hal draper, carlos marx y simón bolívar

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  • Carlos Marx y Simn Bolvar: Apunte sobre el liderazgo autoritario en un movimiento deliberacin nacionalAuthor(s): Hal DraperReviewed work(s):Source: Desarrollo Econmico, Vol. 8, No. 30/31, Amrica Latina 4 (Jul. - Dec., 1968), pp. 293-311Published by: Instituto de Desarrollo Econmico y SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/3466012 .Accessed: 18/02/2012 08:23

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  • CARLOS MARX Y SIM6N BOLIVAR

    APUNTE SOBRE EL LIDERAZGO AUTORITARIO EN UN MOVIMIENTO DE LIBERACI6N NACIONAL

    HAL DRAPER

    La politica contemporanea esta familiarizada con el discuti- ble tema de la justificacion de las dictaduras autoritarias en los paises en desarrollo, donde el atraso economico y politico de la poblacion y de la sociedad es utilizado para probar lo desventa- joso de las instituciones democraticas con control popular desde la base. Existen, en terminos generales, dos posturas: una defien- de solamente a aquellos regimenes autoritarios que se orientan ha- cia una dependencia del poder norteamericano y que protegen con apropiada vehemencia las inversiones de capital extranjero; la otra solo justifica a aquellas dictaduras que reemplazan a las anti- guas clases terratenientes por una nueva clase burocratica colec- tivista de gobernantes, o por lo menos que parecen estar en ca- mino de constituirla. En tanto el primer tipo de dictadura se con- vierte automaticamente en un miembro del "mundo libre", en la jerga de Washington, el uiltimo tipo puede adoptar un apodo se- mejante a "comunismo" o "socialismo africano", etcetera, con las correspondientes referencias al marxismo de que se trate.

    El tema de este trabajo no esta constituido por la serie de ar- gumentos que se emplea actualmente para justificar el autoritaris- mo "progresista", sino por la relaci6n que mantiene la perspectiva de Marx con esta cuestion, aunque su nombre es bastante a me- nudo torado en vano. Marx, ciertamente, no tuvo oportunidad de expresar su opini6n sobre los regimenes de Castro, Nkrumah, Mao, Nasser y otros semejantes; pero si se dedico a un caso que seria, aparentemente, ejemplo casi indiscutible de un gobernante auto- ritario "progresista" que condujo un gran movimiento de libera-

  • cion nacional. Nos referimos a Simon Bolivar, el "Libertador" del Norte de America del Sur.

    El caso se agudiza por el hecho de que Marx no se pregunta acerca de lo progresista o legitimo que puede ser en si mismo ese movimiento de independencia nacional, y por el hecho de que, pasado ya un siglo, la justificacion por el atraso tuvo un caso prima facie mejor que en el mundo moderno, que en escala in- ternacional esta preparado para el socialismo, desde la perspecti- va marxista.

    No pretendo decir que el caso se cierre con poner en evi- dencia los puntos de vista de Marx; el prop6sito es solamente es- tablecer los hechos en el caso de Marx, a pesar de que hayan sido discutidos, como veremos. Tambien veremos que los enfoques de Marx, objeto de polemica a lo largo de un siglo, fueron discutidos hace pocos afios cuando se los relacion6, otra vez, con una gran disputa hist6rica latinoamericana sobre Bolivar.

    No se trata solamente de Bolivar. Resulta extrarno que actual- mente existan "marxistas" que piensen que el sosten de las dic- taduras modernizantes es una idea nueva, reciente, para los socia- listas, que data aproximadamente del fin de la Segunda Guerra Mundial. En realidad, el movimiento socialista comenz6 con el concepto de "dictadura educativa", como lo he analizado en otro trabajo, y nada podria ser mas natural. En los tiempos de Marx tambien existian presiones sociales en los paises no desarrollados y, despues de todo, habia muchos paises que se encontraban en ese estado. Los primeros paises subdesarrollados que Marx trata hist6ricamente no fueron otros que Inglaterra, Francia y Alema- nia, en el momento en que se enfrentaban con las tareas iniciales de industrializaci6n, bajo una clase gobernante explotadora que estaba desempefiando con absoluta complacencia un determinado papel hist6rico. Las paginas mas apasionadas de Marx estan re- servadas para denunciar las formas opresivas del gobierno capi- talista de la Revolucion Industrial. La forma politica que a menu- do ejerce la funcion modernizante de la nueva clase burguesa en la Francia subdesarrollada fue el bonapartismo, y no existe fuer- za politica que Marx haya desollado mas exhaustivamente.

    Empero, el caso de Bolivar pone de manifiesto con mayor cla- ridad la simetria que se da entre aquel problema subyacente y el actual. A decir verdad, Marx veia a Bolivar como un caso de bo- napartismo; pero aqui se trataba de un bonapartismo que no sur- gia despues de Termidor, y menos auin surgia luego de un inter- valo hist6rico completo tal como el que correspondi6 al tercer Bo-

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  • CARLOS MARX y SIM6N BOLIVAR

    naparte; mas bien Bolivar fue comprometido integramente en la conducci6n de un pujante movimiento nacional de liberaci6n, en forma semejante a lo que ocurre en muchos casos modernos.

    Estableceremos en primer lugar la perspectiva de Marx acerca de Bolivar.

    II

    Que Marx estudiara a Bolivar fue un hecho casi accidental. En 1857, el director del New York Tribune, publicaci6n que ha- bia recibido contribuciones de Marx desde 1851, le pregunt6 si deseaba colaborar en la proyectada New American Cyclopaedia, principalmente en temas de historia militar, biografia y proble- mas terminologicos.1 En la lista de Dana, entre los generales cu- yo nombre comenzaba con la letra "B" figuraba, por ejemplo, Bernadotte, cuya biografia era semimilitar, semipolitica; y, sin duda, el nombre de Bolivar se incluia en esta lista entre los li- deres militares. Como Engels -quien escribia articulos para Marx- ya estaba sobrecargado con los articulos estrictamente mi- litares, Marx se comprometi6 a hacer el de Bolivar.

    En ninguno de los escritos o en la correspondencia de Marx hasta ese momento se alude a Bolivar; por consiguiente no exis- te ningun indicio de que haya dedicado algun pensamiento a Bo- livar antes de comenzar la investigaci6n en el Museo Britanico para elaborar el articulo. Por la correspondencia Marx-Engels so- bre el trabajo de la Cyclopaedia sabemos que Marx comenz6, co- mo era tipico en 1e, con los articulos de varias enciclopedias -de la lengua inglesa, francesa y alemana por lo menos- que se ocu- paban del tema.

