heterogeneidad y profundidad de la crisis mundial

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Cuadernos del Sur Nro 1 Alberto J. Plá

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  • Heterogeneidad y profundidad de la crisismundial

    Alberto J. Pl

    Numero Marzo de

    pp.

    SOCIEDAD / ECONOMIA / POLITICA

    I S S N : 1 6 6 6 - 8 8 0 4

  • Heterogeneidad y profundidd de la crisis fuunQial

    Alberto J ~ Pla

    l. La crisis mundial capjtalist~& como crisis global clel sis~ma y no .. slo coyuntural.

    La crisis mundial actual~ tiene diversas fa~tas que no es simple re sumir; Crisis del sistema capitalista mundial por -ci~rto, pero una' crisis den u evo tipo, en 1 a cual convergen las modificaciones sufridas en el funcionamiento global del sbtema, as como la crisis paralela enlos paises llamados .del'~socialismo real", y adems la crisis en los pasef dependientes. .

    Tracemos prmero una gr~nlne de anlisis, alrededor de la cual iremos incorporando otros elementos.- En primer lugar la crisis a('-tual, a diferencia de las otras dos grandes crisis del sistema inuridial

    capita~ista ( 1Bi3 yl930) no es sloc!Jmlc (o predominantemen-te econmica), sino global. De all su especificidad: Es crisis econ-mica y poltica, perritainbin social, y afecta los mecanismos de acu-mulacin del capital, la superacumuHicin monoplica -multina-cional, las capacidades polticas de maniobra de esas corporaciones.

    Versin abreviada del t~to publicado en Coyoacn, Mxlro, No. 16, enero-marzo . de 1984. FuepR5entadocpmo ponencia en eln Encuentro4e Historiadores de la ADHI-LAC (Mxico), realizadp en Puebla del 25 al 29 de abril d~ 1983 ..

    51 '

  • .. . 1

    y! como cot;olarjo,-la5 .-el~cic;mes monopolio-Estado metropolitano. Por su prof~mdidad esms una crisis estructural que coyuntural. En cada perdo de la historia del capitalismo existieron poten-

    cias metropolitanas que accedieron a una hegemona en relacin a ls otras. o en caso de no existir esa hegemonia en forma clara. se presenciaba una lucha enfre yarios aspira"'tes a ejercerla.

    Sin ha~r un bosquejo histrico sobre este tema, es evidente que Inglaterra ejerci esa hegemona. a partir de la revolucin industrial y las guerras napolenicas, y ello continu, de manera ya ampliamente demostrada, hasta la. crisis de 1873-1896. La fase de

    descenso del ciclo Kondratieff de 1873-1896, termina p~r c1,1estionar esa hegemona blitnica. En esa coyuntura se debe Contabilizar la llamada segunda revolucin industrial (acero; qumica, motor a explosin, etc.), que deja obsoletas formas de funcionamiento del capital britnico, para 'no insistir en la prdida de su supremaca martima, hasta ese momento incontestable. ' .

    El mundo se rega por el patrn oro, pero su refer~nci erala libra esterli~a britnica. Y con la nueVa competencia interimperialista que lleva a la primera guerra mundial, Inglaterra termina por per-der aqueJla hegemona que haca que su poltica estableciera la

    pa~ta a partir de la cual tomaban .posicin.la~otras m'etrpolis, ya sea alinendose, alindose, u opo~ndose en la m_edida de sus posi.:-bilidades. -

    E!l conflicto suscitado lleva a una crisis de liderazgo que es claro hasta la depresin de 1930. A partir de alli y del lento proceso de supremaca norteamericapa, abierto enrealidad ya a partir de la primera guerra mundial, se ir construyendo lah~gemonia mundial de Estados UnidOs. _ ~ - .

    . ;Si y~ ~nla dcada de los aostrein~a Estados Unidos m1,1e:;tra estar n co.ndiciones de asumir esa hegemoria, su principal rival ser la Alemania nazi. La guerra mundial decide el conflicto y a partir de

    194~Estadosllnidosesyalametrpolihegemnicadetmundocapi-t~lista. . . . . e . .

    Del dominio de la libra esterlina se pasa al dominio del d6lar. Si las bomb_as atmicassobreJapnen 1945 ratifican esa voluntaddepre,-dominio de Estados Unidos (aparte del significado de advertencia a la URSS), s~ papel enhi reconstrucein europea (Plan Marshall)

    . muestra, contradictoriamente, que Estados Unidos no puede hege-

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  • mq,nizar si no recimstruy una Europa aliada y Sometida. Todo ello ante el peligro que sigriificaban tanto la URSScomo los movimientos revolucionarios de posguerra en todo el mundo, Y este sistema fun-cion hasta 1971 {para mencionar una fecha da ve, aunque no ni-ca).

    , Dice Samir Amn que entonces se abre un perodo semejante, al trnsito de la antigedad al.feudalismo. Un largo perodo de deca- J dencia'y de formacin de nuevas realidads soCio-eoonmiCas,- en el .cual_ estamos inmersos ahora. En realidad esta comparacin ilustra en cl1arito'ala profundidaddela rsis actual ylactisis de hegemona por la de~;adenda de Estados Unidos; pero para hablar en trminos tan generales como los usados por Amn, se debe decir que esa larga "transicin" ya comenz en realidad en 1917 con el triunfo de la re-volucin rusa.

    Por eso tambin hay una originalidad suplementaria en la actual crisis, y esquela disputa poda hegemona ho es slo interimperialis~ ta como antes(en este sentido f\OCUenta,.enl930,la nueva existencia de la tiRss) sinO que ahora la URSS y tambin las revoluciones colo~ niales inciden en forma directa para hacer oscilar la b~~olanza de es

    misma disputa fnterimperialista. Aqu ya es importante sealar que freqte a los-paises dependientes

    (llamados delTercer M un do) ni Estados Unidos ni laUnin Soviti-c,a controlan o determinan de numera directa sus procesos socio- ~ polticos. El llamado Tercer Mundo tiene abiertos nuevos caminos, nuevasposibilidades,ysi Estados Unidos fue derrotado en Vietnam, la URsS no tuvo nada que ver con los triunfosde Cuba (1959) o de Ni.-caragua (1979), para citar ejemplos extremos. -

    Lacompetertcia en fa arena m tindialpor una nueva hegemona en eltn un do (que no est descartadcfquepueda recuperar Estados U ni dos), st planteada tanto en trminos econmicos como militares. Y en los dos partidos polticos de Estados Unidos se han ic;lo decan-tapdodos tcticas distintas para conseguir' esa recuperacin. o." , Si en-trmino~ militares hay un equilibrio entre Estados Unidos y

    la URSS, Reagatt busca romper ese equilibrio para recuperar la hegemona perdida, si ell_o es necesario au_n. a costa de otr_guerra mundial (slo que esta vez sera atm~ca). Por el c;ontrario, si se He~ gara a controlar el,.proceso de reorganizacin ecbnmica capitalista sobrela base de la recuperacin de la hegemona de EstadosUnidos,

    - '

    53 .

  • la perspectiva-no sera la guerra, ~inoel triunfo de algunos de losp,ro-y~tos det Partido Demcrata. En resumen, los qos grandes partidos de Estados U nidos dan prioridad a la economa (demcratas) o a la guerra .(republicanos)1 como estrategia (no slo como tctica) para que Estados U nidos recupere aquella hegemonfa perdida hace alre-dedor de una dcada. ' ' ' '

    Slo que las alternativas deben implemEmta_rse eJ1 un mundo imprevisible, pues ni la URSS controla a sus aliados (Polonia ylas , reiteradas intervenciones militares en Europa del Este); y adems China expresa otros intereses; ni Estados Unidos y el imperialismo contrQlan a los paises dependientes (permanente conflicto norte-sur). -

    2. L.a crisis econr,nica La vamos a considerar aqu, no en sfmismll, para hacer un anlisis de toda la economa:; sino en cuanto tiene su presencia como crisis global del !iistema im peria:Iista. Algunos argumentos son imprescin-dibleS.: -

    EJ punto central debe fijarse en las condiciones que hicieron que Estados Unidos perdiera su hegemora. Hemgs dicho que se puede fijar alrededor de 1971 ese momento. De all surgirn losintentosde otras potencias para ubicarse frente a 1 a nueva situcin y sacar pro-vecho. ,

    En primer lugar, por qu Estados Unjdos perdi esa hegemona hacia 1971? Como producto de hechos que se Vfilnan dando tanto a nivel econmico cotno militar, allculmi na un proceso ;'S u signo e vi- _ dente es que S terminan los acuerdos de Bretton W oods de 1945 y el dlar ya no est atado al patrn oto. Ya no sern m~ :)6 dlares por onza, sino que el dlar fluctuar aUgual que otras mon~edas. Se aca-b el privilegio del dlar y eloro lleg a cotizarse hasta a 800 por on'-za. El resultado: Ja economa nor~americana entra en. una espiral inflacionista como todas las otras. Su ritmo puede ser menor (al prin-cipio muy1en to) pero en la actualidad el dl~r debe co,lT!petir con las otras monedas fuertes, y ostensiblemen~e con el marco.alemn .. A ello se une la compefencia por los mereados en donde sus aliados (y a su vez competidores) lo desplazan o lo confrpntan con xito~

    Pero al considerar el problema del mercado es necesario referirse '

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  • 'al papel de los graw::~ ~--.. ,~opolios, 'de las multnacionales. En este sentidQestamos de acuerdo con Arrighi cuando afirma que hay una triple insumisin: del capit~l, del trabajo y de la periferia. De esta triple insumisin, veamos por ahora slo la del capital, aunque es necesario aclarar que las tres insumisionessonrevueltas contra elEs tado. Quien ms las sufre es el Estado nortea~ericano, desgarrado por su crisis de hegemona y que ,..--,como Estado'- no encuentra la

    forma de implementar una poltica.que discipline al capital, al tra-bajo y al llamado "Tercer Mundo"', eSpecialmente en nuestro caso de anlisis: Latinoamrica. Todo ello se debe combinar con la pers-pectiva de enfrentar (los medios pueden ser diversos) a la presencia mundial sovitica.

