historia de la ucr de rojas (1890-1998) - leonidas ceruti

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HISTORIA DE LA UCR DE ROJAS 1890-1998 LEONIDAS F. CERUTI

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HISTORIA DE LA UCR DE ROJAS 1890-1998

LEONIDAS F. CERUTI

INDICE PRLOGO INTRODUCCIN

CAPITULO 1 ASPECTOS DE LA SOCIEDAD ARGENTINA ENTRE 1850-1900 1.1.-LOS INICIOS DE LA ORGANIZACIN REPUBLICANA 1.2.-LA ECONOMA ENTRE 1880-1900 1.3.-EL RGIMEN Y LA DEMOCRACIA FRAUDULENTA 1.4.-LA SITUACIN EN ROJAS ENTRE 1880-1900

CAPITULO 2 CRISIS, CORRUPCIN Y DESCONTENTO POPULAR 2.1.-LA CARTA DE FRANCISCO BARROATAVEA TU QUOQUE JUVENTUD 2.2.-EL MEETING DEL JARDIN FLORIDA. SURGE LA UNIN CVICA DE LA JUVENTUD. 2.3.-EL MEETING DEL FRONTN Y LA UNIN CVICA. 2.4.-CREACIN DEL COMITE UNIN CVICA DE ROJAS. 2.5.-LA REVOLUCIN DEL 90. 2.6.-LA CAIDA DE JUREZ CELMAN Y LAS REPERCUSIONES EN ROJAS 2.7.-EL DIARIO LA VERDAD.

CAPITULO 3 NACE LA UNIN CVICA RADICAL 3.1.-CREACIN DEL COMIT CVICO RADICALLEANDRO ALEM DE ROJAS. EL TERMINO RADICAL Y LA POLMICA

CAPITULO 4 EL PAIS ENTRE REVOLUCIONARIOS EL FRAUDE Y LOS ALZAMIENTOS

4.1.-EN CAMINO HACIA LA REVOLUCIN DE 1893. LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DE 1892. LA CAMPAA ELECTORAL EN ROJAS. 4.1.1.-ALZAMIENTO POPULAR EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES. LA PARTICIPACIN DE LOS RADICALES ROJENSES. 4.1.2.-EL LEVANTAMIENTO EN ROSARIO Y SANTA FE 4.2.-ALEM EN PRISIN. LA SITUACIN POLITICA EN ROJAS Y LAS ELECCIONES DE 1894 Y 1895

CAPITULO 5 EL RADICALISMO SIN ALEM 5.1.-LOS ASESINATOS DE JUAN OYHANARTE Y NICASIO BERNAL 5.2.-JUAN TORMEY SENADOR PROVINCIAL 5.3-EL SUICIDIO DE ALEM CAPITULO 6 HIPOLITO YRIGOYEN: INTRANSIGENCIA REVOLUCION, ABSTENCION E

6.1.-REORGANIZACIN DE LA UCR 6.2.-LA REVOLUCIN DE 1905 Y EL MANIFIESTO DE ROJAS DE 1906 6.3.-LA PROCLAMA DEL RADICALISMO DE ROJAS DE 1909

LA SANCIN DE LA LEY SAENZ PEA 6.4.-LA SITUACIN POLTICA EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Y EN ROJAS ENTRE 1912 Y 1917

CAPITULO 7 LOS AOS DEL RADICALISMO 7.-YRIGOYEN PRESIDENTE 7.1.-EL PANORAMA POLTICO EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Y EN ROJAS DESDE 1917 A 1922 7.2.-LAS INTENDENCIAS RADICALES EN ROJAS ENTRE 1917 Y 1930 7.3.-EL PERIDICO LA REPARACIN 7.4.-EL GOBIERNO DE ALVEAR, LA SITUACIN DEL RADICALISMO BONAERENSE Y DE ROJAS 7.5.-LA SEGUNDA PRESIDENCIA DE YRIGOYEN, LA UCR EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Y EN ROJAS 7.5.1.-HORACIO Y RAUL OYHANARTE 7.6.-EL GOLPE MILITARDE 1930 Y SUS REPERCUSIONES EN ROJAS

CAPITULO 8 LA DCADA INFAME Y LA UCR 8.1.-LAS ELECCIONES PROVINCIALES DE ABRIL DE 1931 8.2.-ELECCIONES NACIONALES Y PROSCRIPCION DE LA UCR 8.3.-LA UCR ENTRE CONSPIRACIONES REVOLUCIONARIAS Y LA POLEMICA: ABSTENCIN O CONCURRENCIA 8.4.-LA PROVINCIA Y ROJAS DESDE 1935 8.4.1.-ELECCIONES FRAUDULENTAS Y LA SITUACIN INTERNA DE LA UCR 8.4.2.-LA LUCHA POPULAR POR CLYFER 8.4.3.-LOS ULTIMOS AOS DE LA DCADA INFAME

NDICE Pginas PROLOGO ............................................................... ...13 INTRODUCCIN.................................................. .....15 CAPITULO I: LA UCR DE ROJAS ENTRE 1943 Y 1955............ 17 A. - SITUACIN NACIONAL: EL GOLPE DEL 43 Y EL SURGIMIENTO DEL PERONISMO ..............................................17 B - EL PANORAMA EN ROJAS........ ......:............. 19 C-SITUACIN DE LA UCR NACIONAL, PROVINCIAL Y LOCAL ........................... :...... 23 Ci - LA UCR Y EL GOLPE DEL 43 ...... .............. 23 C2 - LA UCR SE ORGANIZA ................................. 24 C3 - LA UCR JUNTA RENOVADORA.............. ...'.... 30 D-LAS ELECCIONES DE 1946 LOCALES, PROVINCIALES Y NACIONALES.................. 32 E - INTERNA RADICAL DEL 47, ELECCIONES PARA INTENDENTE EN 1948. PROPAGANDA POLTICA Y RESULTADOS. DIPUTADOS Y CONCEJALES DE LA UCR .... 36 F LAS ELECCIONES DE 1950, 51 Y 54: RESULTADOS Y NUEVOS CONCEJALES .... 46 G - EL GOLPE MILITAR DE 1955....................... 56 CAPITULO II: LA DEMOCRACIA CUSTODIADA: 1956-63 .....59 A.- LA SITUACIN EN ROJAS, EL PAS Y EL MUNDO: 1956-60............................ ,....... 59 B.- DIVISIN DE LA UCR: UCRP Y UCRI........ 61 C- ELECCIONES PARA CONSTITUYENTES: 1957 66 D- INTERNAS EN 1957. ELECCIONES DE 1958 Y 1960 69 E.- CAMPAA ELECTORAL DE 1962: UCRP SU PROGRAMA Y CANDIDATOS ..... 80 E- ELECCIONES DE 1963 Y EL TRIUNFO DE LA UCRP: ILLIA, MARINI Y OLIVENCIA ........................88 CAPITULO III: LA ADMINISTRACIN MUNICIPAL DE CORNELIO OLIVENCIA 1963-66............................ 93 A - ASUNCIN, GABINETE Y CONFORMACIN DEL HCD B - LAS OBRAS DE CORNELIO OLIVENCIA........ 97 C - LA VIDA INTERNA DE LA UCR.........................: 107 D - DR R.PEREZ: MINISTRO DE EDUCACIN 93

DE LA PROVINCIA............................................... 109 E - LAS ELECCIONES DE 1965: RESULTADOS Y NUEVOS CONCEJALES.........114 F - LA VISITA A ROJAS DEL PRESIDENTE DR ARTURO ILLIA: LOS FESTEJOS, INAGURACIONES Y EL MENSAJE PRESIDENCIAL................. ,........ 122 G - EL GOLPE DE ONGANIA: LOS RADICALES EN LA OPOSICIN ............................................. 125 CAPITULO IV: LA PRIMAVERA DEMOCRTICA: 1973-76.... 129 A - LA INTERNA DE 1972 ....................... , .............. 129 B - LA CAMPAA ELECTORAL PARA MARZO DEL 73: RICARDO BRAMATI CANDIDATO A INTENDENTE: PLATAFORMA MUNICIPAL..................,........... 135 C - 11 DE MARZO DE 1973: ELECCIONES Y RESULTADOS LOCALES PROVINCIALES Y NACIONALES ..................................................141 D - RICARDO BRAMATI EN LA INTENDENCIA: , 1973-76 ................................................................. 143 Di - ASUNCIN E INTEGRACIN DEL GABINETE Y DEL HCD ..........................................................143 D2 - LAS 10 PRIORIDADES DE BRAMATI .......... 147 D3 - LAS ELECCIONES DE SEPTIEMBRE DE 1973 151 D4 - LAS INTERNAS DEL 1974. OTRAS ACTIVIDADES 156 D5 - EL CONFLICTO POR LA PAVIMENTACIN DE VILLA PROGRESO...................................... 157 D6 - LOS LTIMOS MESES DE LA ADMINISTRACIN BRAMATI............................................................. .162 E - LA DICTADURA GENOCIDA: 1976-83. ' LA UCR Y LA LUCHA POR LA DEMOCRACIA 163 CAPITULO V: APERTURA DEMOCRTICA Y LA CAMPAA ELECTORAL DE 1983 ............................................167 A - LA UCR SE ORGANIZA, LAS VISITAS Y LAS CORRIENTES ...........................................167 B - MARCELO GEAR CANDIDATO A INTENDENTE: SU CAMPANA, CANDIDATOS A CONSEJEROS, CONCEJALES Y DIPUTADOS...........................187 C - LAS HISTRICAS ELECCIONES DE OCTUBRE-DE 1983: LA JORNADA ELECTORAL, RESULTADOS, LOS FESTEJOS .................................................... 198 CAPITULO VI:

PRIMERA ADMINISTRACIN MUNICIPAL DE MARCELO GEAR: 1983-87 ..................................203 A - LA ASUNCIN, EL GABINETE Y EL HCD ....203 B - LOS COMIENZOS Y LAS VISITAS DE LA VICEGOBERNADORA: ELVA ROULET.......... ., 208 C - LA VIDA EN LA CASA RADICAL.....................; 213 D - LAS OBRAS DEL PRIMER AO DE GOBIERNO E - ELECCIONES DE 1985: LA CAMPAA, LAS PROPUESTAS, CANDIDATOS Y RESULTADOS El - LAS INTERNAS DE JULIO.............................. 217 E2 - LA CAMPAA, CANDIDATOS Y RESULTADOS221 F-LAS OBRAS CONTINAN ................................ 229 G - BALANCE DEL GOBIERNO COMUNAL EN 1987 H - MARCELO GEAR POR LA REELECCIN.... 232 HI -LA ACTIVIDAD PARTIDARIA DURANTE EL 86 232 H2 - LAS ELECCIONES DE SEPTIEMBRE DE 1987 233

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CAPITULO VII: SEGUNDA ADMINISTRACIN MUNICIPAL D MARCELO GEAR: 1987-91 ................................... 242 A - ASUNCIN Y NUEVA COMPOSICIN DEL HCD 242 B - LUIS ALMAR PRESIDENTE DE LA CMARA DE DIPUTADOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES 244 C - MAS TRABAJO, LAS NUEVAS INICIATIVAS Y EL BALANCE DE 5 AOS DE DEMOCRACIA 258 D - NUEVAMENTE LAS INTERNAS.................. 263 E - LAS ELECCIONES DE 1989 Y EL NUEVO HCD 267 F - CRISIS ECONMICA Y PERIODO DE TRANSICIN 273 G - LA ACTIVIDAD DEL COMIT RADICAL ROJENSE 277 H - 1991: UN SIGLO DEL COMIT RADICAL DE ROJAS LOS FESTEJOS .................................................... 278 I- LAS ELECCIONES DEL 8 DE SEPTIEMBRE DE 1991: GUSTAVO VIGNALI CANDIDATO A INTENDENTE, PLATAFORMA, CAMPAA Y RESULTADOS ..283 CAPITULO VIII: PRIMER GOBIERNO MUNICIPAL DE

