historia del periodismo en el perú
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Historia del periodismoTRANSCRIPT
CAPITULO I
Origen y desarrollo
A fines del siglo XVII circulo en Lima un “Diario de las noticias de Lima “que
trataba de los lastimosos sucesos acaecidos en Lima por los temblores del 20
de octubre de 1687”
“Según Raúl Porras Barrenechea dijo: La Colonia no tuvo periódicos.”
En el estrecho recinto de la capital las noticias corrían de boca en boca con
más presteza que los papeles. La ciudad no necesitaba de ellos.
Chismógrafos profesionales y murmuradoras de nacimiento se encargaban de
trasmitir desinteresadamente noticias entretenidas y escandalosas. A estos
periodistas ocasionales, establecidos cabe el arco de algún portal o de una
iglesia, se unían otros puntuales anunciadores de todas las incidencias de la
vida limeña: las campanas. Las campanas daban cuenta de todo y a todas
horas un buen limeño se informaba por el número de los repiques del metal
del bronce que sonaba, en qué parroquia había procesión o trisagio o qué
vecino ilustre había muerto en la ciudad. Así "La Mónica" de San Agustín
debió hacer el papel del Comercio y fue una indudable antecesora de nuestra
prensa de oposición aquella traviesa campana que se echó a repicar cuando
el Señor Virrey iba de incógnito, por asunto de faldas. Tan repetido e
insistente llegó a ser el campaneo que los extranjeros se irritaban por él y
Monteagudo, que debió tener el sueño ligero se vio obligado a dar un decreto
contra las campanas, prohibiendo los repiques por cualquier quisicosa. El
decreto levantó gran polvareda, contribuyendo a la impopularidad del ministro
que así atacaba las costumbres, pero hubo de cumplirse en todos los
conventos, menos en el de Jesús María, por la sencilla razón de que era el
único que en aquella época no tenía campanas. Poca falta hacían ya las
antiguas y alborotadas noticieras treinta años hacía que los limeños,
obsesionados por la ilustración habían dado en la manía culta de anunciarlo
todo por hojas impresas.
“Pragmática sobre los diez días del año”, es la primera noticia impresa en
Sudamérica, trata sobre: la implantación en el mundo de un nuevo calendario,
el Gregoriano.
Los primeros grabados que se imprimen en Lima fueron los que ilustran la
“Relación de las Exequias de la reina Margarita”, impreso por Pedro Merchán
Calderón en 1613.
Verdaderos periódicos que se editan en el virreinato: “La Gaceta de Lima” y el
“Diario de Lima”. En realidad el periodismo se inicia en el Perú al igual que en
Europa, con las llamadas “Relaciones y Noticiarios”, esto es, boletines con
noticias de carácter mundial que se publicaban en Lima a la llegada del correo
de España.
La primera hoja volante de América del Sur fue publicada el año 1594 en
Lima, Perú, con el nombre de "Relación", para satisfacer la curiosidad popular
con motivo de la captura del corsario inglés John Hawkins, llamado Juan de
Aquines por los españoles. Fue impresa, probablemente, en la primera
imprenta traída al Perú, en 1584, por el italiano Antonio Ricardo y el español
Pedro Pareja.
Las relaciones se referían a un solo sucedo y los noticiarios se referían a
diversos sucesos .El primero que se imprime en Lima data del año 1618 y se
refería a la relación de avisos de todo lo que ha sucedido en Roma, Nápoles,
Venecia, Génova, Sicilia, Francia, Alemania, Inglaterra, Malta y otras partes.
“El diario de Lima”, de Juan Antonio Suardo se ajustó a un criterio más
objetivo de lo que es el periodismo.
Entre 1618 y 1715 se publicó ocasionalmente la hoja llamada "Noticiero" con
informes sobre la guerra en Europa, el movimiento de los barcos, los precios
de las mercaderías y hechos diversos.
El historiador Raúl Porras Barrenechea menciona "los manuscritos de los
diaristas y analistas, cronistas ignorados y periodistas inéditos" del siglo XVII,
como Mugaburu que publicaba "El Diario" con reseñas de ceremonias
religiosas y sucesos políticos y sociales; y señala que "otra forma aparatosa
de crónica o relación contemporánea son en esta época las relaciones..", cuál
era el caso de "El sol del nuevo mundo" de Montalvo, "La Estrella de Lima
Convertida en Sol sobre sus Tres coronas" de Echave y Assu y "El sol y Año
Feliz del Perú" de Rodríguez Guillén.
En 1715 se publicó la "Gaceta de Lima" tuvo problemas, reapareció con
nuevas modificaciones en 1793 y duró hasta 1810.
En el Siglo XVIII Porras B. Afirma que "los periódicos que merecen el nombre
de tales, por su publicación sistemática y su función informativa inmediata,
sólo aparecen en 1790..."
El primero de Octubre de 1790, el español Jaime Bausate y Mesa fundó el
"Diario Erudito, Económico y Comercial de Lima", más conocido como "El
diario de Lima" que es considerada la primera publicación de aparición diaria
en América del Sur. Dejó de publicarse el 26 de Septiembre de 1793, cuando
Bausate y Mesa ya había abandonado la dirección para cederla al impresor
Martín Saldaña. Poco tiempo después, Bausate y Mesa viajó a Bueno Aires,
Argentina donde fundó el "Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e
Histográfico del Río de la Plata".
En 1791, el padre Olavarrieta fundó el "Seminario Crítico", con notas literarias,
de teatro y políticas. La escritora Ella Dumbar juzga de este periódico
"representa el periodismo reaccionario y encarnó el más añejo sentir
conservador, ajeno y opuesto a las novedades doctrinales", aparecieron sólo
el 16 números de este periódico, hasta el año 1795.
El primer periódico doctrinario del Perú fue "El Mercurio Peruano", fundado el
2 de Enero de 1791 por José Baquijano y Carrillo, Jacinto Calero y Moreyra y
el padre Diego Cisneros, fueron sus principales colaboradores Hipólito
Unanue, y Pavón, señalado por algunos historiadores como el verdadero
fundador, José Ross y Rubio y los padres Cipriano Calatayud e Ignacio
Castro. Se publicó hasta 1810.
En el Siglo XIX Porras Barrenechea considera que fue "por primer vez"
durante el gobierno del virrey José Fernando de Abascal (de 1806 a 1815)
que "los periódicos adquirían influencia social y política, a la vez que una
función informativa".
El primero fue "Minerva Peruana", fundado en 1805 por Guillermo del Río. En
1810 cambió su nombre por el de "Gaceta del gobierno de Lima" y se publicó
hasta 1821, fue oficializado como "Gaceta del Gobierno de Lima
Independiente" y continuó apareciendo durante la época del libertador Simón
Bolívar (1823 – 1826). El 6 de Septiembre de 1811, el español Gaspar Rico y
Angulo editó "El peruano", que en 1813 varió su nombre por el de "El peruano
liberal".
A este periódico siguieron "El satélite Peruano", "El investigador", "Argos
Constitucional", "El Semanario" y "El americano".
El primer periódico libertario fue el "Boletín del Ejercito Unido Libertador",
establecido el 5 de Octubre de 1820 en Pisco, ICA.
Los principales periódicos de la posguerra, entre 1883 y 1900, fueron "El
Limeño", "La Época", "La Actualidad", "El Callao" "El País", creado por el
civilismo para apoyar al presidente Piérola, pero fue clausurado 3 veces y el
12 de junio de 1890 reapareció cuando Piérola volvió al poder.
La década de los 80 fue pródiga en la aparición y desaparición de periódicos,
destacando entre ellos "El diario de Marka", "La República", "El Observador",
"El Popular", "Hoy", "La Voz", etc.
Es indiscutible que el Perú fue el precursor del periodismo hispano-
americano, no solo en cuando a que en la Ciudad de los Reyes aparece la
primera Gaceta, siete años antes que la de Mexico; si no también al primer
diario.
EN EL SIGLO XX
En los años 20 se despertó en el estudiantado del Colegio Nacional San José,
una entusiasmada inquietud periodística. Aparecieron las revistas "El
Renacuajo", dirigida por Alfonso Russo Fry y Manuel Ortiz Camino, el amigo
Vera (Bernardo), el poeta Carlos Novoa López (Car–No-Lo) y Cloloaldo López
Merino; Colónida y Bronce con Lorenzo y Cubas, Nicanor Silva Salgado y
Teobaldo Miranda Bracamonte.
