hazaña beniana parte 7

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7ma. de 13 partes del libro "Hazaña Beniana en la Guerra del Chaco" de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos del Beni, gestión del Lic. Arnaldo Lijerón Casanovas

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  • Con ocasin de presentar al disertante Guillermo Hurtado Surez, con motivode su ingreso a la Sociedad de Estudios Geogrficos e Histricos del Beni, elescritor Antonio Carvalho Urey (entonces todava entre nosotros) expres elsiguiente comentario sobre el autor y su tema La lrica beniana en la Guerradel Chaco, que lo reproducimos ahora.

    Es para m gratsima misin la de presentar al distinguido auditorio a estevalor joven de la intelectualidad beniana, que adems de sus ttulos profesionales,es un empeoso investigador rescatando para nuestro acontecer histricovaliosas aportaciones inditas. Con toda razn, no hace mucho, en un actoacadmico mi amigo el Dr. Luis Adolfo Siles Salinas, al citar referencias suyassobre el devenir de nuestra casa superior de estudios lo llam "El historiadorde la Universidad Beniana", por su proficua y paciente labor de habernos dadoun libro documental sobre las races histricas y el proceso que ha seguido lacreacin de ella. Entre otras faenas gratas para los que se fascinan con pginasamarillas y apolilladas est su catlogo, publicado en presencia Literaria dela famosa revista beniana, la mejor del pas, Moxos.

    Smese a estas la recopilacin y edicin de una seleccin de artculos dispersosdel sabio italo-beniano Mario Saelli, reviviendo la memoria del gran educadory humanista, cuya obra estaba siendo olvidada cuando no apropiada por otros.Y Guillermo contina en la brega, modesta y pacientemente; Lo que hace msloable su afn de obsequiarnos cosas nuevas para deleite de estudiosos yvaloracin del patrimonio cultural beniano.

    Ahora escucharemos su trabajo titulado LRICA BENIANA EN LA GUERRADEL CHACO, en la que nos traer facetas desconocidas de nuestros hombresde letras que empuaron el fusil fratricida en una obligada contienda quehicieron desencadenar los monopolios petroleros del imperialismo mundial, enpugna por intereses hegemnicos a espaldas de pueblos pobres que fueronllevados en holocausto a los campos de combate, ajenos a una lucha que no lamotivaron ni saban por qu combatan, sino por el slo hecho de haber nacidoen patrias dependientes de la Amrica dependiente, donde todava no se respirael aire liberador y de justicia social como rmora de la colonia. Otros que nopudieron ir alentaban al compaero de las trincheras escribiendo poemas deangustia patritica o dramas para levantar el espritu de los familiares entristeza permanente por el ausente.

    Oscar Guillermo Hurtado SurezMIEMBRO DE NMERO DE LA SEGHB

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    Seguramente en su bella prosa que toca al lirismo y sabe de un misticismoromntico, nos dir Oscar Guillermo, en sta su conferencia que cumpliendocnones de la novel Sociedad de Estudios Histricos y Geogrficos le reportasu tesis de ingreso a esta institucin empeosamente reorganizada por el escritorArnaldo Lijern Casanovas y que cuenta ya con titulares como los Ing. RodolfoPinto Parada y Jess Dvalos Mendoza. Contestar al recipiendario como esde prctica en estas entidades acadmicas el Secretario General de la mismael ya mencionado Prof. Lijern Casanovas.

    Con ustedes el escritor e historiador Guillermo Hurtado Surez, a quien ledeseamos un auspicioso ingreso a la docta Sociedad que contribuir a vertebrarnuestra desarticulada historia.

    LRICA BENIANA EN LA GUERRA DEL CHACO

    EL MOTIVO

    Hasta que no hube ledo el extenso ensayo de Don Jorge Siles Salinas, LaLiteratura boliviana de la guerra del chaco (1969), no ca en la cuenta de quela bibliografa existente de los escritores benianos carece de una obra narrativarepresentativa referida a esta cruenta contienda sostenida entre Bolivia y elParaguay.

    El trabajo preliminar que les presento ha sido motivado, pues, por la preocupacinque siento por el vaco existente dentro del Ciclo literario Chaqueo de unanovela, siquiera, escrita por un escritor beniano.

    Se ha perdido para el Beni el valioso testimonio de la experiencia vital, de lavivencia personal, narrada por otros combatientes bolivianos, sobre la guerra;que no as por el soldado beniano-Mojeo que estuvo en la lnea de fuego. Yfueron muchos los jvenes benianos que hacia all marcharon y actuaron, entreellos iban, como no podan dejar de hacerlo, intelectuales de vala como JessRioja Aponte, Horacio Rivero Egez, Lus Domingo Leigue Castedo y otros.