    El capital multinaciohal-a diferencia del capital monoplico formado ya a fines delsigloxiX~ ~ompite sobre la base de la innova-cin tecnolgica y la. diferenciacin delosproductos (tecnologa, di-.sefio, etc.) y no como antesbajandoJospreciosdemercanciasSeme~. jantes (los precios de monopolio qu'Hqidaban aloscompetidoresy que al controlar el mercado,-lueg() se recuperaban). La prioridad as, eslainversindiversificada, s{mbolodeloqetradicionalniente se llama "progreso .. y no de un intercambio (guerra) oomercial enf!e mercancias semejantes.

    Anteriormente, cqmo la competencia se haca en el mercado,_ en los perodos de expansin '--,O sea de mayores inversiones de capital- el resultado era una baja de precios. En la actualidad, por el contrario, y dadas las nuevas modalidades del capital multina-cional, hay inflacin, o sea alza de precios. Y la caracterstica predo-minante de la crisis se traduce en lastagflation, pues.an con iJ;Ifla-cin hay recesin, ioqueseria un absurdo.enlaeconomiacapitalista dehaceunos50aos. Laconsecueciadelastagflationyaesmuyco-

    , no~ida desde la crisis en Estados Unidos de los aos 1957 -J960, ade-ms de inflacin de precios, desocupacin en porcentajes importan-tes. Pero si. en l958la desocupacin lleg a ser en Estados Unidos de alrededor de un 6% de la iuerza de trabajo, en l actualidad se ha aeercado a un ll%, heho indito en la sociedad norteamericana. Alrededor de 1971' se suman diversos elementos que muestran la

    prdida de hegemon de Estados Unidos: el deslinde del oro con res .. pecto al d6lar; inflacin del dlar dejado a fluctuar; pero al mismo tiempo Estados Unidos ya n_o puede dictar condiciones a .sus socios

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  • como lo haca antes y surge la Trilateral (197 4-1976) en donde las grndes potencias imperialistas se alan para hacer frente. a la crisis generalizada; el Estado norteamericano no puede someter a su. poltica alas multinacionales de su propio pas; ascenso del Japn y competencia japonesa en el mercado internode EStados U nidos; uti-lizacin por parte de Japn de robots y nuevas tcnicas de,produc ci6p a pesar de que este pais debe importar casi todas sus materias primas bsicas; etc. A ello se unela crisi.s poltico-s~cial, cuya mani-festacin ins estruendosa es la derrota norteamericana en Vietnam (1973-1975). En menor medida;permuy importante por su valor estratgico al desenvolverse enlas.propias espaldas del imperialis mo, se debe ubicar la rebelin latinoamericana. .

    A~; la nica J:espuesta del imperialismo pudo ser militar: contrainsurgencia y dictadurasamigas cOl1JO las del cono sur. Pero el

    proce~o no pudo ser detenidoy el alzamiento .en Centroamrica y el Caribe lo pruebap. Sin hal>er podido rontrolar este nuevo desafo, ya se agotan las dictaduras delconosur y Estados {)pi dos no cuenta sino con sussolasfuerzas. Sl!ls aliados naturales miembros de la NATO estn a la expectativa. de nuevos merptdos en la zona, lo que se une al hecho de que varios de los pases europeos tienen gobiernos socialdemcratas que aislan ms todava la poltica belicista del ~stado norteamericano.

    Pero volvamos alas multinacionales, la banca y el mercado. Las multinac,ionales; que han reemplazado a los monopolios tradi-cionales, crean nuevas forms d~nelacin con los estados, y tambin existe una modificacii'l e:n la relacin capitalctrabajo, lo que vere-mos un poco ms adelante ..

    Si con el fenmeno del imperialismo la expansin de los monopo-lios desde finales del sigloXIXera extensiva, ahoralaexpansin de las

    . \ multinacionales es intensiva. No ~iscutiremos cmo se fue de-sarrollando este proceso histricamen~e. Pero esta diferencia es im-portante y hoyes una realidad. Ello signifia que no se trata ,simple-mente de vender a los pases depenpientes bienes de capital obsole tos, o de ir a buscar una composicin orgnica del capital ms baja como producto de la baratura de la mno de obra o la cercana alas materias primas; sino que an mantenindose esa poltica par:a cier-,tas ztmas ~el mundo, del o q_e se bata es que ahora hay inversiones de alta tecnologa en el exterior. Especialmente m.ultinacionales. ;le Estados Unidos han generado en el exterior, como producto rle sus

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  • inversiones intensivas, intereses propios en e~ mbito, exterior al propio Estados Unidos. Es ms,la banca mundial aparece cada vez-en forma ms abierta como lo que siempre ha sido: instrumento espec.Hco de Iastr ansnacionales y noslo del Estado. El Estado, que tiene su propia dinmica (en este caS, Estados' Unidos), debe nego.; ciar con esos podres. Nuevamente aparece claro que quien gobier-na es l capital y no el Estado, aunque el capitl no es unvoco sino polifactico y entre el poder econ.m ico y el poder poU tieo se estable-ceo estrechas relaciones, no lineares ni mecnicas.

    El mercado mundial es entonCt;lS el campo donde existe una confrontacin interimperialista y donde ya no predomina la ante-rior hegemona de Estadoinidos. Eso no quiere decir que no siga siendo el principal competidor (por la hegernonacapitalista);pero desde hace ms de diez aos_ es slo el competidor ms importante, y el ascenso alemny japons es el ms serio desafo. Por eso Estados U nidos deoe plegarse aLmercado mundial y entrar en una liz a la que. se haba desacostumbra_do. De ah tambin las repercusiones in-temas de esta cris:ls en Nrteamrica, en relacin a la cual basta por ahora mencionar los 12millones de desocupados oficialmente reco-nocidos como taJes.

    Dice Davi(lS. Yaffe: "Con una masa relativamente decreciente de plusvala, con respecto a una'masa crecient.e de capital constante, la competencia se convierte para esta masa decreciente, en elemento, vital en el proceso de acumulcin; La competencia es el resultado de la lucha. pr -!as gnancias y las sobreganancias, que acompllan el alza.de la.productividad del trabajo". - . - .. '

    Veamos una tendencia. histrica; si en 1914-la inversin de Esta-dos Unidosenelexterioreradel6% deltotal, en 1935 alcan.Z-el35% y en 1970 fue del60% . ParalOsotrospases imperialistas, este proce-so se har notar a p~rtir de 1970, en donde Inglaterr~ y Franci ;

    . tenan un porcentaje ge inversin en el exterior del20 "(o (se debe te-ner en cuenta que so viejos inversores imperialistas), Alemania te'na el4. 5 % y J ap'n el3 % del total, pero ya en 1970 las tasas de cre-cimiento eran significativas de un cambio en las proporciones, pues el crecimiento de las inversiones en el exterior crec~ mucho ms en Alemania yJ apn que en Estados Unidos. Para, Alemania la tasa 'anual de crecimiento era de 172_% (entre 1966q970) y la de Japn, ' en esos as, era del272% . <

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  • Como lo muestra Harry M~gdoff, las ventas delodas las multina~ ~ cionales del mundo en sus filiales extranjeras fueron; en 1971, de 330

    ~mil millo_nes de dlares; mientras que las exportaciones de todas las economas capitalistas sumaron, ese mismo a.o, 32 mil millones de

    ' dlares.-Es decir q1,1 se ha desenvuel toen el mercado mundial lo que ' se denomina comercio cautivo; que es el que realizan entre s filiales

    -de una mima multinacional. Resultado: ya son ms importantes las .inversiones y el comercio de las multinacional~ que todo el comer" cio capitalista. Y esas multinacionales son. un puado de empresas en el mundo, precisamente las que alen.taron el funcionamiei:lto de la Trilateral, donde se buscaba el acuerdo multinacionaleS"estados imperialistas. Su languidez actual es tambin un signo claro de la di-ficultad de los. acuerdos. -

    Esto se une a lo que afirmamos anteriormente sobre la banca mundial:cada vezmses instrumento de lil5 multinacionales y no del Estado,- que poco puede manipular si rto ~en ac;_uetdo con las

    grandes empresas.- Ya entrel960 yl972los;dep6sitos-en sucursales extranjeras de los ms grandes bartcos de Nueva York comparados con sus depsitos domsticos, se incrementaron de_ ser el8 ,5% .(en 1960) a ser el65.5% (en 1972). Latransnacionalizacin del capital no es un concpto tendeqcial, es una realidad que en la cFisis actual se muestra etdoda su amplitud, por el papel que juega esa~ban.ca mundial. . ' . '

    Otro elemento para el anlisis: de-las 2llc.ompaas manufactu-reras ms grandes-del mundo capitalista, con ve.ntas porms de mil millones de dlares al 'ao cada una, slo 12son propiedad del Esta-do. Una vez ms surge claro que no es el Estado quien dirige la economa,, sino a la inversa: s la economa quien dirige al Estado. En una relacin mltiple, dialctica, heterognea por cierto, yaq)le es necesario evitar la visin absurda de determinaciones mecanicis~ tas. _ En estas condiciones, 1~ acumulacin del capital no homogeiniia ,

    .r' sino que reproduce en otra escala, mundial, la heterogeneidad del sistema. '

    Esto pone de manifiesto lo inadecuado de pretender que en el mundo ha aparecido un nuevo modo de producdn, que sera rin modo de.producdn estatal, categora que Henri Lefbvre aplica tanto a la URSS como a Estados U nidos. Sera ste unM .P. Estatal dis-. '

    '58 '

  • tinto a lo que ~ llama capitalis.mo monopolista de Esfad,o. Si deja-mQs aparte el anlisis de la URSS, vemQS que no slo~n Estados Uni-dos sino en. pafses de larga- trayectoria socialdemcrata, ~m o Suecia, no _es el EStado el mayor propietario de empresas. Y en Esta-dos U rudos, incluso empresas de transportes (fei'J'()Carriles), o servi--

    ,cios(correos, etc.), son privadas. Por lo tanto, slo existe uncompor: tamiento capitalista distinto poda existencia de las multinaciona-

    -les, pro_que manti~ne todos los rasgosdelmodode produccif1 capi-talista.

