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cabo esa obra "hasta donde al-cance mi vida y fuerzas". Con-

tinuamente critica en sus obrasla situación de confusiÓn yanarquía en que se encontraban

los fondos documentales.

En las Notas nos comenta:"La experiencia tan repetidapor los casos ocurridos ha he-

cho ver que todos los papelesque se han llevado á Juntas ópara informe de algun Minis-tro han parado muchos entiendas y confiterías, y otrosde la mayor importancia alEstado han sido comprados yllevados á los Soberanos yReynos extranjeros, que loshan pagado á muy subidosprecios. Don Santiago Agus-

tín de Riol en el Ynformeque dió á S.M., en 16 de ju-nio de 1726, desde el n.O 4

hasta el 16 inclusive, de la his-toria de los papeles generales,

sucesos ocurridos en ellos des-de lo antiguo hasta entonces,

refiere el n. i 3 ibi... "Solo deYnglaterra se dice que en elPalacio Real se conserva con

gran estimación y custodiauna pieza grande llena deConsultas originales de losConsejos de España, y que es-ta verdad se probaba por elReal Decreto de 15 de Sep-tiembre de 1664, dirigido alPresidente del Consejo, expre-

sando S.M. hab Ía entendidoestaba ajustado vender á unextrangero la Librería de Dn.Lorenzo Ramírez de Prado,2

con todos los papeles (m.s.),en los cuales se juzgaba habíamuchos secretos y de impor-tancia, asi del tiempo queasistiÓ en Francia como otrosnegocios particulares que se leencargaron, y algunos que ad-

quiriÓ por curiosidad; y con-

viniendo no pasasen á otrasmanos: Ordenó que con lamayor diligencia y recato serecogiesen todos en parte se-gura, y formase relación de

ellos para remitirla á sus Re-

ales manos.

En corrobC\ación de lo di-cho, mira en el Tomo 21 demi Miscelanea, fol. 325 bto.,el Ynforme que en 30 deAbril de 1773 hizo un Yltmo.Sr. Ministro del Consejo de

Yndias: ibi... "En igual con-

fusión y desorden estuvieron

antes, por falta de cuidado yarchiveros, los papeles de lasSecretarias de Nueva EspaÙay Perú, y en prueba de ellobastará asegurar á V. E. quehe reconocido en la última al-gun legajo con esta rotulada:Papeles importantes que re-cogió el Marques de la Rega-

lia del confitero que vivefrente de su casa." (Notas a

la RecopilaciÓn de Indias, Li-bro I1, p. 61)

Su preocupación por los Ar-chivos

"En todo Cuerpo que consti-tuye un todo, como és el de unConsulado, Religión, y Universi-dad, hay Archivos: Por tanto,

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me parece arreglado en las Le-yes de este Libro y Titulo, seponga la que falta; relativa alArchivo en que se custodien losPrivilegios, Cedulas Reales, Es-crituras, Libros, y Papeles, y elLibro de los Grados, el de losAcuerdos, el de la Matriculas, elde las YnformacIones y Pro van-zas que los Estudiantes dieren

de sus cursos; y el Secretario,

quando fueren necesarios los Li-bros, asiente las Matriculas, y re-civa las Ynformaciones y Pro-vanzas, y cumplido esto losvuelva al Archivo, teniendo par-ticular cuidado el Rector, elqual tenga una llave, y otra elSecretario, para la guarda de loque el Archivo estuviere."

En cuanto a las obras de Ma-nuel Joseph de Ayala puedenclasificarse así:

l. La Colección de Cédulas y

Consultas;

2. El Diccionario;3. Las Misceláneas;

4. Las Notas a las Leyes de laRecopilaciÓn de Indias.

El conjunto, según la expre-

sión propia del autor, lleva una

denominación altisonante: "Co-lección Universal del Consejo deIndias" .

La Colección de

Cédulas y Consultas

En la Colección de Cédulas,

Consultas, Reglamentos, etc.,que se encuentran actualmente

en el Archivo Histórico Nacionalde Madrid, bajo la signatura 684a 725, reúne todos los papeles

que lIegan a sus manos, sobre

las "materias del Gobierno Uni-versal de Indias y algunos de Es-

paña". Consiste de cuarenta y

dos volúmenes. Esta anarquía ha

merecido críticas. La Colecciónes para ser empleada con el Dic-cionario, complementándose am-bas obras. Se hace ayudar por

escribientes (hasta seis en ciertaépoca), para su elaboración. Así,

acumula cien volúmenes. Luego

procede a la ordenación en elDiccionario de Gobierno y Le-

gislación de Indias, de un índice

alfabético de voces y materias

basado en el lndice General de

la Recopilación de Indias. Deba-

jo de cada voz, que aparece en

el Diccionario, va reuniendo losextractos de las disposiciones so-bre las materias que figuran en

la ColecciÓn. Pero en la Colec-

ción las disposiciones se transcri-ben íntegramente, a diferenciadel Diccionario, en que se ex-

tractan, haciendo referencia altono, folio y número en quepuede encontrarse el texto com-pleto. El consultante debe acu-

dir, primero al Diccionario en

busca del término y entonces re-currir a la Colección, tomo, pá-gina y número correspondiente.

El Diccionario

El Diccionario de Gobierno yLegislación de Indias (dos tomosdel cual fueron publicadas en1929-1930 en Madrid, en versio-nes revisadas por L. Moreno ycon prólogo de Rafael Altamira,quien seÙala la importancia que

tiene para el estudio de la histo-

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ria colonial de América), es unaobra monumental, en tomos ma-

nuscritos, que se encuentran enel Archivo Histórico Nacional deMadrid, bajo la signatura de 726a 551 a. Además del valor delcontenido que entraña un estu-dio minucioso. Con frecuenciaintroduce explicaciones históri-cas y fiosóficas, a cada voz, e

informaciÓn sobre lo que se ha-bía legislado sobre la materia,

indicando, al final, la referenciaal tomo, folio y número, en quese encontraba la disposicibn enla Colección. Con cierta frecuen-cia encontramos alusiones a Pa-namá:

"25 Informado S.M. que elde la Aud. a de Panamá nombra-da ordinariamente por Alguacilesy Alcaydes de la Carcel a Parien-tes y Criados, y Allegados de losOidores, y Fiscal, a cuya sombracometian muchos excesos; Orde-no al Presidente no permitiese

que ninguno de los referidos tu-viera vara de justicia, con aperci-

vimto. de que si el Alguacil mor.los nombrase seria severamentecastigado. Cedula de 25 deOctubre. de 1623. Cedulario to-mo 18, fol. 285, n.O 317." (Dic-cionario de Gobierno y Legisla-ción de Indias, pág. 1885)

En relación con el Dicciona-

rio, anota L. Moreno:"El transcurso del tiempo ha-

ce que actualmente al Dicciona-rio de Ayala se le aprecien de-

ficiencias, siendo quizá la princi-pal la falta de ordenación crono-lógica de las disposiciones inser-

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tas en cada una de las materiasque contiene. Algunas vecestambién se nota falta de criteriode selección, por estar extracta-das de igual modo reales cédulasde gran interés, que otrasdispo-siciones cuya utilidad es secun-

daria. Pero al lado dc estas im-

perfecciones, que fácilmentepueden corregirse, resalta la mi-nuciosa y enorme labor de Aya-la y el valor que hoy representacomo aportación de documen-tos." (Prólogo del Diccionario,

pág. 19-20)

El Diccionario incluye las si-guientes voces:

AbadíaabastecedorabastosacademiaaclamaciónacuerdoadelantadoadjuntosadministraciÓnadministradoresaduanaagentes fiscalesagriculturaagrimensoresaguaaguadaaguardienteahorrosalabarderosalardesalbaceasalcabalaalcaldesalcaldes de la hermandadalcaldes del crimenalcalde mayor

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alcaldes ordinariosalcalde provincial

alcaldes veedoresagregaciónalcancesalcaidealectosalferecesalgodónalguaciles mayoresalhajasalijosalmacenesalmirantesalmojarifazgoalmonedaalojamientoamancebamientoanexosañilapartador de monedaapelacionesapuntadorarancelarbitrioarbolesarchivoarmadaarmeroarrendamientosarribadasarrozartileria y astilerosarzobispoasesorasien toasiento de negros

asientosaistente realastillerosAcapulcoAlamilo (El)AlicanteAlmadén

AlmagoAlmeriaAméricaAmérica CentralAndaluc Ía

Anteguera (Méjico)AntilasApalacheAragónAranjuezArequipaAricaAsturiasAtriscoAyamonteAzoresAbarca, Antonio deAbarca, Luis de

Abello, Juan AntonioAbet, Enrique Bernardo

Abrego, Nicolás

Acuña, Pedro deAguirre, Francisco deAguirre, Juan FranciscoAlas, Esteban de lasAlba, Duque deAlburquerqueAlcolea, Conde deAlfonso XAlmoguera, Juan de

Alonso, FelipeAltamirano, Diego

Alvarado, Juan deAlvarez y Peralta, Francisco ManuelAlvarez Priela, juanAlvornoz, BartoloméAmat, Manuel de

Ancilona, Juan Antonio deAnda y Salazar, Simón deAndreu, AntonioAoiz, FermÍn deAraneta, Baltazar de

Aráuz, J osef Xavier

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Arciniega, Sancho deAreche, JuanArellano, Carlos

Aristimuño, Francisco

Ariztegui, Lorenzo deArmona, J osef AntonioArriaga, Julián deAstorayea, Matías de

Astorga, Marqués deAtabalipaAtrisco, Duque dcAustria, Mariana deAvendaiî.o, MiguelAvendaño, Pedro deAyala, Diego deAyala, Manuel Joset

cabildoscangecanoascanongiascanonizacióncáñamocañoncscapellanescapilascapitanescapítuloscárcelescarenacargacarneceriascartascasadoscasas de moneda, Aposentoy contratación

cascarilacasos de Cortecastellanos y castilos

castiloscatedralesCathedrascaudalescausascaxa de comunidad de Indias

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caxonescaziquescédulascensoscensurasceraceremoiiascertificacionescervezaCllu.ianosciudadclausuraclérigoscoadjutorcobrescocacochescofradiacolectorescolegiatacolegio SeminariocoloniacomandanciascomediascomerclOcomissarioscomlSlOnescomissoscompañíacompetcnciasconcilio provincial

concordatoconcordiaconcurrenciacondenacionesconfesorescon firmaciónconfiscaciÓncongregacióncongrua sustentaciónconocimientoconquistadoresconsagraciónconsejo

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constitucionesconsuladoconsultascontaduríacontrabandoscontralorcontrato oneroso

contribuciónconventosconversiÓncorredor de lonjacorregidorescorreocorsariOcosmógrafoLTeacióncréditoscriadoscriolloscruzadacuentascueroscuartoscureñasChancillerchinochronistadanesesdébitosdécimodefensor de indiosdelatoresdelinquen tesdelitosdemcntedenunciadorcsdeposi tariadepositariosderechosderroterosdesaf ío

desaguedesalojodescarga

descubrimientodescuentosdesertoresdespachosdestierrosdeudasdexacióndiamantesdiezmosdimisoriasdiputadosdiquedirectordiscordiasdispensadoctrinas y doctrineros

donacionesdonativodoseldotesduplicadoscclexiasticosedictoseleccionesem barcaciones

embargosem pleos

empréstitosencarecimientoencomiendas y encomenderosensayadoresentierrosentredichosentretenidosequivalenteerecciónesclavosescribanosescribientesescriturasescudosescuelaesmeraldasespañoles

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espartoesperasespureosesquadraestampasestam pila

estanciasestancosestandarteestañoestatutoestipendiosexamenesexccutoriasexequiasexortosexpedientesexpoliosexpositosexpulsosextinciÓnextrangerosextrañamientofábricasfactoresfacultadfamiliaresfar iliasfarolesferiafianzafideicomisariosfiel executorfiestasfirmasfiscalesfletesnotasfondeasfortificacionesforzadosfrancesesfraudesfrutos

fuero militarfuerzafuncionesfundaciónfundicionesfundidor mayorfuncralesgagesgaleonesgaleotesgalerasgallnasganadogarrasgastos extraordinariosgazetageneralesgeneralasgitanosgovernadoresf,rraciagradosgranaGran Chancillergrangenasgratificacióngrmetesguardasguardiaguarniciónguerraguias de forasteroshabilitaciónhabitosharinahermandadhcrmitahierbashierrohijo-dalgohistoriahitoshomicidiohonores

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honrashospedería y hospitalidadhospiÓohospitaleshostilidadeshypotccasido losiglesiasilegitimosinmunidadimposiÓÓnimprentasincorporaciónindicesindiosindulgenciasindultoinformacionesinformeingenierosingeniosinquisicióninspectoresinstrucciÓnintendenteinterdi( c) cióninterinosinterpretesintestadosinválidosinventarioislas

.laponesjubilaciónjubileojudiosJuegosJuezjuntasjuramentojurisdicciónJurosjusticiasjuzgado

labradoreslacayosladroneslagunalanaslanzaslegadolegitimaciÓnlengua castellanaleñalepraletralevalevantamientoleyeslibranzalibretaslibroslicenciaslienzoslimiteslimosnaslino listaslutosllavesluminariasmaderasmaestres de navos de Campoy de platamandasmanifestacionesmarcosmarchamomarinerosmáscarasmataderomatriculamatrimoniosmayorazgosmayordomosmedallasmedia-anatamédicosmedidas

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mejoramenoresmemorialesmercadomercaduriasmCTccdesméritosmesada eclesiásticamestizasmiliciano s

militaresminasministrosmisasmissionesmitasmojonesmonasteriosmonedamon tados y galerasmonte-piomoratoriamostrencosmuellemozos de farolesmulasmulatosmuniclOnesmurallanacimiento realnaturalezanaufragionaviosnaypesnegoclOsiievenombramientonotariano ti fi cacio n esnovenasnoviciasnunclOobisposobrages

obras piasoficiales realcs

oficios vendibles y renunciablesofrendasoidoresoleosoposiclOnesoratorioordenanzasordenesoropagadorpagamcntospagespájarospalaciopalanquinadopalenquep,ùiopalo de tintapanpapelesparianparicntesparroquiaspasagerospastelpastospatentespatriarchapatronatopazpelucaspcnas dc cámarapendones realesperjurosperlas falsas

perm lSOS

permutaperreropertiqueropescapecados publicospesetas

io

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pesospensiÓnpesq UlzaspestcpilatospimientopiratasplSSO

planosplataplaterosplazasplazosplei tosplicgosplomopoblacionespodatariospoderespolizontespólvoraporterosportesportuguesespasitosposessiónposturasprebendas prebendadosprecespreciospredicadorespref erenciapreladospremiospresentacionespresidentespresidiospressaspresosprestpréstamospretendientesprimiciaprimacia

prisionerosprivilegioprobanzasproceslOnesprocuradorespropietariospropinaspropiospropuestasprÓrrogaprotectoresproto-medicoprovebeduriaprovincialesprovistosprovisoresprovissionesproyectopuentespuertopUJapulperíaspulquequartas funerales

querellasqUlnaquintasquintosquitasolquitoraciones y racioneros

ranchoreales de platarebeldíareceptoresrecivimientosreclutasrectorrecursorecusaciónreditosregatonesreduccionesreforma

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regalosregentesregidoresregimientosregistroreglamentoreintegraciónrelacionesrelatorcsreligiososrcliquiasreloxrematesremocionesren tasrenunciareosrepartimientorepresaliasrepresentacionesrequerimientosrescatcresidenciasrestablecimientoretirorevistasreynosrogativasromanasrondassacris t ias

sala de crimensalariossalinassalitresangleyessantuariosargentoselvasecretosectariossegunda suplicaciónseda

sellos realesseminanossentenciaseñoreagescñoriosepulturassermonesserviciossilasindicos de Sn. Franciscosynodalessynodossisasitialsituadósociedadsochantresoldadossolici tador fiscalsortcossubdelegadossubsidiossubstitutossuceSlOnsucldossu fragiossummarios de indulgenciassuperintendentessupernumerariostabacotanteotasastegidosthenientesthesorerostem poralidades

tercias reales

testamentostestigostestimoniostiendastierrastin tastítulos

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toneladastostonestraductortragetrasbordo s

traslaciontratamientotreguatribunalestributostrigotropatumultostu toresuniformesuniversidadutensiliosvacantesvagamundosvalimicn tos

varasveedorven tas

vestuarioviagesviaticovicariosvictoriavicuñasvigiasvilavinosviñasvirreyesvisitadores y visitasviudasviudedadvocalesvotosxarciaxengibre

El Diccionario es la obra de

una vida_ Manuel j oseph de

Ayala hubo de consultar milla-res de documentos y después re-curriendo a una paciencia excep-

cional y un genio organizador le

dio orden y sistema.

Al desarrollar cada voz, Ma-

nuel Joseph de Ayala, selecciona

con interés las Cédulas y Provi-siones que se refieren a Panamá,y en el Diccionario se encuentrancon frecuencia alusiones a laTierra firme.

En las Notas a la Recopila-

ción de las Indias expresa sobre

el Diccionario:

"No bastan ni son oportunoslos que en las Secretarías hay,

en que se sienten con la distin-ción de Oficio, Yndiferente, Ca-

mara, y Partes, y otras denomi-naciones: Requiere precisamente

la formación dc un Diccionario

de Govierno y Legislación deYndias, por voces y materias,tan exacto, que extractc cn todasu nomenclatura quanto se hayaresuelto y com unicado por Dc-

cre tos, Cedulas, Reglamentos,

Ordenes Reales y Oficios, desdeque se concluyó la formacióndel Cuerpo de Leyes, para que

sean Norte de los acertamientos

los actos positivos dc la expe-

riencia.

Assi lo tiene trabajado en

(19) 26 años, y continúa, con-tando ya 16 tomos gruesos, enfolio, del año de 1 776, Y más

de veinte mil decisiones, elAutor de esta Adiciones Ó No-

tas, con que facilita el que secumpla lo que S.M. manda.

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La necesidad y utilidad de es-te Diccionario queda demostra~

da, y el menos instruido adverti-rá los otros fines de su objeto.

Se advierte, que ya en fin de es-te año de (1782: 25 tomos)1798 son 95 Tomos los trabaja-dos de este Diccionario racioci-nado. "

"Nota adicional inserta enuno de los ejemplares. En elpresente año de 1792, son ya55 Tomos del Diccionario, enque se comprehenden mas de50.000 decisiones y el todo de

sus obras manuscritas de asuntos

de Yndias ascienden á 225, en

folio, con sus respectivos planos;pero ultimamcnte, por la entre-ga que en virtud de Real Orden

hizo en la Secretaria del Despa-

cho de Gracia y Justicia deYndias del total de ellas, en 29de Octubre de 98, segun el In-ventario, se aumentó el númeroa 450; y segun la continuaciÓn

que sigue, puede regularse en to-do el presente afi.o de 99 a60.000 las decisiones." (Notas ala Recopilación de Indias, Libro1I, Título VI pago 119).

Al comentar la Ley XII (Li-bro 1I, Tit. 1I) en las Notas es~

cribe:

"Para podcr cumplir con loque manda, es necesario formarantes un Diccionario de Gobier-

no, y Legislación de Yndias, que

sea norte de los acertamiento s,

y actos positivos de la experien-

cia, como tienc ya compuesto elautor de estas NOTAS, Ó ADI~CIONES, en 25 tomos, en fol.,

14

~

gruesos, Dn. Manuel J oseph de

Ayala, Oficial 2.0 de la Secretariadel Despacho Universal de aque-llos Dominios, segun nomencla-

tura de Decretos, Consultas, Ce-

dulas, Reales Ordenes, y Oficios,que comprehende, en compen-dio Ó extracto de cada una delas voces, casos y resoluciones; yde otro modo, aunque se juntenlos hombres más sabios y letra-dos, duda en el desempeño es-

trecho que encarga la Ley, porno ser bastantes los Yndices Ó

brevetes de los Libros de Regis-

tro que los tuviercn las Secrcta-

rias; y aun quizá no llenará

completamente lo que va ano-tando en los de esta Recopila-

ciÓn. "

"De donde resultará siempredefectuoso el nuevo que se man-dó formar en el Ministerio, en-tonces de Dn. J oset de Calvez,y precisamente necesario valersede esas NOTAS, que para ellastuvo la facultad dcl Rey de re-conocer los Archivos de las cita-das Secretarias, y valerse de di-versos mcdios para adquirir á losque no acudió por la enemigaoposición que se le hizo, aun desubm inistrarla a alguno de LosLibros, y noticias de los que ha-

bía entregado." (Notas a la Re-

copilación de Indias, Libro 11,

Tit. 11, pág. 38).

Consultas y Pareceres

El Consejo solía elevar con-sultas al Rey, como trámite pre-vio a la adopción de leses, moti-vando sus propuestas, a las cua-

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les el Monarca respondía con

una ResoluciÓn o Decreto. Estasconsultas son de especial interéspara conocer los antecedentes yel propÓsito de las leyes, y así

lo entendiÓ Ayala.

Por tal motivo, preparÓ esa

ColecciÓn de Consultas y Pare-

ceres a S.M., en asuntos de Go-bierno de Indias, recopiladas en-tre los anos 1765-1776 "a ma-nera de Abecedario por D. Ma-

nuel Joscf de Ay ala, natural dePanamá, archivero del despachode ellas. Dedicado al Consejo yCámara de Indias." De esta co.lección inédita se conservan dosejemplares: uno en el ArchivoHistórico Nacional de Madrid,

signatura 752b, a 762b, en oncevolúmenes, y el otro en la Bi-blioteca del Palacio Real de Ma-

drid. Misceláncas de Ayala nú-meros 2755 a 2768, en dieci-nueve volúmenes de los cualessÓlo se conservan dos. Segúnconsidera Ots de Capdequi, estaobra "acreditÓ sobradamente su

com petencia."

La Miscelánea

Obra inédita, conjunto varia-do de descripciones de provin-cias de las Indias, con mapas, pla-nos, derroteros de navegaciÓn,

discursos, proyectos e instruc-ciones geográficas, topográticas

y políticas, avalorados por su in-terés histórico. Constituye 87tomos, en manuscritos la mayorparte letra del propio Ayala de300 a 500 lolios cada uno, delos cuales 40 se encuentran en

la Biblioteca ReaL. La encuader-

naclOn es de "becerro jaspeado,

con lomera cuajada y cortes do-r ados". (Domínguez Bardona,Catálogo de la Biblioteca del Pa-lacio). .

Numerosos documentos se re-fieren a la Tierra Firme. Gastea-

lOro destaca los siguicntes:

"Discurso yue se hazen sobre

las varias opiniones que ques-tionan el mas acertado me-thodo de Navegación, y Pasa-

ge de feria para el importantÍ-simo comerzIo de los Reinosdel Perú y Tierra Firmecon España" Tomo 11, lol. 78 a92."

"Puntos principales mediantelos quales, y otras disposicio-

nes se podrá continuar el cur-so de los Galeones resultando

en beneficio de los Vasallos,

y en aumento de los Rl. have-res de S.M. Catholica; según

los medios expuestos por elGovernador Don Diego de laHaya que. son dc la maneray como siguen... " Tomo 11fo1. 92 a 102.

"Descripción de las CostasOccidentales de la AméricaMeridional por la vanda delNorte, y el modo de haccr enellas el contrabando las Na-

ciones extrangeras de las vezi-nas colonias" por Dionisio Al-

seda y Berrera. Tomo 1I, fol.177 a 193 (Hay una descrip-ción de la costa Atlántica dePanamá.

"Memorial informativo, arvi-trativo, político, legal que

15

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sobre el estado decadcnte de

los Reinos del Perú, TierraFirme, Chile y Provincias del

Río de la Plata en la Améri-ca. Sus causas y remedios; y

como el más importante sepropone, entre otros, la im-bersiÓn de la actual carrera degaleones, y varios medios, ar-vitrios de la maior importan-

cia que para aumento de laReal Hacienda y comercio de

las Yndias hizo Don Mariano

Higinio Machado de Chavezquien le dirije al Rey Nto Se-ñor." Tomo I1, fol. 276 a 296."Descripción de la Provincia

del Darién, rios quebradas,

número de Indios que la pue-blan, distancias que hay deuna a otra, separando los del

Norte de los del Sur. Y suscapitulaciones que cclebraron

para dar la obediencia a S.M.

con las de más noticias queprestar un conocimiento deella, su estado, progresos y

goviernos." Tomo I1, fol. 302

"Proyecto que proponc Juande Wendenligen, de la Compa-ñía de jesús. Cosmographomaior de Yndias; y se dirige ahaccr más segura y breve lanavegación al Mar del Sur,con otras muchas ventajasque dependen de eL" TomoIII, fol. 108 a 125. (Trata delComercio de Filipinas y Méxi-co y el del Perú y Chile con

Panamá y Porto be lo. Sostienela conveniencia de suprimir

las Ferias de Portobelo y que

16

l

éstas se celebren en Chile y eltráfico se efectúe por el Cabode Hornos).

"Diario y descripción, aumen-

tada dc lo que corre en el to-mo 20 de la Miscelánea n.302 de la Providencia del Da-

rién por la Costa del Norte:

Mapa general comprcnsivcdesde la Plaza dc Cartagena,

Portovelo y G,olfo de San Mi-

guel, y se incluic otro gcneralde del Darién, y costas que

sigue hasta la Calidonia, e

ysla de Pinos, con plano par-ticular de la expresada Bahia

Candelaria, Rio Cayman yotros concernientes al proyec-

to del Fuertc o Castilo, que

se ba a construir, para scguri-

dad y amparo de la población",por Diego de Tabares, TomoIII, fol. 233 a 299."Medio que en el año de1755 propuso Don Gabricl Si-mon de Ardines para el másbreve y seguro despacho delos efectos que se conducen ala Feria de Galeones de Por-

tovelo, y evitar los inconve-

nientes que ocasiona la diver-sidad de precios; haciendo sela negociaciÓn por un solo su-geto que encargado de las fac-turas de todas las mercade-rías, asjuste y mande a entre-gar, y el dueño a espaldas de

su orden la de cuentas de los

géneros, quc le quedan en ser,y no le sea lícito agregar mas

ropas de las que conducen enla armada." Tomo X., 1'01.227 a 320."

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"Relación del estado de la re-ducción de la Provincia delDarien a nuestra Fee y domi-

nación de sus Magestades. Ca-

racter y modo de vivir de susnaturales, y algunos foragidos

franceses que la habitan. Dataal Exmo. Señor Virrey de San-ta Feé, Don J oseph SolisFolch de Cardona, por Pe-dro Fabre, uno de los mi-sioneros jesuitas que pasarona su conversión, año de1754. Tomo XVL, fol. 102 a115."

"Ordenanza de Carlos V. parael uso y govierno de sacar,

quinta y remitir a Espaiia las

perlas del pueblo de Veragay demás parages de Yndias.

"Proyecto del Theniente Co-

ronel Don Francisco Ayala,Governador de la Provinciadel Darién..... Tomo LXX,fol. 261 a 27i."Descripción del Obispado de

Panamá, resultante de lospracticos conocimientos queadquirió en la visita de él suObispo Manuel joaquín Gon-zález de Acuña; e informesque tomó y dirigió a la Corteen 30 de Julio de 1803, con

un expediente sobre la funda-ción del Colegio Seminario.

"Plano de la Ciudad de Pana-

má, por Tomás López, tomoLXXXI, fol 259 (un grabadodesconocido de la nueva Pa-

namá). (Introducción al Estu-dio de la Historia de Panamá,

T.I., Carlos Manuel Gasteazo-ro, Págs. 75 a 77).Anota Manzano y Manzano:

"A veces se encuentran en elladocumentos de un valor consi-derable, acrecentado por ser lacopia de Ayala el único ejem-

plar conservado que ha llegado anosotros de algún que otro do-cumento....." (Notas, Estudio

Preliminar, LXVII).Notas a laRecopilaciónde Indias

Es la obra predilecta de su

autor. El impulso que lo muevea comentarla está expresado conclaridad en su Representación

del 24 de febrero de 1769, diri-gida al Rey, en que pide recono-cimiento de su obra Adiciones,

Exposición y Glosa a las Leyesde Indias: "Esta obra, tan suspi-

rada en la Nación, como necesa-

ria y precisa concebida por mu-chos y por ninguno ejecutada;mandada trabajar por el Augus-to Hermano de V.M. (que deDios goce) y sin efecto, ha sidosucesivamente emprendida porD. Juan del Corral, por D.Thomas de Azúa, por D. J osefPerfecto de Salas, y acometida

por D. Juan Soler. Estos celososeruditos poco o nada adelanta-ron... El suplicante, que se halla

con esta proporción y, en virtudde ella, muy adelantada estaobra, ofrece a V.M. un Ensayode ella en el adjunto Cuaderno

de comento de treinta leyes."

Ayala indica el epígrafe, des-pués explica el contenido, la

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forma como se cumple, los tér-minos de la ley, en ocasiones

contienen recomendaciones, en

otras ocasiones, critica la redac-ción de la ley. Con frecuencia

consigna observaciones de carác-ter general. A pesar de que Man-zano y Manzano es exagerada-mente crítico de la obra deAyala, sus comentarios son de

interés:

"Entre los autores, como Por-cel, que consideran las NOTASde Ayala "obra de aprendices",y los que le asignan, como ha-

cen algunos modernos, categoría

de Código formado por el másdestacado jurista indiano de laépoca, hay una distancia inmen-sa. Más certero nos parece yconforme con las conclusionesobtenidas por nosotros, el pon-derado juicio emitido ¡xr laJunta del Nuevo Código de In-dias, en 1783. Un prudente tér-mino medio nos parece lo exac-to, y aun éste acaso resulte un

poco excesivo." "Bien mirado-escribíamos en 1935-, Ayalano es el hombre de ciencia, ni eljurista dotado de mediana for-

mación científica, sino el com-pilador que con paciente y loa-ble empeño va recogiendo parala gran obra cuantos datos en-

cuentra de interés en sus largas

búsquedas por los archivos ofi+ciales." y añadíamos: "Deacuerdo con estas premisas (sen-tadas en páginas anteriores) es eljuicio formado por nosotros so-bre las NOTAS. No se trata -pa-ra el autor de este trabajo- de

ia

un proyecto de Código, sino de

un voluminoso arsenal de citas,doctrina legal, etc.; en una pala-

bra, de una auténtica miscelánea

legislativa dispuesta durante másde cuarenta años para servir, almenos así lo manifiesta el autor,de noticia universal a quien to-case el contenido y de guía se-

gura a los encargados de la re-visión del Código americano.Por eso el Consejo no vaciló en

dejar a disposición de la Junta

legislativa el Tomo 1.0 de laRecopilación anotado por Aya-

la, para que le sirviese, no comobase, pues para ello contaba conel Libro de Ansotegui, sino co-

mo guía eficaz y segura, por susmuchas citas y noticias legislati-vas de todo género, obtenidas,

unas, directamente por su autor

de milares de expedientes, car-tas, disposiciones, etc. durante

el tiempo que estuvo ocupadoen la Secretaría del Despacho

Universal de Indias, y otras, porintermedio de sus compañerosoficiales. "

Con firma nuestra opiniÓn-añadíamos en aquella obra-un dictamen de la Junta del CÓ-digo, de 14 de noviembre de1783. Después de haber exami-nado ésta con la mayor re-flexión y detenimiento el referi-do Libro 1.0 ilustrado por Aya-la, lo juzgó muy útil y casi nece-sario para la más pronta forma-ciÓn de las nuevas Leyes, ya"que las remisiones y zitas sonmuy puntuales, encontrándosepor ellas inmediatamente las

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Consultas y las Cédulas impresas

y manuscritas, que estan disper-sas y sin orden chronologico envarios Tomos que ha recogido ycompilado dicho Ayala". Demodo que subrayaba como ca-r acterística más destacada lapuntualidad de sus citas.

"Abundando en este mismocriterio -prosegu íamos- ningúntestimonio más fidedigno queuno del propio autor cuandoparticularizando la importancia

de las cuatro clases de sus obras,

dice de las Notas:

"Convencen en lo que se re-sume de las Cedulas, etc. a quese remiten, citando el tomo, fo.lio y número en que hallan a laletra, así como lo están los ex-tractos de las Decisiones, que sihubiera precedido el métodocoordinado de éstos para formarla Recopilación, no se hubiera

demorado tantos años, ni se ad-vetirían las antinomIas que enalgunas Leyes aparecen, inevita-bles en las dificultades que se

encontraban, y diferentes perso-nas por donde progresivamente

corrieron; e igualmente que conél se adelantará y finalizará con

la respectiva brevedad, arreglo, ymenos fatigas el referido NuevoCódigo, cuya conclusión urgepara el servicio de V.M. y bienpúblico, y resultan perjuicios de

lo contrario, por las variantes en

sus títulos, y multitud de Leyesque desde aquella demuestranlas decisiones." Bien claramenteresalta Ayala en los párafos an-teriores, como había hecho la

Comisión del Código, el verda-dero valor de las adiciones.

"Todo ello concluíamos nosconfirma en la idea de que lasNotas constituyen una obraauxiliar y útil para acometer

cualquier estudio de las leyes re-copiladas, pero de ningún modopuede considerarse básica parala estructuración del Nuevo Có-digo indiano. Y para no exten-

der desmesuradamente estasconsideraciones, terminamos re-comendando al erudito lector laconsulta de nuestros trabajos an-teriores. Además, que teniendoa su disposición de aquí en ade-

late el texto mismo de las NO-

T AS, más de una ocasión tendrápara comprobar prácticamenteel verdadero valor y utilidad delas anotaciones de Manuel joséde A yala. "

Las obras de Ayala fueronusadas en su época, a pesar de

que no siempre se les reconocióvalor. Sus copias sin ser auténti-cas, tienen valor según Ministrosde entonces y recopiladores yautores contemporáneos. Con-forme el propio Ayala expresa-

ba, sus copias no gozaban demenos fe y crédito "que las de D.Juan de SolÓrzano, Fraso, Eli-zondo, López en su "Teatro dela Legislación" y Martínez en su"Librería de Jueces". Las Colec-

ciones constituyen un inmenso

conjunto, si bien carente de or-denación (para cuyo manejo esimprescindible el Diccionario y,para ciertos trabajos, sus Notas).Son de gran utilidad, especia-

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mente para investigadores que serefieran al siglo XVIII, siglo en

que vivió el autor.El Pensamiento de Ayala

En la primera sección de estetrabajo hemos esbozado el pen-samiento de Ay ala. Nos limitare-mos a transcribir, en esta oca-siÓn, sus ideas sobre algunascuestiones concretas que eran

-y son- de interés general.

Transcribiremos algunas, que

deben ser leídas teniéndose encuenta la época:

1. Sobre las leyes: "Las leyes

deben ser justas, equitativas, cla-ras, sin ambiguedad, ni contra-

dicciÓn, útiles y acomodadas alEstado y al genio de los pue-

blos.Los Soberanos deben prescri~

birles Leyes, a cuya observancia

se conformen mas por el hábito,y la razÓn que por el temor de

las penas.

Estas Leyes deben ser justas,equitativas, claras, sin ambigue-

dad, ni contradicción; útiles, yacomodadas al Estado y al geniode los Pueblos.

Conduce también infinito pa-ra hacer a los vasallos obedien-

tes, rectos y buenos ciudadanos,erigir, y establecer Escuelas pú-blicas en donde solamente se en-señen conocimientos sólidos, yútiles a la vida, y no ciencias

ridículas funestas, invenciones

extravagantes, y ociosas.

Igualmente se necesita que losReyes velen sobre la execusión

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de las Leyes, y que castiguen a

los infractores según la qualidadde la falta, y segun la intención

y el grado de malicia con que la

hubieren cometido: procediendo

de tal manera que la severidad

de las Leyes se exerza sobre losgrandes, y los ricos, y tambiéncomo sobre los pequeños y po-bres.

Las leyes deben señalar estajusta proporciÓn en la tasa decada Ciudadano, y no conceder

a ningun particular inmunidadesque perjudiquen y opriman alos otros: también deben reglarel mejor orden con que se hande percibir los subsidios con me-nos dispendio, y gasto.

Pero no basta que las Leyes

destierren la ociosidad, y la pe-

reza; es necesario introducir

también la economía por mediode disposiciones sumptuarias,

que prohiban los gastos super-fluos, y principalmente los quehacen pasar a manos de los Ex-tranjeros las riquezas de los Va-sallos.

2.0 Leyes de las Indias: "Sedeven derogar muchas que hayperjudiciales a las Yndias, y seformará una nueva LegislaciónIndiana conforme al Estado de

la Europa. El espíritu de las ci-viles se ha de uniformar a laconveniencia general del Estado.

Las Leyes que los Pueblos

(sean Monarquías o Repúblicas)hicieron para sí, todas tienen

por fin, mantener la paz entre

los hombres, a lo menos entre

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los ciudadanos de un mismo Es-

tado: Remediar sus necesidades,y contribuir a su felicidad; por-que todas ellas tienen igualmen-

te un mismo fin y principio,que es aquella Ley primitiva quequiere que el devil sea protejidocontra los insultos del Poderoso.

N o puede adoctarse ningunaLey, ningun uso de los Gobier-nos Estrangeros; pero aun asi se-rá siempre util haverlas examina-do." (T.I, pág. 6)

"Las Leyes, como dirigidas albien comun de la sociedad, sonsantas y justas, sin que devan

perder su valor por el abuso quehacen de ellas algunos litigantespara torcerlas a sus propios inte-reses y designios. Los jueces y

los tribunales están obligados

por el sublime ministerio que

exercen, de remover por todoslos medios factibles los embara-zos con que aspiran la malicia ólas pasiones de los hombres áhacer ilusorios sus preceptos. "

(T.I., pág. 9).

Igualdad en laAplicación de la Ley

"Igualmente se necesita quelos Reyes velen sobre la execu-

cion de las Leyes, y que casti-guen a los infractores segun laqualidad de la falta, y segun laintencion y el grado de malicia

con que la hubieren cometido:

procediendo de tal manera quela severidad de las Leyes seexerza sobre los grandes, y losricos, también como sobre los

, pequeños, y pobres.

"Deben impedir estas mismasLeyes que los Vasallos se dañen,y perjudiquen los unos a losotros, castigando tanto mas se-veramente las injusticias, que co-metan entre sí, quanto su co-mercio perpetuo, su vecindad, e

inmediacion les presenta mas

ocasiones de ofenderse."Y por cuanto en un Estado

grande no puede un Rey por sísolo vacar inmediatamente a to-dos los negocios, y asuntos; y seve reducido a la necesidadde descargarse sobre algunas per-sonas de una parte de su Go-bierno, deben las Leyes prescri-bir las qualidades que han de te-ner estos Ministros, señalándoles

castigos, y recompensas, según

su merito.

"Para la manutención de losReyes y de los Ministros debencontribuir los Vasallos propor-

cionalmente segun sus faculta-des, y fondos. Las Leyes deben

señalar esta justa proporción enla tasa de cada Ciudadano, y noconceder a ningun particular in-munidades que perjudiquen, yopriman a los otros: tambiendeben reglar el mejor orden conque se han de percibir los Subsi-dios con menos dispendio, ygasto." (T.I. pág. 9).

Funcionarios Públicos:

"Los Autores Teologos de másdistinguida reputación defiendenque el que acepta un oficio parael que no tiene la suficiencia res-pectiva, está en obligación de res-tituir los daños y peijuicios que

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pueda ocasionar con su ignoran-cia, porque no carece de culpaquien no midiendo sus fuerzas sehace cargo de las obligacionesque no puede llenar por si mis-mo, y se mezcla en las que reco-noce que su impericia puede serdañosa a otros." (Libro n. T. n,

pág. 46).

Remuneración de Servicios:"Disputan los autores si será

de obligación solamente naturalÓ civil .la remuneraciÓn de losservicios, y és digno de verse eneste punto el Sr. Olea, de Ce-

sione jurium et act., tit. 3,quest. 8, ex n.o 33, quien és desentir no ser de obligaciÓn civil,por los fundamentos que produ-

ce; en consecuencia de esto, no

habrá accion ni derecho en elvasallo á pedir, legar, Ó mandarlos servicios como supone el Au-to, y haciendose cargo este Au-

tor d~ las sobre dichas Leyes dePartida, satisface al n.o 39, conque estas hablan de los serviciosy meritos á que se ha señalado

remuneracion, y por ella conce-dido accion y derecho las mis-mas Leyes, que puede transfor-marse á la muger, hijos y parien-tes.

"Como quiera que sea, és in-dubitable, y muy fundada laopinion que sostiene 10 contra-rio, entendiendose en serviciosutiles al Estado; este siempre ésdeudor á la recompensa de ellos,porque, á la verdad, ella és elestimwo de las virtudes, y elmas rico manantial de los bienes

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y felicidad de aquéL." (Libro n.T. Il pág. 70-71).

Abogados:

"El oficio de Abogado és muilaudable quando se exerce demodo laudable. Juan Geronimode Philpo, Disertac. 2.°: de lasCausas Fiscales. Castro, Discur-sos criticas sobre las Leyes, Lib.

3, Discurso 6, pág. 103. Cova-

rrubias, sobre la Abogacia. Dn.

juan Perez Villamil, en su Diser-tación sobre la multitud deAbogados, y algunos otros auto-res de Disertaciones Academicasque se extractan en el Memorialliterario; y sobre el moderar elexcesivo numero de que se ha-llavan cargadas las Provincias de

Yndias, causando graves daños

su multitud, porque fomentavanlas discordias de las familias,alargavan los pleitos, y los llena-van algunos ignorantes de unaconfusion que los hacian inespe-dibles, causando excesivos é in-soportables dispendios a los liti-gantes y que podría contribuir ádisminuir su numero y guardar

exactamente lo proveido acerca

de que solo se admitan las per-scmas limpias y honradas, te-niendo el Grado de Bachiler en

Leyes ó Canon es, y quatro añosde practica en el Estudio de los

acreditados: Tiene S.M. dada laultima providencia." (Libro Il,pág. 367).

Función Judicial

Ayala destaca la función judi-cial y la forma como deben in-

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tegrarse los tribunales. Oigámos-le:

"Siempre que los Tribunalesde Justicia se compongan de Mi-nistros sabios, puros, integros y

celosos, serán el escudo de losinocentes y de los oprimidospor la prepotencia de los pode-

rosos, y se atraerán el respeto y

la publica veneracion de los Pue-

blos. De otro modo, merecerán

su odio y execracion, y se consi-tuirán dignos de aquella terriblesentencia de Temistocles, quemanifiesta la aversion que profe-

saba al Senado de su Patria porlo mucho que abusaba de su au-toridad para fines injustos y de-prabados: Si quis mihi duas vias

monstraret, alteram ad infemumducerentem, alterum ad Tribu-nal, multo Iibentius ingrederer

que recta ad infernum duceret;Eliano, Lib. 9, refiriendo esta

sentencia de Themistocles."

(Libro I1, Tit. XV., pág. 192).

Cuestiones terminológicas.Con cierta frecuencia vemos aAyala precisar términos jurídi-cos. Por ejemplo, en las NOTASaclara la distinción entre salario

y sueldo. Así expone:

"salarios, comenzó el error deesta voz en lugar de la propia,que debe ser la de sueldos y secorregirá en todas las demás Le-yes, con la distinciÓn, pues noson equipolentes ni equivalentes,y sí muy distintas; pues se lla-man salarios los que los amosseñalan a sus criados, y el que

se da a los que executan algunas

comisiones u encargos por cada

día de los que en las calles seocupan: y sueldo se llama aquelque se da a los Ministros delRey, y al Soldado."

(Libro I1, pág. 259)Críticas. En ocasiones critica

la edicion dc los Compiladores.

Así escribe:

"Me admira que solo hable laLey con los Fiscales de Sto. Do-mingo y Filipinas, quando losCompiladores no pudieron igno-rar que existiendo entonces la

Real Audiencia de Panamá (quedespués sc ha extinguido) tienepuerto al Sur, vatiendo las olasen la muralla de la Ciudad, y

atracan los botes y barcos almuelle, y han practicado los Fis-cales con Oficiales Reales yGuarda mayor lo que la Leypreviene. Yo la añadiera..." (Li-bro I1, pág. 313).

Prácticas judiciales. Ayala re-lata minuciosamente las prácti-cas judiciales y adm inistrativas.Por ejemplo, hablando de los re-latos escribe:

"Pero no todos desempcñancon la exactitud y aplicación

que son precisas un cargo tangrave y delicado, y se ven los

Jueces muchas veccs en la duranecesidad de reconocer por simismos los Autos ú Expedien"

tes, donde suelen encontrar '1uepor ignorancia ó negligencia se

han omitido algunos hechos subs-

tanciales conducen tes al mayoresclarecimien to de la justicia de

las partes interesadas.

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En este punto se padece bas-

tante en la América, donde nohay (generalmente hablando)aquel espíritu curial en los su-

balternos que suele ser más fre-cuente en España, pues á veces

ocupados en otras negociacionesajenas de su profesión, desdeñanel ocurso y penoso, a fin de ex-traer por si mismos el suco y

médula de unos procesos dilata-dos y confusos, y de presentar

con exactitud a la vigilante aten-ción de los Jueces aquellos prin-cipales puntos de vista que de-ben dirigir sus juicios para facili-tar el mejor exito de sus resolu-

ciones.

Desde que estas Plazas se danpor oposiciÓn y con las formali-dades prevenidas en Real Cedulade 15 dc Octubre de 1770, seha conseguido tener mejorcs Re-

latores, deviendose advertir quesolo puede haver estos Oficiosen las Audiencias y Juntas crea-das por S.M., por no ser licito alas Curias Eclesiasticas ni á los

Jueces subalternos el despacharpor medio de estos Ministros su-balternos, según la Ley 4, tit. 8,Lib. 2, de Castila. Mira á Eli-zondo, en su Practica Forense,tom. 4, pago 283." (Libro 11, tit.XXII, págs. 352-53)

Delitos. Escribe:

"La ley ha de mirar á que no

haya delitos que á castigarlos, ypara esto deven trabajar mucholos Jueces y Legisladores en dis-poner que también las pruebas ódescubrimientos de ellos sean al

24

extremo faciles." (Libro 11, tito1, pág. 8)

Erudición. A título ilustrativo,transcribiremos una de las milesnotas bibliográficas que coloca

Ayala al final de cada comentarioque ha vertido sobre una norma:

"Autores que han escrito so.bre la materia ó Titulo de los

Arzobispos, y Obispos.

Barbosa, de Offc. et potest.Episcopi, Parto la., Tit. 10, Cap.

6, et Lib. LO jure univ. Ec1e-

siast., Cap. 7, n.O 7.

Van-Espen, Part. la., Tit. 20,et Tit. 13 hasta el 18.

Filesacio.

Garcia, de novilitate.Vita Cardo Berlamin., Lib. 3,

Cap. 5, Verso cursus ad consul-

t ationem ibi... Deberent pro-videri Ecclesiae de bonis Per-

sonis &a.

Dn. juan Manuel Arguelles,Disert. sobre los Obispos Auxi-liares, en Madrid, año de 1 765.

A n t onii de Proetis, dejurisdictione Episcoporum.

Yllmo. Dn. Gaspar de Vila-rroel, reimpreso en Madrid, añode 1738.

Berardi, Disertat. 4, de Epis-

copis, pago 123, edicion de Ma-drid, donde se está haciendo la

segunda.

Vid. la Defensa del CleroGallcano, por el Yllmo. Bosuet,

parto 3, Lib. 7, Cap. 14, edicion

de Amsterdam, año de 1745.

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Vid. verbos "Arzobispos", y

"Obispos" en el Diccionario deGo b i e rn o , y Legislación dey ndias.

Tomas Zerola, Praxis Episco-palis, impreso en Colonia, añode 1618.

Mr. Pithou, en el Art. 12 so-

bre las libertades de la Yglesia

Gallicana, dice que los Prelados

de ella, aunque sean llamados

por el Papa, sea por lo que fue-

re, no pueden salir fuera delReyno sin mandato, licencia, ópermiso del Rey. Mira la Ley 36de este Libro y Tit..Vid. Mathias Corona, de

Dignitate et protestat. spiritualiE pis c oporum, impreso inLeodici Eburonum, anno 1617.

Y d.: Don J osef Vela, Tracta-tu de potest. Episcoporum.