    Por qu -me pregunto- no hay una narrativa chaquea beniana dentro de lasletras nacionales? Quizs se deba a la pereza ingnita o es ambiental? - y hablopor m mismo,- del oriundo de Mojos Beni que rara vez le permite culminaruna empresa de largo aliento, como lo es la de escribir una novela.

    Existen algunas excepciones Claro est! pues el Beni cuenta con novelistas dela talla de Luciano Durn Bger o de Rosa Melgar de Ipia.

    Quiz esta carencia de valores benianos, dentro de la narrativa del ciclo literariodel que me ocupo, se deba a que la literatura beniana es relativamente joven encomparacin con las de otros departamentos de Bolivia; todava est en unproceso de maduracin. Y el novelista es un producto acabado de un mediocultural aejo.

    Fuera de estas conjeturas, y de otras ms que podra hacerme, no lo s; y losque podran haber hablado, como los protagonistas de la guerra que fueron,

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    guardaron silencio.

    Sin embargo, an cuando no ha habido narrativa, s se ha escrito poesa y enpleno campo de operaciones la mayor parte de ella. Y de la lrica beniana duranteeste periodo -poco conocida- hablar en la presente disertacin.

    Si sta no tuviese la grandiosidad que el tema amerita para denominarla pica,tiene el valor testimonial de la presencia real de estos hombres-soldados benianos,combatientes en el Chaco. Con este modesto trabajo lo nico que trato de haceres el de salvar la memoria de quienes escribieron los versos que pondr a suconsideracin.

    LA GUERRA DEL CHACO Y LOS COMBATIENTES BENIANOS

    La epopeya cumplida por los combatientes benianos en el Sudeste ha sidocerteramente evaluada y escrita por el hroe nacional Cnl. Carmelo CullarJimnez en su opsculo EL APORTE DEL DEPARTAMENTO DEL BENI ENLA GUERRA DEL CHACO.(1).

    Es bueno recordar que al iniciarse la guerra en julio de 1932, el RegimientoPADILLA 7 de zapadores, unidad formada por 600 conscriptos benianos de lacategora de 1931, fue uno de los primeros en llegar a la zona de operacionespor la va del Chapare.

    Posteriormente, se sucede el desastre del Regimiento Beni, contingentecompuesto de 500 hombres que partieron de Trinidad el 8 de Noviembre de1932 rumbo a Todos Santos, de donde continu a PIE hasta la ciudad deCochabamba.

    Dice Cullar Jimnez:

    La marcha forzada, dirigida por inexpertos conductores, por escarpadas

    Acto de Despedida, en el frontis de la Catedral de Trinidad,a soldados benianos rumbo al Chaco

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    serranas, bajo un clima inclemente, fustigados por el fro y la lluvia, y unaalimentacin deficiente, produjeron una serie de enfermedades y muertes entrelos movilizados, que el Alto Mando se vio obligado a disponer la disolucin delcontingente. Los que recobraron salud en Cochabamba siguieron viaje al campode operaciones incorporndose a contingentes procedentes del Departamentodel Valle (2).

    A su vez, uno de nuestros muchachos escribe desde el Chaco:

    Llena ya est la historia del Chaco de figuras heroicas que tuvieron su cunaen esta regin de los ros caudalosos y de las pampas infinitas. El argumentopueril que algunos egostas lanzaron respecto a que el Beni no contribuy consus hijos desde el comienzo de la campaa, est rebatido con la lgica contundentey macabra de los blancos huesos que aqu descansan de esos mismos hijos...En este momento, desde mi puesto, percibo la bullanguera carcajada deBenquique, que es de mi Regimiento. Oigo tambin la risa sonora de Hoyos ylas de tantos paisanos ms que deben estar celebrando alguna ocurrencia.Cantan porque el enemigo est lejos: Pero cantan tambin cuando el enemigoest cerca: casi es lo mismo. Con el tiempo y la adaptacin el peligro no inmuta,el terror no asombra. Y as hemos de tragarnos el tiempo que an falta decampaa en el bostezo de nuestras horas de descanso. La paz vendr al fin. Ylos que sobrevivamos a esta guerra hallaremos dulce la vida dentro de eseestado, y procuraremos aprovechar el simbolismo del olvido sabiendo quesomos ms felices bajo su sombra (3).

    ste el marco histrico en el que se desarrolla la lrica que pasamos a comentar.

    LA POESA

    Siguiendo en orden cronolgico por la fecha de publicacin de los trabajos,tenemos en primer lugar a don:

    PEDRO C. RODAL (Trinidad, 23 oct. 1906 20 ene. 1974) y su poema enprosa SOMBRAS (4).

    Este poema deja entrever en su contenido ideolgico la amenaza fatal que secierne sobre el hombre con motivo de la guerra: las fauces del infierno se hallanabiertas para tragarse 50.000 almas.

