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LATÍN VULGAR III. RASGOS FONÉTICOS TEMA III. 2. LAS VOCALES 1 2.1. CANTIDAD Y TIMBRE El estudio de los cambios ocurridos en la cantidad y timbre de las vocales en su paso del latín clásico al latín vulgar demuestra que este ha sido muy profundo. La diferencia entre vocales largas y breves, esencial en el latín clásico deja de percibirse. La oposición cuantitativa es sustituida por la oposición cualitativa, de timbre. Ya no se van a distinguir dos “e” o dos “o” por su duración (larga o breve) sino por su sonido (abierto o cerrado). En latín clásico la cantidad no era un accidente de pronunciación, sino que significaba por sí misma, era un rasgo pertinente: mālum (manzano), mălum (mal), rosā (abl.), rosă (nom.), sōlum (solo), sǒlum (suelo). En latín vulgar, el papel de la cantidad en la distinción de significados lo asume el acento. Y en general aparece una nueva noción de cantidad: las tónicas son un poco más largas que las átonas, sin tener esto que ver nada con las primitivas cantidades. Una tónica que era breve se alarga un poco, y una larga antigua, al ser átona, es más breve. Argumentos a favor de esta evolución : 1.Gráficos : Las vocales largas se representaban al principio con duplicación de la vocal. A partir de época de Sila -80 a.C.- se utilizaba un ápice sobre la a, e, o, u largas, y pocas veces sobre la i; la representación de la i larga consistía en una prolongación hacia arriba en las mayúsculas y hacia abajo en las minúsculas. 1 S. Mariner, Latín Vulgar, UNED, 1977, p. 69ss., Väänänen, &52- 58, 63-72, 82-86. 1

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LATÍN VULGARIII. RASGOS FONÉTICOS

TEMA III. 2. LAS VOCALES1

2.1. CANTIDAD Y TIMBRE

El estudio de los cambios ocurridos en la cantidad y timbre de las vocales en su paso del latín clásico al latín vulgar demuestra que este ha sido muy profundo.

La diferencia entre vocales largas y breves, esencial en el latín clásico deja de percibirse. La oposición cuantitativa es sustituida por la oposición cualitativa, de timbre. Ya no se van a distinguir dos “e” o dos “o” por su duración (larga o breve) sino por su sonido (abierto o cerrado).

En latín clásico la cantidad no era un accidente de pronunciación, sino que significaba por sí misma, era un rasgo pertinente: mālum (manzano), mălum (mal), rosā (abl.), rosă (nom.), sōlum (solo), sǒlum (suelo).

En latín vulgar, el papel de la cantidad en la distinción de significados lo asume el acento. Y en general aparece una nueva noción de cantidad: las tónicas son un poco más largas que las átonas, sin tener esto que ver nada con las primitivas cantidades. Una tónica que era breve se alarga un poco, y una larga antigua, al ser átona, es más breve.

Argumentos a favor de esta evolución:

1.Gráficos: Las vocales largas se representaban al principio con duplicación de la vocal. A

partir de época de Sila -80 a.C.- se utilizaba un ápice sobre la a, e, o, u largas, y pocas veces sobre la i; la representación de la i larga consistía en una prolongación hacia arriba en las mayúsculas y hacia abajo en las minúsculas.

A partir de la época de Adriano, primer tercio del s. II d.C. empieza a decaer la utilización de elementos gráficos para distinguir la cantidad de las sílabas, señal inequívoca de que los hablantes ya no las percibían, debiendo predominar en la pronunciación el timbre. Cada vez se empleaban menos los ápices y la I longa se utilizaba para otras cosas, como adorno, Imperator, o como i consonántica.

2. Métricos:a) Inscripciones vulgares en las que se encuentran faltas de cantidad muy

repetidamente. Se encuentran finales de hexámetros como: supstĕnet amicos.b) Cantos populares de autores que no tienen gran erudición; frente a los versos

que se cantaban con ocasión del triunfo de César, cuantitativos, Gallias Caesar subegit, Nicomedes Caesarem;

Ecce Caesar nunc triumphat, qui subegit Gallias,

Nicomedes non triumphat, qui subegit Caesarem(Suet. Divus Iulius, 49; septen. Trocaicos)

1 S. Mariner, Latín Vulgar, UNED, 1977, p. 69ss., Väänänen, &52-58, 63-72, 82-86.

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los que se cantan, por ejemplo, a Aureliano, no tienen en cuenta la cantidad sino el acento (s. III).

