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Hechos : La iglesia cristiana primitiva El libro de Hechos de los Apóstoles nos enseña los inicios de la Iglesia cristiana, y cómo el poder del Espíritu Santo le ayudaba a organizarse, resolver sus problemas y crecer. En el libro de los Hechos, Jesús cumplió la promesa que hizo a sus discípulos: cuando volvió a su Padre en los cielos, envió a un consolador, el Espíritu Santo, el cual enseña a los creyentes cómo deben vivir correctamente y también convence al mundo de pecado. La nueva iglesia de Cristo inició con tres mil personas que fueron salvas en una sola reunión, cuando Pedro les habló acerca de cómo Jesús vino para quitar los pecados del mundo. En esa reunión, había gente de todas partes del mundo. Además, el libro de Hechos relata cómo Pablo habló de las Buenas Nuevas de Jesucristo a muchas personas en lugares donde nunca habían oído de él. Esto no fue fácil. Por ese mensaje, Pablo sufrió persecución, lo apedrearon, lo golpearon con látigo y lo metieron a la cárcel para que no hablara de Jesús ni de cómo su muerte puede traer nueva vida. A través del mensaje del evangelio que los apóstoles predicaron en Hechos, muchas personas escucharon, creyeron, fueron bautizadas y la iglesia creció en número. Recursos Evangélicos en Español P.O. Box No. 6738 Jefferson City MO 65102-6738 www.recursos-evangelicos.org Impreso en: TECNIMPRESOS, Ciudad de Guatemala Impresión patrocinada por: Union Church, Ciudad de Guatemala © Copyright 2008 por Fred Morris, Manna Publications Inc., EEUU Todos los derechos reservados. Traducido al español con permiso del autor. 1 Libros de la Biblia Libros de la Biblia Hechos Hechos Comentario para estudio bíblico Escrito por Fred Morris de los de los Apóstoles Apóstoles

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Page 1: Hechos de-los-apostoles

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Hechos : La iglesia cristiana primitiva ♦ El libro de Hechos de los Apóstoles nos enseña los inicios de la

Iglesia cristiana, y cómo el poder del Espíritu Santo le ayudaba a organizarse, resolver sus problemas y crecer.

♦ En el libro de los Hechos, Jesús cumplió la promesa que hizo a sus discípulos: cuando volvió a su Padre en los cielos, envió a un consolador, el Espíritu Santo, el cual enseña a los creyentes cómo deben vivir correctamente y también convence al mundo de pecado.

♦ La nueva iglesia de Cristo inició con tres mil personas que fueron salvas en una sola reunión, cuando Pedro les habló acerca de cómo Jesús vino para quitar los pecados del mundo. En esa reunión, había gente de todas partes del mundo.

♦ Además, el libro de Hechos relata cómo Pablo habló de las Buenas Nuevas de Jesucristo a muchas personas en lugares donde nunca habían oído de él. Esto no fue fácil. Por ese mensaje, Pablo sufrió persecución, lo apedrearon, lo golpearon con látigo y lo metieron a la cárcel para que no hablara de Jesús ni de cómo su muerte puede traer nueva vida.

♦ A través del mensaje del evangelio que los apóstoles predicaron en Hechos, muchas personas escucharon, creyeron, fueron bautizadas y la iglesia creció en número.

Recursos Evangélicos en Español

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Impreso en: TECNIMPRESOS, Ciudad de Guatemala Impresión patrocinada por: Union Church, Ciudad de

Guatemala

© Copyright 2008 por Fred Morris, Manna Publications Inc., EEUU

Todos los derechos reservados. Traducido al español con permiso del autor.

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Libros de la BibliaLibros de la Biblia

HechosHechos

Comentario para estudio bíblico

Escrito por Fred Morris

de los de los ApóstolesApóstoles

Page 2: Hechos de-los-apostoles

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Declaración de Fe de Recursos Evangélicos en Español

Creemos en un solo Dios, quien creó todas las cosas. Él es santo, completamente perfecto y existe en tres personas igualmente divinas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Creemos que la Biblia es la palabra inspirada de Dios. La Biblia es la autoridad final de la fe y conducta cristiana, y los manuscritos originales de la cual se tomó no contienen errores.

Creemos que Jesucristo es Dios mismo en la carne, y es Dios y hombre a la vez. Él fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Él vivió una vida sin pecado, fue crucificado en una cruz, resucitó de los muertos, ascendió al cielo y está sentado a la diestra de Dios el Padre, actuando como nuestro Sumo Sacerdote y abogado.

Creemos que Jesucristo, actuando en nuestro lugar, derramó su sangre en la cruz como sacrificio perfecto y suficiente por nuestros pecados. Su muerte vicaria y su resurrección victoriosa constituyen la única base de salvación para el hombre.

Creemos que el ministerio del Espíritu Santo es llevar a cabo la voluntad de Dios en el mundo y aplicar la salvación que Jesucristo aseguró con su muerte en la cruz. El Espíritu Santo convence al hombre de pecado, regenera al pecador que cree en Jesucristo, e instruye y fortalece al creyente para que viva y sirva para Dios.

Creemos que el Señor Jesús instituyó la doctrina del bautismo y la doctrina de la Santa Cena. Sin embargo, ninguna de estas dos doctrinas debe considerarse un medio de salvación.

Creemos que la verdadera iglesia se compone de todas las personas quienes a través de su fe en Jesucristo han sido regeneradas por el Espíritu Santo y están unidas para formar el cuerpo de Cristo.

Creemos en el regreso personal e inminente de nuestro Señor Jesucristo de una forma corporal y visible.

Creemos que Dios levantará a los muertos y juzgará al mundo. A los incrédulos, los destinará al castigo eterno en el infierno junto con Satanás. A los creyentes, los destinará a la bendición y al gozo eterno en un nuevo cielo y una nueva tierra con el Señor Jesucristo.

Estimado amigo: Este libro explica la verdad de la palabra de Dios de una forma sencilla y fácil de entender. Tú puedes usar este libro para estudiar la Biblia sólo o con un grupo de personas. Cuando estudies este libro con otras personas, sería mejor que cada una de las personas del grupo tenga su propio libro y su propia Biblia.

A través de este libro, encontrarás símbolos que te ayudarán en tu lectura y te darán información adicional. A continuación encontrarás la explicación de cada uno de esos símbolos:

2 Lectura: Cuando veas este símbolo, significa que debes leer la cita de la Biblia que se te pide antes de leer lo que dice este libro. El formato de las citas bíblicas es el siguiente: Juan 7:6. El nombre indica el libro de la Biblia que debes buscar; el primer número indica el capítulo y el segundo número indica el versículo que debes leer de ese libro.

4 Discusión: Cuando veas este símbolo, significa que encontrarás preguntas que debes responder para ayudarte a repasar lo que acabas de leer o para que busques información nueva que te ayudará a entender mejor los pasajes bíblicos. Si estudias en grupo, esta sección también sirve para que el grupo hable acerca de lo que opina de cada pregunta.

0 Información adicional: Cuando veas este símbolo, significa que la información que se presenta en ese lugar son notas adicionales que te enseñarán información útil.

Hay mucha información en este libro; por eso, debes estudiarlo con mucho cuidado. Pídele a Dios a que te ayude a poner en práctica todas las cosas que aprendas de este libro.

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CONCLUSIÓN DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES

Todos tenemos un papel que desempeñar en el plan de Dios para salvar al mundo. En cada época o generación, nacen más y más personas que nunca han oído del evangelio de Jesucristo. Jesús enseñó que cada nueva generación y cada persona debe “nacer de nuevo” (Juan 3:3). Por lo tanto, en todo tiempo, los cristianos deben llevar a cabo la labor de informar al mundo acerca de Jesucristo. Si tenemos nuestra fe en Jesucristo y hemos nacido de nuevo, Dios quiere que llevemos a otras personas las buenas nuevas de salvación. Nosotros también podemos ser conducidos y guiados por el Espíritu Santo para realizar esta labor, al igual que Pablo fue guiado en los primeros días de la iglesia cristiana.

Hoy en día, más de 2 mil millones de personas alrededor del mundo son cristianos. Cada año, se calcula que hay 50 millones de nuevos creyentes en todo el mundo. Ellos “nacen de nuevo” cuando creen y confiesan a Jesús como su Salvador y Señor, y cuando aprenden, creen y aplican las enseñanzas de Jesús para transformar sus vidas. Además, necesitan aprender sobre la vida y lo que está escrito de los creyentes de la primera iglesia de los Hechos. Necesitan aprender qué cosas son verdaderas y también qué cosas están equivocadas. Por lo tanto, te animamos a que leas la Biblia todos los días y, como complemento, también obtengas los comentarios de Recursos Evangélicos en Español que te ayudarán a entenderla y a enseñar a otros la verdad acerca de Dios, de su hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.

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(Filipenses 1:12-14). Pablo predicó y escribió cartas a varias de las iglesias sin ningún miedo. Por supuesto, en la vida de Pablo se cumplieron las palabras que Jesús habló en Marcos 13:13: “Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo”. Sin duda, Pablo se mantuvo firme en la obra de Dios hasta el final.

Durante los años después de la muerte de Pablo, se hicieron muchas copias de los escritos de Mateo, de Marcos, de Juan, de Pedro, de Santiago, de las cartas de Pablo y de Lucas (el Evangelio de Lucas y el libro de los Hechos). Todos estos escritos han sido de mucho valor para la iglesia cristiana, porque a través de ellos muchas personas han obtenido ánimo y fortaleza en sus vidas. Estos escritos son lo que nosotros llamamos el Nuevo Testamento.

Podemos confiar en lo que el Nuevo Testamento habla acerca del Señor Jesús y de sus enseñanzas porque muchos de sus escritores conocían a Jesús de forma personal. Recordemos cómo el Señor Jesús, después de resucitar, se apareció a sus discípulos y también a Pablo y les encomendó la misión de predicar el evangelio a todo el mundo.

Debemos siempre dar gracias a Dios por los escritos de Pablo que nos enseñan la verdad de Jesucristo, el hijo de Dios. Es muy aconsejable que todo creyente lea las cartas de Pablo y de los otros apóstoles que se encuentran en el Nuevo Testamento de nuestras Biblias. Estas cartas nos enseñan cosas importantes de la vida de ellos y, en el caso de Pablo, cosas de su vida que Lucas no menciona. Estos escritos son fundamentales en tiempos de crecimiento, pérdida, división o persecución de la iglesia.

Muchas personas creen que estamos cerca de los últimos tiempos, antes que Cristo vuelva al mundo por segunda vez (Marcos 13:4-10). Estos son tiempos en los cuales muchos creyentes dudan de su fe y del evangelio, mientras que otros están siendo engañados por líderes poderosos de otras religiones y de creencias falsas. Sin embargo, muchas personas serán salvas y permanecerán fieles a Dios si obedecen las enseñanzas que Jesucristo y sus apóstoles dejaron escritas en la Biblia.

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INTRODUCCIÓN A LA PRIMERA PARTE DE HECHOS

El libro de los “Hechos de los Apóstoles” (que también se conoce como “Hechos”) fue escrito por Lucas. Lucas quería que su amigo Teófilo supiera de Jesús. Por eso, escribió el libro que llamamos "El Evangelio según Lucas”. Después de escribir ese libro, Lucas también le escribió a Teófilo el libro de los “Hechos de los Apóstoles”. Lucas escribió estos dos libros después de investigar mucho y hablar con personas que habían estado con Jesucristo.

El libro de los Hechos inicia con los últimos días que Jesús estuvo en la tierra. Después, cuenta acerca del comienzo de la Iglesia de Jesucristo. Una de las primeras cosas que Lucas relata en Hechos, es que Jesús regresó al cielo para estar al lado de su Padre. A este suceso se le conoce como la “ascensión”. Puedes leer acerca de la ascensión en Marcos 16:19, Lucas 24:51 y Hechos 1:9.

Tal vez te preguntes: ¿Quién era Lucas? Lucas era un médico que se convirtió al evangelio cuando escuchó acerca de las cosas que Jesús hizo. Era amigo de Pablo (quien originalmente se llamaba Saulo) y estuvo con él en algunos de sus viajes misioneros para predicar a otras personas acerca de Jesús. Pablo llamaba a Lucas “el médico amado” (Colosenses 4:14). Aunque Pablo era judío y Lucas era griego, los dos estaban unidos por la causa de Jesucristo.

Lucas escribió el evangelio que lleva su nombre en el año 54 después de Cristo para su amigo Teófilo. Revisó cada historia con mucho cuidado. Luego, en el año 62 después de Cristo, Lucas escribió el libro de los Hechos, la historia de los comienzos de la Iglesia cristiana. Lucas era muy estudiado. Además de los libros que están en la Biblia, él también escribió libros muy importantes en idioma griego.

LO QUE JESÚS ENSEÑÓ ANTES DE VOLVER AL CIELO

Después que Jesús resucitó de la muerte, él instruyó a sus once discípulos que regresaran a la ciudad de Galilea. A continuación, encontrarás las últimas palabras que Jesús enseñó a sus discípulos: 1. Él les dijo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la

tierra” (Mateo 28:18). 2. Las personas que creen y siguen a Jesús, deben ir a todos los

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países del mundo y hacer que otras personas crean en él y le sigan (Mateo 28:19, Marcos 16:15, Hechos 1:8).

3. Sus seguidores deben bautizar a los creyentes en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo (Mateo 28:19).

4. Sus seguidores deben enseñar las cosas que él enseñó (Mateo 28:20).

5. Jesucristo estará con su pueblo siempre (Mateo 28:20). 6. Las personas que creen en Jesucristo serán salvas, pero las que no

crean en él, serán castigadas (Marcos 16:16). 7. Los que creen y predican el Evangelio de Jesucristo, pueden

esperar señales y maravillas de Dios (Marcos 16:17-18). 8. Todo lo que estaba escrito en la ley de Moisés, los profetas y los

salmos se cumplió en Jesucristo (Lucas 24:44). 9. Los creyentes deben hablar a la gente acerca del evangelio y

enseñarles a recibir el perdón de Jesucristo y alejarse de sus pecados (Lucas 24:47).

10. Todas las personas de todo el mundo oirán acerca del nombre de Jesús (Lucas 24:47).

11. Los seguidores de Jesús debían comenzar a evangelizar en Jerusalén (Lucas 24:47).

12. Los discípulos debían esperar hasta que Dios enviara su poder desde el cielo (Lucas 24:49, Hechos 1:4).

0Evidencias bíblicas de la resurrección de Jesús

Después que Jesús se levantó de entre los muertos, se apareció a sus discípulos en, al menos, doce ocasiones: 1. Jesús se le apareció a María

(Marcos 16:9; Juan 20:14-17). 2. María Magdalena y otra María

vieron a Jesús después que resucitó (Mateo 28:1, 28:8-10).

3. Jesús habló a Pedro (Lucas 24:34).

4. Jesús se apareció a dos discípulos en el camino a la aldea de Emaús (Marcos 16:12; Lucas 24:13-32).

5. Jesús se apareció a los discípulos mientras ellos esperaban (Lucas 24:36-49).

6. Jesús se apareció especialmente por Tomás (Juan 20:26-29).

7. En el mar de Galilea, Jesús se apareció a siete de sus discípulos (Juan 21).

8. Después de resucitar, Jesús dio instrucciones a los once discípulos en un monte (Mateo 28:16).

9. Jesús se reunió con sus discípulos (Hechos 1:4).

10. Jesús se apareció a más de 500 creyentes al mismo tiempo (1 Corintios 15:6).

11. Jesús se apareció a Jacobo, su hermano.

12. La última aparición de Jesús después de resucitar fue mientras ascendía al cielo (Lucas 24:51).

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MINISTERIO DE PABLO EN ROMA Durante dos años en Roma, Pablo se quedó en una casa alquilada en donde recibía a todos los que lo visitaban (Hechos 28:30). Cierto día, desde la mañana hasta la noche, Pablo se reunió con los principales líderes judíos para contarles lo que había pasado y para enseñarles acerca del reino de Dios, de Jesús y de la resurrección (Hechos 28:23).

Igual que en otras ocasiones, unos creyeron y otros no creyeron. Al ver esta reacción de las personas, Pablo cita las palabras de Isaías 6:9-10 (Hechos 28:26-27). Estas mismas palabras también fueron habladas por Jesús (Mateo 13:3-23; Marcos 4:3-20; Lucas 8:4-15).

Durante los años que Pablo estuvo preso en Roma, él predicó y enseñó con valentía las buenas nuevas de Jesucristo (Hechos 28:31). Desde su prisión, Pablo escribió cartas a algunas de las iglesias que él fundó en sus viajes misioneros (Colosenses, Efesios, Filipenses, Gálatas, y Filemón). Junto con las enseñanzas que Jesús dejó en los evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), las cartas de Pablo son útiles para enseñar a los creyentes de nuestro tiempo.

Después de todo esto, Lucas no dejó escrito qué sucedió con Pablo.

Finalmente, podemos decir que el deseo de Pablo de llegar a Roma se había cumplido. Dios le permitió llegar allí como prisionero, no como hombre libre. Por eso, muchas veces en sus cartas, Pablo dice que era un “prisionero de Cristo”. Aún así, desde su prisión, el evangelio de Jesucristo fue predicado a todos aquellos que estaban dispuestos a escucharlo. A través de todo lo que Pablo escribió, muchas iglesias llegaron a comprender las enseñanzas básicas y fundamentales acerca de Cristo y los profetas del Antiguo Testamento.

4 Discusión: 1. Conversa acerca de la manera en que Pablo ayudó a salvar la vida

de la tripulación del barco en el que viajaba a Roma. 2. Platica de cómo Pablo cambió la vida de las personas de la isla de

Malta. 3. Habla de cómo Pablo ayudó a cambiar el mundo con el evangelio

de Jesús aún cuando estaba preso en Roma.

EL RESULTADO DEL MINISTERIO DE PABLO En la prisión de Roma, Pablo se encontraba en el centro del gran imperio Romano. Esto fue importante para la propagación del evangelio de Jesucristo por todo el mundo de ese tiempo

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los hombres a comer porque llevaban muchos días sin probar comida (Hechos 27:34-36). Esto les dio esperanza.

En cuanto amaneció, vieron cerca una playa donde decidieron encallar. Sin embargo, el barco se quedó atascado en aguas poco profundas y no tardó en romperse a causa de las olas. Los soldados pensaron en matar a los presos para que ninguno escapara nadando, pero el centurión quería salvar a Pablo e impidió que lo hicieran. A continuación, algunos hombres nadaron hasta la playa, mientras que otros llegaron ahí usando las tablas del barco para llegar sanos y salvos hasta tierra (Hechos 27:44).

PABLO EN LA ISLA DE MALTA

2 Lectura: Lea Hechos 28:1-31 La playa donde encallaron era la isla de Malta, donde vivía gente muy amigable y que atendieron bien a los hombres del barco. Hicieron fuego para que se secaran y calentaran. Mientras Pablo recogía leña para el fuego, una serpiente le mordió una mano. Al ver a la serpiente colgando de la mano de Pablo, los isleños pensaron que él era un asesino porque la justicia lo estaba persiguiendo. La gente esperaba que se hinchara y callera muerto, pero después de ver que nada sucedía, cambiaron de parecer y decían que era un dios (Hechos 28:6).

Dios usó este suceso para que la gente cambiara de opinión acerca de Pablo, así que el hombre principal de la isla tomó a Pablo y a sus acompañantes y los llevó a su casa. Ahora bien, el padre de este hombre principal estaba enfermo en cama; al saberlo, Pablo oró por él, puso sus manos sobre él, y Dios lo sanó. Cuando la gente de la isla escuchó de esta sanidad, trajeron los enfermos a Pablo y el los sanó (Hechos 28:8-9; Marcos 16:17-18).

Mientras Pablo estuvo en Malta, toda la isla escuchó el evangelio del Señor Jesús. Así inició el cristianismo en Malta. Se cree que muchas veces las isla fue atacada por las naciones que estaban a su alrededor, siempre tuvieron libertad porque su confianza siempre estuvo en Dios.

Tres meses después, las tormentas de invierno se detuvieron y Pablo navegó a Roma. Antes de llegar a la ciudad, algunos creyentes de Roma se enteraron de su llegada y salieron a su encuentro. Al verlos, Pablo dio gracias a Dios y recibió ánimo (Hechos 28:15).

5

Después de decir estas cosas, Jesús subió al cielo para estar con su Padre, Dios. A este evento le llamamos la “ascensión” de Jesús. Cuando Jesús ascendió al cielo, sus seguidores regresaron a Jerusalén para esperar que el Espíritu de Dios viniera sobre ellos.

LA IGLESIA ANTES DE LA LLEGADA DEL ESPÍRITU SANTO

2 Lectura: Lea Hechos 1:1-26 Después de resucitar, Jesús se reunió con sus discípulos durante cuarenta días (Hechos 1:3). Durante esos días, Jesús les enseñó muchas cosas, especialmente cosas del reino de Dios. Antes que Jesús ascendiera al cielo, les prometió que enviaría al Espíritu Santo para que estuviera con ellos. Jesús les dijo: “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros” (Juan 14:18). “Y reuniéndolos, les mandó que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre: La cual, les dijo, oísteis de mí… vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días” (Hechos 1:4, 5). Jesús dijo a sus discípulos que fueran a todos los países y enseñaran lo que él les había enseñado (Marcos 16:15). Entonces, los discípulos serían los mensajeros que llevarían las Buenas Nuevas, y el Espíritu Santo les daría el poder para hacerlo (Hechos 1:8).

Por instrucciones de Jesús (Hechos 1:4), los discípulos (también llamados “apóstoles”) se reunieron para orar con otros seguidores de Jesús en la parte alta de una habitación (conocida como el “aposento alto”) en la ciudad de Jerusalén (Hechos 1:12-15). Ellos debían esperar el bautismo del Espíritu Santo (Hechos 1:5) en esa ciudad para recibir el poder que necesitaban para predicar el evangelio (Hechos 1:8).

Cuando Jesús ascendió al cielo (Hechos 1:9), dos ángeles dijeron a los seguidores de Jesús: “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo" (Hechos 1:11). Por esta razón, los cristianos creen que Jesús volverá un día.

Durante algunos días, los seguidores de Jesús se quedaron en esa misma casa para orar y esperar la venida del Espíritu Santo. Ellos deseaban estar preparados, y decidieron elegir a una persona que remplazara a Judas Iscariote (el que traicionó a Jesús). Esa persona debía ser testigo de la vida, muerte y resurrección de Jesús (Hechos 1:21-22). Aunque ninguno de los discípulos reunidos había recibido todavía el poder del Espíritu Santo en sus vidas, todos ellos,

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incluyendo la familia de Jesús, estaban unidos por amor, propósito y acción (Hechos 1:14).

4 Discusión: 1. ¿Cuántas personas vieron a Jesús después que él resucitó de los

muertos? (1 Corintios 15:5-8). 2. ¿Qué enseñó Jesús a sus discípulos antes ascender al cielo?

(Hechos 1:3) ¿Por qué crees que les enseñó eso? 3. ¿Qué mandato dio Jesús a sus discípulos? (Hechos 1:4). 4. ¿Qué les dijeron los ángeles a los discípulos? (Hechos 1:11). ¿Qué

crees que significan estas palabras? 5. ¿Quiénes se reunieron en Jerusalén para orar? (Hechos 1:12-15). 6. ¿Por qué es importante que los creyentes estén unidos? (Hechos

1:14). ¿Qué sucede cuando los creyentes oran juntos?

