hanns heinz ewers - mi madre la bruja

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  • 7/31/2019 Hanns Heinz Ewers - Mi Madre La Bruja

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    MI MADRE LA BRUJA

    HANNS HEINZ EWERS

    Esto es lo que el Doctor Kaspar Krazykat escribi a su hermano:

    Querido hermano:

    Gracias por tu carta, la primera que recibo de ti en ocho aos, tal vez en diez o

    doce. Y ciertamente podran ser ms desde la ltima que te escrib yo. En todo

    este tiempo hemos sabido el uno del otro a travs de nuestra madre y es posible

    que esto haya sido lo mejor para ambos, ya que ver las cosas a travs de sus ojos

    garantiza armona y concordia entre nosotros. Ahora es amor fraterno y una

    sincera amistad lo que sentimos el uno por el otro. Las pocas ocasiones en que

    hemos podido vernos han sido tan breves que apenas pudimos disfrutarlas.

    Si respondo con tanta celeridad a tu muy detallada carta es porque creo que mi

    obligacin como hermano es ponerte al corriente de ciertos hechos.

    Me escribes encendido de alegra y entusiasmo. Tienes ya casi cincuenta aos y,

    al igual que yo, has tenido trato con mujeres de los cinco continentes, lo que en

    verdad te da derecho a tener tu propia opinin sobre ellas.

    Al final te has comprometido con una, y contraers matrimonio en menos de una

    semana. La joven dama pertenece a una digna y muy rica familia; es bonita,

    adems, rebosante de salud y de sentido comn. La adoras como adoraras a una

    diosa, incluso ms! No es acaso todo lo que puede desear un ser humano?

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    Te extiendes durante diez apasionadas pginas sobre lo afortunado que has sido.

    Creo cada una de tus palabras, con cada uno de sus detalles y sin pensar que

    exageras un pice.

    Tambin soy muy consciente de tu alta posicin, tus ingresos, tus ocupaciones, y

    tu indudable atractivo personal. Te ruego que aceptes este ltimo cumplido, pero

    cada vez que visito a mam me veo obligado a mirar las ltimas fotografas que

    le has enviado y a escuchar sus consiguientes elogios. Est terriblemente

    orgullosa de ti y, con la mano en el corazn, yo no lo estoy menos. De modo que

    tu decisin de que marche a vivir contigo no podra parecerme ms adecuada. La

    predileccin que siempre ha demostrado sentir hacia ti no me afecta en absoluto.

    En resumen: no es mi intencin arrojar la ms leve sombra de duda en tu

    felicidad. Debera por el contrario celebrarla contigo, congratularme y desearte

    que fuera as por siempre

    Y sin embargo, te lo ruego, te suplico que evites a toda costa algo de lo que te

    arrepentirs. No te cases!

    Querido hermano, s que como yo disfrutas de una salud de hierro, y que siendo

    tu futura esposa igual de saludable tu descendencia sera digna de vosotros y

    colmara vuestras expectativas. Expectativas que, al igual que t hoy, yo mismo

    albergu en una poca lejana.

    Pero hay algo en nuestra familia, no importa si proviene del lado materno o

    paterno, eso realmente no importa. Lo que importa es que es en estos momentoscuando ese algo nos obliga a reflexionar y tomar una decisin. Nuestro padre

    alcanz una edad avanzada, fuerte como un roble. Nuestra madre ha superado los

    ochenta aos y es conocida en toda la ciudad por su asombroso vigor y su

    lucidez. Y es sobre ella sobre quien debo alertarte, hermano. Sabes bien que

    existe una cierta huella gentica que con frecuencia no pasa de padres a hijos

    sino que, de forma curiosa, se salta una generacin. Temo que esa huella

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    gentica especial de nuestra madre se manifieste precisamente en tu

    descendencia.

    Yo mismo, hermano, me he encontrado tres o cuatro veces en la misma posicin

    en la que te encuentras t ahora. Entonces no saba lo que hoy s, ignoraba la

    verdadera naturaleza de esa mujer a la que llamamos nuestra madre. Debi ser el

    instinto lo que me salv en el ltimo minuto, previnindome de dar el paso que t

    ahora ests a punto de dar.

    En cada una de esas ocasiones de las que te hablo mi conducta debi de parecer

    absurda a mis amigos y allegados, lo admito; quiz incluso les hizo dudar de mi

    salud mental. Fue demasiado inesperada, y convirti mis intentos de contraer

    matrimonio en bromas de mal gusto. Quiero relatarte uno de estos casos en pocas

    palabras porque precisamente se refiere a esta extraa disposicin gentica.

    En esa ocasin iba a desposarme con una seorita justo al da siguiente. Sobre

    ella hubiera subscrito todas y cada una de las palabras que t dedicas en tu carta a

    tu novia. Slo que entonces, y al contrario que t, haba considerado algunos

    contras al respecto.

    Lo cierto es que me encontraba arruinado y haca apenas un ao que comenzaba

    a vivir sin el peso de las deudas. Creo que ya te he hablado de esto en alguna

    ocasin. Desde un mes antes mis nervios estaban deshechos; lo nico que me

    mantena en pie eran los narcticos, y la razn por la que me levantaba cada

    maana era precisamente esta mujer, en quien confiaba por completo y a la que

    amaba con locura.

    La vspera de la boda me fui a la cama con el delicioso pensamiento de que a la

    maana siguiente mi vida cambiara por completo, pero tambin preso de una

    extraa sensacin. Querido hermano, te voy a contar exactamente lo sucedido.

    Sabemos bien que somos de la clase de hombres a los que nunca nos ha costado

    conciliar el sueo. Quiz sea esto lo que nos confiere tan buen aspecto. Dos

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    minutos despus de cubrirme con las sbanas ya estoy profundamente dormido.

    Ha sido as siempre y lo sigue siendo a da de hoy.

    Esa fue una de las pocas noches de mi vida en las que me result del todo

    imposible pegar ojo. No porque mi cabeza reflexionase sobre nada en particular.

    Era ms bien como si me lo impidiese el eco de un sonido amenazador, algn

    oscuro y secreto pensamiento que trataba de salir a la luz.

    Mi conciencia poda advertirlo. Con los ojos cerrados, trat de ignorarlo pero

    acab despertando mi curiosidad y comenc a preguntarme si al final saldra o

    no. As continu por un rato, sin decidirse a mostrar su rostro. Intent entonces

    desembarazarme de l concentrndome en cualquier otra cosa.

    Naturalmente esa primera cosa en la que pens fue mi novia. Me imagin con

    ella a la maana siguiente, levantndole el velo nupcial con el fondo espectacular

    de los naranjos en flor.

    En ese momento el pensamiento secreto del que te hablo se removi con

    violencia en mi subconsciente, bajo la pelcula proyectada en mi cabeza,haciendo temblar el velo nupcial y los naranjos en flor; haba algo que era

    necesario hacer. Esta fue la sensacin que embistiendo desde all irrumpi en mi

    cabeza, tomando por asalto la plaza fuerte de mi conciencia.

    No vayas al Palacio de Justicia! No la lleves a la iglesia! No te cases!

    Durante un segundo me sent aterrorizado, pero de pronto romp a rer. La ideade que pudiera hacer algo tan estpido era realmente cmica. Cun absurdo y

    cruel y qu ruin por mi parte hubiese sido que yo hiciera algo as a la persona a la

    que amaba y que a su vez me corresponda con un amor igual o incluso mayor!

    Acaso sera capaz de una jugarreta tal que poda acabar perfectamente con su

    suicidio, y quizs tambin en con mo?