En 1926 cursando el 4 de media y asociado con Jorge Rondón Salas sacaron
"LA ANTORCHA"; los periódicos San Josefinos de principios de siglo "EL
SOL", "EL MOSCÓN", "IDEAL", "EL VENENO Y CONTRAVENENO",
redactados por José Eufemio Lora y Lora, Ricardo Miranda Romero, Kingle,
entre otros. En la misma década aparecieron también "EL JUGUETON",
"BALNEARIOS", "PALM BEACH". En 1924 sale Don Tiburcio, dirigido por
Tomás Sarmiento, Manuel Esquerre y Eugenio Sosa Farfán, que
posteriormente sacaron "DOÑA FILO"; revista que solo tuvo una publicación;
posteriormente, vuelve a aparecer en Septiembre de 1959 dirigido por Sosa
Farfán y Elías Pinglo Ch.
En Junio de 1918 sale "EL PAÍS", dirigido por su propietario Dr. Juan
Francisco Vílchez y pocos meses después "EL TIEMPO"; órgano oficialista
(Leguísta), que dirige inicialmente Alejandro Leguía Álvarez. Con el correr de
los años, estos dos periódicos calificados de serios, se convierten en polos de
la opinión pública, hasta su extinción hace alrededor de 20 años. Corresponde
también a aquellos años "EL BIEN AGRÍCOLA", dirigido por los líderes de
las sociedades obreras.
En 1927, sale "CLARIDADES", de Alejandro Ortega L; después de 2 años
Américo Manay sacó "CULTURA", en ese mismo año Don Teodoro
Cosmópolis y Fidel V. Arana Llontop sacaron "FIAT LUZ".
En 1930 aparece "CRONOS", dirigido por el consagrado periodista Nicanor A.
de la Fuente y Neptalí Sandoval; Aurelio Salas saca en 1933, el semanario
festivo "Caras y Caritas", que luego deja de salir. Reapareciendo bajo
dirección de Larcery Díaz S. en Febrero de 1937.
1.1. LA IMPRENTA EN EL PERÚ:
En el año 1580, El navío Santa Lucía partió de las costas mejicanas hacia
Perú .Traía la primera imprenta que llegaría a América del sur y dos pasajeros
que pasarían a la historia: Antonio Ricardo (un impresor italiano) y Pedro
Pareja quién prestaría a Antonio ayuda para poder introducir en Lima el
nuevo invento.
Pero cuando, instalado su taller, se prepara para hacerlo funcionar, se entera
que por orden real, estaba prohibido el ejercicio del arte topográfico en Lima.
Es admirable como las prohibiciones llegan antes que los hechos que las
motivan. En vista de ello Pareja intercede y pide autorización al cabildo y al
claustro universitario, después de una gestión se accede a la solicitud el 7 de
agosto de 1548.
De 1811 a 1814 el Perú disfruto por primera vez de la libertad de imprenta,
decretada por las cortes de Cádiz.
Surgen entonces múltiples órganos periodísticos propagadores de la idea
liberal. El grupo extremista revolucionario, formado por el español Rico y
Angulo y algunos forasteros, publica el peruano (1811), mientras los
moderados o carlotinos como Baquijano y Carrillo y Unanue escriben el
Verdadero Peruano, y sus opositores El Satélite del Peruano. En esta misma
época se publica en lima, inspirado por el clérigo Larriva, el periódico El
Investigador, en el que atraves de pequeños sueltos o comunicados se refleja
toda la vida social de lima, los problemas urbanos, los chismes de vecindario
y también, tamizados, los temores e inquietudes políticas de la época, los
elogios de la constitución de 1812 y las sátiras contra la inquisición.
De 1814 a 1820 se restablecen el absolutismo y la censura. Al desembarcar
San Martin en pisco se inicia, con los volantes del Ejército Libertador, la
literatura revolucionaria, inspirada por el aliento panfletario de Monteagudo.
Este publica en Huara El Panificador del Perú (1821). Al entrar san Martín en
lima se establece la Gaceta del gobierno de lima independiente, que continúa
durante la época de bolívar. Instalado el protectorado se produce el debate
doctrinario entre monarquía y república. Monteagudo defiende su tesis
monárquica en El Sol del Perú y el combate Sánchez Carrión en el Tribuno de
la Republica y el Correo Mercantil, y con Mariátegui en La Abeja Republicana
(1822).
El Periodismo oficial está representado por La Gaceta y por el Boletín del
Ejercito Nacional en campaña que se publica en lima y Trujillo, Huaraz,
Huamachuco y otras ciudades del Perú. El ejército español lleva consigo una
imprenta que funciona en Huamanga y en Cuzco. El periodista español Rico y
Angulo, liberal, deseaba su mordacidad contra los patriotas en su periódico
ambulante El Depositario y El Nuevo Depositario, humorísticamente
combatido por el clérigo Larriva en los periódicos limeños. En el Callao, Rodil
publica dentro de la fortaleza El Triunfo del Callao (1825).
1.2. NOTICIAS DE AMERICA:
Los especialistas en la literatura de la Conquista distinguen muy bien la carta
la redacción y crónica. Llegaron a España las noticias de la conquista del
Perú.
Carrillo dice que las crónicas fueron “un desprendimiento del árbol épico”
pues las escribieron testigos o participes de hechos extraordinarios.” Son
informes de lo que lo que los conquistadores actúan, de lo que ven o quieren
ver. Literalmente son proyección, continuación de las crónicas españolas que
tuvieron poco de verdad y mucho de fábula” (Carrillo. 1987).
La mayoría de cronistas escribieron libros que tardaron algunos años en llegar
a manos de lectores. Por eso, desde el punto de vista noticioso fueron
decisivas las Relaciones y las Cartas, aunque estas eran de menor tamaño y
parte de correspondencia oficial o particular.
1.3. LA PRENSA EN EL PERÚ
¿Qué sucede en un país como el Perú cuyo desarrollo capitalista no
corresponde al esquema original formal sino que obedece a una estrecha
dependencia?
La prensa masiva requiere de la rotativa para su desarrollo. Este requisito se
cumple en Lima cuando en la primera década del siglo XX, llegan las primeras
rotativas. El Comercio ins tala una máquina “Marinoni” que imprimía cuatro
páginas a una velocidad de diez mil ejemplares por hora; dos años después
inaugura otra que eleva el número de páginas a ocho. La prensa inicia
también con su rotativa en 1903 y en 1907 pone en marcha la moderna
“Albert”, alemana 20 mil ejemplares por hora y 16 paginas.
El periodismo peruano era básicamente capitalista con tiradas que
sobrepasaban los diez mil ejemplares diarios.
No es difícil imaginar cómo entran los propietarios de diarios en contacto con
los adelantos técnicos europeos. El fundador de la prensa fue Pedro de
Osma, era un hombre de mucha fortuna y bien informado, asesorado por
periodistas de primera línea.
La prensa diaria de Lima iniciaría entonces la ruta hacia lo masivo después de
la conmoción social de los años 30 cuando aparecen las masas politizadas,
partidarias.
CAPITULO II
Periodismo en el Perú: Principales diarios y
periódicos
2.1. LA GAZETA DE LIMA: La primera publicación estable
En 1715 se publicó la "Gaceta de Lima" tuvo problemas, reapareció con
nuevas modificaciones en 1793 y duró hasta 1810.
Antecedentes:
“noticias generales de Europa, sacadas de varias gacetas y papeles
impresos
“Diario de noticias sobresalientes en esta corte de Lima”
Se conserva el único ejemplar de la Gaceta de Lima (Febrero de 1715)
que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile con el
título: “Gaceta reimpresa en Lima de las novedades más sobresalientes de
Europa”
Considera Raúl Porras que la Gaceta de Madrid reimpresa en Lima”, cuya
salida dependía de la llegada de los galeones, no despertaba la curiosidad
de los limeños.
La Gaceta de Lima tenía sentido informativo en su contenido:
“Noticias de Lima”
noticias policiales
La entrada y salida de barcos
Los conocimientos de los tiempos
Crónica social
Desaparecidos el “Diario de Lima” y “El Mercurio Peruano”, solo quedaba
una publicación oficial: “La Gaceta” que aparece y desaparece de
acuerdo a las vicisitudes de la época.
Los vientos revolucionarios de Francia llegan a estas costas e insuflan el
espíritu de independencia .Pero una férrea censura gubernamental impide
toda publicación que no represente los planteamientos oficiales. De allí
que solo subsista, impresa por Guillermo del Río, “La Gaceta de Lima”.