JESÚS ENVÍA SU ESPÍRITU SANTO

2 Lectura: Lea Hechos 2:1-13 Diez días después que Jesús ascendió al cielo, muy de mañana, los 120 creyentes estaban esperando y orando. Entonces, sucedió algo

0¿Cómo eran los creyentes antes que Jesús enviara al Espíritu Santo?

Hechos 1:12-26 nos relata que los seguidores de Jesús se reunían antes que Jesús les enviara al Espíritu Santo: Los creyentes, tanto hombres como mujeres, se reunían muy seguido (Hechos 1:14). Ellos se reunían para orar (Hechos 1:14, 24). Pedro era uno de los líderes (Hechos 1:15; véase también Mateo 16:17-19). Cuando se reunían, escuchaban la lectura de las Sagradas Escrituras (Hechos 1:20). Tuvieron una reunión para escoger a un apóstol que reemplazara a Judas Iscariote, y oraron a Dios para que les ayudara a escoger (Hechos 1:21-26).

Los creyentes realizaron todas estas reuniones antes que tuvieran el poder del Espíritu Santo.

4 Discusión: 1. ¿El Espíritu Santo se mueve en las reuniones que tu iglesia realiza? 2. ¿Estás tratando de hacer todas las cosas buenas, pero sin el poder y la

guía de Dios? 3. ¿Crees que es necesario pedirle a Dios que te guíe a través de su Espíritu

Santo? 4. ¿Crees que el Espíritu Santo puede obrar cuando los creyentes se reúnen

para orar?

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que habló con Jesús en Marcos 12:28-34. 3. Según Hechos 26:18, habla acerca de lo que Dios hace cuando una

persona cree en Jesús.

EL VIAJE DE PABLO A ROMA

2 Lectura: Lea Hechos 27:1-44 Hasta este momento, Pablo ya llevaba dos años en la cárcel. Aristarco, un amigo y compañero de Pablo, lo había acompañado en sus viajes y en sus prisiones (Colosenses 4:10). Lucas también se había unido a los viajes de Pablo (por eso Hechos 27:1-2 habla en plural). Julio, un encargado del ejército del imperio romano, estaba a cargo de los soldados que custodiaban a los prisioneros que viajaban a Roma (Hechos 27:1). Julio confiaba en Pablo y, cuando llegaron a la ciudad de Sidón, permitió que visitara a los creyentes que vivían allí (Hechos 27:3).

Esto sucedió después de mediados de septiembre, al inicio de la temporada de tormentas. Se cree que la mayoría de barcos no zarpaba durante los meses de invierno, que era entre octubre y marzo. La navegación era peligrosa, así que Pablo advirtió al capitán y le dijo que el viaje sería demasiado peligroso (Hechos 27:10). Pese a las advertencias de Pablo, el dueño del barco no lo escuchó y navegó hacia la ciudad de Fenice, que se encuentra en la isla de Creta (Hechos 27:12). Este sería un lugar seguro para pasar el invierno.

Pero muy pronto el barco quedó atrapado en una tormenta. Los marineros tiraron todo el cargamento (incluyendo la comida) al mar para disminuir el peso del barco. Todos los que iban en el barco se quedaron sin comer por varios días, y habían perdido toda esperanza de ser salvos (Hechos 27:20).

Sin embargo, una noche, un ángel se le apareció a Pablo y le dijo: “No temas, Pablo; has de comparecer ante el César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo” (Hechos 27:24). Al saber esto, Pablo animó también a los que viajaban con él en el barco: “…tened buen ánimo amigos, porque yo confío en Dios, que acontecerá exactamente como se me dijo. Pero tenemos que encallar en cierta isla” (Hechos 27:25-26).

Pronto, los marineros sintieron que se aproximaban a tierra porque vieron que el agua era poco profunda, y temiendo estrellarse contra las rocas, echaron cuatro anclas y rogaron que amaneciera (Hechos 27:29). En total, iban 276 (doscientos setenta y seis) personas en el barco. Muchos de ellos trataron de huir, pero Pablo alertó al centurión y éste tomó las medidas necesarias. Pablo animó a

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LA VERDAD DE DIOS ANTE EL REY

2 Lectura: Lea Hechos 25:13 al 26:32 Unos días después, el rey Herodes Agripa y su esposa viajaron y visitaron a Festo en la ciudad de Cesarea. César, el emperador romano, había nombrado a Agripa como rey del pueblo judío. Este Agripa era nieto de Herodes el Grande, el que ordenó matar a los bebés cuando supo que Jesús había nacido (Mateo 2:1-3, 16). Cuando Festo le comentó a Agripa el caso de Pablo, Agripa le dijo: “A mí también me gustaría oír al hombre” (Hechos 25:22).

Al día siguiente, el rey Agripa y su esposa Berenice conocieron a Pablo. Así se cumplió la palabra de Jesús en Marcos 13:9 y Hechos 9:15. Agripa conocía muy bien al pueblo judío. Pablo se levantó y con toda elegancia le dijo que él era judío y que vivía según las leyes de los fariseos (Hechos 26:5; recuerda que los fariseos creían en la resurrección y en la vida después de la muerte). También les contó cómo era su vida antes de creer en Jesucristo, y cómo él perseguía y castigaba a todo el que seguía a Jesús (Hechos 26:9-11).

Pablo habló de su conversión, cuando el Señor Jesús se le apareció mientras iba camino a Damasco (Hechos 26:12-18). Además comentó sobre su ministerio, cómo ahora él predicaba de Jesús a los judíos y a los gentiles que no eran judíos (Hechos 26:19-20). También dijo que ésta era la razón por la que los líderes judíos trataban de matarlo (Hechos 26:21). Enfatizó que su predicación se ajustaba a lo que Moisés y los profetas habían hablado acerca del Mesías muchos años antes: 1. Que el Mesías tenía que sufrir (Isaías 53). 2. Que se levantaría de entre los muertos (Salmo 16:10). 3. Que Jesús vino a salvar a su pueblo (los judíos) primeramente

(Lucas 1:54-55). 4. Que Dios prometió llevar su verdad y luz a todas las naciones

(Isaías 42:6 y Lucas 2:32). Al escuchar la defensa de Pablo, Agripa respondió: “Podría ser

puesto en libertad este hombre, si no hubiera apelado al César” (Hechos 26:32). Así que Pablo fue enviado a Roma para ser juzgado por Nerón, el emperador romano.

4 Discusión: 1. ¿Por qué Pablo tuvo que hablar y defender su causa con el rey

Agripa? (Hechos 25:14-22). 2. ¿Qué palabras dijo Agripa a Pablo después de escuchar su

discurso? (Hechos 26:28). ¿Crees que Agripa estaba muy cerca de creer en el evangelio? Compara estas palabras con el escriba

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extraño. Se escuchó un ruido y se vieron llamas como de fuego. Las llamas se posaron en las cabezas de los hombres y mujeres que eran seguidores de Jesús. Todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintos idiomas que nunca habían aprendido (Hechos 2:4).

Esto sucedió en la fiesta de Pentecostés. En esa fiesta, los judíos se reunían para agradecer a Dios por las cosechas de ese año. Muchos judíos que vivían en otros países llegaban a Jerusalén para celebrar esta fiesta (Hechos 2:9-11) y para adorar a Dios. También había miles de personas de otros países y de diferentes idiomas que llenaban las calles de Jerusalén en esas fechas. Cuando los discípulos recibieron el bautismo del Espíritu Santo, todas estas personas los escucharon alabando a Dios en sus idiomas. Cada persona escuchaba las “maravillas de Dios” en su propia lengua y se asombraron por esto (Hechos 2:8-12). El Espíritu Santo les dio a los discípulos el poder de hablar el evangelio con valor, y recordaron que Jesús les había dicho: “vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días” (Hechos 1:5). Esa promesa se estaba cumpliendo en ese momento.

4 Discusión: 1. ¿Las personas que no creen en Jesucristo pueden recibir el Espíritu

Santo? (Juan 14:16-17). 2. ¿Quién enseña al creyente qué es lo que debe decir y cómo puede

predicar? (Lucas 12:11-12; Hechos 1:8). 3. ¿El Espíritu Santo viene a todos los creyentes, o sólo puede venir a

Roma

Mar Mediterráneo

Mar Negro

Egipto

Cirene

Creta

Arabia

Elam

Media

Imperiode Partia

Mesopotamia

PontoCapadocia

PanfiliaFrigia

Asia

Jerusalén

Judea

Estos son los paises de las personasque visitaban Jerusalén

según Hechos 2:9-11

Page 8: Hechos de-los-apostoles

8

algunos creyentes? (Hechos 2:3 y 4). 4. ¿Qué manifestación hubo en los seguidores de Jesús que

recibieron el bautismo del Espíritu? (Hechos 2:4, 6, 11). 5. ¿Qué cambios ha hecho el Espíritu Santo en tu propia vida?

PEDRO HABLA AL PUEBLO

2 Lectura: Lea Hechos 2:14-47 Uno de los discípulos de Jesús llamado, Pedro, se puso de pie y, con el Poder del Espíritu Santo, habló a la multitud que estaba asombrada por lo que sucedía en el aposento alto. Ahora bien, las personas que estaban presentes conocían la Biblia (en ese tiempo, sólo existía lo que nosotros conocemos como el Antiguo Testamento), por lo que Pedro habló las palabras del profeta Joel (Hechos 2:16-21; Joel 2:28-32). Pedro dijo al pueblo que esa mañana, Dios había cumplido la promesa de enviar su Espíritu. Estos son los puntos que Pedro habló al pueblo:

• Jesús fue un hombre aprobado por Dios (Hechos 2:22).

0El Espíritu Santo es la tercera persona de la trinidad

La Biblia no menciona la palabra “trinidad”, pero sí nos explica que hay tres personas que forman un solo Dios (lea Mateo 3:16-17; Mateo 4:1; Mateo 28:19; Hechos 2:38-39; Gálatas 4:6; Efesios 1:3 y 13; 2 Corintios 13:14; Apocalipsis 4:1-3; Apocalipsis 5:6-10).

Un solo Dios que se compone de tres personas, es un misterio que muchas personas no entienden. Amigo, te animamos que ores y pidas a Dios sabiduría para entender las enseñanzas acerca de la trinidad y para que ayudes a que otras personas lo entiendan también.

El Espíritu Santo estaba con Dios el Padre desde que el mundo inició (Génesis 1:2). Jesús también estaba con el Padre desde que el mundo inició (Juan 1:3; 1 Corintios 8:6; Hebreos 8:12).

Jesús envió al Espíritu Santo de Dios para que ayudara a sus seguidores a vivir vidas santas (Lucas 24:49; Juan 14:16-17; Hechos 1:4-5; Romanos 8:9). En las Sagradas Escrituras, Dios había hecho la promesa de enviar su Espíritu Santo 600 años antes que sucediera (Ezequiel 26:27; Ezequiel 39; 29). Juan el Bautista anunció que esta promesa vendría (Mateo 3:11).

Dios prometió dar su Espíritu Santo a todo aquel creyente que se lo pida (Lucas 11:13; Hechos 2:38). El Espíritu Santo siempre está haciendo su obra.

El Espíritu Santo ayuda a que la gente vea que está en pecado y, de esta forma, les ayuda a guiar a las personas a Jesucristo para encontrar ayuda y perdón. Además, el poder del Espíritu Santo hace grandes señales y maravillas (Hechos 2:2-4; Hechos 4:31; Hechos 8:6-8).

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1. La justicia – cómo vivir de la forma que a Dios le agrada en esta vida.

2. El dominio propio – cómo vivir de manera correcta con los demás. 3. El juicio venidero – cómo Dios juzgará a la humanidad.

Al escuchar el discurso de Pablo, Félix tuvo miedo (Hechos 24:25), pero no lo dejó en libertad porque esperaba que Pablo lo sobornara, es decir, que le diera dinero o algún presente o regalo para soltarlo (Hechos 24:26), a lo cual Pablo se negó. Él no quiso sobornar a Félix, sino que decidió hablarle acerca de la verdad de Dios. El soborno no le agrada a Dios (Éxodo 23:8; Eclesiastés 7:7).

Dos años después, Félix fue quitado de su puesto y un gobernador llamado Porcio Festo lo sustituyó, pero como Félix quería complacer a los judíos, dejó a Pablo en prisión (Hechos 24:27). Cuando Porcio Festo tomó el puesto, los judíos nuevamente trataron de convencerlo de enviar a Pablo a la corte judía de Jerusalén. ¡Si esto sucedía, ellos lo matarían!

Festo les explicó que Pablo estaba en Cesarea, y que tendrían que ir allá para ver si lo acusarían. Allí, los judíos aprovecharon para acusar a Pablo de muchas cosas, pero no podían probar ninguna de sus acusaciones (Hechos 25:7). Finalmente, Pablo se vio en la necesidad de solicitar presentarse ante el César, el emperador y más alto dirigente de Roma, que en ese tiempo controlaba las regiones judías. Después de consultar con sus asesores, Porcio Festo, declaró: “Al César has apelado, al César irás” (Hechos 25:12). En ese tiempo, el nombre del César era Nerón. Años después de estos eventos, Nerón se convirtió en un gran perseguidor de los cristianos.

4 Discusión: 1. ¿Qué discusión levantó Pablo entre los saduceos y los fariseos del

Sanedrín? (Hechos 23:8). 2. ¿Qué hizo Dios para animar a Pablo? (Hechos 23:11). 3. ¿Cuáles fueron las palabras del comandante romano acerca de

Pablo? (Hechos 23:29). 4. ¿Cómo escapó Pablo de los judíos? (Hechos 23:12, 16, 23 y 35). 5. ¿Por qué enviaron a Pablo a Roma? (Hechos 23:11, 25:12). 6. Lee lo que Jesús dijo en Marcos 13:9 y Hechos 9:15. ¿Crees que

Dios tenía un propósito más grande para Pablo que solamente enviarlo a la prisión?

7. ¿Por qué tuvo miedo Félix cuando escuchó hablar a Pablo? (Hechos 24:25).

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DIOS PROTEGE Y CUIDA A PABLO Esa misma noche, el Señor Jesús se apareció para fortalecer a Pablo y le dijo: “Ten ánimo, porque como has testificado fielmente de mi causa en Jerusalén, así has de testificar también en Roma” (Hechos 23:11). Pablo recibió consuelo de estas palabras porque los años que vendrían serían muy difíciles para él.

Los judíos que estaban en contra del evangelio de Jesucristo planificaron una forma de matar a Pablo. Sin embargo, el sobrino de Pablo se enteró de este plan, y le envió un mensaje para avisarle. Al escuchar de este plan, el comandante ordenó a sus hombres tomar a Pablo de noche y llevarlo a la ciudad de Cesarea. Esto provocó que Pablo se reuniera con Félix, un romano que gobernaba la ciudad de Judea (Hechos 23:24). Esto haría que Pablo tuviera un juicio justo.

Puedes leer Hechos 23:24 y 35 para darte cuenta de la forma en que Dios cuidó a Pablo en medio de toda esta situación.

LA VERDAD DE DIOS ANTE LOS GOBERNADORES ROMANOS

2 Lectura: Lea Hechos 24:1 al 25:12 Cinco días más tarde, algunos de los judíos de Jerusalén llegaron a Cesara para presentar ante el gobernador las acusaciones contra Pablo. Acusaron a Pablo de provocar disturbios entre los judíos de todo el mundo y de ser un líder de un grupo religioso llamado “nazareno” (Hechos 24:5).

Entonces Pablo precedió a presentar su defensa ante el gobernador Félix, señalando que él era un fiel judío seguidor de Jesús (Hechos 24:14), y al mismo tiempo obedecía la ley de Moisés, ya que no había hecho nada malo en contra de ella. Expresó que él creía en las sagradas escrituras y trataba de hacer lo correcto ante Dios y ante los hombres (Hechos 24:16). Félix entendió lo que Pablo decía (Hechos 24:22), y decidió esperar al comandante antes de dictar sentencia.

Félix permitió cierta libertad a Pablo para recibir visitas y que sus amigos lo atendieran mientras atravesaba su juicio (Hechos 24:23). Algunos días después, Félix y su esposa mandaron llamar a Pablo porque querían escuchar su mensaje. Pablo tuvo la oportunidad de testificarles acerca de su fe en Jesucristo (Hechos 24:24). Asimismo, habló acerca de los siguientes puntos:

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• Dios ya tenía en sus planes que Jesús debía morir (Hechos 2:23). • En la Biblia ya estaba escrito acerca de la muerte y resurrección

de Jesús (Hechos 2:25-28). • Fue Dios quien resucitó a Jesús de la muerte (Hechos 2:32). • Jesús está ahora con Dios Padre (Hechos 2:33). • Jesús es quien envía el Espíritu Santo a los creyentes (Hechos

2:33). Después de hablar estos puntos, Pedro dijo: “este Jesús a quien

vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hechos 2:36). Con esta frase, Pedro estaba diciendo que Jesús era el Cristo, el Mesías que Dios había prometido, quien vino a salvar al mundo del pecado. Les dijo que ellos tal vez pensaban que al crucificar a Jesús habían terminado con él, pero estaban equivocados. Al escuchar estas palabras, muchos se sintieron avergonzados (Hechos 2:37), y querían saber cómo podían ser salvos de sus pecados.

0El bautismo Jesús explicó a sus seguidores que hay dos tipos de bautismos. “Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo” (Marcos 1:8; Hechos 1:5). Pedro también explicó esto a la gente en Hechos 2:38.

El bautismo en agua. El Nuevo Testamento primero habla de un bautismo cuando Juan el Bautista preparaba el camino para Jesús (Marcos 1:4). Juan le decía a la gente que se arrepintieran de sus pecados y que se bautizaran para que Dios los perdonara. Jesús también indicó a sus discípulos que bautizaran a los creyentes en agua, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:29). Los discípulos cumplieron con esta ordenanza (Hechos 2:41). En el bautismo, una persona es sumergida en agua y después se le saca del agua. Sumergirse en agua es un símbolo para mostrar que nos arrepentimos de nuestro pecado y que Dios nos ha perdonado; nos muestra que “morimos” al pecado y que somos “sepultados”. Cuando salimos del agua, esto simboliza que “resucitamos” a través del poder Cristo para tener una nueva vida.

El bautismo del Espíritu Santo. El primer bautismo del Espíritu Santo sucedió en Hechos 2:2-3, en la fiesta de pentecostés. Por eso, el día en que los creyentes fueron bautizados con el Espíritu Santo se llama “Pentecostés”. Ese día, el Espíritu Santo descendió como lenguas de fuego sobre los creyentes que estaban reunidos. Cuando esto sucedió, Pedro explicó a los nuevos creyentes que ellos también recibirían el don del Espíritu Santo (Hechos 8:15-17).

El mismo día que el Espíritu Santo se derramó sobre los creyentes, los apóstoles bautizaron en agua a los nuevos creyentes, que eran como tres mil personas (Hechos 2:41). Todos los creyentes fueron bautizados en agua y en el Espíritu Santo.

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LA LIBERTAD DE NUESTROS PECADOS Al escuchar el mensaje de Pedro, muchas de las personas que estaban presentes creyeron en sus palabras: creyeron que Jesús murió a causa de sus pecados, y creyeron que éste era el plan de Dios. También creyeron que Jesús era el Cristo, el Mesías que Dios había prometido (Hechos 2:36). Entonces Pedro enseñó a la gente cómo podían ser salvos de sus pecados: “Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo”. (Hechos 2:38).

Pedro indicó que la salvación de pecados era para los que estaban presentes, para sus hijos y también “para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame” (Hechos 2:39). La salvación no es sólo para los judíos y sus familias. La salvación es para cualquier persona del mundo que se arrepiente y se convierte de sus malos caminos (Hechos 3:19). Más de 3 mil personas fueron salvas ese día (Hechos 2:41). Esto sucedió después del bautismo del Espíritu Santo (Hechos 2:2-3). Este mismo bautismo lo recibieron los hombres y mujeres que creyeron en Jesús.

4 Discusión: 1. ¿Qué sucedió con la gente que escuchó el mensaje de Pedro?

¿Qué preguntaron? (Hechos 2:37) 2. ¿Quién hizo que las personas se sintieran de esa manera?

(Juan 16:7-8). 3. Pedro le indicó a las personas que debían realizar dos cosas para

recibir el perdón de sus pecados y el don del Espíritu Santo. ¿Cuáles son esas dos cosas? (Hechos 2:38).

4. ¿Quiénes pueden recibir el regalo de salvación de Dios? (Hechos 2:39).

LA IGLESIA DESPUÉS DE LA LLEGADA DEL ESPÍRITU SANTO

2 Lectura: Lea Hechos 2:42-47 Del pasaje que acabas de leer, podemos aprender cómo eran las reuniones de los nuevos seguidores de Jesús después que fueron bautizados con el Espíritu Santo:

• Los creyentes se reunían cada día en el templo de Jerusalén (Hechos 2:46).

• Ellos oraban juntos (Hechos 2:42).

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partes del mundo para predicar el evangelio (Hechos 22:17-21). La multitud estuvo escuchando a Pablo, pero cuando escucharon

cómo Dios lo había enviado a predicar a los gentiles, quisieron matarlo (Hechos 22:22). Entonces, el comandante romano ordenó azotar a Pablo para que revelara la causa del alboroto (Hechos 22:24). Pablo le revela al comandante que no sólo es judío, sino también era ciudadano romano, lo cual hizo que el comandante dejara de azotarlo (Hechos 22:29). Al día siguiente, el comandante quería saber cuál era en realidad la causa de esta situación, así que llevó a Pablo para que explicara su causa ante el Sanedrín, que era el tribunal de justicia judío (Hechos 22:30).

4 Discusión: 1. ¿Por qué los judíos estaban tan enojados con Pablo?

(Hechos 22:22). 2. ¿Por qué quiso Pablo explicar sus acciones a la multitud?

(Hechos 22:22). 3. ¿Por qué tuvo miedo el comandante romano cuando azotaba a

Pablo? ¿Cuál era su temor? (Hechos 22:29).

A VERDAD DE DIOS EN EL TRIBUNAL JUDÍO

2 Lectura: Lea Hechos 23:1-35 El discurso de Pablo fue dirigido hacia la más alta corte tribunal de los judíos, llamada “Sanedrín”. Esta corte estaba compuesta por el Sumo Sacerdote del templo y otras 70 personas importantes del pueblo. Parte del discurso de Pablo tenía que ver con la esperanza de resucitar después de la muerte. Él usó este tema precisamente para crear discusión entre las personas del Sanedrín que eran saduceos (éstos no creían en la resurrección) y las personas del Sanedrín que eran fariseos (éstos sí creían en la resurrección).

Pablo habló a la corte diciendo que él era fariseo desde su nacimiento, y agregó que lo estaban juzgando porque él creía en la resurrección de Jesucristo y que hay vida después de la muerte (Hechos 23:6). La discusión se hizo tan fuerte que provocó un escándalo entre los miembros del Sanedrín. Para Pablo, era fácil hacer que los líderes religiosos discutieran entre sí. Esto sucede porque las personas que deciden no creer la verdad de Dios casi siempre terminan en desacuerdo.

Cuando la discusión se volvió muy violenta, el comandante ordenó sacar a Pablo antes que los miembros del Sanedrín le hicieran daño.