Yd.: La Apología que á imita-ción del gran Doctor y Padre de

la Yglesia Sn. Atanasio, Arzobis-po y Patriarca de Alexandria,calumniado de los EusebitasArrianos por la retirada de suArzobispado, escrivió, en defen-sa de la suya, al Excmo. eYllmo. Sr. Dn Fr. Francisco So-lis, Obispo de Lerida, año de1707. Vid. tomo 35 de la Misce-lanea, fol. 329, y en el día fol.248, el Concordato celebradoentre el Arzobispado de Lima yel Dean y Cavildo de su Y glesia,sobre nueve puntos que se ofre-cieron en la visita que activó di-cho Metropolitano el año de1754, acerca del tratamiento quedevia darles en los Autos, Edic-

tos y otras materias de Gobier-

no comunes á la dignidad y Ca-vildo. Vid. etiam Ley 35 de esteLib. y Tit., Y la 47, Lib. 3, tit.15, Y la Cedula expedida enAranjuez á 7 de Mayo de 1782al Venerable Dean, y Cavildo de

la Y glesia Cathedral de Caracas,fol. 237 bto., n.O 159, Tom. 45del Cedulario.

De la santidad y de los deve-

res del Espiscopado segun los

Santos Padres y los Canones de

la Yglesia, impreso en Lieja, añode i 769, en tres tomos en 8.0

Dn. Pedro Fernandez Navarre-te, en su tratado Conservacion

de Monarchias, tomo en 40 quar-ta edicion impreso en Madrid,

pago 252, dice que haviendose

hecho algunas presentaciones deObispados, y viendose los Reyes

que escusaban muchos derigosde aceptarlos, se pidió y alcanzó

Breve de Su Santidad para com-

pelerlos á que aceptasen: cosa

que, por poco usada, la ponderóPlinio en una elección que deun Perfecto pretorio hizo Tra-

jano, y dice, es accIon digna de

memoria y de ponerla en lasHistorias para enseñanza de losvenideros.

Diccionario de Derecho Cano-

nico, de Mr. Durand., Verbo"Arzobispo, y Obispo".

Thomasino, de Disciplina, Lib2.°, Cap. lO y siguientes.

Fleuri, in repertorio, Tomo25, Art. "Obispos".

Pedro Juan Givert, in corpusjuro canonici &a.

25

..

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justino Febronio: de StatuEcclesiae et legitima Potestate

Romani Pontificis, liber singu-laris. Cap. 7. 1.0 de autoritate

Episcoporum.

Pedro de Marca, Arzobispo de

Paris, Disertaciones de la con-

cordia del Sacerdocio, y delYmperio; in indice, Art. "Digni-dad Episcopal"; Episcopado.

juan Clericato, en su Tratado

de las Discordias Forenses Civi-

les; Discordia 6, N° 6, pago 18.

Discord. 9, n03, pago 22. Dis-

cord. 24, nO( en blanco), pago 2

Discord. 40, n° 10, pago 80: Dis-

cord. 45, n° 9, 10, pago 88: Dis-

cord. 47, nO 24. Disc. 50, n012,

pago 102. Discord. 50, n028,pago 104.

Nicolas Rodriguez Fermosino,Obispo de Astorga, en su Tra-tado de Leys Eclesiásticas, Tomo2, en el Indice, Art.o "Episco-

pus".Luis Engel, Collegium Uni-

versi juro Canonici, Lib. i., Titu-lo 33. n.O 33.

Dupin, de Antigua Ecclesiaedisciplina, Disert. 7, per tot.

Antonio Pereyra, de SupremaRegum in Cleriocos potest, pertot signanter prop. io, 12, 13,

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El Ilmo. Dn. Fr. Bartholomc

Carranza, Controversia de nece-

saria Residentia pcrsonali Epis-

coporum. Tom. en 4.°, impresoen Madrid, año de 1767.

De visitadores El Fusco, deVisitatione

26

Barbosa, Lib. 1.0 Jur. Ecle-siast. univ., Cap. 14

Juan Bautista Ventiglia, Italia-no Prax. Tom. 2, annotat. 21,año 1702.

Monacel1y.

Dn. Francisco Ortiz Salcedo,en su Curia Eclesiast. in fine.

Ferraris, Bibliot. Verbo Visi-

tador.

Dr. Dn. Pedro de Reyna Mal-

donado, Canonigo Decano de lay glesia Catedral de Truxilo, ensu obra Norte claro del perfectoPrelado en su Pastoral Gobierno,2 Tomos en fa!., impresos enMadrid, año de 1653.

Vid. Verbo "Visitadores", enel Diccionario de Gobierno, y

Legislación de Yndias.

Mr. Durand. Diccionario deDerecho Canonico, Tomo 6,°Verbo "Visita" desde la pago 687

hasta la 709.

Gabanto, in praxi compend.verbo "visitasio."

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cia, Tom. 7.°.

Recop. de Jurisprudencia Ca-nonica, Verbo "Visita", Sess. 7a.Distinc. I.a.

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Hericourt, Obras Postumas,Tom. 2. Consultacion 98.

Fagnano, in Cap. ut justa deOffcio ord. et in cap. Dilectus

secundo de Rescriptis, et in lapoperniciosum de Offic. ord.

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Mr. Cathelan, Lib. 11,° Cap.

n.

Acta Concilio mediolan. parto4

Recop. de las Memorias delClero de Francia, tomo 2, n.O 75.

El Concilio Trident., sess. 6,cap. 3, et 4 sess. 7, Cap. 7 y 8;

sess. 12, cap. 8 y 9; sess. 13,

Cap. 13, Cap. P; sess. 14, Cap.4; sess. 21, Cap. 8; sess. 24,

Cap. 3, 9 Y io; sess. 25 Cap. 6

y 11.

E 1 A b a te F leuri, Historia

Eclesiastica, T. 5, Lib. 34, N°19; Lib. 35; N°18; Lib. 36,N°47; ToTom. 6, Lib. 43, n035;Tom. 10, Lib. 73, n° 21; Lib.77, n054; Tom. 19; Lib. 137,n052; Lib. 143, n081, Tom. 21,

Lib. 95, nO 12; Tom. 22, Lib.99, nog4; Tom. 23, Lib. 167,n017.

Santida y deveres de los Obis-pos, tomo 3.° Cap. 9, quest. LA.hasta la 6a. inclusive.

Pablo Fusco, Obispo de Sarsi-na, en sus dos Libros de Visita.

An tonio Resta, Obispo deAndri, Directorio de Visitadores.

Mariano Socino, AnnivalRocco y Juan Francisco de Pa-vinis, en sus Tratados de Visita.

Feliciano, Obispo de Como,Manual de Visitadores.

Berardi: Disert. 3a., cap. 3.°;

Diser. 4a., Cap. 3.°, tomo 1° Edi.cion de Madrid.

juan Clericato, Tratado de lasDiscordias Forenses Civiles:Disc. 17, n02, pág. 39: Disc. 50,

n° 3 y 4, pág. 100: Disc. 47, N°

15, pág. 93.

Nicolas Rodriguez Fermosino,

Obispo de Astorga, Trat. de Le-yes Eclesiasticas, Tom. 2, indiceArt.o Visitador".

27

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drigo Miró, crítico muy recono-cido de Panamá, (4) afirma que

al declinar la visión optimista delmodernismo después de la guerradel catorce, surgió en las letrasdel Istmo la conciencia social y elesp íritu crítico. (5)

En la década de los 30 hay

acontecimientos que aumentanen los escritores el deseo de en-contrar a la patria y al hombre

panameño: en Europa, la guerracivil española, las purgas de

Moscú y la inminencia de unanueva guerra; en el propio país,

los gobiernos de Harmodio Ariasy de Juan Demóstenes Aroseme-

na se caracterizan por el des-

cubrimiento de que "el Canal esfuente de problemas y que no

representa en sí soluciÓn alguna

a la problemática istmeña." (6)

4 Angel Revila, Panam literar adual (Panamá, 1970), págs. 69~71; Elsie Alvarado

de Ricord, Escritores panameños cotemporáos (Panamá, 1962), pág. 22.5 "Nuestra inteligencia se desplaza hacia lo sociológico. Advertimos de pronto, la

existencia de graves problemas. Hace crisis la pOlÍtica. . . . La guerra del catorce yla revolución rusa llenaron de dramatismo todos los rincones de la vida europea.En América la revolución mexicana y la reforma universitaria estremecían aiejasestructuras. Asistíamos, cercados por tanto dolor, al descubrimiento de nuestraverdad, mientras se alaba la estrella de los noveladores. . . . Se proclamó lafunción social de la literatura y los ojos se volvieron hacia las realidades del país. .

. .El escritor afina su conciencia social y el tema campesino y popular le ocupanpreferentemente." Rodrigo Miró, "La literatura novelesca de la República, Brevenoticia," Lotena XII (sept., 1968), pág. 42.

"En el panorama hogareño, las inquietudes culturales ven nacer la UniversidadNacional, se comprende que el Canal de Panamá desde sus inicios se ha convertidoen fuente de problemas y no representa la solución que se esperaba de éL. Eldesempleo aumentaba, la postguerra constreñía el presupuesto nacional, se perci-bían las primeras inquietudes de protesta social, oscuras nubes disminuyen la fe enel porvenir brilante y claro de la generación anterior. Y es en este momento dondemás se unen los lazos político-literarios. Se comienza a trancribir lo inmediato.Frente a esta crisis del país, la doctrina del arte por el arte, se sacrifica para dar

paso a las de la responiibüidad colectiva y los de la "musa social". "Rodrigo Miró,citado por Carmen Azcárraga Espino, "Evolución y carácter de la novela paname-

ña," tesis (Universidad de Panamá, 1967), pág. 69. en adelante citada "Evolución."Ignacio de J. Valdés Jr., con Cuento. paneño. de la ciudad y del campo (1928),fue el verdadero impulsor o iniciador de las temáticas nacionales. RamÍrez, "Aspec-tos de la novela panamena," págs. 57,65; Feliciano Fong, "Ambiente moral y

social en Plenilunio y Luna verde," tesis (Universidad de Panamá, 1961) pág. 17,en adelante citada "Ambiente moral y sociaL."

6 Jurado, "Itierario y rumbo."Thirsa Ayarza se refiere a estas ideas que tanto dominaban el pensamiento pana-meño después de la construcción del canal, y que según ella todavía ejercen in-fluencia en Panamá: "Nuestro inicio en la nueva política republicana (Panamá

alcanzó a declararse definitivamente independiente de Colombia en 1903, al mismotiempo que el Tratado Hay Bunau Vara comprometía y enlaaba su porvenircon los Estados Unidos) fue un elogio a la alarma del oro que ilusionadamente se

creyó ver brotar del Canal; y de alí alunos hicieron nacer la peligrosa idea de todopara el CanaL. Se actuó inspirados en ese concepto y manejados por su efecto; perola realidad vacilante cultivó vendabales de crisis que habían demostrado el poloopuesto...." Thsa Ayarza, "Influencias del canal en la literatura panameña", tesis

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Dos reacciones emergen de estedescubrimiento: el deseo ruralis-ta de volver los ojos a lo paname-ño interiorano, porque "han fra-casado las esperanzas canaleras",y el deseo de rehacer los contra-tos con los Estados Unidos. (7)

El Movimiento rural hacia el inte-rior, se refleja en la cultura y enla literatura panameña, adquieremayor énfasis después de la Se-gunda Guerra Mundial, cuandoel campesino panameño y suscostumbres, su música, sus bailes,su folklore, encuentran un nivelmás alto de aceptación artísticay patriótica en las ciudades pa-

nameñas, y se ve con más fre-cuencia que la población urbana

admira estas muestras de las cos-tumbres interioranas. (8) Tan esasí que en 1947, Rogelio Sinán,poeta, novelista y crítico cono-

cido dentro y fuera del país co-

mo el campeón y representantedel movimiento poético vanguar-

dista de Panamá, critica el exce-sivo escape a lo provincial en lasletras istmeñas y observa la ten-dencia ruralista que ". . . lo quepretenden es regresar a un ordenen el que antes se hubo experi-mentado autonomía. . . Buscarcn la circunstancia rural la tota-lidad de los elementos noveles-

cos nos parece un absurdo..." (9)El ruralismo que critica Sinán eS

el meramente descriptivo, cuen-tista, costumbrista y que no pre-senta los problemas sociales ru-rales. Sinán sugiere que la reali-dad panameña se compone deun cruce de car piña y de zona

de tránsito, y la realidad espiri-

tual que proviene de este cruce

en el Istmo, es la realidad que

(Universidad de Panamá, 1956), pág. 36; véase Isabel G. ne Meneses, "Novelas deambiente panameño escritas por extranjeros," tesis (Universidad de Panamá, 1953),págs. iii, 16, en adelante citada "Novelas de ambiente panameño."

7 Jurado, "Itinerario y rumbo"

Véase Meneses, "Novelas de ambiente panameño," pág. 14; véase Ramira Miller R."Análisis crítico de 'Luna en Veraguas' de Mario Augusto," tesis (Universidad dePanamá, 1963), pág. 18.

Así que crecía el sentimiento nacionalista, aumentaba el anti-norteamericanismo enPanamá. John y Mavis Biesanz, Panamá y su pueblo (México, 1961), págs. 142,143. .

8 Entrevista de la autora con Joaquín Beleño c., Panamá, agosto de 1970.

Inmediatamente después de la construcción del Canal se sintieron bienestares eco-nómicos inesperados en Panamá, con el debido derroche que muy tarde se recono-ció como tal. La inmigración de comerciantes y de trabajadores forasteros quienestenían el propósito de enriquecerse, la importación de sus culturas, sus hábitos,buenos y malos, habían borrado en las ciudades panameñas los rasgos de la culturatípica. Meneses, "Novelas de ambiente panameño," págs. 21-25.

9 Rogelio Sinán, "Rutas de la novela panameña," Letr de Panamá (lo de dic.,1947), pág. 7, en adelante citada "Rutas."

so

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se debe reflejar en la literaturapanameña. (J O)

La novela panameña siguecambiando después de la Segun-da Guerra Mundial, con mayorinterés en la problemática socialy nacional, (11) aspectos éstos

considerados "por algunos críti-cos e historiadores como tradi-cionales en la literatura hispano+

americana. (12) Estas in teraccio-nes y movimientos dentro delIstmo se pueden relacionar conotro movimiento de reforma so-cial anterior y más vasto, al Arie

10 lbid Quizás refiriéndose a esta crítica u otras similares, Ramón Jurado escribe:"Ahora bien, hay quienes niegan el valor estético y la pennanencia literaria delRuralismo. Quienes así hablan -vasallos intelectuales de cualquier idea rara.. pre-gonan la universalidad como objetivo de la labor creadora y denuncian la limita-ción temática del Realismo. Replicar la necedad es abrir páginas para otro ensayo.Pero sólo apuntaremos dos ideas: el Ruralismo es una etapa histórica que tiene ydebe ser superada una vez cumplidos sus objetivos. Segundo: la universaldad no sebusca: se exalta. El hombre y su suerte en todo tiempo y lugar son elementos

universales y sólo a través de nuestros hombres de carne y hueso en su personalgeografía podría encontrar la literatura panameña las condiciones de su universali-dad." "Itineraro y rumbo".Es tan intensa la influencia, por otra parte, del canal, en la contíguradón de la

estructura social de Panamá, que según Thirsa Ayarza, "es una fuerza que acentúanuestro cosmopolitismo, interviene en los vínculos de la nacionalidad y en lasconsideraciones históricas de nuestras instituciones políticas, económicas y cultura-les, de tal manera que su presencia tiene significación en la formación de la perso-nalidad panameña." "Influencias del Canal," pág. 16.

11 Describe este surgimiento el prólogo de la edición rusa de Luna verde, novela deJoaquín Beleno C. La traducción al español de este prólogo (copia Xerox obsequia-da a la autora por Joaquín Beleño C.) afirma: "Después de i 940, se observa unincremento en la producción de prosa artística; se publica un gran número denovelas y novelas cortas. Los escritores progresistas comienzan a demostrar preo-cupación por los problemas vitales del país como la soberanía nacional, la libera-ción de las masas populares de la sumisión al latifundista, policía y comerciante; lalucha contra la discriminación racial de los negros, indios y mestizos y contra elimperialismo yanqui." V. Vinogradof, pág. 5 de la copia.

12 Edward D. Terry, ed.. en la introducción de Arti.ts aid Writerø in the Evolution olLatin America (University, Alabama, 1969) pág. 11 quiere probar con una lista dela literatura reconocida de Latioamérica, que la literatua latinoamericana siempre

ha sido una fusión del arte y de la acción social y política. Y G. R. Coulthard,Ra y color en la literatura antil (Sevila, 1958), cita a José Enrique Rodó de

Hombre. de América (Montevideo, 1944). pág. vi: "Además toda manifestación depoesía ha sido más o menos subyugada en América por la suprema necesidad de lapropaganda y de la acción. El arte no ha sido por lo general, sino la forma másremontada de la propaganda."

Miguel Angel Asturias insiste en que "la gran literatura latinoamericana nadó com-prometida." Anónimo, "Nacionalsmo y literatura en la obra de Joaquín BelenoC."

Monografía entregada an6nimamente al Concurso Literario Ricardo Miró, 1969,pág. 218.

Isabel de Meneses se refiere a La novela en Amérca Hipaa por Aruro TorresRioseco para afirmar la importancia fundamental que cobra la fuerza moral en lasnovelas latinoamericanas. "Novelas de ambiente panameño." pág. 8.

SI

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lismo. (13) Ray F. Broussard des-

cribe los rasgos esenciales de es-

te movimiento así:

One of the important inte-llectual developments ofthe early twentieth conturyin Latin America was thevanguardian or futurist mo-vement (sic). Sometimescalled Arielists to indicate

their debt to j ose Enrique

Roda, The members of thisnew movement foundexpresion in most countriesin a surge of national pride

and a sense of mission.Sparked by the universityreform movement, the lea-ders of the Arielists, alsoknown as the Generatioaof 1910, vowed to remake

and regenerate their coun-tries. By this, they usually

meant to bring about socialand economic reformswhich would dismantle thearis tocratically controlled

status quo and elevate themasses to a higher place inlife.( 14)

Las expresiones de los doloressociales, políticos y morales dela conciencia colectiva en Pana-

má encuentran en la novela un

envase muy propicio. (15) Asíopina Ramón Jurado;

Como consecuencia inme-diata del descubrimientodel nuevo tema (la patria),de la nueva realidad, seproduce un florecer insóli-to del género novelesco. A

la zaga siempre hasta en-

tonces de la poesía y elcuento, asume a principiosdel cuarenta la (regencia)

absoluta del campo en lasletras nacionales, (coman-

J o) que todavía conser-va. (16)

Los concursos literarios des-pués de la tercera década del si.glo despiertan mayor interés enel género novelesco. Anterior-mente, los autores más conoci-dos podían publicar sus obras

amparados por su condicióneconómica o política. Debido alos concursos, los escritores queno pod ían arriesgarse económi-camente a publicar sus obras,encontraron en los premios laseguridad de esa publicación.(17)Entre estos concursos se destaca

el del premio Ricardo Miró esta-blecido en 1942, otorgado por

el ayuntamiento Provincial de

13 Eneida Avila, "Las compañías banancras en la noveiística centroamerica!a." Lote-ría. V (agosto, 1960), pág. 109, en adelante citada "Las compañías bananeras."

14 Observaciones de Ray F. Broussard, Aru an Wrlt. in the Evolutîon of LatinAmeria, pág. 149.

15 Azcárraga, Evolución, pág. 69.

16 Jurado, "Itinerario y rum bo."1 7 García, Historia de la literatura panameña, págs. 151, 152; Rosalinda Hassán de

Martínez, "La novelesca panameña en la década del 51 al 60," tesis (Universidadde Panamá, 1967), pág. 30.

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Panamá y elevado a certamennacional en 1945. (18)

Con las nuevas tendencias so-ciales que apenas pujaban en Pa-namá después de la guerra del14, cambió también el estilo dela prosa. Escribe Carmen Azcá-rraga Espino que "la prosa llenade imágenes se sustituye por elhabla viril del campesino, del

,iegro, de la gente trabajado-ra. (19) Estos cambios en los te-mas y en el estilo fueron loscauces por donde se continuaríadesarrollando ahora la novelísti-ca panameña: la novela del agro,inspirada en el hombre de lascampiñas y sus luchas; la urbanaque refleja los problemas de lasciudades; y la novela que tratade los problemas que surgen porlas relaciones con los Estados

Unidos. (20)

Entre los problemas que con-

frontan Panamá y los EstadosUnidos, el canal, eje principal deesos problemas, atrae tanto alnovelista panameño deseoso deplantear las realidades sociales

del momento como al que ve elcanal como fuente para la nove-la histórica nacional. (21) Rodol-fo (Fito) Aguilera Jr. en su pe-

queña obra histórica, 50 milasde heroicidad (1944), observa la

importancia que tiene el tÓpicocanalera: "Son pocos los escri-tores de esta época que resistenescribir sobre el Canal de Pana-

má". (22) Y no solamente atraeel tema canalero al panameñosino que también a los extranje-ros, entre ellos al ecuatoriano,

Demetrio Aguilera Malta, quiencon su obra C. Z.: Los Yanquis enPanamá (Santiago de Chile,1935), añade vigor a la literaturaanti-imperialista; (23) y también

18 Carda. Historia de la literatura paeña, pág. 152.19 Azcárraga, "Evolución," pág. 62.20 lbid, pág. 63.21 "... el tema del Canal nu es sólo trama, título de una obra o argumento sencillo

de un cuento, sino urgencia de la vida panameña, que !; insinúa como estímulo enmateria de literatura." Ayarza, "lnfluen\.as del Canal," pág. ii.

22 Rodolfo (Fito) Agui1era,Jr. 50 milla de heroicidad, 6a ed. (Panamá, 1961), pág. 4.23 Aguilera Malta "traduce el juicio ideológico del momento hi,tórko, pero no cala

profundamente en la con\.encia panameña." Sin embargo se podría decir Ljue laobra y el hombre se adelantaron a los hechos y sirvieron de alerta. "como mensajede un vecino americano. Porque años más tarde despu¿s de su aparición, Panamáplanteaba enérgicamente sus derechos al poderoso vecino del Norte." Ayarza, "In-fluencias del CanaL." págs. 55-56.

Aguilera Malta no enfoca directamente el canal en su novela, pues la mayor partede ella narra la vida de un mulato panameño y las miserias que le sobrevienen porsu condición racial y social en Panamá. Sin embargo, es indiscutible que el Canaltoma en muchos momentos de la novela una forma definitiva, monstruosa, comolo demul'stran los siguientes fragmentos de la obra: 'TI pensaba distinto que losotros. Se le antojaba que todo provenía del CanaL. LI Canal era d único l"ulpable.Ll Canal había sembrado la codicia en el deseo de lus hombres. 1-1 Canal antes lIe

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) osé Restrepo qUlen desde Co-lombia escribe sobre el dominionorteamericano en la República

de Panamá en su obra Dinero pa-ra los peces (1945). (24)

Anteceden tes del uso del canal

en la novela panameña.

Ciertamente existen antece-

dentes del interés sociolÓgico en

el canal en las novelas desde las

décadas anteriores a 1930. (25)Pero no se trata de un enfoque

principal, hecho que también escierto de las siguientes novelas

publicadas después de 1930,donde se encuentran menClOnes

pasajeras del Canal o de laZona:PasÓ en Panamá la(1934), por RodolfoAguileraJr. (26)

Crisol (1936), por Josc Isaac Fá-

brega. (27)

Treinta años (1936), por Anto-

nio Moscoso B. (28)

Nueva(Fito)

nacer- había sido motivo de discordia y de disputa. Por el Canal tenían a losyanquis encima, con su bota imperialista."pág. 40.

"Se lo imaginaba allOIa, como un pulpo colosal, de tentáculos innumerables. Se lopresentaba su imaginación con su rechinamiento de compuertas, con su vomitar

continuo de torrentes de agua, con su parpadear de gruas y su bufar de barcos

creciendo día a día. Se sorbía la sangre de todos: de los que pasaban, de los que

vivían a su alrededor, de los que soiiaban desde lejos en conocerlo y en cruzarlo.Lo veía monstruoso, inaudito. Poco a poco, iba tomando más forma en su menteel sombrío delineamiento del pulpo. Ahora desaparecían de sus ojos la ciudad, lacalle, los hombres, los escaparatcs. Allí --frente a él- a cada rato creciendo más, sele aparecía ya como el horroroso titán dc los mares, moviendo, en remolino tre-pidante, sus adherentes látigos enormes. . . . "pág. 41.

24 Meneses, "Novelas de ambiente panameño," págs. iii, 16, et al.

25 Ya en 1921 (Colón) apareciÓ Su excelencia el Dallar de Claudio E. Domínguez. Apesar del título, lo que se critica en la obra es el dinero en general, y no particular.mente el dólar venido de los Estados Unidos. Hay apenas algunas menciones del

Canal y de la Zona (págs. 5, 47-60), pero no hay verdadera crítica social. Otroejemplo de novela que menciona el Canal o la Zona es Panamá, novela politico-$o-cial por Narciso Navas. Esta novela corta (54 páginas) fue publicada en 1926, peroescrita antes, en 1922. En ella, el canal se relaciona de algún modo a los problemasy con flctos raciales y soci ale s.

Thirza Ayarza hace un esfuerzo por encontrar antecedentes del uso del canal o delas intluencias que emanaban de éi en la poesía. Véase "Influencias del Canal,"págs. 38-44, 1l()1l9.

26 Se mencionan las influencias americanas en Panamá, págs. 23, 55, 56, 58. 59.

27 Esta novela ya tiene gérmenes que se desarrollarán más tarde en las novelas pro-

piamente canaleras, pero tiene un enfoque de tolerancia hacia los norteamericanosque desean convivir con los panameños (págs. 140, 14 i, 186). Véase ThirzaAyarza, "Influencias del canal," pág. 73.

34

28 Moscoso menciona las influencias americanas en Panamá (págs. 43, 51, 53 l.

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Historia de una vida vulgar

(n.d.), por Fito Aguilera jr. (29)La tragedia del Caibe (1938 ),por Erasmo de la Guardia. (30)Gérmenes incorruptibles (1944,2 edición), por jorge de Ycaza.

(31 )

Plenilunio (1947), por Rogelio

Sinán. (32)

Birulí (Roma, 1947), por MiguelAmado. (33)

Rumbo a Coiba (México, 1947),por Mario Riera. (34)

La Yerba (1949), por ManoRiera. (35)

Los clandestinos (1949), por Cé-

sar Candanedo (Gil Serrano). (36)

Tierra adentro (1949), por Ma-

nuel de j. Quijano. (37)Vida (1949), por Fermin Azcá-rate C. (38)

29. Esta novela fue escrita antes de 1936.

La violenta pasión que siente el protagonista contra los norteamericanos que hanllegado a su pa ís, según él para aprovecharse y para humilar a los panameilos, sedesata por momentos: "Recuerdo, cuando veo a un gringo. el Canal de Panamá,que rompió cruentamente, cruelmente, si una reparación consciente, la virginidadde nuestro Istmo. Me parece ver el falo gigantesco ardiente del sajón y colgante deéi, el himen desgarrado sangrante de mi pobre tierra." (pág. 64). Después, casual-mente, el personaje se queja de que en medio de un pueblo, de "un canal pordonde navega la riqueza y la abundancia" él se está muriendo de hambre con sufamila. (pág. 120).

30. En esta obra se menciona el canal en las páginas 3949, 57.

31 Se menciona una pelea de soldados americanos en un barrio panameño.

32 Es cierto que la obra de Rogelio Sinán expone directamente y vivamente la in-

fluencia "nefasta" del canal en la moral panamena, pero no lo hace frecuentemen-te. Más bien, en algunas ocasiones. por la presencia de algunos fenómenos queprodujo la Segunda Guerra (como el gran número de cabarets, burdeles, etc.),Sinán demuestra indirectamente los aspectos negativos de esa influencia. Sin embar-go, debe considerarse uno de los precursores más importantes en lo que se refiereal uso del tema canalero por el estilo apasionado de sus pocas pero amargasinvectivas (en boca siempre de sus personajes). Véase Ayarza, "lnfluencia del Ca-

nal," págs. 75.87.

En Pleniluio (3a ed., Panamá, 1961) hay referencias directas al canal o a la Zonaen las siguientes págnas 36-39, 68-72, 83, 103.

33 Menciones pasajeras de la Zona se encuentran en las páginas 14, 32, 33, 226, 356,358.

34 Alusiones y menciones de la Zona se encuentran en las páginas 59-62, 93, 95.35 Hay una mención de la Zona, pág. 31.

36 Págs. 26-27. La Zona aquí aparece como el sueilo dorado de unos personajes en lamiseria, quienes por falta de recursos no pueden entrar legalmente a Panamá paratrabajar allí.

37 Se menciona el paso de unos jóvenes estudiantes por el canal en su viaje haciaNueva York (pág. 95).

Esta novela es esencialmente ruralista. Jurado, "Itinerario y rumbo."38 Azcárate menciona el canal y senala la desilusión de los campesinos que, atraídos

por él, abandonan sus tierras. De esta manera el autor recalca una de las fuentes delos problemas urbanos en Panamá (pág. 31, 65 y 86).

S6

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Playa honda (1950), por Renato

Ozores. (39)

juventudes exhaustas (1963),por Alfredo Cantón. (40)

Rosca, S. A. (1963), por Fito

Aguilera Jr. (41)

En nuestro cielo no hay estrellas(1969), por Carlos R. Guerra. (42)

El tema canalera en estas no-velas se limita a darles color lo-cal a las obras () a ampliar unpoco la historia que se relata; enrealidad estos toques son de es-perarse en cualquier novela pa-

nameña social que pretenda en-señar realidades de las metrópo-lis panameñas. (43)

Hacia el tema canalero

Algunos autores se valen delCanal con un poco más dehincapié, pero no como fondode la trama sino como parte deuna problemática panameña másamplia, donde se mira a losamericanos generalmente desde

un punto de vista anti-yanqui,no como zoneíta sino como nor-teamericanos simplemente. (44)Entre estas novelas se encuen-

tran obras como Muchos son losllamados (1969) de GuilermoVega (45) donde indirectamenteel autor expresa angustia por la

presencia de la Zona en lo quese refiere a la búsqueda de la

39 Se menciona la Zona, págs. 29 y 30.

40 A pesar de que esta novela cubre un tiempo de pre-guerra cuando los trabajos de laZona se convierten en proyectos muy importantes para todos, hay apenas unas

cuantas menciones de los comisariatos y otros establecimientos de la Zona delCanal (págs. 27, 215, 547).

41 Se menciona ligeramente la Zona, como para obtener un toque local, al describir ados jóvenes de madre panameña y padre norteamericano que habían vivido susprimeros años en la Zona del Canal (pág. 140).

42 Al criticar la política panameña, se refiere un personaje a una táctica usada por lospolíticos panameños para distraer al pueblo de sus fallas y de ciertos problemas:acusar a los norteamericanos de todos los males de Panamá (pág. 36)..

43 Ayarza, "Influencias del Canal," pág. 46; Meneses, "Novelas de ambiente pana-meño," pág. 25.

44 Este tipo de anti-yanquismo es más bien anti-imperialismo y existe en novelas

sociales de otros países que tienen relaciones y fricciones con los Estados Unidos.Véase la tesis de Fnuices Elizabetli Kaner, "La representación del norteamericanoen algunas obras escogidas de la literatura portorriqueña contemporánea." (Louisia-na State University, 1968).

45 Vega expone la diferencia que él cree ver entre la mentalidad norteamericana y lazoneíta, cuando menciona que al joven Dick Lombard, miembro del Cuerpo de Pazde los Estados Unidos, lo mandaron a la Zona por una semana para observar y

aprender la "mentalidad del norteamericano, el colono yanqui." Guillcrmo Vega,

Muchos son los llamados (Panamá, 1969), pág. 70.

Una crítica más objetiva de los ioneítas, se puede encontrar en el capítulo 17(págs. 343-361) de Danger Over Panaia por Jules Dubois (lndianapolis, New York,1964). Dubois introduce todas las definiciones de los ioneítas (las mismas quehace Vega) y procede a demostrar sus inexactitudes.

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soberanía panameÙa sobre eseterritorio. (46)

Existe también en la nove-lístÏca panameña una serie dcnovelas cuyo fondo no es laZona del Canal, pero en lascuales esta realidad geográfica e

histórica juega un papel impor-tante, aunque por lo general li-mitado; ni la trama principal, nilos temas y personajes tienen

que ver lo suficiente con el te-ma canalero, razón por la cualno se puede considerar a estasobras como novelas canaleras.Sin embargo, a pesar del papelrestringido que se le da a la Zo-na en elIas, hablaremos de estasobras wi poco más detallada-mente en el apéndice.

Consideramos como novelascanaleras aquelIas que utilizancomo fondo la Zona del Canal;las que tratan de las influenciasde la Zona del Canal, y no sola-mente de los Estados Unidos en

la vida panameña y las riue re-

firen la historia de la construc-

ción del canal y de la vida y eltrabajo de los americanos y pa-

nameños en la Zona durante va-rias épocas después de la cons-

trucción del CanaL.

Entre los autores que enfati.zan el tema canalero se encuen-

tra Joaquín Beleño C., quienpor la calidad de su novelística

y por el número de veces queusa la Zona del Canal en sus no-

velas, es el autor más frecuente-mente vinculado con esta temá-tica. (47) Los otros autores quese estudiarán como creadores '-leobras canaleras son: César Can-

danedo, Renato Ozores, Y olan-da Camarano de Sucre, y GilBIas Tejeira. Tejeira y Camaranode Sucre se preocupan principal-mente en sus obras canaleraspor los aspectos histÓricos en lasetapas anteriores a la cons-

trucción del Canal, aunque elpasado histórico de esa época

también es de mucha importan-cia en la novela de Ozores.

También examina la psicología colona Sheldoii B. Liss en su libro, The Canal:Aspecti of Uiute Stata-Panam Relati. (Notre Dame, London, 1967) en la

página 172, cuncurriendo con los sentimientos expresados por Vega, peru sin de-mostrar fuentes exactas de alunas cunclusiones a que llega como lo hace JulcsDubois.

46 Las páginas 15, 18, 50 Y 70 contienen alusiones a esa búsqueda.

47. "En síntesis, la Zona del Canal es a Luna verde lo que la selva a La Vorá¡ne deJosé Eustacio Rivera (colombiano) y lo que la pampa a Don Segundo Sombra deRicardo Guiraldes (argentino)." Zenaida Pérez de Sánchez, "Sentido general de laobra novelesca de Joaquín Belefio C.", monografía entregada al concursu lit"rariuRicardo Miró en 1966, pág. 39 (esta mono¡irafÍa se basa en su ksis "Análisiscrítico de la obra novelesca d" Joaquín Beleiio C." (Universidad de Panamá, 1958),en adelante citada "Sentido general."

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PARTE 11NOVELIST AS

CONTEMPORANEOSDE TEMA CANALERO

1. joaquín Beleùo C.

Datos biográficosEste dinámico escritor naClO

el 5 de febrero de 1922 en un

humilde barrio de la ciudad de

Panamá, hijo de madre paname-

ña y padre cartagenero quiencomo albañil y constructor man-tuvo honrosamente a su familia.El padre enfermó de gravedad

cuando joaquín tenía treceaños; el niño abandonó sus estu-dios escolares para trabajar co-mo periodiquero, y de esa for-ma tuvo que encararse muy de

cerca con la pobreza y el mun-

do de los desamparados. Su pa-

dre quedó inválido de resultasde su enfermedad, pero logró

enseñarle la albañilería a su hijo.Con grandes esfuerzos pudo eljoven trabajar al mismo tiempoen los muelles de Balboa y estu-diar para graduarse del InstitutoNacional en 1942. Durante losaños de la Segunda Guerra Mun-dial, trabajÓ en varias capacida-

des en la Zona del Canal, comoalbañil, bracero, "timekeeper",

ayudante de carpintero, y oficionista en compañías particularescon tratadas por el gobierno

americano en la Zona. Beleño se

percata en estos años de que lalucha mundial contra los enemi-

gos de la democracia constituía

~n la Zona una aberraciónodiosa, puesto que allí se practi-caba simultáneamente la discri-minación racial y política de unmodo desvergonzado.

Durante su juventud trabóamistad con el escritor paname-ño Ramón H. Jurado, quien es-timulÓ los intereses literarios deBeleño, ya incipientes cuandode muy joven leía entre muchasotras, una serie de novelitas de

aventuras llamadas SextonBlake. (48) Beleño empezó su vo-c a c i ó n 1 i teraria con algunoscuentos y poemas, éstos presen-tados al Concurso Miró en1948. (49) Ha tenido a su cargo

durante 25 años la columna"Temas Aridos" en los periódi-cos La hora y El Panamá Améri-ca, y sus novelas le han ganadogran estimación en la República

y fuera de ella. Se recibió de Li.cenciado en AdministraciónPública y Comercio en la Uni.versidad de Panamá, especiali-zándose en el campo de la admi.nistración pública en New YorkUniversity. Beleño considera quesus obras al servicio público sonmás importantes que sus obras

48 Entrevista con Beleño, Panamá, 26 de agosto de 1970; Joaquín Beleño c., datosautobiográficos en la portada de Gamboa Road Gang (Panamá, 1960); Sánchez,"Sentido general," pág. 1; Fong, "Ambiente moral y social," págs. 22-2..

49 Sus cuentos son: "Líder," "Dados." "El estudiante," "Cumbia," "El clivero,". Suspoemas son: "Triunfos inútiles," "Seis palabras mojadas en el mar," "Regresoeterno," "Panamá viejo," "Callejeros," y "Don letras." Fong, "Ambiente moral ysocial,. pág. 25.

ss

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literarias. Y sus servicios públi-cos han seguido, hasta la vez, uncamino moldeado por los mo-vimientos sociales progresistasdel país. (50) Sin embargo, sus

creencias liberales son anti-dogmáticas, como lo explica élmismo en el prólogo de su últi-ma novela publicada, Flor deBanana (1970):

No acepto ni la religión delcomunismo marxista y supapado dictatorial, ni la de-voción por el lucro delneocapitalismo y las oligar-quías decadentes; ni la re-ligión disuelta en agua ben-dÍta que nos impone unDios castigador o bonifica-

dor; ni la influencia de pa-

dres, mujer e hijos que nos

domestican los sentimien-tos de libertad para seguir

el rebaño. (51)

Reseñas de las novelas

El aporte novedoso que traeBeleño a la novelística paname-

ña es el tema can alero unido alurbano y al anti-imperialista,uncido por "la audacia y valen-

tía de exponer problemas socia-les increíbles en nuestra Améri-ca" que se encuentran comoambiente en sus tres primerasnovelas: (52) Luna Verde

(1951), (53) Gamboa Road Gangy Curundú (1963). (54)

50 Belefio, portada de Gamba. Road Ga.

Con la excepción de Luna verde, los ejemplares que utilizamos pertenecen a laprimera edición. Luna verde pertenece en este estudio a una segunda y clandestinaedición de 1961. Beleño, según tenemos entendido, la comidera así.

51 Joaquín Beleño c., prólogo, Flor de banii Panamá, 1970, pág. 4.52 Ayarza, "Influencias del canal," pág. 149.

La temática canalera del Istmo que fonna el núcleo de las novelas de Beleño

anterior a Flor de blllla (1970), constituye una "excepción en la literatura inter-nacionaL." Jurado Calificador del Concurso Ricardo Miró, portada de Curdú(Panamá, 1963), de Joaquín Beleño C.

53 Luna verde fue traducida, editada y vendida en Rusia sin la autorización del autor,a quien hasta el momento no le han pagado su porcentaje debido. Beleno expresa

en el prólogo de Flor de banana, su desdén por la oferta pecunaria de los rusos,que tendría que gastar en suelo ruso. En vista de la buena acogida q uc tuvo su

novela en Rusia -donde se transformó en la del autor latinoamericano de más éxitoen cuanto a la venta de su obra- el autor muestra cierta desconfianza hacia lasreacciones contra su novela por ciertas casas editoriales de Nueva York, las cua""spronosticaban "que el lector norteamericano no estaba en capacidad de leer Lunafte." Beleño, prólogo, Flor de ban pÍgs. 4-5

54 Fechas según Zenaida Pérei de Sánchei, prólogo de Curndú de Joaquín Beleño

C., pág. 7, Y ROdrio Miró, L. Ji\l ~ei. págs. 192, 193.

Las tres novelas han ganado el premio Ricardo Miró, de Panamá, la primera elprimer premio y, además, el primer premio del concurso centroamericano "15 deSeptiembre" de Guatemala en 1950. Con Lo. fonado. de Gambaa (Gamba RoadGa) ganó un certificado de mérito de la Fundación William Faulkner en febrerode 1963. Entre los catorce novelistas latinoamericanos quc ganaron atención cn

este concurso organizado para honrar a autores latinoamericanos de alguna obra

distinuida nunca antes traducida al inglés, se encontraban notables figuras de la

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Como ya se ha indicado ante-riormente, el tema urbano conenfoque social hab ía tardado enaparecer en la novelística pana-

meña. El aspecto social urbanosurgió con otros intereses socia-les novelescos, debido al desa-

rrollo del movimiento literarionacionalista que buscaba princi-palmente el regreso a las cam-

piñas panameñas como temapreferido. Sintiendo el impulso

del momento, pero sin hallarsefamiliarizado con la campiña na-cional, Beleño -así como otrosa u t o r e s, entre ellos RenatoOzores- expresa el nacionalismoque siente desde un punto devista urbano. (55) Consecuente-

mente, las obras de estos auto-res quedaron bajo el influjo delos problemas can alero s casi pordefinición, puesto que el pana-

mefic urbano siente mucho másque el interiorano la presencia

física y económica del CanaL.En 1934 publica Rodolfo (Fito)Aguilera "un conjunto de cua-

dros" donde la ciudad aparece

como trampa moral para loscampesinos que buscan en ellaalivio económico y de la cual re-ciben sólo malos hábitos y dege-

neración moral, punto de vistaque se extiende a su novela Pasó

en Panamá la Nueva (1934). (56)El tema urbano-social lo con-tinúa Mario Riera en su novela

La yerba (1949), donde existeun contraste entre las miserias

del campo y las del arrabalurbano. (57) También a RogelioSinán se le atribuye la intro-ducción, en la literatura pana-meña, de la temática urbana,(58) aunque según nuestro modode ver, el enfoque de sus novelas

es artístico y psicológico y no so-ciaL. En un ensayo, "Rutas de lanovela panameña" (1957), Sinándefiende la realidad urbana co-

mo meritoria de ser realzada opuesta en relieve en la literaturapanameña, y al mismo tiempocritica la exagerada fuga de losnovelistas panameños hacia elruralismo literario; (59) tal vez

literatura hispanoamericana, entre ellas: Eduardo Mallea, Miguel Angel Asturias, yJuan Carlos Onetti. "Distinción a novela de Joaquín Beleño," La ettrUa dePanam (l' de marzo, 1963), págs. 1 y 7

55 Ramón Jurado, "Itinerario y rumbo".

56 Azcárraga, "Evolución," pág. 68.Véase Meneses, "Novelas de ambiente panameño," págs. 23, 24, para una explica-ción sobre estas inmigraciones a las ciudades panameñas.

57 Azcárraga, "Evolución," pág. 76.

58 Jorge Turner, prólogo de Gamboa Road Gang, pág. I i.

Véase Poder de María Cárdenas V., "Análisis literario de la obra novelística deJulio B. Sosa," tesis (Universidad de Panamá, 1962), pág. 22.

59 Sinán, "Rutas'"

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por el interés que demuestra eneste ensayo por lo urbano, se

puede justificar la atribuciónmencionada.

El movimiento de las masasagrarias hacia la ciudad en bús-queda de mejoras económicas loencontramos otra vez como te-ma secundario en Luna verde deJoaquín Beleño, pero transidopor el elemento anti-imperialis-ta. (60) Luna Verde, se ha dicho,

"representa la incorporación de-

fini tiva de las zonas urbanas a laliteratura novelasca en Pana-má" (6 i) Zenaida Pérez de Sán-chez ha encomiado el realismodescriptivo de Beleño al pintarlos barrios pobres de la urbe pa-

nameña:Las descripciones son fielesy exactas. Los que hemos

vivido en los barrios bajos

podemos v a lar arIas con

acierto, porque hemoscaptado lo que son en símismas. Luna verde nos hatransportado nuevamente aese ambiente plagado demiseria y de corrupción.

(62)

Lo verdaderamente originalpara la literatura urbana pana-

meña en Luna verde es que elmito del "puente del mundo" ydel "centro del universo" que

tanto propagan las agencias tu-rísticas es destartalado por elautor, y la ciudad resulta ser eltriste reposorio de la prostitu-ción y de la corrupción mo-ral. (63) Ramón Jurado explicaimportancia de la realidad que

60 Luis Albero Sánchez y Fernando Alegría, entre muchos, se refieren al anti-imperia~lismo al clasificar un vasto sector de la literatura hispanoamericana. John S.

Brushwood y José Rojas Garciduenas, Breve hitoria de la novela mexicana(México, 1959), pág. 120.Escribe lsmael Garda S.: "Aunque su obra (la de Beleño) no tiene una manifiestatendencia política, pertenece a un tipo de narración, muy común en la Américahispana, que tiene por objeto principal exponer los efectos de la acción imperialstanorteamericana sobre los pueblos de este hemisferio." Hiltoria de la lieraturapanameña, pág. 166.

61 J. M. S. B., "Libros recibidos," El Panamá Amérca (9 de diciembre, 1951).

V éase Cárdenas, "Análisis literario de la obra noveiística de Julio B. Sosa," pág.

22.

62 Sánchez, "Sentido general", pág. 28.63 Jean- Jacques Fleury, "Cinq Romanciers témoins de I'Amérique Centrale," tesis

(Unirversité de Toulouse, 1967), pág. 152."Por su alcance (Luna verde) traspasa los linderos tradicioneles de la temática(canalera). . . . No se habla del problema visto desde afuera, ni de su influenciamediata e inmediata. sino que se derrama en la zona misma de las actividades, enla fuente inagotable del tema canalero. Convive (Beleno y sus protagonistas) con

los obreros, protesta con ellos y experimenta los mismos sentimientos que sacudenlas desgracias del obrero panameno en su constante bregar contra la discriminaciónque cambia sólo de nombre y que se eterniza mientras exista el CanaL." En fin enLun verde se encuentra "la situación drámatica y conflctual" que la literaturapanameña había callado anteriormente. Ayana, "Influencias del canal," págs. 88,92.

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surge tremenda de las páginas deLuna verde: "Porque viviendodc espaldas a nosotros mismos yde cara al resplandor extraÙo,

olvidamos que a la orilla del Ca-nal una ciudad se aruña las en-trañas". (64)

Junto con este elemento ur-bano muy enfatizado, cncontra-mos en las tres novelas de Bele-ño el tema de la Zona del Canal

como fondo y mÓvil principalde la trama. En sus novelas ca-

naleras, básicamente realistas,donde hay cuadros de enfoquepsicológico, de crítica política ysocial, Beleño tcje sus temas al-redcdor de las influencias sin-gulares que ejerció la Zona delCanal sobre el panameño de lasdécadas de los cuarenta y loscincuenta, específicamente el

panameño que tenía que alter-nar su vida cotidiana entre eldominio norteamericano de laZona y el de la ciudad capitalde la República. De esta manera

enfoca sin miedo un problemadistinto que "años atrás fuetabú", (65) y novela así una fa-

ceta ancha de dolorosas realda-des panameñas desde el punto devista del que sufre los problemasque narra; en dos de las novelas

usa la primera persona, técnica

que le presta más subjetividad alas obras. En general se haobservado que las ideas y expe-riencias personales de este es-

critor resaltan en estas tres no-

velas de tema canalero. (66) Co-mo piensa Ismael Carda, Beleñoes un novelista que escribe "conla pasión del que se siente afecta-do profundamente en sus sen-timientos como ser libre y comopatriota". (67)

De la autenticidad de Lunaverde de Beleño hay muchos co-mentarios, la mayoría de loscuales mantienen que la obra esrealista. Ramón jurado se refie-re al autor como el que "a finalde cuentas pidió a la imagina-

ción lo que...era realidad". (68)Manuel O. Sisnett explica la im-portancia del realismo que él

también le atribuye a la obra deBeleño:

64 Ramón H. Jucado, prólogo, Luna verde

65 Martínez, "La novelesca panameña en la década del 51 al 60," pág. 34.

66 Hacia 1939, el joven Beleño encontró empleo en la Zona trabajando en diversasobru manuals. Algunu de estas posiciones son mencionadas como parte de laacción en Luna verde y en Cunindú. En Curundú se menciona el oficio de carpin-tero en la Zona, trabajo que desea conseguir Rubén Galván, el protagonista. (Cu-rundú, pág. 20) El joven llega a desempeñar un trabajo de pico y pala, en FortClayton. En Luna verde el protagonista, Ramón de. Roquebert, trabaja largo tiem-po en construcciones de la Zona al encargo de una compañía privada, la FrederickSnare. El uso de estos trabajos en sus novelas demuestra lo mucho que se identicael autor con sus personajes, pues éi !ISmO mantuvo esos cargos en la Zona.