Esta cambia de nombre llamándose “La Minerva Peruana” y en 1810, a
instancias del Virrey de Luna, vuelve a reaparecer bajo la denominación
“Gaceta del Gobierno de Lima”
2.1.1. La Gaceta y el periodismo constitucional
De 1794 a 1810 el periodismo sujeto a censura no tiene más órgano
apreciable que el periódico semioficial editado con privilegio superior por el
célebre impresor don Guillermo del Río.
De 1805 a 1810 en pleno acceso de mitología, se llamó La Minerva Peruana y
de 1810 a 1821 La Gaceta del Gobierno de Lima, de la que es vástago y
continuador El Peruano de nuestros días. La Gaceta contó sucesivamente
entre sus redactores nombrados por el virrey, a don José Pezet, a don
Gregorio Paredes, al arcediano Ruiz de Navamuel y al donoso clérigo don
José Joaquín de Larriva, que sentaría en ella en los últimos días coloniales,
cátedra de original eclecticismo político. La Gaceta llenaba sus páginas con
largas e interrumpidas reproducciones de papeles de ultramar, reales
órdenes, manifiestos, bandos, oficios y discursos. A veces uno que otro rasgo
interesante o composición literaria. De 1807 a 1809 primaba en Lima el
interés por las noticias referentes a las expediciones del precursor Miranda a
Venezuela, a los ataques de los ingleses a Buenos Aires, y a la guerra de los
franceses en España poco después.
2.2. EL PRIMER DIARIO
No faltaron imprentas en Lima, desde 1584 en que don Antonio Ricardo hizo
salir el primer libro de prensas limeñas y sudamericanas. Lo que faltaba era
gusto por las letras, costumbre de leer, deseo de ilustración. La Gaceta de
Madrid, reimpresa en Lima desde el año 1715 y cuya salida dependía de la
llegada de los galeones, no despertaba la curiosidad de los limeños. Menos
eficacia conseguía la laboriosa y paciente publicación, a que se entregaba
con toda su bondadosa abnegación de sabio, el ilustradísimo don Cosme
Bueno, con sus anuales guías astronómicas y geográficas que titulaba El
Conocimiento de los Tiempos.
Don Jaime Bausate y Mesa, se propuso remediar esta indiferencia publicando
el 1º de octubre de 1790 El Diario de Lima, el de los cuatro adjetivos: "curioso,
erudito, económico y comercial". El editor ofrecía a los suscriptores
comodidades increíbles por el precio de quince reales al mes. Un criado les
llevaría el periódico a las nueve de la mañana. En seis lugares de la ciudad -la
Plaza Mayor, la Inquisición, San Juan de Dios, Santa Ana, Nazarenas y la
Esquina de las Campanas-se instalarían buzones para que los vecinos
depositasen papeletas con las noticias que quisieran dar a conocer. El editor
se comprometía a tratar en beneficio de "la pro-común" la más grande
diversidad de materias extrayéndolas de los mejores papeles. Tan seductoras
promesas hallaron un eco favorable. La lista de suscriptores la encabezan el
virrey y el arzobispo, honraría los más preclaros nombres por el talento y por
la sangre y la cierra graciosa y evocadoramente un nombre femenino, el único
de la lista, Micaela Villegas. ¡La coqueta Perricholi también quería ilustrarse!
El editor cumplió lo mejor que pudo su plan enciclopédico. El Diario prestó
servicios como anunciador, consignó curiosas aunque muy cortas noticias
históricas, disertaciones sobre ciencias, descripciones de las provincias del
Perú y traducciones de versos clásicos junto a recetas caseras para matar los
piques y curar las lameduras de araña. Sin embargo, este anacrónico
periodista no se preocupaba mucho de las noticias del día. Su afán era
ilustrar, ser útil y ameno. Esto último no lo conseguía. El periódico cansó
pronto y el editor, sagaz conocedor del medio, se vio obligado a hacer uso de
un recurso infalible: la crítica. "En no hiriendo directamente a determinada
persona ella es la salsa de los papeles", dice este genuino abuelo del
periodismo peruano. Declaración característica que define la índole y decidirá
el éxito de las futuras hojas periódicas en estas fértiles tierras del ingenio. Con
mayor o menor eficacia los periódicos seguirán el consejo del iniciador y
habrá algunos que exagerando la receta criolla, se convertirá en pura salsa.
Las víctimas escogidas por la sátira del Diario fueron los miembros de la
Sociedad Amantes del País, redactores del Mercurio Peruano, recién
aparecido. Caso curioso y revelador: el primer periódico limeño entablaba una
polémica con el segundo, la primera de una serie que entre sus sucesores
sería agria e interminable. Sin embargo de todos los esfuerzos del valeroso
editor, el periódico decayó. En vano que aquel reclamara apoyo ante el
monarca haciéndose un vanidoso paralelo con su paisano Pizarro, pues si
aquel extremeño había conquistado el Perú para España, el no menos
extremeño Bausate ganaba de nuevo estas tierras con su pluma. El monarca
ingrato negó su protección al periodista. Ingratitud que la historia se ve en el
caso de justificar porque la audacia de aquel aventurero iba a contribuir
poderosamente a que España perdiera sus dominios en el continente austral.
2.3. EL DIARIO DE LIMA: “Primer diario”
Publicado por Jaime Bausate y Mesa el 10 de octubre de 1790. Él dijo: “…
Determiné emprender la laborioso tarea de un diario “Curioso, Erudito,
Económico y comercial” como el que corre en esa y demás cortes cultas de
Europa iluminada…”
Antes de lanzar su primera edición, la promociona, mediante prospectos, en
los que el editor ofrece grandes facilidades a los suscriptores, inclusive que
un criado les llevara el periódico a las 8 de la mañana .Señala los futuros
lugares de venta , y por último , lo que constituye una revolucionaria
innovación: “ se instalaron buzones para que los vecinos depositen papeletas
con las noticias que quieran dar a conocer. El editor se comprometía a tratar,
en beneficio del “Pro- común”, la más grande diversidad de materias,
extrayéndolas de los mejores papeles.. Inclusive anuncia la colaboración
femenina de la “Reformadora Limeña”
La desaparición de este periódico después de 4 años fue causado por:
problemas económicos y aparición de un fuerte competidor: “El Mercurio
Peruano”
2.4. EL MERCURIO PERUANO:
Sale a la luz el 2 de enero de 1791, con el nombre de “Mercurio Peruano de
Historia, Literatura y Noticias Públicas” que publica la sociedad amantes del
país. Fue su director Jacinto Calero y Moreira y el principal redactor Hipólito
Unanue.
Prospecto que previamente lanza: “La escasez de noticias que tenemos del
País mismo, que habitamos, y de interno, y los ningunos vehículos, que se
proporcionan para hacer cundir en el Orbe literario nuestras nociones, son las
causas de donde nace que un Reino como el peruano, tan favorecido de la
naturaleza en la benignidad del clima, y en la opulencia del suelo, apenas
ocupe un lugar muy reducido en el cuadro del universo, que nos trazaron los
Historiadores. El reparo de esta falta es el objeto primitivo del Mercurio”
La labor es doble e histórica: afirmaron el sentimiento patriótico que había de
impulsar la revolución. “Constructores serenos del porvenir, pusieron sin
jactancia ante los ojos del Virrey incauto que los protegía-fue su primer
suscriptor- los cimientos de la patria latente”. Sus noticias del Perú
desconocido y fabuloso de la geografía y de la historia, sus profundas
observaciones sociales, su estudio del medio, sus fecundas iniciativas, su
constante anhelo de mejoramiento, tuvieron el poderoso atractivo de la
originalidad. Un eco prolongado de admiración, que hoy repite la historia, le
saludó en América y Europa.”
Colaboraron en él las más destacadas plumas de la época: Hipólito Unanue,
Baquijano y Carrillo, Rodríguez de Mendoza, Cisneros, Cerdán y otros
escritores amantes de su país.
2.5. EL SEMANARIO CRÍTICO:
Bajo la dirección del padre franciscano Olavarrieta, critico al Mercurio
Peruano, poniendo frecuentemente en tela de juicio los estudios científicos
que ese periódico presentaba y acusando a sus autores de plagiarios .Su
primer número circulo el 12 de junio de 1791, que su prospecto se publicó una
semana antes, el 15 de junio. El semanario crítico, tiro 16 números, que
habrían culminado con el impreso del domingo 18 de setiembre de 1791.
