habas de san benito en ezcaray. historia y tradición. del blano y negro al color

Adolfo Soto Sáez Restaurantes y Apartamentos Turísticos Rincones del Vino Ezcaray - Logroño (La Rioja) España

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Habas de San Benito (Capítulo 2). La caridad o reparto de habas se pierde en los siglos precedentes. Buenas personas, como San Millán

de la Cogolla, hace ya diez siglos, repartía en su iglesia de Berceo, entre los pobres que a él acudían en busca de un plato caliente para susistir y alguna ropa con la que cubrirse, cuandos ingresos tenía la parroquia.

En pequeños monasterios o ermitas, como la de Ubaga de Ezcaray, el 21 de marzo, día de San Benito,

se mantenía la caridad del reparto de habas entre los más necesitados del lugar.

1-4. Hoy el reparto de habas es una fiesta llena de color, música y sabor, mucho sabor…

A partir de 2013 se repartirán en el mismo lugar sobre un suelo asfaltado para aparcamiento-mercadillo.


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Ezcaray es un pueblo lleno de sorpresas, agradables por supuesto, y en este caso muy sabrosas. Tras –que no digo mientras- el reparto de las habas el concierto está asegurado… Con la colaboración de varias familias podemos ver, en blanco y negro, a padres y abuelos de los

actuales cofrades en plena faena, cuando, todas las calderas aún eran de cobre, junto a miembros del Ayuntamiento y destacadas personas del pueblo, médico, maestros, sacerdotes, e invitados de la cofradía.

A punto de comenzar el reparto. Huerta de Melchor Pérez, Tenorio. Los niños, Prudencio Pérez (en pie junto a Lucio García –el Cavila), Raúl, Justo Arriaga, Eugenio Ortiz y Jesús Valgañón. De pié con súper-sartén, Arriaga, Pepe Valgañón, Aguchi (panadero), Lucio, Canuto, Teodoro, Úbeda… (1). Habas de San Benito. Bendiciendo D. Lázaro Vargas, asistido por D. Moisés. Paloma y su hermano (del chalet del “tío Rico”) tras Esteban Robredo (2).

Pepe Alonso, al conocer mi interés por la vida y costumbres de los habitantes de Ezcaray en las épocas del blanco y negro, no ha tardado en proporcionarme una buena colección de fotos de su álbum familiar, algunas curiosas, por lo que le quedo muy agradecido. Me llama la atención las de las habas de San Benito, casi todas tomadas por “Manolito” o “Fani”. Su padre Ángel Alonso, casado con Sabina (el ‘vinatero’ o ‘carretero’), como colaborador y miembro activo de la Cofradía aparece en varias.

Habas de San Benito, Tenorio. Izquierda pared, Javier Parcero, Arriaga, Teodoro Grandmontagne, Don Moisés, Onaindía, Don Lázaro Vargas (Párroco), Don Eliseo Cadarso (Médico), García. Izquierda, primer banco, primero derecha Lázaro Saez, Martín, Don Antonio, maestro. Don Isidro, Párroco de Ojacastro de pie (1).

Primero, derecha, Don Eliseo, médico de Ezcaray, activo participante y Presidente Honorífico desde 1957. A su lado Arriaga, Ángel Alonso, Julián mueve las habas, Jesús Úbeda, Teodoro Grandmontagne (2).


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Morcillas de Ezcaray. La viuda de Fani, Angelita, me ha proporcionado unas cuantas fotos de los archivos de su marido. Fani, no vivía de la fotografía, le gustaba la fotografía como a Manolito, el hermano de las ‘Telefonistas, o a José Luís, Ramón, Isma, Isabel, Pedro, Ricardo, Daniel, Juan Luís, etc., incluso a quien esto escribe, Fani inmortalizó a muchas personas que en este trabajo y recopilación veremos.

