haciendas en iztapalapa

7/28/2019 Haciendas en Iztapalapa

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NORMA ANGLICA CASTILLO PALMA

NORMA ANGLICA CASTILLO PALMA*

Universidad Autnoma Metropolitana-Iztapalapa

l levantamiento revolucionario en Iztapalapa deriv de los conflictos por tie-rras y aguas entre los habitantes de los pueblos y las haciendas comarcanas. Sehabla tambin de la necesidad de algunos campesinos para complementar susingresos trabajando en las cosechas de dichas propiedades. En el discurso delos campesinos zapatistas de Iztapalapa tambin se exaltan las golpizas propi-nadas por los mayordomos como una de las razones para levantarse. Se identi-fica bien a los hacendados detrs del maltrato y la mala paga, en contraste conlos propietarios mexicanos. De manera que a los hacendados espaoles porser mayora en la regin, se les equipara entre otras cosas, con un enemigopoderoso y odiado, ya que la mayor parte de los entrevistados tendieron asealar a los espaoles como los propietarios ms abusivos.

No es de extraarse que algunos de los informantes describieran que entre lasprimeras acciones que realizaron las milicias zapatistas se encontraran el sa-queo, el rapto y la destruccin en algunas haciendas, en particular la sucedidaen Aztahuacn, donde la respuesta de la milicias oficiales fue el ataque y quema

E

* [email protected]

1 Este trabajo es un extracto del libro Cuando la ciudad lleg a mi puerta. Una perspectiva histrica de los pueblos lacustres, la

explosin demogrfica y la crisis del agua en Iztapalapa[prensa]. Los testimonios fueron obtenidos mediante entrevistas de

historia oral en 1993 dentro del proyecto de historia oral de Iztapalapa, coordinado por m en esa poca.

La revolucin en la memoria: las haciendas

y el general Herminio Chavarra

en Iztapalapa1

Signos Histricos, nm. 21, enero-junio, 2009, 170-181
http://www.cvisiontech.com/


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La revolucin en la memoria...

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del pueblo, provocando que tuvieran que estar refugiarse en Tecomitl alejados de

su pueblo por ms de siete meses.El Cerro de la Estrella, Aztahuacn y Culhuacn parecen haber sido los cam-

pos de batalla ms reconocidos. El cerro fue quizs el primer punto de disputa,ganado en primer trmino por los zapatistas y posteriormente por los federa-les, donde estuvieron apostados, para luego ocupar tambin la hacienda de laPursima.

A continuacin presento los antecedentes de los conflictos por la tierra y elagua, seguidos de los testimonios de los campesinos zapatistas entorno al levan-tamiento y su general Herminio Chavarra.

ANTECEDENTES DE LOS CONFLICTOS POR LA TIERRA Y EL AGUA ENTRE PUEBLOSY HACIENDAS EN IZTAPALAPALos conflictos entre barrios, pueblos con haciendas y ranchos se remontan alsiglo XVIII, como el que sucedi entre el pueblo de San Lorenzo Tezonco y lahacienda de San Nicols Tolentino, cuyos dueos pretendan impedir la pescaen una laguna cuyos linderos compartidos.2 Una disputa semejante ocurri en1776 entre los indios del pueblo de Culhuacn y don Francisco Manuel Snchezde Tagle dueo de las haciendas de los Dolores, San Antonio y de la Estre-lla, debido a que sus mayordomos pretendan prohibirles la pesca en la lagu-na de San Juan Evangelista (Culhuacn).3

Este conflicto por el usufructo de la laguna con indios de los alrededores delCerro de la Estrella, sucedi porque el agua llegaba a la orilla del cerro y casitres cuartas partes de ste eran propiedad de la hacienda de la Estrella y de losranchos anexos4 como se desprende del deslinde de tierras. La parte nortedel Cerro de la Estrella era propiedad de los indios de Aztahuacn y otra seccinde los herederos de Jernimo de Rueda Moctezuma, cacique de Iztapalapa.

