hoja parroquial nº 1477 22 febrero 2015

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“EL Espíritu empujó a Jesús al desierto” Mc 1,12 - 15 En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.» Nº 1477 22 de febrero 2015 I Domingo de Cuaresma ¿Qué pueden decir estas pala- bras a un hombre o a una mujer de nuestros días? A nadie nos atrae oír una lla- mada a la conversión. Pensa- mos enseguida en algo costoso y poco agradable: una ruptura que nos llevaría a una vida poco atractiva y deseable. ¿Es real- mente así? El verbo griego que se traduce por “convertirse” significa en rea- lidad “ponerse a pensar”, “revisar el enfoque de nuestra vida”,“rea- justar la perspectiva”. Las palabras de Jesús se po- drían escuchar así: “Mirad si no tenéis que revisar y reajustar algo en vuestra manera de pensar y de actuar para que se cumpla en vosotros el proyecto de Dios de una vida más humana”. Convertirnos es “liberar la vida” eliminando miedos, egoísmos, tensiones y esclavitudes que nos impiden crecer de manera sana y armoniosa. “Convertíos y creed en la Bue- na Noticia”,nos invita a descubrir la conversión como paso a una vida más plena y gratificante. Nº 1477 “Convertíos” STOP párate y búsca en el desierto

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Hoja Parroquial de Fuentes

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“ E L E s p í r i t u e m p u j ó a J e s ú s a l d e s i e r t o ” Mc 1,12 - 15

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían.Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

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¿Qué pueden decir estas pala-bras a un hombre o a una mujer de nuestros días?

A nadie nos atrae oír una lla-mada a la conversión. Pensa-mos enseguida en algo costoso y poco agradable: una ruptura que nos llevaría a una vida poco atractiva y deseable. ¿Es real-mente así?

El verbo griego que se traduce por “convertirse” significa en rea-lidad “ponerse a pensar”, “revisar el enfoque de nuestra vida”,“rea-justar la perspectiva”.

Las palabras de Jesús se po-drían escuchar así: “Mirad si no tenéis que revisar y reajustar algo en vuestra manera de pensar y de actuar para que se cumpla en vosotros el proyecto de Dios de una vida más humana”.

Convertirnos es “liberar la vida” eliminando miedos, egoísmos, tensiones y esclavitudes que nos impiden crecer de manera sana y armoniosa.

“Convertíos y creed en la Bue-na Noticia”,nos invita a descubrir la conversión como paso a una vida más plena y gratificante.

Nº 1477

“Convertíos”

STOP párate y búsca en el desierto

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma (II)

«Fortalezcan sus corazones» (St 5,8)

La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos despiertan.

El pueblo de Dios tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. Querría proponerles tres pasajes para meditar acerca de esta renovación.

1. «Si un miembro sufre, todos sufren con él» (1 Co 12,26) – La IglesiaLa caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, sólo se puede testimoniar lo que antes se ha experimentado. El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia, que lo revista de Cristo, para llegar a ser como Él, siervo de Dios y de los hombres. Nos lo recuerda la liturgia del Jueves Santo con el rito del lavatorio de los pies. Pedro no quería que Jesús le lavase los pies, pero después entendió que Jesús no quería ser sólo un ejemplo de cómo debemos lavarnos los pies unos a otros. Este servicio sólo lo puede hacer quien antes se ha dejado lavar los pies por Cristo. Sólo éstos tienen “parte” con Él (Jn 13,8) y así pueden servir al hombre.

La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en particular la Eucaristía. En ella nos convertimos en lo que recibimos: el cuerpo de Cristo. En él no hay lugar para la indiferencia, que tan a menudo parece tener tanto poder en nuestros corazones. Quien es de Cristo pertenece a un solo cuerpo y en Él no se es indiferente hacia los demás. «Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro es hon-rado, todos se alegran con él» (1 Co 12,26).

