos tales como una lisa viva, caballa, alacha o varias sardinas ensartadas a la vez, es decir, carnadas que fcilmente pueden arrojar un peso superior a los 250 gramos, requerir de un planteamiento y de unos aparejos sensiblemente diferentes, muy especialmente por lo que respecta a los plomos, que los utilizados, por poner otro ejemplo, para la pesca al surf casting de la herrera, aqu limitados a unos pesos, tamaos y grosores mucho ms reducidos.

    El equilibrio es la clave

    En general, puede afirmarse que existe un consenso por parte de

  • todos los pescadores con respecto a lo dicho anteriormente, esto es, que caas, carretes, plomos y lneas, dejando al margen marcas, modelos, formas, precios y diseos, estn sujetos a ciertas servidumbres y a una clara especializacin en virtud de las presas que se pretenden capturar. Sin embargo, tal consenso se volatiliza cuando uno se adentra en el conocimiento del

    mundo de los bajos de lnea destinados a la pesca del surf casting; y digo "mundo" porque, efectivamente, as se puede definir el entorno que rodea a este elemento tan caracterstico de esta modalidad de pesca.

    Bajos. En la variedad esta el gusto

    No creo que exista, exceptuando quiz la pesca al volantn desde embarcacin, otra modalidad que cuente con tal variedad de bajos de lnea susceptibles de ser utilizados y que de hecho son empleados con mayor o menor fortuna y predicamento a lo largo de todas nuestras costas. La primera discrepancia comienza con el hecho en s de situar el plomo: unos, acrrimos partidarios de colocar el plomo al final de la lnea madre y situar el bajo de lnea a continuacin de ste por medio del clsico quitavueltas, otros, por el contrario, no se cansan de alabar las excelencias de un montaje propiamente de volantn, es decir, colocar el plomo al final de la lnea y sobre l el bajo o los bajos de lnea.

  • Los primeros alegan, entre otras ventajas, que este tipo de montaje propicia en mayor medida que el cebo descanse en el suelo de forma ms natural; los segundos ven en su sistema predilecto un seguro para evitar enredos del bajo de lnea con la lnea madre, amn de que resulta mucho ms sencillo el disponer de varios bajos a la vez. No falta, para complicar ms el tema si cabe, el que adopta una frmula mixta haciendo suyas las dos posibilidades: un bajo sujeto al quitavueltas con que remata el plomo en su parte inferior y otro bajo situado en la parte superior del plomo, alguien da ms? Pues s, otra variedad sera, tomando el primer ejemplo, colocar un nuevo bajo sobre el propio bajo, es decir, convertir al bajo de lnea en lnea madre a partir del plomo, as como, ya en la segunda opcin citada, dotar al bajo situado ms prximo al plomo de una mayor longitud, de modo y manera que el cebo que ste porta descanse sobradamente sobre el suelo.

    Una alternativa ms barata a la lombriz, y tambin muy efectiva aunque ms difcil de manejar: los mejillones.

  • En fin, existen casi tantas variedades de montar los bajos de lnea de surf casting como imaginacin tenga el propio pescador, aunque, a mi modesto entender, ms que echarle imaginacin a los montajes, ms que buscar la vistosidad, por no decir la complejidad, en ocasiones totalmente injustificada, lo que en realidad debe interesar al pescador es que el bajo en cuestin resulte realmente eficaz, se es verdaderamente el quid de la cuestin, pues de nada sirven filigranas y florituras si a la postre el bajo se muestra totalmente ineficaz o inadecuado para las condiciones de mar imperantes en el momento y el relieve y naturaleza que dibujan los fondos submarinos de la zona de pesca, sin olvidar la propia idiosincrasia de las especies a las que va destinado, o sea, intentar pescar con un bajo, barroco l, cargado con tropecientos mil anzuelos, en una situacin de corriente intensa invitando a hacer acto de presencia a los continuos enredos en la lnea madre, sea cual fuere el sistema de ubicacin de bajos y plomo finalmente elegido, cuando no a que sean varias las presas que tomen el cebo a la vez (cosa ms que frecuente) y que la lnea madre rompa debido a la excesiva presin que ejercen las mismas o, en fin, que se multipliquen las posibilidades de que alguno de los anzuelos quede trabado en el fondo, todo ello por no citar lo ya tantas veces comentado: que una presentacin lo ms natural posible de nuestro aparejo, reducindolo, en la medida de lo posible, a su ms mnima expresin, siempre ayudar a conseguir mayor nmero de picadas, sobre todo de aquellas especies o ejemplares ms astutos y desconfiados; pues, ni que decir tiene, que una lubina, por poner un ejemplo, no es nicamente que no har caso, sino que adems huir despavorida ante la visin de un "aparejo de pesca" que ms que aparejo se antoja algo parecido a un rbol de Navidad, cargado todo l de bajos de lnea y adornado con un buen puado de bolitas de los ms variados colores.

  • Alguna herrera despistada y otros tipos de peces de menor entidad puede que entren al quite, pero intentar pescar una lubina, una dorada crecida, una sama o un astuto sargo utilizando dicho mtodo resulta totalmente pueril, incluso si se echa mano de los cebos ms sugerentes.

    Cebos

    Y hablando de cebos, y teniendo siempre en cuenta las particularidades propias de cada zona de nuestro extenso litoral, s se podran establecer unos estndares en cuanto a su idoneidad y eficacia.

    En primer lugar habr que dejar de lado el viejo tpico de que el pez siempre prefiere aquellos cebos que son propios del hbitat o entorno en el que se halla en un momento determinado, tan fcil de rebatir como resulta el observar a las herreras, sargos y mojarras deleitndose con los pequeos caracoles de tierra que son ofrecidos por los pescadores, y que evidentemente, por ser terrestres, nunca han tenido ocasin de conocer en su medio natural; la patata hervida que tanto gusta a la salpa y a la boga; el pan que devoran con fruicin los mjoles, las obladas y las herreras; o, por citar otro ejemplo: el hecho de que gusanos provenientes de otros pases muy alejados de nuestra geografa (coreanos, cordelle importado de Chile, etc) y que evidentemente nunca han sido vistos por las especies que tenemos a tiro de caa en nuestras costas, gusanos como digo forneos, se constituyan en excelentes cebos para no pocas especies autctonas.

  • Cuestin de presupuesto

    En segundo lugar, bueno ser advertir que el mejor cebo para una determinada especie y momento no necesariamente resulta ser el que se vende ms caro, cosa que menudo tiende a considerarse poco menos que como dogma de fe por parte de algunos pescadores.

    Es cierto que determinados cebos de los considerados como caros, caso de la tita o la lombriz de arena, por ejemplo, suelen ofrecer unos excelentes resultados con la mayora de las especies no depredadoras con excepcin de la lubina, sin embargo, existen tambin otros cebos, mucho ms modestos desde el punto de vista pecuniario, como puedan ser el cangrejo ermitao, diversos caracoles de mar e incluso los propios mejillones y la ms que popular sardina, por citar tambin unos ejemplos de ellos, que en determinadas circunstancias, periodos del ao y enclaves pueden

    incluso llegar a superar el rendimiento de aqullos en lo que a aceptacin se refiere.