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PABLO HABLA LA VERDAD DE DIOS A LA MULTITUD

2 Lectura: Lea Hechos 22:1-29 Cuando la multitud hizo silencio, Pablo se dirigió a ellos en su idioma natal para que lo entendieran bien. Estos fueron los puntos que él expuso en su discurso: 1. Les contó cómo era su vida antes de creer en Jesucristo. Él era un

judío que conocía muy bien la ley de Moisés (Hechos 22:03). 2. Habló de cómo perseguía a los seguidores de Jesús, y los

encarcelaba y aprobaba su muerte (Hechos 22:4-5). 3. Habló de su conversión, cuando Jesús le habló mientras iba camino

a Damasco (Hechos 22:6-11). 4. Narró el llamado que recibió para el ministerio, y el momento

cuando Dios envió a un creyente judío para hablar con él e invitarlo a dar testimonio de Jesús (Hechos 22:12-26).

5. Relata cómo en Jerusalén, Jesús le dijo que le sirviera de testimonio a los que no eran judíos y que viajara a diferentes

0Cuando las cosas salen mal Cuando las cosas parecen ir mal, a veces sentimos que Dios nos ha abandonado y no está en control de lo que sucede. A lo largo de la Biblia, es claro que muchas veces Dios habló directamente a su pueblo. Antes de ascender al cielo, Jesús dijo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18).

Por lo tanto, debemos recordar que Dios ha entregado toda autoridad y el control de todo lo que sucede a su Hijo, nuestro Señor Jesucristo. En el caso de Pablo, observemos de qué manera el Espíritu Santo lo guiaba (Hechos 23:11). Jesús le habló durante la noche. Jesús se le apareció en forma visible, y se quedó cerca de Pablo. Jesús llegó para animarlo y consolarlo. Jesús se le apareció para honrar lo que estaba haciendo. Jesús le mostró cuál iba a ser su futuro. Cuando te encuentres en problemas, el Señor Jesús estará ahí para

guiarte. Otras veces, te permitirá conocer lo que te espera en el futuro. Sin embargo, no siempre sucederán estas cosas porque necesitamos aprender a vivir por fe. En el caso de Pablo, él no conocía muy bien su futuro, solamente que un día iría a Roma (Hechos 23:11). Dios quiere que confiemos en él y que sigamos a Jesús. No es su deseo que intentemos averiguar el futuro por medio de adivinos, médiums, espíritus de muertos, cartas, horóscopos ni ninguna forma de adivinación o técnicas de los hombres (Deuteronomio 18:10-13).

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• Todos se reunían y disfrutaban de la amistad de otros creyentes (Hechos 2:42, 44).

• Los apóstoles eran los líderes que enseñaban a los creyentes (Hechos 2:42-43).

• Los creyentes compartían entre ellos todo lo que tenían, y aún vendían sus cosas para ayudar a los creyentes más necesitados (Hechos 2:44-45).

• Cuando los creyentes partían el pan juntos en los hogares, estaban recordando la muerte del Señor Jesús de la misma manera que Jesús les dijo que lo hicieran (Hechos 2:42 y 46; Lucas 22:19).

• Los apóstoles hacían muchos milagros en el nombre de Jesús (Hechos 2:43).

• Los creyentes y los apóstoles se reunían en lugares públicos y en hogares (Hechos 2:46).

• Todos estaban alegres y eran humildes (Hechos 2:46); se amaban unos a otros así como amaban a Dios.

• Todos ellos alababan a Dios (Hechos 2:47). • Todo el pueblo se daba cuenta que los creyentes eran buenas

personas (Hechos 2:47). • Todos los días, más y más gente creía en Jesús y se reunía con

ellos (Hechos 2:47).

4 Discusión: 1. ¿Qué cambios hubo en las personas después que fueron

bautizadas en el Espíritu Santo? (Compare Hechos capítulos 1 y 2). 2. ¿Cómo serían las reuniones de nuestras iglesias si fueran como en

Hechos 2:42-47? 3. ¿Qué cosas hacían y cómo vivían los nuevos creyentes?

(Hechos 2:42 y 44-47). 4. ¿Qué sucedía con todas las personas que miraban lo que sucedía

con los nuevos creyentes? (Hechos 2:43, 47). 5. ¿Las personas que no son cristianos pueden ver que el Espíritu

Santo ya ha hecho cambios en tu vida y en tu iglesia?

PEDRO Y JUAN EN EL TEMPLO

2 Lectura: Lea Hechos 3:1-26 Las personas que creyeron en Jesucristo por el mensaje de Pedro no tenían un edificio para reunirse. Por eso, se reunían en casas o en el templo de la localidad para adorar a Dios (Hechos 2:46). El pasaje de Hechos 3 nos relata una historia muy impactante: un día, Pedro y

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Juan encontraron a un cojo que pedía dinero sentado en la puerta del templo. Como era cojo, no se le permitía entrar al templo. Al verlo, Pedro le dijo: “No tengo plata ni oro (en otras palabras, Pedro no le estaba ofreciendo dinero), mas lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!” Pedro extendió su mano para ayudar al cojo a ponerse de pie.

En seguida, ¡el hombre cojo fue sanado! Se levantó y entró con Pedro y con Juan al templo. El que antes era cojo, ahora caminaba, saltaba, y alababa a Dios ¡Estaba sano, y ahora podía entrar en el templo! Ya no necesitaba pedir limosna. Todo el mundo escuchó lo que había sucedido, vinieron corriendo y se sorprendieron al ver que el cojo estaba caminando.

“El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y repudiasteis en presencia de Pilato, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. Mas vosotros repudiasteis al Santo y Justo, y pedisteis que se os concediera un asesino, y disteis muerte al Autor de la vida, al que Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos” (Hechos 3:13-16). Pedro aprovechó este milagro para recordar a los presentes lo que había sucedido con Jesús, y cómo Dios había resucitado a Jesús de los muertos. “Y por la

0Las personas con dificultades físicas adoran a Dios Los líderes judíos no permitían que las personas discapacitadas o con dificultades físicas entraran en el templo de Jerusalén. Un sacerdote que tuviera alguna discapacidad física no podía hacer ningún sacrificio (Levítico 21:17-24). Sin embargo, Jesús dijo que ese templo pronto sería destruido (Marcos 13:2). Llegaría un tiempo en el que las personas ya no adorarían a Dios en ese templo tan especial de Jerusalén (Juan 4:21). La gente solo adoraría a Dios “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24). Por esta razón, cualquier persona puede ahora adorar a Dios en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento; gente como tu y yo, pecadores que conocen a Dios y que han sido perdonados a través de Cristo. Además, también se acepta a cualquier persona con discapacidad o dificultad física.

El cojo de la historia de Hechos 3:8 estaba lleno de gozo porque al fin pudo entrar en el templo para adorar a Dios. Ya no tenía que quedarse afuera. De esta forma, la iglesia de Jesucristo debe dar la bienvenida a cualquier persona, y no dejar a nadie afuera. Miqueas 4:7 dice: “Haré de la coja un remanente…”.

¿Tu iglesia cuenta con facilidades para que los discapacitados y los que tienen dificultades físicas puedan adorar a Dios? Recuerda que a Dios no le importan las discapacidades de una persona. Si nosotros llevamos a la iglesia a las personas con dificultades físicas, ellas tendrán la oportunidad de sanar o de ser salvas por el poder del Espíritu Santo que trabaja en medio del pueblo de Dios. Dios hará toda esta obra en el nombre de su hijo Jesucristo.

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4 Discusión: 1. Explica de qué manera obró el Espíritu Santo en todo el viaje de

Pablo a Jerusalén (Hechos 19:21; Hechos 20:22-23; Hechos 21:4, 11-13).

2. ¿Qué consejo dieron los creyentes a Pablo? (Hechos 21:4,12). 3. ¿Cómo animaron los creyentes a Pablo? (Hechos 21:14). 4. ¿Cómo se hicieron realidad las palabras del Espíritu Santo en

Hechos 21:11? 5. ¿Fue bueno que Pablo obedeciera la ley de Moisés, según Hechos

21:26? ¿Por qué?

0 Los fariseos y los saduceos Los fariseos y los saduceos eran dos grupos religiosos de judíos. Jesús advirtió a los creyentes que no siguieran los caminos de estas sectas religiosas (Mateo 16:6; Mateo 23:3).

En la época de Jesús y de Pablo, existía un gran número de fariseos. Los fariseos eran judíos devotos, consagrados a la obediencia de las leyes del templo y las leyes de Moisés. La forma en que ellos vivían hacía que fuera muy difícil seguir su ejemplo. Ellos creían firmemente que la verdad de Dios estaba registrada en las sagradas escrituras, y pensaban que ellos eran los expertos en comprenderlas y aplicarlas. Entonces, tenían la autoridad de decirle a la gente qué creer, qué hacer y qué no hacer.

Sin embargo, por esta posición que tenían, empezaron a hacer sus propias leyes y alejarse de la palabra de Dios. Por lo tanto, era difícil para las personas seguir y obedecer sus normas y encontrar la paz con Dios. Jesús dijo que ni ellos mismos obedecían sus propias leyes (Mateo 23:3). Él sabía que nadie podría encontrar la paz con Dios cumpliendo con normas hechas por el hombre.

Por otra parte, los saduceos eran judíos ricos que también obedecían la ley de Moisés. A diferencia de los fariseos, los saduceos no hicieron ninguna ley nueva. Ellos sólo decían que el pueblo debía obedecer la ley y las antiguas tradiciones religiosas, pero no tomaban en cuenta la guía que Dios había dejado en su palabra. Por esa razón, siempre discutían con los fariseos en cuanto a algunos aspectos que tenían que ver con la ley. Los saduceos se negaban a creer en ángeles, espíritus y en la vida después de la muerte, mientras que los fariseos sí creían en estas cosas (Hechos 23:6-8).

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iglesia de Jerusalén (Hechos 21:17-18). Ya que en Grecia y en Turquía muchos gentiles (es decir, gente que no es judía) habían creído en el Señor, Pablo quería contar a los ancianos la manera en que Dios había obrado allí.

Los ancianos alabaron a Dios, pero estaban muy preocupados por Pablo, diciendo: “Hermano, ya ves cuántos miles hay entre los judíos que han creído, y todos son celosos de la ley, y se les ha contado acerca de ti, que enseñas a todos los judíos entre los gentiles que se aparten de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos ni observen las tradiciones (del pueblo judío). Entonces, ¿qué es lo que se debe hacer? Porque sin duda la multitud se reunirá pues oirán que has venido” (Hechos 21:20-23).

Como consejo, y para evitar malos entendidos, le dijeron a Pablo que tomara a cuatro hombres de ellos, los llevara al templo para cumplir con el voto de purificación y pagara los gastos del voto de rasurarse la cabeza, para que todos se dieran cuenta que Pablo obedecía la ley de Moisés.

Por precaución, Pablo estuvo de acuerdo en seguir este consejo. Sin embargo, él siempre predicó que las personas solamente son salvas por la gracia de Dios, por medio de la fe en Jesucristo, y no por cumplir con la ley y las tradiciones de Moisés (Efesios 2:8-9).

LOS JUDÍOS ATACAN A PABLO Para Pablo era fácil obedecer la ley de Moisés porque ya la había practicado antes. Él había hecho un voto llamado nazareo (Números 6:1-21) y por eso se rapó el cabello en la ciudad de Cencrea (Hechos 18:18). Es posible que los cuatro judíos que estaban con él en Jerusalén hayan hecho el mismo voto, y era tiempo de raparse de nuevo (Hechos 21:24). Entonces al siguiente día Pablo se purificó con ellos para entrar al templo de Jerusalén.

Estando en el templo, algunos judíos de la región de Asia Menor vieron a Pablo y pensaron que había metido al templo a personas que no eran judías. Ellos odiaban a Pablo, tomaron esto de excusa para alborotar a toda la multitud, gritando: “…ha profanado este lugar santo” (Hechos 21:28).

Al oír esto, la multitud intentó matar a Pablo, pero un comandante romano se abrió paso entre la gente, arrestó a Pablo y ordenó que lo ataran con cadenas. Como el comandante no pudo averiguar por qué era el alboroto, mandó que llevaran a Pablo al cuartel romano (Hechos 21:34-35). En el cuartel, Pablo se puso de pie y pidió a la multitud que lo escuchara (Hechos 21:39).

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fe en su nombre, es el nombre de Jesús lo que ha fortalecido a este hombre a quien veis y conocéis; y la fe que viene por medio de El, le ha dado esta perfecta sanidad en presencia de todos vosotros”. (Hechos 3:16). Jesús tiene el poder para hacer que el cojo caminara porque Jesús es el Hijo de Dios.

Una vez más, Pedro habló lo que estaba escrito en las Sagradas Escrituras. Todos los profetas de Dios habían dicho cómo el Cristo

0 El mensaje de Pedro Pedro era un apóstol de Jesucristo. La palabra apóstol significa mensajero. El mensaje que Pedro dio en Hechos capítulos 2 y 3 eran las Buenas Nuevas (o el “evangelio”) de Jesucristo. El mensaje del evangelio consiste en los siguientes puntos: Jesús murió y se levantó de los muertos (Hechos 2:23-24; Hechos 3:13-15). Las Sagradas Escrituras establecían que eso iba a suceder (Hechos 2:25-35; Hechos 3:18). Jesús es el hijo de Dios y el Mesías prometido (Hechos 2:36; Hechos 3:20). Dios persona los pecados de las personas que creen en Jesús (Hechos 2:38). Los que creen en Jesucristo reciben el Espíritu Santo (Hechos 2:38). ¿Por qué las personas podían escuchar con agrado el mensaje que Pedro

decía? Porque ellos habían visto la obra y el poder del Espíritu Santo, y esto los emocionaba. Así, el Espíritu Santo comenzó a obrar en sus vidas.

Los seguidores de Jesús hablaban la palabra de Dios en diferentes idiomas, y Dios sanaba a las personas a través de la fe que ellas tenían en el nombre de Jesús. La multitud estaba asombrada por estas señales y milagros; creían en Jesús y recibían salvación. Además, confesaban y se arrepentían de sus pecados, diciendo que lamentaban haber pecado contra Dios. El Espíritu Santo era quien les ayudaba a decir todas estas cosas. Ellos regresaron a Dios y Dios los perdonó porque Jesús murió por ellos. Después de eso, fueron bautizados y se unieron a los demás creyentes. Además, recibieron la plenitud del Espíritu Santo, y fueron llenos de gozo. Así, más personas se unían a la iglesia cada día (Hechos 2:47; Hechos 4:4).

Nosotros debemos pedirle a Dios que nos de su Espíritu Santo para que tengamos poder en nuestra adoración, en nuestra predicación y en nuestro testimonio. Necesitamos al Espíritu Santo no sólo para que nos de gozo y que nos muestra qué es lo correcto; necesitamos al Espíritu Santo para que traiga la salvación, la sanidad y la justicia de Dios a nuestra nación.

4 Discusión: 1. ¿Cuál es el mensaje de las Buenas Nuevas que tú hablas con tus

amigos? 2. ¿Qué es lo que Dios hizo en ti a través de la muerte de Jesucristo? (Tito

3:3-5).

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(Jesús) iba a sufrir y a morir (Hechos 3:18 y 24). Bajo la ley que Dios dio a Moisés, los pecadores debían morir, “Porque la paga del pecado es muerte…” (Romanos 6:23). Sin embargo, Jesús vino y murió en nuestro lugar. ¡En Jesús hay vida, no muerte! Solamente Jesucristo puede salvar al mundo del pecado porque murió en su lugar.

JESÚS MURIÓ PARA SALVAR AL MUNDO Pedro, entonces, usó este mensaje para hablar a los presentes las Buenas Nuevas de Jesucristo. “Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados” (Hechos 3:19). “Para vosotros en primer lugar, Dios, habiendo resucitado a su Siervo, le ha enviado para que os bendiga, a fin de apartar a cada uno de vosotros de vuestras iniquidades” (Hechos 3:26).

Casi 2000 años antes del nacimiento de Jesús en la tierra, Dios hizo una promesa a Abraham: “Haré de ti una nación grande (que es la nación de Israel)… Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra” (Génesis 12:2-3). En el momento en que Pedro dio su mensaje, vio cómo esta promesa se hacía realidad. Había gente de todas partes del mundo que había llegado a Jerusalén para adorar a Dios. Todas esas personas escucharon las Buenas Nuevas de Jesucristo, el hijo de Dios. Después de escuchar el mensaje, todas esas personas fueron salvas y recibieron bendición.

Esa misma salvación de Dios ha sucedido desde que los creyentes fueron bautizados en el Espíritu Santo. Si predicamos el evangelio de Jesús, el poder de la palabra de Dios cambiará la vida de las personas. Dios es misericordioso, y perdona los pecados del mundo a través del sacrificio que Jesús hizo en la cruz.

Así como Pedro, nosotros también debemos predicar el mensaje de salvación. Cuando anunciamos al mundo las Buenas Nuevas de Jesucristo, podremos ver cómo el poder de Dios cambia las vidas de las personas. Nosotros podemos ser testigos de Jesús sin importar en qué parte del mundo vivimos (Hechos 1:8).

LOS LÍDERES RELIGIOSOS TRATARON DE DETENER EL EVANGELIO

2 Lectura: Lea Hechos 4:1-37 ¿Recuerdas que Pedro y Juan estaban predicando el evangelio en

el templo después de sanar al cojo? Mientras ellos enseñaban a las multitudes que Jesús había resucitado de entre los muertos, los sacerdotes del templo, el guardia del templo y los saduceos (que eran sacerdotes judíos que no creían en la vida después de la muerte) se

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no fuera, pero Pablo confiaba que era allá donde el Espíritu Santo quería que fuera (Hechos 20:22).

Cuando el barco llegó a Cesarea, Pablo se hospedó en casa de Felipe, un evangelista de la localidad. Estando allí, un profeta llamado Agabo que había venido de Jerusalén, tomó el cinto de Pablo y se ató de manos y pies como señal de lo que le esperaría a Pablo si continuaba con su viaje. Él habló por medio del Espíritu Santo diciendo: “Así atarán los judíos en Jerusalén al dueño de este cinto” (Hechos 21:11). Al igual que Jesús, ahora Pablo sabía lo que sucedería con él en Jerusalén.

La respuesta de Pablo para Agabo y los demás creyentes fue: “¿Qué hacéis, llorando y quebrantándome el corazón? Porque listo estoy no sólo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús” (Hechos 21:13). Sus amigos, conscientes aún del peligro que les esperaba, decidieron acompañar a Pablo a Jerusalén. Pablo se alojó en la casa de Mnasón, un creyente anciano de Chipre que vivía en la ciudad. Durante esa época, se celebraba en Jerusalén la fiesta de pentecostés, por lo que miles de personas se encontraban allí. Todos los hospedajes estaban ocupados, pero Dios tenía un lugar especial para su siervo y sus amigos (Hechos 21:16).

Al día siguiente, Pablo fue a visitar a Jacobo y a otros líderes de la

0Pablo no temía decir la verdad Pablo predicaba que la ley de Moisés era buena, pero no era suficiente para salvar a la gente de sus pecados (Romanos 3:20). Él predicaba que las personas son justificadas solamente por la fe en Jesucristo (Romanos 3:22). Él sabía que la ley solo era una guía para señalarnos lo que está mal, para mostrarnos el camino correcto e incorrecto. Pero la ley por sí sola no puede salvarnos (Romanos 3:20).

Para muchas personas, este mensaje era difícil de comprender. Por eso Pablo tenía tantos problemas con algunos de los creyentes judíos de Jerusalén (Hechos 21:21). Sin embargo, mucho creyentes se esforzaban por seguir a Cristo y también mantener la ley de Moisés (Hechos 21:20). Debido a esto, a Pablo se le pidió que demostrara que él creía en la ley de Moisés (Hechos 21:23-24). Su deseo era complacer a estos hombres y al mismo tiempo agradar a Dios. Pero al final, terminó en problemas con los judíos de Asia Menor (Hechos 21:27).

En seguida, Pablo pidió permiso para explicar la verdad (Hechos 21:39). Esta verdad causó aún más problemas entre los judíos (Hechos 22:22). Pero el Señor Jesús habló a Pablo y le dijo: “Ten ánimo, porque como has testificado fielmente de mi causa en Jerusalén, así has de testificar también en Roma” (Hechos 23:11).

Debemos orar para que Dios nos de la valentía para hablar de la verdad de su evangelio.

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“…salvo que el Espíritu Santo solemnemente me da testimonio en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones. Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:23-24).

“Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios… Sé que después de mi partida… se levantarán algunos hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos tras ellos”. Con esto, Pablo estaba advirtiendo de hombres que vienen e intentan cambiar la verdad de Dios (Hechos 20:30).

Fue el Espíritu Santo el que escogió a los líderes de la iglesia, razón por la que ellos eran responsables de responder ante Dios y no ante Pablo. Algo importante que se debe mencionar es que algunos líderes cuidan de sus rebaños, pero no tienen cuidado de ellos mismos. Si los líderes fracasan en su vida personal, entonces no podrán enseñar el camino correcto a su rebaño de creyentes.

Una vez terminado su discurso y a punto de partir, Pablo oró con los líderes. Ellos lloraron, lo abrazaron y lo besaron porque Pablo les dijo que era probable que no los volvería a ver (Hechos 20:37).

4 Discusión: 1. ¿Qué puedes hacer cuando tu vida está en peligro o te encuentras

con gente problemática? (Hechos 19:30; Hechos 20:3; Mateo 2:14, 22).

2. ¿De qué manera puedes edificar tu fe? (Hechos 20:32). 3. Usando las palabras que Pablo habló en Hechos 20:28-31, describe

las características de un verdadero líder. 4. ¿Puede alguien llegar a ser un pastor de la iglesia de Dios?

(Hechos 20:28). 5. ¿Cuáles son las razones por las que Pablo pasaba tanto tiempo

enseñando? (Hechos 20:11, 27, 31). 6. Cuando te encuentras muy ocupado o apurado sirviendo a Dios,

¿encuentras tiempo para escuchar lo que el Espíritu Santo te está diciendo?

EL VIAJE A JERUSALÉN

2 Lectura: Lea Hechos 21:1–40 De Mileto, Pablo partió en barco rumbo a Cesarea (Hechos 21:1-7). Por medio del Espíritu Santo, los hermanos le advertían sobre los peligros que enfrentaría en Jerusalén si iba allí. Ellos le pidieron que

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molestaron mucho. Entonces detuvieron a Pedro y a Juan y los metieron a la cárcel. Sin embargo, las personas que estaban presentes ya habían escuchado el mensaje de Pedro y Juan, y fueron salvos aproximadamente 5 mil hombres, sin contar las mujeres que también creyeron en el mensaje (Hechos 4:4). Esto sucedió por la sanidad del cojo. El testimonio del hombre cojo permitió a Pedro predicar a las multitudes. Como resultado, muchos creyeron en Jesús como su salvador.

Al día siguiente, los líderes del templo llevaron a Pedro y a Juan para enjuiciarlos. Durante el juicio, les hicieron dos preguntas importantes acerca de la sanidad del cojo. La primera pregunta fue: ¿Con qué poder hicieron esto? y la segunda pregunta fue: “¿En qué nombre lo hicieron?” (Hechos 4:7). Estas preguntas permitieron a Pedro hablar a los líderes religiosos acerca de Jesús, y les respondió con valentía: “…sabed todos vosotros, y todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos, por él, este hombre se halla aquí sano delante de vosotros” (Hechos 4:10).