    El resultado de esta investigaci6n fue una intensa reacci6n de hostilidad politica hacia Bolivar por parte de Marx. Esto se plas- m6 plenamente en el articulo de la Cyclopaedia, pese a que se su- ponia iba a ser expresado en un lenguaje incoloro e imparcial. Como ocurre a menudo con Marx, la hostilidad politica tambien

    1 La New American Cyclopaedia fue editada por GEORGE RIPLEY y CHARLES DANA en 16 volimenes (Nueva York, Appleton, 1958-63). Dana, gratamente impresionado por la brillantez de los articulos sobre temas militares enviados por Marx (aunque en realidad escritos por Engels), no quiso que este continuara escribiendo sobre temas polemicos para la NAC debido a que pretendia un tono objetivo e imparcial para la enciclopedia y, en su opini6n, Marx no conseguiria adoptar ese criterio en los articulos ideol6- gicos. La historia detallada de la relaci6n entre Marx y la NAC sert incluida en la introducci6n de una edici6n que reine los articulos de Marx y Engels, que estoy preparando actualmente. Aparecera bajo el titul'o Articles in the New American Cyclopaedia.

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    provoc6 la hostilidad personal; introdujo asi en el articulo una sistematica detraccion del caracter y de las aptitudes personales de Bolivar, tomada de autores que le eran contrarios.

    Debemos destacar que el articulo de Marx sobre Bolivar no es ni recomendable ni importante en lo que atanie a la informa- cion que contiene sobre el tema, acerca del cual existe actualmen- te una mayor cantidad de material disponible. Interesa sobrema- nera por lo que nos dice acerca de Marx, de sus reacciones en el plano politico frente a lo que lee sobre Bolivar. Ciertamente, hay una accion reciproca entre la reacci6n de Marx y determinados hechos referidos a Bolivar, que investigaremos mas adelante, pero el prop6sito que nos anima es comprender a Marx. Seria inutil tratar de corregir la exagerada y extrema subvaloraci6n que hace Marx del talento militar y de las actividades de Bolivar. El articu- ]o contiene muchos datos biograficos equivocados.2 Empero, como la causa de todo ello fue la evaluaci6n politica realizada por Marx, vamos a criticar exclusivamente la interpretaci6n de Bolivar co- mo autoritario y bonapartista.

    El articulo de Marx3 sobre el "Libertador" (el encomillado pertenece a Marx) establece primero sus antecedentes de clase, "la nobleza criolla de Venezuela", de la cual su familia era una de las mas pudientes. Nos dice tambien de su segunda visita a Europa, "donde estuvo presente en la coronaci6n de Napole6n co- mo emperador, en 1804, y en su asunci6n de la corona de hierro de Lombardia, en 1805". Despues de referirse a la temprana ca- rrera de Bolivar en la guerra de la independencia, Marx escribe: "Habiendose proclamado a si mismo >, estableci6 un cuerpo militar elegido -es decir de elite- bajo la denominaci6n de guardia personal y se rode6 con el boato de una corte". Empero, "su dictadura pronto evidenci6 una anarquia militar, al abandonar los asuntos mas importantes en manos de favoritos, quienes malgastaron los fondos del pais y luego recu- rrieron a medios abominables para reponerlos".

    Poco mas adelante Marx describe uno de los actos teatrales comunes en la carrera de Bolivar, en el que el general se niega a continuar como dictador para "ceder" finalmente a pedido de

    2 Incluido el nombre del tema, que aparece como "Bolivar y Ponte". Marx segu- ramente no comprendi6 el apellido. Bolivar y Ponte era el nombre del padre, pero el suyo era Sim6n Bolivar y Palacios. Aun en 1963 los editores de la Marx-Engels Werke (volumen 29) repetian el error de Marx en el indice por nombres.

    8 Escrito a comienzos de febrero de 1858; publicado en la NAC, vol. 3, paginas 440-446; el articulo original en ingles se reimprimi6 solamente en Revolution in Spain (Marxist Library, vol. 12, Nueva York, International Publishers, 1939).

  • CARLOS MARX y SIM6N BOLIVAR

    los partidarios: "...el dictador se hallaba asi investido por algun tipo de sancion legal". Luego, a traves del relato de los aconteci- mientos militares, continua considerando a Bolivar como un dic- tador, y destaca cuidadosamente el pedido que este formula, en el consejo de 1816 de su estado mayor, justamente antes de que se reanudara la guerra, para "unificar en su persona el poder ci- vil y militar" y, con igual cuidado, el deseo de otros lideres de la independencia, quienes preferian en cambio confiar el poder ci- vil a una asamblea representativa. A pesar de su promesa -se- gun el relato de Marx- de "convocar un congreso y de no inter- venir en la administracion civil", decret6 al entrar en Barcelona "...la ley marcial y la union de todos los poderes en su persona".

    Seguidamente habla de la purga del rival de Bolivar, el ge- neral Piar -uno de los incidentes mas oscuros de la carrera de Bolivar-, y sefiala que este ultimo lo llamaba un "Napole6n en el retiro". Escribe que al ser convocado el Congreso Nacional de febrero de 1819, "el mero nombre (de congreso) resulta bastante poderoso para crear un nuevo ejercito", oponiendo asi el llamado a la movilizacion popular por parte de una institucion represen- tativa contra los corruptores efectos de los m6todos dictatoriales de Bolivar.

    Luego continuia centrandose sobre el rol autoritario de Boli- var en cuanta oportunidad se le presenta. El Congreso de Angos- tura, detalla, destituy6 al hombre de Bolivar, Zea, y "al recibir esta noticia, Bolivar precipitadamente hace marchar su legion extranjera hacia Angostura ...y restituye a Zea en su cargo. El doctor Roscio fascinandolo con los proyectos de un poder centralL zado, lo condujo a proclamar la aRepublica de Colombia,...".

    Se lleva a cabo el Congreso de Cuicuta de 1821 y "luego Bo- livar pretende nuevamente renunciar, renovados ya sus poderes". "...A traves de su guardia colombiana influy6 en los votos del Congreso de Lima que, el 10 de febrero de 1823, le transfiere la dictadura, mientras 1e aseguraba su reeleccion como presidente de Colombia mediante una nueva propuesta de alejarse del poder".