    As, pues, resulta aconsejable que el pescador, lejos de dejarse

    Una buena pareja de anjovas. Unos peces que exigen aparejos capaces de soportar sus violentas acometidas, y sus fuertes y cortantes mandbulas.

  • guiar por un afn puramente mercantilista, en lo que a eleccin de cebos se refiere, analice en profundidad el medio al que se va a enfrentar, qu tipo de presa pretende capturar, en qu periodo del ao se encuentra, cul es la fisonoma submarina del punto de pesca elegido, qu tipo de mareas y corrientes inciden en dicho lugar y hasta qu punto la intensidad de las mismas pueden hacer variar la primitiva estrategia planeada...

    Slo tras este concienzudo anlisis lograr alcanzar unas conclusiones vlidas al objeto de orientarle en la bsqueda del cebo ms apropiado, ya que a poco que se aplique al mismo caer en la cuenta de que resulta absurdo encarnar una tita con destino a la dorada con un mar tan embravecido que a buen seguro las habr hecho huir muchas millas mar adentro; o tentar a la herrera con la exquisita lombriz en un lugar tan poblado de pequeas bogas que harn prcticamente imposible que el cebo llegue a tocar el fondo sin ser devorado antes por ellas; o que junto a las barcas amarradas en el puerto suelen buscar las doradas los cangrejos ermitaos que stas arrojan por la borda tras las labores de limpieza de los artes de pesca, convirtindose en un lugar ideal para probar suerte con este tipo de carnadas; o que con la marea entrante y fuertes corrientes es el mejor momento para probar suerte con la codiciada lubina, la que gusta tambin de saborear las exquisiteces de la sugerente lombriz pero que, en esas circunstancias, no sabr ni podr resistirse a un apetitoso bocado en forma de boga o lisa de tamao adecuado; o que, en fin, con unas aguas quietas y cristalinas, el astuto y huidizo sargo desconfiar de cualquier tipo de cebo que no sea un inquieto gusano descansando en la arena invitndole a la fcil pitanza, o la aromtica sardina que convenientemente salada expande sus inconfundibles y atrayentes efluvios por todo el entorno submarino.

    El mundo de la pesca deportiva en el mar est rodeado de

  • sueos y mitos, es un crisol en el que unen realidad y fantasa, una rara mezcla de recuerdos y anhelos, de historias pasadas y ficciones futuras. Ya lo coment al hablar de la corvina y su halo legendario, y nuevamente quiero reiterarlo hoy en estas pginas dedicadas a la pesca a fondo sobre los roquedos, pues no hay pescador de mar que no haya fantaseado en ms de una ocasin con encontrar ese pesquero aislado y casi virgen, ese pequeo paraso particular que tantas veces dibuj en su memoria, al que se llega un buen da, por casualidad, y cuya localizacin se convierte desde entonces en secreto celosamente guardado y custodiado.

    Cuntas veces, contemplando la mar desde la costa, paseando por la playa en las largas tardes veraniegas, habremos escrutado el horizonte con una idea fija rondando nuestras mentes: "Debe haber buenos sitios an por descubrir, con lo grande que es la mar!", y sin embargo las ms de la veces la reflexin suele quedar ah, pues estamos apegados a nuestros hbitos, tambin en esto de la pesca, y en nuestra prxima singladura nos dirigiremos a la zona de siempre, en busca de una seguridad que no es necesariamente sinnimo de xito.

    Los pulpos, ademas de buenos guisos, son un buen cebo para muchas especies.

    Otro de los lugares comunes que con frecuencia maneja el pescador de mar es el antiqusimo tpico del "antes y ahora", esa frase que siempre

  • dedicamos al compaero nefito en una mala jornada de pesca: Si t hubieses visto este sitio hace unos aos!! Exclamacin que responde tanto a la constatacin de una realidad indiscutible: cada vez hay menos pesca, como al sano ejercicio que nos lleva a eliminar de nuestra memoria los malos momentos y a recrear por contra los recuerdos agradables, tal vez no como fueron, sino como nosotros queremos imaginarlos.

    Seguramente el lector que, guiado por el ttulo, ojee ahora este artculo se preguntar por qu traigo a colacin estas pequeas reflexiones si el tema propuesto es la pesca a fondo sobre bajo rocoso, as que no voy a demorarme en la respuesta: muy diferente es el ayer de esta pesca de su prctica en la actualidad, como tambin se ha vuelto un poco ms utpica la bsqueda de aquel roquedo virgen y lejano frecuentado slo por algn que otro buen conocedor de las aguas costeras.

    Desde hace algunas temporadas ha venido generalizndose en las embarcaciones tanto deportivas como profesionales el uso de sistemas de navegacin por satlite (GPS), sondas tridimensionales, y otros "adelantos" tcnicos que han dejado sin utilidad parte de los viejos saberes del pescador costero, del mismo modo que la invencin del vapor provoc la extincin de la gran navegacin a vela, o la generalizacin de las fibras sintticas conden al recuerdo a las tradicionales embarcaciones de madera.

    Como consecuencia de esta proliferacin de aparatos, tiles sin duda, la mayor parte de los pescadores del litoral no tienen idea de dnde pescan si no es a travs de las coordenadas de su GPS, pues hace ya algunos aos que se olvidaron de mirar a tierra en busca de las marcas, o abandonaron la costumbre de balizar los puntos en que haban obtenido capturas.

    De ah que conocer los buenos sitios para la pesca a fondo, con ser indispensable, se haga cada vez una labor ms accesible, en ocasiones un

  • secreto a voces. Basta con que una tripulacin consiga buenas capturas para que a los pocos das no haya un slo pescador en todo el puerto deportivo que no sepa, chispa ms o menos, las coordenadas casi exactas en que se obtuvieron, con la consiguiente aglomeracin de embarcaciones en un mismo punto, las disputas ms o menos amistosas y la excesiva presin pesquera a la que se ve sometida una determinada zona pues, como es ms que lgico, no tardarn en llegar las redes y artes profesionales. De este modo, ya no importan los das de niebla o poca visibilidad; tampoco la hora del amanecer o del ocaso, pues es el "cacharrito" el que desarrolla parte de la labor antes reservada al patrn. En definitiva: menos das de descanso para los caladeros y un granito de arena ms que aadir a la sobre-explotacin de nuestros mares; y es que los avances del progreso tienen siempre su pequea o gran contrapartida.

    Los GPS y las sondas han convertido la pesca en algo tal vez demasiado tcnico. Al menos parece todo ms fcil, aunque no se pesca ms ahora que antao.

