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HISTORIA DEL SABATISMO CRISTIANO
GÉNESIS DEL SABATISMO CRISTIANO
Y SU LLEGADA AL CONTINENTE
AMERICANO
“EL SÁBADO ES UN DÍA PARA PERMITIR QUE EL CREYENTE MUERA Y
RESUCITE CON CRISTO”
FELIPE MELANCHTON
Elaborado por: Diac. Raymundo Ramos Dávalos
1
I. ANTECEDENTES HISTÓRICOS: ASIA Y EUROPA
A) EL SÁBADO EN LA IGLESIA TEMPRANA
Las primeras iglesias cristianas fueron organizadas por los judíos convertidos, que por
supuesto eran guardadores del Sábado, incluso Jesús y sus discípulos fueron judíos y
respetuosos del sábado. Numerosos prosélitos, simpatizantes seguidores del judaísmo
también se volvieron cristianos. Uno de los cambios más sensibles en su conducta externa,
en su trayecto del paganismo hasta llegar a la creencia en Yahvé, Dios de los hebreos, fue
evidentemente el guardar el Sábado. Era solamente otro paso al cristianismo, y el guardar
el sábado fue algo que los había ayudado a llegar tan lejos, fue hallado ser una práctica
seguida por los discípulos del Nuevo Camino.
Tantos paganos adoptaron los costumbres judías que Josefo pudo decir: "no hay ninguna
ciudad de los Griegos, ni alguna de los bárbaros, ni de ninguna nación cualesquiera, en la
que nuestra costumbre de descansar el séptimo día no haya venido." (19)
Una autoridad moderna dice que el Sábado del judaísmo posterior llegó a ser
excepcionalmente importante de modo que “Sabatizar” llegó a ser una frase actual en el
imperio romano para adoptar la religión o las costumbres judías." (20)
El eunuco etíope fue sin duda alguna, uno de estos prosélitos, que habían estado en
Jerusalén para adorar en el templo, cuando Felipe lo encontró y le enseñó de Jesús. En los
días de Jeremías, los desvanecidos judíos encontraron un refugio en la región del Nilo
superior, la moderna Abisinia, llevando su fe con ellos. (21) El tesorero de la reina fue
posiblemente un descendiente de uno de éstos judíos perseguidos, o más probablemente
un descendiente de un nativo convertido. Después de su bautismo, él llevó a casa su nueva
fe. Si esto fuera verdad, él se convierte en un enlace muy interesante de la historia del
Sábado, porque los cristianos abisinios han sido guardadores del Sábado hasta la época
actual. (22)
Pablo el gran misionero, fue un guardador del sábado. Y aunque él renunció a la adoración
judía formal, incluyendo las Lunas Nuevas y los sábados, no hay evidencia de que él
abandonara para siempre el Sábado semanal, que era más antiguo que el propio judaísmo.
De su lugar en la religión de los hebreos fue llevado al cristianismo. Pablo chocaba con los
judíos adondequiera que él iba, pero nunca en cuanto a la cuestión del Sábado. Podemos
estar seguros que estos estrictos legalistas, que persiguieron a Pablo hasta la muerte, le
habrían encontrado cualquier falta en su observancia sabática, si él les hubiera dado la más
mínima ocasión. Como su Maestro, Pablo suena verídico en este aspecto.
2
B) SABATISMO ANTES DE LA REFORMA
Poco es lo que se conoce de todos aquellos que hacían fluir la corriente sabática en la
época de los pre-reformadores. Toda esta corriente corría a cualquier costo dentro de la
historia del cristianismo, con sus doctrinas particulares bajo un contexto muy hostil y
cerrado.
Mucho podría escribirse sobre este tema, es muy interesante y poco estudiado. Tampoco es
mi objetivo, detenerme en la controversia sabático-dominical que se dio en los primeros
siglos del cristianismo hasta el establecimiento de la ley dominical de Constantino del año
321 D.C.
Sin embargo, para poder entender realmente al Sabatismo y lograr ubicarnos en él
adecuadamente, es necesario rastrear un poco su desarrollo previo a los acontecimientos
de los reformadores.
Desde el siglo XI en Escocia, se sentía ya un espíritu sabatista en las Iglesias Celtas1. Esto lo
han confirmado dos reconocidos eruditos británicos de este siglo, el Reverendo Dr. Graves,
(Obispo de Limerick, un pilar de la Iglesia Anglo-Irlandesa), y Sir Samuel Fergusson,
(Abogado y consejero distinguido de la Reina de Inglaterra), presentaron sus
descubrimientos a la sorprendida comunidad intelectual británica. Estos caballeros
probaron que los antiguos escritos celtas descubiertos en tumbas y templos antiguos en
Irlanda y Escocia no eran escritos de los últimos siglos, sino, relacionados y prefechados al
antiguo latín. Éste y otros descubrimientos revelaron que la primitiva Iglesia Celta
observadora del séptimo día se originó durante la ocupación romana de Britania2. Hay otros
testimonios al respecto3, algunos como John Kiesz (Sabatista simpatizante de la escuela
sectaria) afirman tener razones para creer que ha habido sabatistas en todos los siglos,
algunos en el desierto, y otros alrededor de los Alpes. En su tiempo, ellos eran conocidos
con diversos nombres tales como: Nazarenos, Cerintios, Hypsistari, y después como
Vaudois, Cathari, Toulousos, Albigenses, Petrobusios, Passagi y Valdenses.4
Existen otros nombres según Robinson, asignados a estos, como es el caso de algunos
Waldenses de los Alpes en el siglo XII, que eran llamados Sabbati, Sabbatati, Insabbatati,
pero más frecuentemente Insabbatati.
1 “Ellos mantenían que el sábado era propiamente el Sabbath en el que se abstenían de trabajar”, Celtic Scotland, Vol. 2, p 350.2 Our Sabbath Heritage. “A Call to Unite in Proclaiming our Precious Sabbath Heritage to the World” Arrabio, James California, 1996.3 “Trabajaban en Domingo, pero guardaban el Sábado de una manera sabática...Estas cosas las abolió Margarita”. A History of Scotland from the Roman Occupation. Vol. 1, p. 96.4 Kiesz, Jonh. A History of the Sabbath and Sunday, p. 23.
3
"Se dice que eran llamados así por la palabra hebrea Sabbath, porque ellos guardaban el
Sábado como Día del Señor"5.
En el caso del apelativo Petrobrusios, se debe al francés Peter de Bruys que agitó el sur de
Francia enfatizando el día de adoración reconocido entre las Iglesias Celtas de las Islas
Británicas, el séptimo día del cuarto mandamiento. Predicaba el evangelio del reino
esforzándose en reformar los abusos y remover la superstición.
El Dr. Hahn, refiriéndose a los Sabatarios Pasagini dice, "La expansión de la herejía en este
tiempo es casi increíble. Desde Gulgaria hasta el Río Ebro, desde el norte de Francia hasta
el Tiber, por todos lados los encontramos. Países enteros son infestados, como Hungría y el
sur de Francia; abundan en muchos países, en Alemania, en Italia, en Holanda y aún en
Inglaterra todos sus esfuerzos"6.
Robinson entiende que los Passaginios o Passagii eran aquella porción de Waldenses que
vivían en el paso de las montañas, de ahí su nombre de Passageros; pues vivían en los
pasos o pasajes de las montañas, y subsistían de los viajeros a quienes guiaban, o viajando
para comerciar7.
En español Passagini significa peregrinos, y se puede entender en un sentido misionero y
espiritual.
Los Sabatarios fueron perseguidos y considerados heréticos desde tiempos antiguos, por lo
que en la Edad Obscura eran no gratos a los ojos de la iglesia dominante, la Iglesia Católica
Romana. Es difícil poder hacer un seguimiento histórico exacto de todos y cada uno de
estos grupos por la poca información disponible, y porque ellos mismos vivían aislados, o
en forma clandestina para poder subsistir, sin contar los que fueron exterminados.
Un caso interesante es el de los Cathari, esto es, puros o puritanos (no confundir con el
puritanismo inglés del siglo XVII), de los que se sabe vivieron en Colonia, Flanders, Savoy, y
Milán, y en gran número.
De ellos se expresaba: "En este año (1163 d.C.), ciertos herejes de la secta de los Cathari,
provenientes de las partes de Flanders hasta Colonia, habitaron secretamente un granero
cerca de la ciudad. Pero, como en el Día del Señor no fueron a la iglesia, fueron tomados
por los vecinos y detectados. Siendo traídos ante la Iglesia Católica, y examinados respecto
a su secta sin ser convencidos, sino más tenazmente persistiendo en su doctrina y
resolución, por lo que fueron expulsados de la iglesia, y entregados en manos de los laicos.
5 Robinson, General History of the Baptist Denomination. Vol. II, p. 413.6 Dr. Hahn, Geschichte Der Ketzer, p. 1, 13, 14.7 Andrews, J.N. History of the Sabbath, p. 417.
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Estos, llevándolos fuera de la ciudad los entregaron al fuego: siendo ellos cuatro hombres y
una pequeñita”8.
Fue gente que por sus convicciones prefirió morir, como muchos otros cristianos y pre-
reformadores en la historia. El sabatismo era parte de esas convicciones, el cual
consideraron su deber cristiano.
Es de llamar la atención que los Cathari guardaban la ley de Moisés literalmente incluyendo
así la circuncisión. Sostenían también que Cristo el Hijo de Dios no era igual al Padre, y no
creían en la Trinidad.
Un respetable autor francés y protestante, Rev. Peter Allix, cita en su libro buena
información sobre los Cathari, haciendo referencia a ellos por testimonios anti-sabatarios
de varios autores romanos del siglo XII9.
Es entendible que muchos hombres y mujeres, comunidades del séptimo día, fuesen
perseguidas en semejante tiempo, mas no justificable, porque con todo y sus "raras o
particulares doctrinas", sobre cualquier aspecto eran seres humanos, con una fe y
convicción que les dio fuerza para subsistir hasta la libertad y con ella la institucionalización
de su religiosidad.
Para el siglo XIII, los Waldenses parecen ser protagonistas, y los mas críticos de los
Sabatarios existentes en ese tiempo, sobre todo en Francia. Por ejemplo, el Dr. Allix nos
dice: "Ellos dicen que el bendito Papa Silvestre era el Anticristo de quien se habla en las
epístolas paulinas como el hijo de perdición. (También dicen) que el guardar el sábado debe
llevarse a cabo"10.
Esto obviamente les acarreó muchos problemas y el rechazo general.
Para entonces la Inquisición en Francia ya estaba en activo, buscando acabar con todo
disidente de la Iglesia Romana, destruyendo sus posesiones y prohibiéndoles la posesión de
libro alguno del Antiguo o Nuevo Testamento. No obstante, el control de todo brote
"herético" no fue posible, ni erradicado del todo como veremos mas adelante, a pesar de
que se va a recrudecer en los siglos XVI y XVII.
En la tardía Edad Media ya entrado el siglo XIV los Waldenses aparentemente por la misma
persecución inquisitorial se fueron esparciendo mas hacia el centro y el oriente europeo,
esto es, comenzaron a manar por Austria, Bohemia (República Checa moderna), Alemania
del Norte, Brandenburgo, Thuringia, y Moravia11.
8 Ibid, p. 416.9 Allix, Peter. Ecclesiastical History of the Ancient Churches of Piedmont, pp. 168, 169.10 Idem.11 Armitage, A History of the Baptists, p. 313.