Mille mille mille decollavimus.

Unus homo! Mille decollavimus.

Mille bibat qui mille occidit.

Tantum vini nemo habet, quantum fudit sanguinis.(Flavius Vopiscus, Divus Aurelianus 6).

c) Autores como Comodiano que no atienden a la cantidad y aunque emplean esquemas cuantitativos usan largas por breves y breves por largas.

Ej. final de hexámetro: perspĭcere possit.

d) Aparece la paradójica persistencia de la métrica cuantitativa en composiciones cantadas por el pueblo. En el s. IV S. Ambrosio escribe composiciones para ser cantadas en la liturgia; con él aparecen los himnos y configuró la forma que habían de tener en la Iglesia occidental. Otro gran himnógrafo, con mayor fuerza poética es Prudencio.

Estos himnos cantados por el pueblo están en métrica cuantitativa, por lo que parecería posible afirmar que hasta el s. IV se distinguían las cantidades. Pero S. Ambrosio trata de continuar y demostrar su cultura romana y además consigue que su métrica cuantitativa pueda ser “entendida y cantada” por quienes no conocían dichas cantidades. Lo hace distribuyendo los acentos de tal modo que el ritmo cuantitativo pueda ser percibido como intensivo. Los ictus coinciden normalmente con acento de palabra.

Ej. Aeterne rerum conditor.

Aeterne rerum conditorNoctem diemque qui regisEt temporum das temporaUt alleves fastidium...

Compárese por ejemplo con los siguientes trímetros yámbicos de Séneca (Thy. 176-189):

Ignave, iners, enervis, et quod maximumProbrum tyranno rebus in summis reorInulte, post tot scelera, post fratris dolos...

3. Testimonio de los gramáticos. Algunos hacen referencia a las faltas de cantidad y a que se producen equivocaciones. De ello se deduce, pese a algunos silencios por parte de otros gramáticos, que la revolución se produce en el s. III d.C. Marcius Plotius Sacerdos, que constata que la pérdida dela distinción de la duración vocálica es « un barbarismo de nuestro tiempo », establece bajo Diocleciano un nuevo cursus o cláusula no basado en la alternancia larga/breve, como en Cicerón, sino en el acento (planus : se acentuaban 2ª y 5ª a partir del final : inimícus virtútis ; tardus o ecclesiasticus, 3ª y 6ª : décus perdíderam ; y velox, 2ª y 7ª : frángere conabámur). San Agustín, cien años más tarde decía que « Afrae aures de correptione vocalium vel productione non iudicant » y que se confundía os (hueso) con os (boca).

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2.2.CAMBIOS DE LAS VOCALES

En el latín clásico había un sistema de 10 vocales (ă ā ĕ ē ĭ ī ǒ ō ǔ ū), cinco largas y cinco breves (y 9 timbres: las largas eran de timbre un poco más cerrado que las breves, que eran más abiertas; la a tendría el mismo timbre siendo larga o breve2).

En latín vulgar, se sustituyó la cantidad por el timbre, reduciéndose las vocales a 7 timbres:

-a abierta, a cerrada > a

-e cerrada (próxima a la i), y la i abierta (próxima a la e) > e cerrada

-o cerrada (próxima a la u) y la u abierta (próxima a la o) > o cerrada

ă ā ĕ ē ĭ ī ǒ ō ǔ ū (latín clásico)

a e e i o o u (latín vulgar)

Estas reducciones son evidentes en el siglo III-IV d.C. (aunque hay ejemplos anteriores):En el s. III d.C. en la serie anterior o palatal : ĭ, ē > eEn el s. IV d.C. en la serie posterior o velar : ǔ, ō > o

Estas siete vocales se mantienen en parte de la Romania (lituano, catalán, gallego).El establecimiento cronológico de estos hechos no es hipotético. Se basa en las inscripciones y se deduce de los resultados románicos de estas vocales.ĭ > eEncontramos por tanto « e » por « i »3. En inscripciones anteriores al s. III d.C. : menus/minus, fede/fide, demediam/dimidiam, bibes/bibis.