    Es de sealar que I&febvre aplica a Mxicoelinodo de produccin estatal, y lo fundamenta en su "voluntad" antimperialista, a pesar de s.i cercania a Estados Uni

  • i ~

    teamericalas aumenten sus inversiones en efproplo Estados U ni~ dos, a lo cual ellas se resisten. o sea que ras inulti~acionales ci sede en Estads 'U nidos han traspuesto his fro~teras nadonales de una manera muchorns amplia quela que puede surgir de una sin1ple ex'" portaCin ~e ca pita). Las multinacionales integradas con ia banca' mundial y aprovechando un mercad mundial, estudian sus inver-siones en ~stados Unidos; de igualmaneta.que al invertiteri Japn o en Europa. El actual gobierno de Estados Unidos, que ante la crisis

    de hegemona ha elegido como camino de solucin .el cursb a la guerra, se encuentra con un gianescUon estos nuevos 1 ntereses,-ya ampliamente 'desrrollados; de las multinacionales: y dcimos arnpliatnente desarrolldosporque .su exist~ncia viene de lejos~ No hay ms que pensar en las dificltade$;de Roosevel tal estallido de la segunda guerra mundial'cuando, eryindustrias tan sensibles como la qumica y el aluminio, los monoplfos se negaban a producir adu~ cien do sus acuerdos cartelizados con sus hermanas alemanas. .

    _Al referirse a la acdmulacin de poder pot parte del Esta~o. dice' Man en F.l xvmBrumario, aee.rca del Estado francS: "Con su in-mensa organizacin burocrtica y militar, co;J su tnecanlsnto estatal complejo r artifichd, su ejrcito de funcionarios de medio milln de hombres, s otro ejrCito de ciento cincuenta ~il ~oldados -terrible cuerpo parisi toque recubre como una merrib.rariael ctierpo. de la sociedad francesa, cubre tQ'dos los poros de la misma" .'Trasl dadoanueslrapocaesnecesriomultiplicarenformabrutalmente alta todas las caractersticas senaladas en el Estado moderno bur-gus '(la sola Municipalidad de Nueva Y9rk-tie~e nis de 300,000 empleados). No obstante;a pesar de generat y desarrollar intereses propios a esa masa de funcfonarios; militares~' polticos, los trmi-nos dialCticos de la contradiccin semantienen y, en definitiva, si todo ello es producto de la sociedad capitalista, lo's intereses del esta-do en forma inmediata no coinciden casi nUnca con la totalidad de los intereses de cu~a clase es representacin instihicionalizada. La rda tha "autonoma'! del Estado ha. ce de las mismas necesidades de las relaciones entre las clases (hay mediacicine.S y reciprocidad de mediaciones, pues las clases-no son nunbaentespasivos, slo recepti- \os) y en nuestro caso de a~lisis a nivf;!l internacibnal, se abona el terrno para. las aventuras polticas y militares, y las audacias desa-fiantes, sobre la baSe de implementar ideologas propias'(o variante~ 60 /

  • prOpias de.ntro de una misma ideologi~): la de la clase dor;ninante representada en~ Estado. " . .

    Digamos de paso que en estas circunstancias~ inscribe la crisis energtica mundial, puesto que si pudo surgir la OPEP y jugar el pa~ peLque.ha tenidp en los ltimos diez aos, ello es otro signo de esa prdida de hegemona de. Estados Unidos, y ms an de cierto Vl\co hegemnico a nivel mundial_ imperialista. No en vano, en la actuali-qad, u'no de los objetivos imper~alistas es destrozar alaOPEP, a la cual se le intent achacar ser causa de la. crisis ~o nmica actual, cu11ndosu incic_lencja, sibieniinportante, noeslo~ncia): ~P l980el balance de pagos de todos los pases clelaOPEPera de 10 mil mil~ones de dlares, mientras que una sola empres!l; la Citiqorp, de Nueva Yotk, tena un balance igual y los 15 bancosintemacionalesms im- pott!lntes llegaban.a un balance de pagos de 1,270 mil millones d~ 1dl ares (George Corm, "Menaces sur le system~ fi nanciereinterna. tional", Le MondeDtplomatique, Paris, marzol983) ..

    A todo esto se une la crisis de ls direcciones obreras, socialistas y , revolucionarias, que no han pdi do aprovechar la crisis rri IJ ndi al del capitalismo. Los avaric;s (Irn, Nicar_a.gua, etc.) son extremada-mente limitados, cuando no contradictorio,s, despus d. lo que se cfe como expectativa ante la debacle imperialista en Vietnam .

    . Pespus de 1973, y a medida que aumentaron la inflacUmr elde-sell1pleo e~ las metrpolis, lospa.r:tidossocialdemcratasycomunis-tas slo han jugado un papel de mediadoresenlos conflictos. La cri-sis social de 1968~1970 jio llev ala imaginacin al poder sirio, en al-gunos casos; a gobiernos socialdemcratas que ahora desde el Esta-do (desde el in~erior mismo del poder) siguieron cumpliendo su rol mediador (el caso ms extremo es el alemn). Ayudado p9restas ca: rencias d~ opciones an1ticapitalist~elsistema toma respiro~ No obs-tante,an ~oresoh:i ni sus contradicciones ms desgarrantes, ni ha conseguido establl:~cer un ,nuevo stotll-quo.

    - \ . Si las multinacionales produjeron un ,decadencia de lo que ~ra.

    clsicamente la competencia en el mercado mundial. no hay un fin delac.ompetencia sino una nueva relacin intercapitalistamultina-ciona, queseexpresaen unnue\'0 tipodecompeten~iayello trae in-

    s~guridad en los cap ita les, retraccin en la inversin, etc:, hasta tan-to una nue-va hgemon fuerte no les d nue,amente confianza.

    H,ay Qna il)t~rrelacin dialctica entre coalicin interimperi"as-

    61

  • taycompdenciademercadu, dondelosalineamiento$porinte~s pueden hacer variar las pPlticas aplicadas. Esos intereses son eco-nmios en primer lugar, pero poltico-militares en forma inme-diata tambin. .

    DeaU que la existencia degobiemossocialdemcratasen Europa (Suecia, Ftapcfa, Grecia, Espaa, Austria; y donde en general'~isteunatelacindefuerzasparejaentredeR!chaeizquierda,comoen Alemania, Noruega, Portugal, Italia,etc. ), y la existencia de fuertes presiones por la paz, la defensa ecolgica, por el desarme (dettnte militar) hacen an ms histrica lateacci6-n del gobierno de Reagan que lisa y llanamente no puede imponer condiciones ni a sus propios aliados (ejemplo: el gasoducto transiberiano).

    O sea que el mundo no est dividido en Este-Oeste por un lado y Norte-Sur por el otro, sino que en cada uno de los cuatro polos las cri-sis intentas estn a la orden delda,adems de que Se interinfluen- . cian, con la particularidad de que ninguno de los polos tiene" estabi-lidad".

    Falta de hegemona implic~ inestabilidad, d~orie1_1taci6n. Y lo que estn haciendo las metrpolis es buscar acuerdos para estable-cer nuevos ejes hegemnicos (armonas; estabiliddes). Estados Unidos busca especialmente acuerdos con Japn, y Alemania los busca en Europa. Noobstantelasituacinesmuy.OuidaynoeshiSig-nificante el papel que pretende jugar la tJ:R51) en todo ello, Un mundo que aparece multipolar, debena facilitar a los pases dependientes mejores condiciones para laJucha por la lib;eracin nacional y so-cial, pero ello no se hace~en la perspectiva de competencias (o pseudo-chantajes) de las burguesasnacionalistasfrente alas metro~ politanas, ni tampoco con retoques al sistema capitalista, politica preferida de todos los teformismos. Lo que est en crisis es el sistema y de lo que se trata no es de salvarlo administrando mejor la crisis; si-no tender a crear un mundo nuevo; en la perspectiva socialista.

    Si el capitalismo y el proces'o de acumulacin aescalamundial, es-pecialmente desde finales del siglo XIX; llevaron a .sobrevalorar el papel jugado por los estados n~~ionales metropolitanos, que garan tizaron travs del intercambio desigual (a nivel mundi_al) y del con trolde la realizacin de 1 a plusval~; en' el ltimo perodo de poco m sde diez aoslos estados ya no pueden dirigir aquellos procesos, y el papel de los estados, en su rol poltico (tomados separadamente o

    ' '

    62

  • L

    en su conjunto) se encuentran en tina situacin de inferioridad (o de dependencia) an en su papel poltico de dominacin, en beneficio de las firmas multinacionales (no es un ejemplo menor el del a ITTy su papel al derrocar al gobierno de Allende, e'n Chile, en 1973);

    La pregunta surge as: quin hace de gerente de la crisis, las mul-tinacionales o los estados metropolitanos? En el complejo juego de interaccin y mutua dependenc~a, en ltima instancia el Estado aparece como protagonista(ac~uando, expropiando, administran-ao la violencia, la guerra)' pero son Estados que se ven constreidos a actuar as, y los verdaderos suj_etos que determinan a veces estn ms all de las fronteras. El aparato econmico ha intentado siempre. aparecer desligado del ejericio directo del poder .. As apareei todava en las crisis anteriores del sistema. En la actualidad ya no tiene alternativas para marginarse. Debe defender sus mecanismos de acumulacin-reproducein,.y 16s estados metropolitanos en-cri-sis de hegemona no le ofrecen todaslas garanta5 necesarias. El ca-pital multinacionalintenriene cada vez ms directamente con o' sin accin paralela del E"Stado; y ste ya no es la representacin con- ' centrada. de los monopolios, pues la economa se internacionaliz y como consecuencia el Estado nacional (todos los ~stados nacionales)

    , se debilitaron. Ascomoel mercadomundialdelosmonopolipsnoes el mismo mercado mundial de las multinacionales,_ en la misma me-dida han cambiado las relaciones mutuas entre Estado y empresas. El mismo capital y sus representantes como tal capital, cada vez de-ben dar ms la cara.

    3. La inte~aCionalizacin del_capital y el trabajo--Si por una parte el ca pi tal multinacional no se somete-a las rdenes

    del Estado; por la: otra, y aparte de lo que podamos considerar sobre ese Estado imperialista, hoydebeenfrentar y establecer nuevas rela-ciones de trabajo, nuevas condiciones de funcionamiento del capi-tal.