67 García, Historia de la literatura panarneña, pág. 166.

68 Azcãrraga,"Evolución" pág. 78

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No dudamos que en cuantoa estilo y forma Luna ver-

de podría ser superada, peroen cuanto a su fondo ellapresenta páginas trágicasdel cotidiano vivir paname-ño en la Zona del Canal, yes en esto donde estriba suverdadero valor, que porser pura realidad no podráser superada fácilmente. (69)

Asimismo se afirma que Lunaverde, documento lleno de "ve-racidad y de vigor", es una obrade "méritos indiscutibles"; (70)y que encierra una "realidad ca-nalera todavía agobiante para losque logran tener conciencia de

lo que somos frente a ese mons-truo que nos ha dividido". (71)Carmen Azcárraga Espino resu-me bien la opinión de la críticaen lo que se refiere al fondo in-tensamente realista de las obrasde Beleño al afirmar que "la si-tuación que presentan tiene pro-funda realidad.." (72)

Rodrigo Miró es uno de loscontados críticos que juzga conseveridad la obra de Beleño:

Fracasa por inauténtico,proponiéndonos héroes dediscutible panameñidad.Beleño parece no percatar-se de que el tema zoneíta,

fundamento de su triunforelativo, es al mismo tiem-po su talón de Aquiles.Poque limita cuando noniega las posibilidades re-

presentativas de su obradesde un punto de vistahumano y ambientaL. Y nose percata de ello en virtudde que su visión de lo pa-nameño es igualmente insu-ficiente y parciaL. Para Be-

leño no existen ampliossectores de la nacionaldad,por completo ajenos a suexperiencia. Y la Zona delCanal es, por fortuna, una

parte mínima de la realidadde Panamá, contingencia de

69 Manuel Q. Sisnett, "Lun vae, una novela de controvenia" El Panamá América,Suplemento dominical (27 de mayo de 1951).

70 J. M. S. 8., "Libros recibidos."

71 Juan Materno Vázquez, citado por Azcárraga, "Evolución," pág. 78.

72 Azcárraga, "Evolución," pág, 79.Thirsa Ayarza afirma que no solamente los temas o el estio sino más bien "laaudacia y valentía" de exponer los problemas de Panamá le aseguran a Belei'o unpuesto muy especial dentro de la historia literaria de Panamá y de Latinoamérica."Influencias del caal," pág. 149.

"Jamás un novelista panamei'o había encarado los problemas de los cuales Beleñose hace eco con la valentía y la fidelidad necesarias,'" Ramírez, "Aspectos de la

novela panameña," pág. 96.

". . . Joaquín Beleño C. no usa pluma para escribir. sino un escalpelo Que levantasin asco la costra de una llaga para mostrar todas sus podredumbres." Eulogia R. deArias, "Un coinentario sobre e_dÚo la novela proféti"ca de Joaquín Beleño c.,"Lotería Vl1 Uulio, 1963), pág. 71.

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límites muy prccisos ens us dimensiones geográfi-

cas, humanas y temporales. Porotra parte, sus complejos racia-les lo han mantenido alejado dcraíces sin cuyo alimento está

condenada a frustrarse toda ten-tativa válida de represcntar-

nos. (73)En nuestra opinion, la obra

de Beleño no merece esta críticade Miró, por las siguientes ra-zoncs: Primeramente, al decirque la Zona del Canal es unaparte mínima de la rcalidad pa-nameña, Miró da un juicioinexacto de la realidad socioló-gica de Panamá. La importanciade la Zona del Canal en todos

los niveles sociales del Panamáurbano es evidente. Hay estu-dios científicos donde se revelaclaramente la enorme vigenciade la Zona en todos los aspectosde la vida panameña; entre estosestudios se podrían citar los deJ olin Biesanz y Luke M. Smith,"Race Relations in tlie Canal

Zone", Phylon, XI (FirstQuarter, 1950), págs. 23-30;"Race Relations in Panama

and tlie Canal Zone", AmencanJ ournal of Sociology, Vol. 57üu1io, 1959 (págs. 7-14; JohnBiesanz, "Cultural and Econo-

mic Factors in Panamanian RaceRe 1 a t ion s", Amencan Socio-

73 Miró, La literatura panameña, pág. 193.

logical Review, (dic., 1949),págs. 772-779; "Inter-AmericanMarriages on tlie Isthmus of Pa-nama",Readings in Latin Ame-rican Social Organizations and

Institutions (Michigan StateCollege, 1953); la obra de losesposos J ohn y Mavis Biesanz,

Panamá y su pueblo (México,1961), quizás el más importantey completo de los estudios so-ciológicos que se han hecho enPanamá; Gustave Adolph Angui-zola, "Fifty Years ofI sthmien-American Relations:An Analysis of the Causes J eo-

p ardiz ing Is t hm ian-American

Friendship", tesis doctoral (In-diana University, junio, 1943);

"Negros in the Building of thePanama Canal", Phylon, XXIX,No. 4, págs. 351-359. Casi cual-quier libro de la historia de Pa-

namá contiene por lo menos lasinterrelaciones más obvias entrelos panameños y los zoneítas. Yexisten obras como la tesis deThirsa del Carmen Ayarza, "In-fluencias del Canal en la litera-tura panameña". (74) que de-muestran hasta qué punto obranestas influencias en los niveles

menos obvios.

Por otra parte, Miró no reco-

noce aparentemente que la obrade Beleño no sólo se refiere a ladiscriminación racial sino a la

74 Thirsa Ayarsa desarrolla las fuentes en la historia panameña de lo que el1a denomina"Mentalidad Canalera," y opina de esa mentalidad que es "un síntoma innegable

de nuestra realdad." "Influencias del canal," pág. 37.

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discriminación por razón de lanacionalidad y de la posición so-cial. Tampoco reconoce Miró lae xtensión del prejuicio racialzoneíta que afecta todas las ra-mas de la sociedad panameñaurbana; la desconsoladora ver-

dad se aproxima más a la obser-vaciÓn de los Biesanz, "Theaverage American (in the Zone)thinks of all but a few Pan a-manians as colored". (75) Segúnconcluyen los Biesanz, los pre-juicios de los norteamericanos serefuerzan al llegar éstos a laZona. (76) Consciente de talesprejucios, algunos lectores de lasnovelas de Beleño aprueban en-

tre otros temas sociales, el usodel tema racial en sus obras. (77)No debe sorprendemos que eltema racial y étnico aparezca enla novelística panameña, ya queparecen haber singido mundial-

mente incrementados en los sen-timientos de solidaridad nacio-nal y étnica. (78) Siendo éste unfenómeno contemporáneo uni-versal, no hay por qué dudarque el lector panameño identifi-que con miembros de su propiogrupo nacional, aun cuando seande razas diferentes, o de queotros latinoamericanos y cual-quiera en el mundo que haya te-nido problemas con los EstadosUnidos o con otros países impe-

rialistas no puedan comprenderestos sentimientos. La universali-dad que exige Miró no tiene porqué estar circunscrita por zonasgeográficas, ya que los límites

geográficos tienen muy pocoque ver con la universalidad es-piritual. De todos modos, Miróparece con tradecirse al incluirGamboa Road Gang en una lista

75 John Biesanz, "In ter-American Marriages on the lsthmus of Panama," Ikadings in

Lati American Socia Orgaiztioll and Inititutioni, ed. Olen E. Leonard andCharles P. Loomis, Michigan State University Press, 1953, págs. 43-44, en adelantecitada "In ter-American MarrIages."

76 Ibid., pág. 43.77 Recientemente, un estudiante universitario panameño defendió a Beleño: "Joaquín

Beleño es el escritor que se sumerge en temas, problemas y conflctos de una

realidad panameña tangible. Sin temores ni reservas interpreta lo que nos traen lasredes sociológicas, producto de una situación interna y ex terna (Zona del Canal).

Amílcar Benedetti, en "Temas Aridos," columna de Beleño en El Panamá América(20 de junio, 1971).

El conjunto de problemas íntimamente panameños que presenta Beleño y la formatan increíble en que los presenta ha suscitado opiniones de Luna verde: como la

siguiente: "Todo su contexto está matizado de sentimientos tan panameños quejuzgamos esta cualidad como uno de los más altos méritos de su autor, JoaquínBeleno." Petra Carvallo Sarmiento, "La expresión de lo soci¡J en la novela paname-ña." tesis, Universidad de Panamá, 1964, pág. 77.

78 James Billington (Profesor de historia en Princeton University), CBS News, "ThePresident in Moscow," 29 de mayo, 1972, Estados Unidos.

Véase también: Anónimo "Nacionalsmo y literatura en la obra de Joaquín Beleñoc.," pág. i.

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de las novelas que mejor repre-sentan al panameño. (79)

Sin embargo, no por el usodel tema zoneÍta, sino por otrasrazones, como a todos los auto-res panameños contemporáneosque escriben sobre temas socia-les, a Beleño a veces le hace fal-ta cierta creatividad artística en

sus novelas, situación bastante

común en la literatura paname-ña por el afán de los novelistasde querer transcribir la realidadtal como la "ven". (80) El po-der creativo es lo que desea otrocrítico, Rogelio Sinán, para la li-teratura panameña:

La novela panameña quemerezca llamarse como talha de damos silueta, peripe-

cias, caracteres y ambientesque en todo correspondana sus particularidades delhecho panameño. No im-porta que los asuntos sean

rurales o urbanos: lo im-portante es que la fantasía

poética -presencia y sínte-

sis de la conciencia local-logre su anhelo de comu-nión universaL. (81)

Se puede disputar si le falta ono a la obra novelística de Bele-

ño "anhelo de comunión univer-sal" pero no cabe duda que elautor nos da "siluetas, peripe-cias, caracteres y ambientes queen todo correspondan a sus par-ticularidades del hecho paname-ño".

79 Miró, La literatura panameña, pág. 193; Miró, "Perpectivas de nuestra literaturanovelesca." Loteía. XII (octubre, 1968), pág. 20.

En el prólogo de la traducción rusa de Lun verde encontramos una opinión que.

aunque de acuerdo con ciertas partes de la crítica de Miró, está atenuada porelogios: "En la novela hay algunas deficiencias literarias: en los últimos capítulos elautor se limita a describir los acontecimientos y no entra a analizar el comporta-miento psicológico de Ramón y de los otros personajes. El lector tiene que adivi-narlo. En su deseo por documentar su trabajo, el autor se pierde en detalles y noprofundiza debidamente el carácter de sus protagonistas. Joaquín Beleño, con par-cialidad. trata de analizar la vida panameña del período de la segunda guerra desdeel punto de vista de los fines de la década del 40. Esta parcialdad le impide al

autor comprender más profundamente las perspectivas del desarrollo social dePanamá. Lo anterior no desmerita ni disminuye el valor de esta obra apasionadaescrita en defensa de los derechos del pueblo panameño." Copia de la traduccióndel prólogo ruso, pág. 11.

80 Azcárraga, "Evolución," pág. 90.

No es Panamá la única muestra de esta tendencia de sacrificar el arte para trans-cribir realidades sociológicas y políticas (véase nota 12); el equilbrio entre lo

estético y el contenido social es el punto más difícil con que tiene que enfrentarse

el novelista social. Roberto Esquenazi-Mayo, "Socia Aspects of the ContemporarySpanish American NoveL." en Artista an Writen in tliEvolution 01 Latin Amerka

(University, Alabama, (969), págs. 73-75.

Según Luis Alberto Sánchez la novela hispanoamericana pierde valor estético porser demasiado realsta. Meneses, "Novelas de ambiente panameño," pág. 13.

81 Citado por Azcárraga, "Evolución", pág. 91.

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y el hecho panameño lo veBelefio preñado de los pequeñosy grandes problemas cotidianosque se entretejen con las in-fluencias de toda especie queemanan de la zona canalera. Es-tos problemas de la realidad pa-nameña que preocupan a Beleñoson: " . . la discriminaciÓn ra-

cial, el bilinguismo español-in-

glés, el problema agrario y lapreponderancia de los sectoresoligárquicos en la conquista y

dOnUnio de la tierra". (82) Tam-bién se podría añadir los con-flctos religiosos entre protestan-

tes y católicos que reinan en

conflctos de cultura general, laatracción material del dólaramericano, y las influencias cul-turales del norteamericano ejer-cidas en Panamá. A la atracciónmaterial del dólar y a su in-fluencia inmoral se refiere Is-mael Carda, afirmando que De-

leño. . .es la voz más valiente que

ha resonado por los ámbi-tos de nuestra literatura pa-ra plantear un estado dedesintegración social y po-

lítica, provocada por la fal-ta de frenos morales de un

pueblo entregado a la ado-ración del dólar.(83)

El editor ruso de Luna verde

ve este problema del culto aldólar como el problema funda-mental planteado por Beleño en

su novela:

Esta idolatría del oro es loque provoca el odio delautor. . . . Para él, el dólar

es un monstruo que noacepta, ni leyes, ni moral,

ni decencia humana; este

monstruo hace lisiados mo-rales de los hombres y losempuja al crimen. (84)

A pesar de la tentación de di-sertar sobre los problemas sin

integrar siempre bien el materialal núcleo novelesco, las obras de

Beleño no son únicamente pan-

fletos sociales y tienen valor li-terario permanente por varias ra-zones. (85) Entre sus esfuerzos porlograr cierto nivel artístico en

sus obras, Beleño usa ciertastécnicas vanguardistas, siendo lade más relieve el fluir a vecesfrenético de la conciencia, y el

monólogo interior que se des-vanece hacia los sueños y losubconsciente. Esto ocurre en

82 Sánchez, prólogo de C\LÚ, pág. 8.83 Azcárraga, "Evolución", pág. 78.

84 Copia de la traducción del prólogo ruso de Luna verde, pág. 8.

8S "La novela de Beleño responde a una tradición novelística de raíz revolucionara,con frecuentes ejemplos dentro del panorama de la literatura del continente ameri-cano. Esa actitud que tiene evidentes proyecciones de carácter polftico, tonifica laobra de Beleño, le hace cobrar un interés muy especial por razón de los hondos

problemas que la sustentan". J. M. S. B., "Libros recibidos".

F1eury comenta sobre el valor literario de Lun verde: "Si l'ouvrage est remar-

quable par SI valeur sociologique. i1 ne l'est piS moins par SI facture litteraire, cequi est assez rare pour un roman si engagé." "Cinq Romanciers," pág. lS6.

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las novelas de Beleño especial-mente en momentos en que elpersonaje está enfermo, agitado

sexualmente, o simplementeabrumado por el calor. (86) Tam-bién existen en su obra noveles-

ca usos poéticos eficaces de me.táforas y de repeticiones. (87)

Además, logro artístico se puedeconsiderar el desarrollo del per-sonaje principal en Curundú

(1963), y el mismo autor pre-fiere esta obra sobre las otrasdos por lo más completo que re-sulta la personalidad del prota-

gonista, Rubén Galván. (88) Sinmencionar la edad exacta delprotagonista, nos damos cuentade que es joven, porque el mun-do, la vida del trabajador y las

costumbres de los hombres lo

asombran a cada paso. Vemos elmundo tal como lo va descu-briendo e interpretando Rubcn

Galván. El éxito en presentar ca-

racteres bien delineados es es-caso en la novelística panameñacontemporánea de temas socialessegún Rodngo Miró, (89) y porlo tanto e110gro de Beleño resal-ta en las letras istmeñas. Tam-

bién, en la novela Curundú de

Beleño los incidentes socio-polí-ticos están mejor integrados conel desarrollo del personaje, a pe-

sar de que ésta fue la primera no-vela escrita por el autor (aunquela tercera en ser publicada). (90)Un ejemplo de esta integraciónartística se puede ver en el inci-dente tragi-cómico del protago-

nista, bajo la influencia de la

86 Angel Revila, "El calor en la prosa panameña", Loteía, XII (febrero, 1968). pág.21.

Este recurso vanguardista se había sentido en la literatura panameña a parir delano 1931 cuando se publicó una revista 9lmanal de literatura, Antena. en la cualRogelio Sinán publicó poesía vanguardista. Nada de esto era Panamá: "El sueño, el

monólogo interior, manifestaciones del subconsciente explicadas por Freud, cons-tituían recursos de la creación estética legitimados ya en todos los medios cultos".Miró, "La literatura novelesca de la República. Breve noticia", pág. 44.

Esta renovación estética en las letras del Istmo ensanchó la técnica que más tardeincorporaría Be1eño en sus obras de matices sociales.

87 Fleury, "Cinq Romanciers'., págs. 156-157. Los usos metafóricos de Beleño los

examina Sánchez en "Sentido General", págs. 33-38, 51-54.

88 Entrevista con Beleño, agosto de 1970.Sánchez encuentra que Rubén Galván está bien caracterizado. "Sentido general",pág. 59.

Por el fino instinto analzador de Beleño, algunas escenas de Gamboa Road Gangdonde las reacciones psicológicas de los prisioneros forman a vcces el eje de la

narración, las considera Jean-Jacques Fleury dignas de la pluma de un Jean Genet."Cinq Romanciers", pág. 145.

89 Rodrigo Miró, portada de San Cristóbal, novela de Ramón H. Jurado (Panamá,1963).

90 Entrevista con Beleño, agosto de 1970. El autor perdió el borrador, el cual nohabía sido entregado para publicación debido a una autocrítica demasiado severa.

El desarrollo del personaje en Liuia verde queda trunco según la opinión deVinogradof en el prólogo a la traducción rusa de la novela, por la falta en los

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marihuana, con indios Cuna omachiguas donde el desenlacelleno de tristeza y amargura re-

sulta ser mejor cauce para la in-vectiva política contra las in-fl uencias norteamericanas quelos discursos de estilo panfleta-rio que inserta el autor de vez

en cuando en sus obras:mucho menos podía

entender por qué sus queri-dos tapachulis (indios)hablaban solamente inglés.. . . SÓlo sintió la risa de

aquellos indios. . . aquellas

carcajadas crueles de sus

amados Susis le dejaron elcorazón lleno de basura ydesperdicios. (91)

En esta novela Beleño haceuna crítica social más equilibra.da, pues de los problemas a loscuales se refiere no le echa laculpa totalmente a los america-

nos, sino que con visión más

amplia incluye las faltas de al-gunos sectores socio-económicos

panameños. Aunque no se pue-de negar el pesimismo con que

se hilvana la obra, la crítica po-

lítica en contra de los america-

nos en Curundú está más mitiga-da que la que se cncucntra en

Luna verde, (92) en la cual "cu-bre la acción un amargo pesimis-

mo y una crítica fuerte a la po-tencia mundial". (93)

De los novelistas panameños

contemporáneos, es sin dudajoaquín Beleño quien ha tenidomayor impacto en la escena lite-raria internacionaL. (94) Su no-vela Luna verde ha sido vertidaa varios idiomas, incluso la tra-ducción rusa publicada por laeditorial Autores jóvenes, enMoscú. (95) A pesar de algunasfallas literaras que algunos criti-cas le atribuyen, éstos general-

mente están de acuerdo que Be-

leño es hoy uno de los novelis-tas más destacados de la Re-

pública. (96)

últios capítulos de un análsis profundo de la realidad psicológica del personajepricipal. Esta falta no existe en la caracterización del protagonista de Curudú, yde all, quizás, resulte un mejor logro artístico.

91 Heleno, Curú, págs. 251-252.

92 Luna Verde, a pesar de la "violencia del resentimiento" que sorprende a RodrigoMiró (Miró, La Iikratura panameña, pág. 193). y quizás por ella. recogió loselogios de muchos críticos.

Véase Fleury, "Cinq Romanciers'., págs. 148, 149, 156.

93 Azcárraga, "Evolución", pág. 77.94 Miró, La literatura panameia, págs. 192-193; Anónimo, "Nacionalismo y literatura

en la obra de Joaqum Beleno C.," pag. 42.

95 Sánchez, prólogo de Curndú, pág. 7.

96 Miró, La Iikratura panameña, pág. 193, admite que a pesar de las debilidades qul'le atribuye, sus dos primeras novelas "se cuentan entre lo mejor del género enPanamá".

Sánchez, prólogo de Curndú, pág. 9, dice: "Joaquín Beleno C. es considl'rado enla actualidad como el novelista más destacado de Panamá".

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2. César A. Candanedo

Datos biográficos

César A. Candanedo nacio en1906 en David, en la provincianorteña de Chiriquí, región queconoce profundamente juntocon la región sureña del Darién,

las cuales aparecen en sus nove-las, La otra frontera (1967) yLos clandestinos (1957). Rodri-go MirÓ halla cierto prestigiomoral en la obra de este escritorque, según él, le concede mcritoa la misma. Sus impulsos gene-

rosos quizás se acrecentaron alencontrarse en regiones del país

donde no alcanza la justicia, re-giones que conoció minuciosa-mente el autor al trabajar enellas de Inspector Sanitario. Es-

tos con tactos y experiencias fo-men taron su vocacicm litera-ria, (97) Y "el ejercicio literarioemerge en él como resultado delas necesidades sociales, efectoque le imprime autenticidad asu arte de novelar". (98) ConsideraRamÓn Jurado que las obras de

Candanedo encucntran sus bási-cos estímulos creadores en el ru-ralismo que apareciÓ tan apasio-nadamente en Panamá: como seha observado anteriormente eneste capítulo, dicho ruralismo

surgió en parte por las decepcio-

nes que acerca del futuro brin-daron el canal y la ciudad, y enparte porque los que cultivaronlas letras después del "descubri-miento de la patria" procedían

sobre todo del interior de la Re-pública. (99)

Las dos novelas de Candane-

do que hemos mencionado hastaahora, Los clandestinos y laotra frontera, han ganado el se-gundo premio del Concurso Ri-cardo Miró. El cerquero y otroscuentos (1967) es una colecciÓn

de cinco cuentos de Candanedo.

Hay algunos que han sido publi-c ados en revistas extranjeras.(100) Angel Revila alaba.. co-

mo sorprendido, el sabor ances-tral de los cuentos de Candane-

do, en los cuales, parece que es-

tán de acuerdo lo críticos, se

Amílcar Benedetti, estudiante universitario, en una carta dirigida a varios profeso-res y a Joaquín Beleño C., puhlicada en la columna editorial de éste, "TemasAridos'., El Panamá América (30 de junio, 1971), afirma: "Me atrevo a señalar qeel autor de "Luna verde" es, sino el más significativo, uno de los mejores novelistascon que cuenta Panamá".

97 Alvarado de Rìcord, Escritores panameños contemporáneos, pág. io; Rodrigo Miró

dice de Los cladestnos: "desnuda crónica de la vida de los hombres introducidosilegalmente al Darién, casi siempre colombianos del Chocó...." La litenatura pana-meña. pág. 187,

98 Ricardo Segura, "La otra frontera, nueva etapa en el desenvolvimiento del géneronovelesco panameño", tesis, (Universidad de Panamá, 1962), pág. 3.

99 Jurado, "Itinerario y rumbo".100 Alvarado de Ricord, Escritores panameños contemporáneos, pág. 10.

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manifiesta lo mejor de su talen-to literario. (10 1 )

Reseña de las novelas

La segunda novela de César

Candanedo, La otra frontera,

empieza narrando las vicisitudesde un grupo de campesinos eva-

cuados de sus hogares con laconstrucción del canal, pero

continúa con otros temas deexplotación del campesino, del

cholo y del pobre en general,por los norteamericanos y otros

representantes del materialismo.

Aunque estas partes de la novelano tienen nexos directos con elcanal, el canal es el hilo que

hilvana la obra, pues la explota-ción en la zona canalera facilitaen el Istmo la creación de em-

presas dignas hijas del canal quese convierten a su vez en pode-

rosos brazos del imperialismo.

(102) Cuando Candanedo escribesobre la explotación que perpe-

túan las compañías bananeras, elautor utiliza un área de literatu-ra de protesta no muy común

en Panamá. La temática banane-ra ha sido más bien de interéspara autores de países comoGuatemala, Costa Rica y Hon.duras. (103)

La novela de Candanedo sedivide en cuatro partes principa-les. La primera parte tiene quever con los campesinos que fue-

ron expulsados de los terrenosque se usaron para crear el LagoGatún, cuyas aguas llenan el ca-nal y sus esclusas. (104) Por vía deun personaje -Juan Cancio

(quien jura en la primera parteseguir la labor de librar a sus

compatriotas de los explotado-

res extranjeros y nacionales)- elautor logra unir las últimas par-

tes de la novela con la prime-

ra. (105)

Una de las técnicas estructu-rales que usa Candanedo en Laotra frontera es introducir un

personaje o acontecimiento demuy cerca, se podría decir casicomo un "close-up" cinemato~gráfico, para después volver a unpunto temporal anterior y expli-car lo que acaba de ver el lec-

101 Angel Revila, Panam literaro ac, pág. 90; Alvarado de Ricord, ElCtore. pan-meños contemporáneos, Miró, La literaura panameña, pág. 187.

i 02 Candanedo. La otra frontera, pág. 92.

103 Avila, "Las compailas bananeras", Lotería V (agosto), pág. 128.

104 El tema de la evacuación del área de Gatún. aunque con diferente enfoque, es elénfasis principal de la novela canalera histórica de Gil BIas Tejeira, Pueblos perdi-

dos.

105 Al salir los evacuados de la zona canalera para volver a empezar en el norte delpaís donde no llegaran los brazos poderosos de los norteamericanos, la unidad deacción se quiebra repentinamente. El tema canalero se vuelve a ver solamente en lasreferencias que hacen algunos personajes a las fincas bananeras poderosas de Chiri-quí como "otro canal".

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toro (106) Respecto a esto, una delas opiniones sobre estilo que

hace Angel Revila de El cer-quero y otros cuentos se puede

aplicar igualmente a la novela

La otra frontera.Interrumpe la narraciÚn enmomentos oportunos paraintroducir el "quid" del re-lato. A veces construye sin

conexión aparente: y esque los reflejos del pensarsaltan a cada paso. Es todo

un valor la humanizaciónque logra en los objetos

inertes (en este caso, pie-

dras o animales). Así, de la

m ano nos prepara elambiente. (107)

Otros valores artísticos de laobra también gozan de unacrítica favorable. Las descripcio-

nes de los paisajes tropicales quevarían de lugar a lugar se en-

cuentran en una prosa excelen-

te. (108) El estilo de Candanedolo llama Miró, directo y simple.

(109) Los diálogos viriles, (110) sonademás naturales; muchas vecesson cortos, adecuados a los per-sonajes. (111)

Aunque Rodrigo Miró (112)caracteriza a Candanedo comoregionalista, quizás por sus cono.cimientos a fondo de dos grandes

regiones panameñas, se puedeconsiderar a este novelista, gra-cias al tema anti-imperialista, yespecialmente por las invectivascontra los grandes monopolioshananeros y el capitalismo, co-mo autor de protesta social yopiniÓn de José MancIsidor,escrita en México en 1951,podemos damos cuenta de laimportancia que se da en cier-tos secretos a la novela Losclandestinos por la crítica en

ella del capitalismo sin frenos:

. . . inquietante novela que

el autor sitúa en Panamá,pero cuyo escenario y cu-yos personajes nos salen alpaso en todas las cncrucija-

106 En Candanedo, La otra frontera, pág. 118, hay un ejemplo de esta térnica del autor.au toro

107 Revila, Panamá literaio actual. pág. 90.

108 Alvarado de Ricord. Escritores panamenos contemporáneos. pág. i O.

109 Miró, La literatura panamena, pág. 187.Ismael García describe el estio de Candanedo con palabras parecidas a las de Miró,aunque refiriéndose únicamente a sus cuentos y a Los clanestios. Historia de laliteratura panamena, pág. 153.

110 Alvarado de Ricord, Esaitores panamenos contemporáneos, pág. io.

111 lsmael Garda comenta quc Candanedo, en Lo. clandestinos, no repara"... en lacrudeza del lenguaje". Historia de la literatura panameña. pág. 153. Así mismoocurre en La otra frontera.En cierta ocasión el autor arregla la trama dc manera que un cstudiante puedallegar a hablar con elegancia y ennoblezca eloeuen temente las ideás sociales a lascuales alude; este personaje representa a las masas y a los ideales, pero por tenermás cultura puede expresar en un estilo superior lo que solamente pueden sentir losotros de su grupo. La otra frontera, págs. 226-230.

112 Miró, La literatura paneña. pág. 187.

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das del mundo decadenteen que vivimos, como elsigno de una oscura épocade la cual hablarán las ge-neraciones del futuro comode una época vergonzosaregida por el absurdo, cada

día más absurdo, capi-talista. (113)

Miró juzga que lo que quiere

enfocar el autor en sus obras es

el dilema de "la humanidad quepuebla esas regiones" (Chiriquíy El Darién). (114) Elsie Alvaradode Ricord piensa que "una con-

ciencia social beligerante da sen-

tido a su producción, que aúna

el ideal artístico con el de lasreivindicaciones de los humil-des", y añade que los problemas

económicos, los infortunios co-

lectivos son los resortes quemueven la acción. (115) El rasgocolectivo de sus personajes ponede relieve los problemas socialesque el autor quiere revelar en

sus novelas. (116)

El testimonio social de Can-

danedo lo pone a prueba Balta-zar Isaza Calderón al considerar-lo exagerado, como rasgo na-ciente de parte de Candanedode "recargar las tintas som-

brías". Isaza compara Los clan-destinos de este autor con elHuasipungo ecuatoriano de j or-ge Icaza, y es cierto que elautor no se acobarda frente a

"la desnudez de los temas", co-

mo observa Ismae1 Carda S.(117)

113 Portada de Los clandestinos (Panamá, 1957), de César Candanedo.

114 Miró, La literatura panameñ, pág. 187.

115 Miró, La literatura paneña, pág. 187.116 Miró y Alvarado de Ricord escriben lo siguiente sobre los valores sociales y el

sentimiento de colectividad que abundan en la obra de Candanedo: "La obra deCandanedo nos gana sobre todo por su valor testimonial por su intención reparado-ra, por su profunda comprensión del medio que retrata y la autoridad moral de supersona".Miró, La literatura Panameña, pág. 187; "Los personajes no se destacanpor sus rasgos únicos; no son héroes, sio hombres comunes que se identiican ensufrimientos, aspiraciones y conducta, se mueven casi anónimamente y se enfrentana los grupos antagónicos igualmente compactos, representados también en algunos

personajes simbólicos que sitetizan todas las características colectivas correspon-dientes a su ubicación social". Escritores paameños contemporåneos, pág. 10.

117 Garda, Historia de la literatura paeña, págs. 153-154.En las miserias abochornadoras que se relatan en La otra frontera especialmente

las de los indios casi mudos que no comprenden bien el odio que sienten y quedescargan sobre sí mismos, en vez de hacerlo sobre los culpables, se encuentranmuchos puntos de comparación con Huasipungo.

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es acaso con respecto a los re-cursos reales o potenciales dis-ponibles para alcanzar, a través

del desarrollo, niveles de vida

compatibles con una existenciadecorosa, feliz y completa?Ciertamente las anteriores inte-rrogantes, y otras similares¡uepodrían plantearse en relacióncon el carácter relativo del tér-mino "rápido" se aplicaríanesencialmente al total de la po-

blación, ya se trate de AméricaLatina o de países que constitu-

yen a ésta. Parece necesario pre-

cisar ésto porque referir la ra-pidez del crecimiento a sub-poblaciones daría lugar a com-plejas polémicas -y tal vez dis-cusiones estériles- en torno a laasociación de ritmos de incre-mento demográfico con ventajasy desventajas en situaciones co-yunturales.

Por otra parte, si la considera-

ción de la frase "crecimiento

rápido" abre diversas posibilida-des de interpretación, otro tantopodría ocurrir con la "satisfac-ción" de las "necesidades bási-

cas". La percepciÓn de diferen-tes individuos o grupos (incluso

los mismos en distintos momen-tos o circunstancias) de una mis-ma necesidad de igual naturalezarecorre amplias gamas de mati-ces que en rigor exigirían rela-cionar la noción de satisfacción

con normas convencionales. Evi-dentemente, en muchos casostales normas pueden confundirsecon objetivos de políticas que

descansan sobre aspiraciones o

posibilidades reales que varían

en función de difercn tes varia-bles.

Una muestra a favor de las di-vagaciones alrededor de los con-ceptos aplicables al crecimiento

rápido de la población y la satis-facción de las necesidades bási-

cas quizá lo constituyen las res-puestas dadas por los gobiernoslatinoamericanos a la Tercera

Encuesta de Naciones Unidas a

los Gobiernos sobre Población yDesarrollo. Por ejemplo, al in-tentarse conocer cómo percibenlos gobiernos la tasa de incre-mento natural de sus respectivaspoblaciones, cuatro países consi-

deraron deseable una más alta,diez estiman satisfactoria la tasaobservada y trece consideran de-seable un ritmo de crecimiento

más bajo. En términos de pobla-ción puede calcularse que en1976, el 10% de la población de

América Latina vivía en países

cuyos gobiernos consideran que

sus tasas de incremento debe-rían ser más elevadas, 53% en

países que estiman satisfactoriasus tasas actuales y 37% enpaíses donde se opina que lastasas de crecimiento natural de-

berían ser menores. Realmente,

no sería extraño encontrar encategorías contiguas, y acaso enlas tres, casos de países con

ritmos de aumento de sus pobla-ciones muy semejantes, o depaíses que consideran satisfacto~rios los mismos, pero yue reco-nocen la existencia de proble-mas generalmente asociados a

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los crecImien tos más altos. (1)Pero dejando dc lado estas

consideraciones que podrían sercriticadas como sutilezas, es ne-cesario señalar cl gran reto queplantea la producciÓn de la infor-maciÓn para el desarrollo quecxigc el tratamiento del tcma.

Se requieren datos detallados yfidedignos que permitan detec-tar cambios relevantes en áreas

como la alimcntaciÓn, educa-ción, salud y vivienda -conside-

radas aquí nccesidades básicas-y calificar grados de satisfacción

en las mismas. La debilidad delos datos disponibles y la inexis-tencia absoluta de los mismos

en ciertos casos son rasgos típi-cos del sub-desarrollo que tam-bicn conspiran contra la necesa-

ria labor de evaluar la satisfac-ción de las necesidades básicas

vinculadas al crecimiento demo-t,rráfico en América Latina.

Para los propósitos del prc-sente documento se considerará"rápido" todo ritmo de aumen-to que implique la duplicación

de la población en per íodosiguales o inferiores a una genera-

ciÓn. Por lo tanto, cada vez que

tal vocablo se usa para calificarla velocidad dcl incremento dc-

mowáfico se estará haciendo re-ferencia a casos caracterizados

por tasas de crecimiento de

2.45% o más. (2). En los párrafosque siguen se examinará el cre-cimiento demowáfico latinoame-ricano en la post-guerra y pro-

yecciones hasta el Año 2000.Tal cxamen sin embargo, debepracticar se teniendo en cuentacambiantes realidades que cons-

tituyen el contexto en el cual scproduce el fenómeno demográfi-co.

Introducción.Nuestro planeta es actualmen-

te muy distinto al que conocía

la humanidad al salir de la fra-gosidad, destrucciÓn y miscria

provocadas por la SegundaGuerra MundiaL. La polarizaciónideolÓgica de naciones, el naci-miento de nuevos E.stados, eldesarrollo de la Física Nuclear,

la Aeronáutica, la NavegaciÓn

Espacial y el constante progreso

de las Ciencias Bio-médicas y engeneral la progresiva aplicación

de la Ciencia y la Tecnología al

Desarrollo económico y socialson apcnas un puñado de hechosreveladores de los profundos cam-bios que han alterado la vida ennuestra sociedad humana duran-te las últimas tres décadas. Por

otra parte, el hecho concreto deque la Tierra alberga hoy a másde 1,500 milones de seres más

que los que existían hace 32

E/eN.9/324, "Concise Report on Monitoring of Population Polides", XIX SesionPopulation Commission of liie United Natioll. 19 Nov. 1976.

2 Una población cuya tasa anual de crecimiento asciende a 2.5% se duplica en eltérmino de 28 años, según puede verificarse a través de la expresión: 2- e2.5t enla cual e corresponde a la base de los logaritmos naturales y t es el tiempo en años.

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años sintetiza el caudal de descu-brimientos y transformaciones

que ha conocido la humanidad yestá inexorablemente ligado a lahe t erogeneidad de situacioneseconómicas, sociales, políticas,am b ientales y de todo tipoactualmente reinantes.

Los países que constituyenAmérica Latina también han vi-vido una sucesiÓn de experien-

cias de variada gama e intensi-dad. Convulsiones de raíces so-cio-económicas hicieron brotarun primer Estado Socialista yhan estado vinculadas a numero-sos cambios violentos del poderpolítico, sometiendo a difícilespruebas a las instituciones socia-les. En el aspecto económico laexistencia de una situaciÓn dedependencia que tiende a agudi-zar múltiples problemas sociales,entre los que cabría destacar los

relacionados con el aprovisiona-miento y consumo de alimentosy condiciones deficitarias en sa-lud, educación y habitaciÓn, hadeterminado cambios de actitu-des, nuevos enfoques, formula-ciÓn de estrategias y programas

y e 1 desarrollo de esfuerzos

cooperativos conjuntos en loscuales la acción internacional ha

desempeñado un importante pa-pel promotor y coordinador.

En este sentido merece desta-carse la función cumplida por laComisión EconÓmica para Amé-rica Latina (CEPAL) que desde

los primeros años de la post-gue-rra se entregÚ a la tarea de des-

pertar la conciencia de Nuestra

América acerca del origen y ca-rácter de las principales dificul-tades económicas afrontadas.Los análisis y proyecciones deldesarrollo económico y socialfueron un primer paso trascen-dental en nuestros países. Luego

siguieron esfuerzos concertados

en materia de sustitución de im-port aciones, planificación del

desarrollo, industrialización, fo-mento y desarrollo de la integra-ción econÚmica mediante merca-

dos comunes y realización de es-tudios sobre distribución del in-greso. Todo este esfuerzo man-com unado se ha producido en elmarco de un proceso de inver-siones directas extranjeras califi-cado como grave por Prebischhace algunos años. (3) Estas in-versiones, que constituyen unaexpresión material de la depen-

dencia antes mencionada, hantendido a prolongar una inferiori-dad tecnolÓgica nacional, hanabsorbido empresas nacionalesde tecnología relativamenteavanzada, debido a dificultadescrediticias o a que sus ejecutivos

tienen más vocación de' ren iistasque de empresarios, y han acen-

tuado el estrangulamiento exte-

rior por medio de remesas finan-cieras incontroladas. "El traspa-

so de empresas nacionales a con-trol extranjero despierta una

preocupación muy aguda cuan-

3 Prebisch, Raúl: Transformación y Desarrollo: la gran tarea de América Latina.¡LPES, Santiago de Chile, ¡ 970. p. ¡ I I.

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do se adoptan desde el extranje-ro ciertas decisiones importantespara la vida nacionaL. Esto tam-

bién concierne a empresas exis-tentes y, muy especialmente, a

las que de larga data explotan

recursos naturales. Ha comenza-do aquí una evoluciÓn muy sig-nificativa en aquellos casos enque un país procura encontrarpor negociaciones arreglos quele permitan llegar inmediatamen-te -o en un período prudencial

de tiempo- al control nacionaL.

También preocupa el avance dela inversiÓn extranjera en la vidabancaria de un país y la transfe-rencia a manos extranjeras deesta blecimientos bancarios yaexistentes. El banco o la sucur-

sal bancaria extranjera tiene unafunciÓn específica y limitadacuando se vinculan a operacio-nes de inversiÓn extranjera o de

comercio exterior. Pero su ex-tensiÓn a otras actividades crea

innecesariamente problemas quees aconsejable cautclar a tiempo.Hay legislaciones muy previsorasen esta materia y acaso la más

severa sea la de los EstadosUnidos, no sólo en cuanto a latransferencia, sino al estableci-

miento de bancos extranje-ros". (4)

América Latina, pese a difi-cultades emanadas de rclacionesinjustas de intercambio al nivelinternacional, procesos inflacio-narios, desempleo y subcmpleo,

4 Prcbisch, Raúl, Op. Cit. p. 111.

58

limitada capacidad de exporta-

ción y escascz dc capital ha te-nido progresos sociales significa-tivos en áreas como educación,

salud, habitación y alimentaciónaunque cabe reconocer la exis-tcncia de agobiantes déficits enlas esferas mencionadas y de se-rios obstáculos que dificultmi elacceso popular a los beneficiosque debcn derivarse del procesode desarrollo. Por otro lado, lainusitada alza del precio del pe~

trÓleo frenó bruscamente el pc~

ríodo de progreso económicode la mayoría de los países de laregión también afectados por lasconsiderables alteraciones adver-

sas de sus términos de intercam~

bio. Con la caída de los preciosde los productos primarios y lasostenida alza de los productos

esenciales importados la tasa decrecimiento del producto porhabitante ha disminuido signifi~c a tivamen te. Asociados a los

problemas insuperados aún dels u b -descuTollo latinoamericano,se han dado originalcs procesosde urbanización acompañadosde la apariciÓn de "poblaciones

marginales" social, económica ypolíticamente. "La existencia deb arr iadas o sectores urbanosmarginales no debe considerarseun fenÓmeno reciente en la es-tructura eco lógica de las princi-pales ciudades de América Lati-na, ya que parecen haber crecido

paralelamente a las grandesciudades, sobre todo en el pe-

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ríodo de post-guerra". (5) En re-alidad, ha sido la forma utiliza-da por el cam po para penetrar

en las ciudades, ya que éstas no

han irradiado su progreso aaquéL. El resultado aparente en

numerosos casos es una urbani-zación que es verdadera carica-tura de modernización. Más aún,nuestras urbes parecen no habersido capaces de absorber sus cre-cien tes Fuerzas de trabajo pro-pias ni de incorporar la gente

desplazada del campo debido arazones económ icas y sociales yque se ve obligada a sobrellevaruna dura vida de inestabilidad einadaptación en cinturones demiseria y tugurios de barriadas

marginales. La insatisfacción eimpaciencia de estas capas de

nuestras sociedades urbanas ylos amplios sectores campesinos

marginados a los que es precisoextender el bienestar que par-

cialmente se ha obtenido refuer-zan la idea de que no cabe lacom placencia en América Lati-na. (6)

Es en medio de la realidadhistÓrica someramente esbozadaen los párrafos anteriores que se

ha producido en esta parte delMundo el fenómeno de expan-sión demográfica acelerada quealcanzó hace algunos años mag-

nitudes jamás conocidas por lahumanidad. Más adelante seocupa el presente documento de

describir ciertos aspectos de laevoluciÓn demográfica de Amé-rica Latina desde la post-guerra

hasta los años 70 y se comentanperspectivas hasta el año 2000.Esta parte constituiría el trans-fondo del examen de las necesi-dades en materia de educación,

salud, alimentación y habitaciónque se abordará finalmente.

La Población de América Latinaen la Post-Guerra.

Al concluir las hostilidades dela 11 Guerra Mundial el conoci-miento de la dinámica, distribu-ciÓn y composiciÓn de la pobla-ción de los países de América

Latina era poco menos que frag-mentario e impreciso. En nueve

de ellos la última información

censal se remontaba a años ante-riores a 1940 y en cuanto al nú-mero de años transcurridos des-de el levantamiento del último

censo sobrepasaba el cuarto desiglo. Conocer el tamaño, creci-miento y características de lapoblación constituía una necesi-dad imperiosa y planteaba unreto formidable a las organiza-

ciones estadísticas del continen-te. La necesidad emanaba de lasinterrogantes que el Mundo seplanteaba acerca de la existenciade regiones menos desarrolladascapaces de asimilar a desplaza-

dos y refugiados, condiciones sa-

5 Comisión Económica para América Latina, "El Desarrollo Social de América Latinaen la Post.Guerra". Documento E/CN.12/660 del X Período dc Sesiones celebradoen Mar del Plata, Argentina, 1963. p. 69.

6 Prebisch, Raúl, Op. Cít. p. 14.

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nitarias de tales regioncs y re-cursos naturales en las mismas ysu capacidad agrícola para ali-mentar a los habitantes ya exis-tentes y a los que eventualmen-

te se agrcgaran. El desafío lo re-presentaba la cjecuciÓn de unaempresa conjunta de carácterhemisférico que contemplase unmínimo interamericano de com-parabilidad de los rcsultados a

base de conceptos y tabulacio-nes com unes. El Programa del

Censo de las Américas de 1950fue la respuesta hemisférica a la

necesidad y al reto antes men-

cionados. Este esfuerzo, jamás

emprendido, marcÓ un hito enmateria de cooperación técnica

y entendimiento entre las nacio-nes de este continente. "Todaslas naciones de este hemisferio,exceptuando dos de ellas, levan-taron un censo de recursos hu-

manos a mediados del prescntesiglo o muy cerca de dicho pe-ríodo". (7)

Gracias al Programa del Censode las Américas de 1950, al me-

joramiento gradual de la cober-tura y calidad de las Estadísticas

Vitales y la realizaciÓn de en-

cuestas aplicando muestras pro-babilísticas, seguidos de esfuer-

zos censales alrededor de 1960y 1970 ha sido posible disponerde una documentaciÓn demográ-

fica básica para examinar la po-

blaciÓn de América Latina en lapost-guerra. Hace una década se-ñalaba Carleton (8) que de acuer-do con estimaciones de la CE-PAL para 1950 y 1960, la po-blación de las repúblicas latino-americanas había aumentado du-rante ese período en 32% al pa-sar de 156 a 205 milones, enlugar de 28% que para esos mis-mos años daban estimacionesprevias. Tal incremento (equiva-

lente a una tasa anual de 2.8%)

hacía de la América Latina, sinduda alguna, la región de másrápido crecimiento del mundoaventajando claramente a Ocea-

nía (26.9%) y al Asia sudocci-dental (28.3%). Durante ese pe-ríodo los únicos países que nocrecieron "rápidamente", según

el criterio adoptado en el pre-

sente documento, fueron Argen-

tina, Uruguay, Chile, Cuba, Boli-via y HaItí. En los dos últimos

casos la "baja" tasa estimada se

vincula fundamentalmente conniveles muy clevados de mortali-dad, acaso los más altos del con-tinente a la sazón. Los países tro-

picales de América del Sur, jun~to con México, República Domi-

nicana y Costa Rica crecieron aun acelerado ritmo de 3% poraño cuando menos y son los res-ponsables del extraordinarioaumento demográfico de la re-giÓn en el intervalo considerado.

1

"

7 Instituto Interamericano de Estadística, "Relato del Censo de las Américas de

1950", Washington, F..F..U.U., 1953, p. 2. Los dos países que no levantaron censosfueron Uruguay y Perú.

8 Carleton, Robert O.: "Crecimiento de la Población y Fecundidad Diferencial en

América Latina". CELADE.

60

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La conjunclOn de altos nivelesde fecundidad con una mortali-dad declinante explicarían el fe-nómcno, aunque cabría añadiren los casos de Venezuela y en

menor medida de Brasil la in-flucncia de corrientes migrato-

rias.Puede agregarse que de con-

formidad con proyecciones ela-boradas en el Ceatro Latinoame-ricano de Demografía (CELA-DE) (9) la población de AméricaLatina continuÓ creciendo du-

rante la década comprendida en-tre 1960 y 1970 al mismo ritmode 2.8% anuaL. En realidad, úni-camente los países que ya habíaniniciado un descenso de su fe-cundidad registran tasas de cre-cimiento menores durante losaños 60. Venezuela y Brasil, don-de también se observan tasas decrecimiento demográfico meno-res que en la década anterior re-velan la influencia del menor

flujo de inmigrantes hacia los

mismos. Todo el resto de lospaíses latinoamericanos acelerósu incremento y lo mismo queBrasil y Venezuela constituyen

casos de "rápido" crecimiento.