    Es la expresin de lo impreciso (sombras) de lo desconocido, de lo que sepresiente y teme (el escorpin): la presencia del Misterio, en suma que tie derojo la luz de la luna. Comienza as:

    Sombra rampante de ojos de averno: desconocida sombra.Sombra funesta de diablos que arden.

    Que en noches extraas de luna escarlata.Proyecta siniestra su figura escorpinica.

    Con el mismo ritmo cortado contina el desfile de imgenes siniestras producidaen la mente desquiciada de un ser torturado por la ansiedad de saberse en

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    inminente peligro:

    Sombra larga... de siglos... de recuerdos... sombra impa.El Mundo no es Nada y es Todo, con tus proyecciones.

    Sombra de conjuncin de civilizaciones idas,Que avanzan majestuosamente.

    Completa el poema la presencia de la muerte, presencia permanente en el huertode la vida, que se hace insoportablemente patente en tiempo de guerra. Dice:

    Visin ttrica de muerte de devastacin.Sombras de la vieja Europa sanguinolenta por sus guerras de exterminio.

    Sombras de esas luchas infames de hombre a hombre.

    En un instante de lucidez, por la fe que tiene el poeta en el hombre, exclama:

    Sombras ureas de este siglo de la velocidad,Del dinamismo y las revoluciones

    Proyecciones luminosas de las antorchas humanas.Sombras de genios.

    Y, al final, como al principio se mantiene la amenaza latente representada porlas sombras informes:

    Y por sobre todas las sombras.La sombra rampante de los ojos de averno,

    donde el Mundo es Todo y es Nada.(Agosto 1932)

    Don Pedro C. Rodal fue hombre sencillo y afable, como todos los de vieja estirpemojea: de agradable y ocurrente conversacin. Escribi poco, quiz tironeadopor las necesidades primarias de la vida. El poema citado constituye un mojnimportante dentro de la actividad potica beniana que nos ocupa. Viene luegodon:

    HORACIO RIVERO EGEZ (Reyes, 12, 1905 Trinidad, agosto 1973), consu prosa potica CANTO A LA MUERTE, que comienza as: (5)

    Salvadora Creacin de la fortuna;Soberano Mandato del Destino:

    Mutismo inconcebible de la vida, cobijame en tus alasY haz que mis palpitaciones cesen con esta monorrtmia

    que me hace tanto sufrir!

    Alto vate, de fama merecida, HORACIO RIVERO es conocido por su libro depoesa HOJAS Y CASCARAS. En las lneas que siguen, canta encomisticamentea la novia sempiterna del poeta y del soldado: la muerte.

    Bien haya tu esperanza, que es blsamo puro en la tristezaCuando el camino se cierra, cuando el rodaje est inmvil

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    Cuando la carne ya es fango,Tu mano laboriosa se apropia la basura y fecundiza

    el rbol.

    Escuchamos la voz inconfundible de un joven poetaextasiado ante el arcano de la vida que se escapapor la puerta siempre abierta de la muerte.

    Santo el trabajo de tu mano santaSanto el exordio de tu cetro augusto

    Santa toda T, que no mentiste nuncaSantos tus labios perennes de esperanzas

    Nosotros somos un grano intil de miseria y lodo;T, el sagrado mensaje de la Tierra.

    Nosotros, larvas podridas de desdicha y vicio;T, purificado aliento de la Nada.

    EL CANTO A LA MUERTE que sealamos, es notable por su elevado lirismoy el desapego a la vida que manifiesta el bardo. La juventud es tan desprendidaque renuncia fcilmente a lo ms preciado que posee un ser humano: la vida.Y as muere por un ideal, una utopa: llmese esta Justicia, Libertad, amor.En la ltima parte, acallada la exaltacin lrica, el cantor expresa su deseopantesta de unirse con la naturaleza:

    Serena hilvanadora de la paz:quiero ser savia de tamarindo,

    hazme aliento de azahar.

    FLIX SATTORI ROMAN (Trinidad, marzo 31, 1893 Santa Cruz, 1979),bajo el seudnimo de SIXTO R. FLETARI, hace escuchar su voz vibrante ymarcial en el poema: BOLIVIANOS: A LA GUERRA! (6), que principia as:

    Raza de mi Patria: Patria sagrada,que heredaste de Bolvar el nombre inmortal.

    Incorprate airadaEs la hora de la venganza, purificadora,

    contra el ultraje criminal.

    Para continuar -an ms enfebrecido- su canto a los valientes defensores delterritorio nacional:

    Al son de los tambores y al son de los clarinesIrn nuestros hijos.- valientes paladines-

    A luchar - Irn, ay!A la guerra.

    A restaurar la tierraQue te roba el Paraguay.

    Raza de mi Patria! Incorprate fuerte,A defender la heredad

    Que te leg Bolvar. Levntate y anda,

    Horacio Rivero Egez

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    Desafa a la muerteSucre nos manda

    Guardar su integridad.Ay de los que excusen castigar el crimen!