Circuló alrededor de cuatro meses solamente y salió de la Imprenta de los
Huérfanos.
2.6. PERIODISMO POLITICO DEL AÑO 27 AL 39
El periodismo político del año 27 al 39. El año 27 se despidieron de Lima las
tropas colombianas, terminada su brega heroica. Libres de la tutela de don
Simón, a quien en esos días, de hostilidad en las repúblicas que él mismo
había fundado, satirizaba alegremente Larriva, comparando su poder al de
don Fernando, nos entregamos confiada y esperanzadamente a ejercer los
derechos que correspondían a nuestra mayoría de edad. Preparaba una carta
constitucional, reivindicábamos bélicamente en el Norte las provincias de la
patria histórica y la honrada figura de La Mar en el mando acentuaba nuestra
confianza en un orden durable y feliz. Aparecen ese año dos diarios que
representan un ventajoso adelanto material y un concepto más amplio del
periodismo: El Telégrafo de Lima adicto a la administración de La Mar y Luna
Parro, que era su sostén y El Mercurio Peruano, redactado por Pando y el
grupo conservador, afectos a Gamarra y La Fuente. El Telégrafo y El Mercurio
no ofrecían exclusivamente disertaciones literarias, políticas y filosóficas,
como los periódicos del año 12 y del año 21, sino que traían además una guía
diaria comercial y marítima, entradas y salidas de vapores, listas de
pasajeros, movimiento de aduanas, estadística de la población fiestas
religiosas, observaciones astronómicas, etc.
El editorial, venía luego, caldeado si de oposición, moderado y razonador si
ministerial. Seguía una sección destinada a reproducir documentos oficiales,
otra llamada Variedades que ahora llamaríamos Reproducciones o De
nuestros canjes, los indispensables comunicados y los avisos. Faltaba en este
plan, ya algo ordenado, la sección propiamente informativa, la crónica o
gacetilla de los hechos diarios. De las dos funciones señaladas a la prensa: la
información y el comentario, los diarios de esta época sólo daban importancia
a la segunda, olvidando por completo la primera. Al día siguiente de una
revolución o de cualquier otro suceso de esa trascendencia, el diario lo da por
conocido de los lectores y se limita a comentarlo. La descripción de esos
hechos, en que un periodista actual hubiera sido tan prolijo, se dejaba
entonces al lenguaje frío y convencional de los documentos oficiales. Los
detalles pintorescos que este concepto periodístico hurta a nuestra curiosidad
nos lo proporcionan en cambio las disputas encarnizadas y típicas de
editoriales y comunicados. En el período de Gamarra la polémica periodística
es acre, incisiva y violenta, como ninguna. Posesionado del poder por un
golpe de estado, Gamarra se conserva en él apoyado por un autocrático
círculo de militares valientes, probados en la guerra: Bermúdez, La Fuente,
Raygada, Frías, San Román, Bujanda, Allende, Zubiaga, Escudero y por un
eminente grupo civil que encabeza Pando y del que forman parte don Felipe
Pardo, Antolín Rodulfo, Andrés Martínez, Vivanco y poco después don José
Joaquín de Mora. Los militares ahogan en sangre los intentos revolucionarios,
los intelectuales prestan el concurso de sus iniciativas en el gobierno y le
rodean de respeto en una campaña periodística brillante por el vigor de la
dialéctica y el prestigio literario de la forma. En El Penitente, El Convencional,
El Telégrafo y El Playero, dos escritores mediocres pero apasionados, José
Félix lgoain y Bernardo Soffia, fustigan enconadamente la tiranía de Gamarra
y sus secuaces. A los desvergonzados ataques de lgoain y de Soffia,
responden: con frío desdén y castigadora ironía don Felipe Pardo, joven
redactor de El Conciliador (1830-34) y de La Miscelánea (1830-32) con
inflexible lógica y elegancia formal, José María Pando en La Verdad (1832-33)
y El Mercurio Peruano. Las acusaciones del Penitente, revestidas de
popularidad por unos diálogos entre la Beata y el Penitente, escritos por Soffia
en que aquella, celosa defensora de la libertad, ensartaba chistosas injurias y
motes burlescos contra los personajes del gobierno, contribuyeron
fuertemente a la explosión popular del 28 de enero que derribó a Bermúdez,
impuesto por Gamarra, e hizo subir a Orbegoso. La odiosidad contra Gamarra
se desató implacable a su caída. El calificativo de gamarrano llegó a ser
insultante. Contra la célebre doña Pancha hubo un ensañamiento que no
detuvo ni su muerte. Contra Pando y Pardo la calumnia no tuvo límites. El
Conciliador y La Miscelánea, que ellos redactaron, fueron, sin embargo,
superiores a todos los periódicos de su tiempo, decididos promovedores de la
ilustración, sus redactores evitaban las discusiones políticas, dejando sin
respuesta los torpes ataques de sus adversarios para proponer mejoras
administrativas, discutir asuntos de interés público, de higiene, de educación
de derecho, de bellas artes. En la afluencia de hojas periodísticas de esos
días, El Mercurio Peruano fue el diario serio y generalmente leído: El
Comercio de aquella época, sobre todo en el gobierno de Gamarra a la
exaltación de Orbegoso, renace El Telégrafo, extinguido en 1829, y ocupa el
lugar de El Mercurio, que desaparece. Durante la vacilante administración de
Orbegoso, el ardor polemístico vuelve a renacer con el mismo
apasionamiento que en la época de Gamarra. La diatriba política de los
descontentos ataca primero a los ministros, acabando por herir al ídolo de
pocos meses antes. Soffia y un grupo de descontentos que le llamaba "el
padre de la opinión" por su campaña contra Gamarra, reemprenden la batalla
por la prebenda perdida. Los sectarios de La Fuente, desterrado injustamente
por Orbegoso, alborotan la opinión. Un periodista mozo y viril, Bonifacio
Lasarte, asombra en El Limeño (1834-35) por la seguridad de su convicción y
la eficacia de su lógica contra Orbegoso. El Limeño provoca diarias y
empeñosas polémicas contra El Telégrafo, El Veterano (1834-35) y El Genio
del Rímac (1834-35), y los numerosos periódicos satíricos que aparecen en
esa época, de uno y otro lado. El Limeño tiene de su parte a El Voto Nacional,
La Gaceta y un invencible y travieso auxiliar, El Hijo del Montonero, en el que
don Felipe Pardo demostraba sus risueñas cualidades de sagitario político.
Denunciados por sediciosos los escritos de El Limeño, la vista de la causa
constituyó un éxito político para La Fuente.
Asistió un público numerosísimo, en el que se distinguió un grupo de tapadas,
el que se dice dirigía en persona la interesante esposa del general La Fuente,
doña Mercedes Subirat, y un grupo que sirvió de claque poniendo en ridículo
con sus toses al fiscal acusador y colmando de aplausos a Lasarte y a su
abogado. No acabó allí la burla: al día siguiente, las hojas lafuentinas
publicaban unas repiqueteadas letrillas que inmortalizaron las narices del
fiscal y la sarna del acusador. De los incontables ataques en verso a los
actores de aquel proceso que concluyó, por supuesto, con la absolución de
Lasarte, vaya éste por su cortedad. La excitación y el encono de esos días
llegó a ser tal que aun los periódicos más serios decían al hablar del caudillo
contrincante: el ex-general Gamarra, el ex-general Raygada. Al citar los
orbegosistas los periódicos de Gamarra, decían "La Mentira", "El Voto
Fraccional", refiriéndose a La Verdad y El Voto Nacional. Otro recurso
ingenioso, usado a veces por El Telégrafo, era el de poner al revés los
calificativos honrosos para el enemigo, al hacer citas de sus contrarios. Así,
es frecuente encontrar citas de El Limeño reproducidas en El Telégrafo de
este modo: "el ilustre e inocente general" La Fuente. Los lafuentinos, cuya
campaña dirigía secreta e ingeniosamente don Felipe Pardo, se defendían
con la fina arma de la ironía. A los redactores de El Genio del Rímac les
llamaban "los geniales" y vengaban los insultos con epigramas. La revolución
de Salaverry puso término a esta batalla de papeles, brusca e hiriente en
tiempos de Gamarra, punzante y regocijada bajo Orbegoso. Salaverry tenía
en su favor a Pardo y a Lasarte. Su agitada y corta jefatura suprema tuvo más
exaltadores que deprimidores. Contra Santa Cruz, la lucha fue también
porfiada. El Tribuno del Pueblo, El Termómetro de la Opinión, le combatían. El
Eco del Protectorado era su campeón. También los periódicos satíricos
abundan contra Santa Cruz. El más serio y a la vez el más risueño de los
opositores, el que combatió con más éxito al Protector por sus convincentes
escritos y sus letrillas destructoras, fue don Felipe Pardo con El Intérprete
(1836) publicado en Chile y a cuya campaña se debió el Ejército de la
Restauración. Con la paz iniciada por el triunfo de Yungay, desaparecidos los
órganos políticos circunstanciales y personalistas, extinguidos El Mercurio y El
Telégrafo, termina el agitado torneo periodístico de este primer alborotado
período de nuestra vida independiente. El Comercio inicia este año su largo
reinado. El Comercio y sus competidores El Comercio, la fácil historia del
Perú del Padre Unías, apareció el 4 de mayo de 1839. Su publicación sólo ha
sido interrumpida una vez: durante la invasión chilena. Lo fundaron don
Manuel Amunátegui y don Alejandro Villota. En sus comienzos no se
distinguió por ninguna innovación periodística, fuera de la del formato mayor.