Se destacan prominentementelos países del Istmo Centroame-ricano, Panamá y México (Mes-o-américa) cuyo conjunto creció arazón de 3.2 anualmente, si-

guiéndole los países templados

de la América del Sur registra-ban la más baja tasa de creci-miento demográfico con 1.8 porciento. Antes de la SegundaGuerra Mundial la América Lati-na había estado creciendo a unatasa anual de 2% y las diferen-cias entre las intensidades de

cambio no eran tan dispares en-tre sus sub-regiones. Al parecer,

los descubrimientos de la Medici-na y los progresos en materia de

organización de servicios de Sa-lud que se habían acumuladohasta entonces no habían podi-

do ser extendidos a las áreas

menos desarrolladas del mundo,acaso por las conmociones pro-

ducidas por la crisis económicade los años 30, o por las ocasio-nadas por el gran conflicto béli-co de los años 40. Realmente, la

velocidad que adquirió el creci-miento demográfico entre ¡ 950

Y 1960 Y luego entre este últi-mo año y 1970 parece señalar asu vez la rapidez con que aque-llos avances médicos y sanitariosfueron divulgados, aceptados y

aplicados por nuestros países y la

influencia de toda una constela-

ción de efectos derivados de uncrecimiento econÓmico que em-pezaba a dar signos de pujan-za. (10)

9 Centro Latinoamericano de Demografía, Boletín Demográfico No. 17. Ano iX,

Santiago de Chile, 1967. págs. 9 y io.

10 Entre 1960 y 1970 en sólo dos países la tasa de crecimiento del Ingreso Nacionalper cápita fue inferior a 2.0'l anuaL. Al final del período se observaban, sin embar-

go cuatro casos de países con un ingreso per cápita inferior a los 250 dólaresamt:ricanos al ano: Haití, Paraguay, Bolivia y Honduras. Vcase América en Cifras1974, Instituto Interamericano de Estadística, Washington, D. C. 1975. págs_

39-41.61

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Mortalidad.

En los años inmediatamente

anteriores a la Segunda Guerra

Mundial, muchos países latino~americanos tenían una clevada

mortalidad caracterizada en ta-sas brutas por mil habitantes su-

periores a 20 y se estimaba en-

tonces que la vida media al na-cer era de unos 40 años apenas.

La importación de tccnicas ymedicamentos y otros factoresse conjugaron para producir des-

censos espectaculares en la mor-

talidad que se resumen en tasasbrutas de mortalidad de 15 pormil entre 1950 y 1955 Y de sÓ-

lo 10 por mil en el quinquenio

comprendido entre 1965 y 1970que, como se vio, aceleró elritmo de incremento demoLrráti-

co. No podrían deducirse, obvia-mente, de estas cifras condicio-nes de salud similares a las queprevalecen por ejemplo en Euro-

pa donde también se observa eneste último período una tasabruta de mortalidad del mismoorden de magnitud que el esti-mado en América Latina, todavez que es bien conocida la in-fluencia de la estructura por

edad en esa medida. Sin embar-

go, el descenso de la mortalidad

en Amcrica Latina es inobjeta-ble, ya que la esperanza de vida

al nacer se elevÓ a 52 años enlos años 1950-1955 y pasó a 60años en el período 1965-1970.

Es interesante scñalar que a me-dida que pasa el tiempo las dife-rencias de mortalidad entre lasáreas de América Latina han ido

62

desapareciendo, al punto que só-lo hab ía una diferencia de seisaños entre la esperanza de vida

más alta y la más baja. No obs-

tante, es prudente considcrar

con la mayor cautela cualquierinformaciÓn sobre mortalidad enla región porque la misma, apar-

te de no ser oportuna suele ado-

lecer de serias rallas. Basta alrespecto examinar la última edi-ciÓn dcI Anuario Demográficocle Naciones Unidas, 1974, cuyotÓpico espccial está justamente

dedicado a las estad ísticas demortalidad, para comprobar lapobreza y limitaciones que im-ponen los datos allí publicados.De cualquier modo impacta verque alrededor del año 1972 ensiete de los quince países para

los cuales aparece información

oficial en la publicación mencio-nada, las muertes causadas por

enfermedades infecciosas y para-sitarias absorben cuando menosel 17% del total de defunciones.Esas muertes tan vinculadas aproblemas de desnutrición y sa-neamiento del medio ambienteadquieren valores inusitadamen-

te elevados en países con una

importante población autóctona

com o Guatemala, Perú, Ecuador

y Bolivia, lo que acaso sugiere

los estratos de nuestras socieda-

des más afectados por desigual-dades y expuestos a una pobre

existencia y muerte precoz.

Feeundidad.

Todos los indicadores señalana la América Latina como unaregiÓn de elevada fecundidad.

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Antes de la Guerra se estimaba

que su tasa bruta de natalidadpodría variar entre 40 y 45 pormil habitantes. Para el período

1950-1955, cuando ya se dispo-nía de más y mc:jor informa-ción, se estimaba una natalidad

de 41 por mil, siendo el valormás bajo en la América del Sur

Templada, con 27 por mil, y losmáximos valores los alcanzabanlos países del Istmo Centroame-ricano y México (Mesoamérica)

y América del Sur Tropical con46 y 45 por mil habitantes, res-pectivamente. En los años 60cobró impulso la difusión de in-formaciones sobre anticoncep-ción y se produjo un notablecambio en actitudes frente a laprocreacion, en parte, nueva-

mente como consecuencia de in-fluencias foráneas directas e indi-rectas, que han quedado refleja-das en un descenso de la fecundi-dad que se observa en los años1965-1970 y que al parecertiende a extenderse y acentuarse

en la actualidad. En los años se-

ñalados la natalidad de AméricaLatina se redujo a 37 por mil y

sólo Mesoamérica superaba el ni-vel de 40 por mil. Los países de

América del Sur Templada regis~traban la más baja natalidad conun 24 por mil, siguiéndole lospaíses del Caribe con 35 por mily la América del Sur Tropical

alcanzaba una natalidad de 39

por mil habitantes.

Como consecuencia de la altafecundidad que caracterizó a lageneralidad de los países deAmérica Latina, ésta tiene aúnen 1970 el perfil de una regióndemográficamente muy joven.En efecto, el 43% de su pobla~

ciÓn era menor de 15 años deedad y sólo cerca de cuatro porciento tenía 65 años y más deedad. La alta carga de depen-

dencia (relación de poblaciÓn enedades potencialmente inactivasa población en edades potencial-mente activas), que se deriva delas cifras señaladas es evidente.

Como es de suponer por la in-formaciÓn mencionada respectode la fecundidad, los más altosporcentajes de población joveny dependiente se observan enlos países de Mesoamérica y enlos de América del Sur Tropi~

caL. (11)

Ultimamente se ha ido acen-

tuando la tendencia a prestarmayor atención al crecimientourbano de América Latina alcom probarse 'iue las ciudades alrecibir cuantiosas corrientes mi-

gratorias absorben gran parte dela fuerza de los elevados creci-

mientos vegetativos de los secto-res rurales. El desorden de estelaissez-faire demográfico asocia-do a la idea de "crecer primero

y distribuir después" tiene con-

secuencias nocivas cuyas raíces

nacen del mismo medio que ge-nera las desigualdades en la dis-

11 En Amcrica Latina la ra;tón o carga de dependencia tiene un valor de 87%, mien~tras que en Africa se eleva hasta 90"1 y alcanza su valor más bajo en la URSS yEuropa donde vale sólo 57%.

63

..

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tribución del ingreso. Entre1950 y 1960 la población deAmérica Latina aumentó en 50m illones de habitantes, pero

apenas un tercio de ese aumentocorrespondió a las áreas rurales,pese a que en las mismas residía

más gente que en las ciuda-des. (12) En verdad, durante el

lapso mencionado la poblaciÓnurbana aumentó en un 56%, mi-entras la rural sólo creciÓ en un17%. Para el año 1970 la pobla-ción urbana superaba ya a la ru-ral numéricamente y los gradosde urbanización de las sub-regio-nes eran los siguientes: Américadel Sur Templada 74.2; Mesoa-

mérica 55.6; América del SurTropical 50.6 y el Caribe 38.8%.

Como contraste acaso resulte in-teresante destacar lue en 1970se estimaba que Oceanía tenía

un grado de urbanización de75% y Asia apenas un 21 %.

"Con relación a la experien-

cia histÓrica en Europa y NorteAmérica, en América Latina losniveles de urbanización son muyaltos com parados con los nivelesde industrializaciÓn. En parte,como una consecuencia de estosfactores, las tasas de desempleoy de sub empleo en América La-tina son extremadamente altas.Además el crecimiento industrialque se está realizando en la re-giÓn es relativamente intensivo,y es por eso que absorbe sola-

mente una pequeña cantidad deobreros. Mientras que los obreroseuropeos y norteamericanos en

su mayoría se dirigieron a lasciudades en busca de empleosmás seguros y mejor rentados,los obreros latinoamericanos pa-

recen ir a las ciudades debido ala ausencia de cualquier tipo detrabajo en las áreas rurales". (13)Este fenómeno no parece tenertrazas de disminuir y es el 'iueexplica el crecimiento excepcio-

nal de las ciudades de un millóno más de habitantes, que en1970 ya absorbía un 33% de lapoblaciÓn total, porcentaje sólosuperado por América del Nor-

te. Esta acumulación acelerada

del crecimiento demográfico, sea

éste rápido o no, en concentra-

ciones urbanas con situacionesya deficitarias en diversas esferas

como alimentación, salud, edu-caciÓn y habitación, añade unanueva dimensión a los proble-mas de población que deben serenfrentados más temprano quetarde por medio de accionescoherentes dentro del marco depolíticas y programas nacionalesde desarrollo econÓmico y so-cial. Las necesidades que ema-nan de un rápido crecimientodemográfico difieren de un país

a otro tanto por los niveles de

satisfacción alcanzados, recursos

disponibles, estilos y políticas

de desarrollo, etc., como por la

12 Carie ton, Robert O. Op. Cito p. 21.

13 Cardona, RamiTO y Simmons, A1an: "Hacia un Modelo General de la Migración

Interna en América Latina." Population Reference Burcau. Oficina Regional para

América Latina, Bogotá, 1974. p. 4.

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naturalcza de los factores que lodeterminan. Los problemas que

enfrentó Venezuela entre 1950 y

1960 cuando su población cre-ció a casi 4% por año debidotanto a su alta fecundidad comoal recibo de miles de cxtranje-ros, concentrados éstos enciudades, fueron de categoría

distinta a los de Costa Rica, queen el mismo lapso creció tam-bién muy rápidamente, pero so-bre todo por la avalancha de ni-

ños productos de su elevada na-

talidad. También son evidente-mente diferentes los problcmasde satisfacción de necesidades

básicas en países como Panamáy Paraguay con rápidos y muysimilares ritmos de aumento desus poblaciones, pero con gradosde urbanización dispares.

La Situación Actual.

Al iniciarse el último cuartodel Siglo XX la América Latinase encuentra con más de 300millones de habitantes, crecien-do rápidamente, con más del40% de su población menor de15 arlO s de edad, una fecundi-dad global dc más de 5 hijos,vida media al nacer de 61 años,

grado de urbanizaciÓn de 60% yuna densidad demográfica de 16

habitanLcs por kilómetro cuadra-

do, ocultando todas estas cifrasmedias al¡.runos agudos contras-

teso Por un lado están, por ejem-plo, Argentina, Uruguay, Chile yVenezuela con poblaciones urba-nas del orden de 80%, esperan-

zas de vida al nacer de 66 añoso más y los más bajos niveles defecundidad, excepto Venezuela,

y en el otro extremo estánpaíses como Haití, Guatemala,Bolivia, Paraguay y Hondurascon niveles de urbanizaciÓn infe-riores a la mitad de los primeros,fecundidad que es casi el dobley mortalidad, con la excepciÚn

dc Paraguay, sin tdizadas en es-peranzas de vida al nacer quefluctúan entre 47 y 53 años. El

resto de América Latina repre-senta, obviamente condiciones

intermedias. La situación some-

ramente descrita se da en elmarco de procesos inflacionario s

de distinta intensidad, creciente

endeudamien to, encarecImien todesproporcionado de la satisfac-ción de necesidades energéti-cas, (14) dificultades todas que

en la mayoría de los países estárecayendo su atención en regíme-

nes militares cuyas tácticas y es-trategias están a plena prueba.

El reto mayor 'iue enfrentan cnterrenos demográficos, estasnuevas clases de liderazgo no esel rápido crecimicnto de la po-blación, sino su distribuciÓn aso-

ciada con la perpetuaciÓn de lapobreza en el campo y tuguriosurbanos.

14 Unicamente Venezuela, Ecuador, Colombia y Bolivia no son importadores netos depetróleo. Los demás países, aunque exploten su petróleo dependen de la importa-ción. véase Anexos 6 y 7 para examinar ritmos de int1aeión y endeudamiento.

65

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Perspectivas de la Población deAmérica Latina.

El alto potencial de creci-miento demográfico intrínsecoen la composiciÓn por edad dela población, junto con los nive-les de fecundidad observados ha-cen prever que la América Lati-na alcanzará una población de

más de 600 milones de habitan-tes al finalizar el Siglo XX. Lo'anterior no constituye una pre-

dicción ya que no se puede vati-cinar lo que acontecerá exacta-

mente con el curso de la fecun-didad, la mortalidad y las migra-

en 1973, se tendría la siguienteevoluciÓn de la poblacibn deAmérica Latina que en este ca-so, como en las del cuadro si-guiente que se examinará, inclui-ría, además, a la poblaciÓn de

las islas del Caribe, Belice,

Guayana Francesa y Su-rinam. (14)

De las cifras presentadas sedcsprende que al finalizar estesiglo América Latina en su con-junto habrá disminuido su ritmo

de incremento hasta alcanzar elnivel de 2.4% por año, o sea, elmismo esperado también para elsub-conjunto de América del

Cuadro No. 1. POBLACION DE AMERICA LATINA DESDE 1975

HASTA EL ANO 2000

Año Total

1975 3261980 3741985 4281990 4891995 5552000 625

Caribe Mesoamérica

28 7932 9336 10940 12844 14949 173

cIones internacionales. Se trataúnicamente de una hipótesis deevolución a la luz de informa-

ción disponible actualmente y

en todo caso supone que no ha-

brá guerras ni otras catástrofes.

De acuerdo con las proyeccionesde Naciones Unidas, evaluadas

América del Sur América del Sur

Templada Tropical

39 18042 20745 23948 27450 31153 351

Sur TropicaL. No obstante, pare-ce haber razones para suponer

que el incremento demográfico

menguará en forma más pronun-ciada que la implícita en lasproyecciones, (16) aun cuandono es fácil prever la influenciaque tendrá en la evolución de la

15 Naciones Unidas, "Perspectivas de la Población Mundial y Regional", documento

E/Conf. 60/CEP 25, de la Conferencia Mundial de Población celebrada en Bucarest,Rumania, 1974. p. 8.

16 Una versión revisada basada en variantes medias señala para el Año 2000 unaestimación algo menor que acaso apoya la aseveración anterior. Tal estimación seincluye en el Anexo 4 del presente documento.

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fecundidad la extensión e intensi-dad futuras de métodos antIcon-ceptivos de alta eficacia. (17) Porotro lado, si la Estrategia Inter-

nacional para el Segundo Dece-

nio de las Naciones Unidas para

el Desarrollo señala como posi-ble alcanzar en la presente déca-

da una tasa de crecimiento de-mográfico de 2.5% por año, pa-recería lÓgico que, de lograrse

tal meta y las de orden econó-

mico y social que las determi-

nan, en lo restante del siglo dis-minuya aún más. (18) Las tasasmedias correspondientes al pe-ríodo 1977-2000 son, natural-mente, más altas que las supues-tas para el último quinquenio deeste siglo, según proyecciones deCELADE. De acuerdo con lasmismas se tendría la siguientedistribucióp que implica c\ue el85% de la poblaciÓn de AméricaLatina vive en países y territo-rios de rápido crecimiento.

Países y Territorios de Países y Territorios de Menos América del Sur

Rápido Crecimiento Rápido Crecimiento Templada

Bolivia

Colombia

EcuadorPerú

Venezuela

Brasil

Paraguay

El Salvador

GuatemalaHonduras

Nicaragua

Panamá

México

Rep. Dominicana

Guayana FrancesaSurinam

(2.59)(2.75)

(2.96)

(2.93)(2.64)

(2.66)

(2.78)

(3.09)

(2.74)

(3.31)

(3.24)

(2.3)(3.26)

(3.39)(2.0)(3.11)

Chile

Argentina

Uruguay

Costa Rica

Cuba

Haitl

Antillas N eerlandesas

Bahamas

Barbados

Est. Asoc. I nd ias O ccid.

Guadalupe

Guyana

Belice

JamaicaMartinica

Puerto Rico

Trinidad y Tobago

América de Sur

Tropical

(1.75)(1.011

(0.95)

(2.47)

(1.911

(2.43)

(1.92)

(1.88)

(0.611

(0.55)

(1.32)

(1.83)

(1.98)

(1.7)(1.3)(1.99)

(0.95)

17 Es de esperar que las encuestas nacionales de fecundidad que se levanten en laregión bajo el Programa de la Encuesta Mundial de Fecundidad contribuyan a

iluminar el camino.

18 Comisión Económica para América Latina, "América Latina y el Segundo Deceniode las Naciones Unidas para el Desarrollo", documento E/CN.12/869 del XIVperíodo de Sesiones celebrado en Santiago de Chile, 197 i. p. 23.

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La distribución anterior se ba-sa en tasas derivadas de proyec-ciones, las que no han podidoconsiderar notables cambios en

el curso de la fecundidad en la

regiÓn y quizá subestima la in~

tensidad del descenso de tal va-riable en el porvenir. (19) V 01-

viendo a los datos del CuadroNo. 1 es interesante hacer resal-tar el hecho de que la poblaciÓnde los países tropicales de Amé-rica del Sur ¡ue al momento desu colonización tendrían proba-

blemente una poblaciÓn de tacmaño semejante a la de Américadel Norte, y que había sido supe-

rada por ésta ampliamente comoconsecuencia de las masivas mi-graciones internacionales que re-cibió, la sobrepasará antes de fi-nalizar el Siglo XX y al entrar al

Siglo XXI será de un 15 " un20% más nUmL'TOsa.

Los siguientes son los supues-

tos en materia de fecundidad y

mortalidad de las proyecciones

del Cuadro No. 1 examinadas.

Puede apreciarse que se prevéuna disminución más bien mo-derada de la fecundidad para elconjunto de América Latina.Realmente, como ya se insinuÓantes, hay experiencias y razo-

nes para esperar disminuciones

más pronunciadas. El descensoque se prevé que alcancen en 30años los países de América delSur Tropical, fue logrado por

Trinidad y Tobago en sólo 11años. Por otro lado, Puerto Rico

logró en diez años, aproximada-

mente, igual descenso que elprevisto en las proyecciones pa-

Cuadro No. 2

TASAS DE REPRODUCCION y ESPERANZAS DE LA VIDAAL NACER EN LA AME RICA LATINA: A~OS 1970-2000

Sub 1970 1975 1980 1985 1990 1995Región 1975 1980 1985 1990 1995 2000

América Latina R' 2.57 2.45 2.32 2.18 2.04 1.90

e 61.9 64.0 65.9 67.6 69.4 70.6Cari be R' 2.37 2.21 2.05 1.93 1.81 1.0

e 64.0 65.6 67.0 68.2 69.3 70.3

Mesoamérica R' 3.11 3.00 2.83 2.70 2.51 2.33e 61. 64.0 65.7 67.3 68.6 69.9

A. del Sur Tem. R' 1.50 1.43 1.36 1.30 1.24 1.18e 67.3 68.8 69.8 70.5 71.2 71.

A. del Sur Trop. R' 2.63 2.48 2.32 2.16 2.00 1.84e 60.6 62.8 65.0 67.1 69.0 70.8

19 Ya hay indicios de ello y lo irónico es que las estadísticas oficiales señalen unanatalidad menor aún, ya que el denominador usado para el cálculo de la tasa noconsidera a los hechos vi tales de fechas corrien teso Nuevas estimaciones permitiráncorregir tales tendencias.

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ra el Caribe. (20) De cualquier

manera, de las hipótesis acercadel curso futuro de la fecundi-

dad se deducen importantescambios en la estructura poredad, cuyo examen puede agre-garse a la consideración de las

ac tividades cconómicas y losf actores relacionados con lasmismas en intentos de evalua-ción de la dependencia como fe-nómeno socio-económico. Segúnlas proyecciones se podría espe-rar que las razones de dependen-cia disminuyeran gradualmente

de un nivel de 87% existente en1970 a 72% al final del Siglo.Como com paraciÓn parece útilseñalar _1 ue, de acuerdo con lasproyecciones de las NacionesUn ida s, Africa no registraráprácticamente variaciÓn alguna yse mantendrá alrededor de 90%el valor de la relación de depen-

dencia. Europa tampoco variarásignificativamente, pero manten-drá valores bajos, próximos a55%.

1m plicaciones.

El crecimiento demográfico yel abastecimiento de alimentos yviviendas adecuadas son proble.mas íntimamente relacionados,lo mismo que aquél y la aten~ción de necesidades de educa-

ción y salud. Las necesidades en

estas cuatro esferas básicas men-cionadas se relacionan no sólo

con el crecimiento -"rápido" ono- de la poblaciÓn, sino tam-

bién con su composicion según

la edad, distribuciÓn geográfica,

déficits acumulados, etc. y susatisfacción depende de unagran variedad de factores quepasan desde lo social, económi-co y cultural hasta lo político y

tecnolÓgico. No parece, por lotanto, correcto atribuir sÓlo alcrecimiento demográfico la exis-tencia de escuelas congestiona-

das, viviendas en deterioro, arra-bales crecientes, costo ascenden-

te de servicios urbanos (recolec-ción de basura, agua potable, te-léfono, alumbrado), carreterasatestadas de vehículos, transpor-tes colectivos urbanos inadecua-

dos, reducciÓn de áreas de rc-creación, escasez de alimentos,médicos y maestros y tantosotros problemas que enfrentanlas sociedades latinoamericanas.

En el caso de los alimentos esimprescindible aumentar su pro-ducción, pero esto requiere, ade-más de tierras aptas, enormesaumentos de capital para adqui-rir los caros fertilizantes, mayoruso de pesticidas y riego y edu-cación de campesinos en todoslos artificios de una agriculturamoderna que les permita bene-ficiarse de los planes y presu-

puestos nacionales y de su es-fuerzo productivo. Asimismo de-

berá advertirse que el incremen tode la producción agrícola no re-solverá por sí solo los problemasde abastecimiento adecuado de

alimentos a toda la poblaciÓn.

20 Offce of Population Research, Princeton University, Population Index. Vol. 38

No. 2, 1972 p. 236.

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Los grupos de bajos ingresos de-berán estar en capacidad deadquirirlos o producirlos. Por

otra parte, deberán reducirse a

su mínima expresión las pérdi-das físicas de alimentos durantey después de las cosechas, me-diante transporte y depósitos

apropiados. La educación dieté-tica deberá reforzarse e incorpo-

rar las necesidades de nutrición

de la poblaciÓn en los programasnacionales de producción de ali-mentos. ¿Cbmo lograr todo estoen países cuya población actualse duplicará con el primer lustrodel Siglo XXI, o antes?

Respecto a la educación con-viene recordar la utilidad delanálisis de la estructura por

edad de la poblaciÓn en la plani-ficación del desarrollo, ya que és-

ta sirve de marco a funciones queejercen ciertos grupos en aquellaesfera y en otras. La población

en edad escolar es ahora el prota-gonista principal. A su tamaño ytendencias estará asociada a ne-

cesidades de formación de maes-

tros y profesores, construcción

de aulas y el desarrollo de in-dustrias e infraestructura afines.

Al tremendo esfuerzo que aguar-da a América Latina en las ma-terias se.ialadas habría que agre-gar el necesario para enfrentar

los déficits ya existentes. La po-blacibn en edad escolar proba-b le m e n t e se duplicará entre1970 y el Ano 2000, cuando se

espera que los ninos de 5 a 14

años de edad asciendan a 150millones, grupo cuyas demandasciertamente no representan latotalidad de la presión en elárea de la educación, aunque sí

se trata del conjunto sobre el

cual está generalizada la obliga-toriedad y gratuidad. Las de-

mandas del grupo de i 5-24años, que concentra el grueso dela población en la enseñanzamedia y superior son tambiénde gran significación en los com-promisos gu bernamentales,aunque se aprecia una tendenciaa descansar en la iniciativa priva-da para la atención de la forma-

ción de cuadros medios y detécnicos y científicos de nivelsuperior. Según estadísticas dehacienda pública y finanzas de

las naciones latinoamericanas,

por cierto fragmentarias y de di-fícil utilizaciÓn para cuantificargastos específicos en sectorescomo educaciÓn, salud y vivien-da, por ejemplo, alrededor de

1972 los egresos de los gobier-nos dedicados a la educaciónfluctuaban entre io y 30%. (21)

Con tal proporciÓn de gasto pú-blico es difícil afirmar que enAmérica Latina no se dé a laeducaciÓn importancia en el pre-supuesto. El gasto difiere deconformidad con distintas posi-bilidades económicas, rccursos

humanos disponibles para la do-cencia, etc., pero es un hechoque gran parte de la asignaciÓn

21 Véase al respecto, "América en Cifras, 1974. Situación Económica", 1975. págs.125-165.

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presupuestaria está determinadapor la magnitud de la población

escolar. No parece así casualidadque Argentina gaste en 1973 ca-si un 13% en educación y cultu-ra y su matrícula primaria haya

crecido sólo en 19% entre 1960Y 1970 Y que Venezuela, cuyamatrícula primaria creciÓ en un45% en el mismo lapso gaste en1973 alrededor de un 20% en elrubro señalado. (22) Esa mayorproporción de gasto en Vene-zuela, que ha podido ser influi-da por el aumento de su iiobla.ciÓn escolar, no implica necesa-

riamente que este país gaste másen educación que Argentina. Laimportancia relativa de las po-

b 1 aciones escolares respectivasdeben ser consideradas. Aun silos países de rápido crecimientodemográfico mantuvieran el mis-mo nivel de gastos dedicados ala educación pública que lospaíses de menor crecimiento dela población, los gastos por cadaniño en promedio serían meno-res debido a la mayor propor-

ción de niños que tienen en re-lación con el segundo tipo de

países. Lo anterior sugeriría un

aspecto de las interrelaciones re-cíprocas entre fecundidad yeducación, las que también seña-larían que mayores oportunida-des educativas, especialmente a

los jóvenes, puede conducir auna eventual disminución de lafecundidad a través de unaumento de la edad al matrimo.

nio -que acorta el período re-

productivo- y la fijación de va-lores que actúan a favor de pro-les más reducidas. No obstante,siendo la educación un proceso

en el cual el apetito aumenta al

comer cabe esperar que aun unareducción de la fecundidadaumentará significativarente lasaspiraciones y necesidades de

educación, aunque evidentemen-

te a otros niveles.

En cuanto a las necesidades

de servicio de salud éstas no po-

drán estar divorciadas de las devivienda. Se ha dicho que lavivienda es la principal institu-ción de salud y ello parece serm uy cierto. En una elevadaproporción la vivienda y la fami-lia son conceptos que se corres-ponden y es en la familia que secumplen las funciones de repro-ducción y en muchos casos elproceso de socialización y engrandes grupos latinoamericanoses allí donde se nace, crece, re-produce y muere. Por lo tanto,la vivienda debe reunir condicio-nes sanitarias mínimas. En lamedida que se agudice el déficitde viviendas y/o el deterioro de

las mismas habrá problemas desalud por resolver. Un aspecto

importantísimo a este respectoguarda relación con el suminis-tro de agua potable. Según la

Oficina Sanitaria Panamericana

sÓlo Barbados, Trinidad y Toba-

go, jamaica, Uruguay, Costa Ri-

22 En el Anexo 8 de este documento puede apreciarse el aumento de la matrículaprimaria en América Latina entre 1960 y 1970.

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ca, Guyana, Panamá y Venezue-la tenían en el año 1973 a unapoblación servida con agua pota-ble que excedía el 70% dcI to-tal. En otro extremo estabanHaití, Paraguay y Bolivia, dondeel porcentaje aludido no llegaba

a 30. ¿Cómo cubrir la brecha enestos casos y elevar a niveles

a pro piados los del resto depaíses en condiciones interme-dias, cuando los gastos necesa-

rios compiten con otros tambiénapremiantes como los de elimi-naci ón de excretas, basuras,etc. ?

Los médicos no llevan la sa-lud de las poblaciones en sus

maletines, pero lo cierto es que

son necesarios para promoverla,protegerla y recuperarla. Si seconsiderara como apropiado unmínimo de 1 médico por cada1,000 habitantes se puede com-probar que en 1972 únicamente

Argentina, Uruguay y Venezuelatenían una situaciÓn satisfacto-rai. (23) El esfuerzo, tan solo pa-ra cubrir el déficit actual es

enorme y el costo mayor aún.Una simple diferencia entre lasdos primeras columnas del Ane-

xo 4 del presente documento se-ñalaría una primera aproxima-

ción de la necesidad futura de

médicos de conformidad con lanorma anotada. Hay países den-tro de la región cuyo ritmo de

formaciÓn de médicos es tal quehace prever que se alcanzará an-tes de fin de siglo el número

proporcional adecuado de médi-cos, pese a la emigraciÓn, pero

hay otros en que la situación seagravará globalmente. Se ha di-cho globalmente porque en to-dos los países, sin excepción, la

concentraciÓn de médicos en lasurbes es un fenómeno presenteque afecta a la llamada mitad

olvidada de los presupuestos,

planes y programas públicos: lapoblación rural. Esta es una delas razones por las cuales se haindicado antes que el reto que

tienen ante sí los gobiernos no

es tanto el crecimiento demográ-fico, sino su distribución.

El número de viviendas nece-sarias para hacerle frente tan so-

lo al crecimiento de la poblaciónentre 1975 y el Año 2000 pue-de estimarse dividiendo entre5x 1 O 3 la diferencia entre las dos

primeras columnas del Anexo 4ya mencionado. La magnituddistinta de los esfuerzos necesa-

rios es evidentemente una fun-

ción de la velocidad del creci-

miento demográfico y de los dé-ficits acumulados.

Las inversiones que demanda-rá el cambio demográfico deacuerdo con los distintos seg-mentos de la población total sesumará a transformaciones queserán necesarias en las formas

tradicionales de empleo, en lacomercialización de alimentos,en el transporte, en la enseñanzaregular y en la estructura indus-

23 En el Anexo 8 puede examinarse información acerca del número de médicos por

habitantes en América Latina.

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trial, como consecucncia del ñalar que la población de Amé-proceso dc urbanizaciÓn que se rica Latina, que representaba enacentuará en los años que restan el año 1970 un 7.8% de ladel Siglo XX. De acuerdo con población total del mundo, sig-las proyecciones de las Naciones nificará un 10% de ese total enUnidas, se espera que en el Año el año 2000. Como pudo dedu-2000 vivan 470 milones de se- cirse de las hipótesis de fecundi-res en las ciudades. En la Améri- dad de las proyecciones no scca del Sur Templada práctica- vislumbra que la América Latina

mente nueve de cada diez de sus alcance el nivel de reemplazo

habitantes vivirán en las urbes. (una tasa neta de reproducción

Los costos de infraestructura pa- equivalente a la unidad) antesra vivienda, transporte, agua, eli- que tcrmine el Siglo XX. Laminación de basuras, seguridad, inercia demográfica, o sea, larecreación, etc., absorberá cre- fuerza inherente en la composi-cientes proporciones de los in- ción por edad de la población

gresos nacionales. Ahora bien, para prolongar el incremento,

¿qué hacer ante la competen~ia determinará importantes aumen-

presupuestaria que necesana- tos más allá del Año 2000, an-men te aflora? Simplemente, tes que la población de Américahonradez administrativa, mayor Latina alcance el crecimiento ce-productividad, sacrificio y racio- ro, o sea, que deje de aumentar.nalidad del gasto. En este úIti- Las Naciones Unidas ha calcula-

mo punto ocupa principal lugar do que el nivel de reemplazo se-la consideración de los gastos de r á a lcanzado entre los añosdefensa y seguridad que están 2035 y 2040 y que dejará deabsorbiendo crecientes propor- crecer alrededor del año 2115,

ciones en los presupuestos na- cuando su población ascenderíacionales, los que a veces consti- a 1,309 milones de habitantes ytuyen verdaderos dcrroches fi- se estabilizará con tasas de nata-nancieros y dc recursos huma- lidad y mortalidad del orden denos que puedcn dcdicarse a la 13 por mil. Tomás Frejka, a ba-construcción de viviendas y a la se de hipótesis acerca de las fe-ampliación e intensificación de chas probables en que se alcan-servicios escolares y de salud pa- zará el nivel de reemplazo en losra que los niños crezcan sanos y años 2000-2005, ó 2040-2045,cultos Y los mayores envejezcan ha calculado el potencial de cre-en paz. cimiento de la América Latina,

Las perspectivas tan superfi- arribando a totales de 824 mi-

cialmente examinadas en este llones, o 1969 milones de habi-apretado resumen permiten se- tates en el año 2150. (24)24 Marks, Jennifer, Boletín de Población, "Proyecciones de la Población Mundial; Ru-

tas Alternativas para el Crecimiento Cero", una publicación del Population Re-ference Bureau, Bogotá, Colombia, 1974. p. 28.

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Consideraciones Finales.

Los países latinoamericanos,en general, le conceden atencióna la dinámica demográfica y a lamorfología de su población den-tro de un amplio marco de con-

sideraciones respecto a los cam-

bios e conÓmicos y sociales.Ellos definen sus problemas de-

mográficos en función de las re-laciones de la planificaciÓn eco-

nómica con las causas y conse-cuencias del crecimiento demo-

gráfico. "Es un hecho general-mente aceptado que el desarro-llo económico tiene una gran in-fluencia sobre la fecundidad, la

mortalidad y la migración y que

constituye un factor muy im-portante para determinar la con-ducta demográfica. Además exis-te el consenso casi unánime de

que cuando el desarrollo econó-mico tiene una base social am-

plia origina una disminuciónconsiderable de la fecundidad.

Pero, ¿cuál es la naturaleza de

la relación inversa, es decir, cuál

es el efecto que tiene el creci.miento demográfico sobre elcrecimiento y desarrollo econó'

mico? Muchas personas creenque, en igualdad de condiciones,

un país con un crecimiento de-mográfico acelerado tendrá más

dificultades para alcanzar un de-sarrollo económico que otro contasas más bajas de crecimientode la población. Sin embargo,hay una gama muy amplia deopiniones, desde la que sostiene

que las tasas altas de crecimien-to de la población hacen imposi-

ble el desarrollo económico, has-ta la que sugiere que esas tasas,ya sean altas o bajas, son uncomponente del proceso de de-sarrollo con escasa o ninguna

importancia para el mismo, mi-

entras otras afirman que el cre-cimiento acelerado de la pobla-ciÓn contribuye al desarrollo eco-nómico". (25) Este enfoque sin-tetiza las distintas posiciones quese asumen frente al crecimientode la población. Realmente tieneimplícita la idea de una "teoríade la población" que intentadescubrir el factor o factores

que determina el incremento de-mográfico. Refleja, por otro la-do, el interés que el tema des-

pierta.

El complejo contexto políti-co, económico y social en quese ha producido el fenomenalcrecimiento demográfico latino-americano en la post-guerra hadeterminado situaciones quepueden catalogarse como proble-mas de población. Las interrela-ciones de estos problemas con ladesorganización social, la persis-tencia de obsoletos ordenamien-

t o sin ternacionales, principal-mente en el ámbito económico,

y el deterioro del medio huma-no constituyen fuerzas de cam-

bio que se manifestarán de unmodo u otro hasta requerir polí-ticas, programas y acciones en-

25 Stamper, Maxwell B., "La Política de Población en la Planificación para el Desaro-llo". Informes sobre Población/Planificación Familar No. 13, 1913. p. 3.

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caminadas a armonizar el pro-greso, la justicia, la ecología ylos cambios demográficos. Lagra n inercia demográfica deAmérica Latina demandará unaverdadera planificación del desa-rrollo que integre, a través de

políticas de población, las varia-bles demográficas tratando sus

metas como medios para lograrfines específicos de mayorbienestar para la mayor cantidadde gente posible. Tales políticasde población deberán enunciarsepor medio de principios, desa-rrollarse a través de planes quecontemplen objetivos y metasCo herentes señaladas por los

propios países. En una región

donde existe relativa escasez deinformación demográfica, dondeel proceso de planificación deldesarrollo es cuando más adoles-cente, donde hay poca precisióny hasta confusión en esferas dedecisión debido, en parte, aldesconocimiento que existe derealidades demográficas y depercepción de "problemas depoblación" se requerirá un enor-me esfuerzo para producir ar-ticuladas políticas demográficas

con metas expresadas en los pla-nes de desarrollo económico ysocial dotadas de los instrumen-tos para alcanzarlas. Hay todo unlargo y difícil trecho que reco-

rrer en esta materia.

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TASAS DE CRECIMIENTO DE LA POBLACIONDE AME RICA LATINA1950-1960: 1960.1970

Area y País 1950.1960 1960.1970

Area Andina

Bolivia 2.24 2.33Colombia 3.06 3,25Chile 2.18 2.10Ecuador 2.92 3.29

Perú 2.59 2.85Venezuela 3.90 3.21

Area Atlántica

Argentina 1.83 1.1Brasil 3.00 2.84Paraguay 2.56 2.59

Uruguay 1.8 1.19

Istmo Centroamericano

Costa R ¡ca 3.63 3.26

El Salvador 2.67 3.27

Guatemala 2.65 2.78

Honduras 2.96 3.07

Nicaragua 2.81 2.89

Pana má 2.90 2.95

México y Rep. del CaribeCuba 1.98 1.98

Haití 1.97 2.32

México 3.10 3.22

Rep. Dominicana 3.10 3.15

Fuente: CELADE. "Boletín Demográfico" No. 17. enero 1976. Las tasas fueron estima-das a base de la aproximación -0= 1 2(N' - N) siendo r la tasa de incremento, tel tiempo transcurrido en los períodos considerados y N' Y N las poblaciones al

final y al comienzo, respectivamente, de cada períOdO.

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ANEXO 2.

PORCENTAJE DE DEFUNCIONES DEBIDAS A ENFERMEDA.-DES INFECCIOSAS Y PARASITARIAS EN PAISES DE AME.

RICA LATINA 1.

País Año Porcentaje

Bolivia 1966 19.7

Costa Rica 1973 11.El Salvador 1973 11.9

Guatemala 1971 32.8Honduras 1972 18.3

Cuba 1970 4.2Panamá 1973 120México 1973 17.4Chile 1971 8.0Colombia 1970 14.9

EcuadQr 1972 22.7

Paraguay 1971 17.1

Perú 1970 24.2

Uruguay 1972 2.6Venezuela 1973 10.8

Enfermedades de la B 1 a la B i 7 de la lista abreviada correspondiente a la revisiónde 1955.

Fuente: Anuario Demografico de Naciones Unidas, 1974, Cuadro No. 28

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ANEXO l.

ANEXO 3.

FECUNDIDAD DE AME RICA LATINA: 1965-1970 1

Natalidad Tasa Global

País media anual de Fecundidad

Argentina 21.95 3.00Bolivia 43.88 6.15Brasil 38.01 5.38Colombia 43.53 6.40Costa Rica 37.29 5.62

Cuba 31.35 4.72Chile 29.96 4.05Ecuador 44.62 6.73El Salvador 44.23 6.56Guatemala 43.60 6.21

Haitl 44.56 6.16Honduras 51.1 7.48México 42.80 6.66Nicaragua 48.56 7.10Panamá 38.33 5.48

Paraguay 41.38 6.62Perú 44.72 6.88Rep. Dominicana 46.77 7.13Uruguay 21.82 3.06Venezuela 39.55 6.04

Estimada a partir de las proyecciones de población de cada país.

Fuente: Cuadro 10 de Boletín Demográfico No. 17 de CELADE, Santiago de Chile,1976.

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ANEXO 5.PORCENTAJE DE AUMENTO DE LA MATRICULA EN LA EN

SERANZA PRIMARIA EN AMRICA LATINA: 1960-1970Pafs

Argentina

Bolivie

Brasil

Colombia

Costa Rica

Chile

Ecuador

El Salvador

Guatemala

..

19.28

80.4671.971.076.41

75.73

718871.4568.67

País

Honduras

MbicoNicaragua

Panamá

PaaguayParú

República Dominicana

Uruguay

Venezuela

..

87.5586.84

107.82

57.7840.59

76.69

51.45

10.51

44.70

Fuente: América en Cifras 1974, Situación Cultural, páginas 64-68.

ANEXO 6.

RITMO DE INFLACION EN AMERICA LATINA (en %)

País 1970-1972 1976Argentina 34.5Bolivia 4.7Brasil 19.6Chile 41.Colombia 10.0Costa R iea 4.1Ecuador 7.1El Salvador 1.6Guatemala 0.8Hahi ~6Honduras 3.4Jamaica 7.4México 5.3Panamá 3.4Paraguay 4.4Perú 6.3República Dominicana 5.3Trinidad y Tobago 5.1Uruguay 36.9Venezuela 2.9

401.02.2

44.1

179.5

25.8

-0.2

11.5.1

17.5

15.6

4.3

10.3

22.4

1.5

2.3

40.2

2.7

9.6

52.8

8.2

Promedio Regional 14.7 67.8Fuente: CEPAL y Fondo Monetario Internacional, según Revista

"Progreso", abril-mayo 1977. p. 25.

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ANEXO 7.

DEUDA EXTERNA PENDIENTE INCLUYENDO NO DESEM-BOLSADA EN AMERICA LATINA: 1967, 1970 Y 1974

(en milones de dólares americanos)

País 1967 1970 1974

Argentina 2061.5 2566.7 4863.7

Bolivia 346.3 548.4 894.6

Brasil 3533.5 5170.9 1984.3

Chile 1941.2 2594.8 4459.6

Colombia 1190.4 1854.9 2750.3

Costa Rica 146.0 227.8 478.8

Ecuador 256.8 346.7 532.5

El Salvador 90.0 125.3 309.8

Guatemala 133.2 180.1 209.6

Guyana 58.4 122.5 322.7

Honduras 93.3 143.9 273.9

Jamaica 142.2 166.9 650.0

México 2616.6 3776.2 9766.2

Nicaragua 127.9 205.6 641.Pana má 129.3 247.1 644.1

Paraguay 98.6 144.2 309.3

Perú 1049.4 1195.6 2972 1

Rep. Dominicana 1882. 275.5 623.3

Trinidad y Tobago 81.9 99.1 227.5

Uruguay 285.9 372.1 615.6

Venezuela 494.4 922.6 1856.3

Fuente; Revista "Progreso", abril-mayo 1977. p.34.

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ANEXO 8.

NUMERO DE MEDICOS POR CADA 10,000 HABITANTES ENAMERICA LATINA, ALREDEDOR DE 1972

PaísNúmero de

PaísNúmero de

Mádicos Méd icos

Argentina 20.9 Haití 0.8

Barbados 5.8 Honduras 2.9

Bolivia 4.1 Jamaica 4.0

Brasil 5.2 México 6.9

Colombia 4.6 Nicaragua 7.0

Costa Rica 7.0 Panamá 7.0

Cuba 5.4 Paraguay 4.1

Chile 5.4 Perú 5.5Ecuador 3.4 República Dominicana 5.2

El Salvador 2.5 Trinidad y Tobago 4.2

E. U. A. 17.4 Uruguay 10.9

Guatemala 2.3 Venezuela 10.3

Guyana 2.5

Fuente: América en Cifras 1974, Situación Social, pág. 100.

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beligerancia en el pensamiento

del hombre contemporáneo.En LAS MOSCAS, obra que

hoy analizamos, vamos a encon-

trar la libertad y sus consccuen-

cias éticas como cjes sobre losque gira esta tragedia. Sartre en-foca el problema desde una di-m en sión filosó fica, pero con

grandes implicaciones políticas.(Recordemos que su obra fueescrita durante la Ocupación ale-mana de Francia en 1943).

Sartrc es el representante másimportante del existencialismo

francés. Ha logrado dar coheren-cia lógica al ateísmo y llevado asus últimas consecuencias rilosÚ~ricas. Su producción es prolífe-ra; ha escrito numerosos ensayosfilosóficos (EL SER Y LANADA, el más importante), no-velas (LA NAUSEA), y obras te-a trales entre las cuales LASMOSCAS representa una de susobras más acabadas: donde lo li-terario logra su realización y sir-ve de medio transmisor del pen-samiento filosófico de su autor.Por otra parte, consideramosque el autor se expresa con ma-

yor nitidez en sus obras litera-rias que en las filosóficas propia-men te dichas. (1) De aquí n ues-tra elecciún.

Es indudable que la fuente di-recta del argumento de Las Mos-cas es la Orestíada de Esquilo.Específicamente las dos últimas

partes de la trilogía: "LasCoéforas" y "Las Euménides".Sartre toma este material mito-lógico y lo prescnta en su ver-

sión existencialista atea. En estanueva visión de la Orestíada,

aparecerá el elemento humanis-

ta-ateo sustituyendo al humanis-

mo-mitológico de Esquilo. El to~n o grandioso del dramaturgo

griego será abandonado; pero lodramático será de tal forma im-

pulsado, que lo compensará sa-

tisfactoriamente. Ese sentido

trágico tan marcado en Esquilo

(por el destino inexorable de loshombres, trazado por los dioses)es acrecentado por Sartre con su

concepción de la libertad abso-luta del hombre (el hombre ha-ce de su vida lo que él elige, sinprotecciÓn de ningún dios, ni deotra excusa).

El argumento de la obra es elregreso de Orestes a Argos, su

ciudad natal, en donde decide

asesinar a su madre, la rcina Cli-temnestra, y a Egisto, amantede Clitemnestra y asesino de

AgamenÓn. Es un análisis moraldel crimen de Orestes el que nospresenta Las Moscas. Por esto,el autor explica las distintas al-ternativas de vida que se presen-

tan al protagonista (criticando

cada una de ellas) y cuál elige.(Acto 1) Luego, el autor presen-ta la consumación del crimen,presentándolo al desnudo en to-

1. Por esta razón, Johannes Hirschberger (HISTORIA DE LA FILOSOFIA, Tomo ll,p. 438) afirma, con cierto tono peyorativo, que Sartre es "más literato que fióso-fo".

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da su culpabilidad. Sin excusas;

to talmente responsable, libre.(Acto II) Por último, la libertades realizada hasta sus últimas

consecuencias. Orestes (libre ycreador de sí mismo) se iguala aDios, y lo desenmascara como

una mentira tranquilizadora yesclavizan te. Esto le aísla de to-

da comprensión y causa su sole-dad absoluta (Acto 111).

Analizaremos la obra bajo uncriterio estructural. En base alesqueleto de la tragedia, dividi-do en tres actos, plantearemos

los tres momentos en los que serealiza la libertad. Comentare-

mos las diferentes posicionesmorales que se dan en la obra yla prioridad que el autor da alacto libre. Nuestra investigación

es primordialmente fiJosMica;estudiaremos lo estilístico-litera-rio en cuan to refuerce el pensa~

miento del autor.

11 LAS MOSCAS: Su análisisfiosófico.

a) Acto 1: La libertad en laopción.- AutodeterminaciÓn.

Comenzaremos por presentara los personajes que participan

aquí y luego veremos cómo serelacionan entre sí.

Ores te s y el Pedagogo llegan aArgos. No encuentran m.ís _(ue

un ambiente desolador de ho-rror y arrepentimiento.

Orestes simboliza el existenteauténtico de Sartre: "Yo sabía

ya, a los siete años, que estaba

exiliado (...) Yo soy libre, gra-84

cIas a Dios. iAh! iqué libre soy!iY qué soberbia ausencia mi al-ma! " (Las Moscas, p. 18) Ores-

les plantea aquí, de golpe, su li-bertad. Una libertad que es exilioy ausencia. Ambos términos serefuerzan entre sí; exilio parasignificar aislamiento, soledad.

Ausencia para significar vacío,nada. Por otro lado, la expre-

siÓn "gracias a Dios" puedeprestarse a confusiÓn: no se tra-ta de la libertad como don divi-no. Por el con trario, como vere-

mos más adelante, la libertad esprecisamente negaciÓn de Dios.Por ello, no se trata más que deuna expresión acostumbrada ca-rente de contenido.