Entonces, Pedro procedió a darles el mismo mensaje que había en el templo y en el día de pentecostés. Tuvo la valentía para predicar este mensaje porque el poder del Espíritu Santo estaba dentro de él (Hechos 4:8). Los puntos que Pedro mencionó a los líderes religiosos fueron los siguientes:

• Jesús murió y resucitó de la muerte (Hechos 4:10) • Las Sagradas Escrituras habían anunciado que esto sucedería

(Hechos 4:11; Salmos 118:22). Dios hizo a Jesús la “piedra principal” (es decir, la cabeza) de su

iglesia (Salmo 118:22 y 23). Jesús funciona como el fundamento sobre el cual se apoya y se une toda la iglesia y los creyentes, tanto judíos como gentiles. Dios llamó a Pedro para edificar su iglesia sobre el fundamento de Jesús (Mateo 16:18). En realidad, los líderes del templo debían trabajar con Pedro para enseñar al pueblo que Jesús es el rey, pero ellos se negaron a creer que Jesús era el Mesías y lo mataron. Ahora, también se negaban a creer lo que Pedro les decía.

Pedro explicó a los líderes del templo que no podían ser salvos a través de ninguna persona, sino sólo a través de Jesús “…porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).

Al escuchar todas las palabras de Pedro, los líderes del templo sacaron a Pedro, y se

0Información adicional:

Las frases “piedra angular, piedra del ángulo, cabeza del ángulo” se refieren a Jesús como la persona principal de la iglesia cristiana.

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preguntaron entre ellos: “¿Qué haremos con estos hombres?” (Hechos 4:16). Entonces tomaron su decisión y dijeron a Pedro y a Juan “que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús” (Hechos 4:18). Pero Pedro y Juan no podían cumplir con este requisito porque necesitaban obedecer a Dios antes que a los hombres, y no podían ignorar todo lo que habían visto y oído de Jesús (Hechos 4:19-20).

4 Discusión: 1. ¿Por qué los sacerdotes y líderes del templo detuvieron a Pedro y a

Juan? (Hechos 4:2). 2. ¿Qué instrucción dieron los líderes del templo a Pedro y a Juan?

(Hechos 4:18). 3. ¿Qué poder actuaba en las sanidades y en los mensajes que Pedro

y Juan predicaban? (Hechos 3:6, 16, 26; Hechos 4:2, 4). 4. ¿A quién decidieron obedecer Pedro y Juan: a Dios, o a los

saduceos y líderes del templo? (Hechos 4:19). 5. ¿Por qué crees que los líderes del templo trataban de impedir las

enseñanzas acerca de Jesús?

LA IGLESIA EN ORACIÓN Y OBRAS Después de estas cosas, Pedro y Juan salieron libres y regresaron con los demás creyentes. Al escuchar lo que había sucedido, todos juntos oraron y alabaron a Dios. En su alabanza a Dios, mencionaron que Jesús había sido enviado por Dios.

Cientos de años antes de estos sucesos, el rey David escribió acerca de Jesús, diciendo que los gobernantes y las naciones se enojarían contra Jesús (Hechos 4:25-26; Salmos 2:1-2). Esto nos demuestra que Dios siempre conoce lo que sucederá. Dios guió al rey David para que escribiera lo que iba a suceder. ¡Por eso no debemos tener miedo! Dios conoce todas las cosas.

Cada vez que Pedro y Juan estaban en problemas por predicar acerca de Jesús, la iglesia oraba. Ellos no se ponían tristes, ni preocupados, ni con miedo. Ellos oraban y:

• Alababan a Dios en sus oraciones (Hechos 4:24). • Leían las Sagradas Escrituras (Hechos 4:25-26). • Recordaban cómo Jesús fue perseguido y castigado (Hecho 4:27). • Creían que Dios estaba trabajando según los planes que él mismo

había hecho (Hechos 4:28). • Le pedían a Dios que los hicieran más valientes (Hechos 4:29). • Pedían más milagros en el nombre de Jesús (Hechos 4:30).

Durante todo este tiempo, los cristianos se reunían en sus hogares.

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Entre tanto, las personas que se dedicaban a fabricar ídolos de plata levantaron a la multitud y produjeron un alboroto para linchar a los seguidores de Jesús que acompañaban a Pablo (Hechos 19:23-29). Pablo quiso defender a sus amigos, así que ya no salió de la ciudad, sino que permaneció en la ciudad (Hechos 19:30). Se quedó con ellos hasta que el problema fue resuelto (Hechos 20:1). Cuando paró el alboroto, Pablo salió para visitar las iglesias de Macedonia y de Acaya antes de regresar a Troas (hoy en día, territorio de Turquía) en Asia Menor (Hechos 20:1-6).

Pablo sabía exactamente cuándo quedarse en un lugar y cuando salir a otro. Aunque era un predicador y maestro muy ocupado, él era un hombre que escuchaba la voz y la guía del Espíritu Santo.

Cuando Pablo llegó a la iglesia de Antioquía (que en la actualidad se conoce como Siria), se enteró que los judíos estaban pensando en matarlo (Hechos 20:3), así que salió al noroeste y pasó a Troas, donde lo esperaban sus compañeros. Entonces, se unió a ellos y se quedó allí siete días. Después de todo esto, decidió regresar a su iglesia por Macedonia. Cabe resaltar que Pablo nunca más volvería a ver Grecia, Asia Menor ni Siria.

Los creyentes se reunieron en una habitación del piso superior de una casa. Pablo estuvo hablando con ellos y su discurso tardó hasta la media noche. Hacía calor y la habitación estaba llena de humo por las lámparas de aceite. Un joven llamado Eutico estaba sentado en la ventana y se quedó profundamente dormido, por lo que cayó al suelo desde el tercer piso y lo recogieron muerto. Pablo bajó para ver al joven y, al verlo muerto, se acostó encima de él y lo resucitó (Hechos 20:10). ¡Qué gran milagro!

Cuando el muchacho resucitó, Pablo subió de nuevo a la habitación para compartir los alimentos y enseñar a la gente hasta el amanecer. Al día siguiente tomó un barco hacia la ciudad de Mileto. Queriendo ahorrar tiempo en su viaje a Jerusalén, decidió no detenerse en la ciudad de Éfeso (Hechos 20:16).

ENSEÑANZA PARA LOS LÍDERES DE LA IGLESIA Estando en Mileto, Pablo mandó llamo al liderazgo de la iglesia en Éfeso. Allí se despidió y les dio serias recomendaciones: “testificando solemnemente, tanto a judíos como a griegos, del arrepentimiento para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”. Pablo siempre enseñaba el mensaje completo del evangelio de salvación. “…atado en espíritu, voy a Jerusalén sin saber lo que allá me sucederá…”. (Hechos 20:20-22).

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(Hechos 19:11-12). Cuando los hijos de un sacerdote pagano vieron a Pablo echar fuera demonios en el nombre de Jesús, quisieron hacer lo mismo y usaron las mismas palabras que Pablo usaba. Encontraron a un hombre con un espíritu demoniaco y exclamaron “Os ordeno por Jesús, a quien Pablo predica” (Hechos 19:13).

La sorpresa que se llevaron fue que el espíritu demoníaco respondió: “A Jesús conozco, y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois?” Entonces el endemoniado se lanzó sobre ellos y los golpeó, de manera que huyeron del ahí desnudos y heridos. Esto sirvió para engrandecer el nombre de Jesús porque mucha gente en Éfeso creyó en el evangelio y se arrepintieron de las cosas malas que habían hecho. Muchos quemaron los libros y objetos que utilizaban para la brujería. “Así crecía poderosamente y prevalecía la palabra del Señor” (Hechos 19:20).

4 Discusión: 1. ¿Cómo se puede ayudar a los creyentes a comprender con mayor

exactitud la verdad de Dios? (Hechos 18:26). 2. ¿Qué es necesario para recibir el Espíritu Santo? (Juan 7:38-39). 3. ¿Qué es lo que Pablo dijo e hizo por los creyentes de Éfeso?

(Hechos 19:4-6). 4. ¿Por qué es necesario destruir todos los objetos que se utilizan en

la brujería, la magia y el ocultismo cuando creemos en el Señor Jesús? (Hechos 19:20).

5. ¿Por qué es importante mantenerse en contacto, escribir o visitar a los nuevos cristianos o iglesias?

PABLO ESCUCHABA AL ESPÍRITU SANTO

2 Lectura: Lea Hechos 19:21-41; 20:1-38 La obra del Espíritu Santo en Éfeso llegó a ser muy poderosa. La verdad de Dios se extendió por todas partes (Hechos 19:20). Fue durante esta época que Pablo empezó a planificar su siguiente viaje. El quería visitar las iglesias de Macedonia y Acaya (que hoy en día se encuentra en el territorio del país de Grecia). También deseaba visitar Jerusalén y Roma (Hechos 19:21).

Jerusalén era el centro del pueblo judío y de las iglesias cristianas. Roma era el centro del imperio romano. Acaya era el centro del imperio griego antiguo. Pablo estos lugares eran importantes para predicar a Jesucristo y enseñar a los creyentes. Sin embargo, se quedó en Éfeso un poco más de tiempo, pero envió a dos de sus ayudantes a Macedonia (Hechos 19:22) los cuales le siguieron después (Hechos 20:1).

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Ellos se cuidaban unos a otros, compartían todo lo que tenían y vivían en armonía. El Espíritu Santo obraba grandemente en su vidas (Hechos 4:31). También vendían sus tierras y traían el dinero a los apóstoles para ayudar a los creyentes que tenían necesidad (Hechos 4:34-37). Ellos seguían la instrucción de Jesús: “…de gracia recibisteis, dad de gracia” (Mateo 10:8).

4 Discusión: 1. ¿Por qué oraron los creyentes a Dios? (Hechos 4:23-24). 2. ¿Qué leían juntos los creyentes? (Hechos 4:25-28). 3. ¿Para qué pidieron los creyentes a Dios que los hiciera valientes?

(Hechos 4:29). 4. ¿Qué tenía de especial el nombre de Jesús? (Hechos 4:30). 5. ¿Qué sucedió en el lugar cuando los creyentes terminaron de orar?

(Hechos 4:31). 6. Con tus propias palabras, describe la vida de los primeros

cristianos (Hechos 4:32-37).

DIOS CASTIGA EL PECADO

2 Lectura: Lea Hechos 5:1-42 Dios ama a los pecadores, pero rechaza el pecado. Por eso, Él envió a Jesús a morir por los pecadores. Él quiere que vivamos vidas que sean de su agrado.

0Orar a Dios en tiempos de problemas Dios bendecía a la iglesia primitiva (la iglesia del libro de los Hechos). Ésta se fortalecía cada día, pero los creyentes atravesaban problemas (Hechos 4:16-18). Los líderes judías le decían a los apóstoles que no predicaran en el nombre de Jesús, y los maltrataban (a esto se le llama persecución). Estudia estas seis formas en la que los creyentes oraban cuando estaban en problemas: Ellos alababan a Dios, el creador, y confiaban en él (Hechos 4:24). Hablaban palabras de fe y de conocimiento para demostrar que creían en Dios, quien hizo el mundo y todo lo que hay en él. Ellos leían las Sagradas Escrituras (Hechos 4:25-26). En Salmos 2, Dios dice que los gobernadores y los líderes crearían muchos problemas para Jesús y sus seguidores. Ellos sabían que las Sagradas Escrituras se habían cumplido (Hechos 4:27-28). Las cosas habían sucedido porque Dios las había planificado. Ellos sabían que Dios tenía el control. Además, a Jesús le había pasado lo mismo (Juan 15:18). Ellos le decían a Dios lo que les preocupaba (Hechos 4:29). Ellos creían que Dios ya sabía el peligro que atravesaban. Ellos le contaban a Dios sus problemas, pero no le echaban la culpa de nada.

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En ese tiempo, había un hombre llamado Ananías, quien tenía una esposa llamada Safira. Como los creyentes vendían sus tierras y posesiones para ayudar a los más necesitados de ellos, también Ananías y Safira vendieron una propiedad, pero no le llevaron completo el dinero a Pedro, sino que mintieron y quitaron parte del dinero de la venta. Pedro explicó que no había nada malo con quedarse con una parte del dinero, pero sí era pecado mentir acerca del precio en que vendieron la propiedad. También les dijo que podían hacer lo que quisieran con el dinero, pero no debían mentirle a Dios (Hechos 5:4). La mentira es pecado.

Pedro le dijo a Ananías: “…¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?” Cuando Pedro dijo estas palabras, Ananías cayó muerto. Tres horas más tarde, su esposa Safira entró y dijo la misma mentira. Pedro la confrontó, y le dijo: “¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor?” Al instante, ella también cayó muerta. Esto causó que todas las personas temieran a Dios (Hechos 5:11).

DIOS ENVÍA A SU ÁNGEL Cada día, más y más gente creía en el Señor Jesús. Los creyentes se reunían en un gran patio o espacio al lado derecho del templo de Jerusalén (Hechos 5:12). Muchas personas venían de cerca y de lejos para escuchar las enseñanzas de los apóstoles y para ver los milagros de sanidad que hacían en el nombre de Jesús. Esto hizo que algunos

Ellos le pedían a Dios que les ayudara a hacer la obra que Jesús les había encomendado (Hechos 4:29). Ellos creían que Dios respondía las oraciones. Ellos sabían que oraban por lo que Dios quería. Ellos oraban la voluntad de Dios. Ellos le pedían a Dios que hiciera más milagros mientras ellos predicaban (Hechos 4:29-30). Ellos confiaban en el poder del nombre de Jesús. Ellos sabían que los líderes religiosos se enojarían, pero también sabían que debían predicar con valentía. Predicar era una obra de Dios, y para eso habían sido llamados.

4 Discusión: 1. ¿Qué es lo que oras cuando tienes problemas? 2. Cuando oras, ¿sólo le dices a Dios de tus problemas, o también oras los

seis puntos que los creyentes de Hechos oraban? En muchos países de la actualidad, los creyentes son maltratados y sufren

persecución. Jesús dijo: “Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros” (Juan 15:18). No deberíamos sorprendernos cuando el mundo nos persigue y nos maltrata. Nosotros debemos ser valientes y debemos orar por aquellos que son perseguidos para que continúen predicando el evangelio.

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de la iglesia tengan un trabajo aparte de la iglesia en el que puedan ganar dinero? (Hechos 18:3).

TERCER VIAJE MISIONERO DE PABLO

2 Lectura: Lea Hechos 18:18-28; Hechos 9:1-20 Después de estas cosas, Pablo volvió a la iglesia de Jerusalén y luego regresó a Antioquía (Hechos 18:22). Después de algún tiempo en Antioquía, Pablo viajó otra vez para ir a las iglesias de Asia Menor. Al salir, decidió visitar de nuevo las iglesias de esa región para fortalecer y enseñar a los creyentes (Hechos 18:23).

Durante ese tiempo, llegó a Éfeso un judío llamado Apolos, quien venía de la ciudad de Alejandría en Egipto (Hechos 18:24). Éste era un hombre de mucho conocimiento, instruido en las sagradas escrituras y hablaba de Jesús con gran poder. Sin embargo, sólo conocía el bautismo de Juan el Bautista (o sea, el bautismo en agua; Hechos 18:25). Así que los amigos de Pablo “lo llevaron aparte y le explicaron con mayor exactitud el camino de Dios” (Hechos 18:26).

Cuando Pablo volvió a Éfeso, encontró a doce creyentes que habían sido bautizados en el nombre de Juan (Hechos 19:3). Pero Pablo, después de explicarles, los bautizó en el nombre de Jesús (Hechos 19:5) y, cuando les impuso las manos (Hechos 19:6), el Espíritu Santo descendió sobre ellos. Cuando esto sucedió, ellos hablaron en diferentes idiomas y algunos comenzaron a profetizar. Esto nos muestra que Dios elige qué don del Espíritu Santo recibe cada creyente.

Pablo se quedó tres meses allí en Éfeso. Se ocupó de hablar acerca de Jesús en la sinagoga, pero por el rechazo de algunas personas se alejó de los judíos, y formó un grupo aparte de creyentes que se reunía en la escuela de un varón llamado Tirano. Allí a lo largo de dos años estuvo enseñando todos los días, de modo que todos los judíos y griegos que vivían en esa región, oyeron la Palabra del Señor (Hechos 19:10).

Mientras Pablo estaba en Éfeso, escribió dos cartas para la iglesia de la ciudad de Corinto (1 y 2 Corintios). En ellas, explicó las enseñanzas de Jesús para que la gente se alejara del camino equivocado en la vida; además, fortaleció su fe y les advirtió acerca de enseñanzas falsas. Siempre que Pablo iniciaba una nueva iglesia, procuraba escribirles o visitarles para mantenerse en contacto con ellas.

Dios hizo muchos milagros por medio del apóstol Pablo, sobre todo sanando personas enfermas y echando fuera espíritus demoníacos

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Aquila y su esposa Priscila, una pareja de judíos creyentes que salieron de la ciudad de Roma porque el emperador romano Claudio César había decretado una ley que obligaba a los judíos a salir de ahí. Por esa razón, Aquila y Priscila ahora vivían en Corinto. Pablo se quedó con ellos, asistió a la sinagoga judía por varios sábados y entre semana trabajaban juntos haciendo tiendas de campaña para ganar dinero. Pablo, al igual que ellos, era un fabricante de tiendas. Al final Pablo se quedó en Corinto por un año y medio.

Los líderes judíos en Corinto también trataron de crear problemas para los cristianos, así que Pablo, al ver que no había resultados entre ellos, decidió predicar a los gentiles (es decir, a todas las personas que no son judías; Hechos 18:6). Después de ese tiempo, los judíos tomaron a Pablo y lo llevaron ante el gobernador romano Galión, quien no quiso involucrarse en este asunto porque eran cuestiones religiosas (Hechos 18:14-16).

Fue en Corinto que Pablo escribió sus cartas a los cristianos de la ciudad de Tesalónica (1 y 2 Tesalonicenses). Estas cartas tenían el propósito de felicitarlos, alentarlos, y corregirlos.

4 Discusión: 1. El viaje de Pablo fue primero hacia Atenas (Hechos 17:15) y luego

a Corinto (Hechos 18:1). ¿Cómo supo que ese era el lugar correcto donde tenía que estar? (Hechos 18:9-11).

2. ¿Consideras que es bueno que los maestros, predicadores o líderes

0 El poder de Dios en la actualidad ¿Crees que Dios aún sigue obrando en las vidas de las personas hoy en día? Mira los cambios que él ha hecho en tu propia vida, y responde esta pregunta. Mira alrededor tuyo, y responderás esta pregunta al escuchar y ver a muchas personas que también le dan la gloria a Dios por hacer cambios en ellos. Deseamos que leas este testimonio de un Pastor que ha leído y estudiado la palabra de Dios a través de estos libros de estudio bíblico, que tuvo una experiencia similar a la de Hechos 19:19:

“Hemos visto obrar el poder de Dios. Él nos ha visitado con milagros. Hay gente que ha venido para entregar su vida a Cristo y para quemar a sus ídolos. Los pensamientos de muchas personas han sido expuestos por medio de la predicación de la Palabra de Dios. Por la noche algunas de esas personas no podían dormir, así que vinieron por la mañana para confesar sus pecados y todas las cosas malas que habían hecho. Este fue realmente un tiempo de la gracia de Dios. En este momento estoy recibiendo llamadas telefónicas y visitas de personas que vienen para alabar a Dios porque Dios ha cambiado sus vidas. ¡Gloria a Dios!”. (Pastor B., Burkina Faso, septiembre 2,004.)

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de los líderes judíos (saduceos) se enojaran y tuvieran celos, por lo que tomaron a los apóstoles y los metieron a la cárcel (Hechos 5:18). Pero en la noche, Dios envió un ángel que abrió las puertas de la cárcel para sacar a los apóstoles (Hechos 5:19).

Pero el ángel los sacó de la cárcel con un propósito: “Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida”. Ellos obedecieron y volvieron al Templo para enseñar a la gente (Hechos 5:21).

El mensaje de Jesús trae nueva vida a todo el que cree en él. La Biblia establece que todos somos pecadores (Juan 17:3; Romanos 3:23). Cuando una persona escucha el mensaje de Dios y lo cree en su corazón, entonces confiesa sus pecados a Dios y se vuelve a él. De esa forma, la persona cree en el evangelio de Jesucristo, y Dios la perdona por su gracia y misericordia (Romanos 10:10; Efesios 2:8-9). A este proceso se le llama el “nuevo nacimiento”. La persona que cree y es salva se convierte en una nueva creación de Cristo (2 Corintios 5:17). En otras palabras, ¡se convierte en una nueva persona! Podemos obtener el perdón de nuestros pecados por el sacrificio de Jesús, quien murió en nuestro lugar.

Regresando a la historia, a la mañana siguiente después que el ángel liberó a Pedro y a Juan, los líderes judíos se reunieron en el patio del Templo, y enviaron a traer a los prisioneros, pero les informaron: “la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro” (Hechos 5:23). Los apóstoles estaban predicando en el nombre de Jesús, como el ángel les había dicho que hicieran (Hechos 5:23).

Los apóstoles hablaron con valentía en el concilio de los líderes del templo porque creían fuertemente en Jesús. Ellos entendían muy claramente la verdad de Jesús y del plan de salvación que Dios tenía para los Judíos (Hechos 5:30-32).

Cuando los escucharon hablar otra vez acerca de Jesús, los líderes del concilio querían matar a los apóstoles, pero uno de los líderes principales, Gamaliel, dijo: “Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá, mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios” (Hechos 5:39). Estas fueron palabras muy sabias palabras, ¿no crees?

El concilio, entonces, ordenó que los apóstoles fueran azotados y, antes de dejarlos en libertad, les ordenaron que dejaran de hablar en el nombre de Jesús (Hechos 5:40). Los apóstoles, sin embargo, no se sintieron intimidados; ellos estaban llenos de gozo, y continuaron

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enseñando en el templo y también iban de casa en casa enseñando las Buenas Nuevas de que Jesús es el Cristo (Hechos 5:42).

En la actualidad, en muchos países del mundo, la iglesia cristiana crece aún en tiempos de persecución. Hoy en día, muchos creyentes están en prisión por causa de predicar el evangelio y creer en Jesús, son torturados a causa de su fe en Dios y algunos hasta mueren por su fe en Jesús. Pero Dios provee supervivencia y renacimiento a la iglesia a través de milagros de sanidad y liberación.

4 Discusión: 1. ¿Por qué juzgó Dios a Ananías y a Safira? (Hechos 5:1-11). 2. ¿Qué dice Dios acerca de la mentira? (Éxodo 20:16; Salmos 5:6;

Efesios 4:25). 3. Según este estudio, ¿qué diferencias existen entre los creyentes y

las personas que no creen en Jesús? 4. ¿Por qué los apóstoles eran tan valientes? (Hechos 5:29-32). 5. ¿Cómo se comportaron los apóstoles después de haber sufrido por

el mensaje de Jesús? (Hechos 5:41).

PREPARANDO LA IGLESIA PARA EL CRECIMIENTO

2 Lectura: Lea Hechos 6:1-15 Mientras más personas se unían a la iglesia, pronto los apóstoles necesitaron buscar a más discípulos que se encargaran de ayudar a

0Satanás trata de engañarnos (Hechos 5:1-11) Ananías y Safira mintieron a Dios y al pueblo de Dios, y trataron de engañar a los apóstoles (Hechos 5:1, 2 y 8). Ellos recibieron un castigo muy duro porque la mentira, la deshonestidad y la avaricia no son de Dios, e impiden que el Espíritu Santo haga su obra. Si esto pasa, ya no habrá bendición de Dios.