Las disputas por lmites y el usufructo de los potreros conducan a inspeccio-nes para levantar los linderos y stas, a su vez, a la elaboracin de planos ymapas que eran dibujados con sumo detalle, a veces con los dibujos de las casas

2 Archivo General de la Nacin (en adelante AGN), Tierras, vol. 789, exp. 2, f. 3.

3 AGN, Tierras, vol. 1510, 2 parte, exp. 3, 1776.

4 Esta hacienda fue primero propiedad de Benito Castaeda y posteriormente de la familia Snchez de Tagle.


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y vecinos. De este modo, pueden verse los deslindes a partir de los que dibujaron

las mojoneras.Otro conflicto se present con la hacienda de Dolores, en este caso la disputa

mediaba una salitrera.5 La explotacin del salitre tambin se encontraba regula-da, incluso ciertos terrenos ya conocidos como salitreras podan ser arrendadosen algunas fracciones o por temporadas a espaoles pues, algunas propiedadescomo Tequequispan, eran parte de los bienes de comunidad del pueblo deCulhuacn, cuyas ganancias financiaban los gastos de su iglesia.6 En muchasocasiones se solicitaba a los alcaldes mayores que intervinieran para que losgobernadores de repblica no impidieran a los indios beneficiarse con la pesca,la obtencin del tequesquite, la caza de los patos o la extraccin de piedra.7

A pesar de que entre 1825 y 1828 se crearon comisiones para repartir los

bienes de las antiguas parcialidades y se realizaron algunas ventas de sus bie-nes comunales, por lo general, potreros y salitreras se debi dar marcha atrsal proceso en virtud de las mltiples protestas. No obstante, algunos bienesfueron vendidos. Por esa razn, los pueblos en ste como otros casos trataronde preservar la integridad de sus bienes.8

De los caudales de los bienes comunales de los pueblos de Iztapalapa cabesealar, a guisa de ejemplo, que el pueblo de Culhuacn deba recibir rditos(slo como renta fija) de 12 000 pesos por un censo perpetuo que reconoca latestamentara de Francisco Snchez de Tagle9 sobre la hacienda de Dolores enesa jurisdiccin, as como de lo producido en los restantes pueblos y barrios porel arrendamiento de sus respectivos potreros.10 Culhuacn posea una salitrera,mientras que en Mexicalcingo e Iztapalapa existan potreros, entre otros los de

5 AGN, Tierras, vol. 1585, exp.1.

6 AGN, Tierras, vol. 1586, exp. 3.

7 AGN, Indios, vol. 40, exp. 114, ff. 172-174.

8 Andrs Lira, Las comunidades indgenas frente a la Ciudad de Mxico. Tenochtitln y Tlatelolco, sus pueblos y barrios, 1812-

1919, Mxico, El Colegio de Mxico, 1983.

9 Francisco Manuel Snchez de Tagle era propietario de varias haciendas en la localidad: la de Dolores, San Antonio y La Estrella.

En 1776 los naturales del pueblo de Culhuacan solicitaron la adjudicacin del rancho La Estrella en razn de deudas. AGN,

Tierras, 1510, 2 parte, exp. 1, f. 15, 1776.

10 Andrs Lira, op. cit., 1983, p. 100.


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Tequiquixpan (o Tequiquispan),11 y el de Atzoloacan (Axoloacan) los cuales

rentaban. Entre 1805 y 1806, el pueblo deba recibir por el arriendo del potrerode Tequiquixpan el grande 460 pesos.12 Desde el inicio de la aplicacin de lareforma sobre los bienes de comunidad de los pueblos, los administradoresdescontaban y agregaban cargos por sus servicios, algunos huan con desfalcoso adjudicaban a quienfuera y a cualquier precio el arriendo de los potreros delos pueblos.