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    Aunque mi situacin econmica no estaba resuelta, dudar en ese punto resultaba

    una autntica locura. Y no obstante, el pensamiento segua all, terco e inmutable:

    No te cases!.

    Trat de pensar en alguna razn por la que no debiera casarme pero no hall

    ninguna. Al contrario, mi razn responda con un resonante: Pues claro que

    s!.

    Pero el No apareca y desapareca destellando como un fuego fatuo, sin

    permitirse dar un solo argumento. Llev a cabo un enconado esfuerzo por

    dormirme pero result intil. Me levant, encend la luz, me puse mi kimono y

    comenc a dar vueltas por la habitacin. Prob a leer y me fum un cigarrillo, y

    luego otro. Fui de una habitacin a otra de la casa mirando los cuadros y

    observando los muebles, abr la ventana y me asom lanzando una mirada a la

    calle.

    Trat por todos los medios de librarme de esa idea; pero ella se negaba a

    dejarme. Se aferr a m con ms fuerza: No lo hagas!.

    Finalmente me sent en el escritorio y escrib una larga carta a la mujer con la

    que me haba comprometido explicndole las razones por las que no poda

    casarme con ella. Era una carta forzada y muy poco natural, repleta de motivos

    que en teora justificaban por qu pona fin a un ao y un da de noviazgo.

    Fue la primera cosa que recuerdo con claridad haber escrito. Tras romperla,

    escrib otra larga misiva poniendo arriba lo que yo imaginaba que ella pensara alleer la carta al da siguiente, y, abajo, lo que me dira si pocas horas despus se lo

    explicaba yo personalmente.

    Tom entonces otra cuartilla. Te prometo que no erayo quien diriga la pluma, la

    cual no obstante se deslizaba rauda sobre el papel en blanco. En l se lea

    nicamente:

    No va a salir bien. No puedo casarme contigo. No s por qu, pero no puedo

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    Mis manos metieron el papel en un sobre, pegaron en l un sello y mis piernas se

    dirigieron raudas a la oficina de correos, en donde lo despach. Una vez hecho

    volv a casa, me met en la cama y casi instantneamente ca dormido.

    A la maana siguiente recordaba con toda claridad lo que haba hecho. La idea de

    escapar me consuma de modo que prepar mis maletas, me dirig a la estacin

    de trenes, compr un billete y part de all.

    Esto fue hace muchos aos. A menudo he reflexionado sobre ello, tratando de

    descubrir por qu actu de esa manera tan ruin. Una y otra vez me he esforzado

    por admitir que actu contra todo sentido comn, destruyendo mi felicidad y la

    de la persona a la que amaba.

    Y con todo, al mismo tiempo, nunca pude dejar de estar convencido de que actu

    de la nica manera posible; que en definitiva haba hecho lo correcto.

    En otra ocasin me volvera a suceder algo similar. Entonces, estaba

    absolutamente decidido a casarme pasara lo que pasara. Pero no import lo

    resuelto que me mostrase ante m mismo y ante los dems; a medida que seaproximaba el da de la boda me fui sintiendo ms y ms angustiado, hasta que el

    pnico se apoder de m y de nuevo me negu a casarme!

    Despus de aos de lucha por dar con una razn que explicase mi

    comportamiento, por fin la he hallado. La considero vlida, muy al contrario que

    todas las absurdas excusas que me he forzado a creer, tonteras del estilo de la

    que me serv para finalizar mi carta de rechazo:

    No renunciar a mi libertad: me es imposible vivir en una jaula de oro

    O esta otra

    Pero no! Me niego a aburrirte con las memorias de mi vida. Slo te dir que he

    estado engandome con razonamientos falsos que justificasen tomar las de

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    Villadiego en el ltimo momento. Es ahora cuando veo el secreto que esconda

    esa feroz resistencia.

    Cuando te escribo esta carta me encuentro de visita en casa de mam, donde

    llevo ya tres meses. Hace realmente mucho que no tena la oportunidad de estar

    con ella tanto tiempo.

    Aqu no tengo en lo que ocuparme, as que diariamente paso muchas horas en su

    compaa. La he estado observando durante semanas. Y cada da, me ha asaltado

    de nuevo la ominosa sensacin de que algo andaba mal y que necesitaba

    urgentemente descubrir qu era.

    Por fin he tenido xito!

    La respuesta es que ni a ti ni a m nos est permitido casarnos por las elevadas

    posibilidades que existen de que la huella gentica de nuestra madre, que nos ha

    saltado a nosotros, se manifieste en la siguiente generacin, y nuestra

    descendencia llegue a ser lo que es ella misma: una bruja!

    Ya s, ya s que has soltado una carcajada, a la que probablemente seguir una

    sonrisa triste; que movers la cabeza y que ms o menos dudars de mi salud

    mental.

    Pero creme si te digo que esa es la verdadera razn de todo! Por primera vez lo

    veo perfectamente claro. Siempre ha estado ah, delante de mis ojos. Esta palabra

    absurda, cmica e infantil bruja en realidad no tiene maldita la gracia. Yomismo me resist al principio, igual que t mientras lees mi carta. Pero las

    evidencias se han hecho ms y ms profundas a cada da que pasa.

    Si no consigo convencerte al acabar esta carta, si sigues decidido a continuar con

    tu idea del matrimonio, yo mismo ser testigo vivo de que te hars responsable

    de un crimen contra la humanidad. No traers nios al mundo, traers brujos!

    ***

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    Es innecesario recordarte que nunca ha resultado fcil escapar del hechizo de la

    personalidad de nuestra madre. La conoce cada nio, cada adulto de la ciudad.

    Cuando sale a pasear por las maanas con su bastn hay siempre alguien

    dispuesto a ayudarla a bajar el bordillo, cuidando de que ningn automvil,bicicleta o tranva pase demasiado cerca de ella.

    Al hacer la compra, indefectiblemente vers materializarse a su lado a algn

    chico que le preguntar si desea que la ayude a cargar con las bolsas. En los

    atestados tranvas, en los autobuses, en el ferry, no slo los hombres se

    levantarn solcitos, ofrecindole su asiento. No, tambin lo harn las mujeres, y

    no ser raro que se peleen entre ellos para ser dignos de tal honor.

    La amabilidad de los encargados de la pera, de los teatros o de las salas de

    conciertos, as como de los hoteles donde de vez en cuando se detiene a cenar,

    resulta asimismo sorprendente y casi embarazosa. Es como si todos ellos

    intentasen demostrarle su amistad.

    Cuando la acompao en su paseo matinal mi asombro no tiene lmites. Los

    caballeros y las damas, los simples conocidos, los nios, siempre aparecen con

    flores en las manos para entregrselas de forma precipitada. No hay da en que

    alguien no le enve a casa flores en un tarro o un jarrn. Soy yo quien cada

    maana ha de regarlas, y raro es el da en que tardo menos de cuarenta minutos!

    No s si te ha puesto al corriente de lo concerniente a sus onomsticas. Desde

    hace unos cuatro aos viene considerando que celebrar un cumpleaos no es

    bastante y ha decidido celebrar sus santos tambin. Los tiene marcados en el

    calendario. Como sabes, su nombre completo es Johanna Nepomucia Hubertina

    Maria. Hubert se da solo una vez, en noviembre, y Juan de Nepumoceno solo una

    vez tambin. Pero el resto de Juanes y Maras que atestan el calendario, resulta

    una delicia escucharla! Como no puede decidirse por ninguno, pues ha resuelto

    celebrarlos todos.

