hackear el periodismo
DESCRIPTION
periodismoTRANSCRIPT
-
ndice
Agradecimientos 11
Prlogo
El gozoso renacimiento del periodismo 13
Introduccin: Hackear el periodismo 15
Mutacin y relevancia 16
El libro 20
Primera parte. El tiempo 21
Periodismo intersticial en pldoras 25
En busca de las leyes de la hiperconectividad 27
Los nuevos medios pican en punta: in-between time 29
El miedo a la brevedad 31
Hay que hacerla corta 32
Segunda parte. La audiencia 37
Los amateurs toman la bastilla 42
Los nuevos sindicatos de distribucin 43
El algoritmo es una resonancia de la audiencia 44
La audiencia es el contenido 46
Antes de Gutenberg, despus de Gutenberg 49
Hacia dnde nos llevan las audiencias 51
Sin diferencia, no hay audiencia 53
Tercera parte. El valor 55
Expansin: nuevos flujos de creacin de valor agregado 55
All the news thats fit to print 56
Labs en los medios online: casos y eficacia 57
Hacks labs emergentes en los medios 58
Sin hackers, no hay periodismo 60
-
Cultura hacker para periodistas: pasin y prototipado 61
El psquico de la hoja de clculo en New York Times 62
Los contenidos de calidad: Why so serious? 63
El valor del contenido est en otra parte:
el texto propone, el paratexto dispone 67
Si no se propaga, se pudre 69
SEO: el nuevo Top Of Mind postindustrial 69
Que me reemplace un algoritmo 72
Haba que hacer periodismo 74
En serio, que me reemplace un algoritmo 75
La nueva retrica de las noticias 77
Adis a la mentalidad Blockbuster 79
Periodismo Starbuks 79
Modelar herramientas para hacer periodismo online 82
Cuarta parte. La organizacin 87
La organizacin es poder 87
La lgica modular del software libre invade la
organizacin 89
El cdigo fuente de las redacciones 91
Integracin expandida 93
Integracin a lo Dr. House 95
Planificacin vs. experimentacin 97
Modelos productivos: por qu importan
ms que los de negocios 98
Cmo formar periodistas
cuando no sabemos qu van a producir 100
Los nuevos Mlis 101
Una pista (y una) apuesta: remixologa 103
Data curators 104
La organizacin de medios con games mechanics 106
Quinta parte. Hacks 111
-
Tres casos para hackear el periodismo 111
Wikileaks: el Napster del periodismo 112
The Huffington Post: un publisher mutante 115
Newser: la eficiencia de la nueva noticia? 117
Obsolescencia vs. reinvencin de las fbricas de noticias
119
Bibliografa 125
Agradecimientos
Guillermo Culell, Rodrigo Orihuela y Jos Cervera se
podrn reconocer en algunos prrafos del libro. Los
trabajos que hemos realizado juntos y las conversaciones
que hemos tenido han sido clave en mi vida profesional
durante los ltimos aos y para buena parte de las
reflexiones que comparto en este libro. Soy un
privilegiado al tenerlos como colegas y amigos.
A Csar Sopln, Maricella Arias, Mariella Miranda,
Carlos Guilln, Jos Kusunoki, Diego Peralta, Pedro
Rivas, Guillermo Bocanegra, Pedro Jos de Zavalla,
Sandra Sanchez, Fabricio Torres del guila, Alejandro
Castro Backus y Marilyn Corrales, todos del Grupo El
Comercio de Lima, Per, por haber logrado que me
equivoque menos y aprenda ms cuando trabaj junto a
ellos. Por haber hecho que mi paso por la gerencia de
Medios Digitales haya sido una fuente de aprendizaje sin
igual.
A Arturo Cataln, director del Magster Internacional de
Comu-nicacin y Periodismo Digital de la Universidad
-
Mayor en Chile, por la libertad y la confianza que me
cedi para dictar clases.
A Ral Drelichman, Alejandro Piscitelli y Jos Luis
Orihuela, por su generosidad y apoyo permanente.
A Mariel Ortolano por haber despertado, hace muchos
aos ya, al pequeo monstruo interior que me gobierna.
A Roberto Igarza por intentar domesticar y educar al
pequeo monstruo. Por hacerme beneficiario de sus
conversaciones y reflexiones.
A Gumersindo Lafuente por escribir el prlogo de este
libro.
A mi familia y a Lorena Betta.
Introduccin
Hackear el periodismo
Hack (literalmente en ingls recortar) es la palabra
utilizada en determinados sectores de las tecnologas para
denominar a las pequeas modificaciones,
reconfiguraciones o reprogramaciones que se le pueden
hacer a un programa, mquina o sistema en formas no
facilitadas por el propietario, administrador o diseador.
Los cambios pueden mejorar o alterar su funcionamiento,
particularmente si se trata de una solucin creativa o
poco convencional a un problema.
Wikipedia
-
Muchos todava confunden a los hackers con criminales
informticos. El estereotipo meditico est al servicio de
esa confusin: personajes oscuros que operan en las
sombras de las redes para encontrar agujeros de seguridad
en los sistemas gubernamentales y corporativos, infiltrarse
y producir dao, alterando o robando informacin. Pero no
es as. Esos son los crackers, o los hackersde sombrero
negro.
Los hackers de sombrero blanco se ocupan de otras
cosas y orientan su tiempo y habilidades en otras
direcciones, ms productivas. Hay hackers en todas las
profesiones. Los hay contadores, abogados, periodistas,
ingenieros, panaderos, vendedores de autos, etc. El mundo
est lleno dehackers. Personas que, en su profesin,
buscan la excelencia mediante mtodos poco ortodoxos,
inexplorados o innovadores.
Existe un libro sustancial sobre el tema: La tica del
hacker y el espritu de la era de la informacin, escrito por
el finlands Pekka Himanen, y publicado en 2001 con un
prlogo de Linus Torvalds (el ingeniero finlands creador
original del kernel Linux) y un eplogo de Manuel
Castells, que no necesita presentacin entre nosotros.
La expresin tica hacker suele ser atribuida al
periodista Steven Levy, autor de Hackers: Heroes of the
Computer Revolution, publicado en 1984, un libro sobre
los principios morales que surgieron a finales de los aos
cincuenta en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del
Massachusetts Institute of Technology.
El libro de Himanen es un ensayo exquisito e inspirador
sobre la filosofa de los valores de loshackers. Estos son:
Pasin, Libertad, Conciencia social, Verdad, Anti-
-
Corrupcin, Lucha contra la alienacin del hombre,
Igualdad social, Libre acceso a la informacin
(conocimiento libre), Valor social (reconocimiento entre
semejantes), Accesibilidad, Actividad, Preocupacin
responsable, Curiosidad, Creatividad. No est
ntimamente relacionada esta axiologa con el rol de los
medios y de los periodistas en la sociedad?
El periodismo y el negocio de los publishers estn
atravesando un proceso de mutacin y rediseo de su
relevancia en el que es posible intervenir, aportando
soluciones, modificaciones, reconfiguraciones o
reprogramaciones, tal como si se tratase de una pieza
de software. La industria necesita, en ese sentido,
profesionales con una visin estratgica que estn a la
altura del mercado:hackers que se apropien de los desafos
y puedan disear las soluciones que los medios y la
profesin necesitan para reinventarse.
En esa direccin, este libro propone cuatro puertas de
entrada para infiltrarse en el ncleo funcional y hackear el
periodismo. Es decir, hacer lo de siempre, pero mejor y
actualizado: periodismo til y medios rentables,
atendiendo los intereses y necesidades de la audiencia y
los anunciantes, capitalizando el nuevo ecosistema
informacional, donde la enormidad y caos de la red
facilitan una reconversin profesional y una
transformacin industrial sin precedentes.
Mutacin y relevancia
La industria de los medios est cambiando mucho y
muy rpidamente. Ms de lo que cualquier pronstico
hubiese sido capaz de anunciar hace slo unos aos.
-
Las fbricas de noticias enfrentan mltiples desafos en
simultneo. La relevancia de los medios de comunicacin
est siendo cuestionada por nuevos hbitos de la audiencia
y prcticas publicitarias emergentes. La industria ya no es
lo que era y mucho menos ser lo que es.
Un rediseo gradual y generalizado de la vida cotidiana
con conectividad intersticial en alza est desregulando la
relacin estandarizada de la sociedad con las noticias.
Un escenario de mutacin impredecible gobierna la
coyuntura. Ni el romanticismo tecnolgico que pondera el
soporte por sobre cualquier otra dimensin del cambio
puede surfear la ola. No todo cambia, pero muy poco, o
nada, es inmune al cambio.
Los medios de noticias online hasta hace poco
entendidos como los motores de la crisis y, ms
recientemente, como portadores del antdoto del cambio
ahora tambin luchan para intentar no perder relevancia.
Una industria emergente e inmadura de contenidos e
interacciones online los ubic, de repente, en una ecologa
de relevancia relativa.
La organizacin periodstica est bajo el ojo del
huracn. Los hbitos y contextos de consumo de medios,
como la arquitectura de la inversin del tiempo de
atencin a las noticias y la percepcin del valor de la
informacin, estn en pleno proceso de transformacin.
El parntesis de mutacin profunda que atraviesan las
fbricas de noticias no es una batalla entre lo viejo y lo
nuevo. Es un tiempo en el que lo viejo y lo nuevo
conviven y cambian. Es una cuenta regresiva por la
bsqueda de la nueva frmula de la relevancia.
-
Los medios estn cambiando porque el contexto en el
que operan est cambiando. Los productos informativos de
los medios se invisibilizan en un flujo de produccin
paraprofesional que sobrepasa a la organizacin
periodstica. La relatividad de su relevancia flucta en
funcin de las prcticas y organizacin de la audiencia. La
relevancia de los productos editoriales depende
permanentemente de las instancias de consumo y del
contexto de circulacin.