Esta familia siempre ha hecho una de las mejores morcillas de Ezcaray. Su viuda, junto a su hijo y nuera, hoy las siguen haciendo. De la tienda junto al estanco se trasladaron a otra, no muy grande, pero siempre limpia y ordenada, al comienzo de la calle porticada (Arzobispo Barroeta), que nunca debió perder el nombre de Calle Mayor. Si visitan Ezcaray no olviden comprar unas morcillas de Fani, no se arrepentirán y agradecerán mi consejo. También puede probarlas todos los días en nuestros restaurantes El Rincón del Vino, de Ezcaray o Logroño.

Cofrades, autoridades, maestros, clero, medico y alguacil. Izquierda, Pepe Valgañón, Arriaga, Don Jose María (maestro), Don Eliseo (Médico), Don Serafín (Maestro), Teodoro Grandmontagne, Javier Parcero (Alguacil), de pie, Canuto. Primero derecha, Esteban Robredo (Tte. de Alcalde), Sargento y Cabo de la ‘Guardia Civil’, Don Cecilio Valgañón (Alcalde), Don Lázaro Vargas (Párroco de Ezcaray), Don Antonio (Maestro), de pie, Ángel Alonso (1). Don Isidro colabora antes de la bendición. El maestro don Antonio sujeta el cigarrillo (2).

Con la sartén del refrito Ángel Alonso, detrás, izquierda, Pepe Valgañón, con el cucharón el médico D. Eliseo Cadarso, al fondo Arriaga (el carnicero Guindilla) (1). Izquierda, Canuto, Ángel, Eliseo y Jesús Úbeda (padre de Carmelo) (2).

La llamada Cofradía de San Benito, mantiene, en muchos casos de padres a hijos, la tradición. Cocinaban en grandes calderas de cobre habas que reparten entre cuantos acuden a recogerlas.

En el 1100, al sur de Ezcaray, no lejos de este pueblo, camino de la aldea de Cilbarrena, se fundó el Priorato de Santa María de Ubaga.


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Quizás desde su fundación, sería costumbre dar de comer a los hambrientos que a su puerta llamasen. Las habas se cultivan bien en esta zona y no faltaría en el Priorato un buen cocido o puré de habas que permitiese al cuerpo luchar contra el frío.

Un cocido de habas es un plato completo, sobre todo si se le añaden unos choricitos, generosa dosis de tocino o panceta de cerdo, y algún hueso de jamón. Monasterio de Santa María de Ubaga. El robo de la ‘Virgen’. Con motivo de la donación de la ermita de Ubaga en Ezcaray hecha al monasterio de Valvanera en el año vulgar de 1110 por D. Alonso I de Aragón llamado el Batallador, marido de Doña Urraca, Reina de Castilla, se hace mención de Ezcaray en la escritura de esta forma: <<una casa que vocitant Sancta María de Ubaho, quae est sita super Villam, quae vocitant Izcarai juxta montem... >> Estaba a medio kilómetro más arriba de la villa de Ezcaray junto a la orilla derecha del río Oja.

Ovejas ‘chamaritas’, blancas y marrones, sin teñir la lana se hacen típicas mantas de pastor a cuadros blancos y marrones,

como la lana de las ovejas, igual a la que lleva el pastor que las cuida. La escritura de donación dice así: “Et este es el heredamiento de Santa María de Ubaho. La defesa suya quieta: é toma en el valle de Pa-de-rey; é sube hasta el faedo mayor, por somo el Remedal, é de si pasa por Anavicha fasta el vallejo que descende á la fuente Desparrituri. Et esta defesa afuero yo Rey D. Alonso, que ninguno que y entrare por pascer, ó por cortar, ó por facer y danno ninguno por fuerza, peche quinientos maravedis en coto al Rey, et en danno doplado á la orden. Et de si la presa con el agua va por su heredad libre é quieta por el monasterio, et la Serna del pan toma en el monasterio, et sube a la Solana, é viene fasta la fuente Desparrituri. E de si va por el arroyo arriba á Ignarricha, é recude a las peñas del cerro Samaray, é descende por el cerro Ayuso á la Serna de José Martín, é prende en la Serna, é pasa el agua é va por fondon de valle de Pa-de-rey. E cinco piezas en el llano de Fuso. E quatro piezas en Valnegra. E otra pieza en Iturrica. E una viña en Pino.”