GUSTAVO VIGNALI: 1991-95...............................293 A - ASUNCIN Y PRIMER MENSAJE: A LOS QUE QUIERAN A ROJAS DE VERDAD. SU GABINETE Y EL NUEVO HCD. LA DESPEDIDA DE GEAR .............................. 293 B - PRIMERAS MEDIDAS Y LA OBRA DE LA BIBLIOTECA MUNICIPAL............................... 297 C - LA VISITA DE ALFONSIN HOMENAJE A R. PREZ Y LAS INTERNAS DE MAYO 306 D - ELECCIONES DE 1993. LAS VISITAS. LOS RESULTADOS ..................' ....;................... 310 E - 1993: 10 AOS DE DEMOCRACIA, EL NUEVO CONCEJO Y MAS OBRAS .......... 314 F - LAS ELECCIONES DE 1995 Y LA REELECCIN DE VIGNALI................................................ ,.... . 320 CAPITULO IX: SEGUNDA ADMINISTRACIN MUNICIPAL DE GUSTAVO VIGNALI .....................................325 A - ASUNCIN, NUEVO GABINETE, HCD Y CONSEJO ESCOLAR .........................................325 B - OBRAS Y CONCRECIONES 1996-98............ 327 C - LA ACTIVIDAD POLTICA DEL COMIT LOCAL ci - INTERNAS EN 1996. HOMENAJES A ALEM, ILLIA, OLIVENCIA Y RENE PREZ ,-. 335 C2 - LAS ELECCIONES DE OCTUBRE DE 1997: LA ALIANZA Y LA DERROTA DEL MENEMISMO CITAS .....................................................................369

335

343

9.-A MODO DE BALANCE 10.-APNDICE DOCUMENTAL 11.-CITAS

12.-BIBLIOGRAFA

AUTORIDADES DEL COMIT LEANDRO ALEM DE ROJAS (Pcia. de Buenos Aires) PRESIDENTE VICEPRESIDENTE 1 VICEPRESIDENTE 2 SECRETARIO PRO-SECETARIO TESORERO PRO-TESORERO VOCALES TITULARES VOCALES SUPLENTES CONVENCIONALES TITULARES CONVENCIONALES SUPLENTES

PRLOGO Que historia la de Rojas! Leonidas Ceruti la narra en torno a la Unin Cvica Radical, o mejor, me animo a decir, en los radicales de Rojas (lo que histricamente no es una cuestin marginal en esta paradigmtica ciudad de la pampa hmeda bonaerense). Si la historia la hacen los pueblos o los hroes es, al fin, un problema de los historiadores. Pero en el caso del Partido Radical de Rojas, algunos individuos tienen tanta potencia vital que bien puede decirse que su pueblo merece a esos hombres y mujeres. El autor esboza el contexto econmico y social de Rojas a fines del siglo XIX cuando se funda el Partido Radical. Sin embargo es en las sublineas y los brotes intertextuales de la crnica, en el entretejido de mltiples narrativas apenas sugeridas, en la hbil transcripcin de documentos de la poca, donde se descubre la complejidad de la trama. En ese sentido, este libro y los anales en los que abreva, son un filn de sugerencias para penetrar en sagas familiares, intrigas y secretos, y conductas, excepcionalmente heroicas, y al propio tiempo en las miserias del poder que se ocultan en la micro historia de un pueblo de

Provincia. Por ejemplo, vase los episodios del asesinato del Intendente Carrasco en los carnavales de 1895, y un ao despus, los posteriores homicidios de don Juan Oyhanarte y Nicasio Bernal, un claro acto de venganza personal y una represalia poltica. Objetivo, austero, ajustado a fuentes documentales, el estilo del autor no puede disimular el dramatismo de las luchas polticas que envolvan a individuos, familias y grupos de la ciudad. Precisamente esa desnudez narrativa, cuasi policial, le da un carcter sombro a los hechos, revelador, al propio tiempo, de odios y solidaridades activas e intensas. Los editoriales de los peridicos polticos, el estilo de las crnicas de los diarios de la poca, el lenguaje de las proclamas y declaraciones del Comit de Rojas nos parecen grandilocuentes y demasiados solemnes (como si en ellas se jugara el destino todo de la patria), nos resultan a veces ingenuos, carentes de realismo y la pragmtica propia de nuestros das del siglo XXI. Puede despertar en primera instancia una mirada irnica. Pero una relectura ms cuidadosa y profunda de esa madeja de hechos y palabras impone, en cambio, una experiencia apasionante. La descripcin de la entrada de 300 radicales rojenses en Pergamino, durante las jornadas de la Revolucin de 1893, para reunirse con los contingentes subversivos en Temperley, acompaados por la Banda Municipal dirigida por el maestro Cacciamata revela otro flanco de la historia, pleno de colores heroicos. Quien sera el maestro Cacciamata, me pregunto. Imagino la novela de ese msico, seguramente italiano, metido a republicano insurgente, en las llanuras pampeanas. Como no iba a estar presente la banda popular, originada casi siempre en la pertinaz iniciativa lrica de modestos maestros italianos, que traan a nuestros pagos las tradiciones de su tierra!. Pero tambin descubro en los apellidos de los radicales rescatados por Ceruti, la seca indignacin violenta de los vascos, la sufrida saga de los rebeldes irlandeses, la romntica italianit de Mazzini, Garibaldi y Verdi. Esas inspiraciones inmigradas se sumaban a la de irredentos criollos de facn y caballo, en la construccin de una nacin moderna, de ciudadanos libres e iguales. Los radicales marchaban a la lucha armada, arriesgando vidas y propiedades, con la alegra corajuda de nobles sentimientos cvicos y republicanos. Hacerse matar para poder votar libremente, pelear por valores tan desinteresados, por derechos ciudadanos generales, y todo ello acompaado por las trompas, fagotes, clarinetes, pfanos, flauta y trombones de aficionados pueblerinos, parece hoy cosa de ficcin, y se tiene por algo pintoresco. El romanticismo liberal, la civilidad alzada para la reivindicacin de la libertad y la igualdad poltica, para destronar oligarquas privilegiadas, se muestra en esos episodios con una tangibilidad que, poco ms de un siglo despus, se nos hace una pica irreconocible. Hay, efectivamente, en aquellos hombres, una

simplista ingenuidad poltica, bordeando el idealismo extremo, que casi no podemos pensar con cautelosos marcos y categoras conceptuales?. La conciencia revolucionaria de los radicales fundadores, olvidada y desconocida por nosotros mismos, con ese jugo vital de lo popular y patritico, con el coraje de una dignidad que reclama sacrificios, no es una experiencia argentina de los ltimos veinte aos. He ah la razn del asombro que nos asalta y conmueve, en estos tiempos de escepticismo. Lo admito: creo adivinar en algunos lectores la sonrisa descreda ante emociones y sentimientos hoy desguazados de contenido. La investigacin de Ceruti se adentra en una cuestin que va mucho ms all de la curiosidad de una ancdota histrica, cuando investiga los orgenes del trmino Radical, como aditamento a la Unin Cvica al que enlazaban frecuentemente el vocablo intransigente. Los radicales de Rojas, (y en particular Juan Oyhanarte) han sido los impulsores de esta iniciativa nominativa, antes aun que Alem e Yrigoyen, que por diversas argumentaciones de oportunidad, demoraron la designacin oficial del nuevo partido. Lo que cuenta Ceruti es que lo radical responde a una autentica y autnoma decisin argentina, sin influencias ni imitaciones de los radicales franceses o europeos, como muchas veces se ha supuesto. La conjuncin radicalismo-intransigencia responde a una ideologa y una practica poltica, y establece una identidad principista bien criolla. El nombre que se le pone al nuevo movimiento, no ser pues caprichoso, ni casual, ni derivado de una iniciativa formal en la busca de una marca provisoria sin trascendencia. Deviene, por el contrario, de la necesidad de establecer diferencias de fondo con el rgimen reaccionario y establecer una identidad permanente, inviolable, intangible, no limitada a las circunstancias del momento histrico revolucionario, sino destinada a la fijacin para todos los tiempos de un modo de pensar y de actuar la poltica. Es una ambiciosa premisa de doctrina y de accin revolucionaria y emancipadora. O acaso puede pensarse una revolucin sin intransigencia ni radicalidad?. He ah la sustancia de esta corriente histrica enraizada en los valores mismos que determinaron el nacimiento de la Nacin Argentina. La recopilacin cronolgica de los datos de las elecciones municipales, provinciales y nacionales en Rojas, es por lo dems significativa y constituye todo un acierto del historiador. Del aparente microcosmos de Rojas, emerge la compresin de buena parte del drama Argentino. En esos nmeros comiciales se expresa el sentido popular de la Unin Cvica Radical, la fuerza del poder conservador, y en la dcada del cuarenta, la infamia del fraude violento y la concepcin cnica del privilegio oligrquico. As, puede entenderse la importancia de las luchas democrticas, que durante tanto tiempo tuvieron por protagonista insoslayable y necesario al Radicalismo yrigoyeneista e

intransigente. Muchas veces me he preguntado las razones por las que esa subregin de la pampa hmeda bonaerense, compuesta por la conjuncin de la segunda y la cuarta seccin electoral, con poblaciones como Pergamino, Junn, Rojas, Lincoln y otras localidades menores, gener una pleyade de grandes polticos argentinos, que unan lucidez intelectual, capacidad de accin y objetivos de proyecto modlico integral para la Nacin. Figuras como Juan, Horacio y Julio Oyhanarte, Arturo Jauretche, John William Cooke, Hector Noblia, Arturo Illia y Moiss Lebensohn, se educaron, se formaron y transcendieron desde esa zona de centros urbanos modesto y actividad agropecuaria. La respuesta (riqueza natural de la zona, su ubicacin privilegiada para la comercializacin, la clase social que sumaba pequeos y medianos agricultores con grandes estancieros, sagaces comerciantes y profesionales, las redes del transporte ferroviario) me resultan insuficiente para explicarme la aparicin de un par de generaciones que se constituyeron en una verdadera clase poltica de tanta influencia en la vida nacional. Vea que ese contexto socio econmico se haba dado en otras partes del pas, y que sin embargo no haba generado el mismo tipo de figuras progresistas y visionarias. Hace poco tiempo le unas reflexiones del poltologo y jurista italiano Norberto Bobbio, cuya sabidura y compresin de la historia poltica le da acceso, en su vejez a una lucidez serena e inteligente, mirada resignada que agudiza, paradojalmente, la renovada esperanza humanista. Bobbio nos dice, sorprendentemente para un cientfico social, que la aparicin en un lugar y un tiempo determinados de clase sociales transcendentes, en una o dos generaciones consecutivas, es un misterio. Esas eltes, esos generalatos de la mollera, como dira Ortega y Gasset, nacen, evolucionan y se destacan sin una sola explicacin objetiva. En todo caso el fenmeno se deduce de muchas causas convergentes, una mezcla de circunstancias cuya formula no es eventualmente explicable por las ciencias sociales. Leyendo el libro de Ceruti, me convenci la validez de ese extrao juicio de Norberto Bobbio, siempre tan proclive a la racionalidad causal. Esta Historia de la Unin Cvica Radical de Rojas es una incitante contribucin para examinar el misterioso asunto de las clases polticas. Invalorable, porque el proyecto y visin de esos hombres de ideas y de accin est todava vigente, el trabajo de Ceruti, si sabemos leerlo, nos ayuda, quiz tanto como un tratado sociolgico, a develar la inextricable dialctica del Pueblo latiendo con una genuina dirigencia que la interprete y la conduzca haca su plena realizacin emancipadora. Dr. OSVALDO ALVAREZ GUERRERO