Engañar a la gente es como hacerles trampa. A esto le llamamos “engaño”. El engaño hace que lo que en verdad está mal, se vea como si estuviera bien. El diablo quiere que la gente diga mentiras porque él detesta la verdad. Jesús dijo que el diablo era el “padre de la mentira” (Juan 8:44). La Biblia dice: “ni deis oportunidad al diablo” (Efesios 4:27).

Hay gente muy astuta que hace billetes o monedas falsas. El dinero falso se ve normal, pero no tiene ningún valor. En las fronteras de los países, hay personas que cambian dinero, pero el dinero que ellos dan a veces es falso.

Tal vez hay un automóvil usado que se vende a un precio alto. Tal vez el dueño de este auto dice que es buen auto, pero a veces resulta no serlo. Cuando un objeto que no tiene valor se vende a un precio alto, esto es

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6. Dios no está hecho de oro, plata ni piedra. No debemos pensar que Dios es una escultura hecha por mano de hombre (Hechos 17:29). Es un error adorarlo de esa manera.

7. Dios llama al arrepentimiento y a alejarse del pecado (Hechos 17:30).

8. La venida de Jesús para juzgar al mundo es segura (Hechos 17:31).

9. Jesús resucitó de entre los muertos, y él juzgará al mundo (Hechos 17:31). Cuando estas personas escucharon acerca de la resurrección de los

muertos, unos se burlaron y otros decían: “…Te escucharemos otra vez acerca de esto” (Hechos 17:32). Los habitantes de Atenas eran religiosos, ricos, inteligentes y educados, pero sólo unas pocas personas creyeron en el evangelio del hijo de Dios, Jesús (Hechos 17:34).

4 Discusión: 1. Describa en sus propias palabras la diferencia entre los creyentes

de Berea (Hechos 17:11), Atenas (Hechos 17:34) y Tesalónica (1 Tesalonicenses 1:6).

2. ¿Qué hicieron las personas de la ciudad de Tesalónica (Hechos 17:4), las de Berea (Hechos 17:2) y las de Atenas (Hechos 17:32) cuando escucharon a Pablo predicar las Buenas Nuevas de Jesucristo?

3. De todo el discurso que Pablo dio acerca de Cristo, ¿qué podríamos incluir nosotros hoy en día al hablar con personas que no son creyentes?

DIOS LE DICE A PABLO QUE PREDIQUE EN CORINTO

2 Lectura: Lea Hechos 18:1-17 Pablo no se quedó mucho tiempo en la ciudad de Atenas. Se dirigió a Corinto, la ciudad donde Dios le dijo que predicara con valentía. El Señor habló a Pablo para fortalecerlo: “No temas, sigue hablando y no calles; porque yo estoy contigo, y nadie te atacará para hacerte daño, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad”. (Hechos 18:9-10). ¿Por qué dijo el Señor estas palabras? Porque Dios estaba preparando a mucha gente en Corinto para que fueran salvos al escuchar las Buenas Nuevas de Jesús.

Corinto era uno de los puertos marítimos más importantes y ocupados del sur de Grecia, por lo cual también era una ciudad comercial y corrompida por la inmoralidad. Allí, Pablo se reunió con

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Él no es un dios hecho por mano de hombre (Hechos 17:24). 2. Dios no necesita nada. Al contrario, él sustenta todo y da vida a

todos (Hechos 17:25). Él es el Señor de todos. 3. De un solo hombre (Adán), Dios hizo todas las naciones

(Hechos 17:26). 4. Dios determinó cuándo y dónde la gente debía vivir para que lo

buscaran, llegaran a él y lo encontraran en cualquier parte (Hechos 17:27). Dios nunca está lejos de cualquiera de ninguna persona.

5. Dios es el creador de la vida. Vivimos gracias a él. Fuimos creados para ser sus hijos (Hechos 17:28).

0El ministerio y el trabajo Pablo tenía un trabajo común y corriente: él reparaba, fabricaba y vendía tiendas de campaña. Esto lo hacía para ganar un poco de dinero extra. En la ciudad de Corinto, trabajó junto con Aquila y Priscila (Hechos 18:3). Se cree que también desarrollaba su trabajo de tiendas de campaña cuando visitaba otras ciudades (Hechos 20:34). Él trabajaba en esto porque quería ganar dinero para pagar su comida y ropa.

Pablo no esperaba sentado a que otras personas le dieran dinero para su comida y ropa. Él pensaba que era bueno dedicar una parte de su tiempo al trabajo y la otra parte de su tiempo a la enseñanza y predicación de la Palabra de Dios. De esta forma, no se convertía en una carga para las personas que le daban un cuarto para hospedarse. Él tampoco cobraba por predicar, pero estaba de acuerdo en recibir ofrendas cuando lo hacía. Al hacer esto, las personas tendrían dinero para ayudar a otras iglesias que tuvieran necesidad, en lugar de dar todo su dinero a Pablo.

Pablo no solo hacía la obra de Dios, sino que también vendía tiendas de acampar. A Pablo le agradaba hacer ambas cosas porque creía que eso era lo que Dios quería que él hiciera. Él le dio gloria a Dios por todo lo que le permitía hacer – tiendas de campaña, enseñar la palabra de Dios, predicar el evangelio. Él no sólo reparaba tiendas de campaña; también reparaba vidas arruinadas y falsas enseñanzas. Todo lo que hacía era para la gloria de Dios.

Esto nos enseña una importante lección para aquellos que sirven al Señor. Muchos maestros de la Biblia, ministros, predicadores y evangelistas hoy día también tienen trabajos comunes y corrientes, así como Pablo. Tienen ministerios, pero también tienen otros trabajos fuera del ministerio. Algunos tienen el privilegio de trabajar tiempo completo en el ministerio y recibir un sueldo de la iglesia o de alguna misión, pero otros trabajan medio tiempo para obtener parte del sustento que necesitan para vivir. De cualquier forma, Dios es glorificado y el trabajo que ellos hacen es bendecido.

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repartir la comida que daban a los necesitados, y así permitir que la iglesia continuara creciendo.

Como sabían que la labor de servir a otros era importante, los apóstoles pidieron a los creyentes que eligieran a siete varones que tuvieran las siguientes características:

• Eligieron a hombres sabios y llenos del Espíritu Santo (Hechos 6:3).

• Los eligieron para que hicieran este trabajo mientras los apóstoles continuaban con su labor de enseñar acerca de Jesús.

• Los apóstoles pusieron sus manos sobre los siete hombres que eligieron y oraron por ellos (Hechos 6:6).

¿Qué sucedió cuando se prepararon de esta manera para que la iglesia creciera? 1. La congregación estaba

complacida con esta decisión (Hechos 6:5).

2. El evangelio de Jesús continuó predicándose (Hecho 6:7).

3. El número de creyentes en la ciudad de Jerusalén siguió creciendo (Hechos 6:7).

4 Discusión: 1. ¿Qué hizo el cuerpo de creyentes

para prepararse para el crecimiento de la iglesia? (Hechos 6:1-6).

2. ¿Qué hicieron los líderes de la iglesia para prepararse para el crecimiento de la iglesia? (Hechos 6:1-6).

engaño. Decir mentiras es malo. Si alguna vez hemos dicho mentiras, necesitamos arrepentirnos y pedirle a Dios que nos perdone.

Los líderes de la iglesia y las personas que tienen negocios no deben usar sus posiciones para obtener dinero de la gente. Ellos deben orar para que Dios les de sabiduría para usar el dinero que reciben de forma honesta.

A veces, las personas que tienen negocios tratan de ganar más dinero de formas deshonestas – a veces sobornan (piden mordida) o cobran por cosas escondidas. A veces la gente firma contratos y acuerdos que son injustos y hacen que los trabajadores se endeuden con una compañía. Dios no puede bendecir a las iglesias, negocios o países donde hay engaño y corrupción.

Pedro le dijo a Ananías que el diablo fue quien lo hizo mentir. En realidad, Ananías y su esposa Safira no tenían necesidad de mentir.

0Cómo escoger a los líderes correctos para la iglesia

¿Cómo escoge tu iglesia a sus líderes y obreros? ¿Qué tipo de personas escogen? ¿Escogen a personas honestas, que tienen la sabiduría de Dios y que temen a Dios? ¿Escogen a personas que conocen a Jesús personalmente? ¿Escogen a personas que se comportan bien y que están llenas del Espíritu Santo? (Hechos 6:3). Fíjate cómo los apóstoles le

pidieron a los creyentes que les ayudaran a escoger a los obreros, lo cual fue de mucho agrado para la congregación (Hechos 6:5).

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3. ¿Cuál fue el resultado de una iglesia bien organizada? (Hechos 6:7).

EL TRABAJO Y LA FE DE ESTEBAN

Dios todavía usa gente común para hacer cosas maravillosas. A través del Espíritu Santo y del mensaje del evangelio, Dios llama y salva a los pecadores y los libra de las ataduras y las garras del pecado. Además, Dios realiza “señales y prodigios” a través de cualquier persona que él elija (Hebreos 2:4).

Esteban era un hombre común, pero estaba “lleno de fe y del Espíritu Santo” (Hechos 6:5, 8). Aunque Estaban solamente ayudaba a repartir dinero y víveres para los necesitados de la congregación, Dios también lo usaba para hacer milagros. En todas partes donde Esteban iba, hablaba de Jesucristo y de su poder para salvar de pecados.

Muchos de los líderes judíos creyeron en el evangelio y comenzaron a seguir las enseñanzas de Jesús que escuchaban de los apóstoles (Hechos 6:7). Pero algunos de los judíos que provenían de África y de Asia no estaban de acuerdo con estas enseñanzas. Cuando Esteban hablaba, ellos se enojaban, pero no podían enfrentarse a la sabiduría del Espíritu de Dios que hablaba a través de Esteban (Hechos 6:10). Así que convencieron a algunos hombres para que dijeran mentiras de Esteban en la corte (Hechos 6:11-13). Esteban hablaba en nombre de Dios, pero ellos decían que él hablaba en contra de Dios. La palabra “blasfemia” significa hablar cosas malas en contra de Dios o de su palabra y sus estatutos (Hechos 6:11). Por este falso testimonio, el pueblo y los líderes judíos comenzaron a enojarse contra Esteban (Hechos 6:12).

Gaza

Azoto

SAMARIA

J U D E A

Samaria

Nazaret

Jericó

Río

Jord

án

Mar deGalilea

MarMuerto

Damasco

Mar

Mediterrá

neo

Jope

Cesarea

Jerusalén

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contra los decretos del César, diciendo que hay otro rey, Jesús” (Hechos 17:6, 7).

Se pagó una fianza y Jasón fue liberado. Antes que el asunto se complicara más y por seguridad, los creyentes enviaron a Pablo, Silas y Timoteo a la siguiente ciudad, Berea (Hechos 17:10).

En Berea, muchos creyeron al mensaje de Pablo y sus amigos. Esta comunidad se caracterizaba por estudiar cuidadosamente las sagradas escrituras. Esto nos enseña que es importante verificar toda predicación y enseñanza que venga de la Palabra de Dios. A causa del mensaje de Pablo y del estudio de la palabra de Dios, muchos judíos y otros que no eran judíos recibieron el mensaje (Hechos 17:11-12). Sin embargo, algunos judíos de la ciudad anterior escucharon que también ahí Pablo y sus compañeros estaban predicando el evangelio, y fueron a Berea para alborotar también a la gente de ahí. Los hermanos, entonces, sacaron a Pablo de ahí y lo enviaron a Atenas. Silas y Timoteo permanecieron en la ciudad de Berea.

PABLO EN ATENAS En los días de Pablo, la ciudad de Atenas era el centro cultural y de aprendizaje del mundo. Mientras él espera la llegada de sus compañeros, se ocupó en conocer la ciudad y se preocupó mucho al ver la gran cantidad de ídolos que había en la ciudad. Atenas era un centro de gran idolatría. Con esto en mente, Pablo predicó el mensaje de Jesús y cómo había resucitado. En la sinagoga de los judíos, habló con los que adoraban al único y verdadero Dios (Hechos 17:17). De igual forma, hablaba diariamente a la gente en el mercado de la ciudad, explicando que Jesús era el Mesías que el mundo esperaba.

Pablo habló con gran pasión porque entendía que las personas no tenían a Jesús en sus vidas. Unos hombres ansiosos de escuchar a Pablo, lo llevaron a una reunión del Areópago para que diera un discurso de lo que enseñaba. El Areópago era una colina en Atenas donde un grupo de jueces de la ciudad se encargaban de escuchar y escudriñar cualquier enseñanza; por eso, le preguntaron a Pablo: “¿Podemos saber qué es esta nueva enseñanza que proclamas?” (Hechos 17:19).

Ahora bien, los habitantes de la ciudad de Atenas tenían muchos dioses, pero no conocían al único y verdadero Dios viviente. Pablo vio que ellos eran muy religiosos, y expuso en su discurso los siguientes puntos: 1. El único y verdadero Dios hizo el mundo, y es el creador de todo.

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al darse cuenta que Pablo y Silas eran ciudadanos romanos, les pidieron disculpas (Hechos 16:39) porque un ciudadano romano no debía ser azotado.

Esta historia nos ilustra una forma maravillosa de lo necesario que es confiar en Dios porque él está en control de todas las cosas. Al mismo tiempo, muestra una imagen sorprendente del amor de Dios: al final, aunque Pablo y Silas fueron castigados, el carcelero recibió el perdón de pecados así como todos aquellos que creen y siguen a Jesús, el Hijo de Dios.

Al salir de la cárcel, Pablo y Silas volvieron a casa de Lidia. Se quedaron allí poco tiempo, y luego viajaron hacia otra ciudad. Ambos obedecieron el llamado de Dios de ir y predicar el evangelio en Macedonia. Los creyentes de la ciudad de Filipos se fortalecieron en su fe; ellos amaban tanto a Pablo que se preocuparon por su cuidado y sus necesidades (Filipenses 1:3-5; 4:14-16).

4 Discusión: 1. ¿Qué hizo Lidia para ayudar a aquellos que predicaban las buenas

nuevas de Jesucristo? (Hechos 16:15, 40). 2. ¿Por qué es bueno alabar a Dios y cantarle himnos cuando uno ha

sido perjudicado por otros? (Hechos 16:25).

PABLO ATRAVIESA DIFICULTADES PARA PREDICAR

2 Lectura: Lea Hechos 17:1–34 Pablo y sus compañeros llegaron a la ciudad de Tesalónica. Como era costumbre, el sábado entraron a la sinagoga y enseñaron a los judíos. A través de las santas escrituras, Pablo explicó y demostró que era necesario que el Mesías padeciera y resucitara de entre los muertos. Igualmente, les explico que el Jesús que él les anunciaba era precisamente ese Mesías, el Cristo que ellos esperaban (Hechos 17:3). Algunos judíos creyeron en este mensaje, al igual que un buen número de personas que no eran judías.

Nuevamente, algunos judíos que no creían en el mensaje de Jesucristo se pusieron celosos y ocasionaron un alboroto en la ciudad. Un grupo de hombres, por buscar a Pablo, Silas y Timoteo, se precipitaron a la casa de Jasón porque él había abierto las puertas de su casa para ellos. Al no encontrarlos ahí, capturaron y lincharon a Jasón ante las autoridades de la ciudad. La acusación era similar a la de la ciudad de Filipos: “Esos que han trastornado al mundo han venido acá también; y Jasón los ha recibido, y todos ellos actúan

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ESTEBAN HABLA A LOS LÍDERES JUDÍOS

2 Lectura: Lea Hechos 7:1-60 El sumo sacerdote (el sacerdote principal del templo) era el que gobernaba la corte de justicia de los judíos. Éste le preguntó a Esteban si todo lo que decían de él era verdad (Hechos 7:1). Para responderle, Esteban le recordó al sacerdote la historia del pueblo de Israel y de las promesas que Dios había hecho a Abraham. También les recordó las leyes que Dios les había dado por medio de Moisés para ayudarles a conocerlo y vivir para complacerle. Esteban dijo que el pueblo de Israel no escuchaba al Espíritu de Dios. Cuando Dios les enviaba profetas, en lugar de escucharlos, los mataban

0El gozo de predicar el evangelio Los apóstoles se gozaban mucho cuando hablaban a otras personas acerca de Jesús. Recuerda que el evangelio es el mensaje de las buenas nuevas de Jesucristo y de su salvación. Pablo dice que: “en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe” (Romanos 1:17).

Nosotros recibimos salvación a través del sacrificio de Jesús. Jesús recibió el castigo que nosotros merecíamos. Él nos salva de la muerte y nos da nueva vida. En realidad, nosotros no merecemos esa nueva vida, porque nadie puede ganarse el perdón ni la salvación de Dios. La única forma de ser salvos es por la gracia, la bondad y la misericordia de Dios. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio (sacrificó) a su Hijo unigénito” (Juan 3:16). Somos salvos cuando creemos que Jesús es el ungido, el hijo de Dios, quien murió en nuestro lugar (Efesios 2:4-5 y 8-9). Esto es lo que las Buenas Nuevas y el evangelio de Jesús son para nosotros: La respuesta de Dios para el pecado. El mensaje del amor de Dios por nosotros. La historia del sacrificio de Dios. La verdad que Jesús recibió nuestro castigo. La verdad que somos salvos del castigo. El perdón de Dios. El camino que Dios usa para volvernos a él. La paz con Dios. La libertad de los pecados pasados. Una vida en santidad. La esperanza de vida eterna. El evangelio son las buenas nuevas de lo que Dios hizo por nosotros; de

esta forma, nuestras vidas son totalmente cambiadas y nacemos de nuevo. Por eso hay tanto gozo cuando hablamos a otras personas acerca de las Buenas Nuevas de Jesús. Dios bendice la prédica de su verdad cuando llama a otras personas a sí mismo y a su hijo. Esto es la obra de su Espíritu Santo.

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(Hechos 7:51:52). Les dijo que en la antigüedad, ellos no habían obedecido la ley de Dios, sino que adoraron a un dios llamado Moloc y a las estrellas del cielo. Debido a esto, Dios permitió que los judíos fueran esclavos de Babilonia (Hechos 7:43). Pero también les explicó que Dios tenía un propósito para su pueblo.

Con todas estas palabras, Esteban estaba recordando a los líderes judíos lo que Dios había hecho desde tiempos antiguos: 1. Fue Dios quien llamó a Abraham para que viviera en la tierra

donde el pueblo de Israel estaban viviendo (Hechos 7:2-4; Génesis 12:1).

2. Fue Dios quien le prometió a Abraham que su familia viviría en esa tierra (Hechos 7:5; Génesis 12:7).

3. Dios también había explicado a Abraham que durante 400 años, su familia sería esclava en un país extranjero (Egipto), pero que después volverían a su tierra (Hechos 7:6-7; Génesis 15:13).

4. Fue Dios quien habló a Moisés en la zarza ardiente (Éxodo 3:2). Dios usó a Moisés para llevar a los judíos a la tierra que Dios les había prometido (Hechos 7:30-35).

5. Fue Dios quien le habló a Moisés acerca del profeta que vendría (es decir, Jesús, el Mesías) (Hechos 7:37; Deuteronomio 18:15 y 18). Esteban, además, les dijo que sus padres no obedecían a Dios

(Hechos 7:51) ni escuchaban a Moisés ni a los profetas que Dios, desde hace ya mucho tiempo, les había enviado (Hechos 7:52).

ESTEBAN ES ASESINADO Esteban dijo a los presentes que ellos eran como sus padres que mataban a los profetas. Los profetas hablaban de la venida del Mesías – el mensajero especial de Dios. Esteban les dijo que ellos habían asesinado al Mesías (Hechos 7:52). El Mesías era Jesucristo, el Hijo de Dios.

Las palabras de Esteban enojaron a los líderes que estaban presentes en la corte. Ellos le gritaron, lo arrastraron para sacarlo de la ciudad y le lanzaron piedras hasta matarlo. Sin embargo, mientras ellos le tiraban piedras, Esteban oró para perdonarlos por lo que hacían (Hechos 7:60).

Un líder judío llamado Saulo, vio todo lo que sucedió con Esteban. Él estaba de acuerdo con la muerte de Esteban (Hechos 8:1). En realidad, Saulo era un líder muy inteligente y conocía las Sagradas Escrituras, pero no sabía que Jesús era el Mesías que Dios había prometido.

Felipe, un discípulo de Jesús, mencionó las siguientes palabras:

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prisioneros habían escapado. Entonces sacó su espada y, cuando estaba a punto de suicidarse, Pablo le gritó: “No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí” (Hechos 16:25-28).

DIOS SALVA AL ENCARGADO DE LA PRISIÓN El carcelero se asustó mucho porque sabía que si los presos habían escapado, los jefes romanos lo acusarían a él de ayudar a escapar a los presos. Entonces, el hombre cayó de rodillas frente a Pablo y Silas, y preguntó: “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa” (Hechos 16:30-31). En seguida, le hablaron a él y a su familia acerca de Jesús. El carcelero y su familia reaccionaron y, luego de oír el evangelio, ellos creyeron en Jesús. Esa misma noche, el carcelero sacó a Pablo de la cárcel y lo llevó a su casa para atender sus heridas y darle de comer. Todo eso demostró que el carcelero era un hombre cambiado.

Pablo procedió a bautizar al carcelero y a toda su familia. Para Pablo y Silas, el bautismo era un paso importante porque necesitaban obedecer las palabras que Jesús dijo en Mateo 28:19-20: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Los problemas que Pablo, Silas y el carcelero enfrentaban en ese momento, no fueron impedimento para el poder de Dios.

A la mañana siguiente, los líderes de la ciudad mandaron avisar al carcelero que dejara libres a Pablo y a Silas (Hechos 16:35). Además,

0¿Qué piensa la gente acerca de tu iglesia? Los creyentes de la ciudad de Tesalónica enfrentaron muchas dificultades; sin embargo, se fortalecieron en la fe y llegaron a ser un ejemplo maravilloso para otros creyentes (1 Tesalonicenses 1:6-10). Estos creyentes fueron famosos por ayudar a los demás.

Los creyentes de la ciudad de Berea leían las sagradas escrituras con mucho cuidado (Hechos 17:11), y se les conoció por ser muy estudiosos de la palabra de Dios.

Las personas de la ciudad de Atenas estaban muy interesadas en las religiones, pero no quisieron seguir las enseñanzas de Jesucristo. Eran personas muy educadas; tenía conocimiento de muchas cosas y disfrutaban debatir sobre nuevas ideas, pero no creían que Jesús era el Salvador de los pecados. Por esta razón, el número de creyentes de Atenas era pequeño; su interés estaba puesto en otros asuntos, no en Jesucristo. La iglesia de esta ciudad no llegó a ser muy conocida.

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2. ¿Por qué Pablo circuncidó a Timoteo? (Hechos 16:3). 3. Menciona las formas que el Espíritu Santo puede usar para

guiarnos (Hechos 16:6-10). 4. ¿Tienes un lugar especial y tranquilo en donde puedes hablar a

otros acerca de Jesús? (Hechos 16:13). 5. ¿Confías en Dios para que te corrija cuando hayas tomado el

camino equivocado y te guíe a aquellas personas que necesitan saber acerca de Jesús? (Hechos 16:7, 10).

DIOS SALVA A PABLO Y A SILAS DE LA PRISIÓN

Los apóstoles a menudo iban al río a orar. Un día, una joven esclava que tenía un espíritu de adivinación los empezó a seguir. Esa joven hacía a sus amos ganar mucho dinero porque la gente pagaba dinero para escuchar lo que el espíritu demoníaco decía a través de ella (Hechos 16:16). La gente, en lugar de escuchar a Dios, preferían pagar para escuchar a los espíritus de demonios.