    Para ellos el baldn!

    Increpando a los indiferentes, a los emboscados, para que cumplan con el sagradodeber, escribe:

    La voz de los hermanos que en el Chaco gimen,La sangre de los muertos en Boquern,

    Se alzar como un grito en la concienciaDe los que nieguen defender la herencia:

    Se alzar como una maldicin!

    Estos versos de corte patritico y marcial dictados por las necesidades de lahora, contrastan notablemente con el estilo sosegado y romntico que acostumbrabaSattori, en un poema posterior, de la misma poca, titulado EN LA PARTIDA(7), vuelve a su modo habitual de versificar, oigmosle:

    Qu triste es irse lejos en la horaDe los grandes ensueos de la vida,

    Cuando se tiene en la frente soadora,Cual el celeste nimbo de la aurora,

    La corona de Amor entretejida.

    Y contina:

    Porque tal vez el beso de la muerte,Cerrar para siempre mis pupilas,

    Y al cumplir mi destino de tal suerte.En las tuyas tan zarcas y tranquilas

    No he de mirarme ms ...No podr verte!.

    El poeta, aun en las ms crueles y peligrosas circunstancias de la vida, no olvidade cantar al ser que ms ama: LA MUJER, sea esta novia o Madre, Escuchemos:

    Y si acaso en las playas del olvidoMe matan las nostalgias de las horas

    Que junto a ti he vivido,Tus promesas de amor consoladorasPronunciar con mi postrer gemido.

    A esta cita de poetas no poda faltar la figura serena y bonachona de donHORMANDO ORTIZ CHAVEZ (Santa Ana, Octubre 4 1986 Trinidad,Febrero 01 1950.

    En su poema VAN LOS RECIOS PALADINES... (8), se anima el lenguaje paraexpresar en metforas logradas lo que sentan los benianos en esa hora trgica,

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    cuando el clarn llamaba hacia el Chaco:

    Hacia el seno de la selva, los palacios encantadosQue los grandes precursores nos legaron por herencia,

    Va la cudriga sonora de los recios paladines.En el cinto los aceros, y en los pechos denodados,Los fulgores del derecho que confunde a los canes

    A inmolar sangre de bravos, defendiendo la heredad...

    Viene luego la nota alegre, porque pinta la naturaleza privilegiada del suelo natalen contraste con el sombro panorama que impera en el campo de batalla.

    Ya no se oye la cadencia de los tordos y zorzalesEn las regias tolderas de la fronda tropical.

    Bajo el cielo tinto en sangre van las negras espiralesDe los buitres carniceros y el aullar de los chacales

    Turba el mgico silencio de la pampa matinal.

    Habla luego el patriota, el hombre indignado por las pretensiones paraguayassobre el Chaco boreal:

    Od. Ya llegan. Od el plomo sibilante. Ya se iniciaEl chocar de los aceros y el rugir de los caones.Son las voces de la Patria que reclama la justicia.La justicia de los libres contra brbaras nacionesQue con viles eufemismos son de Amrica baldn.

    Termina el poema con la explicacin del porqu marchan a la guerra los bolivianos:

    Hombres libres de la Amrica Latina,Hijos todos de la tierra que besara el gran Coln.

    Si este Pueblo de los Incas de la sierra diamantina,Con fusiles y metrallas a la selva se encamina,

    Es en pos de sus derechos que invadi la usurpacin.

    Este poema est fechado el 17 de febrero de 1933.

    GILFREDO CORTS CANDIA (Trinidad, 28/12/06 08/01 85).-Aproximarse al mundo potico de Gilfredo Corts Candia, por el conocimientode uno solo de sus poemas es como tratar de juzgar la riqueza maderable de unode nuestros bosques por la visin de uno solo de sus rboles.

    Sin embargo el plan que nos trazamos para este trabajo nos obliga a ello. Elpoema pico en cuestin se titula Mi Apstrofe al Paraguay que lleva lugary fecha de su concepcin: Puesto: Subteniente Saavedra, 12 de mayo de 1934.(9) Dice as:

    Mi apstrofe al Paraguay

    Alevoso pendenciero de la Amrica castiza,

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    caballero del asalto, del pillaje y la traicin;tu vandlica conducta que avergenza y horroriza,no es el timbre de nobleza de los pueblos de Coln.

    Y por eso y por la sangre generosa derramadaen baluartes de herosmo a tu insana y ambicin,a las voces justicieras de mi Patria ensangrentada,

    les aado el anatema de una eterna maldicin.

    Que los labios cariosos de las madres que ahora gimenpor la suerte de los hijos que han cumplido su deber,ya han rogado la plegaria del castigo de tu crimenretemplando de coraje nuestras ansias de vencer.

