historia corta #14: la cita de luce y daniel

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Fuente: Angels in the Dark de Lauren Kate

Va: Jess Tobar Snchez

Traduccin: Staff Saga Oscuros

http://sagaoscuros.blogspot.com/

LA CITA DE LUCE Y DANIEL

Luce mir alrededor de la silenciosa cueva, sorprendida al descubrir que todos los ngeles, demonios, Proscritos y Transeternos haban cado dormidos rpidamente. Lo ltimo que ella recordaba era la instruccin de Dee de esperar hasta que la luna iluminara el Qayom Malak exactamente en el lugar correcto para que la ceremonia de las tres reliquias pudiera dar inicio.

Qu hora era? Los rayos de la luz del sol entraban por la boca de la cueva.

Una clida mano apret su hombro. Ella se dio la vuelta y su cabello roz la mejilla de Daniel.

-Por un golpe de suerte nos encontramos solos dijo l riendo.

Ella sonri, y le susurr:

-Salgamos de aqu.

Corrieron por el camino, tomados de la mano y riendo como nios. Cuando doblaron una curva en el camino y se encontraron a s mismos observando la gran vista de un desierto sin fin, Daniel la atrajo a sus brazos de nuevo:

-No puedo mantener mis manos alejadas de ti.

Luce lo bes con deseo y dej que sus manos acariciaran la blanca extensin de sus alas; eran fuertes, impresionantes y absolutamente magnificas, como Daniel. Se replegaron de placer bajo su mano. Daniel se estremeci y exhal profundamente.

-Quieres volar a algn sitio? pregunt l.

Luce siempre quera estar en el aire con Daniel. Sonri:

-Claro. Donde sea. Solo quiero estar contigo.

l mir a lo lejos.

-Qu ocurre?

-Si es todo igual para ti dijo l- podra ser bueno quedarnos en el suelo. Tengo esta necesidad de dejar a un lado lo que somos. Ser solo dos personas, un chico y una chica, pasando el rato.

l la mir con nerviosismo hasta que ella solt su ala para tomar su mano.

-S a lo que te refieres. Me encantara.

Daniel pareci agradecido mientras mova sus hombros hacia adelante, atrayendo sus enormes alas de regreso a sus hombros. Se replegaron lenta y suavemente hasta convertirse en dos pequeos brotes blancos en la parte posterior de su cuello. Luego desaparecieron por completo y Daniel ya solo era Daniel. Cuando sonri, Luce se dio cuenta cunto tiempo haba pasado desde que lo haba visto sin sus alas.

-Sera agradable mantener nuestros pies en el suelo dijo ella, con la vista baja mirando sus botas y las zapatillas de Daniel, ambas cubiertas con polvo del desierto.

Daniel estaba mirando por encima del hombro de ella, haca abajo a la llanura rida que haba.

-O tal vez solo un poco lejos del suelo

-A qu te refieres? ella se dio la vuelta y se puso en puntillas para ver hacia donde observaba l.

-Alguna vez has montado en camello?

-No lo s ella lo desafi - Lo he hecho?

Le pusieron Woody al camello, porque luca como un Woody Allen de 1970, con su melena ondulada, roja y despeinada aunque tena siete pies de altura, dos jorobas, y dos dientes delanteros torcidos. Lo encontraron pastando en una colina del Monte Sina con otros dos camellos menos agraciados.

Cuando Daniel pos la mano en su costado, Woody no pate ni resopl ante el toque invisible; se inclin y acarici el rostro invisible de Luce, luciendo encantadoramente nervioso.

-Este es el indicado dijo Daniel.

-No podemos tomarlo y ya! Y si le pertenece a alguien?

Daniel levant una mano para protegerse los ojos e hizo como si estuviera mirando a travs del vasto ocano de arena.

-Solo lo vamos a tomar prestado durante el da entrelaz sus dedos y se inclin para ayudar a subir a Luce con sus manos- Vamos. Sbete.

Ella se ech a rer mientras pasaba una pierna por encima del camello, encantada por la sensacin de deslizarse hacia abajo hasta la base de su columna entre las dos jorobas

-Cmo vas a hacer para subir, chico ordinario? pregunt ella.

Daniel se qued mirando la joroba a un pie de altura por encima de su cabeza y se rasc la barbilla

-No haba pensado en eso.

l le pidi la mano a ella y se impuls a s mismo hacia arriba pero perdi el equilibrio y cay de espaldas al suelo.

-Un contratiempo momentneo gru l.

Para el segundo intento, lleg por el otro lado y trat de levantarse a s mismo como un nadador que sube a la superficie desde lo ms profundo. Se resbal y cay sobre su rostro. Woody escupi.

-Est bien grit Luce, tratando de no rerse- la tercera es la vencida.

Las primeras dos veces le haban encantado, tambin, y una cuarta vez le encantara incluso ms Daniel volvi a gruir, y cuando le tom la mano a ella, Luce verdaderamente se esforz en tirarlo hacia arriba. Poda sentir su cuerpo levantndose del suelo y se sorprendi por lo liviano que l se senta en sus brazos. Aterriz detrs de ella, directamente en la joroba, en la entrepierna, y grit de dolor. Ella no pudo ms.