La aplicacin de la Ley Lerdo de 1856 afect a las tierras y a las comunidadesque estaban arrendadas, sobre todo a los pueblos de Iztapalapa que eran lamayora. La ley dict que los:

[...] bienes de las corporaciones civiles o eclesistica de la repblica se adjudicarn en

propiedad a los que los tienen arrendados por el valor correspondiente a la renta queen la actualidad, pagan , calculada como rdito al seis por ciento anual.13

A partir de entonces se observ la accin de algunos especuladores que bus-caron denunciar los bienes para su beneficio personal y conseguir el acapara-miento de buenas porciones de los potreros y otros bienes comunales que lospueblos del Distrito Federal arrendaban. En esa perspectiva se observa cmoVictoriano Snchez adquiri bienes de San Marcos Mexicalcingo por 29 166.66pesos, mientras que Joaqun Mara Anzorena primero adquiri y despus tras-pas bienes por 19 566 pesos a Manuel Pasalagua, por concepto de potreros ysalinas de Mexicalcingo, Tlascultitlan, la Resurreccin y San FranciscoTultengo.14

Slo en San Juanico Nextipac, La Magdalena Atlazolpa y Aculco algunoshabitantes, pudieron concurrir a la subasta con 11 000 pesos para obtener losbienes de su comunidad, lo que significa que slo en esos casos dichos bienespasaron a manos de residentes locales, en lugar de hacendados o especulado-

11 AGN, Tierras, vol. 1551, exp. 7, 1798.

12 AGN, Parcialidades, vol. 2, exp. 7, ff. 91-94.

13 Manuel Dubln y Jos Mara Lozano, Legislacin mexicana o coleccin de las disposiciones legislativas expedidas desde la

Independencia hasta la Repblica,Mxico, Imprenta del Comercio Dubln y Chvez, 1878.

14 La lista completa de los compradores de bienes de comunidad se encuentra en Andrs Lira, op. cit., 1983, apndice 5, pp.

382-385.


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res como ocurri en el resto de Mexicalcingo e Iztapalapa.15 Esta particular

estrategia fue sealada por Andrs Lira, para estos pequeos pueblos que perte-necan, en cuanto a su jurisdiccin religiosa, a Iztacalco.16

Con respecto a las adjudicaciones en Iztapalapa, Cristina Montao sealaque los tres potreros de la localidad: la Cortadura, la Albarrada y la Albarradita,que el Ayuntamiento arrendaba a particulares, fueron fraccionados para des-pus venderlos, tambin a particulares, de modo que una parte de esos terrenossirvi para el establecimiento de ranchos, mientras que otros sirvieron paraengrosar la hacienda de la Pursima.17 Para Montao, dichas propiedades fue-ron enajenadas por el doctor Mariano Glvez en 1860 quien formul la deman-da sin consultar al pueblo.18 Posteriormente, aparece como propietario de esospotreros el seor Francisco de Paula Arias, quien en 1882 logr prolongar el

plazo para la redencin de capital que reconoce por el potrero de la Cortaduraal ayuntamiento de Iztapalapa.19 De acuerdo con Montao, Francisco Ariasvendi a su vez algunas fracciones de estos potreros a la familia Fragoso, la cualera propietaria de la hacienda de la Pursima.20

La condicin legal de algunos terrenos y potreros afectados por la Ley deDesamortizacin se ha derivado, por el momento, de documentacin poste-rior. Entre la informacin se encuentran los alegatos de los herederos de laPursima ante la afectacin de su propiedad por la demanda de restitucin alpueblo de Iztapalapa y las demandas de restitucin de tierras de los pobladoresde dicho lugar.

En 1919 los propietarios de la Pursima alegaban que los potreros de la Alba-rrada, la Cortadura (el mayor) y la Albarradita deban considerarse legtimos

15 Ibid.

16 Ibid., p. 255.

17 Cristina Montao, La tierra en Ixtapalapa. Luchas sociales,Mxico, Universidad Autnoma Metropolitana, 1984, p. 29.

18 Ibid.

19 Archivo Histrico del Distrito Federal (en adelante AHDF), Hipoteca de los terrenos Albarradita, Cortadura y Albarrada, se le

prolonga el plazo al c Francisco Arias para la redencin de capital que reconoce por el potrero de la Cortadura al ayuntamiento

de Iztapalapa, caja 299, exp. 27, 1882.

20AHDF, Municipalidades, caja 299, exp. 26, 1882; y Relativo a una hipoteca de los terrenos Albarradita, Cortadura y Albarrada,

caja 299, exp. 27, 1882.