5
Recuérdese que el siglo XVI fue el siglo de la "crisis" feudal y de la liberación campesina.
Sin embargo, esta liberación campesina no fue general. A través de la "crisis" feudal se
lleva a cabo una vasta revolución: La empresa rural ya no estaba, en muchos casos,
dirigida por los señores, sino por los campesinos, que liberados de la condición feudal, no
llegaron a mejorar su situación en el plano económico, aunque si lograron mejorarla, en el
plano de las libertades civiles.
Esto permitió en parte el flujo de grupos sabáticos al oriente por el norte de Europa donde
se enlazaban mejor los medios de comunicación y el comercio. Y por donde, desde
Inglaterra hasta el norte de los Alpes, se verificaban diferentes revueltas sociales y
levantamientos revolucionarios que motivaban y fortalecían el espíritu de la Reforma de la
Iglesia.
Ahora bien, Erasmo, según Cox, habló de lo estricto que los Waldenses de Bohemia
guardaban el séptimo día sábado, y de que ellos eran llamados también Sabatarios12.
Tal parece, que se estaban tornando en toda una "amenaza" para la cristiandad. Países
como Noruega toman ya sus prevenciones en el Concilio Eclesial de Bergin, en Agosto 22
de 1435: El primer problema concernía a guardar el sábado: “Ha llegado a la tierra del
Arzobispo, que gente en diferentes lugares del reino se ha aventurado a guardar el sábado.
Queda estrictamente prohibido, como lo establece, la ley eclesial, que alguien guarde o
adopte días santos, fuera de aquellos que el Papa, Arzobispo, u Obispos señalen”.13
En resumen, puedo concretar que el sabatismo al principio, se mantuvo preferentemente
en las regiones mas apartadas del poder romano, como fue el caso de Escocia, después,
fue a Irlanda huyendo también de los Bárbaros y de ahí al centro de Europa, llegando sin
temor a la misma Italia, en el Piamonte. Claro que al acercarse a Roma lo hacían con gran
cuidado y en forma "clandestina" en las montañas (Los Alpes) y bosques debido a la
oposición. Pero desde ahí se organizaban para después avanzar a otros lugares, amén de la
persecución romana que les empujaba. El grupo clave en todo este movimiento fue, el
Waldense, aunque como he descrito hubo muchos otros; algunos de los cuales
desaparecieron, mas el Waldense prevaleció por lo menos hasta la Reforma. Los
Waldenses, cabe hacer notar, se contaron entre los primeros pueblos de Europa que
poseyeron una Biblia traducida14.
Parecían vivir en un constante peregrinar, rechazaban la autoridad papal considerando a la
Biblia como su única autoridad, y arrojando una semilla mas para la Reforma.
12 Cox, The Literature of the Sabbath Question. Vol. II, pp. 201 – 202.13 Keyser, R. The History of the Norwegian Church under Catholicism. Vol. II p.488.14 Harmon, Elena. El Conflicto de los Siglos, p. 70, 742.
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La Inquisición los llevó finalmente a situarse en la Europa Oriental donde iban a tomar
nueva fuerza en la Reforma Radical y regresar a occidente hasta llegar a América buscando
libertad en su fe.
C) EL SABADO Y LOS REFORMADORES
Los Reformadores del siglo XVI sostuvieron diversos puntos de vista sobre el origen y la
naturaleza del Sábado. Sus posiciones variaban según su entendimiento en cuanto a la
relación Antiguo y Nuevo Testamento, y obviamente dependían mucho de su reacción en
contra del legalismo o la superstición posible no solo del domingo sino de toda festividad
religiosa.
Es claro que la Reforma no dio a luz a los Sabatarios, porque los líderes de la Reforma,
como un cuerpo, no fueron muy amistosos a tales puntos de vista. Por el contrario, estos
observadores del Sábado parecen ser los herederos o el remanente de las iglesias
sabáticas antiguas. Esto significa que el Sabatismo no era algo nuevo ni aún para los
reformadores mas conocidos.
Para entender la oposición, en general, de los reformadores al Sábado se tiene que tomar
en cuenta lo siguiente:
a) La gran Reforma del siglo XVI surgió del mismo seno de la Iglesia Católica Romana,
anti-sabatista ab initio.
b) Los reformadores antes que ver al Sábado como cristiano, lo vieron como judío por
causa de la tensión Antiguo y Nuevo Testamento existente en aquel tiempo, en el ámbito
teológico.
c) Los principios de Sola gratia y Sola fide, parecen contraponerse con la ley, el Sábado y
todo lo que lo envuelve sonaba solo a legalismo, y salvación por obras; en otras palabras:
Antireforma, Judaísmo o Antigua Dispensación.
d) La tradición y el peso de al menos doce siglos no sabatarios eran muy fuertes como
para hacerlos a un lado.
e) Los Sabatarios eran minoría y no se habían desarrollado teológicamente lo suficiente
como para corregir o depurar algunas doctrinas judaizantes que solo opacaban u
obstaculizaban el sabatarianismo cristiano, haciendo de éste, uno más bien judaizante.
Para Lutero, el Sábado en este sentido solo podía ser, "una institución mosaica
especialmente destinada al pueblo Judío"15.
15 Bacchiochi, Samuel. Reposo Divino para la Inquietud Humana, p. 48.
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En el Gran Catecismo de 1529, Lutero explica que el Sábado: "Es algo superado, como las
demás ordenanzas del Antiguo Testamento que estaban sujetas a determinadas
costumbres, personas y lugares, pero ahora, hemos sido liberados por Cristo"16.
La confesión de Augsburgo de 1530 en su artículo 28 dice que: "La Escritura ha abrogado
el Sábado; pues enseña que desde la revelación del evangelio todas las ceremonias
mosaicas quedan eliminadas". No obstante, Lutero realizó encomiables esfuerzos para
contrarrestar dos amenazas: por un lado la de los antinomianos radicales, que negaban la
necesidad de observar ningún día, y por otra la de los legalistas católicos y reformados, que
defendían la santificación de las fiestas como "necesaria para la salvación"17.
Todo esto iba contra el principio de la "Justificación por la fe", y había que corregirlo.
En respuesta a un antinomiano, Lutero escribió en 1541:
"Si anteriormente hable o escribí con dureza contra la ley, fue porque la Iglesia Cristiana
estaba sobrecargada de supersticiones que ocultaban y hasta sepultaban a Cristo;... pero
en cuanto a la ley en si, yo nunca la he rechazado"18.
Por otro lado, Melanchton aunque más ecuánime, siguió a Lutero en cuanto al Sábado.
Calvino rechazó la antítesis luterana entre la ley y el evangelio, y en su esfuerzo por
mantener la unidad básica entre el Antiguo y Nuevo Testamento, Calvino cristianizó la ley,
espiritualizando por lo menos en parte, el mandamiento del Sábado19. "Esto influyó sobre el
Sabatismo, en especial en el de los puritanos angloamericanos, aceptando que el Sábado
es una norma establecida en la creación, y anterior a la ley. Para Calvino el Sábado
cristiano será el domingo, y es una institución pragmática ya que esta destinada a cumplir
tres objetivos básicos: Permitir que Dios obre en nosotros, proveer tiempo para la
meditación, y proteger a los asalariados”.20
Hubo algunos sin embargo, entre los reformadores protestantes que le dieron
consideración al sábado como reforma. En particular, un profesor de universidad llamado
Carlstadt (Andrés Bodenstein). Al principio Carlstadt era un defensor de Lutero, después,
debido a sus diferencias concernientes a la Cena del Señor y la "Autoridad de las
Escrituras", se separaron.
Carlstadt además comenzó a guardar el séptimo día, él difería esencialmente de Lutero en
cuanto al uso del Antiguo Testamento. Para él la ley de Moisés estaba aun vigente,
mientras que Lutero tenía una fuerte aversión a lo que él llama una religión legal y
16 El Gran Catecismo, p. 174.17 Confesión de Augsburgo, p 25.18 Cox, op. cit. p. 388.19 Bacchiocchi, op. cit. p. 53, 246.20 Calvino, Juan. Institutes of the Christian Religión, p. 343.
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judaizante. Carlstadt se mantenía en la autoridad divina del sábado del Antiguo Testamento
y Lutero creía que los cristianos eran libres de observar cualquier día como sábado21.
Lutero opinó acerca de Carlstadt lo siguiente:
"En verdad, si Carlstadt fuera a escribir mas sobre el Sábado, el Domingo tendría que
cederle terreno, y el Sabbath, esto es, el Sábado, deberá guardarse; él nos haría
verdaderamente judíos en todas las cosas, y nos circuncidaríamos...”22.
En la Confesión de las Iglesias Suizas se declara que:
“La observancia del día del Señor no esta fundada en ningún mandamiento de Dios, sino en
la autoridad de las iglesias; y, que la iglesia altere el día a su conveniencia”23.
Se puede ver con todo esto que el sabatismo no fue apoyado directamente por la Reforma,
y tuvo siempre que remar contracorriente. Sin embargo, la Reforma le abrió paso a
aquellos que querían “purificarse aun más de toda corriente romana” entre ellos los
sabatarios, aunque el domingo iba según ellos en esta corriente.
Por esta razón, fue difícil entablar históricamente un diálogo entre ambas posturas, solo
seguiría la persecución ante la indiferencia de la Reforma. Lutero una vez escribió:
“Me he enterado que en Austria y Moravia ciertos judaizantes apoyan el sábado y la
circuncisión; si continúan con tal astucia, no dejándose amonestar por la Palabra de Dios,
ciertamente causarán muchos males”24.
¿Cuántos males habrán causado estos? O más bien, ¿Cuántos males se les habrán causado
a éstos hasta ahora?, Podríamos decir que la Reforma dio y recibió en parte del sabatismo
apoyo en la lucha que pretende volver a un cristianismo más auténtico y simple.
El movimiento reformatorio de la iglesia al parecer, es y debe ser un proceso continuo para
su desarrollo, crecimiento y actualización. A través de la historia, la iglesia ha sufrido una
serie de transformaciones, unas lentas y otras más rápidas, pero generalmente cambios
que traen nuevas opciones y que buscan una mejor respuesta al contexto histórico en el
que se desarrollan.
Una de estas reformas fue lo que se conocen como la Reforma Radical.
D) LA REFORMA RADICAL Y LOS SABATARIOS
21 Kiesz, op. cit. p. 29, 30.22 Ibid, p. 30.23 Andrews, J.N. op. cit. p. 434.24 V. Bacchicchi. From Sabbath to Sunday: A Historical Investigation into the Origin of Sunday Observance in Early Christianity, p. 20.
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La figura clave de la Reforma, Martín Lutero, se mostró como un liberador “subjetivo”, pero
luego apareció uno que buscaría la liberación social, Thomás Müntzer, con él podría
decirse, iniciaba la Reforma Radical25.
Entre otras innovaciones, Müntzer, la personificación de la inquietud social y religiosa,
germanizó la liturgia y mandó tallar los Diez Mandamientos en unas tabletas que colocó de
manera visible en la iglesia de San Juan. Él junto con otros predicadores radicales sostenía
la teoría de que, una vez derribada la autoridad papal, lo que debía prevalecer en los
territorios evangélicos era la ley de Moisés. También en el sermón de los príncipes
reinterpretó los pies de la estatua de Daniel como la cristiandad feudal y papal, quinto reino
que será destruido por la piedra, Cristo26.