    Por ello, no nos ocuparemos hoy de la bsqueda y localizacin de los buenos enclaves para practicar la pesca sobre roca, sino ms bien de algunas tcnicas y estrategias, tratadas de manera general, que son tiles en la pesca fondeados, y en concreto de aquellos detalles que pueden proporcionarnos xito con algunas de las grandes piezas que frecuentan los bajos rocosos de nuestras costas.

    Preparativos y cebos

  • Todo aficionado a la prctica de la pesca deportiva desde embarcacin habr asistido en diversas ocasiones a la ya vieja disputa que suelen mantener aquellos que son partidarios del curricn frente a los que prefieren decantarse por la pesca a fondo. Esta ltima cuenta sin duda alguna con un arraigo mucho mayor en nuestro pas, aunque es innegable que la pesca con artificiales va ganando adeptos de forma progresiva e imparable. No voy a ser yo quien tercie en esta controversia, entre otras cosas porque mi aficin por el curricn me hara hablar sin demasiada objetividad de este asunto.

    De cualquier modo nos dediquemos a un tipo u otro de pesca es preciso tener claro que la improvisacin es pocas veces compaera del xito, norma sta que se convierte en exigencia mucho mayor a la hora de preparar seriamente una pesca a fondo, en la que entran en juego un nmero considerable de factores que conviene cuidar con mimo antes de hacernos a la mar.

    Un pez que tambin frecuenta los fondos de roca es la perseguida hurta.

    El primero de ellos no es otro que la seleccin de las especies que pretendemos capturar, pues en fondos de roca, en torno a los 25 o 35 metros de profundidad, encontraremos una fauna submarina lo suficientemente variada como para plantearnos tcnicas y equipos muy diferentes en funcin de las piezas buscadas.

    Quien haya odo hablar de la presencia de grandes dentones, doradas o corvinas en una determinada zona y se presente all con los enseres que

  • habitualmente utiliza en la pesca de la breca o la mojarra, hace mejor en ahorrarse el viaje y buscar otro enclave ms propicio para la pesca de especies de tamao medio. Quiero decir con esto que en la pesca a fondo requiere de preparativos adecuados a las especies buscadas, se capturen o no, requisito que hace imprescindible varias horas de dedicacin en las jornadas previas a la salida al mar.

    Si comenzamos refirindonos a las caas y carretes conviene pensar en dos equipos por pescador, uno de ellos dedicado a la pesca de especies menores, otro dispuesto para tentar las grandes piezas que deambulan por entre los accidentes del roquedal. Las caas han de quedar perfectamente preparadas antes de salir de puerto, pues de lo contrario no haremos ms que acumular enredos e incomodidades en las reducidas dimensiones de la embarcacin. Idntica labor de disposicin previa ha de seguirse con los aparejos, de los que nos ocuparemos brevemente algo ms adelante.

    Sin embargo, el gran preparativo extra de la pesca a fondo frente al curricn no es otro que la bsqueda y seleccin de los cebos que han de emplearse durante la jornada. Se impone la visita al mercado para hacernos de una buena provisin de sardinas, choco, calamar, al margen de otras posibles carnadas, como las populares "gusanas" y "albiocas", pagadas de da en da a precios cada vez ms elevados.

  • En la eleccin de los cebos cabe siempre una gran variedad, por lo que a continuacin incluimos un sencillo cuadro que recoge algunas de las carnadas recomendadas para las piezas de buen tamao.

    Especies Cebos Frescos Cebos Vivos Dentn Pequenos chocos y calamares

    enteros. Chocos y calamares en tiras. Navaja.

    Mojarra y caballa vivas.

    Corvina Choco entero. Sardina .

    Caballa viva.

    Dorada Navajas, concha fina. Grandes gusanos, tita. Congrio Sardina, rejos de pulpo.

    Pequeos peces. Mojarra viva. Caballa viva.

    Como vemos, hemos dividido los cebos en frescos y vivos. Entre estos ltimos, algunos se adquieren fcilmente en mercados y comercios especializados; otros, como las caballas o las mojarritas, habrn de procurarse sobre el terreno.

    Con los cebos en nuestro poder es el momento de prepararlos y almacenarlos cuidadosamente en una neverita, para evitar que mueran o entren en descomposicin por efecto del calor, pues sobre todo los anlidos ("gusanas" y similares) y moluscos son sumamente delicados, y muy sensibles a los cambios bruscos de temperatura.

    La accin de pesca. El fondeo

    Amanece una jornada ms y el sol va despertando los colores y las formas sobre un mar tranquilo, suavemente rizado por la brisa de tierra. Con la embarcacin de camino al pesquero, los tripulantes, en silencio, ejercitan la imaginacin y dibujan en sus mentes lo que ha de ser un nuevo da de pesca: qu lento se pasa el tiempo cuando estamos ansiosos por vernos ya con la caa en la mano, metidos en faena!

  • Por fin sobre el punto elegido, la primera operacin del da es la del fondeo, momento crucial del que puede depender el desarrollo de toda la jornada. Como norma general es preciso disponer de una cantidad suficiente de cabo que nos permita afirmar fuertemente la embarcacin en el punto elegido. Para un fondo de unos 25 metros se precisan al menos 60 metros de estacha, con el fin de que el cabo forme un ngulo agudo con el fondo, pues de lo contrario la accin del viento sobre la embarcacin puede hacernos perder el punto de anclaje, que en ocasiones se consigue con no pocos esfuerzos. A la hora de largar el rezn el patrn deber calcular el margen de error que supone fondear con esta longitud de cabo, pues el ancla puede quedar en la zona elegida y la embarcacin a unos veinte metros o ms a favor de la direccin del viento, tal vez lo suficiente para no lanzar nuestros aparejos en el punto ideal.

    En determinadas jornadas, a causa de la existencia de mar de fondo o fuertes corrientes, resulta casi imposible hacer llegar el ancla a su destino. Para solventar este problema son muy tiles un par de plomos de un kilo de esos que se usan para bucear. Basta con anudarlos fuertemente al ancla y sta buscar el fondo sin mayores problemas. En estos das, el peso de los plomos que empleemos en nuestros aparejos habr de aumentarse considerablemente o de lo contrario pescaremos entre dos aguas, acumulando los y enredos a cada instante.

    Una precaucin ms cuando se fondea sobre roca es la de amarrar el rezn por la parte de las uas, practicando luego un nudo que asegure el cabo a la argolla del ancla mediante un cordel ligero. Si el rezn se niega a salir, basta con tirar fuertemente de l hasta que se rompa el cordel y el hierro invierta su posicin zafndose de las rocas. Amarrar directamente por la argolla puede hacernos pasar un mal rato intentando desprender el ancla de entre las firmes piedras del roquedo.