En 1839 El Comercio era un diario de avisos, de muy pocas noticias, tan falto
de secciones informativas como El Mercurio o El Telégrafo, cuyo tipo
periodístico copiaba. Su poco sentido periodístico era tal que por la falta de
secciones apropiadas hubo vez que se ocupó de los toros en el folletín y de la
crítica de las obras teatrales en el editorial. Su fortuna original estuvo en los
comunicados. Sección repulsiva y amenazante, palestra del insulto y del
anónimo, liza a veces de agudos contrincantes, los comunicados fueron la
crónica que faltaba al periódico, crónica escandalosa y desvergonzada que
exhibía como en un kaleidoscopio inmoral impudores y bajezas que debieron
quedar ocultos. Pero los comunicados no fueron la razón de su persistencia:
otros diarios podían haberle arrebatado el monopolio deslustroso. Editado por
un extranjero, El Comercio ya fuera por la nacionalidad de aquél, ya por un
reflexivo principio de independencia, se mantuvo al margen de nuestra
siempre accidentada controversia política. Su lema de los primeros años era
"Orden, Libertad y Saber'. Sus editoriales rara vez rozaban la candente
actualidad política, que desmenuzaban los comunicados. Desde 1840 en
cambio su voz se levanta con prestigio para defender la dignidad nacional
herida por la impertinencia humillante de los cónsules de las grandes
potencias, constituyéndose en nuestro vocero internacional ante el periodismo
americano. En esta imparcialidad de El Comercio en su primera época, y en
su preocupación de asuntos de más efectivo provecho que la política de
partido para el país, estuvo la razón de su éxito. Desaparecieron ante él hojas
de más interés y mejor redactadas pero obsesionadas por el interés político
como El Correo (1840-1846-1851-1854) que reapareció varias veces escrito
por plumas como las de Vigil, Laso y Mariátegui; La Guardia Nacional (1844)
castiza almena desde la que don Felipe Pardo disparaba saetas contra las
botas del Mariscal Castilla o La Bolsa (1841), diario comercial y político que
dirigió Manuel A. Segura. Cesaron también a su vista los diarios de actualidad
política circunstancial como El Zurriago (1849) de Pagador y Espinoza, contra
Castilla; El Progreso (1850) en el que don Pedro Gálvez, defendía la
candidatura de Elías; El Nacional del mismo año, primitivo reducto de Fuentes
entonces prosélito de Vivanco, El Rímac (1850) hoja echeniquista redactada
por casos. Pero la abstinencia política no era fácil en un país donde los
intereses partidaristas dominaban a la sociedad. Un gran diario El Heraldo
(1854) aparecido en la época de Echenique y redactado por Luciano
Benjamín Cisneros, pluma cálida y lírica, y por Toribio Pacheco, doctor en
ciencia constitucional y derecho civil, reconcentra el interés público
2.6.1. LOS GRANDES DIARIOS POLÍTICOS
El creciente perfeccionamiento industrial de una parte, el aumento de libertad
política, propiciada por las agitaciones liberales de 56 y del 60, de otra, y la
siempre excitada pasión de los partidos, que el inconciliable dualismo civilista
demócrata va a hacer llegar al punto de su máxima tensión, dan lugar desde
1864 a la aparición de grandes diarios políticos, a imitación del famoso
Heraldo de Lima de 1855, cuya organización se perfecciona cada vez más. La
América (1862-65), opositora de Pezet, redactada por Vigil, Mariátegui y Laso
y La Época, (1862) diario comercial, de José Arnaldo Márquez, son los
primeros anuncios de este periodismo mayor. En 1862, don Manuel Atanasio
Fuentes ("El Murciélago") entusiasta promovedor de la cultura local, funda El
Mercurio (1862 - 1865), diario comercial y político, notable por su servicio
informativo y por su amenidad a toda prueba, desde el editorial y la gacetilla
reidora, hasta los comunicados. Fuentes hace desde El Mercurio una risueña
oposición al ministro don José Gregorio Paz Soldán, ilustre hombre público,
cuyo mayor pecado político era para El Murciélago ser chato de narices. A la
muerte de San Román El Mercurio se pliega convenientemente a Pezet. El
año 1864 la cuestión española exalta los ánimos. José María Químper, en
vísperas de ser ministro, funda un valiente periódico de oposición El Perú que
con El Tiempo, redactado por don Nicolás de Piérola, entonces joven
conservador egresado del seminario, contribuye a la caída de los ministerios
de Pezet. El Tiempo, rebaja el precio de los periódicos y aspira a ser una hoja
popular al alcance de las masas. Piérola, cuyo nombre va a ser más tarde
señal de violentas luchas, inaugura un periodismo llamativo, con tendencias al
escándalo político del que será admirable retoño La Prensa de nuestros días,
periodismo efectista que atrae al vulgo por el tamaño de los títulos extendidos
a varias columnas para cualquier incidente y del cual es una curiosa
exageración el número del 11 de octubre de 1864. En 1865 aparecen El Bien
Público que dura un año, y el gran diario El Nacional (1865-1903); gran diario
por la entidad de sus redactores y por su acción política como por ser el de
mayor formato que se ha publicado en el Perú. Sus redactores fueron don
Cesáreo Chacaltana, don Francisco Flores Chinarro, don Manuel María del
Valle y don Andrés Avelino Aramburú. Escrito en una prosa clara, vigorosa y
lacónica al par que fogosa, va a ser, en el acérrimo antagonismo político de
civilismo y pierolismo, el órgano prestigioso del primero contra los diarios
demócratas. Su oposición a Balta lo rodea de popularidad. Su imprenta es
allanada, a consecuencia de un artículo de don Ricardo W. Espinoza, que
desata la ira del mandatario, y don Andrés Avelino Aramburú, cronista ético y
elegante, sufre la primera prisión de su brillante carrera de periodista. En la
campaña de sucesión presidencial, primera ardiente batalla del civilismo por
el poder. El Comercio, en el que escribía entonces el fogoso Reynaldo
Chacaltana, se banderiza francamente por la candidatura de Manuel Pardo y
El Nacional proclama el principio civil, pero simpatizando con don Manuel
Toribio Ureta, quien establece tribuna propia de defensa en La República
(1871-72). De ese año es también La Sociedad (1870-1880) intransigente
órgano conservador, heredero de las tradiciones del atrabiliario católico
(1855-60) de don Bartolomé Herrera, terco periodismo al margen de la vida
que continuaran El Bien Social (1896-1912) y los diarios arzobispales. (La
Unión 1913-18 La Tradición 1919-21) La Sociedad, que se despojó de todo
interés al declararse desde su primer número diario "ortodoxo y conservador"
estuvo redactada en sus comienzos por un distinguido grupo conservador,
Varela, Panizo, Calderón, al que sucedieron en la dirección los clérigos Tovar
y Obin. La primera campaña de La Sociedad en 1871, oponiéndose a la
celebración del aniversario de la toma de Roma por los italianos, produjo un
meeting popular, una sableadura y una vibrante campaña de prensa. En La
Patria (1871-82) fundada por don Tomás Civano, para servir los intereses de
la colonia italiana, la pluma de don Eugenio María Hostos, el gran
centroamericano entonces huésped nuestro, escribió los más vigorosos y
arrebatados panfletos que se hayan lanzado contra el fanatismo religioso.