Todo esto es importante porque iba a influir en el sabatismo posteriormente. Carlstadt
aunque más conservador y pacifista simpatizó con el movimiento campesino con el que
Müntzer luchaba. Es probable que haya tenido influencia de él, o al menos algo es seguro,
Müntzer viajó por Bohemia y el área sabatista de la época influyendo en ella al menos un
poco.
La Reforma Radical era el espacio para expresar y proponer purificaciones al
establishment, o confrontar lo que para ellos no era todavía reforma, esto es, se veían
como los reformadores de la Reforma.
Carlstadt, sabatista con el tiempo, fue de los primeros que impulso el bautismo en los
adultos, y el primero en “celebrar una comunión protestante” en diciembre de 1521.
Sebastián Franck en 1538, revela un interés fuerte en algunos por el Decálogo, al censurar
a los teólogos que tenían el atrevimiento de declarar que los cristianos piadosos no
necesitaban conocer más doctrina que la contenida en los Diez mandamientos y en el
credo de los Apóstoles.
En Hungría y Lituania fue muy prominente el uso de la lengua hebrea por los predicadores,
lo que llevó a una corriente filosemítica, además de un énfasis en el Antiguo Testamento,
como fue en el caso de Simón Budny. En Rusia, fue más allá todo esto, al ser rechazado el
Nuevo Testamento con un movimiento semi-judaizante que basaba su religión en el
Decálogo27.
Por otra parte, en España algunos “marranos” o “cristianos nuevos” convertidos del
judaísmo al cristianismo emigraron a Italia, continuadores del Waldesianismo radical y
25 V. Balderas Vega G. La Reforma y la Contrareforma, p. 95.26 Williams H. George. La Reforma Radical, p. 76.27 Ibid, p. 817.
10
anabaptistas o rebautizadores, optaron por el filo-hebraísmo como los socinianos de
Polonia28.
El primer observador del sábado en España fue Constantino de la Fuente en 1560.
Algunos radicales judaizaron con un legalismo de corte Vetero o Neotestamentario. Los
sectarios radicales se identificaban así mismos con el sufriente pueblo de Israel, lo cual
facilitó la transmutación del Evangelio en Ley. Todo este ambiente permitía el fluir de
corrientes sabatistas dentro de la Reforma Radical junto con la ola antitrinitaria en Europa.
Dos ex-sacerdotes católicos convertidos al Anabaptismo para luego adoptar el sábado
fueron muy importantes en el movimiento sabatista en la Europa del siglo XVI, Osvaldo
Glait y Andrés Fischer. Ellos decían que el sábado no podía ser parte de la ley ceremonial,
porque había sido instituido en la creación, por lo tanto es parte de la ley moral y esta en
vigencia29. Afirmaban que el cambio de sábado a domingo lo había hecho los papas Víctor y
Constantino.
Fischer desarrolló una infatigable labor en Silesia, Moravia y Polonia, sus seguidores fueron
los artesanos, mineros y pequeños propietarios rurales; y se protegía con el apoyo de algún
caballero del ayuntamiento que simpatizara con su doctrina.
Fischer predicaba la comunidad de bienes y de mujeres, su teología iba muy acorde a la del
Antiguo Testamento. En 1529 él y su esposa fueron sentenciados a muerte, ella por
ahogamiento y él en la horca. Aunque Fischer logró escapar, murió al ser atrapado y
arrojado desde lo alto de un castillo en 154030.
Glait por su parte, a la muerte de su líder y pastor B. Hubmaier en 1528, se volvió sabatista
y antitrinitario, teniendo buena acogida entre los campesinos más prósperos de Leignitz en
Silesia.
Murió al año y medio de ser capturado al ser arrojado al río Danubio, en 1546.
Para el año de 1572, en la comunidad unitaria de Transilvania, Andrés Erdodi
probablemente con otros dos estudiantes de la Universidad de Padua, predicaba en contra
del domingo como día del Señor, y la justicia social31.
Francisco David, pastor importante de Transilvania abolió el bautismo infantil, e invitó a
Matías Vehe (Glirius), hebraísta y cristiano judaizante, a Transilvania. Quien influirá para su
adopción del sabatismo.
Sostenía que el Antiguo Testamento estaba mas inspirado que el Nuevo Testamento, la
segunda venida de Cristo, el Sábado y la Ley de la Alimentación. Él y sus discípulos se
28 Ibid, p. 920.29 Maxwell, Marvyn C. Dilo al Mundo. La Historia de los Adventistas del Séptimo Día, pp. 68 , 266.30 Ibid, p. 68 , 69.31 Williams, George, op. cit. p. 800.
11
consideraban sabatistas unitarios. David murió sabatista, en la cárcel en 1574, mientras la
Iglesia Unitaria rechazaría el sábado gracias al Dr. Blandarta ex – amigo de David32.
La influencia judía fue por tanto factor en el desarrollo del sabatismo al igual que el énfasis
a los diez mandamientos, y el espíritu antitrinitario europeo que cruzó desde Servet en
España hasta David en Transilvania (hoy Rumania).
El sabatismo se desarrolló propiamente en la Europa Central de donde parecía apoyar a las
diversas áreas de brotes sabatarios.
En realidad, el sabatismo no se definía del todo en este periodo ya que lo complejo de la
Reforma y la diversidad religiosa lo impedía, así podía encontrarse: sabatismo anabaptista,
sabatismo unitario, sabatismo filo – hebraico, etc. Una variedad de sabatismos confluían en
Europa buscando su consolidación.
Asimismo, varias de las teologías o doctrinas que hoy suelen acompañar al sabatismo se
forjaron en este periodo, tal es el caso del bautismo por inmersión de adultos, lo
antitrinitario, etc.
Era como un gran panel de conexiones, que de alguna manera iban contactándose pero en
muchas de los casos produciendo más que chispas, perceptibles en controversia y
persecución.
No obstante, todos los espacios parecen haber sido aprovechados por el sabatismo, que
lejos de morir seguía su marcha a pesar de sus radicalismos. Y es que se tenía que luchar
desde varios flancos, el sabatario sufría de grandes desventajas en el ámbito social,
económico, político, etc. Por el solo hecho de serlo, su lucha no solo se circunscribía al
campo de la teología.
El sabatismo tendría que retomar nuevos bríos en los países de Europa sin saber cuan alto
sería su costo, y cuan lejano su rumbo.
E) INGLATERRA, PLATAFORMA SÁBATICA PARA ÁMERICA – SIGLO XVII
Es esta una etapa no fácil para toda expresión religiosa en Inglaterra y que no comulgara
con la Iglesia establecida, ejercida principalmente por políticas religiosas represoras de un
lado a otro.
El culto no conformista fuera de la iglesia era perseguido con creciente rigor; puritanos,
sabatarios, bautistas, etc., sufrieron de una u otra forma.
Mucho se dependía de la posición o simpatía que el rey en turno tuviera por el
protestantismo, catolicismo, anglicanismo, etc.32 Loc, cit, 804, 805.
12
Se vivían guerras civiles que eran apoyadas por grupos varios como los Presbiterianos, o
los sectarios. Quizá el gobernante más tolerante fue Oliver Cromwell, hasta con los
católicos33.
En este periodo también se da la fundación de las colonias Rhode Island (1636 – 1638), y la
restauración del Presbiterianismo en Escocia (1690).
Fue una etapa, a pesar de todo, de efervescencia sabática desde el punto de vista sabático
– histórico. Surgieron muchos personajes de diversos trasfondo con fallas humanas como
las de los sabatistas actuales, y que nunca imaginaron lo que iba a desarrollarse. No se
consideraban creadores de una nueva dominación, en realidad ni siquiera formaban un
grupo unificado, se veían solo como un paso adelante de sus hermanos.
Ya desde el reino de Enrique VIII (1509 – 1547) se levantaban hombres como John Fryth,
asistente de William Tyndale en la traducción de las Escrituras al inglés, quién murió en el
martirio el año de 1533 por sus convicciones sabáticas34. Y es que al estar en conflicto
Enrique VIII con la Iglesia Papal, permitió libertad religiosa, lo que aglomeró a sabatarios en
su reino y que huían del resto de Europa.
Tanto se sintió el sabatismo en Inglaterra que se levantaron hombres como: Lancelot
Andrews, Bishop White, Richard Baxter, John Bunyan, Edward Stillingfleet, John Owen,
Nathanael Homes, John Wallis, Jeremiah Ives, y muchos otros a buscar contrarrestar y
erradicar el sabatismo, sin conseguirlo del todo35.
En 1583 nació el controvertido John Traske que en 1611 llegó a Londres predicando la
obediencia a Dios, el ayuno y la prohibición de comidas impuras, todo esto sin ser aun
sabatista. En poco tiempo levanto una congregación; uno de sus estudiantes, Hamlet
Jackson le convenció del sábado y comenzó a predicarlo vigorosamente en 1614.
Proclamaba la sanidad con la unción del aceite.
Por este tiempo había en Inglaterra dos posturas opuestas sobre el significado del domingo.
La visión tradicional anglicana, sostenida por el Rey Jacobo como cabeza de la Iglesia de
Inglaterra y que veía al domingo como un nuevo festival cristiano. Había sido establecido
por la iglesia primitiva con el consentimiento de Dios. Era llamado el Día del Señor en honor
a la resurrección de Cristo, y no tenía conexión alguna con el sabbath del Antiguo
Testamento que fue abrogado en la cruz.
Opuesta a esta postura, un creciente número de puritanos opinaban que la Biblia no
anulaba en ninguna parte el sabbath. Sin embargo, a causa de la resurrección, el sabbath
33 Macaulay, Trevelyan. Historia Política de Inglaterra, p. 301.34 S.A. Seventh Day Baptists to Sunday: A Historical Investigation into the origin of Sunday Observance in Early Christianity, p. 16.35 Bacchiocchi, Samuel. From Sabbath to sunday: Historical Investigation into the Origin of Sunday Observance in Early Christianity, p. 16.
13
de alguna forma había sido transferido al domingo, el cual ahora era el sabbath cristiano.
Exactamente como y cuando fue esta transferencia era tema de mucha discusión36.
El argumento de Traske era simple, el mandamiento del sabbath permanecía, no había
ningún cambio a domingo. Fue sin embargo, estigmatizado como “judaizante”, a sus
seguidores se les llamo “traskitas”, arrestado en 1616 fue llevado ante la Cámara
Estrellada y sentenciado a ser azotado, expuesto públicamente en Westminster. En prisión
Traske continuó su estudio de la iglesia primitiva y adoptó la fecha de la Pascua del
Antiguo Testamento. Se le acusó entonces de sedición contra el Rey y la Iglesia, fue
mutilado, marcado con una “J” en su frente y multado con mil libras.
Derrotado se retractó públicamente, y liberado fue de la prisión, a diferencia de su esposa
Dorothy Traske que decidió mantenerse fiel en su convicción sabatista hasta la muerte en
prisión. Él le escribía a su esposa en prisión, mientras la Sra. Traske no recibía ningún
consuelo de nadie. Ella vivió en prisión 15 o 16 años hasta su muerte, después de ser
capturada al no querer enseñar (como maestra) en sábado en la escuela. Una mujer muy
valiente que solo vivió en prisión de pan, agua y raíces.