  • Con la embarcacin fondeada sobre el pesquero es el momento de preparar el "angado", una bolsa de red en la que hemos introducido varios kilos de sardinas algo pasaditas, trituradas y mezcladas con arena. Una vez plomada, esta red se deja a media agua, con el fin de atraer a las caballas que han de servirnos despus como cebo vivo. Ya estamos listos para largar las lneas!

    Anzuelar invertebrados, como la "tita" de la fotografa, parece que nos da menos pena que anzuelar peces.

    Disposicin de las caas: la espera

    Por fin comienza la verdadera accin de pesca. El primer paso es preparar dos caas ligeras equipadas con aparejos finos de varios anzuelos y plomo terminal, estilo rosario, cebadas con trocitos de "gusana", choco o calamar con el fin de hacernos con las preciadsimas caballas. Estos aparejos se dejan descansar a media agua, aproximadamente a la misma profundidad en que hemos dispuesto la red con las sardinas. Poco a poco irn llegando las primeras caballas, que han de conservarse vivas mediante un oxigenador o simplemente en un gran balde al que iremos cambiando el agua cada poco tiempo. Si no aparecen las curiosas caballas conviene dejar caer estos aparejos ligeros hasta el fondo. Obtendremos as pequeas mojarritas o raspallones que, aunque menos efectivos, tambin dan buenos resultados, especialmente con el dentn y el congrio.

    Con la provisin de cebo vivo asegurada (basta con ocho o diez ejemplares) cada pescador cala sus dos caas; una para especies de tamao medio: brecas, sargos, vidriadas, chopas...; la otra destinada a las especies mayores: grandes doradas, dentones, congrios y corvinas.

  • Ambos tipos de aparejos se montan con plomo terminal, el de las caas ligeras con varios anzuelos, el de cebo vivo con un slo anzuelo y equipado de una varilla que impida que el pececillo con su nado continuo enrede la lnea al final del aparejo.

    El anzuelado del cebo vivo se realiza con cuidado, justo detrs de la aleta dorsal, cuidando de no daar el pececillo que ha de mantenerse con vida al final del aparejo. Algunos pescadores acostumbran a recortar con unas tijeritas algunos flecos de la aleta caudal de las caballas con el fin de reducir un poco su movilidad e incitar as al predador, que como es sabido muestra preferencia por las presas dbiles o heridas. Comprendo que estas operaciones puedan daar la sensibilidad de ms de un aficionado, aunque no veo por qu ha de censurarse la pesca con caballitas o mojarras vivas y no la operacin de ensartar una "gusana", una "tita" o una almeja igualmente vivas, pues se trata de un hecho moralmente idntico.

    Con las lneas caladas, llega ahora el momento de la espera, la hora de la conversacin, acompasada por el rumor del mar y slo interrumpida por alguna que otra picada en las caas pequeas. All estn las otras, las del cebo vivo, suavemente arqueadas y mudas Una hora en el pesquero y slo hay una chopa y un par de vidriadas que llevarse a la boca!

    - Toma una cervecita.

    - Prueba este queso que Paco ha trado del pueblo.

    - Nos cambiamos de sitio?...

    Y de repente, la puntera de la caa roja se arquea buscando el fondo y un homigueo nervioso se apodera de nosotros tres. El afortunado toma la caa en sus manos y regula el freno; nosotros recogemos el resto de las lneas para evitar un enredo que dara al traste con la pieza.

  • -Es un dentn

    -sus cabezazos y huidas verticales son inconfundibles.

    -Trabjalo bien, despacio, que es bueno!

    Y al cabo de unos largos minutos est all a flor de agua con sus vivsimos colores destellando al sol de la maana. Sacadera y a bordo! Un bonito dentn de cinco kilos que ha dado buena cuenta de la caballita que le tenamos preparada.

    En las anfractuosidades del roquedo tiene su morada el congrio.

    Contina la jornada y nos divertimos con la entrada de otras piezas menores. Ahora probamos con las navajas vivas, colocadas enteras, con cscara, y sujetas al anzuelo solo por una pequea gomilla elstica. Es el cebo ideal para las grandes doradas que armadas de su poderosa dentadura no encuentran problema alguno en triturar las frgiles valvas de la navaja: que pena que estos hermosos y combativos ejemplares sean cada da ms escasos! Con el declinar del da, un congrio de buen tamao entra a la mojarrita viva. Al aflorar a la superficie nos invade cierta desilusin, pues ms de uno pensaba ya en un nuevo dentn que hiciera compaa al ya cobrado. En resumen una hermosa jornada. Y sin embargo, como bien sabe el lector, otros das la cosa es bien distinta y uno se vuelve a puerto mirando las carnadas, intactas, all en el fondo de su neverita y piensa de repente en lo buenos que estaran esos chocos frititos o a la plancha, y piensa en la paliza que nos ha dado el mar y en ese madrugn de esta maana y en lo que queda antes de llegar de nuevo a casa.

  • Cada vez que se presenta la ocasin, cientos de pescadores deportivos se acercan a las costas de toda Espaa con la ilusin de disfrutar de las abundantes posibilidades que ofrece la prctica de la pesca de mar en nuestras aguas; sobre todo en verano, cuando se dispara la venta de embarcaciones, caas, carretes y todo tipo de artculos de pesca: estamos en plena temporada y las largas columnas de pescadores se alinean en aquellos enclaves, cada vez ms escasos, que han escapado a las inevitables hordas del bronceador y la tumbona.

    Entre las distintas opciones que se nos presentan en la pesca de mar, querra dedicar unas lneas a la pesca con artificiales, cada vez ms extendida, aunque an minoritaria, en nuestras costas. Rara vez el pescador nefito se atreve con seuelos, tal vez por las dificultades tcnicas que puedan plantearle o quiz slo a causa de la desconfianza que le ofrece colocar un pececillo o una cucharilla ondulante al final de su lnea: " Cmo va a picar algo en este trocito de madera?", se repite, y mientras, paga su habitual cajita de gusanos, pensando en el precio astronmico de esos tres artificiales que acaba de llevarse su compaero de mostrador, sin saber que bien cuidados y con algo de suerte pueden durarle casi media vida.

    Una cajita con algunos seuelos apropiados para la pesca de especies de pequeo tamao, especialmente tiles para el costeo en meses veraniegos.

  • Tal vez por el carcter an minoritario de la pesca con artificiales, no es nuestra intencin la de presentar aqu unas pginas absolutamente novedosas, para "consumados expertos", si es que los hay en este imprevisible mundo de la pesca, sino ms bien la de ofrecer una pequea gua para aqullos que decidan asomarse por vez primera al colorista y variado campo de los seuelos artificiales para pescar en el mar.