Caminando juntos . . .Para nuestra oración, ayuno y limosnaTres elementos nos presentaba el evangelio del Miéercoles de Ceniza para el camino de la Cuaresma: la oración, el ayuno y la limosna. Los tres muestran la necesidad de no dejarnos dominar por las cosas que aparentan, lo que cuenta no es la apariencia, la máscara. El valor de la vida no depende de la aprobación de los demás o del éxito, sino lo que tenemos dentro.

El primer elemento es la oración es la fuerza del creyente. En la debilidad y fragilidad de nuestra vida nos podemos dirigir a Dios con la confianza de hijos. Ante las heridas de la vida que nos hacen daño y nos podrían endurecer el corazón, estamos llamados a sumergirnos desde la oración, en el mar inmenso de Dios, para saborear su ternura.

El segundo elemento es el ayuno. Pero no caigamos en el ayuno formal, el que nos hace sentirnos “saciados” por haber hecho lo mandado. El ayuno tiene sentido si se traduce en beneficio para los demás, si nos ayuda a cultivar el estilo del Buen Samaritano, que se inclina sobre el hermano en dificultad y se ocupa de él. El ayuno comporta la elección de una vida sobria, que no derrocha, una vida que no “descarta”. Ayunar nos ayuda a entrenar el corazón en el compartir. Es un signo de toma de conciencia y responsabilidad ante las injusticias y es un signo de la confianza que ponemos en Dios.

El tercer elemento es la limosna, que indica gratuidad, porque en la limosna se da a alguien de quien no se espera recibir nada a cambio. La gratuidad ha de ser una de las características del crisitiano, que, consciente de haber recibido todo de Dios gratuitamente, es decir, sin mérito alguno, aprende a donar a los demás gratuitamente.

En la Parroquia y en S. Onofre tendremos unos signos que nos recuerden estos tres elementos: Una biblia para recordarnos la oración, unos cestos, signos del ayuno donde podemos dejar aquellos alimentos de los que ayunamos y que compartimos con quien los necesitan a través de Cáritas, y una hucha para nuestra aportación gratuita a los más necesitados. Lo que se recaude estará destinado a la construcción de un puesto de Salud en Santo Domingo, donde trabaja el P. Miguel Fariñas, para la atención de unas 20.000 personas de una barriada de Los Alcarrizos

V I D Ade nuestra comun idad

• Lunes 23, reunión de Catequesis Familiar con los padres de 2º de pri-maria, a las 17:00 h.

• Miércoles 25, a las 16:30 limpie-za de la iglesia, grupo nº 1.

• Jueves 26. Servicio de Acogida de Cáritas Parroquial.

• Sábado 28, Asamblea Dioce-sana de Cáritas en Almendralejo.

† El jueves 19 despedíamos a nuestro hermano Tomás Martín Martín, de 103 años. ¡Que el Dios de la Vida lo tenga junto a Él!

† El viernes 20, en la Parroquia, misa de primer año por Gabriel Santana Matamoros.

† El domingo 22, en la Parroquia, misa de mes por Dolores Marrón Blanco.

† El sábado 28, en S. Onofre, misa de mes por Francisca Uceda Suárez.

CELEBRACIONES

Bendito seas, PadreBendito seas, Padre, por este tiempo tan oportuno,

para la conversión y el encuentro,que Tú concedes gratis

a todos tus hijas e hijos que andamosdesorientados por los caminos de la vida.

Bendito seas, Padre, porque llamasa cada hombre y mujer,

sea cual sea su historia o su vida,a emprender cada día,

de manera más personal y consciente,su compromiso de seguir a Jesús,

tu Hijo y nuestro Hermano.Bendito seas, Padre, por despertarnos

de nuestros dulces sueños,tan vaporosos e infecundos,

por interpelarnos en lo radical de la vida,por liberarnos de nuestras falsas seguridades,por poner al descubierto nuestros ídolos secretosque tanto defendemos e intentamos justificar.Bendito seas, Padre, porque nos das tu Espíritu,

el único que puede convertirnos,el único que puede darnos un corazón de hijos,

el único que puede atravesarnuestros pensamientos,

el único que puede guiarnospor la senda del Evangelio,

el único que hace posible nuestra vuelta a tu seno.

¡Bendito seas, Padre, por este tiempo tan propicio!