    Lainternacionalizacin del capitalllev~ a una mayor dh.isin in-ternacional del trabajo. De all que en el mercado m undialno se tra-te simplemente ge un deterioro de los trminos de intercambio en fonnaclsica (precios baj-sde materias primas a cambio de precios altos por los pr6ductos manufacturados), sino que ahora hay pro-

  • duccin.illa~ufacturera de los paises dependientes, pero que no se dirige a un mercado interior, como en-la etapa de ''sustitucin de im-portaciones", sino que ahora produce en funcin de un mercado mundial y con capital transnaci9nal. Entonces la crisis financiera actual (excedentes de produccin y crditos txcsivos de la banca mundial) afecta tambin a las multinaCionales en etexterior" (osea en los pases dependientes). El nico sector econmico, a nivel mun-dial, que no est en crisis es la economa de gu~rra. Es de notar que hasta el ciclo depresivo de_ 1 Q7 4-1976 tambin se haba salvado lain-_

    dustria de las computadoras, si_stemas, microprocesadoras, infor-mtica en fin.

    Las deudas impagables del llamado Tercer Mundo y la 'crisis de control imperialista llevan hasta el bord del abismo a la economa mundial transnacionalizada, ante laposibilidadde un crack finan-ciero por deudas iiJlpagas y falta de liquidez.monetaria, que tienen su origen, por atraparte, en los intereses multinacionales multipli- r cados, en losprop~os paises dependientes. En 1983 el servicio d fa deuda de los 12 pases ms endeudados representa cerca de 190 mil -millones de dlares. Destaquemos que as se pagan solamente inte-reses sobre fos intereses, pero ~o el capital adeudado.

    Si los cilos, como decia Trotsky, "son fenmenos derivados y no fundamentales de la esh:uctura eronmica", eslgico concluir que el ciclo crtico.global y prolongado de ~a economa capitalista es la expresin de la crisis de todo un sistema, y que slo tiene expresin superficial (es decir en la superficie) en las deudas, h! inflacin, la ili-quidez, l'a desocupacin y la contraccin comercial derivada.

    La crisis generalizada tiene ef!X!tos IJ.Cumulativosy la prolonga-. cin de la crisis con sus saltos espasmdicos desde hace ms de diez aos, que ponen a tapt balear a todo elsistma, aparece sin que los es" tados imperialistas atinen a ponerse de acuerdo sobre la medicina a utilizar, o inc)uso,entrandoenunacompetencia que trata de sacar provecho propio y d~ cierta manera imnediatista.

    Es de sealar que la empresa multinacional implica una elevada tasa de crecimiento de la,productividad; Pero en condiciones de crl-

    ~is da como resultado: alta produccin aunque a un ritmo menor y desempleo, tanto en los pases imperialistas como en los dependie tes.

    1

    . Los obreros mantienen su disputa con el capital, ~ero a diferencia

  • del o que sucedi ert otras oportunidades, la di5puta 'se da en la fbri-ca,; pero no enlasociedad. Noestamosenl968-l970 y la falta de ver-daderas mOvilizaciones de masas, en fomia acUva y con seritido cla-sista en las inetropolis, es evidente. El hecho de que se destaquen las marchas "pacifistas" y "ecologistas" es ya todo un sntoma.

    Esta disputaobieraenlafbrica no es producto de una conciencia socialista, sino producto de las transfonnacioiles tcnicas y cultura~ ., \ . . les en las nuevas condiciones de produccin (del'taylorismo-fordsmo. a las microproce~adras)' el robot), o sea es una lucha por el empl~o y el salario, en condiciones de desocupacin prolongada en cada 'sociedad metropolitana. ' . .

    Reiativizarido lo anterior es necdario siempre tener en cuenta que la lu~ha de clases a niveteconmic'o (dela fbrica:) es tambin

    poltica, pero no obstante es una lucha dentro del sistema y sin vul-nerarlo, slo eq el mejor de los casos por refonriarlo. Por el contra~ rio,la lucha de clases a nivel de la sbdedadidentificenseguida inte-reses histricos de la clase, y sus motivaciones pasan a ser de i_nme-. di ato no slo politicas en folm a xpllcita, sino tam bien de enfrenta-miento al EstadO. -

    El mismo desempleq (y su amplitud) tiene un efecto desmoviliza.: dor y hay un aumento .. de la tasa de explotacin. Remontar este pri- mer efecto desmovilizador requiere direcCiones polticas y Organi-

    - zar, incluso fuera de ~as fbricas, l resistencia a llts polticas del Es-tado y de las empresas organizando a los desempleados y a los margi" nados, presentes siempre en forma congnita al desarrollo urbafiO-industrial capitalista.

    . '

    4. La presenci~ de la Ul\SS y la crjsis del "$0ciaUsmo real" Por una parte hay un resurgiJ11ien to de rivalidades interimperialis-tas. Ellosepuedeapreciarenlasndticiascotidianasdelaprensa. Son rivalidades semefanles a las que ilevarori ya en este siglo a dos guerras mundiales. Pero la semejanza es slo eso, una semejanza. Hay razones de mayor profundidad que hacen que los conflictos se den. a niveleS muy superiores. Mencionamos solamente: multina-ciomlleS queno son con troladaspor los estados (sus estados sede); di-visin internaCional deltrabajo que unida a la nueva tecnqloga in-dustrial agudiza la crisis clsica de sobreproduccin; una banca

    65

  • mundial ligada a ias multinacionales que busca aplicar recetas ~o..netarist~ (anti-keynesianas) al deseontrol catastrfico de las finan~ zas internacionales; de~empleo con inflacin sin persp~ctivas de me-jora inmediata (o de muyleve mejora) a pesar de recetas socialde-mcratas, (keynesianas) en algunos pases europeos. En fin,'agudiza-cin de las tensiones en cuanto a polticas enfrntadas en la lucha por la nueva hegemona capitalista.

    La presencia de la URSS en estas condiciones se convierte, en el mercado mundial, en la presencia de un antagonista que si bien no es parte de la 1 ucha por una hegemona en el campo capitalista, s tiene capacidad de intervencin en el mercado mundial, donde precisa-mente se desenvuelve esta lucha. Las preferencias de la URSS por fa-vorecer (o buscar acuerdos) con Europa stn explicitadas clara-

    ment~. De all qu~sobre la base de una polticadedistens(,)nmilitar, la URSS pueda conciliar con los europeos (especialmente con los so-cialdemcratas) y con tribuir~ debilitar la presencia de EstadosUni~ dos.

    Com.o contrapartdasurge la coherencia de fa poltica de Reagan (que es la de un sector importante de la burguesa norteamericana): no puede obligar a las transnaCOJ1ales a que inviertan, en Estados U nidos pa;ra que ayuden a darle oxgenoa la ecc:inom~a nacional, en-tonces se lanza a la militariZacin: Las multinacionales no estn en

    contra de esta poltica, pero para ellas la guerra es una perspectiva extrema. Si el Estado puede hac~r esto es porque{!xiste_tambin una vocacin ideolgica en una parte de la burguesa norteamericana

    - con delirios de grandeza, que busca la nueva hegemona Sbre la ha-sede un triunfo militar. Perocomostosnosonlos tiempos de la vieja poltica del "gran garrote" o del"destino manifiesto", estapoltica debe basarse en misiles intercontiilentales. La alternativa qe tiene .la administracin Reagan ....,.ante la renuencia de las multinaciona-les- es, en el plano econmico, establecer una poltica abiertamen-te protecdo~ista, pero ello est slo insint~ado hasta ahora pues cada medida que se tome afecta a todo erl esq:uerna m1..1ndial, p1..1es, como ya dijimos, la.crisis n~; es slo econmica si!lo glopal. .

    La paulatina :desn~:~cionalizacin" o "transnacionaJizacin" de las emp~esas lderes y la banca m un dial atenta contra la recupera-cin de la hegemona norteamericana, pero al mismo tiempo son factor que acelera el rearme y el peligro de un holoc.austo nuclear.

  • Aqu surge dramticamente y en escala munilialla vigencia de aquella afirmacin marxista de que ninguna lase.dominante se va de la historia por su propia voluntad, sino que hay,que expulsarla, y eso slo se consigue con 1~ violencia revolucionaria.

    La URSS, por su parte, a pesar de intervenir.en el mercado m un-. dial, o paralelamente a ello; tambin tiene su crisis in~erior. No

    puede controlar ~'\unque ~n domina-:- a su zona de influencia (Polorrla) y sl

  • f9rma casi clsica, lo que los clsicos del marxismo (Marx, Engels, ' Len in) entendieron que erala. dinmica de la revolucin proletaria socialista. Pero que ahora no se desenvolviert un pascapitalista, Sl no en uno donde la burguesa ha sido exptopiada y el.Estdo es bu-rocrtico y represivo.

    Dice Mink, al referirse a la- rebelin obrera polaca contra las estructuras burocrticas represivas, que "no se trl!.ta sobre todo de

    -unacompetenciaporelpoder,yaquesesabequelacompetenciapor el poder en trana i nevi tablemen te represi6n, y qU:e si aquella llega a resultados reales, es decir a la torna del poder, ello conducir aJa in-tervencin sovitica". Poi ello distingue dos lgicas paralelas pero distintas en las luchas obreras polacas: una positiva (o positivista) y otra ..romntica. "-La lgica: positivista consiste en crear org.niza. ciones de autodefensa en el inte)ior", -ya que el problema consist_e en saber qu se puede hacer enr sistema"totalitario sin provocar la represin". La estrategia onsiste, entonces, en buscar reforma5 'dentro del sistema mismo.

    La lgica '"roriiantka'''de la lucha ele clases deriva a f;>rmas in-surreccionales, que Minkcalifica de" todo o nada". Esto implica or-ganizacin clandestina, profundizar lascontradi~ir'lesconel regi-'!len dent-ro de los lmites autor;izados, para derivar a una defensli y ejercicio de la democracia socialista de base/ La revol uci6n poltica antiburocrtica rpidamente se pone a la orden del da.