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    En la ciudad se corri pronto la voz y desde entonces han estado envindole

    flores a docenas en estos das sealados. Su balcn, el que da al claustro-jardn,

    parece una autntica canasta de flores. Y ella se sienta en medio de todas ellas

    ofreciendo t a los jvenes, a los pintores, carpinteros, msicos, cantantes yactores, hombres y mujeres. Una amplia gama de especmenes humanos,

    realmente, aunque predomina el tono artstico.

    Eso s, siempre jvenes! A mam no le gustan los viejos. T y yo somos ya un

    poco mayores para su gusto, nos salva que todava nos ve como a sus nios,

    siempre como chiquillos grandes. Nuestra madre en cierto sentido refleja el

    comportamiento y las maneras de estos jvenes. La gente suele comentar quedebe poseer alguna secreta pocin de la juventud; y se ren a continuacin.

    Por supuesto, ella siempre manda. En su casa no permite que se haga ms que su

    voluntad. Esto me afecta a m directamente ya que me castiga al ms leve error o

    desliz. Cinco marcos por llegar tarde al desayuno, veinte marcos por permitirme

    una sonrisa sarcstica, treinta marcos por servirle un caf menos excelente que de

    costumbre, diez marcos si le pongo mala cara alguna vez.

    No es que sea caro, pero nunca termino un da sin que sobre m hayan recado

    multas por valor de menos de cincuenta marcos. A ella le hace mucha gracia

    haber descubierto esta nueva fuente de ingresos, aunque en el fondo no tiene ni la

    menor idea del valor del dinero. Lo da enseguida a quien se lo pide, si bien

    hacindole sentir tan culpable como un estudiante en apuros. Y hay que

    reconocer que lo que tan meticulosamente se embolsa a costa nuestra nos lodevuelve luego a travs de cualquier acuerdo generoso.

    Resulta encantador por su parte, y debo reconocer que como todos los dems me

    encuentro bajo el hechizo de esta anciana a la que se nos permite llamar mam.

    Todo es armonioso a su alrededor, y si algo desentona solo es para convertir el

    cuadro en algo ms pintoresco y atractivo. Esta es la razn por la que puedo

    asegurar que esta mujer es

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    Un poco despus de las once decidi acostarse. La acompa a su habitacin, le

    di las buenas noches y me dirig a la ma. Result que haba olvidado abajo un

    libro y decid ir a por l. Al pasar frente a su puerta di unos golpecitos, sin

    obtener respuesta. No era posible que se hubiese dormido tan pronto. Golpe denuevo y al final la abr. La habitacin estaba a media luz. La cama intacta.

    Fui del comedor al cuarto de estar, donde la encontr sentada en un silln,

    completamente vestida, con los codos apoyados en la mesa y la cabeza en las

    manos. Tena los ojos abiertos y miraba al vaco sin expresin alguna.

    Me acerqu de puntillas, y entonces hice ruido adrede. No pareci or nada. Al

    principio esto me asust. Le pasaba algo? Enseguida me tranquilic. Poda orla

    respirar, de modo que estaba viva.

    Al igual que ella me sent en el sof, observndola. No haca nada. Su

    respiracin era regular aunque bastante tenue, y sus ojos parecan moverse un

    tanto como si estuviera viendo cosas invisibles. Sobre esto pude equivocarme, ya

    que no haba demasiada luz en el cuarto excepto la luna llena de agosto que

    entraba a travs de los ventanales abiertos de par en par. Ella estaba justamente

    iluminada de lleno por esta luz de plata.

    Permanec tan quieto y en silencio como ella, esperando y esperando a que

    sucediese alguna cosa. Pero fue en vano. O como el venerable reloj de pie que

    hay en el recibidor junto a las escaleras daba las doce y media. Pero aparte de

    este incidente, nada. Nada en absoluto.

    Finalmente pareci salir de su trance, lanzando uno o dos suspiros y una breve

    risa. Sin duda ya haba despertado del todo. Observ cmo quitaba algunas hojas

    marchitas a uno de los geranios lanzndolas por la ventana. Se volvi sin

    percatarse de mi presencia y con paso resuelto se encamin a su dormitorio.

    Me acerqu a su puerta sin hacer ruido y escuch. Pareca que se desvesta y se

    acostaba. Al poco reconoc la respiracin regular de quien se ha dormido.

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    Olvidaste algo?, me pregunt.

    Su voz son como siempre. No recordaba nada de su sonambulismo de haca

    apenas unos minutos. Le dije que estaba buscando mi pluma porque deseaba

    escribir un rato. Se ech a rer y dijo que haba olvidado lo tarde que era. Yo le di

    otro beso de buenas noches y de manera cortante se despidi advirtindome que

    no deba estar despierto hasta tan tarde. Por mi propio bien, ms me vala no

    llegar tarde al desayuno.

    Al parecer, sus trances no dejaban en ella la menor huella, o quiz vena

    sucediendo desde haca tanto tiempo que ni siquiera notaba esos minutos

    perdidos de su conciencia. Despus de todo, su estado sonmbulo era tan

    profundo que ni siquiera el sonido de dos floreros cayendo de una mesa podan

    alcanzarlo. Y estaba claro que durante esa media hora larga su espritu, su alma,

    su conciencia, llmalo como quieras, se hallaba en algn otro lugar.

    Pero dnde? Eso era lo que vala la pena descubrir.

    Ahora me encuentro en posesin de una serie de extraos detalles que he podidoir recopilando. Algunos de ellos los he descubierto estos das, pero con la

    mayora he estado conviviendo durante aos. Simplemente, no estaba en

    condiciones de darles un sentido.

    Ya sabes, querido hermano, que tenemos un gran nmero de sapos en el jardn,

    enormes y muy bonitos, sapos amarillentos y de dorados ojos verdceos. Debo

    admitir que comparto la predileccin de mam por estos animales.

    Recuerdas cuando, de nios, los metamos en cuencos de leche y los

    mirbamos? Pensbamos que buscaran lombrices y gusanos.

    A mam siempre la haca feliz que durante sus paseos apareciese un sapo

    saltando sobre el sendero. Ya sabes que de vez en cuando incluso les hablaba.

    Pero esto que te voy a referir es nuevo, y lo vengo observando solo desde haceuna semana.

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    Una tarde, al caer el sol, estaba buscndola para dar un paseo. O su cantarina

    voz en el jardn. Pude ver que caminaba sendero abajo acompaada de un gran

    sapo pardo al que conduca con un cordel de seda como si fuera un perrito. Y le

    hablaba.

    Al acercarme se ech a rer y coment que Lisa haba sido muy traviesa y que

    su trabajo de ganchillo no le saldra bien hoy. Luego me explic que todas las

    jovencitas se paseaban con sapos atados con cuerdas de seda. Solt al animal y

    con mucho cuidado lo deposit bajo el agrico que se encuentra cerca del gran

    helecho. Un detalle muy revelador, que lo liberara precisamente bajo esa seta

    conocida tambin como mata-moscas!

    Al da siguiente, cuando el jardinero vino a trabajar en los parterres, aprovech

    para preguntarle cuntas clases de hongos y setas crecan en nuestro jardn.

    Resulta que tenemos, adems del agrico mata-moscas, varios Lactarius

    torminosus o falsos nscalos, amanitas panteritas, boletus satans y Speitaubling,

    una variedad incomestible y, al igual que las dems, muy txica, de la familia

    Russulaceae. Ms venenosos todos que el mismo infierno! No disponemos aqude uno solo que sea comestible.

    Eso me hizo pensar que quiz valdra la pena echar un largo vistazo a sus flores y

    plantas. Son, realmente, de una notable variedad. Algunas inofensivas, lgico si

    tenemos en cuenta que mam las tiene de todas clases y de todos los lugares del

    mundo. Aprovechar pues para referirme aqu solo a sus favoritas, aquellas que

    cultiva y mima con particular inters.