La propuesta es, entonces, arriesgar cuatro puntos de
referencia posible para pensar la mutacin de las fbricas
de noticias: una ttrada conformada por el tiempo, la
audiencia, el valor y la organizacin.
La propuesta
La ttrada tiempo/audiencia/valor/organizacin no
pretende ser una ley ni una teora. Es una propuesta para
reflexionar sobre cuatro aspectos clave de la mutacin de
las fbricas de noticias. Es un wireframe conceptual o, si
se quiere, un prisma. Una forma acotada de comprimir y
ensayar ideas sobre los prximos aos del periodismo y
las organizaciones de medios.
Las cuatro variables de la ttrada estn en simultnea
transformacin, fragmentacin y expansin. La mutacin
de la industria fomenta su revisin en cada uno de los
desafos que enfrenta.
La aparicin de las variables es recurrente sin importar
el tema que tomemos como ejemplo: estrategias de cobro
por contenidos, integracin de redacciones, modelos de
negocio, narrativas multimedia, participacin de la
audiencia, soportes y nuevas plataformas, distribucin de
contenidos, etc.
-
La apuesta del libro est en la eleccin de las cuatro
variables de la ttrada
tiempo/audiencia/valor/organizacin. Cada una de ellas es
crucial para el trabajo periodstico del da a da como,
asimismo, para la planificacin estratgica corporativa en
las empresas de medios.
Tiempo/audiencia/valor/organizacin tienen la virtud de
ser conceptos lo suficientemente anfibios. Se despegan de
los debates coyunturales pero los subyacen. No son del
dominio exclusivo de los periodistas, los ejecutivos de las
compaas ni de la academia. Tampoco de los tecnlogos
ni de los perfiles ms especializados.
El libro ofrece reflexiones sobre algunos aspectos
especficos del tiempo, la audiencia, el valor y la
organizacin.
El tiempo es clave. El divorcio entre la forma del
contenido y la nueva temporalidad de la vida cotidiana
retiene a los medios en un tiempo de consumo perecedero.
El desafo ahora no es demandar atencin de la
audiencia- es infiltrarse en rutinas de hiperconectividad y
distraccin continua, donde los medios no solan
operar: in-between time. El tiempo de atencin exclusiva
golden time primero fue saturado y ahora est en
decadencia.
El nuevo rol de la audiencia es un cisne negro para
los publishers. Algo inesperado, altamente improbable y
de consecuencias imprevisibles. La amateurizacin masiva
de la produccin de contenidos y el control de la
circulacin en manos de la audiencia y los algoritmos
cambia radicalmente el negocio de los medios. Nadie sabe
ni tiene experiencia en cmo abordar esa emergencia, que
-
irrumpe cada vez con ms fuerza expansiva. La horda de
interacciones que desataron los medios sociales no deja
indiferente a ninguna organizacin periodstica.
La cadena de creacin de valor se desplaza hacia fuera
de las redacciones y se atomiza. La manipulacin
postpublicacin y la propagacin de los contenidos son
constitutivos del valor de la informacin online. Remixado
y disponibilidad parainstitucional de los contenidos
dinamitan la centralidad de los periodistas en la
configuracin del valor y vuelven programables a los
medios. El valor del contenido tambin procede de una
postproduccin distribuida que los publishers no
controlan. El desafo es producir medios programables e
inventar una gestin eficiente de contenidos y
conversaciones generados en otra parte.
La organizacin periodstica est reescribiendo su
cdigo fuente y est empujada a repensar su escala. La
crisis de producto y el incendio que avanza sobre las
formas tradicionales de circulacin la vuelven ineficiente,
anacrnica. La industria discogrfica, una de las primeras
vctimas de la nueva ecologa, es una referencia
comparativa que acecha con la suerte negra que ha corrido
durante la primera dcada del siglo XXI. Los indicadores
corporativos tradicionales advienen incompletos para
medir resultados donde todos los caminos conducen a la
experimentacin organizacional.
La relevancia de lo que producimos en las fbricas de
noticias no est intacta. La mutacin de la industria afecta
directamente a la profesin como a la rentabilidad de las
compaas de medios. Segn el momento que atraviesa
cada periodista y cada empresa se multiplican las
diferencias de la resonancia de la mutacin.
-
Es improbable la apertura de un renacimiento financiero
producto de la aparicin de un nuevo soporte. Como es
improbable tambin un rediseo profesional inmediato.
Nadie sabe exactamente qu est pasando ni quines
estn a cargo de la direccin que tomar la industria de las
noticias. Todo indica que negociar ese futuro con la
audiencia ser inevitable.
El sentido de las fbricas de noticias se juega, al menos
en buena parte, en la mutacin del tiempo de consumo de
medios, las nuevas prcticas de la audiencia, la agregacin
de valor desde afuera de las redacciones y la
reformulacin de los flujos corporativos.
El libro
El libro consta de cinco partes. Las primeras cuatro
corresponden a las variables
tiempo/audiencia/valor/organizacin, y la quinta est
dedicada a ofrecer relaciones entre ellas y anlisis de casos
que las expresen.
Buena parte de los textos han sido escritos como
apuntes y reflexiones durante los aos 2009 y 2010. Se
trata de ensayos e ideas surgidos a partir de la produccin
de productos y servicios online, conversaciones con
colegas y lecturas. Accin y reflexin se funden en mi
vida cotidiana y el libro es parte de esa alquimia.
En lneas generales hay tres tipos de textos: algunos
publicados en Amphibia.com.ar, posteriormente revisados
y enriquecidos para este soporte. Otros rescatados de una
carpeta de borradores de mi laptop. Y buena parte, escritos
especficamente para este libro.
-
Asistimos a una transformacin industrial sin
precedentes. Tengo el privilegio de padecer como
muchos y aprovechar como pocos esa transformacin
con el ojo del huracn encima. Este libro est escrito en
ese contexto, con el nico propsito de sumar una mirada
posible a las discusiones que damos quienes trabajamos en
las organizaciones periodsticas, conectar lo que hacemos
con lo que pensamos e intentar hacer mejores medios. Ms
relevantes. Ms rentables. Ms tiles. Ms divertidos.
Pablo Mancini. Buenos Aires, Enero de 2011
Primera parte.
El tiempo
Los dispositivos son descartables, obsolescen sin pausa y
cada vez con ms prisa. La conectividad es irreversible y
se vuelve transparente.[1] La electricidad expandi los
espacios y transform el mundo.[2] Ahora Internet
impugna al tiempo y est transformando el diseo de la
vida cotidiana. El tiempo, el mayor capital que podemos
tener, se est fragmentando, transformando y expandiendo
a la vez. Nuestro capital ms preciado se est atomizando.
Lo ms valioso que tiene la audiencia para ofrecer a un
periodista o a una organizacin de medios es su tiempo.
Su tiempo disponible para consumir medios es, desde
siempre, limitado. La madre de todas las batallas en este
negocio es la disputa por ese bien escaso, el tiempo
disponible de atencin del pblico. Desde la segunda
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-1../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-2
-
mitad del siglo XX, la audiencia est cada vez ms
expuesta a los medios de comunicacin, un fenmeno que
se aceler como nunca en la historia con la masificacin
de la televisin. Con el acceso a Internet en entornos
pblicos, profesionales y acadmicos pero, sobre todo, en
las pausas de la vida cotidiana y durante los trayectos
urbanos desde el mvil, esa disponibilidad de exposicin
se transforma, se fragmenta y se expande cada vez ms. La
batalla por el tiempo se atomiza y se da en mltiples
lugares simultneamente.
El tiempo de la audiencia ya no es solamente limitado.
Tres barras de progreso con diferente aceleracin estn
haciendo cada vez ms complejo entender el fenmeno
para reinterpretarlo y traducirlo en mejores prcticas
profesionales y organizacionales que, a su vez, posibiliten
generar mejores productos. La transformacin de la
percepcin del tiempo, la fragmentacin y expansin de su
disponibilidad estn cambiando las reglas del juego de los
medios en forma dramtica.
El tiempo es clave: es una variable crucial en la
produccin, en la distribucin y en el consumo de
informacin. Pero tambin lo es ahora en la percepcin de
la calidad y la excelencia de un producto o servicio
informativo.
El prime time de la televisin es por la noche porque es
el momento en que hay ms personas mirando algo de la
programacin. La audiencia ya regres a su casa despus
de una jornada habitual y est dispuesta a invertir su
tiempo. El contenido ms atractivo gana. Son entre dos y
tres horas, a todo o nada. El zapping y la dispersin
acechan.
-
El prime time de los diarios impresos fue histricamente
por la maana. Leer las noticias antes de salir de casa era
una actividad importante para estar informados durante
todo el da y hasta la noche, cuando algunas noticias ms
estaran disponibles desde la televisin. Cuando
aparecieron los diarios impresos, y durante su auge, el
tiempo de consumo de medios tampoco era abundante.
Duraba, minutos ms minutos menos, lo que duraba el
desayuno o el viaje en el transporte pblico hacia el
trabajo.
As, hasta hace slo unos aos, la batalla de los medios
por el tiempo disponible de la audiencia tena espacios
bastante bien definidos. Los editores de los diarios saban
cundo y cmo se consumira el contenido que producan.
El contexto y el hbito de consumo estaban trazados por la
arquitectura de la vida cotidiana promedio de la audiencia
del medio. Lo que tambin, claro est, defina sus
intereses. Lo mismo ocurra con la televisin. Los medios
eran, en su mayora, generalistas porque la vida era
generalista.
Pero, y si todo eso cambi? Y si no existe ms? Si se
fue y ya no funciona de esa manera? Y si ahora no ocurre
tan as? El tiempo disponible de la audiencia se
transforma, se fragmenta y se expande. Internet y la
conectividad intersticial son motores y beneficiarios de
esos tres procesos simultneos. Y los dispositivos mviles
muy particularmente. El prime time de Internet y de los
medios digitales est dejando de ser los horarios de
oficina, o el tiempo de exposicin a una computadora
porque la conectividad se expande hacia los espacios
transitorios.