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bienes de manos muertas, y que por esa razn fueron afectados al encontrarse

legalmente comprendidos en la Ley del 25 de junio de 1856. Debido a que dichosterrenos pertenecieron al comn de los vecinos de Iztapalapa, no eran exidos,sino que una fraccin era de los bienes de propios (comunidad) del Ayunta-miento, mientras que otra parte era legtima propiedad del curato de Iztapalapa(bienes del clero).21

Montao menciona a Plutarco Snchez y Francisco de Paula Arias entre losprincipales especuladores de las tierras de Iztapalapa. Estos personajes poseanhaciendas y se dedicaron a especular con los terrenos comunes, algunos de loscuales revendieron posteriormente.22

A pesar de las diversas transacciones relacionadas con los terrenos de potreros,los intereses de la familia Arias se mantuvieron ligados a la tierra de Iztapalapa

durante casi 90 aos, pues el seor Lucio Prez quien particip en la revolu-cin, record que el dueo de la hacienda de San Nicols Tolentino, en la quetrabaj hasta 1913, era Francisco Arias.23

Andrs Lira menciona que durante el proceso de desamortizacin un aboga-do aconsej a los vecinos de los pueblos que denunciaran las irregularidades desus propios potreros. Montao anota que los 18 vecinos, a cuyo nombre seremataron los potreros de San Juanico Nextipac, Aculco y La Magdalena ven-dieron, a causa de la pobreza a Victoriano Snchez quien tambin habacomprado los potreros de Mexicalcingo e Iztapalapa parte de los cuatropotreros de esos pueblos: Apatlaco, Aculco, La Magdalena y Tetlalpa.

El dato ms importante que seala Lira respecto a los beneficiarios de lastierras con la Ley de Desamortizacin es que muchos de ellos dejaron de pagarregularmente y, si acaso lo hacan, era al gobierno de sus ayuntamientos, debi-do a la presin. Mientras tanto, los gastos se solventaban con el producto de losantiguos arrendamientos y, posteriormente, con los pagos parciales.24

21 ACRA, Carta de la familia Fragoso a la CNA, 29 de julio de 1920, citado en Cristina Montao, op. cit., 1984, p. 154.

22 Ibid., pp. 29-30.

23 Entrevista realizada por Rodolfo Huerta al seor Lucio Prez de San Lorenzo Tezonco.

24 Cristina Montao, op. cit.,1984, pp. 264-265. A guisa de ejemplo cit el caso de Culhuacn donde se dice que al terminar

la administracin de las parcialidades fue el cura del pueblo quien se encarg de cobrar las rentas (producto del pago de los

adjudicatarios de los bienes) para aplicarlas a los gastos ordinarios, culto religioso en su mayor parte, y para la escuela en


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Para 1868 los capitales de las extintas parcialidades formaron parte de la

administracin municipal y continuaron redimindose hasta 1896. En esos aosse estableci que sus caudales fueran utilizables nicamente para financiamientoescolar o beneficencia, dejando a los particulares de los pueblos el manteni-miento de sus festividades por cooperacin.25

LA REVOLUCIN EN LA MEMORIA:LAS HACIENDAS Y EL GENERAL HERMINIO CHAVARRALa pequea propiedad y una parte de la propiedad comunal tenida comochinampas que iban ganando terreno a la laguna de Mexicalcingo coexistancon haciendas, ranchos, establos y alfalfares. Debe recordarse que de ese modo

se tendi a ganar terreno a los lagos de manera muy temprana. Por otra parte,el fraccionamiento de las propiedades de los cacicazgos, la mortalidad indgenay la compra-venta de tierras indias tambin dieron lugar a la expansin de lashaciendas y estancias ganaderas en un proceso que ocurri a lo largo de los siglos.

Las remembranzas en torno a las haciendas y los hacendados se presentan,especialmente, entre quienes trabajaron en ellas o los que convivieron con quie-nes all trabajaron. El seor Lucio Prez detall que las haciendas de por aqu[] eran San Juan de Dios, el rancho del Tecomate, el San Antonio Coapa,Xotepingo, La Natividad, la hacienda de la Piedad, puro espaol!, puros espa-oles!.