ǔ >oEncontramos por tanto « o » por « u ».Parece más reciente (s.IV d.C.). El App. Probi atestigua « columna non colomna, turma non torma ».En las inscripciones encontramos por ejemplo: avonculus por avunculus.No afecta al sardo, que mantiene la u; tampoco al rumano.

Ej. Buccam (sardo : bucca ; rumano : bucca ; cast. Boca ; it. Bocca ; fr. Bouche).Ej. Pulverem (sardo : pruere ; rumano : pulbere ; cast. Polvo ; it. Polve, fr. Poudre).

En principio, se puede afirmar que una « i » o « u » que en la Romania se haya alterado, era breve en latín clásico.

2 Vemos de este modo cómo la relación cantidad/timbre era antigua: las vocales largas eran un poco más cerradas que las vocales breves, que eran más abiertas; pero en latín clásico predominó la cantidad sobre el timbre, y en el vulgar el timbre sobre la cantidad.3 En el sardo, primera lengua que queda aislada del resto de la Romania, por lo que presenta arcaísmos o conservadurismo lingüístico en el s. III mantiene la i ; por ejemplo, sicco, frente a seco (castellano) ; pisce, frente a pez (castellano).

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2.2.1. VOCALES TÓNICAS ă ā ĕ ē ĭ ī ǒ ō ǔ ū (latín clásico)

a e e i o o u (latín vulgar)

a ie e i ue o u (español, síl. tónica)

Las vocales tónicas tienden a permanecer inalteradas, por lo que no suelen cambiar. En latín vulgar, la ĭ abierta evoluciona a “e” (ej. minus > menus > menos) y la ŭ abierta evoluciona a “o” (buccam > boca) (cf. supra). Además, más tarde, en las lenguas romances, la e abierta diptongará en “ie” (ej. petram > piedra) y la o abierta diptongará en “ue” (ej. hortum > huerto).

« a »  permanece inalterada4 salvo excepciones.

Ejemplos : prātum (prado) grātiam (gracia), ad-grātum (agrado), mătrem (madre), mănum (mano).

Algunas excepciones :-grevis junto a gravis por analogía con levis.-melum por malum (en Petronio), que se explica por el mhlon griego frente al dórico malon, que subyace tras malum. -al á crem , cuya “a” tónica tendría que haber permanecido inalterada, se pronunciaría en latín vulgar “e” (*alécrem), como confirma el testimonio de las lenguas romances (alegre, allegro, alègre).

Explicación: el latín clásico, correcto y conservador, ofrecería un álăcer, álăcrem (la interior breve ante muta cum liquida; pero con la posibilidad de alācrem5; cf. tenĕbrae, tenēbrae). En latín vulgar suponemos *alécrem, es decir, acentuación en la penúltima; y paso de a > e (apofonía de las vocales breves –ă- en sílaba interior trabada)6.

« ī  cerrada» permanece intacta.

Ejemplos: audīre, mīlle, vīllam, vītem, fīlium, fīcum, scrīptum.Excepción : -frigidus (en it. freddo, cat. fred, francés, froid. En castellano se mantiene en el cultismo frígido, y en el evolucionado frío).

Explicación: se explica por una posible alternancia de frīgidum/frĭgidum, pero es más normal pensar en la alternancia cerrada abierta frigidum/frigidum, pues la “i” va delante de una “g” que ante yod se habría africado convirtiéndose en semivocal (griidum). Esto podría haber abierto el timbre de la primera i, que siendo tónica causaría pronto la síncopa de la postónica.

« ĭ abierta» se convierte en e en casi todo el Imperio.