-
No todos lo aceptan, pero todos sabemos o intuimos qu
est pasando. De alguna manera estamos produciendo
medios periodsticos para una audiencia que ya no est
ah. Para una audiencia que no tiene tiempo. O que lo tiene
de otra forma y tambin para muchas otras cosas ms.
Tenemos un producto de otra poca,[3] para otra
generacin de hbitos y costumbres, y no sabemos cmo
producir una actualizacin en sintona, ya no con el futuro,
con el presente.
Buena parte de los editores de los diarios online no
tienen la menor idea acerca del contexto en el que la
audiencia encuentra las noticias. Algunos, menos aun,
saben que ese proceso se est invirtiendo y que las noticias
ahora encuentran a la audiencia. Lo mismo ocurre con los
productores audiovisuales. Esto no es un problema que
padecen unos cuantos profesionales. Es un signo de la
poca. Parte de una transicin profesional y de una
transformacin de la industria.
Nadie sabe dnde est la audiencia porque la audiencia
no est en ningn lugar. La audiencia ahora fluye. Est en
todas partes y no slo desayunando o relajndose despus
de un da normal de una vida normal en un mundo normal.
No est ah sentada esperando tu contenido. Tus primicias,
tus contrapicados, tus promesas. Mucho menos,
necesariamente, dentro de las fronteras de lo nacional. El
tiempo de la audiencia est hackeando la incapacidad y la
resistencia al cambio que reina y gobierna en la mayora
de las organizaciones de medios.
La vida cotidiana de la audiencia se transforma, se
fragmenta y se expande al ritmo que esos tres procesos
redisean los espacios urbanos y los ambientes
profesionales, familiares y domsticos. Las formas
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-3
-
narrativas que les ofrecemos no son permeables a esos
cambios, y eso en la mayor parte de los casos ni siquiera
es tema de conversacin casual en las redacciones.
La audiencia ahora consume en pldoras,[4] en todo
momento y desde cualquier parte. En lo que dura un
semforo en rojo mientras maneja. En el subte. En la
oficina. Durante el almuerzo. Mientras espera a su pareja.
Antes de empezar una reunin. En el taxi. En la demora de
la cita con el dentista. En la fila para pagar en el
supermercado. En todos lados. En ninguno. De paso. Sin
compromisos ni especial atencin.[5]
Aun as, la peor noticia para los publishers no es esa. Si
no el hecho de que el promedio de los que llevan esa vida,
con toda probabilidad producto de su conectividad de
continua interrupcin, se sienten informados y con el
control del flujo de contenidos de sus vidas.
Los diseos de nuestros productos editoriales estn
pensados para otra cosa, para otra conformacin de la
audiencia, para otro tiempo, para contextos constantes, y
no para flujos sociales discontinuos. Estn dirigidos a
pblicos mapeados por poder adquisitivo y no por hbitos
de consumo. El tiempo y la arquitectura de la rutina
cotidiana de la audiencia dice o nos debera decir ms que
su cuenta corriente en el banco. Ms que su puesto. Ms
que el barrio donde vive.
En el mejor de los casos, nuestras pldoras son
riqusimas. Las mejores. Pero son enormes y difciles de
tragar. Son difciles de transportar y compartir. Son una
cruz difcil de cargar para la audiencia en una jornada
corriente.
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-4../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-5
-
La buena noticia es que la audiencia consume ms
informacin y contenidos que nunca antes en toda la
historia de la humanidad. Pero ese tiempo, vamos de
nuevo, se est transformando, se est fragmentando y a la
vez se est expandiendo a zonas de la vida cotidiana que
jams imaginamos que podramos acceder con nuestros
productos y servicios. En ese sentido, la oportunidad para
quienes trabajamos en organizaciones de medios es
invalorable.
En televisin siempre dicen que: el tiempo es tirano,
cuando tienen que terminar el programa y dejar al
entrevistado con treinta segundos para que se las arregle.
La audiencia, ahora, nos est diciendo a los periodistas:
El tiempo es tirano. Pero no la escuchamos y creemos
que la grilla de programacin todava est en nuestras
manos y bajo nuestro absoluto control. Pero no estamos en
el aire, estamos en un lugar donde en otra poca haba
audiencia con tiempo disponible. Y si a la industria le
quedan treinta segundos para arreglrselas?
Periodismo intersticial en pldoras
Una de las fotos menos movidas que tenemos sobre lo
que est pasando con el tiempo de la audiencia la tom
Roberto Igarza en Burbujas de Ocio, nuevas formas de
consumo cultural (La Cruja, 2009). En esa obra da cuenta
de una serie de tendencias muy poderosas sobre las nuevas
formas de consumo en el seno de las ciudades post-
urbanas. Metrpolis con millones de nodos mviles y fijos
donde reinan la fluidez y la manipulacin de datos con
efectos dramticos en la organizacin espacio/tiempo.
Nuevos contextos donde el consumo habita cada vez ms
en las micropausas que ofrece y hasta impone la nueva
configuracin urbana.
-
Ahora, explica Igarza, el ocio ocurre entre bloques
productivos y los medios sociales introducen al usuario
en un tiempo de ocio participativo. Es precisamente all,
en esos bloques de tiempo donde quienes trabajamos en
las organizaciones de medios podemos encontrar nuevas
oportunidades. Qu podemos hacer con esta situacin que
describe Igarza: Una persona que consume una hora de
trayecto de ida al trabajo y otra de regreso est
consumiendo por ao el equivalente a la cursada de una
mesara de dos aos de duracin, a 63 das de trabajo o
simplemente a doce semanas de su vida.
Superoferta heterognea de brevedades,
sobreproduccin de contenidos y pildorizacin cultural.
En la nueva infraestructura de datos y conectividad ubicua
conviven prcticas sociales diferentes como nunca
antes,[6]y el consumo intermitente de medios puede abrir
como est sucediendo en Asia sobre todo, donde, en
Japn por ejemplo, en 2008, entre los diez best sellers de
la industria editorial, los tres primeros fueron relatos
escritos en o a travs de celulares[7] nuevas posibilidades
para la distribucin de productos y servicios culturales.
El mundo tiende a urbano, no a rural, y esa
transformacin social es una fuente de oportunidades para
nuevos productos y servicios, para narrativas que jams se
nos hubieran ocurrido. Los datos que ofrece Igarza
enBurbujas de Ocio son as de contundentes: Ms de
1.500 millones de personas viven en las 476 ciudades que
tienen ms de un milln de habitantes. La poblacin
urbana era el 3% de la poblacin mundial en 1800, el 14%
en 1900, el 30% en 1950, y el 50% en el 2009. Existe
cierto consenso respecto de que la poblacin urbana
superar el 70% del total mundial en el 2050.
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-6../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-7
-
Como sintetiza el autor, slo hacen falta contenidos
adecuados, que no por ser brevedades, son carentes de
calidad. La brevedad no est condenada a hacer efmera y
voltil y, por ende, adjudicarle falta de valor es
excesivamente prejuicioso y contraproducente.
Los fabricantes de hardware especialmente aquellos
que operan en la industria de los dispositivos mviles y
las empresas de desarrollo de software estn atendiendo la
realidad que describe Roberto Igarza en Burbujas de ocio.
Incluso verdaderos gigantes de la industria digital, como
Apple o Google, estn orientando investigacin, esfuerzos
y recursos cada vez ms enfocados en esa direccin de
hbitos de consumo. Google con su desarrollo del sistema
operativo Android y Apple primero con los iPods, pero
ltimamente con el iPhone y el iPad, estn radicalizando
su apuesta y alineando los indicadores de eficiencia a la
conquista de las burbujas de ocio cada vez ms presentes
en la vida cotidiana de miles de millones de personas que
habitan en contextos urbanos.
La contracara del fenmeno est protagonizada por
losplublishers tradicionales, especialmente en Amrica
Latina. Tenemos que, rpidamente, hacer algo con esta
situacin. Y, adems, tenemos que hacerlo bien.
En busca de las leyes de la hiperconectividad
Los gerentes de las automotrices japonesas lo tienen as
de claro: sus principales competidores ya no son slo las
marcas que fabrican y venden autos. En su negocio ahora
lidian tambin con la expansin de los telfonos celulares.
La movilidad individual que ofrecan los automviles
ahora compite en el segmento de los posibles compradores
ms jvenes con la autonoma y la sensacin de estar
-
conectados que ofrecen los dispositivos mviles. La
independencia y la libertad que ofreca ese sector de la
industria del transporte padeci un verdadero jaque
sociolgico con la crisis financiera. Para muchos, ahora la
forma de estar en cualquier lado no es autodesplazndose
fsicamente por las ciudades, sino conectndose en forma
virtual.
Con esa referencia comienza el libro The Six Immutable
Laws of Mobile Business (Wiley, 2010), escrito por Philip
Sugai, fundador y director del Mobile Consumer Lab de la
International University of Japan; Marco Koeder,
Executive Director of Cybermedia; y Ludovico Ciferri,
Research Manager at Istituto Superiore Mario Boella, y
profesor de Mobile Business Strategy and Private Equity
& Venture Capital tambin en International University of
Japan.