En el pueblo de Iztapalapa las personas que eran octogenarias en la dcadade 1990 recordaban el emplazamiento de los ranchos, establos y haciendas veci-nas a los barrios de San Lucas, la cabecera de la municipalidad: haba cuatrohaciendas [cercanas al pueblo de] Iztapalapa: La de San Antonio, la de la Esme-ralda, La casa verde, y la de Rosales, donde actualmente estn las colonias:Sector Popular, Escuadrn 201 y Hroes de Churubusco.

Los recuerdos de los vecinos de los pueblos de Culhuacn describieron a lahacienda de Coapa propiedad de la familia Escandn Buch:

mnima proporcin. Sin embargo, el monto de esas rentas era nfimo, de esa cantidad el cura se tom 190 pesos 6 reales y al

maestro slo se le entregaron 12 pesos y 4 reales.

25 Ibid., p. 322.


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Tena membrillos, capulines. Se sembraba coliflor. Creca grande el maz, rbano,

lechuga. Un pen [ah] ganaba 20 centavos al da por la pizca. Le alcanzaba, las cosasvalan centavos, dos centavos de manteca, chiles verdes, as. bamos a traer yerbitas

para comer, quintoniles. Se llevaban las verduras en canoas. Era agua limpia, cristali-

na, no como ahora, que est sucia, huele mal. Ya todo est muy sucio. Se acab todo.

La imagen del trabajo en las haciendas narrada por todos los informan-tes describe situaciones muy difciles ocasionadas por los malos tratos a losque eran sometidos los peones porque los capataces de la hacienda lochicoteaban a uno cuando no se apuraba. La mayor parte de los entrevistadostena la opinin de que casi todos los propietarios de las haciendas de la regineran espaoles:

Entonces los espaoles eran los dueos de las haciendas. No los puedo ver porque

nos trataban como bestias; [por esto] me naci mucho odio contra los espaoles

porque tendiendo planta de remolachas, los mayores, iban clavando la planta y si no

avanzaban los golpeaban.

En la siembra o cosecha se avanzaba en los surcos por dos kilmetros y secoma muy poco: legumbres con dos o tres tortillas, que muchas veces se lleva-ban desde la casa, se comenzaba desde las siete de la maana y terminbamos alcaer el sol.

El seor Agustn Prez, de Culhuacn, afirm que en la hacienda de Coapatambin los hacendados eran espaoles:

El dueo creo que se llamaba Miranda. Se acostumbraba que un adulto fuera por

delante del surco y los muchachos iban detrs. Cuando los grandes queran hacer

maldad no dejaban mazorcas y al final, a los que tenan menos les daban de chicotazos.

En algunas haciendas el pago era un poco ms alto y la jornada menos largacomo en la hacienda de San Nicols, segn el relato del seor Lucio Prez. Recor-d que en 1913, el dueo de la hacienda de San Nicols Tolentino era FranciscoArias: ese seor era mexicano, pagaba ms que los espaoles, daba 50 centavos

y ah se entraba ms tarde a las ocho de la maana. No, con los espaoles setrabajaba de sol a sol. Esos pagaban 36 centavos.


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A decir del seor Lucio Prez, de Tezonco, el resentimiento por el maltrato

frente a la opulencia de los hacendados movi a algunos en Tezonco y Aztahuacna levantarse en armas con Zapata. Al conocer la formacin de grupos de apoyoentre los pueblos del oriente de la cuenca del Valle de Mxico alrededor delgeneral Herminio Chavarra, los federales quemaron su pueblo y su casa ubica-dos en Aztahuacn. Al quedarse sin propiedades, muchos huyeron de su pueblohacia Tecmitl, y hasta oy decir a su padre Zapata no me defiende. Sin em-bargo, el seor Prez consider que slo las armas podan resguardar a su pue-blo. Como muchos jvenes de los pueblos de Iztapalapa, se uni con 30 hombres

y se fueron con las fuerzas del general Herminio Chavarra en Aztahuacn sien-do an muy joven.