    Si el proceso polaco recin empieza en ss fases agdas, hay que reconocer que los obreros han sabido combinar dosis adecuadas de ''positivismo" y de "romantici~mo'' (n~gociacin dent~o de la ley y preparacin d la revolucin poltica), pero a partirdeesteconiien-zo no solucionado an por la burocracia sovitica, Polonia contina

    ' presente como ejemplo a seguir para otros pa9es del E~te europeo (Hungra, RDA). De ah que la URSS slo ha tenido unxito parcial al frenar el proceso polaco. Su clltagio a los otros pses segurantente ta1m bin se dar enun mezcla de positivismo y.rom anticismo para luchar por una autntica democracia socialista integral. '

    A .nivel mundial, la criSis interna en el bloque .del "soCialismo rear tiene su expresin en el mantenimiento de concepciones stali-nistas nQ superadas ni siquiera por lS eurocomunista5: Socialismo en un solo pas, abandono de los movimientos de libera~in o no pro.~

    mo~in de los mismos exeepto cuando tdunfen por s m islllos, y re:o-

    68

  • lucin por etapas; lo que no slo muestra la incapacidaq de la bu-rocraci.a sovitica (y d los partidos~oin unistas) para "Ubic!)rse en las nuevas coyunturas internacionales, sino que adems garantizan al. ' capitalismo que la URSSno los mQlestar en poner orden en Stl casa .. Ls tensiones~ instalan dentro delsistema ynoen-lapers~tiva re-volucionaria.

    Sil a al terna ti va es un mayor rebelin e_n E u ropa Orlen tal y crisis de l.as burocracis,lo que tambintrabtruna mayor incidencia~la URSS eidas relaciones con }tS burguesas imperialistas, para el. mundo dependi~nte significa que en. el conflicto Norte"Surdebern actuar con dbiles aliados potenciales, aunque como ya se sabe una

    .. vez desencadenada una accin pdltico.social, hay inevitablemente realioeamient?s . . . . .. .

    Si bien los conflictos Norte~Sur y E;ste-Oeste no.pu~den ser .total-mente separados u.no de otro, las respc;!ctivas crisis de cada bloque hacen que la interdependencia 5e.afloje. Los pases dependientesde-be,:-n enc.ontrat sus propias respueStas ai desafo de .la crisis de . hegemona en el m.t~ndo capitalista metropolit!no.

    Protr~parte, d~ntro d la misma Unin Soviticayde los pases del Este europeo, de econom~ centralmente planWcada, el m ante-. nimiento del_salariaclo ylaDrganizacindeltrallajo de ac1.1erdo a nor-,mas capitalistas se expresa !;ln l11. adopci6ntemprana deltaxlorismo,

    \_

    ya no como nitodos de racionalizacin d~Itrabajo a aprovecl_lar.en , )o que llaman "l organizacin cientfica" del trabajo, sino tambin en elintento de. uQa superacind~ aquel taylorismo. . ,

    Si eltaylori~m_o desc~lificaba al trabajo humano y tenda a dismi-nuir la capacidad de resistenci!t obrera, -l9s sovitico~ .pr~tendeQ ahora .haber -superado esa etapa, ~uando lonico que han hecho es incorporar el fordismo (trabajo en qidena), que ellos denominan taylorismo ''de nuevo ~po". No.pbstante.en la.URSS el problema esencial de un buen funcionamiento taylorista-fordista (ultradj\'i-sin- del trabajo m.s trabajo en cadena). es' l~ irr~gularidad en el abastecimiento, tanto de m(lteria prima como de repuestos, como lo derou~tra el grupo de estudios Urgense. , En la ;URSS no hay ''d~sciplpa producto deJa desocupacin", ya

    que sta no exist!;!.",S6lo subocupacin en las propias fbricas. Pero losobrerostieQen gran poder de negociacin, lo que hace ~'difcil la _sumisin del trabajo". '

    69

  • La introduccin del fordismo n ta URSS crea una modificacin del mercado interno pues "los bienes de consumo durable estn ~hel corazn del fordismo", y para-mantener un poder de compra enel meroado interno, la administracin debe elevar los salarios.

    Osea que, si una de las caractersticas del taylorismo-fordismo en la URSS, segn Urgense, essuarritmiacomoooruecuenciadesuirre-gular.abastecimiento de materias primas y repuestos, sumados a los cortes de electricidad, etC., que detienen la cadena, por otro lado han producido ur merc_ado interno diversificado con productos du-

    . rabies (heladeras, estufas, etc., sin llegar an al automvil como consumo d mass) y cmo su consecuencia aumento de salarios pa-ra garantizar el po~er -de-compra.

    En tales condiciones se mantiene en esas economas planificadas c~ntralmente la no existencia ele crisis econmicas y la ausencia de desocupacin. La otra cara delamoneda es que la introduccin del fordismo tiende a eHminar aquel salario .atenuador de las diferen-cias sociales, y por el contrario introduCe un salario que adquiere di-mensiones semejantes_ a las del salariado capitalista. 'EntonCs, si bien ideolgicamente "las economas planificadas centrales no pUeden reconocer oficialmente el abandono del pleno empleo y .la introduccin de una forma de disciplina capitalista.del trabajo por medio de la desocupacin"; como afirma Urgen5e, lo cierto es que al convertir por ejemplo a-Hungra en un verdadero campo de experimentacin en direccin al fordismo, se introducen mayores ele m en tos poteniales de crisi; deri tro del conjunto de pases del! so-cialism real": Porque, como dice Claude Durand muy acertada-mente, "la crisis del taylorismo es a la vez la crisis duna cierta con..-cepcin de la utilizacin de la mano de obra y una crisis del sistema de autoridad." Concierne tanto a la explotacin econmica de lQs tra-bajadores como ala concepcin de las relaciones social es de produc-cin; En" este sentido desbQrda lempresa y tiene un alcance social general". Por ello, si la URSS pudo estar al margen y no ser afectada por la crisis de 1930, ahora las condiciones han cambiado y las contradicciones del Estado sovitico y dems, pases del"socialismo real" se muestran cada vez ms como parte de un mundo integrado, no slo por el mercado mundial, sino tanto por la crisis de ese merca-do como por la crisis global que trasciende lo econmico y se proyec-ta a lo poltico-social. Hungra, por ejemplo, adhiri en mayo de

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  • 1,982 al FMI yen ese pas ya se habla de recesin y "crecimiento cero"; adems; a par~ la desocupacic;ln ya sin disf~az. al cerrarSe empre-sas no rentables. Hay aumento de precios de artculos de c~nSUillO, deterioro de]ostrminosde intercambio, devaluacin monetaria de un 11 % ydesocupaci6n. U na vez ms se demuestra que-el socialis111o como proyecto y la economa de mercado son incompatibles (dats de Le Monde Diploma tique~ Paris, junio de 1983) .

    . Por. ltimo, escpnvenientepuntualizar que nuestro planteo no s-lo es l,a antitesis, sino que tendencialmente es totalmente divergente 'del de aquellos que plantean la existencia del modo de produccin sta tal para la uRSS. Ni la URSS invnt un nuevo modo de produc-cin basado.en la potica ,.como pretende Henri Lefebvre, ni hay i.m aceTCamiento entreelmodeloestataldela URSS y el de Estados Uni-dos. Diferencias estrctural.es los separan.

    Este supuesto mo-do de produccin estatal, basado eo el Est~do y la poHtica y noenlo econmico (osea que no define.nuevasodistin-tas relaciones sociales de prodcci6n), tiene una triada esencial: bu-rcratas, tecncratas y militares. Asi, la tendencia ser, para Le~

    f~bvre, que los estadoS absorben la economa y lo politi'co es Jo deter-minante y decisivo (~l carcter rep~vo del Estado). Por nuestra parte (y sin entrar adiscutir aq:u elcaractersociaJd~.la UBSS), no po-dems aceptar que ae lo que se t'rata es-que nuevas claseS medias se .han apoderado del poder y de los estados (comprendido aqu Esta-dos U nidos) . Por el Contrario_, la economa muestra su poder, inclpso en la forma de utilizar las formas polticas estatales y las "clases me-dias". -

    5. Los pases dependientes y la crisis mundial global (con nfasis en Amrica Latina)

    L~ cEJ;lAL sefiala en su ltimo informe publicado en enero de 1983, doce aspectos de c6mo se IIJan~fiesta la,crisisen Amrica Latina. Re-sumamos al extremo los datos c;!orrespondientes a 1982: .el Producto Bruto total de Amrica Latina cay 1% , cosa que. no suceda desde hace40as; el producto por habitantecayanms, 3%, teniendo en cuenta el crecimiento de la poblacin, o sea hay una cada ~el p-der adquisitivo del salario; mayor deterioro ei:tlos trminos del tn-tTCambio, Id que redujo el ingreso total (excepto en paises exporta-

    ' 71

  • 1 dores de 'petrleo )a los ndice~ m 5 bajos de ls ltimos 50 aos; alta desocu,pacin urbana' y prdida de dinamisrit_o econmico; deva-_ 'luacione.S monetarias y altas tasas de inflacin; el aumento-d los precisal:consumidor fue del45% (ponderada porla poblaCin fue del 80% ); que es la tasa ms alta de la historialatinamericana; el

    - comercio exterior c_err con dficit-sin precdi:mtes de 14 inil millo-nes de dplares de prdidas en las reservas de oro y divisas; el pago de intereses y utilidades del capitalext1'anjero marc otr rcord, ya

    que a5cendieron a 34 mil millones de dHues (lo que significa que en los dos ltimos aos creci un 100% ); la fuerte re'r)esa de divisas al exterior no se ~ompens con nuevos ingresos,-que~si en 1981 fueron'' de 42mil millones de dlares, n 1982 fueron slo'de-19;2 mil millo-res de dlares; la deuda ex-terna global ascendi a 27 4 mil ~iliones de dlares; hubo una disminucin nefa del valor de las exporta~ ciones, etctera. ' -

    Como se puede apreciar, son todos indicadores crtios, pero to-dos sumados no sori de por s el .factor de-la criss mundial, sino un sntoma. QUrerrios_enfafizarque la crisis no es producto del mundo dependiente, cuyas burguesas no supieron administrar bien, sino que la crisis tien or~genmetropolitano con repercusiones en todo el mundo. Tomemos un ejemplo. MQcho se habla de la trmenda deuaa pblica de Arrrica Latina y especialmnt!3 de,alguns Sta-dos como Mxico, llrasil, Arge.nthi-a. La CEPAL afirma que tod~-'I deuda exterior de-Amrica Latin,a es de 274 mil millanes dealres; PueS bien, -la sola deuda de Estados nidos sobrepasa Jos 200 mil-millones de dlares, y septevqueeneste ao 1983llegar porlQme:-nos a 300 mil millones de dla.res. Podemos decir entonces qu hy una-relaciQ "nonmi1"- de la,deuda, sin que por eUo se justifique el ratrocinio perpetrado en sus propios pases por las burguesas latino~ americanas y sus socios transnaci?nales. Lo anormal eda crisis gl() .. bal del sistema en que est-insertada la deuda .. Y no hay ni una sola burguesia latinoainericana, por ms revolucionaria que Se procla-me, que busqu-e soluciones fuera del marcodel imperialismoyls' transnacionales. En este sentido los reclamos de un Nuevo Ordn 'Econmico Internacional CNOEI) h sort ni ms ni menos que darse el meiquinoobjetivo de volver atrs a la historia, tratando de reinsta-lu, mundialmtmte, un neo-keynesianismo, que obviamente es asu~

    , rn ipo cmorecta interna l sistema, para susidvacin y para volver

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  • / '

    aprobar, enuncrculovicioso, otrHez altern!!tivaspopulistasy de-sarrollistas.