    Tras sefialar la constituci6n de la Republica de Bolivia, Marx dice: "Aqui, donde las bayonetas de Sucre -su general- estu- vieron supremas, Bolivar dio libre escape a sus tendencias de po- der arbitrario introduciendo el ?C6digo bolivianoo, una imitacion del Codigo de Napole6n. Su plan era trasladarlo de Bolivia al Pe- ru, y del Periu a Colombia, manteniendo contenidos los primeros estados por tropas colombianas y el ultimo mediante la legi6n ex- tranjera y soldados peruanos. Por la fuerza, combinada con la in-

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  • triga, tuvo exito, por algunas semanas al menos, en afianzar su codigo sobre el Peru". Pero en Colombia estallo un conflicto "en- tre los centralistas o partidarios de Bolivar y los federalistas, bajo cuyo nombre los enemigos de la anarquia militar -esto es, de la dictadura de Bolivar- se habian unido con los militares riva- les". Bolivar uso "un pretexto para echar abajo la Constituci6n (colombiana) y reasumir la dictadura".

    El Congreso de Panama de 1827 tuvo "por objeto aparente es- tablecer un nuevo c6digo democratico internacional", pero "lo que el realmente pretendia era que America del Sur entera se cons- tituyera como una republica federal, a la que gobernaria como dictador".

    Pero su poder se diluia. "El Congreso de Ocania, convocado por Bolivar con la intencion de modificar la Constitucion en fa- vor del poder arbitrario que ejercia, se abrio el 2 de marzo de 1828, con un elaborado discurso que insistia en la necesidad de nuevos privilegios para el poder ejecutivo". Pero los partidarios de Bolivar se retiraron. "Bajo la amenaza de sus bayonetas, la asamblea popular... de nuevo le confiri6 el poder dictatorial". Un intento de asesinato "lo obligo durante algun tiempo a intro- ducir una especie de terrorismo militar. Sin embargo, no puso las manos sobre Santander, aunque este habia participado en la cons- piracion, pero si ajustici6 al general Padilla, a quien no se le prob6 absolutamente ningun delito pero que, como hombre de color, no pudo resistir".

    El resto es un resumen breve de la perdida de poder de Boli- var y de su muerte, ocurrida en 1830.

    Considerando que el articulo se suponia imparcial, Marx va presentando claramente una vision en extremo hostil del autori- tarismo de Bolivar, lo cual se revela en la seleccion de datos y en el enfasis del texto. A traves de todo esto, el mismo caracter progresista de la lucha por la independencia no solo no es cuestio- nado, sino que se lo supone confiadamente. La critica de Bolivar siempre se halla circunscripta al esquema de que su politica de- bilita la lucha por la independencia. Ya hemos visto esto cuando Marx contrapone la instancia popular del congreso revoluciona- rio a los aspectos negativos de la dictadura de Bolivar. En otro lu- gar Marx explica que las fuerzas de Bolivar "cuanto mas avanza- ban, acrecentaban mas sus recursos; los excesos crueles del espa- fiol se daban por todas partes mientras se reclutaban sargentos para el ejercito de la independencia". Habla del "nuevo entusias- mo del pueblo" por la independencia, que se "convierte en insa-

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  • CARLOS MARX y SIM6N BOLIVAR

    tisfaccion" a causa de la dictadura de Bolivar, permitiendo asi que el espafiol se recobrara. Este es el tono de muchos puntos del articulo. Considera la liberacion de los negros esclavos como una de las fuerzas revolucionarias, aunque no reconoce la interven- cion de Bolivar en ello. Podemos agregar que otro de los articu- los de la NAC es "Ayacucho", escrito por Marx y Engels en co- laboraci6n, donde se describe esta batalla decisiva como un triun- fo de las fuerzas revolucionarias: "Asi fue destruido definitiva- mente el dominio espafiol",4 etcetera.

    Por lo tanto, en la opinion de Marx, el bonapartismo de Boli- var se contrapone a los intereses de la revolucion. El tema no es, evidentemente, la lucha nacional, sino el rol politico que juega Bolivar en ella.

    Este es solamente uno de los articulos elaborados por Marx y Engels para la NAC que el editor Dana cuestiona, debido a la manifiesta tendencia contraria a Bolivar En una carta dirigida a Engels el 14 de febrero de 1858 Marx escribe:

    "Con relacion al extenso articulo sobre Bolivar, Dana ex- preso sus dudas debido a que no esta escrito en un estilo imparcial, y me pregunt6 acerca de las fuentes. Por supuesto, se las proporcione, aunque se trata de un pedido peculiar. En cuanto al estilo tendencioso, abandone algo el tono en- ciclopedico para estar en lo cierto. Ver al mas cobarde, des- preciable y vil truhan descrito como Napole6n I era demasia- do absurdo. Bolivar es un verdadero Soulouque". "Souloque" es s61o una referencia nominal al emperador de

    Haiti. Marx y otros antibonapartistas lo empleaban comuinmente como un apodo de Napoleon III. Esto resume la opini6n de Marx sobre Bolivar, entendido como un tipo de dictador bonapartista.

    III

    El articulo de Marx sobre Bolivar practicamente no se cono- ci6 hasta que se volvio a publicar, si bien en una traducci6n al ruso, en la Marx-Engels Sochineniia, volumen 11, 2a parte, en 1934. En 1937 fue incluido en la colecci6n de publicaciones comunistas

    4 Pueden hallarse mas datos acerca de las opiniones que Marx sostenia en este periodo sobre la independencia latinoamericana del control europeo en los despachos (1861-62) para el New York Tribune y el Vienna Presse contra la intervenci6n en Mexico. Asimismo, en la colecci6n Marx-Engels, The Civil War in the Unites States (N. Y., International Pub., 1937); consultar tambien las pAginas 64, 201 sobre Haiti, Cuba y America Central, y "The Mexican Improglio", el filtimo articulo de Marx que apareci6 en Tribune el 10 de marzo de 1862.

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  • Revolution in Spain, que aparecio en castellano bajo el titulo La Revolucion Espaiola. No existe ninguna nota que trate el enfo- que de Marx. Solo en 1951, cuando el Partido Comunista de los Estados Unidos, dirigido por W. Z. Foster, public6 la Outline Po- litical History of the Americas, el articulo de Marx fue citado favorablemente.