    Y las novias resignadas que impusieron con su besola promesa inquebrantable de volverles vencedor,

    hace tiempo que ya esperan convencidas el regresodel amado que ha jurado retornarles triunfador.

    Mientras tanto, pendenciero de la Amrica castiza,caballero del asalto, del pillaje y la traicin;

    tu vandlica conducta que avergenza y horroriza,no es el timbre de nobleza de los pueblos de Coln.

    Y por eso y por la sangre generosa derramadaen baluartes de herosmo a tu insania y ambicin,a las voces justicieras de mi Patria ensangrentada,

    les aado el anatema de una eterna maldicin.

    Puesto: Subteniente Saavedra, 12 de mayo de 1934.

    Pese a la dureza de los trminos que dirige al enemigo, su lenguaje es pulcro yaristocrtico, como lo era todo l en su persona y acciones. Su invectiva noalcanza la acritud y violencia de otros poetas bolivianos cuando se refieren alingrato tema de la Guerra del chaco. El poema muestra que el no ignora larealidad trgica de Bolivia, la tremenda tragedia de la guerra por la que estnpasando cada uno de los ciudadanos bolivianos y se conduele con ellos y porellos.

    Su Apstrofe refleja la actitud del poeta comprometido, que dice s a lacausa por la cual pelea su pueblo: la deslealtad del Paraguay al principio desolidaridad tcito entre los pueblos de la Amrica Castiza que no condice conel timbre de nobleza de los pueblos de Coln, y por tanto le merece que leendilgue El anatema de una eterna maldicin.

    Se ha escrito que toda poesa implica una moral, una actitud frente al mundoy frente a la sociedad (Aleixandre), su moral se afirma en lo justo de la causaboliviana frente al asalto, al pillaje y a la traicin ejecutados por el adversario,a lo que aade el toque muy humano al referirse a aquello de que los labioscariosos de las madres que ahora gimen () ya han rogado la plegaria del

  • castigo de tu crimen.

    Su actitud frente a la cruda realidad de la guerra es, sin embargo, la de unaesperanzada resistencia pues confa en la victoria final de las armas bolivianas,fe que se afirma en los siguientes versos:

    Y las novias resignadas que impusieron con su besola promesa inquebrantable de volverles vencedor,

    hace tiempo que ya esperan convencidas el regresodel amado que ha jurado retornarles triunfador.

    Corts Candia, nos deja con este poema el testimonio de un valiente, de unbeniano que, como tantos otros bolivianos, corrieron en el Chaco la suerte delos hijos que han cumplido su deber

    RODOLFO PINTO SAUCEDO. (Trinidad 28/10/09 08/02/88).- Uno de losepisodios ms dramticos de la tragedia chaquea fue el derribamiento del avinCurtis Osprey, piloteado por el as de la aviacin boliviana mayor Rafael Pabna quin acompaaba como observador y metrallista Mario Calvo. (10)

    El que escribi los versos testimoniales que a continuacin leeremos fue untestigo presencial de este infausto acontecimiento que dej plasmado para lahistoria, con sentimiento y asombro, en su poema (11) que dice as:

    A la memoria del Tcnl. Rafael Pabn

    Con las alas extendidascual gaviota que descansaen las playas, de los ros,

    as estaba tu aparatodescansando de sus vuelos

    en el fortn Madrejn.

    Un centinela cuidaba,que nadie se acerque a l

    y al mismo tiempo indicabalas huellas de las heridas

    que en los combates sufri.

    Oh! Teniente Coronelentonces Mayor Pabn.admiramos tus hazaas,

    tus proezas sin igualy comprendimos quin eraaquel que surcando el aire

    cual aguilucho altanerohaca huir a los cobardes.

    Nadie al verte en ese tiempose acordaba que lo bueno

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

    dura poco y pronto acabaque tu estrella se borradaen los cielos de Florida.

    Fue por esto que en el dadoce de agosto funestoal lanzarte valeroso,castigando al invasor

    presenciamos tu desgraciay te vimos caer al suelocon las alas de tu nave

    por las balas destrozadasy tu cuerpo envuelto en llamas,

    y sentimos que la tierratemblorosa en tu cada

    se quejaba. . . . se quejaba.

    Era el dolor que sentaesta tierra boliviana

    al contemplar en el cielocual cometa que se lanza,

    por la secular esferaaquel pequeo avin

    donde cay para siempretodo envuelto en llamaradasel muy noble, el muy valiente

    Teniente Coronel Pabn.

    (Del diario de Campaa, Florida, 13 de agosto de 1934).