    Seuelos y especies: rompiendo algunos prejuicios

    En diversas ocasiones he ledo preciosas colaboraciones dedicadas a la pesca de fondo y en general a distintas tcnicas en las que se emplea el cebo natural, en las que se hablaba con cierta irona acerca de los cebos artificiales, casi sealando que en determinadas zonas de nuestra geografa los peces no se dejaban engaar por tales ingenios, tal vez por ser las especies de all especialmente astutas y slo aficionadas a un puado de cebos tradicionales. Sin nimo de entablar controversia y como la divergencia es sana quiero sealar que en esta actitud no hay ms que un prejuicio establecido sin ms y que en efecto son ms las especies que podemos capturar con seuelos artificiales que aqullas que tradicionalmente se reconocen como peces de presa.

    Sin entrar en el terreno de la pesca a mosca, en el que me declaro especialmente ignorante, podemos sealar casi una quincena de especies capturables con cebos artificiales en nuestras costas. Entre las habituales: anchova, lubina, palometa blanca, caballa, jurel, baila, dentn, bonito; menos frecuentes: el pargo, la corvina, el ballesta, la llampuga y la serviola. Esto sin contar las especies de altura, aguja imperial y atn rojo, o las capturas de suerte como el serrano o el mismsimo sargo.

    An recuerdo cmo hace unos quince aos muchos pescadores de nuestra zona nos miraban con poca simpata y mucha incredulidad al revelarles que tal o cual pesca de lubinas se haba hecho al curricn o que aquel precioso dentn que contemplaban haba entrado a un artificial de 14 cm.

  • Hoy son muy pocas las embarcaciones de pesca deportiva en las costas de Huelva que no cuentan entre sus aparejos con al menos un puadito de seuelos, que en muchos casos se convierte en un verdadero arsenal de artificiales.

    Surtido bsico para la caballa, el jurel y la palometa. Las opciones de montaje son variadas y es posible combinar la accin de seuelos de distinto tipo en el mismo aparejo. Una buena opcin consiste en sustituir el plomito terminal del rosario por un pez de plomo de 16 25 gramos.

    Sin embargo, como bien sabe el lector el uso de un tipo u otro de seuelo est asociado a distintas situaciones de pesca y el pececillo que hoy funcion tan bien, pasado maana puede irse a la caja sin una sola picada, pues han cambiado las condiciones ambientales o simplemente las especies presentes son otras distintas a las de ayer. Estos cambios, frecuentes todo el ao, son especialmente repentinos en los meses estivales, en los que es habitual encontrar bancos de especies migratorias que por este tiempo se acercan a nuestras costas. Si el pescador es aficionado al uso de artificiales, deber adaptarse ahora a las nuevas circunstancias que le ofrece la mar. De las ms frecuentes y de aquellos seuelos ms tiles y extendidos nos ocuparemos a continuacin, siempre como orientacin general, que en esto de la pesca resulta conveniente huir de las leyes de carcter universal.

  • Tres situaciones de pesca:

    1.- Caballas, jureles y palometas: pequeas piezas comiendo en superficie

    Tres horas de curricn sin una sola picada pueden hacerse muy largas. Media maana en la playa mirando las inmviles punteras de las cajas acaban por lo menos con la mitad del buen talante de todo pescador. Y sin embargo, muchas veces ah mismo, delante de nuestras narices est la posibilidad de pasar de la inactividad al entretenimiento, con slo mirar un poco al mar y abandonar nuestra obstinacin inicial que nos ha hecho dedicar buena parte de la jornada a la captura de una especie determinada y slo una. De nada vale nuestra intencin cuando lubinas y doradas pasan delante de nuestros cebos sin inmutarse, mientras que a unos pocos metros, quiz muy cerca de nuestra zona de siempre un grupo de charranes hace continuos picados sobre la superficie para salir acto seguido con un boqueroncito en el pico.

    Todo pescador se integra, al menos durante unos momentos, en un ecosistema en el que ocupa, se quiera o no, el lugar de depredador. La observacin de la actividad natural que tiene lugar en el medio en el que desarrollamos nuestra actividad es imprescindible para adaptarse a las nuevas circunstancias.

  • Artificiales de plomo Jensen de 40 y 25 gramos. Se fabrican en distintos colores y son ideales para la pesca vertical sobre fondos rocosos. Salvo en das de aguas muy tomadas, conviene usar colores naturales.

    En los meses estivales es muy frecuente esta situacin que describimos, pues los bancos de pescado azul suelen acercarse lo bastante a nuestras costas como para decidirnos a intentar su captura, siempre entretenida y viva. Los indicios que muestran la presencia de estas piezas en superficie son de sobra conocidos: aves marinas lanzndose, especialmente los pequeos y giles charranes, pececillos-presa saltando sobre la superficie y las turbulencias que originan los depredadores al atacar casi a flor de agua.

    Las piezas que podemos encontrar en estos cardmenes son esencialmente caballas y estorninos, jureles y palometas. En determinadas zonas pueden aparecer tambin las bailas y las anchovas de mediano tamao. Veamos ahora algunos seuelos y tcnicas para su captura.

    Seuelos y tcnicas

    Los artificiales que suelen emplearse en estas situaciones son esencialmente de cuatro tipos diferentes:

    - Peces de plomo, de un peso entre 20 y 25 gr. Los ms difundidos son los de la casa noruega Jensen.

    - Pequeos peces artificiales de superficie (5-9 cm). No importa que sean modelos diseados para la pesca en agua dulce, que de hecho son los que se muestran ms tiles con las piezas de pequeo tamao.

  • - Cucharillas plateadas ondulantes, de un peso en torno a los 16 gr.

    - Angulones de silicona rojos o blancos.

    Estos seuelos se emplean tanto de costa como desde embarcacin.

    Peces artificiales rematados en colores vistosos, casi chillones. Por lo general su uso se limita a jornadas de aguas oscuras y a las horas de escasa luminosidad. Como vemos, el xido ha comenzado a atacar las anillas y poteras de algunos de ellos, que han de ser reemplazadas de inmediato.

    Desde la orilla conviene usar peces de plomo, ms adecuados por su peso y

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    diseo para el lanzado, sin necesidad de utilizar ningn otro lastre suplementario. Para ello es preciso emplear un monofilamento de pgrosor, 0.24, y una caa ligera de unos tres metros y medio. Conviene laa aquellos puntos en que hemos detectado actividad y recoger con la caa alta a base de cambios constantes en la velocidad de recuperacin de la lnea. Si queremos emplear seuelos de poco peso podemos ayudarnos dlos bulds, esferas de plstico que se llenan de agua a la mitad, colocando eseuelo (pez artificial o silicona) 1,50 m. por detrs del buld. Adems de stas, las opciones de montaje son muy diversas: rosario plomado, rosariopez de plomo, buld y pez artificial...

  • Desde embarcacin la tcnica ms efectiva es el curricn ligero a corta distancia de la embarcacin (25 m.), con el fin de aprovechar las turbulencias del motor, que suelen atraer la atencin de estas presas. Pueden emplearse indistintamente los peces artificiales en madera, los de plomo y las cucharas ondulantes, pues son todos seuelos bastante verstiles. No obstante, si tuviese que hacer una eleccin, con carcter general, me decantara por los peces en madera para caballas y estorninos, los de plomo para la baila y las cucharas ondulantes para el jurel y la palometa blanca.