    Recuerdas, hermano, cuando nos vestamos para Navidad y ella nos mandaba al

    claustro del jardn o al parque a buscar las rosas blancas bajo la nieve, con la

    indicacin de que se las llevramos inmediatamente?

    La rosa de Navidad es la primera flor del ao y mam siempre quera ejemplares

    suyos, al igual que de malvas reales, que son las ltimas flores del ao. No

    necesito recordarte cun venenosas son. En primavera, grandes puados de

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    laburnos se despliegan y caen como una lluvia de oro de muchos de sus jarrones.

    Luego, le da por cultivar rojas dedaleras, o camelias azules. En el otoo e

    invierno son las violetas persas las que ocupan los frascos a lo largo y ancho de

    la casa, mezcladas con esas flores a las que llamamos anmonas, as como conrosamaras sanadoras.

    Todas ellas, de la primera a la ltima, venenosas en un grado u otro. Crees que

    es mera casualidad que todas estas plantas txicas se hallen desperdigadas

    siempre alrededor de las que son inofensivas?

    Podra mencionar tambin sus belladonas y los premios que ha ganado con sus

    cicutas, aunque ambas puedan verse tambin en otros jardines. Pero en cul

    encontrars ejemplares tan preciosos de lechetreznas, violas tricolores o esa

    variedad de Echinodorus conocida como Ojo del Diablo? Aqu crecen

    frondosas de la tierra, o se derraman de jarrones junto a abominables ejemplares

    de beleo. Creme, hermano, tendras que recorrer toda la ciudad y ms para

    encontrar algo semejante a lo que tiene lugar aqu!

    A mam le encantan todas estas flores, en particular sus rosas. Y por encima de

    todo se desvive por los arracimados capullos de laburno. Es una preferencia

    instintiva. Las adora por la nica razn de que son altamente venenosas pero sin

    reflexionar lo ms mnimo sobre ello.

    Por otro lado no es que me a m me parezca mal en absoluto. Su ignorancia

    provoca que no les d ninguna utilidad, digamos, prctica. Se mostr ciertamente

    sorprendida cuando le dije que las rosas de Navidad y las malvas reales eran

    flores ponzoosas. Y simplemente se burl de m cuando aad que sus

    variedades de laburnos tambin lo eran.

    Todo esto tiene mucho que ver con el descubrimiento que hice de que suele

    colocar a los sapos junto a las setas y plantas venenosas que tanto adora. De las

    que, como te deca antes, no se sirve para ningn fin, excepto para acariciarlas y

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    besarlas, lo mismo que hace con otros especmenes inofensivos como las ramas

    de melocotoneros en flor, las fucsias o las bocas de dragn.

    La nica planta a la que tal vez da alguna utilidad es precisamente la peor de

    todas, el beleo. Ignoro qu hace con l. Slo me he percatado de que de vez en

    cuando recoge un poco en un frasco y se lo lleva a su habitacin. All tiene cuatro

    de estos frascos.

    Debo interrumpirme aqu, querido hermano, pues mam reclama mi presencia.

    ***

    Acabo de recibir la orden de acompaarla luego al zoo. Va all a menudo y puedo

    asegurarte, hermano, que su relacin con los animales en ese lugar no dista de la

    que tiene con los seres humanos. Todos saltan y corren a agolparse en los

    barrotes en cuanto la oyen venir. Cierto es que siempre lo hace con unos largos

    guantes en sus manos y una cierta cantidad de comida que prepara ella misma.

    Elefantes, camellos, osos, monos, ciervas y ciervos, incluso los conejos y losconejillos indias, todos ellos saben que les llevar algo. Lo ms sorprendente es

    que no pierden la cabeza ni sus buenas maneras cuando agotan las provisiones

    que mam les da. Algunos, sin ms, se dan la vuelta y regresan a su sitio con la

    mayor educacin.

    Te preguntars: y qu hay de esos otros animales a los que no puede alimentar,

    los que comen pescados o carne en grandes cantidades? Porque es fcil entenderque los pequeos mapaches salten de alegra al verla acercarse con sus terrones

    de azcar. Te aseguro que algunos casi lloran como nios cuando se aleja. Pero

    no logro entender cmo es que el viejo marab, ese pariente feo de la cigea

    que se alimenta de carroa, que permanece siempre impertrrito sobre una pata

    en su rincn por mucho que la muchedumbre humana trate de atraerlo hacia s, al

    ver a mam caiga en la cuenta de repente de que en realidad tiene dos patas. De

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    inmediato se le ve iniciar una danza loca de faquir, acompaada de una suerte de

    meloda traqueteante con su pico.

    Y por qu el tigre abandona su obscuro rincn y se aproxima hasta los mismos

    barrotes, con el sonido sibilante del que sisea un cdigo secreto? No podra

    interpretarlo cualquier observador como algo parecido a un ronroneo?

    Y qu hay del len marino que se lanza al agua y nada hasta la orilla mostrando

    abiertamente su alegra a medida que ella se acerca? Sabe perfectamente que

    mam no le ha llevado pescado ni comida alguna, igual que los carnvoros saben

    que no les dar nada.

    Slo hay un animal en todo el zoo que se muestra indiferente, a pesar de que ella

    siempre le reserva su mejor regalo. Pertenece a una especie de cabras montesas

    de la Sierra Nevada de Andaluca. Es un macho cabro, gris, anormalmente

    grande. Vive all agazapado sobre las rocas, indiferente a lo que sucede a su

    alrededor, mientras el resto de cabras montesas se pelean por hacerse con los

    obsequios que mam les lleva. A l debe pedirle directamente que se acerque,

    que tenga la dignidad de acercarse, suplicndole casi. Cuando al final accede y

    baja de su roca, es con gran displicencia, a pasos deliberadamente lentos.

    El animal coge su trozo de azcar, pero un poco a regaadientes, como quien

    hace un favor. Tiene una magnfica barba y una gran y arrugada nariz bajo dos

    ojos grises. Sendos cuernos se elevan sobre sus orejas. El tipo parece casi

    humano, la viva representacin del Gran Dios Pan. No necesito decir que de l

    emana un intenso hedor, y mam siempre aprovecha para sacar de su bolso una

    botella de agua de colonia con la que le roca un poco el cuerpo.

    No pienses ni por un segundo que esto ocurre solo en el zoo. Con todos los

    animales es igual. Le basta con acercarse a cualquier perro o gato callejero para

    ganrselos en un instante. Y lo mismo con los caballos de tiro de cualquier

    carruaje que se encuentre detenido en la calle.

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    Las vias salvajes y la hiedra que cubren nuestra casa dan cobijo a multitud de

    aves. Lo mismo pasa con cualquier rbol o arbusto. Los das que desayunamos en

    el balcn tenemos siempre gorriones y tordos negros a modo de invitados.

    Tambin est esa pequea ardilla roja que se presenta siempre a las ms

    intempestivas horas de la maana para recoger, del dormitorio de mam, las

    nueces que ella le deja en su mesita de noche. Afirma que la dichosa ardilla es su

    despertador particular.

    Durante el verano resulta normal que de vez en cuando se cuelen mariposas

    dentro de las casas, pero est claro que aprovecharn cualquier ventana abierta

    para volver a salir. En nuestra casa sin embargo siempre hay alguna mariposa

    dando vueltas. Pueden permanecer aqu dos, tres e incluso cuatro das. Una vez,

    una preciosa Nymphalis Io nos brind su presencia durante ms de una semana.