Debió haber sido una persona de considerable capacidad, pues dirigió exitosamente una
escuela preparatoria clásica37. Otro sabatista digno de mencionarse por razones históricas
es el ministro puritano Theophilus Brabourne, quien publicó en 1628 un libro titulado
“Discurso sobre el Sabbath”, al no tener mucha respuesta dicho libro, lo revisa y enfatiza
más para 1632. Esta ocasión se lo dedica al Rey Carlos I pidiéndole que como cabeza de la
iglesia establezca el sábado. Carlos se ofendió y lo mandó a la prisión de Newgate por 18
meses, presionándole a retractarse le cortaron sus oídos y le hicieron firmar un documento
que tomaron como retractación para luego liberarlo. Nótese que el tribunal de jurisdicción
criminal inglés conocido como la Cámara Estrellada, fue famoso por sus abusos,
arbitrariedad y opresión durante el reino de Jacobo I y Carlos I38.
Brabourne perdió su sueldo de ministro pero siguió predicando el sábado, y probablemente
fundó una iglesia Bautista del séptimo día en Norwich; más capaz de escribir que Traske,
puede reconocérsele como fundador de la secta en Inglaterra, conocida como los
Sabatarios.
Con Cromwell surgieron varias iglesias “independientes”; lejos de ser lo que son las
denominaciones modernas, cada congregación se consideraba a sí misma una parte de la
36 Bible Advocate. “The Seventh Day Men”, p. 16, 17.37 S.A. Seventh Day Baptists in Europe and America. Vol. I, p. 107.38 Macaulay, Treveryan, op. cit. p. 273.
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iglesia cristiana. Es decir, los “Bautistas” eran un simple y popular nombre dado a aquellas
congregaciones que practicaban el bautismo.
Bautista, no sería un título denominacional hasta el siguiente siglo.
En 1650, un discípulo bautista de Brabourne, James Ockford publicó un tratado sobre el
sábado que propagó rápidamente el sabatismo en algunas congregaciones bautistas.
Al cierre del siglo XVII ya había en Inglaterra once florecientes iglesias sabatistas en
diferentes partes del país39, y esto también gracias a que la ley de la tolerancia religiosa se
dio en 1689 con el Rey Guillermo. Pero antes de estas fechas los poderes civiles checaban
todo progreso de los disidentes a través del famoso Acto Conventículo. Con esa ley de 1664
se estableció que cualquier persona mayor de 16 años que estuviera presente en cualquier
reunión de adoración, diferente al de la Iglesia de Inglaterra, y que hubiese cinco o más
personas en dicha reunión, se le encarcelaría a la primera tres meses, a la segunda seis
meses, y a la tercera se le enviaría a América, o pagaría cien libras de multa. Esta ley se
renovó con más fuerza en 1669 de tal forma que aun se podía entrar a las casas para
capturar a los violadores de esta.
Esto permitió que muchos sabatistas sufrieran, y que varios de sus ministros fueran
tomados en el mismo servicio o predicación, etc.40
Finalmente, es claro que el sabatismo se enfrentó a mucha oposición y hubo quien
consideró útil morir por esa fe. No fue fácil ser sabatista en ese tiempo, y a juzgar por lo
expuesto no nos queda más que confirmar la regla de, a mayor persecución y lucha, mayor
crecimiento y desarrollo grupal, lo cual se confirmó con los sabatarios ingleses.
F) LOS BAUTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA. DE EUROPA A NORTEÁMERICA
Este grupo data su origen de la mitad del siglo XVII con el movimiento separatista en
Inglaterra. Con un renovado énfasis en las Escrituras y en búsqueda de una doctrina y
práctica libres, cierto grupo de hombres concluyó que el guardar el sábado era un requisito
“indispensable” del cristianismo bíblico.
Algunos se mantenían dentro de las filas bautistas y simplemente agregaban la
observancia del sábado a sus convicciones. Pero cuando el poder del Estado fue usado para
legalizar la conformidad a un día de adoración común, la separación se hizo necesaria. La
primera iglesia separada de que se tenga noticia fue la Iglesia Mill Yard fundada por 1650
en Londres.
39 Andrews, J.N. op. cit. p. 491.40 Ibid, p. 492
15
Efectivamente, el rey Carlos I no cedió a favor de la tolerancia religiosa, y las guerras civiles
mezcladas con tonos políticos y religiosos complicaron la lucha por la libertad religiosa de
los sectarios en 1648. Y aunque Cromwell toma el poder y declara la Commonwealth
después de ejecutar a Carlos I en 1649, el clima es de incertidumbre para los ingleses. Se
vive en medio de constantes cambios y tensiones a la mitad de dicho siglo.
En la segunda década de la llamada restauración, los disidentes protestantes comenzaron a
vislumbrar una esperanza de alivio, esto es, por los 1670`s. Surgían los abogados de la
“tolerancia religiosa y los amigos de los disidentes protestantes”, los hombres de la “Baja
Iglesia”, un partido minoritario pero respetable por su saber y elocuencia, y más poderoso
en Londres que en el resto del país41.
El lado de la fuerte antipatía disidente estuvo en el partido de la “Alta Iglesia”, donde
estaban los más ardientes partidarios laicos y la mayoría del clero, reverente al rey Carlos,
el mártir.
El movimiento científico y de amplitud de criterio por su parte, creaba lentamente una
atmósfera favorable para la doctrina de la tolerancia religiosa.
Sin embargo, para el sabatismo no se veían claros alicientes, la práctica puritana habría de
sobrevivir los dos siglos siguientes. El domingo puritano fue un ejemplo de esto. A pesar de
que el nombre mismo de puritano era objeto de rechifla y censura, cuando las cárceles
estaban atestadas de cuáqueros y anabaptistas inocentes, la idea puritana del domingo
como un día estrictamente puesto aparte para el descanso y la meditación religiosa
continuo gozando de la fidelidad del pueblo inglés42.
Esto tuvo efectos buenos y malos en la sociedad, pues un sabatismo fuera dominical o no,
en un ambiente legalista no le daba un descanso verdadero al pueblo.
Es pertinente aquí establecer que los sabatistas (no puritanos) tuvieron que luchar aun
contra los de la “Baja Iglesia”, no solo contra el poder de aquellos de la “Alta Iglesia”.
Sorprendentemente es el hecho de que en dicho ambiente pueda surgir una iglesia
sabataria como la de los bautistas, y explica en parte él porque de su “éxodo parcial” a la
Nueva Inglaterra.
En 1653 a un prominente predicador bautista del norte de Londres, Thomas Tillam, le
fueron revocadas sus credenciales y apoyo económico por creer en la imposición de manos
en el bautismo. Esto le llevó a buscar otras congregaciones bautistas hasta toparse con el
41 Macaulay, Trevelyan, op. cit. p. 318, 31942 Ibid, p. 320.
16
Dr. Peter Chamberlen, un aristócrata y antiguo doctor de la realeza que guiaba a la única
congregación bautista que apoyaba el movimiento de la Quinta Monarquía43.
En 1656 Tillam comenzó a dar servicios en la parroquia de Colchester los sábados, quizá
ahí conoció a Brabourne que vivía por aquella área.
No esta claro como llegó a ser sabatista, pero si se sabe que tenía contacto con el Dr.
Chamberlen quien había adoptado el Sábado por aquel tiempo. A su vez, Chamberlen quizá
conoció a Ockford, otro sabatista inglés.
Chamberlen es considerado como el pastor de Mill Yard Church de 1651 hasta su muerte,
aunque aparece más bien como el líder de la congregación Whitechapel (precursora de Mill
Yard) en 1653.
Tillam fue encarcelado y en prisión escribió su más memorable obra “The Seventh Day
Sabbath Sough Out and Celebrated” en 1657, el cual trajo una ola de condena.
Tillam fue el primero en llamarle al domingo la “Marca de la Bestia’’, un reclamo que
muchos sabatistas posteriormente predicarían. Esto último, no fue del agrado de
Chamberlen.
La controversia entre los bautistas no se hizo esperar, y sus paladines rebatían
públicamente con los sabatarios, sin llegar a un acuerdo.
Un capellán del Parlamento unió su voz a la causa sabataria durante las guerras civiles,
publicó una defensa del sábado en 1658, su nombre, Edward Stennet. En una carta fechada
el 2 de febrero de 1668, afirma la existencia de nueve a diez iglesias que guardan el
sabbath además de muchos esparcidos discípulos.
Su familia y nietos fueron miembros de la Iglesia Bautista del Séptimo Día.
En 1661 Carlos II regresa del exilio como Rey prometiendo tolerancia, no obstante, la
persecución fue renovada. Todos los que no apoyaran a la Iglesia de Inglaterra habrían de
ser encarcelados o bien castigados. El Movimiento de la Quinta Monarquía fue vetado y sus
seguidores tachados de rebeldes44.
En 1662 otro disidente llamado Francis Bampfeld, ex-diácono de la iglesia establecida fue
encarcelado por nueve años en la prisión de Dorchester, donde adoptó el sábado y formó
una Iglesia Bautista del Séptimo Día.
Uno de los primeros pastores, sino el primero de la Iglesia Bautista del Séptimo Día en
Londres fue el Reverendo John James, a quien capturaron el 19 de octubre de 1661
mientras predicaba. Enjuiciado, fue condenado a la horca y a ser semi-descuartizado, a
43 El movimiento de la Quinta Monarquía era un grupo de presión semipolítico que llevaba apoyo de congregaciones que podrían describirse hoy como fundamentalistas. Este grupo esperaba que el reino de Dios se estableciera pronto en la tierra. Para ello, abogaban porque Inglaterra normara de inmediato el gobierno y leyes sobre la base de la Biblia. Bible Advocate, supra.44 Bible Advocate. “The Seventh Day Men”, p. 19.
17
arrancarle el corazón para quemárselo, así como el ser decapitado; por atentar contra el
Rey. La sentencia fue ejecutada para aterrorizar a todo disidente y especialmente a los
bautistas45.
Antes de la Gran Peste de Londres de 1665, un miembro de la congregación de Stephen
Mumford, decidió escapar a América, arribando a Rhode Island en 166446.
Ahí encontró comunión con la congregación local bautista no sabatista de Newport, de la
que se separó el 7 de diciembre de 1671, para levantar la Primera Iglesia Bautista del
Séptimo Día en América con algunos ex–miembros de Newport.
La iglesia de Mumford mantuvo contacto con la Iglesia sabática más antigua en Londres, la
Mill Yard Church.
Otra separación se dio en 1705, en Piscataway, New Jersey; cuando un diácono de la Iglesia
Bautista, Edmund Dunham se convenció de las bases bíblicas para la observancia del
sábado. Un tercer grupo surgió del Quakerismo en Filadelfia por el 1700; hubo también un
movimiento pietista entre inmigrantes alemanes que fue influenciado por el tercer grupo
formándose una conferencia llamada Bautistas Alemanes del Séptimo Día. Es evidente que
la Iglesia Bautista Norteamericana sin quererlo fue fundamental en todo este incipiente
proceso de gestación sabática en América.
La conferencia general de la Iglesia Bautista del Séptimo Día se formó en 1802 con 1200
creyentes.
Su publicación es hasta hoy el “Sabbath Recorder’’. Tienen iglesias en Jamaica, Guyana,
Malawi, Sudáfrica, Ghana, India, Burma y Filipinas, Australia, Nueva Zelanda, China y
Europa.
Establecen escuelas no elitistas en diversos lugares como en Alfred, New York y Salem,
West Virginia.
Han participado ecuménicamente y han sido parte incluso del C.M.I.
Su credo es básicamente protestante, con el sábado como día de adoración, y el bautismo
por inmersión.
Mucho se podría agregar sobre esta gente que no solo redescubría una vieja idea, sino
formulaba una particular forma de vivirla y defenderla.