INTRODUCCIN CIUDAD CON MEMORIA Una memoria vaga por las calles buscando su propio abrigo

escrito en la memoria de la ciudad sin sueos o al menos en las almas que en su historia soaron una ciudad con memoria y es un ngel que vaga de cuerpo en cuerpo de lecho en lecho de espejo en espejo Reynaldo H. Uribe En nuestro pas, con una concepcin del progreso indefinido, los sectores dominantes, desde el siglo pasado relegaron la conservacin de la memoria. Sin embargo, mantener la evocacin colectiva es una responsabilidad social, es una construccin que requiere de acciones interdisciplinarias, trabajos de rescate, e instituciones que la resguarden, contribuyan a su mantenimiento y difusin. El pasado de los pueblos, con sus luchas, sus logros, sus gritos, sus reclamos, las voces que hablan distintos idiomas, las acciones de los hombres, es una maraa que hay que desentraar, entender para extraer experiencias, y no seguir repitiendo la historia hasta el infinito. Es por eso que encaramos esta investigacin con un bagaje de incgnitas, de preguntas, de incertidumbres, pero a la vez de la seguridad de los caminos a recorrer. Destacabamos en otra investigacin, que el nacimiento de la Unin Cvica Radical marco un hito en la historia argentina, y su posterior permanencia en la escena pblica debe atribuirse a que cubre un espacio ideolgico y social que le ha permitido en estos ms de cien aos de existencia orgnica ser gobierno nacional durante varios perodos, sobrellevar divisiones, superar derrotas, para reaparecer cclicamente como una opcin dentro de la sociedad. A su vez, el Comit Leandro Alem de Rojas, cuyo origen se remonta a los del partido mismo, lleva escrita una larga historia de vida, con muchos aos en el gobierno municipal, y los restantes en la oposicin, cuando no en la abstencin electoral o virtualmente excluido del juego poltico. Esta historia de la UCR de Rojas se enmarca en el contexto nacional y de la provincia de Buenos Aires, como parte de la historia del radicalismo, ligndose ntimamente a la vida de la ciudad. El Comit Leandro Alem, acompa al partido en cada actividad, en cada proclama, estuvo en cada lucha, en cada eleccin, en cada pronunciamiento desde 1890. Por eso adquiere importancia lo sucedido en todos esos aos. En esta ocasin investigamos cincuenta y tres aos desde 1890 a 1943. Primeramente, recreamos la situacin del pas entre 1880 y 1900, en el plano econmico, poltico y social, para una mejor comprensin del proceso de

surgimiento del radicalismo. Un tratamiento especial mereci la situacin de la sociedad de Rojas en esos aos, en los cuales numerosos rojenses se sumaron a los pronunciamientos de los cvicos radicales. Abarcamos distintos aspectos de la ciudad, varios de ellos no tratados histricamente, desde lo institucional hasta la vida cotidiana de los rojenses, pasando por la educacin, la produccin agrcola ganadera, el crecimiento edilicio, en esos aos de grandes transformaciones. Posteriormente, abordamos el origen de la UCR y del Comit de Rojas, trabajamos el uso del trmino radical, los aos del fraude, los alzamientos revolucionarios de 1890, 1893 y 1905, los acontecimientos de 1895 y 1896 en Rojas, los aos de Alem y de Yrigoyen, las intendencias radicales en la ciudad entre 1917 y 1930, para finalmente recorrer la dcada infame hasta 1943, aos de conspiraciones revolucionarias, la polmica abstencin o concurrencia y el fraude patritico. Examinamos las elecciones en las ultimas dcadas del siglo XIX y las primeras del XX, las campaas electorales, los resultados, los candidatos, como tambin la participacin de dirigentes locales en convenciones provinciales y nacionales, distintas postulaciones en cargos locales, provinciales y nacionales. Al indagar el periodo 1890-1943, lo hicimos primeramente destacando el enfrentamiento entre los partidarios del rgimen y una oposicin nucleada en la naciente UCR, en una lucha que hemos denominado por la democratizacin de la sociedad y la poltica; para posteriormente reconstruir la disputa que se dio por el dominio de la provincia de Buenos Aires y el pas, entre el radicalismo y las fuerzas del conservadorismo. La controversia entre las dos fuerzas polticas fue una constante en esos aos, alternndose una y otra vez en el ejercicio del poder. Recuperamos aspectos de la vida de destacados miembros del radicalismo como Juan Oyhanarte, y sus hijos Horacio y Ral, desde detalles de su existencia, sus escritos, discursos, y la opinin que tuvieron de ellos analistas polticos o crticos literarios. A lo que se suma la actividad poltica de Juan y Jeronimo Tormey, Santiago OConell, Cornelio y Patricio Gear, Santiago Eggan, Sebastin Ithurralde, entre otros. Todos ellos y muchos ms dieron sus vidas por la UCR, lo hicieron en alzamientos revolucionarios o en las pocas de los duros enfrentamientos con los conservadores, con sus matones o las policas bravas, o a travs de las urnas. Temas como la revolucin del 93, el asesinato de Juan Oyhanarte, el peridico La Verdad, tratados por otros historiadores los hemos reformulados y ampliados, con datos conocidos y otros nuevos, producto de nuestro interrogatorio.

El tem referido al vocablo radical, de su utilizacin en la sigla del partido, mereci un tratamiento singular, por el uso que de el se hizo por primera vez en Rojas, en los orgenes de la UCR. Realizamos un recorrido de la polmica que se suscit, de las distintas aplicaciones, hasta la incorporacin definitiva en la Convencin Nacional de noviembre de 1892. Analizamos los peridicos radicales de Rojas, La Verdad y La Reparacin, desde sus orgenes, porqu y como surgieron, hasta el comentario de distintos artculos, pasando por las caractersticas de cada uno, y como eran vistos por publicaciones conservadoras o radicales. Rescatamos una serie de acontecimientos y luchas de hombres del radicalismo y de Rojas, olvidados en los rincones de las bibliotecas, de los diarios o los documentos. Los hemos relacionados con otros sucesos, analizados desde otras perspectivas. En el capitulo 7, sobre Los aos del radicalismo, trabajamos principalmente el tem sobre las intendencias radicales en Rojas entre 1917 y 1930. Producto de nuestra investigacin hemos hallado en salas de expurgo de la municipalidad, fuentes primarias valiosisimas como el Libro de Decretos y Resoluciones de la Municipalidad de Rojas-Libro N2, que abarca desde el 2 de Febrero de 1918 hasta 3 de Enero de 1927 y el Libro de Decretos y Resoluciones de la Municipalidad de Rojas-Libro N3 que abarca desde el 2 de Enero de 1929 hasta el 18 de Diciembre de 1940. A travs de esa base documental hemos podido reconstruir las administraciones radicales de esos aos, con datos e informaciones de la vida de la ciudad y de los rojenses desconocidos hasta la actualidad. En todos los captulos, hemos optado por que hablen los protagonistas con sus escritos, sus pensamientos, los testimonios, como as tambin los decretos, los documentos, las crnicas periodsticas de la poca, como una forma de recrear cada una de los periodos analizadas. De esa manera el lector tendr un acceso directo a las huellas de lo que fue, en parte preguntando a los testigos, a la informacin de los actores y testigos. Solo as podemos reconstruir, conocer los procesos y entender la historia regional de una forma ms viva. Trabajamos con documentos y publicaciones del radicalismo, diarios, revistas de Rojas, Pergamino, Junin, La Plata, Rosario y Buenos Aires, distintos archivos pblicos como privados, como una extensa bibliografa referida a la UCR, como as tambin varias entrevistas a protagonistas del periodo o a sus familiares. Accedimos a una serie de manifiestos, documentos, proclamas que cobran vigencia luego de mas de cien aos, como as tambin a varios artculos

de diarios tanto radicales como conservadores, que por su valor hemos incorporado al trabajo. Las dificultades que se nos plantearon fueron fundamentalmente a partir de la poca o la falta total de fuentes locales, ya que algunas fueron destruidas o se perdieron como las actas y materiales del comit local luego de ser allanado tras el golpe militar de 1966, otras se extraviaron como las colecciones de los peridicos La Verdad, La Reparacin, y La Palabra. El esfuerzo da estos resultados, y creemos que la investigacin es un aporte a la historia de Rojas y del radicalismo a nivel local, provincial y nacional. Agradezco profundamente a una serie de hombres y mujeres, que me apoyaron de distinta manera para concretar esta investigacin. Quiero reconocer a los miembros del Comit Leandro Alem, por sus aportes de materiales, opiniones, sugerencias, criticas y estmulos, destacando la iniciativa puesta de manifiesto por Luis Almar, que tenazmente se propuso rescatar la historia de la UCR de Rojas. LEONIDAS F. CERUTI

CAPITULO 1 ASPECTOS DE LA SOCIEDAD ARGENTINA ENTRE 1850 Y 1900 1.1.-LOS INICIOS DE LA ORGANIZACIN REPUBLICANA El estado moderno argentino logr su definitiva consolidacin luego de terminados los enfrentamientos protagonizados por las diferentes facciones, entre el fin del dominio de Rosas en 1852 y la federalizacin de Buenos Aires. La organizacin nacional que se extiende a travs de esas dos fechas no super el principal problema de las relaciones institucionales planteadas desde 1810: la inexistencia de una estructura gubernamental que pudiera ejercer un poder efectivo en el pas. Las instancias previas al afianzamiento de un poder poltico consensuado y centralizado se lo puede rastrear desde los inicios mismo de la Revolucin de 1810. Es as que ya las Actas del Cabildo de Buenos Aires del 25 de mayo expresaban la esencia de la futura administracin: libertad, igualdad y gobierno propio. El 22 de octubre de 1811, la Junta sancion el Reglamento fijando las atribuciones prerrogativas y deberes de los poderes legislativos, ejecutivo y judicial, esbosandose la divisin de poderes. En la Asamblea General Constituyente de 1813 se cont con tres proyectos de Constitucin, aunque no pudo imponerse ninguno. Sin embargo los tres sostenan un estado indivisible, fundado en la voluntad general con absoluta y suprema soberana nacional del estado. Si bien no se logr sancionar sa voluntad general como ley, se decretaron medidas revolucionarias de las cuales se destacaron: la supresin de los ttulos de nobleza, la libertad para todos los hijos de esclavos nacidos en el futuro y para los que entraran desde el exterior, otras formas de servidumbre y privilegios y se profundiz la tendencia a la formacin de la conciencia nacional (escudo, sello e himno nacional). Estos fueron hitos fundamentales en el proceso de emancipacin poltica. No obstante, no se haba consolidado an un verdadero poder central, por los obstculos interpuestos al logro de la unidad poltica nacional. En todo el

proceso, hasta 1853, y ms precisamente hasta 1860, se trat de una Confederacin de territorios cuya unificacin descans ms en el afn independentista frente al resto del mundo, que de una verdadera unidad interna. En otras palabras, se trat de una unificacin ante lo externo, producto de la suma de las partes, ms que una verdadera unidad interna subordinada a un poder centralizado. Es que la base econmica haca predominar an la disociacin poltica, por el inters autonomista, impuesto por las particularidades regionales. El Pacto de Pilar, el Tratado del Cuadriltero, el Pacto Federal, el Acuerdo de San Nicolas en 1852, la Constitucin de 1853 y finalmente el Pacto de Unin celebrado entre la Confederacin Argentina y la provincia de Buenos Aires en 1859, constituyeron los hitos fundamentales en el proceso de integracin, federacin y finalmente de la unin poltica nacional. Sancionada la Constitucin de 1853, se logr en parte amalgamar a las provincias, pero persistiendo an contradicciones que determinaron que no se logre realmente la unificacin poltica nacional sino despus del Pacto de Unin de 1859 y la Reforma de la Constitucin de 1860. Declaraba dicho pacto poner trmino a la deplorable desunin en que ha permanecido la Repblica Argentina desde 1852 y resolver definitivamente la cuestin que ha mantenido a la provincia de Buenos Aires separada del gremio de las dems que constituyeron y constituyen la Repblica Argentina, las cuales, unidas por vnculo federal reconocen por Ley Fundamental la Constitucin, sancionada por el Congreso Constituyente el 1 de mayo de 1853. Se acord revisar la Constitucin del 53 para la unificacin poltica definitiva, su resultado fue la reforma de 1860, momento en el cual puede considerarse como el de real constitucin de una Nacin integral. Pero, el principal conflicto, la primordial disputa estaba entre Buenos Aires y el interior. El federalismo liberal y restrictivo que fue tomando forma, destruy las soberanas provinciales, siendo la base de gobiernos electorales digitados y el control de las sucesiones presidenciales tan caracterstico entre 1880 y 1916. El enfrentamiento y el antagonismo regional entre las provincias del interior reunidas en la Confederacin y la provincia de Buenos Aires, comenz a superarse con el predominio bonaerense, luego de la derrota federal en Pavn ante las tropas de Mitre en 1861, quien al ao se convirti en el primer presidente constitucional.