    En otra ocasin fue un grillo. No entr por su cuenta en la casa, como las

    mariposas. Result que cierta tarde nuestro paseo nos condujo delante de una

    panadera, de donde pudimos or su pequeo canto a travs de la puerta abierta.

    Mam entr de inmediato y le dijo al panadero que quera llevarse al grillo con

    ella. El hombre se ech a rer, explicndole que muy a gusto se lo regalara si

    fuera capaz de atraparlo. Por lo visto sus intentos haban sido en vano y el bicho

    ya llevaba instalado all varias semanas.

    Te juro, hermano, que mientras nos lo contaba pudimos ver a esa pequea

    criatura negra avanzar por el suelo. Sin emitir el menor zumbido dej que mam

    lo cogiera, lo metiera en una caja de cerillas vaca y se lo llevase con ella a casa.

    Casualidad? Claro, te resultar fcil achacarlo todo a la casualidad! Pero te

    digo que no. Enfticamente, te digo que nada de esto es casualidad.

    Individualmente, todas estas cosas que comparto contigo podran considerarse

    casualidad. Pero todas juntas, cmo seras capaz de seguir afirmndolo?

    Pronto vers que la cosa no acaba aqu.

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    A nuestra madre le importan un pito las joyas, aunque siempre lleva consigo un

    pequeo broche de esmalte negro con tus iniciales (o son las mas? Ya no lo

    recuerdo). Cualquier otra joya que haya posedo alguna vez ha terminado

    regalndola, o yace completamente olvidada en el fondo de su joyero.

    Sobre las pinturas que adornan nuestras paredes y que ocupan cada rincn de la

    casa no te dir nada, porque ya las has visto. El arte que mam ha ido

    acumulando a lo largo de los aos representa mayormente a animales y a

    monstruos. Sapos de bronce y porcelana, caracoles y lagartos, junto a criaturas

    mitolgicas que parecen sacadas de los cuentos de hadas.

    Posee una enorme, muy bonita estatua del dios egipcio Bast, ya sabes a cul me

    refiero, la que tiene cabeza de gato. Mam asegura que de vez en cuando

    ronronea e incluso que abre los ojos.

    Los candelabros de su escritorio, los que hay junto a su cama y en otros muchos

    lugares de la casa son rplicas en bronce de la grgola de Notre Dame. Te lo

    aseguro, hermano, nuestra madre est completamente rodeada de los ms

    salvajes retazos de la imaginacin gtica. Los tienes por donde quieras que

    dirijas la mirada, arriba, abajo y a los lados.

    Por las representaciones mitolgicas que mezclan la figura humana con las de los

    animales muestra una debilidad particular. Hay figuras de origen egipcio, chino o

    hind esparcidas por doquier. Pero el gtico occidental es sin duda su favorito.

    Por no hablar de sus portafolios, llenos de grabados, dibujos y fotografas decualquier cosa que haya visto y le haya gustado alguna vez. Siempre que aade

    algo nuevo a su coleccin se echa a rer como una nia.

    Me gustara aadir, a ttulo particular, que algunas de sus ilustraciones de las

    Tentaciones de San Antonio son asombrosas. Posee una coleccin de lo ms

    completa. Lo ms significativo es que mam no es una gran lectora de libros,

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    como por ejemplo lo fue Flaubert, quien se recre en dichas imgenes. Estars de

    acuerdo conmigo en que Flaubert no es un autor precisamente fcil.

    Mam lo sabe todo sobre cualquier secta diablica que te pueda venir ahora a la

    mente, los Gnsticos, Maniqueos, Ofitas, Marconistas y Priscilianos. Conoce sus

    rituales y los detalles ms nimios del modo en que conmemoran a sus profetas y

    magos. Y todos sus nombres: Irenaeus, Simon Magus, Apollonius, Valentiniano,

    Marcus, Montagus. Los sabe tan bien que podra sostener una conversacin

    con el mismo Flaubert.

    Si esto te parece poco, existe algo que la apasiona todava ms. Qu dira

    cualquiera de su coleccin de escobas?

    En el estrecho corredor que va de las otras habitaciones a su dormitorio tiene

    alineadas no menos de cuarenta escobas! Nuevas y usadas. Apostara a que en

    casa puede encontrarse un ejemplar de todos los tipos de escoba existentes desde

    su invencin. Las ha dispuesto en filas a lo largo de las dos paredes del pasillo,

    como si fuesen viejos reservistas del ejrcito aguardando la llamada del frente.

    Desde debajo de las escaleras no pueden verse, debido a las cortinas.

    Est claro que tenemos otros sitios para guardar semejante coleccin. Por

    ejemplo, la gran buhardilla que pegada a la cocina conduce al jardn est casi

    vaca. Uno podra colgar all centenares de escobas si quisiese. Pero no. Ella

    prefiere tenerlas donde las tiene, una al lado de la otra y ocupando cada

    centmetro del corredor. Hay ms: una o dos apoyadas simplemente en un rincn

    de su cuarto, tras una pequea cortina y junto a su bur.

    No podemos olvidar su faceta de sanadora, que t conoces bien. Es en parte la

    razn por la que no dejan de entrar y salir invitados de casa. Ella no los recibe

    como profesional, sino con las maneras de una vieja amiga. De hecho siempre les

    insiste en que no sabra darles ningn consejo, pero todos siguen a rajatabla y con

    la mayor fe cada pequea indicacin suya al respecto.

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    recitaciones del Regina, y las pecas desaparecen! Creme, hermano: doy fe de

    que desaparecen, al igual que los ojos de gallo, las verrugas y los callos.

    La hija del doctor, la pequea Lotte, jura que mam es ms fiable que su padre,

    quien no tiene ni idea de cmo eliminar verrugas. Lleg a echarle en cara que

    era solo un doctor que no saba nada de verrugas y callos! El hombre por cierto

    ha quedado encantado con la nueva tez de su hija y se ha tomado todo el asunto

    como un reto, reconociendo deportivamente el mrito de mam y tomndole

    prestado alguno de sus mtodos (incluido el rezo a Regina!).

    Mam tiene un cofre lleno por entero de caballitos de mar. Tienen que ser

    lanzados en las enaguas y entre las perneras de los pantalones si lo que uno

    quiere que desaparezcan son las hemorroides. Por desgracia, parece que en

    nuestra ciudad ese remedio no es muy necesario y apenas hace uso de l. No

    recuerdo que nadie le pidiese ayuda sobre algo semejante, excepto nuestra vieja

    lavandera. La mujer aprovecha cualquier oportunidad para hablar maravillas de

    los caballitos de mar.

    Pero todo esto son juegos de nios. Hay cosas mucho menos inofensivas. Mam

    nunca dice la fortuna; no lee las manos, ni echa las cartas ni nada parecido.

    Cuando oye hablar de una profeca siempre comenta que eso es una tontera; al

    menos, es lo que quiere hacernos pensar.

    En realidad no es algo que haga a menudo, apenas un par de veces al ao; pero

    siempre con resultados asombrosos. Resulta aterrador lo que la gente llega a

    comentar sobre ella en este punto. Cuando viene a verla alguien a quien la mala

    suerte ha golpeado de verdad, lesfabrica buena suerte. Nunca nada malo.

    Digamos que solo algo.

    Hace poco vino a visitarnos un joven escultor y mam descubri casi por

    casualidad que el muchacho estaba en la ruina ms completa, y que no ganaba un

    penique desde haca mucho tiempo. En su siguiente visita lo llev al jardn y le

    dijo que en breve sera muy afortunado. Como es lgico, el joven se mostr

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    inquisitivo. Mam le respondi que no poda darle detalles pero que confiase en

    sus palabras.Ella le haba deseado suerte, y eso era suficiente.

