imaginando un nuevo museo mnac
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Conjunto de ideas y nuevas visiones de como debería evolucionar la estructura organizativa del MNAC, corresponde a las conclusiones de un curso de verano en la UB que he realizado en el mes de julio de 2010TRANSCRIPT
| | | | | | | | | | | |ROBER PALLÀS CARDEAL
| | | | | | | | | | | | EL MUSEO QUE NO SE VÉ.
IMAGINANDO UN NUEVO MNAC | | | | | | | | | | | | |
ELS JULIOLS A LA UB 2010 | | | | | | | | | | | |
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| 13 En las últimas décadas se han producido cambios profundos en la
insercción del arte en la sociedad. Se trata de una serie de trans-formaciones que afectan a las instituciones y al comercio del arte, a la recepción por parte del público y por tanto, también al arte mismo.
El arte ha sido siempre un fenómeno de minorías. Es en el siglo XVIII y comienzo del XIX, cuando supuso el inicio de la crea-ción artística desligada del encargo. La afirmación personal y el genio individual situará al artista solo delante del hecho creativo. A lo largo del siglo XX, el mercantilismo creciente en todas las facetas de la actividad humana, acabará por establecer el mercado como un lugar de reconocimiento de la actividad artística. Y es desde la segunda mitad del siglo XX, que el arte, está sufriendo un proceso de masificación. El aumento del poder adquisitivo ha provocado la democratización del turismo, el acceso a la universi-dad o del consumo cultural; deviniendo este último, en un nuevo sector empresarial, conocido como: “industria cultural” 1.
“Lo que desde mediados del siglo XX se hacía evidente, no era tanto la mercantilización de la cultura o la aplicación de pro-cedimientos industriales a la producción cultural (procesos ya iniciados mucho antes), sino dos factores que habrían de resultar decisivos en la conformación del citado cambio:1. La expansión del mercado cultural que, progresivamente, iba dando lugar a una forma especial de cultura, la llamada cultura de masas. 2. La aplicación de los principios de organización del trabajo a la producción cultural” 2.
1 El término “industria cultural” es empleado por primera vez por la Escuela de Frankfurt, que intentaba recoger así el cambio radical que se estaba produciendo tanto en la forma de producción como en el lugar social ocupado por la cultura.2 Sastre Peláez, F.L. (2006) “La empresa es su resultado - El beneficio edito-rial y la contabilidad del conocimiento” Tesis doctoral accesible a texto completo en <http://www.eumed.net/tesis/2006/flsp/ >(26 junio 2010)
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15 Hoy, el arte es ya un fenómeno de masas. Y como tal, la com-prensión de qué es el arte, qué lugar ocupa el artista, qué se puede hacer en arte, qué condiciones previas se dan para su recepción y disfrute..., depende de la complejidad de sus vínculos económicos, políticos, mediáticos.La experiencia del arte, su creación, gestión y recepción estéti-ca, ha dejado de pertenecer a un ámbito reducido y aislado. El crecimiento extraordinario en todas sus facetas se concreta en el presente en una realidad compleja y muy dinámica.
“La realidad del arte hoy no tiene parangón en ninguna otra épo-ca. Nunca se han empleado tantas energías y dinero, y nunca los productos de la creatividad humana han sido tan valiosos y acce-sibles: desde la formación aristística, obra y públicos viajan para lograr la experiencia inefable del contacto directo, avisados por su difusión mediática y virtual (...) El proceso de ampliación e imbricación del arte en la realidad social parece no tener fin. (...) Pero el arte es de este mundo. Y se ha adaptado al mercantilismo y burocratización crecientes en las últimas décadas. Las institu-ciones y comercios del arte han ido asumiendo transformaciones hacia su confluencia. La pérdida de identidad de unas y otros lo ha sometido a una crísis crónica cuya resolución periódica pasa por la aceptación de su pertencencia al área de servicios. Clientes públicos, eso es lo que las empresas del arte han de conseguir para lograr clientes privados que mantengan su pervivencia. Lo público y lo privado, lo gratuito y lo rentable y especulati-vo, todo tiende a fundirse cada vez más en el mundo del arte. Los museos se han convertido en expedidurías de souvenirs, en referencias de publicidad mediática indirecta para las empresas promotoras, en instituciones asociadas a los trusts de galerías e inversores multinacionales. (...) Definitivamente, el arte ha caído de su torre de marfil, ha perdido su pureza y su heroicidad espiri-tual. ¿Es acaso esto a lo que se referían los profetas de la muerte del arte?.” 3
3 De la Villa Ardura, R. (2003). “Guía del Arte Hoy”. Madrid. Editorial Tecnos (Grupo Anaya S.A.)
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7 Aunque parezca básico es imprescindible destacar la importancia de la museografía -como técnica de la museología- para lograr que las exposiciones cumplan su función de transmisión de los mensajes y pongan en valor el patrimonio cultural sin descuidar la óptima conservación del mismo.