El Pedagogo representa el es-cepticismo. Es una de las alter-nativas que se ofrece a Orestes:

"Desconfiad" (op.cit. p. 17)"Ah, mi amo, ¡qué pena medais! ¿Qué hacéis de mis leccio-nes y de ese escepticismo son-

riente que os enseñé?" (Idem)...."en mi opiniÓn, mi amo, ha-ríamos mejor en irnos". (op.cit.,1'.11) La ética escéptica le acon-seja a Orestes la desconfianza yla imperturbabilidad. El autor

parece presentarla como unaactitud cobarde, escurridiza.

júpiter es el dios de la muer-

te y de las moscas. Las moscas,

elemento constante en la obra,se nutren del arrepentimiento

del pueblo de Argos. Desde un

principio, Sartre hunde su agui-

jón crítico en la religiÓn cuandopone en boca de Júpiter: "Estábien, vieja basura, y trata de re-

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ventar en el arrepentimiento. Es

tu única salvación. (...) O mu-cho me equivoco, señores míos,o es esta piedad de la buena, a

la antigua, sÓlidamente asentadaen el terror", (op.cit. p.14) Coniron ía aguda, se expresa el ca-rácter esclavizan te de la religión,cuyas armas de poder son el te-rror y el arrepentimiento. Esto

se corrobora lucgo cuando eldios añade: .. "Tienen la con-ciencia intranquila, tienen mie-

do, y del miedo y la conciencia

intranquila emana una fraganciadcliciosa para las narices de los

dioses". (op.cit., p.16)Electra, hermana de Orestes,

hace del odio su razón para vi-vir. No es libre porque ella eligela pasifll del odio y sueña conella como un punto fijo, obsesi~vo, que le da sentido a su vida."Puedo escupirte, es todo loque soy capaz de hacer (a Júpi-ter). Pero vendrá el que espero,

con su gran espada. (...) y luegosacará el sable y te hendirá de

arriba abajo"... (op.cit., p.21)

Electra se desahoga imaginando

la venganza de la muerte de su

padre. Pcro ni siquiera imagina

ser ella quien realice la vengan-

za. A pesar de esto se nos mues-

tra retadora: "No quiero partici-par en esas mojigangas. Son los

muertos de ellos, no los míos".(op.cit., p.28) Y es este doblejuego, el de pretender rebelarse

sin realmente decidirse a hacer-

la, lo que la hace una Farsante.

Clitemnestra aparece aquí re-presentando el orden político

(==Egisto). Pero no es ella quienmanda, sino que es apenas una

transmisora de esa ley: "Haz loque quieras. (a Elcctra) Hace

mucho he renunciado a darteórdenes en mi nombre. Te trans-mití las del rey". (op.cit., p.25)

Hasta aquí, el panorama hu-

mano del primer acto de la tra-gedia. Orestes llega y se insertaen él. Todos los personajes leaconsejan y son, en definitiva,sus alternativas:

a) el escepticismo (el Pedago-

go) le recomienda apartarse de

toda situación que le compro-meta.

b) la religión O úpiter) le dirá:"Joven, ¡marchaos! (...) Loshombres aquí son grandes peca-dores, pero están empenados yaen el camino de la redención.Dejadlos, joven, dejadlos (...) elorden de la ciudad y el orden

de las almas son inestables: silos tocáis, provocaréis una catás-trofe". (op.cit., p.15) Aquí seexhorta a Orestes a desentender-

se de los problemas de su pue-

blo. Pero, además, se proyecta

la alianza religión-estado en la

expresión "orden de la ciudad yel orden de las almas".

c) Electra es angustia (aunqueinauténtica), se muestra rebelde

contra el orden político Egisto-

Clitemnestra. Llama a Orestes aquedarse: "En cuanto a ti, File-bo, te lo ruego, difiere tu parti-da, asiste a nuestra fiesta. Quizáen c u e ntres ocasión de risa".(op.cIt., p.29) En esta última

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parte de la cita puede observarseun matiz irÓnico que rcluerza elespíritu rebelde de Electra.

Orestes, en medio de esta si-tuación decide: "Ya no mc mar-cho". (op.cit., p.29) Así, nos

expresa su decisiÓn tajante y fir-me.

Esta primera parte de nuestro

análisis nos presenta a Orestes

eligiendo su propio destino: scrlibre y responsable de sus actoS.

Ellos darán sentido a su vida:"iAh! si hubiera un acto, mira,un acto que me diera derecho deciudadanía entre ellos; si pudie-ra apoderarme, aun a costa deun crimen, de sus memorias, de

su terror y de sus esperanzas pa~

ra colmar el vacío de mi cora~

zón, aunque tuviera que matar ami propia madre". (op.cit.,p.21).

En efecto, Orestes rechaza lavida alegre y burguesa de sus pa-dres adoptivos, por un lado, ytambién la vida segura del temorpolítico-religioso, por otro.

b) Acto II: La existencia en elacto libre.

En este segundo momento dela obra, ocurre el ritual ofrecidoa los muertos en el que el ordenpolítico y religioso impulsa elsentimiento de culpa como armadoiiinadora. El pueblo recibe,enajenado, este yugo para evadirel peso de su libertad. Por ellodirá ~lectra: "les gusta su mal,

necesitan una llaga familiar queconservan cuidadosamente rdS-cándola con las uÙas sucias"...

86

(~p.cit., p.4) Pero, poco a poco,Electra se irá definicndo comouna Farsante: "AdiÓs, Filebo,vete, déjame con mis malos sue-

ños". (Idem) " iAh! Hubiera pre-

ferido quc siguieras siendo File-bo y que mi hermano hubiesemuerto"... (Ibídem, p.42, 43)

Electra tenía como excusa a sussueños, su odio. Pcro, al prcsen-tarse la ocasión de realizarlos, seatemoriza. Rcalmente no desea

llevarlos a cabo.Orestes, en cambio, está deci-

dido a darle un sentido a su vi-da, sin que le importe el precio

que pudiera costarle: "Poco meimporta la felicidad. Quiero misrecuerdos, mi sucio, mi lugar enmedio de los hombres de Argos.(oo.) Electra, no me iré de aquí".(op.cit., p.44) Aquí se desplomael eudemonismo: la felicidad notiene validez para la moral exis-tencialista.

Por otra parte, se critica dura-mente la ética tradicional cristia-na cuando Orestes pide a Júpi-ter le aclare el Bien del Mal:

"Entonces... ¿eso es el Bien? (...)Agachar el lomo. Bien agachado.Decir siempre 'Perdón' y 'Gra-cias'oo. ¿es eso? El Bien. El Bienajeno..." (Ihídem, p.46) Al finalde la cita observamos que Ores-tes, a pesar de la tradición, re-chaza esta ética, calificándola deajena a éL. Buscará, por tanto,

L'd "E 1su sa i a: ,sa uz no es paramí; y nadie puede darme órde-

nes ya". (Idem)

Es evidente que Sartre hablapor boca de Orestes. Niega la

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normatividad ética y parcce su-gerir un anarquismo ético (ca-rencia de normas y valores obje-tivos). No propone una éticasustituyente, como no sea la éti-ca de la Libertad absoluta.

La libertad de Orestes le iráaislando de los demás. El negar

a Dios le condenará a la soledady al vacío: "Qué lejos estás demí, de pi:nto... icómo ha cam-

biado todo! (...) Qué vacío está

todo... jAh! Qué vacío inmenso,

interminable... (...) Cae la no-che... ¿No te parece que hacefrío? ¿Pero qué es...qué es loque acaba de morir?" (Idem) Pa-

ra Orestes ha muerto la felici-dad, la seguridad. Ahora se en-

cuentra solo ante su libertadabrumadora. Este texto citadoes uno de los más logrados lite-rariamente. Términos como: lanoche, el frío, vacío, lejos, mo-rir, refuerzan atinadamente la

idea trágica de la soledad exis-

tencialista.

Egisto tendrá también unaparticipaciÚn interesante en estese gun do acto. Representa la

"mala fe", concepto importan-

tísimo en Sartrc. No sólo enga-

ña a su pueblo con el miedo,sino que llega hasta a engaiiarse

a sí mismo. Por ello le recordaráClitemnestra: "los muertos estánbajo tierra y no nos molcstarán

tan pronto. ¿Habéis olvidado que

vos mismo inventásteis esas fá-bulas para el pueblo?" (op. cit.p.52)

Además, Sartre continuarácriticando duramente a la reli-

gion (que, por otra parte, está alservicio del Estado): "Egisto.

No tengo secreto.

júpiter, Sí. El mismo que yo.El secreto doloroso de los diosesy de los reyes: que los hombresson libres. Son libres Egisto y tÚlo sabes". (Ibídem, p.56) Am-

bos son engañadores del pueblo.

Es especialmente importantela escena VI de este segundoacto. Se presenta un plantea-miento estimativo hacia ciertosvalores. Orestes, por ejemplo, Vd

a hablarnos de la justicia, des-pués de herir mortalmente aEgisto: "¿Remordimiento? ¿porqué? Hago lo que es justo. (...)¿Qué me importa Júpiter? Lajusticia es un asunto de hombresy no necesito que un dios me lo

enseÚe. Es justo aplastarte, pilloinmundo, y arruinar tu imperiosobre las gentes de Argos; es jus-to restituirles el sentimiento desu dignidad". (Ibídem, p.58)Nos encontramos en el puntomás alto de la obra. Se nos ha-bla de una justicia implacable,que anula toda ley de terror.También de justicia relacionadacon la dignidad. Y esta dignidad

sólo podría realizarse dentro deuna autodeterminación (del in-dividuo y del pueblo). AquíOrestcs se nos muestra como Li-bertador de sí mismo y de supueblo.

Sartre es anarquista en cuantorechaza todo valor objetivo. Pe-ro no parece negar la moral mis-

ma. Más bien sugiere la bÚsque-da de una moral individualista,

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subjetiva. Nos seu,tla que el actobueno cs el acto libre; por esoexpresa Orestes: "He realizadomi acto, Electra, y este acto erabueno. (...) y cuanto más pesa-

do sea de llevar, más me regoci-jaré, pues él es mi libertad. (...)es mi camino'. (op. cit., p.61)

Se utiliza el calificativo buenopara el acto libre. Por otro lado,

obsérvase la insistencia en eladjetivo posesivo mi. Parcciera

que el autor subraya el carácterpropio e individual de la liber-tad. Se trata, sí, de una valora-

ción estimativa del acto libre (li-bertad=máximo valor); pero esevalor no se define objetivamen-

te, universalmente. Cada uno de-be escoger su acto; su libertad.Por esto nos identificamos con

la opiniÓn de Aranguren cuando

afirma: "Una metafísica atea,que no quiere saber nada del sercreador ni admite el concepto

de 'creación' puede, como es elcaso del existencialismo, abrirsea 'perspectivas morales', aunquela moral de que aquí se tratasea (oo.) de carácter meramente'forma!'. (2)

Orestes ha encontrado su pro-pio camino; su libertad; y la hallevado a la realización. Veamosahora las consecuencias de esteacto libre.c) Acto 1II. La soledad en la li-

bertad.

En esta última parte de laobra se ha consumado el crimen

2. Aranguren ........ETleA, p. 149

88

(acto libre de Orestes) y ha dellevarse hasta sus últimas conse-

cucncias. Aquí es donde Electrase nos descubre, de una vez portodas, como una Farsante. Todoel espíritu rcbelde de antes se

desmorona ante el peso del actolibre, que no es capaz de sopor-tar. En este momento, las mos-

cas, que se alimentan del arre~

pentimiento, tienen una partici~paciÓn interesante. Su labor des-tructiva es descrita con un rea-

lismo crudo:"Bzz, bzz, bzz.

Nos posaremos sobre tu cora-zón podrido como las moscas enun dulce, corazón podrido cora-zón ensangrentado, corazón de-leitable. Saquearemos como abe-jas el pus y la sanies de tu cora-

zÓn. Haremos con ellos miel, yaverás, hermosa miel verde" (...)(op.cit., p.63) La gran habilidadestilística del autor queda aquímanifestada; sus versos logran

bclleza formal, aunque el conte-nido resulte repugnante. Y es

que Sartre considera al hombreque huye de su libertad (que seda en el ser PARA-SI) Y se su-merje en el EN -SI, pleno de

ser, objetivado, como un cadá-ver. De aquí lo atinado que

re-

sulta este pasaje. Las moscas

suelen rondar lo putrefacto. yElectra comienza a temer lasconsecuencias del crimen; se vis-lumbra su arrepentimiento, suevasión. El autor critica muy

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duramente esta actitud; su cru-deza estilística nos lo demues-tra. Hay un espíritu de despre-

cio hacia este tipo de personas,

que se percibe en su obra. Elec-tra decide protejerse de su liber-tad con júpiter: "¡Socorro! Jú-

piter, (...) Defiéndeme de lasmoscas, de mi hermano, de mímisma, no me dejes sola, consa-graré mi vida entera a la expia-ciÓn. Me arrepiento, j úpiter, mearrepiento". (op.cit., p. 75)

En con traste con Electra,Orestes proclama: "Soy libre.Más allá de la angustia y los re-cuerdos. Libre. Y de acuerdoconmigo mismo". (op.eit., p.66)Aq uí está, evidentemente, laactitud buena que Sartre nos pre-senta. Pero resulta interesante,además, cómo el autor considerael acto de Orestes (no olvidemosque consistió en matar a su ma-

dre y a Egisto). "No soy culpa-

b 1 e, y n o podr ías hacermeexpiar lo que no reconozco co-

mo crimen". (Ibídem, p.67) Pa-reciera que el autor considera

bueno cualquier acto que se rea.lice con entera libertad y asu-

miendo las consecuencias res-ponsablemente, sin evasiones.Aunque ese acto sea un homici-dio. Pero no sÓlo nos señala Sar-

tre un valor positivo en la moral(la libertad responsable) sinoque también indica algunos valo-res negativos: "(...) pues no estápermitido -ni siquiera a Dios-

dar a los que sufren una espe-

ranza engañosa". (Ibídem, p.68)Esta idea se rcfuerza, aún más,cuando júpiter se define: .....soyel olvido, el reposo". (Ibídem,

p.73)

Ahora bien; la libertad deOrestes traerá la exigencia de

negar a Dios: "Bueno, Orestes,todo estaba previsto. Un hom-bre deb Ía venir a anunciar micrepúsculo". (Idem) En efecto;el crepúsculo, la muerte deDios, es la libertad del hombre.Sartre no nos presenta otra al-ternativa. Debemos escoger en-tre el Misterio o el Absurdo (lalibertad). Posiciones éstas que seexcluyen entre sÍ. Aceptar aDios no es más que un enga.io,una excusa para atenuar (si norehuir) el peso de nuestra liber-tad. "El proyecto fundamental

del h o m b r e e s el d e ser

Dios". (3)

Para Sartre, como ya puedepreverse, la Libertad, lejos de

constituir una fuente de felici-dad, es una carga trágica: "Perode pronto la libertad cayÓ sobremí y me traspasó, la naturalezasaltó hacia atrás, y ya no tuveedad y me sentí completamente

solo, en medio de tu munditobenigno, como quien ha perdidosu sombra; y ya no hubo nadaen el cielo, ni Bien, ni Mal, na-

die que me diera órdenes".(op.cit., p.72) La libertad se nospresenta como una fuerza des-tructora: destruye todo valor

3. Régis Jolivet ....... LAS DOCTRINAS EXISTENCIALlSTAS, p.24B

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objetivo; toda alegría; nos deja

solos, con un vacío inmenso; fi-sura del ser: la Nada (sin la cualno sería posible la libertad)."Pero esta libertad no cs un donsino que 'el hombre está conde-nado a ser libre' (oo.) no puedehaber nada enfrentado normati-vamente al hombre, ni fe enDios, ni verdades, ni valo-res". (4)

Orestes, que liberó a su pue-

blo del yugo de Egisto, es odiadopor la multitud. Le tienen mie-

do: "habéis comprendido quemi crimen es muy mío; lorcivindico cara al sol; es mi ra-zón de vivir y mi orgullo, nopodéis castigarme ni compade-

cerme, y por eso me tenéismiedo". (Ibídem, p.77)

El final de la obra resulta des-

concertante: Orestes devuelve la

libertad a su pueblo, pero recha-

za gobernado. Aludicndo alFlautista de HamelIn, se llevatras de sí todas las moscas de

Argos y desaparece para siem-pre. Sartre destruye todo ordenestablecido y se niega a sustI-tuirlo por un orden nuevo. Pare-

ce considerar todo orden comocoerciÓn de la libertad. De aquíel carácter negativo de su pensa-

miento: destruye, pero no cons-

truye ni sustituye. Nos deja enel vacío; con la Nada. Orestes

deja a su pueblo carencia de va-

lores y de normatividad. Losabandona a su suerte, sin gobier-no ni ley. Esta salida resulta

cohcrcnte con las premisas exis-tencialistas presentadas cn losdos actos anteriores, pcro nosparece insostenible. Carcce desentido buscar la libertad paranada. Aquí se cuela el tema trá-gico existencial de la absurdidadde la vida. Esa búsqueda de lalibertad responsable (puesto queexiste la libertad irresponsable,

la del Farsante; la mala fe) da

un sentido a la vida. De aquí

que el absurdo no pueda soste-nerse sistemáticam ente. Pero si,por otro lado, consintiéramos cn

la misma absurdidad de la liber-tad, nos encontramos con unpensamiento suicida, que no nosconduce a nada.

III CONCLUSIONES

A través de la obra, Sartrcnos conduce hacia una éticaanarquista, que, por otro lado,

cs una ética como estructuracarente de contenido (sin princi:pio del Bien y del Mal, sin debe-

res ni prcscripciones). Su estruc-

tura radica en la exhortaciÓn"elígete a ti mismo", sin más.

El autor afirma la realidad

consti tutivamente moral delhombre: toda actitud implicauna posición moral (responsable

o irresponsable). No hay cvasiónposible (aun las actitudes evasi-vas tienen un significado moral,ncgativo para Sartre).

A pesar del marcado persona-

lismo en el pensamiento delexistencialista francés, no se de-

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4. Hirschbergcr, J. ....... Historia de la Filollfía. tomo n, p. 439

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semboca en un solipsismo ético,debido a que el hombre es hom-bre en el mundo. Y este mundo( objetos, otros hombres) actúansobre él como un desafío al queestá obligado a responder.

y es aquí donde puede obser-varse la relación entre la ontolo-

gía sartriana y su ética: la liber-tad del hombre se da en el serPARA-SI, que es esencialmenteconciencia, y que se diferenciadel ser EN -SI, cerrado sobrc sí

mismo, en que este PARA-SIes proyecto de ser, relatividad,mientras que aquél es plenitudde ser, coincidente consigo mis-

mo. La libertad no podría darseen el EN -SI (cerrado y macizo

como es). Necesariamente se daen el PARA-SI (no ser, con-ciencia que se proyecta).

Para la realización de la liber-tad del hombre, es necesario ne-gar a Dios y, con él, a toda enti-dad absoluta. Es el individuoquien decide lo que debe hacer.Dios no es más que una excusa

de los irresponsables.

Ya vimos cómo Sartre logra,en LAS MOSCAS una obra enla quc se conjugan la forma lite-raria y el fondo filosófico, sien-do éstc el elemento de mayorpeso en la tragedia.

En cuanto a las implicacionespolíticas de la obra, hay unacrítica mordaz al gobierno fran-cés de Vichy (1943), aliado conla Iglesia CatÚlica. "Orestes, por~

5. THORDY ........ J.P. Sarre, p. 79

tavoz del movimiento de la Re-

sistencia, matará a Egisto, el in-vasor alemán, y a Clitemnestra,el colaborador francés que acep-

taba al invasor y le daba la bien-venida". (5).

Pero ampliando algo más elmensaje político, nos parece quela obra nos lleva a un anarquis-

mo total: Orestes rompe con elorden establecido, pero él nogobierna a su pueblo. Le deja a

la deriva con su libertad.

Por otra parte, cuando Ores-

tes se refiere a Corinto, arreme-

te contra la burguesía y su vida

frívola (donde las muchachas seadornan y can tan, tocan el laúdy visitan a sus amigas; y en las

noches van a bailar). Parecieraque Sartrc ve en la burguesía

sus ojos claros, ausencia de an-

gustia, comodidad (como se ve aOrestes, recién llegado a Argos).

Se podrían asociar cstos atribu-tos con los que defincn el serEN~SI, con evidente tono peyo-rativo.

El mensaje de LAS MOSCAStiene gran afinidad ideolÓgica

con el MANIFIESTO COMUNIS-TA cuando afirma: "Los comu-nistas consideran indigno ocultarsus ideas y propósitos. Procla-

man abiertamcnte que sus obje-tivos sólo pucden ser alcanzados

derrocando por la violencia todoel orden social existente. Que

las clases dominan tes tiemblen

ante una Revolución Comunista.

Los proletarios no ticnen nada

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que perder en ella más que sus

cadenas. Tienen, en cambio, unmundo que ganar". (6)

Pero a pesar de esta afinidad,nos cuesta imaginar a Sartre co-munista (partiendo de esta obraespecíficamente). LAS MOSCASniega, sí, la autenticidad del or-den establecido pero, como yadijimos, se niega a establecer

otro. Dentro de estas premisas

no cabría tampoco el orden po-lítico, fuertemente centralizado,del Estado comunista. De aquí

que afirmemos el carácter más

anárquico que comunista delautor.

Para nuestro caso específico

nacional, resulta especialmente

importante el mensaje de LASMOSCAS: elígete a ti mismo,busca tu propia camino (con en-

tna conciencia y responsabili-dad). Esto equivale al rechazo

de todo orden, político y moral,

ajeno (foráneo) que no resulte

de una auténtica reflexiÓn sobrenosotros mismos. Hablar de li-bertad en otros términos resulta,para Sartre, una farsa. Hasta

aquí, lo consideramos válido.

En cuanto al debate interna-cional sobre los "Derechos Hu-manos" fundamentados cn la li-bertad del individuo, la posiciÓn

del filósofo franccs es, en esta

obra, la de rechazar todo ordenpolítico impuesto desde fuera(aquí entraría la política de unEstado que impone a otro los"derechos humanos").

Sin embargo, el final dc latragedia nos deja sin soluciones

políticas ni morales efectivas. Esuna obra fundamentalmente des-tructiva. La salida de Orestes

con las moscas semeja muchouna huida. Sartre no da recetas;no propone soluciones. Deja elcom pás abierto a la polémica

ético-política.

BIBLIOGRAFIA

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FERRATER MORA Diccionario de Filosofía. tomo I1, Edit. Sudamericana, Argentina,

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HIRSCHBERGER, J.

JOLlVET, Régis.

Historia de la Filosofía, tomo I1, Edil. Hcrder, Barcelona, 1970

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MOUNIER, E.

SARTRE, J.P.

THORDY, Philip

6. MARX y ENGELS ....... Manifiesto Comunista, Ediciones Pluma, Buenos Aires,i 974, p. 107

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dicha obra, el historiÓgrafo donCarlos Seco Serrano, se refiere alas revelaciones que en ella seencuentran, tales como la si-guiente: "El lector se asombraráal saber que el "predescubri-

miento" -aducido sin duda co-mo última y decIsiva razÓn antelos Monarcas españoles, segúnantes lo fuera, poco menos quebajo secreto de confesión, ante

fray Antonio de Marchcna, apa-

sionado promotor del futuro Al-mirante- está ya explícito en eldocumento más importante parala puesta en marcha de la em-

presa colombina (las capitulacio-nes de Santa Fe), en que la Co-rona se refiere al viaje que donCristóbal realizará en demandade islas y tierras; no que "ha dedescubrir", sino "que ha descu-

bierto en los mares océanos"

(así reza el documento original,de liberadamente "mal leído"por N avarrete"). (1)

De otro lado, abundantemen~

te pruebas arqueolÓgicas confir-man esos contactos entrc lasge n t e s d e ambos lados delAtlántico.

Pero, ateniéndonos a pruebas

documentales resultantes de in-vestigaciones directas realizadas

por doctos profesores, hay quereferirse a la revista "Seleccio-

nes", en su número correspon-

diente al mes de Mayo de esteaño, donde aparece un trabajo

titulado: "En realidad, ¿quién

descubriÓ América?" por Tho-mas Fleming, cuya monografíalleva esta introducción, a modode presentación que hace el edi-tor en esta forma: "Después de

descifrar ciertas inscripciones enpiedra que hasta ahora hab Ían

permanccido en el misterio, unsabio de la Universidad deHarvard presenta pruebas con-

vincentes de que en el NuevoMundo vivían europeos desde elañ o 8 O O antes de J esucris~lo". (2)

PlatÓn en sus Diálogos "Ti-meo" y "Critias" habla de uncontinente tenido por fabuloso,

situado en sitio indeterminado

del Océano Atlántico, desapare-cido a causa de un cataclismo,quedando como vestigios de suexistencia los archipiélagos las

Azores y las Canarias.Los datos de la Arqueología,

la Cosmografía, la Biología, laAntropología y la Lingüística seunen para configurar una si-tuaciÓn que convierte en verda-deros los relatos de Platón, tras-mitidos a él por los sacerdotes

egipcios.

En la obra ATLANTIS MO-THER OF EMPIRES por Ro-bert B. StacY-Judd hay un pá-

rrafo, que tocándonos muy decerca a los panamenos, demues-tra los errores provocados por

L. Carlos Seco Serrano: "Colón y su secreto", Boletín de la Academia Venezolana de

la Historia, No. 237, pág. 153. Caracas, Enero de 1977.

2. SELECCIONES del Reader's Digest, Mayo de 1977, pág. 67.

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falsas asimilaciones fonéticas eindebidas transposiciones de le-tras en los nombres indígenas

que encontramos en los relatospreviamente censurados, quefueron escritos por los Cronistas

de Indias.

El párrafo en referencia es elsiguiente: "Platón nos relata queel hijo de Poseidón, civilizador

de la Atlántida, se llamaba Atlas.

Si volvemos nuestra atención alcontinente americano, encontra-

mos no solamente la palabra si.no su significado. En la lengua

nahuatlla radical "a", "atl", sig-nifica agua, guerra, parte supe-

rior de la cabeza. En nahuatl lapalabra "atlán" significa: entreel agua y de ella se deriva el ad-jetivo "atlántico". lncidental-

mente, cuando ColÓn redescu-brió la América, él encontrÓ unapoblación situada en la entradadel Golfo de Urabá o del Darién

en el área de la República dePanamá y que los naturales lla-maban "Atlán", la cual por in-capacidad fonética o disimula-cición lingüística, los invasores

trasmutaron en "AcIa" (3)

Quienes conocen los datos to-pográficos de la costa norte de

Panamá podrían hacer algún re-paro a lo transcrito por la ubica-

ción de "Atlán" o "AcIa" a laentrada del Golfo de Urabá pe-

ro, antes de cualquier manifesta-

ción en contrario es necesario

considerar lo impreciso de dicha

referencia en cuanto al señala-

miento de la entrada de mar alu-dida y a la ubicaciÓn del pobla-

do; en cambio la certeza es abso-luta sobre el recorrido hecho

por Cristóbal ColÓn al explorarla costa norte de nuestro país

en su Cuarto Viaje, como seconstata con el siguiente relatoextractado de su carta para losReyes de EspaÙa: "Partí ennombre de la Santísima Trini-dad, la noche de Pascua, con los

navíos podridos, abrumados, to-dos fechos agujeros. Allí en Be-

lén (Veraguas) dejé uno, y hartascosas. En Belpuerto (Puerto Belloo Portobelo) hice otro tanto.

No me quedaron salvo dos en elestado de los otros, y sin barcasy bastimentos, por haber de pa-

sar siete mil millas de mar y deagua, o morir en la vía con fijoy hermano y tanta gente....Elcamino que yo llevaba era paradesechar tanto número de islas,(archipiélago de Las Mulatas ode San BIas) por no embarazar

en los bajos de ellas. La marbrava me hizo fuerza, y hubevolver atrás sin velas....Al cabo

de seis días que ya era bonanzaseguÍ mi camino....pasé algo ade-lante de donde yo había llegado

denantes: allí me torné a repo-

sar atrás la fortuna: paré en lamisma isla en más seguro puer-to: al cabo de ocho días torné ala vía y llegué a jamaica en fin

3. Robert B. Stacy-Judd, A. 1. A.: "Atlantis Mother oí Empires", pág. 203 De Vous &

eo., Los Angeles, California, 1939.

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de Junio, siempre con vientos

punteros". (4)

EL BACULO DE J ACOB:

Hemos dejado a Colón en J a-maica, finalizando su cuarto via-je durante el cual había explora-

do la costa norte de Panamá en

ruta de Oeste hacia el Este,acompañado de su hermano Bar-tolomc y su hijo Diego, conquienes había celebrado la Navi-dad de 1502; sin embargo, esnecesario retrotraer este relatopara comprender el cómo y elporqué este marino genovés, del

período de transición entre laEdad Media y la Moderna se en-contró celebrando la mencionadafestividad en nuestra tierra.

El relato escolar nos presen-

ta un Colón obsesionado conla idea absurda de llegar al Ca-tay de Marco Polo y al Cipango

del Preste juan por la ruta deOccidente; pero, en verdad esa

idea no cra absurda ni era de él;en los círculos cerrados de los

sabios medievales se sabía de

la existencia de ticrras al otrolado del Mar Tenebroso.

Hablando de los Templarios,Louis Charpentier en su obra"El Enigma de la Catedral deChartres", dice: "Los Templa-

rios lo hicieron todo, pues, para

favorecer el comercio, llegando

a crear mercados bajo su con-

trol...Más cierta, por poderse

extender sobre indicios casi pro-batorios, es la introducción enel mercado europeo, de plataprocedente de las minas mexica-nas " .

"Al no haber sido englobada

la flota templaria en las requisas

operadas por los magistrados y

oficiales del rey Philippe le Belen i 307, ningún documento nosqueda sobrc las utilizaciones deaquella flota, aparte del abaste-

cimiento del Ejército de Orien-

te.

"Pero, en España, los Templa-

rios ingrcsaron en masa, cuandosu (lisoluciÓn, en la Orden deCalatrava; y parece seguro 'iuefue en el convento de Calatrava

donde CristÓbal ColÓn, que sealojó en él, halló los elementos

de su ccrteza en cuanto a lacxistencia de las Indias del Oes-

te".

".....Jean de La Varende, quetuvo en su poder buen númerode documentos pertenecientes alas antiguas familias normandas,hace decir a uno de sus persona-

jes de Gentilhombres que elTemple iba a buscar plata en lasminas mexicanas, y que aquellaplata era concentrada luego en

Sours, nuestra encomienda deChartres". (5)

4. Salvador de Madariaga: "Vida del Muy Magnífico Señor Don Cristóbal Colón",

págs. 523 y 524; Editorial Sudamericana, Buenos Aires, Cuarta edición, Noviembre

de 1 947.

5. Louis Charpentier: "El enigma de la Catedral de Chartres", Plaza & Janes, S. A.,

Editores; Barcelona, Diciembre de 1970, págs. 227, 229, 230.

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Con la supresión, dispersión ypersecución de la Orden delTemple pasaron al olvido susviajes trasatlánticos; por causas

diferentes ocurriÓ lo mismo conlos vikingos, cuyo jefe Leif Eric-son, se sabe que estuvo en Vin-landia, por los alrededores del

año 1000, allá por el siglo X.Pero aun en tiempos más re-

motos ya existían relaciones en-tre los habitantes de ambos la-dos del Atlántico; en el ya cita-do trabajo publicado en "Selec-

ciones" de Mayo prÓximo pasa-do, se lee lo siguiente: "En la

isla Monhegan, a 15 kilÓmetrosde la costa de Maine, mostrarona Fell otra inscripción. Estaba

escrita en ogam céltico y decía:"Plataforma de carga para naves

de Fenicia", Por éstos y algunos

testimonios más, lo mismo 'luepor un intenso estudio de la his-toria marinera de los hombres

de Tarsis y Cartago, Fellllegó a

la conclusión de que había exis-

tido una ruta comercial muybien establecida entre América yel Mediterráneo por lo menosdurante 400 a.IOS antes del na-cimiento de Jesucristo. Los prin-cipales productos de Norteamé.rica fueron probablemente co-

bre, pieles y cueros". (6)

La situación descrita esque-

máticamente en los párrafos an-teriores dio nacimiento a una

tradiciÓn mantenida a través de

los siglos y que fue conocida

por el joven marino que habría

de ser considerado corno el"Descubridor del Nuevo Mun-do", calificativo que comienza aponerse en duda, en vista de cir-cunstancias como la que se alu-de en el párrafo siguiente.

"Incluso en descubrimientos

más importantes, desconocemos

los datos proporcionados por laantigüedad. CristÓbal ColÓn con-fesó sinceramente todo lo que

debía a los sabios de la antigüe-dad. Se ignora generalmente queColón copió dos veces el corodel segundo acto de "Medea",tragedia de Séneca, en la que elautor hablaba de un mundo cu-yo descubrimiento estaba reser-vado a los siglos futuros. Sepuede consultar esta copia en elmanuscrito de LAS PROFE.CIAS, que se encuentra en la bi-blioteca de Sevila. Colón recor-

dÓ también, y a menudo, la afir-maciÓn de AristÓteles en su tra-tado "De Coelo" a propósito dela esfericidad de la tierra". (7)

En aquellos tiempos de fina-les de la Edad Media, el comer-cio marítimo y el arte de la na-vegación, igual que las finanzas,se habían concentrado en losbarrios judíos, ghettos o jude-

rías a lo largo de las costas eislas del Mediterráneo y en esos

6, SELECCIONES DEL Reader's Digest, número citado, pág. 70.

7. René Aleau: "Conferencia en la Sociedad de Ingenieros del Automóvil", citadapor Pauwels y Bergier en su obra El retorno de los brujos, Plaza & Janes, S_ A.,Editores; Barcelona. 1972; pág, 83.

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círculos, por su condiciÓn deconverso o cristiano nuevo, Cris-tÓbal Colón fue recibido con to-do beneplácito.

Los judíos, expulsados de su

tierra natal por la conquista ro-

mana, por obra de las circuns-t ancias tuvieron forzosamente

que dedicarse al comercio y a lanavegación que lo facilita; poreso, los mejores cosmÓgrafos,

cartógrafos y navegantes fueron

de estirpe judía.

A este respecto, el reputadoprofesor Heszcl Klepfisz nos di-ce: "Ya en el siglo XIII, RogerBacon se apoyaba en la autori-dad de los escritores hebreos pa-ra demostrar que se podía llegaral Asia navegando hacia el occi-dente desde Europa. Sabios ju-díos habían hecho algunas con-jeturas sorprendentes acerca de

la estructura del universo. El

Talmud jerosolimitano, en elTratado de Avodá Zará, 42a.afirma que el mundo tiene la for-ma de un globo. El Zohar (Le-vítico, 1, 3) va aún mcis lejos,

afirmando que la tierra gira so-bre su eje como una bola. Elcuadrante náutico era imprescin-dible para determinar la ascen-

siÓn recta del sol y las estrellas,y en consecuencia poder com-probar la posición relativa de unbarco. A su construcción contri-buyeron generaciones de sabiosy astrónomos judíos de Proven-

za, desde los Ibn Tibbón a Ger-sÓnides, hasta que llegó a ser co-nocido como el "cuadrante ju-dío" o "vara de jacob". (8)

El mismo autor, continuandoen el señalamiento de la aporta-ciÓn de sabios hebreos a la cien-cia y arte de la navegación, agre-

ga: "Las Tablas Astronómicas,

tan esenciales para todo trabajo

basado en la observación solar osideral, fueron, sin excepción,

traducidas o compiladas conayuda de judíos en la Edad Me-

dia, y en los casos más impor-

tantes, pertenecían por entero aautores hebreos. El propio Co-

lón afirma que estas Tablas As-

tronÓmIcas mcjoradas por Abra-

ham Zacuto, el último gran as-trónomo del judaísmo espaflOl,le salvaron de muchas dificulta-de s. Mencioné anteriormenteque las famosas Tablas Alfonsi-nas fueron concebidas por sa-bios hebreos y que toda Europahizo uso de ellas. Hay que seña-

lar que aun los grados de la brú-jula debieron su nomenclatura ajudíos. En el libro hebreo Séfer

Asaf, que data del Siglo XI, apa-

recen mencionados por primeravez con los nombres usuales enla Edad Media". (9)

Una gran pareja judía de ex-celentes cartógrafos y fabrican-tes de instrumentos náuticos,

entre éstos la famosa Vara o

8. Dr. Keszael Klepfisz: "El Impacto Hebrero cn la Cultura Occidental", Editorial

Universitaria; Panamá, 1975; pág. 232.

9. Dr. Herzel Klepfisz: obra citada, pág. 232.

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Báculo de j acob, fueron Abra-ham Cresques y su hijo j ehudá,quien convertido al cristianismodurante la persecuciÓn antijudía

de 1391, adoptó el nombre dejaime Ribes y se instaló en Bar-celona hacia 1438, "fecha enque ya de sesenta aÙos, recibedel Infante Don Enrique una in-vitación para trasladarse a Portu-gal para presidir la famosa Aca-demia de Sagrcs, nuevo centrode ciencia cosmográfica quecontinuaba así la tradición ma-

llorquina. No era Cresques-Ribes

el único judío del grupo, pueses sabido que la mayoría de losmiembros activos del centro cos-mográfico de Mallorca eran he-breos.... Cuando los hermanosBartolomé y Cristóbal Colón seinstalan en Lisboa, halJan fácilacceso a los círculos de activi-dad náutica de Portugal, no solopor sus aficiones sino por su ra-za....ambos encontraron en Lis-boa la tradición judeo-mallorqui-na del primer director de laAcademia de Sagres, "maestre j á-come, hombre muy experto enel arte de la navegación, que ha-

cía cartas e instrumentos". (10)En ese ambiente de ciencia y

tradición náuticas judías, forzo-

samente tenía que ser el osadoy experimentado converso Cris-tóbal Colón el señalado para di-rigir la empresa transoceánica enbusca de tierras libres del temi-ble Tribunal del Santo Oficio o

de la Inquisición, a cargo de la

Orden de Predicadores, fundada

por Santo Domingo para dirigirla cruzada contra los albigenses

o cátaros, seÙalada por actos

sangrientos como la masacre demás de treinta mil personas re-fugiadas en la catedral de Bé-

zicrs y no solamente para buscarel camino hacia la India por laruta de Occidente.

FINANCIAMIENTO CON PIG-NORACION:

Lo correcto hubiera sido queel rey de Portugal patrocinara la

empresa colombina, donde elpropio Colón residía y donùeexistía un ambiente marinero yexplorador surgido alrededor dela Academia de Sagres, pero yael soberano estaba sumamente

atareado y el Tesoro exhaustocon las múltiples empresas desa-

rrolladas en las tierras descubier-

tas por navegantes del país; hu~

bo que volver la vista a España,el vecino país, entonccs en laeuforia de sus triunfos sobre los

moros.

La abstención portuguesa oca-

sionó que la dirección del aludi-do proyecto se trasladara a Es-paña, en demanda de financia-miento y apoyo oficial, lo quese facilitaba a Colón en ese país,por su ancestro, sus relacionessociales y especialmente, su afi-nidad con los sectores hebreos,entre los cuales existían títulos

nobiliarios y funcionarios de al-ta categoría en la jerarquía ofi-cial.

10. Salvador de Madariaga, obra citada, págs. 101 y 102.

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El ambicnte resultaba acoge-dor y propicio para el navegantc

y sus planes, no obstante que lasituaciÓn presagiaba los reparos

religiosos, desconocidos antes,pero quc habrían de culminarcon la expulsión de todos los he-breos que no aceptaron el cris-tianismo y que se cumplió en elmismo ai10 que oficialmente setiene como el del descubrimien-

to de América.

Por una curiosa coincidencia,la expediciÚn colombina zarpÓdel Puerto de Palos el 3 deAgosto de 1492, el mismo díaen que expiraba el plazo paraque salieran todos los judíos,

quc por siglos habían habitado

el suelo y al cual dieron nom-

bradía durante toda la Edad Me-dia, durante la cual coexistieron

pacíficamente las tres grandes

religiones monoteÍstas: .i udaÍs-mo, cristianismo e islamismo,

constituyendo la primcra el gcr-men de las dos restantes.

Duran te toda la Edad Media,

los judíos fueron los rectores

culturales de España, mientras

CTistianos y moros se entrete-nían en la matanza recíproca

por el dominio del suelo."y del como otrora los sabios

judíos, émulos de los moros,tradujeron al arábigo las obras

de PlatÚn, de Aristóteles, de To-lomeo y de los matemáticos ynaturalistas griegos, así siguieron

traduciéndolos entoiices al caste-llano. No sÓlo son traductores:son de los primeros también que

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componen versos en castellano;asisten a la formaciÓn del espa-

nol, lo transforman de dialecto

en lengua"."La ciencia experimental en-

cuentra en ellos propagadores

entusiasmados; la ciencia es casisu monopolio. El arte médicoestá en sus manos en toda Espa-

1Îa. Todos los médicos de cáma-ra de los grandes, reyes y arzo-

bispos son judíos. Hasta los ra-binos ortodoxos, que se habían

opuesto a la alianza cultural ára-be-judía, y que todavía veíancon malos ojos la labor científi-ca de los judíos, hicieron unaexcepciÓn en la medicina". (1 i)

Aunque desde la entrada delos moros en la Península Ibéri-ca el año 7 i 1 hasta la rendiciÓndel último califa en 1492, unaconstante guerra se desarrollóentre los adeptos de la cruz y

los de la medialuna; los judíos,

como una tercera fuerza perma-necieron alejados del conflicto;en tanto que los gobernantes de

los campos contendientes adop-taron una política de toleranciareligiosa con los pueblos; hastatal punto que en los reinos cris-tianos se permitía la erección demezquitas y sinagogas.

Los cristianos tampoco fue-ron perseguidos hasta el exter-minio, en los reinos mariscos

donde fueron súbditos. "Cuandolos árabes invadieron la penínsu.

la ibérica, dejan en general con-vivir con ellos, haciendo uso desus leyes, usos costumbres- y reli.

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gion, a los primitivos y fundidoshabitantes hispano-romanos-go-

dos", nos dice don Manuel Ba-

llesteros Gaibrois, y continúa:

"Se admitieron las comunidadescristianas, se mantuvieron losobispados de T oledo y Córdobay los cristianos aprendieron el

árabe sin que por ello significarael abandono del lat ín, aunqueun desinterés por lo latino pro-dujera la protesta de Alvaro, enel siglo ix, en su Indiculus lumi-nosos. Las comunidades cristia-nas conservaron sus dignidades,conventos, con un protector odefensor, y un magistrado espe-

cial -censor-- que aplicaba la

ley goda del Uber Judicum oFuero juzgo. Eso quiere decirque mantuvieron también sucultura". (12)

:Esa recíproca tolerancia reli-giosa en la España del medio-

evo, no obstante una paralelaguerra secular, permitiÓ una flo-ración de los tres cultos, que enss respectivos campos ofrecieronfiguras destacadísimas del pensa-miento, como San Isidoro deSevillas, autor de las "Etimolo-gías", en el campo cristiano; enel campo hebraico, los rabinosAbulafia, Moisés bcn Maimón,conocido como MaimÓnides, au~tor de la inspiradora obra "Guíade los descarriados"; Moisés de

León, divulgador de las enseñan-

zas de SimeÓn ben j ochai en el"Zohar" o "Libro de los Esplen-dores", recopilado y editadopor el aludido; Isaac Barbanc1la,

llamado comunmente Abarba-nel, comentador de la "Torah",denominación hebraica de la Bi-blia y que en el gobierno alcan-

zó la posición de Ministro de

Hacienda de Fernando el Católi-co.

Los árabes ofrecen su aporte,mediante personalidades tan des-tacadas como Ibn Rusd, llamadoAvefloes por los cristianos y Cloyas obras sirvieron de puentepara el conocimieto de Aristb-teles en el mundo Arabe y Alha-kem, el Califa erudito, entreotros.

Cuando Cristóbal ColÓn llegÓa España procedente de Portugalcon su proyecto de viajes tran-soceánicos, ya se hab ía resq uc-

brajado el ambicnte de eclecti-sismo cultural y tolerancia reli-giosa, que había distinguido elpaís durante gran parte de laEdad Media; las libertades reli-giosas, municipales y regionales

estaban en víspcras de sucumbir.Las comunidades judías no dis-frutaban del respeto y conside-

ración dc los tiempos anteriores.Las intrigas reaccionarias ha-

bían subido hasta la eorte y losderechos al trono de la Infanta

11. Valeriu Mareu: "La expulsión de los judíos de España"; H. Glil.er, editor; BuenosAires, 1945, págs. 41 a 42.

12. Manuel Ballesteros Gaibrois: "Historia de la Cultura", Editorial Pegaso; Madrid,1945; pág. 574.

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dO.Ja Juana de Castilla fuerondesconocidos y convocada en sulugar Isabel, la que luego fue

d d "L C t' l' "apo a a a a o ica por suirrestricta sumisiÓn,. junto consu esposo Fcrnando de Aragón,

a las insidias antijudías del In-

quisidor General Torquemada.

La situaciÓn de inseguridad

colectiva que padecían las co-munidades judías, explica el en-tusiasmo y calor prodigados al

converso Cristóbal Colbn por suquimérico proyecto de encon-trar tierras habitables al otro la-do del océano de Occidentc.

La seguridad del marino visio-nario en los planes de explora-

ciÓn que proponía era completa

y fundada, no solamente en losrazonamientos que hacía públi-cos, sino en otros muy secretos

comunicados sólo a sus íntimosconfidentes; sobre este tema,

siempre se hace menciÓn a lacarta que con fecha 25 de Juniode 1474, fue enviada por el car-tbgrafo y cosmógrafo florcntinoPaolo del Pozzo Toscanelli al ca-nrmigo lisboeta Fernao Martins,a cuyo documento adjuntÓ unmapa de las costas europcas delAtlántico y de las que supuesta-

mente existían al otro lado dedicho océano, piezas de convic-ciÓn a las cuales tuvo acceso el

intrépido navegante y que copiósubrepticiamen te.

En la obra titulada "Bariye",que contiene las memorias del al-mirante turco Piri-Reis, del SigloXVI, se encuentran refcrencias aCristÓbal ColÓn y se dan al co-

102

nocimiento público ciertos ma-pas antiquísimos, indudablemen-te conocidos por aquél; dichos

mapas son reproducidos deotros, dibujados en tiempos deAlej andro Magno, los cualestambién lo son de otros anterio-res.

Dichos mapas, los de Piri-Reis, fueron sometidos por Ma-

llcry y Walters en 1955 a laconsideración de la ComisiÓn In-ternacional del Aiio Geofísico.

"El comité confía el informe

al padre jesuita Daniel Lineham,di rector del Obscrvatorio de

Wenston y responsable de la car-tografía de la marina americana.

El padre com prueba que el relie-ve de la América del Norte, elemplazamiento de los lagos ymontañas del Canadá, el trazadode las costas del extrcmo nortedel continente y el rclieve de laAntártida (cubierta de hielos y aduras penas reveladas por nues-

tros instrumentos de mediciÓn)

son correctos. ¿Serán copias de

mapas todavía más antiguos?dlabrán sido trazados partiendode obscrvacioncs hechas a bordode una nave volante o espacial?¿o serán notas tomadas por visi-tantcs vcnidos de afucra? "

"¿Nos reprocharán que formu-lemos cstas preguntas? El "Po-poi Vuh", libro sagrado dc losquichés dc América, habla deu na civilización infinitamente

antigua que conocía las nebulo-sas y todo el sistema solar".

"Los de la primera raza --lee-mos-- eran capaces de todo sa-

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ber. Estudiaban los cuatro rinco-nes del horizonte, los cuatro

puntos del arco del cielo y lacara redonda de la tierra." (13)

Convencidos los Reyes CatÓli-cos de la posibilidad y ventajas

de la expedición, firmaron con

Cristóbal Colón las llamadas"Capitulaciones de Santa Fe",que garantizaban a éste y sus

descendientes, el título de Almi-

rante Mayor del Mar Océano yla condición de Virrey de los te-rritorios que por su esfuerzo seincorporaran a la soberanía de

Castila.Todo al fin quedÓ acordado y

legalizado, pero en cambio falta-ba otro factor indispensable: el

financiamiento de la empresa.

".....tres poderosos amigos su-yos (de ColÓn) abogaban por élcerca de la reina: Deza, Cabrero,Santángel: tres conversos. La in-tervención de estos tres hombresen el último momento, cuandoya ColÓn estaba fuera de Grana-da, está probada a la saciedad.