El seor Prez relat que los zapatistas estaban atrincherados en el puente de

Garay y arriba del Cerro de la Estrella, cerca del pueblo de Tezonco, con toda laartillera. En ese tiempo, durante casi cuatro aos, el pueblo de San Lorenzosufri mucho, les quemaron las casas y anduvieron errantes, el seor LucioPrez y su familia se fueron a refugiar a San Antonio Tecmitl con un to llama-do Rosalo Prez. Desde ah el to vea cmo estaban las cosas y les deca sipodan regresar. El seor Prez describi el maltrato como la razn para tomarlas armas:

Me dola, como senta mi dolor, porque los espaoles nos trataban como bestias,

muy mal, con el chicote, con el maitete. Por eso nos fuimos, los del pueblo, nos

levantamos 30 hombres con el teniente coronel Lorenzo Serrano.

El coronel Serrano dependa del general Herminio Chavarra de Aztahuacn,

entonces se fueron con los zapatistas y de eso nos dijo, tengo un cielo de recuerdos.

En el relato en torno a las vivencias personales del seor Prez con las miliciaszapatistas en Iztapalapa y sus pueblos comarcanos, l mismo se relaciona conlos generales con quienes se enlist y combati:

Anduve con mi general Herminio Chavarra de Santa Mara Aztahuacn desde Cuautla

Morelos [hasta ac]. Al general Chavarra lo mataron en el mercado de Culhuacn.

Me fui de zapatista por el miedo de que nos mataran aqu. Casi todos fuimos

zapatistas. Yo anduve de chamaco, tena yo 15 aos.


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De acuerdo con lo dicho por los testigos, el carrancismo estaba en el Cerro

del Pen: todo por aqu estaba el zapatismo. Y los zapatistas iban y venan,iban y venan, y por fin los echaron cuando entraron los carrancistas que vinie-ron de Texcoco. Cuando salieron los zapatistas, algunos se fueron paraIztapalapa, otros por los Reyes, otros para tierra caliente:

Nosotros llegamos a Yecapixtla, a tierra caliente abajo de Totolapan, siete meses nos

salimos. Cuando regresamos los pobres perros que se quedaron, noms quedaron

sus huesamentos, se murieron. Ya chillaban los coyotes en los cerros todos porque

haban comido muertos, ya estaban acostumbrados a comer carne. Y como empez

a entrar la gente, ventearon a la gente.

El combate ms cruento que record fue el de Ixtayopan, los muertos, unospara ac otros para all. Montones de cascajo de tanto parque que se habagastado. En su recuerdo, los zapatistas entraron, a su regreso, por diferentespueblos. El general Emilio Chavarra entr por Tecmitl, el general AntonioBeltrn de Ayotzingo por Tetelco, el general Bardomiado Gonzlez por lasbezanas de Xico y el general Amador Salazar entr por Xico. Eran cuatro gene-rales y no los podan sacar, hasta que despus los sacaron con tres bombitas demano. Tambin expres que sus esfuerzos no fueron en vano porque en 1917, yasiendo general Lorenzo Serrano,

[...] hizo el reparto [agrario provisional] en Tezonco. En 1924 ya se hizo el reparto

oficial, de los lotes de 20 por 200 metros por la Comisin Nacional Agraria. Por todos

ramos 365 ejidatarios. Hasta la estacin, la mitad del Cerro de la Estrella era de este

pueblo, de Tezonco.

Junto con la revolucin ocurri una hambruna hacia 1918. El seor FlixGuzmn rememor las formas en que enfrentaron esa situacin en Culhuacn:

Cuando el hambre, mi abuelo encerraba el maz con el petate. Hacan agujeros gran-

des donde guardaban el maz en petates. Mi pap haca muchos hoyos para guardar

el maz. Ahora que [si] no tena usted nada, aunque sea conejo, pato o tuza [coma].

Los huevitos de la hormiga se usaban para traer algn conejo. Entraba la yunta,

salan las tuzas, se cogan, se pelaban para el arroz, se echaban limpiecitos para el

arroz, se le quitaba la cabeza.