    De este poema quiero resaltar la primera estrofa, pues en ella el poeta usa figuraspropias del paisaje beniano al comparar a la nave cada con una gaviota quedescansa en las playas de los ros. Asimismo, vale la pena analizar algunosversos contenidos en la quinta estrofa, los que dicen:

    ... y te vimos caer al suelocon las alas de tu nave

    por las balas destrozadasy tu cuerpo envuelto en llamas,

    y sentimos que la tierratemblorosa en tu cada

    se quejaba. . . . se quejaba.,

    Este quejido de la tierra era el grito de dolor de la Nacin boliviana.

    Tambin de la autora de Rodolfo Pinto Saucedo, tenemos a la mano otro poematitulado CANTO A LA AURORA, (12) que fue escrito con motivo de las fiestaspatrias y est fechado en 6 de agosto del 1934 en el Gran Chaco. No lotranscribimos en su integridad por considerar que, a pesar de que comienzacomo un canto lleno de optimismo lrico, solo la ultima parte del mismo refleja

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

    el estado anmico del poeta en sus circunstancias personales en la lnea de fuego.Dice as:

    El sol que alumbrami camino incierto

    mis largos insomnios, mis ideales muertosEstas negras penas

    y estos caminares por senderos yertosque cruzan mi vida, que nublan mi faz

    Y es por esto Auroraque era en mi canto evoco tu luz bendecida

    y al cantar saludo a la Patria maen este gran da de la Libertad.

    Gran Chaco, 6 de agosto de 1934.

    El mantenedor del valor y coraje benianos en el Sudeste, Cnl. CARMELOCULLAR JIMNEZ, laureado con el Patuj de Oro en Poesa por la Casade la Cultura del Beni, acude a esta cita de bardos-soldados, con dos trabajosde su creacin.

    El primero, VIAJE INTIL, narra la experiencia amarga y desoladora delcombatiente que regresa al pago natal en busca de la novia que all dejara y laencuentra con otro. Ante este fracaso sentimental, opta por retornar al campode batalla, atendmosle:

    Cruc vallados y caminosSendas cargadas de rumor,Yo vi la luna muchas vecesComo un viejo medalln.

    Yo le habl a los palos tristesY so bajo el temblorDel can atronador

    Y mi alma fue una voz.

    Por las sendas del cansancioDoblegado de esperanzasCon mi alforja y mi pasin

    Llegu un da hasta mi puebloA mendigarte el amor.

    Y ah estuve junto a tu puerta.T estabas presa ante el dolor,

    Otros ojos te dominanOtra voz vive en tu voz

    Y otro amor vive en tu amor.

    Viaje intil fue mi viajePor las sendas con rumor

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    Bajo el ala de los vientosY las clmides del sol.

    Este poema est fechado en San Antonio de Wunder, marzo 1934.

    El otro, una cancin que lleva msica, es una parodia a: Nieve, Viento y Sol.Puede ser inscrito dentro de la picaresca chaquea. Su letra se hizo popular entrenuestros soldados. Fue escrito en Puesto Zaidita (Parapeti) en diciembre de1934, despus del Desastre de Picuiba. Su titulo, MONTE, SOL Y SED

    De JESS RIOJA APONTE (Trinidad, febrero 03 1902 - octubre 06 1958),presentamos EL POEMA DE ATROPOS (9), quiz el ms representativo delgnero que analizamos.

    De dnde le viene el nombre? Los griegos representaron las virtudes de la vidadel ser humano mediante TRES deidades hermanas con figuras de viejas: CLOTO,

    Desde PiquirendaMonte, sol y sed,

    He bajado al rumbo,Hasta Santa Fe.

    He bajado al rumbo,Porque el CoronelNos dej colgados

    Por salvarse l.

    (Despus de 10 das)Llego a Santa FeY ay! desilusin

    Encuentro a mis jefesEn una reunin.

    En una reuninLos viejos tarechisCon sus copas llenasBebiendo jumechi.

    Monte, sol y sedPara el oficial.

    Cerveza y coctelPara el coronel.

    Salgo pa Charagua- Dios sabe porqu -De gusto y contentoYo me emborrach.

    Y me castigaronSeguro porque

    A los coronelesLos abale.

    (Ya castigado)

    Vuelvo a la campaaPidindole a Dios

    Pa mis sufrimientosMs resignacin.

    Monte, sol y sedPara el oficial.

    Cerveza y coctelPara el coronel.

    Dentro a la batallaY le pido a DiosUna bala pila

    Pa mi corazn.

    Y a llorar a solasY a pedirle a Dios

    Pa mis sufrimientosMs resignacin.

    Monte, sol y sedEn El Tacuaral.Cerveza y coctelPara el General.

    Y he bajado al rumboPorque el coronelNos dej colgados

    Por salvarse l.

  • LAQUESIS Y ATROPOS, de quienes, la primera hilaba, la segunda devanabay la tercera cortaba el hilo de la vida. A una de las PARCAS, pues, a ATROPOS,est dedicado el poema, comienza as:

    Seora Muerte, seora descarnada y grotesca,Seora de las cuencas vacas

    Seora de los huesos de calcio y de fsforo.Seora de las caricias de hielo, profundas y eternas.