Los autores estn convencidos de que Japn es el mayor
laboratorio para los negocios mobile, y que en ese
mercado se puede aprender de las seis leyes que la
industria mobileglobal est expandiendo hacia pases
completamente distintos. Si bien el mercado japons tiene
particularidades imposibles de trasladar linealmente a
otras regiones del planeta (estamos hablando de una
sociedad que tiene, por ejemplo, ms del 85 por ciento de
sus telfonos con conexin 3G), se dan seis fenmenos
comunes que ofician de marco para el desarrollo de
cualquier negocio y cultura mvil: el valor de uso sobre
las prcticas culturales; el valor de la diferenciacin de las
zonas de tiempo de la sociedad; la conformacin de una
ecologa de productos y servicios cada ves ms
relacionados e interoperables; el empoderamiento social
que posibilita la conectividad ubicua; el diseo de modelos
-
de negocios enfocados completamente en la movilidad; y
el equilibrio conceptual entre complejidad y simplicidad
(simplexity).[8]
The Six Immutable Laws of Mobile Business funciona
como un banco de experiencias, indicadores actualizados,
grficos ilustrativos, testimonios, aprendizajes
corporativos, productos y servicios posibles vinculados al
entretenimiento, la informacin, las redes sociales y las
transacciones. Se trata, con todo, de un libro que atiende el
rediseo urbano y social en el que coexisten tiempos y
nuevas formas de consumo (in-between time / golden time)
sobre los que trabajar para ofrecer nuevas experiencias a
usuarios diversos e hiperconectados.
Obsesionados, o vctimas de la inercia de la industria,
con ofrecer productos y servicios para esa zona de la vida
cotidiana en la que el tiempo vale oro, para quienes
trabajamos en medios digitales, The Six Immutable
Lawsavanza con una mirada renovadora, que encuentra
formatos, expone nuevos diseos y reivindica experiencias
posibles para las burbujas de ocio y los tiempos de espera
que imponen cada vez ms las grandes ciudades.
Aplicable a muchas ciudades de Amrica Latina, incluso
en aquellas donde la planificacin urbana es ms un
accidente que un programa de desarrollo estratgico.
Lo que producimos en los medios online todava est
muy ntimamente relacionado a una temporalidad de
lectura, escritura y consumo de medios diseada en otra
poca, para contextos urbanos en los que la informacin
era escasa y el tiempo abundante. Ahora que esa ecuacin
se vuelve inversa, estamos atendiendo esas nuevas zonas
de tiempo de las que disponen las audiencias?
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-8
-
Mucho se discute sobre el futuro del periodismo, el de
la industria de los medios y el de los publishers en
particular. Enfocamos nuestros esfuerzos en disear
modelos de negocios para productos que sencillamente ya
no caben en la vida cotidiana de las audiencias ni en la
narrativa que las ciudades proponen a las personas que las
habitan. Los productos y servicios que generamos van a
tener solucin de continuidad sostenible cuando estn
diseados para las audiencias que en este instante estn el
metro, en una sala de espera, por encontrarse con alguien
en un bar o aburridos en una reunin. Brevedades on
demand, pldoras a la carta. Una larga cola de productos y
servicios informativos, transaccionales, de entretenimiento
y expresin.
Los nuevos medios pican en punta: in-between time
Quienes estn detrs de los medios sociales de mayor
xito y atraccin, como Facebook, Twitter o Youtube,
Last.fm o Grooveshark, tienen claro precisamente ese
fenmeno y lo estn atendiendo. Saben que su terreno de
batalla por el tiempo de atencin de la audiencia es in-
between time. Son mquinas sociales de interrupcin y
distraccin. Minan la atencin.[9] Por el contrario, los
medios tradicionales continan intentando sostener el
dominio del golden time. El tiempo que, literalmente, vale
oro. El tiempo de dedicacin y atencin exclusivo que est
en vas de extincin.
El diseo de producto de los diarios est atado al tiempo
originario de circulacin de la informacin que producan
las primeras empresas periodsticas del mundo: una vez al
da. Los diarios, incluso lo ms conservadores, aun
aquellos que adoptan las peores estrategias, ya no son
diarios, son permanentes, o intermitentes, continuos. Los
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-9
-
diarios ahora se producen, circulan y se consumen todo el
tiempo, no slo a diario.
Si los gerentes de las automotrices japonesas se asumen
competidores de los fabricantes de telfonos celulares y de
los proveedores de conectividad mvil, los gerentes de los
medios de comunicacin, por qu no, deberamos
comenzar a adoptar una mirada en sintona con esa
transformacin del mercado. Existen nuevas necesidades
que podemos satisfacer, pero tambin existen las de
siempre que se estn satisfaciendo de maneras totalmente
diferentes a otra poca.
Si los jvenes japoneses, vctimas del cimbronazo de la
ltima crisis financiera internacional, estn repensando la
forma de satisfacer sus necesidades de estar en cualquier
lugar, poniendo en la misma bolsa a los autos que a los
telfonos celulares, preguntmonos qu est pasando con
la audiencia de nuestros medios. La gente se est
informando pero, aceptemos esto, estn poniendo nuestros
productos y servicios, nuestra especialidad, en la misma
bolsa que a las redes y medios sociales. La audiencia
necesita noticias e informacin confiable, pero, eso
equivale a afirmar que necesita medios tradicionales y
periodistas? Probablemente no.
La zona de tiempo golden time se est comprimiendo,
se est atomizando y est siendo cuestionada por hbitos
de consumo de informacin donde reina la instantaneidad.
La zona de tiempo in-between time, hace slo unos aos
una porcin marginal de la disponibilidad de atencin, se
est transformando en el long tail de la disponibilidad de
atencin. Los nuevos medios y los medios sociales se
estn apoderando rpidamente de ese terreno.
-
En ese sentido, a la mirada de Roberto Igarza que
comentamos antes, hay que sumarle la de Clay Shirky. En
2010 public su segundo libro, Cognitive Surplus, en el
que reflexiona sobre el nuevo capital social que tiene
como componente clave la explosin del tiempo libre
atomizado. Shirky sostiene que, como ocurri con la
industrializacin, asistimos a un proceso en el que no slo
nos encontramos nuevas formas de trabajo, tambin
nuevas formas de vivir. Shirky pone el acento en las
nuevas formas emergentes de creatividad y generosidad,
no productos pero s posibles precisamente por la
hiperconectividad y el nuevo diseo de la vida cotidiana.
Las nuevas herramientas no generan los nuevos hbitos,
explica, pero los absorben naturalmente. Flexibles, baratos
e inclusivos, los nuevos medios sociales ofrecen
alternativas para nuevas zonas de tiempo.
El miedo a la brevedad
Los periodistas se quejan. Siempre. Casi por todo. Pero
con relacin al tiempo tienen argumentos canonizados. Sin
tiempo suficiente, esgrimen muchos, no es posible
producir periodismo serio. Sin tiempo suficiente, la
audiencia no puede informarse adecuadamente. En el
gremio se asocia, muy arbitrariamente, la escasez de
tiempo de produccin y consumo a la superficialidad de lo
que puede producirse. Y se asocia, tambin, a la
superficialidad y la velocidad con la carencia o escasez de
valor y calidad. Esta axiologa insostenible es,
naturalmente, reproducida por la mayora de los
programas de formacin periodstica en institutos y
universidades.
A menor tiempo para preparar un artculo, un video, un
diseo, o cualquier pieza editorial, menos posibilidades de
-
ofrecer algo decente, profundo. A menor cantidad de
tiempo disponible para invertir en la lectura de un artculo,
menor es la capacidad de profundizar sobre el tema en
cuestin. Es tan as? No es ese el lmite de cualquier
discusin y el cepo que nos imposibilita avanzar?
Alessandro Baricco public en 2006 Los brbaros,
ensayo sobre la mutacin. En 2010, cuatro aos despus,
escribi una secuela fechada en 2026 para
la Wired italiana.[10]Mordaz, desarticula a crticos y fans,
a quienes todava piensan que el sentido de las cosas fue
puesto en una celda secreta, a quienes confunden la
supresin de la profundidad con la abolicin del sentido y,
de paso, tambin a quienes creen que supervisan la cabina
de mutacin. Arremete en ese artculo con: La
profundidad est sobrevalorada? La profundidad es un
gran mito? La superficialidad es insignificante? O la
superficialidad es todo? O tambin est sobrevalorada?
Pone en tela de juicio una serie de valoraciones que tienen
subyacente al tiempo como componente clave.
Si el tiempo es clave para el futuro de la industria de los
contenidos y de los medios, tambin ser clave poner en
discusin conceptos como valor, profundidad, velocidad o
superficialidad. El miedo a la brevedad conjuga, en ese
sentido, los prejuicios y el folclore de argumentos que no
dan para ms.
Apple entendi este fenmeno hace aos cuando
redise el producto de venta desde iTunes. No todos
estn dispuestos a comprar un disco. Pero muchos estn
dispuestos a pagar por una cancin. Resultado:
atomizacin del producto y personalizacin de la
experiencia de consumo; portabilidad y desagregacin.
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-10
-
Hay que hacerla corta
El negocio del periodismo siempre estuvo basado en la
agregacin, en la compresin y en la sntesis de
informacin. Las agencias de noticias fueron creadas y
contratadas por los medios con ese fin: agregacin y
sntesis. Ahora muchos se sorprenden porque algunas
compaas estn llevando adelante la agregacin
asistiendo la tarea con algoritmos y la sntesis remixando y
reutilizando contenido disponible en la red.[11]
La discusin sobre el tiempo es tambin una discusin
sobre los criterios de calidad y de valor agregado, como
veremos ms adelante en la parte que en este libro le
dedicamos al valor. Porque si la brevedad impera en la
vida cotidiana de la audiencia, y la compresin de la
produccin y el consumo de contenidos se est
radicalizando, vamos a tener que decidir si escapar,
negociar o hacernos socios de esos nuevos hbitos,
demandas y oportunidades, que tienen que ver con el
futuro, s, pero ya estn totalmente visibles en el mercado
actual.
Cualquier periodista que edite un sitio online sabe que
las noticias de mayor extensin son las menos ledas y las
menos comentadas. Tambin las menos compartidas
pormail y en redes sociales. La extensin ya no es
sinnimo de profundidad y valor. La reflexin extensa no
es ya necesariamente equivalente a contenido de calidad.