Ahora bien, Pablo se molestó porque esta joven esclava los iba siguiendo y gritaba: “Estos hombres son siervos del Dios Altísimo” (Hechos 16:17-18). Esto era verdad, pero a lo que molestó a Pablo fue que quien decía estas palabras era el espíritu demoníaco que poseía a la joven.

Después de muchos días, Pablo confrontó al demonio y lo sacó de la joven. “¡Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella!”. Inmediatamente, el demonio salió de la señorita (Hechos 16:18). Los amos de la joven vieron que ella había perdido su poder de adivinar, y se enojaron mucho con Pablo por haber sacado al demonio; ya no podían hacer dinero con la joven. Así que tomaron a Pablo y a su compañero Silas, y los arrastraron hasta la plaza de la ciudad para acusarlos. “Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, y proclaman costumbres que no nos es lícito aceptar ni observar, puesto que somos romanos” (Hechos 16:20-21). Los líderes de la ciudad ordenaron azotarlos y ponerlos en la cárcel.

Aquí podemos obtener una valiosa lección: si seguimos confiando en Dios aún en medio de las dificultades, su nombre será siempre glorificado.

Estando en la cárcel, a eso de la medianoche y en medio de su dolor, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios. Mientras los otros presos los escuchaban, un terremoto hizo que las puertas de las celdas se abrieran. Cuando el encargado de la cárcel despertó y vio que las puertas estaban abiertas, pensó que los

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“Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José” (Juan 1:45). Muchos de los Judíos creían en Jesús.

4 Discusión: 1. ¿Quién era el profeta que Moisés dijo que vendría? (Hechos 7:37). 2. En el pasado, ¿quiénes mataron a los profetas que Dios envió?

(Hechos 7:52). 3. ¿Quién mató al Mesías, el profeta del cual Moisés habló?

(Hechos 7:52). 4. ¿Quiénes no obedecían la ley de Dios? (Hechos 7:53).

LA IGLESIA SUFRE, PERO SE EXTIENDE A OTROS LUGARES

2 Lectura: Lea Hechos 8:1-25 Mientras Jesús aún estaba con sus discípulos, les dijo: “Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán… por causa de mi nombre” (Mateo 24:9). A este sufrimiento y muerte por causa de predicar el evangelio de Jesús se le llama persecución. Después de la muerte de Esteban, la persecución comenzó en Jerusalén. En ese momento, Saulo trató de impedir que la gente c creyera en Jesús. A los que creían en el mensaje de Jesús, Saulo los metía a la cárcel o los mataba. A causa de esta persecución, muchos creyentes abandonaron sus hogares en Jerusalén y se fueron a vivir a otras ciudades.

Pero los creyentes predicaban de Jesús a todas las ciudades a donde iban (Hechos 8:4), así que la persecución contribuyó a la predicación del mensaje del evangelio en otros lugares.

Hoy en día, en muchos países del mundo, las personas siguen persiguiendo y maltratando a los que creen en Jesús. Jesús dijo las siguientes palabras: “Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros” (Juan 15:18). No deberíamos sorprendernos si nosotros sufrimos persecución; tenemos que ser valientes y orar por los que son perseguidos para que no se den por vencidos y sigan proclamando a Jesús.

LO QUE SUCEDIÓ EN SAMARIA La persecución causó que el evangelio de Jesucristo se difundiera desde Jerusalén a otras ciudades de Israel. Jesús dijo: “me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hechos 1:8). En el capítulo 8 de Hechos, podemos leer cómo estas palabras de Jesús se cumplieron, y el evangelio inició en

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Jerusalén, después llegó a Samaria (Hechos 8:4-55), Etiopía (Hechos 8:27) y a otras partes de Israel (Hechos 8:40).

Felipe era un líder en la iglesia de Jerusalén. Los judíos no se llevaban nada bien con los samaritanos (de Samaria), pero Felipe fue a ellos y les predicó acerca de Cristo, el Mesías, en esa ciudad. Dios estaba con él e hizo muchos milagros en el nombre de Jesús (Hechos 8:7-8).

Un hombre mago llamado Simón vivía en la ciudad de Samaria. Él hacía demostraciones de magia a la gente, a lo cual le llamaban “el gran poder”. Pero cuando Felipe predicó el evangelio, la gente comenzó a creer en el nombre de Jesús (Hechos 8:12). Simón también creyó en Jesús, y Felipe bautizó a todos los que se arrepintieron de sus pecados y que fueron salvos.

Los apóstoles que estaban en Jerusalén enviaron a Pedro y a Juan para ver lo que sucedía en Samaria. Los apóstoles oraron por todos los nuevos cristianos e impusieron sus manos sobre ellos para que recibieron el Espíritu Santo (Hechos 8:15-17).

0Simón, el brujo (Hechos 8) Simón era un mago (brujo, hechicero, xamán, shamán) que vivía en Samaria, una ciudad que estaba cerca de Jerusalén. Éste tenía mucha influencia sobre la gente que vivía ahí. Él se dio cuenta que cuando los apóstoles ponían sus manos sobre las personas, el Espíritu Santo descendía sobre ellas. Él se dio cuenta que el poder del Espíritu Santo era más poderoso que el de él, y trató de comprarle a los apóstoles este poder. Pedro le dijo a Simón que lo que quería hacer estaba mal, y esto le causó temor a Simón. La Biblia no dice si Simón se arrepintió o si continuó con su codicia por poder.

Simón no adoraba a Dios verdaderamente. Él se dedicaba a adorar objetos, imágenes e ídolos. Ahora bien, detrás de cada ídolo, imagen o creencia equivocada hay un espíritu maligno. Los brujos, shamanes, hechiceros o magos asombran a la gente porque usan el poder de los espíritus malignos (Hechos 8:9-11); pero este poder no es de Dios. El poder que ellos usan es de espíritus de sus ancestros o espíritus que viven en árboles, o montañas o monumentos. La gente que usa el poder de estos espíritus quiere destruir la fe en Dios y usan el miedo para que la gente haga lo que ellos quieren.

Los que practican tales cosas se separan de Dios y hacen que otras personas se separen de Dios también. Las personas que confían en espíritus, o en señales, o en adivinos y en la fortuna no pueden confiar en Dios.

Nosotros sabemos que Simón tuvo miedo cuando Pedro lo confrontó. Él quería que Pedro orara por él. Si en verdad él se arrepintió, Dios lo ayudaría a dejar su gusto por la magia y por los espíritus aunque, a veces, es difícil que los que confían en espíritus se arrepientan de ese pecado.

Recuerda que los que confían en Dios no le temen a los espíritus malignos porque el poder que hay en el nombre de Jesús es más fuerte.

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otras ciudades (Hechos 16: 6-7, 9). Se cree que en este momento, Lucas su une por primera vez a Pablo y a los otros que viajaban con él. Entonces, viajaron en barco hasta el sur de la ciudad de Macedonia (que hoy es parte del país de Grecia). Al llegar a la ciudad de Filipos, se dieron cuenta que no había una sinagoga judía ahí, por lo que salieron de la ciudad y fueron hacia el río que había cerca. Allí, en el río, encontraron un lugar de oración (Hechos 16:13), el cual aprovecharon para hablar del evangelio a las mujeres que se habían reunido allí. Algunas veces, es necesario encontrar un lugar tranquilo para hablar acerca de Jesús.

Lidia, una mujer que tenía un negocio de venta de telas, escuchó la palabra de Dios que Pablo y sus compañeros predicaron en el río. Ella no era judía pero creía en Dios. Ella y su familia creyeron en el Señor y en seguida fueron bautizados. Después, ella invitó a Pablo y a sus acompañantes a hospedarse en su casa (Hechos 16:15). Lidia fue la primera cristiana en convertirse en el continente de Europa por medio del ministerio de Pablo. Esto sucedió 15 años después del día de Pentecostés en Jerusalén, donde otros judíos de Europa, África y Asia también se habían convertido en seguidores de Jesucristo (Hechos 2:9-11, 41).

4 Discusión: 1. ¿Qué se debe hacer si hay líderes cristianos que no están de

acuerdo en ciertos temas? (Hechos 15:39).

0 Los demonios obedecen el poder de Jesús Los espíritus demoníacos, también llamados demonios, reconocen a Jesucristo y saben que él es más poderoso que ellos. Sin embargo, intentan engañar a los creyentes y a toda persona que busca la verdad de Dios. El espíritu demoníaco que estaba en la esclava en el relato de Hechos 16:16, trató de engañar a la gente haciéndoles creer que ella conocía el poder de Dios (Hechos 16:17). Cuando ella gritaba quiénes eran Pablo y Silas, llamaba la atención de todos y le hacía creer a la gente que ella y sus amos eran iguales que los apóstoles (tomado y parafraseado del comentario bíblico de Matthew Henry).

Pablo no deseaba que un demonio hablara y diera testimonio acerca de ellos. Esto traería confusión a las personas, y ellas no reconocerían quién decía la verdad. Hasta Jesús echó fuera a un demonio que gritaba cosas acerca de él (Marcos 1:23-27). Esto no le agradaba a Jesús.

Como creyentes, nosotros hoy en día debemos estar preparados para echar fuera a los espíritus demoníacos en el nombre de Jesús. Toma en cuenta que es sabio no hacer este trabajo solos; por eso, Jesús envió a sus seguidores de dos en dos (Marcos 6:7).

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SEGUNDO VIAJE MISIONERO DE PABLO En su viaje para visitar nuevamente las nuevas iglesias, Pablo y Silas avanzaron hasta las ciudades de Derbe y Listra. En todo lugar por donde ellos pasaban, siempre animaban a los creyentes a seguir adelante y leían la carta que los líderes de la iglesia en Jerusalén habían escrito. En la ciudad de Listra, Pablo conoció a un joven llamado Timoteo. La madre y la abuela de Timoteo eran creyentes judías (2 Timoteo 1:5), aunque su padre no era judío.

Pablo llegó a apreciar tanto a Timoteo que lo tomó para que lo acompañara en su viaje. Como el padre de Timoteo no era judío, algunos judíos de esas regiones no lo aceptaban totalmente; así que Pablo lo circuncidó (Hechos 16:3). En realidad, la circuncisión no es necesaria para que el ser humano pueda estar bien con Dios (Gálatas 2:16), pero Pablo circuncidó a Timoteo para evitar conflictos con los judíos.

Como resultado de las visitas de Pablo, Silas y Timoteo, las iglesias eran fortalecidas y crecían diariamente en número (Hechos 16:5). Después de visitar las iglesias que ya conocían, los tres compañeros fueron a las ciudades que no habían visitado anteriormente.

Cada día, Pablo esperaba que Dios le mostrara qué debía hacer. Fue a la ciudad de Galacia porque el Espíritu Santo le mostró que se dirigiera ahí (Hechos 16:6). Es muy importante saber qué podemos hacer y qué no podemos hacer; además, es importante saber hacia dónde debemos dirigirnos. Una noche, Pablo tuvo una visión en la que un hombre de una ciudad llamada Macedonia, le rogaba diciendo: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”. Entonces, a la mañana siguiente, partieron hacia Macedonia (Hechos 16:10). Pablo fue pronto para obedecer al Espíritu Santo.

Al igual que Pablo, nosotros también debemos confiar en el Espíritu Santo para que nos guíe. Él lo hace de diferentes formas y en muchas ocasiones: 1. Cuando pedimos al Padre que nos llene del Espíritu Santo

(Lucas 11:13). 2. Cuando hacemos lo al Señor le agrada (Hechos 16:5). 3. Cuando testificamos a otros acerca de Jesús (Lucas 21:13-15). 4. Cuando estudiamos la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17). 5. Cuando estamos dispuestos a obedecer (Hechos 16:10). 6. Cuando avanzamos con la obra que Dios nos ha encomendado

hacer hasta que el Espíritu Santo nos advierta que nos detengamos (Hechos 16:6-7). Pablo estaba haciendo todas estas cosas cuando el Espíritu Santo

le habló y le indicó que no pasara por ciertos lugares, sino que fuera a

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Mientras Felipe continuaba predicando, realizaba muchos milagros más, y Simón los miraba. Simón quiso tener este mismo poder para hacer milagros y para bautizar en el Espíritu Santo, y ofreció dinero a los apóstoles para que le dieran ese poder (Hechos 8:18). Pero sus pensamientos eran malvados. Pedro le mostró a Simón que aún no se había arrepentido de todo corazón, que su fe no era verdadera y que él y su dinero se desvanecerían.

Dios no quiere que nadie sea castigado; él quiere que todos los hombres se arrepientan y se vuelvan a Jesús (Hechos 8:21-23; 2 Pedro 3:9). Simón le pidió a Pedro que orara por él, porque se dio cuenta que sus viejas costumbres aún controlaban su vida.

Si tú, amigo lector, te das cuenta que tus antiguas costumbres aún te controlan, es correcto pedir a los líderes de la iglesia que oren por ti, y que te arrepientas de tu estilo de vida (Santiago 5:16-20). Después de estas cosas, en su viaje de regreso a Jerusalén, Pedro y Juan continuaron predicando el mensaje de Jesús (Hechos 8:25).

EL EVANGELIO EN ETIOPÍA

2 Lectura: Lea Hechos 8:26-40 Un ángel se le apareció a Felipe y le dijo: “Levántate y ve hacia el sur… a Gaza” (Hechos 8:26). Felipe dejó la maravillosa obra de Samaria, y se dirigió al sur hacia Gaza a lo largo de la carretera de Egipto y Etiopía. En el camino, venía una carroza tirada por caballos. En ella, iba sentado un oficial principal de Etiopía que servía en el palacio real de la reina de Etiopía. Él iba leyendo las sagradas escrituras. “Y el Espíritu dijo a Felipe: Ve y júntate a ese carruaje” (Hechos 8:29). Cuando Felipe corrió hacia la carroza, escuchó que el oficial leía en voz alta la profecía de Isaías (Isaías 53:7-8).

“Cuando Felipe se acercó corriendo… le dijo: ¿Entiendes lo que lees? Y él respondió: ¿Cómo podré, a menos que alguien me guíe? E invitó a Felipe a que subiera y se sentara con él” (Hechos 8:30-31).

Sin la ayuda del Espíritu de Dios, no podemos comprender la Biblia (1 Corintios 2:14). Por eso, Dios nos provee su Espíritu para que nos enseñe su verdad (Juan 16:13-14). Cuando tú leas la Biblia, siempre pide a Dios que su Espíritu Santo te ayude a entender la verdad. Pídele que te de gozo cuando leas la Biblia, así como se gozó el oficial de Etiopía (Hechos 8:39). Pídele a Dios que ponga a otras personas en tu vida para que te ayuden a comprender la palabra y Dios y a compartir tu gozo.

Dios envió a Felipe para que le explicara a este hombre que Isaías

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(quien vivió unos 700 años antes que Jesús naciera) en realidad había escrito una profecía acerca de Jesús. Cuando el funcionario etíope entendió esto, inmediatamente creyó que Jesús era el hijo de Dios y le pidió a Felipe que lo bautizara. Después que Felipe lo bautizó, el Espíritu Santo se llevó a Felipe para que predicara en otra ciudad. El funcionario siguió gozoso su camino de regreso a Etiopía (Hechos 8:39).

Algunas personas creen que este funcionario etíope fue el primer cristiano en la región este de África. En Hechos 8:39 dice que él “continuó su camino gozoso”, por lo que suponen que habló a otras personas acerca del evangelio de Jesucristo. El etíope obtuvo su fe a través de la lectura de la palabra de Dios y recibiendo la ayuda de Felipe para entenderla.

4 Discusión: 1. ¿Qué sucedió cuando los

creyentes empezaron a sufrir persecución? (Hechos 8:1-8). 2. ¿Qué impedía a Simón el mago ser un verdadero creyente?

(Hechos 8:18-21). 3. Amigo, ¿tú predicas el evangelio de Jesús en cualquier lugar a

donde vas, como lo hacían los apóstoles en Hechos 8:25? 4. ¿Qué debe hacer la gente para ser salvos? (Hechos 8:26-38). 5. ¿Qué hace Dios para salvar a las personas? ¿Qué pueden hacer los

creyentes para que otras personas sean salvas? 6. ¿Predicas tú la verdad de Dios a través de su palabra, la Biblia?

SAULO SE ENCUENTRA CON JESÚS

2 Lectura: Lea Hechos 9:1-43 Para este tiempo, los creyentes ya habían llegado hasta Damasco, en la región de Siria. Saulo, el mismo líder de los judíos que estuvo de

0Las Buenas Nuevas llegan a África (Hechos 8:26-40)

Mira cuidadosamente cómo Dios salvó al oficial de la reina Candace: 1. Él ya creía en Dios y quería ir a

Jerusalén para adorarlo (Hechos 8:27).

2. El leía las Sagradas Escrituras (lo que nosotros conocemos como el Antiguo Testamento) y quería entender lo que leía (Hechos 8:28, 31).

3. El Espíritu Santo envió a una persona para que le explicara las profecías de Jesús que estaban escritas en el libro de Isaías (Hechos 8:32, 34).

4. El hombre creyó en el evangelio de Jesús y fue bautizado en agua (Hechos 8:35-38). ¿Conoces a personas que ya

creen en Dios, pero necesitan ayuda para entender la Biblia? Ora para que el Espíritu Santo envíe a alguien que les ayude a creer que Jesús es su salvador. Esto los hará tener mucho gozo (Hechos 8:39) y vida eterna.

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explicándoles la enseñanza correcta. Esta carta fue enviada con Judas, Silas, Pablo y Bernabé (Hechos 15:22-23). Esa carta trajo unidad y gozo entre todos los creyentes (Hechos 15:31; Efesios 2:15).

Mientras estaba en la tierra, Jesús oró por la unidad de los creyentes (Juan 17:21) porque deseaba que todos los creyentes fueran llenos del Espíritu de Cristo y del amor de Dios (Juan 17:26).

4 Discusión: 1. ¿Por qué la iglesia envió líderes a Jerusalén? (Hechos 15:1,2). 2. ¿Te emocionas cuando te das cuenta que hay personas que son

salvas, aunque no sean de tu iglesia? (Hechos 15:3). 3. ¿Cuál fue la manera de resolver el problema que había entre los

creyentes judíos y los gentiles? (Hechos 15:4-22). 4. ¿Qué pasos tomas tú para proteger a los nuevos creyentes de las

falsas enseñanzas que hay en el mundo? (Hechos 15:30-34).

OPINIONES DIFERENTES EN LA IGLESIA

2 Lectura: Lea Hechos 15:36–41; 16:1–40 Poco después de esto, Pablo quería visitar nuevamente a las iglesias cristianas nuevas en las regiones de Chipre y Asia Menor (que hoy ocupan la región del país de Turquía). Bernabé acordó ir con Pablo, pero deseaba que Juan Marcos, su sobrino, los acompañara (Hechos 15:37). Pero Pablo no quería llevar a Marcos, por lo que decidió ir con Silas a Asia Menor. Bernabé decidió tomar a Juan Marcos y viajar a Chipre. Esta separación se dio porque Pablo rehusó llevar a Juan Marcos pensando que no convenía confiar en un joven que lo había abandonado en su viaje misionero anterior (Hechos 13:13). Marcos era sobrino de Bernabé (Colosenses 4:10), así que Bernabé confiaba en él. Pablo y Bernabé no pudieron ponerse de acuerdo en este asunto.

La Biblia no habla mucho más de Bernabé, pero sí se sabe que Marcos desarrolló un ministerio junto a Pablo (Filemón versículo 24). Pablo, al final de su vida, solicitó la ayuda de Marcos (2 Timoteo 4:11). Marcos también escribió un evangelio (el evangelio según Marcos) que relata las enseñanzas y ministerio de Jesús.

Una lección importante que podemos aprender es que cuando hay diferencias entre líderes cristianos y no pueden llegar a un acuerdo, a veces es mejor que vayan por caminos separados. Esto evitará división en la iglesia de Cristo. Pablo y Bernabé no dividieron la iglesia ni a los creyentes – en lugar de eso, decidieron ir por diferentes caminos y seguir con la tarea de predicar y enseñar las buenas nuevas de salvación.

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puede salvar al hombre, lo cual provocó una discusión muy fuerte con los hombres que llegaron de Judea, porque ellos estaban enseñando que la circuncisión debía cumplirse para que una persona pudiera ser salva.

Debido a este desacuerdo, la iglesia de la ciudad de Antioquía decidió enviar a Pablo y Bernabé a Jerusalén para tratar este asunto con los apóstoles y ancianos de aquel lugar (Hechos 15:2). En el camino, se detuvieron para informar a otros creyentes judíos del evangelio que había sido recibidos por los gentiles, lo cual hizo que los judíos se alegraran de escuchar esta noticia (Hechos 15:3).

Al llegar a Jerusalén, algunos de los fariseos que no estaban muy contentos con la situación se unieron a la plática. Ellos querían que los cristianos que no eran judíos cumplieran las antiguas costumbres de los judíos, incluyendo la circuncisión (Hechos 15:5). Hoy en día, es triste que las iglesias utilicen y obliguen a las personas a realizar costumbres que obstaculizan la obra del Espíritu Santo.

A esta discusión, Pedro respondió: “…Dios, que conoce el corazón, les dio testimonio dándoles el Espíritu Santo… purificando por la fe sus corazones… Creemos más bien que somos salvos por la gracia del Señor Jesús, de la misma manera que ellos también lo son” (Hechos 15:8-11). A continuación, los líderes de la iglesia escucharon hablar a Pablo y Bernabé sobre las maravillas y milagros que Dios obró entre los gentiles de las ciudades de Asia Menor.

Un tiempo después Pablo escribió: “Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe [en Cristo]” (Efesios 2:8). “…la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23). En el mundo hay muchas religiones falsas que establecen que una persona debe trabajar duro y hacer muchas cosas para alcanzar la salvación y llegar al cielo. Sin embargo, Pablo escribió: “… habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).

Después que Pedro habló, Jacobo reafirmó sus palabras haciendo referencia a las profecías de las sagradas escrituras, indicando que las palabras de los profetas concordaban con lo que había sucedido. Él citó las palabras del profeta Amós, quien habló de un tiempo cuando Dios bendeciría a todas las naciones por medio de Jesucristo. Dios había prometido: “…todos los gentiles que son llamados por mi nombre” (Hechos 15:17; Amós 9:12). Entonces Santiago recomendó a los líderes de la iglesia que no pusieran obstáculos a los gentiles que se convierten al evangelio (Hechos 15:19).

Los líderes de la iglesia decidieron escribir una carta a los creyentes gentiles pidiéndoles disculpas por la discusión y

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acuerdo con la muerte de Esteban, pidió cartas al sacerdote principal del templo para tener autoridad de poner en la cárcel a los que creían en Jesús (Hechos 9:2). Esto causó que todos los creyentes temieran a Saulo. Nadie podía detenerlo, y se necesitaría de un milagro de Dios para cambiarlo.

Saulo dispuso ir a Damasco para encadenar y encarcelar a los cristianos que hubiera ahí. Mientras Saulo iba en el camino, una luz brillante le cegó, y escuchó una voz del cielo que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y El respondió: Yo soy Jesús a quien tú persigues. Saulo se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nada; y llevándolo por la mano, lo trajeron a Damasco”. Durante tres días, Saulo estuvo ciego, y no comió ni bebió nada mientras esperaba que Dios le mostrara qué hacer.