De lo que se sabe, cabe inferirque se tratÓ de W1 esfuerzocombinado y que Santángel fueel elegido para hacerlo cerca de

la reina. Mosén Luis de Santán-gel, escribano de raciÓn del ReyFernando, era uno de los hom-

bres más influyentes del reino, ysu familia, aun después de haberpagado tributo de sangre .. las

llamas del Santo Oficio, una de

las más poderosas y respetadasde AragÓn......Pero, ¿y con quédinero?, pudo muy bien pre-guntar la reina. Y el opulentoconverso contestaría, pues paraello hay documentaciÓn: Yopondré lo necesario. No hacefalta gran cosa. Y para el interésno le faltará dinero al Teso-

ro". (14)

La operaciÓn financiera con-cluyó mediante la negociaciÓn

de un empréstito con la firmade banqueros Braz y Lorona,de Madrid, que mediante la pig-noración de la joyas de la reinaIsabel la CatÓlica, prestó250.000 duros; dicha casa ban-caria estuvo integrada por los se-ñores Aarón y Braz Cubas, he-breos y el converso FernandoLorona. (15)

Al fin, pues, se habían com-

pletado las operaciones prepara-

torias.

El episodio de pignorar las jo-yas de la Corona a banquerosjudíos es muy semejante al quenos relata el Poema dcl Cidcuando nos cuenta que RuiDíaz de Vivar ocurriÓ a dosprestamistas jud íos de la ciudadde Burgos, en solicitud de fon-dos para iniciar sus campañas dela reconquista cantadas por elpoema aludido; con la diferencia

13. Pauwels & Bergier: "El retorno de los brujos"; Plaza & Janes, $. A., editores; pág.190; Barcelona, l 972,

14. Madariaga: obra citada, págs. 253, 254 Y 255.

15. Gazeta do Brasil, Río de Janeiro, 1961.

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de que el Cid entregÓ en prenda

del préstamo dos cofres cerradosque solamente contenían pie-dras, en tanto que las joyas de

la Corona sí fueron examinadas einventariadas antcs de perfeccio~

nar la operaciÓn.

De todas maneras, queda muyclaro que en las operaciones ini-ciales de la Reconquista Penin-

sular y las expediciones tras a-

tlánticas de CristÓbal ColÓn, fueel oro de los judíos el acicate de

ambas empresas; pero, con dife-rentes consecuencias para corre-ligionarios de los financistas queen uno y otro caso aportaron elconcurso de los fondos necesa-

rios. (16)Durante toda la Edad Media

española los judíos fueron respe-tados y acatados; en tanto que

en el primer lapso aludido, loshebreos fueron factor esencialí-

simo en el desarrollo cultural yeconómico de la Península, encuyos reinos figuraron, al ladode los Monarcas y Príncipes; elmédico y cirujano, cl estrelleroo astrÓlogo y el economista, car.gos que fueron desempeñadospor hebreos o por conversos.(l 7)

En cambio, la empresa transo-cÓnica se inició con augurios

diferentes: ya estaba en marchala campaña antisemita dirigidapor la Inquisición y por esas cir-

16. Madariaga: obra citada, pág. 460.

17. Madariaga; obra citada, pág. 461.

18. Madariaga; obra citada, pág. 481.

104

cunstancias las comunidades he-breas españolas o "sefarditas"de aquel tiempo, apoyaron con

entusiasmo y delirio la empresacolom bina, la cual no pudo ini-ciarse sino el mismo día en quedebieron abandonar la Penínsu-

la los perseguidos que no acep-

taron el bautismo, en tanto quelos conversos fueron vigilados yajusticiados en el quemaderopor relapsos, herejes y judaizan-

teso (18)

VIOLACION DEL PACTO REGIO:A las ocho de la mañana del

Viernes 3 de Agosto de 1492zarpó del Puerto de Palos, rum-

bo a lo desconocido, la escuadri-lla del descubrimiento bajo el

mando del Almirante Mayor dcIMar Océano, el muy magníficoseñor don Cristóbal Colón y for-mada por tres embarcaciones:dos carabelas denominadas laPinta y la Niña junto con la naollamada la Marigalante, rebauti-zada Santa María.

Los incidentes y peripecias

del viaje son bien conocidos gra-cias al diario de abordo o cua-derno de bitácora redactado yescrito por el propio Almirante.

El preludio del Nuevo Mundofue una lucecila incierta y casifantasmagórica vista por el pro-pio ColÓn y por Pero Gutiérrez,

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repostero del rey, pero que muyluego se deshizo en las tinieblas;cuatro horas después de este su-ceso, desde la cofa del palo ma-

yor, el Vigía que oteaba el hori-zonte con la ansiada esperanza

de dar con la sombra quemarcara lo buscado, dio el espe-rado y esperanzador grito de:

¡TIERRA! .... ¡TIERRA!, cuan-do ya era la madrugada del 12de Octubre de 1492.

y esa voz que hizo el ansiadoanuncio yesos ojos que fueronlos primeros en mirar la tierraamericana, fueron los del mari-

nero Juan Rodríguez Bermejo,conocido en la historia oficialcon el nombre de Rodriga deTriana, quien después de ciertasdesavenencias tenidas con el jefede la expedición, por haber sido

despojado del premio de diezmil maravedís ofrecido por losReyes al que primero viera lacosta del Nuevo Mundo, retornóa la religiÓn de sus mayores y

muriÓ dentro del seno de Abra-

ham en la judería de Fez, desen-cantado por la acción insidiosay desconcertante de su correli-gionario el converso comandantede la escuadrila, quien a sí pro-

pio se adjudicó el premio.

No está dentro de mi propósi-to relatar los incidentes de cada

uno de los viajes que hizo Cris-tÓbal ColÓn a estas tierras delNuevo Mundo, porque de esasgeneralidades se han ocupado yacopiado profusa información,diversos y autorizados historia-dores y cronistas contemporá.

neos de lo sucesos que relatan yen muchos de los cuales partici-paron.

En cambio, me propongoaprovechar esas informaciones yexaminarlas cuidadosamente, pa-ra encontrar en ellas los elemen-

tos probatorios que demuestran

la participaciÓn judía en la em-presa, la tentativa de provocar

una emigraciÓn de los sefarditashacia estas tierras de occidenteen busca de la libertad religiosaque se les negaba en su país na-

tal; el propósito de Colón paraasegurarse en forma hereditariael gobierno de las tierras quedescubriera para garantizar eléxito del mencionado proyecto

y la forma como fue despojado

de sus derechos contractuales porlos antisemitas de entonces, de-

seosos de hacer fracasar el pro-yecto.

Durante el primer viaje, la ru-ta hacia lo desconocido fue de

angustia y de zozobra para lastripulaciones desconfiadas; ¡n-

quietud que se transformó eneuforia al encontrar las tierrasbuscadas. El retorno, después

del hallazgo que hizo volver elánimo a los corazones remisos;en España todo fue palmas yfanfarrias para celebrar el triun-fo del intrépido Almirante.

El retorno hacia el NuevoMundo, en un segundo viaje delInmortal Genevés, no se escati-maron detalles para desarrollarun plan de juiciosa coloniza-ciÓn: se preparó una flota dediez y siete bajeles, en las cuales

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embarcaron unas mil qUlnientaspersonas, entre las cuales había

lo que hoy llamaríamos la infan-tería de marina o gentes dearmas, los funcionarios de la co-rona, la servidumbre personal

del Almirante, médicos, ciruja-nos y gentes de iglesia.

Pero, ya desde esa etapa co-

menzaron a manifestarse dosfactores importantes que dieronal traste con los planes de colo-

nización del Almirante y susprotectores cripta-judíos: las in-sidias de los enemigos personalesde Colón y de los antisemitascon la resultante de que hicieronnacer en el ánimo de los monar-

cas, quienes comenzaron a darpruebas de inseguridad del Des-cubridor hacia ellos y de lealconsagración a la obra encomen-dada: surgió desde entonces elsentimiento de que el Virreypretendía convertirse en sobera~

no de las tierras descubiertas, envista de ciertas situaciones asu-

midas por él, consideradas por

muchos por actos de abierta in-subordinación.

"La base de esta segunda ex-

pedición parece haber sido una

nota preparada por Colón enAbril de 1493. En esta nota elAlmirante se revela francamenteen favor de la colonizaciÓn de

las islas descubiertas instalando

en ellas a españoles....Sus pro-

posiciones son de lo más razona-

ble. Se llevarán dos mil colonosvoluntarios y se construirán tres

19. Madaríaga; obra citada, pág. 355.

106

o cuatro pueblos o asientos.....Algunas de estas ideas de Colónresurgen en las instrucciones quelos Reyes le dan el 29 de Ma-

yo". (19)

Las instrucciones escritas da-das a Colón por los Reyes para

este segundo viaje porten de ma-nifiesto la desconfianza que yatenían en cuanto a la lealtad delAlmirante, siendo la más notoriael haber introducido entre el

personal a Antonio de Torres,hermano de la nodriza delpríncipe don Juan y por tantomuy vinculado a la casa real, su-jeto que fue comisionado para

vigilar estrechamente los actos yconducta del Jefe de la Expedi-

ción, organizada con el criteriode una invasiÓn para colonizarlas nuevas tierras, de las cuales

era obligatorio tomar posesión

en nombre de los Reyes de Es-paña, tal como lo hizo Balboaen las costas del Darén cuandodescubrió el Mar del Sur.

El criterio colonizador que

privÓ en este segundo viaje, sepone de manifiesto cuando en-tre el personal de la misma se

encuentran, no solamente mari-nos, militares y personal de ad-

ministración, sino también la-briegos y jornaleros que habríande trabajar en las obras civilesde la colonia, que fue dotada

con bestias de labor y semilas

de plantas, que para entonces

eran exóticas, pero que se

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aclimataron excelentemente y sehan convertido en fuente de ri-queza para la región del Caribe,

como la caña de azúcar.En esta etapa de los primeros

asentamientos en tierras delNuevo Mundo que se efectuaronen la isla denominada la Españo-la, donde hoy radican las repú-blicas de Haití y Santo Domin-go, comenzaron a manifestarselas tensiones y recelos de m u-

ehos de los subalternos hacia lapersona del Almirante y sus dos

hermanos Diego y Bartolomé;incidencias que trascendieron

hasta la Corona que envió aJuande Aguado, para que investigarasobre la verdad de lo que estaba

ocurriendo en la colonia.

Dándosc cuenta Colón de ladelicada situación a '-ue lo ha-

b ían conducido las intrigas delos malquerientes, dispuso viajara la metrópoli para informar di-rectamente a los soberanos, perocon el cuidado de nombrar Go-

bernador y Capitán General a su

hermano Bartolomé y como susegundo a su otro hermano Die-go; adicionando su nepotismodesignÓ como Alcalde Mayor dela ciudad de Isabela, capital dela colonia y del resto de ésta, aun escudero y criado suyo lla-mado Francisco Roldán, quienapenas ausentado el Almirantese dio a intrigar contra él y adisminuirlc su autoridad.

20. Madariaga; obra citada, pág. 440.

21. Madariaga; obra citada, pág. 460.

En España, Colón aunque nologró desbaratar totalmente lasmaquinaciones de sus enemigos,

conservÓ la con fianza de los Re-yes y pudo retornar a sus Tierrasde Occidente en un tercer viaje,que le resultó el más amargo delos cuatro que realizó.

Habiendo salido dc la Isabelarumbo a España el io de Marzode 1496, Colón estuvo ausentede la colonia: dos años, cinco

meses y veintiun días, pues, de-sembarcó en su retorno el 31 deAgosto de 1498; durante eselapso, su criado y escuderoFrancisco Roldán, a quien elpropio Almirante había nombra-

do Alcalde Mayor de la Capital,promovió una rebelión contra ély sus hermanos: "aunque había

probablemente razones de punti-llo personal y de ambición porsu parte, Roldán no hubicra po-dido hacer frente a la autoridad

de los Colones durante tantotiempo, con solo sus propiasfuerzas". (20)

"La índole popular y, comohoy diríamos, democrática, dela rebeliÓn de Roldán se mani-fiesta en una carta escrita al Al-mirante por Mil-ruel Ballester,su hombre de confianza, a la sa-zón Alcalde de Bonao, que fue

más de una vez emisario y nego-ciador de Colón cerca de los re-beldes". (21)

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"Como era de suponer, lagente rebelada contra los Colo-

nes no tardÓ en descubrir su ori-gen hebreo. Ya sabemos que elantisemitismo en España erasiempre democrático y el prose-mitismo aristocrático. Era, pues,de esperar que en la Espailolalos caballeros y los hidalgos es-

tuviesen del lado de ColÓn y elpueblo en contra". (22)

Enterados los Reyes de la si-tuación de anarquía que prevale-cía en la colonia de Santo Do-

mingo: desconocida la autoridaddel Virrey y las acusaciones que

contra éste formulaban los sedi-ciosos capitaneados por Francis-co Roldán, para justificar la po-siciÓn de insurrección que ha-

bían asumido, tomaron la deter-minación de enviar un letradoque administrase justicia y esco-gieron para ello a Francisco deBobadila, caballero de la OrdenMilitar de Calatrava.

Mientras el Juez Pesquisidor

preparaba su viaje hacia el Nue-vo Mundo, llegaron a Españanoticias desconcertantes para laCorona sobre la conducta deColón.

"Comenzaron entonces a cir-cular rumores e informes sobre

la deslealtad de ColÓn, y sobresu intención de entregar la isla auna nación extranjera. Es difícilhacerse una opinión sobre estegrave cargo que parece haberse

22. Madariaga; obra citada, pág. 461.

23. Madariaga; obra citada, pág. 481.

108

concretado en la supuesta exis-tencia de un acuerdo secretocon los genoveses". (23)

Existiendo tan tremendas yantojadizas acusaciones contra elVirrey, Bobadilla llegó a Santo

Domingo predispuesto contra él,situación que se agravó cuando

quiso hacer uso de las prerroga-tivas que le conferían las Capi-

tulaciones de Santa Fe, peroque el Pesquisidor desconociÓ.

Toda la querella quedÓ plan-teada en términos de antisemi-tismo, que ya cundía en la colo-ma.

En sus investigaciones contraCristóbal Colón, ya desposeído

de su cargo y reducido a pri-sión, Bobadila dio con docu-mentos que usÓ como clementosde convicción contra el acusado.

"Dicen -escribe Pedro Mar-tyr- que el nuevo Gobernador

(Bobadila) ha enviado a los Re-yes cartas escritas por el Almi-

rante en caracteres desconoci-

dos, en las que avisa y aconseja

a su hermano el Adelantado

(Bartolomé Colón), que estabaausente, que venga con fuerzasarmadas a defenderle contra to-do ataque por si el Gobernador

intentara venir contra él conviolencia. ¿Qué caracteres desco-nocidos son éstos? Nadie parece

haberse hecho esta pregunta. NiColÓn ni su hermano sab ían len-gua alguna que no fuese latina.

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Es muy poco probable que sehubiesen constituido una cifrapara su uso personaL. Más natu-

ral parece suponer que conocie-

sen por tradición familiar alguna

forma cursiva del alfabeto he-breo. Es sabido que, aún hoy,

hay colonias hispano-judías que

publican periódicos en lenguacastellana pero impresos en alfa-beto hebreo, lo que justifica lahipÓtesis de que la familia deColón pudo muy bien haberconservado el conocimiento y

aun el manejo de la escritura he-brea después de haber abando-

nado el uso de la lengua, sobre

todo, si se tiene en cuenta la

ventaja que para un pueblo per-seguido tendría la posesión de

u na especie de cifra naturalautomáticamente limitada, conpoquísimas excepciones, a lasfronteras de la raza". (24)

Una vez que Bobadila consi-deró terminada la investigacióny reunidas pruebas suficientes,plenas y completas, para demos-

trar la culpabilidad del Almiran-te y sus dos hermanos, los envió

a España aherrojados y juntocon ellos el voluminoso expe-diente contentivo de los cargos.

Los habitantes de Santo Do-mingo, en su gran mayoría, se

pusieron del lado de Bobadilaque tenía en sus manos el podery el respaldo de la Corona. Hu-

bo una puja de bajezas y ruinda-des contra los tres hermanos Co-

24. Madariaga; obra citada, pág. 488.

25. Madariaga; obra citada, pág. 497.

lón; fueron victima5 del antise-mitismo imperan te en Espaüa yextendido hasta el Nuevo Mun-do, que Cristóbal ColÓn habíalocalizado a este lado del océa-

no de occidente y que los diri-gentes hebreos quisieron conver-tir en seguro asilo para los de su

nación, que podrían allí, adorara Dios según los dictados de sucorazón.

Por el momento, el proyectohabía fracasado, pero andando

los años, ya libre el Continente

Americano de las cadenas conque lo ataba al poder español,

los hebreos y los hombres de to~

das las razas y de todas las cre~

encias, encontraron el ambientepropicio para la práctica de susdiversos cultos religiosos.

Otra prueba de que su condi-ción de converso fue el motivo

de la animosidad contra Colón ysus hermanos es una carta firma-da por Fray Juan de Trasierra,religioso llegado a Santo Domin-go en el séquito del gobernador

Bobadila; en dicha misiva, diri-gida al Cardenal Francisco jimé-

nez de Cisneros, Primer Ministrodel Reino, el fraile expresa lo si-guiente: "por amor de Dios quepues Vuestra Reverencia ha sido

ocasión de que salyese estatierra de poderío del Rey fa-raón, que faga que el ni ningunode su nación venga en estas is-las". (25)

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En su biografía de CristóbalColón, el reputado historiadorSalvador de Madariaga, comentadichos conceptos del padre Tra-sierra en la forma que transcri-bo:

"Pero hay en la carta de Frayjuan de Trasierra un detalle quemerece comentario: El Rey Fa-

raón llama Trasierra al Almiran-te. Faraones era pues el mote delos Colones en la Española. Na-

die parece haber observado este

hecho curioso, y sin embargo

tiene especial significación hallar

este vocablo en la pluma de unfranciscano. Sabemos que losfranciscanos eran entonces losprincipales sostenes del antisemi-

tismo y que el famoso libelo an-tisemita de aquel siglo, "Las Co-plas del Provincial", era sin du-

da un engendro franciscano. Va-yamos pues a las famosas coplasy allí encontraremos estos curio-sos versos:

A ti frayle BujarronAlvaro Pérez OrozcoEn la nariz te conozcoPor ser de los de Pharon.

De modo que Faraón en lajerga franciscana quería decir ju-dío. La acusación de conversos

hecha por la colonia contra lostres hermanos seguía pues viva.Los contemporáneos considera-ban a los Colones como conver-sos y este hecho era bastan te

patente para que una alusión aél en carta al Cardenal y Primcr

26. Madariaga; obra citada, pág. 498.

no

Ministro, que iba a ser pronto

Gran Inquisidor pudiera hacer-se as í de pasada y sin comenta-rio".

"Otro tanto ocurre con laspalabras "de su naciÓn" quefiguran en la carta del P. Trasie-

na. ¿A qué naciÓn alude? Gé-nova no era nación; Italia me-nos. Pero la nación judía, sí".(26)

Con la deposiciÓn de Cristó-bal Colón del cargo de Goberna-

dor de Santo Domingo, su sub-secuentc detención y envío aEspaña aherrojado como un de-lincucnte vulgar, constituyen

una violación flagrante de las fa-mosas "Capitulaciones de SantaFe", el acucrdo ° contrato cele-brado por el Navegante Genovés

con los Reyes de España, me-diante el cual éstos autorizaron

al primero para organizar y diri-gir las expcdiciones que se con-cretaron en los cuatro viajes que

llevÓ a cabo al Nuevo Mundo,las obligacioncs que la concesiónaparejaba y las concesiones con

que se premiaban sus servicios, asaber: títulos de Almirante Ma-yor del Mar Océano, Virrey yGobernador de las tierras quedescubriese, y el diez por ciento

de las utilidades por negocios rea-lizados en las Tierras de Occi-

dente, con lo cual se aseguraban

solar y rentas a las colonias que

habrían de formarse con los ju-díos expulsados de España.

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Pero, todo quedó en proyec-

to, porque las fuerzas reacciona-

rias dilataron la realización del

proyecto, hasta el punto de queColón sólo pudo zarpar delPuerto de Palos el 3 de Agosto

de 1492, o sea el mismo día en

que expiraba el plazo para queabandonaran a España todos losjudíos que no aceptaran bauti-zarse.

Pero, no satisfechos con su la-bor obstruccionista, los antise-mitas se ingeniaron para despo-

jar al AlmIran te de los privile-gios que le fueron concedidos

por los Monarcas.

Antes me he referido a la for-ma ingrata y humilante que Bo-badila, nombrado por la Coronagobernador de Santo Domingoen sustitución de Colón, dio aéste para deshacerse de su pre-sencia y asumir el gobierno quele correspondía conforme a lasCapitulaciones de Santa Fe, lascuales garantizaban al Almirantey sus descendientes una serie de

preeminencias, rangos, rentas y

beneficios; reducidos unilateral-mente por los personeros delReino a solamente el título deDuque de Veragua, para el áreaque en plural se denomina enforma homónima en nuestra Re-pública de Panamá, más una

renta perpetua de diez inil duca-dos a cargo de la Caja de Indias,"Concedido por el EmperadorDon Carlos 1, en 19 de Enerode 1537, a don Diego ColÓn, IIAlmirante y Adelantado Mayorde las Indias, hijo de Cristóbal

Colón". (27)

No satisfecho el gobierno deEspaña con el despojo y las hu-millaciones inferidas al Almiran-te y sus descendientes, la em-

prendieron contra todos los ju-díos y conversos, al tenor de laOrdenanza 122, dictada por elEmperador en Valladolid con fe-cha 15 de Septiembre de i 522,cuyo texto es el siguiente: "Nin-guno nuevamente convertido ánuestra Santa Fé CatÓlica deMoro, ó Judío, ni sus hijos, pue-dan pasar a las Indias sin expre-sa licencia nuestra". (28)

En consecuencia, los vastosterritorios de Occidente al otrolado del Mar Tenebroso u Océa-

no Atlántico como ahora se lellama quedaron vedados para losHijos de Israel, frustrando conello los anhelos de Colón y losgrupos que lo acicatearon y sub-vencionaron su empresa marine-

ra destinada a proporcionar tie-rras colonizables a quienes deEspaña habían sido expulsadospor practicar la fe mosaica.

27. Julio de Atienza: "Títulos nobilarios hispanoamericanos", M. AguiJar, Editor; Ma-

drid, 1947; Colección Crisol No. 195.

28. Instituto de Cultura Hispánica: LEYES DE LOS REYNOS DE LAS INDIAS, Teim-presión de la edición de i 681.

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EPILOGO DE LATRAGEDIA COLOMBINA:

El acto de felon ía y desleal-tad de la Corte Española hacia

CristÓbal Colón, constituido porla violación de las Capitulacio-

nes de Santa Fe y por la subsi-guiente persecución del grupode sus protectores, junto con laprohibición de trasladarse ellos,sus correligionarios y sus descen-

dientes, aunque cambiaran defe, a las Tierras de Occidente

que recibieron la denominaciÓnde Las Indias, sobre las cuales elgobierno peninsular establecióun total monopolio para apro-

piaciÓn y usufructo de sus ri~quezas, paradójicamente condu~

jo a España a su ruina económi-

ca, al estancamiento cultural y

por último, a la pérdida total

del vasto imperio que pretendiódominar.

América, nombre que se dio aLas Indias fuera de España, sur-

gió al conocimiento europeo enel preciso momento en que ter-minaba la Edad Media y comen-

zaba la Moderna, o sea en laaurora del Renacimiento, época

de Maquiavelo y de la razón de

estado, cuando la ambición y laastucia inspiraban la conducta

de los gobernantes.Por eso no hay que extrañar-

se de la conducta de Fernando eIsabel, conocidos en la Historiacon el mote de los Reyes Católi-cos, que obtuvieran de su paisa-no Rodrigo Borja, más conocido

por la versión italiana Borgia de

su apelldo y que elevado al tro-

112

no pontificio, adoptó el nombred e Alejandro VI, proclamaramediante Bula Pontificia, el 3de Mayo de 1493, que las tie-rras a uno y otro lado delAtlántico por derecho de priori-dad en la llegada de sus mari-

nos, pertenecían a los soberanos

de los reinos de la PenínsulaIbérica, es decir, España y Por-tugal.

Para convalidar la donación yevitar futuras confrontaciones,

los beneficiarios firmaron el 7de junio de 1494 el Convenio o

Tratado de Tordesilas, por la vi-lla en que tuvo lugar el acto yconforme al cual señalaron co-mo límite a sus respectivas juris-dicciones un meridiano a 370 le-guas de las Azores; correspon-

diendo a Portugal las tierras alEste de esa Línea y las del Oes-te, a España.

Cuando en las otras Cortes deEuropa se tuvo conocimientodel aludido reparto, es fama queFrancisco 1 de Francia pidiÓ verel testamento en que nuestroPadre Adán constituyó tal lega-do; por lo cual, él y sus colegas

desheredados, consideraron loactuado como una apropiaciÓnindebida sin fundamento jurídi-co y lo desconocieron; comoconsecuencia, las naciones conmayor poderío naval: Francia,Inglaterra y Holanda lucharon,

arma en mano, para establecerseen esos territorios.Giovann i de Verrazano o

Juan Florentín como lo llama-ban los hispanos, con patente

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del Rey de Francia inauguró lasguerras navales del Caribe para

decidir las controversias deEuropa.

En 1522, Verrazano llevó a ca-bo el primer acto de la nueva

beligerancia, al apresar las naves

que conducían hacia España el20% o quinto real del Tesoro deAxaracatl, robado por Cortés ysus hombres en Tenochitlán, laopulenta urbe autÓctona a lasfaldas del Popocatépetl y del

Iztaccihuatl, cuyo monto ascen-día a 150.000 ducados, sin con-tar las 680 libras de perlas y

piedras preciosas.

Después de Francia, corsariosingleses y holandeses se sumarona la contienda, aunque separada-

mente, e igual que los de aquel

país, atacaban tanto las naves

como los puertos espall01es enel Nuevo Mundo, donde se lesconsideraba asesinos, bandidos yladrones, olvidando que las pre~sas y botines que tomaban loscorsarios eran el producto de lasexpoliaciones cometidas en per-juicio de los naturales.

Esas operaciones navales eranlícitas, tal como lo explica donAndrés Bello en su obra "Princi-pios de Derecho Internacional",de la cual se reproduce el párra-

fo siguiente: "Las potencias ma-rítimas, además de las naves deguerra del estado suelen emplearel voluntario auxilio de armado-res particulares o corsario s, que

apresan las embarcaciones y pro-piedades enemigas, y a los cua-les ceden en recompensa de es-tos servicios una parte o todo elvalor de las presas". (29)

El corsario no podía disponerde la nave y los efectos captura-

dos, denominados "presa", lacual se ponía a disposición dcIcorrespondiente "Tribunal deAlmirantazgo", que decidía so-bre su legitimidad y ordenaba

subastada para cubrir los gastosde la operaciÚn, el estipendio

del armador y la parte dcI esta-do.

Los mulatos y mestizos ma-drepatrieros que admiran y exal-tan los actos de rapiña de quie-

nes fueron amos de sus antepa-sados, sien ten la nostalgia del lá-

tigo, igual que el trato - insolentey discriminatorio y haciendocausa común con sus explotado-res vilipendian la memoria delos marinos extranjeros que pa-

saron al Nuevo Mundo para cas-tigar la insolencia del conquista-dor y su sucesor el encomende-

ro; mientras que los indígenas y

los cimarrones ayudaron y cola-boraron con los corsarios, aquienes consideraban libertado-res y aliados en la lucha contra

el poder hispano.Entre los espa¡;oles hubo ele-

mentos opuestos a la rapii'a y laviolencia: los conversos y crip-to-judíos, muchos de los cuales

29. Bello Andrés; "Derecho Internaconal": Editorial Nascimento; Santiago de Chile,1932; pág. 244.

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habían visto a sus familiares ar-der en las piras del Santo Oficioo sufrir la pena infamante de lahorca, el garrote o el piadoso

sambenito y confiscados sus bie-nes hasta dejarlos en inopia: porlo que también fueron agentes,colaboradores e informantes de

los corsarios entre los cuales en-

contraban muchas veces familia-res o por lo menos correligiona-rios. Es que fue una guerra sor-da y secular contra el Decreto

de Expulsión y la violación delas Capitulaciones, irónicamentellamadas de Santa Fe.

Esta no es una afirmación ca-

prichosa y antojadiza sino un

hecho verdadero y justo, tal co-mo lo explica el historiador he-breo Dr. Cecil Roth en el párra-fo siguiente: "El Dr. Héctor Nú.ñez, uno de los mercaderes más

activos de la City parece haber

organizado un sistema complejo

de información en Espa.ia yPortugal...Su cuñado, Bernardo

Luis, trabajó ampliamente comoespía de Burleigh en EspaiÌa,donde lo detuvieron en1588". (30)

Madariaga en su "Cuadro His-tórico de Las Indias" dice:"Francisco Añes fue esp ía deDrake en las Azores. Los judíosde España ayudaban a Drake ensus incursiones sobre las costasespañolas. En el siglo siguiente,el judío Simón de Cáceres cola-

borÓ en la conquista de Jamaicapor los ingleses, dio buenos con-sejos sobre el comercio con Bar-bados...propuso se reclutas e unafuerza judía que con bandera in-glesa fuera a la conquista de

Chile. El piloto que llevaron

Penn y Venablcs a jamaica,Campos Sabatta, era en opinióngeneral marrano, y también loera Acosta que iba a cargo de laIntendencia y negociÓ la capitu-laciÓn". (31)

En 1935, al demoler en Mara-

caibo una casa antigua para re-construirla, se encontró entrelos escombros un cofre con do-

cumentos dirigidos al gobiernodc Francia, donde se explicaba

la existencia de una organiza-

ción fundada en Viena con elnom bre de "Hermanos de la Do-ble Cruz" e integrada por judíos

de varias ciudades de Europa ycriptojudíos de Amerindia, desti-nada a proporcionar informespara la operación de los corsa-nos.

A comienzos del siglo pasadoexistiÓ en Nueva Orléans la lla-mada "Asociación de Barataria",cuyos directores eran franceses

de religión hebrea o conversos,

quienes actuaban con el respal-do del banquero Gabriel julienOuvrard, de la misma nacionali-dad y agentc del Emperador Na-poleón.

30. Madariaga; "Cuadro Histórico de Las Indias"; Editorial Sudamericana; BuenosAies, 1945. pág. 738.

31. Madariaga: obra citada, pág. 738.

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"En Veracruz la compañíafue representada por un ex-em-

pleado de su oficina de Amster-

dam, cierto A. P. Lestapis, que

operaba allí con el nombre deJ o sé Gabriel de Vill anue-va". (32)

Documentos de la época, con-servados en archivos oficiales yprivados, permiten apreciar elapoyo brindado por esa filantró-pica y patriótica Asociación a

los patricios y próceres que lu-chaban por la independencia de

los países del Nuevo Mundo quefueron colonias de España.

Uno de los más importantes,de esos documentos, es el "Dia-rio de lean Laffte", cuya perso-

nalidad nave lada y distorsionada

por el cine es de general y equi-

vocado conocimiento.

En 1958 Vantage Press, Inc.de Nueva York, puso en circula-ción la primera edición del men-

cionado Diario, después de 107años del fallecimiento de suautor, quien así lo había dis-

puesto.

Esa obra permite comprender

m uchos hechos y situacionesocurridos durante los casi treslustras que duró la lucha por laIndepcndc ncia Sudamericana;como por ejemplo, que don Pe-dro Cual, futuro integrante de

la Delegación de Colombia alCongreso AnfictiÓnico de 1826,junto al armador curazaleño Al-mirante Luis Brion y el Capitán

d e N a v ío Luis Auri fueronAgcntes de la AsociaciÓn de Ba-

rataria en sus países; también, la

actitud mental de su autor enrelación con la libertad de con-ciencia y las persecuciones de

que fueron objeto los judíos en

España y sus colonias de Améri-ca.

También sabemos, por dichoDiario, que su autor fue de as-ce ndencia sefardita por susabuelos maternos y que uno deellos, Abdorah Nadrimal, de na-cionalidad francesa y dedicado

al negocio de tenería, cayó cn

manos de la InquisiciÓn de Zara-goza, en cuya cárcel murió; que

al quedar huérfano de madre, lade ésta, Zoraida Beluche vda. de

Nadrimal se trasladÓ a la partefrancesa de Santo Domingo,donde se hizo cargo de la educa-ción y crianza de J ean.

La mencionada Asociaciónprestó gran ayuda y colabora-

ción al Libertador Simón Bolí-

var, cuyo nombre dio a una delas naves del grupo dedicada a

operaciones de corso, con paten-

te y bandera de Cartagena, que

la tuvo propia y distinta a laque fue luego, de la Gran Co-

lombia o sea el "tricolor miran-dino": oro, azur y gules.

La comunidad hebrea de lacolonia holandesa de Curazao,

frente a la costa de Venezuela,

fue entusiasta admiradora de lospatriotas en su Guerra de Inde-pendencia; destacándose entrelos elementos de esa isla, los se-farditas: De john Ricardo, her-mano del economista David yquien alojó al Libertador Simón

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Bolívar en el edificio conocidocon el nombre de OctagÓn, porsu planta octogonal como lasTorres Templarias; y sus correli~gionarios David Morales, RafaelMolina Monsanto, Abraham Cal~

va, Henrique Eduardo Pletz, losmiembros de la sociedad mer-cantil Cardiene Robles y J osephObediente Jr., quien peleÓ en

Carabobo con el grado de Te-niente de Infantería. (33)

Cuando el sitio y bloqueo deCartagcna por los patriotas en elaño 1821, colaboró en el asediode la plaza "el bergantín-corsario"El Centinela" que regía el Ca-

pitán Cohen, judío sefardita deCurazao". (34)

Entre los patriotas que abra-

zaron la causa de la Independen-cia desde su inicio en 1 81 O, se

destaca la figura gallarda y de

prestancia inmarcesible del Con-

tralmirante Renato Beluche "UnHércules en el momcnto delcombate" (35 )... "Muy superiora cualquier otro por su grado,

conocimie ntos, entusiasmos,etc.", al decir del propio Liberta-dor Simón Bolívar. (36)

El Contralmirante Beluche era

tío-abuelo por el lado materno,

de j ean Laffite y por lo tan to

íntimamente vinculado a la Aso-ciación de Barataria y a la gue-

rra revolucionaria que desde alláse protegía; su experiencianáutica era indiscutible: conocíatodos los puertos y caletas delCaribe y había cruzado variasveces el Atlántico; su formaciónera académica y no empírica, alos catorce años ostentaba el

rango de Guardia-marina en losguarda-costas de la Louisiana.

En el momento decisivo de laguerra naval, aunque el jefe no-minal de la escuadra era el Coro-nel josé Padila, impuesto por elVicepresidente Santander contrael querer del General MarianoMontilla Comandante Generalde Operaciones sobre el Zulia,correspondióle a Beluche, aquien los Comandantes de losbarcos, los oficiales y tripulacio-nes le eran personalmente adic-

tos por respeto a su valor proba-

do, proponer, lograr que seaprobara y dirigir la operacióntáctica destinada a destruir la

32. Arthur Preston Whitsker; "Los Estados Unidos y la independencia de América

Latina"; Editorial Universitaria; Bucnos Aires; pág. 15.

33. Isidoro Aizenberg: "Dos comerciantes judíos de la época colonial"; Boletín Históri-

co de la Fundación Jolm Boullon: pág. 271 del No. 29, Caracas, 1972.

34. Enrique Otero D' Costa: "Vida (iel Almirante Josc l'adila": Imprenta Deparlamc:ll'tal: Mani/.aks. 1921: pág. 17.

3~ José Villamil: VisiÓn de Hoiívai Rec:uerdos de medio siglo atrás Boletín dc laAcaduiiia Nadonal de la Historia Tomo XXiX, No. 114, pág. 205; Carac:as, Vene-zuela, Abril, Junio de 1946.

36. Simóii Bolívar: "Obras Completas"; Volumen II, pág. 476: Fdi\lirial Lex: La Haba-na, Cuba; 1947.

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poderosa escuadra española delAlmirante Angel Laborde quese había refugiado dentro delLago de Maracaibo.

Desde el 3 de Mayo de 1823,

cuando se aprobÓ en la JuntaSuperior de Guerra reunida abordo de la corbeta de guerra

ConstituciÓn, fondeada en laPunta de Los Taques, el plan deBeluche, se iniciaron las opera-ciones destinadas a forzar la ba-rra, que entonces obstruía la en-trada del Lago, defendida ade-

más por el Castillo de San Car-los y las batcrías de la costa

opuesta, bajo cuyos fuegos cru-zados y a plan barrido se llevó acabo la operaciÓn, que continuÓcon el difícil cruce del Tablazo

y Capitán Chico, para culminar

el 24 de julio de 1823 con la

destrucción de la Escuadra deLaborde y de la hegemonía na-

val de España en el Nuevo Mun-do, que recibió su puntilazo fi-nal en Santiago dc Cuba el 3 dejulio de 1898.

El ciclo de la dominaciÓn es-

pañola en el Nuevo Mundo seabre con la hazaña de CristÓbalColón, el 12 de Octubre de1492 y se cierra con la VictoriaNaval de Maracaibo, de la cualfue consecuencia la lograda en

Ayacucho.

La afrenta inferida al Faraón,

como apodaban a Colón sus de-tractores por su condiciÓn deconverso y la violaciÓn en superJUlClO de las Capitulaciones

de Santa Fe, fue lavada con la

victoria de Beluche en Maracai-

bo; desde entonces, de Norte a

Sur del Continente, cada unopuede adorar a Dios según los

dictados dc su corazón.

Lo s destellos del Menorahhan guiado el desenvolvimiento

de América, desde la cpoca en

que su existencia era un vago

presentimicnto para los pensado-

res del Vicjo Mundo; cuando seinició su búsqueda a través delMar Tenebroso; durante el tiem-po en que el Santo Oficio vigila-ba a cada quien y cuando porfin se logrÓ la Independencia

política, se aumentó la intensi-dad de sus destellos para ilumi-nar todos los rincones del mun-do americano.

Los hombres que se pretendióexcluir de estas tierras, han sidorecibidos como hermanos cuan-do eran perseguidos en sus luga-res de origen, convirtiendo en

realidad el anhelo de ColÓn y dequienes con su apoyo, hicieronposible el viaje transoceánico.

Panamá, Octubre12 de 1977.

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cimientos ocurridos en Colón en1885 y que tuvieron a PedroPrestán por protagonista, sonmás historia colombiana que pa-nameña. Quizás esa equivoca-ción explique el que casi nadieen nuestro país sepa del calum-

niado caudilo liberal otra cosaque la insustancial leyenda de "lamaldiciÓn de Prestán", activadasicológicamente por los incen-

dios que frecuentemente se sus-citan en esta ciudad.

Lo acontecido en el Istmo dePanamá desde el 28 de noviem-bre de 1821 hasta el 3 de no-viembrc de 1903 podrá ser his-toria colombiana; pero es máshistoria panameña. ¿Dónde en-trarían en nuestra historia, si nofuese así, Tomás Berrera y Jus-to Arosemena, para mencionarapenas a dos insignes istmeñosde esa época? Es que la historiadel territorio que conforma geo-gráficamente a un país, empiezacon el conocimiento humanodel inicio de su existencia, y ha

de cerrar su capítulo final cuan-do ese territorio deje físicamen-

te de ser o se extinga dentro de

sus lindcros el último vestigio

del hombrc. La historia puededividirse por épocas, períodos oetapas y en nuestro caso podrá

hablarse de antes y después de

1821 y antes y después de1903. Esa división, empero, esaceptable para fines políticos odidácticos, y de ninguna maneraforma historia aparte, puestoque la historia de un país y dela humanidad, captada y estu-

diada como fenómeno científi-co, es una, indivisible y con-

tinua.

El infundio.

"El 31 de mayo de 1885 seprodujo en Colón un gran incen-dio que destruyÓ prácticamente

la ciudad. Acción tan condena-

ble se le atribuye al jefe de unade nuestras distintas revolucio-nes, el general Pedro Prestán,

quien viéndose dominado ¡xrlas fuerzas gobiernistas, dispuso

reducir a cenizas la hoy flore-ciente ciudad atlántica",

Así reza un relato (la cita estextual; el subrayado es mío)

que se ha venido repitiendo enforma insensata y se ha hechoaparecer en libros que, sin cues-

tionar, se usan en Colombia yPanamá, como textos de ense-ñanza en las escuelas públicas yparticulares, pese a la contradic-ción de bulto consistente en ma-

nifestar que a Prestán se le"atribuye", es decir, se le impu-

ta un crimen o, lo que es lo mis-mo, se dice que incurrió en él, ya pie juntilas hacer afirmación

categórica de que efectivamente

lo cometió. Y todo, sin que elhistoriador se ocupe de aclararnada sobre lo que el tribunal quejuzgó a Prestán consideró comopruebas para condenado.

Quienes han investigado conrigor histórico y jurídico la su-puesta culpabilidad de Prestán,

no han encontrado prueba, quelo sea en el sentido de lo que

constituye la certeza de un he-

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cho o la configuracifm exacta de

la verdad, de que él fuera autorintelectual o material del crimenque se le imputó. ~a existido, e?cambio, la tendencia a darlc pa-bulo al rumor que empezÓ a co-rrcr más de un mes después de

ocurrido el incendio, de que"Prestán, al verse perdido, 'iue-mÓ la ciudad". Esa especie haido acom pañada de una distor-sión de la amenaza proferida porPrestán, en cuanto a que toma-ría represalias contra los gringos,

si los marinos yanquis desembar-caban y entraban en la ciudad.El propio Prestán aceptó haber

hecho esa intimidación. De loque no hay prueba, por ningunaparte, es de una amenaza suyaen el sentido dc ponerle fuego a

Colón.

Pero el colmo es lo que llegÓa manifestar un historiador pa-n a m eño: "La generalidad denues tros historiadores" -escri-

biÓ- "aceptan y afirman estaacusación que al revolucionarioliberal hizo el Consejo de Gue-rra que lo llevÓ a la horca e~

castigo del crimen que se ,le atr~-buyó.. No sabemos a que parti-do inclinamos, pero mientrashaya duda, se la abonamos aPrestán" .

¡Qué manera de racioci-nar! .... No se necesita ser doctoni ilustrado para saber 'iue, se-gún regla de Derecho, el benefi-cio de la duda se concede alacusado, y -por otra parte-que quien escribe historia debeser imparciaL.

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Cómo empezó todo.-A raíz de la Convención de

Rionegro, la cual desembocÓ enla Constitución de Colombia de1863, nacieron diferencias doc-trinarias profundas entre losmiembros del Partido Liberalcolombiano. El antagonismo re-crudeció en 1880, cuando eldoctor Rafael Núiiez, uno de losdos candidatos liberales a la pre-sidencia de los entonces EstadosUnidos de Colombia, resultóelecto con el apoyo de los con-servadores. El general TomásRengifo era el otro candidato.

En 1884 Núñez fue elegidopara ocupar el solio presidencialnuevamente. Estaba ya entrega-do en cuerpo y alma al PartidoConservador, y no ocultaba su

intención de derogar la Consti-

tución de Rionegro y reempla-zar el sistema federal por una

forma centralista y unitaria degobierno. La facciÓn radical d~lliberalismo lo seiialó como trai-dor y se levantÓ en armas en su

contra. La primera asonada ocu-

rrió en Santander, en octubre de1884. Pronto, casi toda Colom-bia estaba azotada por la guerraci vi 1.

Nuestro Istmo se mantuvo, alinicio, al margen de la contiendabélica. Pero el 16 de marzo de1885, poco después de que elgeneral Ramón Sant,odomingoVila a la sazón presidente del

Est;do Soberano de Panamá, ha-

bía marchado hacia Cartagena,en auxilio de las tropas gobier-

nistas asediadas por las del gene-

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ral Ricardo Gaitán Obeso, en lacapital istmeña el general Rafael

Aizpuru encabezÓ un movimien-

to subversivo. El general Carlos

A. GÓnima se trasladó de Colóna la ciudad de Panamá, al frentede tropas gobiernistas, para con-traatacar a Aizpuru, circunstan-

cia ésta que aprovechÓ el doctor

Pedro Prestán para tomarse laurbe atlántica, a la cabeza de

dos centenares de hombres, porcierto muy mal armados.

Desafío al Coloso del Norte

Lo anterior sucedía el 17 demarzo de i 885. Trece días mástarde llegaba al puerto de Colónun barco con rifles y municio-nes destinados a Prestán. (Segúnla mayoría de los historiadores,el barco se llamaba Colón; noobstante, un documento fidedig-no cuyo origen no me es dablerevelar, porque no tiene carácterde documento público, da elnombre de dicho buque comoCity of Para).

El agente de la embarcaciÓn,

john M. Dow, se negó a entre-gmle a Prestán el cargamento,por instrucciones de las autori-dades norte a mericanas. (Poraquellos días era común lapresencia de "marines" yanquisen aguas panameñas. Desembar-

caban e intervenían en Panamá,

al amparo de la cláusula XXXVdel Tratado Mallarino-Bidlack,de i 846, que el gobierno norte-

americano interpretaba unilate-ralmen te, para su conveniencia

como ha estado interpretando

desde 1904, el Tratado Hay-Buneau Varila- y que el gobier-no colombiano invocaba cuando

lo creía prudente, pese a que sien el primero de los casos se tra-taba de una imposición humillan-

te, en el segundo era una desver-güenza y una descarada falta dehonor patrio.)

Prestán arrestó, entonces, aDow y a otro empleado de laPacific Mail, de nombre WilliamConnor, y fue más lejos: arres-tó, tambicn, a dos oficiales delGalena (una fragata de la marinanorteamericana, surta en elpuerto) y al cónsul de los Esta-

dos Unidos de América en Co-lón, Robert K. Wright; hizo sa-

ber que no les daría libertad alos cuatro detenidos mientras nole fuesen entregadas las armas

que había comprado con dinerode su peculio, y amenazó confusilar a los rehenes y a todoslo s estadounidenses residentesen la ciudad, al primer intento

de agresión o desembarco detropas del barco de guerra nor~

teamericano. El cónsul Wrightordenó la entrega del arma-mento y, con ello, logró su in-mediata libertad y la de losotros tres prisioneros. La ordenno fue atendida. Todo fue untruco. Para evitar que Prestán

fuera al barco y se apoderara de

las armas y municiones, el Gale-na se colocó entre el muelle y lanave, en actitud desafiante. El

re b e Id e cartagenero-colonense,como represalia, arrestÓ a dosempleados de la compañía navie-ra, y advirtió que dispararía

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contra los infantes de marinaque intentaran desembarcar. El

cÓnsul Wright se había puesto a

buen recaudo.

La batalla de Colón. El incendioAsí las cosas, de la ciudad ca-

pital vino a enfrentarse a las im-

provisadas fuerzas de Prestán,

un disciplinado y experimentadode stacamen to gobiernista almando del entonces coronel Ra-món Ulloa. La vanguardia de losrevolucionarios estaba emplaza-

da en el lugar llamado "MonkeyHill" (ahora "Mount-Hope"), el

cual, por esa época, era parte delos tejidos de ColÓn y desde1904 está comprendido dentrode la todavía llamada Zona del

CanaL. Allí tuvieron su primer

encuentro las fuerzas conten-

dientes, en la madrugada dcI 31de marzo de 1885.

Ante el empuje de los conser-vadores, los liberales se replega-

ron a la ciudad. Prestán levantó

barricadas en las calles 3 y 4 YAvenida Bolívar. La lucha con-tinuó hasta cerca de la una de latarde. uiloa había resultado he-

rido en "Monkey HilP', y fue elcomandante Santiago Brun, jefede la policía de Colón, quien di-rigiÓ el ataque decisivo contra

los revolucionarios parapetados

en el centro mismo de la pobla~dón. En medio de la refriega,cerca de las dos de la tarde, seprodujo un incendio que, enmenos de veinticuatro horas, re-dujo a cenizas casi toda las ciu-dad. (Según Sosa y Arce el in-

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cemlio empezó a las 4 de la tar-de).

Algunos historiadores dicenque las pérdidas materiales aconsecuencias dcI fuego, se cal-cularon en treinta millones de

pesos colombianos, equivalentes-según unos- a ocho milonesde dólares estadounidenses, y

--según otros- a seis milones

de dÓlares o balboas. La diferen-cia puede estar en el cambio dela moneda en épocas distintas,pero de ser así el historiador de-biÓ hacer la aclaración corres-

pondiente para evitar confusio-nes.

Se afirma, asimismo, que"cerca de 10.000 personas que-

daron sin albergue" (Sosa y Ar-

ce) y que "quedaron sin hogar

má de 15.000 almas" (Castile-ro R.) Es posible .:¡ue se haya

recogido esa información de cró-nicas periodísticas de aquellos

días sin sometimiento a confir-mación estad ística posterior. Seacomo fuere, todo hace indicarque se trata de un error. La po-blación de ColÓn en 1885 nopasaba de 12.000 habitantes.Así lo hace constar Lucien N.B.