La progresiva centralizacin del poder que supuso la presidencia de Mitre estaba ligada al fortalecimiento de la provincia de Buenos Aires, que iba concentrando en sus manos las decisiones de carcter nacional, sin transferir ninguna instancia de esa ndole, y en esos elementos basaba su hegemona. En 1880 con la federalizacin definitiva de Buenos Aires, se cerr el trnsito haca la centralizacin institucional. Mitre y sus sucesores en la presidencia hasta 1880, Domingo F. Sarmiento (1868-1874) y Nicols Avellaneda (1874-1880), se ocuparon de realizar el proyecto liberal. 1.2.-LA ECONOMA ENTRE 1880-1900 En la segunda mitad del siglo XIX, se inici en nuestro pas un proceso de expansin acelerado encaminado a transformar la estructura econmica-social y se produjo la definitiva integracin a la economa mundial. Esa articulacin se hizo a travs del comercio exterior, las inversiones del capital extranjero y la inmigracin. La orientacin econmica de la lite del 80, se apoy en la situacin favorable que se ofreca a una economa agro-exportadora relegada por la divisin internacional del trabajo a la produccin de alimentos y materias primas agropecuarias, contando para ello con un elemento natural fundamental: una de las mejores tierras del mundo. Pero, para llevar adelante ese proyecto se necesitaban adems capitales y mano de obra. Gran Bretaa aport ms del 80 por ciento de los capitales, que en primera instancia se invirti en infraestructura: puertos, ferrocarriles, edificios pblicos, posteriormente en tierras, a travs de cdulas hipotecarias y en emprstitos al gobierno, cuyo dficit fiscal hizo crnico el endeudamiento con el extranjero. Los grupos financieros extranjeros ofrecieron al estado argentino sucesivos emprstitos: 12 millones entre 1880 y 1885, 23 millones entre 1886 y 1890, 34 millones entre 1891 y 1900, realizando adems cuantiosas inversiones en explotaciones productivas, asegurndose de esa manera sectores importantes de la economa. Quedaron en su poder los dos grandes sistemas industriales organizados hasta entonces: los ferrocarriles y los frigorficos. La necesidad de mano de obra, fue cubierta por la inmigracin de Europa, que ingres masivamente a partir de la dcada del 70. Desde 1869 a 1895 el incremento total de la poblacin fue del 116 por ciento, de los cuales un 60 % del mismo fue producto exclusivo de la inmigracin. Y si tomamos el periodo

1880-1914, la poblacin se duplic, debido tanto al crecimiento vegetativo como al impacto del flujo inmigratorio. La migracin fue promovida por la Constitucin Nacional de 1853, fue reglamentada con leyes especiales y auspiciada por una red de instituciones diseminadas en Europa y en el pas. La Argentina ocup el segundo lugar entre los pases receptores de poblacin europea, detrs de los Estados Unidos y delante de pases como Canad, Brasil y Australia, absorbiendo el 11% de la inmigracin europea neta. Los extranjeros se distribuyeron en el pas de manera desigual. Una gran proporcin de los inmigrantes de ultramar que llegaron al puerto de Buenos Aires se instalaron en dicha ciudad formando una parte importante del rpido crecimiento de la capital, que absorbi cerca de un tercio del total de la afluencia europea, otros se concentraron en las provincias de la regin pampeana, en algunas provincias del litoral y de Cuyo, o en ciudades como Rosario. Fomentada con el propsito de poblar el campo y la necesidad de mano de obra, la llegada se hizo masiva a partir de 1880, en un momento en que se cerraba el acceso a la propiedad de la tierra, repartida en la provincia de Buenos Aires en grandes latifundios, unos pocos lo lograron en la provincia de Santa Fe y Entre Ros. Quedaba para los que se dirigan al campo slo las funciones de arrendatarios, empleados, comerciantes o simplemente peones. En las grandes ciudades, un sector instal variados negocios o se desempeo como mano de obra masiva en la construccin de obras pblicas y de infraestructura, como ferrocarriles, puertos, cloacas, aguas corrientes, pavimentacin, construccin de escuelas, hospitales, los grandes edificios pblicos y privados. Esa transformacin demogrfica del pas respondi a los intensos cambios econmicos que se produjeron en el campo, desde que comenzaron a refinarse los ganados vacuno y ovino, y a extenderse las reas de cultivos de cereales. Se pas de una produccin plenamente pastoril a otra mixta, donde tuvo un papel preponderante la agricultura. Sobre fines del siglo XIX, los cereales entran en escena, incentivados por una creciente demanda mundial, poco a poco los cultivos van avanzando sobre los suelos frtiles de la pampa hmeda, ganndole espacio a la ganadera. Simultneamente se dan cambios en las siembras, las cosechas, e innovaciones tecnolgicas como la introduccin del alambrado

Adems, en 1883 se instalaron los primeros frigorficos argentinos, que al cabo de poco tiempo fueron superados por los que se crearon con capitales britnicos y norteamericanos para servir a las demandas del mercado ingls. A las exportaciones de ganado en pie se agregaron entonces las de carnes congeladas, cuyo volumen se intensific considerablemente, y las viejas estancias se modernizaron utilizando reproductores de raza. Mientras tanto, la produccin de cereales comenz a exceder los niveles del consumo interno y se pudo empezar a exportarlos con tal intensidad que en el quinquenio comprendido entre 1900 y 1904 las cifras del comercio exterior revelaron una equivalencia entre la exportacin de productos ganaderos y de productos agrcolas, cuando veinte aos antes la ganadera superaba trece veces el volumen de la agricultura. Por otra parte, ese proceso de modernizacin no hubiese sido posible sin el aporte de cuantiosas inversiones extranjeras en el ferrocarril, que en tres lustros duplicaron la red, que en 1900 ya contaba con 16.500 km. Desde 1890, ms del 80 % de ese excelente negocio se hallaba en manos del capital privado, que casi en su totalidad era de origen britnico. Los ferrocarriles contribuyeron de modo decisivo a la revolucin agropecuaria, y fueron beneficiarios privilegiados de la riqueza que sta produca. Las lneas frreas crecieron durante esos aos a un ritmo acelerado, y fue producto de una combinacin de intereses entre los capitales ingleses y los terratenientes, que vean como a su paso aumentaba el valor de sus tierras. El diseo del trazado, qued en un principio restringido a la zona de produccin agroganadera. Los ingentes gastos fiscales que demand la aceleracin del cambio econmico, la construccin de los puertos, de los ferrocarriles, de los edificios pblicos, fueron alterando la estabilidad monetaria del pas, sumado a la inflacin en crecimiento, a la arbitrariedad de los crditos bancarios, y una creciente especulacin con los valores de la tierra, fueron planteando un cuadro de crisis, que se intent resolver con una nueva ley monetaria, la cual no evit que continuara la emisin de papel moneda. De esa manera, el crecimiento y desarrollo acelerado se vio afectado por la crisis econmica, social y poltica de 1890. El desarrollo financiado bsicamente desde el exterior funcion mientras la produccin fue suficiente para hacer frente a los servicios de la deuda creciente; con ello se mantena la confianza de los inversores lo que permita obtener nuevos aportes. Pero el sistema, peligroso en s mismo, se volvera altamente vulnerable en la medida en que el destino de las inversiones fuera en parte improductivo y a la vez porque lo guiaba la especulacin o porque se derrochaba en gastos suntuarios. Paralelamente, el gobierno desarrollo en el orden interno una poltica crediticia y monetaria que si bien beneficiaba a los sectores de la oligarqua, disminua sus

propias posibilidades financieras para responder a sus obligaciones con el exterior, y sobre todo, impulsaba las tendencias inflacionarias perjudicando a los sectores de menores ingresos que constituan el grueso de la poblacin. La crisis del 90, fue motivada por el desmedido emisionismo sin respaldo, la inconvertibilidad de la moneda, una balanza de pagos desfavorable, la insuficiente produccin del pas (slo se exportaba cueros, carne y cereales), a lo que se sum, producto de la crisis europea, una baja de los precios de los productos agropecuarios, agregndose a todo ello la corrupcin administrativa. Los efectos no se hicieron esperar, se devalu la moneda, crecieron la inflacin, el gasto pblico, la especulacin, y el endeudamiento. Se detuvo el flujo de capitales externos, pero a partir de los primeros aos del siglo XX aumentaron nuevamente las inversiones. Mientras declinaron los prstamos al gobierno, se mantuvieron las inversiones en ferrocarriles, en tierras y se elevaron decididamente las destinadas a compaas de comercializacin (exportacin e importacin), bancos, frigorficos e industrias alimentarias en general. La transformacin econmica y social que sufri el pas en las dcadas finales del siglo XIX y las primeras del XX, fueron importantes para el desarrollo del capitalismo en nuestro pas, pero debi soportar sacudones profundos como la crisis de 1890, y los problemas de distribucin de la riqueza fueron muy agudos. El proyecto de los sectores dominantes, careci de un plan de desarrollo industrial, se posterg a numerosas regiones del pas, y se estructur una dependencia econmica y poltica con los centros dominantes en el mundo A esa situacin se le sum la consolidacin de la paz interior, se incorporaron nuevos territorios, producto del fin de la guerra de exterminio contra los aborgenes, y se dise una legislacin orientada a garantizar el funcionamiento de las actividades estatales y privadas, todo dentro de una poltica ubicada en el liberalismo centralista.

