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CARTAD E L I L . “ ° S E Ñ O R
D. THOMAS AZPURUPOR LA GRACIA DE DIOS
Y D E L A S A N T A S E D E A P O S T O L I C A
A R Z O B I S P O D E V A L E N C I ADEL CONSEJO DE S. M.
Y ENCARGADO DE SUS NEGOCIOS EN ROMA
AL CABILDO CLERO Y PUEBLOD E L A I G L E S I A Y D I O C E S I S
DE VA LF„NCIA.
TRADUCI DA DEL LATIN.
EN VAL EN CI A
EN LA IMPRENTA A R C H IE PISC O PA LP O R J OS EPH Y T H O M A S D E O R G A
M . D C C . L X X I .
C O N L A S L I C E N C I A S N E C E S S A R I J S
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A los Venerables Hermanos , y Amados Hijos en Christo, el Cabildo, Cíe-
- ro, y Pueblo de la Iglesia, •• y Diócesis de Valencia.
r THOMJS AZPURUS A L U D E I E R N A E N E L S E Ñ O R ,
A B I E N D O el Principe
ele los Pastores, y Obispo de nuestrasI al-
* ( II ) *
almas tomádonos de entre la muche
dumbre de los hombres, para que de
diquemos el resto de nuestra vida , sea
él que fuere , al gobierno de la I g lesia
PE V a l e n c i a ; es muy debido, V en er ab les
H e r m a n o s , A m a d o s H ijos , manifestaros
à lo menos por escrito , ya que por
ahora no puede ser de viva v o z , nues
tros mas Íntimos sentimientos. E l Dios
Escudriñador de los ^corazones sabe
que hablamos verdad ; luego que enten
dimos , que eramos llamados à una par-'>■ » S ^
te del Divino Ministeri© , caa caímos
desfallecidos ; porque revolvía moé den
tro de Nos quán arduo, quán sublime,
quán santo es el cargo del Evangelio,
que se nos imponía , y quán lejos esta
mos de aquella excelsa virtud , de que
debe estár adornado aqu el, á'quien el
•r-' C e-
* ( I I I )
Celestial Padre de familias pone a la
frente de la administración de su Casa.
Pero entre nuestras desconfianzas, y te
mores , rayó sobre Nos un golpe de luz
de consuelo , y de esperanza. Porque
habiendo sido nuestra elevación obra dé
■Dios, confiábamos , que quien dió la
voluntad , dará también la perfección^
y con mayores y mayores dones de su
gracia no solo sanará nuestras enferme
dades , sino que aun nos fortalecerá , y
apoyará , para procurar la salvación de
sus ovejas, que ha encomendado á núes*
tra custodia. i- = i orí
Descansando pues de todos nues
tros cuidados sobre aquel Señor, que es
poderoso para hacer abundar en Nos to
do genero de gracias , de suerte que
tengamos una entera suficiencia para to-2 das
* ( IV )
das las cosas, deseamos vivamente, Ve-
NERABLEs Hermanos , Amados Hijos , ir
quanto antes à estár con V osotros, j emplear todas nuestras fuerzas , talen
tos, y facultades en la obra del Minis
terio , para que siguiendo las huellas de
vuestros M ayores, abundéis en toda es
pecie de obras buenas , por las quales
hagais cierta vuestra vocacion , y elec
ción. Pero si ello no pudiere ser tan
presto , sea entre tanto indice y pren
da de nuestra voluntad ácia Vosotros
esta Carta , escrita en nuestro corazon,
no con tinta , sino con el dedo del
Dios Vivo.
Por tanto , V e n e r a b le s H e rm a n o s,
Vosotros que sois los Ancianos del Pue
blo , y entresacados del mundo , para
que trabajéis juntamente con Nos en
- go-
* c V ) ^
gobernar el rebaño del Señor , seguid
constantemente el camino , que habéis
emprendido, y continuadle hasta llegar,
à donde O s llaman vuestra dignidad, la
santidad del estado, y el tenor de vida,
que professasteis. Los hechos de los
que viven en elevación, son conocidos
de todos los mortales; porque cada uno
pone en ellos los ojos, todos páran allí
mismo la atención ; y nada hay mas sa
grado por la Religión, que el Sacerdo
cio, nada mas sublime por la dignidad.