Andando el tiempo, se hará una casa de Campo y una ermita dedicada a la virgen, Santa María de Ubaga. El Priorato-Ermita tenía un padre sacerdote al cargo de algunos criados para cuidar el ganado y cultivar campos y prados. Mientras la ‘Virgen’ estuvo en su ermita, recibía solemnes cultos y tenía numerosos cofrades bajo su amparo y título, que le dedicaban todos los años un novenario que, según cuentan, era “muy concurrido y devoto”.

Bulas de Ubaga. Las ‘bulas’ o ‘Cédulas’ de Ubaga, las repartía el monje benedictino del monasterio.

Las compraban los ganaderos porque tenían fama de proteger a las ovejas de enfermedades y otras desgracias. Tan solo había que clavar la bula en un poste dentro del corral de los animales. Cédula de Nuestra Señora de Ubaga (1).


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1568. Este año se retira o se va el padre sacerdote de Ubaga y el Monasterio de Valvanera arrienda la propiedad a un vecino de Estollo y a un aldeano de Ezcaray, por 14 fanegas de trigo y 150 reales de vellón. La iglesia de Ezcaray se hace cargo del culto de la ermita de Ubaga.

El 21 de marzo, fiesta de San Benito, el padre encargado de la Ermita daba puchero con habas y tocino a todos los pobres de Ezcaray y sus aldeas. El Ayuntamiento de la villa guardó esta costumbre durante bastantes años después de la exclaustración en 1835. En el año 2011 aún se mantiene.

Izquierda, Ángel, Jesús, Arriaga y Esteban. ¿Es Ernesto García –Troika- quién asoma la cabeza entre Arriaga y Esteban?, detrás y a los lados de Esteban los hijos del ‘tío Rico’, Paloma es la chica (Reconvirtieron el chalet que hicieron sus padres en la paseo del Sauco en discoteca y local de copas, pero el negocio terminó pronto, Ezcaray no es Madrid, lo vendieron y sobre el solar se construyó un bloque de viviendas) (1). José Luís ‘Pochila’, hijo, con el maestro-ranchero Ángel Alonso. Jose Luís, como Carmelo, siguen al pie del cañón (2).

Habas de San Benito y Valvanera Siglo XVI. Se fundó a primeros del siglo XVI, la cofradía de San Benito y Valvanera de Ezcaray. Los

cofrades subían a la ermita de Ubaga todos los años en función de ‘Letanías’… Sabían que el último monje del Priorato-Ermita de Ubaga, repartía habas cocinadas entre los necesitados de Ezcaray y las aldeas.

Alguien hace fotos (1). Buen ambiente en la mesa, las habas y un buen vino de Rioja son grandes amigos (2).

1581. El Abad de Valvanera quiso acabar con los arriendos y mandó de nuevo un religioso, que fue el Padre Ruperto Barriuso, natural de Ezcaray.

Esta medida, por lo de “Santa Rita, Rita, Rita, lo que se da no se quita”, molesto mucho al pueblo y clero, y con tal motivo las relaciones entre el santuario y las autoridades de Ezcaray se crisparon.

1582. Con pretexto de unas rogativas para que cesaran los malos temporales, consiguieron bajar la imagen a la iglesia parroquial y terminada la novena se negaron a devolverla.


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Por añadidura, los cofrades se llevaron la campana, ornamentos, vestidos y alhajas de nuestra Señora, y las autoridades del pueblo expulsaron al religioso, cerraron con candado la puerta del santuario y hasta arrendaron de nuevo las fincas del mismo. A esto siguieron largos pleitos.

Con estos antecedentes, a nadie debe extrañar que más adelante no dejasen sacar a la “Virgen de Allende” de su ermita.