1.3.- EL REGIMEN Y LA DEMOCRACIA FRAUDULENTA El proceso de acelerado crecimiento estaba basado ideolgicamente en el positivismo, dirigido por una oligarqua ilustrada. Durante el perodo 18801916, el ncleo dirigente se mantuvo cuantitativamente reducido. Se estructur un poder poltico centralizado que durante treinta y cinco aos no admiti

coparticipacin y sus conductores nunca excedieron los lmites de la propia clase dominante. Continuamente se proclamaba la adhesin a los principios institucionales del liberalismo democrtico, y a la vez se los violaba sin miramientos. Al respecto desde varios sectores se analizaban y criticaban distintos aspectos de la situacin poltica, el diario La Prensa el 4 de marzo de 1889 opinaba que Vemos que la corrupcin poltica avanza, que no hay justicia electoral, que el fraude es practicado oficialmente con impdico alarde. Por otra parte en 1904, Carlos Pellegrini un liberal progresista y proclive a reformas polticas expresaba entre nosotros no se gobierna, se manda, en una perfecta definicin del mecanismo poltico argentino instalado a lo largo de ese periodo. Por su parte, Hiplito Yrigoyen describi y conden al rgimen cuando proclam Han avasallado en todas las formas la majestad de la Patria, han derrumbado todas sus instituciones, han injuriado y escarnecido todos los atributos morales, que eran la esencia de su carcter, han fijado su descrdito en todas las pginas de la historia general, han retrasado por medio siglo la amplitud de su desenvolvimiento, insumiendo y devastando gran parte de su savia, y si no la han jugado en las carpetas del mundo y no la han puesto bajo sus dominios personales, ha sido por la imposibilidad material de poder hacerlo totalmente. (1) Cuando Julio A. Roca en 1880 lleg al poder, las minoras dominantes dejaron de lado sus conflictos aceptando su proyecto de Paz y Administracin. Los enfrentamientos polticos se evitaron mediante prudentes arreglos y producto de su codicia, se dedicaron a proteger sus intereses y privilegios. Luego de las convulsiones vividas, la paz no fue alterada, y se transitaron aos en los que reino el crecimiento y la prosperidad. Se adoptaron providencias para el incremento del comercio exterior, se procedi a la unificacin monetaria en todo el pas, se tendieron miles de kilmetros de vas frreas que beneficiaron considerablemente al agro, la ganadera y transformaron las ciudades portuarias. Se procur hacer realidad los programas de Mitre, Sarmiento, Alberdi y Avellaneda, que hablaban de poblar y colonizar distintas regiones, fundar pueblos, tender rieles y trazar caminos. Se fueron sucediendo la guerra de exterminio contra el aborigen en la Patagonia y el Chaco, la incorporacin de inmensas extensiones de tierra a la produccin y la especulacin, la federalizacin de Buenos Aires, y una serie de medidas tendientes a transferir poder de las regiones al gobierno central. Se tomaron resoluciones innovadoras como la Ley de Educacin 1420 sobre la enseanza primaria gratuita, laica y obligatoria, la ley que instituy el

matrimonio civil, la secularizacin de los cementerios, la exclusin de la enseanza religiosa de las escuelas, la profesionalizacin del ejrcito. Desde el gobierno nacional, el Gral. Roca se dedic a extender su poder en todas las provincias, no mezquinando en ello mtodo ni medio alguno, incluido el uso de la violencia y el fraude por parte de sus amigos gobernadores, las intervenciones nacionales y la presin del Ejrcito. Esa sociedad se fue conformando con un proletariado incipiente, que comenzaba a organizarse, a luchar por sus derechos y un amplio espectro de clases medias que deseaban un espacio de participacin tanto en lo social como en lo poltico. Despus de 1880, se advirti en la oligarqua un decidido propsito de renovar y reordenar jurdicamente el Estado. Frente a los catlicos, los liberales defendieron el principio del Estado docente y el derecho a la libertad de conciencia. La educacin popular recibi un fuerte impulso y se estableci la escuela mixta de acuerdo a las normas aconsejadas por el Congreso Pedaggico Sudamericano efectuado en Bs.As. en 1882. Al ao siguiente las Cmaras empezaron a tratar una ley de educacin comn inspirada en los principios del laicismo. La misma motivo memorables polmicas en el Parlamento entre los partidarios de la ley como Onsimo Leguizamon y Delfn Gallo y los catlicos Pedro Goyena, Tristn Achaval Rodrguez y Jos Manuel Estrada. Finalmente al ser sancionada la ley 1420, se tendi a una educacin sin distinciones tnicas, ni religiosas, con un alto contenido integracionista, se creo el Consejo Nacional de Educacin Primaria y los organismos superiores de enseanza. Tras la sancin se produjo la intervencin del nuncio apostlico, Monseor Mattera, en la polmica sobre el rgimen aprobado, lo que motiv una situacin tensa con el gobierno, que ste zanj rompiendo relaciones con la Santa Sede y entregndole los pasaportes a su representante. Otras dos leyes trajeron diferencias con la Iglesia. La ley de Registro Civil, que puso bajo jurisdiccin del Estado una funcin que haba sido hasta entonces potestad de la Iglesia. La otra norma es la que estableca la secularizacin del matrimonio, lo que le vali al gobierno la critica de la opinin catlica. Estas iniciativas completaban una serie de concreciones inspiradas en las ideas liberales predominantes en la poca. Pero, el sistema poltico ideado por los sectores dominantes, limitaba la participacin poltica con agrupamientos polticos pequeos, personalistas, y

carentes de principios. El roquismo siguiendo el modelo poltico francs planteado por Alberdi, llevo a su mxima expresin la poltica orientada de arriba hacia abajo y fue montando una formidable mquina electoral, que le dio el dominio de la vida poltica durante varias dcadas El fraude electoral fue uno de los mecanismos ms utilizados para impedir o alterar la expresin de la voluntad ciudadana. Cmo funcionaba la mquina del fraude ? Miguel Angel Crcano lo ha explicado claramente El pueblo de la Constitucin lo constituye el padrn de electores y lo confecciona el Poder Ejecutivo por intermedio del Ministro del Interior. Los inscriptores anotan con preferencia a los partidarios. La depuracin del padrn y el clsico juicio de tachas lo realiza el gobierno, que es juez y parte con este sistema. Al adversario se le oponen toda clase de impedimentos para anotarlo en el padrn. La mayora oficialista est asegurada antes de los comicios. El empleado pblico que no vote al candidato oficial es al punto despedido. Si no fueran suficientes estos recaudos, el da del sufragio, controla el comicio el comisario y la mesa escrutadora de votos designada por el gobierno favorece a sus candidatos. El presidente del comicio recibe la libreta que acredita al votante, pero en la imposibilidad de identificarlo permite el voto por interpsita persona y el acaparamiento de las libretas por los caudillos locales. La mquina funciona con ms eficacia en la campaa. En las grandes ciudades es menos aparente, pero no menos eficaz. Todo el pueblo tiene derecho de votar pero el caudillo es quien dispone del sufragio. La mquina opera tambin en la eleccin de los candidatos. En la confeccin de las listas era decisiva la influencia presidencial y la de los caudillos. Se ejerca en las provincias por conducto de los gobernadores que, generalmente, eran los jefes del partido del gobierno. El gobernador era el nico que dispona de los medios de accin por intermedio de sus funcionarios, extendiendo su proselitismo a la campaa con los comisarios y jueces de paz. Estos eran el terror de los que no colaboraban con su poltica. Los comisarios y jueces de paz, en sus respectivas jurisdicciones, son a su vez los principales electores. Responden polticamente al gobernador. El da de los comicios llevan a sus empleados y partidarios a las urnas. Cuando la eleccin es dudosa, alejan a los adversarios de los comicios, an empleando la fuerza. Es frecuente la lucha armada entre las facciones para posesionarse del local de los comicios. Con la falta de control de los fiscales opositores se produce la volcada del padrn. Los recursos y formas de practicar el fraude -agrega- son tan numerosos como variados. Dependen de la imaginacin y cultura de los caudillos para que se realice de manera torpe o con tcnica ms inteligente. (2) Clara y contundente descripcin de las pocas del fraude, de las elecciones digitadas y la violencia electoral, por parte de Roca y sus amigos. El afianzamiento poltico-econmico de los sectores terratenientes y la consolidacin de los intereses extranjeros en la economa, fueron los dos

procesos destacados en las ultimas dcadas del siglo XIX. El liberalismo que promovi la poltica de cambios desde 1850, llev hasta sus ultimas consecuencias sus planes en materia econmica, y en el plano poltico se perfil un sistema conservador orientado a mantener los resortes del poder en pocas manos. El rgimen si bien construy un estado moderno, cre tambin los mecanismos para mantenerlo fuera de toda injerencia popular, fuera de toda participacin, que hiciera peligrar su hegemona. Esa dualidad se manifest cuando se ve por un lado la poltica de modernizacin jurdica o de laicizacin con la resistencia a toda legislacin progresista en materia laboral o bien a todo intento de participacin democrtica de la ciudadana.

1.4-LA SITUACIN EN ROJAS ENTRE 1880-1900 Los cambios experimentados en el pas en ese perodo se vivieron en Rojas intensamente al incrementarse y variar la produccin agricola-ganadera, continuar el arribo de inmigrantes irlandeses, espaoles, italianos, franceses, sirio-libaneses, producirse la llegada del ferrocarril, un fuerte incremento en la construccin pblica y privada, nuevos negocios, nuevas instituciones, y una serie de transformaciones que articuladas entre si le fueron dando a la localidad un panorama de crecimiento y prosperidad. Tras la organizacin institucional producida por la Ley Orgnica de Municipalidades sancionada el 16 de mayo de 1886, por la cual se creaba la figura de Intendente Municipal, fue designado primeramente Juan G. Muoz, desempendose hasta fines de 1886. Posteriormente le sucedieron Fermn Coria (1887), Jos R. Castilla (1888-1889), Juan Muoz (1890), Julin Abaca (1891), y David Cichero (1891 interino). Por acefala en la conduccin de la Municipalidad desde diciembre de 1891 hasta abril de 1892, el gobierno de la provincia nombr dos Comisiones Municipales. La primera cumpli sus funciones hasta febrero de 1891 y estuvo integrada por Juan Antonio del Marmol, Juan P. Bordn, Juan P. Tormey, Francisco Carrasco, Santiago Ballesthya; mientras que la segunda la conformaron Pedro Iribarne, Mariano Muoz, Juan P. Tormey, Juan Simon Bethular, Jorge D. Dowse. La normalizacin se produjo con la asuncin de Mariano Muoz como Intendente hasta julio de 1893, ao en que hubo tres funcionarios en el cargo, Juan Hnter como Comisionado del Interventor Nacional de la Provincia, Juan Salaber como titular y finalmente Alfredo Hortelano, primeramente como interino, y al ao siguiente como titular. Hasta 1900, se sucedieron en el cargo de Intendente, Ezequiel B. Carrasco (titular) 1895, Manuel A Linera (Interino, por fallecimiento del titular) 1895-96,

Manuel Legua (titular) 1897, Juan Hunter (titular) 1899, David Cichero (interino) 1899-1900. De todos esos Intendentes, se destac por su personalidad y las iniciativas para la localidad, Juan Muoz, el cual fue descripto por un rojense en una carta publicada en el diario El Imparcial de Pergamino como un antiguo vecino de este pueblo, habiendo ocupado en varias veces el puesto de municipal, presidente de la municipalidad, Juez de Paz, Comandante Militar. Si Rojas, tiene calles viables, hermosa plaza, hermoso edificio municipal, juzgado de paz y polica, se debe a su laboriosidad. Tiene otros mritos como argentino y liberal, nunca esquivo el peligro cuando ha sido necesario defender las instituciones de su pas. Hallose en la batalla de Cepeda, como alfrez del ejercito de Buenos Aires, y en Pavn como teniente primero, en el 74 marcho a campaa al mando de Roca, adems estuvo en Uruguay sirviendo como voluntario del Partido Colorado. (3) Haban pasado cerca de cien aos, desde octubre de 1779 -cuando se traslado el fuerte a su segundo emplazamiento- en que se construy la primera plaza de la localidad y se deline el pueblo en forma de damero hasta 1873 en que se realizaron las primeras tablillas, para modificar la estructura del poblado. Las modificaciones del ejido urbano continuaron en 1884 cuando la Municipalidad ampli la zona de la plaza principal al comprar el terreno y rancho que en la misma posea Doa Mara de los Santos Pereira de Canela segn se dej constancia en el acta del 7 de mayo de 1884, del Libro de Demandas del Juzgado de Paz: 1869-1887, al comparecer por una parte el Seor Presidente de la Municipalidad del partido ciudadano D. Juan G Muoz (hijo) de estado casado y por la otra Doa Mara de los Santos Pereira de Canela de estado viuda, ambos domiciliados en el Cuartel Gral. Belgrano de este Partido, mayores de edad, personas hbiles para contratar a los que consto de que certifico y dijeron: que han convenido celebrar un contrato de compraventa de un terreno de la propiedad de la segunda ubicado en este pueblo, bajo las siguientes condiciones: la Sra. de Canelo se compromete a vender a la Municipalidad del Partido un terreno con un rancho destruido que posee en la Plaza principal, compuesto de veinte varas por costado o sea diez y siete metros trescientos veinte milmetros a cada rumbo o lo que resultase dentro de muros. Linda al Norte con Don Manuel Beguiristain, al Oeste calle en medio con Don Enrique Casellas, al Sur calle en medio con la plaza publica y al Este con la casa de la Municipal del Partido. La Municipalidad abonar a la Sra. de Canelo por esa propiedad antes mencionada la suma de ochocientos veintisis pesos con sesenta y seis centsimas moneda Nacional igual a veintisis pesos en moneda corriente de esta provincia, cuya suma entregara de contado en el acto de extendrsele la correspondiente escritura judicial de venta.... (4)