Un creyente llamado Ananías vivía en otra parte de Damasco. Dios le habló y le dijo que fuera a buscar a Saulo, quien estaba en la casa

0Los cambios que Jesús realiza (Hechos 9:15-27) Estudia lo que le sucedió a Saulo cuando creyó en Jesucristo y se convirtió: Jesús lo llamó para que el hablara a otras personas acerca de las Buenas Nuevas (Hechos 9:15). Dios le advirtió que sufriría porque ahora le pertenecía a Jesús (Hechos 9:16). Dios lo llenó con su Espíritu Santo (Hechos 9:17). Cuando él se recuperó, los creyentes lo bautizaron en agua (Hechos 9:18). Él permaneció muchos días con otros creyentes (Hechos 9:19). Rápidamente empezó a predicar el evangelio y a dar testimonio de Jesús (Hechos 9:20, 27; Gálatas 1:17-24).

Otros cosas que sucedieron cuando Saulo se convirtió fueron las siguientes: El creía en Dios, pero hacía las cosas de forma equivocada (Hechos 9:2). La voz de Jesús le indicó que esperara hasta que le dijeran qué debía hacer (Hechos 9:6). Él no comió ni bebió nada por tres días y tres noches (Hechos 9:9). Él le oraba a Dios (Hechos 9:11). Dios le mostró cuál era el plan para su vida (Hechos 9:15-16). Un discípulo le dio a Saulo un mensaje de Jesús (Hechos 9:17). Después de su conversión, Saulo predicaba la fe que antes quería destruir (Gálatas 1:23). El encuentro que Saulo tuvo con Jesús mientras iba a la ciudad de

Damasco cambió su vida para siempre. Dios lo salvó para que ya no continuara en el camino equivocado de su vida. A los que creen en Jesús, Dios los salva de continuar en el camino equivocado de sus vidas.

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de un hombre llamado Judas (Hechos 9:11). Ananías sabía muy bien que Saulo mataba a los creyentes en Jerusalén, y tuvo miedo de irle a hablar; pero Dios le dijo: “Ve, porque él me es un instrumento escogido, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, de los reyes y de los hijos de Israel” (Hechos 9:15).

Entonces Ananías fue y encontró a Saulo, tal y como Dios se lo había dicho. Al llegar, oró por él con las siguientes palabras: “Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo” (Hechos 9:17).

En cuanto Saulo recuperó la vista, creyó en el Señor Jesucristo y fue bautizado. Después, comió para recuperar sus fuerzas.

SAULO COMIENZA UNA NUEVA VIDA Saulo conocía mucho acerca de de Dios, pero no creía que las Sagradas Escrituras hablaran que Jesús era el Mesías que Dios había prometido. A través de su experiencia en el camino a Damasco, él conoció a Jesús. Este encuentro fue un milagro de Dios y, a partir de ese momento, Saulo creyó que Jesús era el Hijo de Dios. Saulo fue salvo por la gracia de Dios y por la fe que tuvo en el Señor Jesús. Creer en la ley de Moisés que él ya conocía no era suficiente para salvarlo.

Saulo fue a la sinagoga judía y empezó a predicar acerca de Jesús ahí. Ahora, él era un hombre cambiado, y su mensaje era que “Él [Jesús] es el Hijo de Dios” (Hechos 9:20). Su enseñanza se hizo cada vez más poderosa (Hechos 9:22). Al ver esto, la gente se asombraba y decía: “El que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en un tiempo quería destruir” (Gálatas 1:23).

Los judíos que vivían en Damasco no pudieron contradecir el evangelio que Saulo estaba predicando, por lo que hicieron un plan para matarlo y vigilaron las puertas de la ciudad para atraparlo cuando entrara o saliera. Los cristianos escucharon de este plan; entonces, una noche ayudaron a Saulo a bajar por una ventana del muro de la ciudad para que escapara (Hechos 9:25) (Saulo cuenta su historia de nuevo en Gálatas 1:11-24; 2:1).

Después de estas cosas, Saulo viajó a Jerusalén e intentó unirse a los discípulos de esa ciudad, pero los creyentes de ahí le tenían miedo. Entonces Bernabé, uno de los líderes de la iglesia, lo llevó con los apóstoles. Bernabé les contó lo que había sucedido a Saulo en el camino a Damasco.

Desde ese día, Saulo hablaba “con valor en el nombre del Señor” (Hechos 9:28). Él hablaba sin miedo, y los judíos continuaban

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vida por causa de nuestras creencias? (Hechos 14:6, 20, 22). 2. ¿De qué manera se debe alentar a los nuevos creyentes?

(Hechos 14:22). 3. ¿Qué tipo de personas se necesita para que sean líderes en las

iglesias? (Hechos 14:23; 1 Timoteo 3:1-13). 4. ¿Tu iglesia dedica tiempo para escuchar lo que Dios está haciendo

en la vida de otros obreros cristianos? (Hechos 14:27).

REUNIÓN DE LOS LÍDERES DE LA IGLESIA

2 Lectura: Lea Hechos 15:1–35 Algunos hombres de Judea llegaron a Antioquía y dijeron a los creyentes: “Si no os circuncidáis… no podéis ser salvos” (Hechos 15:1). La circuncisión es una costumbre judía que consiste en retirar la piel sobrante del órgano sexual del hombre; los judíos usualmente realizan este acto a los 8 días de nacido. Dios enseñó esta costumbre a Abraham, instruyéndole que todo varón de su familia debía ser circuncidado como señal de su acuerdo especial con los judíos (Génesis 17:11). Pablo enseñó que solamente la fe

0 Problemas y reuniones de la iglesia (Hechos 15:1–35) En este pasaje del libro de Hechos, podemos ver que algunos líderes de la iglesia querían que los nuevos creyentes practicaran las tradiciones de la ley de Moisés (Hechos 15:1), incluyendo la circuición. Otro grupo de líderes creía que la fe en el Señor Jesucristo era suficiente para librar y perdonar a cualquier persona de sus pecados (Hechos 15:11). Con esta diferencia de opiniones, la iglesia se reunió para discutir el asunto.

A través de esta reunión, podemos obtener una lección valiosa para nuestras iglesias cuando no haya un acuerdo acerca de un asunto: En primer lugar, toda la iglesia se reunió para dar testimonio de lo que Dios había hecho entre los gentiles (Hechos 15:4). Después, los líderes de la iglesia se reunieron para examinar el asunto de los nuevos creyentes (Hechos 15:6). Entonces Pablo y Bernabé, en la reunión de los líderes, hablaron de cómo Dios los había usado entre los gentiles (es decir, las personas que no eran judías – Hechos 15:12). Luego, Jacobo tomó la palabra y leyó lo que decían las sagradas escrituras de Dios acerca del asunto de los gentiles (Hechos 15:16-17). Después, Jacobo (el líder del lugar), propuso una solución basada en la palabra de Dios (Hechos 15:19-21). Toda la iglesia estuvo de acuerdo con la solución (Hechos 15:22). Finalmente, comunicaron a las otras iglesias cual había sido la solución que habían acordado (v23-29).

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cuenta del plan que el grupo de judíos y gentiles tenía para matarlos, los dos apóstoles decidieron salir de la ciudad (Hechos 14:6).

Pablo y Bernabé viajaron a través de Asia Menor predicando el evangelio con valentía, y Dios hizo muchos milagros por medio de ellos. En la ciudad de Listra, al ver que un hombre había sido sanado, la multitud se emocionó tanto que comenzó a llamar a Bernabé “Júpiter” y a Pablo “Mercurio” (Hechos 14:12). Estos nombres eran de ídolos romanos, y en la ciudad había un templo dedicado al ídolo Júpiter.

Un sacerdote pagano del templo de Júpiter quería ofrecer sacrificio de animales en honor a Pablo y Bernabé, porque la gente los estaba aclamando como dioses. Sin embargo, Pablo los detuvo y gritó a la multitud, diciendo: “Nosotros también somos hombres de igual naturaleza que vosotros, y os anunciamos el evangelio para que os volváis de estas cosas vanas a un Dios vivo” (Hechos 14:15). Pero los judíos que había allí, enojados contra Pablo y Bernabé, convencieron a la multitud para que apedrearan a Pablo. Cuando lo apedrearon, los sacaron de la ciudad creyendo que estaba muerto, pero Dios lo volvió a levantar, y entró de nuevo en la ciudad.

Al día siguiente, Pablo y Bernabé partieron a la ciudad de Derbe (Hechos 14:20). En ese lugar, muchos creyeron en el evangelio de salvación de Jesucristo (Hechos 14:21).

Después de un largo viaje a otras ciudades, Pablo y Bernabé regresaron a la iglesia de la ciudad de Antioquía. Ahí, dieron un informe a los creyentes de todo lo que Dios había hecho durante su viaje misionero. Ellos permanecieron mucho tiempo con los hermanos antes que Dios enviara a Pablo en otro viaje misionero (Hechos 14:28).

4 Discusión: 1. ¿Qué debemos hacer cuando

vengan dificultades a nuestra

0Los lugares de reunión de la iglesia

Al mencionar la palabra “iglesia”, se hace referencia a todos los creyentes cristianos del mundo que pertenecen al Señor Jesucristo; es decir, los que a menudo llamamos “el cuerpo de Cristo”.

A cada grupo o congregación local de cada lugar se le llama “comunidad de creyentes”. Hoy en día, la palabra “iglesia” también se usa para referirse al edificio donde los creyentes se reúnen para adorar al Señor, pero en realidad, nadie necesita un edificio para adorar a Dios.

Los primeros cristianos se reunían en los hogares y en las sinagogas durante el día de reposo (sábado). Éstos eran lugares públicos de reunión, y todos los creyentes llegaban allí para recibir enseñanzas bíblicas, exhortación e instrucciones basadas en la palabra de Dios.

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tratando de matarlo. Algunos de los creyentes lo llevaron al puerto de Cesarea y lo enviaron en barco a su hogar en la ciudad de Tarso (Hechos 9:30). Tarso se encontraba en Asia Menor, en la región que actualmente ocupa Turquía.

Por ese tiempo, Dios hizo dio fortaleza y valentía a la iglesia. Los creyentes tuvieron un período de paz, y muchas personas se convirtieron al cristianismo (Hechos 9:31).

4 Discusión: 1. ¿Cómo obró Dios para

cambiar a Saulo? (Hechos 9:3-18).

2. ¿Qué pasos debe tomar la iglesia con los nuevos creyentes? (Hechos 9:15-20).

3. ¿Por qué los judíos querían matar a Saulo? (Hechos 9:23 y 29).

4. ¿Cómo ayudó Bernabé a Saulo? (Hechos 9:27).

5. ¿Qué sucedió con los creyentes y la iglesia en Hechos 9:31?

6. ¿Por qué Saulo se vio obligado a huir de la ciudad? (Hechos 9:29-30).

7. ¿Con tus propias palabras, explica: ¿por qué es importante que entendamos la Biblia?

LOS JUDÍOS VEN EL PODER DE JESÚS ¿Recuerdas a Pedro? Pues, él no se quedó todo el tiempo en Jerusalén. Un día dispuso viajar a Lida, una ciudad al noreste de Israel. En esta ciudad, Pedro conoció a un hombre llamado Eneas, quien había estado paralítico durante ocho años. Pedro lo sanó en el nombre de Jesús, y todos los Judíos de aquella ciudad creyeron que Jesús era el Hijo de Dios (Hechos 9:35).

Mucha gente que vivía en Jope, una ciudad cercana a Lida, también escuchó de lo que Pedro hizo en Lida. Ahí en Jope, vivía una

Egipto

Damasco

JerusalénJope

Cesarea Nazaret

Antioquía

TyroSidón

Gaza

Tarso

Chipre

Samaria

Judea

Turquía

Etiopía

Mar Mediterranáneo

Mar Rojo

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mujer llamada Dorcas quien, después de estar enferma, murió. Los creyentes enviaron a llamar a Pedro para que hiciera algo por Dorcas. Sin duda, Pedro recordó cómo Jesús había resucitado a tres personas (Mateo 9:25; Lucas 7:11-15, Juan 11:1-44), y se dirigió a Jope. Después de sacar a la gente de la habitación donde yacía el cuerpo de Dorcas, se arrodilló, oró ¡y Dorcas resucitó! Al ver esto, muchas personas en Jope creyeron en el Señor Jesús.

Pedro se quedó en la ciudad de Jope para enseñar a los judíos acerca de Jesús. Sin embargo, mientras estaba ahí, Dios le mostró que también debía enseñar a las personas que no eran judías.

PEDRO VISITA A UNA PERSONA QUE NO ES JUDÍA

2 Lectura: Lea Hechos 10:1-48 Por aquel tiempo, los romanos (que venían de la ciudad de Roma, en el país de Italia) dominaban sobre Israel. Los soldados de Roma vivían en las ciudades de Israel y construían fortalezas en ellas. El ejército romano estaba organizado en grupos de 100 soldados, y al capitán de un grupo de soldados se llamaba “centurión” (Lucas 7:2). Una “compañía” o “cohorte” era un grupo más grande, probablemente de mil soldados. Normalmente, cada compañía de soldados se identificaba con un nombre.

Cornelio era un capitán de la compañía de soldados que se llamaba “la Italiana”, quienes estaban en la ciudad de Cesarea. Él y su familia no eran judíos, pero creían en Dios y le oraban a él, aunque nunca habían escuchado de Jesús.

Un día, cuando Cornelio estaba orando, vio a un ángel de Dios que le dijo: “Despacha ahora algunos hombres a Jope, y manda traer a un hombre llamado Simón, que también se llama Pedro. Este se hospeda con un curtidor llamado Simón, cuya casa está junto al mar”.(Hechos 10:6-7). Cornelio obedeció y envió a tres varones a Jope.

Al día siguiente, en Jope, Pedro también tuvo una visión de Dios: vio lo que parecía una gran tela que descendía del cielo, en la cual había todo tipo de aves y animales que a los judíos no se les permite tocar ni comer. Y Pedro, sin ver a nadie, escuchó una voz que le dijo: “Levántate, Pedro, mata y come”.

“Mas Pedro dijo: De ninguna manera, Señor, porque yo jamás he comido nada impuro o inmundo. De nuevo, por segunda vez, llegó a él una voz: Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro”. (Hechos 10:14-15). La voz del cielo se oyó tres veces, antes que la tela fuera recogida.

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2. Les dijeron que permanecieran fieles a las enseñanzas que habían recibido.

3. Les advirtieron que enfrentarían muchas dificultades. A continuación, designaron líderes (que en ese tiempo recibían el

nombre de ancianos), hombres de mucha fe en Dios (Hechos 14:23). Oraron y ayunaron para encomendar a estas personas al cuidado de Dios. Es fundamental que las iglesias cuenten con un cuerpo de líderes (o ancianos) para que ayuden a guiar, enseñar y cuidar de los miembros. Pablo sabía que no era suficiente tener predicadores que estuvieran a cargo de los diferentes grupos de iglesias.

PABLO PREDICA EN ICONIO Y DERBE

2 Lectura: Lea Hechos 14:1–28 En la ciudad de Iconio, Pablo predicó con gran poder, y un gran número de judíos y gentiles creyeron en el mensaje. Sin embargo, los judíos que no creyeron en el mensaje del evangelio, reaccionaron con violencia y causaron problemas. La situación llegó al extremo de dividir a la ciudad. De la misma forma, la predicación de las buenas nuevas de Jesucristo muchas veces divide a familiares y amigos, porque unos creen en el mensaje y otros no (Mateo 10:21).

Pablo y Bernabé se quedaron allí por mucho tiempo porque ya había muchos creyentes en esa ciudad (Hechos 14:3). Ellos no se cansaban de hacer el bien (Gálatas 6:9). Sin embargo, al darse

Asia

Galacia

Macedonia

Achaia

Roma

Jerusalén

Antioquía

Siria

Egipto

Malta

Sicilia

Italia

Mar Mediterráneo

El Imperio Roman en los tiempos de SauloEn ese tiempo, Asia y Galacia formaban partede lo que llamaban Asia Menor (que hoy endía se conoce como Turquía).

CireneCreta

Las regiones de Macedonia y Acacia es lo quehoy en día conocemos como el país de Grecia.

Mar Negro

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donde se congregaban los judíos para escuchar a sus líderes leer las sagradas escrituras. En la ciudad de Antioquía (región de Asia Menor), Pablo predicó un gran mensaje de salvación (Hechos 13:16-41).

Sin embargo, la predicación de Pablo llegó a ser tan popular entre las personas que no eran judías (es decir, los gentiles), que los judíos sintieron envidia (Hechos 13:42-46).

En su prédica, Pablo habló a la multitud las siguientes palabras de las sagradas escrituras:

• Les recordó a los judíos el llamado de Dios a poseer la tierra prometida de Canaán (Hechos 13:17-20).

• Explicó que a través de la familia del rey David, Dios trajo a la nación de Israel a Jesús el Salvador (Hechos 13:23).

• Señaló que el pueblo de Israel rechazó a Jesús, llevándolo a la muerte en una cruz, pero Dios lo resucitó (Hechos 13:28-30).

• Anunció las buenas nuevas de salvación, señalando que todo el que se arrepiente y cree en Jesús es perdonado y declarado justo ante de Dios (Hechos 13:38-39).

• Concluyó con una advertencia a no burlarse de esta verdad (Hechos 13:40-41).

Muchos gentiles (personas que no son judías) creyeron el mensaje de salvación y fueron llenos de gozo y del Espíritu Santo (Hechos 13:48). Sin embargo, algunos de los judíos se pusieron celosos y, levantando problemas, expulsaron a Pablo y Bernabé de la ciudad (Hechos 13:50).

Pablo y Bernabé continuaron su camino y volvieron a visitar algunas de las nuevas iglesias. Al visitarlas, hablaron las siguientes palabras a los creyentes (Hechos 14:21-22): 1. Les animaron a crecer en su fe.

0 El gobierno de la iglesia primitiva Las sinagogas judías tenían un líder o encargado, a quien llamaban “Rabí” o “Maestro”. Aparte del Rabí, había diáconos y ancianos quienes se dedicaban a enseñar y ayudar a las personas a seguir las ordenanzas de Dios.

Durante el periodo de la iglesia primitiva (es decir, la primera iglesia que se formó después que Jesús ascendió al cielo), Pablo continuó con este tipo de liderazgo cuando establecía nuevas iglesias (Hechos 14:23). En el libro de los Hechos, encontramos que Esteban fue colocado como “diácono” (Hechos 6:5); había también “ancianos” en Jerusalén (Hechos 15:2), y también leemos de un “líder” del concilio de Jerusalén (Hechos 15:13).

Pablo y Bernabé regresaron a las ciudades donde habían predicado para establecer ancianos y fortalecer a los nuevos creyentes.

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Mientras Pedro se quedó pensando en lo que había visto, los tres varones que Cornelio había enviado llegaron a la casa de Simón y preguntaron por Pedro. En ese instante, el Espíritu Santo le dijo a Pedro: “no dudes en acompañarlos, porque yo los he enviado” (Hechos 10:20). Al día siguiente, Pedro viajó con ellos a Cesarea.

Ahora bien, si estudiamos la ley de los judíos, veremos que, normalmente, ellos no se mezclaban con gente que no era judía pero, a través de la visión que Pedro tuvo de la tela con animales, Dios le había enseñado que él tam

bién puede limpiar los pecados de cualquier persona, aunque no sea judía (Hechos 10:15 y 28). Para Dios, cualquier persona puede ser salva: así como había salvado a Saulo, también quería salvar a Cornelio.

En ese tiempo, los judíos trataban a los que no eran judíos con palabras como “impuros” o “inmundo” porque no pertenecían a su pueblo. Sin embargo, Dios deseaba que las personas que no eran judías también escucharan el evangelio de Jesucristo. Pedro le dijo a Cornelio: “Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación el que le teme y hace lo justo, le es acepto” (Hechos 10:34-35).

La Biblia nos dice que cuando Cornelio, su familia y todos los que estaban ahí escucharon el evangelio de Jesucristo, el Espíritu Santo descendió sobre todos ellos y alababan a Dios en muchos idiomas (Hechos 10:45-46). El Espíritu Santo descendió sobre ellos tal y como sucedió en el día de Pentecostés, en Hechos capítulo 2. Pedro, entonces, procedió a bautizarlos a todos en agua.

4 Discusión: 1. ¿Por qué salvó Dios a Cornelio? (Hechos 10:2-4; 34). 2. ¿La manifestación y obra del Espíritu Santo en Hechos 10:44-46

fue la misma que en Hechos 2:4? 3. ¿Puede Dios salvar a cualquiera que él elija?

PEDRO REGRESA A JERUSALÉN

2 Lectura: Lea Hechos 11:1-30 Cuando Pedro volvió a Jerusalén, los cristianos judíos que había ahí no estaban contentos con Pedro, y lo reprocharon, diciéndole: “Tú entraste en casa de incircuncisos y comiste con ellos” (Hechos 11:3). ¡Se lo dijeron porque Pedro había violado una ley judía!

Pedro, entonces, explicó a los judíos de Jerusalén acerca de su visión, lo que había sucedido en Jope, y además les recordó las

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palabras de Juan el Bautista: “Él (Jesús) os bautizará con el Espíritu Santo” (Marcos 1:8). También les explicó que el Espíritu Santo había descendido sobre los que no eran judíos de la misma forma que había descendido en el día de Pentecostés (Hechos 11:15), incluso antes que él los bautizara en agua.

Cuando escucharon la explicación de Pedro, los judíos de Jerusalén alabaron a Dios por lo que él había hecho en los gentiles (es decir, a los que no son judíos – Hechos 11:18). Así, se cumplió la promesa que Jesús había dicho de todos los que creyeran en su evangelio (Juan 14:15-17).

¿CÓMO PREDICARON LAS BUENAS NUEVAS LOS PRIMEROS CRISTIANOS?

Mientras estas cosas sucedían, ya otros creyentes habían huido a través del Imperio Romano a causa de la persecución que hubo en el tiempo en que Esteban fue apedreado por predicar a Jesucristo. Pero ellos, aunque se fueron huyendo, iban predicando el evangelio a cualquier lugar a donde llegaban. Primero, predicaron el evangelio de Jesucristo a los judíos (Hechos 11:19). Algunos de ellos también predicaron a los gentiles (Hechos 11:20). Los creyentes que venían de las ciudades de Chipre y de Cirene fueron a vivir a una ciudad llamada Antioquía, la cual era la tercera ciudad más grande del imperio romano en ese entonces. Fue ahí donde a los creyentes se les llamó “cristianos” por primera vez. Dios estaba con ellos, y muchas personas más creyeron y se convirtieron al evangelio (Hechos 11:21).

Cuando los líderes de la iglesia en Jerusalén escucharon que en Antioquía también había muchos creyentes, enviaron ahí a Bernabé para que diera ánimo a los nuevos cristianos. Luego, él viajó a la ciudad de Tarso para llevar a Saulo a Antioquía para que le ayudara a enseñar a los nuevos creyentes (Hechos 11:25-26).

Aquí, podemos notar que la enseñanza es muy importante para los nuevos creyentes porque necesitan cambiar sus antiguas costumbres. La forma de cambiar los viejos hábitos y hacer lo que le agrada a Dios es escuchar a los maestros de la palabra de Dios y seguir las enseñanzas de Jesús que encontramos en la Biblia.

Agabo, un profeta de Jerusalén, también viajó a Antioquía. El Espíritu Santo habló a través de él para anunciar que habría una época de hambre en el Imperio Romano. Esto se cumplió durante el gobierno del emperador Claudio (entre los años 41 al 54 después del nacimiento de Jesús). Entonces, los cristianos de Antioquía decidieron ayudar a los cristianos de Jerusalén, y le dieron dinero a Bernabé y a

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3. ¿Tu iglesia envía predicadores y evangelistas? (Hechos 13:3). 4. ¿Qué sucedió para que el gobernador romano creyera?