    Pero esta paso a ser la "linea equivocada" sobre la historia de Latinoamerica. Cuando aparecio la segunda edicion de la Sochi- neniia, el volumen 14 (1959) incluia un severo ataque al articulo de Marx, el cual tambien fue fielmente traducido en Alemania Oriental, bajo el titulo Marx-Engels Werke (vol. 14, 1961). El ataque de los editores comunistas se expresa en los terminos usuales de "excusa" hacia Marx por no conocer en su tiempo nada mejor. Describen las fuentes utilizadas por Marx como in- dignas de confianza (tal como en realidad lo eran) e incluyen junto a esta censura tambien una interpretacion de Bolivar co- mo "dictador". Sus pretensiones referidas al caracter "progresis- ta" de Bolivar incluyen lo que sigue:

    "Tuvo exito en integrar a esta lucha los elementos patrio- ticos de los criollos terratenientes... la burguesia y la masa del pueblo, incluidos los indios y los negros". Y se desentiende de Marx como sigue:

    "Marx naturalmente no poseia en aquel tiempo otras fuen- tes a su disposicion que las obras de los autores mencionados, cuya parcialidad era entonces poco conocida. Por consiguien- te era inevitable que Marx elaborara una opinion unilateral de la personalidad de Bolivar, tal como se refleja en este en- sayo. Esa ambicion de poder personal, magnificada en las obras mencionadas, no pudo dejar de influir en la actitud de Marx hacia Bolivar..." El alegato principal de que "Marx naturalmente no poseia

    en aquel tiempo otras fuentes a su disposicion" que los libros que cita contrarios a Bolivar, intenta sugerir que el enfoque de Marx sobre Bolivar fue simplemente el resultado de una infor- macion erronea, mas que de una opinion politica. Pero aun si uno concede que Marx inocentemente acept6 la "informacion erro- nea", esto no modifica el significado politico de su reaccion ante ella. Si se reacciona ante la noticia de que los Estados Unidos han arrojado una bomba H sobre Pekin denunciando a Washington, ello es un indice de las opiniones politicas que se sostienen, aun si la noticia resulta falsa posteriormente.

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  • CARLOS MARX y SIM6N BOLfVAR

    Marx reacciona ante su imagen de Bolivar con un tipo de ataque politico que en nuestros dias no solamente es ridiculizado por el Realpolitiker comunista sino tambien por una legion de burgueses "realistas", que sostienen que los paises no desarrollados necesitan dictadores. La conclusion es forzosa: Marx pone un va- lor humano por encima de la libertad democratica, lo cual es aje- no a estas dos variedades de "realismo".

    Por otra parte y ateniendonos a los hechos, lo que sostienen los editores comunistas es completamente falso. No es cierto que "Marx... no tuviera otras fuentes a su disposicion", etcetera. No es cierto que en el momento en que Marx escribi6 el articulo prevaleciera y se aceptara una actitud contraria a Bolivar.

    Ya hemos senialado que, al trabajar en estos articulos, Marx recurrio a diversas enciclopedias inglesas, francesas y alemanas. Los articulos que leyo en ellas no s61o no lo critican sino que son abiertamente favorables a Bolivar. Esto puede verificarse facilmente consultando las ediciones de aquel momento de la Encyclopaedia Americana, la Encyclopaedia Britannica, la Pen- ny Encyclopaedia, la Encyclopedie du XIX Siecle, el Dictionnaire de la Conversation, el Brockhaus Conversations-Lexikon. Para los cuatro paises representados aqui, la imagen es inequivoca. El ar- ticulo de Marx fue elaborado con este material, y fue precisamen- te por ello que el editor Dana lo cuestiono con aprension.

    Tratemos ahora la pretension de los editores comunistas de que la erudicion moderna acaba con la opinion de Marx sobre el rol politico de Bolivar, y de que Marx "exagero" la ambicion de poder personal por parte de Bolivar.

    En este articulo no podemos analizar el estado de las inves- tigaciones modernas sobre las ambiciones dictatoriales de Boli- var. Seria una ardua tarea. Por una parte, existe la hagiografia comun, o apologia de Bolivar, de la mayoria de los autores latino- americanos que se ocuparon del tema. Por la otra, la opinion completamente opuesta esta representada principalmente por Sal- vador de Madariaga, en su devastador trabajo titulado Bolivar,5 cuyo impacto se atenuo definitivamente por la tendencia en fa- vor de los espafioles, hasta el punto de abandonar, completamen- te, la documentacion masiva que emplea. El resultado fue un fu- ror en contra de Madariaga que no podemos tratar aqui.

    6 La edici6n espafiola de Bolivar fue publicada en dos VolCimenes (Ciudad de Mexico, 1951). La edici6n inglesa (Londres, Nueva York, 1952) consta de un volumen y contiene menos documentaci6n.

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    Sin embargo, si nos limitamos al problema particular del au- toritarismo de Bolivar, el panorama no es tan complicado. Los numerosos y violentos denunciantes de Madariaga han tenido po- co que decir acerca de los hechos en este sentido y prefirieron ig- norarlos o justificarlos con una amplia variedad de comunes argu- mentos antidemocraticos.6 Seggun la estructura de los hechos que expone Madariaga, el ataque de Marx en contra de la politica dictatorial de Bolivar adolece solamente de indulgencia.

    Pese a esto, el siguieinte paragrafo, debido a la "guerra a muerte" (*) en torno de Madariaga, no se fundara en su obra, sino en un trabajo que ha logrado la mas amplia aceptaci6n en los circulos latinoamericanistas (no latinoamericanos). Me refie- ro a la obra Simon Bolivar, de Gerhard Masur.7

    6 Consignar las obras en contra de Madariaga seria, sin duda, una tarea impor- tante. Dejando aparte diarios y revistas, hemos podido encontrar los siguientes inten- tos, mfs o menos serios, de refutar a Madariaga:

    a) ELEAZAR L6PEZ CONTRERAS, Temas de historia bolivariana (Madrid, 1954); capitulo "El Bolivar de Madariaga". Describe equivocadamente el contenido de la obra de Madariaga, le asigna simplemente un tono apol'ogetico y no analiza el autoritarismo de Bolivar.

    b) FERNANDO DiEZ DE MEDINA, Sariri (La Paz, 1954), capitulo "Los dos Bolivares: refutaci6n a Madariaga". Un ditirambo sobre el h6roe; no considera nuestro tema.

    c) JOAQUIN GABALD6N MARQUEZ, El Bolivar de Madariaga y otros Bolivares (Cara- cas, 1960). Principalmente un esfuerzo literario por maldecir a Madariaga; no analiza el tema que nos interesa.

    d) M. A. OSORIO JIMtNEZ, Bibliografia critica de la detracci6n bolivariana (Cara- cas, 1959). La secci6n sobre el libro de Madariaga cita devotamente a A. F. Brice.