La brevedad es parte del paradigma de valor percibido por
la audiencia.
Los contenidos breves, aun cuando no son originales,
distan de ser carentes de valor. Ms aun: la brevedad es un
servicio. En sitios periodsticos como newser.com saben
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-11
-
que las formas mueren.[12] Un artculo de The New York
Timesde 3.500 caracteres es menos valioso que el que lo
resume. Porque no slo obtengo la misma informacin,
sino que la consigo ms rpido.
Las formas mueren. Los soportes tambin. No hay
chances de sobrevivir haciendo lo mismo de siempre pero
ms rpido. No vamos a volvernos atractivos para la
audiencia y los anunciantes, ni rentables, haciendo lo de
siempre pero ms barato a mayor velocidad. La velocidad
sin precisin no es una buena estrategia. Como tampoco lo
es la precisin entendida como antao. La realidad
impugna las metodologas de medios y periodistas.
Estamos produciendo un cctel explosivo: los soportes
del futuro con las formas narrativas del pasado.
En las organizaciones de medios estamos obsesionados
con los soportes y eso nos est arruinando. Si el contenido
es transmedia, los medios sern postsoporte.
Las necesidades mutan en su forma. Pero las formas
mueren y no se reencarnan. Mueren. La precisin
periodstica tradicional desde siempre se entendi como la
capacidad[13] de detallar sucesos y acontecimientos.
Documentar al detalle siempre fue una forma de precisin,
porque otras formas de precisin estaban aseguradas:
sabamos cmo llegar a los lectores, cundo, en dnde y
con qu diseo de la informacin.
Es una garanta saber cmo, en dnde y cundo los
lectores se van a encontrar con lo que producs. Saber que
este prrafo va a ser ledo maana a la maana, en
determinado contexto, la mesa de una cocina, con un caf
que acompaa al lector antes de ir a trabajar, o en una
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-12../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-13
-
cama, el domingo por la maana, supone toda una serie de
variables dadas en torno al contexto de consumo.
La digitalizacin acab con eso. No es lo mismo pero
ms rpido. Quiz es ms rpido, pero con toda
probabilidad no es lo mismo.
A comienzos de la segunda dcada del siglo XXI
tenemos pocas certezas. Pero una, quiz la primera, y
resistida por el gremio de lado a lado por considerarla
contraria a una de las propiedades de lo que
tradicionalmente constitua la calidad, es la brevedad.
La audiencia est en todas partes. En contextos
mltiples. De paso. La audiencia es turista en el soporte.
Producir brevedades, cpsulas y pldoras de contenido es
clave. Menos es ms.
El negocio de las noticias siempre estuvo relacionado a
la agregacin, a la compresin y la sntesis de
informacin. La sntesis de la sntesis es algo muy breve.
Y sobre todo algo muy difcil de producir, algo para lo que
no hemos sido preparados.
Segunda parte.
La audiencia
La audiencia es uno de los cuatro temas clave de este
libro, porque como el tiempo, el valor y la organizacin, la
audiencia se transforma, se fragmenta y se expande.
Durante los ltimos quince aos, el rol de la audiencia ha
mutado sensiblemente. Lo que podemos entender por
-
audiencia hoy es algo totalmente distinto a lo que
conocamos en las organizaciones de medios hasta hace
poco tiempo atrs: receptores ms o menos pasivos y ms
o menos crticos de lo que consuman. Ese simplismo ya
no tiene lugar.
La audiencia ya no es eso. La amateurizacin masiva de
la produccin[14] y publicacin de contenidos es un
fenmeno irreversible. Tambin, y no en menor medida, la
audiencia es clave como agente de la distribucin de los
contenidos que producen y que generan los medios. No
vale decir ya que la audiencia tiene ms poder que antes
de la aparicin de Internet. Cabe decir que la audiencia
tiene el poder. Con similares herramientas y tecnologas
de las que disponen los publishers, la audiencia se vuelve
invencible en la batalla de la escala.
La audiencia como blanco de los contenidos de los
medios de comunicacin no existe ms. La audiencia
invirti la ecuacin. Hasta hace slo unos aos, nos
contbamos, deba ser entrenada para no creer en todo lo
que dicen y muestran los grandes medios. Ahora son los
medios aquellos que ensayan estrategias de filtrado para
los cada vez ms complejos volmenes de informacin y
contenidos que produce y distribuye la audiencia, a cero
costo y con cero ganancias,[15] y, sobre todo, con una
capacidad de propagacin sin precedentes.
La industria del software comenz a transitar un
proceso similar en la dcada del ochenta. La invencin
del softwarelibre y la multiplicacin de las comunidades
de desarrollo desoftware de cdigo abierto no llevaron a la
quiebra a todas las empresas ni transformaron
en commodities a las piezas de software. Por ir al grano y
poner un ejemplo, el softwarelibre no destruy a
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-14../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-15
-
Microsoft, ni lo destruir. Lo empuj a reinventarse. La
produccin y disponibilizacin de softwareabierto y a
veces gratuito no acab con el trabajo de los
desarrolladores y programadores. Pero s redise para
siempre a la profesin y el mercado.
La industria discogrfica, como todos sabemos, no
corri con la misma suerte que la del software. El nuevo
rol de la audiencia jaque el negocio de las grandes
productoras de discos. El abaratamiento de los costos de
las herramientas y tecnologas digitales de produccin y
reproduccin signific, en este caso, un cncer que, ya no
es arriesgado decirlo, no encontrar cura para la escala de
prdidas que propuls.
Las industrias del software y de la msica son dos caras
de la misma moneda. Son dos casos donde la audiencia ha
entrado con toda potencia y rol protagnico en la vida de
las organizaciones que constituan el liderazgo del
mercado. Son dos industrias que, producto de una nueva
audiencia ms gil, participativa y comprometida; con
herramientas y competencias nuevas han cambiado
radicalmente en muy pocos aos. La industria de los
medios an no decide qu camino elegir, aunque
cualquiera de ustedes lo vean clarsimo y yo tambin.
La participacin de la audiencia es un fenmeno que
excede a nuestra industria. La gastronmica, por ejemplo,
no slo no retrocedi con el impacto de Internet. Se est
volviendo cada vez ms fuerte y eficiente. Los chefs y
cocineros no slo no ocultan las recetas de sus platos.
Publican y explican al detalle cmo prepararlos en
programas de televisin, blogs y toda clase de plataformas
y soportes. La industria gastronmica es un ejemplo clave
en esto de liberar el contenido, abrirse a la audiencia y
-
centrarse en la experiencia del usuario: el negocio de los
hombres y mujeres de la gastronoma no est atado al
contenido de la receta sino a la experiencia de quien la
prepara en casa o consume en un restaurante.
Est claro que la audiencia se est transformado
profundamente, en el sentido de que est asumiendo roles
inditos y llevando a cabo actividades sin comparacin en
la historia de los medios de comunicacin. Pero tambin
se est fragmentando y expandiendo y esto implica un
serio riesgo para las organizaciones de medios que no
estn interesadas o lo suficientemente abiertas e
informadas para acompaar el fenmeno. La audiencia
est en todas partes y, como vimos en el captulo anterior,
en todo momento. La audiencia es un flujo distribuido y
autnomo que tiene el control total de su trayectoria, y lo
que producimos en la industria de los medios tiende a
tener valor y precio deflacionarios porque ya no somos los
nicos que contamos con los medios de produccin y la
logstica y canales de distribucin. De hecho, y esto se ve
cada vez ms claramente en los procesos de distribucin,
cada vez dependemos ms de la audiencia para construir
valor.
Si la digitalizacin de la informacin y la masificacin
de las herramientas para generar y publicar contenidos no
solo volvi ms barata la produccin, volvi a los medios
programables y personalizables.[16] Si los medios son
programables es porque cada miembro de la audiencia es
un programador.[17] Muchos de ellos no sabrn escribir
una sola lnea de cdigo, pero se las arreglan para
configurar su dieta informativa[18] y propagar lo que les
interesa entre aquellas personas que les interesa hacerlo.
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-16../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-17../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-18
-
La audiencia entendida como una porcin de mercado
circunscripta al territorio fsico de distribucin puede ser
actualmente una definicin irrisoria e ingenua. La
audiencia, adems, ya no se compone por todas aquellas
personas que desean conscientemente consumir los
contenidos de una marca o un medio: quienes estamos a
cargo de sitios de noticias sabemos que cada vez son ms
quienes se cruzan con nuestros contenidos en Internet, o
los encuentran en forma aleatoria y casual, volviendo a las
estrategias de SEO tan importantes como las marcas, los
ltimos bastiones de valor y credibilidad de los medios de
comunicacin.
La audiencia, por otro lado, ya no es una masa amorfa
de personas (incluso en algunos casos ni siquiera son
personas, sino tambin robots y algoritmos). Sabemos ms
que nunca sobre la audiencia. Contamos con una cantidad
de informacin muy valiosa sobre cada uno de sus
miembros, sus hbitos y el uso que hacen de los productos
y servicios que les ofrecemos online. Contamos con una
capacidad de segmentacin sin precedentes. Pero poco
hacemos con ese conocimiento. Casi no hay en los medios
especialistas en traducirlos a nuevas prcticas
profesionales. Subvaluamos esa informacin quiz porque
no todos comprendemos todava que la audiencia ha
cambiado dramticamente y ya no ser jams lo que supo
ser.
Lo mismo vale para el contenido editorial, los servicios
y la publicidad. En ese sentido, estamos ofreciendo a los
anunciantes espacios publicitarios online como si se
trataran de espacios de va pblica.
La frontera entre productores y consumidores se est
desdibujando cada vez ms. No se trata de hablar de
-
prosumidores, periodismo ciudadano o entornos
participativos. Se trata, s, de un nuevo animal meditico.
De una nueva especie que est transformado la cadena
alimenticia de una ecologa hasta hace pocos aos
endogmica y autoreferencial.