Partiendo del conocimiento de las áreas y de los profesionales que deben formar una institución museal acorde a las necesidades de nuestros días, creo fundamental hacer hincapié en que sólo los museólogos y los museógrafos son las personas idóneas para co-nocer las fuentes primarias –irrefutables desde el punto de vista científico- y realizar con éxito y calidad el proceso de musealiza-ción.
Es importante también enfatizar que ellos son los especialistas que establecerán un contacto directo con el bien y definirán cómo se interpretará y valorará cada objeto, cuáles de sus posibles mensajes se desarrollará de acuerdo al contexto y a los objetivos de la exposición, la duración de los recorridos propuestos, y por sobre todo de qué forma se hará accesible el objeto y todo su caudal de información a los diversos visitantes. En definitiva son comunicadores especializados en entablar un diálogo entre el patrimonio y el público -único destinatario de las actividades y propuestas del museo-.
No debemos olvidar que el fin de la museografía es dar a conocer y hacer comprensible los más diversos conocimientos y técnicas tanto a grandes sectores de la comunidad como a grupos reduci-dos de características muy específicas. Y en definitiva, a través de sus principios se analizarán las técnicas tanto didácticas y de difusión como los procesos de comunicación y comprensión en relación con los objetos a musealizar siempre respetando y dando a conocer los saberes de las disciplinas científicas.
Si bien muchos museos del mundo desde los albores del S. XX han trabajado con programas educativos de calidad, lamenta-
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| 19 blemente nuestra experiencia no es tan profunda en este campo,
como tampoco lo es nuestra museografía.
La reconocida autora Mª Ángeles Layuno sostiene que las tres tendencias museográficas más actuales -considerando sus bases epistemológicas- son: la museografía estética, la museografía didáctica y la museografía lúdica.
Museografía estética: hace referencia al impacto emocional y está claramente representada por la preferencia a la neutralidad y flexibilidad de los espacios. Generalmente se pone de manifiesto en el uso del cubo blanco y neutro que se considera un espacio expositivo ideal aunque a esa tendencia se ha sumado el uso de los más diversos colores sobre los cuales se cuelgan o disponen las obras artísticas. Particularmente considero que tiene como principio fundamental la óptima conservación del patrimonio y su puesta en valor, centrando la atención del visitante en apreciar, investigar e indagar en los fondos del museo.
Museografía didáctica: en ella se apunta al impacto cognoscitivo y se materializa en la denominada museografía didáctica y dis-cursiva. Aquí se suelen ofrecer textos muy simples, usar lenguaje coloquial y en la mayoría de los casos sumar imágenes, dibujos, cuadros sinópticos, gráficos, infografías y demás elementos que sin ser originales ayuden al espectador a interpretar los diversos significados y a comprender fácilmente cada tema. Es también muy importante en este tema el uso de recursos multimedia, au-diovisuales, maquetas, dioramas, maniquíes y escenografías que sitúan a los objetos en su tiempo y espacio.En este tipo de museografía expone el objeto original de acuerdo a sus óptimos requerimientos, pero se lo explica a través de las más variadas herramientas para que sea comprensible para los diversos segmentos de público, algo que en nada perjudica su conservación.
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| 21 Museografía lúdica: está relacionada con el impacto recreativo
de carácter espectacular, algo que se encuentra enmarcado en la museografía interactiva. Es común en ella las representaciones en tamaño real, o sea en escala 1:1 de las más variadas situaciones y espacios. Asimismo son fundamentales a sus fines la inclusión de módulos interactivos como también la oportunidad de ensayar y utilizar diversos mecanismos. Es evidente que en estos espacios el público no manipula originales sino que tiene la oportunidad de usar copias que le permiten aprender sobre tal o cual técnica o proceso, como por ejemplo armar una silla estilo chippendale.
En cada una de ellas hay que prestar especial atención a diferen-ciar los mensajes de acuerdo al público, dar la oportunidad a cada uno de nuestros visitantes de expresar o comprobar lo que les ha sumado la exposición, sus inquietudes y opiniones. Y si es posi-ble permitir una cierta libertad que dé a cada uno la posibilidad de elegir.
Considerando el diseño y la didáctica de una exposición creo conveniente remarcar que en la actualidad se compite con muchas ofertas culturales y de ocio, y que en la mayoría de los casos no se puede cambiar fácilmente una mala opinión; por lo cual es ne-cesario usar los más variados recursos para estar constantemente captando la atención del público como también saber contextua-lizar los objetos, hacerlos atractivos a la mirada, disponerlos de forma que sea cómodo apreciarlos, dar prioridad a los niveles de los textos, y no abarrotar un espacio con muchos mensajes -por-que cansa a los visitantes y los desanima-.