4 En la Galia tiende a pronunciarse como « e » (senetus en vez de senatus).

5 Con la separación: a-lac-rem.6 Cf. por ejemplo: fa-ci-o; con-fec-tus. Del mismo modo: a-la-crem; a-lec-crem.

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Ejemplos : minus > menus (cf. supra).Se generaliza en el s. III d.C., pero antes se encuentran bastantes casos. Ej. Frecare por fricare, elud por illud, sebe por sibi, etc. Quintiliano y antes Varrón atestiguan una pronunciación rústica de e por i.Inversamente se utiliza « i » por « e » ; ej. Minses, benivolus. « ē cerrada» permanece intacta, al menos en la mayoría de las regiones (verus, vendere, debet)7.

« ĕ abierta » permanece inalterada, aunque más tarde, en las lenguas romances, diptongaría en “ie”8 (petram > piedra, metum > miedo, venit > viene, nebula> niebla, septem > siete, decem> diez, pedem> pie). Excepción: -vester pasa a “voster”9 por analogía con “noster”.

« ū cerrada» permanece inalterada (durum, unum, acutum, fumum…)10. Hay ejemplos de vacilación u/o: pumex/pomex, nuptiae/noptiae, etc.

« ŭ abierta» evoluciona a « o » (buccam, undam, lutum > lodo, …). El Appendix Probi documenta casos: turma non torma. También ejemplos inversos: formosus non formunsus.

« ō cerrada» permanece inalterada (vocem, totum, nomen, horam...)11.Excepción: -ovum, que diptonga (huevo), como si fuera en latín una o breve12.

« ŏ abierta» permanece inalterada y posteriormente, en las lenguas romances, diptongaría en “ue”13 (forum, hortum, somnum, rotam, forum, mortuus, bonus).Las inscripciones ofrecen confusiones de “o” y “u”, que el Appendix Probi documenta: formica non furmica.

Como conclusión: confusiones, hipercorrecciones o grafías inversas son testigos de la evolución del vocalismo; partiendo de la realidad de una evolución ĭ> e, ŭ> o, esta se efectúa en los casos “normales”, esperables, pero también en otros anómalos, es decir, se produce en ambas direcciones. i—e, u—o . 2.2.2. VOCALES ÁTONAS

2.2.2.1.INICIALES

7 En Sicilia, Calabria y Abulia pasa a “i”, y también aparece “i” en inscripciones y autores tardíos. En Gregorio el Grande vemos crudilitas, dulcido, ficit; es frecuente en la Galia la confusión e/i.8 Lo mismo ocurrirá con el diptongo ae clásico> e en vulgar; ej. caecum> ciego.9 Dando en español: vuestro.10 En la Galia, por influjo del celta quizá, se pronunciaría semejante a ü.

11 En Sicilia, Calabria, Abulia la “o” > “u”, y también en Galia (ej. agnosco > agnusco, cognosco > cognusco,…). 12 Se explica diciendo que al lado de ōvum existiría ǒvum; es preferible pensar que la larga podría ofrecer un timbre abierto al ir junto a una semivocal: ovum, ovum. 13 ǒ> uo> ue. El estadio intermedio “uo” lo encontramos en diplomas y textos del siglo X al XIII; los ejemplos son muy escasos en Castilla y algo más frecuentes en León y Aragón: “puode”, “fuoros”, etc. Luego se generalizan las formas en “ue”.

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La vocal inicial átona es la que mejor se ha conservado. Las razones son:

a) psicológicas: el hablante individualiza las palabras y las emite dotándolas de una unidad. Hay una energía muscular para cada palabra y hay tendencia a derrochar energías al comienzo.

b) Lingüísticas: las palabras latinas suelen contener en su primera sílaba lo más importante, la raíz, y si al perderse la vocal lo hace la sílaba, perdería la razón de su significado.

Fenómenos que afectan a las vocales iniciales:

Contracción: se da en latín cuando dos vocales están en contacto y son del mismo timbre. Causa: la dificultad de marcar la sílaba entre dos vocales de igual abertura.El número de contracciones se incrementa cuando vocales que no eran del mismo timbre pasan a serlo como resultado de un cambio vocálico y cuando se ponen en contacto vocales que antes no lo estaban.

quietum (timbre diferente)>queetum> quedo prehendo (mismo timbre)> preendo> prendocohortem (mismo timbre)> coortem> corte

Asimilación: responde este fenómeno a la tendencia al menor esfuerzo. Fonéticamente se explica como la consecuencia de la propagación de los movimientos articulatorios de un sonido a oro, una tendencia a asemejarse dos sonidos. Puede ser:

A distancia:Tarentinae> Terentinae (asimilación con la sílaba siguiente).