Cuando se expulsa al último fraile y desmantelan la ermita, pronto quedó todo en ruinas. Sobre 1880,

la Cofradía de San Benito y Valvanera, retoma el reparto del cocido de habas el 21 de marzo, día de San Benito, frente a las ruinas de Ubaga, en la entrada del camino a Cilbarrena.

Al iniciarse la guerra civil en España, se suspendió el reparto de habas, al igual que la romería al

Monasterio de Valvanera que organizó la misma cofradía durante muchos años, siendo su guía Canuto Gómez.

Don Eliseo Cadarso, médico del pueblo, mueve el cocido, Ángel Alonso lo prueba, Arriaga atento al fotógrafo, tras él Josechu Valgañón con su padre, Pepe. Úbeda y Santamaría al fondo, en la mesa vemos a un miembro de la iglesia (1). Esperando el cohete anunciador del inicio del reparto de las habas. Segunda, Carlina, seguida de María (2).

Calderas de cobre. Rancheros. Jesús Úbeda y Ángel Alonso, solos ante 6 calderas (1). Unos momentos de silencio durante la bendición (2).

1946. Se refunda la “Cofradía de San Benito y Valvanera” para poner en marcha el reparto de habas

en el día de San Benito, con 6 Cofrades-Vocales en la Junta Directiva, y como Cofrades de número, todo el vecindario de Ezcaray, según su tradición.


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Durante varios años, hasta el 50, cocinaban las habas en seis calderas de cobre, representando cada una a los Directivos, lo hacían en la cuesta “El Pizarral”, camino de Cilbarrena, frente a las ruinas de Ubaga. En Tenorio del 51 a 1969, y definitivamente, tras años de vagar, en “El Atadero”, hasta hoy. Ante el éxito de la fiesta se aumentó el número de calderas y con ellas el de vocales. Hoy preparan 21, más dos para el rancio, cocido de huesos. Son doce los cofrades y tres en espera, normalmente hermanos o hijos de cofrades.

1. Cocinero jefe, Ángel, ayudante Justito Arriaga, Canuto Gómez, ranchero, al control. Canuto y Ángel, ayudados por Justito preparan la fritada de ajos con pimentón. 2. Poneros bien que nunca salimos todos –Serafín-. Derecha, Arriaga, Úbeda, Grandmontagne, Esteban, don Serafín –maestro-, don Antonio –maestro- don Eliseo, con boina –médico-, don Lázaro –parroco-, don Moises –de espaldas- Elías Cadarso –hijo de don Eliseo, médico y portero del San Lorenzo- y…

Quedaba algo muy importante ¡fregar!, pero para entonces los invitados de traje y corbata se habían

escaqueado, incluso parte de los cofrades, hay que dejar todo limpio y brillante hasta el año siguiente, desde calderas a pequeñas sartenes. Un buen ejemplo nos daban, un año más, Alonso y Úbeda. En los ríos, además de pequeños puentes para pasar con comodidad, incluso con animales, de una orilla a otra, se usaban, estas cómodas losas de piedra apoyadas sobre un pilar en el centro.

Una fórmula magistral para unas cuantas raciones Durante las décadas de los 80 y 90, se venían preparando en Ezcaray quince gigantes cazuelas de

habas para más de 3.000 personas. De Beniarjó (Valencia), otros años de Palencia, etc., llegaban 200 kilos de habas secas, a ellas se añadían 100 kilos de tocino fresco previamente frito, codillos de jamón, 80 kilos de cebollas picadas, 200 cabezas de ajos, 150 guindillas y 30 kilos de aceite de oliva, algo de especia. A medida que se cuecen comprueban el punto de sal y, finalmente, les añaden una fritada de ajos con su dosis de pimentón y 6 kilos de chorizo. Sin faltar unas pizcas de cariño y mucho sacrificio.