Hay en los Libros de los Sagrados Cá
nones tales leyes y preceptos, que
quien arregláre por ellos, como es de
bido , sus obras y pensamientos , na
da manifestará en sí mas que pureza,
y limpieza , todo en fin conforme à
la disciplina de un hombre castissimo.
e integerrimo. Fijad pues atenta y
continuamente la vista en estos pre
ceptos de vida, que se han escrito para
Vosotros; y armados de esta suerte con
fé , longanimidad, y paciencia , con la
virtud de D io s , con la dodrina sana,
con la palabra de la verdad, y emulan
do reciprocamente los mejores y mas
Utiles dones del espiritu , procurad mas
y mas ser entre los Fieles un buen olor
de JE S U C H R I S T O ; y lo sereis cier
tamente , si se dej áre ver en vuestra
misma vida , y costumbres la respeta
ble dignidad del altissimo Ministerio, á
que habéis sido llamados en la suerte
del Señor.
También esperamos, que nos apro
vechen igualmente , para el desempeño
de la administración á Nos encomenda
da,
►V ( VII ) «
da , los Hijos de las Sagradas Religio
nes , cuya conversación se manifiesta
laudablemente grave, j casta entre los
hombres para la edificación de la Igle
sia en J E S U C H R IS T O . Bien saben
ellos mismos quán grande, y quán po
derosa es la fuerza de los egemplos, pa
ra m over, è inclinar los ánimos assi à
lo bueno , como à lo malo ; especial
mente quando dimanan de aquellos, cu
yo tenor de vida , enteramente sepa
rado de los negocios seculares, no es
otra cosa , que el camino de los Jus
tos , el qual como luz resplandeciente
crece en sus passos, hasta formar un dia
perfeólo. Les rogamos p u es, y encar
amamos , que teniendo presentes los sa
grados vo to s, con que se consagraron
intimamente à la piedad , y à la reli-
, 4. gion»
( VIII ) #
gion, se esfuercen à vivir como corres
ponde à los Santos. Sea su primer cui
dado arreglar sus costumbres según las
leyes, y establecimientos de sus respec-T •
tivos Institutos. Retirados en sus casas
procuren vacar à solo Dios ; y nunca
se juzguen mas felices , que quando
despejado el ánimo, y libre de todos
cuidados, lo alimenten, y fortalezcan
con la contemplación de las cosas D i
vinas. En lo público , y delante de los
Seculares pórtense de manera, que sé
reconozcan su modestia , su integridadj• r
y templanza , la equidad en las accio
n es, el pudor ¿h las palabras, y una
gravedad en el trato , que sea dulT
c e , y apacible Ï assi adquirirán con ten-
dos un grado de honesta autoridad, de
suerte que Santos en el cuerpo , yr: n T» fx-i* en
>K ( IX ) «en el espíritu , ganen a muchos para
JE S U C H R IS T O .
Y las Sagradas Vírgenes , que mas
quisieron vivir abatidas en el retiro de
la Casa del Señor , que seguir las pom
pas del mundo , y los afanados deleites
de la ambición bulliciosa, procuren per-
fícionar en sí esta santidad de cuerpo,
y de espíritu. Preparen pues en su
corazon las gradas para subir a la cum
bre de la perfección , vayan de virtud
en virtud, y sobre todo guarden en
tera fé al Esposo Celestial , á quien
la prometieron con pública y solem
ne religión. Assi quando Este venga,
podrán ser halladas en vela , y entrar
con E l á las bodas Celestiales con uni
versal aplauso , y alegría.
¿ Y qué diremos á Vosotros el resto5 de
* ( X )
dé nuestros A mados H ijos , a quienes
ahora por primera vez hablamos , aun
que ausentes con el cuerpo , muy pre
sentes con el espíritu , qué dirémos á
V oíbtros, a quienes amamos mas que
a nuestra propia vida? Y a sabéis los
cam inos, que debeis andar para agra
dar á Dios. Para esto os instruyó des
de los primeros tiempos la piedad , y
la sabiduría de los Santissimos Prela
dos nuestros Antecessores, cuyos ilus
tres e inmortales méritos para con la
I glesia de V alencia , hemos de tener
perpetuamente en la memoria , Voíb
tros por la religiosa gratitud que les
debeis , Nos por el respeto , que les
professamos. Y puesto que ya sabéis,
quál es la unidad de la Fé , y del co
nocimiento del Hijo de Dios , no que
ráis.