    Las cuatro obras que siguen se analizan en la secci6n V de este articulo. e) VICENTE LECUNA, Catdlogo de errores y calumnias en la historia de Bolivar

    (Nueva York, 1956), tomo 19, filtimo capitulo "El odio de Madariaga a Bolivar'. f) ENRIQUE DE GANDiA, Bolivar y la libertad (Buenos Aires, 1957). g) ANGEL FRANCISCO BRICE, El "Bolivar" de Marx ampliado por Madariaga (Ca-

    racas, 1952); reimpreso como primera parte de su Bolivar, libertador y estadista (Caracas, 1953).

    h) BRICE, Bolivar visto por Carlos Marx (Caracas, 1961). No me ha sido posible obtener el folleto de VICENTE DONOSO TORRES ZPor qud

    Madariaga difama al Libertador? (La Paz, 1962), pero el titulo n'o promete mucho. La biografia de Bolivar reciente mas apreciable, en la opini6n de algunos, es El Liber- tador, por AUGUSTO MIJARES (Caracas, 1964); contiene unas pocas referencias sobre los puntos especificos de Madariaga, pero no sobre nuestro tema. Aunque Mijares n'o se aparta completamente de la critica, su prefacio, titulado "Justicia", expone habil- mente el moderado caracter apologetico de su obra: "Exigir que un autor sea objetivo al relatar una vida apasionada no tiene sentido... La representaci6n clasica de la justicia como una estatua vendada que sostiene una balanza no me atrae. Prefiero la justicia combativa de los santos y de 'os heroes." "Declaro que este trabajo de investigaci6n de ninguna manera disminuy6 mi respeto hacia el Libertador y que concluyo su biografia con la misma devoci6n con que la comence", dice al finalizar.

    Otro iluminador pasaje pertenece al prefacio de R. C. PARDO para el folleto de A. F. BRICE (citado anteriormente bajo el apartado h). Al explicar la idoneidad sefiera de Brice escribe: "El corrige los errores y aclara los conceptos, sin ofender a nadie, y rescata al Libertad'or sin tacha de esta objeci6n. Puede decirse que Brice, como un buen bolivariano, tiene una profunda fe en el Libertador y asi desentrafia los puntos mas oscuros con un minimo de temor". Dificilmente podria decirse algo con mayor claridad.

    * En espafiol en el original. 7 Editorial de la Universidad de Nueva M6xico, 1948. Pese al amplio reconoci-

    miento de que goza no fue traducido al espafiol hasta 1960, y luego publicado en

  • CARLOS MARX y SIM6N BOLfVAR

    El libro de Masur no es imparcial ni pretende serlo. Esta francamente a favor de Bolivar y a menudo es tendencioso en forma abierta. Masur trata frecuentemente los hechos contradic- torios acerca del autoritarismo de Bolivar con apasionados argu- mentos para justificarlo. Pero lo importante es que presenta mu- chos hechos.

    IV

    La politica de Bolivar deberia ser considerada en dos perio- dos -antes y despues de la victoria militar final, ocurrida en 1825-, no porque exista realmente un cambio cualitativo entre ellos sino por la naturaleza de las interpretaciones. Mientras se desarrollaba la lucha, la dictadura de Bolivar puede defenderse estimandola como una necesidad militar, aunque no lo fuera. Despues de la victoria ya no es posible seguir razonando de este modo. De esto deriva el enfoque -que hemos sintetizado al tra- tar la critica a Marx de los editores comunistas- de que Bolivar asumio solamente en los ultimos afios una actitud autoritaria ob- jetable.

    El primer pronunciamiento politico importante de Bolivar fue el manifiesto de Cartagena, en 1812. Sefiala su primera solici- tud clara de un gobierno "fuerte" altamente centralizado. "Nues- tros compatriotas -dijo- aun no son capaces de ejercer sus de- rechos legales". Y "el gobierno debe probar que es fuerte y des- piadado sin hacer caso de la ley o de la constitucion hasta tanto sea establecida la paz". Lo que Bolivar entendio como dictadura se revel6 al anio siguiente, cuando sus fuerzas tomaron Caracas y asumio abiertamente el papel de dictador.

    En su "Carta desde Jamaica", de 1815, insiste sobre la impo- sibilidad de otorgar derechos democraticos al pueblo: "Mientras nuestros conciudadanos no adquieran las aptitudes y virtudes que distinguen a nuestros hermanos del norte, un sistema democratico radical, lejos de beneficiarnos, traera la ruina sobre nosotros. No poseemos, lamentablemente, esas caracteristicas...". En aquel mo- mento Bolivar estaba pensando en funcion de un senado heredi- tario compuesto por las familias pudientes criollas de las clases mas altas, junto a una camara baja elegida por votacion califica- da (seguin los bienes que se poseyesen). Mexico (donde se conoci6 tambien la edici6n espafiola del libro de Madariaga). A Masur ciertamente no se le puede atribuir ninguna simpatia hacia la obra de Mada- riaga; la ataca violentamente en la Hispanic American Historical Review.

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  • En el Congreso de Angostura, en 1819, Bolivar -segfun Masur- ya buscaba, aunque no lo propuso abiertamente, una presidencia de por vida, con control absoluto del poder nacional sin respon- sabilidad ante el congreso o las cortes. Su alocuci6n ataca la "de- mocracia absoluta" -esto es, a la democraia-, y Masur sefiala que "sus conceptos sobre el estado se acercaban mas a los de Na- poleon que a los que sostenian los hombres del Terror". En rea- lidad, "las ideas de Bolivar se aproximaban a las de Napoleon y anticipan en algo al sistema fascista". 21 pensaba en funcion de una elite, "irreconciliable con los principios democraticos", y Ma- sur sefiala -lo que es bastante obvio- que hasta el dia de hoy America del Sur esta gobernada por la misma elite oligarquica de ricos.