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Las fotos que me han facilitado, hechas por Fani, pertenecen a las épocas del reparto de habas de San Benito en el parque de Tenorio, se cocinaban, junto al frontón, en la huerta de Melchor Pérez, junto a su fábrica textil (hace tiempo cerrada) y domicilio.

Con una mano, más difícil (1). ¡Aguchi corre que no sales! (2). Seis calderas. Félix Monje, en jarras, ¡Hay más comensales que cocineros! (3).

Cuando en el año 1970 se construye un bloque de viviendas, ocupando la huerta, los cofrades tienen

que buscar otro lugar apropiado; el antiguo matadero, detrás de los frontones de Tenorio, en la arboleda, soportales de Doña Inesita, plaza del Conde de Torremuzquiz, hasta estabilizarse.

En la actualidad, y desde el año 1974, la fiesta se celebra en el “Atadero”, en un nuevo local, segundo emplazamiento en el lugar, que el Ayuntamiento ha hecho para esta ocasión, más cómodo e higiénico.

Las calderas de cobre han sido sustituidas por unas cilíndricas cazuelas de hierro con mayor capacidad. Y hoy son 22 las que preparan, alguna de ellas para caldo.

El combustible el mismo que el del primer día que los monjes de Valvanera cocieron habas en su nuevo Priorato de Ezcaray, leña de los bosque del valle, haya y roble.

Calentando el caldo. Ezcaray, nuevo local, nuevas calderas (1). Vuelta y vuelta. Que no se peguen, duro trabajo por el calor del fuego (2). El detalle final, Félix (Chaparro) añadiendo el choricillo (3).

Terminado el reparto, los miembros de la junta de la “Cofradía de San Benito y Valvanera”, comparten mesa con autoridades civiles, eclesiásticas, médico, presidentes de cofradías y asociaciones.


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2010. El tiempo pasa pero la tradición se mantiene. Un día estupendo. Para hacer más amena la espera de cuantos acudimos a coger el delicioso puré de habas, se reparten entre cuatro a cinco mil raciones, la orquesta de Ezcaray alegra el lugar con un agradable repertorio.

Para cantar bien, las habas son estupendas, Julito (1). Silvia a dos manos (2). La de rojo se va a poner buena (3).

Los músicos se toman pequeños descansos para recobrar fuerzas (1). Trío de ases. Benito ¡Prueba, están inmejorables!, José Luís, “Pues con el vino ni os cuento”, Juanma (2).

Felix, que no se peguen y punto de sal (1). Quedan dos, ¿llegarán? Carmelo pensativo (2).


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El cohete se disparó a las doce y media, para entonces la fila era interminable, pero las habas están buenísimas y tan solo es una cuestión de paciencia, que más tienen quienes las hacen.

Con las últimas calderas calman los nervios a los menos madrugadores de la fila, un año más confían que las habas lleguen para todos, yo sobretodo ya que las cojó el último, hasta ahora nunca me faltaron.

Un duro trabajo (1). Hagan juego que se acaban (2). A probar las habas. De China a Ezcaray (2).

La mañana pasa más rápida que la noche y una a una las calderas se vacían. Como en una cadena, Luís espera para darlas un buen repaso.

Poco más sobre esta sabrosa tradición, agradecer sinceramente a los cofrades y colaboradores incondicionales

cuanto hacen por su pueblo y además felicitarles por sus deliciosas habas. Pequeño trabajo dedicado a los cofrades.

1. En esta ocasión Luís, ‘Gasolinas’, recibe la ayuda de Javi, la ‘Ardilla’ que se ha liberado de otras ocupaciones..

En San Lorenzo, reparto del choricillo, organizado por la edad de oro. Unas filas parecidas al reparto de las habas se forman en la plaza, aunque llueva, cuando en fiestas patronales (Agosto) se reparte ‘el Choricillo’, o en otras celebraciones ‘chocolate’. En el fondo, a las asociaciones o cofradías les agrada que sus esfuerzos tengan el éxito de público que merecen y esto las estimula.

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