* (XI) *
raís, O s ruego , haceros como peqiíe-
ñuelos fluéluantes, de suerte que seáis
llevados ya acá , ya allá con qual-
quiera viento de dodrina , según la
maldad , y astucia de los hombres
para el engaño del error. Porque ha
llegado en nuestros dias á tales tér
minos una desenfrenada , y contumáz
licencia de opinar , y de escribir , qué
si no se pone luego la segur á la
raíz misma , y se arroja al fuego la
mala hierba , poco falta para que las
espinas de la maldad , que han bro
tado , corrompan los saludabilissimos
frutos de la do¿lrina Christiana , y
trastornen los mas firmes apoyos de
•la Religión. Unos hombres perdidos,
habladores , engañadores , ondas de
■un mar tormentoso , cuyos espumara-
* ( x n ) «rajos no son sino confusiones, no se
satisfacen con haber arrojado de si to
da disciplina por la abominable cor
rupción de sus designios : de nada se
abstienen ya , y paladinamente acome
ten con sus escritos estos lobos rapa
ces al rebaño de JE S U C H R IS T O .
Nada hay tan divino, nada tan san
to y tan consagrado por la antiquis
sima religión de todas las edades, que
hayan respetado sus sacrilegos discur
sos , y para cuya impugnación no ha
yan aguzado sus lenguas como cuchi
llos. Burlanse de la santa simplicidad
de la F é , desentrañan los arcanos de
Dios , agitan qüestiones de cosas al-
tissimas en tal form a, que se lo usur
pa todo la razón humana, y nada se
reserva à la Fé. Emprenden sobre sus
fuer-
* ( XIII ) ^
fuerzas, escudriñan lo mas arduo , en-
transe hasta el secreto de la Divini
dad , profanan m as, que propalan los
arcanos del Santuario , y finalmente
se dedignan de creer , y Juzgan una
quimera quanto les es inaccessible. L e
jos de Vosotros, H ij u e l o s m ío s m u y a m a :
POS Y DE TODOS MIS DESEOS , leJoS de Vo-
sotros este pestilencial contagio , tizón
abrasador de toda virtud. Porque , co- »mo en otros tiempos decia con estas
mismas palabras el R ey Egica , para
inflamar los ánimos -de los Padres de
'Toledo , es cierto, y verdadero elo-T T T
gio divulgado por noticias claras en
casi toda la redondéz de la tierra,
que los términos de la España han
florecido siempre con la plenitud de.
la Fé ; y assi por todas razones se
in-
( XIV ) ^
interessai! nuestra gloria , y la vues
tra , en resistir esforzadamente à tan
sacrilegas empressas de los Impíos. Es
to Os p id e, y demanda con mucha
instancia C L E M E N T E X IV . Pon-
tifice verdaderamente Máximo , O s lo
demanda con las voces de sus Mayo
res nuestro R ey E L S E Ñ O R D O N
C A R L O S , Principe à todas luces glo
riosissimo , y O s lo pedimos, y de
mandamos Nos también con todo el
esfuerzo de nuestro ministerio , y au
toridad. Por tanto si estos fomentos
de la maldad hubieren penetrado fur'<
tivamente hasta Vosotros , abominad
los al punto como apestados, arran
cadlos , quemadlos, para que el hom
bre enemigo no se gloríe de haber
sobresembrado zizaña en el campo eneo«
* ( XV ) *
comendado à Nos. Porque el que en
seña de otra manera , y no se con
forma quietamente con las sanas pa
labras de N . S. JE S U C H R IS T O ,
y con aquella dodrina , que es según
la piedad , éste, como dice el Apos-
t o l , es un soberbio , que nada sabe.
- Sera pues fírm e, y constante en
tre Vosotros la virtud de la doélrinaj .