La audiencia, como el tiempo, el valor y la organizacin
se vuelve inasible. No tenemos categoras eficientes para
entenderla y, sin miedo a equivocarme, dira que quedaron
obsoletas buena parte de las teoras que durante el siglo
pasado intentaron estudiar el fenmeno. La audiencia ya
no puede ser pensada como un componente ms en la vida
de los medios. Ya no tiene sentido que hablemos de ella
sin establecer pautas que conecten con conceptos crticos
como tiempo, valor y organizacin.
Cuando la informacin era escasa y el tiempo
abundante, los medios de produccin, publicacin y
circulacin eran muy costosos, y estaban en manos de las
empresas periodsticas y editoriales. Ahora la informacin
es abundante, el tiempo escaso y el costo de las
herramientas tiende a cero. De repente,
los publishers estn en el lugar equivocado. Y nosotros,
quienes los producimos, junto con ellos en una zona de
incertidumbre sin igual. Los recursos diferenciales ya no
son los medios de produccin, sino el tiempo. Y la
audiencia tiene el control de esa variable.
Los amateurs toman la bastilla
Lo que hasta hace poco entendamos como una porcin
de mercado se est transformando en otra cosa. La
audiencia est construyendo y asumiendo en tiempo real
un rol hbrido, clave en la vida de los medios. Ya no
porque compran el diario, miran un programa de televisin
-
o visitan un sitio Web. Tampoco porque comenten las
noticias de las ediciones online de los diarios. La
audiencia se est convirtiendo en la mdula funcional de
los medios. Y su rol clave no es el consumo per se.
Tampoco lo es la produccin de contenidos como muchos
todava creen.
La audiencia actualmente es la mdula y el motor de la
distribucin de contenidos. La circulacin de contenidos
nunca antes estuvo tan optimizada, fue tan precisa y
estuvo tan expandida como alineada con los intereses de la
audiencia como ahora. La audiencia propaga el contenido
hacia donde debe ir. La audiencia recibe el contenido que
le interesa sin importar los canales de distribucin que un
medio de comunicacin utilice o quiera fortalecer. La
circulacin est totalmente fuera de control tal y como era
entendido durante el siglo pasado.
El fenmeno ms significativo en torno a las audiencias
para la economa de los medios es la amateurizacin
masiva de la produccin de contenidos y su circulacin
potencialmente ilimitada. La propiedad y el acceso a los
medios de produccin, publicacin y distribucin siempre
fue una de las diferencias sustanciales entre periodistas y
audiencia. Se supone, y se cuenta que no es as, que un
periodista es mucho ms que eso. Que hay que saber
contar historias, validar fuentes y todos los clichs que el
microclima se repite a diario y en cuanta conferencia sea
posible y haya oportunidad.
La amateurizacin de la publicacin est haciendo
estallar las reglas del juego de medios y
periodistas.[19] No se trata de meros prosumidores, es
decir, personas que adems de consumir, producen
informacin. Entender de otra manera a la audiencia es, en
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-19
-
primer lugar, entendernos los periodistas de otra manera a
nosotros mismos, entender de otra manera el valor que
solamos agregar y llevar a otra dimensin la
especializacin de nuestro trabajo.
Los amateurs, la audiencia, estn asumiendo roles
otrora reservados en exclusiva para quienes trabajaban en
la industria. El impacto, como veremos ms adelante, no
slo se puede traducir en una redefinicin de la profesin
periodstica y del rol de los medios de comunicacin en la
sociedad, sino sobre todo en un desplazamiento gradual de
la cadena de creacin de valor hacia afuera de las
organizaciones periodsticas.
Los nuevos sindicatos de distribucin
Las audiencias son los nuevos sindicatos de
distribucin. Con-trolan los flujos de circulacin de
contenidos. La empresa de medios ms poderosa del
mundo no podra de ninguna forma competir con esa
capacidad y escala. La eficiencia con la que la audiencia
actualmente genera la distribucin era impensable hace
slo diez aos.
Esta situacin cambia las reglas del juego y el core del
negocio de los medios. Si las organizaciones de medios no
tienen el control de cmo se distribuye su contenido no
estn en una posicin favorable como antao, cuando esa
capacidad estaba totalmente en su poder.
Entender que la audiencia es el nuevo sindicato de
distribucin podra ser un sinnimo de catstrofe para los
medios que tienen atados sus modelos de negocios a la
circulacin y a los soportes de distribucin.
-
Cul es la misin de los publishers en un mundo donde
la audiencia produce contenidos,[20] tienen el total control
de la circulacin y es blanco, a la vez, de los productos y
servicios de los medios corporativos y de los medios
sociales, podra ser un marco de reflexin clave para
entender la coyuntura de la industria pero, sobre todo, para
disear las nuevas estrategias de reinvencin de la
organizacin y de los productos.
La transformacin que supone esa pregunta retrica est
a la altura de no menos que una transformacin industrial
que desplaza con su advenimiento toda certeza cultural y
estabilidad financiera que configuraban el marco en el que
los medios de comunicacin generaron dividendos durante
el siglo pasado, al mismo tiempo que construan marcas
poderosas de las que actualmente viven y todava son un
capital, a priori, irremplazable.
El algoritmo es una resonancia de la audiencia
Los algoritmos y los robots tambin son parte de la
audiencia. Quienes trabajamos produciendo
medios onlinesabemos que una parte importante de la
audiencia conformada por humanos, probablemente entre
el 20 y el 50 por ciento, accede a nuestros contenidos por
sugerencia de ecuaciones artificiales y no necesariamente
por recomendacin de su red social. Los algoritmos de los
buscadores muy particularmente consultan los contenidos
que producimos en los medios decenas y hasta centenares
de miles de veces cada da, para poder mediar de la forma
ms eficiente con la audiencia que los consulta.
En el gremio periodstico, el ombliguismo fomenta dos
miradas maniqueas sobre los algoritmos: la del bien y la
del mal. No hay mucho margen para pensar entre las dos,
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-20
-
menos para hacer: su aparicin salvar el negocio o
liquidar a los periodistas. O la versin pro: las dos cosas a
la vez: salvar al negocio liquidando a la profesin.
Algoritmo suena a automatizacin. Suena a hacer ms
rpido y ms barato un trabajo especfico. De ah su
sntesis de ruina cultural y panacea financiera, segn el
lugar que ocupemos en la discusin.
Est claro que esas dos miradas atrasan. Y que
probablemente las dos estn equivocadas o, mejor dicho,
sean marcadamente incompletas. Se trata del miedo
histrico a la autonoma de las mquinas aplicado a una
profesin que padece y no aprovecha la plena alza de
incertidumbre que atraviesa y podra contar a su favor.
Entender a los algoritmos de otra manera, menos
reduccionista, es una misin intelectual mayscula para
repensar lo que hacemos en esta industria donde, se
supona, nada poda ser automatizado.
En mayo de 2010, en el edificio del diario El
Universal de Mxico, una veintena de periodistas de
medios online de Amrica Latina nos reunimos durante
una semana, en el marco de un taller que organiz el
Grupo de Diarios de Amrica (GDA). Asistieron adems,
como invitados internacionales, Jean-Franois Fogel y
Gumersindo Lafuente. Fogel y Lafuente ofrecieron las
exposiciones centrales. El resto de los das, periodistas de
los diarios digitales que conforman el GDA exponan
sobre su trabajo, logros y desafos.
Una maana de esas, Fogel dispar una frase sobre el
final de su exposicin: El algoritmo es una resonancia de
la audiencia. Como suele pasar en estos casos, la
-
afirmacin pas inadvertida, sin especial atencin de
nadie.
El concepto es un aporte valiossimo. Qu nos estaba
tratando de decir? Estaba totalmente consciente de lo que
haba sugerido? Fogel se carg con esa frase una discusin
gobernada por el sinsentido binario, y abri para algunos
de nosotros una nueva propuesta para entender la ecologa
de medios actual, que no est conformada solamente por
medios periodsticos.
Lo primero que supone que un algoritmo sea la
resonancia de la audiencia es que todo lo que hacemos
periodistas, medios y audiencias est mediado
porsoftware. El algoritmo, como un concepto/agente de la
ecologa de medios, no es un mero mecanismo a travs del
cual reemplazar, acelerar y automatizar. Sera restarle
importancia y subestimar su impacto entenderlo en una
forma tan reduccionista. El algoritmo da cuenta de las
interacciones de la audiencia. Es una versin posible de la
produccin y de la circulacin. Tambin es una versin de
la demanda de contenidos en un momento muy puntual del
mercado.
Por otro lado, la afirmacin de Fogel supone algo
esencial: la audiencia opera de tal modo que pone a su
favor al algoritmo. Se hace de recursos interoperables con
el algoritmo de tal forma que incrementa su alcance y
capacidad de consulta, consumo y manipulacin de datos.
Los algoritmos ya no son endogmicos. Cuentan s con
una porcin variable de definiciones e instrucciones. Con
todo, cada algoritmo es una forma de en este caso
organizar la comprensin de la actividad de la audiencia.
-
La audiencia es el contenido
Que un diario online ofrezca contenidos de calidad
asumamos por un momento que ya nos pusimos de
acuerdo en qu entendemos por calidad hoy, noticias e
informacin valiosa asumamos por un momento tambin
que ya nos pusimos de acuerdo en qu entendemos por
valor para sus lectores es cada vez ms el soporte para
otros productos y servicios que la misin y fin supremo de
cualquier empresa periodstica. La audiencia, para los
anunciantes y para los propios usuarios/lectores, tambin
es el contenido.
En un mundo donde la informacin se abraz con la
abundancia de manera irreversible, incluso los llamados
contenidos de calidad, los filtros y las jerarquas
editoriales que invocan al inters comn, generan, de
todos modos, un pastiche inconcluso que la nueva
audiencia no atiende, y que an gozan de relativo xito por
estar a caballo de formas de consumo de distinto origen
que conviven.