Fue en marzo de 1886, cuando las autoridades comunales designaron una comisin compuesta por los Sres. Francisco Roca, Dr. Jos R. Castilla y Dr. Julio Mitre para que procedan a la nomenclatura de las calles del pueblo, siendo reemplazados en 1889 por Jos L Elordi, Alfonso Hortelano, Manuel Linera (h), quienes designaron a las calles del municipio, con los nombres que ostentan en la actualidad, con los cambios propios de las distintas pocas. (5) El crecimiento edilicio pblico y privado fue uno de los fenmenos de esas dcadas. El Intendente Dr. Jos Ramn Castilla, decidi proceder a la construccin del edificio de la actual Municipalidad, () por intermedio de los constructores Sres. Juan Roffo y Ca, y cuya obra pudo inaugurase en 1889,.(6) Las construcciones privadas aumentaron, desde las particulares hasta las de distintas instituciones, como las Sociedades Extranjeras de Socorros Mutuos. Fue as que el 20 de setiembre de 1886, se coloco la piedra fundamental del futuro edificio social de la Societa Italiana Di Mutuo Soccorso Unita e Fratellanza, y en pocos aos se construy el actual edificio. Todo eso sucedi luego de 1881, ya que en 1854, slo existan en el pueblo, once casas de azotea, entre ellas dos de altos y 276 ranchos de paja, estando representado el comercio por nueve almacenes y boliches y dos tiendas, y ya en 1881, las casas de azotea de un cuerpo alcanzan a 124, a 34 las de dos cuerpos y a 367 los ranchos de madera o paja, existiendo, adems, veintids establecimientos industriales, con un capital de 1.596.500 pesos moneda corriente, y setenta y tres casas de comercio (7) El auge en la construccin, continu con la reconstruccin de la torre de la iglesia, que se haba derrumbado una tarde de verano del ao 1887. Segn distintos relatos, el Presbtero Don Silvestre Marugo luch denodadamente para lograrlo, tras el apoyo de la Municipalidad y de la poblacin. El 4 de octubre de 1896 se inaugur la nueva iglesia ceremonia que se llev a cabo con la presencia del Dr. Emilio Frers, entonces Ministro de Gobierno de la provincia, siendo designados padrinos del acto, el Gobernador de Buenos Aires, Dr. Guillermo Udaondo, y la Sra. Benigna Lans de Cano.. y el obispo auxiliar de la Dicesis de Buenos Aires, Dr. Mariano A Espinosa, oficio el ceremonial de prctica.(8) En el plano de la educacin, en 1862 se haba inaugurado la primera escuela pblica, en el espacio que hoy ocupa la escuela N1, habiendo sido su primer maestro Don Natalio Borja; y en 1868 comenz a funcionar la Escuela de Varones, con su preceptor Jaime Pons, acompaado a los meses por el uruguayo Tefilo R Bazeilize. Posteriormente, en 1877, se iniciaron una serie de gestiones por parte de Juan Muoz ante Domingo Faustino Sarmiento, quien ocupaba el

cargo de Presidente del Consejo Gral. de Escuelas, para lograr la instalacin en la localidad de una escuela mixta y todo lo concerniente a la eleccin del Consejo Escolar para su conformacin. Producto de esas diligencias se produjo un intercambio epistolar entre ambos. En mayo de 1877, Muoz le detallaba al sanjuanino, Como tuve el honor de comunicar en nota al Sr. presidente, que al hacerse la eleccin del Consejo Escolar recay este en personas que no eran de la Municipalidad, y esperando que se ordenara lo que en este caso deba hacerse, no obstante que la Municipalidad atendera las Escuelas existentes, y velara por mejorar la educacin este Pueblo en cuanto le fuere posible. Como el Seor Presidente habr visto por el Censo que se ha remitido el nmero de los que se educan es mui insignificante, por lo que, afuerza de las exijencias, ha dado la direccin de una Escuela de nias a la antigua Preceptora Doa Adela Palacios de Pizarro, .... Al dar la direccin .....se ha tenido en cuenta muchas cosas: la necesidad que de ella haba, y que reconociendo el mrito de la Preceptora a quien se le haba se le ha dado esta direccin, debiendo estar sujeta en todo a lo dispuesto por ese Departamento, lo que ella conoce bien, el Partido la educacin. Seor, en este Partido, he ganado mucho, por que aparte del bien que la Escuela existente ofrece la dirijida por la Seora de Pizarro lo bien aumentar, y al mismo tiempo esta Municipalidad se congratula, lo que participa al Seor Presidente, con tener de directora de ese otro Colegio en este Pueblo del que tanto se necesitaba la antigua educacionista Seora Doa Adela Palacios de Pizarro. La Municipalidad, hasta tanto que ese Departamento no ordene otra cosa, atender las Escuelas existentes, y particularmente la ltimamente creada al cargo de ese Departamento y ordenar, como lo ha hecho ya, pasar las notas y estados, para ser elevados ese Departamento. (Se transcribe textualmente, respetando los giros ortogrficos y literarios de la misiva fechada el 26 de mayo de 1877). Al mes siguiente, el Intendente en una nueva carta a Sarmiento, le aclaraba sobre la realidad de la educacin en Rojas al comentarle al mandar la planilla de la nueva escuela, de sus benficos resultados, un mes tiene que est bajo vijilancia de la Municipalidad, y en varias visitas que esta ha hecho la escuela, por algunos de sus miembros y el Municipal del ramo, ha quedado contenta con el mtodo y el orden que se observa para la enseanza, como prueba y demostracin se permite la Municipalidad, por mi intermedio recomendar la nueva Escuela Por lo que ha dado cuenta la Preceptora y por haberlo examinado en las visitas que se han hecho la Escuela, han sido matriculados veintin alumnos, de estos cuatro pobres, cuatro matriculados en la otra Escuela y trece que han pagado sus matrculas y cuyo importe han sido entregados por la Seora Preceptora la Municipalidad y estn esos fondos la

orden de ese Departamento. No puede ser mas satisfactorio, Seor Presidente, el resultado. En un mes, y con el malsimo tiempo que ha habido han entrado veintin alumnos, y la asistencia de estos, que la ha presenciado la Municipalidad, tambin es satisfactoria. En agosto de ese ao Sarmiento respondi Contstese que segn lo dispuesto en la Lei, no pueden los miembros de la Municipalidad formar parte de los Consejos Escolares, que debe dictar las medidas necesaria para que se instalase el Consejo, nombrndolo provisoriamente en caso de no poder hacerse la eleccin popular y que se nombre para preceptora la propuesta D Adela Pizarro... (9) Mientras tanto el 26 de septiembre de 1877 comenz a funcionar el primer Consejo Escolar, siendo su presidente el cura parraco Lorenzo Bonifacio, vice Manuel Beguiristain, supervisor Augusto Berardo, tesorero Manuel C. Pea, y secretario Joaquin Gonzales Barreiro. La localidad en esos aos tuvo sus propios medios de comunicacin escrita. El primero fue el bisemanario La Verdad fundado por Juan Oyhanarte, en 1882, que apareca los jueves y domingo, distribuyndose adems en Junn, Coln y otras localidades. A los aos, en 1897 surgi El Porvenir, tambin bisemanario, siendo su director Filiberto E. Puciarelli; y en 1901 naci El Nacional dirigido por Basilio Urdinola.

La expansin de los ramales ferroviarios por todo el pas fue espectacular en los aos que siguieron a 1880, y llegaron a Rojas en 1884 cuando se habilit el ramal Pergamino-Rojas-Junn, del entonces llamado Ferrocarril de la Provincial (posteriormente denominado Ferrocarril Oeste, Central Argentino, San Martn y NCA). En esa ocasin la Municipalidad creo una comisin de vecinos para los festejos por el arribo del ferrocarril a la localidad, que estuvo integrada por Pedro A del Carril, Roberto Cano, Mateo Tormey, Francisco Roca, Juan Cano, Juan Poly, Miguel Segu, Manuel C. Pea, David Cichero y Eusebio Laprida. Veinticuatro aos despus, en 1904, se inaugur el F.C. Central Buenos Aires (luego Ferrocarril Gral. Urquiza), que uni por lnea directa a la Capital Federal y Rojas, producto de la prolongacin del tramo desde Carmen de Areco haca el oeste llegando a Salto y a Rojas.

El crecimiento demogrfico del pueblo se dio fundamentalmente entre 1890 y 1914. Las primeras informaciones datan de 1801 con un registro de 740 habitantes, nmeros brindadas por el explorador naturalista aragons Felix de Azara, mientras el primer censo oficial por orden del gobierno constitucional de 1854 marco 1367 pobladores. En 1881 al llevarse a cabo el Tercer Censo Oficial, las cifras arrojaron 6303 habitantes, el registro de 1890 determino 9362 habitantes para el partido, perteneciendo 4895 al pueblo y 4.462 a la campaa, el quinto censo oficial de 1895 marcaba 6676 pobladores, (la disminucin se debi a la creacin del partido de Coln) de los cuales 2886 correspondan al pueblo y 3790 a la zona rural, posteriormente el sexto registro en 1914 dio una poblacin de 18.992, perteneciendo 6250 a la ciudad y 12.742 al resto del partido. (10) Los cambios en la explotacin agropecuaria en el pas, en donde la produccin cerealera desplaz a la ganadera de grandes zonas, se manifestaron claramente en Rojas, ya que en 1881, tan slo 4334 hectreas estaban dedicados a la agricultura, en 1895 aument a 20.256, y ya en 1914 la extensin sembrada en todo el Partido alcanzaba a la respetable cifra de 90.000 ha; mientras varias dcadas despus, en octubre de 1923 haba ms de cien mil ha sembradas, descompuestas aproximadamente as: 20.000 de trigo, 60.000 de maz, 15.000 de alpiste, avena, alfalfa y otros.

Por su parte el desarrollo de la produccin ganadera se puede apreciar en este cuadro: AO 1854 1881 1895 1914 1923 (11) Como nos muestran las cifras, existi un aumento espectacular en el ganado bovino, ovino y equino entre los aos 1854 y 1881, comenzando luego hasta 1914 una cada significativa. La intensa actividad ganadera desplegada en el partido entre 1850 y 1880, estuvo reflejada en la cantidad de acarreadores de BOVINO 36.700 203.414 94.105 69.508 145.000 OVINO 36.000 631.632 431.632 72.380 77.000 EQUINO 3.600 53.620 18.104 28.627 30.000 PORCINO 800 1808 1.666 20.670 15.412

ganado vacuno, lanar y yeguarizos que reclamaban las matrculas para cumplir con dicho oficio, segn consta en el Libro de Demandas del Juzgado de Paz del periodo 1869-1887. La produccin de maz tuvo una rpida expansin en el norte de la provincia de Buenos Aires, entre Campana y San Nicols y algunos partidos del noroeste de la provincia, como Pergamino y Rojas; a partir de entonces la penetracin fue haca el norte bordeando el Paran, ocupando reas en los departamentos santafecinos de General Lpez y Constitucin. AREA CULTIVADA CON MAIZ EN VARIOS PARTIDOS Y DEPARTAMENTOS: 1889-1905 (EN KM 2) 1889 CAMPANA--------------------------BARADERO------------------------SAN PEDRO------------------------ARRECIFES--------------------124 16 51 168 86 -SALTO--------------------------------GRAL LOPEZ-----------------------PERGAMINO-----------------------ROJAS--------------------------------COLON------------------------------67 339 398 126 326 373 160 81 44 1895 45 260 358