Esto se repetiría aun más en generaciones de sabatistas en América y el mundo a través de
otros momentos en la historia, aunque con mayor libertad.
45 S.A. Seventh Day Bautists in Europe and America. Vol. I, p. 77, 78.46 Los Bautistas llegados a Norteamérica empezaron con Roger Williams, un clérigo de la Iglesia de Inglaterra que vino a Nueva Inglaterra y fue expulsado de Massachusetts porque se rehusó a aceptar reglas y opiniones congregacionalistas. Fundó la colonia de Rhode Island alrededor de 1640. La característica de Rhode Island (una de las 35 islas que conforman hoy el Estado de Rhode Island) era que se permitían todas las firmas de adoración religiosa, y los adherentes de muchos credos eran bienvenidos. En 1663 Carlos II otorgó una carta a la colonia en la que garantizaba la libertad religiosa en ese estado. Hurlbut, Jesse L. Historia de la Iglesia Cristiana, p. 176.
18
II. DESARROLLO DEL SABATISMO EN NORTEAMÉRICA
A) EL MOVIMIENTO MILLERITA O ADVENTISMO
En 1776 las colonias americanas se independizaron de Inglaterra y fueron libres, La
Constitución les otorgó la libertad en el ejercicio religioso. Los Estados Unidos de América
fue el primer país que no tuvo una religión nacional establecida, gente de todos los credos
la conformaron.
El estado pionero de esta libertad, Rhode Island, cuna de hombres anteriormente
perseguidos que expandieron libremente sus creencias, antiguo refugio de oprimidos, fue el
lugar desde donde un pequeño grupo representante de sabatistas comenzaron su largo
viaje por toda América. En este y otros estados mas, iniciaba una nueva serie de
experiencias, y se vivía un ambiente de patriotismo, lo cívico adquirió carácter de sagrado.
Sin embargo Estados Unidos le declaró la guerra al Imperio Británico en 1812 por
problemas marítimos, y volvieron a atacar a los norteamericanos; hasta que en la batalla
del 11 de septiembre de 1814 los británicos fueron derrotados en el lago Champlain a
pesar de tener superioridad numérica en su ejército.
En esa importante victoria de Plattsburg en el estado de Vermont, el capitán Guillermo
Miller había demostrado su aptitud como dirigente, años antes de que involuntariamente
fundara un movimiento religioso conocido como “Movimiento Millerita’’ o “Adventismo’’.
No debe confundirse el “Movimiento Adventista o Adventismo’’ con la Iglesia Adventista del
Séptimo Día, la cual fue posterior o resultado involuntario del primero. Además, el
adventismo fue un movimiento que proclamaba la segunda venida de Cristo literal y pronta
a la tierra, el cual tocó a las diferentes iglesias protestantes de los E.U.A., y no a una sola
iglesia o secta.
Por su parte, la Iglesia Adventista se vendría a formar después del fracaso del movimiento,
y en continuidad con su visión apocalíptica de la historia, agregando el sábado como su
19
señal, e institucionalizándose en lo que hoy conocemos como la Iglesia Adventista del
Séptimo Día; una de las muchas iglesias sabatistas existentes hasta el día de hoy.
En otras palabras, el sabatismo no fue el adventismo ni lo introdujo propiamente, pero si
fue el que inyectaría al adventismo la fuerza suficiente para transformarlo en las iglesias
sabatarias modernas.
De ahí la importancia de analizarlo brevemente, y aclarar que el sabatismo contemporáneo
no fue creado por el adventismo, esto es, tal sabatismo no es Millerita, sino post-millerita.
El sabatismo pre–millerita fue el que se vivió en Europa mucho antes y posteriormente en
la Iglesia Bautista del Séptimo Día ¿Cómo pudo correr entonces el sabatismo en el siglo
XIX? Y ¿Qué relación tuvo con el Adventismo y con Elena White? Esto solo se podrá
responder hasta que se haga un recorrido general de todo el adventismo del siglo XIX.
Poco después de la independencia de los Estados Unidos de América se vivía un tiempo en
que la mayor parte de los norteamericanos trabajaban y habitaban en granjas; Guillermo
Miller un joven pobre y agricultor, no era la excepción. Criado en un hogar bautista
abandonó su fe por lo que él consideró algo mejor, el deísmo (propio del espíritu
independiente de la época). Aunque no tuvo oportunidad de ir a una universidad, Miller
gustaba de leer mucho: David Hume, Voltaire y Tomas Paine, entre otras lecturas. Se casó
en 1803; vivía en Poultney Vermont con su esposa Lucía quien le ayudaba mucho con la
granja, para que él pudiera dedicar más tiempo al estudio. Era un joven inteligente,
sencillo, de complexión robusta y que a base de trabajo junto con su familia, logro el
bienestar económico47.
En 1816 volvió a la fe bautista y a estudiar la Biblia. Se ideó un método de estudio bíblico
que consistía en buscar resolver contradicciones y todo aquello que no entendiera,
basándose en textos comparativos que le pudieran dar luz al texto en cuestión y con ayuda
de una concordancia. Esto lo hizo así seguramente por la presión de sus excompañeros
deístas quienes solían ver como todo deísta, solo contradicciones en la Biblia. Su método
produjo un hermenéutica literalista que se vino a concentrar en los libros proféticos; el libro
de Daniel le llamó mucho la atención, “y por ende” el regreso de Cristo a la tierra.
La cronología en la Biblia le pareció clave en su estudio y consideró “a la luz” de
Deuteronomio 29:29 y Amos 3:7, que lo secreto puede ser revelado.
Daniel 8:14 era el texto que parecía revelarle con mayor claridad el tiempo del segundo
advenimiento “Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas, luego el santuario será
purificado” (Reina Valera 1960).48
47 Maxwell, Mervin. Dilo al mundo, p. 7.48 White, Elena. El Conflicto de los siglos, p. 370 – 371.
20
Contó las setenta semanas como 490 años y llegó al 34 D.C., para 2300 faltaban 1810 años
(días), que sumados al 34 D.C. le dieron el 1844 D.C. Todo el conteo partía del 457 a.C. con
el decreto de Artajeres, rey de Persia.
La fecha de la purificación del santuario se creía sería verificada en el segundo
advenimiento de Cristo.
Así, le llegó el día en que se le invitó a predicar a Dresden, Vermont. Él no quería ser
predicador a los 50 años pero terminó siéndolo y con muchos seguidores.
Sus sermones proféticos atrajeron a mucha gente y comenzó a recibir invitaciones para
predicar en púlpitos Congregacionalistas, Metodistas, Bautistas, Presbiterianos, etc.
Según Elena White quien lo escuchó predicar varias veces, nos dice que no lo hacía de
forma florida o retórica, sino que presentaba hechos sencillos y alarmantes que
despertaban gran interés. Manifestaba cortesía y simpatía, era muy humano y sensible con
la gente49.
Esto seguramente le permitió humildemente aceptar su error después del “gran chasco”.
En 1833 un predicador bautista local que le conocía le firmó una licencia que lo autorizaba
como predicador. En 1835, varios ministros bautistas y un número de dirigentes de otras
denominaciones firmaron un certificado recomendándole como un expositor de profecías50.
Miller había logrado obtener la confianza de muchos.
Los que no aceptaban la fecha del advenimiento de Cristo al menos eran motivados y
convencidos de su regreso. Mucha gente lo escuchó y provocó todo un movimiento de tipo
apocalíptico. Cerca del fin de su vida, Miller calculó que había predicado en no menos de
500 lugares, desde Massachusetts hasta Michigan, y desde Montreal (cercano a Vermont)
hasta Maryland, según estiman, ayudó a la conversión de 6000 almas.
Él sufragaba todos sus gastos y sus viajes por lo general. Después con la ayuda de V.
Himes, ardiente cruzado abolicionista y pacifista, su promotor especialista y agente de
publicidad, llegaron a muchos lugares de los E.U.A. Su mensaje se extendió mucho entre
1840 – 1844.
La mayor contribución de Himes fueron las publicaciones; aun sin dinero logró lanzar el
primer periódico adventista “Signs of the times”, en 1840. Se estima que 8 millones de
ejemplares, entre esta y otras revistas adventistas, fueron leídas. Maxwell afirma que
mediante el mensaje Millerita la Iglesia Metodista añadió 40 mil miembros a su feligresía, y
la Iglesia Bautista 45 mil personas51.
49 White, Elena G. Notas bibliográficas de Elena G. de White, p.30.50 Maxwell, Mervin, op. cit. p. 14.51 Ibid, p. 16.
21
El millerismo fue un fervor religioso que fue anexando a diversos ministros de diferentes
confesiones, incluso Luteranos, Cuáqueros y Reformados holandeses. De él también surgió
la Iglesia Adventista Cristiana del Primer Día (no sabática).
Los adventistas Milleritas asistían a sus templos los domingos pero durante la semana con
frecuencia se congregaban en conferencias interdenominacionales.
No obstante, no todo les sonreía, muchos otros se burlaban de Miller y sus seguidores.
El optimismo predominaba en Estados Unidos de América y era difícil creer en un
cataclismo final que terminara con el mundo, hablar de la cercanía del fin del mundo era
algo que se entendía extemporáneo, inversiones increíbles evidenciaban que el mundo
estaba en su edad de oro.
La oposición y el ridículo se acrecentaron al llegar “el primer chasco” al paso del 21 de
marzo de 1844, límite para que Cristo regresará. Los milleritas eran expulsados de sus
respectivas iglesias, y ellos en su dolor (quizá despecho) los veían como "iglesias caídas de
Babilonia” que rechazaban el mensaje. Después vendría una segunda inyección de vida al
movimiento cuando un hombre llamado Samuel Snow extendió 7 meses más la esperanza
al explicar la fecha del regreso como equivocada, y segura para el 22 de octubre de 1844,
Miller estudió esto y lo acepto volviendo a animar en su prédica, pero el 22 de octubre vino
y pasó, fue “el gran segundo chasco”. En realidad, el “milleranismo” o “adventismo pre-
sabatista” no fue un fenómeno aislado, tuvo mucho arrastre en muchos pueblos y ciudades
del centro y noreste de E.U.A., tomando en cuenta que aun no se habían anexado Texas y
California a los Estados Unidos.
Le dio aliento a la época religiosa protestante que existía en el continente, y a iglesias
evangélicas que lo conformaban, aunque solo por un tiempo.
Su reduccionismo apocalíptico fortaleció la interpretación trascendente del Reino, y la
negación o alejamiento de la realidad52. Esto explica en parte el espiritualismo de los
grupos sabáticos.
Así pues, el mismo simbolismo y literalismo aplicados provocan hermenéuticas
fundamentalistas que corren en el peligroso canal del morbo apocalíptico. Es cierto que el
Milleralismo trajo mucha controversia y decepción, muchos creyentes que habían vendido
todo para la causa, en espera del advenimiento de Cristo, quedaron en el ridículo social,
rechazados socialmente por sus congéneres; y afectados económica y psicológicamente.
Pero también trajo un renovado interés en la profecía y el regreso de Cristo del que muchos
ya ni se acordaban; así como la unión de un grupo que después de ser rechazado
socialmente se organiza y alienta para apoyarse y sobrevivir.52 Para un mayor estudio en cuanto al Reino y sus reducciones V. Arias, Mortimer. Venga tu reino, p. 47 – 50.