    En 1821 el Congreso de Cuicuta adopt6 una constitucion de corte demasiado democratico para su gusto. Este es "el toque de difuntos para Colombia", se lament6. Culpo a "abogados e ideo- logos". "Al fin -escribio- los literatos tanto haran que la Repu- blica de Colombia los desterrara como Platon desterr6 a los poe- tas de su republica. Estos sefiores piensan que su opinion es el deseo del pueblo, sin advertir que en Colombia el pueblo esta en el ejercito...". (La aseveracion es falsa si la interpretamos li- teralmente, ya que el ejercito era muy pequefio; pero Bolivar quie- re decir que el pueblo que valia eran los militares). En cuanto a los demas, "su uinico derecho es seguir siendo ciudadanos pasivos", escribi6, y nuevamente censura a quienes pretendian una repu- blica como la del Norte.

    Su oportunidad para insistir en la necesidad de la dictadura se presenta con los exitos militares. En 1822, despues de tomar Guayaquil, provoca deliberadamente "anarquia y confusion" -di- ce Masur-, de modo de poder declararse a si mismo dictador de la provincia para salvarla de esa misma anarquia y confusion. Pretendio seguidamente erigirse como dictador de Colombia. Pri- mero solicit6 la presidencia con poderes ilimitados. "Estoy con- vencido -escribio- de que en Colombia solo puede mantenerse el orden y el bienestar mediante el poder absoluto". Mientras una aspera resistencia en Colombia le impide alcanzar su objetivo, llega a ser dictador del Perui despues de la victoria de 1823.

    Cuando se alcanzo la paz despues de la batalla de Ayacucho, en las postrimerias del afio 1825, Bolivar no abandon6 el campo sino que, por el contrario, presion6 con mayor intensidad que nunca para lograr implantar un regimen autoritario en todas las nuevas republicas. Su prop6sito se concret6 bajo la forma de la

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    Constituci6n boliviana, escrita por 1e mismo, cuya adopcion pro- puso hacia el final de su vida a todos los otros paises individual y colectivamente, asi como tambien la proyectada Federacion de los Andes, su ansiado imperio.

    "La constitucion de Bolivar -escribe Masur- limita tanto como es posible la influencia que el pueblo pueda ejercer sobre el gobierno; imita al gobierno consular de Napoleon". "No ad- mite ninguna forma de autonomia". De las tres camaras legisla- tivas, los censores son responsables de la "moral social" y elegidos de por vida. Los tribunos (supervisores administrativos) y los se- nadores, electos mediante un complicado sistema, nunca son elegi- dos libremente por una segunda vez; a los ciudadanos solo se les permite presentar candidatos, de los cuales cada camara eli- ge sus propios sucesores. El "sol" de este sistema es el presidente, quien recibe el nombramiento de por vida y designa a su su- cesor, el vicepresidente (cuyo cargo es hereditario), que tambien desempena las funciones de primer ministro.

    Esto lleva a Masur a escribir que lo antedicho "hace de Bo- livia simplemente una monarquia sin monarca, con un rey ele- gido tal como en la Iglesia Catolica o en el Sacro Imperio Romano" -salvo que el Papa no elige su sucesor-. Bolivar explicita este criterio: "De acuerdo con este proceder serian anuladas las elec- ciones, que son el mayor azote de las republicas y que solo pue- den provocar la anarquia". Masur agrega: "Las otras partes de la constitucion no requieren un analisis detallado. Los paragrafos vinculados con los derechos humanos son cortos y algo vagos; los referidos a la administracion son tradicionales; los que abarcan la administracion de justicia estan abiertos a la critica".

    Colombia resistio la imposicion del sistema de Bolivia; asi lo hizo tambien Peru, pero Bolivar lo impuso por la fuerza en el mes de agosto de 1826. Masur lo expresa con dolor: "Bolivar estaba acostumbrado al poder dictatorial". En el Peru "su posicion asu- mio las caracteristicas y prerrogativas de un sultanato". Nos hace presente que "Bolivar habia dicho en muchas ocasiones que Ame- rica del Sur solo podria ser gobernada por un despota astuto". Pa- ra lograr este fin, Bolivar se alio cada vez en mayor medida con el clericalismo reaccionario, para anadir el poder de la Iglesia al apoyo de los ricos y de los hacendados.

    Como y por que Bolivar no pudo lograr la dictadura perso- nal por la que suspiraba, a pesar de su prestigio como "Liberta- dor", es otro tema; el nudo de esta cuestion es la tenaz resistencia que opuso la masa del pueblo a sus propositos. Alrededor de 1829,

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  • cuando enfrento la decisi6n de ascender al poder a la zaga de sus legiones pretorianas, ya era una ruina psiquica por motivos completamente diferentes; su fallecimiento se produjo al afio si- guiente.

    Teniendo en cuenta estos hechos, vemos que la ambicion por parte de Bolivar de una dictadura personal no fue "exagerada" en nada por Marx -contrariamente a lo que pretenden los edito- res comunistas- y, asimismo, que las investigaciones modernas no contradicen la imagen total dada por Marx en este sentido. Por el contrario, de todas las referencias enciclopedicas del periodo que mencionamos, solamente la de Marx esta de acuerdo con la ver- dad historica. Hemos analizado la medida en que atafien al pro- blema politico.

    V

    Los hechos son una cosa, las racionalizaciones justificadoras son otra. Hasta este momento, pasado ya un siglo desde que Marx formulara su protesta en contra de la vision y las metas antide- mocraticas de Bolivar, ,que otra voz ha estado dispuesta a criti- car este autoritarismo, o a contraponer la fe en las instituciones democraticas en contra del lider dictatorial del movimiento de la independencia?

    Remitiendonos a los hagiografos sudamericanos que tocaron este tema encontramos solamente las justificaciones usuales.8 En- rique de Gandia propone una aseveracion tipica: la Constitucion Boliviana, autocratica sin duda, era "un reflejo de las ideas mo- narquicas que en ese entonces eran apoyadas por Bolivar, San Martin y la mayor parte de la gente razonable (sic)". Pero no por una mayoria abrumadora del pueblo, ni aun hace un siglo y medio. A lo largo de una decada, hasta que los constructores de mitos lo convirtieron en el "dios sol", las masas maldecian su nombre aun despues de la muerte; a ellos Marx les habla ahora. "Bolivar -escribe este apologista- hizo una constituci6n para poder gobernar energica y tranquilamente". Todos los dictadores lo hacen. Pero el esquema de una presidencia de por vida, de la vicepresidencia hereditaria y de una legislatura que se perpetua- ba a si misma era una fantasia aun en 1826; no podria mantener al pueblo tranquilo como no fuera en sus tumbas.

    s Consultar al respecto la nota 6.