    Llegue hasta ti este poema de sombras,En armona de angustia, en medio del dolor de la tragedia.

    El poeta traslada al papel toda su angustia, todo el dolor bebido en la cruentaguerra. El poema est fechado: CAMPAA DEL CHACO marzo de 1935.Nada de eufemismos, la muerte es el pan de cada da que llega con el silbidode las balas. All, en el Chaco, la nica realidad es la de la muerte.

    La sombra de tus cuencas, es una interrogacin a la nada.No tuviste ojos, nunca, porque nunca supiste del llanto.

    El din don de las campanas que lamentan sus dobles desesperantesEs tu gesto de gloria y de triunfo.

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

    Jess Rioja Aponte, al fondo, 1ro, de la Izq., junto a otros jvenes benianos,en Montero, Santa Cruz, rumbo al Chaco

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    Seora muerte, tu carcajada de huesos, de hielo y de fsforo,Se cierne sobre los corazones y las almas,

    En la hora incierta del Angelus,Cuando la desesperacin de las sombras hace derramar a las rosas,

    Agobiadas de nostalgia, su llanto de ptalos.

    Y contina su desgarrador lamento:

    Todo para ti es nada, y la nada es tu alczar,Es sombra, silencio y muerte.En estos campos desolados,

    donde el incendio de la gran tragedia todo lo absorbe y consume,imperas inslita,

    Acechas, informe y siniestra, en los caminos polvorosos y lbregos,En las tortuosidades ofdicas de las sendas tenebrosas

    Y en la maraa imposible de los ramajes umbros.De noche, cuando el viento furioso de la tempestad

    Azota el follaje del monte, tu aletazo agorero se esparceEn ondas de fro y de espanto.

    Despus de un grito final, el descanso. El descanso eterno.

    Seora Muerte, Atropos incierta,llegue hasta ti este mi poema.

    En gritos de ansias.Ansias de caer a tus brazos de hielo

    Y gozar la infinita y eterna dulzura de tus sombras,La inefable fragancia de tu alczar de silencio y quietud.

    Este hermoso poema, escrito en prosa, est dedicado por su autor a sus amigosFlix Sattori R. y Juan C. Miranda.

    Para concluir con los lricos masculinos benianos en la conflagracin quetratamos, ofrecemos el poema ANHELO INTIMO de GILBERTO ROCACASANOVAS (Santa Ana, Junio 05 1905 La Paz Diciembre 02 1935), unode los poemas mejor logrados sin duda alguna, por la fina sensibilidad espiritualque demuestra su autor, y conocido por figurar en la antologa PERFIL DE LAPOESIA BENIANA preparada por el profesor CESAR CHAVEZ TABORGA(10) Dice.

    CUANTO diera por verla un solo instanteY contarle las penas que he sentidoEn la noche infinita de la ausencia,

    Ms amarga en la horas del combate.Mirndome en el cielo de sus ojos,

    Cmo anhelo me besen sus caricias!Yo vagando por bosques corpulentos,

    Cantando nuestro amor bajo la sombra.Y cerca de un arroyo murmurante

    Adormirme en su pecho como un nio

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    En EL ANHELO DE LA NOVIA QUE ESPERA SIEMPRE, la autora expresade manera sencilla el deseo de toda enamorada: el retorno del ser querido:

    Si los muertes volvieranpasara mi vida

    Acechando el retornoal borde del camino...

    A flor de labios la cancinde bienvenida;

    la luz de todos los ocasos,la luz de todas las auroras

    en las mejillas;ira a derramarme entre sus brazos,

    s volviera!

    Al contrario de lo que expresan los poemas de AURORA SUREZ, la esperade la novia que se qued en el pueblo, BRUNILDA REBOLLEDO, alza su vozde protesta contra esta espera intil y escribe la SENTENCIA DE LA NOVIAQUE SE CANS DE ESPERAR:

    Caminante, regresa como todoviajero que ha cruzado desiertos:

    rendido...Regresa,

    y con un leve ruidote atreves a golpear mi puerta

    que, por esperarte,tuve mucho tiempo abierta!

    Caminante: qudate ah, afuera.Mi huerto est yermo;

    no hay lumbre en mi choza,ni en mi nfora hay agua,

    Tu sed de ternuras no puedo colmarla,aunque es emotiva tu humilde palabra.

    Qu te han dicho exclamas - que una lumbre rubiaha encendido el alba?

    Que en vez de agua en mi nfora tengo surtidores?que sirve de capa para el viento el polvo

    de todas mis flores de un bosque de aromos?Oh! Viajero qudate ah afuera

    Fuiste rudo en la ausencia y tard tu regreso...Es cierto: tengo lumbre y agua

    mi huerto fragante,es un campo de aromos inmenso;pero no es para t, caminante.