Fuente: Pierre Denis, The Argentine Republic, Nueva York, 1923. (12) Un informe de 1888, publicado en el Mulhalls Argentine Republic nos muestra que en el partido de Rojas existan 240.000 vacunos; 54.000 yeguarizos; 632.000 lanares, 6.000 aves, . El valor de la tierra es de 44.000 $ m/n. la legua cuadrada de pastoreo y de $ 110.000 para agricultura. Hay 2.630 millas de alambrado, representando un costo de pesos 1.012.000. Destinadas a la agricultura hay 3.900 cuadras. Valores Vacuno$ 7.310.000 Tierra.. $ 6.390.000 Poblaciones. $ Varios.. $ 540.000 311.000 Por habitante $ 1.160.00 $ 1.012.00 $ $ 85.00 50.00 $ 2.307.00 (13)

Totales.. $ 14.551.000

La misma resea, se completa con una descripcin de los habitantes, las actividades productivas, sociales, detalles de la vida privada y pblica de los rojenses en esos das los pastores irlandeses empezaron a poblar dicho partido (Rojas) en el ao 1860, y son ahora muy numerosos. Las estancias principales son de: Alsina, Anderson, Boggan, Ballesty, Cano, Carey, Dowe, Geddes, Geoghegan, Gerraty, Giraldes, Hardoy, Hughes, Irigoyen, Lower, Llavallol, Louton. etc. () El porcentaje de riqueza por habitante es muy alto. Los habitantes tienen buenas poblaciones, los servicios pblicos estn bien atendidos y el partido es aparentemente el ms prospero del Ro de la Plata. Habitantes: seis por cada milla cuadrada. El 86% son argentinos. Los extranjeros se componen de 310 italianos, 200 espaoles, 190 franceses. 90 irlandeses, 25 alemanes o suizos. Hay 133 varones por cada cien mujeres. Hijos ilegtimos el 21 %. Menores de edad escolar: 1411, de los cuales 379 van a la escuela o pueden leer. El partido tiene dos iglesias, 3 puentes, 7 escuelas, 385 vehculos, 473 casas de material. Hay escuelas pblicas y particulares, club de carreras, biblioteca, hospital, cinco sociedades de caridad, banda de msica, mdico, dos farmacias, molino a vapor, hotel, 95 negocios con un capital de 260.000 pesos m/n. El informe del Dr. Castilla sobre la salud publica es como sigue: en el otoo e invierno hay enfermedades de la garganta y los pulmones, en la primavera y verano, sarampin, escarlatina, y viruela. Hay coches que hacen el viaje a Pergamino (25 millas) hasta el Ferrocarril Gran Oeste. Viaje a Buenos Aires, 10 horas. (14) Las estadsticas sobre la propiedad rural haca 1899, destacan que las mayores extensiones correspondan a las propiedades mayores de 2000 ha, entre cuyos titulares encontramos a Roberto Cano, Saturnino Unzu, Charles Brizuela, F. Sierra, S. Flores, R. Otero, PJ Iribarne, Susana Cano, Enriqueta Lezica de Dorrego, Mateo Tormey, Juan Tormey, Lennon, Roca, Norberto Quirno, Murray, etc. Posteriormente se ubicaban las extensiones mayores de 500 ha menores de 2000 ha, y luego las propiedades menores de 200 ha. (15) El procesamiento de las materias primas de la zona, tenan su espacio en el Molino Cabodi, nacido en 1853 cuando D. Sebastin Roqus, funda su primitiva tahona, la cual funcionaba con una mula y el trigo era molido con piedras () En el ao 1897, lo adquieren los Sres. Juan Cabodi y Luis Tibiletti, constituyendo la firma Cabodi, Tibilletti y Ca. Desde ese momento se inici una poca de reformas, pues se anexan al viejo cuerpo de edificio otras dependencias y se instala la fbrica de fideos. Del Libro de Demandas del Juzgado de Paz local que abarca el periodo 1869-1887, hemos podido extraer valiosos datos sobre la vida cotidiana de Rojas y sus habitantes. El mismo nos detalla los nombres de algunos comerciantes como Manuel C. Pea, Juan Ros, Juan Castro, Pedro Cichero, Alfonso

Hortelano, y que la localidad no contaba con escribano publico, mientras el avaluador del Partido de Rojas era Don Mariano Muoz, desempendose como Defensor de Menores Don Jose R. Castilla. El alumbrado pblico a kerosene, fue una iniciativa del concejal Francisco Roca en 1867. De los llamados a licitacin para dicho servicio, convocados por la Municipalidad hemos rescatado la del ao 1882, que nos muestra que la propuesta de Don Blas Florenzano con la garanta de Don Manuel Patrn proponiendo hacer el servicio veinte pesos m/n por farol mensualmente debiendo hacer una rebaja de 5% sobre el total. Otra propuesta de de Don Rafael Colanche con la garanta de Don Agustn Mengihillo proponiendo hacer el servicio por diez y ocho pesos m/n mensuales por farol. Posteriormente la concesin sera otorgada a Don Blas Florenzano, quien en acto pblico ante el Juez de Paz se comprometi a cumplir el contrato establecido, del cual transcribimos algunas condiciones: 1.-....a alumbrar el pueblo a Kerosene en todo el radio que actualmente se hace estendiendolo hasta la plaza nueva por las dos calles que van de la plaza principal 2.-Los faroles debern estar encendidos horas a la oracin y durar su luz cuando menos, hasta la una de la maana en los meses de octubre Marzo inclusive, y hasta las doce de la noche en los meses restantes 3.-Los faroles se encendern hasta el sexto da de la luna nueva y desde el tercero de luna llena, pudiendo apagarse despus de una hora de salir la luna 6.-Las noches de retreta sern encendidas las farolas de la plaza principal 7.-Si las farolas se apagasen por causa del viento o lluvia sern encendidas nuevamente por el Empresario una vez que sea posible 8.-Por todo farol que quede sin encender o que se apague por falta del Empresario pagar este una multa de diez pesos m/n por cada farol por noche, siendo suficiente prueba para exigirla el testimonio de dos vecinos 10.-El cobro del Impuesto lo har el Empresario con intervencin de la Municipalidad, el cual quedara fijado en cinco pesos m/n por puesta, esceptuandose solamente del pago los pobres de solemnidad, los que deben acreditarse con un certificado del Juez de Paz Posteriormente se especificaba que para las fiestas cvicas de Mayo y Juliose encendern las farolas de la Plaza principal, que los daos causados por particulares sern abonados por la Municipalidad y una serie de obligaciones, culminando con el importe que deba abonar el Municipio por el contrato de dos aos la suma de ochocientos pesos m/n mensuales, los que sern abonados al fin de cada mes, a mas del producido del impuesto que tambin queda a su favor. (16)

Por otra parte, en la zona que hoy ocupa Las Carabelas, haca 1890 el Sr. Reinaldo Otero dueo del campo llamado La Esperanza vendi gran parte de su propiedad al Sr. Gorgonio De Miguel, a quien se considera fundador de la colonia El Carmen, nombre que quiso guardar la familia Ezpeleta al adquirir los lotes en que hoy corren esas calles, como la Sra. Mara Unzu de Alvear conservo La Esperanza, para el lote de su propiedad. A fines del siglo XIX adquirieron terrenos al Sr. De Miguel, colonos franceses como Casset, Buiras, Buffet, Perrt, Teppas, Druet y Droge, y otros colonos como los seores Acerbo, Antonelli, Burletti, Boveri, Bonino, Borassi. En 1910 la Compaa General Buenos Aires instalo las vas del ferrocarril de Pergamino a Vedia, creando la estacin Las Carabelas. La familia Sierra compro tierras que luego vendi en lotes menores a distintas familias como Vicente de Huerta, Ezpeleta, Blas Drebet, Hilario Lopez Masoni, Paulino Fuentes, etc. (17) Al crecer la poblacin y las actividades, los servicios en sanidad requeran de una mejora, ya que durante 1888 varios pobladores se vieron afectados por viruela, lo que llevo al semanario La Verdad, a criticar y reclamar a las autoridades con este articulo: Todas las medidas sanitarias son impotentes contra la propagacin de la viruela! Quien ha visto tomar una sola medida sanitaria contra la viruela? Si se excepta la clausura de las escuelas fiscales ordenada por el Consejo Escolar en dos ocasiones, no se ha tomado ninguna otra medida, no obstante de ordenar la vacuna el Consejo General de Higiene, y de aconsejar la limpieza pblicas.Continan algunos padres de familia sacando sus hijos al campo, en vista de que la viruela se desarrolla cada vez ms. Lamentablemente es el abandono en que se halla el pueblo por parte de las autoridades locales, pues ni siquiera se vacuna siendo que hay un mdico municipal pagado con los dineros del pueblo (18) Los reclamos y peticiones a las autoridades municipales, dieron sus frutos al construirse un hospital. Y el 30 de agosto de 1891 se inauguro el donado por la Sra. Mara Unzu de Alvear. Partiendo del ao de funcionamiento del Registro Provincial de las Personas de Rojas que data del 15 de febrero de 1889, a raz de la sancin de la Ley 1888, se pueden calcular los ndice de natalidad y mortalidad de la localidad. Si se le adjudican a la localidad para 1889 una poblacin de 10.000 habitantes (el censo de 1890 determino 9362 pobladores), siendo 144 las defunciones, el ndice es de 14,4%, mientras que en 1914, el sexto censo dio una poblacin de 18.992, y los decesos alcanzaron a 239, el ndice alcanzo una marca del 13 %. (19)

Debemos tener en cuenta que entre 1889 y 1900 solo haba dos mdicos para diez mil habitantes, de 1900 a 1918 el nmero aumento a tres para dieciocho mil pobladores. Con los aos la salud pblica se vio beneficiada por el mejoramiento de la higiene general y algunas obras pblicas, que como las aguas corrientes fueron un excelente factor para hacer descender el ndice de mortalidad. Dichas obras, datan de 1929, durante las administraciones radicales de Jernimo Tormey y Santiago OConnell. En 1889 hubo alrededor de 350 nacimientos, lo que dio un ndice de natalidad del 35%, aumentando en 1914 a 750, marcando un promedio del 39%, y en 1941 cayeron los alumbramiento a 450, con un cociente del 15%. (20)

En las grandes ciudades, y los pequeos poblados, los inmigrantes se agruparon en distintas instituciones, como sociedades mutuales, escuelas, entidades culturales y de solidaridad. Las asociaciones estructuradas en torno a las comunidades extranjeras constituyeron un punto de referencia importante para los inmigrantes recin llegados. Vincularse con sus connacionales significaba para el inmigrado y sus familias, romper el aislamiento, confraternizar y la posibilidad de un alojamiento o un trabajo. Las colectividades tuvieron una intensa vida asociativa, y en Rojas, los italianos se agruparon en la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos Unita e Fratellanza, en 1879, cuando a iniciativa de un grupo entusiasta de italianos, reunidos en casa del Sr. Manuel Patrone, en fraternal banquete, se conmemoraba la histrica fecha de la proclamacin del estatuto. Posteriormente, en 1886, se coloc la piedra fundamental del edificio social. Vino luego la fusin con la Sociedad UMBERTO 1, y la construccin del saln-teatro, que fue inaugurado en junio de 1909. Mientras tanto los espaoles, luego de un encuentro celebrada el 1 de octubre de 1881, en el local del Club Unin, decidieron tener su propia asociacin, y es as que ese da se distribuy el trabajo que deba realizarse recayendo las principales tareas en los Sres. Miguel Segu y Alfonso Hortelano. Y el 30 de octubre de 1881, quedo constituida la Sociedad Espaola de Socorros Mutuos, y entre los miembros de los primeros aos encontramos a: Marcial Alvarez, Marcial Rodrguez, Miguel Segu, Jos Alvarez, Jaime Pons, Manuel Garca Mourin, Alfonzo Hortelano, Manuel C. Pea, Rafael Neyra, Manuel Beguiristain, Vicente Albero, Cipriano Sorriguieta, etc. Por su parte los oriundos de Francia, conformaron la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos en 1884, y entre los fundadores se hallaban los vecinos: Sebastin Roques, Pedro Iribarne, Bernardo Oyhanarte, Esteban Felipe,