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    Vicente Lecuna, alto presbitero de Caracas, que se adhiere al culto a Bolivar, solo tiene esto para decir acerca del tema en su ataque a la obra de Madariaga: "El sefior Madariaga carece de visi6n politica. No comprende la grandeza de las ideas continen- tales de Bolivar para formar un gran estado * ni la Constituci6n Boliviana, que fue concebida con el prop6sito de lograr la estabi- lidad politica necesaria para su creacion". Estabilidad politica so- bre todo era tambien la gran visi6n del Reich de mil afios de Hi- tler. A. F. Brice lo dice con mas crudeza; explica que la "demo- cracia" no requiere un "gobierno del pueblo por el pueblo", ni por la mayoria del pueblo, sino unicamente por los "ciudadanos activos", sin que exista necesariamente bajo un regimen de sufra- gio universal. Este principio politico se propone tambien hoy.

    Carleton Beal, en su obra titulada Eagles of the Andes: South American Struggles for Independence (Filadelfia, 1963), presta poca atencion al aspecto politico, pero en el capitulo final no deja de explicar que "no existe base para un gobierno democratico o representativo"; la misma racionalizaci6n que el mismo autor po- dria formular actualmente para Rusia o Cuba, e igualmente falsa.

    El trabajo de V. A. Belaunde, Bolivar and the Political Trought of the Spanish American Revolution (Baltimore, 1938), critica a veces el ultimo periodo de Bolivar; empero, el resumen del pre- facio es una franca apologia de la "originalidad" del "programa de una democracia organica, jerarquica y tecnica" (sin definir) en contra de la "democracia individualista". La denomina "cesaris- mo democratico", que tiene un "valor unico" porque "libera la estructura politica de los deseos de los individuos", respecto de lo cual "Bolivar tuvo una intuici6n del verdadero mal de la de- mocracia pura...".

    Hemos mencionado anteriormente que Masur, mientras va presentando hechos condenables en cantidad suficiente como un erudito, trata empenosamente de encubrir la dictadura de Boli- var. (En el prefacio llega a expresar su acuerdo con "la esencia del credo politico de Bolivar"). Habiendo establecido que los he- chos muestran a Bolivar como autoritario, el lo describe como un "dem6crata autoritario". Al igual que Belauinde, designa el re- sultado "cesarismo democratico". Y no define ninguno de estos terminos. Poco mas adelante, luego de haber dicho que las ideas de Bolivar "anticipan en algo el sistema fascista" (una asevera- cion mas fuerte de la que haria cualquiera), todavia encontrara posible decir: "Queria una democracia, pero una democracia es-

    * Lo cual no es cierto con respecto a Madariaga (nota del autor).

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    table'. (Aunque en el libro de Masur nada hay que muestre a Bolivar buscando una democracia, de cualquier tipo que esta sea). En un lugar escribe: "Su intenci6n era totalitaria", pero (pese a que no logro hacerla realidad) pocas paginas mas adelante dice: "Su dictadura no deberia ser comparada o confundida con el abuso de poder que caracteriza a los tiranos totalitarios de nues- tros dias". Lo cual es verdad seguin a donde se apunte; las aspi- raciones de Bolivar eran bonapartistas, como lo vio Marx; y uno no deberia ser anacronico.

    El juicio de Masur se resume asi: "Bolivar qued6 como un dictador, pero no cabe duda de que en ese momento era la uinica solucion posible". Una extrania pretensi6n; lejos de ser la uinica solucion posible, resulta indiscutible que la dictadura de Bolivar no fue en absoluto una soluci6n: fracaso ignominiosamente. El peligro de "anarquia" al que Masur se refiere con frecuencia, haciendo eco a Bolivar, surgio como consecuencia del choque en- tre los esfuerzos de la oligarquia gobernante para imponer con- troles opresivos sobre el pueblo y la reaccion de este contra esa opresi6n. Tal "anarquia" podia ser evitada, logrando asi la "tran- quilidad" de que hablaba Gandia, unicamente si las masas incli- naban la cabeza sin luchar. Siempre el sueno de ley y orden del autoritario.

    ,Que podemos decir, finalmente, acerca del verdadero mo- delo de liberal moderno que es Salvador de Madariaga? Sabemos, por supuesto, que se afana por hacer presente la dictadura de Bolivar, destruyendo las pretensiones de rendirle culto. Pero su posici6n es a favor y no en contra. Esto se observa claramente, ya que lo estima justo en sus ambiciones: "Bolivar queria una mo- nocracia; y Bolivar era justo", dice en bastardilla. "Lejos de ad- herir a aquellas concepciones que han conducido al sufragio obli- gatorio y a conceder el voto a los analfabetos en su propia tie- rra nativa, Bolivar divide a los ciudadanos en activos y pasi- vos...". Y "el congreso lo escuch6 y le concedi6 su reino sin tro- no y aun el senado hereditario; el nuevo estado deberia haber comenzado la vida independiente bajo mejores auspicios". En rea- lidad, Madariaga cree que Bolivar era remiso al no propugnar abiertamente una monarquia directa.

    El enfoque del liberal espafiol es practicamente el mas reac- cionario, en forma abierta, de todos los que hemos considerado hasta ahora. La conexi6n que mantiene con la tesis total no es dificil de ver; virtualmente la hace el propio autor: "Bolivar pre- tendia la reconstruccion del imperio espafiol sin el rey de Espa-

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    na". Si ello es asi, zpor que entonces (desde la visi6n de Mada- riaga) derramar la sangre de un continente para cambiar miera- mente un monarca coronado por otro sin coronar?9

    VI

    De este modo Marx queda, actualmente, como uno de los po- cos defensores de las aspiraciones democraticas por las cuales los sudamericanos del norte lucharon en contra de su "Libertador". No acepta las racionalizaciones para justificar la dictadura, que no han cambiado sensiblemente en un siglo y medio.l0

    Sefialamos al comienzo que en este trabajo no se discutiria en si el tema del autoritarismo, en contra de aquellos que aun ha- Ilarian ridicula la idea de contraponer un conflicto en favor de los derechos democraticos a la dictadura "realista" de Bolivar. Pe- ro al menos hemos vuelto a exponer el tema.