    2.- La pesca en vertical sobre fondos rocosos

    Hay jornadas en las que el curricn proporciona escasos resultados y sin embargo tenemos la certeza de que hay pescado en nuestra zona de pesca, bien porque hemos hecho una buena pescata pocos das antes, bien porque observamos inconfundibles signos de actividad en las aguas sin que ste se vea correspondida por las consiguientes picadas. Las causas de esta aparente falta de pesca pueden ser de distinto origen y son sin duda bastante difciles de precisar. Lo cierto es que por una razn u otra el pescado no muestra inters alguno por los seuelos que arrastran nuestras lneas, sea cual sea el color y modelo que le ofrezcamos. Muchas veces sucede esto en la pesca de la esquiva lubina, incluso en jornadas que empezaron muy bien y de repente se torcieron sin razn aparente. Y sin embargo, la pesca sigue ah, concentrada sobre el fondo rocoso, a muy poca distancia de las cuevas y recovecos que le proporcionan refugio: es el momento de probar con unos lances verticales que nos permitan acercar los seuelos a las mismas barbas de las piezas que ahora permanecen inactivas.

    Seuelos y tcnicas

    En este tipo de pesca se utiliza un equipo muy similar al empleado tradicionalmente para especies de agua dulce, como el black-bass: caas cortas y flexibles, carretes ligeros y eso s, un monofilamento un poco ms grueso, en torno al 0,30 mm, que permite soltar los enroques sin perder demasiadas muestras.

  • Los das nublados y de aguas oscuras, tal vez tras varias jornadas de temporal, suelen exigir el empleo de seuelos de colores vivos. Sobre estas lneas, un buen ejemplar de lubina cobrado en una gris maana de marzo. Empleamos un artificial de profundidad verde-caballa-oro de 11 cm.

    Para iniciar la accin de pesca es preciso situarse justo sobre el roquedo en el que tenemos la certeza o al menos la sospecha de que suele refugiarse el pescado. Con el motor apagado y en silencio comenzaremos a probar con distintos tipos de lances, de los ms superficiales a los absolutamente verticales, dejando caer el seuelo a fondo y accionando la caa a base de golpes secos de mueca. Para ello se emplean peces de plomo (recomiendo los de la casa Jensen y el modelo Pirken) de tres pesos distintos: 16, 25 y 40g, en funcin del tipo de presas que persigamos.

    Esta tcnica da excelentes resultados con la baila y la lubina, sobre todo en los meses invernales. Ahora en verano tambin puede practicarse con xito, con la variedad aadida que proporcionan los jureles o chicharros y las combativas anchovas, que siempre regalan una espectacular lucha, especialmente deportiva con estos equipos ligeros.

  • 3.- Al curricn tras anchovas y lubinas

    Para la pesca de anchovas y lubinas a la cacea suelen emplearse peces artificiales de una longitud que oscila entre los 7 y los 14 cm. La descomunal oferta de pececillos que pueden encontrarse en cualquier comercio bien surtido hace imprescindible que el pescador que pretenda iniciarse en esta tcnica conozca bien sus prestaciones y caractersticas, si no quiere hacer una mala eleccin y de paso un desembolso extra sin rendimiento alguno.

    Surtido de seuelos flotantes de 11 y 14 cm. Los elegidos son algunos de mis favoritos para la pesca de la anchova y la lubina.

    La mayora de las marcas dedicadas a la fabricacin y distribucin de peces artificiales trabaja fundamentalmente con dos tipos de modelos: flotantes o de superficie (floating) y ahogados o de profundidad (sinking). Tambin las tablas de colores suelen coincidir con bastante frecuencia: negro-plata, oro-fluorescente, azul-caballa, verde-caballa y cabeza roja-cuerpo plateado... La eleccin de la marca corresponde por tanto al pescador y aunque no quiero decantarme abiertamente por ninguna en concreto, si dar una serie de recomendaciones generales:

    - Un buen pez artificial para la pesca en el mar ha de tener una accin viva, de movimientos rpidos, continuos y uniformes; debe navegar sin ladeos laterales y ha de estar milimtricamente equilibrado.

    - Los seuelos de madera dura y armados con anzuelos de acero inoxidable son los ms duraderos y fiables. Si se adquieren modelos de agua dulce conviene sustituir inmediatamente poteras y anillas por otras hechas en material anticorrosin.

  • - Ms vale desconfiar de las "gangas"; la mayora no sirven para nada, salvo para quitarle las poteras y hacernos un llavero.

    - Conocer bien una determinada gama de seuelos posibilita comprar sin errores, sabiendo siempre lo que buscamos, lo que permite ahorrar tiempo y dinero.

    Con estas premisas estamos listos para componer nuestra caja de artificiales con un surtido suficientemente verstil para afrontar distintas circunstancias de pesca, pues cada especie tiene sus muestras preferidas y cada artificial se muestra ms rentable en determinadas condiciones ambientales.

    Seuelos flotantes

    Los seuelos flotantes o de superficie estn fabricados en una madera ms blanda que aquella que se emplea para hacer los de profundidad. Tambin suelen diferenciarse de stos ltimos en el tamao, forma y material de la pala que les confiere la accin de nado, pues la de los flotantes suele ser corta, menos inclinada y de plstico, frente a la de los de profundidad, generalmente ms larga, con ms ngulo de profundizacin y fabricada en metal.

    Para elegir los colores es preciso tener en cuenta el grado de transparencia de las aguas: a menor claridad tienden a emplearse colores ms vistosos. Las cuatro libreas ms eficaces son la de color caballa, azul o verdosa, la negra y plateada y la oro-fluorescente, especialmente rentable en los momentos previos al atardecer y en das oscuros o de aguas tomadas.

    Los seuelos flotantes son en general ms efectivos con la anchova que con la lubina, ms aficionada a las muestras de profundidad que a las de superficie. Tambin en los tamaos existen algunas diferencias de gusto, pues el rbalo suele preferir por lo general artificiales ms pequeos, en torno a los 7-9 cm. Con estas medidas no suelen fabricarse modelos flotantes para el mar, pues los tamaos clsicos ms extendidos entre los artificiales de superficie son 11 y 14 cm.

  • Un seuelo flotante de estas dimensiones suele profundizar unos dos metros con cien metros de lnea del 0.30 largada, lo que los convierte en ideales para pescar en aguas de poco calado, especialmente con la marea baja, cuando el riesgo de enroque es mucho mayor.

    Seuelo limpio y repasado con paciencia. Con anillas y poteras nuevas volver a estar en ptimas condiciones para la pesca.

    Seuelos de profundidad

    Los modelos ahogados o de profundidad estn fabricados con una madera ms dura que los hunde al depositarlos en las aguas. La longitud y el material de composicin de la pala, metlica en la mayora de los modelos, completan su capacidad de profundizacin.