En contacto (muy importante en latín tardío. La i es fundamental, y logra acercara su punto de articulación la vocal que le acompaña):

ia> ie: iaiunus> ieiunus; ianuarium> ienuarium (cf. enero, genuario, gener)iu> ii: iunipeum> iiniperum> enebro

Disimilación: fonéticamente es un fenómeno en virtud del cual un sonido se transforma o se suprime cuando se encuentra en la proximidad de otro sonido que ofrece características articulatorias afines.Se produce normalmente a distancia, y se da especialmente cuando la inicial es del mismo timbre que la tónica; afecta sobre todo a las vocales o, i.

o…ó> e…ó: Sofrónius> Sefróniussorórem> seróremrotúndus > rotóndus> retóndus (cf. cast. redondo, rotondo)

i…í> e…í:vicinum> cast. Vecino(los ejemplos están fundamentalmente en primitivas ī…ī, cuyo resultado en latín vulgar sería i… i. La disimilación consiste en que la átona inicial ha pasado a į, que luego se convirtió en ẹ.

En otras vocales se encuentra muy poco:a…á> e…á: farráginem> ferráginem > herrén.

Pérdida: como se ha dicho supra, la pérdida de vocal átona inicial es rara; sin embargo, hay algunos ejemplos.

Diréctum (que pasa a fr. droit, cat. dret, que testimonian dicha pérdida)

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Prótesis vocálica: consiste en la adición de una “i” ante grupos consonánticos de difícil pronunciación, sobre todo ante s + oclusiva. Está relacionado este fenómeno con la tendencia al menor esfuerzo.

spiritus> ispiritusspatium> ispatiumscannum> iscannum

Se añade la “i” por ser la “s” la consonante más palatal del latín. Se empleó la vocal de apoyo antes de que la i abierta pasara a e (luego esta į también evolucionó a e).

Aparecen ultracorrecciones como Spania (por Hispania), ste (por iste).

2.2.2.2. MEDIALES

Presentan también cinco timbres: A, E, I, O, U, como las iniciales.Están sujetas a fenómenos fonéticos como la asimilación, síncopa y anaptixis.

Asimilación: la presentan fundamentalmente respecto de la tónica.Parentalia > parantaliaconsecratus> consacratuspampinus> pampanus

Síncopa: desaparición de una vocal breve átona al lado de una sílaba tónica; se da especialmente en la postónica. Ha afectado a todas las vocales menos la “a”14. Se da con más frecuencia en ciertos contextos fónicos:

Entre líquida y oclusiva: vír(ĭ)dem> verdeEntre oclusiva y líquida: óc(ǔ)lum> oclumEntre s más consonante: pós(ĭ)tum> postumEntre dos nasales: dóm(ĭ)nus> domnus

Anaptixis (o epéntesis): introducción de una vocal átona entre un grupo consonántico que implique alguna dificultad articulatoria. Puede tratarse de una ultracorrección de la síncopa. Está menos atestiguada que la síncopa y la vocal está relacionada inconscientemente con las vocales que la circundan. Los grupos consonánticos propensos a desarrollar vocales anaptícticas (o epentéticas) son:

Oclusiva + líquida: frateres, nutiricesOclusiva + nasal: Dafinis, Alcumena

2.2.2.3. FINALESTendencia a quedar reducidas a un sistema de tres vocales: A, E, O.

14 Pero hay excepciones. Ej. comp(ă)ráre> comprar (síncopa de la a). Explicación: comparare es un “recompuesto”. La evolución normal debió ser comperare> comprar (síncopa, por tanto, de la e entre oclusiva y líquida).

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Una anticipación de lo que ocurrirá en las lenguas romances está en el latín vulgar tardío: u > o, i> e.