"Esos torpes", se titula un editorial ferviente. La Patria cambió ese mismo año
de dirección, la que asumieron, sucesivamente, Federico Torrico, Pedro A. del
Solar y José Casimiro Ulloa. La Patria fue tenaz enemiga de la administración
Pardo, combatida por Piérola en la prensa y en la acción. La oposición a
Pardo y al civilismo es violenta. El Cascabel suma agudezas e injurias contra
el presidente y sus ministros. Aramburú funda entonces con Manuel M. Rivas,
Ricardo Dávalos y R. Chacaltana, La Opinión Nacional, (1873-1913) cátedra
desde entonces de su idealismo combativo al par que tolerante y de su altivez
periodística. Bajo el gobierno de Pardo se establece el servicio cablegráfico
que agrega un nuevo interés a la información de los diarios. El Comercio,
dirigido por Miró Quesada y Carranza, resiste la fuerte competencia de El
Nacional y de La Opinión Nacional, ensancha sus secciones y renueva sus
antiguas maquinarias.
En los preludios angustiosos de la guerra los diarios traducen la enorme
palpitación colectiva. Los editoriales de Aramburu -uno sobre todo, titulado
«Reminiscencias», del 21 de julio de 1879- condensan la álgida emoción de la
muchedumbre patriótica, denuncian la alevosa preparación del agresor rapaz
y sueñan inútil y generosamente en convertir su odio en proyectiles. Miró
Quesada va a Panamá en búsqueda leal de armamentos para su patria
adoptiva. La prensa fervorosamente unida mantiene la alucinada esperanza
del triunfo, aún después de Angamos y de Arica, hasta que la derrota llega a
las puertas de Lima. La dictadura de Piérola promueve un conflicto
periodístico por el que resultan presos los directores de todos los diarios
limeños.
Nicolás de Piérola, presidente del Perú 1879-1881 y 1895-1899
Con idéntica firmeza se niegan todos a satisfacer los caprichos del dictador.
La invasión abre en seguida un paréntesis duro para el periodismo. Una
"Patria" suplantada por los chilenos agrega una nueva nota de oprobio a sus
ruindades. Inaugurada la paz con el tratado de Ancón, reaparecen:
El comercio
El nacional
La opinión nacional
El moderado gobierno de iglesias es combatido prudentemente por el
Comercio y apasionadamente por La Tribuna (1878-1885)
2.7 LOS NOTICIAROS:
Son considerados, con razón, como las primeras manifestaciones de un
quehacer que ha trascendido los tiempos: el papel que cumplieron en la
comunicación de las colonias, quizá porque siempre se les ha comparado con
los periódicos propiamente dichos y con la prensa contemporánea. Aparecían
entonces como hojas simples sin mayor atractivo visual y de poco valor
noticioso. Las hojas se asemejaban a volantes, con relatos breves y
puntuales.
Los noticiarios se emitieron a partir de 1618 y circularon desde entonces en
forma simultánea con las relaciones. Eran hojas con relatos breves y
variados, informaban sobre las noticias ocurridas en las principales ciudades
europeas, sobre todo en España, en los últimos días meses y hasta años, ya
que su aparición dependía del aviso o correo de la península, que tardaba
cuatro meses en llegar a Lima, los noticiarios fueron por lo general,
impresiones anónimas.
Con los noticiarios el periodismo foráneo comenzó a ejercer una enorme
importancia en la vida colonial. Su influencia se dejaría de sentir a lo largo de
todo el periodo virreinal en la emisión de publicaciones limeñas que
mostraban singlares coincidencias de forma y fondo. Los historiadores son
claros al señalar, luego de un análisis global de las producciones coloniales,
se puede deducir que la forma provino del periodismo español, mientras que
el fondo proviene del periodismo francés y en el norteamericano. El
periodismo colonial demuestra que la aparición de los noticiarios fue previa a
los periódicos propiamente dichos.
Ya en 1622 los noticiarios comienzan a estructurarse en forma de periódico.
Incluso se encuentra alguno titulado “Nuevas Generales” desde el 21 de
Octubre de 1621 hasta 18 de Marzo de 1622.
2.8. LAS REVISTAS LITERARIAS Y GRÁFICAS:
Las revistas literarias y científicas; las revistas gráficas Las revistas de
carácter histórico, literario y científico, tuvieron corta duración entre nosotros.
El más lejano ejemplo es el del Mercurio Peruano que debe considerarse
como tal por la índole de sus estudios. Fueron estas revistas obra de algunos
cenáculos de intelectuales entusiastas cuya cultura estaba en completa
disonancia con el medio. Sobraban siempre colaboradores gratuitos pero
faltaban suscriptores. Los escasos y decorativos con que solían adornarse
muchas de ellas se dispensaban de la lectura para ocuparse únicamente de la
encuadernación. La inofensiva manía coleccionista y el entusiasmo abnegado
y gratuito de los redactores prolongaron la vida de muchas de nuestras
publicaciones intelectuales.
El ensayo de revista de esta clase más antiguo dentro de nuestra vida
republicana corresponde a la Crónica política y Literaria de Lima publicada el
año 1827 y que contiene un material literario apreciable y de buen gusto. La
Crónica fue, seguramente, obra de Pando. En 1841 merece citarse el
Instructor Peruano «gabinete curioso de literatura y ciencias naturales» que
presenta algunos interesantes artículos históricos. Continúan esta tendencia
El Mapa Político y Literario en 1843, redactado por don José María Córdova y
Urrutia y El Faro Militar, (1845-46) de los coroneles Antonio Plascencia y G.
Angulo. El año 1847 se publica El Ateneo Americano, de literatura, ciencias,
artes y oficios. La más notable de nuestras revistas literarias fue La Revista
de Lima, la obra seria y serenada de la traviesa bohemia de don Ricardo
Palma.
La Revista de Lima publicó de 1859 a 1863 las primeras obras de aquellos
ingenios. Su prestigio está dicho con anunciar que allí vieron la luz tradiciones
de Palma, de Lavalle y de Camacho, versos de Pardo, de Salaverry, de
Cisneros, Márquez y Paz Soldán, artículos de José Casimiro Ulloa y de
Manuel Pardo, Luciano Cisneros, García Calderón y Francisco Laso.
Directores de la revista, y los más acordes con el espíritu de la publicación,
fueron don José Antonio de Lavalle y don José Casimiro Ulloa. Lavalle tuvo
una aptitud especial para el ensayo histórico, corto y sugestivo que, sin llegar
a la amenidad chispeante de las tradiciones de Palma, realzaba la verdad
histórica con simpática galanura.
Ulloa escribió la crónica política quincenal, siempre interesante, sobria y
precisa en el comentario sagaz. Camacho y Palma representaron el
inagotable buen humor criollo, tocándole al segundo escribir el epitafio de la
revista, siempre por escaseces económicas. Ricardo Palma El Ateneo de
Lima (1863), La Aurora del Rímac (1865), La Alborada (1874-75) redactado
por las señoras Orbegoso, Elespuru y Gorriti y El Álbum (1874) de las Gorriti,
Jaimes, Amézaga, Carbonera, Orbegoso y Plascencia, no tienen la
importancia de La revista de Lima. La segunda revista (1873) de este nombre,
hereda el título pero no el interés de la revista de Lavalle y Ulloa. El Correo
del Perú publicado por don Trinidad Pérez, (1871-76) logró reunir las mejores
colaboraciones de su tiempo, esforzándose en la presentación gráfica por la
que mereció ser premiada en la exposición peruana de 1872. Pero hay que
llegar a la Revista Peruana (1879-80) para encontrar un esfuerzo digno de La
Revista de Lima. La Revista de Lima es la obra de un historiador probo y
laborioso, infatigable en su vocación por la historia, don Mariano Felipe Paz
Soldán. A su lado colaboran antiguos redactores de la Revista de Lima:
Palma, Ulloa, Lavalle y nuestros más significativos eruditos Mendiburu,
Patrón, González de la Rosa, José Toribio Polo, Torres Salda-mando, Coronel
Zegarra, el propio Paz Soldán y su hijo don Carlos, Lorente publica allí su
mejor obra histórica.