Se estaba riendo tanto que requera una disculpa, la cual era difcil de hacer con una convulsin frentica. Daniel finalmente se ri cuando su ataque de risa casi la hizo caer del camello.

Cuando los dos se calmaron al fin, ella se gir para mirar a Daniel. Pas un dedo por sus labios.

-Todava se siente como si estuviramos volando

-Supongo que siempre lo estamos haciendo Daniel le bes su dedo, luego sus labios, y sin inmutarse, le dio a Woody una suave patada para hacer que se moviera. Woody no era un purasangre. Pasearon por la llanura con la lejana esperanza de llegar al ocano. No pareca probable pero tampoco importaba. Luce pens en aquella interminable extensin de arena marrn como el lugar ms hermoso en la tierra.

Viajaron en un silencio cmodo hasta que algo le lleg a Luce.

-No creo haber estado en un camello nunca antes.

-No ella poda or la sonrisa formndose en su voz- no lo has hecho. Al menos, no cuando he estado cerca. Fuiste capaz de sacar eso de los recuerdos de tu pasado?

-Eso creo. Es extrao. Lo estaba buscando, pero ltimamente cuando mi mente comienza a hacer cirulos alrededor de un recuerdo y encuentra algo que he hecho antes, siento una calidez se encogi de hombros- Ya que no sent nada esta vez, supuse que eso significaba que no haba tenido esta experiencia antes.

-Estoy impresionado dijo Daniel- ahora, qu tal si me dices algo t a cambio? Cuntame sobre tu tiempo en Dover.

-Dover? eso la tom por sorpresa. Preferira hablar de cualquiera de las vidas pasadas que haba visitado en las Anunciadoras antes que de su experiencia en Dover.

Pasaron junto a un tronco de rbol estril, que pareca no haber visto una hoja en aos. Pasaron junto a un camino seco y un ro que no llevaba a ninguna parte. All no haba nadie para juzgarla. Solo Daniel.

-Fueron tres aos de aburrimiento seguidos de una catstrofe que dej a un muchacho al que conoc muerto finalmente lo dijo- Me hace mal pensar en eso porque yo

-La muerte de Trevor no fue tu culpa.

Ella gir hacia l

-Cmo lo sabes?

-Haba alguien ms detrs de eso. Alguien que saba que te sentiras terrible por aquel incendio y quera que lo hicieras. Alguien que quera que creyeras que lo que pasa dentro de ti cuando te preocupas por alguien es fatal. -Quin hara algo as?

-Alguien que no quera que te enamoraras nunca. Alguien celoso de lo que t y yo tenemos juntos.

-Una persona muri por esos celos, Daniel. Un chico inocente que no tena nada que ver con nuestra maldicin o nuestro amor. -Yo no saba que estaba sucediendo. Lo hubiera detenido. Lo siento, Luce. S que has sufrido.

Luce se frot la frente

-Ests diciendo que la persona que est detrs de la muerte de Trevor lo mat para que as yo no me enamorara de ti?-S

-Solo que no funcion.

-No dijo Daniel- No funcion.

-Por la maldicin? Nos uni de todas formas

-Porque ninguna maldicin es ms fuerte que nuestro amor.

Subieron otra montaa, y luego otra. El sol caa a plomo como las manos sobre sus hombros. Se bajaron de Woody para caminar hasta el borde de un acantilado. La cada se vea aterradora y dolorosa, pero debajo de ellos el ocano impact la costa. Una fantstica pieza azul despus de tanto marrn. Nunca podran bajar hasta all sin volar. Pero Luce mir a Daniel y Daniel mir a Luce, y sonrieron, sabiendo que haban hecho un pacto: era una cita ordinaria, sin alas. Eso estaba bien para los dos.

-Ven aqu Daniel toc una roca plana en el borde del acantilado, invitando a Luce a que se sentara. Vieron el ocano por un rato y divisaron dos buques contenedores como glaciares cerca del horizonte.

-Parece que el mundo es nuestro hoy, no? dijo Luce con tristeza.Daniel la hizo girar hacia l y le toc la punta de la nariz con la suya. Su mano abri los botones de su chaqueta, y entonces la desliz debajo de su camisa, acariciando la parte baja de su espalda. l la bes con una nueva forma de intensidad. Sus caricias eran suaves, delicadas y desesperadas a la vez. La boca de ella se abalanz sobre l mientras la agarraba, levantndola por encima de l, hundiendo la mano que tena libre en su cabello. Sus extremidades se superponan, tensas de expectativa. Sus bocas estaban calientes y unidas. Luce se senta algo mareada y viva, como si sus almas estuvieran emparejadas. Era casi demasiado para soportar. Ella nunca iba a tener suficiente de eso, pero lo intentara.

-Te amo, Daniel dijo Luce entre jadeos.

-Yo te amo, tambin respondi l- Ms que a nada. Ms que a

Bum!

Son como un trueno, la amenaza de un gran tornado. Luce salt despertndose dentro de la cueva, donde debi haberse quedado dormida en el hombro de Daniel.

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