Particularmente considero que todo está bien en su justa medida y sin olvidar la responsabilidad que tiene el museo de conservar su acervo patrimonial y concienciar a través de éste acerca de la im-portancia de la preservación del patrimonio cultural en su conjun-to. Un museo debe poseer espacios lúdicos y de experimentación dedicados a cada segmento de público pero no transformarse en una juguetería o parque de diversiones porque eso desvirtúa el
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| 23 valor de los objetos como lazos que nos unen con el pasado y es
entonces cuando se pierde la conciencia del valor histórico.
Asimismo creo imprescindible mencionar que no se debe con-fundir al público haciendo referencia a que todo museo debe ser un centro de interpretación, ya que por lo general esos espacios no conservan patrimonio histórico sino que cuentan con material didáctico cuyo fin es materializar los conceptos necesarios para entender la historia y el valor patrimonial de un bien.
En relación con uso de las nuevas tecnologías hay que recordar que no todos los públicos tienen acceso a ellas y que por lo tanto algo que se piensa como inclusivo puede terminar dando como resultado la exclusión de un número importante de visitantes que desconoce su uso o no les son agradables. Nuevamente lo más importante es la creatividad en el diseño de las propuestas y la mayor cantidad posible de ofertas tanto gráficas como de mani-pulación y experimentación ya que como es sabido uno recuerda más lo que hace y lo que vive como protagonista que lo que ve como mero espectador.
Debemos pensar en un museo activo, inclusivo y atractivo que pase del discurso al diálogo, y que priorice el desarrollo de la imaginación y la memoria de todos nuestros visitantes.
Deseo hacer un breve comentario también acerca de que en mu-chas oportunidades se “fabrican” espacios denominados museos sólo con el afán de vender entradas y recuerdos y que esto es perjudicial porque se engaña y confunde al público acerca de las misiones de la institución museal. Sé que esto puede parecer muy categórico pero es importante tener en cuenta que el patrimonio cultural día a día va desapareciendo y en muchos casos es diez-mado por considerar que es lo mismo una copia que un original.
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5 Imaginando un nuevo museo veo como en el devenir de la histó-ria estos espacios de culto al arte se han transformado de templo a escenario. Es así que en los últimos años se ha forjado el tópico de denominar a los museos “templos de la cultura”. Es así como se rubrica que la más alta institución del arte ha llegado a su cul-minación, transcurridos doscientos años desde su fundación; es decir, una vida próspera y breve en terminos de procesos cultu-rales. Pero también pienso que la actual glorificación del museo coincide con la difuminación de su identidad.
En esta dirección el museo debería hacer una triple tarea integra-dora en el proceso y desarrollo de la institución museística, deberá tener presente a todos los actores que en el proceso cul-tural participan, quiero decir , darle un papel más importante a los públicos, que apesar de que siempre se ha orientado a él las acciones de la gran institución, siempre éste ha aparecido como mero receptor pasivo.
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27 Ser un museo especializado en arte antigüo no es motivo para no
ser capaz de evolucionar y estar a la altura de los nuevos tiempos. La postmodernidad, ha traido consigo nuevas formas de entender los fenómenos, los acontecimientos y las instituciones. Pensar en un museo centrado en los objetos, con un único público de homo-geneas características, no deja de ser una visión anticuada de en-tender el museo. En el pasado se usaba para demostrar autoridad y perpetuar el poder y su voz. Pensar de esta forma, nos lleva al callejón sin salida de muchas instituciones en la contemporanei-dad. Todos los actores son importantes en igual nivel y manera, la superioridad de uno sobre otro hace que la maquinaria museística no funcione. Y dentro de cada area de estos actores el desarrollo de las funciones bien definidas que cada uno debe desarrollar.Las Areas de su organización estarían vehiculadas en función de la orientación y de los intereses de los actores que lo hacen posi-ble, serían: La Conservación orientada hacia la investigación, La Restauración Preventiva orientada hacia el objeto y La Educación y Difusión orientados hacia los diferentes públicos que transitan el museo.
DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN
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29 Los planteamientos más globales, el desarrollo de las nuevas
tecnologías de la información abren nuevas formas de entrar en contacto con el público y este de poder ser un actor, visible, con voz y opinión. El museo debe de hacer el ejercicio de acercarse a este público y escuchar sus multiples discursos.
Por otro lado, que la audiencia se diversifique no es mejor ni peor, si no una cosntatación de que todos no pensamos igual y que los intereses que tenemos en la acción cultural son diferentes. La información contenida en los museos, estancada y almacenada no genera conomiento, que en definitiva es lo que hace que avance el pensamiento y por ende el progreso de la humanidad.
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Sastre Peláez, F.L. (2006) “La empresa es su resultado - El beneficio editorial y la con-tabilidad del conocimiento” Tesis doctoral accesible a texto completo en <http://www.eumed.net/tesis/2006/flsp/ >(26 junio 2010)
De la Villa Ardura, R. (2003). “Guía del Arte Hoy”. Madrid. Editorial Tecnos (Grupo Anaya S.A.)