Alguien puede seguir insistiendo en pensar que existe
la informacin general, el inters comn, la agenda
nacional o local? Las secciones? Una muestra cabal de
ello, y que da lugar a esa pregunta retrica, es la seguidilla
inapelable de fracasos que han mostrado ser los medios
hiperlocales.[21]Salvo excepciones, la mayora de ellos
descansa en paz en el ciberespacio de las buenas
intenciones.
La ingenuidad de tanto periodista silvestre en creer que
el barrio, lo local, del usuario, de su lector, se circunscribe
al vecindario fsico donde duerme cada noche y recibe las
cuentas cada maana, slo es la expresin ms chata de la
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-21
-
autoevangelizacin y la endogamia. Una forma de
contarse a s mismo que esto es una propuesta diferente,
mal endmico heredado de la formacin de un variado
abanico de carreras relacionadas a la comunicacin, hacer
algo diferente, cuando ni siquiera se forma a los
estudiantes para hacer lo mismo pero bien. Un
porlomenismo nada desdeable, dada la situacin.
Incluso las secciones tradicionales de todo medio de
noticias online, heredadas acrticamente de las ediciones
impresas, expresan otra poca y el diseo del mundo que
se gestiona desde el poder: la economa, la sociedad, la
poltica, etc. En la red, los medios no pueden ser el smil
de un ministerio. Esas no son las categoras con las que los
ciudadanos de a pie piensan/viven/hacen/transitan/dejan el
mundo. O los editores de los online van a seguir
creyendo que las pginas de las secciones casi no generan
impresiones ni atraen visitas slo por cuestiones de diseo
o arquitectura de la informacin? Las secciones no son
atractivas porque, es posible y hasta muy probable, son la
mayor desconexin de los medios respecto de sus lectores.
El vecindario de la audiencia no son slo las IPs que se
conectan desde calles aledaas. Buena parte del vecindario
se virtualiz y en los medios, salvo excepciones, ni nos
enteramos. De hecho, la redes sociales en la Web expresan
en forma irrefutable esa situacin.
Si ponemos en la mira la pica de Facebook o la lrica
de Twitter, es fcil darnos cuenta de que si bien a la hora
de monetizar esas propuestas las dificultades comerciales
no desaparecen, anunciantes y clientes parecen ms
predispuestos y encantados aunque abriendo todos los
paraguas, prejuicios y miedos generacionales por las
-
redes sociales, aun cuando no las entienden o no saben
cmo aprovecharlas.
En sntesis, lo que no terminan por aceptar porque
entender, lo entienden medios, anunciantes, publicistas y
centrales de medios es que si no van directo hacia la
tormenta de interacciones que es la red, asumiendo ese
diseo del mundo, el huracn cargar tambin con ellos,
con sus productos y sus contenidos, sin reconocer
trayectoria, vocacin de servicio, credibilidad o
experiencia. Ocurri con la industria de la msica y la del
periodismo no parece tener seguros contra todo riesgo.
En Facebook, en Twitter, y por donde miren, la
audiencia es audiencia, contenido, productor y agente de la
circulacin a la vez. No se trata de simples prosumidores.
Se trata de otro diseo de los intereses, de otros criterios
de atraccin. Mientras muchos medios y periodistas se
golpean el pecho jactndose de interfaces cocoliches y de
los comentarios abiertos en las noticias que publican, la
audiencia se lleva la fiesta de la informacin a otra parte.
En ese sentido, Facebook y Twitter son los pedagogos
del nuevo periodismo. En las versiones online de los
medios tradicionales, la audiencia slo puede ver lo que
escribieron los periodistas y con suerte comentar
pblicamente, siempre sobre lo que escribieron los
periodistas, y sujetos a moderacin de la elite.
Al final siempre discutimos sobre la agenda setting?
No por mucho tiempo. La audiencia quiere ver a la
audiencia. La audiencia quiere interactuar con la
audiencia, y no slo con un grupo de notables periodistas.
La audiencia no slo es prosumidora. La audiencia setea la
-
agenda con secciones que son sus nodos y contenidos que
son su red. La audiencia es el contenido.
Que esta parte del libro sirva al menos para
preguntarnos esto: Una noticia que revela quines la leen,
comparten, comentan y editan, es ms valiosa que una
idntica desde el punto de vista de la informacin pero que
no ofrece esos componentes?
Antes de Gutenberg, despus de Gutenberg
El modelo de la audiencia que viene no es comparable
con la audiencia que se conform al calor del desarrollo de
la imprenta durante los ltimos 500 aos: la produccin y
circulacin de contenidos estn distribuidas y totalmente
fuera del control de las organizaciones e instituciones. Los
flujos parainstitucionales de creacin e intercambio
avanzan y mutan a una velocidad incomprensible para
Estados y gobiernos, organizaciones y foros internaciones,
medios y academia.
El mapa de las industrias culturales, que hasta hace slo
unos aos nos indignaba con su asimetra Norte-Sur, se
est haciendo aicos. El diseo unilateral de la emisin
cultural, otrora poderoso hasta lo recalcitrante, se est
volviendo inofensivo ante la emergencia de flujos
culturales ubicuos e incontrolables.
Los medios de comunicacin tradicionales, masivos y
exponentes por ejemplaridad de la
comunicacin broadcastuno a muchos son
descendientes del diseo del mundo que la modernidad
propuso imprenta en marcha. Una forma posible e
incompleta de administracin. Organizar la realidad como
un Estado moderno fue para los diarios impresos, la radio
-
y para la televisin una forma de entender y contar lo que
pasa.
Las secciones de cualquier diario son a la informacin
lo que los ministerios a las sociedades. Una forma de
organizar la gestin de los flujos sociales. Una forma de
normalizacin basada en una inercia cognitiva que todava
seduce a muchos.
La diversidad cultural, mediada por una ecologa tan
conceptualmente concentrada, no fue ms que notas al pie
de los flujos estandarizados de los medios que, por
naturaleza, siempre tuvieron como interlocutores ms al
poder que a la sociedad.
El profesor Lars Ole Sauerberg, del Institute for
Literature, Media and Cultural Studies de la University of
Southern Denmark, lanz en 2010 una hiptesis
provocadora que no tard en recibir crticas demoledoras.
Desde el grupo de trabajo The Gutenberg Parenthesis
Research Forum,[22] sugiri que el futuro est en el
pasado. Que Internet constituye una oralidad secundaria,
un parntesis que se cierra quinientos aos despus de
haber sido abierto por la imprenta. El mundo oral, que
predomin en toda la historia previa a la invencin de
Gutenberg, estara de regreso, pero ahora en versin
hiperconectada. Una lnea conceptual muy en sintona con
Marshall Mcluhan y sus esbozos publicados en su libro La
Galaxia Gutenberg(1962).
Internet es una fbrica de diversidad. La arquitectura de
la red que es su poltica[23] cancela el monopolio. La
otredad ahora est en alza. Lo diferente es valioso. La
lgica de los nuevos medios traslada a las personas total
libertad y consecuente responsabilidad para producir,
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-22../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-23
-
distribuir, obtener y remezclar contenidos e interacciones.
El fenmeno parece imparable pese a los variados
esfuerzos de regulacin que nacen obsolesciendo.
El mayor desafo ahora es repensar la diversidad de la
audiencia con nuevas categoras. Ya no como una
compensacin forzada para nivelar las ecuaciones
corporativas de la emisin cultural broadcast o aprovechar
oportunidades coyunturales, sino como flujos broadband:
muchos a muchos.[24]
Si el parntesis Gutenberg se est cerrando y asistimos a
una nueva era de la oralidad, la transformacin de la
audiencia podra ser mucho ms profunda de lo que
sospechamos. La industria de la prensa ha alcanzado su
mayor crecimiento al ritmo que avanz la alfabetizacin
de la audiencia. Una alfabetizacin que tuvo como
principal dinamizador e integrador social a la institucin
escuela, y como tecnologas protagnicas a la palabra
escrita y al libro.
Si el profesor Lars Ole Sauerberg y su equipo estn en
lo cierto, si estamos asistiendo a un cierre gradual de un
parntesis muy extenso que habamos entendido como un
captulo final de una historia reciente, el regreso de un
mundo oral, probablemente tambin mucho ms visual y
simblico, implique una transformacin para la que no
estamos preparados en la industria de los medios, y muy
particularmente en el periodismo.
Sugerir la posibilidad de audiencias con necesidades,
competencias e interacciones posteriores, por fuera o en
paralelo del parntesis Gutenberg podra implicar no
menos que la demolicin de una forma canonizada de
pensar o producir medios de comunicacin. En las
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-24
-
organizaciones de medios, todos nuestros equipos,
nuestros productos y servicios, nuestros circuitos de
creacin de valor y nuestros modelos de negocios estn
orientados a atender a una audiencia que quedara del otro
lado del parntesis.
Si las audiencias optan por ese recorrido postGutenberg,
la informacin ser post periodismo. Al menos tal como lo
conocamos.
Hacia dnde nos llevan las audiencias
Nunca antes hubo tanta audiencia posible de alcanzar
para los periodistas. Nunca antes hubo, tampoco, tantas
capas y niveles posibles de mediacin con la audiencia.
Tantos soportes e interfaces para ofrecer nuestros
productos y servicios informativos a ellas. Tantos
contextos para conocerlas ms, seguir su rastro y buscar
las pistas de sus intereses.
En la era de la escasez informativa, el tiempo disponible
de la audiencia era abundante. En ese entorno nacieron y
crecieron los diarios impresos. Ahora, en la era de la
abundancia informacional, el tiempo es escaso.
La temporalidad del consumo de medios de las
audiencias que pari, a finales del siglo XVIII, el
concepto de opinin pblica y a comienzos del siglo
XIX, la preocupacin por las masas, deberamos al
menos sospecharlo, no es la misma que la de estos das.