    Aqu debera terminar nuestra exposicin. Sin embargo el panorama no estaracompleto si no agregamos algunos escritos colaterales que tienen relacin conel tema tratado.

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    En este sentido mencionaremos a Don NATANIEL GARCA CHVEZ consu poema MADRE TIERRA: S LIGERA

    Como no conocemos in extenso el trabajo de GARCA CHVEZ, copiamos unexcelente comentario que hiciera sobre l el amigo y colega Prof. Arnaldo LijernCasanovas:

    MADRE TIERRA: S LIGERA, escrito en noviembre del ao 35, no es otracosa que una oracin patritica en honor de los bravos combatientes del chacoy reservistas del Beni.

    Esta oracin traduce con monumental firmeza el hondo sentimiento de patriaque emerge desde las fibras ms profundas hasta elevarse categrico, convertidoen verbo acusador:

    Otros pueblos convecinos cercenaron nuestro sueloY, hoy un msero pueblejo toma parte en el festn:

    Hubo acaso un pas amigo que condene al ladronzuelo?Diplomacia fementida al calor de un copetn!

    Ms adelante, con verso apologtico, cantar al Beni en sus hijos consecuentescon la Madre Tierra, el renunciamiento a la vida por la existencia de la patria.

    Son las huestes del trabajo, de la selva benianaque dejando sus faenas van en pos del gran deber,

    fuertes paladines del esfuerzo que engalanay embellece nuestra vida los que no saben temer!

    Este canto que hace homenaje al deber cumplido, que es anatema e interpelacina las relaciones de hermandad internacional, que es grito rebelde en medio delquebranto nacional, que es llanto contenido e invocacin divina, nos muestrauna pirmide humana cuya sombra se agiganta cuando el sol declina.

    CONCLUSIONES

    Las especies del huerto lrico beniano que hemos ofrecido a la amable y pacienteaudiencia, nos permiten arribar a algunas conclusiones que ponemos aconsideracin suya. Son las siguientes.

    1.- Adems de contribuir con su cuota parte de sangre a la defensa de lanacionalidad, el Beni tambin ha aportado en el terreno de la literatura.

    2.- A pesar de que la produccin potica la sido escasa, ha habido produccin.3.- Los poetas presentados pueden ser considerados como precursores de la

    floracin potica beniana posterior, que alcanza su mximum con la trilogaHORMANDO ORTIZ CHVEZ - FLIX SATTORI ROMN -HORACIO RIVERO EGEZ y - a travs de ellos- llega hasta nuestrosdas con la presencia imponente de PEDRO SHIMOSE.

    4.- La produccin lrica estudiada ofrece altibajos en cuanto a la calidad de losversos, como los presenta la produccin potica de cualquier literatura delmundo.

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

    NOTAS

    (1) Carmelo Cullar Jimnez, Cnl.(r). El aporte del Departamento del Benien la Guerra del Chaco.En: Universidad boliviana Jos Ballivin. El Aporte del Beni a lacontienda del Chaco. Homenaje a los hroes benianos. Ciclo de conferencias.Trinidad, U.B.G.J.B., 1975. pp. 36 61.

    (2) Op. Cit- p. 44.(3) Toribio Hurtado G. (Del Reg. Montes 18 de infantera. Carandaiti, 1934).

    En: Moxos, N 20. Riberalta, 20 de abril de 1935. p. 12. Los benianos enla Guerra.

    (4) Moxos, N 1. Trinidad, agosto de 1932. p. 24. Sombras(5) Moxos, N 3. Trinidad, octubre de 1932. p. 5. Canto a la Muerte.(6) Moxos, N 3. (p. 28). Pginas cvicas. Bolivianos: a la guerra!(7) Moxos, N 15. Trinidad, marzo de 1934. p. 26. En la partida.(8) Moxos. N 6. Trinidad, febrero de 1933. p. 13. Van los recios paladines(9) Gilfredo Corts Candia, un beniano en tres dimensiones. (Obra de Homenaje

    en su Centenario). Trinidad, tiempo del Beni, 2006. Pp. 66 67.(10) Querejazu Calvo, Roberto. Masamaclay. 3 Ed. La Paz, los Amigos del

    libro, 1975. p. 325.(11) El Eco del Beni, Trinidad, 10 de enero de 1935.(12) El Eco del Beni. Trinidad, 1 de noviembre del 1934, p. 2.(13) Originales entregados al autor por el poeta.(14) Moxos, N 31. Riberalta, noviembre de 1938. p. 18.(15) Chvez Taborga, Csar. Perfil de la poesa beniana. La Paz, URQUIZO,

    1974. pp. 68 69.

    ***

    Oscar Guillermo Hurtado Surez