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El seor Jos Paz indic que cuando vinieron los zapatistas sitiaron todo el

contorno entre Morelos y el Distrito Federal. Por esa causa, ocasionalmente, enIztapalapa no dejaban pasar las semillas que traan los arrieros. Asimismo,tampoco se poda sembrar debido a la violencia y el riesgo de recibir balazos enel campo. Como consecuencia se crearon lazos de amistad con personas dealgunos pueblos de Morelos que s pudieron cosechar y vendan o cambiabangranos con la gente de ah. El seor describi la situacin de este modo: hubohambre y luego la peste. No poda uno salir porque luego luego los rifletazos.Total que hubo hasta fiebre amarilla. Mi abuelo se la rifaba, bamos [haciaMorelos] con burros, tena uno que irse a escondidas.

Los habitantes de Iztapalapa se iban cargando 20 o 30 kilos hasta Totolapan,donde eran bien recibidos. La gente de Tenancingo, de Tlaltenango, de

Tepalcingo, reaccion favorablemente porque cuando llegaban los de Iztapalapay les platicaban el problema de la falta de granos, ellos les vendan. Desde enton-ces se hace una peregrinacin y existen lazos de unin con esos pueblos deMorelos. Es importante sealar que entre los habitantes de dichos lugares exis-tan y se reforzaron lazos de hermandad, los cuales crecieron mediante un ritualque incluy la realizacin de peregrinaciones a sus santos patronos y la elabora-cin de portales de flores o verduras que confeccionaba la gente del barrio deSan Ignacio, donde se encontraban los floristas de Iztapalapa. De ah se dice quenacieron esas tradiciones de intercambio de peregrinaciones (La ltima fechael 8 de diciembre paga una manda a Tenancingo se le rinde tributo a Tenancingo).No obstante, es posible que su relacin se remonte a intercambios anteriores.

Flix Guzmn dijo que antes llegaba mucho pjaro, ahora ya no. En aqueltiempo haba puro[s] potreros [establos], haba conejo, el chicoatle [un tipode vbora], el lagarto. Despus de la Revolucin haba 260 ejidatarios. Todo elpanten y la mitad del cerro eran ejidos de San Lorenzo. Cuando le dieron esatierra, slo le dieron 8 000 metros. No llegaba a la hectrea por ejido.

Los efectos de la demanda por el agua y la tierra en la Ciudad de Mxico,cuando se encontraba en su proceso de expansin, rompieron rpidamente elmomentneo equilibrio de sus pueblos comarcanos. Desde el inicio de 1940 seevidenciaron los cambios en el paisaje ecolgico de la regin, en particular porla crisis del agua. Esto slo era parte de un proceso mucho ms complejo: unacomunidad campesina en proceso de agotamiento de sus recursos materiales ynaturales, en su fuerza de trabajo.


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La tierra recuperada mediante dotacin poco despus del proceso revolu-

cionario fue afectada por una expropiacin en varios pueblos. Cuando tuvie-ron noticia de dicha medida, a los que no aceptaban vender los expropiaroncon amenazas. Despus, cuando ya no pudieron resistir ms y aceptaron nego-ciar les toc muy poco con la indemnizacin. El seor Prez relat que en 1993todava no les pagaban a los ejidatarios de Tezonco.

ARCHIVOSArchivo General de la Nacin (AGN)

Archivo Histrico del Distrto Federal (AHDF)

BIBLIOGRAFADubln Manuel y Jos Mara Lozano, Legislacin mexicana o coleccin de las disposiciones

legislativas expedidas desde la Independencia hasta la Repblica, Mxico, Imprenta del

Comercio Dubln y Chvez, 1878.

Andrs Lira,Las comunidades indgenas frente a la Ciudad de Mxico. Tenochtitln y Tlatelolco,

sus pueblos y barrios, 1812-1919, Mxico, El Colegio de Mxico, 1983.

Montao, Cristina, La tierra en Ixtapalapa. Las luchas sociales, Mxico, Universidad Aut-

noma, 1984, Cuadernos Universitarios 17.

D. R. Norma Anglica Castillo Palma, Mxico D.F., enero-junio, 2009.

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