22
El adventismo después del chasco se hará sabático, en 1846. Y se vivirá con renovada fe
hasta institucionalizarse en 1860 en plena guerra civil.
Lo conformarán personas de diversas clases sociales y credos, que en su mayoría serán
pobres, granjeros y evangélicos tradicionales.
Se ha juzgado este movimiento de muchas formas, pero en mi particular caso me limito
únicamente a resumirlo críticamente en torno a mi objetivo, el sabatismo. Y en este plano,
el Millerismo fue cuna de gente que fortalecería posteriormente el sabatismo, con creencias
que habían renacido ahí, pero que venían desde la reforma radical.
B) ADVENTISMO POST-MILLERITA
Al sucederse el segundo gran chasco el 22 de octubre de 1844, el adventismo millerita
concluyó, y cedió el paso a un adventismo espiritualizante, el adventismo post-millerita.
Guillermo Miller decepcionado y confuso regresó a su granja y se retiró reconociendo su
error, un error que básicamente consistió en fijarle fecha al retorno literal de Cristo a la
tierra.
Todos los simpatizantes del movimiento adventista que habían rechazado la venida de
Jesús y el arrepentimiento de los pecados como preparación de su llegada, se encontraron
en una posición crítica ¿Y ahora qué?.
Unos abandonaron la fe y otros abandonaron al adventismo para retornar a sus iglesias,
pero hubo otros que se resistieron a aceptar los hechos y buscaron respuestas que
pudieran alentarlo y consolarles no solo a ellos sino a sus demás hermanos en la fe.
Fue un tiempo de incómoda inquietud para esa gente, sus mentes no estaban en paz, había
una oculta inconformidad, que alentó al resurgimiento del Adventismo, y que a la postre
daría a luz a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Y Aunque Miller moriría cinco años mas
tarde, en 1849, nunca se habría imaginado lo que habría de acontecer posteriormente.
El Adventismo Post-millerita inicia entonces el 23 de octubre de 1844, por no decir que
reinicia otro Adventismo que “continúa” al primero. Aunque sin Miller, sino con nuevos
líderes adventistas; para finalizar el 21 de Mayo de 1863 en que se estructura una
organización formal llamada; Iglesias Adventistas del Séptimo Día.
El hilo que corre entre el Adventismo paraeclesial Millerita y el Adventismo post-millerita, y
que les relaciona y proyecta en diversas iglesias, o bien el Adventismo en su sentido más
23
puro, es la esperanza futura, teologizada en el adventismo de Cristo concreto o
espiritualizado, pero advenimiento al fin.
El principio de una “renovada esperanza” se plantó en quienes más desesperanzados se
veían, no los “pecadores sin arrepentimiento”, sino en los decepcionados Milleritas
adventistas y que predicaron aquello en un tiempo. El incipiente mensaje de “renovada
esperanza” lo testificó una mujer millerita llamada Elena Harmon. Elena nació en Gorham,
Maine, Estados Unidos, el 26 de noviembre de 1827, de familia tradicionalmente Metodista
Episcopal. (La fuerza religiosa dominante en E.U.A. por ese tiempo era el metodismo que
seguramente influyó en Elena W. en doctrinas como el perfeccionismo).
Ella y sus padres se mudaron a Portland, Maine, donde a los 9 años sufrió un accidente que
se complicó y truncó sus estudios. Fue en marzo de 1840 cuando Miller predicó en Portland
su mensaje adventista y Elena lo escuchó. En 1842 volvió a escucharlo en Portland, donde
mucha gente se reunía para hacerlo, a pesar de fuertes críticas que ya tenía en su contra
William Miller. Su influencia no se hizo esperar en ella y su hermano Roberto quienes
comenzaron a testificar en la iglesia a favor de un pronto regreso de Jesucristo.
En ese tiempo, aparentemente, el insistir en el pronto retorno de Cristo (sin
necesariamente darle fecha), era negativo. La Iglesia Metodista les hizo un juicio y los
expulsó por contradecir las reglas de la Iglesia Metodista53.
Después de la decepción de 1844, Elena empezó a “experimentar visiones” según sus
relatos, visiones que al analizar me llevan algunas conclusiones:
Primera visión, sobre una “Experiencia Celestial” – Busca confirmar y alentar a los
decepcionados. Visión de Misión – Autojustifica “la elección de White y sus viajes
pastorales”. Visión del Santuario Celestial – Justifica y confirma el sábado como doctrina
adventista; así como otras visiones más que nos permiten ver que las visiones de Elena
proponían sobre lo que históricamente enfrentaba el grupo, es decir su contexto histórico
es determinante en lo que proyecta la supuesta visión, y en el rumbo histórico que seguiría
al adventismo.
Por ejemplo, la gente después de la gran decepción de 1844, se hallaba en crisis, y es en
ese tiempo que le surge la primera visión a Elena, cuando más requería la gente de
consolación o integración.54
Sus visiones son casi exclusividad de ella, más no son del todo individualistas.
53 White, Elena. Notas Autobiográficas de Elena G. de White, p. 48 – 59.54 “La desilusión exigió algunas pruebas sobrenaturales de consolación y solo se disponía de sus visiones para proporcionarlas”. Bloom, Harold. La Religión en los Estados Unidos. El Surgimiento de la Nación Pos – Cristiana, p. 166.
24
Sucede algo parecido con Hiram Edson, quien tiene antes que Elena la visión del santuario
que habría de cambiar el rumbo del Adventismo o mejor dicho, lo iba a continuar bajo otra
etapa. Era la visión que espiritualizó el retorno de Cristo, traducida en Cristo entrando al
Santísimo para iniciar un juicio investigador.
Aquí es, donde las doctrinas adventistas empiezan a envolver el cuadro y a complicarlo.
Harold Bloom, uno de los críticos mas punzantes del adventismo del séptimo día, dice:
“Ninguna fe estadounidense, ni siquiera los Testigos de Jehová, tiene una teología tan
complicada como la de los Adventistas del Séptimo Día. Esto lo digo con admiración, no con
irreverencia. Aunque limitada en su capacidad de expresión, Ellen White poseía una mente
laberíntica, imaginación religiosa inspirada por la Gran Desilusión Millerista del 22 de
Octubre de 1844”55.
En verdad, esta mujer es de admirarse si tomamos en cuenta el contexto en el que vivía,
donde la mujer no tenía derecho ni al voto en todo el continente americano.
Y es que ella fue la que le dio el tinte a toda la doctrina Adventista. Tuvo un promedio de
seis visiones por año, no era una mujer carismática pero si una muy valiente; de tímida no
tuvo nada, fue persistente ante todo.
Elena también tuvo una obsesión inevitable, la salud, y esto porque ella misma fue una
mujer enfermiza. Esta obsesión finalmente pasó a traducirse en la teología pragmática de
los Adventistas desde 1863.
Elena se terminó convirtiendo en la gran profetiza y líder del movimiento, sus visiones,
viajes, exhortaciones y escritos (bastantes por cierto), le agregaron mayor autoridad y
fuerza.
Pero, ¿En qué punto el sabatismo penetró en el escenario Adventista? Dicho esta que el
Adventismo como movimiento después de la “Gran Desilusión” entró en una fase que he
catalogado como Adventismo Post-Millerita, es en este periodo en donde el Sabatismo va a
reaparecer, y digo reaparecer porque había quedado hasta los Bautistas del Séptimo Día.
Los Bautistas del Séptimo Día, nuevamente son determinantes en esto, ya que una mujer
bautista de nombre Raquel Preston, de Verona Nueva York, fue la que transmitió esta
doctrina al Adventismo. Preston convenció del sábado a un pastor adventista de Hillsboro,
New Hampshire en marzo de 1844. Lo mismo hizo con otro ministro adventista, Tomas M.
Preble. Estos dos, junto con una tal hermana Blake, eran los únicos adventistas Milleritas
sabatarios, esto es, antes de la “Gran Desilusión”.
Se había encendido una mecha que correría muy lejos, aprovechando en un principio la
revista adventista titulada “Hope of Israel”. Preble escribió en esa revista sobre el sábado 55 Ibid, p. 162.
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en febrero de 1845, revisó su escrito e hizo de él un folleto que trataba de demostrar al
séptimo día como día de guardar. Un ejemplar fue leído por un capitán de barco convertido
en dirigente Millerita, José Bates, mediante su intervención la mecha empezó a arder56.
Bates fue desde Fairhaven, Massachusetts hasta Hillsboro para confirmar este mensaje;
escribió un folleto titulado, “El reposo del séptimo día, una señal perpetua”. Este escrito
logró convencer a muchos adventistas post-milleritas del sábado, incluyendo a Elena
Harmon y Jaime White poco tiempo después de su matrimonio, el 30 de agosto de 1846.
Desde entonces, paso a ser junto con Jaime y Elena de White, uno de los tres dirigentes
máximos del adventismo sabatario.
La vía sabatista llegó a tocar la adventista gracias al contacto de una mujer Bautista del
Séptimo Día. Una mujer provocó todo un flujo sabatista hasta otra mujer que vino a aceptar
no fácilmente esta doctrina, Elena de White. La conexión estaba hecha, el adventismo
sabatista o más bien el sabatismo adventista había surgido, y las mujeres fueron claves, en
él fue entonces, cuando surgió la doctrina que se conoce como el mensaje del tercer ángel,
en ella se afirmaba que el tercer ángel proclamaba un mensaje “Cristocéntrico” acerca de
la observancia del sábado, según Rev. 14:9-12. Para ellos, la marca de la bestia estaba
sobre los que no guardaban el sábado, y esto tenía que decirse.
El mensaje sabático se escatologiza y se le asigna carácter de urgente, de vida o muerte
ante la venida de Cristo, por ello el proclamar el sábado se volvió sumamente importante,
con lo cual el sabatismo le dio un nuevo cariz al adventismo impulsándolo prácticamente, y
por ello lo establezco como sabatismo adventista antes que adventismo sabatista. Dicha
doctrina junto con otras más ha provocado el rechazo cuasi obvio del protestantismo
tradicional al adventismo y con ello al sabatismo, que entienden como lo mismo o casi lo
mismo. Bloom, va más allá y ataca duramente calificándolo de “Hijo huérfano producto de
una breve relación entre varios grupos protestantes”, “no es el hijo separado de algún
organismo protestante estadounidense de la corriente principal”. “La identidad adventista
no depende de unas cuantas doctrinas que se apartan de las de la corriente principal (...)
sino de una historia única y aislada”57.
Por tanto, el adventismo se disfraza de protestante o sino de un pueblo desilusionado que
se convirtió en toda una religión. Todo puede percibirse mejor si se toman en cuenta los
tres tipos de adventismo (el adventismo pre-Millerita, eminentemente europeo; el
adventismo Millerita ya estudiado; y el adventismo post-Millerita-sabático, del cual se
56 Para mayor información sobre el punto, el capítulo 12 titulado: “El Capitán Esparce el Conocimiento de la Palabra”, Mazwell, Mervin. Dilo al mundo, p. 71 – 79.57 Bloom, op. cit. p. 167.
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desprenderá el Adventismo del Séptimo Día o Adventismo Institucional), que para Bloom
son lo mismo. Y si notamos otras doctrinas impopulares como la del Juicio Investigador, el
don de profecía en una mujer que es la profetisa del grupo, etc. Se levantan sospechas que
sombrean al sabatismo mismo, que no tiene su origen en nada de esto. La conclusión es
pues reprobatoria, como la de Bloom si así lo vemos.