La obra de la revista Peruana es inapreciable para los historiógrafos, a pesar
de que no alcanzaron a publicarse sino cuatro tomos. La paciente y abnegada
labor de Paz Soldán descuella sobre todas. Su Índice de publicaciones
periódicas del Perú desde el año 1790 al 1879, será de una enorme utilidad
para los historiadores del periodismo y de la política patrios. Por mi parte le
rindo aquí mi homenaje de gratitud indispensable. Los Anales del Club
Literario de Lima, (1873-74-75-76 y 85) que contienen apreciables escritos, no
tuvieron una vida organizada y periódica, Perlas y flores (1884-86) se llamó
en sus dos primeros años de vida. El Perú Ilustrado revista literaria (1887-92),
con marcada tendencia gráfica y comercial, que concentra la abundante
producción literaria de aquella época de nuestras letras en que subsisten
todavía algunos románticos de 1848 y se inicia una joven generación de
dispersas inclinaciones. El Perú ilustrado fue dirigido algún tiempo por doña
Clorinda Matto de Turner y contó con el inapreciable concurso de un laborioso
dibujante y grabador don E. San Cristóbal, cuya obra gráfica y nacionalista es
muy meritoria.
El Ateneo de Lima, publicación del tipo de la Revista de dimburgo y de la
Revue de Deux Mondes, que introdujo entre nosotros la Revista de Lima
sirvió de órgano al círculo literario denominado El Ateneo de Lima que
presidió don Eugenio Larrabure y Unánue y del que fueron Vicepresidentes
Prada y Rosell. El Ateneo a partir de 1886 publicó 8 tomos que contienen
colaboraciones de interés y muchas reproducciones de los artículos de la
revista de Lima. De 1890 a 1891 es la Ilustración Americana apreciable
revista literaria y gráfica.
2.9. PERIÓDICOS SATIROS:
El periodismo satírico es cierta forma de periodismo literario, cuya intención
no es la de informar sino la de fustigar.
Mejor acogida que las revistas eruditas tuvieron siempre, a través de toda
nuestra vida republicana los periódicos satíricos. Bajo los más extraños
nombres que un capricho repetido hace recorrer toda la escala zoológica,
todos mantienen un mismo malicioso espíritu inalterable.
Hay algunos cuyo solo mencionar su nombre causaban risa:
El hijo de su madre
El volantuzo
Los coscorreones de pluma
El coco de santa cruz
El negro
El fraile
El burro
Aparecían en los momentos de crisis y contribuían con un apodo a la derrota
de un gobierno o a la caída de un ministerio. Una vez que lograban su
objetivo desaparecían, para resucitar en breve bajo otro nombre,
generalmente contradictoria. El primer periódico satírico fue “El Corneta”.
Las características predominantes de los periódicos satíricos fueron su
volubilidad y su injusticia, de las que el público les absolvía en gracia a su
constante agudeza. Muchos erraron en la grosería y la diatriba, y escasos de
gracia, usurparon el título de periódicos satíricos, cuya única y comprobada
legitimidad fue siempre la risa de sus lectores.
Los periódicos satíricos se encargan de continuar la galería burlesca. Su arma
predilecta son los apodos. Cuando un periódico satírico consigue asentar con
la popularidad uno de sus motes ofensivos, es la señal que anuncia la caída
de un ministro o la inseguridad de un régimen. Otra táctica, supletoria de la
anterior, se ensaña contra los defectos físicos de los gobernantes. Una nariz
deforme es el crimen más censurado de un presidente y una excesiva
carnosidad el peor decreto de un ministro de Hacienda. Merece hacerse un
recuerdo de esta historia malévola. A Gamarra, sus nombres adoptivos le
recuerdan su origen quechua: "Agustín Quispe", "Agustín Mamani". Otros
más graves ultrajan a doña Pancha. "La Mariscala". A Orbegoso, lisonjeado
por las tapadas y mimado por las monjas, le ponen a iniciativa del Hijo del
Montonero un limeño sobrenombre: "El Señor de los Milagros".
En este corto recorrido han surgido los nombres de los más festejados
periódicos satíricos. En 1840 don Felipe Pardo abre un paréntesis a nuestra
porfiada sátira política y escribe a la manera castiza de Larra, un periódico de
costumbres: El Espejo de mi Tierra, que dio vida imperecedera al "Niño
Goyito". Segura, más cerca de la manera de Fray Gerundio le imita en El
Corneta. Después de esta tregua, la guerrilla política vuelve a levantarse en
armas. El Murciélago alcanza a herir a las dictaduras de Piérola y al invasor
chileno. La Neblina de Blume y Velarde revive, con un ingenio irónico y
paradojal, la antigua risa criolla. La sigue Monos y Monadas que innova en la
caricatura con Málaga Grenet; Don Lunes, animado por la musa ligera de Luis
Fernán Cisneros y que continúa, en una época agresiva, Humberto del Águila,
Rigoletto, de Yerovi, y a pesar de sus invectivas, El Mosquito de nuestros días
que alegraba la vena satírica del Cojo Alcorta, cojo y mordaz, el último como
el primer periodista satírico, el Cojo Larriva de las redondillas y las
improvisaciones de café.
CAPITULO III
3.1 PERIODISMO MODERNO
De los años finiseculares data la transformación y el ensanchamiento de
nuestros diarios. A la hoja sostenida por el álgido interés político, por la
generosa convicción partidarista y la colaboración gratuita sucede la empresa
comercial, que paga el trabajo intelectual fomenta la reclame, aumenta los
tirajes y las informaciones y rebaja el precio del periódico.
La antigua gacetilla, se fracciona en veinte secciones diversas: el comentario
político aparte del editorial, la crónica, el comentario el cable, la vida social, la
de palacio, la universitaria, obrera, teatral, hípica, taurina, etc.
La información toma caracteres alarmantes. Se propaga la fiebre de la
interview, y se inventa un verbo imposible: interwiewvar. La curiosidad
reporteril resulta un vicio tolerado. Los hombres públicos se dejan sorprender
por la indiscreción de los periodistas. La rígida intimidad limeña del hogar se
trasluce al público. Las Parcas notas sociales de antaño, al fallecimiento de
alguna personalidad., se extienden. Adquieren un indiscutible interés público
el constipado de alguna señorita que no recibe a sus amigas y la lista de
asistentes a algún ágape aburrido. La noticia de un crimen pasional con
disparo y billete póstumo, o de un incendio casual, se escribe en capítulos,
con prólogo, antecedentes y desenlace. Las mociones de las sociedades
obreras y estudiantiles cesan de redactarse para los archivos, solicitadas por
la publicidad.
El periodismo doctrinario contó entre sus próceres a don Francisco P Vigil
3.2. PUBLICACIONES PERIODICAS
El periódico oficial El Peruano que se publica casi ininterrumpidamente desde
1826 puede considerarse, más que como un órgano periodístico, como un
repertorio de decretos y resoluciones gubernativas.
En realidad es una fuente documental de primera mano sobre la vida jurídica
y administrativa del país. El peruano apareció en este nombre de 1826 a
1829. De 1830 a 1834 tomo el nombre de El Conciliador, durante el periodo
de gamarra. En 1834 bajo el gobierno de Orbegoso se llamó El Redactor. En
1835 fue La Gaceta del gobierno. Bajo el predominio de Santa Cruz se tituló
como El eco del protectorado y durante la ocupación chilena se enmascaro
bajo el nombre de La situación y la actualidad.
Los documentos parlamentarios y los diarios de debates se publicaron en los
primeros tiempos republicanos en folletos y en los diarios. Luego fueron
recogidas en libros de recopilación histórica. En 1895 se publicó por Obin y
Aranda unos Anales Parlamentarios del Perú, que extractaron lo principales
debates del primer congreso por materias, rompiendo la unidad del proceso
histórico en esta Asamblea. En 1928 la cámara de diputados comenzó a
publicar una historia del parlamento nacional, reproduciendo las Actas del
congreso del Perú desde el año de 1822, llegando a publicarse tres tomos.
Otro esfuerzo meritorio en este sentido es el llevado a cabo por don Pedro
Emilio Dancuart,con su Crónica parlamentaria del Perú. En esta publicación
se hace un extracto de la vida de cada congreso, su convocatoria, sus
miembros, sus principales debates, las leyes y resoluciones dictadas, las
constituciones distadas por algunos y, mensajes presidenciales.
Los diarios de debate se han publicado primero en los periódicos y después
en libros especiales. Los debates de la asamblea de 1825 fueron recogidos
por Paz Soldán en su Historia del Perú independiente, tomo II .los debates de
1829 a 1832 están en los periódicos de la época: el telégrafo, El mercurio, la
miscelánea. El diario de los debates del congreso de 1858 está en El
comercio de lima. Los debates del congreso de 1860 y sus subsiguientes
hasta 1867, se publicaron también en los periódicos y en los libros. Desde
1870 al presente se ha publicado ininterrumpidamente la colección del diario
de Debates cuya bibliografía completa hemos citado.