El primer cambio (u>o) tiene sus precedentes en la progresiva eliminación de la cuarta declinación en favor de la segunda. El segundo (i>e) en la inclusión de los temas vocálicos (i) de la tercera declinación en los temas en consonantes. Por tanto: 1ª decl.: a; 2ª y 4ª decl.: o; 3ª y 5ª: e.

Apócope: se produce cuando una vocal está en final absoluto y cae. Imperativos: dic < dice, duc < duce (antiguos)Infinitivos: biber < bibere (atestiguado en el Appendix Probi: bibere non biber)

Síncopa: desaparece la vocal que no está en final absoluto, sino seguida de consonante.amaut < amauitmasclus < masculus (atestiguado en el Appendix Probi: masculus non mascel15)

2.2.3. VOCALES DE PRÉSTAMOS

Los préstamos que en latín encontramos son de doble origen, griego y germano. Hay otros, como los hebreos, pero han llegado a través del griego (son, por tanto, indirectos).

Préstamos del griego:

Aunque podría pensarse que la adaptación ha sido muy sencilla al tener ambas lenguas cinco vocales largas y cinco breves coincidentes, sin embargo, los problemas derivan al carecer el latín de la variedad dialectal griega (cf. la a del dórico, frente a h, o la ausencia de la u, aparte de las particularidades de pronunciación.

a = a . Ej. kata > cata> cada. Hay, sin embargo, excepciones16.

e = ĕ abierta. Ej. feretron> feretrum -En algunos casos, la e debió de resultar para los latinos menos abierta, dando

como resultado e > i. Ej. peper> piper

h = ē cerrada 17. Ej. apoqhkh> apothēca > bodega-Algunas etas griegas los romanos las oyeron como “a” en su contacto con los dorios. Ej. maquina < macana (no de mhcanh). -Hay otros resultados de la eta que se erigen como excepciones:

h> ae. Ej. skhnh > scaena > escena(en este caso, los hablantes del s. II a.C. debieron de oir algunas etas con un timbre mucho menos cerrado que el que resultaba de su ē cerrada, y por eso lo pudieron transcribir por ae)

15 Masculus> masclus> mascl> Mascel. Este fenómeno es semejante al que se produjo en el paso del latín arcaico al clásico en palabras de la segunda declinación acabadas en –ros. Ej. pueros > puer; agros> ager.16 Ej. passaloj> pessulus (cerrojo), que deben provenir de una apertura distinta que la de su correspondiente latina.17 La “e” larga procedente de eta se pronuncia en latín con timbre cerrado, y los romances lo conservan.

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h> ī. Ej. apoqhkh > apothīca > botica(en este caso se pronunciaría una eta tan cerrada que sería una “i”. En la Peregrinatio Egeriae encontramos por ejemplo ascitis en vez de ascetes –la palabra griega lleva eta: askhthj).

ĭ = i latina; ī = i latina. Estas son las correspondencias normales conforme a la cantidad. Pero la iota griega, larga o breve, tenía un timbre más abierto que el de la “i” latina. Se puede encontrar por eso como caso excepcional:

ĭ > e. Ej. antifwnh > “antifona” (normal)> “antefena” (excepcional, Peregrinatio Egeriae)

ī > e. Ej. cristoj > “Christus” (normal)> “Chrestus” (excepcional)

ǒ = ǒ abierta. Ej. corda > chorda> cuerda. -Pero en algunos casos no debía ser tan abierta como la latina, y o > u. Ej. porfura> purpura.

w = ō cerrada. Ej. wra > hōra> hora.

u. La ypsilón ha tenido diversas pronunciaciones.

u= u. Corresponde a aquellas palabras que los latinos conocieron por vía oral, en los primeros tiempos:

Ej. bursa> bursa> bolsa Ej. Purroj> Burrhus (Ennio, Annales)

u= y (i)Corresponde a la pronunciación jónico-ática. Este resultado se bifurca: los hombres cultos tratan de adaptar lo mejor posible el sonido de la ypsilón, que corresponde a la grafía de la y griega. Pero este sonido se terminó identificando con la “i” latina. u= y

Ej. martur > martyr/martiru=oeA veces se encuentra transcrita “oe”. Ej. lagunoj > lagoena> laguna

Kappa + u > quiEste otro resultado viene de la semejanza de sonidos al producirse esta situación. Así como inversamente se hallan transcripciones griegas: Quirinus > kurinojHay también adaptaciones latinas: glukurriza > liquiritia

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2.2.4. DIPTONGOS EN LATÍN CLÁSICO (tendencia a la monoptongación en lat. vulgar)

El latín vulgar tiende a reducir los diptongos del latín clásico (esta tendencia a la reducción es antigua18):

AE> Ē abierta. Larga por la cantidad originaria; abierta por el timbre. Las soluciones son distintas:

-si predomina la noción de cantidad, ae> ẹ.faenum> fenum> heno.