    En el transcurso del mes siguiente el artista vendi cinco de sus piezas en una

    exhibicin, y recibi tambin un encargo para un gran monumento funerario y

    tres bustos. l mismo me confes todo esto porque mam nunca habla de estas

    cosas. El muchacho reuni todas las piezas y lleg a la conclusin de que todo

    arranc y tuvo lugar en el momento exacto en que mam le dese buena suerte

    aquel da en el jardn.

    He podido comprobar que nuestra si madre dio suerte al susodicho en buena

    parte de los casos fue a travs de su banquero particular y de un director de

    museo amigo suyo, que fueron quienes adquirieron dos de las piezas durante la

    exposicin. Pero qu hay de las otras tres, y de los encargos? Casualidad! S,

    claro. Sin duda fue una casualidad!

    Cmo es la historia aquella del profesor que trata de explicar el concepto de

    milagro a un grupo de estudiantes?

    Consideren ustedes esto, dice a la clase. Estoy escalando a lo ms alto de la

    torre ms elevada de la Catedral de Colonia. Cerca ya de la cspide, me mareo y

    caigo al vaco. Me estrello contra el suelo pero no me sucede nada. Estoy intacto,

    sin heridas, sin un simple rasguo. Cmo explicaran esto?

    El pequeo Moritz, que es de natural escptico, exclama: La casualidad,

    seor!

    Muy bien, dice el profesor. Podra ser casualidad. Pero resulta que al da

    siguiente vuelvo a escalar la torre, otra vez me mareo y me estrello sin hacerme

    el menor dao. Lo hago una tercera vez, una cuarta, una quinta! Y, siempre, el

    aire me deposita en las piedras intacto y sin ni siquiera despeinarme. Dgame

    Moritz, cmo llamara a esto?

    Entonces lo llamara habilidad!, contesta el incorregible Moritz.

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    En verdad, querido hermano, la casualidad no sirve para explicar lo de mam.

    Debe existir en ello algn elemento de habilidad. Por desgracia, ella no se limita

    solo a desear buena suerte a la gente. Como ocurra que se siente ofendida o

    herida por alguien, no dudar en desearle tambin mala suerte.

    Me encantara hablar con ella de todo esto, pero simplemente se hace la sorda.

    Adems, solo s lo que me cuentan. Nunca he podido observar por m mismo

    nada al respecto. Pero esta gente es de lo ms variada, de todas las clases y de

    profesiones. Me he denodado en interrogar a todo el que entraba y sala de casa,

    desde obreros hasta los hijos de sus amigas, los artistas, profesores, abogados y

    banqueros, individuos de diferente educacin y las ms variadas entendederas.Todos se encogen de hombros y hablan de casualidad o, en el mejor de los

    casos, de su habilidad secreta.

    Pero nadie discute los hechos. Te expondr un caso: el de cierta criada que haba

    trabajado diligentemente para mam en el pasado, hasta que le rob varias de sus

    pertenencias y se dio a la fuga. Mam, tras recuperarse del shock y evaluar los

    daos, anunci que Kate, que as se llamaba la criadita, iba a tener muy malasuerte pronto. Menos de diez das despus sacaron su cadver del Rhin. Se

    encontraba navegando en un bote con unos amigos cuando la ola producida por

    un vapor que circulaba cerca hizo zozobrar la embarcacin y todos cayeron al

    agua. Solo ella no pudo ser rescatada.

    O aquella otra vez en que uno de nuestros primos tom prestado uno de sus

    libros. Pasado un ao mam lo vio a la venta en una librera de segunda mano.Lo compr, sintindose muy mal no por el dinero, sino porque ya le haba pasado

    una vez y a pesar de ello fue lo bastante estpida como para permitir que volviese

    a suceder. Tres semanas despus entraron a robar en esa librera, saqueando

    buena parte de sus fondos. Detuvieron al ladrn, pero no antes de que el material

    robado fuese malvendido.

    Haba tambin un chiquillo de la vecindad a quien mam permita jugar en sujardn. Un da, por pura maldad, cort un pequeo abedul. Era un abedul

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    pequeito que haba plantado ella misma y que mimaba con especial

    predileccin. En una semana el chaval estaba en cama atacado de difteria y

    escarlatina, las dos enfermedades al mismo tiempo. La cosa era tan grave que los

    padres vinieron a casa consumidos por una gran agitacin. Les haban dicho quemam estaba disgustada con su hijo y que le haba deseado mal.

    Saban lo que su hijo haba hecho y tuvieron el buen juicio de no buscar excusas

    ni culpar a mam en lo ms mnimo. Solo alegaron que era su nico hijo, cmo

    era posible que no tuviera compasin de l? De ms est decir que nuestra madre

    se conmovi y enseguida se uni al llanto de los padres, a los que devolvi a su

    casa asegurndoles que su hijo pronto iba a estar bien.

    Nuestra prima Berta fue testigo de todo, y me dijo que la pareja sali de la casa

    exultante de felicidad y absolutamente convencida de que su retoo estaba a

    salvo. Mam se haba quedado en el saln, sentada con la cabeza apoyada en las

    manos y as permaneci en silencio durante cinco minutos. Hasta que de pronto

    se dirigi a nuestra prima, como si nada hubiera pasado. Ese mismo da la fiebre

    del muchacho remiti y poco despus estaba curado por completo.

    Por cierto que nuestra prima Berta es sin ir ms lejos una a las que mam dese

    mala suerte. Ella misma habla de esa particular experiencia. Una tarde se

    supona que deba llevarla a un concierto, pero le surgi un contratiempo y lleg

    con una hora de retraso. Mam estaba realmente enfadada. Berta supo que algo

    malo le sucedera pronto y en efecto as fue. Fue la propia mam quien, de

    regreso, le advirti que pronto se pondra enferma pero que no deba preocuparseporque no sera nada serio. Una semana despus, sin razn alguna, se resfri. Me

    dijo que el resfriado fue tal que apenas poda abrir los ojos.

    Tuve suerte aadi de que solo fuese un resfriado!

    Te estoy poniendo solamente unos pocos ejemplos, querido hermano, podra

    continuar por pginas y pginas mala suerte en los negocios, enfermedades

    fsicas y mentales el ms variado catlogo. Y luego estn las maldiciones

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    mortales que, a Dios gracias, slo he podido determinar en muy pocos casos.

    Todo casualidad, hermano? No crees que tambin hay algo de habilidad en

    ello, como dira el pequeo Moritz?

    Mam por el contrario parece inmune a la mala suerte. Ya te ha escrito ella

    acerca de su accidente de automvil, del que habla restndole importancia y

    haciendo bromas. La cosa sucedi como sigue:

    Mam cruzaba la calle en la esquina de Marian y Kreuz. Una niita de diez aos

    la guiaba cogida del brazo. Haban terminado casi de cruzar, la nia se

    encontraba en la acera y mam daba un paso para salvar el bordillo cuando un

    automvil gir a gran velocidad. Iba pegado a la esquina para esquivar a un

    camin de reparto que vena de frente. El conductor vio a mam, fren

    inmediatamente y gir a la izquierda directo hacia el camin. Demasiado tarde!

    La rueda delantera del coche golpe a mam y la arroj contra la acera.

    Permaneci all inconsciente junto a la nia, todava de su mano. Esta dio un

    salto y grit. Un grupo de gente se apresur a levantar a la anciana llevndola a

    una tienda que haba en la esquina, all la reconoci alguien y enseguida llamaron

    a un doctor y a una ambulancia. Mientras, le dieron a oler algunas gotas de vino

    rojo y en unos pocos minutos volvi en s.