    Suelen utilizarse en cuatro tamaos distintos: 7, 9, 11 y 14 cm. Su disposicin para hundirse hasta los seis o siete metros, en aquellos modelos de mayor medida y peso, sin necesidad de plomo adicional alguno, los convierte en indispensables en aquellos momentos y das en que el pescado no come en superficie y es preciso buscar aguas ms profundas para conseguir picadas.

    La dificultad esencial en su manejo radica en que, como hemos dicho, no flotan sobre la superficie, por lo que si detenemos la embarcacin para recoger una de las cajas o realizar cualquier otra operacin es preciso recogerlos rpidamente, para evitar que lleguen hasta el fondo y queden enganchados en las rocas.

  • Cuidado y mantenimiento de los seuelos

    Para terminar estas notas dedicadas a los seuelos y artificiales para el mar me gustara hacer referencia a las normas bsicas de cuidado y limpieza, pues si se siguen con regularidad garantizan una larga vida a nuestros artificiales y les permiten conservar la eficacia y fiabilidad que tenan recin comprados.

    Almacene sus muestras en una buena caja hermtica que le permita mantener un orden razonable de colocacin y ordene los seuelos cada vez que termine una jornada de pesca.

    Cada cierto tiempo hay que revisar el estado de anillas y poteras, sustituyendo inmediatamente aqullas que muestren signos de oxidacin. Una potera oxidada ofrece an ciertas posibilidades de aguantar la entrada de una pieza; las anillas, ms endebles, se deshacen fcilmente en cuanto son atacadas por los xidos.

    De vez en cuando conviene lavar las muestras con agua dulce y pasarles un estropajo finito para eliminar restos de suciedad y realzar as el brillo y tono de sus colores que con frecuencia suelen quedar mates por efecto de la sal.

    Los pececillos artificiales despliegan una verdadera explosin de formas y colores.

    Siguiendo estas recomendaciones se alarga considerablemente la vida de un artificial.

  • En cualquier modalidad de pesca, sea cual sea, el lanzado se convierte en una de los principales aspectos a tener en cuenta por el que la practica, que debe dominarlo para poder depositar el aparejo o el seuelo all donde cree que es el lugar o zona de actuacin idnea.

    El trmino ingls surfcasting se podra traducir como lanzado sobre las olas. En espaol comnmente se conoce como lance desde costa, a fondo, pesado..., y otros trminos segn sea el sitio donde se practique esta modalidad de pesca. Lanzar sobre las olas es, en este estilo, una caracterstica bsica: hay que sacar, cuanto ms mejor, la mayor cantidad de lnea posible.

    Sin embargo hay veces en las que no hace falta alcanzar distancias mticas para obtener un da memorable de pesca. Algunos peces se pueden capturar a escasos metros de donde se ha plantado la caa.

    Sobra decir que cada uno tiene su sistema propio de pesca, y a cada cual le toca descubrir cul es el suyo. Esto necesita tiempo y experiencia, propia y ajena, en estas lides. No obstante, y para seguir evolucionando, nunca est de ms probar y aprender algo nuevo. En este sentido los nuevos mtodos de pesca relacionados con el surfcasting, y ms en concreto las nuevas modalidades y tcnicas que se pueden aplicar a los lanzados, me llevan a publicar mi modesta opinin personal en este artculo.

  • En una caa de lanzado pesado, o de surfcasting, podemos encontrar una leyenda parecida a sta. Las primeras inscripciones indican el nmero de tramos (tres, enchufables) y la longitud. La ltima indica la accin (B, que significa accin media) y la potencia (para lanzar entre 200 y 300 gramos).

    El equipo

    No quisiera pasar por alto, antes de entrar en la materia ms propia de las tcnicas de lanzado, el comentar de forma somera (que este tema dara para otro articulo) algo sobre el equipo empleado en esta modalidad de pesca: caas, anillas, carretes e hilos, los cuales, y gracias a las nuevas tecnologas empleadas y aplicadas en su construccin, son en gran parte responsables de los logros que se puedan obtener en el tema que nos ocupa.

    Caas

    Bsicamente y segn su accin, se dividen en parablicas, o lentas, y con accin de punta, o rpidas.

    Las primeras doblan la caa en su tramo medio, siendo relativamente lentas al ejecutar el lanzado y no alcanzando muy largas distancias. En las segundas la caa se dobla cerca de la puntera, con lo que se obtiene una mayor velocidad en el lanzado y por lo tanto una mayor distancia obtenida tras el mismo.

  • Llegados a este punto, cabra hacer una observacin: una caa lanzadora no es necesariamente una caa pescadora, y viceversa. Una caa extremadamente rgida en su punta nos permitir la utilizacin de plomos mayores que otras ms blandas en el mismo tramo, y por lo tanto se obtendrn mayores distancias de lanzamiento, si bien con este tipo de caas durante la accin de pesca el numero de peces clavados y llevados hasta la mano ser inferior que con otras un poco menos rgidas (hay un dicho entre los pescadores que dice que es la caa la que tiene que clavar al pez).

    Su construccin suele ser en compuestos de fibra de carbono, ahora incluso con refuerzos de titanio. Este tipo de materiales las hace ms robustas y potentes, a la vez que ms ligeras. Tambin, en algunos modelos, se incorpora una malla de Kevlar, que las dota de solidez.. Suelen tener una longitud de entre 4,25 y 4,50 metros. Su potencia ms usual oscila entre 100 y 300 gramos.

    Para concluir, y en consonancia con lo antedicho, una buena caa para la prctica de la pesca al "lanzado sobre las olas" (que no para las competiciones de lanzado) debe guardar un equilibrio entre una caa "lanzadora" (muy rpida) y "pescadora" (ms lenta).

    Anillas

    Hay que tener en cuenta de que son stas las que soportan el paso del hilo o sedal. El rozamiento entre ambos elementos se traduce en menos metros de hilo sacado de la bobina, a la vez que en un ms rpido deterioro del sedal, y de las anillas. Por consiguiente, conviene de que el anillado de la caa est realizado en un material muy duro y con un bajo coeficiente de rozamiento, como puede ser el carburo de silicio (SIC).

    Carrete

    Existen en el mercado dos tipos de carretes: los llamados de bobina fija, y los de bobina giratoria, tambin llamados multiplicadores (lo que no tiene ningn sentido, pues multiplicadores lo son todos).

  • Los carretes destinados a la pesca en la modalidad de surfcasting deben permitir almacenar al menos 200 metros de hilo de 0,40 mm de dimetro. Su construccin debe ser slida y con tratamiento anticorrosivo (por aquello de la salinidad del mar).