    Como el sistema capitalista debe crecer o morir, as tambin de-ben cre()erlos nmeros rojos en los papeles de los estadoslatinoame~

    riCa nos. Pero todos saben. que stas son d.e!J.das q1.1e slo parcialmen-te se pueden pagar. EJ resto queda como anclaje para el chantaje y el

    , sometimiento. Y no hay burguesa que luchecontrae$t(); sino que sus -lmites de_accin estn en la negociacin y nuevas concesio_~es. La espiral del funcionamiento del merca,do y las inversio,nes crece y se ampla, pero el circuito lleva siemJ?re alternativ.amente a riqu~as relativas y aumentp_de la tasa de explota,cindel trabajo y de laex_po-l.acin nacional, . . .. . . ..

    Ep el caso de Mx~cose suma al hecho realy cierto del impacto de la cr.isis mu.vdial y el saqueo de capitales en divisas al exterior, los hechos traumtiC()s de ;la nacionalizacin . bancaria, Jas deva-luacioneS de la moneda v'elrontrol decam bios.Noobstante todos es-tos hechos S?rpnagnifi~a,dos tnto,por los ~mpresarloscomo por el Estado pa,raobtener.n uevasventaj as sobre un triQvimiento ob ~ro)' popular, atado a las burocracias sJndicales, que como gr-upo de pre-sin slo hacen declaraciones verbalistas pidiendo cordura pero sin poner en cuestin ni en peligro el libre accionardel Estado, tan res--ponsable antes como a-hora por permitir el superoego~iado empre sario, que.especularonladesocupacin y lainflacin, para mej9rar 1 as condiciones par_a la reproduccin d_elc a pi tal. Si 1 a tri pie relacin Estado-sindicatos-empresarios esya tradicin en elllarp.ado sistema de_econom{a mixta Qe la revolucin mexicana'', en condiciones de crisis, y ante una, burocracia sindical que acta como ap{ldiceesta~

    -tal, 1~ nica altema~i\'a es que el Estado y los empresarios conseguirn mejorarlas con di done$ dduncinamento pe lasemp resascapitalistas ano ser que estallen mo\'imientos de masas incontrolables.

    El ti jo keynesiano de Estado existente en Mxico desde Crdenas entra en una crisi~ que es parte de la crisis ms general. y su e:ventual permane'ncia dep,ende ya de facto.res ajenos al P,ropio Estado, por ejemplo el desenvol\imiento de la crisis mundil misma por unlad, y la capacidad (o no) del movimiento obrero y de la izquierda para cuestionar las bases de la forma de desarrollo de economa ~mixta", es decir de superar el modelo casi agotado y vacilante del Estado key- nesiano o neo-keynesiano.

    73'

  • 6. L_a opcin sacialdemcrata: raz y e.Sericia de su pretendida originalidad .

    / ... Como producto tanto de las nuevas condiciones de funcionamiento de] mundo a prtir de la segunda guerra mundial, como mucho ms recientemente la crisis de autoridad sovitica y de los partidoscomu-nistas, la socialdemocracia ha experimentadO un crecimiento que no era posiblepreverhacevarias dcadas. N sl sereconstif:uy, si-no que pas a ser casi dominante eii la poltica europea(y dominante en la' izquierda). Partir d ahi busca intervenir en Amrica Latina de una manera m.Snovedosa, aunque tambin contradictoria. Para ello ha debido cambiar sus consignas puramente anficomunistas y anticastristas de antano, apoyando a movimientos revolucionarios 'com9 en Nicaragua y El Salvador. Lo l:nistno en relacin a los paises del cono sur y Brlsil; por otra parte, essignificativode qu manera se siente ide.ntificada con el rgimen meXicano~ ... -

    Este cambi de la poltica de la'lnternacional Socialista es apro-bado en el Congreso que realiZa en 1976 en Ginebra. Las elecciones europeas favorec~n el protagonismo soci.!lldemcrataen la crisis ac-tual. .

    A partir de la crisis de 1930, se fue ccmfigurando lo que se lllim el Estado keynesiano, tanto eri Europa como enEstados Unidos, cuan-do se implement el ew Del d Roosevelt . .ElEstado liberal-con-servadorquedabaparf!la hiStoria y si la burguesa 5e hizo reformista desde el Estado; la socialdemocracia euiontr que poda competir en ese terreno, o sea institucionalizar su reformismo' '(por otra parte de vieja data) en y desde el poder. Esto no'vulneraba los principios

    ' generales 'de] socialismo reformista, slo que ahora SUs opciones de ser gobierno ~e ampliaron. A ello ayud la crisis buig.uesa alimen:,; tada por las consecuencias de la priiOOra guerr mundial y la pos-guerra. Si Sueeia fue soCia,ldemcratadesde 1932 (cuandO en Esta-dos U rudos Roosevelt gana las eleccioneS por primera ve:z:), en la ac-tualidad hay una larga experiencia de poltica-reformista scialde-mcra:ta en el poder. ' " .

    El EsfadosiJcial, o WeljareState, eslEstadodelademocradaso-cial sobre el que ya hemos escrito anterirmenfe; s.e trata del Estado keynesiano. ConMandel podramos dedr;simplificadamente, que la crisis actual es un ataque al Estado keyne~ano para volver a for-

    74

  • -'.IJlas autoritarias de poder; El Estado social o keynesiano daba prioridad al mantenimiento del empleo; el nuevo esquema autori ta-rio simbolizado en la econo~a por el nuevo monetarisrrio de la es-cuela de Chica:go da:priorldad a la lucha contra la inflacin. Si en Amrica Latina hay ejemplos claros de ambos extremos (keyne-sianjsmos expresados en ppulismos desarrollists_del tipo Crde-nas, Per, etc., y monetarismo como en los casos de las dictaduras del cono sur en la actualidad), tambin hay situaciones hlbridas, y una de ellas es la que expresa la poltica qel Estado mexicano en la crisis mundial actual.

    bicen Buci Glucksm_an-Therbornque el"keynesianismo ha coin-cididconelfordismoyeldesarrllodeunanuevacomposicindela clase obrera". Y la sociddem_ocracia europea encontr en la revolu-cin keynesiana de la posguerra "su base ideolgica y su praxis expe-rim'ental". Para ello implement una forma diferente de ''admi-nistracin- de la economa capitalista"._ Si bien todo_ estQ es muy correcto, no lo es cuando estos autores sostienen en forma equivoca-da: que esta nueva situacin del Estado "exige una ruptura histrica y terica interna en elmarxismo, ya que trastoca sus anlisis origina-les". Y decimos que se equivocan pues,. al contrario de lo que ellos afirman, no hay una transforinacincualtativadel Estado (ncuyo caso se~trataria de U:fl Estado no~capitalista), sino que se trata del mismo Estado capitalista funcionando distinto: su forma ha cam-biado, no su esencia.

    Ya Otto Bauer en los aostrei~tay a partir de laexperjenciadel SO cialiSIJlO astro-hngaro desarroll. una est(tegia ms compleja,' que Antot1io Moscto sintetiza diciendo que se "cimtra en el proble-ma de la oonquist de algilnos medias y de la poltica de alianzas". Asi~ Bauer acepta que all donde la burguega opo_ne su violencia al prole-tariado, quiz Sea neesria la fue:rZa obrera para imponerse. Pero en Austria (casotempr.$.no de qemocracla social o Estado Keyne-siano, al igual que Sueci~) ~l es necesaria la "violencia defensiva" y

    ., la clase obrera "se propjar del poder dentro de pocos aos por me-, dios legales d la misma,dernocracia". ,

    Quien se ha propiado del poder ha sido lasocialdemocraciapero no para hacer una poltica obrera (excepto en sus lmites reformis--tas), sino~ para administrar al capitalismo :mejor que la burguesa. Dicen Buci Ghicksman-Therborn: "Verdaderos parlid~s keyne-

    75

  • . si anos, enraizados ~n la gestin estatal, los partidos socialdemcra-tas devienen cada vez msclientelistas, corporatistas, interclasistas, tecnocrticos".

    Y ese Estado keynesiano quiz no pabria podido desarrollarse -afirman esos utores-, "sin la pax americana, el desarrollo de un sistema monetario internacional apoyado en el dlar y haciendo po. sible la acumulacin internacional" .. o" sea que este tipo de Estado pudo surgir como consecuencia de la hgemona de Estados U nidos que grantizaba un cie.rto ordim internacional". Pero esto !11! acab hace ms de di(!Z aos y la crisis mundial es tambin la cri$is de un modelo de Estado capitalista.,Ese reformism_o masivo que pudieron implementar los gobiernos socialdemcr.atas se trueca ahora y de. ben administrar ~tados con fuert~ desocupacin, inflacjn y crisis de mercad~s, lo que es aliment de convulsiones.sociales.

    Consecuentes con sus planteos eurocomunistas estos aut

  • 1

    consiste solamente en qu~ los socialdemCratas han sid y son go-. bierno en inu~bos pases europeos y los eurocomunistas en cambio

    han ~ntrdo en crisis, sin poder convertirse en alte~ativa de poder . . Consecuentemente estos autores rechazanel-~~modelb de revolu-

    cin poltica jacobina-radical", que ha -sido "re In macla. por la~ revo-lucin rusa y lasdiferentesteorizacionesdelarevolucin permanen-te". Por eU-dicen-la estrategia de hegemona intenta recompo-ner la unidad revolucionaria de las masas en lo "nacinal:popular".