    Su primera preocupacin fue por sacudirse el polvo del vestido y lavarse las

    manos. Luego pidi que cancelasen la llamada al doctor y a la ambulancia,

    compr una docena de huevos y regres en silencio a casa acompaada de la

    chiquilla como si nada hubiera pasado. Me las encontr en la puerta de la

    entrada. La nia todava estaba muy alterada y apenas poda decir una palabra.

    Mam cogi de su librera un volumen de cuentos de hadas y se lo regal, junto a

    una tableta de chocolate. Yo mismo no me enter de los detalles de su aventura

    hasta unos das despus.

    El automvil qued totalmente destrozado y su conductor seriamente herido.

    Mam lo visit en el hospital. No obstante, se est recuperando tan rpido como

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    es posible y sus heridas cicatrizan. El tipo est convencido de que se lo debe a

    ella, ms que a los cuidados de los doctores.

    ***

    Algunas tardes mam se sienta en el jardn y les cuenta historias de hadas a los

    nios del vecindario. Se renen a su alrededor, mirndola con sus grandes ojos y

    la boca abierta. Sent curiosidad por saber la clase de historias que les contaba, si

    Copito de Nieve, Rapunzel, el Soldadito de Hojalata o Caperucita Roja. De modo

    que una tarde saqu la tumbona y el peridico y me situ cerca, fingiendo que

    lea. Lo que les contaba no era tales cuentos, ni algn otro de los Grimm,

    Bechstein, Anderson, Wilde, Pap Dumas o Musaus, como haca con nosotros

    cuando ramos nios.

    Ni siquiera puede decirse que lo que les contaba fuesen cuentos. Los nios se

    refieren a ellos con ese nombre a falta de otro mejor. Yo los calificara como

    pequeas piezas lricas. Pero el efecto que les produce es simplemente

    asombroso. Cuando mam hace una pausa, los chicos permanecen all callados,

    hipnotizados durante largo rato, como si realmente pudieran ver flotando en el

    aire las imgenes que la anciana les describe.

    Escondido tras las pginas de mi peridico, anot una de ellas:

    Haba una vez una docena de brujas y brujos sentados alrededor de una mesa,

    comiendo sopa de cerveza. Cada uno de ellos llevaba en la mano una cuchara

    tallada del hueso posterior del brazo de un muerto. Las brasas de carbnchisporroteaban en la chimenea; las velas consuman su cera y de los platos

    llegaba el aroma de la tumba fresca

    Cuando ri Maribas, el brujo ms viejo, su risa son como un arco deslizndose

    por las tres cuerdas de un violn roto. A la luz de una vela daba golpecitos con el

    dedo en un viejo libro de hechicera, sobre el cual una mosca con las alas

    chamuscadas giraba y giraba tratando de escapar. La mosca zumbaba

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    frenticamente, a medida que una araa amarilla y peluda de gran panza se

    aproximaba pasito a pasito hacia ella

    Entonces, las brujas y brujos se precipitaron todos hacia la chimenea, de donde

    salieron volando hacia las nubes subidos en escobas y atizadores de fuego

    Despus de contarles esto, mam les ense un juego con los dedos.

    Este es el dedo pulgar, que dice hola al dedo anular

    Recuerdas esto, hermano? Bueno, pues no es exactamente lo que escuchan hoy

    estos chicos que se renen a la sombra del viejo peral.

    Este es el dedo pulgar, un viejo gordo mandn, que viene del bajo Rhin y gusta

    de sentarse delante de la puerta de su taberna, riendo fuerte y dando buena cuenta

    de su cerveza

    Este es el dedo ndice, su mujer, larga y flaca como un arenque, todo el da

    gritndole y dndole la lata

    Este es el dedo medio, el hijo de ambos. Un gamberrote alto, alto como un

    rbol. Soldado quiere ser, para dejar de crecer de una vez

    Este es el dedo anular, su hijita, despierta y gil. Se pasa todo el da pelando

    cebollas

    Y este es el pequeo, el benjamn de la familia. Le tiene miedo a todo y se pasa

    el da llorando. Grita y alla como un animalito que llevase un lobo entre los

    dientes

    Sin duda cualquier maestro dudar de que estas imgenes sean las ms adecuadas

    para un nio. Tampoco es que las que ellos se inventan sean mucho mejores. En

    cualquier caso, cuando nuestra madre les cuenta estas cosas los chicos se ven

    arrastrados a un romntico mundo lleno de magia, tan vvido que realmente dan

    la impresin de estar viendo al gordo mandn y a su mujer, flaca como un

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    arenque. Ren como locos cuando les toca el turno a su hijo bravucn y a la hija

    que se pasa el da pelando cebollas, y gritan al imaginarse al pequeo benjamn a

    punto de ser tragado por un lobo.

    Apostara cualquier cosa a que dentro de treinta aos cuando se tropiecen con un

    tabernero barrign le llamarn pulgar. Pero lo ms terrorfico esa tarde fue el

    principio cuando mam les cont:

    Haba una vez una docena de brujas y brujos sentados alrededor de una mesa,

    comiendo sopa de cerveza

    Ninguno de estos chicos ha comido nunca sopa de cerveza, por la sencilla raznde que no existe tal cosa. Pero todos fueron capaces de visualizar su olor y su

    sabor. En todos los cuentos de hadas encuentras brujos y brujas, pero viven lejos,

    en algn lugar imaginario. Estos viven aqu en el Rhin, en Holanda y las tierras

    bajas.

    Estos nios reunidos bajo el peral seguramente solo recuerdan a Copito de Nieve,

    la Bella Durmiente y Caperucita Roja porque los han visto en los teatros. Loscuentos de Dickens y Hauff los han olvidado tan completamente que seran

    incapaces de recordarlos ante sus propios hijos.

    Pero estas imgenes de las brujas bebiendo sopa de cerveza con una cuchara

    fabricada del hueso del brazo de un muerto y de la araa amarilla reptando hacia

    la mosca, sobre el viejo libro de magia, estas imgenes puedes estar seguro de

    que no las olvidarn.

    Querido hermano, permteme que te resuma todo lo que he tratado de

    comunicarte hasta ahora. As, la prxima vez que vengas a casa podrs

    verificarlas una a una. He tratado de ser lo ms objetivo y realista posible,

    mostrndote slo la parte ms evidente.

    A mam la adora toda clase de gente, de diferente sexo y edad. Los animalesmuestran parecida devocin y uno dira que hasta las plantas la quieren. En

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    nuestra casa viven ms, y florecen ms abundantemente, que en cualquier otro

    lugar segn yo mismo he observado. Sus mascotas favoritas son los gatos, los

    sapos y los machos cabros. Entre el reino vegetal, siente predileccin por los

    hongos venenosos y las flores ponzoosas.

    Est comprobado que puede eliminar verrugas, pecas, callos y otras retorcidas

    anomalas del cuerpo. La gente viene de todas partes solo para verla. Ella misma

    es robusta y saludable pese a su avanzada edad y tan despierta intelectualmente

    que en la ciudad se cree que posee una pocin mgica de la juventud.

    Parece inmune a los accidentes, mientras que con un simple movimiento de mano

    es capaz de hacer que la gente enferme. Por el contrario, tambin puede dar

    fortuna y buena suerte. Tiene una debilidad particular por las criaturas

    mitolgicas, prepara notables ungentos y posee una coleccin de viejas escobas.