Wyse en su obra El Canal de Pa-namá, publicada en París, en1886. Ramón M. Valdés, en suGeografía del Istmo de Panamá,

2a. edición, anota que en 1905el distrito de ColÓn tenía unapoblaciÓn de 13.815 habitantesy según el censo de 1911 (pri-mero que se levantÓ en el Istmodespués de la separación de Co-lombia), a esas alturas la pobla-

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ción del distrito era de 17.647

personas, lo que es claro indiciode que fue a principios de estesiglo cuando la población de laciudad de Colón alcanzó la cifrade los i 5.000 habitantes.

En los relatos históricos delincendio no he encontrado unosolo que aclare si hubo o nopérdidas de vidas. Es de pre-sumir que no las hubo, puestoque en los cargos que le hicierona Prestán nada se mencionÓ alrespecto, y es razonable pensar

que de haber habido muertospor el fuego, con ellos habría

tenido que cargar el reo. Pero essintomático que, entre tantosdetalles que se han dado por to-das partes en torno al incendio,nada se haya dicho sobre si elsiniestro costó o no vidas huma-nas, un asunto que, de una uotra manera, tiene o debe tener

mayor interés que el valor debienes muebles e inmuebles.

Prestán había ordenado la re-tirada como a eso de la una dela tarde, pero no todos los quehasta ese momento lo seguían,

lo obedecieron. Derrotado pero

no vencido, se dirigiÓ por mar,con un puñado de sus hombres,hacia Portobelo. De allí siguiÓ aCartagena, con el propósito deunirse a las tropas del general

Gaitán Obeso y continuar la lu-cha.

En los relatos históricos hayinformaciones contradictorias encuanto a si Prestán estaba o no

dentro de los confines de la ciu-dad cuando empezó el incendio.

Hay quienes aseguran que enesos instantes él se encontraba

ya en aguas del Mar Caribe,rumbo hacia la Costa Arriba. Laveracidad de esto no ha podidodeterminarse, como tampocohay prueba de que Prestán lepuso fuego a la ciudad con suspropias manos o de que otrapersona lo hizo por orden suyay, en todo caso, esto es lo im-portante. Existe el testimonio

del cÓnsul Wright y del tenienteDozen, de la marina norteameri-cana, en el sentido de que am-bos vieron a Prestán embarcarse

en un cayuco. Y es un hechocomprobado que había más desesenta infantes de la marinayanqui, armados hasta los dien-tes y, en posición de alerta, en laBahía de LimÓn. Ante los ojosde todos los marinos del Galena,

surcaron la bahía Prestán y sus

últimos seguidores, en frágilespangas, iniciando el escape. ¿Porqué no los detuvieron? Esa pre-gunta se la hace uno hoy, toda-vía. "No teníamos órdenes demeternos con Prestán", fue lacontestación que horas más tar-de, ese mismo día, dieron los je-fes de patrulla del barco men-

cionado, cuyo jefe mayor fuejuzgado militarmente algúntiempo después en los EstadosUnidos de América, "por no ha-ber sabido prevenir ni impedir laconflagración" ...

Persecución yanquiAl puerto de Cartagena llegÓ

el 21 de abril, en persecuciÓn dePrestán, el barco de guerra esta-

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dounidense Powhatan, cuyo co-m,mdante demandÓ su entrega yla de los 62 compaiicros de ar-

mas que lo habían seguido. Loscabecillas liberales (Daniel Her-

nández, Foci(m Soto, Felipe Pc-rez y el propio Gaitán Obeso, a

quien Prestán se había unido)

decidieron negarle protecciÓn a

éste, temerosos del desastre quepara la revoluciÓn significaría laintervenciÓn norteamericana nosolo en Panamá sino en todaColombia, como se insinuaba.Gaitán Obeso, no obst;inte, tuvoun gesto de dii-'lidad e liidal-guía: No entregó a Prest~in. LodejÓ ir a su cuenta y riesgo, en

bÚsqueda de otro refugio. Her-moso ejemplo de altivez el deGaitán Obeso, cuando a bordodel Powhatan, en la propia bocadel lobo, le dijo al capitán de

la fragata yanqui: "Ya yo le hedicho a usted, por medio de no-

ta oficial, cuál es mi determina-ciÓn con respecto al selior Pres-tán. En cuanto a la capitulaciÓnque se me exige y la prisión quese me intima, es un abuso de la

fuerza que nunca excusará la ci-vilizaciÓn, pero no obstante lasinstruc ciones con que diceobrar, antes de que sus deseos

sean cumplidos moriré con to-dos mis com paÙeros, y la hogue-

ra de nuestros buques enseÚará

al mundo el sepulcro de un granpartido que, vencido únicamentepor la fuerza, supo caer cum-

pliendo con su deber. Usted sa-be, señor Almirante, que no he-

mos venido de tan lejos para es-quivar la muerte".

124

Prestán buscÓ refugio en Ba-

rranquilla. Allí también le die-ron la espalda. Pensó llegar a

Venezuela, m a,; fue apresado

por los conservadores en el De-

partamento del Magdalena, y de-vuelto a ColÓn, adonde llcgÓ el11 de agosto a bordo de un bar-co ingJ(~s (el Bee), aherrojadocon t,'Tilletes y cadenas. Li ven-ganza yanqui-nuñista iba acumplirse. El escenario para elcapítulo final de la injusticia es-taba montado, con toda antici-paciÓn. Lo hab Ían condenado;intes de juzgarlo. Pero el juiciotendría verilicativo, para llenarla formalidad... La escena erauna de esas del Sur de los Esta-dos Unidos, en donde el"Sheriff", con una convicciÓn

sui-KCneris de justicia, clama

olímpicamente: "No permitiréque lo linchen. Vamos a ahor-

carlo. Pero antes, le haremos unjuicio" .

El juicio

Seis días después se abrió eljuicio sumario. Se le acusó de

incendiario. Lo juzgÓ un tribunalmilitar, compuesto, en su mayo-ría, por enemigos políticos su-yos. Los testigos de cargo fue-ron cuatro: Giovannc Bcltrame,

italiano, comerciante; Clement

Dupuy, gringo, superintendentede la Compañía del Ferrocarril;IIugo Dietrich, alemán, comer-

ciante, y William Connor, súbdi-to inglés, empleado de la agen-cia naviera Pacific Mail S.S. COi

Los cuatro eran extranjeros, detez blanca, con el pensamiento

¡

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enquistado en la supuesta supe-

rioridad de su raza. Ninguno deellos dominaba el idioma espa-

ñoL. Sin embargo, ninguno nece-sitó de traductor para exteriori-zar y formalizar sus deposiciones.

Ninguno de los cuatro dijo ha-ber visto a Prestán en el acto de

incendiar a ColÓn. Ninguno dijohaber oído a Prestán cuando, se-gún lo afirmaban, amenazÓ conquemar la ciudad. Eso, apartede que una amenaza, de estarplenamente comprobado su pro-nunciamiento, no lleva implícitala realizaciÓn de la acción enun-ciada. La sabiduría popular ha

tiempo lo sintetizÓ en prover-

bio: Del dicho al hecho hay ungran trecho.

En las declaraciones de loscuatro "testigos" cabalga desbo-

cado el potro del prejuicio. Son

testimonios de referencia que notienen valor probatorio y que,

por consiguiente y por serexpresivos de opinión personal

condenatoria contra el acusado,

en un juicio imparcial hubiesen

sido invalidados.

Por otra parte, el tribunal mi-litar, instalado y manejado porel general Rafael Reyes y el co-ronel Pedro Nel Ospina, a quie-nes Rafael Núliez hab Ía dadoinstrucciones de "cancelar el ca-so de Prestán", no acogiÓ la so-L icitud del reo para lj lIe seoyeran los testigos de descargo

que cl solicitÓ: Francisco Grave

de Peralta, el doctor José MaríaVega y Avila, Manuel S. Navarroy Manuel Pernett. No solo no le

probaron a Prestán el crimen delcual lo acusaban, sino que tam-poco le dieron la oportunidad

de que com parecieran quienes

podían dar testimonio de su. .inocenC1a.

No le negaron el uso de la pa-labra para que dijera lo que te-nía que decir en su defensa, peroera obvio que el tribunal no ibaa escucharlo, como en efecto nolo escuchó. Tampoco hubo ca-reo de testigos con el reo.

j Fue un juicio plagado deanomalías jurídicas e imperfec-ciones legales!

Derecho de gentes

Según las piezas que informanel proceso de Prestán, a éste sele juzgó "dentro del derecho degentes". Si el derecho de gentes

-como estaba definido ya en-tonces- son las reglas de convi-vencia establecidas entre loshombres por razÓn natural, yconstituyen el conjunto de dis-posiciones que arreglan las rela-ciones e intereses que tienen lasnaciones unas con otras, y deallí que haya derivado en el fun-damento de lo que se conocecomo Derecho Internacional, ¿aqué su invocación para juzgar aPrestán ?

Para medir el alcance del lle-vado y traído "derecho de gen-

tes" aplicado " Prestán, bueno

es no perder de vista cl:\r1Ículo91 de la constílucilii colombia-

na vigente durante la guerra civilde 1885, cuyo texto es como si-gue: "El derecho de gentes hace

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parte de la legislación nacionaL.

Sus disposiciones regirán espe-

cialmente en los casos de guerraciviL. En consecuencia, puedeponerse término a ésta por me-

dio de tratados entre los belige-rantes, quienes deberán respetarlas prácticas humanitarias de lasnaciones cristianas y civiliza-das". Y viene a colación lo que

observó don justo Arosemenaen el Tomo II de su obra Estu-dios Constitucionales sobre losGobiernos de América Latina,publicada en París, en 1888:"La doctrina del Art. 91 fue in-troducida en la convenciÓn por

dos diputados de opuestas mi-

ras, con la más sana intención

según todas las apariencias, peroa virtud de una siniestra inter-pretaciÓn, ha venido a convertir-se en un instrumento peligroso.El derecho de gentes obliga co~

mo las leyes nacionales, mas noteniendo la misma precisión,queda expuesto al capricho delos expositores".

El doctor NÚlÌez, convertido

en dictador, había abolido la

ConstituciÓn al término dc laguerra civil de 1885. De suerteque cuando se llamó a Prestán ajuicio, no sólo había cesado la

revolución sino también, de he-

cho aunque no de derecho, lacarta magna del país. Y vuelve

la pregunta: iA qué, entonces,

lo del derecho de gentes?Ello fue -y ésta es mi con-

clusión personal~ más que re-curso legal, una tinterilada sur-

gida, en parte, como una necesi-

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dad del gobierno, resultante dela dictatorial decapitación por

Nwiez de la constitución vigentedesde 1863; en parte, como unmecanismo para acallar posiblesreclamaciones internacionales y,sobre todo, porque servía a losconservadores como instrumentode venganza y terror, para afian-zarse en el poder.

De todas maneras, a Prestán

lo juzgÓ un CONSEjO DE GUE-RRA DE OFICIALES GENE-RALES. Que yo sepa, nadie hadiscutido la com petencia de un

tribunal de esa naturaleza para

conocer de la causa. Se da pornatural que ello haya sido así,

por tratarse de un hecho crimi.noso perpetrado en tiempos de

guerra (guerra civil, por cierto).Pero, si se trataba de un dclitocomún, definido y clasificadocomo tal por la legislaciÓn vi-gente en ese entonces, ¿por quéal reo no lo juzgÚ un tribunalordinario? ...

La opinión pública.En la parte motiva de la sen-

tencia condenatoria dictada por

el tribunal que conoció la causainstaurada contra Prestán, se

asienta -..-cual si se tratara de unhecho incuestionable, de unaverdad que, no necesita ser de-mostrada- la afirmación de que"la opiniÓn pública manifestada

de diversos modos, condenaunánimemente (sic) al sindicadoPrestán, como inmediato y prin-cipal responsable" del incendio

de ColÓn.

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Este es un argumento delez-nable. En un juicio criminal, noes prueba plena de nada. Se tra-ta de una conjetura que no al-canza a constituir siquiera un in-dicio o una presunción. No es unconcepto jurídico sino un con-

cepto político del cual ha abusa-

do, por cierto, la demagogia. Entodo caso, es un juicio abstrac-to, difícil de establecer con pre-cisión.

No obstante -y esto ya noes simple conjetura- existen in-dicios históricamente comproba-dos que hacen pensar que laopiniÓn pública estaba inclinadamás bien a favor de Pedro Pres-tán que en su contra. Hay indi-caciones de que el grueso delpúblico creyó siempre en su ino-cencia. Hablo, desde luego, de laopiniÓn pública conformada porlos colonenses coetáneos delmártir liberal, no de una "opi-nión pública" echada a andardesde el Palacio de San Carlos,

en Bogotá, y diseminada por si-tios lejanos dcI lUKar de la trage-

dia. Prestán era del pueblo y

con el pueblo estuvo en todotiempo identificado. Era, ¡xrdemás, un hombrc respetadopor la generalidad de las perso-nas, y es precisamente el sentirde la generalidad de las personas

lo que le da forma y substancia

a eso que se llama opinión pú-blica. No hubo ni una sola ex-presión imprecatoria, ni una sola

voz de airada admiración, ni de-nuestos ni insultos lanzados por

el público en su contra, cuando

descendió del barco jue lo de~

volvió a Colón encadenado, y

todo fue un pesado silcncio yun mar de rostros tristes cuandula crueldad de sus jueces acabÓ

de enseñorearse con su vida en

el anticristiano espectáculo de

su ejecución.

La pena de muerte.

Cuando Prestán fue enJuicia-do, condenado y ahorcado, dehecho no regía, pues, la Consti-tución de 1863, puesto que eldoctor Núñez la había declaradoinexistente. Pero sí estaba aúnen vigencia, de hecho y de dere-

cho, el 31 de marzo de 1885,cuando ocurriÓ el incendio delcual se dijo que Prestán era cul-

pable. El Artículo 15 de esaConstitución consagraba la in-violabilidad de la vida humana,y excluía la pena de muerte dela legislación colombiana, sin

¡xsibilidad de excepciÓn alguna,ni aun dentro del socorrido "de-recho de gentes", incorporado

en esa misma ConstituciÓn.En comentarios sobre la de-

claración del.doctor Núliez ante

una manifestación popular con-

servadora, con motivo del triun-fo gobiernista sobre la revolu-

ciÓn ("La Constitución de 1863

ha caducado"), subraya José M.

Samper: "Esta expresiÓn tenía

por fundamento la victoria... yera necesario sancionarla por

medio de algún procedimientoque volviese a colocar la repúbli-ca en el carril constitucionaL.

Lo que existía por la fuerza delas cosas... era un modo de ser pu-

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ramente social y civil, reguladopor la obligación común y porel derecho de gentes, pero sinConstitución Política... Subsis-tían códigos y leyes, así nacio-nales como de los Estados queregulaban la vida social, guber-nativa y administrativa...".

Los tratadistas de DerechoPenal coinciden en indicar quepara que sea punible un hecho,

se necesita que haya sido previs-to por la ley, y que se le haya

señalado pena antes de su perpe-tración. No les es permitible,por tanto, a los tribunales, im-

poner penas que no están sei'ia-ladas antes de la ejecución del

hecho, ni aplicarlas fuera de loscasos previstos en la ley. Y lasleyes penales tienen efecto re-troactivo solamente en cuanto

favorecen al reo.

Cabe preguntar, entonces, co-mo cuestión de Derecho y acep-tando -solamente en plan de ar-gumentación- que Prestán eraen efecto culpable del delito deincendio: ¿ Fue de justicia apli-caIe una pena no contempladaen el momento en que se come-

tió el delito? ¿Era jurídicamen-

te procedente la retroactividadde la pena de muerte, dado elcaso de que el gobierno de laRegeneración la hubiese impues-to después del 31 de marzo de1885?

Quiénes incendiaron a ColónDespués del desbande de los

hombres de Prestán, ocuparon laciudad los infantes de marina

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del Galena. Algunos historiado-res aseguran que los marinosyanquis y las tropas gobiernistasmataron en el acto a los quesorprendieron propagando el in-cendio. Sin embargo, dos hom-bres acusados de incendiariosfueron hechos prisioneros porlos norteamericanos: el haitianoAntoine Pautricell, y el jamai-quino George Davis, alias "Co-coba lo" , palabra que el Diccio-nario recoge como nombre deun árbol americano y de su ma-

dera, y que tanto en Colombia

como en nuestro país es térmi-no que se aplica al que tiene lacabeza pelada.

Es de presumir, pues, que niPautricell ni Davis fueron sor-

prendidos en flagrante. Ambosfueron entregados, días más tar-de, por los "marines", a lasautoridades colombianas, y fue-ron ahorcados el 6 de mayo de1885, en Colón, ante una grancantidad de espectadores, des-

pués de que un tribunal militarmanifestó haber los encontrado

culpables del incendio de Colón.Los dos eran residentes de Co-lón y se hab ían alistado en la

tropa revolucionaria de Prestán,

según todos los indicios, por supropia voluntad. No hay prue-

bas de que los revolucionarioscolonenses no hubiesen sido to-dos voluntarios. No obstante,Pautricell dejó una carta dirigi-da a Prestán en la cual le decía:"Muero yo por los hechos oca-sionados por el incendio de Co-

lón... hágame el favor de quitar

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de las ideas de la población de

Colón que usted no es el autordel crimen, Yo había ya rendidoa las tropas del gobierno a launa y usted puso fuego a lasdos. Los americanos que me to-maron en las calles de Colón sonellos mis asesinos y no los co-

lombianos. Muero yo como sol-dado, pero usted sabe muy bienpor qué causa, es decir por us-ted, porque no tenía derecho de

tener colores políticos en Co-

lombia..." Carta ambigua, llena

de m atices con tradictorios,translúcida de una segunda y ma-liciosa intención y, sobre todo,comprometedora.

"El caso pide a gritos una in-vestigación" -ha escrito el his-toriador nacional Rubén D. Car-les-" porque se trata de unacarta dirigida al señor Pedro

Prestán en vida, la cual perma-

neció oculta por espacio de va-

rios días, y nunca llegó a poderdel destinatario".

Es interesante observar que elStar and Herald, en comentarios

intitulados El cadalso en Colón,dijo el 12 de mayo de 1885,seis días después del ajusticia-miento de Pautricell y Davis:"Lo hemos dicho ya y lo repeti-mos en honor a Colombia: losautores y actores de aquel horri-ble drama del 31 de marzo no

fueron colombianos".

Con el ahorcamiento dePautricell y de Davis, el gobier-

no colombiano pudo haber dadopor cerrado el caso del incendiode Colón. Analícese el texto del

telegrama que el general RafaelReyes remitió al Presidente deColombia, desde Colón, el 7 demayo de 1885: "Doctor Núñez,Bogotá. Ayer por corte marcialmandé ahorcar sobre las ruinasde Colón a los compañeros dePrestán: Pautricell y Cocobolo.

Salvada justicia. Rafael Reyes".

Pero no. Había otros interesesante los cuales Prestán debía ser

inmolado. Los gringos no le per-donarían jamás el que un hispa-noamericano, de piel oscura, co-mo él, les hubiese inferido latremenda humillaciÓn de ponersus manos morenas sobre lablanca epidermis de dos oficialesde guerra del Coloso del Norte.No le perdonarían, jamás, que

hubiese tratado como a cual-quier hijo de vecino a su repre-

sentante consular. No le perdo-

narían jamás, haber puesto a raya

a sus prepotentes "marines".

Reveladoras y de gran impor-

tancia para la investigación de

los hechos históricos en torno alincendio de Colón, son estas pa-labras pronunciadas por el doc-tor Antonio José Restrepo (es-critor, orador y diplomático co-lombiano, 1885-1933), en el Se-nado de Colombia, cuando, en1925, en ese parlamento, se de-batía sobre la pena de muerte:

"Comerciantes fallidos, deseososde cobrar seguros achacaron amanos criminles ese incendio,ayudado de las bombas explosi-vas que lanzaban contra las trin-cheras de Prestán los buques

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americanos surtas en el puerto yque combatían allí llamados porlos conservadores, y así fue co-

mo pagaron con sus vidas en lahorca Pautricell, Prestán y Co-

cobolo. No existía entonces lapena de muerte, pero los conser-vadores quisieron coronar sumenguada traición con Núiíez,alzando la horca ante el mundo,digno lábaro de una em presaominosa. Más tarde se pudocomprobar que el incendio nofue obra de manos criminales, si-no de la fatalidad de una batallaen una ciudad de madera y conun calor de 40 grados centígra-

dos. Extranjeros interesadosquisieron hacer una reclamaciónal gobierno de Colombia, pero

la buena prueba de las investiga-ciones vino a desvanecer la infa-me trama, cuando ya no se po-día resucitar aquellos desgracia-

dos... "

En su afán de presentamos a

Prestán como un facineroso, sehan olvidado algunos historiado-res de señalar las circunstancias

que concurrieron en el levanta-miento por él encabezado. Se

oculta que el Presidente Núñez

había pedido a Washington larepresión de cualquier brote an-

tigobiemista en el Istmo de Pa-

namá. y callan que unos cuan-tos días antes de que Prestán se

alzara en armas, el doctor San-

tander A. Galofre presentó re-nuncia del cargo de Alcalde de

Colón, en estos términos: "Se-ñor Prefecto de la Provincia de

130

Colón: No son las nueve estre-llas del glorioso pabellón colom-biano las que hoy arrojan luzsobre nosotros. La bandera queenvolvió a Lincoln al bajar al se-pulcro, la veo izada sobre nues-

tras cabezas. El buque anclado

en nuestro puerto ha desembar-

cado tropas y ejercido actos desoberanía sobre nosotros. Parece

increíble que, después de Bo-yacá se tolere tamaña infamia

sin que nuestra sangre o la ex-traña dé a los mares el color dela púrpura. Por esta razón, no

quiero pertenecer a un gobierno

que se declara impotente para

vengar tamaña afrenta".El doctor Galofre era aboga-

do notable y brilante escritor.Su honestidad y valor cívico

eran ejemplares. El calibre moralde este hombre puede medirsepor la sinceridad con la cual en-juició el movimiento separatistade 1903: "Cuando el Istmo, en1821, selló su independencia y

se incorporó voluntariamente a

Colombia" -escribió Galofre-"abrigaba sin duda la convicciónde que nosotros (los colombia-nos) no anularíamos sus dere-

chos y su libertad como puebloy respetaríamos siempre la inte-gridad de su gobierno propio. Sifaltamos o no a la confianza

que los istmeños depositaron en

el país, que lo diga nuestra his-toria en los últimos 20 años

(antes de 1903) Y la obra de ini.'quidad y despojo realizada enPanamá por el mismo lapso".

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La defensa

A Prestán lo trajeron preso aColón el 11 de agosto de 1885.

El 17 de agosto le hicieron eljuicio y al día siguiente se cum-

pliÓ la sentencia condenatoria.

Prestán había solicitado al doc-tor Pablo Arosemena, figura des-tacada del foro y parlamentocolombianos y, años más tarde(de octubre de 1910 a febrerode 1912), presidente de laRepública de Panamá, que seencargara de su defensa; pero,éste, -por razones que no sehan dado a conocer- no aceptódefenderlo. El doctor Aroseme-

na era de filiación liberal, noobstante se mantuvo al margen

de la revoluciÓn de 1884- i 885,

como tam poco participó añosmás tarde en la Guerra de losMil Días, ni se identificÓ con el

movimiento secesionista del 3de Noviembre de 1903. CuandoAizpuru se alzó en Panamá, Pa-

blo Arosemena estaba encargadode la presidencia del Estado, a

la cual era primer designado.Renunció por desavenencias conel general GÓnima, sin que lasrebeliones de Aizpuru y Prestánhubiesen sido aún dominadas.

Prestán asumiÓ su propia de-fensa. He aquí su protesta de. .inocencia:

"Hago uso del derecho de lapalabra, no para defender mivida, porque demasiado veo lacorriente que me arrastra,desde la cual diviso, a un la-do, la oscura fosa que espera

mi cuerpo, y del otro, laaureola que brinda la palma

del martirio."Hago uso de este derecho

para protestar contra el ho-

rrendo crimen que me impu-

táis, y para que el mundo se-pa que el que hoy llamáis in-cendiario de Colón, es inocen-te ante Dios y ante los hom-

bres de buena voluntad. Y pa-

ra pediros que, por el buen

nombre de nuestra amada Co-lombia y cuando vuestros es-píritus reposados por el trans-curso del tiempo, ya no abri-guen pasiones políticas, hagáiscomparecer ante este banco,al monstruo que ejecutó tanhorrendo crimen, para que dé

cuenta de su obra, y luego laexpíe en ese cadalso, que hoyhabéis levantado para mi difa-mación. Sostenedor incansa-ble de la Constitución de Rio-negro, me levanté en sosteni-miento de la fuerza que en sumayor parte quedÓ envueltaentre las llamas. Desgraciada-

mente, la suerte de nuestras

armas fue adversa tanto aquí

como en los demás campa-mentos de la República enque hubo de levantar la mis-ma bandera, adversidad de lacual se han valido mis enemi-

gos personales para confundir-

me con el pavoroso criminaL.

" ¿Qué móvil podría indu-cirme para destruir la flore-ciente ciudad de Colón ? Yollegué a ella ignorado y sin re-cursos para la subsistencia y a

1!1

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fuerza de luchar cuerpo acuerpo con el infortunio, lo-gré conquistar una posiciónno ventajosa, pero sí halagüe-

ña. Aquí, en mi hogar, teníalos seres más queridos de mivida y, ¿cÓmo podía yo aten-tar contra esas vidas que eran

la savia de la mía? iCon gus-to hubiera dado la sangre me-

jor del corazón por haberles

ahorrado, no digo un dolor,sino una lágrima!

"Me resigno, señores miem-bros del Consejo, a recibirvuestro veredicto que de ante-mano sé cuál es. Yo perdonoa mis jueces de la tierra, paraque el Juez Supremo me reci-ba como mártir."

En la obra Homenaje a laCentenaria Ciudad de Colón, pu-blicada en 1952, recoge el histo-riador Rubén D. Carles esteacertado comentario de Camilo

Pardo Umaña: "Si el generalPrestán no fue un histrión, y na-da hay que nos permita creerloasí, es preciso convenir en quealgún acento de verdad resuena

en las anteriores palabras".

y vienen a colación las pala-bras de la doctora Concha Peña(PRESTAN EL DESVENTURA-DO. La Estrella de Panamá, 24de noviem bre de 1955 ): "Le-yendo y estudiando, año trasaño, los documentos l:iue se re-fieren al célebre proceso de Pe-

dro Prestán, me convenzo cadavez más de que no fue un incen-diario" .

132

Quién era Pedro PrestánHasta hace veinticinco o

treinta años, vivían todavía en

Colón varias personas que cono-cieron a Prestán personalmente,

inclusive dos o tres de los 200hombres de su tropa revolucio-naria. Tuve la suerte de entrevis-tar a algunas de esas personas.

Todas hablaban con serenidad yaplomo de la inocencia de Pres-tán. Su hija, América Prestán deEhlers, muy respetada y queridaen el seno de la familia colonen-

se, hoy difunta, era entonces la

de p o s i taria del recuerdo delm á r t ir c ar t a genero-colonense.Con ella conversé, en varias oca-siones, en su hogar ubicado enla convergencia de la calle 7 y laAvenida Santa Isabel, y recogí

de su relato -triste, pero exentode odio y amargura- datos his-tóricos fidedignos relacionados

con su progenitor.

Mi padre, colonense nato yneto y quien estaba prÓximo a

cumplir los 14 años cuando mu-rió Prestán, y dedicÓ posterior-mente bastante tiempo a la in-vestigación de su proceso, con-

tribuyó, también, como ya lo hemanifestado, a formar en miconciencia la imagen del líderrevolucionario.

De esas fuentes de informa-ción directa y de lo que he leí-

do al respecto, he sacado este

retrato de Prestán: Mulato; de

cabellos crespos que peinaba

con raya en el centro; crespo,también, y abundante el bigote;

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usaba la vestimenta '-ue ¡xraquellos días acostumbraban lle-var quienes, como él, eran hom-bres de letras: saco largo, oscu-ro; cuello blanco, alto semiabier-

to; corbatín negro y, a veces,

corbata a rayas negras y blancas;

pantalones y bombín grisáceos;botines negros.

En todos los círculos se le de-cía, con respeto: "el doctorPrestán". El título era bien me-

recido, ganado a fuerza de estu-dios y confirmado con su actua-ciÓn brillante en los tribunales yen el ejercicio de la magistratu-

ra. Hab ía nacido en Cartagena,

hijo de una lavandera costeña y

un marino antilano. Desde tem-

prana edad trabajó para su sus-tento y el de su madre y sushermanos. Su primer oficio fueel de carretero. De día, trabaja-ba. De noche, se dedicaba al es-tudio, y logró asistir al colegiodirigido por un renombradoeducador colombiano, el doctorAraújo.

Andaba por los 22 años cuan-do vino a Colón. Aquí echóraíces. Aquí contrajo matrimo-nio con la panameña María Fé-

lix Ayarza, y aquí nació su hija,América. Se dedicó con éxito alejercicio de la abogacía y con elproducto de su trabajo se hizodueño de la casa de madera quele servía de hogar. Dominaba,

además del español, el francés yel inglés. De ideología liberal,había sido seguidor político deldoctor Rafael Núñez, de quien

se decepcionó cuando el solita-

no del Cabrero empezó a hacer-les guiños amorosos a los con-servadores. Militó, desde enton-ces, en las fias del radicalismo

liberal. Y se alzÓ en armas con-tra el gobierno de Núñez.

Ni su color ni su raza lo ofen-

dían. A los oficiantes de la dis-criminación racial, les oponía lacoraza de su dignidad personal y

el orgullo de su estirpe hispano-

americana. Fue un espíritu culti-vado y para él la superioridad

del hombre no estaba en su ra-za, color o nacionalidad, sino en

su inteligencia y en su corazón.No era enemigo gratuito de losyanquis; pero no les soportaba

sus insolencias. Su sentido ysentimiento de patria se lacera-ban con la intervención estado-unidense en el Istmo de Pana-

má, al amparo del Tratado Ma-

llarino-Bidlack. Le hervía la san-gre la actitud sumisa de los pa-niaguados y le dolía la humila-ción de los pobres y los humil-des.

Fue un gran rebcIde. Se rebe-ló contra la pobreza, contra la

ignorancia, contra el racismo,

contra el despotismo y contra laintromisiÓn de los yanquis en supatria. Y pagÓ su rebeldía y supatriotismo siendo víctima de

una de tres grandes injusticiasque registra la historia paname-

ña. Las otras dos son: la decapi-

tación de Vasco Núiiez de Bal-boa, en Acla, en enero de 151 7,

Y el fusilamiento de VictorianoLorenzo en la ciudad de Pana-

má, el 15 de mayo de 1903.

133

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su impasible frialdad. A veces

daba la impresiÓn de un hombrevacilantc c indeciso, cuando enrealidad era cauteloso y pruden-

te.

Maestro del suspenso... cono-cía el instante sin emoción deactuar, por larga y desesperante

que resultare la espera...Una vez le oímos una expre-

sión que nos pareció de una gran

elocuencia en él: NO DARPUNTADA SIN DEDAL.

Poseía la templanza para no

estremecerse cn los momentosde crisis, y la serenidad como

para pasar por alto las innume-

rables intrigas que circundan atodo hombrc pÚblico.

Mantenía invariablementc laactitud de quien observa y es-

cucha cuidadosamcnte para ll-formarse sin precipitaciones. Di-fícilmente hacía un juicio sobrelos demás. Nc¡ tenía adjetivospara nadie, ni aun para quienes

militaban en otras latitudes dis-tantes a la suya.

No sufría temor por rectificarsus decisiones, y su vanidad ja-más llegÓ al cxtremo de mante-nerse inalterable ante el error oel desacierto.

Existen varias anécdotas de suvida pública que nos dan unavisión de su carácter y personali-

dad.

A finales de su mandato, laConvenciÓn Nacional Constitu-yente, ya convertida en Asam-

b I ea Legislativa, planeaba un

136

golpe de gobierno, con laaquiescencia del Jefe de las Fuer-zas Armadas, Coroncl RemÓn.

Los conspiradores decidieronofrecer la Presidencia de la Re-

pública al Contralor General de

la Nación, señor Henrique Oba-

rrio, quien era hermano políticode Remón.

jiménez conocía todos los de-talles de los movimientos que sefraguaban, y como si los ignora-se, jamás interrumpió el diálogocordial con cada uno de los con-jurados.

Jacinto López y LeÓn, Minis-tro de Gobierno y justicia, noti-ficaba cada día al señor Presi-dente del giro de los aconteci-

mientos. El Ministro López yRemÓn eran amigos invariables.

Los que conocían los hechosse sorprendían de la frialdad delPresidente jiménez, pero el díafijado para derrocarlo, el Manda-tario convocó desde las mástempranas horas de la mañana, ajacinto López y LeÓn y al Co-ronel RemÒn al Palacio de lasGarzas.

Tras una extensa reunión per-sonal, el Presidente jiménez,

abandonó a Remón y al Minis-tro López en una habitaciÚnaislada y cerrada con llave porfuera.

La charla entre ambos, ameni-zada de sucesivos tragos de licorse fue extendiendo por las ho-ras. ..

Los diputados que planeabanel golpe se reunieron en sesión

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extraordinaria y decidieron la

suerte de la república, sin cono-

cer el paradero del Jefe de lasFuerzas Armadas. Pero cuando

todo se hubo consumado se pre-guntaban con gran inquietud,

¿QUE SE HA HECHO?¿A DONDE SE HA METIDOEL CORONEL REMON?

Al llegar las horas de la tarde,una Comisión de la Asambleafue a visitar al Presidente jimé-

nez para comunicarle su destitu-ción. Cada uno de los que inte-graban la Comisión eran amigosy colaboradores del mandatario:

Ricardo Arias Espinoza, Carlos

Sucre, J. J. Vallarino y el pro-

pio Contralor Obarrio.

En la calle circulaban diversasversiones y no faltÓ quien afir~mÓ que se trataba de un "auto~golpe" que j iménez propiciaba

para impedir que llegara al poderArnulfo Arias.

Pcro seguro dc sí mismo, En-rique A. J imcnez esperÓ pausa-

do a los comisionados. Después

de comunicarles Ljue desconocía

lo actuado por la Asamblea Na-

cional, hizo citar al Coronel Re-món reclamándole el respaldo.

Remón no tuvo otro caminoque respaldar al Presidente jimé-nez, y así, dio por terminada la

audiencia. Al desechar el mo-

vimiento tan cuidadosamenteplaneado, retornó Jiménez a suslabores habituales sin tomar nin-guna acciÓn contra los "golpis-tas " .

Pero a las veinticuatro horas

de lo hecho, el Mandatario con-

vocÓ al gabinete en plcno paradiscutir algunos problemas pre-supuestarios, solicitando muyrespetuosamente al señor Con-

tralor que los ilustrase sobre el

estado de los más recientcs gas-tos del sector público.

Obarrio continuó en su cargo,sin que en los días sucesivos hu-

biese la menor diferencia entreel Presidente de la República yel Señor Contralor, y sin que ja-más se volviese a hacer un co-mentario sobre el "golpe".

En otra ocasiÓn la prcnsa na-cional de Harmodio Arias, sehizo eco a título de escándalo

público, de una imputación pe-

nal al mandatario: El Presidente

jiménez había abandonado elterritorio nacional sin la debidaautorización de la Asamblea Na-cionaL.

El Diario LA HORA, publicóuna foto de origen dudoso yadvirtió que se había tomado enel Aeropuerto de Miami, en elinstante en que el Presidente de

la República descendía en el te-rritorio norteamericano.

En esos instantes, el Presiden-te jiménez transitaba por unode los más delicados días de sugobierno, frente a una presión

de multitudes, pero aun frente asu debilidad dejÓ que los acon-

tecimientos continuasen su cur-so normal sin intentar una de-fensa.

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Esperó cautelosamente auncuando todos sus consejeros leadvertían que era necesario dcs-mcntir a sus acusadorcs.

FinalmClte el propio diarioLA HORA hubo de retractarscde su publicación. Cuando al-guien se acercÓ a jimcnez y lepreguntó por qué en ningún mo-mento había tratado de desmen-tir a la prensa, sonriendo advir~

tió:

PORQUE LAS ACUSACIO-NES ABSURDAS SE DES-MIENTEN POR SI SOLAS...

Sus contemporáneos le califi-caban con el sugestivo nombrc

de EL SUBMARINO, como paraindicar que era un hombre tanaudaz como para encontrarsiempre una salida inesperada,cuando sus adversarios creíanque lo tenían atrapado y venci-

do.

Hombrc objetivo y práctico,sacaba partida hasta de los ins-tantes de adversidad, por ellosu vida toda está repleta detriunfos y de realizaciones.

Pero si como político, exhi-bió su personalidad contornos

tan controvertiblcs, como hom-bre y como gobernante demos-trÓ siempre el más elevado civis-mo, anteponiendo a sus intere-ses los de la NaciÓn Panameña.

Era un adolescente cuando lo

sorprendió el Movimiento Sepa-

ratista de 1903, y sin vacilar, sefue a casa del Coronel Antonio

Alberto Valdés y le dijo que

188

quería ponerse a las Órdenes delejército nacional para defender

la patria.

Sin haber terminado sus estu-dios, empezÓ a trabajar desde laadolescencia en el BAZARFRANCES, y luego como Con-tador de la firma comercial P A-

CIFrC STEAM NAVIGATlON.En e 1 año de 1912 fue recla-

mado por el Presidente Porraspara que asumiese la responsabi-lidad de ser su Secretario Priva-

do, cargo que ostentÓ hasta elaño de 1916.

Entrc Belisario Porras y su

Secretario Privado había una di.ferencia de cincuenta años, pero

entrc ambos existió siempre unaconfianza y el cariño de dosamigos inseparables.

Contaba Enrique Adolfo ji-mcncz unos años más tarde, ques u con tacto personal con elcaudilo liberal había constitui-do la más variada y complejaexperiencia de su vida.

En el año de 1923 sc trasladóa Washington para servir un car-go cn el servicio exterior denuestra Embajada, y aprovechÓ

esos días para estudiar Inglés,Economía y Administración deNegocios...

De regreso a la patria fue ele-gido Diputado a la AsambleaNacional y Designado a la Presi-dencia de la República por elbienio 1924-1926.

Por varios años se dedicó alperiodismo, hasta que en el año

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de 1932 fue designado por elOrgano Ejecutivo como Secreta-rio de Hacienda y Tesoro, cargo

que ostentÓ hasta mediados del

año de 1936, cuando hubo desepararse de esa posiciÓn por de-

saveniencias con el jefe del Eje-

cutivo.

Durante la gestión administra-tiva de H-armodio Arias(1932-1936) hizo promulgar elDecreto No. 153 de 1933 quecreaba en Panamá una ZONALIBRE Y en igual forma, la leyque creó la CAjA DE AHO-RROS, como la primera institu-ciÓn en su género en el conti-nente americano.

A partir de esa época, Jimé-

nez empezó a agitarse activa-mente en la política partidistahasta fundar el Partido LiberalDemócrata.

Cuenta Enrique Adolfo jimé-nez que aun cuando el Presiden-te Harmodio Arias le ofreció surespaldo para que aceptase una

candidatura oficial él prefiriómantenerse fiel a su compromi-so de declinar sus aspiraciones

presidenciales a favor de Domin-go Díaz Arosemena, y muy apesar del atropello de que fue-ron víctima los partidos quefinalmente se opusieron al can-

didato impuesto por el Dr. Har-modio Arias.

En el año de 1940 fue desig-nado Gerente de la Lotería Na-cional de Beneficencia, y en ese

período fundó la REVISTA LO-TERIA, cuya existencia se ha

prolongado hasta nuestros días.

Al año siguiente fue nombra-do Superintendente del HospitalSanto Tomás, y en el año de1942 Embajador de Panamá enWashington. Su nueva estanciaen la capital norteamericana fueuna nueva oportunidad paraampliar sus estudios de los pro-blemas nacionales, pero ya a ni-vel técnico.

PermaneciÓ en los EstadosUnidos hasta principios del añode 1945, estableciendo impor-

tantes contactos con catedráti-cos universitarios, Economistas

especializados en Zonas y Puer-tos Libres, Políticos prominen-

tes y banqueros.Entre ellos Harry K. Fisher,

técnico especializado en aero-

puertos, Thomas Lyons uno delos economistas más destacados

de los Estados Unidos, y enigual forma hi7.o importantes

contactos con el Export & Im-port Bank.

A través de estos contactoslogró seriamente interesar algu-nos economistas norteamerica-nos en un estudio sobre las posi-bilidades turísticas de Panamá.

En cuanto al estudio sobre unae r o puerto internacional paraPanamá, lo cual parecía unautopía, hasta la fecha la RepÚ-

blica de Panamá no pose Ía un

aeropuerto propio, y por ello te-nía que utilizar para todo eltránsito aéreo el aeropuerto mi-

litar de la base de ALBROOK

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FIEL!) en la Zona del Canal de

Panamá.

¿QUE SE PROPONIA ENRI-QUE A. JIMENEZ A TRA VESDE ESTAS DILIGENCIAS?

A principios del aflO de 1945,arribÓ Enrique J imcnez a la pa.tria, y se encontrÓ con un paísconvulsionado por una serie dedesfirdenes políticos que deman-daban la destituciÓn del Encar-

gado del Poder Ejecutivo, Ri-cardo Adolfo de la Guardia.

Por un lado los estudianteshacían movimien tos de masas encontra del continuismo indefini-do del Mandatario, y por laotra, la Cámara de Diputadosencargaba de la Presidencia de laRepública al Dr..J eptha B. Dun-can, a fin de desplazar a Ricar-

do Adollo de la Guardia, yquien se negaba a convocar a se-siones a la Asamblea NacionaL.

Ricardo Adolfo de la Guar-dia se encontró imprevistamen-

te aislado y sin apoyo. Víctimade presiones iiicon tenibles notuvo otra alternativa que convo.

car a elecciones para elegir una

nueva Co nveneifin NacionalConstituyente.

A pesar de que Enrique A.jimcnez no representaba un (flU-po político de mayor impor~an-

cia, logrÓ el apoyo necesario en-tre los diferentes grupos como pa-ra ser elegido Primer Magistradode la N ación, por encima de losotros aspirantes.

Al encargarse de la Presiden-

cia de la República, se dedicÓ

140

de inmediato a wia increíblejornada de trabajo, dispuesto arealizar a corto plazo las obrasmás ambiciosas.

Pero la tarea que emprendiÓ

con mayor ahínco y prioridad,fue la de acercarse a los estu-

diantes panameños. A los pocosdías de su gestifll presidencialconvocÓ a una MESA REDON-DA con los dirigentes estudianti-les, a fin de disei'ar con ellos el

Programa de la EducaciÓn Na-cional, concerniente a su manda-to.

De esta convocatoria surgiÓ elcompromiso de iniciar la cons-trucción de la CIUDAD UNI-VERSITARIA, la creación deColegios Secundarios en cadauna de las cabeceras de las Pro-vincias, así como la instalaciónde colegios en las cabeceras de

Bocas del Toro y el Daricn, queno con taban con edificios ade-cuados para plan tcles escolares.

De esa MESA REDONDA,surgió el Estatuto Orgánico de

la Educación Nacional, para ga-rantizar los derechos del educa-

dor.

Es difícil ponderar en cuál

actividad de la AdministraciÓn

Pública alcanzó mayor éxito En-

rique A. Jimcnez, pero al pasarlos aí'os, cada una de ellas cons-tituye un ejemplo y un desafío

para sus predecesores.

Al examinar al hombre, ten-dremos que admitir que por en-cima de sus limitaciones huma-

nas demostrÓ siempre la superio-

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Este bosque distaba algo másde cien metros de la casa.

Era nuestra costumbre, en lastardes, congregamos alrededorde una mesa. Mi señora, mi ma-dre, yo y dos de nuestros hijos

quienes invariablemente cum-plían con sus deberes escolares;la menor, jugaba con una muñe-ca de aserrín y trapo, mientras

otra corría detrás de los coli-bríes y regresaba con un manojode flores para la mamá.

Mi madre, movía entre sus de-dos un rosario de plata mirandohacia el bosque la maravilosacaída del soL.

Y, ahora el relato.Y, era fría la noche sin estre-

llas, sacudido el silencio por lavoz ronca de los batracios y loslamentos dcl buho. Del techo de

la casa caían intermitentes lasgotas por el copioso rclente.

Todo nos invitaba a recoger-nos y, pronto llega el sueflO "apaso de vencedores".

A media noche sentimos unformidable estrépito; como algop e s ado caído del cielo. Losárboles crujieron y la tierra tem-blÓ.

Presos por el pánico revisamos

los cerrojos de puertas y venta-

nas; mudos en vela e impacientesesperamos el amanecer.

Temprano salí llevando unarma de fuego, en dirección albosque buscando huellas; en ellado opuesto vi una nave aérea,

posiblemente un zeppelin por la

forma alargada como un cigarro.Dentro, se veía como muerto unjoven rubio. Lo llevé a la casapara prestarle los auxilios que

nuestros medios permitían.

Cuando convaleciente fue ainspeccionar al zeppelin y, regre-só contándome que contaha conlos medios y el conocimiento

para lograr ponerlo en vuelo.

Yo lo acompaño en la larga yminuciosa tarea y, logró capaci-tarme para manejar al zeppclin.

El Germano me entusiasmapara que lo acompai"lra a dar lavuelta a la tierra.

Mi señora, que observa lospreparativos que hago, alarmada,

entre ruegos y sollozos me acon-seja que desista del peligroso

viaje. Me hace hincapié de misdeberes, mis obligaciones; de mis

hijos aún pequeños, de mi madre.

Yo me comporto insensible;cierro los ojos y me tapo losoídos. Me troco en déspota.

El zeppelin da varias vueltaspara infundir confianza y, luego,

raudo conquista las alturas.Hasta tarde la noche el Ger-

mano conduce la nave; me en-trega el com,indo y se echa adormir.

Comienza a emerger el sol y,las estrellas parpadean de sueño.Contemplo este nuevo panoramasonriente entre las nubes, cuan-

do siento un empujÓn que sa-cude al zeppclin, le quita el con-

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trol y lo lanza en vertiginosa ve-

locidad.

El Germano explora con sumagnífico telescopio y obtienela imagen de una espantosahoguera en la tierra.

¿ Qué pasa allá abajo..? Algofatídico.

Durante tres días sigue elzeppelin en su loca y fantásticacarrera, pero nos acercamos a laluna.

Nos lanzamos al espacio enparacaídas y caímos en un vallerodeado de altas montañas,quizá mas altas que las de Asia.

Tardamos mucho para aban-donar este valle, árido, de fre-cuentes abismos, casi sin luzporque el sol no sobrepasa las

cimas, porque se mantiene enuna misma altura.

Pasada la montaña, el terrenoes plano; hay vegetación. Sopla

brisa.

Pronto encontramos un río depoco caudal y, luego un oteroque escalamos y logramos des-

cubrir una columna. Aquí, alunísono nos postramos de rodi-llas para dar gracias al Creador,

por este mensaje inesperado.

Entramos a un poblado depequeñas casas.

Podíamos tocar el piso alto.Nos acercamos a la columna pa-ra conocer su objeto que es de

conocer la hora por la sombra

que proyecta.

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No tardan los moradores enacercarse extrañados pero pacífi-cos y sonrientes y nos invitan aquedamos entre ellos.

Así logramos conocer sushábitos y costumbres.

Cada familia es una nación,gobernada por el de mayoredad. No hay pendencias; noexisten pues, cárceles. No cono-cen las artes de la guerra, ni có-mo del zumo de la uva seobtiene el vino que embriaga. El

comercio, si es que podemosllamarlo así es a base del true-que, porque no existe la mone-da. Creen en un Ser, único y uni-versaL.

Y, llega la nostalgia, pese al

ambiente de paz.

Los moradores nos llevanante la presencia de un sabio, el

oráculo de la comunidad, quien

predice el tiempo.

El sabio sale a nuestro en-

cuentro; baja de la cima del ce-

rro donde vive, pese a su avan.zada edad.

Le contamos los incidentesque motivan nuestra presenciaen la luna y nuestra preocupa-

ción. El sabio guarda silenciohasta cuando le interrumpimos

para decirle nuevamente este es-tado de cosas.