    El -~tado capitli:Sta sufre una-revolucin modificadora pasiva "por arriba"; lo que n slo configura al Estado keynesiano, sino a los ''estados de Cmpromiso nacional popular (populistas)"~ ElEsta-do n:o es entonces el E,stado de la Clase dominante"sino que en ciertas condiciones un Estado se constituye y se desarrolla a partir de una 'alianz~, de un 'compromiso', ms o menos histrico". El Estado e~

    entendi~o'enton~s como "compromis histrico", o sea e!E~tado neutro, sobre todo si el gobierno es socialdemcrata, ya que hasta ahora los intentos del Partido Comunista Italiano no tienen resulta-dos a la vista.

    En las condicioneseoonmicas de la crisis actuaL elEstado keyne-sino ha sufrido stl' principal derrota en Estados Unidos. Pero la peo lea sigue a nivel internacional y en Europa no hay n_ada decisivo, a pesar de algunos triunfos-de la socialdemocracia entre 1981-1982. La socialdemocracia europea se ha volcado al mundo dependiente y busca en Amrica Latina construir alternativas diferentes J las aus-piciadas por Estados Unidos o la URSS. Hay iqu dos grandes lneas cruzadas:- crisis de los partidos comunistas e() m o consecuencia,-_ entre otras razones; de su servil polti9a pro-sovitica; y nueva toma de posicin socialdemctata, que abandona como concepcin central el anticomunismo para apoyar a~os D)Ovimientos nacional-populares. Silos partidos comunistas en crisis han dejado un amplio campo . de aecin a la socialdemocracia, eUracaso de otros populismos de tinte nacionalista tambin los ayuda en ese sentido. Peroen t~nto so-cialdemocracia Se identifica con los estados de democracia social (keynesians), su hase e-;t ~stablecida en ~ierto funcionamiento del capitalismo: taylorisrtw, fordismo, produccin en masa, alta (o no

    1 deprimida) capaGidad de consumo masivO; plena ocupacin (o muy escasa desocupaCin); etc. Para ello deben proponer opciones en

    77

  • '

    Amrict.Latina, y laso"Cialdemocracf~se desgarra, puescomolacrl- -sis no es slo_ econmica entran en juego todos los factores. Y t~nto puede ser socialdern'crata Monge de Costa Rica, aliado a Estados Unidos, como Ungo del FDR de El Salvador; La polftica interna-cional socialdemcrata atraviesa un momento cr\]cial de. defini~ ciones y ellas tienen incidencia en los paseslatinoameric,anos, don-de la c'risis de direccin revolucionaria puede hacer volver la vista a una opciJl reformista matizada y altamente promocionada,

    No obstante, en cualquier circunstancia es necesario tener en .cuenta que el reformismo (viejo o nuevo) no aspira a derrocar al m-do de produccin capitalista, sino que slo pretende su reforma: un

    ' fu:ncionainient(l" ms armnico del orden social actual. Por eso se han convertido en promotores y guardianes de las actualc;lsformas de Estado, aspirando a garantizar lasJibertades democrticas, con lo cual se terminan sus objetivos reformistas frente al Estado, y al mis-mo tiempo garntizan lasupervivenciadelcapital.'O sea que actan cmo los mediadores sociales e11 aras del sistema. Pero el problema estriba en que ms mediaciones implican reciprocidad de me-diaciones yla clase obrera y los pueblos explotados no 'son entes pasi-vos, slo receptivos. La_dialctica de lamediacin-contramedia cin puede deparar sorpresas inesperadas. -_

    7. Post-scripttim ~ --

    ' ..

    En los me,ses de mayo y junio hubo dos reunionesjntemacionales: la primera en Williamsb~rg, dnde estuvieron los 7 pases indu~trializados,, yla segunda en Belgrado, donde ft.mcionla VIUNCTAD. El

    fr~casode ambas en sus intentospor soluciona-r }a crisis es significa ti-vo; No o'9stante se ha generado una disc11sin -an vigepte~ don-de altos funcionarios econmicos y polfticos se contradicen.

    La polmica 'sobre la "recuperacin" de las econom~rnetropolitanas es uno de los puntos: a la euforia de la administracin norte~

    -americana se contraponen economistas (algunos en puestos de go-bierno) que relativizan la misma, y para ello se ~asan en datos sobre el mantenimiento de la desocupacin,la crisis sostenida del merca-do de materias primas cuyos preci_os son los ms bajos desde hace 30 aos; la ctisis de sbbreprm;l.uccin, que tiene que ver con las exceler:J-tes condiciones climticas despus de 1977 que-hace que el stock ac-

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  • tual-incidir por 2 o 3 aos para impedir una recup~racin impor-tante;:la disusi6n sob!e las tasas de crecimiento en el primer se-mestre de 1983 que sj fueron de alrededordel4% .en Estados Unidos, son tambin las ms bajas que se obtienendespt.ts de una recesin en lo que va delsiglo, y que siempre se situaron entre un 7 u 8% ; la vi-genciade una austeridad autoimpuesta, que si muestra una leve ba-ja en los costes de p rodu
  • -

    a posteriori un efecto benfico para la economa: mundial: Mientrs tanto, los pases pobres tienen que esperar y agu~ntar. :., incluso el alimento de las tasas de inters. El fracasode las negociaciones N orte-Sur.mantiene en toda su vigencia la recesin comercial y la no solucin de la crisis financiera conlas.grandes deudas de los pases dep_ndientes. / . Ha:y queteQer en ~1,1enta que Estados Unidos exporta a-los pases

    dependientesel40 o/o de sus exportaciones y csaparecida sucede con 1 os dems industrializados. N o obstante, y como producto de 1 a crisis enls pases receptres;haycadade la demanda y bajabslutadel comerci d importacin, lo quefomentala desocupacin de las ,propias metrpol.is. El caso de Mxico es un huenejemplo: en.elpri-. mr semestre de 1983 tiene un gran foUper-vitde 6,SOO millones de

    - dlares en su balanza comercial, sq_bre la base de .. reducir drstica~ mente las importaciones (quemsdel40% afecta directamente alas exportadores norteamericanos). Si bien'Mxico "con trola'' su crisis, la misma situacin se da en otros pases; ponijempl Argentina, que sin controlarla y debido al mismo mecanismo de reducir importa-

    . ciones tiene una balanza comercial favorable de 1,800 millones de dlares.~n el primer semestre ..

    En resumen, yparaterminar, es necesarioterter en cuenta que el objetivo del capitalismo no es la produccin sino la ganancia. Mientras sta se mantenga y no haya "peligro social'\ el sistemafun ciona satisfactoriamente. Esa ganancia.inclusocrece en la crisis (las m ultinacionalesdelpetrleo), peroetonces el "riesgo social'; pasa. a tener una gran- importanCia. Dos siglos de industrializacin ca pita-lista no han podido solucionar los problemas de abQliteeimiento y crecimiento sin sobresaltos mayores. La crisis ml!estra que cada vez es menos rep.roducible el pasado. Inseguridad e insatisfaccin se

    mJJltiplic~n an en la poblacin "ocupada". El mercado mundial no consigue reintegrarse yla competitividad aumenta a ribno ms aclerado que la recuperacin, atin cuando l~sdirecciones me tropo litanas continan controla~do el proceso.

    80

    J -

  • . , ' -

    Nota ~riplementaria No~;iembre de 1984

    El 'artculo ya tiene ao y medio de haber ~ido escrito. Podemos aJ?rvechar est nueva publi.cacin por un lado para confrontarlo con.la realidad de los hechos, y .por el otro para complementarlo con algunas referencias actuales. En es~a riota slo ~os dedicare-mosa lo segundp, ya que nada esencial de lo primero nos hace cam-biar de posicin. Dejaremos por lo tanto de lado las considera-. ~iones sobre}~ crisis social y polticy nos referireQ10S a algunos as-pectos econmicos de la crisis. _ ..

    LEn lasegund mitad dej983 y la primera mitad de 1984 ha ha~ bido una cierta recuperacin de la economa norteamericana. La propaganda metropolitana as lo destaca. No bstante,dicha r~cuperaiqn es muy relativa y rris bien confirma la debilidad del siste-ma que su fortale~a. Anotemos algunos hechos:

    a) Los sectores indicativos de la salud de la economa nortea me~ ricana han sido los del automvil y la construccin. Si en 1981 se produca unos 7millones deautomvilesporao, en i982 (ao ms bajo de la produccin) sta cay a 4,5 millones. de un.idades. En 1984 _hay un aumentoclel25% , lo que lleva la cifra a alrededor de 6 millones, segn la estimacin oficiaL Es decir, recuperacin s, pe. ro a.n no ai nivel de 1981. ,ta construcin por su parte mejor ms, pero slo recin est alcanzando los niveles de 1981. Esto.de-ber, por lo tanto, conjugarse c~n otros itl'-c:Ji,cadores.

    b) La produccin indU:Stdal creci 13% en 1983 -:-:un promedio anualdel14% en el primer semestre de .1984. Esto sucedi, en pri-mer lugar; por el aumento en los gastos militares (hasta picanas elctricas exporta Estaclos D_nidos, considerados por ellos com9 ins-trumentos normales de uso polic,ial). Etdficit presup;_.estario anual sube a unos 200 mil niHlones de dlares. Esta es la inyeccin para el sector miHtiu de la economa, lo que redunda en aquellos ndices positivos. Su contrapartida sori los ndices ~egativos del pr~supuesto, elemento que indica la vulnerabilidad de la empresa pxoductva y ~u ,creciente dependencia del Estado.

    e) La tasa infladonaria enJosEstados.Unidos baj en 1983 a un )$._5% y. en 1984 S de alrededor de un 4.5% .'Esto es tOII}ado como - ~ . - .