    Con respecto a la bobina, si es cnica (en los carretes de bobina fija) mejor. Estos tipos de bobinas permiten una mejor salida del sedal. Aunque tambin interviene de una manera especial el llenado de la misma, esto es: el hilo deber de estar enrasado con el borde superior de la misma, lo que junto con un buen diseo de la bobina facilitar una mejor salida de la lnea y en consecuencia permitir alcanzar mayores distancias de lanzado.

    En lo concerniente al carrete del tipo de bobina giratoria, su mayor problema es la regulacin del freno centrfugo, y el uso del pulgar, para evitar que la inercia de la bobina provoque un "nido" en la lnea. Hasta adquirir algo de experiencia en su manejo este tipo de problemas son bastante frecuentes.

    Lnea

    En lo referente al sedal a emplear, una cosa es evidente, y es que a menor dimetro del hilo empleado mayor distancia de lanzamiento se obtiene, pues tanto el peso como el rozamiento son mayores. Insisto (a costa de pecar de reiterativo): no se debe olvidar que estamos tratando de una modalidad de pesca, en la que "meter hilo", cuanto ms mejor, es una de sus principales caractersticas.

    El lanzado

    Dicho lo anterior pasemos a ver los distintos lanzados que con ms asiduidad se emplean en esta modalidad pesquera. Para ello he seleccionado tres tipos de lances que a mi juicio son los ms practicados: tradicional, catalana, media luna o ground cast, y pendular. Hay ms, y como antes dije cada pescador tiene su sistema, pero estos que aqu se exponen son los ms extendidos, unos ms que otros, por lo que he podido observar tanto en concursos de lanzado como en jornadas de pesca.

  • Tambin cabra matizar algo, y es que no hay que engaarse: manejar una caa de 4,25 o 4,50 metros, y lanzar un paternoster de 2 o 3 anzuelos con sus respectivas carnadas a 150 metros desde la orilla, requiere fuerza, habilidad y experiencia.

    Un detalle muy a tener en cuenta es la parada de la caa tras el lanzado: sta debe ser en seco, para que toda la energa se transmita al plomo, y lo ms alta posible, para que la parbola que describa el plomo en su trayectoria sea amplia y en consecuencia la distancia recorrida sea mayor. Lgicamente la parada coincide con la suelta del hilo (por cierto, la caa no tiene que sonar durante la ejecucin del lanzado si se ejecuta correctamente: caa silbadora, poco lanzadora).

    Por ltimo, hablar de pasada de un importante detalle al que no se le presta mucha atencin. Me refiero al drop, cada, o distancia del plomo hasta la punta de la caa, siendo ste uno de los mtodos o factores que ms influyen a la hora de cargar la caa al mximo, permitiendo, si est bien elegido, utilizar pesos ms reducidos, controlar mejor la direccin del lanzado, y reducir el esfuerzo necesario para ganar ms metros.

    Lanzado tradicional

    No tiene nada que explicar. Bsicamente, consiste en llevar la caa en un plano vertical por encima de la cabeza (above cast) con el plomo pendiendo de la puntera de la caa.

    Su ejecucin es siempre encarando al objetivo, es decir: el lanzador se coloca mirando al mar y luego, con un movimiento de arriba abajo, lanza.

    Dada su simplicidad es el adecuado para los que comienzan a iniciarse en esta modalidad de pesca, o bien para aquellos escenarios (escolleras, espigones, cantiles...) donde puede ser complicado efectuar el movimiento amplio que exigen otros tipos de lanzado.

  • Con el lanzado tradicional no hay que esperar grandes logros en cuanto a distancias se refiere.

    Preparando y ejecutando un lanzado vertical tradicional.

    Catalana, media luna o ground cast

    Existen muchos ms nombres que denominan este tipo de lanzamiento. Los ms conocidos son los citados. Ground cast se podra traducir por "lanzado desde tierra", pues es del suelo de donde parte el plomo para la ejecucin de este lanzado.

    Su virtud es que la caa se carga mucho ms que en el lanzado tradicional, lo que se traduce en ms distancia obtenida.

    Para describir este tipo de lance me apoyar en el mtodo que yo utilizo, que advierto que no es la forma ms ortodoxa de ejecutarlo, aunque las diferencias son pocas (bsicamente se diferencia en la posicin del plomo y puntera), pero he llegado a lograr ms distancia de esta forma que con la tradicional en este estilo y es la que mejor se adapta a mis necesidades.

    Para empezar hay que imaginarse que estamos dentro de un reloj. Lo que yo hago es colocarme de costado al mar situando la punta de la caa a las dos en punto y el plomo entre las cuatro y las cinco, casi formando un ngulo de 45 entre plomo y puntera (el ms puro estilo dice que el hilo se extienda como una prolongacin de la caa).

  • La pierna derecha esta adelantada un paso y sobre ella recae el peso del cuerpo, el taln de la caa se sita ms o menos, a la altura del pecho, mientras que la puntera est ms abajo, a unos pocos palmos del suelo. La mano que sujeta el hilo (la derecha si somos diestros) est baja y extendida hacia atrs.

    Este conjunto (posicin de caa, plomo y cuerpo), hace que la caa ya est en tensin antes de empezar la rotacin del cuerpo, lo cual hace que cuando empezamos a girar (la pierna izquierda es entonces la que soporta el peso del cuerpo) la caa se cargue ms cuando el plomo empieza a volar a nuestras espaldas.

    Cuando encaro el mar es cuando la mano que sujeta el taln de la caa tira hacia el pecho, al tiempo que la mano que sujeta el hilo la extiendo lo ms arriba posible, deteniendo el movimiento como a las doce o a la una en punto de ese reloj imaginario. Esto hace que el plomo salga disparado bien algo (cuanto ms mejor) en una parbola ascendente y que obtengamos una gran distancia de lanzado.

  • La serie de dibujos muestra la ejecucin de un lanzado de media luna, o "ground cast".

    Pendular

    Si el tipo de lance anteriormente descrito se sale un poco de lo habitual, el pendular se puede definir como un estilo de difcil ejecucin. Esto es debido a que en este tipo de lanzamiento se carga tanto la caa y es tal aceleracin que se le imprime al plomo, que lo ms normal, para el principiante, es que la caa domine al lanzador, y no al revs, lo que genera errores en la direccin del los lanzados y en su altura.

    Bsicamente consiste en hacer oscilar al plomo en el aire, primero hacia detrs y luego hacia delante, en un movimiento parecido al de un pndulo.

    Se parte de una posicin parecida a la del ground cast, solo que ahora el tronco del lanzador estar de espaldas al objetivo, es decir mirando en direccin contraria a la que luego tendr el lanzado.

  • Partiendo de tal posicin se comienza a balancear la caa tal como se ha descrito anteriormente (de atrs para delante y viceversa), para que cuando el plomo alcance su punto ms alto en estas series de vaivenes comencemos a girar el cuerpo (la caa continuar aun por detrs del lanzador). A continuacin cambiamos la direccin del plomo cargando la caa en un movimiento giratorio parecido al del ground cast, para finalmente quedar mirando