Mas es necesario ver más al fondo: En 1849 el adventismo en la persona de Jaime White,
esposo de Elena, creó un periódico titulado: “The Advent Review and Sabbath Herald” (La
Revista Adventista y el Heraldo del Sábado). Un segundo periódico nació “Present Truth”
(La verdad presente), título tomado de 2ª Pedro 1:12, por supuesto que para ellos esa
verdad era, el sábado. El centro que albergó la prensa estaba en Rochester de donde se
mudaría a Battle Creek, Michigan. Lo importante en todo esto es que para obtener la
personalidad jurídica de la casa editora, clave en la diseminación de su doctrina, el
adventismo tenía que seleccionar el nombre de la denominación, y así formalizar una
nueva denominación58.
Esto no fue fácil por razones dogmáticas, ya que los primeros adventistas observadores del
sábado se oponían a estructurar una organización de la iglesia. En particular, el
establecimiento de una nueva denominación era temido por muchos que antes fueron
Milleritas. El mismo Miller nunca quiso formar una nueva iglesia, y se temía convertirse en
Babilonia, porque esto era una invención humana.
Sin embargo, su fundamentalismo no fue suficiente para evitarlo ya que sus mismas
iglesias los habían rechazado, y la necesidad de formalizarse lo ameritaba. Lo que los
mantenía juntos era la experiencia común de 1844, las visiones de Elena, y el Sábado. Su
crecimiento y expansión se dieron mayormente a causa de sus publicaciones. De esta
forma se explica en breve el nacimiento de la Iglesia Adventista del Séptimo Día
(oficialmente nombrada el 30 de Septiembre de 1860), y que cierra el periodo post-
millerita.
En términos generales, existen dos formas principales de religión estadounidense: La
importada y la nativa. Si decimos que los Adventistas del Séptimo Día es religión nativa, su
sabatismo es importado.
Desde Miller y sus grandes masas (quizá un millón de seguidores) expectantes, hasta los
White que con minorías crecieron a pesar de su impopular teología, podemos encontrarnos
con gente de campo en su mayoría pobre. Gente que con su anti-intelectualismo o su
fundamentalismo de herencia propio de la época, y no exclusivo de ésta, se unieron
58 Maxwell, op. cit. p. 89 - 98
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comunitariamente ante un fuerte impacto social que solo podían ver como injusto y
decepcionante.
Nuevamente símbolos y credos, o bien la esperanza ante la muerte y el rechazo en vida de
la sociedad, unieron y conformaron a un grupo que equivocadamente creyó en el regreso
de Cristo para su tiempo.
Su contorno social de principio les ayudó, pues era como ver la mano de Dios en hombres
no poderosos derrotando a los poderosos, los últimos se convertían en los primeros, eran
una esperanza para los pequeños. Esa esperanza incluía la total derrota de poderoso al
regresar Cristo. Querían olvidar el pasado de dependencia. Difícilmente pudieran haberse
dado los elementos en un grupo fuerte, como para levantar un Movimiento Adventista.
El Sábado trajo también esperanza en su momento, una esperanza que se reforzaría a
pesar de la guerra civil Norteamericana, un interés por el otro y por alcanzarle, aunque su
comprensión de este concepto no fuera el adecuado, Es probable que sin el sábado, el
Movimiento Adventista se hubiera “desintegrado” al igual que el Millerismo, pero lo cierto
esta en que le dio sentido y cohesión al Adventismo.
Por otro lado, Bloom tiene razón al decir que, el Jesús estadounidense es también el
resucitado en vez del crucificado, uno muy personal y solitario59.
El Adventismo si fue individualista como lo es el fundamentalismo, pero no lo fue del todo a
la hora de luchar ante la marginación social, ya que la unión de grupo experimentada en el
Millerismo ayudó a evitar al aislamiento.
Su apocalipticismo también dio origen a un grupo radical conocido como los Testigos de
Jehová. O sea, sus repercusiones en el campo religioso fueron de largo alcance, aunque no
siempre ortodoxas.
Hasta hoy, el sabatismo sigue luchando con el espiritualismo que el Adventismo le arraigó.
C) ORGANIZACIONES SÁBATICAS EN NORTEAMERICANA
De todo este largo proceso Adventista donde sus integrantes vivían en comunión unidos
por el rechazo y por sus impopulares creencias, se levantaron organizaciones que con el
tiempo fueron adoptando una serie de nombres denominacionales que les diferenciaban
entre sí. Y es que la antigua comunión no permaneció del todo, el punto principal de
discordancia fue Elena White y sus visiones. El pivote que les movió no obstante, dentro de
un mismo ángulo a pesar de sus discrepancias, a todas ellas, fue el sábado. De hecho, el
sábado nunca fue motivo de separación entre ellas, el sabatismo no tenía conflicto ni 59 Bloom, op. cit. p. 29
28
siquiera en los grupos más radicales o extravagantes. Todo lo contrario, fue siempre el
elemento más fuerte para mantener una unidad.
Sin embargo, la “estructura Adventista” no pudo sostenerse completa a excepción del pilar
sabático, porque en realidad no existía una sólida estructura, urgía institucionalizarse antes
de que todo el movimiento se convirtiera en una descontrolada explosión de pietismos que
acabaran por apagarse per se.
El carisma sin ellos percibirlo, se estaba convirtiendo en control de una minoría, el todo no
pudo soportarlo. El Sábado por su parte, era clave en el avance porque la fe en este se
traducía en gran parte, en la evangelización, buscaba dar identidad ante el grosso cristiano.
Esto último, con el tiempo iba a volverse un problema porque el Sábado gradualmente
habría de tomar mas poder y terminaría desbancando credos mucho mas importantes;
pero, ¿cómo entenderlo? Si la ley era la ley, y el mensaje del tercer ángel era urgente. Jesús
y su reino eran involuntariamente eclipsados, no olvidemos que el Adventismo también
coadyuvaba para ello, era la urgencia, lo futuro, el juicio, etc.
Tendrían que venir otros tiempos para cambiar semejante esquema, el esquema heredado
del siglo XIX.
Resulta necesario agregar que este periodo de organizaciones se dio en un momento difícil,
la guerra civil norteamericana, y es en el dónde sucedieron importantes virajes y mucho
crecimiento dentro de ellas.
En Octubre de 1860, una comisión reunida por James White eligió el nombre de Iglesia
Adventista del Séptimo Día a sugerencia de David Hewitt, un laico. Algunos recomendaron
el nombre de “Iglesia de Dios” mientras que otros alegaron que eso sonaba a pedantería.
En 1861 sus dirigentes recomendaron que las diversas congregaciones diseminadas por
todas partes se organizaran bajo el nombre de “Adventistas del Séptimo Día”. El primer
presidente de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día fue Juan
Byington al declinar J. White al puesto. Se expidieron credenciales oficiales a ministros del
movimiento.
Elena White se consolidó como la consejera y líder espiritual de la Iglesia Adventista a
quien sirvió hasta su muerte en 1915. Por más de setenta años guió a su iglesia, viajando a
través de los E.U., Europa, Austria y otros muchos lugares.
La iglesia inició su trabajo misionero hacía el extranjero en 1874 cuando J.N. Andrews, fue
enviado a Suiza. En 1879 se llegó a África con el Dr. H. P. Ribton; a Rusia en 1886, a las
islas del Pacífico Sur en 1891, a _----Sudamérica en 1894 y a Japón en 1896.
29
La iglesia ahora se ha establecido en 209 países del mundo, y tiene una red mundial de
universidades y hospitales, a partir de 1872.
La clave de su crecimiento ha sido principalmente las publicaciones que se distribuyen por
todo el mundo, así como su labor de col portaje por medio de distribución de Biblias.
Actualmente su cuartel general se localiza en Silver Sprine, Maryland. Finalmente, los
Adventistas le deben la identidad sabática a los Bautistas del Séptimo Día, y muchas de sus
doctrinas principalmente a una mujer muy controvertida, Elena White.
El Adventismo después de todo, no terminó aquí, surgieron más grupos que abandonaron
las filas Whitenses, grupos que algunos Adventistas del Séptimo Día desprecian, pero que
también llevaron un mensaje al mundo movidos por el fluir de las aguas sabatistas. Estos
grupos se organizaron y no quisieron saber nada de Elena White, la mujer que creyó llevar
“la verdad” en exclusiva, reflejando actitudes sectarias que aún le pesan al sabatismo.
H. S. Case y C. P. Russell, dos ministros Adventistas que tuvieron fricciones con Elena White
en cuanto a sus visiones, se separaron condenándolas y declarándolas indignas de
confianza en junio de 1853, así nació el primer “movimiento disidente” de los Adventistas
observadores del sábado. Ellos iniciaron una publicación con la cual aprovechaban para
atacar a los esposos White y a otros dirigentes, se titulaba “Messenger of truth” (mensajero
de verdad). A los seguidores de los disidentes se les llamó “mensajeros”, o “el grupo de los
mensajeros”.
El grupo comenzó a crecer pero súbitamente se vino abajo, al decaer la venta de su
publicación.
En realidad este grupo no fue más que eso, no se constituyó en iglesia, y se alcanza a ver
que el grupo actuó visceralmente aunque de seguro tuvo buenas razones en contra de
Elena y sus posturas.
Un segundo grupo disidente comandado por J. H. Stephenson y D. P. Hall se separaron del
Adventismo en 1853, igualmente por no concordar con Elena White y rechazar su dirección.
Al principio condenaron a Russell y Case, pero luego se dieron cuenta que concordaban con
ellos sobre Elena. Ellos eran sabatarios pero ahora agregaban una nueva doctrina, la
salvación del hombre en el milenio, esto les ganó el nombre de “El Grupo de la Edad
Venidera”. Dos grupos mas habrían de separarse por negarse vehementemente a creer en
la inspiración de Elena White, lo cual ya no era extraño, la Sra. White enfrentaba ya mucha
oposición que alcanza a verse reflejada en estos grupos separatistas.
Según Maxwell, al tercer grupo se le puede llamar el grupo del “fumar y mascar”60, porque
no encontró una mejor forma de descalificarlos, y es que ellos dejaron de creer en los 60 Maxwell, op. cit. p. 126 - 127
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White. El mote le viene del ministro Gilbert Cranmer quien se separó en 1858 y mascaba
tabaco, según esta versión Cranmer fue aceptado por un grupo de creyentes que querían
fumar, y el pastor que les cuadraba a gusto era Cranmer. Pero la verdad es otra según se
comprueba en los escritos antiguos de este grupo el cual existe aún y no ha desaparecido,
como afirma Maxwell; su nombre actual, Iglesia de Dios (7º Día). En este grupo al que en
forma confusa Maxwell mezcla con el cuarto, dirigido por B. F. Snook (evangelista del
movimiento) y W. H. Brinkerhoff separados de la Iglesia en la Asociación de Iowa. Como se
establecieron en Marion, Iowa fueron conocidos como “El Grupo de Marion” por los
Adventistas en proceso, en 1866.
La realidad es que este último grupo se vino a conocer coincidentemente con el tercero que
se estableció en Michigan, para luego unirse y dar lugar al sabatario grupo de la Iglesia de
Dios. Ésta iglesia es junto con la Adventista la más representativa del Sabatismo en México
por lo que es importante estudiarla a partir de esta sección. Elena White escribió: “Me fue
revelado que prácticamente cada fanático que busca ocultar sus intenciones de guiar a
otros al error pretende pertenecer a la Iglesia de Dios. Un nombre tal, trae consecuencias
negativas, pues es usado para ocultar maravillosamente doctrinas erróneas. Este nombre
es muy inadecuado para el postrer pueblo de Dios. Él llevaría a la convicción, que nosotros
tenemos una fe, la cual procuramos ocultar”.