El sabio por fin, apenado nosdice que el sismógrafo había re-

gistrado un cataclismo en la tie-rra y, que para qué volver. Yo

le contesté que me sentiría feliz

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si podía llorar sobre los escon-

bros de mi casa.Ya veremos -nos dice el sabio-

qué se puede hacer.Días más tarde nos notifica

que se adelantan los preparati-vos para el regreso. Un pandero;una canasta atada a la cola, conlo indispensable, teniendo en

cuenta nuestra seguridad. Unacuerda resistente de 700,000metros de largo.

El Germano se dedica en tan-to a recoger pedacitos de oro

abundante y sin valor.

Había que esperar la época delos vientos que salen de la lunay van más allá de su órbita

Llegado el moiuento paraembarcamos, el Germano prefie-re quedarse en la luna; me en-

trega el oro y me invita a retra-tarme con él y el Sabio; unpigmeo gigante de ojos verticales,como un mensaje auténtico denuestro viaje sideraL.

El Sabio me recuerda que de-bo cortar la cuerda ya a merced

de la atracción de la tierra.

Pronto se eleva el pandero yun terror mortal se apodera demí. Solo en el espacio, como unbólido errante, jamás llegaré a latierra y termino sollozando.

Mi señora que observa mi in-quietud, piensa que una pesadi-

lla me abruma y pasa con suavi-dad de seda su mano en mifrente, para despertarme. Yolaveo como si fuera un fantasma.Mi señora va al botiquín y metrae bicarbonato y me dice: to-ma, toma pronto que te hacebien. Yo rechazo la pócima re-clamando que me recibe conbrebajes, cuando he dejado unparaíso para volver a Ella.

Me incorporo; levanto laalmohada creyendo aún quc es-toy en la canasta y, grito: tetraigo oro...'mucho oro..'

Mi señora, más mortificada,me empuja levemente y me di-ce: TONTO.... ¿ Acaso no oyesel murmullo de la quebraditaque te recuerda el baño..?

Me restriego los ojos y, mearrojo en brazos de mi señora,

para contarle mi aventura....

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Uero que en esos momentosostentaba el cargo de Prefecto oGobernador de la recién creadaProvincia de Bocas del Toro, yque era el señor D. juan JoséDíaz.

Tal informe no sólo tiene elmérito de ser una verdaderapieza literaria sino que r~lata h)S

hechos y expone la sltuaclOn('TCada con una objetividad e im-

parcialidad, que ya ?eseaTíam~s

ver en muchos funcionarios pu-blicos de la actualidad.

Es digno de notar el reconoci-miento al mérito ajeno, especial-mente el de los empleados pú-

blicos subalternos, caso rarísimo

de encontrar en toda época ylugar, especialmente en estostiempos en que la persona se hadeshumanizado tanto, que elpersonal subalterno de una ofici-na o empresa parece formar par-te de su inventario de bienes.

En el mejor de los casos, en laactualidad el funcionario subal-

terno le merece una considera-

ción negativa a sus superiores,

en la mayoría de los casos.Merecen atención igualmente

las medidas preventivas de segu~

ridad y orden que implantó ci

Prefecto Díaz, tomando en con-sideración el interés social y ge~El Prefecto, como siempre, neral de la población, y las pre-

cumplió con su deber. visiones para el futuro que igual-

(Fdo) CARLOS CLEMENT......." mente adoptó, teniendo. en. cuenta además de las antenoresFinalmente transcribo el in- consideraciones un sentido de

forme final del siniestro rendido estricta justici~ y el deseo deal Secretario de Gobierno, D. bienestar' y progreso que le ani-Tomás Arias, por el digno caba- maban en pro de la ciudad.

Un pavoroso incendio redujoa cenizas la parte más rica ymas poblada de la ciudad deBocas del Toro, la noche del 5al 6 de marzo del mencionadoaño, y noticia del siniestro se re-cibió en esta capital por primeravez el día 7 de marzo por me-

dio de un lacónico y dramático

mensaje¡ue envió al PresidenteAmador el J de dcl ResguardoNacional de Bocas del Toro, queen esos momentos lo era D. Car-los Clcment, y '1 ue estaba con-cebido en los siguientes térmi-nos:

"Bocas del Toro, Marzo 6 de1904. un Presidente de la Re-pública.--- Panamá.--- Bocas

del Toro incendiado 12: 30 dela madrugada. El fuego princi-pió en el depósito de los Sres.Adolfo Dolder & Co., y ter-minÓ en la casa inmediata ala Prefectura, salvándose ésta.

La Oficina de la Inspección

del Puerto quemada íntegra,inclusive archivo.

Las pérdidas se estiman en$800.000.

Marinos alemanes prestaronvaliosa ayuda en la obra desalvar el resto de la pobla-

ción.

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He aquí el informe:

"República de Panamá --Go-bernaciÓn de la Provincia deBocas del Toro-- Número 164- Bocas del Toro, 12 de mar-

zo de 1904.---- Scñor Sccreta-rio de Gobierno.~mpanamá.

No obstante haber enviadoa esa Capital al Secretario de

mi Despacho en Comisión es-pecial a informar sobre el in~cendio ocurrido en esta ciu-dad en la noche del 5 al 6 delpresente mes, estimo debcrimprescindible de mi partcrendir el siguiente informe:"A las 12 y 15 minutos de la

noche indicada, el silbato de laPolicía y la corneta de la Guar-

niciÓn Militar de esta plaza die~

ron la señal de incendio, y am-

bos cuerpos, en columnas de sal~vadores, se dirigieron, a Órdenesde sus respectivos jefcs, al lugardonde comenzÓ aqucl.

Instantes despucs la poblaciÓnentera luchaba contra el devasta-

dor elemento, procurando redu-cir sus estragos a estrechos lími-

tes, pero c~mo la defensa nocontaba con otros medios deacción que los de la buena vo-

luntad, los resultados eran casi

nulos; el fuego avanzÓ con verti-ginosa rapidez sobre el centro(le la ciudad.

Desde el principio el fuego sedividiÓ en dos líneas que conser-

varon las direcciones Sur y Su-

roeste de su punto de partida.Aquellas dos línea~ ~e llam~s in-fundían pavor al animo mas cs~

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forzado, pero la voluntad de loshabitantes y la de los empleadospúblicos se hallaba empeilada endisputar al terrible flagelo su ca-

rrera de destrucción, y esa vo-

luntad triunfÓ al cabo, ayudadaeficaz y decididamente en suacción, por los marinos del va-

por de guerra alemán "F AL-KE", que se hallaba surto en labahía.

La desinteresada labor de esos

marinos se hizo digna de admi-

raciÓn, por la presteza con ,¡UC

procedían en defensa de la ciu-dad, y esta GobernaciÓn, ennombre de la RepÚhlica, pasÓ alComandante de ellos nota ofi-cial en reconocimiento del valio-so contingente aportado enaquellos momentos de verdaderaangustia. En copia acompaño aeste informe la respuesta que a

mi nota dio el expresado Co-mandante.

Ciento treinta casas fuerondestruidas por el incendio, ava-

luadas en el Catastro en$351.800. Las pcrdidas comer-ciales son, hasta este momento,incalculables.

En esta inmensa catástrofe hatocado al Gobierno parte no pe-queña; las Oficinas Públicas hansido destruidas casi totalmente,

las Únicas salvadas son la Gober-nacion, la AdministraciÓn deHacienda y la Agencia Postal,cuyos edificios son de propiedadpartimlar.

De algunas oficinas se han sal-vado los archivos; de otras ni ar-chivos ni mobiliarios.

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Para concretar las pérdidas a

este respecto, he pasado a todoslos empleados públicos la notaoficial que en copia acompaño,previniéndoles la facción de in-ventarios.

El Distrito ha perdido las dos

Escuelas y la casa en que actua-

ba la Alcald Ía y el Consejo Mu-nicipal, cuya parte baja estabaarrendada al Gobierno para elCuartel de Policía y CárceL.

En medio de tantas ruinas,cábeme la satisfacciÓn de ano-tar, como digna de especial re-comendaciÓn, la conducta de lose m picados públicos residentesen esta cabecera y la de algunos

del Distrito de Bastimentos,quienes llegaron a ayudamos enel momento necesario.

Durante la terrible emergen-

cia, y cuando el incendio se ha-llaba distante de los lugares ocu-

pados por la mayor parte de lasoficinas, los vi a casi todos ha-

ciendo guardar el orden y orga-

nizando la defensa de la pobla-ción, así como los vi volver asalvar los archivos de que cadalUO era responsable.

Emplcado hubo, como el doc-tor Benjamín Aguilera, Adminis-trador de Hacienda, que, porponer en seguridad las propieda-des y documentos de su oficina,desatendió por complcto lo que

era de su propiedad particular.El señor Notario Público se ha-

lla en idénticas circunstancias.El Inspector del Puerto, cuya

oficina fue una de las primera-

mente atacadas y destruidas, nopudo salvar nada, no obstante laactividad con que se le vio tra-bajar durante esas desesperadas

horas.

En resumen, no tengo la me-nor queja de los em pleados pú-

blicos.

Desde las primnas impresio-nes causadas ¡UH el fuego, el pú-blico, con ese sordo rumor de lamaledicencia, hizo nacer la sos-pecha de que el suceso pod ía

ser fruto de acción criminal, loque impuso, como era natural,el que se iniciara la investigacifm

correspondien te, recibiendo de-

claración a las personas ,1 uevivían más inmediatas a la casade donde saliÚ el incendio, y deeste modo se ha llegado a laconclusión de que todo no hasido más que la obra de desespe-

rante fatalidad, hija de des-

cuidos inocentes.

Aprovechando de que, por elincendio, los víveres y artículos

de primera necesidad hab Ían es-

caseado notablemente, algunos

comerciantes sin conciencia tra-taron de especuhu' con la mise-

ria pública, elevando el precio

de esos artículos, lo que deter-minÓ, para impedido la expedi-ción del Decreto nÚniero 28 del7 del prcsente mes, que acompa-ño cn copia, y que ha surtidolos saludables efectos que con élse persigUleran.

El desenfrenado apetito de laavaricia, ha sido contenido en suorigen y el público favorecido se

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ha manifestado y se manifiestasatisfecho.

La destrucciÓn de las casas

del Municipio y la consiguientefalta de edi ficios para instalar

todas las oficinas y asegurar los

presos, que fueron salvados to-dos, ha determinado al suscritoa prolongar la casa que el Distri-to tenía destinada al amparo delos pobres, con el nombre de"casa de caridad", para apro-piarla al servicio de la d.rcel pú-

blica dc esta Provincia.

Esta prolongaciÚn se hace porcuenta del Gobicrno, y a ella sedio principio desde el día siete,puesto que era imposible la cus-todia de los prcsos de este mo-

do, y espero que Su Señoría ha-

llará corrccto el procedimiento.

Una de las primeras medidasque hc dictado, fue la supresiÓn

provisional de toda reconstruc~

ción en la Zona que ha sidoteatro de la catástrofc.

Para ordenar esto he tenido ytengo en cuenta: 10. Que, cuan-

do se aprobó el plano olicial dcesta poblaciÓn, fue necesario,

dejándole incompleto, expedir

un Acuerdo Municipal de carác-ter especial, ordenando que lacalle primera, levantada con to~

da clase dc irregularidades, que-dara como se hallaba a la sazÓn,puesto que no podía corregirse,sin perjuicio de terceros; pero

habiendo sido, desgraciadamentedestruida dicha calle, es el casode aplicar disposiciones sustanti-vas relacionadas con las recdifi-caciones, atendiendo al ornato,

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a la higiene, y a las comodida-

dcs pÚblicas; 20. El conocimien~

to que por informes privados he

adquirido de que muchos de losactuales poseedores no lo son si-no en apariencia, por no tenerel título regular que les acrcditaderecho alguno sobre el lote olotes que han venido usufruc-tuando, y por tanto es llegada

para el Gobierw) la oportunidadde restableccr sus dercchos so-

brc los lotes que se hallan en lascondiciones indicadas, pudiendo,sin menoscabo de interés ajeno,apropiar los lotes que fuercn ne~

cesarios para el establecimicnto

de edificios públicos en dondeestablecer las oficinas, y ahorrarpor este medio ese renglón en elpresu puesto de gastos men-suales.

En mi humildc concepto, de-ben verificarse todos estos tí t u-los, regularizar el plano de laciudad, de acuerdo con el ofi-cialmcnte aprobado por la extin-guida GobernaciÓn del que fueDepartamcnto de Panamá, pro-longando las calles y carreps has-ta el mar. Este concepto no en-traña la idea de perjudicar cn

manera alguna a los actuales po-seedores regulares, a quienes, en

caso necesario, puede movilizar-se el lote a que tengan derccho,

dándose en cualquier otro lugardel plano que se adopte.

Para satisfacer este concepto,caso dc que sea considerado por

el Gobierno, se impone el nom-bramiento de un ingeniero civilque continúe y concluya el pla-

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no levantado por el señor DonAbel Bravu.

Respecto de la ratificaciÓn dctítulos, esa labor de dcrecho co-rresponde a la InspecciÓn del

Puerto, en vista de las adjudica-

ciones hcchas hasta ahora.

Para concluir, debo manifes-

tar a Su Señoría que cuento conel apoyo moral de todos los ha-bitantes de la ciudad, para se-

guir conservando, como hastaaquí, el orden y la moralidadpúblicos.

Acompaño una relación de lascasas destruidas en el incendio aque he venido haciendo referen-cia, con expresión de sus valo-

res. Según avalúo oficial, para elcobro de con tribuciÓn de in-muebles, de acuerdo con el Ca-

tastro forma(fo por la J unta cali-ficadora de la propiedad.

De usted, atento seguro ser-

vidor .

(Fdo.) juan José Díaz..."

De las ruinas y cenizas de es-te incendio surbriÓ cual ave fénix

la actual ciudad de Bocas delToro, que es una de las pocasque en nuestro país se ha edifi-cado siguiendo un plan urbanís-

tico específico.

Panamá, 16 de junio de 1970.

!!H

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-Su sonrisa hizo nido en los ra-majes del alma.

Me esperaba en las tardes alborde del silencio...

("Alba interior")

Los juegos de vocablos consi-guen también crear una dimen-

siÓn novedosa de gran riquezaestética cuando exclama:

---Son tan brevcs los días infinitos

-La esperanza se gasta y la tardese queda tan vacia

Asimismo el lenguaje gráficoes manejado con gran soltura ynos permite formarnos la ima-

gen de los hechos reales con to-da la claridad de la evocación

poética.

-Una verdad de piedra paraestrellar el tiempo-Amanezco mil veces cada díay echo a volar el cielo en laventana

Sin embargo, la poetisa no sequeda solamente en la eufonía

del verso, sino que logra plasmarestrecho concierto entre forma

y contenido, que es lo autcnti-camente valioso cuando de poe-sía se trata. El escarceo linguísti-

co pierde valor si solamente se

preocupa de la brillantez formaly se deja de lado la fuerza signi-ficativa del vocablo. La armoníaentre fondo y expresividad está

lograda plenamente en el poemade profundo sentimiento feme-nino: "Claroscuro de la voz ma-

terna", cuando la ternura demadre se rebasa y se hace poe-

sía en el advenimiento del hijo.Entonces dice emocionada:---Una copa de sol bebí paraalumbrarte.Tu amanecer colmÓ

los suspiros profundos de lasangre

--Flor de mis sueños terrenalesen los grávidos sueños al beso

vislumbradosLa misma tÓnica continúa en

todo el poema que cicrtamcntees una de las más hermosas crea-ciones de la poetisa. Elsic Alva-rado dc Ricord toca y recrea es-tos temas pocticos, pero no se

queda en el modo femenino tra-dicional, doméstico y materno.Ella siente la fascinaciÓn de la

vida e irrumpe y curiosea, escu-driña y hace filosofía cuando su

verbo deja traslucir su íntima

necesidad de aproximarse a lasmotivaciones vitales.

En esta línea están algunos

poemas como "Ainor ausente" ,

donde el sentimiento aparecepresentado en máximas poéticasindiscutibles.

-Amar ausente es orbitar la vidadesde las alas frías de la muerte-Qué pavoroso el rumbodel que piensa y no ama

El mismo intento de penetra-ción en los recovecos del alma

se plantea en los versos: "En elinstante azul". Nos preguntamossi esas dudas y esas reflexiones

corresponden a maduraciÓn poé-tica y humana y encontramos larespuesta afirmativa en el desa-

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rrollo mismo del pocma. Scidcntifican los estados de ánimo,la tensiÓn vital, la búsqueda delamor y las etapas de elaboraciónlírica de la artista.

-Desde entoncesvoy derivando hacia mayoressombras.Alas de inccrtidum brc sobre-vuelan el esplendor aquel

Parece que después del des-lumbramiento inicial ante la vi-da surge la ctapa de seria re-flexiÓn que induce a todo hom-bre y a toda mujcr a formularse

interrogantes que en Elsie de Ri-cord -intérprete de todos-- se

hacen poesía que transfigurauna objetiva realidad.

-y en este deambular todo va a

cuestas: caminar la nostalgia

como un círculo, ingiriendopor gotas la esperanza paraque dure más.

Es t as líneas pertenecen alpoema "Pasajeros en Tránsito"y si se quiere encontrar la deno-

minación precisa que se sugiereen él podría ser "desazÓn vital";los versos están cuajados de tris-teza y melancólica resignación:

-Nos programan el curso de lasangre, de la respiraciÓn de losimpulsos.-Yo no sé si mañana hablaremosa máquina para ganar más tiem-po..-Rígidos y vacíos como unadisciplina (y a veces algún can-

je impronunciable) nos preceden

los títulos que se cotizan mejor

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que el nombre y que nosotrosmismos.

Estas palabras y otras muchasnos dicen que Elsie Alvarado deRicord caló hondo al tocar defrente las actitudes y hcchos

que limitan la cxistencia huma-

na.

Es interesante observar lasconnotaciones neludicinas queencontramos en esos versos. Sucontenido nos hace recordar laactitud dolida del vate chileno

ante las fuerzas del ambicnte

que aplastan y empequeñecen.Su queja, como la queja de lapoetisa panamcña, es la tristezadel hombre sensible quc noacepta quc los elementos natura-les, el agua, el aire, sean encasi-

llados' por el ser humano para supropio pcrjuicio. Son los temas

de reclamacic)l poética de sus

"Odas Elementales".

Valga la observaciÓn porque

así se puede apreciar cómo loscreadores reaccionan de modosemejante ante los asuntos que

acosan a los sercs humanos.

Aparece enseguida la actitudsocial que hace de la poetisa

una crítica severa que se violentaal descubrir cómo ocurren losasuntos de todos los días en que

cada hombre, cada mujer, cum-plen su papel más allá de supropia sinceridad. En el poema"Como manda la ley" aparecesu contenida rebeldía.

~.Todo está en su sitio,como manda la ley

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la lisonja alfombrando los pisosburocráticos

-Para qué resistirsesi se puede vivir la dulce vidavendiendo la men tira y hasta elnombre con el sello oficial.

Pero más allá de todo, comolegítima crcadora, ella ama la li-bertad y crce que los hombres

deben scr libres para su plena

realizaciÓn. Entonces dice:

-Nos queda el sueño,la única tierra de la libertad.

Después de haber gustado to-dos estos versos llenos de vitali-dad y de sabiduría diremos, co-

mo consideración final, que lafuerza expresiva y la universa-

lidad de contenido de la obra

poética de Elsie Alvarado de Ri-cord le permiten ser una de lasmás valio'sas representantes de lalírica femenina continentaL.

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pencia que encontraba, casi en el mismo momento, cualquier ar-tículo de la tienda que se le solicitara.

En una mano llevaba julián un plato blanco de peltre y en laotra el dinero para comprar la carne. Siempre venía de mala gana a

esta tienda porque don Remigio, su dueño, cuando lo veía llegar,se expresaba en términos insultativos de los chinos diciendo quceran unos instrusos que sÓlo habían venido para explotar a loshijos del pueblo y luego llevarse el dinero para la China. Además,Julián recordaba que, cuando era pequeño y lo traían sus padresdel campo, muchas veces fue testigo del trato impropio del viejopara con ellos, mirándolos con ojo de pulpo y vendicndoles más

caras las mercancías, mientras les proponía precios bajísimos iiorlos productos que, a costa de duro trabajo, traían penosamente a

vender al pueblo por necesidad.

Con estos recuerdos en la memoria llegÓ julián a su destino. Lacarnicería estaba instalada en el portal de la tienda, con techo dc

zinc y piso de piedra viva de río. De una vara larga de madera a

medio pulir clavada cntre dos pilares, colgaban las lonjas de carncdebidamente tasajeadas. Roja, brilante, fresca....su olor penetrabafuertemente en el ambiente. Detrás, contra la pared de quincha,

estaba colocada una mesa de madera rústica sobre la que yacían loshuesos que iba picando el carnicero con maestría admirable con

una hacha pequeña.

Aquí lus huesos de cadera; allá los de espinazo; más allá los depecho.... Ue largos ganchos, clavados sobre las puertas, abiertashacia afuera, colgaban los perniles, el hígado, el bofe, los riñones,la lengua y otros órganos mayores.

Afuera, en la plaza, tendido y templado por estacas, el cuerode la res estaba secándose al soL.

Tres tipos de seres vivientes se destacaban cn ese centro de

actividad comercial en animaciÓn bullanguera; la gcnte, que veía,tocaba, comentaba y compraba; las moscas que pululaban, volandocon zumbido irritante, posándose irregularmente en la carne o enlas personas; y los gallnazos que, a porfía, rodeaban el cuero y lo

picoteaban, pero que también, aprovechando un descuido, se lleva-ban a veces un tasajo de carne produciendo la consiguicnte alarmade todos los presentes seguida de unas cuantas pedradas que los

hacían revolotear y alejarse por corto tiempo para volver a picar elcuero o a merodear de nuevo por allí.

Julián tomÓ en sus manos una porción de lomo y entregándose-la al carnicero, pidio tres libras. Este colocó la carne en la balanza

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y Li cortÚ hasta que la aguja marcf) el nÚmero tres, luego la quitÓ,la envolviÚ en un papel amarillo y se la entregÚ a julián quien lapuso en el plato y pag() seguidamente.

El cholito emprendi() el regreso silbando un aire montai'ero. Alllegar a La Envidia tnostrÚ la compra al chino Ricardo, quien

cuidadosamente, puso la carne en su pesa y notÚ que la aguja sedetenía seis espacios an1cs del nÚmero tres; faltahan, pues, seisonzas para completar la porciÚn de carne por que acababa de pa-

gar.Extrafiadc) del hecho, el chino enviÓ a Julián inmediatamente a

El Titán a reclamar lo que faltaba. Al llegar éste a la tienda seencontrÚ con Don RClligio a quien informÓ lo sucedido, agrcgán-dole que-decía el chino--que si no le mandaha la carne completaera mejor que le devcilviera el dinero. 1\0 había aún acabado dehablar J ulián cuando Don Remigic), rojo de ira, tomando la carneen su mano, la arrojh violentamente a la cara de aquél diciéndolcque pícaros eran su patrhn y todos esos asiáticos que habían inva-

dido el pueblo para enriquecerse. Julián, al verse agredido se sintiÓlanzado por un poderos() resorte y como poscído de un podersatánico, arremetiÓ contra la mesa y la volteÓ violentamente espar-

cicndose por el suelo los huesos y la carne. Sal iÚ luego a la calle ysacando del bolsillo uiia cuchilla, incepÓ acremente a Don Remigio"Véngase afuera a pelear corno hombre que aquí somos iguales".Pero Don Remigio, que ya se había serenado, lo mandó a agarrarmientras llegaba el policía. Pnmto J ulián fue conducido y puestotras la reja de la cárceL.

Allí perm,uieciÚ dos r1ías mientras se formalizaba su libertadque recibih mediante el pago de. veinte balboas, valor de la multaimpuesta por el Alcalde Municipal y la cual pagÚ Ricardo tan pron~

to supo cle la sentencia.Pasaron varios meses y ya nadie se acordaba de lo sucedido en

El Titán. En julián, sin embargo, persistía vivo el recuerdo dcI

amargo incidente y en su corazÓn se escondía el odio que habíaacum ulaclo contra ese viejo canalla que se creía dueilo y seÚor del

pueb lo y que lo hab Ía of enclido en forma tan grosera...........PeroalgÚn día se la pagaría.

Por el camino del Cerrito regresaba al pueblo un día Don Re-migIo cuando las sombras de la noche comenzaban a caer sobre losmontes.

Venía despacio de su finca donde había supervisado la yerra deunos toretes que había comprado para cebar. Montado en su caba-llo azulejo, fuerte y bien cuidado, vestía el atuendo propio del

finquero de esa época.

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De pronto, una sombra de forma humana saliÚ rápidamente dedetrás de un árbol y detuvo fuertemente la rienda del caballo quese estremeciÚ con el tirÓn.

El susto que experimentÓ Don Remigio fue aÚn mayor al des-cubrir que el bulto aq ud era nada menos que J ulián, cl hum breci tuaquel que él había vejado, y Ljue traía un puiìal en la mano.

Don Remigiu helado pur el miedo, quedÚ inml)vil y sin habla.Estaba complet.amcnte a merced de su enemigo y de (,1 dqwndía suvida en ese momento, pues el revÚlver, 'iuc siempre cargaba, loliabía dejado olvidadu en el escritoriu de la finca.

¿Usted me reconoce..... ¿no.....Don Remigio? ¿Y usted se acuer-da bien de lo ljUe me hizo en su tienda? ¿Usted sabe que yo puedomatar10 ahora que estamos solitos los dos sin qLle nadie 10 Sepa?... Pero ... no... no lo voy a hacer... esté tranquilo... yo lo que

quería na asustar1u nada más para enserìarle que un liumlnc nodebe despreciar ni ofender a otro, siiln porque lo ve pobre y hum il-de; porque, como ahora, a usted las cosas pueden caiibiarlc en lavida y entonces puede sentirse muy arrepentidu de haber obrado

m,-ù con el prÓjimo.

Juliáii soltl) la rienda y dejó que Don RemiglO continuara elcamlIO a su casa. :'adie, fuera de los dos, supo de este inciden-te.......

Pocus días después Don Remigio cay() gravemente enfermo. Elmédico que lo atendiÓ dijo que padecía del corazÓn. Lo ciertoes que estaba en cama, cada vez más débil y decaído. No era ya elmismo de antes....EI fallecimiento se produjo un mes después delencuentro con Julián en el camino del Cerrito. Fue una maiìana,

cuando dormía, después del desayuno. El pueblo entero asistió alsolemne entierro y todos, aun julián, echaron tierra en forma decruz al ataúd, al depositario en la fosa mortuoria.

Quince días después el juez reuniú a la familia del finado paraabrir el testamento que había dejado escrito, (le su puiìo y letra,Don Remigio.

Hubo eLjuidad en la distribuciÚn de la herencia entre los fami-liares, pero, lo que tomó por sorpresa a los asistentes, fue la lecturade un párrafo que se refería a la carnicería y que decía así: "Desdehoy, y por todos los días mientras él viva, cada vez que haya

matanza, se le adjudicarán a J ulián Becerra tres libras com pletas delomo sin costo alguno".

Desde entonces, el rnandatc) del que fue en vida Dun RemigioBocanegra, se cumpliÓ a la letra en la carnicería El Titán.

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los goces, las insospechadas di-

menSlOnes en que puede llegarseal placer, hubiera querido con-

tinuar con Ligia aunque al finaltuviera que ceder ante el cansan-

cio, aceptar el paso irremediable

de la monotonía.

Pero no valía la pena quejar-se. Su fin ya estaba escrito, se-guramente desde el principio.Tal vez por eso, como le habíancontado, su Han to demoró mu-cho al nacer. Ahora sé que no loretuve por irritar al médico, se-gún se me dijo bromeando.Habiendo presentido la brevedadde mi destino quise detener enese instante mi vida asfixiando

la protesta.

Llega a la cita. Hay pocaspersonas en el café. La espera

una hora, quizá más. El tiempo

adquiere últimamente la capaci-dad de encogerse exprimiendosu angustia hasta el dolor, pero

también la de alargarse intermi-nable como una pesadila. Ligiaya no viene. Quizá no debí con-

fesarle la verdad. Pero no podíaser egoísta. Para qué permitirque se enamorara.

Había dudado mucho y al fintuvo el valor de decírsclo. "Me

voy a morir dentro de tres me-

ses", exclamó en un momentoque él mismo no esperaba, mi-rándola a los ojos, con el cabe-llo denso de Ligia escurriéndose-

le por entre los dedos. EncontrÓen la voz con que había habla-

do, como si fuera de otro, unafirmeza insospechada. Ella lo

miró atónita, dudando de suspalabras, confirmando casi, conel asombro que le transformaba

el rostro, la presencia de un

extraño. Entonces volviÓ a mi-rado reconociéndolo, y él com-

prendió que Ligia buscaba des-cubrir alguna señal de broma.

"Es verdad", insistiÓ sin mos~

trarle esa concesión que le roga-ban los ojos llorosos y en segui~

da todo aquel frágil cuerpo es-tremecido. La resolución crispÓel timbre de la voz que, ajena a

él nuevamente, añadiÓ: "Lo hanconfirmado muchas veces losmédicos. Mejor me olvidas o teinventas un sueño donde sólome conociste en otro sueño queapenas ahora termina".

La vio sentarse entonces len-tamente sobre las raíces de unsauce, como si hubiera envejeci-do treinta años en un momento.La tristeza se instalÓ como

gruesa sombra entrc cllos. El si-lencio comenzó a pesar más queel calor. Ligia miraba hacia lasmontañas hacicndo un esfuerzopor no llorar, que él reconoció

en el temblor contenido de sus

hombros.

Luego se fueron hasta la esta-ción y emprendieron el regresoa la ciudad evadiendo el tema.

Musitaban trivialidades a ratos yfingían ignorar que no habría

un próximo encuentro. Al des-pedirse, Ligia sonrió inesperada-

mente mientras asumía gran par-te de su naturalidad habitual pa-

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ra decir: "Te espero mañana,donde siempre", y lo besabaqueriendo que esa otra cita es-tuviera apenas comenzando. Elpensó: "Eres como esta hermosa

tarde soleada que me penetra lapiel y me subyuga. Quisiera dar-

te la forma de mi cuerpo y fe~

cundarte, pero ya no demorasen desaparecer". Y se quedó

viendo cómo se alejaba de prisahasta perderse entre la gente.

Ha salido del café y ahora ca-mina a paso len to hacia las afue-ras de la ciudad. El domingovierte todo su tedio sobre los re-cuerdos. Procura disfrutar la se-rena explosión del crepúsculo.

Sabe que a ella no puede cul-parIa.

ESA PRESENCIA

Cuando la luz se apaga un silencio absoluto se desprende deaquel cuarto y me llena de miedo los oídos. En seguida se prenden

dos puntitos que deben ser velas. Por un rato se mantienen separa-dos, en línea diagonal, retorciéndose como si quisieran reconocersea distancia. Luego se van acercando y pronto queda rasgado elfondo negro que la ventana abierta encuadra. Describiendo insÓlitasvolteretas y zigzagueos las lucecitas se alargan y encogen dejandoestelas de chispas tras cada movimiento inesperado.

Imposible saber cuál de los dos puntos luminosos se desvaneció

primero. Vuelve a escucharse el murmullo entrecortado, seguido derisitas. Un viento repentino se desata al final de la calle. Va llegan-do en ráfagas aullantes hasta ser absorbido de golpe por el huecoobscuro de la ventana. Una nueva calma comienza a crecer, sesatura de suspiros y de mi creciente miedo.

Recuerdo que los que estaban allá adentro salieron apresurada-mente del cementerio un rato antes, al sentirse vigilados. Ignoro loque hacían tras la tapia, aunque no es difícil imaginarIo. No pudeverlos bien al acercarme. Tapándose la cara echaron a correr. Seguícomo pude sus sombras largas y quebradas. Cuando pensaron queya no los vigilaba continuaron andando sin prisa, como arrastrándo-se en la niebla. Entraron en la granja abandonada. Me oculté detrásde un árboL. Allí me quedé espiándolos tanto tiempo que casisentía crecérsemc sigilosamente la barba.

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1 lada frío. Les envidié aquel cuarto. Pensé acercarme para sor~prenderlos nuevamente, pcro un aliento fétido, caliente, me hiriÓde pronto el olfato. En un instante frío y calor se mc confundie~

ron en los huesos. Una sensación agÓnica que trasccnd ía los senti-dos porque había penetrado sin violentarlos instalándose como unhorror irrechazable.

Lo que vi al voltear la cabeza me tiene encerrado aquí dentrodesde no sé cuándo. Ya no hay cÓmo adivinar si pasa el tiempo.Supongo que tampoco importa. Pero sería bueno saber distraermeun poco sum mido y restando minutos. A veces creo que aún mearden los pies de correr descalzo aquella noche hasta caer en este

hueco cuyas dimensioncs desconozco. Y que siento todavía esapresencia a mis cspaldas.

Ya no le temo. Hasta logro soportar resignadamente su aliento.Dc tanto presentirlo mientras una y otra vez evoco esos puntos

lum inosos coqueteándose tras el negro silencio de la ventana, me

parece a vcces que sale de mi propia boca. Sé que no es posible.Desde que estoy aq u í dejé de tener boca.

Iowa City, enero de 1970.

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vida pública. Yo no creo que sea vergonzoso en absoluto ser como

los demás y adaptarse a la realidad de un momento histórico dado,porque yo no soy "quién" para criticar la forma en que el puebloescoge su destino. Si yo creyera tal, yo sería, o un político profe-sional, o un pedante como usted. Perdóneme que sea tan brutal-mente franco, pero soy su psiquiatra y debo volverle a la realidadde alguna manera. Porque usted piensa, y de eso estoy seguro, queporque me ha estado pagando veinticinco Balboas por la consultadurante los últimos meses, usted ya adquirió el derecho de censurar

a las personas de mi clase capaces de adaptarse a las circunstanciassiguiendo una ley tan sabia como la de la evoluciÓn de las especiesen función de la supervivencia de los más capacitados ("the fittest,you know?): una ley que Darwin formulÓ hace más de cien años.Vamos, usted tiene que conceder que el pez más grande se come almás chico y debe admitir también que, en todo proceso de cambio,

mucha gente queda eliminada, rezagada, debido a que no embonaen las nuevas estructuras. Pero todo esto no es más que la vigenciadel proceso evolutivo darwiniano: una cosa científica yue nadiediscute ya.

El psiquiatra, quien parece haberse alterado un tanto con suspropias palabras, se controla súbitamente, respira el profundidad y,cambiando el tono, continúa en susurro amistoso, siempre modu-

lando la voz en ricos armónicos calculados para sedar al paciente:- Tiene que aprender a dominarse; a dejar hacer y a dejar pasar

(Laissez faire, laissez passer, vous savez?); a no tomar la cosas tana pecho. Debe modificar su Weltansschauung. Verstehen Sie? Debe

hacer un esfuerzo y revisar sus conceptos de patria, cultura, pana-meñidad, honor, lealtad, bondad, maldad, etc., y ajustarlos a losnuevos conceptos que informan y configuran los nuevos estados decosas. La moral cambia con las nuevas estructuras político-econ?-micas ¿io sabía usted? Haga un esfuerzo y mire para el otro ladocuando advierta lo que usted considera una injusticia. No tome enserio lo que oye y ve en la televisión o en los periÓdicos; no ejerzala educaciÓn como si fuese una cruzada o un apostolado. Ustedeslos profesores son sirvientes públicos y deben obedecer lo que estáconsignado en los programas que han sido actualizados de acuerdocon la nueva realidad nacionaL. ¿Que la educación ha cambiado?

Pues cambie usted sin preguntarse si es para bien o para mal. Ustedno es más que un vehículo de lo que el Estado quiere enseñarle alpueblo: usted es un medio, no un fin. A usted no le consultaronnada. Entonces usted no cuenta y mientras más pronto lo entienda,mejor. Vaya a su trabajo; no lo tome tan en serio, gánese su

"platita" y regrese tranquilo a su casa a hacer vida de familia.

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Olvídese de lo que usted cree que debe hacerse y haga lo que se led ' 1 Ar" l' '1 ".i b" .or ena y so o eso. istote es lIvento e (e er ser , pero eso estaobsoleto; esa moral no existe ya. Considérese soldado de un ejérci-to: un hombre anÓnimo, un autÓmata sin criterio y sin voluntad;un entc no deliberante, mudo, pero obediente y disciplinado. Si leordenan algo, olvídesc de AristÓtcles y de NicÓmaco y obedezcasin pensar en nada excepto en quc dcbe hacerlo. Cuando un supe-

rior jerárquico suyo diga lo que ustcd considere una insensatez o

un disparate, aplauda y ríase por dentro. Ingéniese para no fracasar

ni a los débiles mentalcs y no tcndrá problcmas ni con los padresde familia ni con el Ministerio. ¿Me está entendiendo? Aunque noic guste el canto y sepa que no tiene ni voz ni oído, haga ver que

canta y únase al coro dc sicofantes y panegiristas del gobierno deturno, que eso le conviene más que cualquier medicina.

El alienista continúa observando al pacientc y maquinalmenteverifica la hora. "Ya se pasaron los veinticinco dólares", piensa.

"Mal negocio este paciente".Entre tanto, el profesor se ve totalmente aplastado por la de-

moledora lógica del psiquiatra, la cual no le deja alternativa: debeescoger cntre sobrevivir siendo como los demás, o perecer tratandode ser diferente de acuerdo con ciertos postulados y preceptos

morales y patriÓticos profundamente arraigados en su personalidad;incrustados allí por la educaciÓn familiar y el ambiente de muchosaños atrás, ambiente de cuya bondad y superioridad está pknamen~te convencido.

Sin embargo, obedeciendo a un impulso meramente instintivode conservación, nuestro hombre decide curarse. Poco a poco ydolorosamente va reduciendo la dosis diaria de los calmantes quetoma en esfuerzo heroico por independizarse para siempre de ellos.Diariamente se enfrenta a sus temores y angustias en titánico empe-ño por racionalizarlos y por primera vez experimenta la sensaciÓn

de que, de alguna manera, le va ganando terreno a la enfermedad

en un lento y dilatado proceso de adaptación.

Y ello se hace patente cuando, al cabo de algunos meses, ad-

vierte un notable mejoramiento de sus relaciones con antiguos co-nocidos, colegas y parientes, todo ello en un nuevo clima de trivia-lidad y superficialidad autoimpuestas. También le va mejor en sucátedra y siente que es capaz de trabajar más horas sin interrup-ción. Y es natural (así piensa) porque ahora todo lo que hace lo

hace con indiferencia, consciente de que el ejercicio de su profe-sión y las relaciones hum,inas deben reducirse a algo superficial,fácil, insincero y sin esfuerzos mentales ni fatigas físicas. Por pri-

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mera vez su evaluación como profesor es de "E" de excelente. Elpropio director del Liceo en donde enseña le felicita calurosamen-te: "ahora es uno del grupo", o del montón, según piensa nuestro

profesor. Diariamente, al afeitarse, se mira en el espejo y se dice envoz alta, "verbalizando" su tensión, como aconsejan los psicÓlogos

afectos a esta terapia:

- Tienes que hacerla. No puede importarte nada, pero nada en

este puerco mundo. La vida es nada y nada vale nada. La cuestiónes seguir con la corriente, mantenerse en ella, en la mera superficie.O sea: ser indiferente, superficial en todo yeso sí, sonreír mucho.Quien sonríe demuestra que le va bien en la vida y nadie quierenada con gente solemne ni triste que va exhibiendo su fracaso en elrostro. Y nada de afectos ni posturas políticas ni intelectuales. Hayque ser objctivos y nunca emocionales y debemos aceptar la reali-dad como un hecho inalterable, irreversible.

Al cabo de varios meses nuestro hombre ha logrado dejar lasml."(licinas completamente y hasta se toma su par de copas los finesde semana, algunas veces solo, otras en la compai-la de conocidos aquienes sabe que jamás podrá llamar amigos, siemprc riendo esten-tóreamente y con gran hipocresía, siempre comentándolo todo enla forma más superficial y ruidosa que se pueda concebir.

Ya pareciera estar completamente reintegrado a la sociedad

nuestro profesor, adaptado a la vida cotidiana, si no fuese porqueahora le aflige una mera molestia "somática" como diría el psiquia-tra: una náusea perenne, que no se le quita y que, para nuestrohéroe, bien podría ser una metáfora existencial si no fuese porquela siente en carne viva, pero cl trata de vivir con ella, de acostum-

brarse, de no hacerle caso puesto que está dispuesto a vivir en pazconsigo mismo y con la sociedad. Y verbaliza su angustia con elmágico conjuro que sacó de un libro sobre los nervios: "Quieto,quieto ... sanavabitch...", agrega por su cuenta al no obtener resul-tado alguno con este sortilegio.

En la ciudad, en el colegio en donde ensena, el hombre ve

pasar en procesiÚn de irrevocable asiduidad, la vileza, la calumnia,el atraco de quienes nos venden, reparan o compran algo; la inso-Icncia del funcionario público y la justicia dilatada ("the insolenceof office, the law's clelay"), y teme que su náusea se resuelva cnvómito. También teme que de tanto reir se le vaya a trabar lamandíbula para siempre, como una máscara de la comedia griega.

Ahora su mayor aspiraciÓn es que le inviten los sábados y quealguien le admita, le acepte como compaÙero dc dominó: un juegosumamente difícil que aún no llega a entender. ("Imbécil, me ahor-

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caste la doble sena. Soy tu compañero ¿sabes? El enemigo lo com-ponen estos dos que acaban de damos la paliza. ¿Cómo puedes serprofesor de algo si ni puedes llevar una cuenta? ")... Y el desprecioque el mérito, paciente, soporta de parte de los indignos... ("andthe spums that patient merit of the unworthy takes"). O que elSempiterno no hubiese impuesto su ley contra la auto~destruc-

ciÓn... ("Or that the Everlasting had not fixed his canon gainst

self-slaughter").

Continúa afeitándose diariamente, náusea y todo, y a medidaque pasa el tiempo y con cada segundo que transcurre, se va vien-do a sí mismo cada vez más y más extraÙo en el espejo. La imagenque éste le devuelve ya casi que no se le parece en nada y le essumamente difícil y penoso reconocerse a sí mismo en el cristalque refleja su rostro. Y tal vez sea por ello que ya haya dejado deextrañarle y dolerle que algunos fieles, queridos y viejos amigos lehayan quitado el saludo. Y es lÓgico a juzgar por lo que él mismocomprueba en ci espejo. El ha cambiado tanto, pero tanto, que asídebe ser: sus verdaderos amigos sencilamente ya no le reconocen.Eso es todo. "Vamos, no hay que pensar más en ello. La próximavez, si me dejan jugar, voy a llevar bien la cuenta: creo quepuedo" .

Un tiempo después, no obstante, el profesor empieza a sospe-char que lo han cambiado; que ha perdido su identidad, o tal vezsu propia persona física, o, peor aún, su personalidad. Es algo muyvago.. esta sospecha que viene a sumarse a la indescriptible soledadque viene sintiendo hace algún tiempo; al profundo vacío que últi-mamente dejan en su alma e intelecto las cosas, las personas, eltrabajo, vamos: esta vida de licor, dominó, risotadas y chistes yamistades de cantina. Oh, si esta carne tan extremadamente dura sedisolviese; se derritiese y se resolviera en rocío... ("O, that this toa,

toa salid flesh would mclt, thaw, and resolve itsclf into a dew").

Continúa sonriendo a todos y a todo, aunque ahora su sonrisaes decididamente convulsiva. Un atardecer cualquiera el profesorregresa a casa después de un duro día en el colegio. Se mira alespejo y se percata de ~iue ci cristal ya no le devuelve su propiaimagen. Ese no es él; definitivamente allí hay otro: un ser despre-ciable, vil adulador de los poderosos, incompetente, hipócrita quevive sonriendo. iAh, vergüenza! ("Ah, fie on't, ah, fie"). Ahora elprofesor comprende que ésta no es una mera imagen en la super-ficie del vidrio, sino una persona que está metida allí dentro: unusurpador que lo quiere suplantar, seguramente.

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Sin vacilar saca el revólver que desde su ingreso a la vida co-rriente lleva siempre consigo, y dispara varias veces tratando dematar al individuo dentro del espejo. El vidrio se resquebraja en

toda su extensiÓn, pero los pedazos rotos aún reflejan la misma

odiosa y persistente imagen.

Súbitamente el profesor, veterano de cosas lÚgicas y morales,experimenta su momento más lúcido y comprende que, sin él, laimagen no estaría allí.

Vuelve el revÓlver hacia su sien derecha y orprime el gatillo, elcual hace estallar la última bala y, con ella, su cráneo todo.

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PLAN DE LOS SORTEOS ORDINARIOS DOMINICALES

EL BILLETE ENTERO CONSTA DE 150 FRACCIONES DIVIDlOOEN CINCO SERIES DE 30 FRACCIONES CADA UNA

DENOMINADAS A, B, C, O y E

PREMIOS MAYORES

1 Premio Mayor, Series A, B, C, D y E1 Segundo Premio, Series A, B, e, D y E1 Tercer Premio, Series A, B, e, O y E

Fracción Billete EnteroTotal de

Premios

B/.l,OOO.OO B/.150,OOO.00 B/.150,OOO.00

300.00 45,000.00 45,000.00150.00 22,500.00 22,500.00

DERIVACIONES DEL PRIMER PREMIO

18 Aproximaciones, Series A, B, e, D y E9 Premios, Series A, B, e, D y E

90 Premios, Series A, B, C, D Y E900 Premios, Series A, B, C, D y E

10.0050.00

3.001.00

1,500.007,500.00

450.00150.00

DERIVACIONES DEL SEGUNDO PREMIO

18 Aproximaciones, Series A, B, e, D y E9 Premios, Series A, B, e, D y E

2.505.00

375.00750.00

DERIVACIONES DEL TERCER PREMIO

18 Aproximaciones, Series A, B, e, D y E~ Premios, Series A, B, e, D y E

1,074

Precio de un Billete Entero. . . . .Precio de una Fracción. . . . . . . . .Valor de la Emisión. . . . . . . . . . .

170

2.003.00

TOTAL...

B/. 82.500.55

825,000.00

300.00450.00

27,000.0067,500.0040,500.00

135,000.00

6,750.006,750.00

5,400.004,050.00

B/.510,450.00

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NUMEROS PREMIADOS EN LOS SORTEOS DE LALOTERIA NACIONAL DE BENEFICENCIA

LOS DOMINGOS DE FEBRERO, 1978

SORTEOS No. PRIMERO SEGUNDO TERCERO

Febrero 5 3076 2375 5721 2341Febrero 12 3077 6293 6976 1924Febrero 19 3078 9918 3698 4589Febrero 26 3079 6141 6972 9263

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PLAN DE LOS SORTEOS ORDINARIOS INTERMEDIOS

EL BILLETE ENTERO CONSTA DE 90 FRACCIONES, DIVIDIOOEN 6 SERIES DE 15 FRACCIONES CADA UNA

DENOMINADAS A, B, C, D, E, Y F

PREMIOS MAYORES

1 Premio Mayor, Series A, B, C, D, E Y F1 Segundo Premio, Series A, B, C, D, E y F1 Tercer Premio, Series A, B, C, D, E y F

Fracción Cada Serie

B/.l,OOO.OO B/.15,000.00300.00 4,500.00150.00 2,250.00

OERIVACIONES OEL PRIMER PREMIO

18 Aproximaciones, Series A, B, C, O, E y F9 Premios, Series A, B, C, O, E y F

90 Premios, Series A, B, C, D, E y F900 Premios, Series A, B, C, D, E y F

10.0050.00

3.001.00

150.00750.0045.0015.00

OERIVACIONES DEL SEGUNOO PREMIO

18 Aproximaciones, Series A, B, C, O, E Y F

9 Premios, Series A, B, C, O, E y F

2.50

5.00

37.50

75.00

DERIVACIONES DEL TERCER PREMIO

18 Aproximaciones, Series A, B, C, D, E Y F~ Premios, Series A, B, C, D, E y F

1,074 PREMIOS

2.003.00

TOTAL...

30.0045.00

Precio de un Billete Entero. . . . .Precio de Una Fracción. . . . . . . .Valor de la Emisión. . . . . . . . . . .

172

B/.49.500.55

495,000.00

Total d~Premios

B/. 90,000.00

27,000.0013,500.00

16,200.0040,500.0024,300.0081,000.00

4,050.00

4,050.00

3,240.002,430.00

B/.306,270.00