Celestial , que recibisteis , si abomi
nando intimamente todo espiritu de
partido , tomáreis las aguas en toda
su pureza de las fuentes mismas de
la Sagrada Escritura , y si observáreis
con la mas religiosa atención las de
finiciones de los Concilios, los testi-»
monios de los Santos Padres , los de
cretos de los Romanos Pontífices, y
todos aquellos sábios establecimientosde
* ( XVI ) *
de la primitiva Iglesia , que por una
fiel tradición han venido hasta Noso
tros ; y ésta es aquella oportuna , y
realissima enseñanza de Nuestro San
tissimo Padre C L E M E N T E X IV . en
sus Letras Apostólicas del año passa-
do à los Obispos de todo el Orbe
Catholico. Ciertamente aquellos , de
quienes se llegó una vez à apoderar
o el ardor de la disputa , ò el de
seo de novedades , tropiezan luego,
como en escollos , en opiniones peli
grosas , perdidas, y depravadas , y se
apartan de la santidad de la doélrina:
furiosos con el capricho de contrade
cir , propagando con ostentación , y
defendiendo entre los ignorantes sus
sentencias, sean verdaderas, ò falsas,
è impugnando atrevidamente las de
otros
( XVII ) *
otros por buenas y probadas , que
sean, oprimen, y arruinan à la mis
ma verdad. Bien sabéis Vosotros , y
bien manifiesta el público dolor de
todos los Buenos , quánto ha destro
zado esta manía de . innovar no solo
la disciplina moral Christiana , sino
también la integridad del Dogma Ca-
tholico. N o sea pues otra vuestra sa
biduría , sino saber sobriamente guar
dando la unidad del ' Espíritu. " -
Pero ya es tiempo, V en er ab les H er
m a n o s , A m a d o s H ijos , de hablaros à
todos con una misma voz. Si Os acor-
dáreis, de que nuestra propia heren
cia es llamarnos, y ser Hijos de Dios,
nada omitiréis para adelantaros al pre
mio de. la Celestial vocacion , vivien
do en sobriedad , en continencia , yen
( XVIII ) «
en piedad. Amaos unos à otros en
reciproco certamen de caridad , y en
espiritu fraternal : séd misericordiosos,
modestos , humildes ; porque en una
palabra , quien ama al P rogim o, ha
cumplido la ley. Estad sujetos con
toda humildad à los que mandan , ÿ
prontos à dar à cada uno lo que le
corresponde , ya tributo , ya pension,
ya reconocimiento. Sobre todo hon
rad al R E Y , assi por la excelencia de
su dignidad , y el poder , que D IO S
le ha comunicado , como por las Rea
les virtudes , que le adornan , igua
les al mas magnifico elogio. Bien veis
quán grandes y quán ardientes son
sus deseos de exaltar la religion , la
piedad , y la buena disciplina : con
quánta gravedad, y sabiduría gobier
na
( XIX )
na el Estado , y finalmente quántas
medidas toma , para sostener , ilustrar,
y engrandecer la gloria del nombre
Español , y para mirar por la segu
ridad , y felicidad de Vosotros , à
quienes tiene en lugar de hijos. Por
tanto , si se manda à los Christianosy
no solo que obedezcan à los Magis-.-
trados¿, sino también que los respe
ten , y amen ; cuidado no erreis;
Amad y reverenciad al R ey ; y tam
bién conformáos con su voluntad,
obedeced sus leyes, executad religiof
sámente sus ordenes ; porque es M i
nistro de Dios , y los que le resis-?
ten y se fabrican su propia condena-,
cion. Estos preceptos , que Os acor
damos , no son nuevos ; son antiguos,
son expressos , y derivados hasta No- ►•. i so-
* ( XX ) *
sotros desde los Apostoles instruidos
por el mismo Dios : siempre han es
tado en todo vigor en la Iglesia,
y el Sumo Pontífice C L E M E N T E
X IV . ( de cuya exaltación à Gefe , y
Pastor de la República Christiana nos
congratulamos , como que reconoce
mos en el portentoso cúmulo de su
virtud , doArina, y sabiduría ser na
cido , y criado para las mas grandes
cosas ) C L E M E N T E X IV . O s de
cimos , confirmó nuevamente , y re
comendó estos mismos preceptos en
la citada Carta à los Obispos Chris-
tianos. Y pues el Padre de las mi
sericordias assiste à quantos le invo
can , rogadle , que por los méritos
de la Bienaventurada siempre Virgen
M A R I A , y de los Santos, en partid
cu-
( XXI ) *
cular de S. V I C E N T E M A R T Y R ,
y de S. V I C E N T E F E R R E R , Pa
tronos de essa Ciudad , y de nuestra
Iglesia Metropolitana , ampare à la
¥ esia Catholica , deshaga las empres
sas de los Hereges , y assegure la
concordia entre los Principes Chris-
tianos para aumento del Evangelio de
paz. Haced también oracion por nues*
tro Catholico M onarca, y por todos
los que gobiernan , para que vivamos
quieta , y .tranquilarriente en toda pie
dad , y virtud. Todo esto ciertamen
te es bueno, y aceptable en el acata
miento de D IO S N U E S T R O S A L
V A D O R . Y en vuestras reciprocas
oraciones acordaos también de N o s, pa
ra que Nuestro Señor JE S U C H R IS
T O dirija nuestra entrada à Vosotros,
* ( XXII )
y q u e , pues según los designios de su
voluntad nos ha encomendado la di
rección de vuestras almas, cumpla lle
namente los deseos de nuestro cora-
zon , y haga por ultimo , que despues
de haber sido nuestro gozo en este
Siglo , seáis también nuestra Corona
en la Eternidad. Entre tanto O s da
mos á todos muy amorosamente la
paternal bendición.
Dada fuera de la Puerta Flaminia
en 24. de Junio de 1770.
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