(Hechos 13:12).

PABLO PREDICA A JUDÍOS Y A NO JUDÍOS

2 Lectura: Lea Hechos 13:13-52 Luego de una exitosa misión por Chipre, Pablo y sus amigos viajaron a Asia Menor. No estamos seguros de cuáles fueron las razones, pero La Biblia nos dice que estando ahí, Juan Marcos se separa de ellos (Hechos 13:13), lo que causó que Pablo se disgustara con él (Hechos 15:38).

Cuando Pablo y Bernabé visitaban otras ciudades, el primer lugar a donde llegaban era a las sinagogas judías. Una sinagoga era el lugar

0¿Por qué los apóstoles imponían manos sobre la gente? Imponer manos es un acto de bendición que se menciona varias veces en el libro de Hechos y en Hebreos 6:2. Pablo (Hechos 28:8-9), al igual que Jesús (Marcos 6:5), imponía sus manos sobre los enfermos cuando oraba por ellos. Timoteo fue bendecido con un “don de Dios” cuando Pablo impuso sobre él sus manos (2 Timoteo 1:6). Lo mismo sucedió con los creyentes de Éfeso (Hechos 19:6): ellos recibieron el Espíritu Santo, hablaron en diferentes idiomas y profetizaron cuando Pablo impuso sus manos sobre ellos. Esto sucedió también cuando los apóstoles impusieron sus manos sobre los creyentes de Samaria (Hechos 8:17).

Los líderes de la iglesia imponen sus manos sobre los creyentes que han sido elegidos para un ministerio o un cargo o puesto especial (Hechos 6:6) o cuando son enviados como misioneros (Hechos 13:3). El llamado y el nombramiento de estas personas no debe hacerse a la ligera (1 Timoteo 5:22). Solamente los creyentes maduros y aquellos que tienen un puesto de liderazgo deberían imponer manos sobre otros. Ninguna persona que esté atormentada o poseída por demonios debe imponer manos sobre otros, ni tampoco se debe imponer manos a ellos.

Pablo y Bernabé fueron llamados como misioneros cuando la iglesia estaba ayunando y buscando la dirección del Señor (Hechos 13:2). Los líderes de la iglesia, después de haber ayunado, oraron e impusieron las manos sobre Saulo y Bernabé creyendo que: Dios los había escogido y llamado al ministerio. Ellos tenían una obra especial que debían realizar para Dios. El poder del Espíritu Santo los había ungido. Los miembros de la iglesia mostraron su apoyo tanto para Pablo y

Bernabé como para los líderes de la iglesia. En todos ellos había unidad de espíritu porque todos estaban de acuerdo. Todos se reunieron para presenciar la imposición de manos; de esta manera, Pablo y Bernabé fueron enviados por Dios a través de la iglesia local. Tiempo después, la iglesia recibió de nuevo a los misioneros que había enviado y la congregación fue bendecida al escuchar su informe misionero (Hechos 14:27).

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sobre ti; te quedarás ciego…” (Hechos 13:10-11). Inmediatamente, Elimas quedó ciego por un tiempo. Al ver esta muestra de poder, el gobernador Sergio Paulo creyó en el poder de Dios.

En ocasiones es necesario hablar en contra de Satanás y ejercer control sobre los poderes demoníacos, haciéndolo en el nombre de Jesús. Sólo el Espíritu Santo puede mostrarnos qué hacer en ciertas situaciones, de la misma forma como le mostró a Pablo, quien era un hombre lleno del Espíritu Santo (Hechos 13:9).

4 Discusión: 1. ¿Qué dones debemos apoyar en nuestras iglesias locales?

(Hechos 13:1). 2. ¿Tu iglesia dedica tiempo para escuchar las instrucciones de Dios?

(Hechos 13:2).

iglesia y en el cuerpo de Cristo (Hechos 14:21-22; Hechos 15:30-31; Hechos 16:5).

Además de ser humildes, hay otras cuatro características importantes que distinguen a los misioneros: 1. Los misioneros son elegidos y ungidos por el Espíritu Santo

(Hechos 13:2). 2. Son sido aprobados y designados por su iglesia local (Hechos 13:3). 3. Son personas preparadas para la obra (2 Timoteo 3:16; 1 Pedro 3:15) y

no esperan ganar una gran cantidad de dinero (2 Corintios 2:17; 1 Tesalonicenses 2:5; 1 Pedro 5:2).

4. Son creyentes apoyados por su iglesia local con oración, guía y consejería para mantenerse fieles a Dios (Hechos 13:3; 1 Timoteo 4:14; Colosenses 4:12).

Teniendo en mente estas cuatro características, es fácil identificar a los verdaderos misioneros y evitar a falsos ministros que viajan de un lugar a otro.

Medita en las siguientes preguntas: ¿Tu iglesia envía misioneros? ¿Tu iglesia promueve, envía y apoya a otros misioneros? ¿Estás de acuerdo con la idea de animar a las nuevas iglesias? ¿Oras tú por los creyentes que se dedican a este tipo de trabajo? (Hechos 12:5). ¿Tú apoyas o colaboras con los ministros que escriben cartas a los creyentes? ¿Tu iglesia está abierta para recibir a misioneros? ¿En tu iglesia reciben y bendicen a evangelistas, predicadores, profetas y maestros de otras iglesias? ¿Tienes compañerismo estrecho con aquellas iglesias que se dedican a enviar misioneros? ¿Tú colaboras en pagar los gastos o dar ofrendas o regalos de algún misionero?

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Saulo para que ellos lo llevaran a los líderes de la iglesia de Jerusalén (Hechos 11:29-30).

4 Discusión: 1. ¿Por qué los creyentes judíos reprocharon (o regañaron) a Pedro?

(Hechos 11:2). 2. ¿Estás tú preparado para hablar de Dios a todas las personas de

diferentes colores, razas o culturas? 3. Si Dios trata a todas las personas por igual, ¿cómo debemos tratar

nosotros a las personas? (Hechos 10:34). 4. ¿La frase “Dios no hace acepción de personas” significa que todas

las personas son iguales? 5. ¿Cómo restableció Pedro la paz y la unidad en la iglesia?

(Hechos 11:17). 6. ¿Qué estaba haciendo Dios a través de los creyentes en Antioquía?

(Hechos 11:20; 29) 7. ¿Por qué son tan importantes la lectura y la enseñanza de la Biblia

en la iglesia de hoy?

UNA VEZ MÁS, UN ÁNGEL AYUDA A PEDRO A SALIR DE LA CÁRCEL

2 Lectura: Lea Hechos 12:1-25 Por aquel tiempo, los romanos pusieron a Herodes Agripa a cargo de Judea. Este Herodes Agripa era nieto del Herodes que mandó a matar a los bebés varones de Belén tras el nacimiento de Jesús (Mateo 2:16). Herodes Agripa encarceló a algunos cristianos y, además, mandó a matar a Santiago (también conocido como Jacobo, Hechos 12:2). Como los líderes judíos estaban satisfechos con lo que estaba haciendo a los cristianos, Herodes también encarceló a Pedro y tenía intenciones de juzgarlo después de la pascua judía (Hechos 12:4).

Sin embargo, Dios estaba en control de la situación. Herodes no le podía hacer nada a Pedro a menos que Dios lo permitiera. Dios demostró que su poder es mayor que el de este rey malvado (1 Juan 4:4).

En la cárcel, Pedro estaba bajo la custodia de cuatro soldados. Por la noche, mientras Pedro dormía, hubo un destello de luz en su celda y un ángel lo despertó y le dijo: “Vístete y ponte las sandalias. Y así lo hizo. Y le dijo el ángel: Envuélvete en tu manto y sígueme” (Hechos 12:8).

Al instante, las cadenas que ataban a Pedro cayeron de las manos, y siguió al ángel. Pasaron a los guardias, salieron de la cárcel y

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llegaron hasta la puerta de hierro de la ciudad, la cual se abrió delante de ellos, y salieron. Pedro no sabía lo que estaba ocurriendo hasta que el ángel lo dejó. Entonces, se dio cuenta que no era un sueño. Se fue a la casa de María donde todos los cristianos estaban orando por él (Hechos 12:5 y 12).

Al principio, los creyentes que estaban reunidos en casa de María no podían creer que era Pedro, y que sus oraciones habían sido escuchadas (Hechos 12:15). Pero Pedro les pidió que dieran las noticias de su salida a Santiago y a los otros cristianos.

Herodes mandó a matar a los guardias de la prisión porque Pedro se había escapado. Luego, se fue a Cesarea para arreglar algunas situaciones con los dirigentes de las ciudades de Tiro y Sidón. Al llegar el día de la reunión, él se sentó en un asiento especial y le habló a toda la gente que estaba reunida.

Cuando la multitud lo escuchó, dijo: “¡Voz de un dios y no de un hombre es ésta!” (Hechos 12:22). Cuando esto sucedió, un ángel del Señor golpeó a Herodes, porque no le dio ninguna alabanza a Dios, sino que permitió que la gente lo glorificará a él (Hechos 12:22-23). Herodes murió en el año 44 después de Cristo, pero el mensaje de Dios continuaba extendiéndose a más lugares (Hechos 12:24).

4 Discusión: 1. ¿Qué le sucedió a Pedro cuando estaba en la cárcel?

(Hechos 12:6-10). 2. ¿Cómo puede la oración ayudar a las personas que se encuentran

en la prisión? 3. ¿Cómo puede la oración ayudar a las personas que se encuentran

atrapados en pobreza, enfermedad y miedo? 4. ¿Por qué el ángel del Señor golpeó a Herodes? (Hechos 12:23).

CONCLUSIÓN DE LA PRIMERA PARTE DE HECHOS

El libro de los Hechos de los Apóstoles a menudo ha recibido el nombre de “Los Hechos del Espíritu Santo”. Lucas lo escribió para que la gente conociera las grandes obras de Dios a través del poder del Espíritu Santo que trabajaba en los apóstoles.

En los primeros días de la iglesia cristiana, los creyentes compartieron el evangelio de Jesucristo a través de los países del Medio Oriente. Luego, Felipe predicó las buenas nuevas de Jesucristo a los etíopes (Hechos 8:26-39), quienes llevaron el mensaje de Jesucristo al continente de África. Además, los libros de historia establecen que Marcos llevó el evangelio a Egipto, Tomás lo llevó a India y Saulo lo llevó a Europa.

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El gobernador romano de Chipre, llamado Sergio Paulo, en su esfuerzo por escuchar la palabra de Dios, mandó llamar a Saulo y Bernabé para oír su predicación. Pero Barjesús, un mago judío (también llamado Elimas) procuró evitar que Sergio Paulo escuchara el mensaje de salvación de Jesús.

Fue en este primer evento que Saulo se da a conocer a sí mismo con su nombre romano de Pablo (Hechos 13:9). Cuando este mago estaba interrumpiendo la palabra de Dios, Pablo clavó sus ojos fijamente en él y le dijo: “…hijo del diablo… la mano del Señor está

0 Los misioneros – Hechos capítulos del 13 al 16 El Nuevo Testamento nos muestra varios ejemplos de personas que sirven a Jesús como mensajeros que visitan o escriben a iglesias. Como predicador y evangelista, Pablo recorrió muchos lugares y ciudades proclamando el evangelio de Jesucristo. Por muchos años, él viajó alrededor del imperio Romano (que hoy en día ocupa el continente de Europa y la región de Turquía) predicando las buenas nuevas de Jesús y estableciendo iglesias y pastores cristianos que creían en Jesucristo.

Pablo se ocupaba también de visitar dos o más veces las iglesias que establecía, y les enseñaba muchas verdades acerca de Dios. Además, los animaba a seguir el camino de Jesús (Hechos 14:21; Hechos 15:23-29; Hechos 16:4), y escribía cartas que explicaban las enseñanzas de Cristo.

A las personas que hacen este trabajo esto se les llama maestros. A las personas que hablan las palabras que el Espíritu Santo desea hablar a los creyentes se les llama profetas.

Cualquier predicador, evangelista, profeta o maestro que viaja de pueblo en pueblo se le llama misionero. El misionero es muy útil porque bendice, alienta y une a los nuevos creyentes, estableciéndolos en la

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• Ellos eran líderes de confianza de la iglesia (Hechos 13:1). • Ellos permitieron que el Espíritu Santo hablara por medio de la

gente (Hechos 13:2). • El liderazgo de la iglesia ayunó y oró buscando la guía del Señor.

Después, impusieron las manos sobre Saulo y Bernabé como señal de la bendición de Dios (Hechos 13:3).

• Entonces, Saulo y Bernabé fueron enviados, guiados por el Espíritu Santo.

• Saulo y Bernabé fueron llamados por el Espíritu Santo, pero fue la iglesia local la que los envió.

Saulo y Bernabé llevaron con ellos a Juan Marcos [en el libro de Hechos solo se le conoce como Juan (Hechos 12:25; Hechos 13:5; Hechos 15:37), pero en otras partes de la Biblia se le conoce solo como Marcos (Colosenses 4:10)]. Juntos, se dirigieron hasta el puerto marítimo de Seleucia para navegar hasta la isla de Chipre, donde nació Bernabé.

7. El Mesías sería llevado a Egipto para salvarlo del peligro (Oseas 11:1; Mateo 2:14-15).

8. Jesús, el Mesías, fue a la región de Galilea para enseñar a la gente (Isaías 9:1-2; Mateo 4:13-16).

9. Jesús era el gran profeta del cual Dios habló por medio de Moisés (Deuteronomio 18:15).

10. Jesús es nuestro sumo sacerdote para siempre (Salmos 110:4; Hebreos 6:20).

11. Jesús fue sabio y entendido, como Dios había dicho del Mesías (Isaías 11:2; Mateo 3:16).

12. Jesús fue rechazado por muchos (Isaías 53:3; Lucas 16:14). 13. El Mesías sería recibido en Jerusalén como un rey humilde, montado en

un pollino (Zacarías 9:9; Mateo 21:6-7). Jesús cumplió con esta profecía. 14. Jesús fue traicionado por uno de sus discípulos, así como lo sería el

Mesías (Salmos 41:9; Juan 13:26). 15. Jesús fue traicionado por treinta monedas de plata, tal y como sucedería

con el Mesías (Zacarías 11:12-13; Mateo 26:14-15). 16. Jesús fue acusado falsamente, como estaba escrito del Mesías

(Salmos 27:12; Mateo 26:59-60). 17. Jesús enmudeció cuando fue llevado a juicio, como Dios había predicho

acerca del redentor (Isaías 53:7; Marcos 15:5). 18. Jesús fue condenado a muerte junto con criminales. Dios había predicho

que a su ungido le sucedería lo mismo (Isaías 53:12; Lucas 23:32-33). 19. Las manos y los pies de Jesús fueron traspasados, como sucedería con el

Mesías (Salmos 22:16; Juan 20:27). 20. La gente se burló de Jesús y habló mal de él, especialmente cuando

estaba colgado del madero. Las sagradas escrituras explican que esto sucedería con el Mesías (Salmo 22:6-8; Lucas 23:11).

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En los primeros días de la iglesia, los cristianos sufrieron persecución, pero fueron valientes, amorosos y cuidadosos. Cuando había problemas, ellos no luchaban; muchos se mudaban pero, a donde quiera que iban, eran testigos de la resurrección del Señor Jesús por medio del poder de su Espíritu Santo.

Los creyentes que recibieron el bautismo del Espíritu Santo también conocieron a judíos que creían en el Dios verdadero, pero que no sabían que Jesús era el Hijo de Dios. Muchos de los judíos, entonces, creyeron que Jesús era el Hijo de Dios, y recibieron la salvación. Fue en este momento que los creyentes fueron llamados cristianos. El Espíritu Santo de Dios obró en sus vidas y fueron salvos a través de su fe en Jesús.

Hasta ahora, hemos leído acerca de las tres personas más conocidas que se convirtieron al Señor Jesús:

• El hombre de Etiopía, quien ya creía en Dios pero quería entender más sobre el Mesías del cual hablaban las Sagradas Escrituras (que nosotros conocemos como el Antiguo Testamento).

• Saulo, quien creía en Dios pero no creía que Jesús era el Mesías. • Cornelio, quien creía en Dios y le adoraba, pero nunca había oído

hablar de Jesús. Dios amó a estos hombres; por eso, el Espíritu Santo envió a

Felipe, Ananías y Pedro para guiarlos. Al oír y entender el mensaje de Jesús, ellos creyeron en él y fueron salvos. De la misma manera, Dios quiere que nosotros hablemos a otras personas acerca de Jesucristo. ¿Conoces tú a alguien que crea en Dios, pero no sabe cómo ser salvo? Pide al Espíritu Santo que te guíe para que puedas hablar a esa persona acerca de Jesucristo.

En la segunda parte del comentario bíblico de Hechos, aprenderás

0Un testimonio de un milagro en China Un varón llamado Yun se encontraba en una prisión de China, de donde nadie había escapado jamás. Yun no podía escapar porque los guardias de la cárcel le habían quebrado sus piernas. En su biografía, él escribió: “Hacía seis semanas que me habían quebrado las piernas. Si trataba de pararme sobre ellas, eso me causaba mucho dolor. Pero Dios me dijo tres veces que yo debía escapar de la cárcel. Cuando Dios nos dice que hagamos algo, no hay tiempo para discutir ni razonar. Cuando estamos seguros que Dios nos ha hablado, debemos obedecer y actuar, porque él es más sabio que nosotros”.

De alguna forma, Yun tomó fuerzas para salir de su celda y caminar hacia la puerta de hierro del pasillo. Él dice lo siguiente: “Mi mente estaba enfocada en obedecer a Dios. Yo llegué a la puerta en el momento exacto que otro siervo del señor, llamado Musheng, regresaba a su celda y la puerta se abrió para que él entrara. Yo aproveché para salir

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cómo el Espíritu Santo guió a Saulo (más tarde conocido como Pablo) para que le predicara a personas de otros países que no conocían al verdadero Dios. Esas personas creían en dioses e ídolos falsos pero, a través de la enseñanza de Pablo y del poder del Espíritu Santo, muchas de ellas se convirtieron a la fe en Jesucristo y fueron salvas de sus pecados a través de su fe en Jesús, el arrepentimiento y el perdón de sus pecados por la gracia y la misericordia de Dios.

INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA PARTE DE HECHOS

La segunda parte de Hechos (que cubre los capítulos 13 al 28) nos relata cómo sucedió la propagación de la fe cristiana en gran parte de Asia y Europa. Esto ocurrió durante un período de 40 años, antes que el templo judío de la ciudad de Jerusalén fuera destruido en el año 70 después de Cristo.

La propagación y predicación del evangelio es una obra del Espíritu Santo. Esta es la razón por la cual debes estudiar los Hechos de los Apóstoles: para entender más acerca de cómo Dios quiere que tú vivas en el poder de su Espíritu y cómo puedes predicar las buenas nuevas de Jesucristo a otras personas.

EL PRIMER VIAJE DE SAULO PREDICANDO LAS BUENAS NUEVAS DE JESUCRISTO

2 Lectura: Lea Hechos 13:1-12 La iglesia cristiana de la ciudad de Antioquía creció en gran manera.

por esa puerta” (unos minutos después, Yun se dio cuenta que Dios había sanado sus piernas porque había obedecido).

Había un guardia armado que estaba sentado en el escritorio, cerca de la segunda puerta de hierro. El Espíritu Santo le susurró a Yun: “Ve, porque el Dios de Pedro también es tu Dios”. Yun explica en su libro: “Parece que el Señor cegó al guardia porque su mirada estaba en donde yo estaba, pero parecía que no me miraba”. Yun bajó las gradas y cruzó el patio. Él sabía que le podían disparar por la espalda en cualquier momento. Cuando llegó a la puerta principal de hierro, la que daba hacia la ciudad, vio que estaba abierta. Él caminó en medio de varios guardias que estaban armados y atravesó la puerta. De inmediato, llegó un taxi amarillo; se subió y salió. Él escribe: “Yo no estaba seguro si todo lo que estaba pasando era verdad o sólo era un sueño”.

Después de esto, Yun fue a un lugar secreto para esconderse. (Tomado del libro “The Heavenly Man” (El Hombre Celestial); escrito por Paul Hattaway; publicado por Monarch Books, Londres, Inglaterra).

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Entre sus líderes estaban Bernabé, Simón, Lucio, Manaén, Saulo (Hechos 13:1-2) y también el joven Juan Marcos (Hechos 13:5). Algunos de ellos eran maestros; otros, predicadores, y otros tenían el don de la profecía. Estos dones son otorgados por el Espíritu Santo.

Mientras ayunaban y participaban en el servicio al Señor (Hechos 13:2), el Espíritu Santo habló a los creyentes diciendo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado”. Así que, después de haber ayunado, los líderes de la iglesia oraron e impusieron sus manos sobre las cabezas de Saulo y Bernabé. Después, ellos fueron enviados para hacer una obra especial para el Señor (Hechos 13:3). El Espíritu Santo tenía el control de todo lo que estaba sucediendo: él llamó y guió a sus siervos; iba delante de ellos, haciendo que los corazones de los hombres estuvieran listos para escuchar las buenas nuevas de salvación.

Observe estas características acerca del llamado de Saulo y Bernabé:

0El Mesías o Cristo Las palabras Mesías y Cristo significan “ungido”. El plan de Dios era enviar a su Mesías, es decir, a su propio hijo, al pueblo que él había escogido, que eran los judíos. Después que Jesús, el Cristo (las dos palabras, Jesús y Cristo, forman una sola palabra, Jesucristo) vivió, murió y resucitó, muchas personas creyeron que él era el hijo de Dios, incluyendo personas que no eran judías. Las sagradas escrituras (lo que nosotros conocemos como el Antiguo Testamento de nuestras Biblias) hablaban acerca del Mesías que Dios había prometido. Antes de empezar a predicar el evangelio de Jesús, Saulo (que después se llamó Pablo) recibió poder y entendimiento del Espíritu Santo para discernir las sagradas escrituras y así predicar a los judíos y a los gentiles para que recibieran el plan de salvación de Dios.

¿Cómo estaba seguro Pablo que Jesús era el Mesías que Dios había prometido para salvar a todo el mundo del pecado? Pues, hay veinte cosas que Saulo entendió del Mesías en las sagradas escrituras porque todas estas profecías se cumplieron en la vida de Jesucristo. 1. Jesús era el Mesías, el Cristo, el Ungido, el hijo de Dios, el Profeta, el

Salvador que Dios prometió en su palabra (Deuteronomio 18:15; Isaías 53:12; Jeremías 23:5; Juan 1:40-41; Juan 4:25-26; Hechos 10:38).

2. Jesús, el Mesías, era el prometido sanador (Isaías 35:5-6; Mateo 21:14). 3. El Mesías vendría de Abraham y la familia del Rey David (Isaías 9:7;

Mateo 1:1-17). Jesús cumplió esta profecía. 4. Dios prometió que la simiente de Abraham bendeciría a todas las

naciones de toda la tierra (Génesis 18:18; Gálatas 3:8; Gálatas 3:14). 5. El Mesías nacería en Belén, en la región de Judá (también conocida como

Judea: Miqueas 5:2; Juan 7:42). 6. El Mesías nacería de una joven comprometida para casarse y virgen, es

decir, sin haber tenido relaciones sexuales (Isaías 7:14; Lucas 1:34-35).