    Por una parte se encuentra la formulacion de Masur para justificar el autoritarismo, ya bien conocida en la epoca de Marx. La dictadura de Bolivar, dice Masur, era "una dictadura forma- tiva; intentaba llevar a la madurez a un pueblo inmaduro". Este es el concepto de "dictadura educativa", una de las ideas mas ampliamente aceptadas por los primeros socialistas y comunistas que Marx combatia.

    Pero en la historia no se encuentra ninguna dictadura que forme a las masas para hacerlas participes de una democracia "madura", salvo en la medida en que las "capacite" para luchar contra ella. Al igual que nunca el dominio imperialista de un pueblo atrasado lleg6 a prepararlo para que se gobernase por si mismo mediante la carga del hombre blanco, salvo en la medida

    9 Cf. Madariaga, ob. cit., paginas 338, 522-23, 529, 602. 10 Pero la mayor laguna en el articulo de Marx, en este articulo, y generalmente

    en todas las obras apologeticas de Bolivar, es no prestar atenci6n a la lucha de clases de los habitantes del campo contra la oligarqufa criolla gobernante que dirige la revoluci6n. A pesar de su gran incidencia como factor hist6rico, que surge clara- mente de una cantidad de hechos en los trabajos de Madariaga y de Masur, este imbito permanece sin ser investigado, particularmente la extrema pequefiez de la

    base de la revoluci6n entre las clases mas bajas y los indios, quienes oscilaban entre la apatia y la posici6n en favor de Espafia. El reciente libro de JUAN BoscH, Bolivar y la guerra social, es muy sugestivo, principalmente porque coloca la conduccibn de la dictadura por parte de Bolivar en el contexto de los intereses de la clase gober- nante. En Ensayos de historia social venezolana, de FEDERICO BRTro FIGUEROA (Caracas 1960), puede verse que los comunistas sudamericanos no se interesan por el anAlisis marxista. De todas maneras, todavia se puede expresar una ctitica mas respecto de la polemica de los editores del MEW en contra de Marx, sobre la pretensi6n de que Bolivar "tuvo exito en integrar a esta lucha los elementos patri6ticos de los criollos terratenientes, la burguesia y la masa del pueblo, incluidos los indios y los negros".

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  • en que esto estimula al pueblo a organizarse para la revolucion. Un pueblo no "alcanza la madurez" ni se "capacita" para la de- mocracia sino mediante su propia lucha por lograrla, en contra del poder que le dice que lo esta "formando", y en contra de los servidores intelectuales que defienden a la dictadura con estos argumentos.

    Existe aparentemente una contradiccion: si el pueblo no tie- ne otra manera de "prepararse" para la democracia que luchando por ella, entonces se infiere que debe comenzar a luchar por con- seguirla antes de que pueda afirmar que esta "preparado". Y en la historia este ha sido el uinico camino para el progreso de la democracia en el mundo. La solucion de la contradiccion se en- cuentra siempre en el proceso de revolucion mismo. Esta dialec- tica sera constantemente escarnecida por aquellas mentalidades que saben como alabar las luchas revolucionarias solo despues de que han sido reducidas mediante la camisa de fuerza de una nueva institucion opresiva.

    RESUMEN

    El autor senala que existen dos corrientes politicas contemporaneas que justifican las dictaduras autoritarias en los paises en desarrollo. Una de ellas defiende solo los movimientos que se orientan hacia una depen- dencia con respecto a las inverisones extranjeras y la otra a aquellos que reemplazan a las antiguas clases terratenientes por nuevos lideres buro- craticos. Segun el autor esta idea no es nueva. Hace ya un siglo fue ana- lizada y combatida por Marx en sus trabajos sobre el regimen bonapar- tista en Francia y en su articulo sobre Bolivar. El autor considera este ultimo trabajo como la refutacion de aquellas posiciones. Marx analizaba el papel que jugara Bolivar en la lucha nacional. Su gobierno fue para el un ejemplo de bonapartismo y autoritarismo. Esta posicion, que pone el valor humano por encima de las libertades democraticas, difiere pro- fundamente, segun el autor, tanto de la realpolitik sustentada actualmen- te por los comunistas como del realismo de los sectores burgueses. Su conclusion general es que el pueblo no se capacita para la democracia sino mediante la propia lucha por lograrla, contra el poder que pretende formarlo y contra los intelectuales que apoyan a la dictadura.

    SUMMARY

    The author assess that contemporary politics is familiar with moot issue of the justification for authoritarian dictatorship in developing countries: one defending only those movements oriented toward depen- dence on foreign capital investments and the other vindicating only those

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    dictatorship that replace the old holding classes with new bureaucratic rulers- The author assess that it is not a new idea. A century ago it was analysed and contradicted by Marx in his work on the Bonapartist re- gim in France and in his article on Bolivar. The latter is viewed as a refutation of those positions. Marx considered Bolivar movement as a case of bonapartism. For him Bolivar's bonapartism was counterposed to the interests of the revolution. The issue is crearly not the national struggle but Bolivar' political role in it. This position that put a human value on democratic value is opposite to the present communist real- politik and to the bourgeois realism. The general conclusion of this paper is that a people do not become "trained" for democracy except by their own fight for democracy, against the power that tells them it is "training" them and against the intelectuals that apologize for the dictatorship.

    Article Contentsp. [293]p. 294p. 295p. 296p. 297p. 298p. 299p. 300p. 301p. 302p. 303p. 304p. 305p. 306p. 307p. 308p. 309p. 310p. 311

    Issue Table of ContentsDesarrollo Econmico, Vol. 8, No. 30/31, Amrica Latina 4 (Jul. - Dec., 1968), pp. 179-448Front MatterEl laberinto bolivariano [pp. 179 - 191]El Congreso de Panam: Bolivarismo y monrosmo [pp. 193 - 241]Santanderismo y bolivarismo: Dos matices en pugna [pp. 243 - 261]Tierra y trabajo en Nueva Granada, 1760-1845 [pp. 263 - 291]Carlos Marx y Simn Bolvar: Apunte sobre el liderazgo autoritario en un movimiento de liberacin nacional [pp. 293 - 311]Corporativismo y clase trabajadora [pp. 313 - 348]Brasil: Un anlisis poltico [pp. 349 - 403]Condicionamentos sociais e ao militar - O golpe de maro de 1964 no Brasil [pp. 405 - 427]untitled [pp. 429 - 431]untitled [pp. 432 - 437]untitled [pp. 437 - 439]untitled [pp. 439 - 443]

    Publicaciones Recibidas [pp. 445 - 447]Back Matter