LOS DOCUMENTOS DE LA HACIENDA PÚBLICA:
Entre los numerosos documentos publicados para servir a una historia
financiera del Perú están, además de las publicaciones oficiales
contemporáneas, los Anales de la Hacienda república, editados en 1902 a
1926 por P.E.Dancuart y J.M.Rodriguez en 24 volúmenes.
ANALES JUDICIALES:
La evolución del derecho y la historia del poder judicial en el Perú se hallan,
desde el punto de vista documental, en los Anales judiciales del Perú,
publicados en 1905 a 1954 en 44 volúmenes. En ellos se encierra la doctrina
jurídica de la corte suprema de justicia y en los dictámenes de los fiscales de
la república.
ANALES UNIVERSITARIOS:
Los actos y fastos universitarios principales constan desde 1862 en los Anales
Universitarios del Perú, de los que se han publicado dieciocho tomos. Los dos
primeros fueron publicados por don José Gregorio Paz Saldon; los diez
siguientes por don Juan Antonino Ribeyro; y los últimos por don Francisco
Jarcia Calderón y don Francisco Rosas.En los anales universitarios se
insertan discursos académicos, tesis universitarias, documentos
administrativos y se publica también una galería biográfica principalmente de
personajes republicanos.
Capitulo IV
Periodismo televisivo, radial y fotográfico
4.1. Periodismo televisivo:
La televisión en Perú se remonta a los años 50 pero su actual estructura nace
a comienzos de los años 80.
La televisión en el Perú se remota al 21 de septiembre de 1939, fecha en que se realizó la primera demostración experimental de TV en nuestro país. Gracias a la comisión de televisión del instituto de investigación científico de los correos de Alemania, se pudo llevar a cabo en esa misma fecha el desarrollo de este suceso en el salón de actos del colegio Nuestra Señora de Guadalupe, la misma que trajo e instalo equipos modernos y necesarios para las transmisiones, para el periodismo nacional, una película que fue vista desde los receptores de televisión instalados en otro departamento así como un programa artístico en el que otro departamento entre otros el dúo "luz y sombra" conformado por Isabel Granda y Pilar Múgica. Esto dio un nuevo paso a la era de las comunicaciones; porque estas transmisiones fueron todo un suceso y al día siguiente, luego de la inauguración oficial, la demostración se hizo pública y "numeroso público asistió, asombrado, a (espectar) esta maravilla de paciencia contemporánea."
A esta primera transmisión experimental de televisión en el Perú, le siguió otra ocurrida muchos años después; efectivamente, el 11 de abril de1955, se transmitieron programas de televisión gracias a la división internacional de la RCA Víctor que, en homenaje a la asamblea de la Asociación Interamericana de Radio, envió a Lima un equipo completo.
Gracias a esto la tecnología ha avanzado, ya que antes pues se limitaba a ser a blanco y negro, pues ahora no solo es a color, sino que hay algunas que tienen formas de pantalla, modelos, y con una buena potencia en volumen.
Canales que fueron apareciendo en el transcurrir del tiempo en la región.
La televisión peruana, en pleno proceso electoral, no sabe ni opina. Por razones básicamente políticas y económicas, la televisión en el Perú ha sido debilitada, copada y domesticada. Ha sido saturada de "reality-shows", programas de farándula y cómicos de la calle. Los denominados programas periodísticos han sido banalizados con la excusa de que la política no da "rating".
4.1.1. Principales Acontecimientos:
• La primera prueba de televisión fue realizada en el Hotel Bolívar de Lima en
1954 siendo el pionero Alfonso Pereyra, quien acabaría convirtiéndose en el
impulsor del Canal 9 de TV EL SOL, que lanzó la primera señal de prueba.
• Siendo la primera demostración de la televisión en el Perú en Lima el 21 de
Octubre de 1939, gracias a la ayuda de la comisión de Televisión del Instituto
de Investigación Científica de los correos de Alemania. En aquella ocasión se
transmitieron imágenes y sonido de una película y una actuación artística,
desde el salón de actos del colegio "Nuestra Señora de Guadalupe" a varias
casas vecinas.
• Casi dos décadas más tarde el 11 de abril de 1955, se produjo una nueva
transmisión de esta naturaleza durante el gobierno del general Manuel A.
Odría. Dos años después el Ministerio de Educación del Perú, con la
colaboración de la UNESCO, acordó instalar un canal educativo en la escuela
de Electrónica donde comenzaron las emisiones de programas de
adiestramiento en electrónica.
• El 17 de Enero de 1958 se inauguró oficialmente Canal 07 apareciendo bajo
la denominación de "Garcilaso de la Vega AODTV-Canal 07". El Canal 07 fue
la primera señal de televisión que apareció así como también fue el primer
canal que transmitió en color y el primero que hizo uso de la vía satélite.
• Posteriormente en diciembre, la compañía Peruana de Radiodifusión S.A.
inauguró el Canal 04. En 1959 salió al aire Panamericana Televisión Canal 13
(hoy Canal 05).
• 1971 fue un año clave en la historia de la televisión pues el gobierno de facto
del general Velasco Alvarado estatizó el 51 por ciento de los medios de
comunicación.
• La reinstauración del sistema democrático y de partidos a comienzos de los
años 80 y la llegada al poder de Fernando Belaunde significó la devolución de
los medios de comunicación incautados por el gobierno militar a sus
propietarios anteriores y la aparición de varias cadenas nuevas de televisión.
Dos de las más significativas fueron Andina de Radiodifusión (Canal 9) y
Latinoamericana de Radiodifusión (Canal 2). La primera de ellas
perteneciente Carlos Tizón y la segunda, a Bernardo Batiewsky y a los
hermanos Samuel y Mendel Winter. Más tarde Ricardo Belmont lograría
reflotar el antiguo Canal 11 (RBC Televisión) y también surgiría el Canal 13,
de propiedad de Vittorio de Ferrari.Periodismo radial
Radio en el Perú: Fechas importantes
1925 15 de junio empieza a transmitir OAX4A que en 1933 se
llamaría Radio Nacional del Perú OAX4A
1932 Radio Landa, primera radio en Arequipa.
1953 Se funda Radio Panamericana del mismo grupo del canal 5.
1954 Radio de la Sociedad filarmónica Unión Juvenil, primera
radio de Moquegua.
1940 Compañía Peruana de Radiodifusión SA, primera
radioemisora comercial.
1957 Grupo Cavero funda Federación Peruana de Radiodifusión
que agrupó 47 emisoras.
1959 Inicio del noticiero El Panamericano, dirigido por Mario Vargas Llosa.
Empezaron con “flashes” de noticias nacionales.
1960 Inicio de la época dorada de la radiodifusión en el
Perú. Destacaron:
Radio La Crónica con radionovelas.
Radio Programas del Perú RPP con noticias.
Radio Panamericana con música.
1968 Ley 16851 y creación de Asociación Nacional de
Radioemisoras del Perú.
1971 En el gobierno militar se promulga Ley General de
telecomunicaciones.
1974 Gobierno militar crea Sistema Nacional de Informaciones y
expropia estaciones de radiodifusión.
CONCLUSIONES
Perú es el precursor del periodismo en Hispanoamérica
La mayoría de cronistas escribieron libros que tardaron algunos años en llegar a manos de lectores. Por eso, desde el punto de vista noticioso fueron decisivas las Relaciones y las Cartas, aunque estas eran de menor tamaño y parte de correspondencia oficial o particular.
los noticiarios fueron como periodismo foráneo, que comenzó a ejercer una enorme importancia en la vida colonial. Su influencia se dejaría de sentir a lo largo de todo el periodo virreinal en la emisión de publicaciones limeñas que mostraban singlares coincidencias de forma y fondo.
El periodismo, en cualquiera de sus formas, debe contribuir al
fortalecimiento de la cultura democrática, a propiciar la discusión
pública de los grandes y pequeños temas nacionales, y, por cierto,
fomentar el espíritu contestatario.
La función del periodismo consiste en "poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir lo malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa de la presidencia, de la neutralidad los suizos, del justo medio los filósofos y de la justicia los jueces.
El periodismo satírico es cierta forma de periodismo literario, cuya
intención no es la de informar sino la de fustigar.