De los medios se habla desde la dcada de los aos
veinte del siglo pasado y desde 1950 de la revolucin en
las comunicaciones.[25]
El periodismo nunca creci estrenando soportes, sino
reinventando formatos y propuestas narrativas
../Text/Bibliografia.xhtml#footnote-80403-25
-
sintonizando su oferta con el tiempo y los hbitos de la
vida cotidiana de su poca. Los diarios primero, la radio y
la televisin despus, alcanzaron propulsin periodstica
mucho despus de la gala del soporte.
Si hace 300 aos, los diarios comenzaron a contribuir a
modelar la conciencia nacional al hacer que los lectores
se tomaran en cuenta como comunidad, qu propulsan los
nuevos medios cuando los usuarios son mucho ms que
lectores e interactan entre s?
Las formas de consumo cultural tienden a la
pildorizacin y a lo intersticial. Cuando los medios
llevaban a las audiencias, el destino no fue precisamente el
paraso. Ahora la industria entiende y acepta que las
audiencias llevan a los medios, pero hacia dnde?
Esa es, quizs, la pregunta del milln con la que
cruzaremos de dcada y la que nos obsesiona a no pocos
profesionales en esta parte del mundo.
Pongmoslo en estos trminos: si cambia el periodismo
y los medios, deshagmonos del conductismo, no
necesariamente cambiar la audiencia. Pero si cambia la
audiencia, cambia todo: el mercado, la profesin, la
organizacin, los hbitos, los criterios de valor y calidad,
todo.
Mientras escribo esto, abro Twitter y Gumersindo
Lafuente, adjunto al director en el diario El Pas, de
Espaa, publica una frase que viene en sintona con todo
esto: El reto que tenemos hoy medios y periodistas es
demostrar a la audiencia que podemos ser tiles,
relevantes, necesarios.
-
Preguntmonos entonces, hacia dnde nos llevan las
audiencias. Cules son los criterios de utilidad, relevancia,
necesidad de las audiencias postGutenberg. Estamos
hablando de rejuvenecer el discurso y la
categorizacin/clasificacin/jerarquizacin de las noticias?
De realizar un esfuerzo histrico sobre la dieta
informativa que ofrecemos? De tener como antecedente
narrativo mucho ms a la televisin que a los diarios
impresos?
De aceptar que ellas, las audiencias, tambin son parte
del contenido? De ser agnsticos del soporte? De
repensar el ADN del capital profesional de los periodistas?
De redisear la jornada laboral de los periodistas? De
ensayar modelos productivos orientados a proporciones y
no a valores absolutos? De redisear la oferta en torno a
la temporalidad del consumo posible del producto?
Sin diferencia, no hay audiencia
Uno de los mayores desafos para los medios online,
antes que construir valor, es disear y construir diferencia.
Sin diferencia no hay visibilidad y sin visibilidad no hay
audiencia posible. La audiencia no es un rebao de
personas maleable, conducible y modelable que consume
cualquier producto y servicio que podamos generar y
ofrecerle.
En la industria de los medios periodsticos digitales, de
cara a la audiencia, est ocurriendo algo muy similar a lo
que ocurre con marcas de gaseosas, barras de cereales,
jugos, zapatos, papel higinico y de todo tipo de productos
y servicios de consumo masivo: el mercado oferta a la
audiencia en un blur extenso y asfixiante de propuestas
interactivas y de contenidos que prometen lo mismo que
-
cada uno de sus competidores. A veces, con un poco de
suerte, pero aportando una diferencia mnima, en el precio,
en el diseo de packaging o algn otro componente.
Si la audiencia no es un rebao, los medios mucho
menos pueden ser parte de un cardumen. Youngme Moon,
una profesora Harvard Business School, public en
2010Different: Escaping the competitive herd, un libro
estimulante que invita desde la primera y hasta la ltima
pgina a salir del rebao y producir diferencia. La autora
reflexiona acerca de cmo el diseo de la diferencia es
parte de la cadena de creacin de valor cuando un sector
tiende a cardumen. Y el sector en el que estamos
trabajando, tiende a eso.
A veces no es tan importante saber qu se es como
saber de qu huir. Pasa en el mundo de los negocios y en
la literatura, en la poltica y en los medios, en la tecnologa
y la educacin. En todos los sectores, industrias y
claustros. En un mundo donde fluye la rplica, slo tienen
chances de destacar los intentos por construir diferencia,
condicin necesaria pero no suficiente en la empresa de
disear valor.
Tenemos cada vez ms capacidad de clasificar y cada
vez menos de diferenciar. El mismo rbol de etiquetas
desde el cual se disean productos, servicios, estrategias
ybenchmarks, que dan seguridad de planificacin en las
industrias inmaduras como la nuestra, prescribe la
capacidad de empresas de todo calibre a la hora de
producir diferencia y volverse relevante para la audiencia.
Sin diferencia somos invisibles para la audiencia.
Nuestros medios no pueden ser parte de una extensa
gndola de productos que se mimetizan unos con otros. Si
-
en la gndola de medios online la audiencia debe
retroceder un paso para tomar distancia e intentar hacer
foco, estamos perdidos. La audiencia no nos va a
encontrar. Hay que estar en otro lado, con otra propuesta.
Pero todo esto empieza ya a inscribirse en otra de las
discusiones que queremos dar en este libro: la del valor.
Tercera parte.
El valor
Expansin: nuevos flujos de creacin de valor agregado
Ahora s nos vamos a meter en un problema: Qu es el
valor? Cul es? Dnde est? Quines lo producen?
Cmo circula? Expira? En qu condiciones y contextos
flucta la trayectoria de su ciclo de vida? En un mundo
donde la informacin tiende a materia prima, cmo
agrega o debera agregar valor el periodismo y los medios
en un mercado donde su principal aporte fue, desde
siempre, producir informacin?
Todo era muy simple: tiempo de consumo de medios
muy definido, conformacin de la audiencia altamente
deducible, informacin en escasez y tecnologas para
producir y distribuir informacin al alcance solamente de
las empresas de medios. Ahora todo es mucho ms
complejo, o cambi demasiado en muy pocos aos:
tiempo de consumo de medios expandido y atomizado,
conformacin de audiencias hbridas, aleatorias, fluidas y
participativas; informacin en abundancia y tecnologas
para producir y distribuir informacin al alcance de toda la
-
audiencia a cada vez a menor costo y con mayor facilidad
de uso, abuso y usufructo.
La amateurizacin masiva de la produccin de medios e
informacin pone sobre la mesa una discusin sobre el
valor agregado. Impugna toda certeza sobre la calidad de
nuestros contenidos, productos y servicios. Deja a la
marca, nica garante de lo que producimos en las
organizaciones de medios, a la intemperie. La relacin
marca-valor, o logo-producto, ya no cuenta con la
exclusividad de la frmula de calidad. De eso nos
encargamos en esta parte del libro.
Si todo es nuevo, lo nuevo es commoditie. Si la
informacin abunda, la informacin en s no aade valor.
Si pudiramos teletransportarnos fsicamente de un lugar a
otro del mundo en forma autnoma, muy probablemente la
industria aeronutica tendra desafos similares a los que
enfrentan actualmente las organizaciones periodsticas,
lospublishers. Tambin es cierto que todos podemos
conseguir alimentos y cocinarlos, y las herramientas
apropiadas para preparar una exquisita cena en casa. Las
recetas, por otra parte, se descargan y te las cuenta un
amigo, o tu abuela. Sin embargo, la industria gastronmica
no parece correr la misma suerte que la de medios. Qu
est pasando?Where is the beef?
All the news thats fit to print
La historia del periodismo es tambin la de la bsqueda
incansable por encontrar una solucin al problema de
informar. Un problema que absorbe y acumula la
complejidad de cada poca que lo plantea, segn avanza el
desarrollo tecnolgico, se transforma el diseo urbano, el
-
mercado y cambian los hbitos y costumbres de las
sociedades.
Desde sus comienzos, la industria del periodismo ha
ensayado mltiples soluciones posibles a ese problema.
Durante los ltimos aos, algunas empresas periodsticas,
incluso, han invertido millones de dlares en el desarrollo
de algoritmos artificiales con el propsito de dar con la
respuesta correcta, de hallar una lista bien definida,
ordenada y finita de operaciones: el diseo periodstico de
la frmula para informar con eficacia.
En 1896, cuarenta y cinco aos despus de su
fundacin,The New York Times plante el problema a
escala pblica y se autopropuso como la solucin. El
sensacionalismo informativo que diarios como New York
World y New York Journal ofrecan a las audiencias de la
poca brind al Timesla oportunidad de diferenciarse y
ofrecer en sus ediciones slo las noticias dignas de ser
publicadas.
El problema de la jerarqua de la informacin adoptaba
as una nueva dimensin: ya no era slo un problema de
diagramacin de la portada del diario o de diseo editorial
de sus pginas: ante el nuevo mercado, la construccin de
la jerarqua demandaba otras variables de inteligencia
capaces de articular los criterios periodsticos con los
intereses de las audiencias. The New York
Timescomenzaba as su vida como algoritmo. Un ejercicio
diario para encontrar y ofrecer a sus lectores All the news
thats fit to sprint, lema que todava acompaa su
cabecera, contrato de lectura por antonomasia de la
industria de los diarios.
-
Ahora que publicar es una posibilidad tcnica y
econmica al alcance de muchos; ahora que publicar es un
hbito de muchos: Cmo se redefine el problema? Es
slo una cuestin de jerarquas y de agendas? Cmo
sigue esta historia, la de la bsqueda incansable por
encontrar una solucin al problema de informar, cuando
todos nos sentimos informados y capaces de informar?
Qu es el valor? Cmo se propone? Cul es el ADN
del valor que pueden ofrecer los medios y los periodistas?
Una opcin es respon