Francisco Forgues, Juan S. Bethular, Pedro Hegoburu, Juan Larls, Lorenzo Hegoburu. Las fiestas patrias, que comenzaron a celebrarse y recordarse oficialmente desde los aos ochenta en todo el pas, tuvieron su expresin en Rojas como las recordadas del 9 de Julio de 1896, segn esta crnica periodstica Lucidisimas han estado las fiestas julias, celebradas en la localidad, con su tiempo verdaderamente primaveral, cumplindose todo el programa. Actuando la Banda de Msica trada especialmente de la Capital Federal, dirigida por su profesor Sr. Pablo Bolantonio, el tedeum estuvo muy concurrido, despus desfilaron todas las escuelas con estandartes y banderas, pasando frente a la intendencia al son de las dianas, los movilizados de veinte aos hicieron varias maniobras mandados por su gerente mayor Urdinola, y por los oficiales capitn Juan Murpy, teniente Tulio Gonzlez y alfrez Juan Despuy. Concluidos los ejercicios, los movilizados y la banda de msica, fueron obsequiados con carne con cuero y la concurrencia con variados vinos y licores. A la tarde hubo distintas diversiones como el palo enjabonado, rompe cabezas, carreras de embolsados, naranja dentro de la tina de agua y corrida de sortija. Los fuegos artificiales, dirigidos por Juan Pitromiglia, pirotcnico de Salto, estuvieron muy bien. El aspecto que presentaba el pueblo de Rojas puede decirse que hace muchsimos aos que no se conoca, haciendo recordar aquellos aos que este era uno de los pueblos ms unidos y ms divertidos de la provincia de Buenos Aires. Las autoridades locales, fueron acompaados por lo ms selecto con que cuenta el vecindario, notndose tambin la presencia del Sr. Senador Provincial, D. Juan Tormey. Esta es una fiesta patria celebrada en medio de las apasionadas y alegras patrias. Solamente hay que hacer notar aqu a la intransigencia de los nacidos de los otros lados de los mares y que no quieren reconocer la sociabilidad argentina . Firmado Manuel Poly. (21) Las actividades recreativas para un sector de la poblacin se concentraron en el Polgono de Tiro General Alvear, fundado el 28 de octubre de 1898. Al ao siguiente realizaron el llamado Primer Stand de Tiro, con un concurso de tiradores. Otros pobladores, inmigrantes irlandeses crearon el IrlandsArgentino Athletic Club, para la prctica del ftbol. Esta era la sociedad de Rojas, entre 1880 y 1900, que fue viviendo las mismas transformaciones que sucedieron en el pas. Cambios en lo institucional, en lo econmico, en lo social, y en lo poltico. En esos aos llega el ferrocarril, se inaugura el hospital, se producen modificaciones en la produccin agropecuaria, continan llegando los inmigrantes, se comienza a construir el edificio de la municipalidad, se incrementa la construccin pblica y privada, surge el peridico La Verdad, y todo un cmulo de cambios que hicieron de Rojas, una poblacin en constante crecimiento.

En ese ambiente cambiante, Juan Oyhanarte junto a otros cvicos, fueron protagonistas de los acontecimientos polticos que vivi el pas, desde los pronunciamientos de 1890, pasando por el nacimiento de la Unin Cvica, hasta el surgimiento de la Unin Cvica Radical.

CAPITULO 2 CRISIS, CORRUPCIN Y DESCONTENTO POPULAR Como ya planteramos entre 1880 y 1890, la economa argentina se haba desarrollado vertiginosamente, pero la crisis econmica, poltica y social de 188990, sacudi a toda la sociedad, y entr en crisis el pensamiento del crecimiento indefinido. El rgimen que presida Jurez Celman, con quien Roca, el hbil Zorro, haba intentado el continuismo del rgimen que l haba consolidado tras la federalizacin de la ciudad de Buenos Aires, era criticado desde diversos sectores, hacindose eje en la corrupcin de los funcionarios. Al finalizar Roca su mandato, de los 6142 km de rieles que tena el pas, ms de la mitad pertenecan a empresas extranjeras. En los primeros meses de gobierno Jurez Celman continu con esa poltica, puso a la venta el Ferrocarril Andino, el Central Norte, el de Villa Mara a Villa Mercedes (San Luis) y el arrendamiento de las Obras de Salubridad. A eso se le sum en los primeros das de enero del 90 la venta al mercado externo de 24.000 leguas de tierras pblicas. El ao 1889 cerr con el oro a 200 y un envo al exterior de 25.300.224 de oro amonedado, mientras que 1888 haba sido de 4.485.472. La dilapidacin de los fondos pblicos y privilegios econmicos iban paralelos en un sistema poltico que aseguraba a los sectores dominantes la conformacin y el control del funcionamiento de los gobiernos. La especulacin financiera e inmobiliaria aument, esto sumado a la corrupcin en el gobierno, deline un panorama que llevo a decir a Carlos Pellegrini de regreso de Europa Qu tierra de locos, locura que Julian Martel inmortaliz en su novela La Bolsa. A los negociados de los ferrocarriles, se le sum el de las tierras por donde pasaron los nuevos trazados ferroviarios luego de ser entregados a concesionarios, que a su vez las vendieron con fabulosas ganancias. En la entrega de los servicios de obras sanitarias una de las compaas privadas pag

200.000 libras esterlinas para sobornar a funcionarios pblicos. A ciertos bancos se los autoriz a emitir moneda, y la inflacin alcanz la categora de hiperinflacin, la circulacin fiduciaria que era de $94.070.971 en 1887, pas a $ 245.100.132 en 1890. La deuda externa lleg a los $ 280.000.000, la crisis depreci los billetes, los valores, los ttulos, la tierra, los bienes, los salarios. El gobierno aceler con una serie de medidas la marcha del pas hacia la crisis, otorgando nuevas concesiones, suscribiendo nuevos emprstitos con la banca del exterior, emitiendo papel moneda sin respaldo legal y otorgando beneficios crediticios a sus partidarios sin otros avales que las influyentes opiniones de aquellos que integraban el circulo ntimo del presidente. En 1889 la inflacin y el agio estaban en su apogeo, al tiempo que el gasto pblico se incrementaba incesantemente y los balance de los negocios con el exterior eran cada vez ms negativos. La ola expansiva de la crisis llev a que se restringieran los crditos y las inversiones de capitales extranjeros, se redujeron las exportaciones, los salarios perdieron su valor, las quiebras aumentaron y la especulacin creci al ritmo de la crisis. La debacle econmica del 90 trajo consecuencias nefastas en distintos pases. En Inglaterra quebraron entre 1890 y 1893 casi 30.000 establecimientos, Mientras tanto, se haba agudizado la concentracin del poder poltico, en manos de las clases dominantes. Leandro Alem, seal Capitalizada Buenos Aires, dueo del gobierno central, de los recursos de la Aduana, centro de confluencia de la casi totalidad de la riqueza nacional, el presidente adquiri una fuerza omnipotente y el federalismo de la repblica qued reducido a la letra de la Constitucin y a una sometida Cmara de Senadores del poder central . (1) Por todos esos motivos, en los aos finales de la dcada del 80, no slo se oan las protestas de los polticos de la oposicin, sino que creci el descontento popular, al tiempo que la juventud asumi un activo papel en contra del rgimen, negador de oportunidades y derechos. Contrariamente, sectores minoritarios apoyaron al sistema imperante, muchos jvenes se acercaron al poder para realizar carreras polticas rpidas, hacer negociados y sumarse a los enriquecimientos ilcitos. 2.1.-LA CARTA DE FRANCISCO BARROETAVEA TU QUOQUE JUVENTUD. Ante la situacin poltica existente en la que reinaba la corrupcin, en distintos crculos se la discuta, se intercambiaban ideas, y se la criticaba con vehemencia. El 20 de agosto de 1889 Francisco Barroetavea public una nota

de opinin en La Nacin Tu quoque, juventud (En tropel al xito), en donde dej planteado El paso poltico que va a dar la juventud juarista, ni es nuevo en nuestro pas, ni tampoco honrosa para el civismo argentino. Ya cuando se agitaba la lucha presidencial ltima, los jvenes impacientes por figurar en la poltica activa, hicieron una manifestacin semejante a la que ahora preparan en honor del doctor Jurez, ponindose incondicionalmente bajo la direccin poltica del presidente Roca, abdicando la manifestacin espontnea de ideas, doctrinas y afecciones que contrariasen al jefe de Estado Esta y aquella adhesin no significan otra cosa que la renuncia a la vida cvica activa de los jvenes, para desaparecer absorbidos por una voluntad superior que los convierte en meros instrumentos del jefe del Poder Ejecutivo. La juventud que as inmola su energa cvica ponindose bajo la dependencia de un poder cuyas rdenes se cumplen en silencio sin la menor objecin, practica algn principio usual en las naciones civilizadas que gozan de organizacin constitucional?, imitan movimientos anlogos de la juventud de esos pueblos?. Y terminaba formulando un voto: que en el momento de los brindis, la altivez nacional indignada paralice la lengua de esa juventud, volviendo cada uno a su hogar mortificado por el remordimiento de la adhesin cesrea. (2) La carta recibi fuertes crticas del oficialismo y del periodismo adicto al rgimen, con una serie de agravios al autor. Pero tuvo tambin una gran repercusin en los jvenes opositores entre los que se hallaban Marcelo T de Alvear, Joaqun Castellanos, Remigio Lupo, Emilio Gouchn, Martn Torino, Angel Gallardo, Toms A. Le Bretn, Juan B. Justo, Nicols Repetto y Manuel Montes de Oca. Por su parte Alem, recibi con alegra la protesta de Barroetavea, y vio renacer el espritu cvico para enfrentar la corrupcin y la crisis poltica. Quienes se acercaron a Barroetavea le propusieron realizar un banquete por su actitud poltica, pero ste se inclin por realizar una fiesta de protesta contra el incondicionalismo y provocar una reaccin cvica en el pas. Naci as la idea del acto del 1 de septiembre de 1889, que se conoci como el meeting del Jardn Florida. 2.2.-EL MEETING DEL JARDN FLORIDA. SURGE LA UNIN CVICA DE LA JUVENTUD Alem y su amigo Aristbulo del Valle mientras tanto realizaban reuniones conspirativas, abrieron clubes en Belgrano, Balvanera, Flores, y en el Club de Catedral del Sur recibieron una recepcin con gran concurrencia. Canalizaron el descontento, y desde entonces la cuestin se plante entre la sumisin al sistema de gobierno de Jurez o el enfrentamiento.

Francisco Barroetavea, que haba entablado una estrecha amistad con Alem, supo escribir sobre la honda impresin romntica de la figura del caudillo, su desinters, su apasionado fervor y la seguridad que emanaba de su persona, y advirti que estaba enfrente de un hombre de accin, dispuesto a todo, y que no retrocedera jams ante ningn peligro () en las reuniones del doctor del Valle donde yo asista con asiduidad, se hablaba de poltica, o mejor dicho, se haca crtica poltica de los acontecimientos ocurridos en la semana, del estado general del pas, de los abusos gubernativos y de los destinos de la repblica, bajo un gobierno tan opresor como sensual. Se ilustraban muchos otros temas de historia, literatura, bellas artes, etc., pasndose las horas insensiblemente sin abordar ningn proyecto de organizacin poltica prctica de las fuerzas opositoras, aunque agregados los circunstantes por aquellas tertulias de hombres cultsimos. A pesar de esto, las reuniones en casa del doctor del Valle, tuvieron la gran importancia de aproximar a todos los hombres expectables de la oposicin, unindolos, aunque ms no fuera por el vnculo de la crtica acerca del rgimen imperante, que todos la formulaban sin ambages, casi con indignacin despreciativa de los mercaderes entronizados. Estos prohombres influyentes de la oposicin, salvando las distancias que antes l