    81~

  • uno~de los grandes xitos de la "reaganomics". Pero en 1960:era del 2%, o sea que se atenu la inflacin, per an no fue derrotada. Es ms, se puede prever que la tendencia antinflacionaria ya est to-

    cando teeho. d) La tasa de ganancia en los Estados U nidos aumenta y al mis-

    mo tiempo aumentan los pobres. En 1984los salarios aumentarqn 3.5%, pero los precios de los artculos bsicos lo hicieron en un5%. Es deeir, una baja del salario real. A ello se une la desocupacin no controlada, ya que si baj en porcentaje no dismnuye en cantidad de personas. La desocupacin entodmi"Ios pases imperialistas era, en s conjunto, de unos 10 millolle.S hacia 1970; ahora tiene unos 35 miUones y su nmero sigue aumentando inexorablemente. L'as nuevas tecnologas son parte cntradictmh de este fenmeno, ya que son imprescindibles para ser competitivos pero al inismo tiem-po aumentan la desocupacin. La recient~ hl!elga de la General Motors en los Estados Unidos se produjo porque la empresa despi-di a nis de 30 mil trabajadores ya que las innovaciones tecnolgi-cas y la relocalizacin de la produccin los hacan superfluos.

    e) El dficit de la balanza comercialen los Estados'Dnidos Sigue en ascenso:-en 1980Jue de 25 mil millones de dlares; en 1982 fue de 36 miltnillones.Peroen 1983 fue de 61 mil millones de dlares Y. en 1984 ya sern ms de ,100 :mil millones: Los datos de 1984 muestran la siguiente evolucirisegh el Departamento de Comer-cio: Segundo trimestre fueron 25 mil 700 millones de dlares; ter-cer trimestre fueron de 33 mil300 millones de dlares; o sea, que en

    - nueve meses de 1984 fue aumentando a un ritmo anual de U3 mil 200 millones de dlares, casi a un ritmo doble q~e en 1983.

    f) La exportacin de manufacturas de los Estados Uni~os a los paises dependientes baj de 61.5mil millones de dlat;es en 1981 a 45.3 inil millones de dlares en 1983. Ms an, hacia Amrica Lati-na la cada entre esos dos aos fue de'3l.S mil millones a 16.9 mil millones de dlares. Por otra parte 1ru. importaciones de los Estados

    "Unidos de bines ma~ufacturados ha aumentado de 42 :s mil millo-nes de dlares en 1973 a 124 milmillones de dlares en 1980; i45 mil millones en 1982 y 163 mil millones de dlares en 1983, ponien-do en eVid'encia ulla precariedad en la- autosuficiencia que~ expre-sa en los dficits (comercial y presupue~trio)y la necesidad_ del proteccionismo. -

    82 ../

  • . -

    g) La a,gricultuta en Estados Unidos pasa por un~ fase crtica, que el financll Times de Londres,,estim_a_gue puede arrasar con. el 1 O %. de los l:lgJ'cUlt~ entre 1984-.85. La deuda de los agricultores es la mayor amen-aza a -aquellos banqueros locales qu~ tienen comprometidaS" SU$ carteras._con el futuro de esta activida&

    2. La recuperacin econmic~ en los EstadosUnid.os arrastraa la recuperacin a los pas~ europ~ y a JaPn~ No obstant, ello es reltivo pm: la sobrevaluactn deJa moneda (el dlar) y las altas ta-._ sas de inters en Estados Unidos (la prime rate). Las tasaS llegaron en J984 al 13% anual y ~~ora (noviem_~re de 1984) hm~ajadoal 11.75%. De todas maneras son tasas usurarias a las qQesi le resta~ mos la. inflacin dejan una tasa de beneficio neta del7%. El resu-tado es que Estados Ynidos su~iona capitales de todo el mundo. Ello_ le permite fi~anciar sus dficits, pero" al mism empo indica que la recuperacin es frgil, malsana; y a costa del resto d~l mun-do. La contradiccin es que E:stado.sUnidos debe ba,jar las tasas en bien del funcion~miento general del sistema, pero al mismo.tiempo ello le reportar m,enos J'ElC!-!rsos pa,~a financiar sus propios dficits.

    3. Decamos ~n nue&tro articulo que mo de los recursos a que poda optar R~gan era el proteccioqismo. Apepas insinuado an-tes, era contradictorio

  • corp pat encima del170 o/o y siguen en lalist otros 7 bancos que lo hlderon en ms del 100% por encima de sti propio capital. La

    deuda mundial incobrable sigue siendo una bomba de tiempo suje-ta al peligro de ualquier de,tonante social.

    .. 5. Todo ello se une al hecho de que Estados Unidos no ha produ-cido un recambio tecnolgico que le )ermita competir con sus otros socios metropolitanos. Estos, por el contrario;penetran el mercado interno de Estados Unidos, que deberecurrir al proteccionsmo pa~ ra defenderse. Ms aun debe hacerlo para protegerse de productos provenientes de pases del Tercer Mundo y ostensiblemente de Amrica: Latina (impuestos a productos alimenticios, acero, ma-nufacturas, etc.).

    Estados Unidos ha expartado la Inflacin al resto del mundo y como un bpmenin, en tanto la recupe~:acin es ~lo parcial, la misma regresar a Estad~ Unidos. .

    Las nuevas tecnblogas, cornplementadasconla nuev~ organiza-cin del trabajo, aumentan las gananCias 11 costa de pro(undizar la crisis structural qel sistema, ya qu l aumento de la extracein de plusVala no sigue ei mismo ritmo y los ni~eles asimilbles de. deso-cupacin y crisis estn en loslmit~ de lo ''aceptable': por la so-Ciedad. De ah el nfasis militarista de sli. ec;:onorna. El capitalismo norteamericano no ha producido ni produce )lila nueVa revolu~ cin" que permita reciclar al trabajo y reproducir en tasas altas al propio capital, La alternativa militari~ta, por su parte, es una fuga hacia: el futuro tratando. de ganartiempo. Regan habla de la nece-sidad de preparar ''la guerra de las galaxias" despus de su reelec~ cin y al mismo tiempo avanza hacia otra guerra ms cercana en Centroamrica. . .. ..

    6. En relacin con los pases latinoamericanOs la deuda externa sigue siendo el fl~gelo principal;~ sin desconocer o minimizar todo~ los problemas inherentes a las crisis sociales y polticas que estn preSentes. Veamos primero un ejemplo general de la de\ldaextrna ' latinoameridana y luego otro ejemplo especfico en el caso de Mxi-co,-que sirve como modelo. -

    . ~ ..

    a) El fina'nciamiento disponible enAmrica Latina en 1977 era de 8 mil 700 millones de dlares ( dif~renca entre la afluenCia n. eta

    . .

    de capitales que eran de 17 mil300'millones y loS pagos netos de uti-lidades e intereses que eran de 8 mil600 millones). En 1979 se re-

    84

  • ,,

    :gstra ladrr mayor, de 14 mil800 millones de diares. A partir de ah cae el financiamiento disponible y calculndolode la misma manli ter1~ms el siguiente resultado:

    Aos

    1982 1983.

    Afl encia de :capitales

    16.600 4.500

    Pagos

    36.800. 34.000

    (~n m~llones ele dlres) ,

    Financiamiento negativo

    ;.._20.200 _:.29,500

    La cada brutal de la afluencia de capitales entre 1982-83, se mantiene en 1984. Ladesconfianza no es slo econmica. La ines-tabilidad y la crisis social latinoamericanas estn presentes all.

    b) El mecanismo de la deuda externa es li crculo vicioso. e Ve-amos el ejemplo de Mxico, que aplic polticas que merecen el elo-gio sinrefaeeos del Fondo Mo"nc;!tario"I ntemacional, (FMI} y la bn~ ca internacional~n su, conjunto, y que son al mismo tiempo un des-tcado 'ejemplo de la a.plicacin de sus r~cetas. M~ico tiene una deuda externa de unos 90 mil millones de dlares (la segunda de Amrica Latina,. despus de Brasil). El BlD calcula que en 1984 Mxico pagar por intereses y amortizaciones unos 20 mil 600 millones de dlares.- En aos, subsiguientes los rontds oscilarn alrededor de esa suma. Para 1990 habr pagado un total de 136 mil 975 .mili mies de' dlares. No obstante, de cumplirse el plan :de pa-gos; para esa fecha (1990) Mxico seguir debiendo 64mil 886 millones de dlares.:EI mundo capitalista desarrqllado (rnetropoli-

    'tano, imperialista) s0brevive' sobre la base. de una usura brutal,que implica ~lsaqueo del Tercer Mundo, A todo esto Mxico. consigue conYerlirse en el modelo elogia?o po~ d FMI, a cst del de~eruo del nivel de\ida de la masa de la poblacin. Entre 1982-84la p~rticipacin del salario en el PIB, que"en 1976:77 era del40 por,ciento, baj a ser slo del28 por ciento del total, resultado semejante al que impuso-la dictadura militar argentina entre 1976-.78. Cumplirlas metas del fMI lleva implcito 1 aplicacin de este tipo de medidas. La deuda incontrolable 6 que los banqueros no quieren CQbrar si-

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  • no mantened a como base de la usura) permite luucci9n de cie-ntQS de miles de miilimes de Cllares al mundo dependien~e. El capitalis-m
  • M INK, G:, ~Le pouvoir d'Etat et le mouvementsocia.l enPologne"; en Revis-. ta Cntl~ de l'EccmOTfl.e PoUtique~ nm. 19, Paris, Abril-junio, 1982. MOSCATb, Antonio, Introduccin, enRoman Rosdolsky, Socialdemocra-zla e tQttica rivoltaionaria. La terza viatkll'awtromar:rismo, Celuc Libri, Miln, 1979. ' PLA, Alberto J., El problema del Estado, la demacrada socf al y el populis-rM, Eseuel a de Historia, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1982. THOMPSON, Edward P., Miseria ele la teoTa, Grijalbo, Barcelona, 1981. TROTSKY, Len, "La curva del desarrollo capitalista", en Revista Crticaa de Economa Poltica, nm. 3, op. cit. URGENSE, "Un taylorlsrrie arrythmique dans les ronomies planifls du centre", en Revista Critfque.sde l'Ecanomie Politique, nm. 29, op. cit. Y Af'FE, David S. , "La teora man:jsta de la crisis, del capital y del Estado", en Revista Crtico3-de Economa Poltica, nm. 16-17, Mxico, jt:ili-diciembre de 1980.

    TapaHeterogeneidad y profundidad de la...