-si predomina el timbre abierto, ae> ę.caelum> cęlum> cielo, caecum> cęcum> ciego

OE> Ē cerrada. Es escasa la presencia de este diptongo; suele aparecer en palabras derivadas del griego.

Phoebus> Phebus, poena> pena, foedus> feo

AU> O cerrada19. aurum> oro, Claudius> Clodio

*En algunos contextos, au> aAugustus> AgustusAuctum> actum

2.2.5. DIPTONGOS EN PRÉSTAMOS

Diptongos griegos

au: presente en latín, se transcribe normalmente.

ai> ae; luego ae> e abiertafalaina> ballaena> ballenamuraina> muraena> murena

ei> parece que ya en griego estaba monoptongado (era aproximadamente ē cerrada). En latín tiene dos evoluciones: ī, e.

ei> ī (cuando iba seguido de consonante).paradeisoj>paradisus

ei> e cerrada (cuando iba seguido de vocal).Aineiaj >Aeneas

En latín vulgar, al seguir el acento griego, este diptongo puede sufrir cambios, hasta desaparecer:

plateia> pláteia> plátea; esta e (yod ante vocal) asibila la consonante precedente desapareciendo: plaza, piazza, place.

18 Deico> dico; ameicos> amicus, douco> duco, oinos> unus.19 Se conserva en provenzal aur (< aurum); en gallego y portugués hay media asimilación: ouro. En el resto suele monoptongar.

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La doble evolución (ei>i ante consonante; ei> e ante vocal) no es una regla general que afecte a todas las palabras, pues:

Ifigeneia> IphigeníaIfimedeia> Iphimedia

oi> oe, y luego la misma evolución que el latín> eFoiboj>Phoebus> Febus (Phebus)foinikioj>Phoenicius

ou: se adapta al latín ou> uougkia>unciaouranoj>Uranus

eu: se suele mantenereuaggelion>evangeliumeunoucoj>eunucusEuandroj>EvanderEuergethj>Evergetes

2.2.6. HIATOS (tendencia a la reducción)

Consiste el hiato en el encuentro de dos vocales. Este encuentro implica dificultades porque su pronunciación constituye algo anormal y difícil en cuanto que se pasa de una sílaba a otra de igual abertura; por ello hay siempre una tendencia a resolver dichos hiatos; se tiende a lo que suele llamarse “sílaba fonológicamente normal”, es decir, aquella en que aparecen bien distinguibles los elementos que la limitan y los que se encuentran en posición nuclear en el centro de ellos.

Cuanto más oposición entre los limítrofes y los centrales –en el sentido de que estos sean abiertos (preferentemente vocales), y aquellos, cerrados (preferentemente consonantes), tanto mayor suele ser (en igualdad de las demás condiciones) la estabilidad de las sílabas en la mayoría de las lenguas.

El hiato supone una situación muy diferente a la señalada como óptima. Por definición el límite entre la sílaba que acaba en vocal y la que empieza con vocal no consiste en un elemento más cerrado que ellas, capaz de distinguirse de los núcleos silábicos respectivos. Por eso se crean unos “delimitadores cómodos”, las llamadas “consonantes parásitas antihiáticas”, o bien se unifican las dos sílabas en una.

Las posibilidades de resolución son, pues:

a) contracción de timbres iguales o cercanos:deesse> desse

b) interponer consonante antihiática (u, i):Troia> Troiia

c) cerrar uno de los elementos del hiato, consonantizándolo:ianua> ianua, vinea> vinia

d) formar diptongo con las vocales:co-epi> coepi

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