Lo dicho nos refleja la concepción que Elena tenía del sabatismo no Whiteano, y la polémica
que surgió en torno al nombre61.
La Iglesia de Dios del Séptimo Día como lo dice Bacchiocchi, “remonta su origen al
movimiento Millerita Gilbert Cranmer, uno de los seguidores de Miller, quien durante un
tiempo estuvo en relación con los Adventistas del Séptimo Día, fue elegido en 1860 como
primer presidente del grupo llamado Iglesia de Cristo y última Iglesia de Dios del Séptimo
Día”62.
Esto implica dos cosas, la primera es que estrictamente hablando la Iglesia de Dios (7º Día)
no se desprende propiamente de la Iglesia Adventista sino del movimiento Millerita; y la
segunda, que esta Iglesia se organiza aun antes que la Adventista, al menos a nivel
institucional.
Pero ¿Quién fue Gilbert Cranmer? Cranmer nació en Newfield, New York en enero 18 de
1814. A los diecisiete años se unió a la Iglesia Metodista. Comenzó pronto a predicar
consiguiendo licencia para ello de la Iglesia Cristiana.
61 White, E.G. Zellgnise fur die Gemeinde, Internationale Verlagsgeiellichaft, College View, Nebr. 1904, p. 11.62 Bacchiocchi, Samuel. Reposo Divino para la Inquietud Humana, p. 246.
31
Gilbert Cranmer vivió la “Gran Desilusión” de 1844 después de haber aceptado en 1843 el
Millerismo. Sin perder la fe, siguió predicando el regreso de Cristo por el resto de su vida.
Al pasar la gran decepción, Cranmer se hizo sensible al agudo ridículo y juicio que la
mayoría de los adventistas experimentaron por parte de la comunidad no adventista. Su
situación en particular fue peor que la de algunos adventistas, ya que la familia de su
esposa fue dura opositora al Movimiento Adventista. Él no pudo escapar de su mordiente
presión en todo el tiempo que vivió en Augusta, Michigan, lugar donde él había aceptado la
teoría de William Miller. Decidió entonces mudarse a una granja ubicada donde ahora esta
la ciudad de Holanda, Michigan.
La vida era muy dura en esa área tan virgen, los únicos vecinos que los Cranmer´s tenían
eran los Indios. Con frecuencia, Cranmer intercambiaría trabajo con ellos para conseguir
carne. En este periodo Cranmer se desanimó tanto con su predica que dejó Holanda que
empezaba a poblarse para comprar una granja cerca del pueblo Comstock en el Condado
de Kalamazoo. Empezó a predicar de nuevo y varios grupos de creyentes fueron levantados
en ese lugar, para 1858 la obra que Cranmer y sus asociados conducían había crecido a
más de 12 congregaciones en Michigan occidental, algunas de las cuales contaban hasta
con cien miembros.
Aceptó el sábado al ser confrontado con la enseñanza de Joseph Bates por el año de 1852.
El mismo año en que David Hewitt aceptó el sábado. Fue a través del mismo Bates que
Cranmer conoció a los White en 1857 en Otsego, Michigan.
Cranmer fue reportado a los oficiales de la iglesia en Battle Creek por no asegurar en su
predicación las visiones de Elena White, y decidió apartarse de ese grupo sabático, amén
de que J. White ya le había denegado una especie de recomendación que servía como
licencia para predicar en 1858.
Su experiencia esta relatada en la revista “The Hope of Israel”, de Agosto 10 de 1863.
En la primera impresión o número de La Esperanza de Israel, en agosto 10 de 1863,
Cranmer registra su rompimiento con los White´s bajo el título, “My Experience”: “Hace
unos diez años, un ministro del Adventismo del Séptimo Día, con el nombre de Bates, vino
a nuestra ciudad y abogó por toda la ley, los dones del espíritu y muchos otras verdades
gloriosas. Los dones pertenecientes a la Iglesia, que había creído por más de veinte años
de aquí que sentí regocijarme, suponiendo que había hallado al pueblo que por largo
tiempo habían buscado. Me dijo que los dones se habían realizado entre ellos, que
contaban con el don de la profecía y el de sanar a los enfermos. Pero durante el tiempo que
estuve con ellos, nunca supe de alguien que haya sido sanado. En esto, me desanimé. Halle
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que el espíritu de la profecía, estaba confinado por completo a una mujer. Por este tiempo
sospeché que me había embarcado en una nave equivocada. Inicié, entonces, una seria
investigación de sus visiones. Encontré que se contradecía entre sí, y que también
contradecían la Biblia. Hice del conocimiento de los hermanos mis dudas concernientes a
las visiones. Al mismo tiempo que me dieron las espaldas, me confinaron. No conociendo a
gente alguna con la cual unirme, permanecí con ellos por años, esperando que se
enfermaran de las visiones de E.G. White y que pudiéramos caminar juntos en unidad de
espíritu. Pero en vez de rechazarlas, como era mi esperanza que lo harían, solamente
tiraron de las riendas con mayor apertura.
Al fin integré mis pensamientos y dije que no pertenecería más a una iglesia gobernada por
una mujer. A partir de aquel tiempo, la Biblia había sido mi credo, con Cristo a la cabeza de
la iglesia. Comencé sólo, con mi Biblia en mano. Dios ha bendecido mi labor más de lo que
yo esperaba. Contamos con unos ocho ministros y algunos cientos de miembros en el
Estado de Michigan, Dios ha manifestado su poder entre nosotros de manera maravillosa...”
En ella se alcanza a notar un tinte machista cuando dice que, “no pertenecería más a una
iglesia que estuviera gobernada por una mujer”63.
En poco más de dos años Cranmer pudo identificar a diez congregaciones y ocho ministros
que se asociaron con sus esfuerzos. Organizó una conferencia de estas iglesias en Michigan
y fue elegido su presidente en 1860. Para 1863, la conferencia adopta el nombre que
usaba, “Iglesia de Cristo”. En agosto 10 de 1863 lanzó la publicación de, “The Hope of
Israel” (La Esperanza de Israel).
En 1860, M. E. Cornell fundó en Marion, Iowa la “Iglesia de Jesucristo”, él era un sabatista
convencido por Bates, pero en 1864 abandonó finalmente la iglesia para irse con los
Adventistas del Séptimo Día, al no conseguir que sus hermanos le siguieran en la fe
adventista, ya que ellos solo aceptaban la Biblia como su regla de fe. No obstante si redujo
la Iglesia a la mitad después del incidente.
La Iglesia de Iowa y la de Michigan se conocieron a través de una publicación adventista
que escribieron equivocadamente, y así ambas se unieron al identificarse sabatarias en
1862.
En aquel tiempo era de suma importancia las publicaciones en el período incipiente de
cualquier grupo, a través de ellas se expandían y expresaban su credo.
“The Hope of Israel” fue el periódico que a la larga se convertiría en 1972 en “El Abogado
de la Biblia”, revista que actualmente llega a más de 70 países en el mundo con miles de
subscriptores.63 Coulter, Robert. The Story of the Church of God (Seventh Day), p. 13, 14.
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La Esperanza de Israel era obviamente Jesucristo, en esta publicación se denotan las
creencias prístinas de la Iglesia de Dios actual64.
W. Brinkerhoff (ex-Adventista) se convirtió en editor de la Esperanza de Israel en mayo de
1866, y B. F.Snook en 1868.
Es preciso apuntar que era un tiempo de “dispersión”, esta Iglesia se estaba convirtiendo
en la gran opción para todo aquel que no estaba dispuesto a seguir con las enseñanzas de
Elena White. El sábado se observaba también, y en general las doctrinas clásicas no tan
radicales del Adventismo. Snook fue quien abrió el camino evangelístico hacía el sur hasta
Missouri.
“Convirtió” a W. C. Long y familia que después serían líderes pioneros en Missouri. Jacob
Brinkerhoff quedó como editor del periódico, al desertar de la iglesia Snook y el hermano
mayor de Jacob, W. Brinkerhoff, para irse al Universalismo.
En 1865 la Iglesia de Iowa adoptó el nombre de Iglesia de Dios al igual que la de Missouri,
la de Michigan seguía llamándose Iglesia de Cristo.
En 1884 se organizó la primera Conferencia General de la Iglesia de Dios donde se
publicaron los primeros artículos de fe donde destacaban: La Biblia como regla de fe, el
Sábado como día del Señor, la Segunda Venida de Cristo, y el Estado Inconsciente de los
Muertos (la no ida al cielo o al infierno).
Cranmer murió en diciembre 17 de 1903, A. F. Dugger pionero de la Iglesia de Nebraska en
1910, y Jacobo Brinkerhoff en 1916 a la edad de 75 años; todos ellos fueron claves en el
engranaje sabatario disidente.
Surgieron nuevos líderes como Andrew Dugger, quien sería importante para México en
1920, y presidente de la Conferencia General de los E.U.A. en los años veinte. El espíritu
misionero de la Iglesia de Dios surgió en esos años, años propicios históricamente.
México, Centro y Sudamérica, Europa Occidental, África y la India. En 1923 la Iglesia de
Dios agrega la frase Séptimo Día, para distinguirse de otras denominaciones que usaban el
mismo nombre65.
En 1925 hay ya 79 Iglesias en E. U. A. y en 1934 un hombre llamado Herbert W. Amstrong
funda la radio Iglesia de Dios y comienza a publicar la revista “La Pura Verdad”, el
problema fue que creyó en dos doctrinas no autorizadas o propias de la Iglesia de Dios, una
de las cuales afirmaba la celebración de las fiestas judías. Terminó separándose para
formar otra Iglesia sabática llamada “Iglesia de Dios Universal”.
64 La Biblia y Solo la Biblia. La muerte como extinción del ser, el pecado cono transformación de la ley, vida eterna solo por Cristo, la recompensa de los justos en la tierra, etc. Ibid, p. 19, 20.65 Ibid, p. 42, 43
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En 1952 se establecen los cuarteles generales de la iglesia en Denver, Colorado; y en 1972
en Boulder, Colorado donde se estableció también el Seminario Cima de Teología y la
Imprenta de la revista el “Abogado de la Biblia”.
Solo queda decir que de esta Iglesia surgirían otras iglesias sabatarias, actualmente hay
gran diversidad en las iglesias minoritarias de tipo sabático, la mayoría de ellas se
desprenden de iglesias madre de corte protestante histórico.
La Iglesia de Dios al igual que la Iglesia Adventista empezaron su obra misionera hacía
México en el siglo XX, y hasta hoy ambas Iglesias suelen ser confundidas o tomadas como
una sola cuando ya hemos visto que no es así, y su diferencia principal radica en su apego
y creencia en el liderazgo y enseñanza de los White’s.
Es pues necesario e importante reconocer en todo grupo sabático un origen histórico de
cuña protestante, y distinguir entre los muchos grupos sabáticos una raíz o tronco común
que les dio origen. No todas las iglesias sabatarias son iguales ni son adventistas por el
hecho de guardar el sábado, tampoco implica que sean iglesias apegadas al judaísmo y no
sean cristianas. Ciertamente algunas han permanecido con una tradición judaica, pero ya
varias de ellas son mucho más evangélicas, tal es el caso de la Iglesia de Dios (7° Día).
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