    Durante ciertas horas de la noche y siempre en luna llena entra en trance, en los

    cuales su espritu vuela lejos de este mundo.

    Hace menos de cien aos una dcima parte de todo esto hubiese sido suficiente

    para condenarla a la hoguera. Hoy da sin embargo la sociedad es tan

    infinitamente lista y educada que la idea de que existan las brujas slo produce

    sonrisas.

    Lo cierto es que actualmente existen en Amrica y Europa cientos de miles de

    brujos y brujas y muchos de ellos se estn haciendo de oro. Casi cada calle posee

    su astrlogo, su echadora de cartas, su lectora de manos o dadora de la fortuna.

    Los tesofos y otras sectas msticas florecen como hongos por donde quiera que

    mires, derivando a veces en poderosas comunidades religiosas.

    Recientemente asist a una asamblea teosfica. Me sent al fondo de la sala. La

    conferencia cont con multitud de atentos asistentes. Oh, claro! Fue un acto

    educativo, en el que se enseaba a diferenciar entre la magia blanca y la negra, y

    al trmino del cual se conden a esta ltima. Nadie all tena la menor idea de que

    el origen de la palabra magia negra se encuentra en un error de imprenta que

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    Los faquires llevan a cabo todo esto con suma perfeccin y en apariencia sin

    sentir la menor molestia por los clavos, los carbones ardientes y otras cosas por el

    estilo. Yo ya haba visto varias veces el truco de las agujas, e incluso trat de

    ponerlo en prctica. No es ms que una artimaa y lo nico que requiere es algode experiencia y voluntad. La ms leve herida sobre la piel duele, pero se trata de

    un dolor soportable. Cada cual por lo dems tiene su lugar favorito donde

    clavarse las agujas. Los ms habituales suelen ser lugares del cuerpo con una

    cierta capa de grasa. Algunos hacen el numerito de rer mientras se las clavan. Es

    algo que siempre impresiona a la gente.

    El nico peligro real que corren estos masoquistas es que se les infecten lasheridas. Les pasa a veces. Pero pincha por sorpresa con un alfiler a cualquiera de

    ellos y puedes apostar a que reaccionar con un grito.

    Esto me dio la idea de llevar a cabo un pequeo experimento con mam. Siempre

    ha sido extremadamente sensible al dolor, seguro que la recuerdas gritando

    cuando se pinchaba el dedo de forma accidental. Tambin recordars que en un

    lado de su cuello tiene una pequea seal de nacimiento.

    Cierto da, al darle las buenas noches, la abrac y me las ingeni para pincharle

    all con una pequea aguja. No sinti nada. Al da siguiente lo repet

    clavndosela esta vez ms profundamente. Sigui sin notar nada.

    Habrs odo decir que durante la Edad Media, antes de ejecutar a las brujas, las

    desnudaban buscando en ellas lo que los inquisidores llamaban marcas de

    bruja; all clavaban agujas y objetos punzantes y de este modo podan

    comprobar si sentan o no dolor. Cualquier viejo inquisidor lo tendra claro con

    nuestra madre, porque lo que tiene en el cuello es exactamente lo que buscaban

    estos hombres.

    Esa segunda noche me brind la oportunidad de contemplar a nuestra madre

    durante la luna llena. Disimulado en el sof de la esquina ms oscura del cuarto,

    escuch abrirse la puerta de su dormitorio, la o bajar y entrar en el cuarto y

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    estar dirigiendo y dnde vivira. Aunque nuestra madre adora a los gatos, nunca

    se ha permitido tener uno en casa.

    Al final intu su destino: iba derecho al cementerio. Quiz es un gato callejero,

    pens. En las proximidades del camposanto se oan voces de borracho. Vi a dos

    tipos con un bonito perro salchicha que se lanz a perseguir al gato, el cual ni

    siquiera entonces pareci asustarse, contentndose con apretar el paso.

    Al incauto salchicha se le ocurri abalanzarse sobre l. Gracias a la luz de la luna

    pude ver perfectamente cmo le pegaba una dentellada en la oreja izquierda. Pero

    el gato salt de lado y a continuacin atac. La siguiente imagen fue de l sobre

    el perro, aferrndose a su cuello con las garras. El can se asust tanto que empez

    a dar vueltas con la esperanza de quitrselo de encima cuanto antes.

    El gato pareca ir montado a caballo sobre el salchicha patizambo. Lo escuch

    gemir lastimeramente detrs de unos arbustos donde se haban metido los dos, y

    luego aparecer con el rabo entre las piernas y cubierto de sangre, avergonzado

    por completo de su derrota. Fue tan cmico que me re en voz alta, al igual que

    sus dueos. Me adentr en las tumbas, pero el gato haba desaparecido y opt por

    volver a casa.

    El entrar en el comedor encontr a mam en la misma posicin en que la haba

    dejado. Avanc hacia ella sin hacer ruido, le di un beso en la frente. Fue cuando

    not que sobre la oreja izquierda tena una herida y que esta sangraba.

    Exactamente en el mismo sitio donde el salchicha haba mordido al gato gris!

    Qu significaba todo esto?

    Mam no se haba movido de su silla esa noche, al igual que todas las dems

    noches. Pero y su espritu? Y qu diablos era lo que vi saltar de ella? No era

    acaso el gato? Ponlo en verso o dale la explicacin que quieras, hermano, pero

    para m no cabe la menor duda: ella era el gran gato gris que corra entre las

    tumbas.

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    ***

    Baj a desayunar al da siguiente con el corazn alterado. Quiz imaginaba cosas.

    Mam estaba sentada all tranquilamente ante la mesa, bebiendo su t. Pero sobre

    su oreja izquierda se haba puesto una pequea tirita.

    Qu le ha pasado a tu oreja?, pregunt.

    No lo s, me respondi sin el menor embarazo. Me habr herido esta noche

    sin darme cuenta. Cuando despert mi almohada estaba llena de sangre!

    Sonaba tan natural, tan inocente, que pens que no poda estar fingiendo.Nuestra madre es licntropo y ni siquiera lo sabe!

    ***

    Una tarde estbamos sentados en el comedor a solas, charlando

    mientras dbamos cuenta con entusiasmo de nuestro acostumbrado vaso de vino.

    Yo haba abierto un poco disimuladamente una segunda botella, y luego una

    tercera. Mam rea achispada.

    Hoy ests bebiendo a conciencia, me dijo.

    Ah s? No me haba dado cuenta

    No pasa nada, asinti, Puedes beber cuanto quieras! Me alegra que sepas

    apreciar mi vino

    Esa noche mam bebi menos que yo. Dos vasos, tres a lo sumo. Sin ningn

    motivo en especial acab abriendo cuatro botellas de vino e hice lo que nunca

    haba hecho en mi vida: beber solo.

    Tras volver a mi habitacin sent un repentino deseo de prepararme un highball.

    Tena una botella de whiskey y un par de botellas de soda y me serv uno.

    Faltaban todava algunas horas para que saliera la luna de modo que permanec

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    Sin embargo, querido cuado, hemos de confesarte que lo vemos todo desde un

    punto de vista completamente diferente al tuyo. Nos hemos casado, en definitiva,

    y personalmente confo en dar a tu hermano muchos nios, quiz un par de nias.

    Slo espero que sean una brujitas tan encantadoras y adorables como tu madre

    ***

    El doctor Kaspar Krazycat termin de leer la carta y, pensativamente, movi la

    cabeza.

    HANNS HEINZ EWERS : MEINE MUTTER, DIE HEX (1922)

    MAGAZINE DE ENTREGUERRAS

    http://signorformica.blogspot.com.es/